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joseandrestabarnia · 4 years

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La carta de amor, 1750, de François Boucher (París, 29 de septiembre de 1703 - ibíd. 30 de mayo de 1770). Óleo sobre lienzo, en general: 81,2 x 75,2 cm. Colección Timken, National Gallery of Art.

La carta de amor, también conocida como Las dos confidentes, El mensajero, El correo secreto de los amantes y, de manera menos convincente, La oveja amada, tipifica el idioma pastoral que François Boucher ya había hecho suyo a fines de la década de 1740. En un exuberante y verde jardín o campo arbolado, dos mujeres jóvenes se reclinan en la base de un pilar de piedra coronado por un león tallado.[1]Uno ata un sobre alrededor del cuello de una paloma con una cinta azul mientras mira con admiración a su compañero. Las ovejas que descansan y el centinela de perros nos dicen que se trata de pastoras, pero como muchos de esos personajes de Boucher prestan poca atención a sus responsabilidades, prefieren pasar el día inactivo recogiendo flores en una canasta de paja y enviando misivas a través de palomas mensajeras. . Boucher nunca se preocupó por las verdades de la vida en el campo, sino que empleó el tipo de pastora como un protagonista idealizado y voluptuoso para sus cuadros decorativos. En este ejemplo, prodigó su pincel sobre los vestidos de satén de las mujeres, su piel empolvada y la perfección informal de su cabello. A pesar de sus afectaciones, se sienten completamente cómodos en su ambiente acogedor.

The Love Letter originalmente formó una pareja con The Interrupted Sleep, en el Metropolitan Museum of Art, Nueva York[HIGO. 1], otro tema pastoral que coincide con la pintura de Washington en tamaño, composición y tema amoroso.[2]En The Interrupted Sleep, una joven pastora se ha quedado dormida y está a punto de ser despertada por un joven swain, que se escabulle por detrás y le hace cosquillas en la cara con un poco de paja.[3]Una vez más, el entorno es rico y fértil, animado por ovejas y un perro; Las vistas a la distancia equilibran las composiciones. La paleta de The Interrupted Sleep es algo más sombría, podría decirse que más rústica, que la de The Love Letter, particularmente en la ropa, que tiende a ocre pálido y rojo pardusco en el primero y púrpura azulado y rosa pálido en el segundo. La exquisita pincelada del artista une a la pareja, particularmente los delicados esmaltes que enriquecen el tratamiento de las cortinas o articulan los pétalos de las flores. En cada pintura, Boucher utiliza una sutil orquestación de luces y sombras para mejorar la experiencia visual, lo que resulta en pasajes tan hermosos como la sombra que cae sobre la cara de la mujer en El sueño interrumpido.o la suave iluminación de los tobillos y dedos de los pies de la mujer en The Love Letter.

Las dos pinturas, ambas firmadas y fechadas en 1750, no eran composiciones originales, sino que fueron adaptadas por Boucher de una monumental caricatura de tapiz que había pintado en 1748, probablemente con la ayuda de asistentes de estudio.[4]El tapiz, llamado La fuente del amor, se tejió por primera vez en 1755 en Beauvais como parte de la serie Le Noble Pastorale. [HIGO. 2].[5]Uno de los diseños más grandiosos de Boucher, teje una serie de tête-à-têtes íntimos en un paisaje exuberante. Las figuras de The Love Letter y The Interrupted Sleep son visibles, al revés, en el lado derecho de la composición, al pie de una magnífica fuente coronada por juguetones cupidos. El pintoresco molino de Charenton, que Boucher pintó en numerosas ocasiones, destaca en el fondo izquierdo.

Aunque fueron tomados de un proyecto anterior, The Love Letter y su colgante son totalmente autógrafos. Fueron producidos para un cliente no menos prestigioso que Jeanne Antoinette Poisson, marquesa de Pompadour (1721-1764), maîtresse en titre de Louis XV , sin duda la razón por la cual Boucher se preocupó especialmente en pintarlos. La procedencia real es confirmada por la inscripción en el grabado de Jean Ouvrier (1725-1754) de 1761 después de La carta de amor, Las dos confidentes [HIGO. 3].[6] Cuando las dos pinturas se exhibieron en el Salón de 1753, se describieron como puertas exteriores para la residencia de Pompadour en Bellevue, a las afueras de París.[7]Sin duda son idénticos a los trabajos descritos in situ por Antoine Nicolas Dezallier d'Argenville (1723-1796) en su Voyage pittoresque des environs de Paris, publicado en 1755: "La pequeña habitación que sigue al dormitorio de Su Majestad está completamente revestida de paneles . Las molduras están talladas con guirnaldas de flores, que han sido pintadas de forma natural; y en el medio de los paneles hay cartuchos donde vemos varias actividades infantiles. Hay dos pastorales, por M. Boucher, sobre las puertas.[8]

Aunque el relato de las pinturas de d'Argenville es vago (incluso si se ocupó de relatar los detalles de la decoración de la habitación), podemos estar seguros de que ahora son los lienzos en Washington y Nueva York según las descripciones hechas cuando fueron exhibidas en París y en medidas registradas más tarde.[9]Como indican sus fechas, las imágenes se produjeron en 1750, pero su inclusión en el Salón de 1753 presupone que no se instalaron en Bellevue hasta algún momento después del cierre de la exposición. Si bien el castillo se dedicó en noviembre de 1750, el trabajo en el interior continuó hasta 1754.[10] El examen de las superficies de los lienzos sugiere que las composiciones fueron enmarcadas como óvalos en boiseries.[11]En cualquier caso, las pinturas no permanecieron por mucho tiempo en los paneles de Bellevue. Muy probablemente fueron retirados alrededor de 1757, cuando el castillo fue cedido a las hijas del rey y gran parte de su contenido fue vaciado.[12]Luego se registran en 1764 en el vestíbulo en la planta baja del Hôtel d'Évreux (ahora el Palais de l'Élysée), la residencia parisina de Pompadour. Un inventario de los efectos de la marquesa elaborado en 1764 después de su muerte los describió en ese lugar, junto con otras pinturas de Bellevue.[13]Dieciocho años después resurgieron en la venta del marqués de Ménars et de Marigny (1727-1781), el hermano de Pompadour, que había heredado la mayor parte de su patrimonio. La pintura de la Galería Nacional de Arte se describe con suficiente detalle para que podamos estar seguros de la identificación: “Dos mujeres jóvenes están sentadas en la hierba, pegando una carta al cuello de una paloma. Están rodeados de varias ovejas y un perro frente a un paisaje agradable y pintoresco ”.[14]

El entusiasmo de Pompadour por Boucher está bien establecido, y Bellevue fue el escenario de varias de sus producciones más impresionantes.[15]Además de las puertas exteriores descritas aquí, Boucher pintó dos imágenes deslumbrantes de Venus para el appartement des bains , The Toilet of Venus (Nueva York, Metropolitan Museum of Art) yEl baño de venus;[DIECISÉIS]¿Cuál es probablemente la imagen religiosa más célebre del artista, la llamada Lumière du monde (Lyon, Musée des Beaux-Arts), para la capilla;[17]y las obras maestras pendientes The Rising of the Sun y The Setting of the Sun (Londres, Colección Wallace), tejidas en Beauvais.[18] Por lo tanto, a mediados de la década de 1750, los visitantes de Bellevue pudieron disfrutar de una encuesta extraordinaria del arte de Boucher en varios géneros, incluidas las mitologías, una pintura devocional y la categoría más estrechamente identificada con su mano, la pastoral.

El último género fue quizás el más adecuado para la función de Bellevue, con su llamativo sitio con vistas al Sena y sus exuberantes e íntimos jardines.[19] Según Pompadour, "es un sitio encantador para la vista, y la casa, aunque no es muy grande, es acogedora y encantadora, y no sin una especie de magnificencia".[20] El castillo, la única residencia construida para la marquesa desde cero, había sido diseñado como un retiro para ella y el rey, aunque poco después de su finalización, su relación había cambiado de carnal a platónica.[21]En Bellevue en 1751, Madame de Pompadour interpretó el papel del protagonista masculino, Colin, en una producción de la opereta pastoral de Jean François Marmontel (1723-1799) Le Devin du village .[22] La influencia de la pastoral literaria no se perdió en los comentaristas que admiraban La carta de amor y El sueño interrumpido en el Salón de 1753. El abate Leblanc notó que Boucher prácticamente había inventado el tema pastoral en la pintura, al igual que Fontenelle había dado nueva vida a la pastoral. imaginería en la literatura: “Los Eclogues de M. de Fontenelle han enriquecido nuestras pastorales con un nuevo tipo de pastor, notable por la galantería y la delicadeza de sus sentimientos. Los que M. Boucher ha introducido en la pintura unen todos los méritos de los primeros con una preciosa simplicidad e ingenuidad que no siempre son los de M. de Fontenelle ".[23]

En las décadas de 1740 y 1750, Boucher fue uno de los pintores más prolíficos de decoraciones pastorales, y sus paneles al aire libre a menudo fueron tratados en parejas o series destinadas a representar alegorías como el Times of Day o las Four Seasons.[24]Los lienzos de Washington y Nueva York representan una solución innovadora para relacionar pinturas decorativas, ya que aquí Boucher buscó crear un vínculo narrativo entre ellos, por fantasioso que sea, centrado en el amor en desarrollo de un pastor y una pastora. Como observaron los Goncourt, "La vida rústica al tacto [de Boucher] se convirtió en un ingenioso romance de la naturaleza".[25]En El sueño interrumpido, el joven se burla del objeto de sus afectos mientras intenta conquistarla; En The Love Letter vemos la etapa posterior de una relación, donde una joven confía en su amiga, quien la anima a enviar lo que sin duda es una carta de amor. Esta "narrativa", tal como es, es subestimada, ya que ni siquiera podemos estar seguros de si estamos destinados a creer que es la misma pastora en cada pintura; su ropa ha cambiado y la acompaña un perro diferente. Boucher continuó esta estrategia en trabajos posteriores, como las pinturas pastorales hechas para Madame Geoffrin y exhibidas en el Salón de 1765.[26] Para entonces, sin embargo, había cansado la paciencia de sus críticos, que se frustraron cada vez más con sus representaciones de una vida campesina de ensueño.[27] Sin embargo, cuando pintó los lienzos actuales en 1750, a Boucher todavía se le podía atribuir el ofrecimiento de algo nuevo, incluso si el tema de la pastoral se remontara a artistas de una generación anterior, como Nicolas Lancret y Antoine Watteau.[28]En su revisión del Salón de 1753, por ejemplo, el Mercure de France señaló que "M. Boucher ha seguido deleitándonos con la gracia y el encanto de sus composiciones. . . en las puertas exteriores hechas para Bellevûe.[29]Otros expresaron sentimientos similares: “Sus dos piezas caracterizan mejor la imaginación viva y alegre del autor, llena de ingenio y encanto. Él ha creado un género que es adecuado para él, y estamos obligados a admitir que lo ha logrado admirablemente ”.[30]

Las dos composiciones de Boucher deben haber sido populares, ya que se graban numerosas copias, y la composición de The Love Letter inspiró a una gran cantidad de artistas y decoradores menores, apareciendo como un tapiz ovalado, como decoración en cajas de rapé y en gouaches del hijo de Boucher. ley Pierre Antoine Baudouin (1723-1769).[31]El mismo Boucher, o, más probablemente, sus asistentes de estudio, pintó una versión más vertical, en camaieu rose , supuestamente para los apartamentos de Madame de Pompadour en Versalles.[HIGO. 4].[32] De una manera más profunda, estas pequeñas imágenes despertaron la imaginación del mejor alumno de Boucher, Jean Honoré Fragonard (francés, 1732-1806), que empleó la estrategia del artista más antiguo en un proyecto mucho más ambicioso, pintado para el sucesor de Pompadour como amante real, Madame du Barry (1743-1793): el famoso ciclo Progreso del amor (Nueva York, Colección Frick), en el que nuevamente una serie de episodios amorosos vinculan un grupo de cuadros decorativos.[33]

Este texto fue publicado previamente en Philip Conisbee et al., French Paintings of the Fifth to the XVIII Century , The Collections of the National Gallery of Art Systematic Catalogue (Washington, DC, 2009), 12-18.

Información del museo.

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papelpintadobarcelona · 6 days

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Papel pintado para Cocina y Baño, 52 Ideas Modernas

Personalizar espacios de la casa con papel pintado es una opción infalible que sorprende favorablemente, con tu elección reflejarás un estilo propio, el tuyo, añadiendo dosis creativas en la decoración existente y sumando calidez, más calidad. Así mismo, cuentas con la ventaja de cubrir o prescindir de los azulejos en su totalidad, en caso de reforma parcial o completa. Sin lugar a dudas, se…

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enzoverccia · 4 years

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Re-descubriendo un clásico moderno: Sobre el Color y los muebles en la Ville Savoye

-Enzo Vergara Vaccia, Junio 2020

1. Le Corbusier y el interiorismo

Intro

La Ville Savoye, diseñada por de Le Corbusier en 1929, ha sido una de las obras más importantes y estudiadas del movimiento moderno. Los principios que rigen el diseño de la casa, tendrían un profundo impacto en la arquitectura del S.XX. y aún en gran parte de la arquitectura contemporánea.

Sin embargo, la mayor parte de la difusión de la obra ha estado ampliamente centrada a partir de los 5 elementos más conocidos (los pilotis, la fachada libre, la ventana corrida, el techo jardín y la planta libre (A) y han sido dejados parcialmente al margen los elementos secundarios como los muebles o la propuesta de color, siendo que ambos son fundamentales para entender- junto a los mencionados 5 elementos- al proyecto y al programa de vida moderna propuesto por Le Corbusier.

Se propone un breve estudio sobre la arquitectura interior de la Ville Savoye que busca visualizar y re-descubrir los valores estéticos del color y el amueblamiento como parte integral de la totalidad de la obra y del legado de Le Corbusier.

2. Le Corbusier y el color

La relación entre Le Corbusier y el color proviene fundamentalmente de su oficio por la pintura y de una colección de viajes que realiza por el oriente en 1931. Junto a su amigo artista Amédeé Ozenfant publican “Nature et creation” y el texto “Le Purisme”(B) donde presentarían su “policromía purista” entendiendo la belleza y las leyes de la armonía como resultado de la búsqueda del orden y la claridad formal. La serie de colores fue difundida por la compañía de papeles pintados Salubra la cual le encarga a Le Corbusier la creación de una paleta de colores, cuya primera serie se lanzaría en 1931 y una segunda serie que sería presentada en 1959.

“Le Corbusier no buscó un sistema para clasificar los colores, sino un instrumento que sirviera para limitarlos y para garantizar su correcta combinación. Por lo tanto, las cartas de color se hacen en forma de teclado de piano, en el que las claves son limitadas, pero proporcionan la base de cualquier armonía musical. (2)

La paleta de colores de 1931 y 1959 forman un total de 63 colores derivados de 12 colores principales. La primera serie de colores propone un juego de asociaciones con la naturaleza. Cada “tecla” o “clavier”* está asociada a un concepto de orden natural como “cielo”, “espacio”, “tierra”, “mampostería” y “paisaje”. Cada color cumple un rol perceptual en los espacios, ya sea “tensionar”, “aclarar”, “limitar”, “abrir”, “separar” etc. Es decir, existe una razón específica para cada color según el espacio, la función y la luz. (3)

"Claviers de Couleurs" Salubra, (1931)-Les Coleurs (C)

Salubra Collection" (1959)-Les Coleurs (C)

Paleta de Colores Ville Savoye- elaboración propia.

Los colores azules eran utilizados en las áreas más oscuras de los edificios, y los colores rojos en las que debían ser más iluminadas”. (4)

El uso del color en la Ville Savoye**

Lo más probable es que al imaginar la Ville Savoye, el resultado sea una imagen de un volumen blanco suspendido en medio de un prado verde… Y es cierto, la obra es en gran parte “una caja suspendida en el aire” de color blanco. Sin embargo, al mirar con detención a la casa por el exterior se puede ver un color parecido al verde. El color real es “Vert vif 2”, (Verde vivo 2, R:20,G:124,B:100) y es parte de los 63 colores de la serie de policromía arquitectural propuesta por Le Corbusier.

Y es que no solo es este color. Existe un total de 10 colores usados en toda la casa. De hecho, el color Verde vivo 2 tiene por finalidad aumentar la percepción de “Suspensión en el aire” al volumen que descansa sobre los pilotes. Tanto como la idea de mimetizar al volumen con el paisaje exterior, Le Corbusier propone diversos colores al interior con distintas intenciones. Un ejemplo es el contraste o “tensión” al introducir el color rosa pálido y azul claro sobre dos muros paralelos en el living, que se enfrentan a una cierta distancia:

“Entendemos que como el color rosa es un derivado del rojo, se utiliza en las superficies para limitar espacio y determinar una posición exacta, entre otros. No pretende romper la caja espacial, sino producir tensión y marcar que esa superficie, esa pared existe”. (2)

3. Muebles como arquitectura

Un momento clave en la historia de la obra de Le Corbusier como interiorista es lo que presenta en el Salón de Otoño de 1929 (6). Junto a su primo Pierre Jeanneret y a Charlotte Perriand, proponen “L´Equipement de L´habitation”, una serie de muebles que pretendían ser los elementos esenciales para el equipamiento interior de la vida moderna. La muestra se centró en “La sala” o “living”, “cocina”, “dormitorios y baño”.

En 1925 se abandonaron los últimos vestigios de los muebles del pasado y comenzaron a plantearse elementos combinables, de formas simplificadas, y a pensar que el diseño de muebles planteaba problemas esencialmente arquitectónicos, donde el principio de abstracción visualizaba la función y definía la forma. Se plantearon flujos transversales entre arquitectura y mobiliario, donde éste llegó verdaderamente a hacerse arquitectura(1).

La casa está equipada con gran parte de los muebles presentados en el Salón de Otoño; la serie de sillas LC-1, LC-2, LC-4, LC-8 y las mesas LC6 y LC 10. Cada mueble tiene un propósito específico y se organizan de modo libre a lo largo del living. Para Le Corbusier se trataba de “objetos-tipo” para “funciones tipo”. Cada una de las piezas corresponde a una postura concreta del cuerpo humano.(4)

El resto de la casa tiene otros tres tipos de muebles; Un gran mueble-estante que recorre tres de las cuatro caras interiores de la casa, muebles tipo armarios “isla” que a su vez actúan como separadores de ambiente y mesas en obra de distinto tamaño. El mueble-estante funciona a su vez como repisa y como “marco”, escondiendo a los radiadores y redes de agua en la cocina.

Referencias:

(1) “Le Corbusier y el Salon d’ Automne de París. Arquitectura y representación, 1908-1929”. José Ramón Alonso Pereira

(2) “La importancia del color en la Ville Savoye: Un estudio experimental”. Blanca García Escobar, Tésis de grado. Universitat Politécnica de Valencia, 2016.

(3) The Architectonic Colour: Polychromy in the Purist Architecture of Le Corbusier. JAN De Heer, 2009.

(4) “Los Hechos de la Arquitectura”. Fernando Pérez Oyarzun, Alejandro Aravena, José Quintanilla, 2007.

(5) “Sobre una caracterización “corbuseriana” del mobiliario moderno”. M. Villanueva Fernandez, H. García-Diego Villarías. Le Corbusier 50 yeras later. International Congress, Universidad de Navarra.

(6) El Salón d´Automne es una exposición de arte realizada en París desde principios de S.XX. Le Corbusier tuvo participación en diversas versiones anteriores a la de 1929.

(A) “Les Cinq Points d'une Architecture Nouvelle”, Le Corbusier y Pierre Jeanneret, 1926

(B) “Le Purisme”, Ozenfant y Jeanneret-L´Espirt Nouveau 4, 1921.

(*) “Polycromie Architecturale”. Texto inédito publicado en 1997 (BIRKHÄUSER). Se presentan las dos series de colores "Claviers de Couleurs" (1931) con 43 tonos y la "Salubra Collection" (1959) con 20 tonos y una muestra de los 13 colores base.

(**) Se realiza un estudio sobre los colores pertenecientes a la tercera restauración (1996-1997)

#Estudios #le corbusier #ville savoye

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losdiasencualquierlugar · 5 years

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Lila o rosa

Era el cumpleaños de Clarita Martínez. Había invitado a todas las nenas del curso e iban a hacer un spa day para todas. Esa tarde los varones vieron con envidia cómo las diez chiquitas se bajaban de la camioneta del pool en la casa de Clari. Las recibieron dos animadoras disfrazadas de princesas con trajes comprados afuera en una tienda oficial de Disney. Habían preparado en el jardín varios stands con distintas actividades: esmaltes para las uñas, maquillaje para nenas, aerosoles de colores lavables para el pelo, disfraces y hasta un fondo de castillo para que las mamás les saquen fotos.

Adentro estaba la mesa de comedor para las madres que no trabajaban y tenían ganas de quedarse. La empleada de la casa preparó té y scones, llevaron la cafetera de cápsulas importadas al comedor, y Magda, la dueña de casa, había preparado el budín de limón por el que era famosa. Además de la comida para las chicas.

Clarita Martínez estaba entusiasmada porque además de sus compañeras de grado iba a ir Trini Becco, su mejor amiga que ese año se había cambiado de colegio. Para ellas fue un golpe durísimo separarse: eran amigas desde que tenían memoria. Siempre habían vivido en el mismo barrio cerrado, sus padres eran amigos, jugaban en el mismo club y hubo años que se fueron las dos familias juntas de vacaciones. Pero el año pasado la familia de Trini se mudó a un barrio en el otro ramal de panamericana, que es lo mismo que decir en otro país. Fueron muy estrictos: no las dejaron quedarse a vivir las dos con una de las familias, ni que la mucama de Clari adopte a Trini, ni pudieron escaparse a vivir al colegio como habían planeado. A pesar de que ahora se veían pocas veces en el año, ni siquiera en el club, se seguían adorando.

Trini no fue en el pool sino que la llevó su mamá. Entraron de la mano directamente al jardín, apenas vio a su amiga Trini soltó la mano de la madre y se fue corriendo a abrazarla. La mamá volvió al auto sin pasar por el comedor donde estaba su amiga, ni miró hacia el ventanal donde estaban paradas tres mamás del colegio de Clarita mirándola fijamente.

- Hola Clari! Ya vine! Tomá el regalo. Es un juego de mesa de las princesas.

Trini hablaba mientras su amiga rompía el papel lila y verde.

- A Clarita no le gusta más el lila, ahora le gusta el rosa. -se metió una compañerita.

- Mentira, le gusta el lila porque es el color favorito de las dos.

- Ahora me gusta el rosa también.

- Y ahora me gusta el celeste a mí -retrucó Trini

- No podés, porque el celeste es color de varón! -la amiguita nueva era implacable.

- Mi mamá dice que no hay colores de varones o de mujeres.

- Tu mamá no es más amiga de la mamá de Clarita -Trini se quedó callada. Poco después de la mudanza había escuchado a su madre hablar por teléfono y llorar mucho. La niñera le había dicho que estaba hablando con la mamá de Clari.

- Vengan a pintarse el pelo, hay muchos colores! -intervino una de las animadoras.

En el comedor las madres charlaban y veían cómo jugaban sus hijas. Ya habían hablado de bebés, del trabajo de sus maridos, de las madres que trabajaban, de los viajes que querían hacer y se estaban quedando sin excusas para no mencionar el tema. En eso vieron que las chicas, disfrazadas de princesas, se pusieron a jugar al fútbol. Las animadoras se encogieron de hombros y empezaron a dirigir el partido.

En medio de una jugada, quedaron enfrentadas Trini y la amiguita de los colores. Trabaron la pelota como pudieron con sus piernitas y entre las polleras de los vestidos. Trini tuvo más fuerza y pudo destrabar la pelota, y también aprovechó para pegarle en la canilla.

Salió corriendo una mamá al mismo instante que la chiquita gritó y empezó a llorar. Trini se quedó dura y miró instintivamente a Clarita. Ella también estaba dura y haciendo pucheros. La mamá de Clari dejó la mesa y también salió al jardín, quería llamarle la atención a las animadoras para que cambien de juego. “Te dije que no tenían que jugar con ella” dijo la madre de la golpeada mientras se iba con la chiquita a su auto. Mientras tanto el resto de las mamás había salido a la galería y comentaban por lo bajo, aprovechando que la dueña de casa seguía retando a las animadoras.

- Tampoco da para irse así, re exagerada.

- Sí pero Trini está re violenta, es obvio que percibe que algo pasa.

- Y sí pobre gorda, el cambio de colegio, la distancia con las amigas, encima los padres que hacen como si nada.

- Rarísimo todo.

- Sh, ahí vuelve Magda.

La mamá de Clara volvió con sus amigas, las miró con ojos fulminantes y volvieron a entrar.

Las animadoras sacaron una tela enorme de muchos colores e hicieron a las chicas agarrarla para subirla y bajarla, mientras hacían volar decenas de pelotas también de colores. Con eso se distrajeron de la pelea, pero Trini quedó de un lado del círculo y Clarita del otro. Después con un montón de maquillajes empezaron a pintarles las caras como si fueran distintos animales. Las nenas hicieron una fila con cada animadora, y cada una esperaba su turno. Todo lo tenían que pautar las animadoras con justicia salomónica, porque si no empezaban las peleas. Clarita se pintó de mariposa y fue a la mesa que estaba puesta en el jardín con snacks saludables y de los otros. Las otras nenas iban llegando, Trini fue una de las últimas. Se había pintado de mariposa color lila.

- ¿O no Clari que te gusta este color? -aprovechó que ya no estaba su enemiga.

- Sí, pero también me gusta el rosa. Me pueden gustar muchos colores.

- El mío favorito sigue siendo el lila. Y también me gusta el celeste, y el verde, y el rosa un poco.

- El rosa es el favorito de mi mamá. -intervino una de las chicas.

- A la mamá de Trini le gusta el azul -dijo otra, y varias se rieron. Clarita miró a Trini y dijo:

- ¿Y qué? No hay colores de nena o de varón.

Adentro las mamás estaban en un silencio incómodo. Cada tanto alguna hacía un comentario genérico del tipo qué caro está todo o qué ricos están los scones. Magda había ido al baño un par de veces, siempre volviendo con los ojos llorosos. Una de las amigas preguntó si estaba segura de que no quería contarles qué le pasaba. Todas se morían de ganas de charlar sobre el tema.

- No chicas, en serio. Fue el verano pasado y no me volvió a hablar del tema. Ni de nada bah, no nos vimos nunca más. Dejaron el club, se mudaron, hasta cambiaron a Trini de colegio. Y el marido ni mu, ni sé si está enterado del todo. Le quise explicar a ella de mil maneras que no me importaba y que el vínculo de amistad para mí no se rompió, pero no hubo caso.

- Hoy ni te saludó.

- Vino solo por Trini y Clarita, no quiere que las chiquitas paguen sus culpas -dijo una tercera mamá.

Magda se fastidió y dijo: cambiemos de tema.

Al rato pincharon la piñata y cantaron el feliz cumpleaños. La torta estaba decorada de rosa. Las invitadas empezaron a irse con sus mamás, las que se habían quedado a tomar el té y las que fueron al final. En la calle estaba el auto de la mamá de Trini, que no se bajó pero miraba cómo se despedían todas. No pudo mirar a Magda, apenas cruzaron una mirada y desvió la vista para otro lado. Clarita repartía bolsitas con souvenirs y caramelos, abrazó muy fuerte a Trini cuando le dio la de ella. La mamá de Trini sonrió. Vio que Magda también abrazaba a su hija y le decía algo al oído. Por fin la soltó y Trini fue para el auto.

- Gorda que te dijo Magda recién?

Trini se quedó callada mirando por la ventanilla mientras pasaban por su vieja casa.

- Mirá mamá, pintaron nuestra casa.

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hopejacksonworld · 5 years

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Varadero

Varadero es el mayor complejo turístico de Cuba que millones de turistas visitan una y otra vez. Se trata de un fantástico destino caribeño para pasar unas vacaciones inolvidables asegurando plena diversión con su mágico ambiente cubano y la tranquilidad en sus playas de ensueño. Considerado el balneario más famoso de Cuba, sin lugar a dudas con las mejores playas del Caribe y del mundo, el turismo es el principal sector económico en la playa de Varadero con extensa opción de alojamiento en hoteles todo incluido.

Varadero está ubicado en la Península de Hicacos, en la provincia de Matanzas (35km desde Matanzas) y a una distancia de 140 km de La Habana en un trayecto de 2 horas por autopista. Este destino turístico cubano también dispone de un confortable aeropuerto internacional que recibe numerosos vuelos directos desde Europa y norte de América, sin embargo no todas las ciudades cubanas tienen comunicación aérea con Varadero.

El medio más económico por carretera para llegar a las playas de Varadero desde Habana es el bus Viazul, cuyo precio es de 10 CUC por persona y trayecto. Otra opción de viaje a Varadero desde la Habana es viajar en taxi público o privado cuyo valor oscila entre los 70 y 90 CUC, aunque el precio suele ser negociable. Una manera divertida de moverse en Varadero es tomar un taxi Coco. Se trata de motocicletas en forma de coco pintados de un color amarillo. Otra alternativa económica es recorrer la ciudad en el Varadero Bus Tour por 5 CUC.

El complejo hotelero en Varadero lo componen más de 50 cadenas hoteleras cubanas y extranjeras, en su mayoría de 4 y 5 estrellas. Dotados de toda la infraestructura e instalaciones necesarias para brindar al turista un paquete “todo incluido”. Los hoteles en Varadero suelen ofrecer todo tipo de entretenimiento, espectáculos, deporte, actividades y diversión. Al mismo tiempo Varadero cuenta con una gran oferta de restaurantes, bares, tiendas, núcleos comerciales, centros nocturnos, bancos y casas de cambio.

Las exigencias de los viajeros han ido cambiando a lo largo de estos años y los hoteles en Varadero continúan creciendo a un ritmo acelerado. La alta demanda de los turistas veraneando en esta linda playa cubana ha originado un impulso al renaciente hospedaje en Varadero de casas particulares autorizadas, normalmente familias que alquilan habitaciones dentro de su inmueble, lo que ha contribuido a que cada vez más casas privadas renten a turistas, lo que a su vez ha incrementado la capacidad y opción de alojamiento en Varadero. No sólo influye el factor económico al ser este tipo de hospedaje bastante más económico, también la búsqueda del contacto directo con los cubanos, conocer su estilo de vida, su cultura y sus costumbres. En definitiva, nuevas experiencias que valen la pena vivir durante unas vacaciones en el Caribe.

De los más de 30 kilómetros de extensión con un paisaje marino caracterizado por su rica diversidad, 22 kilómetros lo son de fina arena blanca, aguas cristalinas, playas vírgenes y un clima tropical cálido de agradables brisas marinas con una temperatura constante del agua que ronda los 25 grados. Si bien, cualquier época del año para ir a Varadero es apropiada, el mes en que celebran sus festejos es diciembre, cuando la playa de Varadero, paraíso del ritmo tropical y el mambo festeja con espectáculos nocturnos en los reconocidos cabarets La Tropicana y Cueva de Pirata, Mambo Club, discoteca La Bamba, Bar Mirador, Casa de la Música y Bar Benny.

Para los amantes de los deportes náuticos y acuáticos, la oferta en Varadero es muy variada ya que es puerto libre con tres marinas internacionales y posee condiciones para pesca, buceo, snorkel, natación y vela. Varadero cuenta con aproximadamente 20 zonas de aguas limpias y tansparentes para practicar el submarinismo en una barrera con variados tipos de corales y peces de colores. Se imparten cursos reconocidos internacionalmente para principiantes y también para profesionales.

En sus inmediaciones se encuentra el único parque submarino de la isla cubana, Cayo Piedras del Norte. Las zonas más recomendadas para practicar buceo y snorkel en las playas de Varadero son: •Cueva de Saturno •Playa Coral •Las mandarinas

Para quien busca aventura y deportes al aire libre, Playa Azul o Varadero está bien equipado y es un gran destino para familias con niños ofreciendo desde un delfinario con baño incluído, paracaidismo, campo de golf, paseos a caballo, ciclismo, tenis, bote con pedales o paseos en tren y camello.

Si por algo se caracteriza Cuba es por su ron, habanos y café y en Varadero lo encontrarás todo al alcance. Una visita obligatoria es ir a la Casa del Ron de Varadero para saborear y conocer lo más emblemático de la isla. También merece la pena ir a la Casa del Habano para degustar y adquirir la variada oferta de puros cubanos. Una visita cultural la encuentras en el edificio Ediciones Vigía, una casa editorial única en el mundo que realiza libros con materiales rústicos, papeles desechables y elementos naturales. Otra visita entretenida es pasear por la feria Los Cayenes. Se trata de pequeños puestos en la feria artesanal de Varadero donde podrás adquirir recuerdos tradicionales.

Otras actividades turísticas y excursiones desde Varaderorelacionadas con el ecoturismo incluyen paseo a caballo o coche-caballo, rutas en bicicleta y cabalgatas arqueológicas. Si desea alguna caminata por senderos a través de una rica vegetación observando la colorida variedad de aves exóticas, puede realizarlas en la Reserva Ecológica Varahiacos.

Las excursiones locales que brinda Varadero:

Baños con Delfines

Safari Cayo Blanco

Aventura en Barco/Bote

Rio Canimar

Excursión Guama Vapor y Azúcar

Cueva de los Musulmanes o la Cueva Ambrosio

Otras actividades turísticas de interés en Varadero:

Parque Marino Cayo Piedras del Norte

Parque Natural Varahicacos

Cueva de Saturo

Museo Nacional de Historia

Parque Josone

La Mansión Xanadu

Para llevarte lo mejor de Cuba nada mejor que un viaje combinado Habana y Varadero con destino a Cienfuegos. Una alternativa para disfrutar de unas vacaciones ciudad-playa-historia-cultura totalmente completo.

En el lugar en que @wizard-fredweasleyii y yo estamos de vacaciones

#SHPF #Rizos Varadero #Cuba #Caribe #Fotos #Vacaciones

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zinecalzon · 5 years

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Casero

El sol quema como nunca los callejones empedrados y empinados. Dijo que era el número treinta y cuatro. No se ve por ningún lado. Casas de colores vivos como muestrario de pinturas. Paredes corrugadas y cuarteadas. Sarro causado por los veranos húmedos del Bajío y esas lluvias torrenciales que se filtran desde las losas rojas y agrietadas y desgastan la roca caliza de los muros para dibujar ríos blancos salinos: las venas de un edificio. Subir y bajar callejones. Por aquí no es. Por aquí tampoco. Las montañas áridas comienzan a ponerse anaranjadas a medida que la luz de la tarde se torna cálida. Parece que es aquí. Parece que sí.

Unos listones de colores cuelgan de la ventana que va de suelo a techo en esa casa de piedra del siglo diecisiete. A la izquierda, la entrada. La puerta es de metal pintado con esmalte negro y el vidrio tiene relieves en forma de estrellas para evitar que los mirones de la calle husmeen. La puerta está entreabierta. Tú, sentado frente a una computadora, esperas. Barbón. Unos treinta y cuatro años. Buen culo. Desaliñado. Buenos días. Pasa, pasa. Quesque te vas de fin de semana a Querétaro con tu novia. Quesque vuelven el domingo. En la cocina hay un garrafón y todo lo necesario. Hay que prender el calentador [Uf, qué buen paquete tienes.] cada vez que quieran usar la regadera. Ahí hay toallas. [Te volteo, te amarro las manos por detrás y te como el culo apoyado en esa cama resortuda donde me imagino que te la jalas por las noches cuando tu novia no está.] No olviden cerrar ambas chapas cuando salgan. [Esa voz profunda. La tengo medio parada imaginando lo que me dirías con ese vocerrón mientras me metes tu verga oscura y gruesa.] El domingo, si me hacen favor, dejan la llave sobre mi escritorio y cierran simplemente al salir. Disfruten su estancia. [No más de lo que tú disfrutarías un chorro de mi semen en tu boca, lo sé.]

Espero a que el calentador del año de la canica caliente el agua. Bueno, con que salga tibia me doy por bien servido. Después de todo, hace un calor de aquéllos. Me siento sobre la taza, desnudo, y observo el cuarto de baño. Huele a humedad. La puerta de metal, pintada de barniz negro, tiene el mismo vidrio que la de la entrada. Te imagino bañándote por las mañanas. Alguna que otra vez, te la jalarás detrás de esa cortina de plástico y sacarás un chorro de leche con tanta presión que dejarás una mancha en la pared, misma que quitarás escurriendo la esponja contra el muro o echando chorros con tus manos como cuencos desde la regadera. Otras veces, vendrás caminando desnudo desde el cuarto contiguo con la panza pegajosa, sólo para lavarte y limpiarte. Hace tres días que no me vengo. Sólo verte, con ese culo y ese paquete, me dejó con el acelerador puesto.

Mirando el azulejo verde turquesa, me doy cuenta de que hay dos botes de ropa sucia frente a mí. Abro uno con brasieres, tangas y unos vestidos ligeros de algodón. Lo cierro. Abro el otro, lleno de calcetines sucios y olorosos, boxers, camisas de cuadros y una que otra tanga por ahí. Me palpita el pene. Me arden los huevos. Tomo un calzón azul claro. Lo huelo. Huele a detergente. Se ve limpio. Lo doblo y lo pongo de lado. Veamos qué más hay. Un boxer de cuadros con olor a un poco de sudor. Bueh. Qué más. Un calcetín oloroso por aquí, una playera con estampado por allá. Cojo otro calzón azul marino. Miro la parte donde acomodas tu verga, aparentemente hacia la derecha, y veo tres gotas irregulares de semen seco y transparente. Lo pongo en mi nariz. Huele a orina y a sudor. Lo doblo y lo pongo de lado. Tomo unos boxers; huelen a ropa sucia, a una mezcla de pies con sudor y desodorante. Siguiente. Tomo la tercera tanga de la tarde. Calzones azules, otra vez. Pero qué estabas haciendo con estos calzones, cabrón, me pregunto.

Los huelo. Cierro los ojos. Respiro a través de esa tela. Te veo claramente sentado en tu escritorio mirando porno con los calcetines blancos puestos, jalándotela a través del calzón. Tus piernas son peludas y gordas. Hueles a sudor del día. Anduviste por ahí caliente como plancha esperando ansioso el momento de llegar a casa. Clic. Miras, atento, unos senos de silicón moviéndose al ritmo de una cogida violenta de esas del porno genérico de heteros. Te acaricias lentamente la verga. Haces clic en otro video porque ese ya te aburrió. Una chica masturbándose. Miras unos segundos. Lo cierras. Clic. Ésta es una orgía: cuatro mujeres y cuatro hombres. Miras vergas chupar, vaginas comer, pezones, gemidos y jadeos. Hay más verga de la que esperabas, pero no te molesta. Nunca te ha molestado, de hecho. Sólo tú sabes que esa verga penetrando una vagina o un culo es lo que te hace correrte a fin de cuentas. Te calientan unas chichis, pero la verga y los huevos chocando como palmas contra la piel de otro cuerpo es lo que te hace llegar al clímax. Nadie más lo sabe. Por qué habrían de saberlo. En este video hay cuatro vergas, sí. Hay pechos, vulvas, gemidos femeninos; pero sabes lo que te calienta más que todo. Te jalas ese pene pequeño y grueso, oscuro y sin circuncidar con los calzones puestos. Incluso a través de la tela sientes el olor a sudor de tus huevos y a esmegma acumulado durante el día. Sientes el calzón mojarse cada vez más. Sientes la tela contra tu glande y cómo lanza una corriente eléctrica hasta tu próstata aunque no sepas exactamente dónde queda. Te informo que, de hecho, es ahí donde tienes tus orgasmos. La fricción aumenta y los gemidos en esa orgía, también. Un momento, esos dos se la están jalando juntos. Una mujer les lame los huevos, pero ellos se la jalan y gimen juntos. Ves esas tetas y esas vergas inmensas con mucho prepucio (es porno checo o húngaro, seguramente). Sientes cómo esa corriente de tu glande a tu próstata crece, como cuando una bombilla aumenta su incandescencia con el paso de los segundos luego de haber estado apagada todo el día. Arde ese hilo cada vez más. Gemidos masculinos, gemidos femeninos, tus propios gemidos. Jadeas. Tu mano estira y contrae tu verga y, con ella, la tela del calzón. Sólo estás atento a las vergas en este punto. Sientes una punzada en lo más profundo de tu vientre, como un martilleo desde dentro. Te vienes con gemidos, espasmos y escalofríos dentro de tus calzones. Chorrean de semen desbordante desde dentro. Sí, sí, en estos calzones en los que yo me acabo de venir descubriendo lo caliente que eres y lo sediento de verga que estás.

Limpio un poco mi semen de tus trusas con algo de papel, aunque sé que de aquí al domingo, cuando vuelvas, el mío estará seco junto al tuyo y no imaginarás lo que ha pasado. A no ser que tú, escudriñando tu ropa sucia y preguntándote qué hizo tu inquilino de fin de semana con el desmadre de baño que dejaste, tengas un destello de omnisciencia y te pongas la verga dura cuando me veas sentado, desnudo y con el pito duro sobre tu taza de baño esperando, paciente, a que el agua de la regadera se ponga tibia con tus calzones pegados a la nariz.

#cronicas #gay #queer #cronicasdelputerio #zinecalzon #guanajuato #mexico

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shesjustyoursoulmate-blog · 6 years

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Por Trece Razones AU

Rated: Fiction M - Angst/Hurt/Comfort

Cinta 1, Lado A

¿Quién está listo para jugar?

Calles parisinas, 3:10 pm. Dos semanas después

Después de un agotador día, Adrien ya regresaba a su hogar en su limosina. Cansado, se estiró y recordó lo que había sucedido en el día.

En la clase de Cívica, habían vuelto a hablar del suicidio. Ya habían pasado dos semanas desde la muerte de Marinette, y aunque el colegio intentaba evitar alguna situación parecida, a los alumnos no les podía importar menos. El locker de Marinette estaba lleno de basura, de mensajes insultantes, y de fotos nada bonitas. Aunque el personal de limpieza del colegio lo limpiaba cada día, ese locker seguía terriblemente sucio.

Al bajar de la limosina, Adrien se dio cuenta que había algo esperándolo en la puerta de la mansión. Un paquete del tamaño de una caja de zapatos lo esperaba. Alguien había garabateado el nombre Adrien Agreste a toda prisa sobre la envolutra, así que él lo levantó y lo llevó dentro.

—Nathalie, abriré esto en mi cuarto.

Lo llevó a su habitación y lo apoyó sobre su escritorio. Sacó un par de tijeras, deslizó la hoja de la tijera alrededor del paquete y levantó la tapa. Dentro de la caja de zapatos había un tubo enrollado, envuelto en plástico de burbujas. Lo desenrolló, y descubrió siete cintas de audio sueltas.

Cada una tenía un número pintado con rojo, con lo que parecía esmalte de uñas.

Adrien se sintió confundido. Ya nadie usaba cintas de casete. ¿Cómo podría reproducirlas?

Recordó un pequeño almacén que había en la mansión, llena de cosas antiguas. Había visto ahí un radiocasete.

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Al volver, Adrien dejó caer su mochila al suelo, se sentó en su cama y agarró el radiocasete con sus dos manos. Oprimió el botón Eject, y la tapa de plástico se abrió lentamente, y el chico deslizó la primera cinta dentro.

Puso Play.

—Hola, chicos. Es Marinette. Marinette Dupain-Cheng. Es verdad. No ajusten su… cualquier dispositivo que estén usando para reproducir esto. Soy yo, en vivo y en estéreo. No habrán segundas presentaciones. Ni bises. Y esta vez, sí que ninguna solicitud. Agarren un snack, siéntense cómodos, porque estoy a punto de contarles la historia de mi vida. Más concretamente, por qué acabo mi vida. Y si estás escuchando estas cintas, tú eres uno de los motivos.

Adrien paró el dispositivo.

¿Marinette había grabado cintas de casete antes de morir? Qué dramática, pensó. Ella misma se lo buscó.

Le volvió a poner play.

—No te diré cuál cinta te involucra en la historia. Pero no temas, si has recibido esta hermosa cajita, tarde o temprano, tu nombre aparecerá. Lo prometo. Las reglas son muy simples…

—¡Adrien! — exclamó su padre.

Adrien, alterado, paró la grabación.

—¿Sí, padre?

—No olvides de tu sesión de modelaje mañana.

—Sí, padre.

—¿Qué haces?

—Yo… nada, nada, es para un trabajo de historia. Muy aburrido.

—Ah…— exclamó Gabriel, y se retiró.

Adrien respiró hondo, y activó el radiocasete de nuevo.

—Solo hay dos. Número uno: Escuchas. Número dos: Pasas las cintas al siguiente de la lista. Con suerte, ninguna de las dos reglas te será fáciles de seguir. Se supone que no debe ser fácil, en ese caso les hubiera enviado un MP3. Cuando terminen de escuchar los trece lados, porque siempre hay trece lados de cada historia, rebobina las cintas, vuelve a ponerlas en la caja, y pásaselo al siguiente. Oh, la caja debería incluir un mapa. Mencionaré varios lugares de la ciudad. No puedo obligarlos a ir, pero es si quieren. O pueden botarlo, y nunca lo sabré, ¿verdad?

Adrien le echó un vistazo a la caja. No había ningún mapa. Seguramente los primeros en escuchar las cintas lo botaron, cosa que no le sorprendió, ya que todos odiaban a Marinette.

—A quién le miento. Es obvio que lo primero que harán es botar el mapa. Bueno, en caso a que quieras romper las reglas, entiende que yo hice una copia de estas cintas, y se los di a alguien en quien confío, quien, si este paquete no pasa por los trece de ustedes, hará que las copias salgan a la luz de una forma muy pública. Esta decisión no ha sido improvisada. Hagan lo que digo, ni más, ni menos. Te están vigilando.

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15 minutos después

—¡Nino! — gritó Adrien al llegar a su casa.

—Hola.

—¿Me puedes prestar tu Walkman?

—No hay problema.

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Adrien caminaba de vuelta a su casa.

Metió la primera cinta en el Walkman de Nino, y le puso play.

—¿Lista, señorita Rossi?

Lila Rossi. Adrien lo supo al instante. Ella y Marinette habían tenido muchos problemas.

—Lila, querida, yo iba a darte una oportunidad. De veras. Pero lo enemistad entre dos chicas no tiene importancia, ¿o sí? Para mí la tiene. Para encontrarle un introducción a la historia, me remonté hacia ti. Y aquí es donde realmente comienza.

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Hace 9 meses

Marinette llegaba a la escuela apresuradamente, temprano por una vez en su vida. Era el día del concurso de diseño del señor Agreste, y ella no iba a desperdiciar ninguna ocasión de impresionarlo a él y a su hijo.

—¡Uf! Llegué, Alya— exclamó Marinette, mirando a su amiga.

—¿A ver, chica?

Marinette, orgullosamente, sacó un fólder se su maleta, lo abrió, y dejó al descubierto unos diseño bellísimos.

—Em, Marinette…

—¡¿Lo ven?! — gritó Lila. —¡Se ha copiado!

—¿Qué está pasando? — inquirió Marinette.

—Chica, tus diseños son iguales a los de Lila.

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—Sí Lila. Te habías copiado de mis diseños. No sé cómo, pero al verlos, eran exactamente iguales. Y obviamente, mentiste. Como siempre.

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—¡Marinette! ¿Cómo pudiste hacer eso? — gritó Mylène.

—¡Eso está mal! — exclamó Max.

—No creía que eras así, Marinette— dijo Alya.

—Marinette, creo que debemos discutir esto en un lugar más privado— dijo Lila con falsa modestia.

Marinette la miró con recelo.

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—Me llevaste a otro lado, y me despreciaste. Me hiciste sentir tan mal, Lila, y luego hiciste que perdiera a mis amigos. Lo que llevó a los sucesos de ese día.

Adrien sintió un escalofrío al recordar ese día.

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—Marinette, en verdad eres un chiste. ¿Crees que esos diseños son buenos, en verdad? Eres patética, y siempre serás una nadie. Nadie te reconocerá como diseñadora. Nadie querrá estar contigo. Ni Alya. Ni Adrien.

Le arrancó los papeles de la mano.

—En realidad, Marinette, tus dibujos parecen de una niñita de 5 años. ¿A eso le llamas talento? Me podría poner una bolsa de basura y me vería mejor que con esos diseños.

Rompió las hojas en pedazos, para el asombro de Marinette.

—Esto se merece estar en la basura.

Lo tiró, haciendo que caigan en un charco de agua y se mojaran completamente.

—Mira, Marinette así se ve mejor.

Se fue Lila, bien erguida, dejando a una Marinette desconsolada que se tragaba las lágrimas.

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—Y luego volviste, y mentiste de nuevo. Yo nunca, y digo nunca, le hice bullying ni daño alguno a Lila. Saben qué, sé que hay muchas versiones sobre eso. No sé cuál es la más famosa. Pero sí se cuál es la menos famosa.

La verdad.

Ahora bien, la verdad es la que no olvidarás.

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—¡Marinette! No puedo creerlo— dijo sollozando Lila al volver con el resto.

—Li, ¿qué pasó? — preguntó Rose.

—Marinette admitió copiar mis diseños. Me ha insultado, ¡me ha dicho que nunca ganaré!

—Oh, Lila, tranquila— dijo Kim.

Marinette volvió, y todos le lanzaron una mirada asesina.

—¿Ya te cansaste de hacer daño? — le preguntó Kim.

—No. Nunca se cansará. Por eso te digo, Marinette: eres una de las peores personas que conozco. Te aprovechas de las personas, mientes, te haces la inocente. Pero ya no más. Nadie va a soportar tus abusos.

Marinette estaba llorando, y todos los presentes la miraban con desprecio.

—Y algo más. Nunca tendrás el amor de Adrien. Adrien es un chico con un corazón de oro, y nunca soportaría a alguien con un corazón tan vil como tú. Te quedarás sin amigos. ¡Solo están contigo porque te tienen pena! Acéptalo, Marinette. Todos te detestan.

Marinette se fue al baño corriendo.

Y Alya ni siquiera había negado las palabras de Lila.

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—Me atacaste en mis puntos más débiles. Mi pasión. Mi mejor amiga. Y mi amor platónico. Por cierto, ¡hola, Alya! ¡hola, Adrien!

Adrien sintió un escalofrío cuando la chica pronunció su nombre.

—Y bueno, creo que todos saben lo que pasó.

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—¡¡AKUMA!!

Una adolescente que portaba un yoyó se paseaba por los techos parisinos. Tenía un traje negro con puntos rojos. Continuó saltando por la ciudad hasta llegar a su colegio.

—Hola. No me he cansado de hacer daño todavía…— escupió Miss Desgracia

—¡¿Marinette?!

—No. Soy Miss Desgracia ahora. Y todos ustedes pagarán.

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—Francamente, solo recuerdo de fragmentos de lo que sucedió. Caos, personas llorando, otras gritando, otras asesinándome con la mirada. Chat Noir llorando. Y todo el salón dándome la espalda.

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—Marinette, ¡para! — sollozó Alya. —No te preocupes, solo aguanta, Mari. Ladybug vendrá para salvarte.

—¿Conque Ladybug? — Marinette rio cruelmente. —Ladybug no vendrá, Alya. Ni ahora, ni nunca jamás.

Les dio la espalda a sus compañeros.

—Ladybug está muerta.

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—Lo único que recuerdo al levantarme del trance del akuma, que ví a Chat Noir llorando.

Lo llamé.

Él me miró con infinita tristeza y se fue.

Volteé a ver a la clase, y muchos lloraban, unos de tristeza, otros de rabia.

Desde ese día me llamaron asesina. Insensible. Malvada. Débil. Y una sarta de insultos. Me decían que me perdiera, que no vuelva, que me matara.

Bueno, en algo les hice caso. ¿Felices?

Luego recuerdo que tú, Lila, te acercaste y me diste un bofetón. Porque había matado a tu supuesta mejor amiga, Ladybug.

Yo sé que no es así.

Tú la odiabas.

Y pues, ¿cómo sé? Se enterarán luego.

Pasados unos días, sentía el desprecio de todos. Bromas. Pintadas. Burlas. Insultos. Papeles.

Ya sé. Ya sé lo que están pensando. Mientras contaba a historia, yo también pensaba lo mismo. ¿Una akumatización? Por más impactante que haya sido, ¿una akumatización hizo que te hicieras esto a ti misma?

No. Una akumatización arruinó mi reputación. Pronto, causó una cadena de efectos que arruinaron mi vida. A veces, una akumatización tiene un efecto bola de nieve.

Una akumatización causada por ti, Lila, es solo el comienzo.

Y esta vez, Lila, la asesina eres tú. Y todos los que estén escuchando esto.

¿Ahora se sienten tan bien al llamarme asesina? Se siente feo, ¿verdad?

Sí. Pero peor fue lo que me hicieron, lo que destruyó la poca autoestima que he tenido.

Voltea la cinta para seguir escuchando.

Adrien extendió la mano, listo para detener el casete.

—Y, Lila, cariño, no te vayas. No vas a poder la parte en la que vuelve a aparecer tu nombre.

Adrien mantuvo su dedo sobre el botón, escuchando el suave zumbido de los parlantes, el débil chirrido de los cabezales que enrollan la cinta, esperando a que Marinette continúe.

Pero ella no vuelve.

La primera cinta ha terminado.

#miraculousladybug #miraculous ladybug fanfic #TheMiracuWorkshop #Por Trece Razones AU

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cartascontintaroja · 6 years

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De la muerte al olvido: Un viejo llamado Lucio.

PARTE I

Tic-toc, tic-toc…

Dicen que las tres de la mañana es la hora del vacío, del silencio total, la hora muerta. Yo sólo sé que sufro de insomnio y es hora de mi merienda.

Hola extraño me llamo Lucio, un viejo que vive solo desde hace muchos años. Soy histérico, amargado y quizás algo obsesivo-compulsivo. Colecciono discos de blues, fotografías en blanco y negro de gente desconocida y piedras de río.

Sé que no soy nada interesante, es mas ni si quiera sé por qué estoy hablando con una estúpida hoja de papel, pero es cierto; la soledad mata.

¿Sabes? Hay veces que la mente juega contigo, te hace alucinar y te vuela la cabeza, algo así como lo que me pasó la semana pasada.

Siempre me levanto a las ocho de la mañana, duermo muy poco en realidad, de tres a cuatro horas diarias pero ya a mi edad ¿eso qué importa? Como sea, el miércoles pasado todo parecía normal: los malditos pájaros cantando afuera de mi ventana, el camión de lácteos que pasa siempre ese día, la música asquerosa de mi joven vecino y por último los dos gatos callejeros a los que les doy algo de comer y que sólo se aparecen cada semana arañando a mi puerta, todo era como de costumbre esa mañana de miércoles.

Bajé las escaleras, prendí la cafetera, me preparé unos huevos estrellados, encendí el televisor (canal de historia) -últimamente pasan pura porquería por cierto- y tomé asiento en mi sofá favorito. Qué vida tan monótona y aburrida ¿no? Ya sé, no me lo tienes que recordar.

De repente sentí muchos escalofríos –carajo ahora qué enfermedad tengo -pensé- entonces la tierra comenzó a crujir, todo se movía. Mis cuadros cayeron al piso, mis queridos vinilos se desplazaron del esquinero, mi vieja guitarra acústica se movió de su sitio, la vajilla de la cocina toda hecha trizas, la señal de cable no servía, ¿Qué mierda está pasando? Rápidamente dejé mi desayuno de lado junto a mi taza de café y cuando mi cuerpo desgastado al fin se pudo levantar el temblor se detuvo, sin embargo los escalofríos siguieron allí.

Salí de mi casa para averiguar que todo estuviera bien, en seguida los espasmos se detuvieron – que raro, pensé - . Todo parecía en calma en la calle, nadie afuera, todo parecía normal. ¿Acaso fue otra alucinación por culpa de mis medicamentos y la soledad? Fui caminando hacia la casa de alado y toqué la puerta de Ignacio – mi molesto y joven vecino.

¿Puedo ayudarlo Señor Lucio? Tengo que irme a trabajar en diez minutos.

Hola Ignacio –dije casi exaltado, ¿Se encuentra bien? Es que creo haber sentido un…

Descuide Lucio, estoy bien ¿pasa algo?

Ah…no, olvídelo. Es que a veces tengo ataques de ansiedad y sólo salí a tomar un poco de aire

Hmmm… bueno, ¿quiere ir al hospital?

No, no descuide…perdón por molestarlo; buen día, hasta luego.

Me marché de su acera y el despistado muchacho cerró la puerta, seguro ahora piensa que aparte de gruñón también soy un viejo loco, pero bueno. En mi interior sabía que yo había sentido ese temblor –digo- sé que estoy un poco desquiciado pero ¡yo no tire mi vajilla al piso y mucho menos la hice trizas! Volví a mi casa, todo parecía haber vuelto a la normalidad

–obviamente mis cuadros, mis vinilos, mi guitarra y la vajilla seguían en el piso- pero la señal de cable había vuelto y los escalofríos ya no aparecieron.

Esa mañana me dediqué a recoger mi vajilla, la cual acabó en la basura. Puse de nuevo mis polvosos cuadros en la pared, mis queridos discos los volví a acomodar, y mi guitarra regresó al sitio de siempre. El día transcurrió normalmente, y pensé que quizás, solamente quizás mi vecino no había sentido el temblor ¡ya sabes cómo son esos jóvenes ejecutivos! Sólo faltaba una pieza del rompecabezas ¿por qué no mencionaron nada del temblor en las noticias vespertinas? Siempre mencionan cualquier sismo, por más leve que sea y el que yo sentí fue muy fuerte, creo que nunca había experimentado algo así.

Posteriormente no quise tomarle mucha importancia a eso y decidí continuar con mi rutina. Dieron las seis de la tarde (hora de mi baño) subí a mi alcoba y me quedé perplejo por unos segundos, no podía creer lo que mis ojos veían.

No sé cómo explicarlo para que lo entiendas, un hoyo, un gran hoyo negro en medio de mi habitación, un hoyo que parecía sin fondo, ruidos ensordecedores se escuchaban, gritos de angustia y desesperación a lo lejos, y una energía invisible que te atraía hacia aquel lúgubre agujero en mi alcoba. Enormes serpientes negras con ojos de fuego salían de ese hoyo, se me quedaban viendo fijamente, me hipnotizaban. Después de un tiempo desaparecieron –no puedo decir si fueron minutos u horas, para mí fue una eternidad- y el hueco sin fondo se cerró por completo dejando atrás unos dibujos extraños pintados en el piso de mi recamara. Yo seguía pasmado, tomé asiento y esperé a que mi corazón se tranquilizará, en verdad creía que ya estaba loco aunque aquellos dibujos –o símbolos- me recordaban que todo había sido cierto.

Tengo que confesarte algo, hace mucho tiempo cuando no tenía arrugas, cuando yo era otro, cuando mi cabello era largo y negro, cuando no era un viejo amargado y olvidado, hace muchos años –quizás cincuenta y tantos- estudiaba egiptología por mi cuenta, una cosa llevo a otra; llegó un momento en el que me encontraba practicando alquimia, necromancia, leyendo libros de demonología e invocando energías perdidas.

Ahora me he dado cuenta que ellos volvieron a mí, ellos están aquí, mis demonios, los antiguos, con los que uno juega de niño. Ellos volvieron y no puedo escapar. Estoy al borde de la locura, entre el aquí y el ahora, entre mi esencia y mi humanidad podrida, si puedo seguir escribiendo esto es que aún tengo un poco de cordura, prometo no dejar ningún detalle atrás.

Tres de la mañana, bienvenida una vez más.

PARTE II

Probablemente querido lector no logras entender una sola palabra de esto y francamente está bien, no espero que nadie me entienda, no planeo que le encuentres lógica alguna –lógica humana- sé que dentro de mis más profundos miedos necesito dejar un recuerdo de mí ser que al final es lo único que queda, así que continuaré.

Me acuerdo cómo comenzó todo, visitas rutinarias a la biblioteca de la escuela, autores recomendados por mi profesor de historia, libro tras libro, lectura tras lectura, no llenaban mi alma, yo siempre quería más. De alguna u otra forma la oscuridad me llamaba, los autores malditos –mis preferidos- se me llegaron a hacer monótonos. Sólo era un adolescente con muchas preguntas en mi cabeza, pensaba que todo eso era normal sin embargo nada me satisfacía.

Recuerdo mi primer encuentro con los antiguos, uno de ellos de nombre desconocido, la verdad aún no he llegado a descifrar quién es. Yo tenía alrededor de dieciséis años, estaba solo caminando por el bosque en un rojizo y frío atardecer, era otoño; lo recuerdo bien porque aun puedo escuchar el ruido de las hojas con cada paso que daba. Entonces de un momento a otro el tiempo se detuvo.

Finalmente apareció y con los ojos llenos de fuego pintó el retrato del que tiene muchos nombres, la serpiente asciende. Todo a mí alrededor daba vueltas, era borroso y había una sensación de flotar en el aire ¿miedo? No, no sentí miedo, más bien euforia. Se escuchaban melodías estridentes, una especie de tambores entonando sinfonías que te arrancaban el corazón, siluetas de mujeres aparecieron y comenzaron a danzar alrededor del retrato verde, las sustancias prohibidas me arrastraron hacia el otro lado, la serpiente desciende. Esa fue mi primera experiencia, después de eso supe que me habían elegido –o al menos eso me gustaba pensar- no le conté a nadie; es mas todo esto es como mi libro de confesiones porque es la primera vez que hablo sobre ellos, sobre mi vida.

Varios años me siguieron visitando, aparecían en los momentos más inesperados, pero hubo un día que me cansé de ello, no podía seguir viviendo así. Comencé mi búsqueda, tenía que detener esto, debía de haber alguna forma. Me hundí en todas las bibliotecas de mi ciudad sin ninguna suerte, incluso visitaba las ciudades más cercanas buscando alguna respuesta, en algún libro o con alguna persona que pudiera darme la pista que necesitaba. Pasando algún tiempo y con mi ser desesperado y frustrado conocí a un buen amigo ahora fallecido llamado Román, mi viejo profesor de historia me dio su contacto –quizás él te puede ayudar con tu “situación” pero no estoy seguro, no lo he visto en muchos años- dijo.

Traté de contactar a Román, llamé al número que me dio mi profesor y hasta le escribí cartas explicándole quién era y contándole brevemente un poco de lo que me sucedía pero seguía sin recibir respuesta. Pasaron unas cuantas semanas y ya no podía esperar. Una luna roja se aproximaba, algo dentro de mí me decía que podía pasarme algo aun peor que las apariciones anteriores.

Encontré la dirección de Román en el directorio telefónico, tomé un autobús desde mi ciudad natal y me tomó unas tres horas llegar hasta ahí. Después de preguntar por la dirección a cada gente que me encontraba y de caminar desde la estación hasta su vecindario yo estaba agotado, sólo rogaba poder encontrarle en casa.

Finalmente llegué a la calle que buscaba, observé algunas casas de piedra bastante viejas que combinaban a la perfección con el piso también empedrado. Todo tenía una vibra de transportarte en el tiempo, seguí caminando tratando de encontrar el número trece, después de unos diez minutos encontré la casa. Lucía bastante descuidada, el césped sin podar por meses, dos grandes árboles de roble en la entrada, una pequeña fuente vacía y llena de hierva alado de la reja, todo con su encanto particular. Abrí la pequeña verja y me dirigí a la puerta principal. Parecía muy vieja y era de madera, incluso me atrevo a decir que en algún momento fue de color carmín o al menos eso dejaba ver. Toqué varias veces sin tener suerte, así que decidí dar la vuelta y tocar la puerta trasera.

De nuevo no tuve suerte, entonces volví a la entrada y no me quedo de otra que esperar. Pasaron pocas horas cuando Román apareció con dos grandes bolsas de supermercado.

PARTE III

Sentí un alivio al verlo finalmente, y era tal y cómo me lo imaginaba. Estatura media, ya casi calvo y los pocos cabellos que le quedaban eran todos blancos, tenía casi setenta años, tez morena, ojos grandes con unas cejas casi juntas y unos labios pequeños. Vestía una chaqueta negra con un pantalón beige y unos peculiares zapatos negros.

– Bueno y tú ¿quién eres y qué haces en mi acera? – con un tono un tanto mordaz.

Hola, me presento, soy Lucio le he estado tratando de…

- ¡Ahh! eres ese molesto chico que no deja de acosarme, bueno qué haces ahí parado ayúdame y entremos que hace un poco de frío.

Le ayudé a cargar las pesadas bolsas llenas alimentos, abrió la puerta y nos dirigimos directamente a la cocina.

–Puedes poner todo eso sobre la mesa, y lo demás ayúdame a acomodarlo en el refrigerador, me haré cargo del resto después, me indicó.

Asentí con la cabeza e hice lo que me dijo. Posteriormente me comentó que esperara en el salón mientras él se duchaba, y que podía tomar lo que quisiera de la cocina por si tenía hambre. Mientras me quedaba solo observé a mí alrededor, ¡era una locura! Tenía libros por doquier, unos se veían tan viejos que hasta daba miedo tocarlos – no vaya a ser que se desquebrajaran – pensé. Recorrí toda la planta baja de la casa, no era demasiado grande pero tenía el tamaño adecuado para él, que al parecer vivía solo. El lugar estaba un poco desaliñado y olía a humedad, sin embargo era acogedor y la luz del atardecer entraba directamente desde la anticuada y gruesa ventana de cristal.

Media hora después Román regresó, se había puesto ropa limpia que parecía bastante cómoda, y se le veía relajado.

– Ok niño, ahora si dime ¿qué tanto quieres? Exclamó el anciano.

- Bueno, yo…me dijo el profesor César que usted me puede ayudar. Le traté de llamar y le escribí cartas pero nunca me respondió, y me tomé la molestia de venir hasta acá, de verdad necesito su ayuda – Se lo dije con un tono de clara desesperación.

– ¡Ay! ese César tan molesto. Sí leí tus cartas y bueno mi teléfono rara vez suena pero nunca contesto, ni sé para que lo tengo. Mira hijo…yo ya no puedo ayudarte, cualquier cosa que tengas, yo no puedo meterme en eso.

Mi cara cambió completamente, estaba un poco decepcionado pero no podía aceptar esa respuesta.

– Por favor, se lo ruego, sólo aconséjeme qué tengo que hacer, voy a explicarle cómo comenzó, y todo lo que me ha pasado y he sentido desde entonces - Le dije.

Román alzó su mirada y notó la angustia en mi rostro.

– Te voy a escuchar atentamente y aun así no te prometo nada.

Empecé a explicarle cada detalle y cuando acabé de contar mi anécdota él estaba pasmado y se le notaba algo temeroso, pensé que me iba a correr de ahí en ese instante.

– ¡Pero niño! no sabes en lo que te metiste, jugaste demasiado con el fuego, invocaste cosas fuera de tiempo, tan antiguas y a la vez cosas de un futuro que no ha pasado –se movía por todo el salón, moviendo las manos y regañándome- He escuchado historias así, un poco similares a la tuya pero nada se compara a lo que me has dicho, si todo es cierto esto puede costarte miles de vidas. Estas a una línea de la muerte y otras realidades en donde nadie que haya sobrevivido ha podido regresar.

No supe qué contestar, me quedé callado y pasmado por algunos minutos. Román notó esa expresión en mi cara y se ofreció a hacerme un té mientras alineaba mis ideas.

Román fue a la cocina y regresó pasados unos cinco minutos.

– Toma esto, te hará bien. Ahora mira…puedes pasar aquí la noche pero como te dije, tendrás que buscar por otro lado quién pueda ayudarte – me dijo.

Se lo imploro, por favor, usted es mi última esperanza, he tratado por todas partes de parar esto pero ni si quiera encuentro alguna pista – Repliqué.

– Mira Lucio, hace años deje de lado todo eso, por temor a que me pasará justamente lo que estás viviendo. Es normal cuando se es joven dejarse llevar, más aun tratar de encontrar respuestas en donde no las hay, o en donde no podemos comprenderlo. No es que seamos idiotas pero es como tratar de explicarle a una hormiga que la tierra gira alrededor del sol, cuando su realidad se basa en cuidar de su reina ¿Me entiendes? Hay cosas que por nuestra naturaleza humana nunca vamos a entender y si nos acercamos demasiado pasan cosas como lo que estas experimentando.

Sus palabras sólo me dejaron más angustiado de lo que ya estaba, deje el té en la mesilla del salón, me levanté y me puse a dar vueltas alrededor de todo el lugar, como si así por arte de magia todo fuera a terminar.

Gracias Román, gracias por abrirme las puertas de tu hogar, una luna roja se acerca y tengo la sensación que será el principio del fin, no sé qué más pueda pasarme, pero ya me han elegido – le comenté.

- ¿Tú crees que lo peor que pueda pasarte es que tu cuerpo muera y ya?, eso es lo de menos, tu esencia ha sido sellada por la eternidad. Y deja de dar vueltas por todo el salón, mejor toma asiento, ya que al parecer no me queda de otra que tratar de ayudarte. Va a ser una noche larga, prepararé café y tú ve a arriba y vas a bajar un cajón que tengo debajo de mi cama, ahí están varios libros y viejos papiros en los que nos podemos guiar.

Asentí con la cabeza y por un momento tuve una sensación de alivio, subí a su alcoba y muchas cosas pasaban por mi mente. Por lo que sabía, Román había sido profesor de Egiptología por mucho tiempo hasta que por una enfermedad la cual casi termina con su vida tuvo que retirarse, también había vivido en El Cairo algunos años, estuvo presente en importantes excavaciones así como inauguraciones en museos alrededor del mundo donde exponían al Egipto antiguo, él se había convertido en toda una eminencia del siglo XX.

PARTE IV

El olor del café había impregnado toda la habitación. Puse el cajón de madera en el piso, justo en medio del sofá y la mesilla y comencé a sacar algunos de los libros, papiros y anotaciones que estaban dentro.

– No sé si lo que tengo pensado va a funcionar, no sé si vas a tener que entregar esta vida y acabarás vagando por algún universo pero haré todo lo que este en mis manos para evitarlo.

Cuando Román dijo esas palabras sentí un hueco en mi estómago, pero tenía que continuar. Al parecer era el único camino que me quedaba.

El anciano sacó el último libro que había en el cajón, estaba envuelto con varias telas de color blanco y lo puso sobre la mesa de centro.

– Esto, esto es lo que nos va ayudar – exclamó

El antiguo libro que se parecía más a varios papiros entretejidos tenía una cobertura de cuero desgastado y un olor rancio, a viejo. Era algo que nunca hubiera podido encontrar en las bibliotecas locales.

¿Qué es exactamente eso? – pregunté

– Esto es sabiduría antigua, lo encontré en una de las excavaciones en las que estuve presente. Aquí se describen varios rituales y un conocimiento perdido, Esto Lucio, es más antiguo que Egipto. El autor o autores son desconocidos, el escriba nunca puso su nombre, pero mis conclusiones me llevaron a que el reescribió todo esto de viejos jeroglíficos de alguna civilización anterior a Sumeria. Por alguna razón y antes de que la biblioteca de Alejandría fuera incendiada, el escriba lo pudo salvar junto con otros papiros que tengo en este mismo cajón.

Quedé sin palabras, quería comenzar a leer todo, sin importar que mis habilidades en leer egipcio antiguo eran de un amateur. Si de cualquier forma ya estaba condenado quería poder obtener todo ese conocimiento, en aquel entonces era sólo un joven ingenuo y estúpido.

– Sé exactamente lo que estás pensando, pero no Lucio, hoy no estamos aquí para jugar con los dioses, estamos aquí para retarlos.

Román comenzó a leer el antiguo libro, hablaba consigo mismo en voz baja mientras yo sólo observaba, pasaron algunos minutos cuando me dijo que fuéramos al jardín trasero para preparar todo. No sabía lo qué estaba pasando y el hueco en mi estómago se hizo más grande.

– Te vamos a enterrar, vamos a matar tu esencia y tratar de engañar a los antiguos – me indicó.

Pero, ¿cómo, qué quieres decir? ¿Matarme? – le dije en un tono de sorpresa y angustia.

– No literalmente, vamos a aniquilar parte de tu alma, tu espíritu quedará intacto. Te advierto que después no serás el mismo. Y tienes razón, la luna roja no es buena señal. No puedo explicarte exactamente qué puede pasar, pero sé que los portales se abren con tanta fuerza que no hay energía ni plegaria alguna que los pueda detener. Durante el ritual estarás en medio de este universo y de muchos otros, vas a conocer al mismo Cronos y charlarás con el señor fuego, vas a sentir que te elevas y luego caerás en lo más profundo del infierno. Tus demonios de otras vidas te van a devorar y si todo sale como lo he planeado, vas a resucitar al tercer día, previo al anochecer y antes que la luna de sangre salga de su escondite.

Comencé a cavar un hoyo justo alado de sus orquídeas, mientras Román volvía a la cocina a preparar un “mejunje” que contenía sustancias prohibidas, no sabía exactamente cómo eso me iba a ayudar pero yo tenía que confiar en él.

La noche se hacía presente, cada vez más oscura y fría, sólo nos acompañaban algunas velas y la tenue lámpara del patio. Después de media hora Román volvió a supervisar mi trabajo como excavador.

-Muy bien muchacho, sigue cavando un poco más. No tiene que ser tan profundo, sólo lo suficiente para que ellos te arrastren. Lo que te vas a tomar antes del ritual ya casi está listo, tuviste suerte que aun tuviera algo en mi reserva.

Pero ¿Qué es exactamente? – pregunté mientras seguía cavando.

– Es la carne de los Dioses en forma de té, ¡Niño tonto!

Detuve lo que estaba haciendo y me senté en la vieja y oxidada banca de fierro que tenía en el jardín.

-¿La carne de los Dioses? Explícame bien por favor que ya no entiendo nada – le dije con cierta ingenuidad.

– Esto es mortal, y es precisamente lo que queremos lograr. Tiene peyote, salvia divinorum, ayahuasca, ipomoea violácea, khat, varios hongos psilocibios, entre otras sustancias menos agresivas; todo esto en pequeñas y perfectas cantidades, es alquimia pura hijo. Anteriormente yo personalmente he ingerido esto en ayunas, sólo una pequeña cucharada y únicamente en ocasiones especiales por decirlo de alguna forma. Pero hoy, tendrás que beber toda una taza.

El anciano dijo tantos nombres que sólo reconocí uno o dos, las sustancias prohibidas me habían arrastrado anteriormente al lado oscuro del Edén, y ahora estaba ahí, preparándome para ingerir todas ellas en una sola bebida.

Pero Román… ¿estás seguro de lo que estás haciendo? – exclamé

– No, no ha habido alma humana en milenos que se haya atrevido a hacer esto. Obviamente no estoy seguro de lo que vamos a hacer, pero tú me pediste ayuda y ahora vamos a proseguir. Sigue cavando lo que falta, luego ve arriba y toma un baño con agua templada, talla bien todo tu cuerpo y trata de quitar cualquier rastro de olor humano. No tardes mucho que tenemos que apurarnos.

Seguí sus indicaciones sin preguntar más, termine de cavar el hoyo y subí a darme la ducha, no sabía lo que significaba “quitarme el olor humano” pero traté de lavarme todo el sudor y tallar bien toda mi piel. Agarre una bata de baño que tenía colgada en el perchero y volví al jardín.

Román ya me esperaba, sin decir una palabra me dio la taza que contenía “La carne de los Dioses”. Gracias – le dije.

– Ahora bébelo de a poco, en una hora empezará a hacer sus efectos pero antes de que eso pase ya tendrás que estar recostado en tu tumba improvisada – Me indicó.

Comencé a beber el té el cual tenía un sabor sumamente amargo, sin embargo no me pareció completamente desagradable. Observé todo a mí alrededor, los árboles, el cielo, el césped, mi tumba, como si fuera la última vez que viera este mundo. Pasado un momento mí primera misión había concluido, el mejunje se acabó.

Lo he terminado – le dije a mi nuevo amigo.

– Quítate la bata, y recuéstate en el hoyo que cavaste, el ritual comenzará ahora - replicó Román.

Seguí sus indicaciones, me recosté desnudo en mi hogar temporal. La tierra estaba húmeda y fría sin embargo me sentía cómodo, aunque no sé si eran los efectos del té que comenzaban a dar resultados porque tenía una sensación de una profunda relajación.

– Es hora, voy a comenzar a enterrarte y sólo dejar libre la nariz y boca para que puedas respirar; así que cierra los ojos y nos vemos después de que renazcas, buena suerte – Me señaló el viejo.

Le dije adiós a este mundo, estaba literalmente enterrado vivo. La carne de los Dioses empezó a hacer su trabajo, ahí fue cuando todo cambio para siempre.

PARTE V

Entonces lo vi todo, otras realidades, otro mundos, otras dimensiones, otros seres, otros tiempos, otra historia. Comprendí los misterios de nuestra existencia, pude descodificar los textos sagrados, los números me hablaron y tomaron sentido. La muerte, miles de muertes, las vidas, los sueños, lo caótico de la creación.

El Dios del tiempo me tendió su mano, lo había engañado; me confundieron con uno de ellos. Viajamos hasta el final del universo, cruzamos todos los multiversos. Presencié como unos más nacían y otros más se consumían, el ciclo sin fin, la jaula de la creación.

Por un segundo entendí todo, fui un testigo y un intruso. En otro tiempo los Dioses nunca se fueron, en otro mundo Egipto nunca pereció, en otra dimensión las guerras nunca existieron y tu religión es una ilusión. Lo sé ahora, somos las hormigas obreras protegiendo a su reina y nuestra naturaleza humana es una prisión de carne sin memoria.

Sin embargo no los pude burlar del todo, aparecieron ante mis ojos, me habían encontrado. El silencio se volvió ensordecedor y la soledad encontró su refugio en mí. Las alucinaciones comenzaron más fuerte cuando ella, la señora azul me marcó por siempre, me invitó a bailar, corto mi garganta, vi como mi cuerpo enterrado moría, yo estaba en éxtasis, no había marcha atrás. Me bañó en las aguas densas de Apofis, me ahogó para renacer de nuevo, para poder desprenderme de todo y de todos, estaba suspendido, fuera de mí, fuera de todo. Miles de demonios aparecieron, el señor del fuego se rio en mi cara y justo cuando estaba a punto de fundirme con los antiguos un respiro marcó el final de mi viaje.

No pude levantarme ni abrir los ojos hasta pasadas unas horas, yo estuve consiente todo ese tiempo pero mi cuerpo no respondía, estaba agotado.

Mire a mi alrededor, Román no estaba ahí, ya no estaba enterrado sino recostado en medio de un bosque, mis piernas temblaban y todo era confuso.

No tenía idea en dónde estaba, todo parecía extraño, nada era familiar. Desnudo, comencé a caminar sin rumbo fijo, caminé por horas hasta que pude ver un pueblecillo a lo lejos, sentí un pequeño alivio mas aún seguía sin saber en dónde me encontraba. Me detuve a descansar un poco y me senté en una gran roca que vi alado del pavimento, minutos después un carro bastante singular se detuvo justo alado de mí.

PARTE VI

El conductor del peculiar automóvil rojo abrió una de las ventanas oscuras y con un tono bastante amigable comenzó a hablar conmigo.

¡Julián! ¿Dónde has estado todos estos días y dónde está tu ropa? ¡Hombre! La fiesta estuvo buena ¡eh! Tu esposa lleva una semana buscándote, no te habrás ido de borracho una vez más o ¿sí? Súbete, te llevo a casa – dijo el extraño que parecía bastante entusiasmado de haberme encontrado.

Perdón ¿quién es usted? – le dije.

¡Vamos deja de jugar! Soy yo, tu vecino Armando.

No tengo ningún vecino llamado Armando y no tengo idea de lo que me está diciendo. – insistí.

– Vaya que la bebida te ha dejado mal, vamos sube al auto que tu esposa está preocupada – exclamó el amigable hombre.

Sinceramente no sabía que más hacer, irme con ese completo desconocido y subirme a ese extraño auto o seguir vagando desnudo sin rumbo. Segundos pasaron cuando me dije a mi mismo que no tenía nada que perder, esperando que se diera cuenta que no era quién él creía.

De acuerdo, iré contigo pero ya te dije que no tengo idea de lo qué hablas – le comenté.

El hombre llamado Armando abrió la puerta del copiloto y me invitó a subir.

– ¡Pero vamos! abróchate el cinturón – me indicó.

¿El qué, qué cinturón? – le dije.

- ¿Por qué estás tan extraño? Hasta parece que te dio demencia, ¡vamos el cinturón de seguridad! Ya deja de jugar, yo traigo el mío, debes de ponerte el tuyo también antes de que arranque el auto. –

Me señaló una tipo cinta bastante gruesa con un broche para ajustar el supuesto cinturón.

No hice más preguntas e hice lo que me indicó, sin embargo seguía sin poder hilar los recientes acontecimientos. Después de todo hace apenas unas horas me encontraba viajando por lo más profundo del cosmos. Armando comenzó a hablar conmigo, no le paraba la boca, hablaba y hablaba, yo sólo oía lo que estaba diciendo y asentía con la cabeza, pero no le escuchaba.

Así siguió durante todo el camino, mientras yo veía por la ventana sin decir una palabra. Cuando comenzamos a llegar al pueblo seguía sin reconocer nada, todo parecía bastante fuera de tiempo, al menos de mi tiempo. Empecé a hacerme muchas teorías en mi cabeza, me preguntaba si Román se encontraba bien, trataba de descifrar dónde me encontraba en ese momento, estaba muerto o sólo era un mal sueño.

– Bueno llegamos, Carolina estará bastante feliz de verte de vuelta, aunque seguro de un buen regaño no te salvas. Cómo se te ocurre desaparecer así especialmente ahora que está embarazada.

No le hice caso a Armando, sólo le ofrecí una sonrisa incomoda mientras le daba las gracias y bajaba del carro. Me dirigí hacia mi supuesta casa y toque la puerta de madera.

Me abrió una hermosa chica con cabello castaño oscuro hasta los hombros, ojos miel y con piel color canela, estaba en la plenitud de su embarazo porque parecía que en cualquier momento podría explotar.

¡Julián! ¿En dónde te metiste esta vez? Y ¿Por qué estas desnudo? Donde me entere que te fuiste a la ciudad para irte a gastar todo el dinero con prostitutas me las vas a pagar y nunca te dejaré ver a tu hijo. Pero pasa ya, que hueles horrible, tienes que darte un baño con urgencia – Me dijo gritando mientras cerraba la puerta y se movía con cierta torpeza producto del embarazo.

No, no he hecho nada de eso, no sé de qué hablas y no tengo idea cómo acabé aquí – le comenté.

- Ahora resulta que no sabes, siempre has sido un borracho y mujeriego, bien me decía mi madre que no confiará en ti y aquí me tienes de tonta. Exclamó con exasperación la mujer.

No dije una palabra, lo mejor era seguirle el juego y pretender que era ese tal Julián, porque aun no sabía si estaba soñando o me había perdido en otra realidad.

-¿Qué pasa? ¿Te comió la lengua el ratón? Bueno ya no voy a discutir contigo, me tienes harta. Vete arriba a darte un baño y luego seguimos platicando, pero en serio es la última vez que me haces esto.

Subí las polvosas escaleras de roble mientras mi cerebro seguía en otro mundo. Yo soy Lucio, no Julián, tengo veinte y dos años y soy estudiante. ¿En qué momento me hice de una esposa y un futuro hijo? ¿Qué ha pasado con Román? ¿Cuánto tiempo estuve flotando en la oscuridad del Nirvana?

Traté de relajarme, tomé un baño y exploré algunos rincones del segundo piso, todos los objetos me seguían pareciendo fuera de lugar. Posteriormente entré a un cuarto que parecía ser la habitación principal, fue ahí cuando un gran espejo con marco de metal hizo su trabajo y confirmo lo que ya me imaginaba: El reflejo me describía como otra persona, soy un hombre de unos cuarenta y tantos, cabello crespo, tez blanca y de estatura media, soy un joven atrapado en otro cuerpo. ¿Es esta una pesadilla o parte del juego de los Dioses? es quizás su venganza por haberme atrevido a retarlos y engañarlos.

Busque ropa qué ponerme, me senté en el rincón de la cama con mi cabello aun húmedo. Respire profundo, cerré los ojos y medité con lo poco que quedaba de mi alma. Me han robado mi vida, mis años y mi esencia. Durante el ritual ellos me habían encontrado mendigando los secretos de los antiguos, entonces en lo más lúgubre del infinito me han matado y este es el infierno, un infierno muy lejano del descrito por Dante. O quizás, siendo un poco ingenuo esta es otra oportunidad para poder ser un títere más de los arquitectos sin nombre.

PARTE VII

Pasaron algunos días, transcurrieron semanas, yo seguía siendo un usurpador en este cuerpo y un extraño en casa ajena. No comprendía totalmente lo que me había ocurrido, lo único que estaba claro era que me encontraba en el año 1983.

Había saltado a otra línea de tiempo, recuerdo haber presenciado el final de la segunda guerra mundial y el comienzo de la guerra fría; sin embargo no había encontrado ninguna pista de mi antiguo yo por ningún lado y mucho menos de Román. Mi otra vida se había esfumado, es como si el joven Lucio nunca hubiera existido, fui de la muerte al olvido.

¿Tendría yo que resignarme a esta nueva vida? ¿Podría vivir como un usurpador? ¿Qué paso con el dueño de este cuerpo? ¿Soy yo ahora Julián y no Lucio? ¿Estoy muerto y esto es sólo producto de la esclavización cósmica? ¿Qué tipo de ritual egipcio usó Román? ¿Podría volverlo a hacer y regresar a mi antigua vida? Tantas preguntas sin respuesta, tantos dilemas que tenía que resolver y que por azares del destino (o eso me gusta pensar) me volví otro conformista del mundo, los Dioses habían ganado. Si esto lo hicieron para demostrarme que ellos son los diseñadores de esta amarga y vacía existencia, lo habían logrado.

Después de meses de depresión y buscarle una razón a mi nuevo ser, comencé a apreciar todo. Tenía una esposa, y un hijo recién nacido, los llegué a amar con locura. Carolina no podía creer lo cambiado que estaba, bueno el Julián que ella conoció literalmente ya no existía.

Entonces transcurrieron años, abrí una librería en una de las avenidas principales del pueblo, cambie mi nombre por mi verdadero nombre, Carolina creía que había perdido la cabeza pero al final me apoyó. Finalmente era Lucio de nuevo, al menos por nombre y esencia; pero me fui poco a poco olvidando de mi anterior yo y del pasado.

De lo que nunca me pude desprender fueron de los libros prohibidos. Pasaba incluso noches en mi librería devorando enciclopedias y coleccionando los tomos más raros que podría encontrar, sin embargo hasta ellos, los antiguos me habían abandonado. Traté de hacer pequeños rituales sin tener suerte, los invoque, les pedí señales, me ahogue en mis pesadillas, pero nunca volvieron a responder. Entonces, me convencí a mí mismo que todo había sido un sueño, que el anterior Lucio nunca existió, que Román fue una invención de mi imaginación, que nunca viví a mediados del siglo XX, todo era producto de una ilusión sin fundamento.

En ese momento me había convertido en otro hombre normal, sin nada que aportarle al mundo, otra máquina programada para cumplir con su realidad y francamente lo abracé como si fuera mi única opción, no hay pretextos que añadir.

El tiempo transcurrió, llegue a una monotonía que nunca imaginé que podría gustarme. Mi hijo creció, el pueblo se llenó de gente nueva, mi librería era un éxito. Llegó el nuevo siglo, todos creían que moriríamos pero la que falleció fue Carolina, se enfermó. Mi hijo y yo la cuidamos por dos años hasta que en una tarde de Agosto dio su último respiro. Volví a entrar en depresión, vendí la librería, mi hijo se mudó a otro país y hasta la fecha sólo viene a visitarme cada navidad, me hice un ermitaño y un viejo amargado.

Volviendo al ahora, tenía que hacer algo para borrar todo. Tenía que volver a exclamar las palabras prohibidas pero era como cantarle al vacío, tan denso y sin hueco. Ya no había nada que ocultar, después de tanto tiempo me volvieron a encontrar, solo, desecho y olvidado.

PARTE VIII

El tiempo, oh el maldito tiempo, los humanos estamos obsesionados con él. Si nos diéramos cuenta que es sólo una ilusión producto de nuestra imaginación. Ahora estarás pensando “Pero Lucio, viejo loco ¿Cómo puedes creer eso? Mi querido lector, si has llegado hasta aquí es que al menos he logrado capturar tu atención y quiero que por un momento intentes no encontrarle explicación lógica a los misterios de nuestra creación, porque nosotros somos tan sólo un respiro del cosmos.

Es fácil dejarse llevar, y es muy natural tenerle miedo a lo desconocido, nos causa horror presenciar lo que no estamos acostumbrados a sentir, ponemos etiquetas a todo y a todos, que si eso está bien, que si aquello está mal ¡Por favor! Que estúpidos somos, odio esa doble moralidad.

Y aquí me encuentro, contándole mi vida a las hojas de papel. Únicamente estoy dejando un recuerdo, una voz que no pueda ser borrada, una lección y para muchos un cuento de hadas, una completa estafa producto de las alucinaciones del senil autor.

Han pasado décadas desde que me apropié de este cuerpo. Había renacido como un Dios solar, hice de mi infierno un paraíso, de mis memorias unas mentiras. Me convertí en un insurrecto para ellos, por eso los antiguos se molestaron. Cómo un ser tan insignificante como yo, como tú, como el humano, pudo haber hecho lo que hice, pudo haberlos engañado, por eso volvieron.

El joven Lucio era sólo un muchacho inexperto jugando con el ars goetia, pensando que podía descifrar los misterios del universo, del multiverso, ir más allá de las estrellas, poder leer el árbol de la muerte, pobre chiquillo tonto. Y hoy, al borde de la locura siento el final de este cuerpo que usurpé; un final en donde nadie gana, en donde he fallado por mi deseo de convertirme en la nada.

Hace siete días dejaron sus marcas, dejaron sigilos por todo el piso de mi alcoba, eran como tatuajes con vida propia. Por alguna u otra razón aquel agujero negro no me devoró, quizás fue una muestra final de misericordia o una señal para despedirme de este mundo.

Estoy muriendo querido desconocido, estoy muriendo y mis dedos tiemblan con cada palabra que escribo. No sientas lástima por mí, no la quiero porque tú vivirás lo mismo, así como yo ya he vivido tu vida y todas las vidas de este universo. Estoy muriendo para traicionar mis ideales, estoy muriendo para fundirme con ellos.

Por un segundo comprendí todo, y las historias se repetían como los ciclos.

Autor: Betzaida Carrillo

Año: 2014-2019

Prohibido copiar o parafrasear sin mi autorización.

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