Tumgik
#argumentó
fuckyeahmexico · 8 months
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En 2021, México demandó a fabricantes y distribuidores de armas estadounidenses por facilitar el tráfico de armas de estilo militar a los cárteles de la droga mexicanos, según un comunicado de prensa de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México. El Gobierno mexicano dijo que la acción legal se basa en que "sus prácticas comerciales negligentes e ilícitas facilitan el tráfico ilegal de armas a México, generando enormes daños humanos y materiales".
México argumentó en la apelación que “casi todas” las armas recuperadas en la escena del crimen (entre el 70% y el 90%) fueron traficadas desde Estados Unidos, según documentos judiciales.
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coolpizzazonkplaid · 20 days
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La heredera del Infierno
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Secretos
Pasaron días desde que Adelina se había marchado a Arctika y Daniela y Mariano siguieron con las rutinas. Todo el grupo se enfocaba en pulir sus habilidades en el combate y tener una sana convivencia durante los días que quedasen.
Daniela pasó las tardes entrevistando a profesores de la Academia Wu Shi después de los entrenamientos. También, leía los libros de la biblioteca para escribir críticas, ya que se había terminado los que llevó a la academia y Adelina no había dejado ninguno para compartir. Esperaba que cuando ocurriera una visita a Arctika le prestara algunos. Por ahora, tendría que esperar a que llegaran noticias de ella. Daniela seguía enfocada en mejorar, mientras escuchaba las divagaciones de Mariano.
En esos días, su creatividad había despertado y logró encontrar herramientas y objetos necesarios para crear un pequeño aparato para cargar los celulares usando el medallón de Raiden. En los momentos de descanso, Mariano intentaba dialogar con el granjero para trabajar en ello. El resto de luchadores se reían de cada vez que mencionaba el tema y se le iluminaban los ojos, como un niño.
–Vamos Raiden, déjame usar el medallón –pidió Mariano mientras comía su almuerzo y el resto miraba el escenario–. Voy hacer un gran invento.
–No te lo prestaré, Mariano –soltó Raiden enojado–. Lord Liu Kang, me lo dio para el torneo y como obsequio. No vas a usarlo para otra cosa.
–Ni tampoco para hacernos reventar por los aires –siguió Daniela sorbiendo de la sopa que hicieron los cocineros–. Me basta y me sobra que sos un peligro aterrizando con la avioneta.
–¿Explotó alguna cosa Mariano? –preguntó Johnny.
–Oh, sí lo hizo –contestó la pelirroja enfocada en su comida–. Una vez metió al microondas huevos y pescado para calentar. Lo puso a tres minutos y al poco tiempo escuchamos algo que explotó en la cocina. El olor estuvo por varias semanas y no importa cuantas veces limpiando, ese puto olor seguía. Otra vez, se olvidó de encender la hornalla. De milagro el Viejo Mario se dio cuenta y nos salvamos de volar por los aires.
–¿De enserio apestó tu casa a pescado por días? –preguntó Kung Lao sonriente y Daniela asintió.
–Che, mira que me volví mejor cuidando las cosas –espetó Mariano mientras tomaba la sopa.
–Deberíamos ver su casa –dijo Kenshi riendo–. Tal vez, lo que queda son solo escombros.
–Es una gran calumnia a mi persona, Kenshi –dijo Mariano dramático–. Me siento difamado.
Todos rieron y continuaron el almuerzo hasta que el sonido del gong anunciara el final. Dejaron sus platos cerca de las cocinas y volvieron a los entrenamientos. En las horas siguientes, hicieron clases para mantener equilibrio en la punta de los postes en los que Daniela caía en varias ocasiones, terminando con varias magulladuras.
Al llegar a los cuartos, Daniela sintió un alivio al sentarse en las escaleras. Mariano trajo mates y compartió con el resto, mientras se enfocaba en convencer a Raiden para dejarlo usar el medallón. Ya al punto en el que estaban, todos querían que Mariano se callara, incluido Johnny.
–Raiden, por favor, déjalo que haga sus manualidades para que deje de insistir –espetó el actor.
–¡Mira quién habla! El que no paró de parlotear por hacer una película –argumentó Mariano sarcásticamente y bastó para que Johnny cerrara la boca–. Sino quédate en mi habitación a vigilar el medallón, mientras lo uso para crear algo. No te lo quitaré porque lo estarás cuidando ¿te parece? ¿mucho mejor?
Raiden suspiró cabizbajo y alzó su mirada a los ojos azules de Mariano. Tenía ojos expectantes combinados con los de un cachorro.
–Está bien –dijo el granjero con los brazos cruzados–. Pero yo lo estaré cuidando. No permitiré que rompas lo que me obsequió Lord Liu Kang.
Mariano celebró y le dijo a Raiden que comenzarían al día siguiente después de los entrenamientos. Daniela rio por el entusiasmo de su amigo y siguieron tomando mates hasta que los sonidos del gong anunciaran la cena. Comieron tranquilamente y Daniela se sintió incompleta por la ausencia de Adelina, pero se recordó que pasaron algunos momentos así y pudieron cuidarse.
En la noche, Daniela se preparó para dormir, se puso óleo para el cabello en sus rizos rojizos y se acomodó en el futón. Tomó el libro que había tomado de la biblioteca de la academia y empezó a leer. Mientras se perdía en las palabras, no se percató de una luz anaranjada tapada por el libro. Daniela sintió que algo liviano caía en su regazo y tras vislumbrar sobre las hojas, vio un pequeño papel. Dejó el libro a un costado del futón y recogió el papiro.
Tenía delineaciones violetas y se dio cuenta de que era una carta de Shang Tsung. Lo desplegó por completo y comenzó a leer su contenido.
Querida Daniela:
Pasaron días desde nuestros pequeños encuentros durante el torneo y espero que te encuentres bien. Quiero seguir hablando contigo a través de cartas y aguardaré tu respuesta. Tu persona me cautivó y tengo la curiosidad de seguir descubriendo más sobre ti.
En estos días, estuve ocupado con mis avances para mejorar la salud del Mundo Exterior y necesitaba a alguien con quien hablar. Mi mente ha estado divagando en los pocos dichos que tuvimos y espero que en las cartas podamos seguir conversando.
Atentamente,
Shang Tsung.
Daniela sonrió, buscó hoja y birome y escribió. Sus mejillas se tornaron rojas ante lo que pensaba poner y dejó que su mano la guiara.
Querido Shang Tsung:
¡Gracias por escribirme! Tengo la esperanza de que hayas podido ayudar a tus pacientes y a los miembros de la casa real. Por lo que tengo de tu entrevista, sé que lo hiciste de maravilla.
En la Tierra, estuve entrenando, pero tenemos algo de tiempo libre y me lo paso leyendo y entrevistando a algún maestro. También, escribo críticas de los libros que voy terminando para despejar mi mente. Me entretiene, pero sería lindo hablar contigo mediante las cartas.
Tengo curiosidad sobre ti, también. Desearía conocerte más que como el brujo de la familia imperial.
Espero tu respuesta,
Daniela.
La muchacha dobló bien la hoja y la vio esfumarse entre llamas anaranjadas. Se sorprendió y volvió a acostarse en el futón con la esperanza de que el hechicero le volviera a escribir. Alzó su mano mirando el anillo con la joya rosada y un calor en sus mejillas inundó su rostro. Ocultó su mano en las colchas y sus párpados comenzaron a pesarle.
Pasaron pocos días cuando Mariano logró hacer el invento para cargar el celular usando la electricidad del medallón de Raiden. El primer prototipo lo usó en el de Johnny y casi explota por el nivel de voltaje. Daniela se sorprendió al ver el desastre de la habitación de Mariano.
Había muchos metales esparcidos por cualquier parte, haciendo difícil la posibilidad de caminar. Se escuchaba música y se veía a Raiden sentado al lado de Mariano, con la cara resignada. El futón estaba desordenado y la madera estaba repleta de yerba mate y migas de comida.
–¿Podrías bajarle el volumen a eso? –preguntó Raiden.
–No –contestó Mariano tranquilamente sorbiendo mate–. Uno, es Tornado of Souls de Megadeth y un buen tema. Número dos, es mi habitación y son mis reglas.
–Solo te pido que le bajes el volumen.
Mariano lo bajó apenas y siguió haciendo experimentos. Raiden miró a Daniela y sus ojos mostraban hartazgo.
–Lo lamento, Raiden –dijo la muchacha con los brazos cruzados–. Te tocará soportar su música hasta el final.
–No me molesta su música. Me molesta el volumen –espetó Raiden.
–¿Cuánto te falta para que termines con ese invento? –preguntó Daniela.
–No sé, creí que a la primera me funcionaría –dijo Mariano analizando el aparato–. Lamento que casi reventara tu celular, Johnny.
–¡No permitiré que mi celular sea una rata de laboratorio, otra vez! –exclamó el actor y lo guardó en su pantalón–. Tengo muchos videos para hacer mi gran película.
Todos miraron de mal manera a Johnny y Mariano se enfocó nuevamente en la maquinaria. Salían cada pocos segundos chispas naranjas y maldecía cuando había un pequeño cortocircuito.
–¿Quieres que te ayude, Mariano? –preguntó Kung Lao.
–Sabes que sí –el granjero se sentó y esperó nuevas órdenes–. Sosteneme el aparato y no lo muevas que tengo que ver mejor si ubiqué bien los metales.
Daniela y los demás se marcharon lentamente, escuchando a lo lejos la música estruendosa de su amigo. Siguieron charlando hasta la hora de la cena y antes de que la joven fuera al gran comedor, el anillo comenzó a darle calor en su dedo. En frente de los ojos de la joven, una nueva carta de Shang Tsung apareció. Desplegó el papel y leyó las palabras del hechicero.
Querida Daniela:
Me alegro que hayas aceptado mi propuesta y tengo intenciones de conocerte más. Me resulta positivo que puedas tener tiempo libre durante tus entrenamientos y mejores tus talentos.
Estuve tan ajetreado que no me enfoqué en mis pasatiempos. Quisiera hacerlo, pero mis labores me agobian. Son muchas cosas las que tengo que hacer y cada vez que termino una, aparece una nueva. No tienen fin, pero los hago con gusto. Cada tarea que me comprometo, la cumplo de forma meticulosa y me tomo mi tiempo.
Aun así, al leer tu carta sentí que pude tener un pequeño pasatiempo, aunque sea algo insignificante, para mí, significa mucho.
Espero con ansias tu respuesta,
Shang Tsung.
Daniela sonrió y comenzó a escribir emocionada las cosas que sentía hacia el hechicero. Sus mejillas se tiñeron de rojo como su cabello y notó un mechón pequeño se colaba en su vista. Se enfocó en el papel y su mano guio la pluma.
Querido Shang Tsung:
Espero que logres completar todas tus tareas. Si sientes que no puedes con todo, está bien sentirlo, es necesario que descanses y busques algo con lo que distraerte, aparte de escribirme cartas. No me molesta que me escribas, leo con gusto lo que me envíes, pero también busca otras cosas y experimenta.
Mi consejo es que limpies, a veces hacerlo es una gran forma de distraerte y hasta pensar en el siguiente paso. Otras cosas que pueden ayudarte son: cocinar, dormir, meditación, entre otras muchas.
Algunas veces, es necesario dejar algunas tareas para el día siguiente. Escribir, leer y hasta cocinar (no siempre me sale bien) son algunas de mis formas de descansar mi mente. Incluso salir a caminar me ayuda y espero que te sirvan a ti también.
Confío en que mis consejos te ayuden,
Daniela.
El papel se esfumó entre llamas. Tuvo la esperanza de que Shang Tsung leyera en poco tiempo su carta y volvieran a escribirse. De repente, Daniela escuchó gritos.
–¡Dani! ¡Ya es hora de comer!
–¡Ahí voy, Mariano!
Salió de su cuarto y corrió hacia donde estaban sus compañeros para unírseles. Caminaron, iluminados por los faroles anaranjados y las hojas secas y pétalos adornaban los caminos de piedras, llegando al gran comedor.
Luego de la cena, Daniela se aseó y fue hacia sus aposentos. Frente a su puerta, la luz de las velas de la habitación de su amigo seguía encendida y sonrió por sus maldiciones. Entró a su habitación y se sumergió en las vastas colchas de su futón.
Pasaron los días y Daniela siguió entrenando junto al resto de sus amigos y escribiendo cartas a Shang Tsung. Lo que sí le preocupaba a la muchacha fue la falta de noticias de Adelina, seguramente los entrenamientos en Arctika la agobiaban. Incluso, Raiden, Kung Lao, Kenshi y Johnny preguntaban por las noticias de ella hasta que esas dudas se apaciguaron un día después del almuerzo.
Previo a eso, luego de terminar los aparatos para cargar celulares, Mariano encontró en pueblos cercanos partes de torres de radio y comenzó a comprarlas para construirla. Ante eso, Daniela le propuso que lo hablara con Liu Kang para evitar cualquier inconveniente. El joven salió rápidamente hacia donde estaba el dios y le resultó difícil convencerlo para que le diera luz verde.
Fue poco tiempo, tras algunos discursos Liu Kang se lo permitió y Mariano dio comienzo a su construcción, haciendo que suenen chispazos y pequeños incendios en su habitación. Él y Kung Lao, a veces, salían por el humo y Daniela los ayudaba a recuperarse para que volvieran a meterse y seguir trabajando con la torre de radio.
El día que había llegado la carta de Adelina, tanto los demás luchadores como los profesores tuvieron que detener a Johnny y Kenshi por una riña por la espada Sento. Ambos se separaron, tomando diferentes caminos para bajar los aires de pelea, dejando a Mariano, Raiden, Kung Lao y Daniela en el recinto de estudiantes. Mientras esperaban a que los dos luchadores volvieran, un maestro llegó con una carta de Adelina.
Emocionados, Daniela y Mariano la leyeron y luego la joven preparó la respuesta. No mencionó las cartas que tenía con Shang Tsung hasta tener más confianza con él y poder hablarlo con sus amigos. Por ahora, sería algo que mantendría en privado.
Tras terminar la carta, un maestro los guio hacia el palomar y le dieron el papel con el invento de Mariano a un ave. La soltaron y la vieron perderse en el cielo. Regresaron al recinto con tranquilidad y Mariano se recogió el cabello rubio haciéndose una cola de caballo. Los dos entraron a sus respectivos cuartos y Daniela se enfocó en escribir la opinión de un libro de la biblioteca. Los faroles y velas le proporcionaban una gran luminosidad a su cuarto y la canción que reproducía de su celular la hacía olvidar el alrededor. Hasta que hubo otra explosión en la habitación de Mariano y Daniela, alarmada, salió a ver qué ocurría.
–¡Ay! ¡La concha de la lora! –maldijo el muchacho, sacudiendo su mano–. Putos cables de mierda.
–¿Qué pasó, Mariano?
–Estamos bien, Daniela –calmó Kung Lao–. Solo fue un cortocircuito.
–Me costó muchísimo pagar por todo esto –dijo Mariano enfocado en la maraña de cables y metal–. Más vale que me rinda la plata para hacer una pequeña torre de radio.
–¿Le preguntaste a Liu Kang sobre hacer esto? –cuestionó el granjero–. Me resulta difícil de creer que te haya permitido hacer esta locura.
–Me costó convencerlo, pero lo logré.
Mariano se calló y siguió enfocado en su trabajo con la ayuda de Kung Lao, algunas indicaciones se escuchaban cuando Daniela volvía a su cuarto. Al cerrar la puerta, oía la canción de Graveyard de Halsey y se centró en su crítica hasta el anuncio de la cena.
Pasaron los días y entre carta y carta la relación entre Daniela y Shang Tsung se amplió. Hablaron sobre los pasatiempos de cada uno y algunos libros que leían. A veces, le llegaban mensajes antes de ir a dormir y los respondía lo más rápido posible con una sonrisa adornada en el rostro.
También, recibían cartas de Adelina y se alegraban de tener noticias de ella. Le molesta un poco que su amiga no se arriesgara un poco, pero era entendible. La extrañaba, nunca habían estado tanto tiempo separados los tres, pero tendrían que esperarla. Quería hablar cara a cara con Adelina y pasar junto a Mariano los entrenamientos. Era extraño no tenerla al lado.
Mariano seguía enfocado en poder instalar la torre de radio, pero entre explosiones y maldiciones, parecía que no tenía resultados positivos. Hasta Kenshi y Johnny creían que era imposible que lo lograra, pero no les hacía caso y seguía manteniendo su convicción. Raiden y Kung Lao no soportaban la música de Mariano, pero mantuvo el volumen bajo para mantenerlos contentos.
Un día, en los aposentos recibió una carta de Shang Tsung y comenzó a leerla. Su sonrisa se acrecentaba con cada palabra escrita por el hechicero del Mundo Exterior.
Querida Daniela:
Me alegro que en estos días hayas podido seguir entrenando y haciendo tus tan mencionadas críticas literarias. En algún momento, me gustaría poder leerlas a tu lado y compartirnos nuestros gustos por los libros. Espero que hayas podido terminar el libro que estabas leyendo.
También, me causa mucha curiosidad los tantos alimentos de tu amada patria, sus nombres me resultan curiosos y deliciosos. Me gustaría probarlos algún día. Por ahora, me conformaré con mi imaginación. Tu patria parece bastante maravillosa por cómo me la cuentas, pero quizás verla en persona sería más hermosa.
Ansío tu respuesta,
Shang Tsung.
Daniela salió inmediatamente hacia las cocinas de la Academia Wu Shi y luego de conseguir todos los ingredientes empezó hacer unos cañones rellenos de crema pastelera y de dulce de leche. Los cocineros le dejaron un pequeño espacio para hacerlos.
Preparó la masa con harina, manteca de cerdo y leche. Mezcló con tranquilidad y al compás de los ruidos de los cocineros yendo de un lado para el otro para la cena. Poco a poco, la masa de los cañones se iba despegando del bol, Daniela amasó con fuerza el alimento, comenzó a formar bolitas pequeñas para aplastarlas y después enroscarlas.
Mientras las cocinaba, preparó la crema pastelera con maicena, azúcar, yemas de huevos, leche y canela. Colocó la crema y el dulce de leche en las masas hechas y los cocineros comieron unos pocos para volver a sus asuntos. Daniela llevó una gran cantidad para los demás luchadores y celebraron el pequeño gesto junto a los mates de Mariano. La joven guardó en una pequeña caja para Shang Tsung en su habitación y siguió compartiendo el momento con sus amigos.
Antes de que sonara el gong, Daniela fue a su cuarto y le escribió una carta para el hechicero. Se sentió una cursi haciendo el postre, pero esperaba que le gustara el gesto.
Querido Shang Tsung:
Me encantaría mostrarte todas mis críticas que he hecho, pero por ahora las tengo en borrador y quiero mejorarlas para que las puedas leer. Estoy terminando el libro y me siento muy emocionada por ver cómo termina. Escribirlo no es lo mismo que decirlo con palabras.
Lo único que puedo darte son cañones de crema pastelera y dulce de leche. Son uno de las tantas facturas que hacemos en Argentina. Si no llegan con la magia que hiciste, pido perdón. Me las comeré luego para que tengas antojo y envidia.
Espero que te gusten.
Daniela.
En cuanto terminó la carta, la puso junto a la caja de madera y ambas ardieron hasta desaparecer. La joven tuvo la esperanza de que los haya recibido y no se quemaran en el proceso. También, uno de los maestros llegó con una nueva carta de Adelina y se apresuró a contestarla.
Querida Daniela:
Espero que te encuentres bien y que Mariano haya avanzado con la torre de radio. No sé por qué pienso que va a tener todo el cabello para arriba como si fuera Dragon Ball. Me rio con la imagen de la cabeza que tengo.
Todos los días tengo entrenamiento a la mañana entrenamiento con Bi Han y no puedo despertar mi criomancia. Después sigo mis clases con sus hermanos y otros maestros. Aprendo manejo de armas (siento que es un poco atrasado usar una puta espada, pero bueno qué puedo hacer), sigilo, combate, etc. Al mediodía, es la hora del almuerzo y soporto las miradas hostiles de los demás principiantes (es una porquería, pero ni siquiera sé por qué lo hacen y no tengo intenciones de saberlo). Después sigo haciendo entrenamiento y limpieza.
Termino hecha mierda, me da ganas de tirarme en la cama y dormir por un año. Me cuesta poder encontrar un tiempo para averiguar las ruinas con todas las tareas que me asignan, apenas logré hallar el palomar.
Los extraño mucho y quisiera hablar con ustedes en persona. Me siento un poco sola, pero a veces hablo con Tomas, no es mucho lo que hablamos, pero me hace sentir comprometida… eso creo. No me molesta hablar con él, es solo que parezco buscar algo más de él y no es así. Cuando aparece un extraño intentamos ser lo más formales… me hace sentir una tonta.
Además, mis mejillas se calientan y me gustan sus ojos. Me hacen recordar a portadas de libros y mañanas nubladas.
Espero tu respuesta,
Adelina.
Daniela tomó un papel y la pluma comenzó a escribir.
Querida Adelina:
Te extrañamos también y queremos verte lo más pronto posible. Para tu decepción, Mariano no tiene el cabello parado ni sé si avanzó o no con su torre de radio. Sinceramente, pienso que avanza de a poco, aunque cada explosión y maldiciones me hace sentir lo contrario.
Por lo que entiendo de los Lin Kuei, cuando estábamos teniendo las clases teóricas, son nuestro ejército. Así que sí, te tocará el entrenamiento más fuerte, aunque admito que deberían darse unos descansos, pero ese es mi pensamiento. Por otro lado, también me resulta anticuado el uso de armas, pero son sus costumbres, no podés hacer mucho.
Me enoja que te traten diferente, me recuerda al orfanato, pero no busques pelea con ellos y evita cualquier provocación. Además, me alegra que puedas hablar con Tomas, no te agobies la cabeza con esos pensamientos, mientras no busques algún privilegio usando sus sentimientos, no hay problema. Te conozco y no lo harías, así que deja atormentarte.
Con cariño,
Daniela.
La muchacha preparó la carta, fue hacia el palomar y soltó el ave. Voló perdiéndose en la oscuridad de la noche y escuchó el sonido del gong anunciando la cena. Bajó de la torre y corrió hacia el gran comedor, alcanzando a sus amigos.
Las risas y barullo se acrecentaron en las cuatro paredes cuando los platos se sirvieron. Todos comieron y agradecieron con júbilo la habilidad de los cocineros. Las charlas continuaron hasta que los maestros anunciaron la hora de dormir.
Daniela se bañó y se preparó para sumergirse en las vastas colchas del futón. Tomó el libro que tenía al lado y lo abrió. Las palabras fueron atrapándola y la metió en el mundo de la trama, perdiendo la noción del tiempo. Con cada página, los párpados le pesaron y le costaba mantener la coherencia de lo que leía. Cerró el libro y se tapó con las colchas, esperando un mejor día y posiblemente alguna carta de Shang Tsung.
Los entrenamientos siguían todos los días, Daniela lograba seguir a sus amigos, pero a veces tenía dificultades. Las clases en equilibrio y meditación eran las más complicadas, ya que la joven tambaleaba en los postes y perdía el equilibrio constantemente generándose varios moretones. Mariano se reía de cada caída, una y otra vez para luego ayudarla levantarse. Por el lado de la meditación, su mente siempre fue acelerada y encontrar la calma le resultaba complicado. Lo que le parecía media hora, en realidad, eran segundos o minutos.
Le frustraba a Daniela, pero se esfumaban por las cartas de Shang Tsung y preparar algunas facturas o picada para los luchadores y el hechicero. Entre carta y carta la relación entre ellos se fue abriendo más y más. Se actualizaban de los días y hablaban de sus gustos. Se expresaban mucho las ganas de verse en persona y seguir con sus divagaciones.
En una de las tantas cartas, Daniela se emocionó por su contenido y un cosquilleo invadió su estómago.
Querida Daniela:
El papel no logra expresar mis ganas de hablarte en persona. Quisiera escuchar tu voz que hace tiempo mi memoria no le hace justicia. Mi petición es que podamos hacer un encuentro y vernos. Si estás de acuerdo, por favor envíame una respuesta.
Shang Tsung.
Daniela no supo contener su alegría y le escribió una respuesta inmediatamente.
Querido Shang Tsung:
Me encantaría. Veámonos en dos días a la medianoche, afuera de la Academia Wu Shi. Te esperaré con algunas cosas para comer juntos.
Daniela.
La carta se esfumó entre las llamas y los nervios la carcomieron, esperando la respuesta del hechicero. Su mente divagó a su sonrisa encantadora de hace semanas atrás, en su estadía en el Mundo Exterior. Sus ojos marrones que le recordaban a las tortas negras.
Luego de cenar y asearse, Daniela se quedó despierta por un tiempo más, con la esperanza de que Shang Tsung le mandara una respuesta a su propuesta. La ansiedad la mantuvo caminando en círculos por su habitación por varios minutos hasta que el cansancio le pesaba. Se acostó en el futón y se envolvió con las colchas. Antes que sus ojos se cerraran, llegó una nueva carta con la respuesta afirmativa del hechicero. Se durmió con una sonrisa en su rostro y pensando en qué hacer de comida para Shang Tsung.
Los dos días fueron eternos, haciendo que las ansiedades de Daniela se acrecentaran y lo único que la despejaba eran los entrenamientos. Preparó más cañones de crema pastelera y dulce de leche, junto a algunas medialunas y galletitas. Compartió parte de sus facturas a sus amigos y a veces le entregaba a Mariano cuando se enfocaba en hacer la torre de radio.
Raiden y Kung Lao seguían en la habitación de su amigo para evitar que le explotara algo nuevamente. La música estruendosa de Mariano se podía escuchar al pasar cerca de su habitación, junto con el vocabulario vulgar y miles de maldiciones cada vez que ocurría un cortocircuito.
Johnny y Kenshi seguían peleados por la espada Sento y Daniela estaba hartándose de escuchar sus idas y vueltas. Después del primer conflicto, se mantenían al margen, pero se tiraban comentarios mordaces.
Cuando llegó el día de ver al hechicero, los nervios carcomían a Daniela y se tocó constantemente el cabello rojizo. Algunos mechones enrulados y cortos se metían en sus ojos y se los apartaba para calmarse. Estuvo todo el día con el estómago revuelto y se acrecentaron cuando terminó la cena.
Cuando todas las velas del complejo de estudiantes se apagaron y los faroles iluminaban los caminos. Daniela salió sigilosamente y caminó hacia las grandes puertas de la Academia Wu Shi. Las abrió con cuidado y se sumergió entre las plantas del vasto bosque, chocándose con varias y algunas hojas se metían en su boca.
Llegó hacia unas colinas donde había un árbol con flores y a lo lejos se veían las columnas de la Academia Wu Shi. Se sentó en la roca y dejó al lado una canasta pequeña con las facturas que había traído para el encuentro. Estiró las piernas y se quedó esperando a la llegada del hechicero.
Los nervios la carcomían por dentro y se mordió la uña del pulgar. Los segundos parecieron minutos y sintió que sus esperanzas para la reunión se apagaban. La chica admiró el paisajismo y el cielo estrellado. El viento sopló suavemente, haciendo que algunos mechones rojizos se elevaran.
De repente, un destello blanco apareció enfrente a sus ojos. Poco a poco, se reveló la figura de Shang Tsung y el corazón de Daniela dio un vuelco. Los ojos del hechicero la vieron y de su rostro adornaba una pequeña sonrisa.
–Buenas noches, Daniela.
–Hola, Shang Tsung –saludó la muchacha y un sonrojo invadió sus mejillas que rivalizaron con su cabello corto–… Eh… traje más facturas para comer juntos. Espero que no te moleste.
–Está bien –dijo el hechicero y se acercó a Daniela–. Extrañaba tus delicias ¿Quieres sentarte?
–Sí, gracias.
Se sentaron en el pasto y abrió el canasto con las facturas. Desvió sus ojos del hechicero y se enfocó en el hermoso cielo. Hacía tiempo que no veía las estrellas, eran pocas las que se distinguían en capital y las veces que las vio fue cuando pasó noches con el Viejo Mario en la provincia de Buenos Aires.
Tomó un cañón de dulce de leche y comenzó a comerlo tranquilamente. Vislumbró al hechicero e imitó la misma acción que ella. Su corazón le latió con fuerza y el estómago le cosquilleaba.
–Es bonita la noche –soltó Daniela después de tragar la factura–. Hace tiempo que no veía las estrellas.
–Tienes razón, es encantadora –coincidió Shang Tsung con la vista enfocada en el cielo–. Es extraño ver solamente estrellas. En el Mundo Exterior, hay días o semanas que veo diferentes colores en los cielos hasta incluso galaxias.
–¿De enserio?
–Sí, es maravilloso –respondió el hechicero y la miró–. Al igual que tus delicias.
–Gracias y espero que mis consejos te hayan ayudado.
–Sí, me ayudaron… –dijo Shang Tsung y le sonrió tímidamente–… pero lo que más me favoreció fue escribirte.
Las mejillas de Daniela se calentaron y se cautivó por los ojos chocolate del hechicero. Le recordaban las tortas negras y caramelos de dulce leche. Tomó otra factura y la mordió. La delicia de la masa y la crema pastelera invadió sus papilas gustativas.
Tras terminarla, su mano fue hacia la canasta para tomar otra, pero chocó con la de Shang Tsung y la tomó con delicadeza, como una flor. Daniela se sonrojó más, pero dejó que tocara su mano, parecía fascinado con ella.
–Son suaves –exclamó el hechicero hipnotizado–. A pesar de tus entrenamientos, siguen siendo delicadas.
–Gracias, Shang Tsung.
Sus dedos se entrelazaron y Daniela sintió que encajaban perfectamente, cual piezas de rompecabezas. Sus pulgares chocaron y el calor de su fuerte mano le pareció confortante. Una electricidad recorrió todo su cuerpo y sus mejillas se calentaron mucho más.
Daniela no quiso zafarse de su tacto. No llevaba los guantes que recordaba verlos puestos en la estadía en el Mundo Exterior y agradeció ver la complexión de su mano. La muchacha desvió la mirada hacia el cielo nocturno por unos minutos más, pero sentía los ojos del hechicero.
Volvió a mirarlo y hubo un silencio. Las hojas se levantaron por el viento leve y el cabello rojizo de Daniela se elevó suavemente. Dejó de lado el cielo y cualquier tema de conversación y se acercó dudosa a Shang Tsung. La imitó y el estómago comenzaba a revolotear.
Daniela apartó lentamente la canasta y se aproximó más. La mano del hechicero tocó su rostro, como si fuera porcelana y la acercó hasta ver mejor su reflejo en los ojos de Shang Tsung. Sus respiraciones se unieron y ya no hubo espacio entre ellos. Los labios de ambos se juntaron y el corazón de Daniela explotó. Fue suave, pequeño y tímido.
Se alejó del muchacho lentamente y volvió a mirarlo. Sus ojos chocolate la recibieron y quedó hipnotizada por ellos. No se percató que los labios del hechicero capturaron los de ella nuevamente, dudoso y Daniela lo siguió. La mano que ahuecaba su rostro se encaminó al cabello pelirrojo de Daniela, enredándose en sus rulos.
Daniela chocó con el cuerpo de Shang Tsung y continuó besándola con suavidad. El corazón bombeaba con intensidad y buscó aire para respirar. Se alejaron un momento y las puntas de las narices de ambos chocaron. Shang Tsung volvió acercarla y la besó con más pasión, tomando a Daniela desprevenida. Las manos de la chica se enredaron en el cuello del chico, pegada a sus labios. La otra mano de Shang Tsung se posó en su cintura acercándola con más pasión.
Daniela se separó y buscó aire desesperadamente. Las mejillas las sintió acaloradas y el brujo la observó con fascinación. Poco a poco, la mano que se había enredado en su cabello pelirrojo se zafó lentamente y se apartó.
–Eres hermosa –soltó el hechicero.
–Gracias, Shang Tsung.
El silencio perduró por más tiempo. Ambos se miraban, entrelazaban sus manos y sus pulgares recorrían las complexiones. La comida fue olvidada y se besaban delicadamente de vez en cuando. Pero poco a poco, el sueño invadía a Daniela, haciendo que cabeceara.
Shang Tsung se percató y la ayudó a levantarse para irse a la Academia Wu Shi. Recogió la canasta y caminó con tranquilidad a las profundidades del bosque. Antes de sumergirse, despidió a Shang Tsung con un delicado beso y lo vio esfumarse en el resplandor blanco. Daniela sonrió y se metió en el frondoso bosque.
Llegó a las puertas de la academia y entró sigilosamente, evitando los faroles que iluminaban los caminos de piedra y ramas de árboles con sus hojas anaranjadas. Daniela ingresó al complejo de estudiantes con cuidado hasta su habitación. Se sumergió en el futón, se tocó los labios y sonrió, como una niña pequeña enamorada por un famoso. Repitió los sucesos de esa maravillosa noche hasta quedarse dormida.
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izzakry · 1 month
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no descartó el rumor. dialogar con ingyu salpicó gasolina a su alma, encendiendo su buen humor. incluso el ambiente lúgubre no apaciguó cincelar de carmines, pero a causa de escasa iluminación no sería perceptible. ‘  si tenemos en cuenta las tradiciones de jutland y el afán de sus habitantes con protegerse de los malos espíritus, creo que es hasta entendible.  ’  comentó con timbre monótono, sacudiendo pantalón tras levantarse de la roca que bautizó como asiento temporal, arrugando entrecejo con los labios semi-abiertos. soltó unos audibles quejidos. sus glúteos ardían por los minutos sobre dureza, estirando primero los brazos, segundo piernas con la mirada en ingyu.   ‘  ¿sabes de la desaparición en el faro de las islas flannan?  ’  cuestionó, peinando castaña melena con sus dedos, masticando costados de su boca antes de continuar.   ‘  los tres cuidadores desaparecieron sin dejar rastro; Donald MacArthur, Thomas Marshall y James Ducat. ’  jamás olvidaría los nombres de los marineros, era una bendición y a la vez maldición su excelente memoria, cruzándose de brazos.  ‘  al día de hoy todavía hay cientos de teorías al respecto. por ser tres se suponía que el faro no podía quedarse solo, entonces, ¿qué pasó para que salieran y literalmente se esfumaran?  ’  argumentó, rozando mentón con índice, adoptando tonalidad seria.  ‘  cuando les visitas siente mucha opresión y tristeza por todos los secretos que guardan, ¿estás incómodo ahora?  ’ 
﹙ 𝗘𝗹 𝗳𝗮𝗿𝗼.  ingyu ha dicho: "dicen que el faro ha guiado almas perdidas, no solo barcos." @nohgyu
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or1anasblog · 10 months
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Cuna de Lobos
Los grilletes mordían la piel de tus muñecas y tobillos,el que tenias en tu cuello estaba demasiado apretado para tu gusto dejando una molesta presión sobre tu tráquea cada vez que los nervios te hacían tragar saliva. Fuiste vendido como esclavo a un viejo mercader que se beneficiaba con la compra y venta de huérfanos para los clanes poderosos que solicitaran mano de obra o servicios de servidumbre. Tus padres habían sido asesinados luego de haber sido interceptados por hombres vestidos de negro durante una caminata los cuales habían estado siguiendo sus pasos, tal parece, razonaste ahora, que se trataban de ninjas extremistas obsesionados con purgar cualquier influencia de todo lo que provenga de occidente siendo tu la única sobreviviente al haber huido cuando tu madre te lo dijo.
Presa del miedo, vagaste por unos días hasta llegar a un pequeño pueblo débil y cansada. Los lugareños apenas se percataban de tu existencia y sobrevivías gracias a las sobras que te daban, el recelo hacia ti por tu apariencia era notorio pero no te importaba en tu estado famélico. Luego te atrapó este mercader y ,aprovechando tu apariencia a tu favor, mentiste sobre tu edad para evitar ser vendida a los distritos de placer de los clanes que recurrían a tu dueño por carne fresca. Ahora te encontrabas caminando rumbo a no sabias dónde, lo único que sabias era que el lugar estaba extremadamente alejado del asentamiento mas cercano y que el clima iba empeorando, las ráfagas heladas entumecían tus extremidades haciendo difícil seguir un paso constante. Sin embargo, el miedo a recibir una paliza te hacia concéntrate para no atrasar la fila india que compartiste con los otros niños ,ya habías tenido una cuando quisiste ayudar a otro niño que se había atrasado y el recuerdo del ardor de los latigazos aun persistía en tu espalda y piernas. Al cabo de unas horas, cuando el sol ya estaba escondiéndose y la escarcha comenzaba a caer, vislumbraste luces tenues en la punta de la montaña y si bien el frio ya había entumecido tus manos y pies hiciste lo mejor para llegar rápido.
Al llegar a la entrada te diste cuenta rápidamente que esto era una base o mas específicamente, un clan. Los guardias se alzaban desde cada esquina de la enorme fortaleza helada, la construcción hecha de piedra de granito y grava le daba una apariencia milenaria dando un indicio de la antigüedad de este clan, sospechaste que la sensación de ser observada desde que comenzaste a subir el empinado camino con tu grupo se debía a la presencia de mas guardias escondidos entre el paisaje blanco. El frio se estaba volviendo insoportable y tus harapos no servían en absoluto para guardar algo de tu calor corporal pero, al parecer, tu llegada fue esperada ya que, rápidamente, luego de un breve intercambio de palabras entre tu captor y los guardias, las puertas se abrieron.
No esperabas ser recibido por la vista de un pueblo hecho de hielo, el paisaje helado se complementaba con la arquitectura china tradicional de una forma exquisita, las estatuas mitológicas y la magnificencia de los edificios hablaban del gran estatus y poder que ostentaba este clan. Fuiste separados por géneros y llevada a un pequeño edificio escondido de aspecto modesto, una mujer de mediana edad con un aspecto tosco se encontraba en el centro. Rápidamente fuiste obligada a ponerte en fila con las demás chicas y bajo la pesada mirada de la señora comenzó a revisar y analizar el cuerpo de cada una, al llegar a ti resopló y preguntó “Qué hace una occidental por aquí? No creo que seas muy útil” su mirada de desdén habló por sí sola, “Puede ser que no sea la gran cosa pero estoy seguro que haría un buen trabajo sirviendo en las tareas de limpieza, es muy buen,a lavando y cosiendo” argumentó el mercader “ Y por su apariencia no se preocupe, ningún guerrero de este honorable clan miraría a una occidental, no mancharían su sangre así” agregó. Sentiste una punzada en el pecho ante sus palabras, el enojo y la humillación que surgían dentro de ti por como se expresaban te hizo clavar los ojos en el suelo. Zi Yuan, como supiste que se llamaba la mujer, asintió “Cómo se llama?”, “Bueno-“, “Me llamo-“ una fuerte bofetada impactó contra tu mejilla, sentiste un el gusto a cobre llenar tu lengua y aguantaste las lagrimas que asomaron tus ojos, “No vuelvas a hablar sin permiso. Está claro?” susurró la mujer con veneno, asentiste lentamente y volviste a bajar la mirada. Mientras oías a esas dos personas sellar tu futuro miraste por la ventana a la nieve caer en la oscuridad de la noche, una profunda angustia se instaló en lo profundo de tu estómago al caer en la cuenta de que esta seria tu vida a partir de ahora.
Fue difícil acostumbrarte a esta nueva vida, ninguna de las otras chicas encontraba agradable tú compañía y las pocas que se molestaban en hablarte era solo para insultarte. Sin embargo, con el paso de los meses, aprendiste tu lugar y aceptaste que la única persona que cuidaría de ti eras tu misma.
Hoy era un día especial para el clan Lin Kuei ,como supiste que se llamaba, se daría inicio al ritual de iniciación de los nuevos guerreros del clan mediante una ceremonia exclusiva a la que solo asistirían los miembros de los diferentes clanes aliados. La ceremonia consistía en una muestra de las capacidades de cada guerrero y a qué puesto aspirarían, contando también con un momento de combate entre cada niño para hacerlos adentrarse de a poco en el estudio del enemigo. No tenias muchas ganas de ir pero habías oído que un niño extranjero se postularía y la curiosidad sobre cómo era y cómo había logrado llegar tan lejos te llevaron a la situación en la que te encontrabas ahora. Te habías escabullido de los precarios cuartos donde vivían las sirvientas, te colocaste una manta para cubrirte del frio que mordía tu piel y saliste lo más silenciosamente posible. Al llegar al centro del pueblo te diste cuenta de que no había forma de usar la entrada al dojo principal sin que fueras descubierta y el miedo a las represalias si eso sucediera te provocaba un sudor frio. Así que decidiste escabullirte entre las sombras e ir por el costado del edificio, la luz de las farolas no era lo suficientemente fuerte como para llegar hasta allí así que aprovechaste esto a tu favor y buscaste la forma de subir al techo. Había un árbol en la esquina trasera del edificio cuya rama daba al techo, sin dudarlo mucho pero con extremado cuidado subiste por el viejo árbol.
Una vez allí, te acomodaste en una parte que daba hacia un oscuro pasillo que te ayudaría a pasar desapercibida. Afortunadamente, el edificio contaba con un pozo de cielo que daba al centro del dojo y te daba una vista esplendida del lugar y de quienes estaban allí. Como anfitrión del evento, el Gran Maestro tenía una vista privilegiada al estar sentado en el shinza sobre una delicada almohada, vestía un Hanfu azul con un cinturón negro decorado con jade. Sin embargo, no pudiste evitar desviar tu mirada a las damas presentes allí, cada una lucia más bella que la otra ataviadas en kimonos de seda de diferentes colores, con sus cabellos negro azabache pulcramente recogidos en delicados peinados decorados con horquillas que agraciaban aún más su presencia y le daban un aspecto grácil y delicado, sin obviar sus delicadas figuras acompañadas de delicados rostros pintados de blanco con labios rojos. Un suspiro entrecortado salió de ti, desearías poder ser como ellas, haber tenido un destino diferente, ser aceptada y elogiada por tu aspecto sin tener que cargar con la culpa de portar rasgos que solo te excluían. Con un movimiento de cabeza, sacudiste esos pensamientos angustiantes y dirigiste tu mirada al Gran Maestro, te diste cuenta que había dos espacios vacíos a su lado y te preguntaste para quién serian.
Al cabo de un tiempo, una vez comenzada la ceremonia, se dio inicio a los combates y le tocó el turno al muchacho que habías oído. Descubriste que su nombre era Tomas y que aspiraba al título de Smoke. Y, a decir verdad, tenía sentido, a pesar de no tener sangre Lin Kuei parecía un digno representante del clan, sus movimientos eran tan rápidos y agiles que hacían que sus oponentes apenas pudieran seguirle el ritmo y, a juzgar por la orgullosa sonrisa del Gran Maestro, dirías que sería hijo suyo. Estabas tan metida en seguir la pelea que no te diste cuenta de que te movías para ver sus movimientos hasta que tu manta, que se había arrugado en tus piernas, te hizo perder el equilibrio y resbalar por el borde del techo. Te agarraste lo mejor que pudiste, pero la escarcha y los dedos entumecidos hizo imposible asegurar un mejor agarre y caíste directo al suelo. El aire fue expulsado de tus pulmones y tu cuerpo se puso rígido por el dolor, sin embargo, no tuviste mucho tiempo para recuperarte al escuchar un par de voces que se acercaban desde la oscuridad del camino. Rápidamente te levantaste, o arrastraste podría describirlo mejor, y te escondiste detrás de una de las estatuas de piedra con forma de león que adornaban el borde del camino.
 Las voces, que reconociste que pertenecían aunos muchachos, se fueron acercando poco a poco e hiciste lo mejor que pudiste para pasar desapercibido, si te descubrían que anduviste fisgoneando en un evento tan importante sin dudas recibirías la paliza de tu vida y ya sabias por experiencia de otras sirvientas que a Zi Yuen no le temblaba la mano para dar castigos brutales. Sin embargo, la suerte nunca pareció favorecerte, en tu intento de rodear la estatua para evitar ser vista pisaste una rama congelada que fue oida por los agudos oídos de los ninjas.
Un suspiro fastidiado salió de los labios de Bi Han, odiaba estas absurdas ceremonias entre clanes, tener que ir allí y luchar con débiles que no sabían siquiera seguir el ritmo de un combate normal mientras debías aparentar frente a todos los presentes para no faltar el respeto, agrio aun mas su estado de ánimo. Eso sumado a la insistencia y entusiasmo de Kuai Liang por ir a ver a Tomas presentarse como aspirante del titulo de Smoke.
“Deberíamos acelerar el paso, Tomas ya debe estar compitiendo” volvió a decir Kuai con impaciencia obteniendo como respuesta un simple “Hmm”. Sin dudas, el animo de su hermano lo estaba poniendo de los nervios pero no pudo evitar justificarlo, esta mañana había discutido con su padre por querer reusarse a presentarse en la ceremonia, lo que resultó en una acalorada discusión que terminó con un ultimátum de su padre diciéndole que seria relevado de los primeros cargos que se le asignaron en el clan como futuro Gran Maestro si no podía respetar sus propias costumbres lo que lo llevo a él mismo a interferir para que Bi Han no hiciera algo de lo que luego se arrepentiría. Admiraba mucho a su hermano, ambos cargaban con responsabilidades por ser los futuros herederos, pero sin dudas su hermano llevaba muchas mas obligaciones y compromisos al ser el primogénito y temía que esa presión terminara afectándolo.
 Acelerando, tomaron el camino más cercano y discreto al dojo. Ninguno estaba de ánimos para comenzar con los saludos diplomáticos si se cruzaban con integrantes de los otros clanes, no vaya a ser que la conducta de Bi Han desencadene una guerra al ofender a otro Gran Maestro. Mientras avanzaban se podía oír cada vez más cercano el murmullo de voces, vitoreo y golpes pero casi al llegar a la entrada se detuvieron abruptamente. Para alguien no diciplinado en el arte del sigilo habría ignorado el simple ruido de una ramita romperse, sin embargo, para personas como Bi han y Kuai Liang que fueron entrenados desde pequeños, era imposible no reconocerlo. Con cautela, se dirigieron una mirada y buscaron en las sombras. “Quién está ahí?” exclamo el futuro piromante. “Muéstrate” exigió Bi Han con voz imponente parándose frente a su hermano, completamente erguido, de frente a la fuente de donde provino el sonido. A simple vista parecía que no había nadie pero Bi Han era más listo, agudizó sus sentidos y con un rápido movimiento lanzó una daga congelada hacía donde había detectado que estaba el intruso.
Un grito ahogado salió de tus labios cuando sentiste al hielo cortar la carne de tu brazo. Por reflejo, tomaste tu brazo con la otra mano para evitar el sangrado, era un corte profundo y el dolor te hizo olvidar de la presencia de los dos hermanos.  Volviste a la realidad cuando una mano se agarró fuertemente alrededor de tu brazo  sano, te jaló hasta el centro del camino y con un empujón demasiado rudo para tu gusto, te hizo caer de bruces al suelo de piedra. Sentiste tus rodillas arder cuando los bordes de los adoquines rasparon tu piel, el miedo a lo que esta situación causaría te dejó momentáneamente inmóvil mientras mirabas a los ojos a tu agresor. “Quién demonios eres? ¿Y qué hacías escondida ahí, acaso estabas espiándonos? ¿Quién te envió? ¡Reapondé!” exclamó el nuevo Sub Zero mientras te sacudía como un muñeco de trapo. Tu voz salió más chillona que de costumbre, en un intento de patético de explicarte “Yo-Lo siento. Nadie me envió s-solamente quería ver los combates-“   juraste alzando las manos en un intento de hacerle ver que no tenias intenciones de pelear. “No mientas, por qué otra razón andaría una sirvienta por estos lados!” bramó apretando su agarre en tus brazos, haciéndote chillar cuando sus dedos se clavaron en tu herida aun sangrante. “Oye, hermano. Espera, la estas lastimando” dijo Kuai con urgencia, no entendía por qué su hermano se puso tan colérico contigo si a simple vista podía ver que no eras una amenaza, solamente una de las tantas doncellas que servían en el Lin Kuei. Rápidamente se movió para agarrar el antebrazo de su hermano en un gesto de hacer que te suelte “Déjala, no ves que la estas asustando? Mira, ya la has lastimado” habló con calma, aunque también se podía escuchar preocupación en su tono. Observó como la sangre se filtro en tu gastada camiseta gris, dándole un color casi negro a la tela y tu expresión de pánico y dolor solo hizo que su urgencia por hacer que su hermano te soltará aumentó. Apretando el agarre en el antebrazo de su hermano logró hacer que Bi Han te soltará, no sin antes ganarse una mirada de odio hacia él. “No podemos permitir estos actos de espionaje, sean o no pertenecientes a nuestro clan. Es una criada, más aún, una extrajera! Podría vendernos en cualquier momento, no entiendo como dejaron que siquiera sea parte de nosotros en vez de degollarla apenas cruzó nuestras puertas”  escupió Bi Han. Kuai Liang frunció el ceño, no entendía el desprecio de su hermano por los que no eran de como ellos, es verdad que la sangre era importante pero lo era aun mas los lazos de hermandad y camaradería que uno podía crear con otros más allá de su procedencia, eso fue algo que le enseñó su padre desde muy joven y que se reafirmó con la llegada de Tomas. Aunque él no tuviera sangre Lin Kuei en su cuerpo sin dudas demostró ser apto para competir por un título tan codiciado como lo era el de Smoke.  “No digas esas cosas, hermano. Tomas no compartirá nuestra sangre pero ha demostrado ser un guerrero digno y se ha ganado su lugar como nuestro hermano” exclamó con enojo “Además, no puedes juzgarla si es apta o no para el clan. Recuerda que aún no eres Gran Maestro y ella todavía no ha hecho su entrenamiento de guerrero” recordó Kuai. “No me hables de esa manera mucho menos frente a la criada, recuerda que soy tu hermano mayor y futuro Gran Maestro. Me debes respeto” escupió Bi Han con un tono amenazante mientras lo señalaba con un dedo. “Si tanto te preocupas por ella, hazte cargo tú y sácala de mi vista” dijo mientras pasaba por su lado chocando su hombro duramente, no sin antes patear un poco de tierra en tu dirección. “Le diré a nuestro padre que te retrasaras” murmuró con desdén. Kuai Liang miró irse a su hermano sacudiendo levemente la cabeza en resignación, definitivamente tendría que hablar con él después de esto.
Contemplaste toda la discusión desde el suelo, con una mano en tu brazo herido y los ojos llenos de lágrimas. Sus palabras fueron hirientes, cargadas con un veneno y desprecio total hacía ti que te hizo encogerte en tu lugar y tratar de desaparecer. Al menos agradecías a tu salvador que fue tan amable de apiadarse de ti y evitar que el criomante te rompiera el cuello. Perdida en tus pensamientos no reconociste la mano que Kuai había extendido hacía ti hasta que sentiste su otra mano tocar tu hombro. “Estas bien? Puedes pararte, verdad?” preguntó con un tono que no pudiste ubicar mientras miraba la herida que ocultabas con tu mano.  El calor llenó tus mejillas cuando sentiste la calidez inusual que irradiaba su toque en tu hombro, sumado a la cálida expresión en su mirada. “S-Sí, si puedo” murmuraste mientras tomabas su mano. “Está sangrando mucho, déjame ver” tomó tu brazo suavemente y levantó la gastada tela de tu remera “No es profunda, aunque la presión que ejerció Bi Han hizo que sangrara más de lo debido. Seguramente quedará cicatriz, lo siento” se disculpó mientras tomaba su cinturón de jade “Espera, ¿qué vas a hacer con eso? ¡Lo necesitas!” exclamaste. “Tranquila, tengo otros. Además, tu brazo es más importante que esto” tranquilizó con una suave sonrisa. Lo miraste asombrada mientras atendía tu brazo, estremeciéndote un poco mientras fijaba el cinturón alrededor de tu herida como una venda. Sus manos eran tan suaves, gentiles y cálidas  todo lo contrario a las de su hermano Bi Han, como descubriste que se llamaba, heladas, ásperas y antipáticas. “Ya está, cuando llegues a tu dormitorio deberías lavar la herida para evitar que se infecte” indicó Kuai Liang. Sin embargo, no pudo evitar sonrojarse cuando al levantar la mirada se encontró contigo mirándolo atentamente y sin poder evitar hacer lo mismo. Observó el color de tus ojos y lo grandes que eran, la fina humedad que aun persistía en ellos; la forma de tus cejas, el suave tono rosa que bordeaba tu nariz por el frio, la sutil curvatura de tu arco de cupido, todo lo que encontraban sus ojos era admirado detenidamente. Tu no estabas mucho mejor, la suave caricia de su cuidado y el cálido calor que emanaba de su cuerpo te dejó en un estado de ensoñación mientras estudiabas sus marcados rasgos varoniles que, a pesar de todavía poseer facciones infantiles, comenzaban a dar forma al hombre que sería en el futuro siendo su mirada la causante de provocarte un cosquilleo nervioso en el cuerpo. Sin embargo, ambos fueron sacados de su admiración por el otro cuando una fuerte ventisca sacudió tu cuerpo con un escalofrío.
Con una risa nerviosa, Kuai se alejó de ti haciéndote extrañar inmediatamente su extraña calidez cuando la dura presencia del frio se instaló en tu cuerpo. Entendiendo tu reacción, con rapidez se agachó para recuperar tu manta del suelo, que habías olvidado en tu altercado con Sub Zero, y la colocó suavemente en tus hombros. “Ven, déjame acompañarte hasta tu casa” “No creo que haga falta, ya has hecho demasiado por mí” respondiste, rezando para que no insistiera. “No te preocupes, fue mi obligación ayudarte en disculpa por la actitud de mi hermano. No debería haberte tratado así. Y no aceptaré un no por respuesta” exclamó sin sacarte los ojos de encima. “Bien” de mala gana aceptaste, los nervios enrollándose en la boca de tu estómago. Si madame Zi Yuen se enteraba que te escabulliste por la noche, te lastimaste y lo que era mucho peor, volvías al recinto en compañía de nada mas ni nada menos que el hijo del Gran Maestro, sin dudas lo ibas a pagar caro. El miedo debió ser obvio en tu rostro ya que Kuai Liang colocó una mano suavemente sobre tu hombro “Sucede algo? Te duele?” inquirió con preocupación. “Qué? Oh,no. De hecho no siento nada” trataste de ocultar tu preocupación con una sonrisa que salió a medias y con un gesto vacilante aceptó tu respuesta.
El viaje hasta los dormitorios de las doncellas fue tranquilo, hablaron de todo un poco pero más en especial sobre su entrenamiento para lograr el título de Scorpion y sobre lo cerca que estaba de lograrlo, de ahí dedujiste el por qué de su anormal temperatura cálida. También charlaron sobre lo cerca que estabas de comenzar tu propio entrenamiento, ya que a pesar de ser parte de la servidumbre todos los integrantes del clan debían pasar por un riguroso entrenamiento para poder servir al clan en caso de invasión o ataque. En tu caso, el entrenamiento comenzaba una vez cumplido los quince años y teniendo catorce, te faltaba menos de un año para comenzar, intentaste mentir sobre tu edad de nuevo pero Madame Zi Yuen no era tonta tal vez pudiste burlar al comerciante pero con ella era algo imposible y con la llegada de tu periodo quedaste sin escapatoria, teniendo que confesarle tu verdadera edad. A decir verdad, no te tenías tantas esperanzas. Habías visto a las demás doncellas que había pasado por ello y no creías ser lo suficientemente fuerte, más aun, sabiendo que el entrenamiento se realizaba de a uno o dos pupilos en un entorno muy lejano al Lin Kuei donde el maestro vería según tus aptitudes y habilidades a qué título serías más apto.
“Apuesto a que serás un gran guerrero” aseguró Kuai Liang con determinación, como si hubiera oído tus pensamientos. “En verdad lo crees?” preguntaste con genuina curiosidad y un destelló de esperanza “generalmente me dicen que no lograré superar el primer año. Ya sabes, por la sangre…” murmuraste, frunciendo el ceño con tristeza. “En verdad lo creo. No hagas caso a los que dicen que la sangre es importante sino mira a Tomas. Además, si hay algo de lo que me enorgullezco es mi habilidad para reconocer buenos aliados. Hasta el propio Gran Maestro me lo ha dicho, no su copia” aseguró el futuro criomante inflando el pecho con orgullo. Una pequeña sonrisa salió de ti haciendo que él también comenzara a reír, el calor cubriendo sus mejillas. Continuaron charlando y riendo durante todo el camino, tu hogar no estaba muy retirado del centro del pueblo, más sí ubicado en una zona bastante boscosa para evitar que haya fisgones a los alrededores y tener un mejor acceso al río al momento de ocuparse de la ropa sucia. Cuando estuviste lo suficientemente cerca del lugar, rápidamente te volviste hacia él “Fue un placer conocerte, hijo del Gran Maestro” dijiste con una sonrisa a falta de saber su nombre. Sin embargo, cuando te diste la vuelta para irte, Kuai tomó tu mano “Espera, no sé tu nombre..” dijo con un poco de vergüenza “hablamos tanto pero no tuve la delicadeza de saber tu nombre o decirte el mío” murmuró. Dudaste un poco pero finalmente se lo dijiste, divertida cuando intentó pronunciarlo a la primera y fallando terriblemente. “Y el tuyo?” preguntaste con divertida curiosidad sacándolo del mantra que había hecho tu nombre. “Kuai Liang” murmuró sonrojado, sintiendo un cosquilleo cuando te escuchó susurrarlo con canta delicadeza. Volvieron a compartir una tierna mirada pero el fuerte ruido de las puertas del recinto los sacó de sus pensamientos. Con apuro, lo despediste “¡Debo irme!”. “Espera, es mi deber acompañarte-“ exclamó. ”¡No! Si llegan a ver que me escapé no me dejarán volver a salir” susurraste exaltada. “Por favor, vete. No quiero que te castiguen a ti también” suplicaste. “Bien, pero prométeme que te veré de nuevo” “N-No puedo-“ “Entonces no me iré” desafió. Con un suspiro exasperado, asentiste y prometiste volver a juntarse, corriendo tan rápido como podías mientras tratabas de ser lo más silenciosa posible teniendo cuidado de no enganchar tu manta en algún arbusto.
Kuai te vio partir, vigilando tus pasos hasta que te perdiste de vista. No sabia qué fue lo que le hizo pedirte que se vieran de nuevo pero, sin dudas, lo hizo sentir extraño, por así decirlo. Anteriormente había sentido algo parecido cuando pasaba tiempo con Harumi pero eso sucedió luego de pasar y compartir bastante tiempo juntos. En cambio aquí, ahora, estos pocos minutos compartidos contigo lo dejaron mareado, nervioso y con un cosquilleo en la boca del estómago que sólo lo dejó confundido. Sacudiendo la cabeza, dio media vuelta y comenzó a ir hacia el dojo, sus hermanos lo estaban esperando.
Bueno, esta es mi primera vez escribiendo así que espero sean compresivos conmigo jaja. Espero que les guste y me cuenten lo que piensan. Aún no tengo claro cómo construir la relación entre el lector y Bi Han (ya saben, él es como los ogros y las cebollas, tiene capas). Así que, si tienen alguna sugerencia no dudes en decírmela.
PD: Si alguien esta interesado en ayudarme a traducirlo al inglés, bienvenido sea.
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Existe evidencia arqueológica sobre la práctica del sacrificio humano infantil en el Antiguo Israel. Pero, además, el revisionismo histórico señala que contrariamente a la polémica bíblica y a la distorsión historiográfica deuteronomista, el sacrificio humano (infantil) fue una práctica tradicional cananea (y por lo tanto israelita), y que los sacrificios se dedicaron a YHWH (Jeová), incluso entre los reyes (los llamados círculos oficiales). En este sentido, los deuteronomistas distorsionaron deliberadamente la terminología y sus referencias para criticar lo que de otro modo serían prácticas nativas israelitas que consideran ilegítimas. Es decir que la élite ha manipulado la historia para ocultar sus abominaciones. El culto satánico asociado a la deidad Moloch / Baal está vigente y ampliamente documentado en la actualidad, pues se sigue practicando en contextos políticos como en Bohemian Grove. Asimismo, cada vez más revelaciones de casos de abuso infantil están involucrando tanto a políticos, como sacerdotes, banqueros, masones, nobles, aristócratas, etc., quienes se presume que aún practican estos rituales. Michael Hoffman, la principal autoridad en el revisionismo histórico del judaísmo ha sido enfático al resumir la situación con esta frase: “Occidente está controlado por un culto fanático satánico que quiere instigar una guerra mundial como pretexto para matar o esclavizar a los no judíos.”
“No maldecirás a Dios, ni maldecirás al príncipe de tu pueblo. No demorarás la ofrenda de tu cosecha ni de tu vendimia. Me darás el primogénito de tus hijos. Lo mismo harás con tus bueyes y con tus ovejas. Siete días estará con su madre, y al octavo día Me lo darás.” (Éxodo 22: 28-30)
1. Crítica de fuentes
Los académicos siguen debatiendo sobre una serie de cuestiones importantes relacionadas con la naturaleza del sacrificio humano (infantil) en el Medio Oriente antiguo, incluidos los orígenes del rito, a quién se dedicaban estos sacrificios y quién los realizaba. En los últimos años han aparecido varios libros dedicados al tema, (1) y muchas publicaciones académicos relacionados con la historia de las religiones israelitas también han incluido discusiones sobre el tema. (2) En lo que respecta al material bíblico, es particularmente fastidiosa la cuestión de establecer si en realidad había un dios llamado Molech / Molek /Moloch /Molok / Mlk a quien se realizaban estos sacrificios, y si la frase bíblica “hacer pasar el fuego” se refiere al sacrificio de un niño o simplemente a un ritual de dedicación.
Hasta 1935, cuando Otto Eissfeldt publicó su libro Molk als Opferbegriff im Punischen und Hebräischen, und das Ende des Gottes Moloch, (4) se suponía que había un culto israelita que realizaba sacrificios humanos a un dios llamado Molech / Molek. Sin embargo, Eissfeldt argumentó que nunca hubo una deidad Molech (y por lo tanto no había ningún culto dedicado a él), y que el término mlk no era el nombre de una deidad en cualquier caso, sino un término usado para un sacrificio, en este caso un sacrificio humano-afín con el sacrificio fenicio / púnico mlk.
La tesis de Eissfeldt ganó un gran número de adherentes y todavía es aceptada por muchos académicos hoy en día, aunque académicos notables como John Day y George Heider han manifestado su desacuerdo con él en ciertos casos. Por ejemplo, ellos argumentan que aunque hay veces que en la Biblia hebrea esta palabra indica un tipo de sacrificio, es cierto que había un dios llamado Moloc y un culto dedicado a él en el antiguo Israel, y que esta deidad era una deidad cananea del inframundo. (5)
En apoyo de esta conclusión (6), Day ha argumentado que está claro que el supuesto dios Molech no debe ser equiparado con YHWH, el dios amonita Milcom, Baal, ni la deidad aramea Adad-milki; y que más bien, se conoce un dios mlk de los textos ugaríticos, así como de fuentes acadias. Además, argumenta que el hecho de que había un área de culto separada donde se realizaban los sacrificios (la parte superior al sur de Jerusalén, a diferencia del templo de Jerusalén) contradice la identificación de Moloc con YHWH. Además, Day cree que la Biblia hebrea no ha malentendido lo que originalmente era un término para un sacrificio con un nombre para una deidad, porque esto tendría que haber sucedido en una variedad de fuentes bíblicas, un hecho que él siente que cuestionaría su credibilidad.
El nombre de el dios de los israelitas, Yahweh, Javé o Jeová, fue revelado a Moisés como cuatro consonantes hebreas (YHWH) llamado tetragrammaton. Después del exilio babilónico (siglo VI a.C.), y especialmente desde el siglo III a.C., los judíos dejaron de usar el nombre Yahvé.
sacrificio infantil molech
Sacrificio Infantil al dios Molech / Moloch. El culto a Moloch Baal se transformo súbitamente en el culto a Yahve-Jehova.
¿Qué vamos a hacer con estos desacuerdos entre los estudiosos? La mayoría de los eruditos de hoy, incluido Day, concuerdan al menos en ciertos puntos:
a). Hubo un culto al sacrificio de niños en el antiguo Israel, y esta práctica es de origen cananeo.
b). Este tipo de sacrificio, en contraste con investigaciones más antiguas, se refiere a la práctica de sacrificar niños en el mundo real, y no simplemente de dedicarlos a una deidad (7).
c). Hay una serie de ejemplos en la Biblia hebrea donde el término mlk es ciertamente un término designado para un sacrificio (humano) —como en las fuentes fenicias / púnicas— y no un dios, como Eissfeldt sacó a la luz originalmente.
d). Aunque este término se puede usar para un sacrificio, todavía hay ejemplos en la Biblia hebrea donde el término se refiere más naturalmente a una supuesta deidad llamada Molech.
Por lo tanto, las preguntas centrales siguen siendo: ¿había una deidad llamada Moloc a la que se dedicaba un culto israelita?, y ¿para quien se realizaban sacrificios humanos, como Day y Heider han argumentado? Y si es así, ¿qué se puede saber sobre esta deidad?
Hay una serie de puntos que pueden ser ordenados en contra de los argumentos presentados por Day. Él hace todo lo posible para sugerir que ciertos textos bíblicos (por ejemplo, Jeremías 7:31; 19: 5; 32:35) no indican que los israelitas estaban sacrificando sus hijos a YHWH. (8) Parece más probable, dado que otros pasajes de la Biblia hebrea se refieren a estos sacrificios realizados por YHWH o por orden de YHWH, que estos pasajes en Jeremías hacen referencia o implican que los sacrificios humanos se realizaban para YHWH. Por ejemplo, en Jeremías 32:35 una parte de la redacción deuteronomista del texto (9) dice:
“Y edificaron lugares altos para Baal, que están en el valle de ben Hinom para hacer pasar a sus hijos y sus hijas” a través del fuego como un sacrificio de mlk. Esto no les ordené, ni estaba en mi corazón (para ellos) hacer esta abominación…”
Los otros pasajes en Jeremías son similares.
Sin embargo, incluso si estos pasajes en Jeremías no son concluyentes en cuanto a si los sacrificios humanos se realizaron en el nombre de YHWH o a petición de YHWH, otros pasajes bíblicos confirman este hecho. Por ejemplo, Ezequiel 20: 25-26 indica directamente que YHWH en realidad ordenó tales sacrificios:
“Yo YHWH también les di estatutos que no eran buenos, y ordenanzas por las cuales no podían vivir. Les hice pecar por sus (propios) dones, haciendo que (ellos) atraviesen (el fuego) a todos los que abren el útero, es decir, el primogénito, para poder horrorizarlos, a fin de que puedan saber que yo soy YHWH.”
Además, las imágenes del sacrificio de mlk en Isaías 30: 27-33 (especialmente el versículo 33) indican claramente que tales ofrendas se realizaron para YHWH. Miqueas 6: 6-7 también es notable, ya que condena el sacrificio de niños, no porque sea inmoral, sino porque, en ausencia de fidelidad y justicia del pacto, es una forma de adoración excesiva e innecesaria, tal como lo son los sacrificios a YHWH de, por ejemplo, miles de carneros. (10)
Por lo tanto, estoy de acuerdo con Mark Smith en que “estos pasajes indican que en el siglo VII el sacrificio de niños era una práctica judía realizada en nombre de Yahweh… En Isaías 30: 27-33 no hay ofensa tomada en el tophet, el precinto del sacrificio de niños. Parecería que el culto jerusalenita incluía el sacrificio de niños bajo el patronazgo yahvista; es esto lo que Levítico 20: 2-5 deplora.” (11)
Esto es significativo por otra razón: como se consideraba que topheth operaba bajo el patronazgo de YHWH, no es convincente el argumento de Day que establece que YHWH debe haber sido una deidad separada del supuesto dios Molech debido a que había un lugar separado del templo de YHWH en Jerusalén para los sacrificios humanos que se llevarían a cabo para mlk (es decir, el topheth).
anunnaki baal ishtar inanna
El culto a Moloch Baal se puede rastrear hasta Sumeria con las tablillas Anunnaki que hacen referencia a Baal, Ishtar, Inanna.
Las turbias referencias en Jeremías, mencionadas anteriormente, tienen implicaciones adicionales para evaluar el argumento de Day de que los Deuteronomistas y otros autores bíblicos, que vivieron en un momento (o poco después) en que tales sacrificios se realizaban en realidad, no habrían podido confundir el término sacrificial mlk con el nombre de una deidad.
Saul Olyan ha argumentado convincentemente que este no es un caso de que los Deuteronomistas malinterpreten los términos y sus referencias; más bien, se trata de que los Deuteronomistas distorsionaron deliberadamente la terminología y sus referencias para criticar lo que de otro modo serían prácticas nativas israelitas que consideran ilegítimas.
Así como ellos distorsionaron la naturaleza original de Asherah / la asherah en la religión israelita asociándola con Baal en lugar de YHWH, (12) también los Deuteronomistas, como se ve en el pasaje citado de Jeremías arriba, asociaron el sacrificio humano —práctica israelita tradicional en ciertos círculos— con Baal, provocando así una distorsión polémica, ya que el sacrificio humano no está atestiguado en ninguna otra parte en la religión cananea para Baal. (13) Más bien, el sacrificio humano en la religión cananea se asoció con El (con quien YHWH fue identificado en un período anterior en la religión israelita). (14)
De la distorsión de los Deuteronomistas a la realidad fáctica detrás del sacrificio de mlk y de la deidad / deidades a las que fue destinado, uno puede notar que los Deuteronomistas también (erróneamente) identifican a Milcom, el dios de los Amonitas, con Molech en 1 Reyes 11: 7; sin embargo, como Day mismo ha argumentado, el sacrificio humano era un fenómeno cananeo, y parece poco probable que Molech se equipare con el dios Ammonita Milcom. (15)
Finalmente, a partir de la polémica deuteronomista, también parece que se sabía que tales sacrificios tenían lugar en el bamot, o “lugares altos”, y esto nuevamente apunta a una disimulación deliberada, ya que el bamot, a diferencia de como lo presenta la historiografía deuteronomista, era una característica común de la religión israelita tradicional y el culto a YHWH (aunque, como se verá más adelante, aparentemente no hay evidencia bíblica adicional de que tales sacrificios realmente tengan lugar en el bamot). (16)
Por estas razones, concluyo que Day ha malentendido el problema real: no es una cuestión de que los autores Deuteronomistas (y otros autores posteriores) hayan malinterpretado la naturaleza real de los sacrificios y para quiénes fueron realizados (de hecho, varios autores saben exactamente para quién fueron destinados: YHWH); más bien, es una cuestión de la agenda deuteronomista desacreditar las prácticas que consideran ilegítimas, como en el caso de Asera / la asherah.
Hay todavçia más problemas con el análisis de Day. Por ejemplo, aunque él cita evidencia de que había un dios mlk tanto en fuentes ugaríticas como acadias, no hay evidencia que vincule al dios mlk con el sacrificio humano o con el término sacrificial hebreo y fenicio mlk. (17) De hecho, como Day argumenta, el término sacrificial mlk se origina en la raíz hlk, que significa “ir”, y de esta manera es similar a otros términos de sacrificio en hebreo, como ‘olah y qorban’. (18) Tampoco es seguro que el dios Mkk pertenezca al culto a los muertos en los textos ugaríticos , (19) aunque parece probable que, sea quien sea en realidad esta deidad, sí tenía alguna conexión con el inframundo. (20)
Estas complicaciones, a su vez, pueden cuestionar la evidencia bíblica que podría montarse para asociar la veneración de los muertos en los lugares altos con el sacrificio de niños; en cualquier caso, no hay evidencia bíblica adicional de que el sacrificio infantil siquiera haya ocurrido en los lugares altos (21), esto puede indicar que el sacrificio de niños en realidad no era una práctica muy común en el antiguo Israel (22). Finalmente, Ugarit ni siquiera da fe de la práctica del sacrificio de niños, un tema serio para las sugerencias de Day. (23)
Aunque se mencionó anteriormente, vale la pena reiterar el hecho de que el sacrificio de niños en el antiguo Cercano Oriente era principalmente providencia de El (= Baal Hamon = Baal Addir = Addir Melek = (más tarde) YHWH, véase 2 Reyes 17:31), no el Baal bíblico (= Hadad = Baal Shamem) —de hecho, como Olyan ha discutido extensamente, no hay evidencia de que Baal haya sido alguna vez receptor de sacrificio humano en la religión cananea, aunque puede haber algunas referencias para tales sacrificios dedicados a Baal entre los no cananeos (24). (25) Esto es significativo, porque, de ser cierto, socavaría aún más la credibilidad de la presentación deuteronomista de los sacrificios humanos que se realizan para Baal.
ritual satanico
Representación de ritual satánico de la élite global. La película Eyes Wide Shot (Ojos bien Cerrados) hace alusión a la forma en que sociedades secretas siguen haciendo rituales a Moloch.
2. Evidencia arqueológica de sacrificio infantil en el Antiguo Israel
Finalmente, vale la pena discutir otras fuentes antiguas del Cercano Oriente sobre el sacrificio humano. Como relata Filón de Biblos, y como hemos visto en nuestra discusión sobre un supuesto culto de Molech en el antiguo Israel, aparentemente había varias deidades a las que se les podía ofrecer un sacrificio humano de mlk, incluyendo El (= Kronos), Ouranos, YHWH y otras deidades. ¿Qué otra evidencia tenemos del antiguo mundo mediterráneo con respecto a tales sacrificios, y a quién se les ofreció? Como se mencionó anteriormente, parece claro que el sacrificio humano era una práctica indígena cananea (y por lo tanto israelita), frecuentemente asociada con El (identificada más tarde con YHWH en las religiones israelitas). Mark Smith tiene una excelente discusión de la evidencia relevante, incluyendo materiales textuales, epigráficos, arqueológicos e iconográficos. (26) Todo lo que ofrezco aquí es un breve resumen de las evidencias más pertinentes.
Tanto los materiales fenicios como los púnicos designan múltiples destinatarios para el sacrificio de mlk, tal como lo atestigua Philo. Estas deidades incluyen a Eshmun, Baal Hamon y Tannit (= El y Asherah (27) ). (28) Otras fuentes clásicas, incluso Diodorus Siculus, también indican que tales sacrificios se realizaron para Kronos (= El). (29) Los relieves de guerra del Reino Nuevo en Egipto también representan a los pueblos levantinos que realizan sacrificios de niños en tiempos de guerra. (30) La evidencia arqueológica púnica de Cártago también atestigua el sacrificio de niños y entierros, aunque algunos eruditos han argumentado que la práctica del sacrificio humano todavía era bastante rara allí, contrariamente a la polémica popular en el mundo antiguo. (31) Se conocen otros sitios de sacrificio de niños desde el antiguo mundo mediterráneo, desde España, Sicilia, Cerdeña y posiblemente Tiro.
En el Volumen 2 de su libro La Excavación de Gezer (un sitio arqueológico localizado entre Jerusalén y Tel-Aviv, también conocido como Abu Shusheh), el arqueólogo Rober Alexander Stewart Macalister refiere que en su excavación en la Zona Alta del lugar encontró un cementerio de bebés recién nacidos. La estrecha asociación con la Zona Alta sugiere que estos bebés fueron víctimas de sacrificio. Y esto ha sido confirmado por la presencia física de al menos dos marcas de fuego.
“Estos bebés se depositaron en grandes vasijas de base puntiaguda de dos mangos. Examinamos los huesos excesivamente delicados en la medida de lo posible, y no se encontró evidencia de que los cuerpos estuvieran mutilados de ninguna manera. En comparación con otros entierros en la Zona Alta, este es idéntico en apariencia.”
Además, hay evidencia arqueológica en la Edad de Bronce tardía de Amón en Transjordania de los huesos quemados de niños, lo que probablemente indica un culto de sacrificios humanos allí. (33) Este hecho, a su vez, se alinea bien con el relato bíblico de 2 Reyes 3, donde los reyes de Judá, Israel y Edom se alían juntos y atacan al rey Moab de Mesha, llevándolo de regreso a su ciudad. En el versículo 27, el rey Mesha sacrifica a su hijo sobre una pared provocando “gran ira” en Israel, presumiblemente porque el dios de Moab fue convocado a la defensa de Mesha a través del sacrificio, y ellos (los israelitas) huyeron a su propia tierra. Esta historia también es notable porque concuerda con Philo de Byblos y Porphyry, así como con lo que vimos en los alivios de guerra egipcios: a saber, que estos sacrificios fueron ofrecidos por la clase real o gobernante durante tiempos de grandes problemas, incluida la guerra.
Conclusión
Parece bastante probable que, contrariamente a la polémica bíblica y a la distorsión historiográfica deuteronomista, el sacrificio humano (infantil) fue una práctica tradicional cananea (y por lo tanto israelita), y que los sacrificios mlk se dedicaron a YHWH, incluso entre los reyes (los llamados círculos oficiales).
El sacrificio humano tiene antecedentes históricos en todo el planeta, y hoy en especial llama la atención cómo la historia revisionista ha sido capaz demostrar la práctica de sacrificio infantil en el Antiguo Israel, donde élites sacerdotales usaron la magia negra no sólo en contextos religiosos, sino políticos también.
El papel de la “Magia negra en el judaísmo jasídico”, investigado y documentado por el historiador revisionista, Michael Hoffman, es determinante y complementario para comprender el presente, pues este académico revela, como muchas otras fuentes, que “Occidente está controlado por un culto fanático satánico que quiere instigar una guerra mundial como pretexto para matar o esclavizar a los no judíos.”
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elbiotipo · 7 months
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(Contexto: Beto le pregunta a Ragua que tan profundo puede nadar, pero ella no sabe como contestar porque no sabe bien que es un metro)
"-¿Pero quién decidió eso? -No sé.- Beto se encogió de hombros. - Fue convención.
Ragua hizo esos ojitos de "traducí, por favor".
-Tipo, unos europeos se reunieron un día y decidieron, "esto es un metro". - Beto trató de hacer un metro con las manos. -Hicieron 'lo que se les canta'. - Ragua contestó, orgullosa de poder usar una frase rioplatense apropiada. Más o menos.
Beto sonrío, casi orgulloso, agitó la mano de esa misma manera manera, 'más o menos', y se cebó otro mate.
El mar de nubes se mecía sobre las aguas de Nueva Valparaíso, tapando un laberinto de archipiélagos. Ragua miraba atentamente a las islas que asomaban desde el oscuro mar, tratando de numerar esa palabra que sonaba en su cabeza.
Lejos.
-¿Te cuesta entender? - Preguntó Beto. -Sí. -Supongo que no sé como explicar "un metro." -Lo raro… un arsu es parecido. Confundida.
Era frustrante para los dos. Saber de que estaban hablando, pero que no sea lo mismo.
Ragua asintió y volvió a mirar al océano, recordando las unidades con las que se había críado hace milenios. Un arsu son 7 arcu, un ar son 7 ruars…
-Capaz sea por eso. - Afirmó Beto. -Bueno, antes del metro, usaban partes del cuerpo para contar. Como los pies.
Ragua hizo una cara rara, sus aletas agitadas en confusión.
-¿Pies? -Sí, pasa que creo que todos saben cuanto mide un pie.
Ragua miró los pies de Beto, y los suyos. Evolucionados en mundos distintos, para cosas casi iguales, pero en condiciones totalmente diferentes. Raro. Todo muy raro.
-Pero. Los pies… Son diferentes… Incluso para ustedes humanos. - Argumentó, con toda razón. -Tenés razón. Pero creo que decidieron usar uno igual para todos. -¿Un pie? -Sí. -¿Un pie de alguien? -Eh. No sé. Capaz... -'Por convención' -Dijo Ragua, a ver si entendía. -Tal cual. -Raro. -Sí, rarísimo. Pero hay algunos que todavía usan ese sistema. Esos tipos en Yordán. -¿Los mormones? -Sí, esos.
Ragua hizo una mueca con los colmillos, recordando un día particularmente tedioso.
-Yordán… ¿el lugar ese donde andvimos en auto? Y con todos esos… shoppings. - Ragua contestó, recordando la peor hamburguesa que comió en su vida. -Ese mismo. - Asintió Beto. -Horrible. -Inhóspito. -Eh, ¡Esa palabra ni yo la sabía! - Felicitó Beto, con una sonrisa compartida.
Se rieron un ratito, hasta que el viento fresco los hizo temblar, trayendo otra fría lluvia. Pero que lejos estaban las capitales de la Campoestela de este mar infinito de Nueva Valparaíso…."
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anyara · 2 months
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KAWAAKARI
“El río que resplandece en la oscuridad”
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Parte II
Capítulo XVI
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—Esta temporada me está resultando muy aburrida —suspiró Yuka.
Para Kagome aquel comentario fue llamativo, más aun conociendo el carácter desenfadado y estridente de Yuka.
—Los inviernos suelen ser tranquilos, ya lo sabes. Además, las nevadas han sido intensas —Kagome argumentó desde un estado de calma que contrastaba con la animosidad de su amiga.
—Desde luego, no se podía cruzar la puerta de casa sin que alguien saliera herido —Yuka continuó con su queja—. Gracias a los kami tuvimos aquel baile en tu casa, Sango, de lo contrario la temporada estaría siendo mucho peor…
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FF
WP
AO3
Ilust: @lenbarboza
#inuyasha #inukag #犬夜叉 #かごめ
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ignacionovo · 9 months
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El 14 de octubre de 1998, en un vuelo transatlántico de la línea aérea British Airways, tuvo lugar el siguiente suceso. A una señora la sentaron en el avión al lado de un hombre de raza negra. La mujer pidió a la azafata que la cambiara de sitio porque "no podía sentarse al lado de una persona tan desagradable". La azafata argumentó que el vuelo estaba muy lleno, pero que iría a ver si podía encontrar algún asiento libre en primera clase. Todos los pasajeros observaban la escena con disgusto, no solo por el hecho en sí, sino por la evidencia de que, además, se le fuera a ofrecer un sitio a esa mujer en primera clase.
Minutos más tarde, regresó la azafata, quien informó a la señora: "Discúlpeme, señora, efectivamente, todo el vuelo está lleno, pero afortunadamente he encontrado un asiento vacío en primera clase. Para hacer este cambio, he tenido que pedir autorización al capitán, que me ha indicado que no se podía obligar a nadie a viajar al lado de una persona tan desagradable". La señora, con cara de triunfo, intentó salir de su asiento, pero la azafata en ese momento se volvió hacia el hombre de raza negra y le dijo: "Señor, ¿sería usted tan amable de acompañarme a su nuevo asiento?" Todos los pasajeros aplaudieron la acción de la azafata. Ese año, la azafata y el capitán fueron premiados por esa actuación.
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susurrodelcielosv · 8 months
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Activa Tu fe
En un tranquilo pueblo escondido de las grandes urbes, un pastor, preocupado por el impacto negativo del bar local, instó a su congregación a unirse en una cadena de oración para que cerrara sus puertas. El establecimiento era frecuentado por aquellos sumidos en la bebida y la desesperación. Luego de varios días de oración, una tormenta eléctrica que se generó en el pequeño pueblo donde estaba la iglesia y el bar, desató su furia sobre el bar, desencadenando un incendio devastador, que destruyó los cimientos del lugar donde se expendía bebidas alcohólicas.
Conmocionado por la noticia, el dueño del bar se enteró de la oración de la iglesia y decidió presentar una demanda contra el pastor. Argumentó ante el juez que la congregación había solicitado específicamente que un rayo cayera sobre su negocio. El pastor, sorprendido por la acusación, negó categóricamente cualquier implicación en el trágico suceso. "¡Jamás esperábamos un desenlace así! ¡No es culpa nuestra!", clamó.
La escena desconcertó al juez. Ante él se encontraba un dueño de bar que se declaraba ateo, pero que creía en el poder de la oración, y un pastor que negaba que su súplica hubiera tenido algún efecto.
Con incredulidad, el juez concluyó: "Es sorprendente lo que escucho: un dueño de bar que, siendo ateo, confía en el poder de la oración, y un pastor que duda de la eficacia de sus propias palabras".
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juanjoseojedadiaz · 2 months
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**Denuncian campaña de descrédito contra la candidatura de Daniel Ceballos**
**Ceballos solicita al CNE mantener abiertas las fronteras para garantizar el derecho al voto de los venezolanos en el exterior**
Caracas 22/07/24. (PS).- Daniel Ceballos, candidato presidencial por el partido Arepa Digital, solicitó este lunes ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) que se mantengan abiertas las fronteras el próximo 28 de julio para que los venezolanos que residen en zonas limítrofes puedan ejercer su derecho al voto.
Argumentó que las características de la migración venezolana actual hacen de este proceso electoral uno distinto a los anteriores. "Un cierre de frontera entre el 26 de julio y el 28 de julio a medianoche atenta contra el derecho de los venezolanos a participar y a elegir por lo que proponemos una frontera abierta para que millones de venezolanos tengan la facilidad de venir a votar. Estas elecciones son diferentes a años anteriores, donde no teníamos esta realidad".
Denunció además que se está gestando una campaña de descrédito y boicot en contra de su candidatura a través de las redes sociales, con el objetivo de enfrentarlo al candidato de la Mesa de la Unidad Democrática, Edmundo González. "Hay un grupo de personas desde el exterior que pretenden empañar, ensuciar y boicotear este proceso que busca que los venezolanos nos entendamos con los votos. Quiero resaltar que esta gente ha fracasado en su intento de cambio para Venezuela y son parte del pésimo gobierno del interinato liderado por Juan Guaidó con esta pretención desde el extranjero".
El candidato de Arepa Digital aseguró que las acciones para crear descalificaciones y conflictos con la candidatura de Edmundo González, a quien reconoce y respeta, buscarían exacerbar el clima de polarización para que Venezuela pierda. "Debemos señalar e identificar a quienes están cómodamente desde el exterior promoviendo estos intentos de confrontación".
**Plataforma Llégate y Vota**
Daniel Ceballos destacó que la plataforma Llégate y Vota ha registrado a miles de venezolanos con la intención de venir a votar al país, por lo que su solicitud ante el CNE está respaldada por la intención de voto de quienes están fuera y desean participar. "La frontera será objeto de noticias cuando lleguen los venezolanos a votar, y serán imágenes que todos debemos apreciar".
Resaltó que esta plataforma digital está lista para el proceso de auditoría ciudadana del voto el 28 de julio. "Con el código QR del comprobante que emite la máquina de votación, se podrá escanear y tener simultáneamente una totalización que permita la transparencia y legitimidad de este nuevo gobierno", concluyó.
Prensa Daniel Ceballos
Juan José Ojeda Díaz / Prensa de Solidaridad
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notasfilosoficas · 5 months
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“La filosofía no debe ser un sistema cerrado de reglas y teorías, sino un proceso de interrogación constante y desestabilización de conceptos establecidos”
Jacques Derrida
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Fue un filósofo francés de origen argelino nacido en El-Biar Argelia Francesa en julio de 1930. Conocido popularmente por desarrollar un análisis semiótico conocido como deconstrucción. Señalado por algunos como el máximo exponente de la corriente denominada filosofía de la diferencia.
Primeros años 
Jacques nació en el seno de una familia judío- sefardí de clase media acomodada originaria de Toledo. Sufrió la represión del gobierno de Vichy siendo expulsado en 1942 de su instituto por motivos racistas. Este trauma que recordaría toda su vida le ayudaría a construir su personalidad.
Soñó con ser futbolista profesional, participó en diversas competencias y es en esa época de juventud, que leyó con pasión a novelistas clásicos y filósofos y escritores como Albert Camus, Rousseau, Nietzsche y André Guide.
En 1953 ingresó a la Escuela Normal Superior francesa en donde descubrió las obras de Kierkegaard, Martín Heidegger y Louis Althusser, este último sería su tutor y amigo de toda la vida.
En 1957 se casa con la psicoanalista y traductora Marguerite Aucouturier con quien procreó 2 hijos. De vuelta en Argelia para cursar su servicio militar conoce a Pierre Bourdieu mientras imparte clases de inglés y de francés, regresando a Francia en 1959. 
En 1965 obtiene el cargo de Director de Estudios del departamento de filosofía de la École Normale Supérieure en donde establece amistad con Georges Canguilhem y Michel Foucault.
Encuentro sobre las ciencias francesas
En 1964 participa en el Encuentro sobre las ciencias francesas en Baltimore junto con Jacques Lacan, Roland Barthes, Jean Hyppolite y Lucien Goldman lo cual resultará decisivo para su reconocimiento internacional, y es ahí en donde conoce al director del departamento de literatura comparada de la Universidad de Yale y miembro de la Yale School of Deconstruction, Paul Man.
Obras
En 1967 publica al mismo tiempo tres obras capitales de su pensamiento, la primera, titulada “De la Gramatología”, realiza un análisis sistemático del origen del lenguaje en las obras de Saussure, Rousseau y Levi-Strauss. En su segunda obra titulada “La escritura y la diferencia”, ofrece una recopilación de artículos de Foucault, Levinas, Husserl, Heidegger, Hegel, Bataille, y el poeta y dramaturgo Artaud.
Deconstrucción
Jacques Derrida es reconocido entre otras cosas por haber desarrollado la “Deconstrucción”, el cual hace referencia a un acto bastante complejo en donde se analizan paradigmas conceptuales en los que se ha asentado la sociedad occidental desde los inicios de la filosofía griega hasta nuestros tiempos y cuya interpretación y aplicaciones pueden ser muy distintas, y que marcaron la producción filosófica de buena parte del siglo XIX y XX.
Gramatología
Otro concepto publicado en uno de sus libros de Derrida denominado “De la Gramatología”, desarrolla todas las consecuencias que sus análisis de la fenomenología trascendental tienen para la noción de “escritura” en contraposición a la primacía del “Habla”, haciendo del fonocentrismo, la base del logocentrismo. En donde para Derrida el concepto de escritura es un concepto cercano a la semiótica o ciencia de los signos, abarcando todo lo inabarcable al juego de referencias significantes que constituye para el el lenguaje.
Deconstrucción y psicoanálisis
Jacques Derrida siempre argumentó que “la deconstrucción del logocentrismo no es un psicoanálisis de la filosofía,” y trató de evitar la comparación del inconsciente psicoanalítico, desarrollando para ello la noción de “archivo”, que no implica la inscripción inconsciente de lo reprimido u olvidado, sino mas bien un acto consciente de “archivar”, en donde el “archivo”, es el suplemento de una memoria que ya no es la vulgar concepción de la memoria espontánea, sino mas bien una memoria “protética” del soporte técnico.
La discusion de Derrida con el psicoanálisis no concierne únicamente a la deconstrucción de los textos de Freud sino también a los de Jacques Lacan, y especialmente a su famoso “seminario de la carta robada” basado en la interpretación Lacaniana de un texto de Edgar Allan Poe.
Al deconstruir la obra de eruditos anteriores, Derrida trata de demostrar que el lenguaje está cambiando de una forma constante.
Fue precursor de una gran reflexión critica sobre la institución de la filosofía y sus formas de enseñanza de esta materia de tal forma que lo llevó a crear el Colegio Internacional de Filosofía que presidió hasta 1985.
Como activista político apoyó a los intelectuales checos en contra del “apartheid” sudafricano, o por su preocupación por el pueblo palestino.
Muerte
Derrida falleció en París en octubre de 2004 a causa de un cáncer de páncreas a la edad de 74 años.
Fuentes: Wikipedia, psicologiaymente.com, philosphica.info, biografiasyvidas.com, buscabiografias.com
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eldiariodelarry · 2 years
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Clases de Seducción II, parte 16: Culpa
Temporada 1
Temporada 2: Parte 1, Parte 2, Parte 3, Parte 4, Parte 5, Parte 6, Parte 7, Parte 8, Parte 9, Parte 10, Parte 11, Parte 12, Parte 13, Parte 14, Parte 15
Sebastian y Matias tomaron un móvil del ejército que los estaba esperando en el aeropuerto de Arica para transportarlos hasta el regimiento.
Olivares ya no insistía en sacarle tema de conversación a Sebastian, y él lo agradecía. Sabía que después de todo lo que habían conversado, habían llegado a tal confianza entre ambos que los silencios ya no eran incómodos.
Al llegar al regimiento, Matias se presentó como el escolta de Sebastian, y los hicieron pasar a ambos a la oficina del Capitán Guerrero.
—¿Lo hizo pasar muchas rabias, Cabo? —le preguntó el Capitán a Olivares.
—No, Capitán —respondió con sinceridad Matías—. Él sabe que cometió un error, y está arrepentido.
Sebastian levantó la ceja levemente, sorprendido por las palabras de Matias, porque claramente estaba mintiendo: de lo único que estaba arrepentido era de haberle creído a su padre.
El Capitán resopló sonoramente, en señal de incredulidad ante las palabras de Matias, y miró directamente a los ojos a Sebastian, quien ya había recuperado su semblante inexpresivo.
—¿Es cierto eso, soldado? —le preguntó directamente.
Sebastian se demoró una milésima de segundo más de lo necesario para sonar convincente.
—Si, capitán —respondió finalmente.
—Parece que el pequeño paseo no le sirvió para sacar la voz de hombre y hablar fuerte, Guerrero —comentó con sarcasmo el capitán.
—Está cansado —lo defendió Matias—, no ha dormido nada desde hace dos días, me comentó.
—Bueno, se habría evitado ese problema si no se hubiese arrancado —argumentó con lógica el Capitán—. Como sea, muchas gracias por su servicio, Cabo Olivares —agregó, a modo de cierre de la conversación para despedir a Matias, y luego se dirigió a Sebastian—. Y usted, Guerrero, vaya a las barracas a darse una ducha y a vestirse. Lo espero en la armería en cinco.
Sebastian obedeció al capitán, y salió de su oficina apurando el paso. Al cabo de unos segundos se percató que el capitán no venía detrás de él y caminó con normalidad hacia las barracas.
—Oye —Sebastian escuchó la voz de Matias acercarse a él por la espalda—. Recuerda guardar bien lo que te pasé —le dijo, dándole unas palmaditas fraternales en el hombro, mientras disimulaba la falta de aliento.
—Gracias —Sebastian no atinó a decir nada más. Estaba abrumado por la amabilidad y empatía de Matías.
Olivares le sonrió, como indicándole que era lo mínimo que podía hacer, y luego dio la media vuelta y se fue.
Sebastian dio un suspiro de alivio, al saber que no estaba totalmente solo en el mundo. Aun había gente buena que valía la pena conocer y potencialmente a futuro poder llamar amigos.
Siguió caminando hasta llegar a las barracas, donde se dirigió rápidamente al baño para lavarse la cara y mojarse el pelo, y luego se fue al dormitorio, abrió su casillero y sacó su ropa de militar, aprovechando en el momento de guardar disimuladamente el celular que le había pasado Matías, envolviéndolo con un par de calcetines limpios. Se vistió rápidamente y al salir del dormitorio para dirigirse a la armería se cruzó con Andrés, quien lo saludó con alegría.
—¿Dónde estabas? —le preguntó, dándole un abrazo.
—Fui a comprar cigarros —respondió con sarcasmo.
Andrés se rió.
—Qué bueno tenerte de vuelta —le dijo el muchacho—. ¿Llegaste con Javier? —Sebastian negó con la cabeza—. Uy, su castigo va a ser más pesado entonces.
Como si a Sebastian le hubiese hecho falta ese comentario. El recordar que su amigo probablemente no volvería, y que tenía todo un castigo por delante, por su ausencia de dos días del regimiento le hizo revolver el estómago.
—Oye, hay algo que tienes que saber —le dijo Andrés, pero Sebastian no tenía ganas de seguir con la conversación.
—Sorry, Andrés, ¿podemos hablar después?, el capitán me está esperando —le dijo Sebastian, y sin darle tiempo para responder, se alejó del lugar.
Al llegar a la armería, estaba el capitán Guerrero junto a Ortega esperándolo.
—Guerrero, llega justo a tiempo —le dijo el capitán, con sorpresa, provocándole una leve sonrisa de satisfacción a Sebastian—. Sígame.
El Capitán comenzó a caminar por el amplio terreno del regimiento, sorprendiendo a Sebastian, que pensó que lo encerrarían en la armería a contar casquillos nuevamente, como la vez anterior.
Caminaron hasta una de las torres de vigilancia, que en la base tenía una puerta de metal cerrada con un candado. El Capitán le indicó a Ortega que abriera el candado y Sebastian esperó ansioso a ver qué había dentro.
Al abrir la puerta, desde donde estaba de pie, Sebastian solo vio profunda oscuridad, hasta que Guerrero iluminó una parte del interior con su linterna.
—Bienvenido a su dormitorio —le dijo el hombre, mientras alumbraba específicamente un viejo catre metálico sin colchón ni sábanas, con solo una gruesa malla de resorte del mismo material para soportar su cuerpo.
Aparte del catre, Sebastian solo pudo divisar que tanto el suelo como la pared eran de un color gris cemento, sin pintar.
Sebastian no dijo nada, e intentó mantener una expresión seria en el rostro.
—Aquí tendrá mucho tiempo para pensar en lo que hizo —comentó Ortega, y Sebastian lo odió por eso.
Lo que menos quería era pensar en todo lo que había pasado en las últimas 48 horas, el haberse escapado, con el único propósito de ver a Rubén, el enterarse que había tenido un accidente, y ser obligado a volver sin poder saber su estado. De todas maneras, aunque no lo quisiera, sabía que iba a pensar en todo eso durante la noche.
Guerrero le hizo una seña con la mano para que Sebastian ingresara a la habitación, y él obedeció. Cruzó el umbral de la puerta intentando acostumbrar la vista para descifrar qué más había dentro, pero la oscuridad se apoderó de todo el lugar rápidamente cuando Ortega cerró la puerta, y Sebastian solo pudo escuchar el candado cerrarse al otro lado.
Caminó lentamente en dirección hacia donde estaba la cama y se quiso sentar, sobresaltándose levemente al sentir el frío metal del catre. Dio un suspiro, y decidió tratar de descifrar qué más había en esa habitación. Volvió hacia la puerta y desde ahí comentó a caminar con ambas manos apegadas a la pared a modo de guía.
El corazón le dio un vuelco cuando sintió un chirrido al llegar a una de las esquinas del lugar. “Ratas”, pensó Sebastian, con un escalofrío recorriéndole la columna, justo en el momento que sintió que algo pasó por encima de su mano derecha, caminando por la pared hacia el suelo.
Sebastian dio un salto y se alejó lo más rápido que pudo de la pared, sacudiendo las manos y tratando de ubicar el catre, donde se recostó en posición fetal y con el corazón latiéndole a mil por hora, y con lágrimas cayéndole por los ojos, las que no tardaron en desencadenar un llanto real.
Rubén despertó con un profundo dolor en la mayor parte de su cuerpo. Apenas podía mover la cabeza gracias al cuello ortopédico, el que no evitaba que le doliera, y simplemente agregaba una gran incomodidad a su estado.
Pasó una pésima noche, entre dolores y sueños raros, no pudo conciliar el sueño como habría deseado para descansar de todo lo malo que había pasado en las últimas horas.
Se levantó a duras penas y salió de su habitación hacia el comedor, donde su padre estaba tomando desayuno con Darío, quien había llegado esa misma mañana desde Santiago.
Su hermano tenía los ojos llorosos y sonrió aliviado al verlo despierto. Darío se levantó con ímpetu y le dio un largo abrazo.
—¿Estás bien, enano? —le preguntó Darío, mirando cada moretón en las zonas visibles del cuerpo de Rubén, quien asintió, y usó toda su energía para esbozar una sonrisa—. No sabes lo asustado que estuve —le dio un abrazo con suavidad.
Rubén quiso decir alguna palabra para bajarle el perfil a todo el asunto, pero sabía que no tenía cómo, y que sería un estúpido por intentar hacerlo. Simplemente trató de responder con optimismo.
—Tranquilo, que al menos a mi no me pasó nada —dijo finalmente, algo avergonzado al saber que el regalo que le había hecho su padre había quedado prácticamente inutilizable.
Rubén se fue a servir un poco de cereal con leche fría, y se percató de la expresión de Darío, que tenía una actitud de querer ayudarlo, pero tampoco quería agobiarlo con su ayuda. Al menos eso intuía Rubén, y en el fondo lo agradecía. No quería que lo vieran como alguien frágil en ese momento. Seguía siendo funcional.
Mientras comía en silencio, pensó en el sueño que había tenido la noche anterior: “Vengo por Sebastian”, la frase en boca de una voz masculina que se repitió en sus sueños durante toda la noche.
Estaba seguro que el sueño estaba condicionado por la noticia que le había entregado su padre. Le había dicho la noche anterior antes de dormir que Sebastian lo había ido a saludar para su cumpleaños, pero ya había vuelto al regimiento, según lo que había dicho el padre de su amigo.
A pesar de todo, la frase de su sueño le generaba una sensación preocupante, como si ese “vengo por” fuese una especia de búsqueda para matar.
—Voy a ir a la casa del Seba —comentó Rubén, a ninguno en particular, tras llevarse a la boca la última cucharada de cereal.
Su padre levantó la vista, pero no dijo nada para impedirlo, aunque Rubén sintió que quería hacerlo. A pesar de lo que Jorge le había dicho, Rubén esperaba que el padre de Sebastian le hubiese mentido, y que en realidad Sebastian estaba en ese momento en su dormitorio, aun indeciso si ir a verlo finalmente o no.
—¿Quieres que te acompañe? —le ofreció Jorge.
Rubén negó con la cabeza, aunque luego dudó de su respuesta, al pensar que no sabía cómo podría moverse por un trayecto tan largo con muletas. Apenas sabía cómo usarlas.
Finalmente se mantuvo firme con su respuesta. Se las ingeniaría.
Prefería ir solo, y no interactuar con Sebastian frente su padre o su hermano.
Quería mucho ver a Sebastian. Deseaba verlo con todas sus fuerzas, pero casi todas esas ganas de verlo eran para enfrentarlo, para gritarle por haberse marchado en la forma que lo hizo, por haber terminado con su amistad de toda la vida por razones estúpidas y sin sentido, y por haberlo dejado sufriendo su partida, quitándole todos los buenos pensamientos que pudo haber atesorado de no haberse marchado de esa forma.
Rubén salió de la casa en dirección al domicilio de su mejor amigo, mientras Darío lo observaba desde la reja.
Al llegar a la casa de Sebastian, después de andar a duras penas con ambas muletas, abrió la reja aparatosamente y se acercó a golpear la puerta de entrada, como hacía siempre.
—Rubén, qué sorpresa —lo saludó el padre de Sebastian, con un muy falso tono cordial.
—¿Está Sebastian? —preguntó Rubén, esbozando una sonrisa a modo de saludo.
—Sebastian está en el regimiento, en Arica —le contó el padre.
—Mi papá me dijo que estuvo aquí el otro día —desafió Rubén. No iba a aceptar que le mintiera.
—Si, estuvo aquí antenoche —admitió el hombre—, pero como se había arrancado del regimiento, lo vinieron a buscar y se lo llevaron. Ayer vino tu papá y le conté lo mismo.
Rubén sintió una impotencia enorme. Después de haber estado tan cerca de verlo y de decirle todo el rencor que había guardado por meses, Sebastian se había marchado nuevamente.
—¿Y como supieron que estaba acá? —interrogó Rubén, algo molesto.
El padre de Sebastian soltó una risita burlona y despectiva.
—Es protocolo del regimiento ir a buscar a los que se fugan a sus domicilios particulares —argumentó.
Rubén se mordió el labio por la rabia. Tenía sentido lo que había dicho el padre de Sebastian. Y realmente no tenía pinta de que estuviera mintiendo. No le daba la impresión de ser una especie de psicópata que tendría a su hijo encerrado en algún dormitorio de la casa, atado de pies y manos y con una mordaza en la boca.
—¿Y no dejó nada para mí?, ¿ningún recado? —preguntó Rubén, aferrándose a la última esperanza que le quedaba para tener algún tipo de contacto con Sebastian.
—Nada —el hombre se encogió de hombros y negó con la cabeza.
Rubén miró fijamente a los ojos al padre de Sebastian, intentando buscar alguna señal de que estaba mintiendo, pero finalmente tras largos segundos de silencio, aceptó la realidad.
—Gracias —dijo finalmente Rubén, asumiendo que su mejor amigo ya no estaba en la ciudad, y ya era imposible hablar con él.
Dio media vuelta y salió a la calle nuevamente rumbo a su casa, con una velocidad bastante imprudente para haber recién empezado a andar con muletas, lo que le provocó un tropiezo mientras iba cruzando la calle, cayendo de bruces al asfalto.
—Cresta —murmuró con rabia, tomando una de sus muletas y lanzándola con fuerza lo más lejos posible.
Le dolía todo el cuerpo y estaba ahí tirado en mitad de la calle, humillado, solo.
Se quedó tirado por largos segundos, mirando el cielo despejado, intentando vencer las ganas de llorar por la rabia. Cuando pudo dominar sus emociones se puso de pie, tomó la muleta que tenía a su lado, y con dificultad se fue a buscar la que había lanzado lejos, que se había torcido por el golpe.
Al voltear la esquina de su casa, vio a Darío que lo seguía esperando, y no le dijo nada, solo sonrió aliviado al verlo regresar en buen estado.
Felipe salió de clases al mediodía y se fue rápidamente a la clínica donde sabía que estaba internado su padre.
Tenía un profundo sentimiento de culpa después de todo lo que había pasado, el accidente de Rubén, las discusiones que habían tenido, y por último la llamada que había hecho para que fueran a detener al amigo de Sebastian, evitando por todos los medios que Rubén tuviera algún tipo de contacto con su mejor amigo.
Intentó convencerse por mucho rato que lo había hecho por el bien de su pololo. Esa persona era un total desconocido, y su presencia en el hospital donde estaba internado Rubén podría significar un riesgo para él.
Sin embargo, muy en el fondo, tenía claro que lo había hecho por celos y egoísmo. Rasgos que no eran propios de él, o al menos eso prefería creer, así que se propuso tomar las acciones necesarias para enmendar las causas que le habían provocado actuar de la forma que lo había hecho últimamente, y determinó que la principal razón era la relación con sus padres.
Tomó la micro con premura al cruzar la calle de su liceo para no darle tiempo a la posibilidad de arrepentirse.
Se bajó de la micro a dos cuadras de la clínica, porque sabía que en esa calle vendían ramos de flores, ideales para subirle el ánimo a los pacientes que permanecían ingresados en el centro de salud.
Recorrió varios puestos donde vendían flores, sin poder decidirse por ninguna. Las encontraba todas muy bonitas, ideales para llevarle a su padre, pero no era capaz de comprar alguna. Sabía que su inconsciente estaba aplazando el momento de verlo, y abriendo la posibilidad de desistir de su decisión, y sin quererlo Felipe lo estaba permitiendo.
Pero fue fuerte. Y se mantuvo firme con su decisión.
Compró un ramo de margaritas sin importarle mucho el precio, y se dirigió con determinación hacia la clínica.
Al cruzar las puertas de acceso la duda se apoderó de él al no saber dónde estaría su padre. No tenía detalles del piso, habitación o unidad en la que se encontraba. Esa pequeña duda hizo tambalear su determinación, proponiéndose ir mejor otro día, cuando supiera exactamente dónde estaba.
No.
Iba a ingresar ese mismo día, en ese mismo instante.
Se acercó al mesón de recepción, procurando mantener una actitud segura.
—Buenas tardes, ¿sabe cómo puedo encontrar la habitación de mi padre? —le preguntó a la señora al borde de la tercera edad que atendía el mesón.
—¿Cuál es el nombre de su padre? —le preguntó la mujer, con atención.
—Guillermo Ramirez —respondió Felipe.
Le pareció raro decir el nombre de su padre en voz alta, considerando que era el mismo nombre que tenía él de nacimiento. Un nombre que hace años se había prometido enterrar y olvidar.
Después de un par de tecleos en el computador que tenía la señora en el mesón, y un par de llamados telefónicos para contactarse con la unidad, le indicó a Felipe que su padre estaba en el quinto piso, ala sur, habitación 510.
Felipe agradeció la amabilidad de la señora, y caminó con paso decidido hacia las escaleras, prefiriendo esa via en lugar del ascensor porque le daría más tiempo para pensar.
Subió peldaño a peldaño, tomándose su tiempo, con la mente dándole vueltas al hecho de que estaba a punto de ver a su padre voluntariamente, después de todo lo que había pasado. Pensaba que ya había dado por olvidada a su familia, o ex familia en ese caso, que ya había cortado todo tipo de conexión con ellos a raíz de la forma en que lo habían rechazado. Pero se dio cuenta que estaba muy equivocado, inconscientemente seguía teniéndolos presente en su interior, por mucho que odiara la idea.
Llegó al quinto piso y comenzó a recorrerlo sin mucho apuro, mirando las señales al costado de cada puerta para ver qué numero de dormitorio tenía, hasta que encontró la que buscaba: 510.
Felipe se asomó al dormitorio y notó que en el interior habían dos camas separadas por una cortina plástica. En la cama que estaba más cerca de la puerta había un anciano acompañado de quien seguramente era su esposa: ambos hablaban en bajo volumen tomados de la mano, y en sus miradas conectadas entre sí se podía apreciar el infinito amor que se tenían.
La segunda cama, que estaba al otro lado de la cortina y junto a la ventana, Felipe no veía quien la ocupaba y quien se encontraba de visita, pero estaba seguro que era la cama de su padre. De hecho, no había otra alternativa, ya que era el dormitorio que le había indicado la señora del mesón.
Ingresó a la pieza, saludó a la pareja de ancianos con cortesía, y caminó con paso decidido hasta la otra cama, donde había un hombre sumamente delgado y demacrado recostado de espaldas: era su padre.
Felipe quedó impactado por el aspecto físico que mostraba su padre, y el cambio radical que había tenido desde la última vez que lo había visto hace un par de semanas. La piel del rostro le marcaba la forma del cráneo, como si ya no tuviese nada de materia grasa para darle forma al rostro.
El hombre estaba acompañado de la madre de Felipe, un hombre de lentes ópticos vestido con pantalón de tela, camisa blanca y chaleco de lana (a quien Felipe no conocía, pero suponía quién podía ser), y una mujer que usaba una blusa floreada y pantalón de color café.
—Hijo —dijo su padre al verlo, con una leve expresión de sorpresa—, viniste.
Felipe asintió con seriedad, mientras su madre se ponía de pie para acercarse a él.
El hombre desconocido se aclaró la garganta para llamar la atención.
—Mucho gusto, soy el Pastor Ortiz —se presentó el hombre—, y ella es mi esposa, Marta.
Felipe asintió serio, incómodo por la presencia de aquel hombre que se quiso presentar antes de permitirle hablar con su propia madre.
—Yo soy Felipe —dijo sin dar más detalles, y por la reacción del pastor, que se esforzó por ocultar su cara de desagrado, Felipe se dio cuenta que sabía perfectamente quien era él: el hijo homosexual.
—Marcela —dijo el pastor dirigiéndose a la madre de Felipe—, creo que, para asegurar la salvación de Guillermo, es mejor evitar el contacto con las fuentes de pecado.
—¿Qué? —preguntó molesto Felipe.
Había entendido perfectamente qué había querido decir: Él era a los ojos de ellos la fuente de pecado, que podría poner en riesgo el destino celestial de su padre si es que se atrevía a perdonarlo.
La madre de Felipe se volteó a ver a su esposo sin decir una palabra. Después de unos segundos de comunicación no verbal, la mujer se volvió a sentar en la silla contigua a la camilla sin mirar a los ojos a Felipe.
—¿Esto es en serio? —preguntó enfurecido Felipe—, ¿y quien chucha se cree que es usted para venir a decidir a quienes puede ver o no mi papá?
—Es el Pastor jefe de la Iglesia…
—Me importa un pico que sea el mismísimo Papa —Felipe interrumpió a su madre—. El viejo se está muriendo.
—Guillermo, compórtate que tenemos visitas —lo retó su madre poniéndose de pie nuevamente, refiriéndose al pastor y su esposa—. Es un sacrificio que debemos hacer por la salvación de tu padre. No puedo creer que seas tan egoísta…
Felipe estaba sin palabras. Tenía un nudo en la garganta tan fuerte que le provocaba dolor físico, y pensó que incluso podía ser visible para los demás. Miró a su padre quien le devolvía la mirada triste, pero resignado.
—¿Yo soy egoísta? —desafió a su madre con sus propias palabras—, ¿eres tan cara de raja de decirle eso al hijo que abandonaste cuando tenía quince años?
—Tu sabes que lo que insistes en hacer está mal —argumentó la mujer.
Felipe miró fugazmente al pastor, quien tenía una mueca de satisfacción en el rostro, como si se sintiera orgulloso de lo que estaban haciendo los padres de Felipe.
—¿Y tú no piensas decir nada? —le preguntó a su padre, quien simplemente se encogió de hombros.
—Hijo, no me quiero ir al infierno —se excusó el hombre.
Con esas palabras Felipe sintió como una puñalada en el pecho. No podía creer que, después de todo lo que había pasado entre ellos, y ahora con la enfermedad de su padre, siguieran prefiriendo sus creencias por sobre su propio hijo.
La situación le provocaba mucha pena, pero se obligó a no llorar, y producto de reprimir esa emoción, la furia empezó a dominar su estado de ánimo.
—Lo único que queremos es que recapacites —intervino su madre
Felipe no quiso escuchar más a su madre, y la interrumpió acercándose a su padre, evitando el bloqueo de su madre.
—Deseo de todo corazón que te vayas al infierno —le dijo a su padre, mirándolo a los ojos, lleno de furia—. Tú y todos ustedes —se dirigió a todos los presentes.
El rostro de su padre se desfiguró por la pena, mientras que su madre se llevó las manos a la boca sin poder creer lo que su hijo había dicho.
Felipe salió de la habitación con el ramo de flores en la mano, pero se devolvió casi de inmediato para entregárselo al compañero de cuarto de su padre.
—Espero le guste —le dijo al desconocido, con un tono bastante agresivo.
La anciana estiró la mano para recibir las flores.
—Muchas gracias, hijo —le dijo la mujer, con expresión de lástima, mientras que el anciano dijo lo mismo, pero apenas audible.
Felipe no dijo nada más, bajó la mirada y se marchó.
Bajó corriendo las escaleras, para alejarse de ahí lo más rápido posible. La rabia y la pena lo estaban inundando y no quería llorar ni liberar la furia con violencia.
Salió de la clínica chocando con la gente a su paso, todo con el afán de abandonar el lugar con rapidez, como si acabara de plantar una bomba y necesitara arrancar antes de que explotara.
Hizo parar la primera micro que vio pasar en la calle, y se subió sin importarle el recorrido.
Felipe pensó que era una pésima persona, y sobre todo un pésimo hijo. Desearles el infierno a sus padres era lo peor que podría haberles dicho. Se arrepintió casi de inmediato por haberlo dicho, pero la rabia fue más fuerte.
“Merezco que me pasen todas las cosas malas de mi vida” pensó. Por eso sus padres lo habían abandonado. Tuvieron buen ojo, él no era una buena persona, por mucho que había intentado ser un joven maduro y bueno, simplemente su maldad era demasiado grande para permanecer oculta, que incluso llegó a manchar su relación con Rubén.
Felipe se bajó de la micro lo más cerca posible de la casa de Rubén. Tenía que verlo. Necesitaba verlo.
Con el corazón acelerado y la respiración entrecortada, caminó más de diez cuadras hasta la casa de su pololo y gritó desde la reja para anunciar su llegada.
—Vengo a ver al Rubén —le dijo Felipe a Jorge apenas salió a abrir la puerta.
—El Rube está durmiendo —le dijo su suegro—. Y la verdad dijo que no quería ver a nadie.
Felipe se sorprendió por lo que escuchaba.
—¿En serio? —preguntó, intentando ocultar su decepción—, ¿incluso yo?
Jorge asintió.
—Necesita descansar —le explicó Jorge—, descansar de verdad, después de lo que pasó.
Felipe asintió resignado.
—¿Te puedo pedir un favor, Jorge? —le preguntó Felipe, sintiendo unas ganas incontrolables de gritar por la impotencia—. ¿Me avisas cuando Rubén esté listo para recibir visitas, para venir a verlo?
—Por supuesto Felipe —respondió su suegro.
—Y otra cosa —Jorge escuchó atento—. Dile al Ruben que lo amo.
La ultima palabra salió un poco débil, quizás por el hecho de que nunca se la había dicho a Rubén, o porque sentía que las energías de su cuerpo se estaban acabando, pero una cosa era segura: realmente lo sentía.
Felipe se dio media vuelta y comenzó a caminar resignado a su realidad. Su pololo no quería verlo, justo en el momento que más lo necesitaba. Aceptó su destino, por la culpa que sentía por haber actuado tan mal en el último tiempo. Estaba pagando todo el daño que había hecho.
Después de enterarse que Sebastian había vuelto al regimiento, Rubén se sintió aun más desganado de como ya se sentía antes.
“Me voy a acostar, estoy cansado” le había dicho a su hermano después de explicarle que no había podido ver a su mejor amigo.
Su energía solo le permitió fingir buen ánimo para su hermano y su padre, pero por eso mismo evitó mantenerse en el comedor conversando con ellos.
Se acostó en la cama mirando el cielo raso de su dormitorio, pensando en lo poco oportunos que habían sido todos los hechos ocurridos los últimos días.
Intentó convencerse que, quizás había sido para mejor: después del accidente sentía un impulso incontrolable de complacer a los demás, de mantener una fachada de optimismo y vibras positivas, producto de la culpa y vergüenza que le provocaba haber tenido el accidente. No quería mostrarse deprimido o pesimista frente a su padre o hermano, y tampoco quería hacerle sentir a su pololo que había sido su culpa.
Pero con Sebastian era distinto. Quería que supiera lo molesto que estaba con él por la forma en que se había marchado, lo mucho que había sufrido con su partida.
Cuando despertó de una siesta de un par de horas, Rubén le dijo a su padre que no quería ver a nadie. Se sentía cansado física y mentalmente por todo lo que había pasado últimamente: sus peleas con Felipe, el accidente, la pérdida del automóvil en que su padre había trabajado por años. Por eso mismo necesitaba estar solo.
—Necesito descansar bien —argumentó Rubén, y su padre sin agobiarlo a preguntas aceptó su decisión.
—Igual quiero que sepas que estamos para lo que necesites —le hizo saber su padre.
Rubén siguió acostado en su cama, soportando los dolores que seguía teniendo en todo el cuerpo, y sintiendo ansiedad cada vez que pensaba que quizás esa posición en la que estaba acostado le podría hacer quizás más daño que bien.
Sebastian escuchó la puerta del dormitorio abrirse de par en par. No había dormido prácticamente nada, escuchando demasiado cerca los chirridos de lo que pensaba eran ratas, e intentando aguantar el frío que hacía en ese lugar.
El cielo aun estaba oscuro así que supuso que aún era más temprano de las seis de la mañana.
—Soldado Guerrero, puede ir a las barracas a asearse —le indicó Ortega, de quien solo divisó su silueta.
Sebastian se levantó y sin responderle salió del lugar y se dirigió a las barracas, donde sus compañeros seguían durmiendo. Pasó al baño a lavarse las manos y la cara, y luego se fue a recostar a su antigua cama, para ver si podía recuperar algo del sueño perdido. Sin embargo, apenas apoyó la cabeza en la almohada, las bocinas comenzaron a sonar dentro del dormitorio anunciando la hora de levantarse.
Se levantó nuevamente y vio que todos sus compañeros hacían lo mismo que él, con mucho más ánimo. Miró hacia la cama de Javier, que obviamente estaba vacía, y sintió un poco de pena al recordar que no estaba ahí con él. Luego miró hacia donde dormía Simón y se dio cuenta que tampoco estaba ahí. Se preguntó qué le había pasado, y asumió que estaba en la guardia nocturna, y que se sumaría al resto en la formación de la mañana, pero no apareció.
—Tuvo un ataque de pánico, creo —le respondió Andrés cuando Rubén preguntó dónde estaba Simón.
—¿Cómo?, ¿Tuvo uno?, ¿o crees que tuvo uno? —presionó Sebastian para obtener una respuesta concreta.
—Es que nunca supimos qué pasó. Una noche le tocó hacer la guardia, como casi siempre, y al otro día ya no estaba. El capitán dijo que fue un ataque de pánico, pero en verdad varios dudan que haya sido eso.
—¿Y tú qué crees que le pasó? —Sebastian quiso saber su opinión.
—Yo creo que el Capitan nos dijo la verdad —respondió Andrés, y Sebastian pensó que su opinión era bastante predecible.
Sebastian no le preguntó a nadie más al respecto porque simplemente no tenía ganas de hablar con nadie. Sentía que todo su mundo se estaba desmoronando lentamente: estaba solo en el regimiento, con la incertidumbre del estado de salud de Rubén, y ahora con el desconocimiento de la situación de Simón. Solo esperaba que tanto Rubén, como Simón y Javier estuvieran bien y a salvo.
A pesar de todo, su preocupación por Rubén era lo principal. Sabía que había tenido un accidente automovilístico con potenciales consecuencias mortales, mientras él estaba encerrado en el regimiento.
Se escabulló hacia el dormitorio en las barracas todas las veces que pudo durante el día para revisar el celular que le había pasado Matías, en busca de algún mensaje con novedades sobre Rubén.
—Hasta que volvió La Novia Fugitiva —comentó Julio a las espaldas de Sebastian, haciendo que se sobresaltara.
Eran cerca de las seis de la tarde, y la hora de la cena se acercaba.
Sebastian se dio media vuelta y vio a Julio, Luis y Mario mirándolo desde la puerta del dormitorio, que acababan de cerrar tras ellos.
Se puso nervioso. Había evitado hablar con ellos durante todo el día porque no los soportaba: eran unos matones homofóbicos que ni siquiera se esforzaban en ocultarlo.
—¿Qué pasó?, ¿te comieron la lengua los ratones? —le preguntó Julio, buscando una respuesta, provocando las risas forzadas de sus dos amigos.
Sebastian se puso serio y no respondió, se dio media vuelta dándoles la espalda, guardó el calcetín con el celular en el fondo del casillero, y luego cerró la puerta de su casillero.
Se volvió para salir del dormitorio, pero el trío de idiotas estaba a menos de metro y medio de distancia de él, sobresaltándolo porque ni siquiera había escuchado sus pasos acercarse.
—¿Qué tenías ahí? —preguntó Mario con prepotencia.
—¿Qué te importa? —respondió Sebastian, sintiendo una breve ráfaga de euforia.
“No son más que tres pobres idiotas que hablan mucho pero no hacen nada. Perro que ladra no muerde”, se decía Sebastian en su mente.
—Esas no son formas de responder —le dijo Julio acercándose, y Sebastian aprovechó la oportunidad para evadir el contacto físico y pasó por su lado, derecho hacia la puerta—, ¿o acaso quieres terminar como la Simona?
El corazón se le detuvo a Sebastian. Las palabras de Julio indicaban que la ausencia de Simón se debía a que le habían hecho algo. La rabia se apoderó de sus impulsos, y se acercó rápidamente para enfrentar a Julio.
—¿Qué le hiciste a Simón? —le preguntó, quedando a escasos centímetros del rostro de Julio.
Los tres matones soltaron una risa burlesca.
—¿Qué crees que le hicimos? —le preguntó con sorna Luis.
—Es interesante igual lo vulnerable que queda la gente cuando se les va su guardaespaldas —comentó Mario con sarcasmo.
—Cuando los maricones se quedan sin defensores, es súper fácil sacarles la chucha, a tal nivel que son físicamente incapaces de decir qué pasó realmente —añadió Julio.
Sebastian se imaginó a Simón internado en un hospital, completamente desfigurado, imposibilitado de hablar.
El corazón se le aceleró tanto que pensó que los matones lo escucharían desde la distancia en que estaban. Su cuerpo temblaba de terror, y quedó completamente paralizado, incapaz de responder, o de siquiera aventar un golpe a alguno de los abusadores.
—Así que ten harto cuidado, princesa —continuó Julio, dándole una palmada agresiva en el trasero a Sebastian, que se mantenía inmóvil—, porque en cualquier momento te toca a ti.
Sebastian se mantuvo dándole la espalda a la puerta, escuchó cómo la abrían para salir, y el murmullo de las voces lejanas de los demás soldados entró de forma casi inmediata.
Bajó la cabeza, y miró sus manos que estaban empuñadas y le ardían. Las levantó tembloroso, mientras lágrimas de impotencia y miedo caían por su rostro. Abrió los puños y las palmas las tenía bañadas en sangre. Había presionado con tanta fuerza que se había herido con sus propias uñas.
Se dio media vuelta para mirar hacia la puerta, para comprobar que Julio, Luis y Mario ya se habían ido: efectivamente se habían marchado, y él se encontraba completamente solo.
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izzakry · 1 month
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‘  puede que esté relacionado con las desapariciones, ¿no?  ’  argumentó a secas. planteamiento de la izquierda cautivó sus paneles auditivos, reencontrándose con silueta conocida. suertudo que fuese alguien de la academia y no un extraño del pueblo, cruzándose de brazos.  ‘  sólo piensa en los seres queridos de quienes han desaparecido sin dejar rastro. viviendo con la incertidumbre de qué pasó y porqué nadie les da una respuesta.  ’  sin mencionar los asesinatos que tuvieron lugar en el cementerio, inspeccionando cada rincón de este, dibujando minucioso arco de cejas.  ‘  ¿estarán haciendo sacrificios?   ’
﹙ 𝗘𝗹 𝗖𝗲𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲𝗿𝗶𝗼. giselle ha dicho: "el camino hasta aquí está casi cubierto de maleza, como si el pueblo quisiera olvidarlo." @gisellelst
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ivangzama · 1 year
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El Chavismo es la primera fuerza política del país +Video Las redes sociales hicieron viral la frase del jefe de la encuestadora Hinterlaces, Óscar Schémel, quien en un video explicativo de TikTok, a principios de agosto, confirmó que el chavismo es la primera fuerza política del país debido a que es un sentimiento nacional, y argumentó que en Venezuela “Somos lo que sentimos repetidamente, como los latidos del corazón: El Chavismo es lo que fue, lo que es y lo que debe seguir siendo”.
Shémel refirió que 70% de la población no confía en la oposición como gobierno, ni cree que pueda resolver los problemas económicos, en contraste con el 55% que sí confía en el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, datos que se repiten permanentemente en todas las encuestas que ha realizado la empresa desde hace años. https://diariohoja.com/el-chavismo-es-la-primera-fuerza-politica-del-pais-video/ ▶️ #MundoPluripolar ¡Venezuela y China avanzan firmes! ▶️ #PrimariasEsFraudeYDesastre 🇻🇪
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teampsinco5 · 1 year
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APORTES - VYGOTSKY
Lev Vygotsky realizó importantes aportes en el campo de la psicología, especialmente en las áreas de desarrollo cognitivo, educación y teoría de la mente. Algunos de sus principales aportes incluyen:
Teoría Sociocultural: Vygotsky es conocido por su Teoría Sociocultural, que sostiene que el aprendizaje y el desarrollo cognitivo ocurren a través de la interacción social. Argumentó que los niños adquieren conocimiento y habilidades a través de la participación en actividades compartidas con adultos y pares más competentes.
Zona de Desarrollo Próximo (ZDP): Vygotsky introdujo el concepto de la ZDP, que se refiere a la brecha entre lo que un estudiante puede hacer de forma independiente y lo que puede hacer con la ayuda de un guía o tutor competente. Esta idea resalta la importancia de la instrucción y el apoyo en el proceso de aprendizaje.
Mediación del Lenguaje: Vygotsky enfatizó la importancia del lenguaje en el desarrollo cognitivo. Sostuvo que el lenguaje no solo es una herramienta de comunicación, sino también una herramienta para el pensamiento y el aprendizaje. El lenguaje facilita la internalización de procesos cognitivos.
Desarrollo de la Teoría de la Mente: Vygotsky contribuyó al estudio de la teoría de la mente al destacar cómo la interacción social y el lenguaje desempeñan un papel crucial en el desarrollo de la conciencia de uno mismo y de los demás. Su trabajo influyó en la comprensión de la empatía, la autorregulación y la toma de perspectiva.
Educación Inclusiva: Vygotsky abogó por la inclusión de personas con discapacidades en la educación regular. Creía que todos los niños podían beneficiarse de la interacción social y la enseñanza colaborativa.
Influencia en la Pedagogía: Sus ideas han influido en la teoría y la práctica educativa, especialmente en enfoques educativos que fomentan la colaboración, la interacción y el aprendizaje social.
Los aportes de Lev Vygotsky han tenido un impacto significativo en la psicología del desarrollo y la pedagogía. Su énfasis en la importancia del entorno social y del lenguaje en el aprendizaje y el desarrollo ha dejado una huella duradera en la teoría y la práctica educativa.
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xmissrogersx · 1 year
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"Tú eres Luke, y tú eres Lorelai" | Joel Miller
Mi historia en Wattpad: https://www.wattpad.com/story/338459881?
Todas las historias son de mi autoría, prohibida su copia y/o adaptación.
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Habíamos arribado a la casa de Bill y Frank, los contactos de Joel. Ellie había encontrado una carta dirigida a este, indicándole una serie de instrucciones que nos ayudarían a seguir el camino.
-Bien, necesito descansar por un día al menos, ya no siento mis pies —se quejó la niña, mientras iba hacia arriba.-Un baño no te sentaría mal, Joel.
El mencionado la fulminó con su mirada, a lo que reí por lo bajo.
-Tiene razón, gruñón. Pero si no te importa yo iré primero —pase por su lado dejando un beso en su mejilla. Él elevó su labio en una pequeña sonrisa.
Me encontraba bajando las escaleras luego de cepillar mi cabello. Joel preparaba algo de cenar, y Ellie removía una caja con videos de películas. Si alguien me preguntara que era lo que más deseaba en el mundo, era esto.
-Sophie, no se cual elegir —bufo frustrada.
-Déjame ver —me senté junto a ella en el sofá, rebuscando.- Wow, Bill si que era fan del cine japonés.
-Tal vez eran de Frank, también era raro a su manera —mi hombre argumentó.
Pasando de largo cada disco de película mala, de repente una portada llamó mi atención. Abrí los ojos como dos platos, y tapé mi boca con mi mano sin creer lo que tenía en mis manos.
-Sophie,¿estás bien? —dijo asustada la pequeña.
-Si si, tranquila. Dios, me había olvidado por completo que esta serie existía. Era mi favorita cuando era pequeña.
-¿Gilmore Girls? Pero dice temporadas 1,2 y 3...
-No es una película, fue una seria estelar en los años 2000. Amaba verla junto a mi hermana. Nos sentábamos frente a nuestro pequeño televisor y pasábamos horas y horas viendo los mismo capítulos.
Sentí como una lágrima caía por mi ojo al recordar a Lila, pero la sequé rápidamente.
-¿Quieres verla? —preguntó emocionada junto a mi.
-Ponla en esa apertura pequeña, Ellie —dijo Joel, acercándose con 3 platos hacia nosotras.
La castaña se acercó al dicho aparato para reproducir el contenido, y sentarse en el suelo mirando la pantalla expectante.
La rubia no asimilaba en su mente lo que estaba pasando. Jamás se imagino volver a ver la serie que marcó adolescencia junto al hombre que amaba y una niña que se había ganado su corazón. Se sentía afortunada.
-Que lindo lugar —exclamó Ellie sobre "Stars Hollow".
-Con Lila solíamos decir que cuando fuéramos grandes nos iríamos a vivir allí —suspiró sobre el pecho de Joel, mientras él la abrazaba por la cintura, haciendo círculos con sus dedos.
-Ese tipo si que tiene cara de gruñón... ¡Como tu Joel! —río en el suelo, mientras la chica asintió cerrando sus ojos por la risa.
-¡Por dios, tiene razón! Eres el hermano perdido de Luke —secundó Sophie, a lo que elevó su mirada, encontrándose con la típica cara de furia de su pareja.
-Tu eres Lorelai, y tú eres Luke —los señaló a ambos, para voltear la vista hacia el tv.
- Pero tú eres más sexy, amor —le susurró en sus brazos, mientras él depositaba un beso en su frente.
-Y yo adoro tus ojos verdes, y tu cabello al viento desordenado.
-Y yo adoro que seas gentil, fuerte y el hombre más hermoso por dentro y por fuera de este mundo —clavando su mirada con la suya, le confesaba porque lo amaba con locura, para que jamás lo olvidase.
-Okay, yo me voy a dormir, ya que ustedes se pusieron en fase melosos; así que buenas noches —se despidió la niña, subiendo las escaleras.
La joven alzó una ceja "seductoramente" hacía el hombre, a lo que él sonrió. Sophie le hacía olvidarse por que el mundo ya estaba acabado con el solo echo de verla sonreír.
-Entonces, my big man —se sentó ahorcadas sobre él, a lo que le respondió posando sus fuertes manos en la cadera de ella.
-Dime que quieres cariño —acariciando la espalda de la chica bajo la tela de su remera.
Con ambas manos acercó si rostro al del hombre, y unió sus labios en un beso lento, demostrando lo mucho que lo necesitaba, como él a ella.
-Amor, si me haces un café, soy toda tuya —interrumpió en medio del acto.
-¿Así que me chantajeas con sexo por un café? —la miro divertido.
Sophie elevó los hombros hacia arriba.
-Es como dijo Ellie, tú eres Luke, yo soy Lorelai; you are an ángel, baby.
Joel cerró sus ojos, tratando de contener la carcajada que le brotaba por la garganta. Su chica si que era especial, pero no cambiaria esto por nada del mundo.
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