Tumgik
#dante caballero
kittycolours · 12 days
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Mystreet shitpost bc I feel like it. Mayhaps will make more.
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whencyclopedes · 10 months
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Amor cortés
El amor cortés (Amour Courtois) es un innovador género literario de la Alta Edad Media (1000-1300 d.C.) que elevó la posición de la mujer en la sociedad y estableció los temas del género romántico reconocibles en la actualidad. La poesía de amor cortés presentaba a una dama, normalmente casada pero siempre inaccesible de algún modo, que se convertía en objeto de la devoción, el servicio y el sacrificio de un noble caballero. Antes del desarrollo de este género, las mujeres aparecían en la literatura medieval como personajes secundarios y posesiones de sus maridos o padres; después, las mujeres ocuparon un lugar destacado en las obras literarias como individuos claramente definidos en las obras de autores como Chrétien de Troyes, María de Francia, John Gower, Geoffrey Chaucer, Christine de Pizan, Dante Alighieri, Giovanni Boccaccio y Thomas Malory.
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tvcrip05 · 10 months
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El circo de los tumores-Gusanos mascota
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-Comienza con un comercial sobre gusanos de tela-
Presentador del comercial: Oye pequeñín, ¿deseas tener una mascota, pero tus padres no te dejan?.
-El niño asiente-
Presentador del comercial: Pues no llores más, porque llegaron Los Gusanos de tela
Niño: ¿pero de qué me servirá un pedazo de tela con ojos?
Presentador del comercial: Excelente pregunta, mi estimado feto. Estos gusanitos son ideales para tu felicidad, los puedes zamarrear, abrazarlos, alimentarlos con frijoles mágicos (jajaja, no es cierto), también los puedes acariciar. Mira cómo ronronea.
Gusanito: prrrrr..
Presentador: Una ternura. Ahora, con el tema de tus papás, los gusanos de tela pueden pasar piola como simples peluches, así que (explosión) llévatelo a tu casa con tan solo 5 lukas. Disponibles exclusivamente en el circo de los tumores
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(estudio)
-Dante apaga la tele-
Dante: yuuuujuuu (aplaudiendo) me encantó como quedó el resultado final. Buen trabajo chicos, sigan así.
-Dante le lanza una monedita a uno de los payasos que hicieron el comercial, aterrizándole en su palma. El payaso ve la moneda con una (no tan notoria) desilusión en su rostro y luego observa a Dante irse del lugar-
(La calle)
-Dante caminaba con su expresión risueña hacia su circo, hasta que escucha la voz de una niñita-
Niña: Mamá, por favor, llévame al circo de los tumores, quiero un gusanito de tela(suplicando)
Dante: Y no se arrepentirá señora, le aseguro que todo valera la pena
Niña: es uno de los payasitos del comercial
Dante: sip, el mismo en carne y hueso
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Dante: (observa su reloj) Los veo en el circo jiji
-Dante se va corriendo, esquivando a perros e hidrantes, para luego terminar deslizándose en agua directo al circo- 
(Circo)
Dante: hola muchachos
Los demás: Hola Dante
Dante: ¿están listos para sacar y vender esos gusanitos? ¿Los alimentaron bien, verdad?
Glucoso: Jefe, nos falta este por alimentar
Sacaroso: (ladra)
Dante: Sangrastico, ahora voy a ver si..
-Dante posa su cabeza a las afueras del circo, viendo como una multitud de gente se acerca corriendo a él-
Dante: oh, quién lo diría. Todos a sus lugares  
-Los demás integrantes del circo se organizan. Los niños junto con el acompañamiento de sus padres se asombran al ver el espectáculo planeado por Dante-
Dante: pasen, pasen caballeros, no tengan miedo a los gusanitos de tela, no muerden jejej
Padre serpiente: uuuh, sabe que, mi hijo me anduvo weando toda la noche con que le compre uno de esos. Taban a 5 lukas, verdad?
Dante: sipi, 5 lukitas tenga su mascotita(cantando)
Niño serpiente: siiiiiiiiiiiiiiiiiii
Dante: más que una mascota, se ve como un hermanito para él (hablando con el padre)
Padre serpiente: oye siii, no lo había visto de esa manera. Vengan hijitos 
-Dante se despide de ellos con una sonrisa mientras se van del lugar-
Dante: Oh Lactoso, tu hijo quiere uno de mis mascotas, ¿verdad?
Lactoso: si
Dante: Sangrastico, justo le tengo uno ideal y solo para el 
-Dante agarra un gusano con antenas y se lo entrega a lactosito. Lactoso se pone nervioso mientras veía por un momento a su hijito, pero al verlo feliz se tranquiliza un poco y saca su billetera para pagarle a Dante-
Dante: gracias. disfruta de tu gusanito, pequeñito (le agarra la mejilla a lactosito cariñosamente)
Lactoso: eh denada (nervioso) 
-Dante se despide con una larga sonrisa observando de manera siniestra a Lactoso, de pronto su stand se llena con gente desesperada por una de esas mascotas- 
Dante: muchachos, ya tenemos para pagar la cuenta de la electricidad
(afueras del circo)
-Lactoso cada vez se sentía más nervioso ante la presencia del extraño gusano. El no confiaba mucho en el pequeño bufón, pero tenía que hacerlo, por la felicidad de su hijo-
Lactosito: te amo, te amo muchoooo (abrazando al gusano)
Lactoso: creo que esta fue una de mis mejores compras, jeje (nervioso)
-El gusano se le queda viendo con sus ojos vacíos. Lactoso le devuelve la mirada con aún más pavor-
(Circo)
-Mientras Dante recibía todo el dinero, sus compañeros se encargaban de entregarles sus respectivos gusanos a la gente. La gente se va del circo con una sonrisa en sus caras. Jumper se va a cerrar el circo, bajando la cortina metálica-
Jumper: Bien, primero lo primero
Dante: la luz, justo íbamos a ver ese asunto
-Sus compañeros se acercan a Dante observando todo el dinero que recaudaron en su primer y ultimo dia de venta-
Dante: obtuvimos 550.000 pesos, la mitad para las cuentas, y con el resto iremos a comer al mcguffy  
Los demás: (festejan)
Sacaroso: (ladra)
-Dante se aparta de los demás para buscar una laptop alargando sus brazos, se sienta en el suelo y lo prende-
PC: saludos, ¿vas a pagar tu cuenta de la luz vía online?
-Dante agarra un puñado de dinero y se lo mete en la boca de la pc. La pequeña laptop tratando de procesar todos los billetes, logra tragarselo con éxito-
PC: cuenta de luz pagada, tenga un buen dia 
-Dante cierra el pc, lo arroja y se levanta-
Dante: muchachos, la cuenta ya esta pagada, es hora de tragar
-Dante y compañía se van del circo en un auto pequeño, atravesando y rompiendo la cortina metálica-
Jumper: eh.. Dante?
Dante: después lo arreglamos
-Se muestra al mini autito recorriendo por toda la ciudad (transición) se muestra a Lactoso y a lactosito en su casa. Lactoso quien se mostraba leyendo un periodico mientras Lactosito abrazaba aun mas fuerte al gusanito antenudo.
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La cosa comenzó lentamente a mostrar sus dientes ante el cerdo-rata que rápidamente, lo devoró de cabeza a torso. Lactosito quien seguia credulamente abrazando a tal cosa, el ser con antenas trata de zafarse de él, pero no lo logra (Rápido cosa-alien piensa en algo para liberarte, ya sé. Usa la pelotita que está en esa ventanilla) El gusano usa su lengua para agarrar la pelota y se la arroja a lactosito, golpeándolo en la cabeza. La cosa ve que estaba abierta la ventana por lo que se va por la puerta-
-Por otro lado, Dante y compañía salen del autito y entran al local de comida rápida-
(McGuffy)
Dante: Hoolooooo
Empleado castor: Dante, es agradable verlos otra vez (agarra rápidamente una libreta y un lapiz) quieren lo mismo de siempre o quieren esta vez salirse del molde 
Dante: salirnos del molde.. ¿Están de acuerdo con eso muchachos?
Jumper: (pensando) eeh.. (asintiendo)
La arquera: me parece bien
Glucoso: (lo aprueba con el dedo pulgar mientras asiente con la cabeza)
Sacaroso: (asintiendo rápidamente con su cabeza) 
Nefesh: ya si, me parece
Dante: Bien jojojo..(mirando el menú) eeeeeeeeh … quiero… eeeeeh..
Jumper: yo quiero un helado de sangruesa y de pistacho 
Glucoso: nosotros dos queremos batidos de arándano y frutilla
Empleado castor: aja.. Aja (anotando rapido)
La arquera: yo solo quiero una fajita de pollo
Adward: (sonidos inentendible) 
Glucoso: Dice que quiere papitas
-Dante todavía indeciso, observa a Nefesh con expresión de tristeza (como de un cachorrito regañado)-
Dante: ¿qué es lo que vas a pedir, hermosa?
Nefesh: pediré palitos de ajo
-Esto hace que se le suba el animo a Dante que se motiva para pedir lo mismo que ella-
Dante: yo tambien quiero palitos de ajo
Empleado castor: está bien, está bien. Vayan a tomar asiento
-Dante y compañía se van a sentar en una mesita que estaba al lado de una ventana. El pequeño empieza a mirar por ahí mismo-
-La escena cambia con el gusanito antenudo paseándose por el lugar, este se detiene y comienza a emitir un ruido muy agudo, llamando así a todos los gusanitos mascota-
Dante: mmh.. Muchachos, vengan a ver esto
-Sus compañeros miran rápidamente la ventana. Los gusanitos se forman en el ser con antenas, haciéndose cada vez más grande-
Jumper: No..wei..
-Dante y compañía salen del lugar-
Empleado castor: Oigan, no se vayan sin sus pedidos (gritando) 
-Luego el castor mira al horrible gusano gigante-
Empleado castor: Ehhh… sus pedidos pueden esperar, yo me quedaré aquí (asustado)
Jumper: argh, fue mala idea vender los gusanos, Dante
Dante: ya, ya, ya, mantengan la calma muchachos, yo hablaré con él
-Dante se acerca al gusano gigante-
Dante: hoolooo gusanote. ¿En que quedamos con que ibas a atacar solamente a Lactoso?
-La criatura le responde con un gran gruñido-
Dante: Eso no es excusa, señorito. Des-formate ahora mismo, si no quieres que lo hagamos nosotros
-El gusano gigante se va deslizándose del lugar, arrasando con personas, objetos de la calle y árboles-
-(toma de la mitad de la cara de Dante, viendo al frente)-
Dante: lo está pidiendo a gritos. Todos al auto
-Los integrantes del circo asienten con la cabeza y se van a subir al auto-
-Dante lo echa a andar- 
Dante: vaaamonos
-El auto marcha a toda velocidad persiguiendo a la monstruosa cosa-
-Una reportera y su camarógrafo salen de una cafetería. Ellos se percatan del gusano gigante. La reportera escupe su café de la sorpresa al verlo-
Reportera: Darel, ¿sabes lo que eso significa?
-La reportera se pone a hacer un reportaje sobre lo que está sucediendo mientras la grababa su camarógrafo-
Reportera: saludos ciudadanos. Nos encontramos aquí en una impresionante y peligrosa situación que los pondrá alerta. Como verán, un gusano gigante está atacando la ciudad. Le recomendamos quedarse en sus casas mientras que se les informa a las fuerzas armadas
Dante: Eso no será necesario señora
-Dante empieza a tocar la bocina de su auto-
-El camarógrafo sigue al auto con su cámara. Luego regresa hacia la reportera-
Reportera: ven sígueme, sígueme (susurrando)
-La reportera y el camarógrafo se van persiguiendo a la cosa mientras Dante crea una rampa para impulsar el carro contra el ser-
Dante: todos, bajense 
-Los integrantes del circo se bajan del auto mientras este estaba en el aire-
-Jumper se posa en un edificio para impulsarse de un salto. Nefesh hace aparecer una mano roja con su tercer ojo para agarrarse de la cosa. La arquera es atrapada por jumper mientras está tiraba una flecha. Glucoso y Sacaroso se bajan usando algodon de azucar como un paracaídas-
-La flecha se inserta en el gusano. Nefesh la agarra con la mano roja, Jumper y la arquera se le unen y con fuerza se impulsan hacia abajo, rajando por completo al ser. La cosa empezó a retorcerse y a chillar del dolor-
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Dante: Es hora de comer, grandote 
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-El coche se estrella contra la bestia. Haciéndolo caer lentamente. Una persona que iba corriendo por el parque silbando, se da cuenta del extraño ser adolorido que iba a caer hacia el-
Corredor: date la vuelta, date la vuelta (dando la vuelta)
-El ser cae justo sobre el, aplastandolo-
-Glucoso y Sacaroso van corriendo hacia el gusano y le envuelven la cabeza con algodon de azucar y todos los del circo se le unen para arrastrarlo-
Dante: No se preocupen ciudadanos, todo está bajo control 
Reportera: Señor Dante, ¿Qué va a suceder con todos los niños que compraron sus gusanos mascota?
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-Dante se le queda viendo en silencio-
Dante: Mira, una araña volando
Camarógrafo: oye es verdad
-Dante y compañía se van rápidamente arrastrando la cosa aprovechando de la distracción-
(bosque-plaza)
Glucoso: (olfatea) hey, como que se nos olvida algo
Sacaroso: (sonido de bocina de barco)
Dante: los pedidos(sorprendido) 
-Dante va rápidamente al local. Agarra los pedidos y le deja el dinero en el mostrador-
Dante: aquí las tengo
-Dante y los demás comen de sus pedidos respectivos mientras el gusano que arrastraron anteriormente se deterioraba lentamente-
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-Dante se limpia la boca con un pañuelo-
Dante: (suspira satisfecho) eso estuvo delicioso. Fue buena decisión pedir algo diferente
-Los demás asienten- 
Glucoso: jefe, ¿y ahora qué hacemos con el cuerpo?
Dante: mmh(piensa) lo tengo 
-Dante alarga sus brazos, toma los restos del gusano y lo amontona en sus garras (transición) Pone los restos en la abertura que dejó el con su autito en la puerta metálica-
Dante: ves, te dije que se arreglaba
Jumper: (suspira) Como sea 
-Jumper levanta la puerta metálica y todos entran al circo. Jumper cierra la puerta de un golpe-
Dante: Bien, ¿Quién sigue con hambre? 
-Todos empiezan a reírse. Finalizando con los restos del gusano mezclándose con el material metálico de la puerta-
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hostel-qhawaq · 1 year
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Cóndor - Orígenes - Capítulo 4 (Final)
Hacía un frío terrible, el aire gélido congelaba los pulmones de Dante y enterraba cada paso en la nieve pensando que todo había llegado a su final. Todo, incluso su vida. Lo rodeaba un mar interminable de nieve, no había ni principio ni final, estaba completamente perdido, y a punto de sucumbir ante el frío. Un último escalofrío de pánico recorrió su espina dorsal; quiso gritar, pero sentía una opresión en el pecho. Entonces, una voz apareció de la nada y comenzó a perseguirlo, una voz salvaje que gritaba incoherencias se acercaba por su espalda, aunque parecía no haber nadie más, hasta que en un parpadeo aquella voz gritó su nombre frente a él. Era una bestia de varios metros de altura con plumaje negro, alas gruesas y un prominente pico. Una punzada de horror penetró el cuerpo de Dante, y desde ahí no recuerda nada más.
─¡DANTEEEEEEE! ─escuchó como gritaba una voz familiar.
Abrió los ojos, todo su cuerpo hasta la raíz de su cabello estaba cubierto de sudor. Había tenido una pesadilla. Fausto sostenía una camisa con la que secaba el cuello y la frente de su hermano, estaba asustado porque nunca lo había visto hiperventilar y moverse tan erráticamente dentro de un sueño. Ninguno de los dos sabía si la humedad del rostro de Dante era únicamente sudor o si había soltado algunas lágrimas.
─Dante, ─intentó tranquilizarlo─ estás bien, estoy aquí.
Al hermano mayor le tomó varios segundos quitarse de la mente la imagen de esa ave negra y enorme que lo llamaba. Se sentía como si la hubiera visto por primera vez, no solo porque no había visto nunca esa especie que parecía casi ficticia, sino porque nunca había sido más que una sombra en sus recuerdos. Pero ahora que ya podía visualizarla le parecía aterradora. Se sentó luego de unos momentos y se incorporó en la realidad.
─¿Qué soñaste?
─Vi un ave enorme.
─¿Un ave otra vez? ¿La misma de siempre?
─Eso creo.
─¿Y qué pasó? ¿Te hizo algo? ¿Te atacó?
─No. No pasó nada, solo me estaba llamando, pero sentí como si algo horrible hubiese ocurrido.
Fausto se quedó en silencio asintiendo con la cabeza. Siempre le intrigaron los sueños de su hermano, más las otras particularidades que lo caracterizaban. Dante vio su rostro preocupado, también la cicatriz sobre su frente, aquella por la que comenzó ese largo viaje que los llevó tan lejos de casa. Ya habían perdido la cuenta de los días que llevaban en el mar, quizá eran dos semanas, y ya se habían acostumbrado al son del barco.
─¿Qué tal si subimos y tomamos algo de aire fresco? Estás bañado en sudor. Toma ─Fausto le extendió una botella de agua─, bebe un poco.
En lo que subían a la cubierta se encontraron con Ernesto, uno de los hombres más desagradables que Dante ha visto en su vida y que también había salido de prisión. Le gustaba burlarse de los demás, salvo de los que eran más grandes que él. Los saludó con evidente intención de provocarlos, pero lo ignoraron.
─¿La princesa durmió mal? ─insistió con su voz ronca y aguda.
─¿Qué tal si cierras la boca? ─contestó Fausto parándose frente a él─, tu aliento de mierda huele hasta aquí.
Ernesto se plantó frente a él a centímetros de su nariz, pero antes de que pudiesen comenzar a pelear llegó el capitán Pizarro.
─¡Caballeros! Es muy temprano para peleas. Sepárense.
Ninguno de los dos apartó la mirada del otro, hasta que Dante jaló levemente a Fausto por el brazo. Este cedió y se dio la vuelta.
─Aborrezco a ese animal ─masculló Fausto.
─Déjalo ir. Deja que esa emoción te traspase.
─Lo voy a traspasar yo a él un día con un...
Se detuvo y suspiró. Su hermano comprendió lo que iba a decir.
─Respira. Está bien.
De alguna manera terminó él consolándolo, tal como cuando eran pequeños, y a pesar de que ahora el menor fuera el más alto y más fuerte. Fausto cambió de tema y le preguntó por su sueño, pero Dante no le dijo nada nuevo, incluso él estaba desconcertado por la sencillez del sueño.
─A veces así son ─intentó explicar─ las pesadillas, ¿no? No es lo que ves, sino lo que sientes.
De repente un grito llamó la atención de todos. Alguien en la proa divisó la tierra firme. Todos se acercaron para observar. En la distancia aquella montaña parecía tener apenas un dedo de grosor. Pizarro comenzó a reír y a felicitar al hombre que vio la tierra antes que él, no había un solo día en que el capitán no mostrara una gran reserva de energía, siempre estaba hablando, comiendo o simplemente inquieto. Dante sintió una gran emoción, por un momento se olvidó incluso del sueño, pues por fin estarían en tierras nuevas y frente a nuevas oportunidades.
Llegaron a tierra firme. Era realmente un nuevo mundo para ellos, el aire olía diferente, incluso la luz del sol se veía diferente. Dante se sintió tan maravillado de cada detalle. Conforme avanzaban vio a hombres de su misma tierra, pero más le impresionó la gente de tez oscura con rasgos faciales diferentes, ropas distintas, y ese lenguaje que no entendía. Solo caminaron de extremo a extremo por la costa, pues Pizarro estaba esperaba la llegada de algún viejo amigo.
─¡Diego! ─exclamó al acercarse aquel hombre─ ¡mi buen amigo, qué alegría verte!
El señor De Almagro era un tipo más reservado, se veía incluso más maduro, pero correspondió al saludo del capitán. Comenzaron a hablar de trivialidades sobre la señora de Diego, ya que había hecho una familia en esas tierras.
─¿Te sientes mejor? ─preguntó Fausto aburrido de esa cháchara personal.
Dante recordó que se refería al sueño y contestó afirmativamente. Él ansiaba pasear por esa tierra, hablar con la gente aunque no les entendiera nada, probar sus comidas, ver más paisajes, o incluso perderse en algún bosque. Sin embargo, fue una visita bastante corta. Llenaron los barcos de provisiones y volvieron a partir con nuevos hombres abordo ese mismo día, y esta vez no viajarían con el capitán. Despedirse le causó tristeza, pero aún conservaba la emoción de la expectativa.
─Nunca estoy preparado para despedirme ─confesó Dante.
Ya era de noche, algunos hombres dormían, pero sabía que su hermano estaba despierto.
─¿Por qué lo dices? ¿Extrañas a Lizzie?
─No. Bueno, sí, también. Todas las personas que se han ido la mayoría de las veces ni siquiera pude decirles adiós, pero aún si así fuera, nunca estoy realmente listo para dejar ir.
─Quizá nadie lo está.
─Quizá.
Fausto creyó que hablaba ahora de Trisha, pero Dante hablaba de todo al mismo tiempo. Se refería a dejar esa tierra fascinante, a su Sevilla, y a las personas que lo han marcado con su ausencia. De las cuatro embarcaciones ellos se estaban quedando atrás, pero todo parecía marchar relativamente bien. No obstante, una noche uno de los hombres comenzó a llamar la atención de todos, anunciaba con tono de alarma que algo andaba mal. Nadie le prestó atención al principio, no era el primer hombre que deliraba por la fiebre o por alguna enfermedad mental, pero entonces el agua comenzó a llenar el barco.
─¡Está entrando agua, se está hundiendo el barco!
Todos los hombres se espabilaron y comenzaron a buscar por dónde estaba entrando el agua. “Es por la parte trasera” dijo uno, pero ya el barco estaba empinado hacia atrás y no había forma de encontrar qué los estaba hundiendo.
─Todos a la cubierta ─ordenó uno de ellos.
Había hombres en la cubierta, pero los que aún dormían, como Dante y Fausto, tuvieron que pelearse con los demás para subir corriendo por las escaleras. Había casi una centena de hombres en esa embarcación. Algunos se golpeaban y se empujaban, ya que el capitán del barco no era Pizarro sino un tal Moya nadie le hacía caso cuando se armaban las peleas. La luz de la luna los alumbraba lo suficiente como para ver el paisaje más escalofriante que hayan visto: una eterna negrura, no había nada más que agua helada y oscuridad.
Dante vio a su hermano, que estaba más preocupado por los hombres a su alrededor. Empujó a algunos cuantos para hacerse paso e intercambió insultos con otros tantos, pero consiguió llegar a proa con su hermano. Algunos hombres estaban más preocupados por pelear que por salvarse, Dante pensó que quizá el miedo los ponía violentos. El capitán Moya dijo algunas palabras para calmarlos, pero nadie lo escuchó. El barco poco a poco se hundía y tampoco se divisaba a los otros barcos.
─Fausto...
─No digas nada.
─Vamos a estar bien.
Fausto vio a su hermano mayor, tenía cara de que decía la verdad, aunque no tuviera idea de cómo sobrevivirían. Algunos hombres comenzaron a lanzarse al agua e intentaban nadar hacia el norte, pero al poco tiempo se los tragaba el agua. La marea era violenta esa noche de luna llena, las olas no parecían tan grandes estando a babor, pero cuando los hombres se lanzaban parecían un grano de arroz a la deriva. El agua llenó el barco hasta que tuvieron que agarrarse del mástil y de la borda para no caer por la inclinación.
Dante veía todo pasar frente a sus ojos como si no comprendiera la gravedad del asunto. No había nada que hacer, no había ni botes, solo algún salvavidas por el que unos hombres comenzaron a pelear. Intercambiaron puñaladas matándose por el salvavidas. El capitán veía hacia el frente, hacia la nada en la punta del barco, quizá imaginaba cómo se hundía con él ese sueño de encontrar las riquezas en Birú. Dante permanecía en shock.
─Qué final tan patético ─se quejó Fausto.
Su hermano quiso contradecirlo, pero tenía razón. Pensó que quizá Lizzie se preocuparía porque no le habían enviado ninguna carta, podría incluso molestarse, o quizá se enteraría de la noticia del naufragio y se sentiría devastada. También recordó el rostro de Trisha, había un alivio en la espera de la muerte porque tal vez se encontraría con ella en algún cielo si existía. Los hombres comenzaron a gritar, el barco tomó una inclinación de noventa grados. De los pocos hombres que se agarraron de la borda solo algunos lograban sostenerse. El agua se tragó el mástil y con él a la mitad de los hombres en el barco. Las olas los alcanzaban, el corazón de Dante comenzó a latir con más fuerza, hubiese querido evitar su muerte o al menos la de su hermanito.
─Te quiero, hermano ─dijo el mayor.
─Yo también te quiero, Dante.
Fausto pensaba que había desperdiciado su vida, esto lo mortificaba enormemente. Dante, por su parte, se sintió culpable porque la idea de ir al Nuevo Mundo había sido suya. Quiso disculparse, pero ya no tenía caso, y entonces el agua los arropó a todos con su fuerza descomunal. Tomó la mano de su hermano bajo el agua, aún a punto de ahogarse quiso encontrar una solución, pero no podían pelear contra el capricho del mar, así que simplemente se dejaron morir. El agua era helada, todo se tornó negro, sin luna ni estrellas.
Los cuerpos de los hermanos terminaron en la costa luego del naufragio. Fueron los únicos hallados con vida. Dante despertó vomitando agua, también tosió el agua que tenía en los pulmones y se sintió como si hubiera muerto y regresado a la vida. Estaba desorientado, no recordaba nada de lo que había ocurrido. Se frotó los ojos y vio caras desconocidas, lo veían fijamente como si él fuera el extraño. Entonces las imágenes del barco hundiéndose y del agua tragándolos vinieron a su mente.
─¿Fausto? ¿Y Fausto? ¡¿Dónde está mi hermano?!
Un hombre hizo “Shhh, shhh” y dijo algunas palabras para calmarlo, pero Dante no entendió nada de lo que dijo. Señaló a otra habitación separada por una cortina, estaba Fausto inconsciente y con dos mujeres cuidándolo. El mismo hombre volvió a decir cosas que Dante no entendió. Quiso levantarse de la cama, pero estaba extremadamente débil y todo le daba vueltas, como si todavía estuviese en el barco.
─Dice que despertó ─intervino un hombre blanco─ igual que tú, pero hace rato. Estaba tan agotado que se desmayó luego de escupir toda el agua.
Dante comenzó a llorar, no sabía si de alivio, de alegría, o de miedo por haber encarado a la muerte y haber sobrevivido. Sintió que no merecía esa segunda oportunidad, que debían haberla tenido sus padres, o Trisha, o quién sea, pero volvió a ver a su hermano y se alegró de que todo estuviera bien.
─¿Tú eres Dante? ─preguntó el hombre blanco.
El muchacho lo vio sorprendido.
─Cuando él despertó ─explicó─ solo decía ese nombre, se puso un poco violento porque no entendía a la gente de aquí, entonces cuando te vio aquí en la cama de al lado se tranquilizó y se desmayó casi al instante.
─Sí ─contestó Dante luego de asimilar la información─, es mi hermano. Yo soy Dante, y él es Fausto.
El hombre blanco se presentó como Leo, también le presentó a su esposa Qwi y al resto de su familia. Había muchas personas para ser una casa tan pequeña, especialmente en esa habitación. Era una construcción hecha de madera con pilares que sostenían un techo de paja. Dante seguía mareado y todo le daba vueltas, estuvo a punto de vomitar, pero en algún momento se volvió a quedar dormido. Horas más tarde despertó con su hermano al lado de él. También estaban Leo y su esposa.
─Buenos... ¿días? Ya es casi de noche ─bromeó Fausto.
─¿Noche? Dios mío. ¿Cuánto tiempo hemos estado aquí?
─Los encontramos ayer por la mañana ─intervino Leo.
A Dante le dolía todo el cuerpo. El mareo no se le había quitado.
─Todavía siento el vaivén del barco bajo mis piés ─confesó Fausto al verlo desorientado aún.
─Yo también, siento que aún me llevan las olas.
Alguien se asomó por la cortina, un visitante intercambió palabras con Leo en esa lengua ininteligible, y detrás de él apareció un hombre mayor que vestía diferente a los demás. Tenía una corona de plumas y un collar de caparazones, caracoles y algunos colmillos. Saludó a Leo también, pero rápidamente posó su mirada sobre los visitantes, sobre todo en Dante, que al verlo entrecerró los ojos como si hiciera un esfuerzo por reconocer algo que ya conocía. Dante sentía una energía pacífica, pero al mismo tiempo imponente proveniente de ese señor. Se acercó a él y le habló.
─Pregunta que cuál es tu nombre ─tradujo Leo.
─Dante ─aclaró su garganta─, me llamo Dante.
Y el hombre asintió con la cabeza. El joven quiso preguntar su nombre también, pero le dio vergüenza.
─Él es Lurk Pqi, es el chamán del pueblo.
─¿Chamán?
─Sí. Es un hombre, digamos, que tiene capacidades especiales. Es como el sanador del pueblo.
─¿Es un médico o algo así? ─quiso saber Fausto.
─No exactamente. Él es más... cómo lo digo.
La señora a su lado intervino para decirle algo en su lengua y Leo lo tradujo después.
─Sí, exacto, su especialidad es ayudar en los malestares espirituales. Puede sanar enfermedades, conoce todas las plantas medicinales, como también puede comunicarse con los ancestros.
─¿Habla con espíritus? ─preguntó Dante exaltado.
─Sí, pero no te asustes. Aquí tienen creencias un poco diferentes a las nuestras, pero no es nada por lo que debas preocuparte.
Fausto miraba al chamán con cierta incredulidad, pero el hombre veía con atención a Dante. Pronunció algunas palabras en su lengua, pero esta vez Leo no tradujo lo que dijo. El chamán se fue poco después. Le habían pedido a Dante que descansara hasta que recuperara fuerzas. Fausto y él fueron alimentados por las mujeres de la casa, y pasados unos días ya se sentían totalmente recuperados. Un día Dante se acercó a Leo, quería visitar al chamán y hacerle algunas preguntas.
─Tenía razón ─le confesó a Dante antes de entrar a verlo─, él dijo que querrías verlo pronto.
El joven le preguntó sobre sus poderes, sobre cómo funcionaban y cómo ayudaba a la gente con esas habilidades. Sin embargo, Leo tenía que estar presente todo el tiempo para traducir lo que ambos decían. Dante quería hablarle de sus sueños, de la última pesadilla, del incidente con Fausto cuando lo hirieron en la frente y de las personas supuestamente muertas con las que había hablado, pero todo esto le resultaba muy incómodo frente a Leo.
─¿Hay algo más de lo que quieras hablar? ─preguntó el intérprete.
El chamán sabía que Dante tenía una inquietud, pero este se negó a hablarlo por el momento. El joven salió de ahí con un nuevo propósito: aprender la lengua de los indígenas para poder comunicarse con el anciano. Dos años transcurrieron de su naufragio, años en los que Dante aprendió una nueva lengua, a hacer menjurjes y tés medicinales con plantas del territorio, y no solo ayudaba a las personas sino a los animales. Por otro lado, Fausto se aburría cada vez más, a veces comenzaba peleas con algún hombre o se perdía durante horas para entrenar con una lanza como si fuera una espada. Mejoró significativamente su puntería, y se hizo aún más alto y más fuerte. Entonces un día recibieron la noticia de que los barcos de Pizarro habían vuelto a esa costa. Dante no sabía que pensar, pero Fausto se alegró como si su llegada fuese un rescate.
─¡Muchachos! ─exclamó Pizarro cuando aparecieron en la playa─, ¡Pero si son ustedes, vivos y en persona!
Los recibió con alegría y los recordaba perfectamente a pesar de sus cambios físicos. La conversación los llevó al tema del naufragio, ningún hombre había sobrevivido salvo por ellos dos. Para Dante había sido un renacer, nunca había estado tan cerca de la paz espiritual como cuando se integró en ese pueblo indígena, pero Fausto aún tenía la esperanza de volver a navegar, entonces el capitán Pizarro les a ofreció viajar otra vez con él.
─¡Seguro que sí! ─respondió Fausto inmediatamente.
Pero Dante no tenía la misma certeza. Su hermano ya estaba listo para subirse a bordo, pero él decidió hablar con el chamán para tomar una decisión.
─Creo que tú ya sabes la respuesta ─contestó─, sabes lo que tienes que hacer.
─No tengo idea ─replicó─ de qué es lo que debería hacer, siento que hay una parte de mí que no quiere ir a esas tierras.
─¿Por qué no?
─Hay algo que me llama ─pensó durante unos instantes antes de continuar─, no es el oro, ni siquiera es la aventura, es como si alguien esperara por mí, pero como si algo malo fuera a pasar.
─Yo también creo que debes ir. Hay algo en tu destino a lo que le temes, pero no debes luchar contra ello.
─Es que ni siquiera sé a qué le temo.
─Le has temido a tus sueños que te han dado respuestas, a tus manos que han sanado heridas, y a tus sentidos que han aprendido a ver más que con los ojos. Aquello a lo que le temas es una prueba para tu espíritu.
─¿Y si no es lo que deseo? ¿Y si quiero quedarme aquí?
─Si deseas quedarte aquí y dejar ir a tu hermano, entonces hazlo.
Muy en su interior Dante ya sabía la respuesta. La comodidad del pueblo lo había adormecido, pero desde que oyó por primera vez la frase "Nuevo Mundo" en boca de su antiguo mentor supo que debía descubrir algo en aquellas tierras misteriosas, llenas de riquezas materiales y espirituales. Fausto había dado por sentado que debía despedirse de su hermano, pero lo sorprendió cuando le dijo que lo acompañaría.
─¿Estás seguro?
─Sí. Creo que mi propósito desde el inicio ha sido llegar a ese destino.
─¡Vaya que sí! ─exclamó Fausto con exaltación─, montañas de oro y de plata, tendremos suficiente para vivir el resto de nuestras vidas. Que se pudra Sevilla.
─Ahí sigue Lizzie, ¿recuerdas?
─Qué más da. Tendremos hasta para darle a Lizzie también.
Los hermanos se subieron al barco, Fausto desbordaba emoción e incluso se encontró con algunos conocidos de la prisión. Se amistó con ellos rápidamente, Dante se dio cuenta de que a Fausto le hizo mucha falta interactuar con gente semejante. Solo él había se había sentido a gusto en el pueblo esos dos años, no había esperado despedirse, pero su hermano no había dejado de esperar un rescate. Las charlas vulgares y los juegos rústicos donde los hombres peleaban y apostaban no le sentaban a Dante. A veces su hermano intervenía cuando alguno que otro bribón intentaba retarlo a pelear, pero cada vez se aislaban más el uno del otro. Era un ambiente casi familiar, pero todavía hostil.
Finalmente llegaron a las tierras de Birú, habían oído los rumores de las riquezas inconmensurables, pero también de una cierta resistencia hacia los españoles. En los últimos años había reinado el emperador Huáscar, al menos hasta que su hermano Atahualpa tomó su lugar por la fuerza. Los rumores de la guerra civil a raíz de la disputa entre los hermanos llegaron a los oídos de los españoles. Dante se enteró de que irían al encuentro con ese tal Atahualpa, ya que su hermano Huáscar estaba preso, así que Pizarro planeaba hacer negociaciones con él, pero el capitán también era un estratega habilidoso.
Al momento del encuentro estuvo presente un intérprete que medió las palabras entre el capitán y el ahora emperador. Pizarro le ofreció una biblia para cerrar el pacto antes de oír su respuesta:
─Nosotros creemos ─dijo extendiéndole la biblia─ en un Dios todopoderoso, mediante y él en su nombre honraremos nuestra cooperación.
Y el intérprete tradujo sus palabras. El inca tomó esa pila de hojas cosidas, la observó con desconcierto y la tiró al suelo. Exclamó palabras en su lengua indígena y antes de que el intérprete pudiese traducir algo Pizarro dio la orden de ataque. Dante, Fausto y el resto de los hombres oyeron la señal para disparar sus armas desde el escondite en el que estaban, tenían rodeados a los hombres de Atahualpa y cada uno de ellos murió a causa de las pistolas y cañones españoles, todos salvo el emperador que fue aprisionado. Dante vio la masacre y quedó paralizado.
─Será solo una estratagema ─había dicho Pizarro─, solo deben estar atentos a que de la señal en caso de que sea necesario.
Todos dispararon sin pensarlo dos veces, excepto Dante. Él no había pensado que realmente matarían a los nativos. No pudo disparar a matar. De vuelta hacia el campamento todos comenzaron a hablar de que fue el único que no disparó. “El imbécil se quedó petrificado" dijo uno antes de que Fausto saltara a defenderlo. El mayor, cansado de ese día sangriento y agotador, simplemente le dijo a su hermano que no valía la pena pelear.
─¿Ves que es un cobarde? ─le dijo el provocador a Fausto.
Pero esta palabra tocó la fibra sensible del ego de Dante. Sabía que podía simplemente ignorarlo, pero quiso demostrar su valía.
─Te reto a un duelo con espadas.
Todos los hombres alrededor, incluido Fausto, quedaron sorprendidos. Pizarro llegó a calmar la conmoción, pero al ver que Dante había retado a otro sujeto más alto y más fuerte que él a un duelo con espadas, accedió a que hicieran un espectáculo para entretener a los hombres. Fausto intervino para preguntarle si estaba seguro.
─Confía en mí, Fato.
Y los hombres tomaron sus espadas. Dante inspiró, exhaló, y desenvainó el arma. Se hizo consciente cada articulación de su cuerpo, y se lanzó al combate. Su contrincante tenía una fuerza descomunal, tenía el ataque de un vikingo, pero Dante era ágil y veloz. La espada del oponente le rozó la mejilla y por poco le corta el cuello si no se agachaba, pero Dante esquivó los ataques y comenzó a devolverlos también. Pegó un brinco para asestarle un golpe en el yelmo y esto dejó al grandulón atontado. Siguió con los ataques consecutivos, uno tras otro, no le dio más alternativa que echarse hacia atrás y solamente bloquear la ofensiva del joven.
─¡Acaba la pelea! ─gritó alguien.
Y otros más lo imitaron. Dante pudo haber terminado el combate cortando la garganta del oponente, pero lo golpeó en la cabeza una vez más y lo empujó con su propio cuerpo. El hombre cayó al suelo y todos armaron un griterío en apoyo del ganador. Pero, a pesar de las felicitaciones de Fausto, del capitán Pizarro y de los otros hombres, Dante no se sintió mejor consigo mismo.
Al cabo de los días las matanzas seguían, los hombres comenzaron a robar y a abusar de los nativos que no los apoyaban. Aquellos que sí estaban a su favor no lo hacían por amor a los españoles, sino por desprecio y rechazo a Atahualpa. Dante no quería ver más masacres, no pudo unirse a sus compañeros que asesinaban a gente inocente por conquistar una tierra que no les importaba más que por el oro. Pizarro y Atahualpa al tiempo de interactuar mientras el segundo estaba prisionero incluso se hicieron amigos, pero Diego de Almagro mandó órdenes para Pizarro que debían ser cumplidas.
─No tengo más opción ─dijo Francisco─, no puedo evitar tu ejecución.
Atahualpa había mandado a matar a su hermano Huáscar mientras este también estaba encarcelado, y De Almagro alegó que no podrían dejarlo vivo después de sus acciones.
─Ya le hablé sobre la propuesta de oro y de plata, sé que ya habíamos hecho un trato, pero no tengo más opción que llevarlo a cabo.
Y Atahualpa aceptó su destino, fue ejecutado. Dante sintió que a Pizarro le afectó más que al propio Atahualpa. Las tropas se movieron hacia el Cusco, el centro del imperio que debían tomar por la fuerza. Dante intentó convencer a Fausto de escapar, de esconderse, de no seguir matando personas inocentes, pero su hermano lo rechazó de forma cruel.
─¿Eres imbécil, Dante? Hay oro, plata, riquezas, ¿y te preocupas de unos analfabetos? ¡Tenemos la gloria aquí! Somos guerreros y seremos parte de una historia que será recordada para siempre. ¡Deja de lloriquear y agarra tus armas!
Dante quedó petrificado con las palabras de Dante, ¿cómo no se había dado cuenta? Su hermano llevaba todo este tiempo conviviendo con criminales, burlándose de los nativos sacrificados, y siento totalmente indiferente a las masacres y los saqueos. Además, no podían huir, ¿adónde? ¿A que lo mataran los indígenas afectados por la invasión? ¿O para que los encontraran luego y los acusaran de traición? De alguna manera tenía que resistir con la única esperanza de volver a casa, pero ¿cuál, si tampoco tenía un hogar al que volver?
En la toma del Cusco cientos de nativos intentaron pelear, pero las tropas no tuvieron piedad. Dante siguió a su hermano, que peleó fuertemente contra un hombre fornido que parecía haber entrenado para el combate, Fausto parecía disfrutar de la pelea cuerpo a cuerpo donde tenía cierta ventaja, pero cuando se cansó cayó al suelo Dante intervino para defenderlo. Vio a los ojos a aquel hombre indígena, tenía ojos de miedo, y detrás de él se escondían en una pequeña choza una mujer y dos niños.
─Por favor, perdón, perdón ─le rogó Dante cubriendo el cuerpo de su hermano.
El hombre vio al joven cubriendo el cuerpo de su hermano, y no pudo seguir golpeándolo. Vio a su esposa y a sus hijos, y retrodeció lentamente de cara hacia los hermanos para acercarse a su familia. Alrededor aún se escuchaban tiros y gritos de agonía.
─Quítate de en medio ─espetó Fausto.
Se quitó a Dante de encima, desenfundó su pistola y le disparó al hombre. La mujer y los niños gritaron por el padre y esposo caído. Los niños salieron por el cuerpo del hombre, y Dante les disparó también. La mujer dejó salir de su garganta el grito de agonía más espantoso que se haya escuchado jamás, se arrastró hacia el cuerpo de su familia muerta, tomó una piedra del suelo y se la lanzó a Fausto, pero apenas llegó a la punta de sus pies.
Dante no había podido levantarse del suelo, estaba petrificado y consumido por el horror, veía como unas sombras espantosas envolvían en cuerpo de su hermano y se movían a su alrededor, tenían una energía densa y escalofriante. Fausto vio a la mujer y volvió a jalar el gatillo. El sonido del disparo y la salpicadura de sangre hizo reaccionar a Dante. Se levantó del suelo.
─Qué has hecho, Fausto.
Fausto observó a su hermano, tenía lágrimas en los ojos, luego vio nuevamente la matanza que había hecho recién. Dante tomó su arma y apuntó al rostro del menor.
─Dante, lo siento.
Las sombras seguían danzando a través del cuerpo de su hermano, temblaba y parecía querer luchar contra sus impulsos, pero alzó su arma contra Dante y este disparó antes de que Fausto lo hiciera. La bala le dio en la frente, justo en lugar de la cicatriz, y cayó muerto al suelo. Todos los aliados de alrededor se volvieron contra Dante y comenzaron a gritar “traición". Dejó atrás el cuerpo de su hermano y huyó de los perseguidores que disparaban en su dirección. Recibió balazos en un brazo y la cadera, pero tomó un caballo y se dirigió hacia las montañas.
Comenzó a subir una montaña huyendo del sonido de las tropas que lo perseguían. Se cayó del caballo y se lastimó la rodilla, pero siguió a pie. El dolor se hacía más agudo con cada paso, había perdido sangre y se sentía más débil. Sin embargo, el paisaje le resultaba familiar. Instintivamente tomó el camino correcto para encontrar un arroyo donde beber agua y limpiar sus heridas. Siguió andando, todo estaba cubierto de nieve, pero inexplicablemente encontraba caminos con un sendero de tierra libre de nieve, como si alguien hubiera despejado el camino. Cada paso que daba se sentía seguro y estable, a pesar de que caminaba por un barranco. La tierra era sólida, no había piedras en su camino, el pasaje era como una entrada hacia algún lugar misterioso.
Sus heridas le dolían, tenía el brazo y la rodilla inflamados y la herida en su cadera incluso entorpecía más su caminar, pero vio en la cima de la montaña una silueta que lo llamaba poderosamente. Mientras más se acercaba más dolor sentía. Al borde del precipicio, a punto de desfallecer por el dolor y con sus extremidades entumecidas por el frío al fin vio a esa ave con la que había soñado durante toda su vida. En una enorme grieta que dividía la montaña en dos estaba plantado el Cóndor gigante.
─Te he estado esperando durante años ─la voz retumbó dentro de la cabeza de Dante─, y por fin has llegado.
El joven tenía un torrente de emociones contradictorias fluyendo en su interior. Quería reír y llorar al mismo tiempo.
─Has llegado al final de este camino, ahora debes tomar la decisión de continuar con uno nuevo y seguir tu destino.
─No puedo ─dijo Dante sollozando en voz alta─, mi hermano... ¡Mi hermano! ¡Yo he matado a mi hermano!
La voz profunda del ave volvió a sonar con eco en su cabeza.
─Te hemos estado observando desde que naciste, Dante. Tú y Fausto tienen un lazo mucho más profundo del que crees, pero, para bien o para mal, esta lucha no ha terminado.
─¿Qué quieres decir? ¿Y a quiénes te refieres?
─Todo dependerá de tus decisiones. Tú eres un elegido, Dante, tu conexión con Pachamama es algo de lo que no puedes huir, y de aquí en adelante todo dependerá de tus decisiones.
Y antes de que Dante pudiese preguntar más, la voz prosiguió:
─Tú tienes el poder de conectar este mundo terrenal con el mundo espiritual. Sin embargo, se aproxima el comienzo de una nueva era, y la desconexión entre ambos planos puede traer un desequilibro devastador para todo el mundo.
─¿Y por qué yo?
─Tú eres un guardián elegido por la Pachamama para proteger a la Madre Tierra. Yo soy un achachila y mi deber es proteger esta montaña, pero ahora estoy aquí para cederte mi lugar.
Dante seguía sin comprender la profundidad de las palabras que el Cóndor le había explicado.
─Yo soy la confluencia de todas las conciencias de todos los guardianes a lo largo del tiempo. El concepto del tiempo que manejan los humanos es algo práctico, pero para nosotros es un todo aquello que ha existido, que existe, y que existirá. El tiempo es un eterno ciclo donde todo esta interconectado. Sí, también hay más como yo, incluso en muchos planos de realidad diferentes a este. He vivido durante más tiempo del que puedas imaginar, he visto guerras, imperios alzarse y decaer, civilizaciones construirse y ser destruidas, pero la muerte y el renacer son cosas que no se pueden separar. Todo lo que acaba trae consigo un nuevo comienzo.
Dante no había dejado de sentir dolor, a pesar de que el frío entumeció sus extremidades. Vio hacia abajo, las tropas se habían separado y algunos subían por el mismo camino que él había encontrado.
─Mi ciclo como guardián ha llegado a su final, has llegado a la cumbre de tu destino y ahora tienes la oportunidad de seguir con el mismo propósito de proteger esta montaña. No obstante, hay algo que debes saber: tu identidad y todos tus recuerdos en esta vida terrenal serán borrados, pero a cambio tendrás la sabiduría que tu cuerpo humano no podría obtener en su forma natural, obtendrás el conocimiento sobre tus habilidades y dones innatos.
Dante vio a las tropas que estaban cada vez más cerca de su posición. Pensó en su hermano, y es todas las personas que había dejado atrás en su vida. Pensó en todos y cada uno, "adiós, los amaré siempre" le susurró a sus recuerdos. El ave abrió sus enormes alas y la nieve de alrededor se movió. La grieta en el pico de la montaña era increíblemente profunda y enorme, ahora podía divisarla mejor ya que se aproximó al borde de ella. El ave y él se lanzaron juntos al precipicio y comenzaron a fusionarse.
Dante vio imágenes de recuerdos ajenos, vio distintos seres de distintas dimensiones, vio épocas diferentes a las que él conocía, tiempos del pasado y del futuro, y se transformó él mismo en un cóndor que salió volando por la grieta de la montaña. Esta nueva consciencia tomó poco a poco los recuerdos de Dante e instintivamente luchó contra esa fuerza. El ave chocó contra la montaña y cayó. La metamorfosis fue dolorosa, un montón de imágenes surgieron en su cabeza y le impidieron ver con claridad, también cientos de voces hicieron ruido dentro de su cabeza y no pudo escuchar su propia consciencia. Poco a poco dejó de ser Dante, entre agonía y gritos de dolor se transformó en un ave herida que convulsionaba bajo la rama rota de un árbol.
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"Anhelo que me animó en la construcción de mi novela fue crear un hogar, hacerla un hogar para no-existencia para la no-existencia en que necesita hallarse Deunamor, el No-Existente-Caballero, para tener un estado de efectividad, ser real en su espera, situándolo en alguna región o morada digna de la sutilidad de su ser y exquisitez de su aspiración para poder ser encontrado en alguna parte, en mi novela mientras espera, y cuando llega de vuelta de la muerte su amada, que él llamaba Bellamuerta, es decir que embelleció a la muerte con su sonreír en el morir y que solo tuvo muerte de Beldad: la hecha solo de separación, de ocultación, la muerte que engendra toda la belleza de la Realidad: la que separa amantes, pues otra muerte no hay, no se muere para sí ni hay muerte para quien no ama; ni hay belleza que no proceda de la muerte, ni muerte que no proceda del amor, pues ella hace toda la exaltación de la Idilio-Tragedia, exaltado el Idilio por temor de la muerte y hecha la tragedia en su dolor mayor de Idilio destruido.
Es decir que mi novela tiene lo sagrado, la fascinación de ser el Dónde a que descenderá fresca la armada volviendo de una muerte que no le fue superior, que no necesitó Ella para purificarse y sí sólo para inquietar al amor y por ello descenderá fresca de muerte, no resucitada sino renacida, sonriente como partió y con apenas un solo ayer de su ausencia de años.
Las abejas del latido, de la Vida, posarán en la nueva sonrisa de la retornada, como lo hicieron su sonrisa al partir hallándolas frescas y unidas ambas sonrisas por un tiempo todo presente, un tiempo inmarchitable que alientos no corrompan. Pura y unida también cual fue la espera de Deunamor cuya no existencia más pura que la muerte puede, 'entre iguales', desposarse de nuevo con ella como si hubiera conocido muerte sin confusión ni mancha".
Museo de la Novela de la Eterna, Macedonio Fernández
"Pensemos que el síndrome de Beatriz representa un esfuerzo por concebir mundos posibles donde los personajes de la 'vida' alcancen una existencia plena y absolutamente 'distinta' en el universo imaginario. Dante Alighieri no se ocupó tan solo de transferir el amor concupiscente a la categoría del amor cristiano, de la redención teológica y de la caritas salvadora -la idea que tantos comentaristas de su obra han subrayado y sobre la que Etienne Gilson apoya su exégesis dantesca. Desde nuestra óptica temática, también impulsa la categoría del 'mundo de ficción' en que los presupuestos del deseo hallan cobijo y existencia, siendo al mismo tiempo amparados por un espectáculo de creencias y nociones religiosas que permiten incorporarlo y asumirlo a la categoría de lo 'eterno' santificado. Dante consigue transmutar doblemente su amor por Beatriz coronándolo en el ámbito de la salvación, y transfiriéndolo al dominio de lo imaginario".
El síndrome de Beatriz en la literatura hispanoamericana, Vicente Cervera Salinas
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elfuckencio · 1 year
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Devil May Cry 3: Estilo sobre sustancia [Análisis]
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Creo que no hace falta presentar a Devil May Cry.
La saga de acción desenfrenada por excelencia, el rey de los hack n' slash, la que definió el arquetipo del antihéroe en los videojuegos con el protagonista mas badass que te puedas encontrar en cualquier lado.
Una saga, que con sus altibajos (*ejem* Devil May Cry 2 *ejem*), ha marcado un ritmo casi perfecto que a día de hoy no deja de divertirnos en lo absoluto, uno donde lo que cuenta es cómo acabas con cada demonio de la forma mas espectacular posible y con momentos tan chorra que el juego te deja en claro a qué has venido: a darte de hostias, la historia da igual.
Y aquí que estamos a día, para hablar del verdadero despertar de la franquicia y de su rockstar cazador de demonios por excelencia:
Devil May Cry 3: Dante`s Awakening
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REDESCUBRIMIENTO DE UNA NUEVA SAGA
Soy fan de God of War, ¿Qué queréis que os diga?
Yo fui de aquellos que cuando llegó a la adolescencia le dieron a elegir 3 opciones: Ser un otaku deprimido con el Nier clásico con Daddy Nier de prota, ser un fanboy edgy del heavy metal con ganas de mostrar rabo con el DMC: Devil May Cry o un pedazo de bruto que le encanta repartir estopa y cortar cabezas a todo lo que se me cruce porque el gore mola con el God of War Ascension.
Como no tenia mucha idea busqué y Ascension se llevo de lejos mi atención y mi oportunidad de comprarme una ps3.
Desde entonces Kratos ha sido mi puerta al mundo de los juegos de acción: Dantes Inferno, Heavenly Sword, los Smash Bros y sus copias, entre otros tantos y también es el responsable de que descubriera al que es actualmente mi escritor favorito de comics: Frank Miller, gracias a su brutal 300.
También, y gracias al Smash Bros que hizo Playstation, probé el reboot de Devil May Cry: DMC, el cual no guardo demasiado cariño. Me acordaba de su acción que no me llegó a convencer y de la horrible historia que tenia. Se me hizo inaguantable seguir jugándolo y me deshice de él regalándoselo a un amigo que nunca lo había probado.
PERO HOY NO VENIMOS A HABLAR DE MI.
Después de 3 años del lanzamiento de Devil May Cry 5, youtubers que me salían en recomendados, y sobre todo por mis amigos fanboys con ganas de insistir, decidí probar esta saga, olvidándome de ese reboot tan malo que jugué en su época. Así es como le di por primera vez a la trilogía original.
Para no extenderme más de lo que he hecho lo resumo en:
Devil May Cry 1 es un Resident Evil con espadas y me encanta como aprovechan el concepto para que no parezca un plagio de esos juegos, además del genial protagonista que nos presentan con su carisma chulesco pero no idiota.
Con Devil May Cry 2... objetivamente no es mal juego, es normalete tirando a mediocre. Pero como secuela es decepcionante y muy lamentable lo que hicieron con el combate y con el propio Dante, que lo convierten en protagonista de anime genérico numero 16884 sin ese carisma que resaltaba en el original.
Y llegamos al que nos toca hablar hoy: Devil May Cry 3 que no solo supera a sus predecesores, sino que da un golpe en la mesa para asentarse como el juego revolucionario que intentó el original pero con mucho mas estilo y mucho mas heavy metal de los 2000 de por medio.
THIS PARTY IS GETTIN CRAZY, LETS ROCK!
Algunos recordamos el inicio del primer DMC: Dante en su oficina recibiendo a una mujer rompiendo su puerta montanda en moto en busca del hijo de Sparda, el legendario caballero demonio, para ofrecerle un trabajo. Cuando de repente le empala con su espada y le tira su moto, solo para que Dante se la sude y la devuelva a tiros demostrando que no solo es el hijo de Sparda sino que es duro de derribar, y que el juego iba a tratar sobre controlar a este machote duro como las piedras para cumplir con nuestro contrato mientras matamos seres del inframundo en el proceso.
Pero lo del 3 no tiene nombre: nos enseñan que este Dante es mucho mas joven que el que conocimos con anterioridad y que es un chulo de cuidado, aparece el villano diciendo que vienen a por él pero al tio se la suda, y el malo se larga del sitio.
El sigue a lo suyo intentando coger un trozo de pizza cuando... aparecen 4 fantasmas, le joden el local, le empalan los cuatro a la vez, al tío se la vuelve a sudar, les suelta tremenda patada voladora que ni Chuck Norris, y les revienta con PUTAS BOLAS DE BILLAR CON UN TIRO DE SUS PISTOLAS. Y en ese momento nos dan los mandos y nos toca acabar con nuestra primera horda de enemigos. Y tu te quedas:
JO-DER, ¿DE VERDAD EMPIEZA ASÍ ESTE JUEGO? ¡¡ESTO ES LA OSTIA, QUIERO MAS!!
Y es ahí cuando entras en el juego. Bienvenidos jugadores, disfrutad de la cacería.
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Este juego se basa puramente en el gameplay, asi que empecemos por los mas importante:
Los controles son una evolución del primer titulo. No existe un botón de ataque normal y otro de ataque fuerte, los ataques van por ritmos y dependiendo de a qué tiempos pulses el botón obtienes combos distintos. Por ejemplo si pulsas el botón de ataque repetidamente solo conseguirás hacer el combo básico, pero si después de pulsarlo una vez, y esperas un segundo obtienes un combo mas largo y que hace mas daño pero también mas lento. Algo que se complementa con el Devil Trigger que, aparte de regenerar poco a poco tu vida, te vuelve mas rápido y agresivo inflando a golpes a tus enemigos hasta verlos estallar o desintegrarse.
A medida que avances en el juego obtendrás nuevas armas las cuales podrás intercambiar en cualquier momento durante el combate para no dejar de atacar a la horda que va a por ti, pero sobre todo lo harás para aumentar tu medidor de estilo.
Una de las pocas cosas que hizo bien pero poco aprovechó la segunda entrega es que el medidor no suba por los golpes sino en la variedad de ataques que puedas realizar, variando movimientos e intercambiando armas para que tu barra suba y conseguir que llegue a esa SSS que nos hacen sentir como si fuéramos los putos amos, aunque con la desventaja de que al mas mínimo golpe, repetición de movimientos o porque no atacamos empieza a bajar.
De ahí que las armas de fuego estén mejor implementadas que nunca. Son las que mantienen el ritmo en momentos donde dejamos de usar nuestras armas cuerpo a cuerpo para planificar y cargar contra otros demonios. Varían bastante entre ellas: las míticas Ebony and Ivory que son idóneas para mantener la barra al nivel, la escopeta que la mantiene con menos efectividad pero haciendo mucho mas daño, y otras armas que van de hacer mas daño a otros enemigos o disparar a varios de ellos a la vez.
Y por ultimo y no menos importante: los estilos. Marcan el estilo de juego de cada uno y dependiendo de cual elijas o cambies durante el nivel, podrá variar la manera en como decides enfrentarte a cada escenario.
¿Quieres ser muy agresivo y no dejar respirar a tu enemigo con Swordmaster o Gunslinger? ¿Quieres marcarte tremenda jojo-referencia con Quicksilver y hacer Za Warudos? ¿O querrás hacer como yo, buen jugador de God of War, y usar Trickster para esquivar lo mas rápido posible o Royalguard para cubrirte y contraatacar con parries? Muchas posibilidades, pero tú decides cual usar.
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ESTILO SOBRE SUSTANCIA
¿A que se nota que este juego es la ostia por lo bien que he hablado de los controles y de lo divertido que es probar todas las posibilidades? Pues bien, resulta que... ¡este juego tiene historia! Una que pese a ser simple y no tomarse en serio, funciona.
Pues resulta que el tipo que nos entró en el local trabaja con Vergil, el tan sonado hermano gemelo que se nos presentó en la primera entrega, y quieren abrir las puertas del infierno porque Evil Blue Dante tiene muchas ansias de poder y el otro se quiere convertir en una especie de dios demoniaco (vamos, lo típico), y nosotros somos unos picados de mierda porque el único propósito en la vida de Dante es ganar a Vergil y quedar como el hermano mas guay en duelo a muerte con cuchillos. Ah, y también hay una tipa llamada Lady que quiere cargarse al malo que es su padre porque se cargó a su madre.
Y... ya está. ¡Es perfecta! El propio juego en la inmensa mayoría de sus cinemáticas solo le importa crear coreografías surrealistas para ver lo guais que son los personajes y como de malos malosos muy malvados que son los villanos.
¿Qué más necesitan si te lo están poniendo en bandeja? El juego quiere que te diviertas controlando a estos capullos que se flipan combatiendo que en meterte una historia pretenciosamente profunda para que llegue a fastidiar el ritmo o el propio juego por no pegar para nada con el gameplay. Ojo, que no digo que sea puras chorradas, el drama presente que manejan lo hacen con muy buena mano y con cantidades justas para que puedas no tomarte en serio a los personajes, pero a la vez te preocupen y les cojas cariño (sobre todo con Lady).
Es funcional, estúpida, y muy bien llevada. Me encanta.
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¿DEVIL MAY CRY, QUÉ DESEA?
Ah, casi se me olvida. ¿Qué seria de tooooodo esto que os acabo de comentar si no hubiera nada a lo que atacar?¿Donde están esos demonios que Dante mata para mantener el negocio a flote? Los enemigos son el plato fuerte del juego y la razón por la que deseados volver a lucirnos para ver que tan bueno somos combatiendo.
Varían desde los que hacen como mucho 2 ataques y están hechos para morir casi al toque, pasando por voladores que requieren utilizar nuestras armas a distancia para acabar con ellos, algunos que son capaces de spawnear enemigos, otros que disparan a distancia... toda una enorme variedad para cortar, trocear y empalar lo mejor que puedas imaginar dentro de la variedad que te ofrece el juego.
Y los bosses... todo un reto ellos solos. Todos y cada uno de ellos son muy distintos entre si y son instantáneamente reconocibles: están las 2 estatuas sin cabeza que se sincronizan para atacarte a la vez, el cerbero que se cubre de hielo y guarda distancias para defenderse, la bestia alada que nos lanza jaulas, ondas de energía y nos embiste para quitarnos muchísima vida...
Y por no hablar de Vergil, uno de los mejores bosses a los que me he enfrentado nunca. Es el jefe que, si aun no habías pillado cómo funcionaba el juego, te dejaba muy en claro que esto es Devil May Cry, olvídate de lo demás.
Ataques muy agresivos que exigen reflejos, patrones que repite una y otra vez para que aprendas cuando lanzarte a por él, y lo mas importante, su modo Devil Trigger que te exige 2 opciones: o guardias distancias usando tus pistolas pero durando mas su estado haciendo el combate mas largo, o meterte de lleno en la boca del lobo para quitárselo lo mas rápido posible pero con el riesgo de que te haga muchísimo daño o incluso matarte. Un boss desafiante y muy bien diseñado.
Una selección de bosses excelente, muy variados y reconocibles, pero sobre todo, muy muy disfrutables.
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CONCLUSION
Mira, después de comerle la polla de esta manera ya no sé como decirlo.
Devil May Cry 3 es FANTASTICO, un juego de acción sublime que no deja indiferente a nadie, es de esos títulos que te lo metes entre pecho y espalda, y lo gozas por lo divertido que es.
Quizá sea porque estoy demasiado acostumbrado a los God of War y no sea capaz de exprimir todo ese jugo que el juego pueda darme por llegar a un punto de estar machacando botones sin pensar, pero mi experiencia ha sido muy divertida y estaría encantado de rejugarlo.
Completamente recomendable.
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oraculoediciones · 4 months
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¡LLEGA LA NAVIDAD MÁS NEOGÓTICA DE LOS ÚLTIMOS AÑOS! / Sí, damas y caballeros de la oscuridad, aquí tienen la flamante edición de Lafarium, con portada magistral del grupo Paté Crudo / Entrevistas exclusivas a Sergio Ibáñez y Sergio Más / Colaboran con textos, tripas e imágenes de la ilusión lóbrega: Emiliano Raspante, GR Mateo, Gabriel Juárez, Juan Manuel Menéndez, Pablo Paz, Pablo Katzin (Fritz Sol), Marcela Nigro, Dante Minervi, Kiminoia, Manuel Rivas Pintos, Oscar Grillo, Emiliano Bellini, Emanuel Rosso, Marcelo Mosqueira, Pabluchi García, Javier Tursi, Rodrigo Fiotto, Lorena Pinasco, Andrés Casciani, Julieta Manterola, Fabián Arnaldi, Ximena Soller, Lucho Virués, Marcelo Gobbo, Juan Pablo Diz, Javier Gervasoni, Adam Arandojo Leanza y Gladys Cepeda / ¡Pasen y lean, antes de que la nieve negra les derrita la cabeza! https://archive.org/download/lafarium2023/Lafarium-diciembre-2023.pdf
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reinadoscuro · 5 months
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El corazón a nada de salirse de su pecho, probablemente lo habría vomitado de camino al baño pero no fué el caso; la falda ocultaba la falta de bragas pero el interior de los muslos era un curioso caminito acuoso que le delataba, casi tan sutil como las lágrimas corriendo por las mejillas. Sentía que lo había dejado ganar, que la fachada de dura se le fué a la mierda con gran facilidad y el varón en esos momentos debía estarse burlando de ella, en brazos de su mujer, quitado de la pena y con una anécdota más que agregar referente a la poca falta de control de su cuerpo.
Herida, humillada, lo peor de todo, caliente hasta la mierda, el coño estaba tan estimulado que ni los dedos le funcionaron en la intimidad del baño y se vió obligada a salir de allí, arreglarse la ropa e ir a la cafetería. Para su fortuna el chico estaba ahí, a nada de retirarse, en cuanto le vió llegar sonrió como el idiota que era cada vez que la veía pero en cuestión de nada la sonrisa se le fué. Lucille le besó con tanta fogosidad que era imposible de ignorar, le abrazó con tanta fuerza que era extraño en ella y más rodeados de gente.
— ¿Qué ocurre?
— Vámonos, llévame a casa.— Interrumpió ella y se paró de puntillas, susurrandole al oído.— Follame... Necesito que lo hagas.— Mordió el lóbulo del chico y tiró de el antes de separarse, mirandole suplicante, haciéndole entender que no se trataba de ninguna broma ni parecido, se abrazó a él con tanta necesidad que parecía estarse colgando de su humanidad y el chico lejos de hacerse mayores cuestionamientos simplemente aceptó los hechos ¿Cómo iba a negarse? Deseaba dársela y al fin era ella quien le pedía que la hiciera suya.
Salieron del instituto, la chica tenía urgencia por estar lo más lejos de ese lugar y en todo el trayecto de ida a casa no dejaba de sentir las manos ansiosas del chico apretando sus manos, los hombros, algún que otro roce en el culo, para cuando llegaron a su hogar y pasaron por el umbral de la puerta lo primero que sintió fueron las manos del varón adueñándose de sus nalgas, arrugando la falda, alzandola para rozarle el coño. Para él fué sorpresa encontrarla sin bragas pero ella intentó desviar toda pregunta, gimiendole sobre los labios lo mucho que le deseaba, lo ansiosa que estaba por encerrarse con él en la habitación y él era tan estúpido (o se creía la gran cosa) que no inquirió en nada más, simplemente se dejó llevar por la chica hasta la cama.
Se desnudó sobre la cama, él hizo lo propio, a petición de la chica usó protección desde el momento cero y aunque quiso dárselas de caballero Lucille no dió por a ello, buscó montarle en primera instancia, no arriesgarse a la inexperiencia del chico y follarselo ella de hacer falta, el resultado: un chico que la pasó como nunca y ella, a medias, fingiendo a ojos cerrados que gozaba tanto como lo hacía con su profesor.
Un fiasco, un intento desesperado por quitarse las ganas, la sensación de la piel ajena encima... Y esa sería solo la primera vez confirmandose con tan poco, llenandose con otro, portandose como una puta con alguien más que no fuera Dante Toussaint.
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globaliaesp · 6 months
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Literatura de la Edad Media: Un Vistazo General
La literatura de la Edad Media abarca un extenso período desde el siglo V hasta el XV, caracterizado por la influencia de eventos históricos, sociales y religiosos. Aquí, se resumen algunas características y ejemplos representativos:
Lenguas Utilizadas:
Latín: Inicialmente, gran parte de la literatura estaba escrita en latín, especialmente las obras religiosas y académicas.
Lenguas Vernáculas: Con el tiempo, se desarrollaron literaturas en las lenguas vernáculas como el francés, español, italiano y alemán.
Temas Religiosos y Morales:
La religión desempeñó un papel central, con obras que reflejaban valores cristianos y enseñanzas morales.
Ejemplo: "Divina Comedia" de Dante Alighieri.
Épica Medieval:
Narrativas épicas que narraban hazañas heroicas y valores caballerescos.
Ejemplo: "Cantar de Mio Cid".
Mester de Juglaría y Mester de Clerecía:
Mester de Juglaría: Transmitido oralmente por juglares, temas populares y entretenimiento.
Mester de Clerecía: Escrito por clérigos, enfoque educativo y moralizante.
Ejemplo de Juglaría: Poemas épicos anónimos.
Ejemplo de Clerecía: "Libro de Buen Amor" de Juan Ruiz.
Novelas de Caballería:
Historias centradas en caballeros, con ideales de honor y aventuras amorosas.
Ejemplo: "Amadís de Gaula".
Poesía Lírica:
Expresión de sentimientos amorosos y melancólicos.
Ejemplo: "Cantigas de amigo" de trovadores gallego-portugueses.
Bestiarios y Alegorías:
Descripciones simbólicas de animales, a menudo con lecciones morales.
Ejemplo: "Bestiario" de Juan de Cuba.
Características Formales:
Métrica variada, con rima asonante o consonante dependiendo de la tradición.
Uso de recursos literarios como la alegoría y la simbología.
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bookishnerdlove · 6 months
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DBDP - Capítulo 324
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El gran territorio de Alice. Era un lugar de excepcional paisaje natural creado por numerosos acantilados y diversos brazos del río Dantés. Situado en la zona central del continente, un flujo interminable de turistas continuó visitando el territorio de Alice durante todo el año. Era una zona digna de ser llamada la flor del imperio. Además del otoño, cuando se celebró el Festival de Dantés, el comienzo del verano fue el que atrajo el mayor número de visitantes debido a su maravilloso clima. Edgel, la capital de Alice, también este año volvió a estar en auge. Aunque los turistas disfrutaban de su tiempo y del hermoso paisaje, la atmósfera era bastante inestable y oscura entre los nobles del Gran Territorio de Alice. La conmoción provocada por la muerte de Morgan Louvre, el heredero del Gran Territorio de Alice, todavía persistía en la región de Alice y Edgel como un fantasma inquietante, a pesar de que ya había pasado un año. Desde ese día, el Conde Louvre no volvió a hacer apariciones públicas. Además, ninguno de los nobles de Alice habló jamás de la muerte de Morgan. Habría estado bien si hubiera muerto en una batalla o duelo. Independientemente del resultado, su muerte habría sido honorable. Sin embargo, Morgan Louvre fue asesinado después de ser revelado por sus malas acciones al mundo. El condado del Louvre había sido una familia honorable y orgullosa hasta entonces. Pero después del incidente, su reputación se derrumbó y su influencia en la parte central del imperio también se dispersó. Fue hasta el punto que los nobles de Alice no se atrevieron a mencionar sus orígenes cuando viajaron a otras regiones. Los nobles de otras regiones seguramente mencionarían el incidente después de descubrir que provenían del Gran Territorio de Alice. Como tal, se convirtió en una regla no escrita nunca hablar del desastre del otoño pasado y los nobles vecinos de Alice comenzaron a darle la espalda al condado del Louvre. El Conde Louvre alguna vez tuvo poder y autoridad que se podían contar con tres dedos en todo el imperio, pero el incidente lo diezmó. Sin embargo, todavía tenía cerca de 3.000 soldados y decenas de caballeros bajo su mando. La productividad y el dinero mantenían un ejército, y el Gran Territorio de Alice todavía era abundante. Por tanto, ni los señores ni los nobles que le dieron la espalda al Conde del Louvre pudieron ignorarlo. Incluso si no hiciera ninguna aparición pública, estarían en un gran problema si alguna vez perdiera la razón después de perder a su sucesor y apuntara su espada hacia ellos. Lo mismo se aplicaba a los nobles de Edgel, que todavía servían al Conde del Louvre como su señor. ━━━━━━✧♛✧━━━━━━ ¡Vaya! Una ráfaga de viento fresco trajo un aire refrescante desde las aguas del río Dantes hacia el Castillo Altwan, una estructura ubicada en una ladera con vista a Edgel. Sin embargo, los nobles reunidos en el palacio estaban ocupados discutiendo con voces tensas. No se pudo encontrar su compostura habitual. "¡Esta es una oportunidad!" “¿Cómo diablos es esto una oportunidad? Los demás ya ven mal nuestro territorio. Si empezamos las cosas imprudentemente en esta situación…” “¡El duque de Arangis está muerto! Además, ¡sucedió en la residencia del gobernador general en Leus! En un momento en el que el sentimiento público que pide responsabilizar al Príncipe Ian y al Duque Pendragon se está formando incluso entre los nobles de la capital…” “¿Pero qué tiene eso que ver con que demos un paso adelante? Esta es una oportunidad perfecta para que otros sospechen de nuestra relación con el Ducado de Arangis. En momentos como este, lo mejor es tener cuidado y…” "¡Su Excelencia el Gran Señor!" Ante la voz solemne del sirviente principal, todos los nobles volvieron la cabeza con sorpresa. Era la primera vez que el Gran Señor aparecía desde el incidente del año pasado. “¡Saludamos a nuestro gran señor!” Las decenas de caballeros y nobles reunidos en el palacio se arrodillaron e inclinaron la cabeza. Mientras el silencio descendía sobre el palacio, el sonido de una capa arrastrada por el suelo fue seguido por el sonido de alguien sentado en el trono ubicado en el lugar más alto. “Todos, levanten la cabeza”. Lentamente levantaron la cabeza en respuesta a la voz ronca. “S-Su Excelencia…” Los ojos de los nobles temblaron mucho. En menos de un año, su monarca se había transformado en una persona completamente diferente. El fino cabello gris, que siempre había estado cuidadosamente peinado bajo la corona plateada que simbolizaba al gran señor, ahora estaba completamente blanco y vacío en algunos puntos. Sus ojos, que alguna vez irradiaron un brillo intenso como escarcha, estaban teñidos de rojo con vasos sanguíneos reventados. Pero lo más sorprendente y escalofriante de su transformación fue el aura que emitía todo su cuerpo. Por alguna razón, el solo hecho de enfrentarse al gran señor hacía que se les erizara el pelo. Éste ya no era el Conde Louvre que habían conocido antes. “El duque Arangis… ¿está muerto?” Los nobles y caballeros inclinaron la cabeza mientras sentían una sensación escalofriante ante la voz áspera y metálica. "Eso es correcto, Su Excelencia". "Ya veo. Ya veo…" Levantó una copa de plata con su mano huesuda y tomó un sorbo de vino mientras murmuraba. "Entonces... ¿de qué estaban discutiendo?" Incluso si se hubiera transformado por completo, su señor seguía siendo su señor. Los nobles respondieron de inmediato. “La noticia se ha extendido no sólo en el castillo imperial sino por todo el imperio. Todos los nobles, independientemente de su estatus, han quedado muy conmocionados por la noticia”. “Los nobles que se sabe que tienen vínculos con el Ducado de Arangis parecen aliviados, pero también están observando atentamente la situación. Pero el verdadero problema está en los nobles que se oponían o se distanciaban del príncipe Ian y el duque Pendragon. Muchas familias los responsabilizan por el incidente”. "¿Más específicamente…?" El conde Louvre habló con interés. Alguien respondió apresuradamente. “Existe una opinión pública cada vez mayor de que el Príncipe Ian y el Duque Pendragon deben rendir cuentas. El Conde Jamie Roxan, quien recibió oficialmente su puesto a principios de este año como Gran Señor del Gran Territorio de Paleon, está en el centro de todo”. "El heredero de Roxan... No, mejor dicho, el Gran Señor Roxan ahora, ¿verdad?" El condado de Roxan era considerado una de las familias más poderosas del imperio. El territorio y la productividad del condado de Roxan eran comparables a los de un ducado, y estaban relacionados por sangre con otras tres familias de altos señores. Como tal, ni siquiera los Duques se atrevieron a subestimar el Gran Territorio de Paleon. Si las cuatro familias se unieran junto con sus familias vasallas, tendrían una fuerza poderosa que equivaldría a dos legiones combinadas del ejército imperial. Teniendo en cuenta que el ejército imperial rara vez desplegaba más de una legión a la vez, un poder equivalente a dos legiones era una fuerza verdaderamente enorme. Siendo realistas, dado que los ducados operaban individualmente, la familia Roxan tenía la ventaja en todos los sentidos posibles. El sucesor de la familia, Jamie Roxan, fue considerado el mejor candidato aparecido en cien años. Y ahora, finalmente había tomado su lugar como Gran Señor de Roxan. Este fue el primer incidente en el que decidió ejercer su poder fuera de su territorio. Estaba frente a dos gigantes, el Príncipe Ian y el Duque Pendragon, en el ojo de la tormenta que actualmente envolvía al Imperio Aragón. “La postura de Roxan sobre el asunto representa también la participación de los otros tres Altos Señores, Su Excelencia. Esto significa que cuatro de los trece Grandes Territorios le han dado la espalda al Príncipe Ian. Además, se rumorea que…” El noble de repente vaciló y guardó silencio. Preguntó el Conde Louvre mientras entrecerraba los ojos. "Corre el rumor de que…?" “Bueno… aparentemente, el Duque de Lindegor también confirmará la autenticidad del rumor y responsabilizará al Príncipe Ian…” El ducado de Lindegor. Después de la caída del Ducado de Arangis, el Ducado de Lindegor podría considerarse la familia más fuerte del imperio, excepto la familia real, en estatus y poder. Una fuerza tan fuerte se opondría al Príncipe Ian, quien probablemente se convertiría en el próximo príncipe heredero. Por supuesto, el reciente ascenso del Ducado de Pendragon fue suficiente para rivalizar en fama con Lindegor, pero el Ducado de Pendragon aún se estaba desarrollando. El poder financiero, militarista y político de la familia Lindegor se había mantenido en su apogeo durante mucho tiempo, mientras que la familia Pendragon seguía creciendo. Como tal, Pendragon seguía siendo inferior a Lindegor. Además, si el Ducado de Pendragon tenía a Soldrake, el Ducado de Lindegor tenía a Angel Seiel. Además, era probable que la hija mayor del Ducado de Pendragon se casara con el Príncipe Ian, pero la actual emperatriz era de la familia Lindegor. Si el Duque Lindegor dio un paso al frente y confrontó al Príncipe Ian en tal situación... "¡Esa es una suposición infundada!" "Correcto. Incluso si el Duque Lidnegor se presenta, la marea ya está con el Príncipe Ian y el Duque Pendragon…” "Silencio…" Los nobles rápidamente cerraron la boca ante la voz metálica del Conde Louvre. "Entonces, ¿dónde están ahora el duque Pendragon y el príncipe Ian?" “Actualmente se dirigen a la región de Baillon, que es la más cercana a Leus. Su destino final es el castillo imperial. Actualmente no estamos seguros de por qué son…” "Ya veo..." Shhhk. El Conde Louvre se levantó de su trono con un ligero movimiento de cabeza, llamando la atención de todos. Su piel azulada carecía de vida y contemplaba el palacio con una mirada grotesca. “Hablo como el Gran Señor de Alice. Todas las fuerzas de Edgel y las familias vasallas deben reunir a todos sus caballeros y soldados en un plazo de diez días para reunirse bajo la bandera del Louvre. No habrá excepción. Aquellos que no cumplan serán considerados traidores y ejecutados por la autoridad del Gran Señor”. “¡…..!” Todos quedaron estupefactos ante la escandalosa orden. Pero la orden de un gran señor era absoluta. Los nobles y caballeros del palacio se arrodillaron sobre una rodilla. “¡Como quiera el señor!” Una respuesta atronadora llenó el palacio del castillo de Edgel. �� Mientras el sol desaparecía lentamente en el horizonte, el Conde Louvre caminó lentamente hacia sus aposentos mientras era escoltado por caballeros. “Estoy bastante cansado después de mostrarme después de mucho tiempo. Me acostaré temprano. Todos ustedes pueden irse”. "Sí mi señor." Entró a su habitación mientras los caballeros se inclinaban profundamente. Las criadas también hicieron una reverencia antes de salir de la habitación con pasos rápidos. Ruido sordo. Después de cerrar la puerta grande, el Conde Louvre se quedó solo en el espacioso dormitorio. Se quitó la larga capa antes de tirarla a un lado descuidadamente. Sorprendentemente, no llevaba nada más que ropa interior debajo de su larga capa. Estaba básicamente desnudo. Su cuerpo escuálido estaba más empequeñecido que antes, y se revelaba completamente frente a un espejo. Una sonrisa distorsionada apareció en la boca del Conde Louvre mientras observaba su cuerpo con una mirada siniestra. "Kekekeu… ¡Keuhahahahaha!” Su risa maníaca pronto aumentó de volumen y llenó la habitación vacía. Después de reírse como un loco durante mucho tiempo, murmuró mientras miraba su reflejo con una expresión cruel. “Dios, o quizás el diablo me dio una oportunidad. ¡Una oportunidad de vengarme del cachorro de dragón que merece ser asesinado cien veces…! ¡Kuheheu! Se miró fijamente en el espejo con ojos asesinos durante un rato antes de darse la vuelta. “Espera un poco más, Morgan. Tu padre te traerá la cabeza del dragón. Lo juro por todo…” ¡Vaya! "Que tonto." En ese momento, una voz baja y penetrante entró en los oídos del Conde Louvre con un viento helado. "¿¡Quién es!?" Inmediatamente se dio vuelta con un fuerte grito. "¡Mmm!" Sus ojos se abrieron con sorpresa. Un hombre miraba en su dirección con rostro cansado e inexpresivo. Todo su cuerpo estaba envuelto en una túnica vieja y andrajosa. "Mmm…" Los ojos sedientos de sangre del Conde Louvre temblaron levemente y retrocedió varios pasos. No fue por el miedo que sentía hacia el invitado no invitado que apareció dentro de la habitación sin abrir la puerta. No había emociones contenidas en los ojos que lo miraban. Vacío. Nunca había visto a nadie mirarlo con esos ojos. No, más bien, nunca había visto unos ojos tan vacíos en toda su vida. Lo más importante es que mientras seguía mirando a los ojos de la figura, le asaltó la sensación instintiva de que no debía llamar a los caballeros que custodiaban la puerta. Además, estaba seguro de que incluso si gritaba, no sería transmitido al mundo exterior. "Quién eres…?" Logró hablar con voz temblorosa. El invitado no identificado y no invitado respondió con voz impasible mientras mantenía un rostro inexpresivo. “No tengo nombre…” Atrás Novelas Menú Siguiente   Read the full article
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lordcmaya · 9 months
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Todos se van
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Atenea y Dante fueron tan cercanos a mi que colapsaron entre si, pero Atenea no estaba contenta con Dante al mostratse como yo pero ser diferente, asi que se separo de el a la mayor velocidad que pudo y eso le dejo un rastro de dolor al pobre Dante, ese rastro lo llevo a mi a pedir mi auxilio y yo como buen caballero simplemente no respondi a su traicion, asi pues paso el tiempo y aunque Atenea me habia permitido buscarla eventualmente se fue, fueron buenos años, no los mejores pero buenos...
Anomally y Alester fueron lejanos, ellos no se conocian y pasaron años antes de que los presentara, primero con voces y luego frente a frente, fue amor a primera vista aunque mas bien parecia un accidente que denotaba un claro pesar del pasado de Anomally, no fue si no hasta que Anomally se fue invadida por la duda y convencida de si misma de que era miserable, tanto que se atrevio a tocar a Alester y para sorpresa de nadie Alester que llevaba ya un largo tiempo en su propia soledad simplemente ignoro toda advertencia, cuando los vi colisionar yo pensaba que fue por accidente, no fue si no hasta que aquellos que orbitaban cerca de Alester me hicieron notar que su direccion siempre fue caotica y objetiva a la vez, no nos dejo otra opcion mas que celebrar lo que fue y despedirnos de lo que no sera...
Y ahora me encontre con Termina, y aunque esta vez no hay ningun otro mundo cerca se que eventualmente se ira, como todo y como todos y no esta mal, acepto que se ira de una u otra forma y yo tambien, para volverme parte de todo otra vez...
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tvcrip05 · 8 months
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El circo de los tumores-Un pequeñín molesto
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-Comienza con Dante leyendo un periódico-
Dante: Bien, ninguna noticia sobre los gusanitos que vendimos. Fue buena idea borrarle la memoria a todos.
Jumper: de que estás hablando? Nunca llegamos a vender gusanos que yo sepa.
Dante: (viendo a la cámara) funcionó.
Glucoso: (off) eeeh.. muchachos?
-Dante y Jumper van hacia las afueras del circo, encontrándose con un conejo tirado en el suelo, con diarios sobre su cara y cuerpo-
Glucoso: hay un indígena en la entrada de nuestro circo
Jumper: es indigente weon, no indigena
Glucoso: ¿No es lo mismo?
Jumper: como sea. (pateando al conejo) Oye, ya levántate
Dante: oye no lo trates así. No ves que necesita un hogar
-De repente, el conejo se quita el periodico de su cara, revelando sus ojos llenos de lágrimas. Los tres payasos fijan rápidamente su mirada en el-
Conejo: (llorando) soy un bueno para nada. Estoy muerto de hambre, huelo mal, mi familia me odia
Jumper: (murmurando) ¿porque sera? 
Conejo: y no he podido conseguir ningún empleo (llorando)
Dante: oooh pobre cosita horrenda. ¿Te gustaría ser parte de nuestro circo? 
Jumper: Pero Dante..
Dante: Jumper, demosle la oportunidad al hombrecito de que pueda hacer algo bien en su vida, aunque sea por una sola vez
Jumper: está bien (aceptando a regañadiente)
Conejo: ¿en serio? Oooh gracias, gracias, gracias 
Dante: Pero, antes de que comience tu nueva tarea, necesito que te quites el olor a fracasado, No lo soporto.
Glucoso: no pienso bañar esa cosa.
Jumper: ni yo.
Dante: no se preocupen muchachos, yo me ocuparé de asearlo.
-Dante se pone una pinza en su nariz, agarra rápidamente al conejo y se lo lleva al circo. Más específicamente a una puertita, donde al abrirla te lleva a un baño enorme. El payaso mete a la bañera al conejo-
Dante: (bañandolo) Siéntete cómodo en tu nuevo casi hogar. Después del baño, te brindaremos alimento suficiente para que te nutras bien.
Conejo: ay, es como si estuviese en el paraíso. Jeje, no se que decir jeje.. 
Dante: sin palabras, eh? Pues prepárate porque el festín te quitara hasta el aliento (riendo)
-Dante extiende sus brazos y agarrando al conejo mientras el cuarto de baño cambia a uno de comedor. Lo sienta en una sillita y de su espalda agarra un megáfono-
Dante: muchachos, reunanse
-Los demás integrantes del circo entran a la sala-
La arquera: ¿quién es el nuevo?
Jumper: Es un maldito indigen-
Dante: Es un pobre sujeto que lo perdió todo. Imagina perder tu familia, qué horror. Así que nosotros seremos su nueva familia
La arquera: Dante, dime por favor que esto es una broma..
Dante: No querida Kelly. Un payaso no solo dice bromas, sabes?. Cambiando de tema, ¿dónde está mi amada?
Jumper: Nefesh fue a buscar a su perro, lo había dejado al cuidado de su hermana
Dante: aaah si, ya lo recordé (riendo) ¿en que estaba?
-El estómago del conejo ruge captando la atención de Dante-
Dante: cierto
-Dante chasquea los dedos y hace aparecer un montón de comida en la mesa-
Dante: provecho 
-El conejo se emociona y empieza a comer todo lo que había en la mesa, quedando satisfecho-
Dante: (mirando su reloj) bien, justo a tiempo para la función 
-Dante alza su brazo hacia arriba, indicandole al conejo que se levante de la silla. El conejo se levanta lentamente con sus manos en su panza-
Dante: Es hora de que te pongas vestimenta
-Dante agarra al conejo y lo hace girar, cambiando mágicamente de vestuario(siendo él un bufón)-
Dante: espera aquí hasta que te avise. El público ya deberia estar aqui 
-Dante sale del cuarto y, sale de las cortinas de su circo dando su presentación habitual-
Dante: Damas y caballeros, niños y niñas. He de darles un comunicado que podría alegrarles el día. Se une un nuevo integrante a nuestro show. Denle un aplauso a.. 
-Dante alarga su cuerpo dirigiéndose al cuarto donde se situaba el conejo-
Dante: (susurrando)Oye ¿cómo te llamas?
Conejo: Bruno
Dante: gracias
-Dante vuelve al escenario-
Dante: Denle un aplauso a Bruno(gritando)
-Bruno entra al escenario viendo como la audiencia le aplaudía. Esto hace que el conejo haga una mueca de alegría, ya que nunca en su vida lo habían ovacionado-
Bruno: Gracias, gracias por recibirme. Les prometo que tendrán el mejor show de sus vidas(riendo)
Dante: Ese es el espíritu. Ahora denle un aplauso a los demás integrantes
-Ellos salen del telón con estilo, presentándose. El público los recibe de igual manera-
Dante: Pero antes que nada. Nuestra siguiente dinámica será decidida por la ruleta mágica
-Dante hace girar la ruleta, deteniéndose en anguilas eléctricas-
Dante: uuuh anguilas eléctricas, pero que electrizante elección.
-Dante echa del escenario a la ruleta para después sacar un macetero barril con anguilas electricas en ella y, lo coloca en el centro del escenario-
Dante: a continuación, mi amigo jumper agarrara uno de estos pequeñines y lo convertirá en un perro. 
-El público se asombra. Dante se dirige a Jumper con unos guantes de látex y se los entrega, como un.. (digamos) medida de precaución. Jumper se pone los guantes y se prepara. Por otra parte el conejo observaba maliciosamente a Jumper (queriendo ser él la cara del espectáculo) que, finge tropezarse, empujando al avispón-payaso, provocando que caiga al barril con las anguilas, electrocutando todo su cuerpo. El público procede a reír-
Bruno: vaya, ¿quien puso una cáscara de plátano invisible en medio del escenario?
-El público seguía riendo. Los demás integrantes del circo se dirigen preocupados hacia su compañero-
La arquera: oye, ¿qué wea te pasa?
Bruno: ashhhh, solo fue un accidente, no te quejí
Glucoso: Eso fue aproposito, no existe tal cosa como los plátanos invisibles
Bruno: Todos ustedes son unos fomes culiaos, no ven que la audiencia se está riendo
-La audiencia continúa riendo, dejando a los demás integrantes callados y rindiéndose en la discusión-
(termino del show)
-Los integrantes del circo se encuentran en un camerino. Realmente molestos por el comportamiento del conejo-
Jumper: Nunca en mi vida me he sentido tan humillado como ahora..
Glucoso: tenemos que deshacernos de esa rata.
La arquera: tengo el arco y flecha cargados, listo para flechar a ese bastardo en cualquier momento..
Dante: entiendo su malestar Pero, démosle otra oportunidad. Puede que hayamos comenzado con el pie izquierdo, pero les aseguro que terminaremos con su pie derecho
-Bruno abre la puerta con brusquedad del camerino. La arquera deja escapar su flecha, fallando su tiro-
Bruno: Oye pequeñito, Dile a la loca del arco que deje de hacer eso y ven aquí a darme un baño de espuma, creo que me torcí el pie con esa caída (riendo).
-Los demás integrantes ven con enojo a Dante- 
Dante: no se preocupen, tengo una idea (guiña el ojo)
-Dante se va del camerino siguiendo a Bruno mientras los demás los veían medio intrigados-
(transición)
-Se encuentra Dante preparando la tina para que Bruno se relaje en ella. El conejo se tira de un piquero, salpicando a Dante-
Bruno: Quiero un masaje de pies
Dante: Oki doki
-Dante comienza a masajearle los pies a Bruno-
Dante: este dedito se fue a bañar, este dedito se fue a comprar y este dedito..
-Dante le machaca el dedo a Bruno, dejando el hueso de su dedo expuesto-
Dante: fue arrollado por un camión (dirigiéndose a nosotros) Y por eso niños, siempre miren a ambos lados de la calle antes de cruzar
-Bruno agoniza por su dedo sangrante-
Bruno: voy a tener que llamar a un doctor..
Dante: ¿quieres que te besen el dedo? Jajajajaja. No te preocupes yo te lo repongo
-Dante agarra el dedo de Bruno y se lo vuelve a poner como si fuera un juguete de bloques-
-Bruno deja escapar un grito de dolor por todo el circo, inclusive en el camerino que, los integrantes lo escucharon-
-El dedo de Bruno ahora se cae de su pie y se le forman unas patitas de insecto y se va corriendo del baño-
Dante: upsi. Creo que tendrás que conseguirte un doctor que sea experto en atrapar extremidades escurridizas.
-Dante extiende sus brazos con un teléfono y un para Bruno. Cuando el conejo recibe ambas cosas, Dante desaparece. Bruno se da cuenta de eso y se molesta-
-Dante aparece en el camerino-
Jumper: Bien, ¿cuál era tu idea?
Glucoso: ¿le diste su puñete al guatón Bruno?
Dante: todavía no jaja, escuchen, démosle su propio show a Bruno
Glucoso: que? 
Dante: Déjame terminar. Acérquense 
-Dante les cuenta su plan a los demás susurrando (transición) Bruno intenta llamar a susodicho doctor mientras ojeaba en una libreta con números pero no lo encuentra-
Bruno: arsh.. Pequeño baboso, no existe ningún doctor experto en atrapar extremidades(enojado)
-Bruno continua ojeando la libreta y se encuentra con una cita: caiste, burro :o)  jajaja. (adjuntado con una foto de un burro realista)-
Bruno: Hijo de per-
-Bruno sale del circo enojado pero se percata que Dante y compañía estaban afuera pegando algunos carteles-
Bruno: ¿Qué rayos están haciendo?
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Dante: Bruno, perdón por no habertelo comentado antes. Vas a protagonizar tu propio show, solo eres tú y el público.
Bruno: ¿enserio? No es otra de tus estúpidas bromas, ¿o si?
Jumper: ¿no estás viendo? ¿Crees que esto se ve como una broma?
Bruno: eh.. No, se ve bastante convincente. Como sea, iré a prepararme para el espectáculo (riendo) 
-Se va corriendo hacia el circo-
Dante: cuidado con amputarte los demás dedos 
-Justo Nefesh hace su aparición regresando al circo junto a su perro-
Dante: Cariño, ¿cómo fue tu travesía?
Nefesh: lo normal, seh. Esperen, ¿quién es ese esperpento?
Jumper: Que tu querido Dante te lo explique
Dante: mira, ese conejo es-
Padre de Bruno: mi hijo
-Los demás se quedan en silencio sacados de onda mirando al padre de Bruno-
Glucoso: (olfatea) esto huele a conveniencia argumental
Padre de Bruno: oh disculpe mi atrevimiento de aparecer de esa manera, yo soy el padre del conejo que está en el anuncio. No me esperaba que lo hayan aceptado, he escuchado testimonios de gente que trabajó con él bastante negativos. Igual me alegra que ese bueno para nada consiguiera trabajo en un circo, como el payaso que es. No se ofendan.
Jumper: No vuelvas a comparar a los payasos con ese saco wea, ¿escuchaste?
Dante: Señor, le aseguro que su hijo no lo va a decepcionar otra vez.
Padre de Bruno: eso espero, aunque estoy algo escéptico si te digo la verdad. Veré si mi señora y niños acepten ir conmigo al show. Nos vemos pronto.
Dante: Adiosito. Esto se pondrá bueno.
(transición)Noche/afueras del circo
-Se muestra a Dante en una cabina de tickets, vendiendo las entradas hasta que ve a toda la familia de Bruno reunida-
Dante: Saludos, bella familia de Bruno. No necesitan pagar las entradas, el circo invita. 
Madre de Bruno: Oh gracias, es muy gentil caballero.
Dante: No hay problema, disfruten del espectáculo.
-La familia de Bruno se va a sentar en el centro de las bancas, esperando que comience el show. Bruno, quién estaba detrás del telón, se le veía bastante entusiasmado de poder ser la estrella del show por última vez. Los demás integrantes se encontraban detrás de él, observandolo-
Jumper: ¿Emocionado?
Bruno: Si, y mucho. Haré que este show sea inolvidable
-Jumper dirige su mirada hacia Glucoso de una manera burlesca-
Jumper: claro que lo será (risa siniestra)
Dante: (anunciando) Damas y Bestias, como se encariñaron con el nuevo integrante en el show anterior, le dimos la oportunidad de tener su propio espacio para el solo. Denle nuevamente un fuerte aplauso a Brunoooo
-La audiencia aplaude viendo a Bruno salir rápidamente del telón con expresión presumida, pero esta, lentamente desaparece cuando se percata que está su familia en el público-
Dante: ooh no te pongas nervioso, mira, tu padre está aquí para darte apoyo
-El padre de Bruno se levanta de la banca mientras es iluminado por el reflector de luz-
Padre de Bruno: haz un buen espectáculo hijo, estoy orgulloso de tí
-Esas palabras quiebran a Bruno, que permanece inmóvil en medio del escenario. Dante lo mira con sus fríos ojos que empieza a silbar con los dedos, con la intención de llamar la atención de los integrantes del circo para que salgan al escenario: Jumper deja rodar una pelota, la arquera le acerca una flecha a Jumper quien, lo prende en llamas con su aliento de fuego. La arquera se prepara para lanzarla y se cae en el trasero del conejo, haciendo que salte en la pelota. Bruno desesperado se golpea el poto para poder apagarlo
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pero es interceptado por Glucoso, quien lo lleva de un lugar a otro con Sacaroso por medio del trapecio. Finalizando con Sacaroso dejándolo caer en el barril de anguilas dejado por Jumper como una dulce venganza. Bruno cae de un porrazo al barril haciendo que la flecha se enterrase aún más adentro de su trasero llegandole atravesar su panza. Las anguilas lo empiezan a electrocutar cada vez más fuerte. adward se acerca a Bruno parado en la misma pelota al que estuvo el. El hombre-agua salta sobre la pelota y junta sus brazos, llenándole la boca de agua al conejo. Jumper le aprieta la trompa como si fuera un globo con el aire almacenado en su interior. Lo deja en el suelo, viendo a Dante quien sostenia un mazo gigante para darle el golpe final. La cabeza de Bruno es aplastado, la sangre se esparcen hacia el público, derramando incluso a su padre quien, hace una pequeña mueca- 
Padre de Bruno: Que maravilloso espectáculo
Dante: Y comienza lo mejor
-Dante deja caer su mazo para sacar de su espalda una espátula gigante. Recoge el cuerpo inerte de Bruno y lo tira hacia una parrilla-
Dante: ¿alguien se le antoja carne de conejo?
-El público empieza a ponerse como locos deseando tener un trozo. Dante saca de la parrilla el cuerpo ya asado de Bruno y lo lanza hacia el público-
Dante: muy bien, peléenselo 
-El público comienza a pelearse mientras los integrantes del circo observan tal espectáculo-
Padre de Bruno: (mordiendo la carne de su hijo) por fin este culiao hace algo bien en su vida 
-Todos los integrantes del circo se miran entre ellos un poco perturbados- 
Fin, lol. 
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hostel-qhawaq · 1 year
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Cóndor - Orígenes - Capítulo 1
El sol salió y resplandeció entre las nubes, aunque la mañana era fría y silenciosa. Todos en la casa ya habían despertado, pues los quehaceres eran muchos y no había suficientes horas en el día para hacerlos todos. Aunque Dante solía levantarse a la misma hora que su hermano, había veces como esa mañana en las que se despertaba tarde y le costaba desprenderse de su sueño pesado. Cuando eso ocurría, Fausto hacía ruido a propósito, incluso saltaba en su cama o le halaba los pies, pero de ningún modo se despertaba.
—Hijo —interpeló la madre—, ¿Dante aún no se despierta?
—No, mamá. 
—Qué sueño tan irregular tiene ese niño, es muy extraño...
—Te preocupas por nada —intervino el papá—, debe ser la edad, aún es un chico.
—Seguramente. Anda a despertarlo, hijo, ¿me harías el favor? Tu hermano dijo que hoy ayudaría a tu padre.
Fausto quería ayudar a su papá también, pero era muy torpe con las manos. Su padre era artesano, y para moldear la arcilla o tallar la madera había que tener manos fuertes y hábiles, pero decían que él no tenía ni la fuerza ni la delicadeza necesaria. Más bien, no la tenía en comparación con su hermano mayor. A pesar de que le molestaba que lo compararan con Dante, él siempre lograba apaciguarlo y hacerlo sentir mejor.
—Eres un buen chico —le decía el mayor—, eres mejor que yo en muchas cosas, no te dejes engañar por ti mismo, ¿si? Serás bueno en todo lo que te propongas.
Pero aún así había veces en las que se sentía opacado y donde no era tomado en cuenta. Dante tenía un carácter introspectivo, extremadamente amable y siempre le sonreía a los demás, esto le hacía ganarse la confianza de cualquiera. En cambio, su hermano menor Fausto tenía una risa estridente y solía contestarle a sus mayores, a veces era llamado problemático o niño rebelde, pero siempre le hacía caso a su hermano mayor, que era también su mejor amigo. El joven Fausto se dirigió a la habitación de su hermano, lo zarandeó por los hombros, pero recibió como respuesta un largo y sonoro ronquido.
—¡Danteeeee! ¡Diablos, despierta!
 Y volvió a roncar. Fausto agarró un palo de madera y un yelmo improvisado que utilizaban para jugar a los caballeros, que era más bien una cacerola común. La golpeó con el palo al lado de su oreja y no lo pudo despertar. Entonces agarró firmemente la cacerola y la golpeó contra la cabeza de su hermano, sonó como una campana.
—¡Mamá, creo que a Dante se lo llevó el demonio!
La madre de los niños no entendió nada excepto por la palabra “demonio”, entonces corrió asustada a la habitación de los hermanos.
—¡¿Qué dices?! Fausto, ¿qué ocurre?
—No se despierta. Creo que se murió.
—¡No digas eso ni en broma!
Dante comenzó a articular unas palabras ininteligibles, como las de un borracho. Su madre se aceró lentamente, lo veían con suspenso. El pánico comenzó a invadir el cuerpo de la madre cuando vio que Dante abría la boca, como si quisiera gritar, pero de repente soltó un estornudo ruidoso y su hermano pegó un brinco del susto. Dante se despertó como si nada.
—¡Dante! Hijo, por Dios, ¡qué susto nos has dado!
—¿Yo? —dijo aún adormilado— ¿Por qué?
—¡Ya es casi media mañana y no te has levantado! ¡Ese sueño no es normal!
—Perdón mamá, estaba soñando con un ave.
Dante se sentó en la cama frotándose los ojos y continuó hablando de su sueño:
—Creo que era otra vez ese pájaro, se veía muy grande, en serio, ¡enorme! Y lo vi y extendió sus alas llenas de plumas gruesas, creo que incluso me dieron ganas de estornudar.
—Pues sí lo hiciste, ¡y me llevé un susto! Pensé que te estaba llevando un demonio en tu sueño.
—Te dije que no lo digas ni bromeando, Fausto.
Dante se rió de la ocurrencia de su hermano. Intentó recordar algo más del sueño, pero se le había escabullido y no recordaba ni siquiera el tipo de ave o la forma del animal, simplemente recordaba una silueta. Por lo general, Dante no dormía tanto, pero solía tener sueños, muchos sueños, y los recordaba con facilidad. Sin embargo, había algunos que olvidaba muy rápido, y le parecían  los más fascinantes. Eran esos sueños los que le impedían levantarse temprano. Por algún motivo, nada podía despertarlo sino hasta que terminara de soñar. Eso no lo preocupaba a él, pero su madre era muy devota y algunas veces se lo atribuía a los espíritus, aunque nunca habló de eso con los niños. Llegó a creer que se trataba de alguna posesión, pero su esposo, que no era tan creyente como ella, la tranquilizó diciendo que era improbable.
Dante por fin se acercó al taller donde su padre trabajaba, lo ayudó con las últimas artesanías que debía hacer esa mañana. Había acabado con buena parte del trabajo, siempre hacía los más difíciles primero, como los platos y las vasijas grandes, y dejaba para el final las cosas más pequeñas y sencillas. Dante se sintió culpable porque no pudo ayudar a su padre con el trabajo más pesado. Aunque siempre decía que no necesitaba ayuda, a veces se le hinchaban las manos y se notaba que le dolían. No lo quería admitir, pero los años comenzaban a afectarle un poco.
—Tu madre me dijo que soñaste con un ave otra vez.
—Sí, fue tan real —respondió con gran emoción—, esta vez incluso sentí el batir de sus alas tan cerca que hasta estornudé, o eso me dijo Fato.
Dante le decía Fato de cariño a su hermano, cuando él era pequeño y aún no pronunciaba bien las palabras se presentaba de ese modo. “Mi nombe e Fato” recordaba Dante con ternura. Hacía mucho frío todavía después del mediodía, eso les retrasó un poco el trabajo porque el cuerpo aún no se habituaba a las bajas temperaturas de los últimos días de otoño. De cualquier manera, terminaron antes de que mamá los llamara para ir a comer. El invierno se aproximaba y eso traía consigo ciertas complicaciones. Los más ancianos en la ciudad hablaban de que una epidemia estaba volviendo a atacar Sevilla, algunos eran escépticos, pero a los más pobres, es decir, la mayoría, les preocupaba. En la casa intentaban no hablar del tema frente a los niños, pero era una tensión silenciosa la que atormentaba a los adultos.
Esta familia vivía cerca de las afueras de Sevilla, lejos del centro, por lo que al señor Ortiz le tomaba horas ir y regresarse cuando le tocaba vender sus trabajos artesanales. Su esposa intentó convencerlo de que no fuera al centro al día siguiente:
—Ya sabes lo que están diciendo de esa enfermedad, la epidemia está volviendo, se va a poner peor durante estos meses.
—Mujer, no te preocupes, ¿con qué nos ganamos el pan si no es de este modo?
—Ya lo sé, pero...
—Nada. Es mejor así. Que pase lo que tenga que pasar.
—¡Preocúpate al menos un poco por ti mismo! ¿Qué sería de nosotros si te perdemos?
—Pudiste valerte por ti misma durante años sin mí, sé que estarían bien.
Fue otra conversación en vano, porque él nunca cedía cuando se trataba de cumplir con su trabajo y responsabilidades. Afuera, en la calle frente a la entrada, los niños jugaban a ser caballeros. Fausto quiso ser un doncel y Dante, como era más grande, dijo que sería el caballo. El menor se reía y le pegaba con el palo de madera en la nalga derecha de su hermano.
—¡Arre caballo! ¡Arre!
—¡Aaahhhh! ¡Ayuda! —decía bromeando, con algo de dolor.
—¡Los caballos no piden ayuda!
Entonces Dante relinchaba. A veces jugaban con otros niños, pero ese día no había casi nadie, tal vez por el frío y por las nubes grises que amenazaban con llover. A lo lejos, Dante escuchó que alguien se quejaba de dolor. Un hombre se aproximaba desde la esquina, caminaba con incomodidad, se cubría el cuello con las manos, estaba hinchado, pero no sangraba por ningún lado. Dante le pidió a su hermano que se bajara de su espalda.
—¿Qué pasa?
—Ese hombre, ese hombre necesita ayuda. Dile a papá que venga.
—¿Quién?
Dante se levantó y se acercó al hombre. Le insistió a su hermano para que llamara a papá porque había alguien que necesitaba ayuda.
—¿Señor? ¿Está usted bien?
—Niño, ayuda, por favor. Nadie me habla, me duele, me duele...
Dante sintió una punzada de desesperación, el pobre hombre estaba al borde de las lágrimas, cayó de rodillas y estaba a punto de desfallecer.
—Niño, ayúdame, por favor...
—¿Qué hago? ¿Qué tiene? ¡Ayuda! ¡Ayuda!
—Dile a mi hija, por favor...
Entonces una voz llamó a Dante desde atrás y se dio la vuelta.
—Hijo —era su padre—, ¿qué sucede?
—¡Este hombre necesita ayuda!
Y señaló al hombre convaleciente, arrodillado en el suelo. Dante se agachó para ayudarlo a sostenerse.
—¿A quién? Dante, hijo, ahí no hay nadie.
Al joven se le congelaron los huesos, no del frío, sino del miedo. Al voltearse nuevamente ya no estaba sosteniendo a alguien, no había ningún hombre. En la calle del frente vio como una vecina curiosa lo observaba desde una esquina de la ventana tras la cortina, que cerró rápidamente cuando hicieron contacto visual.
—Aquí había alguien pidiendo ayuda. ¡Papá, te lo juro, vi a alguien!
La mamá de Dante se agachó para levantarlo.
—Mi niño, vamos adentro, rápido.
Desde su habitación escuchó cómo sus padres conversaban preocupados.
—Hablé con la vecina —decía su mamá—, esta mañana encontraron a un hombre tirado en la calle. Muerto. Están comenzando a aparecer cuerpos. Ya estaba sucediendo en el centro, pero ahora aquí también... Esto no es normal.
—Tampoco es la primera vez que Dante ve cosas extrañas.
—¡Pero era un hombre que acababa de morir! ¿Será posible que haya hablado con un muerto?
—Eso no lo sabemos. No hablemos de esto.
—¿Qué es lo que te da tanto miedo de hablar de esto? Nunca quieres continuar con esta conversación.
—Las paredes escuchan, los chismes se riegan como si fueran ratas, no podemos tomarnos este tema a la ligera. Tenemos que ser precavidos con lo que decimos. Tú sabes bien a qué es lo que le temo.
A Dante le impresionaron las palabras de su padre, jamás imaginó escuchar la palabra “temor” de un hombre como él, que era grande, tosco y de nervios de acero. Fausto, aunque era más bien hiperactivo, también sentía la tensión del ambiente, y estaba sentado al lado de la puerta junto a su hermano, escuchando también.
—Dante, ¿de verdad viste algo?
—Sí, lo vi, de verdad lo vi.
—Yo te creo.
Dante no había dudado de si le creían o no. Más bien le aterraba que le creyesen, porque se imaginaba el riesgo que su familia corría si esa información llegaba a oídos del Santo Oficio. Pero, de todos modos, estas palabras ablandaron el corazón del hermano mayor. Pasaron algunos días, y la tensión de ese momento se fue disipando. En un par de semanas el suceso había quedado olvidado para todos, salvo para los padres de los niños. El señor Ortiz, aunque intentara apaciguar los nervios de su esposa, también sentía miedo por el futuro de su hijo. Dante a veces hablaba solo, siempre habían dicho que era un niño muy creativo y que tenía amigos imaginarios, pero a medida que crecía dejaron de ser tan imaginarios, a veces lo encontraban hablando solo, y él decía que se comunicaba con personas reales. Nunca les había pasado por la cabeza que podía ser gente muerta, sino hasta ahora.
—¡Danteeee! ¡Despierta!
Fausto le presionaba el pecho con sus manos repetidas veces, como si quisiera revivirlo y devolverle el pulso.
—¡Des-pier-ta! 
Entonces se detuvo y llamó a su mamá.
—¡Mamá, no se despierta!
Y su madre volvió a entrar a la habitación tan preocupada como si fuera la primera vez. Papá ya se había ido al centro a vender sus artesanías. Dante dormía profundamente, volvió a murmurar palabras inarticuladas, tenía el ceño fruncido, y esta vez comenzó a tener movimientos convulsos durante el sueño. Parecía sentirse incómodo. Estos movimientos extraños preocuparon a su mamá y a su hermano. Pronto empezó a hiperventilar.
—¡Dante! —gritó su hermano— ¡Dante, despierta! ¡Dante!
Y Dante se despertó de un brinco. Quedó atontado por unos segundos mientras regresaba a la realidad, y lo primero que vio fue el rostro de Fausto sobre sus piernas. Lo abrazó como si hubiera sido el menor el que hubiera estado peleando en sus sueños. Para Dante, la voz de su hermano fue como un hilo que siguió y lo condujo de vuelta hacia la vigilia, estaba luchando contra algo en el sueño, pero ya no recordaba qué, solo recordaba que había algo relacionado con Fato.
A pesar de que no sabía qué había soñado, tenía una sensación muy pesada. No quiso jugar con su hermano porque no tenía ánimos. Fausto comenzó a jugar solo, y otros niños del barrio se fueron integrando. Dante estaba más meditabundo de lo usual, en sus sueños veía constantemente a personas que no conocía, que le entregaban mensajes que no entendía, y también veía a muchos animales que tampoco había visto, particularmente a un ave que no identificaba. Se sentía extraño, y triste. Comenzó a caminar solo por la calle sin darse cuenta, estaba tan ensimismado intentando recrear en su mente la imagen del ave de sus sueños, pues creía que era importante. Entonces vio un ave negra frente a él, en el pavimento. Era un mirlo. Cantaba melódicamente y parecía mirar a Dante.
De pronto, Dante sintió el canto del ave, no pronunciaba palabras, pero articulaban un mensaje para él. “Ve con Fausto”, oía en su mente. Había algo que quería llevarlo hacia su hermano menor, como si este corriera algún riesgo. "Ayuda a Fausto", y el ave salió volando. Dante corrió de vuelta hacia su casa buscando a su hermano, que no estaba en el mismo lugar donde lo había visto por última vez. Entró a la casa llamándolo a gritos, tanto así que espantó a su madre. Como no lo encontraba, lo buscó por las calles y no respondió al llamado o las preguntas de su madre.
Tenía una sensación muy extraña, sintió que ya había vivido eso antes, las escenas comenzaron a encajar como un rompecabezas, y pronto logró ver todo el panorama. Lo que veía era exactamente lo mismo que había soñado: en una calle ciega estaban los niños jugando, pero Dante quedó paralizado cuando vio a uno de ellos sosteniendo el palo de madera de Fausto roto, y el rostro de su hermano ensangrentado. La sangre borbotaba de una herida en su frente.
—¡Fausto! —Apareció su madre— ¡Dios Santo! ¡¿Qué pasó?! ¡¿Qué te ha sucedido?!
Uno de los niños se disculpó llorando y gimiendo, todos estaban temblando de pánico. Fausto estaba en shock, y Dante no podía oír nada ni moverse se su sitio. Su hermano lo miró, y entonces pudo reaccionar. Se acercó lentamente hacia él, e instintivamente supo qué hacer. Se imaginó que iba a estar bien si lograba hacer que dejara de sangrar. Puso la palma de su mano sobre la herida e hizo presión.
—Fato, estás bien, estoy aquí contigo, ¿sí? Vas a estar bien. ¿Me estás oyendo?
Dante apenas escuchaba sus propias palabras, pero estaba actuando por puro instinto.
—Dante, tenemos que llevar a Fausto a casa. ¿Puedes ayudarlo a levantarse?
Dante asintió con la cabeza. Tardó unos segundos en comprender lo que le había dicho su madre, luego quitó su mano de la frente de su hermano para poder cargarlo, y todos quedaron asombrados al ver que el joven ya no tenía ninguna herida abierta en la frente, sino una pequeña cicatriz. Dante era el más sorprendido, no entendía qué había hecho. La madre actuó de inmediato, cargó a su hijo con dificultad, pero se lo llevó antes de que los otros niños analizaran lo que habían visto. Dante corrió tras su madre aún desorientado.
Por la noche, cuando llegó el señor Ortiz a casa, su esposa le contó lo ocurrido, y esto le generó los mismos sentimientos confusos que a todos. Estaban agradecidos por el bienestar de su hijo, pero ¿qué pasaría con Dante? Los otros niños probablemente hablarían de eso, si es que nadie había hablado de sus actitudes extrañas anteriormente.
—Son niños —intentó consolarla—, quizá nadie les crea.
Pero ambos sabían que no solo era absolutamente probable, sino que sería inadmisible para los inquisidores. Al día siguiente el señor Ortiz se quedó en casa. Explicó que estaba muy cansado y el frío le dificultaba la movilidad en sus manos y sus pies, pero era mentira.
—Papá, cuando te sientas mejor ¿puedo ir contigo al centro?
El señor vio el rostro de su hijo menor, con una nueva cicatriz en la frente. Sabía que él siempre había querido ayudarlo tanto como lo hace Dante, pero nunca le había dado la oportunidad.
—Seguro, hijo.
Más tarde se acercó a Dante, entendía que esa experiencia lo habría impactado a él más que a nadie. Estaba tan ensimismado que no escuchó cuando su padre entró a la habitación.
—Hijo, ¿quieres hablar de cómo te sientes?
—Estoy bien, papá.
—No te veo tan bien que digamos.
—Solo estoy pensando en lo que pasó. Pero estoy bien.
—Sabes, tengo algo para ti.
Le extendió una de las artesanías que hacía con madera. Usualmente tallaba animales, y le entregó como regalo un pequeño pájaro.
—Sé que sueñas mucho con aves, parece que te gustan.
Dante pensó que ese había sido uno de los regalos más bonitos que le habían dado. Era diferente al resto de sus artesanías, dado que esta tenía muchos detalles y estaba perfectamente pulida. Luego le dijo que había pensado dárselo para su cumpleaños, pero creyó que ese era un mejor momento para darle la sorpresa.
—Está hermoso, papá, gracias. Lo atesoraré por siempre.
Esa noche no pudo conciliar el sueño. Por la mañana tampoco salió de su cama temprano, no porque estuviera soñando, sino porque tenía miedo de ver la cicatriz de su hermano o de que le hicieran preguntas sobre cómo se sentía. A pesar de que no comprendía exactamente por qué lo que hizo estuvo mal, tampoco lograba explicarse cómo fue capaz de curar una herida simplemente con su mano. Lo único que hizo fue imaginar la herida cicatrizada, quería que su hermano estuviera bien y sano, pero ¿y si estaba maldito? ¿y si no era un don, sino una profanación? Dante, en todas esas horas que no logró dormir, había recuperado algunos recuerdos que ahora parecían cobrar sentido, como aquella vez que de pequeño encontró a un pajarito negro, quizá sería un mirlo también, que no podía volar porque tenía un ala que no podía levantar. Deseó con toda su fuerza que la pobre avecilla alzara vuelo, y la sostuvo entre sus manos con toda su ternura, entonces luego de abrir sus manos el ave pudo volar como si nunca hubiera estado herida.
—¿Con quién hablabas? —recordó también que le preguntó una vez su madre.
—Es una chica, ¡nunca la había visto por aquí! Se llama Felicia.
—¿Felicia? —dijo su madre extrañada—, no me suena para nada ese nombre.
Le había parecido extraño en ese momento, porque su madre tenía años viviendo en Sevilla, y se había mudado a esa casa cuando se casó con su padre. Cuando volvió a ver a la niña esta le dijo que vivía ahí desde que tenía memoria, y no le preguntó más. Luego de eso nunca la volvió a ver. Nadie había escuchado de una Felicia tampoco.
Fausto corrió a la habitación y cerró la puerta con urgencia. Dante se puso alerta y salió de la cama.
—Alguien está tocando la puerta —le explicó al mayor—, son los de la iglesia.
—¿Inquisidores? ¿Son inquisidores?
—Sí.
Los jóvenes empezaron a sentir el estupor del miedo. Escucharon las voces a través de la puerta.
—¿Cuál es el problema? —preguntó la madre con tono firme.
—Venimos porque hemos oído ciertos rumores, y debemos confirmarlo.
Para el señor Ortiz, la palabra “confirmar” significaba otra cosa.
—Han venido a sacarnos las palabras por la fuerza, así son las cosas con ustedes, ¿no?
—¡Respete! —exclamó el segundo inquisidor.
—Tranquilo, no te exaltes. Venimos para ver al niño del que hablan por las calles, ¿está por aquí?
—¿Qué niño? —fingió Ortiz—, si hablan de alguien, es de mí, no de ningún niño.
—¿Está usted seguro? —contestó con ironía.
La madre de los niños veía impertérrita a los dos inquisidores en su puerta; sin embargo, le temblaban las rodillas.
—Aquí los niños no salen —intervino la mujer—, al parecer tienen esa enfermedad que está dando.
Los inquisidores quedaron desconcertados con esta respuesta, el segundo vio con cara de asco el interior de la casa.
—Entonces no tardaremos mucho, solo venimos a interrogar al señor, deberá acompañarnos.
—¿Adónde llevan a mi esposo? ¿Irá al Tribunal?
—Solo le haremos unas preguntas.
Pero ambos sabían que las preguntas consistían en tortura. Finalmente, el padre del hogar cedió y se fue con los inquisidores. Los niños salieron temblando de su habitación.
—¿Mamá? ¿Y papá? ¿Dónde está papá?
Y la señora Ortiz rompió en llanto. Los jóvenes, aunque conservaban algo de inocencia, sabían que nada relacionado con la Iglesia puede terminar bien para ellos. Todo terminaba en ejecuciones públicas y en cámaras de tortura, no importaba la veracidad del relato, si había rumores de algo pagano o hereje por las calles, terminabas en el Tribunal del Santo Oficio y posteriormente muerto.
Luego de un rato su madre les explicó que los rumores se habían expandido, y que su padre había asumido la responsabilidad de las acciones de Dante. Él no pudo soportar sentirse tan culpable, así que se escabulló por la noche y salió decidido hacia el centro de Sevilla. Su hermano y su madre dormían, así que nadie escuchó la puerta cerrarse tras el joven.
En el trayecto se encontró con uno de los sacerdotes de la iglesia, lo siguió porque imaginó que iría hacia donde estaba su padre, pero su lógica le falló, porque terminó en un barrio extraño y pronto lo vio comenzar a hablar con ciertas mujeres indecentes. Estaba frente a un prostíbulo. Dante se sintió intimidado por esa atmósfera tan desconocida y feroz, en una esquina había personas besándose y haciendo otras cosas que en su vida el joven podría haber pronunciado, así que salió corriendo por donde vino. A penas recordaba cómo eran las calles en esa oscuridad, pero su buena memoria lo guio hacia la Catedral de Sevilla. No consiguió más que vagabundos y prostitutas, no había rastro de su padre ni de nadie que pudiese ayudarlo. Entonces apareció, luego de muchísimo tiempo, Felicia.
—¿Felicia? ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Por qué no te he visto más? ¡Tengo tantas preguntas! Ha sucedido algo horrible, no sé si hay tiempo...
Felicia no respondió nada, simplemente le sonrió con ternura.
—Felicia, esto sonará un poco extraño, pero hay una pregunta que quiero hacerte. ¿Tú... estás viva?
La sonrisa de la niña se desvaneció. Dante ahora se había dado cuenta de que ella era una chiquilla cuando ambos hablaban de pequeños, y que ahora él había crecido, pero ella seguía igual.
—Debes irte de aquí, Dante, vuelve a casa rápido.
Dante insistió un poco, pero al final le hizo caso. Nunca había visto la ciudad de noche, pero era aterradora. Al llegar a casa las luces estaban prendidas y su mamá estaba nuevamente llorando.
—¡Por todos los cielos! ¡Dante! ¡¿Dónde diablos estabas?! ¡Casi muero del susto!
El regaño que se llevó el joven fue infernal, lo comprendía, pero una parte de él aún deseaba justificarse. Su hermano menor no pudo pronunciar palabra para defenderlo. También estaba asustado y preocupado por su padre. Luego del regaño, ambos se quedaron durmiendo con su madre, pero Dante no logró conciliar el sueño. Era cerca del amanecer cuando Fausto le habló.
—¿No puedes dormir?
—¿También estabas despierto? No me di cuenta.
—Dormí un poco —hizo una pausa—. ¿Qué va a pasar con papá? ¿Lo viste?
—No, no lo vi.
—¿Qué vamos a hacer? ¿Lo vamos a buscar?
—No creo que podamos. Pero no te preocupes, vamos a estar bien, ¿sí?
—No vuelvas a hacer nada estúpido.
—Sí, lo que hice fue estúpido, pero...
—¡Nada! No lo vuelvas a hacer, ¿oíste? La próxima vez voy a ir contigo.
—Bueno —susurró—, bueno, Fato, bajemos la voz, que mamá duerme.
Pero Dante no pensaba verdaderamente llevarse a su hermano con él. No podía sacarse de la cabeza los hombres que lo miraban con una sonrisa extraña, o las mujeres con ese rostro raído e indiferente a las miradas lascivas. Cuando volvió a ver a su hermano, había cerrado los ojos y se había quedado dormido. Sin darse cuenta, también cedió al sueño y se durmió. Los tres despertaron por los golpes contra la puerta.
—Niños, métanse debajo de la cama.
Y los hermanos obedecieron. Lo que pasó después fue un caos fugaz: su mamá gritó por ayuda, luego sus gritos fueron ensordecidos como si alguien le tapara la boca, y luego solo se oyeron las voces de los mismos inquisidores de la otra vez.
—¿Y los niños? Dijeron que habían dos niños aquí.
—Se deben haber muerto, la mujer dijo que estaban enfermos.
Y se fueron sin cerrar la puerta. Dante no dejó que el pánico lo congelara esta vez, así que salió corriendo tras su madre. Fausto corrió también con él, pero había tanta gente en la calle que pronto perdieron de vista a los inquisidores que se llevaban a su madre. Un señor le agarró con vehemencia el brazo al más pequeño, era un viejo con pústulas blancas en los bordes del labio inferior, le preguntó si necesitaba ayuda, pero Dante le propinó una patada en la rodilla y salieron corriendo. Nuevamente se perdieron entre la multitud. Parecía imposible llegar a la capilla.
—¡Dante, mira! ¡Vámonos en eso!
Iba pasando un caballo con una carreta cargada de madera, pero con espacio suficiente para que se montaran, si es que nadie se daba cuenta. Se había detenido por un momento, así que se montaron justo antes de que el caballo comenzara a caminar. El viaje pareció eterno, mucho más lento que corriendo, pero mientras más se acercaban a la catedral, más gente había en el camino. Llamaban menos la atención que tropezando con los transeúntes. Pronto vieron que la multitud se aglomeraba para ver una especie de espectáculo.
—Tenernos que bajarnos y acercarnos a la capilla —dijo Dante.
Su hermano lo siguió. El hombre que coordinaba el caballo los vio bajarse de la carreta y les gritó una sarta de groserías, pero ellos ya se habían escondido entre los espectadores. Dante tomaba de la mano a su hermano y lo guió hasta al frente. Lo que consiguieron fue ser testigos de una escena grotesca. Había personas atadas a grandes estacas de madera, tenían sus rostros cubiertos por bolsas de tela, pero Dante y Fausto reconocieron la ropa y la silueta de sus padres. Los clérigos comenzaron a prenderle fuego a las personas. Fausto reaccionó inmediatamente, corrió hacia donde estaba su madre, que también reconoció los gritos de su hijo menor llamándola. Entre las llamas le imploró que corriera. Todo se volvió gritos de agonía.
Dante salió tras su hermano, quería bajar a sus padres de las estacas, pero tomó a Fato del brazo e impidió que se acercara más a ellos, porque los dos inquisidores estaban cerca y comenzaron a perseguirlos. Dante haló con toda su fuerza a su hermano, que lloraba y gritaba con rabia. Se escondió otra vez entre la multitud, con muchísima dificultad, pero los inquisidores eran más torpes que ellos.
—¡Fato, tenemos que escondernos!
—¡Se van a morir, mamá y papá se van a morir!
—Fato, tenemos que correr, por favor.
—Malditos, ¡malditos! ¡Perros! ¡Los voy a matar!
La gente los veía con desagrado, ya no había tantas personas a su alrededor. Dante se metió en un callejón que tenía un olor fétido, había montañas de basura tras las cuales se escondieron. La mirada de Fausto estaba llena de lágrimas, pero tenía una expresión que Dante jamás había visto en su hermanito. Ambos sentían un dolor enorme, pero las lágrimas amargas de Fausto estaban cargadas de odio.
—Tenemos que escondernos, Fato. Tienes que hacerme caso.
Fausto siempre le hacía caso a su hermano. Aunque a veces era un poco temperamental, siempre había sido muy apegado a él. Dante, de alguna manera, creía que era un chico sensible, a veces incomprendido, pero nunca había sentido tanta hostilidad en la expresión de su rostro. Le pareció que era buena idea ir a casa, como si pudiesen considerar eso como un hogar después de ver a sus padres ser asesinados públicamente. Se escondieron entre la basura hasta que comenzó a oscurecer, y salieron de ahí. Un par de miradas sospechosas pasaron al lado de ellos y pronto aparecieron los inquisidores que los estaban buscando. Se metieron a un callejón que los guió hacia un bar, donde accidentalmente chocaron con una mujer.
—¡Perdón! ¡Nos persiguen! —exclamó Dante.
—Métanse debajo de mi falda.
Y la señorita los cubrió con el ruedo de su largo vestido. Se apoyó en la pared, de manera que pudo agacharse para abombar su vestido y cubrir mejor a los fugitivos. Los inquisidores siguieron su camino, no vieron a la prostituta de la esquina que escondía a los niños bajo su ropa.
—Ya se han ido.
Y ambos salieron apresuradamente. Tomaron una bocanada de aire. Dante estaba rojo de la vergüenza. Le agradeció a la señorita sin poder mirarla a los ojos.
—¿Por qué los están buscando?
—Quemaron a mis padres —dijo Fausto entre dientes.
Aún tenía los ojos hinchados del llanto, pero en su mirada había una expresión de furia contenida que a Dante aún le inquietaba. Él, por otro lado, todavía no había podido llorar.
—Soy Lizzie. Me pueden llamar así. Trabajo por aquí, pero este no es lugar en el que deban estar dos niños como ustedes. ¿No tienen a dónde ir?
—Intentamos ir a nuestra casa, pero debe estar vigilada. Si logramos entrar, seguro nos delatarán.
—Podrían quedarse conmigo. No tengo mucho por ofrecer, pero no estarán en la calle. Tampoco puedo mantenerlos, así que tendrán que buscar un trabajo o ganar dinero como puedan.
La señorita tenía un rostro joven todavía, pero parecía cansada. Llevaba un vestido escotado y algo sucio. Los guio hacia su vivienda, una casa pequeña con dos ambientes.
—Ustedes se quedarán aquí esta noche, mañana arreglaremos un poco el espacio. Por ahora debo salir a trabajar, ¿si? Cuando yo llegue no salgan de aquí. Es mejor que no lo hagan.
Pronto entendieron a qué se refería. Esa noche Lizzi llegó con un hombre, y luego con otro, y luego con otro. Cada vez que entraba con un hombre diferente hacía los mismos sonidos extraños, eran gemidos a veces forzados, a veces de dolor. No importa cuánto se taparan los oídos, aún seguían oyendo los ruidos. Dante cerró los ojos deseando que todo fuera un mal sueño. Esa fue la primera de tantas noches que la hostilidad de la Sevilla nocturna no los dejó conciliar el sueño.
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735 años | Vampiro | Bridget Satterlee | Ficha
 Nacida en los bajos fondos de la ciudad de Venecia, Bianca fue hija de una prostituta e, irremediablemente, terminó arrastrada a aquel terrible estilo de vida. Utilizando libros e historias de amor como medio de evasión, la muchacha dejó pasar los años al servicio de un burdel, no siendo hasta sus veintitrés primaveras cuando conocería a Ángelo, un atractivo caballero con el que no sólo mantuvo las relaciones que aquel se encargó de pagar: también vivieron una conexión que Bianca jamás llegó a sentir con nadie más. Por desgracia, Àngelo ya estaba casado y, como a menudo suele suceder, no dejaría a su mujer por su amante: al contrario, terminaría rompiéndole el corazón, concluyendo aquel idilio desechándola en las calles, a merced de delincuentes que no tardarían en abusar de ella y herirla de gravedad. Totalmente abandonada a su suerte, aquel pudo ser su final… 
 …Pero no lo fue. Bianca fue rescatada por un vampiro, de nombre Dante, quien se encargó de transformarla en lo que era él. Así, la enamoradiza muchacha no tardaría en quedarse prendada de él, convirtiéndose rápidamente en almas gemelas: rotos, sádicos y entregados a los placeres de una vida sin emociones ni humanidad. Por desgracia, Dante sería asesinado por un licántropo, y desde entonces Bianca se obsesionó con la idea de encontrar a alguien más con quien sustituir a su amor perdido. Muchos se entregaron a ella; todos fracasaron… hasta que Desmond apareció en su vida, convirtiéndose en la promesa de ser el definitivo sustituto de su amado Dante. Spoiler: no lo fue.
Haciéndose conocida por sus infames asesinatos, Bianca entabló una alianza nada menos que con Erzsebét Báthory, e incluso logró su propio clan de vampiros y seguidores; un clan que, en la actualidad, atraviesa uno de los momentos más complicados de su historia. ¿Y ahora? ¿Qué le deparará el destino a Bianca y su gente?
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lascronicasdebianca · 2 years
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32~Visita inesperada.
Al día siguiente de todo aquello todo parecía volver poco a poco a la normalidad , los trabajadores se esmeraban en hacer rápidamente las reparaciones del lugar y Paul y Bianca se encontraban en el porche de la casa desayunando. El se encontraba bien , tan sólo su ego había salido herido del encontronazo con el Dios.
Bianca tomaba un café mientras leía una nueva carta de Dante con interés. 
-Parece ser que la construcción de la mansión está ya casi terminada , quizás deberías de ir allí y cambiar de aires. - Dijo mirándole con una sonrisa aunque en lo único que ella pensaba era en alejarle del patio de juegos de los Olímpicos.
-Sólo me iré de aquí si tú te vienes conmigo, no voy a dejarte sola cuando está apunto de empezar la pelea.- Le miró con una sonrisa.
-Es muy peligroso , lo sabes. Esto va más allá de una pelea en la playa estamos hablando de las deidades que controlan el mundo, no me gustaría que te vieras en medio de algo así. No quiero perderte.- Dijo dejando su taza de café y apretando con suavidad la mano de él.
En ese momento un carruaje llegó a la plantación, no esperaban visita por lo que extrañados fueron a ver quién bajaba. Cuál fue la sorpresa de Bianca cuando fue Susan quien bajó y quedó frente a ella sonriendo radiante con un pequeño bulto contra su pecho.
-¡Susan , hermanita! - la abrazó sonriendo , ella la abrazó también con cuidado.- Bienvenida a Nueva Orleans.
Aquel "bulto" comenzó a quejarse entre ambas , era un bebé de bellos cabellos dorados casi blancos y unos enormes ojos azules cristalinos.
-Te presento a tu sobrina , Gabrielle. - Dijo tendiéndole a la pequeña la cual estiraba sus pequeñas manos en su dirección.
-¿Soy tía ? , ¿Cuándo…?- Cogió al bebé sonriendo y abrazándolo contra su pecho de forma protectora.
-Es largo de explicar.
En ese momento un hombre bajó también del carruaje , de imponente figura y bellos rasgos , fuertemente musculado. Miró a ambas con una sonrisa mientras pasaba un brazo por la cintura de Susan de forma protectora.
-Soy Ares, un placer.- Dijo formalmente. - He escuchado hablar mucho de ti.
-Solo espero que tú no quieras matarme también. - Dijo con una sonrisa a modo de broma.
-No mientras sostengas a mi hija al menos. - Dijo con seriedad intentando no sonreír.
-Susan , creo que Ares y yo nos vamos a llevar bien.
En ese momento Paul quedó al lado de Bianca sonriendo cortésmente.
-Paul estos son Ares y Susan. - Dijo a modo de rápida presentación.
-Encantado de teneros en mis tierras , podéis pasar y acomodaros. Estaréis cansados del viaje , haré que os preparen una habitación.
Susan miró a Bianca alzando las cejas , no hacía falta que ambas cruzaran ninguna palabra , se entendieron al momento. Pasaron dentro de la casa y se acomodaron en uno de los sillones con Gabrielle en brazos de su madre de nuevo , Ares se fue con Paul.
-Se suponía que tenías solo que seguir los pasos del dios de la guerra , hermana. - Rio suavemente mirándola.
-Bueno esa era la idea pero la cosa se lio un poco…- Dijo sonriendo mirando a Gabrielle tocando su pequeña nariz con uno de sus dedos y haciéndola reír.
-Ese bebé será muy importante es un enlace entre el panteón Atlante y el Griego cielo. - Dijo mirando a su sobrina.
-Por lo pronto lo más importante es esconderla de Apolimia también, no creo que le haga mucha gracia saber de su existencia.
-Y , ¿qué opina mamá y Archon?
-Oh están encantados con la idea de ser abuelos , solo esperan recibir noticias tuyas también…
-Esa no es una de mis prioridades ahora mismo.
-Lo sé, lo sé…pero serías una madre perfecta.
-Quizás en un futuro Su.
-Ya te estoy imaginando una enorme mansión y todo lleno de pequeños brujitos serán encantadores…
-Tienes demasiada imaginación hermana.- Rio ante los comentarios.
-O quizás yo también vea el futuro.
Rodó los ojos riendo y siguieron hablando de asuntos sin importancia hasta que los caballeros de la casa aparecieron para hacerles compañía.
-Ares y yo hemos hablado y hemos decidido que me lleve a Gabrielle a la mansión, así cuidaré de ella y ambos estaremos fuera de peligro como tú querías , Bianca.
-Tu chico es reacio a quedarse fuera de la acción pero es lo mejor , con ellos fuera de peligro nosotros podremos centrarnos mejor en la pelea que se avecina. Haremos de esta casa el centro de operaciones sino os parece mal. - Dijo mirando a Paul y Bianca de brazos cruzados.
-Me parece bien siempre y cuando no hagáis que la tiren abajo. - Rio de forma suave mirándoles.
-No puedo prometer nada pero si algo le pasara te conseguiría una incluso mejor que esta , no te preocupes.- Dijo Ares con una sonrisa.
-Bueno señor de la guerra , ¿tienes alguna estrategia en mente? - Dijo Bianca con una sonrisa con ganas de escuchar al Dios.
-Oh claro que sí, está todo ya pensado aquí.- Dijo dándose un golpecito en su cabeza. - Pero antes me gustaría reunirme con Dekhan y los demás , debemos estar todos bien coordinados.
-Me parece bien pues mientras conseguimos hablar con mi padre vamos a relajarnos y disfrutar un rato en familia si os parece bien.
-Perfecto , además no sé cuándo volveremos a estar todos juntos.- Dijo Paul sentándose al lado de Bianca y rodeándola con uno de sus brazos.
-Pronto espero , cielo. - Dijo mirándole con una sonrisa y besando su mejilla con suavidad.
Pasaron el resto del día todos juntos disfrutando de aquel momento familiar.
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missarrancar · 3 years
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Finally a game with them!!!❤❤❤
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