Tumgik
#la vida secreta de las palabras
cinemaforester · 1 year
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сердечко
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cinendipia · 11 months
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- "Si decidiéramos irnos a algún lugar juntos, me da miedo que un día, hoy no, quizás mañana tampoco. Pero un día, de repente, puede que empiece a llorar y llorar y llore tanto, que nada ni nadie pueda pararme. Y que las lágrimas llenen la habitación, y que me falte el aire. Y que te arrastre conmigo, y que nos ahoguemos los dos..."
- "Aprenderé a nadar"
La vida secreta de las palabras (Isabel Coixet, España 2005)
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hellokittywrites · 3 months
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TEETH
primera parte.
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¿se sellará la indescriptible atracción que sentías hacia Park Sunghoon con el pinchazo de un colmillo?
pair: vampire! park sunghoon x f!reader (no hay descripciones específicas de cómo luce físicamente, así que puedes imaginarla como quieras <3)
summary: sólo te diré que está inspirado en la canción teeth de enhypen, vampire academy y hierarchy ;)
warnings of part 1: menciones de mordiscos, sangre y ataques de pánico (si hay alguno más no dudes en decírmelo¡!). also, la academia se llama bram stoker en referencia al escritor de Drácula
words: 5501
segunda parte tercera parte
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¿Qué tenía Park Sunghoon que siempre conseguía dejarte sin respiración? Podía ser su característica belleza principesca, casi digna del llanto de una voz poética romántica inglesa que la llamaba desde la desesperación de sólo ver fealdad. Podía ser su caminar, simple ante los ojos de los principales catadores de modelos que deben crear ellas mismas con cada paso la pasarela, pero demasiado elegante como para ser tan simple. O simplemente era el hecho de que era el ex de tu mejor amiga.
Él cortaba tu respiración desde la incertidumbre. Una chispa de interés provocaba que tu mirada quedase atrapada en su belleza, en su caminar, en su identidad. O, la identidad que él debe tener sin ningún juicio último que lo destinase así salvo la existencia de tu mejor amiga, la cual lo hacía en un ex y, por tanto, alguien que jamás debe traspasar las líneas de lo desconocido. Pues no debes saber quién es Park Sunghoon verdaderamente, no debes sentir interés ante él ni definirlo de una manera que no se resuma en tres catadoras palabras: frío, egoísta y narcisista.
Así debía ser Park Sunghoon en tu perspectiva, dentro de tu propio juicio crítico. Una sombra de fealdad y no de la belleza que tus ojos tan inocente e involuntariamente percibieron. Una imagen despectiva, para nada atractiva ya que, ¿por qué querrías a alguien frío, egoísta y narcisista en tu vida?
Pero aquella fijación silenciosa e indeterminada que tu persona padecía sufrir ante el imponente Park Sunghoon no coincidía con los asentimientos de cabeza que siempre le regalabas a Aerin, tu mejor amiga, cada vez que mencionaba a este "ser sin corazón", como ella lo definía. ¿Estaba bien juzgar a una persona sin conocerla? ¿Dejarse llevar por rumores emitidos por una clara e indiscutible subjetividad? No, claro que no lo estaba y tus padres, especialmente tu madre, te lo había inculcado, repitiéndote la misma reflexión cargada de tolerancia millones de veces, demasiadas este último verano, antes de ingresar en la prestigiosa academia Bram Stoker. Lugar en el que conociste a tu nueva y aclamada mejor amiga y lugar dónde tu secreta fijación tan vergonzosa ha nacido con el nombre de Park Sunghoon.
Jamás te habías sentido de esta forma hacia alguien en tu corta vida de veinte años. Era una constante consciencia que, si vuestros ojos se encontraban, se volvía similar al encierre que una historia produce sobre ti, llevándote consigo a lo más profundo de sus páginas, una absorción plácida que en ningún momento te hace considerar tu necesidad de libertad individual. Podía sonar demasiado particular e intenso esta comparación, pero de verdad lo sentías de esa forma: tan irreal. Más razones que hacían que tu curiosidad creciera hasta lo superlativo, quemara hasta tu propio sentido común.
Y es que cuando hacías contacto visual con Park Sunghoon, un indescriptible nacía. Una pregunta sin respuesta, una negación sin argumento. Pero, sobre todo, una atracción con, lo que parecía, una imaginaria justificación. Porque, a ver, sí, eras reservada y observadora. Una Luna que debe sentirse atraída a un Sol y no a otra Luna. En cambio, eso no sucedía así contigo. Sunghoon, otra Luna era el centro de tu capacidad de sentir atracción por alguien. Y no eras muy fanática de los romances entre personas similares, más atraída hacia los polos opuestos.
Esta ferviente situación comenzó a principio de curso, la primera vez que su persona, junto con la de su famoso grupo de amigos, entró en tu campo de visión. Con tu uniforme negro con corbata azul, te sentaste en lo que los alumnos denominaban Comedor -cafetería en tu antiguo instituto- y, jugando con la tirita de un corte en tu pulgar que el libro que te encontrabas leyendo la noche anterior causó, Park Sunghoon apareció. 
No hubo una primera impresión. No hubo una reacción. No pensaste nada. Las acciones del protagonista de la novela que leías hicieron que, ante hombres reales, no hubiese estándar alcanzable. Sí, la belleza de Sunghoon era arrebatadora, digna de ser observada por más de cinco segundos o un minuto, pero no sentiste esa necesidad. Fue como ver una obra de arte que no resonaba contigo, aunque fuese la obra más destacada y más bella de todo un siglo de artistas galardonados. 
No sentiste nada, pero al mirar de nuevo hacia tu mano para seguir observando la tirita, tu piel se encontraba lo más erizada que jamás la habías visto. Una piel de gallina casi enfermiza, con las puntas de las uñas de tus manos temblando. La confusión reinó por completo tu mente, expresándose en un ceño frunciéndose. Te acariciaste la piel cuestionándote su estado, y tus yemas de los dedos casi no la sentían. Te incorporaste un poco en la silla, colocando tus manos en tu regazo, intentando calentarlas un poco, mientras decidías no darle mucha importancia y pensar en otra cosa. Y, a la vez que decidías olvidarte de ello, tus ojos parecieron tener otra opinión distinta a la de tu mente, pues se dirigieron directamente a lo que habían visto antes de centrarse en la tirita. Tus párpados los cubrieron casi buscando detenerlos pero ya era demasiado tarde.
Unos ojos negros, profundos como el carbón, ocultos entre una piel extremadamente pálida, casi sin vida, asomándose entre dos líneas de oscuridad dada por pestañas, unos ojos brillantes ante la luz del comedor pero aun así tremendamente opacos, capturaron todo tu ser, aunque solo deberían haber capturado tu mirada. Ahora sí, la piel de gallina fue sentida. Ahora sí, los rápidos latidos de tu corazón dejaron de ser ignorados por tu cerebro. Ahora sí, tu lengua empezó a quejarse de su sequedad. Ahora sí, habías notado aquel indescriptible.
Desafíamelo con biología o con física, pero sentiste como si Park Sunghoon te hubiera activado, encendido, creado. Por aquella milésima de segundo que aquel contacto visual duró, Park Sunghoon pareció autodenominarse como dueño de tu cuerpo, controlando tus acciones con una simple mirada, manipulándote a su semejanza. Pero esto no era posible y, buscando ignorar la grandiosidad de las nuevas emociones que acababas de descubrir en ti misma, tras ver como él, sin inmutarse, rompía aquella conexión, miraste hacia otro lado.
Lado en el que se encontraba Aerin y el resto es historia.
Ahora que te encontrabas observándola durante largos periodos de tiempo, buscando que no se enterase de las miradas furtivas que le estabas lanzando a Park Sunghoon inconsciente de las mismas y el cual se encontraba bajando las barrocas escaleras de la entrada principal de la Academia, notaste la gran diferencia entre él y Aerin.
—Entiende que, por mucho que ya hayan pasado dos meses desde mi ruptura con el ser desgraciado...— Hizo una mueca con los dientes que los dejó pintados de su llamativo pintalabios rosa. Rápidamente gesticulé el mensaje y, sin vergüenza alguna, pues Sim Aerin nunca sentía vergüenza de ella misma desde el ser desgraciado; y tras una sonrisa que, como siempre, nunca le llegaba realmente a los ojos, continuó. —Lo que equivale a tres meses en el curso y por tanto, el final del semestre, he decidido dar un evento—.
Sonrió triunfalmente. No era la primera vez que Aerin hacía este tipo de "eventos", término con el que realmente definía una fiesta privada dónde lo ilegal se volvía legal por el dinero en la cartera de papá, el director de Bram Stoker, tataranieto del verdadero Bram Stoker. Nunca habías asistido a aquellas fiestas encubiertas porque eran para los alumnos SSR, es decir, los hijos de los principales dirigentes, tanto económica como políticamente, de la alta sociedad del país. Estos alumnos se diferenciaban del resto con una corbata carmesí y, aunque no pareciese real, no había un clasismo encubierto. No existía a diario una gran diferencia entre ellos y el resto de alumnos. De esta forma, que Aerin se hiciese mejor amiga de una de las estudiantes nuevas becadas de tercer año, tú, no le sorprendía a nadie.
Ni siquiera existía un trato especial para con estos alumnos por parte de los profesores. Es como si ellos hubiesen con su personalidad y acciones, hecho olvidar al resto de su verdadera posición social. Gesto que se observa en cómo no existía un grupo de populares diferenciados intocables. Salvo el grupo de Park Sunghoon, alumno obviamente SSR que junto a sus amigos Heeseung, Jay, Jake, Sunoo, Jungwon y Niki; se mantenían como el único grupo en todo Barm Stoker conformado por sólo alumnos SSR de distintos cursos.
Aerin y tú érais del mismo curso que Sunoo y, pese a lo anterior mencionado, Sunoo había mantenido plenas conversaciones amigables contigo e incluso él te consideraba una amiga. Pero no del grupo que, desde tu punto de vista, parecía una fraternidad llena de secretos. 
Podía ser que era por malas experiencias del pasado, pero una parte de ti siempre esperaba lo peor de Aerin, o lo peor de Sunoo. Todos ellos compartían esa sonrisa que jamás llegaba a sus ojos, un gesto que, bajo tu juicio, resonaba a una amistad llena de un vacío que jamás se podría cubrir. Aunque también podía ser simples suposiciones, pues Aerin no había sido mas que amable y Sunoo, más de lo mismo.
Cierto era que habías notado una ausencia de envidia o celos de los alumnos de tu rango hacia ellos. Ni una queja, ni ningún mal deseo. Ni una revolución. Es más, parecía que estaban deseosos de tener la atención de los SSR, especialmente de Sunghoon, la cara de la Academia. Un deseo que no compartías y que, siempre que escuchabas conversaciones en el baño de las chicas o tus compañeros de clase te comentaban algo entre as líneas de "ojalá poder estar con ellos", la extrañez era sembrada en tu interior. No te habías acercado primero ni a Aerin ni a Sunoo y no creías que hubieras tenido esa necesidad si ellos no lo hubieran hecho. Y, con respecto a Sunghoon, mientras sus ojos no se encontrasen con los tuyos, escapar era todavía posible.
—¡Qué buena idea!— Dijiste sin saber muy bien qué responder ante la noticia de otro evento al que, por normas establecidas desde un criterio un tanto desconocido para ti, alumnos de tu rango no estaban invitados. Aerin frunció el ceño rápidamente y sentiste un miedo irracional a haber dicho algo equivocado o a que hubiese notado tus miradas furtivas hacia Park Sunghoon. —¿Por qué el desinterés?— Su comentario, como tantos otros que desde su ruptura con Sunghoon te había dirigido, volvió a descuadrarte por un instante. Pero, y similar a lo que siempre sucedía, como si se hubiese acordado de algo tremendamente importante, ignoraba su propio comentario, en este caso una pregunta, para continuar con su monólogo, volviendo a sonreír de esa forma tan... SSR.
Aquel cambio en la actitud de Aerin hacia ti en instantes como éste fue paralelo a su desastrosa ruptura con Sunghoon. Dos semanas tardó Aerin en darse cuenta de que verdaderamente Sunghoon iba en serio en aquella conversación que, sin querer, habías escuchado un sábado lluvioso de noche, volviendo de la biblioteca de la Academia, dirigiéndote a los dormitorios que te correspondían, los de los alumnos no SSR, los azules. Además del lujo, la única diferencia con los otros era que se encontraban en un edificio separado de la Academia, al aire libre.
El libro de Literatura Universal era bastante pesado y ocupaba incómodamente gran parte la circunferencia deforme que tus brazos doblados y unidos realizaban para poder agarrarlo. Tus bailarinas negras sin tacón conseguían no hacer ruido al entrar en contacto con el suelo de baldosa a cada paso, siendo sólo posible escuchar el ruido de la lluvia. Hasta que, justo cuando ibas a girar la esquina para seguir con tu recorrido, la voz de Aerin te hizo pararte en seco justo cuando te ibas a adentrar en el pasillo en el que ella estaba.
—¿Cómo que quieres romper conmigo? ¿Tú sabes con quién estás hablando ahora mismo?— Su voz sonaba con un toque de ferocidad que jamás habías escuchado en ella al sólo conocerla desde hace un mes en este momento. El silencio le respondió. —No sólo asientas con la cabeza, Sunghoon. Eso siempre me ha sacado de quicio— Recordaste cada vez que asentiste como respuesta a una pregunta de Aerin y fue ahí donde empezaste a notar esa sonrisa SSR y, así, el modelo de sonrisa SSR.
Escuchar el nombre del mencionado te cortó la respiración del susto. ¿Por qué del susto? ¿Qué es lo que pasaba? Seguías confundida por cómo te estabas sintiendo mientras tratabas de pegarte a la pared, escondiéndote. Apretaste más el libro contra ti. 
Entonces escuchaste la voz que llamaba al latido de tu corazón a revolucionarse, como si fuese dueña de ellos, de él. Pero no de manera romántica, sino de una forma primitiva, casi depredadora. Sonaba grave, aterciopelada y un poco nasal. A tus oídos, estúpidamente un Beethoven. ¿Cómo era posible que una voz fuese catalogada de esta manera por cómo tu cuerpo se sentía al escucharla? No sabías.
—Cállate. Me tienes harto, Aerin— Frío.
—Nunca quise esto y sólo acepté por mi padre y lo sabes— Egoísta.
—Ah, espera... No me digas... ¿Te has enamorado de mi?— Narcisista.
Podías hasta casi oír la sonrisa ladina burlesca con la que había pronunciado aquellas palabras.
Fue tal y como Aerin en dos semanas te describiría a Park Sunghoon. 
Sus palabras tan duras envueltas en el sonido tentador que su voz era te aterrorizó por completo porque, en vez de cesar todo aquel juego que considerabas individual del observar el efecto que Park Sunghoon tenía sobre ti, no cabía en tu cuerpo la necesidad de volver a jugar. Así, te fuiste de aquel pasillo sin escuchar más.
Dos semanas después te "enteraste" de lo sucedido y, a partir de ese encuentro, notaste el cambio en Aerin y el esquema, además del espejismo, en el que todos los SSR parecían estar dentro.
—Bueno, olvida eso. Lo importante es que, esta vez, estás invitada— Dijo Aerin cambiando de actitud mientras daba saltitos y te abrazaba efímeramente. No te dio tiempo a corresponder el abrazo. —¿Cómo? Pero, ¿eso es posible? ¿No va contra las normas?— Aerin te miró como si tuvieras tres ojos y no dos durante un momento, para después ignorar tu negación. —Todo está permitido y es legal, creo que ya sabes quién soy— Se rio y la mención de su identidad te produjo un escalofrío.
La principal razón por la que existía una aparente igualdad entre los alumnos era porque nadie hablaba de quienes eran en realidad. Todos lo sabían, pero ellos jamás habían forzado ese conocimiento en el resto. ¿La razón? Desconocida. Así, te reíste nerviosamente, haciendo como si no hubieses escuchado sus palabras. Los ojos de Aerin brillaron. Respuesta correcta.
—No acepto un no por respuesta. El impresentable va a estar allí y necesito a mi mejor amiga para que me apoye— Su brazo rodeó tus hombros mientras os girabais para ir a clase, apareciendo Park Sunghoon en tu campo de visión, el cual estaba hablando con Heeseung y Jake cerca de la escalera por la cual le habías visto bajar inicialmente.
Estabas tan centrada en Aerin que pensaste que Park Sunghoon sólo había bajado las escaleras para después desaparecer, pero parece que había estado ahí todo el tiempo tras encontrarse con sus amigos. Fue inevitable no mirarlo mientras se te secaba la garganta y decías un "Claro Aerin" al no poder dejar jamás que ella te pirase mirándole. Aerin casi paró en seco tras darse cuenta de la presencia de Park Sunghoon. Tras titubear un momento, retomó el paso a una gran velocidad que te sorprendió. Así, con tu mente sumergida en la sorpresa, tus ojos aprovecharon para dirigirse hacia él y tu corazón latió con fuerza. Como siempre, Park Sunghoon parecía inmune a hacer contacto visual contigo. Te miraba como si estuviera mirando al vacío, haciendo un contacto similar al que haces al confundirte y sonreírle a una persona que en verdad, estaba mirando a otra parte.
Así habías llegado a la conclusión de que, en verdad, debía de estar siempre mirando en otra dirección. No provocabas en él lo que el provocaba en ti. Además, no sentías que el mismísimo Park Sunghoon mirase en tu dirección las mismas veces que tú le mirabas.
Tu interior quería su atención, la necesitaba de una forma que nunca conseguía dejar de sorprenderte. Pero él seguramente miraba a Aerin, arrepintiéndose estos dos últimos meses de su decisión de abandonarla, de ser ese Park Sunghoon frío, egoísta y narcisista, de no ser él. La conexión tan individual que sentías hacia él te hacía pensar de esta manera, apenas sin conocerlo. Unos dirán idealización, otros dirán una búsqueda de entendimiento de tus propios gustos. Yo digo una satisfacción de los deseos de tu yo más profundo que parecía que sólo él podía brindarte...
Pero él estaba por Aerin. Estabas convencida.
Pero oh, cómo te equivocabas.
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Tras llegar al comedor casi escapando de su ex, Aerin te sentó en uno de los bancos, justo al lado de Sunoo. La miraste con duda, temiendo su reacción ante el encuentro con Park Sunghoon. Pero, para tu sorpresa, y en contradicción con sus apretados puños casi blancos por sus puntiagudas uñas, estableció. —El evento es este sábado, siento que te avisara tan tarde pero me estaba asegurando de que pudieras venir con seguridad y déjame decirte que... qué segura estoy— Pronunció esto último mirando hacia el horizonte, gesto que te descuadró un poco. Miraste a Sunoo, el cual te la devolvió con una sonrisa ladina. —¡Hay que prepararse!— Le sonreíste de vuelta mientras un sentimiento asfixiante se asentaba en tu pecho. Lo llamaste hambre pero y tras comer, el hambre no puede durar... ¿verdad?
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Park Sunghoon no estaba mirando a Aerin precisamente. Desde que te vio por primera vez, todas sus convicciones de haber estado vivo temblaron -y mira que ha estado vivo por mucho tiempo-, ya que fue observándote (y después de hacerlo) cuando fue totalmente consciente de que no estaba ciego, de que sus ojos observaban una realidad cuyos colores sólo podía conocer a través de ellos, que realmente observar es una acción impersonal en la que el objeto que ha conseguido toda su atención, se vuelve lo más importante para él, aunque sólo sea por un segundo, una milésima, un simple pestañeo.
Cuando Park Sunghoon te observaba, no podía centrarse en nada más. Pero esta esclavitud de su concentración no estaba producida por resultar cautivado ante tu presencia, no. Era porque, por muy irracional que sonase, Park Sunghoon se sentía responsable de cada movimiento que hacías, cada respiración, cada paso. Era totalmente exasperante. Poco a poco, su sanidad se veía intoxicada por ti y, cuando eran tus ojos los responsables de su gran carga, Park Sunghoon quería más de ti. ¿El qué exactamente? No tenía ni la remota idea. O de eso se intentaba convencer.
Tampoco, según él, tuviste ninguna influencia en su decisión de terminar su trato, su engaño con Aerin. Y, tras ahora abandonar el hall con su ex, tampoco sintió las inmensas ganas de que te dieras la vuelta, volviéndole a brindar toda tu atención.
—Parece que Aerin te sigue odiando, Sunghoon— Sim Jake mencionó mientras que, con los brazos cruzados en el pecho, hacía una mueca de cansancio hacia donde Aerin antes se encontraba contigo. Eran primos lejanos y, tantos años juntos (demasiados), habían creado una atmósfera un tanto extraña. Su pelo rubio se movió también, al nunca estar tan controlado por Jake como le gustaría. Esto lo distrajo por un momento y no se fijó en como Sunghoon siguió mirando hacia aquella salida, contemplativo. Gesto que no paso de largo por Lee Heeseung.
—Ah, ya.— Fue simplemente lo que Sunghoon le respondió. A esto, Jake gesticuló con cierta energía.
—¿Esa es tu reacción? ¿No estuvisteis saliendo juntos durante todo el verano?—Sunghoon miró a Jake con cierto aburrimiento.
—Nunca fue seriamente— Jake miró con shock a Heeseung mientras cerraba la boca.
Heeseung, tras mirar un segundo a Sunghoon, hizo contacto con Jake y tras ver su sorpresa, rompió su silencio. —¿Qué? ¿No lo sabías?— Jake negó con la cabeza un poco, todavía sorprendido. Heeseung rio mientras le daba un suave golpe en el brazo. —Eso te pasa por siempre irte a Australia en verano— Jake lo empujó y comenzó a caminar hacia el comedor, negando con la cabeza.
—No es mi culpa que mi familia sea de allí— Refunfuñando, fue seguido por Heeseung. Sunghoon, un tanto sonriente ante las reacciones de su amigo, les siguió también, unos pasos por detrás.
Jake, que iba unos pasos más por delante, se giró y, tras dirigirle una mirada de disculpa, se colocó junto a Sunghoon. —No pasa nada, Jake— Rio este último mientras Heeseung esperaba a que llegasen a su altura, aprovechando para seguir observando la actitud de Sunghoon. —¡Perfecto entonces! Porque me acabo de acordar de la gran noticia. Aerin hará otro de sus eventos este fin de semana—.
Llegaron a la altura de Heeseung y Sunghoon simplemente resopló. —Vamos Sunghoon, el rol de vegetariano no te va muy bien—
Heeseung miró a Jake de soslayo, esperando que no siguese por ese camino. Sunghoon se tensó al momento. —No soy un asesino—.
Su tono frío le recordó a Jake por qué era un tema sensible pero, buscando reconfortar a su amigo, continuó.
—Tranquilo Sunghoon, es sólo pasarlo bien. Nunca ha muerto nadie así que no deberías— Heeseung interrumpió. —Mejor cambiamos de tema, ¿vale?—
Siendo el mayor de los tres, tanto Jake como Sunghoon dejaron de mirarse para asentir y continuar caminando. —Ahora que lo pienso no se si suena tan bien... Aerin va a llevar a su amiga, así que será su protegida— Jake lo mencionó con toda la buena intención del mundo, pero a Sunghoon no le gustó ni un pelo el tono decepcionante que usó Jake ni la mirada compasiva que Heeseung le dirigió.
Una necesidad casi primaria de prohibir a todo aquel que no sea él de mencionarte en los términos a los que Jake se refería perforó sus instintos y casi llegó a hablar para expresar tu súbito estatus como suya. Claro que Sunghoon fue el primero que se paró a sí mismo, extrañado ante sus sentimientos y negando absolutamente una posibilidad de necesitar protegerte o, peor aún, de morderte.
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Llegó el sábado sin anormalidad ninguna. Tampoco era como si estuvieses esperando algún cambio en la monótona vida académica que llevabas, o eso te repetías continuamente. El final del semestre se había dado el día después de que Aerin te invitara a aquel evento y de que te lo anunciara. Así pasaste el miércoles, jueves y viernes sin clases en tu dormitorio sólo compartido por ti y tu soledad. Aunque no sólo estuviste pudriéndote en tu cama con un buen libro, sino que también quedaste con Aerin y Sunoo en una especie de bosques interiores que existían en la Academia.
Un diseño arquitectónico que jamás habías visto, pues toda la academia se encontraba cubierta de patios interiores con la única excepción de la salida a los dormitorios de los alumnos azules.
Acostumbrada a las ventanas y, especialmente, a estar en contacto con el Sol, la estructura de las aulas y de la academia entera en general te resultó al principio un tanto agobiante. Techos infinitos que formaban triángulos afilados apoyados en altas paredes que sólo se encontraban agujereadas por ventanas en lo más alto. Escuchar por primera vez las campanadas de lo que parecía Notre Dame te había sorprendido. Antes de trasladarte, sabías de la apariencia tétrica de la academia, pero cada techo formaba un escondijo perfecto para el mismísimo Fantasma de la Ópera.
Pero nadie más que tú parecía extrañada, así que la normalidad fue sencillamente fácil de alcanzar.
La tela roja que conformaba tu vestido imitaba a tu propia piel al abrazarse con gracia y elegancia a la silueta de tu cuerpo. Sunoo te había convencido para elegir aquel vestido, haciendo hincapié en su gusto exquisito, cualidad que la misma Aerin no compartía pese a ser también una alumna SSR. Ella vestía bien, pero Sunoo más. La mirada indescifrable que Aerin te había regalado tras verte con aquel vestido a la salida de la academia (el evento se celebraba en una de las tantas casas sofisticadas de propiedad del director de la academia, es decir, del padre de Aerin), provocó una cierta inseguridad en tu apariencia. Fue Sunoo que, tras encargarse de tu pelo, asesinó cualquier sentimiento de duda.
—Estás exquisita—Estableció tras hacer contacto visual a través del espejo que el chófer de Aerin siempre traía consigo. Tu ceño se frunció ligeramente ante el uso de aquel adjetivo entre los tantos similares que podría haber usado pero, centrándote en la Luna que se dejaba ver a través del cristal, sonreíste con gratitud.
Aerin con su vestido verde oliva también lucía absolutamente preciosa y, la forma en la que había mencionado a Sunghoon con tono de venganza, entre las líneas de "se arrepentirá de haberme dejado" tras Sunoo alabarla, sonaba más a una auto convicción que una promesa.
No decidiste prestar atención a cómo siguió la conversación porque... Sunghoon. Una adrenalina provocada por un estímulo que no sabías muy bien identificar se había asentado en tu vientre, haciendo casi temblar tus manos. Ahora el hambre era adrenalina.
Tu intuición te avisaba de que hoy no iba a ser como las otras veces, una presa que consigue escapar por la indiferencia de su depredador. Hoy, tu intuición te hacía asesina de tu propio juicio, o eso es el destino que ésta selló. ¿Iba a ser así? No tenias la prueba científica... ni siquiera sabías exactamente por qué te sentías así. Pero, cada vez que Park Sunghoon se hacía camino entre tus otros pensamientos hasta llegar al centro de tu mente consciente, la adrenalina se descontrolaba. Morirías de hambre a este paso.
Aunque tu juicio, todavía vivo, no quiso atender, ya que ¿por qué pasaría algo con Park Sunghoon justo hoy tras tres meses de simple atracción no correspondida?
De nuevo, erraste en el primer momento en el que estableciste que a Park Sunghoon le eras indiferente.
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El trayecto fue corto y simple, lleno de ilusión. No sabías que te esperaba y la cantidad de anécdotas que Aerin y Sunoo te contaban hicieron que tuvieses grandes expectativas. Tenías pensado pasarlo bien, intentando ignorar tus presentimientos, ya sean malos o buenos. Además de que todo iría bien, como muchas veces Aerin y Sunoo habían repetido porque ibas en calidad de su "protegida". Todavía no habías entendido muy bien qué significaba aquel término y las respuestas evasivas de Aerin no te aclaraban nada. Pero como estabas centrada en disfrutar del momento buscando cesar tu personalidad de naturaleza tan responsable que te ahogaba con el constante recordatorio de la existencia de consecuencias que tus actos podían llegar a producir, no insististe más.
Hasta que los viste. Varios pares, casi centenares, brillantes y puntiagudos, escondidos, casi tímidos en las distintas bocas por las que se asomaban. Colmillos.
Entrar en la fiesta que se estaba dando en la piscina no supuso ningún alteridad de tu intención inicial: pasarlo bien porque todo iría bien. Ni rastro de colmillos, nada. Simplemente te extrañaron dos cosas. La primera: ¿cómo una fiesta con tanta gente tenía tan poca iluminación, dependiendo solamente de la luz de la luna para ver? Aerin te habló de un apagón temporal. La segunda: ver la cantidad de parejas que se encontraban besándose en el cuello. Sunoo te dijo que eras demasiado inocente, hecho probablemente cierto.
Nada alarmante, nada alterante. Hasta que, tras estar bailando cinco canciones seguidas con Aerin y Sunoo (realmente te lo estabas pasando en grande), un pin pon con un borracho Jungwon y un descanso en la cocina con Jake y más conocidos; te excusaste para ir al baño.
Llevabas cerca de dos horas en aquella fiesta y sin una gota de alcohol en el estómago (sorprendentemente sólo había vino y Aerin no te lo recomendó al ser de mala calidad, pese a, después y desde la cocina, verla bebiéndolo), pensaste que buscar el baño no iba a suponer un gran reto. Pero te perdiste y caminando por el segundo piso sin rumbo alguno, la suerte preció estar de tu lado cuando lo encontraste.
Todo iba tan bien, tan perfectamente bien que mientras acercabas tu mano al pomo de la puerta entreabierta sonreíste para ti misma, sintiendo que habías juzgado todo demasiado meticulosamente, dándole la razón a tu madre. Hasta que lo escuchaste.
—Muérdeme, por favor— Una voz femenina y un sonido de piel desgarrándose rompieron el silencio de aquel blanco pasillo del segundo piso y, levantando la cabeza, viste a un Heeseung mordiéndole el cuello a una chica que no conocías haciéndolo sangrar.
Tus mofletes se calentaron y te apartaste rápidamente. Los gemidos de ella y los gruñidos de él anularon cualquier sonido que pudiste llegar a hacer mientras te alejabas, buscando volver a la piscina. Buscabas quitarte aquella imagen de la cabeza, aunque la sorpresa era indudable. Sabías que había gente a la que el dolor le producía placer y nunca te habías considerado una de esas hasta que viste aquella sangre corriéndole por su cuello. ¿Por qué tu cuello no paraba de palpitar?
Bajaste la escalera y echando una ojeada al primer piso para distraerte, volviste a encontrarte con la misma posición. En este caso, era Jake con una chica que tampoco conocías. Rápidamente seguiste bajando las escaleras, llegando al porche. Tu corazón latía demasiado fuerte y decidiste pese a lo que Aerin te había dicho, beber el vino servido. Necesitabas alcohol para quitarte aquella sensación.
Así te llevaste el vaso a la boca en la soledad de una desierta cocina. Todos estaban en la piscina bailando o besándose el cuello, pues la cantidad de parejas parecía haberse multiplicado desde el inicio de la fiesta. Verlas así te devolvió el recuerdo de lo que minutos antes habías visto y, ya sin dudas, te llevaste el vaso a la boca.
Un sabor metálico y un tanto caliente hizo contacto con tu lengua. Escupiste al momento. ¿Por qué aquel vino sabía a sangre? Abriste la nevera con la necesidad de quitarte aquel horrible sabor de la boca y las viste.
Más de veinte envases de plástico con etiquetas que ponían nombres de distintos animales en rojo te recibieron tras abrir la nevera. Era sangre de animal. El estómago te dio un vuelco y sentiste arcadas. Rápidamente fuiste al grifo y bebiste agua pese a nunca gustarte beber de él.
Mientras te limpiabas la boca notando que el gloss todavía resistía en tus labios, lo que habías visto anteriormente ya no te pareció una simple coincidencia. Así, con el ceño fruncido y una valentía calculadora, te acercaste a la piscina y observaste tus alrededores,¡. Destellos blancos similares a perlas parecían reflejar la luz de la Luna en aquellas parejas que ya no estaban unidas por un beso. Mirándolo mejor, era un mordisco.
Tu respiración se aceleró casi entrando en un ataque de pánico hasta que viste la figura de Aerin y Sunoo. Sintiéndote infinitamente aliviada, ibas a empezar a caminar para ir hacia ellos hasta que Sunoo abrió la boca tras acercarse al cuello de Aerin y viste con tus propios ojos como los dientes de Sunoo se transformaban en afilados colmillos que perforaron la piel de Aerin, haciéndola sangrar.
Las caricias de Aerin y sus ojos cerrados por placer fue la señal que necesitaste para darte cuenta de que había un consenso, de que esto era normal, de que esto era lo que pasaba en estos eventos.
Tu mente empezó a dar muchas vueltas, especialmente por el hecho de que no sabías muy bien qué tipo de culto de imitación vampírica se estaba llevando a cabo. Tu respiración se aceleró y entraste de nuevo en la casa, buscando escapar. Subiste la escalera hasta el primer piso sin darte cuenta de que Jake podría seguir allí (tampoco pensaste en ello del estado de shock en el que estabas entrando). Esta vez subiste hasta arriba de todo, no parando en el segundo piso. Necesitabas alejarte de fuese lo que fuese que estaba pasando abajo y, por alguna razón, ir arriba del todo. Necesitar ir arriba del todo.
Rápidamente, llegaste a la cima de las escaleras que consistía en una puerta ligeramente normal para el lujo del resto de la casa. Estaba entreabierta y la brisa nocturna salía de aquella. Justo lo que necesitabas en ese momento, lo que más anhelabas en ese momento estaba detrás de esa puerta. Así, cumpliste esa necesidad abriéndola y penetrándola.
Con las manos en los bolsillos y sus dos mechones de flequillo moviéndose en un dócil aleteo que la brisa nocturna provocaba, la figura esbelta e imponente de Park Sunghoon te recibió y sus profundos y mortales ojos se clavaron en tu persona sin titubeo ni expresión, pero con la intensidad de un contacto anhelado en sueños.
"Él es lo que necesito, mi sueño cumplido"
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notes 1: la segunda parte está en camino y esta semana estará terminada... no tengo pensado hacer más así que esto sería un one shot de dos partes (?). aunque si se me ocurre algún drabble pues quién sabe juju. espero verte en la segunda parte ilysm <3
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notes 2: omg!! el primer fic en español que escribo por aquí... veremos. si te ha gustado puedes dar un like y rebloguear y, si te sientes amable, un comentario me haría super happy. no he visto muchos blogs escribir en español de enhypen e intimida un poco 🙂‍↔️ solo espero que te lo hayas pasado bien leyéndolo como yo escribiéndolo jusjus. i love you <3
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danielalanusse · 7 months
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El Encanto de la Escritura como Puerta a la Libertad
La escritura es como la varita mágica que nos da a todos la libertad de decir lo que pensamos y sentirnos geniales haciéndolo. Es como abrir una puerta secreta hacia un mundo donde puedes ser tú mismo sin preocuparte por nada más. ¿Has sentido alguna vez esa emoción de soltar todo lo que llevas dentro?
Bueno, los escritos son como esa llave que muchos desean, pero pocos se atreven a usar. Imagina que cada palabra que escribes es como un superpoder que te permite escapar de la rutina diaria. Es como tener tu propio superhéroe interior, ¡y todo lo que necesitas es un lápiz o un teclado!
Cada vez que escribes, estás creando una especie de magia. Es como lanzar hechizos con tus palabras, haciendo que tus pensamientos cobren vida. Puedes inventar historias asombrosas, compartir tus ideas más locas o simplemente expresar lo que sientes. ¡Es como tener tu propia fiesta de la libertad en un papel!
La escritura es como un viaje emocionante donde eres el capitán de tu propia aventura. Puedes explorar mundos imaginarios, contar chistes divertidos o simplemente dejar volar tu imaginación. No hay reglas, solo tú y tu creatividad haciendo piruetas en el papel.
Así que, la próxima vez que agarres un lápiz o te sientes frente a un teclado, recuerda que estás a punto de embarcarte en un viaje increíble. ¡Libérate, diviértete y deja que tus palabras sean la chispa que encienda tu propio fuego de libertad!
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2as2gs · 9 months
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Explorador enamorado
Tienes rincones como el lóbulo de las orejas, creadas para la caricia de mis yemas índice.
Zonas secretas, como los puntos de presión de las sienes, reservadas para mis besos.
Áreas íntimas, como tus axilas afeitadas, que tan solo lamo yo.
Sensaciones únicamente mías, como poseerte sabiendo que nadie más te tiene, que me hacen amarte y temerte por igual.
Una vida adentrándome en geografías inexploradas de tu cuerpo y ser, sin sospechar que tu centro de placer está en la palabra.
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nynaglezz · 6 days
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Cartas a Nyna
Escribo como si dibujara tu cuerpo en el agua; escribí tu nombre como si mis letras fueran fuego en la oscuridad de la madrugada. Escribo para atraerte a mi boca, para que inocules tus luciérnagas en mi memoria. Añoro (entiendo la imposibilidad léxica) la magia, la electricidad que se desliza por tu espalda, la lujuria, el estremecimiento que viene desde tus rodillas y hasta tu pecho, el licor de tu espíritu derramado en las aristas de lo infinito. Escribo como si te hubiera abrazado y todavía guardara tu aroma en mis manos, redacto el tiempo para atraparlo, para encerrarlo en nuestra mordida, en nuestro rasguño, para comtemplarte desnuda en mi mente una vez más, para imaginarte envuelta en las llamas de una pasión delirante. Añoro (me aproximo) tu ferocidad, no la fidelidad ni las promesas; quiero medir tu cuerpo en besos, por ejemplo de tus rodillas a tus clavículas, medir tus labios en mordidas tenues, en interminables caricias que evoquen tu danza sagrada. Quiero medir tu alma, por ejemplo tus vidas pasadas, tus reencarnaciones y la música, en que instantes, has vivido. Escribo cosmologías en tus caderas. Invoco colibríes en tus pechos. Desenvuelvo el universo (con sus presagios, su belleza, su violencia, su oscuridad, su sol, su ternura) sobre tus omóplatos. Te escribo escuchando el ritmo secreto de mi sangre, su ritmo ancestral, de sístole y diástole entonando el rito. Te siento tatuada en la médula de mi alma y escribirte es sentir que tengo el cosmos en la punta de mis dedos. Añoro (ciñéndote de las nalga) tu mirada retándome, tus labios envolviendo mis poemas, tu cuerpo arrojado como sobre un volcán activo. Tus uñas encajadas en mi espalda, leer en tus muslos mi futuro. Escribo la tormenta sobre tu vientre, mi poema naufragando por tu entrepierna, el relámpago sacudiendo tu alma. Escribo la electricidad de soñarte, la creación del fuego, la luna menguando en las venas, la tentación. Los versos satánicos. Los libros abiertos (Orgullo y prejuicio, La insoportable levedad del ser, Lolita, Jane Eyre, Las mil y una noches.) La palabra que circunda tus caderas, la palabra secreta que pone erectos tus pezones. Aullo tu belleza. Gimo tus fotografías. Despierto dioses primigenios en tu mirada. Desenvuelvo la literatura (con su maldad, su fragua, su tango, sus orquídeas) sobre tus pechos. Eres el jardín de las delicias, el cantar de los cantares, el triunfo de la muerte, la maja desnuda, las flores del mal, eres, todo el arte. Añoro (mientras te penetro) tu paganismo, la divinidad de tus clavículas, más libertaria que libertina, más anarquista que ensoñadora, más vulgar que triste. Que me atrapes con tus piernas mientras te penetro de relámpagos y estrellas. Te escribo porque me calienta escribirte, describirte, hacerte valkiria en mi mente; escribirte como si forjara tus sombras con música, dejar que tu nombre tiemble en mis labios mientras ahogo un orgasmo.
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caviarsonoro · 8 months
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Ryuichi Sakamoto - Andata
Intimidad
En el corazón de la mina más secreta, En el interior del fruto más distante, En la vibración de la nota más discreta, En la caracola espiral y resonante,
En la capa más densa de pintura, En la vena que en el cuerpo más nos sonde, En la palabra que diga más blandura, En la raíz que más baje, más esconda,
En el silencio más hondo de esta pausa, Donde la vida se hizo eternidad, Busco tu mano y descifro la causa De querer y no creer, final, intimidad.
José Saramago
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gijipaw · 8 months
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«¿Algo de esto fue real?».
Las palabras resonaban en la mente de Twilight mientras observaba el atardecer desde la esquina, camino a casa. El viento de Berlint jugueteaba con sus cabellos, pero su mente estaba lejos, atrapada en una caja que guardaba en su bolsillo y en los recuerdos de un día que había sido una montaña rusa emocional. Ser espía parecía más desafiante que nunca en ese momento.
Era un día rutinario para la familia Forger. Como de costumbre, cada miembro iniciaba la jornada con destinos diferentes: algunos iban al trabajo, mientras que otros se dirigían al Edén. El desayuno transcurría con normalidad; Anya comentaba sobre las clases que tendría ese día, mientras Yor prometía llegar temprano.
En medio de la conversación animada, Loid sonrió, pensando en compartir parte de sus planes para la noche, hasta que recibió una llamada telefónica.
La voz al otro lado del teléfono le comunicó una noticia que sacudió su mundo. Desde WISE, la voz de su superior resonó con seriedad, anunciando que debía ir a la sede de manera urgente. El shock inicial se convirtió en confusión mientras intentaba procesar la noticia. Sin embargo, la única respuesta que recibió fue que se apresurara.
Los rostros decepcionados de Yor y Anya por su repentina partida no se hicieron esperar. Su hija, en particular, parecía sentirse dolida y nerviosa por su partida. Twilight atribuyó su estado de ánimo al ambiente alegre que se había desvanecido repentinamente.
—Ve con cuidado, ¿sí? —fue la respuesta de Yor antes de darle un beso rápido.
Las muestras de afecto entre ellos habían cambiado. Eran genuinas, realistas. Aunque pareciera contradecir parte de su trabajo, Twilight estaba bien con eso.
—Volveré —les aseguró, tratando de reconfortarlas—. Y esta noche haremos algo especial juntos.
Twilight había anticipado que sería como siempre: una crisis que lo dejaría con algunas heridas y un gran agotamiento, pero que no impediría su regreso al corazón de la operación Strix y a lo que quería mostrarle a su esposa. Sin embargo, lo que siguió fue aún más desconcertante.
Al llegar a la sede de WISE, que ese día estaba particularmente llena, Twilight se encontró con una atmósfera extraña. Varios agentes novatos y experimentados lo rodeaban con miradas serias, pero algo en sus ojos le hizo preguntarse si estaban ocultando algo. Había una tensión palpable en el aire, como si algo estuviera a punto de revelarse.
De repente, Nightfall lo interceptó, y Twilight no necesitó más que un segundo para darse cuenta de la tristeza en su rostro. Le había dicho que ocultara sus emociones, pero lo que veía en ella era una emoción claramente expresada.
—¿Nightfall? —preguntó, tratando de comprender lo que estaba sucediendo.
Sin embargo, la repentina solicitud de Sylvia para tener una reunión a solas aumentó el misterio. Su superior, una mujer que siempre había sido rígida con él, inclinó la cabeza con notable tristeza cuando le entregó una carpeta.
Dentro encontró una leyenda hecha realidad: un grupo de las sombras, asesinatos y otras cosas que Twilight nunca habría imaginado.
—¿Cómo…? —intentó decir, casi perdiendo la fuerza al ver el contenido de la carpeta. Una fotografía que no podía imaginar tener ahí—. ¿Cómo es que ella…?
—Tu esposa es Thorn Princess, Twilight —reveló Sylvia.
Mientras estudiaba el documento en busca de respuestas, Twilight descubrió que Yor había estado asociada con The Garden desde una edad temprana debido a una deuda de sus padres, antiguos miembros del grupo. Su presunto jefe en el ayuntamiento era su representante y padrino, quien había estado vigilándola. Los momentos en los que ella mostró su fuerza no eran más que una manifestación de sus habilidades de asesinato y no de defensa personal.
En su interior, Twilight encontró el sabor amargo de la traición.
Todo en esa carpeta arrojaba luz sobre la vida secreta de su esposa.
Sylvia ni siquiera se molestó en decir algo cuando dejó la oficina para darle espacio a Twilight. Estaba absorto en la información, preguntándose cuánto de la vida que Yor le había compartido había sido real y cuánto había sido una fachada para ocultar su pasado.
La verdad, aunque dolorosa, le otorgó a Twilight una nueva perspectiva sobre Yor y sobre sí mismo. La mujer que había conocido como una esposa y madre dedicada resultó ser mucho más compleja y peligrosa de lo que jamás había imaginado. Casi quería reír cuando se dio cuenta de que podría haberla cruzado antes. Datos que coincidían con misiones que se habían resuelto gracias a un asesinato inesperado, un accidente de su objetivo.
De alguna manera, encontró una conexión que trascendía las circunstancias.
Al final de su tiempo a solas, Twilight decidió regresar a su departamento a pesar de las miradas de algunos agentes. Nada debería cambiar al final del día. WISE solo lo había llamado por una situación de emergencia más, y afortunadamente, no había sufrido daños graves más allá del agotamiento extremo.
Algunas verdades eran sorprendentes. Y aunque nunca podría entender cómo había terminado eligiendo a una asesina como su esposa, sabía que llevaba a su lado a alguien excepcional.
Así, con el corazón lleno de preguntas, Twilight observó cómo era recibido por la sonrisa de su esposa mientras dejaba su abrigo y sombrero en el perchero. Yor hablaba animadamente sobre el día de Anya en la escuela y cómo se había ido a la cama cansada.
Todo eso lo dejó preguntándose una vez más: ¿Algo de esto fue real?
—¿Loid? —la voz de Yor lo sacó de sus pensamientos.
—¿Eh? —respondió, volviendo al momento presente.
—¿Qué quieres decir con que algo de esto fue real?
En su mente, resonaron las palabras no dichas: «Nuestra relación. Lo que siento por ti. Lo que iba a darte como prueba de que yo quiero ser real».
«¿Algo de esto fue real?», se preguntó una y otra vez mientras se sumergía en la conversación sincera con Yor.
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exhaled-spirals · 9 months
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« Esas cajas que contienen mi biblioteca constituyen mi biografía. Hay muchas maneras de narrar una vida. Es posible decir, como suele hacerse, la fecha de nacimiento, la nacionalidad, el estado civil, la profesión…, pero, en muchos casos, sería más pertinente hacer una lista de libros […]. Una biblioteca es una biografía escrita con las palabras de otros, hecha de la acumulación y el orden de los diferentes libros que alguien ha leído durante su vida, un puzle textual que permite reconstruir la vida del lector.
[… A] los libros leídos habría que añadir los libros que poseemos sin haberlos leído, aquellos que reposan en las estanterías o esperan sobre las mesas sin haber sido nunca abiertos y recorridos con la mirada, ni total ni parcialmente. En una biografía, los libros no leídos son un indicador de anhelos frustrados, deseos pasajeros, amistades rotas, vocaciones no realizadas, depresiones secretas que se disimulan bajo la apariencia de la sobrecarga de trabajo o la falta de tiempo […]. Otras [veces], los libros todavía no leídos son una reserva de futuro, trozos de tiempo contenido, indican una dirección que la vida podría tomar en cualquier momento.
Hecha de ese cúmulo de palabras leídas, recordadas, olvidadas y no leídas, una biblioteca es una prótesis textual del lector, un cuerpo de ficción externalizado y público. »
— Paul B. Preciado, Dysphoria Mundi
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nekoannie-chan · 8 months
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Quemadura
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Título: Quemadura.
Pareja: Steve Rogers X Lectora agente de S.H.I.E.L.D.
Palabras: 250 palabras.
Cuadro: E2 “Quemadura solar.”
Clasificación: B.
Sinopsis: Steve no usó bloqueador solar.
Advertencias: Fluff, quemadura solar, algo sugestivo.
N/A:  Esta es mi entrada para Captain Bottom Bingo round 2. CABB2024.
Links: Wattpad, Ao3, versión en inglés.
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No doy ningún permiso para que mis fics sean publicados en otra plataforma o idioma (yo traduzco mi propio trabajo) o el uso de mis gráficos (mis separadores de texto también están incluidos), los cuales hice exclusivamente para mis fics, por favor respeta mi trabajo y no lo robes. Aquí en la plataforma hay personas que hacen separadores de texto para que cualquiera los pueda usar, los míos no son públicos, por favor busca los de dichas personas. La única excepción serían los regalos que he hecho ya que ahora pertenecen a alguien más. Si encuentras alguno de mis trabajos en una plataforma diferente y no es alguna de mis cuentas, por favor avísame. Los reblogs y comentarios están bien.
DISCLAIMER: Los personajes de Marvel no me pertenecen (desafortunadamente), exceptuando por los personajes originales y la historia.
Anótate en mi taglist aquí.
Otros lugares donde publico: Ao3, Wattpad, ffnet, TikTok, Instagram, Twitter.
Tags: @sinceimetyou @black23 @unnuevosoltransformalarealidad @azulatodoryuga
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Steve y tú se encontraban en una misión secreta en una isla tropical.
Después de un día agotador de infiltración y enfrentamientos con los malhechores locales, Steve y tú decidieron tomarse un merecido descanso en la playa al atardecer.
El sol caía lentamente en el horizonte, a la vez tú estabas atenta al entorno, no querías que nadie interrumpiese su descanso, fue cuando notaste algo en la piel de Steve.
—Parece que tienes un poco de quemadura solar, ¿estás bien? ¿volviste a olvidar el bloqueador solar, verdad? —preguntaste con preocupación.
Él sonrió y asintió, tratando de restar importancia al ligero ardor en su piel. Negaste con la cabeza, en la noche él se estaría quejando por la quemada como la última vez.
—Espera un momento, tengo algo que podría ayudarte —dijiste mientras buscabas en tu bolso.
Sacaste la botella de bloqueador solar y otra loción especial para las quemaduras solares.
—Creo que esto puede ayudar. ¿Te importaría si te lo aplico?
Él asintió y te mostró su espalda, con suavidad comenzaste a aplicarle los productos. Steve comenzaba a ponerse nervioso mientras sentía tu suave tacto, intentó distraerse hablando sobre la misión y algunas anécdotas random sobre su vidas.
Con el sol ya oculto en el horizonte, Steve se dio cuenta de que la quemadura solar no era la única cosa que la hacía sentir caliente.
La noche cayó sobre la isla, y Steve y tú continuaron su conversación bajo la luz de las estrellas. Esperaba que pusiera pasar algo más.
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cinemaforester · 1 year
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SOLO ESTANDO A SOLAS PODRÁS CONOCER SU SECRETO:
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Porque ¿quién estuvo en el secreto de Jehová, y vio, y oyó su palabra? ¿Quién estuvo atento a su palabra, y la oyó?
(Jeremías 23:18)...
Mujer con alma de mariposa 🦋 Esta pregunta la hace Dios a su pueblo que  había dejado de buscarlo y, por ende, dejaron de escuchar lo que Él quería comunicarles ese día...
Entonces, todo lo que tenían eran palabras que les habían sido reveladas en el pasado...
Olvidaron que la palabra de Dios es viva y que todos los días nos enseña algo nuevo...
Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras... (Jeremías 23:22)...
Del mismo modo, el reclamo era para los pastores y líderes de ese tiempo, ellos también dejaron de buscar a Dios a solas y por tanto no tenían sus palabras para guiar al pueblo...
Aparentaban buscarlo cuando estaban en público y hablaban de acuerdo a lo que sentían pero no lo que había en el corazón de Dios...
Por esta razón las personas no corregían su camino y no cambiaban sus vidas...
¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra? Por tanto, he aquí que yo estoy contra los profetas, dice Jehová, que hurtan mis palabras cada uno de su más cercano...
Dice Jehová: He aquí que yo estoy contra los profetas que endulzan sus lenguas y dicen: Él ha dicho...
He aquí, dice Jehová, yo estoy contra los que profetizan sueños mentirosos, y los cuentan, y hacen errar a mi pueblo con sus mentiras y con sus lisonjas, y yo no los envié ni les mandé; y ningún provecho hicieron a este pueblo, dice Jehová...
(Jeremías 23:29-32)...
Más allá de los títulos que tienes, detente, cualquiera que sea tu liderazgo, el verdadero pastor es el que guía a sus ovejas y cualquiera que no cumpla con su llamado, en su tiempo, tendrá su juicio por no dar palabras de fuego que quemen las impurezas o de martillo que quebrantarían hasta el corazón más duro y esto es porque son personas que no oran, no leen su Biblia a solas, simplemente aparentan hacerlo...
Más tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público...
(Mateo 6:6)...
Dios también quiere hablarte para que no cometas más errores...
Estando en tu cuarto cierra la puerta y búscalo...
Entra en ese lugar secreto y escucha lo que quiere decirte hoy...
Sus palabras serán como fuego y martillo, te darán vida y serás fortalecida...
Si quieres recibir palabras personales y secretas para tu vida, empieza hoy a buscar a Dios a solas y escucha lo te que quiere enseñar, ¡tu vida comenzará a cambiar! Amén...DTBM.!! 🙌🦋🌼🍃
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diamantar · 2 years
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FAMILIA Y DEBER
→ Jacaerys Velaryon x Hightower!OC [Alessia Hightower]
✦ Sinopsis: En la infancia fueron amigos y ahora deben decidir si rebelarse o aceptar las responsabilidades.
✦ Advertencias: Angst / Fluff.
✦ Palabras: 1361
✦ Nota: Apenas encontré el gif pensé que estaba viendo a Jacaerys y la inspiración surgió de inmediato. Además, Olivia Hussey en su rol de Julieta es perfecta para interpretar un familiar Hightower o ser hija de Rhaenyra y Harwin ♡
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—Señorita Hightower.
La mujer dejó de observar el suelo y frenó antes de chocar con el muchacho que paraba en frente, durante unos segundos dudando de quién era hasta que los rasgos comenzaron a ser familiares.
—¿Jacaerys? —preguntó amagando a fruncir el ceño.
Que le reconociera hizo que inclinara la cabeza en aprecio, los irises femeninos brillando en emoción ante la confirmación.
—Los años transforman rápido a los jóvenes, ¿verdad?
—¡Ahora me superas en altura! —rió encantada estirando los brazos para sostenerle las manos—. ¿Qué haces en Desembarco del Rey? Nadie avisó que visitarías.
—Fue una decisión de último momento —aclaró suave, sus dígitos yendo a cerrarse en las palmas contrarias.
—¿Llegaste con Vermax? —preguntó ilusionada, y el Velaryon asintió—. Debe haber crecido tanto como tú, ¡apuesto que está irreconocible!
—Ciertamente, su desarrollo anual es exagerado.
—Recuerdo que siempre fue una característica especial de él.
—Hasta hoy lo sigue siendo.
—¿Qué te trae a la Fortaleza Roja? —indagó acariciándolo con un pulgar.
—Deseaba ponerme al día con a mi antigua compañera de juegos, demasiados años han pasado sin saber del otro.
Alessia sonrió con nostalgia y descendió la mirada, memorias surgiendo y esparciendo agradables sentimientos.
—Poco ha sucedido en mi vida, de seguro tienes más para contar.
—¿Es así? ¿Incluso cuando he oído que te han comprometido? —fingió inocente, aunque demasiado frío.
La femenina tensó las facciones y presionó los labios, enseguida asintiendo mientras le veía ansiosa.
—¿Cómo sabes?
—Nada corre más rápido que los rumores… En todo caso, la verdad llegó cuando ofrecí mi mano y fui rechazado indicando que ya estabas pactada a los Arryn.
—¿Qué? —preguntó arrugando el entrecejo, de pronto queriendo liberarse y notando como él le agarraba con más fuerza.
—¿Otto Hightower, tu padre, no informó de mi propuesta? ¿Tampoco tu hermana?
—Nadie consultó conmigo.
—Lástima.
Alessia bajó la mirada y observó las ropas del Velaryon, su atención hallándose desorientada en los pensamientos que corrían ante la impactante novedad. El corazón se encogió por la oportunidad desperdiciada de un futuro mejor, una vida al lado de un hombre que conocía y podría tratarla decente.
—De jóvenes nos llevábamos bien, te habría escogido si hubiera tenido oportunidad.
Jacaerys guardó silencio y analizó la postura de la Hightower, la cual no enseñaba más que contrariedad y tristeza.
—Aún no has dado tus votos, puedes cambiar el destino.
Ella pareció animarse un momento, pero después encogió los hombros y se soltó de él.
—¿Por qué casarte conmigo cuando estamos en bandos enfrentados? —cruzó los brazos tratando de escudarse.
—Nuestras familias pelean, pero nosotros no, te aprecio igual que antes —aclaró con secreta preocupación por el tema que trajo a conversación.
—¿Cómo podría dejar a Alicent o a mis sobrinos? Me necesitan —excusó, inevitablemente pensando en los jóvenes que vivían en un estrés constante por alcanzar las expectativas de su padre y hermana.
—¿Estás de acuerdo con que usurpen el trono de mi madre y, por consecuencia, el mío? —soltó, y ella le miró absolutamente ofendida.
—¿Cómo te atreves? —gruñó en el proceso de cerrar las manos en puños.
—Lo siento, no es lo que realmente quería decir —aclaró sacudiendo la cabeza completamente frustrado.
—¿Entonces? Porque lo único que puedo pensar es que quieres arruinar el compromiso para evitar una alianza.
—Todo lo contrario, quiero que nosotros nos asociemos —indicó agarrándola de los brazos y acercándose unos pasos.
—No obtendrás nada de los Hightower, me considerarán una traidora y tu plan habrá sido en vano —contestó sintiendo que aire faltaba, la presión en el pecho incrementando a cada segundo.
—¿Ni siquiera con la posibilidad de que seas reina? —preguntó, la desesperación evitando que pensara con claridad.
—¿Qué importancia tiene un consorte contra un rey en el Trono de Hierro?
Los labios de Jacaerys fueron incapaces de discutir la certeza, frustración consumiéndolo desde las profundidades y, sin pensar, estrechando a Alessia contra él. El movimiento fue rápido y bruto por la necesidad, así que ella se quejó y peleó, pero pronto correspondió y apreció la breve calma que el contacto otorgó.
—Nunca dejé de quererte —confesó el Velaryon acariciándole la espalda.
—Estar contigo significa dejar y enfrentar a mi familia mientras tu continúas con la tuya, si realmente me deseas como esposa… la pérdida debe ser para ambos.
Aquella condición, sensata e igualitaria, espinó el corazón de Jacaerys y entendió el sufrimiento de Alessia al pedirle que dejara todo por él. Frunció el ceño y cerró los ojos pensando lo que realmente quería en el futuro, lentamente alejándose de ella y rozándole el rostro.
La femenina lo miró y luego bajó los parpados entregándose al tacto, de aquella manera recordando cada sensación confiando en que sería la última vez que lo vería. El calor de su palma y la textura de una mano entrenada para luchar y montar dragones la hicieron temblar, de pronto apreciando como él respiraba demasiado cerca.
—Te amo.
Alessia no pudo responder o mirarle cuando ya la estaba besando, ambas manos ciegamente yendo a sostener las contrarias en un vago intento de frenarlo. El toque fue mínimo e increíblemente delicado, casi tratándola como cristal, y ella no pudo más que quedarse de pie mientras su corazón se descontrolaba.
La conexión fue profunda y casi sintió sus almas enredarse, al separarse no pudiendo más que verlo increíblemente impactada.
—Jacaerys… —murmuró, desorientada buscando alguna respuesta en los ojos chocolate.
—Si dejo todo atrás, ¿estarías conmigo?
Frío bajó por la espalda femenina y la implicación pesó, alivio y miedo mezclándose en lo que ofrecía.
—¿Dices en serio? —frunció el ceño, una mano tomándolo de la ropa para asegurarse que no desapareciera como una ilusión—. ¿Qué pasa con Rhaenyra y tus hermanos?
—Lucerys tomará mi lugar y Joffrey heredará Marcaderiva, mi madre… ella tiene a Daemon, y me aseguraré que sepa que estoy bien.
—Es… Es una locura, no sé… ¿Realmente puedes dejar tus responsabilidades?
Alessia negó temerosa y dudó cómo él podía decidir aquello con tanta rapidez, ya que la idea de incumplir con su familia la hacia sentir tremendamente mal.
—Sé lo que te carcome, de verdad —indicó en el proceso de acariciarle ambas mejillas con los pulgares—. ¿Cuándo tiempo tienes antes de la boda?
—Casi dos meses —respondió, de vuelta oyéndose como si le faltara el aire.
—Tomémonos una semana y pensemos, ¿de acuerdo? —ofreció comprensivo—. Una parte de mí está lista para volar contigo y nunca volver, pero amo a mi familia al igual tú a la tuya, así que consideremos todas las ventajas y desventajas antes de actuar.
La Hightower asintió de inmediato y las piedras en su pecho desaparecieron, la oportunidad de analizarlo y planificarlo llenándola de seguridad.
—Mantengámonos en contacto y expresemos nuestras opiniones, en conjunto podremos arreglarlo.
—Absolutamente —sonrió, el nuevo espíritu que enseñaba logrando calmarlo.
Aprovechando el agarre en el otro, ambos se inclinaron a unir sus bocas y sellaron la promesa de dar lo mejor para llegar a un buen resultado.
—Aún me sorprende que viajaras a quí ante la noticia de mi compromiso.
—¿Cómo no hacerlo? De todos modos, fue egoísta de mi parte pensar que todo iría a mi favor y pacíficamente dejarías a tu familia —suspiró con malestar—. Lo lamento.
—Ahora estamos en la misma página y eso es lo que importa —sonrió acariciándole la mejilla.
Jacarys inclinó la cabeza en señal de que no dejara de tocarlo y la mujer rió suave, nuevamente apreciando lo que había cambiado en todos los años que no se vieron.
—La noche está cerca y no deseo ser interrogado sobre mis actividades, debo volver —anunció el primogénito.
—Entiendo —suspiró, las comisuras de su boca inconscientemente bajando en una expresión triste—. Mañana mismo te escribiré, no quiero volver a perderte.
—Aguardaré con ansias —prometió melancólico, el marrón de sus ojos enseñando lo mucho que deseaba llevarla con él.
—Yo también, no tardes en responder.
El Velaryon asintió y lentamente la tomó de la cintura, ella aguardando expectante y conteniendo mariposas en el estómago cuando juntó sus frentes.
—Avisa ante cualquier inconveniente, vendré con Vermax y te sacaré del apuro. No lo olvides.
—Lo prometo —confirmó cerrando los ojos.
Hundiéndose en el momento y el abrazo del otro, en aquel pequeño rincón de la Fortaleza Roja, se sentían listos para dejar todo por el otro.
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mindinlove · 2 months
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La Inocencia Perdida de Saray
En un rincón olvidado de un pueblo polvoriento, donde el tiempo parecía haberse detenido, vivía Saray en una casa que crujía con cada suspiro del viento. Su padre, Don Ernesto, era un hombre de pocas palabras, envuelto en un halo de misterio, cuya ausencia se sentía más que su presencia. Su madre, una mujer de manos ágiles y corazón cansado, trabajaba incansablemente como costurera, hilando no solo telas, sino también sueños que jamás se cumplirían.
Los Primeros Indicios
Desde niña, Saray percibía el mundo con la intuición aguda de los que crecen rodeados de secretos. Los hombres que visitaban a su padre en la oscuridad de la noche, susurrando como si las paredes pudieran escuchar, y los paquetes envueltos en papel marrón que llegaban y se iban con una rapidez inquietante, eran misterios que despertaban su curiosidad infantil.
Los Secretos Revelados
Cuando Saray tenía doce años, su inocencia se quebró como un espejo maldito. Jugando en el jardín, descubrió una pequeña caja de madera enterrada bajo un árbol. Al abrirla, encontró fajos de billetes y pequeñas bolsas de polvo blanco que relucían a la luz del sol. Esa noche, con el corazón latiendo desbocado, enfrentó a su madre, quien, entre lágrimas y susurros, le reveló la verdad: Don Ernesto era un narcotraficante.
La Adolescencia de Saray
El descubrimiento transformó a Saray. A medida que crecía, su mirada se volvió más penetrante y su corazón más frío. Empezó a notar los signos de la doble vida de su padre en cada rincón de su hogar: los autos lujosos que llegaban y partían en silencio, las reuniones secretas y las llamadas telefónicas que resonaban como campanadas de advertencia en la noche. En lugar de rechazar a su padre, Saray decidió entenderlo. Quería desentrañar los hilos oscuros que tejían su existencia.
El Primer Amor
En medio de este torbellino de secretos y mentiras, a los dieciséis años, Saray encontró un refugio inesperado en los brazos de Javier. Era un joven de su escuela, con una mirada profunda y una sonrisa que iluminaba incluso los días más grises. Javier, ajeno al oscuro legado de la familia de Saray, se convirtió en su oasis en medio del desierto. Bajo un viejo árbol en el parque del pueblo, susurraban promesas y compartían besos furtivos, escapando así del mundo que los rodeaba.
La Decisión
Un día, el destino, siempre caprichoso, decidió que Don Ernesto no regresara a casa. Las semanas de espera se convirtieron en un río de desesperanza hasta que la noticia llegó: había sido arrestado y encarcelado. La vida de Saray se desmoronó una vez más. Su madre, destrozada por la pena, cayó en una profunda depresión, y Saray se vio obligada a asumir la responsabilidad del hogar. Javier, con su amor incondicional, se convirtió en su ancla en medio de la tempestad, pero Saray sabía que no podía depender de él para siempre.
El Futuro
Con una determinación forjada en el fuego de la adversidad, Saray decidió que no permitiría que el legado de su padre definiera su vida. Utilizando la astucia y la inteligencia que había heredado, se inscribió en la escuela y estudió con fervor, con la esperanza de convertirse en abogada y luchar contra las injusticias que habían destrozado su familia. Sabía que el camino sería difícil, pero estaba decidida a cambiar su destino.
La historia de Saray es una de inocencia perdida, secretos dolorosos y una determinación inquebrantable. Con su mente fría y su corazón herido, se enfrentará al mundo, lista para forjar un nuevo camino lejos de las sombras del pasado de su padre. Y en su corazón, siempre guardará el amor de Javier, el faro que la guió en sus momentos más oscuros, un amor que, como un hilo de esperanza, tejió su futuro.
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storiesauraline · 2 months
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⠀⠀⠀ ⠀ 𝐒𝐎𝐌𝐁𝐑𝐀𝐒 𝐄𝐍 𝐒𝐔𝐍𝐍𝐘𝐃𝐀𝐋𝐄
'                    𝐴𝑛𝑑 𝐼 𝑤𝑜𝑢𝑙𝑑 ℎ𝑎𝑣𝑒 𝑠𝑡𝑎𝑦𝑒𝑑 𝑢𝑝 𝑤𝑖𝑡ℎ 𝑦𝑜𝑢 𝑎𝑙𝑙 𝑛𝑖𝑔ℎ𝑡, ' ℎ𝑎𝑑 𝐼 𝑘𝑛𝑜𝑤𝑛 ℎ𝑜𝑤 𝑡𝑜 𝑠𝑎𝑣𝑒 𝑎 𝑙𝑖𝑓𝑒.
                                 ꧔ - ̗̀  • 𝐧𝐞𝐰 𝐬𝐭𝐨𝐫𝐲 𝐟𝐨𝐫 𝐀𝐔𝐑𝐀𝐋𝐈𝐍𝐄                             ꧔ - ̗̀  •  𝐢𝐧 𝐭𝐡𝐞 𝐰𝐨𝐫𝐝𝐬 𝐨𝐟 #𝐜𝐡𝐨𝐬𝐞𝐧𝐨𝐧𝐞 ⠀⠀
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀        • 𝒇𝒆𝒄𝒉𝒂: 20 de Diciembre, 1998.                              • 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓: Sunnydale, California.  
    Buffy Summers, a simple vista, parece una adolescente común, pero su rutina nocturna está lejos de ser convencional o parecida a la de cualquier chica con las mismas características en su ciudad; donde el oscuro suburbio de Sunnydale, las sombras se arrastran con intenciones siniestras y el peligro acecha en cada esquina.
     Su día comienza como el de cualquier otra joven. El timbre del despertador suena en la habitación a las 7:00 a.m. Se despierta bostezando varias veces y sintiendo los músculos agarrotados tras otra noche de lucha contra los vampiros. Se levanta y, con un suspiro, se dirige al baño quejándose de lo mucho que odiaba estudiar para las parciales. Las primeras horas de la mañana son un recordatorio constante de que vive en dos mundos: el de una estudiante que asiste a clases y socializa con amigos, y el de una cazadora que protege el mundo de las fuerzas del mal.
     Después de una ducha rápida, Buffy se viste, elige con esmero ropa que disimula las magulladuras de la noche anterior, pero siempre algo con estilo, y baja a desayunar. Su madre, Joyce, la saluda con una sonrisa cansada. Buffy se sienta a la mesa, donde la charla es ligera, girando en torno a temas normales como la escuela y los amigos que siempre pregunta su madre con preocupación. Pero en la mente de Buffy, siempre hay un subtexto: una alerta constante que nunca la abandona.
     La escuela es, en su mayor parte, una distracción necesaria para su mente. Las clases pasan lentamente, como si el tiempo se estirara, y a menudo su mente divaga hacia la caza, los informes del Consejo de Vigilantes, y las estrategias para mantener a sus amigos fuera de peligro. Las horas de luz solar son una pausa antes de la verdadera labor nocturna. Las reuniones con Giles, su vigilante, en la biblioteca son su única conexión tangible con su vida secreta mientras el sol aún brilla.
     Cuando el sol se pone, una transformación se otorga a Buffy. Mientras el resto del mundo se retira a la seguridad de sus hogares para descansar de un día pesado, ella se prepara para enfrentar la oscuridad y los seres de la noche. Las tardes están llenas de entrenamientos y planificación. Después de la escuela, se encuentra con Giles, Willow, Xander y, ocasionalmente, Ángel. En la biblioteca, revisan informes sobre actividad demoníaca y planean las patrullas nocturnas.
     El entrenamiento físico es esencial, Giles siempre le recuerda a cada momento lo importante que es. Porque, aunque Buffy posee fuerza y reflejos sobrenaturales, se esfuerza por mantenerse en la mejor forma posible. Cada sesión de entrenamiento es una prueba de su habilidad, enfrentándose a oponentes creados en el momento y practicando movimientos que podrían salvarle la vida. Las palabras de Giles resuenan en sus oídos mientras él le recuerda que, aunque es poderosa, debe ser astuta y cuidadosa.
    Después de una cena rápida, que a menudo se come apresuradamente en la biblioteca o en la cripta donde Ángel suele esconderse, se prepara mentalmente para la noche que le espera. La rutina nocturna es familiar, pero nunca deja de ser peligrosa porque puede cambiar de un segundo a otro. Cargar su mochila con estacas, cruces, agua bendita, y algún que otro amuleto protector es un acto casi mecánico, pero lleno de significado para una cazadora.
     La noche en Sunnydale es un campo de batalla disfrazado de tranquilidad suburbana que mucha gente no se da cuenta. Las calles vacías, las luces parpadeantes de los postes, y el viento que sopla suavemente son solo una fachada de seguridad. Buffy, con sus sentidos agudizados, percibe cada pequeño cambio en el ambiente. Es una cazadora en su elemento, un depredador al acecho.
     La patrulla nocturna comienza por los cementerios, donde los vampiros salen de sus tumbas. Buffy se mueve con la familiaridad de alguien que conoce cada piedra, cada rincón oscuro, cada escondite posible. La caza no es solo violencia y combate; es estrategia, es una danza cuidadosa entre el peligro y la destreza.
     Cada encuentro con un vampiro es único, pero Buffy ha aprendido a no subestimarlos. Aunque es más fuerte y rápida, los vampiros tienen una ventaja: su instinto de supervivencia y la nula humanidad. Con cada estaca que clava en un corazón no latente, siente un escalofrío que recorre su espalda, un recordatorio de que su trabajo, aunque necesario, nunca es agradable. Es una lucha constante contra la oscuridad, pero también contra la soledad que acompaña su destino.
     En el curso de la noche, visita varios lugares clave: el parque, los callejones detrás de los bares, los alrededores de las tiendas que permanecen abiertas hasta tarde. La ciudad parece respirar con vida propia, una vida que Buffy está destinada a proteger. Pero la protección tiene un precio, y ese precio es su propia normalidad. La soledad de la noche la llena, sintiendo la poca normalidad de su vida y que su deber como cazadora es mucho más grande que cualquier deseo de una chica recién viviendo su vida.
    Entre los momentos de tensión y combate, hay breves interludios de humanidad que mantienen a Buffy conectada con el mundo que protege. Una visita donde se encuentra con Willow y Xander para hablar de cosas triviales mientras da su paseo nocturno, es un recordatorio de que no está sola en su lucha. Aunque sus amigos no comparten su destino, comparten la carga de saber la verdad.
     Estas reuniones son un alivio para su alma, una oportunidad para reírse de chistes tontos, hablar de chicos y olvidarse por un momento de que la oscuridad está siempre presente. Sin embargo, incluso en estos momentos de aparente tranquilidad, Buffy siempre está alerta, con un ojo en la puerta, esperando cualquier señal de peligro.
     Ángel también forma parte de estos espacios. Sus encuentros son a menudo breves, intensos, y llenos de una comprensión de las realidades que ambos enfrentan. Hay una conexión profunda entre ellos, una que va más allá de las palabras y se fundamenta en la mutua comprensión de lo que significa luchar en la oscuridad. Sus charlas, aunque a menudo son sobre tácticas y estrategias, están cargadas de emociones que Buffy encuentra difíciles de expresar abiertamente.
     La noche avanza, y eventualmente Buffy debe regresar a casa antes que su madre vaya a despertarla y poder descansar un rato. Los primeros rayos del sol empiezan a matizar el cielo de un suave color azul cuando finalmente se permite calmarse. Regresar a su habitación por la ventana y dejar caer la mochila pesada al suelo es una rutina que marca el fin de la caza y el comienzo de unas pocas horas de descanso.
     Antes de meterse a la cama, se toma unos minutos para revisar las cicatrices y los moretones de su cuerpo antes que desaparezcan con rapidez. A veces se sienta en su cama, pensando en las vidas que ha salvado esa noche y en aquellas que no ha podido proteger en el pasado. El peso de la responsabilidad es enorme, pero es un peso que ha aprendido a llevar con el tiempo.
     Sabe que no puede permitirse soñar con hermosos escenarios en su cabeza. Sus sueños a menudo se ven invadidos por pesadillas, visiones de monstruos que se mezclan con recuerdos de amigos perdidos y enemigos derrotados. Sin embargo, incluso en la soledad de la noche, encuentra consuelo en saber que ha hecho todo lo posible por mantener el equilibrio entre la luz y la oscuridad.
     Cuando finalmente se acuesta, el sueño la envuelve lentamente, no como un refugio, sino como una tregua temporal a sus luchas porque sabe que el ciclo comenzará de nuevo al día siguiente, y que debe estar lista para enfrentar lo que venga.
     La vida de una cazadora es una vida de constante lucha, pero también es una vida de profunda reflexión. Buffy Summers, en medio de su rutina nocturna, a menudo se pregunta sobre el significado de su destino. No es solo el deber de proteger al mundo lo que la motiva, sino también una búsqueda personal de identidad y propósito.
  ꧔ 𝐚𝐛𝐨𝐮𝐭 𝐭𝐡𝐞 𝐩𝐨𝐬𝐭 𝐰𝐨𝐫𝐝 𝐜𝐨𝐮𝐧𝐭𝐞𝐫: 1.347.                                                                                   
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wormworker · 11 months
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stimpy: are u a chihuahua
ren: yeh
stimpy: is that why you're so small and little like a tiny baby flea
ren: ¿Qué carajo acabas de decir sobre mí, pequeña perra? Les haré saber que me gradué como el mejor de mi clase en los Navy Seals, y he estado involucrado en numerosas redadas secretas contra Al-Quaeda, y tengo más de 300 muertes confirmadas. Estoy entrenado en la guerra de gorilas y soy el mejor francotirador de todas las fuerzas armadas de Estados Unidos. Para mí no eres nada más que un objetivo más. Te eliminaré con una precisión como nunca antes se había visto en esta Tierra, recuerda mis malditas palabras. ¿Crees que puedes salirte con la tuya diciéndome esa mierda por Internet? Piénsalo de nuevo, hijo de puta. Mientras hablamos, me estoy comunicando con mi red secreta de espías en los Estados Unidos y tu IP está siendo rastreada en este momento, así que será mejor que te prepares para la tormenta, gusano. La tormenta que arrasa con esa cosita patética que llamas vida. Estás jodidamente muerto, chico. Puedo estar en cualquier lugar, en cualquier momento, y puedo matarte de más de setecientas maneras, y eso sólo con mis propias manos. No sólo estoy ampliamente entrenado en combate sin armas, sino que tengo acceso a todo el arsenal del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos y lo usaré en toda su extensión para borrar tu miserable trasero de la faz del continente, pequeña mierda. Si tan solo hubieras sabido qué retribución impía tu pequeño comentario "inteligente" estaba a punto de traerte, tal vez te habrías mordido la lengua. Pero no pudiste, no lo hiciste, y ahora estás pagando el precio, maldito idiota. Cagaré de furia sobre ti y te ahogarás en ella. Estás jodidamente muerto, chico.
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