Tumgik
#letras en el aire
johnbeytia · 2 years
Text
And when your heart and soul are hurtin'...
0 notes
deepinsideyourbeing · 6 months
Text
Movie Night - Enzo Vogrincic
Tumblr media Tumblr media
+18! Friends to lovers, un poco de Dom!Enzo, sexo oral (fem!reader recibe), fingering, sexo sin protección (don´t do that), posible alusión a size kink/size difference, breve orgasm denial, begging, creampie, dirty talk, edades no especificadas, uso de español rioplatense.
Es viernes por la noche y llueve, diluvia, pero Enzo insistió en ver una película.
Es una tradición que mantienen hace tiempo, pero la costumbre se vio interrumpida por el casi interminable rodaje de una película y un sinfín de eventos y premieres. Naturalmente estás feliz por él, por su éxito profesional y personal, pero extrañás a tu mejor amigo y tenerlo cerca.
-¿En qué pensás…?
Su voz te saca de tu ensimismamiento y cuando volteás a verlo notás el atisbo de una sonrisa en sus labios, pero te forzás a mirarlo a los ojos y negás con la cabeza, sin saber qué explicación dar. El silencio se apodera de la habitación pero lejos de ser incómodo, es reconfortante.
-¿Qué querés ver?- pregunta, luego de un rato de ojear las opciones disponibles en Netflix.
-Lo que quieras.
Ambos se acomodan en el sofá, sus cuerpos en sintonía adoptan la posición usual: cada uno en un extremo, tus piernas sobre su regazo y uno de sus brazos aprisionando tus pies cerca de su abdomen.  Por un segundo te preguntás cómo es que después de tanto tiempo todo sigue igual, pero te distraen los créditos iniciales de la película y la trama te absorbe en poco tiempo.
Enzo arroja algún que otro comentario, se ríen de escenas que conocen de memoria, y es casi suficiente para olvidar la tormenta y el sonido del viento tras las ventanas. Casi… Cuando te sobresaltás una, dos, tres veces, él decide que intentar calmarte con palabras no basta.
-¿Tomamos algo?
Se ponen de pie al mismo tiempo y se dirigen hacia la pequeña cocina de su departamento. En algún momento entre tu llegada a su hogar y el inicio de la tormenta, la temperatura bajó y Enzo te prestó un suéter, pero ahora tus pies descalzos sufren un poco el frío de la cerámica; esperás a su lado mientras él prepara todo y se distraen repitiendo los diálogos de la película, él imitando las escenas al pie de la letra y vos adorando su interpretación, las muecas que transforman su rostro y cómo se ven las líneas de su cuerpo bajo la tenue iluminación.
El destello de luz proveniente de la ventana pasa desapercibido y segundos más tarde el fuerte estruendo de un trueno provoca que te asustes e intentes cubrir tus oídos. Tu mano golpea una taza (tu taza, esa que él compró exclusivamente para vos)  y cae directo al suelo, haciéndose añicos y arrojando sus restos en todas las direcciones. Apretás las labios y comenzás a disculparte, pero Enzo te interrumpe.
-No es nada, nena. Cuidado ahí- te agarra de la muñeca para evitar que te muevas, su mano cálida te provoca escalofríos y un temblor te recorre de pies a cabeza. En un rápido movimiento te sujeta por debajo de los brazos y te sube a la encimera para evitar que te cortes.
-Perdón- susurrás, angustiada, por lo que se acerca para consolarte y te abraza.
-No pasa nada- asegura, masajeando tu espalda con delicadeza. Deshace el abrazo lentamente, acomoda un mechón de cabello tras tu oreja, pero su mano permanece sobre tu mejilla y su mirada se posa sobre tu boca. Su pulgar comienza a delinear tu labio inferior, tira de él casi sin fuerza mientras te sostiene la mirada de manera intensa. Tu respiración se entrecorta y tus pupilas se dilatan, pero aún así él necesita tu confirmación-. ¿Qué querés? Pedímelo.
-Enzo…
-Decime qué querés- repite.
-Besame.
Al principio sólo roza sus labios contra los tuyos de manera delicada y cariñosa, casi inocentemente, pero el beso comienza a tornarse más y más desesperado conforme pasan los segundos. Sujeta tu rostro mientras su lengua se abre paso entre tus labios, asaltando el interior de tu boca y transmitiendo la necesidad y urgencia que lo consumen. Rompe el beso para tomar un poco de aire, no sin antes morderte el labio y robarte un suspiro que te avergüenza un poco.
Aprisiona tus mejillas entre sus dedos para obligarte a mirarlo a los ojos mientras acaricia tu cintura, tu cadera y por último tu pierna, erizándote la piel y provocándote. Tus manos en su cintura lo atraen aún más hacia tu cuerpo y es entonces cuando lo sentís entre tus piernas, duro. Estás a punto de bajar la mirada, curiosa y excitada, pero la fuerza de sus dedos te mantiene estática, volviéndote espectadora de cómo cambia su rostro cuando comienza a rozarse contra tu centro: cierra los ojos, sus cejas se contraen y sus labios entreabiertos dejan escapar una respiración temblorosa.
Sentís el calor emanando de su cuerpo a pesar de las prendas que separan su piel de la tuya y su agarre en tu muslo tornándose cada vez más fuerte, bordando esa línea que te causa más placer que dolor. En el instante en que cerrás los ojos, presa de las sensaciones, sus movimientos se detienen y él se aclara la garganta. Lo mirás, tus ojos suplicando, pero él sólo sonríe.
-¿Qué?
-Sos hermosa- besa la comisura de tus labios-. Pedime lo que quieras.
-Ya sabés lo que quiero- contestás, casi sin aire y un poco molesta-. Por favor.
-Por favor…,  ¿qué?- sus besos comienzan a descender por tu mentón hasta llegar a tu cuello y tus clavículas, alternando entre tus puntos más sensibles-. Decilo.
-Cógeme, Enzo, por favor.
Captura la piel de tu cuello entre sus dientes haciéndote gemir con fuerza, su cadera chocando una vez más con la tuya, antes de pasar sus manos por debajo de tus muslos para levantarte y poder llevarte hacia su habitación. Te recuesta en su cama, las sábanas limpias están impregnadas con su perfume y tus sentidos repletos de él, pero nada es suficiente para opacar el rastro ardiente que dejan sus labios en cada centímetro de piel que tocan.
Te despoja de tu short y tu ropa interior en un segundo y se recuesta entre tus piernas, comienza a regar besos en el interior de tus muslos y muerde tu piel hasta dejar una que otra marca, tus gemidos y suspiros incitándolo a continuar con su tortura por un tiempo prolongado. Su rostro es de concentración absoluta o devoción, no lo sabés con exactitud, pero eso deja de importarte cuando sentís su boca cada vez más y más cerca de tu entrepierna.
Uno de sus brazos te inmoviliza al rodear tu cadera, su pulgar traza una línea desde tu entrada mojada hasta tu clítoris para así lubricar la zona antes de comenzar a dibujar círculos sobre este. Observa atentamente tu reacción, casi perdiéndose en la imagen frente a él, y sólo aumenta la velocidad de sus movimientos cuando suplicás por más. Ahogás un grito cuando por fin sentís su lengua en vos, aunque es sólo sobre tus pliegues, y tus dedos se enredan en su cabello sedoso.
-Todavía no…- susurra, cesando sus movimientos.
Estás a punto de reclamarle, pero introduce un dedo en tu entrada y en lugar de una queja, de tu boca escapa un gemido. Sus labios encuentran tu clítoris y comienza a succionar con fuerza, alternando con su lengua, mientras continúa moviendo el dígito hasta sentir la forma en que te contraés. Introduce otro dedo, extasiado por el sonido que producen en contacto con tu humedad, y continúa asaltando tu interior hasta que tus piernas comienzan a temblar.
Tu orgasmo te golpea como una avalancha: cerrás los ojos con fuerza al sentir el placer extendiéndose hasta las puntas de tus dedos, tu espalda se arquea y repetís su nombre una y otra vez. Enzo no separa sus labios de vos y continúa moviendo sus dedos, cada vez con más lentitud, hasta que tu respiración vuelve a la normalidad. Retira sus dedos y observás casi avergonzada la forma obscena en que los introduce en su boca para probar tu esencia.
Comienza a desnudarse y notás, además de su bulto, que su ropa interior está humedecida con líquido preseminal. Se deshace de sus prendas rápidamente, pero incluso así percibís una sombra de inseguridad atravesando sus facciones y tu corazón se encoge por un instante. Cuando vuelve a la cama se posiciona entre tus piernas y entrelazás tus manos en su nuca, acercándolo para poder devorar sus labios frenéticamente: sentís tu rastro en su boca, en su lengua, y la idea te fascina.
Tus dedos se deslizan por su cuerpo ardiente, delineás con lentitud su pecho y su abdomen para luego tomar su miembro caliente con un firme agarre. Su respiración se torna agitada y jadea producto del placer que tus movimientos le otorgan, muerde tu cuello y tu hombro mientras la palma de tu mano y tus dedos se humedecen con su excitación. Tu pulgar juega con su punta, de un rojo furioso y tan tentadora, hasta que echa la cabeza hacia atrás. Una de sus manos se cierra sobre tu muñeca al tiempo que descansa su frente sobre la tuya, su cabello te hace cosquillas.
-¿Qué…?
 -Necesito cogerte- deposita un beso en tu sien antes de estirarse para tomar algo de la mesita de noche-. Eso es lo que querías, ¿no?
Asentís enérgicamente y ahogás un gemido cuando ves la forma en que el lubricante cae sobre su miembro, su mano masajéandolo para distribuir el producto, antes de dirigirse hacia tus pliegues y tu entrada para darles el mismo tratamiento. Coloca una de sus manos al lado de tu cabeza y descansa todo su peso en ella, bloquea tu visión del techo con su cuerpo haciéndote sentir pequeña y completamente a su merced, una sensación que adorás.
-Por favor- suplicás-. Metémela.
Desliza la punta de arriba hacia abajo, juega con tu clítoris por unos instantes antes de centrarse en tu entrada y comenzar a introducirse. Su tamaño es mucho mayor al que alguna vez experimentaste y provoca cierto ardor, así como un par de lágrimas que mojan tus pestañas antes de sentir sus besos sobre tus párpados repetidamente.
-Sh, yo sé que vos podés- susurra para calmarte. Sus caderas se mueven casi milimétricamente para permitir que te acostumbres a la intrusión, la sensación es suficiente para hacerte perder la cabeza y hundir las uñas en su piel-. ¿Así te gusta? ¿Sí…?   
-Más, Enzo, por favor.
Se adentra por completo y gritás de placer cuando sus embestidas se tornan brutales, abusa de tu interior mientras una de sus manos se cola sutilmente por debajo de su suéter y comienza a jugar con tus pechos: sus dedos se cierran sobre tus pezones, los pellizca, tira de ellos hasta hacerte llorar y pedirle que pare, que siga, suplicando hasta que tus palabras pierden todo sentido.
Se detiene por un segundo para adoptar otra posición y toma tus caderas con fuerza, acercando tu cuerpo al suyo tanto como le es posible y moviéndote completamente a su antojo. El roce de tu centro con su pelvis causa estragos en tu ser y te sentís al borde de otro orgasmo, pero lo que finalmente te lleva al clímax es su mano presionando sobre tu abdomen bajo, justo donde su miembro provoca un bulto. Tus manos encuentran sus muñecas y el placer es tan intenso que por un segundo intentás detenerlo, incapaz de tolerarlo, pero él continúa con sus movimientos.
-Dios, cómo me encanta tu conchita apretada- dice entre dientes, capturando tus muñecas con una mano y tirando de ellas hasta que quedás sentada sobre él-. Me encantás.
Su mano acaricia tu cabello, tu rostro y se desliza fugazmente sobre uno de tus pechos cubierto por su suéter. Se recuesta y colocás tus manos sobre su pecho desnudo para ayudarte, creás un suave vaivén con tus caderas mientras sentís las yemas de sus dedos recorriendo tus muslos y cómo la fricción con su piel amenaza con llevarte al borde de la sobre estimulación. Tus piernas se fatigan rápidamente y tus músculos protestan, pero aún así continuás con tus movimientos hasta perder el equilibrio.
-No puedo…- lamentás, avergonzada, pero su sonrisa es tranquilizadora al igual que sus caricias en tu costado. Incluso en un momento así, sus pupilas dilatadas no impiden que su usual calidez siga reflejándose en sus ojos oscuros y en los gestos que te dirige.
Apoya las plantas de sus pies en el colchón para darse impulso y comienza a embestirte con tanta fuerza que caés sobre su pecho. Besás su cuello, sus clavículas y cada centímetro de piel que encontrás hasta llegar a su boca y confesar entrecortadamente cuánto te encanta, cuán profundo se siente dentro tuyo, le otorgás permiso para hacer con vos lo que él quiera.
Tira de tu cabello para obligarte a mirarlo a los ojos, su mano desciende hasta tu cuello y te besa desesperadamente. Entre besos te ordena que te toques y cuando lo hacés sabés que no vas a durar mucho más: no con la precisión de sus movimientos, dando en tu punto dulce repetidamente, o con la forma en que su mirada busca la tuya constantemente.
-Voy a…- un gemido le impide terminar la oración.
-Adentro, por favor- suplicás.
El ritmo de sus caderas se vuelve errático, ansioso,  pero cuando te escucha gemir su nombre y siente tus paredes contrayéndose no puede evitar salpicar tu interior con su semen. El calor de su orgasmo prolonga el tuyo aún más y te movés levemente sobre él, disfrutando la forma en que se queja a causa de la sensibilidad. Tu oído descansa sobre su pecho y oís sus latidos.
-Enzo…- cerrás los ojos por un momento al sentir sus dedos dibujando formas sobre tu espalda, alzás la vista para encontrar sus ojos-. Te quiero.
Una sonrisa se apodera de sus labios, su belleza te hace suspirar.
-Yo también te quiero- besa tu frente-. Muchísimo.
Sentís tus fluidos y los suyos sobre su abdomen, goteando por tus muslos, pero permanecen así durante largo rato mientras repiten te quiero un sinfín de veces.
taglist:
@madame-fear @creative-heart @recaltiente @llorented @chiquititamia
485 notes · View notes
imninahchan · 7 months
Text
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
⌜ 𝐀𝐕𝐈𝐒𝐎𝐒: friends to lovers, fwb, cockwarming, sexo sem proteção [ó chiquititas não façam noooooo], dirty talk, elogios e ‘eu te amo’, creampie. Espanhol — tranqui (tranquila/o), no me lastimes (não me machuque). ˚ ☽ ˚. ⋆ ⌝
꒰ 𝑵𝑶𝑻𝑨𝑺 𝑫𝑨 𝑨𝑼𝑻𝑶𝑹𝑨 ꒱ en serio buenisimoooooo.
Tumblr media
𓍢ִ໋🀦 O SOM DAS RISADAS SE MISTURAM ENQUANTO VOCÊ SE DESPEDE DOS SEUS AMIGOS ─────
Abraça um, Abraça outro. Falam sobre marcar mais um encontro, talvez na casa de fulano, e tals. Você concorda, vamos marcar, sim, mesmo sem saber se terá disposição para socializar quando o rolê sair do papel de fato.
— Tchau, amiga! — Francisco se aproxima com um sorriso enorme, os braços abertos. Você percebe, só pelo tom agudo, o nível de zoação que carrega, porque te envolve forte, e quando separa, deixa um beijinho numa bochecha, depois n’outra, e ameaça deixar um nos seus lábios, porém recua, rindo. — Ay, perdón, desequilibrei... — alega, cínico.
Você não segura o riso, por mais que quisesse ter repreendido. Nem se pergunta se algum dos seus amigos notou algo, vai na sorte mesmo, empurrando Romero pela porta até que possa se juntar aos outros no corredor. Depois de tanto sorrir, os cantos da boca até doloridos, você os vê descendo as escadas. Se apressa pra janela da sala, gritando e acenando novamente, mais uma sessão de despedidas e vozes embriagadas dizendo o quanto gostam de você, que Buenos Aires não seria legal sem ti, e blá blá blá de bêbado.
Os seus olhos partem dos seus amigos entrando no carro de aplicativo pra figura esguia de Francisco seguindo pela rua noturna. Quando não o avista mais, nem se preocupa, já conhece o trajeto que será feito — dar a volta no quarteirão e tocar o interfone do seu prédio mais uma vez.
Dito e feito. Não precisava ter atendido formalmente como faz, afinal não é surpresa quem está do outro lado da linha, mas não se arrepende de ter tirado o telefone do gancho, uma vez que o som da voz chiando uma canção antigaça te arranca boas risadas. Libera a entrada, e ao espiar pelo olho mágico, a imagem distorcida é mais cômica ainda quando ele chega com a boca bem pertinho da lente. Já tá aberta, palhaço, você resmunga, girando a maçaneta para recebê-lo outra vez.
— ¡Hola! Quanto tempo... — Ele adentra o apartamento cumprimentando, te envolvendo. Dá dois beijinhos em cada uma das suas bochechas. Não te libera depois, entretanto, prolonga o abraço, te aperta, os pezinhos de ambos cambaleando para fechar a porta novamente e avançar até o sofá da sala.
O seu corpo cai no estofado, por cima das diversas almofadas, e o peso do dele te faz rir, sabe que o rapaz está fazendo tudo para implicar, para conseguir te fazer gargalhar até a barriga doer. Ao finalmente conseguir arredá-lo pro canto, tem o pulso tomado pela mão alheia. A cabeça descansando sobre o seu ombro, todo mal posicionado, mas insistindo em estar emaranhado a ti feito um bichinho pedindo atenção.
— Vou poder dormir aqui, né? — ele quer saber, mas já com aquele entonação de pergunta retórica. Os olhos sobem pro seu rosto.
— Vou pensar — você responde, fingida também.
— Pensar?! Você me trouxe pra sua casa, me embebedou, me jogou pra fora e me chamou pra voltar só pra usar o meu corpinho... — começa a enumerar, argumentando com o indicador no ar — ...e, agora, quer me jogar na rua de novo?
— Você voltou porque quis...
Ele ergue a postura, te encarando boquiaberto, com drama. Dali, um sorriso se abre, é porque eu te amo, e vem se aproximando pra distribuir beijinhos pelo seu queixo.
Certo, vocês não são só amigos, porém se alguém questionar, é capaz de ambos não saberem exatamente o que responder.
Você conhece Fran porque ele é amigo de uma amiga sua, e quando menos percebeu já estavam ambos nas mesmas festinhas, tirando foto no espelho do banheiro de balada e se arrumando na casa um do outro pra poder sair. Talvez a tensão entre os dois tenha sido grande demais ao dançar coladinhos o som da canção de letra indecente, porque acabou se encontrando sentada no colo dele num pós-festa, passando mais gloss nos lábios só porque ele queria provar o saber através de um beijinho.
Mas é tudo silencioso demais. Os seus amigos não sabem, quem sabe desconfiam, só que ninguém diz nada, e muito menos vocês dois. Estão mais do que acostumados a fazer o que fizeram hoje — se ‘despedem’, ele dá uma volta no quarteirão só pra dar tempo de todo mundo ir embora, e aí volta pra ficar contigo. Já perdeu as contas das vezes em que ele dormiu aqui, tipo daquela vez em que fizeram a listening party de Motomami, quando o álbum saiu, e no outro dia ele acordou com o glitter da noite passada todo espalhado pelo rosto.
A presença dele te ilumina. A cada risada, você jura, é como se mil fadinhas nascessem, igual no filme da Tinker Bell. Vocês combinam tanto que é absurdo. O mesmo senso de humor, o mesmo gosto musical, às vezes se expressam da mesma forma no automático.
— Saaai! — você estende a pronúncia, empurrando-o com a primeira almofada que alcança. — Me ajuda a arrumar as coisas, anda. — Joga o corpo dele pro canto, se levantando.
Francisco cai no chão, teatral.
— Então, é pra isso que eu voltei? — parece sussurrar para si mesmo. — Pra ser empregada doméstica... A que ponto cheguei...
Mas vem atrás quando te vê partindo pra cozinha. Enquanto você lava as louças na pia, ele as seca com o pano de prato, tagarelando sobre algum acontecimento que se deu entre a família dele recentemente, ou sobre algum Tik Tok engraçado que viu e, com certeza, te mandou.
— Vou tomar banho — você avisa, e ele automaticamente escuta a frase como se fosse um convite.
A relação de vocês já está tão sólida que o rapaz tem uma pilha de coisas guardadas no seu armário, entre elas a tolha que pega agora para partir contigo pro chuveiro. Vê-lo tirar a roupa se tornou cotidiano, conhece cada pintinha no corpo masculino e os olhos são ágeis pra achar uma espinha aqui ou ali. Posso cortar seu cabelo amanhã, se você quiser, é o que oferece, afetuosa, ao correr os dedos pelos fios dele. E ele aceita, confia cem por cento.
Antes de entrar no box, porém, tem que colocar aquela playlist do banho pra tocar. As canções ecoam pelo celular sobre a pia, as faixas se somando no ambiente ao passo que vocês se alternam sob a água. Uma pausa ou outra pra cantar as letras com a embalagem de shampoo na mão, e logo já estão embalados na toalha.
Ele nem se dá ao trabalho de vestir algo mais do que a bermuda de algodão. Se esconde entre os seus cobertores, tapa a cabeça e tudo, esparramado pelo colchão. Você até tinha separado o conjuntinho de pijama que costuma vestir, mas aí lembra que provavelmente não vai dormir agora, e fica com preguiça de ter que tirar tudo. Pega uma blusa larga mesmo, se cobre só com isso.
Engatinha sobre a cama, procurando um espacinho pra se esconder sob o cobertor também.
— Vem, tá frio, uuuuh, que frio. — É dominada pelos braços do argentino. Rolam por cima da bagunça que se torna a cama, o rosto dele afundado na curva do seu pescoço enquanto murmura as gracinhas ao pé do seu ouvido. A temperatura está okay, é arriscado até que acordem suando, mas Romero os cobre totalmente. Os olhinhos arregalados te encaram sob o escurinho do cobertor. — Eu tô morrendo de frio, dá pra ver meus dentes batendo? — Exibe os dentes, engraçadinho, só pra te fazer rir. — O que você vai fazer sobre isso?
— Eu?
— É, você mesma.
— Não sei... — entra no joguinho dele. — O que você acha que eu devo fazer?
— O que eu acho?
— Uhum.
— Ah, deixa eu pensar... — Desvia o olhar, parando até o dedinho no canto da boca. — Tá tão frio hoje, eu preciso de alguém pra me esquentar... sabe... — Volta os olhos pra ti, a cara lavada é óbvia demais. — Dentro de você é tão quentinho...
Você sorri, feito boba. Tá, pode ser, autoriza. A diversão na face do argentino passa do doce, ao te acompanhar no princípio, para o lascivo quando te escuta permitir. Gracías, chiquita, ele responde de volta, te dando um beijo no cantinho da boca.
Te abraça por trás, e você não precisa nem espiar por cima dos ombros pra visualizar a destra masculina escorregando por baixo do endredom pra poder tocar a si próprio até estar pronto. O rosto de Fran mergulha entre o seu pescoço, arrasta o nariz pelo seu ombro, aspirando o perfume do sabonete usado no banho. Está sussurrando pertinho do seu ouvido, diz o quão cheirosa e bonitinha você está, agradece por não encontrar mais peça nenhuma no meio do caminho até as suas pernas. É reconfortante saber que as coisas que o excitam são os elogios que faz para ti.
Você mesma empina um pouquinho quando necessário, oferece um ângulo melhor ao jogar a bunda pra trás e separar os joelhos, de lado. Ganha outro beijo, dessa vez posicionado melhor na bochecha. Sente a cabecinha sendo esfregada pelo seu pontinho, deslizando pra cá e pra lá. E quando ele se encaixa, empurra devagarzinho, você morde o lábio, trocando um olhar com o argentino só pra poder vê-lo sorrindo ladino. Entra com cuidadinho, sem forçar muito porque não te deixou bem molhadinha primeiro.
— Agora sim... — Te aperta mais entre os braços, empurrando o quadril contra o seus, ao máximo, tudo, sempre parecendo querer ir mais fundo embora já esteja no limite. — Tão bom... — Chega a suspirar, de tamanha completude.
De fato, o somatório do calor natural do seu corpo junto da quentura do endredom formam um fervor delirante. Febril. Agora, vamo’ dormir, você deita a lateral do rosto sobre as costas das mãos, plena. Poderia estar externando também o prazer que sente; a sensação de fartura, a excitação por guardá-lo dentro de si, o jeito com que pisca ao redor do que te preenche, espremendo, fazendo o rapaz estremecer contigo, porém resolve manter a pose. Especialmente pois sabe que Francisco Romero não ostenta pose nenhuma quando se trata de ti.
Aqui, ele acata o seu comando. Pelo menos, a princípio. Não demora muito e ele quebra o personagem, feito já era de se esperar. Recua de dentro e joga de novo, ocupando mais uma vez. A boca se encarrega de beijar pelo seu pescoço, a voz arranhando próxima do seu ouvido, como um gatinho. Eu falei dormir, você reitera numa falsa irritação.
— Eu sei — ele fala —, mas não é o suficiente. — Sem muita dificuldade, se coloca por cima de ti, se trancando entre as suas pernas. — Necesito más, mi amor.
— E o que você quer? — pergunta, apesar de já imaginar o que vem por aí.
Canalha, chulo. O sorriso vai se alargando na face do argentino.
— Assim, sabe... — começa, malandrinho. Ergue o dedo indicador pra contornar as voltinhas dos seus lábios enquanto diz: ‘se eu te encher de porra, aí você vai ficar quentinha também...’
‘Vai, deixa’, insiste, com charme. Não vai ser a primeira e nem a última vez, e ‘eu sei que você gosta de dormir lotadinha de mim, hm? Não adianta dizer o contrário’, igual ele mesmo afirma.
A face que exibe aquele cretino sorriso vai chegando mais perto, os lábios finos encontram os seus. Selam, estalam, molhadinhos. Você o rodeia com os braços, traz ainda mais pra próximo.
Hm?, o escuta ronronar, meigo. Porra, que se dane qualquer marra, né? De que adianta continuar nesse joguinho de implicância quando pode ganhar uma foda gostosinha, sob o endredom quentinho, pra poder dormir tranquila a noite toda? Amanhã vai acordar, sim, com o meio das pernas todo melado, mas daí é só guiar o rapaz até o banho que tudo se repete e resolve satisfatoriamente. ‘Dale, Fran, me fode’, pede, então, num dengo sem igual.
Ele atende ao seu pedido, claro. As mãos escorregam pelos cantos do seu corpo porque devem chegar até a sua cintura, segurar ali, para poder meter com mais ritmo. Lento, porém, devorador de sanidade. É sensual na medida certa pra te fazer revirar os olhinhos e respirar pela boca entreaberta, o ar quente soprando contra o rosto alheio.
O silêncio da madrugada é propício pra sobressair o devasso do momento. Escuta a voz dele falhando, os arfares. Principalmente, escuta o som ensopadinho do seu corpo, cada vez que ele se soca no seu interior. É de alucinar. Crava as unhas nas costas dele, o que faz o garoto resmungar de tesão. Tranqui, nena, no me lastimes, murmurando nos seus lábios como se nem tivesse quase se derramado só pela selvageria.
Mas quando se derrama de verdade, os próprios dedos dele estão tão firmes e fortes na carne das suas coxas que você sente queimar. Tudo dobra de intensidade; o orgasmo, o gemido que você queria encobrir pra não ecoar pelo cômodo e, possivelmente, ser ouvido pelos vizinhos. O peito dói, o coração parece parar por uns segundinhos e voltar com tudo, disparado.
O corpo do argentino pesa sobre o seu, feito mais cedo, praticamente se joga por cima de ti, proposital. E é só você recuperar o fôlego que começa a importuná-lo, anda, Fran, levanta.
— Tempo, tempo — ele repete, ofegante. O rosto afogado na curva do seu pescoço.
— Fraaan — manha, dando tapinhas nas costas dele.
— Nossa ‘cê é muito chatinha... — Te agarra, repentino, um excesso de carinho que te faz colar o corpo nele, mais ainda porque permanece enterrado inteirinho dentro de ti. O garoto levanta o olhar, te dá um selinho. — Te amo muito, okay?
— Tá, tá, tá — murmura entre os selinhos que se seguem, os estalidos de lábio em lábio quando não se importa se vai causar ruído ou não.
— Hmmm — Esfrega a ponta do nariz no cantinho do seu rosto, meloso. — Quentinha agora?
Você sorri, e mesmo mordendo o lábio entre os dentes para disfarçá-lo, Francisco flagra, sorri junto.
— Sim, né? — responde por ti, e não mente. — Bem melhor agora, vai dormir que é uma beleza, né, gatinha? De nada, tá? — Se move outra vez, retornando com a lateral do corpo pro colchão e te abraçando por trás. No caminho, escorrega pra fora de ti, de tão encharcadinho que tudo ficou. — Ah, não... Deixa eu voltar, deixa... — lastima com desespero, apressa para suspender de levinho a sua coxa para se colocar fundo novamente.
— Vai dormir assim, é? — o questiona, entre o riso.
— Dentro de ti? — ri também, daquele jeitinho doce. — Se eu pudesse, ficava enfiado em você, bem fundo, pelo resto da minha vida.
— Bobo... — Bagunça os cabelos dele.
219 notes · View notes
las-microfisuras · 2 months
Text
Tumblr media
Tagore dudaba de nuestra comprensión del pensamiento oriental, por lo menos dudaba en ciertas ocasiones. Una tarde, en Chapadmalal, entré en su cuarto en momentos en que terminaba un poema. Era un dormitorio grande, cuadrado, con cortinas de damasco rojo. Las ventanas de guillotina se abrían sobre el parque verde tierno, en ese mes, y a lo lejos se juntaba ese verde con un cielo sin nubes. Sobre los muebles de madera preciosa brillaban años de cera y de gamuzas. Leguas y leguas de silencio nos rodeaban. Esos anchos silencios argentinos, ahondados por la presencia de los teros y de los benteveos, por los lejanos balidos, mugidos y relinchos. Había llovido unas horas antes y el aire tonificante y efervescente de esa costa del Atlántico parecía vibrar en los pulmones. ‘Es hora del té’, le dije. ‘Pero antes de bajar, tradúzcame, por favor, ese poema que veo sobre su mesa’. Asomada a la página, examinaba, sin poderlas descifrar, como rastros de patitas de gaviotas en la arena, los  delicados dibujos de las letras bengalíes. Tagore empezó enseguida a traducir, literalmente, me advirtió. Lo que iba traduciendo, a veces con titubeos, me pareció tan tremendamente revelador que le pedí que lo escribiera, más tarde. Era como si por milagro, o casualidad, entrara yo directamente en contacto con la materia poética de lo escrito, sin esos guantes que son las traducciones; traducciones que nos impiden tocar las palabras con las yemas desnudas de los dedos.
_ Tagore en las barracas de San Isidro. Victoria Ocampo, 1961. Revista Sur.
En la foto Victoria Ocampo, 1924.
26 notes · View notes
Text
Tumblr media
Hay miradas
que no pertenecen
a los ojos.
Ellas son un idioma
huérfano de palabras.
Son patria
sin tierra ni fronteras.
No tienen raza,
ni títulos.
Su cultura
no tiene historia
ni artistas.
Ni se riegan,
ni se plantan,
ni crecen.
Pero son como semillas
que arraigan en las almas.
Miradas que cuentan,
que tocan,
y también que matan.
Miradas que se pierden,
y miradas
que se encuentran.
Pero a mí,
que soy más bien
de labios
que callan secretos
y de ojos
que no los guardan,
las que más me gustan,
son las miradas poeta.
Esas que cuando te miran
todo rima.
Y la poesía entonces,
se ríe de la tinta,
se escapa de las letras,
y sin darte cuenta,
la sientes en el aire.
Te las llevas puesta
en la piel.
Y hasta el paladar
te sabe a luna y café.
94 notes · View notes
crarinhaw · 4 months
Text
Tumblr media
Calmar Mi Sed
Olá estrelinhas queridas!! Bem vindes a mais um imagine! ✨
Esse imagine aqui é o outro que foi postado originalmente lá no wattpad e de longe é um dos que mais amo, tem um espacinho em meu coração dedicado só pra ele 🥹
Nunca vi ninguém escrevendo sobre o Rocco então fiz esse imagine ainda mais por estar completamente viciada na discografia desse divo, por favor escutem, não vão se arrepender!!
Avisos: Um fluff meio tristinho pra esquentar o coração de vocês nessa segunda feira! 🫶🏻
Nina sabia que ele estava ali, mas ela queria fazer questão de que ele soubesse que ela também estava lá. Encorajada pelas amigas e pelos dois shots de vodka seguidos, ela se levanta de sua cadeira e pega o microfone de karaokê do bar, escolhe minuciosamente a musica no aparelho e dá o play.
O riff de guitarra de Calmar Mi Sed do cantor Rocco Posca começa a tocar, e o corpo de Nina logo é levado a se mover em uma leve dança, seguindo o ritmo da canção que ela tanto amava.
Rocco a princípio se assusta, de repente sua musica ecoava pelas caixas de som do bar, e logo depois se emociona ao ver a mulher que ele mais amava no mundo cantar com aquela voz angelical a letra que ele havia escrito para a própria.
"Estabas conectada
Sintiendo en vos mi cama
Y yo esperaba que vinieras hoy
Para explicarme todo aquí mejor"
Nina e Rocco namoraram por três anos, e já estavam separados a dois.
A brasileira percebe o olhar do argentino queimar seu corpo, e o encara de volta, uma conexão inexplicável de duas almas que nasceram para ficar juntas, mas que o universo as obrigou a se separarem.
O casal era digno de comercial de margarina. A dois anos atrás os pombinhos dividiam um apartamento bem no centro da movimentada Buenos Aires e viviam o melhor momento de suas vidas. Até que de repente a vida deles vira de cabeça para baixo quando, no mesmo dia, Rocco e Nina recebem propostas irrecusáveis, mas, com um alto preço a se pagar.
Rocco foi o escolhido para interpretar Ramon Sabella, um dos sobreviventes do acidente aéreo de um avião uruguaio que colidiu com a Cordilheira dos Andes no filme que contará a história do acidente, e Nina por sua vez recebe a proposta de voltar para Fortaleza, sua terra natal e praticamente do outro lado da America do Sul, para concluir sua faculdade de medicina fazendo sua residência em um dos melhores hospitais do Brasil.
Após dias de discussões que não levavam a nada, o casal percebeu que o melhor para cada um deles era seguir seus caminhos separados. Foi doloroso, é claro, mas foi a única maneira que foi encontrada para que ambos seguissem seus sonhos, mas tanto Nina quanto Rocco sabiam que a história deles não iria acabar assim.
Era a primeira vez de Nina de volta na Argentina em dois anos, a residência havia acabado e com isso ela viu a oportunidade de voltar a morar no país que havia ganhado seu coração. A primeira semana foi marcada por comemoração, vinda de suas amigas da faculdade que a acolheram de volta como se a mesma nunca tivesse partido.
E foi nessas comemorações que o grupo de amigas parou no bar karaoke que elas tanto amam frequentar, e tamanho foi o frio na barriga da médica ao ver ele ali. Nina precisava fazer com que aquele reencontro fosse inesquecível.
"Mi mente susurraba
Tu nombre sin escalas
Y yo esperaba que vinieras hoy
La noche es fría sin vos"
Cada palavra da canção atingia como uma espada no cacheado, que sentia a necessidade ardente de encarar cada centímetro da mulher sem desviar o olhar nem por um segundo, com o medo de que aquela miragem divina desaparecesse e o deixasse com ainda mais sede de a ter de volta. Como ela poderia estar ainda mais linda?
Quando a canção acaba, o argentino não tarda em aplaudir de pé a brasileira, permitindo que algumas lágrimas desçam por seus olhos. Nina por sua vez finalmente desvia seu olhar de Rocco para ver a mesa onde suas amigas estavam, e todas esboçaram a mesma reação.
Vá lá e fale com ele, foi o máximo que Nina conseguiu entender pela leitura labial, me desejem sorte, foi o que ele respondeu para as argentinas.
Com o coração a mil e borboletas no estômago, Nina chega até a mesa do bar onde Rocco estava, ambos os olhares se cruzaram como na noite em que se conheceram, a chama do amor que habitava neles voltou a queimar seus corações que a anos se encontravam tão frios.
- Te extraño tanto - O cantor argentino fala alto o suficiente para que Nina pudesse ouvir entre a música razoavelmente alta do bar.
- Yo estoy aquí - As palavras da médica são o gatilho final para que Rocco se atire em seus braços, tocando o corpo da mulher e sentindo cada centímetro de sua pele que ele pudesse alcançar.
Não tiveram pressa para finalizar o abraço, precisavam matar a saudade que os corroía por dentro. Foi questão de segundos até os lábios deles estarem unidos no beijo que exalava todos os sentimentos que a tempos foram reprimidos por ambos: carinho, ternura, desejo, paixão, tesão, amor.
- Você voltou mesmo? Pra valer? - Rocco ainda sente a respiração de Nina em seu rosto quando pronuncia com certo desespero as perguntas que martelavam sua mente desde quando a viu no palco - Não aguento mais viver um dia sequer sem você.
- Eu voltei, meu amor, e não pretendo mais te deixar - Nina fala enquanto distribui beijinhos em seu rosto, da mesma forma que costumava fazer, finalizando com um na pontinha do nariz, o que deixa o argentino boiolinha.
- Gracias a Dios, finalmente irei calmar mi sed.
33 notes · View notes
jorgema · 1 year
Text
Al amor de mi vida y mis días
~
Le he escrito a esos amores pasados que recordamos con añoro, a los amores presentes que roban el aliento sin ni siquiera nombrarlos, y a aquellos que nuestra piel espera con ilusión y misterio en un futuro cercano. También he escrito sobre los amores imposibles que navegan de sueño en sueño en mi mente y que bañados en fantasía y tragedia, anhélelo sentir al despertar. Así mismo he escrito sobre esos amores que, por temor a perderlo todo, se acobardan y se quedan mudos en la intención de ser algo que pudieron ser pero nunca serán. A los amores pasajeros y fugaces, que terminan antes de empezar, pero que con alma de eternos nos llenan el ser, la vida y el respirar, ha esos también les he dedicado mis letras. He adornado el desamor y la soledad penetrante que causa ausencia de suspiros, he escrito sobre amores que duelen en lo más profundo del ser y parten el alma en mil fragmentos, haciendo la vida un suplicio, pero también un agobiante placer. Y muchas veces he vestido de romance y capturado la esencia de ese amor romántico que todos los seres vivientes soñamos con algún día poder conquistar.
Sobre cada uno de ellos y más he escrito. Pero ninguno de ellos se compara con el amor que tengo hacia ti.
Hoy quiero que el mundo se entere del amor que compartimos, ese amor colmado de complicidad y saturado de dulce y grata verdad. Un amor que se viene escribiendo y viviendo desde hace mucho tiempo, y que hoy en día es como encontrarse con una estrella al doblar la esquina. Un amor que trasciende tiempo y lugar, incondicional y puro. Uno que se produjo a primera vista entre tú y yo, y que incluso sin vernos, sentíamos la presencia del otro tal como es ahora. Un amor que ha sobrepasado todo lo escrito y preestablecido por el hombre. Un amor que ha estado conmigo en las rachas de fortuna y que ha permanecido a mi lado incluso en los momentos más tormentosos de mi vida. Hoy quiero dedicar mis letras a ese amor inmortal, ese que seguiría creciendo por la trascendencia del tiempo, incluso si uno de los dos faltara en la vida del otro. Un amor vital, perfecto y bueno; de esa clase de amor que puedo llamar sublime, aunque temo que mis palabras no sean suficientes para describir la grandeza de tan noble amor y de tan hermoso ser.
Hoy te escribo a ti, a quien me enseñó el amor por los libros y el romance por las letras. A ti, que crees en mí y en mis utópicos sueños de escritor, que me amas a pesar de todo y a consecuencia de nada. Tú que ves arte en cada cosa que pinto, escribo y hago. Tú que has estado a mi lado cuando el aire no me es suficiente, que has presenciado mis lágrimas y siempre has sabido qué hacer.
Sé que mis letras no serán suficientes para describirte o expresar completamente mi amor por ti. Ni siquiera mi propia vida alcanzaría para demostrar todo lo que siento hacia ti. Hoy mis letras son tuyas, están dedicadas a ti, mi amor eterno, mi amor de ensueño, mi amor inmortal, mi amor vital, mi amor puro y verdadero… a ti, mi amor y mi madre.
Siempre por ti y para ti. Te amo, madre mía, y siempre será así.
— Verdad en Poesía || @jorgema
196 notes · View notes
alquimistaliteraria · 5 months
Text
No logré saber cuál fue su perspectiva, ni ella la mía.
Me quede con una infinidad de preguntas y con tanto por decir.
Tumblr media
-Diario abierto-
No podía quedarme así, atrapada en el silencio de mis pensamientos. Debía encontrar una forma de expresarlo, aunque mis palabras no llegarían su destino. Así comencé a sacarlo a letras, a plasmar en el papel todo lo que llevaba dentro.
En cada uno de mis escritos, logré dar vida a la emocionalidad que me abrumaba, a los pensamientos que me visitaban y a las reflexiones que surgían en la oscuridad de mi ser. A través de la escritura, me encontré a mí misma. Fue una gran aliada en mi proceso de duelo, un refugio donde podía desahogarme y, al mismo tiempo, entenderme mejor.
Con el tiempo, me di cuenta de que, al final, ya no era necesaria esa conversación que tanto anhelaba. Las palabras que yo deseaba compartir con ella se desvanecieron en el aire, como hojas que caen en otoño. Ya no hacen falta, ni me interesa. Lo que realmente importaba era el viaje que emprendí dentro de mí, el crecimiento que experimenté.
He aprendido que el cierre no reside en los otros, se encuentra en nosotros mismos. Estoy agradecida por eso, porque hoy mis letras me han llevado a un lugar de paz y aceptación.
By Yls.
26 notes · View notes
ocasoinefable · 5 months
Text
Llega la noche, con sus andar lento. Entre las estrellas, con tu aliento en mi suspirar, con tus labios en los míos. Entre besos que se deslizan por mis ojos y el aire. Suda mi piel leyendo tu huellas, lates dentro de mí, me abrazo a los labios, al jadeo que me duerme. En tu mirar, en tu reír. Te confieso estás letras que guardo, que aclamo bajo musitó. Te confieso aún cuando miras a lo lejos y como ola recorres la luna. Me pierdo en tu mirar y sonrió, me encuentro en tus manos y sonrió, entre tus caricias y palabras. Sueño, sueño con tu sueño, que te alcanza mi clamor, que desnudas este llanto y me robas mil sonrisas, que apagas con besitos en mi frente los ruido. Extiendo mis dedos entre tus manos y te sé mí hogar. Te leo en un rinconcito de la luna, en los bordes de tu boca, entre tu aire y los suspiros, te leo y siento tu piel ser mi piel, tu latido cantar en mí, tu sonrisa en la mía con besos suaves y profundos. Y duermo así, duermo con tu latir en el mío, con tus líneas abrazadas a mi silencio, duermo con tu aroma cantando a mi ombligo, duermo con tu sonrisa besando mi corazón ...
18 notes · View notes
floresclandestinas · 11 days
Text
El amor que ha sido constante en mi vida ha sido y será, el amor por mi isla Puerto Rico.
Estaré publicando letras dedicadas a mi isla. Sé muy bien que particularmente no todos pueden identificar este sentimiento de añoranza a su tierra a menos que hayan emigrado. Aquí les dejo ...
TIERRA LEJANA ☆≈
¡He llorado de añoranza
mas he cantado de orgullo! Mi alma sigue enamorada
de lo que un día fue suyo...
No se cansan mis ojos
de extrañar sus palmeras
ni las flores
ni los prados
de su eterna primavera.
En sus lagos y ríos
se sumerge mi espíritu.
Atrás dejo el resabio
de foráneas influencias.
Retomo mi cultura
mi bandera y mi fe.
Me despojo del invierno
y su enfermiza palidez...
Hablo, canto y verso
rechazando por completo
los sonidos del inglés.
En mi reiterado ingenio...
¡¡¡Me remonto con la brisa del mar,
duermo arrullada en el vaivén
de marullos del Caribe!!!
Y visualizo mi alma,
trigueña de sol,
robusta de aire,
y en un claro de monte,
tostada semilla de café. Respiro su inconfundible aroma
en todo el ámbito azul de su cielo...,
que me ubica y me bendice. Que me inspira a recordar
mi cultura y mis raíces.
¡¡¡Isla mía, tierra lejana!!!
Mi hermosa patria
mi eterno lar...
Ondulas tu bandera
en lo profundo de mi alma
y eres la brújula que constante
me señala hacia mi hogar
¡Puerto Rico!
.loy
Tumblr media
10 notes · View notes
deepinsideyourbeing · 3 months
Note
La novia de Enzo dado puras indirectas de que quiere un hijo con el (mandandole TikToks de bebitos, mostrándole fotos de el y ella cuando eran chiquitos diciéndole lo perfecto que sería un nene con ambos genes, contándole que cree que va a dejar de tomar la pastilla, etc) y Enzo teniendo que confesarle en un mar de llantos que el es infertil y no se lo quería decir porque sentía mucho dolor de no poder darle lo que mas ansía en la vida 😭
youtube
Angst :c
¿En qué momento la habitación comenzó a sentirse más pequeña de lo normal? ¿Fue cuando cubriste la mesa de los viejos álbumes con fotografías arrugadas o cuando comenzaste a hablar de los rasgos que heredarán tus hijos? Enzo no está muy seguro, sólo sabe que le falta al aire y que sus ojos arden.
-¿Cuántos años tenías acá?- preguntás luego de perderte por muchos minutos en una foto suya. No tiene idea de cómo esas fotos llegaron a tus manos pero es muy probable que haya sido obra de su madre-. Lo único que tenés igual son las orejas.
Quiere reírse pero en lugar de eso en su garganta sólo surge un simple sonido de afirmación. Estás muy concentrada como para percibir su inquietud o sus pobres intentos de fingir que te sigue la corriente y él no tiene idea de cuánto tiempo más podrá mantener en secreto lo que le molesta. Unas semanas o meses, con suerte...
Llevás un tiempo libre de los efectos del método anticonceptivo que utilizaste durante años y él disfruta verte radiante, de mejor humor y mucho más sana. En principio fue divertido acostumbrarse a los efectos de tu ovulación y bromear con tu desesperación en esos momentos, pero luego comprendió que lo que denominaste baby fever no era sólo un producto de tus hormonas. Hablabas en serio. Siempre.
Ahora son cada vez más los momentos en que el tema de conversación es cómo serán los hijos que tendrán, preguntás cuántos niños le gustaría tener, querés sostener a todos los bebés durante las reuniones familiares e intentás que él, terriblemente incompetente con los pequeños, también los tenga en brazos.
-¿Vos qué decís?- deslizás dos fotos sobre la mesa-. ¿Se van a parecer a vos o a mí?
Cuando intenta tomar las fotos sus manos temblorosas lo traicionan. Sus dedos débiles no pueden despegar el papel de la madera y comienza a sentirse más que desesperado cuando recuerda que aún no contestó tu pregunta, sabiendo que no tiene una respuesta porque sería deshonesta.
Balbucea nervioso y toma su taza llena para tener con qué entretener su boca. Aún está temblando y es demasiado tarde cuando nota que pierde toda sensación en las extremidades, por lo que el aza de la taza se zafa de su agarre y esta cae sobre su regazo, derramando el líquido en todas las direcciones posibles.
El té estaba ya completamente frío pero puede sentir su piel arder.
Cuando te arrodillás frente a él con intenciones de ayudarlo con su ropa, ignorando por completo cuál era la temperatura de su bebida y sin comprender la falta de reacción de su parte, toma tus muñecas y te detiene sin dar explicaciones.
-No puedo.
-¿Qué no podés?
-Tener hijos.
-No hablo de tenerlos ahora- humedecés tus labios con tu lengua y él sabe que estás incómoda o avergonzada-. Puede ser en unos años o cuando...
-En unos años tampoco se va a poder- lamenta-. Porque no... yo no...
-Oh...
-Sí, oh- y vuelve a sentarse-. No sé por qué no te dije antes.
Acariciás su mejilla y tu pulgar deshace el rastro de sus lágrimas una y otra vez. Permanecés de rodillas entre sus piernas sin fijarte en el té derramado o la porcelana hecha añicos en el suelo, y apretás fuerte su mano para calmarlo.
-No importa- jurás-. Hay muchas formas de...
-Pero vos querés un hijo nuestro.
-Enzo- lo obligás a mirarte-. Si vos también querés entonces cualquier hijo va a ser nuestro.
Elegí el camino de la violencia, ¿no? Pero permítanme compensarlas por mi pésimo comportamiento y decirles que la letra de la canción en combinación con el video se interpreta de cierta manera, pero en realidad es sobre el amor incondicional entre una pareja y yo imagino algo así para este escenario :)
taglist: @chiquititamia @delusionalgirlplace @lastflowrr @madame-fear @creative-heart @llorented @recaltiente ♡
51 notes · View notes
juakiuri · 4 months
Text
En un pequeño pueblo, dos almas solitarias se encontraron en una librería. Él buscaba un libro de poesía y ella estaba perdida entre las estanterías. Sus miradas se cruzaron y el tiempo pareció detenerse. Comenzaron a hablar sobre sus autores favoritos y descubrieron que compartían la misma pasión por las letras. Desde ese día, se encontraban cada tarde en la librería, compartiendo lecturas y confidencias. Sus conversaciones eran como versos que se entrelazaban en el aire, creando una melodía única. FIN
In a small town, two lonely souls met in a bookstore. He was looking for a book of poetry and she was lost among the shelves. Their gazes met and time seemed to stop. They started talking about their favorite authors and discovered that they shared the same passion for letters.
From that day on, they met every afternoon in the bookstore, sharing readings and confidences. Their conversations were like verses that intertwined in the air, creating a unique melody. END
11 notes · View notes
from-the-sky-2015 · 1 year
Text
Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media
A través del sotavento yo dejé escapar las hojas del otoño, entre tormentas y el frío del invierno, yo escribí el canto del viento, yo escribí una rapsodia tan extensa como aquel horizonte al que voy. Entre desilusiones y nubarrones, mi destino sellé, escapé a través de la lejanía de este cielo de ruidos y juré entre torres de lluvia, buscar el lugar donde van las aves. Yo fuí dejado caer de muchas manos; mis ojos fueron testigos del repudio de la civilización que ahora se ha quedado atrás, yo vi muchos rostros pasar frente a mí. Más el rostro del viento se grabó como fuego sobre el metal, se talló como una escultura y se grabó en mi mente como las páginas de un libro. Aquí entre nos, sellamos lo que consideramos sería nuestra forma de vida, no todos nacieron para estar entre civilizaciones mundanas. Yo escapé a través de los rayos del sol, entre relámpagos resplandecientes yo me esparcí como el aire. Encontré el destino manifiesto escrito a puño y letra en una prosa que merodea en estos cielos, yo escuché al viento recitar las penas más profundas del corazón. Me prometí escribir en mi libro, una nueva historia, un nuevo comienzo, una nueva vida, yo me prometí, cuidar de mi integridad y dejar en mi jardín, las rosas que yo mismo pude plantar. Entre historias de desamores, descubrí el amor por la libertad, que aunque quizá no sea el más perfecto, puede que sea el que algunos quieran tener. Yo me prometí huir sin mirar atrás, sin siquiera vacilar en este mar de relámpagos. Yo encontré cielos de sol detrás de cada tormenta, encontré el calor del verano detrás de cada invierno, la tristeza del otoño y la alegría de la primera. Escuché el canto de la lluvia sobre mi cabeza, el viento correr sobre la pradera y el silencio de la noche. Todo lo que me haría feliz, lo descubrí a través de estos cielos remotos, de aquellos horizontes lejanos, entre océanos y cielos, yo encontré la felicidad. Bajo el estruendo de las tormentas y de crepúsculos, yo tomé el camino, el rumbo hacia mi verdadero hogar. Yo acepté mi destino y abracé con anelo, lo que consideraba digno de tener, yo acepté el rechazo de las civilizaciones mundanas como forma de no bienvenida. Yo acepté el verdadero lugar que me correspondía, acepté el simple hecho, de que pudiera ser distinto y único a los demás, yo aprendí a estar por encima de las diferencias humanas. La noche me enseñó a no temer de la oscuridad, el viento a ser más experimentado, las tormentas a ayanar el camino a la libertad. El invierno me enseñó la parte más fría de la vida, la primavera a valorar la felicidad, el verano a valorar el cálido abrazo fraterno y el otoño el final de las épocas. Es por eso, que deambulo por estos rumbos, yo transito por estos lugares remotos. Los amores y promesas de personas cuyos rostros ya no recuerdo, se han quedado muy atrás, que al final, solo fueron ilusiones y mentiras. Hoy, se han perdido en la oscuridad y en el olvido, han caído en una profunda fosa y cubiertos por sus falsas palabras... Entre bastidores, encontré a mis hermanos que volaban en la misma dirección, encontré la civilización de los cielos eternos, los renegados que han partido de lugares remotos y ahora sus almas dejaron aquí. Mi compleja mente y mi envejecida alma, llenaron los rincones de mi corazón, ahora formo los elementos que yo necesito. La vida y el tiempo fueron templando mi piel, ahora se siente el frío sobre la misma y el calor muy en el interior, los años han escrito en mí, aquellas hazañas de las que me enorgullece. Las canas de mi cabello brillan como aquel mar de constelaciones. Ahora que trascendí desde la profundidad de la noche, ahora encontré la cúpula estelar, encontré mí verdadero hogar, encontré a los ideales y por sobre todo, encontré el crepúsculo a un nuevo amanecer.
70 notes · View notes
Text
Tumblr media
Me sigue pareciendo
un milagro
cuando las palabras
vienen rociadas
con tu perfume.
En cada letra
se va formando
lentamente
tu cuerpo
ante mis ojos.
Te dejas caer
suavemente
sobre un folio
en blanco.
El sorbo del café
lleva el aliento
de tu boca.
Todo es tan tú,
que hasta
cuando respiro,
el aire me cuenta
como juega
a desnudar el cuello
con tu pelo.
Sí,
que veloz
pasa el tiempo,
cuando sin estar,
ocupas todos
los espacios
entre los ruidos
y el silencio.
Que fácil entonces,
resulta escribir,
si eres tú
la que le hablas
a mis manos.
Si tu pudieras
por un solo instante
respirarme
como yo te respiro,
leerme desde lejos,
sin ver lo que escribo,
como tu me dictas
desde lejos,
sin que tu voz
llegue a mis oídos.
Que sería
de la poesía
sin tu recuerdo,
o que sería
del recuerdo
sin que tú,
fueras poesía.
Que bonita
es la locura
cuando viene
envuelta
con tu piel.
Solo
me queda decirte,
que el café
sobre esta mesa,
se nos ha vuelto
a quedar frío.
49 notes · View notes
notasfilosoficas · 8 months
Text
“Muchos hombres, cómo los niños, quieren una cosa pero no sus consecuencias”
José Ortega y Gasset
Tumblr media
Fue un filósofo y ensayista español, nacido en Madrid en mayo de 1863, exponente principal de la teoría del perspectivismo.
Nació en el seno de una familia madrileña acomodada, era hijo del escritor y director del periódico “El imparcial” José Ortega Munilla, quien a su vez, su padre había sido el fundador del periódico, por lo que se crió en un ambiente culto vinculado al mundo del periodismo y de la política.
Estudió en la universidad de Deusto en Bilbao, y prosiguió en la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Madrid. 
En 1904, obtuvo su doctorado en Filosofía y entre 1905 y 1907 realizó estudios en Alemania, en donde se vio influido por el neokantismo de Hermann Cohen y Paul Natorp.
De regreso a España, es nombrado profesor de psicología, lógica y ética en la Escuela Superior de Magisterio de Madrid, y en 1910 gana por oposición la cátedra de metafísica.
Cuando comenzó la guerra civil española en 1936, estuvo en el exilio, primero en París y luego en los Países Bajos y Buenos Aires, hasta fijar su residencia en Lisboa en 1942. Regresa a España en 1945 para fundar un Instituto de Humanidades.
Ortega y Gasset ejerció una gran influencia en la filosofía española y en la filosofía iberoamericana del siglo XX, tanto por su obra filosófica como por su estilo literario ágil.
Como exponente de la teoría del perspectivismo o “doctrina de la vista”, sostiene que toda percepción e ideación es subjetiva. El individuo mira desde un punto de vista concreto, en una dirección propia.
Para Ortega, la perspectiva es la forma que adopta la realidad para el individuo. Esto no le hace caer en el subjetivismo, pues para él, cada sujeto tiene su propia forma de acceder a la realidad, su propia parte de verdad, que puede ser incluso contradictoria con la de los demás.
Esta doctrina, se basa en que el carácter situado en el conocimiento humano, implica que conocer un objeto, es siempre conocer la perspectiva concreta y limitada del objeto, no estrictamente el objeto en su totalidad, por lo que todo conocimiento exige siempre ser completado.
Para Ortega, la finalidad que busca el conocimiento, es otorgar un suelo firme y seguro a la vida, es decir, una interpretación de la realidad que convierta el caos inmediato en una forma estable y predecible, con la finalidad de salvar al hombre de la situación de desorientación y evitar que se sienta perdido en el mundo, todo esto, a través del conocimiento, cuyo ejercicio solo tiene sentido a la luz de este problematismo esencial de la vida.
Importantes discípulos suyos fueron José Gaos, Manuel Garcia Morente y Xavier Zubiri entre otros muchos.
Tras la guerra civil, la recepción del pensamiento de Ortega sufrió muchas dificultades, fue objeto de duras e intensas campañas de desprestigio y crítica que veían en él la causa de todos los males que habían acaecido en España en esos años.
En las décadas de los 60 y 70 fue poco el interés por sus escritos, sin embargo a partir de los años 80, surgió un despertar hacia su pensamiento y obra que desató nuevas ediciones de sus escritos.
Ortega y Gasset falleció en octubre de 1955 en Madrid a la edad de 72 años.
Fuente: Wikipedia
21 notes · View notes
jorgema · 2 years
Text
Una carta a mi yo de este fin de año
~
Hola, sé que estás cansado y aturdido, agobiado y te sientes hecho polvo, pues este año no fue fácil y tuvo muchos momentos muy desgastantes. Entiendo que hubo noches donde el dolor era lo único real, que hubo instantes en la oscuridad donde hasta el aire fue escaso y tu habitación se hacía más y más pequeña. Comprendo a la perfección que hubo tardes frías y horas en ella donde el silencio no era nada amistoso, solo era el recordatorio de una soledad no grata y nada inspiradora. Sé de primera mano que hubo mañanas donde levantarte era imposible, pues el peso de los «hubiera» y de los «por qué» pesaban más que una condena de cadena perpetua. Y sé muy bien que todo eso pasó mientras te exigías alcanzar eso que aún no logras abrazar en tu presente y que por más que das un paso a tu futuro eso se ve lejanamente frustrante.
Pero hoy, mientras te escribo estas palabras, mi única meta es traer a tu memoria y a tu corazón esos momentos que valieron cada uno de esos incómodos y agonizantes instantes descritos anteriormente. Pues fue gracias a esos momentos con tu familia de sangre y con la que escogiste serlo, fue gracias a esos momentos de triunfo personal en lo secreto, fue gracias a un abrazo no pedido, pero dado en el momento justo por quienes en verdad te aman. Porque fue gracias a ese conjunto de palabras que escribiste en un momento de desahogo poético, fue gracias a ese libro que dijo exactamente lo que necesitabas leer. Fue gracias a esas plegarias de esas personas que te aman con todo su corazón y fue gracias a tu fe lograste sobrevivir y sigues aquí.
Lo sé, no fue fácil y hubo momentos donde nada de eso era visible por la misma niebla de la ansiedad y que los valles de sombra que negaron la entrada a la esperanza, pero todo eso estuvo allí: familia, amigos, letras, plegarias y fe; todo estuvo ahí justo a tu lado, animándote y amándote con todo lo que son y siempre fueron en ti. Y no importa lo que este futuro incierto traiga consigo, no importan lo mal que te sientas o lo fatal que lo pases, ellos siempre serán lo mejor y por lo que vale la pena sufrir y seguir en esta existencia con valles de sombra y nieblas densas de ansiedad. Ellos y tú lo valen. Solo sigue y no pares, pase lo que pase, no te detengas: que una aventura sin dificultad no fortalece, que un viaje sin obstáculos no muestra lo que en verdad vale la pena.
— La semilla de la humanidad || @jorgema
357 notes · View notes