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#obra gris
brooklyn-nylkoorb · 11 months
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Reseña de la exposición General Rincón Gallardo 14
Por Nancy Soriano Arce, estudiante de la Especialización en Historia del Arte 
Una obra gris es un espacio que promete una transformación que sugiere un futuro con bases sólidas a pesar de los pisos irregulares, las paredes sin acabados y el polvo por todos lados. Un edificio inacabado no parece ser el espacio ideal para una exposición de arte, sin embargo sucede a pesar de las bajas probabilidades de serlo. 
General Rincón Gallardo 14 es una exhibición colectiva de arte contemporáneo presentada por Andarín, un proyecto de investigación, reflexión y estudio del hábitat. La inauguración tuvo lugar la noche del pasado viernes 22 de septiembre en un espacio en construcción ubicado en la calle homónima, en la colonia Ampliación Daniel Garza en la Ciudad de México. La exposición está compuesta por pinturas, fotografías, audiovisuales y esculturas de 21 artistas: Antonia Alarcón, Andrea Bores, Patricia Carrington, Miguel Casco, Alonso Cedillo, Dani Escamilla, Alfredo Esparza Cárdenas, Ángela Ferrari, Anahí H. Galaviz, Manuel G. Romo, Eugenia Jico, Darinka Lamas, Andrea Martínez, Cecilia Miranda Gómez, Rubén Ojeda Guzmán, Alejandro Palomino, Emmanuel Rodríguez-Mazón, Fernanda Suárez, Edgar Solórzano, Omar Torres y la La Pinche Adultez. 
En una suerte de literalidad, al llegar a la calle General Rincón Gallardo y buscar el número 14, imaginé, basándome en mi experiencia con galerías de arte contemporáneo típicas, que sería otro cubo blanco pero intencionalmente incompleto o con muros sin aplanar pero se trataba de un espacio crudo, realmente en obra gris. 
Una tabla con una cubeta como peso para mantenerla abierta que hacía las veces de puerta, dejaba ver un resplandor rojizo que invitaba a curiosear. En la entrada había un anuncio de neón con las letras ‘General Rincón Gallardo 14’ y una pieza colgante con una luz amarilla debajo que disiparon por completo la duda sobre si era el lugar correcto. La experiencia había comenzado. 
A lo largo de los tres niveles del espacio de exposición, la muestra exhibía piezas como la fotografía de gran formato de Omar Torres, las pinturas naturalistas de Antonia Alarcón y Ángela Ferrari, la instalación de paneles móviles de Eugenia Jico, las pinturas de desnudos pixelados de Miguel Casco, las fotografías de Andrea Martínez o los textiles de La Pinche Adultez, entre otras, mostrando un diálogo de similitud y adaptación a los espacios, dejando a los espectadores la posibilidad de relacionarlas por su formato y tema. 
En los niveles superiores el espacio permitió la presentación de la pintura e instalación de Alonso Cedillo en dos instancias: en un espacio reducido y de difícil acceso se encontraba una pintura de un teléfono móvil sobre un inflable en una piscina. Luego, al continuar el recorrido, se descubría una pequeña sala donde se proyectaba un audiovisual sobre el mismo tema de la pintura. Daba la sensación de ser un mismo momento pero visto y experimentado por dos personas distintas. 
En una las últimas salas al aire libre, se activó una obra con pirotecnia que reveló la frase ‘Aquí no pinto nada’ del artista Rubén Ojeda Guzmán, al tiempo que ofrecía un cierre a la inauguración completando la obra gris para transformarla en un lugar perfecto para la experimentación, centrándose en la experiencia del visitante. Sin ofrecer un contexto extenso, se buscó crear un diálogo entre las obras desafiando lo habitual al seleccionar cuidadosamente solo algunos aspectos del arte contemporáneo, aquellos que logran capturar la atención.  
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talientravere · 10 months
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With Slay the Princess ending, it's time for a new stream game! Here's a look at my current backlog:
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I've already promised A Space for the Unbound and I want to do that soon, but I was thinking of throwing in a short one first. I'm kinda leaning toward If on a Winter's Night Four Travelers, though after all that princess-slaying, maybe we should take a break with something lighter like A Short Hike...
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maxitrash · 2 years
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Just wanted to share some of the games I like enjoy(ed) playing !
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kasunakuma · 2 years
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Ver "L’alegria que passa – Dagoll Dagom" en YouTube
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Hoy he ido con mi colegio a ver este musical y a sido BRUTAL.
"L'alegria que passa" es una obra original de Russiñol que mezcla dos mundos muy diferentes: Un pueblo "gris" cerrado en una jaula por culpa de su alcalde y un circo libre y lleno de color.
La obra es en Catalán.
Avui he anat amb l'escola a veure aquest musical i a sigut BRUTAL.
"L'alegria que passa" es una obra original de Russiñol que junta dos mons molt diferents: Un poble "gris" tancat a una gavia per culpa del seu alcalde i un circ lliure i plé de color.
L' obra es en Catalá.
Para más info:
https://www.teatrepoliorama.com/ca/programacio/c/763-lalegria-que-passa.html
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elirosecodes · 1 year
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30. D&H {Baúl}
ID | Ficha | Relas | Crono | Post
Primero que nada, quiero agradecerles a todos ustedes por su constante apoyo. Decidí aprender a codear a inicios de la pandemia, y después de un año diseñando cosas en privado, abrí este Tumblr para compartir las cosas que hacia con quien quisiera usarlas. Desde entonces han pasado muchas cosas, pero estoy muy feliz de haber iniciado este proyecto y en especial de contar con todos ustedes porque gracias a sus likes, reblogs y palabras bonitas ya son 500 SEGUIDORES. Sinceramente nunca creí llegar tan lejos, pero estoy muy feliz y me esforzaré por seguir subiendo cosas bonitas para compartir con todos. Ahora dicho eso, y después de meses, os traigo un nuevo baúl ♥ uno muy especial al menos para mi.
Favor no quitar los créditos ni usar la tablilla como base.
Se modifican los colores en style: el color principal, color secundario, un tono gris, el negro de los fondos y el blanco de los textos.
Iconos por Capuccicons
Las imágenes se redimensionan pero las medidas se especifican dentro de cada código.
Las imágenes que he usado de muestra son obra de Fin: https://fg083nrt.tumblr.com/
No negaré que me obsesioné con Naruto (porque uno siempre regresa a donde fue feliz) y me enamoré fuerte del arte de Fin, a quien le agradezco por su autorización para usar su precioso arte en estas tablillas. Me extendí un poco con el texto, pero de nuevo, muchas gracias a todos por ser más de 500 seguidores, y espero que podamos seguir creciendo juntos como rolers, coders, escritores, y más importante, como personas que merecen ser felices.
T H A N K Y O U
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op81s · 4 months
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What other games do you like ? 👀
oh, soooooooo many. i'm a HUGE nerd 😂
lately i've been playing hades 2 but all time faves in alphabetical order with ultimate faves highlighted:
ac 3, alan wake 2, alien isolation, a short hike, carto, coffee talk, control, deus ex, dishonored, donut county, far cry 3, final fantasty 8, hades, horizon zero dawn, ghost of tsushima, god of war, gris, i am dead, infamous, it takes two, lake, lego batman, life is strange, marvel's spider man, ratchet and clank, return of the obra dinn, saint's row, sleeping dogs, star wars: jedi fallen order, the last of us, the witcher, uncharted 4, unpacking, untitled goose game, what remains of edith finch
(these are just my fave ps4/ps5 games 'cause i have a terrible memory so i literally just went through my playstation game library and i cannot be bothered doing that for my pc/nintendo games as well 😭)
how about you????? what's some of your favorites games??? 👀👀 (if you're not too angry to respond rn 😭😅)
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dennisdeimy · 11 days
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Special 📸✨ ultima vez arte fantasma🤍✨ -🎧👀🌄🥰✍️Mirando el sol junto antes de ocultarse vino a mi cabeza. "Espero que me recuerden por todo lo que estoy haciendo" 🥺 🌄✨⛅🔊🪄.
El sol cae. Y le contaré una historia ✍️🖼️✨🪄 Translate... ✨🌠
Al pintar esta obra de arte netamente religiosa en la iglesia.
Gracias al ángulo y techo de la pared. No me llegaba agua y el sol solo podia llegarme directamente en un angulo adecuado tan solo unos minutos antes de ocultarse viéndose a lado del cerro.
Después de 5 meses de lluvias y en pleno cielo muy nublado.
Justo terminó de consolidarse ya pintada toda la reja de la ventana, entonces roja .Pensada en ser una ventana de vidrio de colores como vitral. Y que mañana siguiente empezaré a pintar los vidrios. Y yo estuve meses extrañando demasiado , tardes de sol y alegría natural.
Entre el cielo gris y nublado acabada una canción aleatoria justo en el instante de bajar la mirada, satisfecho de como quedo la reja para ver mi paleta .. luego , una sincronia me deslumbra el alma al mismo tiempo a la vez...
Tan inmediato y deslumbrante En todos los sentidos...
Lo que sucederia a continuación cambiaria toda la obra de arte.
Levanto la cabeza y empieza una canción y en seguida veo la ventana... Ella se ilumina volviéndose naranja, inmediatamente apareciendo con una fuerza visual el sol frente a mí . Revelando la divina belleza de un hermoso paraíso de naturaleza imposible dentro de la ventana.
Un conjunto de sentimientos abrumadores encontrados al mismo tiempo para deslumbrar mi vista y alma . Que si podríamos recrearlo visualmente Inicia exactamente asi...
con una abrumadora calidez de luz y color , despertándome un sentimiento guardado en mi mente y mi alma tan profundamente hasta explorar momentos perdidos en mi vida. En muchos instantes a la vez hasta ahora . Despertarían mi arte natural.. para plasmar este paraíso entre las rejas .
La aparición de el sol en la ventana. El sol que reveló el paraíso. 🌌💫✨🥺🌄🪟🪄🖼️🖌️😶‍🌫️🤯🎨😭🙏🌠🤙
. 📷✨ Instagram –> dennis.deimy.miaw 🌅🎁 OnlyFans –> dennis_deimy 🎬🤣 TikTok –> dennisdeimy 🌌🖼️ Instagram ART –> Dennis.deimy_a.r.t.e.s_
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iamainhoa · 4 months
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Remedios Varo
La despedida, 1958 Oil on canvas 34 x 24 cm Surrealismo
Esta increíble obra del surrealismo está cargada de misterio, romanticismo y simbolismo.
Sobre un aura cálida vemos como dos amantes parten por sus respectivos caminos, ambos parecen dirigirse hacia la misma dirección pero por caminos separados, una luz brillante alumbra sus pasos. Las sombras me evocan a las almas, pues tras la despedida física, estas, no pueden separarse, ni el tiempo ni el espacio existe entre ellas.
La composición, la perspectiva, las escaleras, las luces y las sombras... me hacen pensar en el progreso individual que nos lleva hasta el progreso dual entre dos personas teniendo como fin, una unión inteligente y consciente.
Un único testigo del momento parece mirar fijamente al espectador, un gatito gris.
📍Museo de Arte Moderno, CDMX.
⭐Favorite painting
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elrincondelcinefilo · 19 days
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𝔸𝕝𝕚𝕖𝕟: ℝ𝕠𝕞𝕦𝕝𝕦𝕤 (2024)
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La nueva secuela de la franquicia iniciada por Ridley Scott es una película sobre nada que te da de todo, generosa y al mismo tiempo por debajo de lo esperado.
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Porque lo que se espera o no de una obra puede llevar inevitablemente a la decepción, al igual que ‘Longlegs’ no fue la película que nos habíamos hecho en la cabeza al ver sus teasers, así como esta está muy lejos de ser "la mejor secuela de la saga desde Aliens" como se aventuraron a decir varias las primeras impresiones, pero lo que sí puede reconocerse es que ambos casos se salen de la media en su ejecución, siendo imposible no disfrutarlas sin mayor problema.
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En esta película sorprende que uno de los grandes personajes sea Andy (David Jonsonn), un sintético. Si recordamos las primeras entregas de Alien, tanto Ash como Bishop nos hacían temer a unos seres artificiales y robotizados que ayudaban (y traicionaban) a la protagonista de la historia. Aunque aquí, para delirio de muchos, el recuerdo de Ash se haga visible (alerta spólier) con una aparición sorpresa.
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Nada más comenzar la cinta vemos a la Nostromo, la mítica nave de Alien, destrozada. Un homenaje a los fans para calmar sus ánimos ante lo que tienen que ver que, además, continúa a lo grande. Y ahí nos referimos a la presencia en todo momento de Weyland, la superempresa que domina el mundo y esclaviza a los trabajadores. Es decir, a los protagonizas de esta historia que intentan salir de sus miserables vidas.
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Los personajes principales son un grupo de colonos veinteañeros que están atrapados en trabajos mineros sin futuro en un planeta gris y sucio donde nunca hay luz solar
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El personaje central de esta historia es (además de los aliens) Rain Carradine (Cailee Spaeny), una joven recolectora de Weyland. Con un hermano sintético a quien protege de las críticas de todo el mundo, muestra un valor extremo en el tramo final del filme, muy en la línea de la Ripley de Sigourney Weaver. Además, hay un cara a cara entre su personaje y el alien que nos traslada directamente a "Alien 3".
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Cuando se accede a la nave Romulus, nadie de esta joven tripulación sabe lo que se va a encontrar. Por supuesto, los bichos harán acto de presencia en "Alien: Romulus" y veremos al alien que se enfrentó con Ripley.
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Pero no acaban las sorpresas, ya que en el tramo final hay una referencia directa a "Prometheus" que nos hace entender qué es lo que buscaba aquella tripulación a cargo de un millonario en busca de la inmortalidad.
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Los ascensores jugaban un papel clave en "Aliens: El regreso" y "Alien 4". Y aquí tenemos otro en el tramo final de Alien: Romulus que nos hace sentir angustia sobre la supervivencia (o no) de quienes todavía siguen con vida. Y, antes, aparecen las referencias directas a un videojuego como "Alien Isolation".
Mi principal queja sobre "Alien: Romulus" es que los extraterrestres no aparecen lo suficiente. 
Esperaba algo nuevo, sorprendente, diferente y me dormí en el cine jeje eso no significa que sea mala, es entretenida pero prefiero no asociarla a la Saga Alien, es más de lo que hemos visto pero con jovencitos por eso le ponemos 2 estrellitas y media ⭐⭐☆
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polarhoid · 9 months
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Dundi
Hoy por la mañana estaba haciendo fila para comprar una docena de tamales. Por lo menos había siete personas delante de mí. El local es pequeño y siempre está repleto porque los tamales están sabrosos y te los sirven calientitos. Así que la cola la hacíamos afuera del local. Ahora bien, están remodelando la plaza donde está el localito y por eso los puestos contiguos lucen a medio construir y rodeados de escombros, bultos de cemento, varillas, dos o tres instalaciones de arte contemporáneo [pilas de barro bloques] y mucha arena. Aunque nada de eso nos detuvo a nosotros los cazadores mañaneros de tamales. Ahí estaban también los albañiles haciendo mezcla, alambrando castillos y entonces uno de ellos volteó una carretilla que estaba bocabajo y de ese abajo salió una rata gorda y negra que, cuando vio que el albañil alzó una pala para darle un palazo, se fue andando a brinquitos y muy quitada de la pena justo directo a la fila de los tamales. Una señora gritó ay, y otra vio la rata y se metió corriendo a la tienda, y el señor norteño de pantalones wrangler que esperaba frente a mí, se quedó quieto, sobrio y valiente, presumiéndonos a todos los ahí presentes su sangre gélida y sus nervios de acero galvanizado. Yo tampoco me moví y no porque no quisiera salir huyendo, sino porque mi cuerpa de más de cuarenta no tuvo los reflejos para reaccionar, y por eso pude ver en primera fila de la fila cómo la ratota negra caminó ella muy tranquila por encima de las botas amarillas de avestruz del Cocodrilo Dundi de la Lindavista. El don vio la mancha negra gordísma que reptaba por sus botas y sólo se chupó los dientes y alcanzó a sacudir levemente su pie izquierdo para espantar al animal. La rata siguió su camino de brinquitos y se alejó de la fila y se refugió debajo de una escalera en obra gris. El viejón Dundi, al parecer estaba consciente de su hazaña, y, cuando la fila volvió a formarse se volteó hacia mí y con una voz increíblemente grave y rasposa, me dijo: las ratas no hacen nada; nos tienen más miedo a nosotros, que nosotros a ellas. Ah, sí, pues sí; le dije al vaquero sólo porque realmente no supe bien qué decir ante su afirmación. Primero, porque a mí sí me dio un chingo de miedo que el animal me mordiera y, segundo, porque cuando todos volvimos a nuestro lugar, volteé a inspeccionar debajo de la escalera y allí estaba: su cabeza picuda, sus ojitos perfectamente negros, profundos y redondos, sus orejas alzadas, su hocico peludo y sus dos dientones herrumbrosos. Allí estaba la rata asomando su cabezota y observándonos desde una grieta entre unos bloques. Y sí, es verdad que yo no soy un zoólogo especialista en leer las emociones de las ratas, pero ella nos observaba a cada uno de los que estaba en esa fila y lo que había en esos ojos vacíos, inhumanos, podría ser cualquier cosa, pero miedo, -no lo sé Mr. Dundi- lo que se dice miedo, definitivamente no lo era.
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María Luisa Bombal
Y puede que las muertes no sean todas iguales. Puede que hasta después de la muerte, todos sigamos distintos caminos". -María Luisa Bombal. La escritora chilena María Luisa Bombal nació el 8 de junio de 1910 en Viña del Mar, Chile. Criada en el seno de una familia de clase media, fue hija única. Su padre falleció cuando Bombal tenía 12 años, en 1922, se traslada junto a su madre a Francia.
En París asistió a las escuelas Notre Dame de l'Assomption y Lycee La Bruyere. Acabó el bachillerato y se especializó en latín. Graduada en Filosofía y Letras en La Sorbonne, cursó estudios de arte dramático y violín.
Fue la introductora del surrealismo en la novelística chilena, exponiendo y ejerciendo modos narrativos imaginativos, simbólicos, sugerentes, patéticos. Conoció a Pablo Neruda en Argentina y vivió en su casa por un año. Neruda quien la apodó "Abeja de Fuego" animaba a Bombal en sus escrituras. Los dos trabajaban en la mesa en la cocina, y compartían ideas y obras nuevas y discutían las obras de otros escritores. En 1934, cuando tenía 24 años, se casó con Jorge Larcos, un pintor argentino. En el mismo año, su primera obra, La Ultima Niebla, fue publicada.
Trabajó por Sonofilm en Argentina como escritora de la pantalla entre 1937 hasta 1940. Escribió su segunda obra, La Amortajada, en 1938. En 1940, Larcos falleció y Bombal decidió trasladarse a los Estados Unidos. En Nueva York, en 1940 era representante del Chile en la Conferencia Internacional en Nueva York. Escribió poco durante ese tiempo. Se casó con Conde Raphael de Saint-Phalle y dio a luz a una hija, Brigette.
Escribió de nuevo sus obras La Ultima Niebla y La Amortajada en inglés, a House of Mist y The Shrouded Woman, respectivamente. Empezó a beber en Nueva York. Cuando Conde Raphael murió en 1970, regresó a Chile. Sus obras principales: La última niebla (1935), trata de la vida entre real y onírica de una mujer en busca del amor perfecto; La amortajada (1938), retrospección de la existencia de una mujer muerta. Su cuento El árbol, aparecido con la primera de ellas.
Los escritos de María Luisa Bombal merecieron premios de la Municipalidad de Santiago y de la Academia Chilena de la Lengua; sus obras han sido traducidas al inglés, francés, alemán, sueco, portugués, japonés y checo. Pasó sus últimos años en una lucha con el alcoholismo y en un gran silencio. Murió el 6 de mayo de1980, en Santiago, Chile.
La Amortajada- María Luisa Bombal [Fragmento]
"¡Pobre Fernando! Ahora se acerca para tocarle tímidamente los cabellos; sus largos cabellos de muerta, crecidos hasta durante esa noche.
Abren de golpe las persianas. Luz gris ¿de amanecer, de atardecer?
Ni una sombra es posible ya en el cuarto con esta luz. Las cosas se destacan con dureza. Algo revolotea pesadamente entre las flores y se posa sobre la sábana, algo abyecto... una mosca.
Fernando ha levantado la cabeza. Por fin logrará lo que tanto anheló. ¿Por qué titubea y detiene su impulso ahora que puede besarla?
¿Por qué la mira fijamente y no la besa? ¿Por qué?
Recién entonces, ella ve sus propios pies. Los ve feamente erguidos y puestos allá, al extremo de la colcha, como dos cosas ajenas a su cuerpo.
Y porque veló en vida a muchos muertos, la amortajada comprende. Comprende que en el espacio de un minuto inasible ha cambiado su ser. Que al levantar Fernando los ojos habían hallado a una estatua de cera en el lugar en que yacía la mujer codiciada.
Cuantos entran al cuarto se mueven ahora tranquilos, se mueven indiferentes a ese cuerpo de mujer, lívido y remoto, cuya carne parece hecha de otra materia que la de ellos. Sólo Fernando sigue con la mirada fija en ella; y sus labios temblorosos parecen casi articular su pensamiento.
"Ana María, ¡es posible! ¡Me descansa tu muerte!
Tu muerte ha extirpado de raíz esa inquietud que día y noche me azuzaba a mí, un hombre de cincuenta años, tras tu sonrisa, tu llamado de mujer ociosa.
En las noches frías del invierno mis pobres
caballos no arrastrarán más entre tu fundo y el mío aquel sulky con un enfermo dentro, tiritando de frío y mal humor. Ya no necesitaré combatir la angustia en que me sumía una frase, un reproche tuyo, una mezquina actitud mía.
Necesitaba tanto descansar, Ana María. ¡Me descansa tu muerte!
De hoy en adelante no me ocuparán más tus problemas sino los trabajos del fundo, mis intereses políticos. Sin miedo a tus sarcasmos o a mis pensamientos reposaré extendido varias horas al día, como lo requiere mi salud. Me interesará la lectura de un libro; la conversación con un amigo; estrenaré con gusto una pipa, un tabaco nuevo. Sí, volveré a gozar los humildes placeres que la vida no me ha quitada aún y que mi amor por ti me envenenaba en su fuente. Volveré a dormir, Ana María, a dormir hasta bien entrada la mañana, como duermen los que nadie ni nada apremia. Ninguna alegría, pero tampoco ninguna amargura".
Tantos recuerdos, y aquí estoy pensando. En cada persona y en cada pasado, aunque hay pasados que están pisados, y momentos enmarcados. Añoraba aquella infancia. Amores y desamores, donde todos éramos felices, pero de pronto me veo, en un ataúd acostada. Mientras todos me ven, y yo aquí recordando, cada momento y cada pasado. Temo llegar a la oscuridad, y no recordar lo que he vivido, momentos hermosos, como también nefastos, ya que son parte de mí, de mi pasado. Ya no puedo tener un futuro, todo se derrumbó. -María Luisa Bombal
Literatura, arte, cultura y algo más
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uncloseted · 2 months
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Do you game? I recently got a switch and gaming computer but I'm not sure what games to pick up
I do! I actually just lucked into a Playstation 5 so I'm really excited to see what games are available for that, but here are some of my favorites that are available on Switch or on PC:
Switch:
I think a lot of these you can also find on PC, but I played them first as Switch games, so that's why they're on this list:
Starting out with the classics, all of the Mario games are super fun and Switch exclusive. Super Mario Odyssey is my favorite of the Mario platformers, Paper Mario: The Origami King is a great RPG/puzzle game, and Luigi's Mansion 3 is a super fun action/adventure game. If you want to play with other people, Mario Kart 8, Super Smash Bros, and Super Mario Party are great.
Another group of classics are any of the Zelda games. These are action-adventure games where you play as Link, a hero who's trying to save Princess Zelda and prevent the world from being destroyed. I would start with Breath of the Wild, which is widely considered to be one of the best video games of all time.
If you like The Sims or other social simulation games like that, Animal Crossing: New Horizons and Stardew Valley are both super fun and you can sink a ton of time into them. In this same vein, I also really enjoyed Wylde Flowers, which has a little bit more of a story than other social simulation games.
If you want something that's just kind of unhinged, We ♥ Katamari and Katamari Damacy Reroll are puzzle-action games where you play as a little alien Prince who has to roll up objects on earth to try and impress his father, The King of All Cosmos. The Katamari franchise also has the greatest soundtrack of any game I've ever played.
If you want to be the most frustrated you've ever been in your entire life, Cuphead is a run and gun game drawn in a really cool 1930s style (it's really fun, I swear).
Okami is a action-adventure game where you play as Amaterasu, a wolf who uses the power of the Celestial Gods in order to save the world. The game is done in a woodcut, watercolor style, meant to look like Japanese ink-illustration, and it's just so beautiful.
My personal favorite game franchise has always been Kingdom Hearts. These games are hack and slash action RPGs where characters from the Final Fantasy Franchise team up with Mickey, Donald, and Goofy from the Disney Animation Franchise to go to different worlds from Disney movies so that they can prevent darkness from consuming the universe (multiverse?). This seems unhinged, and that's because it is. 10/10. As a bonus, I think there's a free trial for the Switch version so you can see if you like it before you buy.
Most recently, I've been playing Disco Elysium, which is a role playing game where you're an amnesiac detective trying to solve a murder mystery. This is also considered to be one of the greatest video games ever made, but I haven't finished it yet, so I'm tentatively recommending it.
Some other games that I've really liked but that are maybe a little less accessible are Chinatown Detective Agency, The Stanley Parable, Return of the Obra Dinn, and Gris.
PC Games:
I'm actually not a PC gamer, but I do have a Playstation, and there's quite a bit of overlap in terms of where games get released, so here are some of my recommendations that you can find on PC.
Inside and Limbo, both puzzle-platformer games where you explore a surreal and monochromatic world. They're really beautiful and tense and are considered some of the greatest video games of all time.
If you want something in a similar vein but not as dark and tense, I really love Planet of Lana. It's a puzzle-platformer, but its design style is inspired by Studio Ghibli, and it has a really nice story about a girl trying to rescue her sister from hostile alien machines that have taken over her world.
For something really beautiful and relaxing, I love Journey, which is a indie adventure game where you are trying to reach a mountain in the distance. What's cool about this game is that even though you can't speak with other players, the game fosters an emotional connection between players. It was designed to evoke a sense of smallness and wonder in the player, and I think it does that really well.
If you want to play a game that - and this is true - sent me into an emotional tailspin for several weeks, Wattam is a puzzle-platformer where you play as the Mayor of a planet that's empty. As the game goes on, you unlock and befriend other inhabitants of the world, including trees, flowers, rocks, toilets, poop, and mouths by holding hands, uncovering secrets, playing minigames, and solving puzzles. It's designed to be a game that "makes people notice how our ordinary life is great".
Life is Strange is an episodic adventure game where you play as Max, a high school student in the Pacific Northwest who can turn back time. The choices that you make change how the narrative goes. Some people find this game kind of cringey and the ending is... kind of disturbing, so fair warning, but I think it's a really well-made game.
I'm sure there are others that I've loved, but these are the ones that come to mind. I'll add to this list if I think of more. Happy gaming! Let me know what you think if you end up trying any of these.
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la-semillera · 5 months
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LYGIA CLARK & HÉLÈNE CIXOUS
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..."Precious little!" Pero he aquí que un pensamiento lo asalta, y como para contradecir su propia melancolía natural, ahora justificada, toma una botella de whisky y unos vasos y se dirige a su escritorio número dos.
Precious little. Para Proust, las cinco apariciones: adoquín cuchara plato servilleta agua de las cañerías, taza. Claves de su vida-obra. Para su sucesor: cráneo, bastón, arena, cielo, gris, rayo en la oscuridad. Los Casi-Nadas del todo que hacen el Todo.
Proust acaba de partir. La taza permanece. La taza pasa a Beckett. Taza activada en frasco, a partir de Watt, es decir, en sombrero, no, en bombín, o lo que se parece, asexuado, a un orinal aplanado del revés y amarilleado por el tiempo porque si ella jamás hubiera aparecido
24. V. - Porque si ella jamás hubiera aparecido, durante todo este tiempo, ¿hubiera continuado yo, hubiera podido continuar suplicando, durante todo este tiempo? ¿No me hubiera solamente desvanecido ante mi pequeño santuario y ocupado de otra cosa, o de nada, ocupado de nada? Hasta que llegara el momento, al amanecer, de largarse de nuevo, de quitarse bata y gorro, de volver a ponerme mi sombrero, mi abrigo, y largarme de nuevo, a peregrinar por los caminos.
_ El vecino de cero. Sam Beckett, Hélène Cixous. Swan ensayo/Shangrila. Trad.: Mariel Manrique
_ LYGIA CLARK, Camisa de força (Straitjacket), 1969. Shown in use, probably in Paris, in 1969. Courtesy Associação Cultural “O Mundo De Lygia Clark,” Rio de Janeiro.
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austxnland · 4 months
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Una persona de raza negra no podría ostentar un título?
A ver, es complicado, porque había muchos señoritos que se iban y volvían con hijas naturales de las Indias o de África, entonces es un área gris. En teoría no había ninguna prohibición explícita contra que una persona de raza negra ostentara un título nobiliario en la Inglaterra del siglo XIX, en la práctica, las barreras sociales, legales y culturales hacían que esta posibilidad fuera extremadamente remota, si no imposible.
En fin,
En la Inglaterra del siglo XIX, es poco probable que hubiera nobles negros en el sentido tradicional del término, es decir, personas de ascendencia africana que ostentaran títulos nobiliarios hereditarios dentro del sistema aristocrático británico. Sin embargo, hay algunos casos notables de personas de ascendencia africana que alcanzaron cierto estatus y reconocimiento en la sociedad británica, aunque no necesariamente a través de títulos nobiliarios.
Uno de los ejemplos más conocidos es el de Dido Elizabeth Belle, quien vivió en el siglo XVIII. Belle era una mujer de ascendencia africana nacida en la esclavitud, pero fue criada como parte de la familia aristocrática Mansfield en Inglaterra. Aunque no tenía un título nobiliario en sí misma, su posición dentro de la familia noble y su herencia la distinguieron socialmente. Su historia ha sido inmortalizada en películas y obras de ficción, como "Belle" (2013).
Además, en el siglo XIX, hubo algunos casos de africanos o afro-caribeños que adquirieron riqueza y estatus social en Inglaterra a través de actividades comerciales exitosas o logros profesionales. Aunque es poco probable que hayan sido reconocidos como nobles en el sentido formal, podrían haber sido respetados en ciertos círculos sociales y haber tenido cierta influencia.
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sicl5 · 4 months
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Capítulo 13 (2ª temporada)
(La historia es una adaptación de la obra FINAL FANTASY VII por lo tanto incluye SPOILERS de esta.)
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Nos encontramos en la avioneta marítima de Cid. Vincent estaba tocando la radio para conseguir la señal del helicóptero de los Turcos. No tardó demasiado en conseguir la dirección.
— Vuelan hacia el norte.- Dijo Vincent. 
— Hmmm… Ajá…- Mencionó Cid. 
— ¿Podrás llevarnos?- Preguntó Aeris. 
— La duda ofende. ¡Mi habilidad como piloto no tiene parangón!- Exclamó Cid.- Surfearé las olas si hace falta, ¡incluso sin alerones! 
— Que nos preparemos para lo que viene, vaya.- Dijo Yuffie. 
— Eso es.- Afirmó Cid.- ¡La vida es una montaña rusa de emociones, chavala! 
— Shinra ha movilizado a sus tropas y a los Turcos.- Explicó Vincent.- Más vale que no nos pillen desprevenidos. 
— Va a ser curiosa la experiencia, ni más ni menos.- Expresé.
Cid finalmente se puso al volante del barco y empezamos a surcar sus aguas. 
— Les habla su capitán: estamos en aguas abiertas. Pueden darse marejadas imprevistas. ¡Dicho queda!- Exclamó Cid. 
— Ay, me va a dar algo…- Mencionó Yuffie. 
— Esto es prácticamente un bote.- Añadió Cid.- No vale para surcar los mares; solo para flotar, y gracias. ¡Así que ojito! 
— Mientras nos lleve, todo bien.- Dije con una sonrisa.  
Seguimos navegando, el cielo cada vez se ponía más gris y parecía que finalmente habíamos avispado los helicópteros de Shinra.
— ¡Mirad! ¡Allí!- Exclamó Red XIII. 
— ¡Que sí!- Dijo Yuffie no demasiado motivada. 
— Genial.- Mencionó Cid.- ¡Grumetes, izad las velas! 
— ¿Qué velas?- Preguntó Yuffie.- ¿¡Y qué grumetes!?
— ¡Estoy creando atmósfera, hija mía!- Exclamó Cid.- Muy bieeeen. ¡A la mar salada! 
— ¡Sí, mi capitán!- Exclamaron Aeris y Tifa siguiéndole el rollo a Cid, no pude evitar reír.
Región del bosque boreal.
Finalmente llegamos al norte, donde teníamos que ir. Nos bajamos cuidadosamente del barco y Aeris miró el ambiente, preocupada.
— El aire está muy cargado.- Mencionó Aeris. 
— Lo he forzado demasiado.- Dijo Cid mirando el barco-avioneta.- Así que voy a quedarme para hacerle un par de ajustes. Luego os alcanzo. 
— ¿Estarás bien?- Preguntó Cloud. 
— ¡Como si no me conocieras!- Exclamó Cid. 
Cloud sonrió un poco y nos giramos todos para dirigirnos al templo. Pasamos por un amplio bosque. Partículas de lo que parecía ser mako decoraban el ambiente y la tensión subía por momentos. No tardamos demasiado en ver el templo, casi en frente de nuestros ojos.
— Dios.- Exclamé.- Que pedazo de construcción…
— Estos Ancianos no se andaban con chiquitas…- Dijo Barret. 
— Los Cetra, querrás decir.- Dijo Red XIII. 
De golpe Aeris se puso de rodillas en el suelo y acercó su oreja a la tierra, cerrando los ojos. Nos quedamos viendo fijamente esa escena.
— ¿Qué pasa?- Pregunté sin entender nada. 
—  Por fin…- Dijo Aeris soltando una pequeña lágrima que al impactar contra el suelo un aura verde salió, iluminando el suelo. 
— "... nacidos del seno de Gaia; con ella conversamos, su esencia cultivamos y a su tierra prometida regresaremos. Por su gracia y providencia ocuparemos nuestro lugar en el paraíso"- Explicó Barret.  
— No, no…- Dijo Aeris limpiándose las lágrimas.- Esta no es la tierra prometida. Aquí solo hay… dolor… y furia.  
En ese momento el aura verde subió del suelo hasta las manos de Aeris y una vez allí se fue, dirección al templo
— ¿Nos… está llamando?- Preguntó Tifa. 
— Sí.- Afirmó Aeris. 
Miramos en dirección al templo y no tardamos en poner marcha hacia allí pero al llegar nos encontramos con que Shinra se había hecho con la zona, poniendo tropas y otros utensilios allí. 
— Macho, esta gentuza nunca tiene suficiente.- Dijo Barret. 
— Que pena…- Dije con una sonrisa, saltando el muro de sacos que habían puesto.
— ¡AVALANCHA a la vista!- Exclamó uno de los infantes.- No matéis a la Anciana. 
— Buenas tardes a todos.- Sonreí.- Saludad de mi parte cuando volváis al planeta.
Empecé a cargarme sola a los dos décimos de centinelas que habían en la zona. Una energía extraña subía por mi cuerpo, me empezaba a sentir extremadamente bien. Terminé de matarlos y miré a mi grupo fijamente.
— ¿Os vais a quedar allí pasmados?- Pregunté con una sonrisa.
— Vámos.- Dijo Cloud. 
Seguimos avanzando hasta llegar a las escaleras que daban a la gran puerta del templo. En estas habían tanto centinelas como monstruos tirados, muertos. 
— Debe de haber sido algún monstruo.- Dijo Vincent.
— Qué escabechina…- Dijo Cid mirando la situación. 
— ¿Desde cuándo estás aquí?- Pregunté, con una risilla. 
— Oyeee…- Dijo Yuffie mirando a Aeris.- Pero venimos contigo… Eso nos convierte en invitados de honor, ¿no? 
— Pero… yo solo soy medio Cetras.- Mencionó Aeris poniéndose las manos en su cabeza.- Lo siento. Creo que no somos bienvenidos… 
— Estoy aquí porque soy tope de impulsivo.- Dijo Cid.- Pero ahí no entro ni que me paguen. Yo me planto. 
— Claro, no te preocupes.- Mencionó Aeris.- Ya has hecho bastante. Gracias por traernos. 
— Tranquis, que no me voy a dar el piro.- Añadió Cid.- Os espero para el viaje de vuelta. Así que más os vale salir airosos. 
Templo de los Ancianos: Lugar del encuentro
Miramos la puerta y empezamos a subir las escaleras hasta llegar a la puerta. Cloud la abrió, empujándola con todas sus fuerzas. Allí dentro había un encapuchado y al fijarnos mejor vimos que se trataba de Roche. Estaba apunto de desmayarse y Cloud fue rápidamente hacia él, agarrándolo.
— La… materia… negra…- Dijo el túnicas señalandome.- Sephiroth…
— Pero si es…- Dijo Tifa.
— Sephiroth está aquí.- Mencionó Cloud.- Mal asunto.
Un dolor momentáneo me azotó la cabeza y cerré fuerte los ojos antes de mirar hacia el frente. Una sonrisa decoró mi cara.
— Entonces, no vamos a hacerle esperar, ¿no?- Dije avanzando.
Pasamos a la siguiente sala que estaba custodiada por varios centinelas que entre todos eliminamos para seguir avanzando. 
Sala laberíntica.
Salimos de allí y nos encontramos con que el templo no estaba todo cerrado y parecía no en las mejores condiciones. Miraba fijamente cuál era la manera más rápida para avanzar. 
— ¿De verdad los Ancianos construyeron todo esto para ocultar la materia negra?- Preguntó Yuffie.- ¡Pues tiene que ser una materia del copón! 
— No vuelvas a mencionarla.- Dijo Aeris callando a Yuffie.- Shinra no sabe nada al respecto. 
— Cait ya habrá cantado.- Mencionó Red XIII. 
— Eso dará igual si la conseguimos nosotros antes.- Dijo Cloud a lo que no pude evitar reír un poco.
— Pero… ¿¡Que cojones!?- Exclamó Barret mirando hacia adelante.
Cuando miramos hacia donde él miraba nos encontramos a un grupo de centinelas que estaban boca abajo, como si la gravedad se hubiera invertido en esa zona. 
— Empiezo a pensar que estamos alucinando…- Dijo Red XIII.
— Venga, que el tiempo es oro.- Mencioné.
Empezamos a avanzar por sus plataformas intentando avanzar, era un laberinto en toda regla, bastante complicado de entender.
— Un templo la leche de raro, petado de tropas de Shinra y túnicas negras.- Dijo Barret.- Me parece que hoy no pegamos ojo. 
— Sephiroth también estará aquí, ¿no?- Preguntó Red XIII. 
— Sí, está aquí.- Respondió Cloud. 
— Qué mal rollo me da todo…- Mencionó Barret. 
— Bueno, no le demos muchas vueltas.- Dijo Aeris.- Hay que echarle valor. Si el templo nota que dudamos, será un obstáculo más… 
— Entiendo.- Dijo Tifa.
Sala de la estrella carmesí (Tierra)
De repente llegamos a una sala extrañísima con una piedra flotante en medio y que brillaba con un tono verde. Las paredes además también emitian luz pero de color rojo. Cloud se acercó a ella y la tocó. De golpe empezamos a flotar todos, parecia que íbamos a caer en dirección contraria.
— ¡Oye, oye!- Exclamó Barret. 
Pusimos al instante los pies en el techo, o lo que era ahora, nuestro suelo.
— ¿Estamos al revés?- Preguntó Aeris. 
— Bueno, depende de cómo se mire.- Dijo Cloud. 
Parecía que la única manera de avanzar ahora era estar boca abajo así que pusimos rumbo una vez más. Cada vez costaba más pasar por los lugares, estaba todo en bastante mal estado.
— ¿Qué habrá pasado aquí?- Preguntó Red XIII.
— Sangre…- Dijo Aeris mirando la zona.- Se derramaron ríos. Hace mucho tiempo… En una guerra. 
— Nadie ha salido de aquí con vida.- Mencionó Cloud.- Eso me dijo Cait. 
— ¡Haberlo dicho antes!- Exclamó Yuffie. 
Me acerqué al borde de un pasillo y vi pasar una corriente, verdecita, parecida a la corriente vital. En ese momento varios centinelas gritando iban a toda velocidad por esas corrientes.
— ¿Qué acaba de pasar?- Preguntó Yuffie. 
— Ni pajolera idea.- Respondió Barret. 
— Que curioso.- Dije con media risita en la boca.
— Me pregunto hasta dónde lleva.- Dijo Aeris mirándolo fijamente. 
— Ni se te ocurra comprobarlo, ¿eh?- Mencionó Barret mirando a Yuffie.
— ¿Por quééé?- Preguntó ella. 
Seguimos avanzando y en el camino tuvimos que deshacernos de varios centinelas. Venían a por todas a matarnos, parecía que les habían ordenado nuestra eliminación. Subimos por unas enredaderas al terminar y allí solo se veía una plataforma con un agujero en medio y una cascada de mako. Allí habían dos centinelas concienciandose que se tenían que tirar. Finalmente se tiraron y nos acercamos hacia allí.
— No veo otra salida que la de saltar.- Dijo Cloud. 
— ¡Venga ya!- Exclamó Yuffie. 
— Me lo veía venir…- Mencionó Barret.
— ¡Al mako patos!- Exclamé yo tirándome directamente y llegando a la parte inferior.- ¡Woah! ¡Que adrenalina!
— ¡Sil, estás loca!- Exclamó Yuffie al llegar a abajo.
— ¡Pero si ha estado guay!- Respondí. 
Finalmente vimos una puerta que parecía que llevaba a algún sitio en concreto, algún sitio especial. Nos dirigimos allí a toda prisa y entramos a lo que parecía una zona cubierta del templo. La sala era enorme, gigantesca. Parecíamos hormigas a escala. Allí, muchos centinelas yacían muertos en el suelo pero nosotros no habíamos pisado la zona antes. 
— Esto no me gusta…- Mencionó Barret. 
Un estruendo detrás nuestro nos asustó y al girarnos la puerta se había cerrado. Estábamos totalmente atrapados y peor fue cuando al mirar arriba nos dimos cuenta de que había un bicho enorme. Empezamos a flotar una vez más, cambiando de nuevo de gravedad. El dragón extraño se puso delante nuestro y de golpe un bloque desde arriba empezó a caer.
— ¡Cuidado!- Exclamó Barret.
Rápidamente Yuffie se apartó y se salvó del gran bloque. Me acerqué a ella y le ayudé a levantarse con una sonrisa. 
— Para mí que es el señor del templo.- Dijo Red XIII mirando al dragón. 
— ¿¡Quieres unas alubias Da-chao!?- Exclamó de golpe Yuffie mirando al monstruo haciendo que él reaccionara pegando un pedazo de grito.
— ¡No lo cabrees!- Exclamó Barret. 
— ¡Centraos!- Dijo Tifa poniendose en guardia. 
Usé mi materia de análisis para fijarme en sus puntos débiles. La cabeza era su punto débil y aunque su inmunidad al piro complicaba un poco las cosas su debilidad principal era el hielo. Empezamos a luchar contra él, corriendo peligro. Usé HIELO+ contra el monstruo y parece que al notar el frío, se cabreó y empezó a llenar el suelo de fuego.
— ¡Cuidado!- Exclamó Red XIII.
Todos echamos a correr hasta el fondo de la sala.
— ¿Estáis bien?- Pregunté comprobando que todo el mundo estuviera bien.
Los demás asintieron y en cuanto el fuego desapareció volvimos a la carga. Cuando parecía que el dragón ya estaba en su último aliento intentó echar a volar.
— ¡No te lo crees ni tú!- Exclamó Barret atacandole a balazos. Aeris se unió a él, con su báculo y su mágia.
— ¡Cloud!- Exclamé yendo rápidamente hacia él imbuyéndole la espada en HIELO++.- Adelante.
Él asintió y fue corriendo hacia el dragón, clavándole la espada la espada al monstruo, con el hielo destruyendole las venas. En ese momento Tifa fue corriendo hacia el dragón y saltó en el aire, dando una voltereta y pegandole una gran patada en la cabeza. Tifa volvió hacia atrás y sonrió.
— ¡Que pasada!- Exclamó Aeris.
— Hay que despedirse a lo grande.- Mencionó Tifa.
— Aprisa.- Dijo Cloud sin ni siquiera mirarlas. 
— No nos queda demasiado tiempo.- Respondí. 
— ¿Eh?- Preguntó Barret.
Entramos a la siguiente sala y seguimos por sus pasillos hasta llegar a una sala cerrada con un mecanismo en medio que servia para desbloquear la plataforma y que bajara. 
Cámara de la vida. 
Cloud se apresuró en activarla y todos bajamos. La corriente era mucho más fuerte en esa zona, aventaba todos los residuos y destrozos del tiempo. Era bastante impresionante.
— ¡Qué flipadaaa!- Exclamó Yuffie.
— Ahí.- Dijo Tifa señalando una plataforma que había más adelante.
Un grupo grande de centinelas y dos de los Turcos que no podía distinguir por la distancia corrían para que la corriente no los atrapara. Aunque los Turcos tuvieron suerte la corriente se llevó a varios de los centinelas, matándolos probablemente al final del destino.
— No quiero ni mirar…- Dijo Barret.
Aeris se agachó y tocó el suelo intentando analizar bien la situación.
— Percibo cierta ira en la corriente vital.- Mencionó Aeris.- No sé. Es una sensación. 
— Oye, Aeris…- Dijo Tifa.- ¿No puedes transmitirle nuestras buenas intenciones?
— No estoy segura…- Dijo Aeris, muy preocupada.- Bueno, voy a intentarlo 
Aeris se levantó, cerró sus ojos y puso sus manos juntas empezando el rezo. Justo después sacó su báculo y empezó a usar su magia acompañándolo de un dulce y bonito baile. Todos nos quedamos mirando la situación sorprendidos. Parecía que la corriente vital la envolvia, la quería. Una mota de corriente vital se puso delante mio y yo la miré fijamente, poniendo mis manos para que reposara. Me dio tanta nostalgia.
— Parece que la corriente vital te reconoce, Sil…- Me dijo Tifa.
— Podría ser.- Sonreí.
Me acerqué un poco más al centro, Yuffie y Red XIII también lo hicieron pero de golpe la magia de Aeris se rompió y la corriente vital sopló mucho más fuerte. De nuestros pies empezó a salir otra parte del templo, elevándonos. El problema es que como no todos estábamos en el círculo solo subimos Aeris, Yuffie, Red XIII y yo. Aeris cayó directamente al suelo y perdió el conocimiento.
— ¡Aeris!- Exclamé yo moviendola.- ¡Aeris!
En ese momento no tardó en abrir los ojos y nos miró algo confundida.
— ¡Se ha despertado!- Dijo Yuffie. 
— ¿Y los demás?- Preguntó Aeris.
— Ni idea…- Mencioné.
— No he sido capaz…- Dijo Aeris, mirando hacia el suelo.
— Era tu primera vez. ¡No te machaques!- Dijo Yuffie.- De todo se aprende. 
— Y no estás sola.- Dijo Red XIII.- Estamos juntos en esto. 
— Tenéis razón.- Mencionó Aeris.- No hay que tirar la toalla. 
— Vamos, la materia negra aguarda.- Agregué.
Empezamos a andar y nos metimos en una sala que tenía una especie de estanque de mako en el centro. Aeris se acercó a ello y cerró los ojos. Las partículas de mako empezaron a danzar alrededor de ella, aceptandola.
— Creo que me quieren enseñar a compenetrarme con la corriente vital.- Dijo Aeris. 
Parecía que Aeris podía dirigir esas partículas de mako con sus manos. Yuffie también lo intentó pero obviamente no funcionó. Yo me quedé mirando fijamente el estanque, sentía que me quería decir algo. Aeris no tardó en usar su báculo y dirigir la concentración de energía hacia una lámpara que había allí. Al hacerlo partes del templo se volvieron a juntar creando un camino por el que podíamos pasar.
— ¡Hala!- Exclamó Yuffie.
— Bien, podemos seguir.- Mencioné.
Seguimos el camino nuevo, poco a poco para no tropezar con los escombros. Avanzar no estaba siendo tan fácil. Aeris tenía que buscar energía de la corriente vital, absorberla y luego activar varios mecanismos más para conseguir que el templo se reformara, creando nuevos caminos. El cielo estaba totalmente gris, no sabíamos si era de día o de noche, era todo muy confuso. 
— ¿Estarán bien, verdad?- Preguntó Aeris.
— Mientras Cloud no pierda el norte…- Dijo Red XIII.
— Sil, ¿tú como estás?- Me preguntó Aeris, mirandome fijamente.
— ¿Eh, yo? Bien. ¿Por qué lo dices?- Pregunté. 
— No vayas a perder el norte tu también, Sil.- Mencionó Red XIII.
— Me noto normal.- Respondí.
Algo de mentira tenían mis palabras. La sensación de calidez y de acercamiento que notaba a través de la corriente vital. Las ganas que me invadian de conseguir esa materia negra y demás, hacían que no me sintiera tan yo. Lo peor es que no me importaba, me hacía bien. Me sentia poderosa, fuerte.
Aeris reconstruyó varias partes del templo más y parecía muy cansada. Estaba agotando toda su energía para conseguir fluir con la corriente. Yuffie la agarró de los hombros para que no cayera.
— Deberías descansar.- Mencionó Red XIII. 
— Es verdad.- Dijo Yuffie.- ¡Que te tenemos que guardar como oro en paño! 
Yuffie se sentó en el suelo y indicó a Aeris que se sentara con ella para luego mirarnos a Red XIII y a mi. 
— Vale. Solo un rato.- Dijo Aeris sentandose. 
Yo me dirigí al borde del precipicio y me senté allí, algo alejada de los demás. Suspiré y miré fijamente la corriente vital. 
Queda poco para descubrir parte de una verdad. Demuestra tu verdadero poder.
Mi verdadero poder… ¿Cuál es ese poder?
— ¡Ya he descansado bastante!- Dijo Aeris levantándose.
Al escucharla me levanté yo también y fui hacia ella.
— ¿Estás segura de que puedes avanzar?-Le pregunté.- No me perdonaría que te pasara nada. 
— Aw, Sil…- Dijo ella mirándome fijamente.- No te preocupes, estoy más que segura. Es que no paro de pensar en los demás… 
— Vamos, entonces.- Dijo Red XIII.
Entramos por una de las nuevas partes reconstruidas dirigiéndonos a una puerta. Yuffie la abrió con todas sus fuerzas y al entrar vimos a la corriente vital enfurecida, arrastrando parte del templo y a varios centinelas. 
— A ver si el esfuerzo ha dado sus frutos.- Mencionó Aeris con una sonrisa. 
Aeris se acercó al centro, cerca de la lámpara y empezó a transmitirle toda la corriente vital que le quedaba, toda la energía pero fue rechazada una vez más.
— ¿¡Por qué!?- Exclamó Yuffie.
Miré fijamente la situación y me fije que no todas las luces de la corriente vital tenían un color normal. Dos de ellas eran de un color rojizo, maldito. 
— Debe haber dos monstruos tirando mala energía hacia la corriente.- Expliqué.
— ¡Me los cargo!- Exclamó Yuffie. 
Avistamos de donde venían las malas ondas y fuimos hacia la primera lo más rápido que podíamos. Allí un monstruo que parecía una especie de gelatina extraña atentaba contra la corriente. Nos tiramos los cuatro a luchar contra el asqueroso bicho esquivando todos sus ataques mágicos a la perfección. Al deshacernos de él, la corriente vital por un lado recupera totalmente la normalidad.
La cabeza poco a poco me empezaba a dar más vueltas, se acercaba el gran momento, un momento que no tenía ni idea de lo que consistia pero que me llamaba, me llamaba la corriente vital, me llamaba Sephiroth. Me puse la mano en la cabeza y suspiré.
— ¿Sil?- Dijo Yuffie.- No me digas que ya estás cu-cu.
— No.- Dije mientras seguía avanzando.- No tenemos todo el día.
— ¡Pues no me asustes así!- Expresó Yuffie.
— Perdón, perdón.- Mencioné.
Fuimos hacia el otro lado y rápidamente avistamos al otro monstruo exactamente igual que el que habíamos derrotado al otro lado. En un momento el monstruo me absorbió y no dudé, desde dentro suyo, en clavarle mi espada, sobresaliendose y subiendosela hasta la boca, haciendo que toda la gelatina explotara y me liberara. 
— Como coser y cantar.- Dije con una sonrisa.
La corriente vital ya estaba restablecida del todo y volvimos al punto inicial. Aeris se concentró y lo logró, parecia que todo se recomponia.
— ¡Mirad!- Exclamó Red XIII.
En la plataforma de delante, a bastante distancia, vimos a Barret, Tifa y Cloud luchar contra Reno y Rude. En una de esas Rude empujó fuerte a Cloud y cuando parecía que se iba a caer el edificio se reconstruyó gracias a la magia de Aeris impidiéndoselo. 
— ¡Cloud! ¡Tifa!- Exclamó Yuffie. 
— Tranqui.- Dijo Aeris.- Lo tengo controlado. Queda encontrar el camino.
Empezamos a dirigirnos por las nuevas partes del templo, estaba todo reconstruido y era mucho más fácil avanzar. Vimos una gran puerta y Aeris la abrió. Al entrar vimos que allí se encontraban Tseng y Elena. Al vernos, Tseng agarró el hombro de Elena.
— Deja y vámonos.- Dijo Tseng mirando hacia la puerta contraria del sitio. 
— ¡Alto ahí!- Exclamó Yuffie.- ¡Se van con el rabo entre las piernas!
— No podemos permitir que se burlen, jefe.- Dijo Elena.
— ¡Parece que me ha oído!- Exclamó Yuffie. 
— ¿No has visto la bandera de la entrada?- Preguntó Elena mirando a Yuffie y cruzándose de brazos.- La tierra prometida está bajo control de Shinra. Eso es, Anciana. Aquí mandamos nosotros.
— Ay, por dios.- Dije yo mirando fijamente a Elena.- No sabia que la desinformación podía llegar tan lejos. 
— ¿Y los otros?- Preguntó Tseng. 
— ¿Se os han perdido de camino?- Preguntó Elena. 
— Seguimos siendo más que vosotros.- Mencionó Red XIII. 
— Ja, ¿es que no te enteras?- Exclamó Elena.- ��El señor Tseng y yo somos imbatibles! 
— No tenemos todo el dia.- Dije acercándome a Elena y haciendo que ella retrocediera.- Hazme un favor y vuelve al planeta, donde perteneces.
Mis ojos gritaban mako en ese momento, lo notaba. Fluctuaba todo dentro de mi. Saqué mi espada y ataqué a Elena en el brazo, creandole un pequeño corte en el traje y una herida. Tseng vino hacia mí y me paró.
— Sil.- Tseng me miró fijamente a los ojos y se sorprendió al verlos, al ver todo el mako removerse, sin cesar.
— A ver si nos enteramos.- Volví a decir, mirando fijamente a Tseng a los ojos.- No tenemos todo el día, me esperan. 
— ¿Quién te espera?- Preguntó Tseng.- Oye Sil… ¿estás bien?
— ¡Que no tengo todo el dia!- Exclamé sacando mi espada y empujando a Tseng. 
— ¡Sil!- Exclamó Aeris viniendo hacia mi. 
Mi cuerpo empezó a fallar, mi mente dolía mucho. Me sentía como si una gran brecha se estuviera abriendo y estuviera desangrándome. 
Eso… que nada te pare. 
Tseng se volvió a acercar a mi, le notaba el dolor en los ojos y me abrazó fuerte. 
— Eh, Sil… Vuelve en ti…- Dijo Tseng mientras pasaba su mano por mi pelo. 
Sil, empujalo.
Mi corazón corría a mil por hora, me sentia mareada, no me sentia bien. Tseng acariciaba lentamente mi pelo, acercándome al máximo a él.
— Vete Tseng.- Expresé.- Antes de que yo…
— Pero…- Intentó decir él.
— ¡Qué te vayas!- Exclamé.
Lo empuje fuerte y me volvió a dar ese gran dolor. Me tuve que poner de cuclillas y ponerme las dos manos en la cabeza para soportarlo. Aeris se puso a mi lado, poniendome una mano en mi espalda.
— ¡Señor Tseng!- Dijo Elena.- ¡Es mejor que se vaya, esto no pinta bien!
— Cuidala bien, por favor, Aeris.- Dijo Tseng, con dolor en sus palabras, antes de salir corriendo de allí.
Justo en ese momento la plataforma de arriba se derrumbó y de arriba cayeron Tifa, Barret y Cloud junto con Reno y Rude. Tifa nos vio y se acercó rápidamente a nosotras. 
— ¡Sil!- Exclamó Tifa.- ¿Estás bien?
— ¡No se que le pasa!- Exclamó Aeris.- ¡No es ella! ¡Ha intentado matar a Elena y casi que a Tseng!
Tifa me movió fuerte, agitandome y yo la miré fijamente, muriendome del dolor.
— ¡Tus ojos!- Exclamó Tifa.- ¡Sil, vuelve!
En ese momento el dolor se apagó, me intenté levantar, a medias con ayuda de las dos. Miré hacia adelante viendo a Elena, Rude y Reno en el suelo, intentando levantarse por culpa de la caída y de los escombros. Cloud se acercó a Elena y le intentó clavar su espada.
— ¡Cloud!- Exclamó Aeris.
— No te apenes…- Dijo Cloud mirando a Elena subiendo su mandoble una vez más.- pues regresarás al planeta.
Mi cabeza hizo un click y me lancé rápidamente hacia allí, poniéndome delante de Elena y parando el mandoble de Cloud antes de que la matara.
— ¡No!- Exclamé.- No, por favor…
Un gran dolor me volvió a azotar, pero luchaba contra este para proteger a Elena y retirar finalmente la espada de Cloud. Él me miró y desvió la mirada, guardando su espada. 
— Gracias, Cloud.- Le dije. Notaba como mis ojos temblaban. 
Cloud se apartó y yo suspiré. Me giré hacia Elena.
— Perdona… No he sido yo antes…- Le dije.
— No si… lo sé…- Dijo ella, sin casi palabras. 
Me acerqué a Rude y le ayudé a levantarse. Él me lo agradeció con la mirada y luego me dirigí a Reno.
— Es bueno ver que estás bien, Reno.- Dije con una sonrisa.
— Sil… ¡Por fin!- Exclamó Reno levantándose, algo dañado por el golpe y me abrazó fuerte.- Ya me recuerdas, ¿verdad?
Asentí y le abracé fuerte también. Mi corazón se sentía mucho más tranquilo. 
— Se nos ha adelantado uno.- Dijo Barret.- ¡Tenemos que meter el turbo! 
— Sí.- Dije yo separándome de ellos y mirando a los Turcos.- Tenéis que descansar, ¿si? Es mejor… que no os acerquéis más. El destino aguarda.
Reno se me quedó mirando fijamente, sin entender lo que veía, como me veía, como hablaba, lo que decía. Abrí la puerta para continuar y seguimos todo el grupo. Yuffie se encargó de cerrar la puerta a nuestras espaldas. Usamos el mecanismo para bajar a la siguiente sala. Notaba que ya quedaba menos, que nos acercabamos.
Cámara del renacer.
Llegamos a un sitio con un pasillo y una puerta. No tardamos nada en cruzarla y llegar a una sala redonda, sin techo, en la que el sol brillaba y las plantas florecían. Allí varios encapuchados andaban, sin rumbo y Tseng se encontraba allí. 
— Estas ruinas poco recuerdan a un templo… Esto era una fortaleza.- Dijo Tseng.- Hay indicios de combate por todas partes… Pero ¿de quién se defendían? ¿De los monstruos?
— ¡Tseng!- Exclamé al verle.
— Sil…- Dijo Tseng dirigiendo la mirada hacia mi.
En ese momento apareció Sephiroth detrás de Tseng y me miró a mi por un momento para después mirar a Tseng.
— Se defendían de la inepcia de la humanidad.- Dijo Sephiroth de golpe. 
— ¡Tseng, cuidado!- Exclamé. 
Tseng se giró, pistola en mano y aunque intentó dispararle fue en vano. Sephiroth atravesó su espada en el estómago de Tseng. Un grito salió de mi, de dentro.
— Temerosos y envidiosos del poder de los Ancianos, los humanos asolaron su estirpe.- Dijo Sephiroth.- No vas a arruinar mis planes, deja de entrometerte. 
Sephiroth se giró y me miró fijamente. 
— No llores por él. Solo es un incordio para nuestro plan. Mejor que regrese al planeta. Nos vemos pronto, Sil.
Tseng le disparó desde el suelo y Sephiroth desapareció en ese momento. No pude evitar echar a correr hacia allí, tirándome en el suelo, al lado de Tseng.
— Estoy bien, Sil…- Dijo Tseng mirándome a los ojos. Tenía la boca llena de sangre. Las lágrimas empezaron a invadir mis mejillas.- No… No llores, mi vida… 
Tseng levantó un brazo y puso mi mano en mi mejilla quitándome las lágrimas pero empezó a toser.
— No te fuerces, Tseng… Perdóname…- Le abracé con todas mis fuerzas y cerré mis ojos.- Todo esto es mi culpa… Nunca me lo perdonaré…
Noté sus brazos rodearme y se apoyó en mi. Tenía el corazón roto.
— No es tu culpa, mi niña…- Me dijo Tseng, acariciandome el pelo una vez más, como solía hacerlo siempre.
Me aparté un poco de él y puse mi mano en su herida usando mi materia de curación para intentar hacer algo por él. 
— Te pondrás mejor…- Lo miré a los ojos y le agarré la mano, apretandola.- Te quiero muchísimo, Tseng, te quiero…
— Yo también te quiero, Sil…- Tseng se levantó como pudo y miró a Cloud.- Amala como se merece, por favor… 
— Ni lo dudes.- Dijo Cloud acercándose a nosotros, ayudándome a levantarme y poniendo sus manos en mis hombros.
— Gracias…- Dijo Tseng para mirar a Aeris.- Aeris… contestame algo. ¿Es esto… la tierra prometida?
Aeris se quedó inmovil por un segundo pero habló.
— No. No puede serlo.- Respondió ella.
— Vaya… conque no, eh…- Mencionó Tseng intentando andar.
— ¡No te fuerces, Tseng! ¿Dónde vas así? Si casi que no puedes andar…- Exclamé yo.
— Tengo que informar a Shinra…- Dijo Tseng.- Nos vemos pronto…
En ese momento Tseng se fue y me quedé allí, bajé la mirada y las lágrimas seguían corriendo por mi mejilla. Verlo así, por mi culpa, me había destrozado. 
— Todo está bien, Sil…- Dijo Cloud rodeando mi cintura con sus brazos.- Esta vivo… 
Asentí y me limpié las lágrimas mirando fijamente el pedestal que había en el centro. Aeris se acercó a este y lo tocó. El aura verde empezó a salir de dentro del pedestal, una explosión de energía se expandió por la sala y unas letras aparecieron. 
— ¿Qué pone?- Preguntó Cloud al verlo. 
— "Guerreros que anheláis reposo, encarad aquello que os duela. Vuestras huellas, sangrienta estela, no auguran días dichosos. Mas la ira os hará de espuela"- Leyó Aeris. 
En ese instante unos brillos rojos se acercaron y atravesaron los corazones de Barret, Yuffie, Red XIII, Tifa y Aeris, señalandoles a cada uno una puerta. 
— ¿Tenemos que entrar ahí?- Preguntó Barret. 
— No. Cada uno debemos superar una prueba.- Mencionó Aeris. 
— Vaya…- Dijo Tifa.- Parece que Sil y Cloud se libran.
— ¡Hala, qué morro!- Exclamó Yuffie.
— Os esperamos aquí.- Dijo Cloud.- Daos prisa. 
— Si hay que hacerlo, cuanto antes, mejor.- Agregó Barret.- Bueno, hasta luego.
Cada uno se dirigieron a sus respectivas puertas y desaparecieron de allí. Cloud me miró y me agarró las manos.
— ¿Estás mejor?- Me preguntó.
— Algo, sí.- Respondí.- Mucho que procesar… 
— Estamos juntos.- Dijo Cloud acercándome a él y abrazándome.
— Gracias por entenderlo, Cloud.- Dije correspondiéndole.- ¿Cómo te encuentras, tú? ¿No te está consumiendo este sitio…? Pierdo el norte… 
— No lo sé.- Expresó él mirándome fijamente a los ojos.- Puede ser…
De golpe noté un dolor intenso en mi cabeza, que me reventó por dentro, una vez más. Me apoyé a Cloud, mis iris volvió a temblar, el mako resurgió en mi. Sephiroth apareció de nuevo, delante de nuestros ojos.
— Queda poco para que se cumpla. Debéis centraos…
— ¡Sephiroth!- Exclamó Cloud poniéndome detrás de él y sacando su espada.
— El destino aguarda.- Dijo Sephiroth antes de volver a desaparecer.
Me quedé pensando por un momento en sus palabras y todo lo que decía parecía tener sentido para mi. ¿Qué me estaba pasando? 
— El destino aguarda…- Repetí.- Es cierto… 
Las puertas se abrieron de golpe y todos regresaron. En sus caras se notaba tristeza, mucha tristeza. Cualquier cosa que habían vivido allí dentro les había afectado negativamente. 
— Chicos.- Dijo Aeris.- La muerte… es parte de la vida. Aunque nuestros cuerpos se descompongan, nuestro ser no desaparece. Se une a la corriente vital que fluye por el planeta y hace brotar nueva vida. 
— ¿Eso es consuelo?- Preguntó Barret.
— Más allá de la muerte, la vida continúa. Pero aunque lo sepamos, nos duele decir adiós a quienes más queremos. Así que…- Dijo Aeris mirándonos a Cloud y a mi.- Dejad de llamarlo "regresar al planeta", como si ese dolor no existiera. 
¿Os dejaréis manipular?
— La vida a veces nos lleva por un camino triste e injusto.- Mencionó Aeris.- Nuestros actos, y los de los demás, conforman nuestro pasado. Y no se pueden borrar. Pero sí se puede cambiar el futuro. El dolor y la ira nos hacen más fuertes pero también nos transforman. Creo que la verdadera fuerza no nace del sufrimiento. Yace en nuestro interior. Es un impulso amable, que nadie puede quebrantar. Al menos, así lo veo yo. Si dejamos de torturarnos por el pasado y encaramos el futuro… seremos mil veces más fuertes que Sephiroth. Os lo garantizo.
— ¿Algo más?- Preguntó Cloud, sin importarle lo más mínimo sus palabras.- Vamos contrarreloj. Arreando. 
— Lo siento Aeris.- Mencioné.- Pero no podemos perder más tiempo aquí. 
— Sí, vale.- Respondió ella. 
Galería de las efigies.
Una puerta más grande se había abierto ya que los demás habían superado sus pruebas con éxito. Entramos allí y muchas grandes estatuas nos acompañaban en un largo pasillo eterno alumbrado por fuegos. Íbamos andando tranquilamente y de golpe Cloud atacó sin piedad a un hombre de las túnicas y nos miró fijamente a todos.
— Yo…- Dijo Cloud.- No soy como Sephiroth.
— Ya lo sabemos, Cloud.- Mencionó Tifa. 
¿Y tú, Sil? ¿Quién eres?
— Vamos.- Añadió Cloud. 
Llegamos al final del pasillo y bajamos por unas escaleras en forma de caracol. En la siguiente sala varios monstruos se pusieron en nuestro camino pero me acerqué a ellos, reventándolos, sin piedad. Seguimos bajando, nos adentrábamos en la parte más protegida del templo, quedaba menos para llegar a la materia negra. Finalmente llegamos a una sala con un dibujo extraño en la pared. Aeris se dirigió a este y lo tocó suavemente haciendo que la energía vital llenara la sala. Esta se convirtió  en representaciones de dibujos. Parecía una pelea, unos encapuchados tiraban magia a unos hombres. 
— Heos aquí, supervivientes de la eternidad.- Dijo una voz del templo, una voz de los cetra.- La era en que los Cetra vivimos en armonía con el planeta toca a su fin. Otros heredarán estas tierras y allanarán su historia. 
Los hologramas se desvanecieron y la corriente nos empezó a indicar el camino, por donde teníamos que ir. Aeris asintió mirándonos a todos y seguimos el camino que nos habían indicado. 
— El fruto de nuestra ardua batalla contra la calamidad de los cielos no fue otro que la desgracia. Los hijos de la humanidad nos temían. Los hijos de la humanidad nos envidiaban.- Explicaba la voz mientras la energía se transformaba en más representaciones de la historia.- Jamás supimos si su odio fuera obra de la calamidad turbadora de corazones. Sea como fuere, el destino nos dio la espalda. Despojados de todo salvo la ira y la tristeza… ahora solo nos queda esperar a la destrucción del mundo. Con la esperanza de sanarla, muchos partieron hacia allí y sucumbieron a la calamidad… que mudaba de piel y los recibía con el rostro de sus difuntos. Así, la calamidad sembró su vil semilla en el seno de los Cetra y el de los hijos de la humanidad. Nos alzamos en su contra, en nombre de Gaya, y muchos perecimos y regresamos al planeta. Mas la calamidad no gozó de tal descanso. Vencida e incapaz de regresar a Gaia, se sumió en un sueño de vida… y recibió su nombre mientras dormía. La llamaron Jénova. Guerreros que pisáis nuestro dominio, tened cautela. El reencuentro… La semilla de la calamidad florece, y sus raíces se buscan y entrelazan bajo tierra. Nuestro cometido es defender a Gaia de quienes osan amenazarla. Los Gi, llegados de un planeta extraño, obraron la materia negra con sus plegarias. Nos juramos ocultar dicha abominación de quienes anhelaran su funesto poder. La materia negra invoca la aciaga sombra de Meteo. Si Meteo cayera sobre la faz de Gaia, la destruiría por completo. Los únicos supervivientes de su fatídico impacto…
— Seremos nosotros.- Dijo Sephiroth de golpe, apareciendo delante nuestro.- Tu y yo, Sil. Pues somos los hijos de Jénova y hemos de erigirnos en dueños y señores del planeta. No solo de este mundo, sino de todos. El mundo se liberó del yugo del destino y se bifurcó hacia un nuevo futuro. 
— ¿Qué…?- Expresé.
"Tu y yo, Sil. Pues somos los hijos de Jénova"
— ¿Qué quieres decir?- Preguntó Aeris. 
— Todos los mundos caminan hacia su reencuentro, y hacia Jénova.- Explicó Sephiroth.
— El reencuentro…- Dijo Aeris.
— Más allá de esa unión, aguarda la eternidad.- Mencionó Sephiroth.
— Nada es eterno.- Exclamó Aeris. 
— No… Aún no.- Dijo Sephiroth.
— Te equivocas.- Exclamó Aeris una vez más.
— Sil.- Dijo Sephiroth ofreciéndome su mano.- Es hora de que me acompañes. 
Me quedé totalmente en blanco. No podía pensar, no podía reaccionar. 
"Pues somos los hijos de Jénova"
Es que, ¿eso es quien soy de verdad?
— ¡Sephiroth!- Exclamó Cloud agarrandome y poniéndome detrás suyo para después intentar ir a por él.
— Moriréis todos aquí.- Dijo Sephiroth.- Mas no os preocupéis ya que regresareis al planeta.
Sephiroth desapareció y un horroroso bicho apareció en la pared, invocado por él. Saqué mi espada, pero temblaba. 
— Nos encargamos nosotros, Sil.- Me dijo Aeris con una sonrisa.- No te preocupes por nada.
"Hijos de Jénova"
Mi mente se quedó vacía y miraba la pelea sin ni siquiera atacar, desde lejos. No entendía las palabras de Sephiroth. O no sabia si quería entenderlas. Solo me habia creado más preguntas.
¿Por qué soy "hija de Jénova"?
¿Qué relación tengo con Sephiroth?
¿Cuál es mi verdad?
— ¡Toma yaaaa!- Exclamó Barret.- ¡Que el planeta nos espere tranquilo, que hoy no regresamos a él!
Habían conseguido exitosamente derrotar el monstruo y me acerqué a ellos. 
— ¡Sephiroth va a tener que esforzarse más si quiere pararnos los pies!- Exclamó Yuffie.  
Cloud se acercó lentamente al monstruo quien casi que no podía con su alma. Puso la espada en modo combate, pero no su forma de combate, parecía más… la de Sephiroth.
— Apártate de mi camino.- Exclamó Cloud.
Cloud saltó encima del monstruo y empezó a clavarle repetidamente la espada en su cabeza y cuando el bicho desapareció del todo empezó a pegarle a la pared.
— Cloud…- Dijo Barret. 
Altar negro
De golpe la pared se derrumbó enseñándonos así de esta manera un pequeño camino hacia un altar. Cloud empezó a andar medio zombie hacia allí y yo los demás lo seguimos acercándonos al pequeño pedestal donde una materia negra yacía allí. Cloud puso su mano en la materia y Aeris se asustó.
— ¡Para!- Exclamó Aeris. 
Cloud retiró la materia, con una gran sonrisa en su cara. La energía vital se enfadó al retirar la materia, todo empezó a temblar. 
— ¿Eh? ¿¡Qué pasa!?- Exclamó Yuffie. 
— "Quien persigue la destrucción de Gaia renuncia al sueño eterno en su seno"- Recitó Aeris.- Por haber cogido la materia negra, el templo nos va a enterrar vivos. 
— ¿Eh? ¿Estás de broma?- Preguntó Yuffie, nerviosa.- Porfa… ¡Dinos que estás de broma! 
— Basta con volver a dejar la materia en su sitio…- Mencionó Red XIII. 
Barret fue hasta Cloud y le intentó arrebatar la materia negra.
— ¡Suéltala!- Exclamó Cloud. 
— ¡El que tiene que soltarla eres tú!- Exclamó Barret.
— Da igual.- Dijo Aeris.- Ya es tarde para evitar el derrumbe.- Además… esa materia es una imitación. 
— ¿Pretendes que me crea eso?- Preguntó Cloud. 
Barret empujó a Cloud en el suelo y la materia negra salió rodando. Red XIII la agarró con la boca y la volvió a dejar en su sitio pero no funcionaba.
— Mierda… ¡No hay manera!- Exclamó Barret. 
En ese instante llegó Cait Sith de golpe, montando en su moguri gigante.
— ¡Miau buenas!- Dijo Cait Sith.- ¡Cuánto tiempo! 
— ¡Serás…!- Exclamó Barret.
— ¡Luego me lo cuentas!- Mencionó Cait Sith. 
Cait Sith saltó de su moguri y se puso debajo del pedestal, intentandolo sujetar para que el templo terminara de derruirse más lentamente.
— ¡Miauuuu!- Excalmó Cait Sith.- Haré lo que pueda prrr parar esto. ¡Vosotros moved esas almohadillas! 
— Pero…- Dijo Barret.
La materia negra cayó y se quedó en los pies de Cloud.
— ¿Y qué pasa contigo?- Pregunté yo, fueron las únicas palabras que me salieron.
— Tu me dijiste que debo de ser fieles a quien me lo son…- Dijo Cait Sith.- Asi que… No os arriesguéis más prrr mi, os lo debo. Ay, ojalá estuviera más fuertote… No aguantaré miaucho, así que ¡salid prrr patas mientras podáis! 
— Vámonos.- Exclamó Vincent desde atrás quien acababa de llegar.- Sé por dónde escapar. 
— Bien. Vamos.- Dijo Cloud agarrando la materia.
— Lo siento… Aguanta, michi.- Mencionó Barret.
— Gracias.- Dijo Aeris.
Salimos corriendo por patas, todo se nos iba a caer encima si no íbamos lo más rápido que pudiésemos.
— ¡Qué mal, qué mal, qué mal, qué mal!- Exclamó Yuffie. 
— ¿¡No sabes correr calladita!?- Preguntó Barret. 
— Me siento culpable por todo lo que le dijimos a Cait Sith.- Dijo Tifa. 
— Ya…- Respondió Aeris. 
— No hemos podido disculparnos…- Dijo Red XIII. 
— Joder… ¿Nos va a dar tiempo?- Preguntó Barret. 
— Cait Sith se ha sacrificado para que así sea.- Mencionó Red XIII. 
— Eso, tenemos que salir con vida. Por él.- Dijo Tifa.
— ¡Corred, corred, correeeeed!- Exclamó Barret. 
Finalmente salimos de dentro del templo y empezamos a bajar las escaleras lo más rápido posible. 
— ¡Casi estamos!- Exclamó Tifa. 
Las escaleras se derruían a medida que íbamos corriendo, no podíamos bajar la guardia. 
— ¡Mira hacia adelante!- Dijo Red XIII mirando a Yuffie.
Conseguimos salir satisfactoriamente y el templo se destruyó delante de nuestros ojos. Todo lo construido, todo lo logrado, desapareció reduciéndose en nada y creando un gran vacío. Todos miramos hacia el vacío admitiendo el duro final de Cait Sith.
— Holiiii…¡Dichosos los ojitos!- Exclamó la voz de Cait Sith. Nos giramos y allí estaba, intacto.
— Cait… ¿Cómo has salido?- Preguntó Barret. 
— Sin mí, el Gold Saucer prrrdería su salero.- Dijo Cait Sith.- ¡Y eso no se puede prrrmitir! Prrr eso tengo más de un cuerpito serrano. 
— ¡Cómo me alegro!- Exclamó Aeris levantando a Cait Sith y abrazándolo.
— Déjame, que me sonrojo.- Dijo Cait Sith. 
— Bueno, ¿habéis encontrado lo que veníais a buscar o qué?- Preguntó Cid. 
— ¿Tienes curiosidad?- Preguntó Yuffie.- ¡Pero bueno! 
Cloud sacó la materia negra y se la quedó mirando fijamente. Yo no podía parar de mirarla tampoco, me sonaba de algo. 
— ¿Qué mosca os ha picado?- Nos preguntó Barret.- Cloud, ¿no has escuchado antes a Aeris? 
Barret le arrebató la materia a Cloud y él lo paró mirandolo fijamente.
— Devuélvemela.- Dijo Cloud. 
— Bah. Si no vale para nada.- Mencionó Barret tirandola. 
La materia negra rodó por el suelo hasta llegar a los pies de Sephiroth quien, una vez más, había aparecido allí. Se agachó y miró la materia con sus ojos. 
— Sephiroth…- Dijo Cloud. 
— Creamos la mejor imitación del mundo… ¿verdad, Sil? Incluso el templo se lo creyó- Dijo Sephiroth mirándome fijamente.- Solo nos faltará una…
Sus ojos penetraron en mi y sentí la vibración en mi iris. Mi cabeza fue invadida en ese momento, ya no era yo quien pensaba. Me acerqué a Sephiroth y él me cedió la materia negra de imitación. Sonreí. Me puse la mano en mi bolsillo y saqué una segunda materia negra, mucho más brillante, mucho más rojiza. 
— ¡Esa es…!- Exclamó Aeris.- ¡la verdadera!
— ¿La has tenido tú durante todo este tiempo, Sil?- Preguntó Tifa.
— Muy bien…- Dijo Sephiroth acercándome a él y abrazándome. Yo también me aferré a él.
Sephiroth emprendió el vuelo hacia arriba, conmigo y allí usó parte del poder de la materia negra, de una de las dos que existían. Los Ecos de Sephiroth venían hacia nosotros y un tormento se generó, creando varias raíces de árboles en la zona. Volvimos a donde estábamos antes y me deshice suavemente del agarre de Sephiroth.
— Cloud…- Dije con una sonrisa y tendiendo mi mano.- ¿Nos acompañaras? Vamos a estar los tres juntos en el nuevo mundo.
— El destino nos llama.- Mencionó Sephiroth. 
— Sil… Quiero estar contigo, toda la eternidad- Dijo Cloud acercándose poco a poco a nosotros.
Sephiroth sonrió al escuchar a Cloud y me volvió a dar la materia negra y yo la miré fijamente. 
Mi querida materia… 
Me guardé mi querida materia antes de que Tifa viniese corriendo hacia mi y me agarrara del brazo apartándome de Sephiroth. Aeris fue hacia Cloud y lo paró.
— ¡Sil! ¡Despierta, Sil!- Exclamó Tifa.
— En la eternidad.- Dijo Sephiroth.- Tendréis un lugar más apropiado que el que os dan vuestros "amigos". ¿De verdad son vuestros amigos? ¿No os están engañando?
Cloud apartó a Aeris y vino hacia mí, poco a poco. Yo le tendí la mano. Sephiroth en ese momento atacó a Aeris con sus Ecos para intentar tirarla al vacío. Cloud llegó a mi y me abrazó, levantando mi mentón. Me puse de puntillas y él me besó. Ese beso fue mi clave, el iris dejó de vibrar, volví en mí. 
El amor verdadero siempre trinufará enfrente al amor de destino.
— ¿Sil…?- Me preguntó Cloud. También había vuelto en él. 
— ¡Mierda!- Exclamé al ver lo que Sephiroth estaba tratando de hacer.- ¡Cloud, deten a Sephiroth! 
Él asintió, algo asustado por él mismo, pero no teníamos tiempo. Corrí rápidamente hacia Aeris intentando quitar a los Ecos de enmedio con mi espada.
— ¡Aeris!- Exclamé.- ¡Te vas a caer!
— ¡Sil!- Dijo Aeris.- ¡Vuelves a ser tú!
En ese momento un Eco tiró a Aeris al vacío pero conseguí agarrarle la mano, justo a tiempo, antes de que se cayera. Le sonreí y ella me sonrió pero no sirvió de nada. Sephiroth aprovechó un mal movimiento de Cloud y cortó la rama en la que estábamos. Acerqué a Aeris a mi abrazándola cayendo al vacío, juntas.
¿Es este el verdadero destino?
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BONUS: Sil con la materia negra en las puertas del templo de los Ancianos.
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Esto es una adaptación de la obra original FINAL FANTASY VII (SQUARE ENIX©) sin fines de lucro. Solo tiene fines lúdicos y de comunidad. Prohibida la copia de la adaptación igual que la extracción de personajes propios sin autorización.
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kamas-corner · 6 months
Text
«Pero qué hermosa estabas en la ventana, con el gris cielo posado en una mejilla, las manos teniendo el libro, la boca siempre un poco ávida, los ojos dudosos.
Había tanto tiempo perdido en vos, eras de tal manera el molde de lo que hubieras podido ser bajo otras estrellas, que tomarte en los brazos y hacerte el amor se volvían una tarea demasiado tierna, demasiado lindante con la obra pía, y ahí me engañaba yo, me dejaba caer en el imbécil orgullo del intelectual que se cree equipado para entender.
Equipado para entender, si dan ganas de reírse, Maga. Oí, esto sólo para vos, para que no se lo cuentes a nadie.
Maga, el molde hueco era yo, vos temblabas, pura y libre como una llama, como un río de mercurio, como el primer canto de un pájaro cuando rompe el alba, y es dulce decírtelo con las palabras que te fascinaban porque no creías que existieran fuera de los poemas, y que tuviéramos derecho a emplearlas.
Dónde estarás, dónde estaremos desde hoy, dos puntos en un universo inexplicable, cerca o lejos, dos puntos que crean una línea, dos puntos que se alejan y se acercan arbitrariamente…»
-Julio Cortázar, Rayuela
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