Tumgik
#pertenecerle a Él
juliaridulaina · 11 months
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Morir en vida//Dying alive//Morir en vida
Morir en vida, espiritualment parlant és, no aferrar-se a cap pertinença física, creença o estatus. Quan un mor, res existeix per aquell. Quan un mor en vida tota pertinença deixa de ser pròpia fins i tot el propi cos. Aquesta és una expressió contundent vista superficialment. Però si aprofundim una mica més, si oblidem la part física que implica la paraula «mort», n’extraurem un significat molt…
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lilietherly · 7 months
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[Fanfic! Victorianlock]
Omegaverse.
Basado en la película "Young Sherlock Holmes", de 1985.
Omega John Watson/Alfa Sherlock Holmes.
Relación establecida.
Drama.
Bullying.
Palabras altisonantes.
Contacto sexual no consensuado (no entre John y Sherlock).
Violencia/Agresión física.
Sherlock Holmes posesivo.
Dulce John Watson.
Angustia/Confort.
Fluff/Romance.
Final feliz.
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Espero que no me haya faltado ninguna advertencia, de formas, cariño, por favor, lee bajo tu propio riesgo 👀... En fin: ¡Este es el día 25 del reto que lamento tanto haber tardado años en escribir! Sin embargo, finalmente esta aquí. Y, a petición de mi linda, amada y suave @albastrusstuff, es un os Johnlock de esta hermosa película 😍, de la cual espero no haber hecho un desastroso OoC jajaa
* * *
—Nos veremos en la siguiente clase. —John recibió un pequeño beso en la frente y, asintiendo, vio a Sherlock alejarse a su propio salón.
Suspirando, se acomodó la bufanda que tenía impregnada el aroma de Sherlock e inhaló profundamente. Deseó tener más tiempo con su Alfa y la tranquilidad que sentía a su lado, pero al cerrarse la puerta, poco de ello logró conservar. La profesora aún no llegaba, lo que aumentaba la necesidad de buscar algo capaz de tranquilizar su ansiedad. Se arrastró en silencio a su lugar en la primera fila, a sabiendas de cuánto ya había llamado la atención; deseó haber retenido a Sherlock hasta que la profesora lo obligara a entrar.
—De verdad, Watson, tu futuro esta arruinado, ¿por qué insistes en venir? —preguntó uno de sus compañeros Omega.
—¿Qué, no te cansas de tomar malas decisiones? —insistió un Alfa desde una de las últimas filas.
—El ridículo Watson intenta de nuevo presumir a su Alfa. —Las risas estallaron.
Con el poco orgullo Omega que todavía guardaba John, intentó fingir que cada burla no tenía ningún efecto en él. No importaba si lo conseguía, de cualquier manera, la propia intención era lo único que necesitaba; el saber que aún podía resistir y mantenerse firme en su lugar, bastaba para creerse capaz de contener el llanto. John hizo una buena elección, John no se arrepentiría. Sherlock era un buen Alfa. Contuvo esos pensamientos hasta que la profesora entró e impuso el silencio, no obstante, ello no impidió que los Omegas rodeándolo continuaran los insultos.
Terminada la clase, John fue el último en marcharse, considerando que la profesora esperaría al siguiente grupo de alumnos, él incluso se acercó para pedir aclaración de algún tema que no necesitaba por solo tener una excusa y quedarse. Sherlock no iría a rescatarlo, él estaría en Química durante dos horas, obligando a John a salir sin su compañía ni protección.
Afianzado a su bufanda, el aroma relajó la tensión en sus músculos. “Así todos sabrán a quién perteneces”, decía Sherlock cada vez que le daba a John alguna de sus prendas, luego lo besaba y abrazaba, susurrándole dulces naderías al oído. John, aunque orgulloso de pertenecerle a un Alfa tan inteligente y vivaz; se le volvía cada día más complicado el conservar ese orgullo y, si bien nunca rechazaría portar las prendas de Sherlock, el objetivo de ellas se transformaba ya no en una señal de posesividad, sino un ancla a la cual aferrarse para soportar el día a día.
De alguna forma, dada la imposibilidad de ocultarle a su Alfa las marcas que algunas veces obtenía, John logró reducir el nivel de acoso a simples encuentros que sucedían solo de vez en cuando, tratando de nunca revelar algún nombre en específico. No quería, por supuesto, que Sherlock se metiera en problemas. Con lo protector que podría ser, Sherlock haría lo indescriptible si se enterara alguna vez de las identidades de esos que llegaban a ensañarse de verdad; ya John tenía un par de sospechas acerca de quién provocó una accidental caída y un improbable incendio a dos de los primeros Alfas que John se atrevió a mencionar. Sherlock podría ser expulsado y apartado de él si John cometía de nuevo ese error.
Soportarlo y tener a Sherlock junto a él sería siempre la mejor opción, y eso es lo que tarde o temprano terminaría por hacerse creer.
—¿En dónde esta tu novio el raro para defenderte? —A mitad de pasillo, el Omega se detuvo delante del Alfa que lo miraba desde arriba, amenazante. Caminó hacia atrás conforme el muchacho avanzaba. Aterrorizado, como siempre, de ser tocado por alguien que no fuera Sherlock—. Creí que estaría aquí, esperándote como el perro que es. —John tragó y frunció el ceño.
Una pequeña multitud comenzó a rodearlos; la atención no buscada y la ayuda que nunca conseguiría de ellos aceleró el pulso de John. Buscó con la mirada una salida rápida, pero los brazos del joven Alfa bloqueaban las opciones de irse sin ser tocado. El Omega, por supuesto, tampoco sería salvado por ningún profesor.
—Qué sucede, ¿el rarito te cortó la lengua? No me extrañaría, tratándose de él. —Las risas de un par de alumnos lo secundaron—. Vamos, Watson, hay tantos buenos Alfas dispuestos y tú elijes al peor de nosotros. —John escuchó una docena de gruñidos que confirmaron lo dicho.
El Alfa comenzó a acercarse demasiado, obligando al Omega a crear su propia ruta de escape. Labios se acercaron peligrosamente, la multitud lo aclamó; John, por completo acorralado, sujetó los libros a su pecho y, reuniendo toda su fuerza, golpeó la erecta entrepierna del Alfa. Asqueado luego de advertir ese detalle, se escurrió entre la nueva salida y huyó, golpeando a los alumnos que se negaron a apartarse.
Correr le ayudó a contener el llanto, mas nada detuvo las emociones caóticas en su corazón, ni siquiera el aroma de su Alfa. Sabía en lo profundo que, si tomaba en cuenta las opiniones negativas previas a establecer una verdadera relación con su Alfa, no obtendría apoyo de nadie una vez se hiciera realidad; imaginar que se transformaría en el martirio al que lo sometían, jamás estuvo en su mente. Sin embargo, pese a cuanto ellos intentaran hacerlo retroceder en su decisión, John solo encontraba razones para quedarse. Para soportarlo.
Porque retozar cada noche entre los brazos de Sherlock, escuchar sus tiernas promesas y cubrirse de su protección y adoración, valía cualquier castigo, cualquier burla a su inteligencia y el maltrato al que los demás lo creían merecedor. ¿Cómo iba John a alejarse de eso? Ninguna otra decisión en su vida pudo haberle traído una alegría tan dulce, y nada, ni nadie ni nuca, lo apartaría de Sherlock.
Naturalmente, respaldar su fallo no hacía sino aumentar los castigos arbitrarios. Los Omegas, que en su mayoría se burlaban de su intelecto nada digno de los suyos, acusándolo de ponerlos en vergüenza al elegir un Alfa inteligente como Sherlock; no solían tocarlo ni mucho menos acorralarlo en algún pasillo. Contrario a ellos, la agresividad de los Alfas tendía a ir en dos direcciones: el primer grupo, en su mayoría Sangre Pesadas, sintiéndose opacados porque un Sangre Media había conseguido ser elegible por un Omega Sangre Pura, castigaban al Sangre Pura por no haberlos elegido; el segundo grupo, igual de agresivos, redirigían su enojo por el inteligente Alfa que los acorralaba con sus juegos de palabras y bravuconería, hacia la primera persona por la que Sherlock guardaba alguna emoción.
John, que no estaba por la labor de decir qué métodos de tortura prefería, se sentía especialmente incómodo con los Alfas que, sin haberse mostrado interesados en él, una vez estableciera su relación con Sherlock, de repente advertían su existencia y no dudaban en exhibir sus dotes a John. El ser acorralado significó un gran avance después de que algunos Alfas simplemente insinuaran su galantería, sus músculos y disposición a obedecerlo y servirlo. En definitiva, no una experiencia que John gustara de repetir ni ver superada.
Ese un deseo que tardó tres semanas en ser corrompido por el Alfa cuya indignación sobrepasaba a la del resto, en niveles que a John le sería difícil contar. Dudley, un Alfa Sangre Pesada que formaba parte del primer grupo identificado de John, desde un inicio dejó en claro sus intenciones de “robarse su corazón”; sin dejar más en claro cuánto lo hacía para no ser humillado por Sherlock, que no merecía ser tomado por un valioso Omega Sangre Pura, ni compartir con él su ofensivo aroma de Sangre Media.
Creyéndose a salvo en la biblioteca, vacía a excepción de él y otro alumno, John buscaba diligente los tomos que necesitaba para completar sus estudios del día. Sherlock llegaría pronto, una vez terminara su última clase. Un suspiro se le escapó al pensar en él y la libertad que le daba el lugar casi desierto, donde nadie lo molestaría ni haría algún comentario hiriente sobre su relación con Sherlock. Su precioso Sherlock.
Una de las puertas se abrió y John decidió fingirse demasiado entretenido en las hileras de libros, convencido de que no podría ser otro además de su Alfa. ¿Y quién sería si no? Se celebraba en el gran comedor una fiesta para conmemorar el aniversario luctuoso de la Omega que fundó el colegio y absolutamente todos los Omegas estarían ahí, vistiendo sus hermosas faldas y presumiendo de sus estrechas cinturas, con cada Alfa relamiéndose la saliva por semejante espectáculo, ¿qué otra persona abriría esa puerta? Conteniendo un ronroneo y aparentando seriedad, John vertió cada gramo de su atención en los libros.
Grandes manos se ciñeron a su cintura, ya inundado de su aroma por la bufanda que de nuevo se le entregó esa mañana, John presiono su espalda contra el pecho de Sherlock, soltando una risa liviana. Sintió la punta de la nariz de Sherlock acariciarle en la nuca y el cuello, lo que provocó cierta contrariedad en John que, conociendo la rutina de su Alfa, sabía que él le repartiría primero tiernos besos. Si pensó durante un segundo que Sherlock podría tener sus razones para cambiar los pasos y que lo corregiría de inmediato, con gran alarma advirtió las manos de Sherlock dibujando un camino sinuoso hacia sus caderas. Puede que sus toques hubieran sobrepasado algunas veces el borde de lo inocente, sin embargo, esta repentina velocidad lo abrumaba.
Cuando resultó obvia la intención de Sherlock y la dirección a donde viajaban sus manos, John se apartó, girándose para encarar a su Alfa.
—¿Tres meses y ya eres la putita de Holmes, Watson? —se burló Dudley.
John, inmovilizado y sorprendido, no pudo responder. La piel le quemaba, la sensación de asco le carcomía los huesos y nada en el mundo podría explicar la profunda vergüenza que se asía de su corazón, partiendo cada latido y transformándolo en angustia. Había sido tocado por otro Alfa y el abuso rápidamente llenó sus ojos de lágrimas; el miedo lo paralizó.
—Omega, deberías ver lo lindo que eres cuando lloras —susurró Dudley, sin ser afectado por el obvio pánico que imponía sobre John.
Dudley se le acercó de nuevo, sujetó las caderas de John, empujándolo contra el librero. John, que apenas lograba respirar el aire viciado, detectó la lujuria en el aroma de Dudley. Intentó gritar el nombre de su Alfa, pero un nudo en la garganta no le permitió emitir ningún sonido. Nada podía decir, excepto los quejidos que pretendían alcanzar los oídos ajenos y que no serían escuchados. Pensar en la traición que le obligaban a cometer en contra de su Alfa aumentó el llanto y el dolor que imprimía en su piel cada toque no deseado.
—Vamos, Omega, parece que solo ansias provocarme.
John colocó las manos en el pecho del Alfa cuando él se inclinó para besarlo. Su fuerza, incomparable a la de un Alfa, de nada sirvió para alejarse, menos todavía luego de que esas manos errantes descendieran de sus caderas para sujetarlo de las nalgas y, con el mismo brío, Dudley frotara su erección contra él. Sin poder negarse a lo que Dudley exigiera de él, John apenas logró guardar sus labios antes de que lo besara. Su cuerpo tembló, nunca más consciente de que no era Sherlock quien lo sostenía; que no eran esas sus manos, ni aquellos los labios que tantas veces lo hicieron suspirar.
—No necesitas decir nada, ya sé cuánto me quieres.
John negó el paso de la lengua que insistía en acceder a su boca, pero esos labios repelentes no dejaban de marcarlo, de intentar consumirlo. Las manos de Dudley tampoco se detuvieron, masajeando su carne con ferocidad y sin ritmo, muy pronto la tela que impedía el contacto con su piel cedería al ataque; una barrera que de a poco se humedecida con la excitación del Alfa, aceptando su aroma y su calidez obscena en cada una de las estocadas. Los puños de John todavía luchaban para rechazar a Dudley, los nulos resultados jamás lo harían detenerse, así como tampoco alejaría de su mente el nombre de su Alfa y la esperanza, la certeza, de que él lo rescataría.
Rindiéndose a profanar su boca, John advirtió la punta de un par de colmillos amenazando la piel de su cuello. Gritó, rogando que se detuviera; en esta ocasión, su voz fue escuchada. Dudley cayó de espaldas, su cabeza directo a la sólida madera del estante, con una fuerza tal que una docena de pesados libros llovieron sobre él. John no lograba entender que el ataque finalmente terminó; tiritando de pies a cabeza, se abrazó, apenas capaz de ver a su salvador a través de sus ojos llorosos.
Alfa.
Crudos golpes se escuchaban por encima de sus lamentos, primero piel contra piel, luego sangre y huesos.
Alfa… Alfa.
Delante de ellos alguien gritaba y por encima, los libros seguían cayendo. Algo cálido y espeso, muy diferente a sus lágrimas, aterrizó sobre su mejilla.
—Sher… lock —susurró John, mirando sin comprender aún el origen de la sustancia que pronto recogieron sus dedos.
Entonces, Sherlock.
Sherlock, manchado de rojo, le limpió las lágrimas y la boca. John no podía ver más allá de ese hermoso rostro, aunque una alarma proveniente de su olfato le advertía el panorama incompleto que presenciaba. Sin embargo, ahora que Sherlock estaba ahí, John comprendía que ninguna otra cosa importaba. Su Alfa se encargaría de todo, él lo mantendría a salvo de cualquiera que osara nuevamente tocarlo sin su permiso. Él le quitaría el aroma repelente y el sabor asqueroso de la boca. Aliviaría su cuerpo con las manos y limpiaría el menor rastro de quien se atrevió a tocar su propiedad.
—Oh, John, mi John —susurró Sherlock y John se refugió en su pecho—. Cierra los ojos, mi John, no los abras hasta que lleguemos a nuestro refugio.
No lo cuestionó, John cerró los ojos y, abrazándose al cuello de Sherlock, él lo levantó. El perfume de su Alfa, pese a estar contaminado con un aroma que todavía no identificaba, lo colmó de una paz tan profunda, que pronto su llanto y los temblores se detuvieron. Puede que en el fondo alguien todavía gritara, mas ninguna relevancia tenía para John, a su Alfa no parecía preocuparte y él, como un buen Omega, haría lo que se le pidiera para que ambos llegaran a su nido. Sherlock le susurraba cumplidos, John se envolvió en cada uno de ellos.
Para cuando llegaron, Sherlock lo tenía ronroneando, con un sonrojo en las mejillas y una pequeña sonrisa. John deshizo su agarre solo porque es lo que Sherlock deseaba, aunque eso no impidió que pronunciara algunos ruiditos de protesta. Viendo a Sherlock alejarse, John se encontró repentinamente abrumado, estando en su nido, rodeado de norte a sur de la pared de tela que él mismo tejió, sin su Alfa en las proximidades, el ambiente se tornó oscuro, sin color ni vida. Un aroma ajeno a ellos clamó por su atención y su piel, que parecía recordar más que su mente sobre lo que acababa de ocurrir; se estremeció, rogando por la atención de las manos que antes lo sostuvieron con tanta ternura.
Su aliento dio algunas exhalaciones erráticas y, de la forma abrupta en que se presentaron, abandonaron a John al observar el regreso de su Alfa. Sherlock, dedicándole una sonrisa extraña e imperfecta, se detuvo en las afueras del nido. John lo permitió, a sabiendas de que su Alfa conocía la manera correcta de manejar la situación. Aun así, el Omega no podía quedarse en su lugar, por lo que avanzó con un poco de esfuerzo a la orilla del nido, deteniéndose en el punto en donde la barrera de tela comenzó a ocultarlo. Era lo único que necesitaba, estar ahí para admirar a su Sherlock, para que él lo cuidara y lo amara como nadie lo haría nunca. Suspiró y ronroneó con mayor ímpetu, diciéndole a Sherlock, sin ninguna palabra de por medio, cuánto lo amaba y cuánto agradecía ser suyo.
—Perdóname, mi John, por no llegar a tiempo. —El Omega no entendía lo que su Alfa comenzó a susurrar, aun así, permaneció quieto a sus atenciones, consintiendo que le retirara los zapatos—. Nunca creí que algo como esto podría suceder. Eres un buen mentiroso, John Watson. —John no reaccionó al tono furioso de Sherlock, se limitó a sonreír traviesamente al sentir una tela húmeda y fría limpiándole los pies—. Te creí cuando dijiste que apenas nadie te molestaba. Creí que las marcas en tu piel solo fueron incidentes aislados. —Obediente, John levantó las caderas para que su Alfa le quitara los pantalones y la ropa interior—. Creí que estarías a salvo.
Para facilitar el trabajo de su Alfa, John colocó las manos a cada lado de su cabeza, así, los botones de su chaleco y camisa se desprendieron uno a uno. Sherlock seguía susurrando con ese tono iracundo que John no podía ni necesitaba entender, él solo sería un lindo Omega, se quedaría en su lugar y recibiría todas las cálidas atenciones sin ninguna queja. La tela fría limpiaba su piel, reemplazando la textura el contacto repelente, y una vez Sherlock se uniera a él dentro del nido, sus caricias se desharían de una vez y para siempre de la horrorosa experiencia.
—Desearía tener la edad para marcarte. —John ofreció su cuello y luego su rostro, que su Alfa enjugó con la misma suavidad—. Eso te haría mío definitivamente, además, amenazaría con la muerte a cualquiera que intente acercase a ti. —El Omega reaccionó al llamamiento posesivo; sordo al resto de declaraciones.
Una vez terminó, admiró a su Alfa desnudarse y aún resoplar oraciones carentes de sentido. Sonriente, John alargó los brazos para recibir a Sherlock luego de haber terminado una limpieza menos diligente en él. Enredó los brazos en su cuello y suspiró felizmente el aroma de ambos, puro y fresco, que los cubrió. Recostado en su pecho, los latidos de John se sincronizaron a los de su Alfa, inhaló profundamente al sentir los delgados brazos rodeándolo; se reconoció satisfecho, libre y protegido.
Así, su relajación dio paso a los recuerdos, no obstante, entre el abrazo protector de Sherlock, John supo que nada habría de temer. Fue como recobrarse de un sueño profundo en donde nadie existía lejos de su Alfa y sus caricias tiernas; mismas que lo despertaron lentamente, suplantando su toque el contacto cruel del otro Alfa. No recordó exactamente lo que su Alfa le hubo dicho hasta entonces, aun así, se le hizo fácil pensar —gracias a experiencias anteriores y lo bonito que se sentía John al escuchar el tono de Sherlock— la vasta cantidad de frases posesivas y amenazas explícitas sobre lo que le haría al atacante en turno.
Eso último encendió rápidamente una alarma en la cabeza de John, quien levantando la cabeza, observó con detenimiento el rostro ante él y juzgó, gracias a la falta de señales, qué tan correcto sería preguntar sobre el tema. Sherlock le acarició la mejilla y, aunque el Omega sonrió por el gesto, inhaló el delicioso perfume Alfa y preguntó, casi preocupado.
—¿Qué es lo que le hiciste? —Sherlock le besó en la frente, al permanecer en silencio, la efímera preocupación de John inició un ascenso paulatino—. ¿Sherlock, qué le hiciste a Dud…? —Un beso en los labios cortó el nombre que él tampoco deseaba pronunciar. Abrió la boca, como una invitación que Sherlock aceptó de inmediato. Aun así, la curiosidad de John se mantuvo, por lo que, al cabo de unos minutos, le cuestionó de nuevo—. No recuerdo lo que pasó exactamente, Sherlock, dime. ¿Tú lo…?
—No, y de haberlo hecho igualmente nadie tendría derecho a protestar. —John sabía que, en parte, lo dicho por Sherlock era verdad, sin embargo…
—Aún no tengo tu marca, Sherlock, los profesores todavía me hablan a escondidas sobre tomar a otro Alfa y ten por seguro que guardarán siempre la esperanza de que algo nos separe, ¿qué pasa si utilizan esta oportunidad para alejarte de mí?
—Lo que le hice a ese… Lo que le hice, no fue nada que un Alfa respetable no hubiera hecho luego de ver la forma en que ultrajaban a su Omega. Con marca o sin ella, tú me perteneces, John, y ya fui irresponsable al permitirte resguardar los nombres de quienes te molestaron; mantenerme quieto luego de lo que ese bastardo te hizo, sería una ofensa para mí, como tu Alfa, y una deshonra para ti, como mí Omega. —Escuchar tal reclamación de posesividad y la hermosura de lo que un Alfa respetable haría (e hizo) para conservar su honor, le sonrojó las mejillas e iluminó los ojos de verdes crisoberilos—. Además, hay un testigo. De ser necesario, lo convenceré para que hable a mi favor.
—Amo cuando parece que tienes las respuestas para todo —dijo John, una pequeña sonrisa en los labios, colmado de admiración—. Aun así, no estaré tranquilo hasta que regresemos… mañana. —Sherlock también sonreía, acariciando la espalda, la cintura y las caderas de su pequeño John. Una vez pareció que todo quedaría en orden, de repente, los gestos del Omega se transformaron en una máscara de sorpresa y pánico—. Tenemos que regresar hoy, ¡ahora! —El abrazo con el cual Sherlock lo sostenía sobre él, frenó cualquier intento que hizo para levantarse.
—Me niego a que abandones nuestro nido, John, no luego de lo que pasó. Ambos necesitamos estar aquí al menos algunas horas.
—No lo entiendes, tenemos que volver a la biblioteca, debo… — Sherlock lo inmovilizó contra las sedosas mantas, sujetando sus muñecas—. Ella se quedó ahí… Yo… Yo sabía que estaría bien porque tu estabas en ella —gimió John, su voz ligeramente ahogada. La luz de la comprensión iluminó a Sherlock—. Sé que ambos estamos aquí, a salvo, pero… La quiero, Alfa, es la primera prenda con tu aroma que me regalaste —concluyó el Omega, apretando los labios.
Y Sherlock, quien dispuesto estaba a nadar en ríos de lava y sumergirse en las profundidades de un bravo mar si ello le concediera un día más junto a su John Watson, comprendiendo exactamente lo que esa prenda significaba para su amor, dijo:
—La tengo, la encontré antes de tomarte y traerte aquí.
John volvió a besarlo, por el resto de su vida, físicamente incapaz de hacer algo diferente.
* * *
Ahora que lo leo otra vez, creo que es un desastre que deberé arreglar durante la edición 😅, mi querida @albastrusstuff, lo siento mucho por esto. Tanto tiempo esperando y yo me atrevo a entregarte esta aberración, ¡juro que voy mejorarlo! O al menos me esforzaré en hacerlo, porque definitivamente mereces lo mejor 💖💖💖 Por ahora, me esconderé en mi caja de la vergüenza, esperando que esto no haga arder los ojos de nadie y que, cariño, puedas pasarlo por alto mientras le hago los debidos arreglos jajaa. Muchas gracias por leer, de nuevo me disculpo por lo que sea que haya sido esto 🫣. ¡¡Te amo!! ❤️‍🔥❤️‍🔥❤️‍🔥
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luereyra · 1 year
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saturno necesita pasivos capítulo 1
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Oliver salió de la facultad publica a eso de la una de la madrugada, la mayoría de sus compañeros se habían marchado a las once pero él quería la nota más alta en su trabajo. No le importaba llegar tarde a casa ya que vivía solo, tampoco le preocupaba que lo asaltaran, era tan pobre que ni celular tenía, algo muy indigno de un programador. Era escuálido, pequeño y no superaba los cincuenta kilos a pesar de que ya tenía veintitrés años, aún así no se consideraba feo. Las mujeres por otra parte eran una historia completamente diferente, él les resultaba repulsivo, de piel enfermizamente pálida y múltiples pecas, ojeroso y cargando siempre esos estorbosos lentes gigantes. Era ciego como un topo, su miopía solo había empeorado por su profesión, pero aún conservaba esos brillantes ojos verdes que heredó de su madre.
Su familia lo ignoraba tanto como la sociedad, era el menor de doce hermanos. Cada uno de ellos había resaltado en la juventud ya sea como académicos, estrellas de los deportes, líderes carismáticos o artistas talentosos... En la actualidad cada uno de ellos ostentaban carreras exitosas y familias modelo. Las cosas jamás habían sido así para Oliver, siempre se desempeñó mediocremente en cada cosa que hacía, sin importar cuanto se esforzara siempre resultaba siendo la oveja negra de la familia, la mancha del cuadro perfecto, sobre todo ahora.
Mientras sus hermanos avanzaban en su interminable camino hacia la cima de la jerarquía social, él seguía estancado en la línea de salida. Aún no había terminado la carrera universitaria, trabajaba en una fábrica de colchones como secretario a medio tiempo por un sueldo más bajo que el mínimo que apenas cubría los gastos de la universidad, no quedaba mucho más para su subsistencia básica. Mejor no hablemos de su horrible departamento conpartido o su deficiente alimentación. En otras palabras era un completo fracasado sin titulo, trabajo y lo peor según sus hermanos, aún era virgen y no parecía que dejaría de serlo jamás. En otras palabras era un fracasado, nació como un fracasado e iba a morir como un rotundo fracasado.
Pero ya que su porvenir amoroso era tan improbable, por lo menos podría hacer algo por su futuro económico esforzándose al 100% en su carrera.
Seriamente, Oliver necesitaba terminar sus estudios y ganar dinero. Eso era todo lo que quería ¿Qué eran los sueños en el gran esquema del trabajo? Nada, su único sueño ahora era dormir durante seis horas de corrido, pero sabía perfectamente que debía levantarse ese mismo día a las 5 de la madrugada para ir a trabajar por un salario mínimo. Deseaba tener un alacena atiborrada de comida y calefacción en su helado departamento miserable. Su vida estaba llena de privaciones y soledad, pero se lo tragaba y seguía adelante con la cabeza en alto. Este era el camino que había escogido, el que lo había separado de su familia irremediablemente y no podía ni quería arrepentirse. Caminó hasta la parada de autobuses, no debían tardarse tanto, extrañamente habían pasado 20 minutos y ningún transporte había aparecido. El frío aumentaba y se cubrió aún más con su desgastada bufanda, las luces de la calle titilaron y de un momento a otro el lugar era verdaderamente tétrico. Él sentía que en cualquier momento podría salir un asesino y matarlo, pensó seriamente en volver temprano la próxima vez.
del otro lado de la calle apareció un extraño resplandor, no supo exactamente que era pero sintió una repentina curiosidad, decidió caminar hacia la luz cual polilla, de todas forma el autobus tardaría mucho más. La luz parecía moverse muy rápido y ... ¿hacia él?
Intentó retroceder como si supiera que venían por él, la luz era una linterna extraña sujetada por un hombre uniformado, así que suspiró aliviado. Mientras el hombre corría, oliver se preguntaba a que institución podía pertenecerle ese uniforme en particular, parecía metálico y brillante, casi fluorescente como una armadura. Su atención estaba totalmente capturada por el hombre, que cuanto más se acercaba mejor se lo apreciaba. Se trataba de un gigante desde la perspectiva de oliver, medía al rededor de 1,90 m o tal vez más, y era fornido, lo sificientemente musculoso como para ser algo digno de ver. Su cabello era totalmente blanco ¿un ruso, quizás? O tal vez un extraterrestre. Rió disimuladamente, tentado por su extraña observación. El hombre paró de correr y señaló a Oliver con su inusual linterna, este último se llevó las manos a los ojos para amortiguar la luz, el hombre se tensó, dio media vuelta y pegó un fuerte grito.
— ¡un pasivo a la vista!
Oliver quedó totalmente confundido, ¿acaso se refería a él? El hombre volvió a correr en su dirección, pero esta vez seguido por un séquito de clones idénticos. Sin plantearselo dos veces, Oliver comenzó a correr, acosado por gigantes albinos. ¿Serían una secta? ¿quizá una patrulla especial y extremista?  En el mejor de los casos una horda de universitarios haciendo una novatada, pero hace casi 5 años que estaba en la misma universidad, además no pertenecía a ninguna fraternidad ¿por que le harían una novatada? Su terrible condición física no le permitía seguir corriendo, sus pulmones se estrujaban, los pies le dolían, las piernas le flaqueaba y aquellos hombres estaban en una condición inigualable. Una piedra fue suficiente para derribarlo, nadie la lanzó, él solo se tropezó. Cayó dolorosamente al suelo y su cuerpo adolorido no le respondió. los hombres apuraron su paso y en un abrir y cerrar de ojos lo rodearon estáticos. Oliver se hizo bolita y se despidió mentalmente del mundo en un intento por sentirse mejor.
— ¿está bien?
Oliver abrió los ojos y se encontró con la mano de uno de los gigantes, uno que parecía ser su líder, se había arrodillado y le brindó su ayuda, sus ojos así como los del resto parecían genuinamente preocupados. Dudando un poco, Oliver tomó su mano y se incorporó.
— si, estoy bien, es solo que me dieron un gran susto.
se limpió el polvo de los pantalones y levantó su morral, mañana tenía clases.
— que alivio, realmente creí que se había lastimado, no podría perdonarmelo nunca.
El hombre parecía verdaderamente aliviado, otros de sus subalternos comenzaron a hacer preguntas pero con el mayor respeto.
— ¿está seguro de que está bien?
— ¿no se ha quebrado nada?
— ¿de verdad está bien?
— ¿Quiere que le lleve eso?
El desconocido señaló el morral desgastado y atiborrado de cosas, que con gran esfuerzo Oliver apenas podía cargar.
— no, gracias, yo puedo solo.
Oliver tapó un poco el morral con su mano, aún desconfiaba de aquellos titanes. Si esto era un robo, entonces ellos eran los ladrones más amables del mundo.
— pero se ve pesado, déjeme cargarlo, por favor.
el hombre prácticamente le arrancó el morral de las manos, parecía no entender el alcance de su monstruosa fuerza de gigante.
Oliver estaba verdaderamente extrañado, los hombres estaban siguiéndolo de camino a la parada, incluido el que llevaba el morral. Otra luz cegadora se acercaba, era una camioneta con acoplado, que estacionó a un lado antes de que sus puertas se abrieran. Oliver retrocedió a la defensiva, uno de los gigantes lo tomó del brazo con demasiada fuerza, tanta que Oliver dejó escapar un quejido de dolor.
— lo lamento, no quería lastimarlo, es que usted es tan frágil.
El hombre se sonrojó con una extraña tonalidad violacia y apartó las manos del brazo, esta vez cubrió los hombros de Oliver empujándolo al interior del vehículo, el impulso de correr se avivó con fuerza.
— ¡espera! ¿A donde me llevan? ¡Auxilio, esto es un secuestro! — el gigante levantó a Oliver como una princesa y lo introdujo en la camioneta. Por el movimiento, los lentes de Oliver cayeron y otro de los gigantes los recogió, cerraron las puertas y el vehículo avanzó. En el interior había más hombres como él, algunos con ropas de marca y otros de no tan buena condición económica, pero todos esposados a una parte especial de la camioneta, además de estar inconsientes. Intentó rescatar más detalles pero tenía la vista borrosa sin sus lentes, solo distinguía formas, necesitaba sus lentes, uno de los gigantes se los colocó de vuelta y al contemplar a su alrededor se aterró — ¿quiénes son? ¿a done me llevan?
Los hombres estaban en silencio, uno de ellos trajo unas esposas extrañas y se las colocó para que no hiciera ninguna locura.
— discúlpeme, pero si no se las pongo, usted podría escapar — intentó liberar sus manos pero no tuvo éxito, temía por su vida, antes de poder preguntar algo más, una aguja afilada se abrió paso en la piel de su brazo, el liquido fluyó en su interior, la cabeza le dolió y perdió la conciencia.
Despertó pero el lugar había cambiado, estaba en una camilla especial, como en un ataúd de cristal ornamentado y con olor a flores. Se sentó y descubrió que sus manos estaban unidas a aquella camilla, cada dedo conectado a una aguja especial y en ella un liquido extraño que fluía hasta su cuerpo. Pronto se dio cuenta de que su ropa había desaparecido y llevaba una túnica blanca, delgada y ceñida casi transparente. No era el único en esa condición, había más camillas en el mismo lugar, parecía un hospital futurista. Pudo reconocer a algunos de los hombres de la camioneta, varios también estaban conscientes y con la misma vestimenta, planeaba preguntarles si tenían alguna información pero la puerta principal se abrió atrayendo la atención de todos.
Un hombre vestido de azul entró en la habitación, su cabello era blanco, largo hasta la cintura y atado en una pulcra coleta sobre su hombro izquierdo, era extremadamente delgado y tenía un rostro alargado y pálido. El hombre avanzó camilla por camilla, revisaba pantallas a los pies de los "pacientes". Oliver supuso que en aquellas pantallas había información confidencial de cada uno y se preguntaba que decía la suya. De pronto el hombre habló con un extraño asento que Oliver no logró identificar, sonaba rústico, rudo, un poco similar a los exagerados acentos rusos de Hollywood, con tintes de alemán.
— Tal parece que la cosecha de este año fue mucho más fructífera que la del año pasado. Bien hecho, capitán.
El hombre que anteriormente había estado en la camioneta, ahora apareció en la sala desde otra puerta e hizo una reverencia formal.
— le agradezco el elogió, doctor.
Una agitación se implantó en Oliver, ¿Y si se trataba de algo peor? Sonaba loco, pero era bien sabido que después de la segunda guerra mundial, Nazis se refugiaron en su país. Es una completa locura, pasó demasiado tiempo para tener miedo de un resurgimiento pero, esos Nazis estaban locos ¿Quien garantizaba que no estuvieron todo este tiempo esperando? ¿Y no eran ellos conocidos por hacer experimentos horribles con las personas? Estas camillas tenían toda la pinta de hospital del terror.
Mientras Oliver caía cada vez más en teorias conspirativas, el doctor siguió leyendo las pantallas tranquilamente.
— si, capitán, realmente ha tomado decisiones acertadas, los espécimenes han llegado en óptimas condiciones, para nada como el capitán anterior. Había veces en las que me los entregaba en un terrible estado y me veía obligado a remplazar extremidades u órganos en pleno viaje... Excepto por eso — señaló a Oliver con su esquelético dedo — fue su única falla y por unos pocos raspones, además de un leve caso de desnutrición y miopía, aunque no puedo culparlo de eso a usted.
El capitán le dio una mirada a Oliver, se encogió de hombros y respondió con suma tranquilidad.
— pudo ver claramente la luz, así que imagine que era suficiente para ser tratable durante el viaje. el doctor volvió a ver la pantalla y sonrió.
— es verdad, es visión suficiente, además nuestra tecnología puede corregir el protocolo arcaico de los terrícolas.
En ese momento fue cuando una alarma sonó dentro de Oliver, estos debían ser unos locos. No es como si los Nazis no estuvieran locos, pero por lo menos ellos tenian un objetivo, uno loco, pero más o menos razonable. Esta era una verdadera secta de locos que se creían extraterrestres, secuestraban personas y las usaban para sus experimentos científicos. Oliver creyó que era el momento de hablar, antes de que la cosa se pusiera aún más extraña. Mientras todos los demás temblaban de miedo y esperaban lo peor, Oliver levantó la voz, atrayendo la atención de los lunáticos.
— ¡Un momento! ¿Que es esto? ¿Quienes son ustedes? ¿Por que nos trajeron aquí? ¡Hablen!
Oliver había pasado muchas injusticias en su vida, tantas que no se permitía a si mismo ni una sola más. Tanto el doctor como el capitán, compartieron miradas y se rieron un poco, pero fue el capitán quien se adelantó a explicar.
— Nosotros somos parte de "La Flota imperial", él es el doctor Arkkos Hanaleo y yo soy el capitán Wheren Attaglean, nosotros los llevaremos a nuestra nación, Crieghthem. El doctor está a cargo de su salud — Oliver no entendió nada de lo que dijo y su cara de desconcierto fue muy evidente, pero el capitán lo ignoró para prosiguir con las explicaciones — sé que es mucho para procesar pero en términos simples nosotros somos extraterrestres y hemos venido a llevarlos a nuestro planeta, de hecho están en nuestra nave ahora.
Oliver estaba convencido... ellos dos estaban locos de remate, intentó despegarse de la camilla y no fue el único, el capitán se acercó para frenarle, eso lo desesperó aún más.
— ¡sácame de aquí, psicópata de mierda!
El capitán fue brevemente sorprendido por las duras palabras que salieron de alguien tan frágil y en una posición tan desventajosa. 'Valiente' era la única palabra que surcaba su mente para definir a Oliver. Pero sus favorecedores pensamientos se detuvieron al ver los tirones que el chico le daba a sus manos con el afán de escapar, podía terminar desgarrándose algún dedo. Claro que podrían curarlo con extrema eficacia pero el capitán no estaba seguro de poder soportar ver a una criatura tan delicada romper en llanto.
— tranquilo, si continúa puede lastimarse, calma, no le haremos daño... a ninguno de ustedes, jamás nos atreveríamos a lastimarlos — el capitán se aproximo demasiado a Oliver, estiró la mano y acarició su mejilla — créame, jamás haríamos algo para lastimar a un terrícola — sus dedos descendieron hasta la boca de oliver y le frotó los labios con el pulgar, todo se estaba volviendo muy raro, Oliver frunció el ceño y el capitán retiró la mano — le ruego me disculpe, esto no es escusa, pero jamás había conocido a un terrícola como usted, lamento haber sido impertinente.
Peligroso, esta situación era demasiado peligrosa de varias maneras. Oliver sintió que era suficiente del circo de los extraterrestres, incluso si arriesgaba su vida, prefería morir peleando a quedarse callado y vivir quien sabe que horrores.
— ¡liberenos! ¿Que es esto? Ustedes están loco, no son extraterrestres, dejenme ir, ¡esto es un secuestro! Van a ir a la carcel...
El capitán asintió y le dedicó una mirada al doctor por el rabillo del ojo. De un momento a otro sus ojos cambiaron, eran fríos, similares a los de un reptil, con pupilas alargadas. Sonrieron mostrando hileras aterradoras de dientes descomunalmente largos y puntegudos. tocaron la cúspide del terror cuando sus manos cambiaron en garras de afilados cuchillos brillantes y escamosos. Los terrícolas gritaron por el pánico, no sabían que clase de monstruos los habían secuestrado, lo único seguro era que ellos no eran humanos. Oliver y el resto de los terrícolas intentaron despegarse de las camillas y huir, uno de ellos logró voltear su camilla y caer al suelo. El doctor se apuró en volver a la normalidad y dió vuelta la camilla del pobre chico caído, pero el capitán no lo hizo. Él se aseguró de mantener su monstruosa forma mientras se acercaba aterradoramente al rostro de Oliver, buscaba su reacción más que nada. Oliver moría de miedo, se sacudía tanto como podía, estuvo a punto de voltear su camilla también, pero el capitán la sostuvo con fuerza.
— ¿Da mucha impresión? ¿te doy miedo? — la voz del capitán era mucho más grave que antes, Oliver no paraba de gritar y llorar —  ahora me crees ¿verdad? somos extraterrestres reales, fuimos a tu mundo en paz, no buscamos una guerra y menos conquistar el planeta — Oliver estaba a punto de desmayarse, cierta espina de culpa se implantó en el capitán, por lo que volvió su aspecto más humano. Eso tranquilizó un poco al terricola pero aún así guardaba un profundo pavor, se sentía una simple presa desprotegida. El capitán se aclaró la garganta y esta vez habló para todos los terrícolas — escuchen con atención, nosotros fuimos a la tierra en busca de hombres por que en nuestro planeta natal ya no hay hembras y necesitamos reproducirnos para repoblar.
Todo aquello lo había sido dicho en un tono neutral, una valiosa información que llenó de desconcierto a los oyentes. A pesar del miedo avasallante que albergaba, Oliver seguía siendo un nerd fanático de la ciencia-ficción y por ende cada parte de su alma le gritaba que indagara aún más en aquella locura.
— Pero... No entiendo ¿si necesitan reproducirse entonces por que secuestran hombre? ¿Ustedes no saben que nosotros no podemos concebir?
El silencio reinó en la habitación, el doctor parecía a punto de decir algo pero fue rápidamente acallado por el capitán quien se dignó a contestar.
— Podría explicartelo pero no lo entenderías... les basta saber que a partir de hoy serán habitantes de mi planeta, lo que ustedes conocen como Saturno.
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maeda-ai · 1 year
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Las cosas que me haces hacer... _C5_
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Anime: Shaman King
Rating: M
Pareja: Hao x Anna x Yoh
Sinopsis: Las necesidades carnales pueden traer consecuencias graves... sobre todo si es con el chico equivocado.
Advertencia: Lemon (NFSW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.:: Capítulo 5 ::.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.
Mantenía su vista fija en las manecillas del reloj... esperando.
Hace más de cuatro horas que la itako debió haberlo despertado para que cumpliera con sus obligaciones, sin embargo... Anna brillaba por su ausencia.
Se le hacía demasiado extraño; la curiosidad y la preocupación le carcomían el alma... tenía que averiguar la razón de la “ausencia” de su prometida, más el miedo y la vergüenza lo vencieron.
 No se atrevía a ir en busca de Anna... SU Anna. Así que simplemente siguió contemplando el aparato colgado en la pared.
  * Si se pasa de las dos, iré por ella. *
  Yoh decía para sí, aunque no estaba muy seguro de poder hacerlo.
Sin importar nada, esperó e inconscientemente trató de encontrar alguna explicación... definitivamente no era normal que la itako se levantara a estas horas.
  * Anoche todo estaba muy bien... no me explico. Pero, ahora que lo pienso, últimamente ha lucido algo tensa... ¿acaso es por mi culpa?. *
 El joven Asakura estaba en lo correcto y es que la frustración de la rubia ya no la dejaba vivir... ni su dura máscara de hielo pudo ocultar su ansiedad, su loco deseo de pertenecerle a su inocente y hasta a veces estúpido prometido.
Iba bien encaminado... lo sentía, por ello comenzó a analizar hasta el más mínimo detalle.
  * Anoche se comportaba mucho más dócil que de costumbre... ¡¡Anna!!. Es que el solo hecho de pensar en ti... *
 Dejó su lugar junto a la mesa del comedor para acomodarse en el jardín.
El tiempo estaba perfecto, ni mucho calor ni mucho frío... todo era perfecto para que el joven shaman pudiera pensar con libertad y sin interrupciones.
 Recordó su mirada... esos fríos ojos negros, que la noche anterior estaban nublados por las ansias, por el deseo... por lo nerviosa que estaba con tan solo tenerlo cerca.
 Al pensar en su mirada y en todo lo que transmitía, el menor de los Asakura no pudo evitar que su imaginación volara...
Anna se había desarrollado mucho con el paso de los años; ahora era toda una mujer... una muy hermosa y atractiva por cierto.
Anchas caderas, perfectos pechos, estrecha cintura, suave y tersa piel, pequeños e incitadores labios... deseaba poder probar sus apetecibles labios así como la miel que derrochaban; deseaba poder tocarla, sentir cada una de sus curvas.
 Los ojos de Yoh se cerraron mientras pequeños escalofríos recorrían su cuerpo. La deseaba y mucho... tenerla tan cerca pero tan lejos a la vez.
La imagen de SU Anna... con sus cortos y ajustados vestidos que mostraban gran parte de sus perfectas y firmes piernas. Maldecía a los vestidos... lo único que hacían era aumentar su deseo por ella.
 Lo único que podía superar su deseo era todo lo que la amaba... un amor loco que lo torturaba, que lo mataba día a día, haciendo de sus días una deliciosa agonía.
Tal vez si tuviera el valor de confesarle sus sentimientos a la itako, no sufriría ahora, pero es que el miedo que le tenía lo hacía desistir de cualquier posible intento. Le aterraba la idea de que ella fuera más cruel y se cerrara aún más.
Y es que la vida al lado de la rubia era una dulce y dolorosa condena... ver pero no poder tocar, desear pero no poder satisfacer...
  * Anna... te amo. *
 Murmuró, tan sumergido en sus pensamientos que ni siquiera notó la hora que indicaba el reloj.
~*~
~*~
~*~
No sabía cuántas horas habían pasado después de que el amo del fuego la dejó en su habitación... no lo sabía aunque eso era lo que menos le importaba; tenía infinidad de cosas en su mente, momentos que necesitaba recordar... revivir.
 ¿Cómo había llegado a tanto?. Jamás pensó que su gran necesidad de sentirse amada llegase a tanto como para ser saciada con él... no lo comprendía, pero de lo que sí estaba segura era de que no se arrepentía de nada, al contrario. Estaba más que satisfecha con su decisión.
 Habían pasado varias horas, aun así, lo recordaba todo a la perfección. Cada caricia, cada beso, cada orgasmo que él le dio... todo. Suspiraba incansablemente y de pronto, la necesidad de estar con el mayor de los Asakura se hizo presente.
¿Cómo era posible que comenzara a necesitarlo a tan solo pocas horas de haberle dejado?.
 Eran tantos sentimientos y emociones que atacaban su corazón que olvidó por completo su responsabilidad y obligaciones con cierto shaman.
 Dirigió su negra mirada a un reloj que descansaba tranquilamente en el tocador...
  * Las dos... rayos. *
 Murmuró y por fuerza mayor tuvo que abandonar su suave y cálido lecho, junto con todos su recuerdos. De mala gana se dirigió a su armario en busca de algo con que vestirse, pasando inevitablemente frente al espejo.
Se observó complacida en él. Nunca antes le había agradado su reflejo y esta vez le encantó.
Por primera vez pudo sentirse conforme con su cuerpo. ¿Acaso se sentía así por la increíble noche con Hao?.
Deslizó sus suaves manos a por todo su cuerpo, notando horrorizada unas pequeñas, pero intensas, marcas rojas adornando su piel.
  * ¡¿Cómo pudo...?!. *
 Murmuró molesta aunque bastante orgullosa al saberse la mujer de Hao Asakura.
 Con algo de trabajo encontró las prendas que ocultarían las “horrorosas” marcas de su cuerpo; un sweater negro de cuello alto sin mangas y una falda del mismo color para completar su atuendo.
Se peinó con cuidado y ató su largo cabello dorado en una coleta. Era tan suave... ¿por qué nunca lo había notado?.
 Se echó un último vistazo al espejo; todo estaba en su lugar, las marcas no se veían... nadie notaría nada.
 Una vez segura de que no levantaría sospechas, salió de su cuarto dispuesta a todo y por supuesto... a enfrentar a su prometido.
Bajó las escaleras y silenciosamente entró en el comedor.
 Allí estaba él... le vio sentado en una silla y apoyado en la mesa, ya había terminado sus labores sin la necesidad de que ella tuviese que regañarlo. Había cumplido correctamente con todas sus obligaciones pero... algo llamó su atención: ¿por qué el shaman no notó su presencia?.
 Se veía más pensativo de lo normal... ¿qué le estaba pasando?.
  * Yoh?. *   _Le llamó desde su lugar en el umbral de la puerta pero no tuvo respuesta, es más, él ni siquiera la había escuchado._   * ¡Yoh!. *
  Elevó el tono de voz lo suficiente para sacar al moreno de sus reflexiones y para hacerlo caer por el susto que la sacerdotisa le dio. Cayó pesadamente en el suelo, dándose un fuerte golpe.
  * Buenas tardes, Annita. *
 Saludó al momento que se sobaba el lugar que se golpeó.
  * Buenas tardes... me muero de hambre. *
* Te serviré de inmediato. *
 Dicho esto, Yoh corrió seguida a la cocina para servirle los alimentos a su prometida. Algo no le gustaba, tenía un mal presentimiento.
  * Aquí tienes. *
 El moreno puso la comida frente a la itako, luego, y sin importarle mucho el ser recriminado, se sentó frente a la rubia para contemplarla, para admirar su enorme belleza mientras comía.
Ella, ante esa mirada no pudo evitar sonrojarse, le ponía muy nerviosa que su prometido le mirase así.
  * ¿Qué?. *
 Preguntó fríamente, como si le molestase de sobremanera el sentirse observada.
  * No es nada. *
* Si es así... deja de mirarme como un idiota. *
 Antes de que pudiese pensar en algo que decir ya lo había insultado... tal como ya muchas veces había ocurrido. Se maldijo un par de veces antes de volver a comer, sintiéndose incluso un poco culpable de la distancia de su amado Yoh. Pero él, seguía con sus ojos clavados en ella.
  * ¿Qué tanto me ves?. *
 Insistió. Esto ya la estaba hartando, no solo era el hecho de que le ponía nerviosa, sabía que estaba sonrojada... si no también porque odiaba que la miraran tan fijamente... no lo soportaba. Pero por alguna razón esto último ya no importaba.
  * Eres muy hermosa, ¿sabes?. *
 El shaman habló espontáneamente, sin siquiera darse cuenta de lo que decía.
  * ¿Qué?. *
 Yoh pareció salir de su trance y fue ahí cuando notó que ese pequeño comentario no lo había pensado, sino que lo había dicho en voz alta y peor aún... en presencia de Anna.
  * Oh !, lo siento, Annita, yo. . . *
 El moreno trató de disculparse, más terminó por salir apresuradamente del comedor.
Estaba tan embobado admirando a la rubia que ya no tenía control sobre sus propias palabras. Debía retirase o terminaría diciendo cualquier estupidez.
 La itako palideció. Ese día, Yoh no se comportaba como de costumbre, tal vez estaba enfermo o algo.
O quizás era ella, que estaba tan feliz por todas las cosas nuevas que sintió la noche anterior, que todo lo veía con otros ojos.
  * Estás enloqueciendo... *
 Se dijo a sí misma en un murmullo y se concentró en terminar su comida... tenía varias cosas más que hacer.
  Por otro lado, un joven moreno de castaños cabellos golpeaba con una profunda ira el muro del jardín. Era algo inusual en él pero que no quería decir que no tuviera... esto se le escapaba de las manos.
  * Soy un idiota. * _Se reclamaba a sí mismo mientas azotaba sus puños contra el duro concreto._ * Le dije que era hermosa. *
  Se quedó estático. El último golpe le había dolido.
 * Podría haberme matado de inmediato pero... no lo hizo. *
 Paró en seco. A la rubia no le hubiese costado nada golpearlo o aventarle algo en la cara porque lo había escuchado claramente... entonces, ¿por qué no lo hizo?.
  * Quizás... *
 Tal vez tendría una oportunidad... debía decírselo, tarde o temprano lo haría de todas formas, pero ahora que sabía que tenía una pequeñísima oportunidad... si era rechazado, tal vez no recibiría un fuerte golpe de respuesta.
  * Lo haré, se lo diré. *
 Decidió aunque más que nada sonaba a reto. Estaba decidido a hacerlo... si no lo hacía ya... algo en su corazón le decía que la perdería para siempre.
  * Yoh. *
 El moreno sintió que una femenina y familiar voz le llamaba. Volteó para ver a su prometida, quien lucía algo preocupada... preocupada por él.
  * Anna !. *
 Murmuró y se volteó completamente para verla.
  * ¿Qué es lo que te pasa?, estás demasiado extraño... más que de costumbre. *
 Acusó. Ella sí que lo conocía bien, detectaba hasta el más mínimo cambio en el comportamiento de su prometido, del hombre a quien amaba.
  * Es que...Anna, yo... *
  Sin finalizar.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
En este capítulo no hubo lemon, pero era una situación necesaria para avanzar en la historia; pretendo que el siguiente capitulo sí tenga lemon 7w7 .
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai  y es material de "Paradise".
Totalizado el 27 de Noviembre de 2006.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
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|| Capítulo 6 ||
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koraxmorker · 1 year
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Curse
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Quiero que te quedes con mil imágenes de esta anoche tatuadas en tu cuerpo y que cada una se convierta a posteriori en una fantasía por el resto de tu vida.
Que no puedas sacarme de tu mente. Que cada beso y cada caricia te haga susurrar mi nombre entre gemidos ahogados. Que cuando estés con él y te entregues llena de deseo, cierres los ojos para imaginarme a mí.
Que tu cuerpo te traicione y reaccione ante mi voz llamándote a media noche. Que no puedas dormir, por el fantasma de mi boca sobre tu piel.
Que no puedas evitarlo. Que tampoco quieras hacerlo.
Que tu cuerpo puede pertenecerle, pero no tu esencia. Esa es toda mía.
Y lo será para siempre.
.
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ambar-60 · 1 year
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A veces nos pertenecemos;a ratos,a escondidas,en la oscuridad nos amamos y nos entregamos. A veces quisiera pertenecerle para siempre, pero lo nuestro son solo instantes y eso mi corazón no lo entiende.
A veces cuando despierto y no está a mi lado prometo no volver a buscarlo ni llamarlo, no contesto por un buen tiempo sus mensajes, pero tarde o temprano vuelvo a él... este deseo que siento por tenerlo entre mis piernas es más fuerte que yo.
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Muero de ganas por llenarme de él, a ratos y escondiéndonos como los gatos aunque después me quede vacía.
Texto:
- Silvia Díaz👌
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ic-e · 2 years
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01 / ASPECTO GENERAL.
lo primero que roba la atención al ver su cuarto es el número de camas disponibles: una litera y una cama individual de una plaza se acomodan como resulta posible en ajustado espacio de habitación. colores pastel decoran el cuarto, pero el blanco es el predominante. habitación es a simple vista pequeña y simple, queda claro que no era su único inquilino: dos hermanas mayores compartían espacio con el menor de los (hasta entonces) tres niños de su familia.
02 / MUEBLES Y PERTENENCIAS.
camas se ven decoradas por palabras que reemplazan los nombres de cada uno de los niños. en la cama que solía pertenecerle a él, dice ice en lugar de su nombre real, y juegos de palabras reemplazan los nombres de sus dos hermanas, haciendo alusión a ellos en una pista que sólo él podría reconocer. al costado de su almohada se encuentra un tiburón de peluche, algo destruido por el mucho uso, y con algunas decoraciones permanentes hechas por él mismo sobre tela. dibujos que nunca pudo borrar, y siempre se arrepintió de hacerle.
sobre las camas de sus hermanas se encuentran sus pertenencias también, una muñeca de trapo para la que le sigue en edad, a la que recuerda haber secuestrado en más de una oportunidad para obtener su atención y provocar algún escándalo, y sobre la pulcra cama individual de la mayor de los tres se encuentra su diario íntimo, cuya segura cerradura se encuentra rota, por vandalismo de la versión infante de sí mismo, que alguna vez había decidido abrirlo para dejarle escrito lo fea y tonta que era por acusarle con sus papás.
03 / RECUERDOS.
más allá de juguetes, encuentra entre sus cosas fotografías de sí mismo y de sus dos hermanas mayores. en otras, se encuentra él solo, tomando de la mano a su mamá, y también aparece en una de ellas con sus dos padres. es la única foto en la que sale con ambos, la más reciente de todas, por lo menos para la época en la que se encuentra ambientado su cuarto. 
foto inédita aparece entre el montón, una en la que su madre está embarazada, y junto a ella se ubica su padre biológico. es aquella, entre todas las pertenencias, la única que ensombrece un poco su humor. recuerda la versión alterada de esa fotografía, esa en la que la figura del hombre se encontraba cortada, y sólo aparecía su sonriente madre con la barriga de embarazada que indicaba su pronta llegada al mundo. prefiere la otra versión, y desde que ve la foto decide modificarla para que quede exactamente como aquella. a la edad actual, sólo puede entender a progenitora en decisión de arrancarle de aquella foto y de su vida.
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moussaka-chaos · 21 days
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no sé qué escribir, me siento tan perdido aquí. ¿qué haré después de terminar esta maestría? ¿qué me asegura que tendré un buen trabajo, que seré feliz?
la verdad es que estoy obsesionado con la idea del amor, de ser amado, de pertenecerle a alguien. no sé qué significa amar, ni siquiera a mí mismo. solo vivo, solo existo en este cuerpo que es temporal, que siempre odié, en el que fui forzado a existir, pagando los pecados que nunca cometí.
nacer en esta vida, nacer afuera de este imperio, nacer con otro color de piel, nacer y sentir que soy absolutamente nada en este mundo.
¿debería dejar de intentarlo? ¿debería dejar de querer lograr las cosas? ¿debería dejar de fingir que en realidad tengo esperanzas en mi futuro?
mis padres pudieron tener dinero, criarme en la asquerosa seguridad que te da el ser pudiente en esta vida. pero nací en el trauma de la pobreza. y eso me afectó tanto, que hasta comencé a creer que la vanidad era mala. he escrito aquí (tal vez) y en mis diarios (definitivamente) que nací sin espejos, sin verme, sin saber cómo lucía. el baño de esa casa de los horrores no tuvo un espejo hasta que yo compré uno, y aún sigue ahí. 15 años. y sin embargo, nunca quise verme, nunca quise sentir mi rostro. mis padres nunca me enseñaron de vanidad, y me hermano me odió tanto que simplemente no me enseñó a ser un adolescente, a preocuparme por como me vestía, como me arreglaba. hasta el día de hoy no se escoger un buen corte de cabello porque simplemente nunca desarrollé esa habilidad que todos tienen. durante años tenía sobrecoloración en mi cuello por ser prediabético. todos pensaban que era suciedad que tenía que sacar rascándome. no fue hasta que indagué en internet que supe que era una condición de mi propia piel. siempre adicto a la comida, siempre adicto al azúcar, siempre adicto a sentir cosquillas en mis dedos, esas cosquillas que debían indicarme que mis niveles de azucar estaban orbitando niveles tan insanos, tan tóxicos, que me estaban matando. nací con padres que fueron criados en la pobreza, y nunca supieron salir de ahí, a pesar de tenerlo todo. solo fui al dentista cuando niño, y ahora tengo tantos problemas dentales, y tengo increíble malos hábitos dentales, además de caries, de dolor, de dientes separados. mi mamá y su absurda y asquerosa ignorancia. ¿y lo peor de eso? nunca quiso aprender, siempre cerrada a la ciencia, siempre cerrada al conocimiento. cada que mi papá intentaba decirle algo sobre mi alimentación -como dejar de tomar gaseosa, o comer más ensalada-, mi mamá lo dejaba ir. hasta el día de hoy sigue atragantándose con gaseosa todos los días, ordenando comida, gastando dinero yendo a la iglesia y diciendo que no tiene. la iglesia, la maldita, puta, asquerosa iglesia. no puedo volver a esa religión. no quiero nunca volver a la religión. la odio, como odio a mi mamá. ¿y mi papá? simplemente nunca estuvo en mi vida. nunca. siempre prefiriendo a johnatan, siempre dando todo por maria pia. yo nunca existí para él. cuando tenía 11 años y me iba a recoger al colegio, había una mujer trans que vendía caramelos en la calle para subsistir y mi papá solía decirme que su familia la había abandonado por ser "maricón, trabuco, homosexual, travesti". porque en el perú la transfobia es aún más poderosa que la homofobia, es el peor de los pecados, la peor de las ofensas. nací con el miedo de morir solo, de morir abandonado. y 10 años después mi papá me ahorcaría cuando por primera vez decidí hacerle frente a johnatan. "¿¡¿¡¿quieres que te mate?!?!?", mientras mi mamá sacaba el agua bendita y me gritaba "¡¡¡¡fuera satanás!!!!", porque para ella era más posible que yo estuviera poseído por el demonio, que simplemente harto de los abusos de un hermano mayor que decidió odiarme por ser gay, femenino.
¿cuánto más voy a seguir doliendo en esta vida? ¿cuánto más tengo que seguir arreglando lo que otros me hicieron? ¿cuántas más injusticias viviré por simplemente nacer? ¿cuántos errores más debo cometer para aprender a vivir? ¿cuánto más voy a doler?
que alguien venga, que alguien me salve, que alguien me saque de esta vida, que alguien me abrace tan fuerte que solo sienta su presión y ya no más dolor...
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bleu-14 · 2 months
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A veces nos pertenecemos;
a ratos,a escondidas,
en la oscuridad nos amamos y nos entregamos.
A veces quisiera pertenecerle para siempre, pero lo nuestro son solo instantes y eso mi corazón no lo entiende.
A veces cuando despierto y no está a mi lado prometo no volver a buscarlo ni llamarlo,
no contesto por un buen tiempo sus mensajes,
pero tarde o temprano vuelvo... este deseo que siento por tenerlo entre mis piernas es más fuerte que yo.
Muero de ganas por llenarme de él,
a ratos y escondiéndonos como los gatos aunque después me quede vacía.
Que más da si es una droga lasciva que va quemando mis neuronas y acelera siempre mis latidos, hace de mi lo que quiere y a la hora que se le antoja, me sabe segura y no puedo escapar... esto es una locura.
Luego me llama y me dice pequeña, mi princesa linda....
- Ven y arráncame estas ganas de arder en un cuerpo tan caliente como el mío. Apiádate de mí y lléname de todos esos besos que me hacen falta, de caricias suaves, lentas, peligrosas. Ven y lléname de ti, cúrame un poquito y después te vas.
Son mágicos los momentos cuando en tus brazos me siento, cuando me tomas suavemente y susurras en mi oído como todo un caballero, son mágicos los momentos cuando deslizas tus manos por mi cuerpo desprendiendo de mi toda prenda que te impide rozar mi piel con la tuya, son traviesos esos besos que me robas mientras al fondo nuestra canción suena, son fuertes tus movimientos cuando en la cama me tomas y tuya me haces, son perfectos los momentos porque tu estas en ellos, y se que luego me arrepiento porque te vas y sola me dejas entre el gusto y los recuerdos.
Para luego volver y repetir otro día el mismo ritual donde...
Tu mirada en la mia, se clava viendo cuán grande es mi agonía de perderme en esa piel y en ese aroma, mis labios van anhelando vada vez los tuyos con más fuerza, connla pasión que desvela, me haces desear como loca un roce de tus dedos, una caricia de tus labios en mi cuello, para luego hacer explotar en mi sensaciones infinitas que se apoderan de mi... Quiero ese beso, esa caricia y esa entrega ...quiero noches interminables contigo y días gloriosos donde corramos de la mano por el campo admirando la naturaleza...quiero una vida contigo....
Ya no quiero que amanezca y tu te marches, ya no quiero que seas solo ese amante que que arde en la cama conmigo, quiero encontrarte cada mañana, beber un café, hacer una vida contigo.
Quiero que nos pertenezcamos de por vida y no a ratos cuando se te antoja sentir este cuerpo tibio.
Patricia alma Libre
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zcspace · 6 months
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Oculto entre las flores y la belleza natural de aquel bosque sin nombre, se encuentra un lugar que ha guardado los secretos de una familia como la suya por generaciones. Zhong Chenle no teme visitarlo en la penumbra de la noche durante las primeras ocasiones, acompañado únicamente con una pequeña linterna, con la valentía que le nace del pecho, y con los días de incansable anhelo que ha mantenido únicamente para sí, se aventura entre las coníferas en busca de aquel refugio prometido, ese espacio heredado que ha sido creado para pertenecerle.     Chenle no sabe muchas cosas sobre la vida, a sus cortos diez años sólo puede tener la certeza de que su abuelo no miente, de que los cuentos son reales y la magia que habita en el bosque, esa misma que existe en lo profundo de su corazón, le llevará por el camino correcto. Es un niño inocente jugando a ser adulto, jugando a tragarse el miedo y a recibir con una sonrisa las sorpresas que va encontrando en el camino. Y tal vez por eso, sólo él es capaz de encontrar ese lugar más de una vez, durante los otoños siguientes.     Aunque sin aparente motivación, Chenle observa el enorme tronco que se yergue a la distancia con curiosidad, no conoce mucho de árboles, de hojas o de texturas, pero recuerda vagamente las características ya mencionadas, las palabras más llamativas, que un poco incrédulo se había negado a creer, pero que esa madrugada finalmente cobraban sentido. Leyendo con lentitud los símbolos marcados sobre la tersa corteza, Chenle sonríe al encontrar nombres conocidos, aclaraciones que con el tiempo reconocerá como advertencias, y mensajes ocultos que no podrá descifrar sino hasta dentro de unos cuantos años, que, si bien no logra comprender del todo bajo la suave luz de su linterna, le resultan reconfortantes luego de una travesía como esa.     Por lo que resta de aquella velada sin luna, Chenle duerme recargado contra la humedecida madera, soñando con los días que están por venir. Con la vida que le gustaría tener, esa que aún si nadie quiere anunciarlo en voz alta, el chico sabe se le agota cada vez un poco más, con el paso de los meses.     "𝘘𝘶𝘪𝘦𝘳𝘰 𝘷𝘪𝘷𝘪𝘳 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘴𝘪𝘦𝘮𝘱𝘳𝘦", puede leerse al cabo de un tiempo sobre la corteza ya endurecida, arrancando un sonido de júbilo del ángel del viento cuando por fin comprende ese mensaje encriptado, que estando ahí, escondido entre el moho y la maleza de aquella pinácea descolorida. Se presenta ante Wéifēng como una invitación a reafirmar la decisión que, sin planearlo realmente, ha tomado con ayuda de aquella pequeña plegaria.   
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mynutellagirlstuff · 7 months
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Y entonces volvió a pasar.
Otra vez sentí las mariposas revolotear en mi estómago, otra vez volví a sonreírle a un recuerdo. Volví a admirar la belleza de una sonrisa y de unos ojos. Me perdí en la profundidad de su mirada y la luz de su sonrisa me dejó encegada. Me siento turbada, absorta en su presencia, siento que quiero amarlo para toda la vida a pesar de que lo conozco hace unos meses. Otra vez me está sucediendo. Otra vez quiero pertenecerle a alguien y acurrucarme en sus brazos mientras él acaricia mi hombro. Otra vez sueño con verlo todos los días, cuando yo soy alguien de espacio. Pero aquí estoy, contando y ansiando la hora de verlo otra vez. Quiero besarlo, abrazarlo, cuidarlo y amarlo. Otra vez me estoy enamorando y espero que él pueda soportar este huracán de sentimientos y así, demostrarme que existe alguien por quien realmente vale la pena luchar y que se quede junto a mí, a pesar de sus demonios y los míos, escogernos cada día y no dejarnos ir.
NB
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lectordemaldiciones · 8 months
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Oct 05 - Hemlock
(references to sexual assault and murder)
El trabajo de Jesse es el más físico de todos. Originalmente, se piensa que su misión consta de hipnotizar a los clientes y dejarlos rendidos. Antiguamente era así, antiguamente, el chico podía acercarse al pulso de su acompañante y hacer que este enlenteciera hasta que los ojos de cualquier ser que tuviera a su merced se rindieran. Jesse pensaba en la magia como susurros, cualquier cosa que él susurrara podía hacerse realidad.
Pero en su presente, él tiene que hacer más que eso, en su presente, los susurros no bastaban para escapar.
La primera vez que Ian descubrió un morado en su cuello, el chico enloqueció, cazó, torturó y desmembró a aquel sujeto, exponiendo el rompecabezas que había dejado por cuerpo públicamente en la plaza del circulo de la corona. La sangre aun manchaba la fuente y aun cuando los ciudadanos miraron fascinados la exposición, su abuelo había estado furioso por la muerte de un posible aliado, por muy pequeño que fuera.
Jesse trataba de que no dejaran marca, o al menos que las marcas fueran lo suficiente manejables para que él pudiera curarse rápidamente antes de su siguiente trabajo (o antes de ver a Ian o a Zyonn).
El chico no conocía muy bien las emociones para ser un empático, si bien podía manejarlas con susurros y retorcerlas para que se convirtieran en lo que él quisiera; Jesse aún no entendía el significado de muchos sentimientos. De lo que estaba seguro, era de que estaba harto del amor. Algunos aman con las manos, algunos aman con la mirada o las palabras, algunos aman con la sangre. El chico ha visto tantas clases de amor, el cruel y el amable, el dulce y el agrio, que está cansado de él.
– ¿Un principito, eh? – Jesse se tensó al oírlo, nadie debía conocer su identidad. Él era un sirviente o un lujurioso, un encantador de serpientes o un ladrón. Pero nunca un príncipe, en la cama de sus misiones, él jamás debía ser Jesse. El hombre no se percató de su cambio - Uno creería que la realeza es tratada de mejor manera, pero mírate, solo una puta barata. ¿Es así como trata la corona a los demonios? ¿Si hago una oferta muy grande te tendré para mí?
Los hombres que pasan dos veces por sus manos, terminan acabados. Jesse puede volver loco a sus amigos susurrando. Él puede enamorar hasta la locura a los débiles hombres que son lo suficiente estúpidos para creer que, si él le abría las piernas, les pertenecería. Él no podía pertenecerles, él no podía acompañarlos. Jamás.
El hombre se rió contra su piel, alcoholizado de Jesse. Descendió hasta ubicarse entre sus piernas y comenzó a morder.
Jesse no pudo refugiarse en las habitaciones de su mente; lo recordaría todo.
Cuando camina hacia la pequeña casa, hace el mayor esfuerzo por no coquear. Le duele el cuerpo y está seguro de que las heridas de aquellos dientes no están sanando con su magia. Él respira profundamente, tratando de morderse el dolor y relajar su postura.
No quiere estar ahí, pero no puede volver a la iglesia sangre o a la corte, y hoy le toca entrenar a Zyonn.
No alcanza a llegar a la puerta cuando esta se abre y de ella emerge un muchacho bajito con el cabello negro alborotado que se apresura a abrazarlo. Jesse va completamente tapado, no ha podido bañarse y está seguro de que el aroma de aquel hombre le ha atravesado la piel. Está seguro que hiede a él. Jesse trata de mantener la compostura y no gritar cuando le devuelve el abrazo Zyonn, pero cada musculo de su cuerpo se vuelve piedra cuando el muchacho lo toca.
No me toques. No me toques. No me toques. No me toques. No me toques. No me toques. No me toques. No me toques. No me toques. No me toques. No me toques. No me toques. No me toques. No me toques. No me toques. No me toques. No me toques. No me toques. No me toques. No me toques.
– Jesse – Zyonn comienza a decir.
– No, por favor. Solo dame un segundo.
Zyonn le da unos minutos, su cuerpo sigue sin querer sanarse, su magia no es suficiente, comienza a convencerse de que ese hombre lo ha drenado y jamás será capaz de volver a susurrar.
- He hecho algo para ti – La voz de aquel muchacho que tantos años ha estado bajo su cuidado es dura, Jesse no entiende porqué. Pero se tensa aún más – Está bien, está adentro. Hoy no tenemos que hacer nada afuera.
Cuando entran, Zyonn se excusa y se pierde en la casa, diciéndole Jesse que lo espere en la sala. Jesse ve unas hojas de perejil regadas por el piso, no le parecería extraño si no supiera que Zyonn no cocina. No es capaz de preguntar, no es capaz de pensar tampoco. Él se sienta como puede en uno de los viejos sillones de la sala y lo espera.
Y lo espera y lo espera.
Zyonn vuelve unos minutos después con té y galletas y una vianda que parece contener una especie de crema.
- El té es de frutos rojos, creo que ha quedado un poco dulce, pero la olla sigue intacta.
Jesse no le responde.
Hoy no es una buena compañía.
A veces Zyonn no se considera una buena compañía, pero al nieto de Trigon nunca le ha molestado el silencio; se pregunta si el otro chico siente lo mismo.
Sócrates fue sentenciado a muerte por instruir a las personas, pero el hombre que lo hace sangrar quedará sentenciado por destruirlas. Jesse se ha untado la crema que le preparó Zyonn. Él nunca besa a sus misiones, pero ese día hace una excepción. Cuando el humano da una estocada muy fuerte, Jesse no quiere gritar, así que le toma la cara y lo besa.
- Mi príncipe – Murmura el hombre.
La cicuta se mezcla entre sus salivas y la sangre de Jesse. Para cualquiera con un poco de magia, el veneno se olería a kilómetros, pero aquel solo es un ladrón, un drenador, un chupasangre, así que no se entera de nada.
No siempre las plantas venenosas tienen un aspecto amenazante, a veces son como uvas y otras veces se confunden con el perejil. Jesse ya no tiene que besar al hombre, sus manos han recorrido el cuerpo de Jesse como si estuviera hambriento y él fuera la única comida en el mundo.
Cuando Jesse sale de la habitación tiene que reparar su ropa, él hombre no tiene tanta suerte; jamás volvió a levantarse.
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condenadoshqs · 1 year
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* ST. MARY MAGDALENE HA ABIERTO UN NUEVO EXPEDIENTE.
los directivos analizan datos de joh beomsu para recibirle en su primer año de curso. se encuentra estudiando ingeniería civil y ambiental en st. philip of aguira y ha sido asignade a la mansión seis. todos los datos parecen ser correctos en lo que estampan sello para declararlo como procesado. sin embargo, días después expediente desaparece y en su lugar dentro del archivo, una hoja con la firma de una sociedad secreta queda como demostración de lo que fue robado. ¿ganar o perder? todavía nadie lo sabe.
BLOSSOM, bienvenide al universo de condenados. ¡nos encanta tenerte entre nosotres! esperamos que tu estadía en el grupal sea larga y que disfrutes de cada cosa que esta maravillosa historia tiene para ofrecer. esperamos la cuenta de tu personaje en las próximas 24 horas.
FUERA DE PERSONAJE. 
nombre: blossom.
pronombres: femeninos.
edad: 21 +.
país / zona horaria: gmt – 6.
triggers: incesto, pedofilia, racismo, maltrato animal, non-con.
¿aceptas que tu personaje reciba cualquier tipo de intervenciones? sí.
¿algo que agregar? les agradezco montones por un proyecto tan lindo ♡
dentro del personaje.
• nombre completo: joh beomsu. • faceclaim: park sunghoon • pronombres: masculinos. • edad: veintiun años. • fecha de cumpleaños: ocho de febrero. • lugar de proveniencia: pohang, gyeongaang, corea del sur. • descripción psicológica:
( + ) racional, perseverante, elocuente. ( - ) reservado, desconfiado, introvertido, competitivo.
• descripción física: cuenta con un metro y ochenta y un centímetros de altura, previo al ingreso a st. mary magdalene, pasó una noche con sus amigos de la infancia en donde decidió teñirse el cabello de rubio, aunque en algunas ocasiones lo puede portar casi platinado debido a su cuidado y en otras con el crecimiento de su cabello oscuro mostrándose. aún continúa en proceso de adaptación, fuera de eso se le verá portando su uniforme en forma en cada ocasión y en lo que a vestimenta personal corresponde, es apegado a los estilos tradicionales sin colores que resalten. cuenta con tres lunares característicos en su rostro; en el puente de la nariz, debajo de ojo y en menton.
• historia:
uno. antes de que pudiese dar su primer vistazo al mundo, nacimiento traía consigo condiciones. fruto de romance adolescente prácticamente extraído de las páginas de cuento romántico, no contó con páginas en blanco suficientes para hacer justicia al amor que progenitores compartían cegados de la crueldad en el mundo, cuento que llegó a su fin el día de su nacimiento cuando su madre perdió la vida por dársela a él y dejándolo por su cuenta con progenitor.
dos. primeros años de vida asemejaron paseo por montaña rusa, donde pasó los días carente de un hogar estable, saltando de entre resguardo de familiares cercanos debido a las extensas jornadas de trabajo de su padre y a los fantasmas que los perseguían, manteniéndolos alejados de cualquier destello de felicidad. a lo largo de los años, el único descendiente de los joh solo parecía encontrar refugio al vaciar las aflicciones cardiacas entre los párrafos de vidas que jamás podrían pertenecerle y al rezarle a las estrellas esparcidas por bóveda celestial.
tres. durante su treceava primavera de existencia, los dolores y la falta de cuidados pareció acumularse, orquestando el desmayo en medio de asignatura de deportes, siendo la primera vez que hados caprichosos lo llevaron a visitar hospital. bastaron de un par de chequeos para detectar la inconsistencia en órgano locomotor, como si desde el principio estuviese hecho para fallarle. no obstante, luego de años de aumento en deudas y minutos desperdiciados entre muros blanquecinos, los astros a los que tanto había rezado parecieron escucharlo y sincronizar su destino con el de fémina extranjera.
cuatro. hasta el presente no puede definirlo, conversaciones educadas, se transformaron en amistad, sin duda peculiar entre dúo con diferencia de edad separándoles y sin discernir que fue lo que le pareció tan extraordinario de él, pero en parpadeo fue que se encontró reemplazándola al principio de listas de espera para transplante y con una invitación para st. mary magdalene esperándolo al graduarse de estudios medios.
cinco. no fue una decisión complicada el acceder a comenzar una nueva vida del otro lado del mundo. a pesar de su pasión secreta por las historias que aún desconocía y con las que ahora contaba con el tiempo para redactar, prefirió estudiar sobre las edificaciones que podía admirar cada día a través de su ventana de hospital en un esfuerzo por comenzar a saldar las deudas ahogando su apellido.
• dato adicional opcional: removido por la administración. • ¿estudiante matriculado o becado?: becado. • facultad: st. philip of aguira. • carrera: ingeniería civil y ambiental. • año de curso: primer año. • extracurriculares: miembro del club de poesía. miembro del club de ajedrez miembro del club de portugués miembro del club de arco y flecha miembro del club de astronomía. • ¿cuál es la sociedad secreta de su interés? removido por la administración.
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04/03/23
12:38am
Los planes en las manos de Dios son perfectos, son buenos, son todo lo que puedes aspirar y más .
Has entregado tu amor por él a Dios, ahora tu amor es solo a Dios, ese espacio que le guardabas porque no perdías la esperanza también le pertenece a Dios, no funcionó como queríamos y era obvio, no puedes aspirar a darle casi todo a Dios, con él es todo o nada.
Le entregaste todo lo que tienes, tal vez luego te descuenta que depronto tienes algo más por ahí escondido, quien sabe, si llega a ser así, entregalo, porque en mejores manos va a estar.
Es necesario depender solo de Dios porque con él se obtiene todo, todo lo bueno, todo lo perfecto.
Es necesario dar ese enorme salto de fé, para que te des cuenta que al caer va a ser en algo mejor de lo que te imaginabas.
Puede que duela entregarle todo, lo sé, Él lo sabe, no quería entregarle todo, quería guardar un pequeño lugar que le perteneciera a él, pero no, o le pertenezco solo a Dios o le pertenezco al mundo. Quiero pertenecerle a Dios.
Me daba miedo depender solo de Dios porque considero que de quién dependo es todo lo que necesito y claro, que mejor que solo necesitar de Dios... Pero siendo sincera, no es que quiera necesitar de alguien, simplemente quiero compartir mi vida con alguien terrenal también, la experiencia de estar con alguien que amas y que te ama es hermosa, de verdad me encantó, a pesar de los problemas ha sido una de las mejores experiencias, el saber que tengo a alguien a mi lado, sé que siempre tengo a Dios, pero también quería a alguien a quien abrazar, alguien con quien jugar y pues hacer cosas acá bajo el sol.
Sentía que darle todo a Dios no me permitiría disfrutar de lo que hay acá, pero me he dado cuenta, Él me ha hecho ver que no es así.
Sé que si logró darle todo y depender de Él, hará que me lleguen todas las promesas y bendiciones que él tiene para mí, sé que si llega a estar en los planes de él (ojalá sea así) sé que él va a poner a alguien en mi vida con quién pueda vivir la experiencia de amor que me gustaría sin depender de esa persona y sólo dependiendo de Dios, sé que Dios me permitirá querer a alguien de acá sin depender, pero sólo hasta que de verdad le entregue cada parte de mi.
Dios me ama mucho, merece mi centro de todo y sé que apenas tenga eso claro y esté preparada Él pondrá a alguien en mi camino con quién pueda compartir todas las bendiciones que Dios me da sin olvidar quién es primero.
Hasta entonces, seguiré el proceso, tal vez llore algunas veces porque extraño a esa persona, me gustaría que esa persona estuviera al final proceso, pero si no es así, lo acepto tranquilamente, por ahora lo que quiero es lograr culminar el proceso y depender de Dios ya luego sé que vendrá la prosperidad.
El amor es paciente.
-Vikku
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fionapardolupardo · 1 year
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“He construido un jardín”, amar y ver morir
Un análisis literario de “He construido un jardín”, poema de Diana Bellessi.
Un jardín es una parte de terreno donde, con la función de transformarlo en acogedor y de proporcionar aire y sol a sus habitantes, se cultivan distintas plantas. Así, uno cuida y mantiene su jardín para que este le dé felicidad.
En este poema, el yo poético nos relata:
“He construido un jardín como quien hace
los gestos correctos en el lugar errado.
Errado, no de error, sino de lugar otro,
como hablar con el reflejo del espejo
y no con quién se mira en él.”
De esta forma, el yo poético nos relata que construyó felicidad en donde no debía hacerlo. Sin embargo, sus modos fueron los correctos pues menciona, al hablar del jardín y al hablar del espejo, que la acción era la indicada mas, el destinatario, no lo era. Esto, si lo ponemos en términos de ‘acción correcta, lugar errado’, no puede provocar algo distinto al fracaso, que también genera frustración.
“He construido un jardín para dialogar
allí, codo a codo en la belleza, con la siempre
muda pero activa muerte trabajando el corazón.”
Hemos establecido que, construir un jardín, era con el objetivo de obtener felicidad mientras se está en él. La belleza del jardín contribuye proporcionalmente a nuestra felicidad. Resulta notable que Diana utilice la preposición ‘en’, al pronunciar “codo a codo en la belleza” ,porque esto significa que el yo poético se halla codo a codo con alguien que no es la belleza puesto que habla de esta última como una locación. Está en la belleza, no con la belleza, y eso, hace una gran diferencia.
Luego, se nos dice que habla del comportamiento de la muerte, siempre muda, silenciosa, pero activa, presente. Aquí es donde descubrimos, que ese alguien en quien invierte tiempo, con quien yace en la belleza, es, nada más y nada menos, que la muerte. Es esta última quien le aconseja que abandone su equipaje frente a la visión de dos orillas y, además, le advierte que cuide lo que pierde; Aclarándole que, aquello que perdería es: “La sola compañía que te allega, a la orilla lejana de la muerte”. En otras palabras, si deja su equipaje, si abandona lo que la retiene en ese jardín, perderá toda la compañía que tiene, a pesar de que esa compañía la acerque cada vez más a la orilla de la muerte.
En consecuencia, si una orilla de las dos mencionadas fue nombrada como la muerte, la otra debe pertenecerle a la vida. De este modo, el yo poético se halla en una clara encrucijada: la vida o la muerte. Más en profundidad, abandonar aquello que le hace mal y lo acerca a la muerte, pero perder su jardín, en pos de ser feliz y ser jardín de nuevo.
Pero, ¿Qué es eso que lo acerca a la muerte? Analicemos el siguiente fragmento:
“Solo digerible al ojo el terror
si la belleza lo sostiene. Mira el agujero
ciego: los gestos precisos y amorosos sin reflejo
en el espejo frente al cual, la operatoria carece
de sentido.”
En definitiva, el martirio solamente es sostenible en el tiempo si hay algo que haga que valga la pena. Un vínculo amoroso que lastime solo puede perdurar si hay amor. Es por esto que yo creo que ‘el jardín’ en este poema simboliza al amor puesto que el amor se cultiva, se ve crecer, se ve morir y renacer. Un jardín, un amor, no puede cuidarse solo, necesita de más de uno. Es por esto mismo, que resulta triste que los gestos amorosos o cariñosos del yo poético no sean recíprocos. No hay reflejo en el espejo, el amor va pero no vuelve y eso mata el alma, y ese amor.
“Tener un jardín, es dejarse tener por él y su eterno movimiento de partida.”
Amar es entregarse, es estar vulnerable, es tener fé en un otro y su amor. Por lo tanto, es esa falta de reciprocidad la que inclina al vínculo a morir. Para profundizar sobre esto, el yo poético expresa lo siguiente:
“El jardín exige a su jardinera verlo morir.
Demanda su mano recorte y modifique
la tierra desnuda, dada vuelta en los canteros
bajo la noche helada. El jardín mata
y pide ser muerto para ser jardín.”
Las expresiones del amor pueden lastimar y, es por eso, que el jardín pide a su jardinera verlo morir. Ambos extremos del amor matan, el que solo poda, y el que solo puede ser podado. El yo poético, el amante, pide a su amado que lo ame a su manera, pero sus modos lo lastiman, lo matan.
El poema termina de la siguiente manera:
“I wish you were here amor, pero sos jardinera y no jardín. Desenterraste mi corazón de tu cantero.”
En línea con lo dicho, ser jardinera es un componente de tener un jardín o ser uno. Ambas cosas van de la mano, el jardín le retribuye a la jardinera, que lo poda y lo cuida, siendo jardín, amando, siendo bello. Ambas partes deben ser, al mismo tiempo, jardín y jardinera. De esta manera. si el objeto de amor es jardinera, pero no jardín; quiere decir que no lo ama al yo poético, solo se encarga de podar, recortar y vivir del amor del otro.
Aún así, la acción de desenterrar algo, implica que ese algo estaba allí en primer lugar. Es por esto, que podemos decir que el amor del protagonista parecía ser reciproco y, de hecho, lo parece a simple vista, pero no lo es, puesto que su amado lo quitó de su jardín, lo privó de su amor, le permitió verlo, ilusionarse, para luego quitarlo, y ver el vínculo morir lentamente.
Previamente, se hablaba de como la muerte le aconsejaba al amante que deje su equipaje, que se vaya; la pregunta es, entonces, quién morirá primero: el amante, de tristeza, o el vínculo.
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skisofull · 1 year
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imposible q el limite sea estar casado porq aunq ame demasiado a alguien siempre voy a sentir cosas por alguien más y voy a querer hacer cosas con alguien más. sisi, monogamia o muerte pero quiero y espero eso d la otra persona porq a mí m aburre pertenecerle a alguien por completo
En realidad ser d él no m aburría, pero también quería estar con alguien más.
#c
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