Una vez me dijiste que no tuviera miedo de confiar en ti, porque prometías jamás lastimarme y que te esforzarías por ser un recuerdo feliz; no sé si te acuerdes de aquellas palabras, pero hoy puedo confirmarte que así fue.
"You can't love someone like i do, that's all i can say to you"
Cada vez que oigo eso en mis oídos, melodías suaves de mi revivir, me ahogo en la comprensión de sentirme identificada. Amo demasiado. Pero además vos tenés la incapacidad de amar de la misma forma, en el fondo todos somos humanos deseosos de amor, pero algunos no pueden amarnos igual, simplemente no es para ellos, incapacidad intrínseca. Y de alguna forma los que amamos demasiado siempre terminamos unidos a aquellos incapaces de amar con todas sus fuerzas como amamos nosotros. Nosotros, los que amamos sin poder vivir sin amar. Nunca vas a amar como yo, no te da la sangre, las venas, la vida, y yo soy la tonta que nunca se detiene, nunca queda milésima del otro al que amo que quede sin amar. Amo las imperfecciones y las faltas, yo beso tus vacíos con incalculable lealtad. Y lo que duele es esa necesidad de que vos me ames igual. Pero nadie puede amar como yo amo, eso es lo único que puedo decir. Mis llantos, mis quejas, mis palabras solo expresan esa necesidad, ese dolor del amor inmenso, que no debería ser dolor, porque amar no debería ser doloroso, pero la falta de amor duele, la inexistencia de tu amor incondicional duele en cada despertar con la cama vacía, con tu ausencia palpable en el aire. Necesito amor del bueno, del que sana heridas o al menos nos crea esa ilusión. Pero claro que no llegará. Amo demasiado, y ojalá pudiera parar.
Es que ya no se que más hacer, puedo ver cómo mi vida pasa al frente de mi y trato de dar mi mejor esfuerzo; trato de que estén orgullosos, pero... Todo, todo el tiempo me siento inconforme e incompetente con lo que hago. Me siento incompleto.
Para ti que eres mi conversación en el silencio.
Para ti que eres mi abrazo cálido en el frío.
Para ti que eres mi acompañante en la soledad.
Para ti que eres la fotografía que llevo pegada en la mente.
Para ti es mi compañía, mi cariño, mi atención y mi corazón.
Para ti que eres el verso que me inspira.
Para ti que eres mi mirada perdida.
Para ti que eres mi suspiro de amor.
Para ti que eres mi…
Hay cosas que el corazón no puede decir, pero lo sabemos. Cosas que los labios no dicen, pero en la mente se metieron. Yo sé y tu sabes y por eso no podemos.
Miradas que cruzan sin encontrar destino, pero sienten. Gestos mudos que gritan lo que el alma contiene. Tú miras y yo siento, en silencio comprendemos.
Hay espacios llenos de vacíos entre palabras no pronunciadas, donde los suspiros construyen puentes que nuestras manos no pueden tocar. Palabras que flotan en el aire, invisibles hilos que nos atan, nos unen y separan.
En el eco de lo no dicho hallamos nuestro refugio, un lugar sagrado y prohibido donde solo nos podemos encontrar en la penumbra de lo que nunca será. Es en el silencio donde nuestras almas danzan, cercanas y lejanas.
Yo sé y tú sabes, en el abismo de este conocimiento nos perdemos, buscando señales en las estrellas de un cielo que compartimos pero no podemos habitar juntos. Es este amor no declarado, este sentir sin tocarnos, lo que nos mantiene vivos, pero encadenados.
Así vivimos, entre sombras de lo que podría ser, alimentando este fuego que consume pero no ilumina. Porque yo sé y tú sabes, y en esa sabiduría nace nuestra tragedia y nuestra salvación, el dulce veneno de nuestro imposible amor.