Tumgik
#tatuajes de bocas
aricastmblr · 9 months
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정국 (Jung Kook) ‘3D (feat. Jack Harlow)’ Promotions Sketch
bts_bighit X 28 dic. 2023 정국 (Jung Kook) ‘3D (feat. Jack Harlow)’ Promotions Sketch (https://youtube.com/watch?v=wEc8lmprRQs)
정국 #JungKook #JungKook_3D
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kevotsuka · 3 months
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Veo gifs de lolo y soy este
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dreaming-star20 · 4 months
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Aniversario
Una soleada tarde de primavera, una leve brisa entraba por las ventanas abiertas del apartamento de Michael. El hombre yacía boca arriba sobre su cama destendida, con nada más que un suspensorio puesto. El cuerpo de Michael estaba bañado en sudor, resultado de su rutina de ejercicio matinal y el calor de la tarde. La luz de la habitación hacía los músculos de Michael resaltar aún más.
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La habitación estaba bastante ordenada, a excepción de un poco de ropa sucia desperdigada por el suelo. El aroma masculino de Michael era perceptible en toda la habitación. Era el resultado de la mezcla de colonia, desodorante y sudor. A la mayoría le hubiera parecido un olor demasiado intenso, a algunos incluso repugnante, pero a Ernesto le encantaba ese olor. Lo único que Ernesto amaba más que el olor de Michael, era usar el cuerpo de Michael.
En la habitación contigua al cuarto, Ernesto se daba un baño refrescante. Por más que amara utilizar a Michael, el calor del ambiente hacía sofocante estar dentro de él por mucho tiempo. Para poder regular su temperatura, Ernesto tenía que salir un par de veces al día del interior de su anfitrión para darse un respiro. El agua tibia resbalaba por su rostro redondo y de barba desaliñada, hasta llegar a su abdomen globoso, y luego a sus piernas regordetas. La luz del sol que entraba al baño hacía relucir la pálida piel de Ernesto, haciéndole ver algo fantasmal.
Ernesto cerró la regadera y secó rápidamente su piel con la toalla de Michael. Michael estaba comenzando a despertar. Estaba desorientado, su memoria era muy nubosa. Lo último que recordaba era estar en una fiesta y tomar un par de cervezas, pero ahora estaba en su apartamento. Aunque, a decir verdad, de no ser por los muebles que reconocía a la perfección, no habría sabido en donde estaba. Todo el lugar estaba organizado de una manera diferente. Desde su closet, que ahora estaba empotrado al muro, hasta su cama, que antes estaba junto a la pared. Pero ahora estaba justo en el centro de la habitación, debajo de una extraña estructura de metal que seguramente serviría para sostener algo.
Aun tratando de entender el cambio en la habitación, Michael notó un cambio aún más importante. Recordaba perfectamente haberse afeitado el día anterior. A las chicas siempre les gustaba más su rostro limpio y cuerpo liso. Pero de alguna manera, todo su cuerpo se había cubierto de vello de la noche a la mañana. Había pelo por todos lados, incluso en sus axilas y entrepierna. Siempre había odiado tener un cuerpo tan peludo. Ahora tendría que salir a comprar crema para afeitar y varios rastrillos para poder eliminar todo el desastre que había sobre su piel.
Michael comenzó a frotar su cuerpo, notando aún más cambios. Su cuerpo parecía un poco más grande de lo que recordaba. Sus pectorales se habían vuelto más voluminosos. Sus piernas se notaban un poco más gruesas. Las venas de sus brazos eran más visibles de lo que recordaba. Era el avance de meses de ejercicio, pero de alguna manera lo había logrado de un día para otro. Como cereza del pastel, Michael vio dos enormes tatuajes, cada uno en un brazo diferente. El nunca marcaría su piel de manera permanente. Por alguna razón, los tatuajes no se veían recién hechos, por el contrario, cualquiera diría que les hacía falta un retoque.
Michael se bajaba de la cama cuando escuchó el ruido de la puerta del baño al abrirse. “Seguramente mi nena de ayer sigue aquí. Ya que no recuerdo nada de anoche, creo que una ronda matutina no estaría mal”, pensó Michael, emocionándose un poco. Su pene había comenzado a llenarse de sangre. El hombre abrió sus ojos como dos platos cuando del baño no salió una chica joven y sexy, sino una bola de grasa desnuda, bajita y muy blanca, parada despreocupadamente frente a él.
"Veo que estás despierto”, Dijo Ernesto en voz alta. “Bueno, disfrútalo. No volverá a ocurrir en mucho tiempo". Antes de que Michael pudiera reaccionar, Ernesto se lanzó contra él y lo tacleo, haciéndolo caer de nuevo a la cama. Michael trató de luchar, pero aún en su condición física, Ernesto era mucho más fuerte y ágil. Ernesto se levantó y tomó las piernas de Michael con sus manos. En un solo movimiento, el cuerpo musculoso de Michael quedó boca abajo. Las redondas y peludas nalgas de Michael estaban apuntando al techo, totalmente expuestas ante el pervertido hombre detrás de él.
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“Esta pelea ha hecho que me emocione”, Dijo Ernesto mientras acariciaba su creciente miembro con una mano. Ernesto jaló a Michael al borde de la cama y se lanzó sobre su ancha espalda, usando su barriga para aprisionarlo contra el colchón. Aún contra tanto músculo, Ernesto no tuvo problemas para someter a Michael gracias a su peso. Ernesto alineó su pene ya erecto con el ano sudoroso de Michael, e inmediatamente comenzó a presionar hacia adentro. El agujero de Michael solo había sido utilizado por Ernesto, aún si el primero no lo sabía. Para Ernesto fue muy fácil abrirse paso por la estrecha entrada, introduciendo todo su miembro de un solo golpe.
Un gemido de dolor y placer se escapó de los labios de Michael. Ernesto movió sus caderas de adelante hacía atrás. Su pene por debajo del promedio casi se sale del ano de Michael en más de una ocasión. Michael se sentía asfixiado por el peso de Ernesto sobre él. Ernesto lograba tocar el punto G de Michael en algunos momentos, y de vez en cuando un leve gemido salía de los labios de Michael. Antes de que Michael siquiera se diera cuenta, las piernas de Ernesto ya se habían fusionado con las suyas. Solo las tonificadas y peludas piernas de Michael quedaron apoyadas en el piso a un lado de la cama.
Ernesto siguió empujando su cadera, y de un momento a otro, su pelvis se perdió en la de Michael. Ahora la cadera que se movía era la de Michael, y el placer que sentía se había incrementado exponencialmente. Su verga, hasta ahora flácida, había comenzado a levantarse dentro del suspensorio, y liberaba hilos de líquido preseminal en la tela. Michael ya no controlaba la mitad inferior de su cuerpo, pero podía sentir cada movimiento que esta hacía bajo el mando de Ernesto. En lo más profundo de su mente, una débil y familiar voz comenzó a resonar, le decía que este era su papel en el mundo, y que no le quedaba más que disfrutarlo.
El roce de las suaves sábanas de la cama estimulaba a Ernesto y Michael por igual. Ernesto bufó como toro al sentir la potencia del poderoso miembro que ahora controlaba. El pene de Michael era lindo, a Ernesto le gustaba verlo desde afuera, pero le encantaba poder sentir placer con él. A la vez que los bufidos de Ernesto se hacían más intensos, los gemidos de Michael también aumentaban en volumen y frecuencia. La cabeza de Michael era un desastre. Los instintos más básicos de su mente le decían que debía liberarse y correr. Al mismo tiempo la voz se hacía más y más intensa. La voz le repetía a Michael una y otra vez que debía dejarse llevar por el placer, que era su deber entregarse totalmente al desconocido.
Con un solo movimiento, Ernesto fusionó su gran vientre con el firme torso de Michael. La gran barriga de Ernesto se hundió dentro de Michael como si nunca hubiese existido. Ernesto empujó un poco más y logró dejarse caer completamente sobre los anchos hombros de Michael, y al hacerlo, también logró controlar sus brazos y sus manos en un solo movimiento. Ernesto usó los grandes y fuertes brazos de Michael para levantarse de la cama. Ahora el cuerpo de Michael tenía dos cabezas, por un lado estaba su cabeza original, y del otro estaba la del ladrón de cuerpos. Michael podía ver y sentir cómo su cuerpo se movía bajo la voluntad de Ernesto.
Ernesto caminó usando sus nuevas piernas gruesas para dirigirse hasta el espejo de cuerpo completo que tenía en el cuarto. Se paró frente a él y admiró su adquisición. Sin duda Michael había sido la mejor opción de todas las que tenía disponibles. Casi todas las partes del viril cuerpo de Michael estaban bajo el control de Ernesto, quien comenzó a flexionar sus brazos y a apretar sus pectorales peludos, enmarcando aún más la masa magra que ahora poseía.
La cabeza de Michael estaba inmóvil, pero con los ojos bien clavados en su reflejo. De vez en cuando, un gemido de placer salía de su garganta. En el interior, la conciencia de Michael no podía concentrarse en otra cosa que no fuera la voz. Era su propia voz hablándole en el interior. Decía que estaba siendo un buen contenedor para el amo. Decía que su deber era servir a su maestro sin importar qué. Decía que su cuerpo ahora era única y exclusivamente propiedad de su maestro. Michael ya no luchó más. Solo podía pensar en complacer a su raptor.
"Gracias por darme este gran cuerpo. Hoy es un día especial, así que te dejaré estar consciente. Así podrás ver cómo me hago cargo de él jeje", las bocas de Ernesto y Michael dijeron al unísono. Ernesto bajó las manos de Michael por todo su cuerpo. Una vez en sus caderas, tomó el elástico del suspensorio y lo dejó caer hasta sus tobillos. Con toda su gloria masculina al descubierto, Ernesto comenzó a masturbar su verga, que estaba tan firme como un mástil. Ambas cabezas comienzan a gemir y bufar a la vez. La mente de Michael aún era semi independiente, pero el resto de su cuerpo ya había sucumbido al control del ladrón.
“Hora del gran final", dicen Ernesto y Michael a la vez. Aún frente al espejo, Ernesto continuó masturbándose, usando su verga robada. El sudor salía de cada poro de la piel de Michael, y escurría por todas partes, funcionando como lubricante. Después de un par de frotamientos más, Ernesto pudo sentir que estaba a punto de correrse, y antes de soltar su carga, empujó su cabeza contra la de Michael, tomando el control total al mismo tiempo que dejaba su leche caliente y espesa por todo el espejo. Ernesto se dejó caer de rodillas y usó la lengua de Michael para limpiar hasta la última gota de semen del espejo. "Delicioso", dijo en voz alta para sí mismo.
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El cuerpo de Michael estaba bañado en sudor. Ernesto se levantó del piso, tomó la toalla que había usado para secarse previamente y se quitó el exceso de sudor de la piel. Rápidamente se vistió con un conjunto que tenía preseleccionado. Este era el comienzo de un gran día, un día de celebración. Después de todo, justo hace un año, Ernesto había dejado su trabajo como conserje y había robado el cuerpo y la vida del adinerado Michael, el DILF del edificio en el que trabajaba. Casi nadie notó la ausencia del conserje latino del edificio, y a los pocos días contrataron uno nuevo. Ernesto ya no tenía que preocuparse nunca por el dinero o tener un trabajo que involucrara esfuerzo físico. Sin duda, robar el cuerpo y vida de Michael fue la mejor idea que pudo haber tenido.
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miskhalie · 7 months
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Virus - Agustín Pardella x Reader.
Pairing: Agus Pardella x Reader Adevrtencias: Fluff Notas: Experiencia propia, estoy resfriada. Ojala Agus me hiciera sopita. Es una prueba por si os gusta los fics con Agus.
Te habías levantado como el tiempo, afuera llovía y tronaba. Y tu no parabas de toser y sonarte los mocos. Te encontrabas fatal, cansada y derrotada. Bajaste las escaleras y viste en la sala de estar a tu novio Agustín tumbado en el sofá, sin remera exponiendo sus músculos y sus tatuajes. Fuiste con tu manta en los hombros hacia él. Estaba mirando la televisión, por lo que no te miró cuando notó que te acomodabas a su lado. Hablaban de su película. Por lo que te dejo sitio y te acurrucaste.
Viste como pestañeó como si se acordara de algo y se giró a mirarte.
-Tenes fiebre. - colocó una mano sobre tu frente y te derretiste sobre su tacto. Siempre estaba caliente, su piel siempre emanaba ese calor corporal que por verano hacía que sudaras tanto en la cama. - ¿Por qué no me lo decís, boluda?
Tu no respondiste, solo lo miraste con los ojos de perrito abandonado. Resopló y miró la hora. Era hora de cenar. Se levantó, quitándote el calor que tanto necesitabas y te quejaste. Te besó suavemente y se fue a la cocina. Desde el sofá podías ver como se colocaba un delantal sobre su piel expuesta y encendía los fogones. Te tumbaste sobre el sofá y te pusiste a mirar la televisión en busca de una distracción. Pronto la sala se llenó de un olorcito muy bueno, a sopa de pollo casera. Si sabía tan bien como olía, ibas a quitarle el plato de las manos. Llegó con dos boles a la sala, uno para ti y otro para él.
Sabía como el cielo, el caldo era sabroso y el pollo se deshacía en la boca. La sensación de el liquido caliente bajándote por el cuello al cuerpo hacía que te sintieras mucho mejor. Por lo que después de tragar, miraste a Agustín con amor en los ojos. Él sonrió un poco preocupado y entrelazó vuestras manos sobre la mesa. No le merecías.
-Te amo, Agus- le dijiste.
-Yo también te amo, mi amor. - te respondió.
Te fijaste que su sopa era mucho más triste que la tuya. Se había echado los trozos feos del pollo y no eran precisamente muchos. En cambio, los tuyos era los más bonitos, jugosos y tiernos. Tú cara se trasformó en un puchero mientras veías como se comía esa sopa. Era siempre tan dulce contigo. Detallista hasta en las cosas más simples.
Al terminar la sopa, Agustín fue a buscar una manta polar que guardabais cerca de la sala para cuando hacia frío. Era la ocasión perfecta para utilizarla. Era muy grande, por lo que ambos podíais estar bajo la manta, pero aún así te ofreció más manta. Se puso su remera y te pegó a su cuerpo. Poniendo tus pies sobre sus piernas y dándote un beso en la frente con cariño.
Entre el calor corporal y el calor de la manta estabas de lujo. Te acurrucaste más a él, colocando tu cabeza en el hueco de su cuello y le besaste allí. Tocaste una de sus cosquillas y rió, con esa voz de hombre que te tenía enamorada.
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kaos-literario · 5 months
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Abril con un poco de mi...
Abril me trae la ausencia prendida a la noche, las fotografías de un otoño pasado donde era tan feliz y no supe aferrarme a esos brazos. Capaz la necesidad de siempre querer más o la incapacidad de las personas de darme tan poco; ¿pero que es lo que nos llenará el alma en este otoño? La soledad, la ausencia, la partida de personas ajenas, siniestras… el duelo, un amor fallido, los matices del dolor que siempre quedan… ¿que ocupará el color naranja en este otoño? O quizás no haya en estos meses, capaz me revuelque en la cama pensando a cuántas personas bese en este colchón, a cuentas les hice el amor encima del escritorio; son solo números, no te preocupes. Es la voz de mi inconsciente que se antepone a la situación que vendrá en la noche; culpa. Porque es Abril en pleno otoño, al comienzo o al final, pero es abril. Y estoy tan sola, sin querer la compañía de otro ser humano, me resguardo en los libros que me dejo de tarea hace dos inviernos y otra vez enciendo la cafetera. Estuve pensando en mudarme, a algo más bonito, más blanco, celestial y con pureza, es que perdí la fe en el camino y ahora cuando rezo no tiene sentido. Basta, no me hagas caso, es abril, hace frío, estoy sola y con pequeñas manchas en la piel por culpa de la impresora, me bañe y me refregué todo lo que pude. Pero traspaso la dermis y ahora presume ser un tatuaje al lado de su nombre, no por mucho señora mancha… no se ponga cómoda que en cuanto aprenda o sepa como quitarla no dudare en hacerlo. Abril me trajo soledad, enfermedad, un beso a medias con la palma de mi mano y grillos por toda la casa, por eso quiero mudarme, este departamento ya no puede abarcar lo que tanto tengo en el interior. Es que soy joven, no sé cuántos años tengo en realidad y es que he mentido tanto con la edad que pensar en un número se hace irreal. ¿Por qué mentí cuando Karen me preguntó si la amaba? Me remonto a 2014, ¿que voy a saber yo de amar? Era otoño, estaba de novia con Gonzalo, apenas iniciábamos o ya estábamos culminando, pero me gustaba como besaba, no me dejaba restos de él en mi boca, era limpio y cuidadoso. Recuerdo lo carnoso que tenía los labios y lo suave que me hablaba cuando me pasaba a buscar para ir a estudiar. Cuestión que Karen tampoco me amaba, pero mentía cada tanto por mensajes de Facebook diciendo que estaba muy enamorada de mi y quería que terminara con Gonzalo para que sea su novia. Al final, dejé a Gonzalo, no por ella, por el… porque el si estaba enamorado. Y a Karen nunca la bese, yo andaba curioseando por el mundo de la bisexualidad… pero nunca me gusto en realidad. ¿Es que se supone que tengo que sentir? Puedo decir y afirmar qué hay chicas muy lindas, pero ahora ya de grande me he escondido en tantas vaginas que ya no sé qué sabor tenía la mía antes de todo esto. Abril me trajo café, fui virgen hasta los dieciocho… bueno lo que puede llamarse virgen… teóricamente nadie había entrado en mi pero yo si había entrado en otros. Me pase los dieciséis haciendo orales, en el baño de la escuela, en un auto clio blanco, en la parte trasera de un centro médico, detrás de un árbol, en el baño de una fiesta y en la cama de mi antiguo hogar… aún así nunca súper realmente si lo hacía bien o mal. ¿Le abra importado mi carencia de experiencia? Es que nunca concluí en el acto sexual, es que no puedo acabar, no tengo orgasmos y es una pena según para todos ellos que nunca podré sentirlo… me lo describieron muchas veces, como si fuera un ciego que no puede ver el mundo y necesita que le expliquen con palabras algo que nunca podré conocer. Nunca me sentí mal por ello, ahora de grande ya no me interesa y es por eso que no tengo ganas de tener sexo; pero a veces me gusta sentir la piel de la otra persona, la calidez de la inocencia manchada de excitación y su disfrute en la oscuridad de sus ojos. Es por eso que Abril me deja un poco volada, pasa mi cumpleaños y pasa el cumpleaños de la primera persona de la cual me enamore… pero no pude darle mi corazón y ella no pudo quedarse a vivir la vida conmigo.
Porque abril es esto, es soledad, ausencia, vacío y enfermedad; manchas del duelo que dejó marzo y dolor en él pensamientos de que fueron tantos y ninguno llegó para quedarse en verdad.
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leregirenga · 4 months
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Besarte esos labios tentadores, emborracharme del aliento de tu boca, sentirme hechizada al tacto de tus manos en mi cuerpo, que lleves magia entre tus dedos y me enamores de una y diferentes formas de amar.
Que te claves en mis pupilas, que te lleve marcado en mi memoria, que no salgas de mi cabeza, que el pelo se me revuelva y la piel se llene de escalofrío solo de recordarte...
Que seas tatuaje, deseo, placer, amor, tentación, pasión... Que te trasmines en mi corazón, fluyas en mi alma y que además yo no quiera sacarte de mi.
Leregi Renga
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caostalgia · 11 months
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Aquella noche tu mirada me atravesaba, desconocía el alcance que tenía sobre mí y todo se fundía en blanco cuando me hablabas. Cuando te acercabas a mi oído para susurrarme, aprovechaba esos pocos segundos para descubrir algo más de tu boca y de tus labios, que sonreían inmensos y me dejaban en una soledad dulce cada vez que se alejaban. Lo que más me gustaba de ti era tu sonrisa, irradiaba algo que desconocía, una sensación como la noche, profunda y desconocida. No sabía como pertenecer a aquel momento, y cada vez que te girabas, el tatuaje en japonés, que hablaba de cómo el tiempo sana, descendía horizontal por la negrura de tus cabellos como una extensión más de ti, una verdad que te pertenecía. Esa oscuridad, que recogía cada uno de tus cabellos, absorbía la luz y la fundía en destellos, como si su color se reflejara más brillante que la noche, más intenso, y distante.
filopoetica
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raincherr-y · 5 months
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EL HOMBRE QUE MÁS AMÉ
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Hoy volví a tomar el lápiz y el papel y entre el vaiven de sentimientos escribo a quien más amé.
Los 100 km o las 3 horas ida y vuelta fueron la escusa para que te fueras.
Tus palabras no tengo tiempo se volvieron rutinarias en nuestras diarias conversaciones; "lo entiendo y lo comprendo" eran las mías, acompañadas con "no te preocupes mi amor" mientras cada día contaba los segundos en que se terminé al fin la distancia que nos separaba.
Las lágrimas desde hoy se convierten en mis acompañantes de almohada, y «Déjenme llorar» de Carla Morrison mi canción de cuna.
Te excusaste con decirme que no era para siempre, pero nunca me advertiste que sería tan pronto, me dejaste con sueños inconclusos que teníamos juntos... o tal vez aquellos solo eran míos.
Aún no veía el amanecer tomando tus manos, aún no probaste la comida que estaba ensayando, aún no te canté al oído el amor que sentía, ni bailamos en la madrugada mientras nuestras miradas se cruzaban.
Te faltaron por cumplir muchas cosas y a mí me faltaron por decir muchas otras.
Pero ahora con el cuerpo ardiendo, y el pecho hueco sigo en la negación que todo se terminó, es por eso que no puedo brindarte una linda despedida de nuestra historia de amor.
Es difícil describir al hombre que más amé, solo puedo decir que estaba segura a su lado, que sus brazos rodeaban y cubrían mis miedos, que sus besos se llevaban mis dudas y su risa era la melodía que repetía en mi mente todos los días.
Ahora me matan los recuerdos, siento que me desvanezco y pierdo fuerzas en cada letra que sale ahora de mi boca.
Mis amigas dicen que llore, que te saque en cada grito, que me olvidé de todo lo que siento. que pueda decir tu nombre sin llorar; sin que se me desgarre el cuerpo cuando te recuerdo. Extrañarte, amarte, y recordarte desde el jueves se convirtió en mi nueva rutina.
Ahora no puedo dejar de llorar en todo lado; en mi cuarto, en mi baño, en las aulas, cuando estoy acompañada o cuando estoy sola. La cabeza me duele, la garganta se me cierra, las fuerzas se me van, las arcadas aparecen, y las ganas de comer se esfuman.
Sigo esperando el mensaje que me diga que todo fue mentira, que seguimos juntos y que esperemos el momento en que la distancia no se vuelva un impedimento a nuestro amor.
Hasta que eso suceda seguiré escribiendo en mi libreta o en las notas de mi celular todo lo que quiero decirte y no puedo, todo lo que me faltó contarte y todo lo que planee en nuestro futuro.
Hasta eso recordaré con llanto cada segundo que pasamos juntos y los que no lo hicimos, recordaré las noches cuando recién nos conocimos, recordaré y lloraré por cada te quiero que me dijiste, por cada beso que como un tatuaje plasmaste en mi piel, y resonarán cómo eco en mi cabeza las palabras de "nena y preciosa", hasta que un día vuelvan a ser pronunciadas por el hombre que más amé.
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tirar-nos · 4 months
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puedo recorrer tus tatuajes con la yema de mis dedos, con mi nariz, con mi boca, con mi lengua?
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Con él.
Con él, siempre me he sentido orgullosa de todo el volumen que hay de más en mi cuerpo.
Con él, mi piel olvida las cicatrices y las convierte en tatuajes para admirar.
Con él, mis curvas sin definir tienen ritmo, movimiento, vida propia: se vuelven ola para su capitán y él navega como todo un experto en altamar.
Con él, los kilos de más, son potencia para amar, besos por marcar, caricias por tatuar, manos para agarrar y manjar en su boca que sabe disfrutar.
Con él, simplemente soy yo, la perversa, la tierna, la mujer, la niña, la pecaminosa, la consentida, la golosa e insaciable del placer, pero al mismo tiempo, la misma que lo mira con amor al sentarse a sus pies.
Con él, soy las dos caras de géminis: el infierno y cielo que palpa de mis labios, el ángel y el demonio que lo devora a su antojo, la perversión y la ternura que lo mima con locura, el mal y el bien que le hace perder la razón por ser aquella mujer que le f°ll@ la mente y el corazón.
Con él, simplemente soy yo, al desnudo, la que se ama y acepta su cuerpo y lo engalana con las fantasías de mi mente, que ante él, se liberan de cualquier perjuicio, derribando los tabúes, soltandome como agua que va en calma y luego acelera en los puntos de ebullición del amor.
Con él, tengo la confianza plena no solo de desnudar mi corazón, si no también mi corazón.
Paola Maldonado
1/03/24
Pide la segunda edición de mi libro
Mi Perverso y Yo
En la plataforma de Amazon
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coolpizzazonkplaid · 6 months
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La heredera del Infierno
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Aviso: Para las runas tuve que investigar el alfabeto nórdico y tuvo una serie de cambios con el pasar del tiempo. El alfabeto tuvo dos variantes escandinavos y uno anglosajón, voy a usar los tres a su debido tiempo. Para evitar caer en errores de la wikipedia busqué en otras tres páginas para corroborar si los símbolos y significados eran similares. Todos son así. Dejo el link de cada página de los tres alfabetos: futhark antiguo, futhark anglosajón y futhark joven.
El origen del tatuaje esquelético.
–¿Qué queres que te consiga de Japón?
–¿Tienen esas figuras de Jojo que brillan o alguna figura de Jujutsu Kaisen? –Adelina preparaba unas milanesas, mientras hablaba con su amiga, Daniela.
–Encontré un montón de figuras de anime en un local cerca del hotel en el que estoy. –Daniela comió lo que tenía en la mesa–. Aparte cerca del centro hay un negocio de las revistas de Japón.
–Uh, me gustaría si podés traer la revista que tiene Shuumatsu no Valkyrie. –Adelina siguió aplastando la carne cubierta de pan rallado–. Me encantaría estar con vos visitando Japón.
–Es muy lindo y el baño es una locura. –Daniela sonrió y tomó un tiempo para beber el sake–. No te recomendaría venir conmigo. Hoy casi me atacan porque hablé de lo que ocurría entre unos japoneses con los mares argentinos pescando ilegalmente.
–Que cagada.
–No importa huyeron como bebes después de la paliza que le di a uno. Fue divertido.
Adelina soltó una pequeña risa y siguió cocinando. Después de terminar de aplastar a la milanesa agarró otra y procedió a hacer la misma tarea. Aplastar la carne con el pan rallado, sumergirlo en huevo y volver a aplastar.
–¿Qué estas comiendo, Daniela?
–Yakiniku, es como carne a la parrilla, –mientras hablaba se llevó otro bocado a la boca–. Lo vale es delicioso.
–Pero extrañas mis milanesas.
–Dios sí, tengo ganas de eso con papas fritas o unas empanadas de carne. –La cara de Daniela se volvió soñadora y anhelante.
–¿Cuándo volves?
–Según Mariano va a venir en tres días.
–Dentro de dos días me voy de viaje, Daniela. –La mirada de su amiga se tornó curiosa–. Tengo que ir a China a buscar un monasterio en las montañas. Una persona anónima mandó a su amigo para que me diera la propuesta. Sinceramente creo que el lugar puede ser algo peligroso.
–¿Qué lugar es?
–El Abismo. Es una zona montañosa en la que han desaparecido algunos aviones y personas. –Adelina siguió aplastando la milanesa–. Ofreció una buena cantidad de dinero para hacer el trabajo.
–Parece de miedo ¿Segura que querés aceptarlo?
–Un lado de mí dice que no, pero el otro quiere ese dinero para comprar una edición limitada. –Terminó de preparar la milanesa y se sacó el pan de las manos–. ¿Podrías hacerme un favor?
–Depende de lo que me pidas.
–¿Podes buscar libros que tengan que ver con el Abismo? Me refiero desde hace cuánto tiempo se remonta que ese lugar es así de oscuro. –Agarró el plato repleto de carne y lo llevó a la cocina–. Busqué en las bibliotecas y por el Internet y no hay mucho que decir. Quizás allá haya un poco más de expansión.
–Esta bien. Voy a ver que puedo encontrar. No creo que en Japón haya algo del Abismo, pero puedo averiguar.
–Gracias Dan-Dan, sos la mejor.
–No hay de que Ade, soy tu amiga.
Se despidieron y cortaron la llamada. Mientras esperaba a que el aceite guardó las demas milanesas en el freezer. Pasaron unos minutos y el sonido del aceite burbujeante se escuchaba en el departamento, combinado con el olor a carne cocinándose.
Adelina tomó su celular y puso música. Flor de Loto de Héroes del Silencio se unió con el burbujeo del aceite. La canción iba tomando su cuerpo y bailaba a los compas de la melodía. En un momento tuvo que volver a la realidad y centrarse en la cocina para dar vueltas las milanesas. Pasó un rato hasta que pudo sacarla de la olla y terminó de preparar la cena.
Después de comer siguió su trabajo de investigación de las ruinas con las fotos que tenía a mano. Las estatuas budistas parecían tener unas letras que no se veían bien debido a lo borroso que era la imagen. El camino de madera que llevaban hacia el Abismo mostraban algunas estatuas que portaban banderas deshilachadas por el tiempo.
Grabó en su celular las impresiones que tuvo de las imágenes y anotó las posibles teorías de cómo el monasterio se pudo haber construido. Volvió a buscar en los libros y la Internet sobre el Abismo y no pudo encontrar muchas respuestas sobre ese lugar tan terrible.
En un momento, la cabeza de Adelina explotó y quiso despejar de su mente. Se dirigió a su habitación, sacó sus herramientas de dibujo y las ordenó sobre la mesa de la cocina. Había diversos bocetos de personas y poses no bien proporcionadas. Adelina tenía una que comenzó a dibujar hace tiempo y era la mujer del féretro. Igual que en los sueños de la joven, la corona de púas, el tatuaje esquelético del lado derecho, el vestido negro, todo.
El dibujo mostraba a la mujer con las manos debajo de los ojos como si los estuviera rasguñando y de ellos salían sangre. La corona de púas sobre su cabeza dejaba colgando las joyas situadas en la parte trasera de la cabeza unido a su cabello negro. Sus ojos eran del color de la noche. El vestido que la caracterizaba se veía solo una parte. De fondo había una interpretación de los árboles de hierro y con estos la silueta del palacio.
Adelina perfeccionaba constantemente el dibujo para que quede vívido, pero le era imposible reflejar algo que permanecía en sus sueños y cambiaba constantemente. A veces, se apartaba del dibujo y terminaba los que le faltaban así poder venderlos de una mejor forma. Mezclaba los colores para llegar al indicado y con el pincel pintaba el cuadro con sumo cuidado.
Llegó un momento en el que Adelina necesitaba salir y respirar aire fresco. El tiempo que le había dado a buscar respuestas a sus sueños y la investigación la estaban agobiando. Salió del edificio, con el cabello en una cola de caballo, jeans y una musculosa que exponía sus hombros con algunas pecas.
El vagabundo ciego estaba cerca de la entrada del edificio con una mirada fija en la puerta y sus ojos blancuzcos se toparon con los de ella. Adelina sintió que esos ojos no solamente analizaban su aspecto, sino también su interior.
Desvió la mirada del hombre y deambuló por el barrio de Bajo Flores. Autos llendo de un lado al otro, gente comprando comida en los supermercados o almacenes mas cercanos y otros esperando los transportes para ir a sus trabajos. Buscó la parada de un colectivo que la llevaría a la Avenida Corrientes y esperó a que llegara.
Se subió al colectivo y observó por la ventana el paisaje pasando de largo. Un viaje largo que le permitió relajarse. Pasado minutos bajó en la avenida, repleta de transeúntes y ella se mezcló. Recorrió las librerías y algunas tiendas de comics hasta pasar el Obelisco y ver los teatros. Una caminata larga que le dio paz. Una vez relajada volvió a Bajo Flores.
El vagabundo no estaba a la vista y alegró a la joven. Entró al edificio y siguió con su trabajo.
Era la noche previa al viaje hacia China y la muchacha guardó en una mochila aprueba de agua sus herramientas. Anotadores, biromes, grabadora, cámara, linternas, bengalas, primeros auxilios, cartuchos de pistolas y rifle de asalto, cuchillos y navajas. Muchas veces la chica se topó con problemas que requerían usar la violencia, al igual que Daniela, y por eso se compraban armas mutuamente para defenderse.
El celular de Adelina comenzó a vibrar, el nombre de su amiga se hizo presente en la pantalla y contestó la llamada. El rostro triangular con ojos cafés le sonrió ampliamente.
–Hola Ade, –se sacó un mechón de rulos pelirrojo de su vista–. Estuve buscando eso del Abismo que me pediste y recién ahora te puedo contactar.
–Esta bien Dani. Estaba preparando las cosas para irme temprano. Mariano me va a buscar como a las seis.
–Bueno, cuando vuelvas del viaje te esperaré con comida y algunas cosas que te conseguí en Japón.
Adelina no pudo evitar una sonrisa por lo que dijo Daniela. Pasaron muchas juntas y se cuidaron mutuamente en los peores momentos. Se cuidaban la espalda y compartían muchas de sus preocupaciones la una a la otra.
–Volviendo al tema. En algunas bibliotecas que pude recorrer por la ciudad descubrí algunas cosas sobre esa zona. –Daniela comenzó a hojear los libros que pudo llevarse y miró su cuaderno–. Habla que las desapariciones en ese lugar se remontan hace siglos. Comerciantes perdidos, soldados, campesinos, nunca más volvieron a saberse de ellos. Algunos sospechaban que era una entrada al infierno y que el frío era una parte hasta poder llegar al calor del reino.
“Cito lo que dice este libro: 'El Abismo también supuestamente en tiempos previos nombrado como Arctika fue el sitio donde muchos de los que iban no volvían jamás. Se sospecha que posiblemente hubo un pueblo o un clan y tras un derrumbe las almas de los habitantes no quieren que nadie se acerque o salga de esa zona montañosa. No se pudo encontrar demasiado de esa teórica población debido a la cantidad de desaparecidos'."
Adelina se quedó petrificada ante el nombre previo del Abismo. El mismo nombre que la mujer del féretro le dijo sobre unas respuestas.
–¿Arctika? –el tono era sumamente confuso, pero quiso mantener la compostura para evitar la preocupación de su amiga–. Ese sitio me suena conocido. Lo escuché creo que en algún momento, pero no recuerdo dónde.
–¿En los libros que estuviste hojeando?
–No. –Adelina no pudo contener mucho más–. ¿Me creerías que soñé que alguien diciéndome que el nombre antiguo del Abismo? Me dijo que ahí encontraría respuestas y también sobre un dios del fuego.
–Creí que esos sueños se habían ido, Adelina. –Daniela la miró con preocupación–. Deberías hablarlo con alguien sobre esas pesadillas. ¿Qué soñaste?
–Lo mismo de siempre. El féretro, el bosque y el dolor.
–No se si es mucha coincidencia o algo que tu cerebro rememoró y vos te olvidaste hasta ahora.
–Es lo segundo. Algo que me olvidé y mi subconsciente me lo recordó. –El tono de Adelina camuflaba su duda.
–Para mí también debe ser eso. Deberías dejar de soñar –la sonrisa contagiosa de Daniela hizo que Adelina la imitara.
–Lo sé, pero es parte de mi encanto.
–Bueno. Te voy a mandar las fotos de las hojas así miras tranquila. Tengo que prepararme para un reportaje. Suerte
–Suerte a vos también.
La llamada cortó y las fotos de las hojas llegaron inmediatamente. Adelina tomó notas sobre lo que describían de Arctika y guardó todo en su mochila.
El crepúsculo comenzó a llegar y Adelina salió de su hogar para esperar a Mariano. Despertó temprano y sin pesadillas, lo que le permitió tener un cierto optimismo sobre su día y los que venían. Pérdida en los pensamientos no se dio cuenta de que la camioneta de Mariano estaba a una cuadra de su edificio.
La camioneta roja, repleta de pegatinas de personajes de anime y caricaturas viejas se detuvo frente a la joven. El rostro cuadrado de un chico de cabello largo y rubio se puso a la vista de Adelina, sonrió al ver a su amiga con todas sus pertenencias.
–Buenos días, encantadora dama, –abrió la puerta del vehículo–. ¿Quisiera usted acompañarme en este viaje tan tacaño?
–Hola Mariano ¿Cómo andas?
–Bastante bien, dentro de poco voy a poder volver a estar en los brazos de mi encantadora novia –una mirada soñadora se adornó en su cara–. Pero antes debo ser de taxi a tu amiga.
–¿Tenes novia? –la confusión y la broma se notaba en el tono de la muchacha.
–Es como si estuviéramos conectados por nuestras pasiones –el tono romántico en la voz de Mariano se hizo presente–. Linda, aventurera, peligrosa y, y…
–¿Estás pensando y acelerando todo devuelta? ¿verdad?
–Obviamente sí –una sonrisa adornó su rostro.
Adelina tuvo que tragarse las cosas que le hubiera dicho, ya que siempre tuvo esa forma de enamorado apresurado. Nunca pudo hacerlo entrar en razón sobre eso y era algo que tenía que hacer solo. La joven contempló el paisaje que pasaba ante sus ojos. Edificios, autopistas y sin darse cuenta llegaron a un hangar repleto de aviones.
 –Si te dejo rápidamente voy a poder llegar a tiempo a buscar a Daniela. Espero que no se me duerma el trasero durante el viaje.
–Es un viaje de muchas horas, obvio que se te va a dormir el trasero.
–Cruel, pero verdadera.
Mariano salió de la camioneta y ayudó a cargar el equipo que Adelina llevaba hacia la avioneta. Ambos se pusieron el equipo para el viaje, junto con el casco de piloto y paracaídas.
Después de los preparativos, el muchacho encendió la avioneta. El estruendoso ruido del motor deshizo el silencio, mientras la joven cargaba las últimas cosas antes de emprender vuelo hacia China. Una vez ya todo equipado, Mariano condujo la avioneta fuera del hangar llevándola a la pista.
Adelina subió a la avioneta y tras haber cerrado la puerta, el transporte avanzó por la pista hasta surcar los cielos. El hangar se volvió pequeño y de a poco la ciudad iba alejándose hasta convertirse en un punto diminuto que desapareció de la vista de Adelina y Mariano.
–Dime ¿qué es lo interesante en el Abismo? –dijo el chico mientras pilotaba.
–Sacar algo productivo de un monasterio en ruinas junto con ver que hay más allá de un pasaje.
–Todos los pilotos saben que el Abismo es peligroso. –El tono de Mariano se volvió serio–. Porque soy un cagón de mierda y quiero conservar mi avioneta te voy a dejar cerca, pero vas a tener que prepararte para escalar.
–No tengo problema con eso. Lo entiendo perfectamente.
Durante las horas siguientes, el viaje continuó con charlas y a veces el silencio se hizo presente. El cansancio invadió a Adelina y sus párpados le pesaron hasta que por fin cayeron. El sueño ni siquiera duró mucho a ojos de la joven ya que Mariano comenzó a gritar:
–¡DESPIERTA BELLA DURMIENTE! Tu parada está cerca.
–¿Cuánto tiempo me dormí?
–Unas horitas. Una y media quizás. No lo sé. –Mariano comenzó a sonreír–. Te diría que te pongas el cinturón, pero no tengo porque se rompieron hace unos días.
–¿¡POR QUÉ NO AVISASTE ANTES!? –El pánico comenzó a invadir a la chica y quiso aferrarse a cualquier cosa.
La risa cínica de su colega se combinó con los gritos de su acompañante cuando la avioneta cayó en picada. El paisaje repleto de nubes desapareció hasta volverse montañoso y cubierto de nieve. Mariano buscó un sitio medianamente bueno para aterrizar y después un aterrizaje forzoso a ojos de Adelina, en el cual casi sintió que su alma se le escapaba de su cuerpo. Las risas descontroladas de Mariano fue lo único que se escuchó en el silencio de la montaña y Adelina lo miró de una forma asesina.
–Esto fue muy divertido… ¡Jajaja! –No pudo contener sus pequeñas risas y Mariano volvió a destornillarse a carcajadas.
–Morite, pajero de mierda. –El shock de la chica fue tan fuerte que le costaba hacer que su cuerpo pudiera moverse–. Inútil. Pelotudo. Aborto de la naturaleza.
–Yo también te considero buena amiga.
Adelina recobró el movimiento y rápidamente se preparó para marcharse de la estupidez de Mariano. El equipo de vuelo fue reemplazado por el de alpinismo. Campera de polar, pulóveres de lana, remeras manga larga gruesas. Junto con todo su equipo de arqueología y armas.
Se alejó de la avioneta de su amigo y este cerró las puertas del transporte. De la ventana apenas abierta de la cabina, el chico habló a los gritos:
–¡Buenas suerte, amiga! Cuando salgas viva de ahí te paso a buscar. Saliste de peores situaciones, esto va a ser re fácil para vos.
La avioneta pasó por encima de Adelina y esta extendió la mano para saludar a su amigo que se desapareció entre los cielos. La muchacha contempló con sus ojos las montañas heladas, mientras se ataba el cabello negro en una cola de caballo. Con el mapa de la zona que tuvo a mano, avanzó a trompicones sobre la nieve hasta llegar a la parte rocosa de una de las tantas montañas.
Se ajustó el equipo de alpinismo, repleto de sogas, anclajes y arneses. Comenzó a escalar por la montaña hacia el lado noroeste de donde Mariano la había dejado. Fue un trabajo arduo, ya que el frío le golpeaba las mejillas. Cualquier movimiento en falso podía hacerla caer y despedirse de esa cantidad hermosa de dinero y no había nadie a kilómetros a la redonda que la pudieran ayudar con alguna herida infectada o pasar la noche.
Adelina logró rodear la montaña hasta posicionarse en el noroeste y al ver que tuvo otra forma rocosa para seguir su camino hacia el monasterio en ruinas saltó hacia la otra montaña y continuó su avance. Poco a poco, cuando la joven daba un vistazo, las cúpulas del monasterio aparecieron en la vista de la muchacha y la intriga comenzaron a carcomerla por dentro. Las ganas de descubrir los secretos de esas ruinas comenzaron a carcomerla por dentro.
Siguió a paso lento y precavido su escalada, pero a veces se equivocada en dónde apoyaba el pie o mano ya que las piedras traicioneras hacían que se resbalara para tener una muerte segura. Gracias a las sogas y los arneses pudo mantenerse a salvo de las caídas fatales. Pasó un tiempo más hasta que estuvo a espaldas de las ruinas y Adelina bajó con sumo cuidado hasta que sus pies tocaron la nieve.
El alivio y la tranquilidad absorbieron a la joven y pudo soltar un suspiro. Una sonrisa adornó su rostro, mientras desarmaba todo su equipo de escalada y avanzaba lentamente hacia el monasterio en ruinas. Contempló con sus propios ojos el antiguo templo. Banderas deshilachadas por el tiempo, una infraestructura que se mantuvo vigente al igual que las estatuas que resistieron los cambios.
Adelina inició sus grabaciones para preservar sus impresiones.Habló hacia la grabadora sobre sus sospechas de cuándo fue construido el lugar, de las viejas inscripciones en las paredes y hace cuánto tiemmpo está deshabitado previo a la huida de los trabajadores. Sacó fotos a cada detalle que se hayan pasado por alto y lo que ella pudo considerar importante, pero algo extraño se visibilizó en una de las estatuas centrales al fondo del monasterio. Algo fuera de lugar. La muchacha se acercó para mirar la incoherencia.
Runas. Runas nórdicas en China. Adelina movió la estatua con todas sus fuerzas para poder leer mejor la inscripción de la pared. Las letras eran borrosas y al parecer habían perdido una parte del mensaje que querían descifrar. Adelina puso la grabadora cerca de sus labios y habló:
“Esto es imposible… Hay runas nórdicas en la pared detrás de una de las estatuas. Son runas futhark, el antiguo alfabeto vikingo, la primera variante de los tres. Dicen lo siguiente:
ᛟᚾ ᛏᚺᛖ ᛒᛟᚱᛞᛖᚱᛊ ᛟᚠ ᚨᚱcᛏᛁᚲᚨ ᛏᚺᛖᚱᛖ ᛁᛊ ᛏᚺᛖ ᛈᚨᛏᚺ ᚠᛟᚱ ᛏᚺᛖ... ᛚᛟᛊᛏ ᛟᚾᛖ, ᚹᚺᛟ ᛗᚢᛊᛏ ᚠᛁᚾᛞ ᚨᚾᛞ ᛈᚨᛊᛊ ᛏᚺᛖ ᛏᛖᛊᛏᛊ ᛏᛟ cᛟᚾᛏᛖᛗᛈᛚᚨᛏᛖ ᛏᚺᛖ ᛏᚺᚱᛟᚾᛖ... ᛏᚺᛖ ᚲᚾᛁᚠᛖ ᚹᛁᛚᛚ ᛊᚺᛟᚹ... ᛗᚨᚱᚲᛊ...
On the borders of Arctika there is the path for the... lost one, who must find and pass the tests to contemplate the throne... the knife will show... marks...
En las fronteras de Arctika se haya el camino para el... perdido, quien deberá encontrar y pasar las pruebas para contemplar el trono... el cuchillo mostrará... marcas...
Antiguamente según algunos libros, el Abismo, posiblemente se lo conocía como Arctika y muchas personas desaparecían por aquí. Creían que era una entrada al Infierno. Otros sospechan que hubo un pueblo y tras un derrumbe, los espíritus no quieren que alguien entre o salga.”
Después, tomó la cámara y el destello del flash apareció tan rápido como se fue. Siguió estudiando un poco más el monasterio abandonado y al ver que no hubo nada más que mirar se encaminó hacia el pasaje.
Del lado izquierdo la roca montañosa había huecos con lo que antiguamente eran faroles y restos de ofrendas. Cada pocos metros había banderas deshilachadas por el pasar del tiempo que eran sostenidas por viejas estatuas. La madera que se encontraba en el suelo rocoso era vieja y destartalada y su recorrido se perdía en lo más profundo de las montañas.
Adelina armándose de valor, caminó por el pasaje a paso lento y examinando lo que sus ojos pudieron ver. Se sumergió a paso lento por las montañas. Poco a poco las cúpulas del monasterio se desvanecieron entre el viento y la nieve, mientras el camino se volvía más difícil debido a la delicadeza de la madera vieja. Un paso en falso y podría torcerse el pie en el medio de la nada.
En un momento, Adelina llegó a un puente de madera casi destrozado y avanzó sobre él pisando con sumo cuidado la madera que crujía. Repentinamente, dio un paso en falso y su pie izquierdo rompió una de las vigas haciéndole un agujero. La muchacha intentó con suma delicadeza sacar la extremidad y seguir adelante, pero de repente escuchó algo. Un zumbido y soga rompiéndose.
En el extremo del punto por donde vino, la soga que sostenía el puente se cortó. Luego la otra cuerda del poste se partió y el puente comenzó a derrumbarse. Adelina gritó, su pie seguía atascado en la madera y si no hacía algo rápido sería una más de las víctimas de Arctika.
Con sus manos sostuvo una de las cuerdas del puente caído, mientras que con fuerza intentaba enderezarse sobre la roca de las montañas que chocó el puente. Tras lograr el cometido, empezó a forcejar con la madera hasta romperla y se perdiera en la niebla. Escaló usando la cuerda hasta llegar a la cima. Cuando llegó a la cornisa, sus manos ayudaron a que pudiera estar en el suelo de piedra y la joven se recostó mirando el cielo nublado.
Una risa se hizo presente de forma inconsciente y la muchacha se puso de pie. Vio el otro extremo por donde había llegado y le pareció ver que alguien de azul desaparecía instantáneamente. Por precaución sacó su rifle de asalto y lo cargó, al igual con sus pistolas. No sabía con qué iba a toparse más a adelante, pero era mejor estar lista para la pelea. Tras eso, contempló lo que tuvo a su vista.
Un cementerio de aviones. Partes de avionetas desperdigadas a aquí y allá. Esqueletos que antiguamente fueron personas y sucumbieron al frío de las montañas. Adelina pudo observar algunas partes de carruajes de tiempos olvidados ocultos tras las partes de aviones. Un paisaje desolador por el que la muchacha tuvo que caminar hasta que pudo ver unas antorchas encendidas.
Un pasadizo dentro de la montaña que estaba iluminado con fuego. Las paredes en vez de ser puntiagudas estaban bien arregladas. Repletas de arcos con columnas que seguían hasta perderse de la visión de la joven. En la entrada había una runa nórdica proveniente del alfabeto antiguo, la runa Isa. Adelina comenzó a hablar:
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Adelina tomó fotografías y grabaciones sobre la runa, y se adentró por la cueva. Con cada paso, la decoración meticulosa se fue desvaneciendo para tener a sus ojos las rocas puntiagudas. Las antorchas dejaron de aparecer y la muchacha sacó de la mochila una linterna y la encendió. Pasado el tiempo, la cueva se bifurcaba en dos caminos y Adelina decidió ir por el lado izquierdo. Caminó por varios minutos guiada por la luz del pequeño objeto.
Al avanzar sintió frío y comenzó a notar que la piedra del sitio estaba cubierta por nieve. Era imposible. No podía estar andando en círculos, pero tampoco estaban las antorchas y sus sofisticados arcos. Siguió caminando hasta ver la salida, todavía se encontraba en las montañas. Entonces ¿Dónde se hallaba?
Llegó al final del pasadizo y solo se encontraba el vacío. Montañas y nieve, pero a miles de kilómetros pareció que algo se sacudía. De la mochila sacó unos binoculares y los acercó a sus ojos. Un templo se alzaba en medio de las montañas. Lo que se movía eran las banderas azules alrededor de este. Por lo que los ojos de la joven analizaron, el templo parecía en buen estado. No como se teorizaba en los libros, prácticamente hecho mierda por la supuesta avalancha. Tampoco se vieron hordas de demonios que vigilaran la “entrada” al infierno.
Adelina no se percató de unos pasos detrás suyo, ya que estaba sacando fotos y cuando iba a iniciar su grabación… Un brazo se interpuso en su vista. Rápidamente, la agarró por el cuello y comenzó a asfixiarla. La muchacha intentó rasguñar el brazo de su atacante, pero estaba cubierto por guantes para resistir los golpes. El aire comenzó a faltarle y la desesperación la invadió. Sacó el cuchillo de su bolsillo y le rasguñó la pierna. Por último, con una piedra le dio una golpiza al desconocido y corrió por donde vino.
Tomó las cosas que se le habían caído y dio inicio a su carrera hasta encontrarse en las bifurcaciones. Sacó su rifle y apuntó hacia el camino izquierdo esperando a que su atacante apareciera otra vez. Se fue alejando lentamente con la respiración agitada hasta que chocó con algo o mas bien alguien contra su espalda. Un encapuchado vestido de negro y azul con una espada en la espalda. Solo sus ojos se pudieron ver, ya que tanto su cabello como el resto de su cuerpo estaba camuflado.
La chica no perdió tiempo y apretó el gatillo del arma. El ruido de los disparos se escuchó por la cueva y el ninja desapareció. Encendió la linterna del rifle y buscó desesperadamente al hombre, pero fue en vano. De repente sintió que algo invisible le jaló el rifle y la muchacha hizo fuerza ante el tirón repentino. Esa acción la hizo caerse de espaldas y vio a otro atacante diferente que se abalanzó sobre ella. Un muchacho que parecía de la edad de la joven. El cabello del color de la ceniza y una parte de su rostro cubierta por una máscara de color negro grisáceo como su vestimenta.
Comenzaron a forcejear. El chico quiso agarrar su cuello, pero antes de que tuviera la posibilidad de hacerlo, Adelina le mordió los dedos con fuerza suficiente para hacerlo sangrar y con una roca a mano volvió a pegarle. Extendió la mano hasta tocar el arma de fuego, la agarró y una vez más desapareció, pero una bomba de humo estalló haciendo que la chica tosiera.
–¡SALI HIJO DE PUTA! –La furia de Adelina se acrecentó– ¡SALI Y MOSTRA LA CARA! ¡CAGÓN DE MIERDA!
Se hizo un silencio después de los gritos de la chica. Un karambit pasó cerca de su rostro haciéndole un corte en la mejilla y disparó en la dirección en la que vino el cuchillo. Las balas se acabaron y al tener que recargar, el chico apareció devuelta y atacó otra vez. El puño casi se estrella en el rostro de Adelina, pero lo esquivó y aprovechó para darle un golpe con la culata del arma en el rostro. Eso no lo detuvo y le propinó una patada a la joven.
Volvió arremeter contra ella con el karambit en la mano y le cortó parte del abrigo y ella le dio un codazo para alejarlo. Aprovechó y sacó la pistola para disparar, pero el ninja tiró otra bomba de humo. Esta vez le agarró la cola de caballo y estampó la cabeza de Adelina contra la piedra, haciendo que la mente le diera vueltas y sintió el líquido carmesí recorriendo su rostro. Con mucho forcejeo logró tocarle la pierna herida para alejar a su contrincante. Cuando eso ocurrió, la muchacha retrocedió y el chico se perdió en el humo. Le fue imposible ver por donde caminaba y siguió retrocediendo hasta poder encontrar la pared, pero en vez de eso cayó.
La chica gritó y antes de que pudiera darse cuenta el suelo de piedra la recibió con disgusto. Se ocultó cuando escuchó pasos cerca de su posición y contuvo la respiración. La voz del chico se alzó y le habló a su subordinado:
–¿Dónde está? –Adelina escuchó a su corazón en sus oídos–. No pudo haber desaparecido.
–Seguramente debió encontrar la salida con todo el humo.
–Vamos a ir hacia la frontera de Arctika para encontrarla. No debe contar sobre la existencia del Lin Kuei.
–Sí, Smoke.
¿Lin Kuei? ¿Son terroristas o una guerrilla? Por lo poco que vio, sus vestimentas eran tradicionales e improvisadas. Sus armas no eran del todo modernas. Quizás eran el pueblo que cayó en ese supuesto derrumbe. Después la joven investigaría. Era momento de marcharse cuanto antes de ese sitio.
El lugar en el que cayó era un túnel y Adelina tuvo la esperanza de que quizás condujera a la salida de la montaña. Se sacó la campera porque comenzaba a dejar rastro de plumas y la ocultó. Tomó la mochila y revisó que todas las cosas estuvieran en su sitio, caminó hacia lo desconocido.
En la caminata extrañó la falta de su abrigo ya que tenía muchos escalofríos y lo peor fue que este sitio le resultaba confortante. En un momento encontró dos columnas con estatuas de mujeres cadavéricas. Ambas parecían tener posturas rectas, las manos juntas y sus miradas eran indescifrables. Arriba había una inscripción en runas nórdicas. Adelina empezó a tomar fotografías y grabó las inscripciones:
“Durante mi ingreso a la montaña encontré unas inscripciones en runas nórdicas sobre superar unas pruebas y poder ver un trono. Además, mencionaban algo sobre un cuchillo y creo que en estas escrituras pueden ser de ayuda, ya que están en mejor conservadas. Dicen lo siguiente:
‘ᚷᚨᚾᚷᛚᚨᛏᛖ ᚨᚾᛞ ᚷᛚᚨᚾᚷᛖᚢᚱᚨ ᛈᚱᛟᛏᛖcᛏ ᛊᚢᛚᛏᛁᚾ ᚨᚾᛞ ᚷᚢᚨᚱᛞ ᛏᚺᛖ ᛗᚨᛈ. ᛊᚢᛚᛏᛁᚾ ᛊᛖᚨᚱcᚺᛖᛊ ᚠᛟᚱ ᚺᛁᛊ ᛟᚹᚾᛖᚱ ᚨᚾᛞ ᚹᚺᛖᚾ ᚺᛖ ᚠᛁᚾᛞᛊ ᚺᛁᛗ ᚺᛖ ᚹᛁᛚᛚ ᛒᛖ ᛗᚨᚱᚲᛖᛞ. ᛁᚾᛏᚱᚢᛞᛖᚱᛊ ᚨᚾᛞ ᛖᚾᛖᛗᛁᛖᛊ ᚹᛁᛚᛚ ᛈᛖᚱᛁᛊᚺ ᛒᛖᚠᛟᚱᛖ ᚺᛖᚱ ᛒᛚᛟᛟᛞᛚᚢᛊᛏ ᚨᚾᛞ ᛊᚢᚠᚠᛖᚱ ᚢᚾᛏᛁᛚ ᛗᚨᛞᚾᛖᛊᛊ ᛁᛊ ᛏᚺᛖᛁᚱ cᛟᛗᛈᚨᚾᛁᛟᚾ ᚨᚾᛞ ᛊᚺᛖ ᛊᛖᛖᚲᛊ ᛏᚺᛖᛁᚱ ᛞᚨᛗᚾᛖᛞ ᚨᚾᛞ ᛊcᚨᚱᚱᛖᛞ ᛊᛟᚢᛚᛊ.’
‘Ganglate and Glangeura protect Sultin and guard the map. Sultin searches for his owner and when he finds him he will be marked. Intruders and enemies will perish before her bloodlust and suffer until madness is their companion and She seeks their damned and scarred souls.’
‘Ganglate y Glangeura protegen Sultin y custodian el mapa. Sultin busca a su dueño y al encontrarlo será marcado. Los intrusos y enemigos perecerán ante su sed de sangre y sufrirán hasta que la locura sea su compañera y Ella busque sus condenadas y marcadas almas’
Según algunos libros de mitología nórdica, Ganglate y Glangeura son las sirvientas de Hela, la diosa nórdica de la muerte. Era la que llevaba a los fallecidos por vejez y enfermedad, también a los que no murieron de forma digna en los combates. Sultin, en español es 'la sed' y es el cuchillo de la diosa.
En estas escrituras dicen que el cuchillo está buscando a un dueño, como si estuviera vivo. Pero, en los libros no menciona que Hela haya abandona o traicionado al cuchillo como lo hizo Frey con su espada. Cuando llegue a Buenos Aires voy a buscar devuelta.”
Después de apagar la grabadora atravesó las columnas. Contempló, esta vez, otra estatua, la diosa Hela se alzaba imparable. Frente a Hela una caja se encontraba cerrada y parecía juzgar a la joven que quería ver el contenido.
Adelina comenzó a darse cuenta que unos susurros se hicieron presentes y que la mirada de la estatua de Hela parecía juzgarla. Se acercó a la pequeña mesa de piedra donde se hallaba la caja repleta de runas y la silueta de un lobo y una serpiente. Una belleza para la arqueología y valdría una fortuna.
Abrió la caja consumo cuidado para evitar daños al artefacto, mientras los susurros se acrecentaron. Hablaban tan apresuradamente que Adelina no supo que querían decir, pero la impulsaron a continuar con sus acciones. Cuanto terminó de empujar con delicadeza la tapa vio un mapa y una daga nórdica.
El mapa tenia decoraciones de runas en los bordes y en las puntas de la hoja se hallaba el rostro de una mujer con el lado derecho del cuerpo cadavérico rodeada por un lobo y una serpiente. Mostraba el continente europeo y asiático hace tiempo atrás. En la parte oriental mostraba el lugar donde Adelina estaba ubicada, Arctika. Con dibujos de montañas y templos y aldeas dispersados. En Europa occidental estaba dibujado una bolsa diminuta. Ubicado en el mar entre lo que parecían ser los países España y Francia.
Guardó el mapa cubriéndolo con muchas bolsas y trapos para que perdurara, y prosiguió a revisar la daga. Estaba cubierta por una funda de cuero que parecía estar en buen estado, pero lo que más le cautivó a Adelina fue el mango.  Parecía que la empuñadura tenía pequeñas costillas y en la punta había un pequeño cráneo. Adelina sacó la daga de su sitio y una brisa fresca invadió la cueva haciendo que el pelo de la joven flotara. Sacó con cuidado la daga de la funda y eso fue un error.
El arma le quemó la mano derecha y ese dolor siguió por todo su brazo y abdomen. Un ardor como el de sus sueños. Intentó con todas sus fuerzas no gritar por la terrible tortura. Lo que fueron quejidos se transformaron en gritos. No le importó si el tal Smoke la escuchó junto con su subordinado. Lo único que quiso Adelina fue la agonía terminara.
Cayó al sueño y empezó a convulsionar. Le fue imposible soltar la daga de sus dedos. Arqueó la espalda por la nueva ola de dolor que la invadía y después todo se volvió negro como la noche. Los susurros se volvieron más fuertes, como si estuvieran al lado de Adelina y al fin pudo comprenderlos.
“Sultin busca la sangre de su antigua portadora. Locura y muerte serán para los intrusos y enemigos” “El dolor es necesario para que pueda mirar el pasado” “Garm y los lobos de Armenia guiarán el siguiente paso” “La prueba ha iniciado. Demuestra tu sangre hacia ella”
La negrura desapareció y fue reemplazada con visiones.
La mujer del féretro sentada en trono huesudo del palacio. Recta y pulcra. Runas que destellaron como estrellas y desaparecieron a lo más profundo de una isla en medio del mar. Escuchó lobos aullar y las estatuas de estos animales aparecieron con ojos resplandecientes. Observó unas manos jóvenes tomando un objeto desconocido y luego fabricando una maquinaria extraña.
Lo último fue a la mujer despierta, tranquila y solemne, pero su aspecto cambió drásticamente.  El lado derecho de su cuerpo se pudrió y gritó con todas sus fuerzas: “¡LADRONES!”.
El grito fue tan repentino que hizo que Adelina se despertara. Lo que parecieron horas fueron en realidad unos minutos porque vio todavía la oscuridad de la montaña y su cuerpo colgando a hombros del tal Smoke.
Todo cambió. Vio muertos, en el suelo y paredes rocosas. Aturdida, forcejeó y chilló con todas sus fuerzas. Le dio puñetazos en la espalda y patadas como pudo para zafarse. Tras la queja del chico de cabello ceniciento, Adelina se apartó de él, tropezó con las piedras y se dio la vuelta para ver a los hombres.
Eran cadáveres y a la vez humanos. Con voces horribles y espectrales. Intentó alejarse del dúo cuando el que se llamaba Smoke quiso acercarse a ella.
–¡ALEJENSE DE MI! ¡NO ME TOQUEN!
Las lágrimas se apoderaron de la chica y corrió en la dirección contraria a los extraños que iban a raptarla. Mareada por las alucinaciones continuó con su loca carrera y regresó al sitio donde halló el cuchillo. Ahora estaba camuflado entre las rocas y la oscuridad. Hipnotizada por ese artefacto maldito, sus manos reaccionaron antes que su cerebro mareado y el arma estuvo en sus manos, pero los muertos rugieron y se mostraron coléricos. Asustada, se alejó corriendo con su mochila donde guardó el objeto.
Huyó por todos los muertos que no paraban de rugir y escuchar que se aproximaban. En un momento se encontró fuera de la montaña en una cascada. Las voces de los hombres se acrecentaron a cada segundo, pero las figuras esqueléticas estaban en todas partes. De repente, la tiraron hacia atrás y vio al chico de cabello ceniciento… más bien su aspecto podrido. La sacudió para que reaccionara y la muchacha lo apartó. Desesperada sacó la pistola y disparó, pero el muchacho le apuñaló la pierna y Adelina grito de dolor. Por último, le dio una puñalada en el vientre, pero antes de profundizarla Adelina lo empujó y rasguñó la mano que sostenía el karambit.
Sintió el frío en la espalda y se mantuvo pegada al borde, pero al ver que el muchacho y su mano cadavérica, prefirió no tener que volver a verlo nunca. Con miedo a lo desconocido saltó hacia la cascada de la montaña, perdiéndose en la negrura y pidiéndole a cualquier dios sobrevivir a esta locura.
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kannita27 · 8 months
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LES PRESENTO *redoble de tambores* 🥁
a mi forma Nahual ,mi signo Maya es el escorpión y mi amiga @monse2468 me escogió el dios Maya con el que lo combinaría
🌧️-El Dios Maya Chaac,dios del agua y la lluvia
☠️-A pesar de no tener una cola de escorpión (estética más que nada) sus uñas/garras y boca son venenosas (a voluntad, puede introducir el veneno en su víctima)
Su diseño es una mezcla de todo un poco
🐍-Este dios era representado en una forma de reptil o serpientes,el cuerpo de mi personaje tiene escamas de serpientes y tatuajes de ellas
🦂-El estilo de ropa representa el color y vibes del escorpión que escogí
El escorpión de cola negra ^^ 🖤💜
☁️Su nombre es Naab 🫧 que significa diosa de los ríos y las lagunas
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Me gusta tu manera de mirarme.
Me gustan tus ojos.
Me gustan tus abrazos.
Me gustan tus cachetitos.
Me gusta tu voz.
Me gustan tus besos.
Me gusta tu sensibilidad.
Me gusta que siempre que nos abrazamos me siento tranquila.
Me gusta tu boca y tus pequitas.
Me gusta tu carita.
Me gusta tu respiración agitada.
Me gusta cómo me abrazás antes de dormirnos.
Me gusta que te interesás por mis cosas.
Me gusta tu pija.
Me gustan tus preguntas randomsísimas.
Me gusta que me digas que te transmito tranquilidad.
Me gusta poder contarte cualquier cosa de mi día.
Me gusta que me hables de lo que te hace feliz.
Me gusta que me cocines.
Me gusta la forma en la que pensás.
Me gusta tu sonrisa.
Me gustan tus tatuajes.
Me gusta verte bailar.
Me gusta tu risa.
Me gusta tu espalda.
Me gusta la manera en que me hacés sentir.
Me gusta cómo me besás.
Me gusta el olor de tu piel.
Me gustan tus manos.
Me gusta verte y escucharte gemir.
Me gusta cómo me cogés.
Me gusta tu inteligencia.
Me gustan tus chistes malísimos.
Me gusta tu inocencia.
Me gusta tu inmadurez.
Me gusta tu manera de ver la vida.
Me gusta cuando acabás.
Me gusta escuchar tus planes.
Me gusta que me cuentes cositas que te pasan en el día a día.
Me gusta tu forma de pensar.
Me gustás vos.
{Me gustás vos, Andrés}
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lyon-amore · 5 months
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*Oneshot basado en los capítulos 5 y 8.
    Desde que Lilly publicó el vídeo, toda mi vida está patas arriba. Jake se ha ido por su bien y yo tengo que recibir las miradas acusatorias y los murmullos de la gente.    —Con esto no contabas que me pasaría ¿No, Jake? —digo entre dientes, bastante molesta.     Le había enviado un mensaje a mi novio, necesitaba despejarme de todo lo que estaba pasando ¿Y qué mejor que explorar una casa abandonada como hacíamos antes?
    Le veo apoyado en su Land-ROVER, mirando su móvil. Su cabello negro despeinado le tapa sus ojos azules. Un par de anillos decoran sus dedos en su muñeca derecha tiene tatuada la cabeza de una serpiente con la boca abierta, como si de ella saliera su mano. Mientras, en la izquierda, una calavera con una rosa saliendo del cráneo.     A mi padre le parece bien que salga con él, le conoce desde que éramos pequeños, así que es feliz de ver que puede confiar en él. Además, de que trabajan juntos a veces cuando le toca ser forense en sus casos.     Al contrario de mi madre, que le parecía adorable cuando no se tenía el cabello de negro y estaba libre de tatuajes. Según ella, parece sacado de una banda de rock satánico. Cada vez que lo dice hace que suelte un pequeño gruñido. A mi su aspecto me vuelve loca ―por no decir algo mucho peor.
    Cuando me ve, guarda el móvil y espera a que aparque, acercándose despacio.     Bajo del coche peleándome con el cinturón, casi desesperada. Necesitaba respirar.     Me acerco corriendo hacia él y le abrazo, cerrando los ojos y tomando aire pesadamente.    —Ey… —me separa un poco y me levanta el mentón, con una mirada de preocupado— ¿Estás bien, Holmes? —suelto una risa al escuchar el apodo. Sabe que me gusta investigar desde niña. A él también, pero de manera diferente.     Le he contado todo, dado que tenemos una relación bastante sólida después de tantos años juntos. Incluso le he hablado de Jake. No quiero mentiras en nuestra relación, no quiero arruinarlo.    —Sí, estoy bien —le sonrío pasando mi mano por su cabello, acariciándolo con cariño. Me pongo de puntillas y le beso mientras él se inclina un poco.     Sus collares de metal hacen contacto con mi piel. Están fríos.     Me separo por incomodidad, estoy demasiado sensible estos días. Todo por culpa de ese estúpido vídeo de Lilly.    —Si tú lo dices —noto molestia en su voz. Lo entiendo. Lo que me está pasando tampoco es fácil para él que tire que escuchar también comentarios de mí en su trabajo. Y al trabajar como forense de la policía, seguro que habrá escuchado sus sospechas sobre mí.     Le sigo hacia la parte de atrás del coche, abriendo el maletero en donde dentro hay una maleta negra.    —Aquí está —arrastra el objeto hacia nosotros y lo abre—, mascarillas, guantes, un par de linternas-    — ¿Vamos a investigar o a robar? —intento bromear, aunque mi voz no parece con mucho ánimo.    —Bueno, cuando éramos adolescentes lo hacíamos todo sin tener cuidado —me da un toque en la nariz—, está vez tenemos que ser más profesionales, Holmes.     Asiento y comienzo a ponerme el equipo. Sí que es cierto que de jóvenes íbamos sin tener cuidado, lo que causaba que nuestros padres se enfadasen con nosotros y tuviéramos la policía siempre encima de nosotros.     Cojo la mascarilla y de momento la dejo colocada en el mentón, para después colocarme los guantes de tela.    —Al menos no has venido en falda como lo hacías antes —arqueo una ceja ante sus palabras—. No me mires así, no sé cómo es que jamás te hiciste un rasguño.    —Porque te tenía a ti para cuidarme —le sonrío orgullosa de él, pero pone los ojos en blanco mientras suelta un suspiro.    —¿Quién iba hacerlo sino?     Me hace una caricia rápida en la mejilla, con una media sonrisa, pero a la vez se muestra serio. Hace que mi estómago sienta miles de pequeñas hormigas corriendo. 
    Nos acercamos a la casa e intento mirar por la ventana de la puerta. Está completamente oscuro y cuando mi vista se acostumbra, logro ver un poco: Hay una escalera y un muñeco de un payaso colgando del techo. También hay dos muebles a cada lado.     Intento abrir la puerta, pero está cerrada.    ―Un par de ganzúas no tendrás ¿verdad? ―pregunto alejándome de la puerta.    ―No y aunque tuviera, lo mío no es abrir las puertas con ganzúas ―responde cruzándose de brazos.     Me muerdo el interior de la mejilla y miro a los lados para luego darle un toque en el brazo.    ―Hagamos un rodeo, quizás se pueda entrar por detrás ―comento mientras comienzo a caminar.    ―De acuerdo.
    Se pone delante de mí, quitando la maleza con cuidado. Hace un gesto con la mano, como si me invitase a pasar. Sonrío y me voy colocando la mascarilla, pasando por su lado.     Hay un arco como entrada del patio trasero.     Me acerco a una bicicleta estática y me siento en ella, intentando moverla.    ―No… puedo… ―me quejo un poco, intentando mover los pedales.    ―O puede que te falte fuerza ―apoya las manos en el manillar y puedo ver por sus ojos que está sonriendo con malicia. Claramente es una broma, la bicicleta tiene un estado de no haber sido usada en mucho tiempo.     Entrecierro los ojos mirándole mal.    ―Espera ―se coloca a mi lado, poniendo un pie en un pedal y las manos al manillar―. A la de tres, una… Dos… Tres ―dice con calma. Yo muevo el otro pedal y logramos con esfuerzo moverla―. Listo, trabajo en equipo.     Levanto la mano para chocarla y acepta. Pero entrelazo los dedos y me acerco un poco a su cara para darle un toque a su mascarilla con la mía.    ―Un buen trabajo en equipo ―le doy la razón.     Le escucho soltar una pequeña risa y se baja la mascarilla, dejándome un pequeño beso en la frente.    ―No se me ha olvidado de que me has llamado débil ―le contesto bajándome del asiento―. Ese beso no sirve para que te perdone.    ―Vaya, al menos tenía que intentarlo ―se encoge de hombros y se aleja de la bicicleta―. Mira ―señala con la cabeza detrás de mí―. La puerta está abierta.    ―Casi como si lo hubieran dejado para nosotros ―bromeo al girarme y ver el interior.     Logro ver como unos cojines para las sillas en verano. De color amarillo y verde.     Aunque todo parece estar abarrotado de cosas.    ―Voy yo delante ―me aparta con cuidado, encendiendo la linterna―, no me fio de que haya alguien dentro…    ―Gracias por querer asustarme.     Enciendo la linterna y él me coge de la mano, junto con un pequeño ‘Cuidado’ mientras entramos con cuidado. Piso por donde él pisa, teniendo cuidado con las cosas del suelo.     Hay incluso herramientas de jardinería por las paredes.     Saca su móvil y comienza a sacar fotos.    ― ¿Para el foro? ―le pregunto, con curiosidad.    ―Sí, estoy seguro de que esto les gustará.     Puedo notar cierta emoción en su voz. Realmente le apasiona estas cosas.    ― ¿Sabes? Deberías regresar también ―me mira rápidamente antes de continuar caminando.    ―Lo sé, pero prefiero dejarlo atrás…    ―Todos te echan de menos.    ―Puedo imaginarlo.     Prefiero no hablar del tema, es algo que quiero dejar en el pasado y al menos él aceptó mi decisión. Pero sabe lo feliz que me hacía ese foro.
    Salimos al pasillo abriendo la primera puerta que vemos. Un cuarto de baño.     Se acerca al fregadero y me avisa.    ―Mira, un cadáver ―agacho la cabeza y miro una mosca muerta.    ―Idiota…    ―Podía haber traído mi equipo y hacer un entorno controlado para que nadie se acerque y poder examinarlo detenidamente.     Suelto una risa mientras niego con la cabeza. Realmente tiene siempre unas ocurrencias extrañas. Es lo que me gusta de él, que no finge.
    Continuamos y entramos en otro cuarto de baño, donde encontramos un carrito de bebé con un montón de ropa dentro. Se me revuelve el estómago el pensar que algo podría haberle sucedido a una pequeña criatura. Es como si mi instinto de protección contra la gente débil se activase.     Noto una presión en mi cabeza y alzo la vista. Noto cómo me acaricia el cabello, como si supiera que me he puesto nerviosa al verlo. Le sonrío aunque no pueda verlo por la mascarilla, pero sí por mis ojos. Me devuelve la sonrisa al notarlo también en los suyos.     Le dejo sacar fotos tranquilo mientras examino el lugar, entrando en una sala con un montón de botellas de vino y champagne. Como me gustaría llevarme una…    ―No lo hagas ―escucho detrás de mí― ¿Recuerdas la última vez que lo hiciste?    ―Fue sin querer el que vomitase en el armario de mis padres.    ―Y acabaste castigada un mes.    ―Pero ahora mis padres no me pueden castigar-    ―Tus padres no, yo sí.     Trago saliva notando la intensidad de su mirada. Ugh… De no ser por este lugar…
    Salimos del sótano, donde justamente está la entrada de la casa. Lo primero que veo es un tapiz en la pared.     Alzo la vista en donde el payaso está colgado. Su traje azul y blanco parece incluso nuevo ¿Cuánto tiempo llevará aquí?    ―Ahí está ‘Eso’ ―señalo con la mano.     Él le da un toque, moviéndolo un poco.    ―Esperemos que no se ponga a balancearse solo entonces ―comenta con una voz burlona―, porque entonces tendré que defenderte de él.    ―Oh, mi héroe ―me llevo las manos al pecho mientras exagero con mi voz.     Nos ponemos a investigar cada uno por nuestro lado, buscando algo interesante.    ―Me encanta investigar estos lugares ―le miro un momento y veo ese brillo en sus ojos de emoción―. Siento que todo lo que veo cuenta una historia sin necesidad de hablar ―deja por un momento de mirar el móvil para fijarse a lo que tiene a su alrededor, como si estuviera haciendo una imagen mental.     Sonrío con dulzura tras escuchar sus palabras. Su curiosidad casi no es notoria, pero yo siempre consigo verlo. Es como un niño pequeño, pero a la vez tiene el respeto de un adulto.
    Cuando abro el mueble que está al lado derecho de la puerta, me encuentro con un montón de objetos de decoración de navidad.    ― ¿Sabes algo de Jake? ―le escucho preguntarme.     Cojo aire mientras cojo un calendario. Mil novecientos ochenta y cinco ¿será esta la fecha de cuando dejaron la casa?    ―No, no me ha dicho nada desde que se marchó ―intento no sonar molesta. Aunque me contó su situación con el gobierno, claro que estoy molesta con él. Me ha dejado sola con las acusaciones. Me hubiera gustado un poco de empatía por su parte.    ― ¿Te molesta que haya preguntado por él?    ―Más bien me parece raro que te interese él.    ―Me preocupo por ti y lo sabes.     Me giro al escucharle hablar tan suave. Aunque su mirada no lo es. Sé que le preocupa en lo que estoy metida y que le gustaría saber tanto como a mí por qué mi número de teléfono lo tenía Hannah.    ―Lo sé…    ― ¿Y no es mejor dejarlo? ―le miro sorprendida. Creo que nunca me ha dicho que me rinda en las cosas que me gusta, como lo es mi pasión por la investigación― ¿Y si te mete en más líos? O peor ¿Y si el Hombre sin cara también va a por ti?    ― ¿No era simplemente una leyenda? ―suelto una risa algo seca, sabiendo que para él las leyendas no son más que leyendas, nada real.     Sí, le gusta todas esas historias, pero eso no quiere decir que de verdad se imagine a un fantasma caminando por un pueblo llevándose a gente de verdad.    ―Te conozco y sé que sufres por todas esas llamadas en las que te amenaza ―me cruzo de brazos, como si me protegiera de sus palabras―. No finjas ahora que no me llamaste cuando te hizo aquella videollamada.    ―Vale sí, estoy asustada ―lo admito separando los brazos. Aprieto los puños con fuerza, molesta―. No sé a dónde llevará esto o si alguien saldrá herido, yo… Temo por ellos… Temo que…     Comienzo por temblar como un pequeño animal ¿Es normal sentirse así? Quiero confiar en las palabras de Jake y de que no les sucederá nada a mis amigos.     Agacho la cabeza para que no vea mis ojos, aguantando las lágrimas. No quiero que me vea así.     Noto cómo me rodea con sus brazos, apretándome con fuerza contra su pecho.    ―Ya lo sabes, estoy a tu lado siempre ―su voz suena suave. A veces siento que soy la única que ve este lado tan dulce de él y el resto del mundo ve al chico frío que creen que es―. Sé que estás pasando por una situación difícil y que la persona que confiabas se ha ido dejándote con una situación difícil, pero siempre he estado contigo y te he defendido, nunca olvides eso ¿de acuerdo?     Asiento abrazándolo con fuerza. Se me escapa algunas lágrimas, dejándole empapado la camiseta.     Lo que Jake no pensó, es que el vídeo se puede descargar y también pasar el número de teléfono, lo que significa que la situación no se va a terminar hasta que encontremos a Hannah.
    Pero la verdad, es que en estos momentos, solo quiero estar con el hombre que me está apoyando desde que todo empezó y hace que las miradas de la gente se aparten de mí cuando les lanza esa mirada fría suya.
    Noto cómo me levanta la barbilla despacio. Él se ha quitado la mascarilla. Su mirada hace que me pierda en ese mar que solo es para mí.     Pasa su pulgar por mis labios y los abre con delicadeza, besándome.     Cuando se separa después de un beso lento y de unas caricias en mi cabello, susurra con profundidad.    ― ¿Quieres que me quede esta noche en tu piso?    ―Será un maravilloso placer ―contesto y le muerdo el labio.     Escucho un pequeño gruñido que proviene de su garganta.     Menos mal que tengo su apoyo para sobrevivir estos momentos difíciles o me volvería loca.
<< ¿Seguiré teniendo las esposas en casa?>>
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♰Darkness♰
    Había pasado un tiempo y por fin Jake había regresado gracias a la ayuda de las chicas, aunque por desgracia, ella había perdido un amigo. Eso hizo que ambos discutieran. Cuando me lo contó, me enfadé. No con ella, sino con ese tipo. Con Jake.     Se supone que le prometió que a ninguno del grupo le pasaría nada ¿y al final qué pasó? Richy murió.     Ha pasado desde que amenazas, el ataque de una amiga, el hackeo de su móvil y ahora la muerte de uno de ellos ¿acaso no veía ese tío todo lo que ella estaba sufriendo? Si supiera dónde se esconde, no dudaría en pegarle un puñetazo y gritarle que no vuelva a hacerla llorar. No quiero que vuelva a hacerlo. O que no suceda cuando está sola y no pueda consolarla.    ―Si no fuera porque ella le tiene aprecio, le denunciaba ―murmuro entre dientes mientras relleno un formulario del último cadáver examinado.     Mi móvil empieza a sonar. Reconozco el tono de mensaje. Es ella.
    Dejo rápidamente la carpeta y cojo el móvil de la mesa. ----------------------------------------------------------------------------------------
Holmes🖤​ Ey Tenemos que hablar ----------------------------------------------------------------------------------------
    Arqueo una ceja algo confuso. No es que sea una frase que todo el mundo quisiera escuchar de su pareja, pero en caso de ella, creo que hay algo más. Siempre le gustó usar esas frases para dar misterio y, conociéndola, estoy seguro de que lo hace para romper fácilmente el hielo en algo serio. ----------------------------------------------------------------------------------------
Darkness Qué sucede?
Holmes🖤​ Bueno, cómo comienzo a decir esto? Conoces a una chica llamada Avali? ----------------------------------------------------------------------------------------
    Me siento en la silla despacio. Ahora sí que estoy más confuso.     A Avali la conocí en el foro porque preguntaba por el hombre sin cara. Pero si ella conoce el nombre de Avali, significa… ----------------------------------------------------------------------------------------
Darkness Entraste en el foro?
Holmes🖤​ Es por la investigación y al ver que hablaste con ella en privado, pues tenía que preguntártelo directamente
Darkness Espera un momento Estamos siendo…
Holmes🖤​ Sí Ya lo sabe Se lo he tenido que contar
Darkness Se lo ha tomado bien?
Holmes🖤​ Ahora mismo no es el momento 😒​ ----------------------------------------------------------------------------------------
    Suelto una pequeña risa. Estoy seguro de que no le ha sentado bien a Jake que yo sepa todo. Pues va a tener que aguantarse. ----------------------------------------------------------------------------------------
    Le cuento de lo que estuvimos hablando, de que quería saber más de la leyenda y de que todo era por una amiga, al principio no me lo creí porque es una frase bastante común cuando no quieres que nadie sepa que eres tú y te da vergüenza admitirlo. La gente suele ocultar cosas solamente para que los demás no te miren de manera extraña.     Pero sabiendo ahora esto, significa que Amy y Hannah deben de tener una conexión tal y como ella dijo. ----------------------------------------------------------------------------------------
Darkness Así que, Amy y Hannah se conocían?
Holmes🖤
Darkness, no me hagas llamarte por el nombre completo
Darkness
Disculpa, supongo que ahora siento cierta curiosidad por este caso.
Amy ingresó en el foro en busca de respuestas para Hannah…
Pero ella es la que ha terminado muerta
No te parece algo interesante?
Holmes🖤 Interesante o no, parece que te estás divirtiendo esta conversación
Darkness Porque me siento orgulloso de serte en parte ayuda Aunque no haya mucho que contar
Holmes🖤 O puede que ahora tengas problemas sabiendo que hablaste con una víctima
Darkness Tranquila, te tengo a ti de coartada al menos
Holmes🖤 Al menos si supiéramos el momento de su muerte…
Darkness Por qué no me paso por tu casa en cuanto termine el turno? Lo hablaremos mucho mejor a solas Si sabes lo que me refiero
Holmes🖤 Lo sé 😅
Darkness Perfecto Nos vemos más tarde Y adiós, Jake, un placer de ser espiado por ti
Holmes🖤 No le enfades más de lo que ya está…
Darkness De verdad lo está? O está celoso?
Holmes🖤 Tienes razón, mejor lo hablamos en casa
-----Holmes🖤 se ha desconectado----- ----------------------------------------------------------------------------------------
    Conociéndola, sé que no me va a esperar con una bandeja de cupcakes y una sonrisa, tendré que ir con cuidado de que no me asesine u otro forense ocupará mi puesto.
    Llego a su piso y cuando abre la puerta, se queda mirándome, cruzada de brazos y frunciendo el ceño.    ―Lo siento ―es lo primero que sale de mi boca. Enfadada da bastante miedo y pocas veces se ha enfadado. Es como un fenómeno extraño que podría ocurrir una vez cada año.     Se echa a un lado y mueve la cabeza, invitándome a pasar. Acepto y dejo la cazadora en el perchero y los zapatos en el pequeño mueble. A continuación, me acerco a ella, acariciando despacio su mejilla, intentando calmarla.    ― ¿Te ha echado demasiado la bronca? ―pregunto preocupado.    ―Digamos que… Para él he roto la confianza que teníamos ―suspira y me coge la mano, llevándome al salón.
    Nos sentamos en el sofá, ella sube sus piernas, sentándose en loto. Yo subo una, acomodándome.    ―No deberías dejar que ese tío te manipule con sus palabras ―acaricio el dorso de su mano y me mira dolida―. No has roto ninguna confianza, solamente me lo has contado a mí y a nadie más.    ―Pues por eso ―noto cómo su voz suena rota, como si le costase hablar―. Le he tenido que explicar que tuve que contártelo porque no quería parecer que estaba hablando con otro-    ―Técnicamente, lo estabas haciendo ―arqueo una ceja y ella pone morros.    ―Ya sabes a lo que me refiero ―suelto una pequeña risa y me apoyo al final en el cabecero del sofá, colocando mi mano en la cara a modo de apoyo―. Le he contado que nos conocemos desde niños y que eres el único en que más confío para guardar mis secretos, porque siempre lo has hecho ―una sonrisa aparece esta vez en su cara. Sé que la está esforzando para no preocuparme. Ha tenido una mañana difícil.    ―Pero no he podido estar contigo cuando ha sucedido lo de tu amigo ―aparto la mirada, molesto conmigo.     No pude venir porque estaba trabajando, creo que es la primera vez en toda mi vida que la he fallado y me siento como una mierda.     Coloca sus manos en mi cara, obligándome a mirarla. Me fijo mejor en sus ojos, están rojos de llorar.     Se aproxima a mi cara, besándome. Al principio evito responderla porque siento que no lo merezco, pero al final caigo.     Seguramente lo hace para olvidarlo. Olvidar lo que ha pasado. Paso mi mano por debajo de su blusa y escucho cómo suspira al notar el frío tacto de los anillos. Sonrío complaciente de que soy el único que sabe todo lo que le gusta.
    Su móvil suena y paramos. Lo entiendo, tras lo ocurrido, es normal que esté nerviosa.    ―Que raro, no reconozco el número… ―dice sin separarse aún de mí.    ― ¿El secuestrador?    ―No, no suele llamar así ―pasa la lengua por sus labios y contesta.     Logro escuchar por la proximidad. La llamada es desde la prisión Maydol. Frunzo el ceño sin entenderlo ¿Quién estará llamándola desde la prisión?     Y es entonces… Que escucho por primera vez la voz de Phil.     Me echo para atrás, soltando un sonido de molestia. Espero que esto no la meta en más problemas.
    Escucho cómo habla con él, caminando por el salón, preocupada. Me quedo observándola, hablando con total profesionalidad. No está para bromas.     Cuando cuelga, deja el móvil en la mesita y se tira al sofá, apoyando su cabeza en mi regazo, llevándose las manos a la cara, cansada. Comienzo a acariciar su cabello con cuidado de que mis anillos no se enreden en algún mechón.    ―Cuando termine todo esto ¿podemos irnos de vacaciones, por favor? ―dice a través de sus manos.    ―Mmm… Hay una iglesia en la República Checa que te encantaría ver ―veo cómo abre despacio los dedos, parpadeando con curiosidad―, tiene unas esculturas realmente fantasmales.    ―Estaría bien, al menos solo por irnos de viaje a otro lugar y descansar de todo esto ―baja sus manos y juega con mi colgante―. Perdona que Phil me haya llamado…    ― ¿Por qué te disculpas? Le estás ayudando también ¿no? ―cojo su mano y beso sus dedos― Y no hay nadie mejor que tú en el mundo para hacerlo.     Entrelazamos los dedos y asiente, suspirando.
    De nuevo su móvil suena.     Pesadamente se levanta a cogerlo y vuelve a sentarse a mi lado, mostrándome que es Jake. Apoya su cabeza en mi hombro mientras habla con él sobre las nuevas noticias que Phil le ha dado.     A pesar de mostrarse cansada, intenta poder resolver este caso.     Le doy un beso en su cabeza y me mira.    ― ¿A qué ha venido eso? ―pregunta con una risa.    ―Me apetecía hacerlo, Holmes.     Sonríe y se acurruca de nuevo.    ―Tengo suerte de que estés conmigo ―su voz suena feliz de verdad esta vez y mucho mejor que antes―, contigo a mi lado, las cosas se sienten más ligeras, como si no tuviera que preocuparme por nada.     Paso mi pulgar por sus labios y me mira.    ―Y ese es mi trabajo ―le acaricio con cuidado la mejilla y sonrío―, hacer que no tengas que preocuparte por nada.    ―No sabes cuánto te quiero…    ―Y tú no sabes que por ti daría mi vida, así que nada de meterte en peligros por esto ¿de acuerdo?    ―Ey, nada de chantajes de ese tipo.    ―Es la única manera de que no lo hagas.     Se encoje de hombros, aceptando de que es verdad. Si no le recuerdo las cosas, estoy seguro de que haría cualquier locura.     Me atrae a ella y me besa. Noto su sonrisa a través de sus labios.    ― ¿No estabas hablando con Jake? ―susurro, rompiendo el beso.    ―Puede esperar seguramente veinte minutos más.     Cojo su móvil, dejándolo en la mesita. Luego coloco mi mano en su cintura y la tumbo en el sofá, sujetándola por las muñecas por encima de su cabeza.    ―Que sea una hora, ahora necesitas relajarte Holmes.
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technolife1 · 5 months
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100 razones para seguir con vida:
 
para enorgullecer a tus padres
para conquistar tus miedos
volver a ver a tu familia
para ver a tu artista favorito en vivo
para volver a escuchar música
para experimentar una nueva cultura
para hacer nuevos amigos
para inspirar
tener tus propios hijos
adoptar tu propia mascota
para enorgullecerse
para conocer a tus ídolos
reír hasta llorar
sentir lágrimas de felicidad
a comer tu comida favorita
ver crecer a tus hermanos
pasar la escuela
hacerse un tatuaje
sonreír hasta que te duelan las mejillas
para encontrarte con tus amigos de internet
encontrar a alguien que te ame como te mereces
comer helado en un día caluroso
tomar chocolate caliente en un día frío
ver nieve intacta por la mañana
para ver un atardecer que prende fuego al cielo
ver las estrellas iluminar el cielo
para leer un libro que cambie tu vida
para ver las flores en la primavera
ver las hojas cambiar de verde a marrón
viajar al extranjero
para aprender un nuevo idioma
aprender a dibujar
contar tu historia a otros con la esperanza de ayudarlos
Besos de cachorro.
Besos de bebé (de esos con la boca abierta, cuando chasquean los labios en tu mejilla).
Las malas palabras y la liberación que sientes cuando las dices.
Trampolines.
Helado.
Observar las estrellas.
Observación de nubes.
Tomar una ducha y luego dormir con sábanas limpias.
Recibir obsequios bien pensados.
"Vi esto y pensé en ti".
La sensación que tienes cuando alguien a quien amas dice: "Te amo".
El alivio que sientes después de llorar.
Sol.
La sensación que tienes cuando alguien te escucha o te presta toda su atención.
Tu futura boda.
Tu barra de chocolate favorita.
Ropa nueva.
Juegos de palabras ingeniosos.
Pan realmente bueno.
Tener a tu hijo en brazos por primera vez.
Completar un hito (también conocido como ir a la universidad, graduarse de la universidad, casarse, conseguir el trabajo de sus sueños).
El tipo de sueños en los que te despiertas y no puedes dejar de sonreír.
El olor antes y después de que llueve
El sonido de la lluvia contra un tejado.
La sensación que tienes cuando estás bailando.
La persona (o personas) que más significan para ti. Mantente vivo para ellos.
Probar nuevas recetas.
La sensación que tienes cuando suena tu canción favorita en la radio.
La emoción que sientes cuando subes a un escenario.
Tienes que compartir tu voz, tus talentos y tus conocimientos con el mundo porque son muy valiosos.
Desayuno en la cama.
Conseguir un asiento del medio en el cine.
Desayuno para cenar (porque es mucho mejor por la noche que por la mañana).
Ora (si eres religioso)
Perdón.
Peleas de globos de agua.
Libros nuevos de tus autores favoritos.
Luciérnagas.
Cumpleaños.
Darte cuenta de que alguien te ama.
Pasar el día con alguien a quien
Oportunidad de crear relaciones significativas y duraderas.
Potencial para aprender, crecer y evolucionar como persona.
Alegría y felicidad en las pequeñas cosas.
El poder de inspirar a otros.
La capacidad de crear arte, música y otras formas de autoexpresión.
Explorar diferentes culturas, tradiciones y formas de vida.
Impactar positivamente en el medio ambiente y ayudar a proteger el planeta.
Experimente las alegrías de la paternidad y forme una familia.
Aprenda cosas nuevas y desarrolle nuevas habilidades.
Crea un legado que te sobrevivirá.
Estar envuelto en una cama calentita.
Abrazos
Tomados de la mano.
El tipo de abrazos en los que sientes que te quitan un peso de encima. El tipo de abrazo en el que tu respiración se sincroniza con la de la otra persona y te sientes como las dos únicas personas en el mundo.
Cantar desafinado con tus mejores amigos.
Viajes por carretera.
Aventuras espontáneas.
La sensación de arena debajo de los dedos de los pies.
La sensación cuando la primera ola del océano se levanta y envuelve los dedos de los pies, los tobillos y las rodillas.
Tormentas eléctricas.
Tu primer (o centésimo) viaje a Disneylandia.
El sabor de tu comida favorita.
La sensación infantil que tienes la mañana de Navidad.
El día en que finalmente todo sale como quieres.
Elogios y elogios.
mirar este momento dentro de 10 años y darte cuenta de que lo hiciste.
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leregirenga · 8 months
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Solo quiero que quedes envuelto en mis brazos, llenarme toda con tu dulce aroma.
Saber que entre tu y yo no hay espacio alguno que nos separe, y que en ese preciso instante nuestros cuerpos queden entrelazados por una eternidad.
Quiero impregnarme en tu ser y no borrarte de mi, que quedes grabado a fuego en mi cuerpo, o como tatuaje indeleble a mi piel, marcado en mi memoria, que seas en mis labios beso y que de mi boca brote llamarte amor.
Leregi Renga
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