Él se estremeció cuando ella lo abrazó con inseguridad, deslizando sus manos alrededor de su espalda con una torpeza tierna. Inspiró hondo y, cuando la joven ya estaba a punto de apartarse y volver a distanciarse, él la retuvo con fuerza, pegándola a su torso. Había algo indescriptible en el hecho de sostener ese cuerpo pequeño y cálido contra el suyo, algo que no había sentido antes, como una especie de anhelo inalcanzable. Resultaba reconfortante.