Tumgik
#ya ves si no te portas bien el señor te va a llevar
whenthegoldrays · 1 year
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Did you really grow up Mexican if your parents didn't, at least once, threaten to give you away to a stranger when you were acting up in public?
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churroiswriting · 5 years
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Fictober 2019 #1
Pues he decidido hacer el fictober entero este año (spoiler: no lo hice) y de momento no estoy muy descontenta con el resultado, podría ser peor SUPONGO.
Estoy siguiendo dos listas para complicarme más la vida.
De nuevo, Félix le pertecene a Natalia Salvador, Angélica y Dorcas también (porque no sé usar a mis propios OCs) (Perdóname por destrozar a Angie).
Sanne por lo menos sí me pertenece a mí :__)
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1. Leaves/ It will be fun, trust me.
 —Estás preciosa. —para ser un hombre que se embelesaba con tanta facilidad por cualquier hombre había que reconocer lo fascinado que sonaba cada vez que le dirigía la palabra a Sanne, su eterna compañera.
 La mujer no le presta mayor atención, concentrada en recortarse los pelitos de la nuca sin hacerse un trasquilón. No era conocida por ser presumida o hacer caso a aquellos detalles sobre su aspecto, pero la noche prometía y Sanne no quería desentonar, no ahora que había conseguido que Félix le comprase un traje.
 Por mucho que Félix estuviese enfurruñado por la falta de feminidad de su amiga -¿Qué le costaba ponerse un vestido?- mentiría si dijera que el conjunto no le quedaba mejor a ella que a él.— ¿Por qué no me dejas que te haga un recogido bonito por lo menos? —Sanne seguía ignorándole, repeinándose hacia atrás hasta que no queda un solo pelito obstruyendo su rostro; esconderse a plena vista.
 Sanne y Félix se conocían desde los siete y nueve años, respectivamente, aunque si les preguntabas ninguno recordaría su vida antes de conocer al otro -tanto para bien como para mal-. Nicolaas, el hermano mayor de la joven, y ella se habían mudado desde Dwänholf hasta Helenia -huyendo de la tiranía y las mafias de su país- donde habían conocido a los Jardiel, que prácticamente los acogieron en su casa como si fueran de su familia. Desde aquel entonces el muchacho de cabellos rizados se había convertido en la sombra de la extranjera, ¿o más bien había sido al revés? Sanne había observado con detenimiento al chico y se había percatado de que engatusándole un poco podría resultarle más que útil. ¿Quién le iba a decir a ella que más de diez años después no solo había resultado una carga sino que además, le había cogido cariño?
 —¿Estás segura de esto? Llamas la atención y, quizá se te ha olvidado pero la guardia te está buscando. —ya fuera de la pensión en la que se hospedaban, mientras esperan al cochero, Félix decide insistir en que, pese a que la idea le resulta atractiva, ir a un baile con una criminal no le parece la mejor forma de pasar la noche.
 —No en Ilmora, aquí no he hecho nada. Todavía. —le dedica una sonrisa a su amigo, haciéndole un gesto para que suba en el carruaje. — ¿No tenías ganas de volver a tu querido Conservatorio? Seguro que a todos se les cae la baba al ver al mismísimo San Félix de Helenia. Además, sabes que necesito la pasta. —dice esto último cerca de su oreja. Vaciar los bolsillos de aquellos ricachones le apetecía bastante pero ardía en deseos de ver a Félix presumir de su título frente a aquellos estúpidos que le habían pisoteado cuando estudiaba allí.
 El trayecto es tranquilo y, sobre todo, silencioso; Félix está demasiado preocupado por el desenlace de la velada y Sanne no deja de observarse en el reflejo del cristal en un momento de extraña vanidad. Quizá deberían dejarla vestir así más a menudo. —Señores, ya hemos llegado. —anuncia el cochero.
 “Ah, el Conservatorio de las Artes de Ilmora”, piensan ambos, de forma muy diferente.
 Agarrados del brazo avanzan con seguridad hasta la puerta, entrada en mano, donde, contra todo pronóstico les dejan pasar. — ¿Ves? Te agobias por nada. —susurra, sonriendo de forma encantadora a todos los invitados que giran la testa para mirarlos. — Todavía no te pares a saludar.
 —Pero Sanne, eso es de mala educación… —para variar, las protestas del helenio caen en saco roto, ya que la mujer tira de él sin compasión ninguna escaleras arriba.
 —Imítame. —coloca una mano en la barandilla que da al gran salón, recostándose contra esta mientras finge que todo aquel lugar giraba en torno a ellos. Félix la sigue torpemente pero consigue que parezca creíble. Aquel ego siempre le salvaba. —Ahora ríete, muy bien. Tú eres la estrella, San Félix.
 Ambos siguen con la actuación mientras se percatan de que algunos piensan en acercarse, acobardados por los aires de superioridad que desprenden, pero toda fachada se rompe en el momento en el que Félix le ve. —Sanne, ha venido. —musita con un hilillo de voz.
 Sanne no necesita mirar hacia abajo para saber a quién se refiere: Alexander Dorcas, aquel idiota pomposo del que Félix estaba catastróficamente enamorado. Se habían conocido allí mismo, años atrás, y Félix había intentado por todos los medios que el músico le tuviese en cuenta, pero cuando nada resultó e hirió su frágil orgullo, decidió escribir una carta difamándole, motivo por el cual le echaron del Conservatorio.
 —¿Y qué? No te conoce. Incluso puede que ahora— Félix le tapa la boca con una mano a toda prisa, sabiendo perfectamente lo que iba a sugerir y Sanne no puede evitar soltar una suave risa, apartándole con los ojos en blanco.
 —Está hablando con una chica, una chica muy guapa. —añade, frunciendo el ceño, pudiendo leerse en su rostro los celos y una pizca de sorpresa.
 Y allí estaba el famoso Dorcas, con aquella cara de estúpido, vestido impecablemente mientras encandilaba a toda la habitación, pero no es él quien le llama la atención, es la joven a la que intenta impresionar. La chica le saca un par de centímetros, calcula, y va ataviada con un vestido dorado y negro que realza su busto y sus caderas, si bien lo que Sanne destaca es la musculatura de lo que puede ver de sus brazos. Pese a que lleva una pequeña capa, puede jurar que en su cinturón porta una espada. Una dama singular. —Ni lo pienses. —suplica Félix, pudiendo leerle la mente.
 —Venga, será divertido. Confía en mí. —dicho esto baja elegantemente las escaleras, dejando a su compañero atrás, dirigiéndose directamente hacia la desconocida. —¿Alexander Dorcas?
 El mencionado le dedica una sonrisa encantadora que le pone los pelos de punta y asiente. —¿Una fan, asumo? ¿En qué puedo ayudarte, querida?
 —Su Santidad, San Félix de Helenia, desearía hablar contigo. —gesticula hacia el muchacho, que sigue en la misma posición, mortificado. “Lo superará.”, piensa.
 —Oh, por supuesto. Disculpadme. —no vacila un solo segundo, haciendo una breve reverencia antes de ir al encuentro del Santo.
 La desconocida, que ya se ha girado, por fin, para echarle un vistazo, de cerca no decepciona un ápice, de hecho, casi deja muda a la perspicaz de Sanne. —¿Y usted es? —inquiere, curvando las esquinas de sus rosados labios hacia arriba, haciéndole asumir a la recién llegada que está complacida con su presencia.
 —Silke Jardiel, un placer. —galantemente toma su mano y deposita un suave beso en el dorso.
 —Angélica Reid. Espero que tanto alardeo sea para sacarme a bailar. —eleva sus bien peinadas cejas hacia arriba, sin apartar la mano de la suya.
 —Por supuesto. —tras lo que parece una eternidad Sanne aparca toda duda y la conduce al centro, acercándola a su cuerpo, poco acostumbrada a que la encaren.
 Las mujeres saben bailar y su danza encandila a más de un invitado, sin embargo, para ellas, más que un baile parece una pequeña batalla por ver quién domina el encuentro. Las dos son fuertes, tanto física como emocionalmente y ninguna va a ceder el control.
 —Así que Silke. ¿O debería decir Sanne? ¿Qué te trae por aquí? —da un traspiés pero Angélica no le permite que se detenga. —Vamos, no queremos llamar la atención, sigue bailando. —Sanne guarda silencio, intercalando la mirada entre las penetrantes esmeraldas de la mujer y una posible salida. —Todo el mundo advirtiéndome de que eres una delincuente de lo más inteligente y escurridiza y te plantas aquí, ¿a qué? ¿A ver si le robas a alguien? Por Abel, ¿siendo tan tonta cómo has sobrevivido hasta ahora? He venido aquí por ocio, no a trabajar, pero por ti creo que voy a hacer una excepción, “Silke”.
 Nuevamente Sanne trata de zafarse pero pronto nota una suave presión en el estómago. La mujer la estaba amenazando con una pequeña daga sin perder la sonrisa. Maldita sea. —Tienes razón, ha sido demasiado fácil. ¿No prefieres hacerlo más interesante?
 —¿Tengo pinta de ser tan estúpida como tú? —si bien esas son sus palabras, el interés en su mirada es palpable.
 —Un duelo. Aquí fuera, si me ganas podrás detenerme con mayor orgullo, si no, ya me pillarás en otra ocasión. Voy solo con una daga y tú con espada, no tienes nada que perder.
 La mujer parece contemplar la posibilidad; era imprudente pero le encantaban los duelos y, en efecto, no era posible que aquella delincuente de pacotilla la pudiese ganar. Aunque no le pasa desapercibida la mirada que le echa al muchacho con el que iba, decide divertirse un poco, dejándose llevar por el impulso y llevándose a Sanne al exterior.
 En la oscuridad del jardín la aleja de un empujón antes de desenvainar y echarse contra ella. Gracias a la rapidez de la dwanense puede esquivar el golpe, si bien no tiene tiempo de sacar su propia arma. Sin duda Angélica no quería perder.
 —¿Tan poca confianza tienes en ti misma que me atacas estando desarmada?
 —Tengo prisa por ver tu linda cara entre rejas. —vuelve a arremeter contra ella, pareciendo que casi ni se despeina al moverse al embestir. Sanne podría apreciar esa belleza en otras circunstancias.
 Como cabe esperar, el “duelo” no dura más de un par de asaltos, acabando Sanne en el suelo y Angélica, satisfecha, engatillándola en el sitio. — Tenías razón, así ha sido más interesante. Lástima que no tengas tanto aguante.
 Sanne se limpia la sangre de la boca; a diferencia de la guardia en ella sí hay rastros de la lucha, aunque no parecía tan preocupada como debería.
 —Después de este encuentro tan magnífico me duele que me subestimes de esta manera, Angie. Espero que a la próxima seas más justa conmigo. —de repente, Sanne vocifera el nombre de Félix y un torbellino de hojas la engullen, haciéndola desaparecer como si nunca hubiese estado allí.
 —¡No lo digas!
 —¡Te lo dije!
 Exclaman ambos al unísono, a varios kilómetros del conservatorio. Félix de inmediato se acerca a su amiga, posando sus manos a cada lado de su rostro. Una sensación cálida envuelve a Sanne y toda herida que le haya podido causar Angélica se sana.
 —¿Te lo has pasado bien con Dorcas?
 —Sanne.
 —¿Qué?
 —Cállate.
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geovanisantillan · 3 years
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Los adioses. 2 (Natalia llega temprano a casa de Jorge, toca el timbre a los pocos minutos sale carmelita). Carmelita: - buenos días señorita Natalia. Natalia: - hola carmelita, buenos días, cómo has estado. (Sonríe) Carmelita: muy bien señorita, pero aquí en la casa las cosas están complicadas con el joven Jorge; que bueno que viene. Natalia: si, ya se que pasa, por eso estoy aquí. (Se quita sus anteojos) Carmelita: pase señorita, la patrona está en la sala... (Natalia interrumpe) Natalia: - y Jorge? Carmelita: - el joven no se ha despertado, aún sigue en su recámara. Natalia: ay! Ese cabron, entonces si está afectando. Era de esperarse (dice entre dientes). (Natalia camina por el pasillo mientras observa las plantas) Natalia: que rosales tan bonitos tienen carmelita. Ya tenía mucho que no venía. Carmelita: Si señorita, están hermosos, el joven Jorge se dedicaba a cuidarlos, de aquí cortaba para llevarle a la señorita Andrea unas rosas bien bonitas. Quién sabe por qué ya no la trae. Que bonita es. (Natalia hace una cara de pocos amigos y deja los rosales) Natalia: - ay carmelita no todo es como parece. (Ríe) Carmelita: pues quien sabe eso sí, desde que la señorita Andrea no viene el joven Jorge está mal. Muy mal. Que cree que hasta lo he escuchado llorar Natalia: no me digas eso carmelita!! Carmelita: SI señorita quien sabe por qué. Seguro al joven Jorge otra vez le vieron la cara. Natalia: no lo dudes carmelita, no lo dudes (Natalia mueve la cabeza) Carmelita: déjeme avisarle a la señora que ya llegó. (Carmelita entra a la casa) Carmelita: patrona; la señorita Natalia vino está en el jardín. Madre de Jorge: - pues hazla pasar Carmelita, ándale no la dejes allá afuera esperando. Dile que estoy en el estudio. Carmelita: (sale de la casa) señorita, la esperan en el estudio. (Natalia entra a la casa camina hacia el estudio, ve las fotos familiares; se encuentra con una foto de Jorge y Andrea muy felices, Natalia la quita de aquella pared y la guarda en su bolsa) Natalia: (toca la puerta) Madre de Jorge: - adelante hija. Natalia: buenos días señora cómo ha estado. (La madre de Jorge Suspira) MJ: muy bien hija, pero este muchacho no entiende. Natalia: (se sienta) - Jorge ya hablo conmigo, otra vez jugaron con ese cabron. Disculpe la palabra pero es que no entiende. MJ: yo siempre le dije que esa muchacha no le convenía. Nosotros somos una familia de abolengo, nuestra historia como familia no se tiene que pisotear así. (La madre de Jorge en su juventud fue una abogada importante en la ciudad, su padre era político del PRI. Su esposo; el padre de Jorge fue alcalde de la ciudad, un señor respetado) MJ: Jorge es un estúpido. Se deja llevar por cualquier sonrisa, por cualquier te amo no piensa las consecuencias, no es la primera vez que le hacen lo mismo y vuelve a caer. Cómo quisiera a una muchacha así como tú. Tu familia es de bien. Natalia: (sorprendida) ay no señora, a usted la respeto y le tengo una admiración pero yo como pareja de su hijo no (mueve la cabeza en desaprobación). Lo conozco muy muy bien y se de qué pie cojea. Por eso lo prefiero como amigo. MJ: (ríe) - alguien como tú le caería muy bien, alguien de una buena familia, alguien con estudios, que sepa del mundo; (acaricia el cabello de Natalia) alguien que no esté esperanzada en qué le pueden ofrecer los demás, alguien que no se deje llevar por influencias. Ahora velo, ahí está devastado, Andrea no era para el y se lo dije, Natalia hija (se aleja de Natalia para acercarse al ventanal) yo sé lo dije pero es un niño todavía. Que días aquellos cuando estaba en Francia y su vida era feliz. MJ: esa muchacha sin oficio, según trabaja y ella se jacta de muy responsable, con valores de familia, pero salió igual que todas. Todas están cortadas con la misma tijera. Pobre de mí hijo. Natalia: - pues si señora, uno nunca termina de conocer a la gente. Jorge sabía muy bien con quién se metía. su hijo, ya no es un adulto. (Mueve las manos) A mí nunca me callo bien y se lo dije. Pero siempre ha sido un estúpido. (Natalia se para de la
silla y le da un abrazo a la madre de Jorge) Natalia: - en donde está Jorge? Quiero verlo, quiero ver cómo lo han dejado. MJ: - ahí, (señala hacia donde está la recámara) en su habitación, no se ha levantado, ya toque pero no contesto. Natalia: - iré a verlo señora, hablaré con el. (La madre de Jorge se levanta y se dirige a la puerta del estudio) MJ: voy a checar como va el desayuno, bajan para que coman. Natalia: si señora, en cuanto Jorge se levante me lo llevo a desayunar. (Natalia va a la recámara de Jorge abre la puerta y entra) Natalia: Jorge, wey ya levántate (lo mueve un poco) ya es súper tarde. Jorge: (bostezando) - no mames Natalia si veniste. Natalia: - pues si cabrón. Eres mi amigo me importas y no voy a dejar que una pinche vieja te pisotee. Ya levántate, vamos a desayunar. (Natalia abre las cortinas) Natalia: - No chingues Jorge, tienes un desmadre en esta recámara no mames. Desde cuándo que no haces el aseo. Jorge: (busca sus pantunflas entre el tiradero) - desde que mi relación con Andrea se fracturó, mi vida ha valido madres. Natalia: si ya me di cuenta parece un basurero este lugar. Regresaste a fumar? No mames Jorge. Ves como tienes esos pulmones, mi abuelo de 70 años tiene mejores pulmones que tú. Jorge: (tose) nunca jugaron con tu abuelo. No mames Natalia. No veniste a criticarme. O si? Natalia: wey, te lo digo por tu bien. Fumas demasiado. aquí no entra carmelita a hacer el aseo o que? Deberías dejarla pasar. Jorge: ay no mames! Fumo poco. Sabes que siempre he fumado, ahora no vengas con los mismos sermones que mi madre. Y no, carmelita ya no entra por qué luego me tira cosas importantes. Natalia: - cómo que cosas? (Agarra un retrato de Jorge con Andrea) esto (señala la foto) tiene que ir a la basura. Jorge: no mames Natalia, deja eso. Ve, que hermosa se ve en esta foto, su cabello dorado, su sonrisa, el pastel que nos comíamos. Esta foto es perfecta. Natalia: (Natalia hace una mueca de desaprobación) a ver cuéntame por qué fuiste a ver a esa culera? Si bien claro te lo dijo, ella ya no te quería ya no entrabas en sus planes. La hubieras dejado ahí. Viejas hay de madre Jorge. Jorge: pues si habrá de madre pero no como ella. Natalia: (recoje la basura) como ella? Wey como esa vieja hay muchísimas. Interesadas, egoístas, que solo piensan por ellas. Cabrón, tu no te mereces eso. No Mereces viejas como esas. Jorge: (arregla su cabello, se ve al espejo) no mames Natalia, eres la menos indicada para hablar de otras mujeres. O que, (ve lo que recoje Natalia) no, eso no lo tires. Eso lo estoy guardando para otra cosa. Natalia: (revisa la caja) es basura wey. Jorge: te recuerdo, que salías con un casado. Y que hasta te pidió matrimonio. (Jorge ríe) Natalia: (se acerca al espejo se arregla el maquillaje, el peinado) te dije cabrón, que no habláramos de eso. wey tu también pediste matrimonio; o que, de eso no te acuerdas? que me dijiste que la amabas y que ella no te iba a hacer las mismas chingaderas que te habían hecho otras viejas. Es más ni me recuerdes a ese tipo (Natalia juega con su cabello). Jorge: cómo se llamaba? (Ríe) Andrés? Esteban? Enrique? Con eso que te gustan puros casados. Natalia: cabrón! ( Le da un pequeño golpe a Jorge mientras ríen) Ya mencionaste a todos mis ex!. Ahora sí; cuéntame, el por que chingaos fuiste a verla. Jorge: pues fui, por qué cuando términos (prende un cigarro) seguíamos hablando. (Natalia interrumpe) Natalia: no mames Jorge, todavía no comes nada y ya estás fumando. no te hagas daño de esa manera eres un pendejo; Cómo pudiste haber hecho eso. Jorge: hacer que? Natalia: (frunce la boca) pues hablar con alguien cuando ya te terminó. Uno se despide y ya. No se queda esperando el milagro de dios. No seas tonto Jorge ya estás demasiado grande para que no te des cuenta. Jorge: (ríe) pues si pero tenía esperanzas, aún me decía que me quería. Natalia: ay no mames Jorge. Todavía le diste el lujo de que te humillara. Te hizo como quiso. Jorge: pues quedamos de hablar, nos citamos y ayer fue ese día. Natalia: y que te
dijo? Jorge: pues me dijo lo mismo. Que no quería estar conmigo que no me quería. Que quería a alguien más. Que era feliz con alguien más. Y que la dejara en paz. Por qué ella ya no se preocupaba por mi. Natalia: de verdad que estás pero si bien pendejo. Cabrón te pusiste de modo para que una vez más te pisoteara. Jorge: (suspira) pues si, osea; ya sabía que me iba a mandar a la chingada pero, yo pensé que cambiaría de parecer. Natalia: (ve a los ojos a Jorge) amigo, no hubieras ido. Ella seguramente ya tenía a alguien más cuando salía contigo, jugo con tus sentimientos no merecías eso. Jorge: no se que he hecho mal. Para conseguir estás chingaderas. He sido un buen hijo, he sido un buen compañero, he cumplido con mis cosas, me he superado. Estuve en Europa, he estado en otros lugares. Pero simplemente no se que pasa. Natalia: Jorge, levántate, levanta ese ánimo (acaricia la espalda de Jorge) Tú estás aquí llorandole a una vieja y ella por allá sonriéndole a cualquier cabrón que pasa. Te engaño, jugo contigo y que bueno que lo hizo ahora. No te digo que este feliz por qué te de dejo si no por que esto tal vez lo hubiera hecho cuando estaban casados y el golpe hubiera sido más doloroso. Jorge: no mames Natalia (Jorge empieza a llorar) yo la amo, la quiero; no merezco esto. Natalia: a ver cabrón, no te hagas el sufrido. Aquí nadie es el afectado. Tu te clavaste de más, no supiste y ella no supo amarte, solo jugo contigo o solo te uso para cojer (saca la foto del porta retratos) esto lo tienes que olvidar (señala la foto mientras la rompe poco a poco) eres más y mejor que ella. Natalia: ahorita seguramente ha de estar cojiendo con el otro cabrón y tú aquí llorandole, ten tantita dignidad wey ( le quita la cabeza al retrato de Andrea mientras lo va rompiendo poco a poco) Jorge: no mames Natalia no digas esas mamadas, seguramente ha de estar ocupada... (Natalia interrumpe) Natalia: si, ocupada chupándosela al otro wey. (Jorge la ve a los ojos, está enojado) Jorge: ósea Natalia, viniste solo a burlarte de mi? Viniste solo a restregarme en la cara que está cojiendo con otro que no soy yo? (Se retira un poco de Natalia y empieza a caminar en círculos) si es así, mejor vete. Estoy demasiado mal para que vengas y te burles. Natalia: (lo abraza por la espalda) no wey vine a apoyarte, a bajarte de tu cuento de adas por qué ella no es una dulce princesa. Estoy contigo por qué te quiero. Por qué me importas por qué me duele verte sufrir. Y me duele más que una pinche vieja te haga sufrir. (Se separan) a eso vine. Y aquí estaré para ti. Natalia: por qué nadie tiene derecho a burlarse y pisotear los sentimientos de los demás. Natalia: imagínate, (trata de tender la cama) si tu hubieras hecho lo que ella te hizo, también estaría aquí cagandote por qué eso no se hace. Jorge: deja ahí no mames (ríe) ahorita le digo a carmelita que suba y arregle esto. O si no ahorita que te vallas lo hago. Jorge: a ella se lo hicieron. Natalia: y si (acomoda almohadas) por más perra quiso experimentar haciendotelo a ti verdad. Natalia: aunque era de esperarse. Eres un pendejo. (Jorge le arrebata una almohada y le pega con ella). Natalia: wey! Mi peinado! No ves que me costó mucho hacerlo. (ríe) Es la verdad, eres un pendejo
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ohmygoshlilly · 3 years
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DEVOCIONAL
LA FALSA FELICIDAD DE MI CONYUGE Y LA PERSONA EXTRAÑA
Este es un tema que se que para muchos luchadores representa la línea entre el seguir luchando o tirar la toalla. Mas que todo porque se que cuando iniciamos este proceso estamos ansiosos y pendientes de la vida oculta y aveces pública de nuestros esposos y de la persona extraña que hoy esta a su lado. No cabe duda que el enemigo se aprovecha de nuestros sentimientos para caer una y otra vez en el masoquismo de autoflagelarnos con fotos, estados de whatsapp, mensajes e incluso llamadas de esa persona para hecharnos en cara que hoy se sienten vencedores porque logro arrancar de nuestro lado y de nuestra famila a ese miembro tan importante como es el conyuge.
Si eres una de estos luchadores que ha caido en desanimo por todo lo que ve y escucha de la vida de su esposo y la persona extraña (OM) y de la prosperidad que hoy el o ella parecen tener….solo puedo decirte…..DESPIERTA!!.
“No mirando nosotros a las cosas que se ven, sino a las que no se ven; porque las cosas que se ven son temporales, mas las que no se ven son eternas. 2 Corintios 4:18
En primer lugar debes entender que la decisión de pararte en la brecha no debe estar sujeta o depender del actuar de tu esposo, a lo que ves en redes sociales, o a lo que te pueden decir otras personas o a lo que te pueda decir tu propio conyuge. Porque eso seria basar la restauración de tu hogar y de tu familia sobre tierra movediza. Tu DECISION DE LUCHAR POR TU FAMILIA, debe ser por convicción propia, por amor a DIOS, por OBEDIENCIA, por tu confianza en el que todo lo puede. Me entristece mucho cuando leo comentarios de conyuges luchadores que dicen ya no aguanto mas, no puedo, el o ella se ve feliz …. Y yo aquí sufriendo. Quisiera traspasar la pantalla y sacudirlos para hacerles entender que TODO ESO QUE VEN…. Es FALSO. Tu le das poder al enemigo cada vez que declaras con tu boca mi esposo o esposa esta feliz!!. Crees en verdad que se puede ser feliz sobre las ruinas de tu matrimonio destruido por la mentira, el adulterio, el dolor de tus hijos. CLARO QUE NO!....Debes reconocer la diferencia entre APARENTAR SER FELIZ…. Y VERDADERAMENTE SERLO.
“Felices los que van por un camino intachable, los que siguen la ley del Señor. Felices los que cumplen sus prescripciones y lo buscan de todo corazón” (Sal 119,1-2)
Cuando un prodigo es quebrantado y su venda es quitada de los ojos ellos confiesan y cuentan como se vivía de ese lado de la montaña. Y Sabes que dicen todos : Que no dormían bien, que algo no les daba paz, que cada vez que hacían planes con esa persona todo se derrumbaba, que esa persona nunca estaba satisfecha con lo que tenían porque vivía preocupada que el o ella regresaran con su familia por eso muchas veces vemos como nuestros esposos se alejan, se distancian, es como si se olvidaran de esta parte. NO ES POR TI!... es porque donde el se encuentra debe cumplir o llenar expectativas, y como no tiene paz en si mismo quiere intentar conseguirla “DEMOSTRANDOLE” a esa persona que no debe temer, cuando el que mas TEME es el mismo.
En segundo lugar debes saber que si tu te dejas llevar por lo que ves, o escuchas y dejas de orar, buscas a otra persona o te embarcas en otra relación porque según entiendes mereces a ALGUIEN MEJOR QUE DIOS TE VA ENVIAR, entonces si no veras a Dios obrar en tu familia. Porque no podemos pedir a Dios algo y estar actuando o haciendo cosas contrarias a su voluntad. Estas saliendo en citas con otras personas? DEJA DE HACERLO!!. Portas aun tu anillo de bodas a pesar que tu conyuge se fue o se divorcio? SINO LO PORTAS, PONTELO! ¿Estas refugiándote en un amigo u amiga del sexo contrario en este momento doloroso? DETENTE!. ESTAS A TIEMPO, de poner ORDEN A TU VIDA. Y caminar conforme a lo que DIOS te ha puesto en el corazón QUE ES PARARTE EN LA BRECHA POR TU MATRIMONIO Y FAMILIA independientemente de cuan dura o difícil sea la PRUEBA.
En cuanto mas pronto aceptes tu cruz, la cargues y persistas con la lucha por tu matrimonio, y dejes de quejarte o buscar salidas fáciles, mas pronto saldrás del desierto. Nadie dice que será fácil, pero tu padre celestial te dice PARA MI NADA ES IMPOSIBLE!.
Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. ¡Pecadores, límpiense las manos! ¡Ustedes los inconstantes, purifiquen su corazón!. Santiago 4:8
Con la perseverancia en Dios
Edwina
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you-moveme-kurt · 7 years
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Glee «He is the best»
Diciembre de 2040
-¡Uy papá!, ¡que guapo!... ¿cual es al ocasión? —preguntó Lizzie llegando a la sala de improviso, Kurt estaba parado frente a uno de los ventanales con las manos en los bolsillos mirando hacia la calle. -¡Cariño!... —exclamó girando sobre uno de sus pies— ¡pero que maravillosa sorpresa!... ¡y aun tienes las llaves! —dijo mientras caminaba hacia ella con los brazos abiertos. -¡Ay Papá!, me fui hace como dos días… ¡hola! -Mas bien hace cuatro meses cariño… ¿como estas? —quiso saber su Papá mientras la abrazaba y besaba. -Bien, super bien… mira… —dijo apartándose para señalar a su acompañante— ¿te acuerdas de Vincent Mcginnis?... —añadió la chica haciéndole un par de gestos su novio para que se acercara, este lo hizo en cámara lenta y limpiándose las manos en el pantalón, tal y como lo haría si se enfrentara a una autoridad extra importante. -Por supuesto… ¿como estas Vincent?... —dijo Kurt estrechandole la mano. -Muy bien Señor Hummel, y su hija tiene razón, se ve muy elegante… —dijo el chico apuntándolo de arriba a abajo. -Gracias… ¿como estas? -Bien… aquí, acompañando a mi novia en sus tareas domésticas… —contesto riendo. -¿Tareas domésticas?... —repitió Kurt mirando a su alrededor— ¿que paso cariño? -La lavadora del edificio de nuevo se daño… ya deberían saber que las zapatillas no se meten en las maquinas… ¡hola!... -¿No tiene un comité o algo ese lugar? —dijo Kurt invitando a todos a sentarse. -Lo tiene… pero yo no tengo tiempo de andar en reuniones… —contestó Lizzie dejándose caer como saco de papas.
-Pues deberías de hacerte el tiempo cariño, después de todo es por tu propio bienestar. -Yo se lo he dicho Señor Hummel, pero… -Pero que… —interrumpió la chica de inmediato mirando a su novio con mala cara. -Pero… pero… ¡pero nada!… —exclamó Vincent dandole un pequeño beso como de arrepentimiento— Señor Hummel, mi Mamá esta encantada con su nueva obra… no puede esperar a acabe el receso de las fiestas para volver a verla… —añadió cambiando de tema. -Gracias… me halaga escuchar algo así … dile que luego de año nuevo volveré con nuevos bríos a mi personaje. -Se lo diré… -Y bien jóvenes enamorados… ¿planes para año nuevo? -Vincent se va a Brasil… —dijo Lizzie blanqueando los ojos. -¿En serio?... —añadió Kurt mirandolos a ambos— ¿no estaran juntos para media noche? -No… y no crea que no lo siento, pero con mis amigos hemos planeado este viaje por casi un año… incluso antes de conocer a Lizzie… -Fue lo primero que me dijo… — agregó la chica haciendo mas muecas— pero no vinimos a hablar de eso… ademas yo estaré aquí con mi familia y después me iré de fiesta a donde sea… —dijo en tono de venganza, Kurt rió por lo bajo al ver la actitud de su hija— ahora bien… Papá, ¿puedo usar la lavadora de aquí?… por favor dime que si que no tengo suficientes monedas para lavar todo esto… —terminó por decir dándole una patada al bolso que tenia a un costado del sofá. -Por supuesto que si… ¿ya cenaron? — Lizzie dijo si y Vincent no— ¿cual es la verdad?... —agrego Kurt mirándolos de manera alternada. -La verdad es que si cenamos, pero algo tan liviano que igual quedamos con hambre… -Pues no se diga mas, quedo mucho de nuestra cena, y si no les gusta, pueden ordenar lo que deseen. -¡Ya Papá te súper amo!... —exclamó Lizzie dando aplausos y pisotones en el suelo— ¿por qué estas de tan buen humor? -Porque voy a una reunión extra importante que puede ser vital para mis pretensiones de montaje de la próxima temporada. -¿En serio?, ¿y a que hora y con quien? -A las 8, y con la cuñada de Rachel… -¿Y esa persona tiene influencias? —preguntó Lizzie acomodándose sobre el hombro de su novio. -Las tiene cariño, más de lo que yo imagine… -Espero y te vaya super bien… —dijo Lizzie poniéndose de pie, tomo su bolso con la ropa sucia, se lo colgó al hombro y quedó como doblada por el peso, Vincent se adelantó a corregir aquello tomándolo de inmediato y con una sola mano, Lizzie sonrió coqueta y se le quedo viendo un par de minutos como embobada olvidando totalmente lo de Brasil y el año nuevo— ¿a que hora se van? —pregunto como reaccionando. -En cuanto llame a Julianna, esta en una reunión o cumpleaños, o no se que cerca de aquí, me pidió que le avisara cuando estemos por irnos. -¡Ay Papá!, nada que ver que interrumpas a Julianna en lo que sea que esta haciendo… ¡hola! -Es su trabajo cariño… —dijo Kurt cruzando una pierna sobre la otra. -Aun asi… no la llames… nada que ver… -¿Y quien se quedara con tu hermanito?, no puedo faltar a esta reunión, es importante para mi. -¡Ay si se!… yo me quedaré… es decir, nos quedaremos... ¿verdad Vincent? -Obvio… a mi me encantan los niños… —respondió el aludido haciendo un gesto como de complicidad con Kurt y con su novia, Lizzie volvió a lo de la mala cara. -¿Segura cariño? -¡Obvio!... mira todo lo que tengo que lavar… yo me encargo… -Muy bien… gracias entonces… -No hay problema… ¿el «Papáblen»? -Esta con tu hermanito… aun sin terminar de arreglarse por cierto, pero como estamos «ad portas» de terminar el año… no haré un escándalo al respecto… -¿Seguro?... ¿a pesar que son las… 7?... —dijo Lizzie mirando al hora en el reloj de su novio. -¡¿Las 7?!...—exclamó levantándose de un salto— creo que mi paciencia llega hasta aquí… permiso cariño… gusto en verte Vincent… —agrego sonriendoles a ambos.
-«Papáblen», ¿es verdad que hoy verás a Barbra St James Berry?... —pregunto Noah mientras se metia entre las sabanas junto a «Desmond». -Muy verdad hijo… ¿por qué lo preguntas?... -Porque quería comprobar si era verdadero… -Lo es… —dijo Blaine arropandolo— iremos a su casa a una reunion, asi es que lo mas probable es que ella esté allí también. -Barbra St James Berry también esta en la escuela, cuando la vi me contó todo al «respepsto» —dijo Noah como si Blaine no supiese eso. -¿Estas hablando en serio hijo?... pense que era muy pequeñita para estar estudiando. -No lo es… tiene un año menos que yo, como yo con Liverpool Westbrooks Stewart pero al reves. -Es verdad… excelente asociación… ahora… —dijo Blaine una vez que termino de acomodar todos los cobertores— ¿quieres que leamos algo?... ¿no?... —añadió al ver que el pequeño enchuecaba la boca como si no terminara de decidirse. -Mejor le digo a Julianna, ya que aun no tengo sueño… -Como quieras hijo… ¿te portaras bien?...—pregunto luego de darle un beso en al frente. -El siempre se porta bien… —dijo Kurt respondiendo por su hijo al tiempo que entraba a la habitación— ¿cepillaste tus dientes bebé? —quiso saber acercándose a la cama. -Si… el «Papáblen» me los «impepsiono»… —respondio Noah señalando a Blaine. -Pues él es el mejor, en eso y en todo… —opino sentándose Blaine sonrió y le guiño un ojo enamorado— son las 7 y 30… —dijo mirando a su esposo, este vio la hora en su reloj y lo miro de vuelta con cara divertida mostrándole que faltaban casi 25 minutos para eso— esta bien, exageré un poco, pero es porque no quiero llegar atrasado… esto es importante para mi… —dijo haciendo un puchero. -Lo sé… —respondió Blaine dándole un beso, Noah se oculto tras «Desmond»— ire a ponerme la corbata…. —dijo levantandose. -¿Que tal si vas sin ella?... -¿Si?... —preguntó mirándose— ¿no será demasiado informal para la Señora St, James y su importante rol en el mundo de Broadway? -No lo es… te ves muy guapo asi… ademas es Señora Ainsworth, recuerdalo. -Ok… ire al baño entonces… llama a Julianna… —advirtio desde la puerta. -No será necesario… —dijo mientras corregía la posición de uno de los cobertores. -¿Como? -Que no sera necesario, Lizzie esta aqui y se ofreció a las labores de niñera... -¿Mi Princesa?... ¿en serio?... —dijo Blaine mirando hacia el pasillo. -¿Lizzie Anderson Hummel esta aquí? —añadió Noah queriendo salir de la cama. -Sin levantarte cariño… luego ella vendra a saludarte —advirtió su Papá, el pequeño volvio a acostarse como si se desinflara de a apoco. -¿Que esta haciendo aqui? -Vino porque la maquina lavadora del edificio de nuevo se descompuso… y al parecer no tenía suficientes monedas para la lavandería. -Que divertido… la saludo y nos vamos… —dijo su esposo acercándose a Noah. -Ok… —añadió Kurt mirándolo despedirse del mas pequeño de sus hijos, le deseo que pasara una buena noche asegurándole que sus sueños serían estrellas y que por la mañana estaría a su lado cuando despertara.
-¿Recuérdame por qué estamos aquí? —pidió Blaine mirando desde el auto el departamento de Rachel en el engreído barrio Flatiron. -Porque esto es importante para mi compañía y como me amas más que a nada, básicamente no te quedó otra… —dijo Kurt deteniendo el auto. -Muy cierto… —añadió su esposo mirándolo con ternura. -Te prometo que pasarás un buen rato, si la hermana de Jesse resulta ser una pesada, siempre podemos refugiarnos en Rachel —agregó quitando la llave, Blaine lo miró ceñudo como si aquella opción no fuera garantía de nada— bueno… en Barbra por último, lo más probable es que haya ensayado algo que quiera cantar frente a todos. -Lo más probable… —repitió Blaine quitándose el cinturón de seguridad un poco resignado a su suerte— recuerda lo que me prometiste…. —añadió mientras se bajaba. -Señor Anderson-Hummel… ¿por quien me toma? —dijo Kurt cerrando la puerta del auto. -¿Por el mas guapo de todos?… —contestó su esposo como cantando. -Además de eso… que es cierto e irrefutable por supuesto… —agrego levantando una ceja engreido -Por supuesto… -Sabes bien que lo que prometo… lo cumplo… —sentencio rodeando el auto. -Lo se… pero siempre es bueno recordar cosas… antes que caigas rendido en un sinnúmero de halagos y promesas de fiestas increíbles... -Te prometi que no aceptaría ninguna invitacion para año nuevo, porque tenemos nuestro panorama que incluye una cena familiar y una pelicula con un guapo pequeñito de 6 años —respondió acercandolo a el por la corbata, luego sonrió y lo beso. -Ok.. —dijo Blaine dejándose llevar. -OK… —repitió Kurt tomandolo de la mano para caminar con él hacia la casa de Rachel. -¿Traes todo ensayado?... -Perfectamente, todo mi discurso, todas mis cifras… solo espero que esta persona no sea pedante como lo fue Jesse un tiempo —respondió Kurt subiendo la escalera de la entrada. -Aunque sea como el, seguro y no puede resistirse a tus encantos y la terminas convenciendo de lo que sea —dijo Blaine haciendo ademán de llamar a la puerta. -¿Encantos?... en plural… —agrego Kurt sonriendo con picardía. -Exacerbadamente en plural… —sentencio su esposo acercándose, Kurt sonrió con más ganas y se mordió el labio expectante, retrocedió un par de pasos hasta que sus talones se encontraron con la puerta y acortó distancia con los labios de quien tenía enfrente, Blaine tomo aire haciéndose esperar y rozo su nariz con la de él antes que nada. -¡Por dios!, este preludio inagotable es algo que me encan... -¡Chicos!... —exclamó Rachel abriendo la puerta de manera inesperada interrumpiendo con ello el momento romántico, Kurt blanqueo los ojos antes de darse media vuelta y simular una sonrisa para equiparar a la de su amiga que iba más allá que de oreja a oreja.
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you-moveme-kurt · 7 years
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Glee «The Avengers»
Octubre de 2035
-Creo que este es el Halloween donde nos ha ido mejor, ¡el mejor de todos!… —dijo Henry mirando los dulces dentro de su bolsa, los contó mentalmente y sacó una barra de chocolate para comérsela de inmediato. -Solo lo dices porque tú escogiste los disfraces Henry… ¡hola! —respondió Lizzie abriendo la puerta del edificio para todos. -¿Y me vas a decir que no te gusto el personaje de «Los Vengadores» que escogí para ti? —agregó su hermano haciéndole unas cosquillas. -¡Obvio que me gusto!... aunque sean del año no se cuanto, nunca me había visto tan extra super sexy… —dijo la chica bajando un poco más el cierre de su traje negro de una pieza. -¡Lizzie!… —advirtió Kurt dándole una mirada de reproche ante tanta exhibición. -¡Ay Papá!, ya estamos aquí y todo… ¡hola!... ¿quien me va a ver?... ¿el Señor Jenkin? —dijo la chica señalando al portero— que a todo esto, ¿por que no esta disfrazado?, el super extra entusiasta —agregó con las manos en las caderas. -Esta disfrazado cariño, no te equivoques… —respondió Kurt entrando, miró de reojo a su esposo que hablaba con un par de sus admiradoras y luego se acercó a su hija para subirle el cierre hasta casi ahorcarla, Lizzie hizo par de arcadas bien divertidas.
-Pero si esta con su ropa de portero de siempre —hizo notar Henry quitándose la mascara de «Ironman» para mirarlo con más detenimiento. -No del todo… se disfrazó de portero si, pero de hotel… no de edificio… —contesto Kurt tambien mirandolo, sus dos hijos dijeron «oh» al unísono para luego mirarse el uno al otro y soltar una gran carcajada. -Igual se esforzó en ser original… —opino Lizzie entre risas— ¡súper Señor Jenkin!... —exclamó mostrando los pulgares arriba, el portero del edificio saludo a la distancia y siguió lidiando con una media docena de niños que exigían dulces a grito pelado, Henry volvió a reír y su hermana aprovechó para volver a bajar el cierre de su traje de «Black widow» otro par de centímetros. -Blaine… ¿puedes decirle algo a tu hija por favor?... —dijo Kurt al tiempo que se quitaba el casco y la peluca rubia de «Thor». -¿A quien? —pregunto este entrando luego de firmar un par de autógrafos, cargaba a Noah en uno de sus brazos y en el otro las bolsas con dulces del pequeño y la de Lizzie, además de un porta flechas en la espalda y un escudo redondo y tricolor en la mano, a él le había tocado ser «Hawkeye» y a Noah el personaje de «Captain America» -A tu hija… -¿Sobre que?... -Sobre su comportamiento… mira ese cierre, esta como 10 centímetros más abajo de lo que aconseja el pudor. -Princesa… un poco de recato si no quieres a que tu Papá le de otro uso a su «Mjolnir» —dijo Blaine mirando a su esposo, este levantó su martillo cuadrado e hizo ademán de dar unos cuantos golpes, Lizzie se escondió tras su hermano mayor y les enseñó la lengua a ambos. -Tengo lo que que tengo debería poder mostrarlo… ¡hola!... —argumento asomando la cabeza por un lado de su hermano. -Creo que tienes bastante poco «Rizzie»... —dijo Henry sonriendo. -¡Oye!... —exclamó dándole un manotazo— ¿que clase de comentario es ese?, merezco un respeto… ¿verdad «Capitán Goblin»? —dijo abandonando su escondite para hacerle caras a su hermano, Noah le entregó el escudo como si la consolara mediante un regalo— gracias «Goblin»… creo que si Natasha hubiera dormido con Steven se habría llevado esto como recuerdo… —añadió Lizzie poniendo una cara sexy con el escudo delante de ella. -¿Estas como quieres?, ¿no Lizzie Anderson?… —agrego Kurt comenzando a avanzar hacia el ascensor. -¡Es este traje!, ¡no es mi culpa!… ¡es de Henry que eligió los personajes! -A mi no me culpes, si bien yo elegí los disfraces de todos, solo tu actuas como desquiciada… —dijo Henry arrancándose de su hermana para evitar más golpes, Lizzie lo siguió para no quedarse con las ganas. -¡No corran!... por muy festivo que este todo, no creo que al Señor Jenkins le agrade la idea que corran por el «hall» -¿Por que no se disfrazó?... —pregunto Blaine tratando de sujetar a Noah entre sus brazos, desde que había dado sus primeros pasos, lo único que quería en el mundo era caminar para donde fuera. -¿Quien? -El Señor Jenkins… —agregó señalando con la mirada al hombre en cuestión. -Esta disfrazado de portero de hotel… ¿no ves que lleva sombrero de copa?... —advirtió Kurt sintiendo que era el único que había entendido el disfraz del Señor Jenkins, Blaine dejó escapar el mismo gesto de sorpresa que su hijos y se le quedo viendo un instante— ¿todo bien allá afuera? -¿Te refieres a la calle? -No… me refiero a esas dos mujeres enloquecidas que te abordaron… —pregunto mirándolo como si Blaine hubiera sido acosado sexualmente en plena Fifth Av. por un centenar de mujeres lujuriosas. -No diría que enloquecidas… —respondió Blaine llegando al ascensor— más bien fueron bien amables, incluso aceptaron no tomar fotos de Noah. -La ley no permite que tomen fotos de Noah, no les des crédito que no les corresponde… —dijo Kurt negando con la cabeza. -OK… —dijo queriendo reír— ¿ya llamaron al ascensor hijos? —pregunto mirando a Henry y Lizzie que seguian dandose pequeños golpes en diferentes partes del cuerpo. -Si… aunque Lizzie quiere seguir mostrando sus atributos inexistentes, ¡mirenle el escote!. -¡Callate Henry!... ¡uy!... si no tuvieras puesto este traje de no sé cuántas capas de polietileno te juro y te haría daño. -Compostura hijos… gracias… —advirtió Kurt entrando luego de ellos en el elevador, se paró en medio de ambos como queriendo parar el desorden, Lizzie siguió con los piquetes, esta vez a espaldas de su Papá— te estoy mirando Lizzie Anderson… ¿que sucede con ustedes? -Y eso que no comieron tanta azúcar… —dijo Blaine al tiempo que entregaba a Noah a su esposo y presionaba luego el número 13, el pequeño junto sus manitos y dio un bostezo extra grande, Kurt le quitó el casco con antifaz y el pequeño de inmediato se restregó los ojos y el pelo como si hubiera estado esperando aquello toda la noche, luego se acomodo en el hombro de su Papá y se dispuso a acabar con la pereza que parecía y le había invadido de pronto— ¿yo tengo las llaves? —agregó como pensando en la posibilidad de que no. -Las enganchaste en una de las flechas «Papáblen» —se adelantó en responder Henry riendo de su hermana que trataba de ponerse la máscara de «Ironman» a pesar de su conocido extra voluminoso cabello. -Es verdad… —recordó este tratando de alcanzarlas, levantó uno de sus brazos hasta conseguir tomar lo que él creía y eran las llaves de la casa, todos los músculos de su brazo se exacerbaron así como el deltoide del hombro que llevaba descubierto en su traje sin mangas, Kurt se le quedo viendo como hipnotizado. -¿Tienen planes para esta noche?, ¿verdad?... ¿cariños?... —preguntó sintiéndose repentinamente entusiasmado. -Yo si Papá… tenemos la fiesta de la que les hable hace días —respondió Henry desempacando otro chocolate. -Perfecto… ¿que hay de ti Lizzie?... —agrego Kurt disimulando como pudo las ganas repentinas que le habían dado de quedarse a solas con su esposo. -Tambien… —respondio tras la mascara de «Ironman», Alaska organizó una de lo más sensacional… ¿puedo llevarme tu máscara Henry? -¿Que?... ¡no! -¿Por qué no? -Porque la necesito para mi disfraz… -¡Ay Henry!, bien sabes que Tony se la quita en ocasiones… -No esta vez hermanita, ademas, ¿que tiene que hacer «Black Widow» con la mascara de «Ironman»? —advirtió tomándola de vuelta. -Nada… pero habría sido de lo más entretenido… —agregó la chica desordenando sus rizos— ¿me puedo llevar el escudo del «Goblin» entonces?... miren que bien me queda… —dijo mirándose en una de las paredes espejadas, Blaine sonrió mirando a su hijos y Kurt seguia mirandolo a él. -Mejor te quedas con lo que le corresponde a tu disfraz y listo Lizzie Anderson… -¡Pero Papá!... taparia mi escote… —dijo subiendolo a la altura del pecho. -Entonces mejor te lo llevas, no vaya ser cosa que te de por exhibicionismos de nuevo. -No puedo garantizar eso… —agregó Lizzie probando unas tres ubicaciones diferentes para el escudo sobre su cuerpo, Kurt no pudo evitar sonreír y le dio un pellizco en la mejilla— Papás… ¿que hay de esa historia de que hay departamentos ocultos en este edificio? —preguntó Lizzie mientras miraba los números de los pisos que iban dejando atrás. -No es una historia Princesa, es la verdad. -¿En serio?... ¡como un misterio y todo!… -No es un misterio «Rizzie», todos los edificios tienen ese tipo de departamentos, cuando la demanda crece, los habilitan… —explicó Henry abriendo la reja del ascensor. -¡Uy el futuro arquitecto!… ¡uy!… —exclamó la chica en tono burlón -Aún no soy eso… ni siquiera me decido por una universidad… —dijo el chico como lamentándose. -Hay tiempo para todo hijo, estoy seguro y tomarás la mejor decisión… —agregó Blaine poniéndole una mano en el hombro, abrió la puerta para todos y se quedó a un costado del umbral para que su familia entrara antes que él. -Por supuesto que hay tiempo, y tranquilidad para tus padres si eliges una de las excelentes universidades que hay New York por ejemplo… —dijo Kurt al pasar por su lado. -Papá, sabes bien que la NYU tiene de todo menos arquitectura... -No solo existe la NYU cariño, piensa en Columbia por ejemplo… o la City College… —advirtió dejando todos su accesorios de Thor en manos de de su esposo— iré a poner a Noah en su cama… no vuelvan muy tarde y sean prudentes… —advirtió señalando a sus hijos mayores. -¡Ay Papá!... lo sabemos… ¡hola! —respondió Lizzie blanqueando los ojos. -Nunca esta demás un recordatorio, despídanse de su padre… —añadió haciéndoles una seña para que se acercaran, ambos le dieron un beso a él y otro Noah que no pensaba en despertarse por nada ni por nadie. -Iré a llamar a Alaska, dijo que me vendría a buscar, asi es que le diré que venga de inmediato… —dijo Lizzie ecaminandose hacia su dormitorio, tomó la bolsa con sus dulces y se fue contandolos a medida que avanzaba., Blaine dejó el resto de las cosas a un costado de la puerta, incluido el porta flechas. -¿Eso que dijo el Papá no es del todo cierto?... ¿o si «Papáblen»?, ¿lo de la tranquilidad? -No lo creo… ademas tu Papá aceptara el lugar que elijas… -¿Si?... ¿seguro?... -Claro que estoy seguro… ¿por qué la pregunta?... un momento… —dijo deteniendo su andar— ¿acaso ya tienes decidido dónde estudiaras? —pregunto mirándolo a la cara. -No… es decir… no se lo digas la Papá… -No puedo hacer eso hijo lo sabes desde siempre… —dijo Blaine abrazandolo por sobre los hombros. -Lo se… -¿Ya tienes decidido entonces donde estudiaras? —preguntó avanzando con él hacia la sala. -No… pero el otro día vinieron de algunas universidades a mirar a los deportistas destacados para ofrecer becas y ese tipo de cosas, pero como el «soccer» sigue siendo de «segunda» categoría, nos pasaron por alto a todo el equipo, pero con Liang igual preguntamos porque entre las visitantes estaba la universidad de Philadelphia que tiene el mejor programa de arquitectura de todo el país, la persona vio mis notas y me dijo que tenía posibilidades de entrar de los primeros… -Hijo… —dijo Blaine deteniéndose— eso es fantástico, ¿por qué no nos habías contado? -Porque quien me lo dijo era un chico que creo y era hasta menor que yo… si bien comprobó la información en una computadora que tenía, prefiero averiguar mis posibilidades reales primero… -Muy sabio de tu parte… ¿asi que Philadelphia?… —repitió Blaine desbordando orgullo. -Si… ¿crees que el Papá le darán tres ataques? -Yo creo que le darán cinco —corrigió riendo— pero como te dije terminará aceptando tu decisión… ¡por dios!... ¡están tan grande!, ¡y estoy tan orgulloso de ti! —exclamó abrazándolo— ambos lo estamos… -Gracias «Papáblen»… —respondió su hijo apretandolo con más fuerza. -¿Que están tan abrazados?... ¿me perdi de algo? —preguntó Lizzie volviendo de su cuarto. -No te has perdido de nada Princesa…—respondió Blaine soltando a su hijo— ¿hablaste con Alaska? -Si… ya esta por llegar con su Mamá, la esperare abajo… —dijo mirando a Henry como si pensara que él y Blaine le ocultaban algo— adiós «Papáblen» —agregó dándole un beso. -Adios Princesa… llama en cuanto llegues a la casa de tu amiga. -Lo haré… adiós Henry… saludos a Amelia… —añadió moviendo sus cejas, Henry repitió lo que le dijera su hermana en un tono infantil y divertido para luego despedirse de Blaine. -¿También te vas hijo? -¿Te vas Henry?... porque si es asi, mejor salimos juntos, eso de que hay un departamento oculto me causa un poco de escalofríos… ¡hola! —dijo Lizzie mirando hacia el pasillo mientras hacía un tiriton con todo su cuerpo. -Si… con los chicos nos vamos a juntar en el Washington Square Park… —respondió el chico mientras se texteaba con sus amigos -¿En serio?... ¿y a esta hora?... —dijo Blaine mirando la hora en el reloj del recibidor sus dos hijos lo miraron con cara de impacto divertido— Ok, eso sonó como algo que diría tu Papá… —agregó riéndose de sí mismo— ¿ten cuidado?, ¿bueno? -Lo tendré, y no te preocupes, tomaré el autobús… —agregó dándole un beso de despedida. -Si quieres le digo a la mamá de Alaska que te lleve… -¿En serio «Rizzie»?... no quiero molestar.. -¡Ay Henry!, ¡nada que ver!… ¡hola!... además la Señora Von Grimmelshausen es tanto o más paranoica que el Papá así es que… -Princesa… —interrumpió Blaine con voz de regaño. -¡Ay esta bien!… la Señora Von Grimmelshausen es tanto o más PREOCUPADA… que el Papá —corrigió la chica poniendo acento extra en lo de preocupada— así es que te dejará sentado sobre el «arco de triunfo» con cinco guardias vigilandote, por lo tanto no habrá problema y para qué hablar de Alaska que estaría feliz de verte así tan musculoso… —agrego Lizzie volviendo a lo de mover las cejas. -Ahora soy yo el que siente escalofríos… —dijo Henry mirándola con los ojos bien abiertos. -¡Tonterías!… —exclamó jalándolo de un brazo— ¡nos vamos «Papáblen»!, ¡te super amamos!… —terminó por decir la chica haciendo señas de despedida bien estridentes. -¡Tengan cuidado y llamen!...—alcanzó a decir Blaine antes que al puerta se cerrara.
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