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tierramestiza-1990 · 2 months
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Vení a lavar los platos...
Empiezo este texto ya más tranquila y con la emocionalidad de las palabras que hace unos días me decía una amiga:
“A veces solo necesitas que alguien llegue a tu casa y te lave los platos…”
Admitir que estamos pasándola mal es también admitir que no podemos más, que el dolor, la tristeza o la situación que nos atraviesa sobrepasa cualquier ánimo de querer levantarte, de abrir la computadora, de tomar el teléfono y llamar, de cocinarte, de no poder estar para nadie.
El último mes ha sido muy difícil; el trabajo sigue escaso, los cambios de vida me piden cambios fuertes y todo es mucho y a la vez, me rebasa. A esto se suma que hace unas semanas murió mi prima mayor (mamá de mis primitas desaparecidas hace 2 años y encontradas asesinadas hace 1 año), el impacto y el shock de mi primita que queda sin sus hermanas y sin su madre en un sistema de violencia estructural me mostró sus colmillos con sangre y su parte más oscura y dolorosa sin poder entender y procesar….
Desde ese día hasta hace unos días me puse en modo automático “hay que hacer, hay que mover, hay que resolver, hay queeee….” esa sigue siendo mi forma, “HACER PARA QUE NO ME DUELA TANTO.”  ¿Pero qué haces cuándo el dolor supera la realidad, cuándo tu cuerpo te pide parar, cuándo, aunque querrás ya no podes moverte de tanta rabia o tristeza?
Pues paras y te derrumbas; me derrumbe en la cama, me derrumbe en la ducha, me derrumbe en el mercado, me derrumbe viendo una serie, me derrumbe con la niña que vende dulces y puede ser mi realidad más cercana, me derrumbe frente a mi familia y entre las paredes de mi casa, me derrumbe con rabia en el lado derecho de mi corazón, me derrumbe ante eso que no puedo cambiar, pero me sigue atravesando y estoy cansada, desgastada. Me derrumbe porque permitir derrumbarme significa que ya no puedo con ciertas cosas y otras deben cambiar…
Claro, CAMBIAR no significa que “el sistema va a cambiar solo con mi deseo” OJALÁ SE PUDIERA.
Hoy sé que no puedo cambiar lo que este sistema de violencia estructural me quito, nos quita todos los días en oportunidades para unos cuántos y no para todos, en los que tienen privilegios y pueden tener el privilegio de no querer cambiar “el poder” porque los acomoda la desigualdad. No puedo cambiar el desgaste de subir un bus 3 hora en medio del tráfico y el calor, no puedo cambiar el clasismo y el racismo que se reproduce en todas las relaciones de poder, no puedo cambiar la migración y sus efectos directos y colaterales, no puedo cambiar las lógicas de violencia de las pandillas cuándo las pandillas son el producto de un sistema que tiene de rodillas a los lugares más vulnerables de este territorio; sin parques, sin verde, sin trabajo, sin sueños pero que se llevó sueños y miradas de niñas que amaré por siempre y para siempre, de una madre que solo esperaba ver regresar a sus hijas…..
Las personas dicen: ¿qué necesitas?...
Compas a veces es tan fuerte el dolor que no sabemos que necesitamos, pero con lavar los platos “esta bien”, porque lavar los platos, llevar comida caliente, compartir y hacerte cargo de tus privilegios, enviar un mensaje de amor aunque no te responda significa que estas allí, sosteniendo el corazón, la vida y la resiliencia en tiempos de profundas injusticias estructurales…
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tierramestiza-1990 · 9 months
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Hoy lloré tanto que mientras hacía huerto regué la tierra.
Mi agua se hizo una con la tierra,
yo me regué por dentro
y volví a la tierra para renacer....
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tierramestiza-1990 · 10 months
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Durante toda mi adolescencia y los 20's escribí en un blog anónimo las historias de los amores lésbicos, los dolores, las transformaciones que me trajo el feminismo lésbico y el aprender a amarme a través de esas otras que me enseñaron el amor por una mujer.
Voy a postear poco a poco en este nuevo blog los poemas que recuerdo con mucho cariño y amor de esas experiencias que cambiaron mi vida como mujer lesbiana, como mujer frente a otra mujer.
Amar mejor, sanar en el amor por el amor.
Aquí el primero,
"Porque vos ya te fuiste"
Fecha imprecisa, como el tiempo
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tierramestiza-1990 · 10 months
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Cuidar a mi mamá y que ella me cuide
Hace algunos años, varios ya, estuve en un encuentro que se llamaba "Ser madre de nosotras mismas", bueno, no recuerdo bien el nombre pero se trataba de eso, de ser nuestras propias madres. En ese tiempo empezaba a tener los grandes choques del cuidado conmigo misma, los cuidados que socialice como mujer y los que no conocía aún. Mis tantos descuidos conmigo misma también. De ese tiempo para acá muchas cosas han cambiado, muchísimas en mi vida y hace unos días en el compartir a solas con mi madre en la que hoy es mi casa, me di cuenta de cómo ha cambiado mi relación con el cuidado en mi vida y hacia la vida.
Si hago un poco de memoria el primer cuidado que conocí en la vida fue "cuidar a mi madre" en tiempos de enfermedad. Con el pasar del tiempo y mi vida he ido descubriendo entonces mi relación con el cuidado replicandolo en mis relaciones de familia, de pareja, de amistad, de trabajo, etc. Tener que sentarme a llorar para transformar mis formas y relaciones con el cuidado
"escuchar cómo cuidar, pedir que me cuiden, cuidarnos.."
Recuerdo la otra vez que en la mesa compartiendo con familia de amigos hablábamos de "que significa ser el primer hijo, el mayor", "el menor", "el de en medio". Y eso me lleva a la relación que en el último año he tenido con el huerto comunitario que tenemos en casa, desde el pilón que cuidamos del sol, la lluvia, el aire, hasta la milpa que hoy parece un bosque. Ni una, ni otra planta, semilla, árbol es igual...
¿Cómo entonces va ser el cuidado algo igual para todes? ¿Cómo construimos un cuidado colectivo de ida y vuelta en dónde cada quién tenga su propio tiempo y espacio sin exigirle? ¿Cómo sanamos cuidándonos desde otros lugares?
Eso me lleva a la sonrisa de mi mamá estos días, a sus manos llenas de tierra en el huerto, al plato de comida caliente en la mesa de mi casa, a la caminata larga en la que hicimos paradas porque hoy sus rodillas tienen otro tiempo, a la espera larga que termino para que hoy tengamos nuestro propio espacio, lugar y tiempo juntas, al cuidado que nos merecíamos mutuamente sin exigirnos cambiar a la otra, a esta nueva relación que brota.
El cuidado es algo que me hubiera gustado aprender de otra formas, no teniendo que ser "mamá" de niñe, ser hermana mayor, ser la primera lesbiana abierta de mis dos familias, ser la primera mujer, prima, hermana que se va de su casa estando soltera. Viviendo borracheras, depresiones, crisis y momentos duros para valorarme, pero de algo estoy segura y es que todo lo anterior me hizo ser quién soy hoy.
Aprender a poner límites con amor, a irme con amor porque es hora de irme en relaciones que dejaron de ser cuidadosas o quizás nunca llegaron al cuidado mutuo. A soltar la vergüenza y el miedo para pedir cuidados y ser capaz de escuchar lo que me piden aunque a veces no pueda darlo y me cueste el doble que a los demás. A confiar, abrirme, abrir el corazón y cuidar el corazón de les otres.
¿Cómo cuidar un corazón que te abre su corazón? El cuidado es el primer acto de amor propio. Y antes de cuidarnos mutuamente es precisos amarnos a nosotres mismes.
Así que luego de un baño de hierbas, tomar té con mi madre y cuidar la milpa que hoy nos crece en mi casa me doy cuenta del valor de darle su tiempo al cuidado, a estar preparades para cuidarnos en colectivo. Unos estarán listos para hacerlo y quizás otros nunca lo estén por que las heridas del no cuidado son tan profundas y eso está bien.
Entonces me viene este sentimiento: "Yo si quiero cuidar a mi mamá y que ella me cuide, seguir recuperando y recibiendo el cuidado que tanto nos quito nuestra historia pero hoy renace como la milpa y al recoger la cosecha de nuestros cuidados en el hoy. Porque es de allí en dónde empieza la sanación, en nuestras raíces, el origen.
Al amor, al cuidado propio y colectivo mis infinitas gracias siempre porque me han hecho vivir mejor...
Jun lajuj imox
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tierramestiza-1990 · 1 year
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Sigo eligiendo el AMOR,
sigo eligiendo ser una LESBIANA SIN MIEDO…
De niñe me pregunte muchas veces que significaba ser LESBIANA, escuchaba frases como “SER MACHORRA”, “SER MACHA”, “SER MARIMACHA”, pero luego escuche “SER LESBIANA POLÍTICA”: allí y desde aquí quiero empezar este texto. Porque no es lo mismo vivirse lesbiana que LESBIANA POLÍTICA sin saber lo que eso significa en las profundidades y rupturas con las estructuras sociales de un país conservador como Guatemala. 
Hace un año regresé a mi casa, abrí la puerta con mis piernas temblorosas y con mi corazón en la mano, sabía que me iba a romper. Son esos momentos en dónde solo querés correr a los brazos de mamá, taparte los ojos y que te aseguren que todo va a estar bien, que nada de lo que ves es cierto, que no pasó, olvidar…
Hace un año las estructuras sociales de una Guatemala que niega las disidencias y las disrupciones con un sistema conservador me rompieron por segunda vez el corazón. La primera, fue hace tantos años ya, cuando me enteré de las secuelas directas de la guerra de este país en mis linajes. La segunda vez fue esta, en abril 2022. 
Abrir la puerta de mi casa; encontrar las ventanas rotas y en pedazos, pedazos de pared en el piso, revivir el miedo de que te estén observando y persiguiendo, la incertidumbre del no saber, pero en el fondo tener la certeza que un ataque a tu propia casa es algo directo a ti, a tu cuerpo, a tu familia, a los tuyos, es saber que en ese momento algo muere y toca levantarte en pedazos. La seguridad muere y sabes que te tienes que morir porque de alguna forma te matan algo por dentro. Tienes que aprender a vivir de otras maneras. 
Por eso y por más, hoy sé que ser LESBIANA no es lo mismo que nombrarme LESBIANA POLÍTICA. Nombrarme como tal desde muy joven, viviendo en un barrio con índices altos de violencia, pobreza y lesbofobia como machismo, hace tantos años ya, hacerme activista y politizar el lesbianismo no ha sido solo una certeza sino también ha sido un camino, mi camino y mi propia historia. En muchos libros e incluso espacios terapéuticos se dice que el activismo desgasta, que no es sano, a mí el activismo me salvó de las múltiples opresiones estructurales para encontrar otros caminos, porque sin este no sería quién soy hoy, pasar por allí cambió mi vida y me llevó a ser quien he elegido ser hoy. 
Ya no recuerdo, pero hace tantas lunas ya que elegí no ser activista, hace tantas lunas ya que decidí y busqué el camino para hacerme terapeuta para mi propia comunidad disidente, hace tantas lunas que elegí mi vida, la vida y caminar por la vida, que aún eligiéndola me libro de la violencia. La violencia es eso, la negación por no poder ser, el hambre en el estomago por no tener otras opciones, la violencia es el camino de aquellxs a los que el amor no les llegoóo nunca lo conocieron….
Un ataque de violencia a mi casa, a mi nido lésbico, a mi territorio, a lo más íntimo de la existencia de mi persona hace un año me cambió por completo la vida. Me bajó a la oscuridad más profunda del miedo y me arrancó lo más profundo de mi fuerza, de mis raíces, pero aún en ese silencio y en ese shock profundo siempre tuve una certeza “ QUE NADA, NI NADIE PODRÁ CONTRA EL AMOR Y CONTRA LA VIDA” porque es en la vida y en el amor dónde habita el perdón, el tiempo necesario para levantarte, recoger tus pedazos y la fuerza para volver a renacer, para arrancar las raíces muertas por el despojo y sembrar de nuevo la esperanza. 
En estos tiempos y en los de siempre dónde todo lo otro quiere matar al amor y a la vida, hoy más que nunca sigo creyendo que, aunque intenten callarnos una y otra vez un grito refuerza 1,000 veces más su eco, su fuerza y su distancia, porque cuando el río suena es porque detrás existe una cascada. Que las lesbianas políticas o no EXISTIMOS y EXISTIREMOS SIEMPRE, porque cuándo quieren callar a una o una nos llega a faltar esta se multiplicará en MIL…
Que los momentos duros y las múltiples opresiones de este sistema capitalista heteropatriarcal, clasista, colonial, racista nunca serán más fuertes QUE EL AMOR y las redes de amor que sostienen la vida. 
Que hoy, ahora, después de un año de muchos y tantos procesos de reconstrucción de la vida y la seguridad no soy más fuerte; aprendí a ser humilde, aprendí a ser paciente, a dejarme sostener y estar cuándo necesitan que sostenga, a ser comunidad, a ser llanto y agua, pero también a ser semilla y oscuridad, que nada esta escrito, resuelto y con todas sus respuestas en el propio dolor pero que el tiempo, los ojos cerrados y las rodillas en el suelo son capaces de aprender a esperar y sanar desde otro lugar… que en este mundo sigo eligiendo SER UNA LESBIANA POLÍTICA, UNA LESBINA SIN MIEDO y CON ALEGRÍA POR Y PARA LA VIDA. 
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PD.
A la compañera, amor y cómplice por atrever a amarnos y visibilizarnos sin dolor, por reconstruirnos la vida y sembrar en nueva tierra.
A mí madre, padre y hermana por ser red, sostén y alimento en tiempos de oscuridad.
A las nanas, tatas y terapeutas que con sus manos que sanan cocieron y remendaron este corazón.
A la familia elegida, a les amigues que sin pedir fueron hilo y red para retejer la existencia.
A los abuelos, abueles y abuelas que con su existencia y fuego cósmico abrazaron en el silencio.
A la vida misma....
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tierramestiza-1990 · 1 year
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Hoy cumplí 33 y me faltan 2
Hoy me levanté temprano y agradecí mi vida, mis raíces, mis linajes. Desde finales de diciembre he tenido las palabras atravesadas entre la parte derecha de mi corazón y la planta de mis pies, mucha tristeza, mucho llanto atorado, mucha injusticia, mucha introspección y mucha búsqueda de mi propia justicia.
Hoy cumplí 33 y me faltan 2...
En el 2022 mis primitas pequeñas desaparecieron en Guatemala, hace 3 meses que sabemos que habitan un lugar en el universo, su recuerdo, muerte-vida-memoria y raíces viven conmigo.
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Desde ese día hay un antes y un después en mi vida, como mujer mestiza de barrio, feminista, terapeuta y acompañante.
Arrancaron 2 raíces de mi clan y sembré 1,000 semillas en su memoria, porque cuándo nos quitan a una nos multiplican en mil.
Hoy, en este día honro el dolor, mi dolor, el dolor de mi familia, honró la vida de las que aprendimos a vivir luego de que nos mataron tantas veces el cuerpo y el corazón.
Honro mi llanto, honro mi sangre y mi linaje que hoy está regenerandose. Honró el permitirme sanar desde otro lugar, buscar el abrazo y la ternura para sobrellevar, imaginar y construir otro mundo posible.
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Honro el permitirme pedir ayuda y buscar sostén, honró el haber salido de la pobreza no como privilegio adquirido sino como justicia ancestral para mis linajes, honró por lo que no me dio tiempo y murió pero también honró lo que se transformó.
Honro a mi padre y honró a mi madre como abridores de camino y maestros de esta semilla.
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Honro lo que se fue, honró de dónde me fui, honro lo que se quedó y honró lo que aún viene en camino.
Honro el amor, honro el beso, honro mi casa, honro la familia, honro nuestra familia. Honró las redes que tejen la vida, honró los caminos que sanan, honro los lugares que sostienen y acuerpan, honro....
Honro mi vida para la vida misma,
honro mis pedazos de dolor como flores al río,
honro mi esperanza con la esperanza de quiénes seguimos en el amor aún después de tanto dolor.
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tierramestiza-1990 · 1 year
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"La alegría de ser lesbiana y chingona..."
Empiezo escribiendo este texto desde el lugar más profundo y político de mi cuerpo, mi espíritu y mi historia.
Solo empezar ya es un reto, no sé dónde empezar en realidad. Hace unos 4 años atrás hubiera empezado desde la herida, la rabia y quizás también la depresión. Allí estaba; era el final de una etapa importante y de cierres claves en mi vida. Quería ser otra mujer antes de reivindicarme lesbiana desde un lugar diferente, que no fuera el político, porque ser y nombrarme lesbiana ya había sido la lucha política de toda mi vida: en la familia, en la calle, en los movimientos, en el feminismo, en el arte y en la cama, en mi cuerpo y territorio.
Empezaré entonces desde el presente, desde la alegría, el amor, porque las lesbianas también nos merecemos ser felices...
Inicio entonces cerrando mis ojos, sintiendo de nuevo el abrazo de los abuelos de mi compañera, amora y cómplice en está navidad, en estas vacaciones conociendo occidente (Europa). Viaje para conocer sus orígenes, los territorios e historias en dónde está entretejido su corazón. Veo las heridas pero también las elecciones de cambiar el rumbo, sus transformaciones... Sus cambios de piel por atreverse a habitar otro lugar, otra tierra, soltando privilegios y atreviéndose a vivir la decolonización y sanación que rompe sentir a Guatemala y Abya Yala en la piel. Allí dónde seguimos caminando juntas...
Me detengo un poco al escribir para recordar y nombrar que desde niña/e siempre soñé con caminar de la mano con otra mujer, darnos un beso y llorar de alegría.
Por mucho tiempo de mi vida eso fue un sueño, algo surreal, primero porque Guatemala es un país duro para la diversidad y disidencia sexual. Te haces camino solo rompiendo el camino, gritando y buscando tus propias justicias. Sobretodo si además de ser LGTBIQ+ vienes de una área roja marginal: ser mujer, pobre y tener pocas opciones de cambiar el rumbo de tu historia que por muchas situaciones estructurales ya vienen determinadas al nacer....
Pero más allá de eso inicié este viaje, en plenas fiestas de fin de año, con la certeza de que conectar con "la familia" fuera de Guatemala me era necesario e importante, en un proceso que viene sanando desde hace más de 5 años.... "sanar las invisibilizaciones que viví y permití me invisibilizaran por ser lesbiana, pero sobretodo una lesbiana pública y política en mis relaciones y vínculos con otras...."
Así llegué a conocer y seguir conociendo a los linajes de mi compañera, aquellos que saben que somos pareja pero les cuesta procesarlo, aquellos que no lo saben de palabra pero lo sienten en su corazón y así nos abrazan; y aquellos otros que lo saben y nos abrazan con todo su corazón y espíritu. Volver al lugar de salir del closet, de nombrarme con otra luego de casi 10 años de no vivirme en pareja, en una relación, eso me ha permitido ver en panorámica cuánto he sanado y cuánto he crecido, pensar en las frases de terapia con mi terapeuta a lo largo de estos tantos años juntas y tantos intentos fallidos en vínculos con otras mujeres. que aunque me rompieron capa por capa, me permitieron llegar hasta aquí, a está relación que me nutre, me llena y me hace crecer:
¿Qué tipo de amor querés construirte y construir con otra?
¿Qué amor estás dispuesta a dar pero también recibir?
¿Qué límites necesitas poner pero también pedir?
Las relaciones son reparadoras Celeste.... no hay certezas,
¿estás dispuesta a atreverte, a dejar que te vean, a ver desde otros lugares?
el amor es el ejercicio más puro de confianza y desnudez....
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Pienso también en las terapias en pareja en dónde el llanto no alcanza y una siente que no lo logra, esos días dónde todo les hace llorar y parece imposible que lo lograrán, pero luego vuelve la certeza de ser, de estar, de sembrar, de arrancar, de renacer en conjunto, de lloverse entre el abrazo, de constatar "que andar en pareja no es converger en todo", es atreverse a ser espejo de la otra, del otro, del otre, de escucharse aunque duela en lo más profundo, de perdonarse y perdonar, de agradecerse y honrarse, de permitirse vivir todo sin creer en resultados o logros, simplemente vivirse, vivirte....... ya sea te quedes o te vayas, pero siempre transformándose, creciendo, porque eso es el amor...
Un sin fin de cuestionamientos, dudas pero también regalos que me han permitido ver que antes de ser lesbiana y también pareja soy una mujer maravillosa, una mujer fuerte pero también una mujer hiper sensible, una mujer que merecía ser amada y respetada aprendiendo a darse su propio lugar; en el mundo, en el trabajo, en la familia, en sus vínculos, en casa, en su vida y tantos otros territorios. Un lugar que sólo existe cuándo nosotras aprendemos a dárnoslo primero.
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Así entonces; los platos de pasta, los tantos postres, las pláticas e historias familiares, los olores a cocina de abuelas y abuelos en Occidente, la lluvia, los vientos de diciembre y los horizontes de sol y mar me renovaron mi corazón por completo. Me hacen ver que existen otras formas de ser y estar en el mundo más allá de ser lesbiana, más allá de la clase, más allá de la piel, más allá de mis heridas que aunque a veces duelen ya no están abiertas y están pasando a ser un mapa de experiencias y vivencias de sanación para ser una mejor terapeuta y acompañante, una lesbiana alegre, porque sigo sanando todos y cada uno de mis días, "que mi alegría y la felicidad no es una meta del capitalismo, es una justicia histórica estructural que se chinga a todos los sistemas de opresión que me atreví a romper de la mano de mis ancestres".
Que el amor no es algo eterno, que los para siempre tampoco existen y que el amor para no morirse en lo romántico, los roles y las jerarquías, se trabaja en colectivo y es capaz de iluminar toda una casa, traspasar cualquier crisis y dolor, entretejer nuevos mundos y sembrar nuevas comunidades, entre y con otres.
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Pero sobretodo que el amor entre dos mujeres y dos cuerpos políticos que rompen los sistemas heteronormados antes que amarse se respetan, se acompañan y se abrazan en la risa del disfrute, del placer, del sabor, del baile, del ser antes que hacer
esa alegría de ser lesbiana, la lesbiana que yo estoy eligiendo ser...
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tierramestiza-1990 · 1 year
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Sanando occidente siendo mestiza
Llevaba muchos días queriendo escribir sobre mi experiencia llegando por primera vez a Europa.  Sobre todo, como centraka de la Iximulew de Abya Yala, piel morena, lesbiana feminista, terapeuta y viniendo de clase trabajadora. Escribo desde este lugar; el de mis abuelas y bisabuelas mayas a las que negaron sus identidades, pero permanecieron con el corazón en el fuego y con sus manos en las plantas. Su cocina; esta siempre conmigo.
Semanas previas a este viaje sentía mucha tristeza, tenía mucho llanto, algo que no sé cómo explicar: sentía que la piel se me caía por partes, por etapas, un duelo profundo de algo que se iba, pero también por ver venir una nueva etapa desconocida...
Salí de Guatemala a Europa sin decir mucho, sin contar mucho. Europa era un imaginario que la televisión capitalista y heteropatriarcal occidental quiso imponerme cuando era niñe pero que en el fondo nunca me representó.
Primero porque cuándo creces en Guatemala, en el entorno que nos priva el derecho y el acceso a otra oportunidades por ser de clase pobre trabajadora, ver otros lugares, sociedades, solo puede ser un sueño, algo muy lejos de tu realidad, casi imposible. Porque en este contexto, naces siendo mujer para casarte, tener hijos y morir oprimida o asesinada por alzar la voz.
Más allá de eso, mi madre siempre me enseñó a honrar mis frijoles, las tortillas y cada centímetro de nuestra casa. Por más sencilla que fuera, para mí esa casa ha sido y será siempre un tesoro. Aprendí de mi madre a querer desde lo que se tiene no desde lo que se anhela, yo no necesito estar arriba de nadie, yo deseo comunidad. Quizás por eso y más para mí nunca fue importante viajar a Europa-Occidente, visualizarme allí, aspirar "a tener, poseer".
Sin embargo, siempre tuve el deseo de cambiar el rumbo y la historia de pobreza de mi familia, siempre supe que había algo más, que merecíamos justicia económica luego del despojo colonial y de la guerra: un pedacito de tierra para sembrar fuera de la ciudad, volver al territorio, mi origen transgeneracional. Viajar para abrir más mis ojos...
Entre muchos comentarios que recibí al viajar a Europa: "conocerás París, el río Sena, me traes un perfume...", mucho del sueño que nos venden. Pero, por mi parte tome la decisión con la motivación y el deseo de sentir, dejarme llevar por las emociones que vivo en mi cuerpo y corazón, deconstruirme y sanar, pero también permitirme disfrutar, sentirme merecedora de gozar. La primera mujer y la primera persona de mis 2 linajes que sale de la Abya Yala, por otros motivos que el de la migración.
Así entonces y revuelta de emociones llegue a España, como primera parada. Me impactó primero los múltiples idiomas que escuche en migración; desde la compañera con turbante que me sonrió junto a su bebé: nos saludamos con la mano (sin poder comunicarnos oralmente). Luego, mi gente, quiénes "hacen la limpieza en los restaurantes" (la comunidad afrodescendiente y la latina-migrante de Abya Yala). Madrid, sus calles, pero sobre todo la seguridad y la libertad de mi cuerpo caminando por la noche, durante la madrugada, dejarme llevar por el beso de mi compañera y "permitirme sentirme segura de simplemente ser la lesbiana que soy”. Encontrar toda la literatura LGTBQI+ que jamás imagine encontrarme, bailar entre más de 100 lesbianas y detenerme a ver mi piel morena y la de dos compañeras afro e hindú en todo el salón, sonreír y perrear como se debe desde la Iximulew, Guatemala. Sentirme la más marica por estar entre tanta disidencia y libertad. Caminar por la calle de un barrio no "privilegiado" como todo el centro de Madrid y que me cuenten que Marruecos ganó un partido, mientras una niña lloraba y cantaba con su padre de la mano, por esa misma calle que yo andaba. No ganaba solo Marruecos como un equipo de fútbol, se hacía justicia histórica para una sociedad que históricamente ha migrado a dicho país y aún vive bajo multiples opresiones. Pensar en mi padre y pensar también en mi madre, en el 90% de mi familia materna que emigró a Estados Unidos y pensar que hoy ya ni recuerdo sus rostros….
"Recordar es volver a pasar por el corazón“ dice Galeano
Pasar por Madrid me recordó eso y más, reconocer que, aunque España le debe tanto a Guatemala históricamente e indirectamente yo no soy identitariamente una mujer maya sino mestiza pero que mis abuelas y bisabuelas lo fueron por mucho y atreverme a ir a ese lugar es también permitirme seguir sanando lo que hoy debo seguir sanando: "La herida histórica de la colonia y la pobreza".
Esta ciudad no sería un lugar en el que anhele vivir largo tiempo, aún por la seguridad que me da siendo lesbiana o la necesidad de vivirme el arte; mi corazón está en la tierra. Pero en el fondo de mi corazón también respiro y siento lentamente "ojalá mi mamá y papá pudieran ver y sentir esto", porque, aunque amo Guatemala con todo mi ser plural, también cansa y duele muchas veces más. Estar lejos de mi Iximulew también me sana.
Este momento de la vida, este viaje, este andar, es una justicia para mí y para mis ancestras-ancestros, por todo lo que rompimos, dejamos tirado y porque nos seguimos abriendo, yo de su mano y ellxs entre mis manos.
"Yo soy su semilla abuelas…"
De fondo suena "Lucha de Gigante" de Nacho Pop (suspiro en el recuerdo mi niñez en el salón de belleza de mi madre en zona 18.)
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12 Q'anil
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tierramestiza-1990 · 2 years
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ELEGIR LA VIDA
Hace tantos años que quería escribir sobre esta herida, sobre la pobreza, pero pasaba de sentir mucho dolor a sentir mucha rabia pero en el fondo a no querer conectarme con la tristeza profunda del "no haber tenido a tener ahora". Recuerdo también haber escuchado en los inicios de mis caminos con la sanación que "había que sentirnos abundantes, que ahora ya no estoy en ese lugar de pobreza". Eso era totalmente cierto, como es también cierto que en un país como Guatemala "sanar la herida de la pobreza estructural", no es una cuestión de sentirnos solo abundantes, es nombrar que existe un sistema económico opresor que te oprime todos los días aunque lo intentes e intentes y un clasismo y racismo que no pretende aún bajarse de sus privilegios y compartirlos, llevarlos a la colectividad o ser comunidad, esa que me sacaron en llanto los pueblos originarios cuándo me mostraron el camino hacia el buen vivir, ese dónde no significa tener sino vivir en integralidad. Todo esto para llevarme a esa herida que todo los días me sigue sanando, la de la carencia económica.
Y es allí dónde pienso en aquellos niñxs que se acercaron a su mamá en la venta de piña a la orilla del súper de dónde yo salía hace unos días, regresaban de la escuela y ella les tenía listas naranjas peladas, les lavo las manos y con toda la alegría del mundo ellxs se las devoraron, ese día y otros así se me chorrean los ojos, recordándome y diciéndome que ya no estoy en lugares dónde existió la precariedad pero que me marcaron profundamente y es legítimo que sanar esos momentos me siga llevando más tiempo.
Hablar de ciudadanía, de política urbana, de democracia, de "estado", de sociedad civil organizada es complejo, sobre todo cuándo no conoces ni te ha pasado por el cuerpo vivir en contextos de maras, pobreza, migración, extorsiones, balaceras, machismo desmedido o religiosidad, de paros de buses y caminar a las 10pm de la noche siendo mujer y en dónde semanas atrás el cuerpo de otra mujer apareció muerto y en descomposición. Se habla entonces de organización y de sanación cuándo debiese hablarse también de privilegios, de quién tiene acceso a qué, de como acercar todo esto a un lugar real en dónde cada quién hable de sus necesidades, deseos y heridas profundas sin tener que interpretar lo que no conoce o ha atravesado. Y quizás también como proponer acompañar a otrxs con lo que se tiene y quiere. Así como los pueblos originarios tienen su propia voz así la debiese tener la diversidad sexual, las mujeres y o cada clase social, no por separación sino por lugar situado. Seguir pensando que algo es lineal y único es seguir caminando hacia el individualismo que nos impone el liberalismo y extractivismo.
Y bueno todo esto porque en los últimos tiempos he sentido y llorado que mi lugar "de abundancia" ha cambiado, no para ser "más que otrxs, para tener más" sino para cambiar el rumbo de carencias y heridas heredadas que mis núcleos familiares y transgeneracionales venían cargando desde el despojo, la violencia, el racismo y nuestra historia, esas tierritas de dónde les sacaron, esas botas y pies descalzos entre el lodo, ese huevo compartido entre 10, esa siembra de maíz y frijol que quemaron.
Sentirme hoy en una casa bonita (no por lujos sino por espacio) y verde para sembrar a la punta de un árbol ha sido de los ejercicios más dolorosos y transformadores hasta hoy en mi camino, imaginarme con las perras jugando por las veces que vivimos en un cuarto y no había espacio para una mascota, menos comida. Visualizar a mi padre jugando con las hojas y recogiendo leña, a mi madre meciéndose en la silla que pinte la primera vez que me fui de la casa gritando, entre tantas incertidumbres, pero con la certeza de que tenía que hacerlo, cortar y seguir cortando, así como se podan las plantas y las hierbitas que sanan y renacen.
Sanar me ha sido un camino largo desde hace muchos años atrás, quizás siempre lo fue, solo que hoy con la conciencia espiritual de que cuándo una sana, sanan todos los linajes y eso nos va a desgarrar.
Hoy esta herida, la de la pobreza aún me duele mucho, pero tengo la certeza que cuándo empiece a sembrar esta herida también va a sanar a su tiempo, así como sano ser lesbiana, ser sobreviviente y sobre todo ELEGIR LA VIDA, MI VIDA, por todas las mujeres de mi linaje que no pudieron elegirla.
Lajuj kiej, año nuevo maya
19 de febrero de 2022
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tierramestiza-1990 · 2 years
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SANAR Y HONRAR LA COVID
Hoy después de 12 días, los primeros duros y los siguientes de muchas transformaciones internas di negativo a covid . Estoy en resiliencia...
Luego de casi 21 meses invicta de la covid, este remolinito me alcanzó, cuándo pienso cómo lo caché, cómo me alcanzó o cómo me llegó en medio de la fiestas de fin de año pienso más cómo estaba espiritual, emocional y cómo venía preparándome para honrarle.
Las dos primeras noches fueron muy duras, estaba sola en casa y me tomó por sorpresa con fiebres delirantes que soñé hasta con mi niña interior y mi bisabuela que no soñaba desde hace mucho y extrañaba (hay que prestar atención a los mensajes y los sueños al medio de este). Por suerte y con mucho amor de aquel que se intercuida, en casa ya teníamos protocolo desde hace mucho si a alguna le daba covid, así que empecé a tomar té en cantidades, hierbitas sanadoras, de esas que limpian, recargan y transforman. Pero lo que más me impactó fue verme enferma en mi soledad, no una soledad que duele sino una soledad que necesitaba ver desde hace mucho desde otros lugares. Llevó casi 2 años de sostener muchas responsabilidades bajo los efectos económicos de la pandemia, 2 años de tener mi propio hogar y otros más de haber cambiado muchos hábitos, cuidados y responsabilidades hacia misma, así que lloré mucho, necesitaba llorarme qué es cómo bañarme. Mientras lloraba por muchas cosas que han cambiado, también tenía el cuerpo bien caliente y a su vez me temblaban mis piernas; el simbolismo de dolor en mis piernas siempre ha sido los lugares que he caminado, pero también el sostén, entonces recordé que mi mamá siempre me envolvió en una sabanita para aliviar el dolor. Entonces me bañé en alcohol como me dijo Nana Marta y me hice mi propia sábana, esos días fueron los más duros físicamente pero más que todo los más duros emocionalmente para llorar los duelos pendientes, duelos de personas que perdí en la pandemia, cosas que cambiaron, lugares que ya no están y otros de los que decidí irme. Algo y mucho tenían llena la boca mis ancestras-amigas, la pandemia y la covid son los duelos que necesitamos hacer en la vida, y la conciencia de aquellas cosas para abrazar y aperturar nuestra espiritualidad.
Por eso y por más honró a las personas que trascendieron a otros planos en hospitales, en soledad y en duelos que quedaron pendientes; pero sobretodo en aquellas secuelas físicas que aún quedaron después de contraer este virus de transformación.
Los demás días sucedieron a su tiempo y espacio y el aislamiento me hace sentir que no son las barreras o las mascarillas las que no combaten el virus, es nuestra indiferencia a no cambiar nuestro interior, nuestras propias estructuras lo que nos sigue llevando a lugares de pensamiento en dónde nuestras responsabilidades humanas se las dejamos a las vacunas, al sistema, a los gobiernos opresores cuándo nuestra vacuna vital es el amor colectivo y el árbol de eucalipto...
Hoy y después de estos 12 días estoy profundamente agradecida con mi madre por sus maravillosos caldos calientes en la puerta de la casa, con mi corazón de amor por cuidarme y sostener-nos en nuestra casa, con mi hermana y padre por estar, ser y seguir siendo, con mis nanas amorosas que son abuelas que sostienen mi corazón entre hierbas y fuegos, con mi familia y amigues que estuvieron pendientes de mi, porque me constató que sembrar amor cosecha amor.
Tener covid debe ser normalizado (sin miedo, sin prejuicios, sin pánico a quiénes lo contraen) para que nos lleve a la inmunidad del rebaño de amor colectivo. Pero sobretodo normalizar la urgencia de volver a nosotres mismes, a nuestros centros, al poder de auto-sanarnos.
Libras menos, leve tos, leve gripe y cansancio pero mucho agradecimiento por haber trascendido este miedo, el miedo sistemico de enfermarme ante un sistema que no nació para cuidarnos sino para exterminarnos con tantas pandemias. Revelarnos ante los sistemas sanando con la madre naturaleza es nuestra inmunidad, nuestra justicia ✨🙏🏽🐳.
11 Toj
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tierramestiza-1990 · 2 years
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Llevando conmigo la tierra....
Inicio este blog luego de leer a llanto tendido las primeras páginas del libro "La nueva mestiza" de Gloria Anzaldúa, chicana, lesbiana y mestiza. Migrante de tierras, territorios, identidades y fronteras:
“Tengo un recuerdo muy claro de una vieja foto: tengo 6 años, estoy de pie entre mi madre y mi padre, con la cabeza inclinada hacia la derecha, con los dedos de mis pies planos aferrándose al suelo. Agarro la mano de mi madre.
Hasta el día de hoy no estoy segura de dónde encontré la fuerza para abandonar la fuente, la madre, para separarme de mi familia, mi tierra, mi gente y todo lo que representaba aquella foto. Tuve que irme de casa para poder encontrarme a mi misma, encontrar mi propia naturaleza intrínseca enterrada bajo la personalidad que se me había impuesto.
Yo fui la primera en 6 generaciones que se marchó del valle, la única de mi familia que se fue sola de casa. Pero no deje todas las partes de mi; mantuve el fundamento de mi propio ser. Sobre esa base me fui alejando, llevando conmigo la tierra. Mi propia tierra y territorio. Gané mi camino.....”
Respiro, me limpio el llanto y enciendo mis velas. Hoy es el inicio del año 2022 en el tiempo occidental, ese que tantas veces desconocí como mi espacio tiempo en mi existir. Pero uno que inicia en un día 13 Tijax, energía para sanar, cortar y trascender desde el corazón y el conocimiento que nos han compartido los pueblos originarios mayas de Iximulew, Guatemala en la Abya Yala. Algo que está sanando acá dentro y empieza a latir desde una identidad mestiza que tantas veces me negué y me avergonzó desde la culpa impuesta colonial y la memoria dolorosa del despojo y la conquista.
Soy mestiza, y mi mestizaje viene de muchas tantas raíces que me componen y tejen, esas que se han marcado como fronteras, guerras, resiliencias pero también como campos de flores y semillas que empiezan a reconocerse desde la alegría y su propia ancestralidad.
Leer a Gloria Anzaldúa me recuerda los lugares que abandoné, los que me abandonaron y esos tantos otros que sigo abandonando en búsqueda de las tantas identidades que deje caer y otras que me siguen encontrando. Es empezar a hablar de mi mestizaje y a la vez hablar de mi historia y las historias de mis abuelas, abuelos, bisabuelas, tatarabuelas; es hablar de sus cuerpos, linajes y pieles, esos que se tiñeron de tantos colores para teñirme a mí. Es ahondarme en las líneas de mi cuerpo y sus cicatrices para reconocer de dónde vengo, quién soy pero sobre todo quienes aún puedo ser en una historia que va más allá de teorías, academias y libros, es pasar por mi cuerpo las letras y sentir mi llanto imaginando la luna sobre mí, cantando con mi bisabuela mientras la imagino sembrando maíz y frijol, honrando mi miedo a nadar y las historias que me contaron de ella cuando cruzaba el horizonte y el sur de la abuela lago. Es dejar de preguntarme si el agua es mestiza y responderme que siempre he sido agua, tierra, fuego y mar.
Así entonces inicio este otro camino de palabras y de fueguitos que se entretejen, se cuestionan, se responden y juegan entre si luego de 7 años de no escribir para abrazar la palabra, 7 de reconocer el dolor-mi dolor, las heridas-mis heridas y las rupturas como parte de mi historia, una historia que atraviesa lo estructural, la clase, la sexualidad, la locura-la muerte, la identidad y la orientación asignada, la violencia-la resiliencia pero sobre todo la búsqueda de su espiritualidad mestiza-humana e infinita.
Vamos a andar los caminos del corazón...…..
1 de enero 2022_Oxlajuj Tijax
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