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#caja registradora
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Vip
Mi madre me mostró un papel donde mi padre, en el hospital y el último día de su vida, escribía cuando ya no se podía comunicar hablando. Estaba muy débil así que tampoco se le entendía mucho la letra, ella no supo qué decía pero yo entendí lo que escribió, sus últimas palabras fueron escritas: "estoy haciendo un infarto". De todas formas se dieron cuenta sin tener que entender la nota. A mi madre le dije que yo tampoco entendí lo que intentó escribir. Vip Esa noche, luego de que mi padre murió, en el hospital nos dieron cosas de él que quedaron, eran las toallas de casa que mi madre le llevó para su higiene mientras estaba internado. Estaban sucias de sangre, porque las enfermeras las usaron cuando lo atendieron durante el infarto (lo pincharon mucho buscándole venas). Las pusimos en remojo. A última hora sacamos la más grande del balde donde estaba y el agua era todo sangre. Mi padre nunca volvió a casa, pero una parte sí, algo de su sangre. Y tuve que tirarla por el desagüe. Vip Lo enterramos en la mañana, solo recuerdo el dato de que no podía sostener el peso camino al nicho, y la absurda idea de que me equivoqué al elegir la zurda para hacer fuerza cuando soy derecho. Como si tuviera fuerza en los fideos que tengo por brazos. Como si pudiera cargar con la muerte aquel día. Vip Almorzamos buñuelos de lechuga que mi madre hizo con la que teníamos en la huerta de mi padre. Comíamos lo que él plantó, creció en el lugar donde mi padre enterró a la gata blanca con la que compartí unos hermosos años de convivencia. Necrolechuga. Vip Luego informarle la noticia a mi prima, verla sentada, llorando y doblarse sobre sí misma con un quejido agudo que jamás le escuché a ella o a otro ser vivo humano o animal. Hay un sonido que nos causa el dolor que es inenarrable. Vip La cajera me atendió, le di la mermelada de arándanos para pagarla y me fui, insultando a dios y a la máquina registradora que al leer cada producto hacía el mismo vip de mierda que la máquina que mantuvo con vida a mi padre la última vez que lo escuché respirar. Vip. .
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Acostumbradoalfindelmundolandia: linktr.ee/acostumbradoalfindelmundo
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dentaltopjerez · 1 year
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serviastel-blog · 2 years
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Como evitar el fraude de lo que se marca en el TPV de su negocio.
Software que convierte la pantalla de un PC en una cámara ONVIF compatible
Software que convierte la pantalla de un PC en una cámara ONVIF compatible. Permite la grabación remota de toda la actividad de un PC o de una cámara web conectada en cualquier NVR o VMS del mercado. (compatible ONVIF o vía RTSP). No consume apenas recursos del sistema. Funciona en segundo plano. Soporta múltiples monitores dentro del mismo PC. Ideal para tener un registro a tiempo real de la gestión del sistema o de analizar el comportamiento ante un evento. Permite hacer un seguimiento de las acciones del operador. Permite hacer rápidas auditorias sobre un suceso o prevenir fraudes en el manejo de Terminales de Puntos de Venta o manipulaciones no deseadas en los programas. Registro de eventos en el grabador por el uso del ratón o teclado. Soporta calidad hasta 4K 60fps.
PCCamera es una solución software que busca reemplazar soluciones hardware extremadamente caras para monitorizar la actividad de los PC. De sencilla integración en cualquier entorno de Video Vigilancia ya existente.
No hace falta codificador hardware o cámaras IP físicas. permite transmitir el PCCameraescritorio, la webcam, el audio y otros medios de un PC a un VMS o NVR mediante RTSP y usando el protocolo ONVIF, como una cámara IP Virtual.
PCCamera es una cámara IP ONVIF virtual que permite incluir fácilmente estaciones de trabajo de PC en el sistema de vigilancia de una organización.
El uso del estándar ONVIF significa que es compatible con la mayoria de PCCamerasistemas de gestión de vídeo (VMS) o grabadores de vídeo en red (NVR). Puede integrarse fácilmente en configuraciones de CCTV existentes y usarse junto con otras cámaras IP.PCCamera puede funcionar en terminales de efectivo, bancos, supermercados, centros de examen o certificación, terminales SCADA y cualquier industria que utilice una PC con Windows como punto de servicio o información.En tiendas, es un puente entre terminales de venta y la infraestructura de vídeo. El software permite grabar las PCCamera
pantallas de los terminales y llevarlos a la red de vigilancia de vídeo como si el terminal fuera una cámara normal adicional.PCCamera puede instalarse en un TPV con Windows en pocos clics. Tras esto, la pantalla de dicho terminal está disponible para verse en vivo y grabarse en cualquier sistema VMS o NVR compatible con ONVIF.
La mayoría de las plataformas de vigilancia de vídeo registran cuando un operador inicia o cierra sesión del sistema, pero no registran qué cámaras está observando el operador y por cuanto tiempo. Sin embargo, esa información podría ser necesaria en caso de una auditoría. cubre ese vacío ofreciendo la posibilidad de grabar las pantallas desde PCCamera
una habitación de control a un VMS. Esto asegura que el operador esté monitorizando todas las cámaras de manera uniforme y concienzudamente. También ofrece información adicional sobre lo que se estaba mostrando en la pantalla de operador cuando ocurrió un incidente.
Amortizado desde el primer día en su negocio 
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chismeven · 2 years
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caballero-de-libra · 8 months
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La balada de Silvia
Con la monotonía que marcaba el sentido de su vida y la inevitable travesía de regresar a casa con el semblante umbrío, Silvia La Mar se dirigía como en cada tarde al supermercado de su infancia a comprar los alimentos para la cena. Inesperadamente, una voz masculina con extrañas intenciones escarapeló su piel: ¡Silvia!. Ella, convencida y nerviosa, trataba de mantener la calma con disimulo. Era el muchacho de la caja registradora: Rafael. Le dijo: “¡El pelo, te lo has cambiado! Estás guapa como siempre has sido. Oye, no pienses que estoy loco por sorprenderte de esta manera.”. Silvia, lo intuía, leyó en su mirada la torpeza de quien no sabía susurrarle al amor cuando lo tenía en frente de sus ojos. Sin embargo, a ambos les costaba seguir el hilo de la improvisada conversación: Era el diálogo acelerado y enrevesado como un rompecabezas mental, en efecto, todo se resumía a una cita nocturna de extraños, y él era el artífice de romper las distancias. Se despidieron, entre sonrisas fugaces, cada uno yendo hacia el paradero del autobús.
Silvia, al regresar a su casa, le cuenta lo sucedido a su amiga Lourdes sobre aquel muchacho tímido y abnegado del supermercado. Ésta, atónita, le dijo: “Ten cautela, Silvia, que aquí como allá, él es un desconocido. Es justificable el miedo que has de sentir, las dudas que sobrevuelan por tu cabeza; la desconfianza, que tal vez se una simple noche de verano; la esperanza, especiosa y amiga de utopías novelescas; y ese buen corazón tuyo que se olvida de la crueldad humana. Pero nada has de perder… Anímate”. Silvia temía si es que la cita tuviera continuidad, tuviera futuro, ya que, en lo profundo de su alma, guardaba un secreto que vivía dentro de ella y tenía el nombre de cáncer: Silencioso mal que la aquejaba y la obligaba a llevar una incómoda peluca a razón de las quimioterapias.
Eran las nueve de la noche y Rafael recibía en su cómoda casa a Silvia. Sin más dilación, se sentaron a charlar; él con la mirada tímida, el nerviosismo entre las manos, la voz tibia. Se acercó súbitamente y levantó la mirada haciendo reflejo con los ojos de ella, tomando de su mano; pero sin temor, en espera de decir algo importante, palabras de amor tal vez, palabras de Silvia. Tengo cáncer, se escuchó con eco en toda la sala. Su mirada cubierta de nostalgia, escondida con una sonrisa en sus labios firmes asumiendo la gran batalla que libra donde nada es seguro, pero férrea es su voluntad. Rafael, ensimismado unos segundos, le preguntó acerca del cáncer, le mostró una sonrisa y dejó entrever a Silvia que no estaba sola, que su amor incondicional desconocía del interés de una mente siniestra. La música de fondo inundó la sala, era la hora de despedirse y la balada apenas comenzaba. Segundo escrito de la serie de "Micro-relatos".
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nebulamorada · 3 months
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┏━━━━━━━━━━━━━━┓ siendo su novia y trabajando con    él en la panadería de su familia ┗━━━━━━━━━━━━━━┛
Mas allá de que Peeta es una pareja sumamente presente de forma emocional, siendo él uno de los encargados de la panadería realmente no hay muchos momentos libres, en los este completamente exento de alguna responsabilidad que su madre haya tenido ganas de darle, que te pueda dedicar, por lo que una vez que a la mujer terminaste de agradarle lo suficiente como para que al menos dejara de tener esa mirada de desprecio y esa expresión de estar chupando limón, ambos empezaron a pasar tiempo juntos trabajando en la panadería; los días en los que sus padres tenían descansos y sus hermanos no estaban allí las horas pasaban tranquilas, con él realizando las delicias que se comerciaban en el local mientras te encargabas de la caja registradora y los clientes, a veces pasando agradables minutos con algunas clientas que deseaban cosas en específico, como pasteles para eventos o alguna tarta o docena de galletas de algún sabor en particular, incluso usando un pequeño libro de ilustraciones bastante realistas de dichos postres que Peeta había echo con algunos materiales como acuarelas y pinturas como muestrario.
Es grato para él poder colocarse detrás de tuyo y rodear tu cintura con esos fuertes brazos, recargando su mentón sobre tu hombro mientras su rostro se entierra en tu cuello en los momentos en los que la tienda está vacía, permaneciendo allí tanto como sea posible antes de volver a sus responsabilidades, dejando pequeños besitos sobre tus mejillas a menos que te encuentres haciendo alguna tarea que requiera tu concentración, en ese caso, disfrutará de torturarte unos pocos momentos, esparciendo besos por tu cuello y paseando sus manos de tu cintura hasta tus muslos ida y vuelta hasta que tiene tu atención en él, lo que lo hace dejar un beso en tu frente y murmurar algunas palabras dulces antes de volver a sus actividades, con una sonrisita traviesa en sus labios.
Aunque claro, desde la vez que una de las manos enharinadas de Peeta quedó marcada en la parte trasera de tu pantalón y casi es vista por uno de sus hermanos, ambos son muchos más cuidadosos sobre ciertos cariñitos.
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agatha-m · 1 year
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                         𝑳𝑰𝑩𝑹𝑬𝑹𝑰𝑨 / @wahlcs​
Tenía la cabeza gacha, hundida como si no hubiese un mañana sobre las páginas amarillentas de un libro cualquiera que había encontrado entre las estanterías, la secuencia termina una vez que lo devuelve a su lugar y se aferra a los tomos que se llevaría para a su habitación, para luego sucesivamente sustraerle las horas de sueño. Se encamina hasta la caja registradora hasta que el familiar rostro escocés choca contra sus pupilas, siente una especie de alivio pero no para sus vísceras y se queda por un momento estática. La falta de costumbre a la ruptura de barreras de espacio con consecuencias notables: la vacilante indecisión de moverse o quedarse quieta. Opta por la primera. “hey...” aprieta los labios, sin saber si era por incomodidad o para detener el súbito cosquilleo de una sonrisa robada sin aviso, de esas improvisadas e intrusas, que se escurrían para meterse en momentos no adecuados. “¿también estabas de compras?” y  los hombros se dilataron como si un peso se cayera de los mismos.
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evilcokito · 1 year
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El hombre al que lo seduce el ruido de la caja registradora.
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jacobelgordi · 6 months
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kissylove este mandato igual la hizo re bien xq sisi la inseguridad pero también puso un montón de calles asfaltadas cloacas y mi facultad tiene papel higiénico todos los dias y ni siquiera empecemos con la cuenta dni amen. igual ayer le robaron la caja registradora entera a los de la panadería
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bia23 · 2 years
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En una de mis publicaciones anteriores escribi que Finney tiene un tipo en cuanto a personas que le gustan.
Específicamente le gustan personas que comparten características físicas (o en personalidad) con Robin.
En la publicación que publiqué antes imaginé una situación con una chica pero ahora, que vi la serie Reservation Dogs. No puedo evitar pensar que en que Finney y Bear Smallhill se conocen y el primero (Finney) desarrolla un crush/pequeño enamoramiento por él, sin darse cuenta.
Su primer encuentro, me imagino, sería cuando los chicos van a la tienda para buscar a Vance y después de lograr que dejara de jugar al Pinball (y que soltará la maquina) al salir se dieron cuenta que olvidaron comprar refrigerios/dulces/bebidas, etc, para ver una película en casa de Billy.
Y después de considerarlo mucho decidieron ( teniendo en cuenta el esfuerzo que les llevó a los chicos sacar a Vance de ahi) que solo uno volviera a entrar y comprará las cosas.
Finney se ofreció como voluntario y por ir haciendo equilibrio y tratando que ninguna de las cosas que tenía se le cayera, no vio que alguien (igualmente distraído) se acercaba a él.
Lo que termino con un Finney tirado en el suelo, rodeado de todas las cosas que, precariamente, estaba tratando de sostener.
Por el impacto de la caída Finney había cerrado los ojos así que no vio que o quien lo hizo caerse.
Al escuchar una maldición y una disculpa ( Finney se dio cuenta que chocó con una persona) a la par de ruidos de alguien levantándose, se preparó para disculparse pero al abrir los ojos se encontró con un par de ojos negros que le devolvían la mirada con un deje, disimulado, de preocupación.
Y mierda.....
El extraño con el que acababa de chocar era guapo.
Como....realmente guapo.
Finney, por un momento, creyó que había muerto pero el latir de su acelerado corazón le decía lo contrario.
Finney se dio cuenta que el misterioso chico le estaba ofreciendo una mano para ayudarlo a levantarse.
Sin querer hacer más el ridículo, aunque con un poco de duda, el joven Blake aceptó la ayuda.
Por el impulso ambos chicos terminaron cara a cara, Finney sintió como se sonroja al ver tan de cerca el rostro del otro chico.
Y al darse cuenta que aún estaba sosteniendo su mano, rápidamente la soltó empezó a disculparse mientras se agachaba para juntar las cosas que había dejado caer.
Mientras trataba de juntar lo más rápido posible todo, pudo escuchar como el otro chico se reía antes de agacharse y ayudarlo a juntar sus compras.
Después de juntar todo, el chico se ofreció a llevar lo que tenía a la caja registradora y así evitar otro posible accidente.
Sintiendo otra vez el calor en sus mejillas, Finney aceptó.
Y así terminó yendo a la caja registradora junto con el extraño que, anteriormente, había chocado.
Después de pagar todo lo que compró y disculparse nuevamente con el misterioso chico.
(Finney tuvo que fijar su mirada en el suelo mientras agarraba las bolsas para poder disculparse sin tartamudear o sin que sea muy obvio su sonrojo).
Y aunque no podía ver la cara del chico, por alguna extraña razón, supo que estaba sonriendo.
Para no alargar más su humillación, se despidió y salió lo más rápido que pudo de la tienda.
Se encaminó hacia sus amigos, (quienes estaban sentados en la barandilla de la acera de enfrente de la tienda) y prácticamente les lanzó las bolsas para luego subirse al auto de Vance.
El resto de la pandilla se quedó donde estaban tratando de procesar lo que acababa de pasar e intentaron hablar con Finney pero este les dijo, repetidamente, que nada pasaba. Decidieron dejarlo pasar (por el momento) y centrar su atención en decidir que película iban a ver.
(Robin había intentado sacarle un poco de información a Finney cuando caminaban de regreso a casa, después de la película, pero el otro chico seguía diciendo que nada había pasado y cuando el joven Arellano sugerío que alguien le hubiera hecho algo/o dicho algo cuando estaba en la tienda, Finney detuvo sus pasos abruptamente y levantó la mirada ( Blake había decidido mirar el suelo para que su amigo no lo vea sonrojado).
(¿¡Porque aún siente su cara calentarse?!)
Habían pasado horas desde su encuentro con el extraño en la tienda pero aún así no se podía sacar de la cabeza su rostro).
Finney negó fervientemente esa teoría y le aseguró a Robin que nada malo había pasado en ese lapsus de tiempo.
(Robin, aunque sabia que eso no era del todo cierto, decidió creerle y ambos chicos continuaron su caminata).
Paso una semana desde ese acontecimiento y poco a poco (con mucho esfuerzo y algunas horas de insomnio) Finney logró llevar el recuerdo de su encuentro con el guapo extraño al fondo de su mente.
La pandilla, luego de finalizar un partido de béisbol, decidió ir a comprar refrescos.
(Bruce, de alguna manera, logró evitar que Vance se acercara a la máquina de pinball).
Y mientras que todos estaban eligiendo sus respectivos refrescos y algún que otro dulce. Finney, (quien ya se había decidido por un refresco de uva solamente ) dio algunos pasos hacia atrás para evitar que Vance le diera un manotazo al intentar escapar del agarre de Bruce e ir a la máquina de pinball. Y termino chocando contra la espalda de otra persona por equivocación.
Finney se dio la vuelta para disculparse pero las palabras murieron en su boca al darse cuenta que había chocado contra el guapo chico de la vez pasada.
Y el resto de la pandilla presencio en primera fila como Finney Blake se convertía en un lío tartamudeante y sonrojado al tratar de disculparse con el chico con el que había chocado.
(Si después de eso alguien noto que Robin evitaba activamente que Finney volviera a entrar a la tienda si no tenía que hacerlo necesariamente, ninguna dijo nada).
Y si las veces que Robin no podía evitar que Finney y ese extraño, (el cual tanto Finney como el resto de la pandilla descubrieron que se llamaba Bear) se cruzaran e incluso se vieran, coincidían con los momentos en los que Robin se volvía completamente irritable y malhumorado. Ninguno de sus amigos se atrevieron a mencionar ese, obvio, patrón.
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In one of my previous posts I wrote that Finney has a type when it comes to people he likes.
He specifically likes people who share physical characteristics (or personality) with Robin. In the post I posted earlier I imagined a situation with a girl but now that I watched the Reservation Dogs series.
I can't help but think that Finney and Bear Smallhill meet and the former (Finney) develops a crush/little crush on him, without realizing it.
Their first meeting, I imagine, would be when the boys go to the store to look for Vance and after getting him to stop playing Pinball (and drop the machine) upon leaving they realize they forgot to buy snacks/candy/drinks, etc, to see a movie at Billy's house.
And after much consideration they decided (taking into account the effort it took for the boys to get Vance out of there) that only one of them would go back in and buy the things.
Finney volunteered and by balancing himself and trying not to drop any of the things he had, he didn't see someone (equally distracted) approaching him.
Which ended with Finney lying on the ground, surrounded by all the things he was precariously trying to hold on to.
From the impact of the fall Finney had closed his eyes so he didn't see what or who made him fall.
Hearing a curse and an apology (Finney realized he bumped into someone) coupled with the sounds of someone getting up, he prepared to apologize but opened his eyes to find a pair of black eyes staring back at him. a hint, hidden, of concern.
and shit.....
The stranger she had just collided with was handsome.
Like...really handsome.
Finney, for a moment, thought he was dead but the beating of his racing heart told him otherwise.
Finney realized that the mysterious boy was offering him a hand to help him up.
Not wanting to make a fool of himself anymore, though with a little hesitation, young Blake accepted the help.
Due to the impulse both boys ended up face to face, Finney felt himself blush at seeing the other boy's face so closely.
And realizing that he was still holding her hand, he quickly released her hand and began to apologize as he bent down to gather up the things he had dropped.
As he tried to gather everything as quickly as possible, he could hear the other boy laugh before bending down and helping him gather his purchases.
After gathering everything, the boy offered to take what he had to the register and thus avoid another possible accident.
Feeling the heat on his cheeks again, Finney agreed.
And so he ended up going to the cash register along with the stranger who, earlier, had crashed.
After paying for everything he bought and apologizing to the mysterious boy again.
(Finney had to keep his eyes on the ground as he grabbed the bags to be able to apologize without stuttering or his blush being too obvious.)
And although he couldn't see the boy's face, for some strange reason, he knew he was smiling.
Feeling the heat on his cheeks again, Finney agreed.
And so he ended up going to the cash register along with the stranger who, earlier, had crashed.
After paying for everything he bought and apologizing to the mysterious boy again.
(Finney had to keep his eyes on the ground as he grabbed the bags to be able to apologize without stuttering or his blush being too obvious.)
And although he couldn't see the boy's face, for some strange reason, he knew he was smiling.
In order not to prolong his humiliation any longer, he said goodbye and left the store as fast as he could.
He walked over to his friends (who were sitting on the railing across the street from the store) and practically threw their bags at them before getting into Vance's car.
The rest of the gang stayed where they were trying to process what had just happened and tried to talk to Finney but he repeatedly told them that nothing was wrong.
They decided to let it go (for the time being) and focus their attention on deciding which movie they were going to see.
(Robin had tried to get a bit of information out of Finney when they were walking home from the movie, but the other boy kept saying nothing had happened and when young Arellano suggested that someone had done/said something to him when was in the store, Finney stopped his steps abruptly and looked up (Blake had decided to look at the floor so that his friend would not see him blushing).
(Because he still feels his face getting hot?!)
Hours had passed since her encounter with the stranger in the store but she still couldn't get his face out of her head.) Finney fervently denied that theory and assured Robin that nothing bad had happened in that time lapse.
(Robin, although he knew that this was not entirely true, decided to believe him and both boys continued their walk).
A week passed since that event and little by little (with a lot of effort and a few hours of insomnia) Finney managed to push the memory of his meeting with the handsome stranger to the back of his mind.
The gang, after finishing a baseball game, decided to go buy sodas.
(Bruce somehow managed to keep Vance from going near the pinball machine.)
And while everyone was choosing their respective soft drinks and some other sweet. Finney, (who had already decided on just a grape soda) took a few steps back to avoid being swatted by Vance as he tried to escape Bruce's grasp and go to the pinball machine.
And I end up bumping into someone else's back by mistake.
Finney turned to apologize but the words died on his lips as he realized he had bumped into the handsome boy from last time.
And the rest of the gang got a front row seat as Finney Blake turned into a stuttering, flushed mess as he tried to apologize to the boy he'd bumped into.
(If anyone noticed after that that Robin was actively preventing Finney from re-entering the store if he didn't necessarily have to, neither said anything.)
And if the times that Robin couldn't stop Finney and that stranger (whom Finney and the rest of the gang found out was called Bear) from crossing paths and even seeing each other, they coincided with the times when Robin turned completely bad irritable and moody.
None of his friends dared to mention that obvious pattern.
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homoserpens · 1 year
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Flor Carnivora
I.
-El acceso empieza a las diez de la mañana, puede comenzar a hacer fila del lado izquierdo- Carmen le dijo a la gringa desabrida que llevaba en la taquilla desde las nueve. No se había acabado su atole cuando el gerente llegó a buscarla para decirle que abriera antes y atendiera a la señora que la veía de arriba para abajo como si fuera un artefacto de otro mundo. 
Carmen estaba acostumbrada a las miradas de cualquier tarado que nunca hubiera puesto atención a una mujer trans en su vida. Pero ella ya no se sentía triste al respecto, se sabía guapa. Más le molestaba tener que mal acabarse su desayuno para atender a la señora que no entendía bien español y quería entrar antes que todos a la exposición para que el baquetón de su marido le pudiera tomar fotos a ella sola con las piezas.
Con sus largas uñas rojas guardó los billetes de cincuenta pesos en la  caja registradora. Pensó en cambiarlos con las monedas de su cartera porque eran la edición conmemorativa del ajolote y a ella le gustaban mucho los animales, tal vez por la tarde. Su mano con anillos de chapa de oro era delicada, morena como el resto de su piel. En los nudillos tenía tatuadas las letras del nombre de su mamá “ A N A “ y un corazón en el meñique. 
Ese día estaba particularmente cansada, la noche anterior se había desvelado con Mauricio, un señor casado que la visitaba de vez en cuando. Por fin pudo decirle a su esposa que se quedaría en casa de un amigo como excusa para pasar la velada con Carmen. A ella no le importaba mucho el amor de ese hombre, pero le gustaba que le pagaran la cena y la llevaran en coche al trabajo. 
Para colmo ese era el día que Lucecita, la señora que hacía la guardia nocturna del museo, le había pedido que la cubriera dos horas en lo que ella dobleteaba en la tienda de abarrotes que servía como su segundo empleo. A Carmen no le disgustaba, era su fantasía estar encerrada en un museo con todas las piezas, como si fuera su mansión. Ella sentía que la vida que merecía era esa, como la de Gloria Swanson en Sunset Blvd. Rodeada de antigüedades y lujos empolvados.
La exposición era de joyería, a Lucecita no le importaba en lo más mínimo de qué fuera, pero a Carmen sí le había llamado la atención que había piezas originales de Cartier. En las revistas de Vanidades de su mamá había visto por primera vez la serpiente de diamantes que se enroscaba en el cuello de María Félix. Naturalmente esa pieza no estaba en ese museo, creía haber leído que alguna vez la usó Monica Bellucci y se imaginó que con ella se había quedado.
Lo que sí estaba presente en la exposición era otra pieza que apenas se había encontrado en el archivo de la legendaria casa joyera. Se trataba de un artefacto insólito, una pieza rarísima que nadie se imaginaba cómo pudo haber sido pensada para usarse. El objeto de diamantes era un reptil alargado, parecido a un cocodrilo con la cola larguísima, que se bifurcaba y la hacía parecer dos enormes piernas de mujer. Esa era la atracción principal del recorrido, la razón por la que esa gringa hedionda se había formado tan temprano. Quería subir la foto de la pieza a sus redes sociales y presumir su viaje de señora rica en la Ciudad de México.
II.
A las seis de la tarde cerró la taquilla. Se fumó un cigarro y caminó al metro para encontrarse con Lucecita, que le iba a dar las llaves del museo para hacer su guardia. Nomás son dos horas Carmencita y cuando llegue te traigo tus chocorroles mija, de verdad muchas gracias, Dios te bendiga. Carmen sabía que Lucecita no iba a tardar dos horas. Su jefe era un abusivo que se aprovechaba de esa mujer de sesenta y cinco años que no había tenido jubilación y ahora trabajaba turno doble en su cochina tienda de abarrotes, además de hacer guardia en ese museo donde a todos les pagaban mal.
Sabía que tal vez tenía que hacer guardia toda la noche, a Carmen no le molestaba. Le dijo a Lucecita que le mandara Whatsapp para avisarle si se atrasaba y que si se encontraba muy cansada mejor volviera a casa y ya se veían en la mañana. Eso sí, estaba desvelada. Recordó las manos grandes de Mauricio que la agarraban como una flor suave y la despedazaba quitándole pétalo por pétalo. Le gustaba sentirse así de frágil con un señor que podría tener la edad de su papá.
Sacó de su bolsa una lata de  bebida energizante y se metió al museo. Dio un primer trago y sintió los efectos de la cafeína entrando a su torrente sanguíneo. El museo era una galería amplia de dos pisos con escaleras de mármol. La luz cenital hacía parecer todo como un templo antiguo por el que se filtraba la luz de la luna llena. Acomodadas en fila estaban las piezas de marcas prestigiosas de joyería: Dior, Bvlgari, Versace. Todas las conocía, todas las compraba en imitaciones en la Calle de Moneda a precio de mayoreo. 
Al fondo del museo se encontraba la pieza principal, El Cocodrilo Híbrido de Cartier que traía loca a la élite de la Ciudad y a las gringas que le caían tan mal.
Con sus tacones negros y los mallones de vinipiel que llevaba puestos, se sentía Ertha Kitt vestida de cuero a punto de robar la pieza invaluable. El artefacto estaba resguardado dentro de una caja de cristal antibalas y ella puso sus manos frías sobre él para poder verlo más de cerca. Los diamantes iridiscentes la cautivaron y por un momento entendía a las señoras ricachonas que gastan el dinero de sus maridos en objetos así de costosos. Porque eran tan bonitos. Porque seguro se sentían reinas egipcias cuando los usaban.
Agarró una de las sillas de patas de metal puestas ahí para los vigilantes y se sentó. Sacó su celular para ver los mensajes de sus amigas y averiguar si tal vez Mauricio le había mandado algún texto. Al menos un “Que tengas bonito día…que ganas de verte otra vez…no dejo de pensar en ti…” Pero nada. A Carmen no le importaba el amor de Mauricio pero sí le hubiera gustado tenerlo. Le dio otro sorbo a su trago de taurina que ya se estaba quedando sin gas y se dio cuenta de que lo que necesitaba era dormir. 
Le mandó un mensaje a Lucecita. Si se te hace tarde, no te preocupes, vete a tu casa, mana. Mañana ya nos vemos. Vio unos videos guarros que le había mandado su amiga Marce y se rió a carcajadas, sin pena de ser escuchada porque estaba completamente sola en el museo. 
La bebida energizante no servía de mucho, los ojos le pesaban y no le pareció mala idea cerrarlos unos minutos. De todas maneras no era como que ese día fueran a intentar robar el museo. Y le dio una irónica tranquilidad el saber que no había mucho que ella pudiera hacer. Medía un metro sesenta y ocho y tenía menos fuerza que Lucecita. Era delgada y delicada como una peonía que además había sido deshojada la noche anterior.
III.
No pasaron ni diez minutos cuando el sonido estruendoso del cristal rompiéndose arrebató a Carmen violentamente de su sueño. “Ya valió madres”, pensó inevitablemente mientras se paraba de su asiento. Se estaba deshaciendo del terror. Si alguien había entrado a robar al museo, definitivamente ella no iba a poder hacer nada al respecto. Si tenía suerte y se iban con el botín sin hacerle daño a ella, aún así tendría que responder ante el robo. La pieza ni siquiera tenía precio. La iban a correr. Iban a correr a Lucecita. La iban a despellejar viva. La iban a cubrir de diamantes y ponerla en la exhibición para cubrir el daño.
De pronto se dio cuenta que no le gustaba tanto ser así de frágil. En vez de orquídea le hubiera gustado ser en ese momento una Flor Carnívora. 
No se escuchó ningún ruido además de la lluvia de vidrio que la despertó. Esperó los pasos de los ladrones, los susurros de quien hubiera entrado a robar. Pero nada. Se quedó quieta esperando a que alguien o algo se moviera. Carmen se asomó por entre las cajas de cristal que resguardaban las piezas de joyería para ver su panorama. No logró distinguir a nadie, pero sí vio que la caja que se había roto era la del Cocodrilo de Cartier. 
¿Cómo chingados se rompió eso? Se preguntó entre dientes. Era cristal de ese que salía en las películas y no se podía quebrar ni con un hacha. Ella vio cuando hizo la demostración el técnico bigotón que lo había ido a instalar. Además que no había sonado ninguna alarma después del ruido del vidrio rompiéndose. Esperó a que apareciera alguien pero parecía estar completamente sola. “Sal hijo de tu re chingada madre”. Gritó sin pensar. Ella sabía muy dentro que estaba sola, por eso se atrevió a gritar, sólo quería comprobarlo. Nadie salió.
Caminó lentamente y se acercó al cubo que sostenía el reptil de diamantes, ahora sin cristal protector. Era mucho más grande ahora que podía verlo sin el límite que ponía la caja transparente. El piso estaba bañado en las gotas de vidrio que parecían haberse pulverizado por completo. Más parecían salpicaduras de agua como si un balazo fulminante hubiera roto el cristal. No se veía como las ventanas cuando las atraviesa un disparo, eran gotas minúsculas. 
Un terror ancestral sacudió a Carmen cuando vio el Cocodrilo de Cartier emitir un espeluznante fulgor dorado, una luz sobrenatural que se filtraba desde el interior de los diamantes. La pieza de joyería además comenzó a moverse, reptando sobre el módulo de tablaroca que la sostenía. Se le escapó un grito ensordecedor antes de verse cegada por el brillo del monstruo iridiscente que ahora escapaba incontrolable, una plétora de luz que cubrió espesa toda la sala del museo. 
IV.
La luz cegadora le había provocado un desmayo. Abrió lentamente los ojos de nuevo para encontrarse viendo hacia el techo elevado de la galería del museo. Tardó en incorporarse, le dolía la espalda, había caído hacia atrás y sentía la sangre caliente deslizarse por su nuca. Se había descalabrado. 
-Carmen. 
Una voz cavernosa la llamaba. Una reverberación sonora, que parecía el rugido de diez mil leones, una canción siniestra. Se levantó del piso y su mirada se dirigió a la aparición insólita que estaba de pie en frente de ella, ahí donde se encontraba antes el Cocodrilo de Cartier. 
Se trataba de una criatura multiforme de tamaño insólito que parecía elevarse a kilómetros por encima de ella. Un monstruo que tenía múltiples senos y el rostro de una mujer con cuatro pares de ojos cuyas pupilas se separaban y se unían una y otra vez. Las infinitas tetas palpitantes que se dibujaban debajo de aquella cara monstruosa coronada por una monumental aureola dorada se sostenían por dos gigantescas extremidades escamosas como la cola doble del reptil de diamantes. 
Carmen veía aquella Diosa Primigenia y le recordaba a la Virgen de Guadalupe si fuera al mismo tiempo un Dragón de los infiernos. De su cuerpo grotesco caían pulposas flores gigantes que cubrían ahora el piso del museo y se abrían para revelar bocas dentadas, plantas carnívoras que le hablaban a Carmen en voces primigenias.
-Carmen. Carmen. Carmen. -La Diosa Reptil frente a ella sabía su nombre y movía sus brazos alargados con garras escamosas en una danza hipnótica y aterradora. Carmen estaba en un estado de shock viendo al monstruo femenino que bailaba frente a ella. Impulsada por una fuerza invisible se vio arrastrada hacia la criatura, que la veía fijamente y le hablaba sin abrir la boca. La corona que se posaba sobre aquella cabeza monumental de dos pares de ojos daba vueltas como una rueda infernal de la que surgía el fulgor dorado que iluminaba todo el cuarto.
La boca del híbrido monstruoso se abrió y de ella surgieron los repulsivos movimientos viscosos de una lengua gigantesca que lamió el rostro de Carmen y procedió a besarla con lascivia. En ese beso ella pudo escuchar la música gloriosa de unos Serafines Carnosos que bailaban en una corte celestial ubicada más allá de cualquier esfera del entendimiento. Sintió entonces cómo la Diosa entraba en ella para unirse con su espíritu, con su lengua hedionda adentrándose por todos los rincones de su cuerpo. 
V.
Carmen se despertó en el suelo del museo. El Sol de las seis de la mañana se comenzaba a asomar por las ventanas e iluminaba su piel morena. Se encontraba desnuda y únicamente portaba en su cuello el Cocodrilo Cartier como una Diosa Prehispánica. Tomó su ropa que se encontraba tirada a unos pasos de ella. De su bolsa sacó su celular y vio el mensaje de Lucecita que le pedía disculpas porque no iba a poder llegar a terminar la guardia, a la hora de la comida le daba sus chocorroles y un regalito.
Salió descalza hacia la avenida sujetando sus tacones con las manos que ahora llevaban garras afiladas de diamante. La gente ya empezaba a trabajar sobre Lázaro Cárdenas. Sonrió para ella y pensó en el gusto que le daba saber que, si la gringa regresaba al museo, ya no iba a poder ver el Cocodrilo de diamantes Cartier.
Carmen abrió su conversación con Mauricio en WhatsApp. Lo citó a las seis de la tarde en su departamento. Estaba muerta de hambre.
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bluemings · 1 year
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♡     @deliqates​   /     byeol.
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‘  mi viejo dice que esas son buenas para el año nuevo, en muchas culturas los claveles son las flores de enero... ’  explica saliendo de la caja registradora a cliente, era un día lento. sus padres no estaban en la ciudad y tenía la tienda para él solo. no se quejaba, le gustaba explicar acerca de las flores. así finaliza su última compra del día, comenzando a cerrar y guardar las flores en el refrigerador cuando familiar campana de la entrada suena.  ‘  lo siento ya cerramos, abrimos otra vez el lu--  ’  habla en lo que va saliendo del refrigerador mas es rostro familiar el que lo hace detenerse, como si estuviese viendo un fantasma.  ‘  byeol.  ’  ese nombre que pensó que no volvería a mencionar ahora escapa de sus labios.  ‘  ¿qué--? ¿cuándo--?   ’  no puede terminar de formular preguntas, no puede decir ni una palabras coherente cuando era él quién no esperaba ver entrando a su tienda. 
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tetha1950 · 10 months
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Creciendo en el Discernimiento...
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El Espíritu del Señor reposará sobre él: espíritu de sabiduría y de entendimiento, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor del Señor. Él se deleitará en el temor del Señor; no juzgará según las apariencias, ni decidirá por lo que oiga decir,  Isaías 11:2-3
Jesús vivió Su vida por discernimiento. Su discernimiento no fue basado en los sentidos superficiales de Su carne, sino en el resultado de Su íntima comunión y relación con Su Padre Dios.
Este mismo regalo de discernimiento está disponible para ti y para mí a través de nuestra relación con Dios.
¿Entonces cómo funciona? Antes de hacer algo, debes rápidamente mirar en tu espíritu para ver si la cosa que vas a hacer está bien. Si tienes paz, sigue adelante. Pero si te sientes inquieto, confundido o frustrado, quédate quieto.
Por ejemplo, a veces que he estado en el centro comercial alistándome para comprar algo, pero antes de llegar a la caja registradora, he sentido frustración en mi espíritu, que es como un codazo del Espíritu Santo para no hacer esta compra.
Lo que es emocionante acerca de momentos como estos es que cada vez que tú y yo elegimos escuchar y seguir el impulso del Espíritu Santo, nuestro espíritu crece más fuerte en Dios, y se libera más y más poder de Dios en nuestras vidas para operar en los frutos del Espíritu.
Sométete al Espíritu Santo y siga Sus impulsos y crecerás en el mismo discernimiento en que Jesús caminó.
Oración final
Dios, yo no quiero tomar decisiones basado en propio deseo superficial y egoísta. Yo quiero caminar en el discernimiento. Mientras yo lo verifico contigo cuando estoy tomando decisiones, frustra los deseos que no son de Ti, y dame paz para seguir Tu camino.
(Joyce Meyer).
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crecimiento-espiritual · 10 months
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El Espíritu del Señor reposará sobre él: espíritu de sabiduría y de entendimiento, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor del Señor. Él se deleitará en el temor del Señor; no juzgará según las apariencias, ni decidirá por lo que oiga decir,  Isaías 11:2-3
Jesús vivió Su vida por discernimiento. Su discernimiento no fue basado en los sentidos superficiales de Su carne, sino en el resultado de Su íntima comunión y relación con Su Padre Dios.
Este mismo regalo de discernimiento está disponible para ti y para mí a través de nuestra relación con Dios.
¿Entonces cómo funciona? Antes de hacer algo, debes rápidamente mirar en tu espíritu para ver si la cosa que vas a hacer está bien. Si tienes paz, sigue adelante. Pero si te sientes inquieto, confundido o frustrado, quédate quieto.
Por ejemplo, a veces que he estado en el centro comercial alistándome para comprar algo, pero antes de llegar a la caja registradora, he sentido frustración en mi espíritu, que es como un codazo del Espíritu Santo para no hacer esta compra.
Lo que es emocionante acerca de momentos como estos es que cada vez que tú y yo elegimos escuchar y seguir el impulso del Espíritu Santo, nuestro espíritu crece más fuerte en Dios, y se libera más y más poder de Dios en nuestras vidas para operar en los frutos del Espíritu.
Sométete al Espíritu Santo y siga Sus impulsos y crecerás en el mismo discernimiento en que Jesús caminó.
Oración final
Dios, yo no quiero tomar decisiones basado en propio deseo superficial y egoísta. Yo quiero caminar en el discernimiento. Mientras yo lo verifico contigo cuando estoy tomando decisiones, frustra los deseos que no son de Ti, y dame paz para seguir Tu camino.
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