Tumgik
#captar nuevos pacientes
agenciadeseoenlima · 1 year
Text
SEO local para sector sanitarias
SEO local en el sector sanitario: lo pueden encontrar los pacientes online Introducción: ¿Qué es el SEO local en el sector sanitario? En la era digital actual, el entorno en línea juega un papel vital en el éxito de la práctica médica. Como profesional de la salud, comprende la importancia de conectarse con los pacientes locales.SEO local (optimización de motores de búsqueda) es un proceso…
Tumblr media
View On WordPress
0 notes
claus73 · 4 months
Text
Es bueno saber..
Que el marketing de contenidos en odontología es una estrategia de marketing digital que se centra en la creación y distribución de contenido relevante y valioso para atraer, captar y retener pacientes de una práctica dental. Este tipo de marketing busca posicionar a los profesionales dentales como expertos en la materia y generar confianza en sus posibles pacientes.
Algunas formas de implementar el marketing de contenidos en odontología incluyen:
1. Publicación de artículos y blogs educativos sobre temas relacionados con la salud dental, como prevención de caries, tratamientos de ortodoncia, y cuidados de la salud bucal.
2. Creación de videos educativos que muestren procedimientos dentales, consejos de higiene bucal, y entrevistas con pacientes satisfechos.
3. Uso de redes sociales para compartir información sobre nuevos tratamientos, promociones y eventos relacionados con la odontología.
4. Envío de boletines electrónicos con consejos, promociones, y actualizaciones sobre la práctica dental.
5. Optimización de la presencia en línea de la práctica dental a través de estrategias de SEO (Optimización para Motores de Búsqueda) para mejorar la visibilidad en los resultados de búsqueda de Google y otros motores.
El marketing de contenidos en odontología es una herramienta eficaz para aumentar la confianza en los profesionales dentales, mejorar la experiencia del paciente y generar lealtad a la práctica dental.
Todos podemos poner en práctica el marketing digital
0 notes
doctrinaqualitas · 1 year
Link
Plan de Marketing de una Clínica Dental: En el competitivo mundo de la atención dental, contar con un plan de marketing sólido y eficiente es esencial para el éxito y crecimiento de una clínica dental. Un plan de marketing bien estructurado no solo permite captar nuevos pacientes, sino que también ayuda a fidelizar a los
0 notes
lady-chibineko · 4 years
Text
In other words
https://archiveofourown.org/works/29743479
Título: In other words...
 Autor: Lady chibineko
(Miembro de la Orden Sirusiana)
(Miembro de la Mazmorra del Snarry)
(Alumna de la casa de Hufflepuff en Media Noche en la Torre de Astronomía)
 Disclaimer: La franquicia de Star Trek es propiedad intelectual de Gene Roddenberry y los respectivos productores de cada saga.  Esta historia entra en Star Trek: el Universo Alterno ("Alternate Original Series" o "AOS") que nos trajo J.J. Abrams en la película del 2009.
 Advertencia: Este es un fic slash, lo que quiere decir relación chico-chico; si no es de su agrado este tipo de lectura por favor no sigan.
 Dedicatoria: A Lune Esteliel, quien colocó en face el video de Chris Pine cantando un fragmento de esta canción, mientras exigía un fic de Kirk cantando. Pues me inspiré y allí está, espero que te guste.
 ~.~.~.~.~.~
James T. Kirk, capitán del Enterprise, terminó de acomodarse el uniforme por tercera vez durante el corto período de tiempo que duró el viaje en el turboelevador. Y lo hubiese hecho una vez más si eso significaba tener algo para hacer que no fuese el reconocer que su primer oficial y también pareja (aunque eso último estaba en discusión, debido a los últimos acontecimientos) Spock, estaba en el mismo turboelevador que él.
Y bueno, Bones también se encontraba presente, pero se había negado a cumplir su deber como mejor amigo y ayudarlo a que Spock entrase en razón, llamándolos a ambos un par de niños tontos.
 Jim estaba pensando seriamente en buscarse un nuevo mejor amigo... y una nueva pareja sentimental de paso.
Aunque tuvo que dejar sus pensamientos de búsqueda de lado, una vez que salieron todos del turboelevador y recorrieron la bastante corta distancia desde dicho aparato hasta la sala de reuniones de la nave, donde los esperaba el almirante Ellison con una misión especial.
Al final la reunión duró un total de 2 horas, y el Enterprise quedó a cargo del teniente Sulu durante los siguientes dos meses (con suerte menos), mientras James Kirk, Spock, Leonard McCoy, Montgomery Scott, Nyota Uhura y G.P. "Cupcake" Hendorff se dirigían a cumplir con la misión de espionaje, infiltración y captura de la cabeza del líder de una de las mafias Orion que más problemas le había causado a la Federación durante los últimos 3 años; aunque insólitamente el sujeto en sí no era orion, sino denobulano; uno que se salía de los estándares de la raza en cuanto a sus actividades criminales, aunque no así en relación a su curiosidad natural o su inclinación al hedonismo.
A Zepht, como a todos los de su raza, le interesaban los seres que picaban su curiosidad, y parecía tener una marcada inclinación por individuos de la raza orion, o por lo menos eso podía concluirse por las dos esposas que ostentaba de esa raza.
Y según rumores, parecía decidido a encontrar alguna más por allí, según la información recopilada por inteligencia; información que también señalaba el gusto de Zepht por visitar clubes nocturnos en un determinado pequeño planeta, en el mismo sistema donde estaba su base de operaciones.
Planeta donde Inteligencia había conseguido un local y donde los antes referidos tripulantes del Enterprise iban a montar una fachada que les permitiría capturar por fin al encantador y evasivo denobulano; así como a los que estuviesen junto a él en aquél momento, pero con las pruebas suficientes para mantenerlo arrestado (cosa que hasta el momento había sido imposible, y razón por la cual Zepht conocía prácticamente a todos los oficiales que hubiesen podido hacer el trabajo de infiltración, y por lo cual Kirk y su gente habían sido llamados).
 EL plan era bastante simple para una operación tan elaborada, pero a veces lo simple es la mejor opción. 
Scotty iba a representar a un excéntrico y adinerado humano que, solo por el hecho que podía hacerlo, decidió hacerse de un par de esclavos orion (Uhura y Kirk), contratar a un romulano como bartender (Spock), y un grandulón humano como saca borrachos (Hendorff) y poner un pequeño club nocturno para probar suerte. 
Pronto se haría de algunos regulares, entre ellos un doctor divorciado que apenas tenía los suficientes pacientes para pagar sus tragos del día (McCoy).
Y tal como fue planeado, la operación fue puesta en marcha.
Y en menos de 15 días, el doctor McMahan no era el único cliente regular. Todo en gran parte gracias a las dotes musicales de la teniente Uhura, quien cada noche cantaba un par de canciones, lo cual de paso la alejaba de las manos traviesas de los clientes a los que servía tragos cuando no estaba en el escenario. 
Jim hubiese querido poder tener la misma oportunidad de librarse de los manolarga que cada día pellizcaban su trasero o, en caso de algunos de los más osados, trataban de meter la mano dentro del ajustado pantalón que era parte de su uniforme. 
¡Esos caraduras! Había formas de conquistar a tu mesero o mesera de turno, y Jim lo sabía porque en su momento había logrado salir de bares, clubs y pubs con más de uno o una colgados del brazo, y en definitiva los toques no deseados y el aliento cargado de alcohol no eran parte de la fórmula ganadora.
Y si a eso se le añadía el hecho de que Spock y él, no solo aún no habían resuelto el entuerto sucedido previo a la designación de la misión, sino que de plano Spock ni siquiera le hablaba más allá de lo necesario, pues bien... tenía todo el derecho de no estar pasándola bien.
Otro pinchazo de dedos en su nalga izquierda casi lo hace derramar las bebidas que llevaba en la bandeja. Respiró profundamente, extendió en su rostro la más fingida de las sonrisas y colocó el vino de sangre klingon con un poco más de la fuerza necesaria justo frente al cliente, el cual lo miró de arriba a abajo con lascivia. 
- Disfrute su bebida.- dijo el rubio mesero orion, antes de alejarse con prontitud de la mesa... aunque nunca lo suficientemente rápido, no lo rápido que Jim hubiese querido. Otro pinchazo aterrizó, esta vez en su nalga derecha. 
Y estuvo a punto de gritarle al culpable, pero lo único que hizo fue parar en seco todo lo que hacía al ver quien ingresaba al local. 
¡Zepht! 
El denobulano miró alrededor, evaluando el lugar, y por un segundo cruzó la mirada con Jim, quien pronto fingió una pequeña sonrisa mientras se llevaba una mano a la cabeza con la intención de colocar un mechón de cabello detrás de su oreja, y de paso darle un toque al radio receptor detrás de ésta. 
- El zorro entró al gallinero.- dijo rápidamente mientras sus labios eran cubiertos brevemente por su mano, mientras bajaba de nuevo el brazo; todo ello justo antes de dirigirse al recién llegado. 
- Buenas noches, bienvenido a 'La estrella perdida' ¿Desea una mesa o prefiere que lo lleve a la barra?- preguntó Jim con jovialidad y un toque de coquetería, lo cual pareció gustarle al recién llegado. 
La sonrisa del denobulano se hizo evidente. 
- Una mesa... ¿Tal vez cerca al escenario? He escuchado que tienen un espectáculo que vale la pena disfrutar. 
Jim asintió y llevó al recién llegado a la mesa con 'la mejor vista' al escenario... Esa misma que todos los involucrados esperaban fuese del agrado del sujeto de interés, pues era la que estaba con micrófonos y cámaras escondidos por todos lados, listos para captar cualquier información que le fuese útil a la Flota. 
Las siguientes horas Jim fue el mesero de ensueño que cualquier cliente de centros nocturnos pudiese desear, y aparentemente aquello rindió sus frutos. 
Dos días después Zepht regresó, y lo hizo de nuevo tras dos días de ausencia, y nuevamente apareció una cuarta vez, pero esta vez al día siguiente de la tercera visita. 
EL anzuelo había sido picado. 
Ahora... a esperar. 
~.~.~.~.~.~ 
Jim y Nyota gruñeron mientras se dejaban caer en asientos vacíos de la barra del club. 
Había amanecido hacía ya una hora y Hendorff había sacado al último cliente hacía no más de 10 minutos atrás. 
Llevaban ya un mes allí y la verdad era que todos los involucrados en aquél caso (que ya no solo tenía a los tripulantes del Enterprise nada más, sino que ahora también a uno que otro agente de inteligencia recién salido de la academia, y por lo tanto no identificables por el sujeto de interés) estaban más que impacientes por cerrarlo, pero ninguno como los dos 'meseros estrella' del club. La verdad que a esas alturas, cualquiera de los dos daría hasta su alma por dejar completamente atrás la experiencia que ambos estaban viviendo.
- ¡Dios! Como siga así, voy a necesitar un nuevo trasero para cuando esto termine... y un buen baño desinfectante.- gruñó Jim con la cabeza entre los brazos, la parte superior de su cuerpo desparramado sobre la barra. 
Nyota Uhura gruñó ante el comentario, antes de añadir un muy convencido. 
- Secundo la moción. 
El ruido de vasos siendo colocados en la cercanía hizo que ambos alzacen la vista, solo para ver a Spock colocando un vaso de jugo frente a cada uno de ellos; y aunque su mirada se posó sobre el rubio unos segundos más de lo necesario, pronto se retiró del lugar... tal como sucedía casi cada mañana. 
Jim suspiró con tristeza ante aquello, e increíblemente Uhura gruñó a su lado. 
- Ya pasó un mes ¡¿Cuándo va a dejar de ser tan cabeza dura y admitir que te extraña?! 
Esta vez fue Jim el que gruñó... aunque al final el sonido pareció más un gemido lastimero, tal vez ante el dolor de admitir... 
- No sé cómo voy a resolver esto. 
Y la repentina lástima en la mirada de Nyota no hacía nada para hacerlo sentir mejor. 
- Sé que dije que no iba a meterme para nada, pero esto ya superó lo aceptable. 
Los ojos de cachorro triste de Kirk parecieron acentuarse aún más por la piel de tonalidad verde que ahora portaba el capitán. 
La teniente suspiró, tomó un sorbo de su jugo e hizo un ademán con la mano libre para que el otro comenzase a hablar. 
- Vas a terminar pensando, igual que Bones, que somos un par de niños tontos que no saben manejarse. 
- Puede que sí, pero tienes que tener en cuenta algo: Yo salí con Spock por mucho tiempo, Leonard no lo hizo. Yo sé que tan ilógica puede ser la lógica de Spock a veces. 
Jim pareció pensarlo por un rato, hasta que suspirando cerró los ojos y simplemente señaló. 
- Tuvimos una pelea porque Spock dijo que él no era lo suficientemente bueno para mi. 
Uhura frunció el entrecejo, tomó otro sorbo y volvió a mover la mano para señalarle al otro que siguiese hablando. 
- Elabora.- dijo para complementar lo último. 
Jim se aclaró la garganta. 
- Hace un mes...- el hombre suspiró- fue... fue nuestro primer aniversario. 
El entrecejo de la teniente se frunció aún más. 
- ¿Qué no llevan recién unos... 10 meses a la fecha? 
Jim se incomodó un poco. 
- Tal vez no le avisamos de inmediato a la Flota ¿De acuerdo?... O a nadie más. Queríamos ver primero si lo que había entre nosotros realmente iba a funcionar. 
La mujer asintió lentamente, entendiendo por donde iba aquello. 
- De acuerdo, primer aniversario ¿Qué más? 
- Pues, decidí recorrer las 9 yardas enteras, eso fue lo que pasó. Preparé una cena romántica para los dos, decoración, la habitación a media luz, música de fondo... todo. Y se suponía que Spock llegaría finalizando el turno beta... solo que nunca llegó, porque tuvo que quedarse por culpa de los ensayos que casi se estropean, en el laboratorio de Xenobiología. 
Nyota volvió a gruñir. Ya sabía exactamente por donde iba el problema. 
- Si, justo eso. Cuando Spock llegó por fin, me encontró dormido al lado de la comida fría. Y de pronto no era el adecuado para mí, me había fallado, sería mejor si yo optase por una pareja más adecuada... blah, blah, blah. No manejé muy bien el supuesto intento de ruptura por su parte en pos de mi bienestar emocional en un inicio, y luego no me dejó hablar con él más de lo necesario. Así que decidí tomar al toro por las astas, crear la oportunidad para hacerle saber que no hay nadie más para mí, pero... casi inmediatamente nos asignaron a esto.- terminó de narrar Jim con aire derrotado. 
Uhura gruñó una vez más y dirigió su mirada al techo, más unos segundos después volvió a mirar a su capitán con el entrecejo incluso más fruncido que antes. 
- Estoy segura de haberte escuchado decirles a Spock y Leonard que estabas evaluando conseguir versiones mejoradas de novio y mejor amigo en por lo menos dos ocasiones desde que llegamos aquí. 
Kirk se empequeñeció aún más sobre su sitio. 
- Es la extensión de no estar llevando muy bien que digamos el intento de ruptura de Spock conmigo. 
Eso definitivamente arrancó una risa inesperada en la teniente. 
- Ustedes dos son realmente tal para cual.- dijo mientras negaba suavemente, antes de alzar su vaso de jugo en un brindis- Salud por eso, y por buscar la manera de solucionar esto. 
A Jim se le iluminó la mirada. 
- ¿En serio? ¡Gracias Uhura! ¡Eres la mejor! Realmente necesito la ayuda, y en serio te voy a deber una muy grande. 
- Y me la vas a pagar ahora mismo.- respondió la mujer con una sonrisa un tanto tímida en sus ahora verdosos labios. 
Kirk pareció quedar sin habla por un segundo, antes de finalmente responder. 
- ... De acuerdo... 
- No es nada malo, en serio. Nada ilegal o que implique que traiciones la confianza de nadie, lo prometo. Por lo menos no demasiado. 
Kirk parpadeó ante aquello último. 
Uhura tomó aire, lo exhaló y pareció finalmente cobrar valor. Kirk tomó un pequeño sorbo de su jugo. 
- Montgomery Scott. En la escala entre el uno y su amor por los tubos de Jeffrey ¿Cuáles son mis posibilidades con él? 
¡Menos mal y el capitán ya había pasado el jugo! Porque la manera en la que se atragantó solo con nada más que aire, terminó siendo bastante aparatosa de por sí; tanto que hasta Uhura tuvo que darle de golpes en la espalda para ayudarlo a respirar bien de nuevo. 
- ¿Scotty? ¿En serio? 
La mujer rodó los ojos, pero asintió. 
- Vamos a ponerlo así, los poemas de amor que Scotty le susurra a los Jeffreys palidecen en comparación con todas las odas y alabanzas que prácticamente llora en mi hombro porque nunca lo has mirado siquiera, cuando toca noche de tragos con los destilados que hace en ingeniería y de los que pueda o no que yo tenga conocimiento. 
Y Jim supo que había dicho lo correcto al ver la sonrisa casi enceguecedora que se extendió en el rostro de Uhura. 
- De nada.- dijo Jim, siendo ésta vez él quien alzase el vaso de jugo en forma de un improvisado brindis. 
Y fue el destino el que quiso que justo en ese momento ingresase al lugar un sonriente Scotty. 
- ¡Pero que ven mis ojos! ¡Mis dos camareros estrella escondidos en un lugar como éste! ¿Qué dirían los clientes? 
Los dos aludidos gruñeron al unísono. 
- Consíguete nuevos camareros, Scotty ¡Tus clientes apestan!- fue la respuesta que dio Jim sin perder siquiera un segundo. 
- Lo que él dijo.- apoyó Nyota. 
- ¿Así de malo? ¿En serio? 
- Peor.- respondió la teniente. 
- Ah, compañeros; eso no está nada bien. 
- No.- coincidió Jim- Pero es lo que hay. Solo espero que esto acabe pronto, para que podamos volver al Enterprise. Y de paso para volver a sentirme como yo mismo. No tengo nada contra la piel verde, pero no es lo mío. 
Uhura sonrió traviesa. 
- No es lo que opina la clientela, o por lo menos la mitad de los que vienen cada noche solo para poder pincharte el trasero. 
Jim gruñó de nuevo y terminó de un trago lo que quedaba de su jugo. 
- Chicos ¿Por qué no se van adelantando? Termino de limpiar un poco aquí y los alcanzo.- dijo el rubio moviendo el vaso, señalando con éste el replicador. 
El rostro de Scotty se iluminó como si de pronto alguien hubiese dicho que era navidad e iban a abrir los regalos, y Uhura se preguntó cómo era que no lo había notado antes. 
- ¿En serio, Jimbo? Bueno, si crees que está bien. 
- Sí, sí... vayan. 
Ni Scotty ni Uhura dijeron nada más, pero la sonrisa y el 'gracias' silencioso que dirigió la teniente a su capitán le dijeron todo lo necesario. 
Por lo menos alguien iba a salir de ese basurero con algo más que un trasero pellizcado y una mafia orion desmantelada. 
~.~.~.~.~.~ 
Una semana después, Jim y Nyota se encontraban nuevamente cada uno frente a un vaso de jugo puesto por cierto medio vulcano que nuevamente se había hecho humo sin mediar una palabra más de la necesaria con su oficial superior inmediato. 
Sinceramente, la situación ya bordeaba en lo absurdo; en especial porque Jim había dejado completamente de lado todo su orgullo durante la última semana y había tratado, en más de una ocasión, de hablar del tema con Spock para subsanarlo de una vez por todas. 
Realmente estaba cansado de no tener consigo a la otra mitad de su alma ¿Y es que no había sido así que los había descrito Spock al inicio? ¿Cómo almas gemelas? Entonces ¡¿Por qué demonios llevaba 5 semanas sufriendo el que Spock pensase que estaría mejor con alguien más?! 
Por lo menos a Uhura le estaba yendo mejor que a él, o por lo menos eso suponía por la sonrisa soñadora que se dibujaba en sus labios. 
- ¿Y vas a hacer algo especial por su semana de aniversario? ¿Tal vez aprovechar el disfraz para jugar un poco a la esclava orion y su amo antes de que la misión termine? 
- ¡Urgh! ¡No! ¡No seas burdo, Kirk!- fue la respuesta que obtuvo, junto a un puñado de semillas de girasol que fueron directo a su rostro. 
Jim rió divertido. 
- Además no es como si fuese a terminar pronto. Ya oíste al almirante Ellison. 
Ante lo dicho, el buen humor del capitán se esfumo. Y es que era cierto. 
Aun cuando Zepht prácticamente gravitaba hacia 'su mesa' casi todas las noches, casi nunca venía acompañado; y las pocas veces que había traído a alguien con él, las conversaciones no se habían acercado a la mafia orion ni por accidente. Era probable que la misión se extendiese y no había nada que Jim pudiese decir o hacer para logar que su tripulación y él mismo volviesen al Enterprise. 
Lo sabía porque después de la conversación de casi 3 horas a puertas cerradas que sostuvo con el Alto Mando de la Flota, eso le había quedado bien claro. 
- ¿Qué era lo que tenías preparado para Spock esa noche? 
La pregunta lo pilló completamente por sorpresa. 
- ¿Cómo? 
- Por tu aniversario.- aclaró Nyota, aunque no hubiese sido necesario. Jim entendió a la primera. 
Se aclaró la garganta. 
- Pues... nada fuera de lo normal, supongo. Una cena con un par de sus platillos favoritos, esperar que el regalo que seleccioné en la estación espacial Hermes III le gustase, cantarle nuestra canción cuando la melodía sonase entre la música de fondo... Ya sabes, lo básico dentro del manual de romance para tontos. 
- ¿Cantarle? Vaya, cuando dijiste el otro día que fuiste por todo, lo dijiste en serio. Pero no sabía que el capitán Kirk podía cantar. 
El rubio rodó los ojos y sonrió burlón. 
- Tal vez no tan bien como cierta teniente Uhura, pero creo que no lo hago tan mal.- otro suspiro- En serio me hubiese gustado que todo saliese como lo planeé... todo sería tan diferente ahora. 
- ¿Y cuál es la canción? Si es que no es demasiada indiscreción preguntar. 
- Nah, no es secreto. 'Fly me to the Moon', la de Sinatra. 
- ¡Vaya! Eso suena... realmente... ¿Spock en serio estuvo de acuerdo con escoger una canción romántica de la Tierra? 
La sonrisa de Kirk se tornó algo tímida. 
- Digamos que describe bien el momento en que por fin hicimos click. 
La teniente pareció pensarlo un momento antes de abrir los ojos en señal de sorpresa. 
- ¿La misión en la Luna de Asclepios? ¡Kirk! ¡No fue un momento romántico! ¡Fuiste secuestrado y echado a una celda por 4 días! ¡Te encontramos deshidratado, golpeado y apenas consciente! 
- Y aun así fue una de las mejores experiencias de mi vida, desde que hizo que Spock me declarase sus sentimientos.- respondió el hombre con aire soñador. 
La mujer rodó los ojos y gruñó. 
Jim bufó. 
- ¿Seguro que es Scotty tu media naranja? Porque estoy recibiendo unas vibras a la Bones bastante claras y fuertes, teniente. 
- ¡Oh! ¡Ya cállate! 
Un silencio cómodo se instauró entre ambos por unos minutos, hasta que... 
- Realmente me hubiese gustado cantarle a Spock. 
Otro silencio. 
- ¿Y quién dice que no puedes?- preguntó la morena. 
Jim la miró confundido. 
- ¿A qué te refieres? 
Como respuesta, Nyota señaló con el mentón el escenario. 
- ¿Por qué no?- preguntó ella mientras se encogía de hombros- No es como si fuese a demorar la misión, ni hacer que los clientes que vienen cada noche huyesen despavoridos por una única noche que no cante yo. Y me vendría bien una noche de descanso, la garganta hasta me lo está exigiendo. 
Y antes que Jim pudiese responder, llegó Scotty casi volando al lado de Nyota, dispuesto a llevarla a su habitación a descansar, tal y como el perfecto hombre enamorado que era en ese momento; dejando a Jim solo con aquellainesperada oferta. 
~.~.~.~.~.~ 
Dos noches después 
Leonard McCoy miraba incrédulo al trio frente a él. 
- ¿Es en serio? Estamos en pleno siglo XXIII ¿Quién va a creer que Uhura no puede salir a cantar por una infección a la garganta? Una hypo y estaría como nueva en 10 minutos. Lo cual por cierto es el motivo por el cual estoy aquí y no en mi bahía médica en el Enterprise, para asegurarme de que nadie se contagie de alguna enfermedad en este agujero del infierno olvidado por Dios. 
- ¡Booooones!- gimió lastimero el rubio a su mejor amigo, siendo pronto respaldado por las miradas suplicantes de Uhura y Scotty. 
- ¿Por favor? En serio necesito un descanso del escenario... Pero más aún, todos necesitamos que Jim y Spock se reconcilien ¿O es que aún puedes con el drama luego de 5 largas semanas?- preguntó Uhura de manera directa. 
Y en respuesta, el rostro del doctor lo dijo todo. 
- Hazlo en nombre del amor, amigo.- apoyó finalmente Scotty, y Leonard no tuvo más remedio que rendirse. 
- Pero si alguien pregunta, no te sentiste mal hasta como 5 minutos antes de salir, luego de tomar una bebida o algo así. 
- ¡Gracias Bones! ¡Eres el mejor! ¡Ya no te voy a cambiar!- exclamó el rubio en medio de un abrazo. 
- Sí, sí... Que suerte la mía. Ahora ve y rompe unos cuantos tímpanos mientras reconquistas a tu duende verde. 
Y Leonard no tuvo que repetir aquello dos veces. 
Jim prácticamente corrió al escenario a prepararse mentalmente, puesto que a diferencia de Uhura, iba a salir al escenario con la ropa con la que usualmente servía las mesas, y ya había entrenado un poco la garganta antes. Así que tras escuchar a Scotty presentarlo tras explicar que era un suceso único debido a que la cantante usual se encontraba un poco indispuesta, Jim salió al escenario con la firme intención de dejar a Spock sin más opción que terminar de entender que la idea de estar separados no era la más adecuada. 
Solo tenía que darlo todo, ser él mismo, y centrarse en el medio vulcano disfrazado de romulano. El resto de los presentes, con perdón de los miembros presentes de su tripulación, le importaban menos que polvo estelar en aquél momento. 
Y al escuchar el primer acorde de la canción, su cerebro procedió a ignorar a todos los presentes, menos por supuesto a Spock. 
Ahora bien, hay que señalar ciertas cosas para ver el cuadro completo. 
En primer lugar: el escenario. No solo constaba del típico escenario sino que además tenía adjunta una pequeña pasarela que recorría casi la mitad del diámetro del local. 
Y segundo: aunque Nyota Uhura podía llegar a ser absolutamente sensual y coqueta cuando lo quería, no estaba en su naturaleza el desplegar dichas cualidades frente a un grupo de desconocidos; y aunque llevaba semanas haciéndolo, ello no significaba que se sintiese cómoda. A diferencia de James T. Kirk, quien era su completo opuesto, y la verdad el que estuviese en una relación monógama y estuviese completamente seguro de que ya no iba a querer intimar con nadie más que Spock hasta el último día de su vida, eso no implicaba que de pronto hubiese dejado de ser la sensualidad personificada. 
Unan eso a un escenario con pasarela, ropa ajustada y los acordes de una melodía cadenciosa e invitante, y en 5 minutos tendremos a los oficiales a cargo de la misión preguntándose porque carajos no pusieron al capitán Kirk antes en el escenario. 
Y es que además de lo anterior, la voz del capitán era más que decente. Era grave, un poco ronca e invitante, como un buen trago de whisky añejo del que pronto quieres más. Y la manera en que se movía, lento, contoneante, completamente enfocado en Spock (imaginen a Jessica Rabbit de 'Quien engañó a Roger Rabbit' cuando hizo su aparición en el escenario, pero sin coquetear con el resto, solo enfocado en el sujeto de la barra) estaba dejando a más de uno sin aliento. 
Fly me to the moon
Let me play among the stars
Let me see what spring is like
On a-Jupiter and Mars.
 In other words, hold my hand
In other words, baby, kiss me. 
Jim miró de frente a Spock ni bien comenzó a cantar las primeras palabras, acortando cada vez más la distancia a su objetivo, pero con movimientos tan minúsculos, lentos y sensuales que aquello a la vez parecía de nunca acabar... no que alguien hubiese querido que acabase. 
Fill my heart with song
And let me sing for ever more
You are all I long for
All I worship and adore. 
In other words, please be true
In other words, I love you.
 Pero no importó en realidad mucho que tan larga o corta era la canción, o los silbidos y llamados que le hacían desde los lados de la pasarela. Eso a Jim no le importaba en realidad, pues entre suaves sonrisas y ardientes miradas, el rubio esperaba estar expresando todo lo que quería y más. 
Fill my heart with song
Let me sing for evermore
You are all I long for
All I worship and adore.
 In other words, please be true
In other words
In other words
I love you.
 Y como toque final, en aquella última frase puso todo el deseo y sensualidad que pudo imprimir en cada sílaba, para finalmente soltar una sonrisa y un guiño al bartender y entonces girar sobre su sitio y regresar caminando con la misma sensualidad que había destilado durante toda la interpretación, hasta finalmente tras una reverencia desaparecer tras bambalinas. 
Por su parte, Spock miraba a Jim casi alucinado, incapaz de creer la escena que se desarrollaba frente a él, o el hecho de que la actuación estuviese visiblemente dedicada a su persona ¿Era en verdad real aquello? ¿En verdad Jim quería seguir junto a él a pesar de no ser lo suficientemente humano para actuar como una pareja aceptable? Y es que si Spock recordaba algo de su infancia, era lo triste que a veces parecía su madre las veces que su padre le negó detalles de cortejo terrestres, por el simple hecho de considerarlos ilógicos. Spock no quería en verdad ser aquello, y sin embargo fue acusado en alguna ocasión de actuar así por Nyota... lo único que había tenido en mente al estar dispuesto a renunciar a Jim era darle la oportunidad de conseguir a alguien que le diese 'más', aunque la verdad no quería renunciar al humano. Y ahora entendía que Jim realmente tampoco quería renunciar a él.
 Vio al público estallar en aplausos, exigiendo otra canción, exigiendo que el camarero bajase a cantar en las piernas de tal o cual cliente, y un despliegue de muchas otras propuestas obscenas que aparentemente Jim ni escuchaba ni le afectaban, pues en ningún momento tambaleó su paso ni lo apresuró hasta llegar al escenario principal, hacer una pequeña reverencia acompañada de una sonrisa, volver a mirar a Spock y retirarse del escenario. 
No se dio cuenta cuando más de uno de los involucrados en la misión rodó los ojos ante la cara de perro apaleado que había adquirido durante la actuación, mucho menos de las miradas de envidia de más de uno de los clientes ante la presumible obvia relación que de pronto se daba a conocer entre el bartender y el camarero. 
Quienes si lo notaron fueron los muchos agentes de inteligencia desperdigados por el lugar, con énfasis en la mirada no tan complacida de cierto cliente denobulano. 
~.~.~.~.~.~ 
Si alguno de los involucrados hubiese sabido que poner a Kirk cantando en el escenario mientras prácticamente tenía sexo con la mirada con su primer oficial, era igual a cerrar el caso 72 horas después ¡SI! ¡Sí lo hubiesen puesto allí semanas atrás! 
Es que en serio, el asunto rayó casi en lo ridículo. 
Y es que mientras Kirk y Spock se 'ponían al día' luego de aquella sublime demostración por parte del capitán (palabras textuales del primer oficial del Enterprise... y sí, Jim no consideraba burdo jugar al esclavo orion y su maestro), sucedió casi lo inimaginable. 
Zepht se presentó al lugar, exigiendo poder hablar con el dueño (A.K.A. Scotty) y una vez que lo tuvo frente a frente, le ofreció la cantidad más ridículamente alta de dejebbit, superando incluso el precio normal de 5 millones por una esclava orion, con tal de ser el nuevo dueño del camarero orion del momento. 
Scotty se quedó sin habla por cerca de 10 segundos antes de negarse nerviosamente a la solicitud, incluso ante el razonamiento del denobulano sobre cómo iba a terminar perdiendo su inversión cuando el camarero en cuestión se terminase fugando con el bartender. 
- ¡Nah! ¡Están simplemente enamorados! ¡Y el amor es lo que mueve al universo! ¿Aye? Además, somos como una familia aquí, yo confío en ellos y ellos en mí. Estoy seguro de que no tendré ningún problema ¡Pero gracias por su preocupación! 
Por supuesto el intercambio de palabras fue escuchado, luego de que Zepht partiese, por todo el grupo. 
Los que no pertenecían a la tripulación del Enterprise estaban realmente anonadados, mientras que los otros... bueno. Kirk rió bajito negando, mientras que Spock a su lado gruñía mientras exhalaba un aura homicida que mejor allí lo dejamos; todo mientras Hendroff, Uhura, Scotty y McCoy rodaban los ojos y negaban, cada quien a su propio ritmo. 
¡Por supuesto que su díscolo capitán iba a terminar con el sujeto de interés de la misión interesado en él! Es más, ya se estaba tardando. 
Leonard incluso fue a la barra y se sirvió un trago. 
- ¡Bones! 
- Son las 5 en algún lugar, así que no molestes. 
Pero el asunto no paró allí. 
Esa noche fue Nyota la que tomó su lugar de siempre en el escenario, lo cual no pareció gustarle mucho a Zepht, quien casi a 3 horas para que amanezca (y de paso cerrase el lugar) recibió a un hombre orion en su mesa. 
El sujeto ni había terminado de saludar y tomar asiento, cuando el denobulano exigió que la organización comenzase a actuar como debían y le consiguiesen al camarero, pues al parecer para alguien que fue comprado como esclavo, gozaba de demasiada libertad a manos del humano que de momento era su dueño. Que estaría mejor bajo su propio cuidado. 
Nombres, ubicaciones y datos de actividades fueron señalados con una facilidad pasmosa, mientras Zepht seguía con la mirada en el orion que esa noche servía mesas del otro lado del lugar, y volteaba de vez en cuando para lanzar sonrisitas medio coquetas, medio tímidas al bartender. 
Era una suerte que Spock no pudiese salir de la barra, pues cada vez que Jim no lo miraba, se dedicaba a observar con impasiva furia en dirección de la mesa donde se encontraban el denobulano y el orion. 
¿Y no se suponía que los vulcanos no mostraban emociones?... En serio ¡¿Qué demonios?! 
En fin, luego de la información colectada, por fin la Flota se movió, y lo hizo tan rápido que ni Zepht, ni sus hombres supieron con qué nave interestelar chocaron. 
Y como se dijo, 72 horas después, el grupo iba de regreso a la USS Enterprise, dispuestos a seguir con su misión de 5 años; y en el caso de las dos parejas, continuar con sus épicos romances. 
Y si durante algún que otro turno delta se escuchaba la voz del capitán inundar los pasillos del área habitacional para oficiales de alto rango, pues bien... no hubo quejas de nadie al respecto. 
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
3 notes · View notes
Text
Te tengo pt2
— Que pasa si solo quiero que seas mala conmigo ahora — las palabras de Kieu My golpearon a Fatou como un tren en movimiento, vio lo necesitado que lucían los ojos de su novia, como el tono en cada palabra casi parecía una súplica y antes de que pudiera responder la niña mayor volvió a hablar — Recuerdas aquella vez que mis padres tuvieron un viaje de emergencia a Vietnam y no pudieron llevarme con ellos, te quedaste conmigo todo el tiempo y apenas recuerdo que salimos de la cama, estaba tan triste por no poder ir con mis padres, pero entonces me hiciste sentir tan bien que me olvide de lo que estaba pasando, así que por favor quiero que me duela, quiero que duela otra parte de mí que no sea mi corazón —.
Fatou sabía muy bien a lo que se refería su novia, aquella semana tormentosa hizo todo lo que pudo para tratar de consolar a la mayor, le dolió tanto el pecho que su novia se sintiera mal por algo que no podía controlar y aunque al principio hablaron de que Kieu My no tenía por qué sentirse culpable si no pudiera estar presente con su familia en esa crisis, la chica asiática se castigó mentalmente por no tener los ahorros necesarios para acompañar a sus padres en ese momento, porque siendo el ser tan considerado que ella era y con lo mucho que amaba a su familia Kieu My seguía repitiendo que era una mala persona por no ahorrar lo suficiente, de cualquier manera no es como si cada estudiante de preparatoria tuviera lo suficiente ahorrado como para costearse un boleto de avión de ida y vuelta a Vietnam.
Recortando ese momento cuando las palabras no funcionaron para Kieu My el contacto corporal parecía calmar la angustia en la mente de la niña, así que Fatou trato de destruir cada pensamiento de culpa que asechaba a su novia, empezaron con carias en el cabello y a lo largo de la espalda de la mayor acompañado de cálidas palabras de cuan buena era Kieu My y que a veces no se daba el crédito que merecía, los toques se fueron convirtiendo en besos suaves y a medida que la mayor empezó a entusiasmarse y aparecer más hambrienta ante el tacto de Fatou la situación fue subiendo de nivel hasta que en un momento Kieu My estaba sobre la niña menor pidiéndole a su chica que le hiciera el amor, que necesitaba sentir cualquier otro sentimiento y que solo Fatou la podía ayudar, entonces no pudo negarse ante tal petición y comenzó a devorar la boca de la mayor y la amo toda esa tarde repitiéndole una y otra vez, mientras la hacía temblar sobre ella, que era un ser tan dulce y amable, que sus padres estaban orgullosos de lo tan buena hija que era y que no tenía por qué ser tan dura consigo misma, pero cuando la mayor estaba a punto de alcanzar su segundo orgasmo de sus labios se escapó que en realidad no merecía a Fatou, esto solo hizo que la ira hirviera dentro del pecho de la mencionada y casi sin pensarlo la palma de su mano se impactó contra el trasero de Kieu My quien abrió los ojos con sorpresa y fue empujada para quedar sentada sobre el regazo de Fatou que le dio una mirada determinada cuando le dijo — No quiero que vuelvas a decir algo como eso, no quiero si quiera que lo pienses, no me hagas perder el control Kieu My —.
Se miraron por un segundo abrumador en la que la cara de Kieu My se sonrojo por la vergüenza de ser reprendida por su novia no pudo mantener la mirada fija en Fatou por más tiempo por lo que miro en el regazo donde se encontraba, desnuda de la cintura para abajo y con esa acción Fatou comprendió que dichos pensamientos solo estaban siendo aún más intensos dentro del brillante cerebro de la mayor por lo que las siguientes palabras que soltó trato de pronunciarlas suaves pero demandantes, quería hacerle saber a Kieu My que lo que estaba por suceder tenía que ser completamente con su permiso — Estas portándote mal contigo misma en este momento Kieu y sabes lo mucho que odio cuando haces eso, así que puedes dejar que te enseñe un poco de auto reconocimiento a mi manera o puedes pedirme que recupere tu ropa y nos acurruquemos un poco más, sabes que haría cualquier cosa que me pidieras, pero antes de eso necesito que hables conmigo porque ambas sabemos que eso es importante para ti —.
La niña asiática se tomó su tiempo para responder y volvió a concentrarse en los ojos marones de Fatou quien espero paciente a una respuesta por parte de Kieu My — Tal vez quisiera que me muestres algo de eso —.
Lo que vino después de eso es algo con lo que la mente de Fatou ya no puede seguir divagando, ya que la Kieu My sobre su regazo que le dijo hace aproximadamente 5 minutos qué quería que le doliera otra parte de ella que no fuera su corazón, vuelve a captar su atención cuando le dice con un tono en su voz que la hace ver tan deseable en el regazo de Fatou— Dijiste que harías cualquier cosa por mí, prometiste que si me perdía a mí misma otra vez me traerías de vuelta, Fatou por favor, ¿podrías por favor recordarme lo buena que puedo ser? —.
— ¿Realmente sientes que esto es lo que necesitas bebé? — ahora la voz te Fatou era más seria quería estar completamente segura de que Kieu My estuviera pidiendo realmente esto.
— No me hagas hablar más Fatou, ya dije lo suficiente — Kieu My le reprochó a la menor, arrugando su nariz por un instante y dando un pequeño rebote de impaciencia, la niña mayor no dominaba por completo el arte de la paciencia y a Fatou le gustaba tanto la Kieu My malcriada.
—¿Necesitas ayuda para recordar ser educada señorita Vu?, tal vez solo necesitas un pequeño recordatorio — le dijo Fatou a la niña impaciente, ya cediendo a la petición de la mayor le dice — Muy bien señorita Vu, si esto es lo que necesitas, levántate de mí regazo para que podamos empezar con tu recordatorio — continuo y Kieu My salto desde su lugar cumpliendo con la demanda de su novia esperando junto a la cama por su siguiente orden.
Fatou se dirigió a la salida de su habitación, si iba continuar con la petición desesperada de su novia, necesitaba asegurarse de que su hermano no estuviera en casa — Fatou — la voz de Kieu My resonó por la habitación antes de que Fatou saliera por completo y buscara a su hermano —Shssss!!!! nena, la paciencia es una virtud, dame…— antes de que terminara su respuesta Kieu My le dio un quejido de molestia girando los ojos en un claro gesto de berrinche.
— Kieu My — la voz dura de Fatou fue suficiente para que la mayor guardara silencio y bajara la mirada, Kieu My sabía que no debía jugar demasiado con el papel de malcriada, si quería realmente ser recompensada por lo que dejo que Fatou saliera de la habitación.
No tarto demasiado, la niña menor grito el nombre de su hermano y cuando no obtuvo respuesta fue que observo la nota pegada en su puerta “Se hacía tarde para mi Fafa, lamento no despedirme, pero no me pareció adecuado con tu amiga en ese estado, espero que todo esté bien, PD: No me esperes a dormir ;).”
Fatou en verdad se sintió feliz de que Ilai ya no se encontrara en casa, entro de nuevo a su habitación, tomo a Kieu My de la mano para colocarla boca abajo sobre sus piernas y le susurró al oído — Recuerdas lo que hablamos sobre las palabras de seguridad — la niña sintió como el suave susurro de Fatou la hacía estremecer, así que solo pudo asentir con un breve movimiento de cabeza a lo que obtuvo como respuesta el impacto de la palma firme de Fatou sobre su trasero, no fue tan difícil de soportar fue más bien inesperado, pero el gemido que soltó la mayor hizo que Fatou sonriera para luego decir más fuerte y claro esta vez — Si no usas tus palabras terminaremos con esto en este instante — apenas termino con su oración cuando Kieu My ya estaba hablando — No, por favor Mister, seré buena —.
La palma castigadora de Fatou ahora masajeaba el trasero de Kieu My contenta de que su chica comenzara a entrar en su modo de niña obediente — Muy bien señorita Vu me alegro de no tener que recordarte como debes llamarme en estos momentos, ahora se buena y responde lo que pregunte —.
— Axolotl, si quiero que se detenga, Estrellas, si es soportable y Verde, si estoy bien — la sonrisa de Fatou llego a sus ojos cuando la voz de Kieu My canto sus palabras de seguridad, la impaciencia todavía clara, pero ligera en su voz.
— De acuerdo bebé, ¿estás lista para ser una buena chica para mí? — Fatou le dice mientras desliza los pantalones de chándal fuera de las largas piernas de su novia.
— Quiero ser buena Mister — Kieu My responde con su voz dulce.
— En ese caso vas a recibir diez palmadas para mí, y mientras las tomas me dirás, ¿Por qué mi linda niña salió de casa con nada más que un pantalón de chándal y una blusa de manga larga aun con el frio que hace en las calles de Berlín? — con esas palabras Fatou baja su mano sobre el trasero ahora desnudo de Kieu My, quien rebota sobre las piernas de la menor, se lo toma bastante bien hasta que llega a la quinta palmaba ferros, que la hace ligeramente temblar pero aun manteniéndose callada, es por eso que antes de llegar a la sexta palmaba Fatou se detiene solo para acariciar la zona afectada mientras dice — Señorita Vu diez palmadas pueden convertirse en veinte, realmente quiere ser una pequeña mocosa y no hacer lo que te he pedido, te aseguro que mi palma puede durar más que este lindo trasero tuyo — otra palmada fuerte llega a Kieu My, ella solo gime en respuesta demasiado terca como para aceptar que Fatou la hiciera hablar de lo que la estaba atormentando en primer lugar, así que decide que puede tomar la palma fuerte que ya se encamina a la novena ráfaga en su trasero, deja que los pensamientos en su mente se amortigüen con cada golpe que recibe. El calor se extiende por sus mejillas desnudas, ella sabe que si esto alguna vez saliera a la luz tendría que asesinar a alguien, a pesar de eso Kieu My cree que estar en esta posición con Fatou puede llegar a ser su lugar favorito en el universo.
A medida que la palmada número trece se aproxima, cada mal sentimiento se eclipsa con la picazón que está sintiendo, por más terca que pueda ser, el dolor comienza a escalar dentro de ella, aunque la sensación también le resulta excitante, nunca pensó que siendo la chica tan fría que era pudiera desear cederle el control a alguien, pero con Fatou todo le resulta más fácil, confía tanto en ella que permite que la vea de esta manera. Gime con cada chasquido nuevo, ¿el número?, eso ya empieza a verse borroso en este momento.
Fatou está empezando a subir su intensidad, las mejillas del trasero de Kieu My rebotan y zumban furiosamente. La rodilla izquierda de Fatou se inclina hacia arriba mientras pasa su pierna derecha sobre ambas extremidades de la niña mayor, exponiendo los puntos sensibles donde el trasero de Kieu My se encuentra con sus muslos, la menor ahora también se concentra en la tierna carne mientras dice — Señorita Vu, estas empezando a ser codiciosa, ¿Cuál es tu palabra bebé? — las lágrimas se acumulan en las esquinas de los hermosos ojos de Kieu My cuando responde — Verde Mister — con determinación en su voz, incluso cuando la picazón de antes ahora se vuelve un hormigueo doloroso, sus manos se hacen puños, los nidillos empiezan a tensarse, ella gime con la mandíbula apretada.
— Veinte palmadas no son suficientes para mi nena maleducada, he ¿qué te parecen cuarenta? — Fatou habla entre cada nueva palmaba sin piedad, Kieu My se retuerce, moviendo las caderas en un débil intento por evitar los golpes de castigo por su silencio. La mano que la castiga se vuelve más dura y firme después de cinco nuevas repeticiones, la humillación al imaginar cómo debe verse en este momento la invade, es una mocosa retorciéndose sobre el regazo de su novia mientras la azota hasta las lágrimas, justo como lo había querido.
3 notes · View notes
wingzemonx · 4 years
Text
Resplandor entre Tinieblas - Capítulo 83. Protector de la Paz
Tumblr media
Resplandor entre Tinieblas
Por WingzemonX 
Capítulo 83. Protector de la Paz 
Lucy, o al menos quien la mayoría en la Fundación creía se llamaba así, se había levantado más temprano que de costumbre esa mañana. No había motivo aparente para esto, pues solía tener un sueño bastante regular; tomaba un té especial con hierbas de su propio jardín todas las noches, que le ayuda justo a dormir profundamente y de corrido. Las pocas veces que no le había funcionado, habían sido casi por el mismo motivo: el presentimiento subconsciente de que algo iba a pasar.
La rastreadora Lucy era una de las resplandecientes más sobresalientes dentro de la Fundación Eleven, gracias a su precognición tan acertada, y su capacidad de localización que rivalizaba con Mónica, e incluso con Eleven. Ayudaba en la Fundación todo lo que podía, convirtiéndose en algunas ocasiones casi como unos ojos y oídos extras para su líder; especialmente ahora que ella se encontraba indispuesta. Sin embargo, no le gustaba mucho llamar la atención o tener más del contacto necesario con los demás miembros de la Fundación.
Era una mujer joven de veintiséis años que disfrutaba mucho de su privacidad. Vivía en una pequeña casa a las afueras de Bismarck, Dakota del Norte, sobre la carretera que iba al este. La casa pertenecía a sus padres, los cuales habían fallecido hace diez años. Tenía un lindo jardín donde cultivaba ella misma algunas hierbas medicinales y tubérculos; más por pasatiempo que por otra cosa. Su trabajo cotidiano era como diseñador gráfica freelancer, labor en el cual su sensibilidad especial para captar las emociones de la gente le ayudaba bastante. Dicho trabajo le daba al menos lo suficiente para comer y pagar los servicios, aunque habría que sumarle también el pequeño pago que la Fundación le daba a cambio de su labor con ellos.
Era una mujer de gustos simples, así que realmente no necesitaba demasiado del dinero. Su labor en la Fundación lo hacía únicamente para ayudar a las personas, especialmente a Jane Wheeler que le había extendido una mano tras la muerte de sus padres, y la había ayudado a ser el adulto más o menos funcional que era en esos momentos. Y es que desde su adolescencia, siempre había sido un poco… rara. Ya fuera como reflejo de sus habilidades únicas o mera coincidencia, su manera de pensar y ver las cosas siempre había distado de la forma en la que la mayoría lo hacía. Y el ser diferente siempre traía consigo algunos inconvenientes.
Al levantarse de su cama esa mañana, lo primero que hizo fue prepararse uno de sus tés energéticos especiales para intentar despertarse lo mejor posible, y lo acompañó sólo con una tostada con mantequilla. Con su taza y pan en mano, se colocó frente a la computadora de su estudio, y comenzó a avanzar en sus trabajos pendientes; mientras esperaba a que lo que fuera que iba a pasar, pasara. Porque estaba segura de que algo pasaría; una vez que se terminó su té y despertó por completo, estuvo aún más segura de ello.
Lo que tanto aguardaba no sucedió hasta cerca del mediodía. Mientras lidiaba con la cuarta versión de una propuesta que estaba diseñado para la identidad corporativa de una empresa en Ohio, su celular sonó repentinamente, haciéndola saltar en su silla. Su precognición le servía para muchas cosas, pero por algún motivo no le advertía con anticipación cuando su teléfono iba a sonar. Quizás porque de hecho no solía hablar o recibir llamadas. Todo lo arreglaba por mensajes de texto o correos, salvo contadas excepciones; como clientes muy tercos, su tía que vivía en Fargo que aún no comprendía cómo usar WhatsApp, o bajo instrucción expresa de Eleven. Como esa llamada que tuvo que hacer unos días atrás a la señorita Charlie McGee, por ejemplo. En realidad, aquello se suponía debía hacerlo Mónica, pero le dejó a ella el encargo de rastrear a aquella mujer, que resultaba ser bastante escurridiza, y comunicarse con ella. Supuso poco después que en realidad Mónica simplemente no deseaba hacerlo.
Lo que sí solía indicarle su precognición, a veces con acierto y a veces no tanto, era quién le marcaba. Y para su sorpresa, en cuanto tomó el teléfono en su mano, un nombre saltó en su cabeza con fuerza, como un grito. Su ceño de frunció ante dicho pensamiento, y le causó por igual confusión… y molestia.
Respondió rápidamente colocando el altavoz (lo prefería a tener el dispositivo pegado a su oreja) y murmuró de inmediato sin ningún saludo previo:
—¿Cody Hobson?
—¿Eh? —Soltó la voz en la línea, algo sorprendido—. Ah, sí… ¿Lucy? ¿Cómo supiste que era yo?
La pregunta le resultó tonta a la joven diseñadora. Bien podría haber tenido su número guardado con su nombre; no lo tenía, y de hecho salía en la pantalla como número desconocido, pero él no tendría por qué saber eso.
—Una mejor pregunta sería preguntarte cómo es que sabes mi número —señaló Lucy, un tanto acusadora—. Cuido mucho mi privacidad, al menos que sea para casos especiales.
—Lo sé, lo siento —se disculpó Cody, apenado—. Eleven me pasó tu número hace tiempo para cuando tuviera alguna emergencia y no me pudiera comunicar con ella.
—La Sra. Wheeler sigue en coma, así que cumples el segundo criterio —indicó Lucy, con una notoria falta de tacto que dejó a Cody helado por unos momentos—. Debo suponer entonces que tienes una emergencia, ¿cierto? Una que espero fuera imperativo no atender por correo electrónico.
Cody vaciló un poco antes de poder responderle.
—Algo así… Necesito que rastrees la ubicación de una persona por mí. Te acabo de mandar su foto. Se llama Lisa Mathews.
—¿Lisa Mathews tu novia?
De nuevo, Cody vaciló.
—¿Sabes de ella?
—Sé muchas cosas —declaró Lucy con simplicidad—. ¿En verdad me estás llamando para que espíe a tu novia con mis habilidades? ¿Esa es tu definición de una emergencia? No esperaba algo tan bajo de ti, Cody Hobson; me asombras.
—¡No se trata de espiarla! —Espetó Cody rápidamente, y aún en la distancia Lucy pudo sentir que se ruborizaba avergonzado. Balbuceó un poco mientras ordenaba las palabras en su mente y explicó al fin—: Ella… yo… le conté de mi Resplandor hace unos días.
Lucy arqueó una ceja ligeramente; la mayor reacción que le fue posible hacer, aunque por dentro estaba realmente intrigada por aquella explicación. Por experiencia sabía que decirle de tus habilidades a alguien, en especial amantes, solía no salir bien.
Cody prosiguió:
—No reaccionó de buena forma, y ahora se ha ido de la ciudad. Supuestamente fue a hacer un trabajo a no sé dónde. Pero ni siquiera se despidió o me dijo algo antes de irse; sólo me mandó un extraño mensaje sin mucha información. Nadie sabe a dónde se fue, ni siquiera su familia. En su trabajo no me quieren decir nada, y no contesta mis llamadas. Estoy… preocupado.
—Suena preocupante —respondió Lucy escuetamente, sintiendo que era lo que se esperaría que dijera—. ¿Seguro que no es sólo un arranque de celos de tu parte?
—¿Qué?, no, claro que no —contesto Cody rápidamente, un poco a la defensiva en la opinión de Lucy—. Por favor, sabes que nunca le he pedido ningún favor personal a la Fundación, pero yo siempre los apoyo en todo lo que me piden.
—¿Eso es chantaje emocional?
—No… —respondió Cody indeciso, y estaba por dar un argumento adicional cuando ella añadió con voz tranquila y monótona:
—Pregunto porque en realidad no sé cómo es eso. Pero me siento chantajeada… y emocional.
Cody se quedó callado, sin ser capaz de identificar si aquello era algún tipo de broma.
Esa era la primera vez que hablaba por teléfono con ella; antes de eso, toda su comunicación había sido por correo electrónico, justo como ella lo prefería. Y casi siempre sus correos eran cortos, concisos e iban de inmediato al grano, pero no más de lo que otras personas de carácter más corporativo solían escribir. A través de ellos no se había hecho una idea clara de cuál era la personalidad de la rastreadora… y aún no lograba hacerse una.
Mientras Cody meditaba en ello, Lucy había ya abierto el correo enviado, con la fotografía de Lisa Mathews en ella. En ella aparecía con rostro serio, y un intento un poco forzado de sonrisa; quizás sólo la había hecho para que le tomaran la foto, sin sentirlo realmente. Eso era algo con lo que Lucy se podía sentir identificada.
La mandó a imprimir.
—Está bien —musitó de pronto, con el sonido de la impresora sonando de fondo—, déjame ver si puedo al menos calmar tus preocupaciones y decirte que está bien. Pero si es así, no te diré dónde está ni con quién está. ¿Estás de acuerdo con esos términos?
—Supongo que sí —respondió Cody, llegando fácilmente a la conclusión de que no tenía opción de dar alguna respuesta diferente.
Lucy aguardó paciente a que la impresora terminara, y justo después tomó la hoja de la bandeja y la contempló justo delante de su rostro. En un primer vistazo no percibió nada en aquel objeto, más allá de ser una hoja de papel con tinta. Pero no siempre tenía un primer presentimiento, así que tampoco era algo raro.
Colocó la fotografía sobre el escritorio. Cerró sus ojos, inhaló profundamente por su nariz, y exhaló por su boca. Intentó despejar lo más posible su mente de cualquier otro pensamiento, y sólo se enfocó en visualizar la fotografía. Susurró entonces lentamente su nombre: Lisa Mathews, y colocó toda su palma sobe el papel. Guardó silencio, se concentró únicamente en esa persona, dejó que su mente volara y se dejara llevar, y…
Y nada.
Absolutamente nada vino a ella.
—¿Qué? —Exclamó en voz alta.
—¿Qué sucede? —Cuestionó Cody, algo alterado.
—No lo sé… —Le respondió perpleja.
Y en verdad no lo sabía. Había hecho ese tipo de rastreos miles de veces, y a veces al primer intento sólo percibía flashazos, pensamientos o ideas sin un orden o lógica. Pero no recordaba alguna ocasión anterior en la que hubiera percibido absolutamente nada; ni siquiera una sola imagen, sonido u olor.
—Déjame intentarlo de nuevo —murmuró tras un rato, sintiendo ya un poco más de motivación personal.
Cerró de nuevo los ojos, respiró hondo, y tocó la fotografía con sus dedos. Lo estuvo intentando por casi dos minutos, obteniendo el mismo frustrante resultado. Soltó de pronto un quejido de enojo, y posteriormente golpeó el escritorio con su mano entera, creando un fuerte estruendo.
—¿Qué ocurre, Lucy? —Preguntó Cody, inquieto.
—No estoy logrando sentir nada; nada en lo absoluto sobre esta persona…
—¿Qué…? —Murmuró Cody despacio, dejando en evidencia la gran angustia que aquellas palabras le habían causado—. Oh, Dios mío, Lucy… por favor no me digas qué…
No fue capaz de terminar su cuestionamiento, pero Lucy pudo darse una idea de lo que le preocupaba; con precognición o sin ella.
—No podría asegurarlo y negarlo en estos momentos —le aclaró—. Pero en situaciones normales, aunque estuviese muerta debería poder recibir alguna señal de donde está su cuerpo o qué le pasó.
—Qué consuelo… —ironizó Cody, maldiciendo de nuevo en silencio la falta de tacto de la rastreadora—. Entonces, ¿qué ocurre?
—No lo sé —repitió Lucy con tanta confusión en su voz como la de Cody—. Dame un minuto, intentaré concentrarme más. No me cuelgues…
Ese minuto fueron de hecho unos quince o veinte, en los que Cody se quedó expectante en la línea. Lucy pasó a prepararse otro té, pero ahora uno enfocado en potenciar la concentración. Cerró las cortinas de su estudio quedando casi a oscuras, y apagó también su computadora con tal de disminuir a lo mínimo cualquier distracción. Se sentó en el suelo con sus piernas cruzadas, colocando la fotografía de Lisa delante de ella, y su teléfono aún en altavoz a un lado.
Lucy bebió lentamente su té, al tiempo que inhalaba y exhalaba profundo y despacio. Sentía como la energía y el calor recubrían su cuerpo de extremo a extremo, y su mente se iba aclarado de cualquier preocupación mundana como el trabajo; incluso se le olvidó por un momento que tenía a alguien al teléfono esperando.
Cuando se sintió lista, volvió a cerrar los ojos como en su primer intento, a respirar muy lentamente, y a tocar la fotografía con la palma entera. Ahora intentaría un enfoque diferente al anterior. Ya no buscaría en dónde se encontraba en esos momentos, sino dónde había estado, y de ahí intentaría ir hacia adelante como buscando un momento exacto en un video.
El resultado fue más prometedor, pero aún seguía siendo difuso. Comenzó a ver diferente imágenes de Lisa, mostrándose en su mente como en cámara lenta, pero de pronto saltando a otro lugar y momento; como si faltara un pedazo de la película.
Comenzó a describir en voz alta lo que veía a cómo le era entendible, para que así Cody la escuchara.
—Unos hombres en traje la recogieron en un auto temprano por la mañana en su edificio. Ella se fue con ellos por su voluntad. Llevaba su equipaje consigo. Luego tomó un avión al este. Puedo verla moverse en esa dirección, pero no sé exactamente a dónde. Pero cuando llegó allá, se subió a… un helicóptero negro y…
Lo que siguió no habría sabido cómo describirlo aunque lo hubiera intentado. Veía el helicóptero negro volando, avanzando en línea recta a una dirección específica, y de pronto todo se distorsionó y agitó, como si alguien lo sacudiera todo similar a un globo de nieve. Y entonces la imagen se volvió completamente blanca, y Lucy sintió como si alguien le diera un fuerte manotazo en la frente y la empujara hacia atrás. Y de hecho estuvo a punto de caer de espaldas al suelo, pero interpuso sus manos antes para prevenirlo.
Esa última sensación le parecía un poco similar a cuando otro resplandeciente la repelía o empujaba lejos de ella cuando se daba cuenta de que estaba viéndolo; era algo que pasaba en ocasiones, aunque no era habitual. Sin embargo, aquello se había sentido un poco diferente. En su cabeza no se sintió como tal un empujón, sino más bien algo parecido a chocar contra una puerta de cristal cerrada creyendo que estaba abierta; eso también le había pasado más veces de las que estaba dispuesta a admitir.
—¿Y? —Pronunció la apremiante voz de Cody al teléfono, luego de aguardar uno tiempo considerable a que dijera algo—. ¿Y luego qué, Lucy?
—Y luego nada —masculló la rastreadora, asertiva—. Nada de nada. No logro captar nada sobre a dónde fue en ese helicóptero o en dónde se encuentra en estos momentos. Es como si la hubieran encerrado en una caja de plomo.
—¿Qué? —Murmuró Cody, sintiendo un poco perdido por el comentario aparentemente al azar.
—Ya sabes. En los cómics clásicos de Superman, él puede ver a través de cualquier cosa, excepto el plomo. Así que si escondes algo dentro de una caja de plomo, él no podrá verlo. Algo así me refiero.
—Entiendo… —susurró Cody despacio, haciendo un gran esfuerzo para no sonar sarcástico—. Pero, ¿quieres decir que Lisa está en un lugar que por algún motivo tú no puedes ver con tus habilidades?
—La verdad no lo sé —confesó Lucy, algo avergonzada—. Nunca me había pasado algo parecido antes. Quizás… ¿tendrás algún objeto personal de ella? ¿Algo que haya tocado o usado mucho? Eso a veces nos sirve como un potenciador. Si me lo envías y tengo contacto con él, puede que obtenga algo más claro.
—¿Un objeto personal…?
Hubo un rato de silencio, en el que Cody recorrió en su memoria las opciones. Después de un rato, pareció dar con una posible opción.
—Sí, puede que tenga algo —declaró—. Iré y te lo llevaré yo mismo.
—¿Tú venir para acá? —Exclamó Lucy con preocupación, tomando el teléfono y parándose casi de un salto del suelo—. ¿Acaso no oíste lo que dije sobre mi privacidad?
—Por favor, Lucy. Esto ya me preocupó más de lo que estaba. Necesito saber dónde está Lisa y qué está ocurriendo con ella. No puedo quedarme aquí sentado esperando.
Lucy bufó exasperada, y comenzó a caminar por el estudio con impaciencia. Ya le resultaba lo suficientemente molesto que Eleven le hubiera pasado su teléfono directo a otra persona; la idea de tener a alguien de la Fundación ahí en su casa, no le parecía para nada.
Por otro lado, la verdad era que pocas cosas lograban despertar la curiosidad de Lucy; pero cuando algo lo hacía, le resultaba difícil sacárselo de la cabeza. Y si existía un punto en el mundo que sus habilidades de rastreadores no podían alcanzar, resultaba imposible no preguntarse qué podría estarse ocultando en ese pequeño punto ciego. Definitivamente quería saber dónde estaba ese sitio, y qué demonios era.
Quizás podía hacer una pequeña excepción, con el fin de resolver ese apremiante misterio.
—Está bien —respondió casi entre dientes—. Pero ni se te ocurra pasarte de listo e intentar algo conmigo por despecho, por qué no lo voy a permitir.
—¿Qué? —Exclamó Cody escandalizado—. Claro que no…
—Más te vale, porque no me acuesto con chicos con novia; sin excepción. Te compraré el boleto de avión para hoy en la tarde, y te lo mandaré dos horas antes de que salga el vuelo. Así que estate ya preparado.
—No es necesario, yo puedo encargarme…
—No —respondió Lucy tajantemente—. Prefiero que no sepas exactamente en dónde vivo hasta que sea completamente necesario. Nos comunicaremos desde ahora por correo, ¿está claro?
—De acuerdo… —murmuró Cody vacilante, de nuevo sintiendo que no tenía opción de responder algo más.
Lucy le colgó en ese mismo momento sin siquiera despedirse, y colocó el teléfono sobre su escritorio. Suspiró, sintiéndose muy cansada; esos intentos de rastreo realmente le habían consumido sus energías. Se sintió tentada a tirarse en su sillón y echar una siesta. Pero antes de eso, tendría que encender de nuevo su computadora y comprar el boleto como había prometido.
Y lo peor era que todo eso estaba ocurriendo justo cuando Eleven no estaba para echarles una mano. Lucy esperaba no se estuvieran metiendo en algo igual de peligroso como lo que le pasó a ella, o peor…
Vaya que esa noche de sueño irregular había tenido su motivo de ser.
— — — —
Mike Wheeler avanzó con paso perezoso por los pasillos del hospital de Hawkins, con un vaso de café grande en una mano, del que apenas y había dado pequeños sorbos, y una dona azucarada en la otra. Su apariencia era lo que se podía describir fácilmente como “un desastre.” Su cabello y ropas estaban desalineadas, y dos grandes ojeras adornaban su rostro, junto con una barba sin afeitar de al menos tres días. Estaba totalmente agotado, y era evidente con tan sólo ver su paso, su postura, o con escuchar su voz.
Tras la partida de Charlie y Abra, nada había cambiado; tanto en el estado de salud de su esposa como en los ánimos de su familia y allegados. Mike seguía pasando la mayor parte del tiempo en el hospital, esperando a que ocurriera el milagro que cada vez veía más lejano. Sus hijos y Will se turnaban para hacerle compañía o relevarlo para que fuera a casa, pero apenas y se permitía separarse hospital unas cuantas horas. Si eso no cambiaba, el siguiente en ser hospitalizado sería él.
Se sentó en una silla de una de las salas de espera, y se quedó unos instantes mirando fijamente a la pared un poco despintada delante de él. En ese momento Terry estaba haciéndole compañía a Jane, así que él salió un momento a tomarse ese café y comerse esa dona; más de la mitad de su dieta esos días se había basado básicamente en esas dos cosas. Y lo peor era que ni siquiera tenía hambre, pues sentía el estómago revuelto, y la garganta cerrada como si se resistiera a dejar pasar cualquier bocado. Aún así comenzó a darle pequeñas mordidas a la dona, y más pequeños sorbos al café. Esperaba que ya fuera la azúcar o la cafeína, alguna de las dos le ayudara a salir de su letargo, aunque pareciera que su cuerpo se hubiera vuelto inmune a sus efectos.
Toda esa situación era simplemente horrible; no había otra forma de describirla. Una horrible pesadilla por la que avanzaba sin rumbo, como un zombi arrastrando sus propis tripas. La comparación, de hecho, le parecía bastante acertada.
Escuchó los pasos de alguien aproximándose a la sala de espera, pero Mike no le prestó importancia; ni siquiera cuando por el rabillo del ojo percibió que se acercaba a donde él estaba, o incluso después de que dicha persona se sentara justo en la silla a su lado. No era su hospital, y mucho menos su sala; cualquier era libre sentarse donde le diera la gana, ¿o no? Aunque ciertamente esperaba que no estuviera buscando la compañía de alguien con quien hablar, porque definitivamente ese no podría ser él, aunque quisiera.
—Hola, Mike —pronunció la voz de la persona a su lado, y el oírla provocó que ya no pudiera seguir indiferente a su presencia—. ¿Cómo estás, amigo? Mejor ni me digas; te ves terrible…
Mike alzó su mirada, casi asustada, hacia aquel individuo. Se acomodó sus anteojos, y lo contempló con detenimiento, pese a que por supuesto lo había reconocido desde el primer vistazo.
—¿Lucas? —Pronunció despacio el nombre de su viejo amigo, ahora ahí sentado con un elegante traje negro, camisa blanca y corbata; zapatos lustrados, rostro perfectamente afeitado, y cabello corto y bien peinado; todo el contraste con él en esos momentos—. ¿Qué haces aquí? —Inquirió Mike, preocupado.
—¿Tú qué crees? —Respondió Lucas Sinclair con seriedad—. Vine a ver a Eleven, y a saber cómo están tú y los chicos. Disculpa que viniera hasta ahora, pero sabes que mi trabajo es muy complicado.
—Claro que lo sé —musitó Mike, escéptico—. Es curioso que te pares aquí en Hawkins por primera vez en tanto tiempo, justo cuando Charlie aparece. —Aquello había sonado claramente como una acusación, y el semblante poco contento de Lucas hizo ver que así lo sintió—. Llegas tarde —añadió tajantemente—, ya hace unos días que se fue. Y antes de que lo preguntes, no sé a dónde.
Lucas suspiró. Se desabotonó y abrió su saco por completo, y cruzó de piernas tomando una postura más relajada.
—Mike, tú y yo sabemos muy bien lo peligrosa que puede ser esa mujer. Supe que causó toda una situación aquí, y que casi lastiman a Eleven por su culpa.
—No fue ella, sino otras dos personas.
—¿Cuáles dos?
Mike vaciló unos momentos al responder.
—No lo sé; y no importa. Escucha, gracias por venir, pero no puedo ayudarte a encontrar a Charlie. En verdad no tengo idea de a dónde se fue.
Lucas asintió comprensivo. Parecía que en efecto le creía, o al menos en mayor parte.
—Charlie McGee no es el único motivo por el que vine —aclaró Lucas—. La persona que le hizo esto a El, también quiero encontrarla y detenerla. Es claro que es un peligro; para la Fundación, para tu familia, y para todos. Si tienes cualquier información…
—¿Para que despliegues a tus asesinos y empieces una cacería? —Soltó Mike abruptamente.
—Y si fuera así, ¿qué? —Respondió Lucas claramente a la defensiva—. ¿No es lo que quieres? ¿Qué ese bastardo pagué por lo que le hizo a la mujer que amas?
—No si eso va terminar poniendo a mis hijos en medio.
—¿Y a tus hijos por qué? —Cuestionó Lucas, confundido.
—Por qué Terry…
Mike se contuvo a último momento, arrepintiéndose de lo que estaba por decir. Lucas lo contempló, achicando un poco sus ojos con expresión de suspicacia.
—¿Qué pasó con Terry? —Inquirió con algo de exigencia, pero también con preocupación.
Mike agachó la mirada y bebió de nuevo de su café. No tenía intención de compartir con su amigo Lucas que su hija se había vuelto también un blanco de ese mismo individuo. Que lo había visto, y la había amenazado directamente. Que casi le hacía lo mismo que le hizo a Eleven, o incluso algo peor. A Mike le daba terror la idea de que pudiera también perder a su hija. Y a su vez, también le avergonzaba lo impotente que se había vuelto para protegerla; a ella o a cualquier otra persona que le importaba.
Lucas volvió a suspirar, e intentó calmarse un poco y aclarar su mente. No había ido a provocar algún conflicto, pero su viejo amigo parecía no compartir su disposición.
—Escucha —comenzó a pronunciar Lucas con firmeza en su voz—, tú sabes que siempre he tenido el mayor respeto por El y por lo que su Fundación hace. Pero no a todos los Usuarios Psíquicos se les puede dar el mismo trato; no todos ocupan sólo que alguien los ayude y les extienda una mano. Hay muchos, miles allá afuera, que lo único que quieren es hacer trizas el mundo entero, sólo porque creen que sus habilidades les da el derecho de hacerlo. Y eso es algo que incluso la propia Eleven entendía muy bien, y por eso ella también respetaba lo que yo hacía…
—No hables de ella en pasado como si estuviera muerta —espetó Mike, molesto—. No lo está.
—No, claro que no —respondió Lucas—. Lo siento. Lo que trato de decirte es que, no soy su enemigo, Mike; nunca lo he sido. Ella es, y siempre será, mi amiga. Y como su amigo, y como protector de la paz que soy, es mi deber encontrar a este sujeto, y encargarme de que ya no lastime a nadie más.
Mike desvió su mirada hacia otro lado, y se contuvo para no reírse con ironía de la afirmación de “protector de la paz.” Mike conocía muchas de las cosas que Lucas había tenido que hacer esos años para proteger esa paz de la que hablaba, y estaba seguro que no eran ni siquiera las peores. Eleven había tenido que llegar a condonar algunas de dichas acciones por el bien de su Fundación y de los chicos que protegía, y Mike la había apoyado en su decisión. Pero a él le resultaba muy difícil ver a aquel hombre sentado a su lado como su viejo amigo Lucas, con el que jugaba Calabozos y Dragones, andaba en bicicleta, perdían el tiempo en el club de audiovisual de la escuela, y de vez en cuando saboteaban algunas conspiraciones gubernamentales o combatían a monstruos de otras dimensiones.
Para Mike, aquel sujeto se había vuelto casi un completo desconocido. Y no era el único que lo sentía así.
—Tampoco tengo información sobre esa persona, lo siento —respondió Mike encogiéndose de hombros—. Yo te agradezco que vinieras, pero estamos bien. En estos momentos, mi prioridad es cuidar a mi familia. Y mientras más nos mantengamos alejados de esto, será mejor.
La mirada de Lucas se endureció, revelando que aquello lo había molestado enserio.
—El viejo Mike que conozco nunca hubiera querido ocultar su cabeza entre las piernas y fingir que nada pasaba —declaró Lucas, ferviente.
—El viejo Mike no tenía tres hijos en los cuales pensar —respondió Mike, aguerrido—. Por favor vete, Lucas.
Lucas suspiró una vez más, ahora más frustrado que molesto.
—Está bien —musitó despacio, parándose de su silla y abotonándose de nuevo su saco—. Pero primero pasaré a ver a Eleven, si estás de acuerdo. Como dije, ella siempre ha sido mi amiga.
A Mike no se le ocurrió alguna buena razón para prohibírselo, y en realidad tampoco tenía las energías o los ánimos para pensarlo demasiado. Sólo se limitó a asentir con su cabeza, y con un ademán de mano indicarle que podía pasar. Lucas le agradeció con un propio asentimiento de su cabeza, y se alejó caminando por el pasillo.
— — — —
Después de Mike, quien más pasaba tiempo en el hospital era Terry. La chica parecía haberse sumido en una profunda culpa por lo ocurrido hace unos días, a pesar de que todo el mundo ya le había repetido varias veces que su madre estaba bien, y que no había sucedido ningún revés en su estado a causa de aquello. Pero Terry no lo creía. Los demás no habían visto lo que ella vio en el interior de la mente de su madre. No habían visto cómo su consciencia se había hundido más en aquel mundo, presa del miedo; yéndose a un lugar tan profundo que quizás nunca podrían alcanzar.
Cuando Abra se despidió de ella y le dijo lo que haría, Terry había deseado acompañarla y ayudarla a encarar a aquel individuo de una vez por todas. Abra le hizo ver que aquello era una locura (y en parte la propia Terry ya lo sabía), y que en otras circunstancias ni siquiera ella misma se arriesgaría a algo así, mucho menos arrastraría a alguien más a exponerse junto con ella. Le pidió que dejara todo en sus manos, y le hizo la promesa de que ella se encargaría de que ese maldito ya no le hiciera más daño a nadie. Terry asintió, pero tuvo la sensación de que ni siquiera la propia Abra creía del todo en dicha promesa.
A Eleven la acaban de mover recientemente del área de emergencias a una habitación más privada; pequeña, pero cómoda. Terry se encontraba sentada a un lado de la camilla, sujetándole la mano a su madre y admirando en silencio su rostro. Le habían dicho que a veces ayudaba hablarles a los pacientes en ese estado, pero Terry no había tenido ánimos de intentarlo; ni con su voz, ni con su mente. Seguía sintiendo que su madre se hallaba demasiado profundo como para que oyera cualquier cosa que intentara decirle.
Alguien llamó despacio a la puerta en un momento.
—Adelante —respondió Terry casi en automático, suponiendo que era alguna de las enfermeras, aunque ellas solían entrar aunque no les diera el permiso.
La puerta del cuarto se abrió, y del otro lado no apareció el rostro de una enfermera.
—Hola, Terry —saludó el hombre afroamericano de traje, mientras entraba al cuarto y cerraba la puerta detrás de él.
—¡Tío Lucas! —Exclamó Terry sorprendida, parándose de su silla.
Lucas esbozó una sonrisa, y se aproximó cauteloso hacia la joven.
—Por un momento creí que no me reconocerías —bromeó un poco, y rodeó entonces a la más pequeña de los Wheeler con un brazo, dándole un pequeño baso en la corona de su cabeza.
—No digas tonterías —respondió ella, correspondiéndole el abrazo—. Aunque es cierto que hacía mucho que no te veía.
—Sí, lo siento. Me he mantenido alejado por trabajo, pero me hice un espacio para venir.
La atención de Lucas se centró entonces en la mujer en la camilla, siendo ella la que él casi no reconocía en un inicio, pero un segundo vistazo le dejó claro que en efecto era la persona que había ido a ver. Su apariencia le provocó un molesto nudo en el estómago, que lo incitó a querer mirar a otro lado. Pero se contuvo.
En esos años había visto muchas cosas horribles en diferentes niveles, pero pocas le pegaban a un nivel personal como ver a sus más cercanos en una camilla de hospital. Y, lamentablemente, era algo que le había ocurrido bastante seguido.
—¿Cómo sigue nuestra campeona? —Preguntó intentando reflejar serenidad en su tono, incluso buen humor.
Terry suspiró con pesadez.
—Igual, sin cambio alguno. En estos momentos ya no sé si eso es bueno o malo…
—Es bueno, te lo prometo —señaló Lucas, colocando una mano en el hombro de la muchacha para reconfortarla, aunque no pareció surtir ningún efecto.
Lucas acercó entonces a la cama una de las sillas adicionales de la habitación y la colocó a un lado de la de Terry.
—Terry, dime una cosa —comentó mientras tomaba asiento a su lado—. ¿Tu madre te contó en alguna ocasión a qué me dedico? ¿Sobre cuál es mi trabajo actual?
Terry la miró unos momentos con confusión, y por mero reflejo se sentó de nuevo en su silla.
—Trabajas para el gobierno, ¿no? —respondió Terry, insegura—. Para el ejército o para la policía, creo.
—Así es —asintió Lucas—. Dirijo una agencia especial, encargada de investigar y proteger al país y a sus ciudadanos de ciertas amenazas particulares. De cierta forma, hago lo mismo que hace tu madre, pero por otros medios.
Terry achicó un poco sus ojos, con desconcierto.
—No te entiendo…
—Terry —musitó Lucas con voz solemne, e inclinó un poco su cuerpo hacia ella—. Yo me encargo de cazar y castigar a personas como la que le hizo esto a tu madre.
Los ojos de Terry se abrieron por completo, azorados. La idea tardó un poco en volverse clara en su cabeza, pero incluso una vez que estuvo ahí se negó a creer que hubiera entendido bien lo que quería decirle.
—¿Hablas de resplandecientes? ¿Hablas de personas como…?
Terry alzó su mano, y por la dirección que ésta tomaba fue evidente que iba a señalarse a sí misma.
—No, no como tú —se apresuró Lucas a aclarar—, o como tu madre, o como las personas de la Fundación. Hablo de personas sin escrúpulos, que usan sus poderes para dañar a otros. Incluso he trabajado a lado de tu madre estos años para hacerlo posible. Y ahora, estoy buscando al responsable de lastimarla. Tú lo conoces, ¿verdad? Si me dices quién es, yo te prometo que lo encontraré, y lo detendré. Sólo dime lo que sepas.
La menor de los Wheeler agachó su mirada, un poco incómoda. Se abrazó a sí misma y se talló un poco sus brazos, como si sintiera frío.
—Yo lo vi, dos veces —masculló despacio, sintiéndose que ocupaba un gran esfuerzo para decirlo—. Una vez la noche en que atacó a mamá, y otra hace unos días.
—¿Él estuvo aquí?
—No. Creo que se proyectó a distancia, como lo que mi madre sabe hacer. ¿Sabes a lo que me refiero? —Lucas asintió; por supuesto que lo sabía—. Es un chico, más o menos de mi edad. Cabello negro, ojos azules y piel blanca. Refinado, bien vestido, y muy engreído. Abra me dijo…
—¿Abra?
—Una amiga que conocí hace poco. Es una resplandeciente muy fuerte, y ella también lo conoce. Me dijo que su nombre era Damien Thorn, que estaba en Los Ángeles, y que ella iría a detenerlo. Pero no sé si pueda hacerlo ella sola; él es muy poderoso, y aterrador. Tío Lucas —se viró a verlo, ahora con bastante preocupación—, ¿tú podrías ayudarla? Por favor, no quiero que le pase nada malo.
Lucas permaneció en silencio unos momentos, repasando en su cabeza de forma rápida todo lo que la jovencita había dicho. Parecía que no era mucho, pero en su caso podría ser suficiente.
—¿Dijiste Damien Thorn? —Preguntó con seriedad, al tiempo que sacaba su teléfono del interior de su saco. Terry asintió con afirmación—. Dame un minuto…
Con el pequeño celular negro en su mano, Lucas se paró de la silla y se encaminó a la puerta para posteriormente salir de nuevo al pasillo. Una vez afuera, desbloqueó el dispositivo con su huella digital, además de una contraseña sofisticada. Marcó entonces uno de sus números rápidos y acercó el teléfono a su oído. No se escuchó del otro lado ningún sonido de marcado, como si la llamada hubiera salido mal, pero él sabía muy bien que no era el caso.
Un fuerte pitido resonó tras medio minuto, y luego la voz de un operador se hizo presente.
—Diga su usuario y número de empleado.
—LuSinclair, DI-55647859 —respondió Lucas rápidamente.
Siguió un rato de silencio, sólo opacado por el lejano sonido de los dedos del operador tecleando rápidamente.
—Diga su clave secreta para reconocimiento de voz —pidió el operador, sonando casi como una orden.
Un par de enfermeras se aceraron por el pasillo en su dirección, y Lucas tuvo el reflejo de virarse a la pared, como si no quisiera que le vieran el rostro. Aquella reacción no se debía sólo por la parte de “secreta” de dicha clave (que por supuesto lo era), sino también por un sentimiento de cierta… vergüenza, casi infantil, que ésta le provocaba. Con el pasar de los años había usado esa clave para varias cosas importantes, ya casi como una vieja costumbre. Pero muy pocas personas en el mundo podrían siquiera llegar a entender el significado oculto detrás de ella. Y, para bien o para mal, un par de ellas se encontraban en ese mismo hospital.
—MADMAX751300 —pronunció en el teléfono, sólo lo suficiente alto para que su voz se escuchara clara para el detector.
De nuevo un rato de silencio, sonido de teclas siendo presionadas, y entonces el tono y actitud del operador cambiaron abruptamente.
—Muy buenas tardes, Director Sinclair —saludó con voz calmada y amable—. ¿En qué le puedo servir?
—Necesito que busques el expediente de un civil. Primer nombre, Damien, Damian o Demian. Apellido, Thorn. De entre 16 y 20 años. Cabello negro, ojos azules, caucásico. Posible lugar de residencia, Los Ángeles, pero ponlo sólo como parámetro opcional.
Al otro lado de la línea, el operador se puso de inmediato a trabajar en la búsqueda, mientras Lucas aguardaba.
Ese monitoreo constante del que varios estadounidenses solían quejarse, era en realidad un poco peor de lo que la mayoría creía. Pero al menos en el caso del DIC, no era tanto que se pusieran a espiar sus llamadas y correos (no en un inicio, al menos). Con lo que ellos contaban era con una súper computadora a la que apodaban Halcón, que analizaba todo el contenido publicado en internet; desde las noticias de todos los periódicos, hasta los memes más recientes rondando en las redes sociales. Lo que esta computadora hacía era analizar toda esa información, y filtrarla por aquella que les pudiera ser interesante; como cualquier rumor o leyenda urbana sobre algún fenómeno o hecho inexplicable, pero con algún vestigio de posible veracidad.
Una vez que se tenía el hecho identificado, Halcón reunía toda la información entorno a él; en especial los nombres, direcciones y cualquier dato disponible de las personas involucradas. Casi todo eso se encontraba disponible públicamente en las redes sociales, o sino en alguna de las muchas bases de datos del gobierno a las que tenían acceso. De cada uno de estos individuos se creaba un expediente, que se colocaba en una clasificación. Dicho expediente luego era catalogado y revisado por sus analistas. Y si estos lo consideraban pertinente, se autorizaba una investigación en firme de la persona. Y entonces ya era el turno de los teléfonos intervenidos, los correos interceptados, los micrófonos y cámaras de celulares y computadoras encendiéndose solos, y varias otras maravillas que la gente ni siquiera se imaginaba.
Todo eso se hacía con el fin de identificar a posibles UP’s que pudieran significar una amenaza. Aunque claro, no tenían los recursos ni el tiempo para investigar a cuanto sospechoso era arrojado por ese análisis, así que se enfocaban sólo en los más relevantes.
Si el tal Damien Thorn había estado involucrado en cualquier hecho sospechoso antes, sería casi seguro que habría un expediente de él con la suficiente información para comenzar su investigación. Si no, entonces tendrían que realizar la búsqueda por otros medios.
—Tengo un resultado —indicó el operador tras unos minutos—. Damien Thorn, 17 años. Es de Chicago, pero los demás datos concuerdan.
Bien, sonaba prometedor. Al menos parecía que era una persona real, y en alguna ocasión había llamado la atención de la computadora.
—¿Qué clasificación tiene su expediente?
—F.
—¿F? —Exclamó Lucas, incrédulo—. ¿Estás seguro?
—Por completo, señor. ¿Sucede algo?
—No… nada —respondió dubitativo—. ¿Podrías revisar rápidamente qué hizo que llamara la atención de Halcón?
Escuchó al operador teclear por unos minutos, y entonces le respondió:
—Por lo que dice aquí, al parecer el hecho raíz fue la muerte repentina del primo del sujeto, Mark Thorn de 13 años. La computadora determinó que las circunstancias de dicha muerte fueron inusuales, y adicionalmente hizo señalar otras muertes extrañas de familiares y conocidos del sujeto.
—¿Alguna nota de por qué se pasó a F?
—Sólo dice que se determinó que todas las muertes ocurrieron por circunstancias convencionales no vinculantes directamente al sujeto. No hay ningún otro detalle anexo en el resumen que estoy consultando. Si quiere ver el expediente completo para más información, tendrá que hacerlo directamente desde su cuenta, director.
—Sí, entiendo —murmuró Lucas con sus pensamientos algo dispersos—. Cómo sea, envíame ese resumen lo antes posible, por favor.
—De inmediato —respondió el operador, y la llamada se cortó poco después.
Lucas se quedó de pie en el pasillo, sujetando su teléfono en la mano. Meditaba un poco sobre aquellos últimos datos que el operador le había dado, intentando determinar qué podría significar.
El DIC asignaba a los expedientes de las personas identificadas por la computadora, una clasificación identificada con una letra. Dicha letra indicaba el estatus en el que se encontraba de la investigación del individuo, o el resultado de ésta.
F era para los Descartados; personas que luego de investigarlos se determinó que una seguridad aceptable que no poseían ningún Nivel de Coeficiente Psíquico. En promedio, el 60% de los expedientes que se llegaban a investigar caían en esta clasificación, y con los años esa tendencia iba en aumento.
E era para los Sin Clasificar, que básicamente significaba que aún no se había realizado ninguna investigación correspondiente o no se había llegado a una conclusión. Todos los expedientes nuevos se colocaban inicialmente ahí, y muchos (para bien o para mal) solían quedarse así.
D significaba que se detectó que el individuo en efecto poseía un NCP, pero éste era demasiado bajo para considerarlo una amenaza. El DIC solía a estos individuos ni siquiera considerarlos Usuario Psíquico. La cantidad de individuos de este tipo era bastante más grande de la que muchos supondrían.
C era para los individuos en los que sí se había detectado un NCP con el rango mínimo para considerarlo un UP, y requerían más observación para determinar el accionar correcto. Esto solía abrir la puerta para utilizar medidas de investigación más sofisticadas y, en ocasiones, invasivas.
B era para los UP’s de NCP Alto que se habían determinado Sin Amenaza. Los miembros de la Fundación Eleven solían colocarse deliberadamente en este grupo, por ejemplo.
Y la A era para aquellos UP’S con NCP Alto confirmado y que representaban una amenaza confirmada. Cuando se encontraba uno de este tipo, se autorizaba llevar a cabo una operación para encontrarlos, y atraparlos o exterminarlos lo antes posible. Este grupo lo coronaba la famosa Charlie McGee.
Si el expediente del tal Damien Thorn estaba clasificado como F, quería decir que en algún momento se investigó y se llegó a la conclusión de que no poseía ningún grado de NCP, y se había descartado. Eso era algo que Lucas no se esperaba; esperaba al menos que fuera una E, y siendo muy optimista quizás una D o C.
Por otro lado, tampoco era la primera vez que oía que un individuo era identificado por Halcón debido a una “muerte sospechosa.” Muchos de los UP’s que habían llegado a identificar, lo hacían gracias a una de esas. Sin embargo, la mayoría solían ser sólo tragedias extrañas o inusuales, pero nada más.
¿Podría ser que no fuera el individuo que buscaba? Tendría que echarle un ojo al expediente completo como le habían sugerido. Pero había algo que aún podía revisar, antes de descartarlo por completo.
Escuchó la notificación de su teléfono con un nuevo mensaje, y se apresuró a desbloquearlo y abrirlo. Era el resumen del expediente, justo como esperaba. Y la foto del sujeto venía adjunta en él.
Volvió al cuarto de inmediato. Terry saltó nerviosa, pues no se había molestado en tocar antes de entrar, pero pareció calmarse al ver que era él.
—Terry, ¿es éste el chico? —le preguntó sin muchos rodeos, acercándole el teléfono con la fotografía del expediente abierta.
Los ojos de la muchacha se llenaron de asombro, y terror, en cuanto se posaron en la pantalla del dispositivo, y vio claramente el rostro en él, que la miraba y le sonreía de regreso.
—Oh, por Dios… —musitó incrédula, apenas audible—. Sí, es él. ¿Cómo lo encontraste?
Lucas tomó de regreso el celular, y volvió a mirar la imagen. La descripción era justo como la que ella le había dado: un chico joven y apuesto, de cabellos negros y ojos azules.
Damien Thorn… No tenía idea de quién había tomado la decisión de clasificarlo como F, pero estaba ansioso por averiguarlo.
—Escucha —susurró despacio, sentándose de nuevo a lado de Terry—, no le digas a tu padre lo que me dijiste, ¿de acuerdo? Él y yo tenemos opiniones diferentes sobre cómo tratar esto. Pero yo te prometo que encontraré a este sujeto lo antes posible, y me encargaré de que pague por lo que hizo a tu madre. ¿De acuerdo?
Terry lo miró callada, y sólo asintió despacio.
—Una cosa más —pronunció Lucas, y comenzó a buscar otra fotografía más en su teléfono, y se lo extendió de nuevo a la jovencita para que la viera—.  ¿Viste a esta mujer en el hospital en estos días?
Terry miró la nueva imagen, de una mujer con lentes oscuros y chaqueta de cuero.
—Sí —respondió, aunque un poco indecisa—. El tío Will me dijo que era una vieja amiga de mis padres. Creo que Abra se fue con ella a Los Ángeles.
—¿Tu amiga Abra?, ¿la que te dijo cómo se llamaba ese chico? —preguntó Lucas curioso, y Terry volvió a asentir—. ¿Es de la Fundación?
—No, ella no conocía a mamá, pero mamá la estaba buscando a ella… La verdad es que yo tampoco entiendo muy bien cómo es que se involucró en todo esto. Pero conocía a ese chico, y él a ella.
Lucas guardó silencio unos momentos, reflexivo.
—¿Y Abra tiene apellido?
—Yo… —Terry alzó su mirada al techo unos momentos, intentando recordar sin éxito—. No, lo siento. Si me lo dijo, no lo recuerdo.
Lucas se preguntó cuántas Abra’s habría en sus expedientes como para solicitar una búsqueda sólo con ese dato. Quizás tendría suerte, quizás no. Pero si Terry decía que dicha chica era muy poderosa, y estaba ahora con Charlie McGee en Los Ángeles… no pudo evitar preocuparse más de lo que ya estaba.
—¿Y quién es esa mujer? —Preguntó Terry de pronto, llamando de nuevo su atención. Cuando la miró, la joven señalaba al teléfono, aún con la foto de Charlie abierta.
—Una vieja amiga, en efecto —respondió Lucas con aparente normalidad, y se guardó rápidamente el teléfono en el interior de su saco—. Debo irme, pero me mantendré atento a lo que le pase a tu madre.
Se paró de la silla y se abotonó de nuevo su saco. Se inclinó hacia Terry para darle un pequeño abrazo, y un beso en su cabeza de despedida; justo como la había saludado al llegar.
—Salúdame a tus hermanos.
—Sí. Muchas gracias, tío.
Lucas le sonrió gentilmente con sus blancos dientes y se dirigió a la puerta sin más espera.
Mientras salía al pasillo, el director del DIC comenzó a pensar rápidamente en los siguientes pasos a seguir. Primero debía revisar el expediente del tal Damien Thorn, y ver si acaso su pase a la clasificación F fue justificada o no. Pero como fuera, la declaración de Terry era suficiente para al menos autorizar una nueva investigación; una en la que él personal estaría al tanto para que no ocurriera ninguna irregularidad.
Por otro lado, el último reporte que había recibido de los operativos de campo era que habían seguido el rastro de Leena Klammer hacia Los Ángeles, lo que concordaba con todo lo que Terry le había dicho. Por lo tanto, dar la instrucción a los agentes para que tuvieran los ojos abiertos por cualquiera avistamiento de Charlie McGee, se volvía también apremiante. Sin embargo, debían de ser muy cuidadosos, ya que si Charlie le estaba pisando los talones a Damien Thorn, cualquier acto a gran escala contra ella lo pondrá en alerta a él. Así que la instrucción debería ser, al menos de momento, que los localizaran y mantuvieran bajo vigilancia hasta nuevo aviso.
Y la tercera acción que debía realizar, era quizás la más importante, aunque no lo pareciera a simplemente vista. Si estaban a punto de entrar en combate contra Charlie McGee, y alguien potencialmente peor, necesitaban tener a su disposición todos los recursos posibles. Eso significaba que el tiempo límite para el Dr. Shepherd se había vencido: necesitaban activar a Gorrión Blanco lo antes posible, o tomar alguna otra medida de emergencia en su lugar.
Pensaba perdido en todo aquello mientras avanzaba por el pasillo alejándose del cuarto de Eleven. Se paró frente al elevador para bajar, pero justo cuando estaba por presionar el botón para mandarlo a llamar, las puertas se abrieron solas. Del interior se asomó el rostro de una mujer en bata blanca, tan abstraída en sus pensamientos como lo estaba Lucas que ambos casi chocaron entre sí. Dicho choque fue prevenido cuando ambos pudieron despabilarse lo suficiente para ver con atención al otro; y reconocerse.
—Max… —murmuró Lucas despacio por simple reflejo, con su mirada aturdida. La Doctora de cabellos rojizos y rostro blanquizco, avanzó hacia un lado, sacándole la vuelta para poder salir del ascensor antes de que se cerrara. No le quitó, sin embargo, los ojos de encima durante todo ese movimiento.
—Lucas —murmuró Max despacio, también aturdida por el repentino encuentro—. ¿Qué haces aquí?
Las puertas del elevador se volvieron a cerrar, pero a Lucas no le importó pues se le había olvidado de pronto que quería bajar, al igual que todas las instrucciones que estaba comenzando a diseñar en su cabeza.
—¿Por qué todos me preguntan eso? —Murmuró intentando parecer molesto por el cuestionamiento, e intentar con eso disimular su reacción inicial—. ¿Es un crimen ahora venir al hospital a ver a una amiga enferma? A mí lo que me sorprende es ver que tú sigues aquí. Te imaginaba como doctora en el Johns Hopkins o algo así.
Escuchar a su viejo amigo (y exnovio) hablar, pareció ser suficiente para disipar de la cabeza de la Dra. Mayfield la bruma que su aparición le había causado. Su postura se volvió más segura, y su semblante más serio; incluso algo agresivo, le pareció a Lucas.
—Alguien tenía que quedarse a hacer guardia —respondió Max de modo cortante.
—Creí que Eleven y Mike hacían justo eso.
—¿Y quién crees que cuida de ellos cuando no lo hacen ellos mismos?
—Esa no era tu responsabilidad; tuya ni de nadie —señaló Lucas, ahora siendo él quien tomaba la postura defensiva—. Debiste haber salido de este pueblo en cuanto tuviste la oportunidad.
—¿Así como tú? —Soltó Max con sagacidad. Luego suspiró con molestia—. No tengo tiempo para esto. Debo volver al trabajo…
La doctora hizo el ademán de querer darse la vuelta y retirarse. Lucas tuvo por un momento el reflejo de tomarla del brazo para detenerla, pero se detuvo de inmediato antes de siquiera alzar su mano. Odiaba cómo estar en esa ciudad solía hacerlo actuar de formas de las que no se sentía orgulloso; especialmente en presencia de Maxine Mayfield.
—Sí, lo siento —pronunció apresurado, notándosele un tanto avergonzado—. Sólo dime una cosa. El… ¿ella cómo está?
—Mal —respondió Max, volviéndose de nuevo hacia él un momento—. Francamente, no sé si vaya a poder despertar. Ahora estamos más cerca de requerir un milagro que algún tratamiento.
—Si alguien es capaz de hacer milagros, es ella —comentó Lucas con optimismo, pero Max claramente no compartía el sentimiento.
—Pues me temo que esto sí podría al fin estar por encima de las capacidades de Jane Wheeler —declaró con pesadez en su voz, y agachó entonces su cabeza y ocultó ligeramente su rostro con una mano.
Se le veía cansada, y en efecto lo estaba, aunque más emocional que físicamente. Se había tenido que obligar a sí misma a no reflejar abiertamente sus verdaderos sentimientos por toda esa situación, como los lineamientos de su profesión le exigían. Pero aquello no era tan fácil como siempre. La persona que estaba en esa camilla desde hace días sin reaccionar, no era una completa desconocida: era su amiga, su mejor amiga en el mundo; quizás la única de verdad que había tenido. Y a diferencia de Mike y su familia, ella no podía permitirse llorar o dejarse reconfortar.
¿Y ahora consideró que el mejor momento para dejarlo salir era justo ese?, ¿enfrene de esa persona de todas las que podrían haber elegido…?
—Oye, tranquila —masculló Lucas, dudoso, y se permitió colocar una mano sobre el hombro de su amiga. Ella no se lo impidió, pero Lucas supuso que si intentaba algo más (como darle un abrazo) ella no lo recibiría de buena forma—. Pase lo que pase, todo saldrá bien; yo lo sé. Eleven es fuerte, y su familia igual. Y de paso, todos nosotros también tenemos un poco de su fuerza en nosotros; en especial tú. Aunque lo peor pase, saldremos adelante.
Max respiró lentamente y talló discreta sus ojos con la palma de su mano.
—Gracias —pronunció despacio, en apariencia no muy contenta de tener que decirlo.
Por supuesto, sus conceptos de “salir adelante” en ese caso, eran un poco diferentes. Lucas no podía hablar por la salud de Eleven, pero sí se encargaría del asunto de su atacante a como diera lugar.
Lucas retiró entonces su mano de su hombro y dio un paso hacia atrás.
—Gusto en verte, Mad Max —murmuró con un tono casi burlón, que irremediablemente le provocó una pequeña sonrisa a la doctora. Hacía años que nadie la llamaba así.
—¿Ya te vas? —le preguntó curiosa, mientras él presionaba el botón del ascensor y las puertas se abrían.
—Aunque no lo creas, yo también tengo que hacer mi guardia —indicó Lucas con seriedad, y dio entonces un paso hacia el interior del elevador—. Pero desde un lugar más elevado.
Max contempló en silencio como las puertas automáticas volvían a cerrarse, ocultando la imagen de su viejo amigo justo detrás de ellas.
FIN DEL CAPÍTULO 83
Notas del Autor:
—Lucy es un personaje original de mi creación, sin ninguna relación con algún otro de los personajes, o las películas y series involucradas en esta historia. Ya se le había hecho mención en otros capítulos anteriores, como una de las rastreadoras de la Fundación que ayudaba con información a Matilda y los otros. No se debe confundir con la enfermera Lucy del hospital de Portland en el que estaba Lily, o con Lucy Stone la madre de Abra. Las tres son personajes distintos.
1 note · View note
tetradimension2020 · 4 years
Photo
Tumblr media
Los procesos comunicativos, se basan en “poner en común” (desde el origen etimológico de la palabra), se considera necesaria un cierta carga de simbolismos compartidos para que una imagen pueda, si no ser entendida, sí interpretada de una forma en que ambos significantes  puedan resultar satisfechos de su interpretación.
Me resulta complicado el hecho de poder visualizar los emojis por fuerza del aspecto cotidiano, estamos en el medio de una creciente ola de democratización de la imagen en los procesos conversaciones: entre stickers, animojis y memes, la comunicación logra una complejidad que se basa en el hecho de la imagen como fragmento. Uno de mis ejemplos favoritos de este proceso es el meme “un hechizo simple pero inquebrantable”, que forma parte de la película Avengers Infinity War, en esta se hace alusión a situaciones cotidianas donde aquellos las escenas comunes forman parte del contexto del meme.
Pero acá el tema no es Dr. Strange, es la apropiación de la imagen, todos hemos pensado que hacen falta emojis para diferentes situaciones, esta necesidad pocas veces es solucionada con la inmediatez que requieren los procesos comunicativos, así que existen diferentes artistas que buscan realizar nuevos emojis aptos para  las situaciones actuales. Un ejemplo que fue  bastante sonado en las últimas semanas fue la cuenta @dawid_duda_ en Instagram quien mediante la App Procreate formuló un nuevo emoji útil para ejemplificar un paciente de Covid 19. El emoji que él propone surge de otros 5 emojis y una figura 3D del virus que combina para hacer un discurso, esta propuesta entra en el contexto ya que se respeta la misma estética.
La fuerza de los emojis radica en su contexto, es justo la reducción de las situaciones específicas lo que marca la pertinencia del emoji, según las piezas que hemos analizado esta semana, la cuenta de Twitter @thetinygallery logra captar estas ideas y no forzar su interpretación, sino que se basa en aquellos elementos que resultan conocidos para demostrar situaciones que son completamente entendibles. Quizá esté de más hablar de la película “Emoji”, un fracaso en todos los aspectos, que intentando realizar una apropiación de estos elementos en un contexto donde su uso no es pertinente, los emojis sirven para representar situaciones multifacéticas, esta película ignora las convenciones asignando narrativas propias, no ajustando a las narrativas ya establecidas, cosa que difiere aún de los pasteles y mochilas en forma de emojis que aún fuera del contexto de una App pueden seguir ejemplificando las emociones que se intentan transmitir.
1 note · View note
Text
TIPOS DE LECTURA
A) LECTURA Y SUS VENTAJAS
La lectura es una actividad que consiste en interpretar y descifrar, mediante la vista, el valor fónico de una serie de signos escritos, ya sea mentalmente (en silencio) o en voz alta (oral). Esta actividad está caracterizada por la traducción de símbolos o letras en palabras y frases dotadas de significado, una vez descifrado el símbolo se pasa a reproducirlo. La lectura es hacer posible la interpretación y comprensión de los materiales escritos, evaluarlos y usarlos para nuestras necesidades.
-Leer una novela aumenta la función cerebral durante días.
-Ayuda a prevenir enfermedades como el Alzheimer o la demencia.
-Nos ayuda a reducir el estrés.
-Puede ayudarnos a dormir mejor.
-Los libros de auto-ayuda contribuyen a eliminar la depresión.
-Leer te ayuda a fijarte metas u objetivos.
-Las personas que leen son más cultas, inteligentes y eso es algo muy valorado por la sociedad.
-Está comprobado que las personas que más leen tienen una memoria superior.
-Leer te ayuda a incrementar tu vocabulario.
- Leer te ayudará a escribir mejor.
B) ESQUEMA
Tumblr media
C) VENTAJAS DE UNA INFOGRAFIA
¿Qué son las infografías?
Una infografía es una representación gráfica que pretende explicar o resumir una información, combinando iconos como imágenes, gráficos, etc. con descripciones, narraciones, interpretaciones y datos. Son interpretaciones visuales de los propios textos y resultan más atractivas para el lector.
5 ventajas de una infografía.
1.    Ayudan a captar la atención del usuario. Te permitirá destacar tus post y artículos por su atractivo visual, ya que tienen un gran potencial para captar más y mejor la atención y el interés del usuario que un texto plano. Además, si consigues que tu infografía ofrezca información de calidad puedes conseguir que el lector lea el texto al que acompaña.
2.    Permite asimilar la misma información que el texto en menos tiempo. Ante la intoxicación de información en el medio online por el uso de estrategias de marketing de contenidos, es esencial que el usuario capte nuestro mensaje gastando el menor tiempo posible. Así, surgen las infografías, con el objetivo de resumir y explicar la misma información que un texto pero ahorrándoles tiempo a los lectores.
3.    Aumenta el tráfico y la visibilidad. Al crear infografías que llamen la atención del usuario y les interese, esto provoca que los consumidores te recuerden, generarás más posibilidades a la hora de incrementar tus lectores, repercutiendo así en un aumento de visitas y tráfico a tu web.
4.    Permiten incrementar el tiempo de permanencia en la web. A veces, los visitantes a tu web, por el simple hecho de solo ver texto sin ningún tipo de gráfico o elemento visual, se van de la página sin siquiera leer algún post. De esto modo, incluyendo infografías en tus publicaciones, aumentarás el interés por la información que estás aportando, y el usuario aumentará el tiempo que se encuentra en el sitio web.
5.    Mejorarán tu imagen de marca. Se trata de una herramienta poderosa de branding, ya que, como se ha dicho anteriormente, si creas contenido muy visual, atractivo y de calidad, tus lectores compartirán esta información con los demás usuarios.
 Links para realizar una infografía:
https://piktochart.com/
https://www.easel.ly/
https://infogram.com/es/
D) INFOGRAFIA
Tumblr media
E) DIFERENTES TIPOS DE LECTORES
TIPOS DE LECTORES
Existen tantos lectores como libros hay. La cifra es inmensa y cada día se incorporan nuevos lectores ayudados por la tecnología. Libros digitales son un mercado en expansión en el mundo entero. Leer trae muchos beneficios, no solo te entretiene, además te ayuda a concentrarte, mejora tu expresión, vocabulario y ortografía. Mientras más temprano se comience a leer, más beneficios tendrá esa persona en su vida.
Lector hater: Como su nombre bien lo dice, es un lector que critica todo de la lectura, los personajes, la trama, el desarrollo y sobre todo el desenlace. A la final, se cree superior al escritor. Terminará de leer con odio pero en el fondo, se sentirá satisfecho por haberle encontrado defectos al libro.
Lector crítico: Recordemos que hay críticas positivas y negativas. Este lector sí sabe la diferencia y puede criticar y destrozar un libro como puede ensalzar otro y decir que es lo mejor que se ha leído. Defiende sus libros favoritos de las críticas. Suele tener un blog o canal de YouTube para opinar.
Lector esnob: No lee un libro best-seller, su selección viene dada por recomendaciones de algún suplemento o publicación cultural que le pueda servir de referencia. Compra libros solo en librerías. No lee nada que haya sido considerado malo. Cree en la moda pero solo aquella dictada por la élite cultural.
Lector meditabundo: Toda lectura debe enseñar algo. No le gusta la ficción. Se decanta por el ensayo y el periodismo. Es un lector con mucha seriedad.
Lector paciente: Lento como tortuga pero perseverante hasta el final. Todo lo que empieza a leer lo termina, hasta los libros que le prestan. Y también los devuelve. No puede soportar la culpabilidad por no terminar de leer un libro.
Lector destructor: Este lector es un peligro, su casa parece un mercado de libros usados en completo desorden. Le quita las cubiertas a los libros, dobla las páginas y escribe en ellas. Ama leer pero no sabe conservar un libro. Total, son para leerlos. Si lo lleva a la playa, se le moja y se le llena de arena.
Lector de lectura pospuesta: Cada vez que va a una librería no aguanta la tentación y compra uno o dos libros. Se promete a sí mismo que pronto los leerá. Los coloca en una bonita mesa. De la promesa inicial hasta la acción pueden pasar meses enteros.
Lector de postureo: Es algo así como pura pantalla. Compra los libros por vanidad. Escoge las portadas y los lomos más bellos para que combinen con su decoración. A este “lector” no se le ve la intención de dedicarse a la lectura.
Lector influenciable: Escucha recomendaciones de quien sea, famoso o no. Le gusta compartir la lectura con otros para comentarla.
Lector de antes de dormir: Solo lee al acostarse, hasta que le de sueño aunque a veces se quede dormido con el libro en las piernas. El rendimiento de su lectura dependerá de cuánto sueño tenga.
Audiolector: Lee sin leer, gracias a esta tecnología, escucha su libro preferido. Esta opción es para las personas que manejan por largos periodos o que hacen muchas actividades en casa y no tienen tiempo para sentarse a leer. Lector público: Usa sus redes sociales para manifestar agrado o desagrado con  el libro que acaba de leer. Toma fotografías a los párrafos y los sube a Instagram, Facebook o Twitter.
Relector: Este lector revisa los libros de su biblioteca y sin pensarlo dos veces, vuelve a leer alguno que le haya gustado mucho. Tal vez, se asusta un poco con las novedades.
Enlace a video ´TIPOS DE LECTORES´
https://www.youtube.com/watch?v=OzOuxLYUPCA
F) MAPA CONCEPTUAL
Tumblr media
1 note · View note
Text
PRINCIPALES BENEFICIOS QUE OFRECE LA CIRUGÍA PLÁSTICA O ESTÉTICA.
Uno de los mayores beneficios que ofrece la cirugía plástica o estética es que ayuda a recuperar los niveles de confianza de la persona que desea mejorar su apariencia en general. Sin embargo, además de cambiar su apariencia, hay otros beneficios asociados con la cirugía plástica, que la mayoría de las personas tienden a ignorar. Los beneficios dependen en gran medida del tipo y el propósito de la cirugía que uno está buscando.
Por ejemplo, la rinoplastia es una cirugía que no solo ayuda a mejorar la apariencia de la nariz, sino que también aborda problemas respiratorios. La mayoría de las personas, después de someterse a una cirugía de rinoplastia, experimentan cambios en cuanto a los ronquidos, siendo estos reducidos o nulos. Además, les resulta más fácil respirar después del proceso de recuperación, aparte de todo lo anterior, esta también contribuye a corregir el tabique desviado.
La reducción de senos es un tipo de cirugía estética que no solo ayuda a la persona a mejorar su apariencia, sino que también reduce el peso de su espalda y hombros. Esta cirugía, ayuda a aliviar el dolor y molestia de espalda de espalda en gran medida.
Tumblr media
Liposucción, que apoya la reducción de peso, lo que reduce el riesgo de enfermedades cardíacas en las personas. El someterse a una cirugía de liposucción es sinónimo de una gran mejora en su presión arterial y de reducción en los niveles de colesterol. El peso reducido a través de la cirugía, agrega menos presión a las articulaciones de una persona, aliviando así el dolor y la rigidez de las mismas. Después de la cirugía de liposucción, la mayoría de las personas experimentan una sensación de salud y bienestar general.
La cirugía plástica produce varios beneficios que a veces son difíciles de imaginar para las personas. Estas cirugías ayudan a aumentar los niveles de confianza de los pacientes, lo que les permite recuperar su vida social y gracias a su aspecto atractivo debido a la cirugía estética, las personas también tienen éxito en sus carreras. Esto es especialmente cierto con las personas que trabajan en la industria del entretenimiento. La buena apariencia y la personalidad agradable siempre ayudan a captar la atención de los espectadores, independientemente de si estás en un club nocturno o en un evento de cena formal.
Al realizar cualquier cirugía plástica, siempre se debe hacer con un estado de ánimo positivo. La alta moral y el aumento de los niveles de confianza en uno mismo contribuyen en gran medida a crear nuevos amigos y relaciones, que son algunos de los principales beneficios que ofrecen los procedimientos de cirugía plástica.
Para más información:- Cirugía plástica Cali
1 note · View note
chesireheronstairs · 6 years
Text
Dia 15: [Comodín II] Percy Jackson AU
En Nueva York, más específicamente en Long Island, existe un campamento especial para los hijos de los dioses griegos. El campamento media sangre les brinda a los semidioses un hogar por el verano donde les enseñan a defenderse de la difícil vida que les toca llegar, en los mejores casos, llegan a ser héroes pero todos sabían que si eras un héroe tu vida corría peligro en más ocasiones de la normal. Nadie quería eso. Nadie quería ser un mestizo. Nadie pedía serlo.
El campamento tras las modificaciones de la segunda guerra albergaba más de 20 cabañas para que así, los dioses menores también tuvieran reconocimientos, y por ende sus hijos tuvieran un hogar que no fuera la cabaña 11 donde iban todos los recién llegados que no supieran quienes eran sus padres.
Fuera del campamento, en los límites de la barrera mágica siempre había un grupo de semidioses designados para rescatar a cualquier semidiós en peligro que intentaba escapar de algún monstruo y lamentablemente, eso era algo muy común de ver.
-René, ¿Que es eso wey?
-¿Quelle chose?
-Eso güero
Pedro señaló a lo lejos de la colina mestiza y René tuvo que esforzarse en ver mas alla del gran árbol donde colgaba el vellocino de oro. Pedro tenía razón. Más allá de la colina unas dríadas intentaban arrastrar a alguien y gritaban cosas que no lograba captar pero aun así bajo la colina con su espada en mano siendo seguido por Pedro que llevo unos sátiros con él para ayudar
-No, no, no. Nosotros recibimos gente viva señoritas. Eso no puede estar vivo
Pedro se cruzó de brazos a unos metros de las dríadas al ver el cuerpo de un adolescente moribundo y sangrante, en cambio Rene, se acercó a ver si seguía vivo. Acercó su mano a su rostro para ver si podía sentir algún signo de respiración y efectivamente sí, aunque eran muy débiles
-Tu dois le prendre avec Martin
-¿Que Martín que?
-Que tienes que llevarlo con él, aun esta vivo
Con ayuda del mexicano ambos tomaron al adolescente y se encaminaron subiendo la colina mestiza atravesando el campamento lleno de curiosos que miraban al recién llegado en sus peores condiciones pero Itzel junto con Luciano, los líderes del campamento, dispersaron a los campistas para que se preparan para el captura bandera de esta tarde. Pedro le dirigió una mirada de muerte al pobre Moreno que iba a acercarse a Itzel para decirle algo y Rene solo pudo rodar los ojos, sabía que ellos habían sido criados como hermanos pero en realidad no lo eran porque ambos tenían diferentes padres divinos aunque el mexicano jamás les hacía caso y seguía refiriéndose a ella como su hermana
-¡Güerito te traemos un nuevo paciente!
-¡Dejenlo en la camilla que ya voy!
En algún lugar de la enfermería resonó la voz de un chico junto a unas maldiciones y el ruido de algo al caer, presumiblemente, ambos creían que eran sus cosas raras que le daban los de la cabaña de Afrodita al hijo de Apolo. Un chico rubio salio detras de unas cortinas estirando su bata médica y tomó el estetoscopio que colgaba de su cuello para inspeccionar al recién llegado dandole algo de Ambrosía y néctar para que su recuperación fuera rápida. Al contrario de René que miraba y escuchaba el estado del chico de parte del médico de campamento, Pedro, estaba completamente perdido en babear por el líder de la cabaña 7 y lo bien que se veía en su traje de doctor
-¿Entonces vas a poder Pedro? ¿Pedro? Pedro te estoy hablando
-¿Ah? Si, si, lo que quieras corazón
-Genial, gracias por cubrirme en el captura de la bandera de hoy liderando a mi cabaña
-Espera, ¿Que?
Pedro sacudió su cabeza totalmente perdido en la conversación, Rene trataba de no sonreir por la actitud del mexicano y Martin simplemente continuaba dandole de comer ambrosía al paciente. El hijo de Dionisio comenzó a quejarse y a patear el suelo por no saber ni qué había aceptado por perderse en la belleza deslumbrante de Martin
-Estupido Martin y estúpida su brillante belleza...
-Pedro estas haciendo crecer vides
El mexicano bajó la mirada y efectivamente, había hecho que comenzarán a crecer vides sin darse cuenta aunque poco le importo. Martin dejó las vendas enrolladas en una pequeña mesa y cuando iba a hablar sobre algo, entraron Luciano junto a Itzel preguntando por el estado del nuevo campista
-Si me dejaran hablar les iba a decir que este cuatro ojos va a despertar...justo ahora
Todos lo miraron consternado ante esa respuesta y el rubio solo les señaló que el chico comenzaba a recobrar conciencia tratando de abrir con los ojos mirando todo con extrañeza por no saber cómo había llegado de estar perdido en el valle hasta una camilla rodeado de personas
-¿Quienes son ustedes? ¿Donde estoy?
-Tranquilo, no te muevas mucho ¿Si? La ambrosía y el néctar son mágicos pero no curan tan rápido
Martin lo volvió a recostar en la camilla al ver que se intentaba parar y le entregó los anteojos que antes llevaba, fue ahí donde el chico nuevo noto que quienes lo rodeaban eran adolescentes vestidos de una manera particular, todos compartían la misma playera naranja con la palabra "Campamento Mestizo" escrito en el pecho y debajo de él, un pegaso de color negro.
-¿Recuerdas cómo te llamas? O al menos, ¿Sabes como se llama tu progenitor?
-Si, me llamo Efrain y mi madre es Harmonia. Ella me dijo que estaría mejor aquí cuando mi padre murió pero me ha costado mucho encontrarlos
-¿Harmonia? Yo nunca escuche de ella, que nombre mas irónico
-Yo sí sé de ella pendejo
Itzel le dio un golpe a Martín en la nuca con la mano abierta para que se callara y se sentó en el borde de la camilla para acercarse a Efraín e inspeccionarlo más de cerca reparando en el llamativo collar que tenía el chico pero trato de ignorarlo por ahora, tal vez solo era un regalo de su madre para que se defendiera aunque ahora lo principal era presentarse
-Mi nombre es Itzel, soy hija de Deméter y líder de mi cabaña además de Co-líder del campamento junto a Luciano. Es un placer
-Y yo soy Luciano, soy hijo de Zeus y co-líder del campamento. Por ahora soy el único hijo de Zeus habitando el campamento así que se podría que soy lider de mi cabaña también
-Si los tortolos terminaron su presentación, yo soy Martín. Yo soy quien te salvó la vida, los otros dos solo te trajeron hasta a mi, por cierto soy un hermoso hijo de Apolo obvio y médico en jefe de este lugar
-¿Como que solo te le salvaste la vida? ¡Rene y yo tambien hicimos mucho!
-Tu querías dejarlo tirado Pedro
-¡Mentira!
Itzel se apretó el puente de la nariz en cuanto comenzó la discusión y Luciano trato de calmarla apoyando sus manos en sus hombros además de para retenerla. Pedro estaba indignado de que René intente hacerlo quedar mal frente a su gran amor, iba a comenzar a hacer un drama sino fuera porque Martin les recordó que no era bueno para Efraín tanto ruido. Pedro tosio falsamente para recuperar la compostura y procedió a presentarse
-Yo soy Pedro, hijo de Dionisio y al igual que el Lucho como no hay muchos hijos de mi pa' yo mando en mi cabaña
-Rene, soy hijo de la diosa Hecate y el es mi compañero
Cuando René mencionó a su compañero todos giraron a verlo notando que su muñeco extraño había vuelto a aparecer, y Efraín parecía compartir la misma sensación de admiración que Luciano e Itzel por su amigo, mientras que a Pedro y a Martin solo les daba escalofríos
-ignorando el compañero rarito de René, ¿no tendríamos que prepararnos para el captura la bandera de hoy?
-Luego de explicarle lo básico a Efrain sobre este lugar
-Eso me serviria mucho, apenas se quien es mi madre y no más
-Esto va a ser largo
Luciano atrajo una silla aun lado de la camilla y se estiró para comenzar la larga charla que les daban a todos los semidioses nuevos para que no se vieran la absurda película que el director del campamento, Dionisio, había preparado.
-Los dioses son reales, en especial los griegos. Has oído de ellos seguramente pero no has prestado la atención necesaria tal vez
-Bueno...ellos tampoco te prestan mucha atención
-En especial si eres uno de sus hijos así que no te entusiasme con ver a tu madre. Los dioses tienen cosas divinas que hacer, lugares divinos que visitar
-Si, los dioses son reales y tienen hijos. Esos hijos, tenemos problemas
Efrain veía como el que se había presentado como Martín y el otro como Pedro, había interrumpido la explicación del moreno con acotaciones acerca de los dioses. Era como ver un partido de tenis donde se tiraban la pelota entre ellos y los demás observaban fuera de ese partido hasta que fue la hija de Deméter quien tuvo que cortar esa conversación para dar una pequeña síntesis y cerrar el tema de una vez
-Los dioses griegos son reales y este es un campamento especial para nosotros, sus hijos, garantizando nuestra seguridad y supervivencia. Ahora sí, vayamos a prepararnos para el captura la bandera
La hija de Deméter salió de la enfermería con rapidez, a nadie le gustaba tocar el tema de cómo eran ignorados por sus padres sabiendo que el último que se obsesiono con eso, quiso vengarse y desató la primera guerra siendo poseído por Cronos para derrumbar el Olimpo. Todos la siguieron en silencio y Martín fue el único que se quedó en el lugar para cuidar de Efraín que se mantenía impasible, cosa que ponía muy nervioso a Martín que era tan hiperactivo.
-Se escucha divertido el captura la bandera, se que no puedo participar por mi condición pero ¿Puedo verlo?
Aquella pregunta lo tomó por sorpresa y se quedó meditando un momento pero no veía nada de malo en que viera las batallas desde lejos por ahora así que lo ayudó a ponerse en pie y con mucho esfuerzo lo llevó al punto más alto del campamento donde tenía una buena vista del bosque donde se celebraban los juegos. Efrain trataba de concentrarse en las manchas negras que corrían entre los árboles y los pequeños destellos de las espadas al pelear, pero había algo particular entre todas esas manchas negras y fue un destello de algo rojo entre todos que provocó muchos gritos de júbilo entre los campistas, no fue hasta unos minutos donde pudo observar a René siendo alzado por otros campistas mientras agitaba un pañuelo rojo sobre un río. El campamento no parecía tan malo despues de todo, parecían llevarse bien entre todos allí e incluso vio como los capitanes de ambos equipos quienes eran respectivamente Luciano e Itzel para el equipo azul y rojo, estrechar sus manos por el buen juego
11 notes · View notes
annadryb · 2 years
Text
Medicos para Bariloche
+----> La Fundación INTECNUS, creada hace cuatro meses, comenzó a recibir pacientes en la última semana de 2017 y el miércoles 3 de enero de 2018 se realizaron las primeras aplicaciones de Medicos Para Bariloche radioterapia en la instalación: tras una por los Medicos Para Bariloche adecuada planificación, dos personas realizaron el primer tratamiento en uno de los aceleradores lineales de la instalación. El equipo estaba dirigido por un oncólogo radioterápico y formado por médicos, físicos médicos y técnicos. Hasta ahora, más de 40 pacientes han sido tratados en este servicio.
Medicos Para Bariloche
La construcción del centro comenzó en 2012 y ahora es una instalación de categoría mundial con más de 10.000 metros cuadrados de espacio interior. Tiene unas características que lo distinguen de otros centros similares, tanto en el aspecto asistencial como en el de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) y en la formación de recursos humanos. Esta última con la participación de los equipos de investigación y desarrollo de la CNEA y del Instituto Balseiro (IB).
En la actualidad, la Fundación INTECNUS dispone de un servicio de radioterapia y de clínicas externas, donde se atienden las siguientes especialidades Clínica Médica, Radioterapia Oncológica, Cuidados Paliativos, Enfermería Oncológica, Traumatología Oncológica, Psico-Oncología, Dermatología Oncológica, Tratamiento del Dolor, Asesoramiento Nutricional Oncológico, Radiología General, Medicina Nuclear, Ecografía Mamaria, ecocardiograma Doppler, anatomía patológica, cardiología clínica, ginecología, mastología, cirugía general, neumología, coloproctología, neurología, urología, endocrinología general, diabetología y psiquiatría (psicoanálisis).
Trabajo Para Medicos Bariloche
El área de captación prevista de la Fundación INTECNUS se extiende desde Junín de los Andes (Neuquén) hasta el límite oeste de Esquel (Chubut), incluyendo toda la Zona Sanitaria IV de la provincia de Río Negro, que se extiende hacia el este hasta Ing Jacobacci.
"Nuestro instituto ofrece servicios de diagnóstico en cardiología, oncología, neuropsiquiatría y endocrinología, entre otros. También ofrece radioterapia para enfermedades oncológicas con equipos de última generación", explicó el Director General de la Fundación INTECNUS, Ing. Luis Rovere.
Por su parte, la Dra. Carolina Cicero, Directora Médica de la Fundación INTECNUS.  La doctora aseguró que los pacientes recibirán seguridad social (estatal, provincial y sindical) y un anticipo según lo acordado.
RED43 REGIONALE GESUNDHEITSZENTRENAN CARLOS DE BARILOCHE
El diccionario no está disponible para esta combinación de idiomas. Traduce aún más rápido con DeepL para Windows Más de un millón de personas han optimizado ya su trabajo gracias a nuestra aplicación Descarga gratuita DeepL en los medios de comunicación Los gigantes tecnológicos Google, Microsoft y Facebook están aplicando los conocimientos en aprendizaje automático al ámbito de la traducción, pero una pequeña compañía llamada DeepL los ha superado a todos y ha puesto el listón aún más alto. El traductor de DeepL es igual de rápido que el de sus competidores, pero es el que ofrece más matices y más precisión de todos los que hemos probado. TechCrunchEstados Unidos El sistema reconoce de manera rápida y automática el idioma, convirtiendo las palabras al idioma que uno desea intentando añadir los matices lingüísticos y sus expresiones propias. ABCEspaña DeepL, un traductor online que supera al de Google, Microsoft y Facebook wwwhat's newLatinoamérica DeepL: a Google le sale competencia seria para traducir. (...) ¿El coco de los otros traductores? eldiario.esEspaña Nos ha sorprendido comprobar el nivel de sutilidad con el que DeepL traduce textos. La VanguardiaEspaña Las traducciones que ofrece este se aproximan a las traducciones realizadas por nativos. (...) El Traductor de DeepL es capaz de captar los matices más sutiles y traducirlos. Enter.coColombia Hemos probado DeepL, el nuevo traductor que deja en evidencia al de Google. GenbetaEspaña Aunque las traducciones de Google y Microsoft desde el inglés son bastante buenas, DeepL logra superarlas en calidad. Hemos traducido un mensaje de un diario francés y la traducción de DeepL es perfecta. Golem.deAlemania DeepL ha superado otros servicios gracias a unas frases más "francesas".
Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator
0 notes
mutantes-sinmas · 3 years
Text
El nuevo paradigma psicológico
Siguiendo el hilo, la nueva cosmovisión que ha nacido de la mano de los científicos de vanguardia, añade precisamente el factor consciencia al estudio del Universo, del mundo y del hombre mismo.
De la misma manera que en el ámbito de la Física encontramos actualmente dos tendencias diferenciadas: los clasicistas que siguen pensando en términos de materia clásica y los vanguardistas que han asimilado la física de partículas, así tb encontramos que las escuelas convencionales de psicología (especialmente la conductista) niegan la realidad del alma porque no es susceptible de ser medida, pesada y repetida (o clonada!!) En un laboratorio, mientras que otras, como la Psicología Analítica, la Transpersonal o la Evolutiva conciben y explican al ser humano basándose precisamente en la existencia de la psique, del alma.
De hecho, desde tiempos inmemoriales han existido escuelas psicológicas que han recogido la tradición del conocimiento verdadero acerca del ser humano. Antiguamente se las llamó Escuelas de Misterios y las hubo en Menfis (Egipto), en Eleusis y Delfos (Grecia), en Crotona (Italia)... siguiendo hasta nuestros días la primera escuela abierta al público en el sur de Francia y que siguió en la actualidad en Barcelona, donde acabé estudiando todo esto de lo que ahora hablo y más cosas que todavía públicamente no he desarrollado... todo a su tiempo. En estas escuelas se imparte la llamada Sabiduría Perenne o Antigua, también denominada Ciencia Oculta o Ciencia Iniciática. Esta sabiduría informa al ser humano del sentido de la vida y es el testimonio más fiel, mas fidedigno de los arquetipos que la humanidad tiene que desarrollar a través del tiempo, es la portadora del programa evolutivo para la Humanidad.
La psicología Evolutiva parte de esta Sabiduría Perenne o Arcana, de la misma forma que lo han hecho la psicología analítica de Jung o la Psicología Transpersonal, la cual apareció en España hace mas de veinte años, mientras mis maestros trabajaban en la elaboración de la psicología Evolutiva. La Psicología Transpersonal era un modelo americano de estudio de las personas que sintetizaba los esquemas psicológicos de las culturas oriental y occidental, en un intento de explicar los estados alterados de consciencia. Por su parte Jung había estado trabajando en la misma búsqueda elaborando su modelo de Psicología Analítica, en la cual dio una gran importancia a la interpretación de los sueños como símbolos a través de los cuales se expresa el Alma. También intentó demostrar la validez científica de la Astrología, como puede verse en su obra Sincronicidad, aunque no lo lograra. Él levantaba la carta natal como herramienta de trabajo en aquellos casos que no podía captar psicolóicamente a sus pacientes. También profundizó en la alquimia, se puede ver a través de su libro Psicología y Alquimia, y de hecho como curiosidad a su muerte se encontraron más de 200 manuscritos de Alquimia.. un crack este hombre 4real.
Qué es la Psicología Evolutiva
La Psicología Evolutiva describe todas las etapas de desarrollo por las que necesariamente tenemos que pasar todos los seres humanos. Para una mejor comprensión se dividen en etapas ( hay dos vertientes siete etapas o nueve etapas). Una vez descritas estas etapas se explica cómo desarrollar y controlar cada uno de los niveles de consciencia propios de cada etapa. Para estimular el desarrollo evolutivo se incluyen prácticas de ciertos ejercicios y los cambios de hábitos diarios que conllevan al aprendizaje y control de cada uno de estos niveles de consciencia. Y ya sigo mas en otro momento que tengo que descansar *-*
0 notes
makahimetenshi · 3 years
Text
Wake Up - Jotakak Fanfic
Fanfiction
Había estado teniendo aquellos sueños de nuevo.
Sueños y pesadillas que lo atormentaban desde los 17 años.
Jotaro se había encontrado muchos usuarios de Stands útiles a lo largo de su vida, ahora mismo para lo que tenía en mente tenía pensado pedirle ayuda a Josuke o hacer un viaje a Italia y enfrentar de nuevo a su destino conociendo al hijo de Dio, Giorno, aunque esperaba de corazón no tener que volver a viajar.
Una madrugada estaba durmiendo con su esposa, su relación no era la mejor gracias a las muy largas ausencias que tomaba por su trabajo, no recordaba quererla pero si le tenía apreció al menos por ser la madre de su hija, tenía que fingir un poco de cariño el poco tiempo que la veía así que estaba durmiendo abrazada a ella, su espalda era pequeñita y sus hombros muy pequeños y duros.
El teléfono sonó despertándolo, Jotaro tenía el sueño muy ligero a causa de traumas y pesadillas todas las noches, de cierta manera le era útil por si le llamaban para su trabajo, su esposa se movió molesta separándose de el en cuanto se estiro para agarrar su celular de la mesa de luz al lado de la cama, un escalofrió recorrió su espalda al ver el numero en la pantalla.
-Hola? –respondió con la voz ronca y adormilada, incorporándose ligeramente sobre la almohada.
-Creo que ya es el momento –una voz de mujer le respondió del otro lado –desde hace un mes sus signos están mas estables que…hace un par de años y aquello solo había durado una semana, si de verdad quisieras probar creo que ahora es el momento.
Jotaro se quedó en silencio unos instantes, procesando la información mientras salía de su estado de insomnio…estaba hablando de…aquello…miro el reloj en la mesa de luz y una urgencia lo recorrió de pies a cabeza, tenía que hacerlo ahora, no quería perder más tiempo, 13 años había sido suficiente ya.
-De acuerdo, en unos 3 días estaré allí, mantenme lo mas actualizado posible, algo más? –los brazos empezaron a temblarle, planeando su agenda para la dura semana que se le venía.
-Tendré que estar con el todo el tiempo, es una persona que despierta de un coma después de todo, no puedo dejarte hacer lo que quieras con el por que podrías crearle un trauma y…
-Entiendo, nos vemos –colgó el teléfono y volvió a dejarlo en la mesita de luz. Parando un momento para organizar sus pensamientos mientras se pasaba una mano por la cara, el fuerte e incesante sonido de la lluvia afuera lo estaba poniendo nervioso.
Era el momento? Esta vez si?
Bajo una de sus piernas de la cama pero antes de poder levantarse la mano de su esposa lo había sujetado de la muñeca, Jotaro suspiro, entendiendo la situación y sin embargo sintiéndose igual de decidido que antes.
-Vas a salir? –la voz dormida de su mujer susurrando llego a sus oídos.
-Si, es una emergencia –le daba pena, entendía su dolor pero…el era egoísta…
-Vas a volver a irte? que es tan urgente esta vez? –su mujer se dio la vuelta mirándolo a los ojos, parecía que en cualquier momento iba a ponerse a llorar.
-Tengo que ir a mi oficina a arreglar unas cosas y luego…-estaba siendo particularmente comunicativo, nunca le contaba sus rutinas a su esposa quizá la noticia lo había puesto sensible y emocional.
-No puedes esperar a la mañana? Tan importante es? –no, no podía, se levanto soltándose del agarre de su esposa y abrió el ropero para buscar sus típicas ropas, dada esta situación no podía ocuparse de hacer una maleta, tendría que ducharse y agarrar cosas de su oficina que era como su segundo hogar.
-No –respondió seco, no podía contarle a su esposa de estas cosas, ella y su hija tenían que estar alejadas del mundo de los stands…y por otras obvias razones. Se puso unas medias y los pantalones a la máxima velocidad que pudo, no quería enfrentar otra pelea de nuevo.
-Que es importante para ti? Que es tan importante que tienes que salir de urgencia de madrugada y cuando yo te llame para que vinieras a ver a Jolyne aquel día que casi se muere de fiebre me dijiste que estabas ocupado? –aquello fue una puñalada por la espalda, ese día estaba trabajando y de verdad era importante, no es como si fuera que no le importaba su hija, mosqueado se puso su polero y su abrigo, agarrando su celular y guantes, se acomodaría de camino, se puso su gorrita y salió de la habitación, camino a la de Jolyne –Jotaro! Ven aquí!
Los gritos de su esposa lo estaban irritando, hacer lo que iba a hacer tampoco era bueno para ella de todas maneras pero tenía que hacerlo. Entro a la habitación de Jolyne, quien estaba profundamente dormida, su hija era preciosa y eso no se lo podría negar nadie, la veía poco y no le prestaba mucha atención pero la quería mucho.
Se agacho delante suyo y movió su hombro ligeramente para despertarla, la niña hizo sonidos de rezongo por unos segundos antes de abrir los ojos, asustándose un poco al encontrar a su padre enfrente.
-Jolyne –la llamo en un susurro, intentando captar su atención –Jolyne –su padre le dio un golpecito en la frente con sus dedos, despertándola y captando toda su atención, abriendo sus enormes ojos y fijándole la vista su padre –Voy a irme por un tiempo si? Cuando vuelva te tendré una sorpresa –una profunda tristeza se apodero de su rostro, su boca hizo un pequeño puchero y sus cejas se cruzaron –no te preocupes, no tardare mucho, y te llamare y enviare regalos todas las semanas.
-Eso dices siempre –entre medio de un bostezo pronuncio sus primeras palabras en toda la noche –no te vayas –Jolyne estiro el brazo para agarrar su gorra, tapándole la cara a su padre, quien entre toda la melancolía del momento le dedico una sonrisa por que le había hecho gracia aquello.
-No te preocupes –el hombre aún con la cara tapada le acaricio la cabeza y le dio un beso en esta –puedes quedarte mi gorra, esta bien –su mano agarro la de Jolyne sujetando la gorrita blanca en sus manos –volveré antes de que empieces a extrañarme –intento darle una mirada de confianza a su hija, pero el ya sabía que después de tantos fallos y ausencias ella ya le había perdido la confianza.
-Ya te estoy extrañando
-Te quiero –le dio un beso en la mejilla, levantándose para irse –te llamare la próxima semana –cuando su mano se poso en el pomo de la puerta escucho a su hija una vez más.
-Yo también
En cuanto salió se encontró a su esposa con una bata en el pasillo, mirándolo angustiada y apunto de llorar. Era una noche fría en más de un sentido.
-Quédate, al menos hasta mañana, despídete bien de Jolyne –le partía el corazón aquello, pero tenía cosas más importantes que hacer, así que empezó a caminar, haciendo con delicadeza a un lado a su esposa antes de tomar un paraguas de la entrada y abrir la puerta con las llaves que estaban en su bolsillo adornadas por un llavero del dibujo de un delfín que había mandado a plastificar ya que se lo había hecho Jolyne –Jotaro… -salió y cerro la puerta detrás suyo, apoyándose en esta mientras se llevaba una mano a la cara, no estaba bien lo que hacía y sin embargo…-que tengas un buen viaje –escucho detrás de esta con el incesante y molesto sonido de la lluvia detrás.
Su esposa lo quería mucho.
Abrió el paraguas y se fue a la avenida mas cercana, tomando el primer taxi que encontró, en cuanto estuvo en su estudio agarro las poquitas cosas que tenía ahí que podía considerar importantes para un viaje, tenía un par de cambios de ropa, dinero, el cargador de su celular, unos libros y anotaciones y otras cosas, lo demás lo compraría allá, dinero no le faltaba. Se sentó en su silla reclinable y con su celular enchufado cargándose busco en su agenda un nombre.
Josuke Higashikata.
En Japón ahora mismo debería ser de día. Llamo y espero unos momentos, antes de oír una voz.
-Jotaro? Señor Jotaro? –la voz curiosa de su tío lo relajo un poco, al menos lo pudo contactar.
-Que tal Josuke? –tenía que establecer una charla antes.
-Que tal nada, en Estados Unidos ahora mismo deben ser las…madrugada…que importa…sucedió algo? –la conexión de los Joestar también aplicaba leer mentes? –es un gusto hablarnos pero esto me resulta extraño y…
-En ese caso ya que no me dejas ser amable y preguntarte por tu vida iré al grano –un bufido se escucho detrás de la línea, tenía que ser así de desagradable siempre? –el trabajo que te encargue, que tal vas con ello?
-Soy un curandero loco, menos mal que la fundación Speedwagon me da anonimato o tendría un culto detrás mío diciendo que soy como jesus que curaba a los enfermos.
-Es para entrenar tus poderes, tienes un stand muy poderoso Josuke, responsabilízate de ello, no puedes quejarte si te están pagando bien al menos –Jotaro le había puesto un trabajo de verano a Josuke para que entrenara sus poderes de restauración, la fundación Speedwagon lo había contratado para pruebas de medicina con enfermos de diferentes categorías, lógicamente la fundación le tapaba los ojos a los pacientes para que cuando estos despertaran no vieran a Josuke y empezaran a…acosarlo o algo, solamente eran pruebas para medicina, no es que lo hubieran hecho médico o algo.
-No me molesta pero igual soy millonario –aquello lo hizo reír, hablar con Josuke era refrescante.
-Puedes pensar ahora que es mucho dinero pero no lo es, pregúntale a tu padre que te aconsejara bien –estaba sonriendo, le gustaba hablar con el.
-Tu crees? Okuyasu dice que podría vivir cómodo el resto de su vida con todo eso…
-Ingenuo, en todo caso escúchame, no te llame por placer –de nuevo le rezongo, le gustaba un poco molestarlo –necesito que hagas algo por mi, estas ocupado esta semana?
-Tengo exámenes que dar…-la voz de Josuke se escuchaba un poco curiosa.
-Estudiaste duro?
-No
-En ese caso no importa, estas aprobado no te preocupes, te enviare un ticket de avión, tienes que venir a estados unidos –antes de que Josuke pudiera quejarse el siguió hablando –que tan en confianza te sientes con tus poderes para despertar a alguien de un coma?...un viejo amigo…
Había cosas que Jotaro le ocultaba no solo a su esposa e hija, si no a todo el resto de su familia, como que por ejemplo, tenía a Kakyoin oculto dormido en un coma desde hace 13 años en una casa que había comprado para el en un lugar que nadie sospecharía ni tenían idea que el tenía.
Se había comprado una casa en un pueblito lejano y perdido de Estados Unidos, donde el pelirojo yacía acostado rodeado de maquinas y con el constante cuidado de 3 enfermeras muy bien pagas que se turnaban para cuidarlo, Kakyoin no había muerto aquel día, la fundación le había ocultado a su abuelo de su coma a petición de Jotaro para hacerlo pasar por muerto.
Todos habían llorado su muerte sin saber que estaba vivo, el se había prometido cuidarlo desde el momento en que casi pierde la vista e iba a mantener su promesa, y así lo hizo durante 13 años, esperando día y noche a que sus signos mejoraran como para que…despertara…así fue hasta conocer a Josuke hacía un par de años, lo primero que se le cruzo en la cabeza al ver su habilidad de curación fue Kakyoin…
No lo tomo del brazo y lo llevo corriendo a tomar un avión hacia la casa donde estaba Kakyoin por que no confiaba totalmente de sus poderes, pero con el pasar del tiempo y cuando Josuke empezó a curar gente con Crazy Diamond algo le decía que el era el indicado para levantar al pelirojo de su sueño…solo había que esperar que el…estuviera bien, no dudaba que Josuke pudiera curarlo al 100% incluso las heridas de sus ojos pero no quería que nada estuviera mal, además era un desafió muy grande para su  tió que apenas tenía 18 años.
Aunque si podía devolver miembros de nuevo a su lugar y no espantarse de estos cuando se salían y estaba todo lleno de sangre no entendía por que había esperado tanto, como sea ahora era el momento, al parecer Kakyoin estaba bien y era el momento indicado para intentar despertarlo, estaba muy confiado de Josuke quien para la fundación curaba tumores y enfermedades muy fuertes.
Si Josuke no tenía la fuerza o la habilidad necesaria para despertarlo…tendría que recurrir a otras cosas.
Como a otro Joestar…o Brando…o Giovanna…quien según Koichi tenía la habilidad de dar vida, no estaba muy seguro de como era la historia o el tema con Giorno, puesto que aunque lo vigilaba y recibía reportes de el cada bimestre, obviamente eran una organización delictiva y no era muy fácil espiarlos y mucho menos a sus stands. Pero estaba dispuesto de tomar el riesgo de ir a buscarlo y pedirle bajo la excusa de que son familia como unos 200 años lejana que lo ayudara a curar a Kakyoin de alguna manera.
“Hey yo mate a tu padre pero de alguna manera nosotros 2 somos familia ya que el semen del que insemino a tu madre era un tátara tátara abuelo mío pero Dio es…como tu padre simbólico ya que el solo puso las fuerzas y la cabeza para mover ese cuerpo dentro de tu madre y…en fin, soy tu tátara nieto, me ayudas abuelo?”
Estaba un poco desesperado pero tal vez funcionaría.
Un par de días pasaron y Josuke había llegado, un remis lo había ido a buscar expresamente al aeropuerto para llevarlo hasta la pequeña casita perdida en el campo, Jotaro había estado allí desde el primer día observando a Kakyoin y cuidándolo junto con la enfermera.
Aveces se sentía enfermo, sentía que lo suyo era una obsesión y que tenía que dejarlo ir, seguir su vida normalmente y por fin prestarle atención a su mujer y su hija que debían ser sus 2 prioridades pero…entonces recordaba los sentimientos que tuvo por el en Egipto y no podía evitar sentirse mal por no haber llegado a decirle que lo quería.
Cuando le dijera aquello se olvidaría de el como pasa con todo lo que le gusta? Como su esposa o así? Lo dudaba, lo que sintió por Kakyoin esas semanas fue mucho mas fuerte que lo que sintió por su esposa en años de matrimonio, pero no podía confiar en su personalidad caprichosa y egoísta.
El pelirojo naturalmente tenía un aspecto muy enfermo y delicado pero estaba bien cuidado, según las enfermeras nunca le había salido barba y eso le hacía mucha gracia, el tenía que afeitarse constantemente, si ignoraba lo delgado que estaba y que…estaba dormido, era tal cual el Kakyoin de 17 años que conoció.
Y en parte era así, por que cuando el despertará sería un adolescente a quien tendría que cuidar y ayudar a madurar a pasos agigantados.
Si despertaba claro, pero Jotaro adoraba fantasear con el momento en que el pelirojo despertara y la vida que tendrían juntos luego, podría escribir mil historias de aquello y no cansarse de seguir imaginándolo.
Jotaro vio la cara de confusión de Josuke al ver el lugar en donde estaban, de verdad Jotaro había comprado una casa para ocultar a su novio de la adolescencia? Por que haría eso? No era un hombre casado y con una hija? No es que se quejara de ayudar ya que de todas maneras si todo salía bien tenía vacaciones en el extranjero pero…
Cuando llego a la habitación en compañía de la enfermera vio al hombre postrado sobre la cama y le pareció hermoso, sumamente lindo, alguien así había perdido tanto tiempo de su vida por culpa de Dio?
-El es Noriaki Kakyoin no? –pregunto en un susurro, acercándose al pelirojo sin dejar de inspeccionar el lugar.
-Nunca te dije su nombre –susurro Jotaro con seriedad, un poco incomodo por aquella pregunta tan intrusiva.
-Rohan cuando te leyó con Heavens Door me dijo que habías tenido a una persona especial hace tiempo, y cuando le dije sobre esto me dijo que probablemente era el –Jotaro se ruborizo, tendría que dejar de ser tan abierto con esos chicos no importaba cuanto cariño les tuviera –aquí voy…
Josuke saco a Crazy Diamond con un poco de duda, posando su mano sobre el hombro del pelirojo, su habilidad no requería mucha concentración, era mucho de instinto y de querer, así que no tardo demasiado, en cuanto vio que los segundos pasaban y el hombre no despertaba decidió sacar su mano, un poco decepcionado de si mismo por que aún no fuera tan fuerte y de no poder ayudar a su sobrino.
Se volteo con tristeza para disculparse con Jotaro, pero antes de abrir la boca, la maquina a la que Kakyoin estaba conectado comenzó a pitar furiosamente.
El sonido empezó de rápido a inaguantable, a un chirrido constante y luego a una línea, la enfermera se acerco alarmada a ver que pasaba y Jotaro casi empujo a Josuke para acercarse al pelirojo pero en cuanto la enfermera lo levanto para examinarlo mejor paso el milagro.
Kakyoin se despertó, y este no era un despertar de coma convencional.
El hombre se levanto y saco la cabeza de la cama poniéndose a vomitar violentamente, agua, ya que no tenía nada que vomitar, Jotaro le miro nervioso sin saber que hacer compartiendo miradas con Josuke, quien solo podía elevar los hombros sin saber que había pasado o hecho, lo había despertado pero de que manera?
La enfermera desesperada lo agarro de los hombros y le puso una mano en la espalda, pidiéndole a alguien que trajera agua, Josuke salió disparado a la cocina y trajo una jarra con un par de vasos pero al volver se encontró a la enfermera tranquilizando al pelirojo con ejercicios de concentración mientras Jotaro lo sujetaba por detrás para que no saliera corriendo.
Pasaron unos 5 minutos, el hombre no dejaba de llorar y preguntar que había pasado, que se sentía mal y le reventaba la cabeza, no dejaba de repetir el nombre de Dio y que su habilidad era parar el tiempo pero al final se calmo, Josuke veía crisis nerviosas así en la fundación y tal vez era por eso que la idea de ser medico no le interesaba, tanto dolor no era lo suyo. Veía a su sobrino cagadisimo de miedo que no le quitaba la mirada de encima al pelirojo, el cuerpo entero le temblaba y seguro tenía un dilema entre si estar feliz o preocupado.
Cuando el hombre se calmo se puso a balbucear unas cosas por otro par de minutos, hasta que se tranquilizo cuando la enfermera le pidió que haga ejercicios de inhalar y expirar, esta no era la manera en la que se trataba a alguien así pero no podían permitir que se volviera a dormir así que no le podían dar un calmante, tenían que estar seguros de varias cosas antes de que se volviera a descansar.
En cuanto levanto la mirada lo primero que vio fue la enfermera, sin decir nada, luego miro un poco alrededor suyo, y cuando Jotaro lo soltó, volteo a verlo a el, quedándose hipnotizado por unos segundos.
-Jo…Jotaro? –su voz estaba ronca y totalmente quebrada, cuando estaba gritando también era así, podría haberse quedado mudo…Crazy Diamond no lo curo totalmente.
-Kakyoin mírame –el moreno se puso al lado suyo y encerró su rostro con sus manos, la respiración del pelirojo fue bajando poco a poco cuando empezó a concentrarse solamente en la cara del moreno.
Ambos estaban temblando y tenían miedo.
-Jotaro… -que el hombre que había estado esperando por 13 años saliera de aquel coma y dijera su nombre con su propia voz creaba una calidez en el corazón de Jojo que no podía explicar.
-Kakyoin…-susurro, casi sin poder creérselo, si no fuera por toda la conmoción anterior pensaría que estaba soñando –mírame si? Está todo bien –el pelirojo le asintió, confundido, Jotaro soltó su rostro y agarro sus manos, entrelazando sus dedos para que dejara de temblar.
Pasaron unos segundos antes de que el pelirojo se recompusiera totalmente sin sacarle la vista de encima al moreno, a petición de la enferma respiro un par de veces y miro al suelo, levantando la vista para encontrarse con Josuke, quien se sonrojo sintiéndose comprometido por la situación.
-Jotaro…esto…no es Egipto no? –su voz ronca y adolorida le hizo dar un vuelco en el corazón, estaba preparado para esto por muy doloroso  que fuera.
-No, esta todo bien ahora –en cuanto dijo esto el hombre cerro los ojos, Jojo le llamo la atención presionando sus manos y el se volteo a verlo, acostándose sobre la almohada que la enfermera le había preparado, le dolía todo.
-Dio? Y los demás? –cuando esa inevitable pregunta llego la enfermera le hizo señas de no a Jotaro, todavía era muy temprano para contarle todo eso, un shock emocional no sería bueno ahora.
-Lo derrotamos, no te preocupes ya esta todo bien, acabas de despertar y no quiero presionarte mucho –el pelirojo hacía muecas de dolor a cada movimiento que quería hacer, incluso mover la cabeza. La enfermera le hizo una seña y Jojo asintió –hay que revisarte primero antes de seguir, no te preocupes y no te esfuerces mucho, solo no te quedes dormido.
Antes de que pudiera decir que si para sorpresa de Kakyoin la enfermera ya estaba encima suyo revisándolo, mirando sus ojos con una luz, sus oídos, su boca, los latidos de su corazón, la presión, Jojo la ayudo a levantarlo para que pudiera darle un vaso de agua de a sorbos, naturalmente Kakyoin estaba bastante manso, tal vez por el dolor o la confusión pero no estaba haciendo nada muy problemático mas que quejarse.
Cuando la revisión termino la enfermera se puso a revisar las maquinas alrededor del pelirojo, Jotaro se quedo viendo al pelirojo que se había quedado hipnotizado mirándolo todo este tiempo.
-Esto no es un hospital –el semblante de Jotaro se puso serio, en ese momento miro a Josuke, quien solo veía toda la escena confundido y sin mucho interés, ya había hecho su parte.
-Josuke, puedes ir abajo? Luego te llevare al hotel –en ese momento el adolescente se retiro, cerrando la puerta, lamentablemente no podía tener la intimidad que deseaba, la enfermera le dejo muy en claro que no los dejaría solos.
-Te ves mas crecido, por no decir viejo, no te has estado cuidando? –Jotaro lo miro con una media sonrisa, por una parte aquello le hacía gracia y por otra lo amargaba –cuanto tiempo estuve aquí?
En ese momento Jotaro tomo aire, volviendo a sujetar las delgadas y temblorosas manos del pelirojo, intentando ignorar a la enfermera que estaba solo a metros de ellos. Había imaginado esto las veces suficientes como para sentirse con el valor para decirlo, aquel valor que le falto en Egipto el día que Kakyoin volvió a aparecer el día que fueron a luchar contra Dio.
Todo esto era como un sueño, uno que ya conocía de memoria.
-Antes que todo quiero decirte algo que antes no pude –el pelirojo le presto toda su atención –Te quiero –su corazón dio un vuelco y empezó a correr una carrera que ya no era contra el tiempo como la vez anterior –Te quiero, quiero decirlo ahora ya que antes no tuve oportunidad –la cara del chico era un poema, con los ojos abiertos de par en par y los labios entreabiertos –estuve esperando todo este tiempo para decírtelo ya que no pude el día que luchamos contra Dio, te quiero –un calor se había depositado en sus mejillas, así como de apoco todo su cuerpo empezaba a sentirse destensado, 13 años guardándose eso para si mismo y ahora poder decírselo…después de mucho tiempo se sentía bien consigo mismo
En ese momento el pelirojo quiso acercarse a el, sin embargo un dolor en la cadera lo hizo detenerse para quejarse del mismo, la enfermera se acerco preocupada a el, acomodándolo en la almohada para que descansara, obligándolo a tomar un par de sorbos.
-Quería besarte pero…al parecer no puedo –el pecho de Jotaro se lleno de una felicidad que no sabía como describir, la sonrisa apenada de Kakyoin se veía muy linda –También te quiero, me gustas –aquel gustas le había dado una punzada que pudo ignorar, después de tantos años el lo amaba, pero Kakyoin no había sentido los años pasar, sin embargo no importaba, que le correspondiera había sido una de sus fantasías prohibidas para no ilusionarse y…estaba pasando.
-No quiero lastimarte, así que iremos despacio si? –una de sus manos se acerco a su mejilla para acariciarla con suavidad, el chico de ojos violetas se pego a su mano acurrucándose en esta por unos instantes, se veía realmente lindo, aún con las bolsas en sus ojos y su aspecto esquelético, tal vez era el rojo brillante de su pelo lo que realzaba su belleza.
-Cuanto tiempo estuve dormido? Te ves viejo…no quiero ser rudo así que diré mayor –la enfermera no le dijo nada, al parecer Kakyoin se estaba tomando todo lo suficiente bien como para poder avanzar, sus manos se posaron en sus hombros obligándolo a mirarle.
-Quiero que estés tranquilo si? No te asustes y recuerda que todo esta bien –tal vez no eran las palabras indicadas para influir confianza pero el chico le asintió tan siquiera así para que continúe, no se le veía muy convencido  -13 años, actualmente tienes 30 como yo –la mirada del pelirojo se lleno de sorpresa y los pitidos de la maquina contigua empezaron a hacerse mas frecuentes –creo que por hoy esta bien, lo siento.
-N-No! –un grito nervioso y algo desafinado salió de su boca –digo…-el chico intento corregirse a si mismo, sabiendo que se quedaría sin saber nada si se ponía mal –puedo soportarlo, algo igual de fuerte que deba enterarme? –una presión en el pecho empezó a molestarle, 13 años dormido?
Jojo lo miro con duda por unos instantes, pero el rostro afligido del chico termino comprándolo, no quería que se volviera a dormir pero no quería que pensara que le estaba ocultando cosas.
-No todos salieron de la batalla de Dio –el rostro de Kakyoin se distorsiono de la tristeza.
-El señor Joestar…-dijo en un susurro, que? Su abuelo? Ciertamente era el más débil pero no.
-Casi pero no, el esta bien, ya tiene 82, te daría mucha risa verlo ahora mismo, esta hecho un viejo senil que no se las puede arreglar solo –aquello había hecho que los pitidos de la maquina empezaran a bajar su ritmo, quizá le había hecho gracia.
-Entonces quienes…? –pregunto con una temerosa curiosidad.
-Avdul e Iggy, no tenemos muy en claro que le paso a Avdul, es difícil de explicar –la mirada del pelirojo se ensombreció de la pena, mirando hacía otro lado.
-Ya veo –su voz se había apagado mucho mas que antes, dejaría de entenderlo si empezaba a hablar tan mal.
-Polnareff esta bien, hace un tiempo que no hablamos pero estuvimos haciendo varias cosas luego de Egipto –la verdad es que no tenía idea de que fue del destino de Polnareff, hacía mas de 10 años que no lo hablaba pero si era verdad que estuvo en contacto con el un par de años mas luego de lo sucedido, le extrañaba muchísimo que no hubiera intentado contactarse con el, varias veces se pregunto si había muerto pero algo le decía que no.
Aquello le saco una pequeña sonrisa al pelirojo, buenas noticias, enfocarse en buenas noticias sería lo mejor.
-Ya veo –silencio, su mirada se había perdido -13 años…mis padres…al volver yo planeaba decirles que me escape…recibir unos regaños y luego volver a la normalidad…-con cuidado, Jotaro se acerco a abrazarlo, no presionando mucho y teniendo cuidado con todos los cables a su alrededor.
-Quieres saber algo gracioso? –el chico había presionado su barbilla contra su hombro –el chico que antes estaba aquí con nosotros? –se corrigió mentalmente, tendría que tener cuidado con su elección de palabra, según Kakyoin el también era un chico –es hijo del viejo, engaño a mi abuela 3 años antes de lo de Egipto.
-El pelirojo se separo asombrado de el, con una curiosidad divertida –enserio? El señor Joestar? Estoy…decepcionado? –aquello le causo gracía.
-Todos lo estuvimos, yo y de hecho el viejo lo conocimos hace un par de años ya, es un buen muchacho, te agradara conocerlo a el y sus amigos, uno me cae particularmente bien, su nombre es Koichi, es un chico muy bajito pero muy inteligente y tiene un stand muy poderoso –buenas noticias, enfócate en lo bueno Jojo, seguramente Kakyoin estará feliz de conocer a la gente en Morioh y de escuchar la historia de la caza del asesino de mujeres Kira.
-El señor Joestar no conocía a su propio hijo? El es un usuario de Stand no? Pude sentirlo… -Kakyoin le había sacado las manos de los hombros para estrecharlas entre las suyas.
-No, nos enteramos al momento de preparar la herencia, el viejo tenia 79, mi abuela Suzie estaba furiosa, convoco a toda la familia, mi madre no le hablo por varias semanas y entonces yo fui a conocer a mi…tió…mi madre no conoce a Josuke, le dije que era un buen muchacho pero dijo que no se sentía preparada para conocerlo –una risa había aparecido en los largos labios del pelirojo, así estaba mejor, se veía lindo.
-Josuke? El también es un Jojo? Empiezo a pensar que lo hacen apropósito lo de los nombres –el también estaba riendo, aquello lo hacía recordar los comentarios tontos que se hacían en el viaje a Egipto.
-Josuke Higashikata, le falta el otro Jo –otra risa, estaba haciendo un buen trabajo –su stand puede restaurar y sanar objetos, pero es del mismo tipo que el mío.
Kakyoin paro por un segundo, como pensando en algo, con curiosidad Jotaro veía como cerraba los ojos pero entonces un ruido detrás suyo le llamo la atención, su gorra se había caído de su cabeza.
-No puedo ver…a Hieropanth…esta aquí y puedo usarlo pero…no puedo verlo…y no puedo usarlo muy bien –otra cosa se había caído, un libro encima de un escritorio de la habitación.
Aquello sorprendió a Jotaro, quien pensó un poco en los echos antes de responder, analizando la situación.
-Imagino que será por que estas débil, que tengas a tu Stand es una buena señal, el stand de mi madre aparecía y desaparecía cuando ella estaba enferma.
-Mi Stand me hará daño por mi condición física? –pregunto con algo de curiosidad el pelirojo.
-No creo, mi madre no era fuerte mentalmente pero tu si –aquello hizo sonrojar al pelirojo por un instante –te esperan meses de terapias y recuperación, estaré contigo todo el tiempo.
El pelirojo volvió a sonrojarse, analizando sus palabras.
-Si tienes tanto para contarme será divertido –su stand de alguna torpe manera levanto sus sabanas, sin darse cuenta de aquello miro a la enfermera que no parecía extrañarse por todo aquello –ella…?
-Es de la fundación Speedwagon, luego se presentaran formalmente, me ocupe de que estuvieras bien cuidado –la mente de Kakyoin con aquello empezó a divagar.
-Estuviste 13 años cuidando de mi? –al preguntar esto, Jojo evadió su mirada, evitando contestarle por unos momentos.
-Si, tenía que hacerlo –había cosas que no le podía decir, como que todos lo daban por muerto –era el único que podía hacerlo, nunca llegue a decirte que te quería y…eso siempre fue un peso…
-Que hiciste de tu vida mientras tanto? Osea ya tienes…tenemos…30 –el rostro preocupado de Kakyoin se fijo en el suyo, quien con cierta delicadeza y esfuerzo poso su mano en su mejilla.
No iba a decirle que se caso y tuvo una hija después de justamente decirle que lo quería y era un enfermo obsesionado que cuido a la persona a quien quería aún teniendo a su familia, Kakyoin no era lo suficientemente maduro aún como para entender ese tipo de cosas, probablemente le costaría un buen rato salir de su burbuja mental de adolescente y le haría un drama o algo.
-Oh, estudie, estudie mucho, soy biólogo marino y soy bastante importante dentro de la fundación Speedwagon –era la verdad, de todas las cosas malas y que podía saltear eso si era algo que podía decir –Doctor Kujo Jotaro.
El rostro de Kakyoin se ilumino, mirándolo con la boca abierta.
-Enserio? Es genial! Cuanto tiempo te tomo? Antes de ser controlado por Dio mi madre me estaba pidiendo que me fijara por universidades y yo le decía que faltaba mucho tiempo todavía, como es tu trabajo?
Aquello era un buen pie de conversación.
Pasaron al menos unas 2 horas y apareció Josuke en la habitación.
-Jotaro! Si vas a quedarte mucho mas aquí podrías al menos pedirme un taxi? Los sillones de abajo son muy incomodos –el adolescente bastante irritado entro a la habitación, durmió por lo menos una hora en aquellos sofás que no tenían uso y le dolía la espalda, era una molestia salvar gente con enfermedades y no poder el arreglarse la maldita espalda.
El moreno vio a su tió en la entrada de la habitación, cayendo en que lo había dejado solo un montón de tiempo.
-Lo siento, te llevare ahora al hotel mi auto esta abajo –en cuanto se levanto de la cama sintió un tiron en su abrigo, era Kakyoin que no quería que se fuera, el pelirojo estaba mirando para otro lado avergonzado –te pediré un taxi… -el chico de peinado extravagante rodo los ojos mientras Jojo sacaba su celular de su bolsillo con mucha pena por el descuido de haberse olvidado del otro Joestar.
-Tu eres Higashikata verdad? –la voz del pelirojo le llamo la atención a Josuke, quien lo vio un poco incomodo por que a su mente llegaban los relatos que la había contado Rohan de cuando el entro a la cabeza de Jotaro y vio la historia de ellos 2, sentía un poco como que la privacidad del chico invadida –no se como decirte o…agradecerte esto…
El pelirojo había bajado la cabeza apenado, y para Josuke eso fue un flechazo por que le pareció extremadamente lindo, hacía un tiempo se había dado cuenta de que le gustaban los chicos y…Kakyoin se veía particularmente lindo.
-No, no es nada…por otro lado haz dado un salto al año 2001! Es como si estuvieras en el futuro! –Jotaro lo reprendió con una mirada extraña, enserio Josuke hacía ese tipo de comentarios?
-Ya veo, ya tenemos coches voladores como predecía nuestra pobre ciencia ficción de los 80? -sabía que no era bueno que Kakyoin tuviera amigos adolescentes ya que tenía que crecer pero…recién era el primer día y esto llevaría tiempo.
-No, pero tenemos videojuegos en 3d, Jotaro, hay que mostrarle una playstation urgente –el entusiasmo de Josuke se contagio a Kakyoin, se lo veía contento.
-Una vez encontramos un usuario de Stand que su poder eran partidas de videojuegos! –ambos chicos rieron –por otra parte quiero verme, necesito un espejo, Jotaro quien ya había colgado lo miro curioso, pidiéndole permiso a la enfermera, quien asintiendo la cabeza le dijo que si, del escritorio al lado suyo abrió un cajón y saco un espejo con mango bastante grande, aquella casa estaba bien aprovisionada, con algo de duda se lo paso a Kakyoin.
El chico agarro con bastante desesperación el espejo, tocándose la cara mientras miraba su reflejo con bastante confusión, era el pero…mas viejo…y feo, Jojo notaba como el chico notaba cada una de las cosas que no debían estar ahí, como oyuelos o arrugas bajo sus ojos.
-Mis pomulos no eran tan… -su voz sonaba rara, era como si no se reconociera el mismo.
-Estas delgado, eso se te ira rápido –dijo para influirle confianza, pero la situación no cambio demasiado, Kakyoin se puso el espejo a diferentes lados de la cabeza, viéndose desde diferentes perfiles.
-Josuke, tu stand no repara cabellos? Me veo fatal –una sonrisa amarga se había posado en sus labios –mis manos no eran tan grandes…
-No! El cabello es algo a lo que hay que dedicarle tiempo cada mañana!
-Kakyoin, te lo suplico, acabas de despertar, no hagas comentarios de su cabello –Jotaro había caído en cuenta de que no le había dado aquella advertencia a Josuke, todos los que hablaban con el sobre eso terminaban mal sin que nada pudiera pararlo así que era mejor advetirle.
-Que? –dijo confuso.
-NO DIGAS NADA.
El tiempo fue pasando y con terapias y cuidados adecuados Kakyoin fue mejorando al punto de poder volver a caminar, por alguna razón Josuke no podía seguir curándole y el tenía que mejorar naturalmente, una de las cosas que Kakyoin hacía en las largas ausencias de Jotaro era estudiar, el era un estudiante perfecto antes de que pasara todo lo que paso y quería mantenerse así, además de poder hacer una carrera a distancia en algún momento dada su estado físico.
Un bastón fue necesario para que pudiera caminar con normalidad, no saldría intacto luego de lo que le hizo Dio y eso estaba claro, su estomago tenía una cicatriz beige bastante fea pero el color no era muy intenso, sus ojos seguían igual luego de aquellas semanas en Egipto y poco a poco fue recuperando su musculosa complexión, nunca llegaría a estar como cuando tenía 17 pero era lo único que podía hacer.
Jotaro estaba con el una vez al mes, ya que el moreno intercalaba tiempo entre Kakyoin, su trabajo, y su familia, le dolía en el alma no poder dedicarle todo su tiempo pero su ser estaba dividido en esos 3 sectores y ninguno podía convivir con el otro, la relación con su esposa era cada vez peor pero siempre que la veía intentaba compensarla, aún si ella odiara cada vez que tenía que irse. Cada vez que el moreno volvía siempre preparaba algo para el con la ayuda de sus enfermeras, había insistido en que ya estaba mejor y podía estar solo pero Jotaro se negaba a dejarlo 3 semanas al mes solo estando como estaba.
Al tiempo, Kakyoin quiso estudiar y Jojo se ocupo de que pudiera ir a la universidad a distancia, todo a gasto de el, lo cual no le importaba por que el era jodidamente rico y había pagado cosas mucho mas caras para el que una universidad pero el pelirojo se sentía muy mal ente esto, así que estudiaba muchísimo para que cada vez que Jotaro viniera poder sorprenderlo con un buen rendimiento.
Las semanas en las que Jotaro no estaban eran frías, el no era amigo de sus enfermeras, ellas eran chicas que solo hacían su trabajo, sus únicos amigos eran Josuke, Jotaro, y los que conocía por el pobre y lento internet que Jotaro había contratado, en todo ese año y medio no había salido nunca de la casa de campo.
Poco a poco con el tiempo Jotaro le fue contando lo que paso en esos años, la investigación para saber que fue de Avdul, la muerte de Iggy, Josuke, Kira, Giorno, lo de Giorno había sido muy extraño por que Kakyoin tenía muchos sentimientos encontrados por el casi hijo del hombre que casi lo mata y le hizo perder tantos años de su vida, además que de cierta manera podía relacionar la mafia con la maldad de Dio en ese niño, no sabía que decir, no quería pensar con mucha saña en el tema por que el hubiera sido una segunda opción para sanarle después de todo.
Kakyoin tenía días buenos y días malos, vivía en una zona bastante amplia y llana así que podía salir a dar caminatas, pero se cansaba rápidamente con el bastón, en una ciudad ajetreada sería un problema pero sin embargo siempre había una enfermera dispuesta a salir con el para ayudarlo, parte de su recuperación, gracias a que empezó a salir se fue adaptando a su nueva era.
El entendía que el trabajo de Jotaro era muy absorbente, que era su absoluta pasión y nunca se le pasaría por la cabeza pedirle nada, pero tenía ganas de hablar con el, verlo una semana al mes era muy triste y se sentía un parasito chupasangre, al fin y al cabo estuvo 13 años como una mosquita muerta y ahora que podía levantarse lo único que hacía era vivir, estudiar y salir a pasear, se sentía demasiado dependiente del moreno, así que un día lo llamo, Jotaro le había dicho que lo llame solo por emergencias, y esto…como que era un emergencia tal vez?
-Kakyoin? Esta todo bien? –esto era extraño, ni su mujer lo llamaba al trabajo, era como una ley no declarada la de no llamarlo, así que nadie lo hacía.
-Jotaro, da gusto escucharte, se que no debería llamarte por que estas ocupado pero quería decirte algo –su voz se escuchaba nerviosa, no entendía por que ocupaba valentía para esto.
-Si?
-Voy a conseguir un trabajo –desde el otro lado de la línea la voz de Jojo estaba de lo mas extrañada –estuve muchos años sin hacer nada simplemente…molestando y…ocasionándote gastos…y ahora incluso que ya estoy bien y…-el moreno se molesto, no podía estar hablando enserio.
-Kakyoin si quieres trabajo para hacer algo por ti esta bien, pero que no sea por que sientes que me debes algo, no me debes nada, yo te debo a ti por no llegar a salvarte –imaginaba que ese iba a ser el razonamiento de Jotaro.
-Quiero serte útil y…enserio aprecio lo que haces e hiciste por mi pero yo quiero retribuirte en algo, me sabe mal, no se como decirlo –de cierta manera, Jotaro se preguntaba de donde sacaría trabajo el pelirojo, hasta donde sabía estaba muy aislado y no tenía contactos.
-Y yo aprecio tu intención, pero escucha, soy rico, compensarme en dinero es como la cosa menos útil que podrías hacer, prefiero guardar el favor para otra ocasión mas importante, no te preocupes por esas cosas –tendría que pensar algo con que recompensar a Jotaro en ese caso, la idea era un poco complicada por que le faltaba información de todos esos años pero lo intentaría.
-Pensare en que hacer para recompensarte, Jojo –de todas maneras, iba a buscar trabajo igual, era un poco enfermante estar en casa todo el tiempo.
-Entiendo, algo mas? –clasico Jojo, frió y seco.
-Que te quiero –intentando romper un poco el hielo dijo eso, una sonrisa boba se poso en sus labios por la gracia.
-Yo también, nos vemos –le gustaba oir a Jotaro decirle esas cosas.
Cuando Jojo le confeso que había comprado una casa de campo para mantenerlo a salvo ya que todo el mundo lo trataba de loco por querer cuidar a alguien tanto tiempo y tan joven el chico se echó a llorar, pidiendo disculpas por ser una molestia tanto tiempo, Jojo le confeso que todo el mundo lo creía muerto por su culpa y que tendría que haber hablado y hacer las cosas de otra manera, pero no pudieron seguir con toda esa escena por que Kakyoin lo había besado, había capturado sus labios con los suyos haciendo que ambos se perdieran el uno con el otro, complementando esa necesidad que tenían.
Y ese fue el día, que Jotaro y Kakyoin tuvieron su primera vez.
Ellos nunca habían tenido nada muy fuerte, Jotaro veía a Kakyoin como una dulce muñeca que debía ser protegida y tratada con fragilidad así que nunca había pasado nada mas alla de los besos y las manos por debajo de la ropa incluso cuando por momentos ambos se encontraban excitados, simplemente no era el momento para hacérselo todavía.
Fue la primera vez de Kakyoin, así como su primer beso, era extraño pero había llegado a los 30 sin besar a nadie.
Fue torpe, Kakyoin pese a que lo disfruto no sabía que hacer y Jotaro era bastante brusco, sus relaciones con hombres nunca habían sido muy largas, lo máximo fue con un chico al que vio unas 3 veces, fue mas la emoción del momento que el acto en si, al terminar y quedarse abrazados  el calor del otro los embriagaba, conectándolos más a cada minuto.
Antes de quedarse dormido aquella noche, le llego la imagen de su hija a la cabeza, y por consiguiente recordó a su mujer a la cual había…engañado…
-Kakyoin hay algo que no te conté –el chico que estaba encima de su pecho jugueteando con los bellos de este le miro, se veía precioso con el pelo revuelto. Sentía un dolor en el pecho, un sentimiento de culpa muy grande y realmente se sentía mal, antes de poder hablar tomo aire, pensando bien sus palabras –Estoy casado, soy padre, me case a los 22 y poco después tuve una hija.
Silencio.
Era normal y hasta justo si Kakyoin no quería volver a hablarle.
Mas allá de la sorpresa, cuando el pelirojo termino de reaccionar se acostó de nuevo en sus pectorales, el frió en estos le indicaba que estaba llorando, haciendo que sus brazos se estrecharan en su cadera sujetándolo a el. Podía sentir una sonrisa en su boca por la cercanía de su piel.
-Ya lo sabía, lo de la edad es un extra, llevas esa alianza desde que me desperté.
No se esperaba eso, no había caído en cuenta en ese detalle.
-En todos estos años incluso casado no podía olvidarte, ellas fueron…intentar seguir adelante pero…no podía dejarte… -a el, Kujo Jotaro, la voz se le estaba quebrando, no entendía como ni por que pero sentía ganas de llorar, eran sus sentimientos saliendo a flote o era la culpa?
-Soy un impedimento? Una carga? No podías seguir adelante por mi? –el pelirojo levanto la cabeza, no estaba llorando pero sus ojos si estaban aguados.
-No, no es eso –con un ligero miedo sus brazos se estrecharon más a su cadera –te he estado esperando desde los 17 años no digas eso, te amo y…solo me siento mal ahora…te amo Kakyoin –una de las manos de su cadera se dirigió a su cabeza, acariciando su pelo con suavidad –dame tiempo.
-Yo se que me amas, si me esperaste tanto tiempo nunca podría recriminarte nada, incluso si no soy el único…cuéntame sobre tu familia –su mente se puso en blanco al escuchar eso, no era muy usual o normal que alguien quisiera oir sobre su familia original siendo el amante pero…sus deseos eran ordenes para el.
-Mi hija se llama Jolyne, es una niña con ojos celestes y pelo negro, naturalmente tiene unos mechones rubios bastante grandes así que su madre y yo nos divertimos bastante peinándola –aquello parecía animar el ambiente –mi madre dice que se parece mucho a mi cuando era niño.
-Lo del cabello suena interesante
Hasta que se durmieron Jotaro se la paso hablando mayormente de Jolyne y otro poco de su esposa, así como también su vida amorosa antes de ella, que no era muy grande siendo que se caso tan joven.
Noriaki estaba entretenido con las historias de su hija, no podía esperar a ver una foto suya o a conocerla, siendo la hija de Jotaro seguro era adorable y hermosa, además le daba mucha curiosidad pensar en Jotaro como un padre amoroso y protector, también le hacía gracia pensar en el casamiento de Jotaro, a lo mejor se veía muy guapo en su traje.
No estaba resentido, no estaba triste ni decepcionado, solo molesto consigo mismo de haberse perdido eso, no podía recriminarle haber seguido con su vida con normalidad si incluso así lo seguía queriendo.
Además, casado o no, Jotaro lo quería, y después de todo lo que había hecho por el no podía decirle que no por algo que hizo 8 años atrás.
Llevando casi 2 años de relación, y Kakyoin con una mejor salud que nunca, al menos esos días, Jotaro decidió llevarlo a Morioh de vacaciones, sin embargo en aquel viaje había una invitada que no era ni nada mas ni nada menos que Jolyne. Kakyoin se enamoró de ella en cuanto la vio abrazándola al instante, se preguntaba como de Jotaro así todo serio y malhumorado había salido una cosa tan tierna y adorable como Jolyne.
A Jolyne no le costo nada adaptarse al pelirojo, a quien le empezó a decir Tio a cada minuto.
-No es que me incumba realmente pero y tu esposa? Si viene Jolyne de vacaciones debería venir ella también…supongo –había pensado muy bien sus palabras desde que Jotaro le dijo que su hija se sumaba al viaje.
-La invite pero no quiso venir, tenía un viaje con sus amigas, casualmente ese mismo día la vinieron a buscar en coche, se que de todas maneras es que no quiere verme, no estamos bien ahora mismo –no es que Kakyoin no fuera celoso o le diera igual ser el amante del moreno, pero no le gustaba verlo frustrado o triste y su relación con la madre de su hija estaba en no muy buenos momentos y eso lo amargaba, no podía ponerse feliz o intentar aprovechar oportunidades si Jotaro no estaba de humor, después de todo el la había querido.
-Ha pasado un tiempo desde la última vez que vi a Josuke, la última vez estuvimos jugando videojuegos, podre ser mayor que el pero el esta mas adaptado a esta época, quiero conocer a sus amigos –Kakyoin estaba emocionado por aquello, sabía que los chicos ya se habían recibido de secundaria pero Josuke le había prometido juntarlos a todos para conocerlo, según el les había contado muchas cosas buenas.
-No te pegues mucho a el –le dijo Jojo en un susurro, Jolyne estaba caminando entre ellos 2, en ese viaje al menos cuando la niña tenía los ojos abiertos tenían que fingir que eran amigos, lo cual no les era muy complicado.
-Que significa eso? –el pelirojo pregunto con una cierta ironía, le daba un poco de gracia y molestia que justo Jojo se sintiera celoso, justo el.
-El viejo siempre me dice lo mismo a mi sobre el abuelo Josuke, solo por que le pedí que se casara conmigo –una cara de total ilusión inundo el rostro de Kakyoin.
-Enserio? Jolyne eres muy linda, no quieres casarte conmigo? –le pregunto en juego, agarrándole la mano fingiendo una propuesta.
-Preferiría que te cases con papa, y que mama se casara con una de sus amigas, así tendría 4 regalos por cada vez –aún en el juego y la ignorancia de la niña sobre su relación eso los hizo sonrojar, dejándolos bobos y sin poder mirarse a los ojos por unos instantes, Jotaro para despistarla le acaricio la cabeza deshaciéndole sus chongos- Viejo!
-Que quieres hacer cuando lleguemos a Morioh Jolyne? –pregunto con simpatía Kakyoin, tal vez le compraría un regalo allá.
-Ir a un acuario, papa siempre me lleva a cada acuario de cada ciudad que vamos –el pelirojo le sonrió, típica hija de Jotaro.
-En ese caso esta decidido, y déjame regalarte algo, cualquier cosa que quieras si? –la niña le asintió caminando y saltando por delante de ellos, Jotaro volteo a verlo cuando sintió como el pelirojo le jalaba del hombro del saco a toquecitos, el chico tenía una gran sonrisa y hablando para si mismo y moviendo los labios dijo “te amo” en silencio, mudo para que Jolyne no los oyera.
Jojo sonrió, controlando sus deseos de besarlo y caminar ambos tomados de la mano, y le respondió del mismo modo.
“yo también te amo”
Quizá tomaría menos de 13 años de espera el estar juntos definitivamente.
0 notes
qpasasi · 3 years
Photo
Tumblr media
¡No te pierdas el nuevo Qué Pasa Si! http://quepasasi.es/que-pasa-si-quiero-montar-mi-propia-clinica-dental/
Qué pasa si quiero montar mi propia clínica dental
El hecho de poder independizarse y montar un negocio propio es la meta y el sueño de muchos, pero también representa una gran responsabilidad y compromiso con todos los deberes que conlleva.
En el caso de querer montar una clínica dental se requiere hacer una evaluación de todo lo que se necesita para llevar a cabo un proyecto de esta índole, ya que representa una inversión importante para el equipo especializado, el local alquilado o propio, el personal, los permisos y trámites, la administración, entre otros.
Cabe destacar que el no ser profesional de odontología no limita las posibilidades para montar una clínica dental, de hecho, cualquier persona puede hacerlo, solo que siempre es necesario contar con especialistas de confianza para garantizar el éxito del negocio. La condición legal para esta opción será que la dirección médica de la clínica sea ejercida por un odontólogo colegiado.
Lo principal será tener la voluntad para dedicar el tiempo necesario para hacer las diligencias que se requieren y buscar la asesoría en los aspectos legales. Así como contar con un presupuesto que lo haga posible.
Puntos y pasos necesarios para montar una clínica dental
Realizar un estudio factibilidad
Lo primero será elaborar un estudio de factibilidad, de manera de determinar si el negocio es rentable o no, mediante la inversión inicial y la rentabilidad estimada. Para ello debemos definir:
1.- Estructura, allí tocará especificar los servicios que se prestarán en la clínica dental y a quién va dirigido el servicio, de esta manera se podrá definir el personal que se requiere contratar.
2.- Objetivos, se debe establecer qué fin se pretende con montar este tipo de negocios, obviamente tendrá una finalidad lucrativa, pero la intención es ofrecer un servicio de calidad con cierta capacidad de atención.
3.- Analizar la competencia, el mercado de la odontología es altamente competitivo, por ello se debe identificar los competidores más cercanos, es decir con servicios similares, de la misma ubicación, sus precios, etc. De tal manera que se pueda definir claramente cuál sería la ventaja competitiva que ayudará a marcar la diferencia.
4.- Análisis DAFO, conociendo las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades se podrá trazar una estrategia para el negocio.
5.- Crear la imagen de la marca, estará relacionada con las estrategias de marketing y se trata de definir la visión de la marca que se pretende transmitir a los usuarios, incorporando los valores de la empresa.
6.- Recursos, se debe contemplar todo lo que se necesita para poder montar la clínica dental, presupuesto, materiales, equipos, talento humano, etc.
7.- Análisis financiero, será necesario evaluar el monto de la inversión para que pueda iniciar el negocio incluyendo los compromisos de pagos mensuales, estableciendo la relación con el estimado de ingresos una vez ya fijados los precios por servicios y determinando un volumen de atención promedio.
Elementos a tomar en cuenta para determinar la inversión inicial
Para poder definir cuál será la inversión inicial para tu propia clínica dental, deberás tomar en cuenta los siguientes elementos:
Compra o alquiler del local y su acondicionamiento.
Equipos médicos especializados.
Equipos informáticos.
Rotulación de la fachada.
Materiales.
Mobiliario.
Gastos fijos, alquiler del local, nómina, servicio de luz, telefonía e internet, seguros, gestoría, etc.
Amortización de la inversión.
Trámites para abrir una clínica dental
Más allá de lo económico y de las distintas adquisiciones necesarias para montar una clínica dental, se deben realizar una serie de trámites de carácter obligatorio, los cuales son:
Darse de alta ante el colegio profesional.
Constituirse una sociedad ante Notario, y efectuar la inscripción en el Registro Mercantil.
Pedir el alta censal u obtener el CIF ante la Agencia Tributaria.
En la Seguridad Social, darse de alta como autónomo, se debe hacer la solicitud de Cuenta de Cotización por contratación de personal asalariado.
Dependiendo del municipio en que se vaya a montar la clínica dental, se deberá solicitar o no una Licencia de Actividad.
Por último, se debe cumplir con la normativa sobre la protección y el tratamiento de datos de los pacientes, así como se debe llevar un registro de usuarios con su respectiva historia clínica en forma detallada.
Definir la forma jurídica de la empresa
Se debe definir bajo qué forma jurídica operará la empresa. Debe tomarse en cuenta que esta decisión tendrá impacto sobre la inversión inicial, ya que tiene un coste.
Es recomendable optar por Sociedad Limitada, ya que sus requisitos a nivel presupuestario son menos exigentes, requiere de un capital social no muy alto, además es flexible en cuanto a la posibilidad de ampliar la cantidad de socios paulatinamente, es decir, la empresa puede empezar con un solo socio e ir aumentando la cantidad de socios. La responsabilidad de cada uno estará asociada al capital que aporten.
Marketing dental
Será necesario incluir en el presupuesto un monto para dedicarlo al marketing, ya que es muy importante para ampliar las posibilidades de éxito.
Es necesario contar con el apoyo de especialistas en marketing para crear y proyectar una excelente imagen de empresa, trazar estrategias para el posicionamiento, objetivos, aprovechamiento de recursos online, como diseño de la página web, presencia en las redes sociales y blogs.
El concepto de calidad en atención al cliente debe ser prioridad, ya que un cliente satisfecho será la mejor publicidad, así como fomentar los comentarios y recomendaciones en las redes sociales por el servicio recibido brindará confianza para seleccionar su propuesta.
Se debe trabajar constantemente en la imagen  de la empresa, para destacar sobre la competencia y convertirse en una opción de servicio atractiva y confiable.
Para el inicio de operaciones de la clínica dental, se pueden ofrecer promociones con la intención de captar clientes.
Opciones para adquirir el equipo dental
Es imprescindible para toda clínica dental contar con todo el equipo médico necesario para ofrecer toda la atención a los pacientes. Dependerá del presupuesto disponible el poder adquirirlos nuevos o considerar la opción de comprarlos de segunda mano, e inclusive se puede también vender los que ya se tengan en uso con la finalidad de comprar unos nuevos o más modernos.
Es una estupenda oportunidad considerar esta última alternativa, ya que representa una enorme facilidad para poder adquirir el equipo especializado que necesitas para renovar o tener una clínica dental de primera. Lo mejor es que existen compañías que te ayudan a vender tus equipos dentales de segunda mano, para que puedas adquirir unos nuevos. Esta es una opción que sin duda alguna hará más flexible tu presupuesto.
Asesoría legal
Como último asunto del cual hablar, está lo legal. Puede que sea tu caso el que poseas deudas diversas, hipotecas, deudas de tarjetas de créditos, préstamos impagados, avales entre otros.
Lo sea o no, es importante que sepas de la Ley de segunda oportunidad, la cual permite o facilita la eliminación de tus deudas de naturaleza privada, de manera que puedas empezar un nuevo negocio desde cero.
Lo recomendable es que contactes con algún abogado especialista en Ley de Segunda Oportunidad, el cual te pueda asesorar en todo lo relacionado a cómo canalizar tus deudas de índole privado, así como en cualquier otro asunto legal necesario para montar tu propia clínica dental.
Esperamos haber resuelto tus dudas y que puedas montar exitosamente tu propia clínica dental ¡Éxito!
0 notes
safosinmusas · 7 years
Text
Pacto de sangre [Jeongcheol]
« — Salvaré a tu hijo, pero todo tiene un precio. Cuando cumpla los 22 años, será mío, su vida me pertenecerá por completo y su destino será servirme. ¿Sigues queriendo pagar el precio o dejarás que la muerte se lo lleve?
— Sálvelo, no quiero verlo morir y si para ello tengo que entregárselo, lo haré.»
El grito desgarrador de una mujer resonó en la noche, con fuerza, quebrando los corazones del personal del hospital y asustando a los pequeños que dormían en sus respectivas camillas. El llanto lleno de impotencia de un hombre que no podía hacer nada por su familia, consiguió perturbar el inquebrantable rostro del médico que se desfiguró en una mueca de tristeza. Hubiese deseado hacer algo más que esperar a que la maquina pitase anunciando que la vida del pequeño Choi, el niño al que todos adoraban, había terminado. Intentó hacer todo lo que estaba en sus manos para salvarlo, buscó en todos los libros de medicina que existían, consultó a todos los expertos sobre el tema e incluso probó un tratamiento experimental que a muchos le había dado resultado. Sin embargo, Choi Seungcheol, su paciente predilecto, no había podido soportar más el cáncer. Doctores, enfermeras, pacientes y visitas, todos lloraban la muerte de aquel ser tan puro e inocente que no había tenido tiempo de disfrutar de las maravillas que había en la vida.
Habían desconectado el respirado que lo mantenía con vida y solo era cuestión de tiempo que todo terminase. Los latidos de su corazón disminuían poco a poco, anunciando que el fin estaba cerca. No había salvación para él, la última operación había dañado sus órganos y era imposible que volviera a respirar por si mismo o abriese los ojos para ver el sol de nuevo. El médico no despegó la vista de la pantalla mientras esperaba que llegase el pitido que tanto temían y poder marcharse de allí, hundirse en su cama y tratar de superar la muerte de otro paciente más. El enfermero que le habían asignado, apoyaba la mano en su hombro para infundirle ánimos. Sin embargo, nada podría conseguir que la pérdida no le doliese. Siempre se decía que no debía encariñarse con ellos aunque fuesen niños, ¿Pero quién podía alejarse de un niño tan bueno como lo era el pequeño Seungcheol?
Los latidos eran cada vez más lentos hasta que el pitido se volvió constante, logrando que la mujer se abrazase a su marido con más lágrimas en sus ojos y el doctor suspirase, observando el reloj de su muñeca dispuesto a anunciar la hora de la muerte. No llegó a abrir la boca, las palabras no salieron de sus labios. Uno... Dos... Tres... Los latidos comenzaron de nuevo, aumentando su intensidad, volviendo a la normalidad, anunciando que estaba completamente vivo. Poco a poco, el pequeño abrió los ojos, desconcertado de ver a tanta gente a su alrededor. Sus padres se abalanzaron sobre él, llenándole el rostro de besos y palabras de cariño. El médico no había podido reprimir su alegría y daba órdenes a todo el mundo para que le hicieran pruebas. Respiraba. El niño respiraba, vivía. Había ocurrido un milagro, el primero desde que el hospital había abierto las puertas por primera vez.
Atento a lo que ocurría en aquella habitación, un joven de larga melena rubia y rostro angelical, sonrió al ver como el pequeño Choi correspondía a los abrazos de sus padres.
10 AÑOS DESPUÉS
La voz del profesor, anunciando el fin de su última clase, llegó como una bendición. Metió sus libros en la mochila lo más rápido que pudo, se despidió de sus compañeros con un simple "adiós" y se marchó corriendo antes de que alguien quisiese comenzar una conversación. El pasillo estaba atestado de estudiantes y profesores que se dirigían al comedor para ponerse en la interminable cola o se preparaban para marcharse. Se hizo paso entre la gente con "lo sientos" susurrados y consiguió salir al exterior por fin. Con un suspiro, cerró los ojos para disfrutar de los rayos de sol acariciando su rostro y del aire fresco que llevaba deseando volver a respirar desde que había entrado en la última clase. Era libre. Sonrió, pensando en todo lo que habían planeado para ese fin de semana y como había conseguido librarse de la extraña celebración que sus padres hacían todos los años. Estaba vivo y llevaba diez años sin médicos, análisis y medicinas ¿Por qué seguían empeñados en recordar que era un milagro andante y agradecérselo a dios todos los años el mismo día que despertó? Cuando se mudó a la capital para ir a la Universidad, pensó que podría escaparse de la fiesta; pero no había conseguido convencerles y siempre le hacían volver a casa el mismo día. Hasta ahora. Había tenido que lidiar con los reproches de su madre y las súplicas de su padre, pero lo había conseguido por primera vez utilizando la excusa perfecta para no tener que ir y escuchar como todos le recordaban una época que quería olvidar. Sacudió la cabeza para dejar de pensar en los mal que lo había pasado y buscó con una gran sonrisa, a su mejor amigo.
— JOSHUA —Llamó al verle hablando con una de sus compañeras de clase cuyo nombre no recordaba.
Esperó para acercarse, pacientemente, a que se despidiese con la educación que le caracterizaba y la chica se marchase. La había visto más de una vez en casa cuando la llevaba para estudiar o hacer cualquier trabajo. Sin embargo, su relación con ella se había basado en saludos escuetos y despedidas rápidas. Era una persona sociable, pero después del trágico intento de cita que habían tenido en el que ninguno de los dos consiguió aprenderse el nombre del otro y se aburrieron más de lo que podrían imaginar, eran incapaces de llevarse tan bien como su amigo quería.
— Cheol, pensé que no acabarías nunca de clase y que acabaría congelándome mientras te esperaba —Respondió a su saludo cuando lo tuvo delante, sujetando bien su maletín y comenzando a caminar hacia la salida del campus. Cada vez se acercaba más la hora de marcharse, rumbo a una divertida escapada de fin de semana para aprovechar la primera nevada y la apertura de las pistas de esquí. No era el único ansioso y la forma apresurada de caminar de su amigo era una prueba de ello.
— No me lo recuerdes —Bufó, golpeando una piedra con fastidio y metiendo las manos en los bolsillos para alejarlas del frío—. Kim estaba empeñado en encerrarnos allí hasta darnos todas las fórmulas que se sabía sobre el tema —Había estado todo el día pendiente del reloj para saber cuantas horas quedaban y poder irse de una vez con sus amigos. A penas había prestado atención a las clases, pero había conseguido salir ileso de las primeras horas. El problema había llegado con la última asignatura del día, esa en la que se había matriculado tres veces y que veía imposible aprobar. Verse atrapado en su sitio, mientras el profesor no paraba de hablar y el reloj marcaba unos cuantos minutos más de la hora en la que debían terminar, se había convertido en un suplicio.
— Científicos —Se burló su amigo, regodeándose de ser un estudiante de Literatura, lejos de las fórmulas y los cálculos—. Siempre pensando en fórmulas, no acaban nunca.
— Oye —Se quejó Seungcheol, golpeando su hombro con fingida molestia—. Que yo voy a ser científico. Más respeto hacia los de mi gremio. Literatos, siempre burlándose de nosotros —Le devolvió la pulla con una sonrisa, pasando el brazo por sus hombros—. Un día te ahogarás entre libros, ya verás.
Siguieron hablando de su día, de lo que habían preparado en las maletas y de como pensaban que sería su viaje. Bromearon y rieron como lo que eran, dos estudiantes libres de clases y trabajos que tenían un fin de semana completo para ellos solos. Iban a un ritmo lento, disfrutando de los pocos rayos de sol que calentaban sus rostros y de una charla amena. Sabían que tendrían tres días para hablar y que pasaban la mayor parte de su tiempo juntos, incluso compartían piso; pero eso no agotaba sus temas de conversación. El timbre del móvil anunciando la llegada de un mensaje, le hizo detenerse: « ¿Se puede saber por qué tardáis tanto? Venid aquí rápido o me comeré vuestra comida y tendréis que aguantar las horas de viaje hasta la cabaña con un triste bol de ramen instantáneo en el estómago ». Solo necesitó enseñarle el mensaje de Jun, su compañero de piso, para que aceleraran el paso y dejaran de entretenerse con cualquier cosa que veían en los escaparates.
— Deberíamos aprender a cocinar —Advirtió Joshua, recordando que su amigo se marcharía de regreso a su país natal en cuanto acabase el último curso.
— No te preocupes, Josh, tenemos todavía el año que viene entero y lo que queda de este para hacerlo. Déjate llevar.
Su risa se apagó al notar una extraña figura frente a ellos, apoyada casualmente en la pared de ladrillos de su edificio y que les dedicaba una amplia sonrisa. Tragó saliva al ver como el hombre se relamía los labios con descaro, sin apartar la vista. ¿Lo estaba mirando a él? El hombre era atractivo y su rostro angelical podría cautivar a cualquiera, pero había algo en él que le provocaba escalofríos, un aura oscura, casi demoniaca. Frunció el ceño ante las tonterías de viejo supersticioso que estaba pensando. ¿Demoniaco?¿Oscuro? Por el amor de dios, estaba comenzando a hablar como sus padres y eso era lo último que deseaba.
— Seungcheol, eh, oye, Seungcheol —Llamó su amigo, tirándole del brazo para captar tu atención—. ¿Te pasa algo? Llevas quince minutos quieto, mirando a la nada y sin escuchar nada de lo que te digo. ¿Estás bien?
— ¿A la nada? —Preguntó, mirándole desconcertado.
— Sí, Cheol, a la nada. ¿Tanto te gusta la pared de ladrillos de nuestro edificio? —Bromeó, palmeándole el hombro para aliviar la tensión que se había acumulado de golpe en su hombro.
Giró la vista hacia el hombre atractivo que le había cautivado, pero no estaba. Allí no había nadie. Ignoró las protestas y la preocupación de su compañero mientras terminaban el camino y subían las escaleras hasta su piso. Seguía confuso y la extraña sensación de oscuridad que había sentido seguía allí, estremeciéndole. ¿Y si se lo había imaginado? El estrés que había sufrido en los exámenes parciales le estaba afectando y comenzaba a imaginarse cosas. O tal vez, llevar tanto tiempo sin estar con nadie le hacía imaginarse a hombres y crear su propia fantasía. Posiblemente, si hubiese continuado mirando hacia allí, habría soñado que se desnudaba ante todos para él. ¿Debería pedirle a Jun que le acompañase a uno de esos garitos que él conocía en la estación de esquí? Joshua no dudaría en ir con ellos con tal de no quedarse solo en la cabaña y así conseguiría aliviar un poco su estrés, la falta de atención sexual que su mano no conseguía calmar y la necesidad de un poco de diversión junto a sus dos amigos. Convencido y mucho más calmado, se sentó a la mesa con ellos, teniendo una agradable comida y planeando lo que harían al llegar. Tendría tres maravillosos días para relajarse y los aprovecharía con creces.
*********
El viaje resultó más corto de lo que esperaban. Entre risas, bromas y canciones a gritos consiguieron llegar a su destino: una pequeña cabaña que solían alquilar a los turistas durante la temporada de invierno. Alejada del pueblo lo suficiente como para no ser peligroso y poder bajar sin problemas para conseguir sus equipos, era perfecta para tres jóvenes con ganas de divertirse. Podían hacer el ruido que quisiesen sin molestar a los vecinos y despertarse a la hora que quisiesen después de trasnochar toda la noche sin miedo a llegar tarde a clase o al trabajo. La calefacción funcionaba a la perfección y tenían mantas suficientes para no preocuparse por el frío ¿Se podía pedir algo más?
— Esto es vida —Grito eufórico Seungcheol mientras se tiraba de espaldas al colchón y suspiraba por su comodidad—. ¿Podemos quedarnos en la cama todo el fin de semana?
— Tenemos mucho que ver por aquí ¿De verdad quieres quedarte durmiendo todo el día?—Le dijo Jun apoyado en el marco de la puerta que daba a la habitación—. Piensa en la fiesta que nos vamos a pegar esta noche, Cheol ¿Quieres quedarte aquí mientras me llevo a Joshua a divertirse?
— Pero acabamos de llegar... —Se quejó, cansado de tantas horas sentado en la parte de atrás del coche—. Además, conduces tan mal que nos hemos comido todos los baches. Dios, mi espalda... —Dio la vuelta, quedando boca abajo y acarició la colcha con las manos, apreciando su suavidad. Si seguía allí, acabaría durmiéndose de verdad.
— Espabilando los dos que tenemos que colocar nuestras cosas, sacar los equipos y meter la comida en la nevera antes de cenar —Joshua entró en la habitación de golpe, interrumpiendo la discusión sobre las habilidades de Jun como conductor que no iban a tardar en empezar. Le lanzó un cojín a Seungcheol para que se levantase y golpeó la espalda del otro chico para que dejase de holgazanear. Se negaba a hacer todo el trabajo.
Minutos después, que a él le parecieron horas, estaban sentados a la mesa comiendo ramen instantáneo con los palillos que habían encontrado y con sus maletas bien colocadas. Demasiados cansado para hacer algo más elaborado, habían acabado calentando agua y preparándoselos con rapidez. Discutieron sobre lo que harían esa noche, Jun insistía en aprovechar cada segundo aunque acabasen de llegar y ninguno tuviese ganas de arreglarse para vestirse. Seungcheol, por su parte, se negaba a abandonar la comodidad de la cama a pesar de que se había dicho a si mismo que necesitaba conseguir un poco de diversión antes de volverse loco. Al final, gracias a la intervención de Joshua, acabaron decidiendo que él se quedaría allí mientras sus amigos se iban a la discoteca del pueblo que tanta fama tenía. A pesar de que todo había quedado acordado, Jun no dejó de intentar convencerlo hasta que subieron a su coche y se marcharon con un: « Si cambias de idea, llámame y vendré a por ti. No te aburras sin nosotros, hyung ».
— Solo, por fin —Suspiró con cansancio.
Una vez en la cama que le tocaba, con el pijama puesto y las mantas bien colocadas, cerró los ojos. Un par de minutos después, se removió incomodo, cambió de postura unas cuantas veces y se destapó con frustración. No podía dormir. ¿Por qué estaba tan despejado ahora si antes tenía tanto sueño? Había algo que le preocupaba, pero que no podía recordar de que se trataba. Se sentó en en el borde de la cama, frotándose los ojos con fuerza. Miró el reloj y gruñó al darse cuenta, eran las una de la mañana del día que murió y volvió a la vida como por arte de magia. Habían pasado oficialmente diez años desde entonces y él se había saltado un aniversario. Sus padres tenían que estar preocupados. Suspiró, sintiéndose culpable por haberse ido y no estar con ellos. « Es mejor así, no quieres que te recuerden que eres un misterio médico, ni que estuviste sufriendo durante años por una enfermedad difícil » se dijo así mismo para convencerse de que estaba haciendo lo correcto.
— Quizás sea mejor así —Una voz lo sobresaltó, haciendo que su corazón bombease con fuerza y su cuerpo temblase—. o quizás no, porque de haber estado con tus padres, habrías podido despedirte de ellos.
Permaneció muy quieto, como si de esa forma consiguiese que el intruso se marchase. Su cabeza daba vueltas entre las distintas posibilidades, desde que fuese un ladrón que había ido a quitarles lo que tenían hasta un fugitivo de la ley que buscaba refugio, pasando por el dueño de la cabaña o un asesino que quería destriparle. Cerró los ojos con fuerza, contando hasta diez y rezando porque al abrirlos, todo fuese una pesadilla que había tenido mientras dormía. Ocho...Nueve...Diez... Abrió los ojos muy despacio, pensando que el silencio que reinaba en la habitación era una buena señal. Tragó saliva y reprimió un grito al encontrarse cara a cara con el hombre de la pared de ladrillos, inclinado hacia él, con su rostro angelical a escasos centímetros del suyo. La ropa negra se adaptaba a la perfección en su cuerpo y la sonrisa ladina que le dedicaba lo dejó sin aliento. « Relájate, Seungcheol, solo es una alucinación » se dijo así mismo, sin perder de vista los labios del intruso.
— No soy una alucinación, Seungcheol —Contestó, consiguiendo que su respiración se agitase y su boca se abriese sorprendido. ¿Leía su mente? Fue en ese momento en el que comprendió sus primeras palabras, estaba hablando de sus padres, de si había tomado una buena decisión o no—. ¿Tienes que cuestionártelo todo? Leo la mente, sí. Me refería a tus padres, por supuesto. Blah Blah Blah —Se separó de él, chasqueando la lengua y cruzándose de brazos con elegancia—. Deja de pensar tanto, es irritante y me provoca dolor de cabeza —Terminó con un deje de molestia en su voz.
— ¿Quién cojones eres y porque estás aquí? —Se atrevió a decir por fin, sin perder de vista sus movimientos. Estaba en alerta, buscando una salida en caso de que fuese alguien violento y poder salir de allí lo más rápido que pudiese.
— ¿Quién? Más bien preguntaría ¿Qué? —Sonrió, enseñando su dentadura al completo y mostrando unos relucientes colmillos que le helaron la sangre—. Yoon Jeonghan —Se presentó con una reverencia que contrastaba por completo con la situación que estaba viviendo—. La razón por la que estás vivo y por la que pronto dejarás de estarlo.
— Esto tiene que ser una broma —Empezó a reír con nerviosismo, deseando que sus palabras fueran ciertas—. ¿Te ha mandado Jun?¿Eres una especie de playboy fetichista? —Sabía que no tenía ningún sentido. Sus amigos se habían ido hace muy poco tiempo y era imposible que hubiesen llegado tan rápido hasta allí, mucho menos que les hubiese dado tiempo a enviarle a alguien.
— ¿Fetichista? —Una carcajada escapó de sus labios y Seungcheol pensó que era el sonido más bonito que había oído nunca—. No, cariño, solo soy tu peor pesadilla —Se acercó despacio hasta él, colocando ambas manos en sus hombros y volviendo a acercar su rostro—. He venido a por ti —Le susurró en su oído, haciéndole estremecer. Sintió la caricia de sus labios en el cuello, pero no hizo nada por impedirlo. Lo deseaba, algo en él quería que siguiese con lo que tuviese que hacer. Los pensamientos racionales que le pedían que gritase, que lo apartase, que lo alejase de allí habían quedado recluidos en un apartado rincón de su mente. El dolor de unos dientes atravesando la piel de su cuello y la fuerza con la que lo mantenía inmóvil, lo devolvieron a la realidad—. Eres mío, Choi Seungcheol
Sus párpados fueron cediendo ante el cansancio y la oscuridad no tardó en envolverlo todo. Cuando se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo, era demasiado tarde.
*********
Choi Seungcheol
Gran hijo y amigo
1995-2017
Depositó una flor en la tumba como cada año y acarició con sus dedos las letras escritas en la lápida. Descansando junto al resto de flores que habían ido llevando, estaba la última foto que se sacó con sus amigos, unos minutos antes de subirse al coche rumbo a un viaje que lo cambió todo. Su sonrisa radiante y la felicidad con la que rodeaba los hombros de sus compañeros eran las de alguien que no conocía lo que le había preparado el destino. Tomó el marco en sus manos y observó cada detalle, rememorando cada segundo, pensando en que habría sido de su vida si no hubiese ido a aquel dichoso viaje. Durante un segundo, todo lo que había a su alrededor desapareció y lo único que había en su mente eran los miles de "y sí" que daban vueltas sin respuesta. ¿Si hubiese vuelto a su casa en vez de irse con ellos, habría habido otro final?¿Si no hubiese estado enfermo de pequeño, habría conseguido salvarse del destino?¿Si hubiese muerto aquel día, alguien más que sus padres llorarían por él? Una mano apretando su hombro con cariño lo sacó de sus pensamientos, devolviéndole a la realidad.
— ¿Echas de menos a los tuyos, Cheol? —Preguntó aquella voz que reconocería en cualquier parte del mundo, era irremplazable y la única que hacía que su corazón bombease aunque ya no lo necesitase—. Siempre puedes hacerles una visita.
Sonrió, levantándose de la tierra donde se había arrodillado. Mil posibilidades distintas podrían haber ocurrido, podría seguir siendo humano, podría estar muerto y enterrado bajo una tumba con muchos menos años vividos, podría continuar viendo a su familia y sus amigos... Sin embargo, no se arrepentía de que todo terminara así. Ahora que había conocido a su ángel de la guarda, a aquel que le salvó cuando más lo necesitaba, no se imaginaba otro tipo de existencia que no fuese a su lado. Echaba de menos a sus padres preguntándole si estaba bien, a Jun regañándole por no querer salir de fiesta con él, a Joshua hablando con tranquilidad de cualquier tema e incluso al incordiante profesor Kim que se había propuesto amargarle el curso o a la chica de la que nunca recordaba su nombre y con la que no quiso socializar más de lo que la educación requería. No podía negarlo. Deseaba verlos de nuevo, decirles que seguía allí y que llorar por él no merecía la pena. Los primeros días habían sido horribles, encerrado en una oscura habitación de la mansión que ahora era su hogar, luchaba por poder acabar con todo y verles por última vez. Por mucho que trataba de hacerle sentir cómodo y explicarle que un trato no se podía romper, él seguía queriendo marcharse, volver con ellos, despertar de la pesadilla en la que se encontraba. Ahora, cuatro años después y tras muchos intentos de hacerse notar, no se imaginaba otro tipo de vida que no fuese a su lado. Luchó y peleó contra el vampiro, pero su destino acabó estando con él en sus brazos.
— Sí, claro que sí —Le contestó retirando la mano de su hombro y tomándola entre una de las suyas—. Podría, pero no creo que se tomen muy bien mi aparición el día del aniversario de mi muerte. Sería un tanto impactante ¿No crees?
— La gente tiende a tomarse muy mal eso de que seamos vampiros —Se relamió los labios y sonrió con diversión—. Aunque siempre están los que te toman por fetichista loco.
— Oh, vamos, Jeonghan, ¿Cuánto tiempo seguirás recordándomelo? —Le preguntó con cansancio, tirando de su mano para comenzar andar entre las lápidas que poblaban aquel cementerio—. Fue lo mejor que se me ocurrió en el momento.
— Hasta el fin de nuestra existencia, cariño y reza para que no se lo cuente a Mingyu o tendrás que soportar sus bromas cada día.
— ¿Qué quieres a cambio de que no se lo digas? —Un escalofrío le recorrió el cuerpo al pensar en la cantidad de jugarretas y chistes que haría su nuevo amigo a costa de sus palabras. En aquel momento fue lo más lógico que encontró para explicar porque un chico que parecía tener su edad se plantaba en su habitación mostrándole los colmillos con satisfacción. Como era normal, lo último en lo que quería pensar era en la existencia de criaturas de Halloween.
— Déjame que me lo piense... —Se pasó la mano por su melena rubia fingiendo pensar en una respuesta que los complaciese a los dos—. Hazme el trabajo de una semana y no le diré nada a Mingyu.
— ¿Sin trampas ni ases bajo la manga?
— Sin trampas, los pactos... —Empezó a explicar como siempre.
— Se deben cumplir siempre, sí, sí, ya me he estudiado esa parte —Lo cortó antes de que pudiese hacer su discurso tan largo como cada vez que sacaba a relucir el tema—. Trato hecho entonces.
Siguieron caminando con tranquilidad, el sol tardaría en aparecer y todavía les quedaba muchas horas de noche para ellos solos. Pasearon hasta la salida del cementerio, sin ganas de desmaterializarse y llegar antes a la mansión. Una vez pisaran las puertas de la gran casa, tendrían que enfrentarse a todos los demás con sus risas, sus gritos, sus charlas... Se divertían con ellos, le encantaba no sentirse solo cuando estaban juntos; pero eso les quitaba horas para estar juntos, solo los dos. ¿Quién le iba a decir que acabaría aceptando estar con el vampiro que lo arrastró hasta ese mundo?¿Quién le iba a decir que acabaría siendo uno más, compartiendo habitación con él y disfrutando de su compañía? Aquel día lo asesino, le arrebató una vida que le había regalado cuando era pequeño; pero no podía enfadarse, al menos no con él, con su ángel. Solo cumplía con un pacto aceptado con su padre, había acudido para reclamar lo que le pertenecía por derecho y había acabado regalándole una eternidad a su lado que no rechazaría más.
El tono que indicaba que había llegado un mensaje le sobresaltó y un mal presentimiento le embargó al ver de quien se trataba. « No sabía que te iban los fetiches oscuros, colmillos, sangre falsa... Un poco ridículo para tí ¿No? P.D: Me lo ha contado DK hace un rato, que calladitas te tenías tus fantasías ». Si su corazón aún bombease sangre, sus mejillas habrían acabado completamente rojas por lo avergonzado que estaba. Ahora que lo sabía, Mingyu y DK lo usarían para reírse hasta que se cansasen o encontrasen una nueva situación divertida.
— JEONGHAN —Le gritó al hombre a su lado—. ME DIJISTE QUE NO SE LO DIRÍAS, ERA UN TRATO. AHORA VAS A TRABAJAR TÚ.
— El trato era que no se lo diría a Mingyu y yo no se lo he dicho, mi parte sigue hecha. No puedes negar a cumplir la tuya —Le guiñó un ojo, riendo ante el aprieto en el que su compañero se encontraba.
— Recuérdame porque salgo contigo —Comentó, intentando relajarse y no correr hasta la casa para acabar con sus amigos los graciosos.
— Porque me amas, aunque sea un tramposo con todo y me guste morderte en la bañera —Se paró, obligándole a detenerse y mirarle directamente a los ojos—. Porque lo haces ¿Verdad? —No necesitaba respuesta, llevaba mucho tiempo sabiendo cual era. Sin embargo, adoraba oír las palabras saliendo de sus labios.
— Lo hago. Te amo, Jeonghan.
— ¿Para toda la eternidad?
— Para toda la eternidad.
3 notes · View notes
jgmail · 4 years
Text
La violencia contra el otro en un mundo en calentamiento ¡Que se ahoguen!
Tumblr media
Por Naomi Klein
London Review of Books
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.
Edward Said no era un ecologista radical; provenía de una familia de comerciantes, artesanos y profesionales. En una ocasión se describió a sí mismo como «un caso extremo de palestino urbanita cuya relación con la tierra es básicamente metafórica». En After the Last Sky, sus meditaciones sobre las fotografías de Jean Mohr exploraban los aspectos más íntimos de la vida palestina, desde la hospitalidad al deporte y a la decoración del hogar. El detalle más nimio -la colocación de un marco, la postura desafiante de un niño- provocaba en Said un torrente de percepciones. Pero cuando se enfrentaba a las imágenes de los campesinos palestinos -cuidando de sus rebaños, trabajando la tierra-, la especificidad se evaporaba súbitamente. ¿Qué tipo de cosecha estaban cultivando? ¿En qué estado se hallaba el suelo? ¿Disponían de agua? No era capaz de captarlo. «Sigo percibiendo una población de sufridos campesinos pobres, a veces peculiar, inmutable y colectiva», confesaba Said. Se trataba de una percepción «mítica» -reconocía- que, sin embargo, mantuvo.
Si bien la agricultura era otro mundo para Said, pensaba que quienes dedicaban sus vidas a cuestiones como la contaminación del aire y del agua habitaban otro planeta. En una ocasión, hablando con su colega Rob Nixon, describió el ecologismo como «la indulgencia de mimados ecologistas radicales que carecen de una causa adecuada». Pero los desafíos medioambientales del Oriente Medio son imposibles de ignorar para alguien inmerso, como Said, en su geopolítica. Se trata de una región intensamente vulnerable al calor y a la escasez de agua, al aumento del nivel del mar y a la desertificación. Un reciente informe sobre el cambio climático publicado en la revista Nature predice que, a menos que reduzcamos radical y rápidamente las emisiones, es probable que partes inmensas del Oriente Medio «experimenten niveles de temperatura intolerables para el ser humano» a finales de este siglo. Y esto es algo tan contundente como aseguran los científicos del clima. Sin embargo, en la región se tiende aún a tratar las cuestiones medioambientales como si fueran algo no prioritario o una causa superflua. La razón no es la ignorancia ni la indiferencia. Se trata tan sólo del ancho de banda. El cambio climático es una grave amenaza pero los aspectos más aterradores del mismo van a darse a medio plazo. Sin embargo, a corto plazo, hay siempre amenazas mucho más urgentes con las que lidiar: la ocupación militar, los ataques aéreos, la discriminación sistémica, el embargo. Nada puede competir con eso, ni debería intentarlo.
Hay otras razones por las que Said podría haber considerado el ecologismo como un patio de recreo burgués. El Estado israelí ha revestido desde hace mucho tiempo de un barniz verde su proyecto de construcción de la nación, algo que fue parte fundamental de los valores pioneros del «retorno a la tierra» sionista. Y, en este contexto, los árboles han estado, específicamente, entre las armas más potentes para el saqueo y la ocupación de la tierra. No se trata sólo de los innumerables olivos y árboles de pistachos arrancados para dejar espacio a los asentamientos y carreteras sólo para israelíes, también de los extensos bosques de pinos y eucaliptos que el Fondo Nacional Judío (JNF, por sus siglas en inglés), ha plantado de la forma más infame en esos huertos y en el espacio de los pueblos palestinos en función de su eslogan «convertir el desierto en vergel», alardeando de haber plantado 250 millones de árboles en Israel desde 1901, muchos de ellos no autóctonos de la región. En los folletos propagandísticos, el JNF se promociona como otra ONG verde, preocupada por la gestión de los bosques y del agua, de los parques y del ocio. Es también el mayor terrateniente privado en el Estado de Israel y, a pesar de la cantidad de complicados retos legales, todavía se niega a arrendar o vender tierras a los no judíos.
Crecí en una comunidad judía donde todas las conmemoraciones -nacimientos y muertes, día de la madre, bar mitzvah– estaban marcadas por la compra orgullosa de un árbol del JNF en honor a la persona. No fue sino hasta la edad adulta cuando empecé a entender que esas entrañables coníferas de remotos lugares, cuyos certificados empapelaban las paredes de mi escuela primaria en Montreal, no eran benignas, no eran sólo algo para plantar y después abrazar. En realidad, esos árboles están entre los símbolos más flagrantes del sistema israelí de discriminación oficial, algo que debe desmantelarse si queremos llegar a conseguir una coexistencia pacífica.
El JNF es un ejemplo reciente y extremo de lo que algunos llaman «colonialismo verde». Pero el fenómeno apenas es nuevo ni único en Israel. Hay una historia larga y penosa en las Américas respecto a hermosas extensiones de tierras salvajes convertidas en parques protegidos, y esa designación se utilizó después para impedir que los pueblos indígenas pudieran acceder a sus territorios ancestrales para cazar y pescar o, sencillamente, para vivir. Ha sucedido una vez y otra. Una versión contemporánea de este fenómeno es la compensación por emisiones de carbono. Los pueblos indígenas, de Brasil a Uganda, se han encontrado con que algunos de los saqueos de tierras más agresivos los están llevando a cabo organizaciones medioambientales. De repente, se decide otorgar a un bosque compensaciones por emisiones de carbono y se convierte en zona vedada para sus habitantes tradicionales. La consecuencia es que el mercado de compensaciones por emisiones de carbono ha creado una nueva clase de abusos «verdes» de los derechos humanos, siendo los campesinos y los pueblos indígenas atacados físicamente por guardabosques o mercenarios de la seguridad privada cuando intentan acceder a esas tierras. El comentario de Said acerca de los fanáticos medioambientales debe encuadrarse en tal contexto.
Y hay más. En el último año de la vida de Said, se estaba levantando ya la llamada «barrera de separación» a base de apropiarse de franjas inmensas de Cisjordania, aislando a los trabajadores palestinos de sus empleos, a los campesinos de sus campos, a los pacientes de los hospitales y dividiendo brutalmente a las familias. No había escasez de razones para oponerse al muro en virtud de los derechos humanos. Sin embargo, en aquel momento, algunas de las voces disidentes más potentes entre los judíos israelíes no se dedicaban a nada de eso. Yehudit Naot, entonces ministra de medio ambiente de Israel, estaba más preocupada por un documento en el que se informaba de que «La valla de separación… es perjudicial para el paisaje, la flora y la fauna, los corredores ecológicos y el drenaje de los arroyos». «En realidad no quiero detener ni retrasar la construcción de la valla», dijo, pero «me preocupa todo el daño medioambiental que va a provocar». Como el activista palestino Omar Barghuti observó más tarde, «el ministerio y la Autoridad para la Protección de los Parques Nacionales organizaron diligentes esfuerzos de rescate para salvar una reserva afectada de lirios trasladándola a una reserva alternativa. También crearon pasajes diminutos (a través del muro) para los animales».
Tal vez esto ponga en contexto el cinismo respecto al movimiento verde. La gente tiende a volverse cínica cuando sus vidas son consideradas menos importantes que las flores y los reptiles. Y sin embargo, hay mucho en el legado intelectual de Said que ilumina y aclara mucho más las causas subyacentes de la crisis ecológica global señalando formas de respuesta que son más inclusivas que los actuales modelos de campañas: formas que no piden a la gente que sufre que aparque sus preocupaciones respecto a la guerra, la pobreza y el racismo sistémico y se dedique en primer lugar a «salvar el mundo», sino que demuestran que todas estas crisis están interrelacionadas y que las soluciones deberán también estarlo. En resumen, puede que Said no tuviera tiempo para los ecologistas fanáticos pero estos deben hacerle un hueco urgentemente a Said -y a otros muchos grandes pensadores poscoloniales antiimperialistas-, porque sin esos conocimientos no hay forma de entender cómo hemos acabado en este peligroso lugar, o para captar las transformaciones necesarias para poder sacarnos de él. Por tanto, a continuación expongo algunos pensamientos -en modo alguna completos- acerca de lo que podemos aprender al leer a Said en un mundo en calentamiento.
*
Era, y sigue siendo, uno de nuestros teóricos más desgarradoramente elocuentes del exilio y la nostalgia, pero la nostalgia de Said, siempre lo dejó claro, era de una patria que había sido alterada de forma tan radical que ya no existía realmente. Su posición era compleja: defendía ferozmente el derecho al retorno, pero nunca afirmó que su hogar fuera inamovible. Lo que importaba era el principio del respeto hacia todos los derechos humanos en condiciones de igualdad y la necesidad de que una justicia restaurativa informara nuestras acciones y políticas. Esta perspectiva es profundamente importante en esta época nuestra de costas erosionadas, de naciones que desaparecen bajo mares que aumentan de nivel, de arrecifes de coral en proceso de decoloración que sustentan culturas enteras, de un Ártico templado. Esto se debe a que el estado de anhelo de una patria radicalmente alterada -un hogar que puede incluso no existir ya- es algo que está siendo rápida y trágicamente globalizado. En marzo, dos importantes estudios, revisados por otros colegas científicos, advertían que el nivel del mar podría aumentar mucho más rápidamente de lo que se creía con anterioridad. Uno de los autores del primer estudio era James Hansen, quizá el climatólogo más respetado del mundo. Advertía que en la trayectoria actual de emisiones nos enfrentamos a la «pérdida de todas las ciudades costeras, de la mayoría de las grandes ciudades del mundo y de toda su historia», y no en miles de años a partir de ahora sino en este mismo siglo. Si no exigimos cambios radicales, vamos de cabeza hacia un mundo entero de pueblos en búsqueda de un hogar que ya no existe.
Said nos ayuda a imaginar a qué podría parecerse también eso. Ayudó a popularizar el término árabe sumud («quedarse quieto, resistir»): esa firme negativa a abandonar la tierra de uno a pesar de los intentos más desesperados de desalojo e incluso rodeados de continuos peligros. Es una palabra que se asocia más con lugares como Hebrón y Gaza, pero podría aplicarse igualmente hoy a los residentes en la costa de Luisiana que han levantado sus hogares sobre pilotes para no tener que evacuarlos, o los de las islas del Pacífico, cuyo eslogan es: «No estamos ahogándonos. Estamos luchando». En países como las islas Marshall y Fiyi y Tuvalu, saben que es inevitable que el nivel del mar suba mucho, lo que hace probable que sus países no tengan futuro. Pero se niegan a preocuparse simplemente por la logística de la reubicación y no lo harían aunque hubiera países más seguros dispuestos a abrir sus fronteras; tendría que ser uno muy grande, ya que los refugiados del clima no están aún reconocidos en el derecho internacional. En cambio, están resistiendo activamente: bloqueando con sus canoas hawaianas tradicionales los buques australianos que llevan carbón, interrumpiendo las negociaciones internacionales sobre el clima con su incómoda presencia, exigiendo acciones más agresivas en defensa del clima. Si hay algo que merezca la pena celebrar del Acuerdo de París firmado en abril -que por desgracia es insuficiente-, se debe a este tipo de actuaciones ejemplares: el sumud climático.
Pero esto sólo araña la superficie de lo que podemos aprender al leer a Said en un mundo en calentamiento. Desde luego que era un gigante en el estudio de la «otredad», que en su obra Orientalismo se describe como «ignorar, esencializar, despojar de humanidad a otra cultura, pueblo o región geográfica». Y una vez que se ha determinado firmemente a ese otro, se ha preparado el terreno para cualquier trasgresión: expulsión violenta, robo de la tierra, ocupación, invasión. Porque el objetivo de la otredad es que el otro no tenga los mismos derechos, la misma humanidad que los que hacen tal distinción. ¿Qué tiene todo esto que ver con el cambio climático? Quizá todo.
Hemos calentado peligrosamente ya nuestro mundo y nuestros gobiernos siguen negándose a emprender las acciones necesarias para detener la tendencia. Hubo una época en que muchos tuvieron derecho a proclamar ignorancia. Pero durante las últimas tres décadas, desde que se creó el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático y empezaron las negociaciones sobre el clima, la negativa a reducir las emisiones ha ido acompañada de un pleno conocimiento de los peligros. Y este tipo de reluctancia habría sido funcionalmente imposible sin el racismo institucional, aunque sólo esté latente. Habría sido imposible sin el Orientalismo, sin todas las herramientas potentes en oferta que permiten que los poderosos desechen las vidas de los más vulnerables. Estas herramientas -que clasifican el valor relativo de los seres humanos- son las que permiten que se destrocen naciones enteras y culturas antiguas. Y, para empezar, son las que permitieron que se liberara todo ese carbono.
*
Los combustibles fósiles no son los únicos causantes del cambio climático -tenemos también la agricultura industrial y la desforestación- pero son los que más inciden en él. Lo que sucede con los combustibles fósiles es que son tan inherentemente sucios y tóxicos que requieren personas y lugares expiatorios: gente cuyos pulmones y cuerpos pueden inmolarse para trabajar en las minas de carbón, gente cuyas tierras y agua pueden sacrificarse para la minería a cielo abierto y los derrames de petróleo. Tan recientemente como en la década de 1970, los científicos que asesoran al gobierno de EE.UU. se refirieron a ciertas zonas del país designándolas como «zonas nacionales sacrificiales». Piensen en las montañas de los Apalaches, dinamitadas para la minería de carbón, porque la minería de carbón denominada «de remoción de las cimas de las montañas» es más barata que cavar agujeros subterráneos. Tiene que haber teorías de la otredad que justifiquen el sacrificio de toda una geografía, teorías acerca de que las personas que allí viven son tan pobres y atrasadas que sus vidas y cultura no merecen protegerse. Después de todo, si eres un «palurdo», ¿a quién le preocupan tus colinas? Convertir todo ese carbón en electricidad necesita también de otra capa de otredad: esta vez respecto a las barriadas urbanas cercanas a las centrales eléctricas y refinerías. En Norteamérica, estas comunidades son mayoritariamente de color, negros y latinos, obligados a llevar la carga tóxica de nuestra adicción colectiva a los combustibles fósiles con tasas marcadamente altas de enfermedades respiratorias y cánceres. Fue en las luchas contra este tipo de «racismo medioambiental» donde nació el movimiento por la justicia climática.
Las zonas sacrificiales de los combustibles fósiles salpican todo el planeta. Ahí tienen el Delta de Níger, envenenado cada año con un vertido de petróleo digno del Exxon Valdez, un proceso que Ken Saro-Wiwa, antes de que fuera asesinado por su gobierno, llamó «genocidio ecológico». Las ejecuciones de los líderes comunitarios, dijo, fueron llevadas «todas a cabo por Shell». En mi país, Canadá, la decisión de desenterrar las arenas bituminosas de Alberta -una forma de petróleo especialmente densa- ha requerido que se hagan añicos los tratados con los aborígenes, tratados firmados con la Corona británica que garantizaban a los pueblos indígenas el derecho a continuar cazando, pescando y viviendo de forma tradicional en sus tierras ancestrales. Fue necesario porque estos derechos carecen de sentido cuando se profana la tierra, cuando los ríos se contaminan y los alces y los peces están plagados de tumores. Y aún es peor: Fort McMurray -la ciudad situada en el centro del boom de las arenas bituminosas, donde viven muchos de los trabajadores y donde se gasta gran parte del dinero- es como un incendio infernal. Tan calurosa y seca es. Y esto es algo que tiene mucho que ver con lo que allí se está extrayendo.
Incluso sin esos hechos dramáticos, esta clase de extracción de recursos es una forma de violencia porque hace tanto daño a la tierra y al agua que provoca el fin de un tipo de vida, la muerte de las culturas que son inseparables de la tierra. El proceso del que se sirvió la política estatal en Canadá fue romper la conexión de los pueblos indígenas con su cultura, impuesta mediante la separación forzosa de los niños indígenas de sus familias, trasladándolos a internados donde su lengua y prácticas culturales estaban prohibidas y donde los abusos sexuales y físicos eran práctica habitual. Un informe reciente por la verdad y la reconciliación lo denominaba «genocidio cultural». El trauma asociado con estos niveles de separación forzosa -de la tierra, de la cultura, de la familia- está directamente vinculado con la epidemia de desesperación que hace estragos entre tantas comunidades de aborígenes en la actualidad. En una sola noche de un sábado de abril, en la comunidad de Attawapiskat -con una población de 2.000 habitantes-, once personas intentaron suicidarse. Mientras tanto, DeBeers mantiene una mina de diamantes en el territorio tradicional de la comunidad; como todos los proyectos extractivos, se había prometido esperanza y oportunidad. «¿Por qué la gente no se fue?», preguntan políticos y expertos. Pero muchos se van. Y esa partida está unida, en parte, a los miles de mujeres indígenas en Canadá que han sido asesinadas o han desparecido, a menudo en las grandes ciudades. Los informes de prensa rara vez relacionan la violencia contra las mujeres con la violencia contra la tierra -a menudo para extraer combustibles fósiles-, pero existe. Cada nuevo gobierno llega al poder prometiendo una nueva era de respeto a los derechos de los indígenas. No cumplen nada, porque los derechos de los indígenas, según los define la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, incluye el derecho a rechazar proyectos extractivos aunque esos proyectos promuevan el crecimiento económico nacional. Y eso es un problema, porque el crecimiento es nuestra religión, nuestro modo de vida. Por ello, incluso el guapo y encantador primer ministro de Canadá está vinculado y determinado a construir nuevos oleoductos para las arenas bituminosas contra los deseos expresos de las comunidades indígenas, que no quieren poner en riesgo su agua ni participar en una mayor desestabilización del clima.
Los combustibles fósiles necesitan zonas sacrificiales: siempre las han reclamado. Y no puedes tener un sistema construido a partir de zonas y pueblos sacrificados a menos que existan y persistan determinadas teorías intelectuales que lo justifiquen: desde el destino manifiesto a Terra Nullius a Orientalismo, desde los palurdos atrasados a los indios atrasados. A menudo oímos que se culpa a la «naturaleza humana» del cambio climático, a la codicia y miopía inherentes a nuestras especies. O se nos dice que hemos alterado tanto la tierra y a una escala tan planetario que estamos ahora viviendo en el Antropoceno, la edad de los humanos. Estas formas de explicar nuestras circunstancias actuales tienen un significado muy específico que se da por sobreentendido: que los humanos pertenecen a un único tipo, que la naturaleza humana puede reducirse a los rasgos que crearon esta crisis. De esta forma, los sistemas que determinados humanos crearon, y a los que otros humanos se resistieron con todas sus fuerzas, están libres de cualquier responsabilidad. Capitalismo, colonialismo, patriarcado, este tipo de sistemas. Los diagnósticos como este borran la propia existencia de sistemas humanos que organizaron la vida de forma diferente: sistemas que insisten en que los seres humanos deben pensar en el futuro de siete generaciones; que no deben ser sólo buenos ciudadanos sino también buenos ancestros; que no deben coger más de lo que necesitan y que deben devolver el resto a la tierra para proteger y aumentar los ciclos de la regeneración. Estos sistemas existieron y aún existen, pero los eliminamos cada vez que decimos que la crisis del clima es una crisis de la «naturaleza humana» y que estamos viviendo en la «edad del hombre». Y pasan a estar bajo un ataque muy real cuando se construyen megaproyectos como las presas hidroeléctricas de Gualcarque en Honduras, un proyecto que, entre otras cosas, se llevó la vida de la defensora de la tierra Berta Cáceres, asesinada el pasado marzo.
*
Alguna gente insiste en que esto no tiene por qué ser malo. Podemos limpiar la extracción de recursos, no tenemos por qué hacerlo de la misma forma que se ha hecho en Honduras, en el Delta del Níger y en las arenas bituminosas de Alberta. Salvo que nos estamos quedando sin formas baratas y fáciles de conseguir combustibles fósiles, razón fundamental de que hayamos tenido que ver el aumento de la fractura hidráulica y la extracción de arenas bituminosas. Esto, a su vez, está empezando a cuestionar el pacto fáustico original de la era industrial: que hay que externalizar, descargar en el otro los riesgos más pesados, en la periferia exterior y dentro de nuestras propias naciones. Es algo que cada vez es menos posible. La fractura hidráulica está amenazando algunas de las zonas más pintorescas de Gran Bretaña según la zona de sacrificio va ampliándose, engullendo toda clase de lugares que se imaginaban estar a salvo. Por tanto, esto no va sólo de sofocar un grito ante lo feas que son las arenas bituminosas. Tiene que ver con reconocer que no hay una forma limpia, segura y no tóxica de dirigir una economía impulsada por combustibles fósiles. Y que nunca la hubo.
Hay una avalancha de pruebas de que tampoco hay forma pacífica de lograrlo. El problema es estructural. Los combustibles fósiles, a diferencia de las energías renovables como la eólica y solar, no están ampliamente distribuidos sino muy concentrados en lugares muy específicos, y esos lugares tienen la mala costumbre de estar en los países de otra gente. Sobre todo el más potente y preciado de esos combustibles: el petróleo. Es esta la razón de que el proyecto de Orientalismo, de la alterización del pueblo árabe y musulmán, haya sido desde el principio el socio silencioso de nuestra dependencia del petróleo; y, por lo tanto, inextricable a partir del efecto bumerán que representa el cambio climático. Si consideramos a los pueblos y naciones en su otredad -exóticos, primitivos, sedientos de sangre, como Said documentó en la década de 1970-, es mucho más fácil emprender guerras y dar golpes de Estado cuando se tiene la loca idea de que deberían controlar su propio petróleo en función de nuestros propios intereses. En 1953, Gran Bretaña y EE.UU. colaboraron para derrocar al gobierno democráticamente elegido de Muhammad Mossadegh después de que nacionalizara la Anglo-Iranian Oil Company (ahora BP). En 2003, exactamente cincuenta años después, se produjo otra coproducción angloestadounidense: la invasión ilegal y ocupación de Iraq. Las reverberaciones de cada intervención continúan sacudiendo nuestro mundo, al igual que las reverberaciones de la quema de todo ese petróleo. Por una parte, Oriente Medio está ahora desgarrado por las tenazas de la violencia causada por los combustibles fósiles y, por otra, por el impacto de su quema.
En su libro más reciente, The Conflict Shoreline, el arquitecto israelí Eyal Weizman tiene un punto de vista revolucionario sobre cómo se entrecruzan estas fuerzas. La forma primordial de entender el límite del desierto en Oriente Medio y África del Norte, explica, es la llamada «línea de aridez», las zonas donde hay un promedio de 200 milímetros de lluvia al año, que ha sido considerada como el mínimo para que pueda crecer una cosecha de cereal a gran escala sin regadío. Estos límites meteorológicos no son fijos: han fluctuado por diversas razones, ya fuera porque los intentos de Israel de «convertir el desierto en vergel» los empujaban en una dirección, o por las sequías cíclicas que expandía un desierto en el otro. Y ahora, con el cambio climático, la intensificación de la sequía puede tener todo tipo de impactos en tal sentido. Weizman señala que la ciudad fronteriza siria de Daraa cae directamente en la línea de la aridez. Daraa es el lugar donde se ha registrado la sequía más intensa, lo que provocó cifras inmensas de campesinos desplazados en los años anteriores al estallido de la guerra civil siria, y ahí fue, precisamente, donde estalló el levantamiento sirio en 2011. La sequía no fue el único factor a la hora de desatar la crisis. Pero jugó claramente un papel el hecho de que hubiera 1,5 millones de personas internamente desplazadas en Siria como consecuencia de la sequía. La conexión entre agua, estrés por el calor y conflicto es un patrón recurrente que se va intensificando a lo largo de la línea de la aridez: a todo lo largo de ella se pueden ver lugares marcados por sequía, escasez de agua, temperaturas abrasadoras y conflicto militar: de Libia a Palestina a algunos de los más sangrientos campos de batalla en Afganistán y Pakistán.
Pero Weizman descubrió también lo que él llama «coincidencia asombrosa». Cuando elaboras el mapa de los objetivos de los ataques occidentales con drones en la región, ves que «muchos de esos ataques -desde Waziristan del Sur a través del norte del Yemen, Somalia, Mali, Iraq, Gaza y Libia- se realizan directamente sobre, o cerca, de los 200 mm de la línea de la aridez». Los puntos rojos en el mapa expuesto a continuación representan algunas de las zonas donde se han concentrado los ataques. Para mí, este es el intento más llamativo de visualizar el brutal escenario de la crisis del clima. Todo esto se auguró ya hace una década en un informe del ejército estadounidense. «El Oriente Medio», observaba, «ha ido siempre asociado a dos recursos naturales: el petróleo (debido a su abundancia) y el agua (debido a su escasez)». Eso es bastante cierto. Y ahora hay ciertas pautas que lo han dejado muy claro: en primer lugar, los aviones de combate occidentales siguieron esa abundancia de petróleo; ahora, los aviones no tripulados occidentales están siguiendo la escasez de agua, mientras la sequía exacerba el conflicto.
*
Al igual que las bombas siguen al petróleo y los drones siguen a la sequía, las embarcaciones siguen a ambos: botes atestados de refugiados que huyen de sus casas en la línea de la aridez devastada por la guerra y la sequía. Y la misma capacidad para deshumanizar al otro que sirvió para justificar las bombas y los drones está ahora cerniéndose sobre esos migrantes, manipulando su necesidad de seguridad como una amenaza hacia nosotros, su huida desesperada como una especie de ejército invasor. Las tácticas refinadas en Cisjordania y otras zonas ocupadas están ahora abriéndose camino hacia Norteamérica y Europa. Cuando vende su muro en la frontera con México, a Donald Trump le gusta decir: «Pregunten a Israel, el muro funciona». Los campamentos de migrantes son arrasados con buldóceres en Calais, miles de personas se ahogan en el Mediterráneo y el gobierno australiano detiene a los supervivientes de guerras y regímenes despóticos en campos situados en las islas remotas de Nauru y Manus. Las condiciones son tan desesperadas que en Nauru, el pasado mes, un migrante iraní murió tras prenderse fuego para intentar llamar la atención del mundo. Otra migrante -una mujer de 21 años de Somalia- se prendió fuego pocos días después. Malcolm Turnbull, el primer ministro, advierte a los australianos que «no deben empañárseles los ojos por esto» y que «tenemos que mostrarnos muy claros y determinados en nuestro objetivo nacional». Merece la pena tener a Nauru en mente la próxima vez que un columnista declare en uno de los periódicos de Murdoch, como Katie Hopkins hizo el pasado año, que es hora ya de que Gran Bretaña «se vuelva australiana. Que lance ataques aéreos, obligue a los migrantes a regresar a sus costas y queme los barcos». Otro simbolismo es que Nauru es una de las islas del Pacífico muy vulnerable al aumento del nivel del mar. Sus habitantes, después de ver cómo sus hogares se convierten en prisiones para otros, tendrán posiblemente que emigrar también. Hoy han reclutado como guardias de prisión a los refugiados climáticos del mañana.
Tenemos que entender que lo que está sucediendo en Nauru y lo que les está sucediendo a ellos, son expresiones de la misma lógica. Una cultura que valora tan poco las vidas de color que está dispuesta a permitir que los seres humanos desaparezcan bajo las olas, o se prendan fuego en centros de detención, estará también deseando que se permita que los países donde viven estas personas desaparezcan bajo las olas o se deshidraten en el calor árido. Cuando eso suceda, se echará mano de las teorías de la jerarquía humana -debemos tener cuidado en ser de los primeros- para racionalizar estas decisiones monstruosas. Estamos haciendo ya tal racionalización, aunque sólo sea implícitamente. Si bien el cambio climático será finalmente una amenaza existencial para toda la humanidad, a corto plazo sabemos que discrimina y golpea primero y de la peor manera a los pobres, ya estén abandonados en lo alto de los tejados de Nueva Orleans durante el huracán Katrina o estén entre los 36 millones de seres que, según la ONU, se están enfrentando al hambre debido a la sequía que arrasa el sur y el este de África.
*
Se trata de una emergencia, una emergencia del momento actual, no del futuro, pero no estamos actuando como si lo fuera. El Acuerdo de París se compromete a mantener el calentamiento por debajo de 2ºC. Ese objetivo es algo más que insensato. Cuando se dio a conocer en 2009, los delegados africanos lo llamaron «sentencia de muerte». La consigna de varias de las naciones-isla de baja altitud es «1,5º para seguir vivos». En el último minuto, se añadió una cláusula al Acuerdo de París que dice que los países se «esforzarán por limitar el aumento de la temperatura a 1,5ºC». No sólo no es vinculante sino que es una mentira: no estamos haciendo ese tipo de esfuerzos. Los gobiernos que hicieron esta promesa están presionando para llevar a cabo más fracturas hidráulicas y más desarrollos de las arenas bituminosas, lo cual es totalmente incompatible con los 2ºC, no digamos ya con 1,5º. Esto está sucediendo porque la gente más rica en los países más ricos del mundo piensa que ellos van a estar muy bien, que alguien se va a comer los riesgos mayores, incluso que cuando el cambio climático llame a su puerta, ya se ocuparán entonces de él.
Cuando las cosas se pongan aún más feas. Pudimos echar una vívida ojeada a ese futuro en la enorme crecida de las aguas que se produjo en Inglaterra en los pasados meses de diciembre y enero, inundando 16.000 hogares. Estas comunidades no sólo estaban enfrentando el mes de diciembre más húmedo desde que se tienen registros, también estaban lidiando con el hecho de que el gobierno ha emprendido un ataque implacable contra las agencias públicas y los ayuntamientos, que están en la primera línea de la defensa ante las inundaciones. Por tanto, es muy comprensible que hubiera muchos que quisieran cambiar a los autores de ese fracaso. ¿Por qué, se preguntaban, está Gran Bretaña gastando tanto dinero en refugiados y ayuda exterior cuando debería cuidarse a sí misma? «Que no se preocupen tanto de la ayuda exterior», leímos en el Daily Mail. «¿Qué pasa con la ayuda nacional». Y un editorial del Telegraph exigía: «¿Por qué deberían los contribuyentes británicos seguir pagando por defensas contra las inundaciones en el extranjero cuando necesitamos aquí el dinero?» No sé, ¿quizá porque Gran Bretaña inventó la máquina de vapor a carbón y ha estado quemando combustibles fósiles a una escala industrial mucho mayor que cualquier otra nación sobre la Tierra? Pero estoy divagando. La cuestión es que este podría haber sido el momento de entender que todos estamos afectados por el cambio climático y que debemos actuar juntos y ser solidarios los unos con los otros. Porque el cambio climático no sólo implica que todo es cada vez más caluroso y húmedo, sino que con nuestro actual modelo político y económico las cosas se están poniendo cada vez peor y más feas.
La lección más importante a sacar de todo esto es que no hay forma de enfrentar la crisis del clima de forma aislada, como si fuera un problema tecnocrático. Debe verse en el contexto de la austeridad y privatización, del colonialismo y militarismo y de los diversos sistemas de otredad necesarios para sustentar todo eso. Las conexiones e interrelaciones entre ellas saltan a la vista, sin embargo, muy a menudo la resistencia frente a ellas está muy compartimentada. La gente que está contra la austeridad casi nunca habla de cambio climático; la gente que se preocupa del cambio climático rara vez habla de guerra u ocupación. Apenas hacemos la conexión entre las pistolas que quitan la vida a los negros en las calles de las ciudades estadounidenses, y cuando están bajo custodia policial, y las fuerzas mucho mayores que aniquilan tantas vidas de color en las tierras áridas y en los precarias embarcaciones por todo el mundo.
Superar estas desconexiones -fortaleciendo los hilos que enlazan nuestros diversos movimientos y cuestiones- es, en mi opinión, la tarea más urgente para cualquier persona que se preocupe por la justicia social y económica. Es la única vía para construir un contrapoder lo suficientemente robusto como para poder ganar a las fuerzas que protegen un statu quo altamente rentable -para algunos- pero cada vez más insostenible. El cambio climático actúa como acelerador de muchas de nuestras enfermedades sociales -desigualdad, guerras, racismo- pero puede también ser acelerador de todo lo contrario: de las fuerzas que trabajan por la justicia social y económica contra el militarismo. En efecto, la crisis del clima -al poner a nuestras especies frente a una amenaza existencial y colocarnos ante un plazo firme e inflexible basado en la ciencia- podría ser el catalizador que necesitamos para tejer juntos un gran número de movimientos poderosos, vinculados por la creencia en el valor inherente de todos los pueblos y unidos por el rechazo de la mentalidad de la zona sacrificial, ya se se aplique a pueblos o lugares. Nos enfrentamos a tantas crisis superpuestas e interconectadas que no podemos permitirnos solucionar una cada vez. Necesitamos soluciones integradas, soluciones que rebajen radicalmente las emisiones, aunque creando un número enorme de puestos de trabajo de calidad sindicalizados y otorgando justicia a todos los que han sufrido abusos y han quedado excluidos bajo la actual economía extractiva.
Said murió el año en que Iraq fue invadido, pero vivió para ver cómo sus museos y bibliotecas eran saqueados, mientras su ministerio del petróleo era fielmente guardado. En medio de tantos atropellos, encontró esperanza en el movimiento antibelicista global, así como en las nuevas formas de comunicación de base abiertas por la tecnología; señaló «la existencia de comunidades alternativas por todo el planeta, de las que informan fuentes alternativas de noticias profundamente conscientes de los impulsos medioambientales, libertarios y a favor de los derechos humanos que nos vinculan en este diminuto planeta». Su visión le hizo un hueco incluso a los ecologistas fanáticos. Recientemente me recordaron estas palabras cuando leía sobre las inundaciones en Inglaterra. En medio de tanta inculpación y señalar con el dedo, me topé con un correo de un hombre llamado Liam Cox. Estaba enfadado por la forma en que algunos medios de comunicación estaban utilizando el desastre para fomentar los sentimientos de rechazo hacia los extranjeros y escribía así:
Vivo en Hebden Bridge, Yorkshire, una de las zonas más afectadas por las inundaciones. Es horrible, todo está realmente empapado. Sin embargo… estoy vivo. Me siento seguro. Mi familia está segura. No vivimos con miedo. Soy libre. No hay balas volando a mi alrededor. No están cayendo bombas. No me estoy viendo obligado a huir de mi hogar y no estoy siendo rechazado por el país más rico del mundo ni criticado por sus habitantes.
Todos vosotros, tarados, no hacéis más que vomitar vuestra xenofobia… sobre cómo el dinero sólo debe gastarse «en nosotros mismos», tenéis que miraros de cerca en un espejo. Y haceros una pregunta muy importante… ¿Soy un ser humano decente y honorable de verdad? Porque la patria no es sólo el Reino Unido, la patria es cualquier lugar de este planeta.
Creo que es una excelente última palabra.
Naomi Klein es una periodista e investigadora canadiense de gran influencia en el movimiento antiglobalización y el socialismo democrático. Entre sus libros publicados figuran No Logo, Vallas y Ventanas y La doctrina del shock.
Fuente: http://www.lrb.co.uk/v38/n11/naomi-klein/let-them-drown
Esta traducción puede reproducirse libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a la autora, a la traductora y a Rebelión.org como fuente de la misma.
0 notes