LECCIÓN 165
"Que mi mente no niegue el Pensamiento de Dios."
Aquí "Pensamiento de Dios" significa el Pensamiento por medio del cual Dios nos creó. Somos el resultado de una idea en la Mente de Dios. Cuando decimos que fuimos creados a Su semejanza, esto quiere decir como mentes, con todos los atributos de Dios, ilimitados, eternos y amorosos, etc, excepto el poder de crear a Dios, por lo demás, podemos fabricar hasta este mundo ilusorio en el que creemos vivir.
La idea de hoy va mucho mas allá de una negación temporal de Dios, a la manera de Pedro que negó a Jesús 3 veces antes que cantara el gallo.
Nuestra negación de Dios es total, pues el propósito de la separación es la negación absoluta de Dios. Desde el momento que elegimos vivir en este mundo, a experimentarnos como cuerpos con un yo individual, decidimos separarnos de la Fuente, decidimos negar a Dios y sustituirlo por ídolos de barro. El ego se erige en el opuesto a Dios y a todos sus atributos. Al amor le contrapone el miedo. A la paz el conflicto, el ataque y la guerra. A la felicidad le contrapone el sufrimiento, la carencia y el dolor. A la vida le contrapone la vejez, enfermedad, el deterioro y la muerte. Cada vez que negamos a Dios hacemos más real este mundo.
El propósito de este Curso es llevarnos de la negación a Dios, al reconocimiento y aceptación de Dios, al regreso a Dios, a volver al amor y la paz. Para este propósito debemos reversar la inversión del pensamiento del ego a través del discernimiento, los milagros, la oración y el perdón. En este proceso pasaremos de negar a Dios a negar el ego.
Lo primero que hace la lección es recordarnos que "El Pensamiento de Dios te creó. Y no te ha abandonado, ni tú has estado nunca separado de él ni siquiera por un instante." el sueño de separación no ha afectado ni un ápice a la Creación, seguimos en Dios soñando un exilio.
"Gracias a él vives. Es tu Fuente de vida, pues te mantiene unido a él, y todo es uno contigo porque él jamás te abandonó." esa es nuestra verdadera realidad, todo lo que Dios crea es eterno, y no está sujeto a cambios. Las ideas no abandonan su Fuente.
Así que pese a la pequeña idea loca de la separación, en nuestra mente dividida permanece el Pensamiento de Dios, permanece en nuestra mente real, es a esta mente, a la que se dirige el Curso para ayudarnos a despertar.
Así que la lección nos hace una exhortación: "No niegues el Cielo." que es lo mismo que decir, recuerda lo que eres, reconoce lo que eres, y lo que siempre serás, acéptalo y despierta de este sueño. Y para ello, "Hoy se te concede sólo con que lo pidas."
Nosotros elegimos separarnos y nosotros tenemos que elegir regresar "Pídelo y se te concederá." pedirlo, significa, que hemos tomado una decisión a favor de Dios, de regresar a Él.
"Hasta que no le des la bienvenida como algo que te pertenece, seguirás en la incertidumbre." decidimos olvidar a Dios y tenemos que decidir recordarlo, mientras tanto seremos presas de la duda y la incertidumbre.
¿Cómo debemos pedir aceptar a Dios en lugar de negarlo?
- "Pide con fervor."
- "Practica hoy lleno de esperanza."
- Práctica con certeza, pues "Tus dudas no tienen sentido, pues Dios goza de perfecta certeza."
así como nos creímos el cuento que estábamos separados de Dios, ahora tenemos que creer y afirmar lo contrario, para que la verdad aflore en nuestros corazones.
"Este curso elimina toda duda que hayas interpuesto entre Él y tu certeza acerca de Él." si examinamos con cuidado las últimas lecciones, vemos cómo se vienen introduciendo palabras cómo fervor, fe, esperanza y certeza en nuestras prácticas. Son como un anticipo a la segunda parte del libro de ejercicios que haremos a partir de la lección 221. La hermosa oración con la que terminó la lección 163, es otro adelanto del estilo devocional de la segunda parte, en la que muchas lecciones terminan con una oración. De esta manera, en la primera parte, se hace énfasis en invalidar el sistema de pensamiento del ego, en la segunda parte, pasamos a afirmar el sistema de pensamiento del Espíritu Santo, a afirmar y experimentar nuestro vínculo eterno con Dios.
Si en las primeras lecciones del Libro de ejercicios, se nos decía que no era necesario que creyeras en las ideas que se postulaban y se te invitaba a practicarlas, como la única manera para que sean verdad para ti. En el nivel que nos encontramos ahora, en la que se introduce un estilo más devocional, es casi imposible practicar sin creer en lo que se está practicando. Practicar con fervor, con fe, con esperanza, apelar a la certeza de Dios, y practicar con oraciones, implica un cambio cualitativo que es imposible ignorar. Nos acercamos a un cambio en el aprendizaje, donde el uso intensivo de las palabras comienza a decaer, las lecciones de la segunda parte son muy cortas, ya no se argumenta tanto la irrealidad del ego y la realidad de Dios, el discernimiento y la lógica pasan a un segundo plano, y las palabras se van volviendo un obstáculo para el propósito principal del Curso: experimentar a Dios. Dios pasa de ser un concepto a demostrar, a una vivencia a experimentar, y eso lo tienes que hacer tú directamente, sin intermediarios de ninguna clase, solo con la guía del Espíritu Santo o de Jesús.
Para avanzar en nuestro proceso de sanación, "Contamos con Dios, no con nosotros mismos, para que nos dé certeza." Dios es la Fuente de nuestra fe, de nuestra certeza, es nuestra fortaleza y nuestra guía, por eso el resultado es seguro. Confía en Dios pues Él confía en ti. Y con fervor, fe y confianza realizaremos la práctica del día.
PRÁCTICA:
Aquiétate durante 5 minutos como mínimo, o hasta 15 ó 30 minutos, de acuerdo a tu disposición, en dos ocasiones en el transcurso del día, preferiblemente una en la mañana y la otra en la noche. Respira lenta y profundamente y mientras te vas relajando con la respiración, ve introduciendo en tu consciencia las siguientes palabras:
"Que mi mente no niegue el Pensamiento de Dios."
Y en la medida que te relajas, y en profundo silencio interior, con mucho fervor le pides al Espíritu Santo que te ayude a recordar que eres solo amor, que no vas a negar nunca más el Pensamiento de Dios, que no vas a negar más a Dios, pues eres Su perfecto Hijo, vives en Él, te mueves en Él y tu único deseo es estar junto a Él.
PRÁCTICAS CORTAS Y FRECUENTES:
Nos sentaremos un par de minutos cada hora, en silencio a reiterar nuestro único propósito, de recordar y aceptar a Dios, confiar que Él está contigo, que siempre lo ha estado, y con esa devoción nos decimos:
"Que mi mente no niegue el Pensamiento de Dios."
En la medida que dejamos de negar a Dios, a reconocerlo y aceptarlo, la visión de Cristo nos permitirá Contemplarlo, mientras que Su Presencia nos va sanando, nos vamos convirtiendo en los salvadores del mundo, en la medida que perdonamos y bendecimos a todos nuestros hermanos. "Ahora el poder de Cristo mora en tu mente, para que puedas curar tal como fuiste curado."
Bendiciones
0 notes