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#había una voz que me dijo que yo era única
corazona-das · 6 months
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Capítulo 1
Pretty liars (toxic best friend) - Matías Recalt
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Matías y tu eran mejores amigos desde los 15 años, se conocieron debido a que eran vecinos y compañeros de clase, siempre pasaban la tarde en la casa del otro, haciendo tareas o simplemente disfrutando de la compañia ajena. La conexión que tenían en aquel entonces era única, hasta llegaste a pensar que podía ser el amor de tu vida en un par de años más, pero claramente el destino no lo quiso así. Cuando cumpliste 18 le confesaste tu amor estando borracha, le explicaste que lo que te hacía sentir era de otro mundo y realmente pensabas que era mutuo, y él lo único que hizo fue darte un golpe de realidad diciéndote que no vuelvas a decir eso, qué jamás funcionaria algo entre ustedes. Nunca olvidaste esa parte de la conversación porque desde ahí su relación cambió completamente.
———
Te despertó el sonido de tu celular y al verlo notaste un sin fin de llamadas perdidas y muchisimos mensajes de tu mejor amigo, Matías. Para ti no era muy común que el te llamara por lo que se te hizo extraño; luego de cuestionarte le devolviste el llamado recibiendo solo un par de gritos desde el otro lado de la linea.
¿POR QUÉ TE SIENTES CON EL DERECHO DE HACERME ÉSTO¿ ¡¿QUÉ CARAJO ESTÁ MAL CONTIGO, NO VES EL QUILOMBO QUE OCASIONASTE?! —Alzaba la voz cada vez más y más.
Tu sin poder contestar, venías despertando y no sabías qué estaba pasando. Te quedaste en silencio unos segundos más para procesar todo lo que había soltado, pero no te dió tiempo para contestar, lo único que alcanzaste a oír nuevamente fue "sos una hija de puta", lo que claro, quedó resonando en tu cabeza.
Al parecer la habías cagado ya que Matías nunca te había hablado de aquella forma. Estabas ¿confundida? ¿dolida? Te soltó un montón de palabras hirientes en un lapso de dos minutos, claro que estabas dolida.
Era un sábado por la mañana, la noche anterior habías salido de fiesta con tus amigos y entre estos estaba incluido Matías. Solo recuerdas haber estado junto a Juani y Fran alrededor de la mesa de billar conversando mientras bebían un par de birras. No recordabas haber hecho nada malo, tampoco habías revelando algún secreto de ustedes.
Comenzaste a revisar tu bandeja de mensajes y todo comenzó a cuadrar, te metiste al chat grupal que tenias con tus otros mejores amigos, al cual pertenecían agus, juani y blas.
chat grupal
(pelotudos)
Juani: MAYA
: NOS QUERÉS EXPLICAR QUÉ ES LA MIERDA QUE SUBISTE A HISTORIAS?
Blas: ??? qué, vengo despertando, déjate de joder.
Agus: POR DIOS BLAS, SON CASI LAS 5 DE LA TARDE, REACCIONA Y VE LAS HISTORIAS DE ESTA TROLA.
: olvídalo, ya las borró.
Tu: qué cosa borré yo?
: me quieren decir qué concha está pasando?
: matías acaba de llamarme para insultarme, y yo estoy ???
Juani: abrime la puerta en 10, no puedo contarte esto virtualmente, y me tenés que dar una explicación.
fin del chat.
Evidentemente algo había pasado, pero en tus historias no había nada raro, solo te llegó una restricción de instagram eliminando el contenido de tu historia por infringir las normas, y tú pensaste que como estabas tan en pedo quizás subiste una foto no apta y te la bajaron.
Estabas tirada en tu cama cuando de la nada comenzó a sonar el timbre de tu puerta, te sacó del transe en el que estabas, rápidamente fuiste a abrir para encontrarte con dos varones parados enfrente tuyo, mirándote con algo de decepción y lastima a la vez. evidentemente no entendías nada de lo que estaba pasando.
Los dejaste pasar y no tuviste tiempo siquiera de preguntar nada cuando juani soltó.
¿Cuándo pensabas contarnos que te estás cogiendo a tu mejor amigo QUE TIENE NOVIA? —Dijo claramente enojado, dejándote estática sin saber que contestar. Sentías como un escalofrío recorría todo tu cuerpo, ya comenzabas a recordar qué pasó anoche.
* subo esto para que no quede en mis notas, no espero que nadie lo lea (que vergüenza), pero si de casualidad alguien llega a hacerlo, hay capitulo 2 pq estuve de ociosa mucho tiempo. (tengo que corregir un par de cosas de la redacción) *
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Mi vecino era un travesti
Mi vecino era un travesti, de maquillaje barato, y ropa repetida. Olía a perfume y axila.
Raquítico como una escoba, de pelo largo y mal cuidado. El personaje de la cuadra, a quien todos molestaban, pero nadie se atrevía a enfrentar, simplemente porque él o ella, tenía mucha más calle. Si alguien se burlaba, sacaba voz de hombre y todos se asustaban, pero luego transformaba en voz de nena y te lanzaba un beso.
Yo le tenía miedo, para mí era como ver un perro con sarna. Cuando me mandaban a comprar pan, yo cruzaba a la acera contraria a la que él (o ella) estaba. Una vez, salí del negocio y estaba afuera, me pidió cien pesos y yo salí a madre, de hecho, se me quebraron los huevos en el piso al soltar la bolsa. Cada vez que me portaba mal, mi padre me amenazaba que llegaría el travesti de la vuelta y me raptaría. Yo soñaba con eso, despertaba llorando. Mi madre retó a mi padre, le dijo literalmente: No quiero que asustes más al niño con ese gay.
Pero fui creciendo y el miedo se transformó en una simple omisión. Siempre lo veía en la calle, con la misma ropa, oliendo a perfume y axila. Siempre saludaba, me decía el Pepe Grillo, pero no le daba importancia.
Una vez, me metí en un lío con los chavos de otra colonia, me iban a golpear. Me sorprendieron llegando a la población, eran cuatro, me tiraron al suelo y uno sacó un cuchillo, el otro me rompió la camisa y quedé con la panza descubierta. Pero en ese instante, apareció el travesti, tres de ellos salieron a madres, salvo el del cuchillo, los dos de manera casi tácita tomaron un duelo; el travesti les pegó dos madrazos en la cara y otro en la mano. Me sorprendí, y me quedé ahí, callado. Me quede sólo con él y me dijo: “Te apuesto que es por la bronca de la otra colonia, ten cuidado, a esa le gusta meter a los chavos en problemas”. Le dije gracias, y me pidió cien pesos, tenía cincuenta, se los pasé. Prendió un cigarro y se fue.
Desde ese día, ya lo saludaba, al menos le movía la cabeza, pero si yo iba con alguien, siempre lo negaba. Perfectamente me podría haber dicho algo, pero fue respetuoso, se hacía el loco, al parecer entendía perfectamente lo que él representaba para los demás, pero no le importaba, creo.
Mi madre falleció de un derrame cerebral, de un día para otro. Estábamos en el velorio, y a eso de las 12 de la noche apareció el travesti, fue con unas rosas que había sacado de por ahí. Nadie dijo nada, salvo yo, que le dije gracias, me esbozó una sonrisa y se fue. En el funeral, mientras estábamos en el desgarrador entierro, vi que desde unos metro más allá estaba aquel tipo fumándose un cigarro, y a lo lejos me preguntó ¿Estás bien? Yo le hice un gesto de “sí”.
Ya tenía 15, y aun no daba mi primer beso, y la única que me daba chance era la chava por la que me había metido alguna vez en problemas, no sabía cómo hacerlo. Yo creo que el travesti me miró por mucho tiempo que ya me conocía de memoria. Recuerdo que se me acercó y me dijo: "Parece que aún no te haces respetar mi Pepe Grillo". Me tomó de la cintura y me asusté... “Así la agarras y me dijo: entonces le plantas un beso”, yo le dije que se podía sentir abusada o algo así, me dijo que no fuera ingenuo, que ella hace rato me daba chance, era yo el torpe y distraído .
Crucé la colonia, entre todas esas casas de mala muerte, calles de tierra y terrenos baldíos... me acerqué a la chica, la tomé de la cintura y le planté el beso. La solté, puso cara de contenta, y salí rápidamente, como pedo de indio.
Venían como diez, y el travesti los esperó a la entrada de mi población… ahí nadie fue capaz de entrar. Me gritaban que me defendía detrás de la falda de un “puto”.
-Me preguntó cómo me fue y le dije que bien, se puso a reír y me dijo que ya estaba grande.
Mi papá veía el fútbol, mientras yo, sacaba carne de la parrilla y las guardaba en una servilleta, salía escondido y se las pasaba a esta “loca”.
Crecí.
Me transformé en un pelado de 20, estudiaba en Querétaro, y cuando volvía a mi terruño, ahí estaba. Cara dura me decía que el “Pepe Grillo” estaba guapo, yo me reía no más. Y todas las vueltas era lo mismo. En los veranos salía con short a tomar el fresco en la puerta, y le tiraba una lata. Él no paraba de toser, le dije que dejara el cigarro, pero él ni en cuenta.
-Cuando había platos únicos, él se ofrecía a ayudar para cocinar, pero todos lo negaban. Yo le dije a mis tías que lo dejaran, pero pusieron el grito en el cielo, que estaba cochino... que era un puto...
Era marzo, y me preguntó que por qué no me iba a Querétaro, le dije que no había dinero, mi padre estaba hasta el lleno con deudas, yo estaba obligado a trabajar. Me dijo que eso no era posible, así que me pasó mil doscientos pesos en monedas de diez y billetes de cincuenta. No sé en qué espacio vivía, pero se notaba que no entendía mucho, yo me puse a reír, no sé, su gesto me puso contento. Entendí que era como un perro golpeado, de la calle, ignorante del universo, pero siempre fiel con la gente de la colonia.
Armamos un negocio con mi padre, un almacén, y nos faltaba alguien que hiciera el aseo, yo le dije que le diera chance… pero mi viejo se negó tajantemente. Traté de hacerle ver que era buena persona, que le dieran una oportunidad. Mi papá a regañadientes aceptó. Le presté la ducha y le compré ropa nueva. Se cortó el pelo y parecía otro. Pero su gesticulación era la misma de siempre, con esa voz amanerada contando mentiras divertidas.
Mi papá se acostumbró, igual los tiempos habían cambiado, de ser un bicho raro pasó a ser persona.
Desde ahí todos le respetaban en la población, alguno que otro favor pagado, y este se gastaba el dinero en cigarros, pero se veía contento.
Pude volver a la universidad, estaba ya en el último año.
Regresé a mi terruño, con una noticia: iba a ser papá. Mi padre me felicitó y esta “loca” también, me dijo que me iba a tener un regalo para la ocasión, que lo esperara.
Al otro día, desperté a ayudar a mi viejo al almacén, y este loco no había llegado a trabajar. Según mi papá, quizás se había quedado borracho por ahí. Pero lo conocía, era extraño que saliera de la colonia.
Las horas pasaban y no aparecía. Hasta que se acercó la policía, preguntándonos si conocíamos a un "puto" que se llamaba Cristian Lumier, mi papá dijo que no… pero yo sí, era su nombre. Pregunté qué pasaba…
… Lo encontraron tirado, lleno de cicatrices, apuñalado en todos lados, con una botella que le atravesó el ano, con la nariz partida en dos, sin dientes… y con un paquete de pañales a su lado... Aún me duele el corazón.
Se fue parte de mí, me lo arrebataron. Se fue mi infancia, se fue la mitad de mi vida con ella. Sentí y siento un vacío, y que nunca pensé que ella estaba a cargo de llenar.
No dije nada, mi padre tampoco. Estaba mudo, hipnotizado, pregunté donde había pasado, pensé que quizás fueron los de al frente, pero no... desconocidos, a quienes nunca encontraron, y que no sé si hayan ubicado con tanto ímpetu, después de todo ella solo era un vagabundo, disfrazado, una loca que de alguna forma tenía que morir, daba lo mismo si en el río o en la calle.
No hice nada, aún estaba sin decir nada.
La gente de la colonia juntó dinero, sumada a la que una vecina consiguió en la presidencia municipal, con eso pudimos darle un entierro digno. Llegaron muchos travestis, uno que otro individuo "normal"... Quise llorar, pero nadie lo hacía, porque simplemente a nadie le importaba tanto un simple puto..., sentí vergüenza de hacerlo. Me aguanté la pena, me tragué la saliva y me fui a casa. No podía dejar de dormir. Me dolía la cabeza, la pena me tenía un tanto agripado.
Me senté afuera, muy tarde y vi entrar a un perro, se veía mal tratado y no se quería acercar. Lo llamé, pero no se decidía. Entré a la casa y saqué un pedazo de carne, lo dejé a mi lado y empezó a comer, le acaricié la cabeza… y mi pena se desató, y mis lágrimas empezaron a salir desde mi corazón, para desembocar en el lomo de aquel perro.
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En memoria a tod@s aquell@s mujeres, niñ@s y travestis asesinad@s.
Este escrito lo compartieron en una página de fans de Mario Benedetti, según los comentarios:
Autor:Sergio Cortés
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belencha77 · 2 months
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CAPITULO 5 - ENCUENTRO DE ALMAS
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Hana irrumpió en la habitación con una emoción palpable en su rostro, interrumpiendo mi quietud.
|| ¡Riley! || Exclamó, sus brazos envolviéndome en un abrazo apretado. Me quedé atónita por un momento, luego correspondí al abrazo.
|| No puedo creer que estés aquí || le dije con voz entrecortada por la emoción.
|| ¡Cómo te extrañé! || respondió con lágrimas en los ojos mientras se sentaba a mi lado en el borde de la cama. Una oleada de alivio me inundó al verla.
|| Creí que no te volverías || Confesé, mis propios ojos humedecidos.
|| Amiga, yo tampoco pensé que lo haría, pero vine con la bendición de mis padres || dijo, su voz cargada de emoción. Ambas compartimos un momento de sincero afecto, nuestras lágrimas hablando más que nuestras palabras.
|| ¿Ellos mismos te convencieron de regresar? || pregunté con curiosidad, consciente de la rigidez de sus padres.
|| Sí, mi padre recibió una llamada de la condesa Madeleine, quien me invitó oficialmente a quedarme en Cordonia como parte de su cortejo. Ella les prometió que encontraría una pareja digna de mi apellido || explicó, una sombra de tristeza oscureciendo su expresión.
|| Wow. Eso es… || Mis palabras se quedaron suspendidas en el aire mientras intentaba procesar la situación. La primera persona que cruzó por mi mente fue Maxwell, pero antes de poder expresarlo, Hana completó mis pensamientos.
|| Es triste, Riley... pero era la única manera de regresar || dijo con pesar, dejando un peso en el aire que ninguno de nosotros quería reconocer.
|| ¿Y Max sabe que estás aquí para encontrar un pretendiente? O la pregunta más grande, ¿hablaste con tus padres sobre él? || inquirí, sintiendo la incertidumbre en mis palabras.
|| No, aún no he hablado con ellos sobre él. Y, para ser honesta, tampoco he hablado con Maxwell... Espero encontrar el momento adecuado para hacerlo... Aunque aún no lo he visto || respondió, sus ojos brillando con la amenaza de lágrimas, aunque se mantuvo firme || ¿Sabes? Tan pronto como llegué, me avisaron que habías vuelto, por eso vine directo hacia acá... ¿Qué te hizo volver? ||
|| La verdad es que regresé para limpiar mi nombre. Me di cuenta de que todo este plan fue creado por alguien que buscaba desacreditarme y básicamente apartarme de Liam, así que necesito encontrar a Tariq para que emita una declaración que demuestre que fui incriminada. Aunque no te lo niego, quisiera saber quién está conspirando contra mí || expliqué con determinación.
|| Riley, cuenta conmigo para lo que necesites. No soporto la idea de que alguien esté conspirando en tu contra... Cordonia no sería lo mismo sin ti || aseguró Hana con un tono de solidaridad palpable. En ese momento, un golpe en la puerta interrumpió nuestra conversación. Me levanté para abrirla y me encontré con Maxwell parado allí, con una amplia sonrisa en su rostro.
|| Levántate y... || comenzó Maxwell, pero se quedó sin palabras al ver a Hana, lleno de sorpresa y asombro || ¡Hana!? || exclamó incrédulo.
|| ¡Hola, Max! || respondió Hana emocionada, con las mejillas sonrojadas y lágrimas en los ojos. Él corrió hacia ella y la abrazó, lo que provocó una sonrisa en mi rostro al presenciar su reencuentro.
|| ¡Mi muñeca! || exclamó Maxwell con gran alegría, dándole un tierno beso en los labios || ¡Bertrand me dijo que nunca te volveríamos a ver! || agregó con emoción.
|| Eso fue lo que pensaron todos, pero Madeleine llamó a mis padres para que me permitieran regresar. Es bueno verte otra vez || dice Hana, llena de felicidad, aunque evitando la parte de que buscarán un pretendiente para ella. Decido acercarme a ellos, mirándolos llena de emoción.
|| Me alegra verlos a los dos juntos otra vez || luego miro a Maxwell y le pregunto || Bueno, ¿tortolito? ¿Asumo que estás aquí porque es hora de alistarme? ||
|| Oh sí... ¡Eso es correcto! || dice Maxwell, volviendo a la tierra y a lo que realmente vino || Mira a quien te traje || dice, y rápidamente corre a la puerta asomándose por su marco. De repente, veo a Anita entrando muy sonriente.
|| ¡¿ANITA?! || exclamo, llena de sorpresa y emoción || Qué bueno es tenerte otra vez aquí || le digo y le doy un fuerte abrazo.
|| Mi querida, ¿cómo podría abandonarte en momentos tan difíciles como estos, cuando hay un nombre que limpiar y debes estar lista para la guerra? Como dice la canción, "El amor es un campo de batalla". Ahora, vamos a prepararte || me dice sonriendo mientras rápidamente me siento en mi tocador para que haga su magia. Hana se acerca a Maxwell.
|| Max, ¿podemos hablar? ||
|| Claro que sí || responde Maxwell, y ambos me miran con atención.
|| Ya venimos || dicen los dos al unísono y se ríen. Yo les sonrío de vuelta y juntos salen de la habitación. Una vez que están afuera, Anita suspira.
|| Nunca había visto al joven Maxwell tan enamorado ||
|| ¿De verdad? ¿Max nunca ha tenido algo serio? ||
|| Maxwell siempre se ha caracterizado por ser un bandido. Ha tenido sus aventuras por ahí, pero nunca algo serio. De hecho, nunca lo había visto de esta forma. Realmente está enamorado de Lady Hana y, por más que trate de ocultarlo, el amor que sienten el uno por el otro es fuerte. De corazón, espero que todo se solucione para ellos... y de igual manera para ti. Espero que todo quede claro ||
|| Te agradezco sinceramente por confiar en mí, Anita || le expreso con gratitud.
|| Sin duda, confío en ti, querida. Y no estás sola en ello, algunas personas en Cordonia también lo hacen. A muchas personas les cuesta creer que en verdad hayas hecho eso… Yo he sido testigo del profundo amor que sientes por el Rey, por eso me resulta difícil creer en lo que afirman algunas personas. Espero sinceramente que se descubra quién está detrás de esta situación. Es frustrante ver cómo tantos dudan de tu integridad || menciona con un tono de preocupación.
|| Saber que no todos en Cordonia se dejan influenciar por estas acusaciones infundadas me reconforta profundamente. Espero que encuentren a quien está detrás de todo esto y que se haga justicia || respondo, tratando de darme ánimo en medio de esta situación difícil.
**
Después de un tiempo, Anita terminó de maquillarme y peinarme. Me observé feliz y satisfecha en el espejo cuando, de repente, ella colocó una delicada tiara sobre mi cabello, adornada con diamantes.
|| Anita, ¿esto? || Pregunté, confundida y sorprendida al mismo tiempo.
|| Era de la madre de los jóvenes Beaumont. El duque Bertrand me la dio exclusivamente para que te la colocara || explicó Anita. Mientras ella hablaba, recordé a Bertrand y cómo había cambiado desde que lo conocí. A pesar de su actitud gruñona, ahora se ha convertido como un hermano mayor para mí. De repente, Maxwell y Hana entraron a la habitación, tomados de la mano y con amplias sonrisas. Pero cuando Maxwell me vio, quedó asombrado.
|| Mi Flor, esa... esa es la tiara de mamá... Te ves hermosa || dijo, evidentemente impresionado.
|| Gracias, Max. Bertrand se la dio a Anita || mencioné. Maxwell parecía melancólico de repente, supongo que recordó a su madre. Se acercó a mí y me envolvió en un gran abrazo. Al separarse, noté cómo se enjugaba discretamente las lágrimas que amenazaban con brotar. Me miró con atención y dijo:
|| Tengo algo más para ti || Luego se dirigió al armario y sacó un hermoso vestido rosa. || Lo escogí exclusivamente para ti || añadió con un tierno beso en la frente || Aunque este momento ha sido muy emotivo, es hora de que te pongas impecable para la fiesta de compromiso mi pequeña Flor... ¿Anita, me ayudarías? || Le preguntó a lo que Anita asintió suavemente con la cabeza y le sonrió || Muy bien, mis hermosas damas, las dejo que disfruten. Yo me prepararé con Bertrand || anunció Maxwell, dándome otro beso en la frente antes de dirigirse hacia Hana para darle un suave beso en la mejilla || Por cierto, hoy te ves hermosa || añadió. Hana le devolvió la sonrisa mientras Maxwell y Anita se retiraban. Hana dejó escapar un suave suspiro, lo que me llevó a preguntar rápidamente sobre el estado de su relación con Maxwell.
|| Bueno, no me dejes con la intriga… ¿En qué quedaron los dos? Tengo curiosidad || pregunté ansiosa.
|| Max sabe que vine solamente por el favor de Madeleine y la promesa que les hizo a mis padres. Pero quedamos en que seguiremos juntos. Yo deberé actuar como si en realidad estoy interesada en algún pretendiente, pero solo hasta el final de todo esto. Cuando por fin todo se resuelva, he decidido que hablaré con mis padres y les confesaré sobre Maxwell. Sea que me deshereden o no || dijo con confianza.
|| Hana, estoy absolutamente feliz por ti... ¡Por ambos, de hecho! || Con estas palabras, la abrazo con una emoción que apenas puedo contener.
|| Gracias, amiga... Ahora cuéntame, ¿cómo ha sido tu primer día aquí? || pregunta con curiosidad.
|| Bueno, ha sido sorprendentemente agradable. A pesar de todo... || Le respondo con una sonrisa que ilumina mi rostro, rememorando los eventos de la noche anterior.
|| Tu sonrisa me dice mucho... ¿Ha pasado algo especial? || indaga con curiosidad.
|| Bueno, no puedo negar que estos últimos dos meses han sido un torbellino de emociones... Pero, aunque todo sea un poco caótico y lejos de la perfección, ayer pude hablar con Liam y aclarar las cosas. Y, bueno, sucedió... || Mi voz se entrecorta ligeramente mientras el recuerdo me llena de alegría.
|| ¿Estuviste con él? || pregunta, notando mi expresión. Asiento con la cabeza, incapaz de contener mi entusiasmo || ¡Amiga, no puedo creerlo! Siempre supe que entre ustedes dos todo iba a salir bien... Liam solo hizo creer a los demás que cayó en su engaño. Él sabía que era una trampa... Nunca dudó de ti || expresa con un tono lleno de emoción y admiración.
|| Ahora lo entiendo. Pero te aseguro que mientras Liam guardaba silencio, se convirtió en un verdadero infierno. Pero en este momento que todo está un poco más claro, la única opción que me queda es mantenerme fuerte y desenredar este embrollo cueste lo que cueste ||
|| Realmente eres fuerte, Riley. No sé si sería capaz de mantener la calma en una situación como esta ||
|| Al principio, no creía tener esa fortaleza. Pasé días en los que ni siquiera quería levantarme de la cama, pero sabía que no tenía opción. Además, estoy segura de que, si estuvieras en una situación similar, podrías superarla al igual que yo. Solo mira cómo has manejado lo de Maxwell ||
|| Bueno, la verdad es que no lo sé || me dice riendo entre dientes || Pero será mejor que te alistes... No queremos causar un infarto a Maxwell o a Bertrand || Con esta observación, ambos soltamos risas genuinas. Hana se acerca al vestido que me dejó Maxwell y lo coloca cerca de mí || Este vestido es precioso. ¿Sabías que el rosa significa positividad, generosidad y amabilidad? Estoy segura de que con él llamarás la atención en la fiesta e incluso podrás humillar a Madeleine en su propio hogar || exclama Hana con una sonrisa amplia y determinada.
|| Has cambiado, Hana || le digo riendo.
|| Para nada, solo sé que debes demostrar a tus enemigos que no se juega contigo || añade Hana con una chispa de venganza en sus ojos.
|| Entonces, ¡que empiece el juego! || respondo con una pizca de picardía.
**
Salimos al exterior, donde los nobles disfrutan de la tarde en el césped. Al otro lado del terreno, Madeleine y Liam conversan animadamente con Constantino y Regina. De repente, noto la mirada escrutadora de Madeleine mientras me acerco, su gesto refleja una mezcla de desaprobación y sorpresa al observar mi vestido y la tiara en mi cabeza. Sin embargo, decido enfrentar su juicio con una sonrisa serena y un pequeño saludo, tratando de proyectar la confianza que tanto necesito en este momento.
Madeleine, visiblemente incómoda, toma rápidamente una copa de champán, aclara su garganta y se dirige a la multitud con voz firme pero cargada de tensión.
|| Si me prestan atención todos, me gustaría proponer un brindis. Primero por todos y cada uno de ustedes por querer celebrar nuestro compromiso. Y, en segundo lugar, por nuestro Rey Padre, Constantino, nuestra Reina Madre Regina, y mi madre por todo su apoyo ||
|| Muchas gracias, hija mía || responde Adelaida, bebiendo una copa de champán de un solo trago y luego indicando con el dedo índice que desea otra. Madeleine abre los ojos sorprendida y llena de vergüenza y furia por la hazaña de su madre, pero rápidamente se recompone, dirigiendo su atención nuevamente a la multitud y continuando con su discurso.
|| Luego, por último... Por ti, cariño. No querría a nadie más a mi lado || declara, tomando el brazo de Liam. Políticamente, él le devuelve una mirada rápida antes de sonreír a la multitud.
|| Aprecio tus palabras, Madeleine. Estoy agradecido de tenerte a mi lado || dice Liam con una sonrisa, pero puedo notar la sombra en sus ojos y la seriedad en su rostro. Madeleine da un sorbo a su bebida junto con los otros invitados, luego se inclina y besa a Liam en la mejilla. Observo cómo Liam se siente incómodo ante el gesto de Madeleine, así que giro la cabeza para evitar mirarlos y me pongo a conversar con Hana. Siento un revoloteo en el estómago, pero los recuerdos de la noche anterior me ayudan a mantener a raya mis episodios de ansiedad y celos.
|| Oh, cariño... || De repente, escucho a Adelaida gritar || Los besos en la mejilla son dulces, pero Liam es tu prometido. Bésalo en la boca o yo lo haré por ti || suelta entre risas. Al oír eso, giro rápidamente y noto cómo Liam casi se atraganta con su bebida. Rápidamente, levanta las manos, retrocede un poco y responde a Adelaida.
|| Así está bien, Adelaida... De esta manera es suficiente || dice Liam, tratando de calmar la situación.
|| Mamá, estamos en público || le regaña Madeleine en un susurro, aunque sus palabras son claramente audibles.
|| Por favor, hija, ¿acaso estar en público nos ha detenido alguna vez? || exclama Adelaida en voz alta, sonriéndoles a ambos. Mientras tanto, mi subconsciente ruega que todo se detenga. No puedo soportar verlos juntos, pero parece que mis ruegos son escuchados.
|| Adelaida, no creo que este sea el tipo de apoyo que Madeleine necesita ahora || interviene el Rey Padre, intentando poner paz y calma.
|| Ok, está bien. Pero hay veces que se necesita un empujoncito de vez en cuando", responde Adelaida, sin ganas de querer detenerse.
|| Sé que tendremos muchos años juntos por delante, así que estoy segura de que la veremos salir de su caparazón || intercede Regina, colocando sus manos ordenadamente frente a Adelaida y llevándola junto con Constantino hacia abajo del podio.
De repente, veo que Madeleine se excusa de las preguntas incómodas del momento y comienza a acercarse a mí y a Hana. Cuando está frente a nosotras, mira a Hana con atención y una sonrisa llena de hipocresía.
|| Vaya, Lady Hana, estoy feliz de ver que has llegado || dice con una sonrisa falsa.
|| Es un honor estar aquí, Madeleine. Gracias por la invitación de regreso a la corte || responde Hana con su habitual amabilidad.
|| Por supuesto, y no tienes nada que agradecer || intenta ser amable Madeleine, aunque su tono parece forzado. Mientras conversa con Hana, evita el contacto visual conmigo. Intervengo con convicción:
|| Ciertamente es agradable tener a Hana en la corte || Y logro captar su atención. Luego, Madeleine dirige su atención hacia mí y lanza una afirmación condescendiente.
|| ¿Sabes, Riley? Si no fuera por mí, Hana todavía estaría en el otro lado del mundo. No has escuchado el dicho que dice que los perros siempre recuerdan a aquellos que los alimentaron. Espero que tomes eso muy en cuenta y recuerdes que tu querida amiga Hana está aquí por mi invitación personal… Además, puedo tener muchos usos para ella || La arrogancia de Madeleine me enfurece, y respondo.
|| Madeleine, hay más en ella que 'usos' || ¿Cómo puede alguien tratar a otra persona como un instrumento para usarlo como quiera?
|| Vamos, Riley, incluso tú te beneficias, ¿no? Es bueno tener a tu amiga de regreso || insinúa Madeleine, pero yo le respondo con escepticismo.
|| Realmente dudo que hayas hecho esto para mi beneficio || Le respondo mientras que Hana opta por guardar silencio en toda esta disputa, probablemente para no tomar partido en contra de Madeleine.
|| La competencia ya terminó, Riley. Ya no necesitamos hacer planes a espaldas de la otra. Aprende simplemente a decir 'gracias' || Me dice con su tono desafiante, con indignación, rabia y sarcasmo le respondo.
|| Gracias, Madeleine, cuanta amabilidad || Pero por dentro, me siento furiosa por su actitud. En ese momento, Liam se acerca al grupo. Hana lo mira e inmediatamente lo saluda respetuosamente con una reverencia.
|| Su Majestad ||
|| Lady Hana, me alegra que hayas regresado || dice Liam con sinceridad.
|| Muchas gracias, en efecto, estoy muy feliz de estar de vuelta || responde Hana, a lo que Liam dirige su mirada hacia mí. Observo cómo su mirada recorre todo mi cuerpo, y no puedo evitar sentir el calor que se despierta dentro de él. Le devuelvo la mirada y hago una pequeña reverencia.
|| Buen día, Su Majestad || le digo, pero mientras me levanto, le guiño un ojo, provocando que él inhale un poco más fuerte.
|| Lady Riley... || exclama Liam, sonriéndome y enviando una sensación inexplicable de calor por todo mi cuerpo. Parece que nunca superaré los sentimientos que me inspira con solo sonreír, o incluso al pronunciar mi nombre como lo hace || Estás... realmente preciosa || añade, aunque en su mirada también noto un atisbo de nostalgia.
De repente, Madeleine se aclara la garganta, rompiendo nuestro intercambio de miradas.
|| Cariño, creo que acaba de llegar una nueva delegación de visitantes. ¿Por qué no vas a saludarlos? || sugiere, y el tono con el que pronuncia "cariño" parece ser una provocación deliberada, diseñada para irritarme. Siento cómo la ira me invade ante sus intentos de molestarme. Liam responde conteniendo su enojo ante las provocaciones de Madeleine. Luego, suelta un gran suspiro y nos mira con atención.
|| Claro, fue un placer volver a verlas, Lady Hana y Lady Riley || nos dice, haciendo una pequeña reverencia. Aunque mantiene sus ojos fijos en mí, percibo una profunda tristeza en su mirada. Luego, se gira para irse, y lo observo también con un sentimiento de melancolía, recordando nuestro último momento juntos. Después, vuelvo mi atención al rostro desaprobador de Madeleine.
|| Ahora, Lady Hana, ¿me permites hablar con Lady Riley en privado? || dice Madeleine seriamente.
|| Oh, por supuesto... Riley, nos encontramos después || me dice Hana, abriendo grandemente sus ojos. Luego se inclina y se aleja para mezclarse con los demás. Cuando se va, Madeleine se vuelve hacia mí con toda su fiereza.
|| Camina conmigo || me dice sin ni siquiera mirarme, y comienza a caminar. Madeleine me lleva a través de los jardines hasta entrar a su finca. Una vez dentro, entramos a una de las habitaciones; ella cierra las puertas muy silenciosamente y luego se dirige hacia mí, enfurecida || ¡Podrían ustedes dos ser un poco más sutiles! ||
|| ¿Sutiles? ¿De qué estás hablando, Madeleine? || le respondo confundida.
|| No te hagas la mosca muerta, Riley… ¡Estoy hablando de Liam y de ti… Y de esas ridículas miradas tan sufridas... ¿Actuar como los pobres amantes desventurados? ¡Por favor! ||
|| ¡Es que no es ningún acto, Madeleine! || Me enfurezco aún más y comienzo a apretar mis puños para contener a la verdadera bestia enojada que crece dentro de mí, ya que lo único que quería hacer era darle una cachetada || Él y yo nos amamos el uno al otro y lo sabes ||
|| Claro que lo sé… || Madeleine retrocede, actuando un poco inocente y tratando de calmar su ira. No quise responderle de esa forma, pero ella fue la que quiso comenzar una pelea || Ustedes dos pueden tener todos los sentimientos que deseen el uno por el otro. Una cita aquí y otra allá, se puede manejar... Pero todo a escondidas, no quiero que me avergüencen en público ||
|| Dime una cosa, si no te importa ¿Entonces por qué actúas como si de verdad estuvieras enamorada de Liam? ||
|| ¿Celosa? || Me dice riendo grandemente || Yo lo hago solo por apariencias… El amor no va conmigo, ya que considero que es una muestra de debilidad. Me clasifico por encima de esas frívolas nociones… Por lo tanto, me importa poco que Liam no me ame a mí, sino a ti. Así que cuando estés a puerta cerrada, puedes tener su corazón y cualquier otra parte de él que desees. Siempre y cuando yo tenga la corona, ya que es lo único que me importa. Este acuerdo es prácticamente lo mejor que te podría haber pasado ||
|| ¿Acuerdo? Todo esto es una basura y lo sabes, Madeleine. Nosotros nos amamos y es por eso que DEBERÍAMOS estar JUNTOS || Le digo, sintiendo cómo comienza a aumentar mi nerviosismo, así que me alejo de ella por un momento. A lo lejos, percibo cómo ella suspira, lo que me hace dar la vuelta.
|| Riley, ¿por qué no cooperas? Estoy tratando de trabajar contigo || me dice.
|| Compartir a Liam no se puede comparar con un trabajo, eso no funciona conmigo || repliqué con firmeza.
|| Tienes que ser más flexible en tu vida Riley, ya que te beneficiará. Después de todo, es lo único que tendrás de ahora en adelante. Tú lo tendrás a él y yo tendré la corona… Debes comprender que un Rey no debería casarse por amor. Es una noción romántica pasada de moda que no tiene lugar en la monarquía || continuó, mirándome con seriedad || Ahora, si me disculpas, debo reunirme con otros invitados antes de que se vayan || añadió, girándose para marcharse. Pero en ese momento, una determinación feroz se apoderó de mí y solté una frase que sentí que debía decir.
|| Madeleine... Algún día, yo seré la Reina… || le espeté. Ella resopló, giró hacia mí y su semblante tranquilo desapareció al instante. Me clavó una mirada penetrante y comenzó a sonreír de manera siniestra.
|| ¿Qué dijiste? Por favor, Riley, no me hagas reír. La corona es MI destino, no el tuyo. He sido entrenada y preparada para esto toda mi vida, así que no permitiré que una simple plebeya, y mucho menos una ridícula mesera, me lo quite || afirmó con una determinación feroz, su mirada fija en la mía || No pienses ni por un segundo que te lo pondré fácil. Así que ni lo intentes, por el bien de todos || advirtió con frialdad. De pronto, se alejó bruscamente y cerró la puerta con un golpe ensordecedor. Lágrimas de rabia y frustración comenzaron a brotar de mis ojos. Ella intenta hacerme sentir inferior por no llevar un título, pero sé que soy más. Lo sé.
Me miro en el espejo y respiro hondo, tratando de calmarme. No puedo permitir que se meta debajo de mi piel. No dejaré que me menosprecie. Soy más fuerte de lo que ella piensa.
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If anyone else wants to be tagged, just let me know. I hope you enjoy this wonderful love adventure.
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fantasy-relax · 2 months
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Solo un sueño (NSFW)
Donna Beneviento x G!p Reader
-Fuu, mi espalda me está matando- 
Estirando tus músculos adoloridos miraste a tu alrededor, sin polvo y 
telarañas la solitaria mansión perdía algo de su terror.
Eres la única persona que podía entrar y salir del territorio de Lady Beneviento sin repercusión alguna, en la última semana de cada mes visitabas la mansión de la cascada para limpiarla de arriba abajo muñecas incluidas , una labor que la sacerdotisa misma te había encomendado.
Al principio tenías miedo de hacer algo que ofendiera a Lady Beneviento, así que  pasaste toda tu estadía preguntando antes de hacer el mínimo movimiento para asegurar que todo fuera del gusto de la dueña de la casa.
Sorprendentemente a pesar de su enérgica y traviesa personalidad, Lady Angie respondió a tus preguntas claramente e incluso te enseño personalmente el procedimiento para limpiar cada muñeca, demostrando una paciencia que debía provenir de la señora de la casa.
Sacaste tu libreta y tachaste tu última tarea del día.  Con tres años en este trabajo, ya tenías una rutina establecida y te gustaba seguirla.
Te dirigiste al ascensor para tu rutina favorita del día: hora del té con Lady Angie.
-¡Tardaste veinte minutos más de lo habitual!- Angie reprocho apenas entraste flotado hacia la estufa con tetera en mano- ¡El té ya está frío!
-Me disculpo, Lady Angie tenía que reparar el hueco en la pared, que por cierto ¿tiene idea de cómo apareció?-  Preguntaste a la muñeca.
Después del primer año tu miedo se había desvanecido y el pasar tiempo con ella era algo que alegraba tus días.
-¿Un hueco? No tengo idea- Sabías bien que estaba mintiendo pero la dejaste ser.
-Hmm un misterio sin resolver.- Dijiste mientras mordías una galleta saboreando con deleite, Lady Beneviento realmente era talentosa en la cocina.
- ¿Te gustan? Donna uso cáscara de naranjas esta vez-
- ¡Están deliciosas! Ya quisiera yo hornear como Lady Beneviento-
- HA sigue deseando jamás llegarás ni a las suelas de los zapatos de Donna.- Lady Angie dijo mientras te servía una taza del té especial que la señora de la cascada había creado especialmente para ti.
Tomando un sorbo sentiste como todo tu cuerpo se relajaba, el dolor en tus músculos disminuyendo en cada trago.
Después de pasar un rato hablando con Lady Angie el reloj sonó marcando el final de tu tiempo juntas.
-Ya es hora de dormir, descanse Lady Angie- Te levantaste mientras la muñeca permanecio en su lugar como siempre.
-Arrivederci, dulces sueños-
________
Tus pasos resonaban en las paredes tu cuerpo pedía alivio y sabias bien quien te lo daría . Tocaste la puerta y entraste sin esperar respuesta.
-El punto de tocar es esperar que te respondan- Lady Beneviento habló desde su asiento enfocada en su trabajo.
Con tan solo escuchar su voz sientes la presión en tus pantalones aumentar. 
Donna se paró de la silla y rápidamente tomaste tu lugar mientras desabrochabas tus pantalones y liberabas tu miembro de tu ropa interior.
-Tan impaciente- Dijo mientras alzaba su vestido sentandote encima sin dejarte entrar en ella solo dejandote sentir su coño expuesto.
- Puedo sentir que no soy la unica impaciente mi señora- Comentaste mientras tocabas sus labios humedos por su necesidad.
- Tardaste mas de lo habitual- Dijo con ligero reproche en su voz.
- Mis disculpas, la reparacion me tomo mas tiempo de lo que pensaba- Acariciaste su cintura y besaste su cuello.
-Pues a mi me tomara mas tiempo terminar con esto- Suspiraste sabiendo bien lo que iba pasar.
- Asi que quedate quieta en lo que termino- Dijo mientras te tomaba con lentitud.
Tragaste saliva apretando su cintura a pesar de tener una piel fria al tacto su interior era calido.
Gemidos escaparon de ambas cuando finalmente te tomo por completo, sus paredes te apretaban tan placenteramente, eras la unica persona que podia entrar y salir de ella sin repercusion alguna.
Abrazandole de la cintura respiraste profundo, sabiendo bien que no podias hacer nada hasta que terminara su trabajo.
Era una dulce tortura.
—-
Donna jamas te la ponia facil cuando la hacias enojar, apretaba las paredes de su vagina  entre ratos movia la cadera y se levantaba ligeramente para bajar con suavidad. No sabias cuanto tiempo faltaba para acabar con tu inmerecido castigo.
-Donna por favor- Sonabas patetica y no te importaba.
Gimoteaste como perro cuando se levanto, solo para gemir cuando se volvio a sentar esta vez frente a frente.
-Tienes suerte de que te extrañe- dijo mientras  te montaba con una energia que nadie creeria provenia del lord mas recluido, le besaste y dejaste que su lengua exploraba cada centimetro de tu boca tragando tus gemidos.
Dejaste que siguiera por unos minutos antes de levantarte y acostarla sobre su mesa de trabajo, rompiste su blusa notando la falta de brasier, besaste sus pechos mientras embestias con rapidez. Soportabas tu peso con una mano y frotabas su clitoris con la otra mientras chupabas y mordias sus pechos con suavidad para luego lamer tus marcas.
Sus gemidos cuando se corria eran tan fuertes contrario a su callada manera de ser, saliste de ella y la besaste para luego voltearla, esta vez tus embestidas eran lentas y profundas justo como le gustaban. Pellizcaste su clitoris mientras acariciabas sus pechos cubiertos de tus mordidas a la vez que besabas y mordias su cuello.
-¡Non ti fermare!- Sabías que estabas haciendo un buen trabajo cuando cambiaba a italiano.-   ¡Vai, non ti fermare, Amore!
Agarraste su cadera para embestirle con fuerza, llenandola por completo,el sonido de tus saco chocando con su trasero aumentaba el ambiente pecaminoso, tu un simple mortal te estabas cogiendo a una de las hijas de la sacerdotisa. 
Sentías como estabas cerca de tu orgasmo, Donna movió su cabeza para besarte a lo cual correspondiste mientras movias una de tus manos para frotar su clítoris y con la otra apretaste su cuello.
-Donna- Susurraste en su su labios antes de correrte dentro suyo, sentias como sus paredes te apretaban como si te quisieran sacar hasta la última gota.
Seguiste besandola las dos disfrutando del orgasmo compartido.
-Llevame a la cama, Cara mia, no deseo destruir mi trabajo duro-
Miraste a las piezas de la muñeca en la orilla de la mesa, te sorprendía que no se hubieran caído antes en realidad.
Con un último beso saliste de ella para cargarla, la noche aún empezaba.
__
La alarma te levanto, sentadote parpadeaste para quitar el sueño de tu ojos.
Mirando a tu regazo notaste que de nuevo, tu amigo se había levantado antes que tu, recordando tu sueño sentiste tu rostro arder.
Te cubriste el rostro con vergüenza, otra vez habias tenido un soñado con Lady Beneviento en un escenario para nada profesional.
Suspirando te levantaste de la cama para bañarte con agua fria y al pararte notaste la humedad entre tus piernas.
Por dios pareces una bestia en celo.
Agarraste una toalla para cubrirte y una muda de ropa. Esta era una rutina que realmente odiabas.
________
Bajando para desayunar con Lady Angie, agradecias que la señora de la casa rara vez hacía acto de presencia.
-¿Dormiste bien?- La muñeca te pregunto con un curioso tono de voz, menos agudo y mas tranquilo.
- Perfectamente Lady Angie.
Te preguntabas si Lady Beneviento ya había desayunado.
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nekoannie-chan · 4 months
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No hay escape
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Título: No hay escape.
Fandom: Marvel, Capitán América.
Pareja: Dark!Steve Rogers X Lectora.
Palabras: 425 palabras.
Cuadro: D1 “Manipulación psicológica.”
Clasificación: C.
Sinopsis: No puedes escapar.
Advertencias: Manipulación psicológica.
N/A:  Esta es mi entrada para Steve Rogers Bingo round 3. SB3090.
Links: Wattpad, Ao3, versión en inglés.
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No doy ningún permiso para que mis fics sean publicados en otra plataforma o idioma (yo traduzco mi propio trabajo) o el uso de mis gráficos (mis separadores de texto también están incluidos), los cuales hice exclusivamente para mis fics, por favor respeta mi trabajo y no lo robes. Aquí en la plataforma hay personas que hacen separadores de texto para que cualquiera los pueda usar, los míos no son públicos, por favor busca los de dichas personas. La única excepción serían los regalos que he hecho ya que ahora pertenecen a alguien más. Si encuentras alguno de mis trabajos en una plataforma diferente y no es alguna de mis cuentas, por favor avísame. Los reblogs y comentarios están bien.
DISCLAIMER: Los personajes de Marvel no me pertenecen (desafortunadamente), exceptuando por los personajes originales y la historia.
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Otros lugares donde publico: Ao3, Wattpad, ffnet, TikTok, Instagram, Twitter.
Tags: @sinceimetyou @black23 @unnuevosoltransformalarealidad @azulatodoryuga
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Hubo una época en la que Steve era todo lo que siempre habías soñado en una relación, pero de pronto todo cambió.
Al principio, las cosas parecían perfectas. Él era cariñoso, atento y siempre parecía saber exactamente qué decir para hacerte sentir especial.
Sin embargo, con el tiempo, las cosas comenzaron a cambiar de manera sutil. Todos estos cambios te dejaban.
La primera vez que notaste algo extraño fue durante una fiesta en la Torre Stark. Habías notado que Steve se alejaba con frecuencia para hablar con Sharon, pero cada vez que le preguntabas al respecto, él te sonreía y te aseguraba que solo eran amigos.
"Estás exagerando", te decía, "Sharon y yo solo estamos hablando de misiones antiguas. No hay nada más, no es necesario que seas celosa".
A las pocas semanas te convenció de que vivieran juntos en su casa, pero luego de un tiempo notaste cómo tus cosas desaparecían y reaparecían en lugares extraños de la casa. Cuando mencionaste lo que estaba ocurriendo a Steve, él se rio suavemente.
"Te estás volviendo un poco olvidadiza, ¿no crees?" él te dijo.
Una noche, después de una cena con los Vengadores, tuviste una discusión con Steve. Estabas segura de que lo habías visto coqueteando con una mujer en el bar, pero cuando lo confrontaste, él negó rotundamente lo sucedido.
"¿De qué estás hablando?", te preguntó con una mirada confundida. "Ni siquiera he hablado con nadie más que contigo esta noche. Creo que estás imaginando cosas".
Cada vez este tipo de situaciones se comenzaron a volver más constantes,
"Steve, creo que algo no está bien", le dijiste una noche mientras cenaban. "Últimamente me siento muy confundida, como si no pudiera confiar en mi propia memoria".
Steve dejó su tenedor y te miró con preocupación fingida.
"Cariño, has estado muy estresada con el trabajo. Tal vez deberías tomarte un tiempo libre, descansar un poco."
Asentiste, a final de cuentas, Steve siempre tenía la razón.
Un día, mientras Steve estaba en una misión, decidiste revisar su escritorio. En el fondo de un cajón, encontraste un pequeño cuaderno lleno de anotaciones detalladas sobre tus conversaciones y tus movimientos diarios.
Cuando Steve regresó de su misión, te encontró con el cuaderno en la mano, las lágrimas corriendo por tu rostro.
"¿Qué es esto, Steve?", le preguntaste con la voz quebrada.
"Es para tu propio bien", dijo. "Necesitaba hacer esto para que te dieras cuenta de que no puedes manejar las cosas sola. Necesitas mi ayuda".
Fue entonces cuando te diste cuenta que estabas atrapada y no había escapatoria alguna.
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lenchi05 · 13 days
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Utopía (Kakeru/Mizuho short fic)
Kakeru llegó a casa completamente agotado, con los pies adoloridos contra el piso. Dando una ojeada breve, se fijó también en las pantuflas puestas delante de la entrada, donde Mizuho lo aguardaba camino a la cocina, .
_Tadaima.
_Okaeri._ lo recibió mientras seguía apilando los trastes. Él no dijo nada y se sentó en la silla, impasible. En cuanto trajo la comida a la mesa, ella señaló sus modales con picardía.
_Aun no me dijiste qué tal te fue.
Kakeru no dijo nada y siguió comiendo, lo que menos necesitaba era amargar el día de su mujer.
_Te olvidaste de agradecer...🎶
Juntaron sus manos e hicieron una reverencia antes de continuar cenando.
_Tadakimasu...
La sopa estaba caliente, y con un frío invernal como lo hacía hoy, era más que apetecible una cena bien humeante. Cuando éste relajo sus dedos, Mizuho los atrapó en un agarre gentil, sumando una sonrisa tierna a su rostro.
_Ne, Kakeru..._ susurró contenta, manteniendo paz en su hablar _¿Te acuerdas de la vuelta en bicicleta? ¿De la broma que hicimos acerca de atraernos?.
Él asintió breve, dando otro sorbo a su sopa.
_Hasta ahora recuerdo cuando me dijiste que yo quería algo contigo.
Se rió con tal ternura que hasta su recibido se contagió del buen ánimo.
_Bueno, algo de razón tuve ¿No? Además, si no querrías nada conmigo, tú no habrías aceptado formar una banda juntos, ¿No lo crees, querido?.
Kakeru se sonrió entre dientes, por poco escupiendo su comida.
Maldición, ella tenía un punto.
Y aún así le costaba admitir las veces que era derrotado, o sea, varias.
_De todas formas... Eso fue hace más de diez años..._ recordó, nostálgica. El otro la observaba entre una mezcla de seriedad y anticipación. No fue hasta que ella entrelazó sus manos que sintió un calor familiar, acogedor, el significado de volver a estar en casa. La pequeña argolla metálica en su dedo, brillaba con un destello chispeante bajo la frágil luz del comedor.
_Hace más de diez años, tú y yo nos conocimos, Kakeru, y me hace realmente feliz que hoy podamos estar juntos._ con ojos entrecerrados, le ofreció un apretón cariñoso, frotando sus dedos juntos _Feliz aniversario, Kakeru.
Apartando su tazón del lugar, correspondió su agarre con una sonrisa tímida. Su amor era la única razón por la cual seguía vivo.
_Feliz aniversario, Mii. Siento no haberte traído nada.
En un ambiente tan romántico, casi idílico, ella encuentra tierna su disculpa.
_No es nada, osito. Tenernos aquí ya es suficiente para mí_ hizo una pausa, cambiando intencionalmente su voz a una más seria a modo de juego _Pero todavía sigo esperando mi helado.
Ambos rieron por el chiste inesperado, y luego de mirarse durante un rato, se dieron un beso casto seguido de un abrazo.
¿Existían malas noches si es que Mii estaba a su lado?
Envuelto en el abrazo, Kakeru mantuvo sus ojos cerrados, dejando que su calor lo arrope cual manta cálida.
Y después, los abrió.
Mizuho no estaba, de hecho, él seguía encerrado en su armario. No había casa, ni cena, y Kakeru aún vivía con sus padres. Todo, absolutamente todo fue una simple utopía, en un futuro donde él y Mii podrían haber sido felices juntos, pero él sólo permanecía ahí, acostado con los ojos ensanchados.
Sólo fue un sueño más del montón.
No obstante, Kakeru sólo esperaba que en algún momento ese día llegue.
Y volviéndose a cubrir con las sábanas, se dispuso a continuar durmiendo.
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phieral · 3 months
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﹙ 𝐷𝐼𝐴𝑅𝐼𝑂: 𝑆𝐶𝐴𝑅𝐴𝐻 𝑆𝐶𝑅𝐸𝐴𝑀𝑆 ﹚𝄒ㅤ ㅤⓘㅤ 🪽
Diario de Scarah Screams [X0590] en un 2-PACK exclusivo de la San Diego Comic-Con (SDCC) lanzado en 2012. Hasta abajo podrás encontrar la versión gráfica.
TAGS: Diario, Scarah Screams, Monster High.
CR: Mattel.
La traducción fue hecha por mí, NO ES OFICIAL. ♱⎯⎯ 𝑀𝐴𝑆𝑇𝐸𝑅𝐼𝐿𝑆𝑇𝑆 𝑀𝐻: 𝐺𝐸𝑁𝐸𝑅𝐴𝐿 | 𝐷𝐼𝐴𝑅𝐼𝑂𝑆 | 𝐶𝑂́𝑀𝐼𝐶𝑆
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Hoy, Primero de Octubre Heath Burns me preguntó hoy por qué me visto como un monstruo de los años sesenta. ¿De verdad? Cielos... para un monstruo que está constantemente en llamas se podría pensar que nunca ha tenido un pensamiento en su vida que no estuviera a medio cocinar. Estuve a punto de darle un sermón sobre la moda retro de los monstruos, pero sé que eso habría causado más problemas de los que habría valido la pena. Ya no uso tanto la voz en la escuela porque los monstruos se toman todo lo que digo como si fuera su propia profecía. Como si... En primer lugar, cuando se trata de profecías catastróficas, sólo están destinadas a los normis y, aun así, sólo hay ciertas familias normis con las que trabajamos... cuando digo "nosotros" me refiero a los adultos de la familia. Ni siquiera puedes empezar a ser aprendiz hasta que tengas al menos cien años. Uno pensaría que los demás monstruos lo saben, pero no, y cada vez que digo algo en voz alta, algún monstruo malinterpreta lo que he dicho y lo interpreta como que algo terrible está a punto de sucederle. No es así, por supuesto, pero cuanto más intento convencerles de ello, peor resulta. Así que he estado estudiando TSL -Telepatía como Segunda Lengua- desde que era una pequeña ghoul y, además, paso casi todos los veranos en un campamento de telepatía. Por supuesto, esto también asusta a los monstruos, porque creen que voy por ahí leyéndoles la mente todo el tiempo... bueno, probablemente les sorprendería saber que me importa un hipo de duende lo que piensen. El único monstruo con el que puedo hablar en voz alta es Hoodude. Nunca se toma a mal nada de lo que digo, lo cual es bueno porque intentar entrar en contacto con su mente es como nadar entre algodones. Ah, mi voz tampoco es un arma-no puedo derribar edificios con ella ni romper cristales ni nada parecido.
Hoy, Diez de Octubre Hoy vi un cartel para nuevas pruebas del Escuadrón del Miedo. Hoodude me dijo que debía presentarme y quería saber por qué había abandonado el equipo en primer lugar. Cleo era un monstruo muy diferente en ese entonces. Creo que se esforzaba demasiado por ser como su hermana, y se dedicaba a tratar a sus compañeras de equipo como si fueran sus sirvientas hasta que decidimos dejarla jugar sola. Tampoco me dejaban gritar ninguna de las porras. Otros equipos se quejaban de que no podían concentrarse porque esperaban constantemente que ocurriera algo malo. Yo sólo ayudaba a sostener la base de las pirámides y, entonces, ¿dónde está el placer? No les desearé ningún mal a los que quieran unirse, pero yo tampoco volveré a formar parte de eso.
Hoy, Doce de Octubre Heath Burns volvió a pedirme una cita hoy. No voy a decir que no es un chico guapo y tengo inclinación por las personas de cabello rojo, pero cielos... sus habilidades sociales son totalmente horribles. Resulta que una de las únicas cosas buenas de que los monstruos se tomen a mal lo que digo es que fue muy útil para decirle a Heath Burns "No".
Hoy, Quince de Octubre Hoodude y yo nos encontramos con Frankie en los pasillos. Ella dijo —¡Hola, Hoodude!—, él dijo —¡Hola!— de vuelta y seguimos caminando como si nada hubiera pasado. No preguntó si creía que su '¡Hola!' tenía otra interpretación más que un saludo o se echó a llorar y corrió hacia las catacumbas. Estaba orgullosa hasta reventar por él. Ha sido un largo camino para mi amigo, y creo que él ha superado las partes más difíciles, al menos en lo que respecta a Frankie. Sé que algunos monstruos se preguntan por qué me he encariñado tanto con él, pero Hoodude es el amigo que toda ghoul podría desear, y además es excelente escuchando. Es muy agradable tener un monstruo con el que realmente puedo hablar, con mi voz real en lugar de con mi mente. Tiene un alma muy sensible, pero no es el tipo de monstruo que se preocupe por lo que podría pasarle en el futuro. Podríamos decir que él vive el momento y no se angustia por el futuro. Además, es más resistente que un bastón de endrino. No creo que nada pueda lastimarlo, al menos no físicamente.
Hoy, Veinte de Octubre “Hablé” con Clawd (este monstruo es un ejemplo asombroso) y me dijo que Hoodude iba a recibir un premio especial en el banquete atlético de otoño y que Clawd quería asegurarse de que se presentara. Le dije que me aseguraría de que Hoodude estuviera ahí. Mientras se alejaba, le pregunté a Clawd porqué era el premio, me guiñó y me dio sonrisa sobre su hombro y dijo, —Es algo bueno, lo prometo—, ah, sí, qué asombroso monstruo es.
Hoy, Primero de Noviembre Una cosa peculiar de no hablar es que algunos monstruos te tratan como si fueras simple ambientación. Que no hable no significa que no te escuche, ¿sabes? Estaba esperando a la Directora Buena Sangre afuera de su oficina para hablar de un programa de intercambio que está empezando cuando el Sr. Hackington y la Sra. Kindergrübber salieron de su oficina agitados por algo, ninguno se dio cuenta de mi presencia mientras yo estaba ahí sentada en un dragón haciendo bulto. La Sra. Kindergrübber dijo —Es terrible que esté dando órdenes al Escuadrón del Miedo, pero pensar que podría estar en mi clase de nuevo me pone de los nërvios—. El Sr. Hackington-Oy dijo —Sabía que debería haber prohibído los amuletos en mi aula. Otro año de, "Soy la siguiente en la línea por el trono de mi padre", podría hacerme volver a ser un ayudante profesional otra vez—. La Sra. Kindergrübber respondió —Bueno, su padre parecía insistir en que se lo inventara todo y nunca había visto a la directora tan enfadada. Engañar de todas las cosas...— Entraron en la sala antes de que oyera nada más, pero amuleto + "siguiente en la línea de sucesión al trono de mi padre" tiene que ser igual a Nefera. Ahora hay algo que puede asustar a cualquier monstruo. Si realmente vuelve, sacaré mi propio amuleto. El del trébol de cuatro hojas.
Hoy, Siete de Noviembre No hizo falta ser tan convincente. Pensé que haría falta para que Hoodude aceptara ir a la premiación deportiva. Le dije que sería un gran momento y sería aún más grandioso prepararse para ello. Así que fuimos al centro comercial y nos probamos todo lo que no llevara puesto otro monstruo :). Terminamos el día en casa de la señorita Kindergrübber tomando té y pan de jengibre. Fue un buen día en compañía de un amigo aún mejor.
Hoy, Trece de Noviembre Hoy me he enterado de que uno de los actos previstos para el carnaval de invierno de este año es un concurso de relatos. En mi familia, los cuentacuentos son feroces y muchas veces no se oye el "fin" hasta altas horas de la madrugada. Es triste que no pueda participar. Me pregunto si, como Operetta, ¿oír una grabación de mi voz no tendría el mismo efecto en los monstruos que la escuchan? Creo que haré un viaje a las catacumbas y se lo preguntaré. No pierdo nada intentándolo.
Hoy, Dieciocho de Noviembre Nunca pensé que me sorprendería tanto como esta noche. En primer lugar, Hoodude estaba muy guapo con su nuevo traje y sus alfileres brillaban. Para mí fue extraño que recibiera un premio, ya que nunca llegó a jugar en ninguna de las competiciones porque siempre recibía una paliza en los entrenamientos. Lo más extraño era que a Hoodude le encantaba cada minuto y veía cada mancha de hierba como una orgullosa cicatriz de batalla. En cualquier caso, era tan notable como el corazón que llevaba en el pecho que los otros chicos le tenían un gran afecto por la forma en que se burlaban de él. No puedo decir que entienda por qué funciona así, pero un ghoul puede decirle algo a otro ghoul que suena como un cumplido, pero es un insulto, y un chico puede decirle algo a uno de sus muchachos algo que suena como un insulto, pero es un cumplido. Nos lo estábamos pasando muy bien y Hoodude aplaudió y vitoreó a cada atleta que recibía un reconocimiento y entonces Clawd subió al podio y anunció el premio para Hoodude. Cielos, podrían habernos derribado a los dos con un estornudo de hada. Hubo aclamaciones y palmadas en la espalda y monstruos coreando su nombre. Fue lo mejor que he visto y me sentí orgullosa de él. Sé que mientras viva nunca olvidará esta noche y yo tampoco lo haré.
SOBRE MÍ Nombre: Scarah Screams Edad: 15 Padres Monstruos: El Banshee Estilo Matador: Soy la tipo de ghoul que prefiere ser vista antes que escuchada, pero me esfuerzo por no pasar desapercibida. Me gustan los jerséis, sobre todo los cárdigans, y las faldas de color verde. Monstruosa Imperfección: Tengo una forma de decir cosas que otros monstruos suelen malinterpretar como que algo malo va a pasar. Mascota: Actividad Favorita: Tengo una voz bonita y puedo llorar cuando quiero, y me encanta escuchar y contar historias. Espantoso Fastidio: Cuando otros monstruos intentan imitar mi acento. No, no quiero un amuleto, no me importa cuánta suerte de. Clase Favorita: Literatura-Me gusta esconderme en los libros. Clase Menos Favorita:Oratoria-Desata el caos. Color Favorita: Verde-como la hierba vieja. Comida Favorita: Coddle. Es lo mejor en comida espeluznante. Mejores Amigos: Hoodude Voodoo
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ㅤ 𔘓 ﹙ 𝔓HI⎯⎯ 𝐸𝑅𝐴𝐿 ﹚ 🪦 ̸̷ׅ ׄ ㅤ “𝑚𝑒𝑚𝑒𝑛𝑡𝑜 𝑚𝑜𝑟𝑖” 8 de julio de 2024
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apollys · 3 months
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ㅤㅤㅤㅤㅤ🗂 subject: UN ANTES Y UN DESPUÉS ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ↳ ❝ LA FIESTA DE COMPROMISO ❞ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ↳ apollina de smet ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ↳ habilidad: combate (1 / 3 )
31 de marzo de 2018 bangkok, tailandia, residencia de smet.
la habitación entera se encuentra dando vueltas mientras polly está recostada sobre su cama, el vestido destinado para la futura novia se encuentra colgado en el armario como un recordatorio de que se está haciendo tarde. ¿en qué momento se terminó una botella de vino entera? es consciente de que no puede presentarse ante los invitados, sus padres y su prometido en ese estado pero también sabe que es la única manera en que se siente capaz de enfrentar la realidad.
– no, no puedo – murmura dejándose caer hacia atrás contra la cama, a lo lejos escucha los murmullos de la fiesta recién comenzada, ella y zenko anunciarían su compromiso, dos de las familias mas poderosas en el mundo de los negocios se unirían. las nauseas comienzan a asentarse en lo alto de su pecho y sabe que el vino poco tiene que ver con esa sensación, es más bien el terror de dar un paso que no está lista, que no quiere.
knock knock – ¿polly? – es la voz de su madre del otro lado de la puerta, intentando abrirla sin éxito. – ¿cariño estás lista? la gente comienza a preguntar por ti – anuncia con la dulzura de su voz que la caracteriza. no, no está lista. – ¿polly? ¿todo bien? – siguiente llamado la hace reaccionar, sabe que tiene que ponerse de pie y abrir la puerta, rueda sobre la cama y en un intento por ponerse de pie arma un alboroto en su propia habitación. – ¡¿polly?! – reconoce preocupación en la voz de su madre y como puede se pone de pie para alcanzar la puerta, la ve entonces ahí, tan perfecta como siempre pero con el rostro desencajado de ver la imagen desastrosa que le regresa su hija. – ¿polly ni siquiera estás vestida? cariño… – tambaleante su hija regresa a la cama, ni siquiera es capaz de mantenerse de pie ella misma. – ¡¿te has bebido todo esto tu sola?! – el horror en la voz de su madre la hace sonar incluso graciosa. – losiento – sisea desde su cama, intenta incorporarse pero el mareo la detiene. – ¡apollina! ¿sabes la cantidad de invitados que hay allá afuera? ¡zenko y sus padres están esperándote! – ¿alguna vez la había escuchado tan furiosa? no ¿decepcionada? tampoco.
lo siguiente que ocurre parece ir en cámara lenta, una bruma en su memoria. como siempre noina de smet resuelve. su madre manda llamar a alguien ¿le han traído café? unas manos extras la ayudan a vestirse ¿era cel su hermana? está segura que su madre ha ignorado todas sus propuestas ¿le ha dicho que no quiere? si se lo dijo pero nadie parece escucharla, se siente como una muñeca gigantesca con la que alguien está jugando y ella no tiene vida propia para protestar. ¿cómo le han hecho? no sabe pero han conseguido unir los puntos restantes para la presentación de la futura novia ante todos los invitados.
– escúchame polly, vas a salir ahí y vas a sonreír, no vas a decir nada ¿de acuerdo? yo me voy a encargar de decir que no te sientes bien y solo te vas a tomar un par de fotos con tu prometido y vas a volver aquí ¿está claro? – el nudo que se ha formado en su garganta le impide si quiera pronunciar palabra alguna, de todas formas ¿la va a escuchar?
son las manos de celesse que la ayudan a ponerse de pie y bajar cada peldaño de la gran escalera de la residencia de smet sin tambalearse, entonces los ve ahí, toda esa gente reunida para celebrar el anuncio del matrimonio entre polly y zenko. el tiempo sigue transcurriendo y polly sabe que si continúa con aquella farsa no habrá marcha atrás. su corazón está hecho pedazos, su cabeza da vueltas como un carrusel, es ahora o nunca. su mirada comienza a nublarse, son las lágrimas que hasta ahora no se ha atrevido a soltar, mismas que le impiden ver el descontento en el rostro de su padre y la confusión de todos los presentes. abre su boca para decir algo pero de ahí solo sale un suspiro. pareciera que todo se ha puesto en pausa, todos esperando algo de ella. escucha a celesse decirle algo ¿cuándo se alejó? no lo hizo, solo la escucha lejos, lejos… va a dar un paso al frente pero se tambalea demasiado. las manos firmes aún la sostienen. – escuchen todos… se cancela – alguien anuncia, no se da cuenta que es ella misma pero no es capaz de reconocer su propia voz ¿está arrastrando las palabras?. – el compromiso, se cancela el compromiso entre zenko y polly ¡disfruten de la fiesta! – son sus propias palabras lo último que escucha antes de que todo se vuelva negro y silencio.
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jartita-me-teneis · 3 months
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A mi tío, el mari k a de la familia...
Siempre tuve miedo de volverme como tú, tío Bernardo. Me aterrorizaba pensar que iba a llegar a viejo solo, como un deprava do que tiraba con todo el mundo y que en cada reunión social se volvía una loca. Tú, tío abuelo Bernardo, te convertiste en el epítome de lo que yo odiaba. El odio hacia lo que “representabas” comenzó cuando mi abuela nos contaba cómo te ponías cada vez que tomabas; a diferencia de los “hombres de verdad”, tú vestías tu cuerpo con boas, cantabas las canciones más rosconas de Juan Gabriel y le coqueteabas a hombres. “Es que se volvía una loca. Eso fue lo que lo llevó a la ruina”, recuerdo con bastante claridad estas palabras que pronunciaba mi abuela cada vez que hablaba de ti. Yo tenía ocho años cuando empecé a escuchar todo esto.
"La Guirnalda" era una de las canciones favoritas de mi tío Bernardo.
Mi abuela no era la única que hacía esos comentarios. Mi tía Claudia y su marido también aprovechaban cualquier fiesta familiar para burlarse de tus ademanes, de la manera en la que hablabas y como caminabas. A pesar de ser un abogado brillante y haber estado en lo más alto en una institución del Estado, tuviste que pedirle ayuda a mi tía Claudia cuando viste que el mundo te dio la espalda, todo por ser ma r l c a. Mi tía acudió a ti, te permitió vivir en una de sus casas y, de hecho, te dejó administrarla, pues era muy grande y se arrendaban las habitaciones. Recuerdo que en una de las fiestas familiares, Gabriel, el esposo de mi tía, se emborrachó y empezó a imitarte. Todo el mundo se reía, le decían que le faltaba tu característico “grito m ar ic.ón” y que tratara de “partir” más la mano. Esta fue la segunda vez en la que reafirmé que no quería ser como tú.
La tercera fue cuando tenía nueve años. Mi papá me vio jugando con las barbies de mi hermana y lo único que pude hacer fue escapar hacia mi cuarto. Don Esteban, mi papá, golpeaba tan duro la puerta que pensé que la iba a tumbar. Yo me metí debajo de mi cama, esperando que él se cansara. Sin embargo, la furia que le producía que hubiera cerrado la puerta lo llevó a decir mil cosas absurdas: “Ahora, ¿qué? Lo llevo mañana con falda al colegio…. ¿Le presto la ropa de su hermana? ¿Le cambio el nombre? ¿Va a seguir los pasos de Bernardo? ¿Le pido que le arriende una habitación en la casa de su tía?”. Mientras el piso congelado de mi habitación tocaba mi cachete pensaba que yo tenía toda la culpa, que expresar mi identidad era un pecado, que ni por el carajo podía llegar a viejo y ser como mi tío Bernardo.
La cuarta ocasión fue cuando nos visitaste en mi casa. Yo estaba saliendo con mi bata de baño, cuando mi mamá, muy afanada, me dijo: “ponte algo rápido. Tu tío Bernardo viene para acá y no quiero que te vea así”. Lo que pensé fue que me ibas a vio🥶 l a r, que me ibas a ver con deseo y que eras un dep rav ad0. Fui rápido a mi cuarto, me puse unos jeans muy sueltos y me peiné. Salí a la sala y con unos tremendos ojos de preocupación mi mamá me dijo: “No le vayas a dar beso en la mejilla. Solo le das la mano”. Asentí y esperé con mucho miedo a que llegaras. Mis piernas temblaban un poco, trataba de sentarme bien y que no se me viera la entrepierna, hacía pruebas en mi cabeza para engrosar mi voz y que notaras que yo era un “macho”.
Después de esperar 15 minutos, llegaste. Escuché el timbre, me paré a abrir la puerta y exhalé. Al verme tan crecido, lo primero que hiciste fue abrazarme, darme un beso en la mejilla y decirme: “Me alegra mucho verte, hijo. Me encanta que estés muy bien”. Quedé atónito porque mi mamá me había dicho que no te bes a r a. Sin embargo, nunca vi a ese “monstruo” del que tanto me habían advertido. Estuve un rato en la sala y luego me fui al cuarto, típico comportamiento de un puberto de 13 años.
Tras casi una hora de charla, mi mamá me dijo que saliera para despedirme “del tío”, de ti. Me volviste a abrazar tan cálidamente y me deseaste mucha felicidad; me dijiste que esperabas que la vida trajera lo mejor para mí. Esa fue la última vez que te vi con vida. Fui creciendo y me di cuenta que mi gusto por los hombres era innegable. Recé, rogué e imploré porque ese “gusto” se me quitara; no obstante, nunca pasó.
Al principio, pensé que estaba luchando contra algo que estaba mal dentro de mí, algo que nunca debió ser. Pensaba en todas esas horribles palabras que me decían en el colegio y, sobre todo, en las burlas y comentarios de los que eran blanco gays como tú, Bernardo. Durante mucho tiempo pensé que la culpa la tenían quienes se les “notaba”, los que botaban pluma y no dejaban sus “cosas gays” para su vida privada.
Hoy te pido PERDÓN, querido tío Bernardo. A medida que pasa el tiempo y me acerco a mis años adultos, me doy cuenta que a quien no me quiero parecer es a las personas que te discriminaron, a todos aquellos que se burlaron de ti. Cada vez más entiendo que no eras el culpable de todas esas “bromas”que te hacían; los culpables fueron sus prejuicios, su poca empatía y los insistentes comentarios hirientes que se burlaban de tu h o m0 se xua lidad.
Hoy te quiero dar las gracias porque me reconozco en ti, porque viví muchas cosas de las que tú viviste, porque de mi “m a r li c ada” también se burlaron, porque soy un ser que solo quiere amar… Hoy, a mis 28 años, te quiero decir que te admiro, gracias por tu valentía y por el ejemplo que nos diste a varios mar 🌊 lc as de la familia. Hoy termino esta carta ✍️ con una de las mejores frases que le he escuchado a activistas LGTB y la cual dedico en tu honor:
“Nuestra mayor revolución será siempre estar en sus familias. Nunca podrán borrarnos”.
#creditos aquíen corresponda
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1558- Mi vecino era un travesti, de maquillaje barato, y ropa repetida. Olía a perfume y axila.
Raquítico como una escoba, de pelo largo y mal cuidado. El personaje de la cuadra, a quien todos molestaban, pero nadie se atrevía a enfrentar, simplemente porque él o ella, tenía mucha más calle. Si alguien se burlaba, sacaba voz de hombre y todos se asustaban, pero luego transformaba en voz de nena y te lanzaba un beso.
Yo le tenía miedo, para mí era como ver un perro con sarna. Cuando me mandaban a comprar pan, yo cruzaba a la acera contraria a la que él (o ella) estaba. Una vez, salí del negocio y estaba afuera, me pidió cien pesos y yo salí a madre, de hecho, se me quebraron los huevos en el piso al soltar la bolsa. Cada vez que me portaba mal, mi padre me amenazaba que llegaría el travesti de la vuelta y me raptaría. Yo soñaba con eso, despertaba llorando. Mi madre retó a mi padre, le dijo literalmente: No quiero que asustes más al niño con ese gay.
Pero fui creciendo y el miedo se transformó en una simple omisión. Siempre lo veía en la calle, con la misma ropa, oliendo a perfume y axila. Siempre saludaba, me decía el Pepe Grillo, pero no le daba importancia.
Una vez, me metí en un lío con los chavos de otra colonia, me iban a golpear. Me sorprendieron llegando a la población, eran cuatro, me tiraron al suelo y uno sacó un cuchillo, el otro me rompió la camisa y quedé con la panza descubierta. Pero en ese instante, apareció el travesti, tres de ellos salieron a madres, salvo el del cuchillo, los dos de manera casi tácita tomaron un duelo; el travesti les pegó dos madrazos en la cara y otro en la mano. Me sorprendí, y me quedé ahí, callado. Me quede sólo con él y me dijo: “Te apuesto que es por la bronca de la otra colonia, ten cuidado, a esa le gusta meter a los chavos en problemas”. Le dije gracias, y me pidió cien pesos, tenía cincuenta, se los pasé. Prendió un cigarro y se fue.
Desde ese día, ya lo saludaba, al menos le movía la cabeza, pero si yo iba con alguien, siempre lo negaba. Perfectamente me podría haber dicho algo, pero fue respetuoso, se hacía el loco, al parecer entendía perfectamente lo que él representaba para los demás, pero no le importaba, creo.
Mi madre falleció de un derrame cerebral, de un día para otro. Estábamos en el velorio, y a eso de las 12 de la noche apareció el travesti, fue con unas rosas que había sacado de por ahí. Nadie dijo nada, salvo yo, que le dije gracias, me esbozó una sonrisa y se fue. En el funeral, mientras estábamos en el desgarrador entierro, vi que desde unos metro más allá estaba aquel tipo fumándose un cigarro, y a lo lejos me preguntó ¿Estás bien? Yo le hice un gesto de “sí”.
Ya tenía 15, y aun no daba mi primer beso, y la única que me daba chance era la chava por la que me había metido alguna vez en problemas, no sabía cómo hacerlo. Yo creo que el travesti me miró por mucho tiempo que ya me conocía de memoria. Recuerdo que se me acercó y me dijo: "Parece que aún no te haces respetar mi Pepe Grillo". Me tomó de la cintura y me asusté... “Así la agarras y me dijo: entonces le plantas un beso”, yo le dije que se podía sentir abusada o algo así, me dijo que no fuera ingenuo, que ella hace rato me daba chance, era yo el torpe y distraído.
Crucé la colonia, entre todas esas casas de mala muerte, calles de tierra y terrenos baldíos... me acerqué a la chica, la tomé de la cintura y le planté el beso. La solté, puso cara de contenta, y salí rápidamente, como pedo de indio.
Venían como diez, y el travesti los esperó a la entrada de mi población… ahí nadie fue capaz de entrar. Me gritaban que me defendía detrás de la falda de un “puto”.
-Me preguntó cómo me fue y le dije que bien, se puso a reír y me dijo que ya estaba grande.
Mi papá veía el fútbol, mientras yo, sacaba carne de la parrilla y las guardaba en una servilleta, salía escondido y se las pasaba a esta “loca”.
Crecí.
Me transformé en un pelado de 20, estudiaba en Querétaro, y cuando volvía a mi terruño, ahí estaba. Cara dura me decía que el “Pepe Grillo” estaba guapo, yo me reía no más. Y todas las vueltas era lo mismo. En los veranos salía con short a tomar el fresco en la puerta, y le tiraba una lata. Él no paraba de toser, le dije que dejara el cigarro, pero él ni en cuenta.
-Cuando había platos únicos, él se ofrecía a ayudar para cocinar, pero todos lo negaban. Yo le dije a mis tías que lo dejaran, pero pusieron el grito en el cielo, que estaba cochino... que era un puto...
Era marzo, y me preguntó que por qué no me iba a Querétaro, le dije que no había dinero, mi padre estaba hasta el lleno con deudas, yo estaba obligado a trabajar. Me dijo que eso no era posible, así que me pasó mil doscientos pesos en monedas de diez y billetes de cincuenta. No sé en qué espacio vivía, pero se notaba que no entendía mucho, yo me puse a reír, no sé, su gesto me puso contento. Entendí que era como un perro golpeado, de la calle, ignorante del universo, pero siempre fiel con la gente de la colonia.
Armamos un negocio con mi padre, un almacén, y nos faltaba alguien que hiciera el aseo, yo le dije que le diera chance… pero mi viejo se negó tajantemente. Traté de hacerle ver que era buena persona, que le dieran una oportunidad. Mi papá a regañadientes aceptó. Le presté la ducha y le compré ropa nueva. Se cortó el pelo y parecía otro. Pero su gesticulación era la misma de siempre, con esa voz amanerada contando mentiras divertidas.
Mi papá se acostumbró, igual los tiempos habían cambiado, de ser un bicho raro pasó a ser persona.
Desde ahí todos le respetaban en la población, alguno que otro favor pagado, y este se gastaba el dinero en cigarros, pero se veía contento.
Pude volver a la universidad, estaba ya en el último año.
Regresé a mi terruño, con una noticia: iba a ser papá. Mi padre me felicitó y esta “loca” también, me dijo que me iba a tener un regalo para la ocasión, que lo esperara.
Al otro día, desperté a ayudar a mi viejo al almacén, y este loco no había llegado a trabajar. Según mi papá, quizás se había quedado borracho por ahí. Pero lo conocía, era extraño que saliera de la colonia.
Las horas pasaban y no aparecía. Hasta que se acercó la policía, preguntándonos si conocíamos a un "puto" que se llamaba Cristian Lumier, mi papá dijo que no… pero yo sí, era su nombre. Pregunté qué pasaba…
… Lo encontraron tirado, lleno de cicatrices, apuñalado en todos lados, con una botella que le atravesó el ano, con la nariz partida en dos, sin dientes… y con un paquete de pañales a su lado... Aún me duele el corazón.
Se fue parte de mí, me lo arrebataron. Se fue mi infancia, se fue la mitad de mi vida con ella. Sentí y siento un vacío, y que nunca pensé que ella estaba a cargo de llenar.
No dije nada, mi padre tampoco. Estaba mudo, hipnotizado, pregunté donde había pasado, pensé que quizás fueron los de al frente, pero no... Desconocidos, a quienes nunca encontraron, y que no sé si hayan ubicado con tanto ímpetu, después de todo ella solo era un vagabundo, disfrazado, una loca que de alguna forma tenía que morir, daba lo mismo si en el río o en la calle.
No hice nada, aún estaba sin decir nada.
La gente de la colonia juntó dinero, sumada a la que una vecina consiguió en la presidencia municipal, con eso pudimos darle un entierro digno. Llegaron muchos travestis, uno que otro individuo "normal"... Quise llorar, pero nadie lo hacía, porque simplemente a nadie le importaba tanto un simple puto..., sentí vergüenza de hacerlo. Me aguanté la pena, me tragué la saliva y me fui a casa. No podía dejar de dormir. Me dolía la cabeza, la pena me tenía un tanto agripado.
Me senté afuera, muy tarde y vi entrar a un perro, se veía mal tratado y no se quería acercar. Lo llamé, pero no se decidía. Entré a la casa y saqué un pedazo de carne, lo dejé a mi lado y empezó a comer, le acaricié la cabeza… y mi pena se desató, y mis lágrimas empezaron a salir desde mi corazón, para desembocar en el lomo de aquel perro.
Perdóname mi perrito callejero, mi amigo "la loca", mi guardián... "un Caballero perdido", mi hermano sin hogar... Mi centinela. Te tenías que morir de cáncer de pulmón, no así, humillado, como cachorrito envenenado. Cada vez que sueño contigo "cabron", ya no eres esa pesadilla que me despertaba a gritos, sino que ahora eres tu sueño... esa bella princesa que corre por la luna y que sigo por el universo y que repito mil veces que fuiste mejor persona que muchos "normales". Mi amiga(o) fiel, la contadora de cuentos, mi bella hermana, aquella que dejó su sombra en la entrada de esta colonia y que me espera para decirme mi Pepe Grillo.
En memoria a todas aquellas mujeres, niñas y travestis asesinados.
Autor: Sergio Cortés
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vanessauriosworld · 7 months
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VERDE OLIVO
Junio de 1998, Michoacán México.
Poco se habla acerca de la doble identidad que existe en las fuerzas energéticas de los bosques. 
Yo, anciano de setenta y dos años, pero con la agilidad de un ciervo y los sentidos tan despiertos como un águila arpía, considero que, Los Azufres, es uno de los bosques más emblemáticos de Michoacán y un gran proveedor de energía geotérmica, es bello porque al amanecer y en la cúspide del día, el verde de sus cipreses se introduce por tus pupilas, cautivándote a tal grado que quieres congelar ese momento y quedarte a vivir para siempre. 
Pero nadie se atreve a hablar de la contraparte del asunto; la criatura de la Laguna Larga.
Era una semana lluviosa, a eso de media tarde yo salí de mi cabaña en mi Chevrolet negra junto con mi compañera de vida, ella era mi única familia. Íbamos en camino a la laguna a hacer “investigaciones de campo”, ella y yo nunca fuimos supersticiosos y nos considerábamos más bien algo parecido a Los Curie (o al menos eso intentábamos). Nos dimos a la tarea de tomar muestras de los hongos más exóticos para ver sus propiedades, efectos curativos y psicológicos, para colocarlos en nuestro manuscrito, pero esa tarde hubo un giro de ciento ochenta grados en nuestras vidas. Sobre todo, en la de mi difunta mujer Marina, que ese mismo día fue su último aliento en este plano terrenal.
Recuerdo vagamente el sonido de su voz, pero lo que cada día mantendré en mi corazón es que ella me contradecía con una astucia que siempre me mantuvo cautivado, y ese día no fue la excepción.
Una vez que llegamos a la Laguna charlábamos animadamente sobre el poco conocimiento que se tiene sobre la humanidad, su origen y la razón de la existencia; mis comentarios inteligentes lograban persuadirla, pero algo nos sacó de nuestras casillas cuando escuchamos un tintineo proveniente del lago, al principio creímos que era algún turista en una lancha de esas coloridas que rentan por hora para pasar el rato y disfrutar de la vista. Una vez que enfocamos la visión, nos dimos cuenta que en efecto, el sonido provenía de una lancha en el lago, sin embargo, la especie sobre la lancha era más un híbrido de cara de lechuza, con cuerpo de humano gigante y muy poco plumaje.
-Es un nahual- dijo Marina con un tono de voz más bajo de lo habitual, casi susurrando.
Yo, consciente de lo que estaba presenciando me jalé el dedo índice de la mano derecha para comprobar si toda esa escena era real o un simple sueño, ya que mi madre solía decir que ese era un método infalible para distinguir la realidad de la fantasía, el cual consistía en que si tu dedo se estiraba tal como sucede con las ligas era todo producto de tu imaginación.
Y me sentí iluso porque mi dedo no sufrió deformación alguna, lo que significaba que claramente aquella criatura era real.
El ambiente se empezó a volver bochornoso (raro, ya que siempre el clima aquí es templado o semifrío, incluso en verano) y en ese momento mi campo de visión sólo lograba enfocar los enigmáticos ojos verde olivo de la especie sobre la lancha. El color verde que para mí representaba la vitalidad del bosque y que durante toda mi vida me dio paz y me llenaba de calma, en ese momento me provocó un temor que no puedo explicar. De un momento a otro logré salir del estado de trance en el que aquella criatura me había metido, pero mi bella Marina ya no se encontraba a mi lado, no había rastro de ella ni de la criatura sobre la lancha. 
Enloquecí y fui en busca de auxilio, no sentía las piernas y las manos me sudaban de desesperación. Los encargados turísticos de Laguna Larga me explicaron lo siguiente:
-Caballero, lo único que podemos hacer es llamar a la policía. Ese tema no está en nuestras manos- dijeron despreocupadamente.
Mi corazón se rompió en mil pedazos y supe que no tendría apoyo, porque nadie iba a creer lo acontecido antes de la desaparición de mi mujer, e incluso, con el sistema policial corrupto con el que contamos, existía la posibilidad de que me incriminaran. Entonces me eché a llorar de coraje y los gordinflones encargados turísticos me dieron la espalda.
Nunca antes había experimentado una sensación de decepción tan amarga, yo estaba consciente del poco sentido de solidaridad que tenemos los humanos, pero hasta que uno vive en carne propia las desgracias es cuando comprende realmente el actuar de las personas.
A eso de las nueve de la noche, una vez que el sol se había metido por completo y la temperatura empezaba a descender, llegué a mi cabaña, mi yegua Petra; negra de pies a cabeza y con un pelaje azabache me miró con sus ojos aceitunados y relinchó cuando estaba a punto de entrar. No había caído en cuenta de que esa yegua vieja que Marina y yo compramos al año de mudarnos a Los Azufres era la única compañía que me quedaba, me acerqué lentamente para no inmutarla y abracé su cuerpo que seguía fornido a pesar de la edad, cuando coloqué mi oído sobre su lomo escuché su ritmo cardiaco y nuevamente empecé a sollozar, perdí la noción del tiempo, sentía los ojos hinchados como globos y la boca seca, mi yegua seguía a mi lado y parecía que podía sentir el dolor que me estaba destrozando por dentro y que me hacía sentir tan miserable como para renunciar a la vida. Ya no podía con el peso y la angustia de no haber podido cuidar a la persona que más amaba en este mundo, por lo que decidí que lo mejor sería entrar a la cabaña y al día siguiente con la mente más clara salir en busca de una explicación lógica sobre todo lo acontecido. 
Desperté al sentir la presencia de algo junto a mi cama. La tenue luz de la luna no contribuía para poder mirar con claridad, escuché el sonido de las ramas de los pinos rasgando mi ventana y a lo lejos el aullido de los coyotes, supe entonces que era de madrugada. Una vez que me despabilé del sueño profundo en el que había caído, miré esos ojos verdes que un día anterior me habían arrancado a mi Marina. Yo no podía moverme, la sensación era parecida a cuando la gente dice burlonamente “se me subió el muerto”, mis músculos estaban tensos y sentía un sudor frío en mi frente. Aquella criatura me observaba y yo podía notar su poder energético tan inmenso que desprendía de todo su cuerpo. La criatura se hincó junto a mi cama y emanaba un calor inexplicable a pesar del poco plumaje que tenía, no emitía sonido alguno, pero sigo sin poder entender cómo fue posible que tuvo la capacidad de meterse en mi cabeza y mostrarme aquello que quería transmitirme. Tenía un mensaje claro para mí. Momentáneamente mi mente se quedó en blanco; la voz de aquella criatura era femenina y ligera, incluso más bella y fina que el canto de los cenzontles.
-Debes comprender el ciclo vital de los seres humanos- explicó, y sin decir más el sonido de todo a mi alrededor se privó.
Cuando volví a despertar la luz solar mantenía mi cuerpo cálido entre mis cobijas de lana. A pesar de todo lo acontecido el día anterior, sabía que debía tener fuerza de voluntad y no dejarme vencer; me puse mis botas y me alisté con mi pantalón de oscura mezclilla que usaba para arar la tierra, y una vez listo bajé al comedor, todo estaba exactamente igual que cuando tenía a mi Marina, la única diferencia fue que aquel olor a café de olla con el que había despertado los últimos cuarenta años de mi vida ya no estaba, se había esfumado junto con ella. Le di un golpe a la pared para evitar llorar otra vez y los nudillos de mis manos empezaron a sangrar. Desayuné sin ganas con el estómago revuelto y salí a trabajar en mis tierras, cada acción la hacía mecánicamente y no había dicho palabra alguna durante todo el día. Así transcurrieron mis días, luego los meses, incluso un año… yo seguía con el alma rota y con el único mensaje que me habían dejado “Debes comprender el ciclo vital de los seres humanos”. 
Estaba cansado y siento que envejecí más durante ese año que en toda mi vida. Pero ese día, un año después de la muerte de mi esposa noté algo que había pasado por alto durante todo ese tiempo. Era de noche y yo estaba sentado en la mecedora del patio donde por las tardes acostumbraba a leer a Freud, Castaneda e incluso cuando tenía ánimos a García Márquez, entre mis manos sostenía un libro que había comprado en una librería de segunda mano de "Las enseñanzas de Don Juan". Pausé mi lectura para presenciar a la hermosa lechuza blanca con rostro en forma de corazón que me observaba con su cautivadora mirada desde la copa del pino más próximo a mi cabaña. Yo siempre fui muy perceptivo desde niño, porque casi toda mi vida viví rodeado de bosques, y por alguna razón ese día por primera vez desde que perdí a mi difunta mujer no me sentí solo. Eran demasiadas coincidencias con el rostro de esa ave depredadora y la muerte de mi mujer, por lo que mi sentido curioso me hizo aventar el libro que tenía en las manos.
Entré a mi cabaña y tomé el IV tomo de enciclopedias que tenía en mi pequeño librero, el título de aquel libro olvidado era "Especies de aves de México" y busqué Lechuza de campanario, científicamente conocida como "Tyto alba". Me empapé de información y leí desde sus métodos de caza hasta la gran inteligencia que poseen, e incluso lo sigiloso que puede llegar a ser el sonido de su vuelo. Una vez que satisfice mi intelecto volví a la mecedora. La lechuza seguía en las sombras sobre el árbol.
-Eres tú- lo podía sentir.
Mi hermosa Marina siempre me estuvo cuidando y yo nunca alcé la vista para darme cuenta que su alma seguía conmigo, estuve viviendo tan monótonamente durante un año que desperdicié mi tiempo y me arrepentí de no haber podido ser más audaz y disfrutar el momento del ahora, porque es lo único que me pertenece. Por lo que a los pocos días retomé mis investigaciones de campo que había dejado pausadas por la muerte de mi esposa.
Cuando iba en camino a Laguna larga, traté de volver a vivir y dejar el pasado en donde pertenece. Disfruté del olor de los pinos y la esencia de tierra mojada de las mañanas entrando por mis vías respiratorias y curando mi corazón, me dejé llevar por la calma que transmitía el paisaje, las luces que se reflejaban en el agua y por los pequeños detalles del camino; como esa ardilla color cajeta y de cola esponjosa que trepaba con rapidez el tronco de un pino Oyamel. Entonces agradecí el regalo que la existencia nos brindó a todos los seres a pesar de los altibajos; la vida misma. 
Hay cosas que sólo tienes que dejarlas ser y disfrutar del camino de la vida.
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zipper272 · 2 years
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El Rumor: Un fanfic ConterxParacetamor durante Elitecraft 2
Capítulo 1: La confrontación.
Ilustraciones por @magict3hreeblog (MT3hree en Twitter)
No era la primera vez que Paracetamor y Conter discutían por lo mismo, lo único que cambiaba era el lugar en el que se encontraban y el tiempo en que su conversación regresaba al mismo tema. Esta vez,se habían encontrado en el nexo del Nether, mientras Conter regresaba al Imperio y Para buscaba lo necesario para mejorar su armadura. A pesar de la discusión inminente, se dirigian a la misma dirección, así que caminaron juntos por los fríos pasillos.
“¡Tú eres un conejo con disfraz de dinosaurio! Eres furro “furro”... ¡Doble Furro! Por que todos los animales son furros.”
“¡Si todos los animales somos furros eso te hace furra a ti también! Tienes hasta un suéter de pato. Un gorro de pato…”
Para interrumpió a Conter, había algo de molestia disimulada en su voz. “¡Pero es que yo no soy un animal! ¡soy casi humana! ¿Cómo me vas a comparar contigo?”
“Te ves como humana, es diferente.” Remarco Conter, ignorando lo despectiva que había sonado esa última pregunta. “¡Eres una furra que quiere aparentar que no es furra! Antes tenías tus alas fuera y la gente te decía furra, así que empezaste a ocultarlas con esa ropa.”
Ambos tenían un poco de razón, Paracetamor era un “Ícaro”,  un humano con un pequeño par de alas a los lados de su cabeza y un par más grande en la espalda. Y Conter era un “Harengon” una raza que compartía algunas características con los humanos, pero principalmente, con los conejos. 
Una brillante línea roja se marcó sobre las mejillas de Para, Conter había mencionado un buen punto, pero ella no podía darle la razón, ¿que habría de divertido en eso? “¡Es que cuando las dejaba afuera la gente decía que si eran alas de pato y…!” 
“Eres una furra arrepentida, que es peor aún.” Interrumpió Conter entre una risa burlona.
“No no, que yo guardo mis alas y pasó por humana, tú la única forma que tienes de guardar lo conejo es quedándote en casa.” Afirmó Para con una gran sonrisa, sabía que no había nada que Conter pudiera decir para responder a eso. Y por su reacción sabía que tenía razón.
Conter se había detenido, y miraba a Para con una expresión entre sorpresa, fastidio y muy en el fondo, orgullo. “Bueno, a ver…” Resoplo Conter. “No voy a decir nada, pero bueno, ganaste esta vez.”
“Nunca ha sido una competencia, es todo de chill, ¿sabes?”  Para tenía la expresión más presumida posible en su rostro, tal vez para ella estas discusiones eran solo un juego, pero Conter tomaba muy en serio el defender su sudadera de dinosaurio.
“Mira, aquí a la derecha se llega al Imperio 51. Así que yo me quedo aquí.” Dijo Conter parado frente a un intimidante pasillo de paredes oscuras. 
Para se detuvo para observar el oscuro camino, como si tratara de memorizar cuánto tiempo habían caminado antes de llegar ahí. La verdad era que ver al conejo en armadura frente a la entrada de la facción más fuerte de esas tierras era algo intimidante. Pero ella había escuchado unas palabras que pocos rivales de Conter habían hecho. Ese “ganaste esta vez” era una victoria que pocos habían llegado a disfrutar.
Con esa nueva determinación encontrada se echó su pico de diamante al hombro. “¡Vale! Yo seguiré por aquí, que necesito escombros.” 
“¡Suerte…!” suspiro Conter mientras se daba la vuelta y caminaba dentro al pasillo. Sabía muy bien que Farfa había dejado vacías las profundidades cercanas, pero Para se daría cuenta de eso por su cuenta. 
(...)
El edificio de Conter proyectaba una enorme sombra sobre el resto de la pradera dentro de su hexágono. Pocos sabian la cantidad de redstone que había bajo el suelo, todo parte de un sistema de tolvas que alimentan una enorme sala de cofres. Conter aterrizó junto a la fuente detrás de la gran estructura. Dejaría ahí los objetos comunes antes de subir a su edificio a dejar las cosas más importantes y a reparar sus herramientas. 
Sin embargo, algo llamó su atención, una rústica nota de papel estaba pegada al costado de la fuente. De inmediato reconoció la letra de Crisgreen. “Esta noche nos vemos en el bar de Sili, no lo vayas a olvidar. Posdata, tu casa sigue siendo una poronga.”
“Tu vives en tumor verde, que mierda vas a saber.” dijo Conter para sí mismo, mientras arrugaba la nota y la arrojaba a fuente. Seguramente el sistema se encargaria de enviarla al cofre de la basura. 
Juntarse a beber en el bar de Silithur era una buena forma de tomar un descanso, un ambiente totalmente contrario a las reuniones que hacían en el hexágono central durante la guerra. Además era bueno quedar para cosas que no fueran entrenar o juntar cantidades vulgares de concreto para las pranks.
Y con esa idea en mente, Conter se dispuso a pasar el resto del día ordenando los tesoros de su viaje antes de ir al nuevo bar, por alguna razón habían construido en el End. 
(...)
Con el sol ocultándose tras la muralla, las luces del interior del edificio se encendieron automáticamente, tomando por sorpresa a Conter. Realmente había pasado todo el día ordenando y organizando los cofres. Normalmente le habría tomado mucho menos tiempo, pero las palabras de Paracetamor lo habían mantenido distraído todo el día. 
“Doble furro.” “¿Cómo me vas a comparar contigo?” 
No estaba molesto con ella, para nada, estaba molesto consigo mismo por no haber sido capaz de responder en el momento. Pero no solo las palabras de la chica alada se mantenían en su mente, esa sonrisa burlona y llena de satisfacción que ella le dio antes de seguir su camino en el nether, era lo que más le había fastidiado. 
“Bueno ya, mucho.” Dijo para sí mismo , cerrando el cofre y sacudiendo su cabeza. Un guerrero como él no podía engancharse a una simple discusión. Además, sabía que tenía un lugar a donde ir. Con ello en mente, tomó sus elytras y dio un paso fuera de la ventana más cercana; con el estallido de un cohete, su silueta se adentró en la oscuridad de la noche, en dirección al portal central del Imperio.
Era un poco extraño que el nuevo bar estuviera  en el End, no era como si a Conter le importara realmente, había algo en el End que le hacía sentir cómodo, una sensación difícil de explicar. De cualquier manera, unas copas gratis y un rato con amigos hacía que el largo viaje por los pasillos del Nether valiera la pena. 
No había terminado de cruzar el portal hacia el overworld cuando escucho la voz de Farfadox hacer eco dentro de las paredes de la fortaleza. “No chabon, no rompan el spawner de lepismas, que le pueden servir a alguien… Maldito Ricardo, literal nadie…”
Desde el incidente con el Caballero de Netherite, Farfa evitaba un poco entrar al Nether, por consejo de varios de sus amigos.  Eso también significaba que tenía que atravesar la fortaleza infectada de lepismas y arañas.  Y que la gran mayoría de veces era el último en llegar a las reuniones.
Conter se apoyó junto a las escaleras que dan al portal, sabía que ya iba tarde, podía esperar a Farfa sin problema. Pocos minutos más tarde el caballero oscuro camino por la entrada frente al portal. Conter se acercó a él y un estruendoso apretón de manos resonó por la sala. “Es bueno verte, Conejo.” “Lo mismo, lo mismo, apura que vamos tarde” respondió Conter. 
Y tenían razón, al caer por el portal y dirigirse al bar podían ver que el resto de los chicos habían empezado a beber sin ellos. Rubik, Shadoune y Cris levantaron sus vasos al verlos entrar por la puerta. “El mismísimo par que eran los primeros en la guerra, no pueden llegar a tiempo a beber gratis, es que no me lo puedo creer.” Dijo Slithur mientras secaba un vaso tras la barra.
Todas las reuniones del imperio seguían una fórmula, Sili intentando mantener la plática profesional, hasta que unas copas más tarde se daba por vencido y solo discutían rumores y anécdotas de peleas anteriores o de tierras lejanas antes de que el Imperio fuera formado. Aún en tiempos de paz, era un alivio poder juntarse a pasar el tiempo así. 
Rubik siempre se mantenía algo atento a Conter, sólo contando cuanto tomaba antes de quedarse dormido, sin embargo, esta vez algo era diferente. Lo notaba ausente, con los ojos plantados en su vaso. Tan pronto la plática se calmó un poco, Rubik aprovecho a preguntar:
“¿Todo bien, Conter?”
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Conter no respondió, ni apartó la mirada de los cubos de hielo en su vaso para ver al blaze. “¿Cómo pude haber respondido a eso? No, eso no importa ahora… Necesito tener algo listo para decirle la siguiente vez que la encuentre…” Pensaba Conter. Las bebidas no habían hecho más que sacar a flote las heridas en su orgullo. Después de todo, era la primera vez en mucho tiempo que le otorgaba una victoria a alguien fuera del imperio, incluso solo habían cruzado palabras.
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Rubik repitió su pregunta, esta vez más alto, sacando a Conter de su burbuja, quien volteo a verlo algo exaltado antes de regresar la mirada a su vaso. “¿En que estas pensado?” insitio Rubik.
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“En Paracetamor.” Respondió Conter, aún metido en sus propios pensamientos. 
El silencio inundó el bar por unos segundos luego de su respuesta, antes que todas las reacciones lo golpearan como una tonelada de ladrillos.
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“¿Q-Que?” “¿Conter?”  tartamudearon Rubik y Shadoune al unísono.
“¡¿COMO?!” Farfa exclamó en un tono incrédulo y burlón.
Cris escupio toda su bebida sobre la pared antes de soltar un ataque incontrolable de risa.
“¡¿El turbo furro está enamorado?!” rio Silithur.
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“¡No, no! ¡Quería decir que en maneras de ganarle a Paracetamor!” Exclamó Conter levantándose de su silla. “¡No que estoy pensando en ella!”  Ni su pelaje blanco podía cubrir  lo rojo que se había tornado su rostro. 
“¡Te tienen en las nubes!”
“¡No puedo creerlo!”
“¿Para cuándo la boda?”
“Nosborn, ¡Que galan!”
“¡El furro colorado!”
Conter volvió a sentarse, con ambas manos cubriendo su rostro. “¡Que no es así, la puta madre!” Era demasiado tarde, sabía que este desliz serviría para fastidiarlo por meses.  
“Dios, Conter… ¿una de las chicas nuevas? ¿En serio?” Preguntó Shadoune cubriéndose la boca, aún sorprendido.  
“¡Esto es culpa tuya, pelotudo!” Dijo Cris dándole un golpe en el hombro a Shadoune. “Mira el ejemplo que le das.”
No importaron todas las veces que Conter intentó cambiar el tema durante el resto de la noche, los chicos no lo dejaban pasar. Todas las preguntas que se negó a responder hicieron que la conversación se convirtiera en un juego de adivinar qué era lo que había pasado. En algo tenían razón, Paracetamor era una chica muy linda, y Conter lo sabía, pero entre ellos solo había una ligera rivalidad… ¿Verdad?
“¿Ya adivinó alguno lo que pasó o querés que sigamos?” Dijo Farfa entre risas.
“Ahh, ya callense, los odio.” Respondió Conter frustrado, levantándose de nuevo y caminando directo a la puerta y hacia el portal de regreso al OverWorld. Las risas de sus amigos continuaron desde dentro del bar.
Lo que no sabía era que mientras él caía por el portal, uno de sus amigos ya estaba formulando un plan. Algo lento y elaborado…
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hypnoespadachin · 2 years
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Afri recibe una lección.
Estaban los dos acostados en la cama, disfrutando del placer posterior al polvazo que acababan de echar, entretenidos en el aftercare. Afri, recostada sobre Alberto, le acariciaba el torso y él paseaba sus dedos distraídos por sus hombros, su melena y su espalda.
“Eres maravillosa. Lo que no me esperaba que me pasara en estos días.”, le dijo él.
“Ya, que te estás follando a una veinteañera y no te lo imaginabas ni en tus mejores sueños.”, le respondió la brat que vivía en el interior de Afri.
Se habían conocido en un servidor de Discord de hipnosis erótica. Afri era una novata que quería aprender a hipnotizar, Alberto era el hipnotizador experimentado que la había tomado bajo su protección. Con el paso del tiempo ambos se dieron cuenta de que la parte switch de Afri estaba muy pero que muy escorada, hacia su lado sumiso y que disfrutaba más de las lecciones cuando era hipnotizada que cuando le tocaba hipnotizar a ella. Hasta qué no tuvo más remedio que admitirlo y en su perfil de Fetlife incluyó “into hipnosis (receiving)”.
El roce de las lecciones hizo el cariño, las conversaciones fuera de las clases se tornaron más subidas de tono (al fin y al cabo se habían conocido en un servidor NSFW) y estaban ya en su cuarto o quinto encuentro, lo que podían sacar de vivir en países distintos.
La mano de él se alargó un poco y le dio un buen azote en ese culo casi perfecto que se gastaba la chiquilla. “Te mereces más que esto pero sabes como hacerte perdonar.”, y de repente su mirada se iluminó y su sonrisa se tornó lobuna. “Aunque sé cómo castigarte.”
“¿Ah, sí? ¿Y lo voy a disfrutar como siempre?”, había un tono juguetón en su voz.
“¿Quizá? Recuerdo que una vez, hace tiempo, me dijiste que una de las cosas que más te ponía era ver a tus parejas intentar que solo haya sexo anal esa noche.”
“Dios, me pone muchísimo. Verlos razonar, intentar convencerme.”, recordó entusiasmada Afri. “Y mi respuesta siempre es no. Para mi el sexo anal es solo para ocasiones especiales, una especie de regalo y ni de coña voy a tener solo sexo anal ese día. Pero jugar con ellos, darles falsas esperanzas… Me pone mogollón.”
“¿Y cuantas veces te lo he pedido yo en este tiempo?”, inquirió Alberto.
Afri hizo un ademán para intentar recordar, “¿Una? ¿Dos? Pero contigo es distinto, te veo tan de uvas a peras que siempre es especial.”, y puso una sonrisa beatífica.
“Ay, mírala qué mona. Como me hace la pelota para evitar su castigo.”, y su mano dio otro aplauso para ovacionar a ese culo. “Eres consciente de que conmigo la cosa no funciona así, ¿verdad? Que yo no voy a rogarte ni voy a razonar, que yo voy a conseguir, ¿cierto?”
Y vio la cara de Afri descender un poco al subespacio del que acaba de salir hace un rato, “Sí, Señor.”
“Buena chica.”, le dijo dándole un beso en la coronilla. Afri ronroneó un poco y ya se dirigía a hacerle una mamada cuando una palabra lo cambió todo.
“África,”, y su mente supo, como siempre, que solo había una ocasión en la que él usaba su nombre completo. Todo su cuerpo se preparó, esperando a que Él, esta vez un Él con mayúsculas, acabara la frase. Sus ojos se abrieron como platos aguardando la siguiente palabra,  “Atenta.”, dijo una voz profunda y autoritaria.
Y todos los sentidos de Afri se enfocaron única y exclusivamente en lo que Alberto, su Señor, tenía que decirles.
Alberto volvió de su carrera mañanera y antes de dirigirse a la ducha le echó un ojo a la cocina. Allí estaba Afri, vestida solo con un delantal, preparando el desayuno. Ella lo vió y se contoneó. “Necesito una ducha, fría.”, le dijo él. Y se acercó a darle un beso. Ella se apartó riendo, “A la ducha. Apestas.” Y él se encogió de hombros de ese doble rasero de oler bien si se suda follando y oler mal si se suda corriendo y se fue al baño.
Al volver tenía una fuente de tortitas, sirope, nutella y un par de cafés sobre la mesa. “¿Qué tramas?”, preguntó como si no supiera lo que estaba pasando. La sugestión era clara en las cosas importantes, el resto, como siempre, lo dejaba a su imaginación.
“Me he levantado con un antojo. Uno muy raro porque normalmente sois vosotros los que me lo pedís a mí pero hoy tengo ganas… ganas de que me folles el culo.”, dijo ella mirando fijamente las tortitas de su plato como si no hubiera otra cosa en el mundo.
Mirando por encima de su café Alberto respondió con un seco “No”. Afri dio un respingo y tuvo una epifanía: “Me has hipnotizado.”
“Por supuesto que te he hipnotizado. Voy a castigarte por ser tan respondona y voy a divertirme al mismo tiempo.”, respondió él con socarronería.
“Tengo muchas, muchas ganas de que me folles por detrás, ¿que puedo ofrecerte para que lo hagas?”, había ya un incipiente deje de docilidad en su respuesta.
“Nada.”. El nivel de excitación de Afri volvió a subir un punto.
La sugestión que había implantado la noche anterior en su cerebro era sencilla pero maquiavélica: tendría muchas ganas de ser follada por el culo pero a cada negativa que recibiera se iría poniendo más y más cachonda, más y más necesitada.
“Tengo tu mente y por lo tanto tengo tu cuerpo. No hay nada que puedas ofrecerme que ya no tenga. No te voy a follar el culo hoy.”, y Afri sintió el calor de su excitación volver a golpear su cuerpo.
Se puso de pie y Alberto pudo ver cómo ya sus bragas ya mostraba una mancha características por efecto del tremendo ardor que su cuerpo estaba soportando.
“Veo que alguien está muy mojada.” Una mirada que podría derretir hielo lo fusiló. La brat aún estaba dentro de ella. Poniéndose de rodillas, suplicó una vez más: “Por favor, lo necesito. Necesito tu polla ahí. Me voy a volver loca de ganas. No puedo pensar en otra cosa que no sea que me rompan el culo.”
Tomándose todo el tiempo del mundo para acabar su café Alberto respondió, “He dicho que no.”, y un tremendo gemido de placer y frustración escapó de los labios de ella. Comenzó a tocarse, a masturbarse, introdujo su índice en su orificio anal, pero eso no la satisfacía. La sugestión era clara: solo la polla de Alberto en su culo podría aliviarla.
Alberto no era de piedra y ver a su chica tan necesitada y tan cachonda le había creado una tremenda erección. No sabía muy bien cuánto tiempo podría mantenerla en ese estado de necesidad sexual sin sucumbir él mismo a sus encantos.
Afri ya estaba a cuatro patas delante de él moviendo su culazo. Su brazos y piernas temblaban visiblemente de excitación. “Si me follas el culo haré lo que quieras. Hasta llamarte Amo… Amo.” La sorpresa se reflejó en el rostro de él. Ese había sido uno de los límites blandos en su relación. Se encontraban a gusto con Sir o Señor y ella rechazaba “Amo” porque le ponía en una situación de “esclava”. Aunque al principio de la relación, que fue alrededor de Halloween, habían bromeado con el concepto de “thrall vampírica”, la cosa nunca había pasado de ahí. Él era su Señor y ella su “buena chica.” La sugestión estaba llevando a Afri por unos derroteros que él nunca podría haber imaginado.
Desde su posición Alberto tenía una visión impecable de lo mojado que estaba el coño de su chica y apretó la tuerca un poco más. Mientras se comía las tortitas con aire distraído replicó, “Ni con esas. Que hoy no.” Y un sonido gutural escapó de la garganta de Afri mientras se desplomaba sobre el suelo. Su cuerpo hervía con un placer que no era capaz de liberar. Sabía perfectamente que solo una cosa abriría la cerradura y ya no sabía qué más hacer para que Alberto cediera. “Lo necesito Amo, necesito que me folles el culo.”
Afri estaba hecha un completo desastre sobre el suelo del salón. El edging hipnótico al que la estaba sometiendo su Se… ¡Amo! amenazaba seriamente con romper su mente. Pero nada podía ofrecerle a alguien con un poder tan absoluto sobre ella. Una palabra de su Amo bastaba para que ella le proporcionará todo el placer que necesitaba en la forma que él quisiera (placer que volvía a ella multiplicado por tres gracias a la programación de su cabeza, por cierto) así que estaba absolutamente indefensa a la voluntad de Alberto.
“Gimotéa todo lo quieras pero solo te follaré por el culo si yo quiero y por ahora no va a pasar.”, dijo Alberto. Y Afri se convulsionó, nunca había soportado tal cantidad de placer sin liberarlo. O se corría ya o algo haría crack en ella.
“Semáforo.”, y al escuchar la palabra, Afri quedó en blanco y su voz dijo claramente en tono neutro y monótono. “Verde.” E instantáneamente volvió al estado de cachondez anterior. Alberto pareció satisfecho.
“Rómpeme el culo ya, por dios. Si me rompes el culo ahora seré la chica más sumisa y dócil del mundo. Haré todo lo que pidas, sin protestar, Amo. Pero si me excito más sin correrme creo que me voy a morir.” Alberto nunca había visto a Afri siendo tan mansa y en parte porque ya le daba un poco de pena, en parte porque era difícil aguantar su propia excitación pronunció una de las palabras mágicas de la pareja: “Pausa.” Y el cerebro de Afri dejó de funcionar.
“Play”
Sin saber muy bien como, Afri había pasado del suelo de la cocina a la cama. Estaba boca arriba, con las piernas levantadas y algo en la parte baja de su espalda, un cojín o una almohada. Comprendió y sonrió pero justo en ese momento, todo el río de placer la avasalló para volver a quedar contenido y también descubrió que estaba paralizada de cuello para abajo.
“Esto no es justo.”, e hizo ese mohín de desaprobación que tanto ponía a Alberto.
Sintió unos dedos poner algo frío en el agujero de su culo y su Amo le dijo, “Nunca te había visto tan cachonda antes, está muy dilatado pero nunca hay suficiente lubricación” y entonces sucedió todo, entonces sintió cómo la penetraba la polla de su amo, cómo se abrían las compuertas de su mente liberando todo su placer acumulado por arte y magia de la hipnosis. Su cuerpo se convulsionó con espasmos de placer que arqueaban su espalda, sus ojos se volvieron hacia adentro. Los gemidos de placer eran broncos y ásperos. Su cuerpo cedió y literalmente se desmayó del orgasmo.
Al volver en sí, tenía junto a ella una bandeja de desayuno con café, leche, tortitas, un cruasán, tostadas fruta y un gran vaso de agua. “Todo está recién hecho, nada de café recalentado, cariño.”, le dijo Alberto dándole un beso en el pelo revuelto. “Y puedes volver a llamarme Señor.” Afri se incorporó sobre un brazo y con el otro alcanzó el vaso de agua. Su sonrisa era resplandeciente. Se acabó el vaso de un trago y le dijo:
“Prepárate, que en cuanto recobre fuerzas te voy a agradecer lo que me acabas de hacer… Come tú también, que te voy a dejar seco, A-mo.”
Y Alberto rió sonoramente, “Vaya, he creado un monstruo. Y el problema es que me gusta el monstruo.”
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you-moveme-kurt · 11 months
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Glee
«Georgie, Pennywise and the red balloon»
Octubre de 2019
-¡Vaya cuello!… —dijo Blaine mirando la gorguera que Kurt había sacado de la bolsa para disponerla sobre la cama junto a las demás piezas del disfraz que usará ese año.
-Pues yo creo que es precioso…
-Lo es… yo no he dicho lo contrario… —dijo Blaine mientras tomaba diferentes productos de cuidado personal desde uno de los cajones— voy a ducharme… —añadió dándole un pequeño beso— ¿tenemos tiempo?, ¿verdad?
-De sobra… pero… eso no significa que puedes demorarte horas Blaine Anderson-Hummel… ¿de acuerdo?… —sentencio su esposo apuntándole.
-De acuerdo… —contesto repitiendo lo del beso, para luego meterse al baño a hacer lo que dijera.
-Te amo “Patricia Field”… —murmuró Kurt mirando el cuello tipo “lechuguilla” que había encargado en la tienda de moda única y de diseños artísticos en East Broadway, Blaine había ganado el sorteo de disfraces de ese año decidiendo que el disfraz sería de la película de terror “It”, él como Georgie, su esposo como Pennywise, y el pequeño Henry como el globo rojo— a proceder con lo primero entonces… —añadió dando un aplauso antes de empezar con su maquillaje, se sentó en la silla del tocador y empezó por una crema hidratante, para luego ponerse la pintura blanca en toda la cara— me pregunto si la gente notará que llevo pintura blanca… —dijo Kurt mirándose al espejo al tiempo que reía de su propio chiste sobre su piel siempre pálida— ahora los ojos… ¿como eran?… —agregó tomando su teléfono para volver a ver el tutorial que había estudiado desde fines de septiembre— sombra y una linea en forma de U…—murmuró mientras hacía la forma de una u en el aire con uno de sus dedos— el delineador que compre esta… —añadió moviendo todo— juro que lo había comprado… ¿Blaine?, ¿viste mi delineador?…
-…
-¿¡Blaine!?… —repitió dirigiendo su voz hacia el baño, se levanto de la silla y golpeó la puerta— Blaine… —repitió golpeando un par de veces— OK… —dijo entrando —Blaine.. estaba hablándote… — dijo mirando hacia la mampara empavonada.
-¿Que?… —respondió su esposo asomándose.
-¡Vaya truco Señor Anderson-Hummel!… —exclamo Kurt mirándolo de pies a cabeza.
-Y es todo suyo Señor Hummel-Anderson… —respondió Blaine señalandose a si mismo para luego flexionar los brazos como si estuviera en una competencia de fisicoculturismo, Kurt suspiró mordiéndose el labio— ¿me necesitabas?
-Si, estaba hablandote… —respondió Kurt acercándose.
-¡Esta ducha es sensacional!… aunque creo que ocupa toda el agua de New York por minuto…
-Lo se… yo la elegí, ¿te acuerdas?…
-Me acuerdo… ¿me estoy demorando mucho?
-No… estas en el tiempo…
-Ok… y no se si sabes, pero estás más pálido que lo de costumbre… —dijo Blaine sonriendo.
-Ja, ja,ja… —contesto Kurt sonriendo con sorna— es mi maquillaje y lo sabes…
-Lo siento…
-Necesito preguntarte algo…
-¿Qué cosa?… —dijo Blaine mientras cortaba el grifo y procedía a quitarse el exceso de agua moviendo la cabeza como un perro mojado lo haría.
-Ahora entiendo muchas cosas… —murmuró su esposo mirando el vidrio de la ducha llenarse de gotas de agua y jabón.
-¿Cómo?… —preguntó de vuelta Blaine rodeando con una toalla su cintura.
-Nada, es decir… ¿mi delineador?
-¿Delineador?
-Si, delineador… el que compre ese dia que salimos, era rojo y tenia protección solar… lo dejé en el tocador pero ahora no esta…
-¿Y me preguntas a mi por que…?
-Porque si no lo tomo yo, obviamente lo tomaste tú…
-¿Y para que lo iba a tomar yo?… —dijo Blaine tomado una segunda toalla para secarse la cara y un poco el cabello.
-No lo sé… ¿para molestarme?
-¿Qué?… —replicó riendo.
-Nada… ¿de verdad no sabes donde esta?
-No, lo juro… —dijo Blaine haciendo un par de gestos de promesa mientras salía del receptáculo de la ducha.
-Con un demonio… —murmuró sentándose en el retrete— estoy seguro que lo deje allí, cuando llegamos tomé un montón de cosas y las distribuí por toda la casa… —aseguró Kurt repasando mentalmente cada cosa que había tomado y el lugar donde la había dejado, Blaine abrió el mueble con espejo y sacó un cepillo para cabello.
-¿Kurt?…
-¿Qué?
-Ese delineador, ¿tiene la marca de Armani?
-¡Claro que si!, por eso me costó una fortuna, fortuna de la que me arrepentí haber gastado al segundo siguiente…
-¿Y el envase es mitad rojo, mitad negro?
-Si… ¿por que?
-Porque… a no ser que sea una escobilla de dientes extra lujosa, creo que esta aquí… —dijo Blaine señalando la repisa que tenía las escobillas de repuesto, los dentífricos y algunas botellas de enjuague bucal.
-Me lleva la… — dijo Kurt tragándose la grosería— te dije que había distribuido como 83.756 cosas por toda la casa… gracias… —dijo tomándolo.
-De nada… ¿yo necesito algo de maquillaje?
-No, a no ser que quieras interpretar la versión gore de Georgi… ya sabes, cuando ya esta mascado por Pennywise y todo.. —contestó su esposo haciendo un gesto de masticación.
-No, esta bien… ¿que?… —pregunto Blaine al ver que su esposo no estaba más animado luego de encontrar el delineador que buscaba.
-Nada… —respondió como reaccionando.
-Kurt…
-Nada, de verdad… bueno… es solo… estaba pensando en Rachel…
-¿Rachel?
-Si, ya sabes, como me pidió ayuda con su disfraz y yo la rechace tres semanas consecutivas…
-Creo que no fueron semanas, fueron días y a tu favor, puedes decir que estuviste con gripe el 75% de esos días…
-Lo se… es solo que… no se… creo que me sentiré un poco responsable si su disfraz es una mugre...
-No creo que lo sea… —dijo Blaine riendo mientras se aplicaba desodorante.
-Tal vez., pero si lo es… no se que cara le pondré cuando lleguemos a la fiesta…
-Para eso hay una solución…—añadió colgandose la toalla al cuello— de hecho, se me ocurren dos soluciones, una es que reacciones super positivamente a su disfraz aunque sea una mugre, tu opinión es tendencia en el mundo de las redes sociales y en el real….
-O sea… mentir…
-Si quieres llamarlo asi…
-Pues es lo que es… ¿cual es la segunda?
-La segunda… es ir a la fiesta del sello y no ala de la compañía y así no tendrás que lidiar con ella… — terminó por decir Blaine quitándose la toalla que tenía en el cuello para ponerla en el de su esposo y así ceñirlo a él y darle un beso— ¿que opinas?… — preguntó apartándose.
-Creo que es una opción bastante viable, es más… ¿eso fue el intercomunicador?…—dijo Kurt señalando por sobre su hombro el ruido de “bip” que cavaban de escuchar.
-Lo es…
-¿Quién puede ser?
-Tal vez Rachel con su disfraz horrible… —dijo Blaine tomando su outfit para distribuirlo en su lado de la cama tal y como Kurt había hecho con el suyo.
-¿Qué?
-No se quien es… si vas a ver… lo sabrás… —agregó haciendo ademán de comenzar a vestirse.
-¿Qué?… ¡no puedo salir así!… aún no estoy listo…
-Entonces ire yo… pero si es una fan y me ve así, te aseguro que…
-¡Bien!… ¡yo ire!… —exclamo Kurt abriendo sus manos con desespero, como si ya se estuviera imaginando a su esposo medio desnudo y acosado por su fanaticada.
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nekoannie-chan · 7 months
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Histórico
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Título: Histórico.
Fandom: Marvel, Capitán América.
Pareja: Steve Rogers X Lectora modificada.
Palabras: 255 palabras.
Cuadro: A3 “Horror corporal.”
Clasificación: B.
Sinopsis: Steve no puede salvar a las personas que ama de HYDRA.
Advertencias: Secuestro, horror corporal.
N/A:  Esta es mi entrada para Steve Rogers Bingo round 3. SB3090.
Links: Wattpad, Ao3, versión en inglés.
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No doy ningún permiso para que mis fics sean publicados en otra plataforma o idioma (yo traduzco mi propio trabajo) o el uso de mis gráficos (mis separadores de texto también están incluidos), los cuales hice exclusivamente para mis fics, por favor respeta mi trabajo y no lo robes. Aquí en la plataforma hay personas que hacen separadores de texto para que cualquiera los pueda usar, los míos no son públicos, por favor busca los de dichas personas. La única excepción serían los regalos que he hecho ya que ahora pertenecen a alguien más. Si encuentras alguno de mis trabajos en una plataforma diferente y no es alguna de mis cuentas, por favor avísame. Los reblogs y comentarios están bien.
DISCLAIMER: Los personajes de Marvel no me pertenecen (desafortunadamente), exceptuando por los personajes originales y la historia.
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Principios de 1945
Todo el mundo hablaba del gran equipo que eran Steve y tú, las misiones para derrocar a HYDRA hasta el momento, a pesar de que habían perdido a Bucky.
Con esta última misión esperaban llegar finalmente a Cráneo Rojo, no obstante, tú tenías un presentimiento, un grupo de agentes de Hydra rodeó a Steve y a ti. Lo último que recordabas era haber visto el escudo de Steve y luego todo fue oscuro, no supiste por cuánto tiempo.
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2012
Steve entró con un gesto de seriedad a la oficina de Fury, le pareció extraño que le llamaran con urgencia.
—Creemos que hemos encontrado a T/N —Nick dijo sin rodeos.
—¿Disculpe? —Steve estaba escéptico, sus últimos días habían sido un poco extraños y lo último que necesitaba era una broma.
Nick procedió a explicarle, no estaban seguros de que fueras tú debido a que todo parecía indicar que te habían intentado transformar en una especie de arma para servir a HYDRA.
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Steve te veía, esperando a que despertaras, no sabía como iba a explicarte todo lo que había sucedido en todos esos años.
—Steve... ¿Tú moriste, no? O eso fue lo que escuché —tu voz sonaba confundida como si no supieras lo que te había pasado.
Steve hizo un enorme esfuerzo por sonreír aunque quería llorar, ya le habían dicho de todas las modificaciones que Hydra se había encargado de hacerte para convertirte en otra de sus máquinas asesinas.
—Pasaron muchas cosas T/N, pero no te preocupes, estamos juntos en esto.
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caluartsblog · 1 year
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El Empleo Más Corto de Minha Vida
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Mi primer trabajo en Portugal no fue de los más duraderos de mi vida, creo que en total tuve diez horas de contrato laboral, esas diez horas fueron las que determinaron el quiebre del acuerdo.
Llegué a Porto con la esperanza de vivir allí por lo menos unos meses y pensar que hacer. Había pactado con una amiga que hice en el viaje, llegar donde ella, su novio y dos hermanos, Hansel y Gretel, compartían un T1 (dícese del departamento de una habitación y una cocina comedor). Enseguida me di cuenta que comencé mejor que antes. Fui bienvenida, salimos de fiesta, recorrimos diferentes lugares de la ciudad mientras repartía cvs pues estás eran mis vacaciones antes de comenzar a trabajar de nuevo. Yo estaba tranquila, sabía administrarme y me traía un colchóncito para sobrevivir unos meses aunque gastarlo en sobrevivir no era el plan.
Está es la parte en que las cosas empiezan a salir relativamente mal.
Uno de los inconvenientes fue que mi amiga a la que, a partir de ahora, llamaré la Mari Elena, se encontraba en un filme diferente al mío. En el cual, vaya uno a saber por qué, era una especie de salvadora.
La Mari Elena hacía dos días trabajaba en una empresa de limpieza de alquileres temporales. Yo por mi parte iba mi quinto día en mi nuevo destino, ya con los respectivos trámites listos para comenzar a trabajar.
Salí al mediodía por mi cuenta a cumplir con mi obligación y disfrutar mis vacaciones, todo en una tarde, escuchaba a las personas hablar y no entender ni un caralho, llegué a la playa y volví al depto tipo 22hs, en el camino ví una llamada perdida de mi amiga , pensé que tal vez era para cenar juntas o algún plan así, le contesté preguntándole cómo estaba me dijo "bien, ya está". Me bañe y me fui a dormir.
9:00hs. de la mañana siguiente me despierta Gretel [cualquier persona hubiese jurado que estaba gritando, pero en realidad ella habla así] hablando por teléfono y pisando mi cama, la cuál estaba a la altura del parqué, abro los ojos y escucho "si! Está acá! Ahí te la paso!" Me pasa el celular. Me siento en un reflejo por despertar y entender la situación
- Hola! Creo que dije.
Del otro lado la Mari Elena en su trabajo diciéndome de trabajar porque una amiga "le falló", sus palabras no las mías.
Enseguida pensé buena onda, ya me voy metiendo en el laburo, veo como es y de paso me hago unos pesos.
-¡Me cambio y voy! Coordinamos que me pase la ubicación.
Me levanté de un salto.
La Mari me pasaba la ubicación y yo coloqué el agua en el microondas para hacerme un café mientras me cambiaba feliz, día soleado y mi nuevo destino prometía.
Me llama. No habían pasado ni cinco minutos.
- Ya saliste? Me pregunta en un tono de buena onda.
-No, me estoy preparando. Le contesté.
Reclamo un poco y el tono de voz fue cambiando, me quede confundida sin saber desde cuándo elegí ese trato.
Salí sin beber el café, y a calzon quitado les cuento que ni los dientes me lavé. El sol me pegó en la cara y mi outfit total black (me dijeron de ir vestida de negro) absorbió todo el calor de las cuatro cuadras colina abajo mientras la Mari Elena me daba indicaciones que yo estaba siguiendo minusiosamente.
Me pasé. El punto de encuentro era a tres calles arriba. La Mari por supuesto, muy enojada, me llama y me da un sermón de madre que yo afortunadamente por la relación que tengo con la inigualable única mami nunca tuve.
Corte el teléfono, queria pensar más tranquila. A esta altura del recorrido yo ya tenía esas lágrimas de cara al sol de la mañana sin protector solar ni skin care,
Me llama.
-No voy! Le contesté con el carácter que me suele caracterizar.
Entre tire y afloje termine accediendo a ir. La situación fue que volver a la casa no era una buena opción y La Mari Elena todavía estaba insistiendo.
El GPS me marcaba que ya llegué, de un almacén cerrado a las 9:20 AM una señora muy desalineada, aquel desalineado que solo te puede dar un sótano utilizado para lavar secar y planchar sábanas y toallas. Nos presentamos y me indico que doble sábanas hasta que lleguen mis compañeros para llevarme a los deptos.
Estaba en medio de mi tarea y pronto, me dijeron que suba unos bolsos con sábanas, toallas, productos de limpieza y una aspiradora. Llego al auto como puedo y estaba repleto de bolsos, aspiradoras y productos de limpieza, me siento y la aspiradora y yo no entrabamos, el chófer optó por colocar la aspiradora encima mío. Emprendimos viaje.
Conocí a mi compañera, argentina de cabello azul y un tatuaje del último mundial ganado. Una copa con tres estrellas o algo similar, todavía se estaba curando.
Limpiamos 18 departamentos.
Sin descansos y arrastrando por toda la ciudad un bolso lleno de productos de limpieza y una aspiradora, ya no me sentía tan cómoda. Llegamos a dónde nos pasaban a buscar para culminar con nuestro día, recupere el ánimo, dije me puedo acostumbrar.
Llego una Kangoo blanca solo que los asientos de atrás los habían quitado para que entren más bolsos con toallas y sábanas sucias, tocaba ir encima de todo esto. Llegamos y ahora faltaba bajar las aspiradoras y bolsos. Y así siempre estaba a faltar alguna tarea y las horas seguían pasando y yo seguía ahí, tuve un descanso, fue en el momento que el jefe me comentó que yo ahora iba a tener que trabajar más así ellos podían tener más trabajo y no despedir en el invierno. Yo recién los conocía y me había convertido en una pieza clave de su empresa, bueno no me dijo trabajar el doble, dijo trabalhar mais. Volví a mis tareas, no me gustó la cara de nadie ahí así que busque a la desalineada y Renuncio! Le dije orgullosa, págame mi día. Me pagaron después de intentar que me vaya y vuelva otro día, yo firme ahí, Sin mi dinero no me voy! El hombre me miró y de muy mala gana me dió un puñado de monedas y un billete de 20 euros.
Caminando por la vereda y todavia cayendo en cuenta de esa experiencia, volví a la casa y por supuesto llame a mi amiga de verdad para reírnos juntas de todo lo sucedido.
El dibujo es un personaje que yo amo, en el trabajo dándolo todo siempre y sobretodo siendo ella misma con sus singularidades.
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