Tumgik
#he dormido poco y llevo tres cafés
cuentosca6b · 1 year
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Arañas en mi Cabeza
Las arañas son lo que tú quieras. Eso que te atormenta pero con lo que has aprendido a convivir. Todo iba bien, ya hasta me caían bien, pero no debes alimentar de más a esas criaturas que viven entre tus rizos…
Abro los ojos y aún está oscuro. No me despertó la alarma, me despertaron ellas; una vez más antes de la alarma. Me gustaría volver a dormir pero ya sé que mueren de hambre y quieren que las alimente.
-Buenos días.
Escucho esos chirridos suaves con los que siempre me contestan. Yo creo que también me desean buenos dias.
Mientras me preparo un plato de avena y nueces, ellas van a las telarañas de la cocina y comen algunas moscas de fruta. -Ya va, ya va. No se coman el postre antes de la comida.
Nos sentamos a la mesa y les sirvo una cucaracha. Cada vez me da menos asco. Una me pica en la nuca. -Ah si, tengo que pagar la renta.
Otras tres me pican alrededor del cuello: colegiatura, el internet y la tarjeta de crédito. Ya ni me molesto en escribirlo en mi agenda, esos pendientes están marcados en mi cuerpo. Cuando tomo la cuchara, descubro otra picada ya un poco inflamada.
-No he trabajado este mes, de dónde sacaré lo del próximo.
Una punzada en la nuca me vuelve a recordar -Ah si, la renta, la renta. No me dejan desayunar en paz. Hago una transferencia mientras me sirvo la segunda taza de café. A ellas no les gusta, pero no me queda de otra si me andan despertando durante la noche. Se resguardan en su nido, entre mis cabellos. En tanto la cafeína les hace efecto enloquecen y comienzan a brincotear. Les encanta usar mis rizos como resbaladillas. Antes me molestaba porque anudaban mi cabello pero ya me acostumbré, o me resigné.
El calor del café me adormece. Llevo semanas sin descansar, ellas ya no me dejan.
-Jueguen un rato, necesito una siesta.
Abro los ojos y sigue oscuro. ¿Habré dormido tan poquito para que aún no sean las 7am? El reloj del escritorio marca las 10:37 ¿por qué está tan… giro un poco la cabeza y la ventana está tapizada de telarañas.
-¿Qué hicieron? No escucho ningún chirrido. ¿Dónde están? Me paro de la cama y piso unas patitas de cucaracha. Descubrieron donde las guardaba y seguramente se las comieron todas. Quiero salir de la lúgubre habitación pero mi mano se pega a la manija. Telarañas frescas.
Un chirrido en el techo me hace saltar. Se escuchó mucho más fuerte que de costumbre. Me acerco para intentar ver y es una araña gigante. No, no… son todas las arañas juntas. Muchas más de las que sabía que vivían en mi cabello y forman una gigantesca que comienza a moverse hacia mi.
Joselyn Amaya
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xuperbia · 3 years
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nombre:  kalet
edad:  aparenta  27  años  /  cientos  de  años
nacimiento  /  signo:  desconocido
ocupación:  guardián  elemental  de  sídhe  /  líder  de  akuma
raza:  humano  /  demonio
faceclaim:  zhongli
❛      ⤫      HISTORIA 。
i.- Inicio
En el remoto Reino de Sídhe, donde las grandes montañas se crecen hasta el cielo mismo y las nubes acarician los picos de estas, fue donde comenzó todo. Desde la concepción de Kalet hasta la fecha de su nacimiento fue una serie de sucesos curiosos y extraños. Nacido desde las entrañas de una poderosa shaman, que conforme la gestación se daba proceso, le trajo granes problemas de salud gracias a la energía que la pequeña criatura consumía de ella. Su madre conforme los meses pasaban comenzó a sentir algo diferente en el vientre, un tipo de maná que no había sentido antes y gracias a su increíble poder como vidente, es que se dio cuenta que lo que crecía en su interior, no era nada bueno. La mujer se obligó a dar a luz prematuramente a una criatura, que, si bien lucía angelical y de rosadas mejillas, ella podía ver en él una marca que no pertenecía a este mundo.
Balí ya era una shaman que tenía mala fama entre los suyos y los oráculos al igual que las diosas, tenían sus ojos puestos en ella. Sabía que haber engendrado algo como lo que hizo, simplemente le acarrearía muchísimos problemas más de los que estaba dispuesta a lidiar con ellos. Balí a base de su magia y fuertes sellos, es que logró suprimir el aura maligna de su bebé y con el pequeño bulto de temple tranquilo y preciosos ojos ambarinos, es que se dirigió hasta el centro de Agartha, el plano espiritual que se encargaba de proteger tanto el mundo humano como el espiritual. Balí dejó al pequeño bebé debajo de la sombra de un árbol, muy cerca de la barrera que protegía el templo de Amaru. La sonrisa siniestra de Balí demostraba que no tenía intenciones de matar a su hijo no deseado, sino de dejarlo a su suerte y ver que depararía el destino. Si moría es que las Diosas y todas las divinidades así lo deseaban, si sobrevivía, ahí comenzaría lo realmente interesante.
Y fue así como el caprichoso destino, marcó la pauta para esta historia. El llanto de hambre y frío recorrió el bosque entero, la noche había caído y el pequeño bebé llamaba rápidamente la atención de cualquier depredador salvaje y hambriento, de animas sueltas que buscaban vida para devorar. Maddox, uno de los cuatro generales elementales de la Oráculo de Sídhe (tierra), encontró a la criatura indefensa, tomándola en brazos con cuidado. Lucía frágil y pequeño en comparación a sus ropajes que denotaban estatus social y rango poderoso entre los soldados del orden. El general elemental tomó al bebé y volvió a casa, donde su esposa y sus cuatro hijos esperaban, fascinados con el nuevo miembro de su familia.
ii.- Vida
El bebé fue llamado Kalet, que significaba hermosa energía, llegando a darle aún más calor al perfecto hogar. Kalet fue criado y cuidado como un hijo más, tratado como un pequeño tesoro que era malcriado por su madre y hermanos mayores, su padre siempre teniendo un amor especial por su pequeño amuleto de la suerte, su tesoro encontrado en la oscuridad. Kalet desde muy joven seguía a su padre y cuatros hermanos al campo de entrenamiento, haciéndose especialmente talentoso en el manejo de la lanza y la espada ligera. La familia de Maddox había pertenecido, generación tras generación, a los generales elementales que cuidaban del bienestar del oráculo, sino que también fungían como consejeros y guías a estos. Inculcándoles estas ideas a sus cinco hijos, es que todos deseaban poder servirle al reino de Sídhe.
Kalet durante todos los años de su infancia, siempre tuvo una curiosa sensación de no pertenecer al lugar donde estaba asentado. No era porque su familia le tratara diferente, al contrario, era el hijo y hermano más mimado de todos. No obstante, la idea de que no era parte del clan cruzaba su mente, inclusive cuando tenía gran cantidad de amigos por su labia envidiable y personalidad sociable, un pequeño con energía para servir a los mayores y liderar a los de su edad, con gran ingenio que todo el mundo aseguraba que se volvería el orgullo de la pequeña aldea donde vivían.
No obstante, acostumbrado al sentimiento de no pertenencia, es que Kalet creció siempre queriendo ser el mejor y demostrarse a sí mismo, que tenía el mismo valor que sus hermanos y cualquier otro guerrero de Sídhe. Que, aunque la sangre del gran Maddox y sus antepasados no corriera sus venas, podía lograr grandes cosas en nombre del hombre que le dio un nombre, un techo y veló por su salud y cuidados. Día y noche entrenaba y estudiaba con sus hermanos y su madre, los mayores dejando el nido para convertirse en sacerdotes, soldados y consejeros de Sídhe, dejando a Kalet al completo cuidado de Maddox y su esposa.
Kalet viajaba con Maddox a todas partes, conociendo los demás reinos, formando amistades donde prometían enviarse cartas mágicas cada cierto tiempo, volverse a ver para enfrentarse y prometiendo volverse fuertes para competir. Pero el tiempo no pasaba en vano y conforme este seguía corriendo, inclusive en el plano espiritual donde la vida podía alargarse por eternidades, Maddox comenzó a ser comido por la edad. Maddox sabiendo que era hora de retirarse y disfrutar sus últimos años en compañía de su querida esposa y los campos que solían sembrar, es que buscó el consejo y la guía del Oráculo de aquel entonces, al igual que la aprobación de las Diosas. Maddox había postulado a Kalet como su sucesor y próximo guía elemental del Oráculo que iba a subir al puesto casi al mismo tiempo que él. Con la edad suficiente es que Kalet se convirtió en el general elemental de Zephyr, el nuevo oráculo y una vieja conocida con quien una vez, durante su infancia, se habían hecho una promesa. Ambos se volverían fuertes, mentalmente y físicamente, para poder cuidar de Sídhe juntos y seguir con la gran paz que se había germinado durante siglos.
A nadie parecía impresionarle o parecerle curioso que aquel par de jóvenes, comenzaran a enamorarse. Era sencillo para Kalet caer rendido por Zephyr, no solo porque tenía una belleza envidiable, sino porque era una mujer inteligente y generosa, que cuidaba a los suyos y hablaba con fuerza cuando algo no le parecía justo. Kalet creía en los ideales de Sídhe, aquellos que los hacían fuertes como una roca e inmutables como la montaña, siendo el elemento más próspero solo detrás del reino de Baralku (fuego).
La prosperidad emanaba de Agartha, cuidado perfectamente por el templo de Amaru y sus diosas, protegidos por los Cuatro Oráculos y sus guerreros elementales. Al menos, la paz reinó hasta que el orgullo y el deseo de poder, destruyeron el frágil hilo de la convivencia entre yin y yang.
iii. Corrupción
La tensión entre los cuatro reinos era siempre inofensiva, cosas habituales como rivalidades para ver quienes tenían el mejor ejército o la mejor forma de gobierno, quienes eran más prósperos. Sin embargo, cosas extrañas comenzaron a suceder cuando guerreros y soldados comenzaron a aparecer con notables marcas de quemaduras o siendo vandalizados en sus rondas. No solo eran la gente de Sídhe quienes sufrían estas cosas, sino también los de Thule (agua) y Avium (aire). La tensión solo se creció cuando el oráculo de Baralku comenzó a perder la razón, la conciencia sobre lo que era el bien y el mal, amenizando la tensión y pasando de largo las advertencias de sus homólogos, los otros tres pilares.
Kalet en ese momento intentaba ser la razón, buscaba dar consejos correctos a Zephyr quien confiaba en él, pero algo en su interior, se removía con odio. ¿Acaso tendrían que sucumbir a las órdenes del Oráculo de fuego? ¿Acaso la búsqueda de la paz orillaría a que él se alzara como un gobernante superior a los otros oráculos? Kalet estaba siempre al frente de las pequeñas batallas, al ser el segundo reino más poderoso, buscaban preservar la paz como lo ordenaban sus superiores, no obstante ver a los pequeños niños esclavizados, con quemaduras dolorosas y morir a los días de tratamiento, pareció que encendió una llama en su interior.
Intentó el dialogo como tanto se lo pedían, buscó ser una persona pensante y no caer rápidamente en la tentación que, como un guerrero, debía llevar la guerra. Sin embargo, la gota que rebalsó el vaso fue cuando una aldea de pequeños silfos de Avium fue reducida a cenizas, masacrada completamente por el ejército de fuego. Niños y ancianos quedaron irreconocibles, cada habitante reducido a nada. Para el justo guerrero elemental, aquello resultó una falta imperdonable, una declaración de guerra. Kalet fue entonces que decidió tomar aquello entre sus manos, sin depender de absolutamente nadie más que de su propia fuerza y de su gente más allegada, quienes fueron convencidos de que Baralku estaba simplemente pasándose de la raya, que estos estaban viendo hacia abajo a todos los demás reinos y que eso era completamente imperdonable. Con una fortaleza digna de la roca, es que el ejército de Sídhe avanzó, liderado por nadie más y nadie menos que si mismo. Su ideología de justicia y lealtad comenzó a torcerse y su juicio se oscureció, lo que inició como un intento de repeler la maldad, se convirtió en una avalancha de destrucción y muerte. Kalet y su gente dejaron de tentarse el corazón con Beralku, destruyendo sus aldeas y a sus habitantes, obligándolos a retroceder.
Thule y Avium poco a poco comenzaron a caer bajo el comando de Kalet, sometidos por el miedo de que, si no obedecían, su final sería tal cual Beralku. Ya no era Sídha protegiendo, ahora era Kalet y su gente sometiendo. Sídha dejó de tener control sobre su general elemental y esté, tomaba decisiones como si fuese él pilar de este reino. Beralku retrocedió todo lo que tenía que retroceder cuando Kalet, con su propia mano y dando un discurso aterrorizante, es que aniquiló públicamente al oráculo de fuego, poniendo fin a su reino de horror, sustituyéndolo con el propio. La tierra se erosionaba y los arboles dejaban de crecer, la llamarada fue consumida por una montaña de lodo y Kalet, se sentó en un trono de muerte, sobre las almas de inocentes.
Para Kalet su ideología de orden y real limpieza, era deshacerse de las Diosas que él consideraba inútiles al no haber intercedido cuando las cosas comenzaron a salirse de control. Su deseo era aniquilarlas, junto con todo el mundo espiritual y humano para volver a formarlo a su manera, con su propio concepto de justicia. Colocó de rodillas a todo aquel que alguna vez le faltó al respeto, de torturarlos asesinando a cada miembro de su familia frente a ellos.
Grandes meses de dolor y sufrimiento pasaron, hasta que las Diosas y los oráculos pudieron someter a Kalet y su ejército, el demonio de la tierra, el destructor de la paz de Agartha. Este fue capturado, observando que no existía ni una pizca del hombre gentil y agradable, de gran corazón, que alguna vez fue el orgullo de sus tierras. Solo quedaba un cascaron corrompido y maldito, que emanaba odio de cada poro de su piel. Su sentencia fue ser sellado por toda la eternidad en Shinku, un limbo donde las almas perdían conciencia y el descanso eterno esperaba, un páramo espiritual que servía como cárcel para todos los vándalos de la justicia que no podían ser asesinados por temor a que su espíritu, reencarnara de nuevo.
Conforme su cuerpo se adormecía y se apagaba, es que sus ojos manchados en dorado y rojo, se pasearon por los rostros de cada uno de los involucrados en su caída, quedándose en los de su amada Zephyr a quien le dedicó sus últimas palabras, prometiéndole volver para acabar con ella y todo lo que amaba, para destruirlos a todos y terminar por fin la guerra que él mismo inicio.
iv.- Resurrección.
Pocos o nulos recuerdos tenía de la conciencia en Shinku, teniendo solo algunos minutos u horas de conciencia pura antes de volver a ser sumergido en aquel lago congelado del sello colocado sobre su persona. El frío comenzaba a convertirse en calor, como sus parpados dejaron de sentirse pesados y la sangre volvía a recorrer sus venas, junto con un odio abrumador. Freya, una de sus hechiceras que quedó libre al castigo divino que se les aplicó, había pasado cada noche de luna nueva recolectando los trozos de su alma, aquella que se había escapado de Shinku y se engendraba en un bebé que debía ser asesinado apenas diese su primer respiro. Gariax, un ancestral dragón de escamas doradas y deseos naturales de destrucción, era lo que en el mundo normal se podría considerar “su creador” o “un padre”. Gariax utilizando la misma técnica, había engendrado en Balí, su madre biológica, un bebé con la marca de la maldad. Kalet era el recipiente que Gariax eligió para su liberación de Shinku, un niño nacido de la nada y de una shaman poderosa.
Su poder ya no era el de un simple general elemental, ahora equiparándose a un oráculo o inclusive a un semi-dios. A pesar de la cantidad de años donde pasó sumergido en un sueño, Kalet logró romper los grilletes en sus manos y tobillos, al igual que los sellos que mantenían a su ejército sellados. Shinku le había brindado su energía, los demonios y criaturas encerradas ahí lo aceptaron como un líder y deseosos de tener venganza con Amaru y sus Diosas, estos pusieron a disposición su energía en Kalet. Shinku había dejado de ser una cárcel de oscuridad y desolación, de frío intenso y locura; ahora era su dominio personal.
Cien años habían pasado desde su exilio y el ejercito que ahora él movía, tomó el nombre de Akuma. Su meta es exactamente la misma, traer justicia al mundo y la reconstrucción de la vida en base a su propio concepto de verdad, destruyendo a las cuatro Diosas y sometiendo a los cuatro reinos de Agartha. El mundo espiritual y mortal solo podían tener un dios y ese, sería él.
❛      ⤫      DESCRIPCIÓN。
❛      ⤫      PERSONALIDAD。
Kalet a pensar de haber crecido sintiéndose como alguien que no pertenecía, fue criado en un hogar cariñoso y amoroso, colmado de comprensión y sintiéndose parte de la familia. Fue alguien bondadoso y gentil, con grandes dotes para socializar y hacerse de amigos rápidamente. Creía en la justicia y la libertad para todos, siento bastante intenso solo con la idea de la competencia y en las batallas, donde demostró ser un guerrero formidable pero justo. Manejándose fuertemente por la ley del talión, ojo por ojo, diente por diente.
Su odio y rencor le volvieron un sujeto cruel y despiadado, que no se tocaba el corazón ante situaciones que en el pasado pudieron causarle repudio. Es orgulloso, metódico y un sádico, gustando de ver a la gente ser sometida y aniquilada de formas terribles. Podría contar con los dedos de la mano a las personas que le importan de verdad. Es alguien sediento de poder y cegado a cualquier opinión que no sea la suya. Tiene un complejo de Dios notable, de salvador como un mesías, logrando manipular a las masas con su buena lengua y formas de expresarse, consiguiendo fieles seguidores rápidamente.
Akuma es su familia y es con los únicos que aplica cierto honor y cierta comprensión, puesto que han vivido los cien años encerrados en aquel cristal helado en Shinku y siguen siendo fieles a él. El deshonor se paga con la muerte y la traición con la tortura, es naturalmente desconfiado y es difícil que alguien pueda ingresar en su sequito sin tener su aprobación directa.
❛      ⤫      FÍSICA 。
Humana (pre-corrupción): Era un sujeto grande y formado a base de ejercicio y entrenamiento, de cabello castaño y ojos color avellana, que asemejaban con la luz correcta, el atardecer. De tez blanca y facciones preciosa, era alguien de una belleza superior a los demás.
Corrupción: La piel de sus brazos comenzó a tornarse de una tonalidad oscura como la noche, de un color tan opaco que dejaba de lucir como un humano. Las venas de su cuello y alrededor de su sien comenzaron a volverse también negras, el color de sus ojos pasó de avellana a un dorado como el oro.
Gariax: Luego de su resurrección y la unión de Gariax con su cuerpo humano, de las venas en sus brazos supuró el color oro, formando vetas como en las rocas. Las escamas cubrieron alrededor de los ojos y los costados de la cara, al igual que los hombros y parte de su espalda. Los colmillos crecieron y las garras se volvieron retractiles, casi siempre llevándolas a la vista para ser imponente. Kalet dejó su cuerpo humano para tomar la forma de Gariax. Fisurándose como la piedra cuando el poder del ente, no era bien soportado en su cuerpo de carne y huesos. Teniendo que entrar en letargos en su forma de dragón completa o recibir energía de Shinku.
❛      ⤫      DATOS EXTRAS 。
Es consciente de las pautas que marcó su nacimiento y como, desde antes de ver la luz del sol, ya estaba destinado a la vida que lleva. No reniega de su existencia, simplemente ha aprendido a vivir con ella.
Tiene especial odio por todo lo que provenga del fuego, curiosamente su mejor amigo y la persona que lo liberó de Shinku, eran habitantes de Beralku y portadores de magia de fuego.
Ya no recibe energía de ningún Oráculo, siendo su fuente de poder el mismo dominio de Shinku, donde la energía maligna, al igual que Gariax, son quienes lo potencian. Él al ser un semi-dios, es quien brinda energía a sus propios servidores, tampoco necesitando ellos ya de sus respectivos oráculos.
Su magia no lleva ningún color de los cuatro reinos, es un color dorado y muchas veces se forma en pequeños cristales que tanto él, como su ejército, pueden controlar.
Su ejército es el único que cuenta con personas de diferentes reinos trabajando en uno solo. Cada uno de sus allegados tiene historia con él, desde haberlos salvado de un mal mayor o que estos generaron un sentido de pertenencia con él.
Tiene un odio enorme por Zephyr, a quien solía amar con pasión, puesto que siente que ella como Oráculo le traiciono y lo dejó morir en Shinku. Siente que le dio la espalda y como tal, ella debe morir junto con todos los demás de Agartha, dispuesto a destruirla y destrozar todo lo que ama.
Sus padres murieron antes de verlo convertirse en un demonio, no obstante, sus hermanos mayores aun luchas en el exterior para conseguir que Kalet, el dulce niño, pueda volver a ellos
Matará a quien sea que se le cruce en el camino y le fastidie sus planes, no hace ya distinción alguna de si se trata de un niño o un adulto, una mujer o un hombre.
Sufre de fuertes dolores en el cuerpo y la cabeza cuando Gariax consume más energía de él de lo que está acostumbrado, fisurándose y erosionándose hasta casi perder el control de su poder que a veces se le sale completamente de las manos.
Akuma significa demonio, y para unirte al ejército, deben enfrentarse directamente a él.
Lleva consigo el anillo con el cual iba a casarse con Zephyr antes de lo sucedido, su idea es podérselo entregar cuando sea el momento de matarla.
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helechines · 3 years
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Bienvenidos a este blog. En este blog quiero enseñaros un relato que he escrito. Es un relato angst, por lo tanto es triste, no hay final feliz, por eso mismo, os recomiendo que tengáis a mano unos pañuelos.
Espero que os guste!!
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𝒀𝒐𝒖 𝒄𝒂𝒏'𝒕 𝒓𝒖𝒏 𝒂𝒘𝒂𝒚
Han pasado dos años y no es como si hubiera estado lejos tanto tiempo. Solo he estado fuera de Busan dos años, pero a pesar de eso todo parece haber cambiado. La gente continúa con su vida cotidiana, como si nada hubiese pasado en 2014, como si nadie recordara lo que pasó aquel 16 de abril de 2014. Me enfada, me molesta, me irrita; porque parece que solo yo recuerdo ese día. Parece que solo yo me acuerdo de lo que se vivió aquel año, aquella tragedia.
Camino entre la gente, pero nadie parece afectado, todos hablan o sonríen, quizás se debe a que la primavera está por llegar. Dicen que la gente es más feliz cuando las flores florecen, y las flores de cerezo ya comienzan a dejarse ver. Aún así, estamos en marzo, ¿por qué la gente está feliz? Dentro de un mes se cumplen dos años desde la catástrofe. ¿Acaso soy yo el único que es consciente?
Todos perdimos familiares, amigos, pareja… ¿Ellos ya lo han superado? ¿O es que es más fácil ignorar el tema? No, no, claro que no. No puedes olvidar a tus seres queridos. ¿Entonces a qué se debe el olvido de la gente?
Los niños continúan corriendo y jugando, como hace dos años, los ancianos y ancianas sentados en los bancos, los adolescentes hablando y riendo, hombres trajeados de aquí para allá y las mujeres tomando el café en alguna cafetería bonita mientras hablan de sus vidas.
¿Y si el extraño soy yo? Yo no he pasado página, a pesar de haberme escapado de esta ciudad y haberme ido a Estados Unidos, yo sigo acordándome de aquel día como si hubiese sucedido ayer, porque yo no puedo deshacerme de ese dolor, de esa tristeza ni tan siquiera de la rabia que siento cada vez que me despierto. Solo deseo irme a dormir, porque solo en mis sueños aparece él. Es entonces, cuando puedo abrazarlo, hablar con él o simplemente mirarlo.
No solo perdí a una persona, perdí a cinco de las personas más importantes de mi vida. Pero él, perderlo fue lo peor. Todavía recuerdo el día en el que todos los canales de televisión hablaban sobre eso, escuchaba la noticia una y otra vez. La radio lo repetía continuamente, la prensa no paraba de publicar lo sucedido y cuando entraba a cualquiera de mis redes sociales, ahí estaban todos para decirme una vez más que los había perdido.
Por eso mismo escapé, me fui tan lejos como pude pensando que eso funcionaría. Pero eso no pasó, ya no escuchaba ni leía noticias sobre Ferry de Sewol, pero mi mente se encargó, y se sigue encargando, de hacermelo saber todos los días de mi vida. Eso pasó cuando yo tenía 17 años. Y ahora, a mis 19 años de edad, solo estaba lleno de tristeza y enfado.
Era sábado por la mañana, como habitualmente hacía, le escribí un mensaje a mi novio, Park Jimin. Un chico precioso a decir verdad. Tiene el cabello rubio como si de oro se tratase, mejillas regordetas al igual que sus pequeñas manos, ojos de color azules grisáceos y labios gruesos.
Me metí a la ducha mientras esperaba que Jimin me mandase un mensaje, sin embargo, a pesar de haber tardado un poco más de lo normal en ducharme, el mensaje de mi novio no llegaba. Decidí no darle mayor importancia, estaba en su viaje de estudios, así que seguramente o estaba dormido o estaba pasándoselo bien.
No fue hasta un buen rato después que los mensajes de respuesta comenzaron a llegar, mas no era lo que yo esperaba.
“Jungkookie, te amo”, “Jungkookie, sé que no nos volveremos a ver, pero quiero que seas fuerte” y más mensajes de ese estilo llegaron a mi teléfono. No entendía nada, ¿por qué Jimin me estaba mandando esas palabras? Sonaban a despedida.
“Minnie, ¿qué está pasando?”. Su contestación hizo que mis manos temblaran y mis ojos se llenaran de lágrimas sin poder evitarlo. “Jungkookie, nos hundimos”.
No esperé más y lo llamé. Hablé con él, sin saber quién estaba más nervioso y asustado de los dos, pero ambos nos intentamos calmar. Conversamos hasta que dejé de escuchar su voz, aquella hermosa, suave, melodiosa y tranquila voz.
No salí de la habitación, no quería saber nada del mundo, porque mi mundo se había parado con la muerte de mi amado. No fue hasta la noche que mi madre llegó de trabajar y llamó a mi puerta para contarme la terrible noticia, sin saber que yo ya lo sabía desde el primer momento.
Encendía la televisión, “Naufragio del Sewol”, la radio, “Ferry Sewol…”. En Instagram, Twitter, Facebook… Todo el mundo hablaba de aquello, y yo solo quería huir.
Tan solo 74 de alrededor de 250 estudiantes habían logrado sobrevivir, entre ellos uno de mis amigos, Kim Namjoon. Él me explicó todo lo que había sucedido, cómo había ocurrido todo y como no pudo hacer nada por salvar a los cinco restantes.
El 22 de abril la lista de fallecidos se amplió a 121 y el capitán y otros dos miembros de la tripulación permanecían detenidos y eran acusados de abandonar el buque sin preocuparse por la seguridad de los pasajeros. Para el 25 de abril, el número de fallecidos confirmados del naufragio se amplió a 183.
Algunos días más tarde, fueron enterrados mis seres queridos. Namjoon y yo fuimos al entierro y tuvimos la oportunidad de despedirnos de ellos.
Se abrió una investigación la cual duró 5 meses y reveló que el ferry portaba una carga de 3608 toneladas, tres veces superior al peso máximo permitido. También se descubrió que el Sewol fue sometido a una modificación ilegal para aumentar su capacidad de carga que alteró la estabilidad del ferry. Además, cuando la nave estaba navegando en un canal estrecho cerca de las islas de Jindo, realizó un brusco viraje de 15 grados, tras el que dio un bandazo y volcó.
Aquello hizo que mi sangre hirviera, mis amigos y mi novio habían muerto por diversas imprudencias que sí se podían haber evitado. Sin embargo, me obstinaba en que la culpa era mía, que yo debía haber ido a ese viaje. Jimin me lo había pedido miles de veces, pero yo le dije que no porque simplemente no me apetecía ir. Y ahora me arrepentía tanto. Si tan solo hubiera aceptado ir, hubiese pasado los últimos días de mi vida con las personas que quería.
Fue ahí, cuando la culpa y la rabia me consumieron tanto, que decidí irme. Hasta ahora, dos años después decidí volver para quedarme en mi ciudad natal. Porque a pesar de huir, no he podido olvidar, pero quiero continuar cerca de las personas que tengo y de algún modo cerca de Jimin.
Camino hacia el cementerio de Busan para ver a Jimin. Llevo un ramo de flores, más específicamente, un ramo de cosmos, las flores favoritas de mi chico. La última vez que fui le dije que me iría y hoy le diría que venía para quedarme a su lado para siempre.
Tal vez para la gente era más fácil olvidar, para mí era más fácil pensar que algún día nos volveríamos a reunir. Lo extrañaba demasiado, pero de vez en cuando podía escuchar su hermosa voz o su risa, y entonces sentía que todavía estaba a mi lado.
Miraba nuestras fotos una y otra vez mientras escuchaba aquel audio que me mandó cantando una canción que había escrito para mí. Aún era capaz de sentir sus manos sobre mi piel o verle delante mío bailando como solo él era capaz de bailar.
Entonces llegó a mi mente el día en el que le confesé mi amor a Jimin. Ambos estábamos sentados debajo de un gran árbol de cerezo, el rubio tenía su cabeza sobre mis piernas mientras yo acariciaba su cabello.
—Jungkookie, te quiero.
Sus palabras hicieron que sonriera, aunque ese era el efecto que siempre causaba en mí.
—Yo también te quiero, Minnie, y por eso mismo quiero que seas mi novio, mi pareja, mi chico.
Los ojos de Jimin brillaron, brillaron de una manera única como jamás lo habían hecho, incluso brillaron más que las propias estrellas.
—Acepto, Jungkookie.
Fueron sus palabras y poco después, cuando nuestros rostros estuvieron cerca, nuestros labios se unieron en un suave y lento beso lleno de amor.
Al llegar a su lápida, me arrodillé en el suelo y dejé el ramo sobre la hierba. Cerré mis ojos, sintiendo como el aire golpeaba con suavidad mi rostro.
— Buenos días amor, vengo para quedarme, he vuelto a Busan para estar a tu lado. Te amo demasiado como para estar toda mi vida separado de ti.
Mientras decía aquellas palabras, pude notar como si él estuviera allí conmigo, abrazándome, como si jamás se hubiese ido de mi lado. Me sentí tranquilo, en calma y en paz conmigo mismo. Fue entonces cuando me dí cuenta de que no podía estar separado de Park Jimin.
— ¿Cuánto tengo que esperar? ¿Y cuántas noches sin dormir tengo que pasar para verte? Para reunirme contigo… El cerezo está floreciendo…
Dije refiriéndome al cerezo donde le pedí ser mi novio.
— Te extraño… Te extraño mucho mi Minnie.
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formeralex · 4 years
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El Jinete de la Noche
Nunca había contado esta historia pues me da miedo simplemente recoda aquellos días, fue hace más de treinta años. Mis abuelos, ahora fallecidos residían en un rancho en la sierra de sonora, normalmente era un lugar tranquilo y callado. Ellos tenían ganado y caballos, los cuales eran de nuestro agrado, éramos un grupo de cinco niños entre primos y hermanos de los cuales yo era el mayor y que nos juntábamos cada cierto tiempo para convivir en familia. Nuestros padres y abuelos se quedaban en el jardín platicando y tomando café mientras nosotros corríamos y jugábamos, gritando y haciendo tanto escándalo como se podía, después de todo, no siempre teníamos esas libertades en nuestras vidas cotidianas en la ciudad. Siempre eran días buenos.
Sin embargo, había algo que no nos gustaba de ir al rancho y era pasar la noche, mi abuelo, en lugar de tranquilizarnos nos contaba terribles historias de terror aun con el disgusto de mi abuela y nuestros padres. Nos decía que su padre vivió ahí antes que él y su abuelo antes que su padre y que todos ellos coincidían en algo y es que en ese lugar había algo, algo que solamente salía por las noches, algo a lo que los animales le tenían miedo.
Yo ya tenía la edad suficiente como para saber que simplemente eran historias de mi abuelo asi que intentaba no darle mucha importancia, pero en la noche y al escuchar ruidos no podía dejar de pensar en esas palabras. Escuchaba como los caballos relinchaban y se agitaban y eso no me dejaba dormir. Como la casa de mis abuelos no tan era grande mis primos y yo dormíamos en la sala; Tendíamos y hacíamos casas con las sabanas y cobijas. esa noche todos estaban dormidos, pero yo no podía dormir, recordaba esa voz de mi abuelo diciéndome “hay algo ahí afuera, algo que solo sale por las noches” escuché ruido y me asuste, con mucha valentía hice el esfuerzo para asomarme hacia donde venía el ruido y mire a mi abuelo a un lado de mí.
-Ven – me dijo en voz apenas audible para no despertar a los demás. - Acercate.
Se acercó a la ventana y movió la cortina y se comenzó a asomar, Me levante en silencio intentando no despertar a mi hermano y me pare atrás de mi abuelo. El había notado mi presencia pues con un gesto de su mano me hizo señas para que me acercara. El sonido de los caballos agitados era mas y mas fuerte. Me acerce a el aun con mucho miedo pero un poco mas tranquilo por estar con el.
-Mira – me dijo, haciéndose a un lado para que me acercara yo a la ventana.
No quería asomarme, pero miraba a mi abuelo tan tranquilo que no penseque fuese algo malo.
-Mira los caballos – me dijo, casi con una sonrisa en su boca.
Con un poco de valentía hice a un lado la cortina, al principio no pude ver nada, pues estaba demasiado oscuro afuera. Aunque mis ojos estaban acostumbrados a la oscuridad por estar intentando dormir.
Al fin lo mire, logre ver el caballo que estaba mas agitado, el que relincho varias veces. Había alguien montándolo. Al principio contuve el aliento, pero después comencé a respirar agitado y mi abuelo lo noto asi que cerro la cortina.
-tranquilo – me dijo, con una voz muy calmada – no te hará daño, nunca entra a la casa, en los 65 años que llevo viviendo aquí lo he visto muchas veces, así como mi padre lo miro y mi abuelo
Mire a un hombre – le dije, mi voz se quebraba casi hasta llorar - tenia un traje negro y estaba intentando calmar al caballo. – recordar esa imagen en mi mente me hacia temblar de miedo, no podía entender por qué mi abuelo no le temía, pero supuse que por el hecho de haberlo visto tantas veces.
-Yo no tuve un hijo – comenzó a contarme mi abuelo, mientras se alejaba de la ventana – no me quejo, las hijas que tuve son hermosas y las amo, pero mi padre me dijo que este rancho se lo dejara a mi hijo. El nunca espero que no iba a tener uno. Pero sabes que, tu eres mi nieto mayor y te he elegido a ti para quedarte con este lugar cuando yo muera, pero es importante que sepas esto; Lo llamamos el jinete y él ha estado aquí desde mucho antes que nosotros. Cuando tu tatarabuelo llego a este lugar comenzó a trabajar la tierra, el solo tenía dos caballos y un pequeño cuarto de madera que construyo. Me conto cuando yo tenía más o menos tu edad que la primera noche que paso aquí fue un terror, pues el jinete le golpeaba la puerta durante toda la noche y los caballos no dejaban de relinchar, me decía que él se aferro y no salío hasta en la mañana por el miedo que le daba, y cuando salió miro los caballos, pero tenían una diferencia. El cabello que tenían en la cabeza y parte de su espina había desaparecido. Cuando paso eso, el jinete desapareció por un tiempo, pero a los meses volvió y se dio cuenta que pasaba lo mismo.
- ¿Lo has visto de cerca? – le pregunte, interesado en la historia ahora, con un poco menos de terror.
- -No – me contesto – tu abuelo lo miro de cerda un día y mi padre también. y a mí me toca verlo ahora– me dijo, dándome una cálida sonrisa – después de todo, el siempre ha cuidado este rancho y lo seguirá haciendo cuando tu seas el encargado.
En ese momento no entendía lo que me decía mi abuelo pues todo me parecía extraño y confuso.- porque el cabello – le pregunte –-No lo se – contesto – seguramente lo averiguare cuando hable con el.
Un estruendo en la puerta sonó de golpe. Tres toque toc toc toc, como si alguien tocara con todo el puño y con suficientemente fuerza como para despertar a toda la casa, sin embargo nadie se movió un centímetro.
-Bueno – dijo mi abuelo – ha llegado el momento de conocerlo. Con esfuerzo se paró y se puso a un lado mío. – se que serás un gran cuidador de este lugar después de todo tienes nuestra sangre y a nuestro amigo, vuelve a dormir.
Se acero a la puerta y yo extrañado no pude moverme, estaba como paralizado. Mire que mi abuelo tomo su sombrero del perchero a un lado de la puerta, se lo puso y volteo a mirarme una última vez, sonrió y dio ese paso. La puerta se cerró de golpe que me hizo saltar y me di cuenta que podía moverme libremente, me acerque lentamente a la ventana e hice el mismo movimiento que había hecho mi abuelo, moví un poco la cortina solo lo suficiente para que mi ojo pudiera asomarse hacia afuera y mire a mi abuelo y al jinete alearse poco a poco hasta acercare de nuevo a los caballos, estos empezaron a relinchar y agitarse como antes. Mi abuelo se acercó a uno de ellos y lo acaricio, el caballo al instante se calmó. Pocos segundos después mire a mi abuelo desapareciendo poco a poco en la distancia, junto a él, ese hombre misterios, con su traje negro y su sombrero.
Me recosté nuevamente pues tenía la impresión de que todo lo que acababa de suceder había sido solamente un sueño extraño y con esa sensación me quede dormido. Sin embargo desperté temprano pues había un gran alboroto en la casa, mis padres corrían y escuchaba llantos, al instante recordé el extraño sueño y supe lo que pasaba, realmente el abuelo se había ido con El jinete.
Al despertar mi abuela noto que el se encontraba muerto en su cama, al parecer había muerto mientras dormía en la noche, todos estaban tristes como era de esperarse pero yo me sentía extraño y mientras todos estaban reunidos en su cuarto yo Salí un momento, me acerque a los caballos y comencé a revisarlos, uno a uno, esperando una confirmación de que lo que había visto la noche anterior era real, había terminado de revisar todos excepto uno y al acercarme note que mi abuela estaba junto a el, lo acariciaba y lloraba.
- Abuela - le dije antes de que ella notara mi presencia – El abuelo se fue con El Jinete anoche.
Ella me miro y yo note que al caballo le faltaba su cabello. Era negro, quizás era por eso que el Jinete lo había elegido.
- Lo se hijo – me dijo ella, aun con lagrimas en sus ojos – este lugar es tuyo ahora.
Han pasado treinta años desde que mi abuelo se despidió de mi y quince desde que tome su lugar como cuidador de este rancho, bueno, compartiendo ese crédito con nuestro amigo misterioso, se que un dia el vendrá y tocara la puerta y ese dia lo conoceré al igual que lo hizo mi abuelo, su padre y el padre de su padre. Pero hasta ese dia, compartimos el rancho..
El Jinete vuelve de vez en cuando y aun no sabemos para que quiere el cabello y porque se llevo a mi abuelo, pero lo que si sabemos es que es real y que aquí en la tierra de sonora pasan cosas que mucha gente cree que es simplemente fantasía, muchas gracias por leer mi historia.
Yo tengo un Jinete negro que toca la puerta por las noches, pero tu, que es lo que ira por ti ese dia, cuando debas conocerlo.
F.A
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lapaseante · 5 years
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7 COSAS POR LAS QUE ME QUEDARÍA A VIVIR EN UNA CASA DE HUÉSPEDES
Este julio de 2019 ha sido la primera vez en mi vida que he repetido destino vacacional y -oh sorpresa-, ha sido por el alojamiento. Es más, si pudiera, habría una tercera visita. Hay otro lugar al que pienso volver, más cerca de mi casa y que al igual que el  anterior, me hace alejarme de todo. 
Bienvenidos a MIS  -sí, posesivo en mayúsculas- casas de huéspedes.
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La Guzmana de Ronda
Aún tengo que inventar un nombre que defina mejor a este tipo de alojamiento que parece que a partir de ahora buscaré por toda la geografía –al menos- ibérica: comodidades, trato y huéspedes al nivel de hoteles de cinco estrellas, pero catalogados como “casa rural”, “pensión” o “granja”.
Mientras sigo pensando, os cuento las 7 cosas que al contrario de un amor de verano, han hecho que siga pensando en estos dos alojamientos mucho más allá de septiembre…
 1. Sosiego
En Andalucía se habla alto. En Sevilla más y en los pueblos, ni te digo. Todo el interior de las arquitecturas retumba y tienes que luchar porque tu acompañante te oiga. Llegar a un lugar en el que hablo tan bajito que apenas se me oye solo puede significar que llevo bastantes horas metida en un ambiente en el que reina el silencio. Y el rey de estos lugares para mí está en una pequeña aldea al norte de Portugal. Se llama “Casas Campo Cimo da Quinta”.  A 6 km del  pueblo más cercano –Miranda do Douro-, y en la zona más bonita de Los Arribes del Duero. Un lugar que invita a la meditación y la práctica de yoga sin que en sus instalaciones haya lugares u horas reservadas a ello.
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 Jardín de “Casas Campo Cimo da Quinta”
2. Piscina
Pequeña, íntima, con solarium, al aire libre, rodeada de plantas. Para bañarse, oírla, leer con los pies dentro de ella o mirarla con un té desde la terraza.
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 Piscina de “Casas Campo Cimo da Quinta”
3. Café
La importancia que el café tiene en mi día a día, incluso estando de vacaciones, puede hacer que deteste o adore a un hotel solo por la calidad del mismo. He dormido en hoteles de cinco estrellas con cafés tan desagradables que me han estropeado el resto del día y eso, de vacaciones y a primera hora de la mañana, puede tener más importancia de la que parece.
 Señores directores de hoteles, desde aquí hago un llamamiento: STOP CAFÉ DEPRIMENTE.  
4. Desayuno
Benditos alojamientos pequeños con sus desayunos buffet casi vacíos en el que el huésped de la mesa de al lado se mueve en silencio hacía la fruta fresca si ve que tu pieza de pan tarda demasiado en tostarse. Sintamos gratitud ante ese zumo de naranja natural y fresquito  en jarra grande del que puedes servirte tantas veces  como quieras.
No necesitamos desayunos exagerados con 20 tipos de cereales azucarados y cafés de máquina expendedora. Dos o tres tipos de pan, aceite de oliva de calidad, algo de dulce –si es recién hecho, mejor- y un poco de fruta pueden hacer que te lleves pensando en el desayuno el resto de la jornada. Disfrutarlo tranquila, con un horario propio del verano - ¿Qué es eso de desayunar entre las 7 y las 9?- y con la certeza de que la familia de la mesa de al lado no va a pelear contigo por el último trozo de bizcocho de té verde es de las mejores cosas que pueden pasarte estando de vacaciones. Directores de grandes hoteles, de nuevo tomen nota.
 Oda a la “Bola Doce Mirandesa” casera, mezcla perfecta de azúcar y canela que puedes probar en “Cimo da Quinta” cada mañana de tu estancia.
 5. Cena
Mientras que estos lugares animan a salir a la hora del almuerzo, probar la gastronomía local y descubrir que hay vida más allá del borde de la piscina, las cenas te invitan a no abandonar las instalaciones. Cocinadas a pocos metros de ti y servidas sin prisa, dejarás de preguntarte qué hace un chef francés gestionando una pensión en Ronda o cuántas horas ha necesitado ese salmón para alcanzar el punto de cocción perfecto en la barbacoa exterior de ese rincón de Portugal; simplemente disfrutarás de ello.  
 6. Naturaleza
Viviendo en Madrid descubrí que soy de pueblo, muy de pueblo. Pero en el tema hotel, soy de hotel de campo. Necesito estar rodeada de árboles para conectar con el estado que busco cuando suelo ir de vacaciones y tanto en “Cimo da Quinta” como en nuestro otro protagonista “La Guzmana de Ronda”,  la dehesa y el olivar que los rodean son tan importantes como el lobby  cómodo y luminoso en el hotel de ciudad, del que por supuesto, también disfruto.
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Sendero de “Pena Branca”, donde se encuentra “Cimo da Quinta” a “Aldeia Nova” 
Rutas de senderismo, a caballo o bicicleta pueden ser el complemento perfecto al turismo patrimonial que se puede hacer cerca de estos dos espacios. 
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Los Arribes del Duero desde Miranda do Douro
Miradores desde los que avistar buitres en libertad, un crucero medioambiental que te permite conocer la importancia de esa frontera natural que nos separa del país vecino o balcones naturales improvisados desde los que sentirte pequeñita dentro de la inmensidad de verde que te rodea. Mucho donde elegir.
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 Mirador del Guardia Forestal (Sierra de las Nieves)
7. Patrimonio
 Pasar de la relajación a la curiosidad dentro de la cama más grande en la que he dormido nunca fue lo que me ocurrió en “La Guzmana de Ronda” al recordar que solo 4km me separaban de una de las ciudades más atractivas para los extranjeros desde que la “descubrieran” los viajeros románticos del siglo XIX hasta hoy.
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Ronda 
De igual modo, la parte española o portuguesa que enmarca el Parque Natural de las Arribes del Duero o Douro Internacional incluye lugares llenos de patrimonio como la propia Miranda du Douro, Fermoselle  o ciudades no muy lejanas como Braganza o Zamora. Lugares con- atención- pocos turistas, a pesar de estar muy bien cuidadas, limpias y explicadas.
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Miranda do Douro
Si a todo lo anterior le añadimos una atención al público cercana, un precio nada desorbitado, las comodidades de un gran hotel y una decoración cuidada que no te creer que estás en casa de tu tía la del pueblo, tenemos una combinación perfecta de viaje de fin de semana –o si eres un ser afortunado, entre semana- para desconectar, comer bien, dormir mejor y agradecerle a tu yo del pasado que dejase unos días sin coger de las vacaciones de verano.
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La Guzmana de Ronda
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Espero que estéis disfrutando del verano. 
Os recuerdo que además de aquí podéis encontrarme en Facebook,Twitter y sobre todo Instagram. 
¡Nos vemos pronto!
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you-moveme-kurt · 5 years
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Glee «Baby sussex»
Mayo de 2019
-¡Señor Hummel!… buenas noches... es super tarde… —dijo el Señor Jenkins como primera cosa al ver aparecer a Kurt en el lobby del edificio, miro la hora en su reloj y le dio un par de golpes para asegurarse que funcionaba y que efectivamente sí era la hora que decía y era. -Buenas noches Señor Jenkins, y digo lo mismo… ¿no estuvo en la mañana?... —respondió mirando a su alrededor. -Estuve, pero la persona que asume el turno de la noche tuvo un problema familiar y bueno, ya sabe… —dijo asumiendo, como siempre, que su interlocutor sabía de qué estaba hablando, le bajó el volumen al pequeño televisor que tenía tras el mesón de la recepción y se guardó las manos en los bolsillos para seguir con la charla -Claro… —dijo Kurt mirándolo con cara de aquello no lo sabía— ¿era el noticiario? -¿Cual? -El que tenía encendido… —añadió queriendo mirar. -Si, el del trasnoche… -¿No hablaban sobre Meghan y  Harry?, ¿ o si? -¿Quienes? -En el televisor, alcance a escuchar algo sobre la Reina de Inglaterra… -Ah… no… bueno no se… la verdad es que no le pongo mucha atención a lo que dicen, la tengo mas para no quedarme dormido… —respondió el portero abriendo sus ojos al máximo— ¿por que?, ¿le paso algo? -No, es decir espero que no, es solo que escuche un par de rumores esta tarde sobre que hoy sería el «día D»
-¿El día «D», de que? -Del nacimiento del «baby sussex»... ya sabe Meghan Markle, como es estadounidense se supone y es algo importante para el país. -¡Ah!, ¡el bebé de la señorita de «Suits»… —exclamó el Señor Jenkins como cayendo en la cuenta— pero no… de hecho ahora están hablando de China… otra vez… —agregó mirando de reojo la pequeña pantalla. -Cuando no...  ¿no tengo nada?, ¿verdad?.. —preguntó señalando los casilleros con la correspondencia. -No, el Señor Anderson recogió todo en cuanto llego… ¿por que llego tan tarde?, ¿esta todo bien con el pequeño Henry?… -Todo bien… es solo que tengo muchos compromisos sociales y con la prensa después de mi nominación y… -¡Claro!, sus Tonys…. con mi esposa dimos un brinco cuando escuchamos su nombre… —contó el Señor Jenkins alzando sus dos pulgares. -Gracias, a usted y su esposa…  —respondió Kurt haciendo ademán de retirarse. -Imagínese cuando gane, podré presumir que lo veo a diario… —insistió el portero sonriendo emocionado. -Preferiría que no, pero asumo que cuando la popularidad llega, llega… —dijo Kurt dando dos golpes en el mesón con su mano empuñada, como si sentenciara una cosa que requería una confirmación sonora o algo parecido— en fin… buenas noches Señor Jenkins y no deje que la comunidad lo explote, todo merecemos descanso… —añadió creyéndose presidente del sindicato de porteros de New York, el portero quiso responder a eso pero Kurt terminó por  retirarse rápido dejando al Señor Jenkins con la boca abierta y dispuesto a seguir con la charla.
-Buenas noches Señor Anderson-Hummel… —dijo Kurt entrando en el dormitorio — vaya desorden que ha armado aquí en mi ausencia— añadió al ver que su esposo estaba sobre la cama ya vestido de pijama, con la guitarra en el regazo y un sinnúmero de hojas de partitura esparcidas por todo el cobertor. -¡Oye!... llegaste… —dijo dejando la guitarra apoyada sobre la mesa de noche— no llamaste ni nada… —añadió bajándose — ¿por que?... —preguntó mientras caminaba hacia él. -Porque, pensé que ya estarías dormido… es super tarde… —respondió quitándose los zapatos y el exceso de ropa. -Lo es… —corroboró Blaine mirando su reloj -Discúlpame… he tenido tantos compromisos desde la nominación que a veces pienso que mejor me hubieran pasado por alto… —dijo tomándose la frente. -No digas eso… merecías esa nominación más que nadie… —corrigió Blaine tomándole ambas manos— cuéntame… —agregó guiándolo a la cama— ¿que tal todo?  -Primero tú háblame de nuestro hijo… ¿todo bien? —quiso saber Kurt desabotonando su camisa, sacó la ropa de dormir desde debajo de su almohada y comenzó a cambiarse mientras hablaba con su esposo. -Todo perfecto… —respondió Blaine acomodándose en su lado— de hecho se quedó dormido hace ya bastante rato… —contestó  señalando el baby monitor. -Lo se, lo pase a ver en cuanto llegue… -¿¡Para que me preguntas entonces!?… —exclamó Blaine sonriendo. -Porque me gusta escucharte hablar de él…—dijo subiendose a la cama de un salto divertido— ¿que es todo esto?... —añadió tratando de encontrar un propósito en todo el desorden. -Bueno, estaba escribiendo algunas cosas que se me vinieron a la cabeza.. —contestó ordenando las partituras. -¿Y tuviste éxito?… -Por supuesto… luego te muestro lo que compuse… ah, claro… y en cuanto llegue recogí la correspondencia, la mayoría son cartas e invitaciones… —dijo enseñando un montón de cartas perfectamente atadas con un elástico— excepto esto, que no se lo que es y es bastante pesado para ser correspondencia de algún tipo… —termino por decir moviendo una caja cuadrada como del porte de un computador personal. -¿Qué es esto?... —dijo volteandolo  para ver el remitente— vaya que eficientes… —agrego al descubrir de quién era. -¿Philadelphia?... —pregunto Blaine mirando el remitente. -Así es… —respondió su esposo rompiendo el papel— «Summerdale Mills», es la mejor tienda de telas de esta costa… los contacte y como les dije que necesitaba un millón de cortinas, decidieron romper la regla de solo despachar en el área de Philadelphia y enviarme lo que necesite a donde sea... —añadió descubriendo un muestrario de unos 50 tipos de tela. -Vaya, que «influencer» y eso que aun no ganas tus merecidos Tonys… —dijo Blaine comenzando a mirar las telas, Kurt sonrió e hizo un gesto engreído con su hombro. -¿Has visto televisión durante el día?... —pregunto mirando algunas de las cartas. -Un poco… ¿por que?... —respondió Blaine dejando el muestrario de telas para tomar nuevamente su guitarra. -Porque he escuchado rumores todo el día de que hoy sera el «dia D» para Meghan… -¿Meghan?, ¿que Meghan? -¿¡Que!?... ¡estas peor que el señor Jenkins!… estoy hablando de Meghan Markle… -¡Ah!, claro… pero no… no he escuchado nada… —agregó tocando un par de acordes. -Bueno, luego haré un poco de «zapping» y veré si es verdad...—dijo mirando su teléfono, lo puso en «silencio» y lo dejó sobre la mesa de noche, luego tomó las telas y comenzó a revisarlas de a una— creo que nunca terminaremos de decorar este departamento… —añadió mirando  detenidamente un diseño indescifrable. -Claro que terminaremos… aunque me gustaría terminar primero de desempacar eso sí… —contestó su esposo mirando algunas de las cajas que decían «dormitorio» y que aún ni siquiera eran abiertas. -Pues yo prefiero darle prioridad a lo de las cortinas… no me gustaría que la gente del parque nos vea haciendo quizás que cosas… —dijo Kurt poniendo cara rara cuando mencionaba lo de las cosas. -A mi no me importaría…—respondió Blaine cantando sus palabras— además, ya tendríamos cortinas si no hubieras rechazado todas  las opciones que te mostré y que vi en «Pottery Barn» … -Pues todas tus opciones eran horribles, ¿por que quieres que nuestro departamento tenga cortinas horribles?, ¿por qué Blaine Anderson-Hummel?, ¿por qué?... —dijo Kurt exagerando. -Yo pensé que eran bonitas… —insistió encogiéndose de hombros. -Pues creo  entonces, que tienes un pésimo gusto… —dijo poniendo cara de asco a tres telas seguidas. -Eso es una mentira… -¿Por qué? -Mira al hombre que tengo a mi lado y luego hablamos de mis gustos… —dijo poniendo cara sexy, Kurt lo miro de vuelta y le sonrió coqueto.— y si me preguntas, cualquier tela vendría bien si el propósito último es la privacidad... -Por supuesto que no, dijimos que la sala debía ser un ambiente tranquilo, lo mismo que los dormitorio y las telas con diseños extravagantes, como esas super cortinas de tu «Pottery Barns», no llamaban a la calma precisamente… ¿qué te parece esta?... —dijo enseñando una listada azul con blanco. -Parece un pijama… —opino Blaine cambiando de tres veces de acorde en su guitarra. -¿En serio?... —dijo de vuelta Kurt alejandola un poco para mirarla en perspectiva. -Muy en serio… esa si que me gusta… —agregó su esposo señalando con la boca la siguiente muestra, era de color café extra pálido y tenia unas figuras como en relieve. -Pues parece que están sucias… —replicó Kurt volviendo  a lo de la mueca de asco. -Esta bien, me rindo… escoge la que quieras y a mi me parecera que son las mejores cortinas del mundo… y estás vibrando… —dijo Blaine anotando un par de notas en una de sus partituras. -¿Como? -Tu teléfono… —insistió señalando el aparato con la mirada. -Uy… tienes razón… —dijo tomándolo— ¡oh por dios! —exclamó leyendo el mensaje entrante. -¿Que? -Rachel dice que en la BBC dijeron que Meghan ya esta en trabajo de parto… -¿En serio?, ¿Rachel también está interesada en eso? -Todos están interesados en eso, excepto tú y el Señor Jenkins claro esta… -Claro esta, oye... ¿que tal si olvidamos las telas y la música y nos acurrucamos en la cama?, si bien no estoy cansado, te he extrañado todo el día… —dijo Blaine estirando su mano. -¿Estas bromeando?... —dijo abandonando la cama— llevo nueve meses esperando esta noticia, no me la perderé de verla en vivo… —dijo poniéndose un cardigan abierto sobre la ropa de dormir. -Pero Kurt… -Vamos… solo sera un momento…iré a la sala… si quieres te duermes, yo te cuento todo mañana… —termino por decir Kurt saliendo sin esperar respuesta alguna.
-¿Kurt?... —dijo Blaine llegando a sala luego de un par de horas de espera. -Hola… aun no pasa nada, ¿puedes creer que han cambiado el sexo del bebé como ocho veces?, los ingleses están bien locos. -Lo se… tengo a un Dylan en mi vida… oye, es super tarde… —añadió frotándose los brazos como en busca de calor. -Lo se… pero en Inglaterra es super temprano… puedo pensar que estoy allí con todas esas personas… -¿Hay gente?, ¿donde? … -Fuera del palacio de Buckingham, en Windsor, incluso en un par de hospitales privados donde ha trascendido y será el asunto… —respondió señalando el televisor con el control remoto. -Vaya si estas informado… -Si, con Rachel tenemos una discusión de lo más interesante sobre el posible nombre y otras teorías… —agregó enseñando esta vez su teléfono móvil con la aplicación de mensajería instantánea abierta. -Imagino y lo es… pero… ¿por qué no vuelves a la cama?... puedes verlo en el teléfono, seguro y hay un «streaming» transmitiendo todo. -¿Quieres que vea la noticia más importante del año en una pantalla de 15 centímetros de largo? -No, pero… esta congelado acá afuera, puedes enfermarte…  —insistió luego de un estremecimiento de frío. -Lo esta… pero el televisor esta aquí así es que… no tengo muchas alternativas. -Cambiemos eso entonces… —dijo Blaine quitándole el control remoto, apago el televisor, lo desenchufo  y acto seguido buscó la forma de tomarlo entre sus manos. -¿Que haces? -Si estás de acuerdo… propongo romper la regla que instauramos hace años y ponemos este aparato en nuestro dormitorio… -¿Como? -Lo que oyes… ¿que dices? —agrego sujetando el televisor por la base. -Que era tu regla inquebrantable,  fuiste muy claro en eso de «sin televisión en el dormitorio»? —respondió Kurt tratando de imitar la voz de su esposo. -Entonces, como yo la decrete, yo la derogo… vamos… —dijo Blaine haciendo un gesto con su cabeza. -¿Por qué? -Porque prefiero mil veces tener esto encima de la chimenea que no tenerte entre mis brazos y estar en la cama solo… —Kurt contuvo un poco la respiración pensando que aquello era lo más romántico del mundo, incluso más romántico que cualquier cosa que viniera de Inglaterra— vamos… —insistió repitiendo el gesto— así me cuentas sobre las teorías que tienes con Rachel sobre este esperado «baby sussex»...
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naussensei · 6 years
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Amigos y algo más - Leopika fanfic
Resumen: Leorio siempre esta ayudando a los demás, pero ¿qué sucede cuando un doctor se enferma? En estos capítulos la amistad comienza a confundirse con amor. Kurapika terminó viviendo con Leorio, y ninguno de los dos acepta sus sentimientos. Confesarán su amor, o seguirán siendo amigos? Prepárense para mucho romance, humor, y más romance.
Amigos
Ese día Kurapika había salido temprano a recorrer las calles de York Shin. No vestía su habitual traje de la tribu kuruta, pues no quería llamar la atención de los transeúntes. Sin embargo eso no impidió que algunas jóvenes se detuvieran a mirarlo al pasar, aunque él no lo notara. Pasó a una librería y compro algunos libros. Pasó a un café, y observó el entorno durante largas horas, mientras el sol apenas se asomaba tímidamente entre unas nubes negras. Entonces pensó en el examen del cazador como algo muy lejano en el tiempo, y todos los eventos ocurridos con el Genei Ryodan atravesaban su mente en forma de imágenes ajenas, como en una película. Incluso el hecho de haber asesinado a alguien,… y al pensar en ello su puño se cerraba fuertemente contra su pecho. Aun así solo habían transcurrido unas semanas desde aquellos sucesos, y este era el primer día que salía del lugar donde se estaba recuperando de sus heridas. Leorio se había ido hace un par de días atrás para estudiar, y Gon y Killua estaban en algún lugar seguro siguiendo la búsqueda de Jing. Pensó en todo lo que habían retrasado ellos para ayudarlo, y entonces un sentimiento extraño lo invadió, una mezcla entre culpa y gratitud. En ese momento decidió visitar a Leorio para agradecerle.
Con su licencia de cazador y su astucia rastreo fácilmente la ubicación de Leorio. “realmente eres descuidado” dijo para sí mismo un poco decepcionado de su amigo, pero también se alegró de encontrarlo. Para su sorpresa, Leorio no volvió a su pueblo natal como él había pensado, sino que arrendaba un pequeño departamento en un barrio de la ciudad. Cuando Kurapika entró al edificio, le pareció que no había mucha gente residiendo ahí, y la mayoría eran ancianos. “Claro, es un lugar tranquilo para estudiar” pensó mientras subía por el ascensor.
Una vez ahí llamó a la puerta 2 veces, pero nadie respondió. Volvió a golpear, esta vez fuertemente, y se escuchó una voz que venía desde lejos, y que no sonaba del todo como Leorio
-¡estoy ocupado! No me molesten-
-¡Leorio! Soy yo- gritó Kurapika para que lo escuchara
Hubo un silencio, y después de unos instantes la puerta se abrió unos centímetros, dejándose ver apenas el rostro de Leorio, quien lucía sorprendido pero sin energía.
-¿Kurapika, que haces acá? Deberías estar descansando. Lo siento pero estoy un poco ocupado, podrías volver otro día-
-¿esa es forma de recibir a un amigo?- respondió el firmemente- hazte a un lado, voy a entrar-
-oye espera, te digo que no…- y de pronto la fuerza que impedía abrir la puerta desapareció, y se abrió de par en par. Kurapika pudo ver en su amigo una expresión de dolor y cansancio, y al segundo después se desplomó sobre él, quien de no haber reaccionado rápidamente habría caído con él al suelo.
-¡Leorio! ¿Qué te sucede? ¡Leorio, Leorio! ¿Me escuchas?- pero yacía inconsciente en sus brazos, respirando agitadamente. Observó su torso desnudo y empapado en sudor, y se percató de que la temperatura de su cuerpo estaba altísima. Se las arregló para llevarlo hasta el sillón que había en la sala de estar, y sacó rápidamente su celular para llamar a una ambulancia. Pero a un segundo de marcar se detuvo…"si llamo ahora nos expondremos a un ataque, pues nos hemos hecho muchos enemigos. Eso es más peligroso que cualquier cosa. Debo ingeniármelas para ayudarlo solo". Guardó su teléfono, y comenzó a buscar con la mirada algún botiquín de emergencias, pero el lugar era un caos “vamos Leorio, eres un doctor, debes tener medicina en algún lado ¿Qué haría el si fuera yo en esta situación? Ya sé, primero agua, y tratar de bajar la temperatura, después algo para aliviar el dolor”. Buscó en la cocina un recipiente para llenarlo con agua y una toalla, y una vez mojada la puso sobre su frente. “No es suficiente”. Buscó entre medio del desorden y encontró el maletín que Leorio siempre llevaba consigo, y encontró varias frascos con píldoras que no reconocía, y las leyó todas: “antipirético… recuerdo haber leído que esto servía para la fiebre”. Sacó una de las píldoras y la disolvió con agua en una cuchara, y se la dio a beber a su amigo que seguía inconsciente. No sabía cuánto tardaría en hacer efecto, ni si tendría realmente efecto, y mientras tanto solo podía esperar y mojar con la toalla su rostro y su cuello. Comenzó a sentirse cansado, y decidió sentarse al lado del sillón apoyando en el su espalda, por si se quedaba dormido podría sentir si Leorio se despertaba.
Después de dos horas Leorio abrió sus ojos, pero aún estaba mareado por el calor, y el dolor de cabeza no le permitía ver claramente. Solo vio una figura menuda y rubia que le daba la espalda, y dentro de su alucinación imaginó a una sexy enfermera que lo cuidaba en el hospital, y aun enfermo, tenía las fuerzas para aprovecharse de la situación, acareando su trasero.
-¡ah!- Kurapika se despabiló instantáneamente- qué crees que estás haciendo maldito pervertido…- y cuando se dio vuelta para darle un buen golpe, se arrepintió al ver que su amigo ahora dormía plácidamente, y que se había borrado de su rostro todo el dolor. Kurapika suspiró- me alegra que te hayas recuperado, idiota- y después de eso volvió a su posición y cerró los ojos.
….
Al día siguiente cuando Kurapika abrió los ojos se encontró con un techo desconocido. Lo despertó un olor a café y pan tostado, y un sinfín de aromas que no reconocía. Cuando se sentó para levantarse se dio cuenta que estaba durmiendo en el sillón, y que ese olor provenía de la cocina. Vio a Leorio en pie y con un delantal preparando el desayuno.
-¡oh ya despertaste! Buenos días-
- b-buenos días- dijo Kurapika aun medio dormido. Observó con detención el desayuno que preparaba, pues no tenía idea de que su amigo tuviera tanto talento para la cocina…"espera un momento, ¿que estoy haciendo?“
-¡eh!- dijo exaltado señalando a Leorio- ¿Qué crees que haces en pie?
-¿hm?- Leorio lo miro extrañado- desayuno, ¿no es obvio?
Kurapika se acercó lentamente y con un aura amenazante, comenzando a enfadarse.
-hey hey, tranquilo, ya estoy bien. En serio, además soy doctor no necesito que me cui…-
Kurapika posó violentamente su mano sobre su frente, y sintió como ardía hasta casi echar humo
-VETE A DORMIR- y de un solo golpe lo mando a la cama
- me siento peor que antes- dijo Leorio desde su cuarto, resignado.
En una bandeja Kurapika puso el desayuno que su amigo había hecho, y lo llevo a su cama.
-en serio eres increíble- dijo mientras se sentaba en la cama a su lado- siendo doctor me extraña que no sepas cuidarte
-deja de molestar –dijo a regañadientes mientras daba un mordisco a los huevos revueltos. Hizo una pausa para tragar- Pero me alegra que hayas vuelto a la normalidad.
-Leorio… tú, Gon y Killua me ayudaron, aplazaron muchas cosas. Todo este desorden, y la falta de tiempo para estudiar, es mi culpa. Lo siento, y gracias
- no seas ridículo, no necesito tu agradecimiento. Si no, ¿para qué están los amigos? Además, ¿tú no tienes cosas pendientes también? ¿Qué esperas? Aún quedan miembros de…
-Leorio. Voy a quedarme aquí unos días- lo interrumpió
-¿eh? De ninguna manera-
-¿y por qué no?-
-porque no-
-esa no es respuesta-
-esta es mi casa y digo que no- dijo cruzando los brazos
-¡esta es tu casa pero nadie puede vivir en este desorden! No sabes cuidarte-
-¿yo no sé cuidarme? ¡Tú tampoco! Menos me vas a cuidar a mí-
-al menos lo hare mejor que tu-
Kurapika se había puesto de pie y lo miraba fijamente a los ojos con expresión decidida, de brazos cruzados. Leorio lo miró unos instantes, y luego suspiro. El tiempo le había enseñado que era imposible discutir con él.
-está bien haz lo que quieras- dijo apartando la vista, y su amigo sonrió. Luego lo miro seriamente- Pero en serio, ¿qué harás con el resto del Genei Ryodan?-
- el odio y la ira aun no me abandonan. Pero esta vez quiero tomarme las cosas con calma. Hay otras cosas importantes también- dijo mientras las cadenas de su mano temblaban, y cuando termino de hablar, cerró los ojos y estas desaparecieron.
Leorio lo miro con alivio, y luego prefirió cambiar de tema - en realidad yo estoy estudiando para postular a una beca en otro país, y continuar mis estudios como doctor. La prueba de admisión es en un mes más, y he estado estudiando tanto que a veces paso las noches de largo, y con el frio que ha hecho estos días creo que bajaron mis defensas. Además, al parecer me agarré algún virus. Por eso no quería que entraras. Pero ya he tomado los antibióticos necesarios, así es que no hay peligro-
-entonces está decidido. Te ayudare durante estos días para que puedas estudiar. Pero primero, debes descansar unos dos días más, y no me porfíes-
-sí, si- dijo Leorio agitando sus manos.
…..
-¡son las tres de la madrugada! ¡Ve a dormir ahora! ¿O quieres enfermarte de nuevo?
Los dos días pasaron rápidamente, y Leorio no desobedeció. El resto de la semana Leorio pasó sentado en su escritorio leyendo y escribiendo, mientras Kurapika ordenaba y limpiaba todo el departamento. Salía nada más que para comprar, y se encargaba de cocinar, aunque sus esfuerzos terminaran en un fracaso. Simplemente no tenía la habilidad para cocinar de Leorio, y sin embargo él comía de todas formas todo lo que preparaba. Leorio no se detenía más que para comer e ir al baño, y cuando Kurapika lo obligaba a ir a acostarse.
-suficiente por hoy Leorio-
-¡pero aun no termino esta unidad! Solo unas horas más-
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poliantum · 4 years
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25 Instantáneas de Daniel Wence o El que no me trague que se ahogue/ Héctor Alvarado Díaz
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1. ¿Te enseñaron algo en la Escuela de Letras?
A jugar con la lengua.
2. ¿Cómo te ha ido con las publicaciones?
He sido afortunado. En cada publicación me he topado con editores increíbles, comprensivos y críticos que me han ayudado a ver la obra de manera integral, desde otra perspectiva y a ver detalles que no había advertido… editores al fin. Cada experiencia de publicación ha sido bien distinta y muy estimulante, desde la Ceibita hasta lo que estamos cocinando ahora. Tanto como autor como siendo editor ha valido la pena. Por ejemplo, cuando me cuentan que se encontraron o que leyeron un libro mío en tal lugar, en tal evento. Cuando me los piden o me escriben por redes; cuando me mandan una captura de pantalla con un fragmento; cuando pongo un libro en el servicio postal para que llegue a su destino; cuando en las presentaciones hacen comentarios, se acercan a comprarlo, a que lo firme. Realmente me ha ido bien con las publicaciones. Aunque también me han escrito para decirme que no encontraron ningún libro mío en ningún stand (risas grabadas).
3. ¿Qué es Clarimonda y cómo te relacionaste con ella?
Conocí la palabra fanzine gracias a Clarimonda. Tengo entendido que fui el segundo de abordo por un rato, justo cuando no sabía nada de fanzines ni de edición ni de mesas de lectura. Nos decían Los clarimondos. Organizábamos tertulias, hacíamos presentaciones. Hubo mucho jolgorio y mucha amistad en torno a La Clari. Luego ya no estuve porque Manuel y yo teníamos ideas distintas respecto a la difusión literaria y nos inclinamos por estéticas diferentes, pero la amistad quedó y el cariño por la ahora revista digital, sigue intacto.
4. ¿Sufres o disfrutas?
Depende el qué, aunque tiendo más al disfrute. Sufro cuando me frustro, cuando no me pagan a tiempo, cuando la música está muy alta o muy igual, cuando se permite fumar adentro del bar y la chamarra queda oliendo a cigarro, cuando leo comentarios retrógrados en las redes sociales, cuando leo las noticias, cuando una de mis plantas se marchita o no se logra.
Por otro lado disfruto, y mucho, cuando la música está regulada y se puede platicar o bailar a gusto, cuando una marcha incómoda se hace viral, cuando retoñan mis plantas, cuando fluyen las ideas, cuando me pagan a tiempo, cuando la diversidad se hace visible, cuando les va bien a lxs otrxs, cuando hago planes amorosos. Disfruto las cosas cotidianas: estar en casa, preparar café, cocinar, leer, trabajar, ver a mis amistades, leer sus libros, ir a sus presentaciones, hacer el súper, ir a festivales literarios, dormir, viajar, chacharear.
5. ¿Los jóvenes son una magia o una mafia?
No creo que la edad determine esas cosas. En cualquier grupo etario pueden existir e incluso coexistir ambas. Como sea, yo creo bastante en ellxs.
6. ¿Funcionan las antologías?
Mucho. Sobre todo las que están bien hechas. Te dan la oportunidad de conocer autores y autoras que tal vez de otro modo no habrían llegado a ti. Al final son una recomendación de alguien más y eso está bien. A mí me fascina revisar antologías y también colaborar para construirlas.
7. ¿Y las revistas?
Lo mismo. Me gusta husmear tanto en revistas como en antologías a ver qué está pasando con la poesía en otros estados, países, grupos…
8. ¿Qué te deprime?
La (maldita) primavera. El calor.
9. Cinco poetas de tu biblioteca personal.
Abigael Bohórquez
Anne Carson
Néstor Perlongher
Wislawa Szymborska
César Vallejo.
10. ¿Hay otras artes que te apasionen?
Por supuesto. La música, el teatro y el cine son muy importantes para mí. Voy a conciertos, a funciones de teatro y veo cine con regularidad. En casa somos aprendices de músicos. Hago mis propios videos de paisajes, tomo fotos analógicas, he dirigido talleres educativos de teatro, cine-clubes. También aprecio con emoción las visuales, la danza, la arquitectura. Bailo salsa bastante bien, pero nunca he construido ni un castillo de arena, y la última vez que hice un dibujo serio fue allá por los noventas, cuando se transmitían Los Caballeros del Zodiaco y la conductora Adriana de Castro nos incitaba a mandarle dibujitos al programa Caritele. En resumen, disfruto y trato de comprender el arte como espectador, pero a algunas manifestaciones me les acerco demasiado a ver qué se siente. Y aunque no sea considerada un arte, la educación me apasiona: el arte de educar (já).
11. ¿Lees a tus compañeros de armas?
Lo hago con gusto, con admiración. También con la responsabilidad de quien organiza un encuentro de poetas.
12. Animal preferido.
El escuerzo.
13. ¿Hay remedio para la humanidad?
Viertes en un bowl educación, empatía, justicia, inclusión, sensibilidad, trabajo, colaboración, descanso, diversidad, arte, respeto, poesía, dignidad, café, cuidado, civilidad, más educación (no confundir con educación institucional exclusivamente), igualdad, amor. Lo revuelves. Hay que tomar el brebaje tres veces al día durante toda la vida.
(Ése se me ocurre, pero seguro hay más).
14. ¿Te has imaginado siendo alguien más?
Constantemente. Sobre todo personajes de ficción. Casi no conozco a nadie que no se haya imaginado siendo Batman.
15. ¿Te guías por los sueños?
¿Dormido o despierto? A veces mientras duermo encuentro soluciones a cosas complicadas, entonces me despierto y le doy forma a lo que soñé. Los otros sueños, que son más bien aspiraciones, también me guían. Aunque a veces hay que improvisar.
16. ¿Andas en bicicleta?
¿Has visto a los automovilistas?
 17. ¿Escribes de día?
Transcribo y corrijo de día. Escribo más bien de noche o de madrugada.
18. ¿De qué te mantienes?
De la chamba.
19. ¿Es cierto que los escritores son vampiros?
A ver:
·        Tienen colmillo: ✓
·        Vuelan: X
·        Son misteriosos: X
·        Causan pánico: X
·        Se alimentan de la esencia vital de otros seres vivos para así mantenerse activos: ✓/ X
·        Vampirizan: ✓
2.5 de 6: creo que no lo son.
20. Cinco grupos que admires.
Nick Cave & the Bad Seeds (a propósito de vampiros), la Escuela de Nueva York,
el reino fungi, el Círculo de Praga, Mecano y, como bonus, a mi grupo de la Facultad de Letras.
21. ¿Sientes que has publicado poco?
No. Me parece que voy bien.
22. ¿Participas en el quilombo cultural?
No sé si quilombo se refiere al desastre cultural o sólo a las actividades culturales. Si se trata de las actividades: sí, me involucro tanto como puedo. Si se trata del desastre: no, lo evito tanto como puedo.
23. ¿Has sentido los embates de la burocracia?
¿Quién no?
24. ¿Los amigos son importantes?
Tanto como las amigas.
25. ¿Te sobran proyectos?
Me sobran ideas de proyectos. Me falta tiempo y otros recursos para concretarlos. Pero no llevo prisa
_____________
Daniel Wence. Plaza del Limón, Michoacán, 1984.
Poeta, gestor cultural y educador. Egresado de la Facultad de Letras de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
Autor de los libros de poesía Nada de incrustaciones (La Ceibita–Tierra Adentro, 2010), Arlecchino (Editorial Montea, 2017), Discordantes (Instituto Zacatecano de Cultura, 2018) e Historia natural de la melancolía (Instituto Sinaloense de Cultura, 2018).
También es autor de algunos libros infantiles como El pirata triste, Calcetín Zurcido, Princesa – bruja y astronauta, Hermanas aves (Editorial Derecho y Revés, 2016 en colaboración con Seigard-Chile), entre otros.
Fundador del Encuentro Nacional de Poetas Jóvenes Ciudad de Morelia. Ha sido becario del programa Cultura para la Armonía (Secretaría de Cultura, 2016) y del Programa de Estímulos a la Creación y Desarrollo Artístico de Michoacán (PECDAM) en su edición 2018–2019.
Recibió Mención Honorífica en el Primer Premio Nacional de Literatura Diversa, Zacatecas 2016. Ganador del XII Premio de Poesía en Lengua castellana Categoría A, de la Fundación Jesús Serra. Barcelona, España, 2019.  
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malbersado · 4 years
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Cosas que consigo gracias a levantarme a las 5.30 horas todos los días
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Cada día de nuevo es un esfuerzo levantarme a las 5.30 horas. Por mucho tiempo que ya lleve con el despertador fijado en esa hora, no por ello se convierte en una tarea más sencilla. Soy consciente que uno de mis puntos fuertes es tener la disciplina de llevar a cabo algo asi sin buscar excusas. Lo que empiezo una vez, lo acabo. Esto también puede tener efectos contraproducentes de no saber cuándo hay que parar pero eso ya daría para otro post.
Tiempo para mi
Lo primero que hago cuando me despierto es reservar tiempo para mi. Cuándo estas con mil historias y además tres peques en casa que requieren de ti puede ser algo fantástico tener tiempo donde únicamente tienes que preocuparte por ti mismo. Lo primero que hago es prepararme un café y sentarme para aprender algo nuevo a través de vídeos de Youtube. Poco después empiezo a redactar estas líneas. Otra cosa que hago para mi. Una vez que he programado el post para el día siguiente a las 00.01 me pongo con el deporte. Después me ducho y entre las 7.00-7.15 horas empieza mi día de trabajo.
Reducción de niveles de estrés
Cuándo para otros suena el despertador yo empiezo a trabajar. Antes de adelantar el despertador también hacía todo eso pero durante toda la mañana sentía ese estrés de todavía tener que sacar hueco para el post del día y el deporte a mediodía. Sobre todo cuando se acumulan muchas tareas esas cosas que haces para ti parecen menos importantes aunque no lo son. De esta forma empiezo el día con los “deberes” hechos. Algo que debería ser algo positivo (escribir y hacer deporte) en estos tiempos me podía generar ansiedad. Ahora mismo es todo lo contrario.
Sacar faena como si no hubiese un mañana
Mi día empieza sobre las 7.00 y acaba sobre las 19.00 horas. No son siempre 12 horas exactas pero más o menos es el tiempo que estoy trabajando. Tengo una pausa de 15 minutos para desayunar (sobre las 8.30 horas) y otra para comer (12.30 horas). Y sí, me he adaptado 100% al horario alemán.
Te pueden parecer pocas pausas y tienes razón. La cuestión es variar entre tareas cuándo te cansas. Las más duras las llevo a cabo por la mañana cuando la cabeza todavía esta fresca. Las más ligeras las intento hacer por la tarde. No siempre es exacto pero más o menos es lo que hago.
Cada día tiene un planning donde divido mis 12 horas en franjas de 30 minutos para sacar faena como si no hubiese un mañana. De esto creo que ya te he hablado en algunas ocasiones. Me funciona muy bien incluso ha remplazado mi lista de tareas.
Mi nivel de productividad ahora mismo es un 30-40% superior. Tengo 8 clientes que asesoro, 3 proyectos propios, 2 contratos de libros y todavía tengo la sensación que puedo con todo. Igual me equivoco pero fines de año veremos.
Mis días por cierto no son más largos que antes. Me acuesto antes. A las 9.30 apago la tele y me preparo para ir a la cama. Ver 1 hora de Netflix me relaja. En ocasiones incluso me quedo dormido. Podría leer un libro pero a esta hora mi coco ya no da para más. Esto es todo de momento, toca empezar el día…
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Stay tuned.
via JorgedelBarrio.com
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gabrielledelumiere · 5 years
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INMORTALES AL DESPERTAR (La orden de los TOREADOR)
CAPITULO II
El capitulo primero lo terminamos con este párrafo: “Ingreso a una Camarilla Secreta donde hay más de 250 guerreros y guerreras portando un traje oscuro y una capa roja, los cuales a mi ingreso se quitan el casco, se arrodillan y me hacen reverencia. Entro en pánico y salgo corriendo”.
Ahora damos continuación a ésta maravillosa serie y para esta vez, ojalá nos dejen sus comentarios, para saber si se le da continuación o se corta hasta aquí. Gracias.
…iba por el pasillo corriendo sin mirar siquiera y como es lógico, me tropecé, caí sin compasión golpeándome nuevamente. Desperté en el hotel nuevamente con Alekseiev, él seguía dormido, parecía no haber transcurrido mucho tiempo. Grité, ¿Acaso me estaba volviendo loca? Alekseiev se despertó y me miró preocupado --- ¿Amor, que tienes, que te pasa, Ishkar? ---No lo sé, abrázame, no me sueltes, quédate conmigo ---Si, aquí estoy, no voy a irme---me abrazaba fuertemente, frotándome los brazos, acariciándome el cabello, besándome la frente, poco a poco fui quedándome tranquila y desperté dos horas después (esta vez sin soñar -al parecer-) Se terminaron las vacaciones y los episodios no volvieron a presentarse; ninguno tocaba el tema de lo ocurrido en Liechenstein, retomando mi vida de calles y personas del común, yo Ishkar no volví a revivir ningún momento tormentoso.
Dos semanas después, Alekseiev debía retornar a sus labores ---Amor, mañana es el día, debo partir, se acaba el tiempo que solicité para tomar un descanso, vente conmigo, no quiero dejarte sola ---No te preocupes Alek, ya teníamos un acuerdo, sobre nuestros espacios, no los debes cambiar porque pienses que tienes que cuidarme. ---No amor, no dije ---le corté de un tajo— ---No, ya se lo que sigue, lo dices porque me amas, pero de verdad que no tienes que parar por mí, ve, además, yo también debo retomar mis quehaceres.
Esa noche nos quedamos en casa, pedimos comida y nos colocamos a ver una peli. A la mañana siguiente él con dolor en el alma se despidió y yo me quedé en el picaporte de la puerta añorando su compañía.
Transcurrió un mes donde ir y volver de mi trabajo era lo más revolucionario que hacía. Una tarde no quise ir a casa y me quedé en un café cercano, pedí una copa y de fondo se escuchaba una de mis canciones favoritas “Siéntate de José Luis Perales”, me dejé llevar por la música, el lugar, el momento y cerré los ojos. Cuando los abrí estaba nuevamente en la colina hacia el Castillo de Gutenberg, acaricié mi cuello, pasé una mano sobre mi rostro y me sentí apesadumbrada, detallándome un poco más advertí que traía un traje de guerra, que estaba sobre un caballo, que un ruido empezaba a oírse desde lejos, eran voces de batalla
---Vamos a la guerraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa ---otros añadían ---Al campo de batalla y esta vez venceremooooooooooooos---Una voz muy cerca de mi dijo ---Señora mía, con usted de nuestro lado, somos invencibles, nunca habíamos contado con todas las legiones juntas para una cruzada y ahora fíjese---hizo un gesto mostrándome todo el batallón a nuestra merced, esperando una simple orden para armar la revuelta. ---la orden—continuó---está a su voluntad, lo que usted decida ellos van a acatarlo. --- mi reacción era lenta, intentaba ubicarme en todo esto que sucedía ---Discúlpame, yo, ---Tomé con ansiedad mi cabeza retirando el casco que me protegía, ----Friederich, ¿cierto?
---Si mi señora, su fiel servidor y admirador, su habilidad en batalla ha inspirado a todo este pelotón, están felices de librar esta guerra a su lado, yo mismo no me lo creo---se asomaron unas leves lágrimas a sus ojos---No puedo creer ser caballero aun y estar a su lado, cuando dábamos por hecho su ausencia después de la Batalla de Austerlitz, ¿recuerda?, De la que se dijo llamar también tiempo después como -La Batalla de los Tres Emperadores- no volví a sonreír hasta su retorno y ahora me siento invencible mi señora. ----Sonreí, sin duda era uno de los mejores cumplidos que recordaba haber recibido y era real, no buscaba conquistarme.
---Gracias Friederich, pero, no creo ser todo lo que dices, sino mírame, sin saber que hago aquí, en medio de tantos caballeros. ---intenté bajarme del caballo, pero rodé, caí sentada en pleno lodo, el cual abundaba en el lugar donde nos encontrábamos. ---¿Señora, señora; ¿estamos a punto de cerrar, le pedimos un taxi? --- ---¿Taxi?, disculpe ¿Qué hora es? --- Casi las seis señora, y creo se pasó de copas porque ha estado hablando incongruencias, definitivamente debería pensar lo de ingerir licor. ---No, estoy bien---dentro de mi repetía (no es el licor, no es el licor)---No se preocupen, yo tengo mi auto fuera, no estoy ebria, puedo manejar---ellos insistieron hasta el cansancio y si, decidí ser cauta y esperar por un taxi.
---Señora, el taxi acaba de llegar, ----di las gracias y dejé una jugosa propina por las molestias causadas----Señor me lleva por favor al Castillo de Gutenberg. ---Pero señora, debería tomar mejor el tren o el tour hasta allá, estamos algo retirados y el auto no está preparado para ese terreno, discúlpeme ----Está bien, lléveme hasta donde pueda tomar un transporte hasta allá ---Como ordené---Así fue, él me dejó cerca de los buses turísticos que hacen el recorrido hasta ese lugar, no recordaba bien el camino, puesto que la vez que fui con Alekseiev, estaba ensimismada pero esta vez, algo debía encontrar, esas ausencias y el descontrol en mi realidad no me estaba gustando; sin planearlo me quedé dormida de camino. ----¿Señora mía, señora mía?, responda por favor, nos tiene preocupados ----Friederich, ----esta vez le miró decepcionada--- ¿Otra vez tú, dime qué me está pasando? --- ----No entiendo su pregunta mi señora, ---lo tomé por el cuello y le insistí, primero enojada y luego llorando---- ----Por favor, no entiendo nada, ¿Dime que me está pasando?, no entiendo nada, mi vida es un caos, ya no se cual es mi realidad.
----Pues mi señora, aunque soy muy chico, relativamente la historia la sitúa como ¡La Señora de la Orden Secreta de los Toreador!, aquella que protege a toda Alemania, Austria y Suiza de los Mongoles y todos los enemigos que se nos han levantado en mas de siete mil años, donde usted nos lidera hace mas de cinco mil años mi señora, esa es usted, nuestra líder, guerrera, gobernante, ama y dueña de todo este imperio.---- me tomó de la mano y recorrimos grandes habitaciones del castillo donde nos encontrábamos, luego empezamos a subir por unas escaleras eternas, media hora luego teníamos una vista increíble, podíamos mirar toda la ciudad desde ahí,---Mi señora, todo esto y aun lo que no se imagina le pertenece a usted y a la familia ARKANIKOV PANINETRIOVISH, señores feudales, dueños de toda la comarca.
Empezaba a amanecer, la luz bañaba todo el lugar, de pronto él-Friederich-, me tomó del brazo, ---vamos señora, empieza a amanecer, --- era tan hermoso ese amanecer que no escuché cuando se alejó de mi lado. Desde la oscuridad me observaba con admiración y encanto. ---Que buen día empieza Friederich, deberías venir hasta aquí y acompañarme ----Mi señora, eso es algo que solo puede hacerlo usted, que ha logrado conquistar el día y la noche; yo solo soy un pobre aprendiz, que espero provechar todas sus enseñanzas. ----Ya he estado antes aquí, justo aquí---añadí --- siento el sol en los huesos reconstruyéndome, me revive, siento calor en el lado izquierdo del pecho, aunque no hay movimiento siento volver la vida a mí, es extraño, empiezo a recordad muchas cosas, Friederich ayúdame--- Caí de rodillas, me pesaba el cuerpo tanto que no podía estar de pie. ----Señora, señora----salió en mi ayuda aun a costa de su vida, se rostizaba mientras caminaba hacia mí, al llegar a mi encuentro empezó a recuperarse, me tomó en sus brazos y me llevó a los aposentos. ---Gracias, ahora déjame sola por favor---Me recosté y sentía que las paredes y los cuadros me hablaban, se venían todos encima de mí, me levanté y dando tumbos salí de la habitación, pero al salir me encontré en la entrada de una de las habitaciones del Castillo en la actualidad. De pronto suena mi teléfono, (número desconocido), contesto----¿Si, hola?
--- Pregunta donde queda el dispensario del Castillo, ábrelo que ahí te hemos dejado unas llaves, úsalas en la puerta numero 4----colgaron sin dejarme preguntar nada más; corrí a ejecutar la orden, así fue, efectivamente estaban las llaves, me dirigí a la puerta referenciada y cuando la abrí me encontré en la habitación de la cual había salido hacia muy poco, era una réplica casi exacta del castillo en el que parecía perderme de la realidad. Dentro estaba Friederich
----Mi señora, llevo más de 200 años mortales viniendo a este sitio a esperar recuperar su persona desde nuestra ultima batalla donde casi la perdemos…
Continuará.....
Textos Íntegros Prohíbida su reproducción total o parcial XXXGabrielle De LumiereXXX ©Derechos Reservados de Autor© 2019
PD: Espero les guste y no olviden dejar sus comentarios (positivos, negativos, pero queremos conocer sus opiniones sobre...) y ojalá proponer que les gustaría ir leyendo, se acoplará a los aportes que vayan dejando ,
Ya sabe, los que no deseen la etiqueta, sin pena pueden retirarla. Gracias Totales...GDL
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rdudda · 5 years
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Sevilla-Murcia
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Lo que más ilusión me hace del viaje es ir en AVE. Si voy en tren, me hace más ilusión el viaje que el destino. Me apetece ir a Sevilla, y conocer a J., y presentar el libro y comer manteca colorá y carne mechá y beber fino, claro. Pero si el viaje fuera ir y volver en AVE la misma mañana yo estaría también feliz.
Voy escribiendo una columna que luego no se publicará. Me escribe J.N. para decirme que como hay especial de elecciones en el periódico me cambian a la semana que viene. Pero la columna me gusta cómo está quedando y la termino. No he hecho otra cosa que escribir en el viaje. Escribo lento, nunca dejaré de sentir el mismo agobio (antes) y perplejidad (después) cada vez que escribo: al principio no puedo imaginar cómo se me puede ocurrir algo, al final no puedo imaginar cómo se me ha podido ocurrir algo.
Al llegar a Sevilla ando al hotel. Son 47 minutos. En el centro me obsesiono con no parecer turista. Hago como que controlo pero me pierdo constantemente. No puedo andar ni 10 metros sin mirar Google Maps, que además creo que no me funciona bien y va ralentizado.
Tengo varios stendhalazos. Realmente no conocía Sevilla y es preciosa. Al lado del hotel desayuno una tostada (casi un bocadillo) de manteca colorá y un café por 2.40. Descanso en el hotel y salgo a andar. Como dos montaditos de carne mechá en una taberna (el turismo es solo turismo gastronómico y punto) mientras leo Ofendiditos, de Lucía Lijtmaer, que me parece flojo. Sigo andando. Los dos J. me dicen que quedemos un poco antes de la presentación. Es en la Casa del libro. Pero un J. llega en bus desde Madrid tarde y el otro ha pillado atasco al salir del trabajo. Me toca esperar. Sigo andando. Compro un cargador de móvil en El Corte Inglés y luego meriendo en una confitería. Sigo andando, busco un sitio a la orilla del Guadalquivir donde sentarme. Todos están al sol. Encuentro un lugar a la sombra, bajo unos árboles que me tapan completamente la vista del río. El suelo está lleno de plásticos, lo poco que veo del río está lleno de basura. Me siento encima de la bolsa de El Corte Inglés para no mancharme el pantalón nuevo y casi se me cae al río la bolsa de tela con la cartera, las llaves, el ipad, los auriculares. Intento leer en una postura incómoda y no duro más de 5 minutos. Siento que se me van a saltar las costuras del pantalón. Sigo andando. Me duelen los pies. Tendría que haberme quedado en el hotel. Encuentro otro bar donde quedarme. Llevo ya tres cafés, esta voz pido coca cola.
La presentación sale bien. Viene poca gente, familia de Y., familia de J., que presenta su propio libro de manera profesional, acostumbrado a hablar de él por media España. Hay un hombre que dice que conoce Letras Libres. Hace un comentario largo sobre que ya no hay libertad y no sé qué responder así que hablo de los peligros de las redes sociales. En un momento de la conversación comparo el feminismo radical con el independentismo. Menos mal que no hay registro de nada. Me alegra conocer a G. y C., a los que conozco por Twitter. Ambos majísimos, me sorprende lo educado y gentleman que es G. Salimos luego a tomar algo, J. nos habla de su trabajo en la Comisión Europea en Sevilla y de la concentración de riqueza y terrenos en Andalucía, de la España vacía. Hablamos de Twitter, del PSOE, de Ciudadanos, cotilleamos. Me apetece salir más pero en el grupo hay dos abstemios y estamos tomando ya un helado.
Al volver al hotel me siento un poco como un viajante o un empresario que viaja mucho por negocios y frecuenta muchos hoteles y bebe botellitas pequeñas de whisky del minibar. Es una imagen deprimente que sin embargo me gusta. Me duermo con Innisfree, el documental de Guerin, de fondo en La2. Las escenas pastorales e idílicas de la campiña irlandesa funcionan mejor que el ASMR.
Al día siguiente desayunamos churros frente al Guadalquivir y vamos a la Feria del Libro. Cuando llegamos a nuestra caseta todavía no la han abierto. J. y yo nos sentamos y vemos pasar a la gente. Poco a poco se va animando, pero nadie pregunta por nuestros libros. “Escucha tienes un libro de málaga cocina fusión que me ha dicho mi mujer”, “Eh eh, mmm, eh, tien…,tienes el de arturooo y la espada de excaliburrrr?”, “disculpa ¿tenéis libros de autores australianos?” No vendemos nada pero ayudamos a vender un tomo de Mortadelo y varios libros sobre chicas adolescentes, con purpurina en la portada. Dos hombres, hermanos, de unos 60 años, uno con discapacidad intelectual y el otro simplemente extraño y siniestro, nos visitan. El extraño y siniestro nos explica que su hermano recopila firmas de famosos en una libreta. Su idea de famoso es muy amplia. Nos pide que le firmemos. Yo solo pongo “Muchas gracias, Ricardo”, como si él se llamara Ricardo. Luego me piden Manual de resistencia de Pedro Sánchez, que está en la estantería que tengo detrás.
Me tengo que ir pronto. Tengo un blablacar de Sevilla a Murcia a las 14h. Me ha tocado mesa electoral otra vez. La chica del Blablacar es aburridísima, habla extraño, pregunta pero nunca repregunta, intercambiamos quizá unas 52 palabras en 5 horas y media, me dice que la mayoría de los periodistas manipulan, luego me hago el dormido pero se me da fatal, intento leer pero como voy de copiloto me sabe mal así que me dedico a mirar por la ventana. Si ella no me da conversación yo tampoco. Paramos a tomar un café y la cafeína la activa y me hace preguntas sobre Eurovisión, dice que en el noventa y pico el ganador belga de Eurovisión estaba muy bien. Luego vuelve a callarse.
En Murcia me esperan D., P, y A. Este último ha venido de Alemania para votar. Hizo lo mismo para las generales. Antes me habría parecido una proeza, ahora me parece un poco tontería. La épica de la democracia, el discurso de “vota porque si no…” me cansa, especialmente en unas elecciones tan polarizadas.
Cenamos en el Domino’s y luego me llevan a Mazarrón. En el viaje en coche D. nos intenta convencer de que Miró es una mierda y dice que nos tiene que pasar un vídeo de YouTube muy bueno donde lo explican. Él no sabe por qué es una mierda, solo sabe que lo es, el caso es que tienes que ver el vídeo. Luego nos dice que Harold Bloom dice que Kafka es una mierda y nos cabreamos con él porque siempre nos dice lo que opinan otros de determinado autor y no lo que él piensa.
Kafka un poco coñazo sí que es, la verdad.
La anterior entrada del diario es del 31 de agosto de 2017. Me parece que fue ayer y hace 10 años. Si no he escrito más es porque asocio el diario con la autoconciencia y el autoexamen neuróticos y obsesivos. Si ya revivo todos los eventos de mi vida constantemente, me obsesiono con lo dicho y lo vivido, pienso mucho más que actúo, ¿para qué escribir todo eso, además? El peor consejo de la historia es “conócete a ti mismo”.
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applcc · 7 years
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The blind date;; 
Paring: Alexis Cho ( @chvalex​ ) and Apple Park Location: SNU’s cafeteria, the music classroom and the hall outside Apple’s room.  Warnings: TOO MUCH FLUFF, like srsly i wasn’t expecting this but i’m down, i love them 
Apple: Se detuvo frente a la barra de la cafetería, tomó un par de mini-donas y pidió su café helado. Apple no sabía si el tal 'Prado' aparecería por el lugar, así que prefirió tomar el camino seguro, comprar algo y esperar en una de las mesas, observando su celular y el resto de la cafetería intermitentemente. "Ya pasaron tres horas..." murmuró más para sí misma, una voz suave, escondida en un susurro "Y yo que pensaba invitarte un café" ahora habló a su celular, específicamente al mensaje escrito por aquella persona anónima, de alguna manera esperando que por arte de magia apareciera frente a ella.
Alexis: Clásico de Alexis: Se había retrasado. Su siesta para hacer las dos horas de espera más veloces y llevaderas se extendió por accidente, y ahora corría por el campus en dirección a la cafetería, con el cabello todo despeinado y la ropa desordenada; la manera perfecta de llegar a una cita a ciegas, ajá. Después de cruzar las puertas del lugar, comenzó a buscar a un individuo con una prenda roja. Habían más de los que esperaba, pero la mayoría de ellos ya acompañados o de pasada... Hasta que divisó a una chica sola en una mesa. Luego de apurar el paso, tocó suavemente su hombro y le regaló una apenada sonrisa. "¿Eres... Minako?"
Apple: "Llegas tarde" son sus palabras al apenas girar un poco y divisar al muchacho, estaba segura que le había visto en otra parte pero vale, no era tan buena recordando esa clase de detalles "Además mírate" esta vez Apple sonrió, una sonrisa delicada y casi como si quisiera ocultarla. No podía, la situación ahora se tornaba divertida "¿Estabas dormido? ¿Ibas a dejarme plantada por una siesta a media tarde?" negó con una fingida mueca decepcionada y entonces tomó su café, bebiendo un poco y mordiendo el popote al final, ahora haciéndole un ademán al contrario para que se sentara con ella "Anda, te perdono, siéntate conmigo, solo porque eres lindo" se atrevió a decir, algo que definitivamente no se le podía escuchar todos los días.
Alexis: Su sonrisa se cayó de inmediato y pasó a una mueca abatida, mientras se ordenaba los cabellos que cubrían su frente y la camiseta para lucir un poco más presentable. "Lo siento mucho." Después le hizo una reverencia y se llevó una mano a la nuca, su semblante iluminándose nuevamente cuando le llamó lindo; se sintió cohibido---siendo ella tan o mucho más bonita. "Qué observadora, eres buena." La voz le salía en un hilo gracias al cansancio, al punto de serle un alivio el tomar asiento frente a ella y desparramar sus brazos encima de la mesa. "Soy Alexis Cho, por cierto, es un placer. Te juro que no soy así... Todo el tiempo. He tenido mejores momentos."
Apple: "Alexis..." otra sonrisa discreta que rápidamente se escondió detrás del popote de su café apareció entonces, cuando bajó el vaso, asintió "Estaba bromeando, en serio" rió un poco, haciendo una pequeña reverencia (costumbres mas de su madre que de ella) y se presentó al fin "Apple Park, creo que no es la primera vez que nos vemos, igualmente" agregó "¿Qué clase de nombre es Prado? por cierto" estaba curiosa, pero de pronto el nombre con el que se había presentado el muchacho recorrió su cabeza y la castaña volvió a mirarle "Espera, ¿Por qué te llamas Alexis? ¿De dónde eres?" Ella, habiendo vivido la mayor parte de su vida en América se sentía bastante cómoda con esos nombres, sobretodo cuando podía pronunciarlos rápido (cosa que a veces batallaba en Coreano, siendo su segundo idioma)
Alexis: "¿De verdad?" Alexis, con los codos apoyados en la mesa, se sostuvo el rostro con ambas manos y perdió su mirada en el suelo, tratando de recordar donde la había visto antes. Todavía estaba un pelín adormilado, eso sumado a su torpeza nata. "Era Pardo, es un personaje de una serie que me gusta mucho." Después se carcajeó, dándose cuenta de lo soso que se oía ahora que se lo señalaba. "Ah... Pues verás, nací aquí, pero mi familia se mudó a Chile cuando tenía dos años y me cambiaron el nombre antes de matricularme en la escuela. Mi nombre real es Cho Seungho." Siempre se le hacía muy extraño decirlo en voz alta. Hizo una mueca. "¿Y qué hay con el tuyo? ¿Manzana?" Sonrió con cierta diversión, recordando el poco inglés que sabía.
Apple: "De verdad" asintió nuevamente, ahora llevando una de las donitas a su boca y discretamente empujando la restante hacia su acompañante "Minako es mi personaje favorito igual" agregó esta vez sin disimular la sonrisa, era bastante cómico (desde su punto de vista) que ambos eligieran sus apodos de esa manera "¿Chile? ¿Sudamérica? ¿Hablas español?" agregó, cada vez más curiosa por el muchacho "Seungho igual es un lindo nombre, pero creo que Alexis te va más" opinó ladeando un poco el rostro y entonces no pudo evitar reír "Manzana, sí" rodó los ojos "Papá alguna vez trabajó para Apple--- ya sabes, los de los celulares" tomó entonces su celular entre sus manos y lo agitó un poco "Es una locura, pero bueno, me he acostumbrado al nombre, al menos aquí no causa tanta risa como en América" opinó, aún recordaba los años que tuvo que lidiar con apodos estúpidos creados por niños inmaduros y algo crueles.
Alexis: "¿Sailor Moon?" Alexis ladeó el rostro y arqueó una ceja, cambiando la posición de una mano para sostener su mentón y extendiendo la otra para escoger una de las donas, pellizcándola antes de animarse a tomarla siquiera. Una de sus tantas malas costumbres, además de su postura encorvada. Posteriormente, asintió muy sonriente a su pregunta y cuando le halagó, bajó la mirada, sintiéndose orgulloso de cargar con ese nombre por alguna razón. "A mí se me hace bonito, fuera de la norma... Aunque no pensé que fuese por la compañía. Me habría hecho más sentido que tus padres hubiesen sido hippies, o actores famosos o algo así," bromeó, llevándose el pastelito a la boca para devorárselo de un mordisco. "Entonces eres de Estados Unidos, ¿no? ¿Cómo es allá? ¿Es como muestran en las películas?"
Apple: "Mhm ¿Crees que es muy infantil?" agregó un tanto dudosa, seguro lo era, pero desde chica la veía y jamás se cansaría de esas cosas, quizás era lo poco de su infancia que podía rescatar "Bueno, mamá es un poco hippie, si podemos llamarle así" quiso bromear, ahora mordiendo un poco su labio inferior "Es exactamente como en las películas, las personas son... muy exageradas" era la única descripción que tenía, ella viviendo mucho tiempo en New York, relacionándose con gente de dinero a pesar de que ella misma no venía de una cuna de oro "Aunque es lindo, no sé" encogió los hombros, no podía negar que había cosas buenas, su educación como gimnasta, por ejemplo. "¿Cómo es Chile? ¿Muy diferente a Corea?"
Alexis: "Se lo estás preguntando a alguien que usó un oso como apodo. Una serie de osos, para niños." Se apuntó a sí mismo entre más risas, todavía con la boca llena. Mientras aprovechaba, además, de sacar otra de las donitas, asintió a cada respuesta que le dio con un genuino interés. "Lo tendré en cuenta para cuando vaya a visitarla," comentó, limpiándose una comisura con su pulgar. "Vaya que sí. En casa teníamos una pequeña Corea, con el idioma, las comidas, las costumbres... Pero afuera era todo lo opuesto, no sabría como describírtelo. Es un mundo diferente." Encogió sus hombros. "A veces es difícil acomodarme aquí. Si no me olvido de la etiqueta, es porque puedo imaginar a mi mamá gritándome aquí arriba, como en una nube." Contrayendo el rostro en horror, alzó una mano un poco más arriba de su cabeza, pero el acto no le duró mucho y se echó a reír.
Apple: "Bueno, ya tenemos algo en común, ambos somos muy infantiles" agregó ya casi olvidándose de esa faceta un tanto seria que había adoptado hacía poco más de un año. No, ahora se veía a una Apple sonriente y risueña con tantos comentarios del chico. (Tal vez era que después de todo, comenzaba a aceptar que esta era su vida) "Oh, tengo que advertirte que el barrio chino no es exactamente lo que podrías esperar... si acaso dos o tres locales tienen cosas buenas, los demás son pura basura" añadió, recordaba a varias de sus amigas llevándola a aquella parte de la ciudad y Apple escapando completamente decepcionada "¡Ni me lo digas!" Exclamó elevando un poco la voz, dejando su mano caer contra la mesa de golpe "La primera vez que vine por más de un par de semanas fue horrible, la primera escuela.... AH no sé cuántas veces me enviaron a la oficina del director por no respetar a mis compañeros" comentó, quizás fue un semestre el que tuvo que pasar en Corea gracias a las peleas de sus padres y la castaña juraba que había odiado el lugar. Ahora ya estaba más que acostumbrada.
Alexis: "Y eso hay que celebrarlo." Alexis esbozó una sonrisa ladeada y arrugó su nariz, uno de sus ojos cerrándose y dándole el aspecto aniñado que esperaba dar. Además, a falta de un vaso que levantar y hacer un brindis, alzó su dona, teniendo que apretar sus dientes para no echarse a reír. "¿Hablas en serio? Aunque no es como que me haya hecho muchas ilusiones. Yo conocí otro concepto de 'barrio chino'." Hizo las comillas con sus dedos y todos, recordando aquel mercado lleno de lo mismo que conoció en su antiguo hogar. Cuando le dio un golpecito a la mesa, dio un pequeño respingo y alzó sus cejas, pero no tardó en unírsele, inclinándose hacia adelante y estirando sus brazos por sobre la mesa. Con lo largos que eran, casi llegaban al otro extremo. "¡Te comprendo! Yo llevo aquí apenas unos meses, y se me hace tan extraño tener que estar preguntando años de nacimiento y respetando a mayores, incluso cuando ellos no me respetan a mí y esperan que les atienda como sirviente... Tener a mi hermano aquí conmigo ayuda un poco, pero no como para evitar que meta la pata cada tanto."
Apple: Entonces, en lugar de ella tomar su vaso y brindar con este, hizo lo mismo que el contrario, chocando su donita contra la ajena y entonces soltar una carcajada ya sin poder evitarlo "Lo bueno es que puedes encontrar algo más parecido a 'casa' cuando estás harto de hamburguesas grasosas" añadió, a veces le sucedía, aunque no tan seguido "¡Es tan incómodo! Hay personas que de tan solo verlos... saben esas cosas y yo aún debo convencer a muchos que realmente tengo veintidós y no diecisiete como muchos piensan" agregó en una pequeña mueca, tal vez era causa de lo delgada que era, incluso ahora que llevaba un año sin entrenar como antes, la dieta seguía siendo casi la misma "A todo esto, ¿Qué edad tienes? ¿Debo llamarte 'Oppa'?" rodó los ojos, aún era un tanto incómodo, sobretodo cuando ella solía usar el honorifico para conseguir algo a cambio o simplemente burlarse de Ryouta.
Alexis: No tuvo problema en corear la carcajada de Apple, llevándose la dona a la boca unos instantes después. Estaba contento; hasta el momento, su presentimiento de que sería un encuentro agradable había probado ser correcto. "Para ser honesto, nunca me hartaría de las hamburguesas," se sinceró con los labios arrugados. "Alto, ¿tienes veintidós?" Trató de dárselas de sorprendido, pero su sonrisa divertida lo delató. Viviendo confundido con las edades, ya ni siquiera se molestaba en intentar adivinarlas. "No, por favor, nada de Oppa. Tengo dieciocho, ¿diecinueve? Tú me entiendes." Se rascó la cabeza. "¿Asumo que yo tampoco debería llamarte 'Noona'?"
Apple: "De hecho yo pocas veces comía hamburguesas, Vaya fraude de americana, ¿no?" rió un poco, mordiendo nuevamente su dona "¿Ves? Nadie me cree mi edad real, a este paso diré que soy más joven solo para que dejen esa cara de sorprendidos" señaló directo hacia el rostro el contrario y suspiró "Eres muy, muy chico. Pensé que serías mas grande, no sé" se encogió de hombros, dándole un último trago a su café "No, por favor 'Apple-noona' suena a una marca bizarra de postres o algo así" exclamó negando más de un par de veces "Vamos a pretender que seguimos en Occidente y nadie saldrá lastimado"
Alexis: "¿Uhm? ¿A qué se debe eso?" curioseó después de tragar, pese a que no la consideraba precisamente un fraude. Supuso que debía haber un motivo detrás, uno de peso suficiente como para que sintiera la necesidad de comentarlo. Luego soltó unas cuantas carcajadas más, cerrando los ojos y negando suavemente con la cabeza. "¿Lo dices por mi altura? Suelo despertar esa reacción más seguido de lo que me gustaría cuando digo mi edad..." La alegría, no obstante, le duró un suspiro cuando bajó la mirada, siendo reemplazada por incomodidad. No había nada que le frustrara más que ser visto como un niño. "De acuerdo, entonces nada de Noona."
Apple: "Tuve una dieta horrible por más de la mitad de mi vida" comentó vagamente "Si subía un gramo, mi entrenadora --quién también es mi madre-- me obligaba a correr hasta desmayarme, así que prefería evitar las hamburguesas y demás" encogió los hombros. Cuando era más chica llegaba a odiar a su madre y demás entrenadores, pero con el tiempo ella misma se acostumbró, poco antes de los juegos olímpicos incluso se obsesionó con su comida y ahora... ahora estaba comiendo donas y café con total tranquilidad "Obviamente lo digo por tu altura, eres como... dos veces mi tamaño" agregó riendo un poco "Eres un gigante, nada más y nada menos" respondió con un simple asentimiento y entonces tamborileó los dedos por sobre la mesa, ansiosa, pero del buen tipo, emocionada, curiosa "¿Qué estudias? ¿Te gusta SNU?"
Alexis: "Eso apesta," fue la reacción más sincera---y descontenta---que pudo entregarle, frunciendo el ceño y echándose hacia atrás. No podía imaginarse a sí mismo en una posición así. "¿Eres...? ¿Por qué te obligaba a bajar de peso? Digo, mi mamá también me regañaba cuando comía demasiadas tonterías, pero no a ese extremo," expresó después, volviendo a apoyar sus brazos sobre la mesa con sumo interés en su respuesta. "Un gigante, sí," coincidió, apretando sus labios en una mueca mientras asentía, una risa sofocada escapándosele. "Hasta ahora me ha gustado, es como un pueblo chiquito y moderno, además de que hay gente muy amigable aquí. Y estoy estudiando Música instrumental... Piano, para ser más específicos." Repiqueteó la mesa como si estuviese tocando el instrumento, pero no a propósito, sino más bien en un acto automático.
Apple: "La verdad si, apestaba" asintió un par de veces, una pequeña mueca en el rostro "Eh... espera, es mucho más fácil si te lo muestro" quiso darle un poco de misterio a su vida, aunque realmente no era tanto misterio ya que un par de veces había salido en los periódicos "Mira, mira" tomó su celular y rápidamente puso un video (un entrenamiento de la gimnasta, sobre las barras) "Solía volar por los aires y era genial, por eso necesitaba ser taaaaan delgada" exclamó ladeando un poco el rostro, riendo un poco "¿En serio? ¿Piano clásico o compones cosas nuevas? Digo porque no soy buena con la música clásica, pero siempre me encanta escuchar cosas nuevas, no sé" explicó
Alexis: No dijo nada más, simplemente succionó sus labios y esperó, echándose un poco más hacia adelante cuando le enseñó su teléfono. Entonces, tras unos pocos segundos de vídeo, abrió sus ojos de par en par y dejó caer su mandíbula, esbozando una sonrisa enorme y maravillada. Era un chico bastante impresionable. "Woah, eso es increíble. ¿De verdad eres tú? Ahora lo entiendo... Lo que no significa que debió ser cansado hacer dieta, pero... ¿Y todavía lo haces?" Levantó la mirada hacia Apple. "Clásico, y aunque me gusta muchísimo, también me gustaría componer en un futuro próximo. Tengo un par de temas originales, pero no son muy buenos. Es mucho más complejo de lo que parece."
Apple: "Te lo juro" respondió orgullosa, incluso ahora era de gran ayuda escuchar cumplidos de esa manera "O sea... todavía puedo hacerlo-- la mayoría de las cosas, al menos" poco más de un año de terapia había sido suficiente para la castaña, pero aún así jamás sería gimnasta olímpica, eso era más que un milagro "Pero dejé de practicar hace poco más de un año" encogió los hombros, ahora si limitándose a solo ea información "De igual manera me gustaba mucho, no me arrepiento de nada" sonrió, cálida, amigable "¿Por qué dices que no son buenos? O sea, imagino que si lo es, pero cualquier cosa que puedas crear debe ser increíble" alentó, ahora sonando más como una porrista adolescente que nada.
Alexis: Volvió a asentir con la cabeza, ahora con más lentitud mientras se preguntaba porqué habría dejado de hacerlo, o porque solo podía hacer 'la mayoría de las cosas'. La curiosidad le carcomía por dentro; se mordisqueó los cueros de su labio. "Y... ¿Qué es lo que haces ahora?" lanzó en su lugar, sin quitarle los ojos de cachorro del rostro. "Ah, pero si ni siquiera me has oído tocar," replicó por lo bajo, bajando las manos para esconderlas entre sus piernas y esbozando una tímida sonrisa. "Podría hacerlo para ti uno de estos días, mostrarte algo de lo que he hecho, pero no miento cuando digo que son muy, ¿amateur? Tengo mucho que mejorar y pulir. Lo increíble y grandioso se lo dejo a los genios musicales." Soltó unas pocas risas y se sobó el cuello.
Apple: "Ahora pretendo que me gusta mi carrera y la idea de llevar una vida normal" rodó los ojos y pocos segundos después apretó los labios, ahora ella misma sorprendiéndose de lo sincera que estaba siendo, definitivamente no andaba por la calle diciendo esas cosas, de hecho, hablaba de lo mucho que le gustaba vivir en la universidad y demás "O sea... bueno yo---" ya no supo que más decir así que se encargó de terminar su bebida en una posición incómoda, esperando a que el contrario hablara ahora "Es que no tengo que escucharte, estoy segura que eres bueno, se te nota en la forma en que hablas de la música" agregó, ella conocía esa mirada soñadora, ella solía tenerla "¿En serio tocarías para mi? Me acabas de conocer" agregó con una sonrisa, bajando un poco la mirada, concentrándose más en un sobre de azúcar que ahora estaba entre sus dedos "Aunque ahora debes hacerlo, me ha entrado la curiosidad de escuchar piano tan... de ¿Cerca? o sea, supongo que ha de ser increíble, es de los instrumentos más difíciles, ¿no?"
Alexis: "No creo que 'pretender' sea... Lo ideal. No debería ser así," observó, frunciendo el ceño en un movimiento rápido y casi imperceptible, y encorvándose en su sitio para quedar a la altura del rostro de Apple. Él, tan acostumbrado a tomar justamente los caminos que quería sin temor, no lograba ponerse en esa posición---de hacer algo por obligación. "Me gusta tocar para los demás, y más me gustará hacerlo para alguien que cree en mí solo por ese motivo," confesó sin pelos en la lengua, ensanchando una sonrisa radiante y genuina. Le había recordado un poco a su hermano mayor. "Lo es, uno de los más difíciles. Requiere de mucha coordinación, buena postura, estamina, buen oído, paciencia, atención, constancia..." Su mirada la perdió en un punto muerto mientras alzaba un dedo por cada punto, tratando de acordarse de las lecciones de su antigua tutora privada. Y al terminar, no pudo contener la risa que se le salió, dándose cuenta de que todavía tenía falencias en varios de ellos.
Apple: "No, no debería" encogió los hombros, muchas veces Apple había tocado el tema con su madre pero la mujer estaba imposible, además... una lógica que tenía, el estar en la universidad le daba privilegios de salud y ahora si que los necesitaba con las visitas cotidianas al fisioterapeuta "Eres la primera persona que conozco con esa cualidad de poder tocar para los demás sin preocuparse, todo el mundo siempre acude al pánico escénico para ahorrarse esa clase de exposición al mundo" comentó con suavidad, podía notar el rostro del contrario cerca del suyo y aquello le hizo sonreír, junto con el montón de palabras descriptivas que dejaban sus labios en esos momentos y ante todo aquello la castaña solo tuvo la brillante idea de llevar su índice hacia la nariz del contrario y presionarla como si fuera un botón "En serio eres lindo" repitió. ¿Cuántas veces iba que decía aquello? No importaba, le divertía la manera de ser del contrario tan fresco y abierto. Quisiera ser así. "¿Cuál es tu pieza favorita? De las clásicas" preguntó "Digo, probablemente no voy a conocerla, pero vale la pena preguntar"
Alexis: Ya se encontraba elaborando el porqué de su casi inexistente pánico escénico, pero aquel toquecito en su nariz le dejó helado. Eso, sumado al dulce cumplido que recibió, solo ayudaron a ponerle nervioso por primera vez durante toda la cita, y solo atinó a bajar la mirada y morder su sonrisa. Podía sentir como su rostro adquiría más y más calor, alcanzando sus orejas, y lo único que le quedaba era esperar que su piel no se tornara roja ni que Apple pudiera notarlo. Como toque final, soltó una risilla. "Uhm... Es difícil escoger una, pero Nocturne Op. 9 no. 2, de Chopin tiene que ser sí o sí de mis favoritas," confesó tras recomponerse, removiéndose en su asiento y buscando su mirada nuevamente. "Es posible que la hayas escuchado, es muy linda. Muchas de las piezas de Chopin están cargadas emocionalmente debido al período en el que vivió." Y era muy curioso, porque demostraba ser todo lo opuesto en su día a día. Quizá haberse mudado temporalmente a Corea le ponía nostálgico, quizá le recordaban a su mejor amigo. "¡Ya sé! Tocaré todos los Nocturnes Op. 9 para ti."
Apple: "He escuchado el nombre de Chopin en algún lado" replicó con una sonrisa, Apple estaba un tanto perdida en lo que a la música significaba, solía escuchar los top 10 de la radio y cosas así, fuera de eso no tenía un género en específico pero le gustaba escuchar a alguien que sabía de lo que estaba hablando, sobretodo si era capaz de imitar aquellas piezas "Me encantaría escucharte tocar, en serio" asintió varias veces y entonces la idea rápidamente entró a su cabeza, haciendo que la gimnasta se pusiera sobre sus pies de un salto "¿Por qué no vamos ahorita?" propuso con una sonrisa, extendiendo su mano hacia él "No se me ocurre que otra cosa hacer y tengo que admitir que el piano y todo eso harían una excelente primera cita" mencionó, recordando como en la radio habían charlado sobre aquel tema, ella quería una primera cita exitosa, después de todo.
Alexis: "¿Hablas en serio?" Alzó sus cejas y entreabrió un poquito sus labios. Estaba de más decir lo mucho que le emocionaba la idea, aunque los nervios no tardaron en instalarse en su estómago porque ahora tenía expectativas que cumplir. De todas formas, los sacudió rápidamente y tomó la mano de Apple para ponerse de pie, ahora notando la importante diferencia de altura entre los dos. Ya entendía a qué había referido antes. "Espera, antes debo---" Sin embargo, se tomó la libertad de tomar las últimas donitas que quedaban antes de partir, llevándose una a la boca para sostenerla con sus labios, y acaparando unas tres más con su mano libre. Una vez que terminó por devorar la que ya tenía en la boca, le tiró delicadamente del brazo mientras emprendía paso hacia el edificio del departamento de música. Estaba seguro de que la sala estaría vacía a esa hora. "¿Eso crees? Con lo de la cita, digo. Yo no tengo idea de a qué se le considera una buena primera cita. ¿Ha sido una buena cita hasta ahora?"
Apple: "¿Todo listo ahora?" le observó tomar todas las donas y no pudo evitar soltar una ligera carcajada ante la imagen, al parecer Alexis tenía prioridades en esos momentos "La verdad es que yo tampoco tengo ni la menor idea de lo que significa tener una buena cita" comentó mientras apresuraba más el paso para poder emular los del más joven y entonces llevó la mirada al suelo, prestando más atención a sus pasos, aunque la sonrisa seguía instalada en sus labios "Creo que es divertido charlar contigo y eso ya lo hace una buena tarde, cita o no" comentó despacio, siguiendo el camino que marcaba el contrario.
Alexis: "Mhm." Asintió con la boca llena, habiéndose metido otra de las donas a la boca para entonces. "Estoy de acuerdo, también es divertido hablar contigo. No llevamos mucho y ya siento que podría contarte cualquier cosa... Como para volver a repetirlo en otra ocasión." Giró el rostro y lo bajó para buscar la mirada de Apple, ladeando una sonrisa cohibida. No parecía notar cuanto trabajo le estaba tomando seguirle el paso, él avanzando no solo a zancadas, sino con prisa y entusiasmo. Con suerte, no les quedaría mucho camino.
Apple: "A la otra recuérdame traer mis zapatos para correr, es imposible llevarte el ritmo así" bromeó apresurándose un poco más y entonces no pudo evitar reír un poco "También comprar más comida, eso debí pensar antes" exclamó con diversión, ella simplemente había buscado algo para entretenerse pero Alexis parecía ser fanático de las donas (o eso podía decir ahora) "Como sea, ¿Está lejos el edificio de música? Creo que jamás he ido" preguntó curiosa.
(una respuesta que se perdió)
Apple: "Estaba jugando" responde con una sonrisa entretenida, aún tratando de mantenerle el paso y agradeciendo que él disminuyera un poco la velocidad "Nunca he estado en el edificio de bellas artes" comentó suavemente "Creo que solo en el de deportes, el principal y el de humanidades... pero bueno, siempre hay una primera vez" asintió un par de veces, dando un saltito entre sus pasos que enfatizaba su buen humor "¿Huh? No, no, no hace falta que me cargues" agregó entre pequeñas risas, algo apenada por siquiera escucharlo.
Alexis: "¿Ah, sí? Pues creo que el de humanidades está cerca del mismo sector..." Miró hacia el cielo haciendo memoria. "Ah, no sé, yo solo decía." Coreó sus risas y acabó por girar el rostro hacia el otro lado, succionando sus labios. Posteriormente, devolvió la mirada al camino para asegurarse de estar tomando la dirección correcta porque era sencillo perderse en ese laberinto de universidad, y pasado un rato habiendo avanzado bastante---tenía las mejillas un poco rojas gracias al sol---por fin lo divisó. "Allí está." Apuntó el edificio con la mano que sostenía su última dona. "¿La quieres?"
Apple: "Alexis" la castaña trató de llamar la atención del muchacho una vez que este señalara ya lo cerca que estaban. Apple rió un poco al verlo y entonces canturreó "Te hace falta condición" tomó la dona y la llevó a sus labios sin pensarlo dos veces "Mira ya como estás y solo hemos cruzado la mitad del campus" negó, aunque quizás ella no debería hablar, su condición era buena, pero en esos meses no era nada parecida a la de Apple de hace un año.
Alexis: "Ah, no te burles de mí, prodigio del atletismo, tengo calor," rezongó tratando de camuflar sus risas, tocándose una mejilla con la palma de su mano y cerrando el ojo del mismo lado. "Yo camino a todas partes, pero el sol es mi peor enemigo." Eso hacía a los días nublados y lluviosos los mejores. Así, continuó avanzando hasta que llegaron al edificio de música, y la guió a través de un par de pisos y pasillos en busca de un salón vacío y con un piano disponible. Cuando lo hizo, entreabrió la puerta y asomó su cabeza antes de entrar.
Apple: "Es que mírate, estás completamente rojo" una sonrisa enternecida era la que ahora inundaba sus facciones, poco le faltó a la castaña para tomar a su acompañante del rostro y apretarle las mejillas en un impulso, eso era justamente lo que provocaba en ella, podía decir que le gustaba verle así, pero mejor quedarse callada y asentir ligeramente "¿Está libre?" preguntó observando sus movimientos, de pronto emocionada por al fin poder escucharle tocar.
Alexis: "Lo está." Se dio la vuelta y alzó un pulgar, sonriendo deslumbrantemente a la par. Después caminó hacia el piano, tomando asiento frente a este en la posición correcta. No se había sentido nervioso durante todo el camino, pero ahora que estaba a punto de hacerlo, sintió un cosquilleo en la boca del estómago que lo hacía querer levantarse. Humedeciendo sus labios y frotando sus palmas, respiró. "Ven, siéntate conmigo." Dio unas palmaditas en el espacio libre.
Apple: Le vio entrar al salón y aproximarse al piano, pero la castaña dio una vuelta sobre sus pies para antes admirar el lugar entero, los instrumentos que estaban por el fondo de la habitación y hasta las ventanas. Luego cuando le escuchó invitarle más cerca, sonrió y se apresuró también, se acomodó a su lado, sintiendo como su pierna chocaba ligeramente contra la ajena y sus ojos paseando sobre el marfil de las teclas, uno de sus dedos apenas rozando la superficie fría de una de estas "Los pianos siempre me han parecido muy elegantes" comentó entonces, alzando la mirada para encontrar la ajena.
Alexis: Dejando escapar una risa sofocada, Alexis levantó una comisura e imitó la acción de Apple, deslizando sus dedos con suavidad por varias de las teclas. Desde ahí pudo sentir su perfume y la calidez que desprendía, lo que ciertamente no ayudó a ese cosquilleo interno que lo estaba molestando. "A mí me parecen majestuosos." Una pausa, su mirada pasando desde la de la chica nuevamente hacia el piano. Trago seco, carraspeó y volvió a tomar otra bocanada de aire, mordiéndose una mejilla para hacer memoria de las notas del primer Nocturne luego de extensos meses de práctica. Fue por eso que al principio titubeó, rezando en silencio para no tocar la tecla o el acorde correcto, no cometer un error, pero se dejó llevar a medida que transcurrieron los segundos e incluso cerró sus ojos por unos instantes, aún si no era del todo perfecto. Porque cuando ponía sus manos sobre un piano, se transformaba en alguien muy distinto.
Apple: "Esa es una palabra mucho más bonita que la mía, Alexis" agregó aún sonriendo ¿Qué pasaba ese día que no dejaba de hacerlo? Quizás se sentía a gusto con el chico, sentía que podía ser ella misma sin preocuparse demasiado por otras cosas. Como en ese instante en el que las notas comenzaron a resonar entre las cuatro paredes y los dos cuerpos, el sonido del piano se volvió en el centro de su atención mientras sus ojos estaban fijos en los dedos del contrario, sus manos habían bajado hasta su regazo mientras se dedicaba a no hablar, no moverse y solo disfrutar de la pieza (esa que ella decía que si recordaba pero no sabía exactamente de donde) Apple estaba encantada con el espectáculo tan de cerca y tan real, sus manos pasearon desde las teclas hasta los brazos de Alex, subiendo hasta sus hombros y su rostro, concentrado... no, completamente fundido en el piano y la música. Algo así como ella sentía cuando estaba en las barras o en alguna competencia. Podía identificarse con esa manera de volverse uno con lo que se ama, podía comprenderlo y ahora es que entendía sus propias sonrisas. Por eso era que Alexis le hacía sentir bien, porque eran iguales.
Alexis: Ya se había sumergido de lleno en la melancólica melodía con un recuerdo en mente, olvidándose de los tecnicismos, de las pautas y de la perfección---que grata sensación. Y pese a que su agudo oído captó más de un error, lo ignoró dentro de su estado de éxtasis y prosiguió, mordisqueándose una esquina de su labio. Llegó un momento en el que casi, casi se olvidó de la compañía de Apple, de no ser porque la sentía tan cerca, su pierna todavía rozándose contra la de ella, su mirada quemándole desde un costado, su tacto... Compartir un momento así con los demás siempre se sentía bien, pero hacerlo con una sola persona---que le comprendía---lo transformaba en un momento íntimo y especial, incluso si llevaba apenas media hora conociéndola. Para cuando la pieza comenzó a llegar a su fin, Alexis se aseguró de volverse hacia ella y regalarle una fugaz pero satisfecha mirada, ralentizando el ritmo hasta tocar el último acorde. Había dejado caer su cabeza para permitirle al sonido reposar en el aire, esbozando una sonrisa más para sí mismo que para su única audiencia.
Apple: Estaba segura que luego de ese día podría recordar bien aquella pieza y es que quizás aquello era lo más especial que alguien había hecho por ella, el dejarle presenciar aquel arte y sin darle ninguna clase de condiciones. Solo quedarse ahí y escuchar, observar. sus dedos estaban aferrados a la tela de su pantalón casi por instinto, sus ojos de nuevo viajaban entre los dedos de Alexis y su rostro y esa mueca de concentración en sus labios. La pieza parecía estar terminando ya que el muchacho se veía un poco más de vuelta en la tierra, al fin había abierto los ojos solo para encontrarse con una Apple sonriente y alegre, la pieza entonces si se vio por terminada y la castaña elevó sus manos para aplaudir suavemente luego de una pausa (no quería alterar el ambiente pero necesitaba hacerlo, necesitaba demostrar lo mucho que le había gustado la interpretación) "Alexis eso fue increíble" comentó con rapidez "No me dijiste que eras tan bueno, en serio que no puedo creer lo que acaba de pasar"
Alexis: Los aplausos terminaron de traerle a tierra firme y lo sobresaltaron, nada más un brinquito discreto que escondió primero bajo un suspiro hondo, soltando todo el aire de sus pulmones, y luego unas risas humildes y avergonzadas. Desafortunadamente, él era su peor crítico---mucho más que su profesora---y sabía que no era así. "Aún me queda mucho por corregir, pero... Muchas gracias." Agachó su cabeza para expresar correctamente esta gratitud que le salía hasta por los poros, sonrisa y mirada inclusive. Y es que ahí estaba Apple, recordándole a ese hermano que alguna vez le alentó hasta cuando fracasaba tocando 'estrellita donde estás'. La sensación de calidez, ahora familiar, le llenó de pies a cabeza otra vez. "Uhm, y me pone muy contento que te haya gustado, no tienes ni idea. ¿La habías escuchado antes?" curioseó ladeando su rostro.
Apple: "Supongo que si" porque ella sabía bien que algo podía verse increíble la primera vez pero había mucho trabajo detrás y adelante de eso "Pero de igual manera sonaste genial, ahora tengo mucho más aprecio por ti y tus dedos" si, por raro que sonara aquello "Pues me gusto, y mucho" asintió varias veces, ahora alcanzando a dejar su mano sobre el antebrazo del contrario, dejando que su emoción actuara por ella "Te dije que si pero no tenía idea que fuera tan larga y linda, ahora ya se me quedará en la cabeza gracias a ti" comentó asintiendo un par de veces.
Alexis: "Mis dedos, vale," repitió entre carcajadas, levantando su mano y agitando suavemente los mismos. Por alguna razón lo encontró divertido; por inmaduro y mal pensado, quizá. "Escucha, te propongo algo: Dejaré que busques más piezas por tu cuenta y... Después me dirás cual es tu favorita. Te daré mi teléfono para que lo hagas." Consideró que sería una buena idea, percibiendo la emoción en el gesto de la chica. "Y tocaré esa para ti la siguiente vez." Porque si de algo podía tener certeza, era que no iba a librarse fácilmente de él.
Apple: "Bueno, ya sabes" agregó con una pequeña mueca al haberse expresado tan rápido "Tu... uh, forma de moverlos, o sea, como los usas y---" suspiró "Bueno, tu me entiendes" agregó con una pequeña risa y entonces asintió "Me parece un buen trato, entonces" sacó su celular de entre el bolsillo y lo ofreció al contrario "Puedes escribir tu número y si encuentro una pieza en especial que quiera, serás al primer pianista que llamaré" alentó con una sonrisa.
Alexis: Echó el cuello hacia atrás y continuó carcajeándose, porque en su cabeza continuaba oyéndose tan 'hilarante'... Solo cuando logró recuperar la compostura fue que buscó su mirada nuevamente, dándole la razón. "Claro que te entiendo." Seguidamente y más que encantado, anotó su número y guardó el contacto bajo su apodo---Alex---presionando su lengua contra una de sus mejillas. "Eso me hace sentir especial, así que estaré esperando esa llamada." Le regresó su teléfono mientras se mordía su ancha sonrisa.
Apple: "¡Basta! No te rías de mi pobre uso de palabras, se supone que soy comunicologa, debería saber como... ya sabes, comunicarme" mencionó ella misma contagiada por las risas del contrario y entonces tomó su celular de vuelta, pensándolo un poco antes de presionar el botón de llamada, esperando porque el contrario respondiera a su tan infantil juego.
Alexis: "Créeme, lo comunicaste muy claramente. Bien comunicado," trató de oírse serio, lo intentó en verdad, pero largó más risotadas que se detuvieron cuando sintió su bolsillo vibras. ¿Quién osaba interrumpir su cita? Se preguntó, sacando su móvil y alzando un dedo frente a las narices de Apple para revisar la pantalla y ver de quién se trataba. Número desconocido. "Espera un momento." Deslizó para contestar y puso el teléfono en su oreja. "¿Aló?"
Apple: Ahora fue ella la que no pudo contenerse las carcajadas ante la inocencia del contrario, trató de calmarse un poco antes de llevar su teléfono a su oreja y responder aún entre risas "Hola" dijo mirando al contrario a los ojos "Un extraño me dio tu número, dice que eres muy bueno tocando el piano, ¿Es cierto?" ladeó un poco el rostro, se sentía algo torpe jugando de esa manera, pero no le quitaba el buen humor y eso ya era algo bueno.
Alexis: Parpadeó sorprendido ante esa ráfaga de carcajadas que no solo escuchó frente a él, sino que también a través del auricular. ¿Qué demonios...? Y entonces se dio cuenta; vaya tonto. Rendido, dejó caer la cabeza sobre las teclas del piano y rió entre falsos sollozos, animándose a contestar: "Así es, el mejor pianista de todo Seúl al habla. ¿En qué puedo ayudar a la chica más linda y divertida de toda Corea?"
Apple: Le miró entretenida, parecía no querer perder ni un segundo de la escena montada justo a su lado y estaba, una vez más, enternecida por las acciones de su acompañante "Oh, no, no" dijo rápidamente, sintiendo como la sangre se guardaba en sus mejillas "Creo que tu tienes el número equivocado, ninguna chica linda y divertida está por aquí" respondió con un par de risas nerviosas "Solo yo. En mi plan para que tu también tengas mi número"
Alexis: "¿Ah? ¿Segura? ¿No eres también la mejor gimnasta de toda la nación? Qué decepción." Todavía con la cabeza escondida, continuó regalándole esos cumplidos que ella insistió en darle durante toda la cita, sin poder dejar de morderse la sonrisa. Debía lucir muy estúpido, pero no le importó. "Plan cumplido con éxito. ¿Debería cortar ya? Porque esto es divertido."
Apple: "No, la mejor gimnasta de la nación es Kwon Yoonah, ella tiene la medalla ahora" recordó a su ex-rival y esta vez habló de eso sin preocuparse mucho, quizás la universidad si le estaba ayudando un poco después de todo, también podía adjudicarle su sinceridad a su acompañante "Podemos tener nuestra segunda cita aquí mismo, por teléfono" propuso riendo ante su propia idea, vaya tontería debía parecer "Algo original, ¿no lo crees?"
Alexis: Esa corrección lo obligó a levantar la cabeza y mirarle con el ceño fruncido, falto de una respuesta coherente sin deshacerse de la ligereza del ambiente. "¿Quién dice? ¿La medalla esa? Pft, mi opinión muy 'objetiva' es completamente distinta." Se echó hacia adelante con una sonrisa boba, esperando que con eso fuera suficiente. "No es una mala idea, hay que salirse de la rutina. Como comunicadora podrías revolucionar nuestra sociedad con esta idea," bromeó. "Asumiré que esa segunda cita irá sí o sí, ¿no?" Buscó su mirada.
Apple: "¿Entonces tu opinión objetiva es mucho más importante que una medalla olímpica?" preguntó con diversión, aunque entendía lo que el muchacho quería decir y realmente le agradaba, ni siquiera sus padres decían cosas así para alentarla y eso que ellos juraban estar de su lado todo el tiempo "Vamos a reinventar el mundo de las citas, me parece" asintió un par de veces, ahora girando un poco en su asiento para encarar al piano y sí, desviar un poco la mirada del muchacho, quién con esa emoción en sus palabras lograba contagiarla cada vez más "Dos por uno" murmuró, sus dedos nuevamente por encima de las teclas "Todo gracias a la travesura de Strawberry"
Alexis: "Pero claro que sí," reafirmó con una mano en el pecho. Él sabía qué se sentía definirse a base de triunfos y premios, y nunca quiso conformarse con esa sensación. "Alguien me enseñó que... ¿Cómo lo ponía? Él solía decirlo muy bonito. 'Define tus logros según tus metas personales'. Algo así era, ajá." Apretó sus labios y arrugó las cejas. Siempre se oyó inspirador de la boca de su hermano, pero de su boca parecía un poco tonto. "¿Hm?" No muy seguro de lo que escuchó, encorvó su espalda y se acercó un poco más hacia su rostro. "Ah, eso. Nunca imaginé que un papelito que creí que era secreto me llevaría a esto. Se lo agradezco mucho, supongo." Sonrió para sí mismo, apoyando sus manos sobre su regazo y palmeándolo en un ritmo aleatorio.
Apple: "No sé si sigo teniendo metas, ¿Sabes?" ladeó un poco el rostro, entonces ahora fue su turno de recargar el rostro contra las teclas del piano, primero haciendo un sonido extraño, tres, cuatro notas al mismo tiempo y luego un suspiro por parte de la castaña cuando sintió el frío material contra su piel "Ah... como sea, en serio es muy lindo conocerte, Alexis" concedió con una sonrisa, su mirada buscando la ajena, el teléfono aún pegado a su rostro y probablemente haciendo que sus palabras sonaran algo extrañas, pero la ventaja es que estaba cerca, justo frente a ella.
Alexis: Le hizo gracia que imitara su boba acción, quizá por eso liberó una que otra risa suave con sus hombros moviéndose acorde, pero no encontró nada de divertido en sus palabras. Torció su labio en descontento. "Las podrás encontrar de nuevo, más adelante... Justo en el momento indicado," aconsejó con un tono nostálgico y suave, animándose a sonreír cuando volvió a encontrarse con su mirada. "Lo mismo digo. Y tu voz se escucha graciosa por el auricular," añadió, además, con diversión.
Apple: "En el momento indicado" repitió aquella frase que se quedó en su cabeza y apenas sonrió, ¿Ya era el momento indicado? Sentía que debía reordenar su vida, encontrar una nueva pasión, un nuevo sueño--- pero ese no era el momento para perderse en sus pensamientos "Hey, mi voz suena perfectamente bien por el auricular, tu eres quién tiene un tono extraño" añadió con una sonrisa entretenida, impresionada de lo rápido que podía cambiar de tema "¿Qué tipo de clases lleva un músico?" preguntó entonces, decidida a conocer un poco más del contrario.
Alexis: "¿Yo? Yo me escucho perfecto y creo estar en posición para juzgar esas cosas," se hizo el ofendido, echándose hacia atrás y dándole una fea mirada. Que no duró demasiado y acabó en otra risa de su parte, por supuesto. "Tanto teóricas como prácticas. Uhm, historia, técnicas musicales, composición, análisis... Cosas así," enumeró y luego hizo un puchero. No era un gran seguidor de las clases teóricas, pero también era consciente de que las necesitaría y mucho. "¿Y qué tipo de clases lleva, uh, una 'comunicadora'?"
Apple: "No, no te escuchas perfecto, deja de mentir" buscó de nuevo llevarle la contraria, arrugando un poco la nariz en acompañamiento a sus palabras "Todo eso suena bastante profesional" se atrevió a decir "¿Historia de la música? ¿Cuál es un dato curioso que puedas decirme?" propone aquel juego, parece interesante compartir esa información "Fotografía, edición, dicción, conducción" lleva la mirada al cielo, tratando de recordar sus clases "También llevamos cosas aburridas como contabilidad e incluso matemáticas el primer semestre, creo que lo hicieron solo para torturarme"
Alexis: "Podré ser cualquier cosa, pero mentiroso no soy," porfió, atreviéndose a sacarle la lengua como toque final. Maduro, siempre maduro. "Mmm... Dame un segundo para pensar." Apoyó un codos sobre su rodilla para apoyar el mentón sobre su palma. Nunca ponía atención en clase y solo digería uno que otro contenido, así que no tenía ni idea de qué compartirle. "Esto no me lo pasaron en clase, pero---Mozart hacía bromas de gases y era muy asqueroso, se portaba mal y solía imitar a los gatos. Creo que hasta escribió una canción sobre un hombre y su esposa que solo contestaba con 'miau'," contó con toda naturalidad. "¿Es en serio? Yo lloraría. ¿Para qué pasar matemática en una carrera humanista? Eso de verdad es una tortura, un castigo."
Apple: "¿Y cómo sé que puedo confiar en ti? Apenas te conozco" se incorporó un poco y esta vez se levantó un poco del asiento para acomodarse nuevamente, cruzando ambas piernas en forma de loto, su cuerpo ahora apuntándole a su acompañante "¿Hablas en serio?" preguntó ladeando un poco el rostro, atrapando el teléfono entre su mejilla y su hombro. No planeaba terminar con la llamada, eso le quitaría en parte el encanto a las cosas, lo especial, tal vez. "Siempre imaginé que los músicos clásicos eran serios y centrados, ahora que te conozco y ese dato sobre Mozart es que me replanteo la existencia" soltó un suspiro dramático y entonces una mueca se hizo camino en sus labios "Te lo dije, lo hicieron para torturarme. Tuve que ir como con tres tutores para poder pasar la clase y muy apenas" negó "Ahora solo vivo en clases más sencillas, no sé, no es tan malo" pero no es gimnasia y jamás sería igual.
Alexis: "¿Qué te dice tu instinto?" curiseó, tintes muy genuinos en su voz, ni una pizca de broma en sus facciones. No le quitaría la mirada de encima hasta obtener una respuesta. "La gran mayoría de ellos eran mucho más excéntricos de lo que piensas, y creo que yo iré por el mismo camino." Asintió mostrándose muy serio, atrapando más carcajadas en su garganta para no arruinar la impresión que quería dar. La mano comenzaba a cansársele, así que aprovechó el momento, también, para cambiar el teléfono de mano y ponerlo en su otra oreja. Continuó parloteando como si nada. "Eso es horrible, de verdad, te compadezco. Al menos ya se acabó." Alzó un pulgar en un gesto de aliento, sumándole una más de sus sonrisas anchas. "Y dime, ¿tienes alguna idea de qué harás luego de recibirte? ¿Te quedarás aquí en Corea?"
Apple: "Me dice que tal vez no eres malo y puede que merezcas mi confianza... pero es muy pronto para decidirlo. Normalmente no suelo confiar en la gente así de fácil" advirtió atrapando su labio inferior entre sus dientes por unos segundos y entonces rió "Excéntricos es una palabra que queda perfectamente, he de admitir" asintió, recordando entonces que no era la primera persona un poco fuera de lo común que conocía en SNU "No tengo idea" arrugó un poco la frente, jamás había pensado en eso. Se debatía más entre cuántas terapias le hacían falta para volver a entrenar, pero poco a poco perdía la fe y se concentraba más en la universidad (no en los estudios, pero en rondar el campus) "Bien podría regresar a New York con papá" debatió ahí mismo "Seguro los Americanos me contratarían fácil, ¿No crees?"
Alexis: No pudo esconder su sonrisa de alegría; lo intentó, apretando sus labios y posteriormente mordiéndosela por, ¿quinta? ¿Sexta vez? Sin embargo, la curiosidad continuó picándole como un bichito furioso y que se rehusaba a marcharse. "¿Por qué? Digo, ¿por qué no confías en la gente?" la pregunta resbaló de su lengua sin alcanzar a detenerla. Su siguiente pregunta lo puso a pensar, él entornando los ojos y contemplando a Apple---estudiándola, sí, ese sería el término más adecuado, para llegar a una conclusión. "No tengo idea, no conozco a los norteamericanos, pero..." confesó, y luego se irguió en su sitio. "Espera, ¿por qué te contratarían fácil?"
Apple: "Porque las personas no son buenas, Alexis. En su mayoría no lo son" ella tenía al menos esa idea, un poco de rencor aún por una persona en específico "Pero te lo dije, no pareces tan malo" sonrió, tragando los malos pensamientos y volviendo a la realidad, a su charla con el contrario "Porque son unos fetichistas y creen que el ver a una linda chica coreana en algún programa de espectáculos o algo por el estilo" encogió los hombros, a veces podía tomarse las cosas muy a la ligera "Lo que digo es que se dejan llevar fácil por el físico y pocas veces les importa si hay algo más"
Alexis: "¿Y qué pasa si lo soy?" Silencio. "Ah, que horrible y cliché sono eso." Luego dejó caer su cabeza y se echó a reír, sintiéndose como ese vampiro melodramático de Crepúsculo. No obstante, no tardó en endurecer un poco el semblante y retomó la conversación. "Las personas... Quiero pensar que no son ni buenas ni malas. Solo son." Alzó sus hombros y se llevó una mano al cuello, rascándolo con lentitud. "Ew, a mí no me gustaría ser contratado solo por eso. Me imagino que tú merecerías algo mejor que eso."
Apple: "Si no lo eres entonces me encargaré de patearte el trasero" añadió con diversión, quería pensar que no lo decía en serio, pero ya no sabía ni que esperar de sí misma "Hay personas que hacen cosas muy malas sin razón aparente" opinó "Tal vez no se dan cuenta pero terminan dañando a los demás y eso los vuelve villanos en la historia de las personas que dañaron" explicó, lo mejor que pudo en esos momentos "¿Tan malo crees que sea?" suspiró "No lo sé, no me entusiasma la idea de trabajar, para ser honesta... quizás debería buscar a un hombre muy muy rico y casarme con él" bromeó "¿Qué opinas de eso?"
Alexis: Mientras trataba de digerir palabra a palabra la afirmación de Apple, se quedó helado, mirándole con los ojos bien abiertos. Tal vez porque entendía a qué se refería, pero desde la perspectiva del villano. Tragando seco, volvió el rostro hacia un lado y rascó su nariz. "Supongo que estás en lo correcto, pero... Sí, hay personas que son realmente malas, pero la mayoría solo comete errores. Eso no tiene---no tiene porque hacerlos villanos," defendió un poco desganado. "Mientras no sea un viejito y te quiera, no creo que estaría mal." Se obligó a reír para aligerar el ambiente. "O quizá deberías buscar un trabajo que no parezca trabajo y ya."
Apple: "Supongo que no" admitió luego, quitándose aquella imagen de víctima de la cabeza y volviendo su atención a él "Cada quién tiene su historia que contar, ¿No?" porque ella esta segura que la chica que le lanzó contra el tráfico hace más de un año tenía sus razones, pero ella simplemente no podía verlo así "Okay, joven y que me quiera... será más dificil de encontrar, ¿Sabes?" hizo una mueca, ahora volviendo a reír un poco "¿Qué clase de trabajo no parece un trabajo?"
Alexis: "Eso creo," coincidió para zanjar el tema, volviendo el rostro hacia ella nuevamente. "¿Por qué lo sería para ti? Te das a querer fácil." La apuntó de pies a cabeza con su mano libre. Era cierto que acababa de confesarle que no confiaba en los demás, pero a él le había tomado menos de cinco minutos sentirse cómodo con ella. Hablaba en base a la experiencia. "El que te gusta, ¿no es eso lo que dicen siempre? Bah, a quién engaño, el trabajo siempre será trabajo."
Apple: "No lo sé, realmente nunca he buscado a alguien, tampoco es que tenga muchos amigos así que comenzaré a dudar de tus palabras" achicó la mirada y entonces rió un poco "Además, el encontrar a alguien joven y con dinero debe ser complicado, para cualquiera" porque los trabajos, porque el dinero, si "Mamá ama su trabajo" comentó distraída "Además puede viajar mucho y le pagan relativamente bien" explicó, su madre, entrenadora de gimnastas olímpicas como ella, una mujer difícil pero amigable, social.
Alexis: "Puedo apostar lo que quieras a que tienes muchos chicos detrás de ti y ni cuenta te das." Con una sonrisa desafiante volvió a apuntarla, pero solamente con su dedo índice. "Ah, no es justo, tu mamá es muy afortunada. Me gustaría ser tu mamá." Se detuvo ahí mismo porque eso había sonado, a falta de otro término mejor que no fuese el que ya usaba por costumbre, horrible. Luego se llevó la mano al rostro y restregó su ojo, pasando a otra pregunta. "¿En qué trabajaba ella?"
Apple: "¿Y qué están haciendo detrás de mi?" alzó ambas cejas "Quiero que vengan de frente y reaccionen, no soy buena leyendo a la gente, entonces tienen que decirme exactamente que es lo que quieren" arrugó un poco la frente y entonces rió un poco "Bueno, eso sonó un poco dramático--- a lo que me refiero es que prefiero que alguien se acerque a mi antes de hacerlo yo, ¿Me explico?" ladeó el rostro ligeramente provocando que su celular cayera al suelo, ya que realmente había olvidado que lo tenía atrapado entre su mejilla y su hombro "Oh, rayos--- eso debió doler" murmuró viendo su celular con la pantalla hacia abajo, rogando, rezando por que no terminara completamente roto.
Alexis: Parpadeó más de la cuenta mientras le escuchaba, tratando de descifrar si estaba siendo sincera o simplemente bromeaba. Solo cuando la vio reír fue que soltó una carcajada a coro, que más bien se escuchó como un suspiro. "Entiendo, sí, o eso cre---" Y antes de poder continuar, el estruendo del teléfono contra el suelo lo hizo dar un respingo. "Espera, déjame..." Estiró un brazo y lo recogió muy lentamente, un poco temeroso de que la pantalla se hubiese quebrado. Es más, incluso lo sostuvo boca abajo antes de enseñárselo siquiera. "¿Es... Muy costoso?"
Apple: "Oh no, no, no... por favor no estés roto" susurró despacio mientras tomaba el celular de entre las manos del más joven y entonces lo giró con total lentitud hasta poder ver la pantalla y solo una pequeña muesca en una de las esquinas "Oh..." agregó con una pequeña mueca, no era tan malo, pero seguía siendo algo que iba a distraerle "Mi celular se ha convertido en chimuelo" agregó con una pequeña mueca, riendo poco después "Pero creo que no está tan mal... aún funciona--- acercó sus labios al micrófono--- ¿Verdad?"
Alexis: "Chimuelo," repitió en un tono más bajo y con risas de por medio, sin poder quitarse la embobada sonrisa de alivio de encima. Luego recordó que aún tenía su teléfono pegado a su oreja y volvió a sobresaltarse, la voz de Apple siendo la culpable esta vez. "Funciona perfecto, por fortuna," verificó en un asentimiento, relamiéndose los labios. ¿Cómo era que ninguno de los dos se animaba a cortar todavía? "Y ya olvidé de qué estábamos hablando, lo siento."
Apple: Permaneció en silencio por unos segundos más, su mirada estaba enfocada en su acompañante su ambas manos estaban enredadas entre su celular como para evitar dañarlo nuevamente y entonces fue que se decidió a hablar "Alexis" susurró hacia el micrófono "Cuelga ya"
Alexis: "¿Eh?" Arrugó las cejas en un movimiento rápido y se inclinó hacia adelante, esa aire absorto todavía presente en sus facciones. "Ah, colgar, claro." Pero no colgó. No lo hizo. Se le quedó viendo mientras mordisqueaba su labio, reuniendo las ganas para hacerlo y aún así... "¿Y por qué no lo haces tú?"
Apple: "¿Estás desobediendo a tus mayores?" alzó una ceja y justo como un par de horas atrás, apple se acercó poco más al chico y aplastó la punta de su nariz con su índice "Cuelga tu" repitió, arrugando la nariz en un gesto mientras le observaba, sonriendo sin poder evitarlo.
Alexis: "¿Qué harás si lo hago?" desafió con el rostro ladeado y apoyado en la palma de su mano, frunciéndolo por completo cuando tocó su nariz. "Hazlo tú, tú me llamaste," rezongó después, ahora escondiendo todo su labio por completo bajo su dentadura, enseñando una gran y traviesa sonrisa.
Apple: "Te patearé el trasero si no lo haces" arrugó la frente, volviendo a llevar su índice hacia el rostro del chico pero esta vez golpeándole suavemente la mejilla "Hazlo tú o no vuelvo a llamarte" dijo entonces, dando un ultimatum que no estaba segura de poder o realmente querer cumplir.
Alexis: Se largó a reír e hizo de su mano un puño, escondiendo la mitad de su cara detrás de éste y quedándose así durante un rato, dándole una mirada de borrego a través de un solo ojo."No seas cruel conmigo," lloriqueó, apartando el móvil de su oreja y dejándolo en alto para probarle que lo haría. Tenía el dedo listo para deslizarlo. "Ya, voy a cortar." Y no lo hizo.
Apple: "¡No estoy siendo cruel!" rápidamente se defendió, pero como en toda esa tarde, le había sido imposible contener la risa "Trato de demostrarte quién manda aquí" asintió un par de veces y casi cayó en el juego del contrario ya que su sonrisa victoriosa estuvo en sus labios por tan solo unos segundos hasta se percató de que el contrario no iba a cumplir sus palabras y entonces ella misma fue la que deslizó su dedo por sobre la pantalla ajena, terminando la llamada.
Alexis: "Eres muy bajita como para poder tomar tus órdenes en serio," replicó saliendo de su escondite, estirándose lo más posible en su sitio y haciendo notoria, como si ya no lo fuese, la diferencia de altura. "Ah... Aburrida." Por más dolido que trató de actuar, el dolor en sus mejillas le recordó cuanto había sonreído en cuestión de unas horas. Poniendo su teléfono de vuelta en su bolsillo, suspiró y pasó una mano por su nuca. "Y de todos modos fuiste tú quien cortó. Gané, já."
Apple: "¿Qué tiene que ver lo bajita que soy? ¡No soy tan bajita!" Exclamó rápidamente "Pasa que tu--- ¡Tu eres demasiado alto!" y sí, era su vaga manera de defenderse ahora volviendo a guardar su celular en uno de los bolsillos de su ropa y volviendo la mirada a él "Fue tu celular el que cortó, eso es lo que importa" encogió los hombros y se levantó del banquito, dejando las piernas a cada lado de este y estirando ambas manos hacia él "Salgamos de aquí" propuso. No quería que su tiempo con él acabara tan pronto.
Alexis: Dado este punto, estaba carcajeándose sin restricciones, dejando caer su cabeza entre sus piernas y tomándosela con ambas manos porque no soportó lo adorable que se veía. Le tomó unos segundos reincorporarse para tomar las manos de Apple, levantándose en un salto. "¿Esta es la parte en donde te llevo a tu dormitorio? Como en las películas, cuando el chico acompaña a la chica a su casa," curioseó con inocencia.
Apple: "¿Sabes qué? Esa es una idea perfecta para terminar nuestra cita" asintió un par de veces "Sobretodo porque mi habitación queda en el tercer piso, tenemos tiempo para seguir platicando un rato" confesó sus intenciones secretas y trató de desviar la atención mientras jugueteaba un poco con su cabello "Si quieres, claro" añadió algo dudosa
Alexis: "Claro que quiero," confirmó con entusiasmo, tomándola de una muñeca para arrastrarla fuera de la sala de música. Quizá no debería apresurarse tanto, eso le restaría minutos junto a ella y los estaba disfrutando mucho como para hacerlo. "Cuéntame algo más de ti. ¿Te gustan los perros? ¿O prefieres los gatos? ¿Cuál es tu comida favorita? ¿Y tu canción favorita?"
Apple: "Bien, bien, pero espera que de nuevo debo recortarte que mis piernas son más cortas que las tuyas" dijo con una risita, pero aún así dejándose llevar por el contrario "Uh me gustan ambos, aunque siempre quise tener un perro grande para llevarlo a pasear, no sé" encogió los hombros "De hecho papá tiene un San Bernardo en su casa y cada que voy, paso más tiempo con él que con otra persona" añade entretenida, tratando de mantener el paso del muchacho "Mi comida favorita... creo que tengo que decir que los noodles del supermercado porque soy una chica simple" encoge los hombros "O algún postre con mango también" asiente "Mi canción favorita es probablemente Untitled, 2014 de G-Dragon" aunque no está tan segura, quizás tiene un par de canciones favoritas
Alexis: "Oh. Lo siento." De nuevo. Tuvo que hacerse más notas mentales, ralentizar el paso y mirarse ocasionalmente los pies para no perderse en su propio ritmo. "Nunca he visto un San Bernardo en persona. ¿Cómo son?" preguntó con cierto brillito en los ojos, él siendo un gran amante de los perros. Luego continuó asintiendo cuando lo consideró prudente, tomando memos para recordar esos detalles más adelante. "G-Dragon... ¿El de Big Bang? No la he escuchado. Supongo que tendré que hacerlo cuando vuelva a mi dormitorio."
Apple: "Son enormes y muy divertidos, suelen correr mucho y les gustan los abrazos" trató de definir al cachorro con palabras pero era mucho más que eso. Un sentimiento de felicidad traducido en un canino "Sip, G-Dragon el de Big Bang, siempre me gustó su voz" comentó, ahora su mirada se había ido hacia sus pies, siguiéndolos en cada paso que daba "Es como suave y al mismo tiempo... no sé, rasposa, me gusta" aclaró, riendo un poco. Seguro no tenía idea de lo que hablaba "Debes escucharla, de hecho ese álbum es mi favorito, creo"
Alexis: "Es decir, como yo." Se apuntó a sí mismo con un pulgar, dándoselas del galán que no era con una sonrisa. No le tomó mucho darse cuenta de lo estúpida que sonó su broma y se llevó una mano a la frente, soltando una que otra carcajada apenada. "Ya veo, creo que puedo hacerme una idea. ¿Cuál es el nombre del álbum?" quiso saber, meciendo suave y perezosamente sus manos.
Apple: "Algo así" soltó entonces una carcajada, dejando que su cuerpo chocara contra el costado de su acompañante "Solo que a ti no puedo rascarte la pancita y alborotarte el cabello" agregó, ahora recordando como solía recibir al cachorro "Kwon Ji Yong" responde casi con rapidez "Cuando lo escuches tienes que llamarme y decirme cuál canción te gustó más ¿Va?" volvió la mirada hacia él, teniendo que levantar el rostro para poder encontrarse con el ajeno.
Alexis: "Qué perro tan afortunado debe ser ese San Bernardo," fingió lamentarse, dándole un choquecito de regreso y cuidando de no ejercer demasiada fuerza. "Lo tengo. Vale, prometo llamarte." Bajó el rostro para mirarla y asintió con los labios apretados, ya llegando a las escaleras del piso que les dejarían cerca de la salida. "Se supone que hoy debía estudiar para la ola de exámenes, pero podré darme una hora para escucharlo mientras lo hago. ¿Te molesta si te llamo tarde?"
Apple: "Monet es la perrita más adorable del planeta, quizás un día te la pueda presentar" aunque era poco probable ya que la perrita vivía en New York con su padre y sus hermanastras no eran exactamente flexibles para dejarla viajar, pero vale, siempre se puede soñar "Oh... los exámenes" agregó con un cambio completo de su expresión, el tan solo recordar que tomará de nuevo esas pruebas era una pesadilla "No te preocupes, seguro yo también estaré estudiando... esta vez no quiero reprobar" añadió, Apple no era buena para la escuela y eso ya comenzaba a ser un problema, tendría que dejar de sufrir y enojarse por todo para al menos prestar más atención a sus clases "¿Te va bien en los exámenes?" preguntó nuevamente, parecía que en esa tarde Apple realmente quería conocer al muchacho.
Alexis: "Eso no estaría mal. Deberías mandarme fotos cuando puedas, ¿no lo crees?" Una propuesta más factible y más pronta que conocerla directamente, supuso él mientras escondía una mano en el bolsillo de su pantalón. Además, nunca le diría que no a una buena colección de fotos de perritos. "Estoy seguro de que te irá bien esta vez. Te estaré echando ánimos, recuérdalo." Se volvió hacia ella, su intención nada más el darle alientos discretos con una sonrisa. "Uh... Esas cosas no se preguntan, Apple, vamos." Estaba riendo con pena. "Lo teórico no se me da tan bien como me gustaría, para ser sincero. Me cuesta concentrarme y estarme quieto por mucho rato."
Apple: "Justo tengo una foto aquí" comentó tomando entonces su celular y rebuscar entre las carpetas de fotografías hasta encontrar la que buscaba (paseaban por central park, Apple había decidido recostarse sobre el césped y enseguida la perrita hizo lo mismo, salvo que esta decidió usar a Apple como almohada, la gimnasta apenas puede verse por debajo de todo el pelo de Monet) "Es una bebé hermosa, ¿Verdad que si?" preguntó entonces, un par de risas acompañando sus palabras "¿Sabes que es lo triste? Yo también odio las cosas teóricas y mi carrera es un 80% teórica" soltó un suspiro dramático, ahora comenzando a subir las escaleras "Pero me ha ido mejor últimamente, o sea... creo que al fin encuentro un ritmo, no sé" encogió los hombros no hablaría tanto de las clases "¿Tienes presentaciones de piano o algo así? Me gustaría verte con un traje y ya sabes..." cubrió la mitad de su rostro con una mano, sintiéndose de pronto algo apenada por sus propias palabras "O sea, ver el show completo... ya sabes---"
Alexis: Tuvo que encorvarse un poco y acercar el rostro hacia la pantalla del celular, una risa ahogada volando de su nariz no bien reconoció lo poco y nada que se veía de Apple. Fue luego que finalmente puso la debida atención a la perrita, liberando un suave y casi burlón 'aw'. "Lo es. Y mira, hasta ella es mucho más grande que tú, ¿qué tienes para decir a tu favor?" Puso una mano sobre su cabeza y le desordenó gentilmente el cabello, achicando sus ojitos con alegría. "Ah, eso me alegra mucho escucharlo." Dejó que ella se adelantara unos escalones y se ayudó del pasamanos para subir. "No estoy seguro, escuché que se hace una al cierre del año y es opcional para todos los estudiantes de la carrera," dijo tras unas pocas risas. "También se realizan concursos fuera del campus, pero... En fin, el punto es---ya me ha tocado hacer presentaciones, traje de pingüino siempre incluido. Deben haber vídeos por ahí." Se llevó un dedo a la mitad de los labios, presionándolos un poco.
Apple: "Yo no tengo nada que decir, este es un mundo de gigantes, pero yo puedo volar por los aires y lucir linda en un leotardo, dudo que puedas ganarme en eso" agregó en un gesto, arrugó un poco la nariz mientras elevaba la mirada hacia él y entonces rió con suavidad ante el gesto, su cabello ahora era un desastre y ella lo llevaría con el orgullo necesario "Bueno, si decides participar en algo así, tienes que decirme, es una orden" se detuvo de pronto y giró sobre sus talones para poder verle "No quiero videos, quiero verte en vivo" agregó.
Alexis: Frenó el paso abruptamente, casi a la orilla del penúltimo escalón---corrió mucha suerte de estar aferrado al pasamanos---y le miró con ojitos perdidos al principio, y colmados de ilusión para cuando comprendió lo que decía. "Te buscaré directamente para entregarte la invitación," prometió. "Pero, ¿acaso no acabas de hacerlo?" Hizo un mohín. "Ya va, la próxima vez me pondré un traje. Un 'teaser' unos meses antes de que puedas verme en un escenario." Y tras guiñarle un ojo, se impulsó para subir el escalón y se adelantó por el pasillo, ahora con las dos manos en los bolsillos y una sonrisa nerviosa que no quería que viera. "Por cierto, ¿no hay ninguna, ninguna posibilidad de que pueda verte a ti haciendo... Algo de lo tuyo? ¿Lo que puedas hacer? ¿Con tu leotardo y todo eso?"
Apple: Asintió un par de veces, sintiéndose con suerte en ese momento "Muchas gracias, señor Cho, será un placer verle vestido de pingüino" agregó entonces, una risilla divertida escapando de sus labios mientras continuaba los pocos pasos que faltaban para llegar a su habitación "No, no, eso es... diferente, en un concurso o presentación todo es tan formal y--- no sé, quiero ver eso" encogió los hombros, recargándose al fin contra la puerta, internamente deseando que ninguno de sus compañeros estuviera ahí, no quería que dijeran algo, que se enteraran, siquiera "Uhm..." apretó los labios, inconscientemente llevando su mirada hacia su pierna y entonces suspiró "Tendría que preguntarle a mi doctor primero" murmuró despacio. Su terapia estaba casi por terminar, seguro ya era capaz de aventurarse a hacer algo. Intentarlo al menos "Pero no esperes que sea tan buena como en el video, hace mucho tiempo que no practico" advirtió despacio.
Alexis: "Pero es todo tan estirado..." Estiró el cuello hacia atrás y rezongó. "Me ha tocado ver gente con monóculos entre el público. Monóculos." Tal vez estaba exagerando, tal vez solo fue un hombre entrado en años que vio durante una presentación en específico y cuando tenía dieciséis, pero exageró en pos de sacarle más risas. Hasta ese minuto, nada le había puesto más contento que escucharla reír. "Yo solo espero verte hacer lo que te gusta." Después de detenerse a uno o dos pasos frente a Apple, Alexis recargó un brazo contra la pared y tamborileó su superficie con un par de dedos. "Además, considerando que yo soy patoso, podrías nada más levantar un brazo y yo te aplaudiría. Estoy... Estoy seguro de que será genial, pero---oye, sin presiones. Cuando estés lista." Su mirada se desvió hacia la puerta y se mordió una esquinita del labio. El camino de la cafetería al dormitorio se le había hecho muy corto, ¿de verdad ya habían llegado?
Apple: "Hey, los monóculos son extremadamente elegantes, no los juzgues" agregó entonces, nuevamente soltando una carcajada ante las palabras del chico "Mira, te propongo un trato" comenzó a decir, sin intención alguna de entrar a su habitación. Podrían seguir charlando en el pasillo ¿No? No tenía nada de malo "Tu vas con tu traje de pingüino y todo y yo buscaré entre mi ropa lo más elegante que encuentre..." comenzó a decir, ladeando un poco el rostro "Y terminamos la noche en McDonald's, con muchas papas fritas y helado. ¿Qué dices?" propuso entonces, ahora ella misma ansiando que aquello pasara, seguro sería divertido y completamente fuera de lugar "¿En serio?" elevó la mirada con una sonrisa pícara y entonces levantó uno de sus brazos, dejando que su mano descansara sobre el ajeno que estaba contra la pared "Liso, puede comenzar mi ovación" pidió entonces, cerrando los ojos por un momento 'preparándose' para los aplausos.
Alexis: Meneó su cabeza en desaprobación y con los ojos cerrados, carcajeándose por dentro tal como Apple lo hizo. "Ugh, y una Big Mac, ese sería el momento más elegante de la noche." La sola idea le hizo salivar, un suspiro de satisfacción saliéndosele de solo imaginar cuan exquisito sería---siempre tentándose con la comida. Llevaba más de un año sin poner un pie en McDonald's. "Entonces acepto. No puedes arrepentirte y cancelarme después, eh." Le apuntó con un dedo, entrecerrando sus ojos. Para cuando vio como hacía este 'acto' para él, bajó el rostro y apretó sus labios para contener sus carcajadas; ¿qué otra opción le quedaría sino aclamarla? Así que, sin medirse ni tomar en consideración a quienes estaban en las habitaciones contiguas, comenzó a aplaudirle como si en un concierto estuviera. "Esa ha sido Apple Park, señoras y señores, la mejor gimnasta de nuestra generación."
Apple: "Tu te comes la big mac, yo no suelo comer mucha carne... pero puedes darme tus papas y estaremos a mano, ¿Qué te parece?" agregó con una sonrisa, asintiendo un par de veces "Anda, lo prometo" entonces levantó su meñique, señalándolo hacia el menor en prueba irrefutable de su pacto "Oh, por dios, Alexis" sintió la necesidad de esconderse ya que un par de personas que también habitaban los pasillos voltearon a verles, uno incluso se unió a las risas, causando una oleada de nervios atacar a la newyorkina, quien rápidamente buscó refugio contra el cuerpo de su acompañante, ahogando su risa contra la camisa de este "No grites, si Ryouta está por aquí se va a burlar de mi por una semana"
Alexis: "Haberlo dicho antes. Me aseguraré de pedir que me agranden la porción," dijo en lo que aprovechaba el meñique en alto de Apple y lo enganchaba al suyo, riéndose ante la significativa diferencia de tamaño. "¿Qué? ¿No era eso lo que querías?" disfrazó sus burlas bajo un manto de inocencia, colocando sus manos en sus hombros con delicadeza y por mera cuestión de instinto. Apenas y notó la presencia del extraño soltando risotadas a sus espaldas, un pelín nervioso ante esa repentina cercanía que ahora compartían. Y luego, tras humedecer sus labios, se acercó a su oreja y murmuró: "Si Ryouta se burla de ti, voy a tener una seria conversación con él." ¿Y quién era Ryouta? Ni idea.
Apple: "Muy amable, señor Cho" asintió sonriente y entonces observó sus dedos entrelazados y una parte de ella quiso sacar una fotografía de aquella enorme diferencia "No, no, solo estaba jugando, dios" rió un poco, apenas separándose de él, rápidamente buscando su mirada "Te escuchas igual que mi papá en las competencias, eso ya es algo" su padre, un ingeniero totalmente serio, se volvía toda una porrista cuando era necesario "¿Vas a golpearlo? Porque yo quisiera ver eso" dijo entretenida "Es mi compañero de habitación y mi peor enemigo" concluyó
Alexis: "¿Como tu papá? ¿De verdad?" el sarcasmo se escucrrió divertido de su boca, él largando una incrédula carcajada porque nunca había escuchado una comparación así. Era adorable en cierto grado. "No creo en la violencia... Pero no tendré más opción si se pone demasiado molesto." Encogió sus hombros, tamborileando sus dedos sobre los hombros de Apple. "Ah, ya veo. Estoy tentado a preguntar porqué, ¿qué otra cosa te hizo para ganarse ese puesto?" La sola idea de un 'peor enemigo' se le hacía un poquito boba, pero muy, muy graciosa.
Apple: "¿Qué tiene de malo mi papá?" rápidamente preguntó, entre risas "Mi papá es mi más grande fan, deberías estar feliz de que te compare con él" agregó acercándose, golpeando su nariz con su índice y entonces volviendo a su lugar recargada contra la pared "Desde que nos conocimos que nos llevamos mal, no sé..." la verdad no tenía idea del porque se llevaban mal, pero realmente era más juego que otra cosa.
Alexis: "Nada, nada. Si lo pones así, es muy lindo en realidad." Copió la acción de Apple y tocó su nariz; le había tomado gusto a este gesto para entonces, le agradaba que lo hiciera. "Enemistad a primera vista, que bonito," rió, sus hombros sacudiéndose un poquito como consecuencia. "¿Qué se siente? Nunca me ha pasado... Creo."
Apple: "¿Ves? Nunca dudes de mis palabras Alexis Cho" agregó entonces, acercándose un poco y pretendiendo morder su dedo luego de aquel roce pero realmente sin alcanzarlo "No lo sé, realmente no lo odio--- es solo que" encogió los hombros, no tenía ni la menor idea de cómo iba a explicar aquello "No lo sé. Solemos jugarnos bromas de vez en cuando, yo robé toda su ropa interior hace un par de semanas" y Ryouta había convencido a Misha que sería buena idea regalarle un brasier a Apple, pero eso no iba a decirlo, superaba su buen humor.
Alexis: "Deja... Tú tienes que dejar de hacer eso," demandó tras esconder su dedo de vuelta en su puño, luchando contra esa nueva sonrisa queriendo asomarse en su comisura. "Ah, ya lo entiendo. ¿Como a un hermano?" Frunció el ceño. Él solía hacer las mismas tonterías con sus hermanos mayores, en venganza por ser el menor y soportar sus tonterías durante muchos años. "Aunque yo no le robaría la ropa interior a mi hermano, ew. ¿Cómo pudiste hacer eso?" se burló, la pregunta perdiéndose entre unas cuantas carcajadas más mientras dejaba caer el rostro y lo cubría con una mano.
Apple: "¿Hacer qué?" preguntó con total inocencia fingida, pestañeando un par de veces y con una sonrisa "Uhm... ahora que lo dices, creo que sí. Podría decirse que es como mi hermano, ese hermano que nunca quise tener, claro está" negó, seguro no era exactamente lo que quería decir, pero aplicaba al momento "Tomé unas uh---- ¿Cómo se llaman?" trató de imitar la acción de unas pinzas de cocina con ambas manos, olvidando el nombre "Bueno... el punto es que no usé mis manos y fue una venganza..." hizo una mueca y suspiró "Gracias a él perdí algo que quería mucho, merecía no tener ropa interior por una semana, ¿No crees?"
Alexis
"Eso." Apuntó un dedo acusador justo frente a su nariz, de nuevo. "De ser tan... Adorable, joder." Alexis no maldecía con frecuencia y ahí estaba, apoyándose de nuevo en la pared y ladeando el rostro como perdiéndose en ese gesto tan encantador, él con sus ojitos de borrego y un poco embobados. "¿Cangrej---? No, ¿tenazas?" preguntó él después de la acción de sus manos. "Vaya, ¿qué fue lo que perdiste? ¿Algo de tu familia o qué? Porque vamos, para reunir coraje y meterte en su cajón de ropa interior debiste necesitar un motivo así de... Muy grande."
Apple: Sus labios se entreabrieron un poco al escuchas las palabras del contrario y de pronto se vio completamente ofendida "¿Adorable? ¿Yo?" Esta vez si se adelantó lo suficiente para atrapar el dedo del contrario entre sus dientes, apretando tan solo un poco y en advertencia "Yo no soy adorable, silencio" reclamó, terminando por cruzar los brazos sobre su pecho en una clara exageración de sus acciones "Uhm... me hizo perder mi brasier favorito--- y antes de que pienses cualquier cosa" aclaró la garganta, eso si era dificil de explicar "Fue en un estúpido reto en casa de Moora, un lugar que te juro, no vuelvo a pisar en lo que me resta de vida" aunque probablemente eso sería mentira, todo el mundo en SNU sabía que Moora era bastante convincente.
Alexis: "Ah, muy bien, perdone usted." Retrocedió un paso tras haber sido vilmente mordido---con mueca y todo para exagerar el imaginario dolor que 'sintió'---y alzó sus manos en son de paz, llevándose una al pecho para prometer no volver a decir semejante tontería. No tardó, sin embargo, en retractarse de su palabra y se acercó juguetón, murmurando muy bajito para que solo ella pudiera escuchar. "Pero sigues siéndolo." Y sonrió de oreja a oreja, volviendo a retroceder para evitar llevarse algo peor que un mordisco. "Eso es---wow. No quiero saber cómo pasó. No quiero ir nunca a la casa de esta Moora y menos con mi ropa interior favorita."
Apple: "Wow, no puedo creer tu nivel de hipocresía" negó decepcionada, pero al mismo tiempo mantenía una sonrisa entretenida, cuando se acercó poco más, Apple pudo susurrar igual "Vuelve a decir eso y te morderé la mejilla" amenazó como si aquello fuera el dolor más grande que alguien pudiera presenciar y entonces rió "Nope, no quieres saber--- yo ni siquiera quiero recordarlo, de hecho había prometido no hablar de eso" agregó, sacudiendo la cabeza y buscando un tema nuevo "El punto es que... si algún día se te ocurre una broma que pueda hacerle a Ryo, estás invitado a ser parte del Team Apple" asintió.
Alexis: "Te reto a intentarlo." Le sacó la lengua. "Desde ahí abajo no vas a poder alcanzarme, de cualquier modo, ni el hombro vas a poder morderme." Y después se mofó, llevándose las manos al abdomen y cargando una expresión victoriosa en toda la cara, mentón bien alzado. "Esta bien, haré una investigación nivel universitaria para ver que podemos hacer. Se oye divertido," aseguró, y es que la idea de ser parte de este 'Team' le hacía ilusión, por más tonto que sonara. Si eso le aseguraba tiempo extra con ella para compartir y llegar a conocerla, se montaría en el vagón de ese tren sin dudarlo.
Apple: Apple hizo todo lo posible por acercarse a él, se levantó por completo sobre las puntas de sus pies (beneficios de sus años de entrenamiento) y con toda la fuerza que tuvo en el momento, tomó al contrario del rostro, casi obligándolo a bajar hasta su nivel y entonces, en lugar de cumplir con sus palabras, se limitó a dejar un beso sobre su mejilla y entonces separarse de él lo más rápido que pudo "Nos vemos nuevo, Alexis" dijo con una sonrisa enorme y sus mejillas claramente sonrojadas antes de entrar a la habitación y cerrar con toda la rapidez que pudo, entonces quedándose recargada ahí contra la madera de la puerta, recuperando el aliento.
Alexis: No esperó que fuera a intentarlo siquiera, mucho menos que fuera a tener... Éxito hasta cierto punto. Pero no fue un par de dientes lo que sintió, sino unos labios suaves apenas rozar su mejilla y dejándolo en un estado de confusión por unos sólidos diez segundos, él atinando nada más a despedirse con una mano y a llevarse la otra al rostro. ¿Qué había sido eso? Nunca imaginó que su cita tomaría ese camino. Y sin saber qué hacer con esta sensación extraña en su estómago ni estos latidos furiosos aturdiéndolo, apoyó su frente en la puerta y se mordió el labio---la sonrisa---con mucha fuerza, quedándose muy quieto ahí. Tenía que digerirlo correctamente y disfrutar cada segundo antes de girar sus talones y flotar de vuelta a su piso.
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escritor-eso-creo · 8 years
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Te atreves a decir la verdad? /Wigetta.
Narra Luzu. /Cap 70
El ataúd descendía. La madre de Alex se ha desmayado, su padre la tomó en peso y se la ayudarían a llevar. Todos guardaban silencio, el padre tiró una rosa blanca a la vez que unos tipos tomaban las palas y empezarían a tirar un poco de tierra.
Les mentiría si dijese que nadie lloró. Lana sería unas de las primeras, tuve que alejarme y caminar un poco con ella.
La madre de Alex no reaccionaba, nadie haría preguntas. … … Ya casi no había nadie, la lluvia ha ayudado a  que muchos se marchen.
Dejé a Lana un momento en el coche, caminaría hasta que vi a la distancia a tres tipos dándose golpes. El ruido de la lluvia no ayudaba, la densidad de la misma no permitía visualizar. … … Corrí. Sabía que no era casualidad que algo así pasara.
… Era Samuel, Frank y Willy. Era una pelea que no iba pareja. Samuel quería con desesperación golpear a Willy y Frank se ponía de escudo. Se resbalaban, estaban con los trajes rotos. Dejé la sombrilla de lado y tomaría a Willy, era obvio que Frank tomaría a Samuel. … …
Narra Samuel. /Cap 71
Esperaba el primer golpe por parte de Willy. -Anda, terminemos con ésto! -Grité. Tenía la necesidad de terminar de destrozarlo. Ésta vez no habrá palabras que me derrumben. Frank se metía. -Anda Sam, vayámonos, no tienes porqué…. No tienes porque hacer esto… -Diría Frank, no dejaba de tomarme, ahora no me ayudaba la fuerza de Frank en mí. No lastimaría a Frank, lo sentía, veía su preocupación. -Has hecho algo que no debías! FRANK ES MI AMIGO! COMO PUDISTE MALDITO! -Sentí el dolor en tal reclamo.
Cualquier ex pareja creería que me lié con su mejor amigo por venganza, no era el caso, lo mío era algo mutuo. No habría culpa pues no hay a quién traicionar, ya no hay amistad que destruir.
No podía golpearlo, Frank interrumpía velozmente. Si daba un puño él nos empuja al lado contrario, Luzu llegó y empeoro la pelea. -DÉJAME FRANK! EL IMBÉCIL NO DEBERÍA HABER VENIDO! -No podía soltarme, Frank no me dejaba. Luzu tenía agarrado a Willy , empujé a Frank y Willy a Luzu. Pude golpearlo, él a mí también. Mi labio sangraba, él no podía ponerse de pie pues mi golpe fue a su estómago. … … La lluvia era un caos, podríamos seguir en la pelea y nadie se daría cuenta. -TE ODIO FRANK! TE ODIO! -Gritaría Willy. Frank pasaba su mano por mis labios, la sangre seguía saliendo.
El traje estaba destrozado, tiré el saco y vi una de mis piernas desnudas, tomé a Frank, no haría peor la pérdida de Alex. Willy no se pararía de ahí por un buen rato.
Narra Frank. /Cap 72.
-No me importa que me odies.. De ti no me importa nada Willy. 
Aquella fue la contestación para él, tomé el saco de Samuel y nos dirigimos a la salida.
No sabía en que lugar quedaría la palabra amistad ahora, un amigo no habría permitido esto. Lo siento Alex, la puerta estaba cerca. una que no volvería a mirar con la frente en alto.
Samuel era una persona diferente a la de cuatro años atrás.
Él ha cambiado, noté que ha superado a Willy, que sus golpes no fueron por tener rencor, todo fue por defenderme.
Quería estar mas tiempo con mi amigo, disculpa Alex por haber arruinado el último momento, espero que sientas que traté que todo ésto no se diera así.
Al llegar a casa del padre de Samuel fue la mega reprendida por su madre, ella aún tenía miedo que su hijo cayese en el trance que lo sometió Willy.
Su padre en cambio era un alivio que le haya golpeado, y de otra forma no pues no termino de darle la paliza que Willy se merece.
..
Estaba en la cama, el labio de Samuel estaba hinchado, una bolsa de hielo en el mismo lugar.
Sus padres se han ido, algo ocurrió que haría que ellos se fuesen hasta la mañana siguiente.
-Hola? -Escuché a Samuel responder su móvil
Espere, era el médico preocupado por no avisar que no iríamos.
Samuel le dijo la verdad, quedamos en ir en la mañana  a su consultorio.
Narra Luzu. /Cap 73
La fuerza de Willy era leve, sus puños estaban rojos, su saco roto. Él no decía palabra.
Seguí sin saber cómo ayudar.
Lana salió del carro, hice señas para que no preguntase.
Abrió el coche y entré a Willy.
El camino sería corto.
Llegamos  a casa de mi hermano, fui con Willy al baño. Le quite el terno, ya esos trapos no le servirían
El cuerpo de Willy estaba con diferentes tipos de cicatrices, moretones, unas vendas que cubrían sus costillas.
Lo que mas me sorprendía era la cicatriz en su brazo, era de haber recibido bastantes pinchazos.
Tomé de la maleta ropa y esperé a que se terminase de bañar, era un milagro que a pesar de sentir tal dolor siga en pie.
Dejé que se vistiera, Lana no estaba, ella comprendía que era un momento en el que debía saber la verdad.
-Willy, realmente puedes seguir?, si quieres te llevo a un hospital. 
Traté ser amable, aunque no sé si debía.
-Puedes prestarme tu móvil. -Respondería.
-Claro.
Se lo había dado, dio unas indicaciones para que lo vinieran a ver.
-Me has mentido, tú también me has mentido Luzu.
Su mirada era directa, no sentí culpa. Porqué debía hacerlo?
-Por que dices que te he mentido. Acaso tú has sido honesto conmigo!?
-Cuando te fui a buscar a lo Ángeles te dije que no quería hablar mas de Samuel. Tengo una nueva pareja. Lo único que quería era recuperar a  mi mejor amigo!
-No seas cínico Willy, no tienes amigos. Lo que le has hecho a Samuel no tiene perdón!
Willy reía, era como algo extraño en su cabreo.
-Yo hice que mi venganza se sintiera. No hice mas que devolver traición por traición!
-PERO SAMUEL NO TE HA HECHO NADA!
-EL HIJO DE PUTA ME ENGAÑO! LO VI!
Éso no lo sabía. No podía creerlo.
-Éso no es cierto, Samuel no me ha dicho nada.
-ÉL NO ES UN SANTO LUZU, LES HA HECHO CREER A TODOS UNA MENTIRA! ÉL FILMÓ UN VÍDEO CON ANDRÉS, LOS VI TENIENDO RELACIONES, Y SÍ ESTOY DEMENTE POR ESTAR CON EL MISMO TIPO CON EL QUE ME TRAICIONÓ!
Narra Rubén. /Cap 74
Mangel recibía el pésame tan tranquilo, me preocupaba que no mostrara que le afectaba.
Casi todos estábamos compartiendo una taza de café en la sala. Su madre estaba consciente, su padre no dejaba de verla.
Los presentes consternados después de la carta que ha leído Mangel.
No se porque  lo hiciste Alex, sólo espero que ahora no te duela tanto.
…Se han ido, todos se han ido.
Los padres de Alex se marcharían a un lado diferente de la ciudad.
Abracé a Mangel, él no hacía gesto, su mirada paciente se perdía en la lucia que no ha parado.
Quise encontrar a Frank o Samuel, me pregunto porque se fueron pronto.
Narra Willy. /Cap 75
(Cuatro años y poco mas antes)
Terminaba de editar un vídeo, uno que compartía con mi compañero, Vegetta.
-Anda macho que  se nos hace tarde para comer. -Repliqué. Cómo se demoraba en arreglarse.
-Anda Willy que sabes que tengo una rutina.
-Una manía dirás! Que mas da que te peines si te pasarás la mano como un millón de veces en el restaurante.
-Quieres irte sólo, cierto?. -Se ha cabreado, reí.
Salimos a comer, la verdad era muy feliz, aunque no se lo decía por las veces que teníamos estas peleas.
Recibí una invitación con una marca importante,  he visto el nombre, Andrés el apellido es mas que conocido.
Se lo había dicho a Vegetta.
Él no le presto atención, respondí.
—–Quedaremos en una reunión.
Su respuesta sería inmediata.
Terminé de editar un vídeo, fui hasta donde estaba Samuel. Su torso desnudo y los cortos bóxer en los que andaban era por la calor.
…Donde vas? -Preguntaría al verme arreglado muy temprano.
-Que te he dicho que tengo una reunión con Andrés.
-Ah, sí es cierto. Vale, entonces te espero, recuerda que voy a ver a Frank al aeropuerto.
-Entonces nos vemos en la noche.
Habían unos sujetos mas en la junta, no fue por mucho. Uno a uno se fue marchando.
Todo iba muy bien, de forma suspicaz el aire se notaba diferente.
Escuchaba la voz de Andrés tan alejada, me señalaba la pantalla de un gran Tv.
No…
No…
Era Samuel, él estaba teniendo relaciones con Andrés.
Pero no podía llorar, era como estar despertando sin realmente moverse.
El vídeo no se detenía, no podía sentir, todo estaba dormido.
Nuevamente lo suspicaz, tomaba los labios de Andrés,  escuchaba que me susurraba.
-Vengarte, has lo mismo que Samuel te ha hecho…
Nada era obligado. Andrés me tomó, fui suyo. Las lagrimas salieron, mi promesa se rompió luego de la suya al decirme tantas veces que nunca me sería infiel.
Él me dio el vídeo, lo vi muchas veces. Andrés me decía que no sabía que Samuel era mi novio, que él quería que las cosas fuesen como deben ser.
El amor que sentía por Samuel ha sido destruido, no podría besarle, ya no
Llegué a casa, Samuel no estaba.
Conducía con el nudo que jamas había sentido en la garganta, apretaba el timón.
Frank me ha enviado un mensaje, sabía donde estaban.
Aquel sería el fin, sólo tenía una  meta.
-Destrúyelo Willy, has que tú venganza lo marque por siempre…
Aquel era el consejo de Andrés, me acerqué, grité.
Describí todo el acto sexual, todos los presentes no entendían.
la cara de Samuel era de incredibilidad, de dolor, de humillación.
Sabía que él sería incapaz de hacerme daño, por ello lo obligué.
No reparé en hacer más y más daño, su mente se descontrolaba, el primer golpe fue el único que traspaso la carne, sentí como el fin se hizo inevitable.
De pronto la sangre recorría mi rostro, no podía ver, ya no podría reaccionar.
Frank se metía, escuché a la policía llegar y a Samuel destruyéndose poco a poco, él no reaccionaba.
Mi venganza se ha cumplido.
Escychaba en voz de papá, sabía que tenía la mandíbula destrozada.
Mamá llegó después, no permitieron que me viera. Me indicaron que he tenido una cirugía  y que faltan muchas mas.
Sabía que estaba inconsciente, escuchaba a Andrés, él prometió que estaría a mi lado.
Narra Andrés. / 76
(Cinco años antes)
He escuchado de un hombre que me llamó la atención. Realmente dudaba que era mayor por cómo se le escuchaba en los vídeos.
Averigüe, se llama Samuel de Luque.
Él era un manjar exquisito, sin embargo existe un tabú.
-Tiene novia o novio!? -Pero nadie me sabría responder.
Odiaba que la respuesta sea ajena, lo llamé.
Él declinó todo lo que le propuse, no quería siquiera responder a una reunión.
Lo intenté e intenté, el maldito pagará por hacerme suplicar!
Meses después de pensar y pensar me percate de lo ingenuo que había sido.
La mejor venganza tendría que ser con quién él forma aquel tabú. Su supuesto novio, sabía que ése tal Willy me servirá.
Escribí, y él aceptó.
Poco tiempo duraría la calentura por aquel Samuel, uno de mis guarda espaldas me daría información de un sujeto que se prostituía que era identifico a Samuel.
Estaba una noche antes de la reunión en casa, el sujeto llegó. Sí, él se parecía a Samuel. Maquille sus tatuajes y lo filme sin que se enterase.
Tuve sexo, la forma en la que nunca lo había hecho, dejé que me sometiera sólo por vengarme, odiaba el dolor pues no era yo el que lo hacía.
Edite el vídeo con mucha ayuda de expertos. 
Willy estaba en la junta, pedía que el resto de socios de marcharan. Drogué a Willy por la agua que bebía, por el aire que respiraba, él sin darse cuenta estaba siendo inducido a hipnosis.
Lo habrá creído, él se ha parchado luego de tener sexo.
Samuel me pagará cada desplante, no sabe lo que se vendrá.
                                                                                             …Continuará.
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formeralex · 4 years
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Jinete De la Noche
Nunca había contado esta historia pues me da miedo simplemente recoda aquellos días, fue hace más de treinta años. Mis abuelos, ahora fallecidos residían en un rancho en la sierra de sonora, normalmente era un lugar tranquilo y callado. Ellos tenían ganado y caballos, los cuales eran de nuestro agrado, éramos un grupo de cinco niños entre primos y hermanos de los cuales yo era el mayor y que nos juntábamos cada cierto tiempo para convivir en familia. Nuestros padres y abuelos se quedaban en el jardín platicando y tomando café mientras nosotros corríamos y jugábamos, gritando y haciendo tanto escándalo como se podía, después de todo, no siempre teníamos esas libertades en nuestras vidas cotidianas en la ciudad. Siempre eran días buenos.
Sin embargo, había algo que no nos gustaba de ir al rancho y era pasar la noche, mi abuelo, en lugar de tranquilizarnos nos contaba terribles historias de terror aun con el disgusto de mi abuela y nuestros padres. Nos decía que su padre vivió ahí antes que él y su abuelo antes que su padre y que todos ellos coincidían en algo y es que en ese lugar había algo, algo que solamente salía por las noches, algo a lo que los animales le tenían miedo.
Yo ya tenía la edad suficiente como para saber que simplemente eran historias de mi abuelo asi que intentaba no darle mucha importancia, pero en la noche y al escuchar ruidos no podía dejar de pensar en esas palabras. Escuchaba como los caballos relinchaban y se agitaban y eso no me dejaba dormir. Como la casa de mis abuelos no tan era grande mis primos y yo dormíamos en la sala; Tendíamos y hacíamos casas con las sabanas y cobijas. esa noche todos estaban dormidos, pero yo no podía dormir, recordaba esa voz de mi abuelo diciéndome “hay algo ahí afuera, algo que solo sale por las noches” escuché ruido y me asuste, con mucha valentía hice el esfuerzo para asomarme hacia donde venía el ruido y mire a mi abuelo a un lado de mí.
-Ven – me dijo en voz apenas audible para no despertar a los demás. - Acercate.
Se acercó a la ventana y movió la cortina y se comenzó a asomar, Me levante en silencio intentando no despertar a mi hermano y me pare atrás de mi abuelo. El había notado mi presencia pues con un gesto de su mano me hizo señas para que me acercara. El sonido de los caballos agitados era mas y mas fuerte. Me acerce a el aun con mucho miedo pero un poco mas tranquilo por estar con el.
-Mira – me dijo, haciéndose a un lado para que me acercara yo a la ventana.
No quería asomarme, pero miraba a mi abuelo tan tranquilo que no penseque fuese algo malo.
-Mira los caballos – me dijo, casi con una sonrisa en su boca.
Con un poco de valentía hice a un lado la cortina, al principio no pude ver nada, pues estaba demasiado oscuro afuera. Aunque mis ojos estaban acostumbrados a la oscuridad por estar intentando dormir.
Al fin lo mire, logre ver el caballo que estaba mas agitado, el que relincho varias veces. Había alguien montándolo. Al principio contuve el aliento, pero después comencé a respirar agitado y mi abuelo lo noto asi que cerro la cortina.
-tranquilo – me dijo, con una voz muy calmada – no te hará daño, nunca entra a la casa, en los 65 años que llevo viviendo aquí lo he visto muchas veces, así como mi padre lo miro y mi abuelo
Mire a un hombre – le dije, mi voz se quebraba casi hasta llorar - tenia un traje negro y estaba intentando calmar al caballo. – recordar esa imagen en mi mente me hacia temblar de miedo, no podía entender por qué mi abuelo no le temía, pero supuse que por el hecho de haberlo visto tantas veces.
-Yo no tuve un hijo – comenzó a contarme mi abuelo, mientras se alejaba de la ventana – no me quejo, las hijas que tuve son hermosas y las amo, pero mi padre me dijo que este rancho se lo dejara a mi hijo. El nunca espero que no iba a tener uno. Pero sabes que, tu eres mi nieto mayor y te he elegido a ti para quedarte con este lugar cuando yo muera, pero es importante que sepas esto; Lo llamamos el jinete y él ha estado aquí desde mucho antes que nosotros. Cuando tu tatarabuelo llego a este lugar comenzó a trabajar la tierra, el solo tenía dos caballos y un pequeño cuarto de madera que construyo. Me conto cuando yo tenía más o menos tu edad que la primera noche que paso aquí fue un terror, pues el jinete le golpeaba la puerta durante toda la noche y los caballos no dejaban de relinchar, me decía que él se aferro y no salío hasta en la mañana por el miedo que le daba, y cuando salió miro los caballos, pero tenían una diferencia. El cabello que tenían en la cabeza y parte de su espina había desaparecido. Cuando paso eso, el jinete desapareció por un tiempo, pero a los meses volvió y se dio cuenta que pasaba lo mismo.
- ¿Lo has visto de cerca? – le pregunte, interesado en la historia ahora, con un poco menos de terror.
- -No – me contesto – tu abuelo lo miro de cerda un día y mi padre también. y a mí me toca verlo ahora– me dijo, dándome una cálida sonrisa – después de todo, el siempre ha cuidado este rancho y lo seguirá haciendo cuando tu seas el encargado.
En ese momento no entendía lo que me decía mi abuelo pues todo me parecía extraño y confuso.- porque el cabello – le pregunte –-No lo se – contesto – seguramente lo averiguare cuando hable con el.
Un estruendo en la puerta sonó de golpe. Tres toque toc toc toc, como si alguien tocara con todo el puño y con suficientemente fuerza como para despertar a toda la casa, sin embargo nadie se movió un centímetro.
-Bueno – dijo mi abuelo – ha llegado el momento de conocerlo. Con esfuerzo se paró y se puso a un lado mío. – se que serás un gran cuidador de este lugar después de todo tienes nuestra sangre y a nuestro amigo, vuelve a dormir.
Se acero a la puerta y yo extrañado no pude moverme, estaba como paralizado. Mire que mi abuelo tomo su sombrero del perchero a un lado de la puerta, se lo puso y volteo a mirarme una última vez, sonrió y dio ese paso. La puerta se cerró de golpe que me hizo saltar y me di cuenta que podía moverme libremente, me acerque lentamente a la ventana e hice el mismo movimiento que había hecho mi abuelo, moví un poco la cortina solo lo suficiente para que mi ojo pudiera asomarse hacia afuera y mire a mi abuelo y al jinete alearse poco a poco hasta acercare de nuevo a los caballos, estos empezaron a relinchar y agitarse como antes. Mi abuelo se acercó a uno de ellos y lo acaricio, el caballo al instante se calmó. Pocos segundos después mire a mi abuelo desapareciendo poco a poco en la distancia, junto a él, ese hombre misterios, con su traje negro y su sombrero.
Me recosté nuevamente pues tenía la impresión de que todo lo que acababa de suceder había sido solamente un sueño extraño y con esa sensación me quede dormido. Sin embargo desperté temprano pues había un gran alboroto en la casa, mis padres corrían y escuchaba llantos, al instante recordé el extraño sueño y supe lo que pasaba, realmente el abuelo se había ido con El jinete.
Al despertar mi abuela noto que el se encontraba muerto en su cama, al parecer había muerto mientras dormía en la noche, todos estaban tristes como era de esperarse pero yo me sentía extraño y mientras todos estaban reunidos en su cuarto yo Salí un momento, me acerque a los caballos y comencé a revisarlos, uno a uno, esperando una confirmación de que lo que había visto la noche anterior era real, había terminado de revisar todos excepto uno y al acercarme note que mi abuela estaba junto a el, lo acariciaba y lloraba.
- Abuela - le dije antes de que ella notara mi presencia – El abuelo se fue con El Jinete anoche.
Ella me miro y yo note que al caballo le faltaba su cabello. Era negro, quizás era por eso que el Jinete lo había elegido.
- Lo se hijo – me dijo ella, aun con lagrimas en sus ojos – este lugar es tuyo ahora.
Han pasado treinta años desde que mi abuelo se despidió de mi y quince desde que tome su lugar como cuidador de este rancho, bueno, compartiendo ese crédito con nuestro amigo misterioso, se que un dia el vendrá y tocara la puerta y ese dia lo conoceré al igual que lo hizo mi abuelo, su padre y el padre de su padre. Pero hasta ese dia, compartimos el rancho..
El Jinete vuelve de vez en cuando y aun no sabemos para que quiere el cabello y porque se llevo a mi abuelo, pero lo que si sabemos es que es real y que aquí en la tierra de sonora pasan cosas que mucha gente cree que es simplemente fantasía, muchas gracias por leer mi historia.
Yo tengo un Jinete negro que toca la puerta por las noches, pero tu, que es lo que ira por ti ese dia, cuando debas conocerlo.
F.A
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mariaabeleng · 5 years
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23:21
Cuando despierto en mi cama al día siguiente de la fiesta me estiro un poco como cada mañana antes de cepillar mis dientes y entonces lo analizo todo con detalles porque lo recuerdo perfectamente, y me pregunto qué piensas tú. Anoche luego de dejarme en casa, luego de besarnos por última vez y decirnos buenas noches, antes de entrar en el ascensor me miraste sonriente, y seguramente yo tenía cara de perrito, con los ojos más aguados que nunca. Todavía no me lo puedo creer.
Y todavía no sé que hacer.
Luego de que te marcharas aún me sentía en las nubes, borracha de tus besos. Y después de ducharme me dormí y soñé contigo, pero lo que hicimos en la playa, y frente a mi apartamento no fue un sueño, nos besamos.
En realidad espero que estés tan nervioso y conmocionado como lo estoy yo. Nunca había estado tan segura de lo mucho que me fascinas, bueno, quizá sí que lo estaba, me encantas. Y en medio de los besos que nos dimos ayer, seguramente te lo he dicho, sólo espero que sea mutuo, porque a mí en serio me gustas.
Aunque luego de todo el tiempo que llevo junto a ti, no solo me gustas. Adoro cada cosa que haces, y lo hermoso que eres en cada aspecto, cada acción, cada imperfección, adoro hasta las cosas que detesto de ti.
Tan mal me traes que esta mañana antes de salir de casa he preparado el café y lo he dejado todo en la cafetera porque olvidé servirme un poco, estoy tan nerviosa, porque hoy te veré como cada día en la oficina y tengo miedo. Tengo un café frío cuando llego al trabajo, riendo porque me he acordado de la cafetera.
Los lentes oscuros han sido un acierto, porque no pueden ver que te busco. Es realmente raro poder actuar de alguna forma luego de lo de ayer, y más porque todo el mundo lo sabe, y todos están expectantes porque nadie se lo esperaba, ni yo, seguramente ni tú. Cuando nos topamos al fin te beso la mejilla, como siempre, tú me sonríes y yo me derrito ante esos hoyuelos que te hacen tan adorable, aunque seas un hombre de treinta y pocos.
El día será complejo.
ㅡ¿Qué tal la resaca?ㅡ me preguntas mientras caminamos dentro de la oficina, y todos nos miran de reojo o directamente. No estamos borrachos, no nos besaremos ahora.. espero que después cuando estemos solos, sí.
ㅡJajajaㅡ golpeo tu hombro suavemente como normalmente cuando sueltas una bromaㅡ no me ves, estoy reluciente ㅡsonríoㅡ aunque esta mañana puse la cafetera, pero salí sin tomar café.
ㅡYa.. jajaㅡ es tu risita nerviosa ㅡyo si lo bebí en casa, pero estoy que me muero con el dolor de cabezaㅡ tocas un costado de tu cabeza y ríes.
Me quito los lentes y camino hacia el escritorio, dejo mi vaso y abro el portatil, diciéndote que también me duele la cabeza. En un momento nos hemos mirado y sin decir nada solo nos hemos plantado ahí quiero hablar de lo de anoche, y creo que tú también. Lo creo porque me miras no dices nada. Está claro que es porque somos tontos y no sabemos como comenzar.
ㅡQuiero..ㅡ empiezas, pero entonces llega Germania y dice que necesita que vayas a firmar unos acuerdos ㅡespérame para el lunchㅡ me dices, señalándome con un dedo.
ㅡSi me encuentro con ánimo, quien sabeㅡ encojo los hombros riendo, tú me sonríes y te vas.
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Omniciente
ㅡUuuy cuanto amorㅡ habló Germania mientras caminaban hacia la oficina de él.
ㅡTodavía ni comenzamosㅡ suspiró él.
ㅡYo creo que comenzaron anocheㅡ dijo mientras giraba los ojos.
ㅡBueno, estabamos muy ebrios. No sé que pensarㅡ habló consigo mismo en voz alta ㅡen realidad tengo un poco de miedo.
ㅡNo sé porqué lo están pensando tantoㅡ murmuró ella ㅡpensé que habían dormido juntos, por como se comían la boca anoche.
No es que él fuera un santo, pero hasta ese momento no había pensado en ello, si se hubieran acostado, seguramente habría sido más fácil hablar de ello luego de despertar en su cama juntos, juntos y no como amigos que se quedan dormidos, juntos como amantes. Pero bueno, ya hablarían y quizá conseguían llegar a algo, porque por supuesto que se gustaban, anoche lo había descubierto.
ㅡNo pasamos de besarnosㅡ volvió a suspirar ㅡe íbamos a hablar antes de que me interrumpieras ㅡla miró inquisitivamente.
ㅡNo iban a hablar una mierdaㅡ le dijo riendo ㅡsi son más tontos, creo que llevan enamorados desde que se conocieronㅡ ella hizo un gesto, y movió las cejas ㅡy eso ya hace como tres años y poco más.
ㅡEso no es ciertoㅡ habló mientras tomaba los documento que ella le extendía ㅡy ella ninguna vez ha hecho un roce no creo que yo le haya gustado desde el inicio.
ㅡSe gustan desde que se vieronㅡ giró los ojos nuevamente.
La verdad es que Germania estaba sumamente irritada por todo, y es que como a muchas otras en la oficina ella iba tras él, y que ellos se hubieran besado anoche como si fueran colegiales en su primera relación, a todos les había fastidiado. Claro inicialmente se preveía que ellos iban a estar juntos ya que pasaban pegados el uno al otro, pero luego todas retomaron sus esperanzas. Si no había pasado en tres años ¿cuál era la posibilidad de que pase ahora? Pues que estén perdidamente borrachos, enamorados y juntos en la playa, en medio de tragos.
Tampoco es como si nunca se hubieran embriagado juntos, lo habían hecho muchísimas veces, pero nunca tantísimo y si bien ya ebrios se habían insunuado sus sentimientos o coqueteándose de algún modo sin embargo nunca se lo habían creido al otro ¿cómo es que él iba a creer que le encantaban sus ojos y su mirada profunda, cuando también hablaban de culo hermoso de las Kardashian?
ㅡHablaremos a la hora del lunchㅡ dijo acabando de firmar los documentos.
ㅡAdiós ㅡ contestó ella antes de marcharse y cerrar de un portazo.
Ya que estaban en su despacho él se quedó a trabajar en sus proyectos, pensando de pausa en pausa que decir en el almuerzo, si lo esperaba ella, que obviamente lo iba a esperar. Ellos tenían costumbres, por eso mismo es que por la mañana ella le había besadonle mejilla. Y el día anterior casi había dado uno de buenas noches, pero se besaron.
Él se acordaba de la mayoría de las cosas que habían pasado la noche anterior, sabía que quien había besado primero fue él, y era obvio porque se moría de ganas, y de celos cuando la observó hablando tan animadamente con alguien más; se despidió sonriente, amable y rápidamente de las mujeres que lo habían acorralado y con las que hablaba amenamente para ir a su encuentro. Y después ir por ahí emborrachándose más, hasta que en una conversación extraña se acabaron rosando y besando, ya no había vuelta atrás, ya solo podían besarse más y más. Él le dijo que le gustaba, que amaba hasta la forma en la que ella respiraba, y ella le había susurrado que estaba perdida por sus palabras, sus ojos y todo él hace tiempísimo atrás. Se acordaba de eso pero también cabía la posibilidad de que fuera un sueño.
Porque esa noche había soñado con ella, suponía que toda la noche. Desde que llegó a su casa con una sonrisa bobalicona, pensando en los besos que se habían dado. Se duchó rapidamente con agua fría y se durmió. Soñó con sus besos, con sus brazos al rededor de él, con sus manos entrelazadas y sus lengua acariciándose mientras ellos bailaban lentamente, por eso es que esa mañana cuando despertó tenía una erección, no era tan extraño, pero definitivamente no era lo más habitual.
Y volviendo a la realidad actual ¿cómo iba a comenzar a hablarle? ¿qué iba a decirle? ¿debería abordar el tema casualmente o ser puntual? Quizá ir bruscamente iba a ser lo correcto, o quizá debería pasear lentamente antes de llegar a ese momento y afrontar que se habían besado como amantes desenvueltos la noche anterior ¿sería mucho si le decía que estaba enamorado de ella? ¿se acordaría ella de todo? Y si era así ¿era verdad todo lo que le había dicho? Quien sabe, él de momento solo sabía que se estaba poniendo bastante nervioso.
○○○○
A la hora del luch se dirigió a su despacho y dió dos golpecitos en la puerta abieta antes de entrar.
ㅡAquí estásㅡ caminó hasta sentarse en la silla frente a su escritorio, sonriente.
ㅡPues esta es mi oficinaㅡ le señaló con un boligráfo ㅡaquí estoy.
ㅡVamos yaㅡ tocó su estómago  ㅡquiero engordar.
ㅡY yo adelgazarㅡ ella sonrió ㅡpero también me muero de hambre.
ㅡEntonces vámonosㅡ se levantó y ella también avanzando hacia la puerta, y enredaron sus brazos de gancho antes de salir por la puerta.
ㅡDeberíamos de comer pizza hoyㅡ sonrió mirándola mientras caminaban por los pasillos.
ㅡCon bordes de quesoㅡ continuó ella saliendo del edificio.
ㅡ¡Mitad de piña, mitad de carnes y vino! ㅡdijeron ambos porque también era una tradición esa pizza.
Al llegar al restaurante la conversación transcurrió como una normal, como siempre entre ellos, también porque estaban mirando al frente en el trayecto así hasta que se sentaron uno frente al otro en la mesa.
Ordenaron. Se miraron. Sonrieron. Y se callaron.
ㅡTenemos que hablarloㅡ dijo ella luego de un silencio.
ㅡYa lo séㅡ sabía perfectamente a qué se refería.
El tiempo entre una orden y su llegada en ese lugar aproximaba los cuarenta minutos. Les quedaba muchísimo tiempo para hablar, solo restaba comenzar a hacerlo.
ㅡYo lo empecé, lo sientoㅡ dijo él.
ㅡA mí me gustóㅡ se miraron a los ojos.
ㅡNo dije que no fuese así, a mí también me gustóㅡ habló de inmediato.
ㅡEntonces por q..
ㅡDije que lo lamentaba porque sucedió mientras estabamos ebrios, no me arrepientoㅡ no apartó la mirada aunque estuvo manteniendo contacto con ojos oscuros todo el rato.
ㅡYo tampoco, ya llevo tiempoㅡ suspiró.
ㅡ¿Tú también?ㅡabrió los ojos escandalosamente.
ㅡ¿Tú también?ㅡ ella se extrañó.
ㅡ¿Como que llevas tiempo?ㅡ sonrió ㅡo sea que esta carita..ㅡ levantó las cejas.
ㅡNo seas tontoㅡ sonrió ㅡa ver.. no te voy a decir que me gustas, porque me encantasㅡ dijo esto sin mirarlo a los ojos ㅡes solo que..
ㅡOye..ㅡél se inclinò por sobre la mesa, mirándola con sus ojos arrugados en las esquinas por la sonrisa amplia, le acunó la cara entre las manosㅡ a mí también me fascinas, no hay que hacerlo tan díficil.
ㅡBésameㅡ dijo ella acercándose un poco más ㅡno te das cuenta que perdemos tiempo a..
No pudo terminar ese inciso de regaño, porque dos labios carnosos atrapaban los suyos, presionándose, deteniendo y calmando ese calambre que se iba formando en su estómago, acariciando suavemente, hálando con cuidado. Él deslizó sus dedos lentamente por las mejillas en un toque delicado, dejándose besar y besando, sintiendo una manos que le apretaban las muñecas con firmeza.
Dejaron de besarse al escuchar al camarero aclararse la garganta, para dejar los pasabocas y servir las copas.
ㅡLo lamentoㅡ se disculpó el jóven antes de marcharse.
Ninguno contestó a la disculpa, solo se volvieron a mirar.
ㅡ¿Tú te das cuenta el tiempo que llevamos y wue podríamos haber estado juntos?ㅡ habló él, tomando un bocadillo.
ㅡTampoco te creas que me gustas desde que te vi.
ㅡDesde que me oíste.
ㅡHombre si cuando hablas parece que tienes una papa en la boca.
ㅡVamos a ver que eres mala.
ㅡPero bueno, a partir del tiempo, me has ido gustando un poco cada vez, supongo.
ㅡA mí si me gustabas desde el inicio, y ya empecé a caer por ti cuanto más te conocía.
ㅡYa..
Sin duda escucharle no era lo mismo que confesarse, que verguenza tenía en ese momento, que verguenza tenían los dos, y sin embargo continuaron esa convesación, con lo mucho que se enredaron esa noche. Bendito fuera lo que sea que los había hecho acabar robandole el aliento al otro.
Terminaron de almorzar y al salir del restaurante, una vez tomados del brazo, antes de regresar a la oficina, él el tomo la mano entrelazando sus dedos. Todos iban a enterarse, no solo se habían besado, estaban saliendo y esa había sido su primera cita.
ㅡNos van a mirar raroㅡ negó ella con la cabeza, mirando hacia sus manos.
ㅡEl punto es que se enteren que estás conmigo.
ㅡY que tù estàs conmigoㅡ presionó el índice en su pecho.
ㅡCreo que no cabe duda de eso desde ayerㅡse acercó él.
Se dieron un beso casto antes de entrar a la oficina, aún tomados de la mano y antes de dejarla en su despacho, volvió a besarla, abrazando su cintura.
No había quien dudara de que ellos estaban empezando una relación romántica.
El sentimiento que recorría el cuerpo de cada uno se sentía como una mezcla entre libertad y alegría, estaban enamorados.
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you-moveme-kurt · 6 years
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Glee «Our own traditions»
Noviembre de 2014
-Creo que soy el mejor esposo del mundo… —dijo Kurt parado con las manos en la cintura en medio de la cocina mirando la bandeja de desayuno que había preparado para Blaine— lo que me lleva a pensar que algún día ganare el premio de esa categoría — añadió sonriendo mientras alistaba los últimos detalles con mimo— perfecto... trata de equiparar esta producción Blaine Anderson-Hummel… ninguno de tus desayunos se compara con este... —dijo sonriendo— bueno eso último no es verdad, pero como estoy solo en la cocina de este departamento que odio, puedo decir lo que quiera… —sentencio haciendo una mueca acorde de quien dice lo que quiere — aunque creo que aquí falta algo… —añadió mirando todo— ¡ya se!... —exclamó dando un pequeño aplauso— flores, ningún desayuno esta completo sin un adorno de flores… —dijo mirando a su alrededor— flores que por supuesto no tenemos… —agregó haciendo una mueca de desagrado— ¡ya se! —repitió tomando las llaves, echo un vistazo hacia la habitación para comprobar si su esposo seguía dormido, sonrió al ver que así era y salió en busca de lo que necesitaba, camino unos pasos hasta la escalera murmurando en tercera persona los pasos a seguir, como si el que sabía dónde iba no era él, sino otra persona que le indicaba el camino, subió un par de pisos y llegó donde se suponía y encontraría la solución a su problema, toco el timbre y espero.
-¿Si?... —dijo una mujer al tiempo que abría la puerta. -Hola, buenos días… disculpe la hora, pero la he visto salir temprano a su trabajo así es que asumí que no causaría mayor problema… —contestó Kurt sonriendo. -¿Quién es usted?... —agrego la persona cerrando un poco la puerta por la desconfianza que le provocaba el desconocido. -¡Ah!, claro… disculpe —añadió estirando su mano, la mujer la cogió de vuelta aun con un poco de recelo— vivo abajo, en el 2… en el departamento de Blaine Anderson… mi nom... -¿Blaine Anderson?… ¿El chico super guapo ese? -Ese —dijo soltandole la mano con cierta brusquedad— que además de ser guapo, también es mi esposo… —agrego Kurt casi en tono de advertencia. -¿Usted es David?, ¿el que arreglaba todo aquí?... yo también me cambie hace poco, pero mi hermana me dijo maravillas de usted, la verdad… -No, no… —interrumpió Kurt dejando la sonrisa— mi nombre es Kurt, y no tengo idea quien es ese David tan dispuesto que usted menciona… —añadió cruzándose de brazos. -Oh… disculpe… ¿que necesita? -La verdad es desaparecer el último minuto de nuestra conversación, pero como eso es imposible, me conformo a lo que vine… se que usted vende flores, la he visto en su camioneta… -Ah sí, por supuesto… era el negocio de mi hermana… de hecho, ella era quien vivía aquí y me hablo de Dave… -Interesante… —volvió a interrumpir Kurt cada vez más cortante— me preguntaba si tendría algún ramo, o flor solitaria que pudiera venderme… la necesito para acabar algo de manera correcta… si pudiera ayudarme… -Por supuesto… siempre me traigo a casa las más delicadas… y costosas por cierto… —dijo dándose media vuelta y levantando su mano con el índice arriba cuando mencionaba lo de costosa. -No hay problema… —respondió Kurt quedándose en la puerta, la mujer abrió el ventanal principal y salió a la pequeña terraza, movió algunos tarros de metal y volvió con tres tipos de flores, un par de rosas, unas margaritas bien esponjosas y una rama de azahar. -Mire… —dijo enseñando las flores. -Que maravilla… —opino Kurt tomando la rama de flor de naranjo— ¿donde consigue estas hermosuras? —añadió cogiendo el resto de las flores. -Bueno, como mi familia, llevo en el negocio por siglos… así es que no me es difícil… ¿le sirve alguna? -Todas en realidad… —respondió cambiándolas de mano para sacar un par de billetes desde su bolsillo— ¿será suficiente? —quiso saber entregándolos. -Más que suficiente… —respondió la mujer contando los billetes— déjeme ir a por su cambio...—dijo haciendo ademán de darse media vuelta. -No por favor… tómelo como compensación a la molestia… —interrumpió Kurt llevándose las flores a la nariz— gracias… —termino por decir retirándose sin despedirse de manera formal, después de todo que esta persona le solucionara el problema , no borraba el hecho que lo hubiera confundido con Karofsky.
-Ahora si… —dijo poniendo las flores de azahar en un pequeño florero bien estilizado— ahora a ver si ya despertaste… —agregó para si dirigiéndose al dormitorio, abrió la puerta con sigilo y vio que su esposo estaba recostado sobre uno de sus lados sin ganas de despertarse— demonios… —añadió al sentir su teléfono móvil, se movió hacia la sala, mientras Blaine se daba una vuelta en la cama despertando con el exceso de ruido. -¿Si?... -¿Kurt?... -¿Papá?… ¿por qué me llamas a esta hora?... —dijo como primera cosa poniéndose en el peor de lo escenarios— ¿y que numero es este?... —añadió apartando el teléfono para mirar la pantalla donde decía «número desconocido» -Tengo un teléfono nuevo, por eso te llamo, para que conozcas el número… -¿Y por que no conservaste tu antiguo número? -¿Como? -Nada… ¿que paso con el otro? -Se cayó dentro de un motor, larga historia… ¿como estas? -Bien… ¿tú?...¿Carole? -Todos bien…¿que tal Anderson? -Bien también… aunque aún esta durmiendo... -¿No estuvo recogiendo escombros toda la tarde?, déjalo descansar, no seas quisquilloso… —Kurt blanqueo los ojos al escuchar aquello, como lo hacía cada vez que su Papá se ponía de parte Blaine— oye… te llamo porque con Carole tenemos planes para el día de gracias... es decir, ella hizo los planes y no me quedó más que acatarlos… -Como el buen esposo que eres… -El mejor… -¿Donde irán? -A Toledo, ni preguntes que haremos allí… así es que, eres libre de celebrar como quieras… -Ok, gracias por esa autorización…—Burt río al otro lado del teléfono— Papá, te tengo que dejar… -Esta bien… graba mi numero.. -Lo haré… te amo, adiós… —dijo Kurt cortando la llamada. -¿Con quién hablabas?... —pregunto Blaine apareciendo desde el dormitorio, dio un par de bostezos y se restregó un ojo como si aún tuviera pereza en ellos. -Por fin se digna a despertar Señor Anderson-Hummel… —dijo Kurt acercándose— ¿muy cansado? -Más o menos… —respondió volviendo a bostezar— creo que remover escombros no es lo mio… —dijo moviendo el cuello de un lado a otro. -Yo creo que de nadie…deberías de concentrarte en ese evento que organizará Wes en vez de en trabajos pesados. -Bueno, quiero ayudar en lo mas pueda… -Lo se… ¿estas mejor?... —añadió acariciándole el cabello. -Por supuesto… tenemos tanto que hacer que creo que llorar sobre las cenizas de Dalton no es de mucha utilidad… —dijo sonriendo. -Muy cierto… ahora vuelve a la cama, te prepare desayuno… -¿En serio?... —dijo Blaine mirando hacia la cocina. -Mucho… —contestó mientras grababa el nuevo número de su Papá— ve… -Pero si ya estoy levantado, podemos desayunar los dos aquí… -¿No fuiste tu el que dijo una vez que no podías darme desayuno en la cama si yo no estaba en la cama?... —Blaine sonrió gesticulando un sí— pues entonces, eso corre para ti también… ve…. —insistió empujándolo hacia el dormitorio. -Dime con quién hablabas, te escuche decir «te amo»… -Luego te cuento… te cuento eso y otra cosa bien desagradable que me pasó… -¿Que cosa? -¡La cama!, ¡ahora!… —exclamó señalando hacia adelante. -Ok… —dijo Blaine sintiéndose super bien obedeciendo aquella orden.
-¿Estás acostado?... —pregunto Kurt desde la puerta. -Lo estoy… —contestó Blaine arreglando las almohadas tras su cabeza y la sábana que sobresalía del cobertor en la cabecera. -Muy bien entonces… —dijo abriendo la puerta con su trasero, traía la bandeja entre sus manos y se quedó en la puerta como esperando los halagos correspondientes. -¡Vaya!... —exclamó Blaine sorprendiéndose con todo lo que había en ella. -Lo se… —dijo Kurt poniéndola en el regazo de su esposo— hoy me desperté temprano y pensé en sorprenderte con algo… -Todo se ve delicioso, gracias Kurt… —dijo Blaine acercando el florero a su nariz para oler el azahar, acto seguido se irguió un poco como pidiendo un beso, Kurt se lo dio y luego sonrió complacido -A comer… —agregó su esposo rodeando la cama para ubicarse al otro lado. -¿Con quién hablabas?... —pregunto comenzando a comer. -Con mi Papá… —contestó Kurt tomando su taza de café— me llamo de un número desconocido porque cambio el teléfono, ya que el suyo se cayó a un motor… no preguntes… —se adelantó en decir Kurt al ver que Blaine lo miraba con cara de necesitar una explicación de manera perentoria. -¿Y por que no conservo su número?... —añadió mascando. -No lo se… cosas que le pasa a la tercera edad por no saber de tecnología.. -¡Kurt!… —dijo Blaine atorándose un poco, termino de tragar y siguió con lo que quería decir— tu Papá no es tan viejo… -Es mas viejo que yo, lo que es suficiente… —dijo bebiendo jugo— me dijo también que con Carole viajará a Toledo para «Thanksgiving»… -¿En serio? -Así es… -Bueno, mis padres irán a Los Angeles para estar con Cooper… —contó Blaine haciendo unas muecas de desagrado cuando mencionaba a su hermano. -¿Cooper Anderson de anfitrión de algo?... interesante-... —dijo Kurt como pensando en aquello, puso cara de travesura y ocultó su sonrisa picara tras la taza de café. -Lo máximo sin duda… dime mejor que es eso desagradable que te paso… —dijo poniendo mermelada a una tostada. -Claro… necesitaba flores para que todo luciera como quería y como no teníamos, fui donde esta persona que vive dos pisos más arriba… fue super amable y accedió a venderme algunas... -¿Y qué hay de desagradable en eso? -Nada, pero como tu aún no me presentas a la comunidad de este edificio, ella creyó que yo era Karofsky…. —explicó Kurt haciendo una arcada luego de mencionar al ex novio de su esposo. -¿En serio? -Quisiera que no, pero sí… -Lo siento… -Esta bien, la mire con desdén así es que eso debía bastar… -Por supuesto… -Luego me dijo que tu novio era imprescindible en este edificio y no se que más… —añadió haciendo una mueca de fastidio— ¿quién es esta persona? -Yo no la conozco muy bien, a quien sí conocía era a su hermana, Shelby… Dav… Karofsky la ayudó a organizar unas calabazas el pasado Halloween, él era muy amable en realidad… ¿que?... —dijo al ver que Kurt se le quedaba viendo con cara de vinagre— es la verdad… lo siento… -¿Acaso recorría los pisos en busca de personas necesitadas o algo? -No... -Bueno, espera a que me conozcan bien y verán lo amable que puedo llegar a ser… —añadió Kurt señalando con un trozo de bollería. -Seguro y así sera… -Y ya que lo mencionaste… estuve pensando en una cosa… -¿Que cosa?... -Pensé que toda familia debe tener tradiciones… ¿verdad? -Muy verdad… —respondió Blaine calentándose las manos en la taza de café. -Pues ya que la temporada de fiestas se acerca, pensé que podíamos comenzar a pensar en nuestras propias tradiciones… partiendo por Halloween… -Halloween ya pasó Kurt… —dijo Blaine como si advirtiera algo que solo él sabía. -Lo se… pero como este año no pudimos celebrarlo juntos, ya que tu estabas cargando calabazas con tu novio gigante y yo estaba viviendo mi propia historia de terror soportando a Rachel y su inexplicable relación con Sam… pensé que el año que viene comenzáramos, con esa y este año con las fiestas que vienen… -¿Comenzar que? -¡Con nuestras propias tradiciones!... ¿aun estas dormido? -No… —respondió Blaine riendo— es solo que no sé a qué tradición te refieres… ¿disfrazarnos en pareja como antes? -No… sí… es decir… veras… —dijo Kurt dejando la taza sobre la bandeja, para luego acomodarse sobre la cama con las piernas entrelazadas— lo que se me ocurrió es que cada año un integrante de nuestra familia escoja los disfraces… mediante un sorteo y todo… —explicó entusiasmado. -¿Un integrante?, ahora solo somos dos… -Por ahora… —Blaine sonrió mirándolo con ternura— ¿qué opinas? -Me parece excelente… aunque no sé cómo haremos el año que viene un sorteo con dos papeles… —dijo como pensando en aquella posibilidad. -Pues tu escoges el papel y el nombre que salga será quien decida los disfraces del 2015.. -¡Saldrá tu nombre!... -Bueno… qué le vamos hacer… lo justo es justo Blaine Anderson-Hummel —dijo Kurt encogiendo sus hombros. -¿Que?... ¡no hay nada de justo en eso!… es más, hago una protesta en este instante porque usted Señor Hummel-Anderson, está haciendo trampa… -¡Ciertamente que no! —exclamó Kurt agudizando su voz. -Claro que sí…—dijo Blaine mientras tomaba la bandeja y la dejaba en el piso a un costado de su mesa de noche— ¿y sabes cual es el castigo a la trampa?... -No… -Pues las cosquillas… -No te atreverías… —dijo Kurt apartándose un poco. -Pues no cometas la falta sino puedes con la pena… —sentenció Blaine abalanzándose sobre él para comenzar a hacerle múltiples cosquillas en la panza, el cuello y bajo los brazos, Kurt río con ganas disfrutando de todo, de las manos de su esposo, de su cuerpo sobre el de él, de su olor, de todo.
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