Tumgik
#huesos y músculos.
esuemmanuel · 3 months
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Vibrations that make fire energy; light that travels through the molecules of Life. Because traveling through the galaxy makes me know that I am eternal; I carry, in my spine, the secret of the Universe. Each pore of my bones is the representation of the void of sidereal space. Each fiber of my muscles is the living map of the stars and their celestial conjunction. Each atom that conforms me is the representative drop of the Cosmos and its distant end. I am, with you in Me, a walker of the Macro Cosmos, making the Micro Cosmos a tangible adventure in third density. As the world continues to spin, We (You and I) burn in the Light that causes us to pulsate. And we do not need to leave the world to find in the stars a piece of our most essential existence; they are with Us, we carry them here, in our throbbing chest and in our soul as we breathe.
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Vibraciones que hacen del fuego energía; luz que viaja a través de las moléculas de la Vida. Porque viajar a través de la galaxia me hace saberme eterno; llevo, en la columna vertebral, el secreto del Universo.
Cada poro de mis huesos es la representación del vacío del espacio sideral. Cada fibra de mis músculos es el mapa vivo de los astros y sus conjunción celestial. Cada átomo que me conforma es la gota representativa del Cosmos y su lejano final.
Soy, contigo en Mí, un caminante del Macro Cosmos, haciendo del Micro Cosmos una aventura tangible en tercera densidad.
Mientras el mundo sigue girando, Nosotros (Tú y Yo) ardemos en la Luz que nos provoca este palpitar.
Y no necesitamos salirnos del mundo para encontrar en las estrellas un pedazo de nuestra existencia más esencial; ellas están con Nosotros, las llevamos aquí, en nuestro pecho palpitante y en nuestra alma al respirar.
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00blackbird · 4 months
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«El sonido de la cuchara rebotando dentro de la taza comenzó a hacerse insoportable. El retintín se le metía en los oídos, no la dejaba pensar. Apretó los puños con disimulo, tomando coraje para atreverse a anular el hechizo. Pero no consiguió esa fuerza de voluntad hasta que Valeska pronunció aquello.
«Se casan este verano» «Se casan este verano» «Se casan este verano»
Lo sintió, notó el filo del acero clavándosele despacio. Atravesando la carne, desgarrando el músculo por completo hasta llegar al hueso mismo. El puñal en el corazón que más había temido. El que estaba afilado siempre, por más que ella dijera en voz alta que Viktor merecía encontrar el amor nuevamente. Sintió el calor de la hoja adentrándose, el sabor a sangre en la boca. No pudo decir nada, si separaba los labios sabía que saldría esa rabia que trataba de tragar aunque quemara. Era ácido bajando por la garganta, era el veneno que ella se merecía por haberles abandonado.
Él también sentía indiferencia por ella ahora.
El gesto fue corto y seco, con la palma de la mano y los dedos extendidos. La cuchara dejó de moverse, justo antes de que Valeska lanzara la pregunta. ¿Abrir la caja? ¿Para recibir otro puñal en el pecho? No, no quería abrirla. No quería ver esos recuerdos que le dolerían demasiado, no quería que el pasado le recordara cuánto había perdido. Y era tan injusto... Fia parecía ser la única que lo había hecho. Su marido la había sustituido. Su hija no resentía su ausencia. Ya no era esposa ni madre, ni siquiera el recuerdo de una. Se había desvanecido como el polvo en el aire, era las cenizas de una vida que había muerto, lanzadas al vacío.
Quiso llorar en ese momento. Mientras asentía con la cabeza como si tuviera lógica lo que le contaba, cuando apenas estaba entendiendo dos palabras. Pero ahí estaba, ese «mi familia» para hundir el puñal un poco más. Se quedaba sin aire, la presión de la hoja impedía que el oxígeno fluyera.
«¿Para qué quieres que te hable de mí? ¿Acaso no me habías olvidado ya? ¿No me estás tratando como a una extraña? Yo he llorado vuestra ausencia cada maldito día y vosotros... ¡Vosotros simplemente me habéis reemplazado! Me condenásteis al olvido como si no fuera nada. Como si no os importara. Quizá debí quedarme, aunque eso nos matara a los tres.»
Dolió pensar cada palabra. Dolía sentirse así. Y sabía que no era justo, o no del todo.[...]»
Fia Kaashar en @kaelkoth.
Admito que me encanta escribir esta dualidad de Fia (que, spoiler alert, está trastornada xd); de sentirse culpable por haber dejado a su familia atrás y, al mismo tiempo, ofenderse porque ellos siguieron con sus vidas. Porque fue un sacrificio y nadie lo sabe, nadie se lo agradece. Ese orgullo herido es el que saca esa oscuridad en ella. Adoro ♥
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las-microfisuras · 1 year
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Es entre la cadera y los costados, en el sitio al que se le da el nombre de flanco, donde ha ocurrido. En este sitio escondido, muy blando, que no recubre ni huesos ni músculos, sino órganos delicados. Ha brotado una flor. Que me mata.
- Marguerite Duras, de Cuadernos de guerra y otros textos. Edición de Sophie Bogaert y Olivier Corpet. El Ojo del Tiempo, Siruela. Traducción de María Condor
Marguerite Duras y su madre © Colección Jean Mascolo
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sircletus · 2 months
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sigo teniendo tanto frío, tanto, tanto frío. es tan fría esta casa, es tan frío este otoño. y yo no sé qué estoy sintiendo. solo quisiera endurecerme lentamente, como si me congelara desde los extremos, como si este frío entumeciera músculos hasta hacerlos huesos. y que al fin, en el centro, dejara de oírse de una vez el ruidaje permanente que late este corazón, empecinado en seguir encharcando sangre entre los rincones de una cosa que no vino al mundo para experimentar la alegría.
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thecanvasofmadness · 4 months
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Cansado estoy de toparme con carnes ambulantes, con huesos beligerantes, con egos marchitos sintiéndose importantes. Hastiado y asqueado estoy de ver las ínfimas condiciones en las que se acorralan, dándole poder a sus osamentas revestidas de músculo y piel, mientras se olvidan de lo valioso. Se dicen poetas y también escritores, pero no se entregan a la nada que ofrece la libertad de no ser; a esa caricia que otorga la verdadera razón de la palabra escrita. Viven enajenados en la carne, acostumbrados a sus rostros, casados con sus nombres y sus verbos enclaustrados en sus genitales. ¡Qué árida existencia tienen! Y yo, que vago en la infinitud del vacío, lloriqueo por ver lo que el Universo me ha destinado a costa de mi dolor.
I am tired of coming across walking meats, with belligerent bones, with withered egos feeling important. Sickened and disgusted I am to see the miserable conditions in which they corner themselves, giving power to their skeletons covered with muscle and skin, while they forget what is valuable. They call themselves poets and also writers, but they do not surrender to the nothingness offered by the freedom of not being; to that caress that gives the true reason for the written word. They live alienated in the flesh, accustomed to their faces, married to their names and their verbs cloistered in their genitals. What an arid existence they have! And I, who wander in the infinity of emptiness, whine to see what the Universe has destined for me at the cost of my pain.
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saintsr · 3 days
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Missa entraba y salía de la inconciencia tan rápido le dolía mucho la cabeza y sentía cómo algo se escurría por la sienes y se pegaba a su cabello, todo estaba borroso apenas y podía ver algo bien, de repente oyó gritos, sus niños intentó mover su cuerpo pero esté no respondía oyó pasos apresurados, luego tres gritos, quería decirles que no se detuvieran que él estaba bien, sintió como pasaron a su lado después una sombra más grande lo pateo en las costillas dejándolo sin aire y dejándolo boca abajo, después cayó otra vez en un lugar oscuro dónde oyó agua corriendo y chapoteos como los que daba Chayanne cuando inicio a nadar sin el flotador, su niño valiente nunca grito ni pidió ayuda, no como ahora lo oía gritar pidiendo por él, lágrimas se formaron en su cara después no sé oyó nada, después oyó a Llulah, su princesa gritar y después cómo si tuviera algo que la impidiera hacerlo, cómo esa vez que fueron a jugar y de la emoción Llulah gritó de emoción al ver a los ponys por primera vez de lejos ahí supieron que tenía asma, ellos asustados la llevaron al hospital le dieron instrucciones de cómo cuidarla hasta ahora que solo lo necesitaba de vez en cuándo, después oyó una especie de ruido blanco cómo estática de radio antigua se pregunta si Dapper otra vez está construyendo algo cómo esa vez que destruyó un televisor y luego lo mejoro porque era muy obsoleto según él, o cómo cuándo descubrieron que le gustaba usar las motosierras y eso lo asustó mucho. Cayó otra vez en la negrura del vacío después sintió su cara caliente siendo quemada así abriendo un poco los ojos notó que era arrastrado en el piso, intentó clavar sus uñas pero no tenía la suficiente fuerza, Bad debió haberlo notado porqué lo volteó boca arriba de nuevo y su cara estaba llena de rasguños, sus brazos y tenía ligeras gotas de sangre en ciertos lugares o manchas gigantesco en el estómago, así cómo lágrimas secas, vio con horror como lo llevaba  al ático, batallando Bad lo subió por la escalera importándole poco si su cabeza golpeaba con fuerza los escalones o si seguía respirando, cuándo por fin pudo ponerlo en un lugar cómodo de subió encima de su pecho y con sus manos empezó a ahorcar a Missa, vio cómo se removía intentando salvarse pero fue en vano su cuerpo no estaba en condiciones de pelear más, vio cómo sus ojos llegaron al blanco y cómo sus labios se tornaban morados y azules, sin más jaló su cuello hasta que sintió como se rompió, agarró la pequeña navaja que tenía en su bolsillo y la pasó por la cara de Missa tiernamente, hasta que la clavó en la parte baja de la mandíbula y presionó hasta llegar profundo arrastró con cuidado por los bordes sin que se le escapará nada y levantó la piel hasta ver los músculos de la cara, su preciosa piel por fin era suya, su cara aquella que podía conquistar a cualquiera, cómo él, por fin era de él nadie más tendría el privilegio de verlo, por fin era de él, con paciencia tenía mucho tiempo raspó con cuidado el músculo hasta desprenderlo del hueso después de todo a Missa siempre le gustó las calaveras, él siendo su marido le daría el privilegio de ser una, por fin vio el hueso cómo esté estaba manchado de sangre, buscó por la habitación hasta encontrar una cajita dónde guardó con cuidado la piel dándole un beso de despedida hasta que regresará a casa envolvió el cuerpo en una manta casi cómo una momia, arregló su pierna pero está no cooperaba y terminó en un ángulo extraño, pero no importaba por fin Missa no las necesitaría. Terminó en un charco de sangre y cómo la manta antes morada se hacía con un color rojo más oscuro, salió de ese lugar y agarrando un papelito de su bolsillo salió en busca del culpable de todo esto, él que logró quitarle su paz y todo lo que amaba, agarró un cuchillo más grande y un martillo y fue a la dirección de Philza aquella que Missa consiguió siguiéndolo a sus espaldas.
Al llegar la casa estaba a oscuras rompió la puerta y entró, revolvió todo pero no pudo encontrar dónde estaba saliendo sin más se dirigió a una caseta de teléfono antigua y espero ahí hasta que Philza regresará, hasta que escuchó un movimiento a sus espaldas, la caseta tenía puertas de cristal en todos sus ángulos solo estaba puesta en un callejón no muy concurrido, puesto que éstos aparatos no eran muy utilizados,  revisando no vio nada al volver la mirada a dirección de la casa de Philza vio algo blanco y después negro.
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sonlosnomeolvides · 8 months
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Luna llena (Argenmex; AU)
Esto no estaba planeado, pero forma parte del mismo AU de hombres lobo que Balas de plata y Transformación, así que recomiendo leer esos dos primero.
Luna llena
Ser un hombre lobo es algo muy diferente a lo que Martín esperaba. Había imaginado que los cambios sólo se notarían en su resistencia física y en sus sentidos más agudos, o en la transformación que ocurría cada luna llena, pero iba más allá. Estaba preparado para descubrir qué tan distintos serían los aromas, los sonidos y los colores, o para correr a gran velocidad o tener una fuerza sobrehumana. Pero nada, absolutamente nada, lo había preparado para sentir el poder que la luna ejercía sobre él. 
Es incapaz de describir lo que siente en ese momento. Es una mezcla de dolor y temor: dolor porque su cuerpo intenta adoptar otra forma, y sus músculos se reacomodan de manera dolorosa pero sin llegar a completar del todo el cambio. Siente que su cuerpo es demasiado pequeño para sí mismo y quiere correr, alejarse lo más que pueda, llegar a un lugar abandonado y solo aullar, aullar, aullar. 
Tiene miedo. 
Las sensaciones son distintas a cualquier cosa que haya experimentado antes y teme a lo que está por ocurrir: su primera transformación completa en un lobo. Ha practicado su transformación parcial, aquella en la que solo sus dientes se hacen más largos, sus uñas se convierten en garras y sus ojos brillan en tonalidades doradas, pero desde que Pedro lo mordió, esta es su primera transformación total. 
El resto de la manada le habló al respecto. Itzel y Pancho le dijeron que solo se dejara llevar; Miguel, Coco y Blanca que sus propios instintos le dirían qué hacer llegado el momento. Gregorio le recomendó que no comiera nada pesado el día de su primera transformación porque podría vomitar del dolor, lo cual no le ayudó demasiado. Y Pedro le aseguró que lo acompañaría en todo momento.
Martín sabe que está rodeado de las personas que lo aprecian, que estando su manada ahí no hay nada malo que pueda ocurrirle, pero lo desconocido le aterra… y por eso su transformación no se puede completar, porque su mente sigue aferrada a pensar como humano y no a dejar que sus instintos lobunos hagan su trabajo. 
—Respira profundamente —dice Pedro mientras acaricia su espalda en círculos—. Necesito que respires e intentes relajarte. 
—Eso… intento —responde Martín entre dientes. 
—Yo sé —agrega el otro—, pero lo estás pensando demasiado. Solo deja que todo pase. 
Martín gime por lo bajo cuando el dolor aumenta y apenas es consciente de que Pedro lo abraza. 
—Déjate llevar. Yo estoy aquí. 
—Tengo miedo.
—Es normal, pero todo estará bien. 
Tincho cierra los ojos y decide concentrarse en algo que está ahí desde el inicio, presente y constante: el latido del corazón de Pedro. Se enfoca en eso y continúa respirando lentamente, inhalando, exhalando, inhalando, exhalando, hasta que logra relajarse un poco. No sabe exactamente cuánto tiempo pasa, pero después de un rato el dolor cesa y siente que hay algo distinto en él. Abre los ojos y todo se ve diferente: más brillante aún, más nítido a pesar de que es de noche. Cuando mira a su lado, ve que Pedro le sonríe. 
—Lo lograste —dice, y algo en su voz le transmite ese amor que sabe que Pedro siente por él. 
En esta forma lobuna no es capaz de hablar, pero acerca el morro al rostro de su novio, a quien escucha reír. 
—Muy bien. ¿Estás listo para correr?
Antes de que Martín-lobo pueda responder de alguna manera, Pedro comienza a quitarse la ropa y al estar completamente desnudo se transforma también: su pelaje es gris y su cuerpo es esbelto, pero fuerte. Es un poco más grande que Martín, contrario a como ocurre con sus estaturas humanas, lo cual probablemente se deba a que es el líder de la manada. 
Pedro-lobo alza el rostro al aire y emite un aullido fuerte, que resuena hasta en los huesos de Martín-lobo, quien siente la necesidad de responder, por lo que así lo hace. Casi al instante, los aullidos del resto de la manada se unen a ellos en un coro que resuena por todo su territorio Entonces Pedro comienza a correr y Martín lo sigue. Casi de inmediato otros lobos se unen a ellos y juntos (Pedro, Martín, Itzel, Miguel, Coco, Blanca, Pancho y Gregorio), bajo la luz de la luna llena, dejan a sus instintos fluir.
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flash56-chase05 · 8 months
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Leyendas en carne y hueso
Había permanecido lloviendo por tanto tiempo que podía sentir la pesadez de sus ropas sobre sus hombros.
Los cascos de Lucero luchaban también contra el barro del camino, con una fuerza tal que él podía percibir el tirón de sus músculos bajo sus piernas.
España suspiró y palpó el cuello empapado del animal antes de alzar su rostro hacia el frente. Un resplandor violeta tuvo a bien aparecer en el firmamento, revelando ante sus ojos la silueta de una torre coronada por un cono de ladrillos, algo desgastados.
—Ya falta menos —musitó.
Las orejas moteadas de Lucero continuaron aplastadas sobre su cráneo. Y él no le culpaba; llevaban un tiempo que ni siquiera podía llegar a cuantificar detrás de la entrada a aquella torre, pero esta parecía estar huyendo de ellos.
Por suerte, no había forma de que aquello fuese cierto.
Y la silueta de la puerta no tardó en aparecer entre el manto de oscuridad.
Giró el cuello hacia sus espaldas, aguardando ver las figuras de su hermano e Irlanda a caballo, aunque no encontró ni rastro de ellos.
Arqueó una ceja y barrió sus alrededores.
Se le pasó por la cabeza que, quizá, se habían separado de él con tal de encontrar refugio. Quizá la torre no les había convencido.
O quizá había partido solo.
España sacudió su cabeza y devolvió sus ojos hacia el frente. Tras lograr quitarse los guantes, entrelazó sus dedos en las crines de Lucero y se bajó de su lomo con un simple salto. Sus botas se enterraron en el barro, y necesitó levantar excesivamente las rodillas con tal de recorrer la escasa distancia que lo separaba de la pieza de madera.
Más de cerca, fue capaz de percibir a la escasa luz las hendiduras de las tablas, las protuberancias que destacaban en ellas y el anillo de metal oxidado que colgaba en el centro.
Antes de siquiera darse cuenta, sus dedos rodearon la fría pieza y la hicieron contactar contra la superficie con un golpe seco.
El golpeteo de las gotas fue su única respuesta.
España resopló y apoyó su hombro en la superficie con tal de empujarla. La puerta cedió al cabo de unos tres intentos, aunque la fuerza que se había visto obligado a ejercer le hizo tropezarse y caer de costado sobre el colchón de hojas del interior, que crujió bajo su peso.
Él inspiró hondo y procuró incorporarse.
Sin embargo, en cuanto flexionó sus rodillas e intentó ponerse en pie, las suelas de sus botas se deslizaron y le hicieron caer de espaldas hacia la oscuridad en el centro de la estancia, pese a que sus brazos se habían agitado por alcanzar el tronco del árbol más próximo a él.
Sus dedos no habían hecho más que atravesar la corteza.
España cerró sus ojos con fuerza mientras apretaba sus labios, a la espera del impacto.
Y no los volvió a abrir hasta escuchar unos murmullos a sus alrededores.
Lo recibió entonces un cielo completamente negro, salvo por los pequeños puntos luminosos que volvían de un azul oscuro su contorno más inmediato. Permanecían desperdigadas, sin insinuar siquiera las siluetas que él se había acostumbrado a ver durante sus múltiples años de vida.
Tampoco había luna.
España apretó sus labios.
—Pobre de ti, pequeño, perdido en este pozo sin fondo. —Una voz femenina sus espaldas, extrañamente familiar, le hizo dar un respingo y erguirse hacia el muro de troncos que lo rodeaban. Una de sus manos se dirigió hacia su cinto, pese a que sus dedos no lograron siquiera trazar el mango de su espalda.
De algún modo, logró encontrar la fuerza para ponerse en pie.
Un coro de risas se filtró entre los crujidos de las hojas a su alrededor.
—Pobre de él, creyendo que podrá salvarse —mascullaron varias voces chillonas, en un tono jocoso—. No puede tocarnos; no puede alcanzarnos.
España barrió sus alrededores con sus ojos, pero ni así pudo encontrar la fuente del sonido.
Carraspeó con tal de tratar de despejar su garganta.
—¡¿Quiénes sois?! —A pesar de la fuerza que intentó proyectar en su voz, esta salió medio ahogada de su garganta—. ¡Mostraos!
Su respuesta vino dada por otra retahíla de carcajadas.
—¡Pobre de él, atrapado con seres cuya existencia ni siquiera cree! —entonaron las voces—. ¿Piensa que así puede librarse de nuestra presencia? —Otro coro de risas—. Es tan inocente.
España notó un hormigueo en su mejilla que le hizo dar un pequeño respingo y tragar saliva. Se giró sobre sus talones para volver a comprobar la fuente, y no pudo evitar detenerse en mitad del recorrido al percatarse de una silueta que emitía un tenue brillo en la distancia.
Avanzaba con lentitud, según percibió tras varios minutos de observación.
Y no era capaz de apartar sus ojos de ella.
Aquella sensación no hizo más que crecer en cuanto detectó los orbes avellana que lo miraban con gran intensidad, tan parecidos a la última vez que los había visto. La piel que los rodeaba tenía una palidez enfermiza, y en las cejas castañas en su cima destacaban pequeños mechones blancos, pero no podía importarle menos.
Los ojos de España escocieron cuando él se detuvo a unos cuantos pasos de su posición y pudo percatarse de la forma en la que sus labios se habían curvado.
—¿Pa...?
Una presión en su pecho hizo que el aire abandonase sus pulmones de una forma repentina.
La silueta soltó un suspiro, y España se dio cuenta de que su brazo derecho se había alzado. A su vez, sus dedos sostenían una empuñadura de madera con una fina hoja de metal que... Con una hoja que podía seguir hasta su pecho.
Él trató de inspirar hondo.
La inmensa presión se lo impidió.
Sus ojos se encontraron con los del hombre ante él, cuyo gesto se había endurecido.
—Y así es como tiene que ser —masculló, en un idioma que sonaba demasiado extraño en sus labios.
Él intentó que las palabras pasasen más allá de su garganta, pero le fue imposible.
Sus rodillas cedieron.
Y la figura del hombre se disolvió junto al mundo a su alrededor.
.
Inspiró hondo de una forma brusca.
Sus ojos se abrieron poco después, necesitando de varios parpadeos para acostumbrarse a la espesa oscuridad que lo rodeaba y percatarse del pequeño haz de luz anaranjado que provenía de uno de sus costados.
De inmediato, giró su cuello para encontrarse con una figura en un fino camisón sentada en el alféizar de la ventana, en cuyos manos sostenía un pequeño platillo plateado con una delgada vela. No miraba en su dirección, aunque un simple vistazo a los mechones anaranjados que se precipitaban por sus hombros le hizo estirar sus comisuras.
España, de una manera algo inconsciente, alzó una de sus temblorosas manos y la posó sobre su pecho. El camisón permanecía empapado, aunque la tela parecía intacta.
Soltó un pequeño suspiro de alivio, que hizo que la figura al lado de la ventana diese un pequeño respingo y dirigiese sus ojos esmeralda en su dirección.
—¿Cómo te encuentras? —musitó, con sus labios fruncidos.
España se permitió tomarse el tiempo para incorporarse y arrastrarse por el colchón hasta que sus piernas cayeron por el borde de la cama. A continuación, se encorvó y estiró sus comisuras.
—Dormir me sienta bien. —La carcajada que había intentado que acompañase a sus palabras murió en su garganta.
Las arrugas en el ceño de Irlanda aumentaron, aunque apenas duraron ante el lánguido suspiro que escapó de sus labios. Su rostro no tardó en regresar hacia la ventana.
España dio un pequeño bote para levantarse de la cama y recorrer la escasa distancia hasta llegar a su lado. Una vez que puso sus manos sobre el chal en sus hombros, se percató del ligero temblor que los sacudía, además de su corazón desbocado.
Él no tardó en depositar un beso en su coronilla, mojada, mientras sus ojos se desviaban hacia la ventana. A pesar de la bruma que acompañaba a la lluvia, podía detectar los haces de luz de las velas bajo los soportales.
Logró evitar tragar saliva.
—¿Qué ocurre? —murmulló él.
Notó cómo Irlanda inspiraba hondo bajo sus manos.
—Los muertos caminan esta noche por la tierra. Puedo… —Arrugó su nariz—. Puedo sentirlos.
España se permitió desviar sus ojos hacia el punto en que sus dedos peinaban unos cuantos mechones anaranjados.
—Eso dicen las leyendas —murmulló. Depositó otro pequeño beso en su coronilla antes de despegar sus manos de sus hombros. Tragó saliva para intentar luchar contra el prominente nudo en su garganta—. Voy… a encender la hoguera.
Irlanda giró ligeramente su cuello en su dirección y de inmediato extendió el brazo que sostenía la vela en su dirección.
—Llévatela contigo —musitó.
España negó con la cabeza.
—Los difuntos necesitan esa guía más que yo. —Se esforzó por mantener sus comisuras en su posición—. Me conozco mi casa.
Irlanda soltó un pequeño bufido antes de devolver sus ojos hacia la ventana. España se permitió beber de las vistas y cruzó el umbral de la puerta en dirección al pasillo, envuelto en un denso manto de oscuridad.
«No ha sido real», no paraba de repetirse en su mente.
Pero el escalofrío en su columna y la sensación punzante en su espalda eran difíciles de ignorar.
.
En mi defensa, diré que tenía que hacerlo. Por las fechas.
(Y tampoco iba a dejarlo programado para esta noche a las 24 horas).
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cerebrodigital · 7 months
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Una mujer sueca de 50 años fue beneficiada por la Mia Hand, una mano biónica que se fusiona con los huesos, los músculos y los nervios del paciente. Con esto, la mano descarta cualquier incomodidad, elimina el síndrome de "mano fantasma" y devuelve la capacidad de realizar hasta un 80% de actividades cotidianas.
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JUAN 5:1-14
El fin de años de sufrimiento
Había en Jerusalén un estanque llamado Betesda. En los alrededores de este estanque, había muchos enfermos, entre ellos: paralíticos, ciegos, y otros más, porque creían que, en algún momento, un ángel agitaría las aguas, y la primera persona que entrara en dichas aguas agitadas quedaría sano de cualquier enfermedad. Esta promesa de sanidad atraía a innumerables personas desesperadas por un milagro, cada una soñando con ser la próxima.
Entre ellos había un hombre que llevaba treinta y ocho años paralítico. Habían sido casi cuatro décadas de sufrimiento y aflicción sin poder desplazarse con facilidad, dependiendo de la ayuda de otras personas. Este hombre enfrentaba una lucha con la soledad y la desesperación.
No cabe duda que esta es una de las situaciones más difíciles a las que puede enfrentarse cualquier persona. Todo el mundo sueña con un futuro lleno de logros y es muy difícil seguir adelante cuando ese sueño se ve truncado. Pero ahí estaba ese hombre, poniendo todas sus esperanzas en intentar entrar en el agua, ser sano y seguir adelante.
Un día, Jesús fue a Jerusalén para participar en una fiesta judía y vio al paralítico en el estanque, se compadeció de él y fue a preguntarle si quería ser sanado.
La compasión de Jesús se manifestó no solo en su mirada, sino también en su pregunta: "¿Quieres quedar sano?". A primera vista, esta pregunta podría parecer innecesaria, pero encierra una profunda verdad.
Del mismo modo que Dios ya sabe todo lo que necesitamos y, sin embargo, nos anima a pedirlo en oración, así también Jesús, aun sabiendo que aquel hombre lo necesitaba, le preguntó qué quería. Jesús buscaba una interacción personal con este hombre, un diálogo que revelara su corazón y sus deseos más profundos.
Cuando el Señor preguntó al hombre si quería quedar sano, su respuesta demostró que el paralítico no sabía quién era Jesús, pues él se redujo al hecho de que no había nadie que lo ayudara a entrar en el estanque cuando se agitaba el agua. En su larga espera en aquel lugar, el paralítico había perdido la oportunidad de escuchar sobre el Mesías que recorría la ciudad realizando milagros.
Este detalle es un recordatorio crucial para nosotros: no debemos permitir que nuestras circunstancias nos ensordezcan ni nos cieguen al punto de no reconocer la presencia y obra de Dios en nuestra vida.
Al escuchar al hombre, Jesús le ordenó levantarse, tomar su camilla y caminar. En ese instante, se produjo un milagro extraordinario: las piernas de aquel hombre, inmovilizadas y debilitadas por años, fueron restauradas. Músculos, nervios, huesos y tejidos se regeneraron milagrosamente, permitiéndole caminar por primera vez en casi cuatro décadas.
Este milagro no solo fue una demostración del poder divino, sino también un acto de gracia y misericordia. La sanidad del paralítico no fue resultado de la agitación de las aguas por un ángel, sino directamente por la intervención de Jesucristo.
Como aquel hombre, también nosotros somos objeto de la gracia y la misericordia del Señor. Él es quien pone fin a largos períodos de dolor y desesperación, renovando nuestra esperanza.
En cada paso de nuestra jornada, el Señor nos recuerda que su presencia transformadora está siempre a nuestro alcance, lista para cambiar nuestra circunstancia y transformar nuestro corazón.
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esuemmanuel · 7 months
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Como si hubiese caído de varios metros de altura, abrí los ojos, sobresaltado y dolorido, sudoroso y trémulo. Un ardor me carcomía el cuerpo entero, pero más en el área de los brazos, del pecho y el cuello; era un dolor punzante, como si me hubiese quemado o, peor aún, arrancado parte de la piel y del músculo. Los huesos también me dolían, pero de frío… Quise ver en dónde estaba, pero me absorbía la oscuridad en la que me encontraba. Era una negrura infinita que provocaba a mis pupilas dilatarse de manera extraordinaria y, a pesar de eso, seguía sin poder ver nada, ni siquiera era capaz de ver lo que tenía a unos centímetros de mí, mas, lo sentía… Percibía, gracias al temblor que hacía trepidar a mi cuerpo, que estaba desnudo, aunque en las partes que más dolía me percaté portaba como un tipo de tela, quizás alguna venda para proteger las heridas que me ardían. Quise moverme, pero no podía. Mis muñecas estaban sujetas a algún tipo de cadena, lo pude saber al tratar de moverlas y escuchar ese sonido incomparable que suele emitir el hierro; no eran cadenas simples, aunque en su diseño lo fueran, su material era resistente y sólo con un tipo de herramienta en especial podría romperlas. No quise asustarme, traté de respirar, de recordar, de entender cómo es que había llegado a esa situación, sin embargo, la cabeza no me daba para más. Los dolores del cuerpo eran todo lo que podía tolerar en ese momento, mi mente estaba bloqueada, quizás sedada por algún tipo de medicamento o droga para mantenerme sosegado. Traté de hablar, de pedir ayuda o, al menos, preguntar si había alguien más ahí conmigo. No sé qué pensaba en ese momento, pero...
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trickzboyz5 · 3 months
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PRIME EN PROCESO
La actividad física  puede contribuir al desarrollo social de las y los jóvenes , fomentando la autoconfianza la interacción social y la integración.
tienes algunos beneficios como por ejemplo:
La mayor parte de la actividad física debe ser aeróbica, lo que implica usar músculos grandes y debe practicarse durante un período de tiempo. Ejemplos de actividades aeróbicas son correr, nadar y bailar.
Cualquier actividad de moderada a intensa se debe acercar a la meta de los 60 minutos de duración.
Las actividades físicas que fortalecen los músculos y que fortalecen los huesos se deben practicar por lo menos 3 días a la semana. 
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Desde el año 1993, cada 12 de mayo se celebra el Día Mundial de la Fibromialgia y del Síndrome de la Fatiga Crónica, coincidiendo con el natalicio de Florence Nightingale, enfermera que quedaría postrada en su cama durante 50 años a causa de esta enfermedad.
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¿Qué es la fibromialgia?
Se trata de una enfermedad reumatológica cuya característica principal es un dolor generalizado del sistema músculo esquelético y que además genera un cansancio persistente.
A pesar de que se conocen sus síntomas y que existen sospechas de que su origen es neurológico, aún no se han logrado determinar causas demostrables.
Lo que sí es demostrable es que tiene los siguientes síntomas: dolor en ligamentos, huesos, músculos, articulaciones y genera dolor de cabeza, insomnio, ansiedad y cansancio, entre otros.
De hecho, fue reconocida como enfermedad por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1992. Y en la actualidad afecta de un 2% a un 7 % de la población mundial, aunque siguen existiendo diferencias y dudas en cómo tratarla o diagnosticarla.
Es una enfermedad que tiende a ser más común entre mujeres de 20 y 50 años de edad, sin embargo, también pueden sufrirla hombres y niños.
En cuanto al síndrome de la fatiga crónica, se trata de una enfermedad que genera fatiga persistente y dificultades cognitivas sin una base aparente, pero que interfiere en la vida cotidiana de quien la padece.
Un día internacional por la concienciación
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Desde 1993, cada año se celebra el Día Mundial de la Fibromialgia y del Síndrome de la Fatiga Crónica. Se escogió el 12 de mayo para conmemorar el nacimiento de Florence Nightingale, enfermera que contrajo una enfermedad paralizante.
La iniciativa surgió de la mano de distintas organizaciones y asociaciones que, desde el año 2004, han buscado unir esfuerzos para divulgar y concienciar a los distintos organismos gubernamentales sobre esta enfermedad.
La dama de la lámpara
Florence Nightingale, nació en Florencia, Italia, el 12 de mayo de 1820 y luego se radicaría en Reino Unido. Se destacó en el área de matemáticas, y al graduarse, utilizó sus conocimientos de estadística para aplicarlos a la epidemiología. Esto le permitiría ser la primera mujer en ingresar en la Royal Statistical Society y ser miembro honorario de la American Statistical Association.
Logró sentar las bases de la enfermería como profesión, al establecer, en 1860, una escuela de enfermería en el hospital Saint Thomas de Londres.
Durante la guerra de Crimea, Florence es trasladada allí, junto con un grupo de enfermeras entrenadas por ella. Mientras permanecía atendiendo a los soldados heridos, apareció un artículo en The Times (1855) que hablaban de esta noble mujer, en el cual se decía que cuando los oficiales médicos se habían retirado y quedaba solo el silencio, la soledad y el dolor de los enfermos, se podía observar a Florence hacer rondas con una pequeña lámpara, sin más nadie que la acompañara.
En 1857, comenzó sentir depresión y a quedarse durante mucho tiempo en cama, donde fallecería en 1910.
¿Qué actividades se hacen este día?
Durante este día diversas organizaciones realizan actividades destinadas a concienciar a la población, como jornadas de información, desayunos solidarios, actividades culturales y deportivas, charlas, seminarios y foros.
Cómo puedo participar
La mejor forma de apoyar es difundiendo un mensaje sobre este día. Podemos explicar en qué consiste la enfermedad, hacer un llamamiento a los entes gubernamentales para que le presten más atención a quienes la padecen. También sería interesante ahondar en la historia de Florence Nightingale y divulgarla.
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mayzerdaa · 1 year
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Primero fueron los signos que a veces no se detectan hasta que no llegan los síntomas.
Síntomas. Malditos síntomas.
Luego llego la noticia.
La noticia de un futuro duelo.
Es Cáncer.
¿Agarrado a tiempo? ¿Diagnosticado tarde? No importa, la palabra ya crea el estado de alerta, paranoia. Se sabe que se viene lo peor.
Si los estudios lo indican arrancaremos con la quimioterapia, será un proceso largo y difícil…
El pelo se caerá, los ánimos estarán por el suelo, el cansancio será extremo, cada hueso, cada músculo se irá achicando, pero el corazón se agrandará, querrá seguir, querrá pelearla.
El entorno se pregunta. ¿Acaso como se ayuda en estos casos? Se sabe que nadie puede hacer nada, es una ayuda que vale poco, pero vale, es ayuda y uno ahí se da cuenta quién está, quien estuvo.
Ojalá ahí siga, que acompañe, que abrace, que sea fuerte, con paciencia y amor mucho amor.
Mi cuerpo se muere, las células se van destruyendo, por momento la familia se enoja porque uno no quiere pelearla, uno bajo los brazos, seguir con tanto dolor se hace cada vez más difícil de negociar.
Todos se preocupan, sus ojos son de compasión, el cambio es tan latente que las miradas no pueden seguir disimulando, no pueden caretear una situación donde es inmenso el dolor, el miedo está presente, nos habita cada día, cada minuto, cada silencio que se produce en la casa, cada mensaje que no es contestado.
No me quiero ir, pero me tengo que ir, cada vez se mueren más partes, el corazón ya no puede luchar, la garganta se cansa, y los sueños ya quedaron atrás, ni siquiera se les puede dar una oportunidad.
Uno sigue, llora, pero sigue.
Se esconde, pide a gritos algo que sabe que no va a llegar: la bendita cura, la clemencia, la piedad, el amparo.
Hasta que un día llega, llega la mejoría, sí, la mejoría que nos prepara para el último adiós. La gente se alegra, pero no entiende, me estoy yendo, ya veo el puente, pero aún así sonríes porque la gente te sonríe. Será cuestión de días, de horas, me estoy yendo, sisi, me estoy yendo.
Y te amo y te ame, con todo el cuerpo, con toda la mente, con todas las ganas y sin esfuerzo.
Gracias por cada te quiero.
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tokymin · 2 months
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Esto se siente como si estuviera caminando sobre una cuerda tendida en lo más alto de dos edificios. El viento peina mi cabello y me enfría la nariz, al igual que mis pies.
Mis suspiro se convierten en una interminable duda, no sé si seguir o si dejar que mi cuerpo se deje caer.
Mientras camino con los brazos abiertos a los costados mantengo el equilibrio, se que si miro hacia abajo comenzaré a pensar que no es buena idea. Pienso en lo que causaré, pienso en que estaré desnuda ante todos, ellos verán todo. Dejarán mi horrible cuerpo consumirse hasta los huesos, me olvidarán pero sufrirán haciéndolo.
Miro hacia adelante y solo veo a quienes me esperan con un abrigo, un abrazo y una sopa caliente. Me felicitan por soportar el clima tan fresco de estas alturas, sin embargo, es algo que solo dura segundos porque al minuto ellos se van.
Esta cuerda es interminable y todos los días atravieso por ella en un sin fin de preguntas. Mis piernas tiemblan, estoy cansada y ya no quiero hacer esto, no soporto el dolor de mis músculos intentando hacer que esto funcione para llegar al otro lado.
Mi pensamiento más acertado o más cómodo es creer que abajo podré descansar, necesito descansar.
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¿La Web del surrealismo? Jacques Hérold (1910-1987)
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Jacques Hérold nació en Rumania pero llegó a París a principios de los años 1930, donde conoció a Yves Tanguy y a su compatriota Victor Brauner, y así encontró su camino hacia la compañía de André Breton. Entre sus primeras pinturas se encuentra El gran silencio de 1931. Aquí pinta la figura humana con áreas como cortes que muestran los músculos y huesos debajo de la piel. El retrato astrológico del mismo año tiene un significado claro con la cabeza situada dentro de una red de constelaciones de estrellas. En 1936 creó una serie de pinturas de colores brillantes que son claramente figurativas, pero crea las formas a través de capas fibrosas similares a dibujos anatómicos de musculatura. Así Autogene y Lumen . En 1941, mientras se escondía de los nazis en la Villa Air Bel cerca de Marsella, colaboró ​​con otros surrealistas bajo la dirección de Breton para crear el Jeu de Marseilles , un juego de naipes surrealistas. Aportó dos cartas al set, Lamiel y Sade. Posteriormente se alejó un poco del surrealismo puro y creó obras de carácter más abstracto. Hérold no es muy conocido hoy en día, pero jugó un papel importante en el desarrollo del surrealismo a finales de los años treinta.
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