Whippend cream in your lips
Twisted Wonderland x male Yū
Warning!Tematica altamente sexual!Los personajes ya no son menores de edad!
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En las bonitas calles primaverales de Tokio, En el barrio rojo de Kabukichō un letrero de neon se mantenia ondeante con la ventisca de la noche, ahora era cuando aquellas luces de la ciudad roja se prendian en realidad. Durante la noche un local un poco más apartado de lo comun por un callejon de la ciudad oculto tras un velo de misterio y rumores.
Aquellos los suficiente curiosos y solo los suficientemente, sabian que detras habia un mundo lo completamente distinto a lo que conocian, un lugar en el cual las sombras danzaban de placer al ritmo de los deseos carnales más profundos y donde los secretos se guardaban con un par de monedas y billetes. En el letrero neon "El club del cuervo" .
Tus pasos en las calles se sentian como si fueras el rey del lugar, te sentias completamente natural, como si este siempre hubiera sido tu hogar, y por primera vez desidiste pasar, el local era grande, de tres pisos, el primero era de un lujoso bonito, elegante y repletos de sillones negros de cuero y las paredes pintadas de un color petroleo que eran decorados con muebles de apariencia cara con los bordes decorados de pan de oro.
En la entrada una recepcion aparecia con dos hombres, uno completamente más mayor que el otro, con cabello grisaseo por las canas y un gato siendo acariciado en sus manos; El otro hombre, mas parecido a un oso de cabello negro y complexion musculosa, los saludaste abiertamente sin vergüenza del lugar en el que estabas.
Un hombre sentado en los sillones negros te miro, bebia una copa de vino tinto y sostenia un cigarrillo con su otra mano, "Bienvenido querido cuervecito", formulo aquel hombre enigmatico, palmeteo el cigarrillo en la copa de vino, las colillas cayeron dentro del liquido, se levanto del sillón y se acerco a ti balanceando su copa de vino, sus pasos resonando sobre el piso de mármol negro pulido.
Su presencia era magnetica, irradiando un carisma que atrapaba a todos. Al llegar a tu lado inclino la cabeza, una sonrisa que mostraba saber más de lo que creias "Bienvenido al club cuervo ¿se te ofrece algo querido?" dijo con su voz suave, casi como un ronroneo "Me llamo Crowley, un gusto, el maestro de ceremonias de este paraiso en tierra" Crowley le examino, arriba a abajo, con una mirada que parecia desnudarte hasta el alma, como una invitacion a llevarte a tu cama y tener sexo toda la noche.
"Mi nombre es Yū" dijiste cortante pero terso, "Yū, eres un alma curiosa ¿no?" dijo acercandose a tu oido, "¿Acaso quieres averiguar un poco más de aqui?" lamio tu oido, sus ojos pasan por tu cuerpo, te quedaste ahi, quieto por unos segundos y luego reaccionaste "Si... Soy alguien muy curioso" te inclinaste sobre el y ahora tu eras el que le susurraba al oido "Y yo quiero saber mucho más sobre usted Señor Crowley".
Te alejaste de él, lo agarraste de la mano y le dijiste "Entonces muestreme este mundo de paraiso", Crowley sonrio ante tu respuesta, tus palabras devoradas por el silencio del local "Excelente eleccion" Crowley se alegro ante tu decisión, "Te parece ir a mi suit privada querido" ascentiste, con intranquilidad que salia de tu pecho. Te sentias atraido por él, como si estubieras siendo arrastrado hacia un pozo sin fondo, te das cuenta, en este momento lo seguirias a donde quiera que te llevase.
Moviste tu mano hacia arriba, y Crowley la sujeta con su mano libre, como si estubiera jugando con un objeto precioso, "Si... Porfavor" le pediste con una voz temblorosa llena de placer, tu respiracion se vuelve superficial, sentiste como si estubieras en un trance, te lleva a unas puertas dobles, probable que fuese su oficina, la habitacion era oscura con las paredes de hormigon pulido con muebles de madera de palo de India y sillones negros de cuero, tenia una cama y una tina con el sillon frente a este; supiste inmediatamente porque.
"Bienvenido al jardin secreto" Crowley dice él, cierra la puerta detras de ustedes, Crowley te ofrece sentarte en uno de los sillones, "Aqui Yū, es donde las reglas cambian, donde se van a cumplir cada una de tus fantasias oscuras" No te pudiste resistir a sus palabras, estabas en un trance, en su trance.
"Quiero saber más de aqui, más y más y más" le dijiste sin apartar la vista de él, con una respiracion superficial y hipnotizadas por las palabras de Crowley, hubo un momento de tension entre ustedes, una conexion, te beso con fuerza y te inmovilizo en el sillón, te beso el cuello con pasion dejandote chupetones y mordidas, estubo asi unos minutos y cuando se canso, te dejo, miraste sus labios hinchados, "Ah, Yū, eres tan ansioso por descubrir los secretos de este jardin" te beso con fuego, y paro al instante "Pues tendre que mostrarte, algo que hara que tus fantasias se vuelvan realidad" acaricio tu vientre vestido e hizo circulos en este."La curiosidad es una virtud noble, pero tambien puede ser peligrosa" Crowley trato de advertirte lo que se venia, fumo un poco de su cigarrillo y dejo que el humo fuese a tu cara, miraste sus labios hinchados y reiste "Crowley, tu deverias tener cuidado, el peligro me convierte en un demonio" le dijiste entre risas juguetonas, Crowley te miro con un brillo en los ojos "El peligro sera parte de nuestro juego, pero no te preocupes por mi, estoy bien protegido" acaricio tu cabello y lo tironeo un poco hacia atras, "Veamos en que demonio te conviertes cuando estas rodeado de peligro".
El brillo dorado de sus ojos que se veian a traves de su mascara te enamoro, querias follartelo ahora mismo, apago el cigarillo de su boca y lo dejo tirado en el piso, Crowley se quito los zapatos para asi poder bajarse los pantalones y el boxer luego se quito su chaqueta y su camiza, quedando desnudo para ti, ahora su verdadera cara se mostraria ante ti, "Desvistete para mi zorrita" dijo mientras se agarraba el pene y se lo acariciaba. Te levantaste del sillon y te desvestiste, empezando por tus zapatos y pantalones, te bajaste los boxers con cuidado bajandotelos lentamente y los tiraste a Crowley, te incaste frente a él y a su polla mientras este olia tu boxer. Se rio.
"Eres una maldita mierda ¿no?, ¿te gusta ser una puta?"Crowley te trato con desprecio, estabas tan cerca de su polla que podias olerla a esta y a su almizcle, podias decir que no se preocupaba de cuidarla bien ya que su almizcle olia a verdadera hombría, te quitaste tu polera y quedaste desnudo frente a él. Crowley se levanto del sillón, ahora si podias olerlo a la perfeccion, te tomo del pelo, y lo tiro hacia arriba para que te levantaras, y camino hacia la cama empujandote del pelo, gemiste del dolor. Al estar frente a la cama te tomo del cuello y te empujo hacia la cama, te senriste temblar de anticipacion, "Veamos que tipo de demonio eres en mi cama" dijo riendose para él.
"Escuchame bien zorrita, yo soy tu amo y tu eres mi juguete, ¿entendiste?, llamame tu amo" Crowley hablo mientras te nalgueaba el trasero, gritaste "¡AMO!" mientras lagrimas calientes de placer salian y recorrian tu rostro, acaricio tu trasero con cuidado y luego te lo volvio a nalguear, volviste a gemir "Ah, Yū, eres tan fácil de dominar. Me encanta cómo te doblegas a mis pies", te abrio las piernas con fuerza para ver tu agujero "Voy a hacerte sentir lo que es ser mi juguete. Voy a hacerte sentir lo que es ser poseído por mí" rio y acerco su boca a este, dio una pequeña lamida para lubricarte.
"Te voy a follar sin condon, porque despues de todo, ya eres una zorrita puta", masturbo su pene una vez más y con fuerza empezo a introducirce en ti, sin cuidado, Crowley se mueve dentro de ti con fuerza y lentitud, disfrutando del placer, Miró hacia abajo y vio tu rostro sudoroso y pálido, le parece divertido, "Sientes el poderío de mi polla, ¿no? Sientes cómo te estoy dominando" asentiste gimiendo, "¿Quieres más? ¿Quieres sentirme profundamente dentro de ti?", Crowley tomo tus pechos desnudos y los acaricio, pasando por tus pezones y la aureola "Soy el amo de esta cama y tú eres mi juguete. Y voy a hacer que te lo recuerdes" Crowley te follo con fuerza diciendo esto.
"Sigue gimiendo, Yū. Sigue disfrutando del placer", acaricio tu muslo, no contabas los minutos pero sentias que llevabas una eternidad asi con Crowley follandote hasta el placer, "Sera mejor que te acostumbres a las pollas gruesas si tienes tanta curiosidad de aqui", tal como en una fantasia erotica, podias sentir una cancion erotica desde el tercer piso y Crowley se movia al son de esta, 'Crazy in love' de fifty shades of Grey, te imaginaste, quizas cuantas cosas podrias hacer una fantasia, se besaron desordenadamente y tu corazon se sintio en alerta.
Pronto tus pensamientos probocaron que te vinieras y te viniste con fuerza, con hilos de semen manchando la cama, Crowley se retiro y en ese momento sentiste una sensacion desconocida, algo latiendo en tu agujero, una sensacion lasciva del semen de Crowley goteando por tu trasero. Crowley se habia corrido dentro de ti, te quejaste gimiendo y Crowley al notarlo te cacheteó una mejilla dejandotela en rojo "No te quejes zorra, agradece que fui pasivo contigo" dijo molesto "si vas a estar aqui tienes que acostumbrarte a lo duro" te regaño.
"Perdon amo" no pudiste evitar decir, Crowley te analizo un momento, cosa que no le impidio reirse de ti "No que te volverias un demonio" volvio a reir "No te preocupes todavia no te voy a volver un demonio, ¿Acaso no soy amable?" bufaste ante su ultima palabra, te miro y sonrio, te levanto con cuidado y te llevo a la tina, te sento en esta y puso el agua caliente, la tina pronto empezo a llenarse y te te sentias tan en paz, sentias como tus musculos se alivianaban y el beso tu mejilla "Lo más importante del bdsm son los cuidados posteriores" dijo suave mientras acariciaba tu cabello, era un hombe diferente al que conocias en el sexo.
"Quiero darte la membresía Premiun del lugar, siento que mis chicos..., solo siento seras importante"
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¿Amor o amistad? Parte 34
Luego del mal rato, el resto de la patrulla de canes se retiró del bar, dejando al par de amigos solos, el científico solo suspiro de mala gana mientras terminaba con la bandeja de papas fritas de gran tamaño, podría decir que, para pasar el mal momento, necesitaba un buen trago dulce. Le hizo una suave seña a la botella de ron por detrás de la barra, quizá no tomaría tanto, quizá sí, dependía de que tanta información estaba dispuesto a dar según su nivel de sobriedad.
Grillby pacientemente sirvió hasta que ya tuvo un tercer o cuarto trago encima, lo suficiente para estar medianamente cómodo y suelto para hablar, además de asegurarse de que ya podía cerrar.
—Bueno, ¿tienes alguna razón para estar más caderón?
—Un pequeño accidente en el laboratorio, —dio un trago —no estaba planeado ni mucho menos… solo sucedió.
—¿Qué tan grande era la cosa?
—Bueno… su majestad me dejo testear sobre mí mismo la magia de las almas humanas.
Grillby lo miró fijo, juzgando seriamente lo que acababa de escuchar.
—¿No tenías sujetos de prueba?
—Sabes que no Grill, su majestad rechazo la idea de tener gente a disposición aún si eran voluntarios.
—¿Cómo lo convenciste de ser tú el que probara entonces?
—Discutimos un rato por ello, pero al final accedió siempre y cuando fuera cuidadoso.
—Puedo adivinar que no lo fuiste tanto.
—Tarde o temprano tenía que arriesgarme, lo hice demasiado pronto.
—¿Y qué es exactamente lo que te paso?
—Bueno, se puede decir que ya no soy un esqueleto, diría que soy un monstruo aún, sin duda, pero ya no tengo una clasificación clara, es decir…
Suspiro por lo bajo antes de sacarse su tapado negro y arremangar con un poco de esfuerzo la manga de su suéter, mostrándole a su viejo amigo que efectivamente no había huesos visibles, si no que tenía un brazo con una anchura similar al suyo, el cantinero miro un poco sorprendido aquello, el científico extendió el brazo para que pudiera tocar y asegurarse de que no estaba teniendo una alucinación. Él solo presiono un poco alrededor de la muñeca y un poco por su brazo descubierto aún sin poderlo creer del todo.
—¿Esto aplica a todo tu cuerpo?
—Si, tanto extremidades como el torso, incluido el cuello, solo mi cabeza no se vio del todo afectada, aunque tengo una ligera capa de piel blanca que la recubre.
—Pues estás relleno en buenos lugares ¿seguro que no fue a propósito?
—¡Hey!
—Solo digo, ¿estás bien, así como estas? ¿Es reversible?
—No me he puesto a investigarlo realmente, —vuelve a cubrirse —es un poco un incordio, pero si me acostumbro supongo que estaría bien quedarme así.
—Adivino, ¿a Asgore le gusto?
El científico solo enrojeció y miró a otro lado.
—Bueno, un poco, supongo… es decir, ya le gustaba antes, pero… quizá no le parece del todo mal esta forma.
—Ajá, ¿sí? —lo mira alzando una ceja.
—Ugh, cierra el pico y sírveme otro trago.
Hubo más charla, sobre todo de su nueva apariencia, el científico no podía negar que, sin dudas, tenía musculatura y otras cosas más en los lugares apropiados para verse atractivo con la mayoría de los monstruos bípedos del subsuelo, no es que nunca antes le hubiesen dicho cosas así, cuando era un esqueleto y Papyrus era un bebé recordaba escuchar mucho a las madres solteras hacer juegos de palabras con tintes sucios para adultos con su persona, algunas más atrevidas que otras, y quizá algún monstruo soltero que tenía menos respeto, pero que prefería no recordar los detalles, recuerdos reprimidos, que prefería que siguieran así.
Cuando vio que la botella estaba vacía, decidió parar con los tragos, quería evitar un mal encuentro con su niño si se enteraba que bebió hasta el punto de estar completamente dependiente de otros para volver a casa. Volvió a ponerse tu tapado y dejo una bolsa con monedas de oro para pagar lo del mes y la ronda de bebidas, siempre hacía una ligera insinuación de cuanto podía estar debiendo Sans, pero Grillby nunca le decía; resignado a que no resolvería ese misterio, se retiró del local, saludando con la mano desde la puerta.
Llegó a su hogar y llevo los pasos pesados hasta su cuarto, esperaba que sus niños a esa hora estuvieran ya dormidos, no es que necesitase ocultar nada, desde el primer día que paso lo de las pastillas, decidió no ocultarle a ninguno que había cambiado completamente y claramente alentó a que ninguno de los dos intentara postularse como voluntarios cuando las pastillas fueran dadas a ciertos monstruos. Aunque el efecto de la determinación pura podía ser la única capaz del cambio, no quería arriesgar a sus esqueletos, aun así, Sans parecía querer ir en contra de ello.
Ya llegaría el momento de hablar, pero eso podría estar muy lejos.
Cuando se hizo de mañana, tuvo un par de mensajes de Alphys que parecían requerir una atención inmediata por la cantidad enviada, se tomó un momento para leer mientras se cambiaba para salir, pero un mensaje hizo saltar todas sus alertas, los guardias reales querían llevar ellos mismos las flores doradas al sótano del laboratorio. Sabiendo que el rey podía haber dado la orden, Alphys no podría detenerlos mucho tiempo, así que inmediatamente al poner un pie fuera de casa uso el atajo más largo que le permitiera su magia actual para llegar lo antes posible.
Corrió apenas apareció en las puertas del laboratorio, para encontrarse en la puerta de atrás a los guardias, discutiendo con su pequeña asistente que de milagro los había retenido ahí.
—¿Qué sucede aquí?
—Oh, doctor, tenemos ordenes de llevar las flores doradas al sótano.
—El ascensor no aguanta demasiado peso, yo me encargare de llevarlas, pueden irse.
—Pero doctor…
—Díganle a su majestad que cumplieron y que todo está en orden, no quiero un accidente adicional aquí ni heridos por su terquedad.
Dicho esto, tomó de las manos de uno de los guardias la maceta con una flor dorada particularmente grande, al final, ellos se resignaron y dejaron todas las flores a las puertas del elevador, suspiró pesado cuando se fueron, claro que era mentira que el elevador no podía soportar mucho peso, y de ser verdad, solo haría que Alphys colocara y empujara con cuidado las macetas para él recibirlas en el sótano, sin ponerlos en peligro.
De hecho, para tener esa seguridad, procederían de esa manera.
Después de aproximadamente una hora, todas las macetas con flores estaban en el sótano, tuvo que cambiar de forma precipitada la luz del cuarto para que fuera apta y que las plantas no se marchitaran por la falta de luz, aunque debía decir que esas flores eran realmente resistentes, ya las había visto crecer espontáneamente por algunos lugares del reino, aunque morían si no tenían ciertos cuidados a largo plazo.
—E-Está es la última, d-doctor.
—Oh, muy bien —tomó la última maceta y la acomodo con el resto.
—¿C-Cómo convenció al rey de darnos las flores d-doctor?
—Él las ofreció y que las mandara tan rápido quiere decir que habla muy en serio…
—¿D-De qué habla?
—De lo que paso conmigo, tengo prohibido volver a experimentar en mí mismo, indefinidamente.
—A-Ah, q-quizá sea lo mejor ¿n-no cree?
El científico real pudo notar donde iba la mirada de su pequeña asistente, mirando al cuarto donde las amalgamas solían ocupar con mayor regularidad, si, debía admitir que era lo mejor esa prohibición, de lo contrario había una gran posibilidad de convertirse en uno de ellos. Apretó un poco los dientes, aún frustrado de no poder devolverlos a su forma, pero no tenía la magia tan fría como para intentar asesinarlos para acabar con su sufrimiento, debía haber una cura.
—Vuelve arriba Alphys, te llamaré si pasa cualquier cosa y mantenme informado de lo que suceda.
—A-A la orden d-doctor.
Espero a que la joven lagarta se fuera por el ascensor, antes de tomar el pase a la sala con las almas y todas las pastillas, ahora, quizá necesitaba volverlas a dejar en estado líquido para poder inyectarlas de manera eficiente en las flores doradas o podía volver la magia polvo de manera que las usara de fertilizante y ver sus efectos a largo plazo, ambas opciones eran tentadoras y en el peor de los casos que un humano llegara, él tendría tiempo de intentar dar las cápsulas de magia temporal a los monstruos con un nivel de vida respetable, incluso si Asgore no lo autorizaba, sería solo en un caso de emergencia absoluta.
Estuvo un par de horas, experimentando con la magia, probando algunas flores pequeñas con ciertos rasgos, sin muchos resultados significativos, solo lecturas normales la mayor parte del tiempo, sin nada que valiera la pena anotar, suspiró un poco decepcionado, pero bien, tendría que tomar las cosas con calma.
Cuando se hizo de noche, recibió un par de mensajes de Alphys, dejo las plantas en su lugar y revisó para ver como estuvo el día, antes de caer en que su asistente había avistado a alguien merodeando por el basurero desde la cámara, como rebuscando cerca de la cascada donde él había estado.
Entonces recordó su bolso.
—Maldita sea, nadie puede encontrar eso. —Sintió un escalofrío por su espalda.
¿Qué tan a la mierda se iría su reputación si alguien encontraba su bolso?
Ni siquiera espero una respuesta de Alphys, simplemente desapareció del sótano, apareciendo inmediatamente en el vertedero, si tenía algo de suerte, encontraría sus cosas antes de que ese monstruo localizara la cueva oculta, reviso por los alrededores, si hubiesen sido las amigas de Alphys moriría de vergüenza, pero al menos podía considerar que eran inofensivas.
Pudo notar por el rabillo del ojo un rápido movimiento y no tuvo el suficiente tiempo de reacción para detenerlo con magia azul, bufó frustrado y fue detrás de la cascada, no importaba si Alphys veía ese pequeño lugar, simplemente sería otro secreto más a la lista, la cual parecía agregar más conforme pasaba el tiempo. Revisó detrás del sillón, encontrando su bolso, no pudo respirar aliviado hasta que reviso que todo estuviera tal y como lo dejo, para su fortuna, no faltaba nada.
—Dios, como pude olvidarlo.
Se apretó entre los ojos y acomodo todo de nuevo, tomando la bolsa para salir del lugar, más cuando estaba de nuevo fuera de la corriente del agua, sintió un fuerte mareo, ahora que el momento de adrenalina se había esfumado, estaba notando que no se encontraba nada bien. Clavó las rodillas en el lecho del río, un poco aturdido, respiró hondo varias veces, profundo y despacio para reubicarse, ni siquiera sabía porque estaba tan mal de un momento a otro; levantó la vista a la cámara oculta en la basura, aunque no le gustara la idea, le hizo señas a Alphys para ordenarle venir por él, ya que realmente no sentía que pudiera moverse por su cuenta.
Aunque eso tomaría al menos unos veinte o treinta minutos.
"Ugh, ¿Por qué mi cabeza de repente me está matando?" Se quejo mentalmente mientras respiraba despacio.
—¡Hey Doc! —se escuchó desde lo alto.
—Ah, ¿Undyne? —levantó la vista.
Antes de que pudiera hacer o decir cualquier cosa, pudo ver como la chica saltaba desde lo alto de la cascada para caer en un montón de basura blanda, hundiéndose en ella, para luego ver como sacaba los puños por arriba y salía de la montaña a base de patear los desperdicios a un lado.
—¡Puaj! ¡Qué puto asco!
—Lenguaje Undyne, ugh… —soltó un jadeo, llevando una mano a su cabeza.
—¡Hey! ¿Está bien? Joder, lo llevare al laboratorio.
Sin darle tiempo al esqueleto de que pudiera quejarse sobre ello, lo levantó en brazos, como una princesa en apuros esta vez, lo cual era bastante vergonzoso, pero en lo único que pudo pensar fue en aferrarse fuertemente al bolso para que no se abriera; la joven procedió a saltar de montón en montón de basura para finalmente salir del vertedero y llegar a la entrada de Hotland en pocos minutos, para ese momento el mayor solo se había resignado a ser llevado, en parte porque no sentía estar del todo consciente.
—Ah, ¿el laboratorio…? —entrecerró los ojos, intentando enfocar la vista.
—¡Alphys! ¡Hey!
Cuando las dos chicas se juntaron, llevaron al doctor a la enfermería, a la vista del resto de trabajadores, que no entendían que estaba pasando, ni en qué momento el jefe había abandonado el sitio, pero nadie tenía el valor de ir a ver, no después del castigo que les cayó después de hablar a sus espaldas.
—Estoy bien, solo estoy mareado, déjame en la silla, —gruñó, todo le empezaba a dar vueltas.
—Bien, como quiera.
Tal como pidió, lo dejo sentado en la silla en lugar de la camilla, el esqueleto soltó despacio el bolso para dejarlo a un lado, mientras el mareo aumentaba progresivamente lento.
—¿D-Doctor? ¿M-Me escucha?
—Alphys, ah, ¿tú le dijiste a Undyne? —la miró aún algo desorientado.
—L-La vi en las cámaras y creí que n-necesitaba ayuda inmediata.
—Estoy bien, solo fue un momento de mareo, descansare un momento y…
—¡Hey! ¡Hey! —lo tomo de los hombros y lo enderezó —Bien no es precisamente la palabra para describirlo, diría que tiene la cara un poco más pálida de lo usual.
—Ugh, solo es un mareo.
Ambas chicas se miraron un momento, era claro que no era un simple "mareo" tonto ni nada por el estilo, al final la capitana optó por poner la mano en la frente del mayor comprobando que efectivamente, tenía temperatura, fiebre.
Fiebre, fatiga, debilidad como para caerse, mareos que no se iban y quizá náuseas por eso mismo, estaba irritado, y por sus acciones era claro que también le dolía bastante la cabeza. Entonces la chica agarró de repente a la pequeña asistente bajo el brazo y la llevó corriendo para que le abriera la sala de descanso, tomó todas las botellas de agua que pudo del refrigerador, también puso a calentar una taza de agua y puso al lado unos fideos instantáneos.
—¡Llévalos cuando estén listos! ¡Y no le pongas condimentos, solo un poco de aceite!
—¡¿E-EH? ¿Ah? O-Okey… —balbuceo sin entender nada.
Rápidamente, volvió a la enfermería con las botellas bajo sus brazos, las dejo todas encima de la mesa de indumentaria, abrió una y se la pasó al doctor, él cual no estaba del todo bien orientado, o simplemente no quería nada en ese momento.
—Escuche doc, o toma ahora mismo agua o juro por dios que traeré a Asgore sobre mi maldita cabeza para que vea como se encuentra.
Gaster se sobresaltó un momento, mirando que la chica estaba hablando muy en serio con ello, a veces bromeaba, pero su tono era demasiado frío y denotaba mucha molestia, a regañadientes, tomo la botella y dio un trago, un poco corto, sin que la chica le perdiera la vista, así que fue dando tragos pequeños hasta que noto llegar a Alphys de nuevo con un tazón de videos brillosos con solo aceite.
—¿No usaste los condimentos?
—No necesita sales ahora mismo, después le haremos otro, ahora coma también y no deje de beber agua.
Acercó la mesa con las botellas y le hizo espacio para poner el tazón de forma que fuera fácil de tomar porciones con el tenedor, el científico solo suspiro, tomando el tenedor y enrollando los fideos para comer un pequeño bocado, masticó un poco y trago, pasando con un sorbo de la botella, tanto él como Alphys estaban más que confundidos de porque estaba haciendo todo eso.
Sin embargo, luego de lo que sería una hora, el mareo se detuvo y ya no se sentía con tanto malestar, de hecho, estaba bastante mejor.
—¿D-Doctor? ¿Se siente mejor?
—Debo confesar que sí, mucho —miró a Undyne confundido.
—Doc, estaba deshidratado a mas no poder y probablemente muerto de hambre también.
—¿Deshidratación? ¿Yo?
—Ya no es un esqueleto doc, ese cuerpo si parece necesitar que lo cuide debidamente, ¿gasto mucha magia hoy?
—Hice un atajo corto y dos realmente grandes.
—¿No ha venido a comer en ningún momento? —Undyne gira la vista a Alphys y ella niega nerviosa.
—Puede que me olvidara de la comida o de venir por un café de vez en cuando… o solo beber agua de los grifos del sótano.
—¿Cuándo fue la última vez que comió y, sobre todo, bebió algo?
—Ah… —rememoro un momento —no he bebido nada desde anoche, esta mañana vine apurado y… se me paso completamente.
—Jeez, ¿en serio como esqueleto aguantaba uno o más días sin beber?
—Vivo a base de café. —Dio un trago a la botella.
—Eso me di cuenta.
—Por cierto, ¿cómo supiste con solo verme que estaba deshidratado?
—Porque me pasa a mi cada maldita puta vez que vengo con armadura a Hotland, ¿acaso se olvidó ese detalle? Solo que yo puedo reponerme con un poco de agua en mis escamas.
—Es cierto —se llevó la mano a la cara —soy yo el que va a tirarte agua y ayudarte a entrar al laboratorio para que no te cocines.
—Como sea, le voy a contar a Asgore.
—¡¿EH?! ¡No, no lo hagas!
—¡Claro que lo voy a hacer! Estuvo al borde de una deshidratación severa, ¡maldito científico loco!
—Ugh, no quiero que se entere, por favor.
—Olvídelo, volverá a pasar si me lo callo.
—¡No! ¡no puedo tener a su majestad preocupado por ello!
—¡¿Y por qué no?!
—Ugh, hay demasiadas vistas sobre mí y no quiero que pasen a ver a su majestad…
—¿Qué? ¿Vistas?
—Ah, —mira un poco a las dos —vamos a mi oficina, aquí aún hay micrófonos.
Tomo su bolso bien cerrado y se intentó levantar, pero la chica volvió a cargarlo en brazos cuando casi se cae de frente, refunfuño frustrado y simplemente se dejó llevar, ahora tendrían que hablar de nuevo en el trabajo, si es que se atrevían. Undyne pateo la puerta para abrir y pasar derecho al sillón, la pequeña Alphys traía consigo las botellas que aún tenían agua y verifico que la puerta seguía funcional, al menos para poder cerrarla de nuevo.
—Bueno, ¿suficiente con estar aquí?
—Ah, sí —suspira por lo bajo.
—T-Tomé doctor. —Le acerca una botella.
Agarró la botella y le dio un trago antes de suspirar resignado.
Al final empezó suave, con lo que ya sabían ambas o creía que sabían, Alphys estuvo bastante emocionada de confirmar sus sospechas a la obvia relación de sus jefes y Undyne tuvo que actuar con sorpresa solo para que la pequeña lagarta no le reclamara nada, luego de ello, empezó a decir lo que paso a causa de los rumores que empezaron debido a su marca y como un monstruo extendió información clasificada entre la gente de su persona, aparte del mal rumor de que fue marcado a la fuerza, en parte cierto pero no lo sentía de esa forma.
Claramente la capitana de la guardia real quería saber de inmediato quien demonios era, más Gaster se abstuvo de darle esa información ya que solo haría que la gente supiera que había algo de verdad en ello; claramente protesto, pero ambos científicos la calmaron un poco, claro que la relación era secreta y solo algunos sabían, confirmado por el propio doctor y probablemente suposiciones de algunos guardias, como los que custodiaban al rey en su celo.
Claro que Undyne los mantenía a raya.
—En verdad no vale la pena Undyne, además su majestad se hará cargo sutilmente, si sigue con lo mismo tomaremos medidas más severas.
—Puedo partirle las piernas como medida más severa.
—Ni siquiera sabes si tiene piernas —mira a otro lado, a ver si eso hace que se desvíe un poco.
—Algo tendrá que pueda destrozar.
—Déjalo, simplemente esperaremos que los rumores se dispersen, o que algo más distraiga al pueblo, se pasara como todo. No quiero problemas para su majestad.
Las chicas se miraron mutuamente, si bien era cierto que los rumores iban y venían, si alguien estaba reviviendo el mismo una y otra vez, eso no pasaría rápido. Aun así, poco podían hacer realmente con la escasa información que daba el científico y la decisión del rey de aplicar él un castigo a medida; ambas suspiraron con resignación, se haría a la antigua, con paciencia.
—Bueno, de todos modos, Asgore debería saber que casi te desplomas.
—No, no tiene qué, no lo preocupes innecesariamente, no pasara de nuevo.
—¿Seguro?
—Intentare que no pase de nuevo.
—Si vuelve a pasar, le digo.
—Ugh, bien…
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Parte 33
Parte 35
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