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#narrativa china actual
ficcionalar · 1 year
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Literatura china
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mauriciomeschoulam · 3 months
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La invasión rusa a Ucrania, tres años de análisis: nuevo libro
Publicado originalmente en El Universal: https://www.eluniversal.com.mx/opinion/mauricio-meschoulam/la-invasion-rusa-a-ucrania-tres-anos-de-analisis-nuevo-libro/
Hace un año publiqué un libro que recopilaba todos mis análisis del tema de Ucrania durante dos años (abril 2021-febrero 2023). Para ser claros, los análisis sobre Ucrania, como es natural en alguien que sigue este tipo de temas, iniciaron en 2013 con el surgimiento del movimiento Maidan, y fueron muy constantes durante 2014 tras la toma rusa de Crimea y el estallido de la rebelión separatista en el este ucraniano. Posteriormente el tema redujo su presencia en los medios, pero ello no significa que no lo estuvimos abordando a lo largo de todos estos años. No obstante, elegí 2021 para iniciar la recopilación para el libro, por lo delicado que empezamos a percibir el tema desde abril de aquel 2021, unos 10 meses antes de que se materializara la invasión frontal rusa sobre territorio ucraniano. Ahora, en este febrero del 2024, al cumplirse el segundo aniversario de esa intervención militar masiva, estoy actualizando el libro y lo tendremos disponible ya en unos días. Como lo hago siempre, dejo acá algunos comentarios que resaltan de mi reciente revisión de cada uno de los textos/secciones que se publican.
Comentarios para la edición del 2024
Al revisar los textos que van de febrero del 2023 a febrero del 2024 (que están siendo publicados en el libro que refiero), merece la pena destacar esto que puede hoy resultar interesante y relevante:
a. Los textos muestran la evolución de la guerra, en este caso desde su tercera y cuarta etapas, hacia su quinta y sexta etapas, momento en el que nos encontramos al publicar esta edición. Para quienes escriban la historia de esta guerra, valdrá la pena detenerse en el detalle acerca de cómo estas etapas fueron moviéndose, impactando no solo en las expectativas que el ejército ucraniano había levantado en 2022, sino en las predicciones y diría yo, en las decisiones posteriores.
b. De manera particular se detalla la larga batalla por la ciudad de Bakhmut, y cuál era su relevancia por ganarla. También se puede apreciar el efecto que logró la victoria rusa por la disputa de esa ciudad en la narrativa acerca de la guerra, y hoy, a la distancia, se puede observar cómo es que esa batalla presagiaba lo que posteriormente llegaría: un enorme desgaste por ganar o conservar posiciones, para terminar, un año después, con líneas del frente muy similares que cuando publicamos la edición original.
c. Un tema que el libro refleja, y vale la pena detenerse en ello, es el movimiento de piezas y alianzas a nivel internacional. La creciente dependencia de Rusia de países como China o Irán, y el impacto que ello tiene en otros temas a nivel global. Ello se dibuja desde la primera edición, pero se intensifica con la actual.
d. Es muy interesante observar lo que empezamos a vislumbrar desde que se produjo una de las mayores filtraciones de documentos en la historia de Estados Unidos: el optimismo respecto a la victoria ucraniana tenía que ser al menos cuestionado. Lo que esos documentos secretos reflejaban era que Ucrania estaba padeciendo una enorme escasez en el abasto del armamento que requería, u otros factores como la visión del Jefe del Estado Mayor Conjunto de EU, el puesto militar más importante en ese país, que indicaba—desde fines del 2022—que Ucrania no conseguiría mayores ganancias territoriales tras la esperada contraofensiva de la primavera del 2023 (que se terminó por convertir en la ofensiva del verano). Esto, para desgracia de Kiev, se materializó de distintas formas, y está teniendo impactos importantes sobre lo que hoy ocurre en el terreno de las hostilidades.
e. La edición del 2024 muestra un interés particular en la evolución de todo lo que sucedió con el Grupo Wagner. Si usted, amable lector, revisa lo que escribimos durante la primavera del 2023, verá mi especial preocupación sobre lo que estaba sucediendo con ese grupo ruso de contratistas militares privados y su líder Yevgeni Prigozhin, dadas las aspiraciones políticas de ese personaje y la conflictiva pública que, desde entonces, cobraba dimensiones inesperadas.  La lectura de los textos posteriores muestra cómo ese tema se salió de control, la rebelión de Wagner contra Moscú, la posterior muerte de Prigozhin así como las repercusiones que ello tuvo en muchas áreas del mundo, desde el Sahel hasta Siria, y por supuesto Ucrania.
f. Llama la atención, y ello se conecta con otros textos posteriores, cómo es que en Occidente velozmente los análisis se apresuraban a presagiar la potencial caída de Putin. Estábamos, nos decían “en el principio del fin” de ese presidente. Como he dicho anteriormente, yo prefiero ser más cauteloso, e ir analizando los temas conforme se presentan, hablando de posibles escenarios, pero sin dejar de asumir todo lo fluido de la situación. Los textos del 2023 así lo muestran. Al momento de la presente publicación (febrero del 24), Putin se ve altamente recuperado, fuerte como para seguir gobernando su país (tras las elecciones que tendrán lugar en marzo de este año), y su guerra en Ucrania tiene hoy una perspectiva diferente que la que tenía hace un año. Quizás no todo le sale a ese mandatario como él lo hubiese esperado (por ejemplo, la incorporación de Finlandia y potencialmente de Suecia a la OTAN golpean sus intereses estratégicos), pero su final no se ve precisamente cercano.
g. Al respecto, vale la pena destacar las adaptaciones y tácticas de guerra renovadas que observamos que Rusia estaba implementando. Los textos de la edición del 2024 detallan este tipo de aspectos, y muestran el efecto que ello tuvo en detener la contraofensiva ucraniana que finalmente llegó en junio del 23.
h. Igualmente, la edición actual destaca la alta expectativa que esa contraofensiva ucraniana produjo en Occidente, el relato acerca de cómo–semana a semana–esa contraofensiva no prosperaba, las razones de por qué eso fue así, y el impacto político que la frustración de esas altas expectativas ha generado, el cual se sigue sintiendo al momento de este escrito.
i. Es en ese sentido que hay que revisar los textos posteriores acerca del cambio de narrativa en Occidente. De la potencial “victoria ucraniana”, se pasa a la narrativa que cuenta el cansancio de los soldados, la escasez de las municiones, el respaldo reducido en Occidente y la fatiga con la que el tema es aproximado.
j. Conectado con ello, hablamos en esta edición acerca de la irrupción, en octubre del 23, de otra guerra mayor en el mundo: la de Medio Oriente, y cómo es que, al acaparar todos los reflectores, la atención política y diplomática, se produce una competencia indeseada por Kiev, competencia por espacios de atención, recursos escasos, y competencia por el escaso tiempo político que actores como Washington pueden ofrecer.
h. Ahí es en donde merece la pena echar un ojo al texto sobre la nueva edición del Foro de Halifax, esta vez en noviembre del 23, al que también tuve oportunidad de asistir. Un intento mayor, diría yo, y no necesariamente exitoso, por reposicionar a Ucrania en la agenda de la seguridad global.
i. En ese punto dejo la presente edición, en pleno invierno del 2023 al 2024, ante una guerra de desgaste que no ofrece demasiadas “noticias”, y que sin embargo, sigue siendo brutalmente sangrienta, pero que políticamente muestra enormes retos ante el disminuido respaldo de ciertos sectores en Occidente hacia Ucrania, ante elecciones en varios países europeos (incluidas las elecciones del parlamento europeo), ante las elecciones en Rusia, las elecciones en Estados Unidos y las dudas siempre pertinentes acerca de ¿qué pasará con este conflicto si Trump llega al poder en los meses que siguen?
Pronto compartiremos la nueva versión del libro del que acá hablamos.
Instagram: @mauriciomesch
TW: @maurimm
07 de febrero 2024
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ferrolano-blog · 9 months
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Occidente y China comparten el mismo destino: un tecnoestado total... En lo que se refiere a las cuestiones políticas más fundamentales, China y Estados Unidos no divergen, sino que se parecen cada vez más, y ambas superpotencias convergen en el mismo sistema de gobernanza tecnocrático-administrativa, aún no plenamente desarrollado... La joya de la corona de este enfoque pretende ser el floreciente sistema chino de crédito social... El sistema pretende asignar a cada persona, empresa u organización una única puntuación agregada de "crédito social". Es muy parecida a la puntuación de un crédito financiero: basándose en el comportamiento observado y otros "factores de riesgo", la puntuación puede ajustarse al alza o a la baja para designar a una persona o empresa como más o menos "digna de confianza" o "no digna de confianza". Los que obtienen puntuaciones más altas son recompensados con ventajas crecientes... Los que obtienen puntuaciones más bajas se enfrentan a castigos crecientes... y aparecen públicamente en Internet o en vallas publicitarias... nadie cruza la calle imprudentemente (al menos en la ciudad), porque si lo haces, tu identidad es captada por una cámara de reconocimiento facial, tu cara, tu nombre y tu número de DNI se pegan en una valla publicitaria de la vergüenza junto a la intersección, y se envía una multa a tu banco... No está muy lejos de lo que ocurre en las llamadas democracias liberales occidentales. En junio, el banco británico Coutts cerró la cuenta de Nigel Farage sin dar explicaciones. Posteriormente, otros diez bancos le negaron el servicio... se había descubierto que ya no era compatible con Coutts, dadas sus opiniones públicamente declaradas que estaban en desacuerdo con la posición del banco como organización inclusiva... JP Morgan Chase cerró las cuentas del Dr. Joseph Mercola, defensor de los antivacunas, así como las del director general y el director financiero de su empresa, sus cónyuges y todos sus hijos
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eurekadiario · 9 months
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Obama reautorizó la investigación de "ganancia de función" días antes de dejar el cargo
El gobierno de Obama aprobó silenciosa y engañosamente la reanudación de la investigación de "ganancia de función" pocos días antes de dejar el cargo, según documentos oficiales explosivos que hacen que las sospechas de un virus pandémico liberado intencionalmente parezcan exponencialmente más plausibles.
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A medida que las personas reconocen cada vez más la falta de honestidad de los funcionarios del gobierno de los Estados Unidos y la comunidad de inteligencia con respecto a los orígenes del virus SARS-CoV-2, incluidos los casos de iluminación de gas, traición y engaño absoluto, se vuelve importante considerar las motivaciones políticas que impulsan la desviación de la narrativa del establecimiento por parte de los medios y otras instituciones.
Además, cuando tomamos en cuenta las medidas extremas e ilegales que los individuos dentro del gobierno de los Estados Unidos estaban dispuestos a tomar para sacar al presidente Trump del poder, la revelación de que la administración Obama autorizó la reanudación de la investigación de "ganancia de función" (que involucra la militarización del virus SARS) pocos días antes de que el presidente Trump asumiera el cargo se vuelve profundamente problemática.
Mi corazonada es que este enlace podría incluso desaparecer [VER AQUÍ]
9 de enero de 2017 – "levantar la moratoria actual sobre ciertas investigaciones en ciencias de la vida que podrían mejorar la virulencia y / o transmisibilidad de un patógeno para producir un patógeno pandémico potencial (una PPA mejorada)". (enlace)
La historia de fondo
Once días antes de dejar el cargo, la administración del presidente Obama volvió a autorizar la financiación para la creación de armas biológicas utilizando virus del SARS.
Sin embargo, esencialmente esta reautorización solo impulsó la financiación dentro de los Estados Unidos porque la financiación de la militarización del SARS-CoV-2 nunca se detuvo en 2014. Los medios de comunicación que informan sobre esto son engañosos, si no totalmente falsos.
En la guía original en pdf para la pausa de investigación de 2014 sobre la militarización de los virus del SARS había una nota al pie que todos parecen haber pasado por alto [ENLACE]:
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[U.S. Government Gain-of-Function Deliberative Process and Research Funding Pause on Selected Gain-of-Function Research Involving Influenza, MERS, and SARS Viruses – pdf, page 2 – October 17, 2014]
Esta excepción esencialmente permitió al Pentágono continuar financiando la creación del SARS como arma biológica en Wuhan, China, bajo los auspicios de la seguridad nacional. Que es exactamente lo que hizo el departamento de defensa: "Las subvenciones del Pentágono incluyeron $ 6,491,025 de la Agencia de Reducción de Amenazas de Defensa (DTRA) de 2017 a 2020" (enlace).
Línea de tiempo:
♦ 17 de octubre de 2014 – La financiación estadounidense del SARS para crear un arma biológica se detuvo debido al riesgo extremo de una pandemia. Sin embargo, la pausa permitió que las agencias dentro del gobierno de los Estados Unidos continúen financiando si determinaban que "la investigación es urgentemente necesaria para proteger la salud pública o la seguridad nacional".
♦ De 2014 a 2020, el Pentágono continuó financiando investigaciones en Wuhan, China. El miedo al descubrimiento explicaría por qué muchos altos funcionarios del Departamento de Defensa de los Estados Unidos estaban en contra de la administración Trump [con mayor gravedad después de que comenzó la pandemia de COVID].
♦ Mayo de 2016 – [Un año electoral] "Después de una deliberación exhaustiva y un amplio aporte de las partes interesadas nacionales e internacionales, el NSABB [National Science Advisory Board for Biosecurity] emitió sus recomendaciones. El hallazgo central de NSABB fue que los estudios que se espera que mejoren la PPP tienen beneficios potenciales para la salud pública, pero también conllevan riesgos significativos. NSABB recomendó que tales estudios justificaran un escrutinio adicional antes de ser financiados. Anthony Fauci está en el NSABB.
♦ 9 de enero de 2017 – [Cuatro días después de la reunión de la oficina oval de Susan Rice con Obama, Biden, Comey y otros] La Administración Obama vuelve a autorizar la financiación para la creación de armas biológicas del SARS. "La adopción de estas recomendaciones satisfará los requisitos para levantar la moratoria actual sobre ciertas investigaciones en ciencias de la vida que podrían mejorar la virulencia y / o transmisibilidad de un patógeno para producir un patógeno pandémico potencial (una APP mejorada)".
Dadas las soluciones alternativas, las excepciones y la negación plausible de las consecuencias, incorporadas en la guía de moratoria original en 2014, al departamento de defensa se le permitió operativamente seguir financiando la investigación de armas biológicas en Wuhan, China. La prohibición de 2014 fue una moratoria de financiación solo de nombre; sin embargo, parece que la financiación para la investigación estadounidense en Carolina del Norte se detuvo.
Lo que se volvió a autorizar en 2017 fue la necesidad de usar la "seguridad nacional" como excusa para continuar la investigación. También parece que la financiación del SARS como arma biológica dentro de los EE.UU. (Carolina del Norte) ahora estaba permitida de nuevo.
REFERENCIAS:
2017 – Directrices políticas de la Administración Obama
2014 – enlace pdf de Research Funding Pause
Consejo Asesor Nacional de Ciencias (Wiki)
Financiamiento del Pentágono para la investigación del SARS 2013 a 2020.
RESUMEN: El presidente Obama (no Trump) comenzó la reautorización de la experimentación con el virus SARS-CoV-2 en 2017. La financiación del Laboratorio de Wuhan para la creación del SARS-CoV-2 se originó durante la administración Obama y continuó durante la administración Trump. La comunidad científica, la Casa Blanca de Obama y el Equipo de Seguridad Nacional, y el Pentágono conocían los peligros de financiar la militarización de un arma biológica del SARS. La pandemia de COVID-19 fue el resultado de estas decisiones iniciales.
.... y sí, hay beneficios políticos e ideológicos desde la perspectiva del grupo ideológico de Obama por desatar la pandemia del SARS-CoV-2 como una "crisis" oportunista para crear soluciones gubernamentales totalitarias independientemente de quién estuviera en el cargo. Sin embargo, el momento de la posterior liberación biológica es muy sospechoso en relación con las elecciones presidenciales de 2020 y los beneficios posteriores de manipular las elecciones a través de boletas por correo.
Tal vez no sea una pistola humeante de intención, sino definitivamente huellas sangrientas saliendo por la puerta, en el tamaño de Obama.
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grupo-interdac-inc · 11 months
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Sección: Reflexiona. "Wall-E" es una película animada, su mensaje y temas trascienden las edades y culturas. La película aborda problemas relevantes para la #sociedad actual, como la #sostenibilidad #ambiental, la dependencia de la #tecnología y el #impacto de nuestras acciones en el #futuro del planeta. Esto la convierte en una película que puede ser disfrutada por personas de todas las edades y que puede generar importantes debates y reflexiones.
La película cuenta la historia de un pequeño robot llamado Wall-E, cuya misión es limpiar la Tierra desolada y cubierta de basura después de que los humanos la abandonaron. La película aborda temas importantes como la #conservación del #medio ambiente, la importancia de la #naturaleza y la relación entre la #humanidad y la #tecnología. El mensaje de la película es poderoso y nos hace reflexionar sobre el impacto de nuestras acciones en el planeta.
"Wall-E" es una película con una narrativa conmovedora, un mensaje poderoso, una estética visual impresionante y una banda sonora cautivadora. Su éxito radica en su capacidad para entretener al público mientras nos hace reflexionar sobre temas relevantes y urgentes. #calentamientoglobal #calentamiento #basuracero #basura #residuossolidos #EstadosUnidos #China #alemania #Rusia #mexico #peru #peliculas #wall #reflexion
DATOS: Wall-E" es una película de animación producida por Pixar Animation Studios y dirigida por Andrew Stanton. La música de "Wall-E", compuesta por Thomas Newman, complementa perfectamente la narrativa y la atmósfera de la película. La partitura evoca emociones, desde la soledad y la tristeza hasta la esperanza y la alegría, añadiendo profundidad a las escenas y reforzando el mensaje central de la película.
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yoymialterego · 2 years
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Cine al menguar la pandemia: Les Olympiades
El eterno tema de las relaciones interpersonales tiene un giro altamente sensual (y más bien sexual) en la nueva cinta de Jacques Audiard, que entre otras cuestiones es sagaz en los diálogos, y dice cosas que tienen densidad sin salirse de lo cotidiano a propósito sobre todo del concepto de la pareja, pero también de los amigos, de la familia, de los compañeros de trabajo, en fin, de las relaciones.
La cinta es notable asimismo en el manejo de las perspectivas de estas relaciones, porque aborda el contexto "moderno", digamos, de la pareja (y de la amistad también, de cierta forma), aunque un poco deja de lado la cuestión de la desdicha, ese abatimiento que viene después del fin del embeleso y la fruición, quizá con toda intención por parte del director francés.
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Emilie (Lucie Zhang), una chica medio china y medio francesa busca roommate, y quien contesta la vacante es Camille (Makita Samba). Y bueno, Camille no es quien Emilie cree -y todos nosotros igual que Emilie-, porque más bien se trata de un treintañero arrogante, maestro de secundaria, que planea hacer economías para abandonar su trabajo actual y dedicarse a terminar su tesis doctoral. Entre Emilie y Camille hay desde luego una carga impulsiva y ardorosa, pero con un ribete de claridosa turbación: después del sexo, Camille le advierte a Emilie que no quiere ser su pareja, sino sólo su compañero de apartamento… con sexo incluido, de darse así. Audiard juega con el equívoco en este ligue, que es un poco como el equívoco en todo vínculo, en todo nexo humano, porque da la impresión de que la chica se enamora del tipo… aunque quizá es sólo lo que él cree.
En el plano formal -y si tomamos en cuenta el tratamiento de la imagen en la pantalla- la cinta podría dividirse en tres capítulos. Inicia con un delicioso y elegante blanco y negro, para pasar al color después de una media hora, y luego de nuevo al blanco y negro.
Y en esas divisiones formales, los vínculos y las correspondencias continúan. Camille conoce y empata con Nora (Noémie Merlant), una treintañera que se reintegra a la vida estudiantil universitaria, y que por supuesto se va de fiesta con sus bastante más jóvenes compañeros, y se pone "joven" para la ocasión con peluca platinada y todo. Esos chavales -reflejo del avasallamiento rotundo de las redes sociales- la confunden con la porn-star "Amber Sweet" (Jehnny Beth), provocando entonces una nueva relación, esta vez forzada por el bullying.
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En fin, que las correlaciones, la reciprocidad de deseos se acumulan en la cinta de Audiard, aunque Camille sigue robando cámara, porque se ve no sólo arrogante, sino indolente. La escena con su padre y su hermana y el rollo anti-comicidad que le avienta a ésta última, quien anhela ser una comediante stand up, retrata la insensibilidad del tipo.
Y todo se va aclarando poco a poco porque esto parece tratarse de una simple historia de amor "a cuatro manos", por decirlo así, aunque nada termina por profundizar demasiado en los caracteres de la historia, porque Audiard parece manejar todo el asunto tangencialmente, sólo como referencia narrativa para ilustrar ese convivir digamos que cínico del trío estelar. Y al final parece que todos sufren, de una u otra manera, un trastorno del estrés postraumático -símbolo de nuestros tiempos- aunque terminen de cualquier manera conmoviéndonos, con intensidad, abismalmente.
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carnalesferales · 3 years
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Cronología de una pandemia
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LA CRONOLOGÍA DE TU ESCLAVITUD QUE COMENZÓ EN 2009 Y QUE AHORA SE VA CONCRETANDO POCO A POCO GRACIAS A LA TECNOLOGÍA ACTUAL
– 2009 – La OMS cambia la definición de pandemia, ya no se basa en la gravedad sino en la prevalencia, a partir de ahora toda gripe es una pandemia. (Muy conveniente).
– 2009 – 2 meses después se declara la pandemia de gripe A, que luego resultó ser falsa. Pura exageración de la OMS en beneficio del lobby farmacéutico.
– 2010 – Fundación Rockefeller, presenta un documento titulado “Escenarios para el futuro de la tecnología y el desarrollo sostenible”. Este documento explica cómo una pandemia podría llevar a la IMPLANTACIÓN de nuevas tecnologías, como los pasaportes digitales biométricos en la sociedad. Para ello, los gobiernos tuvieron que tomar medidas contundentes como cuarentenas estrictas, rastreo de contactos, distanciamiento social, vacunación masiva, etc. El país que mejor puede hacerlo es China y luego todos siguen a China. Esto destruiría las economías y dio paso a la introducción de la economía digital.
– 2010 – Bill Gates afirma que quiere hacer de esta nueva década, la década de las vacunas. Aquí está haciendo una conferencia TedEx y dice que si nosotros (quién sabe si quiere decir “ellos” o nosotros) hiciéramos un buen trabajo con las vacunas, podríamos reducir la población del planeta en un 10%.
– 2010 – Fundan la farmacéutica ModeRNA, una empresa especializada en la tecnología CRISPR, una tecnología que la propia empresa describe como “un software biológico” que es capaz de programar y manipular el código genético para obtener la respuesta deseada (hasta la fecha, el único producto que ha salido al mercado es esta vacuna covid-19).
– 2014 – Obama da un discurso en el que predice que en unos años habrá una pandemia de un virus transmitido por el aire y que debemos estar preparados.
– 2015 – Bill Gates da la famosa charla TedEx en la que predice que la próxima catástrofe será una pandemia, más peligrosa que una posible tercera guerra mundial con armas nucleares.
– 2016 – Bill Gates crea un programa llamado ID2020, aunque lo lógico sería ID2016, y es un programa con la intención de que todos los habitantes del planeta tengan un pasaporte biométrico digital.
– 2016 – Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial, patrocinado por la Fundación Rockefeller, escribe un libro titulado “La 4ª Revolución Industrial”, que trata sobre el siguiente paso hacia una sociedad más tecnológica, una economía digitalizada, una sanidad digitalizada, ciudades inteligentes, etc. Básicamente lo mismo de lo que se habló en el documento de la Fundación Rockefeller de 2010.
– 2017 – El Dr. Fauci, presidente del CDC (Centro de Control de Enfermedades de EEUU), dice como sus dos predecesores, Bush hijo y Obama respectivamente, que se avecina una pandemia catastrófica, pero esta vez le pone una fecha más o menos exacta, sería antes de que termine el mandato del nuevo presidente Donald Trump.
– 2017.- La Universidad Johns Hopkins elabora un informe sobre un hipotético escenario de pandemia de coronavirus “SPARS” que es prácticamente idéntico al escenario actual.
– 2018 – en mayo, se establece oficialmente la Junta Mundial de Vigilancia de la Preparación (GPMB), un organismo creado a partir de la OMS y el Banco Mundial.
– 2019 – en septiembre, el CGPM publica un informe :EL MUNDO EN RIESGO,.
Un informe que dice principalmente que los países deberían destinar mucho más dinero a prepararse para posibles pandemias. En la página 39 del informe y bajo el título: “Indicador (o indicadores) de progreso para septiembre de 2020”.
Entre otras cosas, encontramos esto:
“Las Naciones Unidas llevarán a cabo al menos dos ejercicios de entrenamiento y simulación en todo el sistema, incluyendo uno que implique la liberación deliberada de un patógeno respiratorio mortal”.
– 2019 – En septiembre, Bill Gates, a través de su otra fundación GAVI, se reúne con varios líderes mundiales para pedir dinero para su proyecto global de vacunas, donde VISITA A PEDRO SÁNCHEZ Y LE ENTREGA MÁS DE CIEN MILLONES DE EUROS.
– 2019.- En octubre se realiza el “simulacro de pandemia” Event 201, dirigido por Bill Gates
– 2019.- En diciembre aparecen casos de etiología desconocida en hospitales de wuhan
– 2020.- Se declara el 31 de enero la emergencia sanitaria mundial, y el 11 de marzo la pandemia de Sars-cov-2 que dicen que provoca la enfermedad covid-19
Event 201
Las grabaciones en línea del Evento 201 en el que Bill Gates y otros participaron en una simulación de una pandemia mortal de coronavirus… en octubre de 2019, señalan que en ese momento se planteó sobre la necesidad de vigilar las redes sociales y bloquear a los críticos de las vacunas que podrían detener la pandemia.
Todo ello ofrece inquietantes similitudes con lo que ocurre hoy en día.
En el transcurso de las últimas semanas, Facebook y otras webs de redes sociales han vetado  a muchos opositores a la corrupción oficial y a las políticas autoritarias de salud pública. Así que aquí hay algo para reflexionar para aquellos que tienen la extraña sensación de que la respuesta del gobierno y la industria a la pandemia parece haber sido planificada, incluso antes de que hubiera una pandemia.
El documento adjunto [transcripción en inglés de los debates Durante el Evento 201] muestra que una cábala de individuos poderosos ha comenzado efectivamente a planificar la expulsión masiva de los escépticos de las vacunas de las redes sociales ya en octubre de 2019, una o dos semanas antes de que COVID comenzara a circular. Fue en octubre cuando el fundador de Microsoft, Bill Gates, organizó un ejercicio de cuatro simulaciones teóricas de una pandemia mundial de coronavirus con otros peces gordos del “Estado profundo”. El ejercicio fue bautizado Event 201.
Entre los co-conspiradores de Gates se encontraban representantes del Banco Mundial, el Foro Económico Mundial (Great Reset), del Bloomberg/Johns Hopkins University Populations Center, los Centers for Disease Control and Prevention, de varios medios de comunicación y del gobierno chino, un ex director de la Agencia Central de Inteligencia/Agencia Nacional de Seguridad (los “antiguos” agentes de la CIA no existen), el fabricante de vacunas Johnson & Johnson, sectores financieros y de bioseguridad, así como Edelman, la mayor empresa de relaciones públicas del mundo.
Bajo la dirección de Gates, estas eminencias actuaron como miembros de una junta de control de la pandemia, desarrollando estrategias gubernamentales para controlar la pandemia, la narrativa y la población. No hace falta decir que casi no se mencionó la puesta en marcha de sistemas inmunitarios, remedios preparados para ser empleados, o medicamentos y vitaminas terapéuticas no patentadas, pero hubo mucha para la adopción de nuevos medicamentos antivirales y vacunas patentables.
Pero los participantes se centraron en la planificación de estrategias de estado policial enfocadas sobre la industria y orientadas hacia el miedo para gestionar un contagio mundial imaginario por coronavirus que culminaría en una censura masiva de las redes sociales.
Curiosamente, Gates afirma ahora que la simulación nunca tuvo lugar. El 12 de abril de 2020, Gates declaraba a la BBC: “Ahora aquí estamos. No hemos simulado esto, no hemos hecho ejercicios prácticos, así que tanto para la política sanitaria como para la política económica, estamos en un territorio inexplorado”.
Desgraciadamente para esa mentira, los vídeos del evento siguen estando disponibles en Internet. Muestran que Gates y su equipo sí simularon políticas sanitarias y económicas. Es difícil creer que Gates haya podido olvidar eso.
La epidemia de COVID simulada por Gates en el Evento 201 causó 65 millones de muertes al cabo de 18 meses y un colapso económico mundial que duró hasta una década. Así pues, en comparación con la simulación de Gates, la crisis real de COVID-19 ha fracasado un poco, ya que sólo ha provocado 2,5 millones de muertes “atribuidas al COVID” en los últimos 13 meses.
Las muertes “atribuidas al COVID”  en la vida real son muy cuestionables, y deben considerarse en el contexto de una población mundial de 7.800 millones, con unos 59 millones de muertes previstas cada año. Las predicciones de un colapso económico de una década probablemente resulten más acertadas, pero solamente debidas al confinamiento draconiano promovido por Gates.
El escenario del evento 201 de Gates preveía importantes disturbios antivacunas desencadenados por publicaciones en Internet. La suposición universal y obstinada de sus participantes era que dicha crisis sería una oportunidad para promover nuevas vacunas y reforzar los controles del Estado, convertido en un Estado de vigilancia y censura.
El cuarto segmento del escenario -sobre la manipulación y el control de la opinión pública- es el más revelador. Es una predicción inquietante de la crisis actual de la democracia:
Los participantes debatieron sobre los mecanismos que permiten controlar la “desinformación” y las “informaciones incompletas y erróneas” mediante la “inundación” de los medios de comunicación de propaganda (“buena información”), imponiendo sanciones por la difusión de mentiras y desacreditando al movimiento antivacunas.
Jane Halton, del banco australiano ANZ, una de las autoras de la política represiva australiana “no jab, no pay“, (sin vacuna, non hay salario) aseguró a los participantes que la Fundación Gates creó algoritmos “para cribar las informaciones de estas plataformas de redes sociales” con el fin de proteger al público de pensamientos e informaciones peligrosas.
George Gao, el director previsor del Centro Chino para el Control de Enfermedades, se preocupa de saber cómo suprimir los “rumores” según los cuales el virus habría sido fabricado en un laboratorio: “La gente cree que es un virus fabricado por el hombre… [y que una] empresa farmacéutica fabricó el virus“.
Chen Huang, investigador de Apple, investigador de Google y principal experto mundial en tecnología de seguimiento y rastreo y reconocimiento facial, desempeña el papel de presentador de noticias que presenta las contramedidas del gobierno. Culpa de los disturbios a los activistas antivacunas y predice que Twitter y Facebook cooperarán para “identificar y eliminar un número preocupante de cuentas destinadas a difundir informaciones erróneas sobre la epidemia” y aplicar “cierres de Internet… para aliviar el pánico”.
A la Dra. Tara Kirk Sell, investigadora principal Johns Hopkins Center for Health Security de la Bloomberg School of Health, le preocupa que se acuse a las empresas farmacéuticas de introducir el virus para poder ganar dinero con los medicamentos y las vacunas: “[Hemos] visto caer en picado la confianza del público en sus productos”. Señala con preocupación que “el malestar, debido a los falsos rumores y los mensajes divisivos, aumenta y agrava la propagación de la enfermedad, ya que los niveles de confianza disminuyen y la gente deja de cooperar con los esfuerzos de respuesta”. Se trata de un problema masivo, que amenaza a los gobiernos y a las instituciones de confianza”.
Sell recuerda a sus colegas de ejercicio: “Sabemos que las redes sociales son ahora la principal vía de información de muchas personas, de manera que las interrupciones en estas plataformas podrían frenar la difusión de la desinformación.”
Según la Sra. Sell, los gobiernos y los aliados de la industria disponen de muchos medios para lograr este objetivo: “Algunos gobiernos han tomado el control del acceso nacional a Internet. Otros censuran los sitios web y los contenidos de las redes sociales, y unos pocos de ellos han cerrado totalmente el acceso a Internet para evitar la difusión de desinformación. Se han establecido sanciones por difundir informaciones perjudiciales, incluidas las detenciones”.
Matthew Harrington, director general de Edelman Public Relations, está de acuerdo en que las redes sociales deben entrar en filas para promover la política gubernamental: “También creo que estamos en un punto donde las plataformas de las redes sociales deben dar un paso adelante y reconocer que el momento de decir que son una plataforma tecnológica y no una emisora ha terminado. Deben participar realmente en la difusión de informaciones exactas y asociarse con las comunidades científicas y sanitarias para contrarrestar e incluso invadir la zona con informaciones exactas. Porque tratar de  volver a poner al genio en la botella de la desinformación y la información errónea no es posible”.
Stephen Redd, el “almirante” del servicio de salud pública, tiene la siniestra idea de que el gobierno debería explotar los datos de las redes sociales para identificar a las personas que tienen creencias negativas: “Creo que con las plataformas de las redes sociales hay una oportunidad para entender quién es sensible… a la desinformación, así que creo que hay una oportunidad para recolectar datos a partir de ese mecanismo de comunicación”.
Adrian Thomas, de Johnson & Johnson, anuncia “importantes noticias para compartir de algunas de “nuestras empresas [farmacéuticas] miembros”: estamos realizando ensayos clínicos sobre nuevos antirretrovirales y, de hecho, sobre las vacunas ¡vacunas!” Recomienda una estrategia para resolver los problemas de estas empresas cuando “se han extendido los rumores” según los cuales sus productos probados de manera deficiente “causan muertes y los pacientes ya no los quieren”. Sugiere que “quizá estemos cometiendo el error de informar y contar todas las muertes e infecciones”.
La ex subdirectora de la CIA, Avril Haines, dio a conocer una estrategia para “inundar la zona” con propaganda proveniente de “fuentes fiables“, particularmente de “líderes comunitarios influyentes, así como los trabajadores de la salud.” Advierte que “las falsas informaciones están empezando a obstaculizar nuestra capacidad para hacer frente a la pandemia, por lo que tenemos que ser capaces de responder rápidamente”.
Matthew Harrington (director general de Edelman) observa que Internet, que en su día prometió la descentralización y la democratización de la información, debe ahora centralizarse: “Creo que, retomando un poco lo que acaba de decir Avril, del mismo modo que en conversaciones anteriores hemos hablado de la centralización en torno a la gestión de la información o a las necesidades de salud pública, es necesario que haya una respuesta centralizada en torno al enfoque de la comunicación que será después transmitida en cascada a los portavoces informados representados en las comunidades de ONG, los profesionales de la salud, etc. “
Tom Inglesby (experto en bioseguridad de la Johns Hopkins, asesor antele   National Institutes of Health, del Pentágono y de la Homeland Securityl) está de acuerdo en que es necesario un control centralizado: “¿Quieres decir centralizado a nivel internacional?”
Matthew Harrington (Edelman) responde que el acceso a las informaciones debería estar “centralizado a nivel internacional, porque creo que tiene que haber un banco  central de datos factuales y mensajes clave”.
Hasti Taghi (asesor de medios de comunicación) resume: “El movimiento antivacunas fue muy fuerte y esto es algo que se ha difundido específicamente a través de las redes sociales. Mientras investigamos para desarrollar las vacunas adecuadas para evitar que esto continúe, ¿cómo podemos difundir las informaciones correctas? ¿Cómo comunicar las buenas informaciones para que el público tenga confianza en estas vacunas que creamos?”
Kevin McAleese, responsable de comunicaciones  para los proyectos agrícolas financiados por Gates, observa: “Para mí está claro que los países tienen que trabajar duro para hacer frente tanto a la desinformación como a a las informaciones erróneas. Sabemos que las empresas de redes sociales trabajan día y noche para combatir estas campañas de desinformación. La tarea de identificar a todos los malos actores es enorme. Es un problema enorme que nos impedirá detener la pandemia y podría incluso provocar la caída de gobiernos, como vimos en la Primavera Árabe. Si la solución es controlar y reducir el acceso a la información, creo que es la opción correcta”.
Tom Inglesby, director del Johns Hopkins Center for Health Security de Bloomberg, comparte esta opinión y se pregunta: si “en  este caso, ¿crees que los gobiernos han llegado al punto de tener que exigir a las empresas de redes sociales que operen de una determinada manera?”
Lavan Thiru, ministro de Finanzas de Singapur, sugiere que el gobierno podría dar ejemplo entre los disidentes tomando “medidas gubernamentales o coercitivas contra las noticias falsas”. “Para algunos de nosotros, esta nueva reglamentación se ha puesto en marcha sobre la forma de cómo tratamos las noticias falsas. Este puede ser el momento para nosotros de presentar algunos casos en los que somos capaces de resaltar a algunos malos actores y dejar que los tribunales decidan si efectivamente han difundido noticias falsas.”
La transcripción muestra cómo Gates y su aparato gubernamental, farmacéutico y de inteligencia telegrafiaron sus planes para censurar y controlar los medios de comunicación durante la pandemia. En otra inquietante coincidencia, el COVID-19 comenzó a circular entre la población mundial pocos días después de la reunión de Gates.
El Centro de Seguridad Sanitaria de la Universidad Johns Hopkins diseña el escenario SPARS Pandemic
La descripción del ejercicio SPARS Pandemia del Centro de Seguridad Sanitaria de la Universidad Johns Hopkins comprende un escenario futurista que ilustra los dilemas de comunicación relativos a las contramedidas médicas (MCM) que podrían surgir en un futuro no muy lejano. Su objetivo es incitar a los usuarios, tanto individualmente como en discusión con otros, a imaginar las circunstancias dinámicas y a menudo conflictivas en las que tiene lugar la comunicación en torno al desarrollo, la distribución y la asimilación de las MCM de emergencia. Al enfrentarse a una rigurosa simulación de emergencia sanitaria, los lectores del escenario tienen la oportunidad de “ensayar” mentalmente las respuestas mientras sopesan las implicaciones de sus acciones. Al mismo tiempo, los lectores tienen la oportunidad de considerar qué medidas potenciales aplicadas en el entorno actual podrían evitar dilemas de comunicación comparables o clases de dilemas en el futuro.
El escenario de ejercicios autoguiados para comunicadores de salud pública e investigadores de comunicación de riesgos abarca una serie de temas y dilemas asociados en materia de comunicación de riesgos, control de rumores, coordinación y coherencia de mensajes entre organismos, gestión de problemas, relaciones proactivas y reactivas con los medios de comunicación, competencia cultural y cuestiones éticas. Para garantizar que el escenario tenga en cuenta la rápida innovación tecnológica y supere las expectativas de los participantes, el equipo del proyecto del Centro recopiló información de expertos en la materia, relatos históricos de anteriores crisis de contramedidas médicas, informes de los medios de comunicación contemporáneos y literatura académica sobre sociología, preparación para emergencias, educación sanitaria y comunicación de riesgos y crisis.
El escenario es hipotético; el patógeno infeccioso, las contramedidas médicas, los personajes, los extractos de los medios de comunicación, las publicaciones en las redes sociales y las respuestas de los organismos gubernamentales son totalmente ficticios.
Dirección del equipo del proyecto: Monica Schoch-Spana, PhD.
Equipo del proyecto: Matthew Shearer, MPH; Emily Brunson, PhD, profesora asociada de antropología en la Universidad Estatal de Texas; Sanjana Ravi, MPH; Tara Kirk Sell, PhD, MA; Gigi Kwik Gronvall, PhD; Hannah Chandler, antigua asistente de investigación en el Centro.
Fecha de finalización: Octubre de 2017.
Recursos:
Libro de escenarios de pandemia del SPARS. [Copia de respaldo]
Anuncio del Centro sobre el SPARS.
Listado del libro de escenarios de pandemia del SPARS en la biblioteca de recursos del Centro de Investigación de Gestión de Información de Desastres del HHS.
Fuentes:
Dr. Angel Ruiz-Valdepeñas
Jeanne Smits
Johns Hopkins University: SPARS Pandemic Scenario; October 2017.
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 RadioResistenCIA COVID, Antes del MONTAJE del CoVID, @BillGates planifico cómo censurar a defensores de las vacunas en Redes Sociales durante una simulación de una pandemia mundial llamado Event201,
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BILLGATES PUT000 PERR0, LAGARTO
Antes del COVID Bill Gates planeó la censura en redes sociales sobre vacunas junto con peces gordos de la industria farmacéutica, los CDC, medios de comunicación, China y la CIA
15 de marzo de 2021
En octubre de 2019, poco antes del brote de COVID, Gates y otras personas poderosas comenzaron a planificar cómo censurar a los defensores de la seguridad de las vacunas en las redes sociales durante una simulación de sobremesa de una pandemia mundial, conocida como el Evento 201.
Por Robert F. Kennedy, Jr.
Una camarilla de individuos poderosos comenzó a planificar el desalojo masivo de los escépticos de las vacunas de las redes sociales en octubre de 2019, una o dos semanas antes de que el COVID comenzara a circular. Ese mes, el fundador de Microsoft, Bill Gates, organizó un ejercicio de cuatro simulaciones «de mesa» de una pandemia mundial de coronavirus con otros personajes de alto rango. El ejercicio se denominó Evento 201.
Los co-conspiradores de Gates incluyeron representantes del Banco Mundial, el Foro Económico Mundial, el Centro de Población de la Universidad Bloomberg/Johns Hopkins, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, varias potencias de los medios de comunicación, el gobierno chino, una antigua Agencia Central de Inteligencia/Director de la Agencia de Seguridad Nacional (no existe tal cosa como un ex oficial de la CIA), fabricante de vacunas Johnson & Johnson, las industrias de finanzas, bioseguridad y Edelman, la firma de relaciones públicas corporativas líder en el mundo.
Bajo la dirección de Gates, estas eminencias interpretaron el papel de miembros de un Consejo de Control de la Pandemia, desarrollando estrategias gubernamentales para controlar la pandemia, la narrativa y la población. No hace falta decir que se habló poco sobre la construcción de sistemas inmunológicos, remedios listos para usar o medicamentos y vitaminas terapéuticos sin patente, pero se habló mucho sobre la promoción de la adopción de nuevos medicamentos y vacunas antivirales patentables .
Los participantes se centraron principalmente en la planificación de estrategias estatales policiales centradas en la industria y que fomentan el miedo para gestionar un contagio global imaginario de coronavirus que culmina en una censura masiva de las redes sociales.
Curiosamente, Gates ahora afirma que la simulación no ocurrió. El 12 de abril de 2020, Gates le dijo a la BBC: “Ahora aquí estamos. No simulamos esto, no practicamos, por lo que tanto las políticas de salud como las políticas económicas, nos encontramos en un territorio inexplorado”.
Desafortunadamente para Gates, los videos del evento todavía están disponibles en Internet. En ellos se muestra que Gates y su equipo sí simularon políticas económicas y de salud. Es difícil tragar lo que Gates ha olvidado.
La epidemia de COVID simulada del Evento 201 de Gates causó 65 millones de muertes en el punto final de 18 meses y un colapso económico global que duró hasta una década. En comparación con la simulación de Gates, por lo tanto, la actual crisis del COVID-19 es un poco fallida, ya que ha impuesto solo 2,5 millones de muertes dudosamente «atribuidas al COVID» en los últimos 13 meses.
Las muertes “atribuidas a COVID” en la situación de la vida real son muy cuestionables y deben considerarse en el contexto de una población mundial de 7.800 millones, con cerca de 59 millones de muertes esperadas anualmente. Las predicciones de un colapso económico de una década probablemente resulten más precisas, pero solo debido al bloqueo draconiano promovido por Gates.
El guión del Evento 201 de Gates imagina grandes disturbios contra las vacunas provocados por publicaciones en Internet. La presunción universal y resuelta entre sus participantes fue que tal crisis resultaría una oportunidad conveniente para promover nuevas vacunas y reforzar los controles mediante un estado de vigilancia y censura.
A continuación verán un resumen del segmento cuatro del guion, sobre manipulación y control de la opinión pública, que es muy revelador. Sorprendentemente, predijo la crisis actual de la democracia:
Los participantes discutieron los mecanismos para controlar la “desinformación”, al “inundar” los medios de comunicación con propaganda (“buena información”), imponer sanciones por difundir falsedades y desacreditar el movimiento antivacunas.
Jane Halton, del ANZ Bank de Australia, una de las autoras de la opresiva política de Australia «no jab, no pay», aseguró a los participantes que la Fundación Gates está creando algoritmos «para filtrar información en estas plataformas de redes sociales» para proteger al público de peligros pensamientos e información.
A George Gao, el director profético del Centro Chino para el Control de Enfermedades, le preocupa cómo suprimir los «rumores» de que el virus se genera en el laboratorio: «La gente cree, ‘Esto es artificial’ … [y que] alguna compañía farmacéutica creó el virus»
Chen Huang, un científico investigador de Apple, académico de Google y el principal experto mundial en rastreo y tecnología de reconocimiento facial, interpreta al presentador de noticias que informa sobre las contramedidas del gobierno. Él culpa de los disturbios a los activistas contra las vacunas y predice que Twitter y Facebook cooperarán para «identificar [e] y eliminar [e] un número preocupante de cuentas dedicadas a difundir información errónea sobre el brote» y para implementar «cierres de Internet … para sofocar el pánico»
A la Dra. Tara Kirk Sell, investigadora principal del Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud de la Escuela de Salud Bloomberg, le preocupa que las empresas farmacéuticas estén siendo acusadas de introducir el virus para poder ganar dinero con medicamentos y vacunas: “[Hemos] visto que la fe pública en sus productos caen en picado «. Ella observa con alarma que “los disturbios, debido a rumores falsos y mensajes divisivos, están aumentando y están exacerbando la propagación de la enfermedad a medida que los niveles de confianza disminuyen y la gente deja de cooperar con los esfuerzos de respuesta. Este es un problema enorme, que amenaza a los gobiernos y las instituciones confiables».
Sell ​​les recuerda a sus compañeros colaboradores que «sabemos que las redes sociales son ahora la principal forma en que muchas personas reciben sus noticias, por lo que las interrupciones en estas plataformas podrían frenar la difusión de información errónea». Hay muchas formas, aconseja Sell, para que los aliados gubernamentales y de la industria logren este objetivo: “Algunos gobiernos han tomado el control del acceso nacional a Internet. Otros están censurando sitios web y contenido de redes sociales y un pequeño número ha cerrado el acceso a Internet por completo para evitar la propagación de información errónea. Se han impuesto sanciones por difundir falsedades dañinas, incluidas las detenciones «.
Matthew Harrington, director ejecutivo de Edelman Public Relations, está de acuerdo en que las redes sociales deben estar alineadas para promover la política del gobierno: “También creo que estamos en un momento en el que las plataformas de redes sociales deben dar un paso adelante y reconocer el momento para afirmar que son una plataforma tecnológica y no una emisora. De hecho, tienen que participar en la transmisión de información precisa y asociarse con las comunidades científicas y de salud para contrapesar, si no inundar la zona, de información precisa. Porque tratar de volver a meter al genio en la botella de desinformación no es posible ”.
Stephen Redd, el almirante del Servicio de Salud Pública, tiene la siniestra noción de que el gobierno debería extraer datos de las redes sociales para identificar a las personas con creencias negativas: “Creo que con las plataformas de las redes sociales, existe la oportunidad de comprender quiénes son susceptibles … a desinformación, por lo que creo que existe la oportunidad de recopilar datos de ese mecanismo de comunicación «.
Adrian Thomas de Johnson & Johnson recomienda una estrategia para abordar los problemas de estas empresas cuando «en realidad se estaban extendiendo rumores» de que sus productos mal probados «están causando muertes y, por lo tanto, los pacientes ya no los toman». Sugiere: «Tal vez estemos cometiendo el error de informar y contar todas las muertes e infecciones».
La ex subdirectora de la CIA, Avril Haines dio a conocer una estrategia para «inundar la zona» con propaganda de «fuentes confiables», incluidos «líderes comunitarios influyentes, así como trabajadores de la salud». Advierte sobre «la información falsa que está empezando a obstaculizar nuestra capacidad para abordar la pandemia, entonces debemos ser capaces de responder rápidamente».
Matthew Harrington (director ejecutivo de Edelman) observa que Internet, que una vez prometió la descentralización y democratización de la información, ahora debe centralizarse: “Creo que basarnos un poco en lo que dijo Avril, creo que en conversaciones anteriores en las que ‘ Hemos hablado de la centralización en torno a la gestión de la información o las necesidades de salud pública, es necesario que haya una respuesta centralizada en torno al enfoque de las comunicaciones que luego se transmita en cascada a los defensores informados, representados en las comunidades de ONG, los profesionales médicos, etc. «
Tom Inglesby (asesor experto en bioseguridad de John Hopkins para los Institutos Nacionales de Salud, el Pentágono y Seguridad Nacional) está de acuerdo en que se necesita un control centralizado: «¿Te refieres a internacional centralizado?»
Matthew Harrington (Edelman) responde que el acceso a la información debería ser: «Centralizado a nivel internacional, porque creo que debe haber un depósito central de datos y mensajes clave».
Hasti Taghi (Asesor de medios) resume: “El movimiento contra las vacunas fue muy fuerte y esto es algo específicamente a través de las redes sociales que se ha extendido. Entonces, a medida que hacemos la investigación para encontrar las vacunas adecuadas para ayudar a prevenir la continuación de esto, ¿cómo podemos obtener la información correcta? ¿Cómo comunicamos la información correcta para garantizar que el público confíe en estas vacunas que estamos creando? «
Kevin McAleese, oficial de comunicaciones de proyectos agrícolas financiados por Gates, observa que: “Para mí, está claro que los países deben hacer grandes esfuerzos para gestionar tanto la desinformación como la desinformación. Sabemos que las empresas de redes sociales están trabajando las veinticuatro horas del día para combatir estas campañas de desinformación. La tarea de identificar a todos los malos actores es inmensa. Este es un gran problema que nos impedirá poner fin a la pandemia e incluso podría conducir a la caída de gobiernos, como vimos en la Primavera Árabe. Si la solución significa controlar y reducir el acceso a la información, creo que es la elección correcta».
Tom Inglesby, director del Johns Hopkins Center for Health Security de Bloomberg, está de acuerdo y pregunta si «En este caso, ¿cree que los gobiernos están en el punto en el que necesitan exigir que las empresas de redes sociales operen de cierta manera?»
Lavan Thiru, ministro de Finanzas de Singapur, sugiere que el gobierno podría dar ejemplos de disidentes con “acciones gubernamentales o de ejecución contra noticias falsas. Algunos de nosotros, estas nuevas regulaciones se han implementado sobre cómo manejamos las noticias falsas. Tal vez este sea un momento para que mostremos algunos casos en los que podamos presentar a algunos malos actores y dejar que los tribunales decidan si realmente han difundido algunas noticias falsas».
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https://www.youtube.com/watch?v=LBuP40H4Tko&t=16s
Esto es un gran ejemplo de cómo Gates y su aparato gubernamental, farmacéutico y de inteligencia telegrafiaron sus planes para censurar y controlar a los medios durante la pandemia antes de que sucediera. En otra extraña coincidencia, el COVID-19 comenzó a circular entre las poblaciones globales a los pocos días de esta reunión.
🔎 | Transcripción Sección 4 Evento 201 | Sección 4 Evento 201 — Youtube | TheDefender
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¡Muchas omisiones para mi gusto!
Nombre: ¡Muchos extranjeros para mi gusto! Mexicanos, chilenos e irlandeses en la construcción de California, 1848-1880
Autor: Fernando Purcell
País: Chile
Editorial: Fondo de Cultura Económica
Género: Historia
Año: 2016
Hoy en día, el tema de la migración se ha puesto tan de moda, con periodistas, académicos, sociólogos, etc., que tal vez incluso ha sobrepasado a la desigualdad económica como el Zeitgeist que más domina la imaginación del intelectual contemporáneo. Hace diez años, se hablaba mucho de los universitarios, los pingüinos y los endeudados; hoy se habla de los migrantes, los refugiados y los indocumentados. Sin importar que el eje siempre va cambiando (recordando que antes de la desigualdad estaba la democratización), la manera en que se manifiesta es siempre igual: la izquierda lanza marchas bulliciosas, la televisión lanza “investigaciones” melancólicas, y los académicos lanzan libros que intentan ser rebuscados y populares a la vez. Y es en cada rama de cada una de estas olas cíclicas donde se forjan nuevas generaciones de voceros y líderes. En política, la época de la transición produjo a Eduardo Frei Ruiz-Tagle; en el mundo mediático: Patricio Bañados; en el mundo “pop académico”: Tomás Moulian, con su Chile Actual: anatomía de un mito. Una generación más tarde, la desigualdad produjo a Gabriel Boric, Camila Vallejo y Eugenio Tironi, con Radiografía de una Derrota y Por qué no me quieren. 
No obstante, aunque en los últimos años ya han llegado millones de peruanos, ecuatorianos, colombianos, venezolanos y haitianos, en la sociedad chilena todavía falta denominar a alguien como el gran pastor, expositor e intérprete de ellos. Y ese vacío representa una gran oportunidad para mucha gente emprendedora, titulada y carismática. Es de esa tierra fértil que viene el libro que analizaremos aquí: ¡Muchos extranjeros para mi gusto! Mexicanos, chilenos e irlandeses en la construcción de California, 1848-1880 por Fernando Purcell. Un intento de aprovechar la moda política en que vivimos, llena de alabanzas por todo lo extranjero, y condenaciones casi religiosas de todo lo doméstico y nacional—lo que el difunto filósofo francés Guillaume Faye llamaba “xenofilia”.
De lo bélico a lo brillante
El libro parte en 1848 por dos razones claves. Primero, fue el dos de febrero de ese año que la Guerra México-Americana acabó, con el Tratado de Guadalupe Hidalgo dando formalmente dominio a los EE. UU. en lo que ahora es conocido como “California”. Segundo, fue el año en que ahí se descubrió oro, iniciando la fiebre del oro más famosa en la historia mundial. Tal noticia dio la vuelta al globo, y en los años siguientes, alrededor de 300.000 personas de cada rincón de la Tierra llegaron a California, cada una afanando ser millonaria—entre ellos, mexicanos, chilenos e irlandeses. Por mucho tiempo California era nada más que un desierto poco poblado, pero con este descubrimiento se transformó rápidamente en una colmena creciente y cosmopolita. Purcell cita al historiador chileno Benjamín Vicuña Mackenna, quien visitó la metrópolis californiana de San Francisco en ese periodo, describiéndola como: 
… una aglomeración de ciudades, una Babilonia de todos los pueblos; en las calles se oían todas las lenguas modernas, de la China a San Petersburgo, de Noruega a las islas de Sandwich. Se veían los trajes de todas las naciones i habían sastres para cada gusto; los chinos con su pantalón de paño negro ceñido, su blusa azul, i su trenza hasta la rodilla; el mejicano con su sarape o frazada, el chileno con su poncho, el parisiense con su blusa, el irlandés con su frac roto i su sombrero de felpa abollado; el yankee, supremo en todo, con su camisola de franela colorada, bota fuerte i el pantalón atado a la cintura. (56) 
Sin embargo, el enfoque de esta crónica abandona analizar la meta de sus protagonistas: encontrar oro y enriquecerse, y el eje pasa a ser los choques raciales y culturales adentro de este poligloto nuevo, la gran mayoría de ellos violentos. Gran parte de la primera mitad de este libro se dedica a resumir diferentes peleas, disturbios, tiroteos y matanzas entre, primariamente, chilenos y angloamericanos o mexicanos y angloamericanos, pero de vez en cuando también entre angloamericanos y otros grupos de extranjeros, e incluso entre diferentes grupos de inmigrantes. Todo esto se hace de una manera muy detallada, y citando fuentes tan particulares como diarios locales de la época, lo cual habla bien de Purcell y sus talentos como historiador.
Es en la segunda mitad, cuando el libro se torna más teórico, que pierde bastante de su gracia—y su validez.  
El problema más grande, y presente durante toda la obra, es que el autor, aunque sea chileno, tiene una vista muy “de afuera” cuando se trata de hispanos, pretendiendo que hay pocas diferencias entre ellos. Para Purcell—e irónicamente, para los angloamericanos “racistas” que él desprecia—mexicanos, chilenos y otros pueblos hispanohablantes, son todos latinos, hispanos, de raza española, etc. Esta identidad amplia y morena está contrapuesta a los angloamericanos blancos, los irlandeses en proceso de “blanqueamiento” y asiáticos (hablaremos de estos dos últimos grupos luego). Por lo tanto, Purcell dedica mucho de su libro a hablar de la solidaridad entre hispanohablantes y sus problemas colectivos con los blancos nativos. Y aunque sí habla de conflictos entre irlandeses y angloamericanos, franceses y angloamericanos, asiáticos y varios otros grupos, se habla de violencia entre mexicanos y chilenos brevemente—y nunca habla de ningún otro enfrentamiento entre otros tipos de hispanos.  
De lo que sí habla es sobre intentos geopolíticos en el siglo XIX de unir toda Latinoamérica—una digresión sorprendente, considerando que tales intentos nunca sacaron nada en limpio, y que no tuvieron nada que ver con California, donde este libro está ambientado. Es más, nunca llegaron a ningún lado porque aparte de su lengua materna, las naciones de Latinoamérica no tienen mucho en común. Aunque es fácil encontrar europeos que piensan que Uruguay y El Salvador son intercambiables, o estadounidenses que imaginan que cada persona al sur del río Bravo come tacos y escucha reguetón, cada persona entre Punta Arenas y Chihuahua sabe que aquello no es cierto en lo más mínimo. Pero, a pesar de todo esto, Purcell narra su historia como si hubiese una gran etnia homogénea y sin matices, y por ello, el libro a veces tiene un tono más foráneo que chileno. 
Los peruanos
Este interés que Purcell tiene en presentar una historia de panhispanismo pacífico también logra explicar lo que tal vez es la ausencia más grande del libro: los peruanos. Cuando compré el libro, me sorprendió que no eran nombrados en el título, pero imaginé que el libro tendría una sección, o por lo menos un capítulo, dedicado a ellos. Pensé eso porque incluso historiadores estadounidenses—es decir, angloamericanos blancos que suelen tener dificultades en diferenciar entre nacionalidades hispanas—siempre mencionan que, de los migrantes latinoamericanos durante la fiebre del oro, la gran mayoría eran mexicanos—específicamente sonorenses [un detalle que Purcell sí nota (25-32)], pero que había otros dos grupos notables: chilenos y peruanos. La razón de esto es fácil de entender: la noticia del descubrimiento del oro en California viajó por barco, y en esos tiempos, antes del canal de Panamá, cuando todo pasaba por el estrecho de Magallanes, había dos puertos en el sur del océano Pacífico con importancia internacional: Lima y Valparaíso. Es decir, las noticias del oro llegaron a Chile y Perú antes que al resto del mundo. Incluso resúmenes muy básicos en inglés mencionan esto [Por ejemplo: history.com, PBS (el canal de televisión público en los EE. UU.) y el sitio de web de la universidad de California menciona peruanos específicamente.] ¡Además, existen libros—en inglés—sobre este tema que son citados en el libro de Purcell!
No obstante, para Purcell, hablar de peruanos presenta un gran problema, por causa de su historia bélica con Chile. Sólo nueve años antes de que su libro empezara, Chile y Perú estaban peleando la Guerra de la Confederación; por otro lado, la Guerra del Pacífico partió antes que su libro terminara. La primera guerra nunca es mencionada, y la segunda sólo brevemente para hacer notar que los chilenos en California mandaron dinero a su patria para apoyarla, y que “grupos de mexicanos, siguiendo la tradición de tres décadas, se unieron a los chilenos y participaron en celebraciones callejeras en San Francisco después de las victorias cruciales chilenas de 1881” (197-198). Increíblemente, la actuación de los peruanos en California durante la guerra no es mencionada, ni tampoco cómo se relacionaron los peruanos con los chilenos (o con los mexicanos) a lo largo de este periodo. Encuentro difícil imaginar que las relaciones eran buenas, y, por lo tanto, si uno quisiera presentar una historia de panhispanismo enfrentando racismo angloamericano, tendría mucho sentido omitirlas. 
Los irlandeses
Sin duda, ningún libro puede hablar de cada detalle de un evento o periodo, pero esta omisión peruana requiere explicación, especialmente considerando la cantidad de espacio que se dedica a los irlandeses. De hecho, cuando son presentados al lector, la razón de su inclusión en esta narrativa no es obvia. A diferencia de los mexicanos y chilenos, los irlandeses ya sabían inglés; y la mayoría de los que llegaron a California, no llegaron ahí directamente desde su patria: se habían ido de ahí años atrás, y ya estaban viviendo en el extranjero, como en otras partes de Norteamérica—el caso de más del cuarenta por ciento de ellos (90)—y Australia. Finalmente, los irlandeses no sólo estaban buscando oro y gloria, muchos estaban (o ya habían) escapando del hambre o la persecución política/religiosa de los británicos.
Con raíces y situaciones tan diferentes a las de los mexicanos y los chilenos, ¿para qué incluirlos en este libro (tomando en cuenta que no es un libro sobre la migración de esa época en general)? La respuesta la encontramos en el último tercio del libro: los irlandeses son una herramienta útil para criticar la lógica de “racismo”. El argumento—muy común en los EE. UU.—es el siguiente: “Cuando los irlandeses llegaron a Norteamérica en medio del siglo XIX, había prejuicio y discriminación en contra de ellos. Hoy, son considerados blancos y nos parece raro que anteriormente la gente pensaba mal de ellos. Por lo tanto, todo perjuicio actual es una estupidez, y con el tiempo, va a pasar.”
Purcell incluye a los irlandeses en su libro para avanzar este argumento, yuxtapuesto con los mexicanos y chilenos. En el capítulo final, se detalla el gran rol que los irlandeses jugaron en organizar y violentar en contra de la presencia asiática (y china, en particular) en los EE. UU. (y California, en particular). El autor lamenta que, al componer la vanguardia del movimiento anti-asiático, los irlandeses “ganaron” el estatus de blanco, lo cual es presentado como beneficioso aunque malvado. Mientras tanto, los mexicanos y chilenos siguieron quedando fuera de la órbita alba. 
Y eso es todo. La osamenta del libro es bastante básica: se descubrió oro en California, un montón de gente llegó para enriquecerse, entre ellos había mexicanos, chilenos e irlandeses, los tres grupos enfrentaron discriminación. Después de un tiempo esa discriminación disminuyó para los irlandeses, pero no para los otros dos grupos. La meta moral del libro es que la discriminación es mala y que en los EE. UU. hay discriminación en contra de gente hispana. No es sorprendente que el libro haya sido publicado en 2016, y que el autor haya hablado mal del presidente Donald Trump y denunciado al pueblo estadounidense como racista desde las páginas de La Tercera.  
Encima de esta lección banal hay muchas notas de pie y anécdotas, pero más que nada, hay omisiones.
Chinos
La historia del conflicto entre blancos y asiáticos en la costa pacífica de los Estados Unidos es interesante, sin duda. Especialmente considerando que hoy, los asiáticos en los EE. UU. son más educados, más ricos, y menos delincuentes que los blancos, lo cual no es el caso con la población hispana. El enfoque que Purcell da a los principios de este conflicto es válido, y también es interesante que los irlandeses configuraran una fuerza poderosa en ello. Pero el libro nunca habla de cómo se llevaron los mexicanos y los chilenos con los asiáticos. De los tres grupos que protagonizan este tomo, solo uno tiene detallado su relación con este otro grupo racial. Esta ausencia es aún más absurda cuando se considera que en la década de 1870, una ola de migración china llegó a la costa pacífica de México, y que ese país también tuvo dificultades integrándolos. Mientras tanto, Chile terminó con su primera gran población china gracias a la Guerra del Pacífico, cuando esclavos chinos en Perú terminaron siendo liberados por el ejército chileno. Pero nada de esto es mencionado en ¡Muchos extranjeros para mi gusto!, ni siquiera brevemente. 
Irlandeses chilenos
Durante la Guerra México-Americana, un grupo de soldados irlandeses en el ejército estadounidense decidieron que como los mexicanos eran católicos, y ellos eran católicos, deberían pelear juntos en contra de los protestantes (es decir, los yanquis). E hicieron precisamente eso, cambiaron de campamento en nombre de solidaridad religiosa. Son recordados como los “San Patricios”, y Purcell habla de ellos brevemente, lamentando que en general, ese tipo de sentimiento religioso-unificador no era común entre los irlandeses y los hispanos. Por qué esto pasó tan poco es interesante, sin duda, y que Purcell preste atención a esta pregunta es sumamente válido. Lo que no entiendo es el porqué de, si menciona los San Patricios, no menciona ninguna de las muchas raíces chileno-irlandesas. Chile es, y me imagino que en esos tiempos también era, el país más irlandés de América Latina, y bastantes de las figuras más importantes en la historia de Chile eran irlandeses: Benjamín Vicuña Mackenna, Patricio Lynch y Bernardo O’Higgins, entre otros. Me pregunto si en California en el siglo XIX, los chilenos alguna vez hicieron notar este dato a sus vecinos irlandeses. O si algunos de los irlandeses lo sabían, y cuando conocieron chilenos por primera vez, exclamaron, “¡Mira amigo, tu gran libertador O’Higgins era de mi isla!” Tal vez nada de esto pasó, y a nadie le importó, pero eso igual sería un detalle interesante. Sin embargo, sorprendentemente, nada de esto termina siendo mencionado.
El mestizaje y los mestizajes 
Ya hablé un poco de como Purcell no hace mucha distinción entre mexicanos y chilenos, agrupando a los dos juntos como hispanos/latinos, pero este tema merece un enfoque extra, porque, genéticamente, mexicanos y chilenos no tienen mucho en común. Si fuera a México para tomar una encuesta, y preguntara sólo, “¿Los mexicanos y los chilenos, físicamente, se parecen entre sí?” La gran mayoría de las respuestas serían “no”. Sería igual al revés, y sería igual si la encuesta fuera hecha en el siglo XIX. En los dos países, se puede encontrar ciudadanos con casi cada variación de mezcla imaginable, pero ni siquiera los mestizos de los dos países se parecen mucho. Hay tanta diferencia entre un araucano y un azteca como la hay entre un ruso y un italiano. Y las diferencias entre los diferentes indios del nuevo mundo, y los diferentes niveles de mestizaje en cada país, siempre han sido tomados en cuenta—y considerado consecuente—por historiadores y sociólogos tanto chilenos (como Nicolás Palacios) como extranjeros (como Lothrop Stoddard). Purcell enfatiza mucho que los angloamericanos no podrían notar la diferencia entre los dos pueblos, y no creo que esté mintiendo. Pero hablar de eso es sólo hablar de una perspectiva, y Purcell deja que esa perspectiva sea percibida como un dato factual, sin compararla a ninguna perspectiva latina, chilena o mexicana.  
Es cierto que no podemos confirmar la mezcla racial de los latinoamericanos que llegaron a California en esos años. Y también es cierto que, para bastantes estadounidenses, diferenciar entre los diferentes fenotipos en América Latina es difícil. Pero igual sería difícil argumentar que todos los mexicanos y todos los chilenos que llegaron eran indios o mestizos morenos. En términos matemáticos, la probabilidad de que llegaran por lo menos algunos blancos y harnizos está casi garantizada. Y si tomamos en serio lo que Purcell dice sobre el racismo y la violencia, quedan las preguntas:¿Cómo les fue a los hispanos blancos? ¿Eran finalmente aceptados por la mayoría angloamericana como los irlandeses? ¿Intentaron distanciarse de sus compatriotas morenos? ¿Terminó siendo que no solamente se trataba de ser blanco para ser integrado, sino de ser blanco y anglohablante? Al respecto de lo último, Purcell habla brevemente de los inmigrantes franceses que llegaron a California, y concluye que:
“… el nacionalismo y el chauvinismo, y no la discriminación racial, fueron los elementos principales que provocaron las luchas entre franceses y angloamericanos. La alianza establecida entre franceses y latinoamericanos fue esporádica, en particular porque las fuentes de discriminación contra estos grupos eran diferentes, lo que justifica que los franceses siguieran una estrategia distinta tras la fiebre del oro, distanciándose progresivamente de mexicanos y chilenos, con quienes en realidad tenían muy poco en común.” (138)
Nota también que, en los conflictos entre los franceses y los nativos blancos, los irlandeses en general se pusieron al lado de los angloamericanos. Como mucho de lo que Purcell nos cuenta, me imagino que esto es verdad—pero está lejos de ser el cuento completo. Hoy en día, tanto como los irlandeses, los franceses de los EE. UU. son considerados totalmente integrados y blancos (a diferencia de  los quebequenses de Canadá), pero cómo pasó eso, o cómo empezó a pasar eso, son cosas que Purcell deja colgadas.
Historiadores estadounidenses han implicado que los chilenos que llegaron no eran muy europeos, e incluso han notado específicamente la presencia de “rotos”. Uno de ellos los describe como, “… vagabundos sin tierra que trabajaban de vez en cuando y robaban a menudo, demostrando que eran salteadores de caminos feroces, y excelentes guerrilleros… peleadores desenfrenados y vengativos, a estos gánsteres harapientos les importo poco sus propias vidas y nada las vidas de otros.” También, Purcell escribe que,  
“… la mayoría de quienes viajaron a California pertenecía a los estratos populares o ‘bajo pueblo’, como se los denominaba entonces, tal como las listas de pasaportes, contratos de trabajo y los reportes de las autoridades diplomáticas chilenas en California dejaron en claro. El cónsul chileno en San Francisco señaló enfáticamente en 1851 que la gran mayoría de sus compatriotas en California pertenecía a ‘la clase inferior de la población de Chile’.” (36)
Pero, a la misma vez hay que tomar en cuenta que los chilenos que llegaron a California eran los chilenos de antes de la Pacificación de la Araucanía y la Guerra del Pacífico—dos fuentes muy grandes del mestizaje chileno. Sin tomarlo en cuenta, Purcell nota la presencia de chilenos blancos en Norteamérica cuando menciona:
“… el argentino Ramón Gil Navarro apuntó en su diario que estaba plenamente consciente de la hostilidad contra los chilenos, por lo que entre los angloamericanos se hacía pasar por francés y procuraba hablar solo en ese idioma, mientras se encontraba en las minas.” (135)
Bueno, Pancho Villa no habría podido “pasar por francés”. Pero quizás un chileno si, especialmente uno con un apellido francés, como por ejemplo, “Bachelet” o “Pinochet”.
La variación racial de México también debe ser notada. El estado mexicano de Sonora, por estar en el extremo noroeste del país y por lo tanto, lejos de los dos núcleos de indios—el azteca del centro y el maya del sur—es uno de los estados más blancos del país. Un estudio genético reciente notó que el promedio sonorense era 62 % europeo, 36 % indio y 2 % negro. Esto es bastante diferente del resto del país, tanto que incluso en el estado de Chihuahua al lado de Sonora, el promedio es 50 % europeo, 38 % indio y 12 % negro. Promedios del típico mexicano muestran entre 40 % y 45 % europeo, 5 % o menos negro y entre 50 % y 60 % indio. Promedios del sur de México invariablemente muestran una súper-mayoría de sangre india. Es decir, en el contexto mexicano, los sonorenses son bastante blancos, y si el promedio del estado es 62 % blanco, es muy probable que haya gente que sea 85 % blanco, y, por lo tanto, sin duda algunos llegaron a California. ¿Ellos también intentaron “pasar por franceses”? ¿Lo lograron? ¿Cómo terminaron? No dice…  
Todas estas preguntas son interesantes—no las lanzo retóricamente, pero Purcell logra evitar que surjan.
Chilenismo
Finalmente, Purcell termina contándonos muy poco de los chilenos que quedaron en California. Se habla bastante de cuántos llegaron—tres o cuatro mil (33)—cuándo llegaron, dónde llegaron, y cómo les fue, pero no hay una conclusión muy clara. En general, les fue mal, y muchos terminaron regresando a Chile. Pero qué pasó con los que quedaron se pierde cuando el eje del libro se gira al “blanqueamiento” de los irlandeses y los problemas con los asiáticos. Dudo mucho que todos regresaron a Chile, pero después de 235 páginas de este libro lleno de notas de pie, no se podría decir si los que nunca regresaron terminaron absorbidos por el crisol cultural de su nuevo país, si se fueron a México, o si aún hay una comunidad pequeña de chilenos-californianos con museo y todo en algún lugar. Esta elipsis en vez de dar un fin claro, empeora por causa de que el libro termina en el año 1880, dejando totalmente sin análisis el impacto que tuvo el año 1891 (cuando los EE. UU. y Chile casi entraron en una guerra) en los chilenos en Norteamérica. ¿La discriminación que sufrieron se agudizó? ¿Empezaron a decir que eran argentinos para evitar problemas? ¿Tal vez ya se habían integrado lo suficiente y nada en sus vidas cambió? Concedo que ningún libro puede cubrir infinitamente tal temática, sin embargo, escribir un libro sobre chilenos en los EE. UU. y terminarlo en medio de la Guerra del Pacífico y una década antes que ocurrieran los hechos que casi dieron inicio a una guerra entre los dos países me parece una decisión editorial imposiblemente extraña. La crónica también omite la década de 1850-1860, en la cual ocurren dos revoluciones dentro de Chile, la de 1851 y la de 1859. En cada país, cuando un conflicto interno se acaba, los perdedores se fugan. Como se sabía que ya había chilenos en California, gente involucrada con estas causas separatistas ¿se fueron hacia allá cuando perdieron en Chile? Y si es así, luego ¿se involucraron con la erupción separatista que posteriormente subsumió los EE. UU.? No se sabe, porque una vez más, nada de esto se menciona en este libro anímico.
En resumen
Lo que une a todas estas omisiones es que representan preguntas cuyas respuestas tienen una posibilidad alta de interrumpir o contradecir la narrativa bastante explícita que el libro propone desde su primera hasta su última página: se descubrió oro en California, mucha gente llegó para enriquecerse, entre ellos había mexicanos, chilenos e irlandeses, los tres grupos enfrentaron discriminación Después de un tiempo, esa discriminación disminuyó para los irlandeses, pero no para los otros dos grupos. La discriminación es mala y existe en contra de hispanos en los EE. UU. Detalles que no se conjugan del todo con este cuento son desechados. Un efecto secundario de esto es que el libro no termina siendo muy chileno, pues para conformarse con su meta, se deshace de matices de la identidad chilena, la historia chilena, y las perspectivas que chilenos tienen (y han tenido) sobre el resto del mundo. Mira a los chilenos simplemente como una especie más de “otros” en un contexto estadounidense. Debido a ello, si no lo supieras, no adivinarías que el libro fue escrito por un chileno, sino por un norteamericano y luego traducido al castellano. Lo cual no es inherentemente malo, pero es lamentable ya que fue escrito por un chileno, y publicado por el Fondo de Cultura Económica (FCE). El propósito de tal institución, desde siempre, es subsidiar lo chileno, porque cultura, perspectivas, y productos extranjeros no son algo que falte—especialmente estadounidenses. Es una buena meta, y con el Internet, vale la pena ahora más que nunca. Es irónico, entonces, que, en el caso de este libro, el FCE terminó ayudando a lanzar una crónica analizando chilenos como extranjeros—extranjeros en los EE. UU.—y desde una perspectiva extranjera. La voz del narrador es una voz que imita académicos izquierdistas del mundo occidental, igual que el Costanera Center imita malls norteamericanos, y cantantes de reguetón imitan grupos puertorriqueños. Y tanto en investigaciones históricas como en arquitectura y en música, no nos falta influencia foránea que carece de sutileza y maestría. En el futuro, espero, que el FCE apoye proyectos típicamente chilenos, o por lo menos, más completos. 
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La Geopolítica de la Distopia: El Totalitarismo de Orwell desde el punto de vista de la Teoría del Mundo Multipolar
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Por Felipe Nogueira
Traducido por Alejandro Vásquez
 Resumen
El presente trabajo es una lectura de la historia de ciencia ficción 1984 de George Orwell desde el punto de vista de la Teoría del Mundo Multipolar (TMM) desarrollada por el filósofo político ruso Alexander Dugin con la multipolaridad de la distopia orwelliana, evidenciando sus similaridades y divergencias. Concluimos que la multipolaridad orwelliana no es una multipolaridad en el sentido de la TMM, que propone al mundo multipolar a la formación de bloques geopolíticos asentados sobre valores civilizacionales comunes a los grandes espacios geográficos. En vez de eso, los superestados orwellianos se basan en ideologías totalitarias que poseen origen en los valores modernos universalizantes del Occidente, criticados por Dugin como el origen de los totalitarismos e imperialismos occidentales. Tales valores, argumentamos, podrían llevar a una distopia futura similar ya representada en 1984.
 Introducción
El siglo XX vio la ascensión de diferentes ideologías que tomaron la forma de lo que se llama hoy el “totalitarismo”, formas extremamente autoritarias de gobierno, con restricciones a las libertades y discursos de superioridad y odio a otros pueblos y visiones del mundo, caracterizando el siglo XX como una era de radicalismo político, siendo inclusive llamado por historiadores como Hobsbawm como la “Era de los extremos”. Las dos guerras mundiales, la formación de grandes alianzas entre diferentes naciones en busca de la consolidación de sus ideologías, como el comunismo, el fascismo, el nacismo y el liberalismo, llevaron a la crisis del modelo de Estado-nación westphaliano y la formación de poderosos bloques geopolíticos, como el Eje, durante la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética y más tarde la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que trabaron diversos conflictos bélicos y políticos que moldearon las fronteras del mundo actual, llevando al fin de antiguos bloques y Estados y poniendo fin a la división ideológica del mundo que imperaba antes de la caída de la Unión Soviética en 1991.
El gran poderío estatal aliado al fanatismo ideológico consecuente de una propaganda masiva de las virtudes de cada modelo ideológico, la manipulación de la información, las carreras armamentistas y las políticas militaristas provocasen diversas brutalidades; como los genocidios cometidos durante la Segunda Guerra Mundial y diversas otras masacres relacionadas con conflictos regionales que reflejan los intereses de bloques geopolíticos mayores, como las masacres cometidas en la Guerra de Vietnam durante el periodo de la Guerra Fría.
Después del fin de las brutalidades de la Segunda Guerra Mundial, en 1949, el autor británico George Orwell publica una novela titulada 1984. En su novela, Orwell delinea una distopia futura, por vuelta del año 1984, que sería una posible consecuencia de la entonces configuración política mundial, en vísperas de la Guerra Fría, en que el mundo era dividido entre dos grandes polos: el bloque occidental, teniendo como valores el liberalismo y el modo de producción capitalista y teniendo como líder a los Estados Unidos de América; y el bloque oriental, teniendo como valores el comunismo, el modo de producción socialista y teniendo como líder a la Unión Soviética
En su novela 1984, Orwell describe un mundo dividido en tres grandes bloques geopolíticos: Oceanía, comprendiendo la Gran Bretaña, los Estados Unidos y todo lo restante del continente americano, contando con algunas regiones más en el hemisferio sur; Eurasia, comprendiendo a Europa, Rusia y los territorios que eran entonces parte de la Unión Soviética; y Lestasia, comprendiendo a China, Japón, y algunos otros territorios adyacentes. Cada uno de los bloques geopolíticos formados poseen una ideología estatal propia que fundamenta todas sus prácticas geopolíticas. En Oceanía la ideología hegemónica es llamada Socing; en Eurasia, el neobolchevismo; en Lestasia, una ideología con nombre oriental que puede ser traducida como “Adoración de la Muerte”. Los tres bloques viven en conflicto bélico constante en disputa por el dominio de las regiones no-alineadas localizadas en la Línea del Ecuador.
La novela transcurre en el universo de Oceanía, teniendo como protagonista al personaje de Winston, un funcionario del partido único del superestado de Oceanía, que trabaja para el Ministerio de la Verdad, encargado de realizar el trabajo de manipulación mediática, la censura de ciertos contenidos y la reescritura de documentos oficiales, a manera de consolidar una narrativa histórica oficial del Partido, que muta constantemente al depender de sus posicionamientos políticos, excluyendo cualquier versión alternativa que le pueda ser crítica.
La narrativa presenta diversos motivos comunes al totalitarismo histórico del siglo XX, como la manipulación mediática, la censura, los medios masivos, la adoctrinación política de la juventud, la fe en un líder único todopoderoso y la vigilancia constante de sus ciudadanos. Winston, por ser miembro del partido, es constantemente vigilado por aparatos llamados teletelas, que son instalados en las casas de todos los miembros del Partido y que son capaces de captar todos los sonidos y en gran parte los movimientos de las personas presentes. Winston forma parte del núcleo externo de los núcleos del partido, no teniendo contacto con un núcleo interno que tendría ciertas ventajas políticas. Además de los núcleos del partido, está lo restante de la sociedad, los llamados proletas, que son controlados por un medio masivo que les impide de crear algún tipo de conciencia política que les permite oponerse a la hegemonía del Partido y realizar algún cambio significativo en la sociedad.
Winston constantemente se cuestiona acerca de la validaes de las narrativas oficiales de la historia, dudando de su autenticidad y veracidad. Al trabajar en el ministerio responsable del revisionismo histórico, tiene la oportunidad de tener contacto con una prueba de un acontecimiento histórico que tiene que ser destruida para preservar la narrativa oficial. Descontento con la situación en la que se encuentra, Winston se involucra con Julia, funcionaria del Partido y un personaje rebelde, más sin capacidad de movilizar su rebeldía contra la configuración política actual. Y más tarde, se involucra con O’ Brien, también miembro del Partido y que le dirá que es parte de una organización secreta, llamada la Gran Confradía, dándole esperanzas de realizar una geniuna revuelta contra el sistema.
O'Brien le prestará un libro prohibido, un tipo de manifiesto, escrito por Goldstein, una figura que es pintada por la propaganda oficial como el mayor enemigo y traidor de Oceanía y supuesto líder de la Gran Confradía. En el libro escrito por Goldstein hay una descripción breve de la formación geopolítica del universo de 1984, describiendo los tres grandes bloques geopolíticos previamente presentados y sus respectivas ideologías, bien como la razón de ciertas políticas conducidas por Oceanía, como las constantes guerras realizadas a veces contra Eurasia, a veces contra Lestásia.
Entretanto, Winston y Julia son capturados por el Partido y llevados a prisión. Allí, Winston ve nuevamente a O’Brien; sin embargo, no como un prisionero, sino como un miembro fiel del Partido que realizará una serie de experimentos con él para “reeducarlo” en la doctrina oficial. Los experimentos consisten en una serie de torturas inhumanas contra Winston, en un intento de destruir la fidelidad que le había prometido a Julia anteriormente, de forma que Winston nunca más sea capaz de crear lazos de lealtad con nadie más que no sea el Gran Hermano, el líder supremo del Partido.
En el presente estudio, nos enfocaremos en la dimensión geopolítica de la obra, buscando explicar cómo es posible la formación de bloques geopolíticos poderosos como la Oceanía, Eurasia y Lestásia, desde el punto de vista de la Teoría del Mundo Multipolar (de aquí en adelante TMM) desarrollada por el filósofo político ruso Aleksandr Dugin, entre los años 90 y los años 2010, y que, según algunos autores, tendría influencia sobre la doctrina política del actual Estado Ruso (Goncalves, 2014). Buscaremos explicar, a la luz de la TMM, cómo la crisis del modelo de Estado-nación moderno, desarrollada a raíz de los tratados de Westphalia al final de la Edad Media, posibilitó el desarrollo de los grandes bloques geopolíticos del siglo XX y cuán cerca de la realidad estaría el universo ficticio de Orwell en lo que concierne a la batalla geopolítica librada entre sus tres grandes bloques geopolíticos.
Aún así, buscaremos explicar cómo la ideología totalitaria propagada por el Estado de Oceanía tendría sus orígenes en los valores ideológicos de la modernidad, como explica Aleksandr Dugin en su crítica a las tres teorías políticas de la modernidad, que vienen a ser el liberalismo, el socialismo, y las ideologías de la “tercera vía”, éstas representadas por el nacional-socialismo y el fascismo. De ahí concluiremos si la multipolaridad de Orwell es o no una multipolaridad en el sentido propuesto por Dugin y si el universo totalitario de Orwell sería posible en el futuro.
 La Teoría del Mundo Multipolar
Aleksandr Dugin es un filósofo político ruso responsable por el desarrollo de la corriente ideológica llamada Neo-Eurasianismo, corriente influenciada por las obras de geopolíticos clásicos del inicio del siglo XX como Mackinder y Haushofer, además de la obra de los intelectuales eurasianos clásicos del periodo zarista; bien como filósofos tradicionalistas occidentales, como René Guénon y Julius Evola; y filósofos críticos del liberalismo occidental, como Alain de Benoist.
En Teoría del Mundo Multipolar (2012ª), Dugin afirma que después de la caída de la Unión Soviética, la bipolaridad de la Guerra Fría, esto es, el Occidente liberal-capitalista contra el Oriente marxista-comunista, llegó a su fin y dio lugar al mundo unipolar en el que vivimos hoy, encabezado por EEUU como potencia absoluta, aliado a los Estados miembros de la OTAN. Dugin parte de la idea de que los Estados-nación modernos, basados en el modelo westphaliano [1], son soberanos sólo en juramento, pero no de facto, esto es, no consiguen por si solos resistir la influencia del centro hegemónico mundial, particularmente, al Occidente liberal liderado por EEUU y la OTAN. En palabras de Dugin:
La gran mayoría de estos Estados actualmente no pueden abordar su propia seguridad o prosperidad frente al conflicto teóricamente posible con el poder hegemónico (que en nuestro mundo es claramente los Estados Unidos). Siendo así, que se encuentran política y económicamente dependientes de una autoridad externa. Siendo dependientes, no pueden ser centros de una voluntad verdaderamente independiente y soberana con respecto a las cuestiones globales del orden mundial. (DUGIN, 2012a, p. 10-11)
Cabe recordar los orígenes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), organización de cooperación militar creada después de la Segunda Guerra Mundial, reuniendo países occidentales como forma de resistir al poderío geopolítico de la URSS, rivalizando con los Estados del llamado Pacto de Varsovia, promovido por la URSS como reacción a los Estados del Este Europeo adyacentes bajo la zona de influencia soviética de la posguerra. Así, el objetivo original de la OTAN sería evitar una posible expansión soviética sobre el Occidente. Entretanto, inmediatamente después de la caída de la URSS en 1991, la OTAN continuó expandiéndose, agregando justamente a los Estados no-pertenecientes a la URSS que eran antes miembros del Pacto de Varsovia. Por tanto, hoy la OTAN, aliada de los EEUU, compone un centro de poder militar y político extremamente poderoso capaz de influenciar el mundo entero con su poderío. De hecho, las alianzas occidentales hoy, en vez de la propuesta original de resistencia a un bloque geopolítico rival, expanden su zona de influencia sin un adversario capaz de resistirles. Según Dugin “El inicio de los años 1990, cuando el “fin de la historia” parecía no sólo estar a la mano, sino prácticamente alcanzado, el concepto de “Occidente” casi se sobrepone al concepto de “mundo”, que acabó en el término “globalización” (DUGIN, 2013a, p. 26). Sobre la formación y definición del mundo unipolar, Dugin afirma que:
El colapso de la Unión Soviética significó la desaparición de una superpotencia simétrica e influyente bien como la desaparición de un gigantesco campo ideológico. Fue el fin de una de las dos hegemonías globales. Toda estructura de orden mundial de allí para adelante se tornó irreversiblemente y cualitativamente diferente. Con esto el polo remanente – liderado por los Estados Unidos y teniendo por base a la ideología liberal-demócrata capitalista – se preservó fenomenalmente y continuó con expandir su sistema sociopolítico (democracia, mercado, ideología de los derechos humanos) a una escala global. Es precisamente esto lo que se llama mundo unipolar. (DUGIN, 2012a, p. 13)
Como forma de resistencia al mundo unipolar y el universalismo occidental, Dugin propone la TMM, con diversos núcleos hegemónicos independientes capaces de resistir la influencia de otros núcleos y preservar sus modelos y valores civilizacionales contra la influencia universalista de la ideología liberal demócrata-capitalista:
[…] el modelo de la caldera [melting pot] americano se irá a extender a todo el mundo. Por consiguiente, esto eliminará todas las diferencias entre pueblos y culturas y la humanidad, individualizada y atomizada, será transformada en una cosmopolita “sociedad civil” sin siquiera fronteras. El multipolarismo presupone que los centros de decisión sean suficientemente relevantes (más no dependientes de una única instancia – como en las actuales condiciones del mundo unipolar) y que las diferencias culturales de cada civilización sean preservadas y fortalecidas (y no disueltas en una sola multiplicidad cosmopolita). (DUGIN, 2012, p. 19)
En uno de sus ensayos sobre el ideal neo-eurasiano, Dugin enumera alternativas posibles de los actuales Estados-nación frente al problema de la unipolaridad:
1.       La autoliquidación e integración en un único espacio planetario bajo dominación americana (atlantismo, globalización);
2.       Oponerse a la globalización, intentando preservar sus propias estructuras administrativas (soberanía formal) independientemente de la globalización;
3.       Entrar en formaciones supraestatales de tipo regional (grandes espacios) con base en comunidades históricas, civilizacionales y estratégicas. (DUGIN, 2012b, p. 43)
Por lo tanto, la vía de la TMM propuesta por Dugin está en el ingreso de los diversos Estados-nación que se oponen al atlantismo y la globalización en organizaciones geopolíticas supraestatales basadas en valores civilizacionales semejantes y en estrategias coincidentes. Para Dugin, los neo-eurasianistas acreditan que el Estado ruso desempeñó diversas veces en la historia una función de adición de diversas civilizaciones eurasiáticas bajo un tejido civilizacional supraestatal común, capaz de ser un poder de contrapeso de un centro hegemónico, y que, por tanto, “la Rusia está destinada a desempeñar el mismo papel también en el S. XXI.” (DUGIN, 2012b, p. 53)
Más es importante precisar que Dugin no propone una visión bipolar para el mundo, como lo fue durante la Guerra Fría, o una forma de “imperialismo ruso”, como afirman sus críticos, puesto que:
Salta a la vista que el orden mundial multipolar no sólo es diferente del unipolar, como es su directa antítesis. La unipolaridad presupone una hegemonía en un centro de decisión, la multipolaridad insiste en unos cuantos centros, no teniendo ninguno de ellos derechos exclusivos y es concebida para tener en cuenta las posiciones de terceros. Siendo así que, la multipolaridad es la alternativa lógica y directa a la unipolaridad. No puede haber cualquier compromiso entre ambas […] (DUGIN, 2012a, p. 16)
De esa forma, la propuesta de Dugin de Rusia como centro de un posible bloque euroasiático como forma de resistencia a la influencia occidental universalista se asemeja a la configuración geopolítica presentada en 1984, en donde la Eurasia se presenta como un bloque rival a la Oceanía, compuesta por lo que era el mundo anglosajón y las Américas. Además, el mismo nombre escogido por Orwell para el bloque rival de Eurasia y Lestasia se asemeja a los términos utilizados por Dugin para describir el bloque occidental, el bloque “atlantista” que representa un poder talasocrático (del griego thalassa, océano, mar). La presencia de un tercer bloque, Lestasia, crea un equilibrio de poderes en el universo orwelliano que a primera vista se asemeja a la propuesta de la TMM.
 La “Multipolaridad” de la Ficción Orwelliana
La descripción del mundo de 1984 presentada en el Manifiesto de la Gran Cofradía, titulada Teoría y práctica del colectivismo oligárquico, estaría muy cerca de las tendencias que se verificaron históricamente en el siglo XX, como se puede observar en el siguiente pasaje:
La división del mundo en tres grandes superestados fue un evento que ya podía ser predicho – y fue de hecho – antes de mediados del siglo XX. Con la absorción de Europa por Rusia y del Imperio Británico por los Estados Unidos, se formasen dos de las tres superpotencias hoy existentes: la Eurasia y la Oceanía. La tercera de ellas, la Lestasia, sólo emergió como unidad distinta después de más de una década de confusos conflictos armados. En algunos lugares las fronteras entre los tres superestados son arbitrarias, en otros oscilan de acuerdo con los fracasos de la guerra, más en general acompañan características geográficas. La Eurasia comprende la totalidad de la parte norte de dos continentes: el europeo y el asiático, de Portugal al Estrecho de Bering. La Oceanía incluye a las Américas, las islas atlánticas – incluso las británicas –, a Australasia y la parte sur de África. La Lestasia, menor que las otras y con una frontera occidental menos definida, incluye a China y los países al sur de China, las islas de Japón y una gran parte más fluctuante de Manchuria, Mongolia y el Tíbet. (ORWELL, 2009, p.221)
Son evidentes las tendencias históricas que estarían influenciando la ficción de Orwell. Los dos centros hegemónicos surgidos después del fin de la Segunda Guerra Mundial, EEUU y URSS, absorbieron los Estados-nación adyacentes, los cuales no les podían resistir, y formarían grandes bloques geopolíticos. La Conferencia de Yalta, realizada por los líderes aliados Churchill, Roosevelt y Stalin en los meses finales de la Segunda Guerra Mundial, trazó los planos futuros para la división de los Estados que formarían parte del Eje y dividirían a Europa entre los dos bloques geopolíticos adversarios que ascenderían luego del conflicto.
América Latina bajo influencia de Oceanía podría ser explicada por la tendencia histórica de los Estados latinoamericanos a alinearse con los Estados Unidos y Occidente, como fue el caso de Brasil durante la Segunda Guerra Mundial. Se puede argumentar que Orwell habría acertado al predecir a América Latina alineada a los Estados Unidos teniendo en cuenta las dictaduras latinoamericanas posteriores influenciadas por los conflictos ideológicos entre Occidente y Oriente, como las dictaduras en Brasil y Chile. Orwell también habría acertado en la predicción de la ascensión de otro centro de poder: China. A pesar de haber recibido inicialmente el apoyo de la URSS y haber actuado en conjunto con esta en ciertos momentos, como durante la Guerra de Vietnam, la República Popular de China rompió relaciones con la URSS debido a divergencias ideológicas con el Kremlin. Hoy China se presenta como un posible adversario a la hegemonía americana.
Orwell habría predicho acertadamente, como Dugin afirma, que los Estados-nación no podrían más resistir la influencia hegemónica de los centros de poder, como los EEUU, Rusia y China, y acabarían aunándose a entidades geopolíticas supraestatales. Entretanto, cuestionaremos más adelante si la multipolaridad orwelliana es constante con la TMM de Dugin, a pesar de las aparentes similitudes, pues Orwell traza una formación de entidades supraestatales basadas en corrientes ideológicas totalitarias, en vez de similitudes civilizacionales, como la TMM propone.
Más al frente, Orwell describe una situación semejante a lo que aconteció durante la Guerra Fría, en la que los diversos conflictos bélicos alrededor del mundo no poseían el carácter destructivo y decisivo de las Guerras Mundiales anteriores, más en vez de eso, había constantes conflictos con el objetivo de colocar bajo sus zonas de influencia los Estados no-alineados:
En combinaciones variables, esos tres superestados están permanentemente en guerra: habiendo sido así los últimos veinticinco años. La guerra, con todo, ya no es la confrontación desesperada, aniquiladora, que era en las primeras décadas del siglo XX. Es una lucha de objetivos limitados entre combatientes que no tienen cómo destruirse los unos a los otros, carecen de causas concretas para luchar y no están divididos por ninguna diferencia ideológica genuina. Eso no significa que en la práctica concreta de la guerra o de la actitud predominante en relación a ella se haya tornado menos sanguinaria o mas caballeresca. Al contrario, la histeria guerrera y continua es universal en todos los países […] En un sentido físico, sin embargo, la guerra involucra efectos mínimos – en general especialistas muy bien entrenados – y causa relativamente pocas bajas […] Para comprender la naturaleza de la guerra actual – pues, a pesar de la reagrupación que ocurre cada pocos años, siempre es la misma guerra –, es preciso que se comprenda antes que nada que es imposible que ella sea decisiva. Ninguno de los tres superestados puede ser definitivamente conquistado – ni uno mismo en alianza de los otros dos. Existe un equilibrio muy marcado entre ellos, y sus defensas naturales son gigantescas […] En segundo lugar, ya no existe, en el sentido material, nada por lo cual combatir. Como el establecimiento de las economías autosustentables, en las cuales la producción y el consumo se calibran recíprocamente, la disputa de los mercados, uno de los principales motivadores de las guerras pasadas, llegó a su fin; la competición por materias primas dejó de ser la cuestión de vida o muerte. Sea como fuese, los tres superestados son tan vastos que cada uno de ellos obtiene casi todas las materias primas que necesita dentro de sus propias fronteras. En la medida en que la guerra tiene un objetivo económico directo, se trata de una guerra por la fuerza de trabajo. (ORWELL, 2009, p. 221-222)
Orwell predijo que las guerras de un mundo dividido entre superestados no serían decisivas y serían muy limitadas, pues un superestado sería demasiado grande para ser destruido, lo mismo con una alianza entre dos superestados rivales. La formación de grandes bloques podría llevar a un equilibrio de fuerzas que impediría que los superestados sufriesen una influencia externa y la cual no podrían resistir. Tal equilibrio de fuerzas se verificó durante la carrera armamentista protagonizada por los EEUU y la URSS, en la que ambas potencias buscaban desarrollar armas nucleares cada vez más poderosas y realizaban pruebas con esas armas que mostrarían al mundo su poderío. El miedo de que una guerra nuclear llevaría a la aniquilación de la humanidad impidió un conflicto directo de larga escala entre las dos potencias, llevando a diversos diálogos y tratados de limitación de armas nucleares. La gran mayoría de las guerras disputadas durante la Guerra Fría y hasta hoy son guerras proxy, esto es, guerras donde los Estados u organizaciones beligerantes reciben apoyo directo o indirecto de los centros de poder y difícilmente muestran una amenaza seria a los centros hegemónicos, siendo restringidas a las periferias de los bloques geopolíticos. Fue el caso de la Guerra de Vietnam, como el apoyo comunista al Vietcong y el apoyo occidental a Vietnam; y el caso de la Guerra en Siria hoy, en la que las potencias occidentales dan apoyo indirecto a los rebeldes que combaten al gobierno de Bashar Al-Assad, este apoyado por los Estados como Rusia e Irán.
Un orden mundial predecido por Dugin con la TMM, en la que cada bloque geopolítico sea establecido sobre similitudes civilizacionales, Dugin predice que un equilibrio de fuerzas entre los bloques civilizacionales impediría conflictos decisivos, esto es, conflictos que llevarían un bloque a imponer su voluntad sobre otro, puesto que:
Cada una de las civilizaciones van a representar un polo de poder y el centro de la hegemonía local, excediendo la capacidad de todos sus componentes (acerca de esa civilización en particular), más no sosteniendo poder suficiente para imponer su voluntad a las civilizaciones vecinas. El orden multipolar se reconstruirá en otro nivel del sistema westfaliano, con su soberanía, equilibrio de poder, caos en el panorama internacional, posibilidades de conflicto y potencial para algún discurso apaciguador. Con lo único pero fundamental de que los actores serán no los Estados-nación, copiados de las potencias capitalistas europeas de la era moderna, sino las civilizaciones, poseyendo estas una estructura interna completamente diferente, correspondiendo a las tradiciones históricas y a los códigos culturales. (DUGIN, 2012a, p. 85)
Ósea, el equilibrio de poder en la TMM sería fundamental para la garantía de la independencia de los pueblos y civilizaciones de las influencias ideológicas universalizantes que podrían partir de alguno de los bloques. Como ya se ha dicho anteriormente, Dugin y los neo-eurasianistas creen que Rusia desempeñará un papel de organizador de un bloque civilizacional eurasiático que proporcionaría un núcleo de resistencia a los valores universalizantes del Occidente hegemónico. Aunque, el ideal neo-eruasiano, de acuerdo con Dugin (2012b), deberá ser propagado para el mundo entero, de forma que diferentes grandes espacios civilizacionales sean construidos en resistencia al orden unipolar actual. Dugin elabora los siguientes principios que dirigirían al Eurasianismo:
·         Diferencialismo, o pluralismo de sistemas de valores contra la convencional dominación obligatoria de una ideología dada: la democracia liberal americana en primer y más importante lugar;
·         Tradición contra la supresión de culturas, dogmas y descubrimientos de las sociedades tradicionales;
·         Los derechos de las naciones contra los “billones de oro” y la hegemonía neocolonial del “norte rico”;
·         Las etnias como valores y sujetos de la historia contra la despersonalización de las naciones, aprisionadas en construcciones sociales artificiales;
·         Justicia social y solidaridad humana contra la explotación y humillación del hombre por el hombre. (DUGIN, 2012b, p. 36)
En cuanto a las motivaciones para la guerra en el universo orwelliano, los tres superestados competidores son autosuficientes y disputan por la mano de obra de las regiones no-alineadas, con fines de sustentar la guerra en curso contra los demás superestados, en vez de una disputa por mercados común a las guerras del pasado. Tal descripción se distancia de la configuración geopolítica posterior y actual del mundo, en la que las potencias políticas todavía compiten por recursos naturales, tales como combustibles fósiles, como por nuevos mercados, bajo la influencia de valores occidentales universalizantes. Dugin hace referencia a la Teoría Crítica de las Relaciones Internacionales, de base marxista, para explicar las ambiciones expansionistas del Occidente:
[…] el Occidente, en la era burguesa, equiparó su destino al del capital y se convirtió en la localización geográfica de este. Y la razón de ser del capital es el dominio sobre el proletariado, razón por la cual bajo la máscara de la “democracia” y de la “igualdad” en las circunstancias capitalistas se encuentran la misma voluntad de poder y las prácticas de explotación y de violencia. De esta forma actúan los defensores de la Teoría Crítica, teniendo toda la razón. (DUGIN, 2012a, p. 67)
Por lo tanto, podemos concluir que la geopolítica distópica de Orwell posee muchas similitudes con esta e incluso hace predicciones acertadas sobre las tendencias geopolíticas que se verificarán en las décadas posteriores a la redacción de la obra. Entretanto, Orwell describió tendencias que no se verificarán más tarde, divergentes de las tendencias de expansión de los valores liberales-demócratas occidentales por el mundo. Tampoco predijo la formación de un mundo unipolar, formado a partir de la desintegración de uno de los bloques competidores, sin la necesidad de una victoria militar, y que llevó a la hegemonía ideológica del bloque liberal-demócrata capitalista por sobre el resto del mundo, como afirma Dugin. En vez de eso, Orwell optó por describir un mundo en el que las corrientes ideológicas que lo moldeasen estarían más próximas de los totalitarismos de inspiración socialista, con sociedades extremadamente cerradas y aisladas de las demás y que no buscan expandir los mercados, sino la expansión de mano de obra con vistas al desarrollo militar. Veremos en mayor detalle las tendencias ideológicas del universo orwelliano y cuál es su relación con los valores ideológicos de la modernidad occidental, criticados por Dugin como las fuentes del totalitarismo moderno.
 Las raíces modernas del totalitarismo orwelliano
Todavía en el manifiesto de la Gran Cofradía, Goldstein hace una breve descripción de las corrientes ideológicas que guiarían las prácticas políticas de cada uno de los superestados competidores en 1984.
Los motivos totalitarios presentes en la obra son comunes a otras obras contemporáneas a la novela, como el trabajo de la filósofa Hannah Arendt en los Orígenes del Totalitarismos (1951), en el que investiga los orígenes del totalitarismo soviético y nazista; el drama El Caso Oppenheimer (1964) de Heinar Kipphart, sobre la investigación realizada contra el físico norteamericano Robert J. Oppenheimer, responsable por el desarrollo del programa nuclear norteamericano e investigado por supuesta colaboración con los soviéticos debido a sus simpatías izquierdistas; y Heliópolis (1949) de Ernst Jünger, novela distópica ambientado en una sociedad con características autoritarias. El miedo del totalitarismo, por lo tanto, era un tema común de la época y la novela 1984 se convirtió en uno de los títulos más representativos de tendencia crítica al totalitarismo en la literatura, siendo visto incluso como una predicción plausible del futuro de la humanidad.
En 1984, Goldstein describe que los tres superestados poseen como base una ideología totalitaria que los lleva al aislacionismo extremo y una total vigilancia de sus cuadros administrativos y al control estricto de la información. Cada superestado impide que sus ciudadanos tengan contacto con información e ideas venidas de otro superestado, de forma que limita la visión del mundo de sus ciudadanos solo a la realidad interna de cada ideología.
Es absolutamente necesario para sus estructuras que no haya contacto con extranjeros, excepto, hasta cierto punto, con prisioneros de guerra y esclavos negros. Incluso el aliado oficial del momento es siempre visto con profundas sospechas. Fuera de los prisioneros de guerra, el ciudadano promedio de Oceania jamás pone los ojos en un ciudadano de Eurasia o Lestasia, y está prohibido de conocer idiomas extranjeros. Si tuviese permiso para mantener contacto con extranjeros, descubriría que son criaturas semejantes a él, y que casi todo lo que le dijeran sobre esas personas es mentira. El mundo sellado en el que vive sería abierto, y el miedo, el odio y la presunción sobre las cuales se apoya su disposición para la lucha podrían evaporarse. Mediante eso, todas las partes se dan cuenta claramente de que por mucho que Persia, Ceilán, Egipto o Java cambien de manos, sus fronteras jamás deberán ser cruzadas por nada que no sean bombas.
Detrás de todo esto hay un hecho nunca antes mencionado a viva voz, pero que es entendido tácitamente y que justifica una serie de acciones; las condiciones de vida en los tres superestados son casi las mismas. En Oceania la filosofía vigente tiene el nombre de Socing; en Eurasia tiene el nombre de neobolchevismo; en Lestasia tiene un nombre chino que se acostumbra traducir como Adoración de la Muerte, pero que tal vez fuese mejor representado como Obliteración de la Identidad. El ciudadano de Oceania tiene prohibido conocer los detalles de los credos de las otras dos filosofías, pero aprende a ejecutarlas como ofensas bárbaras a la moralidad y el sentido común. En verdad, las tres filosofías no tienen casi ninguna diferencia entre sí, y los sistemas sociales que ellas justifican son idénticos. En toda parte existe la misma estructura piramidal, la misma adoración a un líder semidivino, la misma economía justificada única y exclusivamente por una actividad continua de guerra. (ORWELL, 2009, p. 232-233)
Muchas de las características totalitarias descritas en la novela de Orwell pueden ser verificadas en diversos regímenes totalitarios y lo mismo en regímenes liberales occidentales y son comunes las obras literarias contemporáneas a la novela citada anteriormente. El control de la información como estrategia de combate a las ideologías rivales, como sucedió en los choques ideológicos entre las superpotencias del siglo XX (liberalismo x comunismo x fascismo), es llevado al extremo en la distopia orwelliana. El Estado de Oceania crea diversas formas de monitorear todos los aspectos de la vida de los miembros del Partido y utiliza los medios masivos para controlar la información que llega a los proletarios.
Pero es justamente en este punto en el que la multipolaridad orwelliana entra en contradicción con la propuesta de la multipolaridad de la TMM de Aleksandr Dugin. Se puede argumentar que los tres superestados competidores se basan en ideologías totalitarias con raíces en ideales modernos occidentales y el trecho que dice que “las tres filosofías no tienen casi ninguna diferencia entre sí, y los sistemas sociales que ellas justifican son idénticos” sugiere que las tres ideologías tengan un origen en común. La formación de identidades supraestatales sobre una ideología totalitaria de raíces modernas en contradicción con la propuesta de la TMM de formación de grandes espacios sobre valores civilizacionales similares, basados en tradiciones culturales, religiosas y étnicas distintas de los ideales occidentales modernos.
En La Cuarta Teoría Política (2013b) Dugin afirma que las tres teorías políticas modernas, esto es, el liberalismo, el comunismo y el fascismo, deben ser superadas debido a sus orígenes comunes a los valores universalizantes de la modernidad occidental, los cuales abrirán brechas para el advenimiento del totalitarismo y del imperialismo occidental. En su crítica a la modernidad, Dugin acusa a la ideología liberal occidental de etnocéntrica y racista, pues considera sólo al modelo occidental de sociedad como válido, en oposición a las periferias “bárbaras” y retrógradas (DUGIN, 2012a). En sus palabras:
Sobrepasar la hegemonía occidental como base del discurso occidental, sustituyéndolo en contexto histórico y geográfico, es el primer paso fundamental para la elaboración de la TMM. El multipolarismo sólo se tornará en realidad de ese modo, siendo posible recurrir a la deconstrucción de la hegemonía dejando a la vista las pretensiones occidentales en cuanto al universalismo de sus valores, sistemas, métodos y fundamentos filosóficos. Caso sea imposible sobrepasar a la hegemonía, todo y cualquier modelo “multipolar” no pasará de cualquier especie de teoría occidente-céntrica. Aquellos que perteneciendo a la cultura intelectual del Occidente procuran sobrepasar las limitaciones de la hegemonía y crear un discurso contrahegemónico […], acaban, fatalmente, por mantenerse circunscritos a la hegemonía, dado que elaboran su crítica teniendo por base los postulados de “democracia”, de “libertad”, de “igualdad”, de los “derechos humanos”, etc., que a su vez no son complejos desde el punto de vista occidente-céntrico. (DUGIN, 2012, p. 66)
De esa forma, podemos comprender las similitudes entre la ideología de los superestados de Orwell como el punto de vista occidente-céntrico criticado por Dugin, pues la hegemonía occidental no acepta modelos alternativos de civilización, teniendo a la ideología liberal-demócrata capitalista como parámetro universal. Si el occidente buscase modelos alternativos de civilización, vería que “El mundo sellado en el que vive sería abierto, y el miedo, el odio y la presunción sobre las cuales se apoya su disposición para la lucha podrían evaporarse”, como está descrito en el manifiesto de Goldstein. Luego, el globalismo occidental perdería su justificación de expansión, o su “destino manifiesto”.
Sin embargo, todavía existe una diferencia fundamental entre el aislacionismo de Oceania y la “sociedad abierta” del mundo occidental contemporáneo. Más tal diferencia puede ser explicada por la diferencia entre el balance de poder en esos dos contextos: en 1984, hay tres grandes bloques competidores con poderío similar; en el mundo contemporáneo, según Dugin (2012a), no hay un bloque geopolítico capaz de resistir la hegemonía occidental encabezada por los EEUU y la OTAN. Por lo tanto, podemos concluir que el centro hegemónico occidental no tendría necesidad de aislarse del resto del mundo, como lo hacen los superestados orwellianos, pues no enfrenta una amenaza seria a su existencia, en vez de eso, debe colocar al resto del mundo en función de sus valores universalizantes.
Dugin todavía critica ciertas tentativas de contrahegemonía que cree se basan en los mismos valores universalizadores de la civilización occidental, entre ellas, el marxismo, considerando cómo la segunda teoría política, que nació en oposición a la primera, el liberalismo. Dugin reconoce la virtud de la teoría marxista en lo que concierne a la crítica al imperialismo capitalista y a algunas tesis liberales, entretanto la teoría marxista “deriva del mismo ideal eurocéntrico del “progreso” de los tiempos modernos, de la “evolución”, “igualdad”, etc., lo que la coloca en el contexto general dentro del discurso occidental. Igual cuando los marxistas se vuelven solidarios con la lucha de liberación de los pueblos del Tercer Mundo, y de los países no-occidentales en general, contra el dominio occidental, vislumbran para esos países un escenario de desarrollo universal que reproduce la forma de vida de las sociedades occidentales y no contempla la posibilidad de una lógica histórica diferente per se. Los marxistas apoyan a las naciones no-occidentales en su lucha anti-colonial, con la intención de que estas pasen lo más rápido posible a través etapas occidentales de la evolución y creación de la sociedad, como ha sucedido en las sociedades occidentales. Todas las sociedades tienen que pasar por la fase capitalista y las clases que la componen deben internacionalizarse por completo”. (DUGIN, 2012a, p. 71)
Considerando el pedazo del manifiesto que sugiere el origen en común de las tres ideologías, afirmando que el Socing, el Neobolchevismo y la Adoración de la Muerte justifican sistemas idénticos, podemos intentar buscar en la obra la similitud entre las tres ideologías y, de esa forma, trazar un origen en común. Los nombres escogidos por Orwell, como Socing y neobolchevismo, sugieren que ambas ideologías tendrían un origen común en las teorías socialistas. La Adoración de la Muerte en Lestasia también sugiere que China sería su propio centro de poder y debemos tener en cuenta que la China pasó por un proceso de revolución socialista en el periodo de redacción de la obra. Podemos tener en cuenta también los pedazos de la obra en la que Winston recuerda la visión histórica del Partido que le fue enseñada, mostrando una división de la sociedad entre dos clases:
Antiguamente, antes de la gloriosa Revolución, Londres no era la bella ciudad que conocemos hoy. Era un lugar oscuro, sucio, miserable, donde casi nadie poseía lo suficiente para comer y donde centenas de miles de pobres no tenían botines en los pies o si quiera un techo para abrigar su sueño. Los niños de su edad, lector, necesitaban trabajar doce horas por día para los patrones inhumanos, que se las cubrían a chicotazos si trabajaban muy lentamente y sólo los alimentaban con corteza de pan y agua. Pero en medio de toda esa terrible pobreza había unas pocas casas hermosas donde vivían personas ricas atendidas por hasta treinta empleados. Esas personas ricas eran los capitalistas. Los capitalistas eran gordos y feos y tenían rostros ruines […] Los capitalistas eran dueños de todo lo que había en el mundo y todos los otros hombres eran sus esclavos. Ellos eran dueños de todas las tierras, de todas las casas, de todas las fábricas y de todo el dinero. (ORWELL, 2009, p. 92)
La narrativa histórica oficial apunta a una sociedad dividida entre dos clases, la de los capitalistas y la de los trabajadores explotados, o los proletarios, tal como las teorías socialistas apuntan. De allí se concluye que las tres ideologías del mundo totalitario de Orwell tendrían una génesis en la segunda teoría política, ósea, en el socialismo-marxismo. Por lo tanto, siendo las ideologías de los tres superestados similares y probablemente teniendo un origen común en la segunda teoría política, como es llamada por Dugin, la multipolaridad de Orwell no concuerda con la TMM y su crítica a la modernidad occidente-céntrica, pues Dugin propone que el mundo multipolar se deba construir sobre valores civilizacionales tradicionales. Sobre la civilización, Dugin afirma que “en cierta medida la civilización debe ser considerada como una construcción, un discurso específico, un texto que, con todo, sostenga una estructuración radicalmente diferente del discurso occidente-céntrico homogéneo y “monótono”. La civilización encarna la realidad de las diferencias cualitativas de las relaciones internacionales, pues la humanidad no fue concebida como mera reproducción de un mismo tipo de serie (el presupuesto de la sociedad civil o la ideología de los derechos humanos)”. (DUGIN, 2012a, p. 88).
Dugin enlista una serie de espacios civilizacionales sobre los cuales se construirían los diferentes grandes espacios, esto es, los diversos bloques geopolíticos del mundo multipolar, enlistando algunos como: la civilización occidental; la civilización ortodoxa (eurásica); la civilización islámica; la civilización china; la civilización hindú; la civilización latino-americana; la civilización africana; y la civilización japonesa (DUGIN, 2012a). Cada una de ellas con sus diferentes construcciones y visiones tradicionales que guiarían sus principios políticos.
En tanto, Dugin se opone a una posible configuración civilizacional aislacionista con base en ideologías que pregonan la superioridad de una civilización sobre otra, en vez de eso, defiende un diálogo inter-civilizacional, en el que la identidad de los actores del diálogo se defina por el contraste entre nosotros y ellos, un diálogo que se trate de la “comparación constante entre una y otra [civilización], el intercambio de elementos sueltos, el rechazo de otros, la revelación de los sentidos en las alteraciones semánticas, que distorsionan los elementos de la otra civilización” (DUGIN, 2012a, p. 132).
De allí se puede entender la crítica de Dugin a la tercera teoría política: el fascismo o el nacional-socialismo. Dugin critica las visiones etnocéntricas y racistas, afirmando que:
En lo que concierne a la Tercera Vía […], existirán muchos elementos inaceptables, principalmente entre el racismo, la xenofobia y el chauvinismo. Estas no son apenas fallas morales, sino también actitudes teórica y antropológicamente inconsistentes. Diferencias entre etnias no resultan en superioridad o inferioridad. Las diferencias deben ser aceptadas y afirmadas sin ningún tipo de sentimiento o consideración racista. No existe una medida común o universal para juzgar diferentes grupos étnicos. Cuando una sociedad intenta juzgar a otra, ella aplica sus propios criterios, por lo tanto, comete violencia intelectual. La actitud etnocéntrica es exactamente el crimen de la globalización y de la Occidentalización, así como el Imperialismo Estadounidense. (DUGIN, 2013b, p. 217)
Por lo tanto, la crítica de Dugin al etnocentrismo y el racismo de los valores universalizantes occidentales va de encuentro a las ideologías afirmadas por los tres superestados orwellianos, basados en un chauvinismo que les impide realizar cualquier tipo de diálogo con los bloques rivales, diálogo de fundamental importancia para la TMM. Para la posibilidad de ese diálogo, será necesaria una élite diplomática intelectual y altamente preparada, como afirma Dugin (2012a), luego, se desprende que la formación intelectual sería algo necesario en la multipolaridad de Dugin, en contraste con la alienación de la realidad de los ciudadanos de Oceanía a través del control de la información. Así, podemos concluir que la multipolaridad de 1984 está asentada sobre valores opuestos a la TMM de Dugin, pues los tres superestados competidores se basasen en ideologías totalitarias asentadas sobre los mismos valores modernos que dieran origen a los totalitarismos del siglo XX, en vez de basarse en valores civilizacionales comunes a su propio espacio geopolítico.
 Consideraciones finales: ¿La distopia orwelliana todavía es posible en el mundo multipolar?
Con la caída de la URSS en el inicio de los años 1990, el liberalismo occidental se afirmó como la ideología vencedora de los combates ideológicos del siglo XX. Teniendo en vista la crisis de las ideologías modernas, ya no es posible que una ideología que antes fue rival al liberalismo, como el marxismo o el fascismo (este derrotado militarmente), pueda hacer frente al orden unipolar actual. Lo que queda de la URSS significó también la caída del marxismo como alternativa ideológica al liberalismo occidental. (DUGIN, 2013b). Por lo tanto, difícilmente será posible la subida de un totalitarismo aislacionista en bloques geopolíticos que se asemejan al mundo “multipolar” de los superestados orwellianos, pues no existe más un centro de poder contrahegemónico capaz de resistir a la hegemonía unipolar.
Dugin hace referencia al analista político Francis Fukuyama que interpreta la caída de la URSS como el “fin de la historia”, ósea, el fin de los grandes combates ideológicos del pasado, lo que significaría que el mundo caminaría hacia la globalización y la consolidación de los valores del liberalismo occidental, como la democracia, el libre comercio y la sociedad civil (DUGIN, 2012a). Sin embargo, el filósofo político Samuel P. Huntington en su obra El Choque de Civilizaciones (HUNTINGTON, 1997) está en desacuerdo con Fukuyama, afirmando, según Dugin, que el “fin del mundo bipolar no lleva automáticamente al establecimiento de un orden mundial homogéneamente liberal-demócrata y, consecuentemente: la historia no acabó y es prematuro hablar acerca del fin de los conflictos y guerras”. (DUGIN, 2012a, p. 75). Huntington considera que los nuevos actores del balance de poder mundial serán las civilizaciones y Dugin parte de esta hipótesis para el desarrollo de la TMM.
Pero si un totalitarismo orwelliano aún es posible en los tiempos actuales, este posiblemente partiría del universalismo liberal del Occidente rumbo a una sociedad global. Dugin enumera los siguientes puntos que formarían una utopía (o distopia) posliberal futura, una sociedad posmoderna, la cual partirá del sujeto de la ideología liberal, el individuo, y se desdoblará de la siguiente forma:
·         La medida de las cosas no se convierte en el individuo, sino en el posindividuo, el “dividuo”, accidentalmente jugando con una combinación irónica de las partes de las personas (sus órganos, sus clones, sus simulacros, hasta que lleguen los ciborgs y los mutantes);
·         La propiedad privada es idealizada, “trascendentalizada” y se transforma de aquello que un hombre posee a aquello que posee el hombre;
·         La igualdad de oportunidad se transforma en la igualdad de contemplación de las oportunidades (la sociedad del espectáculo – Guy Debord);
·         La creencia en el carácter contractual de todas las instituciones políticas y sociales se transforma en una igualación de lo real y de lo virtual, el mundo se convierte en un modelo técnico;
·         Todas las formas de autoridades no-individuales desaparecen completamente y cualquier individuo es libre de pensar el mundo de cualquier manera que él halle adecuada (la crisis de la racionalidad común);
·         El principio de separación de poderes se transmuta en la idea de un referéndum electrónico constante (parlamento electrónico), en el cual cada usuario de internet vota continuamente en cualquier decisión, lo que lleva a la multiplicación de poder al número de ciudades separadas (cada uno es su propia rama del gobierno);
·         La “sociedad civil” substituye completamente al gobierno y se convierte en un caldero global y cosmopolita;
·         De la tesis “La economía es destino” se toma la tesis “El código numérico – este es el destino”, en la medida en que el trabajo, dinero, el mercado, producción, consumo, todo se torna en virtual. (DUGIN, 2013b, p. 203)
Luego, ¿sería posible el desarrollo de una distopia totalitaria como es presentada en 1984 en nuestra era? Las predicciones de Aleksandr Dugin en comparación con la distopia de George Orwell nos da algunas pistas para responder la cuestión.
El personaje de Winston se involucra amorosamente con Julia y ambos se juran lealtad el uno al otro. En tanto, cuando Winston es apresado y O’Brien le aplica los experimentos de “reeducación”, O’Brien intenta minar justamente la lealtad jurada por Winston a Julia, ósea, busca destruir todo aquello que Winston posee de lo más humano, de la conexión con algo que está más allá del individuo. Durante la tortura de Winston, O’Brien afirma que Winston es “el último de los hombres”, “el guardián del espíritu humano” (ORWELL, 2009, p. 315) y procede a obliterar al hombre Winston, creará un “post-hombre”, destruyendo su lealtad a Julia. Antes de las torturas, hay un episodio en el que Winston presencia a otro prisionero víctima del mismo proceso de tortura, que acaba abandonando su lealtad a las personas que le son preciadas:
“¡Camarada! ¡Oficial!”, imploró. “¡No necesita llevarme a aquel lugar! Yo ya les dije todo, ¿no dice? ¿Qué más quiere saber el señor? ¡Confesé todo lo que el señor quiso, todo! Sólo dígame qué es, lo que confieso ahora. Escriba, que lo firmo. ¡Cualquier cosa! ¡Pero no a la habitación 101 no! “Habitación 101”, dice el oficial. El rostro del hombre, ya muy pálido, era de un color que Winston no hubiera creído posible. Definitivamente era, incuestionablemente, de un tono verde. “¡Haga lo que quiera conmigo!”, gritó. “El señor me está matando de hambre desde hace semanas. Acabe con el asunto de una vez y déjeme morir. Que me de un tiro. Me encierre. Condéneme a veinticinco años de prisión. ¿Tiene alguien más que el señor que quiera que yo denuncie? Sólo dígame quién es, que yo hablo todo lo que el señor quiera saber. No me interesa quién es la persona ni lo que el señor vaya a hacer con ella. Tengo mujer y tres hijos. El mayor aún no tiene seis años. Puedes tomarlos a todos y cortarles la garganta frente a mí, que yo aguanto y sigo mirando. ¡Pero no me lleve a la habitación 101!” (ORWELL, 2009, p. 279)
El proceso de tortura por el cual los prisioneros pasan tiene el objetivo de destruir cualquier tipo de lealtad que ellos posean en relación a alguna otra persona o alguna otra cosa, de forma que substituye esa lealtad por la lealtad al Gran Hermano y al Partido. La destrucción de tal lealtad es justamente la destrucción de aquello que une a los seres humanos con otros seres humanos, lo que los torna en capaces de construir familias, comunidades, naciones y otros tipos de instituciones supraindividuales, ósea, una civilización. Por lo tanto, O’Brien busca obliterar una lealtad capaz de generar una racionalidad común, busca una “Obliteración de la Identidad”, como una alternativa de traducción de la “Adoración de la Muerte” de Lestasia.
La crisis de la racionalidad común aún puede ser ilustrada por el experimento de tortura realizado con Winston, en el que O’Brien le muestra cuatro dedos y le pregunta cuántos dedos ve. Winston insiste en que ve cuatro dedos, pero después de una serie de descargas dolorosas, Winston es llevado a asegurar que de hecho hay cinco dedos, ya que el individuo puede cambiar su propia percepción de lo real, de lo que le es externo, de lo que le es supraindividual. Ósea, Winston se ve divido en sí mismo, un dividuo, en conflicto con lo que ve y lo que piensa o debería pensar:
Cualquier cosa podría ser verdad. Las así llamadas leyes de la naturaleza eran tontas. La ley de la gravedad era tonta. “Si yo quisiese”, dijera O’Brien, “podría flotar lejos de ese piso como una burbuja de jabón.” Winston se quedó pensando. “Si él piensa que está flotando y subiendo, entonces la cosa sucede.” Ni un golpe, como una madera de navío naufragado subiendo a la superficie del agua, el pensamiento irrumpió en su mente: “No sucede de hecho. Imaginemos que sucede. Es alucinación.” Detuvo inmediatamente su pensamiento. La falacia era obvia. Partía del presupuesto de que, en algún lugar, fuera de la propia persona, había un mundo “real” donde las cosas “reales” sucedieran. ¿Pero cómo sería posible un mundo así? ¿Qué conocimiento tenemos de cualquier cosa que no sea lo que obtenemos por medio de nuestra propia mente? Todo sucede en la mente. Lo que quiera que suceda en todas las mentes, sucede de hecho. (ORWELL, 2009, p. 324)
Podemos interpretar este episodio como algo simbólico del individualismo atomizante de las sociedades liberales, que llevaría a la crisis de la racionalidad común en una utopía posliberal, como predice Dugin. La liberación del individuo a lo que le es externo y fundamental para la ideología liberal y de ahí deriva su nombre. La libertad es afirmada dogmáticamente por la ideología liberal, en contraste con la libertad para, que sea considerada por el liberalismo como mera cuestión de elección privada (DUGIN, 2013a). El individuo posmoderno (o el dividuo en todos sus conflictos internos) no deberá tener ninguna lealtad a algo que le sea externo; luego, la sociedad será atomizada y fragmentada en una distopia cosmopolita en la que los individuos tendrían sus propias verdades internas sin cualquier referente externo a ellos. Sería el desarrollo de lo que en Nueva Habla, la lengua del Partido, es llamado doplepensar, la “igualación de lo real y lo virtual”. La no aceptación de cualquier instancia supraindividual llevaría a la crisis de la racionalidad común y, consecuentemente, a la inviabilidad de la política, una alienación en relación a la realidad. En palabras de O’Brien, “Controlamos la materia porque controlamos la mente. La realidad está dentro del cráneo” (ORWELL, 2009, p. 309). De esa forma, el individuo atomizado posmoderno sería vulnerable al control mental, será una variable dentro de un mundo visto como un modelo técnico. Considerando todavía un mundo tecnológico futuro en el que las cosas poseen a los hombres, las teletelas de Oceanía serían las computadoras de cada individuo integrados en una red global con sus constantes referentes electrónicos, computadoras que serían cada una la extensión de un gobierno que todo lo ve y que todo oye; un gobierno omnipresente como el Gran Hermano, que controla las mentes a partir de la tecnología. El poder será multiplicado por cada individuo, cada uno convirtiéndose en una rama del gobierno omnipresente.
Por lo tanto, si una distopia orwelliana es posible en el futuro del mundo unipolar, ella podría partir del liberalismo hegemónico occidental. Concordamos con Almeida (2018) que argumenta que el liberalismo hegemónico ya presenta señales de totalitarismo, justificando las prácticas imperialistas de Occidente como la pretensión de la universalidad de la ideología de los derechos humanos. El liberalismo, teniendo por base al individualismo, el economicismo materialista y la ideología de los derechos humanos como justificación, entrará en combate contra la civilización y, consecuentemente, contra la identidad, la cual sólo se define a partir del diálogo entre nosotros y ellos, rumbo a una sociedad global cosmopolita, como es expuesto por Dugin. De esa forma, el orden unipolar impedirá los posibles centros de poder alternativos que impiden su expansión de nacimiento, imponiendo así una nueva forma de totalitarismo similar en muchos puntos, como presentamos, a aquella ficción de Orwell.
 Referencias
ALMEIDA, Lucas Leiroz de. Da existência de um totalitarismo liberal-humanitário após 70 anos da Declaração Universal dos Direitos Humanos. Revista Jus Navigandi, ISSN 1518-4862, Teresina, ano 23, n. 5379, 24 mar. 2018. Disponível em: <https://jus.com.br/artigos/64898>. Acesso em: 4 set. 2018.
 DUGIN, Aleksandr. Teoria do Mundo Multipolar. Lisboa: IAEG (Instituto de Altos Estudos em Geopolítica & Ciências Auxiliares), 2012a.
 DUGIN, Aleksandr. Eurasianismo, ensaios selecionados. Paraíba: Zarinha Centro de Cultura, 2012b.
 DUGIN, Aleksandr. Contra o ocidente, Rússia contra-ataca. Porto Alegre: Austral, 2013a.
 DUGIN, Aleksandr. A quarta teoria política. Curitiba: Austral, 2013b, 2ª ed.
 GONÇALVES, Hermes Leôneo M. B. L. O Eurasianismo, sua influência na política externa russa pós-soviética e reflexos na Política de Defesa do Brasil. 2014. 133f. Dissertação (Mestrado em Ciências Militares) - Escola de Comando e Estado-Maior do Exército, Escola Marechal Castello Branco, Rio de Janeiro.
 HUNTINGTON, Samuel P. O choque de civilizações e a recomposição da ordem mundial. São Paulo: Objetiva, 1997.
 ORWELL, George. 1984. São Paulo: Companhia das Letras, 2009, 1ª ed, 8ª reimpressão.
 Notas
[1] – Modelo de Estado desarrollado después de 1648, por los tratados de Westfalia, que “Nació como el rechazo de las reivindicaciones del universalismo y de la “misión divina” de los imperios medievales, y asentada con las reformas burguesas ocurridas en las sociedades europeas, con base en el precepto de que sólo un Estado nacional posee la más alta soberanía y de que fuera de este no puede existir cualquier instancia que tenga el derecho legal de inferir en la política interna de ese Estado – sean cuales fuesen los objetivos y propósitos (religiosos, políticos u otros) que lo guíen (DUGIN, 2012a, p. 9-10).
 Fuente
https://legio-victrix.blogspot.com/2019/11/felipe-nogueira-de-sousa-geopolitica-da.html
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redscorpiozzh · 2 years
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La multa y la "visita"
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En un abrir y cerrar de ojos ocurrió, era viernes, y aunque el enemigo aún no se había movido, pudimos aflojar nuestros músculos y descansar los huesos primero.
Ya sea para generalizar “violación de la ley” y “violación de la moralidad” o generalizar vagamente el estándar de la “violación de la moralidad”, se hizo cumplir selectivamente la ley y emitió castigos más allá de sus facultados, lo cual es contrario al espíritu del estado de derecho de nuestro país. Los profesionales lo siguen discutiendo a profundidad, sin preámbulos. Hoy me gustaría exponer un factor clave que contribuyó rápidamente a la caracterización de la “mala moral” del actor Zhang en el incidente del 813: la falacia de asociación y respaldo inverso. (sic)
Ponga esta situación en su vida diaria: suponga que un día conduce a una ciudad desconocida, la cámara lo capta girando en una intersección con luz roja y recibe una multa.
Usted se niega a aceptar la sanción y se queja ante el departamento de policía de tránsito: hay una señal en esa intersección que le permite girar a la derecha en un semáforo en rojo sin no hay otro vehículo cerca.
Situación normal: La policía de tránsito lo ayuda a verificar y rápidamente revoca la sanción.
Situación inusual e imposible: La otra parte estaba furiosa por su queja. Citó los clásicos y describió el proceso de construcción de las leyes y regulaciones de tránsito del país en las últimas décadas. Aprende la conmovedora historia del experto que, teniendo excelentes condiciones viviendo en el extranjero, regresa a China para desarrollar el sector del transporte en su país y luego le pregunta: ¿por qué pisotea los esfuerzos de generaciones de chinos para mejorar las leyes y regulaciones de tránsito? Mira a esos compatriotas que han dedicado su vida a esto ¿no te da vergüenza? Deberías ser castigado.
Bastante ridículo ¿no?
La causa de esta situación absurda es un típico “error de atribución fundamental” (también conocido como sesgo de correspondencia). Sacar a la luz la historia del desarrollo de las leyes de tránsito que no tiene nada que ver con la sanción por girar en un semáforo en rojo y se desvía de los hechos objetivos de la evidencia, para forzar una correlación entre la percepción subjetiva del denunciante por la “falta de respeto por el sacrificio y la lucha de generaciones de trabajadores en nuestro país” y que incumplió las leyes y reglamentos pertinentes, violó deliberadamente las reglas y presentó una denuncia maliciosa.
Bajo esta errónea cadena lógica, cuánto más se enfatiza la dificultad de desarrollar y perfeccionar las leyes de tránsito, más abominable se vuelve la conducta del denunciante. La narrativa implícita de esta lógica es: el denunciante es completamente consciente del trasfondo de “varias generaciones de luchas y sacrificios por mejorar las leyes de tránsito” (cuando en realidad esto no es ni posible ni una condición relevante para el evento), por lo que su acto de apelar en sí mismo es un acto con significado vicioso, en cuanto a si puede o no virar con luz roja en la intersección, eso ya no es importante.
Cualquiera que lo vea aquí, definitivamente encontrará que esta situación absurda reproduce exactamente el desarrollo del incidente del 813.
No son sus palabras y hechos los que se utilizan para corroborar e incluso confirmar que el actor de apellido Zhang es inmoral. No son sus palabras y hechos los que están mal, sino “los ojos de 300 mil almas agraviadas en al Masacre de Nanjing” “la sangre y las lágrimas derramadas en la masacre de Lushun”, “las brutales atrocidades del ejército japonés y el sacrificio de nuestros ancestros revolucionarios para dar a nuestro actual país paz y seguridad”, “los políticos japoneses que todavía hoy van a adorar fantasmas” e incluso “la señora Zhang Chunru, una mujer chino-estadounidense que valientemente expuso la masacre de Nanjing y murió de una enfermedad mental”; “estas heridas y cicatrices nacionales históricas nos entristecen e indignan, pero más imperdonable es el actor de apellido Zhang”.
Los 30 rumores que aparecieron antes y después, ayudaron a fortalecer aún más esta percepción negativa, asumiendo que el actor de apellido Zhang apareció en las fotos de los cerezos en flor por “malignidad subjetiva”.
A esas alturas, la abrumadora voz de la justicia, que nada tiene que ver con los hechos clave del incidente, se convirtió en los clavos del ataúd del estigma de “inmoral” y “antipatriota” del protagonista.
Entre ellos, el engaño lógico, la sugerencia psicológica y la manipulación de la opinión pública para que sean los internautas quienes “resuelvan el caso” han formado un conjunto de tormentosos golpes combinados, que hacen que la persona no pueda volver.
¿Pero el actor de apellido Zhang ha “visitado” el club fantasma? Este factor clave que tiene la capacidad para cancelar “la multa de tráfico” en el evento fue borrado de la narrativa.
Afortunadamente los millones de personas que han seguido este asunto, han ido notando una gran cantidad de fenómenos caóticos irrazonables e ilegales en el manejo del incidente del 813 desde agosto y se han mantenido enfocados hablando de ello.
Se ha levantado la primavera de nuestra justicia y se ha abierto la sabiduría del pueblo.
Autor en Weibo: @梧十三
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inventiba · 3 years
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El Reino Unido publica un plan a diez años para convertirse en "la superpotencia I.A", el cual busca rivalizar con EE. UU. y China
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LONDRES - El gobierno del Reino Unido publicó el miércoles su plan de 10 años para convertir al país en una "superpotencia de inteligencia artificial" global, que busca rivalizar con países como Estados Unidos y China.
La llamada "Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial" está diseñada para impulsar el uso de la IA entre las empresas de la nación, atraer inversiones internacionales en empresas británicas de IA y desarrollar la próxima generación de talentos tecnológicos locales.
"Hoy estamos sentando las bases para el crecimiento de los próximos diez años con una estrategia que nos ayude a aprovechar el potencial de la inteligencia artificial y desempeñar un papel de liderazgo en la configuración de la forma en que el mundo lo gobierna", Chris Philp, ministro del Departamento. para Digital, Cultura, Medios y Deporte, dijo en un comunicado.
La Estrategia Nacional de IA incluye una serie de programas, informes e iniciativas.
Entre ellos, se lanzará un nuevo programa nacional de investigación e innovación en IA como parte de un esfuerzo por mejorar la coordinación y colaboración entre los investigadores del país.
En otros lugares, otro programa tendrá como objetivo específico apoyar el desarrollo de la IA fuera de Londres y el sudeste de Inglaterra, donde se concentran actualmente gran parte de los esfuerzos de IA del país.
El gobierno dijo que podría asignar más inversión y recursos a industrias que aún no están aprovechando al máximo la IA, como la energía y la agricultura.
También habrá una revisión de la disponibilidad y la capacidad de la potencia informática para los investigadores y las organizaciones del Reino Unido, dijo el gobierno, mientras que una consulta sobre derechos de autor y patentes para la IA tendrá como objetivo evaluar si el Reino Unido está capitalizando las ideas.
Reacción al plan
"Soy optimista de que el plan podría activar el potencial de inteligencia artificial del Reino Unido", dijo Nathan Benaich, un capitalista de riesgo de Air Street Capital. "Para sobresalir de verdad, el país debe centrarse en los dominios de la investigación científica aplicada, como las ciencias de la vida, la energía y la seguridad cibernética, donde ya tiene capacidades líderes en el mundo".
Beth Singler, antropóloga de la Universidad de Cambridge que estudia la inteligencia artificial y los robots, dijo a CNBC que el Reino Unido está tratando cada vez más de encontrar áreas especializadas en las que pueda competir contra estados mucho más grandes en un mundo posterior al Brexit.
“Con la IA, algunos podrían ver nuestra experiencia con la regulación tecnológica y los debates éticos como una PUV sólida para nuestra agenda de IA”, dijo Singler. “Pero, ¿es la competencia con Estados Unidos o China el mejor marco o narrativa para el progreso general de la IA? Observaré con interés las estructuras ��ticas planificadas que surjan de esta visión de 10 años, pero también debemos tener cuidado de no comprar nuestras propias narrativas del excepcionalismo del Reino Unido porque ya hemos producido algunas de las figuras clave en la historia de Reino Unido. AI."
Seb Krier, investigador senior de políticas en el centro de investigación cibernética de Stanford, dijo a través de Twitter que hay algunos aspectos "muy prometedores" en la estrategia nacional de inteligencia artificial, mientras que la directora de operaciones de DeepMind, Lila Ibrahim, dijo que es bueno ver un enfoque claro en la gobernanza efectiva de la tecnología, agregando que es vital ganarse la confianza del público y las empresas en la IA.
Adquisiciones de empresas emergentes
El lanzamiento de la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial se produce después de que el gobierno del Reino Unido permitiera que los gigantes tecnológicos de EE. UU. Y Asia se apoderaran de algunas de las empresas de inteligencia artificial más innovadoras de Gran Bretaña.
DeepMind, una empresa londinense centrada en la investigación que es ampliamente considerada como uno de los laboratorios de inteligencia artificial líderes en el mundo, se vendió a Google en 2014 por alrededor de 600 millones de dólares. En otros lugares, Magic Pony Technologies se vendió a Twitter, VocalIQ se vendió a Apple y Evi Technologies se vendió a Amazon. Mientras tanto, SoftBank de Japón adquirió Arm, cuyos diseños de chips se utilizan para impulsar muchas de las aplicaciones de IA actuales.
En 2019, se inyectaron £ 2.5 mil millones ($ 3.5 mil millones) en empresas emergentes de inteligencia artificial del Reino Unido, pero muchas de ellas ahora corren el riesgo de ser adquiridas por rivales extranjeros más grandes.
Las grandes tecnologías se están apoderando de rivales más pequeños a un ritmo récord, según un informe del Financial Times publicado el domingo que se basa en datos de Refinitiv. De hecho, las Big Tech han gastado 264.000 millones de dólares en rivales potenciales por valor de menos de 1.000 millones de dólares desde principios de año.
FUENTE.
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grupo-interdac-inc · 11 months
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Sección: Reflexiona. "Wall-E" es una película animada, su mensaje y temas trascienden las edades y culturas. La película aborda problemas relevantes para la #sociedad actual, como la #sostenibilidad #ambiental, la dependencia de la #tecnología y el #impacto de nuestras acciones en el #futuro del planeta. Esto la convierte en una película que puede ser disfrutada por personas de todas las edades y que puede generar importantes debates y reflexiones.
La película cuenta la historia de un pequeño robot llamado Wall-E, cuya misión es limpiar la Tierra desolada y cubierta de basura después de que los humanos la abandonaron. La película aborda temas importantes como la #conservación del #medio ambiente, la importancia de la #naturaleza y la relación entre la #humanidad y la #tecnología. El mensaje de la película es poderoso y nos hace reflexionar sobre el impacto de nuestras acciones en el planeta.
"Wall-E" es una película con una narrativa conmovedora, un mensaje poderoso, una estética visual impresionante y una banda sonora cautivadora. Su éxito radica en su capacidad para entretener al público mientras nos hace reflexionar sobre temas relevantes y urgentes. #calentamientoglobal #calentamiento #basuracero #basura #residuossolidos #EstadosUnidos #China #alemania #Rusia #mexico #peru #peliculas #wall #reflexion
DATOS: Wall-E" es una película de animación producida por Pixar Animation Studios y dirigida por Andrew Stanton. La música de "Wall-E", compuesta por Thomas Newman, complementa perfectamente la narrativa y la atmósfera de la película. La partitura evoca emociones, desde la soledad y la tristeza hasta la esperanza y la alegría, añadiendo profundidad a las escenas y reforzando el mensaje central de la película.
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ecoportalnet · 3 years
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El límite de calentamiento global de 1,5 ℃ pronto podría volverse imposible
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Limitar el calentamiento global a 1,5 ℃ en este siglo es un objetivo central del Acuerdo de París. En los últimos meses, los expertos en clima y otros, han sugerido que el objetivo ya es imposible. Si la Tierra puede mantenerse dentro de un calentamiento de 1,5ºC implica dos cuestiones distintas. Primero, ¿es física, técnica y económicamente factible, considerando la física del sistema terrestre y las posibles tasas de cambio social? La ciencia indica que la respuesta es “sí”, aunque será muy difícil y las mejores oportunidades de éxito se encuentran en el pasado. La segunda pregunta es si los gobiernos tomarán medidas suficientes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Esta respuesta depende de la ambición de los gobiernos y de la eficacia de las campañas de las organizaciones no gubernamentales y otros. Entonces, científicamente hablando, la humanidad todavía puede limitar el calentamiento global a 1,5 ° C en este siglo. Pero la acción política determinará si realmente lo hace. Combinar las dos preguntas equivale a una erudición fuera de lugar y es peligroso. Calentamiento global de 1.5 ℃ no fue sacado de la nada El  Acuerdo de París  fue adoptado por 195 países en 2015. La inclusión del límite de calentamiento global de 1,5 ℃ se produjo después de un largo impulso de los países vulnerables, de islas pequeñas y menos adelantados, para quienes alcanzar ese objetivo es su mejor oportunidad  de supervivencia. Fueron respaldados por otras   naciones vulnerables al clima y una  coalición de países de gran ambición. El límite de 1,5 ℃ no se tomó de la nada, sino que se basó en la mejor ciencia disponible. Entre 2013 y 2015, un extenso proceso de revisión de las Naciones Unidas   determinó que limitar el calentamiento a 2 ℃ de este siglo  no puede evitar  un cambio climático peligroso. Desde París, la ciencia sobre 1,5 ℃ se ha expandido rápidamente. Un Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC)  informe  en 2018 sintetiza cientos de estudios y se encontró rápida escalada de los riesgos en el calentamiento global de entre 1,5 y 2 ℃ ℃. El informe histórico también cambió la narrativa del riesgo climático de un mundo de invernadero algo inimaginable en 2100, a una amenaza muy real dentro de la mayoría de nuestras vidas, una que la acción climática ahora podría  ayudar a evitar. El mensaje no se perdió en un mundo que experimenta cada vez más impactos climáticos de  primera mano. Impulsó a un movimiento juvenil y activista mundial sin precedentes que   exigía una acción compatible con el límite de 1,5 ℃. Los beneficios a corto plazo de una estricta reducción de emisiones son cada vez más claros. Puede reducir significativamente las  tasas de calentamiento a corto plazo  y aumentar las perspectivas de  desarrollo resiliente al clima. Una cuestión de probabilidades El IPCC examinó detenidamente las reducciones de emisiones necesarias para alcanzar el límite de 1,5 ℃. Encontró que es factible llegar a 1,5 ℃, pero requeriría reducir a la mitad las emisiones globales para 2030 en comparación con 2010 y alcanzar emisiones netas cero a mediados de siglo. No encontró vías de reducción de emisiones publicadas que den al mundo una probabilidad (más del 66%) de limitar el calentamiento máximo de este siglo a 1,5 ℃. Pero identificó una variedad de vías con una probabilidad de una en dos de lograrlo, con un rebasamiento limitado o nulo. Tener una probabilidad entre dos de limitar el calentamiento a 1,5 no es lo ideal. Pero estas vías suelen tener una probabilidad superior al 90% de limitar el calentamiento a muy por debajo de 2 ℃, por lo que son  totalmente compatibles  con el objetivo general de París. No confíe en los presupuestos de carbono Los presupuestos de carbono muestran la cantidad de dióxido de carbono que se puede emitir para un determinado nivel de calentamiento global. Algunos apuntan a los presupuestos de carbono para argumentar que el objetivo de 1,5 ℃ ahora es imposible. Pero las estimaciones del presupuesto de carbono están matizadas y no es una forma adecuada de concluir que un nivel de temperatura ya no es posible. El presupuesto de carbono de 1,5 ℃ depende de varios factores, que incluyen: - la probabilidad con la que se detendrá el calentamiento en 1,5 ℃ - la medida en que se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero distintas del CO₂, como el metano - incertidumbres sobre cómo el clima responde a estas emisiones. Estas incertidumbres significan que no se pueden sacar conclusiones sólidas sobre la base de una única estimación del presupuesto de carbono. Y, en la actualidad,  los presupuestos de carbono  y otras  estimaciones  no respaldan ningún argumento de que limitar el calentamiento a 1,5 ℃ sea imposible. No se puede garantizar mantener los aumentos de temperatura por debajo de 1,5 ℃, dado el historial de acción hasta la fecha, pero el objetivo ciertamente no es imposible. Como diría cualquier médico que se embarque en una cirugía crítica, una probabilidad de supervivencia de uno en dos no es ciertamente una razón para no hacer todo lo posible. Más cerca de lo que nunca hemos estado Es importante recordar el papel especial que juega la meta de 1,5 ℃ en la forma en que los gobiernos responden al cambio climático. Cinco años después de París, se muestran los logros de incluir esa ambición superior en el acuerdo. Unos 127 países apuntan a lograr emisiones netas cero para mediados de siglo como muy tarde, algo que se consideraba poco realista hace solo unos años. Si se logra a nivel mundial y se acompaña de estrictas reducciones a corto plazo, las acciones podrían estar en línea con 1,5 ℃. Si todos estos países cumplieran con estos objetivos de acuerdo con la  mejor ciencia disponible sobre cero neto , es posible que tengamos una probabilidad de uno en dos de limitar el calentamiento de este siglo a 2,1 ℃  (pero una escasa de uno en diez que se mantiene a 1,5 ° C). Se necesita mucho más trabajo y más países deben dar un paso al frente. Pero por primera vez, la ambición actual acerca el límite de 1,5 ℃ al alcance de la mano. Los próximos diez años son cruciales, y el enfoque ahora debe estar en los objetivos de los gobiernos para 2030 para la reducción de emisiones. Si estos no se establecen lo suficientemente cerca de una ruta de emisiones compatible con 1,5 ℃, será cada vez más difícil alcanzar el cero neto para 2050. El Reino Unido y la Unión Europea se están acercando a este camino. Los  nuevos objetivos climáticos de Estados Unidos son un gran paso adelante y China se está moviendo en la dirección correcta. Australia está ahora bajo un intenso escrutinio mientras se prepara para actualizar su inadecuada meta para 2030. La ONU quiere que una vía de 1,5 ℃ sea el centro de atención en la cumbre climática COP26 de este año en Glasgow. Los riesgos no podrían ser mayores. Este artículo fue escrito por un equipo de expertos. Se vuelve a publicar de The Conversation. Artículo en inglés Read the full article
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revistaperiferia · 3 years
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Pax Americana
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9 de Enero de 2021
Por Santiago Vargas
Al igual que la pax romana, el uso del término pax americana indica un periodo particular en la historia de los Estados Unidos que comienza en el final de la segunda guerra mundial (1945). El término se señala el periodo donde dicho país se consolida como la potencia hegemónica mundial afianzando un poderío militar, económico y diplomático y llegando a tener la mayor influencia política sobre todo Occidente. Sin lugar a dudas, Estados Unidos ha sido el epicentro y la expresión más acabada del modelo de civilización mundial contemporáneo. Durante años su cosmovisión ha sido impuesta a la mayoría de los países del mundo, entendiendo la alteridad desde una lógica americana, pero sobre todo mercantil, reproductivo y funcional del capitalismo imperante.
Sin embargo, a día de hoy parece que esta noción dominante sobre lo que estados Unidos significa en la civilización posmoderna parece desvanecerse. Los hechos ocurridos en el capitolio el pasado 6 de Enero son una muestra de este fenómeno.
A día de hoy, los cimientos sobre los cuales se ha levantado a esta poderosa nación hace mas de 200 años, los principios y valores impuestos por los padres fundadores comienzan a ser socavados con mayor velocidad. Este fenómeno implica una reconstrucción de las articulaciones hegemónicas sobre las que se rige la sociedad, ese conjunto de significancias sociales en palabras de C. Castoriadis que establecen parámetros de conductas a seguir. Esas aspiraciones y deseos son hoy pensados desde una nueva lógica sociocultural que se presenta como alternativa al orden establecido. Esta visión, impulsada principalmente por el fenómeno de la globalización a nivel mundial genera a su vez derivados como el multiculturalismo y la inmigración masiva que lentamente construyen una voz conjunta, un nuevo sujeto político que quiere ser reconocido, que lucha por obtener un lugar dentro de la pirámide social, que intenta abstraerse de aquel mote de “extranjero “ al que se ve sometido y pasar a ser aceptado como un  ciudadano común pero manteniendo una cultura que lo diferencia de la masa autóctona del lugar en el que se encuentra. Es por esto, que estos actores sociales intentan ser visibilizados y en esa lucha por conseguir su objetivo, otros parecen perder el lugar que antes solían poseer, como es el caso de los obreros blancos del interior del país, quienes parecen haber sido abandonados hace tiempo por el establishment progresista y financiero de las costas este y oeste, focalizado en la comprensión de las minorías como los primeros en padecer la exclusión social. En este juego de suma cero, en donde parece que unos deben perder para que otros ganen, aparecen personajes como Donald Trump, que logran canalizar las frustraciones de estas clases medias renegadas del análisis social, atendiendo a una parte de la población olvidada y que a su vez encuentra en la irrupción de ese alteridad una amenaza para su propia supervivencia racial. La figura del WASP (en español blanco, anglosajón y protestante), aquel prototipo de ciudadano que ha dominado las finanzas, la política, el comercio y la industria durante centenares en este país, esa clase social que ha sido la dueña y señora del territorio hoy pierde su hegemonía dentro de la sociedad estadounidense frente a la superioridad demográfica de otras comunidades como los afro descendientes, latinos, islámicos que comienzan a poblar en mayoría el suelo americano. Frente a la perdida de este rol preponderante a nivel interno y la creciente aparición de China en el escenario geopolítico y comercial a nivel internacional, este sector de la población intenta desesperadamente retener su figura en el tejido social y encuentra en personalidades como Trump, un protector y mesías de su idiosincrasia. No obstante, al verse desprotegidos ante el avance de ese otro extraño que intenta arrebatarles su territorio estos sectores se radicalizan en la lucha por defender sus intereses y de la mano de sus líderes intentan mantener un modelo de país que hace rato han dejado de existir. “Make America Great Again” anhela la reconstrucción de un pasado común, y sobre todo de un modelo de país que, para la comunidad blanca, solía ser mejor, donde  EE.UU era algo que ahora ya no es, era el ejemplo a seguir de una Europa fragmentada, y “Big Brother” que guiaba y controlaba el accionar de aquellas inexerpertas, jóvenes y subdesarrolladas naciones del sur y centro del continente, pero sobre todo, era el defensor de cultura occidental. Hoy, esta identidad está siendo cuestionada por otras nuevas que aspiran a imponerse como las hegemónicas. La expresión de aquella efervescencia religiosa de los seguidores de Trump, radicales y violentos es resultado de un largo proceso de exacerbación de las diferencias dentro de la sociedad, donde tanto el Trumpismo en su campaña electoral como durante su mandato y los medios de comunicación que responden al partido Demócrata se encargaron sistemáticamente de remarcar la existencia de dos modelos de país; El de ellos y nosotros. Naturalmente acudiendo a la polarización no solo radicalizaron a la población sino que la convencieron de que estaba en juego el futuro de la nación y que para mantenerlo era necesario apostar fuertemente al apoyo de uno u otro proyecto político. El resultado fue violencia, vehemencia, odio y sobre todo la exaltación de un antagonismo destructivo que solo puede acabar con la erradicación del enemigo. Hoy estados unidos se ve inmerso en esa transición, en medio de un caos político que proviene de aquella lucha de intereses cruzados, entre los que ven hacia atrás, deseosos de volver a un pasado remoto y hoy muy lejano del mundo actual y aquellos que quieren incrementar la velocidad del cambio socio cultural en donde el progresismo imponga sus mecanismos de legitimación social, hacia un nuevo orden político, y en esa encrucijada, ese conflicto de intereses, el mundo avanza mientras que la gran nación del norte se estanca en un espiral conflictivo que parece no tener solución. Un escenario dominado por la dicotomía entre dos discursos que intentan imponerse como verdaderos, entre dos interpretaciones de país que quizá no sean del todo ciertas, pero que pueden serlo en tanto y en cuanto logren ser asimiladas por la sociedad. Es así como en esta batalla entre poderes, la narrativa que cuente con  más recursos y medios para poder ser comprendida y aceptada por las personas es la que finalmente se impondrá, y es esta guerra la que atraviesa hoy Estados Unidos, la guerra entre el poder y el discurso.
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jgmail · 6 years
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Caos manipulado: el poder contra la humanidad
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Por Geidar Dhzemal
24/03/2013 Islamkom.org
Entrevista realizada por Alexei Nilógov Traducido del ruso
– Geidar ¿cómo comentaría Ud. la afirmación del filósofo Alexandr Duguin de que en Rusia no existe ningún posmodernismo, sino que predomina el arqueomodernismo, cuando lo arcaico y lo moderno se capturan mutuamente, y como resultado se produce la superposición de kerigma (principio racional) sobre la estructura (principio mitológico)?
– Dentro de la historia del intelectualismo actual el posmodernismo es la última línea de defensa del club liberal mundial, que ha entrado en la fase de crisis.
La crisis de los liberales concretamente se debe a que la economía de aire especulativa de hecho “se ha comido” los activos reales y para seguir con los procesos de movilización social en el mundo simplemente no hay recursos. En otras palabras, hoy es imposible llevar a cabo la modernización de una gran parte de la humanidad, porque para eso… no es que no hay dinero – ¡el dinero se puede imprimir! – pero no hay capital real que se pueda convertir en el patrimonio para los miles de millones de personas que viven en la periferia mundial.
Dado que el proyecto de movilización es imposible, el posmodernismo proclama el fracaso del pensamiento proyectista. Vulgarizando, es como si un impotente con aspecto de sabio anunciara que acostarse con las mujeres ya no está de moda. Sin embargo en 2000, apartando a los liberales, quienes por su esencia antropológica son “chandalas” – bohemia desclasada, no desprovista de cierta creatividad, – al poder en Rusia accedieron los “burócratas” – otra sección parapolítica de los desclasados, que por su esencia representan al lumpen, organizado como corporación.
Entre el lumpen organizado corporativamente, que tiende al anonimato, la combinación de la jerarquía vertical con la proliferación horizontal, lo opaco del protocolo entre los despachos etc., y los liberales-chandalas, orientados hacia el hedonismo, la actuación pública en aras de satisfacer su vanidad “escénica”, individualismo, hostil tanto hacia el anonimato, como hacia el personalismo heroico, se abre un abismo tipológico. Los liberales intentan someter a la burocracia, para que les sirva, mientras que los burócratas como respuesta se ven obligados a utilizar el segmento más servil de los liberales (¡aquí es difícil prescindir de los tecnólogos políticos!) para destruir las fracciones más tercas del club liberal. (Este segmento más servil está representado por los actuales políticos europeos que cumplen sin protestar las órdenes de la burocracia internacional afianzada en Bruselas – N. del T.)
Este enfrentamiento ocurre en todas partes, no solamente en Rusia. Vemos claros ejemplos de la oposición entre la bohemia política y el lumpen organizado en la Unión Europea, hasta cierto punto en China, y – lo más importante – en los Estados Unidos, donde este conflicto tiene un carácter fundamentalmente cambiado (en este país la cúpula de la burocracia está estrechamente vinculada a la tradicional burguesía protestante, es decir que el enfrentamiento entre la burocracia federal y los liberales en los EE.UU. tiene el carácter de contradicción entre un estamento casi en el sentido tradicional que se ha conservado y la rica bohemia desclasada con conexiones internacionales).
En Europa la anónima constelación burocrática se enfrenta a los clowns-políticos que dependen del electorado y soterradamente apela a las fuerzas conservadoras, desplazadas a la sombra después de la llegada de los norteamericanos en 1945. Pero en Rusia desde 1917 tales fuerzas no existen. La burocracia, desprovista del contenido propio, tratándose del lumpen e incapaz de imitar el contenido ajeno de manera creativa como hacen los liberales, no puede existir sin un dueño que le proporciona la suprema justificación.
Buscar semejante dueño en China es inútil, porque ahí está en el poder el mismo lumpen (burocracia en forma de la corporación del Partido Comunista Chino) simplemente más exitoso y más listo. Ir a Europa para rendir pleitesía a las fuerzas conservadoras no tiene perspectivas para la nomenklatura lumpen postsoviética: jurídicamente no deja de ser la heredera de los asesinos de la familia del zar en Ekaterinburgo. (Putin de todas maneras lo intentó a principios de su mandato, recuerden sus vuelos desde Moscú al  rancho de Bush y luego a Londres para entrevistarse con la reina – N. del T.)
Únicamente quedan los Estados Unidos. Poseen las condiciones necesarias: modelo burocrático federal que Moscú entiende, pero que tiene como contenido el tradicional establishment burgués, que posee su propio discurso legitimizador y se opone a la vez tanto al liberalismo de izquierda, como al club mundial de los “tradicionalistas”.
Por eso la burocracia rusa a fuerza de su antropología y la implacable lógica geopolítica está colocada “bajo el tejado” (en ruso la expresión tiene la connotación de “protección” en el sentido mafioso – N. del T.) del Washington republicano. De ahí ese extraño sinsentido que resuena en el espacio mediático-mental ruso. Se trata de la imitación del tardío republicanismo romano acompañado del “sonido del metal” precesarista, pero canalizado a través de la articulación liberal ya que los medios, aunque políticamente están sometidos a los burócratas, de hecho siguen en manos de los liberales debido a las razones técnico-profesionales evidentes. A juzgar por todo, el enfrentamiento dramático entre los chandalas y el lumpen seguirá creciendo, y los Estados Unidos están interesados en recalentarlo por todos los medios.
-¿Por qué precisamente en el posmodernismo sitúa  Ud. la época de la conspiración mundial? ¿Cómo transcurre la sucesión histórica de las conspiraciones mundiales?
“Conspiración” es un término que lleva a la confusión, porque se supone que los conspiradores se oponen al establishment y conspiran con el fin de hacerse con el poder. En realidad lo que la gente llama “conspiración” al referirse a cierta intriga con el objetivo de manipular a la sociedad, es generada por el propio poder. La intriga manipuladora tiene por principal organizador a la cúpula de la pirámide del poder.
Así que si hablamos de la conspiración – hay que hablar de la conspiración del poder contra la humanidad y no, de digamos, judeo-masones o iluminados, católicos, wahabitas – contra el poder. Otra cosa es que los mismos judíos o “wahabitas” pueden estar funcionalmente enredados en la intriga del poder como instrumentos ciegos, tontos útiles o actores que desconocen el verdadero guión. La judería política a lo largo de la diáspora, e incluso, como nos muestra la historia del génesis del cristianismo, todavía antes de la diáspora se “inscribía” con ganas en cualquier intriga, ideada por los gobernantes mundiales. La función de intermediarios, fundamentalmente característica de los judíos les jugó una mala pasada en más de una ocasión, porque el poder, después de utilizarlos para sus fines, les entregaba a “los de abajo” cuando estos exigían rendir las cuentas sociales.
El ejemplo clásico, en mi opinión, lo tenemos en la “limpieza” de los judíos en Ucrania durante la rebelión de Jmelnitski. Los judíos entonces funcionaban como los arrendatarios y los encargados de negocios de la nobleza polaca, desviando hacia sí todo el odio que los cosacos sentían contra los magnates. Pero los vishnevetski y demás explotadores estaban lejos, mientras que los encargados judíos, que cobraban impuestos para los amos polacos estaban al lado – lo que llevó a que les ahogaran en masa en el Dniepr. Volviendo al tema de las “conspiraciones”. Posmodernismo representa la crisis provocada de la cultura, la destrucción de los instrumentos que permiten formular los macroproyectos conceptuales.
En las actuales condiciones del movimiento tectónico en la esfera de la sociedad global cualquier macroproyecto (“gran narrativa”) lleva en sí el peligro para la cúpula dirigente mundial. Le preocupa que la energía del “resentimiento” pueda convertirse en una ideología articulada para la nueva generación de la protesta. El intelectual posmoderno es un ser cuya columna vertebral conceptual está rota. Como resultado está paralizado y solo puede recibir a los huéspedes sentado en la silla de ruedas. Precisamente en eso consiste el elemento de turno de la intriga del poder, al que definimos con inexactitud como “conspiración”.
– ¿Cómo ve las perspectivas del discurso de la izquierda en el mundo y en Rusia? ¿Será posible alguna vez de nuevo acumular y canalizar los sentimientos de protesta de la gente en un nuevo movimiento, comparable al marxismo o al antiglobalismo?
– El problema de la protesta no necesariamente tiene que estar vinculado a una categoría más bien ética, de partido como el “izquierdismo”.
Sabemos que la sublevación contra el mundo moderno también se llevó a cabo bajo las banderas de la derecha radical: “barón negro” Julius Evola, las ideas de la revolución conservadora etc. ¡El que la izquierda condena el anticapitalismo de derechas como la revuelta reaccionaria burguesa contra algunos aspectos del sistema mundial, no cambia nada en el hecho de que se trata de la protesta!
Además también surgen preguntas para la izquierda: ¿no será que ponen pegas a la protesta radical de derecha cuando se dirige contra el capital financiero especulativo? Y es que toda la actividad de la izquierda en el siglo XX ha servido al final para que los prestamistas y especuladores obtuvieran el control sobre el sector real de la economía (al respecto tiene interés estudiar las teorías del marxista Rudolf Hilferding, ferviente defensor del “capitalismo organizado”, prácticamente sinónimo del “socialismo bancario” – N. del T.). Resulta, en honor a la verdad, que Marx (independientemente de lo que pensara y dijera) objetivamente abría el camino para el triunfo del banco sobre la fábrica. En realidad, si sacamos entre paréntesis todo lo secundario, la organización de la URSS se reducía exactamente a eso (lo que  hasta cierto punto desde el principio comprendía el propio Lenin).
Semejante protesta, desde luego, no nos satisface.
No nos satisface la “crítica” del capital que, en última instancia se refiere al capital industrial.
No nos puede satisfacer la lucha contra las clases explotadoras que desemboca en el pogrom de los organizadores nacionales de la producción a favor de los especuladores internacionales (lo que resulta objetivamente, pese a los demagógicos ataques a los especuladores también).
Pero, por otro lado, tampoco se puede construir la protesta  en base al culto nacional-burgués de la producción de mercancías organizada corporativamente. Lo que comenzó como la revuelta alemana contra la usura internacional, terminó como la esclavitud industrial asiática dentro del marco de la división de la economía global entre la economía de la producción subordinada y la economía del consumo dominante. En otras palabras, el triunfo de la economía virtual después de 1945 ha sido tan total, que es inútil oponerle proyectos de tipo económico interno (retorno a la economía real o la fase anterior a la producción de las mercancías).
La protesta actual (futura) debe entender de una manera completamente diferente tanto la economía política, como las apuestas en esta lucha y el contenido socio-antropológico de los jugadores-participantes colectivos de la lucha. Hoy no se trata ni de la oposición entre el trabajo y el capital, ni de la apropiación de la plusvalía. Se debe hablar en términos teológicos sobre el secuestro del significado de la existencia humana, rígidamente delimitada por el marco temporal del nacimiento a la muerte. Hoy el hombre entrega a la máquina social no solamente su tiempo de trabajo, sino el tiempo que pasa con su hijo en el zoo o cuando está con chanclas delante del televisor, o con el periódico en una cafetería, o haciendo la cola para cobrar el paro. La actual forma de socialización representa el robo de su tiempo vital a través de la falsificación, del secuestro del sentido. Todo el tiempo del hombre socializado es secuestrado y convertido el capital que le es enajenado.
La protesta se concentra en la devolución del sentido y la construcción de barreras en la vía del secuestro de su tiempo individual. En actualidad el ejemplo más claro de semejante protesta (aunque en el fondo no es más que el primer pasito en la dirección adecuada) nos lo da Hezbolá en el Líbano.
Cuando se construya el discurso de la teología de liberación del islam político, que sea aceptado como la ideología universal aconfesional-cultural de la protesta tanto por los guerrilleros de las FARC en Colombia, como por los restos de los jemeres rojos en el sudeste de Asia – entonces se podrá decir que el genio espiritual de la libertad, que reside en lo más recóndito de la “condición humana”, saldrá a la recta final – el último segmento de la Gran Historia.
– Cuando habla del fracaso del “Club liberal”, utiliza la metáfora de Francis Fukuyama sobre el “fin de la historia” como el fin justamente de la historia liberal. Hace poco Robert Kagan contestó a Fukuyama con la metáfora del “fin del “fin de la historia”. ¿Conoce sus argumentos?
– Cuando Fukuyama habló del fin de la historia los liberales creían que la victoria política de su club estaba decidida y ya no había quien lo retara.
En aquel momento los liberales entendían por el fin de la historia no su propio fin, sino el fin, al menos político, de todos los no liberales. Más aún, creían que habían logrado hacerse con el secreto del inconsciente colectivo de la “mayoría silenciosa”, convencerla de que formaba parte de la “causa común” que, por supuesto, consiste en el proyecto liberal de la prosperidad y el confort. Los liberales alimentaban la ilusión de que la “mayoría silenciosa” era moralmente solidaria con ellos.
Tormentoso final de los 1990 y comienzos de los 2000 demostraron que la “mayoría silenciosa” no lo estaba! Este descubrimiento, por un lado, llevó a la desvalorización del mito electoral: “¿Si la mayoría no se solidariza con nosotros, para qué queremos todo ese sagrado ritual de la máquina electoral?” La movilización de la gente para las elecciones verifica su inclusión en la ética de la solidaridad liberal. En el caso contrario hay que falsificar los resultados electorales (en versión suave), o pasar a la autocracia. Los liberales moderados y de izquierda no están preparados para ello, pero los de derecha y extrema derecha lo están – lo que en su momento demostró la elección de Bush.
Después de que los liberales descubrieron que su triunfo no era más que una precipitada ilusión, al primer plano pasó su ala más derechista que apostó por jugar a seguir profundizando en la división del mundo en bandos.
En tanto que el club liberal no logra conseguir el dominio mundial, asegurando la inmunidad ante cualquier reto, en acción entra el proyecto de la “nueva Roma” (o “nueva Atlántida”) – el imperialismo nacional-patriótico de los EE.UU., que aplica un rígido dictado con respecto al resto del mundo. Los Estados Unidos fueron obligados a reproducir el modelo de Gran Bretaña victoriana incluido el atributo como el de “primer ministro” – judío étnico.
Pero con respecto a Gran Bretaña no existía una resistencia organizada. El tercer mundo fue convertido en la zona oprimida de ocupación colonial, la Europa continental dividida entre Bismarck y Napoleón III, Rusia ejercía de “vigilante” de las inmensidades de Eurasia desde Londres hasta China y el Imperio Otomano. La situación actual de los Estados Unidos con las posibilidades tecnológicas crecidas por mil es políticamente mil veces peor.
En estas condiciones los Estados Unidos, en primer lugar, provocan la oposición contra ellos y, en segundo lugar, múltiples enfrentamientos de sus opositores entre sí, y lo definen como el retorno de la historia. Pero el Imperio Británico manipulaba el balance de fuerzas dentro del orden, mientras que los EE.UU. apuestan por organizar el caos manipulado.
Existe una diferencia abismal.
Por entonces todos lo que participaban en el juego británico creían en aquel orden y deseaban su prolongación, por lo que de una u otra manera colaboraban con Londres. Hoy todos a los que los Estados Unidos han metido en su juego están interesados en que la situación explote, lo que abrirá nuevas posibilidades, están interesados en romper el orden establecido. Pero el asunto está en que los EE.UU. son parte de este orden, y de hecho, manipulando el caos, están preparando su propia destrucción.
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