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#podría estar en condiciones de abandono.
mundorednoticias · 2 years
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#NOTICIAS DE ARMENIA Q C#|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||#Bienestar Animal atendió llamado ciudadano para protección de lobo siberiano en Armenia#Funcionarios del área de Bienestar Animal de la Secretaría de Gobierno y Convivencia de Armenia#en compañía de la Policía Nacional#atendieron el llamado de la ciudadanía para verificar el estado y las condiciones en las que permanece un canino#lobo siberiano#de aproximadamente seis meses de edad que#según los vecinos del sector#podría estar en condiciones de abandono.#Dando cumplimiento a los protocolos de inspección#los funcionarios verificaron que#aunque el animal está bajo de peso y en ocasiones es amarrado dentro de la vivienda#no registra evidencia de maltrato ni deshidratación.#Con los propietarios del canino se socializaron las leyes 84 de 1989 y 1774 de 2016 sobre protección animal#y se estableció un plan de mejoramiento para la construcción de unas barreras naturales que evitan tenerlo amarrado#además de verificación permanente de su estado de salud y vacunas a través de remisión al veterinario.#“Trabajamos de manera permanente y preventiva para que los animales#como seres sintientes#reciban especial protección contra el sufrimiento y el dolor#que pueda ser causado directa o indirectamente por los humanos”#manifestaron los funcionarios de la Secretaría de Gobierno que atendieron el caso.#𝑪𝒆𝒏𝒕𝒓𝒂𝒍 𝑴𝒖𝒏𝒅𝒐 𝑹𝒆𝒅 𝑵𝒐𝒕𝒊𝒄𝒊𝒂𝒔𝙍𝙚𝙙𝙖𝙘𝙘𝙞𝙤𝙣 𝙈𝙪𝙣𝙙𝙤 𝙍𝙚𝙙 𝙉𝙤𝙩𝙞𝙘𝙞𝙖𝙨Luis Fernando Quintero CastañoLuis Fernando Quinte
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¿Qué podemos hacer cuando las cosas no salen como uno/a quiere?
Todos hemos tenido malos días en los que parece que todo son problemas. En momentos así, son muchas las personas que creen que jamás podrán salir de este tipo de situaciones y piensan que ‘todo les sale mal’, cuando en realidad tan solo es una mala época. Entonces, ¿qué podemos hacer ante esta situación?
¿Por qué todo me sale mal?
Es normal pasar por malas épocas, pero creer que todo te sale mal, por ello quizá indica un deseo de control excesivo.
Para muchas personas esta necesidad de tenerlo todo bajo control puede volverse abrumadora, lo que acaba perjudicando nuestra salud mental.
De este modo, esta sensación de que todo te sale mal puede deberse a que tienes tendencia a sobrellevar las cosas cuando no te salen según lo planeado o cambian inesperadamente. Incluso en estos casos puedes encontrarte repasando mentalmente las mismas situaciones mientras intentas buscar una sensación de control.
Esta necesidad de intentar mantener las cosas bajo control puede llegar a afectar tanto tus relaciones como tu salud mental.
Esta necesidad de control puede provenir de los siguientes problemas psicológicos:
Eventos traumáticos: Un trauma infantil puede tener un gran impacto en diferentes aspectos de nuestra vida. Además, también puede provocar que las personas en su edad adulta intenten controlar diferentes aspectos de su vida. Al vivir un trauma, las personas pueden acabar teniendo una visión de la vida muy catastrofista, es decir, acaban asumiendo que vivirán lo peor en cualquier escenario dado.
Experiencias de la infancia: El entorno en el que creciste también puede afectar la manera en la que ves el mundo. Es decir, si creces en una familia con dinámicas inestables, donde no sabías qué podía suceder en cada instante, esto puede conducir a comportamientos de control como una manera de afrontar esta incertidumbre familiar. Por otro lado, crecer con cuidadores emocionalmente inaccesibles también puede resultar en la necesidad de controlar tus interacciones con otras personas en un intento de obtener seguridad y validación.
Trastornos de ansiedad y TOC: Las personas que viven con trastornos de ansiedad a menudo suelen encontrar difícil tolerar la incertidumbre. De este modo, el hecho de rumiar y preocuparse de manera habitual puede perjudicar el día a día de las personas, ya sea a nivel laboral como en el ámbito personal. En cambio, las personas con trastorno obsesivo-compulsivo también pueden tener una fuerte necesidad de controlar como un intento por reducir la ansiedad y los miedos que sienten por esta patología.
Trastornos de personalidad: Una necesidad excesiva de control también puede ser un síntoma de que puede existir un trastorno de personalidad. Por ejemplo, las personas con trastorno límite de la personalidad (TLP) pueden sentir un miedo intenso al abandono. Este miedo podría llevar a las personas a controlar sus interacciones y la actitud de sus relaciones. Otras condiciones también pueden afectar y dar la sensación de que todo sale mal.
Comportamientos aprendidos: A veces, sentir la necesidad de controlar las cosas puede no estar relacionado con una condición de salud mental. De hecho, algunas personas pueden tener esta tendencia debido a que lo han ‘aprendido’ a través de ciertas experiencias durante la infancia y la juventud.
Como vemos cuando ‘todo sale mal’ en muchos casos esto puede indicar que estamos ante una condición de salud mental que puede acabar afectando nuestro día a día.
¿Qué hacer cuando ‘todo te sale mal’?
Los problemas en la vida son inevitables. Sin embargo, cuando sentimos que todo sale mal existen algunas cosas que podemos hacer para intentar sobrellevar esta situación:
Pensar que las cosas pasarán: Pensar que siempre te sucede a ti o que todo sale mal no te ayudará a superar esta situación. Al contrario, este tipo de pensamientos hará que prestes atención a los aspectos negativos de tu día a día y te acabará convenciendo de que todo es negativo en tu alrededor.
Céntrate en lo que puedes controlar: Cuando las cosas van mal, es difícil reconocer que algo puede ir bien. En estos casos, lo importante es intentar no controlar o pensar en aquello que va mal, sino enfocarte en lo que si puedes cambiar y mejorar en tu vida.
Toma algo de control: Aunque creas que no puedes cambiar una situación, la realidad es que hay una cosa que si puedes controlar: tu actitud y tu reacción. Por lo tanto, concéntrate en intentar lidiar con ello cuando crees que todo te sale mal.
Cambia tu perspectiva: La mayoría de problemas que nos preocupan en la actualidad no nos importarán dentro de unos años. De este modo, cuando las cosas van mal, puedes intentar cambiar tu perspectiva ante esta situación e intentar pensar que dentro de unos años, este problema ya no estará.
Piensa que tienes capacidad para manejar esta situación: La falta de confianza para manejar los tiempos difíciles también puede aumentar nuestro estrés y hacer que veamos las situaciones con mayor negatividad. Ante estos sentimientos, recordar que eres capaz de afrontar estos momentos te ayudará a confiar más en tus recursos para solventarlo.
Intenta aprender: No importa cuán de mala sea una situación, en todos los casos puedes aprender algo de estos instantes. Cuando todo te sale mal, intenta visualizar qué puedes aprender de estos instantes y enfócate en ello.
Acepta la incertidumbre: Es difícil tolerar la incertidumbre cuando sientes que nada te sale bien. Pero, intentar contarlo todo solo te hará más daño a nivel emocional. Entonces, no pierdas el tiempo tratando de cambiar algo que no está en tu responsabilidad o control.
Recuerda aquellos instantes que ya has superado: Recordar cómo superaste las dificultades del pasado puede ayudarte a conseguir la resiliencia y la fuerza para poder afrontar estos momentos. Ante una época en la que parece que todo te sale mal, intenta recordar todos los días cómo superaste los problemas del pasado.
Cuídate más: Cuando todo pare que sale mal, lo mejor que puedes hacer es empezar a cuidarte a ti mismo/a. Descansa lo suficiente, haz algo de ejercicio, come sano y dedícate un tiempo al día solamente para ti. Cuánto más te cuides a ti mismo/a, estarás más equipado/a para enfrentar tus problemas.
Pide ayuda: Si crees que no puedes solventar estos tiempos difíciles por ti mismo/a, es vital que pidas ayuda a los demás. No tengas miedo en estos instantes de llamar a amigos/as y familiares para pedirles su apoyo.
Cuando todo sale mal, o parece que nada va bien, puede ser una señal de que debes hacer algo para cambiar en tu vida. Por ello, en lugar de frustrarte por los problemas de la vida, quizá debas verlo como una oportunidad para mejorar.
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ℜ𝔬𝔰𝔞 🖤
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lerosarie · 1 year
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Hay varias cosas pasando. Cómo siempre supongo (?
Pero es curioso, por qué me siento... Cómo... Otra versión de mi (?
De alguna manera siento que estoy usando la energía de la ansiedad en energía... Social (? Que uso para practicar como veo que se hacen las pláticas en el trabajo (?
La ansiedad proviene de dos cosas principales:
1. Quiero cambiar mis condiciones materiales. Estoy empezando a ver las opciones de cambiarme de trabajo, pero es frustrante no recibir positivos. Acepto que así es el proceso, pero aún así, se siente. Estoy viendo mi independencia, lxs potenciales roomies aún no se animan y veo los precios y creo si será bueno por el momento, sobre todo si no encuentro otro trabajo. Se que eso por si mismo genera ansiedad al por venir, pero... La opción a no hacerlo es sentir que me estoy perdiendo de vivir y con ello sentir que... No hay sentido por qué solo servir al capitalismo... Ya no quiero eso. Quiero enfrentar ese miedo, que en verdad, me da miedo, pero me da más miedo desear ver todo aquello que todo el mundo vive y yo solo... No... Vivo, me he dado cuenta que eso me ha bajoneado muchísimo! Al grado de... No querer... Vivir (? Por qué vivir si no se vive? . Así que... Quiero hacerlo. Seguiré con el plan... Lo malo de esto. Es que la ansiedad que me genera está situación creo que va para largo. Y es como si... Sintiera que no se va a ir hasta que cumpla mi meta. Y eso puede tardar. Deberé checar a ver en qué me puede ayudar mi terapeuta...
2. La segunda cosa que me causa ansiedad es... Bueno, es un tipo de... Síndrome de abstinencia de la serotonina que me provocaba estar con elle supongo (? Saber nada ahora. La neta si me pego el ser bloqueada... Sentí que me iba a bloquear de todos lados... Que que... Lo poco que aparece, se esfumaria. Por qué quiero eso? Por qué es una persona que me gustaría conservar en mi vida, realmente si, pero... Sentí con eso que no... Y si no lo quiere? Y si ya quiere borrarte? Está bien... Es lo que necesita, si con eso está bien, todo bien... Me dolerá, claro, como no hacerlo. Pero si es lo necesario, me costará aceptarlo, siento que viviré otro duelo, por qué ahora es el duelo de la relación, después será de la amm amistad (? Que podría quedar (? Por eso me dolió, si me dolió.
Está medio culero todo esto no? Siento que me estoy abrumando muchas cosas. Y tal vez, tenga que irme dando un respiro. Estás en un trabajo muy especial, por qué tiene un buen ambiente laboral, tu jefe es bueno, tienes compañeras que te hacen sentir que son tus amigas. Me han enseñado también de como socializar. En todo caso que requieras más tiempo de estar ahí, vas a estar bien, ellxs te dan más vacaciones negociables... Ahí puedes negociar muchas cosas. Sabes que no te vas a estancar, buscas como superarte.
Se que te duele la ausencia y el abandono (? pero has aprendido muchas cosas también de todo esto no? Has reconocido más cosas que te estaban haciendo daño, por las que te hiciste dependiente. Te has esforzando en aquellas cosas que habías dejado para después, que por supervivencia de mantener la mente en lo mismo habías dejado. Se que las cosas que pasan, a veces duelen, pero hay aprendizajes de ello. Y esta bien que duela.
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vivirparaservirblog · 2 years
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Mi Amigo de 4 Patas - (sept y oct 2022)
Poema escrito y presentado por Yuriana Cáceres.
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"Si tener alma significa ser capaz de sentir amor, lealtad y gratitud, los animales son mejores que muchos humanos" James Herriot.
Descripción de la problemática (global & local)
Existen 6 millones de perros abandonados, y 4 millones de estos se concentran en Lima y se concentran en aproximadamente 80 albergues independientes, el resto habita en las calles en pésimas condiciones. Con respecto a las causas principales del abandono, se encuentran: la falta de responsabilidad para cumplir con las necesidades básicas del animal (atención veterinaria, tiempo para ejercicio, alimentación), la falta de conciencia de cuidado adecuado y no esterilizar al animal cuando se debe hacerlo.
La sobrepoblación de animales en nuestro país, debido a la falta de esterilización de las mascotas. Una reproducción no controlada genera problemas de salud en los animales, hace que tengan una pobre calidad de vida, y lo peor de todo, que sus crías no tengan una vida saludable adecuada y continúen con el este ciclo.
La ley, publicada en enero de 2016, tiene por finalidad garantizar el bienestar y la protección de todas las especies de animales vertebrados domésticos o silvestres mantenidos en cautiverio, en el marco de las medidas de protección de la vida y la salud pública. Lo que se busca es impedir el maltrato y la crueldad, causados directa o indirectamente por el ser humano, que les ocasiona sufrimiento innecesario, lesión o muerte. De igual forma, apunta a fomentar el respeto a la vida y el bienestar de los animales a través de la educación, y velar por su bienestar para prevenir accidentes a sus poblaciones y aquellas enfermedades transmisibles al ser humano. Algunas de las maneras en las que el gobierno podría mejorar la situación de abandono de mascotas es hacer campañas de educación de tenencia de mascotas, promover la adopción de albergues privados, crear nuevos albergues públicos con personal adecuado y hacer campañas de esterilización gratuita. Todo esto por el bien de las mascotas y también la creación de una cultura consciente del cuidado de los animales. 
¿Qué es la ONG Kaprichos Perrunos?
Kaprichos Perrunos (KP) es una organización sin fines de lucro que promueve la tenencia y cuidado de mascotas y lleva ayuda voluntaria a diversos albergues mediante visitas y donaciones en Lima. La misión de KP es “Impulsar el espíritu altruista de jóvenes y adultos mediante el voluntariado, beneficiando a miles de mascotas en situación de abandono en el Perú.” La fundación busca el rescate, recuperación y adopción de los animalitos y que sean adoptados por familias que le den mucho amor y cariño. Kaprichos Perrunos realiza distintos programas de voluntariado para así poder mantener el albergue y rescatar más perritos de la calle y así puedan tener un hogar donde dormir y estar seguros.
Descripción del proyecto
Primero, se escogieron las líderes del proyecto y se nos explicó que para esta campaña solo realizaríamos afiches y sensibilización a través de redes sociales. Decidimos que los afiches debían incluir: nombre de la campaña, elementos que podían ser donados, fecha de duración de la campaña y puntos de acopio. Se pidió que estos tuvieran un diseño llamativo y si es que estaban hechos a mano, que sean legibles. Se hizo un “bosquejo” parecido para determinar lo que debían incluir los posts de redes sociales también. Finalmente, se designaron los encargados de conseguir las cajas que se colocarían en los puntos de acopio y dónde se colocarían las donaciones, estas personas también debían decorar las cajas y hacerlas llamativas. Se les pidió a algunas personas que hicieran anuncios grandes indicando los lugares donde estaban las cajas, así las personas podrían ubicar los puntos de acopio fácilmente.
Para este proyecto, estoy participando de dos maneras. Por un lado, aporté en la promoción de la campaña mediante videos y redes sociales con ayuda de los encargados de marketing. Junto a las demás líderes, trabajamos en conjunto para la elección de afiches, posts, y organización de la sensibilización en la salida e ingreso.
Reflexión
Al inicio de la actividad, pude darme cuenta de la realidad y el sufrimiento de las mascotas abandonadas. Creo que todos somos conscientes de que somos un país en vías de desarrollo pero esto debe empezar a cambiar y nuestras autoridades deben empezar a darse cuenta del daño que le hacen al país al priorizar sus intereses sobre las necesidades de la población. El cuidado animal no debería ser un privilegio al cual solo algunos pueden acceder, es un derecho y es triste que en nuestra sociedad no pueda ser de esa manera. Me parece sumamente importante que todos los alumnos estemos participando en este tipo de campañas porque generar conciencia sobre estos temas, además que lo estamos haciendo mediante actividades recreativas que entretienen a los estudiantes y los hace disfrutar mientras ayudan a causas significativas.
Estoy muy agradecida por haber tenido la oportunidad de participar en este proyecto. Creo que se nos presentan desafíos enormes pero trabajando en conjunto y mucha perseverancia logramos que todo fuera un éxito. Realmente espero que nuestra ayuda tenga un gran impacto en la ONG KP, permitiéndoles seguir cuidando y haciéndose cargo de esos angelitos.
Resultados de Aprendizaje logrados
Identificar en uno mismo los puntos fuertes y las áreas en las que se necesita mejorar 
Mostrar que se han afrontado desafíos y se han desarrollado nuevas habilidades en el proceso 
Mostrar compromiso y perseverancia en las actividades/proyectos 
Mostrar habilidades de trabajo en equipo y reconocer los beneficios del trabajo colaborativo 
Mostrar compromiso con cuestiones de importancia global 
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teacheryoongi · 3 years
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A matter of letting go [1] | Teacher Yoongi Au
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Pairing/pareja: Yoongi x reader-lectora.
Genre/género: fluff, angst, smut eventualmente
Sumary/sumario: Min Yoongi se encuentra a un paso de lograr su sueño, aquél por el cual pasó por encima de sus padres, por el que tuvo que dejar de lado a las personas más importanes de su vida. Estaba a punto de sentirlo en sus manos cuando un desafortunado acontecimiento lo orilla a pararse frente a un salón de clases al lado del amor de su vida.
N/A: aquí está la primera de muchas partes que le esperan a esta fic de yoonie, espero que la aprecies y que la compartas, puedes hacer comentarios o expresar tus dudas, siempre estoy abierta a opiniones. Dale amor y una calida bienvenida al profesor favorito de todos: Yoongi [portada hecha por mi niña arela]
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"Contrario a la materia, crea tus sueños. Si los destruyen: transfórmalos."
Todo había quedado en completa oscuridad. Las voces se escuchaban lejanas, ahogadas por el abandono de la conciencia. Seguía sintiendo la presencia de las personas a su lado, aun cuando parecía que su alma había abandonado su cuerpo por completo.
Se había desmayado.
Instantes atrás llegó a sentir cómo una pesadez insoportable se apoderó de su cabeza y nuca, asimilando la noticia mientras los rostros y objetos a su alrededor comenzaron a girar. El insufrible silbido en su oído hizo que se pusiera de pie, para después sucumbir en la nada.
Se había desmayado.
Esa misma mañana todo pintaba distinto. Desde el momento en el que despertó tuvo el presentimiento de que las cosas iban a marchar hacia un destino diferente, para variar en su vida. Salió del departamento sin desayunar, como ya era su costumbre; se vistió casi en automático y ni siquiera le dedicó una segunda mirada a su correspondencia, solo notó la salida de Amara a su trabajo, pues la cafetera se encontraba desconectada y a medio vaciar, y en la entrada descansaban sus pantuflas. Fue a encontrarse con la chica en el bar-café frente a su domicilio, en el que esta trabajaba -y en el que él mismo había invertido sus noches por el salario mínimo-, para recibir su dosis diaria de cafeína comercial y para discutir los gastos mensuales del alquiler. Para su sorpresa, Amara no estaba en el mostrador, ni siquiera sus compañeros sabían su paradero. Curioso y resignado, tan solo tomó su orden, regular y bien conocida por el personal, y fue directo al estacionamiento de su edificio por su auto, para dirigirse a su trabajo en la disquera.
Actualmente era pasante de la segunda ronda en la famosa disquera, y fue gracias a Namjoon, su mejor amigo, y a su influencia que pudo siquiera ingresar sus papeles y sus proyectos musicales. Entró con un par de melodías que compuso mientras trabajaba en el bar-café, que al parecer resultaron buenas piezas para los oídos de los altos productores y evaluadores, sin embargo, tuvo que ingresar al programa de pasantes debido a la gran demanda por el puesto y a su poco nivel de experiencia siendo, en ese momento, un recién egresado. Esto no lo desanimó en ningún sentido, se encontraba agradecido con Joon y con su trabajo a medio tiempo, ya que podía atender su sueño mientras generaba dinero para sustentarse en el proceso. Después de convencerse lo suficiente, pudo pasar a la siguiente ronda de pasantes gracias a su tesis de egreso de la universidad, y aquí se encontraba ahora, yendo a las instalaciones de la disquera para presentar su última obra maestra; aquella por la que estuvo trabajando incansablemente y por la cual había decidido renunciar a su trabajo como barista, para dedicarle todo el tiempo y dedicación posible.
Ya en su auto palmeó los bolsillos de su cazadora para cerciorarse de que su USB, en el que se encontraba su proyecto, estuviera seguro ahí, y aunque lo estaba, en su pecho cayó una sensación pesada, como si estuviera olvidando algo, y no podía evitar asociarlo con lo importante de este día. Durante el trayecto no se atrevió a conectar el dispositivo al estéreo de su auto - ¡Jamás! Un pequeño fallo podría arruinar todo- se repetía en su cabeza una y otra vez, así que avanzó por las calles en completa sintonía con la aburrida programación matutina de las estaciones de radio. Sus niveles de ansiedad comenzaron a aumentar al llegar al edificio, y no se detuvieron al pasar por el chequeo de su gafete. Esto era pan de cada día, por ello se sentía orgulloso de su proyecto, porque a pesar de las condiciones de su persona física, psicológica y de la laboral, pudo concentrarse en sus deseos e inspiraciones, en sus sentidos e instintos a la hora de crear sus canciones.
Tarde se dio cuenta, al llegar a su designado - y pequeño- estudio, que había olvidado sus aislantes de ruido en casa. Le eran indispensables en este espacio, que aparte de no tener privacidad, tuvo la suerte de estar en el estudio con pésimo mantenimiento en la iluminación; no había día en el que esa abominación no chillara y parpadeara, como si se tratara de una película de terror laboral -esto tiene que acabar aquí, solo corresponde ir hacia lo mejor- se decía a la par de un masaje de sienes.
-Llegaste-, señaló el pelinegro en el umbral de la puerta, con el acostumbrado tono taciturno que lo caracterizaba. -Pensamos que estarías a las prisas con los últimos retoques, ya sabes, debido a la entrega y eso...-era algo común en Edds que hiciera de dominio público sus pensamientos y opiniones, siendo así que solo él, de todos sus compañeros, pensaba que estaría con las prisas pisándole los talones en esa mañana.
-He llegado, sí. En cuanto a los retoques finales, no son exagerados, unas cuantas afinaciones que puedo terminar hoy durante el día. - No le dedicó otra mirada al chico recargado en la entrada, se giró en su silla y se puso los audífonos para bloquear el chillido de los focos, aunque no pudo callar la vocecita petulante del intruso -Pero el último día es hoy, específicamente a las nueve de la mañana. En cinco minutos, Yoongs.-. Dio toquecitos al reloj por encima del marco de la puerta, y así como se le fue el color del rostro a Yoongi, así de rápido salió de la habitación para dirigirse a la oficina de Joon, empujando en el proceso al chico entrometido.
El corazón le latía de una manera preocupante cuando llamó a la puerta y no obtuvo respuesta. Estaba a punto de gritar y patalear cual niño berrinchudo, cuando su espalda chocó contra su jefe, o, mejor dicho, el encargado del programa.
-Joven Min, ¿qué está haciendo aquí perdiendo el tiempo? - El joven Min en cuestión, se quedó en blanco, como si estuvieran pasando sus mejores momentos en aquella empresa por delante de sus ojos, como si el señor frente a él fuera el presagio de su fracaso. - Si está aquí para entregar su trabajo, démelo a mí, el señorito Kim precisamente está en las revisiones de los que se entregaron ayer, se lo haré llegar. Vaya a su lugar, o vaya a desayunar, luce cansado; tiene mi permiso-. Con un par de palmadas en la espalda el señor Kang se fue por el largo y perfectamente iluminado pasillo, con su USB en las manos. Con el USB que contenía sus esperanzas de vida, porque estaba dispuesto a morir antes que permitirse fracasar.
Caminó de regreso a su mini-estudio, donde el pelinegro entrometido ya no se encontraba. En medio del proceso de relajarse por primera vez en el día, recibió mensajes y llamadas de su madre, que decidió ignorar, seguramente se trataba de un nuevo método para enviarle suerte y tener más detalles sobre el proceso de selección. Cuando la gastritis, por el café que bebió sin haber desayunado, comenzó a treparle por el esófago, una llamada entró en su celular, para beneficio de sus hombros tensos.
-Hola, ¿qué pasa? - atendió de inmediato ante la urgencia que tenía de distraer su mente de la ansiedad que le provocaba la espera, porque sabía que, si Namjoon se encontraba dentro del comité que calificaría los proyectos, intercedería por él para que fuera uno de los primeros en ser considerado a evaluar, y, si bien eso era un detalle bueno, la ansiedad de saberlo no lo dejaba en paz.
-¿Ya es la hora del almuerzo?, - el tono apresurado de sus palabras hizo que se enderezara en su silla de escritorio - ¿Puedes venir a la estación de tren?
-Estaba a punto de salir, voy para allá, - contestó aun desconcertado por tal petición -. Llego en 15 minutos -. Colgó, pues no se trataba de una llamada para mantenerse al día, y luego se apresuró a salir del edificio al encuentro con su compañera de departamento.
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Los quince minutos se volvieron veinte al enfrentarse al tráfico de las 11. Y esos veinte en treinta, al no encontrar un sitio de estacionamiento práctico para su gusto. Y es que él detestaba el sol tanto como levantarse temprano por las mañanas, por lo que estacionar su auto en los lugares disponibles, los que había cientos, inquiría una larga caminata bajo el sol intenso del medio día, si pudiera evitarlo y hacer todas sus actividades por las noches sería lo mejor que le pudiera pasar -después de su puesto en la disquera, claro-. Cuando encontró el sitio perfecto en distancia, se apresuró a buscar a la chica en la estación atiborrada de gente. Estaba dispuesto a tomar su celular para llamarla, cuando fue girado sorpresivamente por el antebrazo.
-De haber sabido que tardarías tanto, te habría dicho todo en la llamada.
Yoongi sabía identificar cuando una persona se encontraba irritable, por lo que en esta ocasión decidió guardar silencio y esperar a que la chica, de brazos cruzados y rostro impasible, le diera una razón para hacerlo.
-Lo haré rápido. Mi tren sale en quince minutos, así que quiero dejar todo claro antes de irme. - Mientras las palabras cobraban sentido en su cabeza, la chica anotaba una serie de números en un recibo. -Este es mi número de cuenta, la dirección de casa de mis padres y los códigos que necesitas para llenar datos de envío.
-Es claro que ya has hecho un plan, pero ¿podrías compartirlo conmigo?
De repente ambos sintieron una ola de incomodidad, él por estar fuera de contexto de lo que estaba sucediendo en el momento, y ella por haber sido atrapada en su huida.
-Renuncié. A todo. Regresaré a casa. - Yoongi asintió como ademán para que continuara con la explicación, y al no recibirla luego de un par de minutos se animó a cuestionar a su compañera de departamento.
-¿Qué pasó con querer ser cantante? Sabes que el trabajo que hicimos es bueno, la oportunidad está ahí, ¿por qué lo abandonas?
La chica dedicaba miradas de su reloj de pulsera al chico frente a ella. Con un suspiro miró directamente a Yoongi, quien evitaba sus ojos delatores.
-La verdad es que no estoy abandonando nada, este sueño es tuyo; si es que logras entrar, va a ser todo tuyo -bajó la mirada, culpable -, y si no lo haces no voy a poder ayudarte más. Necesito seguir adelante, no puedo continuar viviendo así, esperando a que alguno de los dos tenga éxito mientras el otro trabaja por el mínimo para mantener el departamento.
-Estuviste de acuerdo con ello, ¿de qué hablas? -un irritado Yoongi, sin almuerzo, se preguntaba si rendirse ahora le traía culpa a la chica, por qué lo hacía.
El silencio reinó entre los dos, a su alrededor la gente se distribuía en busca de personas, taquillas, asientos, entradas y salidas, y ellos sopesaban los sentimientos encontrados de aquella circunstancia. Después de largos minutos, fue ella quien rompió aquel incomodo y desconcertante silencio:
-Simplemente estoy cansada, Yoon. Tengo que irme.
-Bien, entonces, -dijo Yoongi mirando en sus manos el papel que contenía aquello, el cual hacía rollito una y otra vez. - ¿Para qué necesito la dirección y tu cuenta?
-No hice el último pago del alquiler, supongo que con tu nuevo trabajo podrás sustentarlo. Encuentra un compañero, y cuando estés estable regrésame el depósito a ese número de cuenta. -Yoon no pudo hacer más que mirarla con la boca abierta y mirada incrédula-. La dirección es a donde debes mandar mis cosas, como la cafetera y la ropa de cama. Hazlo cuando tengas el dinero del depósito, así pagas con ello.
La expresión del chico no pasó desapercibida. Estaba en completo estado de trance. Al mismo tiempo que llamaban por los altavoces el número de tren de Amara, ella tomó por los hombros a Yoongi para despedirse.
-Fue un placer haber ayudado en tu proyecto, una de las mejores experiencias, se sintió limpio y verdadero. - Él observaba todo el lugar, todo menos a ella-. Espero volver a verte, sin rencores ¿promesa?
Yoon por su parte estaba más confundido que al principio de aquella reunión-despedida. Por lo que solo atinó a decir que sí antes de que la chica tomara sus maletas -que él no había notado en todo ese tiempo- y se girara en dirección a la entrada y salida de los trenes. Toda la situación le resultaba extraña, como si se hubiera perdido un episodio clave de su serie favorita.
Por ese instante no había mucho que hacer, la decisión no estaba en sus manos, de ningún tipo, no de la partida de la chica, no de la aprobación de su proyecto. Lo que sí que estaba en sus manos era un buen almuerzo, y es a donde se dirigiría después de salir del embotellamiento del mediodía, por la salida de niños de las escuelas. En su espera le dio el paso a una fila de niños y niñas, todos tomados de las manos y en la cabeza de la fila se encontraba una señora, que asumió sería la maestra. Antes que pudiera procesar más de aquella imagen, el tráfico se despejó y le permitió continuar.
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Ni bien había acabado de pedir su comida, su segundo café del día fue puesto frente a él. Y es que la cafeína era necesaria en momentos como este, en los que la vida parece ir más lento que de costumbre, pareciera estar más llena y todos más empalmados los unos con los otros. En ese momento Yoongi sentía que en su reloj habitaba el mundo entero, su muñeca pesaba con antelación. Su sueño ya venía retrasado, esperarlo por un par de horas más era un esfuerzo que él no se sentía capaz de tolerar. Y como si fuera el destino, aquel que toca puertas, que se piensa que es lo mejor que has esperado; como si fuera ese engañoso ensueño, recibió la llamada de Namjoon. Y la perdió. Fueron segundos en los que su celular se atascó de mensajes de texto, correos de voz y llamadas entrantes, pero solo pudo ver el nombre de contacto de una sola persona. De esa persona. También había perdido esa llamada, pero recuperó parte de la memoria que creía reseca en el fondo de su cerebro: hoy, Bin volvía a su vida lejos de casa. Creía firmemente que podría ocurrir un milagro en el que su contrato estuviera al pie de su escritorio y tuviera el resto del día libre, para ir a encontrarse y despedirse del amor de su vida por tercera vez. Dispuesto a llamarla, tomó su celular, pero en ello interrumpió el rostro en una burbuja de Namjoonie -una vez más-, y está vez no pudo ignorarlo.
-Nam ¿qué sucede?
Al otro lado, la línea quedó en silencio por segundos eternos.
-Necesito que estés aquí ahora mismo.
Namjoon, de naturaleza noble y simpática, se había transformado en una figura amenazante ante los oídos de Yoongi, quien recibió el mensaje con un corazón desbordante de terror. Nam jamás había sonado tan trastornado como en la llamada.
-Por si te lo preguntas, - soltó un suspiro desesperanzador para su amigo - no es nada bueno.
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danylrobert · 3 years
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Ver "Irán y su lucha contra las drogas, la otra batalla del país" en YouTube
youtube
El abuso de drogas ilícitas en Irán
Las drogas ilícitas no son un problema sólo de Latinoamérica, Irán hace años libra una guerra contra el consumo y tráfico de sustancias nocivas para el organismo, una lucha de Titanes en Irán al colindar con su país vecino Afganistán, primer productor de opio y heroína en el mundo.
Uno de los informes de la Organización contra las Drogas y el Crimen Organizado de las Naciones Unidas, (Unodc), asegura que el 20 por ciento de los iraníes entre 15 y 60 años consume drogas, entre ellas el opio, que por siglos ha sido usado en la cultura persa de forma desmedida.
La República Islámica comparte 965 kilómetros de frontera con Afganistán, denominado "corredor natural en transporte de drogas" (provenientes de este país directamente hacia Occidente) pagando las consecuencias por ello.
Gran parte de cargamentos queda en Irán, nebulizando el opio, la heroína, o drogas derivadas en los consumoadictos. Según el último informe de la OCDC de la ONU el 20 por ciento de los iraníes entre 15 y 60 años consume sustancias, siendo el opio la droga más usada y tóxica para el organismo, lo que se infiere al hábito en droguería a la cultura persa que por cierto no justifica la desidia e indiferencia a ésta problemática para la salud que enferma una civilización completa y Poblaciones con culturas realmente hermosa, repudiando por qué nó los malos hábitos de los persas. El informe indica que en Irán se consumieron 450 toneladas de opio en el 2008 entre 531.000 usuarios habituales, vaya que problema, imagínense, para los hombres, mujeres y niños, sobre todo ancianos y personas con codependencia de otras por condiciones de salud, que se deben a la espera de atención por sus pares, lamentablemente perdidos en la droga, sin los pies sobre la tierra, con la cabeza en los pies, envueltos en un infierno. En ese infierno que concentra el mayor consumo de esta droga a nivel mundial. La ONU a través de sus oficios de la discordia muestra cómo !! el consumo de anfetaminas !!, heroína !! y en especial drogas !! derivadas de ésta, como !! el crystal !!, ¡¡ ha aumentado en los últimos años !! hasta convertirse en un problema de salud pública. "La gran demanda de esta droga aumento en cuatro años creciendo hasta el punto de poner; "alá República Islámica", en el cuarto país con la mayor demanda en el mundo”, asegura dicho informe de la OCDC.
LAMENTABLEMENTE LA MAFIA NO SABE EL DAÑO IRREPARABLE QUE HACE. DESCONOCE A FAMILIAS, GENERACIONES Y CULTURAS HERMOSAS DESTRUYENDOLAS CON EL USO DE SUSTANCIAS, NO LOGRANDO EMPATIZAR CON NIÑOS EN COMPLETO ABANDONO EN SUS HOGARES, EN LAS CALLES, VIVIENDO ATROCIDADES QUE LOS ADULTOS NO VIVIRÍAN EN TODA SU VIDA, a eso mi gente no se le puede llamar astucia o estar cuatro pepas por delante del sistema, al margen de la ley, por qué es como si agarraras una puta bolsa de suero, y le inyectaras un elixir poniéndote la mariposa a la vena, finiquitando tu vida poco a poco, éso pasa con éstos dos países, lo que no tiene sentido con un grado de conciencia, pero hablemos de una sociedad con problemas de salud masivo, trás el abuso de décadas, de drogas nocivas para el organismo, ésta perra de las drogas, es la fea, la pelá, la huesuda, la dama de la guadaña, es un problema de enormes proporciones para una sociedad o personas, que como cualquier otras personas en el mundo, no lo merecen tener.
Una individua en la región narra su historia para la propaganda elitista, veamos, analisemos sus puntos de inflexión;
(La llamaremos María)
“Yo empecé consumiendo opio porque mi marido y su padre lo hacían”
- Hembra de veinticinco años asistente a un centro de rehabilitación en Irán específicamente tratada por adicción a la Metadona.
• La metadona es una sustancia que figura en la Lista II de la Ley de Sustancias Controladas. Las drogas de la Lista II, entre ellas la cocaína y la metanfetamina, tienen gran potencial de abuso, el cual puede conducir a una fuerte dependencia psicológica o física.
“Un día mi marido empezó con el crystal y yo lo seguí. Todo fue bien al comienzo pero sentí que cada vez necesitaba consumir más y con más frecuencia”
- María logra salirse del círculo vicioso con ayuda del centro de rehabilitación en Teherán.
“Vine sin muchas expectativas, pero tuve suerte de que aceptaron tratarme”; visitamos el centro de rehabilitación, habían varias decenas de mujeres reunidas en un taller de bordado.
Luchar solitario contra el consumo en Irán siendo cada vez mayor la inoperancia de autoridades afganas pa controlar el tráfico lleva al Gobierno al adelanto de programas extensivos para la prevención del tráfico de drogas, con un costo no menor de 600 millones de dólares entre los años dos mil ocho y dos mil diez. Según sus estadísticas focalizan su disque batalla con las fronteras bajo sus narices, donde se convencen de trabajar para bloquear su paso, (bueno yo creo que con fuerza y fé por los peques, todo lo vale). Según figura en sus reportes de dos mil nueve, el calendario persa terminó el 21 de marzo. Donde autoridades en Irán decomisaron 1.000 toneladas, en esos últimos siete meses cayendo 243.
Análisis psicobiológicos en Teherán aseguran que el Gobierno iraní ha hecho un gran esfuerzo, reconocido por la ONU, pero el problema está lejos de controlarse. “Las incautaciones son mayores, porque el tráfico es mayor”, comentó a medios de reporte un vulgar analista, asegurando que ahora la feria de droguería iraní sintetiza algunas sustancias, generando mayor daño para la salud de su población, mayor codependencia y adicción a las malditas drogas (consulte en Google).
El problema creciente históricamente y en los últimos meses son laboratorios donde se producen éstas malditas drogas sintéticas. Lo que convierte la hermosa nación islámica en un deplorable exportador. Los iraníes han sido capturados en países asiáticos con cargamentos, pero nada se conoce de los carteles que operan en el país. "Lo que es raro en Irán es que todo sube (de precio), pero las drogas siempre permanecen igual", dice un escuálido estudiante y consumidor de drogas.
Para cerrar éste reloco texto que calca una realidad de muchos ayeres y añares, que lamentable normalizamos, instalado en cada sociedad, sin pretender hacer una cacería de brujas, más que se logre comprender la magnitud del problema, si soy vivo entenderás que como muchos a la cabeza de organizaciones sin fines de lucro, en relación a éste tema de consumo desenfrenado, me preocupa no sólo la salud individual, si no también la salud colectiva de las personas. Tened buenas noches, y reflexiona sobre este item, en como podrías aportar de forma positiva para cambiar la realidad del problema de drogas en tu entorno, no olvides comentar, likear, compartir, etcétera.
Reef Rock 🌍
"Lonco D R Teru Fluid Sound"
En rehabilitación al consumidor, y prevención al consumo desregulado de sustancias nocivas para el organismo.
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dreamerrabbit-girl · 4 years
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Dia 02
Escribe sobre algo que alguien te haya dicho y nunca lo olvidaste.
Llevo varias horas pensando sobre qué escribir, pero al final solo llega a me memoria las últimas palabras que hasta le fecha me ha dicho. Realmente no quisiera escribir sobre eso, pero no me lo puedo sacar de la cabeza.
"Sí, sería lo mejor".
Fue el día después de vernos. Estabas tan distante conmigo. El día anterior no quisiste hablar mucho conmigo, y se me hizo tan extraño no desvelarme platicando contigo, pero lo entendía, te entendía. Solo quería que las cosas estuviesen bien entre nosotros.
Te acababa de recuperar, otra vez, según yo. Tal vez tu intención nunca fue quedarte a mi lado, así como lo habías prometido, pero bueno, lo entiendo, te entiendo, es mucha responsabilidad eso de cuidar de mí, a mi también me cuesta trabajo.
Por favor déjame explicártelo, creo que no lo entiendes, aunque quizá nunca lo hagas.
Si quería estar contigo. Pero creo que no entiendes lo que significa estar deprimido:
La primera vez que me bloqueaste, no tienes idea de cuánto me afectó. Sé que muchas veces me ponía mal por causa tuya, pero estaba dispuesta a dejarlo pasar, hasta que encontrase una solución. No quería depender de ti, pero lo hacía y demasiado, y realmente lo siento, de verdad, perdón. Es que tú eras lo mejor que me había pasado, esto podrá sonar tonto, pero a tu lado ya no sentía ese vacío. Eras mi primer amigo de verdad, o eso creía, no pensaba dejarte ir tan fácil, por eso siempre volvía a ti. Sentía que si te tenía en mi vida, todo iba a estar bien. Pero te fuiste, que porque me estaba enamorando de ti, eso dijiste, pero créeme, yo ya lo estaba desde hace mucho. Estuviste para mí en mis peores momentos muchísimos más de los que yo te apoyé a ti, tal vez por eso te fuiste, tal vez solo te cansaste de mi. Perdón por ser tan pesada e intensa.
Me abandonaste justo al día siguiente cuando le dije a Dios que no sabría que haría o qué sería de mi si ya no estuvieses. Lloré toda esa noche, como no te lo puedes imaginar. Mi mayor miedo se cumplió. Jamás dije que te necesitaba porque no lo consideraba prudente y además nadie necesita de nadie, aunque yo a ti, sí.
Siempre hacía bromas sobre tener depresión y ansiedad, pero ese mes que me bloqueaste, supe lo que realmente es padecerlas. Dejé de bromear, dejé de rezar, dejé de cantar, dejé de comer, dejé de pedirle a Dios amigos, dejé de hablar con las personas que se preocupaban por mí e incluso hice de todo para alejarlas, dejé de trabajar mi autoestima, porque después de ti, sentía que no la merecía. Lloraba todo el tiempo, y tenía que esconderme de mi mamá para que no me viese asi, cuando ella me preguntaba por ti no sabia que responderle, pasaba las madrugadas llorando, hiperventilando, mientras miraba por mi ventana hacia tu casa, sabía que dormías y me parecía muy injusto que tú si pudieses hacerlo y yo ni siquiera me podía acostar porque el mismo vacío y las lagrimas me ahogaban.
Y luego volviste, y quisiste actuar como si nada hubiese pasado, quisiste ignorar mi miseria con tal de satisfacer tu egoísmo. Tu ya no me querías, ni siquiera sé si alguna vez lo hiciste. Entiende que ya nada me hacía sentir bien, y si, me calmaba un poco tu presencia, pero el trauma de tu abandono aún seguía presente. Poco a poco volvía a confiar en ti, aún no estaba tan segura, pero cuando más creí en ti, volviste a lo mismo, revelabas tu verdadero interés por mi, y todo se venía abajo.
Ahora tu dime, si alguien en esas condiciones, al borde de la muerte, podría satisfacer tus necesidades.
Yo sabía muy bien que no podría, aunque en el fondo deseaba cumplirte.
Al final acepté solo para que dejases de insistir, si llegabas a estar conmigo y te quedabas sabría que aquello que me decías era real, pero si algo salía mal, o si me llegabas a abandonar, entonces sabría que nunca te importe y que solo jugabas conmigo, y así fue.
¿Sabes? Yo realmente me obligaba a disfrutarlo, en condiciones normales muy probablemente te hubiese seguido el juego, pero la depresión era mucho más fuerte y hasta el día de hoy sigo lidiando con ella.
Así que al día siguiente en que te fuiste de mi casa, aquel día que ya no me querías abrazar (porque lo noté, ¿tanto asco te daba?), te comportabas extraño, y lo entendía, te entendía, sabía que si me bloqueabas otra vez te sentirías mal, porque me habías mirado a los ojos y me habías prometido que ya no lo harías, fue por eso que lo hice por ti, te pregunté si preferías que ya no te volviese hablar, y unos minutos después me respondiste "Sí, sería lo mejor". Marqué tu mensaje como leído, no pensaba contestarlo, y aún así me bloqueaste.
Y a pesar de que a los 2 meses exactos me desbloqueaste de whatsapp, sigo cumpliendo tu petición, hasta que me digas lo contrario.
No sabes lo duro que ha sido.
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mauriciomeschoulam · 4 years
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4 de abril del 2020
Lo que inició como un problema sanitario, con su enorme costo humano, se ha tornado en una crisis que afecta a prácticamente todos los componentes del sistema global. Pero de todos esos componentes, probablemente el más preocupante fue anunciado por el Secretario General de Naciones Unidas en la semana: las amenazas a la paz y la estabilidad globales. Ante ello, tenemos muchas tareas. La primera es preguntarnos qué factores son los que están poniendo en riesgo a la paz global. Pero no solo estamos llamados a pensar qué es lo que “está fallando” del sistema, como si ese sistema fuese externo a sus partes, sino en qué estamos fallando nosotros; ¿en qué medida nuestro país ha contribuido activa o pasivamente para que cuando ese todo compuesto de piezas interdependientes, esté colapsando como ahora, no estemos viendo suficientes acciones de coordinación y colaboración multilateral del tamaño que la situación global requiere? Miramos impotentemente a Arabia Saudita en pleito con Rusia por los precios del petróleo, a China y a EEUU acusarse mutuamente por ser los propagadores del virus. Europa en conflicto con Trump. Los países de Europa del norte en conflicto con los países de Europa del sur por el diseño de estrategias para el rescate. La reunión del G20 llena de declaraciones de buenos deseos. Y mientras tanto, nosotros sumergidos en nuestra “isla” de problemas intratables, sin visualizar cómo es que éstos se conectan con esa tempestad que ahora nos explota en la cara o cómo actuar para articular lo externo con lo interno de mejor manera. Este no es un tema que nace en esta administración, viene de tiempo atrás. No obstante, hay una oportunidad que ahora se abre. De eso hablo en las siguientes líneas.
Por supuesto que las problemáticas que padecía México ya desde antes de la pandemia son enormes; resolverlas abruma y absorbe. Pero aún así, es necesario pensar paralelamente en diversos niveles y direcciones, ya que varios de los temas que han sido centrales en nuestra agenda—como la desigualdad, la corrupción o el crimen organizado, por poner solo unos casos—operan también de manera transnacional. La política exterior representa el vínculo entre esas esferas, y cuando se diseña de manera adecuada, consigue fortalecer los intereses de cierto país a partir de estrategias de acción que se proyectan hacia afuera del mismo.
Consideremos justamente el tema de la paz, ahora en riesgo. De un lado, está lo que se conoce como la “paz negativa”, es decir, la ausencia de violencia y la ausencia del miedo que esa violencia ocasiona. Sin embargo, la paz no se limita a ese ángulo negativo. La paz positiva, según el IEP, consiste de “actitudes, instituciones y estructuras que crean y sostienen a las sociedades pacíficas”. Este instituto ha detectado ocho indicadores en los que las sociedades más pacíficas del globo, de manera clara y constante, muestran mejor desempeño que las sociedades que carecen de paz. Estos son los ocho pilares o columnas de la paz: (1) gobiernos que funcionan adecuadamente, (2) distribución equitativa de los recursos, (3) el flujo libre de la información, (4) un ambiente sano y propicio para negocios y empresas, (5) un alto nivel de capital humano (generado a través de salud, educación, capacitación, investigación y desarrollo), (6) la aceptación de los derechos de otras personas, (7) bajos niveles de corrupción, y (8) buenas relaciones entre vecinos (cohesión social). (IEP, 2019). Este conocimiento, sin embargo, nos habla sobre todo de la paz estructural al interior de las sociedades.
Pero lo internacional no se encuentra desvinculado de ese entramado de columnas. De hecho, pensar en la paz internacional requeriría un esfuerzo de adaptación que nos llevase a comprender cuáles son las actitudes, las estructuras y las instituciones que generan y sostienen paz entre los distintos países. Podríamos considerar por ejemplo la necesidad de adaptar pilares como (a) un sistema sólido de derecho internacional y de organismos internacionales que funcionen adecuadamente para procesar las controversias entre los estados y garantizar su convivencia armónica (acá es donde se podría incluir la legislación y las instituciones que garanticen el control de armas, y otras legislaciones como por ejemplo en materia ambiental, además de la solidez, el diseño o rediseño del Sistema de Naciones Unidas y organismos regionales y globales, las garantías para que esas instituciones sean eficaces, incluyentes y respetadas); (b) una más equitativa distribución de los recursos globales y/o su explotación; (c) buenas relaciones entre naciones vecinas; (d) aceptación y respeto a los derechos de todos los estados y los pueblos; (e) bajos niveles de corrupción transnacional; y (f) un buen ambiente para el desarrollo de los negocios (en condiciones de respeto a los derechos y distribución equitativa de los recursos), entre varios otros aspectos semejantes.  
Sobra decir cuántos de esos rubros internos y externos están siendo amenazados por la crisis sistémica que esta pandemia está produciendo. Considere solamente el incremento en la venta de armas en EEUU en las últimas semanas. Dos millones nada más. Eso nos habla del miedo a la inestabilidad que prevalece en muchas sociedades.
Sin embargo, asumir que la amenaza solo procede de la precipitación de esta crisis—como si hace unos pocos meses todo lo relativo al sistema de paz global estaba en perfectas condiciones—es justamente el error. Es decir, si hoy vemos a muchos países mirando hacia adentro, buscando salvarse solos de la tormenta, sin tiempo para pensar en los otros niveles del sistema y diseñando estrategias descoordinadas unas de otras, esto no es producto del vacío o de la conducta “natural” de los estados. Por grave que sea, esta no es la primera crisis de estas dimensiones en la historia, y precisamente nuestras experiencias de trauma colectivo nos han llevado a desarrollar normas, acuerdos, leyes, instituciones y mecanismos de concertación y colaboración internacionales que producen incentivos y consecuencias para regular la conducta de los estados en un entorno anárquico. La cuestión es que eso es justo lo que está bajo asedio desde hace años. Los nacionalismos, los populismos y las conductas aislacionistas, han terminado por golpear acuerdos internacionales que había tomado mucho tiempo negociar, han producido el abandono de pactos de control de armas, o el desconocimiento de normas de comercio internacional, supuestamente para privilegiar el “beneficio propio”, esto sin mencionar las burlas o los ataques directos a las instituciones internacionales.
La política exterior de México, con una tradición de participación robusta en ese sistema de arreglos e instituciones multilaterales—no solo por convicción, sino porque a lo largo de nuestra historia hemos experimentado las consecuencias de su ausencia—no puede estar limitada a atraer capital, a tener una buena imagen, o a apagar los fuegos de las relaciones bilaterales con el vecino del norte. Cada vez que un país como México, una de las 15 economías más grandes del globo, una potencia media que ha demostrado su liderazgo regional, un estado que se ha ganado el respeto por su activismo en temas multilaterales, decide enfocarse mayormente en sus propios problemas y otorgar una mínima prioridad a lo que sucede afuera, ese sistema de paz internacional que indico arriba queda parcialmente desamparado.
El momento actual ofrece una oportunidad para reconsiderar nuestro comportamiento en el mundo. La crisis está produciendo una concientización al interior de muchas sociedades acerca de la importancia de actuar solidaria y coordinadamente a nivel global. Las acciones locales son indispensables pero insuficientes, porque no estamos ante focos rojos que pueden aislarse los unos de los otros. Nosotros, desde México, tendríamos también que asumir que el planeta importa porque lo que pasa en ese planeta no es algo que sucede a “otros”, sino a nosotros. Valorar las interacciones e interconexiones entre los componentes del sistema, nos tendría que hacer ver la necesidad de atender cuestiones cruciales para nuestra agenda interna no solo desde adentro, sino también desde afuera, en colaboración con otros países. Pero más allá de eso y de nuestras propias prioridades, hace falta que tomemos pasos de manera mucho más activa en coordinación con otros estados preocupados por los riesgos a la paz global. Quizás en este punto no haya la capacidad o la voluntad de tomar esos pasos, pero eso no hace que el tema sea poco relevante y no puede dejar de sacarse a la luz.
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sensates-rp · 4 years
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Bienvenido Felix Greenwood, has sido (serás) unido vía sensorial con siete personas del resto del mundo. Aunque su vínculo es fuerte y poderoso, debe ir con cuidado. Hay gente dispuesta a usar este “don" para su propio beneficio y él puede estar ya susurrando en tu cabeza…
Tu audición ya fue aceptada, Joi, tienes 36 horas para enviar la cuenta de tu personaje.
¿! { Charlie Hunnam } !? · · · Oh, no, es solo { Felix Greenwood }, un ciudadano de { Nueva Zelanda} que trabaja de { Arquitecto }. Según tengo entendido es un sensate sin clan que { ESPERA A DESPERTAR COMO PARTE DE UN CLAN } al que aporta { Habilidades de supervivencia, manejo de armas y combate cuerpo a cuerpo }. Dicen que es { competitivo, generoso y cauteloso } pero habrá que comprobarlo.
Datos adicionales que quieras añadir ( curiosidades,     información extra… OPCIONAL ) *
Felix fue criado por su padre desde su nacimiento, debido al trágico fallecimiento de su madre al momento de dar a luz. Su padre, un hombre serio y desapegado, antiguo militar que había quedado devastado por la muerte de su esposa, siempre fue duro con Felix, siendo este su único hijo y en ocasiones, Felix sospecha, que lo culpaba completamente de la muerte de su madre.
Intentando alcanzar el amor y aceptación de su padre, el pequeño Felix siempre se esforzaba en las duras pruebas a las que lo exponía, desde hacerlo descifrar la diferencia entre moras venenosas y comestible, hasta dejarlo solo un día entero a los 9 años en un bosque, con tan solo un encendedor y su pequeña casa de campaña. Todas las pruebas que su padre le ponía, Felix lograba atravesarlas, y no fue sino hasta que ya era adulto que comenzó a sospechar que todas esas pruebas no eran más que intentos para asesinarlo o al menos torturarlo.
Pero Felix logró encontrarle el beneficio a toda esa tortura, se volvió una persona autosuficiente y capaz de sobrevivir en las condiciones más extremas posibles, el espíritu de Felix jamás fue vencido pese a los múltiples intentos de su padre por hacerlo sentir inservible.
Eventualmente aquél niño superó el miedo al abandono definitivo, pero no podría asegurar que día a día sentía el deseo de ser amado y protegido, volviéndose una persona dadivosa y dispuesta a proteger a todo aquel que se encuentre vulnerable.
La relación con su padre finalizó cuando Felix cumplió los 15 años, poco antes de que fuese mandado a una academia militar, después de todo, Felix ya estaba perfectamente entrenado para eso, sin embargo ese nunca fue el camino deseado, no estaba dispuesto a seguir el mismo camino que su padre, no quería terminar como él. Antes de huir, su tía, hermana gemela de su fallecida madre, llegó a su casa para llevarlo a vivir con ella, ofreciéndole a Felix no solo alejarse de su padre, lo más importante era que le ofrecía un hogar.
Con su tía, finalmente logró tener una vida normal, aunque su infancia jamás podría ser restaurada. Fue un adolescente tranquilo y cumplido, pero evidentemente dañado en su interior. Desarrolló un amor profundo por la arquitectura y, sin dudarlo, la eligió como su carrera, graduándose de la universidad con honores.
Actualmente, se ha dedicado a recorrer el mundo, tomando uno que otro trabajo que le dé el dinero suficiente para subsistir y la oportunidad de hacer lo que ama, pero que no lo ate a un lugar solamente.
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Un hombre no encontraría su alma, aunque le tomara toda la vida, pues su alma esta en una mujer, y casi nunca puede acceder a ese universo, teniéndola con el, hasta que es demasiado tarde. Ese universo se ha perdido para siempre. Esa idea de dignidad, esa idea entrega, esa idea de construir y aprender, de todo lo que se puede en una casa. En una construccion, en una estructura. Se esfuma, y queda el fantasma de eso. Queda la aparición aterradora de lo que se ha perdido para siempre. El espectro terrible, de la idea que ya no esta y ya no puede estar ahí. Solo esa existencia terrorífica en la que esa aparición puede hacer. Y lo que en alguna ocasión fue un cosmos de experiencias, de ser, de conformarse y de conformación, de lo que se puso allí en juego, el alma, para ser lastimado, para ser terriblemente degradado, por la impetuosa estructura, por esos límites de paredes, de columnas, de ventanas, para ver afuera, de adornos, con los que se adornó la casa. 
Pero esta casa, al final saca al inquilino, al alma, la desahucia. Y la casa permanece, pero ahora esta abandonada. el alma ha sido corrompida, ya no puede cohabitar la casa, ya no puede haber presencia. Puede haber algo más doloroso. Algo que rasgue el tejido de las habitación de manera más profunda?.
Por que él cosmos, el alma no hueca, sino con un cosmos adentro, un microcosmos frágil dentro. Algo preciado. Algo de lo que uno no se enorgullece, porque es simplemente uno, es todo lo que uno es y siempre ha sido, como enorgullecerse de eso? pero que podría haber más valioso en todo el mundo? Y que otro tesoro podría nunca nadie llevar a su hogar, y abrirlo cada noche, y ver ese cosmos allí flotando. Girando sobre si mismo, iluminando las habitaciones con luz divina. 
Pero cuando se extravia, cuando el alma no es cuidada, entonces, puede encontrar uno nunca un alma, con un cosmos adentro? no con un hueco? Y puede un hombre representar para esa alma no una casa maldita, una casa en la que de miedo entrar, y no una experiencia total. No entrar a un abandono, sino a un lugar que recolecta, que sostiene, que mantiene. Que acumula bienestar. Que fragua una vida en su interior. Podría el alma entrar allí? deslizarse allí por casualidad? Por algún principio cruel y eterno? 
Y podría yo, como un castillo abandonado, o como un lugar enclaustrado, asfixiante, dejar entrar un alma? 
Y esos sueños que había tenido no eran las de ser la otra parte? Y correr el mundo buscando a veces una caverna, a veces una casa, a veces un bosque, sin limites y sin condiciones. No era yo en esos sueños siendo ella?   
Los límites nunca deben superar al alma, que se vuelvan una prisión para esta. Ni que inhiba, ni que ataque directamente la presencia del alma. 
Y todos los viajes son en busca de objetos perdidos, y de artefactos invaluables. 
Lo que queda allí maldito. es como una marca indeleble, huellas negras de pasos del pasado. Pasos desligados. Desconectados. Y que llenan el hogar de dolor. 
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Salí de una relación muy tóxica ,yo daba mucho y él no daba nada, fueron varios años aferrándome a qué fuera él. Ahora que estoy sola me cuenta que me han mirado chicos, muy buenos a decir verdad amables,respetuoso, todos unos caballeros pero creo que el problema soy yo, creo que siempre busco lo toxico y eso está mal porque yo quiero ser feliz con alguien que me trate bien pero esos chicos me parecen aburridos y no me van,rosa porque será que me sucede esto están horrible o como cambiar?Besos❤️
Para ser exacta en la respuesta debería de saber como fue tu vivencia de niña y adolescente con tu familia, como era la relación con tus padres y entre ellos ..
Como no tengo esos datos voy a darte el diagnóstico o explicación estándar a estos casos.
Todas atraemos a nuestra vida personas y situaciones que llegan para que aprendamos de ellas y podamos superarlas.
Y cuando atraes relaciones tóxicas de pareja es porque debes sanar esas Heridas del pasado y esa falta de Autoestima que hay en ti.
Una relación tóxica se caracteriza por:
Amor que produce sufrimiento: faltas de respeto, no hay confianza, no hay libertad sino dependencia o sometimiento y tampoco hay crecimiento personal de ambos. Y además hay una adicción (o dependencia) que te impide salir de la relación.
Las mujeres que aceptan un Amor así son mujeres que no se quieren a sí mismas. Y tienen muy tocada la Autoestima. Algunas ni se dan cuenta del precio que pagan a todos los niveles. emocional, físico, mental…
Ellas han desaparecido. Tienen el foco puesto en la otra persona. Todo gira en torno a él. Están obsesionadas con que él cambie, si está de mal humor, o está alegre, lo que él desea, lo que necesita…
La falta de amor a si mismas es tan grande  que solo se sienten vivas o enamoradas desde esa relación tormentosa. Les sube la adrenalina y eso les genera una adicción que no les deja salir de la relación.
Alguna me ha dicho que los hombres equilibrados le parecen aburridos y que no saben qué hacer con ellos. O que no se sienten amadas por la otra persona si no hay celos, discusiones o control.
La Falta de Autoestima es algo que ella trae, pero con el transcurso de la relación se “intoxican” (en pensamientos, sentimientos y conductas) y pierden el norte. No se dan cuenta del infierno que están viviendo y continúan adelante… y sin darse cuenta pierden totalmente la dignidad.
¿Cómo son las mujeres que atraen relaciones tóxicas de pareja?
Cada mujer atrae y vive la relación tóxica según su personalidad que está definida por sus heridas de la infancia.
Y hay 4 perfiles que se repiten en estas mujeres.
1. Mujeres dependientes emocionalmente (Herida de Abandono)
Son mujeres que tienen un terrible Miedo a la soledad y al Abandono. Prefieren aguantar lo que sea antes de romper y enfrentarse a su miedo a estar solas.
2. Las Salvadoras (Herida de Humillación)
Estas mujeres buscan sentirse necesitadas por el hombre para sentir que valen. Y por ello atraen a hombres problemáticos con conductas agresivas, delictivas, con consumo de alcohol o drogas. Creen que van a salvarle sin darse cuenta de que al entrar en la relación tóxica ellas también “enferman”. Y desde ese lugar no pueden ayudar a nadie, ni a ellas mismas.
3. Las Controladoras y Desconfiadas (Herida de Traición)
Son mujeres cuyo perfil tiende a ser tóxico por su gran necesidad de controlar al hombre, por desconfiar de él y por sus celos continuos. Necesitan comprobar que no está con otra y que no ha sido infiel. Y entran en un bucle obsesivo del que no pueden salir.
4. Las que se sienten invisibles (Herida de Rechazo e Injusticia)
Son mujeres que han sentido mucho rechazo en sus vidas: por sus padres, hermanos, amigos… y buscan desesperadamente que alguien las acepte y las “vea” porque se sienten “invisibles”.
Esto hace que puedan acabar con personas tóxicas, pero continúan adelante. La razón es que por fin se sienten aceptadas y amadas por alguien, aunque haya pruebas de lo contrario.
Otros detalles de estas mujeres que pueden darse…
Muchas veces, ésta no es la primera relación tóxica que la mujer ha vivido. Sucede que las anteriores también lo han sido.
Entonces no sabe lo que es una relación basada en el amor y en el respeto, en la confianza y libertad. Le parece algo infantil o de Disney.
Y yendo más lejos todavía, nos encontramos con que muchas (no todas) de estas mujeres vieron como la relación entre su padre y su madre era así: su modelo principal.
O tal vez el padre las abandonó y vivieron una situación muy dura de abandono y penurias. Y ahora cree que tiene que aguantar todo para que un hombre se mantenga a su lado. No quieren ser igual que su madre.
Yo he visto algún caso de mujeres  que todavía no han superado la muerte de su padre (el duelo) que ellas vivieron como un Abandono.
Y ahora ¿qué quieres hacer?
Las mujeres que entran en relaciones tóxicas son mujeres que no se quieren.
Ahora debes iniciar una nueva relación de Amor contigo misma.
Y el trabajo principal debe ir a sanar tus heridas y reconstruir tu Autoestima para evitar que nuevas relaciones tóxicas aparezcan en tu vida.
La palabra clave para una relación es “atracción”, otros sentimientos como la lealtad y el amor pueden o no desarrollarse más adelante.
La “atracción” es lo primero que necesitamos para comenzar una relación con alguien.
Entonces, ¿qué nos hace sentir atraídos por alguien? Claro, es diferente para cualquiera, pero a veces la atracción puede ser tóxica para nosotros.
Podemos sentir una atracción y conexión con alguien que es completamente equivocado para nosotros.
Si también eres culpable de sentirte atraído por personas que son tóxicas, no estás sola.
Y aquí hay algunas razones por las que puede seguir persiguiendo a alguien de quien estás segura que romperá tu corazón.
1.Te sientes conectada a ellos
Este es un sentimiento indescriptible. Simplemente sientes que estás conectada a ellos y comienzas a reflejarte. Puedes relacionarte con ellos y crees que te entienden en el mismo nivel que tú.
Desafortunadamente, no puedes entender completamente sus problemas y relacionarte con ellos. Hay una razón por la que alguien es como es y, por lo general, no tiene nada que ver contigo.
Una persona puede ser tóxica para ti solo porque está pasando por algo en su vida y no está en condiciones de formar una relación estable.
Sin embargo, esto no significa que debas esperar a que superen sus problemas. No. Las relaciones requieren un esfuerzo igual por parte de ambos y el entendimiento mutuo.
2. Crees que pueden cambiar con tu ayuda
Esta es probablemente la razón principal por la que muchas personas deciden permanecer en relaciones tóxicas.
Aman y se preocupan por la otra persona y creen (falsamente) que su amor por ellos los cambiará.
Ven cada bandera roja, pero todavía quieren estar allí para ayudarles a lidiar con sus problemas.
Si tu también te sientes de esta manera, por favor no lo hagas. No esperes que cambien. Nunca lo hacen.
No es su trabajo convertir a una persona emocionalmente inestable en una pareja amorosa.
3. Crees que eres tú, no ellos
Cuando una relación se desmorona, es normal tener en cuenta cualquier factor que pueda haber causado la ruptura (inevitable), como conflictos, horarios diferentes, no pasar suficiente tiempo juntos, problemas de compromiso, etc.
Y será pronto cuando comiences a cuestionarte si has sido lo suficientemente buena. Incluso podrías empezar a pensar que todo fue tu culpa. No fue, confía en mí. No puedes ser la única persona responsable de los problemas.
La persona tóxica te hará creer eso. Te culparán por todo. No te hagas esto a ti misma.
Las relaciones deben basarse en el respeto y la confianza mutua, y ambos deben asumir la plena responsabilidad de sus acciones.
4. Otros te obligan a volver
Si me preguntas, esta no debería ser una razón, pero desafortunadamente, lo es. Nuestra gente cercana no quiere vernos heridos y rotos.
Entonces, cuando rompemos con la persona tóxica y sentimos una inmensa cantidad de dolor, no pasará mucho tiempo cuando nos digan que siempre podemos volver con ellos, que no tenemos que pasar por todo esto.
Y esta es una situación difícil. Porque en ese momento empezaríamos a cuestionarnos realmente a nosotros mismos y nuestra decisión.
Empezaremos a pensar que tal vez hemos cometido un error, que merecen otra oportunidad.
Hazte un favor y no caigas en esta trampa. Una persona tóxica es una persona tóxica y tú no puede hacer nada al respecto.
Solo te harás más daño en el proceso de darles la oportunidad de cambiar.
5. Crees que lo que vosotros dos tenéis es amor verdadero
La gente suele confundir el amor con el enamoramiento. Puedes pensar falsamente que lo que tú y tu pareja tienen es amor verdadero, incluso cuando está lejos de ser amor.
Muchas veces no estamos listos para aceptar la dura verdad y nos gusta creer que nuestro amor es realmente especial y que vale la pena luchar.
Sin embargo, una relación con alguien que nos hace daño es una relación de la que deberíamos salir. Y lo antes posible.
No puede ser un verdadero amor cuando las parejas son tóxicas entre sí.
Ponte a pensar como fue tu infancia en casa, como se trataban tus padres, quizás tenían una relación tóxica y es algo que tu ahora ves como algo normal.
Cuéntame cosas 😁💋
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averdia · 5 years
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Bonus: Egoísta +18 - LeviHan Week -
Canonverse. A raíz de los hechos ocurridos en Shiganshina, Hange se siente más sola que nunca, pero pronto buscará la manera de no estarlo nunca más. Busca la ayuda de Levi para realizar algo más que un capricho, es un deseo que ha surgido de la nada para llenar ese vacío en el corazón y el cuerpo de una mujer. ¿Llevará a cabo Hange su cometido?
💠Shingeki no Kyojin ni sus personajes me pertenecen. Son propiedad de Hajime Isayama.
⚠ Advertencia : Contenido explícito con escenas de sexo y desnudos.
De cómo comenzó. Parte 1.
Tres meses pasaron desde los hechos acontecidos en la retoma de Shiganshina. Hange se encontraba mirando el cielo estrellado, ya nada era igual después de tantas pérdidas en un solo día, pero debía seguir avanzando. Se le otorgaron nuevas responsabilidades, siendo la nueva comandante de la legión tenía demasiadas cosas en las que pensar, el estrés se manifestó en horrorosas pesadillas, visiones espectrales y una intensa comezón en el ojo perdido cuya herida estaba cicatrizando.
Tantas noches había pasado en la soledad de esa habitación en ese desolado cuartel. Tantas veces había despertado angustiada llorando y gritando por sus camaradas caídos. Y en una de esas tantas noches se le prendió el instinto sexual al hacer fricción, sin querer, en sus genitales.
Se sorprendió de la reacción que tuvo su cuerpo, pues pensó que ese deseo estaba más que muerto y enterrado. Con vergüenza tocaba su cuerpo con manos temblorosas, recorriendo su piel lastimada y sintiendo pequeñas descargas electrizantes al sentir su piel erizada. Lágrimas amargas corrían por sus mejillas al terminar de tocarse y experimentar pequeñas sacudidas gracias a sus propias caricias.
Ya en diversas ocasiones había pensado seriamente buscar un compañero sexual, pero ¿quién sería el indicado? Tampoco podría ir y acostarse con cualquier hombre que se cruzara en su camino. De pronto algo se iluminó dentro de ella. Salió de su habitación para dar una caminata antes de dormir.
Ya fuera del cuartel observó a lo lejos la pequeña cabaña donde se reunían algunos de los veteranos meses atrás. Se podía divisar una tenue iluminación dentro de esta, si alguien se encontraba ahí dentro sería Levi, ya que no estaba permitido que alguien más entrara a ese lugar.
Suspiró profundamente mientras ceñía la gabardina a su cuerpo. Sí, se lo propondría a él. ¿Entendería Levi su sentir? ¿Qué tal si le hacía la pregunta incómoda de por qué él? Fácil, le diría que solamente se le ocurrió, aunque no por sentimentalismos, además que era el más apto, física y quizás mentalmente. Bueno, la verdad era que Levi se le había hecho atractivo desde que lo conoció, aunque esa cara de no haber cagado en días parecía decir lo contrario.
Pensándolo bien, descubrió que Levi le gustaba, aunque ella no creía gustarle a él. En fin, solo sería sexo casual, ¿quién se negaría a eso? Caminó hasta llegar y toparse con la puerta de la cabaña, con firmeza sujetó el pomo, pero al instante se acobardó. Demasiado tarde, Levi ya había advertido su presencia.
—Qué haces aquí —se escuchó desde el interior.
Hange abrió lentamente, Levi se encontraba sentado en su respectivo lugar en la mesa.
—Hola, Levi. Estoy algo fastidiada. ¿Puedo pasar?
—Eso no explica tu presencia, regresa al cuartel.
—No. Si tanto te molesta me iré a otra parte, menos a ese vacío cuartel —dijo con voz quebrada.
La mujer hizo el ademán de marcharse, pero la voz del hombre la detuvo.
—Disculpa, Hange. No me encuentro bien —Levi trató de disculparse.
—No te disculpes, me siento igual que tú. Pensé que te haría bien algo de compañía como a mí, pero creo que cada quien lidia con el dolor a su manera.
Al no recibir respuesta, la nueva al mando de la legión decidió irse de ese lugar. Y pensar que había ido en busca de Levi para proponerle tener sexo. Necesitaba desfogarse de alguna manera, pero esa fue una pésima idea, ¿de verdad pensó que Levi cedería o tan siquiera la escucharía?
—¿Ya no estás molesta por la decisión que tomé? Eras muy cercana a Erwin.
—Eso ya no importa, creo que tenemos que aprender de las decisiones que se han tomado—Hange trataba de disimular su disgusto por ese tema.
—Lo siento, Hange.
—Tranquilo, no vine a reprocharte nada.
—Entonces a qué viniste.
—Para nada importante, una tontería en realidad, te pido disculpas por interrumpirte.
—No mientas.
—¿Cómo sabes que miento? —Hange colocó sus gafas en su frente y se quitó ese molesto parche.
—Te conozco bien.
—¿Ah sí? Y según tú, ¿a qué vine aquí? —ella lo miró desafiante.
—Lamento lo de tu ojo, y lo de Moblit.
—Yo lo lamento más. Nos vemos mañana, Levi. Descansa.
Hange dio media vuelta para abandonar la cabaña, esa donde se reunían los veteranos a conversar y planear las estrategias para combatir a los titanes, planear nuevas rutas de suministro y, cómo no, ser simples hombres y mujeres por un instante, olvidándose de la gran responsabilidad que yacía sobre sus hombros.
Cuando regresaron de Shiganshina a tratar de ordenar las cosas, simplemente no pudieron deshacerse de esa cabaña armada con lo más elemental para ellos, Erwin, Mike, Levi, Hange y Nanaba. De vez en cuando Lynne, Gelgar, Moblit o algún sub alterno se acercaba a platicar, reír o beber un poco de alcohol para liberarse del estrés.
Se sentía cierto ambiente de tristeza, nunca más volverían a escucharse las risas, pláticas y gritos de sus más fieles ocupantes. Sin embargo, a pesar del abandono, el lugar se encontraba sanitizado gracias a Levi.
Hange le agradeció mentalmente por dar algo de su tiempo para conservar en perfectas condiciones ese lugar. Ahora que lo pensaba mejor, sonrió y movió la cabeza hacia los lados. Levi se negaría rotundamente a profanar ese lugar teniendo sexo ahí con ella.
Dio un par de pasos alejándose del lugar, pero Levi salió a su encuentro deteniendo su andar.
—¿Qué pasa? —Hange preguntó, pero Levi no le permitió voltearse, pues la abrazó por la espalda.
—No te vayas.
Ese gesto la sorprendió. —No te preocupes, no me iré —. Se giró para devolver el abrazo, acariciando los negros cabellos y rozando el área donde el cabello estaba casi a rape—. No tengo a donde ir ni con quien estar. Parece que solo nos tenemos el uno al otro.
—Entremos —él rompió el abrazo y la guio hacia adentro tomando su mano.
—¿Cuánto tiempo llevas aquí?
—El suficiente para no ser interrumpido —respondió cerrando la puerta.
—Vaya, tú sí que conoces y practicas el concepto de soledad.
—Si vas a estar aquí guarda silencio.
—Entiendo —se sentaron en la mesa, uno frente al otro.
Hange comenzó a jugar con el cordón de su parche en un acto de nerviosismo. ¿Qué tal si le decía ahora?
—Levi... tu...
—No.
—¿No? Ni siquiera te he preguntado nada, ¿por qué dices no?
—Porque seguro saldrás con alguna tontería.
—Entonces no me conoces lo suficiente.
—Solo no quiero que toques temas incómodos.
—No te preocupes, no quería hablar de eso.
—¿Ah no? —Levi la miró incrédulo— Entonces de qué quieres hablar.
—Bueno, yo... me he dado cuenta de algo, y no sé si deba...
—¿Por qué estás agitada?
—¿Tanto se me nota? —exclamó poniéndose de pie y golpeando la mesa con ambas manos, evidenciándose.
—No, lo dije para molestarte, pero ahora sí te notas inquieta.
—Eso no fue divertido —respondió con un simpático puchero.
—Si lo fue, mírate —y después de mucho tiempo lo miró, Levi estaba sonriendo, con los codos apoyados sobre la mesa.
—¡Hey! No juegues así conmigo, enano, o te puedes arrepentir.
—¿Ya me dirás por qué viniste? —Levi apoyó su barbilla sobre una de sus manos. Hange quedó atónita.
—Yo... yo, yo quiero tu... —Hange tartamudeó y se rascó la cabeza, alborotando sus ya alborotados cabellos.
—Solo di lo que tengas que decir —Levi observó cómo Hange se ponía de pie frente a él y suspiraba ruidosamente.
—Bien. Necesito sexo —dijo sin más, mirándolo a los ojos, sin vergüenza, sin pudor y con un gran sonrojo en su rostro, aún con la piel morena, se notaba sobremanera.
—Pero qué disparate es ese —las pupilas de Levi se contrajeron.
—No es ningún disparate. Somos humanos y tenemos necesidades, bueno, al menos yo sí las tengo. He estado muy presionada, llegué a esa conclusión y quiero hacerlo. Quizá sea egoísta por eso.
—Tienes razón —Levi aún sentado, la miró directo a los ojos.
—Por supuesto que tengo... ¿qué? —miró a Levi, él desvió la mirada.
—Razón en ser egoísta, ahora busca a alguien que te haga el favor —lo que obtuvo como respuesta fue una escandalosa risa.
—¿Es en serio? —Cruzó los brazos sobre su pecho— ¿Buscar a alguien como quién? Ayúdame a pensar porque tengo tiempo sin saber quién puede ser el indicado.
Ahora el turno de reír fue de Levi. Hange no supo cómo interpretar esa risa, no lo había escuchado reír así antes.
—Alguien como yo —susurró y su rostro se ensombreció. Hange quedó sin habla y sin expresión. Segundos después ella reaccionó.
—Pobrecito Levi, creo que ha perdido la razón, ¿estás enfermo? Déjame ver —sorprendida, extendió la mano para tocar su frente, pero él detuvo su agarre.
—No estoy enfermo, será mejor que regreses al cuartel —volteó la cara evitando la mirada de Hange.
—No quiero. Levi —susurró—, sobre de ser tú... ¿lo dices en serio?
Ella parpadeó, era justamente lo que deseaba, tener sexo con Levi, solo que no sabía cómo proponérselo, y peor aún, si él aceptaría. La conversación se había tornado extraña, a su favor. Ahora se encontraba él ahí, frente a ella diciéndole que tuvieran sexo, aunque no propiamente dicho de esa manera.
—No, vete de una vez.
—Hay una persona que creo que me gusta —atrajo la atención de Levi hacia ella después de esas palabras.
—¿Quieres que vaya a buscarlo para que cojan? —su voz denotó incomodidad.
—No es necesario, nunca pensé decir lo que diré, pero... te confieso que estoy sintiendo un leve cosquilleo en...
—Mierda, qué vulgar eres —él la interrumpió.
—Levi, ¿quieres tener sexo conmigo?
Silencio.
—Hange, no. Nunca me aprovecharía de tu vulnerabilidad —dijo mientras recordaba el estado anímico de la mujer.
—El que esté vulnerable no tiene nada que ver con lo que deseo en este momento —ella desabrochó su pesada gabardina para dejarla caer al suelo.
Hange se aventuró primero arriesgándose a que él la rechazara. Se acercó a Levi e inclinó el rostro hasta quedar a la altura de su boca, y con cuidado hizo contacto acercando sus labios a los del hombre. Y como si hubieran recibido una descarga eléctrica se besaron con ansias, despertando ese deseo reprimido. Levi se levantó y la atrajo hacia él, había anhelado tanto ese contacto.
Porque sí, Levi estaba prendado de Hange desde hacía mucho tiempo, aunque nunca se lo demostró y prefirió callarlo. El área alrededor de sus bocas mostraba un leve enrojecimiento debido a la intensidad del ósculo.
—Hange, debo decirte algo.
—Shh… —Hange lo silenció poniendo su dedo índice sobre los delgados labios masculinos al tiempo que lo ayudaba a despojarse de su saco.
Levi no soportó un segundo más y la besó. Después de besarla se dirigió al cuello repartiendo besos, unas cuentas succiones y suaves lamidas, sonreía satisfecho al escuchar los eróticos gemidos de la mujer. Acarició la espalda de Hange debajo de su camisa y la tibieza de esta lo hizo estremecer.
—Yo... yo también, Levi.
—¿Qué?
—Yo, esto… —Hange balbuceó. Con ansias desabotonó la camisa blanca y cuidadosamente le quitó el pulcro cravat, dejando ambas prendas sobre la mesa.
—Ven acá —ordenó él, al tiempo que la tomaba de la mano y la guiaba hasta la silla donde ella estuvo sentada.
Él se sentó, ella hizo lo mismo sobre él a horcajadas, cara a cara. Volvió a introducir las manos bajo la camisa para acercarla a él y abrió el broche del sostén. Ella intentó desvestirse, pero Levi la detuvo, Hange lo miró interrogante.
—Déjame disfrutarte.
Con ese par de palabras Hange sintió desfallecer. Se dejó hacer, y con la respiración agitada, permitió que Levi se deleitara con ella. Él, con calma, le quitó la camisa y el sostén. Frente a él se irguieron orgullosos sus pequeños pechos. Ella lo miró con ansiedad, indicándole con la mirada que no se detuviera.
Él humedeció sus labios y comenzó a acariciar ambos senos con las manos. Perfecto, estaban hechos a medida para él. Al primer contacto la piel femenina se erizó, Levi la acarició embelesado. Sus dedos recorrieron el espacio entre los pechos para comenzar a repartir besos.
Hange cerró los ojos para disfrutar mejor las caricias y sensaciones. Enseguida los abrió de golpe, Levi se encontraba besando y jugueteando con uno de sus pezones, usaba la lengua y los dientes, chasqueando los labios. Ella frunció el ceño y emitió un gemido cargado de excitación al sentir esa húmeda y caliente lengua jugando con sus pechos. ¿Hace cuánto no experimentaba las sensaciones del sexo? No tenía idea, pero ahora que estaba en ello, estaba segura que era lo mejor que le sucedía en esos días de porquería.
Mientras Levi tenía un pezón en su boca, el otro se mantenía bajo sus dedos, acariciándolo suavemente. Levantó la mirada y vio a Hange con una expresión de gozo, mantenía los labios semiabiertos, el ceño levemente contraído, gemía. Él sonrió, con ambas manos juntó los senos de la mujer y comenzó a besarlos alternadamente, besaba, lamía y succionaba con inusitada calma. Recorría desde la base del busto hasta el erecto pezón. Después soltó los montículos para subir por su cuello repartiendo besos hasta llegar a su boca.
Hange comenzó a acariciarlo, ahora le tocaba a ella. Con suavidad pasó las yemas de sus dedos sobre los marcados pectorales.
—Levi —susurró y comenzó a mover sus caderas por sobre el bulto que se remarcaba en los pantalones del hombre. Esa fricción la hacía gemir más.
Hange se levantó y Levi la miró perplejo. Delante de él, ella acercó la gabardina y arrodillándose sobre esta se inclinó hacia el frente y comenzó a besar ese abdomen tonificado, posando sus manos en esos fuertes pectorales, acariciando los pezones masculinos.
—Tch —, un suspiro ronco salió de su garganta. Ella sonrió victoriosa, ahora quería aventurarse a hacer más, quería hacer que Levi perdiera el control.
Ansiosa, desabrochó los botones del blanco pantalón. Frotó su mano derecha sobre ese bulto que demandaba ser liberado, quería ver lo que Levi guardaba bajo la ropa. Deslizó la cremallera y observó como la ropa interior de él ya mostraba humedad. Una punzada en su sexo se hizo presente.
—Veamos qué es lo que guarda, capitán —bajó la ropa interior dejando salir al poderoso miembro de su compañero y abrió los ojos, emocionada. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que vio un pene. Ambos colaboraron para bajar las prendas del capitán hasta los tobillos.
Levi mostraba una mueca que abarcaba vergüenza y excitación. Hange sin vacilar, tomó entre sus manos ese palpitante falo y comenzó a masajearlo, retrayendo el prepucio para descubrir el glande. Con la yema de su dedo índice masajeó la punta y enseguida brotó una gota de líquido preseminal.
Ante el delicado toque, la pelvis de Levi reaccionó elevándose un poco, haciendo que su pene se acercara peligrosamente a la boca de Hange, ella al ver eso suspiró y decidida, tomó firmemente entre su mano izquierda el miembro para introducirlo con cuidado en su boca.
—Mierda, mierda —Levi trataba de mantener la compostura aferrándose a la silla. Nunca imaginó ver a Hange haciendo lo que hacía, y demonios, le gustaba. Con un morbo que no pudo resistir, abrió los ojos para mirar como Hange hacía su labor, observó cómo cada vez que el pene salía de su boca, iba acompañado de un rastro de saliva, provocando un sonido armónico al momento de succionarlo aumentando la lascivia. La tibieza de la boca de Hange abrazaba a su miembro gentilmente.
A pesar del considerable tamaño del miembro masculino*, Hange trataba de introducirlo casi por completo en su boca, provocando algunas arcadas en su garganta. Se separó un poco para mirar a Levi, que la miraba expectante. Ella le respondió con una hermosa sonrisa.
¿Desde cuándo Hange sonreía así? Levi había memorizado cada sonrisa, cada gesto y cada particularidad de ella, pero esa sonrisa nunca la había visto. Estaba complacido porque solamente él era testigo de ese gesto. Sintió un espasmo en su vientre, miró a Hange y vio como lamia y masajeaba sus testículos tan cuidadosamente que sentía que iba a estallar.
Ella terminó de explorar los testículos para nuevamente introducir ese hermoso pene en su boca. Levi gruñó levemente y de pronto ella sintió como este la sujetaba de la cabeza, llevando el ritmo para que siguiera con la felación. Eso la excitó, con gran habilidad introducía el miembro en su boca. El que Levi marcara el ritmo le pareció la cosa más excitante que había realizado en su vida.
—Hange, detente, voy a correrme —Levi apenas y podía hablar sin jadear.
—Sí, todavía no, espera... —meditó y en un pestañeo le respondió—... hazlo.
—¿Qué?
—Hazlo, córrete en mi boca.
—¿Es-estás loca? Eso es as-asqueroso —exclamó, jadeando.
—Hazlo —ella masajeó el glande con la punta de su lengua.
—Mierda... Hange —él gimió y en respuesta, ella volvió a introducir el pene a su boca acelerando sus movimientos, pronto sintió como el miembro se estremecía y las marcadas venas palpitaban rápidamente, Levi movió fuerte sus caderas, para después dejar salir un caliente chorro de semen que Hange, gustosa, saboreó y tragó, sin dejar escapar nada por la comisura de sus labios.
Levi observó con un gesto de incomodidad como Hange degustaba su simiente.
—Sabes a té** —dijo ella, para después con su lengua limpiar el miembro que aún permanecía firme.
—Tch, cállate. Eso, eso fue demasiado rápido —Levi aún jadeante se acomodó en la silla pasando una mano por su rostro.
—Entiendo, eso fue porque no habías tenido sexo en mucho tiempo, quiero creer —respondió, mientras acariciaba los testículos.
—Es mi turno —susurró y ayudó a Hange a levantarse.
Hange lo miró con interrogación. Él la cargó y ella inmediatamente rodeó las caderas del varón con sus delgadas piernas. Levi la hizo sentarse en la orilla de la mesa. Hange aprovechó para besarlo, él se resistió en un inicio después se dejó llevar. El capitán rompió el beso haciéndola recostar sobre la mesa.
—Hey, enano. Qué...
—Guarda silencio —la reprendió, posando su mano sobre la clavícula de la mujer, para evitar que se levantara.
Levi comenzó despojándola de sus botas, después desabrochó el botón de los pantalones, bajó el cierre para liberarla de esa prenda, ella cooperó levantando las caderas y así él se deshizo con suavidad del pantalón.
Ella dejó escapar una sonrisilla mientras se relajaba, esperando algún movimiento de Levi. Él acarició con sus dedos el torso de la mujer, sus pechos excitados, su abdomen plano y delineó su silueta generando escalofríos en el vientre femenino. Con su lengua recorrió su abdomen, trazando la circunferencia de su ombligo y bajando peligrosamente a su entrepierna. Diablos, esas caricias eran mucho mejores que las que ella se dedicaba.
Con un pie, Levi acercó la silla donde recibió la felación y la colocó frente a la mesa para sentarse en la orilla frente a la intimidad de Hange. Procedió a colocar las piernas de ella sobre sus hombros, para maniobrar mejor entrelazó sus manos entre las extremidades.
—Oh, Levi. Pequeño rufián —sonrió ella.
Él también sonrió, besó las piernas de Hange, una a la vez. Depositaba pequeños besos desde las pantorrillas hasta los carnosos muslos.
Hange disfrutaba de cada caricia, sentía un cosquilleo delicioso al imaginar que Levi estaba peligrosamente cerca de su templo de placer y sin querer comenzó a mover sus caderas.
Él veía con deleite cómo reaccionaba el cuerpo de su compañera. Eso también era nuevo para él, siempre se rehusó a hacer sexo oral, pero ahora sentía enormes ganas de probar la intimidad de esa escandalosa mujer.
Terminó de besar las piernas y frotó sus dedos en la húmeda intimidad de Hange sobre la ropa interior. Ella tensó las puntas de los pies al sentir los dedos de Levi recorriendo su parte íntima.
Él continuó masajeando esa área, le gustó escucharla gemir. No quiso esperar más y con ayuda de ella la despojó de la ropa interior. Hange suspiró, de pronto sin querer, soltó un sonoro gemido que acalló con sus manos.
—Levi, aaah, tu…— no podía hablar, sentía un placer tan grande que no sabía si podría soportar.
El nombrado iniciaba su operación.
Comenzó acariciando el área genital con sus dedos muy suavemente, la humedad de ella le facilitó la exploración, después se dedicó a lamer gentilmente los labios genitales que ya comenzaban a hincharse a causa de la excitación. Recorrió con la punta de la lengua los carnosos pliegues evitando el clítoris.
Hange estaba acalorada, lo que Levi le estaba haciendo sentir era delicioso e inició un vaivén de caderas, cada lengüetazo del hombre en su intimidad la hacía querer gritar de placer, pero debía contenerse, así que apretó los labios y se aferró a la mesa.
Levi seguía concentrado, degustando la intimidad de su compañera, su miembro estaba erecto y deseoso de penetrarla, pero antes debía terminar con esa misión y devolverle el placer que ella le proporcionó. Cada gemido de Hange lo hacía excitarse más y más. Demonios, esa mujer lo estaba enloqueciendo.
Continuó besando la intimidad de la mujer, acarició su vulva con la extensión total de su lengua y coronó el recorrido deteniéndose en el clítoris, Hange por inercia cerró las piernas, aprisionando a Levi entre ellas, él en respuesta introdujo la punta de su lengua en la vagina.
—Levi, por favor. Te... te quiero dentro.
—No —él alzó la vista para mirarla.
—Sabía que dirías eso, aaah…
Él introdujo el dedo índice causando un espasmo en Hange, quien parecía no resistir más, para desahogarse comenzó a acariciarse los senos y jugar con sus pezones. Levi con la mano izquierda libre acariciaba también los pechos para después aprisionar la mano de Hange entre la suya. Abajo, el índice fue suplido por el dedo corazón explorando la vagina, causando mayores gemidos en la mujer.
—Estas buscándolo, ¿cierto? —preguntó ella entre jadeos.
—Cuál…
—No... No te hagas, buscas que yo…
Hange enmudeció, emitiendo un gemido diferente a los anteriores.
—Lo encontré —susurró victorioso.
—Maldito, eres un maldito, Levi —susurró entre gemidos mientras pequeñas lágrimas salían de sus ojos.
La mujer comenzó una danza sobre la mesa, sus caderas subían y bajaban con una hermosa cadencia. El capitán sonrió complacido, siendo testigo del orgasmo de su comandante. Sin dejar de acariciar ese punto de placer y con la lengua encargándose de su clítoris, la dejó terminar. Sacó su dedo con suavidad y con el dedo pulgar dio un último toque al clítoris, sumamente hinchado.
—Tu... ¿cómo lo supiste? ¿Ya lo habías hecho antes? —Hange sonrió, recuperándose de esa sacudida.
—Nunca —él besaba sus muslos.
—¿Entonces?
—Hace años me prestaste una torre de libros, entre ellos estaba uno sobre sexualidad.
—¿De verdad? ¿Quieres que te crea que no lo hiciste con nadie antes?
—Te lo juro por el dedo que te brindó un orgasmo —le mostró su dedo medio mientras con la otra mano se limpiaba alrededor de la boca.
—Pequeño idiota —se irguió sonriendo, miró a Levi y le retiró un mechón de cabello que bloqueaba su vista —. Eres hermoso, por eso me gustas —confesó.
—No bromees —él desvió la mirada.
—Te estoy diciendo la verdad, ¿por qué bromearía?
—No es momento para eso.
—¿Por qué no? Ah, entiendo, a Levi le gusta alguien más, debí imaginarlo —sonrió con tristeza.
—No es eso, solo que no me imagino en una relación en estos momentos.
—Dime, ¿cómo es ella, es bonita? —se acomodó cerrando las piernas, de repente se sintió incómoda por el rumbo de la conversación, pero también quería saber quién era la poseedora del cariño de Levi.
—Demonios, Hange. No comiences.
—Lamento ponerte en este predicamento.
—Con todo lo que tenemos encima, ¿crees que pueda estar enredándome con alguien? A veces no hay tiempo ni de cagar.
—Ya sé, debe ser alguien a quien le gusten los chistes de mierda —carcajeó.
—Entiende que no estoy con nadie. Además, ¿por qué crees que accedí a esto contigo?
—¿Porque también te dieron ganas?
—Sí... No —rectificó enseguida.
—¿Entonces? Dime la razón por la que estamos haciendo esto. Ya sé que te lo propuse, pero ¿por qué aceptaste?
Él titubeó, pero al ver a Hange tan hermosa y desnuda frente a él, lo hizo despojarse de cualquier duda. Lo decidió, le diría que aceptó porque era la única persona en quien confiaba ciegamente, que estaría con ella en las buenas y en las malas, que, a pesar de su carácter voluble, era quien más lo entendía y no le reprochaba sus actitudes. ¿La amaba? No lo sabía, porque no lo había analizado detalladamente, pero sí estaba seguro que quería pasar la mayor parte de su tiempo restante con ella.
—Porque quien me gusta eres tú.
Esta vez Hange sintió vibrar su corazón. ¿Acaso escuchó bien? ¿Levi dijo que ella le gustaba? A su parecer, él nunca dejó ver una pizca de sentimientos, era cierto que estaba pendiente y la cuidaba, pero no creyó que eso se debiera porque sintiera algo más que amistad por ella. Debía poner más atención a esos detalles de ahora en adelante.
—¿Lo dices en serio, enano? —susurró con voz temblorosa.
—Después de hacer esto no tengo por qué mentirte —acarició la mejilla izquierda de la mujer.
Ella posó su mano sobre la de Levi, sonriendo tontamente, después de tantos años ahí estaban, los únicos veteranos con vida, juntos como nunca lo hubieran imaginado.
—¿Quieres llegar hasta el final? —una sonrisa pícara de Hange lo instó a no declinar la invitación.
—Sería una estupidez no terminar lo que empezamos.
Esta vez él tomó la iniciativa, la ayudó a ponerse de pie para besarla delicadamente, ambos con las emociones a flor de piel por la reciente confesión de sus corazones. Levi se sintió el hombre más afortunado. Exploró nuevamente el cuerpo femenino, consciente de que esta vez ambos estaban de acuerdo y sin dudas para realizar el acto.
Hange se sintió como una adolescente a punto de tener su primera vez, bueno, sería su primera vez después de muchos años. Por un momento se olvidó del mundo, de las muertes, de su puesto como comandante, se olvidó de todo, estaba concentrada en sentirse una mujer querida y deseada por el hombre que había estado acompañándola en ese arduo camino. Estaba lista para recibirlo, estaba lista para entregarse a él.
...
Notas:
*La mayoría de los fics que he leído, dictan que el amiguito de nuestro capitán es grande, ¡enorme! Y yo no quise quedarme atrás y lo describí de esa manera, jaja bueno, no tan enorme.
**También he leído algunos informes de que la semilla del capitán sabe a té, porque es un bebedor compulsivo de esta bebida, también indiqué lo mismo, no me juzgues, solo quiero ser popular.
Continúa en la siguiente parte.
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camusxsaga · 5 years
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Sleeping with ghosts (Saga x Camus)
La tarde era tediosa. El calor no aminoró ni siquiera cuando el sol se tornó naranja y se fue a esconder parcialmente tras aquellas lejanas montañas.
El coliseo se encontraba desierto y el Santuario en general presentaba un ambiente sombrío. El silencio hacía zumbar a sus oídos.
Se sentaba en unas gradas, distrayéndose con el pasar de una que otra ocasional ave, apreciando el polvo de la arena ser revuelto por las breves y muy esporádicas brisas.
Podría estar en su templo, que gracias a la altitud siempre se encontraba fresco. Pero al día siguiente no tendría oportunidad para salir de allí y quería aprovechar hasta entonces sin tener que estar encerrado.
No era el único que pensaba de esa manera, supuso, cuando percibió la cercanía de un cosmos que le parecía extrañamente familiar, aunque no podía reconocerlo con exactitud.
Enseguida divisó a una figura alta de extensa cabellera y confiada postura que se acercaba sin prisas. Camus no le despegó la vista gracias a la inquietante necesidad de ubicarlo en su memoria.
Nada.
Llegó frente a él, tapó el sol, preguntó con simpleza:
“¿Acuario?” Camus elevó la mirada y asintió.
“¿Quién eres tú?” indagó enseguida, frunciendo sutilmente el ceño en desconfianza. El diseño de la armadura que aquel portaba le dio la respuesta antes de que fuera expresada.
“Géminis,” dijo, y se sentó junto al otro sin preocuparse por ser inoportuno.
Camus no disimuló su desconcierto; arqueó una de sus cejas y torció levemente sus labios, miró al recién llegado de forma interrogante, mas aquel fingió inocencia y contempló el horizonte. Suspiró calmo, casi contento.
El caballero de Acuario se sobrepuso a la curiosidad, y con una hastiada exhalación apoyó los codos en las rodillas, inclinándose adelante para sostener el mentón sobre sus nudillos.
“Entonces tú no los subestimas.”
“¿Cómo?” El de ojos verdes volteó, parpadeando confuso.
“Si has vuelto para enfrentarles, es que sabes de lo que son capaces.” Camus miró de soslayo al de cabellos azules para confirmar basado en la expresión de aquel que finalmente entendía el origen de su comentario.
“Nunca he batallado con ninguno de ellos.”
“Yo entrené a uno de ellos.”
“Sí, eso escuché. Al cisne.”
Camus devolvió la mirada hacia el frente.
“Lo mataré.” Sonaba incuestionable. A Saga le causó gracia y sus labios lo reflejaron curvándose sutilmente. Camus pudo sentir esa sonrisa aún sin verla, oculta en el burlón silencio que cómplice ocupó los siguientes segundos. Sintiéndose de pronto algo mortificado y arrepentido de haber hablado, una leve arruga apareció en su frente.
“Lo intentarás,” finalmente replicó el mayor. Acuario tuvo la impresión de que el aire se purificaba súbitamente. No lo admitiría pero esas palabras le aliviaron, le dieron la oportunidad de explicarse a mayor detalle.
“Si se ha convertido en lo que yo esperaba de él entonces fallaré. Si no, su muerte será merecida.”
Hablando así, ¿quién se atrevería a retarlo? Saga volvió a sonreír.
“¿Y a mí por qué me dices eso?” preguntó sin implicar nada en especial, en un tono ligero y casi divertido.
“Porque estás aquí y me has hablado. Y porque sé que no te importa.” Y porque guardarse sus planes había estado provocando un nudo en su estómago que finalmente comenzaba a aflojarse, si bien en mínima medida.
“Bien. Yo también tengo planes para mañana,” anunció en un aire casi triunfal, elevando la barbilla.
“Y a mí no me importan y me los contarás.” Una media sonrisa y Camus cambió su posición devolviendo las palmas de las manos a la rugosa superficie de los escalones. El súbito movimiento hizo a su cabellera balancearse exquisitamente. Saga se distrajo sin remedio.
“Ahá…” musitó. La sonrisa de Camus se tornó confusa ante la repentina inexpresividad de su acompañante, y pronto desapareció.
“Pues anda,” intentó despabilarlo.
“Mataré al patriarca,” escupió automático. Camus parpadeó. Saga lo hizo también, y lo volvió a hacer, sus pupilas reconociéndose a sí mismas para entonces lucir vivas de nuevo, aunque todavía continuaban fijas sobre quien las había aturdido temporalmente.
“Ya era hora de que alguien se animara a hacerlo.” Otra sonrisa que no quería serlo del todo, deformó los labios del francés. Saga arrugó el rostro, enfurruñándose de manera casi infantil.
“No estoy bromeando,” advirtió. Aunque dentro de sí sabía que aquel no le creería, nadie a quien le confesara sus propósitos lo haría. Y tomarlo como un chiste era lo más cómodo, lo natural. Verdad era que el Patriarca no estaba fungiendo el mejor de los papeles y cualquiera acordaría en aprovechar una broma para profesarle cierto despecho.
“Por supuesto,” Camus contestó con falsa seriedad. Enseguida suspiró y girando el rostro buscó al sol, del cual sólo quedaban como evidencia sutiles rayos que se entremezclaban con la oscuridad, aún discreta, que acechaba por cubrirlo todo. Los tonos rosáceos que resultaban fueron agradables para los ojos azules del extranjero.
Saga le admiró por cantidad indefinida de minutos antes de animarse a preguntar, “¿Qué harás lo que resta del día?”
“Esperar,” Camus respondió desinteresadamente, encogiendo los hombros.
“Te aburrirás.” Con un movimiento lento de su mano Saga se atrevió a capturar unos cuantos cabellos verdiazules, de los más largos. Los acarició entre su índice y pulgar y clavó sus ojos en ellos. Camus se percató de lo que consideró una extraña acción pero no dio señal de ello.
“Estaré bien.”
“Estarás solo…”
“¿Y?” Camus le miró por el rabillo del ojo, sintiéndose de repente intrigado. Claramente aquel buscaba llegar a algún punto, pero él no se daría por aludido tan fácilmente.
“Quiero que vengas conmigo.” La incredulidad forzó en Camus un respingo. No esperaba que fuera tan franco…
“¿A dónde? ¿Para qué?” Saga suspiró y regresó los cabellos de Camus a la posición que naturalmente guardaban sobre su espalda. Los dejó ir no sin antes acariciarlos con la palma extendida y deslizando ésta hasta el final de la sedosa cabellera. Luego su mano permaneció quieta en la espalda baja del joven, anhelando traspasar el frío metal.
“A mi templo. Quiero quitarte esa armadura, y quitarte la ropa. Quiero que estés en mi cama hasta que sea mañana.” Definitivamente, demasiado franco.
“¿Y yo debo ceder a todo eso?” Camus volteó su rostro, la parte superior de su cuerpo girando en el proceso y consiguiendo así que la mano del griego se apartara.
Camus no estaba seguro de cómo reaccionar ante este compañero que para él era un completo desconocido. La confianza que mostraba le descolocaba. Y aunque su pregunta se había escuchado recelosa, no dudaba que bajo las condiciones que Géminis había propuesto el mañana vendría muy pronto.
“¿Por qué no?” Aquel se escuchó realmente desconcertado, se vio enternecedoramente ingenuo.
Sin poder evitarlo, Camus rió. El sonido fue melodioso, limpio, divertido. Incluso con lo rápido que se disipó, a Saga le encantó.
“De acuerdo.” Esas palabras le gustaron aún más.
-.-.-.-.-
La habitación olía a encerrado, a abandono. Camus caminó hasta el centro, deteniéndose a pocos pasos de la cama y mirando con indiferencia su alrededor, tomando nota mental de lo poco que había en el cuarto.
El hombre de cabellera añil entró detrás de él.
“Acuario,” le llamó, aunque conocía su nombre.
Camus giró para encontrarse cara a cara con el otro. Saga ya se hallaba a poca distancia y se acercó aún más para retirarle cautelosamente la tiara. Camus aguardó quieto, curioso por las futuras acciones de aquél.
Saga se agachó para dejar aquella pieza de la armadura en el piso. Al levantarse colocó las manos sobre las hombreras del francés y se inclinó hasta que rozó con la punta de la nariz su oreja.
Camus se sintió ligeramente mortificado por el escalofrío que le recorrió entonces, y que no había podido predecir.
“Envíala lejos, quiero sentir tu cosmos.” Camus frunció ligeramente el ceño ante la petición, pero hizo tal como el otro pedía; elevó su cosmos lo suficiente y la armadura abandonó su cuerpo. Entonces pudo percibir con claridad el suspiro entrecortado que escapó de los labios del hombre frente a él. Camus aprovechó ese fugaz momento en que Saga pareció amedrentarse para, en un intento de apresurar las cosas, colocar las manos sobre su brazo derecho y maniobrar con el propósito de retirar la pieza que cubría ese sitio.
“Espera,” dijo Saga, y detuvo al menor apartando las manos, pero enseguida dejando las suyas sobre la ropa del otro para desaparecerla poco a poco.
Camus aguardó paciente, aunque el comportamiento metódico de Géminis comenzaba a irritarle.
“Acuéstate,” ordenó Saga en cuanto terminó de desvestir a Camus, quien le dirigió una fugaz mirada de divertida suspicacia antes de dar la vuelta y caminar hasta la cama para subir a ella. Se hizo hacia el lado que tocaba la pared para dejar ésta a su espalda y acomodarse sobre un costado, con un brazo doblado bajo su cabeza. Desde allí miró al otro con expectación, pero Saga, si bien se acercó, sólo lo hizo para sentarse en el borde de la cama. Aún se encontraba muy lejos.
Camus esperó, tal vez hasta cinco minutos; tiempo durante el cual Saga no hizo otra cosa más que estudiar al menor, y abochornarlo con el desmedido interés de sus ojos.
Camus llegó a pensar que la invitación de Géminis había sido estrictamente literal. Que sólo lo quería desnudo en su cama, nada más.
Se sintió mortificado, juzgó al otro ridículo.
“Esto es tan aburrido como estar en el coliseo,” finalmente declaró. Se movió para quedar boca arriba, cruzó ambos brazos sobre sus ojos, ahora cerrados, y resopló exasperado.
“Para mí no.”
“Hablo en serio. ¿De verdad pretendes que me quede aquí toda la noche para que me mires y… ya?”
“No sé… ¿qué más quieres?” Súbitamente Camus se incorporó hasta sentarse y miró al otro con determinación.
“Para empezar, quítate todo eso.” Estiró el brazo para señalar la armadura que cubría el cuerpo del griego. Saga agachó la vista hacia su propio pecho, al exacto punto donde el dedo índice de Camus rozaba, antes de decidir levantarse de la cama y comenzar a obedecer.
“Ya,” anunció cuando ninguna pieza dorada le protegía más.
“Dije todo,” Camus puntualizó clavando la mirada sobre cierto detalle faltante. Saga entonces desabrochó su pantalón. Le tomó unos momentos deshacerse de esa prenda y el interior, y una vez desnudo, preguntó, “¿Ahora qué?”
“¿Te seguirás haciendo el tonto?” La única respuesta de Saga fue una sonrisa.
Camus rodó los ojos hacia arriba.
“Ah, pues ven.”
Se acomodó sobre él con algo de vacilación, sin estar seguro donde dejar las manos, hacia donde mirar o si debía hacer algo más que sólo estar ahí. El joven que le observaba impaciente se preguntó si el verdadero fraude sería la irresolución de ahora o la osadía de antes.
“¿Qué edad tienes?” Camus preguntó casualmente mientras llevaba las manos a la espalda del otro para atraerlo más cerca, concluyendo que no iba a continuar ateniéndose al ritmo del mayor.
Saga parpadeó ante la inesperada pregunta. “Veinti… ocho, creo…”
“¿Crees?” Camus torció los labios, divertido tanto por la despistada respuesta como por las nerviosas reacciones a las caricias juguetonas que repartía sobre el torso de Saga.
“Dejé de contar hace mucho.” Su voz tembló, e incitado por las piernas que se rozaban contra las suyas, comenzó a explorar el cuerpo atrapado entre sus brazos; labios sobre el esternón, dedos sobre las costillas. Camus se estremeció.
“Eso es raro…” Una media sonrisa fue la prueba de su satisfacción al notar que el misterioso géminis adquiría mayor confianza. Con una mano le sujetó un brazo y otra alcanzó su rostro, urgiéndole a acercarse. Camus logró depositar unos cuantos besos torpes sobre su mandíbula antes de que Saga le abrazara con vehemencia, anclando el rostro sobre su hombro.
“Sí, puede ser,” escupió inquietamente. Movió las caderas de manera tentativa y el otro se acopló sin demora. Entregaron toda su concentración a ese pequeño y repetitivo ritual, permitiendo a un par de minutos pasar hasta que alguno habló de nuevo entre trabajosos respiros.
“Mm… Oí tu nombre alguna vez… pero lo he olvidado.”
“Saga. Es fácil de recordar,” dijo a prisas, sus dedos deslizándose fervientemente sobre los muslos que presionaban sus costados.
“Yo soy Camus.” Suspiró, extendió la cabeza ligeramente hacia atrás y Saga aprovechó para lamer y demorarse besando la base de su cuello. Luego buscó su rostro, y unos ojos entreabiertos le observaron con hambrienta curiosidad.
“Ya lo sé. Camus de Acuario…” murmuró sobre sus labios, provocándolos con un roce breve para luego apartarse. “…francés, entrenado en Siberia y maestro de dos alumnos. Ah, y si yo tengo veintiocho años, eso te situaría alrededor de los… veinte,” recitó mientras le instigaba con caricias a que se diera la vuelta.
Camus se apoyó en codos y rodillas y Saga lo premió con una procesión de besos desde la espalda baja hasta la nuca.
“¿Cómo es eso?” Un placentero estremecimiento lo silenció por un instante. “Yo no sé nada de ti.” Camus sintió una sonrisa contra la piel de su hombro.
“Sí sabes, me conociste hace tiempo pero ya no lo recuerdas.”
El menor se dejó desconcertar, frunció el ceño y trató de escarbar en su memoria. Saga lo frustró de inmediato, trajo su atención de vuelta a lo que importaba; él, y el otro. El otro invadiéndolo, y él, después del sobresalto inicial, aceptándolo tan irremediablemente como tuvo que admitir;
“No, honestamente que no.” Su voz tembló, acabando en un jadeo inaudible.
“Está bien, ya nadie lo hace.” Camus hubiera esperado melancolía, mas sólo captó indiferencia. Agachó su acalorado rostro hasta descansar la frente en la cama, sus dedos se engancharon en las sábanas, y sin poder pensar en otra cosa que decir se dedicó simplemente a sentir, abandonándose sin reparos a la deliciosa construcción de una experiencia que le hizo olvidar completamente que ésta bien podría ser la víspera de su muerte.
-.-.-.-.-
Nunca cedió al sueño, a contrario del acompañante que dormía plácidamente a su lado. Demasiado tiempo envidió la tranquilidad que exudaba, sus facciones relajadas, su respiración rítmica y pacífica. Había dejado la noche caer sin hacer otra cosa más que eso, y cuando la envidia se vio acompañada por una intensa curiosidad hacia aquellos entreabiertos labios que había fallado en probar siquiera una vez, finalmente frunció el ceño y se levantó de la cama.
“Es hora de que me vaya,” anunció lo suficientemente alto para despertar al otro.
“No, quédate,” Saga murmuró todavía con los ojos cerrados, extendiendo un brazo perezosamente en busca del francés.
“¿Qué hay de mañana? ¿Lo has olvidado?” Camus comenzó a vestirse rápidamente y utilizó el cosmos para llamar a su armadura. Saga se incorporó y se sentó en el borde de la cama.
“Mañana moriré.” Así que debía complacerlo ahora.
Incrédulo, Camus suspiró y negó con la cabeza.
“¿Entonces ya cambiaste de planes?”
“Es todo lo mismo.”
“Lo que tú digas.” Sonrío burlón, pero el gesto desapareció cuando le dio la espalda. El no tomar a Saga en serio no tenía nada que ver con la garantía de que muchas vidas acabarían mañana, ni amedrentaba la posibilidad de que una de ellas podría ser la suya, o la de su alumno. O la de Saga.
Pasó una mano sobre su cabello y exhaló profundo tratando de alejar esas sombrías especulaciones. Llegó a la puerta pero antes de salir se dirigió una vez más al mayor.
“Si al final del día no has muerto y yo también sigo vivo, vendré a visitarte después en alguna ocasión.” En sus ojos hubo una sonrisa fugaz. Saga parpadeó un tanto confundido, pero asintió en respuesta.
“Está bien.” Camus se marchó.
Saga volvió a recostarse, cerró los ojos deleitándose en la calidez todavía impregnada en las sábanas, y sus labios mostraron una pequeña sonrisa amarga ante la cándida crueldad de esa promesa.
FIN
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Una persona en una ocasión me dijo, quien de verdad ama no permitirá que situación alguna dañe a la otra persona, sea situación que generemos o que otros propicien.
Me quedé mucho pensando en dicha situación, en dicho pensamiento, ¿será que aún se puede querer de manera correcta y sacrificar muchas cosas propias para poder evitar lo más que se pueda, con tal que ningún daño llegue hacia la otra persona?, es poco probable que un 100% protejamos a la persona que amamos, pero si, hay algo seguro…haremos todo lo posible para que nada malo le suceda a la otra persona o para que la otra persona reciba lo que en verdad merece, siendo el amor lo principal para dar... este pensamiento imagino sienten los que aún saben querer o amar bonito, ese sentimiento real que solo pocos pueden tener como privilegio. En otras palabras y respondiendo la pregunta inicial, ¡Si!, se puede amar, con ese si rotundo, con ese si que se grita desde el fondo del alma para que todos en todos los espacios y universos posibles lo sepan.
Cada historia que comenzamos tendrá siempre pasos advertidos y otros por descubrir, el corazón dispuesto por amor, pero siendo coherente en sus decisiones sabrá siempre que hacer en cada paso por estos caminos a tomar.
Cuenta la leyenda que en un reino muy distante existía un rey preocupado por el futuro sentimental y hasta de compañía en el corazón de su princesa, es decir, su hija. Un día éste le pregunta: ¿Cuándo podré tener herederos?; la pregunta obviamente iba más allá de una espera por una sencilla respuesta a la espera de nietos;
...instantes después el Rey pregunta: ¿Has pensado en tener novio o casarte?, a lo que la princesa responde, que aún no había encontrado el amor que le pueda corresponder. El padre, preocupado no sabe si la respuesta fue entregada por que en realidad aún no había nadie digno para su pequeña o si realmente le había ido tan mal en el amor que nadie podría soportar la vida de la princesa.
El Rey al día siguiente decide colaborar con la respuesta precisa para dicha pregunta y propone una especie de prueba para todo aquel varón dentro y fuera del reino que quiera pelear por la mano de la princesa. El rey cree que con dicha situación la brecha de la soltería para su hija se reduciría y en un tiempo mediano habría una respuesta precisa ante las interrogantes que planteó tiempo atrás, todo esto pensando para cuando el no éste, alguien importante cuide de su legado y a su pequeña.
Ante semejante convocatoria muchos varones de todos los estratos sociales, condiciones físicas y edades entre otras cosas se presentaron. La convocatoria mencionaba que los postulantes debían permanecer durante 365 días en las puertas del castillo, y quien permaneciera dicho tiempo sería quien tendría la posibilidad de desposar a la princesa. La prueba parecía complicada pero un corazón enamorado, y valiente los soportará todo…pensó el Rey.
Con el nuevo año y el inicio de la prueba inició todo. Al tercer mes del año, el invierno azoto las fibras más íntimas de cada postulante, y la mitad del total de participantes abandono la prueba. Muchos agarraron confianza pues el numero de postulantes se vio seriamente afectado. Más un nuevo obstáculo aparecería, pues 3 meses después el calor cobra la salida del nuevo 50% de la cantidad que hasta ese momento quedaban de postulantes. Ya hasta ese momento el 75% deserto.
El tiempo se volvía cada vez duro y la prueba también, pues faltando 2 meses los postulantes se habían reducido a 10 y con peligro de más deserción.
Faltando una semana para que concluya diciembre, los postulantes en cantidad pasaron solo a ser 2, donde uno de ellos se volvió el favorito de la gente, pues en él se mostraba un interés genuino por la princesa y todo lo que ella como persona ofrecía, inclusive llegando hasta amar sus defectos. Por otra parte, el otro postulante tenia un objetivo, las riquezas y herencias que pronto podrían ser cercanas a sus intereses personales.
Esa misma noche el postulante interesado en lo material abandona la prueba, pues una terrible infección pulmonar que le aquejaba pudo más que sus propios intereses superficiales. El contendiente final, aquel que soñaba con dicho momento, esa misma noche sintió un nerviosismo que le elevo a lo máximo dándole aliento adicional para saber que, aunque la recta final era la más dura, él podría conseguir su objetivo, pues con el pasar de los días lo que para muchos fue una tortura, para él se convirtió en un amor que creció en medio de las adversidades y le forjo un amor sincero a prueba de muchas cosas.
Esa misma noche la princesa, que seguía de manera importante el reto se enteró que solo quedaba un postulante, situación que le generó gran curiosidad y a pesar de que debería esperar unos días decidió hacer algo, ir a conocer a tan grandioso varón valiente y quitarse la curiosidad de quien era el que parecía iba a ser su pretendiente y futuro acompañante de vida. La princesa se disfrazo de vagabundo y con un poco de agua como pretexto de acercamiento se encaminó hacia el joven valiente, al que contemplo un buen rato mientras entregaba dicho agua. Consiguió ver sus ojos y su alma, y ella supo desde ese momento que él era el indicado. Emprendió la princesa camino de retorno y busco a su padre con el cual compartió su felicidad. El padre miró fijamente a su hija y sonrió, y le dijo pues faltan pocos días para que suceda todo, más el aguardaba una orden de la pequeña en caso ella quisiera salir del protocolo, la princesa entusiasmada lo miró y solo se fue a dormir, no sintió necesidad de hacer algo más pues esperaba solo el esfuerzo del muchacho, porque su condición ella entendía en ese momento, en que a ella solo debían ganarla.
Pasaron los días y el tan ansiado ultimo día llegó…el joven estaba más cerca que nunca de tener a su princesa. Cuando solo faltaban 3 horas para que concluya la prueba el rey envía a sus soldados para que animen a aquel joven, y  le digan que la meta está cerca, que él es un ganador, seguro ganador. 
El joven que aguardaba el paso de los últimos momentos de la prueba recibe el mensaje de parte de los guardias, y se queda mirándolos fijamente, éste mira fijamente al cielo, mira a toda la gente que se habia acercado para acompañarle en sus últimos momentos de esfuerzo, dicho joven exclama un hálito de aire y se retira de la competición. En ese momento la historia cobro un giro inesperado y todos los presentes no entendían que sucedía. El joven se alejó y emprendió camino de retorno a casa, con lágrimas en los ojos, lágrimas que comenzaban a salir como lluvia en día de sequía, necesaria y precisa al parecer para su alma.
El joven llega a la entrada de su hogar y con un suspiro fuerte toma coraje y entra, su madre justo en ese momento se encontraba sembrando plantines, mismos que deja pues su pequeño, su hijo regresaba, pero algo pasaba.
Ella se abalanza hacia el y lo abraza sin preguntar nada aún, pues ya sentía que un dolor invadía a su vástago. Aquel joven al sentir el calor de su mamá lloró aún más fuerte y el dolor salía a borbotones con lágrimas en los ojos. Una vez la madre calmó aquel muchacho, le pregunta el motivo de su retorno, no sin antes hacerle notar todo lo que había avanzado, pues con ello se había convertido en el ser que amaba con todo su corazón y alma a la princesa. 
El muchacho agacha la cabeza y paso seguido comienza a entonar las primeras palabras, que acompañadas de un sentimiento expresa lo siguiente:
“Dí lo que la prueba me permitió hasta ese momento dar, entregué lo que la circunstancia me permitió entregar; una semana antes de que la prueba concluya, vi a la princesa disfrazada, me entrego agua, una parte de mi decía, estoy cerca y ella ha venido porque ha sentido mi amor, pero al momento en que pensaba aquello, ella solo se marchó y no supe más de ella, ni siquiera me pregunto algo o si quiera se cercioro como me encontraba por dentro”...la madre le indica, que todo eso fue un gesto lindo de parte de ella y que ofreció tal vez una muestra de cariño en ese momento. 
El joven continúa la explicación y concluye con lo siguiente: “Cuando uno ama de verdad no permite que un segundo más el ser a quien amamos, pase momentos de agonía, de dolor, de tristeza, una vez conocemos al amor verdadero, desde ese momento sabemos que nuestra vida cambió y no queremos pasar un solo segundo más sin esa persona”, ella pudo desde ese momento parar la prueba y saber que con todo lo que ya había hecho hasta ese momento y todo lo que había soportado tenía una prueba real de mi amor hacia ella. No que mi amor y mi respeto le daban el derecho de buscarme cuando ella quisiese o cuando las circunstancias de parte de ella, así lo permitan, porque cuando amas, no hay días largos, ni tiempo corto, no hay distancia lejana ni momentos difíciles, cuando se ama, no se lastima, sino que se ama”, la madre entiende por fin todo y cierran el libro.
Los días pasaron y la princesa nunca lo busco, pues ella creyó que el joven nunca la amo de verdad, a pesar de todo el sacrificio que el expuso, pues ella imagino que aun así el debería buscarla e insistir por ella. Por otro lado aquel joven a pesar de los días, mantenía la esperanza de que aquella princesa lo busque y entregue un poco como muestra de que todo no había sido en vano y que ella de verdad lo amaba...Al final la princesa se caso con alguien que no coloco ni el 1% de lo que aquel joven demostró, el sentimiento de culpa por no saber hasta ese momento que hacer, hizo a la princesa amar a alguien que no le correspondía, lastimosamente por no haber amado en su momento a un muchacho que si daría la vida por ella por amor a los dos.
“Por mirar la luna, la princesa se perdió de ver las estrellas”
Tal vez en esta historia puede haber más detalles precisos que mantengan la postura o esencia de esta información o del contenido del presente texto, podemos ahondar en los mismos pero llegaremos a la idea siguiente: Muchas personas cuando creen haber obtenido el amor verdadero de una persona, no lo cuidan o creen que éste es para toda la vida sin necesidad de estar pendientes para hacer crecer todo aquello que juntos construirán.
... o que simplemente podemos descansar creyendo que lo conseguimos todo y que por el solo hecho de recibir un todo de la otra parte tenemos carta blanca para no hacer nada y solo dejar que fluya todo sin buscar el bienestar de ambos, donde creemos que somos felices porque recibiremos y recibiremos y recibiremos, solo dejando a la otra persona muchas veces renunciar a su propia felicidad por la felicidad nuestra; llegando a creer que con lo poco que hacemos y lo mucho que recibimos tenemos una licencia para lastimar y que ella nos permitirá tener inmunidad cuando la tristeza o el dolor invadan a la otra persona a causa de nuestros actos. Como diciendo, te corresponde todo a ti.
Esta licencia muchas veces la encontramos en frases como: “así me conociste, así soy y no pienso cambiar”, o “si me quieres, me debes aguantar como soy”, “Es todo lo que puedo ofrecer y es todo lo que debo darte” entre otras.
Hoy día te has puesto pensar en ¿qué lado éstas?, estamos del lado que creemos que con lo que la otra persona dio basta y sobra para el puente a la felicidad, o estamos del lado en que dimos todo y solo recibimos migajas.
Recuerda, Nadie merece recibir amor a medias, nadie merece recibir migajas, pues el amor debe ser dado, sin medidas y con sueños infinitos. Pues todo lo que das vuelve a ti, porque todo lo que das queda como tu legado como la información que los tuyos usarán para recordarte u olvidarte.
 Continuará…
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ANOTACIONES DE UN HOMBRE CON LAS PRIORIDADES CLARAS / J. Estiven Medina Ortiz
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Creo que empiezo a dudar de mis capacidades para establecer una relación afectiva regularmente saludable y permanente. Creo que ésta duda no es lo suficientemente angustiante como para comenzar a reprocharme por ser emocionalmente inepto con la persona que es mi novia. Creo que mis emociones son lo más parecido a algún sistema básico de emociones funcionales pero que no son en absoluto aquél sistema básico. Creo que estoy intentando decidir el siguiente paso a dar respecto a mi relación, tratando con mucho esfuerzo, de calcular y reducir el probable daño emocional que voy a provocar en la psique de la persona que es mi novia. Creo que soy una mala persona, no porque en algún momento haya terminado de decidir serlo, sino más bien porque me he equivocado en alguna parte de mi decisión de ser una buena persona. Creo que estoy siendo penosa y calculadoramente reduccionista y egoísta. Creo que debería estar llorando en vez de estar practicando organizar todos los movimientos musculares en mi cara necesarios para expresar que siento una gran tristeza por lo que está ocurriéndome, cuando esté frente a la persona que es mi novia.  Creo que iré a buscarla después de este episodio, que es el momento en que intento tomar una decisión definitiva lo menos dolorosa posible para ambas partes. Creo que me estoy preguntando si realmente es dolor lo que experimento en mí como dolor. Creo que mi cerebro está a punto de elaborar la afirmación más nefasta que mi cerebro intentará negar inmediatamente después. Creo que soy torpe emocionalmente y no siento nada al respecto. Creo que la persona que es mi novia debería saberlo y hacer algo cuidadosamente conmigo. Algo como abandonarme en el patio vacío de una gran casa lejana. Creo que estaría bien que me dijera hay algunas cosas que no están bien hechas, aunque haya pasado mucho tiempo pareciendo que sí lo están, antes de irse. Creo que me sentiría bien o al menos intentaría sentirme como se supone que una persona se siente cuando se siente bien. Creo que soy equiparable a una computadora sobrecalentada que ha desarrollado un magnífico algoritmo con el que intenta persuadir a todo su sistema inteligente de que es una persona. Creo que me gusta la literatura y que podría vivir como literatura. No me gusta ser una persona. Creo que estoy convencido de que no me gusta ser una persona. Creo que estar convencido de que no me gusta ser una persona no me ofrece ninguna posibilidad de estar tranquilo. Creo que soy una broma literaria. Creo que debería romper todos mis vínculos emocionales y al final sentirme tan solo como para poder intuir si en lo profundo de lo que aparentemente soy, hay algo como una necesidad que pueda considerar humana y desde donde partir nuevamente hacia algún tipo de actitud. Creo que eso es lo que se denomina popularmente buscar un sentido. Creo que de lo único que puedo estar seguro, aparte de que no me gusta ser una persona, es que estoy vivo. Creo que estar vivo es magnífico en la medida en que se es plena y emocionalmente consciente de que se está vivo. Creo que quiero aprender a ser una persona a quién le agrade ser una persona. Creo que aún no he decidido nada respecto a mi relación con la persona que es mi novia. Creo que es mi responsabilidad ser, por lo menos, honesto si no puedo establecer una conexión sensible con el concepto que soy y que al parecer es un gran vacío. Creo que mi honestidad será difícil de comprender o siquiera percibir, porque no consigo incorporar elementos emocionales que logren establecer un vínculo de empatía. Creo que soy plenamente consciente de las cosas que están pasando, del mismo modo en que lo es alguien que mira una película antigua cuya trama es burdamente predecible, desde el último asiento de un cinema vacío. Creo que voy a terminar la relación que tengo con la persona que es mi novia. Creo que es lo mejor. Creo que le diré que es lo mejor para los dos, aunque sospeche que será mejor sólo para ella. Creo que no me encuentro en condiciones de decidir qué es lo que ciertamente pueda ser mejor para mí. Creo que va a entender, puesto que es inteligente y abrumadoramente sensible. Creo que me llama al teléfono. Sí. Respondo. Digo Oye, creo que deberíamos hablar. Dice Perfecto. Pero antes date un baño. Pareces cansado. Creo que tiene razón respecto a darme un baño, pero no tanto respecto al cansancio. Digo Creo que me daré un baño aunque no me encuentre cansado. Dice Perfecto. Y hazme el favor de recoger a Michael de la casa de su amigo, queda a una cuadra de la tuya. Digo Creo que me daré un baño e iré a recoger a Michael y hablaremos. Dice Perfecto. Te quiero. Digo Creo que me daré un baño. Corto y creo que se pregunta por qué no le dije que también la quería. Creo que debí decírselo y que empieza a sospechar que soy una persona con el cerebro chiflado. Me doy un baño mediocre. Como si hubiera mojado sólo la parte menos interesante de mi cuerpo aun habiendo mojado todo mi cuerpo. Creo que pienso que quizá sea un problema técnico con mi autoestima. El agua cae helada y estoy tiritando y queriendo sentirme alguien con notables carencias afectivas. Creo que pienso ya debería estar llorando. Pienso en mí como alguien en el último lugar de una fila de personas que esperan recibir la respuesta a la pregunta ¿Qué demonios pasa? Y que la fila no se mueve en absoluto. Creo que me siento bien después de pensar que, puesto que no estoy haciendo ningún esfuerzo por dejar de sentirme mal, algo de todo eso debe significar que me estoy sintiendo bien. Pienso No pienses más. Creo que funciona. Ya no. Pienso otra vez Creo que soy una broma literaria. Estoy sonriendo. Verifico en el espejo qué tan bien me veo sonriendo y no hallo sino una mueca que no se asemeja a una sonrisa sino más bien a la expresión de alguien que se está ahogando con su propia saliva. Creo que tengo un serio problema para sonreír. Creo que no me importa. Creo que debería dedicarme a escribir. Estoy considerando seriamente la idea. Creo que estoy satisfecho al pensar esto. Después de todo, es la actividad que me hace sentir más próximo a la posibilidad de poder sentir. Pienso Todo el mundo me cae bien en cuanto sean personajes. Me pregunto ¿Pero, qué clase de satisfacción experimento? Creo que no soy bueno realizando una combinación visualmente interesante de mis ropas. Creo que me convenzo de que es cierto, porque en realidad no me esfuerzo demasiado en ser bueno en ello. Creo que no me importa nada y que eso está mal. Que algo está mal en mí como individuo. Creo que, excepcionalmente, esta combinación de ropa me queda bien. Abandono la habitación mientras me peino con los dedos. Actúo como si tuviera prisa. Como si todo fuera aceleradamente insoportable. Creo que quiero ser escritor y que la idea de que alguna persona vinculada emocionalmente conmigo se sienta disgustada por ello hace que, aparte de querer serlo, me divierta. Creo que soy un poco vengativo y perverso. Lo que siento en mí como un cerebro funcional que me pertenece funciona contradiciendo constantemente esta sensación. Creo que me gustan las palabras más que cualquier otra cosa. Creo que, en cierto modo, mis placeres son estrictamente individuales y excluyentes. Nunca he intentado decírselo a alguien porque creo que eso es lo que me hace una mala persona. No me refiero a ser malvado, sino inepto. Creo que inepto es una palabra que escucho muchas veces dentro de mi cabeza. Creo que mi cabeza tiene varios compartimentos que aún no he explorado. Me gustan las cabezas de las personas, pero más sus caras. Algo de mí cree que algunas miradas son comprensibles hasta el punto de ser extrañamente conmovedoras. Creo que la capacidad de expresión facial en una cara hace que el propietario de la cara se sienta satisfecho y se esfuerce por hacer que sea cada vez más eficiente cuando tiene la necesidad de expresar algo que demande una energía máxima. Creo que expresar es dar. Creo que dar hace menos sola a una persona. Creo que he leído “el manual de cómo ser una buena persona”, pero que no comprendo algunas secciones. Creo que hay una sección llamada “¿Qué hacer en caso de no comprender algunas secciones incomprensibles?” Que se me presentó aún más incomprensible. Creo que he olvidado a Michael. Estoy tocando la puerta de la casa de la persona que es mi novia sin Michael, que es su hijo y no mío. Creo que me divierte subrayar que no es mío, aunque Michael sea un buen tipo. La persona que es mi novia abre la puerta y me hace pasar. Me mira un buen rato. Parece que ha olvidado que debía traer a su hijo. ¿Dónde está Michael? No lo ha olvidado. Lo he olvidado. ¿Cómo te puedes olvidar algo que es importante para mí? Creo que no puedo responder a su pregunta, pero podría decirle por qué. Creo que no puedo responder a tu pregunta, pero podría decirte por qué. ¿Qué quieres decir? Creo que empiezo a dudar de mis capacidades para establecer una relación afectiva regularmente saludable y permanente ¿Qué? Creo que empiezo a dud… ¿Por qué actúas así? Creo que no puedo responder a tu pregunta, pero podría decirte cómo. ¿Estiven, qué demonios te pasa? Creo que es como no sentir nada pero sentir que no siento nada. ¿Dónde está Michael? Tocan la puerta. La persona que es mi novia corre y la abre. Es Michael. Creo que ha llorado. Dijiste que me recogería Estiven. ¿Y no lo ha hecho? Tuve mucho miedo. Me ayudó un policía. La persona que es mi novia me mira enojada mientras lo abraza. ¿Qué demonios te pasa? Pienso que estaría bien excusarme ya que esa pregunta parece más una exigencia a defenderme que una búsqueda objetiva de explicaciones. Creo que es una broma. ¿Qué dices? Dejé a Michael en la puerta para darte un susto, creí que sería divertido. ¿Michael, es cierto? Fue idea mía y a Michel le hizo gracia, tenemos un sentido del humor parecido. Perdónanos, si no te gustó. ¿Michael, es cierto? También supusimos que algo como esto pasaría y acordamos que Michael guardaría silencio ante cualquier pregunta para prolongar la broma, dándole un oscuro final confuso. Michael, responde ¿Es cierto? Michael dile sobre nuestra broma, ya salió mal. ¿Michael? Michael nunca mira con odio. Los niños podrían salvar al mundo, pero luego crecen. Me pregunto qué son los niños. Sí. ¿Es cierto? Sí, es una broma y salió mal. Perdóname mamá. Oh, bendito demonio. Lo abraza. Creo que debería sonreír para que termine de creernos. Creo que debería agradecer a Michael por evitarme un problema. Se libera del abrazo de la persona que es mi novia y se dirige a las escaleras que están a mi lado derecho. Michael me echa una mirada de odio. Creo que los niños son impredecibles. Ahora quedamos la persona que es mi novia y yo. En silencio. Se acerca y juega a abrazarme. Creo que conversamos un momento. De pronto algo en mí se erecta. Creo que la persona que es mi novia lo ha notado. Hace una sonrisa juguetona y se le ruborizan las mejillas. Creo que quiere tener sexo. Creo que yo también. Creo que queremos tener sexo. Creo que intento acariciarle el cuerpo intentando acariciar las zonas que hacen que mi erección se acentúe. Creo que ha adivinado mi intención y hace que sea más fácil lograrlo. Creo que también me está tocando con esas intenciones y también le ayudo a conseguirlo con facilidad. No vuelvas a hacer esa estupidez. Creo que se refiere a la supuesta broma y no a que le estoy tocando las tetas. No lo haré. Creo que estamos cada vez más calientes. Vamos a mi cuarto. Creo que estoy de acuerdo. Su cuarto me gusta. Tan ordenada. Sofisticada. Hace que piense que ella es sumamente inteligente y sensible. Creo que pienso en mi cuarto y que me avergonzaría intentar tener sexo con ella en ese lugar. Creo que estamos desnudándonos rápidamente. Creo que me gustan demasiado sus besos y eso hace que piense que si acaso la decisión de terminar mi relación es apresurada. Creo que empiezo a penetrarla. Creo que me gustan los sonidos que salen de su boca. Es como si agonizara pero como si no se fuera a morir nunca. Creo que quiero ser escritor. ¿Qué? Creo que hace un esfuerzo en decir esto. Quiero ser escritor. ¿Y por qué lo dices ahora? Hemos parado. Creo que empiezo a dudar de mis capacidades para establecer una relación afectiva regularmente saludable y permanente. ¿Qué demonios? ¿Estiven, qué te pasa? Creo que estoy terminando nuestra relación. ¿Estás bromeando? Pienso largamente. Sí, estoy bromeando. ¿Qué rayos te pasa? Estiven, tus bromas son estúpidas. Creo que soy una broma literaria. Se hace un silencio que ella interpreta como el remate de mi broma y al parecer eso le excita. Vuelvo a penetrarla. La persona que es mi novia vuelve a hacer lo sonidos. Acelero. Ya no pienso. Me gusta que agonice pero como si no se fuera a morir nunca. Acelero más. Creo que no pienso o, en todo caso, pienso “Maldita sea, creo que no pienso o en todo caso pienso que no pensar está bien”. Creo que eso es todo. Que me vengo en ella. Creo que soy un bebé.
 J. Estiven Medina Ortiz (1995). Es cuentista.
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Decires y sentires de un docente, en época de emergencia educativa
Difícil y, muchas veces, cruel y doloroso, está resultando este proceso educativo, en época de pandemia y emergencia educativa.
De repente, los docentes, tuvimos que enfrentarnos, una vez más, pero ésta, en demasía, a la puesta en escena del cuerpo, en todas sus dimensiones. No sólo debimos, como todos los seres humanos, enfrentar todo lo que la pandemia, el aislamiento y, de muchas formas el encierro implicó, sino que, además, “donar” todo tipo de recursos, de los que el Estado debiera haberse encargado. Recursos varios y múltiples, conectividad, internet, teléfonos, computadoras y hasta de vida...nos vimos obligados a estudiar más, indagar, investigar (y bienvenido sea, quizá el aprendizaje fue una de las pocas cosas que rescato de esta situación)...a dedicarnos a tiempo completo a la formación, la preparación, las consultas, las notificaciones permanentes, además de todo lo que cada uno de los nosotros conocemos.
La tarea de los docentes tiene mucho de artesanal, como se plantea en “La clase en pantuflas” o los interesantes textos que nos invitan a intervenir...intentar encontrar el color del río, nos lleva a revisar la vida en sí misma, el uno de cada uno y de cada otro...la soledad epocal de nuestro trabajo (con el sólo apoyo de algunos pares que, claro está, siempre sostienen habilitando el hombro y la escucha), la presencia compulsiva en el hogar, de todos y cada uno de quienes nos vimos intervenidos por esta situación, y obligados a dejar entrar, sin siquiera, pedirnos permiso. Simplemente, invadieron, acometieron con nuestro tiempo de trabajo y libre, nuestro tiempo de sueño, de ver, de pensar, ser y estar....acometieron, abusaron inocentemente, sin intención, violaron nuestra vida privada haciéndola pública y, coincidiendo con lo que dice Skliar “...volver a la escuela va a ser complicado por cómo están los chicos y los educadores”.
Nos invitan a “poetizar” nuestra realidad y, de hecho, creo que llegó a ser casi una obra de arte, sin contar con pinceles ni pinturas, en una tela virtual que nos confundía en el espacio de encuentro, y salir desesperadamente a buscarlos (entrando en nosotros). Creo que es el mejor momento, para dejar de ser inocentes, repensar y repensarnos, para enriquecer nuestras prácticas, con uno y con otros, varios, únicos y singulares, solos e invadidos, acompañados y abandonados...volver a encontrarnos realmente, en pieles y miradas...sentirnos sostenidos y útiles, pero sobre todo serlo.
Nos obligaron a “meternos” en la vida de cada uno de los que intervienen en las situaciones educativas...nos obligaron a exigir, de algún modo, que las familias se ocupen de tareas que no les competen, a meternos en la privacidad de sus hogares...a invadir sus vidas que, ya por la pandemia misma, estaba atravesada por múltiples dolores, angustias, faltas, sufrimientos y excesos. Nos llevaron a meternos en sus momentos de encuentro, de diálogo, sin tiempos ni espacios, sin límites ni bordes, casi abusivamente. Y de algún modo, lo
aceptamos, fuimos condescendientes y cómplices de esas demandas cuasi obligadas.
¿Nos habremos confundido?, ¿nos habremos equivocado?...no lo sé...tal vez, nunca lo sabré, pero sí sé que estamos intentando lo mejor.
La conectividad no nos conecta ni, necesariamente, nos comunica y, muchas veces, la falta de ella sí. La palabra tan mediatizada no siempre posibilita el diálogo...muchas veces no dice nada...y la falta de decires lleva a falta (o exceso) de sentires y, siento, eso conlleva mucho dolor y aislamiento, soledad e incomunicación...más aún que las consecuencias de pandemia o, mejor aún, en tiempos de cuarentena.
Muchas veces los docentes, nos encontramos solos en las aulas, inventando diferentes estrategias para educar, revisando, revisitando, desde adentro y afuera, en las mejores o peores condiciones...librados al azar, la mayoría de los tiempos, sin ser vistos, si siquiera la apariencia de la intención, por parte del Estado, de mirarnos....abandonados a nuestra suerte y, con la demanda, casi a modo de mandato, por parte de las autoridades de turno, de hacernos cargo de las responsabilidades de ambos, de las que nos corresponden como formadores pero, también, de las que debieran competerle al Estado, único responsable de la inversión en educación y que, muchas veces, se esfuerza por hacer creer que se lleva a cabo...cosa nada casual ni inocente.
Tal vez más que nunca, se vio la desigualdad de oportunidades, de unos y otros y, tal vez más que nunca, se hizo “como si”, en muchas situaciones. Como si se enseñara, como si se aprendiera, como si despertásemos el deseo, como si se hiciese algo real, concreto, coherente y formativo, por gestar actos educativos....como si el otro capitalizara todo lo que se pone en cuanto a inversión educativa...como si lo pudiéramos todo, como si no pudiéramos nada...como si algo (todo o nada) se valorara....como si fuéramos mirados y vistos, al menos, para ser cuestionados (excepto en la publicación de un recibo de sueldo).
Creo en un gran abandono por parte de quienes debieran cuidarnos, lo siento y lo duelo....vivo en la piel toda, un gran agotamiento por tanta puesta al servicio, un gran desgaste teniendo que hacer una fuerza, muchas veces insalvable, en el empujón para salir a flote, cuando tocamos fondo...para seguir y seguir intentándolo. Ello, sólo teniendo presente la realidad de los estudiantes y las familias, que tanto están aportando a esta situación, muchas veces, a pesar de tanta falta.
Si la educación es un acto político, debemos hacernos escuchar sin la inocencia que, muchas veces, da el temor, la indiferencia o el desinterés...desde un trabajo profesional, comprometido, responsable...desde la defensa de nuestros derechos y el cumplimiento de nuestros deberes....único modo en que podemos sentirnos capaces de reclamar, de seguir luchando por lo que corresponde a cada uno que quiera crecer, responsable y éticamente.
A todos quienes acompañaron en este proceso, y lo siguen haciendo...esperando a quienes hubieran debido hacerlo y aún no se dispusieron. Como creo en la educación...creo en la espera, sin desesperación ni desesperanza...y en el tiempo.
Abrazo a quienes se comprometieron a enseñarme y acompañarme en este proceso...pares, alumnos, familias y compañeros de la vida, afectos del camino...que entienden que, de algún modo, la educación es, para mí (y para muchos), parte del transitar el mundo.
Es ésta mi narrativa personal...podría ampliarla pero creo no es necesario...será puesta en común-unión con la de los compañeros de vida que dan, donan, otorgan, siendo generosos con este proceso que llevamos adelante, con el fin de consensuar o disentir, único modo de continuar creciendo.
No hay mejor modo de seguir adelante, de hacer la diferencia, que resistir...pelear por una mejor educación, con las armas de la paz y de la educación y, aunque claro está, algunos no deseen dejar que las tomemos, igual lo haremos.
Yo, tú...nosotros, quizá sin otros.
e decires” “neCECIdad d
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