Tumgik
#primera vez que escribo algo de terror en mi vida
thebookofxime · 2 months
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Los blockbusters de verano... Y Deadpool (I guess)
Aquellos que me conocen, saben que es habitual que desaparezca por un buen rato de redes sociales o solo escriba comentarios sarcáasticos de vez en cuando. Y de repente, aparezco sin cesar en su línea de tiempo. Ya sea por historias de Instagram en los que les saturo con mis viajes o compartiendo enlaces a cosas que escribo porque estoy enferma y no tengo algo mejor que hacer al verme limitada a mi camita…
Ya se imaginarán en qué estado me encuentro en este momento. Lo cual es sumamente molesto, puesto que ya solamente me restan un par de días vacaciones antes de ser esclavizada una vez más por la rutina.
Pero debo confesarles que antes de salir de viaje por 10 días, entre mis borradores, encontré el inicio de una opinión sobre “A Quiet Place: Day One”, una de mis dos sorpresas placenteras en salas cinematográficas este verano. Sin embargo, creo que tras ver “Deadpool and Wolverine” no puedo evitar pensar en cómo esa película tan mediocre ha sido tan exitosa.
Antes que nada, debo aclarar que me encanta consumir lo que los críticos llaman “basura”. Doy clases en dos niveles educativos, por lo que al final del día, me encuentro exhausta a nivel intelectual y emocional, por lo que muchas veces prefiero ver algo que no me exija demasiado y solo me entretenga.
No obstante, el entretenimiento parece ser desdibujado por los creadores como algo que requiere el mínimo esfuerzo y un humor que ni siquiera logra una risa sincera. “Deadpool and Wolverine” es el mejor ejemplo de ello. Tuve la desgracia de verla en salas y aún siento ese verdadero terror que se apoderó de mí porque no entiendo cómo ese espectáculo sin historia se haya convertido en un blockbuster. Quizás es precisamente porque las personas ya no asisten a las salas esperando una narrativa coherente, sino momentos que puedan utilizar como memes después o que los emocionen por unos instantes, sin pensar en el contexto general.
Sin hablar del humor tan específico para esta generación que es muy probable que impida que la película envejezca con gracia.
Simplemente, no la disfruté. Pero tampoco me parece tan descabellado dado que la única película de Deadpool que vale la pena revisitar es la primera, en mi humilde opinión.
Es por ello que me puse a pensar qué es lo que tienen los blockbusters de antes que nos enamoraron tanto y seguimos viendo una y otra vez. Podremos quejarnos de lo cursi y exagerada que es “Titanic”, pero ahí estamos cada Navidad viéndola por el 5. Spielberg demostró una maestría al combinar una visión con lo popular para mantener la vigencia en cintas como “Jaws”, “E.T.” y “Juraassic Park”.
Para mí se resumen en corazón y en una narrativa cautivante con la que nos relacionamos fácilmente, a la par que nos exige un poco más sin sentir la presión de una interpretación intelectual inmediata como las películas de Nolan. Hoy día, cada oferta de verano se siente manufacturada para provocar ciertas reacciones sin ser completamente genuinas. Incluso, el Barbieheimer es un perfecto ejemplo porque en sí, las películas se pierden en los discursos tan grandiosos que quieren dar.
Es por eso que me sorprendieron tanto “Twisters” como “A Quiet Place: Day One”, ya que ambas nos recuerdan la importancia de las conexiones humanes en nuestras vidas, más allá de miedos comunes. Además, tienen historias que, pese a su simpleza, mantienen una coherencia pese a que quizás pecan de antagonizar demasiado ciertas posturas. Son precisamente esos blockbusters que, sin importar el paso de los años, siguen siendo disfrutables porque no tienen mayores pretensiones, ni de ser un éxito inmediato en taquilla ni de ser una fuente insaciable de análisis.
Me está comenzando a doler la cabeza, por lo que probablemente ya no haga argumentos coherentes. Solamente quiero pensar que aún hay esperanza en la industria hollywoodense que cada vez se siente más calculada y con menos valor artístico.
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lisbethazziza · 1 year
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¡Mamá estoy feliz! Quisiera mostrarte un pequeño logro que conseguí, aprobé el curso de maquillaje que tanto quería hacer 🥹 quisiera alguna palabra de cariño o que me digas ¡Te felicito hija, es un logro! Espero ese abrazo alegre de tu parte alegrándote por mi y felicitándome. Pero solo puedo imaginarlo, solo puedo imaginar como se sentiría ese abrazo cálido y amoroso que una madre debiese entregar y esas palabras de aliento que tanto añoro en este momento, por eso te escribo por acá, porque es una alegría que no puedo compartirte, porque no me dirías nada cariñoso ni menos me darías ese abrazo que tanto quiero y deseo. Anhelo tanto que me dieses ese amor que tanto deseo de tu parte y que no logro conseguir, por eso me conformo imaginando cómo sería compartirte algo bueno que me pase y soñar que te alegras tanto como yo. Te extraño tanto mamá, extraño ser amada por ti ¿Que pasa en tu corazón que te impide darme amor? Ya se lo que es vivir sin papá porque nunca he vivido con él, pero estando en una misma casa te siento tan ausente, tan apartada que mientras más lejos esté yo de ti más tranquila estás, cada día colocas una línea más de ladrillos en tu muralla invisible que me hace imposible llegar a ti, no sé cómo hacerlo y ya me da terror intentarlo y salir ya más herida de lo que estoy. Me duele tener que contarle mis logros y mis alegrías a otras personas en vez de a ti, que es a quien más quiero contarle de mi vida, pero siempre (cuando estábamos relativamente en calma) que te contaba algo que me alegraba lo echabas abajo con alguna palabra negativa o comparando los logros de otros y anulando mi momento de felicidad. Solo quería mostrarte mi logro y que te sintieras orgullosa de mí aunque sea imaginándolo por aquí, puedo liberar en parte esta profunda tristeza que siento 🥹 y también decirte lo mucho que te amo aunque no me creas y no lo sientas como me dices, pero te amo mucho y solo quiero que estés bien, solo quiero tu bien, no ese bien interesado que las que se hacen llamar tus amigas desean, no se que tanto ya estés envenenada por sus palabras hacia mi, pero puedo darme cuenta que tomas en primera opción y verdad lo que ellas te dicen y no lo que yo te diga y eso me destruye y me anula. Podría seguir eternamente esta misiva, pero sólo quería mostrarte mi logro que para algunos es pequeño para mi es grande, porque es un comienzo enorme ♥️
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elpuntito · 1 year
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Luz Devora
Este álbum de Joliette siempre es agradable escucharlo. Lo descubrí tarde, en plena pandemia (y pensar que sigo algo cerca a la banda, jajaja), fue aplastante cuando empecé con la primera canción y conforme avanzaba por cada pieza, me sentía más protagonista de lo que veía en la portada y lo que escuchaba en las canciones.
Me sofocaba, me hizo llorar, salía a hacer ejercicio y sentía como lastimaba mis extremidades con un sobreesfuerzo que nunca he podido repetir, llegué a sangrar por la presión que ponía sobre mi, no dormía y mi irritabilidad se elevaba de golpe, adquirí responsabilidades que no me tocaban, pero al mismo tiempo me encerraba en mi mente y solo pensaba "debo aguantar".
La ansiedad siempre me carcome cuando menos me lo espero, me cuesta vivir de una forma tranquila, me cuesta no sentir terror ante la menor preocupación, hay veces que me cuesta caminar y hasta respirar.
En una ocasión salí a correr "para despejar mi mente" por todo lo que sucedía en casa, sin embargo; no pude completar la tercera vuelta; me sentí agotado, ahogado y sufrí por primera vez un ataque de pánico; rechinaba los dientes; no me podía concentrar, sentí que pensaba mil cosas en unos segundos y quería tirarme en la pista para soltarme a llorar, todo mientras sonaba «Defenestra» en mis oidos.
«Júpiter Jovial» fue una catarsis sin igual. La ruptura amorosa de una relación en la cual yo me apoyaba (peor que eso, era casi mi muleta) para sentir algo de fortaleza y continuar, se acabó de golpe, todo lo que creía era realidad, de pronto me di cuenta que solo fue un castillo en el aire construído por mi y para mi, no existió nunca una relación, siempre fue algo sin futuro y que me negué a ver, solo conseguí sentirme más roto de lo que estaba ya.
Y la canción con la que me gusta terminar de escuchar el disco es con «Vacío», nadie es normal, nadie es especial, pero algunos debido al contexto, las situaciones, las experiencias nos mantenemos como erraticos, solo existimos, no vivimos y eso significaba para mi el "quiero sentir que soy normal", se traduce a un "quiero vivir y no solo existir", quiero tener una vida la cual pueda disfrutar.
Todo esto que escribo incluso hasta lo hago con un nudo en la garganta, aún duele, pero como diría un dicho popular, "arrieros somos y en el camino andamos".
-el puntito
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hala2021 · 1 year
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Una mayoría bizarra
Bueno, hoy es domingo y estoy en casa. No logro resolver lo de las rutinas. Mi último intento fueron las alarmas, que se van amontonando en mi aplicación de notas. No obstante, sigo intentando. No está tan mal lo que diseñé. No pienso anularlo, porque me ayuda. Me saltan las alarmas de «regar las plantas de interior» o «hacer ejercicio con la pierna izquierda», etc. Y voy eliminándolas a medida que las realizo. Entonces, las vuelvo a guardar y como tiene una repetición semanal o diaria, vuelven a aparecer. Digamos que serían como una ayuda memoria. Hoy apareció la alarma de «pesarme», que solo la veo los domingos. Una vez que me pese, la vuelvo a guardar y no aparece hasta el siguiente domingo.
Hoy pensaba en el movimiento del mar. No sé si ustedes lo saben, pero la palabra «mar», en la Biblia, se asocia con la gente, precisamente con la mayoría. Y es indudable que las olas del mar quieren conducirnos a lo virtual y a la inteligencia artificial. Y yo veo una trampa siniestra. Lo fácil otra vez llega como un regalo sorpresa de Navidad y trae un payasito de terror escondido. Si todos nos volcamos a eso, vamos a ser prisioneros de rostros que no vemos y de una gran maquinaria con cables que es el Internet. Algún día puede ser que el sistema se caiga y ya no va a ser como el despido de una sola persona, en donde el mundo no se termina y puedes buscarte otro trabajo; sino que va a ser la falta de conexión de millones de personas en el mundo, que confiaron en lo virtual y abandonaron su trabajo para ir en pos de lo fácil, de lo inmediato. Es decir, una masacre en masa.
Por otro lado, verse detrás de una pantalla en miniatura es una situación enferma e insostenible. No fuimos creados para permanecer inmóviles detrás de un monitor. Otra vez, la fantasía, ese elemento tan sobrevalorado por la mayoría, nos vuelve a engañar. Y todo lo que es instantáneo esconde una trampa, como un cazabobos.
Las olas del mar están embravecidas. Ellas quieren hacernos creer que mediante las herramientas digitales vas a conseguir más dinero; y además no vas a tener que verte esclavizado dentro de esa amarga rutina laboral de todos los días. Vas a estar cómodo en tu casa y a ser dueño de tu propia empresa digital. Y esto me hace acordar del engaño de todas esas empresas que te regalan aplicaciones gratis, hasta que un día comienzan a cobrarlas. Pero la cuestión es que ya te engancharon y ya caíste como un tonto.
Pues, tú me preguntarás cómo me doy cuenta de estas cosas. Muchas de ellas las aprendí dentro de las religiones, eso tan poco valorado por las mayorías. Gracias a entender que existe una conglomeracion de gente conspirada es que ahora me fijo detenidamente qué promociona el mar. Y ahora quieren, vorazmente, introducirnos a todos en las redes sociales y en todo lo virtual.
Si tan solo estudias la cultura de un pueblo, entederás quién nos gobierna. Muchos dicen que una élite satánica nos controla. Comentan que son unos pocos, escondidos detrás de un mostrador, algo así como lo explica la canción de Marta Sánchez: «Dime la verdad». Sin embargo, yo pienso algo muy diferente. Yo creo que este control viene de masas, de un montón de gente unida para el mal. Tan solo ver su cultura barata y de poco valor, como las canciones de Shakira y su tema: «Pa' tipos como tú», en combinación con un productor argentino de nombre Bizarrap o música hipersexualizada como la de Karol G y otras, nos damos cuenta de quiénes son los que controlan nuestras vidas. Y ahora ese montón de basura descartable, ese mar violento y manipulador, busca hacernos creer que la IA (inteligencia artificial) y las redes sociales o aplicaciones como Canva, son las nuevas herramientas del futuro. Y es tal cual dijo una asesora en un colegio, que aunque no te guste, todo eso ha venido para quedarse. ¡Y por qué! Porque esa mayoría bizarra es la que mueve los hilos del mundo.
Te preguntarás por qué escribo todos los días o para quiénes. Pues, si es la primera vez que me lees, me presento: mi «nickname» (apodo) es Hala. Todo el mundo me llama así. Y estudio Escritura como una carrera. Recién, al escribir, tuve que buscar en el diccionario la palabra «bizarro», como así también los nombres de los cantantes y de sus canciones. Escribir es una práctica que me gusta y uno de mis proyectos personales. También, estudio piano, canto y coreano. Trabajo como profesora en Artes Visuales en cinco colegios y hoy estoy con gripe, en casa.
No te olvides de pensar, algo que la mayoría no hace, porque lamentablemente, estamos controlados por una mayoría bizarra y que encima se autopercibe culta y superior.
Penosamente vivimos esa realidad.
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La Bruja Errante | Latin Hetalia | ArgChi
Un monstruo persigue a Martín en medio de la noche, y un misterioso brujo se apodera de su libertad. Atrapado en la espesura del bosque de las brujas y preso dentro de una casa extraña, ¿sobrevivirá para contar su historia o el mal lo engañará hasta apoderarse de su vida? | ArgChi Halloween Activity 2017
Disponible también en Fanfiction y AO3.
No olviden ver el maravilloso fanart que @lenorehg hizo para esta historia!
Las hojas secas crujieron bajo sus pies mientras se abría camino entre los árboles. A su alrededor la oscuridad cubría todo, y la luz de la luna a duras penas lograba alumbrar uno que otro rincón, guiándolo a ciegas por la espesura de ese interminable bosque. Detrás suyo, los gruñidos seguían acercándose cada vez más y la desesperación del rubio crecía a cada instante. Parecía que llevaba años corriendo en ese bosque sin destino alguno, solo impulsado por el horror que le producía aquello que le estaba persiguiendo y una obstinada necesidad de salir de aquella situación con vida.
Martín giró levemente el rostro para asegurarse que la criatura aún estaba atrás suyo. Su corazón latía tan rápido que casi no lograba oír nada más, y sus pulmones ardían, y sus piernas palpitaban. Si tan solo desapareciese unos instantes, si dejase de perseguirlo por un momento para recuperar el aliento. Por el rabillo del ojo las sombras del bosque le mostraron los dientes, helándole la sangre. Cerca, demasiado cerca. Martín apretó los dientes y apresuró más el paso deseando al menos encontrar la salida de ese maldito lugar.
Bordeó un roble inmenso que tapaba su camino y a tientas se deslizó por una inclinación del piso antes de continuar corriendo. Su respiración se estaba transformando en jadeos forzados y ya sentía que el final estaba cerca, que acabaría en las garras de lo que fuese que estaba detrás suyo, respirando en su nuca. Si tan solo hubiese seguido los consejos de sus primos, si hubiese tomado la ruta más larga en vez de aventurarse por aquellos inhóspitos lares.
“No cruces el bosque de regreso a casa,” le repitió Sebastián en su cabeza, “está lleno de brujas y monstruos.”
Y vaya que tenía razón. Pero Martín había estado tan cansado, y no quería volver a dormir en un hostal barato. No, él había añorado su cama de siempre, un buen baño, y una comida sabrosa; y solo había una forma de llegar a casa tan rápido. Pero comparado con la bestia que ahora le seguía, hasta una cama llena de pulgas sería un reparador consuelo.
“No te adentres al bosque de las brujas.” Le advirtió la voz de su madre. “No es seguro entrar en territorio de brujas.” Y Martín lamentó no haber tomado en serio sus palabras.
La criatura mordisqueó la punta de su chaqueta, y Martín casi chilló de espanto, librándose de la prenda lo más rápido que pudo. Extremadamente cerca. Un sudor frío empezó a empaparlo mientras intentaba a toda costa alejar las fauces filudas de sus talones. Pronto un sonido profundo y bajo empezó a retumbar en sus oídos, y atrás suyo unas mandíbulas se abrieron de par en par para liberar un rugido que sonó como un trueno. Martín cambió de dirección y empezó a zigzaguear entre los árboles con la esperanza de ganar más distancia, pero los pies se le enredaron en unas raíces y cayó al suelo.
Apenas alcanzó a darse vuelta y agarrar un trozo de tronco caído cuando la bestia saltó sobre él, dispuesta a matarlo de una sola mordida. Martín usó el tronco como escudo y a duras penas logró que las fauces se ensartaran en este en vez de su brazo. A su costado las garras de la criatura arañaron el piso luchando con desesperación por liberarse de su trampa de madera. Martín se dio unos segundos para observar y pensar cómo salir de allí. Fue entonces cuando los vio.
Ojos negros.
Negros y llenos de ira. Los ojos más horriblemente negros que alguna vez hubiese visto. Ni una gota de blanco los envolvía, todo era pupila.
Martín jadeó de horror y se esforzó en forcejear con el monstruo hasta tirarlo de encima suyo. Se levantó lo más rápido que pudo y volvió a huir de allí con el alma colgándole de un hilo. Atrás de él un rugido de victoria se alzó entre los árboles, el monstruo de sombras volvía a comenzar su cacería. Martín apretó los dientes y obligó a sus piernas acalambradas a moverse más rápido, debía continuar sin importar qué.
Un dolor punzante atacó su tobillo, pero el rubio lanzó una patada fuerte y siguió hacia delante como pudo, ya casi sin fuerzas. Apenas conseguía mantenerse en pie, pero su determinación era más grande que todo el cansancio que adormecía sus movimientos. Atrás, el monstruo lanzó un gañido de dolor antes de rugir con rabia y reunir fuerzas para saltar a su espalda.
Hubiese sido su final si no fuera porque nuevamente la oscuridad lo traicionó y el piso desapareció de debajo de sus pies. Martín cayó rodando por la pequeña colina, golpeándose con toda piedra en su camino, y perdiendo el sentido de la orientación en el proceso. Cuando finalmente llegó abajo estaba tan agotado y mareado que el solo pensar en levantarse para seguir corriendo hacía que todos los moretones de su cuerpo dolieran el doble. Con resignación alzó la vista a la luna, que por fin brillaba con todo su esplendor sobre su cabeza, esperando su final.
No obstante, en vez de volver a entrever los ojos negros que anunciaban su muerte, repentinamente apareció a su lado una figura encapuchada (o quizás tres, o siete, era difícil de decir con el mundo dando vueltas a su alrededor). Corre, quiso gritarle Martín, pero no encontraba las fuerzas, y pronto el mundo se fue oscureciendo más y más. Huye, repitió en su mente, mirando por entre sus párpados como la figura desconocida levantaba la vista al oír el rugido de la bestia acercándose.
Luego todo se volvió negro.
Martín despertó de un salto. Sudor cubría su cuerpo y su pecho subía y bajaba agitado. La luz del sol y la suavidad de las mantas que lo cubrían le recibieron gratamente, aunque el recuerdo de la noche anterior seguía haciéndolo temblar de pies a cabeza. Cansado cerró los ojos un instante recobrando el aliento.
“Che, Dani…” Murmuró estirándose, “no te vas a creer la pesadilla que tuve anoche.”
Solo el silencio le respondió y Martín sintió que algo andaba mal. Rápidamente se incorporó revisando la habitación en la que se encontraba. Esas colchas no eran suyas, esa cama no era la suya, ni esa mesa, ni ese armario, ni ninguno de esos muebles pertenecía al cuarto que compartía con su primo.
Y el joven de cabellos castaños y ojos miel que lo miraba seriamente desde una esquina definitivamente no era su primo.
“¿Dónde?, ¿cómo?, ¿quién?” Empezó a preguntar tratando de levantarse, pero no lograba poner ni un pie fuera de la cama, como si las mantas lo estuvieran apresando.
El hombre de la mirada de hielo empezó a acercarse lentamente y Martín se sacudió entero tratando de librarse de lo que sea que le impedía reaccionar y salir huyendo de allí; pero nuevamente sus intentos no dieron resultado alguno.
“En mi casa,” murmuró la voz del extraño sin quitarle los ojos de encima. “Luego de arrastrar tu trasero hasta acá.” Agregó. “Y no te incumbe. Ahora me toca a mí: ¿qué demonios hacías en el bosque en medio de la noche?” Preguntó el hombre, agachándose para observarlo de frente. Y aunque su rostro era suave y dulce, había algo en él, en toda su presencia, que a Martín le daba mala espina.
“E-estaba acortando camino… yo”
“Acortando tu vida querrás decir.” Le recriminó con gravedad el desconocido, y Martín no pudo evitar fruncir el ceño irritado.
“¿Y se puede saber qué mierda andabas haciendo vos?” Escupió con molestia.
Pero el joven solo sonrió divertido ante sus provocaciones. “¿Yo?” Repitió. “¿Qué nadie te dijo que el bosque es el hogar de las brujas?”
La revelación le impactó como un balde con agua fría, y, sin embargo, la verdad había estado allí todo ese tiempo. Estaba en la escoba que descansaba contra una pared, las piedras de colores que se amontonaban sobre una mesa, en su aura misteriosa y, finalmente, en la capa negra que ocultaba su silueta.
Martín empezó a tirar de las mantas con fuerza, tratando nuevamente de huir. Había oído de las cosas que hacían las brujas que encontraban pobres almas vagando en sus territorios, y él no quería tener nada que ver con eso. Pero la cama no cedía, y con cada intento parecía que las sábanas se iban enredando más y más alrededor de él, estrangulándolo.
“Déjame ir,” suplicó angustiado.
“No es posible,” respondió el brujo con calma.
“Por favor, no creo que nada en mi sirva para tu magia. Si me dejas ir te pagaré lo que quieras, pero, por favor…”
No alcanzó a terminar, con un brusco movimiento el joven lo liberó de las mantas, y aunque Martín llevaba un buen rato tratando de despegarse la ropa de la cama de encima, repentinamente se sintió expuesto.
“Antes dime cómo te hiciste eso,” preguntó el brujo apuntando con un dedo su tobillo. Una venda ensangrentada lo cubría con delicadeza.
Los ojos castaños lo examinaron con detenimiento mientras trataba de rememorar los sucesos de la noche anterior.
“Me caí…” Murmuró Martín luego de un rato, aún concentrado en buscar una respuesta.
“¿Y cómo te sacaste sangre?” Cuestionó el brujo nuevamente.
“¿Qué se yo? Estaba corriendo por mi vida, quizás me arañé con la raíz, quizás me atrapó la bestia, que imp…”
“Entonces no puedes irte” Sentenció el brujo, sacando una varita de uno de sus bolsillos por seguridad.
“¿Qué, por qué?”
“Lo que te seguía anoche es muy peligroso, si acaso logró hacerte daño de alguna forma es posible que ya esté poseyéndote por dentro, así es como actúan. Si te vas de aquí ahora y luego te transformas terminarás siendo un peligro para todos, y nos culparán a nosotros por lo que pase, aunque no hayamos influenciado tus tontas decisiones.” Explicó fríamente el brujo, analizando sus ojos verdes con desconfianza. “Si en una quincena no tienes ningún cambio, podrás irte.”
“¿Y qué cambios, si se puede saber?” Respondió Martín de mal humor, no estaba muy seguro de poder confiar en la palabra de un brujo; quizás todo era una excusa para distraerlo y poder usar su sangre en una poción.
“Lo que te perseguía anoche era el espíritu de una bruja asesinada. Esos seres se alimentan de la vida de otras personas, ganando poco a poco el control de sus cuerpos; y están tan llenos de ira que no pueden pensar más que en venganza, dejando atrás cualquier pedazo de humanidad que les quedase. Comportamiento animalístico, aumento de las sensaciones y sentidos, y, finalmente, ojos negros, las tres señales de que has sido poseído por una Bruja Errante. Si no muestras ninguna de esas cosas, podrás irte en paz para siempre.”
“¿Y si detectas algo en mí?” Preguntó Martín tentativamente.
“Entonces, morirás.” Respondió Manuel con voz ronca y ojos oscuros antes de salir de la habitación, dejando a Martín con un nudo en el estómago y en un estado mucho más alterado que como había despertado.
Desde la ventana, los sonidos del bosque llenaban el cuarto en que descansaba, impidiendo que su mente descansase. Y en su corazón, la imagen de sus primos (la única familia que le iba quedando) angustiados tras no saber dónde podía encontrarse, le rompía el alma.
Martín cerró los ojos un instante, permitiendo que las pesadillas volviesen a desolarle.
Martín llevaba cuatro días en la casa del brujo cuando decidió que no podía aguantarlo más. No es que lo estuviera pasando mal, contrario a lo esperado el brujo era frío pero cortés, y lo suficientemente amable como para encargarse de que no le faltara comida o una cama donde descansar. Pero al mismo tiempo, no había encontrado nunca nadie tan callado en toda su vida.
La primera vez que se atrevió a salir de su cuarto, la tarde del mismo día en que llegó, había temido volver a encontrarse con el brujo y terminar tieso contra el piso de un solo movimiento de varita. Pero tras recorrer todo el segundo piso en puntillas, y luego la planta baja, se dio cuenta que el susodicho no estaba en la casa. Por su puesto, su primera reacción fue salir huyendo de allí para nunca volver, pero por más que forcejeó con cada puerta, cerradura, pestillo y ventana no logró encontrar ni una sola salida. Fue así que cuando terminó el día tuvo que enfrentarse con piernas temblorosas a la mirada reprobatoria del brujo, antes de subir a su cama sin hacer ruido y pasar la noche imaginando que las sombras de su cuarto tomaban vida y lo devoraban a zarpazos.
La mañana siguiente la pasó al lado del brujo, a una distancia prudente, y aunque este percibía su mirada siguiéndolo mientras iba y venía, juntaba hierbas, realizaba pequeños hechizos, contestaba cartas y enviaba lechuzas con paquetes; ni una palabra salió de sus labios una sola vez. Al tercer día no le dio ni espacio, casi convencido de que el brujo era auténticamente inofensivo y completamente picado por la curiosidad de ver a quién enviaba tanta cosa (aparentemente la gente le pedía pociones curativas a cambio de dinero y baratijas), le siguió como una sombra por toda la casa e incluso se atrevió a lanzar uno que otro comentario o pregunta. Pero el muchacho solo le miraba fijando sus ojos castaños en los suyos, parecía meditar un rato, y luego volvía al trabajo sin decir nada.
El silencio y la monotonía lo estaban matando de a poco, ni pensar en lo angustiado que se sentía por su familia.
Por eso el cuarto día, nuevamente solo, Martín bajó por la escalera a cuatro patas, tratando de hacerse lo más pequeño posible y levantando la oreja cada vez que creía oír algo, como sospechando que el brujo tenía ojos en cada rincón de su hogar. Rápidamente llegó al primer piso completamente a salvo, y con cuidado caminó hacia el comedor. Su mirada se centró en la gran ventana de la sala de estar, y con decisión levantó una silla sobre su cabeza antes de correr dispuesto a cualquier cosa con tal de huir al bosque, y de allí a su hogar.
Pero la puerta de la casa se abrió de repente, y Martín se encontró con Manuel (como había deducido de las cartas que era su nombre) frente a frente, con la silla aun sobre su cabeza y la expresión de culpa delatando sus planes.
“¿Qué mierda piensas hacer?” Gruñó Manuel molesto, sacándose su sombrero puntiagudo y colgándolo en el recibidor.
“Yo, eh… estoy reacomodando las cosas, ¿ves?” Dijo bajando la silla y colocándola en medio del pasillo. “Mucho mejor, ¿no?” Preguntó nervioso, intentando sonreír.
“Déjala donde estaba y ven a ayudarme con la comida.” Ordenó Manuel, cerrando tras de sí antes de pasar a su lado. Martín le oyó murmurar desde la cocina algo sobre lo que haría si se atrevía a romper tan solo una de sus cosas, y se apuró en seguir sus órdenes. No quería descubrir que seguía tras esa frase, por más inofensivo que Manuel luciese.
Martín corrió por el bosque bañado en oscuridad sin mirar atrás. Sus pies lo guiaban como autómata por la espesura, esquivando árboles mientras las malezas se clavaban en la tela de sus pantalones. La Bruja Errante iba tras él nuevamente, su difusa figura de sombras oscuras y ojos negros lo amenazaban desde todos los rincones, y por más que corría y corría no lograba encontrar una salida de ese mar de raíces y troncos. Sus pies volvieron a tropezar en medio de la noche, y aunque intentó levantarse rápidamente el monstruo cayó sobre él pesadamente.
Martín se abrazó a sí mismo tratando de prepararse para el golpe, pero no importaba cuánto lo intentara, no podía evitar sentir las garras largas recorriendo su cuerpo, enterrándose en su piel y enredándose entre las sábanas. Con un último rugido de la bestia abrió finalmente los ojos, sintiendo su pecho arder de tan agitado que estaba. Apretó un poco más su abrazo, ocultándose entre las mantas, pero eso no le quitó la sensación de que un par de garras se incrustaban en su piel, ni ayudó a calmar sus nervios.
Tres golpes en su puerta y la voz de Manuel llamando su nombre arreglaron un poco más las cosas. Recomponiéndose lo más que pudo, permitió al brujo entrar en su recámara con una vela en sus manos y el consuelo entre sus brazos. Y allí, apegado el uno al otro y con la nariz bien enterrada en el cuello de Manuel, las horas de mayor oscuridad se fueron desasiendo y su ansiedad desapareciendo, hasta que finalmente el joven se marchó a recuperar un poco de sueño en su propia habitación.
Sin embargo, a pesar de todo, Martín no volvió a pegar los ojos esa noche.
Luego de una semana Manuel empezó a confiar lo suficiente en él para permitirle ayudar con las recetas de sus pociones. Y aunque Martín agradecía poder estar junto al brujo en las horas que trabajaba, el olor lo estaba matando. No se había dado cuenta antes, quizás porque la cocina se separaba de los otros cuartos por una gruesa puerta y un pasillo largo que conducía al apotecario y a un mini invernadero interno, quizás porque nunca se había aventurado por esos lados, dedicándose a vagar solo en el segundo piso; pero Manuel guardaba un montón de plantas y hierbas aromáticas en su casa.
Allí, en la cocina, el olor era más fuerte, casi mareante. Hierbas secas colgando de la pared o guardadas en frascos, plantas aromáticas descansando en el marco de la ventana, incienso flotando en todas partes, y por si fuera poco el olor del caldero que borboteaba con un brebaje verde oscuro. A su lado, Manuel parecía estar completamente acostumbrado a todo eso, pero Martín, que estaba moliendo un par de hojas secas tal como le había pedido, casi sentía que iba a perder la cordura.
Volvió a centrar su atención en la historia de Manuel, que le contaba todo atormentado las penas de una pobre ancianita que le había pedido un remedio para el dolor de huesos porque ya no podía ni levantarse de la cama y vivía completamente sola. Sonrió recordando los días en que le había temido, sin comprender todavía que el joven brujo era en realidad el alma más tímida y bondadosa con la que alguna vez llegara a toparse, e increíblemente hermoso. Cuando se emocionaba sus ojos resplandecían y sus mejillas se encendían con entusiasmo, y cuando se enojaban una de sus cejas temblaba cómicamente y un puchero adorable salía de sus labios. Ni hablar de lo bello que era cuando sonreía.
Y además había algo en sus ojos, en la manera en cómo lo miraba ahora, atento pero no vigilante, amable más que solo cortés, suave en vez de frío y distante; y en la forma tímida en la que tocaba sus manos o su brazo, o en cómo se había preocupado de buscar hierba mate para que pudiera disfrutar en sus tardes juntos; que le hacía pensar que sus sentimientos podrían ser compartidos. Pero era difícil de decir cuando para él Manuel era lo más lindo y maravilloso del mundo.
Y tan poderoso, si tan solo tuviera un poco de su magia… No, ¿pero qué pensaba? Algo tan poderoso solo podría estar bien en manos de alguien como Manuel, aunque fuera algo arisco e irritable. Además, él no la necesitaba para nada, ni sabría usarla.
En medio del bosque los pájaros se alzaron causando un gran alboroto de alas y graznidos, pero dentro de la casa lo único que importaba para Martín era el sonido de la sonrisa de Manuel y las pequeñas gotas que salían de sus ojos de tanto reírse.
El día en que finalmente fue lo suficientemente valiente, fue cuando le correspondía irse de vuelta a casa. Manuel le soltó la verdad luego de haberse paseado incómodo y tristón toda la mañana: la quincena había pasado, podía marcharse si quería, podía incluso irse en ese instante de vuelta con su familia, a su hogar.
A Martín casi le dio un vuelco en el corazón, ya se había olvidado de que su estadía allí tenía un plazo, y apenas había pensado en su hogar la última semana. Para ser sinceros había borrado de su mente cualquier cosa que no fuera Manuel y sus lindos ojos pardos, su suave cabello castaño, su dulce sonrisa, y esos delicados labios. Cuando el brujo levantó el rostro por fin, con la angustia pintada por todas partes y una súplica que nunca saldría de esos orgullosos labios, Martín no pudo más y lo acercó hacia él robándole un suave beso.
Sus ojos volvieron a encontrarse y un suave carmín cubrió la sonrisa del brujo, que comentó algo sobre que no era necesario irse para siempre, pero no pudo prestarle la debida atención con su cuerpo tan pegado al suyo y su dulce aroma enredándose en su nariz, así que le robó otro beso, y otro, y otro más. Y la risa que tanto amaba llenó la habitación porque los besos de Martín le causaban cosquillas en la piel y mariposas en el estómago, y Manuel por fin sentía que no había razón para estar siempre solo como un ermitaño en el bosque, por primera vez se sentía verdaderamente amado.
Martín fue encaminándolo de a poco entre besos llenos de cosquillas y abrazos hasta su habitación, solo pensando en lo sabrosa que era su piel, y en lo mucho que deseaba atacar su cuello, y meterse dentro de él, y hacerlo suyo por fin. Sus cuerpos cayeron sobre el lecho con suavidad, acomodándose entre medio de un apasionado beso que sabía a días llenos de miradas anhelantes, y tardes compartidas entre toques discretos y sonrojos cómplices. Las manos de Martín se metieron debajo de su camisa y entre sus muslos, sacando más sonrisas de Manuel. Y el brujo enredó sus brazos en los hombros del rubio, añorando acortar más las distancias.
Sus labios se separaron para recuperar el aire y Manuel suspiró feliz, sintiendo con un estremecimiento como la nariz de Martín se paseaba por la piel de su cuello.
Quizás fue por ello por lo que no alcanzó a ver que sus ojos verdes favoritos se habían vuelto completamente negros, como la hora más oscura de la noche.
Si notaron las pistas de la transformación mientras leían no duden en dejarme un comentario contándomelo.
Y no olviden ver el fanart de @lenorehg!
Finalmente muchísimas gracias a @lenorehg y @katilend por elegirme para su equipo y por su magnífico trabajo.
Saludos y Feliz Halloween!
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lilithapocalypse · 3 years
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las dos veces en que me enamore.
Las dos veces en las que me enamore, escribo esto recién ahora (domingo 17/12/21 6:14 pm), ya que es en este mismo momento en la cual me siento un poco mejor de mi salud, estuve toda la noche anterior pensando en esto y quería publicarlo acá, como siempre publico las cosas que siento en Tumblr. La primera vez que me enamore tenía 16 años (recién cumplidos), era de noche y estaba por Lomas de Zamora (una localidad de Buenos Aires), en ese entonces yo corría ilegalmente, ya que no me importaba mucho mi vida y solo esa adrenalina me entusiasmaba a sentirme viva, fue ahí, en ese mismo lugar en donde lo conocí, no lo olvido, alto con una sonrisa y ese flequillo que ocultaba sus ojos claros, ese rostro que quería decir algo pero no podía entenderlo; Ahí lo conocí a él, si, solo estábamos juntos un par de horas hasta que empezaba a amanecer, para mi era interminable el tiempo, el me hizo sentir segura de mí, podía confesarle mis más profundos secretos y mis más grandes terrores en ese entonces, cuando quería llorar lo hacía solo con él, cuando tenía un mal día en la escuela o con mi familia él estaba ahí.
El me hizo sentir enamorada por primera vez, tanto que confiábamos el uno al otro, cuando corríamos juntos lo hacíamos el uno por el otro, me enseño mucho de la vida, me enseño a tener esperanza y a sentirme valida por alguien, fue la relación más larga que tuve en mi vida y la más intensa, pero lamentablemente tuvo un fin, pero no un fin como cualquier relación, no, fue un fin trágico y muy traumático para mí, eso me marco de por vida, hasta hoy sigo padeciendo las consecuencias.
Tenía 17 años cuando sucedió, luego de eso yo misma caí muy bajo, hice cosas que ponían mi salud en riesgo, cosas en las que me despreciaba a mí misma, me hice peor persona.
Pasaron los años, así los problemas seguían y seguían, yo no quería salir de eso, tampoco lo veía posible, no quería recordar ni pensar, ni sentir nuevamente, con 26 años y en plena pandemia de covid, conocí a otra persona, esa fue la segunda vez que me enamore, pero por hoy quiero dejarlo hasta acá, esa historia la contare en otra ocasión.
Elena Berg.
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danaearbg · 3 years
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Reseña: Carmilla
Tumblr media
Puntuación: 4/5 ★★★★☆
Ficha técnica
Título del libro: Carmilla.
Autor: Joseph Sheridan Le Fanu.
Editorial: Fontamara.
Edición: 3ra. edición.
Número de páginas: 110.
Género literario: Narrativo.
Resumen (sin destripe)
El libro se publicó en el año de 1872, dando pauta para la creación de “Drácula” de Bram Stoker.
Las protagonistas son:
Laura.
Carmilla.
La historia comienza con la narración de Laura respecto a la forma de vida que tiene junto a su padre, su ama y su institutriz de educación social, en el solitario castillo o “schlóss” en el que viven; continuando con el recuerdo de un suceso aterrador y traumático que tuvo cuando era pequeña. A lo largo de la historia este recuerdo cobra forma cuando conoce a Carmilla, una chica de su edad con una belleza hipnótica, un físico que expresa languidez y una mente ágil que no se relaciona con su actuar.
Carmilla trae más que compañía al castillo. Además de las pesadillas y de los extraños sucesos que generan inquietud en Laura, y en ocaciones, escalofríos, avanzan hasta llegar al pueblo: una extraña enfermedad se propaga y desencadena la muerte en varios habitantes.
Estos sucesos se entremezclan a lo largo de la historia, llegando a desvelar el gran misterio que envuelve a Carmilla.
Valoración literaria
Una novela muy rica en los diversos aspectos que la conforman. En un primer punto, la amplitud con la que el autor describe a los personajes permite adentrarte en ellos, sintiéndolos más reales y experimentando las mismas sensaciones que ellos narran. Al ser un estilo literario directo, vives la historia en el cuerpo de Laura, sintiendo el horror más cerca; más real. Asimismo, el estilo que el autor usa es poético y descriptivo, logrando la ambientación necesaria para llevarte a su mundo a través de las palabras.
Desde el principio la historia te atrapa manteniendo en su extensión un argumento inesperado. A pesar de saber, de entrada, de lo que trata y de quién es la vampiresa, la forma en la que se van dando los sucesos compensan el factor sorpresa, que en su tiempo funcionó, esto debido a la gran cantidad de obras, películas y características que ahora conocemos de los vampiros.
Otro punto a favor es la extensión de la obra, la cual puedes leer en poco tiempo. Añadiendo el misterio, la ambientación, la relación intensa que hay entre los personajes y las descripciones tan magníficas que el autor nos brinda, es una obra que puede gustarte si estos elementos van contigo.
Opinión personal
Cuando vi el tamaño del libro me animé a leerlo, pues en ese entonces había terminado una lectura de gran extensión, y buscaba algo ligero, así que me cayó perfecto. Además de todos los elementos que te he contado conforman la historia, uno clave es mi fascinación por los vampiros, y, como dato curioso, la novela que escribo va de ellos siendo un “sí” rotundo si me preguntas si me ha gustado.
La narración es en primera persona, lo cual prefiero pues así siento que yo estoy dentro de todo el merequetengue que se arma. Además, el género de terror/miedo/suspenso es uno de mis favoritos en películas, pero en libros apenas me adentro en él, y, regresando a mi novela, la estoy adaptando en el mismo ambiente, lo que me generó un disfrute por el mero hecho de leer y a la vez me aportó enseñanzas para escribir el género.
A diferencia de otras lecturas, esta me enganchó tanto que la leí de tirón. Debido a mis actividades me duró como una o dos semanas, pero si hubiese sido por mí en dos días la terminaba. Si la lees tal vez te pase lo mismo, incluso tú logres leerla mucho más rápido que yo, pero no te olvides que lo más importante es disfrutarla… ¿Qué esperas para leerla?
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lubay-nue · 4 years
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La Guerra de las Plumas 9
Notas del cap:
 ¿Qué creyeron? ¿Qué ya me había olvidado de ustedes y que no iba a poner nada antes del fin del año? Pues nel!... nada tiene que ver con fin de año ni especiales… pero algo es algo ¬¬
 Neta… ¿Qué me falta para que la canción tema de esta historia sea “Ains bas la vida”… me encanta la tonada y me da un chingo de ideas para diferentes cosas ¬u¬
 Okey… necesito mencionar que me siento putamente enferma (mientras escribo estas líneas) (literalmente, me enferme) me estoy haciendo un sobreesfuerzo para escribir, no me molesta, ya quería ponerme a escribir, pero es un tanto más difícil en mi condición… si ven las cosas raras o que no tienen sentido, me disculpo… como dije, no me siento bien… (pero necesitaba escribir si o si!!!) Como sea
 ¡A leer!
 9 - Promesa a la Paz
Termino de arreglar sus ropas, mirándose directamente en el espejo de cuerpo completo que había en el cuarto de hotel en el que se encontraba; respiro hondamente los aires tropicales que habían en Brasil y su mirada se coloreo nuevamente en carmesí, trago molesto, negando. Su corazón palpitaba con violencia, sus heridas aun dolían pero ya eran solo moretones y cicatrices visibles, ya no era tan necesario que llevara vendas, se podía mover con mucha más facilidad pero, la simple idea de volver, por fin, luego de un mes y medio, a las reuniones de ONU, sabiendo de ley que tendría que estar cercas de Rusia, le tenía con un nudo en el estomago y no precisamente el tipo de nudo de enamorados que sentía cuando estaba cercas de USA
 Noto gracias al espejo que sus ojos estaban carmesí sangriento y tuvo que resoplar varias veces para tratar de controlarse… aunque lo único que lograba era sentir su sangre hervir mas cuando a su mente llegaba la idea de todo lo que lentamente se le iba juntando de mala manera. Primero estaba el asunto de que el puto de Rusia lo estaba chantajeando en lastimar a sus seres amados si él no se quedaba a su lado como su pareja amándolo, lo segundo era el asunto del bastardo de España teniendo posesión de sus padres desde la conquista y de verdad, su imaginación es tan grande como los mejores escritores del terror y la tortura… no por nada, el ser humano puede ser inhumano tratándose de lastimar a los que son como el… México tiene una amplia imaginación de lo que pudo haberles hecho España y cada cosa es peor que la anterior… y que ninguno de sus padres haya querido decir algo al respecto tampoco le ayudaba mucho que se dijera, solo avivaba su imaginación enferma
 Sumado a ello, el peligro de la Ciudad del Vaticano, era el más peligroso de todos hablando por el momento, después de todo, ya había atacado a varias aves inocentes, aun si Rusia era alguien de palabra, no había manera de evitar que el Vaticano hiciera de las suyas, además, no sabían ninguna de las aves, si Vaticano lo hizo todo por voluntad propia, a espaldas del papa o si todo fue ordenes del hombre… y no son cosas que se puedan preguntar, así que ahí estaba un peligro más que debía de ser tomado en cuenta y que era potencialmente más alarmante que incluso el mismo Rusia en estos momentos
 -Puta madre wey… así no puedo calmarme carajo-  se maldice tallando su rostro y tratando por todos los medios de calmarse… aunque, aunque lleva 5 minutos tallando su rostro, al volver a verse al espejo, sigue mostrando sus ojos carmesí intenso, haciéndolo volver a mentar la madre al aire. Al final opta por sentarse en la cama y sacar su teléfono para ver memes o cualquier pendejada que pueda calmarlo
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 Estiro su cuerpo perezosamente al tiempo que entraba en su oficina en la sede de Brasil, sonrió enternecido cuando vio un café especial, lleno de dulce y a una temperatura agradable. Observo su reloj mientras daba un profundo primer sorbo a la deliciosa bebida… aun tenía 3 horas para preparar lo que iba a ser utilizado en la reunión. Aspiro el aroma del café esta vez deliciosamente combinado con un betún de cajeta, chispas de chocolate y pequeños trocitos de almendras que le daban un toque celestial al paladar de ONU
 Dejo la bebida luego del segundo sorbo mañanero y al ver su escritorio para comenzar a tomar los documentos que usaría ese día para la junta, se encuentra con un pequeño trozo de papel rasgado como si hubieran querido cortarlo “correctamente” de una hoja de papel mas grande. Confundido de encontrar una nota que obviamente no iba para nada con el resto de los documentos, sus ojos se abren y por poco, su segunda taza favorita cae de sus manos (La primera fue destruida cuando Vaticano lo iba a atacar)
 Los ojos de ONU se abrieron sorprendidos de encontrar una letra especifica, un cifrado que solo él y México conocía, de hecho, podía ver claramente que era el puño y letra del latino… saber de tipografía le ayudaba bastante en esos momentos, pero le pareció extraño; en la diminuta nota, México le pedía que, del modo mas discreto tuvieran una junta solo ellos dos al finalizar la junta que se llevaría a cabo. No venían explicaciones, solo que era algo de increíble importancia que, por tal motivo, no podía levantar sospechas de ningún tipo hacia ninguna persona
 ONU se pregunto si es que acaso sabía algo sobre sus atacantes, si había pasado algo tan malo como para pedir de ese modo tan especifico ayuda y muchas más ideas brotaron en su cabeza mientras se ve obligado a sentarse en su asiento y continuar observando la nota, como si las letras cambiaran para darle una explicación que pudiera resolver su dudas y calmar su temor… aun cuando no recibió más que el silencio pesado de su oficina, apenas interrumpida por la llegada de FBI quien, con una tranquila sonrisa entra sonriéndole
 -Buenos días cielo-  le saluda coqueto, solo que esta vez ONU no reacciona con su clásico sonrojo adorable a sus palabras dulces, sino que, su gesto sorprendido parece ido. Cuando ONU cae en cuenta de la presencia de FBI oculta el diminuto trozo de papel entre los documentos y le trata de sonreír del mejor modo puede a su pareja quien, sabiéndose bueno para detectar esa clase de acciones, solo finge no prestar atención y continuar con su camino hasta llegar a ONU y plantarle un dulce beso en los labios
-Solo vine a avisarte que CIA y nuestros agentes ya han revisado de arriba abajo el edificio y es seguro salir de aquí. Puedes estar tranquilo amor mío, estar a salvo-  le volvió a besar en los labios, siendo ONU quien, con un sonrojo al sentir de nuevo los labios de su pareja, los sienta incluso más dulces que el café que hace poco estaba probando
 -Muchas gracias-  susurra ido ante el sabor de los labios ajenos; FBI sonríe al saberse visto por la mirada de su pareja y no perdido en sus pensamientos, así que, se endereza saboreando su victoria del día y parte dando una pequeña reverencia de respeto (a su jefe). Justo cuando está llegando a la puerta, escucha de nuevo la voz de ONU deteniéndolo y, por escasos segundos, su gesto serio, cambia a una media sonrisa que rápidamente oculta para volver la vista hacia atrás a la organización de la paz que luce con un pensamiento preocupado
-Acabando la junta, quiero que no haya nadie cercas de este pasillo. Tengo una junta de emergencia después de la junta con los countryhumans y necesito tu protocolo de protección 47 rango alfa-  FBI comprende. Sabe de antemano que a este tipo de órdenes dadas por ONU (que son tan raras que apenas a lo largo de los años, apenas han sido usadas menos de 5 ocasiones) según el protocolo, FBI tiene estrictamente prohibido preguntar con quien será la junta, que tipo de junta será y esas cosas que él, usualmente debería de saber si se trata de ONU
 -Como ordene-  responde tranquilo y profesional como siempre, ONU asiente, volviendo la mirada a sus documentos, permitiendo a FBI salir de la sala y suspirar también algo decaído aunque victorioso… no le gustaba mentirle a su pareja así como le había mentido hace cosa de nada pero sabe los protocolos y sabe que no lo hace por voluntad, sino por los mismos… aunque FBI sabe de antemano de quien es la nota y que es lo que dice en tan solo menos de dos líneas… después de todo, él fue quien recibió la nota de manos del dueño de la letra y quien dejo la misma en el escritorio de ONU para que solo él pudiera verlo en secreto… así que no es para nada un secreto para FBI sabe lo que viene a continuación… solo espera que México no haga alguna estupidez por la cual, el sea capaz de traicionarlo después…
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 -¡Hahahahahahaahhaah! ¡Qué pendejo! Hahahahahahaahaha-  no para de reír a lagrima suelta el latino, tomando su estomago con dolor al tiempo que sus pasos lo llevan por entre los pasillos de la sede en Brasil, hasta que es detenido por Rusia que, en cuanto lo intercepta, en vez de recibir un “hola” de parte de su pareja, le es puesto el teléfono delante de su rostro mostrando un meme mexicano
-Mira a este pendejo-  dice entre lagrimas de risa, Rusia se siente enamorado de ver esos ojos bicolor y asiente viendo el meme que si bien, es divertido, tampoco es para hacerlo reír como estaba el mexicano… aun así, luego de eso, Rusia se acerca (debido a la diferencia de alturas) siendo recibido por un despistado México que le da un beso en la mejilla cercas de los labios
 Rusia lo hubiera tomado como algo depresivo, de no ser que el latino siempre ha sido así… siempre metido en sus bromas (cuando veía su teléfono) siempre riendo y comenzando a hablar poco después cuando nota el brazo del euroasiático pasando detrás de su espalda por su hombro, México guarda su teléfono y comienza a hablar como dos buenos amigos, tratando de hacerle pequeñas caricias discretas que Rusia nota y que le hacen enamorar al saberse correspondido por el contrario, aun cuando USA lo ve como algo desagradable que muestra cuando, al pasar al lado de la pareja, golpea con su hombro a Rusia, siendo rápidamente ignorado cuando el latino lo abraza por su costado tratando de evitar lo que amenaza como una batalla entre ambos countrys
 … … …
 La reunión comienza rápido y tranquila como debían de ser siempre, con los clásicos latinos llegando tarde, con Rusia negando a México a ir a su lugar y manteniéndolo a su lado aun durante la junta… y sin embargo, una vez comienza a sesión de descanso (tipo, un recreo para countrys) donde México toma la oportunidad para poder ir al baño en el momento en que ve a Rusia hablando con Ucrania. Gracias a esto, al momento de salir, se encuentra en la puerta a FBI que le mira serio aunque por escasos segundos, México sonríe de medio lado, sus expresiones le han dicho suficiente… significa que todo va como debe y que pronto podrá estar cercas de ONU para su siguiente plan… eso lo agradece pero, entre que avanza aun por los pasillos para llegar al baño, nota que no había visto a USA entre el grupo, ni siquiera con Canadá lo había visto. Se encoje de hombros; tal vez había salido a comprar una hamburguesa… no sería la primera vez, se dijo…
 Llego al baño y suspiro aliviado al notar que habían lugares, siendo solo un cubículo el ocupado, entra rápidamente a hacer sus necesidades y al salir, dirigiéndose a lavarse las manos, se sorprende al encontrar a USA precisamente terminando de lavarse las manos… tanto es su sorpresa que se detiene y por escasos segundos baja la mirada con pena… sabiendo que estaba siendo reflejado por el espejo del baño, avanza a los lavabos y se lava las manos en un pesado silencio entre ambos countrys que se niegan a verse a la cara
 -Se ve muy falsa tu relación con Rusia-  hablo molesto y venenoso el americano, sorprendiendo en sus palabras al latino que lo mira. Hay un breve silencio, sabiéndose vistos ambos, la mirada de USA se muestra desdeñosa y molesta, tan dolida como si hubiera sido traicionado. México solo puede bajar la mirada con una sensación de tracción tan dolorosa que, aunque sonríe, su gesto es claro en dolor
 -No es… como que yo haya estado muy de a cuerdo con la idea de ser pareja suya… pero, ¿Que te puedo decir? Son cosas que se dan contra nuestra voluntad… no tenía otra opción en su momento-  suspira decaído. Ahora, el gesto molesto y de reproche de USA cambia a uno sorprendido
 ¡Lo sabia! USA sabia que México no habría aceptado al ruso tan a la ligera… el había viso sus acciones, sabía que no era feliz a su lado pero… ¿Contra su voluntad? USA puede notar como México termina de lavar sus manos y las seca con su ropa para acto seguido, buscar como marchar lejos de la conversación que ambos estaban teniendo. USA actúa por impulso y antes de que México logre llegar a la puerta de salía del baño, el logra detenerlo tomándolo de una mano; ambos giran a verse, siendo el latino el sorprendido cuando, lo primero que brota de la voz de USA, es una simple frase
 -No te vayas-   pidió en un susurro lastimero que rompió el corazón del latino; puede sentir como USA lentamente entrelaza los dedos de ambas manos, México, también corresponde el gesto y muy lentamente se va acercando al americano hasta que, con su mano libre, toma su mejilla y acaricia con su pulgar la zona antes de darle un beso en la frente
 -Mi corazón, siempre te pertenecerá a ti… pero… tengo que hacer algo más importante que tu y que yo, algo que podría poner en peligro la vida de mucha gente inocente…-  susurra dolido, USA observa sus expresiones, sabe que no está mintiendo pero, aun antes de que pueda preguntar qué es y si puede serle de ayuda, lo único que recibe es al latino acercándose muy lentamente hasta chocar los labios de ambos en apenas una suave caricia lejana a cualquier lujuria. Un beso inocente y dulce que le demuestra a USA todo el amor que México le tiene y que no puede entregarle aunque así lo quiera
-Te amo-  susurra en cuanto se separan de la simple presión de labios, USA observa al contrario, como lentamente, la mano que había entrelazado sus dedos, se va separando suavemente, con una sensación amarga de soledad y frio que recorre a ambos al sentir sus manos lejanas, el latino da un nuevo beso más rápido en los labios de USA y por fin, con dolor, sale del baño antes de que el americano pueda volver a detenerlo
 -I Love you-  susurro el americano aun cuando el latino ya no estaba cercas suyo
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 Llego casi corriendo de vuelta a la sala de juntas, respiro jadeante, sintiendo más dolor en su corazón que en su garganta al haber corrido para no estar más tiempo con USA y hacer una locura. Se tomo de una pared antes de entrar a la sala y apretó con dolor las ropas de su pecho… maldición, las lagrimas amenazaban con salir de sus ojos, pero debía de ser fuerte… todo esto era por y para las aves del destino y pronto, en cuanto lograra su objetivo, lograría la paz que tanto anhelaba con fervor… no volverían a ser amenazados y tal vez, si dios era amable con él, le permitiría estar al lado de USA…
 -Puta madre-  se ahogo, enderezándose en su lugar, tratando de recomponer su estado y entrar lo mas campante podía de regreso a la sede, siendo rápidamente jalado por los latinos que lo invitan a una nueva peda ya que se encuentran en territorios de Brasil. México accede aunque anuncia que tardara un poco en llegar, que mejor los encuentra allá
 Finalmente, con la llegada de USA de quien sabe dónde; ONU retoma la junta donde se había quedado, siendo, una vez más, el latino arrastrado por Rusia para sentarse a su lado (al menos esta vez ya no sobre sus piernas) USA mira con enfado por el rabillo de su ojo como México luce algo incomodo y como Rusia luce más alegre que nunca al tener al latino en sus brazos. Escucha la voz de Canadá preguntándole el porqué de su enfado pero el americano se niega a hablar
 … … …
 La junta termina, todos comienzan a levantar lentamente sus cosas, Brasil y los latinos se van marchando entre risas, México esta dispuesto a ir con ellos pero, ante la sorpresa de todos, ONU manda a llamar al latino a su oficina para arreglar la siguiente junta que sería en sus territorios, el latino asiente tranquilo, anunciando que luego los alcanza y, mientras se despide de un beso rápido del ruso, marcha a paso tranquilo hasta estar al lado de ONU quien, rápidamente coloca una mano en su espalda en señal de consuelo… México sonríe de medio lado colocando también una mano en su espalda y saliendo juntos por fin de la sede
 Durante el camino, México alcanza a ver a FBI escoltándolos hasta cierto pasillo, México observa a ONU serio avanzando y finalmente, metiéndolo a una oficina que, por la forma en que estaba tan bien arreglada y armónica, sabría diferenciar que se trataba de la oficina de ONU ahí en Brasil. Suspiro tranquilo, notando como ahora ONU le invitaba a sentarse y poco después, el se sentaba detrás de su propio escritorio, cruzando sus brazos y mirándolo con un gesto claramente serio
 En un suspiro suave, el latino avanza lo que le falta, sentándose en la silla que se le había ofrecido, notando la incomodidad de sus moretones, se sintió por escasos segundos decaído pero, al volver a levantar la mirada, puede ver el gesto preocupado de ONU esperando a que alguno de los dos hable y comience con lo que sea que se tenía que hablar que lucía ser tan importante
 -¿Y bien México? ¿Qué ocurre que puede ser tan importante para llamarme de ese modo tan especial?-  pregunta ONU a notar que el latino no quiere comenzar la plática, el latino aun sigue manteniendo en su mente la imagen de USA pidiéndole que no se marche… pero él sabe que tiene algo aun más importante que hacer y eso, lo lastima. Sube su mirada encontrando a ONU y, en un cansado suspiro, su gesto decaído cambia a uno serio
 -Tu estuviste presente en la última batalla contra Vaticano, aun cuando le dije al imbécil de FBI que te llevar lejos, no lo hizo… no queda de otra, pero necesito que entiendas una serie de cosas que voy a hacer y que van a pasar-  hablo, tan serio y diferente que ONU solo se enderezo mejor en su lugar esperando escuchar completamente toda la información del latino
 Comenzando con una explicación de lo que había pasado luego de que FBI lo sacara de la sede donde habían sido atacados, ONU se muestra sorprendido, casi horrorizado al escuchar las amenazas que le impuso Rusia a cambio de que salieran juntos como pareja, ahora entendía las palabras de FBI cuestionando su relación pero, le parece no solo sorprendente, sino alarmante las ideas y opciones que tiene el latino para con la situación
 Si bien, Rusia era un potencial peligro al saber de varias aves, lo que realmente era un peligro, era Vaticano… aun no había aparecido y aun no sabían si los atentados hacia las aves habían sido obra suya o si solo seguía ordenes de la ciudad del Vaticano, lo cual lo ponía como el potencial peligro que estaba suelto para no levantar sospechas de la situación… ONU baja la mirada atemorizado de lo que puede pasar y de lo que él no se había dado cuenta hasta ahora que el latino se lo dice. Pero, lo que viene a continuación, es demasiado hasta para el
 -ONU… voy a comenzar una guerra contra las potencias. La guerra de las plumas-  y como supone, ONU ha mostrado una mueca de horror desencajado, como si hubiera visto una escena tan sangrienta que a ningún humano se le pudo haber ocurrido antes. México suspiro cansado. Ya estaba acostumbrado a ese tipo de reacciones y aunque le hacía gracia, la situación era seria; además de que no tenía tanto tiempo como quería para explicarse y convencerlo… Rusia, USA y los demás countrys estaban endemoniadamente cercas y era un peligro para todos exponer sus planes en esos momentos
 -No puedes-  respondió ONU luego de ponerse en pie, el latino asintió, aun sentado en su lugar, observa a la organización que se muestra aterrada, México suspira tranquilo, acomodándose más holgadamente en el asiento
 -La guerra de las plumas es únicamente para salvar a las aves del destino de su propio destino de mierda. En esta guerra busco garantizar la protección y libertad de las demás aves que aun siguen ocultas- hablo, siendo interrumpido por un golpe fuerte en las maderas, venidero de ONU quien, con un gesto molesto, quiere asesinar al latino con la mirada
 -¡¿Estás loco?! No tienes la fuerza ni los recursos necesarios para anunciar una guerra contra ninguna potencia, hacerlo solo te llevaría a la muerte México-  le regaña molesto, el latino, con un gesto aburrido, solo escucha sus comentarios, poniéndose de pie en cuanto ONU acaba, para que se miren a los ojos
 -Bajo el nombre del countryhumans Estados Unidos Mexicanos, te doy mi palabra que en esta guerra no habrá derramamiento de sangre inocente; todos los involucrados serán protegidos con mi vida; nadie será lastimado ni por los aliados ni enemigos y pongo en garantía mi vida misma. Nadie será herido en esta batalla-  asegura el latino, ONU sigue viéndolo sin creer en sus palabras. Cae de trasero sobre su asiento tallando su rostro… esto era malo, el tenia que detener al latino de su loca idea, hacerlo volver atrás y que pensara mejor las cosas pero… contrario a ello, siente una mano de México tomando gentilmente una de las suyas, el calor de sus manos era agradable y peculiar, el latino, que sorpresivamente estaba a su lado y no del otro lado del escritorio le mira con una sonrisa conciliadora
 -He decidió iniciar esta guerra para que las aves seamos libres, para no temer volver a ser cazadas… ONU, en esta guerra no habrán humanos, solo seremos nosotros los countrys… pero te necesito, necesito que estés de nuestro lado para que esta guerra sea lo más corta y rápida posible y que no hayan ni un solo herido en el proceso. Por favor ONU, sabes que no me gusta la idea de una guerra, pero es solo cuestión de tiempo para que seamos atacados cualquiera de nosotros; pronto habrá gente que descubra la relación entre los atentados y nosotros los heridos… y entonces, nadie estará a salvo… por favor ONU, déjame proteger a las aves… déjame traer la paz y la seguridad al resto de las aves atemorizadas- suplica, arrodillándose delante suyo. ONU abre sus ojos, tratando de hacerse hacia atrás con su asiento, pero aun aferrada su mano gentilmente con la del mexicano… ONU desvía la mirada confundido y preocupado
 -Pero… esto…-  susurra, el latino niega suavemente, ahora dando un pequeño beso en el dorso de la mano de ONU
 -No busco crear una matanza, sino acabar con la cacería de las aves… por favor ONU, te necesitamos para que no hayan heridos… eres una pieza importante dentro de mi plan-  pese a sus palabras, México puede ver la duda de ONU para con la idea, solo hasta que una tercera voz brota
 -Te esta diciendo la verdad ONU. Sus intenciones son honestas- se escucha la voz de FBI y ambos pegan un brinco encontrando recargado en el marco de la puerta a la organización sin sus lentes que mira fijamente a la otra organización de la paz. México se pone en pie, viendo también a FBI y como, luego de un rato de miradas fijamente, ONU suspira cansado y derrotado
 -No me parece para nada una buena idea… pero si ustedes creen que puedo ser de ayuda-  dice, no seguro de sus acciones, México gira a verlo y agradece de corazón, FBI suspira desviando la mirada con una discreta sonrisa que amenaza con salir pero que se mantiene sigilosa
 -Contigo dentro, las cosas no se saldrán de control tan fácilmente-  asegura FBI y ONU asiente esta vez con un gesto más serio, México suspira aliviado… demonios, ahora le debía una grande al idiota de FBI por haberlo ayudado a tener la participación de ONU…
 Aunque, contra todo pronóstico, México agradece que las cosas sigan su curso…
 El juramento de paz se estaba concretando satisfactoriamente
 Notas finales:
 Ahora que recuerdo, este es el ultimo arco de “ave temerosa” lamento anunciarlo hasta ahora, pero apenas me acorde xD lol
 …¿Tienen... una puta idea… de lo difícil que es corregir errores ortográficos con alcohol en la sangre y viendo doble???? Bueno… ya saben, una disculpa si se ven o no se ven XD cosas… ya saben… alcooooooohoooool XD ¡¡¡feliz año nuevo adelantado cabroneessss!!! XD
 Datos extras:
 *México está permitiendo que su poder como ave de la guerra fluya más fácilmente (ya no lo retiene), así que, siendo tan sentimental/temperamental, sus ojos dejan en claro su estado de ánimo, cambiando de colores, en este caso, el carmesí del enfado, colega, odio, etc… y le cuesta trabajo el controlarlo
*Rusia me duele porque el wey cree que de verdad México lo está aceptando en su corazón pero no es cierto, todo es un puto plan para manipularlo y que no se interponga en lo que México termina de concretar sus planes
*Momento USAMEX a lo guapo ¬u¬ ho si… hermoso y rompe corazones… no sé, tal  vez me lo imaginaba mejor… o aun sigo ebria y mareada… io k c…
*USA no comprende del todo a lo que se refiere México, pero al menos sabe que México está en una relación con Rusia por obligación mas que por placer… sus sospechas han sido confirmadas y eso le pesa
*Nadie ha sospechado de la reunión de México y ONU y eso ha sido de ayuda
*Sin FBI. Es más que seguro que ONU no hubiera aceptado la petición de México y, en vez de ser de ayuda, ONU hubiera sido un problema muy importante a tener en cuenta pues ya sabía de los planes del mexicano y habría buscado como detenerlo para que no se hiciera la guerra
**(Ay wey… de pronto mi mente habla más rápido que mis manos al teclear… que pedo???)
*FBI putamente celoso porque México andaba dándole besitos en la mano a su novio ¬u¬ ahí el dato nada mas XD
*Les toca imaginarse si hubo lemon de reconciliación de FBI y ONU porque ahora no se ni como rayos me llamo
 Bueno, no es nada tan especial pero aquí esta… a partir de aquí, seguimos con el siguiente arco… que espero este interesante (y que no me tarde tanto en poner) sea como sea y como estoy mareada más que ebria…
 ¿Les ha gustado?
Que tengan lindo día
¡Comenten!
¡Feliz año nuevo adelantado!
¿¿Les gustaría apoyarme con alguno de estos???
 Ko-fi 
 Patreon (No se muy bien como funciona) 
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matiastideida · 4 years
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Sobre la noche de año nuevo
Mi papá murió el día 25 de febrero de 2020 al mediodía y no sé dónde voy a pasar la noche de año nuevo.
En aquellos días el coronavirus parecía algo que pasaba en China, como tantas otras cosas que pasan en ese país y nunca jamás llegan hasta acá. Me acuerdo de estar mirando la tele de la habitación y ver en el noticiero que hablaban de eso. Pero también hablaron de ébola muchas veces y por suerte nunca tuvimos nada que ver con él. Papá se murió por una insuficiencia respiratoria producto de uno de sus dos tumores. Uno no lo dejaba respirar, el otro no lo dejaba comer. Pareciera que se fue como quien se va de una fiesta aburrida, como quien se retira porque ya no hay nada más que hacer. No llegó a ver lo que vivimos este año, aunque sí configuró sin saberlo al 2020 como el año que no voy a olvidar nunca más.
Estaba en el bar de la esquina de casa con mi mujer y mis hijos, comiendo algo para despejarme la cabeza. Había pasado la noche anterior con él en el sanatorio y varias otras antes. Me resultaba muy agotadora esa atmósfera, esa sensación de muerte que flotaba en el aire de esa habitación. Hasta que sonó el teléfono.
Uno de mis miedos más grandes era que un día me llamaran por teléfono para decirme que mi Papá había muerto de un infarto. Realmente esperaba esa llamada. Pensé que llegaría por la madrugada pero llegó un mediodía, dos o tres horas despúes de que me despida de él para dejarlo al cuidado de su mujer. Antes, esa noche o la anterior me había mirado fijo y me había dicho que me quería mucho, con la poca voz que tenía y haciendo un gran esfuerzo para mantenerse sentado, con las mismas limitaciones que yo para decir algo así. Lo miré fijo y le hice una caricia en las piernas como para darle a entender que fue la persona más importante de mi vida hasta la llegada de mis hijos y mi mujer pero no sé cómo una mirada podría transmitir todo eso. No se lo podía decir porque me iba a poner a llorar y porque, como ya dije, soy un inútil para expresar mis sentimientos. Él ya lo sabía.
La mañana del 25 amanecí en ese sillón que es el mismo sillón de todas las habitaciones de hospital y bajé a desayunar antes de irme. Él ya le había dicho a su mujer, que lo acompañaba durante el día, que sabía que no iba a salir de ahí vivo. Ya sabía que su camino se terminaba en esa habitación, pero así y todo yo no estaba ahí para esperar su muerte. Incluso con el dictamen del oncólogo de que ya no había nada más que hacer, no terminaba de creerlo del todo.
Paso mucho tiempo acá, en internet, donde este texto cortito quedará finalmente publicado. Elegí no decir nada, solo a las personas que conozco en la vida real y a quienes me preguntaron. No conté nada porque las cataratas de saludos espontáneos, las seguidillas de abrazos enviados como replies me dan un poco de rechazo. Este rechazo a las exhibiciones de cariño me acompaña desde siempre, un producto secundario de mi introversión contra la que voy a pelear toda mi vida. Algunas veces gana ella, otras gana el yo que quiere ser empático concientemente, dar y recibir cariño. Cuesta, sin embargo con Papá nunca tuve ese problema porque compartimos esa limitación. El lugar común sería decir que él me la pasó, pero no es cuestión de ser tan lineal. De ser así también me hubiera pasado una personalidad encantadora que tanto me hace falta.
Siempre tuve una conexión especial con mi Papá que no tuve con nadie más y creo que ese sentimiento fue mutuo. No fue una cuestión de preferencia ni de favoritismos. Él siempre quiso a sus tres hijos por igual, lo dijo y lo demostró, pero sin embargo lo nuestro siempre fue un poco más allá. O por lo menos nos permitimos sentirlo así. Mi mamá también murió mucho antes de que estuviera listo para despedirla, en el año 94, pero desde antes de eso ya teníamos un vínculo fuerte. Pasábamos mucho tiempo juntos. Puedo afirmar sin dudas que me crié no en uno sino en varios de los consultorios odontológicos donde trabajó, propios y ajenos. Ese olor a dentista que a casi todos los mortales les despierta un reflejo sentimiento de terror, para mi es el olor de la infancia. Eugenol alcanforado. Los sillones de los consultorios fueron camas de siestas y las salas de espera, espacio de juegos.
No dije nada porque no tenía ganas. Con el tiempo, las ganas se fueron convirtiendo cada vez más en una condición para hacer cosas que exceden mis obligaciones laborales. Pero no quiero que la muerte de mi Papá sea un secreto porque pienso en él casi todos los días, una o dos veces cada día y seguramente todas las noches. Cada noche, cuando apoyo mi cabeza en la cama escribo un pedacito de este texto y después lo olvido al despertar.
Siempre decía en broma, también se lo dije a él muchas veces, que era un milagro de la ciencia: diabético, hipertenso, con problemas de sobrepeso y alguno más que ahora no me acuerdo. Varios stents, un marcapasos, infinitas internaciones cardiológicas y una vez que se quedó ciego por un pico de diabetes. De todas salió. Ya era un lugar común encontrarnos en la sala de espera de sanatorios, clínicas y hospitales. Nos mirábamos como preguntándonos, ¿otra vez? Sí, otra vez.
Resulta que hasta hoy pasé todas las noches de año nuevo de mi vida con él. Todas. Para él y para mi era una fiesta linda para pasar juntos. A mi me emocionaba esa idea de empezar algo nuevo, de una oportunidad renovada para, ahora sí, hacer las cosas bien. Mi casa familiar siempre fue de las que reciben, familiares, amigos, ex parejas, la tía a la que no bancan en ninguna otra casa, todos venían a la mía. Algunos traían comida, otros bebidas, otros se quedaban a dormir. Pero mi papá se murió y ahora ya no sé qué hacer. No quiero pasar año nuevo en esa casa otra vez porque ahí la pasaba con él, no quiero pasarla con nadie más que mi mujer y mis hijos, por lo menos este año, por lo menos para pensar y para olvidar. Pero no sé. Porque de pronto también me convertí en una de esas personas que piensan en un familiar muerto y se les hace un nudo en la garganta. Creí que era cosa de viejos y será o que no lo es tanto o que yo en algún sentido también me hice viejo.
Mi miedo, decía, era que muriera sin poder conocer a sus nietos. Por una razón que debe estar codificada en nuestros genes humanos y que no puedo explicar, para mí era importantísimo que él conociera a mis hijos, que los tuviera en sus brazos, que pudiera jugar con ellos. Lo logré con el primero y raspando, por poquito, con la nieta que siempre quiso. No la vio decir sus primeras palabras ni la vio caminar, pero sí la conoció y sin decir que es suficiente, creo que me doy por satisfecho.
Las primeras noches que pasé con él en el sanatorio estaba contento de verme. Creo que todas las noches, pero las primeras lo pudo expresar claramente. Alternábamos mis hermanos y yo, pero yo trataba de quedarme un poco más. Creo que un par de veces me quedé dos noches seguidas. Él me dijo que le gustaba verme dormir. Le gustaba verme dormir ahí en el sillón a un grandulón de treinta y tantos. No podría haber entendido esa sensación antes de tener hijos, de sentir lo que siento ahora por estos dos seres chiquitos que me dejan dormir poco y nada.
Alguna vez en una de esas conversaciones de ocasión dije lo que debe ser otro lugar común sobre la muerte: mientras se mueran los padres, está todo bien. Lo habré dicho para cortar esa conversación que no quería tener y para hacerme el que estaba conforme con este devenir obligado que tenemos todos los seres humanos. Pero no está todo bien con que se muera mi papá. Porque todavía lo necesito, porque lo extraño todos los días y porque no sé con quién voy a pasar mi noche de año nuevo.
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escritosindelebles · 4 years
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Día del Orgullo
El 2020 ha sido un año lleno de emociones, y lo será aún más: ni siquiera comenzó el mes de julio. Y lo digo desde mi posición minúscula de una persona en siete mil setecientos millones de seres humanos, como también lo digo por mis experiencias a nivel personal en estos últimos meses.
Será por estar encerrados, por querer que toda esta situación mejore, o por cualquier otra razón..., lo cierto es que hace unos días salí del clóset con uno de mis hermanos. Los dos ya teníamos los ojos llenos de lágrimas por estar hablando de heridas sin cerrar y asuntos sin resolver que hay en nuestra familia. En ese momento yo escuchaba todo lo que me decía, pero al mismo tiempo pensaba: “¿Y yo? ¿Acaso yo no estoy ocultando una gran parte de mi identidad? ¿Debería decirle que soy bisexual?”.
Tenía doce años cuando acepté que también me gustaban las chicas. No entendía mucho del tema, así que comencé a buscar información. Realmente no necesitaba una explicación o un consuelo para no sentirme culpable. Crecí escuchando que todo lo que saliera de la norma estaba mal, pero yo no lo creía así. Es por eso que la primera vez que me llamé pansexual (para aquella época así me autodenominaba) más que una carga, fue un alivio.
La información me servía, en tal caso, para defenderme. Para defendernos. Para explicar por qué no estaba mal tener otros gustos, o sentirse diferente, o como carajo uno quiera llamarlo.
Me daba terror enfrentar los comentarios homofóbicos de mis papás. Ojo, no digo que fuese -o sea- imposible hablar con ellos, también es cierto que no tenía muy forjada mi personalidad para aquel entonces… Pero en algún momento -que no recuerdo-, les dije por primera vez que el hecho de que dos personas de un mismo género estén enamoradas, no tiene nada de malo. Y así comencé a hablar más. A discernir. Incluso comencé a pensar en “educar” a mi familia.
Fue en ese momento cuando la vida me dio un golpe que hasta el día de hoy me duele. Le pregunté a mi mamá qué haría si tuviese un hijo gay. ¿Su respuesta?
“Si me llegase a salir un hijo homosexual, yo lo echo de la casa”.
Doce años tenía. Doce cortos años, y ya sabía que un paso en falso significaría perder a mis papás por el resto de mi vida.
Ya cumplidos los trece, comencé una relación a distancia con mi mejor amiga, con el miedo de ser descubierta. Me imaginaba horrorizada a mis papás gritándome, echándome de nuestro hogar y dejándome en la calle. Mientras que escribo esto, como cada vez que armo ese escenario en mi cabeza, lloro. Ya perdí la cuenta de cuántas veces me torturé con lo mismo.
En el colegio no tenía muchos amigos. Fue una época extraña, me sentía muy sola y la única compañía era la de mis amigos que estaban repartidos por distintos lugares en el mundo y con quienes hablaba por las redes sociales. Lógicamente, si no quería que mis papás supieran que no era hetero, tampoco quería que lo hicieran mis compañeros de clase.
Les mentí incontables veces. La vez que me permití abrirme con alguien, esa persona le contó a los demás que tenía novia. “No, no, tengo novio. No novia, novio. Escuchó mal”, les dije. Hasta un papá -el de quien es hoy mi mejor amiga- se enteró de mi relación… ¡El pánico que tuve! No podía dejar de pensar en cómo le iba a contar a mis viejos. Hiperventilaba cuando me daba manija. “Les va a contar, es obvio. Solo es cuestión de tiempo”. Sufrí un montón. Por suerte, no dijo nada.
Más adelante les di una oportunidad a 10 chicos de la escuela, que cambiaron mi vida. Mis dos mejores amigos actuales incluidos. Cada uno de ellos fue, a su tiempo, enterándose de mi -ahora- ex novia, o era testigo de cuando una chica me parecía bellísima y yo me le quedaba viendo embobada. No niego que tuve miedo. Miedo de perderlos, miedo de que me traicionaran y le contaran a mi familia quién era en realidad.
Pero ellos me aceptaron por como era. Es más, ni siquiera les importó demasiado. Fue como si les dijera que no me gustaba el helado sabor menta granizada, o que prefería el pop en inglés en vez del que es en español. Me hicieron preguntas sobre mi relación, me escucharon cuando conocí a otra chica y me sentí emocionada de nuevo. Me trataron igual que a cualquiera, y yo aprendí a confiar en ellos porque sabía que estaba segura a su lado.
 En esa época también empecé a conocer más a un profesor que fue mi primer referente del orgullo. Una vez me mencionó a un hombre con el que salía, y de alguna manera sentí un “clic” dentro de mi cabeza. Claro: no le avergonzaba ser homosexual. Pese a cualquier chiste que pudiesen hacer mis compañeros, él nunca cambió su forma de hablar, nunca dejó de inculcarnos el respeto con las personas de la comunidad, nunca… Bueno, nunca se escondió de sus alumnos. En su lugar, nos educó.
Fueron estos dos factores los que me animaron a mostrar abiertamente mi orientación sexual a los demás. Dejé de tenerle miedo a lo que los extraños pudiesen decirme, porque tenía bien en claro que era mi vida y tenía derecho a vivirla como se me diera la gana -siendo feliz, obviamente-.
Ese cambio no se vio reflejado en mi entorno familiar. Es cierto que ya tenía mucha más confianza que antes y que mostraba una postura firme respecto de temas como la homosexualidad o el feminismo, pero el miedo nunca se fue. Es más: perdí bastante esperanza. Llegué a la conclusión de que mis hermanos me aceptarían, eso era casi seguro. Pero mis papás… Ya eran demasiados años y ninguno parecía cambiar de opinión.
Hace unos meses, de madrugada, tuve una larga charla con mi mamá. Como las que solemos tener, ahora que somos más unidas. Le pregunté si se acordaba de lo que me había dicho antes, y me dijo que no. Se lo repetí: “Me dijiste que tenías un hijo gay, lo echabas”. Me miró sorprendida. Tragó saliva, y fue su turno de hablar:
“Vos me abriste los ojos en un montón de cosas que yo tenía inculcadas desde hace años. Me enseñaste que no por ser mujer tengo que ser esclava de un hombre, y bueno… Sobre este tema, si llegase a tener un hijo homosexual, lo aceptaría. Lo seguiría amando porque no tiene nada de malo, y está en todo su derecho de ser feliz. Y si a tu papá no le gusta, entonces yo me voy con mi hijo”.
No me animé a decirle que soy bisexual, pero me fui a mi pieza y lloré como si ella lo supiera y me hubiese dicho que todo estaba bien. Había soñado con esas palabras durante años, y por fin las escuchaba.
Mi papá nunca cambió de parecer.
Es así como vuelvo al momento en el que estoy hablando con mi hermano, y me pregunto si decirle la verdad o no. En un momento me dice: “Yo sé que conversar de esta manera con papá es difícil porque es muy reservado, pero no tenemos que dejar de intentarlo por eso. Si hay algo que le duele, debería poder hablar con sus hijos y dejarnos ayudarle”. Yo asentí, y casi con pena dije que era muy difícil hablar con él.
Rompí en llanto al instante, porque no me refería a que era difícil hablarle porque no confiaba en mí, sino porque yo no confiaba en él. No podía -y no puedo- decirle “mirá que linda chica”, mucho menos “tengo novia”, si así fuera el caso.
Decidí contarle a mi hermano que soy bisexual.
No me dijo que estaba bien. No me respondió “te acepto”. ¿Qué hizo? Me abrazó, y me escuchó. Una vez terminado, me dijo que yo tenía el derecho de ser feliz. Que no podía esconderme para ahorrarle el dolor a otras personas, porque eso me hacía mal a mí y a mi vida.
Me devolvió, casi sin querer, la esperanza que tenía a los doce años, cuando acepté que no era heterosexual.
Honestamente, no pensaba escribir nada sobre el tema. La razón de este texto fue, en realidad, una casualidad: justo hoy, 28 de junio, me enteré de que una prima mía, de 13 años, es bisexual. Y lo dijo naturalmente por redes sociales, cosa que yo, en la época que tenía su edad, no habría hecho ni soñando.
Los tiempos van cambiando. Agradezco tanto que se vaya creando conciencia de estos temas, porque eso significa que menos personas van a tener que pasar por experiencias horribles y violentas producto de la homofobia y transfobia. Y para quienes sí las viven, hay personas dispuestas a ayudar, y a sanar. Como las que yo tuve la suerte de conocer.
No puedo decir que me muestro orgullosa ante el mundo, porque sigo escondiéndome ante las personas más importantes de mi vida. Hoy. escribo para todos los que se encuentran en una situación parecida a la mía. Para los que nos encontramos entre la opción de sincerarnos y arriesgarnos a perder a nuestros seres amados, y la de callarnos y esperar a que las cosas mejoren.
Duele, pero no como si nos lastimáramos con un golpe, sino como si algo nos asfixiara. Porque es un poco de eso, ¿no? De sentir que te falta el aire cada vez que aparece la posibilidad de que te rechacen por algo que no elegís.
Pero no tiene que ser así. Vamos a encontrar el coraje de salir adelante. Lamentablemente quizá perdamos a quienes nos dieron mucha felicidad en el pasado, pero todo tiene un límite. Y ese límite, comienza cuando ponemos primero a nosotros mismos.
Que nadie nos arranque el orgullo, y que pronto nos mostremos con la frente en alto. Por quienes son libres.
Por quienes queremos serlo.
Por quienes no nunca pudieron.
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yobajealinfierno · 4 years
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II - 5 senti 2
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                                                           🔥 En este lugar comienza el verdadero Infierno. Mino está en la entrada juzgando los pecados de los condenados. Asigna a cada alma su castigo e indica el círculo al que debe descender. En este círculo están castigados los lujurioso, cuya pena consiste en estar sumergidos en un gran torbellino de aire, una tormenta infernal que les hace vivir en una soledad absoluta viendo a otras almas girar y girar sin poder comunicarse con ellas.                                                           🔥    II CÍRCULO DEL INFIERNO
Algunas almas que aquí moran: Cleopatra, Helena, Aquiles, Paris y Tristán.
PENSAMIENTO La gente como yo piensa que tiene un imán para los tarados. Pero lo cierto es que no existe tal magnetismo. No tenemos la potra de que los seres más extraños (y a la par más especiales) del mundo se nos crucen en nuestra vida. En realidad creo que hay mucho loco por ahí suelto y por tanto resulta muy fácil (cuestión de probabilidades) conocer a muchos, además que somos personas que en realidad estamos interesadas en el encuentro con este tipo de individuos. A veces los forzamos y otras muchas suceden, pero estamos abiertos a que pasen y no huimos del momento. Lo atrapamos. Nos sentimos cómodos con personas que no son populares ni les interesa serlo. Perder es su virtud, su vocación, su destino. Y de alguna forma siempre nos ha seducido la idea de perder, de ahogarnos en la nada. Ya lo escribí en este poema. Esas personas son de las que hablo en mis historias.
Somos raros, lo especial no está en nuestro ADN. Nunca fuimos la gente que molaba en el colegio, nunca hemos sido el líder de nuestro grupo de amigos, nunca destacamos por nuestras mediocres notas, nunca se nos dieron bien los idiomas, nunca tuvimos especial facilidad para hacer reír a otras personas, nunca necesitamos sentirnos autorrealizados, nunca supimos gestionar nuestras lágrimas, nunca quisimos estar por encima de nadie, nunca tuvimos miedo al fracaso. Todas estas cosas nos han llevado del cielo al fango (en este caso al infierno) en cuestión de minutos y todo por culpa de nuestra cabeza. Funciona rápido. Por impulsos. Siempre está pensando. Se agobia con facilidad. Toma decisiones irracionales. Se atasca en tonterías. Disfruta a medias de las cosas. Tiene pensamientos estúpidos como éste. ES UNA PUTA TORTURA, COLEGAS. Y entre tanto te inflas a cervezas y te pones hasta el culo de birra porque las drogas son demasiado duras para ti, te dan miedo, te producen rechazo y esta es la manera más próxima de viajar a otra dimensión en la que llegas a sentir la cara como si fuera cartón-piedra, el mismo material que se utiliza para decorar los belenes en Navidad.  
Siempre he querido ser amigo de los frikis. No puedo con la gente que cree que es interesante, especial, mejor. Gente que está convencida de que su vida es la más guay del mundo o que es la más desgraciada de todas. HOLA. TENGO NOTICIAS MUY FRESCAS. TU VIDA ES IGUAL QUE LA DEL RESTO. IGUAL DE PUTA E IGUAL DE BONITA. DISFRÚTALA Y NO NOS DES LA TABARRA. Nunca he sido de dar la chapa a la gente con mi vida y quizá por eso tampoco puedo con las personas que quedas con ellas y no paran de hablar de sus movidas, sin importarle lo más mínimo tus cosas. Sólo vienen a soltar su discurso y se marchan. Esto lo hacen porque posiblemente se sienten superiores a ti. En realidad, si me pongo a pensarlo, me doy cuenta que no me gusta precisamente justo lo que hago yo. En el fondo cada vez que escribo, yo estoy haciendo lo mismo. Al fin y al cabo aquí estoy soltando historias, descendiendo a mis infiernos. Historias que probablemente os importen poco. 5 SENTI 2
Hubo un tiempo el que iba en bici a todas partes.Tenía una antigua que llevaba mucho tiempo sin utilizar y decidí sacarla del trastero para moverme por Madrid. Volví a subirme en ella en cuanto el precio del abono joven se me terminó al cumplir la puta edad adulta que fija la EMT para clavarte sesenta pavos al mes. Empecé a ir al trabajo con este medio de transporte. Hacía poco que ella y yo nos acabamos de conocer y ya estaba tan acostumbrado a su uso que la llevaba a todas partes. Incluso en nuestras primeras citas. Es decir, si quedábamos a tomar una cerveza o a cenar, la bici venía conmigo, lo que nos obligaba a ir a un lugar donde hubiera una mesa al lado de la ventana para no perder de vista la bicicleta y que no me la robaran. Había comprado un candado en el chino pero era tan malo que directamente no lo utilizaba y no me iba a gastar el dinero en uno que fuera irrompible. De todas formas era absurdo, porque si en ese momento de vigilancia aparecía un pavo para robarme la bicicleta, estoy seguro de que no me hubiera atrevido a salir corriendo detrás de él para recuperarla. Es probable que incluso le aplaudiera y le diera la enhorabuena por llevársela. 
Ir con la bici a todas partes era un rollo porque nos limitaba bastante a la hora de escoger un sitio y cuando dábamos un paseo, yo iba arrastrando la bicicleta conmigo. Era un poco raro y más aún cuando empiezas a conocer a alguien, lo último que piensas y quieres es que haya un objeto metálico estorbando entre los dos. Se había convertido en una especie de hijo pequeño de esos que son unos pesados y molesta a sus viejos todo el rato vayas a donde vayas, hagas lo que hagas. A ella no le gustaba nada que apareciera con la bicicleta, así que tuve que buscar un término medio si quería tener una mínima oportunidad de gustarle. Decidí, con su permiso, subirla todos los días a su casa. No tenía ascensor y cargaba con ella por las escaleras para dejarla en el piso y así poder pasear libres de las ataduras que nos imponía mi vieja bicicleta. 
Mientras otros iban con sus coches de puta madre, y motos con estilo, a buscar a su pareja, recién aseados, desprendiendo un aroma fresco a colonia y desodorante Axe, yo aparecía con una bicicleta, sudado por dar tantos pedales y oliendo a chotuno rico. Tenía que ser ella el amor de mi vida porque si después de eso no había salido huyendo de mí, significaba que me quería, aunque fuera un poco.  
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Aún conservo la fotografía que me hizo una tarde desde su balcón mientras esperaba con la bici en la entrada del portal. Probablemente, para mí, era una de las cosas más emocionantes. Quedar con ella, plantarme en su portal y que se asomara por la ventana a saludarme con esa sonrisa que tanto me gustaba. Quizá a vosotros os parezca una auténtica chorrada o algo carente de significado, pero para mí, esas cosas, son las que siempre me han llenado. Las cosas que a simple vista parecen más pequeñas e insignificantes son las que me hacen feliz. Es decir si yo tuviera que pedir la mano a una mujer, no lo haría en el castillo de Disneyland París, posiblemente lo haría frente a la montaña rusa o la casa del terror de El Parque de Atracciones de Madrid. Lo simple, sencillo, e incluso lo que es especialmente cutre para los ojos de los demás, para mí tiene mucho más encanto que los fuegos artificiales que la gente se inventa.
Ese año viví el verano más intenso de mi vida y quiero pensar que el suyo también así lo fue. No hacía mucho que nos acabamos de conocer y ya me consideraba la persona más feliz del mundo gracias a aquella chica que se hacía pasar por judía. Iba y venía de su casa en mi bicicleta. Siempre con los auriculares escuchando música hasta que un día me paró la policía: 
-¿Sabes que le podemos multar por ir con los cascos puestos?
-Pero si llevo la música bajita…
Les debí parecer tan gilipollas que me dejaron marchar. Por supuesto que el volumen lo llevaba siempre a tope, tanto que era incapaz de escuchar el tráfico. Dejé de ponerme los auriculares por miedo a una multa que no me podía permitir y no tanto por la conciencia de saber que era algo bastante peligroso, pero en ese verano, la poli aún no me había descubierto y disfrutaba de aquellos paseos por dos razones: la música y quedar con ella. Ir o volver de su casa era un placer. Si iba hacía allí, significaba que iba a ser muy feliz, y si volvía de su piso, la felicidad era tan plena que ya me duraba para toda la semana. Si a eso le sumamos que iba escuchando mi propia banda sonora, todo era perfecto. Me encantaba dejarme caer por las calles sin dar pedales y cogiendo mucha velocidad por la propia inercia, al ritmo de la música aleatoria que me iba saliendo por las orejas. 
Era muy feliz. Aún puedo recordar las canciones que sonaban en aquella época y una noche que volvía de su casa justo cuando estaba llegando a Avenida de América me saltó “La copa de Europa” de Los Planetas. Vale. Si nunca has escuchado esta canción, merece la pena que pares de leer esto ahora mismo y dediques diez minutos a esta obra de arte con el volumen a todo trapo en tus auriculares. Es posible que no entiendas la letra. Si es así, puedes seguirla aquí. De esta manera disfrutarás más del relato. Después continúa leyendo.
Es una canción profunda, que va de la oscuridad más plena a la luz más brillante. Un tema que escuché cuando era niño por primera vez y con el tiempo fue adquiriendo todo el significado que me aguardaba. Tengo nítido el recuerdo de estar cruzando Doctor Esquerdo a la altura de O'Donnell en el momento que sonó aquel verso tan desgarrador, real, y bonito:  “Cuánto tiempo he perdido allá afuera, cuánto por descubrir en mi cabeza. Es tan vasto que da casi pereza. Casi pienso que no tengo fuerzas para hacerlo y encontrar dentro de mí algo nuevo.” La vida es eso. Escarbar dentro de ti hasta encontrar algo nuevo. Alguien que te cambie la vida para siempre. En el camino perderás el tiempo, te equivocarás, y cuando la gente te diga que la vida es estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado, no les creas. La vida es una búsqueda, y en el camino pasarás por momentos que crees que son ideales, y luego descubrirás que no, que había otros mucho mejores aguardándote y es entonces cuando te ves reflejado en “Tierra”, esa canción de Xoel López que dice: “Y lo intento cada día ser todo lo que había imaginado. Y me encuentro que la vida siempre tiene algo preparado que supera cualquiera de mis fantasías. Nada comparado con lo que realmente sucedía”. 
Mi bici la dejé en su casa, ella me dejó, falleció y nunca la pude recuperar. Pero eso es otro asunto, que en realidad es por el que estamos aquí. Estaba hablando de ese verano tan caluroso. Especialmente infernal. De esos en los que en todas las noticias se anuncia que hemos alcanzado temperaturas históricas y todo el mundo en Twitter se amotina contra el calor como si fueran a acabar con él a base de blasfemias, gifs y hashtags. #PutoCalor. Años atrás yo había empezado a dormir en mi casa dentro del cuarto de baño. Una experiencia que me llevó a escribir, años más tarde, Mi silencio habla de ti, que si me lo permiten decir, es mi pequeña obra de arte, de la que me siento más orgulloso. El libro de mi vida. Una historia donde me dejé el corazón y las tripas. Fue una dulce introducción a la locura. Una historia escrita prácticamente dentro de un baño. Los que ya la leísteis lo sabéis, y aunque muchos quizá pensaron que era algo surrealista, lo cierto es que mi baño se convirtió en mi habitación durante un tiempo. Allí leía, escuchaba música, escribía, tocaba canciones, e incluso dormí durante un verano. Trasladé mis trastos más queridos a esas cuatro paredes y creo que mereció la pena aquella locura. Creo que es el momento perfecto para publicar esta fotografía que inmortaliza ese momento:
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Lo cierto es que estoy hoy aquí para contar que un lugar con cuatro paredes se puede convertir en una auténtica fortaleza. Esa fue la primera fortaleza que monté con mis propias manos, pero la verdad es que estas edificaciones se desmoronan si las armas para tu propia defensa y no por la protección de las personas que te importan. Aquel refugio, mi cuarto de baño, acabó desmantelado por motivos obvios. Me esta volviendo loco. Sin embargo, como decía, ese verano tan caluroso, logramos montar juntos la fortaleza más segura que la historia de la humanidad haya visto nunca. Es verdad que antes habíamos hecho nuestros pinitos. Es decir, enredados en la cama montábamos una cueva (que consistía básicamente en meterse debajo de las sábanas) cuando las cosas nos salían mal. Teníamos la firme creencia de que allí dentro nada malo podía pasar y la verdad es que nos sentíamos totalmente protegidos. Pero lo que hicimos en ese verano era un paso que iba más allá. Su casa era un loft bastante práctico y bonito. Un cuarto de baño, una habitación, y por otro lado estaban, en la misma estancia, la cocina, el comedor y el salón. Me gustaba mucho esta disposición aunque tenía la gran pega de que el aparato del aire acondicionado estaba justo en el salón para enfriar o calentar esa parte de la casa. Lo que hacía que en la habitación los inviernos fueran duros y los veranos infernales. Fuimos a comprar un ventilador y os juro que era imposible encontrarlo. En cualquier tienda estaban agotados. Daba igual si era un pequeño comercio o el puto MediaMarkt más grande del planeta. No había existencias por la maldita ola de calor. Al fin encontramos uno que resultó ser el que ya nadie quería. Pequeño, metálico y ruidoso. Lo enchufábamos y abríamos todas las ventanas de la casa para hacer corriente, pero aún así no corría ni un halo de aire fresco. Estábamos algo desesperados. No sabíamos qué hacer. Aquello parecía el infierno.
Una madrugada me desperté con el calor y el sonido atronador del ventilador. Estuve un rato luchando para volver a quedarme dormido. Imposible. Al rato ella se giró sobre la cama y fui a comprobar si se había despertado.
-¡Oye! ¿Estás despierta?
-Sí… Es imposible dormir con este calor.
-¿Y qué hacemos?
-¿Nos pegamos un tiro?
-¡No! ¡Qué yo te quiero viva! -Se rió al escuchar esto-
-Pero no te preocupes, moriríamos los dos. No es que me pegue yo el tiro y ya está. Lo hacemos a la vez, contamos hasta tres y listo. Así ninguno sufre la pérdida del otro.
-No me termina de convencer tu técnica ¿Y si cuando llegamos al número tres uno de los dos se raja y decide no hacerlo?
-¿Con este calor? Venga ya… Mejor un tiro a tiempo que vivir el verano de Madrid.
-Estás colgada. Yo prefiero vivir aquí contigo, en este infierno, que en el del otro mundo.
Se hizo el silencio durante diez largos segundos y al fin ella volvió a hablar.
-¿Crees que existe un infierno?
-¿A qué te refieres?
-Que si existe el cielo, el infierno, el purgatorio, el Niño Jesús, los jodidos Reyes Magos… Todo lo que nos han contado de pequeños.
-No lo sé. A lo largo de mi vida he creído en todas esas cosas de forma intermitente. A veces pienso que sí, otras que no. 
-Lo fácil es creer en ello ¿no?
-Bueno, depende. Si crees en ello estás obligado a cumplir una serie de preceptos y ser una buena persona si quieres ir al cielo.
-Por eso. Puedes ser un falso toda tu vida, un auténtico cabrón, y al final, cuando estás a punto de morir, te arrepientes y evitas ir al infierno porque Dios te va a perdonar. Nadie quiere morir. Por eso nos hemos inventado otro lugar al que ir, mucho más perfecto que este mundo, cuando seamos pasto para los gusanos.
-No sé. No pienso mucho en mi propia muerte, pero ahora que lo dices lo que me da un miedo terrible es que tú puedas morirte.
Esa noche era imposible que pudiera imaginar que poco tiempo después ella moriría. Recuerdo lo que dijo para responderme.
-Yo no voy a morirme. Al menos aún es demasiado pronto para eso.
-Y yo no voy a dejar que te mueras nunca.
-¿Viviremos para siempre?
-Así es.
-Pero es imposible.
-Nosotros lo conseguiremos. 
A pesar del calor, nos abrazamos. Ahora sé que la fallé y en ese momento, sin saberlo, la mentí. Ella estaba temblando. Le daba mucho miedo hablar de esto. Se agobiaba si se ponía a pensar en este tema y podía pasar noches enteras sin dormir.
-Ahora soy incapaz de volver a conciliar el sueño, entre esto y el calor que hace, me resulta imposible. Ya podría mi casero haber puesto el aire acondicionado en la habitación... Vaya genio. 
De pronto tuve una idea porque a veces tengo buenas ideas.
-Oye ¿y si nos vamos a dormir al salón?
-No cabemos en el sofá.
-No, no. Nos llevamos el colchón al salón. 
-Ojo, pues eso puede ser una buena opción. A ver si al final vas a ser listo y todo.
-¡Qué maja! Tu siempre tan simpática…
-¡Idiot! -Siempre me llamaba así antes de darme darme un beso inesperado- ¡Si te quiero más que a nada!
Nos dimos un beso largo y nos pusimos manos a la obra. Era las tres de la mañana. Quitamos la pequeña mesa que había entre la televisión y el sofá, y arrastramos el colchón entre los dos hasta el salón. Cabía bastante justo pero al final logramos encajarlo. Encendimos el aire acondicionado y así fue como construimos nuestra pequeña fortaleza y conseguimos vencer al infierno durante aquel verano. Como el colchón había sustituido a la mesa que utilizábamos para comer y nos daba mucha pereza volver a mover el colchón a la habitación cada vez que teníamos que desayunar, comer y cenar, pasamos todo ese verano comiendo tumbados allí con una bandeja mientras veíamos alguna serie en la televisión. Eso era el puto paraíso. 
Ella, de broma, se quejaba del nuevo orden de su casa.
-Entre la ropa que tendemos en las vigas del comedor y el sofá en el salón, esto parece un puto chiringuito.
-Es verdad, pero antes no podíamos dormir y ahora sí. Y además le estamos pillando el gusto a lo de comer sobre un colchón.
Con el tiempo he descubierto que mi descenso al infierno se ha visto pronunciado por descubrir canciones, años después de todo esto, que hablan de nosotros, de nuestra historia. Y esto me alegra y me entristece a partes iguales. Todas estas canciones son capaces de explicar lo que yo me veo incapaz de expresar. Milhouse de Cupido podría ser perfectamente la banda sonora de nuestra fortaleza. Estoy seguro de que le hubiera gustado la canción y el grupo. Se hubiera dado cuenta claramente de la conexión y sería una de nuestras canciones, que ahora lo es, pero de otra forma, unilateralmente. A ella no le llega esa música. Sólo me martillea a mí.
Varios meses después de su muerte y aquel intento fallido de sacarle información al nuevo propietario del piso en el que ella vivió de alquiler, volví allí buscando respuestas. Por qué dejó de hablarme, por qué se marchó a África sin decirme nada, por qué había muerto. Tenía un montón de preguntas que aunque me daba miedo revelar, necesitaba la explicación para liberarme de alguna forma. Me volví a plantar en el portal y llamé al telefonillo. Lo hice varias veces hasta que, después de un rato, el mismo hombre que me colgó meses atrás, me respondió. Le conté toda la historia. Esta vez me escuchó con paciencia y después de diez minutos, pregunté si ella había dejado algo en la casa y si él se lo había encontrado cuando compró la casa.
-¿Qué si hay algo de la muchacha? Madre mía… Todo el trastero está lleno de las cosas que dejó. El antiguo propietario me ha pedido que las deje allí hasta que encuentre un hueco para ellas. Estoy deseando perderlas de vista.
Me alegré infinitamente al escuchar eso pero a la vez no entendí absolutamente nada ¿Qué sentido tenía que qusiera recolocarlas y no tirarlas a la basura? ¿Por qué las seguía guardando? Le rogué que me dejara visitar el trastero, que sería algo rápido y le prometí que no volvería a molestarle nunca más. Me dijo que no, que me olvidara. Le insistí mucho, tanto que me dijo que iba a llamar a la policía. No tuve más remedio que ponerme el propósito de olvidarme de aquel enigma porque me estuvo obsesionando durante un tiempo. Lo malo es que cuando intentas olvidar algo que no debes olvidar nunca, tarde o temprano sale a tu paso. Me mudé a Malasaña hace poco. Ni muy lejos, ni muy cerca de lo que fue su casa. Lo suficiente para no tener que pasar nunca por allí. La semana pasada quedé con unos amigos en la Plaza del 2 de Mayo a tomar unas cervezas. Después nos fuimos de allí a Fuencarral y sin darme cuenta cogimos la Calle La Palma, donde ella vivía, y justo a la altura de su portal, que intenté no mirar bajo ningún concepto, me di cuenta que entre la basura (que en Malasaña por desgracia siempre abunda) habían dejado tirada una bicicleta. Y sí, amigos. Por imposible que parezca, eran los restos de mi antigua compañera del asfalto de Madrid. Bastante más oxidada que la última vez que la vi. Me quedé parado. Miré hacia su ventana y vi la luz encendida del salón, allí donde fundamos nuestra fortaleza, donde ganamos nuestra copa de Europa, y cuando me iba a poner a llorar, porque me imaginé que en cualquier momento se iba a asomar por el balcón, uno de mis amigos me dio un manotazo en la espalda diciéndome que no me quedara empanado. Seguí adelante como si no pasara nada. Fuimos al Ocho y Medio a tomar unas copas, en mi cabeza sólo pensaba en ella y en la bicicleta. Cuando decidí volver a casa, me atreví a pasar de nuevo por su calle para cerciorarme de mis restos. La bici ya no estaba, la luz del salón se había apagado y fue entonces cuando entré en el segundo círculo del infierno. El olvido no quería dejarme marchar.
No entendía nada. Salí de allí con paso tembloroso. Decidido a que la cosa no iba quedar así a pesar de que llevaba años intentando que se quedara así. Me puse los auriculares. Subí el volumen a tope. Le di al aleatorio y esta canción volvió a hablarme de ella. Ojalá un día recupere mis cinco sentidos. Al menos sé que el infierno está repleto de buenas canciones.                                                           🔥
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inaudacias · 5 years
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Sobre cómo transformé lo trascendental después de que me violara un cura
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Biblia para jóvenes, un instrumento espiritual que recibí del violador. Archivo personal.
Febrero 26, 2020. 11:06 PM
Escribo esto mientras escucho lofi hip hop, a ocho años de los sucesos más desesperantes de mi vida. Una vida que ya no es corta. Esto —el paso del tiempo— me hace pensar que soy muy genial al haber podido crecer tanto en los últimos años, y haber podido sanar en gran parte los daños que la vida antes me causó.
Bueno, creo que “eso” fue un abuso espiritual porque—eh, bueno, primero hay que decir que yo estaba profundamente convencida de que dios, la iglesia, la comunidad eran la parte que llenaba mi vida. Eran lo que daba sentido a mi vida en esos años que dediqué al servicio. Yo podía sentir cómo mi pecho se conectaba con las oraciones en la misa precedidas por los sacerdotes, enviados por dios para orientarnos. Podía sentir cómo mi pecho se inundaba cada vez que oraba agradeciéndole a dios cada bendición, cada día el milagro de la vida, la fortuna de tener una familia y una comunidad que valoraban mi servicio. Lloraba con algunas oraciones de liberación porque podía sentir cómo dios nos tocaba a cada una, podía sentir cómo dios nos decía: "está bien, te amo, todo va a estar bien, no te preocupes por el futuro, lo estás haciendo lo mejor que puedes y eso está bien. Y lo valoro". Sí, eso era, era un amigo, era un amigo sincero, el amigo que había sido difícil conseguir en mi vida porque bien fea, bruta me sentía, bien “estorbo” me sentía, y dios me dio ánimo, ese espíritu en el que creí me consoló, tal vez fueron las primeras sensaciones de amor real que percibía.
Estaba realmente convencida y feliz de entender a dios como la naturaleza que nos arropaba, observaba las montañas de mi pueblo, los árboles, el agua como las partículas en las que se hacía físico dios. Me sentía una con dios, una con la naturaleza. Me sentía plena, por fin con un sentido, por fin con una vida importante, no como una basura. Empecé a sentir que las personas me veían como alguien valiosa, que podía aportarles algo. Empecé a tener voz, a opinar, a contar mis anécdotas y a descubrir que sí podían ser importantes, entretenidas o chistosas. Sentí que yo merecía la pena ser escuchada.
Claro que hablaba con dios, todo el tiempo, todos los días. Cada vez que acolitaba teniendo 12 años era feliz de poder ser testigo de la conmemoración más grande, valiosa, indescriptible que era la eucaristía, el encuentro con ese dios, mi amigo, el dios que aún muchas personas no entendían como alguien amoroso. Y yo privilegiada, en el altar, casi de la mano con él ¡Qué dicha! Con razón comulgaba tan feliz todos los días, con razón intentaba creer que esa hostia que había en mi boca era un pedazo de Jesús (bueno, un poco incómoda la situación), pero intentaba orar con la mayor devoción y fervor pidiéndole por toda mi familia para que se sintiera más feliz, más cerca de él. Bueno, que lo descubrieran de la manera en la que yo lo había hecho, pues qué mejor regalo que un amor sincero, que no humilla y no te abandona nunca, pues es siempre eterno.
¡Cuánto amaba arrodillarme para poder mostrar lo agradecida que estaba con él, para mostrar que de verdad apreciaba su sacrificio en la cruz por mí y todo el amor que derramaba sobre mí en ese momento! ¡Claro! ¡Me llenó, me dio sentido, complementó mi existencia en este mundo, suavizó mis dolores de antes, mis pesares, mis amarguras e inseguridades! Yo hablaba con la gente y realmente me sentía un instrumento de su paz pues estaba todo el tiempo sonriente. En general, hablaba cosas bonitas, aprendía, no decía nada de groserías, regañaba a mi papá por decirlas, o sea, ¡estaba influyendo positivamente en ellos! ¡Qué maravilla, estaba siendo útil! Yo cada vez que me despedía de alguien le decía: “chao, ¡qué dios te bendiga!” porque deseaba profundamente compartir con los otros esa bendición, ¡ese amor de dios que alcanzaba para mí y para todos! ¡Bueno, y las/los demás lo recibían con tanto aprecio! Sonreían. ¿Qué mejor reforzador?
Luego llegó dios en persona. Un hombre que me traía las mejores enseñanzas sobre dios y la iglesia, un hombre que reconoció mi profundo deseo de formarme en el tema, de seguir aprendiendo de qué otras maneras podía experimentar y entender el amor de dios y cómo transmitirlo a los demás. Yo era supremamente feliz de que un “padre” se diera cuenta de mi esfuerzo por manifestar lo que significaba para mí el servicio a la comunidad como una extensión de dios.
Este hombre, pensaba yo, es un enviado de dios, es decir, qué mejor que un mismo sacerdote, que ha estudiando tanto, que ha orado tanto, que está un poquito más cerca de dios, me acompañara en ese camino, en ese crecimiento. Era afortunada. Él me veía asistir a misa todos los días (qué juiciosa era con eso). Disfrutaba mucho ir (increíble). Me reía mucho de lo gracioso que era en la homilía porque además era un “padre” muy muy joven, entendía más su lenguaje que el de los padres más grandes. Él me daba la comunión, hacía parte de ese momento solemne para mí que era recibir el cuerpo de cristo. Él me confesó, era testigo de mi humanidad, de mi naturaleza pecadora, aunque mis pecados fueran solo mentir, desobedecer y decir malas palabras, creo que esos eran. ¡Ah!, y ponerme de mal genio, a veces. Esos eran los pecados que confesaba muy juiciosamente de manera periódica. Bueno, él empezó a ser parte importante de la construcción de mi espiritualidad.
Después, cuando ya hacía parte del consejo del movimiento juvenil, o sea, de los coordinadores del grupo, me sentía con un papel más importante, adquiría un nivel de responsabilidad que me hacía fortalecer mi orientación al servicio. Yo era la secretaria y por lo tanto asumí que debía ser la secretaria del padre también. Era nuestro director espiritual.
[d]ios en persona se tornó raro. Se tornó confuso. Sucedió algo que no sé bien cómo se transformó, cómo se reacomodó en mi cabeza, no sé bien el proceso cognitivo por el que transité para que pudiera asimilarlo. [d]ios en persona primero me decía que me amaba, yo un poco incómoda empecé a decirle también que lo amaba porque, ¿quién sería capaz de rechazar el amor de dios? Es decir, si él me lo decía era porque era una persona sincera, que comprendía mi necesidad de amor y pues no me quedaba más que corresponderle, aunque empezara a tener dudas, y sobre todo mucho miedo de que ese amor se leyera de manera tergiversada por parte de mis compañeras/os.
Luego —poco a poco— dios en persona, ese cura, se volvió alguien supremamente importante para mí. Nos abrazábamos, me enseñaba, me ponía tareas de la iglesia, mejor dicho… Además, pude experimentar el cariño de alguien de una manera en la que no lo había vivido. Era un “padre”: alguien de renombre. Era un hombre, sabía cómo tratarme, cómo hacerme sentir bien.
Mi miedo de que las otras personas se enteraran de que esta ya no era una relación normal acrecentaba, porque me daba cuenta de que no todos tenían el privilegio de estar en mi lugar. Aunque bueno, había un grupo pequeño de chicos y chicas que éramos súper amigos, nos decían “la rosca”, y bueno, eso me ayudaba a sentir que mi relación con el cura tal vez era como la de estos chicos con él. Me autoengañaba.
Ya entonces mi felicidad se empezó a ver turbada, ya no pensaba tanto en el amor de dios, sino que pensaba en mi pecado. Mi pecado acrecentaba, pero era muy raro, era muy feo porque me costaba entender por qué este cura quería todo eso conmigo, una simple oveja. Un día, mientras los niños acólitos estaban en un patio jugando, el cura me llevó a una sacristía pequeña, puso una de las colchonetas que había para los retiros en el suelo, se acostó, me invitó a acostarme a su lado y me besó. Me besó en la boca. ¡Sentía que esa era una manifestación de su cariño, de lo importante que yo era para él y tal vez para dios, pero al mismo tiempo también sentía un profundo miedo de que alguno de los niños acólitos llegara corriendo, jugando y nos viera besándonos! ¡No! ¡Qué terror! ¿Sabes qué es terror? ¡Es eso! eso es terror ¡Qué miedo ser descubierta en eso! ¡No! ¡impensable! Menos mal los niños no me vieron.
No quiero describir más escenas, es suficientemente doloroso descubrir que eras un objeto vil, “pateable”, una basura.
¿Dónde había quedado mi felicidad? ¿Por qué ya no comulgaba? ¿Por qué mis sentimientos se tornaron de plenitud a miedo, a tristeza, a culpa, a decepción? ¿Cómo podría yo ver a la cara a la gente si no estaba respetando los designios de dios y de la iglesia?
Él manipuló mi espiritualidad porque me confesó varias veces al verme desesperada. O sea, utilizó un poder netamente espiritual que tenía para calmar mi desesperada, turbia e incomprendida espiritualidad.
Yo ya no podía ir a la misa y concentrarme en las enseñanzas, orar fervientemente, sentir la presencia divina, no, ya no era posible. Lo intentaba, intentaba buscar refugio en algo pero paila, solo era miedo y decepción. Culpable de haber sentido placer carnal con un enviado por dios, tal vez, ¡no! ¡Qué pecadora! “¡De eso no se trataba el amor Marbell!”. Eso sería lo que me diría una Marbell juzgadora. No sé bien cómo ponerlo en palabras.
Luego, cuando ya no estaba con él, creo que asistí a la iglesia para intentar remediar mi pecado y bueno, supongo que a fin de cuentas la comunidad de la iglesia era de los pocos espacios que eran familiares para mí y más en una ciudad diferente, Bogotá.
Después odié. Odié mucho todo eso, sentí asco y repudio por todo eso. Mi espiritualidad ya no estaba, era algo vacío porque primero, en Bogotá descubrí que es una idea aprendida, la de dios (jaja) y que, como dice mi hermano César: “Lo que pasa en la universidad con respecto a la iglesia es… NADA, literalmente, o sea, si una no va a la misa y no habla de dios, jaja todo sigue igual, no pasa nada raro”. Y dos, descubrir que fui tan ingenua de no darme cuenta que eso no era un amor verdadero, que eso no era lo que el supuesto dios esperaba de mí, sino que había sido toda una artimaña de un hombre para poder culiar. O sea, ¡qué mierda! ¿No era amor de verdad? No, no lo era, y eso que antes eran sentimientos y emociones bonitas de conexión con dios se convirtieron en un montón de nudos de rabia, ríos de rabia, vergüenza, decepción. Al final, ¿qué humana habría querido seguir viviendo en ese río de emociones tan deprimentes? Creo que me habría perdonado en caso de que me hubiera suicidado en ese momento.
Bueno, entonces, ¿qué era dios para mí luego de eso? [d]ios era solo una palabra que me hacía recordar una farsa, una farsa doble, como dije, la farsa de la religión y la farsa del amor con un cura.
Me empecé a llenar de universidad, de lecturas, de psicología, de otros amigos pero me sentía perdida y sin un rumbo claro durante los primeros años de la U.
No fue sino hasta el último año de la U, o los dos últimos, que empecé a sentir que podía tener una relación conmigo misma desde el respeto, el cariño, el amor. Me ha costado muchos llantos, muchos, no se imaginan, pero mis llantos cada vez son menos cargados de odio profundo —aunque todavía queda y no creo que se vaya por completo— y son más cargados de un amor que describo como auténtico o real. Un amor que es compañía, comprensión, no juicio, un amor que permite la expresión. Es decir, sentir con la ayuda de otras y otros que tenía derecho a llorar y a sentirme mal era lo que empezaba a dar sentido a mí ser, a lo que me definía. Era darle palabras, orden, comprensión a lo que sentía y por tanto a lo que era.
Para mí fue valioso también descubrir la naturaleza por lo que es, un conjunto de vida en la tierra, vida real, un complejo circuito o red o configuración de la que yo hacía parte y que podía descomponerse, armarse, recrearse, etc. Entender mi cuerpo como compuesto de naturaleza fue valioso, revelador. Empecé a recuperar mis emociones lindas y profundas.
También (tercer aspecto), ha sido valioso descubrir que hay personas que son realmente sinceras, personas que puedo comprender y también cerciorarme de que son confiables. Descubrir que están de manera auténtica para mí. Esto me hace llorar mucho, pero es un llanto que me da vida, un llanto sano. Amo estas lágrimas de este momento, amo esparcirlas por mi cara y sentir el frío y la humedad. Este llanto es valioso porque es la… la manifestación de mi sorpresa y mi aprecio por las personas que me han hecho sentir que la vida merece ser vivida, que no hay nada más bonito que sentirse parte de la vida de otra persona de manera, no sé, constructiva, enriquecedora, sincera, honesta, auténtica, sin expectativas. Bueno, con la confianza de la verdad. Es como poder echarse con plena confianza en un colchón leve y firme que te recibe y afianza de manera consistente y que también es suave, consuela y permite compartir la suavidad que hay en mí.
Esos son mis amigos: Sebas, Zuli, Andrea M, Andrea MV, Angie, Maleja, Claritza, Hendrick. Ahora son mi mamá, mi hermana, mi sobrino. Y mis terapeutas que me han permitido expresar, sentir, que me han ayudado a ordenar el caos sin juzgarme, solo estando ahí, dispuestas a apoyarme, a soportarme. Gracias a eso sigo viva, en serio, y creo que esto es lo que me llena, diría que esta es mi espiritualidad ahora. Todo eso, también con el esfuerzo que hago para que las personas que atiendo y con las que interactúo puedan llevarse un poquito de lo que yo vivo como amor. Antes emanaba dios, ahora emano amor, el amor que yo vivo, que he construido y definido, no que viene de afuera.
Ya creo que es suficiente. Amor para quienes lo lean o lo escuchen, bye. Muchas lágrimas :')
Febrero 27, 2020. 12:32 AM
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Dedicatoria inscrita en aquella biblia. Archivo personal.
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chegos · 5 years
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NO LEAS EN VOZ ALTA
Antes que empezar mi relato, no pido que lo creas, dudo que lo creas la verdad, tan solo te pido que lo leas atentamente, puedes hacerme ese favor, ¿No?.
Bien, debo empezar diciendo que soy un chico como cualquiera, voy a la universidad, salgo con amigos y claro, también una que otra vez tengo de ocio estar en el computador. Me gusta todo lo que tenga que ver con lo paranormal ¿Qué puedo decir? Simplemente me llama la atención, leo seguido historias por Internet, me gusta investigarlas, me emociona de algo forma ello y hasta siento cierto morbo, si, se que eso no es algo tan normal ¿o si? Bueno, tampoco es que eso sea lo importante en este relato pero es bueno saberlo, saber que a alguien tan “normal” como yo le pudo pasar algo que hasta el día de hoy no se lo explica.
Aún recuerdo el día que comenzó todo, era miércoles, la fecha exacta no la recuerdo pero era invierno, tenia vacaciones por lo que podía hacer lo que quisiera, dormir tarde, comer a la hora que quisiera… Aclaro también que esas semanas estaba solo, mis padres habían ido a otra ciudad a ver a los hermanos de mi madre, yo no quise ir puesto que sabía que mi aburrimiento allí seria mucho. En fin, eran aproximadamente las doce de la mañana, hacia frío y había dormido hasta esa hora porque la noche anterior me había quedado hablando con unos amigos por msn. Lo primero que hice fue levantarme y dejar salir a mi gato al patio, luego revise lo que había para preparar la comida luego, me bañé y volví a mi habitación, como de costumbre encendí la computadora y lo primero que hice fue ver una pagina de historias de miedo haber si habían actualizaciones –La noche anterior había leído todas las que había podido-, para mi fortuna efectivamente había una historia nueva hace tan solo unos segundos publicadas, emocionado hice click en la historia para comenzar a leer. Unos minutos pasaron, la página no cargaba, algo que me extraño, pues tenia una Internet rápida. Más minutos pasaron, mi desesperación aumentaba, si me preguntan porque seguía esperando que cargaba, no sabría que responder, lo normal hubiera sido cerrar la pagina, ¿No?. Finalmente cargo, un alivio para mi pero… había algo extraño, no era la pagina que acostumbraba a leer, los colores de esta pagina eran extraños, ni siquiera puedo describirlos bien, pero eran colores vivos, parecía que se salieran de la pantalla. Igualmente me parecía una buena página y mi morbo era mayor.
La historia estaba en un post e inmediatamente empecé a leerla, pero no se podía decir que era una historia, cuando observe la publicación tan solo estaban escritas palabras extrañas –No las voy a escribir, no me lo pidan-, cabe destacar que cuando leo lo hago en voz alta. Bueno, me pareció absurdo, una broma de mal gusto pero ya había leído de todas formas esas extrañas palabras, grave error. No pasaron ni tres segundos y sentí un fuerte ruido en el primer piso –Mi habitación esta en el segundo-, baje tan rápido como pude, había tomado mi raqueta de tenis por si cualquier cosa, peor resulto que no había absolutamente nada, suspire de forma pesada y volví a subir, para mi sorpresa al regresar, mis cuadernos, juegos etc, estaban todos desordenados, fue la primera vez en mi vida que sentí un inmenso miedo ¿Qué estaba pasando?. No supe como reaccionar, estaba supuestamente solo en casa ¿Cómo había ocurrido algo como eso? Mi primera opción fue pensar en llamar a policía pero rápidamente descarte eso al sentir ciertas y burlonas risas en el piso de abajo, me asome por las escaleras nuevamente encontrándome que no había nada, ya concluyendo que esto era algo sobrenatural.
Pasaron unos minutos y parecía todo calmado una vez más, tenía miedo y era normal por lo que no pensé en ningún momento en investigar mi casa, me encerré en mi habitación y de nuevo me senté frente al escritorio donde estaba el pc, me decía a mi mismo que era producto de mi imaginación, sugestión por tantas historias leídas. Levante mi mirada para ver el monitor, la pagina extraña de antes había desaparecido y estaba nuevamente en la pagina que acostumbraba a frecuentar, la actualice y extrañamente la “historia” de antes había desaparecido, pregunte por el chat si alguien más la había visto pero nadie lo había hecho, extrañado no seguí insistiendo en el tema pero conté lo que me había pasado con los ruidos y risas a los usuarios conectados. En ese momento nadie quiso hablar, pensaba que se animarían a decir algo siendo que como yo, le gustaban esas cosas, pero nada. Uno de los conectados se decidió a escribir por fin, tan solo me dijo “Si lo que dices es cierto amigo, es mejor que huyas cuanto antes, antes dijiste algo sobre una historia extraña, ¿verdad? ¿Tenia unas frases extrañas?” Le conteste que si, “Mira, como sabes muchas historias de terror son falsas, pero hubo una vez que publicaron una de la historia sobre otra historia que al hacerle click te redirigía luego de varios minutos a una pagina sumamente extraña y con la publicación de la historia, el autor decía que la publicación tan solo tenia palabras sin sentido pero que realmente era una invocación diabólica por lo que no se debía pronunciar en voz alta, el autor publico las palabras pero luego de días borraron la historia de aquí, por el hecho que muchos chicos pensando que era un Creepypasta lo habían pronunciado, luego decían por el chat que sentían ruidos, risas y hasta gritos, varios días después jamás volvían a aparecer por la pagina y una que otra persona que investigaba esto se encontraba con la sorpresa que los chicos habían muerto, cierta la historia que te cuento o no, ten cuidado”. Era realmente escalofriante, sobretodo porque explicaba todo lo que había pasado hasta ahora.
Lleno de miedo y angustia, gire mi cabeza para levantarme pero justo al momento de girarme mis ojos se encontraron a centímetros de un rostro deforme, no era humano, sus ojos eran grandes y penetrantes, al mismo momento gritó, todo esto paso en segundos y yo llorando de solo el miedo cerré mis ojos, al abrirlos esa cosa se había ido. Sentía escalofríos, los pelos de mi mis brazos estaban de punta y al otro lado de la puerta de mi habitación se escuchaban pasos, no de una persona o dos, de muchas y pisadas fuertes, risas malévolas, burlonas, no sabia que hacer, no se imaginan el miedo que experimentas en una situación así. Abrí la puerta temeroso, esperando cualquier cosa pero si iba a morir o algo, no tenia sentido esperar y dejar que esas cosas jugaran conmigo, para mi sorpresa, no había ya nada.
Debo decirles que hasta el día de hoy, esas cosas me siguen pasando no es todo el tiempo menos mal, no puedo decir que ya me he acostumbrado y ahora mismo escribo esto temeroso, esperando que esas cosas diabólicas no tengan ganas de jugar conmigo hoy, aunque confieso que me siento observado, probablemente en este mismo momento estén riendo para si mismos, burlándose de mi mientras escribo esto para desahogarme, para saber que aun mantengo algo de cordura, pero que esas criaturas no piensen que me están ganando, después de todo, no pueden seguir jugando conmigo si me quito la vida.
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vatodelplumon · 5 years
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100 cosas que hicieron mi 2019...
Estamos a 2 días que terminó este 2019, comenzamos los primeros trazos de este año y durante la primera semana sentimos una atmósfera diferente: "¿Qué hicimos el año pasado? " es una pregunta que ronda la última semana del año que culmina y regularmente la primera del que está comenzando.
Y sí, aunque sólo le dimos una vuelta más al sol...  el tiempo es un concepto valioso y bastante relativo para nosotros como personas. Indagar en qué cosas hicimos el año pasado debería ser una actividad que tendríamos que dedicar un par de horas, esto nos ayudaría a saber qué tan bien o qué tan perdidos vamos de acuerdo a nuestros objetivos.
Debido a mis dispersión suelo hacer esta reflexión casi todos los años, pero ¡sorpresa! nunca escribo nada, creo que ahí la he regado... y es por esto que este año me gustaría pasar del pensar al hacer. Austin Kleon es un escritor que dibuja (luego les escribiré más de él), ha sido una gran referencia e inspiración en temas de creatividad y escritura. Leyendo su blog noté que el hace un top 100 de las cosas que más  significado tuvieron para él durante el año. Y ya con el pretexto de la nueva década  (si RAE, leíste bien), y manera de carta de agradecimiento aquí van mi Top 100:
Graduarme en Diseño de la comunicación Gráfica
Viajar a Sonora y conocer San Carlos
Escuchar el disco Everyday Life de Coldplay y emocionarme de principio a fin.
Ir en bicicleta a mi trabajo
La evolución favorable de mi accidente en bicicleta y no haber necesitado cirugía.
Salir a correr los domingos por la mañana.
Escribir una guía sobre tips para construir un CV.
Dar pláticas en una universidad.
Renunciar a un trabajo por paz mental.
Tomar una cerveza para momentos creativos.
Compartir cocimiento con niños, jóvenes y adultos.
Ahorrar dinero durante el año.
Ver cómo el desierto se une con el mar.
El paisaje en San Carlos.
Adquirir la trilogía de libros de Austin Kleon.
Tener siempre audífonos disponibles.
Escuchar a Radaid en vivo.
Una amiga vino a apoyarnos en la marcha del orgullo LGBT+.
Conversaciones aleatorias con mi mejor amigo.
El pastel de chocolate.
Que no hiciera demasiado frío en diciembre.
Comprar artículos de papelería.
Crear mi agenda 2020 a tiempo.
Cantar a todo pulmón "Adieu" en el concierto de Coeur de Pirate.
Comprar un Ipad.
Nadar en el mar y después tomar una cerveza.
Descubrir una familia con mi actual equipo de trabajo.
Probar los mejores tacos de pescado en la historía.
Comer el puré de papa perfecto.
Retomar la fotografía, sólo por diversión.
Hacer facilitación gráfica en conferencias.
Adoptar un perro.
El regalo de una silla para mi escritorio.
Tener mayor oportunidad de hacer home-office.
Divertirme mientras trabajo.
Descubrir más música en francés.
Desinstalar facebook de mi celular.
Bailar mientras esperaba el bus.
Ver mi trabajo impreso.
La flor de cempasúchil en noviembre  y noches buenas en diciembre sobre Paseo de la Reforma.
Descubrir podcast como: "La vida minimal" y "dementes".
"Aute cuture" de Rosalía.
Hacer limpieza de contactos en redes sociales.
Ver la cara de alegría de mi novio durante End Game.
Saber que aún puedo aguantar una noche de rumba.
Una buena copa de vino
Las salas de cine prácticamente vacía durante una función.
Desarrollar la habilidad de hacer todo con una mano debido a la férula que tuve.
Yann Tiersen sacó dos discos durante el año.
Escuchar la mejor historia de terror en youtube.
Maquillarme de "la muerte" para día de muertos.
Explorar la fotografía abstracta con mi celular.
Acepta mi faceta de ilustrador.
Viajar en carretera con mi mejor amigo
Encontrar estilográfos con varios tonos de gris.
Tener la ventanilla al viajar en avión.
Las tortas de chilaquiles.
El disco Amor Libre de Esteman.
Comer ensalada de manzana CON pasas.
The Creative Brain en Netflix.
Comer galletas recién horneadas.
Divertirme durante toda la noche con menos de 10 dólares.
Tomar más agua.
Aplicar la improvisación teatral en clases.
Una taza de café por las mañanas.
Un año más sin terremotos.
Jugar en las fuentes como lo hacia de niño.
Subir por primera vez a una motoneta.
Saber que aún hacen tamales de piña.
Organizar los archivos de mi computadora.
Thunderclouds de SIA.
Cantar en el transporte público sin pena.
El bus vacío por la noches.
Una plática sobre educación con un conductor de Uber.
Ayudar a una fundación.
El agradecimiento de una mamá durante la graduación de mi clase.
Ver el festival de navidad que coordino una amiga.
Saber por qué Pedagogía pertenece a la facultad de filosofía y letras.
Las hojas en otoño.
El pay de nuez.
Un termo en forma de lente de cámara (regalo de mi novio).
Las fotografías en blanco y negro.
Hacer limpieza de closet.
Ser más consciente de lo que consumo.
Hacer caso omiso de opiniones alternas (haters).
Trotar 15 km sib detenerme.
Preparar sushi.
Reír por cosas tan simples como un mal chiste.
Tener una tarde de caricaturas.
Comer helado con cubierta de chocolate.
Un broche de la NASA que me regaló una amiga.
Ver Pulp Fiction en el cine.
Bañar a mis cómplices (dos perritos).
Dormir en el pasto.
Cantar en el karaoke.
Abrazar a mis seres queridos.
Caminar por las calles sin sentido alguno.
Mejorar en mi puntualidad.
Comenzar a aprender sobre storytelling.
Perder el miedo a vestir con colores.
Sin duda este ejercicio fuel algo complicado, sin duda hay muchas cosas que debo hacer para este 2020...  tú qué dices ¿Te atreves a hacer tu top100?
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rositaillus · 5 years
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La Bruja
La mariposa revoloteaba sobre una joven de cabello rubio, yo era la mariposa, yo era la joven. Era las dos y a la vez ninguna. Mi ser parecía fundirse en aquella imagen. Y entonces comencé a recordar.
En mis últimos días de vida ya no tenía fuerzas para levantarme. Estaba tendida sobre una cama blanca, en una clínica, cuidada por doctores y enfermeras a los que veía desde una bruma, a los que oía como si hablaran muy lejos de mí. Una vez me pareció ver a una mariposa roja entrando por la ventana. Mi madre, tomando mi mano con fuerza me mostraba una expresión preocupada y me recordaba esos tiempos cuando sólo era una niña, en cama por un resfriado, ella me miraba con aquel mismo rostro.
Y entonces recordaba el sabor de la leche de chocolate caliente que tomábamos al desayuno cuando nos despertábamos tarde el fin de semana. Recordaba mi habitación llena de muñecas con los cabellos revueltos y las ropas tiradas por el piso. Recordaba las teclas de un piano bajo mis dedos, cuando intentaba aprender a tocarlo en la vieja sala de música del colegio. Invadida por una repentina nostalgia quería llorar. Yo sabía que el semestre ya había comenzado, pero estaba bien ¿no? iría después a la Universidad, cuando  me pusiera bien. No necesitaba evocar recuerdos del pasado, no necesitaba llorar.
Estaba tan asustada, me asustaba el médico cuando meneaba la cabeza, apesadumbrado, hacia la enfermera, creyendo que yo no lo veía. Me asustaban las palabras cariñosas de mi madre y las miradas condescendientes de los parientes que aparecían de vez en cuando para quedarse a mi lado un ratito. Yo no iba a salir de ahí, no con vida, me daba cuento de ello.
Pero yo era también la mariposa roja, una mariposa que había deseado cometer un crimen. Los recuerdos se volvían difusos en ese punto. Recuerdos vagos de volar entre un plano y otro de la vida y la muerte, con alas traslúcidas, yo no era una mariposa viva, era el fantasma de una mariposa, sin color y sin consciencia de un yo auténtico ¿Cuándo fue que yo, como mariposa, comencé a sentir que era un ser por si mismo? No lo recuerdo. Pero si recuerdo mis alas fantasmales volverse rojas cuando probé el sabor de la sangre por primera vez.
En algún punto entre lo real y lo irreal, sobrevolé un campo de calabazas rojas en el jardín de la casa de una bruja. La bruja me recibía, sabía que yo era un fantasma, me veía y me dejaba posarme en sus calabazas. Y sus calabazas eran espantosas, con rostros tallados que expresaban angustia, la angustia de la muerte. Yo bebía de las calabazas un sabor amargo ¿Qué clase de hechizo tenían esas calabazas? No lo sé. Pero estaban llenas de sangre humana ¿Qué ritos macabros se llevaban a cabo en aquel jardín? Quizá lo supe, quizá no. La vaga imagen de aquella bruja, una criatura siniestra de cabellos rojos, danzando en su macabro jardín de la muerte recorre mis sueños. La mariposa que fui deseó entonces convertirse en humana, como aquella bruja. Ella desplegaba unas alas rojas, de mariposa, como las mías, las desplegaba desde su espalda y volaba, y cantaba. Su voz aguda era espeluznante.  
Pese al terror que podía provocar yo la amaba, amaba posarme en sus manos y observar sus ojos, que eran rojos. Ella era una mariposa como yo, pero era una mariposa convertida en humana. Ella podía tocarme con sus dedos delgados, podía hablar en un lenguaje misterioso. Ella podía hacer cosas que una mariposa jamás podría, sentir y pensar y vivir cosas que sólo un humano puede vivir. Y eso era lo que yo deseaba. Se lo expresaba, pero la bruja me miraba con tristeza.  
Me hablaba del pecado, del crimen, del horror. Me hablaba de sabores amargos y de la pérdida absoluta de la identidad. Pero en cierta ocasión, rendida al darse  cuenta de que ninguna de sus palabras podía disuadirme en mis deseos, me dejó sola. Me advirtió que, si nos volvíamos a ver, yo ya no existiría.
Sin embargo esas advertencias no me importaron cuando empecé a acechar a la bella joven de ojos celestes. Nada me importó cuando me colaba por su ventana mientras ella dormía. Mi naturaleza inmaterial me permitía atravesar su piel, fortalecida por haberme alimentado ya antes de sangre humana. Podía succionar su sangre. Le causé una leve herida al hacerlo, algo así como un pinchazo. Las primeras noches apenas bebí. Las siguientes tenía fuerzas para beber más y más.
Y yo era esa humana que moría lentamente, enferma, sin saber que me asechaba el más insignificante de los fantasmas.  
En mis últimos días como humana soñé con una mariposa roja, y fallecí mientras oía una casi imperceptible voz en mis oídos y entonces soñé que yo era una mariposa que había sobrevolado jardines de flores y rosas y un jardín de calabazas habitado por una espantoso ser de pesadillas, una bruja grotesca de cabello rojo.  
Ahora lo entiendo. La mariposa cometió un crimen. Yo era su crimen. Fui asesinada por un ser que fue embrujado. Una bruja, en una realidad tan alejada de la que puedo concebir que no alcanzo a comprender del todo, maldijo a una mariposa en ritos de sangre y muerte, provocándole pensamientos humanos, deseos humanos. Y ella me asesinó succionando lentamente mi sangre, como un vampiro, deseando fundirse con mi ser, deseando convertirse en mí.
Y lo logró, se fundió conmigo y en un vampiro me he convertido. Pero la mariposa desapareció, ella provocó mi muerte y yo provoqué la suya. La devoré en sueños, sus recuerdos viven en mí, pero ella, que ya estaba muerta, ha muerto de nuevo. Ya no existe. Yo no soy esa mariposa.  
El sueño iba a terminar. Lo sentía y sentía como los recuerdos se iban junto al sueño. Apreté con fuerza los párpados ¿cuántas veces había soñado lo mismo?
No olvidar, no debía olvidar.  
Sin abrir los ojos tanteé torpemente la tapa de mi ataúd y salí de allí, salí del mausoleo. Corrí torpemente entre las tumbas, hasta las oficinas, si, sabía dónde  estaban.  
Deseaba escribir el sueño, antes de olvidarlo. Deseaba escribir todo lo que he escrito hasta ahora.  
¿Ha sido todo un sueño? ¿Me he vuelto loca?
En mi tumba está escrito el nombre de Marietta. Mi nombre es Marietta. Yo soy Marietta.
Marietta, que he muerto, que he muerto y he despertado y soy un vampiro, un vampiro incapaz de sentir lo que alguna vez sentí siendo humana, incapaz de conectar conmigo misma, que ha soñado que fue una mariposa que deseó ser humana y se apoderó de una humana. De mí. De la humana que fui alguna vez.
Había terminado de escribir cuando alguien se acercó. Otro guardia ¿no? No importaba, en estos tiempos nadie sospecharía que hay una muerta que se levanta de la tumba para matar en el cementerio. Yo estaba a salvo. Yo no sentía ningún apego moral, ya lo había hecho antes y volvería a hacerlo. Me sentí triste, muy triste.  
Pero no era ningún guardia, era una niña, no debía tener más de trece años. El olor de esa niña me desconcertó. El olor de su sangre no era igual que el del resto de mis víctimas. La niña vestía de negro, un vestido que le llegaba poco más debajo de las rodillas, con un toque elegante y anticuado entre encajes y lazos. De su cabeza, cubierta por un sombrero de ala ancha que me impedía ver sus ojos, revoloteaban rizos de un intenso color rojo.  
Tuve miedo. Un miedo diferente al miedo que me provocaba mi propia falta de humanidad.  
Con un gesto me indicó que siguiera escribiendo y he continuado.  
Levantó su cabeza, permitiéndome ver sus ojos y recordé entonces porque me había parecido tan espeluznante en el sueño. Unos ojos espantosos, enormes y rojos me miraban desde la cara de esa niña. Su expresión era triste.
Me pidió perdón con su voz aguda. Nunca quiso que sus hechizos destruyeran a una pobre humana inocente, ni tampoco a la pequeña mariposa de su jardín. La oí sollozar mientras bajaba la cabeza, volviendo a cubrir sus ojos.
Yo no supe entonces que sentir. Ella maldijo a la mariposa con sus hechizos extraños, pero ella no era mi asesina, no pude odiarla. Quería entenderla, quería entender lo que era la muerte. Le pregunté los secretos de sus rituales macabros.
Ella no contestó, simplemente se fue. Tan silenciosamente que pareciera que sólo fue una ilusión el verla.
He vuelto a asesinar esta noche, he matado para alimentarme y, antes de retirarme con la luz del día, he mirado por sobre mi hombro esperando ver a la bruja nuevamente. Pero no la he visto. Escribo estas últimas líneas con preguntas inquietantes en mi alma.  Yo soy un monstruo, pero apenas soy uno en un mundo que parece albergar misterios y criaturas de pesadilla que jamás imaginé que podían ser reales.  
Yo, que he asesinado ya a tantas personas, no existiría como la abominación que soy de no ser por una cadena que se inició sin intención aparente, a partir de una criatura tan pequeña que se topó con un ser misterioso y como una bola de nieve se hizo más grande, más y más hasta terminar así. Me hace preguntarme cuantos horrores habrá, qué tan terribles serán... Y me pregunto por qué justo esta noche pude recordar, entre tantas noches torturándome, justo la misma noche en que ella estaba aquí. No creo que sea una coincidencia.  
¿Fue ella? Quizá quiera algo de mí, ella vino por mí ¿Vino a pedir perdón y nada más?  
El día se acerca y ya debo ir a dormir.
No sé si despertaré la próxima noche. Confieso que este miedo es emocionante, llevaba mucho sin poder sentir una emoción tan intensa.
Tumblr media
Próximamente el último capitulo de esta pequeña historia.
Para leer en orden: https://www.wattpad.com/story/170165128-el-sue%C3%B1o-de-la-mariposa
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menalulu · 5 years
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Día 365
Mi Big Brother, hoy hace 365 días que te fuiste y tu ausencia vuelve a calar en los huesos como un cuchillo hirviendo igual que el día 1; se cumple un año, la mente ya lo veía venir como una fecha anunciada cada día 24, la mente que es tan poderosa y mágica, pero a la vez parece ser la parte más masoquista del ser humano. No creas que no empecé desde hace unos días a revivir los hechos de la mano con las fechas, a revivir tu agonía cronológica y cómo te fuimos perdiendo, a revivir la agonía de Pá y Má por verte cada vez menos rescatable, más allá y menos aquí, aceptar que ya no ibas a regresar a casa, aceptar que iba a tener que quedarme con lo que tenía de tu voz en mi biblioteca de sonidos, en mis recuerdos; saber que teníamos que soltarte como un globo de helio y más difícil aún, aprender a vivir con eso.
No ha sido fácil para nadie, no buscamos que lo sea, nos tomaste por sorpresa a todos y eso no es sencillo de sobrellevar, me encantaría hacerte un resumen de lo que ha pasado después de ese día en que soltaste el dolor para descansar dignamente. Hoy al día 365, Papá y Mamá tienen casa en playa, ya no hay nada qué hacer en Tuxtla, la verdad es que ni a ti te gustaba, seamos honestos, estaban todos más ahí por desidia que por voluntad, entonces el plan es irse y dejar que otra familia escriba en esa casa tan hermosa sus propias historias, las nuestras ya fueron y las llevamos en nuestra memoria, ¿Qué te cuento a ti? Tú más que nadie sabes que a donde estás no te llevaste ni tus discos carísimos japoneses, ni tus souvenirs de las Aquors, no te llevaste nada más que las historias vividas, las repasadas, las recordadas y hasta las que no. Imagínate lo difícil que fue para mis papás guardar tu ropa y recoger tus cosas, hasta hace unos meses que entré a tu cuarto todo estaba tan fresco e intacto como si apenas hubieras estado ahí, un poco más de polvo, pero tampoco creas que tanto, ya ves cómo es mi mamá con la limpieza. Varias veces me metí a oler tus cosas, ¿Masoquista? La neta no, nada más quería hacer una conexión contigo, traté de no revolver nada porque sé que no te gusta, nada más te olí, te sentí y te lloré poquito porque luego luego llegó Nachito a pegarme en las manos con su hocico como diciéndome “¡Oye, oye oye! No llores” ese perro que tan mal te caía te extraña como no tienes idea, tenemos que dejar tu cuarto abierto porque insiste en estar ahí, se dormía debajo de tu cama, pero ahora ya no hay cama porque se avecina la mudanza y las cosas se han vendido. 
Fíjate que ni el perro me quería dejar llorar, me lleva la chingada, qué difícil ha sido llorarte, siempre fui medio autista y lo sabes, pero desde que pasó toda esta situación contigo creo que le subí 2 rayitas, lamento no haberte llorado cuando recién partiste, he escuchado que las personas cuando recién dejan su cuerpo están ahí presentes apreciando toda la escena, ¿Es cierto eso? Otra cosa más que sólo tú sabes y yo no, ¡Ay! ¿Siempre tienes que ser el primero en saber las cosas? El primero en todo, pero bueno, si esto es cierto seguramente me viste todo el tiempo junto a ti con una jeta de encabronada con la que no podía, sin llorar y apretando los dientes; lloraron todos, mis papás, Paty, tus amigos, pero yo nomás no la armé, pareciera ser la más sensible de la familia y se me entumecieron todos los sentidos, la verdad es que desde que me escribió Lalo diciéndome lo mal que estabas y viajé a Tuxtla yo iba con el plan de ser el bote de la basura y me metí mucho en mi papel. ¿Got some shit? ¿Tienes mierda qué tirar? ¡Aquí estoy yo! Me presento, soy el bote de la basura, ¿Hay que hacer trabajos de materia sensible?: El bote de la basura; “¿Quién va a entrar con la mamá del paciente a que se despida? Necesitamos a alguien que esté fuerte emocionalmente”: Yo aquí estoy, soy el bote de la basura. “Necesitamos a una persona que nos acompañe a llevar el cuerpo del paciente al sótano” Soy el bote de la basura, a eso vine. El velatorio tenía una imagen enorme de un Cristo crucificado y ya ves cómo es mi papá con esas cosas que ni al caso, y deja tú mi papá, TÚ mismo no hubieras querido que estuviera esa imagen ahí, entonces fui con los del lugar a conseguir unas cortinas para taparlo, fui a pedir sirios porque mamá quería, a pedir unas flores bonitas y hasta agarrar una jerga toda sucia del baño para limpiar la base de donde estabas descansando porque estaba medio polvorienta y a mi mamá no le gusta eso. No había tiempo de llorar, ya después veremos, por primera vez en la vida sentí que no podía darme el lujo de valer verga a ese nivel, con una gotita de agua que saliera de mis ojos ya iba a valer madre todo y los botes de la basura no tienen esa función.
 Si yo fuera tú, y tu escribieras esto en mi lugar, me encantaría que me contaras que todos están bien contentos, que lloraron un ratín, pero que siguen con sus vidas y que hasta les agarraron más significado que antes… TRATAMOS, te soy honesta, Paty y yo un poquito mejor que mis papás, le hemos agarrado la moraleja y la fortaleza a la situación pero de repente hay derrumbes y empiezan a caer piedras bien culero. Me costó llorarte meses, tuve que ir a terapia con una Tanatóloga que me recomendó Dahiu y fue lo mejor que pude hacer porque no dormía ni por accidente, vivía completamente sola y cuando apagaba la luz de mi cuarto y me metía en las cobijas no podía dejar de pensar en que todo esto era una pesadilla, quizá me dormía 2 horas y despertaba para no poder volver a dormir en toda la noche; empecé a beber tequila en seco porque solo así me caía rendida según yo, pero al otro día me sentía toda fatal sin haber descansado, creo que así es como se cae en las redes del alcoholismo, tiene sentido, no justifico a la nadie, pero la verdad tiene sentido. Tuve un lapsus con la botella de alcohol: ¿Y si necesito ahora de esto para poder funcionar en la vida? Nomás es un ratito en lo que salgo del hoyo. Si ponemos las cosas en una balanza, yo acababa de dejar el cigarro que fue mi cárcel por más de 10 años, dicen por ahí que a veces se suple un vicio por otro, este no es más barato, creo que al revés y la verdad mis papás no están en situación como para un pedo de estos nivel Dios en sus vidas, sería lo más egoísta del mundo. Me inscribí al gimnasio y empecé a ir en las noches a hacer 2 horas de puro cardio con el objetivo de cansarme y llegar a caer en mi cama como piedra inconsciente. Funcionó y encontré en el ejercicio esa salida de adrenalina que tanto estaba buscando en las cosas negativas, a la fecha agarro el ejercicio como una introspección y un momento conmigo. Sé que estarías orgulloso de eso. 
Me costó muchísimo trabajo echar a andar la carreta de nuevo, entender que las cosas no se podían detener, a los pocos días de haberte ido fui a cantar a Querétaro y contrario a lo que pensé, fue sanador, después a Puebla y ¿Quién crees que fue? Fueron tus amigas, Sofi y Pau, sentí hermoso, como si estuvieran ahí en tu representación, te quieren muchísimo y te recuerdan con toda la admiración y gratitud del mundo. Me costó volver a la escuela después de ese verano del terror, me pregunté por qué fregados y en la terapia me di cuenta que volver a la escuela a iniciar un nuevo ciclo era un recordatorio más de que la vida no se había detenido y todo tenía que seguir andando, la psicóloga me dijo que si me daban ganas de llorar, llorara donde fuera “Aunque estés dando clase, discúlpate un momento, ve al baño y llora” ¿Tu crees que yo voy a hacer eso? ¡Obvio no! Nunca lloré en la escuela gracias a Dios, pero sí en la calle, en la caminadora del gimnasio, en las pesas, en el súper (me acuerdo perfecto una vez, y así me acordé que tenía que llevar papel de baño) en el metrobus y en mi casa, me di cuenta que me hacía mucho bien mencionarte, no evitar el tema para nada, hablar sobre ello, escribirlo, me ayudaba a procesar que las cosas estaban avanzando, cada vez que te mencionaba cicatrizaba un poquito más. Unos meses después llegó a mi vida una persona maravillosa, hoy estoy enamorada hasta el cuello de ella, le he platicado mucho de ti, estoy segura de que te caería increíble, ¿Y sabes qué? Un día pensando en ti decidí que iba a hacer mi vida valer, que tú te habías ido y no iba a dejar que las cosas siguieran como antes: Escondiéndome. Un día tú estabas aquí y al otro ya no, eso me deja pensar que la vida es demasiado frágil y la verdad voy a ocupar cada uno de sus momentos en ser feliz, le parezca a la gente o no, les hiera en la soberbia o no, ya no me importa. Llevo toda la vida sintiendo que tengo que esconder mis relaciones de los demás o someterlas a la “aprobación” de la gente, hazme el puto favor, qué cosa más pendeja, de las pocas cosas en la vida que son tan estúpidas como suenan, yo la verdad no me pongo a opinar sobre sus vidas, así que decidí ser feliz y que se entere el mundo, subir una foto si se me da la gana y besarme en público con ella si se me da la gana y se chingan. ¿Y sabes algo? GRAN decisión, otra más que surgió a partir de ti.
 Mis papás te extrañan desconsolados y no es para menos, pero no los subestimes, son fuertes y aún más inteligentes, cada uno está teniendo su duelo a su manera, ellos seguramente hablan contigo mucho más que yo que nunca fui de muchas palabras contigo, por eso te escribo esto, me es más fácil. Cuando contestabas tú el teléfono de la casa nada más te decía “¡Hey!¿Me pasas a Mamá?” Si contestaras hoy, te diría que te amo, te lo digo ahorita. 
Jamás nos vamos a cansar de dar gracias a Dios por que exististe, porque sucediste, gran parte de la enseñanza de la vida es apreciar lo que uno gana más que lamentar lo que perdió.
Te amo con todo mi corazón, nos volveremos a ver en su momento. Te mantendré al tanto.
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