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#quemarse
bambinamoon · 1 month
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Quien me quiera apagar, se quemará.
BambinaMoon
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Amanezco antes que el sol
Para verte amanecer
Hoy no quiero trabajar
Si madrugo es para verte más.
-Sin quemarse los dedos.
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sigalrm · 5 months
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Ihr guter Stern auf allen Straßen by Pascal Volk
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12endigital · 1 year
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Una mujer de 30 años se rocía con gasolina y amenaza con quemarse ‘a lo bonzo’
Una mujer de unos 30 años de edad ha amenazado este jueves con quemarse ‘a lo bonzo’ dentro de la sede de la Entidad Valenciana de Vivienda y Suelo (EVHA), situada en la calle Gerona de Alicante. El suceso ha tenido lugar alrededor de las 12:20 del mediodía cuando la joven se ha rociado con gasolina mientras sostenía un mechero en la mano y amenazaba con prenderse fuego en el interior del…
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donlacerdaxd · 1 year
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1.-  ¿Cuáles son los recursos energéticos más utilizados en nuestro día a día?  2.-  ¿Cuáles son sus ventajas?  3.- ¿Cuáles son sus desventajas?
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lincesblog · 3 months
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Quemarse es otra cosa si se trata de su fuego…
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rob9916 · 27 days
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Es mejor quemarse que apagarse lentamente. -Kurt Cobain
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analisword · 7 months
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high infidelity (Enzo Vogrincic x Fem! Reader)
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summary:
Alana Lomelí tiene todo lo que alguna vez soñó: Un best selling en Latinoamérica, un departamento en España y un novio para compartir sus triunfos, sin embargo, todo cambia una noche, cuando su actor favorito le confiesa que ella es su autora favorita. 
Or
En donde Enzo y Alana se encuentran el uno al otro cuando ambos estaban perdidos.
Inspired by high indelity and tolerate it de taylor swift.
tw: infidelidad por parte de enzo y protagonista, uso de alcohol y otras drogas, smut eventual. La mayoría de la escritura será en lenguaje neutro, una disculpa de antemano si utilizo modismos incorrectos:).
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Capítulo 1.
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—Muchas gracias por todo—dice Alana amablemente mientras le abre la puerta a Julieta, su estilista de confianza. 
—Gracias a ti—dice ella—. Ya sabes, si se te empiezan a soltar las ondas…
—Dejo que lo hagan y no meto mato—termina la oración, recordando como en el último evento al que asistió, arruinó su  peinado intentando componer un rizo suelto. 
—Eso es—dice riendo—. Mucha suerte hoy. 
—Vale, gracias—le responde cerrando la puerta una vez se marcha del departamento. 
No necesita suerte. 
No la necesita porque no está nominada a ningún premio, no tiene que presentar artistas o entrevistar gente que no conoce, simplemente se dedicará a ver una premier de una película independiente, beber alcohol gratis y comer palomitas, un viernes bastante apetecible a decir verdad. 
Hace dos años y medio que se mudó a Sevilla, antes de eso, nunca había visitado Europa, y la primera vez que lo hizo, se quedó. 
Nunca se hubiera imaginado viviendo en España, fuera de su país  y fuera de su familia, pero todo cambió cuando le ofrecieron un nuevo trabajo a Sebastián.
Sebastián  era su novio desde hace largos cuatro años, se conocieron precisamente por el trabajo, cuando él fue el encargado de editar su libro de fantasía, el chico hizo un trabajo impecable, como de costumbre, y el libro terminó siendo best selling en Latinoamérica, cosa que hasta el día de hoy, Alana encontraba como algó impactante y maravilloso. 
Decidieron separar su relación del trabajo, por lo cual el resto de libros de la saga (otros tres en total) fueron editados por otra colega, eso no fue impedimenta para que el resto de los libros fueran igual de aceptados que el primero, actualmente, Alana era una de las autoras más proclamadas del habla hispana, firmando contrato con una editorial que le daba libertad de escritura, escuchaba sus opiniones y conseguía que asistiera a eventos divertidos: la premier de una película underground en el teatro más grande la ciudad. 
Después de quemarse las pestañas durante cuatro años, consiguiendo de alguna manera escribir un libro por cada uno, Alana decidió tomarse unas vacaciones, aún así, sus dedos picaban por seguir creando, por lo cual actualmente se dedicaba a leer y corregir los manuscritos de Sebastián, el cual había decidido escribir su propio libro a la par de editar para otros autores, para este punto, a Alana le parecía un poco irónico todo el asunto, pues cuando acordaron separar el trabajo de su relación, no pensó que eso significaría leer los cientos de relatos sin terminar del chico mientras que él no se dignaba a leer nada de lo que ella hacía, pero no quería culparlo, sabía más que nadie que su novio se encontraba lleno de trabajo hasta las narices, y cuando no lo estaba, él mismo buscaba encontrarse en aquella incómoda situación. 
—Me da mucha pena no acompañarte hoy—dijo Sebastián viéndola desde el marco de la puerta mientras que ella terminaba de aplicarse la última capa de rubor, Alana hacía su maquillaje para todos los eventos a los que iba, era una de las cosas que más le apasionaba, sin embargo, su rebelde cabello sólo podía ser domado por Julieta, por lo cual la mujer siempre trabajaba en su melena mientras que ella se maquillaba. 
Alana hizo una mueca mientras lo veía por el espejo, Sebastián llevaba la misma camisa con la que se había dormido y un short de ejercicio, unas profundas ojeras decoraban su rostro y su barba estaba mal afeitada, los últimos meses habían sido así, Sebastián se la pasaba más tiempo en su propio estudio del departamento que a su lado, nuevamente, Alana no quería culparlo, pero no pudo evitar sentir una punzada de coraje en su pecho, no era el hecho que Sebastián hubiera decidido no acompañarla a la premier, era el hecho de que nuevamente había decido no pasar tiempo con ella, Alana hubiera cambiado su costoso vestido (prestado, claro) y sus lujosas joyas (rentadas) por quedarse en casa aunque sea viendo una película con su novio, llevaban meses sin pasar tiempo juntos y sin hacer otra cosa actividad recreativa que no fuera hacer el desayuno o las compras del supermercado. 
—No pasa nada—mintió devolviendo la mirada a su reflejo, al menos se veía guapa—. Sé que estás ocupado. 
—No tienes idea, creo que acabo de escribir lo mejor de toda mi vida—dijo emocionado, Alana le sonrió sinceramente, ignorando el hecho de que el chico decía eso cada vez que escribía un nuevo capítulo para el thriller que se encontraba creando. 
—Estoy segura que sí, cariño—dijo ella viéndose por última vez y tomando su pequeño bolso de la cama. 
—Sabes que al menos te llevaría al teatro, pero…
—Estás ocupado—lo interrumpió—. Ya lo sé. 
Sabía a ciencia cierta que Sebastián mentía, hace tres semanas, Alana se había despertado en la madrugada por unos horribles retorcijones en el abdomen, unos mariscos le habían caído pesado y la chica vomitó una cantidad de veces que ni siquiera sabía que eran posibles para el cuerpo humano, cuando buscó con su brazo a Sebastián en la cama no lo encontró, y cuando le pidió que si por favor la podía llevar al hospital mientras él se preparaba un café, él le dijo que tomara un taxi. 
Porque claro…estaba escribiendo lo mejor de su vida. 
Sebastián apretó los labios apenado, al menos tenía la decencia de fingir importancia, sabía que cuando dejara de hacerlo, sería el quiebre para ellos. 
A veces se sentía que estaban en la cuerda floja, pero ella no podía simplemente tirar cuatro años de relación a la basura, se había mudado a un jodido continente desconocido por él, eran el apoyo del uno al otro, en la extraña y retorcida manera de Sebastián.
O tal vez Alana era tan estúpida como para quedarse en un lugar donde ya no sentía bienvenida por el simple hecho de sentir miedo a estar sola. 
—Te esperaré despierto—le aseguró él dejando un pequeño beso en su mejilla, al menos Alana sabía que eso sí era verdad. 
—De acuerdo, ya llegó el taxi—dijo ella viendo su celular.
—Diviértete. 
El viaje hacia el teatro fue tranquilo y la llegada fue más explosiva de lo que imaginaba, el lugar estaba repleto y desde la calle había una especie de alfombra roja donde le obligaron a caminar, Alana no era famosa en el mundo del cine pero ciertamente era conocida, adoraba el séptimo arte y aunque fuera un sueño bastante loco, le encantaría que alguna vez llevaran alguno de sus libros a carne y hueso. 
Había celebridades de todo tipo, ella se tomó fotos con los que conocía y admiraba y le sonreía a los que no, la presentación de la película fue bastante emotiva (como suelen hacerlo) y al finalizar la transmisión, comenzó la fiesta. 
Alana no dejó mostrar su incomodidad mientras se paraba en uno de los pilares del teatro y tomaba una copa de champagne, era introvertida, por lo cual no solía hacer muchos amigos en eventos como estos, pero no podía negar que se estaba divirtiendo, la película había resultado medianamente buena, adoraba la comida de cine y el alcohol le sabía delicioso. 
—¿Alana Lomelí?—un acento bastante dulce y diferente al español que había estado escuchando durante toda la noche la sacó de sus pensamientos, ella se giró a ver al protagonista de aquella melodiosa voz e inmediatamente se ahogó al verlo. 
Literalmente se ahogó: el champagne se fue por el orificio equivocado, quemando su vía aérea,  comenzó a toser tan fuerte que algunas personas la miraron con preocupación y vergüenza ajena, el actor  levantó su mano, como indicando que estaba por tocarla y después comenzó a palmear su espalda. 
¿Qué mierdas hacía Enzo Vogrincic evitando que ella muriera asfixiada?
¿Y por qué mierdas sabía su nombre?
 ¿Y por qué mierdas era jodidamente guapo?
—Perdón si te asusté—se disculpó con una tímida sonrisa una vez que ella dejó de toser y abrir la boca como un pez fuera del agua, sentía lágrimas en las orillas de sus ojos y su garganta aún picaba un poco, un  frío recorrió su espalda una vez que la enorme mano de Enzo dejó de tocarla, quién sabe si había sido su intención, pero sus palmadas habían sido fuertes aunque efectivas. 
Y seguramente las ondas que le caían por la espalda ya estaban arruinadas. 
Y por primera vez, no le importaba que Julieta la regañara si llegaba a ver las fotos. 
—¿Me hablas a mí?—preguntó ella sintiéndose estúpida apenas las palabras abandonaron su boca, se golpeó la frente mentalmente. 
—Ehh, sí—dijo él riendo, ¿qué siempre estaba feliz?—. Al menos que exista otra Alana Lomelí por aquí—dijo él levantando las cejas como escaneando el lugar. 
Para este punto de su carrera, Alana ya estaba algo acostumbrada a conocer gente famosa, pero nunca se le había pasado por la mente encontrarse con su jodido actor favorito y mucho menos que él supiera de su existencia. 
—Perdón—se disculpó nerviosamente—. Es que wow, soy en verdad una gran fanática tuya. 
El chico le sonrió dulcemente y se llevó la mano al pecho, como si su corazón se hubiera llenado de la confesión de la chica, ella no pudo evitar sonreír estúpidamente. 
Dios, qué bueno que había aceptado venir. 
—Lo mismo digo—dijo él—. Me leí la saga completa de arco de sangre, uff—expresó resoplando al final.
Alana parpadeó varias veces, los recuerdos de los años anteriores invadieron su mente rápidamente, ella escribiendo en su habitación hasta la madrugada, en la biblioteca de la facultad después de sus exámenes, en casa de Sebastián una vez inició con el manuscrito del segundo libro, todo tomaba sentido cuando la gente le decía que en verdad leía lo que escribía, que habían tenido un buen tiempo haciéndolo, incluso cuando la odiaban por matar a sus personajes favoritos, ahora en este mismo instante, mientras Enzo Vogrincic le decía que se había leído la saga completa, todo tomaba sentido. 
Sintió la sangre subir por sus mejillas y un calor extraño en el vientre, tuvo que bajar la mirada a su copa, usualmente no se sentía intimidada por la gente, pero Enzo estaba parado ahí, con su cabello largo perfectamente peinado pero despeinado, con una piel reluciente y bronceada y un perfecto traje, se dio cuenta que sus ojos eran más claros que en las fotografías o en vídeos, la cámara no le hacía justicia para capturar la belleza y aura que emanaba. 
—Vengo siguiendo tu trayectoria desde años, desde el teatro hasta el cine—le informó rápidamente, sintiéndose como una adolescente que acababa de conocer al cantante de su boyband favorita, Enzo le regaló una sonrisa que mostró todos sus dientes y de pronto se sintió como si se encontraran solos en el lugar y no estuvieran repletos de gente y flashes de cámaras. 
—Sos mi escritora favorita de habla hispana, sos una genia—dijo él abriendo sus ojos, Alana sintió un tirón en su corazón al escuchar esas palabras, Enzo jodido Vogrincic le había llamado genia. 
Ya podía morir en paz. 
—Esto significa muchísimo para mí, muchas gracias—agradeció y dio otro sorbo de champagne, sintiéndose agradecida de que el coraje líquido estuviera haciendo su efecto. 
—¿Conocés a Rodri de hace mucho?—preguntó él casualmente, Alana supuso que el chico se refería a Rodrigo Saltz, el director de la película que acababan de ver, Alana cayó en cuenta que estuvo sentada durante más de tres horas en el mismo lugar que Enzo Vogrincic sin tener idea alguna al respecto. 
—No realmente—respondió sinceramente a decir verdad, no conocía a nadie del electo o staff de la película, había asistido únicamente porque Maricia, su agente, la había invitado—. Pero soy muy fan del cine, desde que me mudé acá he estado asistiendo a este tipo de eventos. 
—No sabía que te encontrabas viviendo acá, sos de México, ¿cierto?
—Sí, ya voy para dos años viviendo acá, me mudé por el trabajo de mi novio.
—Ah, qué interesante—respondió él inclinándose en el muro y entregando su completa atención—. ¿Escribe también?
—Sí, algo así—respondió—. Fue el editor de arco de sangre y ahora se encuentra trabajando en su primer libro. 
—¡Ah! ¿Editó toda la saga?
—No, sólo el primer libro—informó, se sentía culpable, pero hablar de Sebastián de pronto le aburría. 
—El segundo es mi favorito—informó él para después tomar una copa de la bandeja que un mesero iba pasando, Alana inclinó la cabeza con gesto de curiosidad al escucharlo—. ¿Qué?—preguntó al notar la reacción de la chica. 
—No te creo—respondió ella, el segundo había sido su libro favorito al escribir, pero también había sido el menos aclamado por el público y el que peores reseñas tuvo (dentro de las tantas buenas) incluso se pensó cancelar la saga completa, pues por un momento pensó que a la gente no le había gustado tanto por haber sido editado por una persona diferente y no Sebastián. 
—Es verdad—dijo él—. Fue donde más protagonismo le diste a Luther, que por cierto, es mi personaje favorito. 
Alana no pudo evitar morderse el labio inferior, Luther era el protagonista masculino de su saga. 
Dios, Enzo no tenía idea alguna…
—¿Sabes? Casi cancelo la saga entera precisamente por ese libro—dijo ella alzando su copa. 
—Nah, no te creo—dijo él con el mismo tono que ella había empleado momentos atrás. 
—Te lo juro—respondió—. Al público no le gustó mucho. 
—Estás jodiéndome, a ver, que tengo ese libro en mi GoodReads y sé que a la gente le encantó—gritó pues la música era alta y los cientos de voces se mezclaban entre su conversación—. Yo mismo le di 5 estrellas, la reseña estará por ahí si la buscas. 
Nota mental: Buscar la reseña de Enzo apenas llegara a casa. 
—Bueno, tal vez tenía algo de problemas para aceptar las críticas cuando recién inicié—confesó, precisamente por eso no le ponía mucha atención a las reseñas, no le tomó mucho tiempo en darse cuenta que Enzo emanaba una confianza que te hacía querer hablar hasta los codos. 
O tal vez era el alcohol y ese estúpido traje negro, la imágen de Sebastián le picó en el fondo de su mente pero ella la empujó, no tenía nada de malo que estuviera conversando con su actor favorito, ¿cierto? Era de esas oportunidades que se presentaban una vez en la vida, además, Enzo estaba siendo jodidamente amable y para nada le hablaba con otras intenciones, además, Alana le hizo saber inmediatamente que se había mudado al jodido continente por el trabajo de su novio. 
—Yo era igual al principio—dijo él asintiendo—. Cuesta, pero uno se termina acostumbrando y a la larga aprendés a bloquear los malos comentarios y sacar lo bueno de las críticas constructivas. 
—Debe ser más difícil para ti—apuntó ella—. Tú cara literalmente está en la pantalla grande o enfrente del público, yo oculto mi rostro detrás de letras, la mayoría de la gente que está aquí no tiene puta idea de quién soy—dijo ella aliviada, le gustaba ser reconocida, pero no amaba los reflectores. 
—¿Qué va?—dijo él rodando los ojos—. Cualquiera que haya comprado un libro tuyo te verá en la contraportada—rió—. Pero entiendo a lo que te refieres. 
—¿Tú conoces a Rodrigo de hace mucho?—preguntó cambiando un poco la dirección del tema. 
—Sí—dijo—. Precisamente estoy trabajando con un amigo de él, andamos filmando acá, entonces ya llevo unos meses viviendo en España. 
—¿Cómo te trata el país?—preguntó ella, España era hermosa, pero el cambio le había parecido brusco al inicio. 
—Eh, me gusta pero me asusta—dijo él—. Por eso cuando noté a la primera latina del lugar  corrí hacia a ella—dijo él para después darle un trago a su copa, Alana se sintió sonrojar,  ciertamente se sentía agradecida de que Enzo se le hubiera acercado, ella probablemente hubiera muerto del coraje si se hubiera dado cuenta que Enzo estaba en el mismo lugar que ella y ella no había tenido idea alguna. 
—Gracias, la verdad este lugar estaba ahogándome, no conozco a nadie, digo, no es como que te conozca a ti, supongo que ahora sí, bueno tú entiendes, gente latino, digo latina—sacudió la cabeza—. Y así—habló rápidamente, Enzo soltó una carcajada, para ser una escritora, Enzo parecía robarle el sentido de las palabras. 
—Qué tierna que sos—sonrió él, Alana sintió la necesidad de darle un abrazo, pues aunque precisamente acababa de conocerlo hace unos instantes, llevaba años siguiendo su trayectoría, le admiraba de demasiado, sin embargo, antes de que se atreviera a acercarse más, llegó un hombre con una gigantesca cámara. 
—Enzo, ¿una foto con Alana?—preguntó el hombre captando la atención de más presentes, inmediatamente personas comenzaron a acercarse.
—Claro, claro—dijo él llevando su brazo delicadamente sobre los hombros de Alana, ella sonrió y posó para todas las fotografías. 
—¿Se conocen de mucho?—preguntó un reportero, Enzo se giró a verla y rió, Alana apretó los labios. 
—Lo acabamos de hacer pero llevo leyéndola años atrás—respondió él. 
—Y yo llevo viéndolo años atrás. 
Flashes resplandecieron ferozmente, pero ellos mantuvieron la mirada fija sin borrar sus sonrisas. 
No tenían idea de que sus vidas no volverían a ser las mismas. 
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esuemmanuel · 5 months
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La Caída.
Alguna vez me vi y me sentí poderoso. Intenté quedarme ahí, siendo esa visión portentosa de voluntad, templanza y amor, pero no pude sostenerla. Llegaron las tormentas con sus ráfagas hechiceras y sus caudales de agua helada arrasaron con los cimientos de los que se sujetaban mis piernas. La imagen cayó… y mi alma con ella, al grado de quemarse mis ojos por la refulgente luz que emitía al morir ante la tragedia. ¡Ah, lloré tanto…! ¡Perdí tanto! Que el corazón se me corrompió de impotencia… No había otro camino que seguir ni otro espejo en el cual mirarme sino el que yacía ante mis destrozados ojos. ¡Oh, fuente miserable de dolor y podredumbre! ¡Veneno inoculado en las falanges de esas manos que no pudieron salvarme de la oscuridad! Caí… y, caído, me traje lo que había creído era mi luz: una vela sin pabilo y un cerillo que otrora ardió.
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The Fall.
I once saw myself and felt powerful. I tried to stay there, being that portentous vision of will, temperance and love, but I couldn't hold it. The storms came with their bewitching gusts, and their icy waters swept away the foundations on which my legs were supported. The image fell… and my soul with it, to the extent that my eyes were burned by the refulgent light it emitted when dying before the tragedy. O, I cried so much… I lost so much! That my heart was corrupted with impotence! There was no other path to follow, no other mirror in which to look at myself but the one that lay before my shattered eyes… O, miserable source of pain and rottenness! Poison inoculated in the phalanxes of those hands that could not save me from the darkness! I fell… and, fallen, I brought back what I had believed to be my light: a candle without a wick and a match that once burned.
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animalcomplejo · 5 months
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Vi quemarse el nogal no mi hogar.
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A veces hay que quemar puentes para evitar quemarse las manos.
Efimera Lunar Intemporal
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ozil-jan44 · 9 months
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Una persona puede quemarse sentada a tu lado, sin que te des cuenta. En la calle o en medio de un café, en su casa, entre sus enemigos o sus seres queridos, y no deja ni una mota de ceniza en el asiento. Esta es la crisis del hombre, desde que se dio cuenta de cuán grandes podían contener estos escondites en su interior.
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magiaveneno · 4 months
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yo antes fumaba mucho porro y he colado pepa o md una que otra vez y lo defendía pero posta después de ver los casos que tiene que tratar mi tía que es trabajadora social, y de ver al pelotudo de mierda de mi ex quemarse las neuronas con la marihuana no lo puedo ver igual. comparto que se puede tener un consumo responsable pero la linea es muy fina. tampoco se pongan en modo capitán ácido
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sigalrm · 5 months
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Mercedes-Benz C-Klasse
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Mercedes-Benz C-Klasse by Pascal Volk
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librosyfrases · 1 year
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Callar y quemarse es el castigo más grande que nos podemos  echar encima. ¿De qué me sirvió a mí el orgullo y el no mirarte y  el dejarte despierta noches y noches? ¡De nada! ¡Sirvió para  echarme fuego encima!
Federico García Lorca, Bodas de Sangre
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melancolirio · 1 year
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"Existen seres más complicados que otros, más rotos y más dañados. Existen en un punto de catarsis constante con miedos y heridas que no se ven y permanecen latente en un rincón de la médula. Hay gente que va a medias, cargando con lo que puede, sin permitirse liberar lo que ya no aporta. Carga con más conflictos de lo que debería y huye constante antes de que se incendie todo, por miedo a quemarse, por miedo a sentir, un conflicto hecho humano. Una herida que no sana y como sea, sigue caminando pese a eso abraza su catarsis..."
Nube triste.
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