૮꒰ྀི >⸝⸝⸝< ꒱ྀིა Broken girl
☆lame!Ellie x kindatoxicfem!reader☆
Sinopsis: Ellie y tú se necesitan como el aire para respirar, pero tienen todas las razones del mundo para querer alejarse. No le haces fácil el olvidarte, pues ahora te tiene muy cerca ya que oficialmente eres novia de su hermano.
Advertencias: contenido maduro +18, dinámicas poco sanas, relación “romántica”entre reader y un hombre.
Pd: este es mi primer intento de escribir algo así que apreciaría cualquier interacción, comentario o crítica de su parte. Muchas gracias por leer ♡
Estabas terminando de abotonar tu blusa blanca, dejando algunos botones sueltos en la parte de arriba, justo donde tu escote comenzaba. Te miraste en el espejo de cuerpo completo que estaba justo al lado de tu closet, acercándote un poco para poder ver mejor tu cara y corregir tu labial color frambuesa, presionaste tus dedos suavemente en el exterior de tus labios y justo entonces escuchaste unos toques en tu puerta. “Adelante.” Dijiste con tu dulce voz, tomando a la vez una botella de perfume olor cereza y vainilla, rociándola cuidadosamente en tu cuello, justo abajo de tus orejas. “Hola, cariño.” Se acerca a ti un chico alto con cabello castaño rojizo, de inmediato le dedicas una sonrisa y te acercas a dejar que te bese.
Te toma de la cintura mientras le tratas de rodear con tus brazos lo mejor que puedes, se te hace difícil por la diferencia de altura, pero él te alza muy levemente, solo para estar más cómodo y no tener que enconvarse demasiado, acaricia con sus labios la línea de tu mandíbula, y en acto reflejo hunde sus dedos aún más en la piel de tu cintura. “Tenemos que irnos, no hay que llegar tarde.” Pasas tu mano por su brazo acariciándole con ternura, hasta que te encuentras con su mano y entrelazan los dedos. Dejas que cargue tu bolso de mezclilla, de repente piensas que se ve tan fuera de lugar que alguien como él utilice aunque sea por un momento aquel accesorio, pues tú misma lo habías decorado, dejándolo cargado de estrellas y corazones con brillantina rosada, muchos llaveros de peluche y uno que otro lazo, de todas formas te daba ternura que a él no parecía importarle.
Lo guías fuera de tu habitación, por el pasillo y hasta las escaleras, bajan aún tomados de la mano y al llegar a la planta baja te encuentras con Ellie, la hermana de tu novio, todo sería simple si Ellie sólo fuera eso… pero no.
“Ellie, ellie… por favor, espera por mí!!.” Prácticamente le gritabas mientras veías como se alejaba, habías estado corriendo detrás de ella, pero tus botas negras con plataforma no te ayudaban a alcanzarla, al contrario, te hacían tres veces más difícil aquel trabajo.
Entonces pensaste que si no podías alcanzarla ella debía venir a ti, y con tu mejor interpretación digna de nominación a festivales de cine, te tiraste al suelo, y aunque la caída era falsa no era falso el hecho de que aquello había sido una medida desesperada, por lo que no tuviste tiempo de analizar y escoger el mejor lugar para tu acto, por lo que te acabaste haciendo daño de verdad, pasándote a llevar con una gran roca que te había cortado la rodilla, corría un hilo de sangre por toda tu pierna. Soltaste un gemido agudo de dolor, y ella se dio vuelta de inmediato, corriendo aún más rápido hacia a ti para ver si estabas bien. “Mierda, ¿te duele mucho?.” Asentiste repetidamente y mordías tu labio inferior con fuerza para evitar lloriquear demasiado, era sólo un pequeño corte, no querías exagerar. “Ellie, ayúdame a levantarme, por favor.” Dijiste con dificultad, respirabas erróneamente pero estabas intentando regularte. Ella no dudó en envolver sus brazos en tu cuerpo, cargándote como si fueras tan ligera como una pluma, rodeaste su cuello para sostenerte de ella, sentías una mano en tu espalda baja y la otra con más fuerza en tus muslos, se te erizaba la piel a su tacto. Miraste sus ojos verdes todo el camino, no podías evitar sentir deseos de darle mil y un besos en cada una de sus preciosas pequitas, te controlabas a ti misma por respeto a ella, pero se te hacía cada segundo más complicado.
Te deja encima de la camilla con suavidad, no queriendo causarte ninguna incomodidad ni dolor con algún movimiento brusco en tu pierna. Su expresión era difícil de descifrar, entre preocupación y molestia, más bien era algo que sentías, porque ni su ceño estaba fruncido ni sus comisuras se habían movido. No había ninguna enfermera a esas horas, todas ya se habían ido a casa, después de todo estaba atardeciendo, por lo que Ellie se dispone a limpiar tu herida. Primero toma una gasa y la moja con algún limpiador antiséptico que se encuentra en el cajón, su mano agarra firme la piel de tu muslo para que no te muevas, pero es sumamente cuidadosa a la hora de tratar tu herida. “Torpe… qué torpe eres, maldita sea.” Habla más bien para sí misma, apenas pudiste entender sus palabras, pero lo que dijo te hizo sonreír, a ella le importabas sin duda, se podía notar desde lejos. Termina vendando tu rodilla y quedas libre de su cuidado.
Te levantas con cautela, aún te sentías entre sensible y adormecida, por estar tanto tiempo con la manos de Ellie en tu piel y porque mierda, claro que te había dolido aquel pequeño accidente. Terminas por apoyar tus manos en la camilla e impulsarte suavemente hacia adelante, por fin tus pies tocan el suelo, tiras del borde de tu falda y la estiras para que se vea lo mejor posible. “Lo que te quería decir antes es que… Els, lo único que hago es pensar en ti.” Ella cabizbaja apoyándose en el borde de la camilla no puede evitar sentirse miserable por estar tan cerca de ti, las malditas mariposas en su estómago que había intentado matar simplemente seguían reviviendo cada vez que le dedicabas una mirada.
Lentamente y como dos imanes en una atracción imposible de detener, ambas quedan una frente a la otra, no pudiendo acortar más la distancia. Sientes su respiración chocar con tus labios incluso, pero ella aún no puede levantarte la mirada, la tocas, no puedes evitar hacerlo, tomas sus manos con fuerza, poniéndolas en el aire, y con suavidad las arrastras hacia a ti, para que queden cerca de tus pechos, besas cada punta de sus dedos con ternura, y ella se sonroja. “Ya basta, pequeña, ¿qué haces?.” Dice avergonzada, la sueltas.
Llevas tus manos hacia su cara, tomándola con firmeza, cierras tus ojos y dejas que tu nariz acaricie con fuerza la suya, al mismo tiempo que tus labios tocan superficialmente los de ella. Ellie no aguanta que juegues con ella, y toma tus labios con su boca, te besa con hambre, mordisquea y succiona a su antojo, hasta dejar tus labios rojos e hinchados. Mete sus manos bajo tu blusa blanca, con la punta de sus dedos acaricia tu piel, te erizas bajo su tacto y sonríes, sintiendo un cosquilleo familiar en tu abdomen bajo. Llega a tus senos y los acaricia con fuerza, sueltas un jadeo y ella aprovecha de meter su lengua en tu boca, el sonido de aquel beso húmedo es completamente obsceno, y te encanta. El sabor es como a tabaco y helado de vainilla, debe ser por una mezcla entre sus cigarrillos y tu brillo de labios, dejas que te use y disfrutas hasta el último segundo de aquello. Pero tú eres la primera en romper, te alejas unos milímetros, siguiendo conectada a ella de alguna forma. “Bebé, por favor… “ Te ruega con un susurro, tomándote de la cintura, clavando sus dedos (que antes besaste) en tu piel, empujándote suavemente hacia ella, quiere tenerte, lo necesita, pero sabe que te escapas.“Vámonos els.”
Solo dijiste eso, y viste como algo dentro de ella se rompía, te zafas completamente de su agarre, le diste la espalda de pronto y abres la puerta, esperando a que te siguiera a la salida de la escuela. Ellie en cambio camina hacia a la ventana de la enfermería, aún quedan rastros del sol en el cielo, por lo que los colores son diversos y hermosos, anaranjados y magentas, ella se queda mirando simplemente, como si nadie más estuviera ahí, como si llevara todo este tiempo sola, entonces saca de su bolsillo un paquete de cigarros y un encendedor, toma uno y lo pone entre sus labios, lo enciende, le da una calada, suelta el humo, te ignora, y tú sabes que es momento de dejarla en paz.
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