Tumgik
#reloj de cocina original
littlemavid · 2 years
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"La Agonía de Elliot"
Cuando somos niños nos inculcan en las películas y los libros que el amor es correspondido, que los príncipes se casan con las princesas y que tienen un final feliz. No creo que ese sea mi caso, mi nombre es Elliot y no soy ese tipo de príncipe. Busco una razón para volver, físicamente no me he ido pero no sé en donde tengo la mente no sé si siento algo más que vacío y tristeza. Desde hace mucho que no vivo, desde hace mucho que lo busco. No sé si hablo de algo o de alguien, no me gusta depender emocionalmente de ninguna. Cada día busco en mis recuerdos y pareciera ser la única manera de vivir para mí, hasta que un buen amigo me dijo que no se vive del pasado.
5am marcaba el reloj, hora de comenzar como todos los días. Aún no salía el sol estaba oscuro, me gustaba sentarme a desayunar en la ventana de la cocina viendo a mi perrito. Me imaginaba siendo él, pensaría que mi dueño era un tremendo vago pero, ¿Los perros pensarán? Me gustaba dormirme con la idea de que a la mañana vería a Hormiga y a Ali, pero más a Hormiga. Mi perfume, el olor en la mañana, el aire fresco y las calles solas son mis recuerdos de aquellos días. Repetiría esos días de mi vida una y otra vez. Llegaba al colegio y estaba Ali con cara de distraído siempre, todos los días de la vida. Es curioso que en mis únicos recuerdos bonitos solo están Ali y Hormiga.
“Hormiga” es como le digo a la persona más genial que he conocido en mis 18 años de vida, omito su nombre porque mucha gente lo ve como un delito. Hormiga es la razón principal de que yo esté así más no es la culpable puesto que no hizo nada para que hoy yo esté recordando y no viviendo. Desde que dejamos de hablar me he dedicado a escribirle cosas que nunca leerá deseando que cada escrito sea el final.
“Hormiga, te llamo así porque tu nombre me resulta extraño y a ti no te gusta, además me recuerdas a una hormiga, lo cual no es romántico pero si original. Cuando te conocí me llamaste la atención, entré al aula y estabas ahí de primera hablando con el profesor, te observé toda la clase parecías triste todo el tiempo, desde entonces te notaba siempre en el colegio. Un día te hablé, te pregunté tu nombre porque un profesor me pidió el favor de que te llamara y me lo repetiste muchas veces porque no lo pronunciaba bien. Luego nos saludábamos cada vez que nos veíamos, bueno… Te saludaba, tú solo respondías cortante. Conocía a tu grupo de amigos, Ali era uno de ellos gracias a él empecé a hablar más contigo. Ahora escribiré recordando momentos que probablemente tú ya has olvidado.”
- ¿Qué buscas, Elliot? – Pregunta Ali asustándome.
- Nada… ¿Es muy obvio que busco algo?
- Desde hace mucho que no parecieras estar aquí, pasas todo el día pensando, como si algo estuviera en tu mente y no lo encuentras. – Lo miro, es adivino.
- Busco en mis recuerdos que es lo que me hace vivir y sentir… - Le digo
- Elliot, no se vive del pasado. ¿Por qué no buscas algo nuevo? – Lo que me dijo me dejó pensando, “no se vive del pasado”, entonces ¿Cómo se vive?
- Esa búsqueda ya la hice y adivina que… no hallé nada. Y según tú ¿Cómo se vive? – Le cuestiono.
- Experimenta sensaciones nuevas. ¿Cuándo fue la última vez que te sentiste vivo? – La respuesta a esa pregunta la sé, pero prefiero no decirla así que le miento.
- Es exactamente lo que ando buscando, amigo mío. – Él me miró como si estuviera loco y desde ese momento no me diría más nada.
Desde entonces Ali no insistió, no preguntó más nada al respecto. Nos alejamos… yo primero. Estaba agradecido en cierta parte, no tenía la obligación de atarlo a mí y debe ser frustrante hablarle a alguien que no sabe lo que dice la mayoría del tiempo. Con su ausencia confirmé que estaba solo, ya me venía sintiendo así desde hace tiempo pero ahora era un hecho. Ahora lo veía en mis sueños y recuerdos, igual que Hormiga. Ali parecía vivir en un mundo de fantasía veía el amor y los sentimientos como lo mejor del planeta, creía en los cuentos de hadas y expresaba sus emociones de manera un tanto dramática, cualquier persona que pase un día con él se contagia… excepto yo. No miento, varias veces intenté sentir como él, vivir como él pero no funcionó, mi mente analítica de toda situación y sentimiento me lo impidió. Mientras que Ali ve solo lo bonito, el arcoíris, la brillantina, yo veo las tormentas y lo gris, la realidad. Soy consciente de que hay cosas muy buenas pero en cierto punto era atosigante esa actitud de demasiado positivismo para mí. En fin, Ali fue mi último amigo, la última persona en mi mundo. Recuerdo una noche antes de mi pesadilla de ahora, recibí un mensaje de texto que decía: “¿Puedo llamarte?” eran las 12am la llamé de una vez, cuando respondió su voz se escuchaba apagada.
- ¿Elliot? – Fue lo primero que dijo
- Si ¿Estás bien? – Le pregunté
- No… Tuve una crisis, todo se vino encima… Yo estoy harta, Elliot. Te necesito. – Trataba de entender que le pasaba, no era bueno apoyando personas.
- ¿Qué se vino encima? Aquí estoy para ti, puedes contar lo que quieras. – Dije
- Tengo muchas cosas en la mente que ya ni en casa puedo estar en tranquilidad, cada cosa que hago pienso que está mal, incluso llamarte ahora mismo… No puedo dormir, si me duermo tendré pesadillas y luego otra crisis… Es jodido. – Me frustraba no poder estar ahí.
- Respira primero de acuerdo. No está mal que me llames, si necesitas hablar sabes que siempre estaré para ti, no está mal nada de lo que haces ¿Acaso no ves el impacto que tiene? Y si no quieres dormir entonces podemos hablar lo que queda de la noche. Igual nunca tengo sueño y nada que hacer. – Se río por lo último que dije.
- ¿Sabes lo mucho que te quiero, cierto? – Me dijo y debo admitir que tenía una sonrisa estúpida.
- Obvio ¿Cómo no quererme? Soy una jodida perfección. – Se río otra vez. Ya no parecía estar llorando.
- No te digo más nada. Egocéntrico. – Ahora me reía yo.
- ¿Estás más tranquila? – Le pregunto seriamente.
- Si… Disculpa por llamar a esta hora. – Dice
- Ya te dije que nunca tengo sueño y nada que hacer. ¿Qué tal si jugamos? – Le propongo
- Está bien.
Esa noche no dormí y Hormiga tampoco. Fue una noche bonita, de las pocas. Luego de eso Hormiga me contaría que estaba conociendo a otra persona y mi mundo se vino abajo, como la economía de Latinoamérica… Así de feo. Ese día que me contó eso le escribí mucho en mi cuaderno, hice bocetos tristes y traté de estabilizarme y seguir adelante. Las canciones me acompañaban todas las noches quedándome dormido escuchándolas, sus canciones que ahora sentían mías. Un árbol siempre estaba presente en cada sueño, las hojas, el cielo, las aves, el viento, todo, una extraña sensación de tranquilidad y soledad que se apoderaba de mí, es extraño pero aun soñando me siento así… “Tell me pretty lies, look me in the face, tell me that you love me, Even if it's fake…” maldita canción, se repite una y otra vez en mi cabeza. Una serie de imágenes iban de una a otra, de un punto equis a otro pero siempre me llevaban al mismo lugar comienzo a correr en búsqueda de algo, de alguien no lo sé muy bien pero en el camino todo cambia, cambia el panorama y despierto. Siempre es algo así una y otra vez. Hay noches donde pareciera estar agonizando, solo me acuesto y no sé más nada de mí, no siento, no duermo, solo estoy ahí.
Un día tuve un pequeño avance en mi búsqueda, el único y el último. La música. Era la razón por la que estaba aquí, lo que me ataba a la vida era la música y creo que siempre lo ha sido más no es lo que ando buscando como tal pero es algo. Ese día escribí también pero no para Hormiga, esta vez para mí.
“Querido yo: Encontraste parte de tu alma y tus recuerdos, la música es la razón por si te preguntabas porqué estas aquí todavía. Tu niñez frente a un piano… tocabas el piano sin saber ni una puta nota musical, te gustaba el ruido, mamá te escuchaba con atención hasta que te obsesionaste con ese “ruido” que hacías que no podía ser música para una persona normal pero para ti era un obra de Beethoven, lo tocabas todo el día, toda la noche, todos los días hasta que le salieron ojeras a mamá de no dormir y decidió quitártelo. Allí se acabó el nuevo Beethoven pero no tu conexión con la música, dejaste de tocar y hacer ruido y te dedicaste a escuchar, a entender y analizar cada nota, cada letra, cada sonido es una lástima que no hayas tenido una buena voz, habrías sido Freddy Mercury”.
La última vez que vi a Hormiga fue hace más de 1 año me la encontré cerca del colegio y la acompañé a su destino, recuerdo su olor, y lo fuerte que la abracé cuando la vi como si de ella dependiera todo de mi (así era). La diferencia de tamaño entre ella y yo era graciosa y adorable a su vez.
- ¿Qué haces por aquí? – Le pregunté
- Voy a visitar a mi abuela. ¿Qué haces tú afuera del colegio? – Me dijo en tono de regaño
- Bueno es que el colegio me aburre. – Y me reí
- Todo te aburre, Elliot. ¿Hay algo que no? – Me dijo riendo
- Tú. – Le digo
- Dices tú. - Me dijo.
- Ya me tengo que ir. – Le dije y la abracé aún más fuerte que la primera vez
- Te he extrañado mucho, Elliot. No te alejes. – Me dijo al oído.
De regreso al colegio le conté a Ali que había visto a Hormiga. Escuchaba atento cada cosa que decía pero tenía el ceño fruncido. Terminé de hablar y hubo un silencio.
- Tienes que superarlo, Elliot – Dijo finalmente
- ¿Superar qué? – Le pregunté
- Tu amor por Hormiga. – Dijo. Me quedé en silencio y desvié la mirada
- Lo he intentado, Ali. Pero ya es tarde. – Y lo miro
- Sencillamente no quieres hacerlo. Puedes morir de Hanahaki si quieres. – Dijo y trague seco. Tenía razón pero no lo iba a aceptar. Me reí falsamente y él seguía serio.
- Tranquilo, estaré bien. – Le dije finalmente.
Esa noche también soñé con Hormiga. La abrazaba muchísimo, nunca había abrazado a alguien por tanto tiempo como en ese sueño. Su nombre estaba escrito en ese árbol, el mismo de todos los sueños, lamento no contarle a nadie quien era realmente, lamento guardarme tantos sentimientos. No sé si fue un sueño bonito o una pesadilla, depende de la perspectiva, supongo. El cielo estaba más hermoso que nunca, las aves cantaban, pero de un momento a otro Hormiga me alejó. Luchaba por tomar su mano pero era imposible. Desperté. Tenía que dejar de soñar así ¿Podía hacerlo? ¿Había algún modo de parar o de soñar lo que yo quiera?
Recordando ese día y esa noche me llega a la mente los dibujos que Hormiga me regaló los tengo en una carpeta, los veo siempre casi todos los días. Son mi mayor tesoro, es lo que tengo de ella. Cada uno representa una emoción para mí pero hay uno en especial que describía correctamente mis sentimientos por la sociedad… odio. No los culpo de toda mi situación pero gran parte no estaría pasando de no ser por sus creencias.
Hoy siento que ya no puedo más, no quiero seguir aquí esperando algo que no llegará… no pedí estar aquí. Físicamente me siento del asco, estoy infectado. Todas las personas que amaba no están y ni siquiera me amo a mi mismo ¿Qué caso tiene? Hoy toca el último papel de mi cuaderno aunque aún queden páginas, será mi despedida del dolor, me despido de Hormiga y de mi vida entera.
“No tenía claro si me gustabas o no puesto que era un chico cuando te conocí, me inculcaron que quererte estaba mal y me obligué a verte solo de manera amistosa, hormiga. Estuvo mal porque después solo empeoró todo para mi te llegué a querer más de lo que debí sin embargo, tengo ciertas normas; no puedo darte algo que no tengo y si tengo algo para darte debo saber cómo. Entonces decidí seguir siendo tu amigo sabiendo que nunca me corresponderías como algo más, te dí lo mejor que pude, estuve cuando te sentías mal, cuando te enamoraste de otra persona, cuando descubriste que eres muy buena en muchas cosas pero pude haber hecho más por ti. A partir de ahí empecé a morir porque te daba lo poquito que yo tenía pero me temo que a partir de aquí ya no queda más de mí, te lo he dado todo. Y joder que no me gustaba la dependencia emocional y hoy muero porque dependo de ti, eso no te hace mala persona no lo eres en absoluto, pero personas como yo que elegimos creer y adorar a alguien terminamos así, porque todos estamos destinados a fallar en muchas cosas, en tu caso solo es no corresponder que no es un error, solo es algo que me destruye y en mi caso es fallarme a mí y a lo que fui. Todo es mi culpa desde el principio. Te amo más de lo que he podido. Tal vez leas esto y tal vez no, tal vez cuando lo leas yo ya no esté aquí. Este es el último que te escribo porque sé que mi cuerpo ya no puede más.”
Termino de escribir y me recuesto de la pared. Estaba sentado en el piso, sentí como bajaban lagrimas por mi rostro, mi pecho dolía, no podía respirar bien y tenía ganas de vomitar. Me quedé ahí con el lápiz en la mano, mirando al techo recordando cada momento de mi vida y pensando que todo pudo haber sido mejor pero no lo fue. No ocurrió un milagro, estaba muriendo y sufriendo. Mi mente se aferraba a los sueños donde la abrazaba y rezaba a quien sea por no despertar y quedarme ahí. Coloqué música esperando que me salvara de mi destino porque una parte de mi es un cobarde que aún mantiene cierta esperanza mientras que la otra esta resignado esperando el momento.
“I know where you stand
Silent in the trees
And thats where I am…”
Empezó a salir sangre de mi boca, el dolor en el pecho aumentaba. Recuerdo las palabras de Ali…
“Silent in the trees
Why won't you speak
Where I happen to be?...”
Pétalos comenzaron a salir junto con la sangre, no podía con el dolor y luchaba por respirar un poco. Recuerdo a mi perrito en las mañanas.
“Silent in the trees
Standing cowardly…
I can feel your breath…”
Salían cada vez más pétalos y más sangre, el aire parecía estarse acabando. La risa de Hormiga se escuchaba en mi mente
“I can feel my death
I want to know you
Finalmente me ahogaba entre los pétalos y la sangre.
“I want to see
I want to say, hello”
Terminó mi dolor, terminó mi agonía. FIN.
- EMI.
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you-moveme-kurt · 3 years
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Glee «Find someone who loves you»
Marzo de 2021
-«Papáblen», dame el «azzul»… —pidió Henry exacerbando la «z» mientras estiraba su pequeña manito, estaba en su silla de bebé a la mesa de la cocina donde pintaba diferentes dibujos que su Papá  había impreso para él, -¿El azul hijo?... espera un segundo…  —contestó Blaine buscando el color solicitado entre una docena posible— ¿vas a pintar al perro de ese color?... —pregunto entregando un crayón de color azul rey, acto seguido se levantó y se paro detrás de él para corroborar si aquello era cierto. -Si… —dijo Henry comenzando  a rayar el dibujo de un perro con más ganas que técnica. -Pues es algo original… —opino besándole la cabeza— bonito y original… —agregó sonriendo con orgullo al ver que Henry casi no se salía de las líneas— además, sea como sea y sea del color que sea… creo y al Papá le encantará… —dijo dándole mas besos— mira… a propósito de él… —añadió tomando su teléfono móvil desde el centro de la mesa— espero y sea para dar una explicación de porque ya siendo las cuatro, no ha llegado... -«Papáblen», el «amadillo»… —dijo Henry señalando hacia adelante— «Papáblen»… —insistió al ver que Blaine le ponía mas atención a su teléfono móvil que a él. -Un segundo hijo… —respondió leyendo el mensaje entrante de su esposo, sonrió un segundo al leer la anotación romántica al final del mensaje y volvió a poner toda la atención en su hijo — ahora si… —agrego guardándose el teléfono en el bolsillo— un crayón amarillo para el artista de familia Anderson-Hummel… —dijo entregando el lápiz con ademanes de ceremonia real, Henry rio divertido y comenzó a pintar  de color amarillo lo que faltaba por cubrir— si, definitivamente al papá le encantara… —agrego mirando el dibujo— ¿qué crees tú?
-Yo no sé dónde esta el Papá... —dijo el pequeño mientras pintaba. -Pues el Papá salió a almorzar con la tía Rachel… pero  me envió un mensaje diciendo que esta a una cuadra de aquí… —dijo sentándose en frente. -¿Y me trae regalo?, ¿para mi?.. —quiso saber Henry haciendo un pequeño baile de felicidad. -No lo se hijo… lo más probable es que sí, aunque debería traernos a los dos… pero no diré  eso porque no quiero que pienses que soy un padre egoísta o que tengo celos de mi propio hijo… —añadió mientras ponía un poco de orden en todo lo que había esparcido sobre la mesa— creo que no debí decir eso… —añadió para sí como reflexionando en voz alta— en fin… ¿puedo guardar todo esto hijo? -Si...—respondió el pequeño entregando el par de crayones que había usado, Blaine los recibió y  siguió con el orden partiendo por los lápices, luego tomo todas las hojas y las ordeno como si de un mazo de cartas se tratase dejando el perro amarillo/azul al tope de la pila. -Listo… —dijo terminando de acomodar todo— ahora procederé a darte la merienda que según el Papá no puede pasar de las cuatro y ya tenemos tres minutos de retraso...—agrego Blaine apuntado su reloj pulsera— ahora… —agregó abriendo el refrigerador— manzana o banana… —pregunto sacando las dos frutas, una en cada mano. -«Manzzana»… —contestó Henry señalando la fruta que dijera. -Manzana entonces… —repitió Blaine comenzando a preparar la merienda empezando por el lavado— ¿escuchaste hijo?... —dijo Blaine advirtiendo el ruido de la llave en la cerradura - ¿¡Papá!?... —exclamó Henry poniendo oído a la voz de Kurt que decía «¡llegue!», Blaine sonrió, se secó las manos  y caminó hacia la puerta  para hacer notar que era allí donde estaban para que se les uniera luego de la desinfección pertinente.
-Mis hombres favoritos en el segundo lugar favorito de mi casa… no puedo imaginar una recepción mas perfecta… —dijo Kurt dejando su bolso sobre uno de anaqueles, se acercó a Henry y lo saludó primero para luego hacer lo propio con su esposo. -¿Qué tal el almuerzo? —pregunto Blaine al tiempo que ponía en frente de su hijo un plato con fruta picada, más una cuchara y una servilleta que le colgó al cuello. -¡Ay por favor!… no arruines este momento perfecto hablándome de ese tal almuerzo… —dijo abriendo el refrigerador para sacar una botella de agua. -Oh, oh… ¿no fue un buen almuerzo?...—pregunto de vuelta sacando un vaso por él. -No… es decir si, pero ya sabes, es Rachel, hasta un almuerzo con ella es exponerse  a pasar por todos los estado de ánimo de una ser humano… y no uno de sus cabales… —respondió señalándolo con la tapa de la botella. -¿Qué pasó?... —dijo entregando el vaso. -Ya te contaré… mejor llena mis oídos con cosas positivas primero… —contestó sirviéndose un poco de agua— ¿que tal todo aquí?... —agrego sentándose en una de las sillas desocupadas. -Bien… termine lo que tenía que hacer y luego con Henry nos pusimos a pintar… y no se si sabes, pero creo y tenemos un artista en la familia.. —dijo Blaine enseñando el dibujo del perro bicolor. -¿Como? —preguntó tomándolo con cuidado— ¿Henry pinto eso?... cariño, ¿tú pintaste esto?... —agregó mirando a  su hijo, este sonrió mientras se echaba una gran porción de manzana  a la boca— ¿Blaine? -Por supuesto… él eligió los colores y todo… —respondió Blaine cruzando sus manos sobre la mesa. -Tal vez la paternidad nula mi imparcialidad aquí, pero… ¿no es este un dibujo muy avanzado para un menor de tres años?… —agregó mirando más de cerca los bordes casi perfectos. -No creo que tu imparcialidad este en problemas…  yo también creo lo mismo… -¿Cierto?... es perfecto... y muy combinado… —dijo mirando el dibujo de todos los ángulos posibles— ¿no deberíamos llevarlo a algún lado? -¿A qué lado?… -No se… a un psicólogo que nos diga si es superdotado o algo… ¿cierto bebé? —dijo haciéndole unos cariños que le provocaron cosquillas y risa. -Pues yo me conformo con que nos diga que es feliz… ahora cuéntame sobre tu almuerzo… ¿Qqué quería Rachel? -¡Que no quería!... —exclamó levantándose. -¿Cómo? -Lo que oyes… —dijo mientras tomaba su bolso y sacaba de dentro un cuadernillo de hojas tamaño carta  bien grueso y sujeto en el medio por una cinta rosa, Blaine  miro intrigado lo mismo que Henry— ¿recuerdas que el año pasado…?, ¿o fue este año?... —Kurt hizo una pausa para ordenar el calendario en su cabeza— en fin… mejor diremos que en algún momento esta zurumbática pandemia Rachel se quedó en Oregón… ¿recuerdas?... —dijo volviendo a su lugar con el cuadernillo entre sus manos. -Lo recuerdo… -Pues bien, durante ese tiempo… nuestra amiga se dedicó a escribir… —añadió dejando en la mesa lo que a todas luces era un guión de una obra. -¿En serio?... —pregunto Blaine acercándolo a  él. -Mucho… por eso me invitó a almorzar, bueno primero para contarme, luego para recriminarme y después para decirme que había escrito eso y que necesitaba de mi opinión y que luego se lo mostrara a los productores del teatro. -Vaya… un momento… ¿te recrimino dijiste? -Si.. -¿Por que? -Porque cuando nos llamó, no hice nada por ella  y la deje a su suerte en Oregon… —dijo Kurt blanqueando los ojos. -¿Y que quería?... ¿qué la fueras a buscar? -Algo así… -Rachel es una sorpresa tras otra… —dijo Blaine riendo. -Una sorpresa desagradable tras otra en realidad… —corrigió Kurt volviendo a lo de la mueca de fastidio. -Claro…  ¿puedo?... —preguntó su esposo haciendo ademán de comenzar a hojear el guión. -Obvio… —contestó dando la autorización con un gesto de su mano. -¿Y lo leíste?... -Lo leí, por eso me demore tanto… -Entonces.. ¿tú hiciste estas anotaciones?... —quiso saber Blaine apuntando  las pequeñas notas autoadhesivas de diferentes colores que se asomaban en varias  de las páginas. -Las hice… -¿Y?... ¿qué opinas?... —Kurt hizo una mueca como de ácido para luego mover su cabeza de un lado a otro como evidenciando algo que era y no era. -¿Que?... —agregó al ver que Blaine soltaba una pequeña risa. -Nada… bueno… no te contradeciré en nada porque siempre creo en lo que me dices, pero hace mucho, mucho tiempo que no te veía tan interesado en algo… creo que desde que empezó esta... ¿cómo llamaste a la situación sanitaria?...   -Zurumbática pandemia… -Exacto… te esmeraste en poner anotaciones y… -¿Y? -Y… tienes en tus ojos ese brillo espectacular que amo y  que solo se te pone cuando algo te gusta mucho… -Sera porque estoy aquí contigo… -Dulce… —dijo Blaine sonriendo—  y tal vez yo contribuya un poco a  ese brillo, pero creo que esta vez la mayor parte se lo lleva, «Busca a alguien que te quiera»… —dijo Blaine leyendo el título de la obra. -¿Cómo crees que ese título puede entusiasmarme? -¿Por qué es verdad?... -¡Bien!... lo reconozco, me encanto, es fresca, dinámica y el final es para una ovación de un par de minutos… -¿Entonces?... -Entonces… me aterra pensar como se pondrá  de diva si a su largo currículum ahora se le agrega el título de guionista… -Eso no lo sabes… —dijo Blaine levantándose para ayudar a Henry con los últimos trozos de manzana, Kurt alzó una ceja y lo miró como si lo reprendiera en silencio por negar lo innegable— ok, tiene razón, se pondrá diva, mil veces más de lo que es ahora, pero si ese es el precio que hay pagar para que te vuelva la alegría y ese brillo que mencione…  yo digo: “así sea” -Nunca he perdido la alegría, estamos bien luego de todo lo que ha pasado, además sería injusto para ti y para Henry que yo dijese que eso… -Tal vez no la alegría de estar casado y ser padre de esta belleza, pero sí la del talentoso e imprescindible actor de Broadway y afrontémoslo, no hay Kurt Hummel sin el uno o el otro… —Kurt sonrió de lo más complacido al sentir que su esposo lo conocía tanto que era capaz de tomar las decisiones que a él le complicaba tomar— así es que, ¿qué tal… si  tomamos nuestras mascarillas y los tres vamos a dar un paseo?, así, mientras yo alisto a este pequeño de aquí, tu llamas a Rachel y le dices que llevarás su obra donde tus productores… —dijo Blaine tomando a Henry en sus brazos. -No haré nada si no acepta mis notas… -La obra en sí no sería nada si no acepta tus notas… —sentencio de vuelta Blaine sonriendo— tienes 10 minutos… —dijo acercándose, le dio un beso y Henry se inclino hacia el para darle un abrazo bien palmoteado, Kurt recibió ambas cosas con la felicidad de siempre. -Gracias Blaine…  —dijo antes que ambos se fueran escaleras arriba. -Te amo… que mas puedo hacer… —contestó Blaine encogiéndose de hombros, Henry hizo lo mismo de manera exagerada y divertida causando la risa en todos.
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mieltrabajos · 4 years
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Traducción - El paradero de la carne asada - LIPxLIP
Honeyworks ha subido unas mini-historias sobre la vida cotidiana de LIPxLIP (aquí el enlace al original (en japonés)). Son cuatro en total:
❥  El paradero de la carne asada (trata sobre Ken y Aizou).
❥  ¿Quién es el dueño? (sobre Ken, Aizou y Yuujirou).
❥  Dos personas en el festival escolar (sobre Aizou y Yuujirou).
❥ ¡Apuntando a la heroína, Hiyori Suzumi! (sobre Hiyori).
-`ღ´-
El paradero de la carne asada:
Era por la noche cuando finalmente Shibasaki Aizou había terminado con su trabajo y deseaba llegar a casa.
Desde que debutó como Idol en LIP×LIP, siempre ha tenido un horario muy apretado pero, como era de esperarse, se volvía aún más complicado día a día.
━La manager tiene demasiado trabajo para nosotros…
Cuando encendió la electricidad su gato negro, que antes se encontraba en el sofá, corrió hacia la mesa.
Aizou tenía en su brazo una bolsa de plástico que posó sobre la mesa.
━Incluso esto es como una escuela.
En parte, él y su compañero eran algo responsable por la demora de las clases de baile de hoy.
Cuando estaba discutiendo la coreografía con Yūijirō, él no se dio cuenta que había ocupado más tiempo del planeado. De hecho, cuando recuerda el rostro terco de su compañero el cual no escuchaba la historia de nadie, se ponía más enfermo y se le arrugaban las cejas.
━A veces él podría escuchar las opiniones de otros… ¡oye!
Kuroo se inclinó y trató de meter la cabeza en la bolsa mientras Aizou estaba hablando con la nada con el puño cerrado. Al darse cuenta de esto, Aizou coge al felino y lo coloca en una silla. 
━¡Oh, quédate aquí! Esto no es tuyo.
Incluso con esas palabras, el animal se relame y le observa con sus ojos brillando de expectativas.
No tuvo más remedio que traer el plato del gato y colocar la comida seca, así comenzó este a comer a su lado.
━Bueno ... ¿qué debo hacer?
Aizo se llevó las manos a las caderas y sacó la carne de la bolsa de plástico.
De camino a casa, de repente me sentí como "carne, quiero comer carne..." y salté a un supermercado que estaba abierto las 24 horas del día.
Sacó su teléfono móvil y buscó una receta. Una vez que había decidido qué hacer, se quitó solo la chaqueta del uniforme y se colocó un delantal que estaba colgado en el respaldo de la silla.
Dos horas después.
Aizou creó sin querer carne asada
¡Bien! ¡Es perfecto!
━¿Qué... qué estoy haciendo en este momento?"
De repente, volviendo a sus cabales, posó ambas manos en la mesa de la cocina. 
¿Por qué asó la carne antes de poder ahorrar su precioso tiempo de sueño?
Kuro, que caminaba alrededor de sus pies, se sentó y miró un poco hacia arriba. Y él, mirando el reloj, cayó en que eran las 2:30.
Es bueno haberlo hecho, pero la somnolencia gana y bosteza más que el apetito.
━¿Y si lo dejo para el almuerzo de mañana? ━Murmuró en un suspiro y sacó la lonchera del estante.━ Ah, antes de eso. ━Sacó el teléfono celular del bolsillo de su delantal y tomó una foto de la carne asada.
Se lo envió a su compañero. Tan pronto como lo envió parecía que este lo había leído, no era el único despierto.
No contesta con ninguna reacción, así que probablemente sigue molesto él también.
Puedo imaginar fácilmente la cara, y me alegro.
En el momento de la clase de baile, fue una modesta represalia por ser ridículamente llamado "sordo para el ritmo".
Cuando empaquetó su comida en una caja de bento, junto con guarniciones de arroz, cerró la tapa con satisfacción diciendo "OK, terminé”
━Ahora te bañas y duermes ━se dijo a sí mismo.
Colocó el almuerzo envuelto en la mesa, y Aizou salió de la sala mientras abrazaba a Kuro.
-`ღ´-
Ken Shibasaki, que bajó de las escaleras con la cara adormilada, colocó a Kuroo en el suelo al cual sostenía, y le preparó agua y comida seca.
Cuando abrió el refrigerador, descubrió que solo contenía el bollo de crema que compró ayer y una botella plástica de agua. Cuando lo sacó y lo movió a la mesa, vio una caja de bento desconocida.
━¿Qué es esto…?
Después de desenvolver y abrir la tapa, visualizó la carne asada que se empacaba prolijamente con guarniciones de arroz. Ken lo vio y se echó a reír.
━¡Uy! Lo que hay aquí es para comerlo, ¿verdad?
Cuando volvió sostener al gato negro que se le acercó, escuchó como respuesta un “Miau”. Bajó al felino entonces y envolvió la lonchera mientras daba un soliloquio "¡Qué suerte!”
Lo colocó en su bolso y pensó en los bollos de crema, que terminó dejándolo en el refrigerador.
━Gracias por contestarme ━Le dijo al gato doméstico de esa manera, y salió de la sala de buen humor.
-`ღ´-
A la mañana siguiente, Aizou, que se despertó más tarde de lo habitual, bajó corriendo las escaleras mientras se colocaba la chaqueta
━¡Ah, primero que nada...!
Una vez en la sala de estar, fue a la cocina y sacó una botella plástica de agua del refrigerador. Cuando lo vertió en un vaso y lo bebió, se trasladó a la mesa.
Sin embargo, el paquete de bento que debía de estar ahí, desapareció. No importaba cuántas veces miró, no estaba en ninguna parte.
━Eh, ¿por qué...?
En cambio, lo único que quedaba en eran los bollos de crema que compraron en la tienda de conveniencia.
Solo una persona puede hacer esto.
Tomó un bollo de crema y lo sostuvo con fuerza, enojado.
Cuando salió de la sala de estar y se dirigió a la puerta principal, no pudo encontrar los zapatos que siempre estaban allí, junto a los propios.
Aunque generalmente sale de la casa en el último minuto cuando comienza la primera temporada, parece que hoy se fue temprano.
(¡Él escapó...!)
Vuelve apresuradamente a la sala de estar y metió el recipiente con la bola en su bolso que arrojó sobre el sofá.
Cuando salió a la puerta principal y se puso los zapatos, dejó a Kuro que fue a despedirle y salió de la casa, diciendo "¡Me voy!"
━¡Nunca te voy a perdonar!
Sacó la bicicleta que estaba al lado del estacionamiento, piso los pedales y comenzó a empujar vigorosamente.
Era un asado entero que se asó después del trabajo y se había esforzado.
(¡En cualquier caso, debo recuperarlo!)
Aizou ganó impulso, bajó la cuesta y giró para deslizarse en la esquina de la intersección.
-`ღ´-
Al final de la clase de la mañana, las chicas de la clase se acercaron a sus asientos, "Ai-kun, ¿por qué no almorzamos juntos?"
Aizou se levantó con el bollo de crema triturado en la mano y salió del salón de clases diciendo: 
━Lo siento, ¡necesito irme con urgencia!
Yujiro, que estaba sentado detrás con su paquete de cacao, dijo: ━¿Nh?
(No lo atrapé en la mañana ... ¡porque estaba coqueteando!)
Mientras corría por el pasillo, las chicas gritaron: "¡Oh, Aizou!"
Las apartó y siguió bajando por las escaleras. En el camino, alguien lo agarra por detrás del saco y tira hacia atrás.
En el camino, el collar se agarra y tira hacia atrás.
━Ey, Shibasaki. No corras en el pasillo.
Cuando de repente se dio vuelta para observar al profesor, gritó “¡Woah!”.
(¡Mientras estoy aquí, mi carne asada está siendo-..!)
━¡Profesor, tengo prisa en este momento ...! ━Hablando con prisa, el profesor Akechi lo soltó de la prenda.
Sin embargo, parece que todavía no tenía intenciones de dejarlo ir.
━Por cierto, ¿sólo Shibasaki y Someya no han enviado el formulario de solicitud de orientación de club?
━¿Es necesariamente ahora?
━El plazo de presentación lo están entregando demasiado tarde, ¿verdad?
El Sr. Akechi mete las manos en los bolsillos de su bata blanca y hace una mirada de "desaprobación".
━Ah, Aizou está siendo regañado por el profesor ━rieron unas chicas de la clase al pasar por detrás.
(¿Por qué tengo este tipo de sermón cuando necesito irme…?)
Aizou hace una mirada incómoda y crea una posición para poder escapar.
━No, tengo un curso fijo ... quiero decir, ¡ya somos ídolos!
━¡No corras!
Ignoraba la lastimera voz del señor Akechi y corría escaleras arriba.
-`ღ´-
(Dónde estás ...)
Mientras caminaba por el pasillo, escuchó el grito de una niña, "¡Hey!"
Probablemente porque casi no había estudiantes de segundo año en el aula. ━¿Qué te pasa, Aizou?
━¿Qué estás buscando?
(¡Ugh!)
Involuntariamente se le tensó la cara y retrocedió unos dos pasos.
━No... es que...
Estoy buscándole, pero aquí es difícil encontrarlo con este grupo de estudiantes.
━Lo siento, ¡creo que cometí un error...! ━Aizou se arrastra y abandona rápidamente la escena. ━¡Lindo ~! ━Dijeron riendo las chicas mayores
Mientras se sonroja ante esa voz, corría escaleras abajo.
(¡Dos años de obstáculos en el aula de los mayores, ugh!)
Con ello, no podría acercarse al aula de segundo año.
(Es decir ... ¡No conocía a su salón de clases!)
Cuando llegó al primer piso, de repente se acordó y colocó con las manos sobre sus rodillas.
━¡En donde sea que almuerce, claro! ━involuntariamente, cuando lo dijo, un chico pasó y dijo “¿qué?”
(¿Será en el patio?)
Aizou estaba corriendo antes de pensarlo.
━¡¡¡Mi carne asada ~~~~ !!!!
-`ღ´- 
 A la hora del almuerzo, Ken invitó a Kotaro y Kodai de la misma clase a moverse a la azotea, y mientras estaba sentado junto a la cerca, sacó el bento de su bolso.
━Shibaken, ¿bento en el día de hoy? ¡Es raro! 
Kodai, que estaba tratando de comer el pan yakisoba que compró, apareció sin creérselo:
━¿Ah?
Normalmente Ken compraba bolas de arroz y pan en una tienda de conveniencia.
━Cuando me desperté por la mañana, estaba en la mesa.
━¡Wow! ━Kotaro, que intentaba comer bolas de arroz, veía el bento por un lado.
━¿Quién lo hizo? ¿Fuiste tú?
━No sé quién lo hizo. ¿Alguien que ocasionalmente apareció en casa? ━cuando respondió con una sonrisa, los chicos se alegraron de verlo feliz.
━Creo que te tengo envidia...
━Está bien, después puedes quedarte con mi cambio ━luego de agitar sus manos, comió rápidamente.
(Umm ...)
━¿Es capaz de cocinar...? ━Después de torcer su cuello y preguntar eso al aire, él sonrió y se respondió “no creo”.
-`ღ´-
━¿Dónde estás?
Una chica que se encontraba frente a la máquina expendedora observa a Aizou, quien estaba corriendo en el pasillo mientras gritaba así. La larga melena de ella se balanceaba de un lado hacia otra.
━¿El hermano de Shibasaki…?
Cuando ella lo preguntó las piernas de Aizou parecían tropezarse y frenar en seco.
(¡La que trajo a Kuroo!)
Alguien que conocí en mi vecindario una vez.
No sé qué tipo de relación es, y no quiero averiguar tanto, pero estoy seguro de que para mi es como una conocida. Parece ir a la misma clase que mi hermano mayor.
━¿Qué pasó?
━Yo… estaba buscando a una persona.
Tratando de mantener la visión en ella, no le era fácil. Era un ídol, pero no se llevaba con las mujeres. Y si justo se paraba con una, era difícil controlar rumores futuros.
Generalmente la ignoraría y seguiría su rumbo, pero ahora era una “situación de emergencia, por lo que no podía huir. 
━No sé qué será ... pero parece ser difícil ━Tal vez pensó más en la situación en la que se encontraba, pero le simpatizó la mayor.
La miró finalmente a la cara y suspiro.
━Tal vez está en la azotea ... ¿por qué no buscas allí?
━En la azotea...
Aizou al instante levanta el rostro. La azotea de la escuela tenía parterres y bancos con flores, y algunos estudiantes comen bento en días soleados.
(¡Ahí!)
━¡Gracias, senpai! ━Con una sonrisa, Aizou dio media vuelta.
Mirando hacia el edificio de la escuela, ella miró su paquete de jugo con los ojos redondos, como un poco sorprendida por el término usado por él.
-`ღ´-
Mientras subía corriendo por las escaleras que conducían a la azotea, Aizou abrió la puerta de golpe. La brisa fuerte soplaba el dobladillo de su chaqueta
━¡Mi carne asada!
Mientras lo decía, saltó hacia y las tres personas que estaban almorzando en el techo, ellos lo miraron
Mi hermano Ken y sus amigos.
Mirando la caja bento que Ken tenía en la mano, la cual estaba vacía solo con un poco de perejil.
━¡Mi… mi…! ━De repente, Aizou hundió sus manos cayendo de rodillas
(¡Llegué tarde...!)
Kodai ve a Ken:
━Hey, después de todo fue él.
━¿Huh? ¿El hermano menor de Shibaken? ━Kotarou miraba a ambos mientras sostenía una bola de arroz.
━¿No lo conocías? ━Ken lo sostiene por detrás del cuello.
━¿Por qué no haces tus propios almuerzos y en vez de comer el de otros? ━sacudiendo su voz con ira, se levanta lentamente con las manos sobre las rodillas.
━¡Era mi almuerzo! ━Lo apuntó con la mano y, aparentemente molesto, se levantó suspirando.
Ken caminó sin problema, acercándose a su hermano.
━¡¿Qué es esto…?! 
Con un tono alegre, Ken le dio la caja vacía de bento a su hermano. ━Delicioso.
Ken, que golpeó la cabeza de Aizou con suavidad, entró al edificio de la escuela de buen humor.
(¡Qué es esto ...!)
Con la lonchera y solo con el perejil restante, Aizou destrozaba sus ilusiones en pedazos pequeños.
Sintió como los dos amigos de su hermano simpatizaban con su persona, por lo menos.
-`ღ´-
El sábado por la mañana, de la semana siguiente, Aizou hizo una pose instintiva, diciendo: ━¡Está bien, vamos a hacerlo de nuevo! ━Fue que metió finalmente una carne asada dentro de su lonchera.
━Podría ser un experto en esto ━mientras murmuraba de buen humor, puso el bento envuelto dentro de su mochila.
Como la escuela estaba cerrada hoy, su hermano segura seguiría durmiendo. Al menos no hay señales de que fuera a bajar
(¡No se repetirá el mismo error de la última vez!)
Aizou rió suavemente y declara: ━¡Esta vez, comeré carne asada! ¡Vamos!
Acarició la cabeza de Kuro, que estaba sentado bien en su silla, y agarró su bolso y corrió hacia la puerta principal.
Mi trabajo hoy es reunirse para grabaciones y entrevistas en revistas. Después de eso, habrá lecciones, así que regresaré cerca de la medianoche como de costumbre.
Cuando salió de casa, el auto del manager estaba esperando frente a la puerta con el motor en marcha.
-`ღ´-
Después de terminar el trabajo por la mañana y regresar a la oficina, inició un pequeño descanso para almorzar.
Después de comprar una lata de café en una máquina expendedora en el vestíbulo del primer piso, estaba tarareando y subía al ascensor.
Cuando caminó por el piso donde se encuentra la oficina, un empleado le agradeció: ━Aizou-kun, gracias.
━¡Muchas gracias! ━Le devolvió el saludo con una sonrisa, se rió y se dijo: ━¿Qué estoy haciendo?
━¿Fue una buena la grabación la de la  mañana?
━¡Correcto! ━Sonrió y saludó para ir a la sala de descanso.
(¡La carne asada me está esperando!)
Cuando abrió la puerta y entró, Yujiro estaba a punto de almorzar primero.
━Gracias ━se dijo mentalmente al no quedar solo, veía el cansancio en el rostro de su compañero. Demasiado, de hecho.
Aizou sacó una silla y se sentó al lado, mirando el bento que Yujiro estaba comiendo.
━¡¿...?! ━Lo vió dos veces, era la lonchera que él había traído.
Además, casi no quedaba nada.
La boca de Yujiro se movía en desagrado y su cara estaba extraña.
En cambio, había alrededor de dos bolas de arroz en la mesa, de la tienda de conveniencia. Seguramente el aprendiz de la manager las había comprado.
(¡Yo... lo había dejado en el escritorio...!)
Lo había descuidado solo en un momento cuando sacó el bento de su bolso y fue comprar un café enlatado. Desde que había llegado a la oficina, se había sentido aliviado de que no sería como la última vez.
Aizou puso sus manos sobre el escritorio y lo golpea con sus manos
(¡Noo---!)
━No necesito pimientos ━Yujiro había puesto los pimientos en la esquina del bento y los miraba con desagrado.
━¡No necesitabas nada, al menos come todos los pimientos!
━Es amargo, así que no ━Yujiro frunció el ceño y se dio la vuelta.
━¡Come! ¡Si vas a hacer esto, tienes que comerlo!
━Absolutamente no. ¿Por qué pones pimientos?"
━No lo hice para ti. ¡No seas tacaño comiendo el bento de la gente!
Yujiro intenta patear infantilmente mientras pierde:
━La carne asada no está tan seca. ¡Parecía que estaba hecho al horno y todo!
━¡Woah! ¿Como? ¡Esa carne asada estaba perfecta!
(¡Mmm, hoy es absolutamente indulgente hoy!)
━¡Te lo haré saber!
━¡Wow! ¡Adelante, intentalo!
La puerta se abrió de repente cuando estaba empezando una pelea física
━Ambos están cansados ​, ¿no?​~.... ¡¡!!━ Hiyori, quien entró como aprendiz de gerente, deja caer la botella plástica de agua en el piso.
━¡Vamos a pelear de nuevo, anda! ━Aizou y Yuujirou se señalaron.
━¡Esto es malo!
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Lo que hace el pintor: trabajo y habilidades
El pintor de casas , también llamado pintor de edificios , es el profesional que aplica pinturas, como nos explican en  pintoresmadridbaratos.com. Barnices y revestimientos en las paredes y paredes de edificios, estructuras residenciales, comerciales e industriales. L ' blanqueado y pintura tienen una función práctica y estética : proteger paredes, techos y superficies de la intemperie, la erosión, el moho y el óxido, y al mismo tiempo hacer que se vean mejor.
Entonces, ¿qué hace exactamente un pintor de casas?
Como primera fase del trabajo, el pintor realiza una evaluación de las superficies a tratar : estima la extensión y calidad del sustrato a pintar y los tratamientos preliminares que se requieren, para estimar el tiempo y el costo del blanqueo , de la fuerza laboral y los materiales necesarios para completar el trabajo de pintura .
Luego, el pintor prepara el área en la que debe operar y ensambla las estructuras necesarias para pintar, como andamios, andamios, andamios y escaleras. Antes de comenzar a pintar, es necesario proteger todas las estructuras que no deben pintarse. Por ejemplo, si va a blanquear su hogar , el pintor cubre muebles, pisos, zócalos, accesorios, ventanas e interruptores, y libera las superficies de pinturas, relojes y otros elementos que cuelgan de las paredes.
En este punto, prepare las paredes para pintar , de modo que las paredes tengan un fondo liso y limpio. Elimina capas viejas de revestimiento con raspadores y espátulas, nivela las superficies rellenando grietas, agujeros y grietas con masilla, yeso, yeso, selladores u otras sustancias. Si se ocupa de la pintura externa , el pintor antes de pintar las paredes externas verifica su estado de conservación: si es necesario, interviene en la superficie quitando con un cincel las partes de yeso dañado o deteriorado, elimina el polvo y limpia toda el área. Antes de comenzar con la pintura real, proceda a aplicar lechada a los agujeros o grietas en la pared y, si es necesario, aplique una nuevacapa de yeso como base para pintar.
Después de haber creado una superficie uniforme, lisa y regular, el pintor continúa con la pintura. Elija la pintura más adecuada según el entorno (baño, cocina, hogar, oficina, escuela, etc.) o en la pared externa (fachadas, balcones) sobre la que se aplicará, identificando el producto específico que se utilizará para obtener un resultado perfecto, en el Colores establecidos. Si es necesario, prepare las pinturas mezclando los pigmentos coloreados y agregando aditivos y diluyentes. Aplique una primera capa base con un fijador o imprimación (imprimación) para cubrir el color original, uniforme la base y aumente la configuración de las capas de color posteriores.. Luego se dedica a pintar las paredes y extiende una o más capas del producto elegido.
Una vez que se completa la pintura , el pintor desmantela las estructuras utilizadas (escaleras y andamios), retira las cubiertas y protecciones, reemplaza las pinturas, los muebles y otros elementos decorativos que se habían eliminado y limpia las herramientas y el área de trabajo.
Los pintores entonces también llevan a cabo otros trabajos de acabado, y pueden completar el cuadro con alguna dibujos y decoraciones artísticas en las paredes - por ejemplo, usando la técnica de estuco veneciano , esponja, falso mármol, y todas las otras técnicas decorativas de nueva tendencia.
Además, son expertos en pintar superficies metálicas o de madera como barandas, puertas, barandas , etc., así como en la aplicación de revestimientos de fachadas y tratamientos aislantes (colocación de la capa térmica ). A menudo, los pintores pueden realizar la instalación de tapicería , papel tapiz , telas y otros materiales de recubrimiento en las paredes, instalar zócalos o usar placas de yeso para crear falsos techos, tabiques, etc.
Los pintores trabajan tanto dentro como fuera de los edificios, pintando paredes, techos, fachadas, barandas, puertas, etc. de una amplia variedad de estructuras, como casas, escuelas, oficinas públicas, tiendas, edificios comerciales, puentes, infraestructura, fábricas e industrias. En su mayoría pintan estructuras de ladrillo y yeso , pero también pueden pintar elementos en madera , hierro , acero , hormigón , placas de yeso y otros materiales.
Para tintar, utilizando diversos tipos de productos: pinturas a base de agua (pinturas en emulsión ) o pinturas a base de solvente, transpirables , lavables, antimoho, aislantes térmicos, impermeabilizantes, pinturas antioxidantes, esmaltes, resinas. Utilizan herramientas como cepillos , cepillos planos, rodillos y pulverizadores para extenderlos . En el desempeño de sus tareas, deben usar pantalones de trabajo para los pintores y guantes de la casa , así como otros dispositivos de protección para trabajar de manera segura.
Un pintor de casas encuentra trabajo en empresas de construcción , empresas de renovación y restauración , fábricas de pinturas y pinturas , o trabaja como propietario de su propia actividad profesional (como artesano de la construcción ). En este caso, el pintor de casas generalmente tiene su propio medio de transporte para llegar al lugar de trabajo o a los edificios a pintar, que pueden ubicarse en todo el territorio.
Los tiempos son flexibles para adaptarse a las necesidades específicas de las obras encargadas de blanquear y pintar y las necesidades de los clientes de dell'imbianchino : particulares, arquitectos, gerentes de edificios, empresas constructoras, diseñadores de edificios.
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lupokant · 4 years
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Una soltera profesional... Tengo treinta y tantos años y soy soltera. No se me fue el tren a ningún lado. Nadie me dejó, no soy quedada ni amargada, no estoy incompleta, no estoy loca y mucho menos soy solterona. Sólo soy soltera. Soltera profesional, esas que nos salimos del modelo de mujer que nos vendió Disney, las telenovelas y sobre todo del modelo que nos enseñó la familia desde que nacimos. Y es que a los veinte se te perdonaba que fueras soltera y la gente casi te aplaudía por ello, pero a los treinta parece que es un pecado. La libertad femenina tiene fecha de caducidad para la sociedad. Así que en vez de sentirme mal porque no encajo con lo que todos quieren que sea, lo tomé como un incentivo para crecer y hacerme más profesional en lo que soy: soltera. ¿Pero cómo distingues una solterona de una soltera profesional? 1. Lo eliges. Una solterona piensa que no le quedó más que ser soltera. Lo sufre. Le apena. Una soltera profesional, lo elige. Sabe que la mujer que es hoy tiene que ver con que ha sabido elegir bien a sus parejas, aprende de cada una en su tiempo y también a dejarlas ir cuando es debido. Elegir ser soltera en vez de estar con quien no te quiere sólo por tener pareja es ser una soltera profesional. 2. No te da miedo quedarte sola. Una solterona piensa que de seguir así se va a quedar sola toda la vida, que hay que buscar marido a costa de lo que sea. Para una solterona buscar novio es un trabajo. Una soltera profesional sabe que nunca ha estado ni estará sola, se tiene a sí misma, disfruta su propia compañía, sabe que la persona que siempre estará con ella y nunca va a dejarla es ella misma. 3. Te sientes más guapa que nunca. Una solterona no acepta su edad y los cambios que la naturaleza trae con los años. Detesta su cuerpo. Se castiga, se exige. Las solteras profesionales saben que ser guapa tiene más que ver con cómo se sienten que con lo que ven en el espejo. Por supuesto que ahora comen más frutas y verduras que antes y hacen ejercicio, pero aceptan su cuerpo como es. Y es que lo más importante es que aunque ya no tenemos el cuerpo perfecto que teníamos a los veinte, sabemos usarlo mucho mejor con los años porque nos queremos más, nos sentimos más mujeres, más sensuales, más sexuales y eso se nota. 4. Formaste un hogar. Una solterona no sabe vivir sola, una soltera profesional ha formado un hogar para ella misma con todo el amor del mundo, decorándolo con todo lo que siempre quiso tener, con todo lo que la hace sentir cómoda. Se cocina, se apapacha, se hace un spa en su propio baño. Tiene el mejor hotel de lujo para ella sola sin pedir opiniones. 5. Sabes divertirte sola. Una solterona busca hasta por debajo de la tierra un acompañante para una boda, bautizo, funeral, fiesta infantil, etc. Una soltera profesional sabe que las miradas cuando llega a una fiesta son por lo buena que se ve y no porque la juzgan por llegar sola. Sabe divertirse donde sea sin tener que chutarse a un güey incómodo. Desde que se inventó Uber ya no necesitas que nadie te lleve a casa. 6. Tienes éxito profesional. Una solterona busca un marido que la mantenga. A una soltera profesional le apasiona tanto lo que hace en su trabajo que hasta le pagan por ello. No hay nada más satisfactorio que ser exitosa y entre más creces más quieres tener en todos los sentidos. Es mentira eso de que a los hombres les da miedo una mujer exitosa. Al contrario, nos aman, nos admiran. 7. Te conoces a ti misma. Una solterona espera ser rescatada por un príncipe azul, porque es débil y necesita huir de sus fantasmas, de sus inseguridades. Una soltera profesional se conoce a sí misma tan bien que no carga fantasmas, prejuicios, miedos o traumas en su espalda, es una mujer fuerte que sabe enfrentarlos. 8. Te gusta viajar sola. Una solterona sataniza a la soledad como a un monstruo. Una soltera profesional sabe que la mejor aventura de la vida es la que vive sola en medio de la paz. Y no sólo viaja por el mundo, viaja en su mente, no puede estar ni un minuto sin viajar hacia otra parte, yo por ejemplo pienso que quiero escribir un libro, que quiero aprender a cocinar pasteles, que quiero aprender italiano, que quiero visitar Turquía, la India, que quiero estudiar foto, cada minuto de mi vida estoy viajando hacia algo que me hace feliz. 9. Disfrutas tu sexualidad sola o acompañada. Una solterona se culpa por sentir placer. Se lo niega. Una soltera profesional sabe que el placer se consigue sola o acompañada y sabe decidir cuándo y con quién vivir cada experiencia sexual. Sabe que es ella la única responsable de sus orgasmos y no es ni una princesa ni una zorra, es ambas, porque sabe ser amiga y amante, sabe tomar decisiones sobre su cuerpo y sobre todo sobre su corazón. 10. Casarte y ser madre no es una obligación. Es un deseo. Una solterona sufre porque se leva el famoso tren, porque al reloj biológico le suena la alarma. Sufre porque no está siendo lo que la sociedad le dijo que tenía que ser. Una soltera profesional no busca una pareja, lo que quiere es encontrar un soltero profesional que sea muy feliz. Dicen que no hay parejas felices, sino personas felices que hacen pareja. Cuando encuentre un soltero profesional entonces los dos quizás quieran convertirse en unos amantes profesionales y luego quizás en unos padres profesionales. Una soltera profesional está más cerca de conocer a otro soltero profesional que la acompañe en su vida, porque entre más cerca estás de tu alma, más cerca está tu alma gemela. Una soltera profesional es una mujer completa. Le gusta su vida, salir al mundo sin avergonzarse, sabe que no ser la mujer que todos esperan la convierte en una mujer original. Y eso no significa que naveguemos con la bandera de “solteros profesionales” todo el tiempo y promulguemos nuestra religión, no es temerle al amor o huirle al matrimonio, pues como dicen, si vas a hacer algo que te gusta, hazlo bien, sé un profesional. Relájate y encuentra tu modelo a seguir, enamórate de ti misma y déjate querer. Si haces las cosas desde el corazón será más fácil plantarte frente al mundo. Tomado de un post Revista @estoespurpura autor @ladecuentas
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blackleger · 5 years
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Corrección
—¿Qué diablos se supone que estás haciendo perdedor? —clamo Eduardo saliendo del auto con rapidez y dirigiéndose a la cerca que dividía su casa con la del vecino.
Mark solo miro la escena mientras rodaba los ojos y suspiró con fastidio previendo lo que sucedería a continuación, salió del auto sintiendo como su buen humor se desvanecía a medida que la escena se desarrollaba.
—Eduardo.
Edd bufo como un gato enfurruñado acercándose a Eduardo para comenzar una nueva discusión, esa era su señal de para largarse de ahí, tomó las bolsas de las compras y caminó en dirección a la casa, no tenía interés en quedarse a ver aquella estúpida pelea, en especial sabiendo cómo terminaría.
Entró en la casa llamando a Jon sin recibir respuesta alguna, aquello era raro, pero no era como si le importara mucho lo que fuera que Jon hiciera cuando no estaba con ellos, sin embargo su ausencia solo empeoro su mal humor, ahora tendría que acomodar las compras en vez de hacer que Jon se encargará de aquella tarea, con resignación entró a la cocina, incluso desde ahí podía escuchar la discusión entre Eduardo y Edd, no es que le molestara que pelearán, aquello era algo a lo que se encontraba acostumbrado, pero desde que aquel estúpido incidente con la antena había ocurrido las cosas entre aquel par habían cambiado y lo odiaba.
Comenzó a acomodar las compras.
La discusión de Eduardo parecía haberse intensificado y suspiro antes de masajear sus sienes, solo quería largarse a su habitación y relajarse un momento, al menos ya había terminado con su tarea y no tenía motivos para continuar en aquel lugar.
Subía las escaleras con lentitud pensado en sus planes arruinados por aquella estúpida rivalidad de su amigo con el vecino, se suponía que ambos cocinarían juntos, una actividad que hacía bastante tiempo que no realizaban, era un poco raro pensar que, pese a las actitudes de Eduardo, él realmente disfrutara de actividades sencillas y hogareña como la cocina, ambos lo hacían, extrañaba la época que vivieron juntos compartiendo aquel pequeño apartamento en la ciudad. Se detuvo frente a la puerta de su habitación mirando la puerta semi abierta, la idea de que Jon hubiese entrado a su habitación le hizo soltar un gruñido molesto, odiaba que invadieran su intimidad sin su permiso, no le importaba si se trataba de sus amigos o de desconocidos.
No estaba seguro de cómo reaccionar ante el desastre que había dentro del lugar, había una copa rota en el suelo y una botella a medio terminar aun en el escritorio, su silla se encontraba volcada, pero eso no fue lo que provocó aquel el sudor frío que recorrió su cuerpo, su computadora se encontraba encendida, alguien había averiguado la contraseña y había estado hurgando en ella, su vida entera estaba guardada en aquella máquina, la idea de que alguien hubiera estado revisando sus archivos hizo que su estómago se revolviera.
Decenas de pensamiento pasaron por su cabeza, pero ninguno tenía sentido, la idea de que Jon hubiera entrado en su habitación resultaba ridícula e incluso si Jon hubiera entrado dudaba que conociera la contraseña de su computadora, además, ¿por qué estaría bebiendo vino si odiaba su sabor?, ¿un ladrón?, eso era aún más estúpido, nada parecía faltar a primera vista además en la sala había más cosas de valor y nada faltaba en ella, se vio tentado a ir por Eduardo, pero su computadora encendida le disuadió de hacerlo.
Su vista se desvió rápidamente a su armario y pronto se encontró abriendo la puerta esperando que algo saltara sobre él en cualquier momento, para su alivio se encontraba vacío sin embargo aquello no apaciguó sus inquietudes, pero al menos podía confirmar que su habitación se encontraba vacía.
—¿Qué? —observó cómo su computadora continuaba corriendo aquel programa de grabación que solía utilizar y lo detuvo dejando solo una imagen congelada de sí mismo en la pantalla, quien había entrado en su habitación había estado filmando todo el tiempo.
Miedo y curiosidad, la mezcla era extraña, pero solo le impulsaba a querer averiguar más sobre el asunto, un USB permanecía colocado en la ranura de la laptop, jamás había visto aquella memoria en su vida, picado por la curiosidad levantó su silla volteada y se acercó al escritorio, sus manos sudaban cuando conecto el ratón inalámbrico a la máquina y dio clic en guardar.
Se mantuvo mirando la imagen de su rostro pálido y desencajado en la pantalla indeciso de querer regresar al inicio del video, le tomó lo que para él parecieron horas darse el valor de regresar la grabación, pero para el reloj de la máquina solo pasaron tres minutos.
—Había olvidado lo ingenuo que podía ser Jon.
Aquella fue la única frase que permitió decir al hombre que se había grabado a sí mismo antes de detener el video.
Miró a la puerta de su habitación con pánico viendo que la había dejado abierta y se apresuró a cerrarla con seguro, recargándose contra la madera y alegrandose de estar sólo en la casa en aquellos momentos.
Volvió a su asiento intentando autoconvencerse de que aquello era normal, que no debía sorprenderse por encontrar un doppelgänger suyo, aunque más envejecido grabando un vídeo para él, que había pasado por cosas más extravagantes, zombies, alienígenas, espíritus demoníacos, encontrar lo que parecía una versión futura de sí mismo no debía sorprenderle, entonces, ¿por qué se sentía tan turnado con la idea? Quizás por la maltrecha apariencia de la persona en la grabación o por el mal presentimiento que comenzaba a carcomerle, permaneció mirando a su reflejo buscando desentrañar cualquier pista que su apariencia pudiera darle, pero cada cosa que veía solo le hacía dudar de querer saber, sus ojos se encontraban cubiertos por lo que parecía un visor de buceo roto, si ponía la suficiente atención podía notar los desgastes en su ropa, algunas partes lucían quemadas y otras simplemente se habían rasgado, las cicatrices en su rostro tampoco era algo que pudiera pasar por desapercibido, paso sus manos recorriendo el lugar en donde futuramente se encontraría aquellas cicatrices, sus labios sus mejillas y por lo que podía notar también bajo aquellas gafas que ocultaban sus ojos.
¿Qué había pasado con él?
Nuevamente puso en marcha el video movido por una egoísta curiosidad.
—¿Puedes creerlo? Lo único que tuve que hacer para que me dejara pasar fue decirle que era tu primo y que había tenido un accidente en la carretera, ni siquiera hizo preguntas, alguien tan idiota... —su clon soltó una carcajada burlesca y se cruzó de brazos mientras su apacible rostro le daba una aparecía de encontrarse mirando al vacío—. No me sorprende que fuera el primero en morir, bueno, ahora no sé si sigue muerto, es como ver una nueva película que se sobrepone a la original y todo es un revoltijo confuso de memorias falsas y reales, dios, odio los viajes en el tiempo.
Trago saliva mirando como su versión futura parecía tener una crisis emocional antes de tranquilizarse y ofrecerle una desagradable sonrisa, sin embargo, lo único que su mente intentaba procesar era Jon y muerte.
—Creo que aún tengo suficiente tiempo para hacer esto, mis memorias aún son lo suficientemente sólidas. Jon está bien, solo lo drogue y está en su habitación —el hombre frente a la cámara miro fijamente a la pantalla como si le estuviera viendo en esos momentos provocando que un escalofrío le recorriera—, ni siquiera lo intentes, sé lo que quieres hacer, pero su habitación está cerrada por dentro y si quieres buscar la copia de las llaves para comprobarlo es mejor que lo olvides, las tiene el vecino, no preguntes, prefiero no hablar de ello.
Su reflejo pauso brevemente su monólogo solo para llenar una copa de vino que se dio el lujo de servir con un gesto tan pomposo que terminó por enfurecerle, aquello parecía una burla o un reto hacia su persona.
—¿Recuerdas porque empezamos a grabar estos diarios?
Por supuesto que lo recordaba, había comenzado a grabar aquellos diarios en vídeo por culpa de Eduardo y un proyecto escolar.
—Se que lo recuerdas, yo lo recuerdo perfectamente, Eduardo fue quien empezó con esto porque era demasiado inseguro como para hablar con las personas, extraño cuando grabábamos juntos y hacíamos estupideces frente a la cámara, luego volvimos esto un proyecto más... personal, y él dejó de aparecer en los vídeos.
Su versión más vieja hablaba con añoranza, como si describiera alguno de los mejores momentos de su vida, él no podía describir aquello de la misma forma, recordaba que Eduardo lo estuvo acosando con aquel proyecto por semanas mientras le grababa en todo momento haciendo preguntas que solo le incomodaban al saber que ese video lo vería la clase entera, al final Eduardo jamás entregó el proyecto, él aun considerada aquello con una molestia, en especial porque la única excusa que le dio fue que él no lucia cómodo, casi terminaron reprobando aquella materia y arruinaron su calificación.
—Cierto, cierto, dudo mucho que veas las cosas de la misma forma que yo, para ti Jon no es más que un imbécil impertinente que nunca sabe cuándo cerrar la boca y apenas puede cuidar de sí mismo y Eduardo, bueno, tu concepto sobre él no es mejor tampoco, eres..., no, fui tan jodidamente idiota, ¿sabes? Puedes mentirte a las personas, pero no puedes mentirte a ti —la copa de fue vaciada de un trago y arrojada al suelo—. Soy un maldito traidor egoísta, no estoy haciendo esto porque me importe un carajo corregir el futuro de mierda, mate y traicione a todos los que podían evitar que tomara el mando, pero eso nunca me importo, yo...
La voz del adulto se quebrantó, la cámara continúo grabando un par de minutos más antes de que el llanto se transformara en un grito y su versión más vieja cayera de la silla desapareciendo de la cámara por unos minutos hasta que finalmente logró incorporarse, sus ojos se abrieron al ver como aquel visor había desaparecido del rostro de su versión más vieja que parecía desorientada por el cambio.
—Esto... todavía tengo tiempo, aún hay tiempo —susurró el hombre en la pantalla tallando sus ojos—. ¿Sabes? Pude haber hecho esto sin involucrarte, matar al Líder Rojo y volver a mi línea de tiempo para mantener esto como mi pequeño secreto, pero soy demasiado egoísta para hacer eso, dime, ¿ya notaste lo bien que Eduardo y Edd comienzan a llevarse? Hacen una buena pareja ¿no crees? Es mejor que te acostumbres a eso...
Detuvo el video sintiéndose consternado ante la revelación, Edd y Eduardo, la sola idea hizo que su estómago se revolviera, ¿por qué?, él no... ¡Eduardo no era gay y no había forma de que estuviera con el estúpido vecino!
—Mentiroso —murmuro intentando autoconvencerse de ello, pero no tenía sentido engañarse, aquel mensaje había sido dejado para él mismo.
—... porque cuando te des cuenta todo se habrá ido a la mierda de nuevo y será tu culpa. Mi tiempo se está acortando y todas las memorias de la segunda línea se están sobreponiendo a mi línea principal, es confuso y me comienza a costar demasiado separar mis propios recuerdos.
Todo parecía tan silencioso desde su habitación o quizás solo era que se encontraba demasiado embelesado mirando a versión futura haciendo algunos de aquellos tics nerviosos que por años había trabajado por controlar, ni siquiera se había percatado del momento en que las cicatrices de su rostro y su pelo habían cambiado, pero aquel uniforme continuaba siendo el mismo.
—No creo que me quedé demasiado tiempo en este punto, gasté demasiado asesinando a ese imbécil megalómano y transfiriendo algunas de mis memorias, no son muchas, pero serán suficientes para que entiendas la situación. Esto es cansado, estoy seguro de que una vez que regrese a mi tiempo las máquinas para volver van a desaparecer y eso sería lo mejor, pero si he aprendido algo es que las cosas pueden salir mal de un momento a otro, es por eso deje toda la información para construir una nueva máquina de tiempo, una sin los errores de sus predecesoras, solo dale la información a Eduardo y él sabrá qué hacer con ella. ¿Sabes? Siempre pensé que Eduardo era un idiota impulsivo que solo pensaba en sí mismo y en su insana obsesión por probarse como el mejor en todo, demostrar que podía serlo, pero supongo que eso es ver lo más superficial y yo me di cuenta de eso demasiado tarde —el hombre de la grabación se cruzó de brazos, su mirada parecía melancólica, pero tras un largo suspiro volvió su vista al frente y continúo hablando—. Un lisiado en medio de una guerra siempre es un estorbo y una molestia, hubiera sido fácil abandonarme y dejarme a mi suerte, ciego era completamente inútil, pero Eduardo se quedó, se alistó en las filas de la armada solo para poder obtener un visor y modificarlo para que no terminara convertido en un maldito zombi sin voluntad, quizás hubiéramos podido tener un final feliz si Edd no hubiera aparecido para arruinarlo todo de nuevo... si no hubiera sido por ese bastardo seguramente Eduardo no habría terminado muriendo como lo hizo, no es nada lindo que asesinen a tu mejor amigo frente a ti y tener que escapar escuchando sus gritos mientras arrastras al maldito infeliz que te lo arrebató para ponerlo a salvo, ¡después de que todo se fuera al diablo por su jodida culpa y la de los malditos traidores de sus amigos!
Pudo sentir como le faltaba la respiración, aquella era la primera vez en su vida que no se encontraba seguro de cómo reaccionar o siquiera que pensar, se negaba a creer que aquello fuera verdad, Eduardo, el Eduardo que conocía no moriría como un mártir, no sería tan estúpido como para..., quería negar las palabras de su versión futura, pero nuevamente aparecía las cuestión de que era él quien había grabado aquel video para él, que era ridículo pensar que había estado montado todo aquel teatro para intentar engañarse a sí mismo, además, él jamás habría hecho algo como eso a menos que esperara obtener algún beneficio o cambiar las cosas a su favor.
—...no me queda más tiempo, todas mis memorias se sobreponen unas a otras, es... es como intentar recordar un sueño que se ve cada vez más borroso, pero no puedo recordar haber visto esta grabación, una vez que veas esto habrá una tercera línea de tiempo que seguramente solo recordaré por este evento. Realmente odio los viajes en el tiempo.
La vista fija del hombre más viejo se encontraba llena de una fría determinación que sin duda era la de un hombre a quien no le importaría en lo más mínimo cometer las más innombrables atrocidades con el fin de lograr sus caprichos.
—Todo lo que he hecho la mayor parte de mi vida ha sido actuar con fines egoístas y esto debe ser la prueba más grande de eso, yo no tengo la más mínima oportunidad de deshacer ese "feliz por siempre" que nunca debió suceder, así que escucha bien mocoso, esta es nuestra oportunidad de hacer las cosas bien. ¡No lo arruines de nuevo!
Esas fueron las últimas palabras de su versión futura antes sacar un aparato de entres sus prendas y desaparecer frente a sus ojos dejando tras de sí una silla vacía y tambaleante que finalmente cayó al suelo con un ruido sordo. Detuvo la grabación que continuaba por poco más de una hora, sabía que en la grabación no habría nada más que su habitación vacía hasta que llegara el momento en que apareciera para detener el video, en aproximadamente 38 minutos todo había cambiado para él, trayendo consigo un sentimiento de amargura que no recordaba haber experimentado antes en su vida, observo con detenimiento la memoria conectada a su computadora y rápidamente busco la carpeta.
Dentro solo encontró dos carpetas denominadas "Proyectos" y "Registros". La primera de ellas le llevó a una serie de carpetas nombradas con lo parecía ser un código, abrió una carpeta al azar encontrando una decena de archivos variados, hizo clic sobre un archivo de imagen que desplegó lo que parecía los planos de un motor, salió de la carpeta y repitió el proceso con un par más; aquellos archivos contenían diversos proyectos que de alguna manera se sentían como algo que no debería encontrarse viendo, sin duda su versión futura había decidido dejar en sus manos más que solo una máquina de tiempo, quizás podría pensar en qué hacer con toda esa información más tarde, pero ahora tenía otras prioridades.
La carpeta de "Registros" contenía un total de 51 archivos de videos, cada uno nombrado con la fecha en que había sido grabado, el más reciente (o al menos el que considero el más reciente) había sido grabado hacía cerca de cuatro años atrás mientras que el último ocurriría dentro de 25 años.
Principio, mitad y final, solo vería un video de cada parte.
Por unos breves momentos dudo de abrir el primer archivo, el más cercano a su fecha actual, pero sus dudas no le detendrían.
Lo primero que enfoco la cámara fue un auto destrozado fuera del camino, en el suelo claramente podía notarse como la tierra había sido removida por el vehículo mientras giraba dejando un rastro de piezas destrozadas. Poco a poco la distancia con el vehículo se iba reduciendo, la cajuela se había abierto permitiendo que un par de maletas salieran de ella, dejando ropa dispersa en los alrededores.
Pudo ver el reflejo de su versión futura en lo que quedaba de una de las ventanas rotas del vehículo y fue hay que se percató que aquel extraño visor que usaba el hombre realizaba la grabación.
—Vaya desastre, supongo que puede haber hecho un trabajo más limpio, pero no creo que merezcas tanto.
Escucho burlarse al hombre que se acercaba a la puerta del pasajero para luego comenzar a forcejear con ella hasta finalmente hacerla ceder.
Lo primero que notó fue la sudadera roja rasgada por algunos pedazos de vidrio y manchada de sangre, la bolsa de aire se había activado, pero ahora no era más que un globo desinflado, un suave quejido salió de la persona en el interior que trato de moverse sin mucho éxito.
—Sigues vivo, bueno, no puedo decir que me encuentro sorprendido, fuiste difícil de matar la primera vez.
El hombre se quejó mientras tiraba del cabello del chico para poder mirarlo a los ojos.
Trago saliva mientras su estómago se revolvía al observar las facciones magulladas y cubiertas de sangre y trozos de cristal, reconocía aquel rostro, no era que le conociera directamente, pero recordaba haber visto un par de fotografías de él en la casa de los vecinos.
Hubo un gorgoteo de lo que intentaron ser palabras, quizás una súplica o una maldición, las palabras fueron inentendibles.
—Seré rápido niño, supongo que no soy tan rencoroso como para torturar dos veces a la misma persona.
Lo que sucedió a continuación fue tan rápido que le tomó unos momentos comprender la situación, un arma sobre la sien del chico y luego su cabeza se sacudió a con violencia, no hubo ruido, solo un silencioso zumbido y un destello de luz.
—Hola a mi yo del pasado, ¿sabes?, aun no estoy completamente seguro de continuar interfiriendo en el tiempo permitiéndote saber sobre esto, quizás sería bueno que continuaras el resto de tu vida ignorando todo lo que debió pasar y no lo hizo.
La voz de su versión futura hablando nuevamente con él le sacó de su estupor, aún no sabía porque ver aquella muerte le había impactado tanto, es decir, había visto morir a decenas de personas antes, algunas veces por casualidad y otras por razones estúpidas que había aprendido a no cuestionar demasiado, pero esta era la primera vez que veía una ejecución.
—Es sorprendente con la muerte correcta es suficiente para cambiar el rumbo de la historia a devenir, quizás ahora no lo recuerdes, pero conocimos a este sujeto antes, un viejo amigo que Edd que regresara en un par de años y va a arruinarlo todo, matara a Jon, destruirá nuestro hogar y cinco años más tarde comenzará una guerra donde solo un par de personas serán capaces de hacerle frente, supongo que hay que agradecerle a Edd por engatusar a Eduardo para hacer que nos uniéramos a su estúpida causa.
Hubo un momento de silencio mientras el hombre sacaba el cadáver del auto y lo cargaba hasta un vehículo que se había mantenido fuera del foco de la cámara hasta el momento, el cadáver fue arrojado descuidadamente a la cajuela del automóvil y luego cubierto por una lona. Nuevamente la cámara fue se enfocó en aquel auto destrozado mientras un suspiro molesto se hacía escuchar.
—Supongo que tendré que arreglar este desastre, sería demasiado desafortunado que alguien se enterara de lo que sucedió con este tipo, para el resto del mundo él simplemente habrá desaparecido, así que, bueno, si llegas a ver esta grabación, borra este video. Grabación finalizada.
Su boca se sentía seca al finalizar aquel primer video, había visto un asesinato, uno que quizás estuviese justificado y nadie salvo él conocía, no dudo mucho en hacer lo que su versión futura le decía y borrar el video, incluso si no estaba dispuesto a permitir que nadie viera aquella corta grabación, no se arriesgaría a mantenerla, ahora la muerte de aquel sujeto era su secreto, debía admitir que hasta cierto punto se alegraba de no saber dónde había sucedido aquel accidente, ni lo que había sucedido con el cuerpo. Fue la curiosidad y temor lo que le obligó a reproducir el siguiente video, ansiaba saber lo que le mostraría la primera de aquellas memorias.
—¿Puedes verme?
La voz de Eduardo fue suave, tanto que le hizo dudar que se tratara realmente de él, pero sin duda lo era, lucía cansado y sus ojos habían cambiado, aquel oscuro marrón que solía caracterizarle había sido sustituido por un profundo verde, había ojeras bajo sus ojos y una sonrisa amable se mostraba en su rostro, era la primera vez que veía aquel gesto y debía reconocer que le gustaba, que aquella expresión removía algo en su interior que hacía que su corazón se acelerase.
—Creo que el mundo está por acabarse, es la primera vez que no te veo sonreír como imbécil con dobles intenciones.
—No sé si lo notaste, pero el mundo se acabó hace tiempo.
De haber podido se hubiera golpeado a si mismo por aquel comentario, aunque hasta cierto punto tenía razón, Eduardo siempre parecía tener una expresión maliciosa, hubiera pensado que Eduardo parecería molesto, pero aquella expresión afable no desapareció de su rostro. Se sorprendió cuando Eduardo se acercó a su versión futura y le abrazo, hasta cierto punto no podía negar que aquel gesto le tomó por sorpresa, incluso su versión futura pareció sorprenderse de ello ya que pasó un largo tiempo hasta que finalmente correspondió al gesto, el abrazo terminó con un gesto incómodo de Eduardo quien se cruzó de brazos alejándose casi de inmediato.
—¿Qué pasó con tus ojos?
—Solo un pequeño accidente con un poco de radiación, nada importante.
—¿Cuándo pasó?
—Hace bastante tiempo, pero no es como si importara considerando que sigo en pie.
Una risueña sonrisa se mostró en el rostro de Eduardo mientras nuevamente se acercaba a su otro yo.
—Dime, ¿puedes ver perfectamente? ¿alguna molestia?, cualquier cosa.
—No, nada, puedo ver bien, creo que mejor de lo que había hecho en años.
—En ese caso creo que no desperdicie mi tiempo en balde.
—Pareces feliz, creo que es la primera vez que te veo actuar así.
—Estoy feliz.
—¿Y antes no lo eras?
Una larga pausa siguió a aquella pregunta, Eduardo desvió la mirada y caminó hasta sentarse en la silla frente a un escritorio donde una computadora conectada a una maraña de cables la hacía ver como un monstruo de Frankenstein electrónico, su versión futura comenzó a mirar alrededor permitiéndole ver que se encontraban en una habitación repleta de cables y piezas de máquinas que se sentía incapaz de reconocer.
—No creo que eso importe ahora.
Aquella respuesta de alguna forma le incomodo, no solo por la forma en que para Eduardo parecía que nada tuviera importancia sino por la idea de pensar que nunca hubiera sido realmente feliz y todas sus actitudes giraran en torno a eso, todo aquello parecía que también estuviera pasando por la cabeza de su versión futura que rápidamente cambió de tema, quizás hasta ese momento su versión futura aún no era muy diferente a él en su forma de pensar y actuar.
—¿Dónde estamos?
—En la habitación en la que te dije que no entraras, hay demasiados cables y cosas tiradas por aquí y hubiera sido malo que algo peligroso sucediera mientras no estaba.
Su versión más vieja bajo de la mesa en la que había estado sentado hasta el momento tambaleándose en el acto, con rapidez Eduardo se levantó para evitar que perdiera el equilibrio, sirviéndole de apoyo.
—Creo que tardará un tiempo para que tu equilibrio vuelva a la normalidad, supongo que debe ser natural después de pasar tanto tiempo ciego, ¿mareos? ¿dolor de cabeza?
—No, solo que no sé, simplemente se siente diferente.
Salieron de aquella habitación con Eduardo haciendo de apoyo, la diferencia de altura entre ambos continuaba siendo casi la misma, con el siendo más alto casi por una cabeza. Hicieron un corto recorrido por un pasillo de paredes blancas hasta llegar a una sala apenas amueblada.
—Así que aquí es donde vivimos.
—Por el momento.
—¿Dónde has estado durmiendo?
—En el sofá, a veces en el escritorio de mi habitación, tampoco es como si necesitara donde dormir en este lugar.
Caminaron hasta una pequeña ventana, que le permitió ver que se encontraban en una de las tantas plantas de un edificio de departamentos rodeado de otros similares, pese a eso el lugar era lindo, ubicado alrededor de un parque de apariencia alegre, pero lo que llamó su atención y le alertó fueron los muros custodiados por soldados que rodeaban el lugar.
—Básicamente estamos en una prisión para las familias de los soldados, puede lucir bien, pero todo este sitio no es más que una trampa, ¿quieres sentarte?
—¿No? Estoy bien, siempre pensé que este lugar era más... siniestro o algo, pero luce como un vecindario caro.
—Es una zona familiar al fin de cuentas, así que debe lucir bien.
Eduardo le dejo para sentarse en el pequeño sofá de la sala.
—¿Familiar? Pero no somos familia.
—Lo sé, agradécele al acta de matrimonio falsa que dice que estamos casados —Eduardo soltó una risa cansada carente de toda forma de alegría—. Ya sé, ya sé, incluso si es un matrimonio falso soy la última persona con la que quisieras estar casado.
—¿Estas bromeando?
—Soy un imbécil egocentrista que solo se preocupa por sí mismo y que probablemente va a terminar solo, considerando eso, supongo que no soy el mejor partido incluso para una relación falsa.
—¿Quién diablos dijo eso?
—Tu.
Eduardo sacudió su cabello mientras se encogía de hombros y luego se estiraba en el sofá, no sonaba molesto en lo más mínimo, ni siquiera parecía dolido o alterado, era como si ni siquiera le importase en lo más mínimo, observó la escena con detenimiento, estaba seguro de que su versión futura se encontraba en un estado tan incrédulo como él, era cierto que no siempre sus comentarios eran los más amables, que a veces podía ser bastante indiferente y sarcástico, pero jamás diría algo tan cruel (incluso si había llegado a pensarlo), ni siquiera a Jon le diría algo como eso.
—¿Cuándo?
—No importa, estabas ebrio y enojado, no era como si pudiera tomarme en serio cualquier cosa que dijeras, en especial si estabas tan borracho que terminaste vomitando encima de mi y luego te pusieras a llorar pidiendo perdón, además, creo que al final que eso pasara fue bueno para ambos.
—¿Qué quieres decir con eso?
Eduardo chasqueo la lengua y desvió la mirada, parecía incómodo con el tema.
—¿Es tan importante? No es como si algo que ocurrió hace casi diez años fuera exactamente importante, de hecho, dudo que cualquier cosa que haya ocurrido antes de que la Armada...
—¡Lo es! ¡Quiero saber cuándo dije eso y porque hablas como si el hecho de que actuara como una mierda pareciera que te importase un carajo, pero sacas el tema como si hubieras pasado toda la vida esperado echármelo en cara!
—Baja la voz, ¿quieres que alguien nos escuche?
—No, solo, lamento haber dicho eso.
—Ya te dije que no importa, al final fue bueno para ambos.
—¿Por qué?
—Supongo que hasta ese día tuve un maldito enamoramiento contigo y luego me di cuenta que quizás solo estaba demasiado apegado a ti, es decir, básicamente eras la única persona con la que convivía fuera de clases, vivíamos juntos y todo se reducía a nosotros, creo que si las cosas hubieran seguido igual ni siquiera hubiera conocido a Lauren.
—Tu estabas...
La frase se vio cortada cuando los llantos de un par de niños, la cámara nuevamente se enfocó en el parque enfocando a un grupo de soldados arrastrando a dos niños dentro de una camioneta.
—Mierda.
Eduardo se había levantado para cerrar las persianas y empujar a su versión más vieja alejándolo de la venta.
—No mires abajo, es mejor que no noten que estamos mirando, si reconocen ese visor estamos jodidos.
—¿Qué fue eso?
—La razón por la que tenemos que largarnos de aquí.
Eduardo encendió el televisor de la sala subiendo el volumen lo suficiente como para que solo pudieran escucharse hablar estando lo suficientemente cerca, su versión futura no se quejo mientras nuevamente era arrastrado a la habitación de la que habían salido.
—¿Sabes porque los soldados de la armada son tan leales a Líder Rojo? Porque si cometen un error, si hay la más mínima sospecha de traición sus familias van a ser ejecutadas, escucha yo... yo creo que comienzan a sospechar de mí, quiero decir, no lo sé, pero ya cometí un error antes y una segunda falta no creo que me sea tolerada —Eduardo se veía pálido y nervioso, mirando a su alrededor y a la computadora sobre el escritorio—. E estado trabajando para que ese visor pueda violar algunos de los protocolos de seguridad de este lugar, quizás pueda tener el programa completo en un mes, si anulamos la seguridad quizás puedas salir de aquí usando un uniforme, luego nos reuniríamos en algún punto seguro, ¡al diablo! Eso ni siquiera es un plan, tan solo, dios, es estúpido.
—Es mejor que nada.
—Es nada, no estamos haciendo un trabajo para la escuela en el que podamos fallar, un error y ambos estamos jodidos.
Cerro el video, aun había más tiempo de grabación, pero considero que podía verlo más tarde, trago saliva sintiendo su boca reseca y tomó la botella de su escritorio y dando un largo trago, el alcohol calaba en su garganta y de alguna forma encontró sumamente desagradable aquel trago, ese era uno de los mejores vinos que tenía guardados por eso lo escondía en su habitación, sin embargo lo encontraba imposible de disfrutar, trato de recordar cuándo fue que él y Eduardo comenzaron a separarse, aquello había comenzado después de que Lauren apareciera en sus vidas y su separación se había vuelto aún mayor después que se habían mudado a aquel vecindario.
Así que era por eso que su versión futura le había dicho que no lo arruinara de nuevo, ya lo había arruinado una vez sin siquiera saberlo, la idea de que Eduardo tuviera un enamoramiento con él no le desagradaba, en realidad la idea le emocionaba más de lo que estaba dispuesta a admitir, pero entonces, de aquello habían pasado años y las cosas habían cambiado nuevamente, Lauren ya no estaba y ahora era Edd quien robaba toda la atención de Eduardo dejándolo a él de lado, aquello era un giro por demás irónico de los acontecimientos, ahora podía extrañar aquella cercanía que había entre él y Eduardo cuando vivían juntos, verlo con añoranza recordando los buenos momentos, pero ahora se daba cuenta que ellos se habían distanciado desde hace mucho, que era él quien rehuía de aquella cercanía porque sus prioridad era explotar aquella independencia que vivir solo le daba, por eso Eduardo había dicho que lo mejor que puedo pasarle fue que destruyera aquel pequeño enamoramiento con él en medio de palabras crueles que no era capaz de recordar.
Un nuevo trago de alcohol más amargo que el anterior y el puntero de la computadora se encontró sobre uno de los archivos centrales.
—Pudimos enviar una cuadrilla de drones a realizar el reconocimiento del terreno.
La queja provenía de su versión futura que miraba a su alrededor grabando lo que parecían los restos destruidos de una ciudad que le era imposible reconocer.
—Pudimos, debimos, no lo hicimos, de todas formas, se siente bien abandonar la base de vez en cuando, en especial si no hay nadie intentando matarnos.
La cámara enfocó a un hombre de gabardina que contemplaba el terreno por encima de una pila de escombros, el hombre comenzó a descender sorteando los obstáculos con agilidad, casi parecía elegante la forma en que se movía sin embargo su aspecto desgarbado le produjo una sensación de desagrado casi inmediata, su cabello enmarañado y una incipiente barba descuidada, no le tomo mucho reconocerlo, aquella sudadera verde gastada por el tiempo delataba su identidad, Edd, la persona que le había arrebatado todo a su versión futura.
—Es mejor tener un reconocimiento personal del terreno, ¿lo estas grabando todo Mark? No quiero tener que volver porque nos saltamos algún detalle.
Reconocería aquella voz en donde fuera, ahora en el foco de la cámara aparecía Eduardo, su voz era mucho más vivaz que la del primer video, incluso se veía diferente, lucia como el Eduardo de siempre, su cabello se encontraba bien arreglado y más largo, aún había bolsas bajo sus ojos, pero su aspecto ya no tenía ese aire enfermizo y frágil, incluso su mirada era distinta, lucia vivo.
—¡Hey, perdedor! Revisa el edificio de la zona norte, Mark, tu conmigo.
—¿Podemos cambiar?
Edd fue ignorado mientras Eduardo se alejaba con su versión futura, no había conversación mientras ambos sorteaban obstáculos adentrándose dentro de uno de los tantos edificios vacíos, aquel lugar en el que había entrado parecía ser un abandonado edificio de oficinas.
—¿Realmente era tan necesario hacer esto?
—No, quizás hubiera sido más fácil que un pelotón se encargará de hacer el trabajo, pero necesitaba alejarme de la base un tiempo.
—¿Y para que trajimos a Edd?
Podía notar el fastidio en la voz de su versión futura, era demasiado evidente su desacuerdo con la presencia de Edd en aquella exploración, pero Eduardo solamente fingía ignorarlo.
—Mark, ¿puedo preguntarte algo?
—Lo estás haciendo ¿no?
—¿Cuáles crees que sean nuestras probabilidades de salir con vida de esto? Quiero decir, realmente crees que vamos a sobrevivir hasta el final.
—¿De qué tonterías estás hablando? Estamos a un par de pasos de terminar el protocolo para anular los comandos de control de la armada.
—Vale, entiendo el punto, pero aun así siempre está la posibilidad de que todo se vaya al carajo, ya sabes, la última vez casi nos matan en esa emboscada y la única razón por la que estamos hablando ahora mismo es porque el túnel colapso, así que, no sé, si puedo morir en cualquier momento al menos quiero hacerlo sin arrepentirme de nada.
Eduardo busco entre los bolsillos de su uniforme hasta sacar algo que depositó en la palma de la mano de su versión futura.
Sintió que el aliento le abandonaba mientras veía la sencilla banda dorada con un complicado grabado que hacía resaltar las minúsculas piedras incrustadas.
—¿Qué te parece? ¿Te gusta?
—Yo... es... es hermoso.
La emoción en la voz de su versión futura fue algo que no pasó desapercibido para él, pero era claro que para Eduardo aquello fue imperceptible mientras se vanagloriaba de su logro.
—Hacerlo fue más fácil que conseguir los materiales, sabes, este asunto lleva demasiado tiempo dándome vueltas en la cabeza, pero supongo que un compromiso así..., simplemente es aterrador en especial considerando las circunstancias, ni siquiera estoy seguro de hacer esto.
—Hacer ¿qué?
—Mark, hemos estado juntos por demasiado tiempo es por eso que quería que fueras la primera persona quien hablara de esto, yo simplemente quiero formalizar las cosa con Edd.
—¡¿Edd?! El anillo, todo esto...
Detuvo la grabación, no necesitaba ver el desenlace, no quería verlo, ya había sospechado el desenlace de esa conversación, el final feliz que su versión futura quería que deshiciera no era simplemente impedir aquella relación, él quería que aquel compromiso nunca hubiera ocurrido.
Jamás en su vida había experimentado aquella vertiginosa sensación de celos, quizás porque era la primera vez que se daba cuenta de lo que podía perder, porque siempre daba demasiadas cosas por sentado, miro a la puerta de su habitación debatiéndose entre quedarse a ver el último video o salir de ahí.
Un último video, el último de toda la lista.
La grabación comenzaba con su versión futura frente a un gran ventanal, por lo poco que era capaz de notar a través del reflejo era que se encontraba lugar elegante.
—Siete años de planeación para llegar a este momento, no tienen idea de lo ansioso que me encuentro por esto.
La cámara enfoco con lentitud aquello que se encontraba a espaldas de su versión futura, aquel era un enorme despecho elegantemente decorado, una muestra de opulencia y poderío, como si fuera un animal acechante su versión futura comenzó a moverse con lentitud rodeando el elegante escritorio que le separaba del grupo de hombres tras el escritorio.
Un terrible presentimiento nacido en él mientras miraba la escena, de rodillas e inmovilizados por aquellos hombres reconoció a Edd y a aquel sujeto del primer video, ambos miraban en una mezcla de ira y desprecio, aunque el odio que aquel sujeto vestido con aquel elegante uniforme era el que más se hacía sentir, separados de ellos miró a Tom que apuntaba a su otro amigo que se retorcía sobre el suelo sosteniendo su estómago.
—No creí que fueras tan estúpido para creer que estaba dispuesto a ayudarte después de que me arrebataste todo lo que me continuaba importando, aunque de todas maneras no hubieras podido lograr nada con esa máquina.
—¡Voy a matarte!
Escucho el irritado gruñido de su versión futura ante la amenaza del sujeto de rojo que intentaba liberarse del agarre de aquellos hombres, una patada en su estómago le hizo callar mientras una carcajada burlesca se resonaba en el lugar.
—¡Tord!
—Sabes Edd, todo esto es tu culpa, si no los hubieras dejado entrar Eduardo seguiría vivo, lo arruinaste todo, ¡me lo quitaste todo! Y ahora es mi turno de hacer lo mismo.
—Muy buen Tom, porque no sacas de su miseria a esa basura.
Fue como ver un títere moverse, de un momento a otro Tom se había abalanzado sobre Matt que inútilmente trató de forcejear con el hombre, su cuerpo se sacudía mientras intentaba apartar las manos de Tom de su cuello, apartó la mirada de la escena mientras un par de gritos desesperados intentaban hacer que Tom reaccionara, hasta que todo el escándalo terminó con un ruido sordo.
"Matt", el nombre era coreado por los dos hombres en el suelo.
—Pensé que sería más satisfactorio, supongo que es tu turno Tom, ven aquí para que pueda darte tu premio.
Volvió su vista el video sintiéndose nuevamente enfermo, mientras veía a Tom acercarse a su versión futura cual obediente perro, con un gesto casi burlesco su versión más vieja acarició la cabeza de Tom antes de colocar un cuchillo entre las manos del hombre colocándose tras él y con un gesto casi amoroso le obligaba a apuntar el cuchillo aserrado hacia así mismo.
—¡Por favor, no! ¡Haré lo que sea, pero no lo hagas Mark!
—¡Tom, anula todos los comandos de control! ¡Anula todos protocolos!
Una nueva risa cargada de crueldad y burla llenó la habitación.
—Eso no funcionara más. Muy bien Tom, quiero que te apuñales hasta que no puedas sostener es cuchillo.
Nuevamente no se atrevió a mirar, cubrió sus oídos, pero le era imposible dejar de escuchar aquellas burlescas carcajadas, esa era su voz y nunca antes le pareció más horrible y cruel de oír, por minutos que le parecieron eternos todo se redujo a los gritos de Edd y su amigo, mientras Tom permanecía tan silencios como podía emitiendo solo bufidos ahogados.
—Buen trabajo nuevamente Tom, supongo que mereces un mejor premio que este, te dejare ver a tus amigos una última vez, quiero que puedan ver tus últimos momentos. Sujeto de pruebas dos, anula los protocolos de seguridad violeta, verde y rojo, comando uno, ejecuta el programa de liberación.
Hubo un momento de silencio antes de que un grito se hiciera oír, fue ahí que nuevamente se atrevió a volver a mirar a la pantalla.
Tom se retorcía sobre el piso abrazándose a sí mismo mientras intentaba parar el sangrado y apaciguar su dolor, sollozaba, era un espectáculo lamentable, murmuraba cosas que la grabación no lograba captar, pero sus palabras eran dirigidas a los dos hombres que luchaban de forma más feroz intentando llegar hasta él.
El foco de atención de la cámara cambió nuevamente, los gritos de Edd y aquel sujeto llamado Tord opacaban los cada vez más débiles lamentos de hombre sobre el suelo, mientras él tarareaba aquella tonadilla alegre de una vieja canción de la que quedó fascinado desde que podía recordar, la grabación ahora se enfocaba en un gabinete repleto de licores hasta que finalmente una botella fue seleccionada.
—Debo admitir que estoy un poco decepcionado de sus gustos mi Líder, realmente esperaba encontrar un buen vino para disfrutar de este momento, pero tendré que conformarme con esto.
El cuerpo de Tom fue nuevamente enfocado antes de que una bota comenzará a moverlo como si se tratara de un simple estorbo.
—Así que ya murió, pensé que soportaría un poco más.
El hombre se agacho hasta quedar a la altura de Edd, podía notar el deseo de su vecino por matarlo, con un movimiento rápido su versión futura arrebato una pequeña cadena Edd, le tomó un momento darse cuenta de aquello que le había arrebatado al hombre.
—¡Devuélveme eso!
La voz de Edd fue amenazante y casi aterradora, pero eso no pareció importarle a su futuro yo que permanecía admirando aquella sortija que colgaba de la cadena, reconocía aquel anillo, mirarlo solo despertó en él una nueva ola de celos que le hizo olvidar aquella empatía que había comenzado a sentir por Edd y sus amigos.
—Eso es...
Escucho el susurro del otro hombre que miraba también miraba el anillo.
—Sabes, aún tengo pesadillas recordando como sus malditos monstruos destrozaron a Eduardo, despertarme en las noches escuchando sus gritos mientras no dejo de recordar como esa maldita bestia arrastraba su cadáver mientras aun nos perseguía, si nunca hubieras aparecido en nuestras vidas, ¡me lo quitaste!
—¿Y crees que eres el único que sufre?
—Si nunca los hubieras llevado seguiría vivo.
—Edd, ¿quién? Yo, no sabía, no creí que...
—Cierra la boca Tord, no quiero escucharte.
—Si tan solo no hubieras sido tan idiota todo esto pudo tener un final feliz, incluso si Eduardo estaba contigo, él y yo pasamos años trabajado en una forma de evitar toda esta mierda, pero entonces ese idiota quiso hacerte feliz y decidido rehacer todos nuestros planes para que este tipo pudiera seguir vivo porque era importante para ti.
—Eres patético Mark, todo esto tan solo porque te rechazo y me prefirió a mí.
—Cierra la puta boca, todo esto es tu culpa, debería matarlos a los dos, pero te daré una oportunidad, elige, tu o él.
—¿Cuál es la trampa?
—No hay trampa, elige y daré la orden para que suelten a quien elijas, tú o él.
—Déjalo ir.
—Que noble de tu parte, pero por supuesto no podía esperar otra cosa.
No sintió ni la más mínima lástima ante lo que vio a continuación, no apartó la mirada sin embargo eso no evitó que sintiera repugnancia al ver como la garganta del amigo de Edd era cortada como si se tratara de un animal en un matadero.
—Caballeros, creo que ya pueden soltar al Líder Rojo no creo que siga siendo una amenaza.
El cuerpo cayó inerte sobre el suelo, las amenazas de Edd llenaron su habitación, pero nada de eso parecía importarle a su yo futuro que solo comenzó a reír.
—¿Qué se siente perderlo todo frente a ti?
La burlesca pregunta fue dicha mientras un arma apuntaba al rostro de Edd que tan solo lo maldijo.
—Estuve ansiando este momento por años, sin ti y sin ellos este mundo está en mis manos, supongo que debo agradecerte por esto, sabes, tienes razón, no estoy haciendo esto solo por venganza, tuviste razón, solo hago esto por celos, porque me arrebataste a la única persona que amé y por eso quise arrebatártelo todo también,
El disparo fue limpio, pero el rostro de Edd fue destrozado en el acto, finalmente no pudo más y terminó corriendo a devolver su estómago en el baño.
Con paso tambaleante camino nuevamente hasta su habitación, apago la maquina y quito la memoria que arrojó dentro de un cajón del escritorio, sentía su cuerpo pesado y la cama se vio como una opción tentadora, dormir y pensar que todo no había sido más que una pesadilla, pero no podía hacer aquello, no mientras una persona ocupara sus pensamientos.
Salió de su habitación sosteniéndose de la pared para evitar caer, en tan solo algunos minutos había visto cuanta locura podía haber en él, ver la clase de bestia en la que podía convertirse y aquello simplemente le aterraba, su único consuelo era que aquel futuro nunca ocurriría.
—Eduardo —llamo al hispano esperando encontrarlo, dentro de la casa recibiendo un silencio que produjo un cierto pánico.
Salió de la casa sin saber qué esperar, fueron un par de quejas que reconocería en donde fuera lo que provocó que su corazón diese un vuelco antes de que nuevamente aquella desagradable punzada de celos volviera a él de la misma y enfermiza forma que antes, encontró a Eduardo recargado contra la cerca justo al lado de Edd, la ropa de ambos se encontraba desgarbada y a medida que se acercaba pudo notar el golpe en el rostro de Eduardo que mantenía una botella de cola sobre su mejilla hinchada, aunque el rostro de Edd tampoco se había salvado.
Quizás porque era la primera vez que actuaba de aquella manera, pero pudo sentir como Eduardo se paralizaba entre sus brazos para luego comenzar a forcejear intentando separarse.
—¿Qué demonios te...? —hubo un breve momento de silencio mientras el hispano observaba el rostro pálido y desencajado de su amigo, su furia inicial pronto fue sustituida por una inquieta preocupación por el otro—. Mark, ¿estás bien?
—No, no lo estoy.
Aquella respuesta no fue algo que espero recibir, pero no se quejó mientras que por segunda ocasión se encontró atrapado en un abrazo incómodo, su vista pasó a Edd como si esperara recibir una respuesta recibiendo un encogimiento de hombros por un castaño que parecía tan confuso como él por la inusual situación.
—Creo que deberíamos entrar a la casa.
Masculló Eduardo mientras comenzaba a hacer su camino hasta la casa.
—¿Vas a pensar en eso?
La pregunta de Edd le detuvo haciéndole mirar a su rival brevemente, que de alguna forma pareció haber perdido aquel aire relajado que había tenido hasta antes de que Mark apareciera, parecía tenso y defensivo, aquello le extraño, pero por el momento tenía otras prioridades.
—Más tarde.
Edd miro como Eduardo desapareció al doblar en la esquina soltando el aire que no sabía que estado sosteniendo, la mirada de Mark le había provocado un escalofrío y por un momento sintió como si quisiera matarle, miró la lata de cola en su mano, sus dedos cosquillaban entumecidos por la lamida helada que había estado sosteniendo hasta el momento.
Abrió la lata dando un trago a su contenido, el dulce sabor fue más que suficiente para hacerle olvidar momentáneamente aquella desagradable sensación que Mark le había provocado.
Últimamente la dinámica entre él y Eduardo había cambiado, ambos comenzarían a pelear por cualquier tontería, quizás pelearían, algunas veces todo se reduciría a simples burlas, nada realmente hiriente, otras a una pelea a puños que terminaría con ellos lamiendo sus heridas y hablando como si nunca hubieran peleado, a su manera era agradable, quizás por eso era que ambos habían comenzado a verse a espaldas de sus amigos, no negaría que le agradaba como las cosas entre ellos habían comenzado a cambiar.
Más tarde llamaría a Eduardo para saber qué había pasado o quizás podrían reunirse en aquel restauran que se había convertido en la zona neutra para ambos.
Suspiro mientras se marchaba a su hogar, incluso si no era algo que estuviera dispuesto a confesar, no podía negar que cada vez le agradaba más el rumbo que su relación con Eduardo estaba tomando.
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riopechofrio · 5 years
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Mil ventajas de estar en el olvido.
Eran las seis de la mañana, la alarma sonó nuevamente al igual que los demás días. Me levante de la cama y me quede sentado en el final de está observando fijamente a un zapato. Es un día nuevo y debo ser optimista… Será un día terrible. Deje de perder el tiempo viendo el zapato y camine hacia el baño, encendí la terma y tome una ducha caliente, mientras pensaba en lo aburrido que era mi vida. Odiaba todo esto, odiaba mi vida, odiaba ver a las personas sonreír mientras conversan con otros, hacen ver que es algo normal y cuando lo intento, parece que soy un fantasma. Cerré la regadera, me seque y rápidamente me cambie, con un poco de torpeza baje las escaleras y me dirigí a la cocina. Asientos vacíos y un silencio sobrenatural, me empezaba a acostumbrar a vivir en ello. Como cualquier día salí de casa, cerré puerta con seguro y me dirigí hacia el paradero 202. No había nadie en la fila, me pareció raro ya que casi todos los días que estaba ahí me tocaba estar en último lugar de una cola de sesenta personas, revisé mi reloj para ver si todo estaba en orden. Lo estaba. A lo lejos vi como un bus vacío se acercaba, era mi oportunidad de poder viajar sentado después de muchos años. Me subí y saqué mi billetera para pagar el pasaje, pero el chófer simplemente me ignoro. Me quedé sin palabras. Me senté la última fila del bus, junto a la ventana para ver el recorrido. Me coloqué los audífonos y empecé el viaje rumbo a la universidad. La música era relajante y el transcurso un poco llamativo. Mi mente se relajó y mi cuerpo se durmió. De repente sentí como algo tocaba mi hombre. Me desperté de golpe por el susto.
- ¿Que paso? — Pregunté.
A mi lado estaba una chica de tez pálida, tenía el cabello negro con mechas grises y un peinado desordenado, llevaba lentes oscuros, pendientes y audífonos blancos.
- ¿Me hablas a mí? - Pues sí. Te estas durmiendo en mi hombro.  — Dije en tono sarcástico. - ¿Me puedes ver? - Pues sí, por eso te estoy hablando. - ¡Oh por dios! — Exclamó. - ¿Que sucede? - ¡Oh por dios, me puedes ver! — Exclamó nuevamente mientras se cubría la boca. - ¿Que está pasando, estás bien? — Pregunté.
Ella se quitó los lentes y me abrazó. Estaba sorprendida, sentimental y frágil, empezó a llorar en mi pecho. Alcé los brazos y le devolví el abrazo.
- ¿Que ocurre? - Llevo mucho tiempo sola... Llevo mucho tiempo siendo transparente para las personas. — Dijo ella con la voz entrecortada mientras se le empeñaban más los ojos. - Tranquila... todo va estar bien.
Era la primera vez, después de mucho tiempo, que sentía un poco de calor sentimental en mi pecho.
- Todo va estar bien. — Repetí nuevamente. - ¿Enserio todo va estar bien? — Preguntó ella. — ¿Sabes todo lo que he vivido? He sido transparente desde hace mucho tiempo, he vivido en la soledad y el olvido, he vivido entre la fe de seguir viviendo y el placer de morir contenta, y ahora llegas y me dices que me puedes ver, que todo va estar bien. — Nos miramos fijamente a los ojos. — Discúlpame por hacer esto, es que no puedo contener mis lágrimas. - No te preocupes, no hay problema, creo entenderte perfectamente. — Tomé mi mochila y saqué un pañuelo. — Ten. - Gracias. — Tomo el pañuelo y comenzó a secarse las lágrimas. — ¿También eres transparente? — Preguntó. - No lo sé, si tú me ves significa que no soy tan transparente que digamos.
Se río.
- Se que no eres invisible, pero... pasan muchísimas cosas por mi cabeza.  — Se volvió a reír de nervios.  — ¿Puedes decirme que esto no es un sueño? - No lo es... bueno, eso creo. Yo siento que estoy despierto en la realidad, siento que tu estas a mi costado con los ojos un poco empañados, así que... somos reales. - Observa esto. — Se termino de secar los ojos, hizo el paño una bolita y se la lanzó al chófer del bus. Este nos miraba de reojo, pero sin decir nada. — Ahora inténtalo tú y mira qué pasa. - Ya sé que pasara, no quiero reafirmar mi respuesta...
Silencio incómodo.
- No tienes por qué preocuparte, gracias...  - ¿Gracias?  — Pregunte. - Gracias por alegrarme el día, me he sentido más viva que nunca. Gracias... -No tienes por qué preocuparte, tú también has hecho sentir vivo.
Me reí. Nos reímos.
- Yo conversando y no se tu nombre. ¿Como te llamas?  — Preguntó. - Vaya... Pues... Me llamo... Bueno mi nombre es... Soy...   — Estaba nervioso, un poco extrañado, mis ojos no sabían a donde mirar, ella se río de mí. Su gesto había cambiado, tenía una sonrisa más natural.  — Soy “El chico del bus...”  - ¿El chico del bus? - Así es. Simplemente el chico del bus cuyo nombre es desconocido. - Eso es gracioso “Chico del bus cuyo nombre es desconocido” — Sonreímos un rato. Luego ella volvió a lanzar otra pregunta. — ¿Hay algún problema con saber tu nombre original?
“Me llamo ...”  “Tengo ... años”
No me recordaba bien, no recordaba bien quien soy.   Soy una persona que se acostumbró a vivir la misma rutina durante varios años y no que no sabe cuándo es su cumpleaños, ni quien es su familia, ni como se llamó, ni mucho menos sabe desde cuando está solo.  Se que vivo en una casa vieja, llena de cuadros viejos, en el Este de la ciudad, justo al lado de donde vive un señor que cada fin de semana se dedica a arreglarme el jardín para que la casa no de mal aspecto a la calle. Se que un día desperté y el mundo ya no era igual, pero no sé porque ocurrió eso.
Ella me tomo el hombro y me pregunto:
- ¿Estas bien? ¿Chico del bus?  — Dijo mientras me agitaba. - Si, lo estoy. No pasa nada, estaba recordando algo.  — Respondí con una risa fingida. - Lo siento si te incomodo la pregunta. No era mi intención. - No tienes por qué preocuparte, ¿Tu, como te llamas?  — Pregunte. - Puedes decirme “Chica del bus” — Entre risas.  — Es broma. Me puedes decir Michela. - ¿Michela?
En ese momento creo comenzó todo... Gran parte de todas estas cosas que me acuerdo.
El carro siguió avanzando. Mi mente contaba, uno, dos, tres, llevo cuatro paraderos lejos de mi destino. La conversación no se cortaba, la curiosidad de investigarnos a detalle, nos profundizaba más en la charla. El chófer cada cinco minutos solía vernos por el retrovisor. Habíamos olvidado la melancolía de nuestro día y absorbido un pedacito de felicidad. Seguíamos conversando sin importar lo que ocurriera alrededor. Sin importar que éramos fantasmas que estábamos hablando. Pero al octavo paradero, frente a una estación de comida rápida, el bus se detuvo.  Michela se levantó y toco el timbre del bus. La observe. Estaba sonriente, y como no estarlo si hemos liquidado el silencio en todo momento. Ella se apoyó en la baranda del bus. Su mirada penetrante lo decía todo. Sus labios temblaban, los míos también, no sabíamos cómo acabar la conversación.
- ¿Nos volveremos a ver? - Somos los únicos que se pueden ver mutuamente. - ¿Somos especiales?  — Entre risas. Sus mejillas se enrojecían. - Somos transparentes.
La puerta se abrió. Ella agito la mano y bajo del bus. A mi parecer fue el momento más complicado del día, fue el momento donde me sentí más vivo que nunca.
El bus siguió avanzando, al noveno paradero me baje. Tenía un sonrisa de oreja a oreja, mi corazón aún estaba un poco acelerado y mis nervios iban desapareciendo. Cruce la pista y avance para el lado contrario a la calle, me quede quieto en el ras de la vereda, levante la mano y tire el pulgar para atrás. Los taxis me ignoraron. Me reí. Al poco rato llego un bus. Las personas subían apresuradamente y aproveche para subirme con ellos. Pagué el pasaje y me fui al fondo.
-          Andrew…
El bus arranco. Llegué a la universidad, volvía a la misma rutina de todos los días, mostré mi carnet y entre. Avanzaba un par de metros entre los pabellones D y M, y giraba hacia la derecha en dirección a mi facultad. Entraba, subía 26 escalones y llegaba al salón. Para finalizar me sentaba en el asiento 6H, cerca al lado de los chicos más populares, con la esperanza de que algún día me puedan ver y al menos así poder salir de este triste olvido. Pero ahora ya no había porque estarlo, estoy feliz.
Al día siguiente, luego de hacer la misma rutina de la mañana y de asegurarme de cerrar la puerta de la casa, me encontraba en el paradero, esperando el bus 202. A diferencia del día anterior, la cola si era un poco notable.
De pronto llegaron dos buses, las personas se pusieron de pie y se dirigieron hacia el primer bus. Por instinto los seguí por detrás, ignorando el bus que le seguía. La gente subía lentamente, cuando llegue a la puerta mire de reojo al otro bus y este me miro a mí, suena tonto, dentro de el estaba el chofer del día anterior. Me quede un momento observándolo, las personas no subían al bus de atrás, salí de la cola y camine hacia la puerta del otro bus. El chofer me abrió, no me dijo nada, me dejo subir y casi instantemente este levanto el freno de mano y arranco.
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lucieferase · 6 years
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El llamado.
¡Y aquí está! ¡Me tocó ser el Secret Santa de @red-rotes! Mi idea original era un fanart de Saintia Sho, que no pude terminar porque Ikki volvió a hacer de las suyas con su Gripe Aviar.
Me enfoqué en mi muy humilde interpretación de el llamado que les hace el mar a los Generales Marinos. 
En fin, espero que lo disfrutes. Espero después poder mostrar la idea original, cuando no muera de gripa.
¡Feliz Navidad y Feliz Año!
El mar.
El mar, el frío y la oscuridad.
El gélido tacto del Atlántico Norte recorriendo cada célula de su cuerpo. No veía nada, ni siquiera respiraba, pero sabía dónde estaba, ¿cómo no iba a saberlo? Era justamente así como se sentía sumergirse en el mar, en su mar. Una vez por accidente, otra vez por una apuesta, las demás simplemente por la necesidad imperiosa de regresar al agua. Suponía tendría algo que ver con volver al vientre materno, porque el agua le brindaba paz, tranquilidad, y una extraña sensación de pertenencia, cosa que en tierra firme, nunca había llegado a experimentar.
El mar, una luz, un aura. La identidad. Nunca se sintió tan vivo. Y luego nada.
Despertó con una sensación extraña, parecida a la resaca. Todo daba vueltas, el sonido de la alarma no hacía más que acrecentar su jaqueca, y tenía sed. Mucha sed.
Una vez en la cocina, trató de recordar. Sí, había bebido. No lo suficiente para estar en ese estado. Recordaba haber salido sobrio de aquella fiesta en conmemoración a uno de los tantos amigos que partiría rumbo a otra ciudad, para continuar sus estudios universitarios. También recordaba haber tomado el autobús, tomar asiento del lado del conductor, y observar las luces reflejadas sobre el mar. Y después de eso, nada.
Miró el reloj y maldijo su mala memoria al no haber desactivado la alarma la noche anterior. En casa no había nadie y ni siquiera se habían dignado en dejarle algo preparado. Maldijo de nuevo y puso agua para café.
Aún se sentía descompuesto cuando bajó del autobús y caminó hasta el puente en el Boulevard Morrisey. De todo Boston tenía un par de lugares favoritos, y este era uno de ellos. Lejos del ajetreo y de la urbanización, el lugar era ideal para contemplar aquella pequeña extensión de mar, que visto en un mapa, trataba de ganar lugar entre la tierra firme.
Tan sólo unos minutos después, la brisa marina había surtido efecto.
Había empezado desde que era niño. Desde que resbaló al mar en ese mismo punto. Recordaba perfectamente que algo lo llamaba. No era una voz, porque no había palabras, era más una sensación, un aura. Cuando se acercó más al agua, resbaló. Desde entonces, nunca había sentido lo que sintió esa vez, pero el mar tenía algo especial, otro llamado diferente. El destino.
En el acuario también se sentía en sintonía. Era como si los peces fueran más su familia que la gente con la que compartía el techo. Le gustaba verse rodeado de la fauna marina, en el túnel que atravesaba el tanque. Incluso, habría jurado que más de un dragón de mar lo había seguido, como a uno más del cardumen, cuando pasaba junto a su tanque.
Su destino era el mar, y proteger esas criaturas que sólo sobrevivían atrapadas detrás de un cristal. Igual que él.
El mar.
El mar, el frío y la oscuridad.
Él era el mar, no era más que agua. Era una parte y era el todo. Se dejó llevar, libre de ataduras y conciencia.
El mar, esa sensación de bienestar. ¿Cosmos? La palabra llegó a él sin saber que significaba, aunque le resultaba familiar. Algo que con certeza sabía. Pasado, presente, futuro, recuerdos de antaño que ya no volverían a ser más.
Otra energía, diferente, cortó el viaje. Todo volvió a ser negro. Todo volvió a ser frío. Y dejó de ser el mar.
Despertó empapado en sudor, de una pesadilla de la que no recordaba la mayor parte y que le había dejado un horrible presentimiento. Su sueño recurrente con un giro diferente.
Se vistió con lo primero que encontró, tomó una linterna, la bicicleta, y pedaleó hasta el puente en el Boulevard Morrisey. Ni siquiera pudo llegar. A unas cuantas calles, observó con horror como el mar, que siempre imaginó que luchaba por ganar terreno en la tierra, estaba ganando una batalla ancestral.
Dio marcha atrás, con el mar siguiendo sus pasos. Reconocía a uno de los suyos, que le mostraba un camino olvidado.
A mitad de camino, se i iba a morir, moriría en el Acuario, junto con aquellos que era uno, y al final no fue.
El mar acabó con las ciudades costeras. No sólo había sido Boston, había pasado en todo el mundo, aunque se enteró días después. A él lo habían encontrado un grupo de marines, por pura casualidad, flotando sobre el aún crecido río Charles en un pedazo de lo que antes había sido la sala de delfines del buque “Discovery”, parte del Acuario de Nueva Inglaterra. El mar retrocedió tan misteriosamente como había llegado, y aunque en realidad fue por muy poco tiempo, había causado un daño bastante grande.
Ayudó como pudo antes de que Boston desapareciera en el mar, y aunque a los demás les pareciera increíble que hubiera podido salir con vida y sin herida alguna, él sabía que no había sido sólo casualidad. Algo lo había salvado. La misma fuerza que lo había llamado hace ya tantos años, y que lo había abandonado horas antes, no lo había dejado morir. Le había ayudado a despertar una parte de él que desconocía, y que vibraba con todo a su alrededor, no sólo en el agua, y le había dejado un mensaje. Un mensaje que sólo aquellos que saben escuchar al mar, pueden llegar a descifrar.
Muy bien, ésta fue mi interpretación del Dragón Marino original. Le dí el nombre de Ryu, que significa Dragón, en japonés. Lo imagino como un half entre japonés y americana, con más rasgos asiáticos, just because Kurumada no puso ningún japonés como marino (y seamos sinceros, seguramente estuvo tentado). Si nos ponemos “puristas”, el verdadero Dragón Marino sigue vivo, por allí, esperando el momento de hacerse presente, como el General Marino más fuerte de Poseidón… Aunque probablemente a Kurumada ya se le olvidó que había soltado el spoiler de que Dragón Marino iba a volver, en forma de fichas.
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im-the-reckless · 6 years
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Myka & Ahmael
Mikhaela sentía que si seguía escuchando llantos en los próximos diez minutos, el próximo llanto que escucharía sería el suyo. Se sentía totalmente agotada, llevaba sin dormir bien desde la noche anterior, entendía que los bebés a veces lloraban simplemente para llamar la atención pero eso la hacía sentirse mucho más culpable. 
Apenas había logrado que se calmaran en la mañana, aprovechó ese momento en el día para hacer las compras, donde esperaba que sus enormes ojeras no llamaran tanto la atención. No se dio cuenta del peligro que había sido conducir tan agotada con sus hijos viajando con ella hasta que llegó a su casa. No había cometido ninguna infracción y volvió con todo lo que necesitaba, así que no se preocupó. El verdadero error que cometió fue que cuando colocó a los bebés en sus cunas para que durmieran y disfrutar el silencio para dormir una merecida siesta, se encargó de limpiar la casa. Lo que era importante, pero no tanto como recuperar energías para mantener el ritmo con los bebés. Cuando los platos y biberones estaban limpios, y la ropa seca y guardada se abrió el infierno. 
La primera en llorar había sido Jacobed, al parecer despertando a su hermano de mal humor quien no tardó en unirse a los llantos de la niña. Myka a penas se había dejado caer en el sofá. Suspiró de manera cansada y fue a buscarlos. 
Jacobed no había terminado su último biberón, supuso que tenía hambre, y el sueño de Zack había sido perturbado. Era fácil de solucionar. Estaba equivocada. Intentó darle un biberón a la bebé, pero se apartaba de él apenas lo colocaba en su boca. Tal vez quería su pecho, y la bebé permaneció con el pezón en su boca un momento más largo, sin embargo volvió a soltarlo. Tal vez Jacobed quería dormir y Zacarías tenía más hambre y se había confundido con el biberón de horas antes. Dejó un momento la cabeza de la bebé sobre su hombro, y simplemente para estar segura verificó el estado del pañal. Parecía que estaba de suerte, ¿o tal vez era eso lo que incomodaba a Jacobed? La dejó momentáneamente en su cuna, para luego intentar acallar los llantos de Zack.
Eso la llevaba a donde estaba ahora: en el piso de su sala de estar, con uno de los bebés en brazos y el otro en una pequeña sillita mecedora. Apenas habían pasado unos meses del nacimiento, y ella siempre había creído que podía manejarlo. Sabía que sólo podría complicarse más, muchísimo más teniendo gemelos, pero siempre intentaba darlo todo. En momentos como aquellos, consumida, agotada, y casi desesperada, era difícil pensar claramente. Había leído sobre un método de simplemente dejarlos llorar para que callaran cuando estuvieran cansados, y ella no podía ni siquiera imaginarse haciendo algo así.
Estaba al borde de su punto de quiebre cuando sintió que la puerta principal de su casa se abría.
—¿Ahmael? — Preguntó sorprendida. Ahora sí golpeó fondo, estaba alucinando. — ¿C-cómo entraste?
Su hermana la observó un momento... ¿Tan deplorable se veía? No notó que había entrado con su machete en mano hasta que lo estaba guardando, por un momento había temido lo peor.
—Venía de visita y noté la cerca abierta... me sorprendió, y luego escuché el llanto de los niños, pensé que había sucedido algo. — Dijo Ahmael cerrando la puerta detrás de ella. Le dio una vista rápida a la sala para luego fijarse en su hermana, que parecía estar pidiendo por ayuda. — ¿Estás... bien? — La primera respuesta que obtuvo fue una negación con la cabeza, Mikhaela ni siquiera se había movido de su posición en el piso. Ahmael iba a decir otra cosa pero Myka comenzó a hablar.
— Llevan horas así, lo he intentado todo: darles de comer, no tienen sus pañales sucios, cantarles, simplemente quedarme con ellos... varias veces, ya ¡no sé lo que quieren! — Hablaba demasiado rápido, y al verla Ahmael temía el momento en el que comenzara a mecerse hacia adelante y hacia atrás. No necesitaba ser demasiado observadora para darse cuenta del estado de la mamá primeriza. — ¿Y si hay algo mal con ellos? ¿Crees que hay algo mal con ellos? Tal vez estoy haciendo algo mal y llevo todo este tiempo haciendo las cosas mal y soy una madre terrible, y—
Mientras ella balbuceaba, Ahmael se había acercado y estaba a su altura, con una rodilla en el piso.
— Mikhaela, cálmate. — Sentenció tomándola suavemente de los brazos — Todo va a estar bien, eres una buena madre, ¿si? — Le aseguró, Myka asintió suavemente — Bien, ahora dame a Zack, creo que te mereces un descanso.
Lentamente, Mikhaela le dio a Ahmael el bebé, el que ella tomó con cuidado. Sin embargo, ella permaneció sentada, mirando a Jacobed en la sillita mecedora.
— Myka, a la cama.  — Repitió Ahmael, y esta vez, la susodicha logró ponerse de pie e ir a su cama. Usualmente era Myka la que le daba órdenes a los enemigos, y la ironía de la situación le hizo reír por lo bajo. Ahmael no tenía ni una duda de que nada más caer en su cama sus ojos se habían cerrado por un par de horas.
Tal vez era el estado alterado de Myka que incomodaba a los niños, tal vez era que los niños simplemente querían estar con alguien que no fuera su madre (lo que era altamente imposible... eran bebés de pocos meses), o simplemente estaban tan cansados de llorar como Myka, y al cabo de algunos minutos ambos permanecieron en silencio. Ahmael no sabía si era hora de darles otro biberón, aunque había visto a Mikhaela amamantar antes, y no creía que fuera el fin del mundo si después de todo el show que pusieron los niños se alimentaran un par de horas después. Simplemente los dejó en sus respectivas cunas. Volvió a la sala y juntó los juguetes que Myka había sacado con la esperanza de que los bebés se calmaran. Los mellizos eran encantadores, pero Mikhaela no dejaba de ser una madre primeriza y aunque Ahmael siempre le decía que podía pedir su ayuda cuando quisiera, Mikhaela se lo agradecía pero declinaba la oferta, no quería interrumpir su importante trabajo de cazar demonios y realizar exorcismos con tonterías como hacer de niñera, ella podía manejarlo. 
Un par de horas después, Myka reapareció en la sala, Ahmael simplemente había permanecido en el sofá haciendo zapping y mirando alguna película no muy interesante en caso de que ella o los bebés necesitaran algo. 
— ¿Te encuentras mejor? — Le preguntó al verla. Se la veía mucho más descansada, pero tal vez no lo suficiente. Por algún sitio debía empezar.
— Si — Respondió con una sonrisa cansada. — Gracias por salvarme.  — Ahmael correspondió su sonrisa — ¿Quieres algo para comer? Tengo algo de fruta por ahora, pero si esperas puedo hacer la cena. — Fue hacia la zona de la cocina mientras hablaba, y abrió el refrigerador para ver qué podía cocinar. Se detuvo en seco cuando vio dos pequeños biberones llenos nada más abrir el refrigerador.
Rápidamente levantó su cabeza para ver el reloj. Se le había pasado la hora de alimentarlos. Colocó los biberones en los calentadores rápidamente y casi corrió hacia la habitación de los bebés. Ahmael se limitó a observarla, sin saber si algo grave enserio había pasado, o simplemente Mikhaela estaba a punto de re-experimentar un episodio como el de horas antes. Primero vino con Jackie, a la que depositó suavemente en los brazos de Ahmael, y luego con Zack, a quien dejó a su lado en el sofá. Ahmael no pudo resistirse a hacerle cosquillas a la barriga descubierta del bebé, que en respuesta le daba patadas al aire entre  pequeñas risas. Mientras, Myka se encargaba de comprobar que los biberones no estuvieran demasiado calientes, y luego se acercó con ambos al sofá, ofreciéndole uno a Ahmael. Ella lo tomó y confiando en que Myka había comprobado la temperatura, lo llevó a la boca de la bebé. Su hermana tomó a Zack y se acomodó en el sofá junto a ella.
— ¿Hay algo interesante en la televisión? — Cuestionó Myka acercando el biberón a Zack.
— Para nada, es sólo una película romántica aburrida. — Ver cómo la pequeña Jacobed le devolvía la mirada mientras se alimentaba era mucho más interesante que la ridiculez en la televisión.
— ¿No pusiste Netflix? Están esas películas que a ti tanto te gustan. Las del espacio exterior. — Sugirió mientras hacía el biberón de Zack a un lado, ya que se negaba a tomarlo, para alzar su suéter y descubrir uno de sus senos para el bebé. — Oh,... espero que no te moleste. —Dijo en referencia a lo que acababa de hacer.
— Para nada, no te preocupes. — Le quitó interés rápidamente — Y hablas de Star Wars.
— Me gustan más las películas de Star Trek. Ni siquiera vi las últimas de Star Wars. — Comentó buscando las películas en la plataforma y eligiendo la primera que se presentara. 
—¡Star Wars es mejor! Además, el director era un visionario, comenzó con las últimas tres películas de la saga original porque sabía que años después contaría con la tecnología para poder producir correctamente las primeras tres.
—¿Enserio, Ahmael? Yo recuerdo las frases “Anakin, rompiste mi corazón”, “YO TE AMABA”, y un diálogo sobre la arena metiéndose en todas partes... — Imitó con tono dramático las líneas de la película que, de alguna manera, le habían hecho reír en su momento; y al parecer su actuación tuvo el mismo resultado en Ahmael en ese momento. — ¡Y no me recuerdes a JarJar!
— Vale, vale, eso te lo concedo. Pero es un clásico...
Mientras la película continuaba, ambas seguían en una discusión trivial sobre películas, hasta que ambos bebés terminaron de comer, y de todos modos ambas se quedaron viendo la película unos momentos más, con los bebés en sus brazos. Entonces, Myka habló:
— ¿Emprenderás la huida o te quedarás a darme una prueba de nuestra verdadera amistad? —Dijo bromeando.
— ¿A qué te refieres? — Preguntó algo extrañada ante la repentina pregunta de su hermana.
— La próxima vez que lloren será para cambiar pañales.
— Claro, me quedaré. — Señaló encogiéndose de hombros, sin entender la gravedad del asunto. A todos los bebes había que cambiarlos, después de todo.
— Sí que eres una mujer valiente. Te traeré unas sábanas si no te molesta dormir en el sofá, si no te gusta buscaré el colchón inflable, o puedes dormir conmigo, mi cama es grande.  —Comentó poniéndose de pie.
— El sofá está bien, no te preocupes. — Le aseguró sonriente antes de pausar la película. Dejó a Jacobed en la pequeña sillita mecedora, y Myka no tardó en hacer lo mismo con Zack.
— Iba a ofrecerte algo más delicioso para la cena, pero se hizo tarde, por lo que el menú será pasta con alguna salsa congelada. — Explicó Myka mientras volvía de su habitación un juego de sábanas en mano.
—Tu tranquila, he estado comiendo pizzas durante días gracias a Caedis. Una pasta es a esta altura comida gourmet. — Bromeó. Tomó las sábanas que le ofrecía Myka y comenzó a arreglar el sofá mientras su hermana se encargaba de la cena.
El nefasto momento llegó cuando los bebés comenzaron a llorar nuevamente. Y para esto, Myka no necesitaba siquiera acercarse para saber qué necesitaban. 
—Cuida la cena. — Le dijo a Ahmael — Lo tengo bajo control.
—¿Estás segura?
— Son simplemente pañales, estaré bien, tú cuida la pasta y pon a descongelar la salsa en el microondas. — Pidió llevándose a los niños para cambiarlos en su habitación.
Y con eso, Myka podía decir que el día había acabado, al menos por ahora. Los bebés no tardaron en dormirse, y depositó un beso en sus cabecitas antes de volver junto a Ahmael, que estaba quitando la pasta del colador.
— No sé qué habría hecho si no hubieras venido. — Dijo agradecida. — Si algún día quieres hijos, espero que lo pienses bien.
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Zarpa el barco
https://anchor.fm/cierra-el-libro-al-salir/episodes/Episodio-1-zarpa-el-barco-e2tng2
¡Grandes noticias! El barco flota y ha comenzado su viaje. Podéis subiros a él en todos estos puertos:
-Anchor
-Ivoox
-Spreaker
-Spotify
-Google Podcasts
-Apple Podcasts
En la singladura de hoy de Cierra el libro al salir, correspondiente al mes de enero de 2019, te ofrecemos los siguientes entretenimientos: 
0:00     Presentación. 
2:01     Resumen de noticias:               
             -escritores instagrameados               
             -antologías de microrrelatos que están al caer               
             -libros españoles de los que podría salir una serie de televisión
             -¿ganará Murakami el Nobel?               
             -palabras perdidas               
             -premio Nadal               
             -rutinas para escritores:                 
                      200 word a day                
                      nanowrimo           
22:20   Cuéntame un libro: Ana nos cuenta Carne viva, de Vera Giacconi.
35.15    Relato: Agua helada, Vera Giacconi. 
48:10   Libro de reclamaciones, con Manu Espada. Los libros de Manu interrogan a su autor y, a partir de 1:17:20, Manu interroga a su libro Personajes secundarios. 
1:25:00  Cuéntame un libro: Fernando habla de las Obras completas de Wolfgang Borchert. 
1:41:00  El reloj de cocina, Wolfgang Borchert. 
1:46:39  Entrevista a destiempo. Hoy hablamos con Julio Cortázar. La entrevista original completa aquí. 
1:57:45  Reseña Borgiana. Ana nos reseña Los sueños florecen bajo las tapaderas, de Alfonso De la Torre. 
2:04:10  Oído por ahí: literatura que nace en la calle. 
2:09:35  Despedida y cierre.
Los enlaces de los libros apuntan a Amazon por comodidad, pero os recomendamos que, si os interesan, los compréis en una librería de barrio. Cualquier sugerencia o crítica, incluso malintencionada, nos la podéis enviar a [email protected] es todo por esta vez. Dentro de un mes, otro episodio. ¡Ah!, no olvidéis cerrar el libro al salir.
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manani973 · 6 years
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PARTNERS (traducido al español) capitulo 1
autor original: http://sophcaro.tumblr.com/
Una sacudida eléctrica recorre el cuerpo de Jurina cuando un sonido agudo la despierta, extrayéndola efectivamente de su sueño. Su mano torpe va a presionar el botón de la alarma, impidiendo que suelte más sonidos desagradables. El dormitorio inmediatamente se sumerge en un silencio pacífico otra vez y Jurina exhala profundamente de frustración. A pesar de saber muy bien qué hora es, se niega obstinadamente a abrir los ojos, apreciando la comodidad de su cama unos minutos más. Cuando sabe que ya no puede atrasar lo inevitable, se levanta de la cama y se sienta a un lado, mirando molesta el objeto redondeado que perturba su sueño.
Ella sabe que no debería enfadarse con eso. No es su culpa si tiene un mal humor inusual. El despertador solo hizo su trabajo y la despertó a las 6.30 a.m., como de costumbre durante un día de trabajo. Siempre le toma un poco de tiempo despertarse, pero su gran bostezo bostezo indica claramente que va a ser un poco más difícil hoy. Ella desea poder volver a dormir un poco, pero sabe que desafortunadamente no es una opción. Finalmente, poniéndose de pie, avanza sobre la alfombra azul, primero dirigiéndose al baño, antes de ir hacia su tocador. Sus dedos hurgan en el cajón en busca de su chándal azul oscuro favorito, sacándolo cuando finalmente lo encuentra. Unos segundos más tarde, Jurina está completamente vestida y se acerca a la puerta, agarrando su iPod en su camino.
El pasillo todavía está oscuro y silencioso cuando sale y dirige hacia la entrada, poniéndose sus zapatillas azules oscuras a juego, antes de abrir la puerta principal. Mientras la cierra detrás de ella, un viento frío le llega, y ella tiembla cuando la sensación desagradable le golpea con toda su fuerza. Dando una mirada curiosa a su alrededor, observa a unos pocos transeúntes caminando por la calle, dirigiéndose al trabajo a juzgar por sus trajes negros. Cuando finalmente se acostumbra al aire fresco, baja los escalones, abre la puerta unos segundos más tarde y camina hacia la calle. Su mano izquierda se mueve hacia su bolsillo y saca su iPod, enciende el dispositivo y se coloca los auriculares en las orejas. La música de River inmediatamente resuena y vuelve a poner el reproductor de música en su lugar, sus pies se mueven hacia adelante inmediatamente cuando comienza a correr por la mañana.
Se ha convertido en una rutina desde hace dos años, una que no se perdería por nada en el mundo. Al principio, solo lo hacía unos días a la semana, principalmente para mantenerse en forma. Luego, cuando se dio cuenta de que también le ayudó a aclarar su mente, se convirtió en un hábito diario. Desafortunadamente hoy, la actividad no parece tener el efecto pacífico que debería tener. Cuando Jurina llega a la esquina de su calle, su corazón ya late con fuerza, pero no por el ejercicio físico.
 Ella había puesto su reproductor de música en esa canción en particular con la esperanza de que la letra le ayudara a deshacerse de su aprensión actual, pero no estaba haciendo su trabajo. A pesar de lo mucho que trató de concentrarse en la canción, no podía dejar de pensar en cierta chica. Para ser honesta, ella no ha dormido muy bien esta anoche, y no podía dejar de dar vueltas en su cama al pensar en su reunión con Rena. La última vez que la vio fue hace una semana, después del concierto de Tokyo Dome. A pesar de lo ocupada que estuvo Jurina estos últimos días con las actividades de SKE, el tiempo todavía parecía insoportablemente largo.  
Los primeros días, no podía esperar para reunirse con Rena otra vez, y había maldecido más de una vez su salida apresurada. Sin embargo, a medida que pasaban los días y la fecha de su reunión se acercaba, comenzó a temerlo más que nada, el miedo comenzó a apoderarse de ella. ¿Qué pasa si Rena se dio cuenta durante su tiempo de separación que cometió un error y decidía retractarse de todo lo que dijo?
Mae he! Mae he! las letras le gritan, pero sus pasos nunca han sido tan inestables. Ella quiere mantener la fe, pero las palabras de Rena en el hospital le dejaron una profunda huella en su corazón. Cuando de repente recuerda la confesión de Rena, empuja su negatividad a un lado, sus ojos se iluminan con esperanza. Ella quiere creer en esas palabras que le dijo. Rena nunca diría tal cosa si no lo decía en serio, ¿verdad?
Veinte minutos después, vuelve a la puerta de su casa y se dirige al baño para deshacerse de todo el sudor. Mientras abre la llave de la ducha, salta ante la fría sensación en su piel, antes de acostumbrarse progresivamente a ella. Tal vez eso es lo que necesitaba ahora mismo de todos modos. Una ducha fría para deshacerse de sus preocupaciones.
Cuando entra en la cocina, su madre le da la bienvenida con una sonrisa, que intercambia, antes de tomar asiento a la mesa. Ella le agradece cuando coloca su desayuno frente a ella, antes de tomar granos de arroz con sus palillos distraídamente. La comida de alguna manera tiene un sabor un poco diferente esta mañana, y ella sabe que tiene algo que ver con el nudo en el estómago y la chica que todavía tiene en mente.
Al darse cuenta de que todos los trucos habituales no funcionaron esta mañana, ella deja de intentar luchar contra esa aprensión molesta, sabiendo que solo desaparecerá una vez que haya hablado con Rena. Ahora, todo lo que tiene que hacer es ser paciente. Cuando su madre sale de la cocina para dejarla comer en paz, la habitación vuelve a estar tranquila, excepto por el sonido del reloj. Jurina echa un rápido vistazo, notando que aún le queda una hora más de espera. No debería ser tan difícil, pero desafortunadamente, la paciencia nunca ha sido su punto más fuerte.
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Algunas chicas del grupo SKE actualmente se están cambiando en el vestuario, preparándose para la grabación del programa de televisión. Churi, mientras se viste, observa por el rabillo del ojo a Jurina, que ha estado muy callada desde su llegada hace diez minutos. Su silencio contrasta con toda la charla que puede escuchar a su alrededor, y realmente se pregunta qué le está sucediendo a su amiga.
En realidad, no es la primera vez que se comporta de esta manera. Ella ha estado inusualmente distante con todos estos últimos días, incluso manteniéndose lejos de su objetivo favorito, Ryoha. Mientras que la chica de dieciséis años probablemente disfrutaba del respiro, Churi estaba cada vez más preocupada. Había interrogado a Jurina algunas veces, pero todo el rato decía que estaba bien.
Su comportamiento incómodo hoy ha tomado un nuevo nivel, y Churi levanta una ceja sorprendida ante la vista de la chica que ahora está sentada en una silla, y verifica la hora en su teléfono cada dos minutos, dejando escapar un pequeño suspiro de vez en cuando de sus labios. Ahora que está completamente vestida con su uniforme, Churi se da la vuelta para mirarla por completo y da un paso adelante, teniendo suficiente de la extraña actitud de su amiga.    
"¿Qué pasa contigo?"
Jurina, perdida en sus pensamientos, salta a la voz aguda detrás de su espalda, antes de ver a una confusa Churi mirándola.
"¿Qué quieres decir?"
"No has dejado de mirar tu teléfono durante diez minutos".
Justo al mencionar su teléfono, Jurina echa un rápido vistazo a él, comprobando la hora nuevamente, antes de dejarlo de lado. Ella sabe que su comportamiento no tiene ningún sentido, y maldice mentalmente a su amiga por sus perspicaces ojos, sin saber qué responder a su pregunta. Casi espera que Churi abandone el tema, pero cuando levanta la vista y nota su intensa mirada, sabe que esto no va a suceder. Si hay algo que descubrió recientemente sobre Churi, es que puede ser muy terca cuando quiere.
"Rena regresará hoy. Ella estará haciendo la presentación con nosotros".
La preocupación de Churi se desvanece inmediatamente ante la explicación. Por un minuto, realmente estaba esperando lo peor. En su boca se dibuja una sonrisa y ella apoya su espalda contra la pared, cruzando sus brazos sobre su pecho.  
"Correcto. La chica de tus sueños".
Los ojos de Jurina se abren ante su énfasis en la última palabra, antes de murmurar en voz baja cuando nota la diversión de su amiga. Cuando salieron del hotel en Tokio hace una semana, Churi la acribilló con preguntas en el taxi, y ella pudo haberle mencionado el incidente del 'sueño'. Obviamente, ella debería haber dejado esa parte.
"Nunca debería haberte dicho eso. Tengo la sensación de que nunca lo olvidarás".
Churi se ríe entre dientes, notando cómo su amiga ahora advierte sus ojos con incomodidad.
"Tienes que admitir que el patrón es realmente cómico".
Un pequeño gemido deja los labios de Jurina y entierra su cabeza en sus manos, Churi se está riendo ante su acción. Ahora, ella está segura de eso. Ella nunca debería haber cedido a la curiosidad de Churi ese día en Tokio.
La risa se desvanece de repente y Jurina echa un vistazo curioso a su amiga entre sus dedos. La atención de Churi ya no está en ella y Jurina inclina su cabeza hacia la derecha, preguntándose qué distraerá repentinamente a la chica. Su respiración se detiene cuando ve a Rena que acaba de llegar y que se quita el abrigo.
La Matsui mayor aún no ha notado su presencia y Jurina aprovecha esta oportunidad para mirarla cuidadosamente, su corazón se acelera al instante, cuando en la boca de Rena de pronto se dibuja una sonrisa mientras responde lo que Airi le está diciendo. Jurina está demasiado lejos para escuchar cualquier cosa que digan, pero en este momento, realmente no importa. Esa expresión tímida es algo que Jurina nunca se cansa de ver.
Para ella, Rena es realmente una chica hermosa: desde su largo pelo negro hasta sus pequeños ojos marrones y penetrantes, casi parece un personaje de uno de esos cuentos de hadas. Una cosa es segura: realmente se merece su título de 'Princesa de Nagoya'. Sin embargo, a pesar de todas sus características atractivas, es esa sonrisa especial de ella que nunca deja de hipnotizar a Jurina cada vez que lo presencia en sus labios. Su admiración por Rena había comenzado el primer día que se unió al grupo y, de acuerdo con el sonido de su corazón palpitante, no iba a terminar pronto.
Un ligero toque en su hombro distrae la atención de la joven y ella dirige la mirada hacia Churi, que está señalando con la cabeza a la Matsui mayor.
"¿Por qué no vas y hablas con ella?"
Jurina mira a Rena, notando cómo está absorta en una conversación con Airi, antes de negar con la cabeza.
"Quizás más tarde. Ella está ocupada".
Churi levanta una ceja sorprendida, sin esperar ese tipo de respuesta. Ella recuerda vívidamente los momentos en que una joven Jurina se aferraría a Rena a cada oportunidad dada, haciendo caso omiso de cada una de las protestas de la niña. Ella entendió por qué Jurina había detenido su comportamiento en los últimos meses, mientras intentaba distanciarse de la chica por la que sentía algo, pero esta razón ya no era válida. Rena había confesado sus sentimientos por ella, entonces, ¿por qué estaba actuando así?
Churi observa el comportamiento curioso de Jurina unos segundos más, antes de levantar su mirada hacia Rena y mirarla a los ojos. Una pequeña sonrisa roza los labios de la Matsui mayor y Churi responde, sin perderse la forma en que los ojos de Rena caen expectantes sobre Jurina, cuya atención ahora está en su repentinamente interesante teléfono. Churi intenta descifrar el comportamiento de su joven amiga - sin comprenderlo por un tiempo - hasta que finalmente la golpea.
"Tienes miedo".
Los dedos de Jurina se detienen en la pantalla ante la declaración de la niña, antes de echarle una mirada tentativa. La forma en que sus rasgos comienzan a contorsionarse con vergüenza es la única confirmación que Churi necesitaba saber que dio en el blanco.
"Realmente no puedes hacer nada sin mí, ¿verdad?"
Jurina frunce el ceño ante las palabras de Churi y curiosamente sigue sus movimientos, hasta que se congela cuando comprende que va a hablar con Airi y Rena. En este momento, ella daría cualquier cosa por saber de lo que está hablando tan alegremente con ellas, ya que su espionaje desafortunadamente no funciona a esa distancia.
Jurina se da cuenta de que Airi y Churi repentinamente abandonan la habitación, la atención de Rena vuelve inmediatamente a ella cuando se acerca a ella.
"Buenos días, Jurina".
"Hola".
Ambas chicas comparten una sonrisa antes de que Rena se vuelva hacia el perchero y agarre su atuendo, sus ojos deambulan por la habitación y se da cuenta de que todas las otras chicas ya están vestidas con sus uniformes. Ella sabe que es terriblemente tarde. No oyó sonar la alarma de su reloj la primera vez - atrapada en un sueño profundo inusual - y se había despertado apresuradamente ante el sonido de la segunda advertencia.
Volviendo a centrar su atención en la tarea en cuestión, se quita rápidamente la ropa -  poniéndose su atuendo una vez que está en ropa interior -  y luego inclina la cabeza con curiosidad hacia Jurina, quien no ha dicho una sola palabra desde su llegada. De hecho, comienza a preguntarse si no la está evitando. De hecho, sus ojos están puestos en cualquier cosa menos en ella, y no puede evitar darse cuenta de la forma en que está jugando nerviosamente con su teléfono.
De repente, un miembro del personal entra a la habitación y les advierte que el espectáculo comenzará en diez minutos, y la habitación comienza a vaciarse progresivamente, dejando a Jurina en silencio a solas con Rena. La Matsui mayor, que está ocupada haciendo los últimos ajustes en su atuendo azul, dirige su atención a la chica más joven cuando termina, preguntándose de dónde viene su inusual quietud.
"Jurina?"
Rena acerca sus dedos a la mejilla de Jurina en una tentativa de caricia, solo para verla estremecerse por el gesto. Ella inmediatamente retira su mano, sus ojos se abren con sorpresa.
"¿Está todo bien?"
Jurina levanta los ojos al escuchar la preocupación en la voz de la niña mayor, maldiciendo mentalmente su propio comportamiento. Ella no ha dejado de sentir aprehensión por su reunión durante toda la mañana, y estaba empezando a mostrar.
"¿Qué es?"
Jurina sigue los movimientos de Rena que ahora está sentada en la silla frente a ella, sin perderse la mano que tentativamente hace su camino para reposar sobre la de ella.
"¿Te arrepientes de lo que pasó?"
Jurina mira sorprendida, viendo su propia aprensión reflejada en los ojos de la niña mayor. Cuando llegó esta mañana al estudio de televisión, esperaba que hablar con Rena le ayudara a tranquilizar su mente, pero solo había logrado preocuparla. Bien hecho, Jurina.
"De ningún modo".
Jurina aprieta ligeramente la mano de Rena, con la esperanza de transmitir la mayor comodidad posible, y suspira mentalmente cuando las facciones de Rena comienzan a relajarse.
"Entonces, ¿por qué estás actuando de esta manera?"
"Tienes que entender. Durante meses, creí que nunca corresponderías mis sentimientos. No había nada de lo que estuviera más segura. Tu confesión me tomó completamente por sorpresa. Todavía me cuesta aceptar lo que realmente sucedió".
Rena asiente con la cabeza, el alivio se apodera de ella cuando finalmente obtiene una respuesta al comportamiento incómodo de Jurina.
"No te sentirías así si me hubieras dicho antes cómo te sentías".
"¿Hubieras devuelto mis sentimientos si me hubiera confesado en el hospital?"
La pregunta de Jurina toma a Rena por sorpresa y momentáneamente desvía la mirada, realmente pensando en ello. ¿Hubiera sido capaz de responder positivamente a su confesión en ese momento? Probablemente no. Hubiera sido demasiado pronto.
Mirando hacia atrás a la niña, nota la expectación en sus ojos, y sabe que enfrenta un dilema. Por un lado, ella sabe que no puede mentir. Ha habido demasiados secretos entre ellas últimamente, y si hay algo que ella odia sobre todo, es mentir. Por otro lado, ella sabe que no puede ser completamente honesta. La verdad no haría nada bueno, más que lastimar a Jurina, especialmente cuando ella está actualmente en un estado de ánimo tan frágil.
"No lo sé".
Rena observa como una leve sonrisa roza los labios de Jurina. ¿Ella vio a través de su media mentira? Quizás, pero si ese es el caso, ella decide no decir nada.
"Ves... Esa es precisamente la razón por la que no te lo dije".
Rena inmediatamente odia la melancolía que presencia a los ojos de Jurina. Ella sabe que está pensando en ese día otra vez, y daría cualquier cosa por borrar ese doloroso recuerdo de su mente.  
"Todo eso queda ahora en el pasado. No pensemos más en eso".
Jurina asiente y Rena levanta su mano, su pulgar acaricia suavemente la mejilla de Jurina en un gesto reconfortante. Esta vez, Jurina no intenta alejarse y Rena sonríe, contenta de ver la luz en sus ojos. Retrayendo su mano, se levanta de su silla, y una rápida mirada al reloj en la pared le dice que apenas tienen cinco minutos para el inicio del espectáculo. Notando la atención de Rena sobre el reloj, Jurina se levanta también, ajustando su atuendo por última vez para prepararse para la actuación.
"¿Confías en mí?"
Jurina frunce el ceño ante la extraña pregunta, preguntándose por qué Rena le está pidiendo tal cosa. Por supuesto que sí. Ella pondría su vida en sus manos sin un segundo de vacilación. Al darse cuenta de que Rena aún espera expectante una respuesta, asiente rápidamente, una sonrisa genuina se mueve hacia sus labios.
"Sí".
"Entonces no tengas miedo. Mis sentimientos por ti son reales".
El corazón de Jurina comienza a golpear en su pecho, viendo como Rena avanza para envolver sus brazos alrededor de su cuello, su cabeza descansando en su hombro. A pesar del hecho de que no es la primera vez que Rena hace tal declaración la respiración de Jurina se detiene, de alguna manera todavía no está acostumbrado a escuchar esas palabras.
Un golpe suave distrae su atención y Jurina inclina su mirada hacia la puerta, escuchando la voz de Churi que les advierte que el espectáculo está por comenzar. Al separarse de Rena, comienza a dar un paso atrás cuando el agarre alrededor de su cuello se aprieta de repente, impidiéndole moverse más.
"Espera. Quiero abrazarte un poco más".
Los ojos de Jurina se ensanchan, sin esperar esas palabras de la chica. Si hay algo que Rena y Mayu tienen en común, es su puntualidad. Nunca llegan tarde y odiarían ser el motivo de cualquier retraso. El corazón de Jurina se agita, sabiendo perfectamente que Rena está tratando de dejar a un lado su aprensión. Jurina silenciosamente asiente a su pedido, envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de la niña mayor de nuevo. Cuando los dedos de Rena se mueven para acariciar la parte posterior de su cabeza, Jurina cierra los ojos, estrechando el abrazo y saboreando el gesto tierno y reconfortante.
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 Jurina mira la tienda desde afuera, y se da cuenta de las cinco personas que hacen fila en la caja. Aparentemente, esta panadería es tan popular como le prometió su mejor amiga.
"¿Es esta?", pregunta Jurina, frunciendo el ceño al ver el nombre francés en la ventana delantera, antes de volverse hacia Mayu, que se acerca para abrir la puerta.
"Sí. Allegresse es la mejor panadería de Tokio".
Jurina asiente, siguiendo con escepticismo a la chica que está entrando al lugar. Es su último día en Tokio - tiene trabajo que hacer con AKB por unos días -  y quiere usar sus últimas horas en la ciudad para ir a comprar chocolates. Podría haberlos comprado en Nagoya, pero tan pronto como informó a su amiga de sus planes de comprar chocolates para el Día de San Valentín, Mayu inmediatamente le había mencionado ese gran lugar que conocía en Shibuya.
Jurina frunce el ceño cuando entra en la panadería y echa un vistazo a todas las opciones. A juzgar por los diferentes tipos de chocolates, el día de San Valentín es un evento importante. Lástima que no tiene ni idea de qué comprar.
"¿Qué vas a comprar?" Jurina pregunta, inclinando la cabeza con curiosidad hacia su amiga que está mirando diferentes tipos de chocolates.
"Estos", responde Mayu, señalando chocolates rectangulares de color marrón, "los de sabor a fresa."
"Así es", asiente Jurina, recordando de repente la reacción alegre de Yuki cuando a los miembros les ofrecieron hace un tiempo chocolates después del lanzamiento de un anuncio, "Yuki los ama".
"¿Qué vas a comprar para Rena?" pregunta Mayu, su atención completamente en Jurina ahora que ha hecho su elección.
"No tengo ni idea", Jurina se encoge de hombros, mirando abatida todas las opciones.
"Entonces no le compres nada", dice Mayu casualmente, dando un paso adelante hacia la salida cuando el cliente al frente sale de la tienda.
"¿Estás diciendo que no debería comprar chocolates en el Día de San Valentín?" Jurina jadea con incredulidad. ¿Por qué Mayu sugirió tal cosa cuando ella misma está comprando chocolates para Yuki?
"Claro, adelante y no le compres nada", Mayu se ríe entre dientes, sacudiendo la cabeza con diversión, "Sería la relación más corta de la historia".
"Mayu", Jurina gruñe, entendiendo que ha sido engañada. Ella realmente debería dejar de creer cada palabra que dice su mejor amiga. Desviando su atención de la chica molestamente entretenida hacia los chocolates negros y redondos, y su rostro se aclara mientras lee la inscripción de abajo.
"Esos", les hace un gesto, con la boca en una amplia sonrisa cuando finalmente ha encontrado lo que estaba buscando.
Mayu entrecierra los ojos mientras descifra la descripción, sus rasgos se contorsionan con sorpresa cuando termina de leerlo, "¿Chocolates Wasabi? ¿De verdad?"
"Sí", asiente Jurina, divertida cuando su amiga hace un sonido repentino de disgusto, "ella los ama".
"Bueno", dice Mayu, frunciendo el ceño ante esta nueva información, "Rena siempre ha tenido gustos extraños".
Jurina se ríe de la afirmación de Mayu, admitiendo que no está completamente equivocada. Rena es muy famosa por amar la comida picante, después de todo.
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A Jurina le tomó completamente por sorpresa cuando Rena, después del rodaje de un programa de televisión, le preguntó si quería ir a su casa el viernes por la noche. Ella sabe que la Matsui mayor no invita a mucha gente a su departamento - de hecho, está bastante segura de que Airi es la única que tuvo tal oportunidad - y le tomó unos segundos registrar lo que acababa de sugerir, antes de responder positivamente a la proposición.
Ahora, cinco días después, no puede evitar sentirse un poco privilegiada parada justo en el medio de la sala de estar de Rena. Sus ojos escanean el lugar con una excitación apenas contenida, mientras espera que la niña mayor termine de limpiar la mesa de la cocina. Tan pronto como llegaron al departamento de Rena inmediatamente cenaron, y Jurina apenas tuvo tiempo de echar un vistazo.
Como era de esperar, el lugar es realmente limpio y ordenado. Ella realmente tendría que mirar de cerca para encontrar cualquier rastro de polvo. Sus pies la conducen al estante lleno de libros que están a la derecha de la televisión. Ella levanta una curiosa ceja cuando ve una sección inusual en el extremo izquierdo del estante, en contraste con la gran cantidad de libros de cocina. Cuando ella se acerca, su boca inmediatamente tira de una sonrisa divertida, siendo testigo de la exhibición de la pasión de Rena: mangas, DVD... todo, por supuesto, cuidadosamente alineado.
Cuando oye pasos que se acercan, se da la vuelta para mirar a Rena, quien inmediatamente sonríe cuando descubre lo que está mirando.
"Veo que has encontrado mi lugar secreto".
Jurina le devuelve la sonrisa, antes de dar unos pasos hacia su bolso que descansa sobre una silla y sacar una pequeña caja rectangular un segundo después. Rena levanta una curiosa ceja cuando la niña se acerca y extiende su mano para dársela.
"Toma, es para ti".
Rena la mira sorprendida, antes de tomar el objeto ofrecido y sentarse en el sofá. Sus dedos abrieron cuidadosamente la caja, sus ojos se abrieron ante la vista de los chocolates.
"¿Me compraste chocolates? Eso es muy amable de su parte. ¿A qué se debe?"
Jurina que acaba de sentarse cerca de la niña inmediatamente frunce el ceño. Ella aparta la vista de la caja para mirar a Rena, preguntándose si realmente está pidiendo tal cosa.
"¿Realmente no lo sabes?", pregunta Jurina, y solo ve a la niña mayor negando con la cabeza confundida, "es el Día de San Valentín".
Jurina casi puede ver los engranajes girando en la cabeza de Rena mientras sus rasgos se contorsionan progresivamente en la realización.  
"Pensé que era por eso por lo que me invitaste a tu departamento", continúa Jurina.
"No, me olvidé completamente de eso", contesta Rena, "para ser sincera, nunca me preocupé por el día de San Valentín".
"Oh", murmura Jurina.
"¿Es importante para ti?", pregunta Rena suavemente, sin perderse la forma en que Jurina ahora desvía la mirada.  
"En realidad no", Jurina responde con sinceridad, "pero temía que te enfadaras conmigo si no hacía nada".
"¿Enfadada contigo?" Rena se ríe, sacudiendo la cabeza con diversión, "Nunca le he prestado atención porque no creo que las personas necesiten una cita especial para recordarles cómo se sienten. Cuando sientes algo por alguien, debes mostrarlo a diario, ¿no crees?"
Jurina asiente, todavía sintiéndose un poco avergonzada, antes de ver a Rena inclinarse para besarla.
"Gracias, Jurina. Es un gesto agradable".
La boca de Jurina adopta una expresión tímida cuando Rena se reclina desde el beso - su mano apretando a Jurina de forma tranquilizadora en el proceso - antes de desviar su atención hacia la caja y sacar un chocolate, una sonrisa se mueve a sus labios cuando toca su lengua.
"Es dulce".
"¿Dulce?"
Jurina mira a Rena con sorpresa. ¿Desde cuándo los chocolates wasabi son "dulces"?
"Sí, coje uno".
Jurina mira con recelo la caja que Rena está empujando ligeramente hacia ella. Ella no confía en su paladar ni un poco. La última vez que comió pasta que no era picante de acuerdo con las palabras de Rena, tuvo que beber un vaso de agua después para deshacerse del sabor desagradable de su lengua. Ahora, su experiencia le ha enseñado a ser siempre cautelosa cuando se trata de comida con Rena.
Desviando su atención de la caja para mirar a la chica mayor, nota su mirada inocente mezclada con sorpresa. Jurina en realidad no quiere correr otro riesgo, pero una repentina oleada de coraje fluye por su cuerpo mientras mira de nuevo la caja dorada llena de chocolates. Realmente se ven deliciosos por fuera, pero ella sabe que esto es solo una ilusión. Es el relleno a lo que más teme. Su mano izquierda se mueve vacilante sobre la mesa para tomar un chocolate de la caja. Ella traga un bulto mientras observa el chocolate marrón entre sus dedos antes de desviar su atención a su vaso de agua, listo para aliviar su garganta ardiente en el momento en que ella note la sensación picante.
En medio de la determinación, se acerca el chocolate a los labios, temiendo ya lo que está por suceder. Sus rasgos se contorsionan en aprensión mientras hace contacto con su lengua, hasta que sus ojos se abren con sorpresa. Es sabor fresa. Sus dedos vuelven a la caja mientras toma otro chocolate su boca abriendose porque todavía no puede sentir el desagradable sabor a wasabi. Rena tiene razón. Estos chocolates no son picantes en absoluto. ¿Qué está pasando? ¿Se está volviendo loca? ¿No compró los chocolates wasabi en la tienda?
"Jurina?"
Jurina mira a Rena, inmediatamente notando sus ojos inquisitivos. Ella sabe que su sorpresa debe verse reflejada en toda su cara, pero tiene que encontrar una explicación para ese giro inesperado de los acontecimientos. Ella como que quiere sacar otro chocolate de la caja para asegurarse de que no está soñando, pero sabe que no cambiaría nada. Ella no sabe cómo sucedió, pero de alguna manera, terminó con la caja incorrecta. Espera. Si ella tiene los sabores de fresa, entonces significa...
"Oh no".
Sus rasgos comienzan a descomponerse cuando se da cuenta de lo que sucedió y se levanta abruptamente: Mayu tiene los chocolates que se suponía que eran para Rena. Rápidamente se dirige a su bolsa que reposa en el sofá - hurgando frenéticamente en ella - antes de presionar rápidamente el número de teléfono de Mayu que está en marcación rápida. Cuando de repente oye que la chica responde del otro lado, su voz se levanta de inmediato.
 "¡Hola Mayu! No sé lo que pasó, pero no le des la caja a..."
Jurina hace una mueca cuando los gritos comienzan en el otro lado del teléfono. Demasiado tarde. Escucha impotente la ira de su mejor amiga - ni siquiera trata de justificarse porque sabe que sería inútil - antes de desconectar el teléfono cuando los gritos se intensifican y es llamada con todo tipo de nombres. Mayu puede ser la persona más dulce del mundo, también es muy malhumorada. Su ira actual es un recordatorio claro de ese aspecto de su personalidad, un aspecto que Jurina hubiera preferido evitar ser testigo esta noche. Ella no sabe cuánto duró, pero de repente escucha la voz distante de Yuki, y los gritos finalmente se detienen. Lo que sea que ella dijo, obviamente funcionó, ya que Mayu ahora está muy callada, y Jurina agradece mentalmente a Yuki que de alguna manera siempre sabe cómo calmar al instante a la estrella de AKB.  
"Está bien, Jurina. No te preocupes por eso".
La Matsui menor exhala profundamente en alivio ante las reconfortantes palabras de Yuki, sin perderse el débil murmullo detrás de la voz de Yuki. Ella sabe que Mayu debe estar gruñendo detrás de la espalda de su novia, pero no oye otra palabra de ella cuando Yuki cuelga.
"¿Qué pasó?", pregunta Rena cuando Jurina se sienta a su lado en el sofá.
"Bueno", comienza Jurina, evitando los ojos de la niña, avergonzada, "Fui a una panadería con Mayu para comprar chocolates y después de eso, nos quedamos un rato en un café. Creo que nuestras bolsas de alguna manera se mezclaron, y Mayu se fue con los chocolates con sabor a wasabi".
"Bueno".
Jurina exhala profundamente antes de mirar fijamente la caja dorada e hizo una mueca mientras imagina a Yuki vaciando un vaso de agua para deshacerse del sabor. Jurina escucha una suave risita a su lado y levanta la vista, notando la forma en que Rena está tratando de sofocar su risa.
"Pobre Yuki".
Jurina se sorprende por la reacción de la niña, antes de unirse pronto a ella cuando la risa de Rena se intensifica. Sus pensamientos van a Mayu, imaginando cuán avergonzada debe de estar ahora. Puede que no tenga muchos secretos cuando se trata de su mejor amiga, definitivamente ese no es un momento que va a compartir con ella. Definitivamente no.
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Jurina coloca la almohada que Rena acaba de darle en el sofá, antes de tomar asiento, esperando pacientemente a que la niña regrese con una manta.
"¿Qué estás haciendo?"
"Me estoy preparando para acostarme", Jurina responde cuando Rena, con las manos vacías, se enfrenta a ella de nuevo.
"¿Quieres dormir en el sofá?" pregunta Rena, confundida.
"No quería asumir nada", responde Jurina, evitando la mirada intensa de la niña mayor. Ella puede estar acostumbrada a dormir mucho con Churi, sabe que Rena nunca comparte la cama con nadie.
"No entiendo. Compartimos una cama después del concierto de Tokyo Dome, y algunas veces antes de eso", afirma Rena.
"Sí, pero eso fue diferente. Te uniste a mí cuando tuve una pesadilla, luego cuando tuve frío durante la víspera de Año Nuevo. Y después del concierto de Tokyo Dome, estaba llorando en tus brazos. Solo intentabas consolarme", explica Jurina.
"Tienes razón", asintió Rena, ahora entendiendo la vacilación de la niña. Siempre ha habido una muy buena razón para que compartan una cama antes, ya sea por calor o por comodidad. Sus pies la llevan a su habitación otra vez mientras va a buscar una manta extra, antes de irse a la sala de estar nuevamente cuando encuentra una.
"Gracias", dice Jurina cuando Rena comienza a dárselo, antes de darse cuenta de que los dedos de la chica mayor lo agarran con fuerza.
"Eso es ridículo", murmura Rena, levantando la mirada de la manta blanca para mirar a Jurina, "no necesitamos una excusa para dormir juntas. Ya no".
La mandíbula de Jurina cae ante la afirmación repentina de Rena, siguiendo sus movimientos mientras retira la manta y se retira a su habitación. A pesar de escuchar a la niña fuerte y clara, no se mueve ni una pulgada, demasiado aturdida como para hacer cualquier cosa. Unos segundos más tarde, unos pasos ligeros la distraen de sus reflexiones y levanta la vista, presenciando a Rena sonriente en el umbral de la puerta.
"¿Bueno, a qué estás esperando?"
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historiasdeldivan · 6 years
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Una soltera profesional...
Tengo treinta y tantos años y soy soltera. No se me fue el tren a ningún lado. Nadie me dejó, no soy quedada ni amargada, no estoy incompleta, no estoy loca y mucho menos soy solterona. Sólo soy soltera. Soltera profesional, esas que nos salimos del modelo de mujer que nos vendió Disney, las telenovelas y sobre todo del modelo que nos enseñó la familia desde que nacimos....
Y es que a los veinte se te perdonaba que fueras soltera y la gente casi te aplaudía por ello, pero a los treinta parece que es un pecado. La libertad femenina tiene fecha de caducidad para la sociedad.
Así que en vez de sentirme mal porque no encajo con lo que todos quieren que sea, lo tomé como un incentivo para crecer y hacerme más profesional en lo que soy: soltera.
¿Pero cómo distingues una solterona de una soltera profesional?
1. Lo eliges.
Una solterona piensa que no le quedó más que ser soltera. Lo sufre. Le apena. Una soltera profesional, lo elige. Sabe que la mujer que es hoy tiene que ver con que ha sabido elegir bien a sus parejas, aprende de cada una en su tiempo y también a dejarlas ir cuando es debido. Elegir ser soltera en vez de estar con quien no te quiere sólo por tener pareja es ser una soltera profesional.
2. No te da miedo quedarte sola.
Una solterona piensa que de seguir así se va a quedar sola toda la vida, que hay que buscar marido a costa de lo que sea. Para una solterona buscar novio es un trabajo. Una soltera profesional sabe que nunca ha estado ni estará sola, se tiene a sí misma, disfruta su propia compañía, sabe que la persona que siempre estará con ella y nunca va a dejarla es ella misma.
3. Te sientes más guapa que nunca.
Una solterona no acepta su edad y los cambios que la naturaleza trae con los años. Detesta su cuerpo. Se castiga, se exige. Las solteras profesionales saben que ser guapa tiene más que ver con cómo se sienten que con lo que ven en el espejo. Por supuesto que ahora comen más frutas y verduras que antes y hacen ejercicio, pero aceptan su cuerpo como es. Y es que lo más importante es que aunque ya no tenemos el cuerpo perfecto que teníamos a los veinte, sabemos usarlo mucho mejor con los años porque nos queremos más, nos sentimos más mujeres, más sensuales, más sexuales y eso se nota.
4. Formaste un hogar.
Una solterona no sabe vivir sola, una soltera profesional ha formado un hogar para ella misma con todo el amor del mundo, decorándolo con todo lo que siempre quiso tener, con todo lo que la hace sentir cómoda. Se cocina, se apapacha, se hace un spa en su propio baño. Tiene el mejor hotel de lujo para ella sola sin pedir opiniones.
5. Sabes divertirte sola.
Una solterona busca hasta por debajo de la tierra un acompañante para una boda, bautizo, funeral, fiesta infantil, etc. Una soltera profesional sabe que las miradas cuando llega a una fiesta son por lo buena que se ve y no porque la juzgan por llegar sola. Sabe divertirse donde sea sin tener que chutarse a un güey incómodo. Desde que se inventó Uber ya no necesitas que nadie te lleve a casa.
6. Tienes éxito profesional.
Una solterona busca un marido que la mantenga. A una soltera profesional le apasiona tanto lo que hace en su trabajo que hasta le pagan por ello. No hay nada más satisfactorio que ser exitosa y entre más creces más quieres tener en todos los sentidos. Es mentira eso de que a los hombres les da miedo una mujer exitosa. Al contrario, nos aman, nos admiran.
7. Te conoces a ti misma.
Una solterona espera ser rescatada por un príncipe azul, porque es débil y necesita huir de sus fantasmas, de sus inseguridades. Una soltera profesional se conoce a sí misma tan bien que no carga fantasmas, prejuicios, miedos o traumas en su espalda, es una mujer fuerte que sabe enfrentarlos.
8. Te gusta viajar sola.
Una solterona sataniza a la soledad como a un monstruo. Una soltera profesional sabe que la mejor aventura de la vida es la que vive sola en medio de la paz. Y no sólo viaja por el mundo, viaja en su mente, no puede estar ni un minuto sin viajar hacia otra parte, yo por ejemplo pienso que quiero escribir un libro, que quiero aprender a cocinar pasteles, que quiero aprender italiano, que quiero visitar Turquía, la India, que quiero estudiar foto, cada minuto de mi vida estoy viajando hacia algo que me hace feliz.
9. Disfrutas tu sexualidad sola o acompañada.
Una solterona se culpa por sentir placer. Se lo niega. Una soltera profesional sabe que el placer se consigue sola o acompañada y sabe decidir cuándo y con quién vivir cada experiencia sexual. Sabe que es ella la única responsable de sus orgasmos y no es ni una princesa ni una zorra, es ambas, porque sabe ser amiga y amante, sabe tomar decisiones sobre su cuerpo y sobre todo sobre su corazón.
10. Casarte y ser madre no es una obligación. Es un deseo.
Una solterona sufre porque se leva el famoso tren, porque al reloj biológico le suena la alarma. Sufre porque no está siendo lo que la sociedad le dijo que tenía que ser. Una soltera profesional no busca una pareja, lo que quiere es encontrar un soltero profesional que sea muy feliz. Dicen que no hay parejas felices, sino personas felices que hacen pareja. Cuando encuentre un soltero profesional entonces los dos quizás quieran convertirse en unos amantes profesionales y luego quizás en unos padres profesionales. Una soltera profesional está más cerca de conocer a otro soltero profesional que la acompañe en su vida, porque entre más cerca estás de tu alma, más cerca está tu alma gemela.
Una soltera profesional es una mujer completa. Le gusta su vida, salir al mundo sin avergonzarse, sabe que no ser la mujer que todos esperan la convierte en una mujer original.
Y eso no significa que naveguemos con la bandera de “solteros profesionales” todo el tiempo y promulguemos nuestra religión, no es temerle al amor o huirle al matrimonio, pues como dicen, si vas a hacer algo que te gusta, hazlo bien, sé un profesional.
Relájate y encuentra tu modelo a seguir, enamórate de ti misma y déjate querer. Si haces las cosas desde el corazón será más fácil plantarte frente al mundo.
Tomado de un post
Revista @estoespurpura autor @ladecuentas
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-https://www.facebook.com/elalberguedelasmujerestristes/
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tatianalucia89 · 3 years
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Cuento corto de suspenso (ponele). Es una ficción original :)
El reloj de la oficina marcó las seis en punto. Antes de que mi jefe me preguntara si podía quedarme un rato más, me levanté, tomé mis cosas y salí. No me molesté en apagar la notebook, de todos modos, me la llevaba para seguir el trabajo en casa. La adicción al trabajo es algo de lo que me debería ocupar, pero el trabajo mantiene mi mente ocupada y me impide pensar en ciertas cosas que prefiero evitar.
El viaje en subte hizo que me sienta como una vaca yendo al matadero, como de costumbre. Podría quedarme en la oficina un rato más y viajar más cómodo, pero prefería llegar temprano a casa. Buenos Aires no es una ciudad para caminar de noche con una notebook en la mochila.
Cuando llegué al edificio donde vivo, en la avenida Montes de Oca, me encontré con la vecina del cuarto piso. Es muy atractiva y, aunque es más joven que yo, hace un tiempo la invité a salir. Me respondió que no estaba interesada en los hombres. Sin embargo, quedamos en buenos términos. Nos llevamos bien. Intercambiamos saludos y cada uno siguió en su dirección.
Entré a mi departamento que se siente como la casa de un extraño. Intenté poner plantas, colgar fotos en las paredes y hasta compré un aromatizador automático. Pero no hay caso, mi casa no se siente como un hogar. Es en estos momentos cuando me arrepiento de no haberme casado. Si hubiese tenido hijos o una esposa ahora tendría alguien que me reciba al llegar del trabajo. Siempre tuve miedo de morir solo. Miedo de resbalarme mientras me esté duchando, romperme el cuello y que nadie se entere. Eventualmente algún vecino se alertaría del olor a podrido proveniente de mi departamento y llamaría a la policía. Ese pensamiento me hace sentir triste, solo y aterrado.
Quizás debería adoptar un gato, o mejor un perro. No creo que un gato me reciba cuando vuelva del trabajo.
Hace unas semanas visité a mi padre en su casa de Lanús. Después de ponernos al día acerca de varios temas como la salud de las perras, la vida de los vecinos del barrio y escuchar sus quejas sobre el gobierno, me ofreció varios libros para que me lleve. Ambos disfrutamos de la lectura y a menudo nos intercambiamos obras. Él es fanático del terror mientras que yo disfruto más los policiales. Aunque no le escapo al terror.
Revisando los libros que mi padre me prestó encontré varios que estoy seguro no voy a leer. Mi padre es el tipo de persona que cree que ciertos libros deben ser leídos sí o sí solo por el hecho de ser importantes en la historia de la literatura a nivel mundial. Por ejemplo, El principito. Yo prefiero leer lo que me llama la atención. Por tal motivo, ya sé cuáles van a ser los libros que voy a devolver sin haberlos leído. Perdón Tolkien, pero la fantasía no es lo mío.
Encuentro uno que se ve muy viejo, incluso tiene las páginas muy amarillas y las tapas un poco rotas —El vizconde demediado—. No recuerdo haberlo leído. No tiene sinopsis, pero me llama la atención por lo antiguo. Me decido por ese entre el montón.
Sentado en el sillón con mi pijama azul con rayas grises observo el libro en mis manos y acaricio la portada deslucida para sentir la textura. Me gustan mucho los libros. Nunca se sabe a dónde te pueden llevar las historias que contienen. Me gusta pensar que disfruto de los libros con más de un sentido. Mucha gente se jacta de que le gusta el olor de los libros, pero yo voy más allá. Me gusta sentir la textura de un libro nuevo y notar la diferencia con uno usado, escuchar el sonido que hacen las hojas al pasar, apreciar los distintos tonos de las páginas según las ediciones y por supuesto sentir el olor. Los libros siempre huelen bien, pero no todos tienen el mismo olor. Los nuevos huelen diferente a los viejos. Los que tienen ilustraciones o páginas a color son los más hediondos.
Los libros antiguos siempre serán mis favoritos. El ejemplar que tengo en mis manos tiene mucho uso. Me gustaría saber la historia de El vizconde demediado. No la historia que cuenta, sino su historia como objeto. Doy una ojeada rápida antes de empezar a leer. Las hojas se ven muy frágiles. Pareciera que están a punto de romperse. Lo abrí por la mitad, metí mi cara entre las hojas y aspiré el olor. Huele a viejo, pero al mismo tiempo es cálido.
De repente empiezo a toser, paro un momento, pero la tos vuelve. Siento que tengo algo atorado en la garganta, no puedo dejar de toser. Quizás aspiré un poco de polvo. Siento la presión en el rostro, por la fuerza con la que estoy tosiendo. En medio del ataque pienso que lo mejor es tomar un poco de agua. El libro antiguo había quedado en mi regazo, por lo que cuando me levanto, se cae y se rompe. Las hojas se desparraman frente al sillón donde estaba sentado hace un momento. Mientras sigo tosiendo muy fuerte no me decido entre recoger las hojas o ir a la cocina por un vaso de agua.
Me duele la garganta por la fuerza con la que estoy tosiendo, pero sigo sintiendo algo que me impide respirar. Comienzo a tener miedo. Nadie muere por una tos, ¿verdad?
Como puedo voy hasta la cocina e intento tomar un vaso de la alacena. Aunque intente parar de toser, no puedo. Pude servirme agua, pero por los movimientos de mi cuerpo se derrama un poco. Trato de no pisarla para no resbalarme y me dirijo al comedor.
Después de tomar un poco de agua la tos se calma. Tengo la garganta muy irritada. Lo que sea que está atorado ahí se siente más grande que antes. ¿Qué mierda tenía ese libro? Si era un insecto debería haber quedado atrapado en las fosas nasales. De cualquier modo, ¿por qué está creciendo en mi interior?
Advierto que me cuesta respirar y me asusto. Esto no es bueno. Asustarse nunca es bueno. Pero no puedo tranquilizarme, ¡no puedo respirar! Intento inhalar con más fuerza, pero la presión en mi garganta es cada vez más dolorosa. Necesito encontrar el celular y llamar una ambulancia. Siento que mi rostro está a punto de estallar. Tengo lágrimas en los ojos. Mientras camino a mi habitación —donde había dejado el celular— caigo al piso.
Siempre tuve miedo de morir solo. ¿Quién hubiera dicho que mi mayor miedo se iría a cumplir a causa de sentarme a leer un libro?
Me duele mucho el pecho y el cuello. Mi vida se escapa como agua entre mis dedos y me duele. Me duele ya no ver a mi padre, me duele haber sido cobarde cuando debí haber sido valiente, me duele el amor que no pudo ser y no logré superar. Me duele.
Ya no hay más dolor, solo un abismo inmenso y negro.
***
Al día siguiente, cuando Alfonso no se presenta en su trabajo, sus compañeros y su jefe se preguntan qué le habrá pasado y le envían mensajes por WhatsApp. Pero Alfonso no responde, ni siquiera los lee. Muchas comentan que es algo extraño, pero le restan importancia creyendo que está enfermo. Al observar que la ausencia se repite varios días seguidos, todos concluyen que Alfonso está enfermo. Su jefe creé que es extraño que no haya avisado, pero enseguida le resta importancia.
El padre de Alfonso intentó comunicarse con él varias veces, pero no tuvo éxito. Al principio pensó que su hijo estaba ocupado con el trabajo, pero después se convenció de que Alfonso estaba enojado con él. ¿Por qué motivo? Quién sabe. De todos modos, el fin de semana iría a visitarlo sin avisarle. Una vez que estuviera en la puerta del edificio no podría negarle la entrada.
Tres días después del incidente de Alfonso, su vecino de piso comenzó a sentir un olor hediondo, muy fuerte, como a podrido. Se le vinieron a la mente esas noticias de ancianos que mueren en sus casas y todo el mundo se entera cuando se empieza a sentir el olor fétido de la muerte. Se dijo que eso no podía ser, su vecino aún era joven.
Con un poco de miedo se acercó a la puerta. El olor era más fuerte, le costaba respirar. Se cubrió la nariz y golpeó la madera. No hubo respuesta. Volvió a golpear, obteniendo el mismo resultado. Se asustó ante la duda que se estaba convirtiendo en certeza. Sin perder tiempo llamó al ascensor, subió y presionó el botón del último piso donde vivía el encargado del edificio.
Se sintió triste por su vecino. Aunque lo conocía poco, le caía bien, no parecía mal tipo. Sin embargo, probablemente había muerto solo en su casa, sin nadie que lo ayude. Sin duda una muerte horrible.
Fin.
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nnoelitus · 3 years
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El crimen perfecto
El baño está impoluto. Los azulejos blancos no tienen marcas, ni siquiera un poco de suciedad que se acumula luego de una ducha larga y vaporosa. Aníbal los limpia con parsimonia mientras tararea una canción de su infancia. Vanina, por otro lado, yace con el cuello apoyado sobre la bañera.
Una vez que termina con los azulejos, abre la puerta del baño y deja que el vapor salga de cuarto. Se dirige directamente al ropero que se encuentra frente al lavadero. Abre la puerta e inspecciona en busca de una lata con una etiqueta blanca. “¿Por qué etiqueto todo de la misma manera?” se pregunta Aníbal resignándose a encontrarla desde su altura. Se arrodilla sobre el parqué y levanta una por una de las latas. La quinta es la que busca. Sonríe e intenta abrirla, pero un recuerdo lo detiene. Busca detrás de la puerta y encuentra el barbijo que guarda para esas ocasiones.
De vuelta en el baño, abre la lata que apoya cuidadosamente sobre la bacha. En el frasco que tiene al lado prepara cuatro cucharadas de un polvo que atesora como si fuera oro junto con cinco medidas del acido que logra extraer de la lata. Una vez preparado, lo tira sobre el cuerpo inerte de Vanina y disfruta el show que le brinda la explosión química: desde su lugar puede ver cómo la piel se desintegra generando un olor a quemado, como si estuviera cocinando un churrasco. No quiere dejar de ver el espectáculo que se le presenta frente a sus ojos, pero, resignado, se dirige a los distintos ambientes de la casa para prender el ventilador y el extractor de la cocina.
Cuando termina su ritual de encender todos los electrodomésticos de la casa junto con unos cuantos sahumerios, Vanina ya estaba prácticamente desintegrada. El agua de la bañera ya es de color rojo y los coágulos de sangre flotan como si fueran peces en una pecera exótica. Aníbal sonríe y se felicita para sus adentros por haber introducido la cantidad suficiente de producto para lograr ese efecto mientras vacía pequeños tarros de agua en el inodoro, en intervalos de treinta minutos por si levanta sospechas. Entre descarga y descarga, prende el horno para poner los huesos expuestos en la asadera. “Es como si cocinara un pollo” dice para sus adentros, mientras acomoda los huesos rojizos.
La tarde pasó sin pena ni gloria. Aníbal sigue descargando el inodoro cada treinta minutos exactos, con pequeños chorros de lavandina y agua para que no sea totalmente roja. Los huesos, por otro lado, se desintegran en el horno y las cenizas quedan apoyadas sobre las plantas muertas que decoran el balcón. El timbre suena cuando el reloj de la pared marca las 20.43. Aníbal ni se inmuta. La bañera sigue teniendo coágulos pegados en la pared y el horno sigue desintegrando los huesos de la joven, pero se dirige a la puerta con la misma tranquilidad de siempre.
—Aníbal, buenas noches. Perdón por el horario, pero volvieron a dejar la factura de las expensas en mi puerta —saluda Inés mientras extiende el sobre cerrado.
—Inés —saluda Aníbal, intentando no levantar sospechas. —Buenas noches. No hay problema, recién estoy preparando la cena.
—Lo noto, hay un rico olor en el pasillo. ¿Cuál es la preparación de la fecha?
—Pollo al horno con papas. ¿Se siente? —pregunta Aníbal con cierta satisfacción en su morbosidad.
—Sí, un gran uso de especias. Te felicito —responde su vecina como si fuera un chef reconocido.
—Si sobra algo te alcanzo para que lo pruebes —le ofrece mientras sonríe. —Te dejo antes que se me queme. Gracias y perdone las molestias. Buenas noches, Inés.
—Adiós, Aníbal —responde, pero no llega a escucharla por completo ya que cierra la puerta antes que pueda terminar la frase.
Luego de terminar su trabajo en la bañera, se dedica a limpiar el baño de manera obsesiva para que vuelva a ser del blanco original. En la cocina, por otro lado, los últimos huesos se están calcinando mientras el pollo se prepara, tal como le prometió a Inés.
Para cuando el reloj marca las 23.24, Aníbal está sentado frente a la televisión degustando un buen vino junto al pollo al horno. Sonríe nuevamente y brinda al aire, felicitándose por su perfecta actuación sobre cómo eliminar el cuerpo de Vanina que tanto lo atormentaba.
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copiarypegar · 4 years
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Lista con los mejores comandos de voz «OK Google»
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Para poder sacarle el máximo provecho a tu asistente de Google, ya sea en los parlantes o directamente en tu celular, aquí te dejo una lista con los mejores comandos de voz «OK Google».
Cada vez resulta más común que los asistentes de voz ocupen espacios dentro del hogar, para ayudarnos a controlar nuestra vida digital. Por eso, no resulta extraño encontrarnos hablando directamente con nuestros dispositivos electrónicos.
El Asistente de Google es uno de los más utilizados, porque viene instalado en los teléfonos móviles y tablets con Android, en los parlantes inteligentes, en las pantallas de Google, en los relojes inteligentes con Wear OS y hasta en los televisores y centros multimedia con Android TV.
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Con el paso de los años, Google Assistant evolucionó y mejoró, no solo en su versión original en inglés, sino también en otros idiomas.
Por suerte, en la versión en español, el asistente de Google ofrece infinidad de funciones que te permiten controlar tus dispositivos de una forma rápida y sencilla, con solo pronunciar una frase.
Después del OK Google, qué más puedo decir?
Todos sabemos que para activar al asistente basta con decir las palabras mágicas: OK Google. El problema es que no sabemos con exactitud que palabras usar para todo lo que le podemos pedir.
Por esa razón, se me ocurrió armar una lista con los mejores comandos de voz «OK Google» para poder sacarle todo el jugo a tu asistente virtual.
Aclaración 1: No es una lista completa, ya que los comandos son muchísimos, pero es bastante completa y sirve para que puedas darte una idea de las posibilidades que tienes.
Aclaración 2: el asistente de Google entiende el lenguaje natural, de manera que podes darle las instrucciones de diferentes formas. Yo te paso algunas frases a modo de ejemplo, pero vos podes expresar lo mismo con otras palabras.
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Ajustes y configuración
Activar o desactivar el Bluetooth.
Activar o desactivar el WiFi.
Activar o desactivar Modo avión.
Activar o desactivar No molestar.
Activar o desactivar Linterna.
Poner el móvil el silencio.
Subir o bajar el brillo.
Pon el brillo al 25%.
Subir o bajar el volumen.
Telefonía y mensajes de texto
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Llamar a mamá. 
Inicia una videollamada con mamá.
Envíar un mensaje de texto a papá y dile que mañana voy a comer.
Envía un WhatsApp a mi hermana que diga «Mañana voy a comer con papá y mamá.».
Envía un correo electrónico a Jorge con el asunto «Mañana nos vemos» y el mensaje «Salgo del trabajo a las 18».
Comandos de reloj y alarmas
¿Qué hora es?
¿Cuánto falta para las 10 horas?
Pon una alarma para las X horas.
Añade una alarma todos los días a las X horas.
Despiértame dentro de X minutos.
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Comandos de temporizadores
Pon un temporizador de X minutos.
Cuenta atrás de X minutos.
Búsquedas, eventos, personajes, conversiones
¿Cuántos dólares son un euro?
¿A cuántos km equivale una milla?
¿Cuántos litros equivalen a un galón?
¿Cuándo es el día de San Valentín?
¿Cuánto mide Cristiano Ronaldo?
¿Quién es Frida Khalo?
¿Por qué el cielo es azul?
¿Quién inventó la penicilina?
¿A qué hora sale el sol?
¿A qué distancia está Venecia?
¿Cuál es la definición de melancólico?
¿Qué significa binaria?
Consultar el tiempo
¿Qué probabilidad de lluvia se espera el lunes?
¿Qué tiempo hace en Nueva York?
¿Va a hacer frío hoy?
El tiempo de mañana.
Comandos de música y audio
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Reproducir música en Spotify.
Pausa la música.
Reproducir la lista Por fin es viernes en Spotify.
Pasa a la siguiente canción.
Reproducir Soda Stereo en Spotify.
Vuelve a poner la canción anterior.
Reproducir música en YouTube
Reproducir Michael Jackson en YouTube Music.
Reproducir sonidos graciosos.
Canta una canción.
Cántame una serenata.
¿Qué sonido hace la vaca?
Dame un ritmo.
Comandos de películas
Cartelera para este fin de semana.
¿Qué hay ahora en el cine?
Quiero ver Dark en Netflix.
Comandos de vídeos
Abrir YouTube. 
Ver videos de Rooling Stones en YouTube.
Videos sobre cómo hacer lasaña en YouTube.
Ver videos graciosos en YouTube.
Comandos de fotos
Enséñame mis fotos.
Ayúdame a administrar fotos.
Enséñame mis fotos de gatitos.
Control de lámparas inteligentes
Enciende las luces. 
Apaga las luces. 
Enciende las luces de la cocina
Apaga las luces de la cocina.
Atenúa las luces.
Baja el brillo de las luces. 
Sube el brillo de las luces al 50%.
Cambia el color de las luces a blanco. 
¿Están encendidas las luces de la habitación?
Juegos y diversión
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Dime una cita célebre.
Enséñame algo.
Cuéntame algo interesante.
Enséñame fotos de gatos.
Cuenta del 1 al 10. 
Cuéntame un chiste.
Dime un piropo.
Cuéntame una historia de miedo.
Tira un dado.
Lanza una moneda.
Ayúdame a lavarme las manos (te pone música durante 40 segundos para que sepas cuánto tiempo tenes que estar lavándote las manos).
Vamos a jugar a piedra, papel o tijera.
Me aburro.
Sorpréndeme
Viajes, mapas y rutas
Llévame a casa. 
Ir al supermercado más cercano.
¿Qué puedo hacer en París?
¿Hay cafeterías cerca?
¿Qué vuelos hay de Buenos Aires a México en junio?
Busca un restaurante asiático.
Restaurantes cercanos.
Buscar tiendas.
Indícame cómo llegar al trabajo.
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Traducción y diccionario
¿Cómo se dice «Hasta luego» en italiano?
«Aeropuerto» en alemán.
Traduce Aeropuerto al ruso.
Ayúdame a traducir.
Quiero que seas mi intérprete de italiano.
Define «circunloquio».
¿Qué significa «serendipia»?
Compras y pedidos
Añade mascarillas y alcohol en gel a la lista de la compra.
¿Qué tengo en mi lista de la compra?
¿Dónde está la lista de la compra?
Vacíala lista de la compra.
Muestra mis pedidos.
Haz el seguimiento de mis paquetes.
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Creo que esta lista con los mejores comandos de voz «OK Google» es lo bastante extensa como para que te des una ídea de todo lo que podés hacer para comunicarte con tu Asistente de Google. ¿Te gustaría conocer mejor al asistente virtual? Podes preguntarle «¿Qué sabes hacer?» para que te explique, de forma detallada, cuáles son todas sus funciones.
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La entrada Lista con los mejores comandos de voz «OK Google» se publicó primero en De haberlo sabido antes.
from Lista con los mejores comandos de voz «OK Google»
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juanjovillalba · 4 years
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El espacio físico en Los Simpson evoluciona y cambia según les conviene a los guionistas de la serie. A veces, desde la cerca del jardín trasero se ve el parking de la central nuclear; otras veces, la ciudad está rodeada de altas montañas nevadas. En un capítulo vemos un barrio ruso que no vuelve a aparecer nunca y, en otro, un puerto lleno de viejos lobos de mar entre los que se esconde, huyendo de los focos tras una severa inspección de Hacienda, el payaso más famoso de la ciudad.⁠ ⁠ Esta flexibilidad espacial, que pasa completamente desapercibida para los espectadores, es uno de los ingredientes que hace que Los Simpson sea una serie única de la que me declaro fanático y nerd absoluto. Por eso me sorprendí muchísimo cuando hace unos días descubrí en Instagram la imagen que veis aquí arriba. Un plano en tres dimensiones de la primera planta del inmueble situado en la mítica Evergreen Terrace, 742, y realizado por el ilustrador Andrew Delong. ⁠ ⁠ En ella, se aprecia una extraña habitación en la que nunca había reparado. Está arriba, a la derecha, junto a un cuarto de baño diminuto y desconocido también para mí. La sala tiene una televisión pequeña, algunos juguetes tirados por el suelo, una alfombra con dibujos y una especie de puf rojo. ¿Qué estaba pasando? ¿Cómo era posible que nunca hubiese oído hablar de esa habitación?⁠ ⁠ Inmediatamente tecleé “unknown room simpsons” en un buscador y se reveló el secreto y también la razón por la que todo esto se había escapado de mi radar de friki máximo. Se trata de “el cuarto de juegos” o “the rumpus room” y aparece solo en cinco (o seis) episodios y de refilón; casi todos, excepto uno de la temporada 28 titulado “El reloj de un padre”, de las primeras temporadas.⁠ ⁠ Esta habitación también explica un extraño comentario de Marge en el episodio navideño de la temporada 25, “El blues de la blanca navidad”. Un hombre le pregunta si tiene una habitación libre para pasar la noche y ella le responde: “Bueno, tenemos una leonera al lado de la cocina, aunque unas veces está y otras no. Nuestra casa es un poco rara para esas cosas”. ⁠
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