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#ropa de damas
boutiquelujuria · 2 years
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Lencería Colombiana Femenina de excelente calidad 😉 🇪🇨 Quito Cotocollao Lizardo Ruíz Y 25 de Mayo - En el segundo piso del edif. donde se encuentra la notaria 55 Local Boutique Lujuria 💎 ✏️ 093 978 0380 📦 Envíos a nivel nacional 🛵 Domicilios en Quito 🔓 Entregas totalmente discretas sin logos visibles y bien sellados 🔒
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nebulamorada · 2 months
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Tu esposo, Cregan Stark, quien a pesar de su gruesa y estoica constitución jamás fue más que tierno entre las sábanas; su gran cuerpo sobre ti brindando proteínas y calor en lugar de dominación mientras ambos hacían el amor durante las largas noches del invierno.
Tu esposo, Cregan Stark, quien comparte una mirada de complicidad contigo cada que debe irse fuera de Winterfell, sabiendo lo que les espera a ambos en su regreso.
Tu esposo, Cregan Stark, quien luego de unas semanas cumpliendo algunos deberes en el muro irrumpe en sus aposentos compartidos, despidiendo a las damas que te asistían ordenándoles cuidar de Rickon y prohibiendoles interrumpir el resto del día.
Tu esposo, Cregan Stark, quien acaricia toda la piel que se muestra de tu cuerpo a medida que quita las ropas, completamente desesperado por sentirte de nuevo a su alrededor.
Tu esposo, Cregan Stark, que pasa al menos una hora con la cabeza entre tus piernas una vez te tiene en la cama, después de días que se sintieron como años lejos de ti, de tu calor, de tu olor...de tu sabor.
Tu esposo, Cregan Stark, quien hace que cada quejido y gemido que tengas para decir sea lo suficientemente alto como para que gran parte del castillo lo escuche.
Tu esposo, Cregan Stark, quien no importa como te haya tomado, siempre hace que haya una bañera de agua caliente para cuando terminen, en la que ambos se meten para que él cuide de ti, frotando suavemente la esponja enjabonada contra tu piel, mientras una vez que ordenas tus pensamientos y recuperas la capacidad de decir algo más que su nombre, está feliz de responder cada pregunta que tengas de sus días en el muro.
Tu esposo, Cregan Stark, el responsable de que la mañana siguiente tengas a tus damas sonrojadas entre risitas cuando aplican cremas y aceites en tus marcas y chupones.
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flan-tasma · 11 months
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Ok so this is for whenever you start posting again, and this contains a tiny spoiler for the new archon quest so if you haven't done it yet then you can ignore this So you know how during the archon quest Arlecchino confronts Furina when she's alone? That but with Dom Lyney (or Freminet if you don't do requests for Lyney yet i'll be happy with either one) and reader is Furina's assistant/servant (Not like neuvillette like they serve Furina and stuff) And instead of attacking the Reader Lyney (or Freminet depending on you choose to write) Fucks them? Yeah that's it, i feel like this is a little different from the other nsfw requests you've done so if this makes you uncomfortable then feel free to delete this
💖~ I haven't gotten to that part in the game yet, but I already wanted to write this kdhkdhd Sorry for the delay! :(((((
Writing Freminet crying and then Lyney horny is the most "sex mode: on" thing I've ever done.
I liked the idea of putting Reader as a lady-in-waiting in the care and service of Furina, I couldn't stop thinking that I would like to write for Furina with a Reader like this and the life they have together kdhkdhd ✨✨✨✨
Warning: smut, there is consent! Fem!Reader | Google Translate sponsors me (it's a lie) If I made any mistakes in the english translation, I would be happy to read your comments! | Content in spanish and english
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Spanish:
La arconte Hydro te había enviado a buscar comida para gatos con la esperanza de hacer que un pequeño minino se dejara acariciar, parecía una misión sencilla comparada con las tareas que solían darte en los momentos más aleatórios, pero sonreíste, te inclinaste y seguiste la orden de tu señora. Poco sabías que ni bien cruzaras la esquina para ir a la cocina algo te interceptaría.
Una flecha había dejado la manga de tu camisa atravesada en la pared, el metal no te permitía liberarte y el olor a fuego que chamuscó tu ropa te alarmó. Entre las sombras apareció a quien menos habías esperado encontrar entre los pasillos tan cercanos a tu arconte y eso te hizo sudar más.
Lyney, vestido con su usual traje de mago con sombrero de copa, no te miraba con la galantería usual que demostró entre sus actos en los que acompañabas a la arconte Hydro, su sonrisa coqueta se mostraba muerta, con una expresión seria. Se acercó poco a poco a ti, acorralándote contra la pared en la que estabas.
"Monsieur Lyney, el uso de armas contra mi está restringido." Recordaste al mago que por fin te miró a los ojos, sonriendo de una manera extraña.
"Vamos, mon chéri, ¿el riesgo no es la parte más divertida de nuestra relación?" Las palabras burlonas de Lyney te golpearon salvajemente en el corazón, sonrojándote cuando su mano alcanzó tu mentón para mirarte mejor. "Habíamos hablado acerca de algo como esto antes, ¿o vine en mal momento?"
No podías dejar esperando a Furina tanto tiempo o te haría algún berrinche, pero las manos de Lyney en tu cintura y sus labios en tu cuello se sintieron más embriagadores que las anteriores veces en las que el mago se coló a tu habitación para un encuentro carnal. Sus dedos hábiles desataron tu corsé y solo pudiste tomar su cuello con un brazo para acercarlo para besar sus labios. Su semblante serio te daba una inquietante señal de que no te dejaría ir en mucho tiempo, y te lo confirmó cuando quitó la flecha de tu manga y te metió a una habitación cercana, un almacén en donde te presionó contra la pared mientras dejaba caer la vestimenta que usabas como dama de Furina. La falda larga cayó al suelo junto al corsé y la camisa chamuscada, la blusa interior desapareció entre la oscuridad del armario mientras Lyney creaba marcas en tus pechos.
"Lamento si... vine en un mal momento." Las palabras de Lyney estaban cargadas de arrepentimiento y culpa, pero su tono hambriento mientras se metía una de tus tetas a la boca, chupaba y su lengua masajeaba tu pezón con furia. Estaba tan necesitado, habiendo pasado semanas desde que te había visitado por última vez y ambos se necesitaban. "Pero puedes hacer esto por mi, ¿verdad? Puedes perdonarme luego."
Los dedos de Lyney jugaron con tu botón sensible a través de la ropa, manchando cada vez más la tela hasta que no fuera más que un mal necesario que quitaría del camino para tocarte más profundamente con dos dedos que entraban y salían manchados de humedad.
"O s-si quieres no me perdones." Querías preguntarle a qué diablos se refería, pero sus labios te besaron más rápido, callando lo que fuera que tuvieras en la cabeza y haciéndote mover contra sus dedos en busca de lo que ambos sabían que tendrían. El miembro de Lyney jugó con tus pliegues antes de entrar al mismo tiempo que sus manos dejaban marcas severas en tu cintura, sus jadeos se quebraron cuando te empezó a empujar fuertemente contra la pared y besaba tu pecho, en donde estaría tu corazón mientras se disculpaba por necesitarte tanto, por amarte tanto que lo único que quería ahora era llenarte hasta que el día acabe. "Te amo, de ve-verdad. Eso no es mentira, mon chéri."
Lyney lloraba por el placer mezclado con la culpa de estar engañándote para que Padre pudiera quitarle la gnosis al arconte Hydro, por haber empezado a visitarte para descubrir la rutina de Furina, por haberte usado hasta enamorarse de ti hasta el punto en que ahora gemía contra tu piel caliente y sudaba contra tu carne, machacando su polla contra tus paredes que apretaban su forma de manera perfecta.
La culpa no superó al placer cuando pintó tus entrañas con su semen y mordió tu cuello hasta dejar una bonita marca rojiza. Sus caderas no se detuvieron y siguió golpeando tus zonas sensibles y mojadas entre beso desordenados. Soltó más frases amorosas contra tu oído, maldiciendo internamente si luego pensabas que eran las mentiras más viles, marcó tu cuerpo para que no lo olvides si lo mandabas al diablo cuando te enteres de su engaño.
"Me dejarás follarte como disculpa, ¿verdad?" Lyney sonrió ante tu rostro bañado en lujuria, con tu perfecto maquillaje corrido y los labios de ambos manchados con labial. "Me aseguraré de follarte tan bien que me perdonarás todo, déjame mostrártelo."
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English:
The Hydro archon had sent you to find cat food in the hopes of getting a little kitten to pet, it seemed like a simple mission compared to the tasks she usually gave you at the most random moments, but you smiled, bowed and followed the order of your lady. You didn't know that as soon as you crossed the corner to go to the kitchen something would intercept you.
An arrow had left the sleeve of your shirt pierced in the wall, the metal did not allow you to free yourself and the smell of fire that singed your clothes alarmed you. From the shadows, someone you had least expected to find appeared among the corridors so close to your archon and that made you sweat more.
Lyney, dressed in his usual magician outfit with a top hat, did not look at you with the usual gallantry that he showed between his shows in which you accompanied the archon Hydro, his flirtatious smile was dead, with a serious expression. He slowly approached you, cornering you against the wall you were on.
"Monsieur Lyney, the use of weapons against me is restricted." You remembered the magician who finally looked you in the eyes, smiling in a strange way.
"Come on, mon chéri, isn't risk the most fun part of our relationship?" Lyney's teasing words hit you savagely in the heart, blushing as his hand reached for your chin to get a better look. "We'd talked about something like this before, or did I come at the wrong time?"
You couldn't keep Furina waiting for so long or she would throw a tantrum, but Lyney's hands on your waist and his lips on your neck felt more intoxicating than the previous times the magician snuck into your room for a carnal encounter. His skillful fingers untied your corset and you could only grab his neck with one arm to bring him closer to kiss his lips. His serious expression gave you a disturbing sign that he wouldn't let you go for a long time, and he confirmed it when he removed the arrow from your sleeve and took you into a nearby room, a warehouse where he pressed you against the wall while he dropped the outfit you wore as Furina's lady-in-waiting. The long skirt fell to the floor next to the corset and the singed shirt, the undershirt disappeared into the darkness of the closet while Lyney created marks on your breasts.
"I'm sorry if... I came at a bad time." Lyney's words were laced with regret and guilt, but his tone was hungry for as he took one of your tits into his mouth, sucking and his tongue furiously massaging your nipple. He was so needy, it having been weeks since he had last visited you and you both needed each other. "But you can do this for me, right? You can forgive me later."
Lyney's fingers played with your sensitive button through your clothing, staining more and more of the fabric until it was nothing more than a necessary evil that he would move out of the way to touch you deeper with two fingers that moved in and out smeared with moisture.
"Or i-if you want, don't forgive me." You wanted to ask him what the hell he meant, but his lips kissed you faster, hushing whatever was on your mind and making you move against his fingers in search of what you both knew you'd have. Lyney's cock played with your folds before entering at the same time as his hands left severe marks on your waist, his gasps breaking as he began to push you hard against the wall and kissed your chest, where your heart would be as he apologized for needing you so much, for loving you so much that the only thing he wanted now was to fill you until the day is over. "I love you, really. That's not a lie, mon chéri."
Lyney cried out of pleasure mixed with guilt that he was tricking you so that Father could take Hydro Archon's gnosis, that he had started visiting you to discover Furina's routine, that he had used you until he fell in love with you to the point where he was now moaning against your skin hot and sweaty against your flesh, grinding his cock against your walls that squeezed his form perfectly.
The guilt didn't outweigh the pleasure when he painted your insides with his cum and bit your neck until he left a nice reddish mark. His hips didn't stop and he continued hitting your sensitive, wet areas between messy kisses. He blurted out more loving phrases against your ear, internally cursing if you then thought they were the vilest lies, he marked your body so you wouldn't forget it if you sent him to hell when you found out about his deceit.
"You'll let me fuck you as an apology, right?" Lyney smiled at your face bathed in lust, with your perfect makeup smudged and both of your lips stained with lipstick. "I'll make sure to fuck you so good that you'll forgive me for everything, let me show you."
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1714- Cógete un hombre... Pero cógetelo de verdad, no solo te quites la ropa y brinques a su cama, sedúcelo, incítalo, has que piense en ti todo el día, adéntrate en su mente, fóllale las ideas, masturba su consciencia, que sienta como vibra su pecho al pensar en tus besos, que sus venas respondan al escuchar tu voz, que no pueda esconder esa erección que le provocas, ese que trata de ocultar debajo de su pantalón... Enséñale como una dama se c0je a un hombre, como es capaz de llevarlo al límite de su perversión, vuélvete su puta, su hembra, esa gata en celo, dispuesta a lamer hasta su último rincón, desnúdate despacio mientras bailas frente a él, abre tus piernas y enséñale el infierno en el que está a punto de arder, que vea como te corres entre tus manos, para después lo invites a beber de tu miel... Cógetelo, si cógetelo, muerde su pecho, araña su espalda, frota tus pechos endurecidos sobre piel, deja que los chupe, que los muerda, obséquiale tu placer, invítalo a descubrir y profanar cada cavidad de tu cuerpo, que deje en tu boca su sabor y en tu vientre la más grande explosión, chorréate sobre su falo enfurecido empapándolo de ti... Cógete a un hombre, a ese que amas...
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diamantar · 7 months
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PERLA EN BRUTO
→ Laenor Velaryon x fem!OC
✦ Sinopsis: Gracias a los rumores en Marcaderiva, la recién casada inmediatamente desiste en crear una verdadera relación con su esposo.
Por otro lado, el corazón de Laenor puede que los lleve a nuevos puertos.
✦ Advertencias: Matrimonio arreglado / Fluff
✦ Palabras: 2407
✦ Pedido: Si, de Wattpad.
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Erguida junto una de las ventanas del largo pasillo, Rhaenyra observó junto a su mejor amiga como un joven hombre de plateados cabellos reía y posaba un brazo en los hombros de otro muchacho. Ambos tenían las ropas desarregladas y mojadas, claramente volviendo de pescar por las pesadas bolsas de arpillera que sostenían.
—¿Aquel es…? —intentó preguntar la Targaryen.
—Joffrey, el amante —asintió, enseguida suspirando aliviada—. Me alegra que regresaran bien.
—No pareces molesta —reconoció intrigada.
—Prefiero vivir sin amargura —inclinó la cabeza y cruzó los brazos hundiéndose en pensamiento—. Antes del casamiento me advertiste de sus preferencias y pude imaginar el futuro que tendría, así que no es impactante. Además Laenor es increíblemente considerado y amable, tengo suerte de poseer un buen amigo como esposo.
—Desearía tener tu positividad —murmuró Rhaenyra en el proceso de colocar el peso en la cadera izquierda.
—Cuando oyes que hay hombres que golpean, humillan y abusan, ¿cómo podría quejarme? —volteó el rostro con una sonrisa—. ¿Tu padre sigue presionando en que encuentres esposo?
—Cada día. Puede que no lo diga, pero cuando me mira veo la esperanza, ese brillo que suplica que me apresure y reafirme mi herencia al trono —cerró los ojos y abatida la abrazó en busca de consuelo—. Extraño cuando vivías en el castillo como mi dama de compañía, aquellas épocas eran felices.
—Lejos de responsabilidades, cuando las obligaciones irían a un hermano varón que te dejaría libre de hacer lo que quisieras —explicó sabiendo muy bien la verdad atrás del asunto.
—¿Por qué puedes leer a las personas tan bien? —preguntó mientras se alejaba y la sostenía de la cintura, una ligera expresión de berrinche pintando su rostro.
—Te conozco, nada más.
Enganchando brazos abandonaron el puesto y fueron hacia las escaleras principales del castillo. Descendieron y en el camino señaló a la invitada ciertas decoraciones que podrían llamarle la atención, en abajo encontrándose con su suegra y los hombres.
—¿Consiguieron la cena? —bromeó Rhaenyra viendo lo que transportaban.
—Princesa —reverenció Jofrrey mientras Laenor se acercaba animado y tomaba la mano de su esposa.
—Lamento la tardanza, el mar estaba agitado.
—Sé que no hay nadie mejor en el agua que los Velaryon, sin embargo, me preocupé al ver que nubes cubrieron el cielo —dijo afectuosa, tanta cercanía casi quemando las fosas nasales por el olor a pescado.
—Deberían asearse, la peste quedará en nuestras ropas —quejó la joven Targaryen moviendo una mano frente la nariz.
—Tomen la ganancia y preparen los baños —ordenó Rhaenys a los sirvientes presentes.
—Conseguí tu favorito, así que pediré que cocinen el plato que te gusta —informó Laenor antes de alejarse, expectante apreciando la reacción complacida de la chica.
—Gracias, aguardaré ansiosa la cena —prometió inclinándose a besarle la mejilla.
Aquellos gestos eran pan de cada día para mantener las apariencias, aunque el muchacho no dejaba de poner expresión sorprendida cuando en soledad solía poner distancia. Secretamente adoraba ver las reacciones desprevenidas e inocentes, suponía que el afecto le daba timidez, porque entendía que ella no era de preferencia.
—Iré a asearme y continuaré con estudios pendientes, nos vemos en unas horas —despidió el príncipe inclinándose a besarle el dorso de la mano.
Asintiendo y dejándolos libres, Rhaenyra apretó el agarre y la llevó fuera del castillo ignorando como el Caballero Lonmouth codeaba a Laenor y sonreía burlón.
Soportaron el viento y caminaron una considerable distancia hasta la guarida de los dragones, donde la heredera intentó que se familiarizara con Syrax.
—Adora que la acaricien aquí —señaló un grupo de escamas cerca de la barbilla.
—No estoy acostumbrada a pasar tiempo con ellos —comentó en señal de que prefería irse, especialmente cuando Bruma y Meraxes se unieron a la reunión.
—Temer es impropio de una mujer casada con un descendiente Targaryen, los dragones deberían ser aliados y no extraños.
—Fácil decirlo —regañó tocando con duda a la dorada criatura.
—Me ofende que Laenor no se encargara de acercarte a Bruma, es lo mínimo que podría hacer como esposo. ¿Qué pasaría si un día deben huir y su dragón no te acepta?
—Respeta que prefiero mantener distancia, son… mucho para mí.
—La actitud que posees tampoco es adecuada —chasqueó la lengua.
—¿Por qué no buscamos a Laena? —retrocedió empezando a mirar la salida de la cueva con anhelo.
Rodando los ojos, Rhaenyra bufó y la siguió de vuelta. Entre muros se escudaron y aguardaron a la cena, donde la femenina disfrutó lo que el joven Velaryon pescó para ella.
—¿Te gusta? —preguntó expectante después de los primeros bocados.
—Es excelente, gracias por conseguirlo —asintió cubriendo su boca al aún deber terminar de tragar—. Lo aprecio mucho, hacia bastante que no probaba esto.
—Me encargaré de generar reservas, es época —sonrió complacido agarrando el tenedor y continuando la degustación.
—Eres el mejor —halagó contenta enfocándose en los distintos platillos, aunque debajo de la mesa le apretó la rodilla como último agradecimiento.
Laenor apenas se removió en el asiento y miró el mantel con un ligero escalofrío, la zona tocada quedando sensible por largo rato. Laena miró de reojo y Rhaenyra inclinó la cabeza en confusión ante las pequeñas reacciones del chico, aunque terminó por encoger los hombros y conversar con la Velaryon sentada al lado.
—Esta noche… —empezó a decir en tono bajo—. ¿Podrías venir a mis aposentos?
El requerimiento la hizo ahogar y rápido agarró la copa, al beber aliviando el nudo de comida.
—¿Estás bien? —preguntó Corlys.
—Si, lo siento, tragué demasiado rápido —mintió, aunque la pena de interrumpir la cena era real.
—Con cuidado, el pescado no huirá al mar —rió inclinándose a agarrar pan.
Aguardó unos momentos a que el ambiente se estabilizara y luego miró a Laenor, el cual lucía como quien cometió un error. Disimulada llamó su atención y nervioso él aguardó respuesta, con una simple señal informando que iría.
—La noche se podrá fría, usa más ropa —recomendó el muchacho intentando cambiar de tema y huir del momento.
Dándole el espacio que claramente necesitaba, fingió enfocarse en lo servido y silenciosa consideró las distintas posibilidades. Rara vez compartían tiempo fuera del dominio del sol y la sospechosa actitud de Laenor ayudaba a generar las más extrañas ideas, aunque su instinto tenía el particular presentimiento de que nada malo ocurriría.
El tiempo pasó y finalmente tuvieron permiso de levantarse de la mesa, la cena quedando terminada. Abandonaron el salón e intercambiaron palabra con las jóvenes hasta que fueron a sus propias habitaciones, una vez solos él amagando a iniciar conversación cuando Joffrey surgió de las sombras.
—Lamento interrumpir, pero, ¿sería posible robar un poco de su tiempo? —preguntó en referencia al Velaryon.
—¿Puede esperar a mañana?
—No sería lo mejor —reconoció, entonces realizando una pequeña expresión que pareció alertar al hombre de a qué se refería.
—Iré por abrigo y te buscaré en unos momentos, así que hablen —sonrió comprensiva, rápido entendiendo que no debía estar allí.
—Gracias, señorita —reverenció Joffrey.
—Esperaré —aclaró Laenor no queriendo que malinterpretara y abandonara el plan inicial.
Sonriendo cortés los dejó y fue en dirección a donde dormía, una sirvienta hallándola en el camino y siguiéndola.
—Necesito un abrigo, pero nada exagerado —mencionó viendo que la chimenea estaba prendida y la cama aguardando a que la usara.
—Disculpe la intromisión, pero, ¿planea salir? —inquirió yendo al gran armario postrado en un rincón.
—Visitaré a mi esposo.
Evitó mirarla y revisó los libros en el escritorio, el ambiente cambiando a numerosas emociones al aquella ser la primera vez que iría desde la ceremonia matrimonial. Silenciosa levantó los brazos y dejó que la femenina la deslizara dentro de la piel, la nueva capa protegiéndola de los fríos muros. No era usual en ese sector, pero recordaba el camino de cuando Rhaenys le enseñó el lugar, y cuando llegó no le sorprendió hallar al Caballero Lonmouth saliendo de la habitación del príncipe.
—¿Llegué temprano? —preguntó casual manteniendo las manos escondidas en las largas mangas.
—Para nada, querida, ya terminamos de conversar —sonrió Laenor luciendo relajado.
—Gracias por otorgarme este momento. Tengan buena noche —deseó empezando a retirarse.
Nuevamente solos, miró al Velaryon y este hizo un movimiento que la invitaba a ingresar. Por primera vez puso pie en los aposentos del heredero de Marcaderiva y enseguida absorbió cada detalle, especialmente la caña rota que colgaba enmarcada en una pared.
—Recuerdo de mi primer gran pesca, tuve el botín pero acabó con mis instrumentos.
—Debió ser un animal gigante.
—Absolutamente, terminé utilizando una lanza para obtener el enorme pez una vez que se quebró la madera.
—¿Continúas buscando desafíos?
—En lo posible. La adrenalina que aparece cuando surge el tire y afloja revitaliza el espíritu. Es una buena sensación, mejora mi humor cuando un supuesto día ordinario trae tal sorpresa.
—Has pasado mucho tiempo en el mar durante las últimas semanas, ¿has hallado aquella agitación? —indagó queriendo entender lo que le gustaba.
—A decir verdad… De eso te quería hablar —aclaró la garganta regresando a la actitud tímida de la cena.
—¿Qué pasó?
Laenor inspiró y volteó a buscar una bolsa de terciopelo azul, cordones dorados cerrando el extremo que no estaba cocido.
—Últimamente mis viajes no son a razón de un reto marítimo, más bien a causa de un duelo personal.
—Lamento no entender a qué te refieres —cruzó los brazos e inclinó la cabeza, ocasionalmente viendo el objeto que sostenía.
—Nuestro matrimonio es un arreglo, pero en estos meses he desarrollado afecto por ti. Sé que no hemos pasado demasiado tiempo juntos y parece irrazonable, aún así… apreciaría que consideraras mis sentimientos y pudiéramos tener una mejor relación —explicó intentando ocultar el pánico que le daba expresarse en voz alta.
Anonadada dejó de pestañear y por unos segundos su mente se apagó, al reaccionar pareciendo que hubiera despertado de un sueño.
—Me tomas desprevenida —sacudió la cabeza aún intentando ubicarse en el presente.
—Entiendo que estas emociones pueden incomodarte y representar un problema...
—No es eso —interrumpió—. Desde el inicio evité imaginar un panorama como este por… um… lo que se dice de ti.
—¿Rumores? ¿Cuáles? —frunció el ceño.
Verdaderamente esperaba que él supiera y no tuviera que decirlo, pero la fortuna no estaba de su lado y lamentó introducir el tema.
—Antes que nada, lo que menos quiero es ofenderte o ser irrespetuosa —aclaró, el labio inferior temblando en evidentes nervios.
—Está bien, solo quiero saber.
—Oí en varias oportunidades que… tienes interés por… los hombres —murmuró dubitativa, inconscientemente dejando de cruzar los brazos y yendo a jugar con sus dedos—. Especialmente Joffrey.
El joven quedó estupefacto y entreabrió la boca mientras distintos colores lo pintaban, incluso debiendo voltear para recomponerse.
—No pensé que tales palabrerías llegarían a ti.
—Lo siento, aquella es la razón por la que he preferido mantener distancia. No deseaba entrometerme y ponerte en una posición incomoda, mientras pudiéramos sustentar las apariencias… todo estaría bien.
—Aprecio la consideración, solo es impactante tener que hablar de eso ahora —suspiró enfrentándola de vuelta, las mejillas aún estando sonrosadas.
—Estamos en completa privacidad, no hay mejor momento para aclarar nuestra situación —animó aferrándose rápido a la oportunidad de eliminar cada duda existente.
—Tienes razón —asintió esforzándose en relajar la postura, acto seguido inspirando profundo y cerrando los ojos—. Desde joven he tenido curiosidad por mi mismo género, y al crecer entendí que siento más atracción por los hombres que las mujeres.
—¿Entonces Joffrey es...?
—No —rechazó rotundo—. Poseemos preferencias similares y debido a eso surgieron rumores, pero es mi mejor amigo.
La femenina asintió aún sospechando, aunque por el momento decidió creerle al ser un buen muchacho que merecía confianza.
—Dijiste que desarrollaste afecto por mí, ¿qué significa? —indagó cruzando nuevamente los brazos.
Laenor entró en calor y tantas emociones en tan poco tiempo lo dejaron mareado, hasta el punto de casi pedir un descanso para sentarse.
—Me gustas, física y emocionalmente —contestó, ansioso sintiendo un nudo en el pecho—. Llegué al punto donde no podía pretender más y por eso planeé confesarme.
—¿Pensaste este momento? —elevó ambas cejas.
—Si, debido a eso Joffrey quería hablar conmigo —miró la bolsa aterciopelada—. Quería obsequiarte algo realizado, en su gran mayoría, por mí. Durante semanas fui al mar para conseguir los materiales y cumplir con las especificaciones del artesano.
—Tomaste muchas molestias —dijo apenada y, por alguna razón, ligeramente culpable.
—Fue un placer, además de mi idea —sonrió antes de ofrecer el paquete—. Se suponía que Joffrey buscaría el trabajo y lo dejaría en mi habitación, pero las sirvientas cerraron con llave y no pudo ingresar.
—¿Por eso apareció luego de la cena? —preguntó mientras agarraba la felpa y apreciaba que guardaba una firme caja en el interior.
—Exacto. Debía darme el regalo antes de que te trajera aquí y liberara mis sentimientos.
Sin comentar más quitó la suave bolsa y reveló una preciosa madera tallada. Analizó y tocó los relieves antes de levantar la tapa, inmediatamente abriendo bien los ojos.
—¡Un collar de perlas!
—Imagino que no será el primero que tienes, pero esperaba que poseyeras algo que al usarlo te recordara a mí.
—Debió ser difícil encontrar tantas ostras con nácar… Gracias, me encanta —acarició las blanquecinas esferas, pronto tomando la pieza y dejando el resto de lado.
—¿Te ayudo? —ofreció emocionado de que lo luciera.
Asintiendo, ella quitó el adorno que ya le decoraba el cuello y volteó dejando que él pusiera el regalo. La sonrisa que la pintaba permaneció mientras comprendía la extensión de sus acciones, como también la consideración de pescar su carne favorita y otros pequeños gestos que hasta entonces no pensó que tenían especial intención.
—Usaré el espejo —avisó yendo hacia un muro.
—No es porque participara en crearlo, pero se ve bien—comentó mientras se aproximaba y quedaba parado atrás.
—Puedes estar orgulloso, es precioso —halagó viéndolo por el reflejo, entonces apenas dejándose caer y chocando con su pecho.
Laenor tensó el cuerpo, aunque rápido utilizó una mano para sostenerla de la cintura y evitar que se alejara.
—No espero una respuesta inmediata a mi confesión, pero, ¿podrías considerar que seamos una pareja de verdad?
—Unicamente si logramos compartir tiempo de calidad, me gustaría conocerte a fondo.
—Absolutamente, es todo lo que quiero —respondió, sus cejas juntándose de tal manera que lo hacían ver como un cachorro desesperado.
Sonrió ante la sinceridad y giró el rostro, así besando la mejilla más cercana en una silenciosa promesa de un magnifico futuro juntos.
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xochiquetza3autora · 3 months
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Boda Sorpresa (e Incestuosa)
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Susy había recibido una llamada de su hijo para invitarla a su boda ese mismo fin de semana, eso la había desconcertado pues en todos los años que su hijo tenía viviendo en otra ciudad nunca le había presentado a alguna novia ni por lo menos hablado de alguna chica. La boda seria el sábado antes del mediodía, Susy llego el viernes por la tarde, poco antes de anochecer, a la hermosa casa de su hijo, al llegar lo beso en la boca como acostumbraban hacerlo desde que él era niño, y con la intensidad y pasión que hacían después de que Susy enviudo, cuando su hijo era adolescente.
Se instaló en la habitación de visitas y se iba aponer algo más cómodo, después de varias horas de viaje la hermosa madre estaba cansada y quería refrescarse, apenas se estaba cambiando para conocer a su futura nuera, pues su hijo le dijo que llegaría más tarde para presentarlas. Cuando Susy apenas estaba desempacando su hijo entro a la habitación, la tomo en sus brazos por atrás y la beso en el cuello, sin dejar de besarla calmadamente la acostó en la cama con delicadeza. Susana se dejó llevar por la pasión con su hijo, extrañaba sus besos y sus caricias, pero muy en el fondo estaba triste de pensar que una desconocida iba a quitárselo, Susy decidió aprovechar la que probablemente sería la última vez que haría el amor con el su mejor amante. La vagina de la madre estaba ardiendo, deseaba sentir el duro falo de su hijo entrar como ariete, la humedad que de su vagina ayudo a la penetración. Después de una cadena de orgasmos que electrificaron su cuerpo Susy callo rendida y se quedó dormida en el viril pecho de su hijo, por última vez.
A la mañana siguiente, sonó el timbre mientras se duchaba, escuchó la voz de su hijo que la llamaba, Susy pensó que su futura nuera había llegado,  salió de la regadera envuelta en una toalla; se sorprendió al ver entrar a su hijo a la habitación seguido de una tropa de personas “corre mamá tienes que arreglarte para la boda, ellos te van a ayudar a estar hermosa para el día más importante de nuestras vidas”. Las personas que entraron se instalaron eran maquillistas y peluqueras y una de ellas llevaba un par de portatrajes; al abrirlos vio el esmoquin de su hijo y del otro la hermosa dama que los llevaba saco el más hermoso vestido de novia que Susy había visto. Apenas estaban terminado de maquillarla, y de peinarla cuando la mujer de los portatrajes le dijo que era hora de probarse su vestido mientras le extendía el vestido de novia a ella. Susana no sabía que decir, la sorpresa la había consumido. El hermoso vestido le quedaba perfecto, la talentosa costurera lo había hecho usando como referencia las fotos que ella le había mandado a su hijo en ropa interior. El escote resaltaba su pecho, la cintura se pegaba perfectamente a su figura, el trasero de Susy se veía redondo y la espalda desnuda terminaba de cerrar la imagen de una sensual mujer madura todo se completo con el velo casi transparente que complementaba la efigie de la perfecta novia dotada de la hermosura que solo una felicidad inesperada puede provocar.
Poco antes del mediodía Susy estaba lista en el patio trasero de la casa de su hijo, lista para caminar por un pasillo improvisado entre un puñado de invitados, que a ella le eran desconocidos. La emocionada madre noto que en su mayoría los invitados eran parejas de mujeres mayores y hombres jóvenes  y unos cuantos eran mujeres jóvenes acompañadas por hombres mayores y otras pocas parejas eran personas de la misma edad pero extremadamente parecidos entre ellos… Susy no tardo en entenderlo, todas las parejas estaban formadas por familiares, madres e hijos, padres e hijas y algunos tenían que ser hermano y hermana, fue lo que pensó ella dentro de su sorpresa. Tras de ella iba un sequito de mujeres maduras que le explicaron la situación: su hijo era miembro de la Fe de Edipo un grupo pequeño pero en crecimiento que aprobaban el incesto consensuado entre adultos, efectivamente todas las parejas eran familiares pero no solo heterosexuales o monógamas, de hecho la Yocasta, así se hacían llamar las sacerdotisas, que iba a oficiar la ceremonia era pareja de su hija.
El ambiente estaba lleno de dicha, una nueva pareja incestuosa se iba a unir, un hijo declararía su amor eterno a su madre en frente de una comunidad que aprobaba y disfrutaba del tabú más antiguo “fornicar entre familiares”. Susy estaba más emocionada, ella había fantaseado con casarse con su hijo desde que empezó a hacer el amor con él cuando era adolescente, pero no podía admitirlo, no era algo “normal” para la sociedad en donde ella había crecido, sin embargo aquí se veía libre de aceptar sus deseos que tanto tiempo se había visto obligada a ocultar. En el Altar la esperaba su hijo, todo un hombre vestido con un elegante traje, era todo un adonis para su madre y futura esposa.
La ceremonia fue bella y breve, la Yocasta hablo de la pureza del amor entre una madre y el fruto de su vientre, hablo del poder de amor de un hijo a su propia madre, de la responsabilidad que ahora ambos adquirían como pareja y de defender el estilo de vida que estaban adoptando ante los ataques de odio de intolerantes como una obligación y de ser posible difundir la Fe de Edipo entre más personas, familiares y conocidos.
Hubo una pequeña recepción para los invitados después de la ceremonia, todos felicitaban efusivamente a Susy abrazándola, en especial otras madres. A su hijo le felicitaban con fuertes apretones de mano. Algunas mujeres le preguntaban si aún era fértil y si no le emocionaba poder tener hijos/nietos con su ahora hijo/esposo, Aun lo era, sin embargo por lo rápido que habían pasado las cosas ella no había considerado esa posibilidad y de solo imaginarse embarazada sus pezones se hincharon bajo el vestido y su coño se empezó a humedecer; sentía la urgencia de hacer de nuevo el amor con su hijo, pero ahora como marido y mujer.
Después del banquete la nueva pareja de esposos incestuosos hizo el tradicional primer baile como pareja, Susy sintió como su hijo/esposo le apretaba una nalga con pasión para pegarla más a él, podía sentir la tremenda erección que tenía su hijo, ella presionaba el pecho contra el de su hijo, con la intención de que sintiera sus pezones duros como rocas, por la urgencia de hacer el amor con su hijo.
Al final del baile su hijo saco sus pechos y se puso a mamarlos enfrente de todos los invitados, luego él saco su pene y la “obligo” a ponerse de rodillas para chupárselo, su hijo no tardo en correrse y Susy trago toda la corrida de su hijo. Entonces después de guardarse el pene su hijo la tomó en sus brazos y en medio de una multitud aplaudiendo y vitoreando subió las escaleras con ella en brazos, ella se aferró a su cuello y lo beso con pasión, lo que había estado anhelando estaba a punto de suceder al dar un último vistazo a los invitadas pudo ver que la mayoría de las madres/esposas estaban chupando las vergas de sus hijos, Susy entendió que era parte de la tradición que los invitados esperaran haciendo el amor mientras la pareja disfrutaba de la noche de bodas, de tener sexo por primera vez como marido y mujer.
Ya en la habitación de su hijo, se arrancaron la ropa mientras se comían a besos, Susy sentó a su hijo en la cama y ella se arrodillo frente a él, chupo su pene y se lo puso entre las tetas para hacerle una buena rusa, Susy sentía el sabor de la verga de su hijo, cuando se la chupaba al salir de entre sus tetas, y su hijo sentía el calor de las tetas de su madre y el de su boca, eso hizo que su hijo explotara en la boca de Susy, y ella disfruto el sabor amargo del semen de su hijo, tragándolo completamente si derramar una sola gota de la semilla de su hijo. Susy no tardo en lograr que la verga de su hijo se pusiera dura de nuevo y en cuanto estuvo tiesa Susy la introdujo dentro de su vagina, sin dejar de ver a los ojos a su hijo, se clavó el pedazo de carne dentro de su húmeda y ardiente caverna y solo emitió un quejido apagado al sentir como llegaba al fondo la verga de su hijo. Su hijo se recostó en la cama y Susy cabalgo con fuerza a su hijo, sus quejidos se sincronizaron con las embestidas de su hijo, quien apretaba sus tetas con fuerza. Sentir las manos de su hijo sobre sus pechos y su verga entrando hasta el fondo de sus entrañas, saber que follaban como marido y mujer hizo que Susy sucumbiera a una fuerte cadena de orgasmos.
Sentirla temblando sobre él provocó que su hijo se pusiera más cachondo quien siguió perforándola hasta que él mismo sintió la necesidad de venirse. Susy sintió como su hijo disparaba chorro tras chorro de semen, Sentir su vagina llena de la crema de su hijo, la hizo imaginarla embarazada con su propio nieto, eso intensificó el orgasmo de Susy. Su cuerpo temblaba con intensidad y ella se agarraba el cabello y se mordía los labios, su hijo se tiró a su lado en la cama y la abrazó. Madre e hijo se abrazaron en un tierno abrazo de amor filial, de amor incestuoso amparado por la fe de los testigos de Edipo. Susy y su hijo se besaron apasionadamente. Sabido que el resto de sus vidas estaban por delante y que el siguiente límite a alcanzar seria tener un hijo, Susy con una hermosa barriga de embarazada. Ellos no lo sabían pero, no habiendo mejor forma de decirlo, eso se estaba gestando justo en ese momento.
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belencha77 · 1 month
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CAPITULO 25 - DESFILE INESPERADO
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|| Riley… ¡No puedes perder esta oportunidad! || exclama Hana, incapaz de contener su emoción. Siguiendo su consejo, me dirijo rápidamente a un vestuario cercano, acompañada por la mujer pequeña. Al probarme el vestido, ella me lo ajusta cuidadosamente. Al verme en el espejo, me doy cuenta de que no necesita arreglo alguno; es perfecto, como si hubiera sido hecho a mi medida.
El vestido es de un elegante color beige. La parte superior del vestido envuelve mis hombros con una delicadeza exquisita, abrazándose a mi pecho con una confección precisa. Los diseños florales, reminiscentes de los jardines de Versalles, fluyen hacia abajo en una cascada de detalles bordados a mano, creando una sinfonía de elegancia y lujo. La tela sedosa cae en capas ligeras que se mueven con gracia a cada paso, dando una sensación de etérea sofisticación. La falda se abre ligeramente en la parte inferior, imitando la fluidez de una danza en un salón de baile de la realeza. Además, la mujer me entrega un collar de diamantes con forma de flores, que completa la inspiración floral del vestido. Lo coloca suavemente alrededor de mi cuello, y el resplandor de los diamantes añade un toque de majestuosa belleza. Después de unos minutos, salgo del vestuario para enfrentarme a las otras damas. No puedo evitar sentir una oleada de confianza mientras camino y noto cómo todas las miradas se fijan en mí con asombro || ¡Te queda como un guante! || dice Hana, acercándose y haciéndome girar. Suelto una risita, sintiéndome radiante. Mientras giro, noto cómo Madeleine me mira con desprecio, murmurando algo a Kiara. Pero la verdad es que no me importa lo que piensen.
|| Estás hermosa || añade Penélope, sinceramente mientras le sonrío levemente.
|| Es perfecto, Monsieur, y no estoy segura de querer quitármelo. Será un honor llevar un diseño suyo || exclamo con emoción.
|| Mi lady, debo confesar que se ve absolutamente impresionante e increíble. ¡Sexy y lista para conquistar París! || Lancelin exclama, llenándome de cumplidos. Luego, hace un gesto elegante para que sigamos caminando || Ahora que ya estamos listas… ¿continuamos con el tour? ||
Mientras avanzamos con el resto de las damas, Lancelin no deja de comentar sobre la inspiración y el trabajo detrás de cada pieza que vemos. Su entusiasmo es contagioso, y todas las damas escuchan con atención, maravilladas por cada detalle que comparte. Mientras las demás damas están entretenidas, siento que debo encontrar una oportunidad para hablar con Penélope. Necesito que se abra y hable conmigo. Me acerco ligeramente hacia ella, junto con Hana.
|| Hola, Penélope, ¿parece que estás emocionada de estar aquí? || le digo con una gran sonrisa, esperando iniciar una conversación más profunda. Penélope me devuelve la sonrisa tímidamente, y noto una chispa de interés en sus ojos.
|| Así es, Riley, es maravilloso ¿No crees? Honestamente, me encanta estar aquí ¡Ojalá pudiéramos quedarnos para siempre! || responde Penélope llena de emoción.
|| Yo sinceramente creo que podría verte como modelo || exclama Hana mirándome de reojo.
|| ¿Ustedes me ven como una modelo? || pregunta Penélope, sorprendida.
|| Sí, por supuesto || respondo rápidamente || Tienes una estructura ósea perfecta y eres lo suficientemente alta… Te veo casi parecida a Audrey Hepburn || le digo sonriendo.
|| ¡Vaya! Eso es muy amable de tu parte decirlo, me siento honrada al ser comparada con ella. Aunque me gusta hacer ropa más de lo que me gusta modelarla ||
|| ¿De verdad? || exclama Hana con sorpresa. No puedo negar que a mí también me sorprende ver este lado de ella.
|| Sí… Mi madre me enseñó a coser cuando era pequeña. Siempre estaba tan ocupada con los deberes cortesanos que a veces ese era el único tiempo que pasábamos juntas. Creo que ella tenía la intención de que yo hiciera bordados como si fuera una dama, pero yo prefería hacer ropa. Lamentablemente, ella no aprobó eso. Dijo que era el trabajo de una costurera común, no de su hija || explica Penélope mientras su cara cae. Sinceramente, no puedo evitar sentir pena por ella. Conocer esto trae una perspectiva diferente de todo.
|| Pero Penélope, los diseñadores de moda son muy respetados ahora. Prácticamente son tratados como la realeza || digo con sinceridad || ¿No ves, Lancelin? ||
|| Sí, eso es verdad || me dice sonriendo || No lo había notado ¡Gracias, Riley! ||
|| Y… ¿Qué tipo de ropa haces? || pregunta Hana mientras se inclina hacia adelante para escuchar con atención.
|| Principalmente hago atuendos para mis perritos, con sombreritos y pantuflas || responde Penélope.
|| ¡Eso es adorable! || exclama Hana a Penélope. De repente, Madeleine mira por encima de su hombro al escuchar las palabras y nos observa fijamente.
|| No puedo creerlo, Penélope. ¿De verdad estás hablando de perros otra vez? || se cruza de brazos, visiblemente molesta, para luego dirigirse a mí con tono más agitado || No deberías animarla, Riley. Es bastante vergonzoso tener a una dama de honor tan obsesionada con esas ridículas criaturas || exclama Madeleine. Lamentablemente, ella es una mujer insoportable. Cada vez que abre la boca, solo lanza veneno. Hana y yo nos miramos y decidimos ignorar a Madeleine, continuando con nuestra conversación.
|| Sabes, Penélope, creo que Chance se vería adorable con un juego de gorro y pantuflas a juego || exclamo emocionada, pero noto que Penélope agacha la cabeza y sus ojos comienzan a ponerse vidriosos || Hey, ¿estás bien? || le pregunto preocupada.
Penélope niega con la cabeza y unas pocas lágrimas escapan de sus ojos.
|| ¿Honestamente? No. Hablar de mis perritos hace que los extrañe mucho. Sé que suena tonto para todos los demás || nos dice, mientras comienza a respirar agitadamente y se le notan signos de ansiedad || Pero ellos son mi familia. No esperaría que nadie más entendiera... ||
Al ver su crisis, Hana y yo nos miramos asustadas, mientras Madeleine observa incómoda y se queda en silencio, visiblemente perturbada por la reacción de Penélope.
|| Penélope, respira profundo || le dice Hana acercándose y apoyando la mano en su hombro. Penélope inhala y exhala varias veces hasta que logra calmarse || ¿Sabes? Nos gustaría intentar entenderte, ¿verdad Riley? || me pregunta Hana, mientras asiento con la cabeza y me acerco más hacia ambas, sonriendo.
|| Gracias por su comprensión || nos dice Penélope con una sonrisa sincera || Cuando era adolescente, sufría de ataques de ansiedad. Desde pequeña he asistido a funciones cortesanas, pero siempre me han llenado de pavor. Nunca me he acostumbrado a las multitudes ni a todo el escrutinio. Así que antes de cualquier gran evento, solía tener ataques de pánico. Mis padres pensaron que una mascota podría ayudarme a mantener la calma. Fue entonces que consiguieron a mis primeros caniches, Lancelot y Guinevere. Ellos me ayudaron mucho con los ataques de pánico... y eran mis mejores y únicos amigos. Desde entonces, he tenido poodles. Actualmente tengo a Merlín y Morgana ||
|| Si te ayudan tanto, ¿por qué no los trajiste a la corte? ¿No crees que sería de gran ayuda? || le dice Hana acariciándole el brazo para consolarla.
|| Eso es lo que más quisiera, Hana, pero Madeleine lo prohíbe. Dice que es 'indigno' para una dama. Es por eso que no me atrevo a decirle por qué los necesito y, para ser honesta, he vuelto a tener dificultades sin ellos || Responde con pesar y sin querer, dejé escapar un pequeño suspiro. Realmente veo cuán difícil es la vida de muchas personas y uno nunca sabe por lo que pueden estar atravesando.
|| Lo siento mucho, Penélope. No tenía idea de que tenías ese tipo de problemas, pero ¡Madeleine no tiene derecho a mantenerte alejada de ellos! ¿Quieres que hable con ella? || pregunto. A pesar de conocer su actitud, siento que debo defenderla en estos momentos.
|| ¡No, Riley! Por el momento no. De todos modos, gracias. No quiero que ella sepa que hay algo mal en mí || responde Penélope con tristeza.
|| Pero, Penélope, ¡no hay nada malo contigo! || interviene Hana acercándose y rodeándola con el brazo.
|| Hana tiene razón… ¡Nunca permitas que nadie te haga sentir que hay algo mal contigo! || digo mientras sostengo sus manos con firmeza || Tu sensibilidad y la forma en que cuidas de tus perritos son cualidades hermosas. No dejes que las opiniones de otras personas te hagan dudar de eso. Eres valiosa tal como eres, y mereces tener a tus amigos cerca ||
|| Además, ten por seguro que hay lugares más estresantes que la corte real. No puedo imaginar lo duro que ha sido para ti || exclama Hana con preocupación.
|| Mira, Penélope, sé que no es un poodle o uno de tus cachorros, pero estoy segura de que a Chance le encantaría jugar contigo si quieres || le digo sinceramente mientras levanto a mi perro y se lo entrego en sus brazos.
|| ¿En serio? ¡Eso sería maravilloso, Riley! || responde Penélope con una amplia sonrisa, comenzando a acariciar a Chance con mucho cariño || Qué pequeño rollo de salchicha esponjoso eres… Sí, estoy hablando de ti, Chance. Te verías tan guapo con un sombrerito entre las orejas, ¿verdad? || dice llena de alegría nuevamente. Los ojos de mi amado perrito la miran confundidos, y yo solo dejo escapar una carcajada.
|| Creo que seré tu primera cliente cuando abras tu negocio, Penélope || le digo con una gran sonrisa.
**
Tiempo después, el recorrido llegó a su fin. Lancelin nos mira a todas con una gran sonrisa.
|| Mesdemoiselles, ha sido un placer compartir con ustedes la manifestación de la belleza en este tour. Espero que hayan disfrutado del espectáculo || exclama inclinándose dramáticamente || Ahora debo atender algunos asuntos antes del gran desfile || nos dice con una sonrisa mientras se acerca a una modelo para ajustar su vestido con precisión.
De repente, una mujer con un portapapeles y auriculares nos guía a través de una puerta hacia una habitación luminosa dividida en dos por una pasarela.
|| Señoritas, es hora de la rueda de prensa || nos informa. Al entrar, nos vemos rodeadas por la prensa ávida de noticias. Toco mi auricular rápidamente para asegurarme de que esté encendido.
|| Hey Justin, ¿me escuchas? || susurro suavemente || Estoy a punto de enfrentarme a la prensa ||
|| Claro que sí, aquí estoy contigo || me responde él || Estoy preparando las contramedidas necesarias ||
-Luciendo espectacular hoy, Lady Riley. ¿Podría decirnos quién es el diseñador de su impresionante vestido? - me pregunta un periodista con una sonrisa.
|| Monsieur St. Claire tuvo la amabilidad de ofrecerme este vestido || respondo con confianza.
-Sin duda, llevar la creación de un diseñador tan renombrado al desfile debe ser un verdadero honor. ¿Cómo se siente al representarlo aquí? - comenta con certeza.
|| Gracias, pero el mérito pertenece a Monsieur St. Claire, quien tuvo la amabilidad de dármelo || añado.
|| ¡Parece que ha tenido un comienzo destacado, Riley! || interviene Justin por el auricular. No puedo evitar sonreír, sabiendo que estoy manejando bien la situación. Otro reportero se acerca para hacer más preguntas.
-Lady Riley, después de su caída en desgracia, notamos que desapareció en la propiedad de los Beaumont durante algún tiempo. Ahora parece que usted y Maxwell Beaumont son casi inseparables. ¿Puede compartirnos sobre su relación actual con él y por qué pasan tanto tiempo juntos? -
|| Ten cuidado, Riley || advierte Justin || Parece que buscan un fragmento de sonido impactante. Recuerda, no permitas que ellos establezcan la narrativa. Toma tú el control || me aconseja por el auricular. Respiro hondo, analizando cuidadosamente mis palabras. No puedo creer lo que están sugiriendo.
|| Max y yo hemos estado trabajando en donaciones caritativas por parte de la Casa Beaumont. Es lo mínimo que podemos hacer por la gente de Cordonia en estos momentos de necesidad || respondo con firmeza.
-Excelente respuesta, Lady Riley. Esta será una cita perfecta para nuestro artículo -responde el reportero satisfecho.
|| ¡Perfecto, Riley! ¡Estás manejando la situación de maravilla! || exclama Justin por el auricular, lo que me da aún más confianza. Me inclino sutilmente hacia un lado y susurro por el auricular,
|| Te agradezco por la ayuda, Justin ||
-Gracias por su tiempo, Lady Riley. Ahora queremos hablar con la Condesa Madeleine. ¿Por qué incluyó un espectáculo de caridad como parte de su gira de compromiso? - preguntan los periodistas.
|| El Rey y yo queremos que la gente de Cordonia sepa que estamos con ellos incluso cuando estamos lejos, ya que sentimos sus dificultades || responde dramáticamente Madeleine, colocando su mano sobre el corazón || Cuando pienso en Liam y en mí, y en la futura familia que pronto comenzaremos a construir experimentando tal pérdida... Es devastador. Es por eso que siento que nuestro deber primordial es proteger a los ciudadanos Cordonianos y brindar estabilidad a nuestra gente ||
|| ¡Maldita sea! Es buena || me grita Justin al oído. Aunque quisiera negarlo, tiene razón. Me aparto rápidamente de los periodistas. No me gusta cuando Madeleine es tan perfecta con sus palabras. De repente, la idea de Liam formando una familia con alguien que no soy yo me abruma. Prefiero retirarme a un lugar más tranquilo donde no haya mucha gente || Hey Riley, no te sientas mal. Simplemente admiro el arte, incluso cuando proviene de una bruja como ella. Aunque parece que ya terminaron contigo por hoy. Llámame si me necesitas. Cambio y fuera ||
Las luces de la sala comienzan a atenuarse y la multitud empieza a encontrar sus asientos. Observo cómo la prensa hace más preguntas a las otras damas y decido que es hora de sentarnos. Al ver a Hana cerca, me acerco a ella.
|| Hana, ¿nos sentamos juntas? || le pregunto.
|| ¡Por supuesto! || responde ella con una gran sonrisa. Ambas empezamos a caminar entre algunos asientos vacíos cuando de repente nuestro camino es bloqueado por nada menos que Lancelin St. Claire.
|| Lady Hana y Riley, qué alivio encontrarlas || expresa Lancelin con un leve tono de frustración y ansiedad.
|| ¿Nos buscaba? || pregunta Hana, visiblemente desconcertada.
|| Sí, precisamente. Aunque sé que es un poco tarde, había esperado que pudieran participar como modelos en el espectáculo. La presencia de alguien de Cordonia sería invaluable para la publicidad || explica con determinación. Hana tensa sus hombros, mirando entre Lancelin y yo con ojos amplios.
|| No soy de Cordonia, Monsieur. Creo que solo Riley u otra dama podrían ayudarlo en esa tarea || aclara.
|| Sin duda, Lady Hana, su influencia en la corte de Cordonia es considerable. Además, tengo el vestido perfecto para usted || sugiere Lancelin.
|| Aprecio el gesto, pero... no estoy completamente segura || responde Hana, buscando apoyo al tomar mi mano.
|| Riley, ¿no crees que sería una excelente oportunidad para apoyar la recaudación de fondos? || me pregunta Lancelin, haciendo un gesto hacia mí. Asiento con una sonrisa.
|| Por supuesto, Monsieur. Me parece una idea brillante || respondo, mirándolo con decisión || Hana estará encantada de apoyar la causa || Exclamo sonriendo mientras que Hana me mira con terror.
|| ¡Estupendo! Entonces, bienvenidas a bordo. Este espectáculo no podría haberse vuelto mejor... || concluye Lancelin, guiándonos hacia el siguiente paso. Mientras seguimos a Monsieur Lancelin, Hana me susurra.
|| Riley, ¿por qué me subiste a este barco? || pregunta ansiosa.
|| Calma, Hana, lo harás perfecto || De repente, veo a Penélope sentada junto a Madeleine y Kiara, pero se encuentra notablemente triste e incómoda. Entonces, una idea surge en mí || Hana, tengo una excelente idea... ¿Qué te parece si invitamos a Penélope? Estoy segura de que le encantaría unirse a nosotras dado su amor por la moda. Además, eso podría ayudarme a tenerla más de mi lado ||
|| ¡Eres lo máximo, amiga! || dice Hana llena de orgullo. Me acerco rápidamente al diseñador.
|| Monsieur Lancelin, ¿crees que podemos añadir a una dama más? ||
|| Oui, no hay problema. Mientras más, mejor || Lancelin nos mira y sonríe. Hana me mira con emoción en sus ojos.
|| Vamos por ella entonces, el desfile está a punto de comenzar || me dice Hana mientras veo cómo Lancelin empieza a llamar a personas y saca su teléfono celular para anotar los cambios. Rápidamente fuimos a verla en la audiencia. Mientras Madeleine y Kiara están distraídas, Hana y yo nos acercamos a Penélope.
|| Penélope, nos invitaron a caminar en el desfile de modas y dijeron que podemos traer a una persona más. ¿Quieres venir? || pregunto animada.
|| ¿Yo? ¿En serio? || Penélope me mira sorprendida y tanto Hana como yo asentimos con la cabeza.
|| ¡Sí! Apuesto a que te verías genial en la pasarela || recalca Hana.
|| ¡Santo cielo, me encantaría! || Penélope se levanta de su asiento, pero antes de seguir, Kiara la toma de la mano.
|| ¿A dónde vas, Penélope? || pregunta con curiosidad.
|| ¡Voy a desfilar en la pasarela con Hana y Riley, acaban de invitarme! || exclama Penélope, emocionada. Madeleine y Kiara nos miran con sorpresa y desdén.
|| ¿Y por qué las invitaron a ustedes? En ese caso, yo debería estar ahí... Soy la futura Reina || dice Madeleine de manera displicente y levantándose de su asiento.
|| Quién sabe, parece que finalmente reconocieron quién tiene verdadero talento || respondo con una sonrisa y un guiño, dejándola sin palabras. Las tres nos dirigimos rápidamente hacia el backstage, donde nos encontramos con Lancelin. Al vernos, se dirige directamente a los estilistas que están con otras modelos.
|| ¡Peinado y maquillaje de inmediato para las damas! || Luego nos lleva a un gran tocador donde nos transforman con maquillaje fresco y peinados elegantes. Hana y Penélope son atendidas con vestidos de diseñador meticulosamente seleccionados. Después de unos minutos, estamos listas. Lancelin nos observa con satisfacción y exclama: || ¡Están radiantes! Muy bien, primero tú, Lady Riley, luego Lady Hana, y finalmente la dama adicional que trajeron || Nos hace señas para que nos dirijamos hacia una puerta en la pared que lleva a la pasarela. Los estilistas retroceden, luciendo satisfechos con su trabajo || ¿Listas? ||
|| ¡Más que listas, deslumbraremos con nuestras mejores sonrisas! || dice Hana emocionada.
Tomando a Chance en mis brazos, enderezo mis hombros y amplío mi paso con la gracia de las modelos clásicas que he admirado en la televisión. Al salir, las cámaras parpadean mientras avanzo con elegancia por la pasarela, Chance cómodamente acurrucado en mis brazos. Los flashes de la multitud estallan en intensidad. Hana y Penélope siguen mis pasos y nos reunimos al final de la pasarela. Ejecuto un giro amplio, haciendo que mi falda se despliegue con un movimiento fluido, provocando un aplauso emocionado del público. Levanto una mano al aire con gracia y sonrío, mientras las cámaras capturan cada momento. Chance ladra suavemente, desencadenando un colectivo "Awwww" entre la audiencia. Al llegar al extremo de la pasarela, me vuelvo una última vez para un posado final. Con una sonrisa radiante, dejo el escenario. Minutos después, las chicas entran tras de mí, llenas de emoción y adrenalina.
|| No puedo creer que acabamos de hacer esto || exclama Penélope, emocionada.
|| ¡Esto ha sido más divertido de lo que esperaba! || Digo también emocionada.
|| ¡Por primera vez fui modelo! || Dice Penélope, aún incrédula por lo que acaba de experimentar. || Chicas, ¡nunca había hecho algo así! Me sentí tan importante. || Se deja caer en el sofá y suspira, y Hana y yo nos unimos a ella. En ese momento, Lancelin entra con una expresión radiante y se acerca a nosotras.
|| ¡Magnifique! Este ha sido un desfile excepcional, digno de recordar || exclama con entusiasmo. Hana se levanta elegante y responde con un tono de agradecimiento:
|| Merci beaucoup, Monsieur. Ha sido un honor participar en su espectáculo. || Yo también me pongo de pie del sofá para agradecerle.
|| Gracias por permitirnos ser parte de esto, Monsieur St. Claire || digo con una sonrisa.
|| ¡Mon plaisir! C'est moi qui vous remercie, mesdemoiselles. Vos présences ont illuminé la piste de manière extraordinaire || (Es un placer, soy yo quien les agradece, señoritas. Sus presencias han iluminado la pasarela de manera extraordinaria) || Ahora que su parte ha terminado, por favor, disfruten del espectáculo… Dentro de poco tendremos un descanso || nos responde Lancelin con una sonrisa. || Y por cierto, los vestidos que tienen puestos considérenlos un regalo de mi parte. || Nos guiña un ojo y se dirige hacia otra modelo para asistirla. Penélope nos mira y comienza a saltar de la emoción.
|| ¡No puedo creerlo! ¡Tengo una creación de Lancelin St. Claire! || exclama con una sonrisa radiante || Debo hablar con Kiara y Madeleine... ¡Quizás me tomaron una foto en la pasarela! || añade mientras se dirige rápidamente hacia la puerta, desapareciendo entre la multitud. Este no parece ser el momento adecuado para hablar con ella; con el desfile aún en curso, decido esperar. Siento sinceramente pena por ella; parece que nadie la valora como persona.
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@tessa-liam, @kingliam2019, @choicesficwriterscreations
If anyone else wants to be tagged, just let me know. I hope you enjoy this wonderful love adventure.
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soy-amargo-cafe · 1 month
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Cógete un hombre... Pero cógetelo de verdad, no solo te quites la ropa y brinques a su cama, sedúcelo, incítalo, has que piense en ti todo el día, adéntrate en su mente, fóllale las ideas, masturba su consciencia, que sienta como vibra su pecho al pensar en tus besos, que sus venas respondan al escuchar tu voz, que no pueda esconder esa erección que le provocas, ese que trata de ocultar debajo de su pantalón...
Enséñale como una dama se c0je a un hombre, como es capaz de llevarlo al límite de su perversión, vuélvete su puta, su hembra, esa gata en celo, dispuesta a lamer hasta su último rincón, desnúdate despacio mientras bailas frente a él, abre tus piernas y enséñale el infierno en el que está a punto de arder, que vea como te corres entre tus manos, para después lo invites a beber de tu miel...
Cógetelo, si cógetelo, muerde su pecho, araña su espalda, frota tus pechos endurecidos sobre piel, deja que los chupe, que los muerda, obséquiale tu placer, invítalo a descubrir y profanar cada cavidad de tu cuerpo, que deje en tu boca su sabor y en tu vientre la más grande explosión, chorréate sobre su falo enfurecido empapándolo de ti... Cógete a un hombre, a ese que amas...
Ven que te voy a coger
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46snowfox · 5 months
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Reiji Sakamaki Chaos Lineage Capítulo 6
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[Capítulo 5]
Lugar: Mansión Scarlet, habitación de Reiji
Reiji: Nn…
Reiji: (¿Ya es tan tarde…?)
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Reiji: (Me quedé dormido sin cambiarme de ropa. Supongo que tal y como dijo ella, sin darme cuenta había acumulado cansancio…)
Reiji: (Esto es una falla embarazosa considerando que soy quien está a cargo de la familia— ¿Hm?))
Yui: Zzz…. Zz…
Reiji: ¡¿Qué…?! ¿Qué hace ella aquí?
Reiji: (Oh, es cierto, ayer succioné su sangre y tras eso me quedé dormido…)
Reiji: (Dormir a su lado ha sido algo muy poco caballeroso de mi parte. ¿Qué estoy haciendo…?)
Reiji: En todo caso, debo alistarme. Tengo que acabar antes de que ella despierte.
Reiji: (¿…Hm? ¿Me atasqué con algo?)
Yui: Nn… zzz…
Reiji: …Eva. Estás agarrada de mi ropa. ¿Podrías soltarme?
Yui: Zzz…
Reiji: Aah… No parece que vaya a despertar... Así no puedo cambiarme de ropa.
Reiji: Me gustaría que fueras consciente de que eres una dama y aprendieras a tener un mayor instinto de supervivencia. Estás demasiado desprotegida.
Yui: Nn… Zzz…
Reiji: …No tiene sentido hablarle ahora.
Reiji: (Sin embargo… ¿Por qué me relaja tanto ver su rostro mientras duerme…?)
Reiji: (Es como si me despojara de todas mis preocupaciones…)
Reiji: (…No, carece de sentido buscar una explicación.)
Reiji: (Por ahora dejaré de sobre pensar y gozaré de este momento de calma…)
Yui: …Nnn…
Yui: ¿Eh…?
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Reiji: Al fin despertaste.
Yui: Oh, Reiji-san… Buenos días.
Reiji: ¿Te parece que es momento de saludar despreocupadamente? Primero analiza tu situación actual.
Yui: (¿Eh? ¿Mi situación? A ver… estoy en la cama de Reiji-san…)
Yui: ¡¿Kyaaa?! ¡Lamento haber usado tu cama!
Reiji: Eso ya no importa. Por favor vuelve a tu habitación y c��mbiate de ropa por favor.
Yui: ¡S-sí! ¡Con permiso!
Lugar: Mansión Scarlet, pasillo
Yui: (Supongo que me quedé dormida en su habitación luego de que succionara mi sangre.)
Yui: (Si Reiji-san recordara que es mi novio no le importaría, pero actualmente debe de haberle molestado que me quedara allí…)
Yui: (Debe de haber pensado que soy una chica indecente… Aah.)
Yui: Mejor voy a ducharme y cambiarme de ropa…
Lugar: Mansión Scarlet, living comedor
Yui: (Aah~, me siento renovada. Adoro ducharme.)
Yui: (Aunque el agua no puede llevarse mis preocupaciones…)
Yui: (Estoy segura de que Reiji-san puede recuperar sus memorias bebiendo mi sangre.)
Yui: (Pero si lo hace es probable que salga inmensamente herido…)
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Kino: Oh, Eva. Justo a tiempo.
Yui: ¿Eh? ¿Necesitas algo de mí?
Kino: Tengo un favor que pedirte. ¿Puedes ir a buscar algo dulce en el almacén?
Yui: ¿Algo dulce…?
Yui: (Sé en dónde está el almacén porque Reiji-san me lo mostró…)
Yui: (¿Pero había dulces o frutas allí?)
Kino: ¿Por qué te quedas allí parada? ¡Vamos, ve!
Yui: ¡¿Eh?! O-ok.
Lugar: Almacén
Yui: (A ver, por aquí guardaban las provisiones. ¿Está bien que saque algo sin permiso?)
Yui: Algo dulce, dulce… Lo sabía, no hay dulces aquí.
Yui: (Pero hay azúcar, así que podría cocinar algo. Espero que a Kino-kun le guste.)
Yui: ¿Eh? ¡¿Kyaa?!
Yui. Auch… ¿Por qué hay una cuerda aquí? Mis pies quedaron atrapado…
Yui: (¿Eh? ¿Una cuerda? Recuerdo que ya me había pasado algo similar…)
Yui: ¡No! ¡¿Kyaaaa?!
Yui: ¿Qué es esto? ¡¿Cómo es que acabé enlazada por una cuerda?!
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Kino: ¡Ajajajaja! ¡Eres increíble, fue perfecto! No imaginé que saldría tan bien.
Yui: ¡Lo sabía! ¡¿Esta es otra de tus travesuras?! ¡Desátame ahora mismo!
Kino: ¿Cómo voy a desatarte? Esto es demasiado divertido. Hazlo tú solita.
Yui: ¡Te lo pido porque no puedo desatarme!
Kino: Entonces busca a alguien que te ayude.
Kino: Aunque como tus pies también están atados tendrás que arrastrarte como un gusano.
Yui: ¡N-no!
Kino: ¡Adiosito!
Yui: ¡Kino-kun! ¡Espera un momento!
Yui: (¡¿Me abandonó?! I-imposible… ¡Pero si nadie suele venir para acá!)
Yui: (E incluso si intento moverme apenas y consigo avanzar…)
Yui: (¿Qué hago…?)
*luego*
Yui: Aah… No viene nadie…
Yui: (Todos deben de estar ocupados con misiones de reconocimiento o investigando en sus habitaciones…)
Yui: (¿Cuánto tiempo más estaré así? Las cuerdas están empezando a lastimarme…)
Yui: ¿…Pisadas? ¡Viene alguien…!
Yui: ¡D-disculpe!  ¡Por favor, necesito ayuda!
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Reiji: ¿…Eva?
Yui: ¡¿Reiji-san?!
Yui: (¡J-justo tenía que encontrarme Reiji-san!)
Reiji: ¿…Qué estás haciendo? Pensé que eras un bicho gigante. ¿Es este un pasatiempo tuyo?
Yui: ¡N-no! ¡Por supuesto que no!
Calmarte y explicarle ♙
Explicar desesperadamente ♟
Calmarte y explicarle
Yui: Caí en una de las bromas de Kino-kun y quedé inmovilizada…
Reiji: ¿De Kino? ¿Qué está haciendo? Aunque también es tu culpa haber caído.
Yui: Sí, lo siento mucho…
Explicar desesperadamente
Yui: ¡Vine hasta aquí porque me pidieron un dulce, pero en realidad era una trampa y ahora estoy enredada…!
Reiji: Cuando explicas algo debes asegurarte de que el otro entienda lo que dices… Aunque me hago una idea de lo que pasó.
Reiji: Fue Kino, ¿no? Te trata como juguete porque bajas la guardia con él.
Yui: Uuh… Lo siento…
Fin de las opciones
Reiji: Ya te regañaré después, primero te desataré, así que no te muevas.
Yui: ¡M-muchas gracias!
Yui: (¡Me alegro de que Reiji-san haya venido!)
Reiji: Vaya, te enredaste bastante. Y el lazo es difícil… de desatar.
Yui: Auch… duele…
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Reiji: Oh, si tiro demasiado apretará tu piel. Que problema…
Reiji: No queda de otra. Voy a cortar la cuerda, así que quédate quiera.
Yui: ¡¿C-con un cuchillo…?!
Reiji: Es un cuchillo de repuesto que dejé aquí. Te garantizo que es afilado.
Yui: ¡P-por favor espera! Esta cuerda está muy apegada a mi piel…
Yui: S-si llegas a cortar de más…
Reiji: ¿Crees que cometeré un error como ese? Guarda silencio.
Yui: (¡Oh no!)
Reiji: Aquí voy. ¡…!
Yui: ¡¿Ah?!
Reiji: Usó una cuerda muy resistente. ¡…!
Yui: ¡Aaah!
Reiji: ¿Por qué alzas tanto la voz?
Yui: E-es que…
Reiji: ¿No tienes problemas con que te claven los colmillos, pero los cuchillos te asustan? No te entiendo…
Reiji: Ahora será aquí. Incluso yo puedo fallar si te mueves.
Reiji: ¿Entiendes? Asegúrate de no moverte.
Yui: S-sí…
Yui: ¡…!
Reiji: Ya deberíamos poder desatarte. Voy a tirar de la cuerda.
Yui: Oh, es verdad… se está desatando.
Yui: (Aaah~… Menos mal. Pensaba que iba a cortarme…)
Reiji: Me diste trabajo de más justo cuando estoy ocupado.
Yui: Lo sé, lo siento…
Reiji: Voy a regañar severamente a Kino para que no vuelva a hacer algo como esto.
Yui: (Se enojó…  Y para colmo me vio en ese patético estado.)
Yui: (Aunque parece que lentamente ha regresado a ser el Reiji-san de siempre. Me alegro…)
Reiji: ¿Hm…? Te quedaron marcas en las muñecas.
Yui: Ah, es verdad… auch.
Yui: (Me duelen los rasguños que me causó la cuerda… Espero que se curen pronto.)
Reiji: Me darás problemas hasta el final. Déjame ver.
Yui: ¿Eh?
Reiji: Son solo rasguños. Se sanarán pronto… Nn…
Yui: ¡H-hya! ¿P-por qué lames mis muñecas…?
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Reiji: La saliva de los vampiros tiene propiedades curativas.
Reiji: Y es tu castigo por involucrarme en esta situación tan ridícula.
Yui: C-castigo…
Yui: (Esto no es un castigo, Reiji-san.)
Yui: (Sigue sosteniendo mi mano, me da un poco de vergüenza…)
Reiji: Vine a buscar ingredientes, pero supongo que daré un pequeño desvió. Mi prioridad ahora es escoltarte hasta tu habitación.
Yui: ¡N-no! Ya puedo moverme, así que puedo regresar sola.
Reiji: No. Sería un problema que volvieran a hacerte esto en otro lugar.
Reiji: Ahora, andando.
Yui: Ah, s-sí…
Yui: (Sigue sosteniendo mi mano… Esto es todo lo que necesito para ser feliz…)
Yui: (Como imaginaba, deseo volver a aquellos pacíficos días. Quiero que volvamos a reír juntos.)
Yui: (Quiero que sepas que te amo… Reiji-san…)
[Capítulo 7]
[Masterpost]
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El poema es mi cuerpo
esto la poesía
la carne fatigada
el sueño el sol
atravesando desiertos
los extremos del alma se tocan
y te recuerdo Dickinson
precioso suave fantasma
errando tiempo y distancia
en la boca del otro habitas
caes al aire eres el aire
que golpea con invisible sal
mi frente
los extremos del alma se tocan
se cierran se oye girar la tierra
ese ruido sin luz
arena ciega golpeándonos
así será ojos que fueron boca
que decía manos que se abren
y se cierran vacías
distante en tu ventana
ves al viento pasar
te ves pasar el rostro en llamas
póstuma estrella de verano
y caes hecha pájaro
hecha nieve en la fuente
en la tierra en el olvido
y vuelves con falso nombre de mujer
con tu ropa de invierno
con tu blanca ropa de
invierno
enlutado.
Blanca Varela, "Dama de blanco".
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dlupon · 21 days
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Algo fabricado.
La felicidad, era algo fabricado. O eso le habían dicho a Diana toda su vida. Aunque luego de dar a luz a su pequeño hijo, no creía en ello tan fervientemente. El tiempo pasaba rápidamente cuando se era genuinamente feliz, y su hijo generaba eso en ella, que ya tenia un par de años encima.
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En lo que a ella respectaba, Robert era un niño brillante, tan vivaz e ingenioso, aunque capaz de ejecutar mas de diez travesuras al día. Vivía por y para su hijo, quizás descuidando un poco a los hijos de su esposo pero, ¿Quién podía culparla?. Era el momento en que tendría que ocupar todo su tiempo en la educación de su hijo. Diana deseaba que este se convirtiera en alguien ejemplar.
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En la tarde, en un día nuboso, casi al borde de que comenzara la llovizna, la hermana de Augustus vino de visita nuevamente, ambas coincidían en que, al pasar el tiempo, y con el crecer de sus hijos, podían optar desde ahora, de vez en cuando, a tomarse una taza de te. Fidelia, ahora ya un poco mayor, incluso por llegar a lo que se consideraba adultez, escogió unirse a la charla, ahora lo que las mujeres adultas hablaban, le resultaba en demasía interesante. -Eh escuchado que en el pueblo, en la tienda de conveniencias, han traído nuevos modelos, actualizados al tiempo.- cuchicheaba Stella, con la atenta mirada de su sobrina. -Tal vez deberíamos ir a escoger algunos, eh vendido algunas ropas viejas a los Thomson y tengo algo de dinero, ¿Crees que podríamos ir mañana?- consultó Fidelia. -De hecho, si. Si diana esta de acuerdo, por supuesto.- sonrió, esperando aprobación. -Claro. Espero no les moleste que no asista, me eh estado sintiendo mal estos días.- inquirió cuidadosamente.
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La verdad era que hace días que siente nauseas al comer y se marea al levantarse de la cama. Sin mencionar que se agita demasiado al hacer cosas simples, como subir una escalera o lavar la ropa en el barreño. No tardo en darse cuenta que nuevamente estaba embarazada, algo de gran temor a su edad, ya que trae demasiadas complicaciones. Inmediatamente que comprendió la situación, corrió a decirle a su esposo lo que estaba pasando. Si bien, su situación económica ahora estaba estable y era buena, el miedo de Augustus a perder a su esposa era inminente.
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Temprano en la mañana, ambas damas salieron corriendo a por esas nuevas prendas. La emoción era palpable en el aire. Fidelia jamás había comprado ropa, su madre y luego su madrastra hacían la ropa para ella. Sobraba decir que estaba emocionada. La aventura de encontrar algo adecuado para su edad y que a demás le quedara bien, fue un intríngulis, pero finalmente lo logro. Y en tanto su tía encontraba algo para ella, fue enviada a por unas delicias dulces a la tienda de la esquina.
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Mientras caminaba, algo despistada por los colores de las tiendas y los pequeños pájaros que cantaban reposados en la fuente, choco con un joven fornido que sin previo aviso la arrojo al suelo bruscamente, sintiéndose desorientada por un par de segundos.
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-Discúlpeme.- rogo el joven, encogiéndose a su lado para extenderle su mano, en un intento de socorrerla.- permítame ayudarla. -Esta bien, puedo hacerlo sola.- sentencio, algo avergonzada, si no hubiera estado tan distraída, quizás lo hubiera conocido de manera diferente. -Esta bien señorita, como quiera.- Soltó, levantándose para seguir su paso.
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-¿Estas segura de estar bien?, no quisiera ningún desconcierto más tarde. Puedo hablar con su familia si quieres. -Esta bien, tía. El se disculpo, a demás, la culpa fue mía. El camino a casa resulto ser mas largo de lo que habían planeado. Hicieron varias paradas en distintas tiendas, comprando pequeños adornos para el cabello y aretes a juego, para los diferentes atuendos que lograron comprar. Prometiendo volver allí en cuanto consiguieran un poco mas de dinero.
Con todo el tiempo que habían perdido para llegar, dentro de la casa de los Hartley ocurría una tragedia. Augustus había encontrado a su esposa desvanecida en el suelo de la entrada de la casa, sobre un charco de sangre, no tan grande como para representar un riesgo de vida, pero si algo preocupante.
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No hacia falta explicar lo que había sucedido, Diana sabia perfectamente lo que estaba sucediendo, el bebe en su barriga no había resistido, por lo que ahora estaba despidiéndolo. Solo debia esperar a que este saliera por completo, lo que no tardaría mucho, solo estaba de algunas de semanas. Aun así, Augustus se quedo todo el tiempo con ella. Ese también era su hijo, y era su esposa quien estaba sufriendo.
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senig-art · 11 months
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Apenas me di cuenta.
Sin ofender a nadie, pero, me di cuenta que Luner es un hombre, lo veía en las imágenes creía que era una mujer, pero es un hombre porque lo describes como dios.
Esta hermoso de todos modos VwV
Si, es que Luner es un dios cambiante en otros mundos, en el original que es el Reino de Eci, es como lo ves, y se ve así por una historia que luego será contada, por ahora solo quédate con lo que diré a continuación.
El dios Luner es un dios cambiante, en cada universo de los demás dioses creadores, la apariencia de la luna es diferente.
Desde una dama de cabellos rubios, un conejo blanco, un hombre corpulento y con barba, un joven de cabellos negros, un niño, un espíritu. La luna tiene muchas apariencias en los universos, mas nadie sabe como se ve realmente, excepto... sus creaciones.
Eci, describe a Luner de la siguiente manera: El dios Luner tiene cabello blanco, largo y liso como un rio en calma, vestido de colores oscuros como la noche, pero adornado con perlas y brillos simbolizando la luna y las estrellas, consigo lleva un sombrero metálico con la formas de un rio en movimiento, y un dibujo de la luna con la etapa Lúnula Creciente. Tiene la piel blanca como la nieve, y unos ojos azules que suele reflejar otros colores cuando una luz pega en sus ojos.
Ssenkrad lo describe así: Si quieres que te hable de mi Dios... El tiene una mirada tierna, con una sonrisa pacifica, de cabellos blancos que flotan tranquilamente con el viento frio de nuestro hogar, brillante sobre la oscuridad, aun si sus ropas son plateadas, negras o azules oscuras, piel blanca como el cristal, que con solo un tacto cambia de color, ojo negros...? no azules, si eran azules, que tienen un cambio fácil a la luz y suele tener un brillo en sus ojos de otro color...
Por ello en otros mundos nadie conoce realmente a Luner, todos los mundos solo sabe que existe un dios de la luna, pero no saben con certeza si es un dios o una diosa o un espíritu de la luna. Ni siquiera los seguidores de la luna de otros mundos lo saben, solo alaban a la luna de su mundo.
Eso si, cuando mueren llegan a conocer a Luner en persona, algunos solo se vuelven espíritus y lo siguen en las sombras y otros lo siguen alabando y amando como siempre.
Porque aun hay personas que le dedican un monto de cosas a Luner aun si no saben como es.
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Eso si, su hermano, Soles, si lo conoce todo el mundo, y saben como es y como se ve en todos los universos.
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 Camille Monfort, LA LEYENDA de "La vampira amazona" (1896). En 1896, Belém se enriqueció vendiendo caucho amazónico al mundo, enriqueciendo de la noche a la mañana a los campesinos, quienes construían sus ricas mansiones con materiales de Europa, mientras sus esposas e hijas enviaban su ropa al viejo continente para ser lavada, e importaban agua mineral de Londres. para sus baños. El "Theatro da Paz" fue el centro de la vida cultural en la Amazonía, con conciertos de artistas europeos. Entre ellos, llamó especialmente la atención del público uno, la bella cantante de ópera francesa Camille Monfort (1869 – 1896), quien provocaba indecibles deseos en los ricos señores de la región, y atroces celos en sus esposas por su gran belleza. Camille Monfort también causó indignación por su comportamiento libre de las convenciones sociales de su época. Cuenta la leyenda que se la vio semidesnuda, bailando por las calles de Belém, mientras se refrescaba en la lluvia de la tarde, y también despertaron la curiosidad sus solitarios paseos nocturnos, cuando la vieron con sus largos vestidos negros y vaporosos, bajo la luna llena, a orillas del río Guajará, hacia el Igarapé das Almas. Pronto, a su alrededor, se crearon rumores y se dieron vida a comentarios maliciosos. Se decía que era la amante de Francisco Bolonha (1872 – 1938), que la había traído de Europa, y que él la bañaba con caros champagnes importados de Europa, en la bañera de su mansión. También se decía que había sido atacada por el vampirismo en Londres, debido a su palidez y aspecto enfermizo, y que había traído este gran mal a la Amazonía, teniendo unas misteriosas ansias de beber sangre humana, al punto de hipnotizar a las jóvenes. con su voz en sus conciertos, haciendo que se durmieran en su camerino, para que la misteriosa dama pudiera llegar a sus cuellos. Lo cual, curiosamente, coincidió con relatos de desmayos en el teatro durante sus conciertos, que se explicaban simplemente como efecto de la fuerte emoción que su música producía en los oídos del público. También se decía que tenía el poder de comunicarse con los muertos, y de materializar sus espíritus en densas nieblas etéreas de materiales ectoplasmáticos expulsados de su propio cuerpo, en sesiones mediúmnicas. Sin duda, fueron las primeras manifestaciones en la Amazonía de lo que luego se llamaría espiritismo, practicado en cultos misteriosos en palacios de Belém, como el Palacete Pinho. A fines de 1896, un terrible brote de cólera asoló la ciudad de Belém, convirtiendo a Camille Monfort en una de sus víctimas, quien fue enterrada en el Cementerio de la Soledad. Hoy, su tumba sigue allí, cubierta de limo, musgo y hojas secas, bajo un enorme árbol de mango que hace que su tumba se sumerja en la oscuridad de su sombra, solo iluminada por unos rayos de sol que se proyectan a través de las hojas verdes. Se trata de un mausoleo neoclásico con una puerta cerrada por un viejo candado oxidado, de la que se puede ver un busto femenino en mármol blanco sobre la amplia tapa de la tumba abandonada, y adosada a la pared, una pequeña imagen enmarcada de una mujer vestida con negro. En su lápida se puede leer la inscripción: "Aquí yace Camila María Monfort (1869-1896) La voz que cautivó al mundo". Pero hay quienes todavía hoy dicen que su tumba está vacía, que su muerte y entierro no fueron más que un acto para encubrir su caso de vampirismo, y que Camille Monfort aún vive en Europa, hoy a la edad de 154 años. (La imagen original ha sido retocada para extra poner los detalles. Y no, no es un móvil lo que lleva en las manos, es una pequeña libreta).
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CIENCIA, HISTORIA...Y ALGO MÁS ( Curiosidades)
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goldenfurevamp · 2 months
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“Pues bien, aquí estoy ..esperándote”
(Basado en el primer encuentro de Armand y Lestat, del libro Lestat el Vampiro –Crónicas Vampíricas de Anne Rice. Pagina 242)
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Lo estuve observando por alrededor de dos horas. Bailaba como un idiota experto , encerrando con su mano la cintura de las damas casadas de aquel Paris aristócrata que develaba unos escotes y unos aromas que jamás el mundo podría volver a recordar.
11: 00 pm.
Mis ojos pardos entrecerrados eran  lo único que de mi cuerpo se movía. No estaba acostumbrado a estas ropas, pero no era algo que me perturbe, no tanto como la mano del blasfemo que recorría a lenta letanía la espalda desnuda de la doncella hija del banquero principal de Paris. Desvié la mirada de todo el universo mismo solo para enfocarme sin expresión en su sonrisa torcida y en los ojos altaneros con los que atraía al resto que lo juzgaban y se enamoraban de sus gallardos pasos. Era un corcel dorado envuelto en chaqueta azul y zapatos de cuero relucientes. La melena dorada sostenida en una coleta varonil y las cejas que odiaba cuando formaban un acto despectivo o la mentira de prestarte atención cuando solo se burla de lo que le venera.
Suficiente.
Asfixiado por su contacto hacia otras hembras y su seductora palabra hacia los varones hermosos de Paris de madrugada, mi inexpresivo rostro buscó refugio en las sombras del pasadizo lejano al salón mientras paseaba por los jardines sin dejar de invocarlo con fuerza, repitiendo su nombre a propósito voraz, llamándolo sin palabras y sin que me haya notado. Al llegar al pasadizo ancho del vestíbulo que conecta con el salón de baile, el piano cambió de sonido y se volvió eufórico. Pero sentí su presencia detrás de mi espalda, al otro lado del umbral: de su mano una preciosa mujer de 17 años , de cabellos oscuros y ojos cafés, en un vestido demasiado provocador para la sociedad puritana pero adecuado para la hipocrecia de las noches. Una mujer tan bella que hubiera sido una delicia destrozarla a bebida lenta, y sin importancia me giré quedando de espaldas a ambos, cubierto por la penumbra cerca a ellos. Un maldito espejo delante mío me develaba todo lo que estaba sucediendo, aunque hubiera podido oir y ver incluso desde el otro lado del globo si asi lo quisiera: el la seducía con voracidad, y aquello me excitó. Pero sentí de pronto una incomodidad , un aguijón debajo del tórax inerte, un ácido que ascendía por mi garganta y que hacía que mi rostro se tense y el rubor incendie mi rostro, gracias a la sangre reciente que había bebido.
Imposible.
En 200 años no había sentido algo igual y menos por aquella situación.
Imposible. Reprimí una carcajada  por mi propio error y por la ingenuidad que aun quedaba en mi mismo por mi mismo. De pronto mis ojos ascendieron y la estúpida sonrisa se me borró del rostro.
La estaba besando.
Sentí el impulso de apartarla con furia de él y busqué razones para no hacerlo y encontré una que me apaciguó rápidamente : “Armand, no seas ridículo”
Concentré mi fuerza en desviar la atención de ella hacia otra cosa y lo logré con fuerza de hechizo sórdido: La voz de la madre buscándola entre los pasadizos y el espejismo del padre que la amenazaba si no aparecía. Mi sonrisa curva se acentuó triunfal mientras me daba vuelta  justo cuando él se detenía antes de cruzar el pasadizo.
“Aquí estoy, pues bien.. llevo esperándote toda la noche”
Exageré. Llevaba apenas 2 horas, y no me imagino ofrecerle mas horas de seguimiento a nadie. Idiota y pobre neófito que se acercaba a mí con su altanería que disfraz era de su desconcierto. Le hice una seña para que me siguiera y caminamos juntos hacia el salón solitario de la biblioteca de aquella mansión. Recorrí con la mirada su atuendo y me quedé prendido de su mentón perfectamente esculpido, de su tórax cuadrado… sonreí apenas con el desprecio mutuo de ambos. Nos odiábamos, pero había un fuego tierno en mi rostro que disimulaba aquella superioridad propia de mi.
Si , soy mayor y superior a ti , lo sabes.
Se acercó sin mejor culpa ni conciencia de mi llamado, mi cuerpo se volvió un imán sin que yo mismo lo supiera y mis brazos lo rodearon mientras mis labios entreabiertos ya estaban siendo traicionados por el aroma de ese idiota al que despreciaba y debía disciplinar.
“No, querido , solo paz en tus brazos”
Oyó mi susurro y el rayo de mi poderosa voluntad le atravesó la columna, cediendo a nuestro abrazo lleno de aferro y del grito de ALEJATE que era mutuo. ¿Alejarme? Estaba perfectamente encajado en su cuerpo , en aquella necesidad de hundir mi rostro en su cuello. ¿Qué haces Armand? Apenas soportaba la lentitud de víbora que tenía su lentitud devota, la manera en que se hundía mi boca en la espesa rivera de su melena dorada, en la curva abismal de su cuello, y maldita sea cerré los ojos para esnifarlo.. por ultima vez. Claro, ultima vez… ultima vez… una ultima vez… una vez más… y más….. quiero más… y más del aliento fresco del recién nacido, y más de mi boca rodando con necesidad contra la suya, entreabriéndose con voluntad propia y desatada de mis cadenas y el ardor que iba creciendo y la posesividad que era enredadera contra mi cuello. Nos besamos por 17 minutos largos y certeros, y perdí la noción de lo que estaba yo haciendo ahí, de la misión del objetivo, y mi voluntad se volvió una ramera enredada a su lengua, sucumbiendo YO un poderoso Lider a su caricia en la espalda , que buscaba no se que debajo de mi chaqueta.
Basta…..bueno, una ultima vez. Diez minutos mas y mi abrazo se aferró con la lujuria de una necesidad desmedida, de una monstruosa manera de besar que nos estaba haciendo jadear. Espera.. ¿Qué hacía yo aquí?
Ah,si , asesinarte.
Y a la muerte la busqué desesperado entre besos hacia su cuello, sometiendo aquel abismo y despejándolo con destreza de su selva dorada. A ojos cerrados ambos temblábamos mientras mi lengua preparaba el terreno de la conquista. : ¿aquí te ha besado Magnus? ¿Aquí te ha tomado la vida? Pobre neófito estúpido que vibra en los brazos del monstruo que …que…. Que de celos herido…….espera, deja que termine lo que debo.
Nunca nadie más lo habría mordido como yo. Y nunca mas nadie se dejó morder así , con esa resistencia indomable, y nadie mas que YO habría vibrado tanto mientras le succionaba la sangre hundiéndome entre el vaivén de nuestros  cuerpos, deformando un asesinato y volviéndolo una sesión tan perturbadora que creí ser yo el que desfallecía. Caímos de rodillas sobre el suelo de roble, rendidos a nuestra inútil batalla, observados por las miradas de los libros  de los autores clásicos alrededor, del rayo de luna que nos señalaba con el dedo, y mi maldito abrazo se volvió caricia y no cárcel. Y mi succión que le quebraría el cuello me quebró a mi en dos el alma, y  mi diestra manera de beber antes de detener el corazón se volvió un reclamo posesivo, una súplica.. “ no te separes de mi boca…”. Él era la crueldad hecha de vidrio, el reflejo hecho espectro luminoso, estaba siendo herido por la misma herida con la que nos apuñalábamos y nadie jamás supo que mi propósito de destruirlo se volvió obsesión y la obsesión amor. Y que  al empujarme por miedo a que lo asesine, él desbarató toda idea de arrojar su cuerpo a la hoguera después de muerto. E incluso luego de la golpiza que me dio en el jardín, la que permití con gusto con tal de sentir su  piel y el delicioso dolor sangriento de su aliento sobre el mio, nunca hubo hoguera mas feroz en mi cuerpo que el suyo.
Dolor.
Mi cuerpo molido antes de abrir los ojos en aquella torre a donde él me había llevado. La mirada de Gabrielle a lo lejos y los ojos preocupados del neófito, atentos, siempre fijos.
Y yo, odiándole totalmente excitado
Durante 3 malditos siglos.
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diamantar · 7 months
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OPORTUNIDAD
→ Viserys Targaryen x fem!Stark!OC (ft. Daemon Targaryen)
✦ Sinopsis: En un matrimonio arreglado las infidelidades son plato de cada día, aunque jamás consideró tomar aquel camino hasta que entabló relación con el hermano de su esposo.
✦ Advertencias: Matrimonio arreglado / Infidelidad / Angst.
✦ Palabras: 2415
✦ Pedido: Si, de Wattpad.
✦ Gif: ladydostoevsky
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Apenas había cumplido quince años cuando en una nubosa mañana de invierno se convirtió en esposa de Daemon Targaryen, ambos brillando de pies a cabeza en un intento de ocultar el fastidio. En retrospectiva, aún no entendía como pensaron que unirla a él era una buena idea, especialmente cuando lo conocía desde pequeña y siempre expresó lo que le disgustaba. A su parecer no era más que un bruto irresponsable que vivía para seguir impulsos, apenas salvándole el hecho de que era un excelente guerrero. Lloró cuando supo que estaban comprometidos, pero las mujeres de la familia Stark ferozmente reprendieron el capricho por ser “una gran oportunidad”.
La primera vez que pensó bien de Daemon fue durante la noche de bodas, donde el joven fue excepcionalmente compresivo con su terror al coito y se encargó de fabricar una elaborada escena para engañar al resto. Arrugó las sabanas, punzó su muslo para dejar sangre como prueba de la penetración y acomodó las ropas de ambos en el suelo, luego de casi dos horas saliendo y dejando que los mayores encontraran la farsa. Numerosas damas la cubrieron con una bata y él permaneció en un rincón junto a Viserys, en solo unos minutos ganándose su profundo agradecimiento.
Desde ese día comenzó a verlo en una nueva luz, de pronto abriéndose y dejando que rompiera la barrera que había creado entre los dos. Halló en él un buen confidente, una persona que la acompañaba en la cama y no la forzaba a cumplir con las reglas de la realeza en el desespero de tener un hijo. Entendió su actitud y la resistencia a la autoridad, el deseo de vivir libre y no permitir que alguien más lo obligara a tomar un camino que no quería.
Por unos cuantos meses pensó que Daemon era mejor de lo que parecía y de a poco cayó por sus encantos, especialmente cuando Aemma Arryn le informó que, según Viserys, él se enamoró apenas la vio bajar del carruaje que la trajo de Invernalia. La idea de formar familia empezó a ser un concepto atractivo y le emocionaba salvarse de tener que vivir infeliz junto un hombre que no la quería, pero la fantasía de cristal pronto se convirtió en añicos.
Bien sabía de la predilección de su esposo por el vino y nunca cuestionó que saliera a beber hasta altas horas, ya que era una actividad que realizaba desde antes de que se casaran. Aún así, a pesar de que debió haberlo imaginado, la noticia de sus frecuentes visitas a la Calle de la Seda le congelaron el corazón. El poco amor que surgió se esfumó y rápidamente recordó porqué nunca debió ignorar el instinto que desde niña le gritó que Daemon no era el indicado.
Los muros crecieron más altos que nunca y el hombre se sumió en los placeres, ni siquiera intentando superar la fría cordialidad con la que lo trataba. Las pocas veces que dormían juntos él caía rendido luego de tanto alcohol y algunos integrantes del Consejo Privado empezaban a agitarse por la falta de embarazo. Aquellos hombres tenían demasiada habilidad en arruinarle el día y más de una vez deseó que los lobos de su familia los destrozaran, pero, como siempre, debió callar y aguantar en silencio.
Soportó rumores y miradas hasta que un inesperado aliado apareció, Viserys siendo una brisa fresca entre tanto humo que la ahogaba. Con sonrisas apenadas y tímidas se acercó en absoluta comprensión, ya que él vivía los mismos disgustos con la presión de tener un sucesor varón. Al oírlo se sintió entendida y con el paso del tiempo aprendió que era alguien de fiar, ya que ninguna confidencia resonó en los pasillos de la Fortaleza Roja.
El vacío de atención y compañía finalmente fue llenado por el Rey, el cual le enviaba cartas cuando no podían pasear por los jardines o ir a la recamara de alguno a conversar. Mentalmente quería controlar la esperanza cuando ambos estaban casados y él tenía una esposa que se desvivía para cumplir las demandas de un heredero, pero el brillo en los ojos de Viserys no lo hacía fácil.
Por su parte, Daemon, seguía igual de perdido en los placeres de la ciudad y apenas hablaba en las pocas mañanas que llegaban a despertar al lado del otro. De todos modos, a años de la boda y sin aún tener sexo, logró dar a luz a un sano y hermoso niño rubio de grandes ojos violeta.
Rhaegar Targaryen existía para enamorar a quien cruzara camino con él, sonrisas de blancas perlas apareciendo entre un aura gentil y brillante. La personalidad distaba mucho de “Lord Lecho de Pulgas”, tanto que los ancianos que llegaron a conocerlo desde la cuna insistían que parecían opuestos, y oír esas declaraciones solo la aliviaban al no querer que Daemon lo influenciara. Sabía que lo mejor era que todos dijeran que se parecía a él, que así la infidelidad pasaría desapercibida, pero siempre podría anunciar que esas diferencias venían de su parte de la familia.
Viserys mantenía la fachada a pesar de saber la verdad, en el inicio amargura llenándolo al tener un hijo que no podía celebrar. Finalmente tenía lo que tanto deseó y estaba obligado a mantenerlo en las sombras, aunque culpabilidad frenó cualquier fantasía cuando Aemma falleció dando a luz. Se suponía que pasarían varios días celebrando, pero cada acto cesó ante la noticia de que el nonato, Baelon Targaryen, tampoco sobrevivió las primeras horas de vida.
Ambas muertes fueron un golpe terrible y, como era de esperar, Daemon no tuvo mejor idea que escapar a la Calle de Seda y nombrar al pequeño como el “Heredero por un Día”. Ebrio y poco cuidadoso no imaginó que la voz correría, y mucho menos pensó que a primer hora del amanecer Otto Hightower comunicara la falta de respeto a un Viserys emocionalmente herido.
—Señorita Stark, el Rey la solicita.
Monótona e impasible, la sirvienta aguardó mientras bajaba la taza de té y asombro pintaba cada músculo facial.
—¿Ha dicho por qué? —preguntó en el proceso de limpiar cualquier resto de desayuno en los labios.
—No, solo que la acercara lo antes posible al Salón del Trono.
Un incomodo sentimiento le cerró el estómago y provocó una breve ráfaga de nauseas, todo de aquella invitación siendo diferente a los encuentros que hasta ese momento tuvieron.
—De acuerdo, iré.
Inspiró profundo en el proceso de levantarse y dejó que los pies la guiaran, en la puerta recibiéndola un guardia y dejando que ingresara. Avanzó por el enorme espacio apreciando al hombre, el cual vestía de negro y se hallaba sentado con expresión tensa.
—Majestad —saludó antes de reverenciar, fielmente ajustándose a las etiquetas al haber personal militar presente—. Vine tan rápido como pude, ¿en qué puedo ayudarle?
Conectando miradas, pudo notar como sus ojos se suavizaban un momento antes de regresar a un sentimiento oscuro.
—Desde que te he conocido has sido alguien de confiar y no planeo someterte a interrogatorio porque sé la clase de persona que eres… —realizó una breve pausa por la incomodidad de tener que actuar tan distante—. Pero me veo en obligación de preguntar, ¿sabes dónde estuvo Daemon anoche?
—Lamento no tener información que sea de ayuda, pero desconozco las actividades de mi esposo —contestó presionando y frotando los labios en un breve gesto de ansiedad.
—Es de común saber que mi hermano escapa a las responsabilidades, así que entiendo la ignorancia.
—¿Ha sucedido algo, señor? —preguntó con piel erizada en anticipación.
Viserys se removió en el trono y encajó la mandíbula en enojo, un gesto que la asustó al ser muy poco usual.
—Bajo el manto de la oscuridad, Daemon, escapó a un burdel a beber y hundirse con gente cuestionable a faltar el respeto de mi hijo fallecido —explicó elevando la voz en cada palabra—. Lo coronó “Heredero por un Día” y pasó cada rato libre lejos de su familia, ¡ni siquiera consolando a Rhaenyra!
Palidez la pintó de la impresión y colocó una mano en el pecho por el grave error, inmediatamente amagando a disculparse hasta que recordó que no fue error suyo.
—Realmente me deja estupefacta… esto es… no sé… —bajó la cabeza con el corazón sumamente acelerado.
—Daemon ha sido llamado y está de camino a recibir castigo —informó en tono normal evitando generarle estrés—. Como dije, sé la clase de persona que eres y tendré consideración por la gran alianza con tu familia, pero debes estar presente para saber cómo quedará la situación.
—Por supuesto.
Claramente preocupada esperó a un costado y sintió fugaces miradas de Viserys, al ceder apreciando que intentaba tranquilizarla con un lenguaje corporal amable. Emitió una pequeña sonrisa y regresó a mirar el suelo, entonces la puerta abriéndose y enseñando al Targaryen en juicio. Brevemente se miraron y luego observaron al Rey, el cual enderezó la espalda e inmediatamente empezó a tratar el desacato.
—Fue mi manera de llevar el infortunio, cada uno actúa de manera distinta —excusó en tono bajo, definitivamente tomándolo desprevenido que lo dicho llegara a la Fortaleza Roja.
Juntando las manos al frente se contuvo de negar ante el carácter de Daemon, especialmente cuando empezó a pelear por su posición en la Corte Real.
—¡Suficiente! He aguantado, he intentado comprenderte y razonar, pero ya no más —gritó Viserys completamente harto—. Toma tu dragón y abandona Desembarco del Rey, vete y busca en otras tierras como ser un hombre decente.
Aquella sentencia de destierro fue inesperada y la femenina los miró intentando dilucidar donde quedaba ella, un tema que el Targaryen menor también consideró.
—¿Harás que deje a mi esposa e hijo?
—Nunca estás con ellos y apenas cumples tus deberes, ¿ahora te preocupa mantener la farsa?
La selección de palabras la congeló de pies a cabeza y por unos momentos dejó de respirar mientras veía al regente con susto.
—¿Te atreves a difamar cuando apenas puedes ser Rey? Es hipócrita señalar cuando tampoco llegas al estándar —frunció el ceño conteniéndose de acercarse, porque sabía que los guardias lo sacarían de la habitación.
Viserys calló un momento e inspiró intentando mantener compostura, entonces mirando a la mujer que secretamente amaba y notando la oportunidad que se presentaba.
—No solo abandonarás estas tierras, Daemon, sino que también anularé tu matrimonio. Te irás y serás libre de revolcarte con cuanta prostituta quieras, pero no ensuciaras más el nombre y la cama de la dama que todos los días ha soportado tu indecencia.
—¿Cómo? —preguntó con un cambio de expresión que erizó los cabellos, los guardias en la habitación preparándose ante la amenaza.
—Una mujer proveniente de la casa Stark no debería vivir en tales condiciones, con un hombre incapaz de valorarla —aseguró al tiempo que inflaba el pecho y elevaba el mentón—. Cuidaré de ella y criaré a Rhaegar como el heredero legitimo al trono que es.
Exponer la verdad le estrujó el corazón en angustia y miedo, inevitablemente soltando un quejido mientras se le humedecían los ojos.
—¿Qué has dicho? —preguntó incrédulo y sin pestañear, al ver la reacción femenina su cuello y nuca tomando color por la furia—. ¿¡No es mi hijo!?
—Lo siento, p-pero nosotros nunca… consumamos el matrimonio —explicó juntando ambas manos en el pecho.
—¡Mientes!
—Las pocas noches que no estabas hasta la mañana en los burdeles llegabas absolutamente ebrio y perdías la conciencia apenas tocabas la almohada —jadeó con el labio inferior temblando.
—¿¡Entonces la solución fue refugiarte en mi hermano!?
—¡Arruinaste el poco amor que te tuve! —defendió exasperada—. Llegué a ver lo bueno en ti hasta que me cambiaste por la Calle de Seda, quise que nos acercáramos y…
—¡Calla! —interrumpió yendo decidido a hacerle quién sabe qué.
—¡Deténganlo! —ordenó Viserys poniéndose de pie, los guardias inmediatamente agarrándolo y alejándolo—. Ya has hecho demasiado daño, no permitiré que lastimes a mi futura esposa.
—¡Desgraciado! —gritó al tiempo que forcejeaba, el movimiento haciendo las armaduras tintinear.
—Sáquenlo, no dejen que siga un día más en Desembarco del Rey.
Asintiendo pequeño, los dos hombres que agarraban al Targaryen empezaron a arrastrarlo fuera del salón. Maldiciones y promesas de retribución retumbaron en las paredes hasta que estuvo lejos, el ambiente siendo pésimo hasta que Rhaenyra apareció con mirada humedecida.
—Crucé a Daemon y dijo… —apretó los labios y tragó intentando no derrumbarse—. ¿Es verdad? —inquirió a pesar de que sabía la respuesta por el aspecto de ambos.
Viserys dudó un momento antes de recordar la confianza que lo llevó a revelar el secreto, firme bajando los escalones del trono.
—Si, Rhaegar es tu hermano.
La noción del parentesco envió un desagradable escalofrío en Rhaenyra, quien tenía la herida de su madre y hermano al rojo vivo. Miró a la mujer y limpió una lagrima rebelde antes de cerrar ambas manos en puños.
—Felicidades, engendraste al próximo Rey —jactó dolida en el proceso de girar y dirigirse a la puerta.
—No fue con ese propósito, ¡amo a tu padre! —declaró desesperada, pero la joven siguió sin mirar atrás.
—Vigilen la entrada —indicó el regente al personal presente, cada uno saliendo y cerrando la puerta para cuidar desde el exterior.
Ambos voltearon al otro y relajaron los hombros, Viserys abriendo los brazos y encerrándola entre ellos.
—Impulsivo, lo que hiciste no tuvo preparación —reclamó contra su pecho, desesperada agarrándolo de la ropa.
—Ciertamente, pero tomé la oportunidad cuando se presentó —explicó al tiempo que la consolaba con delicadas caricias—. Si lo planeábamos habríamos estado mejor mentalizados, pero las reacciones no hubieran cambiado.
—Puede ser… —suspiró insegura, aunque en lo profundo sabía que tenía razón.
—En poco el impacto pasará y podrás disfrutar de finalmente ser libre.
—La gente juzgará por los pasillos —soltó las telas para colocar ambas manos en el pecho de Viserys.
—Nadie es libre de la opinión ajena, pero serás reina y eso te ahorrará varios problemas.
La noción del rol que cumpliría en el futuro le aflojó las rodillas, sin embargo logró aguantar y mirarlo a los ojos.
—¿En serio me harás tu esposa?
—Absolutamente, es momento de elegir con quien compartir mis días —dijo mientras iba a sostenerla de la mejilla—. Te amo, estoy ansioso de vivir contigo y criar en conjunto al pequeño Rhaegar.
—Nuestro hijo —murmuró poniendo una mano sobre la de él.
Cansados y abrumados compartieron un beso amargo por el mal momento vivido, pero un trasfondo dulce otorgaba la fuerza que necesitaban para soportar y luchar por la felicidad.
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mate-y-viajecito · 7 months
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El martes salí de San Lorenzo dónde estuve dos días por la lluvia, llegué hasta un pueblo que se llama El Carril. Cómo no había camping pedí permiso en el polideportivo y me dejaron quedarme.
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Esta no es la mejor época del año para viajar por el NOA por las lluvias, la ruta 68 había estado complicada a entre Coronel Moldes y La Viña, entonces no sabía si iba a poder llegar el miércoles a La Viña. Pero fui preguntando en los puestos policiales y oficinas de turismo y me iba informando del estado de la ruta. Por suerte estaba transitable.
El jueves salí para la quebrada de las conchas, pero al mediodía, ya que se asomó un poco el sol en La Viña y aproveché para secar un poco de ropa. Llegué a un parador a las 18 más o menos y Bartolomeo, el hombre que lo atendía era muy amable. Me dijo que estaba sorprendido de que fuera una dama 😂. Compartimos una cerveza y me convido un poco de queso de cabra y estuvimos charlando hasta la noche. Al día siguiente me quedaban 70 kms a Cafayate y yo estaba indispuesta 🙃. Fue un día largo, porque además fue el primer día de sol completo desde que salí, así que hizo mucho calor. Pinché una rueda y la tuve que parchar en la ruta. Pero por suerte pude llegar, en el camino una gente de bien me regaló 4 empanadas y un jugo cepita y encima tuve viento a favor el último tramo. Van algunas fotos
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