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#sillas de exterior
deathofapig · 9 months
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Rooftop Deck Deck - large contemporary rooftop deck idea with a pergola
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invernothemes · 1 year
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Rooftop Deck Deck - large contemporary rooftop deck idea with a pergola
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midtown-456 · 4 months
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rcgality · 8 months
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Contemporary Exterior - Concrete Ideas for a substantial, modern, gray, two-story remodel with a gable roof
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doze-mag · 10 months
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Contemporary Deck - Deck
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Inspiration for a large contemporary rooftop outdoor shower deck remodel with a pergola
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ephemeraltime · 11 months
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Contemporary Deck - Pergolas Example of a mid-sized trendy side yard deck design with a pergola
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qfabraywrites · 1 year
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Contemporary Patio - Patio Inspiration for a mid-sized contemporary side yard tile patio remodel with a roof extension
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chloesomeone · 1 year
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Contemporary Exterior - Concrete Ideas for a substantial, modern, gray, two-story remodel with a gable roof
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Contemporary Deck - Pergolas
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scottpilgvrim · 1 year
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Rooftop - Deck
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chiquititamia · 15 days
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Hermosa, reina de mi corazón, luz de mis ojos... Te imploro, te ruego, suplico por un daddy kink + age gap con Enzo :)
Por favor y mil gracias ♡
Deseo que te guste, mi amor
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Niñata
⚠️: daddy kink, algo de piss kink, age gap, drunk sex (+18), sexo explícito.
💕Enzo x reader
La vida en los rodajes era un nuevo y fascinante mundo para ti. Prisas, creatividad, el mundo de detrás de las cámaras. Sentías que habías encontrado tu lugar. Tu tía era la jefa de maquillaje y peluquería, siendo menor que tu madre, siempre habías tenido una relación de complicidad y cercanía con ella. Ya que habías terminado tus exámenes de la universidad, había logrado convencer a su hermana para que te dejase ayudarle en los rodajes durante el verano.
Nada te pudo preparar para el flechazo que sentiste la primera vez que viste a Enzo en la sala de maquillaje.
Él se había presentado de forma casual, con dos besos, y tu tía, que te conocía como si te hubiera parido te dirigió una mirada cómplice. Ella tuvo que sacarte de tu trance chasqueando los dedos, de lo contrario te habrías quedado embobada mirándole toda la mañana.
Te apresuraste a recoger todos los pinceles usados para ir a lavarlos, ese era uno de tus cometidos. La idea, al fin y al cabo, no era que trabajases aún, si no que observases los ambientes y la manera de hacer las cosas de los profesionales para decidir si era eso lo que realmente te gustaba.
Cada vez que te cruzabas con él, cada día, te sonrojabas, no podías evitar ponerte nerviosa cuando él te sonreía. Pero tú eras bien consciente de los años que os separaban y que probablemente nunca te miraría de la manera que tú querías que te mirase.
Llegó la fiesta de fin de rodaje. El equipo había alquilado una casa de dos plantas con un amplio jardín donde pasar todo el día (y probablemente toda la noche, ya que había sofás y camas de sobra).
Tu tía se había reencontrado con unas antiguas compañeras de trabajo que habían podido sumarse y se encontraba en un sitio apartado del jardín, en una de esas sillas de mimbre hechas para estar en el exterior, contando viejas anécdotas y riendo ajenas al ruido.
Tú te sentías sola, eras la única aprendiz, y los demás trabajadores y actores estaban demasiado ocupados charlando, organizados en grupúsculos como para incluirte en sus conversaciones. Rondabas la mesa de las bebidas, ya que no querías estar parada en mitad del jardín sin hacer nada y llamar la atención.
El camarero que habían contratado para el evento, amablemente te ofreció un mojito, y, aunque no solías beber alcohol jamás, pensaste "por qué no?".
Cuando llevabas la mitad del segundo vaso de plástico, comenzaste a notar los efectos del ron, al ser tan dulce, no te habías dado demasiada cuenta de lo cargada que estaba la bebida.
Se podía decir que estabas oficialmente borracha.
Resolviste entrar dentro de la casa, que estaba vacía, para investigar un poco y quizás ir al baño.
Sujetando tu vaso por el borde para que no se calentase, trataste de salir del jardín de la manera más desapercibida posible. Pero seguramente la forma en la que tus tobillos se doblaban por la inestabilidad de tus sandalias de plataforma, no ayudaron nada a tu objetivo.
Estabas realmente mareada, pero seguiste bebiendo, dejando que el maravilloso sabor de la hierbabuena te refrescase. Te había entrado la risa por tu andar torpe.
-Esta maldita casa es un laberinto... - murmuraste, al abrir la cuarta puerta de la casa que tampoco era un aseo.
Cruzaste las piernas con desesperación, el alcohol había relajado tu cuerpo y te habías dado cuenta demasiado tarde de lo mucho que necesitabas orinar.
Unos pasos te alertaron.
Enzo se acercó a ti pasando una mano por su cabello, por lo visto había tenido la misma idea que tú, si no , para qué habría entrado a la casa?
Observó divertido la escena, tú cruzada de piernas, con ese vestido negro tan bonito, sujetando tu vaso y con cara de terror.
-Qué pasó, chiquita, te perdiste?
-Pues no, estaba paseando -dijiste soberbia. Hasta ahora no habías hablado y no habías reparado en lo poco sobria que sonabas.
-No me digas... Yo buscaba el baño -dijo sonriendo
-Mirá vos -era como si observases la conversación desde fuera. Qué diablos estabas haciendo? Porqué actuabas como si estuvieras molesta con él?
Enzo podría haberte dejado ahí por pendeja, pero la forma adorable en la que parecías enfadada le produjo ternura y se apiadó de ti.
-No tenés que hacer pis, chiquita? - dijo riendo y señalando tus piernas en esa posición tan poco natural.
Su comentario te ofendió profundamente en tu estado de embriaguez.
-No soy una niña para que me ha-hables así... - trataste de sonar confiada.
-De eso estoy seguro. Vení, te enseño donde es.
Sin esperar a que contestases con otra insolencia, te adelantó por el pasillo para que lo siguieses. Lo hiciste, pero de mala gana. Creías empezar a comprender el porqué de este repentino enfado con Enzo. Tu inseguridad de que no te viese como una adulta te sacaba de tus casillas, pero hasta ahora ese sentimiento no había aflorado de manera explícita a la superficie.
Abrió la puerta del final del pasillo y te hizo un gesto como diciendo "Viste? No era tan difícil" . Tu enojo burbujeó en tu interior de manera aún más fuerte por su actitud sobrada.
-Porque sos así? Te crees el más inteligente por saber donde está el baño? -dijiste mientras la condensación por los hielos de tu vaso goteaban en el piso.
Él rio y apartó la mirada incrédulo, como conteniendo lo que realmente quería decirte, mordiéndose el labio inferior.
Las palabras salían de tu boca antes de que las pudieses controlar. Definitivamente no deberías volver a tomar así.
-También me vas a bajar las braguitas, Enzo? Me vas a limpiar cuando termine "de hacer pis" - moviste los dedos en el aire para dejarle claro que estabas citando su manera infantil de hablar.
-Dejá de joder nena, solo quería ayudarte.
-Ayudarme? -reíste sarcástica. En serio, qué estabas haciendo? ¿Por qué lo atacabas si realmente te gustaba?
-Sí, por que parece que te hace falta, que pasa que es la primera vez que bebes?
Como no sabías que responderle te diste la vuelta para caminar dentro del cuarto de baño, en tu cabeza iba a ser un movimiento ágil y decidido, zanjando la conversación de una vez por todas, sin embargo tus tacones tuvieron otros planes y te hicieron estar a punto de caer, si no fuera por que Enzo sí que tenía sus reflejos intactos y te pudo agarrar en el aire.
-Ves como no? - te reprendió. Te guió para que te sentases en el inodoro aún con el vestido. Y se arrodilló frente a ti - No vas a beber nada más que zumo hoy, entendiste?
El rubor tiñó tus mejillas, y esta vez no tenía nada que ver con el alcohol. De hecho ya te estabas comenzando a sentir repentinamente sobria. No podía ser que estuviese pasando lo que estaba pasando. Te hizo un gesto para que levantases el culo ligeramente para que pudiera bajar tu ropa interior. No pensaste. Simplemente te sujetaste a sus hombros para obedecerle, y antes de que te dieras cuenta, había introducido las manos por debajo de la falda de tu vestido y había tirado del elástico de tus bragas, por cierto, totalmente humedecidas por la excitación.
Te llevaste las manos a la cara por la vergüenza insoportable que te estaba invadiendo.
-Yo sé que no sos una niña, pero dejáme ayudarte, todo el mundo ha tenido una mala borrachera -dijo acariciando tu muslo. Acto seguido se sentó en el borde de la bañera que se encontraba junto a ti.
-No puedo si estás acá - te lamentaste.
-No me voy a ir de acá por que capaz que cuando te levantes te abres la cabeza contra el lavabo, nena- sentenció de manera rotunda. ¿Porqué tenía que llamarte así?
Tu vejiga le estaba ganando el pulso a tu timidez y sin poder casi evitarlo comenzaste a orinar, el rubor de tu cara se acrecentó al escuchar el sonido que tú misma estabas produciendo.
-Eso es... - te animó él, aún acariciando tu muslo.
Cuando terminaste, aún te estabas tapando los ojos, negándote a que la situación fuera real, quizás, si no mirabas durante el suficiente rato, te despertarías en tu cama.
-Te ayudo a limpiarte ,nenita? - volvió a su posición, de rodillas frente a ti.
La vergüenza iba a hacer que comenzases a llorar.
-Va, abríme las piernas, hermosa. -Enzo tomó un pedazo de papel entre sus dedos y abrió tus muslos suavemente, mientras con la otra mano seguía dándote caricias para que te tranquilizases. No pudiste ni quisiste negarte cuando secó tu sexo con delicadeza.
Abriste los ojos, donde amenazaban con salir lágrimas y te estremeciste por el contacto de sus dedos con tu cuerpo. Era surrealista. De perdidos al río.
Le besaste con rabia, con el rostro en llamas y en lprobablemente la posición más humillante de tu vida.
Él tardó en corresponder el beso y cerrar los ojos y tomar tu cara entre sus manos.
-Nenita, no debemos...-dijo al retomar el aliento, con sus labios manchados de tu carmín.
Te levantaste y pulsaste el botón de la cisterna mirándolo fijamente; él seguía arrodillado. Acto seguido, y poseída aún por el espíritu kamikaze que te había llevado en primer lugar a esta situación, levantaste tu vestido hasta sacarlo por tus hombros para luego dejarlo caer en el suelo.
Ahora era el turno de él de quedarse atónito mirándote, como te había pasado a ti el primer día que le conociste.
-No seas mala, nena...- trató de mirar al techo, queriendo resistir.
-Tenés miedo?
Por algún motivo aquellas palabras parecían haber colmado la paciencia de tus improperios.
-Apoyate en el lavabo, ahora mismo- dijo cerrando la puerta con el pie y desabrochando su camisa un par de botones.
Una sonrisa de satisfacción se dibujó en tu rostro, idéntica a la que se ve en la cara de una niñata que por fin conseguía lo que quería por medio de pataleos.
Enzo estaba abriendo el cierre de su pantalón, podías observarlo a través del espejo que se encontraba arriba del lavamanos en el que te estabas apoyando.
No viste su siguiente movimiento porque habías bajado la cabeza y tu melena te había tapado la visión, pero sí que lo sentiste. Una de sus manos sobre tu cadera, la otra introduciéndose en tu sexo sin mayores miramientos. Gemiste en seguida.
-Siempre te salís con la tuya, no?
-Siempre sos tan...! - Tus palabras murieron en tu garganta y fueron sustituidas por un largo y profundo gemido cuando Enzo entró en ti de una estocada. El tamaño de su miembro estaba estirando tu piel y tus músculos de forma casi dolorosa, si no fuera por que el ardor de su punta estaba aliviando un hambre que no sabías ni que sentías.
-Niñata- espetó mientras comenzaba un movimiento constante y cada vez más profundo.
Te estabas derritiendo , tratando de mantenerte en pie y no ceder ante sus empujones. Eras solo un conjunto de sonidos lastimeros, que, sin vergüenza, se caían de tus labios.
-Papi...- lloriqueaste sin poder evitar que un nombre así escapase de tu mente y se materializase.
-Sí, mi nena, ya sé... -Enzo respiraba de forma entrecortada y su rostro se cubría de sudor por el calor de la estancia -tenía tantas ganas de hacer esto... no te hacés a la idea...
De pronto, alguien golpeó la puerta para comprobar si el baño estaba ocupado, lo que hizo que os congelaseis en el acto y os miraseis con los ojos como platos. Cuando una tremenda y alcohólica carcajada iba a salir de ti, Enzo cubrió tu boca con toda la rapidez que pudo.
-Ocupado, pero ya salgo! - alzó la voz para que la persona al otro lado de la puerta pudiese escucharle.
La oportunidad de fastidiarlo se presentó ante ti y no quisiste desaprovecharla: Comenzaste a mover el culo para auto-penetrarte e intentar sacar un gemido de él que lo delatase. Como si no fueras a hundirte en el mismo barco que él, vaya. Enzo cerró los ojos con fuerza y se contuvo lo mejor que pudo. Los pasos de la persona que estaba afuera se alejaron, probablemente buscando otro aseo.
-Te vas a enterar, niñata.
Esto pretendía ser más corto y menos kinky jajajaja Sorry not sorry.
tags:@madame-fear@deepinsideyourbeing@loveinsprings@lunitt@lastflowrr@iamjustadoll (como siempre, diganme si quieren que las incluya en la taglist o las borre <3)
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alexxv · 8 days
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ESCENARIO : un momento que haya marcado un antes y un después. después de perder a su padre biológico, llega a la casa taylor. LUGAR : richmond, virginia. mitad de julio de 2010 HABILIDAD : observación (2/3)
- alexa. alexa, ¿me escuchas?
interrogante colisiona con canales auditivos, sin embargo, se ve incapaz de ofrecer algún tipo de respuesta. permanece así, en silencio, ocupando aquella cómoda silla mientras mirada se pierde en algún punto del suelo. no sabe hace cuánto se encuentra ahí, tiempo ha perdido valor desde trágica noticia y lo único que ronda pensamiento de forma ocasional, es el rostro de su padre. pecho se oprime, inevitablemente, ojitos se entrecierran levemente. puede notar escozor que presagia lágrimas, mas bocanada profunda de aire, parece estabilizarle una vez más. no quiere hacerlo ahí, frente a tantos desconocidos.
tono femenino es dulce, agradable, pero no genera cambios. se siente perdida, aturdida. tragedia es demasiado reciente, le han arrebatado alguien que se suponía, seguiría junto a ella durante mucho tiempo. manos se cierran en puños, justo por encima de su regazo. quiere descargarse, pero no logra emitir ningún tipo de sonido.
- los taylor están emocionados de conocerte.
~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~
iris se mantienen sobre cristal del vehículo, delineando panorama exterior a la misma velocidad en que se mueve automóvil. no está segura de cuánto tiempo lleva viajando, o si quiera cuánto ha pasado desde pérdida. ella se mantiene en movimiento, siguiendo guía de agradable mujer que le acompaña desde el primer momento. aún si no ha logrado verbalizarlo, se siente agradecida con asistente social que ha estado pendiente de necesidades.
- llegaremos pronto.
compartir asiento trasero permite que vocecita se canalice en un tono bajo. aún así, anatomía se congela en su lugar, atinando a solo movilizar su cabeza en dirección a la mayor y asentir con lentitud. incluso si situación le marea, no hace más que aceptar destino: nueva familia, nuevo hogar. finalmente se detienen. impulso le lleva a delinear fachada de casa. tan diferente a la suya, pero personas que aparecen en exterior, emanan hospitalidad. eleva comisuras, un poco, abandonando transporte para ir a su encuentro. se aferra levemente a brazo de mujer mayor. y ella, simplemente, le ofrece un par de palmaditas sobre su mano, infundiéndole algún tipo de valor. papá te enseñó a ser fuerte, piensa. se convence. inhala, acercándose a par de hombres con un paso más decidido.
- ellos son tyrell y jeff. cuidarán de ti a partir de hoy.
presenta la mujer, ambos hombres se dirigen a su posición, disminuyendo altura frente a ella al agacharse un poco. traga saliva, observándoles con detenimiento mientras le ofrecen una cálida bienvenida. duele, no es lo mismo. aceptar situación, solo hacía de pérdida algo real. atención se vuelca en otro punto, en muchacha de cabello rizado que aparece justo por detrás de ambos. sonríe, o eso cree. se encuentra demasiado abrumada como para prestar suficiente atención a todo. el mundo avanza demasiado rápido. aún así, es capaz de notar que muchacha posee una altura similar a la suya, quizá incluso, imagina que podrían encontrarse en el mismo rango de edad. no la han mencionado antes, solo conoce nombres de pilares familiares. desconocida, a diferencia suya, emana algo que le permite relajarse un poco. danielle, la presentan finalmente. con quien compartiría techo a partir de entonces, su hermana.
muchacha extiende mano en su dirección y ella la toma, aún desconcertada y nerviosa. sintiendo como cada paso en su dirección, es una pequeñísima traición. logra despedirse, dejándose guiar, notando como asistente social y escenario exterior, desaparecen poco a poco de visión al ingresar en nuevo hogar.
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bia23 · 2 years
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Un pensamiento recurrente sobre estos dos es que Finney es propenso a chocarse, caerse, etc, por no ir viendo a su alrededor. Se concentra tanto en su propia burbuja que olvida el mundo exterior.
Por eso Robin ya está acostumbrado a agarrarlo de un brazo para evitar que se choque contra objetos u personas, cambia de lugar para que Finney vaya siempre del lado de la vereda/acera, etc.
Esta tan sincronizado con Finney que este comportamiento ya es una segunda naturaleza para él y lo hace sin darse cuenta.
Tipo están hablando con la pandilla y Finney se estaba balanceando en la silla por diversión y en un momento pierde el equilibrio y se va para atrás pero antes de impactar contra el suelo, Robin agarra el respaldo de la silla y evita así la caída, todo esto mientras habla con Billy sobre la Masacre de Texas. Lo peor no es que Robin no se de cuenta de esto sino que Finney tampoco lo toma como algo raro y decide entablar una conversación con Bruce sobre su próximo partido.
El resto de la pandilla está como: ¿Que mierda acaba de pasar aquí? Por los acontecimientos que acababan de ocurrir.
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A recurring thought about these two is that Finney is prone to bumping into each other, falling over, etc., because he doesn't look around. He becomes so focused on his own bubble that he forgets the outside world.
That is why Robin is already used to grabbing him by the arm to prevent him from bumping into objects or people, he changes places so that Finney always goes on the side of the sidewalk/sidewalk, etc.
He is so in sync with Finney that this behavior is second nature to him and he does it without realizing it.
Guy is talking to the gang and Finney was swinging on the chair for fun and at one point he loses his balance and goes backwards but before hitting the ground, Robin grabs the back of the chair and thus prevents the fall, all this while talking to Billy about the Texas Chainsaw Massacre. The worst thing is not that Robin doesn't realize this but that Finney doesn't take it as something strange either and decides to strike up a conversation with Bruce about his next match.
The rest of the gang is like: What the fuck just happened here? For the events that had just occurred.
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"El vecindario"
El Vecindario (1BR) es una película estadounidense de 90 minutos realizada en 2019 por el director y guionista David Marmor. Es su debut en ambas facetas con éste su primer largometraje inspirado en lejanas vivencias de cuando con veinte años fue a estudiar a Los Ángeles. Según comenta en entrevistas vivía en un vecindario donde abundaban las personas extrañas. Película que entusiasmará probablemente a amantes frikis del cine de terror y que irritará a otra gran parte de espectadores. 
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Tras dejar atrás un doloroso pasado en el que luchó por tratar de cumplir sus sueños, Sarah (Nicole Brydon Bloom) se instala en el apartamento de Hollywood perfecto. Sin embargo, algo no cuadra. Incapaz de dormir, una serie de extraños sonidos la atormentan por la noche.
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Pronto comienza a recibir amenazas por escrito de procedencia desconocida, lo que le lleva a sumirse en una depresión. Cuando descubre cuál es la verdad que se esconde tras estos acontecimientos, ya es demasiado tarde. Sólo le queda una posibilidad: luchar para mantener la cordura... o perderse para siempre en un infierno existencial.
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El Vecindario (1BR) comienza con la llegada de la joven Sarah (Nicole Brydon Bloom) a Los Ángeles en un soleado día donde el icónico gran rótulo de la palabra Hollywood saluda desde las montañas. Solitaria sin conocer a nadie busca trabajo y contacta con el Asilo del Mar donde un cartel indica que hay vacantes.
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En seguida el guion del director David Marmor da cuenta de su carácter inseguro habiendo abandonado el hogar familiar por la mala relación con su padre. Acompañada solo de su gato “Giles” recibe la llamada telefónica de su padre pidiéndola insistente que vuelva a casa.
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Es recibida con excesiva amabilidad por sus nuevos vecinos e invitada a una barbacoa como fiesta de bienvenida. Conoce a los distintos vecinos y en especial a Edie o Miss Stanhope (Susan Davis) una vieja actriz de cine retirada.
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Sus primeras noches no son todo lo tranquilas que deseara pues unos extraños ruidos aparentemente de las cañerías impiden que duerma de manera relajada. Sale al pasillo a media noche pero sólo encuentra a la desorientada Edie.
Un joven extrañamente servicial le ofrece el libro “El poder de la Comunidad” que ella rechaza desconfiada. El mismo título del libro que había visto en una mesilla de noche.
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La tensa y vibrante música original de la banda sonora de Ronen Landa empieza a acompañar las secuencias marcando su lado enigmático. Comienza a recibir anónimos insultándola por tener una mascota (su gato “Giles”)  en el apartamento.
Mientras su padre continúa presionándola por teléfono para que vuelva a la casa familiar. Todo esto hace que empiece a venirse abajo entrando en el desánimo y el desconcierto.
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Inquieta sale una vez más al pasillo tras recibir otra amenaza anónima  encontrándose al joven Lester (Clayton Hoff) que huye de ella. Otro joven y atractivo vecino Brian (Giles Matthey) la invita a cenar pero rechaza la propuesta.
El argumento abandona su tono amable del principio para ir descubriendo su lado ácido y tenso misterioso. Se encamina a dar la vuelta de una posible comedia reconvirtiéndola en drama de terror.
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La trama sigue aumentando la tensión cuando la ya débil Sarah encuentra a su gato achicharrado dentro del horno después de encontrar un nuevo anónimo insultante. La atacan en su propia casa y atan a una silla mientras le tratan de poner una inyección.
Trata de huir inútilmente siendo finalmente arrastrada y metida a la fuerza en una habitación de aislamiento por sus hasta entonces amables vecinos.
El vecindario toma cada vez más un claro tono de película de terror con exaltación del maltrato psicológico y físico. La sucesión de castigos físicos busca doblegar su personalidad para volverla sumisa.
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Está vigilada por cámaras en su celda sin vistas exteriores y encerrada bajo llave. Le suministran escasos alimentos con una bandeja depositada a través de la trampilla de la puerta metálica. Es torturada con música a gran  volumen día y noche así como luces parpadeantes.
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"El vecindario" se ha convertido ya en un grupo de psicópatas comunitarios liderados por Jerry (Taylor Nichols) y Brian su  hombre de confianza. El guion continúa su terrorífico relato con la exaltación de ésta secta de fanáticos psicópatas cuyo objetivo  es la curación del mundo enfermo desde la Comunidad cerrada donde no debe haber secretos. Sus acólitos deben seguir los “Cuatro Fundamentos”, la Abnegación total, la Apertura sin secretos, la Aceptación incondicional y la Seguridad absoluta.
Película espléndida 👍👍
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nalie-1998 · 2 months
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Una Balada al Mar ● Pt. 2
Emparejamiento: Nikolai Lantsov x fem!reader
Advertencias: Amenazas, tirarse por la borde de un barco en movimiento, dos hombres sin saber muy bien qué hacer, huir.
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Un silencio relajado se acomodó en la habitación tras el informe sobre el inventario del fjerdano, quedando en el sonido del papel en movimiento, las pequeñas olas rompiendo en el casco del Superviviente y las voces de los marineros de su tripulación, juntas al ajetreo del puerto a apenas unos metros de distancia.
-Guau, esta vez sí que has sido exhaustivo, mi querido oficial de cubierta. Un poco más y me quitas de capitana, Mat- La chica sonrió burlona mientras ojeaba los mapas para su próxima misión en aguas ravkanas.
-Siempre soy exhaustivo, ya deberías de haberme ascendido a capitán hace tiempo- Dijo el chico, levantándose de la silla del escritorio mientras rodaba los ojos- Además, le tienes demasiado orgullo al puesto como para dejárselo a otro.
Shallow soltó una carcajada seca justo antes de pasar de coger otra carta náutica de la mesa.
-Vamos, Matvej. Los dos sabemos que yo soy la que tiene más carisma y más... cualidades para la persuasión.
-Claro, claro... Persuasión -el fjerdano bufo, divertido- ¿También consideras persuasión a la forma tuya de convencer a los guardias de que dejen su puesto?
Shallow frunció el ceño.
-Venga ya. Si el corsé y el vestido me quedan genial. Y encima he conseguido unos tacones a juego- Shallow se calló, con sus ojos brillaron burlones durante un momento- Pero si quieres mi puesto en el próximo plan...
Matvej se puso rojo hasta las orejas, haciendo que su pelo rubio resaltase más, asemejándose a una llama de una cerilla. El fjerdano se cruzó de brazos y la miró con reproche, intentando disimular su vergüenza.
-Ni se te ocurra ni mencionarlo Shallow. Si no te...
Shallow no pudo escuchar el resto de la frase, ya que justo entonces sonó la sirena de niebla, dándoles permiso para embarcar en el puerto.
-Hmmm... Salvado por la campana, Mat. Esta vez te la dejaré pasar, pero no creas que perderé la próxima oportunidad. ¿Algo más antes de que desembarquemos?
T/n miró al fjerdano a los ojos y no le gustó lo que vió en ellos. El hombretón mantuvo más contacto visual de lo usual con ella y se recostó en la pared que separaba la borda de su camarote, intentando parecer casual. Algo que obviamente no consiguió.
Shallow frunció el ceño y siseó
-Matvej ¿Qué escondes?
La situación se tensó en cuanto esas palabras salieron de la boca de la chica, atravesando el aire hasta caer en el silencio. Los ojos azules del joven se clavaron más en los ojos de la chica, en un intento inútil de parecer seguro, que se contrarrestó con su figura más tensa de lo normal.
Los sonidos de ajetreo del exterior parecían en segundo plano, ajenos al interior del camarote.
El chico respiró hondo antes de soltar el aire en un suspiro. Debería de habérselo dicho hace días, pero no tenía que preocuparla. Podía encargarse él. Tal ve podría hablar con Sturmhond y podría ayudarla con su puesto de corsario de la Corona Ravka.
Pero Matvej conocía demasiado bien a Shallow como para saber que ella no pediría ayuda. Huiría. Lo haría de la misma forma de la que siempre trata ese problema: Corriendo de un lado a otro del mundo conocido. Consiguiendo el barco más rápido, los susurros más enterados y los Sanktos de su lado. Volvería a huir.
-Matvej habla, por favor- El chico miró a Shallow mirarle fijamente con unos ojos tras los que llovía fuego ardiente e incontrolable- Me estás asustando con tanto silencio.
El chico observó las campanas de alerta resonar un poco más fuerte en la mirada de la joven antes de empezar a hablar.
-T/n...- empezó con precaución, hablando suave, como se habla a un animal para que no se asuste- En la última parada en Shu Han me encontré con un escuadrón de mortificadores buscando tu barco sobre el puerto. Eran del círculo de confianza del Oscuro. Creo que te buscan y, viniendo de él no es nada bueno,
Las palabras de Matvej resonaron en el aire, entrando desde los oídos de Shallow hasta su corazón, haciendo que su latido aumentase. El camarote se llenó de un silencio tenso, ajeno al ajetreo del exterior.
La pirata frunció el ceño, bajando la mirada hacia el mapa del escritorio y escrutándolo. Matvej sabía que ella era orgullosa.
Por supuesto que ella no iba a dejar que viese la preocupación y el miedo calar en sus iris hasta inundarla el alma. Varios segundos eternos pasaron antes de que Shallow rompiera el silencio.
-Mortificadores del Oscuro... -susurró Shallow, diciendo cada sílaba lentamente, saboreando su gusto amargo y quemado, diciéndolas en un murmullo para sí, como si eso las hiciera más reales. T/n alzó la cabeza hacia Matvej, siseando bruscamente- ¿Cómo sabes que estaban buscándome?
- Vi sus uniformes, esos no eran los de un escuadrón común. en los bordados había líneas negras -Matvej agachó la cabeza, llevándose la mano al tabique de la nariz- Parecían estar siguiendo rastros de información. No sé exactamente lo que buscan, pero no puede ser bueno.
Shallow se levantó de un golpe de su asiento, haciendo chirriar las patas de la silla. Comenzó a caminar de un lado a otro del pequeño camarote, resonando sus pisadas más que las voces del los marineros de afuera.
Su mano derecha recorriendo el mango del cuchillo de su cinturón y la izquierda llevándose la mano al pelo.
-El Oscuro nos ha encontrado, Matvej. No puede ser coincidencia. Él no se interesa en simples corsarios. Querrá que vuelva a Os Alta y que le diga lo que descubría antes de que me fuera.- T/n bufó antes de seguir desgastando la suela de sus zapatos contra la madera- Era imposible que se enterase. Hemos sido concienzudos con la información que llegaba a la tripulación, Mat. ¿Quién lo ha dicho?- Los ojos de Shallow se estrecharon en desconfianza antes de susurrar- Por eso cierras mi camarote con llave y no me has dejado decirle a nadie nuestra proxima misión ¿Verdad?
Matvej asintió.
-No sabemos si es tu tripulación u otro enemigo tuyo. Pero el que supieran que ibamos a atracar en Shu Han nos da entender que tienen una fuente de información cerca. T/n cualquier movimiento sin precaución podría terminar en una trampa. Tal vez quieran capturarte o...
-O eliminarme- Interrumpió Shallow, viendo todo venirse abajo. Lo había estado haciendo bien. Hace más de un año que no sabía nada del Oscuro ni él de ella. Y mucho más tiempo desde que alguien la hubiese intentado raptar.
Ella no quería morir.
Ni mucho menos volver con él.
La sirena de niebla volvió a sonar una segunda vez, reverberando su sonido por todo el camarote, indicando que ya iban a poner la rampa entre el puerto y la cubierta.
Shallow fue a paso rápido y directo hacia la puerta, abriéndola de un golpe y dejando atrás a Matvej allí mientras el olor persistente a sal inundaba sus sentidos.
Necesitaba pensar, necesitaba estar lejos de cualquier lugar visible, en el que podrían vigilarla, o matarla.
Se hizo paso entre su tripulación hasta estar en primera fila, viendo cómo el barco se acercaba lentamente hacia tierra firme, intentando no raspar el casco con el muelle.
En cuanto el barco se paró, T/n no esperó a que el resto de marineros pusieran la pasarela hacia el muelle del puerto, sino que cogió la cuerda de algún cabo suelto y cogió algo de carrerilla antes de impulsarse en la madera de la cubierta y saltar y dejarse caer en el muelle.
Shallow se puso en pie lo más rápido que pudo, soltando una maldición mientras cerraba en puños las manos quemadas por la fricción de la cuerda al bajar.
Pero siguió andando rápido y directa por el puerto, sin mirar nunca atrás, ni a los lados, con su vista dirigida al frente.
Matvej bajó por la cuerda tan rápido como pudo antes de correr hacia Shallow antes de que su figura se mezclase con el resto de marineros.
Empezó a correr detrás de ella, apartando a gente y pidiendo disculpas apresuradas. Era demasiado peligroso que ella se fuera sola.
Matvej siguió corriendo y corriendo hasta que la perdió de vista, juntándose con la gente kaélica.
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Sturmhond frunció el ceño al ser arrollado por un fjerdano una cabeza más alta que él justo antes de recibir una breve disculpa en kaélico por parte del rubio.
El pelirrojo frunció aún más el ceño al ver quién lo había arrollado.
El corsario empezó a correr detrás de él, intentando seguirle la pista. Tamar le había avisado hace menos de media hora que había visto al Superviviente acercarse al puerto, con intención de atacar en el embarcadero 32.
Necesitaba hablar con Shallow. La reunión en Weddle habían salido peor de lo que pensaba y ahora mismo estaba entre la espada y la pared. Pero tenía que arriesgarse para poder ayudar a Ravka. No se podía llamar un Lantsov si iba a dejar escapar la oportunidad de destruir la Sombra de una vez por todas.
El pelirrojo esquivó un remolque de pescado por los pelos, soltó una disculpa rápida al conductor que había parado para no atropellarle antes de seguir corriendo detrás de Matvej, que había girado por una calle llena de carteles en ravkano.
El cartel de "Se busca" de la Invocadora del Sol ya había empezado a llegar a tierras shu y zemeni. Y eso no era bueno. Tenía que cerrar el acuerdo con el Oscuro lo más rápido posible antes de que él se diera cuenta de su treta y descubriese su tapadera. Pero era por un bien mayor. Por el bien de su país.
Y luego estaba Shallow...
Debía advertirla de que se mantuviera alejada de esto.
Sturmhond había intentado todo lo posible para que nadie más que Tolya y Tamar supiesen lo que tramaba en el fondo, pero no sería la primera vez que Shallow conseguía información de sus planes cuando él se había encargado de que nadie se enterase de ellos.
Es chica era demasiado inteligente y osada como para su propio bien, yendo un paso por delante hasta dentro de los planes del pelirrojo.
A él le gustaba tenerla en el mar. Si no su vida sería demasiado aburrida, incluso siendo un corsario.
¿Quién más probaría su inteligencia en el mar?
¿Quién más se burlaría de él con tan fiereza como él a ella?
¿Quién seguiría con su competición sobre quién consigue más misiones?
Y Sturmhond no se podía permitir que ella terminase perjudicada por esto.
EL corsario paró en seco, jadeando y llevándose una mano a las costillas para calmar el flato al ver que el fjerdano se quedó en medio de la calle, buscando a alguien.
Cogió aire un par de veces más antes de erguirse y dirigirse a Matvej, quien ya lo estaba mirando con el ceño fruncido y los brazos en jarras, mirándole con reproche.
El pelirrojo se detuvo en frente al fjerdano, alzando la cabeza para poder dirigirse a él mirándole a los ojos, haciendo un breve asentimiento de cabeza como saludo.
Matvej asintió en respuesta antes de hablar:
-No es un buen momento Sturmhond.
-¿Ha pasado algo malo? -el pelirrojo preguntó, frunciendo el ceño levemente, haciendo contacto visual con sus ojos verdes hacia los azules del fjerdano.
Matvej entrecerró los ojos y le devolvió la mirada antes de suspirar y hundir los hombros. Antes de ponerse a andar en la dirección contraria al Superviviente y dejando atrás a Sturmhond.
EL corsario ladeó la cabeza antes de andar acelerado hasta estar al lado del fjerdano y quedarse a la velocidad de las zancadas del fjerdano, que la única señal que dió de haberse percatado de su existencia fue una mirada de reproche y un suspiro hondo antes de hablar:
-Si estás buscando a Shallow. Ella no está.
-¿Y dónde está?- Sturmhond inquirió, intentando hacerse oir bien entre el ajetreo del puerto y las olas rompiendo contra los muelles-Según he visto el barco apenas a terminado de atracar.
El fjerdano se paró en seco en medio del paseo de piedra, haciendo que Strumhond tropezase y casi se volviera a chocar con otra persona más hoy.
-Ha saltado por la borda...-Murmuró Matvej, negando con la cabeza para sí.
Sturmhond no escuchó nada por todos los gritos y sonidos de las gaviotas y las personas de su alrededor.
-¡¿Qué has dicho?!- gritó antes de volver a donde estaba el fjerdano.
-¡Que ha saltado por la borda! Ha saltado desde la cubierta hasta el muelle y ha echado a correr.
Sturmhond abrió los ojos y se puso pálido antes de mirar a Matvej, sintiendo su corazón latir demasiado rápido como para que el pecho no le doliese.
-¿Que Shallow a hecho qué? -Sturmhond cerró sus manos en puños antes de hundirlos en su abrigo verde celeste- ¿Por qué demonios haría algo así?
Matvej se quedó mirándolo ahí, parado en el lugar, con la mente girando a mil por hora, tratando de procesar la información que acababa de recibir.
Shallow, saltando por la borda y huyendo a toda prisa... Algo grave debía de estar sucediendo para que ella huyera de su propio barco así. Y él creía que después de lo del Oscuro no podía salir nada peor.
Tenía que encontrarla. Si ella se había enterado de su trato en Weddle y había indagado un poco obviamente que se habría metido en problemas.
Debería de haberla perseguido cuando la vió quemar la fortaleza y avisarla de que no se acercase a él ni sus planes. Tal vez por eso había huido así de su barco. Claro, debería de haberlo sabido antes...
Sturmhond salió de sus pensamientos al escuchar a Matvej hablarle.
-Creo que ya entiendes la situación, Sturmhond. ¿Algo que quieres que la transmita de tu parte cuando la vea?- Al ver que el pelirrojo negaba lentamente la cabeza, con la mirada todavía levemente perdida en un punto inconcreto, siguió habando.- Me tengo que ir, corsario. Mar en calma y viento a favor.
Matvej se fue por algún callejón de la ciudad, buscando a su capitana, dejando a Sturmhond parado en medio del puerto, clavado en la tierra, mirando al horizonte de marineros ir de un lado para otro sin siquiera prestar atención, dentro de sus pensamientos.
Sturmhond volvió en sí cuando un hombretón conduciendo un carro con asnos le gritó que se quitase de en medio. El chico se disculpó mientras se apartaba a un lado del puerto y decidió pasear por la ciudad.
Había dicho a Tolya y Tamar que se encargasen de todo hasta que él volviese, y él confiaba lo suficiente en Tamar como para que mantuviese a toda su tripulación a mando, y lo suficiente en Tolya como para que mantuviese a Tamar controlada. No quería encontrarse el Volkvolny ardiendo a su vuelta.
Ya había experimentado eso con su anterior barco y esta vez el Volkvolny quería preservarlo un poco más de tiempo. Aunque debía de decir que el que terminó en llamas apenas duró los 8 meses...
Sturmhond divagó, perdiéndose por las calles de la ciudad mientras pasaba su mirada por los rostros que se cruzaba, con una nimia esperanza de encontrarse con Shallow por ahí.
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projectrevolutionff · 2 months
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Sombras del Ayer - Chelsea II
Finalmente (y después del quinto canapé de salmón, albahaca y tomate) los invitados fueron llamados a las sillas. Allí, dispuestas en filas de ocho y decoradas con ramilletes en uno de los extremos, el grupo encontró asientos libres. Optaron por ubicarse a una distancia intermedia del arco, teniendo una buena ubicación del espectáculo. Chelsea quedó sentada contra Dennis (sorprendentemente apuesto con algo que no fuese una camisa hawaiana) caminó por el pasillo central, viendo a Dennis que caminó hasta posicionarse frente al arreglo. La castaña intercambio una fugaz mirada. Atenta a los detalles notó algo en particular: temblor en sus dedos. La mandíbula tensa y con rostro descompuesto.
«¿Nervioso, Atkins? Me recuerda a cuando le dije que… no, no importa eso ahora. También cuando le obligaron a irse al ejército.» Con su traje hecho a mano color marino, su cabello pulcramente peinado y su pequeño tocado de flores en el bolsillo del pecho, se le asemejó a la ensoñación que tuvo a los 18. Aquella en donde ambos se casaban para acabar viviendo felices por siempre. «Guau, es como si mi cuaderno de bocetos cobrase vida.» El sol en caída le dio el toque perfecto a la escena. Las preciosas rosas rojas, rosadas y blancas se lucieron detrás de la figura masculina. El tul blanquecino se mecía con el suave viento, la tela nívea que cubría la tarima reflejaba luz. —Deberíamos haber puesto algo así en nuestra boda —murmuró Ethan en su idioma secreto: el alemán—. El arco y los exteriores me parece precioso. Él pasó un brazo y rodeó sus hombros; ella se apretujó contra él. A su alrededor, las charlas fueron bajando su volumen hasta convertirse en un murmullo monótono. —¿Tú crees? Lo nuestro fue más lindo y tradicionalista, no tan “Barbie y el Lago de los Cisnes”. Además: a mi abuela ultracatólica le podría haber dado un paro cardiaco si no nos casábamos por iglesia. —Claro, porque salir con un “divorciado”, tener sexo y una hija antes del matrimonio y después casarnos, sin una iglesia la hubiera fulminado. Lo encaró al borde de soltar una risotada. —¿Qué insinúa, señor Winters? ¿Qué mis motivos para no gustarme la decoración no son suficientes? —¿Yo? ¿Insinuar? Señora Winters, me ofende que piense así —frotó su hombro con cariño—. Igualmente nos quedó lindo el salón. Casi como lo que siempre me lo imaginé. —Cosa aparte: tienes mejor gusto y me quieres mucho más. Lo vio menear la cabeza con una media sonrisa en el rostro. —Eres rencorosa solamente porque lo escogió Dennis. Si lo hubieras hecho tú era la mejor decoración del mundo. Ella chasqueó la lengua a modo de respuesta. —Tristes y desgraciadas habladurías. —Palmeó su rodilla—. Te apuesto que el vestido de la novia es literalmente de princesa. Ambos intercambiaron una mirada, luego elevaron las cejas en su característico gesto de pareja y prestaron atención a sus alrededores; comenzaron a aparecer los padrinos y las damas de honor. Chelsea decidió que el color durazno en los vestidos de las damas le resultó imperdonable. Para peor: no a todas les favorecía el corte en la cintura. ¿Y los padrinos vestidos con un color casi celeste? La música pregrabada se dejó oír, arrancándola de sus pensamientos. Vio a Kelly caminar hacia el altar como la concursante de un desfile. Agarrada del brazo de su padre, sus sospechas se confirmaron. Un vestido salido de un catálogo de princesas, con corte a la cintura y tul por doquier; un bordado bastante agradable en el torso encorsetado, corte corazón para el busto y sin tirantes. Un enorme velo se deslizó detrás, con los bordes finamente bordados con diseños similares a los de su vestido. Lo único que le agradó fue que le pareció conmovida. Enamorada. Lista para vivir con quien ella creía ser el hombre de su vida. En cierto sentido se acordó de sí misma cuando caminó hacia Ethan, ya unos años atrás. Cambio la vista una vez la novia pasó por su lado: Dennis plantó una sonrisa bastante convincente. «Es como si le hubieran puesto un palo de escoba por el culo, está extremadamente tenso y no puede disimularlo». La novia llegó a alcanzarlo y le tomó la mano. El pastor dio inicio a la ceremonia. Las palabras repletas de amor fueron avanzando; unas completamente entregadas, otras ensayadas. Las caricias de los dedos, sonrisitas y lágrimas pulcramente secadas dieron un buen espectáculo. La voz grave y temblorosa del novio casi que dio una explicación de por qué se casaba. No supo que decir o pensar. Siguió con la mirada al frente, intentando disimular el desconcierto.
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