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#tantos duelos que tiene este pueblo
davidsoto666 · 1 year
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TU CABELLO NO ES CASUALIDAD...
Nuestro cabello es la extensión física de nuestros pensamientos, nos brinda la dirección a lo largo de nuestra vida; cada uno de nuestros cabellos nos representa a nosotros mismos, son puntos de conexión fuertes tanto de nuestro cuerpo como de nuestro espíritu según los pueblos indígenas.
Los hombres y mujeres de sabiduría han llevado el cabello largo; en cambio en los lugares donde se ha presentado la tiranía en cualquiera de sus formas, el cabello corto ha sido obligatorio y éste, junto a otros factores ha culminado con la derrota espiritual y física de los pueblos.
El cabello tiene su propio lenguaje y carácter, y la forma en que sea peinado es sumamente importante para quien lo porte:
La raya en medio representa la alineación del pensamiento.
La trenza, la unidad del pensamiento con el corazón.
El cabello suelto significa seguridad.
El cabello recogido, convicción.
Actualmente las personas se peinan sin conocer el significado de sus acciones y el estilo en que se use, el cabello es importante pues haciendo a un lado la vanidad o practicidad, la forma en que uno lleve el cabello repercutirá directamente sobre nuestro estado de ánimo.
Adentrándonos al pensamiento de los pueblos indígenas encontraremos que la forma de llevar peinado el cabello era de suma importancia pues de esta manera se describía y anunciaba su participación en diversos eventos: matrimonio o guerra, alegría o duelo.
A través del cabello y los tocados que se llevaba sobre él se podía saber la madurez de las personas, su estatus en la sociedad o los tiempos de paz y guerra.
Los peinados eran como las estaciones; cambiaban en ocasiones públicas, privadas y ceremoniales. El cabello representaba los pensamientos y el estado espiritual del individuo; mostrando los vínculos y la unidad espiritual de su familia y definiendo la armonía cultural y el alineamiento espiritual de su comunidad.
El cabello representaba los estados de la naturaleza, fluían en línea recta como las cascadas o eran ondulados como el agua del río.
A los niños indígenas se les enseñaba a lavar y enjuagar el cabello.
En las enseñanzas de muchas tribus indígenas el cortar el cabello representaba un proceso de duelo o la proximidad con la muerte.
El cabello era un elemento místico en todas ellas.
No permitían que nadie tocara su cabello sin su permiso.
Sobre la importancia del cabello largo:
Desde hace mucho tiempo, pueblos de diferentes culturas, no cortan su cabello, porque es una parte de lo que son.
Cuando al cabello se le permite alcanzar su máxima longitud, entonces fósforo, calcio y vitamina D son producidos, y entran en el líquido linfático y finalmente al líquido cefalorraquídeo a través de dos conductos en la parte superior del cerebro.
Este cambio iónico hace a la memoria más eficiente y conduce a una mayor energía física, mayor resistencia y estoicismo.
Si decides cortar el pelo, no sólo se perderá esta energía extra y nutrientes, si no que tu cuerpo deberá proporcionar una gran cantidad de energía vital y nutrientes para que vuelva a crecer el cabello perdido.
Además, los cabellos son las antenas que recogen y canalizan la energía del sol o (prana) a los lóbulos frontales, la parte del cerebro que se utiliza para la meditación y la visualización.
Estas antenas actúan como conductos para lograr una mayor cantidad de energía sutil, energía cósmica. Se tarda aproximadamente tres años desde la última vez que se cortó el pelo para formar nuevas antenas en las puntas del cabello.
Cabello mojado:
Cuando te recoges el cabello húmedo, tenderá a disminuir y apretar un poco, e incluso romperse mientras se seca.
Una mejor idea es tomar de vez en cuando el tiempo para sentarse al sol y permitir que su cabello limpio y húmedo se seque de forma natural y absorba parte extra de vitamina D.
Los yoguis recomiendan lavar el cabello cada 72 horas (o más frecuentemente si el cuero cabelludo suda mucho). También puede ser beneficioso lavarse el pelo después de estar molesto o enojado, para ayudar a procesar las emociones.
Corte de Pelo:
A menudo, cuando las personas eran conquistadas o esclavizadas, les cortaban su cabello como un signo de esclavitud, impotencia y humillación.
Los huesos de la frente son porosos y su función es de transmitir la luz a la glándula pineal, que afecta la actividad cerebral, así como a la tiroides y a las hormonas sexuales.
Así como tribus y sociedades enteras fueron conquistadas, el corte de pelo se hizo tan frecuente que la importancia del cabello se perdió después de unas pocas generaciones, y los peinados y la moda llegaron a ser el foco.
Cerrando ciclos:
Nuestro cabello como cada célula de nuestro cuerpo tiene memoria, por ello es común que cuando cerramos un capítulo de nuestra vida, nuestro ser nos pida un corte de pelo, inconscientemente se debe a la necesidad de renovación como cuando los árboles sueltan su corteza, hasta que recupere su vitalidad.
Peine de madera
Los yoguis también recomiendan el uso de un peine de madera o un cepillo para peinarse el cabello, ya que ofrece una gran cantidad de circulación y la estimulación en el cuero cabelludo, y la madera no genera electricidad estática, lo que provoca una pérdida de energía del cabello hacia el cerebro.
Te darás cuenta de que, si te peinas desde la frente hacia atrás, de atrás hacia delante, y luego varias veces hacia la derecha y hacia la izquierda, te refrescará, no importa el largo de tu pelo. Todo el cansancio del día se habrá ido.
Para las mujeres, se dice que el uso de esta técnica para peinar el cabello dos veces al día puede ayudar a mantener la juventud, un ciclo menstrual saludable y buena vista.
Si tienes problemas de calvicie, la falta de energía del cabello puede ser contrarrestada con más meditación. Si estás encontrando algunas hebras de plata (canas) en el cabello, ten en cuenta que la plata o el color blanco aumentan el flujo de energía y vitaminas para compensar el envejecimiento.
Para la salud del cerebro, a medida que envejece, trata de mantener tu pelo lo más sano y natural posible.
Se dice que cuando permites que el pelo crezca en toda su longitud y lo enrollas en la corona de la cabeza, la energía del Sol, el prana, la energía vital, baja en la columna vertebral. Para contrarrestar esa tendencia a la baja, la energía vital Kundalini se eleva para crear equilibrio.
Tu cabello no está allí por error. Tiene un propósito.
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arieeag · 1 year
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Hijos del Este
El libro Perdido
Capítulo 4: Mirlo para una decisión
Desde que el emisario recorrió los pueblos más cercanos de la frontera, la noticia de que los salvajes nómadas han regresado, se riega como pólvora por toda la región, y todas las gobernaciones del oeste se preparar para defender sus tiernas incluso antes de que la noticia llegue a la capital. Sin embargo, ninguna torre de vigilancia encendió las antorchas de guerra para corroborar la amenaza y cuando los primeros soldados de refuerzo llegan a las barracas de la frontera Oeste, fueron recibidos por una lluvia de flechas.
Por el sur los cuervos vuelan en círculos en torno a las torres de vigilancia luego de que miles marchara hacia los páramos, unidos en torno al llamado de conquista de Mitsuki Bakugo, la nueva Gran Khan.
Y en el bosque, un grupo de 6 nómadas se resguarda luego de pasar 2 semanas infiltrados entre los dagobenses, vestidos como viajeros. Son parte de lo que se conoce como los grupos de avanzada. Una táctica de guerra usada cuando el enemigo es numeroso, o tiene ventaja sobre el terreno. En términos simples, los nómadas envían grupos pequeños en distintos poblados para atacar o causar disturbios. Su fin no es otro que distraer al enemigo de la verdadera ruta por donde pasara un ejército todavía mayor.
Este grupo va contando su propia historia. Una plagada de victorias desde que se unieran como manada, bajo el mando de un poderoso descendiente de los nómades del este. Tiene el cabello rubio cenizo y ojos rojos como la sangre, y en su cuerpo porta más de 100 nudos tatuados, que simbolizan todas sus victorias entre batallas y duelos.
En medio de la penumbra descansa junto al fuego. En su mano sostiene la espada que heredó de su padre al cumplir la mayoría de edad y el emblema de los pueblos nómadas del sur. En la insignia, el dragón que representa a todos los nómadas, yace dormido dentro de un sol dorado coronado por 3 flamas que simbolizan la libertad, por el reverso están escritos los nombres de los ocho líderes alfa que han regido sobre los hijos de dios Erlik Khan Tngri o los hijos del rigor sur, incluyendo al actual, Mirio Togata el discípulo de Yagi. 
En sus manos el peso de ese emblema duele. Representa la alianza pactada, es poder, reconocimiento, un honor a su casa, pero también es responsabilidad, servicio y un golpe de realidad. Todavía le resulta amargo recordar la batalla, antes de establecer el acuerdo con Mirio, porque fue un empate casi piadoso. Nunca su espada flaqueó ante la fuerza de otro alfa, hasta su batalla con el Khan, cuando un golpe insospechadamente brutal suelta la empuñadura haciendo que la hoja vuele metros tras su espalda. Por poco ese desliz le cuesta la vida, además de la vergüenza de contar con una cicatriz a medio cerrar en el hombro. 
Sin embargo, lo cierto es que de haber sido fácil también habría estado molesto. Según dicen las leyendas Erlik Khan Tngri es alfa y desciende directo de Aodht, el único dios al que sirven los nómades, y de su sangre han nacido los guerreros más formidables, cómo la implacable Tomoe, Nana la virtuosa y Toshinori el pacificador.  
La suya, en cambio, proviene de Etüken, la primogénita omega del dios, cuyas historias están perdidas desde hace 500 años y más. Quien fue y que honores tenía nadie lo recuerda, a excepción del origen de las 13 lanzas con que es representada. Su ascendencia divina es, para él, Katsuki Bakugo, un orgullo, pero su casa ha vivido opacada por la sombra de la ignorancia y las consecuencias contra la traición del imperio dagobense en la guerra del exterminio del año 500.
Hoy tras tantos siglos desde el incidente, su casa regresa tras lograr el Gran Kanato por primera vez en mucho tiempo, con una estrategia implacable para recuperar la antigua capital sagrada izando un estandarte que porta un dragón de agua dentro de una rueda de nudos esvásticos. Sobre su lomo las trece verdades de la naturaleza animal, son representadas por lanzas flameantes que están ensartadas en su espalda, cómo símbolo del luto por la guerra del exterminio. 
El peso de estas historias lo mantienen despierto mientras los demás duermen alrededor del fuego, o eso les ha dicho a sus hombres, pero eso no es lo único que lo inquieta para esas alturas.
De pronto, el deber se cuestiona en su corazón cuando guarda el emblema de los nómadas del sur y en su lugar extrae un pañuelo de lino. Es una prenda sencilla, práctica, que no debería estar en el bosque, impregnado con una esencia única. Es un aroma dulce, sin duda alguna pertenece a un omega, pero en sus 21 años de vida nunca conoció un aroma que no fuera frutal o floral. En cambio, este era penetrante de una forma diferente, es picante y refrescante, dulce sin ser empalagoso. Las feromonas cuentan una historia sobre deberes, la expectación y emoción por algo, miedo. Vigoriza su instinto alfa con oleadas de energía, a veces erótica, y en otros momentos es desafiante, como si la personalidad del dueño estuviera impresa en el aroma de alguna forma.
¿Pero qué posibilidad tiene de encontrar al dueño de esa esencia?
Con toda certeza lo hará si se lo propone, el pañuelo habría perdido el olor de haber pasado mucho tiempo desde que su portador lo perdió. Pero su madre lo necesita con ella al frente de la batalla liderando sus hombres para reclamar justicia por su pueblo masacrado en la guerra del exterminio. Así que deja pasar las horas mientras mata sus ansias y espera que termine su guardia.
La mañana todavía no cruzaba esos parajes cuando Katsuki despertó por el canto de un ave. Ella revolotea muy cerca de su cabeza, dando saltos en la tierra. Entonces, se levanta adormilado para ahuyentar el extraño animal, pero cuando lo hace cae en cuenta de que Sero está profundamente dormido, descuidando su guardia.
La ira se hincha y amenaza con explotar todo, o más bien, va a cortarle el cuello, pero el pájaro se interpone. De pronto vuela directo hacia él y se posa en la espada observando su reflejo en la hoja. El gesto lo toma por sorpresa, al punto que olvida la grave falta de Sero y en su lugar dirige la hoja de la cimitarra hacia él esperando que el ave huya, pero ésta apenas se mueve, en cambio, parece tan intrigada cómo él o más bien expectante. 
- si no fueras tan pequeño, te ensartaría... - dice el alfa sonriendo ante el claro desafío del animal, más la magia se pierde cuando el mirlo salta lejos de él. Katsuki gruñe y enseguida regresa sobre sus pasos para despertar de una patada a Sero, pero su pierna queda detenida en el aire cuando el ruido de un aleteo le advierte el regreso del pájaro. Katsuki se da vuelta para encarar a la pequeña mierda que está tentando su suerte, sin embargo, no es uno, sino tres pequeños hijos de puta, mirándolo con ojos espectrales.
- que mierda ¿me van a sacar los ojos? Quiero ver que lo intenten. -susurra con la mirada estrecha.
Pero las aves solo observan, hasta que Katsuki camina hacia ellas para ahuyentarlas. Cuando logra alcanzarlas, ellas caminan o saltan pocos metros, luego esperan.
Lentamente guarda la espada, contrariado prueba de nuevo, y obtiene el mismo resultado. El las sigue y ellas continúan una a una caminando por los pocos espacios en que la luz escaza del amanecer penetra las copas de los árboles. A veces incluso danzan en el aire, formando figuras elegantes en la oscuridad, hipnotizando sus sentidos y liberando su instinto.
Al poco tiempo Katsuki comprende que ya no puede regresar por sus propios pies y acaba ascendiendo por la ladera del monte, entre socavones, raíces y un claro tapizado por hierba áspera. Ahí puede notar el alba que comienza a nacer, pero las sombras logran ocultar a los mirlos al punto de dudar sobre su existencia, más los oye en todas partes, entonando canticos en la oscuridad, a un ritmo pausado y nostálgico que le recuerdan a las melodías entonadas en los altares alzados por los muertos de la antigua ciudad de Zenuara.
Lentamente ellos adormecen su humanidad, mientras el instinto merodea rincones de su mente que hace tiempo no ha cedido. Su alfa despierta, se inspira al tiempo que sus pies son empujados lejos del claro, hacia la oscuridad de los árboles.
Su cuerpo entonces reacciona, dominado por un golpe de energía súbito que lo inviste de coraje y decisión, cuando comprende que ha sido elegido por una de las naturalezas animales. Sin importar nada, aceptará la verdad que desean mostrar los espíritus Tangri encarnados a través de los Mirlos.
Ni siquiera tiene buscarlos cuando la primera señal verdadera llega, no en los árboles ni en las voces de las aves que lo rodean sino en el suelo, donde va apareciendo un camino de manzanas rotas. Una incluso estaba mordida. Inmediatamente su corazón late de emoción, su alfa se agita en respuesta y se adelanta a su razonamiento, despertando su sus reflejos de cazador. Pronto encuentra las huellas de pisadas pequeñas, los cascos de un caballo y el olor característico de un omega. El mismo que dejo caer su pañuelo.
Antes de darse cuenta ya está siguiendo las pocas huellas que haya por el piso y solo por la profundidad y vueltas que dieron para abandonar el lugar, sabe huían a mitad de la noche. Más cuando el viento se agita en su contra, libera una pesada carga de feromonas con la certeza de que su guardia captará el mensaje inmediatamente.
El primero en llegar es Kirishima, un alfa de cabello rojo y dientes afilados. Lo alcanza corriendo, empuñando la espada, pero se calma al ver a su amigo solo y sin ningún rasguño.
-¿Bakugou, qué está pasando?
-Lo encontré…- susurra cuando capta el espeso olor de su omega bajo el manzano, luego se da vuelta hacia Kirishima, su mente activa y la sonrisa casi viciosa - Alguien sabe que estamos aquí, tenemos que atraparlo antes de que delate nuestra posición. Así que tengo órdenes, dile a Kyoka que se adelante al río hacia las deltas, Tokoyami, quiero que Ojiro la siga y le entregue el mensaje mi madre y el reporte. Al imbécil de Sero, dile que si quiere seguir viviendo será mejor que me alcance con mi caballo.
- No, yo te alcanzaré con los caballos, soy tu hermano y escudo. -dicho esto Kirishima se va rápido de regreso al campamento impávido ante la ola de insultos que Katsuki dice tras su espalda, en el fondo sabe que no está enojado, además jamás dejará de cubrir su espalda así esto le signifique la muerte.
Katsuki emprende marcha otra vez, siguiendo el rastro del omega, pero el monte tiene tantos accidentes en su relieve que seguir los pasos que dio su presa es difícil sino imposible a caballo, así que el continua a pie mientras Kirishima sigue sus feromonas y aguarda órdenes mientras encuentra una ruta por la que los caballos si puedan pasar.
El rubio se da cuenta de que el omega intenta llegar el valle boscoso y sin perder más tiempo, ayuda a los demás a bajar hasta una sección donde las flores y musgo abundan. Ahí el olor del omega se camufla al punto que casi no puede distinguir las feromonas humanas del olor a menta fresca que crece como parte de la flora natural.
Entonces da nuevas órdenes a todos con lo cual se dispersan, pero cuando se da la vuelta ahí está Kirishima que sonríe leal, listo para seguirlo. Casi se muerde cuando suelta una amenaza para que lo deje solo, pero por su puesto Kirishima no solo no se va, sino que se concentra en cada cosa que hace Bakugo. Nunca lo vio tan ansioso por algo, ni siquiera cuando la batalla de dominancia se torció en su contra. Sin embargo, hasta el momento Eijiro no ha hecho preguntas ni se atreve a saber por qué están buscando un fantasma. Para él, el omega ya escapó.
-Hermano
-qué. – contesta Bakugo mientras olisquea otra vez el aire, avanzado unos metros al azar. Las feromonas omegas son más fuertes ahora, pero a ratos es cómo si se hubiera dividido en dos. - solo dilo maldición.
- no creo que debamos estar haciendo esto, Togata está a pocos días de aquí.
- ¿Crees que no lo sé?
Kirishima suspira un poco apesadumbrado- Bakugo no quiero contradecirte, pero todo esto es extraño, no debería haber nadie por estos lugares, la gente le teme al bosque y no hay caminos aquí. Además, es omega, los omegas dagobenses no viajan solos jamás.
- por eso tengo que encontrarlo... Mierda, no puedo explicar por qué, pero debo encontrarlo. Es la segunda vez que nuestros caminos se encuentran gracias a un mirlo
- espera ¿crees que es una señal de Tngri?
- no idiota, estoy seguro. – se queja, harto del golpe de sensatez de Kirishima, porque cuando pasa, le avienta pregunta molesta tras pregunta idiota. -Sólo lo voy a decir esta vez, no tengo ni puta idea del por qué, pero mi sangre me dice que lo encuentre. Por eso necesito que hagas lo que digo. 
- que estás pensando
Katsuki está a punto de golpearlo, pero se contiene porque lo va a necesitar. - Estoy pensando en que no sé a dónde fue, pero si sigo perdiendo el maldito tiempo contigo, perderé el rastro de olor y al omega. – gruñe amenazante, dando largas zancadas
Pero Kirishima nunca ha sido diligente- ¿Crees que oculta su olor? Los dagobenses no hacen eso
Katsuki entorna los ojos frustrados, pero igual le confirma sus suposiciones. - De hecho, es imposible porque aquí no tienen piel de Manul. El maldito dejó marcas de olor en distintas zonas para confundirnos, pero hace falta más tiempo del que le dimos... 
- ¿Entonces?
- Creo que obligó al puto caballo a irse sólo, pero no tengo idea de cómo mierda hizo eso, los caballos no se alejan de sus amos por demasiado tiempo. Es un omega listo, maldición.
Kirishima entonces sonrió para ocultar su curiosidad. Si no lo conociera tan bien cómo lo hace, pensaría que Katsuki tiene cierto interés sexual por el omega.
-  Sigue esa dirección hasta que dejes de sentir el olor o hasta que encuentres el caballo. 
- Hermano no puedo dejarte sólo, no sabemos con quién va. 
-¿Eres tonto? ¿Crees que voy a dejar que me maten? 
-No. Pero aun así no quiero pensar en lo que me hará Mitsuki una vez se entere de esto. - dice porque de alguna forma, esa mujer siempre sabe todo y no le hará gracia saber que Katsuki se distrajo por culpa de un omega, incluso si parte del punto de esta guerra son ellos.
Katsuki entorna los ojos, porque, aunque sigue siendo parte del clan, ya son una manada independiente - Imbécil, antes tendríamos que contarle. Si no encuentras el caballo pronto busca a Kyoka en el rio. Yo haré lo mismo- miente pues ha decidido que no volverá hasta regresar con su puto premio. 
- ¿Y por qué tú vas por allá y no por acá?, ahí el olor es aún menos fuerte. 
Katsuki entonces esbozo una sonrisa belicosa -porqué quiero que me guste más.
Luego monta su caballo y se va dispuesto a capturar a su presa.
Tiene que dar varias vueltas por el terreno, detenerse para mirar las huellas esporádicas que encuentra en la tierra para confirmar que está siguiendo la pista correcta, pero, aunque al principio había dos de ellos, una desaparece abruptamente. Lo siguiente que descubre son rastros de hierbas prensadas en lugares poco visibles, probablemente para para camuflar su olor. Hasta ahí casi no tiene que bajarse del caballo para seguir el rastro, pero cuando el rumor de las aguas del río sobrepasa el sonido de los cascos de su caballo sabe que ya no puede usarlo más o lo alertará.
Una vez que alcanza la rivera, se da cuenta de que hay casi dos metros de tierra tapizada en piedras, en consecuencia, las huellas desaparecen junto al olor. Transcurren horas antes de que pueda distinguir la dirección que siguió, sobre todo porque primero asumió que huiría contra la corriente, buscando acercarse al fuerte, sin embargo, de no ser tan impaciente, habría adivinado que lo más sensato era cruzar el río al sur donde aumentan los deltas y la fuerza es menor.
Para estas alturas, tiene que admitir que está cansado y hambriento, más se niega a aceptar la derrota. Por un momento piensa en regresar al bosque, pero entonces encuentra la primera señal que comprueba que el omega estaba cerca. Aun mejor, el omega comete más y más errores a lo largo del río, en un signo indiscutible de desesperación. Pero muy probablemente el juego no hace más que comenzar, puesto que el mismo día que aprendió a cazar, también comprendió que un animal acorralado es peligroso.
Sus pies avanzan de largas zancas siguiendo las pequeñas pistas.  No puede ver al omega incluso en la rivera, pero como está demasiado expuesto decide regresar hacia el follaje donde puede camuflarse mejor. Entonces, sus pies trotan sobre la tierra, corren y serpetean entre los obstáculos, hasta que puede ver la figura de una persona en el rio.
Cuando le da alcance, el chico está mirando a todos lados, pero no se percata de su presencia. Katsuki conoce esa postura y la mirada de ciervo, signo de que el miedo a un peligro desconocido lo está dominando. Su instinto sabe que alguien lo está cazando.  
Sin embargo, es joven, tiene el cabello verde oscuro, la piel nívea besada por el sol en un mar de manchas oscuras y pequeñas desperdigadas sobre sus mejillas, y aun detrás de la ropa puede notar sus caderas anchas e intuir lo fuertes que son sus piernas, o no habría llegado tan lejos de no ser así. Es un omega conectado a la tierra en toda regla. Uno que puede tener. Entonces salta frente a él cuando le ve hacer la cosa más estúpida del día. Intentar cruzar el río a esa distancia.
Katsuki sonríe victorioso cuando encuentra su mirada aterrada, tan brillante que casi se pierde en el verde de sus ojos. Incluso a esa distancia puede decir que su olor es dulce a pesar de las pequeñas notas agrias de ansiedad y miedo, de hecho, es incluso mejor y más envolvente ahora que puede sentirlo desde su fuente.
Por un instante, que se siente como un siglo, la mirada del omega se nubla con la bruma de algo remoto mientras sus labios se separan suavemente. Katsuki admira en detalle cada arco de emoción reflejada en su rostro, al tiempo que toma conciencia del flujo de aire frío que entra a sus propios pulmones junto al pulso que retumba en sus oídos, una emoción tibia revolotea en su vientre, parecido al que siente cuando el licor de airag caliente lo embriaga en invierno.
-Me diste trabajo…- dice sin quitarle los ojos de encima. El omega tiembla ante el tono de su voz pero retrocede, aún si apenas puede avanzar por el estrecho espacio. Katsuki toma su espada y la deja en el piso suavemente, sus movimientos medidos y cuidados mientras evitar perder el contacto con el omega asustado. Luego alza las manos desnudas para demostrar que no quiere herirlo.
-No seas idiota…- advierte al notar como el tronco se hunde con el peso de ellos. – el tronco no te ayudará a cruzar – le dice con franqueza, pero el omega ni siquiera se detiene a sopesar su advertencia y en su lugar pregunta:
-¿Quién eres? – su tono es demandante, pero su cuerpo lo traicióna. Katsuki no pierde detalles, en especial el ligero temblor en su cuerpo ni como sus labios están oscurecidos por el frío y el agotamiento. Entonces una sonrisa irónica se forma en rostro de Katsuki porque, a su presa ya no le queda muchas más fuerzas para defenderse y además, esa no era la pregunta correcta.
-Soy Katsuki Bakugo, hijo de Mitsuki, líder y alfa de los pueblos nómades del este. – le dice elevando la barbilla con orgullo al tiempo abre los brazos. Los ojos de Izuku se abren al tiempo que todo su cuerpo se tensa ante la revelación y Katsuki se prepara para que se paralice de miedo, presa de su instinto omega sin dominar, pero en cambio, el dagobense retrocede un paso.
-No tenemos nada de valor. - insiste negando con la cabeza, los ojos llorosos, pero todavía alertas.
La sonrisa de Katsuki cae un momento, aunque el otro no lo nota. Entonces niega con un gesto de la cabeza. Porque ¿Qué podrá querer del mocoso que se aferra su falda o de un dagobense traidor? Nada ¿Pero de un omega joven y sano? Bastante, sin embargo, antes de poder contestar el niño que trae en brazos se queja.
-¿Quién es? – dice percatándose del gesto demasiado protector. No le gusta eso, aunque no sabe por qué.
-Nadie. Déjanos en paz. - ordena Izuku fingiendo ser más valiente de lo que se siente.
-Ja, tú no tienes a donde ir Deku
E Izuku sabe que es cierto, pero no va a confirmárselo. En cambio, frunce los labios para contener las ganas de jadear por aire, luego afianza el cuerpo de su hermano contra él.
- Déjame ayudarte- le dice Katsuki mientras piensa en los pocos metros que los separan.
El omega niega, pero sus ojos están aguándose. Su pecho se aprieta a medida se siente cada vez más acorralado.
-Kota promete que no te soltaras de mí…- dice mirando el rostro asustado de su hermano y el alfa aprovecha esa distracción para subir al tronco- ¡Aléjate! – grita Izuku tomando con fuerza los hombros de Kota que esta rígido contra sus piernas.
Katsuki mira un instante el río tras ellos, la corriente siempre mentirosa no les permitirá llegar del otro lado. Él tiene experiencia con caídas desastrosas al agua. – No seas imbécil y piensa un poco, estas cansado, el rio te arrastrará antes de que llegues al otro lado o puede que logres llegar, pero no con el mocoso. Créeme. No vale el riesgo. - dice firme, pero sus promesas son palabras vacías para alguien cómo Izuku, al que ya no le queda casi nada por perder.
Katsuki nota el brillo extraño en la mirada del otro y por pura inercia se acerca, pensando que va a saltar, pero el omega saca una daga. El alfa ríe con sorna, sin preocuparse por el juguete en las manos del otro, su postura no es la correcta y esa forma de sostener el mango es una vergüenza- Te lo advertí idiota- susurra. entonces se abalanza hacia el omega para quitarle la daga, pero el chico no lo ataca con la daga sino que le lanza una piedra directo a la cabeza.
-Maldita sea, imbécil- gruñe el rubio con una mano en la frente, pero el omega ya está tomando al niño en sus brazos para luego correr hacia el río.
No quiere escuchar que le digan si puede hacerlo no. Esto es lo que tiene que hacer, esto es lo único que ha hecho siempre. Tampoco tiene otra salida o el salvaje los matará de todas formas. Entonces salta con todas sus fuerzas, su cuerpo se eleva en el aire, pero un aguijón con forma de flecha atraviesa su hombro con fuerza. El impacto es tal que su cuerpo es empujado de atrás.
Katsuki corre detrás de ellos y los atrapa antes de que caigan al agua. Luego los protege usando toda su fuerza para ponerlos a resguardo de vuelta a la orilla. Allí los deja caer, empuña el arma mirando hacia la sombra de los árboles, asumiendo que llegarán más enemigos, pero se calma cuando Kyoka aparece desde las sombras.
-¡Perra estúpida! Si muere te asesinare empalada.
-De nada Bakugo- dice la chica para luego silbar, llamando un caballo que trota hacia ella tras escucharla.
Izuku jadea de dolor y horror al ver el astil de una flecha sobresalir de su hombro. La sangre brota oscura en un flujo constante. Kota llora mientras mueve sus manos sin saber que hacer, pero cuando el alfa regresa a ellos, toma una piedra temblando. Izuku jadea entre lágrimas aterrado mientras intenta arrastrarse lejos del alfa, pero su cuerpo de pronto se siente entumecido.
El mayor, observa el pobre intento por escapar de él. Luego deja la espada en el suelo unos metros más allá para regresar a pasos lentos y pausados.
Izuku siente la ira por no poder levantarse mientras el dolor recorre todo su pecho y brazo. Kota se pone por delante de él, a pesar del terror y le gruñe al alfa cuando está cerca de Izuku, las lágrimas acumulándose en sus ojos. El alfa sonríe con sorna, el niño es una maldita molestia. Si quisiera, solo tendría que usar las manos para matarlo. El desafío a un alfa adulto no es solo estúpido sino una petición de muerte, pero por esta vez podría simplemente romperle un brazo para enseñarle su lugar.  
Izuku se da cuenta del peligro y se levanta, interponiéndose entre el alfa y su Kota, luego arranca la flecha y la empuña para defenderse- ¡ Kota! ¡Sal de aquí!
Katsuki se sorprende, algo semejante a la duda se anida en su mente tras ver la reacción desesperada por proteger un simple niño. En sus 20 años ha tenido suficiente tiempo para decidir cómo quiere ascender al liderazgo de su gente o con quien, por eso ahora necesita saber porque el espírito Tngri unió sus caminos. Y el niño no pinta nada en la imagen que tiene de su futuro.
El mocoso por su puesto, se desespera, y de todas formas pasa por un lado del omega para pelear contra katsuki. El alfa, centra sus ojos devuelta al mocoso enojado, lo intercepta con una mano sola mano, agarrándolo de las solapas mientras lo eleva en el aire antes de lanzarlo en dirección al bosque.
-¡No!- Izuku jadea e intenta escapar, pero una mano áspera lo sostiene firmemente.
La mirada en el hombre refleja ira y peligro ciego, pero su cuerpo se mueve de forma casi automática. Empuña la mano para golpearlo mientras tira para soltarse, Katsuki aprovecha de empujar el brazo hacia atrás de forma dolorsa, le quita la punta de flecha, y lo empuja devuelta al piso. Ahí lo retiene usando todo su peso mientras la sangre se expande poco a poco a través de la ropa.
Ante la vista, Katsuki maldice a kyoka por inmiscuirse en un susurro, luego busca algo para presionar la herida y en su breve distracción Izuku logra rasguñarle los brazos mientras intenta patearlo. Katsuki esta vez se enoja de verdad. Tira de los brazos del omega hacia abajo para forzar un abrazo, entonces lo retiene cerca de su cuello donde puede impregnarlo con sus feromonas dominantes, pero esto tampoco funciona. La reacción del pequeño idiota es incluso peor, ahora tiene un omega aterrado usando toda su fuerza para librarse de su abrazo, patea, se remueve, grita y llora contra su pecho, hasta que lo muerde.
-Maldita sea, ¡Quedate Quieto!- brama usando la voz apartándose del chico.
Las pupilas de izuku se abren y cierran abruptamente ante la orden, mientras respira las feromonas del alfa. De pronto, una presión abrumadora se abre paso dentro de su cabeza aturdiendo sus sentidos al tiempo que su mente se parte en dos. Y es como haber salido lejos de su cuerpo. Cada musculo se tensa ante la incapacidad de articular un solo movimiento, de pronto, puede sentir como los impulsos nerviosos suben y bajan por su cuerpo llenándolo de una frustración fría.
Es una respuesta tan severa, que incluso el alfa nota que no es normal, sospechando que quizás esa es la primera vez que alguien la usa en él, pero el tiempo apremia cuando debe atender una herida activa.
Rápidamente sigue buscando algo para hacer presión, encontrando el pañuelo de lino. Tendrá que servir por el momento.
Izuku llora en silencio con la cara roja debido a la presión del llanto y el inmenso mar de emociones que luchan por purgarse a pesar de la orden del alfa. De su boca solo pueden salir sonidos guturales y oírse sin poder ver qué pasa a su alrededor o a Kota, lo desespera de una forma espantosa. Le duele el pecho por la humillación, su cabeza parece que quiere explotar mientras la vista que tiene delante se vuelve borrosa con puntos negros.
El alfa vuelve a liberar otra carga de feromonas para atraer la atención de sus hombres, piensa que su manada debería estar cerca de ahí, así que los busca más allá del follaje que rodea la ribera del río sin poder encontrar a nadie, excepto el cuerpo del niño imbécil, que está de rodillas mostrando su cuello, los ojos rojos en los bordes, con la boca abierta enseñando los dientes de leche patéticos en un vano intento por luchar contra la voz Alfa.
Katsuki, maldice a los dos por lo bajo y lanza otra llamada silenciosa, pero ahora duda de que su manada esté tan cerca como Kyoka hizo parecer. Al final se las ingenia para llevarse a los dos con él.
Por el camino, no le sorprende que el primero en encontrarlo es Kirishima. Llega empuñando la espada, listo para pelear al sentir la presencia de los extraños, pero cuando ve a Katsuki con un omega colgando de su hombro y un niño en el otro brazo, la guarda.
-¿Quiénes son?
-El omega que seguimos, pero la estúpida de Kyoka le disparó. - tras eso, Kirishima busca a la mujer con la vista, pero ni siquiera puede sentir su olor.
-¡La mataste por ese omega!
-No me dio el placer
-¡Entonces está herida!
-¡No, imbécil! Se fue y me dejó con estos dos.
El chico pelirrojo sonríe aliviado y se adelanta para pedir ayuda ruidosamente. En respuesta, una alfa de cabello rosado y ojos amarillos llega corriendo. Katsuki le entrega al niño y la sigue hacia el lugar donde todos estaban esperándolo. Ahí recuesta al omega en el suelo, luego se deja caer a un lado, bastante cansado, pero aunque echarse a descansar, ya no les quedan tantas horas de luz.
A su alrededor todos comienzan a ayudar sin esperar órdenes. Sero rápidamente le ofrece un riñón con agua, Mina arrodilla a un lado del omega, se quita un pañuelo del cuello y lo usa para presionar encima del trapo que ya está empapado con sangre, mientras tanto Kyoka, totalmente ajena al alboroto de los demás corta fruta con una cuchilla y las arroja a un cueco de madera.
- Mina, sostenlo bien. -ordena Bakugo mientras busca entre sus cosas algo más que pueda usar para curar al omega.
- No hace falta, se desmayó. -le advierte ella. - ¿Qué paso?
- Kyoka le disparó una flecha, eso paso.
- amiga, el flechazo no es literal. -bromea, pero Bakugo aprieta la mandíbula sin sentir una pizca de gracia.
- Uh, sigue sangrando. - avisa ella al tiempo que kirishima le entrega un ungüento cauterizante
- Tks. Carajo – se queja Katsuki con los dientes apretados- Guárdalo, el calor será más rápido - ordena mientras toma una daga pequeña para colocarla contra sus palmas.
Metros más allá Kota despierta adolorido por todas partes, incluso las encías en su boca arden, pero mientras hace esfuerzos enormes para moverse y orientarse, se da cuenta de que tiene la cabeza sobre las piernas de un hombre con melena negra, ojos oscuros y profundos, con la nariz aguileña. Asustado, intenta alejarse de él usando las piernas que es lo más fuerte que tiene. El hombre sonríe con calma y lo mantiene en su lugar para luego descubrir las glándulas de olor de sus muñecas e impregnarlo con feromonas calmantes de leche. Los ojos se Kota se abren con sorpresa, algo semejante a la aprensión y vergüenza lo embarga: esta es la primera vez que un omega que no es Izuku usa esas feromonas con él, e incluso Izuku nunca lo hace frente a otras personas, sólo una vez paso y Izuku fue reprendido por ello.
Los demás siguen en lo suyo, Mina abandona a los muchachos y decide que será más útil ayudando a calmar al niño, acariciando las manos de Kota pero el niño desvía la mirada y comienza a llorar en silencio. Tokoyami niega con la cabeza, conoce bien a los niños con el temperamento de este cachorro, sólo confiará en su familia, y no se rendirá fácilmente a ellos, además, puede adivinar lo mucho que necesita saber quién es. Entonces, se acerca a su oído para decirlo- Me llamo Tokoyami y ella es Mina -luego toma una chaqueta para cubrir sus oídos- No te preocupes, el estará bien. -agrega mientras los distrae de lo que sucederá ahora que Bakugo terminó de calentar la cuchilla al rojo vivo con sus manos.
En cuanto la hoja toca la piel, el omega despierta gritando y removiéndose por el dolor atroz en su hombro. Tras él, Sero lo sostiene de los brazos con firmeza para impedir que se mueva de más.
-¡Basta!... ¡Detente!
-Aguanta - ordena Katsuki sacando el cuchillo de la herida mientras arruga la nariz por el olor a carne quemada y las feromonas ácidas del omega. - no dejaba de sangrar...-dice, aunque no entiende por qué acaba de excusarse. 
Izuku suelta un quejido agudo y gutural, lastimero como el chirrido de un animal que está a punto de morir. Las espaldas de todos se tensan al mismo tiempo que desvían la cabeza hacia Izuku, ansiosos y abrumados por un instinto protector que les obliga a rodear al omega para consolarlo.
Las pupilas de Katsuki se dilatan, la vista fija sobre el omega angustiado, “todo está bien ahora”, dice una voz en su mente, pero su alfa se eriza en alerta “¡arréglalo, ahora!” aúlla y rabea escalando ciertos niveles de su razón, entonces Katsuki cambia de posición con Sero. Los ojos de su omega lo siguen mirando con miedo. Su olor no es agradable, se da cuenta, él no es aceptado y ante esto, un escozor brota de todas sus glándulas de olor. En ese momento, el aroma a caña azúcar y campos verdes se fuga como una marea desde el cuello del alfa, embotando los sentidos de todos a su alrededor mientras el omega se duerme con un suspiro cansado.
Katsuki afloja su agarre en el omega, para rascarse la glándula de su cuello tras liberar un tipo de feromonas nuevo para él. – Que mierda- se queja mientras remueve los hombros y luego se mira la mano sin encontrar nada que justifique el ardor.
- Bakugo - llama Tokoyami, sus ojos lo observan con recelo tras inhalar la marea del alfa. – no puedes alejarte de él - advierte tras reconocer inmediatamente ese tipo de feromonas. Su esposo aprendió a liberarlas el día que fue herido gravemente por un gato mongol y luego las uso unos años después en su trabajo de parto- si vuelves a liberar otra carga igual nos harás dormir por días, tal como lo hizo Shoji conmigo.
-¿Qué mierda fue eso?, casi no puedo manejarlo- dice rascándose la nuca
-Son feromonas de… consuelo…- dice teniendo cuidado con cada palabra- No muchos alfas pueden hacerlas…solo duerme con él, su olor te ayudará. -insistió el omega mayor- Debemos tener cuidado de asustarlo, su instinto es demasiado fuerte y salvaje, podría afectarnos demasiado si hace otro llamado de auxilio así
- ¿Cómo mierda lo hizo? Siento como si hubiera tragado un litro de melaza o leche de amapola...
-Creo que es porque tú eres el único que no se ha acoplado…– dice, aunque no es del todo cierto, Kirishima no reaccionó de la misma forma, además, las pupilas dilatadas no es una respuesta normal a la angustia de un omega herido, sino la respuesta de un compañero angustiado. - si él estaba por la zona, significa que podríamos encontrar más personas, pero ya que lo has cazado durante todo el día, supongo que es mejor borrar nuestros rastros y descansar mientras montamos guardia.
La mirada de Katsuki ahora es suave mientras las feromonas de su propio olor se concentran en sus pulmones, podrían hacerlo, el personalmente necesita descansar, pero no aquí, entonces niega con la cabeza. - No podemos, trata al niño y cuando termines, partiremos, peor será que luego de todo este alboroto adviertan de nosotros antes de tiempo. Y, además, tengo un presentimiento- dice mirando brevemente al omega dormido. Entonces cubre su cuerpo con su capa para darle calor y de paso cubrirlo con su propia esencia.
Apenas una hora después Katsuki monta el caballo aun sintiendo la mente embotada, pero logra mantenerse despierto para guiar al caballo mientras todos retoman la marcha hacia el sureste. Kyoka lidera el camino y les muestra como cruzar el río, Katsuki se queda en medio sosteniendo al omega que sigue durmiendo entre sus brazos.
En el cielo, las nubes avanzan al igual que mengua la luz del día rápidamente, pero, aunque el bosque parece no tener final, Katsuki sabe que están muy cerca de las llanuras donde serán un blanco fácil de identificar y atrapar, así que se detienen a pocos metros de los lindes del bosque para buscar resguardo, agua y cazar un par de presas que Kirishima juro oler no muy lejos de allí.
El niño es el primero en despertar de los dos, pero se niega hablar o a mirar al líder alfa que ahora intenta sonsacar cualquier información, como saber porque estaban solos en medio del bosque y que los motivo a viajar tan livianos.
Cuando el niño se niega a responder otra vez, una risa sardónica se escapa de Katsuki mientras mueve la cabeza hacia atrás, necesita una i forma mucho más efectiva para presionarlo.
Sero regresa con 3 liebres muertas y sangrantes, los demás las reciben y rápidamente las preparan, ante la mirada incrédula del cachorro que se aferra contra Tokoyami.
Por su parte Kirishima se retira para hacer guardia por los alrededores, en caso de que hayan exploradores en el bosque, sin embargo, nada se acerca y mientras ellos siguen alejándose para buscar posibles enemigos o movimientos de depredadores, Katsuki resuelve por registrar la yegua de carga que Kirishima capturó más temprano.
Se apropia del agua fresca, una muda de ropa y la botella de licor que se bebe de dos sorbos. Luego quita el rollo de tela que esta adosado a las cinchas de la montura de la yegua. Resulta ser una manta hecha de retazos que parecen representar diversas escenas familiares, es algo vieja pero casi perfecta. Cada centímetro de tela huele como el omega.
Enseguida toma las prendas y las lanza sobre el chico ya que su ropa esta sucia por la sangre y húmeda por el agua del río, pero se mantiene dormido. El rubio se acerca lentamente, pero tan pronto sus manos callosas tiran de la cinta que cierra el escote de la camisa, una mano atrapa su muñeca. Los ojos del omega lo miran preocupado y con desconfianza, mientras se vuelve a cubrir para proteger la pequeña porción de piel expuesta.
El alfa sonríe ladino, ya se había dado cuenta que estaba despierto, pero decide dejar pasar el truco, levanta las manos y se aleja. Izuku mira a su alrededor en busca de Kota, lo encuentra dormido en los brazos de un hombre de cabello negro que lo observa desinteresadamente, al lado del hombre hay yelmo con forma de cuervo muy oscuro que le resulta espeluznante.
-cámbiate – ordena el alfa sin quitarle la vista de encima, llamando su atención- puedes seguir enseñando los dientes, no me importa, pero no te daré la espalda. No eres como los otros.
-¿Qué otros? – pregunta, contrariado.
Katsuki niega con la cabeza tras reír con cierto deje de burla. -Ya sabrás, vístete – insiste y esta vez el omega le hace caso, aunque no puede evitar sonrojarse ante la mirada profunda del alfa. A simple vista parece enojado, pero a la vez algo le dice que esa no es la emoción que el hombre está demostrando.
Katsuki se relame los labios con la vista, pero se contiene a decir las cosas que cruzan por su mente, convencido de que el omega es demasiado joven para si quiera tomarse con humor su interés. En cambio, respira las pequeñas trazas de feromonas que se liberan mientras el omega se calza la camisa seca y la capa que le han devuelto. Omega enemiga o no, Katsuki tiene que reconocer que hace tiempo que no ha visto a nadie con la piel besada por el sol. Las pecas están regadas en cada porción de su cuerpo incluso alrededor del pecho y ombligo,  y aunque le concede privacidad mirando hacia otro lado para que también se cambie de pantalones, todavía puede imaginar como esa marea veraniega salpica de forma delicada las piernas fuertes y sus caderas llenas.
Katsuki traga saliva ante la vista y separa un poco sus piernas cuando siente un calor familiar bajo el ombligo. Entonces toma el riñón con agua que encontró antes y comienza a beberla para distraerse. No puede asustarlo todavía.
En su lugar, se recuerda que los Dagobenses tienen a los omegas más frágiles de esta región, a pesar de que es uno de los territorios más prósperos. Y la manzana nunca cae tan lejos del árbol, se repite. Pero aún con todas sus aprensiones, algo le dice que este, en especial, con o sin espada, puede llegar a ser igual de peligroso que los de su raza.
Cuando el omega termina de vestirse, inmediatamente se envuelve en su capa lejos de la mirada peligrosa del Alfa. Nunca lo habían mirado así, de una forma tan íntima y ¿Hambrienta? Su rostro se calienta de vergüenza y culpa. Lo peor es que los demás que acompañan al alfa simplemente se quedaron ahí sin decir o hacer nada.
Cuando ve al hombre distraerse, trata de recuperarse para alcanzar a Kota. Su pobre hermano está amarrado de manos. Katsuki lo intercepta antes de que pueda alcanzarlo con un gruñido molesto, presionando deliberadamente sobre la herida todavía fresca en su hombro.
-Aquí el que pone las reglas soy yo- espeta ante la mirada vidriosa del chico- no tienes que mirarme así, seguro que sabes que está pasando ¿O no es así?
-No tengo nada de valor
Katsuki jadea con decepción, pero luego se burla. – Seguro que encontraremos algo, pero que tan amable sea de ahora en adelante contigo y el mocoso, dependerá absolutamente de ti y el cómo respondas mis preguntas
-No tengo nada de valor – insiste Izuku- solo soy un omega del campo- insistió
-Y sin embargo, estabas aquí en medio del bosque
Izuku se mordió los labios, ansioso por idear un plan que los mantuviera a ambos seguros- alguien advirtió la llegada de un ejercito
-¿Quien?
-Un emisario, llego al pueblo y dijo que ustedes venían por el oeste
-Oh, entonces hiciste el tonto cruzando un bosque que no conoces– espeta el alfa- Porque estabas aquí con un niño encima de todo
Izuku aprieta la mandíbula, molesto. Él también quería saber cómo es que los nómades habían llegado al bosque, pero el alfa tiene una mano sobre la empuñadura como una amenaza silenciosa. -Íbamos a la fortaleza de Yukai, quería pedir refugio …
-¿Solos? Con lo puritanos que son, uno pensaría que tu alfa te seguiría hasta allá
-No tengo alfa
-¿No? – pregunto sin ocultar su interés- quizás un padre entonces…los de tu clase no sueltan a un omega solo por los campos, eso te arruinaría para siempre- suelta entornando los ojos, los dagobenses son puritanos hipócritas y frígidos, no podrían llenar bien a un omega por su vida.
-Mi padre tuvo un retraso…-agrego entonces se da cuenta de que cometió un error.
La mirada del alfa se oscurece. -Seguí personalmente tus huellas, salvo por el caballo, no había con nadie más grande que ustedes dos. ¿Estas mintiendo?
-Yo…- los ojos de Izuku vuelven a humedecerse, no sabe que quiere escuchar, y no sabe si su padre estaba vivo.-Responde ahora o el niño…
-La gente se volvió loca en los caminos, alguien nos atacó de camino a la fortaleza, mi padre lo intercepto y yo cabalgue hasta acá, no estoy mintiendo… ni siquiera yo entiendo que está pasando…-dice abruptamente mientras comienza a respirar con dificultad cerrando los ojos, necesita ordenar la ideas en su cabeza- estábamos en el camino principal que pasa por fuera del pueblo cuando un hombre calló muerto en el camino- dice con la voz temblando- la gente se peleaba por los caballos, mi padre nos guio al bosque, pero otro hombre con un caballo gigante nos interceptó y nos separamos. Cabalgué hacia el bosque solo…Lo juro
Por un largo tiempo se hace un silencio abrumador. Solo puede escuchar el crepitar de la madera que se quema al fuego y cuando abre los ojos la mirada roja del Katsuki lo observa con una inquietante pasividad.
-¿Sabes lo que son los grupos de avanzada? - pregunta Katsuki con voz monótona, aunque no espera que responda, en realidad ya sabe que no conoce la respuesta- son hombres preparados para morir una vez que abandonan el campamento de una campaña de guerra…Su misión es advertir al enemigo de un ataque por un flanco por el cual el campamento no ha tomado interés ni posición.
La mirada de Izuku se oscureció, al recordar nuevamente los incidentes del camino principal y el hombre siguió hablando- a menudo se visten como el enemigo para pasar desapercibidos, pero con suficientes signos para que un soldado experimentado pueda reconocerlo… ¿eso te trae recuerdos no Deku? ¿Qué estás pensando? – pregunta, pero el chico no le responde- Apuesto a que pensaste que los soldados, siendo tan nobles como juran ser en tiempos de paz, están listos para nosotros ¿no? - agrega con una risa corta y sin gracia- Y tienes razón, en parte. Las barracas de tu vanguardia se alistan para partir hacia la frontera, pero ¿tienes idea de que encontrarán ahí? - insiste mientras limpi las lágrimas que ahora corren sueltas por el rostro del omega- Esta será una guerra que tu gente nunca olvidará, al igual que nosotros nunca olvidamos el genocidio de nuestros cachorros en la guerra del exterminio.
-Por favor …
-No, eso no- espeto Katsuki soltando bruscamente el rostro pecoso mientras dirige su vista al cachorro.
Kota se levanta en algún momento de su diatriba y aunque Tokoyaki lo mantiene fijo en su lugar, no hay nada que pueda hacer para ocultar la mirada llena de odio y los pequeños colmillos que sobresalen de sus labios- tenemos otros deseos para ustedes, apuesto que tu hermano tiene suficiente edad para usar esas manos de princesa – agrego Katsuki con burla, su mano acaricia la empuñadura e izuku se da cuenta de lo que pasara si no piensa en algo ahora.
-No es mi hermano. – dice Izuku con un hilo de voz mientras intenta avanzar hacia Katsuki buscando distraerlo.
-¿Qué has dicho? – gruño Katsuki devolviéndole la mirada- ¿cachorro? – agrega con incredulidad
-Es mío…- aseguró- devuélvemelo – insistió con la mirada esta vez firme - el niño es mío y soy responsable de él…
-Mientes. - negó el alfa como si escupiera las palabras- tu gente no permitiría una cosa de esas
-Es mío insiste – esta vez corriendo para atrapar al cachorro entre sus brazos.
-Tokoyami suelta al niño- ordena Katsuki mientras tira del brazo a Izuku y lo empuja de vuelta al piso.
El hombre lo observa inseguro, huele el aire para leer las feromonas de Katsuki, pero como siempre, nada se filtra sin que Katsuki lo desee, en consecuencia, no puede adivinar que está planeando.
- El niño no ira a ningún lado sin izuku, Katsuki. – dice mientras sus brazos se deslizan por el torso de Kota, quien se levanta sin despegar la vista hacia izuku.
- ¿Izuku? ¿Así te llamas? - pregunta el alfa hacia el omega, pero el niño corre hacia ellos antes de que pueda contestar. Tokoyami por puro instinto lo atrapa de nuevo y lo hace retroceder, pero el niño gimotea y llora rogando - ¡Suéltame!
Katsuki maldice al mocoso al tiempo que mantiene al omega quieto con ambas manos. Tokoyami aprovecha de calmar a Kota, entiende lo difícil que debe ser para el todo esto- sólo tiene 5 años, no seas duro con el. - agrega como si eso fuera a despertar más simpatía en el alfa mayor.
- Sabes que a su edad empuñaba la espada. – repuso Katsuki
-Y también pedías historias a tu padre. - agregó Kyoka, provocando risas en los demás. 
- ¡Cierra la boca!- espeta Katsuki
- Quiero verlo- insistió Kouta. 
- ¡No! ¿sabes una cosa pequeña mierda? Realmente no necesitamos un boca inútil y llorona por aquí. – espeta mirando entre ambos prisioneros. -No nos hacen falta cachorros, pero él estaba dispuesto a ahogarse en el río con tal de protegerte...
Kota tensa la mandíbula mientras llora de impotencia y el alfa sonríe malicioso.
-  no haces eso por un extraño, pero tampoco huele a que tenga una marca... ¿entiendes lo que digo? - dice caminando hacia el niño que lo mira confundido. pero el hedor amenazante del alfa comienza a picar en nariz, mientras un sentimiento de estar acorralado lo inunda- ¿No es tu madre verdad? – susurra con voz ronca y cargada de molestia. Sabe que el niño no se atreverá a mentirle ahora, pero Kota no alcanza a responder cuando la voz de su hermano resuena alto y claro - Pero es mi hijo
- Es mío, mi hijo. -repite Izuku tras su espalda. - déjalo en paz. -amenaza, rompiendo con el miedo que logro infundirle al mocoso.
Katsuki se voltea furioso, olisquea el aire buscando rastro de mentiras o si quiera el rastro del olor de un alfa que los hubiera acompañado de camino aquí, pero no haya ninguna. - mientes – repite aún si no puede probarlo todavía. -eres demasiado joven 
- Tengo 18, es mi hijo. 
- ¿Sin una marca de alfa? Estás mintiendo. Tú gente permite cosas así. Nunca. – entonces su mano vuelve a su cadera, sobre la espada
- En la ciudad, pero en el campo, las cosas son- Izuku no puede terminar la frase cuando Katsuki le quita el niño a Tokoyami para ponerle la espada en el cuello.- si no quieres decir la verdad por las buenas, conozco una forma mejor
-¡Bakugo! -llaman todos los alarmados. 
Un aroma a leche y miel impregna el ambiente. Incrédulo, Katsuki deja a ir al niño, porque ese olor y esas feromonas, es una esencia que solo una madre puede liberar.
Izuku se pone de pie a pesar de la herida, el hambre y el cansancio. Se aferra a Kota por la cabeza cuando este se estrella contra su cuerpo y lo abraza con un sollozo.
- Por favor es mío... – ruega sin dejar de mirar al alfa. Bakugo retrocede atónito porque esto no es algo que debía pasar. El omega se deja caer al piso de rodillas, casi sin fuerzas y al borde de la inconciencia, pero todavía encuentra energías para cubrir con su cuerpo al niño, concentrando las feromonas que ha liberado sin que nadie a su alrededor de crédito sobre eso. Mas ninguno de los presentes puede negar ahora que este omega es de hecho una madre sin marca.
Katsuki se aleja del campamento sintiéndose traicionado y furioso, porque una cosa es aceptar a un omega de Dagoba como compañero, pero otra muy distinta es reclamar a un omega y su bastardo.
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monvria · 1 year
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A Efraín le temblaba un poco la mano, no mucho, pero no era buen augurio y esperaba que el cansancio no lo estuviera embistiendo tan fuerte, no ahora al menos. No puede dejarse perder en este duelo que con machete en mano sigue en guardia ante su adversario, quien ya lo ha estocado tres veces y le sangra ya la herida. Pero es que aquél otro está encolerizado con el ladino y se le va para encimar.
El hombre alto despeja dos estoques y el tercero nuevamente le corta en el brazo. Esto no está bien, ve, porque hasta el momento el contra está fresco sin daño alguno más allá de hacer jirones uno que otro lado de la camisa del susodicho mientras que él todo lo contrario. Por el rabillo del ojo ve a su primo, Luis, totalmente preocupado y se le nota que quiere intervenir pero sabe bien que no, no puede por condición y contexto.
Así que nada, vuelve el alto a intentar estocar al adversario y algo logra cortar, un poco el rostro del otro pero éste, más cabreado aún, se le echa de frente y logra puyarle el vientre y ahí siente un dolor agudo que le invade todo el cuerpo. Tan mal se ve que rápido posa su mano izquierda ahí donde se le hizo la herida para tapar y ahora está en una postura agazapada, más vulnerable, y es que aprovecha el otro acercándosele y Efraín evitándolo tropieza atrás y cae.
Aquellos que le enseñaron ya le habían contado esto, que una vez en el suelo era el fin y él, recordando, tiene los ojos de par en par porque sabe lo que viene.
Atónito ha quedado, pero más que nada porque Itzel se ha metido con machete en mano y casi cercena la mano del adversario que horrorizado agarra dicha extremidad y se retira pasmado.
—¡¿Pero qué haces?!— Le comenta, casi gritado, Itzel a Efraín. Está cabreada, o mejor dicho, cabreada es poco porque no hay palabra para describir ese nivel de enojo que carga encima la petiza.
—Itzel, yo. . . eh. . .duelo— No sabe qué decirle el hombre, sino la verdad, aunque ahora que lo vocifera no parece tan convencido.
—Duelo de qué ¿estás idiota? ¡Casi te matan!— Y en efecto, se siente idiota Efraín. Ahora es que le entra en toda la cabeza que no debió hacer caso a las recomendaciones —¿Por qué andas metido en estas porquerías?
—¡Itzel!— Grita Luis acercándose rápido pero entonces la susodicha lo envaina feo: le increpa del porqué no se metió a parar esta porqueriza y Luis, sin querer catar más de ese enojo, simplemente recula.
—Entonces ¿me vas a decir o no por qué esto?— Le pregunta, aún con enojo, Itzel a su novio. Este ya sentado y erguido nomás se agarra la tripa y con la otra mano libre acaricia su cabeza buscando la mejor respuesta a la pregunta. Ve que excusas no hay y solo atina a decir la verdad.
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Efraín parece la representación de la “siesta”: indolente holgazán quien gusta de estar en la hamaca y bosteza impasible cada que puede. Más falsa percepción no puede ser. Desde temprano sin luz ya está en el cafetal recogiendo la cosecha y por la tarde gusta de hacer cosas en su pequeño taller de carpintería, tan diestro ahí, que en tres días ya te tiene dos banquitos listos para ser usados.
Pero de ahí le viene una de sus quejas a él: le falta sangre. En este pueblo que apenas en la última década le han dado lo básico, agua y luz, y en el último año por fin alguien se dignó en meter un clave de internet, lo poco para entretenerse eran las tertulias en cantina, la feria de pueblo, la celebración al Santo patrón y las reyertes ocasionales, más común que esporádica eso sí, que se formaba de tanto en tanto por cuestiones varias; que si usted insultó a mi familia, me llamó tonto, las peleas de faldas y otras tan banales como el «me miró feo». De esos cuatro ocios, solo practicaba dos y de ahí lo “siestero”.
Le da igual Efraín, sigue avanzando con su vida y cada cosa que hace le llena como ninguno otro. Viendo lo nuevo que le trae la modernidad se ha metida en estas páginas todas raras pero fascinantes, redes sociales le llaman, y se ha hecho un perfil. Ahora tiene a sus amigos y familia cerca y les habla bastante seguido por ahí. Tanto le ha gustado que ha ahorrado para comprarse uno de esos celulares nuevos, que tienen para entrar a internet e incluso entrar a esas páginas, y para su (no tan) sorpresa, con cámara fotográfica la cual poco usa al comienzo, pero poco a poco le va hallando uso.
Pese a todo, se considera buen hombre y uno bastante disciplinado, con sus pequeños ocios y uno que otro vicio, el cual es normal, pero nada catastrófico. Entonces queda desnalgado de la impresión cuando lee un mensaje en la última publicación que ha hecho en esa red social. Como descripción puso «Le di un peluche a mi moza» más un emoticón, de estos que se ponen cuando se está enamorado, porque él muy lo está, y ahí va la respuesta de su enamorada, un «Efraín tú como mozo no sirves».
El pobre ladino queda desconcertando viendo la pantalla del móvil, sin saber qué hacer. ¿Le respondo? Es lo que piensa de buenas a primeras, pero entonces conoce el carácter de Itzel, muy verraco, y desestima esta opción; piensa entonces consultar a su familia que bien conocen a la susodicha porque la familia para eso está ¿no? Como apoyo y más. Lastimosamente para él de su familia solo dos conocen bien a la muchacha y, siendo ellos, no es que ayuden mucho.
Benjamín es familia, eso sabe bien Efraín, pero una muy lejana porque en sí el tronco que los une es su abuela, pero por eso mismo el muchacho no es de fiar en esto, porque no le tiene respeto al hombre mayor. Pero conoce bien a Itzel, tanto que incluso una vez le dijo al pobre de Efraín que era un degenerado porque su novia era familia suya. Cuando lo interrogó éste no dijo el porqué, solo volvió a repetir que eran familia, que allá le quedaba a él como tarea averiguar hasta qué grado de consanguinidad. Quitando ese incidente, también de algo le ha sido útil Benjamín, a veces en esas charlas mundanas le cuenta cosas que le gusta Itzel y otras que no, valiéndose de esa información ha hecho tal y cual movimiento y ha resultado positivo. En otras deja caer alguna vivencia de la susodicha y posteriormente Efraín confirma. El joven pardo está en lo correcto cada que habla de Itzel y al mayor no le queda más que tomarlo en cuenta.
—No le gusta tu carácter de sumiso, Efraín— Le dice Benjamín sin dirigirle la mirada, echado en la hamaca mientras la lora lo busco para hacer pericadas con él.
—¿Sumiso?— Solo logra repetir el mayo y el otro asiente.
—Correcto. Vas ahí y allá, de un lado a otro, la gente te pide un mandado y lo cumples, te dicen cosas y solo logras verles y ya, a veces te toman el pelo no una, sino dos, tres, cuatro veces o más y ahí le sigues el cuento. Por eso te comentaba tiempo atrás que no sé qué te vio Itzel. Hasta por las calles chismean por ahí, que tú con la falda y ella con el pantalón, que quién es el hombre y quién la mujer.
Efraín no comenta sino que analiza lo dicho por su familiar. Reconoce que por “buena gente” muchos le agarran más de la mano y lo del chisme no le sorprende, ¿qué no chismean en este pueblo? Pero sí puede llegar a entender cómo le llegaría a molestar a Itzel dichos bochinches tras sus espaldas. ¿Será todo esto lo que terminó por incitar a la mujer escribir dicho comentario en la publicación? Porque reconoce publicar esas muestras de afecto no es lo más varonil.
—No le hagas caso— Comenta Luis Ángel, su otro familiar que conoce a Itzel, pero a diferencia de Benjamín fue incapaz de decirle el porqué de dicho comentario —Seguro no fue por eso. . . quizás. Sea que lo fuera, no es eso, seguro. Itzel es como tú, no le echa mente a lo que digan terceros.
—Falso— Replica Benjamín, ahora sí volteando pero para ver a Luis —Es más, pero mucho más lanzada que el altote éste. Que se comedida más por mujer es otra cuestión. Pero entre los cuatro de aquí, a la primera ofensa, ella es la que saltaría.
—Digamos que es cierto, en caso que lo sea ¿por qué comentaría eso?— Le contesta Luis.
El joven simplemente se encoje de hombros con carácter autosuficiente —Simple hartazgo— Añade.
Efraín que no ha intervenido en toda la charla solo ve y analiza y algo de razón pude tener el más joven de la sala, pero entonces ahí entra su interrogante, qué debe hacer para remendar esto —Entonces ¿qué hago?— Dice y los otros dos solo le quedan viendo la cara.
No tienen una respuesta rápida a la pregunta ¿Qué debe hacer el patilargo? Porque a los ojos de al menos Luis es buen partido y no entendería las quejas de Itzel al respecto; para Benjamín es más bien no saber cómo hacerle cambiar de actitud, ser más lanzado, más buscapleitos. Pero rápido se le viene una idea a la cabeza.
—Las reyertas, Efras, úneteles en el juego de espadas, ya sabes, lo que hacen por aquí para defender el honor— Dice Benjamín aludiendo a la esgrima, muy practicadas en los pueblos del interior como resolución de pleitos, y siendo su pueblo ninguna excepción al mismo.
Luis Ángel ve al más joven con cara seria y casi que lo quiere regañar, porque qué clase de solución en esa, pero para horror del hombre Efraín parece haber comprado lo dicho por Benjamín. Luis le pone un mano al hombro para llamarle su atención y cuando cruzan miradas éste mueva la cabeza de un lado a otro y susurra un «no». Efraín es muy responsable, bastante listo y seguro tiene más neuronas que él, por algo les cuida y ha hecho excelente trabajo al respecto, pero lo que Luis no sabe es que el amor es su perdición y dicha materia gris ya ha sido fulminada ante la perspectiva de perder a Itzel.
Sin posibilidad de hacerle recular han buscado quien le enseñe a esgrimir rápidamente porque las fiestas de San Juan se acerca y ahí siempre se hace reyertas a eso de la nueva de la noche.
Pisando monte llegan donde Rodrigo, quien fue participe de estas reyertas hasta que un día estuvo a dos de conocer a San Pedro y desde entonces se dijo que andaba muy joven como para conocer a todos sus familiares del otro lado. Ya un tiempo de eso pero algo se le ha quedado y le enseña esto de moverme, muy importante, y un poco de uso del arma. Cuando se ve más suelto lo manda con el otro ladino, Julio, quien sigue metido en esto y le será de más ayuda. Pero antes de irse le hace un regalo y es que le da un machete peinilla de su propiedad, dándole la precaución que una vez metido en esto está duro que salga sino que lo mire a él, que llega sus buenos años sin participar y aun así lo buscan para estocar e incluso ha tenido que salir huyendo del pueblo una temporada porque no quiere saber nada de eso.
Julio tiene mal genio pero es increíblemente buen maestro y lo versa en el uso y abuso del machete en su mano. Le enseña a torear a su adversario y dar el estoque fulminante. Y Efraín rápido aprende, incluso le hace al hombre bajo sudar un tanto en los entrenamientos, pero éste le dice que tiene buen porvenir y lo remite, muy a su pesar, al jodón de Martín, que junto a su primo es el mejor del área. Y éste lo recibe, no sí antes hacerle bromas y de una ya estaban a duelo porque a Efraín esto ya le está gustando y ve porque es un vicio entre los varones del lugar. Y sí, Martín le enseña bien e incluso lo prueba con diferentes armas, ya no solo machete, que tiene su propia técnica sí, sino con sables o cuchillos largos de diferentes formas.
Así que es en San Juan cuando, por primera vez, se bate a duelo con alguien de la muchachada, no al azar sino con este muchacho Salvador Hugo que en una vuelta llamó maricón a su primo Luis.
__________________
—Dios santo, le hiciste caso a Benjamín— Fue lo que terminó respondiendo Itzel ante el cuento echado por el ladino. Él solo asiente dejándose tratar por la otra que venda heridas e insiste que ir al centro de salud más cercano a verse la tripa.
—Me dijo que no era buen mozo, así que lo intenté emendar.
—Efraín, santo cielo, no le dije que era mal mozo por eso. Le juro por mi abuela que una de las razones de mi amor a ti es justo eso, no estar metido en reyertas; son horribles prácticas si es por buscapleitos. Le dijo mal mozo porque, ya sabes, no me gusta ser el centro de atención y andas muy metido en eso allá la red. Prefiero un amor más escueto ¿sí? Más íntimo, solo tú y yo, sin que otros estén metiendo sus narices.
—Lo siento— Dice Efraín, avergonzado, pero no tiene más que añadir. Ahora lo entiende todo y se quiere pegar un tiro por haber sido tan cabeza hueca.
—Esto lo resolvemos en casa ¿está bien? Los trapos sucios se lavan en casa— Le responde y, aunque aún enojada, le da un pequeño abrazo. Pero rápido vuelve al cabreo dirigiéndose al otro ahí presente —¡Luis, mueve el culo y ayúdame a levantar a Efraín!
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@animeluci-98thpg Vea, intenté hacer el PR x Pmá pero no me salía absolutamente nada más allá que terminaban confesándose que se ponían los cuernos e increpándose de mal polvo, así que tenga algo más sano y que no termine en mal de amores; para variar un poco. 
Todos los personajes que hicieron de maestros a Watemala tienen (o tuvieron) alguna especie de esgrima criolla. Esa es la única nota cultural relevante. 
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Sigo rodando sin rumbo , paso a paso cual vagabundo , nunca aprendí a vivir , jamas entendí este mundo.
Aún no conozco París, aun veo el cielo gris, los más cercano a amsterdam que he estado a sido probando hach1...s.
Aún no puedo emprender el vuelo, sigo gateando, sin rumbo ni duelo, sigo revolcandome en el suelo, por perseguir el sueño casi acabo preso, me salvé , aunque ahora no cargue un peso, extraño viejos tiempos, que pasaron, y el que era yo hace muchos años , se ha marchado, todavía sigo con mi encendedor y mi vieja pipa en el bolsillo, pero detesto el olor a cigarrillo, ya no mendigo cariño , aveces la.soledad golpea pero me.aguanto , aunque no cese la.angustia aunque no cese el llanto, y mis cicatrices me recuerdan a diario que el amar tiene un precio muy alto.
Aprendí a las malas , luego de tantas caídas, ya no volvió la paz ni las sonrisas el tiempo corrió de prisa , se va llevando mi juventud, y aveces ni me importa , soy como un Ángel caído que cojea paso a paso mientras arrastra sus alas rotas.
Planeo con ansias y desdén mi último día, si esque si no me visita antes, yo igual conozco la salida, da igual si por una gran caida o una sobredosis de sustancias prohibidas, mientras tanto sigo resistiendo, probando lo amargo del fracaso, anhelando llegar a la dulce gloria , contando en palabras confusas un poco de mi historia.
Trato de sonreír pero mi mente me lo impide, el corazón roto como cristales, pero aún latiendo sigue, algunos vicios los acarrie a mi presente, me ayudan a soportar la ausencia de paz que me persigue constantemente ,cual cazador a su débil presa, ataca al cuello sin piedad y ya caído me empieza a destrozar.
Aún siento que la herida está abierta y aveces no deja de sangrar, me abraza la pena y me acaricia el vértigo de la existencia, y yo me.muerdo fuertemente los labios y a la vida le pido clemencia.
Tengo muchos defectos ,muchas carencias, los errores del ayer me atormentan, no encuentro un camino por donde transitar, me hallo en el valle sombrío fumando un poco , no dejo de escribir para no volverme loco.
Un sorbo de licor barato, ya no alcanza para el vino, como el pueblo una de puro, ya no corre por mi garganta trago fino, se esfumaron de repente esos aires de grandeza, aterrizar fue duro, poner los pies sobre la tierra , soñando con tener millones , pero acabe en una patrulla con dos detenciones.
El sueño me alivia por horas, aunque a menudo el insomnio me visita y me devora, mis cicatrices cuentan muchas historias y trajines a los que sobreviví, cuanto tuve que luchar para resistir, la soga estuvo muchas veces cerca de mi cuello, mirandome al espejo, respirando mi veneno, aveces quiero volver al pasado y que todo esto solo fuese un maldit..0 sueño.
-Paul T Carrillo.
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elproclamador · 9 months
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Levítico capítulo 13
Vemos en este capítulo como el sacerdote era conocedor de medicina capaz de diagnosticar, el cual estaba instruido por Dios. Al leer esta parte de Levítico podemos notar que la lepra no era una enfermedad cualquiera. Era lo que se llamaba “muerte viviente”. Ante cualquier mancha en el cuerpo de la persona que fuese dudosa, debía ser presentada ante el sacerdote el cual tomaba drásticas medidas. Esto era para cuidar al pueblo de una enfermedad la cual no tenía cura, y podía llegar a ser contagiosa. De hecho, la lepra podía esparcirse no solamente hacia la ropa, sino que también hacia toda la casa (leer Levítico 14.33 – 53). La casa que fuese declarada con lepra por el sacerdote debía ser derribada completamente.
El sacerdote solo podía “mirar” a quién tenía lepra y diagnosticarlo como tal. Contrariamente, Jesús podía “sanar”, como los numerosos ejemplos en los Evangelios que tenemos respecto al tema (Mateo 8.1 – 4; 10.8; 11.5).
No es extraño que Dios actuase de esta manera. Jehová entregó leyes para todo un pueblo, y la lepra era una enfermedad que estaba en la vida del ser humano, la cual merecía un trato especial por la gravedad de esta. Tal era su aspecto de muertos, que eran tratados como tales. Hasta la ropa que podía tener lepra debía ser analizada, y si se declaraba que tenía mancha de lepra, debía ser quemada.
El aspecto de la lepra era terrible. Jehová castigo con lepra en la antigüedad: María, hermana de Aarón (Exodo 12.10 – 12); Giesi (2ª Reyes 5.27); Uzías (2ª Crónicas 26.21). Se compara la lepra con la nieve (Exodo 4.6).
Según lo leído, la lepra tenía las siguiente características: 1. Mancha blanca 2. El pelo en la llaga se volvía blanco y 3. La llaga parecía mas profunda que la carne.
La lepra tenía no solo consecuencias físicas en el afectado, sino que también sociales y afectivas. El leproso debía ser apartado de la ciudad, lejos de sus hijos, familiares y amigos, para vivir una vida junto a otros leprosos (13.46). Por lo tanto, el sacerdote tenía una gran responsabilidad. No podía equivocarse en su diagnóstico, ya que de eso dependía el futuro de la persona posiblemente afectada. Si el sacerdote lo declaraba inmundo, el leproso debía correr por el campamento en señal de duelo gritando “!Inmundo! ¡Inmundo!” (13.45) advirtiendo al pueblo para que no tuviese contacto con el.
El leproso debía reconocer su pecado frente al pueblo y advertir acerca de el. ¡Cuántos pecadores deberían gritar por sí mismo “!Inmundo!”. Cuando pecamos, debemos reconocer que pecamos, de lo cual sería imposible entender la gracia de Dios. Una hermosa enseñanza con respecto al tema la encontramos en Lucas 17.11 – 19. Jesús, yendo hacia Jerusalén, sana a diez leprosos. Al ser limpiados, les ordena que se presenten al sacerdote según la ley (lo que veremos en el capítulo 14). Jesús se acerca al leproso para sanarlo. Nosotros, cuando estamos en el pecado, nuestra alma tiene lepra, y necesitamos de la limpieza de Dios. Cuando el israelita tenía lepra, era inmundo. Cuando pecamos, somos considerados inmundos, y eso no es de extrañarse. Cristo quiere que seamos limpios de la lepra. Espero que seamos agradecidos de haber adquirido esta limpieza y no nos olvidemos nunca lo que Cristo hizo por nosotros (Lucas 17. 17 – 19)
Por: Jeff Michell
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resistenciaotredaria · 10 months
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Magnificent Seven
La película “Los 7 Magníficos” esta situada en un contexto americano, cerca del siglo XX, una época en la que se pueden demostrar múltiples formas de “minorías” en la sociedad de ese momento al ser un país demasiado fracturado geológica y políticamente hablando. Sin embargo todas “buscan el bien común” aquí es donde empieza la otredad, pero más adelante hablaremos de ello, ya que primero tenemos que ver a cada una de esas minorías, más bien puestas como diferencias propuestas o las otredades  son vistas en los personajes principales, tanto en solitario como en conjunto, de los cuales hablaremos a continuación.
El Sheriff Chisolm: Todavía llegaba a ser extraño y a veces malo ver a un negro en los Estados Unidos, y además de eso, que sea un alguacil honesto y justo, algo muy poco visto debido el régimen delictivo que existía, queriendo ser eliminado por eso.
Josh Faraday: Vaquero carismático y bromista, aparte de tramposo, algo muy mal visto en la película, los engaños y trampas volvían a Faraday diferente a los demás, siendo atacado y respetado por otros apostadores del pueblo.
Goody Robicheaux: Un vaquero con años de gloria excepcionales que, a pesar de un gran pasado, al momento de la historia no puede entrar un duelo, quedando como un hombre cobarde y mal visto por aquellos que lo notan, Chisolm, por ejemplo.
Billy Rocks: Un inmigrante asiático que queda endeudado con Goody, su etnia es lo que mas destaca de este personaje, generando una diferencia nativa con los otros. Esto mismo provocaba que la gente quisiera entrar en duelos con él, pues no lo creían tan bueno para ser vaquero
Vásquez: Un hombre mexicano buscado por la ley, vivo o muerto. Ser un convicto le genera un desprecio y rechazo directo por la sociedad, lo cual es visto cuando lo reclutan.
Jack Horne: Un extremista religioso, visto a lo largo de la película con el hombre que siempre hablaba de Dios. A pesar de ser común la religión en aquel contexto, Horne era mal visto incluso por algunos Magníficos, llegando a hacerle burlas sobre sus creencias y lecturas sobre frases de la Biblia que recitaba.
Red Harvest: Un indio completamente exiliado de todo grupo social, los blancos no lo quieren por ser un indio, y su tribu lo expulsa debido a que siguió un camino diferente a ellos, siendo este el hombre más diferente de todos.
Emma: La chica que sale a buscar a los magníficos también entra en la lista por como esta escrito su personaje, alguien fuerte e independiente, no muy común en las mujeres en esos tiempos, llegando a levantarse en armas para defender a su pueblo.
Todos estos personajes a pesar de sus diferencias puestas en escena deciden juntarse y formar un grupo, estas mismas excentricidades generan una gran amistad entre ellos, llegando a formar la otredad de la cinta: aquellos que buscan el bien común.
Sin embargo, este grupo no es el único existente, dentro de la narrativa existe un grupo adversario impuesto por Bogue el antagonista, un grupo de mafiosos que buscan tierras con recursos para adueñárselas, siendo esta la segunda otredad mayor y la causante de la premisa principal: el bien común contra el abuso autoritario.
A lo largo de la película, podemos ver los deseos de ambos bandos, completamente validos desde su propia perspectiva, el deseo de obtener los recursos para obtener mas poder quitando cualquier obstáculo en el camino, y el deseo de traer paz a una tierra aterrorizada, quitando al enemigo que los tiene atormentados. ¿Cómo elegir cual otredad seguir? Nuestros seguimientos éticos nos hacen seguir el camino del bien, incluso con estas películas, nos hacen remarcar la idea del bien y el mal, no solo con la historia, si no con diferentes tecnicismos puestos en escena. Cada escena sobre los mafiosos suele ser demasiado sombría, con tonalidades mas oscuras a diferencia de los magníficos, con colores más cálidos e incluso vibrantes.
Además de esto, se pueden observar el choque de ambos grupos con otros recursos; cuando se aprecia quien tiene el poder, quien tiene el mayor tamaño en pantalla es mostrado como el poderoso como cuando aparecen los magníficos rodeados por los mafiosos, o cuando están por entrar al pueblo Bogue y sus secuaces, se ven grandes a comparación del pueblo. También esta el recurso sonoro, la ausencia de sonido nos denota que algo no esta bien en pantalla, cada aparición de Bogue e incluso las muertes de los magníficos tienen un ambiente sonoro menor, mostrando siempre esta batalla del bien y el mal.
¿Hay un deseo de eliminar la otredad? Cada equipo tiene sus obstáculos, el equipo contrario, son aquello que se interpone entre su objetivo, sin embargo, hay una diferencia muy clara entre ambas otredades, los magníficos estaban dispuestos a perdonar a los mafiosos, solo quería que se retiraran. Uno pensaría que el agente Chisolm haría caso a sus deseos 6de venganza por su familia que estipula en el desenlace, pero no es así, solamente le pide a Bogue que se arrepienta de lo que hizo. Esta escena a nuestro parecer denota la mayor diferencia en este conflicto de otredades morales: el mal es el único que tiene el deseo de eliminar la otredad, el bien no tiene ese deseo, quiere coexistir con ella, a menos de que se vean amenazados.
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Hijos del este
El libro perdido
Capítulo 4: Mirlo para una decisión
Desde que el emisario recorrió los pueblos más cercanos de la frontera, la noticia de que los salvajes nómadas han regresado, se riega como pólvora por toda la región, y todas las gobernaciones del oeste se preparar para defender sus tiernas incluso antes de que la noticia llegue a la capital. Sin embargo, ninguna torre de vigilancia encendió las antorchas de guerra para corroborar la amenaza y cuando los primeros soldados de refuerzo llegan a las barracas de la frontera Oeste, fueron recibidos por una lluvia de flechas.
Por el sur los cuervos vuelan en círculos en torno a las torres de vigilancia luego de que miles marchara hacia los páramos, unidos en torno al llamado de conquista de Mitsuki Bakugou, la nueva Gran Khan.
Y en el bosque, un grupo de 6 nómadas se resguarda luego de pasar 2 semanas infiltrados entre los dagobenses, vestidos como viajeros. Son parte de lo que se conoce como los grupos de avanzada. Una táctica de guerra usada cuando el enemigo es numeroso, o tiene ventaja sobre el terreno. En términos simples, los nómadas envían grupos pequeños en distintos poblados para atacar o causar disturbios. Su fin no es otro que distraer al enemigo de la verdadera ruta por donde pasara un ejército todavía mayor.
Este grupo va contando su propia historia. Una plagada de victorias desde que se unieran como manada, bajo el mando de un poderoso descendiente de los nómades del este. Tiene el cabello rubio cenizo y ojos rojos como la sangre, y en su cuerpo porta más de 100 nudos tatuados, que simbolizan todas sus victorias entre batallas y duelos.
En medio de la penumbra descansa junto al fuego. En su mano sostiene la espada que heredó de su padre al cumplir la mayoría de edad y el emblema de los pueblos nómadas del sur. En la insignia, el dragón que representa a todos los nómadas, yace dormido dentro de un sol dorado coronado por 3 flamas que simbolizan la libertad, por el reverso están escritos los nombres de los ocho líderes alfa que han regido sobre los hijos de dios Erlik Khan Tngri o los hijos del rigor sur, incluyendo al actual, Mirio Togata el discípulo de Yagi. 
En sus manos el peso de ese emblema duele. Representa la alianza pactada, es poder, reconocimiento, un honor a su casa, pero también es responsabilidad, servicio y un golpe de realidad. Todavía le resulta amargo recordar la batalla, antes de establecer el acuerdo con Mirio, porque fue un empate casi piadoso. Nunca su espada flaqueó ante la fuerza de otro alfa, hasta su batalla con el Khan, cuando un golpe insospechadamente brutal suelta la empuñadura haciendo que la hoja vuele metros tras su espalda. Por poco ese desliz le cuesta la vida, además de la vergüenza de contar con una cicatriz a medio cerrar en el hombro. 
Sin embargo, lo cierto es que de haber sido fácil también habría estado molesto. Según dicen las leyendas Erlik Khan Tngri es alfa y desciende directo de Aodht, el único dios al que sirven los nómades, y de su sangre han nacido los guerreros más formidables, cómo la implacable Tomoe, Nana la virtuosa y Toshinori el pacificador.  
La suya, en cambio, proviene de Etüken, la primogénita omega del dios, cuyas historias están perdidas desde hace 500 años y más. Quien fue y que honores tenía nadie lo recuerda, a excepción del origen de las 13 lanzas con que es representada. Su ascendencia divina es, para él, Katsuki Bakugo, un orgullo, pero su casa ha vivido opacada por la sombra de la ignorancia y las consecuencias contra la traición del imperio dagobense en la guerra del exterminio del año 500.
Hoy tras tantos siglos desde el incidente, su casa regresa tras lograr el Gran Kanato por primera vez en mucho tiempo, con una estrategia implacable para recuperar la antigua capital sagrada izando un estandarte que porta un dragón de agua dentro de una rueda de nudos esvásticos. Sobre su lomo las trece verdades de la naturaleza animal, son representadas por lanzas flameantes que están ensartadas en su espalda, cómo símbolo del luto por la guerra del exterminio. 
El peso de estas historias lo mantienen despierto mientras los demás duermen alrededor del fuego, o eso les ha dicho a sus hombres, pero eso no es lo único que lo inquieta para esas alturas.
De pronto, el deber se cuestiona en su corazón cuando guarda el emblema de los nómadas del sur y en su lugar extrae un pañuelo de lino. Es una prenda sencilla, práctica, que no debería estar en el bosque, impregnado con una esencia única. Es un aroma dulce, sin duda alguna pertenece a un omega, pero en sus 21 años de vida nunca conoció un aroma que no fuera frutal o floral. En cambio, este era penetrante de una forma diferente, es picante y refrescante, dulce sin ser empalagoso. Las feromonas cuentan una historia sobre deberes, la expectación y emoción por algo, miedo. Vigoriza su instinto alfa con oleadas de energía, a veces erótica, y en otros momentos es desafiante, como si la personalidad del dueño estuviera impresa en el aroma de alguna forma.
¿Pero qué posibilidad tiene de encontrar al dueño de esa esencia?
Con toda certeza lo hará si se lo propone, el pañuelo habría perdido el olor de haber pasado mucho tiempo desde que su portador lo perdió. Pero su madre lo necesita con ella al frente de la batalla liderando sus hombres para reclamar justicia por su pueblo masacrado en la guerra del exterminio. Así que deja pasar las horas mientras mata sus ansias y espera que termine su guardia.
La mañana todavía no cruzaba esos parajes cuando Katsuki despertó por el canto de un ave. Ella revolotea muy cerca de su cabeza, dando saltos en la tierra. Entonces, se levanta adormilado para ahuyentar el extraño animal, pero cuando lo hace cae en cuenta de que Sero está profundamente dormido, descuidando su guardia.
La ira se hincha y amenaza con explotar todo, o más bien, va a cortarle el cuello, pero el pájaro se interpone. De pronto vuela directo hacia él y se posa en la espada observando su reflejo en la hoja. El gesto lo toma por sorpresa, al punto que olvida la grave falta de Sero y en su lugar dirige la hoja de la cimitarra hacia él esperando que el ave huya, pero ésta apenas se mueve, en cambio, parece tan intrigada cómo él o más bien expectante. 
- Si no fueras tan pequeño, te ensartaría... - dice el alfa sonriendo ante el claro desafío del animal, más la magia se pierde cuando el mirlo salta lejos de él. Katsuki gruñe y enseguida regresa sobre sus pasos para despertar de una patada a Sero, pero su pierna queda detenida en el aire cuando el ruido de un aleteo le advierte el regreso del pájaro. Katsuki se da vuelta para encarar a la pequeña mierda que está tentando su suerte, sin embargo, no es uno, sino tres pequeños hijos de puta, mirándolo con ojos espectrales.
- Que mierda ¿me van a sacar los ojos? Quiero ver que lo intenten. -susurra con la mirada estrecha.
Pero las aves solo observan, hasta que Katsuki camina hacia ellas para ahuyentarlas. Cuando logra alcanzarlas, ellas caminan o saltan pocos metros, luego esperan.
Lentamente guarda la espada, contrariado prueba de nuevo, y obtiene el mismo resultado. El las sigue y ellas continúan una a una caminando por los pocos espacios en que la luz escaza del amanecer penetra las copas de los árboles. A veces incluso danzan en el aire, formando figuras elegantes en la oscuridad, hipnotizando sus sentidos y liberando su instinto.
Al poco tiempo Katsuki comprende que ya no puede regresar por sus propios pies y acaba ascendiendo por la ladera del monte, entre socavones, raíces y un claro tapizado por hierba áspera. Ahí puede notar el alba que comienza a nacer, pero las sombras logran ocultar a los mirlos al punto de dudar sobre su existencia, más los oye en todas partes, entonando canticos en la oscuridad, a un ritmo pausado y nostálgico que le recuerdan a las melodías entonadas en los altares alzados por los muertos de la antigua ciudad de Zenuara.
Lentamente ellos adormecen su humanidad, mientras el instinto merodea rincones de su mente que hace tiempo no ha cedido. Su alfa despierta, se inspira al tiempo que sus pies son empujados lejos del claro, hacia la oscuridad de los árboles.
Su cuerpo entonces reacciona, dominado por un golpe de energía súbito que lo inviste de coraje y decisión, cuando comprende que ha sido elegido por una de las naturalezas animales. Sin importar nada, aceptará la verdad que desean mostrar los espíritus Tangri encarnados a través de los Mirlos.
Ni siquiera tiene buscarlos cuando la primera señal verdadera llega, no en los árboles ni en las voces de las aves que lo rodean sino en el suelo, donde va apareciendo un camino de manzanas rotas. Una incluso estaba mordida. Inmediatamente su corazón late de emoción, su alfa se agita en respuesta y se adelanta a su razonamiento, despertando su sus reflejos de cazador. Pronto encuentra las huellas de pisadas pequeñas, los cascos de un caballo y el olor característico de un omega. El mismo que dejo caer su pañuelo.
Antes de darse cuenta ya está siguiendo las pocas huellas que haya por el piso y solo por la profundidad y vueltas que dieron para abandonar el lugar, sabe huían a mitad de la noche. Más cuando el viento se agita en su contra, libera una pesada carga de feromonas con la certeza de que su guardia captará el mensaje inmediatamente.
El primero en llegar es Kirishima, un alfa de cabello rojo y dientes afilados. Lo alcanza corriendo, empuñando la espada, pero se calma al ver a su amigo solo y sin ningún rasguño.
-¿Bakugou, qué está pasando?
-Lo encontré…- susurra cuando capta el espeso olor de su omega bajo el manzano, luego se da vuelta hacia Kirishima, su mente activa y la sonrisa casi viciosa - Alguien sabe que estamos aquí, tenemos que atraparlo antes de que delate nuestra posición. Así que tengo órdenes, dile a Kyoka que se adelante al río hacia las deltas, Tokoyami, quiero que Ojiro la siga y le entregue el mensaje mi madre y el reporte. Al imbécil de Sero, dile que si quiere seguir viviendo será mejor que me alcance con mi caballo.
- No, yo te alcanzaré con los caballos, soy tu hermano y escudo. -dicho esto Kirishima se va r��pido de regreso al campamento impávido ante la ola de insultos que Katsuki dice tras su espalda, en el fondo sabe que no está enojado, además jamás dejará de cubrir su espalda así esto le signifique la muerte.
Katsuki emprende marcha otra vez, siguiendo el rastro del omega, pero el monte tiene tantos accidentes en su relieve que seguir los pasos que dio su presa es difícil sino imposible a caballo, así que el continua a pie mientras Kirishima sigue sus feromonas y aguarda órdenes mientras encuentra una ruta por la que los caballos si puedan pasar.
El rubio se da cuenta de que el omega intenta llegar el valle boscoso y sin perder más tiempo, ayuda a los demás a bajar hasta una sección donde las flores y musgo abundan. Ahí el olor del omega se camufla al punto que casi no puede distinguir las feromonas humanas del olor a menta fresca que crece como parte de la flora natural.
Entonces da nuevas órdenes a todos con lo cual se dispersan, pero cuando se da la vuelta ahí está Kirishima que sonríe leal, listo para seguirlo. Casi se muerde cuando suelta una amenaza para que lo deje solo, pero por su puesto Kirishima no solo no se va, sino que se concentra en cada cosa que hace Bakugo. Nunca lo vio tan ansioso por algo, ni siquiera cuando la batalla de dominancia se torció en su contra. Sin embargo, hasta el momento Eijiro no ha hecho preguntas ni se atreve a saber por qué están buscando un fantasma. Para él, el omega ya escapó.
-Hermano
-Qué. – contesta Bakugo mientras olisquea otra vez el aire, avanzado unos metros al azar. Las feromonas omegas son más fuertes ahora, pero a ratos es cómo si se hubiera dividido en dos. - solo dilo maldición.
- No creo que debamos estar haciendo esto, Togata está a pocos días de aquí.
- ¿Crees que no lo sé?
Kirishima suspira un poco apesadumbrado- Bakugo no quiero contradecirte, pero todo esto es extraño, no debería haber nadie por estos lugares, la gente le teme al bosque y no hay caminos aquí. Además, es omega, los omegas dagobenses no viajan solos jamás.
- Por eso tengo que encontrarlo... Mierda, no puedo explicar por qué, pero debo encontrarlo. Es la segunda vez que nuestros caminos se encuentran gracias a un mirlo
- Espera ¿crees que es una señal de Tngri?
- No idiota, estoy seguro. – se queja, harto del golpe de sensatez de Kirishima, porque cuando pasa, le avienta pregunta molesta tras pregunta idiota. -Sólo lo voy a decir esta vez, no tengo ni puta idea del por qué, pero mi sangre me dice que lo encuentre. Por eso necesito que hagas lo que digo. 
- Que estás pensando
Katsuki está a punto de golpearlo, pero se contiene porque lo va a necesitar. - Estoy pensando en que no sé a dónde fue, pero si sigo perdiendo el maldito tiempo contigo, perderé el rastro de olor y al omega. – gruñe amenazante, dando largas zancadas
Pero Kirishima nunca ha sido diligente- ¿Crees que oculta su olor? Los dagobenses no hacen eso
Katsuki entorna los ojos frustrados, pero igual le confirma sus suposiciones. - De hecho, es imposible porque aquí no tienen piel de Manul. El maldito dejó marcas de olor en distintas zonas para confundirnos, pero hace falta más tiempo del que le dimos... 
- ¿Entonces?
- Creo que obligó al puto caballo a irse sólo, pero no tengo idea de cómo mierda hizo eso, los caballos no se alejan de sus amos por demasiado tiempo. Es un omega listo, maldición.
Kirishima entonces sonrió para ocultar su curiosidad. Si no lo conociera tan bien cómo lo hace, pensaría que Katsuki tiene cierto interés sexual por el omega.
-  Sigue esa dirección hasta que dejes de sentir el olor o hasta que encuentres el caballo. 
- Hermano no puedo dejarte sólo, no sabemos con quién va. 
¿Eres tonto? ¿Crees que voy a dejar que me maten? 
-No. Pero aun así no quiero pensar en lo que me hará Mitsuki una vez se entere de esto. - dice porque de alguna forma, esa mujer siempre sabe todo y no le hará gracia saber que Katsuki se distrajo por culpa de un omega, incluso si parte del punto de esta guerra son ellos.
Katsuki entorna los ojos, porque, aunque sigue siendo parte del clan, ya son una manada independiente - Imbécil, antes tendríamos que contarle. Si no encuentras el caballo pronto busca a Kyoka en el rio. Yo haré lo mismo- miente pues ha decidido que no volverá hasta regresar con su puto premio. 
- ¿Y por qué tú vas por allá y no por acá?, ahí el olor es aún menos fuerte. 
Katsuki entonces esbozo una sonrisa belicosa -porqué quiero que me guste más.
Luego monta su caballo y se va dispuesto a capturar a su presa.
Tiene que dar varias vueltas por el terreno, detenerse para mirar las huellas esporádicas que encuentra en la tierra para confirmar que está siguiendo la pista correcta, pero, aunque al principio había dos de ellos, una desaparece abruptamente. Lo siguiente que descubre son rastros de hierbas prensadas en lugares poco visibles, probablemente para para camuflar su olor. Hasta ahí casi no tiene que bajarse del caballo para seguir el rastro, pero cuando el rumor de las aguas del río sobrepasa el sonido de los cascos de su caballo sabe que ya no puede usarlo más o lo alertará.
Una vez que alcanza la rivera, se da cuenta de que hay casi dos metros de tierra tapizada en piedras, en consecuencia, las huellas desaparecen junto al olor. Transcurren horas antes de que pueda distinguir la dirección que siguió, sobre todo porque primero asumió que huiría contra la corriente, buscando acercarse al fuerte, sin embargo, de no ser tan impaciente, habría adivinado que lo más sensato era cruzar el río al sur donde aumentan los deltas y la fuerza es menor.
Para estas alturas, tiene que admitir que está cansado y hambriento, más se niega a aceptar la derrota. Por un momento piensa en regresar al bosque, pero entonces encuentra la primera señal que comprueba que el omega estaba cerca. Aun mejor, el omega comete más y más errores a lo largo del río, en un signo indiscutible de desesperación. Pero muy probablemente el juego no hace más que comenzar, puesto que el mismo día que aprendió a cazar, también comprendió que un animal acorralado es peligroso.
Sus pies avanzan de largas zancas siguiendo las pequeñas pistas.  No puede ver al omega incluso en la rivera, pero como está demasiado expuesto decide regresar hacia el follaje donde puede camuflarse mejor. Entonces, sus pies trotan sobre la tierra, corren y serpetean entre los obstáculos, hasta que puede ver la figura de una persona en el rio.
Cuando le da alcance, el chico está mirando a todos lados, pero no se percata de su presencia. Katsuki conoce esa postura y la mirada de ciervo, signo de que el miedo a un peligro desconocido lo está dominando. Su instinto sabe que alguien lo está cazando.  
Sin embargo, es joven, tiene el cabello verde oscuro, la piel nívea besada por el sol en un mar de manchas oscuras y pequeñas desperdigadas sobre sus mejillas, y aun detrás de la ropa puede notar sus caderas anchas e intuir lo fuertes que son sus piernas, o no habría llegado tan lejos de no ser así. Es un omega conectado a la tierra en toda regla. Uno que puede tener. Entonces salta frente a él cuando le ve hacer la cosa más estúpida del día. Intentar cruzar el río a esa distancia.
Katsuki sonríe victorioso cuando encuentra su mirada aterrada, tan brillante que casi se pierde en el verde de sus ojos. Incluso a esa distancia puede decir que su olor es dulce a pesar de las pequeñas notas agrias de ansiedad y miedo, de hecho, es incluso mejor y más envolvente ahora que puede sentirlo desde su fuente.
Por un instante, que se siente como un siglo, la mirada del omega se nubla con la bruma de algo remoto mientras sus labios se separan suavemente. Katsuki admira en detalle cada arco de emoción reflejada en su rostro, al tiempo que toma conciencia del flujo de aire frío que entra a sus propios pulmones junto al pulso que retumba en sus oídos, una emoción tibia revolotea en su vientre, parecido al que siente cuando el licor de airag caliente lo embriaga en invierno.
Me diste trabajo…- dice sin quitarle los ojos de encima. El omega tiembla ante el tono de su voz pero retrocede, aún si apenas puede avanzar por el estrecho espacio. Katsuki toma su espada y la deja en el piso suavemente, sus movimientos medidos y cuidados mientras evitar perder el contacto con el omega asustado. Luego alza las manos desnudas para demostrar que no quiere herirlo.
No seas idiota…- advierte al notar como el tronco se hunde con el peso de ellos. – el tronco no te ayudará a cruzar – le dice con franqueza, pero el omega ni siquiera se detiene a sopesar su advertencia y en su lugar pregunta:
¿Quién eres? – su tono es demandante, pero su cuerpo lo traicióna. Katsuki no pierde detalles, en especial el ligero temblor en su cuerpo ni como sus labios están oscurecidos por el frío y el agotamiento. Entonces una sonrisa irónica se forma en rostro de Katsuki porque, a su presa ya no le queda muchas más fuerzas para defenderse y además, esa no era la pregunta correcta.
Soy Katsuki Bakugo, hijo de Mitsuki, líder y alfa de los pueblos nómades del este. – le dice elevando la barbilla con orgullo al tiempo abre los brazos. Los ojos de Izuku se abren al tiempo que todo su cuerpo se tensa ante la revelación y Katsuki se prepara para que se paralice de miedo, presa de su instinto omega sin dominar, pero en cambio, el dagobense retrocede un paso.
No tenemos nada de valor. - insiste negando con la cabeza, los ojos llorosos, pero todavía alertas.
La sonrisa de Katsuki cae un momento, aunque el otro no lo nota. Entonces niega con un gesto de la cabeza. Porque ¿Qué podrá querer del mocoso que se aferra su falda o de un dagobense traidor? Nada ¿Pero de un omega joven y sano? Bastante, sin embargo, antes de poder contestar el niño que trae en brazos se queja.
¿Quién es? – dice percatándose del gesto demasiado protector. No le gusta eso, aunque no sabe por qué.
Nadie. Déjanos en paz. - ordena Izuku fingiendo ser más valiente de lo que se siente.
Ja, tú no tienes a donde ir Deku
E Izuku sabe que es cierto, pero no va a confirmárselo. En cambio, frunce los labios para contener las ganas de jadear por aire, luego afianza el cuerpo de su hermano contra él.
- Déjame ayudarte- le dice Katsuki mientras piensa en los pocos metros que los separan.
El omega niega, pero sus ojos están aguándose. Su pecho se aprieta a medida se siente cada vez más acorralado.
Kota promete que no te soltaras de mí…- dice mirando el rostro asustado de su hermano y el alfa aprovecha esa distracción para subir al tronco- ¡Aléjate! – grita Izuku tomando con fuerza los hombros de Kota que esta rígido contra sus piernas.
Katsuki mira un instante el río tras ellos, la corriente siempre mentirosa no les permitirá llegar del otro lado. Él tiene experiencia con caídas desastrosas al agua. – No seas imbécil y piensa un poco, estas cansado, el rio te arrastrará antes de que llegues al otro lado o puede que logres llegar, pero no con el mocoso. Créeme. No vale el riesgo. - dice firme, pero sus promesas son palabras vacías para alguien cómo Izuku, al que ya no le queda casi nada por perder.
Katsuki nota el brillo extraño en la mirada del otro y por pura inercia se acerca, pensando que va a saltar, pero el omega saca una daga. El alfa ríe con sorna, sin preocuparse por el juguete en las manos del otro, su postura no es la correcta y esa forma de sostener el mango es una vergüenza- Te lo advertí idiota- susurra. entonces se abalanza hacia el omega para quitarle la daga, pero el chico no lo ataca con la daga sino que le lanza una piedra directo a la cabeza.
Maldita sea, imbécil- gruñe el rubio con una mano en la frente, pero el omega ya está tomando al niño en sus brazos para luego correr hacia el río.
No quiere escuchar que le digan si puede hacerlo no. Esto es lo que tiene que hacer, esto es lo único que ha hecho siempre. Tampoco tiene otra salida o el salvaje los matará de todas formas. Entonces salta con todas sus fuerzas, su cuerpo se eleva en el aire, pero un aguijón con forma de flecha atraviesa su hombro con fuerza. El impacto es tal que su cuerpo es empujado de atrás.
Katsuki corre detrás de ellos y los atrapa antes de que caigan al agua. Luego los protege usando toda su fuerza para ponerlos a resguardo de vuelta a la orilla. Allí los deja caer, empuña el arma mirando hacia la sombra de los árboles, asumiendo que llegarán más enemigos, pero se calma cuando Kyoka aparece desde las sombras.
¡Perra estúpida! Si muere te asesinare empalada.
De nada Bakugo- dice la chica para luego silbar, llamando un caballo que trota hacia ella tras escucharla.
Izuku jadea de dolor y horror al ver el astil de una flecha sobresalir de su hombro. La sangre brota oscura en un flujo constante. Kota llora mientras mueve sus manos sin saber que hacer, pero cuando el alfa regresa a ellos, toma una piedra temblando. Izuku jadea entre lágrimas aterrado mientras intenta arrastrarse lejos del alfa, pero su cuerpo de pronto se siente entumecido.
El mayor, observa el pobre intento por escapar de él. Luego deja la espada en el suelo unos metros más allá para regresar a pasos lentos y pausados.
Izuku siente la ira por no poder levantarse mientras el dolor recorre todo su pecho y brazo. Kota se pone por delante de él, a pesar del terror y le gruñe al alfa cuando está cerca de Izuku, las lágrimas acumulándose en sus ojos. El alfa sonríe con sorna, el niño es una maldita molestia. Si quisiera, solo tendría que usar las manos para matarlo. El desafío a un alfa adulto no es solo estúpido sino una petición de muerte, pero por esta vez podría simplemente romperle un brazo para enseñarle su lugar.  
Izuku se da cuenta del peligro y se levanta, interponiéndose entre el alfa y su Kota, luego arranca la flecha y la empuña para defenderse- ¡ Kota! ¡Sal de aquí!
Katsuki se sorprende, algo semejante a la duda se anida en su mente tras ver la reacción desesperada por proteger un simple niño. En sus 20 años ha tenido suficiente tiempo para decidir cómo quiere ascender al liderazgo de su gente o con quien, por eso ahora necesita saber porque el espírito Tngri unió sus caminos. Y el niño no pinta nada en la imagen que tiene de su futuro.
El mocoso por su puesto, se desespera, y de todas formas pasa por un lado del omega para pelear contra katsuki. El alfa, centra sus ojos devuelta al mocoso enojado, lo intercepta con una mano sola mano, agarrándolo de las solapas mientras lo eleva en el aire antes de lanzarlo en dirección al bosque.
¡No!- Izuku jadea e intenta escapar, pero una mano áspera lo sostiene firmemente.
La mirada en el hombre refleja ira y peligro ciego, pero su cuerpo se mueve de forma casi automática. Empuña la mano para golpearlo mientras tira para soltarse, Katsuki aprovecha de empujar el brazo hacia atrás de forma dolorsa, le quita la punta de flecha, y lo empuja devuelta al piso. Ahí lo retiene usando todo su peso mientras la sangre se expande poco a poco a través de la ropa.
Ante la vista, Katsuki maldice a kyoka por inmiscuirse en un susurro, luego busca algo para presionar la herida y en su breve distracción Izuku logra rasguñarle los brazos mientras intenta patearlo. Katsuki esta vez se enoja de verdad. Tira de los brazos del omega hacia abajo para forzar un abrazo, entonces lo retiene cerca de su cuello donde puede impregnarlo con sus feromonas dominantes, pero esto tampoco funciona. La reacción del pequeño idiota es incluso peor, ahora tiene un omega aterrado usando toda su fuerza para librarse de su abrazo, patea, se remueve, grita y llora contra su pecho, hasta que lo muerde.
Maldita sea, ¡Quedate Quieto!- brama usando la voz apartándose del chico.
Las pupilas de izuku se abren y cierran abruptamente ante la orden, mientras respira las feromonas del alfa. De pronto, una presión abrumadora se abre paso dentro de su cabeza aturdiendo sus sentidos al tiempo que su mente se parte en dos. Y es como haber salido lejos de su cuerpo. Cada musculo se tensa ante la incapacidad de articular un solo movimiento, de pronto, puede sentir como los impulsos nerviosos suben y bajan por su cuerpo llenándolo de una frustración fría.
Es una respuesta tan severa, que incluso el alfa nota que no es normal, sospechando que quizás esa es la primera vez que alguien la usa en él, pero el tiempo apremia cuando debe atender una herida activa.
Rápidamente sigue buscando algo para hacer presión, encontrando el pañuelo de lino. Tendrá que servir por el momento.
Izuku llora en silencio con la cara roja debido a la presión del llanto y el inmenso mar de emociones que luchan por purgarse a pesar de la orden del alfa. De su boca solo pueden salir sonidos guturales y oírse sin poder ver qué pasa a su alrededor o a Kota, lo desespera de una forma espantosa. Le duele el pecho por la humillación, su cabeza parece que quiere explotar mientras la vista que tiene delante se vuelve borrosa con puntos negros.
El alfa vuelve a liberar otra carga de feromonas para atraer la atención de sus hombres, piensa que su manada debería estar cerca de ahí, así que los busca más allá del follaje que rodea la ribera del río sin poder encontrar a nadie, excepto el cuerpo del niño imbécil, que está de rodillas mostrando su cuello, los ojos rojos en los bordes, con la boca abierta enseñando los dientes de leche patéticos en un vano intento por luchar contra la voz Alfa.
Katsuki, maldice a los dos por lo bajo y lanza otra llamada silenciosa, pero ahora duda de que su manada esté tan cerca como Kyoka hizo parecer. Al final se las ingenia para llevarse a los dos con él.
Por el camino, no le sorprende que el primero en encontrarlo es Kirishima. Llega empuñando la espada, listo para pelear al sentir la presencia de los extraños, pero cuando ve a Katsuki con un omega colgando de su hombro y un niño en el otro brazo, la guarda.
¿Quiénes son?
El omega que seguimos, pero la estúpida de Kyoka le disparó. - tras eso, Kirishima busca a la mujer con la vista, pero ni siquiera puede sentir su olor.
¡La mataste por ese omega!
No me dio el placer
¡Entonces está herida!
¡No, imbécil! Se fue y me dejó con estos dos.
El chico pelirrojo sonríe aliviado y se adelanta para pedir ayuda ruidosamente. En respuesta, una alfa de cabello rosado y ojos amarillos llega corriendo. Katsuki le entrega al niño y la sigue hacia el lugar donde todos estaban esperándolo. Ahí recuesta al omega en el suelo, luego se deja caer a un lado, bastante cansado, pero aunque echarse a descansar, ya no les quedan tantas horas de luz.
A su alrededor todos comienzan a ayudar sin esperar órdenes. Sero rápidamente le ofrece un riñón con agua, Mina arrodilla a un lado del omega, se quita un pañuelo del cuello y lo usa para presionar encima del trapo que ya está empapado con sangre, mientras tanto Kyoka, totalmente ajena al alboroto de los demás corta fruta con una cuchilla y las arroja a un cueco de madera.
- Mina, sostenlo bien. -ordena Bakugo mientras busca entre sus cosas algo más que pueda usar para curar al omega.
- No hace falta, se desmayó. -le advierte ella. - ¿Qué paso?
- Kyoka le disparó una flecha, eso paso.
- amiga, el flechazo no es literal. -bromea, pero Bakugo aprieta la mandíbula sin sentir una pizca de gracia.
- Uh, sigue sangrando. - avisa ella al tiempo que kirishima le entrega un ungüento cauterizante
- Tks. Carajo – se queja Katsuki con los dientes apretados- Guárdalo, el calor será más rápido - ordena mientras toma una daga pequeña para colocarla contra sus palmas.
Metros más allá Kota despierta adolorido por todas partes, incluso las encías en su boca arden, pero mientras hace esfuerzos enormes para moverse y orientarse, se da cuenta de que tiene la cabeza sobre las piernas de un hombre con melena negra, ojos oscuros y profundos, con la nariz aguileña. Asustado, intenta alejarse de él usando las piernas que es lo más fuerte que tiene. El hombre sonríe con calma y lo mantiene en su lugar para luego descubrir las glándulas de olor de sus muñecas e impregnarlo con feromonas calmantes de leche. Los ojos se Kota se abren con sorpresa, algo semejante a la aprensión y vergüenza lo embarga: esta es la primera vez que un omega que no es Izuku usa esas feromonas con él, e incluso Izuku nunca lo hace frente a otras personas, sólo una vez paso y Izuku fue reprendido por ello.
Los demás siguen en lo suyo, Mina abandona a los muchachos y decide que será más útil ayudando a calmar al niño, acariciando las manos de Kota pero el niño desvía la mirada y comienza a llorar en silencio. Tokoyami niega con la cabeza, conoce bien a los niños con el temperamento de este cachorro, sólo confiará en su familia, y no se rendirá fácilmente a ellos, además, puede adivinar lo mucho que necesita saber quién es. Entonces, se acerca a su oído para decirlo- Me llamo Tokoyami y ella es Mina -luego toma una chaqueta para cubrir sus oídos- No te preocupes, el estará bien. -agrega mientras los distrae de lo que sucederá ahora que Bakugo terminó de calentar la cuchilla al rojo vivo con sus manos.
En cuanto la hoja toca la piel, el omega despierta gritando y removiéndose por el dolor atroz en su hombro. Tras él, Sero lo sostiene de los brazos con firmeza para impedir que se mueva de más.
-¡Basta!... ¡Detente!
-Aguanta - ordena Katsuki sacando el cuchillo de la herida mientras arruga la nariz por el olor a carne quemada y las feromonas ácidas del omega. - no dejaba de sangrar...-dice, aunque no entiende por qué acaba de excusarse. 
Izuku suelta un quejido agudo y gutural, lastimero como el chirrido de un animal que está a punto de morir. Las espaldas de todos se tensan al mismo tiempo que desvían la cabeza hacia Izuku, ansiosos y abrumados por un instinto protector que les obliga a rodear al omega para consolarlo.
Las pupilas de Katsuki se dilatan, la vista fija sobre el omega angustiado, “todo está bien ahora”, dice una voz en su mente, pero su alfa se eriza en alerta “¡arréglalo, ahora!” aúlla y rabea escalando ciertos niveles de su razón, entonces Katsuki cambia de posición con Sero. Los ojos de su omega lo siguen mirando con miedo. Su olor no es agradable, se da cuenta, él no es aceptado y ante esto, un escozor brota de todas sus glándulas de olor. En ese momento, el aroma a caña azúcar y campos verdes se fuga como una marea desde el cuello del alfa, embotando los sentidos de todos a su alrededor mientras el omega se duerme con un suspiro cansado.
Katsuki afloja su agarre en el omega, para rascarse la glándula de su cuello tras liberar un tipo de feromonas nuevo para él. – Que mierda- se queja mientras remueve los hombros y luego se mira la mano sin encontrar nada que justifique el ardor.
- Bakugo - llama Tokoyami, sus ojos lo observan con recelo tras inhalar la marea del alfa. – no puedes alejarte de él - advierte tras reconocer inmediatamente ese tipo de feromonas. Su esposo aprendió a liberarlas el día que fue herido gravemente por un gato mongol y luego las uso unos años después en su trabajo de parto- si vuelves a liberar otra carga igual nos harás dormir por días, tal como lo hizo Shoji conmigo.
¿Qué mierda fue eso?, casi no puedo manejarlo- dice rascándose la nuca
Son feromonas de… consuelo…- dice teniendo cuidado con cada palabra- No muchos alfas pueden hacerlas…solo duerme con él, su olor te ayudará. -insistió el omega mayor- Debemos tener cuidado de asustarlo, su instinto es demasiado fuerte y salvaje, podría afectarnos demasiado si hace otro llamado de auxilio así
- ¿Cómo mierda lo hizo? Siento como si hubiera tragado un litro de melaza o leche de amapola...
Creo que es porque tú eres el único que no se ha acoplado…– dice, aunque no es del todo cierto, Kirishima no reaccionó de la misma forma, además, las pupilas dilatadas no es una respuesta normal a la angustia de un omega herido, sino la respuesta de un compañero angustiado. - si él estaba por la zona, significa que podríamos encontrar más personas, pero ya que lo has cazado durante todo el día, supongo que es mejor borrar nuestros rastros y descansar mientras montamos guardia.
La mirada de Katsuki ahora es suave mientras las feromonas de su propio olor se concentran en sus pulmones, podrían hacerlo, el personalmente necesita descansar, pero no aquí, entonces niega con la cabeza. - No podemos, trata al niño y cuando termines, partiremos, peor será que luego de todo este alboroto adviertan de nosotros antes de tiempo. Y, además, tengo un presentimiento- dice mirando brevemente al omega dormido. Entonces cubre su cuerpo con su capa para darle calor y de paso cubrirlo con su propia esencia.
Apenas una hora después Katsuki monta el caballo aun sintiendo la mente embotada, pero logra mantenerse despierto para guiar al caballo mientras todos retoman la marcha hacia el sureste. Kyoka lidera el camino y les muestra como cruzar el río, Katsuki se queda en medio sosteniendo al omega que sigue durmiendo entre sus brazos.
En el cielo, las nubes avanzan al igual que mengua la luz del día rápidamente, pero, aunque el bosque parece no tener final, Katsuki sabe que están muy cerca de las llanuras donde serán un blanco fácil de identificar y atrapar, así que se detienen a pocos metros de los lindes del bosque para buscar resguardo, agua y cazar un par de presas que Kirishima juro oler no muy lejos de allí.
El niño es el primero en despertar de los dos, pero se niega hablar o a mirar al líder alfa que ahora intenta sonsacar cualquier información, como saber porque estaban solos en medio del bosque y que los motivo a viajar tan livianos.
Cuando el niño se niega a responder otra vez, una risa sardónica se escapa de Katsuki mientras mueve la cabeza hacia atrás, necesita una i forma mucho más efectiva para presionarlo.
Sero regresa con 3 liebres muertas y sangrantes, los demás las reciben y rápidamente las preparan, ante la mirada incrédula del cachorro que se aferra contra Tokoyami.
Por su parte Kirishima se retira para hacer guardia por los alrededores, en caso de que hayan exploradores en el bosque, sin embargo, nada se acerca y mientras ellos siguen alejándose para buscar posibles enemigos o movimientos de depredadores, Katsuki resuelve por registrar la yegua de carga que Kirishima capturó más temprano.
Se apropia del agua fresca, una muda de ropa y la botella de licor que se bebe de dos sorbos. Luego quita el rollo de tela que esta adosado a las cinchas de la montura de la yegua. Resulta ser una manta hecha de retazos que parecen representar diversas escenas familiares, es algo vieja pero casi perfecta. Cada centímetro de tela huele como el omega.
Enseguida toma las prendas y las lanza sobre el chico ya que su ropa esta sucia por la sangre y húmeda por el agua del río, pero se mantiene dormido. El rubio se acerca lentamente, pero tan pronto sus manos callosas tiran de la cinta que cierra el escote de la camisa, una mano atrapa su muñeca. Los ojos del omega lo miran preocupado y con desconfianza, mientras se vuelve a cubrir para proteger la pequeña porción de piel expuesta.
El alfa sonríe ladino, ya se había dado cuenta que estaba despierto, pero decide dejar pasar el truco, levanta las manos y se aleja. Izuku mira a su alrededor en busca de Kota, lo encuentra dormido en los brazos de un hombre de cabello negro que lo observa desinteresadamente, al lado del hombre hay yelmo con forma de cuervo muy oscuro que le resulta espeluznante.
cámbiate – ordena el alfa sin quitarle la vista de encima, llamando su atención- puedes seguir enseñando los dientes, no me importa, pero no te daré la espalda. No eres como los otros.
¿Qué otros? – pregunta, contrariado.
Katsuki niega con la cabeza tras reír con cierto deje de burla. -Ya sabrás, vístete – insiste y esta vez el omega le hace caso, aunque no puede evitar sonrojarse ante la mirada profunda del alfa. A simple vista parece enojado, pero a la vez algo le dice que esa no es la emoción que el hombre está demostrando.
Katsuki se relame los labios con la vista, pero se contiene a decir las cosas que cruzan por su mente, convencido de que el omega es demasiado joven para si quiera tomarse con humor su interés. En cambio, respira las pequeñas trazas de feromonas que se liberan mientras el omega se calza la camisa seca y la capa que le han devuelto. Omega enemiga o no, Katsuki tiene que reconocer que hace tiempo que no ha visto a nadie con la piel besada por el sol. Las pecas están regadas en cada porción de su cuerpo incluso alrededor del pecho y ombligo,  y aunque le concede privacidad mirando hacia otro lado para que también se cambie de pantalones, todavía puede imaginar como esa marea veraniega salpica de forma delicada las piernas fuertes y sus caderas llenas.
Katsuki traga saliva ante la vista y separa un poco sus piernas cuando siente un calor familiar bajo el ombligo. Entonces toma el riñón con agua que encontró antes y comienza a beberla para distraerse. No puede asustarlo todavía.
En su lugar, se recuerda que los Dagobenses tienen a los omegas más frágiles de esta región, a pesar de que es uno de los territorios más prósperos. Y la manzana nunca cae tan lejos del árbol, se repite. Pero aún con todas sus aprensiones, algo le dice que este, en especial, con o sin espada, puede llegar a ser igual de peligroso que los de su raza.
Cuando el omega termina de vestirse, inmediatamente se envuelve en su capa lejos de la mirada peligrosa del Alfa. Nunca lo habían mirado así, de una forma tan íntima y ¿Hambrienta? Su rostro se calienta de vergüenza y culpa. Lo peor es que los demás que acompañan al alfa simplemente se quedaron ahí sin decir o hacer nada.
Cuando ve al hombre distraerse, trata de recuperarse para alcanzar a Kota. Su pobre hermano está amarrado de manos. Katsuki lo intercepta antes de que pueda alcanzarlo con un gruñido molesto, presionando deliberadamente sobre la herida todavía fresca en su hombro.
Aquí el que pone las reglas soy yo- espeta ante la mirada vidriosa del chico- no tienes que mirarme así, seguro que sabes que está pasando ¿O no es así?
No tengo nada de valor
Katsuki jadea con decepción, pero luego se burla. – Seguro que encontraremos algo, pero que tan amable sea de ahora en adelante contigo y el mocoso, dependerá absolutamente de ti y el cómo respondas mis preguntas
No tengo nada de valor – insiste Izuku- solo soy un omega del campo- insistió
Y sin embargo, estabas aquí en medio del bosque
Izuku se mordió los labios, ansioso por idear un plan que los mantuviera a ambos seguros- alguien advirtió la llegada de un ejercito
¿Quien?
Un emisario, llego al pueblo y dijo que ustedes venían por el oeste
Oh, entonces hiciste el tonto cruzando un bosque que no conoces– espeta el alfa- Porque estabas aquí con un niño encima de todo
Izuku aprieta la mandíbula, molesto. Él también quería saber cómo es que los nómades habían llegado al bosque, pero el alfa tiene una mano sobre la empuñadura como una amenaza silenciosa. -Íbamos a la fortaleza de Yukai, quería pedir refugio …
¿Solos? Con lo puritanos que son, uno pensaría que tu alfa te seguiría hasta allá
No tengo alfa
¿No? – pregunto sin ocultar su interés- quizás un padre entonces…los de tu clase no sueltan a un omega solo por los campos, eso te arruinaría para siempre- suelta entornando los ojos, los dagobenses son puritanos hipócritas y frígidos, no podrían llenar bien a un omega por su vida.
Mi padre tuvo un retraso…-agrego entonces se da cuenta de que cometió un error.
La mirada del alfa se oscurece. -Seguí personalmente tus huellas, salvo por el caballo, no había con nadie más grande que ustedes dos. ¿Estas mintiendo?
Yo…- los ojos de Izuku vuelven a humedecerse, no sabe que quiere escuchar, y no sabe si su padre estaba vivo.
Responde ahora o el niño…
La gente se volvió loca en los caminos, alguien nos atacó de camino a la fortaleza, mi padre lo intercepto y yo cabalgue hasta acá, no estoy mintiendo… ni siquiera yo entiendo que está pasando…-dice abruptamente mientras comienza a respirar con dificultad cerrando los ojos, necesita ordenar la ideas en su cabeza- estábamos en el camino principal que pasa por fuera del pueblo cuando un hombre calló muerto en el camino- dice con la voz temblando- la gente se peleaba por los caballos, mi padre nos guio al bosque, pero otro hombre con un caballo gigante nos interceptó y nos separamos. Cabalgué hacia el bosque solo…Lo juro
Por un largo tiempo se hace un silencio abrumador. Solo puede escuchar el crepitar de la madera que se quema al fuego y cuando abre los ojos la mirada roja del Katsuki lo observa con una inquietante pasividad.
¿Sabes lo que son los grupos de avanzada? - pregunta Katsuki con voz monótona, aunque no espera que responda, en realidad ya sabe que no conoce la respuesta- son hombres preparados para morir una vez que abandonan el campamento de una campaña de guerra…Su misión es advertir al enemigo de un ataque por un flanco por el cual el campamento no ha tomado interés ni posición.
La mirada de Izuku se oscureció, al recordar nuevamente los incidentes del camino principal y el hombre siguió hablando- a menudo se visten como el enemigo para pasar desapercibidos, pero con suficientes signos para que un soldado experimentado pueda reconocerlo… ¿eso te trae recuerdos no Deku? ¿Qué estás pensando? – pregunta, pero el chico no le responde- Apuesto a que pensaste que los soldados, siendo tan nobles como juran ser en tiempos de paz, están listos para nosotros ¿no? - agrega con una risa corta y sin gracia- Y tienes razón, en parte. Las barracas de tu vanguardia se alistan para partir hacia la frontera, pero ¿tienes idea de que encontrarán ahí? - insiste mientras limpi las lágrimas que ahora corren sueltas por el rostro del omega- Esta será una guerra que tu gente nunca olvidará, al igual que nosotros nunca olvidamos el genocidio de nuestros cachorros en la guerra del exterminio.
Por favor …
No, eso no- espeto Katsuki soltando bruscamente el rostro pecoso mientras dirige su vista al cachorro.
Kota se levanta en algún momento de su diatriba y aunque Tokoyaki lo mantiene fijo en su lugar, no hay nada que pueda hacer para ocultar la mirada llena de odio y los pequeños colmillos que sobresalen de sus labios- tenemos otros deseos para ustedes, apuesto que tu hermano tiene suficiente edad para usar esas manos de princesa – agrego Katsuki con burla, su mano acaricia la empuñadura e izuku se da cuenta de lo que pasara si no piensa en algo ahora.
No es mi hermano. – dice Izuku con un hilo de voz mientras intenta avanzar hacia Katsuki buscando distraerlo.
¿Qué has dicho? – gruño Katsuki devolviéndole la mirada- ¿cachorro? – agrega con incredulidad.
Es mío…- aseguró- devuélvemelo – insistió con la mirada esta vez firme - el niño es mío y soy responsable de él…
Mientes. - negó el alfa como si escupiera las palabras- tu gente no permitiría una cosa de esas
Es mío insiste – esta vez corriendo para atrapar al cachorro entre sus brazos.
Tokoyami suelta al niño- ordena Katsuki mientras tira del brazo a Izuku y lo empuja de vuelta al piso.
El hombre lo observa inseguro, huele el aire para leer las feromonas de Katsuki, pero como siempre, nada se filtra sin que Katsuki lo desee, en consecuencia, no puede adivinar que está planeando.
- El niño no ira a ningún lado sin izuku, Katsuki. – dice mientras sus brazos se deslizan por el torso de Kota, quien se levanta sin despegar la vista hacia izuku.
- ¿Izuku? ¿Así te llamas? - pregunta el alfa hacia el omega, pero el niño corre hacia ellos antes de que pueda contestar. Tokoyami por puro instinto lo atrapa de nuevo y lo hace retroceder, pero el niño gimotea y llora rogando - ¡Suéltame!
Katsuki maldice al mocoso al tiempo que mantiene al omega quieto con ambas manos. Tokoyami aprovecha de calmar a Kota, entiende lo difícil que debe ser para el todo esto- sólo tiene 5 años, no seas duro con el. - agrega como si eso fuera a despertar más simpatía en el alfa mayor.
- Sabes que a su edad empuñaba la espada. – repuso Katsuki
-Y también pedías historias a tu padre. - agregó Kyoka, provocando risas en los demás. 
- ¡Cierra la boca!- espeta Katsuki
- Quiero verlo- insistió Kouta. 
- ¡No! ¿Sabes una cosa pequeña mierda? Realmente no necesitamos un boca inútil y llorona por aquí. – espeta mirando entre ambos prisioneros. -No nos hacen falta cachorros, pero él estaba dispuesto a ahogarse en el río con tal de protegerte...
Kota tensa la mandíbula mientras llora de impotencia y el alfa sonríe malicioso.
-  No haces eso por un extraño, pero tampoco huele a que tenga una marca... ¿Entiendes lo que digo? - dice caminando hacia el niño que lo mira confundido. pero el hedor amenazante del alfa comienza a picar en nariz, mientras un sentimiento de estar acorralado lo inunda- ¿No es tu madre verdad? – susurra con voz ronca y cargada de molestia. Sabe que el niño no se atreverá a mentirle ahora, pero Kota no alcanza a responder cuando la voz de su hermano resuena alto y claro - Pero es mi hijo
- Es mío, mi hijo. -repite Izuku tras su espalda. - déjalo en paz. -amenaza, rompiendo con el miedo que logro infundirle al mocoso.
Katsuki se voltea furioso, olisquea el aire buscando rastro de mentiras o si quiera el rastro del olor de un alfa que los hubiera acompañado de camino aquí, pero no haya ninguna. - mientes – repite aún si no puede probarlo todavía. -eres demasiado joven 
- Tengo 18, es mi hijo. 
- ¿Sin una marca de alfa? Estás mintiendo. Tú gente permite cosas así. Nunca. – entonces su mano vuelve a su cadera, sobre la espada
- En la ciudad, pero en el campo, las cosas son- Izuku no puede terminar la frase cuando Katsuki le quita el niño a Tokoyami para ponerle la espada en el cuello.- si no quieres decir la verdad por las buenas, conozco una forma mejor
¡Bakugo! -llaman todos los alarmados. 
Un aroma a leche y miel impregna el ambiente. Incrédulo, Katsuki deja a ir al niño, porque ese olor y esas feromonas, es una esencia que solo una madre puede liberar.
Izuku se pone de pie a pesar de la herida, el hambre y el cansancio. Se aferra a Kota por la cabeza cuando este se estrella contra su cuerpo y lo abraza con un sollozo.
- Por favor es mío... – ruega sin dejar de mirar al alfa. Bakugo retrocede atónito porque esto no es algo que debía pasar. El omega se deja caer al piso de rodillas, casi sin fuerzas y al borde de la inconciencia, pero todavía encuentra energías para cubrir con su cuerpo al niño, concentrando las feromonas que ha liberado sin que nadie a su alrededor de crédito sobre eso. Mas ninguno de los presentes puede negar ahora que este omega es de hecho una madre sin marca.
Katsuki se aleja del campamento sintiéndose traicionado y furioso, porque una cosa es aceptar a un omega de Dagoba como compañero, pero otra muy distinta es reclamar a un omega y su bastardo.
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jardindecristo · 2 years
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Devocional 1: Oración por su pueblo y por sí mismo
Una de las lecciones más importantes que nos deja el libro de Nehemías es la oración. Cuando leemos los escritos de este hombre nos damos cuenta que ante cualquier situación que se le presentaba él se ponía a orar presentándole su causa a Dios. Tomando su ejemplo, los cristianos deben hoy en día buscar a Dios en oración independientemente de la circunstancia o problema. La oración es el arma más efectiva que todo creyente tiene en sus manos ya que es comunicarse directamente con Su Creador y Salvador. Sin más que decir comencemos estudiando las oraciones de Nehemías.
Desde el primer capítulo, Nehemías se encuentra con un problema. Su hermano ha llegado de Jerusalén y le cuenta el mal estado en el que están el remanente que ha quedado en la ciudad. Ante esta situación, Nehemías es quebrantado delante de Dios y es movido a clamar por su nación.
Hoy en día nuestros países pasan por muchísimas situaciones que los agitan y hacen que los ciudadanos hagan o dejen de hacer cosas. Cada nación tiene sus propios conflictos, ya sean económicos, políticos y sociales y es allí cuando nosotros como ciudadanos y nativos debemos doblar rodillas ante Dios exponiéndole cada problema que como parte de un país nos afecta directa u indirectamente.
Nehemías no estaba en Jerusalén, pero el hecho de no estar allí presencialmente no fue limitante para que él no orara; más bien, fue su ubicación una de las herramientas que Dios permitió para que este hombre obtuviese la bendición. Hoy, aunque tú no estes físicamente en tu nación de origen también puedes orar por ella. Recuerda que de allí saliste y que en ella se encuentran tus familiares, amigos, conocidos y pueblo que necesita tanto de la misericordia de Dios como tú.
Veamos las características de la oración que Nehemías hizo por su pueblo:
1.- Además de la oración, Nehemías realizó un ayuno delante de Dios: Esto le añade fuerza a aquello que estamos pidiendo y es agradable delante del Señor ya que Él está viendo nuestra humillación y quebranto.
“Cuando oí esto, me senté a llorar. De hecho, durante varios días estuve de duelo, ayuné y oré al Dios del cielo,” (Nehemías 1:4, NTV)
2.- Comenzó dándole la gloria a Dios: Tal como enseñó Jesús, Nehemías también comenzó alabando al Señor:
“Y dije: «Oh Señor, Dios del cielo, Dios grande y temible que cumples tu pacto de amor inagotable con los que te aman y obedecen tus mandatos” (Nehemías 1:5, NTV)
3.- Fue una oración constante: Bien dijo el Espíritu Santo a través del Apostol Pablo en 1 Tesalonicenses 5:17 “Orad sin cesar” y esto fue exactamente lo que hizo este hombre muchos siglos antes; oró de día y de noche por Israel, su pueblo, el pueblo escogido de Dios.
 “¡escucha mi oración! Mírame y verás que oro día y noche por tu pueblo Israel. Confieso que hemos pecado contra ti. ¡Es cierto, incluso mi propia familia y yo hemos pecado!” (Nehemías 1:6, NTV)
4.- Confesó sus pecados y los de su pueblo delante de Dios: Él sabía la causa de la destrucción de su pueblo, de la dispersión de los habitantes y no lo ocultó o negó delante de Dios, sino que admitió sus pecados y los de su pueblo en conjunto.
El Señor se deleita en oraciones provenientes de corazones arrepentidos que desean cambiar y vivir agradablemente delante de Sus ojos.
“Hemos pecado terriblemente al no haber obedecido los mandatos, los decretos y las ordenanzas que nos diste por medio de tu siervo Moisés.” (Nehemías 1:7, NTV)
5.- Oró conforme a las Escrituras: Así como el Señor Jesucristo echó fuera los demonios citándoles las Escrituras, Dios también se agrada de que recordemos su Palabra cuando estamos orando. Podemos reclamar promesas que están escritas en ellas ya que las mismas tienen poder de Dios para sanar, libertar y cambiar vidas. Nehemías lo sabía y le recordó a Dios las promesas escritas por medio de Moisés, específicamente Levítico 26:33 y Deuteronomio 30:1-5.
“»Te suplico que recuerdes lo que le dijiste a tu siervo Moisés: “Si me son infieles los dispersaré entre las naciones; pero si vuelven a mí y obedecen mis mandatos y viven conforme a ellos, entonces aunque se encuentren desterrados en los extremos más lejanos de la tierra, yo los volveré a traer al lugar que elegí para que mi nombre sea honrado. El pueblo que rescataste con tu gran poder y mano fuerte es tu siervo.” (Nehemías 1:8-10, NTV)”
6.- Concluyó orando por sí mismo: Nehemías fue quebrantado por Dios con un propósito y en medio de su oración recibió la guianza de lo que debía de hacer. Dios lo llamó para que fuese a reconstruir las murallas de Jerusalén aun estando lejos de la ciudad, y siendo un hombre con posición sabía que primero debía Dios confirmarle su llamado y abrirle las puertas para hacer esta obra.
Nehemías concluyó su oración pidiéndole al Señor que abriese puertas para ir a hacer la obra y que lo pusiese en gracia delante del rey. Él sabía que por su cuenta nada lograría, pero si Dios estaba con él entonces conseguiría éxito en su obra. Tú y yo debemos orar para que Dios nos conceda estar en gracia delante de los hombres y que sea Él quien nos abra puertas y nos lleve a cumplir el llamado que nos hizo para que así Su Nombre sea glorificado. Por nuestra cuenta nada podemos hacer pero con Dios todo es posible.
¡Oh Señor, te suplico que oigas mi oración! Escucha las oraciones de aquellos quienes nos deleitamos en darte honra. Te suplico que hoy me concedas éxito y hagas que el rey me dé su favor. Pon en su corazón el deseo de ser bondadoso conmigo».
En esos días yo era el copero del rey. (Nehemías 1:11, NTV)
Recuerda que la oración mueve la mano de Dios y que estamos llamados a orar por nuestra nación, confesando nuestros pecados, pidiendo misericordia, citando las Escrituras y buscando siempre que sea Dios el que nos dirija y abra puertas. Dios te bendiga.
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thisgameisaplateaux · 4 years
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Los motivos del lobo [Rubén Darío]
El varón que tiene corazón de lis, alma de querube, lengua celestial, el mínimo y dulce Francisco de Asís, está con un rudo y torvo animal, bestia temerosa, de sangre y de robo, las fauces de furia, los ojos de mal: ¡el lobo de Gubbio, el terrible lobo! Rabioso, ha asolado los alrededores; cruel, ha deshecho todos los rebaños; devoró corderos, devoró pastores, y son incontables sus muertos y daños.
Fuertes cazadores armados de hierros fueron destrozados. Los duros colmillos dieron cuenta de los más bravos perros, como de cabritos y de corderillos.
Francisco salió: al lobo buscó en su madriguera. Cerca de la cueva encontró a la fiera enorme, que al verle se lanzó feroz contra él. Francisco, con su dulce voz, alzando la mano, al lobo furioso dijo: "¡Paz, hermano lobo!" El animal contempló al varón de tosco sayal; dejó su aire arisco, cerró las abiertas fauces agresivas, y dijo: "!Está bien, hermano Francisco!"
"¡Cómo! exclamó el santo. ¿Es ley que tú vivas de horror y de muerte? ¿La sangre que vierte tu hocico diabólico, el duelo y espanto que esparces, el llanto de los campesinos, el grito, el dolor de tanta criatura de Nuestro Señor, no han de contener tu encono infernal? ¿Vienes del infierno? ¿Te ha infundido acaso su rencor eterno Luzbel o Belial?"
Y el gran lobo, humilde: "¡Es duro el invierno, y es horrible el hambre! En el bosque helado no hallé qué comer; y busqué el ganado, y en veces comí ganado y pastor. ¿La sangre? Yo vi más de un cazador sobre su caballo, llevando el azor al puño; o correr tras el jabalí, el oso o el ciervo; y a más de uno vi mancharse de sangre, herir, torturar, de las roncas trompas al sordo clamor, a los animales de Nuestro Señor. ¡Y no era por hambre, que iban a cazar!"
Francisco responde: "En el hombre existe mala levadura. Cuando nace, viene con pecado. Es triste. Mas el alma simple de la bestia es pura. Tú vas a tener desde hoy qué comer. Dejarás en paz rebaños y gente en este país. ¡Que Dios melifique tu ser montaraz!"
"Esta bien, hermano Francisco de Asís." "Ante el Señor, que toda ata y desata, en fe de promesa tiéndeme la pata." El lobo tendió la pata al hermano de Asís, que a su vez le alargó la mano.
Fueron a la aldea. La gente veía y lo que miraba casi no creía. Tras el religioso iba el lobo fiero, y, bajo la testa, quieto le seguía como un can de casa, o como un cordero.
Francisco llamó la gente a la plaza y allí predicó. Y dijo: "He aquí una amable caza. El hermano lobo se viene conmigo; me juró no ser ya vuestro enemigo, y no repetir su ataque sangriento. Vosotros, en cambio, daréis su alimento a la pobre bestia de Dios." "¡Así sea!", Contestó la gente toda de la aldea. Y luego, en señal de contentamiento, movió la testa y cola el buen animal, y entró con Francisco de Asís al convento.
Algún tiempo estuvo el lobo tranquilo en el santo asilo. Sus bastas orejas los salmos oían y los claros ojos se le humedecían. Aprendió mil gracias y hacía mil juegos cuando a la cocina iba con los legos. Y cuando Francisco su oración hacía, el lobo las pobres sandalias lamía.
Salía a la calle, iba por el monte, descendía al valle, entraba a las casas y le daban algo de comer. Mirábanle como a un manso galgo.
Un día, Francisco se ausentó. Y el lobo dulce, el lobo manso y bueno, el lobo probo, desapareció, tornó a la montaña, y recomenzaron su aullido y su saña.
Otra vez sintióse el temor, la alarma, entre los vecinos y entre los pastores; colmaba el espanto en los alrededores, de nada servían el valor y el arma, pues la bestia fiera no dio treguas a su furor jamás, como si estuviera fuegos de Moloch y de Satanás.
Cuando volvió al pueblo el divino santo, todos los buscaron con quejas y llanto, y con mil querellas dieron testimonio de lo que sufrían y perdían tanto por aquel infame lobo del demonio.
Francisco de Asís se puso severo. Se fue a la montaña a buscar al falso lobo carnicero. Y junto a su cueva halló a la alimaña.
"En nombre del Padre del sacro universo, conjúrote dijo, ¡oh lobo perverso!, a que me respondas: ¿Por qué has vuelto al mal? Contesta. Te escucho."
Como en sorda lucha, habló el animal, la boca espumosa y el ojo fatal:
"Hermano Francisco, no te acerques mucho... Yo estaba tranquilo allá en el convento; al pueblo salía, y si algo me daban estaba contento y manso comía. Mas empecé a ver que en todas las casas estaban la Envidia, la Saña, la Ira, y en todos los rostros ardían las brasas de odio, de lujuria, de infamia y mentira. Hermanos a hermanos hacían la guerra, perdían los débiles, ganaban los malos, hembra y macho eran como perro y perra, y un buen día todos me dieron de palos.
Me vieron humilde, lamía las manos y los pies. Seguía tus sagradas leyes, todas las criaturas eran mis hermanos: los hermanos hombres, los hermanos bueyes, hermanas estrellas y hermanos gusanos. Y así, me apalearon y me echaron fuera. Y su risa fue como un agua hirviente, y entre mis entrañas revivió la fiera, y me sentí lobo malo de repente; mas siempre mejor que esa mala gente. Y recomencé a luchar aquí, a me defender y a me alimentar. Como el oso hace, como el jabalí, que para vivir tienen que matar. Déjame en el monte, déjame en el risco, déjame existir en mi libertad, vete a tu convento, hermano Francisco, sigue tu camino y tu santidad."
El santo de Asís no le dijo nada. Le miró con una profunda mirada, y partió con lágrimas y con desconsuelos, y habló al Dios eterno con su corazón. El viento del bosque llevó su oración, que era: "Padre nuestro, que estás en los cielos..."
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nicollhernandezp · 4 years
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Anime
Segun estadisticas millones de espectadores japoneses y fans del anime estos son los 10 mejores animes del mundo:
1. Hunter x Hunter (2011- 2014)
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Encabezando la lista de los mejores animes del mundo está este creado por Yoshihiro Togashi y dirigido por Kazuhiro Furuhashi, este anime cuenta la historia de Gon Freecss, un joven que desea convertirse en el mejor cazador de una isla, luego de descubrir que su padre era el mejor cazador del mundo. Con ayuda de sus amigos, busca ser el mejor para confrontar a su padre y preguntarle por qué lo abandonó.
La historia es una de las más alabadas por la crítica porque es imposible de encasillar en un género de drama, aventura, acción, porque lo reúne todo sin resultar una historia forzada. Su manga ha vendido más de 68.8 millones de copias en solo Japón y su anime, de 148 episodios, ha sido traducido a más de 35 idiomas.
2. Fullmetal Alchemist (2003-2004)
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El anime dirigido por Seiji Mizushima, y escrito Hiromu Arakawa, cuenta la historia de los hermanos Edward y Alphonse Elric, quienes quedaron muy lastimados luego de un ritual químico para revivir a su madre. Edward perdió una pierna y un brazo y Alphonse se convirtió en una armadura corporal. Para volver a recuperar sus cuerpos se unen al ejército estatal, quienes los arreglan para buscar la piedra filosofal que los llevará a conocer el pasado de su padre.
3. Monster (2004 – 2010)
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En el top tres de los mejores animes del mundo se encuentra esta serie calificada de Imdb con 8,6 estrellas cuenta la historia del neurocirujano Kenzo Tenma, quien decide salvar la vida de Johan, un niño con una herida de bala en la cabeza, por encima de un político influyente. Sin embargo, cuando Johan crece, se convierte en un peligroso psicópata, afectando moralmente a Tenma.
La historia está acompañada del pasaje bíblico de Apocalipsis capítulo 13 versículos 1-4 que dicen: “Y yo me paré sobre la arena del mar, y vi una bestia emerger, que tenía siete cabezas y diez cuernos… ¿Quién es semejante a la bestia, y quién podrá lidiar con ella?». Además, está dirigida exclusivamente para adultos por sus escenas violentas y de suspenso, que se pueden confundir con terror.
4. Death Note (2006 – 2007)
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Amada y odiada por muchos, Death Note, del director Tetsuro Araki, y creada por Tsugumi Oba, cuenta la historia de una libreta negra que tiene el poder de matar a cualquier persona que tenga su nombre y apellido escrito en ella. Esta premisa está acompañada de un joven alejado del estereotipo oscuro y sombrío que se espera de un dios de la muerte (Shinigami).
El anime tiene 32 episodios, que le dieron paso a una novela, una serie de videojuegos de Nintendo, tres películas real action, una miniserie, una película en Netflix e incluso un musical en Broadway.
5. Neon Genesis Evangelion (1995- 1996)
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Conocida también como Evangelion, este es un anime creado por Hideaki Anno, alabado por la crítica por tener contenido alusivo a la biología, controversias militares, religiosas y psicológicas. Todo está canalizado en la vida de Shinji, un adolescente reclutado por su propio padre para pilotar un robot gigante que debe repeler el ataque de los ángeles que planean destruir la Tierra.
La revista Otaku Bunka resalta que Evangelion se estrenó cuando la tendencia de la animación clásica japonesa se estaba fusionando con los cómics estadounidenses. Sin embargo, la serie se mantuvo libre de influencias occidentales a pesar de que “nadie quería ver más de lo mismo”, como lo reseñó la publicación especializada.
6. Kimi no Na Wa (2016)
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Esta película anime es considerada una obra maestra de la animación y la narración por críticos de Occidente y Oriente, quienes sin duda afirman que es una “historia emocionalmente satisfactoria en un mundo en caos”, como afirma la revista Otaku Bunka.
Traducido al español como “Tu nombre”, esta película cuenta la historia de Taki y Mitsuha, dos desconocidos que durante sueños intercambian sus cuerpos y que entienden las necesidades del otro a la perfección. Por un lado, Mitsuha es una joven de pueblo que anhela conocer la ciudad y Taki, que vive en la ciudad, y que quiere compartir sus sentimientos. Cuando ya conocen a la perfección el cuerpo del otro y deciden encontrarse en la vida real, descubren que son de tiempos diferentes.
7. One Piece (1999 a la actualidad)
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Nos vamos acercando al final de este listado de los mejores animes del mundo y llegamos a este con más de 900 episodios transmitidos a nivel mundial, One Piece se ha convertido en un valuarte del anime gracias a su personaje principal: Luffy, un pirata con sombrero de paja que está en busca del tesoro One Piece y así ser proclamado el “Rey de los piratas”.
La crítica rescata los valores que enseña, tanto el manga como el anime, y suelen usar esta serie como un producto de inspiración y de nunca rendirse. Por supuesto, como todo buen anime, cuenta con misterios, aventuras y peleas contra enemigos que también están en busca del preciado tesoro.
Por otro lado, el anime ha hecho diversas fusiones con los personajes de Dragon Ball Z, lo que llamó la atención del público occidental.
8. Vinland Saga (2019)
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Makoto Yukimura, creador del manga en 2005, puso en manos de su colega Mamoru Kanbe, de Wit Studio, la responsabilidad de llevar su dibujo al anime. Esta apuesta le sirvió a Yukimura para exponer su trabajo a nivel mundial y adentrarse en los corazones de los fanáticos de Occidente y, en especial, de los de tierras nórdicas.
Vinland Saga cuenta la historia de Thorfinn, el hijo de un guerrero vikingo que murió a manos de un mercenario, y quien debe pasar por pruebas físicas de Askeladd, para ganar el derecho a un duelo con el asesino de su padre. Esta carrera por la venganza lo lleva a disputar la mismísima corona de Inglaterra.
9. Jojo’s Bizarre Adventure (2018 a 2019)
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Su manga se publicó desde 1987 y su anime desde 2012. Sin embargo, el arco de la historia que llamó la atención de la crítica especializada fue la cuarta temporada de 39 capítulos dirigidos por Naokatsu Tsuda, bajo la supervisión de sus creadores Yasuhiro Kimura y Hideya Takashi. Esta temporada cambió el rumbo de la familia Joestar, quienes poseen fuerza sobrehumana destinada a combatir fuerzas sobrenaturales por generaciones.
10. One Punch Man (octubre a diciembre 2015)
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Este anime cuenta la historia de Saitama, un héroe que derrota a sus rivales por diversión con tan solo un golpe en la “Ciudad Z” de Japón. Debido a la extrema facilidad con la que derrota a sus rivales, Saitama en cada capítulo busca un contrincante cada vez más difícil que lo rete a revelar sus verdaderos poderes.
La crítica y los fans alaban este anime que rescata las peleas clásicas del manga y las lleva a la animación con la fidelidad que esperan los amantes de la serie. Vale la pena destacar que el manga fue publicado originalmente en internet por Yusuke Murata, en 2012, y la historia fue tan exitosa que las grandes cadenas de anime lo buscaron para llevarlo al anime (un manga o dibujo japonés llevado a la animación en el cine o la televisión), a lo que accedió hacer con el estudio Madhouse.
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davidsoto666 · 2 years
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🔥🍃LA ENERGÍA DE TU CABELLO🔥🍃
✨Nuestro cabello es la extensión física de nuestros pensamientos, nos brinda la dirección a lo largo de nuestra vida; cada uno de nuestros cabellos nos representa a nosotros mismos, son puntos de conexión fuertes tanto de nuestro cuerpo como de nuestro espíritu según los pueblos indígenas.
Los hombres y mujeres de sabiduría han llevado el cabello largo; en cambio en los lugares donde se ha presentado la tiranía en cualquiera de sus formas, el cabello corto ha sido obligatorio y éste, junto a otros factores ha culminado con la derrota espiritual y física de los pueblos.
✨El cabello tiene su propio lenguaje y carácter, y la forma en que sea peinado es sumamente importante para quien lo porte:
✨La raya en medio representa la alineación del pensamiento.
La trenza, la unidad del pensamiento con el corazón.
El cabello suelto significa seguridad.
El cabello recogido, convicción.
✨Actualmente las personas se peinan sin conocer el significado de sus acciones y el estilo en que se use, el cabello es importante pues haciendo a un lado la vanidad o practicidad, la forma en que uno lleve el cabello repercutirá directamente sobre nuestro estado de ánimo.
✨Adentrándonos al pensamiento de los pueblos indígenas encontraremos que la forma de llevar peinado el cabello era de suma importancia pues de esta manera se describía y anunciaba su participación en diversos eventos: matrimonio o guerra, alegría o duelo.
A través del cabello y los tocados que se llevaba sobre él se podía saber la madurez de las personas, su estatus en la sociedad o los tiempos de paz y guerra.
✨Los peinados eran como las estaciones; cambiaban en ocasiones públicas, privadas y ceremoniales. El cabello representaba los pensamientos y el estado espiritual del individuo; mostrando los vínculos y la unidad espiritual de su familia y definiendo la armonía cultural y el alineamiento espiritual de su comunidad.
El cabello representaba los estados de la naturaleza, fluían en línea recta como las cascadas o eran ondulados como el agua del río.
✨A los niños indígenas se les enseñaba a lavar y enjuagar el cabello.
En las enseñanzas de muchas tribus indígenas el cortar el cabello representaba un proceso de duelo o la proximidad con la muerte.
El cabello era un elemento místico en todas ellas.
No permitían que nadie tocara su cabello sin su permiso.
✨Sobre la importancia del cabello largo:
✨Desde hace mucho tiempo, pueblos de diferentes culturas, no cortan su cabello, porque es una parte de lo que son.
Cuando al cabello se le permite alcanzar su máxima longitud, entonces fósforo, calcio y vitamina D son producidos, y entran en el líquido linfático y finalmente al líquido cefalorraquídeo a través de dos conductos en la parte superior del cerebro.
Este cambio iónico hace a la memoria más eficiente y conduce a una mayor energía física, mayor resistencia y estoicismo.
Si decides cortar el pelo, no sólo se perderá esta energía extra y nutrientes, si no que tu cuerpo deberá proporcionar una gran cantidad de energía vital y nutrientes para que vuelva a crecer el cabello perdido.
Además, los cabellos son las antenas que recogen y canalizan la energía del sol o (prana) a los lóbulos frontales, la parte del cerebro que se utiliza para la meditación y la visualización.
Estas antenas actúan como conductos para lograr una mayor cantidad de energía sutil, energía cósmica. Se tarda aproximadamente tres años desde la última vez que se cortó el pelo para formar nuevas antenas en las puntas del cabello.
✨Cabello mojado:
Cuando te recoges el cabello húmedo, tenderá a disminuir y apretar un poco, e incluso romperse mientras se seca.
Una mejor idea es tomar de vez en cuando el tiempo para sentarse al sol y permitir que su cabello limpio y húmedo se seque de forma natural y absorba parte extra de vitamina D.
Los yoguis recomiendan lavar el cabello cada 72 horas (o más frecuentemente si el cuero cabelludo suda mucho). También puede ser beneficioso lavarse el pelo después de estar molesto o enojado, para ayudar a procesar las emociones.
✨Corte de Pelo:
A menudo, cuando las personas eran conquistadas o esclavizadas, les cortaban su cabello como un signo de esclavitud, impotencia y humillación.
Los huesos de la frente son porosos y su función es de transmitir la luz a la glándula pineal, que afecta la actividad cerebral, así como a la tiroides y a las hormonas sexuales.
Así como tribus y sociedades enteras fueron conquistadas, el corte de pelo se hizo tan frecuente que la importancia del cabello se perdió después de unas pocas generaciones, y los peinados y la moda llegaron a ser el foco.
✨Cerrando ciclos:
Nuestro cabello como cada célula de nuestro cuerpo tiene memoria, por ello es común que cuando cerramos un capítulo de nuestra vida, nuestro ser nos pida un corte de pelo, inconscientemente se debe a la necesidad de renovación como cuando los árboles sueltan su corteza, hasta que recupere su vitalidad.
✨Peine de madera
Los yoguis también recomiendan el uso de un peine de madera o un cepillo para peinarse el cabello, ya que ofrece una gran cantidad de circulación y la estimulación en el cuero cabelludo, y la madera no genera electricidad estática, lo que provoca una pérdida de energía del cabello hacia el cerebro.
Te darás cuenta de que, si te peinas desde la frente hacia atrás, de atrás hacia delante, y luego varias veces hacia la derecha y hacia la izquierda, te refrescará, no importa el largo de tu pelo. Todo el cansancio del día se habrá ido.
Para las mujeres, se dice que el uso de esta técnica para peinar el cabello dos veces al día puede ayudar a mantener la juventud, un ciclo menstrual saludable y buena vista.
Si tienes problemas de calvicie, la falta de energía del cabello puede ser contrarrestada con más meditación. Si estás encontrando algunas hebras de plata (canas) en el cabello, ten en cuenta que la plata o el color blanco aumentan el flujo de energía y vitaminas para compensar el envejecimiento.
Para la salud del cerebro, a medida que envejece, trata de mantener tu pelo lo más sano y natural posible.
✨Se dice que cuando permites que el pelo crezca en toda su longitud y lo enrollas en la corona de la cabeza, la energía del Sol, el prana, la energía vital, baja en la columna vertebral. Para contrarrestar esa tendencia a la baja, la energía vital Kundalini se eleva para crear equilibrio.
✨❤️Tu cabello no está allí por error. Tiene un propósito.
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lauragarciavazquez · 4 years
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Güemes, el general del pueblo
Tardío e igualmente bienvenido ha sido el reconocimiento hacia el accionar independentista del General Martín Miguel de Güemes en nuestro país. Todo es conmovedor en la vida de este protagonista de las batallas decisivas en el proceso de liberarnos de España, quien muriera en acción a una muy temprana edad, hecho que lo convierte en único en la memoria de un pueblo, que es el nuestro. Esta nota no es historia sino homenaje cotidiano e imprescindible. En el día de hoy, con un feriado que no coincide con la fecha real de su muerte y en medio de la pandemia que necesita una Argentina unida y solidaria, tenemos presente en nuestra historia y memoria a este hombre, que desplegó a lo largo de su corta vida una inobjetable lección para todos.
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Libres e iguales
Dentro de la intensa vida militar y política de Güemes, durante sus últimos ajetreados años en los que se definía el destino de nuestra Patria, es posible distinguir un claro hilo conductor de una estrategia inclaudicable: liberarnos de la opresión española. No hay acción de este general ajena a la visión y acción del general San Martín y por lo tanto a la visión emancipadora continental.  
En ese camino, comparte con otros protagonistas de las guerras de la Independencia la concepción de integrar con plenos derechos, en este caso, a los gauchos, construyendo un ejército popular incorporando a todo el pueblo en batallas decisiva contra los españoles. Este ejército de gauchos  conocido como “los infernales” es consecuencia de que le fuera negado desde el gobierno ( de carácter centralista) contar con la asistencia pedida y correspondiente a las circunstancias, un factor que no influyó ni en la voluntad ni el accionar de este patriota. Así lo comunicaba el 12 de septiembre de 1815 al Director Supremo del Estado:    
“No dudando del beneplácito de V. E. he organizado una división de caballería compuesta de dos escuadrones de a dos compañías, cada una de cien plazas; y he dispuesto se les instruya en todo lo necesario al desempeño del servicio de infantería, para que puedan ser ocupados así a pie como a caballo, con la denominación de División Infernal de Gauchos de Línea. A la fecha se halla con la fuerza que manifiesta el Estado que adjunto a V. E. armada por ahora con fusil y bayoneta. Su disciplina es ya regular en una y otra arma, tanto que la considero suficiente para el desempeño del servicio en campaña y en guarnición.”
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No es menor la acción política como gobernador que desempeña entre los años 1815 y 1820, cargo en el que se gana la enemistad de los más poderosos que, una vez más, no dudan en aliarse con el interés extranjero y opresor con tal de no perder sus privilegios. Se juegan las dos dimensiones que recorren nuestra historia: la desigualdad interna y la necesidad de liberarnos de nuestro opresor externo, y en ambas, la acción político-militar de Martín Miguel de Güemes, tiene la determinación y firmeza tanto como la claridad de los objetivos, sin importarle las consecuencias. Sus concepciones llevadas a la práctica también podemos verlas en cómo se dirigía a su ejército en una de sus habituales prédicas:
“Por estar a vuestro lado me odian los decentes; por sacarles cuatro reales para que vosotros defendáis su propia libertad dando la vida por la Patria. Y os odian a vosotros, porque os ven resueltos a no ser más humillados y esclavizados por ellos. Todos somos libres, tenemos iguales derechos, como hijos de la misma Patria que hemos arrancado del yugo español. ¡Soldados de la Patria, ha llegado el momento de que seáis libres y de que caigan para siempre vuestros opresores!”.
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Muerto en batalla, con tiempo para ordenar el triunfo sobre los españoles.
El desenlace de su corta vida y los sucesos que rodearon su muerte nos comprometen con lo más alto del amor a la patria de esta historia tan nuestra. Luego de ser herido Güemes sobrevivió lo suficiente como para ordenar el traslado del mando y los pasos siguientes, pasos que se concretaron cuando el 22 de julio de ese mismo año, 1821, su ejército derrotó a los españoles quienes tuvieron que retirarse para siempre del territorio salteño.
Nunca mejor elegida. su fecha de muerte como Día de la libertad latinoamericana, ya que esa libertad tuvo a Güemes en la primera línea, junto a San Martín, Belgrano y tantos otros y otras luchadores y luchadoras por nuestra Independencia. Quizás lo que varíe aquí es la popularidad en el mejor de sus sentidos, el grado de reconocimiento que se selló en esos hombres y mujeres, y que se visibilizó en la despedida como podemos reconstruir en las palabras de Juana Manuela Gorriti, quien tenía seis años en ese doloroso momento y nos lo relata así: “Todavía recuerdo el magnífico espectáculo de aquel cortejo fúnebre que vi atravesar las calles de Salta, conducido por mi padre y por Vidt, que vestidos de luto y la cabeza descubierta, llevaban con una mano las cintas de un ataúd y con la otra a dos niños. Martín y Luis Güemes, que acompañaban llorando el féretro de su padre. Detrás venían dos bellos corceles en arneses de duelo. Veíase a uno de ellos volver tristemente la cabeza, como si buscara a alguien. Era aquel “Negro”, testigo de tantas glorias y compañero del héroe hasta la muerte”. “Después del fúnebre grupo venía una inmensa muchedumbre, pueblos enteros que desde larga distancia habían venido para tributar al gran hombre su ofrenda de lágrimas y plegarias”. “La ciudad guardaba un profundo y doloroso silencio, interrumpido sólo por el clamor de las campanas, las preces de los sacerdotes y los sollozos de la multitud”. “La fúnebre procesión pasó ante mis ojos como una visión mística, perdiéndose en el pórtico y las profundas naves de la catedral donde sepultaron las reliquias del héroe, al pie del tabernáculo”.
Juana Manuela Gorriti, Recuerdo de la infancia, Salta,1858.
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No nos motiva sino el recuerdo y la reflexión sobre nuestra historia, para traer al presente y a las batallas (tan distintas en ciertos aspectos y tan iguales en otros) del presente, en este siglo XXI, la necesidad latente de alcanzar una sociedad de libres e iguales, de democracia e igualdad y para ello, la imprescindible soberanía, en todos los órdenes de los derechos del pueblo. Nos decía Güemes y hoy así lo recordamos:  
«A nada temo, porque he jurado defender la Independencia de América, y sellarla con mi sangre. Todos estamos dispuestos a morir primero, que sufrir por segunda vez una dominación odiosa, tiránica y execrable.»
Laura García Vázquez, 15 de junio de 2020
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galaxia-de-escritos · 5 years
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Intervenciones Anarco-Sentimentales: 1
Soy un fan de Digimon, un casual para ser honesto. Es la primera franquicia a la que me enganche realmente. Con apenas unos cuatro o cinco años y teniendo las transmisiones matutinas de los sábados en la televisión abierta de mi país, el concepto me atrapó entre sus fauces digitales.  
Algo lógico, pensando que (a diferencia de la tiendita de enfrente), Digimon me presentaba dos elementos magnéticos: Una mascota inteligente capaz de formar un vínculo emocional casi humano, pero con el potencial de convertirse en un ser alucinante de habilidades extraordinarias. Y, una serie que no me trataba como un espectador mediocre, al que solo les interesaba vender juguetes.  
Retomando este último elemento, me gustaría hacer unas notas interesantes. Si bien, la primera entrega se planteó como una clásica historia de bien contra el mal, donde los niños elegidos debían salvar al mundo de seres sombríos utilizando los valores aprendidos durante su viaje físico, mental y emocional. La serie mostraba algunos detalles estéticos, temáticos y dramáticos, que no van relacionados “de cajón”, con las historias para el público demográfico al que se apuntaba.
Ya para la tercera serie, además de mostrarme dinosaurios ciborg exageradamente armados, el equipo de producción decidió incluir ideas como: Las diferentes formas de enfrentar el duelo, las consecuencias de la violencia y el abuso, el costo de pensar que “El fin justifica los medios”, los problemas derivados del distanciamiento emocional en la familia, el papel del pacifismo en momentos de crisis, los estragos de la depresión en el individuo y su entorno, entre un largo listado de detalles menores.  
Todo esto cobra sentido, cuando pensamos que después de todo, el digimundo es manufacturado por adultos, tanto dentro como fuera de la ficción. En recientes fechas me eh enterado que los humanos hemos tenido impacto en este “mundo digital”, tanto de forma consciente como inconsciente. Pues, dentro del mito de nacimiento y evolución de estos seres, los virus primitivos que les precedieron, llegaron a obtener sus diversas formas (presentes y futuras), dado a que se conectaron con la data de las actividades humanas.  
En simples palabras, si uno de estos cúmulos de datos se acercaba al servidor de un museo, es probable que los datos obtenidos se expresen en forma de referencias a la historia humana, dinosaurios o animales, dependiendo de la información dominante. Es tanto así nuestro impacto, que algunos digimons nacen o evolucionan influenciados por la expresión de emociones abstractas, digitalizadas en el día a día.  
Con esta construcción base del mundo, la franquicia de mascotas virtuales, ya ha trascendido al plano del Ciberpunk duro. Claro, todo esto desde la sub textualidad, pues fuera de meter una lección moral sobre las emociones y sus consecuencias, rara es la ocasión en que se usa este recurso dentro de la narrativa, de forma explícita.  
Esta idea, nos pide a gritos reflexionar sobre la relación que los humanos tenemos con lo digital, así como visibiliza el impacto que nuestra cultura tiene en la formación de la identidad y la conducta. Por ejemplo, podemos notar que muchos de los Digimons relacionados con lo tradicionalmente femenino, presentan un diseño claramente sexualizado. En nuestro mundo, entendemos que esta es una estrategia de Bandai para mantener a un público maduro interesado en su material, aunque sea solo por morbo.  
Sin embargo, el subtexto de esto nos dice que lo que vemos, es resultado de la replicación memética de nuestros modelos, valores y fantasías irreales. Siendo así, únicamente nosotros somos los responsables de que esta criatura autónoma, tenga que emular lo que culturalmente hemos propagado. Sin importar las decisiones que, como individuos, tengan respecto a su construcción personal, de la forma más determinista.  
Esto es un conflicto muy complicado del que se ha escrito muchísimo, no solo en el terreno de la ficción. Sociólogos, Filósofos, psicólogos y Artistas, han prestado especial atención a hablar sobre como los medios de comunicación propagan ideologías en todo momento, incluso como el medio mismo en el que se difunde un mensaje, favorece cierto tipo de ideología, que absorbemos, procesamos y finalmente expresamos como parte de nuestras creencias.  
Mi país, por poner una muestra sobre la mesa, es el resultado de la colonización y las diversas intervenciones extranjeras que se han dado, a lo largo de su historia. Hecho que, evidentemente tiene un alto impacto cultural.  Aunque los pueblos prehispánicos (o, mejor dicho, sus descendientes), mantuvieron y adaptaron su identidad cultural a los diversos procesos históricos y sociales que se dieron en el territorio, no consiguieron nunca sobreponerse como la cultura dominante.  
Con el tiempo, se fue creando una cultura aspiracional sobre los pobladores desprovistos de dicho dominio cultural, rechazando lo propio en favor de lo que se planteaba como mejor o correcto. Esta cultura impacta incluso a día de hoy en lo económico, social, racial, político, identitario, emocional, espiritual y de género. Muchas personas que conozco buscan acercarse lo más posible a estos constructos, aunque sea solo simbólicamente, sacrificando su propia integridad física y mental, en el proceso. Así mismo, algunas de estas personas demeritan y devalúan a quienes no aspiran a lo mismo o que fracasan al intentarlo, pues se vuelven un espejo de lo que ven indeseable en ellos.  
Para evitar estos dramas, Digimon proporciona varias soluciones a la medida de su interés por el tema. En algunos casos, permite que los individuos consigan adaptarse a su identidad de forma superficial, agregando uno que otro elemento, para diferenciarlo del resto de su especie. La otra opción, es permitir que aquel ser rompa las reglas preestablecidas y consiga expresar su individualidad. Acto que Yggdrasill (la conciencia virtual que da forma a este mundo), asimila y replica dentro de los límites propios y de la data original. Algo que podemos entender al final, como una rebelión simulada.  
Sé que, al llegar aquí, te preguntaras mi punto con todo este panal de pedantería embravecido y yo te respondo enseguida. No existe un punto, es una farsa para engancharte y confundirte lector. Y, sobre todo a ti,  colega en el oficio de ordenar palabras.  
El arte, en cualquiera de sus formatos, es un animal vivo que necesita de nuestro crecimiento, análisis y conversación para moverse.  Le disgusta permanecer inmóvil demasiado tiempo, por lo que siempre busca maneras de caminar, sin repetirse. Nos nutre, nos construye, nos reta, nos hace crecer, como nosotros a él.  
Pero, como todo, puede morir cuando le dejamos ser complaciente con nosotros. Cuando le negamos desarrollarse a sus anchas, por temor a incomodar al lector. Cuando evitamos que el statu quo, nos volteé la cara, en consecuencia, de nuestros avances.  
Nuestro público, nuestro formato o incluso nuestro desarrollo, no debe ser nunca limitante para intentar crear algo rompedor o revolucionario. Por qué, si un puñado de locos, erigió un multiverso rico en historias ambiciosas, recursos impactantes y ambientación caóticamente armónica a partir de un tamagochi, nada nos limita para atrevernos a dar un paso por sobre lo que ya se espera de nosotros.  
Hotel sin cuartos 
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yhwhjvv · 5 years
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El perdón del fratricidio
Arie Moisés Brito Macín
“Sigan amándose unos a otros fraternalmente. No se olviden de practicar la hospitalidad (…) Acuérdense de todos los presos, como si ustedes fueran sus compañeros de cárcel, y también de los que son maltratados, como si fueran ustedes mismos los que sufren” Hebreos 13:1-3
No hay pregunta que deba cernirnos más, que la que le hizo Dios a Caín: “¿Dónde está tu hermano?”. El pecado de Caín es el fratricidio, el asesinato del hermano. Este pecado al menos tiene dos dimensiones a considerar; por un lado, el fratricidio carnal, o el fratricidio propiamente dicho, que se refiere al acto físico del asesinato, el derramamiento de sangre: “La tierra (…) ha abierto sus fauces para recibir la sangre de tu hermano, que tú has derramado” (Gen 4:11).
Por otro lado, está el fratricidio del que nos habla Jesús en el sermón del monte: “Ustedes han oído que se dijo a sus antepasados: ‘No mates, y todo el que mate quedará sujeto al juicio del tribunal’. Pero yo les digo que todo el que se enoje son su hermano quedará sujeto al juicio del tribunal. Es más, cualquiera que insulte a su hermano quedará sujeto al juicio del Consejo. Pero cualquiera que lo maldiga quedará sujeto al juicio del infierno” (Mat 5:22). Una forma de definir esta especie de homicidio sería como fratricidio espiritual.
Ambas distinciones (fratricidio carnal y espiritual) son únicamente distinciones formales de la acción, porque para el pensamiento judío no hay tal distinción. El hombre no es únicamente basár (carne) o ruaj (espíritu), sino néfesh, que es la integridad de la existencia humana. El hombre, en este sentido, es carne-espiritual ¿Qué quiero decir con todo esto? Que ante el tribunal de Dios el fratricidio carnal y el espiritual tienen el mismo peso. Ambos actos “reclaman justicia” (Gen 5:10). El pecado que se ejerce se ejerce contra la totalidad del prójimo. Nos adueñamos de la existencia del otro.
Vemos que el fratricidio no solo es un acto externo. Como todo pecado, su origen está en el corazón, por eso Jesús dice: “el que se enoje con su hermano quedará sujeto al juicio”, esto es porque “la ira humana no produce la vida justa que Dios quiere” (Sant 1:20)
Recordemos, por ejemplo, la relación de Jacob y Esaú. Cuando, a base de engaños, Jacob se quedó con la bendición del padre, en vez de habérsela quedado Esaú (quien según la tradición era quien la merecía), comenzó una rivalidad perversa:
“A partir de ese momento, Esaú guardó un profundo rencor hacia su hermano por causa de la bendición que le había dado su padre, y pensaba: ‘ya falta poco para que hagamos duelo por mi padre; después de eso, mataré a mi hermano Jacob” (Gen. 27: 41).
No negamos la perversidad de Jacob al engañar a su padre para recibir la bendición. Pero tampoco la perversidad de Esaú al maquinar la muerte de su hermano.
También hubo rivalidad entre Raquel y Lea: “Cuando Raquel se dio cuenta de que no le podía dar hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana y le digo a Jacob: --¡Dame, Hijos! ¡Si no me los das me muero!”, y a lo largo de Genesis 30 no podemos negar una tención en su relación. Por ejemplo, cuando Lea le dice a Raquel: “¿Te parece poco haberme quitado a mi marido, que ahora quieres también quitarme las mandrágoras de mi hijo?”.
Podemos ver que en los tres casos presentados la envidia por la bendición antecede al fratricidio. Caín mata a Abel porque Dios mira a éste con agrado, Esaú quiere matar a Jacob por recibir la bendición de su padre, y Raquel envidia a Lea porque Dios le ha bendecido con hijos, y podrías agregar el caso de José y sus hermanos quienes sentían celos de él. A grandes rasgos, envidiamos porque no aceptamos lo que Dios nos da, ni hacemos lo que demanda de nosotros.
Uno podría preguntarse ¿quién es aquel a quien llamamos hermano? El primer nivel de la hermandad es la relación de la familia carnal. Hasta ahora sólo hemos abordado el fratricidio sanguíneo. Es decir, el que se gesta, desarrolla y consume en una familia nuclear. Pero el hermano no solo es el hijo de mi padre, sino todo prójimo.
1. Las consecuencias subjetivas del fratricidio
Cuando Dios enfrenta a Caín no lo mata, de hecho, protege su cuerpo (“Entonces el señor le puso una marca a Caín, para que no fuera a matarlo quien lo hallara”). No obstante, la condena que sufre es más fuerte: “‘Hoy me condenas al destierro, y nunca más podré estar en tu presencia’, (…) Así Caín se alejo de la presencia del Señor”.
El homicidio del hermano produce el pesar más grande; la ausencia de Dios en nuestras vidas. Resulta lógico entonces la enseñanza de Cristo:
Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar. Ve primero y reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda” (Mateo 5:23-24).
¿Cómo daremos ofrendas a Dios si no estamos ante su presencia? He ahí la contradicción del cristiano fratricida.
“Jesús está convencido de que no hay relación con Dios sin la premisa del amor al prójimo y al hermano (…) La consecuencia de esto es muy clara, aunque dura: no hay ninguna relación religiosa que sustituya lo que hemos de hacer, cada uno, por el otro, porque para ser verdaderamente humanos hay que asumir, de forma personal, al otro como hermano.” (Luciani, 2019).
El fratricida es un fugitivo errante. Es consciente de su pecado, pero vive cargando con ello. Por eso Jacob “sintió mucho miedo y se puso muy angustiado” al estar por ver a su hermano nuevamente. Así, las dos grande consecuencias del fratricidio son la división del hombre con el hombre, y la de Dios con el hombre. Caín y en general, el fratricida, es un fugitivo errante y solitario que espera una condena.
2. El sacrificio de Cristo y el perdón del fratricidio
¿Cómo cargar con todo este peso? ¿Cómo liberarnos este yugo opresor que nos aleja de Dios y de nuestros hermanos? ¿Es posible la reconciliación? La biblia demuestra que sí:
Jacob, por su parte, de adelantó a ellos, inclinándose hasta el suelo siete veces mientras se iba acercando su hermano. Pero Esaú corrió a su encuentro, echándole los brazos al cuello, lo abrazó y lo besó. Entonces los dos se pusieron a llorar. Luego Esaú alzó la vista y, al ver a las mujeres y a los niño, preguntó: --¿Quiénes son estos que te acompañan? –Son los hijos que Dios le ha concedido a tu siervo” (Gen 33:3-5).
Situación no muy distinta es la de Josué y sus hermanos:
“Cuando se dio a conocer a sus hermanos, comenzó a llorar [muy fuerte…] y abrazó José a su hermano Benjamín y comenzó a llorar. Benjamín, a su vez, también lloró abrazando a su hermano José. Luego José, bañado en lágrimas, besó a todos sus hermanos” (Gen 45:2, 14-15).
No cabe duda de que el arrepentimiento es un regalo de Dios. De hecho, Jacob tuvo que luchar con Dios para reconocer en su hermano el rostro de Dios. En el versículo 30 del capítulo 32 de Génesis Jacob dice “he visto a Dios cara a cara, y todavía sigo con vida”, y más adelante en el 33:10 exclama al reconciliarse con su hermano: “¡Ver tu rostro es como ver a Dios mismo!”. Esta expresión, claro está, no podía hacerla sin antes haber visto a Dios. De la misma firma, José reconoce que “fue Dios quien me envío aquí, y no ustedes”. En la reconciliación de los hermanos Dios se manifiesta poniendo en nuestros corazones la dignidad que el otro merece.
La responsabilidad de ser “guardas de nuestro hermano” se vuelve universal en el sacrificio de Cristo, y a su vez solo mediante él esto es posible: “En su nombre se predicarán el arrepentimiento y el perdón de pecados a todas las naciones”.
A su vez, el sacrificio de Cristo es la inversión del acto de Caín. Si éste mata para satisfacer sus pasiones carnales, aquel se sacrifica por la resurrección de otro. Solo mediante él es posible el camino al Padre, que es el camino al amor, y por este amor podemos amar a los otros. El sacrificio de Cristo reinstituye la relación filial.
La carta a los hebreos exalta esta virtud del sacrificio de Cristo:
“Tanto el que santifica, como los que son santificado tienen un mismo origen, por lo cual Jesús no se avergüenza de llamarlos hermanos, cuando dice: ‘proclamaré tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te alabaré’ (…) Por tanto, ya que ellos son de carne y hueso, el también compartió esa naturaleza humana para anular, mediante la muerte, y librar a todos los que por temor a la muerte estaban sometidos a esclavitud durante toda la vida [a Caín y a los fraticidas, en este caso] (…) Por eso era preciso que en todo se asemejara a sus hermanos, para ser sumo sacerdote fiel y misericordioso al servicio de Dios, a fin de expiar los pecados del pueblo. Por haber sufrido él mismo la tentación, puede socorrer a los que son tentados” (Heb 2:11-12).
¿Estas enojado con tu hermano? ¿Has maldecido a tu prójimo? Cuéntaselo a nuestro redentor, porque el “puede socorrer a los que son tentados”. Gracias a su sacrificio podemos y debemos expresarle a nuestro hermano: “ver tu rostro es como ver el rostro de Dios mismo”, en tanto que vemos en él la dignidad que desde el principio se nos fue dada.
3. Nuestra Obligación
La paz en la vida filial es indispensable en la vida del discípulo de Cristo, y esta hermandad no debe limitarse a términos sanguíneos. Hebreos también nos dice “sigan amándose unos a otros fraternalmente”. En este sentido, el amor fraternal es un mandato divino. De hecho, el segundo mandamiento más importante es: Ama a tu prójimo como a ti mismo ¿y quién es más próximo que nuestro hermano?
Recordemos, hermanos, que la fe sin obras esta muerta. La carta de Santiago insiste en esta idea y nos exhorta a vivir con una fe activa en medio de la congregación:
“Hermanos míos, ¿de qué le sirve alegar que tiene fe, si no tiene obras? ¿Acaso podrá salvarlo esa fe? Supongamos que un hermano o una hermana no tienen con qué vestirse y carecen del alimento diario, y uno de ustedes le dice: ‘que te vaya bien; abríguense y coman hasta saciarse’, pero no les da lo necesario para el cuerpo ¿de qué servirá eso? Así también la fe por sí sola, si no tiene obras, está muerta” (Santiago 4:14-17).
Por eso la carta a los hebreos dice:
No se olviden de practicar la hospitalidad (…) Acuérdense de todos los presos, como si ustedes fueran sus compañeros de cárcel, y también de los que son maltratados, como si fueran ustedes mismos los que sufren” (Heb 13:1-3).
Hermanos ¿qué concluiremos? En primer lugar, que hemos sido fratricidas, que hemos matado a nuestro hermano en más de una ocasión. En segundo lugar, que Cristo ha sido crucificado para ser rescatado de esa condición de pecado. Que, por consecuencia, podemos arrepentirnos ante Dios y nuestros hermanos, y que tenemos una responsabilidad para con ellos; la de amar y servir.
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sonnenstrahl1933 · 4 years
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¿ES REALMENTE UN GENIO MUR OTI?
Manuel Mur Oti es la persona con la que desea tropezarse cualquier periodista a la hora de preparar un reportaje, porque Mur Oti reúne toda esa serie de cualidades de simpatía, cultura, experiencias, léxico abundante, variado y elegante. Con él se pueden abordar mil temas diferentes. Él conoce mil paisajes, mil ambientes, mil situaciones distintas, mil gentes. Mur Oti es un mundo. Un mundo en efervescencia continua, y penetrar en él es algo tan inquietante que no hemos podida resistirnos a tan sugestiva tentación. Su vida ha sido como un largo viaje. Nació en Vigo, y con su familia conoció España entera porque su padre era director de Prisiones y en aquellas tiempos los traslados constituían el pan nuestro de cada día. Todavía era muy niño cuando realizó su primer viaje a Cuba. Desdé allí recorrió América entera. Luego, España otra vez, Europa, algo de Asia y África. Más tarde, nuevos viajes a América y en el pasado año hizo tres nuevos viajes. Él mismo dice que «a la vista de este continuo ir y venir, que ha sido el signo constante de mi vida, creo que viajar es mi destino».
Mur Oti es, sobre todo, un gran escritor. Dejemos que sea él mismo quien hable de esta faceta tan importante en su vida: «Con la cristiana resignación que esta circunstancia exige, reconozco humildemente que fui un niño prodigio y que, si no alcancé la fama en mis primeros años, debe echarle la culpa al cine, que estaba en sus albores en aquellos momentos. Fui poeta a los cuatro años, cuando apenas sabía escribir, y mi primer absceso lírico se lo dediqué a mi hermana Julia en un cuarteto tan absurdo que podría llenar de orgullo a cualquier vate de hoy. Como todavía no he entendido el oscuro dictado de mi musa de entonces, y sospecho que en aquel cuarteto germinaban las raíces de una poesía de vanguardia que, años después, nos hizo sufrir espantosamente, no me sustraigo al orgullo de transcribirlo. Helo aquí para gloria mía: «La muñeca de Julia tiene tres patas. Una blanca, otra negra y otra de gata.» Había, pues, nacido el poeta. Más tarde vinieron versos, muchos versos, que formaron libros. También artículos, cuentos, conferencias, teatro, libros y novela. Escribió «Destino negro», y con ella concurrió al Nadal. «Con mi acostumbrada modestia —dice—, estaba seguro de obtener el primer premio, pero sólo llegué a primer finalista. Me sentí defraudado y abandoné este género.» Empezó a proyectar y dar forma a una serie de guiones, entre los que podemos citar «Cuatro mujeres», «El huésped de las tinieblas», «Alas de juventud», «Noventa minutos», «Un hombre va por el camino», «Entre el día y la noche», «Destino negro», «Orgullo», «Fedra», «Condenados», «La guerra empieza en Cuba», «El batallón de las sombras», «El viajante de Dios», «Una chica de Chicago», «Duelo en la cañada», «Milagro a los cobardes», «Teresa de Jesús», «Lola», «El mundo empieza cada día», y otras muchas que no citamos. «Creo que es mucho escribir, aparte mis guiones para la TV. Si no es alta la calidad —como acaso reconozcan mis numerosos amigos—, váyase lo uno por lo otro, y reconózcaseme, por lo menos, la fecundidad.» Digamos que todos estos guiones, o casi todos, han sido llevados al cine, aunque como él mismo dice, reconoce que todavía no ha obtenido ningún Oscar en Hollywood.
— ¿Ha realizado, de verdad, su gran película. Esa película de la que se sintiese contento, y más que contento, orgulloso?
—No. Ahora bien, si usted desea saber cuándo la voy a realizar, le diré con absoluta firmeza que este año. Es muy posible que le contestara lo mismo el año próximo.
Mur Oti y la televisión española
La TV, para Mur Oti, es el medio más poderoso de que dispone actualmente la humanidad en el terreno de la información. Visible, audible, legible, amena siempre y siempre esperanzada incógnita, que deja libres las horas de trabajo y no persigue a nadie por las calles. Sutil como el aire mismo, atraviesa la puerta de nuestras casas y llena los silencios de nuestra intimidad. No querríamos pensar, pero pensamos; no querríamos ver, pero vemos; no querríamos oír, pero oímos. Pensamos, vemos y oímos porque la TV está ahí, frente a nosotros, como una ventana maravillosamente en el muro, a la que sin descanso se asoman inesperados visitantes, que nos hacen oír palabras inesperadas sobre paisajes desconocidos y en torno a insospechados problemas. Y jamás apagamos su turbadora luz, porque estamos atados a la incógnita de lo que vendrá después. En el periódico buscamos la noticia que nos importa, pero en TV, con la noticia que nos importa, nos enteramos, también, de la que jamás nos hubiera interesado y no con la escueta frialdad de la letra, sino con la vigente y cálida presencia del hombre o del suceso.
— ¿Usted cree en la TV como un arte nuevo?
—Si es arte el cine, ¿por qué no ha de serlo la televisión? Se compone de los mismos elementos, se nutre de idénticas fuentes literarias y se produce con unos elementos mecánicos de iguales características. Únicamente la forma de pago, por parte del espectador, del espectáculo en sí es distinta. El entretenimiento que el cine proporciona se adquiere a cambio de dinero, religiosamente pagado en taquilla. El de la TV, en anuncios, casi todos amenos, religiosamente escuchados o vistos sin salir de casa. Indudablemente, la TV es tan arte como el cine. Para mí, sin duda alguna, el octavo arte de que dispone la humanidad. Y el más acorde con el progreso social. Igual para pobres y ricos, igual para capitales y pueblos. Estreno a un mismo tiempo, sin privilegios, para todos los ojos de la nación en que se produce.
—Usted que es director de cine y director de TV. ¿Ha encontrado notables diferencias entre ambos medios de expresión, en lo que a realización y técnica se refiere?
—Para mí, cine y TV son dos medios de expresión absolutamente iguales. Su técnica es la misma. No he encontrado variación alguna en la forma de realizar en uno y otra. Si algo los diferencia es la rapidez con la que, naturalmente, ha de producirse en TV. Un programa de media hora sale al aire con una realización de media hora, en tanto en cine ocuparía un rodaje de quince días, aproximadamente. Pero como compensación, en TV se ensaya durante varios días y se rueda con tres cámaras. Váyase lo uno por lo otro. En cuanto a que llegan al espectador por caminos bien definidos y concretos, eso no significa diferencias de medios de expresión, sino de reparto de un producto. El cine se vende en los cinematógrafos y la TV se sirve a domicilio. A fin de cuentas, esto quiere decir que la TV es un cine con procedimientos mercantiles más modernos.
—Siguiendo el tema del cine. ¿Usted cree que TVE trata debidamente al cine?
—Creo que sí, que está bien tratado. Hay en torno al cine algunos espacios interesantes. Y como crítica, está la justa, sapiente y muchas veces graciosamente irónica de Alfonso Sánchez. Las películas que se proyectan son aquellas de las que puede disponer la TV por razones de tiempo de explotación y las series telefilmadas, las que nos mandan de por ahí, ya que España, desgraciadamente, no produce películas para la pantalla pequeña. En cuanto a la creación de espacios de orientación cinematográfica, como alguien ha pretendido, ¿por qué?... En este caso, cuando en los cines proyecten cortos orientadores de TV. Acaso fuera interesante todos los días una actualidad cinematográfica remitida a las películas en rodaje. Creo que sería agradable para el espectador y eficaz para el cine nacional.
El teatro en Televisión Española
Mur Oti habla del proceso del teatro en nuestra televisión. Para él, hombre inteligente y conocedor del tema, TVE ha llevado a cabo una labor meritoria en extremo. Gracias a ella, una masa de millones de espectadores ha conocido y admirado, en muchos casos, obras importantes en la dramaturgia mundial. Para Mur Oti, el programa ideal es el intimista. El que exige el plano corto por ser más persuasivo, más convincente, más cercano al corazón del espectador.
— ¿Cuál es la obra ideal en TV respecto a su duración medida en minutos?
—Creo que la obra corta, de media hora, intensa, íntima. La TV parece una pantalla pequeña. En el plano general, el gesto, la emoción se diluyen. Queda la voz, pero la voz no es todo.
— ¿Qué ha pretendido usted con el programa «Hoy dirige»?
—Bueno. Yo no soy «Hoy dirige»... Soy uno de los de «Hoy dirige». Creo que mostrar al televidente español algo de lo que pueden hacer los directores cinematográficos. Darles la primicia gratuita de una pequeña película, producida expresamente para ellos. Enseñarles el rostro de aquellos que, por estar siempre detrás de las cámaras, no han visto jamás. Una hermosa pretensión, desde luego, y que yo he agradecido mucho.
— ¿Por qué cree usted que no han pasado por este programa todos los directores de nuestro cine?
—Seguramente porque tienen mucho que hacer. Los que están rodando no pueden apartarse de la enorme obligatoriedad del rodaje. Los otros, a buen seguro, están preparando sus próximas producciones. Acaso algunos teman que esa prisa de la TV perjudique la calidad de su pequeña obra televisada. Pero todo esto son suposiciones mías De todos modos, creo que poco a poco los directores españoles pasarán, sin excepción alguna, por el «Hoy dirige».
— ¿No será porque usted ha puesto muy difícil el programa?
—Eso es muy relativo. Lo único que sé es que yo he llevado a cabo mis tres programas: «Don Juan frente a la noche», «Dulcinea y el alba» y «La denuncia», con todo mi amor. Creo me he entregado a ellos sinceramente. Que he escrito los tres guiones sin pensar si su vida iba a ser la de una noche o la de una eternidad. Y que me ha importado más la TV que el dinero de la TV. Creo que para un director de cien hacer televisión es poner su trabajo a muy altos intereses.
— Dicen que usted ha traído algo nuevo a TVE. Nosotros pensamos que eso es totalmente cierto. ¿Qué opina usted mismo?
—Tal vez. Pienso que he traído una fórmula apasionada, poética, encendida, cercana al alma, a los oídos y a los  ojos del televidente. Sabía que mi programa iba en la noche y creé un arte que sólo en la noche podía tener eco emocional. Tal vez a esto deba ese éxito del que hablan. A que pensé en TV y escribí para esa TV, adaptándome a ella, ciñéndome a sus exigencias, a sus valores, a sus horas.
— ¿Está preparando algo nuevo para nuestra televisión?
— Creo que sí. Creo que estaré con más frecuencia en TVE. Acaso todas las semanas y con un espacio en el que daré, como hasta ahora, emoción, intimidad, poesía. Si estas esperanzas se cumplen, cada semana, mi espacio, será una ventana abierta a la pasión y al amor.
Mur Oti y la programación de TVE
A Mur Oti le hemos preguntado por los tres mejores programas de nuestra televisión, al menos por esos tres programas que a él le satisfacen por encima de los restantes; los dos actores que a él le parecen los mejores; por el programa que a su juicio falta en la programación semanal y, finalmente, por el peor espacio que sale a la antena.
— Los tres programas que más me gustan son: «Silencio, vivimos», «El hombre, ese conocido», «Primera fila», «3º izquierda», «La novela del lunes», «Crónicas de nuestro tiempo», «Gran parada», «La tortuga perezosa» y algunos más que ahora no recuerdo. Muchos buenos programas para nuestra ya muy buena televisión. Y conste que yo puedo opinar porque he visto la TV de gran parte de los países del mundo. La nuestra, incansable, precaria en medias técnicos, pero perfecta, hecha por hombres que roban a su sueño la distracción gratuita de los demás, es superior. En cuanto al programa que menos me agrada... ¡El mismo que le desagrada a usted, amigo mío!... Con respecto al programa que falta en TV, ¡qué más quisiera yo que saberlo para proponérselo a la TV y empezar a trabajar desde mañana! Actores no dos, sino más: Puente, María del Puy, Paco Morán, Paula Martel, María Luisa Rubio, Ángela María Torres, Valeriano Andrés, Nela Conjíu, y otros muchos, que me perdonarán no cite porque la relación iba a ser demasiado larga.
— ¿Hasta qué punto le ha proporcionado satisfacciones su trabajo en TVE?
— Enormes satisfacciones. Más qué la poesía. Más que la novela. Más que el guion. Más que el cine. Me ha proporcionado la felicitación espontánea del hombre de la calle, la llamada telefónica y anónima tras la salida al aire del espacio, las cartas de toda España, en que me animan a seguir. El cordial tacto de codos entre el creador y el espectador que jamás había sentido. El notarme amigo de los que me ven. Nada más y nada menos que eso.
—Señor Mur Oti, usted me va a permitir que le hagamos una pregunta que, quizá, le vaya a parecer capciosa o... tendenciosa. ¿Qué opina de la crítica de TVE?
— Escasa. Falta en muchos periódicos y revistas, y no tiene la extensión ni el lugar de privilegio que le corresponde, dada la importancia de la TV, espectáculo que se produce para una audiencia de más de siete millones de espectadores. Para mí ha sido cordial, sincera, generosa, halagadora. Acaso es una de las razones —y la más poderosa— que me anima a seguir en TV, y a mejorar lo que en ella haga. Si algo significan mis espacios y si llegan a significar más en el futuro, a los críticos que como usted se ocupan de TVE, se lo deberemos los televidentes y yo.
Por lo que nos atañe, solo nos queda dar las gracias a nuestro entrevistado. Creemos, por otro lado, llegado ya el momento de cerrar esta charla. Lo cierto es que Mur Oti nos ha facilitado enormemente nuestra tarea. El periodista tiene forzosamente que estarle agradecido. Nos viene a la memoria aquel tremendo calificativo de «genio» que alguien le otorgara y, entre bromas y veras, se lo recordamos. Pretendemos que sea el propio Mur Oti quien cierre con sus palabras esta nuestra entrevista con una autodefinición, que le rogamos sea sincera.
—Un hombre inteligente. Menos que muchos, claro..., pero más que muchos, también. Un español, a fin de cuentas, ni alto ni bajo, ni gordo ni delgado, ni tan maduro en años como para que puedan llamarme viejo sin ofenderme, ni tan mocito como para que me digan joven sin halagarme. Mis amigos, ciertamente y como usted bien dice, dieron en llamarme genio, y a punto estuvieron en buscarme la ruina con tal apelativo, porque muchos pensaron que yo lo tomaba en serio y desencadenaron contra mí su santa ira. ¡Qué necedad la de mis inteligentes detractores!... ¡Como si yo no fuera lo bastante genio para ir a creerme semejante tontería!... Creo que soy un poeta apasionado, un escritor exigente y sincero y un director ambicioso e inconforme con su obra. No hice todavía mi gran poema, mi gran novela, mi gran obra de teatro ni mi gran película. Pido a Dios que esté a punto de acabar cualquiera de estos trabajos cuando me llegue la hora de morir. Y que otro tenga que ponerle el fin. Porque, así, en colaboración... ¡Es posible que digan que estaba terminando, al fin, una gran cosa!
MATÍAS ESCRIBANO
Revista “Primer Plano” nº 1180, 24/05/1963
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callmeanxietygirl · 5 years
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TU CABELLO NO ES CASUALIDAD...
Nuestro cabello es la extensión física de nuestros pensamientos, nos brinda la dirección a lo largo de nuestra vida; cada uno de nuestros cabellos nos representa a nosotros mismos, son puntos de conexión fuertes tanto de nuestro cuerpo como de nuestro espíritu según los pueblos indígenas.
Los hombres y mujeres de sabiduría han llevado el cabello largo; en cambio en los lugares donde se ha presentado la tiranía en cualquiera de sus formas, el cabello corto ha sido obligatorio y éste, junto a otros factores ha culminado con la derrota espiritual y física de los pueblos.
El cabello tiene su propio lenguaje y carácter, y la forma en que sea peinado es sumamente importante para quien lo porte:
La raya en medio representa la alineación del pensamiento.
La trenza, la unidad del pensamiento con el corazón.
El cabello suelto significa seguridad.
El cabello recogido, convicción.
Actualmente las personas se peinan sin conocer el significado de sus acciones y el estilo en que se use, el cabello es importante pues haciendo a un lado la vanidad o practicidad, la forma en que uno lleve el cabello repercutirá directamente sobre nuestro estado de ánimo.
Adentrándonos al pensamiento de los pueblos indígenas encontraremos que la forma de llevar peinado el cabello era de suma importancia pues de esta manera se describía y anunciaba su participación en diversos eventos: matrimonio o guerra, alegría o duelo.
A través del cabello y los tocados que se llevaba sobre él se podía saber la madurez de las personas, su estatus en la sociedad o los tiempos de paz y guerra.
Los peinados eran como las estaciones; cambiaban en ocasiones públicas, privadas y ceremoniales. El cabello representaba los pensamientos y el estado espiritual del individuo; mostrando los vínculos y la unidad espiritual de su familia y definiendo la armonía cultural y el alineamiento espiritual de su comunidad.
El cabello representaba los estados de la naturaleza, fluían en línea recta como las cascadas o eran ondulados como el agua del río.
A los niños indígenas se les enseñaba a lavar y enjuagar el cabello.
En las enseñanzas de muchas tribus indígenas el cortar el cabello representaba un proceso de duelo o la proximidad con la muerte.
El cabello era un elemento místico en todas ellas.
No permitían que nadie tocara su cabello sin su permiso.
Sobre la importancia del cabello largo:
Desde hace mucho tiempo, pueblos de diferentes culturas, no cortan su cabello, porque es una parte de lo que son.
Cuando al cabello se le permite alcanzar su máxima longitud, entonces fósforo, calcio y vitamina D son producidos, y entran en el líquido linfático y finalmente al líquido cefalorraquídeo a través de dos conductos en la parte superior del cerebro.
Este cambio iónico hace a la memoria más eficiente y conduce a una mayor energía física, mayor resistencia y estoicismo.
Si decides cortar el pelo, no sólo se perderá esta energía extra y nutrientes, si no que tu cuerpo deberá proporcionar una gran cantidad de energía vital y nutrientes para que vuelva a crecer el cabello perdido.
Además, los cabellos son las antenas que recogen y canalizan la energía del sol o (prana) a los lóbulos frontales, la parte del cerebro que se utiliza para la meditación y la visualización.
Estas antenas actúan como conductos para lograr una mayor cantidad de energía sutil, energía cósmica. Se tarda aproximadamente tres años desde la última vez que se cortó el pelo para formar nuevas antenas en las puntas del cabello.
Cabello mojado:
Cuando te recoges el cabello húmedo, tenderá a disminuir y apretar un poco, e incluso romperse mientras se seca.
Una mejor idea es tomar de vez en cuando el tiempo para sentarse al sol y permitir que su cabello limpio y húmedo se seque de forma natural y absorba parte extra de vitamina D.
Los yoguis recomiendan lavar el cabello cada 72 horas (o más frecuentemente si el cuero cabelludo suda mucho). También puede ser beneficioso lavarse el pelo después de estar molesto o enojado, para ayudar a procesar las emociones.
Corte de Pelo:
A menudo, cuando las personas eran conquistadas o esclavizadas, les cortaban su cabello como un signo de esclavitud, impotencia y humillación.
Los huesos de la frente son porosos y su función es de transmitir la luz a la glándula pineal, que afecta la actividad cerebral, así como a la tiroides y a las hormonas sexuales.
Así como tribus y sociedades enteras fueron conquistadas, el corte de pelo se hizo tan frecuente que la importancia del cabello se perdió después de unas pocas generaciones, y los peinados y la moda llegaron a ser el foco.
Cerrando ciclos:
Nuestro cabello como cada célula de nuestro cuerpo tiene memoria, por ello es común que cuando cerramos un capítulo de nuestra vida, nuestro ser nos pida un corte de pelo, inconscientemente se debe a la necesidad de renovación como cuando los árboles sueltan su corteza, hasta que recupere su vitalidad.
Peine de madera
Los yoguis también recomiendan el uso de un peine de madera o un cepillo para peinarse el cabello, ya que ofrece una gran cantidad de circulación y la estimulación en el cuero cabelludo, y la madera no genera electricidad estática, lo que provoca una pérdida de energía del cabello hacia el cerebro.
Te darás cuenta de que, si te peinas desde la frente hacia atrás, de atrás hacia delante, y luego varias veces hacia la derecha y hacia la izquierda, te refrescará, no importa el largo de tu pelo. Todo el cansancio del día se habrá ido.
Para las mujeres, se dice que el uso de esta técnica para peinar el cabello dos veces al día puede ayudar a mantener la juventud, un ciclo menstrual saludable y buena vista.
Si tienes problemas de calvicie, la falta de energía del cabello puede ser contrarrestada con más meditación. Si estás encontrando algunas hebras de plata (canas) en el cabello, ten en cuenta que la plata o el color blanco aumentan el flujo de energía y vitaminas para compensar el envejecimiento.
Para la salud del cerebro, a medida que envejece, trata de mantener tu pelo lo más sano y natural posible.
Se dice que cuando permites que el pelo crezca en toda su longitud y lo enrollas en la corona de la cabeza, la energía del Sol, el prana, la energía vital, baja en la columna vertebral. Para contrarrestar esa tendencia a la baja, la energía vital Kundalini se eleva para crear equilibrio.
Tu cabello no está allí por error. Tiene un propósito.
S.O
Créditos La Sabia Del Roble
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