Tumgik
#ardor en garganta
somos-deseos · 10 months
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Odio sentirme enojada, quiero llorar y gritar al mismo tiempo, pero no lo hago y dejo que todo se reprima en mí. Entonces tengo esta sensación de ardor en la parte posterior de mi garganta como si no pudiera respirar y mis emociones son como si me consumieran.
- Seguen Oríah.
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deepinsideyourbeing · 3 months
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Se me ocurrió un escenario en el que Reader es lit súper malcriada, respondona, superficial y Enzo aplica la de "I'll fuck the brat out of you" no sé si se entiende bksnbnk tiene pinta de que sirve más como one shot que drabble, pero aje
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+18! Posible CNC.
-¿Me vas a pedir perdón?
El rostro de tu novio es furia pura y el calor en su mirada se extingue como un débil incendio. Sus dedos están entrelazados firmemente en tu cabello para obligarte a mantener el contacto visual y su cálido cuerpo sobre el tuyo está consumiéndote, ahogándote con su esencia.
-No.
Una arruga en su entrecejo es la única advertencia que obtenés antes de sentir ese dolor no tan desconocido en tu mejilla, seguido por el delicado abrazo de su mano sobre tu cuello y la fugaz pero inquietante contracción de sus dígitos. Suspira con hartazgo o resignación, no lo sabés, y su respiración golpea tus labios.
-¿No?
Le sonreís de manera irritante.
Tu reacción es lenta en comparación con sus movimientos cuando manipula tu cuerpo, volteándote y presionando tu rostro contra el colchón mientras vuelve a posicionarse sobre tu figura desnuda, todavía más vulnerable que antes gracias a la nueva posición con la que te deja aún más expuesta.
Utiliza su peso corporal para inmovilizarte mientras se deshace de su camiseta, la última prenda que cubría su cuerpo, pero no lográs voltear para poder deleitarte con su imagen porque en un segundo vuelve a reducirte y tu campo visual está repleto de sábanas y nada más que sábanas.
El calor de su erección es reconfortante, seguro, pero tu entrada no está preparada para su tamaño y un gemido de angustia deja tu garganta cuando comprendés qué es lo que está por suceder: sostiene tu cabeza con una mano y con la otra guía su miembro hacia tu centro, deslizándose entre tus pliegues húmedos.
-Enzo, no- suplicás con la voz cargada de pánico-. No puedo...
-Callate.
El ardor de la penetración te hace gritar y él lo soluciona rápidamente cubriendo tu boca con una mano, restándole importancia a tus lágrimas cuando corren por tus mejillas y humedecen su piel. Te observa con una sonrisa de satisfacción que tu mirada nublada no te permite percibir y disfruta de oír tu llanto.
Tu cuerpo no tiene más opción que hacer lugar para recibirlo y pronto tus paredes, cálidas y muy estrechas, se contraen sobre su miembro cuando sus no tan delicados movimientos lo llevan a golpear repetidamente tu cérvix: tus gemidos ahogados por su palma son para él tan excitantes como frustrantes.
En cuestión de segundos el ritmo de sus caderas se torna brutalmente despiadado y tus sonidos de placer mutan hasta transformarse en exclamaciones desesperadas, opacadas por la colisión constante de su cuerpo con el tuyo y el húmedo sonido de tus fluidos que se propaga por toda la habitación.
Sus propios gruñidos y gemidos directamente sobre tu oído son abrumadores y embriagan por completo tus sentidos cada vez más aturdidos, consumidos por el intolerable placer de tenerlo tan profundo en tu interior y el persistente escozor que provocó en todo tu cuerpo con su súbito ataque.
-La vergüenza que me hiciste pasar, pendeja- dice y muerde tu oreja con fuerza. Rodea tu cuello con un brazo y pega su mejilla ardiente a la tuya, abusando con crueldad de tu interior y fingiendo que tus sollozos le resultan insignificantes.
No estás segura de qué es lo que te lleva a llorar de manera desconsolada: saber que tu comportamiento en verdad lo molestó o esa sofocante intensidad y el ángulo más que experto de sus embestidas que amenazan con romper tu cuerpo en todos los sentidos. Tu cordura se desmorona tan rápido como tu fuerza para continuar batallando con él.
Entre la incoherente combinación de gemidos, súplicas y gritos lográs formular una oración con suficiente sentido para hacerlo comprender:
-Enzo, pará, no puedo...
-¿Qué no podés?- pregunta entre dientes, ejerciendo presión con su brazo para privarte de oxígeno.
-Es mucho, no...
Sin palabra de seguridad o el gesto que la sustituye él es libre continuar y es justo lo que hace. Cada profunda estocada te lleva al borde del delirio y sigue sometiéndote incluso luego de experimentar un fuerte orgasmo: se estremece gracias a la sobre estimulación y la sensibilidad de su cuerpo le roba algún que otro quejido, pero la idea de detenerse no cruza su mente.
El sonido que provoca en tu interior lleno de su semen caliente es indecente, adictivo y tan excitante como para que su erección se mantenga, así que es una pena cuando te oye decir, entre lágrimas:
-Perdón.
Besa tu mejilla con gentileza y suspirás de alivio.
Enzo no se detiene.
taglist: @chiquititamia @delusionalgirlplace @lastflowrr @recaltiente @llorented @creative-heart @madame-fear ♡
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a-pair-of-iris · 1 month
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Cuando el Sol de Ponga 2/4 - El Gran Hechicero
AO3 | Wattpad
¿Qué se supone que hacen las leyendas una vez cumplido su destino?
Los vitoreos y gritos de felicidad resonaban a través de las paredes de la tienda de campaña que le servía de cuarto personal. Sin embargo, el entusiasmo que se extendía entre las tropas, por la fortuna de presenciar los días posteriores a la victoria, había abandonado a Manuel pocas horas después de su milagroso despertar. Era un hecho asombroso, considerando que su última impresión, antes de caer inconsciente en la arremetida final ante el Enemigo, fue que su cuerpo sería consumido antes de llegar a tocar el piso, destruido por la magia oscura que comenzó a extenderse gracias a la brutal estocada que no tuvo la fuerza de repeler.
Debería estar muerto en esta parte de la historia.
—“… y el Gran Hechicero un alto precio enfrenta” —las palabras del familiar verso le arañaron la garganta al pronunciarlas, y la tos que le sobrevino le recordó la herida punzante en su costado. Percibía la ponzoña toscamente contenida alrededor de la llaga, el resultado de los desesperados intentos de las curanderas por mantenerlo con vida, a demanda del Elegido.
Mi Elegido.
Quizás más tortuoso que el resquemor de la marca oscura que le propinó el Gran Mal, o la preocupante distancia que había cobrado su propia magia, era la nueva y desagradable sensación de angustia que lo embargaba cuando su querido amigo le venía a la mente. Debía ser una más de las voces entusiastas que celebraban afuera. Con lo apegados que se habían vuelto después de todos los años preparándose juntos para cumplir sus destinos, la única razón para no contar con su presencia constante mientras se recuperaba, era su responsabilidad de mantener alta la moral al mostrar su buen estado después de la batalla, ya que todos conocía el estado de Manuel a esas alturas.
Además, los otros señores debían estar apresurando su aprobación para comenzar con los preparativos del regreso a casa para cada uno. Era otro duro golpe a su ánimo el no poder estar a su lado, apoyándolo en estas tareas ahora que la gran guerra había terminado.
De todas formas, tu parte se ha acabado, un Rey necesita políticos a su lado, no mercenarios.
El ardor se transfirió a sus ojos, y la garganta volvió a rasgarle, aunque solo un quejido dejó su boca en ese instante.
Ni de escudo puedo servirle ahora, una puñalada y he quedado destrozado.
— Una esposa es lo que tendrá ahora —en la soledad de su tienda, y contra la algarabía del exterior, su murmullo desolado y las gotas cayendo por su rostro bien pudieron no existir.
Fue lo único que los señores llegaron a discutir a un lado de su litera, durante sus primeras horas de total lucidez, y antes de que Francis- El Elegido - les prohibiera hablar sobre algo más que no fueran sus buenos deseos para la pronta recuperación de Manuel.
No sería la primera vez que enfrentara a los nobles y comandantes con vendas y sangre bajo la ropa, pero era otra dura señal de que su utilidad estaba terminando.
¿Para qué querría un mago con nada más que penosas trazas de magia rondando los pasillos? Sería solo otro noble inservible ocupando espacio en el castillo. Habría sido mejor caer en combate…
—… mejor que verlo desposar a alguien más.
Con su suerte, Fran-El Elegido - le pediría posarse a su lado durante la ceremonia. Siempre generoso al compartir la atención y sus éxitos, pero completamente ciego al anhelo creciente en la mirada de Manuel.
No podía pensar en algo peor que tener un puesto reservado en primera fila para ver su compañero comprometerse con alguien más, después de tanto tiempo siendo el más cercano, y lo más importante en la vida del otro.
— Ser de leyenda apesta —le confesó al cielo de la tienda, y el antiguo resentimiento sobre su posición en la antigua profecía resurgió desde las profundidades de su corazón, en donde lo había mantenido enterrado por años.
La clase de poder con la que había llegado al mundo era un regalo, pero toda otra dicha en su vida -excepto haber conocido a…- casi no valía la pena frente al resto de sacrificios y desventuras que se sucedían estación tras estación durante toda su vida.
Su familia dejó de ser una casta insignificante el momento en que se confirmó su lugar como el “El Gran Hechicero”, y mientras el nombre de ellos se llenaba de gloria, a Manuel lo abandonaron en el templo con los eruditos para ser entrenado y resguardado, hasta que su Elegido se diera a conocer. Y aunque los tiempos que vinieron creciendo al lado del otro fueron muchas veces sus más eficaces aires de aliento; el violento fin de las personas que incidentalmente lo criarlo, marcó un abrupto fin a su niñez.
Los paisajes y los amigos que formaron en el camino a la aventura no borraban la violencia y horrores de los numerosos combates. En medio de todos esos eventos, y como un fuego que creció muy rápido y más de lo que debía, su vieja parentela desapareció casi de un momento a otro, diezmados en un solo movimiento gracias a la traición de vecinos avariciosos y cobardes. La única absuelta de tal fortuna, la hermanita que a penas conocía, fue enviada todavía más lejos de él por su propia protección, a la isla de un lord que, después de tanto tiempo, solo debía estar esperando el momento oportuno para casarla con alguien de su estirpe, y así asegurar la continua buena voluntad del futuro Gran Rey.
— Oh, Tiare, perdóname —una abrupta culpa y nostalgia detuvo sus divagaciones por un momento— … algunas veces olvido que aún me queda alguien fuera de todo esto.
Pensar en la niña, a quien solo conocía por cartas, siempre le traía un amargo dolor en el pecho. Una hermana pequeña que ya no solicitaba promesas de una pronta visita, pues a corta edad había entendido que no era un favor que el resto del mundo pensara que le correspondiera exigir, ni algo que Manuel tuviera el poder de cumplir.
Pero ya no tengo guerra que pelear, ni Enemigo que vencer… y tampoco Elegido que proteger.
—… de todas formas desaparezco de la historia desde ahora.
Haciendo uso de su dilapidada magia, recubrió lo peor de su herida con una capa de energía protectora, sumándola al trabajo bien intencionado de las sanadoras del batallón, y finalmente se levantó de su catre con brazos temblorosos. Por suerte, sus piernas se mantuvieron lo bastante firmes para llevarlo a su siguiente destino.
Entre tanto júbilo y movimiento a lo largo de todo el campamento, nadie se dio cuenta del mago o del caballo faltante hasta unas horas después.
No hasta que Francisco fue en busca de su mejor amigo para decirle que era hora de volver a casa.
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... "TE NECESITO"
Llamas a media noche
y me condenas al deseo con tu voz
adentrándote en mis pensamientos,
excitándome con cada verso que me lees
erizándose cada poro de mi piel
hasta hacerme estremecer.
Cierro mis ojos
y mis manos empiezan a jugar sobre mí
al compás, al ritmo de tu voz,
sintiendo como estrangulo mi se xo
en mis garras
Son tus deseos vehementes
que me embriagan
en cada copa de tus suspiros,
vio- lentªndo mi vientre
como un mar embravecido,
golpeándome como si fueran
tus caderas las que se menean dentro de mí
haciéndome arder en el mismo infierno,
desgarrándome la garganta
de los estallidos, de mis alaridos,
de mis gemidos...
Gritando
¡Cuánto te necesito!
¡No pares!
Ya mis piernas tiemblan,
ya el ardor quiere estallar.
Y sigues, sigues con tu voz,
hasta tocar el mismo cielo,
sintiendo como se derrama mi alma
en mis manos,
tambaleando mi voz,
te susurro...
qué orgasmø tan intenso;
Y eso que no te tengo.
Me dices:
Sigue, no pares,
que te voy a llevar nuevamente a tu cielo
Y lo único que digo es...
Vida mía
¡Cuánto TE QUIERO!
Paola Maldonado
Pide mi libro
Mi Perverso y Yo
En la plataforma de Amazon
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esuemmanuel · 2 years
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Caía la tarde con el timbre de su voz cantándome canciones de cuna. Ella deseaba tanto que siguiera soñando, mas, no sabía que al hacer mi vida, también la soñaba. Me miraba a los ojos y me acariciaba la frente, dirigiendo sus dedos a mis labios; ahí, en ese lugar sagrado, me dejaba la huella de su ser en un beso, para luego esfumarse al tacto del rayo de Sol vespertino, el mismo que se colaba por la rendija de la ventana. El viento la ayudaba a volar, en tanto el firmamento bailaba. Antes de irse, me dijo, con esa voz suya; la misma que adornaba las mañanas de marea baja y brisa fastuosa: "Hoy te estoy amando Yo". ¿Cómo no iba a entregarme a su boca ni al susurro perenne que nacía de su garganta? Si le hablaba a mi alma como si no hubiera un mañana. Deseé tanto abrazarla a mi pecho, pero el viento se la llevaba, desvaneciéndola ante mi mirada, mientras yo suplicaba que se quedara. Su secreto era visitarme, vestida de sílfide divina, cubierta de estrellas diamantinas y un halo de luz que titilaba en Rosa. Se sentaba a mi lado, frente al piano y me tomaba las manos, para adornarlas con sus labios, en suaves besos perfumados; y me invitaba a tocarla. Y no solía poner resistencia cuando eso sucedía, ya que mis manos volaban a su encuentro, posándose en el marfil del piano como si de su piel se tratara. La sentía. Me impregnaba de su esencia, de su mágica presencia vestida de notas finas, en sonatas adormecidas, para no dejarla ir. La besaba con la música y el deseo ferviente de amarrarla con las fibras transparentes de mi alma, la misma que nacía al roce del marfil. Nos sumergíamos en una profunda ensoñación. Ella ardía en Rosa, mientras yo latía en Azul… y, como llamas majestuosas, en su ardor divino, nos hacíamos el amor. Se entrelazaba en mis manos, se fundía en mis brazos, haciendo del momento, el clima perfecto para no decirnos adiós. Envuelto en su esfera de luz amorosa, le cantaba al oído, la arropaba con el ropaje divino de mi devoción; de esa casta energía que emanaba de Mi Corazón.
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The afternoon fell with the timbre of her voice singing lullabies to me. She wanted so much for me to keep dreaming, but she didn't know that by making my life, I was also dreaming her. She would look me in the eyes and caress my forehead, directing her fingers to my lips; there, in that sacred place, she would leave me the imprint of her being in a kiss, to then vanish at the touch of the evening sunbeam, the same one that slipped through the crack of the window. The wind helped her to fly, while the firmament danced. Before leaving, she told me, with that voice of hers; the same one that adorned the mornings of low tide and lavish breeze: "Today I am loving you". How could I not surrender myself to her mouth and to the perennial whisper that was born from her throat? If she spoke to my soul as if there was no tomorrow. I wanted so much to hug her to my chest, but the wind carried her away, fading her before my gaze, while I begged her to stay. Her secret was to visit me, dressed as a divine sylph, covered with diamond stars and a halo of light twinkling in Rose. She would sit next to me, in front of the piano and take my hands, to adorn them with her lips, in soft perfumed kisses; and she would invite me to touch her. And I used to put up no resistance when that happened, since my hands would fly to meet her, resting on the ivory of the piano as if it were her skin. I felt her. I would soak in her essence, her magical presence dressed in fine notes, in sleepy sonatas, so as not to let her go. I kissed her with music and the fervent desire to tie her with the transparent fibers of my soul, the same one that was born at the touch of ivory. We were submerged in a deep reverie. She burned in Rose, while I pulsed in Blue… and, like majestic flames, in their divine ardor, we made love to each other. She entwined herself in my hands, melted in my arms, making the moment, the perfect climate for not saying goodbye. Wrapped in her sphere of loving light, I sang in her ear, wrapped her in the divine garment of my devotion; of that chaste energy that emanated from My Heart.
— Esu Emmanuel©
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desechando · 6 months
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Mucha comida
Inevitable culpa
Ardor en la garganta
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lemecdlucas · 8 months
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    ▐ ⦙ ❛ *   ♡ ·゚ Ꮺ ࣪˖ ᥫ᭡ 🦢ˎˊ˗ Ryder/ @lemecdeliott❜ ♥
                         🌾 ❛❛🪄🕊️Todo dolía, era como cuando a los 5 años se había ahogado en el fondo de una piscina, mientras el aire era substituido por agua en sus pulmones Ryder había luchado por su tratar de respirar pero, todo esfuerzo había sido en vano, entre más luchaba más dolía, así que se rindió y fue como se sintió mejor hasta que todo se torno oscuro. Pero, era un sueño lo sabía porque recordaba que no tenía 5 años y ahora no escuchaba las voces de los doctores que trataban de reanimarlo, entonces un fuerte dolor en sus pulmones lo despertó de golpe, había jalado aire, había vuelto a respirar y al primero que vio fue a Ivar junto a él. —Tuve una pesadilla—Se lanzó abrazarlo, notando que algo raro en si mismo estaba mal. Soltó a su novio como si de repente algo lo quemara—¿Q-q-qué ocurre?—Preguntó sintiendo un insoportable ardor en su garganta, los sonidos como si mil bocinas estuvieran pegadas a sus oídos, olores como si todo lo trajera frente a la nariz. —No me siento bien, Ivar—La desesperación fue abrumadora que Ryder se hizo ovillo.
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escritoconplasma · 9 months
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El vacío consume mi cuarto, ahora lo inunda el frío, sentirme solo es la mayor tentación a pensar en ti, y el alivio solo parece pasajero, mientras llevo acabo emociones furtivas, la vida se siente menos vida, si la única salida es seguir la incertidumbre de este camino, espero que regreses, pero cuando sea algo mejor de lo que mereces, pero si no vuelves, seguiré aquí, mi corazón siempre dejara en el tiempo el pedazo que te corresponde, te pertenece una parte de mi vida, y espero que nunca olvides lo que significabas, lo que mi corazón te daba, porque cada latido de lo insignificante que parece la vida valía la pena si podía compartirlo contigo, podré seguir adelante, se ira el ardor de mis manos, se ira el fuego de mi boca, desaparecerá el nudo en mi garganta, y algún día, podré recordarte, sin una lagrima en mi rostro, ojalá pueda contarte cuanto dolió verte partir tan pronto...
@escritoconplasma
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puke-puke · 2 years
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¡!
Esa sensación de repulsión después de comer. Cuando todo te da tanto asco que vomitar se convierte en lo menos repulsivo.
Comienzo a disfrutar el ardor en la garganta, porqué se qué al terminar estaré más delgada.
¿Quien me hizo creer que ser delgada es hermoso y ser gorda horroroso?
Estoy cansada, pero no parare hasta conseguir esa vida deseada.
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deepinsideyourbeing · 2 months
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holiiiii
uff podrías hacer un drabble de Kuku tocandote bajo la mesa en una cena familiar o con amigos ?!
gracias linda 💛
+18!
El vestido de satén blanco que escogiste para asistir a la cena de fin de año, sencillo pero elegante, prometía permitir que pasaras la noche con comodidad y soltura. Sentada en tu habitual lugar en la mesa prestaste poca atención a las posibles manchas de vino o comida y no te preocupaste porque la prenda se arrugara.
Y es que otras cosas ocupaban tus pensamientos. Una persona.
Sentado a tu lado, sonriente y con una camiseta de mangas cortas que abrazaban los sutiles músculos de sus brazos, se encontraba él. Esteban, que mantenía una conversación cuyo tema principal no lograbas comprender. Esteban, siempre sonriente y con una personalidad tímida pero increíblemente magnética, capaz de atraer a cualquier persona. Esteban, el amigo de tu familia.
Esteban, Kuku para las personas de confianza, cuyos largos y delgados dedos te sorprendieron arrugando tu vestido antes de hacer a un lado tu bonita ropa interior roja. Volteaste a verlo, presa del pánico y sorprendida por su descaro, pero su expresión era todavía indescifrable. Serena. Igual que siempre.
Intentaste apartar su mano y pellizcó tu muslo con la fuerza suficiente para hacerte jadear de dolor. Te aclaraste la garganta para disimular el sonido, sin importar que nadie se hubiera fijado mucho en tu estado cada vez más agitado, y entonces separaste las piernas para brindarle mejor acceso a tu centro.
Su cabello rubio brillaba bajo la guirnalda de luces que iluminaba el jardín y recordaste la vez en que te robó un beso detrás del árbol. Cerraste los ojos cuando el recuerdo mutó, en tu mente se sucedían las imágenes del cumpleaños que recibiste con su erección deslizándose entre tus muslos, cuando se resistía a tomar tu virginidad.
Su voz te arrastró hacia el presente nuevamente y uno de sus dedos tanteando tu entrada provocó que te ahogaras con el vino en tu copa. Tus ojos se llenaron de lágrimas que dijiste eran por el ardor en tu garganta, pero tu desesperación y los deseos de dejarte arrastrar por Esteban eran el verdadero motivo.
Las agujas del reloj estaban peligrosamente cerca de dar las doce y él continuaba torturándote. Ninguno de los otros presentes en la mesa parecían preguntarse porque Esteban utilizaba sólo una mano para comer y beber o pensar en tu prolongado silencio.
Cerraste tus dedos en torno a su muñeca para detenerlo y él apartó tu mano con un golpe apenas audible. Continuó con su animada conversación y sólo la interrumpió luego de sentir ese violento escalofrío que te recorrió; para quienes los veían, Esteban seguramente estaba contándote algún chiste y por eso fue que cubriste tu boca con una mano.
Sólo ustedes dos sabían que las palabras que susurró en tu oído eran poco más que las necesarias para otorgarte el permiso de disfrutar tu orgasmo. Sólo él escucho tus gemidos cuando los fuegos artificiales estallaron a medianoche.
Fue el primero en besar tu mejilla y desearte un feliz año nuevo.
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kozlovboyfriend · 1 year
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Que día era ese, no lo sabía, solo estaba ahí, tirado en el suelo, el castillo dónde vivía con aquello que amaba, había desaparecido, el frío estaba por las grandes puertas derrumbadas, su cuerpo estaba tan herido que sentía dolor con solo respirar, pero parecía que aunque no quería, seguía haciéndolo, el cansancio parecía hacerlo cerrar los ojos, sin embargo su mirada, temblorosa, se terminó topando con el cuerpo de una persona, aquello, lo hizo helar la sangré, realmente esperaba que aquello fuese algún tipo de sirviente de la casa, sin embargo, aquella ropa la conocía tan bien.
Movió su propio cuerpo, para poder arrastrarse hasta el cuerpo de dicho hombre, pero apenas había intentado, el dolor debajo de su pecho, lo hizo toser, y la sangre acumulada, parecía buscar salida, la cual solo era por su boca, sus vamos intentos por conseguir avanzar fueron nulos, el olor comenzó a penetrar en el, el olor a sangre, estaba solo, el olor a sangre, gracias al viento fuerte y frío llegaría a algún animal salvaje y terminarían por llegar para decorar sus restos sin alguna clase de respecto, o más bien, de seguro llegarían en cualquier segundo y tal vez llegarían a comerlo aún estando conciente, algo que no duró mucho tiempo ya que sus ojos se cerraron.
Un ruido sordo lo hizo abrir sus ojos, miro a un hombre levantado en medio de la puerta, no iba a pedir ayuda para el pero aún así, abrió su boca, aunque su voz era ahogada termino por poder alzarla lo suficiente, eso creía, para que le entendiera.
— Podría, podría checar si aquel hombre está vivo.
Pidió sin embargo la vista de aquel hombre comenzaba a causarle cierta desconfianza, por lo que, sin poder moverse miro como aquel cuerpo, comenzaba a caminar hasta el, y pudo percatarse de algo que le helaba la sangre, los ojos de este ser, eran negros, la pupila y la esclerotica eran del mismo tono y el iris rondeaba en un tono rojo, camersi oscuro.
— No está vivo, eres el único que parece estar luchando por seguir.
Si bien, estaba asustado, en cuanto supo que era tal cual imagino, sentía la pesadez reinar su cuerpo, y se dejó caer por completo, pido sentir el cuerpo de una cosa fría estar tan cerca, sin escuchar uno de sus pasos, y lo demas parecía borrarse en cuanto el dolor fue alcanzado en ser tomado de sus mejillas con gran fuerza, abriendo sus labios, sintiendo como es que un líquido caía dentro de su boca ay era obligado a tragar lo, solo pudo lograr sentir un poco de alivio antes de que otra vez fuese alcanzado por el dolor, era tan fuerte, su cuerpo parecía comenzar a hervir, comenzando con espasmos tan fuertes, que le hizo quedar en blanco, sus músculos se rompían, al igual que sus huesos pero al mismo tiempo parecían volver a hacerse, era una sensación de descomposición y un dolor y ardor en la garganta, que sus propias manos terminar yendo directamente a su cuello, tratando de estargularse a si mismo, sin embargo aquello quedó en ese sentimiento vacío.
No sabía que le había hecho pero su mirada fue atraido por como el olor a sangre inundó está vez con más fuerza su nariz, había inundado de manera indescriptible su ser, era tan fuerte que le causaba asco pero al mismo tiempo su sed parecía aumentar, hasta que pudo notar como aquel hombre traia entre sus manos una mujer y la lanzaba hacia el, no fue posible resistirse, terminando por hacercarse hasta poder tomar entre sus dientes, la carne y sentir el sabor metálico, y aunque era raro, no paro, incluso había tomando entre sus dientes la carne, partiendo pedazos de esta.
Se alejo de aquel cuerpo, sin vida, se miro a si mismo, su cuerpo estaba cubierto de heridas, y la sangre en parte era suya, pero había ese olor, ese olor que dejaba en claro que tenía sangre de alguien más en si mismo, pero apenas volvió a si, volteo y fue a dónde dicho cuerpo estaba, era cierto, estaba sin vida, sus manos apenas y habían tocado su piel helada, la piel la cual, esperaba nunca sentir así.
— Perdón...
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reezyglrs · 1 year
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Siempre mencionan que la mejor manera de venganza, es ignorar. pero, que hago yo con mi dolor? que hago yo con los recuerdos que me atormentan día y noche? dónde queda mi adolescencia que no disfrute en aquellos meses? dónde quedan mis lágrimas? no puedo olvidar. no puedo simplemente verlo e ignorarlo, fingiendo que soy feliz. necesito verlo llorar, verlo derramar las mismas lágrimas que yo. necesito que el sienta lo mismo que yo sentí y sigo sintiendo, que sienta el ardor en su corazón, como se rompe en mil pedazos y te deja sin poder respirar por los constantes sollozos. el grito desgarrador, aquel sonido que destrozaba mi garganta pero que nunca pudo ser liberado.
y sobre todo, que los recuerdos lo persigan día y noche.
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escribí esto recién, por si alguien quiere leer: " [...]
era el viento el que empujaba, sí.
era el viento lo que cortaba con mi mano, aquella en donde repiqueteaban alfileres que no hundían los callos, sino que hacían agua de las quemaduras.
era ese el ardor del agarre, era aquel el dolor de los galgos que veíamos y danzaban, invocando gratitud solo para hacerse con un cariño y desguazarlo para atravesar la noche. [...]" (el texto completo está en el link de mi blog, no lo pego por acá porque quizás es medio largo y no quiero plaguear tanto la dashboard de nadie) xoxo
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vpavion · 11 months
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Quizás sea algo que sólo yo entiendo. Porque te quiero. Por qué los montegos rancios todavía saben tan bien. El ardor en mi garganta, la picazón en ella después de que te dejé. El anhelo que tengo por ese sentimiento nuevamente. Pero sé que no debería hacerlo. Debería aferrarme a lo que sentí esa noche y no lanzarme a un bucle para volver a sentirlo. Y de camino a casa elegiré la canción perfecta. Pensar en ti. Y la picazón desaparecerá y la sensación desaparecerá.
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Day 3 | It's just a kiss • Es solo un beso | NejiHina
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°• El bosque es testigo de una dulce confesión •°
Rating: T
Spanish story ahead ~
°•°
Dentro del cuarto de herramientas nadie los veía. Rodeados del bosque, a unos metros de casa.
—Siempre quise conocer el sabor de tus labios —musitó Neji que se separó un poco para tomar aire.
La mano de Hinata quedó a mitad de camino, alzada con la intención de taparse los labios. Neji le notó el ardor de una lágrima a punto de formarse en su ojo derecho.
—Es solo un beso, Hinata… —jadeó él, sus dedos limpiaron las huellas el labial rosa sobre sus labios.
Pero no era solo un beso, ella lo sabía, desde hace tiempo lo sabía. Neji tuvo muchas oportunidades, tuvo años enteros para reclamarla y lo hacía ahora que se iba. Su corazón palpitaba con entusiasmo y deseo pero su mente le escupía palabras hirientes.
—No es solo un beso —respondió ella, le devolvió la mirada— es nuestro. ¿Por qué ahora, Neji?
Un nudo se le atascó a él en la garganta. ¿Por qué? le preguntaba ella y él estaba falto de respuestas. La idea de perderla, de no verla, el impulso de retenerla era toda su explicación. Posó su mano sobre la de ella, la necesitaba para calmarse, su roce.
—Hinata —suspiró apesadumbrado —. Hinata. ¿Habría existido diferencia alguna? ¿Crees acaso que hubieran aprobado lo nuestro? ¿no tenías miedo? ¿No pesaba nada en tu alma? Algo siempre terminaba rasgando mi devoción. Mi prudencia no era más que una forma respetuosa de expresarte mi devoción. Permíteme siquiera esta vez sentirte como un hombre libre siente a una mujer libre.
La lágrima se liberó, recorrió en un hilo fino la mejilla de Hinata, Neji la atrapó entre sus labios y suspiros. Esa tarde no hubo piel que sus labios desconocieron.
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Y fue ahí, donde un grupo de médicos que me conocen desde niña, corrían de un lado a otro, con aparatos por todos lados, mientras me hablaban, podía oír a lo lejos la voz de mi mamá gritando mi nombre, antes de quedarme dormida oí su "por favor no mueras, no me dejes".
No supe de mi.
No recuerdo que más pasó, solo mis ojos inflamados, me dolía la mano, un tubo que atrabancado en mi boca, ardía mucho mi garganta, los nudillos fríos, mis pies fríos, la luz era intensa aún que dijeran lo contrario.
Ahí estaba ella, viéndome como si mi existencia fuera el milagro más bello, no oí lo que dijo, estaba más concentrada en el ardor y dolor de mi garganta.
Pasaron días y logré salir de aquel pequeño hogar.
Todos llegan con la misma pregunta "cómo estás?", ¿Porqué lo hiciste?" Y mi favorita "porqué no le echaste ganas?", No eh dicho una sola palabra desde que un muchacho de bata blanca me dijo que podía ir a casa, me parece extraño el comportamiento de todos, papá está molesto todo el tiempo, mamá no dice nada que no sea "regresa al trabajo, te hace bien estar ocupada "
Culpa por lo que pasó, miedo, incertidumbre, toda clase de pensamiento atormenta mi mente, ¿acaso otra vez estoy sobreviviendo? ¿Qué pasa si el amor por la vida se va una vez y ya no regresa, vuelves a los brazos de aquel sueño profundo? ...
No lo sé, no tengo certeza de nada, más de una cosa, la paz la conocí en ese sueño del cual con todo mi corazón deseo sentir por una última vez.
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