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victoravilan · 1 year
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La Sayona es una leyenda venezolana que se remonta a la época colonial. Esta leyenda se ha convertido en una creencia que rodea a la mujer venezolana. Se dice que la Sayona es una mujer con apariencia humana que aparece como una aparición fantasmagórica. Se cree que esta figura es enviada por dioses o demonios para castigar a los hombres que han sido infieles o han cometido otros actos impuros. La leyenda de la Sayona es muy interesante porque ha sobrevivido por generaciones. Esto se debe a la cultura y el folclore venezolanos. La mayoría de los venezolanos creen que la Sayona existe y que su presencia representa el castigo divino para aquellos que hacen mal uso de su libertad. Esta creencia también ha servido como una advertencia para los hombres para que no sean infieles a sus mujeres. En general, la leyenda de la Sayona es una de las muchas leyendas populares de la cultura venezolana. Esta creencia ha sido transmitida de generación en generación y sigue teniendo una gran influencia en la cultura venezolana. Es una interesante leyenda llena de misterio y representa una importante advertencia para aquellos que se desvíen de los caminos de la rectitud.
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lamaracuchaquecuenta · 10 months
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"Los fantasmas se reúnen en las noches para contarse cuentos de humanos. No hay nada más aterrador que lo que se hacen los vivos entre sí".
"Cuentos de terror", Renato Guillén
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elbiotipo · 7 months
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Yo me crié con el Pomberito y el Señor de la Bolsa, mis hijos se van a criar con el Presiduende
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natalygrhol · 2 months
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Espectro
Sus ojos miraban fijamente al abismo mientras las olas golpeaban las rocas con la rabia propia de quien contiene su ira. Las miradas juzgantes de los isleños se clavaron en su nuca como dagas ponzoñosas. Empezaron a sacar conclusiones, si saltaría y se rompería los huesos en mil pedazos o si se quedaría temblando como un niño al borde del risco. Fue entonces cuando pudo verse su figura bajando lentamente, deslizándose por las rocas; un silencio mortorio inundaba a la multitud mientras desaparecía como sólo un espectro sabría hacerlo, de manera repentina sin decir absolutamente nada. Nunca nadie supo su nombre y mucho menos si era real, sin embargo el recuerdo de su pálido rostro quedó sellado en la psiquis de los habitantes olvidados de aquella recóndita isla perdida en el tiempo.
Natalia grhol
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sublecturas · 5 months
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"Un lugar soleado para gente sombría", de Mariana Enríquez
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elquecuentacuentos · 7 months
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«Un hombre enérgico nunca tiene miedo ante un peligro acuciante. Está excitado, agitado, ansioso; pero el miedo es otra cosa.»
-El miedo, Guy de Maupassant.
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escaldo · 2 months
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Leyendas de terror de GUATEMALA
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El carruaje de la muerte
Mis abuelos siempre cuentan que, en las calles de los barrios coloniales, después de las ocho de la noche, la llamada hora de las ánimas, la gente suele escuchar un carruaje que se mueve con sus ruedas chirriantes.
Lo conducen unos caballos grandes y negros con pelaje brillante, que van buscando las almas de los muertos. La leyenda dice que este carruaje se detiene frente a las casas donde alguien ha muerto, para llevarse su alma.
La Llorona
Por generaciones se ha contado la historia de María de los Remedios, una mujer que, vestida de negro o blanco, camina por lugares donde corre el agua, como ríos, lagos o lagunas.
Dicen que esta mujer sufrió un colapso mental y ahogó a sus hijos. Otros cuentan que, por un amor prohibido y pecaminoso, mató a su bebé recién nacido en las aguas de un río.
Por eso, vaga por las calles buscando la tumba de su primogénito, mientras grita con un lamento largo y agudo: “¡Ay, mis hijos!”. Se dice que quienes la escuchan sienten que caminar se vuelve difícil, como si sus pasos se hicieran lentos y pesados.
El Wiin
En Asintal, Retalhuleu, cuentan que hay hombres que invocan al diablo con rituales en el cementerio del pueblo. Estos rituales incluyen oraciones y danzas, donde se mueven hacia adelante y hacia atrás.
Cuando el diablo aparece, puede concederle a la persona el don de transformarse, lo que les permite robar animales de corral, objetos de valor o molestar a mujeres, especialmente a las solteras o a las casadas que se quedan solas porque su esposo se fue a otro lugar. A este hombre se le conoce como El Wiin. Algunos lugareños lo han visto transformado en un perro, sentado en medio de la carretera. Lo reconocen por sus ojos, que no son ni de humano ni de animal, sino dos bolas de fuego que asustan a quien los ve.
La Tatuana
La leyenda de La Tatuana es considerada una de las más bonitas de Guatemala y América. Una de las versiones de esta historia cuenta que en los pueblos aparecía una mujer muy hermosa y sabia en temas de amor. Ella ponía un puesto en la calle donde vendía ensalmos para que hombres y mujeres se enamoraran.
Causaba tanto revuelo que las autoridades la arrestaban y la encarcelaban. Cuando esto pasaba, sacaba un trozo de carbón, dibujaba un barquito de papel en la pared, se subía en él y salía volando por los barrotes.
Otra versión de la leyenda dice que era una mujer mulata rechazada por el pueblo por su dudosa reputación. Se decía que usaba hechizos para atraer a los hombres, por lo que la encarcelaban. En su celda, dibujaba un barquito en la pared y escapaba en él.
La Siguanaba
La Siguanaba es una mujer que hace que los hombres la sigan y luego, después de una larga persecución, los pierde en algún barranco. Por eso dicen que su nombre viene de "tziguan", que significa barranco en quiché.
La historia cuenta que cuando los hombres empiezan a seguirla, ella no muestra su cara. Solo lo hace cuando ya los tiene "ganados", es decir, cuando ya les ha arrebatado el alma. En ese momento, el hombre se asusta al ver que su rostro es el de un caballo.
Esta mujer suele aparecer en cualquier tanque de agua a altas horas de la noche y busca hacerle daño a quien la vea. Generalmente, los hombres la ven bañándose y peinándose con un peine de oro. El hombre que la ve se vuelve loco por ella y la sigue.
El Cadejo
La leyenda dice que El Cadejo aparece en forma de perro, con pezuñas de cabra y ojos de fuego, y puede presentarse de dos maneras. Cuando es blanco, tiene buenas intenciones y suele cuidar a los ebrios y a los niños de cualquier peligro en la noche. Pero si es negro, tiene malas intenciones y trata de lamerle el rostro a las personas ebrias para robarles el espíritu.
El Cadejo negro sigue al hombre al que ha lamido la boca durante nueve días, sin dejarlo en paz. Aunque no es un espíritu que haga daño directamente y no ataca a menos que sea en casos extremos, encontrarse con él no debería causar pánico.
El Sombrerón
También conocido como Tzipitío, Tzipe, Duende o Tzitzimite, El Sombrerón es un hombrecito que no mide más que un dedo de la mano. Se viste de negro, con un cinturón brillante, y usa un sombrero gigante.
Le gusta perseguir a mujeres con el pelo largo y ojos grandes porque disfruta hacerles pequeños nudos en su cabello. Les enreda el pelo, les baila y les canta acompañado de su guitarra. Cuando su “amor” es correspondido, las mujeres se enferman e incluso pueden morir.
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nochedeespanto · 6 months
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bymasefield · 11 months
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Acabo de resubir a wattpad una historia de terror que escribí hace años. Sorprendentemente a pesar del tiempo que ha pasado me sigue gustando, solo le hice unas ligeras correcciones y agregue algunos dibujos. Ojalá le vaya mejor esta vez :3
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cachuland · 1 year
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Mar oscuro
Vivía en un apartamento pequeño en la colonia Merced Balbuena, en la CDMX, muy cerca del Mercado Sonora. Nunca había sido un gran aficionado a la conversación con mis vecinos, pero últimamente algo extraño estaba sucediendo en mi edificio de apartamentos. Por la noche, escuchaba sonidos, gritos y risas que me impedían dormir.
Un día, mientras estaba sentado en mi sofá, unos ruidos extraños que provenían del apartamento de al lado me hicieron dejar el libro que tenía entre mis manos. Me levanté y caminé hacia la pared, tratando de escuchar con más atención. Fue entonces cuando lo entendí, era el sonido de una extraña ceremonia, como si estuvieran hablando en una lengua desconocida. Me acerqué a la puerta y puse mi oreja en ella, tratando de escuchar lo que estaban diciendo.
De pronto, un grito invadió el lugar y me alejé de la puerta de golpe. Sentí un escalofrío recorriendo mi cuerpo, como si algo inexistente me hubiera tocado. Me retiré por completo de la puerta y me senté en mi sofá, tratando de calmarme. Pero no podía dejar de pensar en lo que acababa de escuchar.
Esa misma noche, traté de dormir, pero no podía. Los gritos y risas diabólicas continuaron, haciéndome sentir que estaba perdiendo la razón. Desesperado, y ya cansado por lo sucedido, decidí investigar. Fui al sótano del edificio. Era un lugar un tanto descuidado, sucio y desordenado. Estaba un poco confundido al caminar entre los artilugios que llenaban el lugar. Repentinamente, hubo algo que llamó mi atención, algo que no concordaba con los patrones gráficos del papel tapiz que cubría todas las paredes. Me pareció curioso notar esa secuencia de flores y enredaderas romperse. Poco a poco me iba acercando a ese lado de la habitación hasta poder tocar el muro con mi mano. Al llegar ahí noté que la pared escondía algo, una puerta oculta tras las flores impresas en esa base non-woven.
Crucé el marco de madera y caminé por un pasillo estrecho hasta llegar a una especie de templo. Era un tanto oscuro, siniestro, lleno de velas y símbolos extraños. La atmósfera era opresiva y sentí que algo me observaba desde las sombras. Sabía que ese lugar no era humano, que era algo fuera de este mundo. 
Entonces los vi. Había un grupo de personas vestidas con túnicas negras, haciendo una extraña ceremonia a un ser desconocido, era una figura de piedra que reposaba en el centro de la cámara. Sus rostros estaban cubiertos con máscaras horribles. Traté de alejarme, pero tropecé y caí al suelo, haciendo un ruido fuerte.
Estas personas se giraron hacia mí y me miraron fijamente. Un frío me recorrió la espalda hasta la nuca, sentí que mi mente se rompía y algo horrible se apoderaba de mí. Logré ponerme de pie y correr con todas mis fuerzas hasta escapar de ese lugar.
Desde aquella noche, mi vida se convirtió en una pesadilla constante. Los ruidos, gritos y risas diabólicas se hicieron más fuertes y constantes. Sentía que aquellos enmascarados estaban detrás de cada esquina, acechándome, esperando el momento perfecto para capturarme y llevarme a los aposentos de ese ser, esa extraña figura que no concordaba con nada que haya visto antes.
Intenté hablar con los demás inquilinos del edificio, pero nadie parecía saber nada sobre lo que sucedía en el sótano. Algunos me miraban con incredulidad, otros con miedo, pero ninguno parecía tener una respuesta para mí. Me sentía solo y abandonado en mi lucha contra esta presencia.
Una noche, mientras trataba de dormir, escuché un ruido en mi apartamento. Me levanté de la cama y caminé hacia la puerta, temblando de miedo. La puerta estaba abierta y la luz del pasillo se colaba en mi habitación. Sentí que algo se movía en la oscuridad, algo que no podía ver, pero que estaba allí, acechando.
Inesperadamente, la puerta se cerró de golpe y me quedé atrapado en la oscuridad. Escuché un ruido detrás de mí y me giré, tratando de ver qué estaba pasando. Fue entonces cuando lo vi, una figura siniestra y oscura, vestida con una túnica negra y una máscara horripilante. Me agarró por el brazo y me arrastró hacia la oscuridad.
Intenté luchar, pero su fuerza era inhumana. Me llev�� por un pasillo oscuro y angosto. Sentía que la vida se desvanecía ante mis ojos, que estaba a punto de ser llevado a algún tipo de infierno demencial.
Pero entonces, algo extraño sucedió. El enmascarado se detuvo en seco y comenzó a temblar. Sentí que su cuerpo se estremecía y que algo oscuro salía de él. Fue entonces cuando vi su rostro, un rostro humano, lleno de terror y angustia.
Me soltó y dijo “Vete, vete antes de que nos encuentren”. No entendía lo que pasaba, pero tampoco quería quedarme para averiguarlo.
Decidí abandonar el edificio y empezar una nueva vida. Me mudé a la ciudad de Guadalajara. Traté de olvidar todo lo que había sucedido. Pero el miedo siempre ha estado presente en mi mente, acompañándome a donde quiera que voy.
Hay noches donde sueño a ese ser, a esa figura de piedra de alto relieve girando alrededor de mí, mientras escucho una voz, más como un susurro que dice: “No te preocupes, Javier, ya no volverás a estar solo”. Después de eso no recuerdo nada. Me pierdo en la noche, en la profundidad de ese mar oscuro que invade cada rincón de mi mente. Ese mar del cual no quisiera emerger jamás.
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thebuhonerodazorrow · 2 years
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Tales from the crypt (Cuentos de la cripta) 
Volumen 2 Castellano
#23 Reflejo mortal (Reflection of death)
EC comics
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leeme-un-poco · 1 year
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Vivo en un constante luto. Luto. Esa era la palabra que había estado buscando estos días en aquellos rincones de mi cabeza entre restos de mi pasado y un personaje con mi mismo rostro y una sonrisa que parecía robada. Luto. Estaba de luto de mi propia vida. Me sentía completamente atrapada en una decisión propia que me había jurado a mi misma que me iba a hacer feliz. Y lo hacía. La mayor parte del tiempo. Pero renunciar a mi vida social era algo que no había enlistado al momento de tener que balancear la toma de decisiones.
- Siento que estoy viendo a un fantasma - le dije mientras tomaba un sorbo.
- ¿sí? - respondió sonriendo - tú siempre has amado las historias paranormales
Quizá no debía sonreir. Quizá no debía sentirme así. Extrañaba esto.
- ¿No vas a explícame el por qué? - me estaba mirando - ¿O se supone que debería tomármelo como mejor me parezca?
- Puedes hacer eso - extrañaba el contestar con ambigüedad, extrañaba el poder hablar con personas que parecían, como yo, tener tantas ganas de hacer que sus conversación imitasen los libros que leían.
- Puedo...
Desde que había entrado a una relación estaba ignorando por completo la felicidad que puede existir también fuera de la burbuja... Y no me quejo... Aquella burbuja es bonita. Es cómoda, es delicada, es tibia y es amable... Pero es en momentos solitaria y aprisionante. Y es como si finalmente hubiera volteado el rostro, visto a través de la pequeña crisálida transparente y empañada y me hubiera dado cuenta que eso de afuera era antes mi hogar y lo extrañaba... No sabía en qué momento se habían cerrado las puertas tras de mi y en qué momento se habían prohibido los visitantes... Porque así se sentía... Prohibido.
- O - continuó él sacándome de mi ensimismamiento - Puedes decirme por qué desde que estás con alguien ya nadie te puede ver más... Creo que eres tú el fantasma - y aunque se río, sabía que se preocupaba un poco.
- Porque quizá extrañaba mucho este tipo de conversaciones, quizá extrañaba mucho tu cerebro y la manera en cómo me hablas... No solo tú, pero quizá extraño mucho todo esto. El conocer a personas que me hagan sentir como si estuviera viviendo mi propia novela... Viva... Como antes - Se lo dije de frente, quería decírselo a alguien, a él. No podía mentirle a él.
- ¿esa no es más razón para en realidad, no sé - empezó a arreglar las tazas vacías de la mesa y ponerlas una sobre la otra- hacerlo?
- pues no... - me levanté acomodando la silla - imagina que, como en un libro, los personajes que se conocen tanto como nosotros.. O que se hablan tanto como nosotros... Son los principales ¿no? No puedes plasmar sexo o tacto en un libro. Es la conexión intelectual.
- Se nota que no estás leyendo literatura moderna - se acercó a pagar la cuenta. - Pero sé a qué te refieres. Igual... No tienes por qué atormentarte. Tú estás enamorada, no hay nada de malo en que quieras estimular el lado intelectual, no todos podemos ser perfectos - sonrió mientras caminábamos a su auto, tenía razón. Quizá había leído tanto que estaba intentando encontrar un personaje perfecto cuando no es así ¿verdad? Está bien tener amistades, una persona no lo puede tener todo. Solo tenía un miedo, con él...
- Solo que hay algo que se siente mal. En las que yo leo, los personajes que se conocen tan bien y existe... Esto... Pues... Siempre terminan enamorándose - Escuché su risa mientras cerraba la puerta del copiloto una vez me había sentado.
- O matándose - No escuché que lo dijo luego de su risa mientras iba tras el auto a tomar posición en el asiento del piloto.
- Quizá no tengas que preocuparte tanto, quizá sí estés viendo a un fantasma... - no entendí lo que dijo - quizá yo esté viendo a un fantasma - luego entendí por qué lo dijo.
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Cuentos de terror
Soy pésima para el terror.Es más, cuando tenía 7 años ví una película de terror que imagino que me dejó tan marcada que aunque no recuerdo el nombre, aún hoy en día recuerdo de que iba: una chica se muda a una casa antigua que tenía un ático, en la casa le empiezan a pasar cosas raras y se siente como perseguida, espiada, algo la sigue dentro de esa casa y ella lo siente, incluso al punto de que…
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elrincondeces · 1 year
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elquecuentacuentos · 7 months
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«El miedo es algo espantoso, una sensación atroz, como una descomposición del alma, un espasmo horroroso, del pensamiento y del corazón, cuyo mero recuerdo provoca estremecimiento de angustia.»
-El miedo, Guy de Maupassant.
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