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#fetidez
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El coso que usaba para cortarme las uñas explotó en mi mano, se me rompió uno por primera vez en mi vida, no sabía que se rompían, pensé que solo perdían su filo. ¿Por qué ahora? Porque otra vez estoy sin trabajo, obvio, ideal para descubrir nuevas maravillas de la caducidad tecnológica. Pero el plato fuerte vino con la heladera: pierde gas refrigerante que luego de investigar un poco supe que se llama freón. Además descubrí lo que me cuesta arreglarla o comprar otra, descarté esas posibilidades. Mis opciones son usarla mientras siga enfriando, usarla hasta morir intoxicado, usarla hasta que la casa explote, aunque en general afirman que las versiones actuales del gas tiene un update que no lo vuelve peligroso para la salud ni inflamable. Eso sí, no pudieron solucionar el tema de su aroma, así que hasta nuevo aviso mi casa huele a culo. También la naturaleza estaba esperando que me quedara sin trabajo para revelarme nuevos misterios, por ejemplo el olor a papa podrida: domina principalmente una fuerte tonalidad de olor a pata de adolescente macho entre 14 y 16 años. Debajo de esa profunda sensación que te abraza, se encuentran pequeñas notas de olor a caca humana de adulto en estado sólido, entrelazada con otras cacas como la bosta de caballo o vaca, y a veces hasta detecto una pincelada de pichí de mosca. Para compensar estas calamidades he conquistado nuevos horizontes: Uno de mis logros dentro de mi pobreza es afeitarme con la misma herramienta maximizando su rendimiento en un 300 o 400%. Si rinde 10 afeitadas yo le saco 30 o 40. Me doy cuenta que no da más por diversas razones, pero la última que me pasó fue un poco extrema: me raspó. Pensé que me había cortado como cualquier ser humano que se afeita pero no, porque yo no soy cualquier ser humano, soy el peor, así que la cosa del demonio me raspó como quien se raspa cuando se cae y se da contra el piso y se lastima las rodillas o las manos. Ya no cortaba: lijaba. Estoy ansioso por conocer qué nuevas sorpresas me depara la desocupación.
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(R.I.P.)
Acostumbradoalfindelmundolandia: linktr.ee/acostumbradoalfindelmundo
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elaprendizdecinico · 5 months
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"De vez en cuando, el se lleva un pañuelo perfumado a la nariz para soportar la sobredosis de colonia y efluvios hormonales."
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hotnew-pt · 7 days
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Por que as fezes fedem tanto? #ÚltimasNotícias #tecnologia
Hot News São muitos os nomes dados para o cocô, mas todos eles têm em comum o fato de que são usados para denotar coisas sujas e que cheiram mal, afinal as fezes fedem. Mas por que o cocô, que é o resultado da digestão de alimentos muitas vezes com cheiro bom, cheira tão mal? Por que cocô fede? Embora seja um tema desconfortável, a fetidez associada às fezes é uma consequência natural dos…
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d0cnada · 5 months
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Pasa que yo sufro de:
Columna, migraña, dolor de cuello, cintura
Cadera, pies, manos, esguinces, adormecimiento de piernas
Brazos, escoliosis, mala posición al dormir, espalda
Malos presentimientos, malos tratos, desconcentración
Insomnio, choque de aire, stress, predicciones
Epilepsia, cesantía, infidelidades, quiebras,
Salud debilitada, carreras,
Mala suerte en el juego; mala suerte en el amor
Dolores musculares, pérdida de la memoria
Malas inversiones, tocadiscos, soberbia
Asetato, manías varias, glotonería
Asticmatismo, miopía, paranoias, vanidad
Desconfianza, inquietud, dobles sentidos
Malos hábitos, dudas, preguntas
Sufro tambien de:
Rodilla, cabeza, alergias
Enfermedades del sueño
Picaduras, hinchazones, ceguera parcial
Cataratas, calambres, impotencia
Eyaculación precoz,
Enfermedades deribadas de experiencias traumáticas como:
Accidentes de tránsito, suicidios, pérdidas, abortos
Partos, depresiones y pos-partos
Falta de líbido, alteraciones, indisposiciones
Achaques varios, corazón, mal de ojos, alfileres
Fetiches, próstata, fetidez, fétido
Infertilidad, efervesencia, behemencia
Malos pensamientos, mente cochina
Perturbaciones mentales, maníaco, depresiones
Perbertidor, ordinaries, falta de tacto, desubicacíon
Impuntualidad, mala leche, amargura, tontera, inseguridad
Terapia de sueño, fobias, clautrofobias, poder mental
Superación, asención laboral, auto-ayuda,
Problemas con mis superiores, colegas, vecinos
Desadaptación, problemas para conversar
Deserción escolar, hiperactividad
Pérdida del conocimiento, descontrol, ataques de pánico
Reacciones violentas, mala vibra, adicción, celos
Perfeccionista, demasiado optimista, risa fácil, risa nerviosa
Tics, palpitaciones, taquicardias, turbaciones desconocidas
Malas pulgas, delincuente habitual, camorrero
Problemas con la justicia, fianzas, estafas, malversaciones
Libertad condicional, quebrantador de condena
Libertad asistida, psicótico, lunático, penitente, culposo
Arrogante, borracho, malas maneras, sangre de narices
Placeres culpable, juicios, ardor de ojos
Miedo, miedo a los temblores, temblor de extremidades
Etc Etc Etc Etc Etc
Nadie viene a visitarme, nadie sabe que estoy aquí
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placapetri · 6 months
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"¿Y qué libros suele leer? Antes leía de todo, maestro, y en grandes cantidades, hoy sólo leo poesía. Sólo la poesía no está contaminada, sólo la poesía está fuera del negocio. No sé si me entiende, maestro. Sólo la poesía, y no toda, eso que quede claro, es alimento sano y no mierda.
La voz del joven Guerra surgió, fragmentada en esquirlas planas, inofensivas, desde una enredadera, y dijo: Georg Trakl es unos de mis favoritos.
La mención de Trakl hizo pensar a Amalfitano, mientras dictaba una clase de forma totalmente automática, en una farmacia que quedaba cerca de su casa en Barcelona y a la que solía ir cuando necesitaba una medicina para Rosa. Uno de los empleados era un farmacéutico casi adolescente, extremadamente delgado y de grandes gafas, que por las noches, cuando la farmacia estaba de turno, siempre leía un libro. Una noche Amalfitano le preguntó, por decir algo mientras el joven buscaba en las estanterías, qué libros le gustaban y qué libro era aquel que en ese momento estaba leyendo. El farmacéutico le contestó (...) resultaba revelador el gusto de este joven farmacéutico ilustrado, que tal vez en otra vida fue Trakl o que tal vez en ésta aún le estaba deparado escribir poemas tan desesperados como su lejano colega austríaco, que prefería claramente, sin discusión, la obra menos a la obra mayor. Escogía La metamorfosis en lugar de El proceso, escogía Bartelby en lugar de Moby Dick, escogía Un corazón simple en lugar de Bouvard y Pécuchet, y Un cuento de Navidad en lugar de Historia de dos ciudades o de Los papeles Póstumos del Club Pickwick.
Qué triste paradoja, pensó Amalfitano. Ya ni los farmacéuticos ilustrados se atreven con las grandes obras, imperfectas, torrenciales, las que abren camino en lo desconocido. Escogen los ejercicios perfectos de los grandes maestros. O lo que es lo mismo: quieren ver a los grandes maestros en sesiones de esgrima de entrenamiento, pero no quieren saber nada de los combates de verdad, en donde los grandes maestros luchan contra aquello, ese aquello que nos atemoriza a todos, ese aquello que acoquina y encacha, y hay sangre y heridas mortales y fetidez."
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rojascosme · 9 months
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¡Todo es tan extraño!
Algunas cosas y hechos parecen insignificantes. ¿Pero realmente lo son? Desde la maltrecha acera de un callejón donde predomina el caos, la basura y la fetidez; una flor silvestre se anuncia entre la mala hierba y la absoluta desidia. Esos diminutos pétalos amarillos han brotado de lo imposible. Por un momento me aislé de aquel inmundo ambiente y me centré en aquella maravilla. Me agaché para…
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espectro-de-plata · 1 year
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Los primeros ciento nueve mil.
Ni inconcebible pecado ni alarido sofocado. Ni siquiera fetidez  alcanzan explicación o sensatez.
Es tan pequeño el mundo, tan eternas las horas sin ti, que por lógica y razón, hallarte tomaría un segundo.
Mas el misterio corre aprisa, sin esfumar tu nombre, y lo justo se tuerce de risa ante mi incansable insistencia.
Cuánto no habré oído, suerte de inocente y condena, culpa de tirano y negra mano, que es fácil ceder al olvido.
La interrogante no cede, por amor no lo hago yo, no espero verdad de boca que hiede, que con veneno legado mancilló.
El plan es ver tus ojos iguales, tus huesos se hallen enteros, no sé cuántos bienes o males, revelarán segundos no certeros.
Y si les hallase incompletos, apenas de ti reminiscencia, poco importarán los momentos, si he de derrocarle con misma indolencia.
Me gustaría creer en final, dar calma a quien cruza camino, que rabia y desamparo no sean mal, que rija en el hogar vuelto anodino.
Pero es la fe hecha vacío la que me grita en el dolorido pecho, que es tarde para salvar lo maltrecho, y quizá nunca vuelvas al lado mío.
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elimoris · 1 year
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Olor a muerte
Todos los días la veía pasar a la misma hora ataviada con una bolsa de plástico llena de botellas vacías, otras veces con un bolso sucio sobre su hombro y extrañamente vestida a veces con una falda muy corta, medias encima de sus rodillas, zapatillas y unas gafas de sol oscuras en pleno invierno europeo. Siempre andaba con la cabeza gacha resaltando una pequeña joroba en su espalda, piel extremadamente blanca, cabello rubio y de contextura robusta. 
Nunca supe su nombre, su extraño andar ido y sin rumbo era una intriga para mi, mi comedor está ubicado junto a la ventana del pasillo que da a la salida del edificio donde vivo y era habitual verla pasar a la hora del desayuno. A veces me cruzaba con ella al entrar o salir del condominio y como buena vecina la saludaba, ¡Hallo! pero ella nunca respondía, nunca escuché su voz, nunca la vi a hablar con otras personas, pero su misteriosa presencia clavó en mi la curiosidad, por lo que pregunté a un vecino si la conocía, lo cual me comentó, que ella vivía aquí hace mucho tiempo, tampoco sabía mucho, solo que no tenía una buena vida e indirectamente con una frase super directa me dijo que algunas «sustancias tóxicas» eran parte de su rutina diaria. Por lo poco que supe de mi vecina misteriosa me dio a entender que su salud y sus costumbres no andaban por buen camino, tampoco sabía en que piso ni número de departamento vivía, hasta ayer.
Después de un día largo y agotador llegué a casa y solo quería comer y descansar, en eso aparece mi madre para preguntar como me había ido, después de una breve tertulia sobre nuestro día, vimos pasar por la ventana dos policías, extrañadas por la aparición de esos personajes (no, no salimos a chismear) mi madre consultó a su esposo por mensaje de Wsp si sabía algo, a lo que éste respondió, que el vecino del tercer piso los había llamado porque desde el departamento de la «gordita» se expedía un olor nauseabundo como a cien gatos muertos y por más que tocaba la puerta nadie salía, una espantosa fetidez que se sentía (sí, porque era tan potente la peste que ya no sólo se olía, sino que se sentía) desde el primer «stock».
Para ese día algunos vecinos (incluyendo el que llamó a la poli) habían organizado una parrillada en el jardín (donde festejé mi cumple) y es que nada iba a interferir el jubileo que el sol trae a un Berlín castigado por el frio. No tenía muchas ganas de ir por el cansancio pero mi madre me animó a participar, además iba a practicar mi alemán con los nativos, así que llevé las cervezas que quedaron en mi cumple (y todavía quedan) y empecé a sentirme cómoda con ellos. 
Me había olvidado del tema del olor, cuando el vecino comentó con una salchicha entre los dientes y una botella de cerveza en mano, que los policías encontraron a la reservada vecina «muerta» inmediatamente paré de comer, me agarré la cabeza y sentí una profunda tristeza como si la conociera de años.
Asombrada por la reacción de los alemanes de seguir con sus actividades a pesar de la desgracia, no los culpé, nadie la conocía o ella no se dejaba conocer, me hizo pensar en las costumbres tan diferentes que tenemos los latinos, pero los alemanes son tan prácticos que no dejan que nadie los detenga, en Perú hubiéramos hecho una colecta, una misa o un minuto de silencio por el alma de alguien desconocido, en fin somos culturas distintas respetándose unas a otras.
Es una pena que después de muerta me haya enterado de su nombre, en que piso vivía y a que se dedicaba esta desdichada mujer, pero su muerte sigue siendo un misterio, ya que al no tener familia cerca nunca nos enteramos que le había pasado, se especulan muchas cosas, desde muerte pasional hasta sobredosis de alcohol o drogas. Nunca vi el cadáver salir, no vi alboroto, ni mínimo movimiento, solo su departamento ahora cerrado con un aviso policial alimenta más la intriga sobre su deceso. 
Sea quien haya sido la protagonista enigmática de este relato merece respeto, ha sido una hija, hermana o madre, quien sabe, ya no sufre por los actos que la atormentaban en vida, una vez la vi salir y no la volví a ver nunca más. 
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belascoainyneptuno · 2 years
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Dos décimas de Julio Llópiz-Casal
La fruta se está pudriendo. Su fetidez es ya mucha. Pero es que ya nadie escucha al jardinero diciendo: “Creo que está sucumbiendo del cultivo la política”. Ven su actitud hipercrítica. Nadie siquiera está viendo el por qué es que está saliendo nuestra fruta tan raquítica.
Ilustración: Julio Llópiz-Casal La fruta se está pudriendo. Su fetidez es ya mucha. Pero es que ya nadie escucha al jardinero diciendo: “Creo que está sucumbiendo del cultivo la política”. Ven su actitud hipercrítica. Nadie siquiera está viendo el por qué es que está saliendo nuestra fruta tan raquítica. Un cerdo cayó del cielo (dicen que de un edificio) para ejercer el oficio del que fabrica…
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Mi piel debe ver el sol una o dos veces al mes en esta condición sin trabajo en la que estoy desde hace meses. Eso me vuelve de un color blanco nivel diente de Hollywood. Lo que me hace sospechar que las pocas veces que salgo exponiéndome a la luz solar debo reflejar al sol peor que un espejo, mi piel pálida factor vampiro 69 me vuelve lo que llaman un ser de luz. Y no crean que me pongo rojo enseguida, no me refiero a que mi piel es sensible, está resignadísima al posible cáncer que por el momento o no tiene o no se lo detectaron ya que es muy raro que me vea un médico a no ser que esté agonizando. Cuando me quemo soy la envidia de los amantes de la playa, y lo que mas odian es que el bronceado no solo me importa un carajo sino que encima me parece una locura exponerse innecesariamente de esa forma a la muerte y luego ostentar. Adquiero esa tonalidad perfecta que amo en mis tostadas al merendar y que rara vez logro con el pan pero siempre con mi epidermis si salgo de día en verano. Cosa que intento evitar todo lo posible, porque cuando hay 30 grados o más me cuesta tanto caminar por la calle de día que he llegado a pensar en la opción de recorrer la ciudad por las alcantarillas. Ahí abajo tiene que estar más fresco, no llega el sol y los fluidos deben funcionar como una especie de refrigerante. Profundamente aromático, eso sí, pero a veces creo que prefiero la fetidez fresca que el calor insípido, así como me gusta más que mi piel la acaricie antes la luna que el genocida del sol.
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"Levantarse, acicalarse y después esperar alguna variante imprevista de tedio o de horror. Daría el mundo entero y todo Shakespeare por una brizna de ataraxia." (E. M. Cioran; Del inconveniente de haber nacido, 1973)
Acostumbradoalfindelmundolandia: linktr.ee/acostumbradoalfindelmundo
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Solo necesito humildad “ Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”. 2 Crónicas 7:14 Amadas el primer paso para ganar el favor de Dios es humillarnos delante de su presencia. Humillarse es, doblarse ante El y reconocerlo en todo su esplendor. Esta promesa NO es para todos, la palabra dice “ si se humillare Mi Pueblo….” no dice todo el mundo, y quienes somos su pueblo? Somos tú y yo que le hemos creído y aceptado!! Debemos arrepentirnos de nuestra vieja manera de ser pecaminosa, el arrepentimiento es princesa, el mensaje central de nuestro Dios desde el primer momento que nos revelamos ante El con el fin de salvarnos de la condenación Eterna. Aquí está el punto mis queridas hermanas, debemos humillarnos y dejar de actuar bajo nuestra soberanía, llenas de orgullo y soberbia creyendo que todo lo sabemos y dejando a un lado a nuestro benefactor por excelencia, el gran Yahshua Ha Mashiaj es lo que nos estanca, produciendo fetidez en nuestra vida y apartándonos de las bendiciones del Eterno Rey. Pasos seguidos son, orar invocando su nombre y convirtiéndonos a El, dejar nuestros malos pasos ( el pecado), nos traerá como resultado la respuesta de nuestro gran YO SOY!! Como conclusión Bellas si queremos ganar el favor de YHVH debemos arrepentirnos de nuestros pecados, invocar el nombre de Yahshua para salvación y convertirnos a su santo evangelio. Cuando esto pasa, YHVH nos escucha desde el cielo, perdona nuestros pecados, restaura nuestra vida y nos da vida eterna. Que regalos más asombrosos amadas 😍 seremos perdonadas, restauradas y nuestros nombres aparecerán en el libro de la vida para disfrutar con El la eternidad que nos ha sido prometida. Aleluya!! Padre Yahshua nos doblegamos ante ti como espigas de trigo 🌾 para honrarte y exaltarte por siempre. Todah Rabah 🙌🏻 Sara Jerez Cataño 🌷 Restaurando tu matrimonio de la mano de Dios https://www.instagram.com/p/CpIsb2kvJmn/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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dominiopublco · 2 years
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Rescatan en Neza a perros que presuntamente serían matados para hacer tacos
Rescatan en Neza a perros que presuntamente serían matados para hacer tacos
En el lugar había fetidez y manchas de sangre; los vecinos dicen que desde sospechaban de él desde hace años (more…)
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ocasoinefable · 2 years
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(Me dirigí después aquellos comentarios a ver el espejo, quería comprobar que seguían allí esos ojos fundidos entre los algodones oscuros que le lloran al cielo)
"No me gusta... presiento que ha de caer agua de estos ojos" ¿Por qué riega mi reflejo a las pestañas? Será que aun intento encajar sin haber tenido bordes, no lo sé, pero no me gusta ver al espejo, me aterra lanzarme contra esa imagen y hacerle llorar con mis propias lágrimas. "Ojos míos no me lleven a la tortura, yo que me había olvidado de aquel color de ojos, hoy esto de nuevo frente a su iris buscando ese café, sosteniendo en cada parpadeo la sal que revienta entre mi boca y la sonrisa"
La vida en sociedad exige, una y otra vez... Y así la tomé a mi gusto me tacha con una colina, necesito trabajar para comer y no ser exiliado por ser un peso muerto, necesito ir encontrar de mi llamado para encontrar una función. He nacido siendo una simple flor que le gusta estar al viento, que ondea al color y sigue entre curvillas la vida que siente caer, pero no basta con ser una flor, porque no soy flor y no puedo fabricar mi alimento del sol y tejer entre mis palmas los minerales suficientes para el olvido. No soy flor y no aguanto tanta lluvia, mi espalda no logra estar desnuda ante brisa sin romperse entre la piel. No soy flor con la carne y el hueso sosteniendo mi mirada, no soy del color, ni revestida por los besos en los ojos, mis líneas grises callan demás y esconde mucho más que silencio. Así que debo levantarme y ser de aquello para no morir en indigencia, prefiero clavar mis dedos antes de ver como el mugre se come mi orgullo y me declina a una pobrecilla criatura que se dobla a pedir un trozo de la carroña, destajo con mis dientes esa compasión que me revienta a ser una convaleciente entre los ánimos, esas miradas que hacen de mi voz una nota en limosnas cuando yo solo quiero cantar... hago una pausa. Ya siento que las náuseas llegan, que las moscas bailan divertidas con las costras, que la fetidez sigue mi nombre y que mi crueldad me condena a ser un miserable...
<<Hablemos de política, de las urnas y sus votos en un holograma. Hablemos del decific y de la inflación de cada país recluido en su cultura. Hablemos de como nos quejamos y queremos nuestro egoísmo simulando entre los demás a altruismo. Hablemos de los infancia y la repercusión en la adultez, de como el hombre es solo un pasado que no suelta, un bagazo de experiencias justificando que su actuar ¿es por los golpes de la vida y que por eso ya no ríe al tomar un crayón, que por eso ya no sueña con la primavera, que por eso ya no dice palabras tiernas que le cortan al hablar, por eso se viste de roca y finge ser cristal para llorar entre sus pedazos...? quizás por eso me miró en un tercero para cavar la fosa a ese cadáver que aun sigue caminando. Hablemos de lo cómodo que se está al no cavar en nuestro cuerpo, al olvidar el origen de un impulsó, al rellenar de otros nuestra ideas y temer al decir lo precario de esa humanidad. Hablemos de dios y su dominios extendidos así por la iglesia y la sed por un amparo, lo abandonado que está al verse como un granito entre la arena, como una simple ola al mar, la necesidad de no verse responsable de su vida y de su repercusión.. o de qué es tan grande su fe y amor que nos enseña a soltar para llorar y volver a empezar, que se es consiente de su inconsciente y que esto nos eleva, de que hay siempre un dualismo, así como miradas. Hablemos de la fe y el amor, de como se derrocha y se usa o de como se prohíbe y se acalla, en como se cree poseer de un punto individual su único principio. Hablemos de eso que no se explica en ningún lengua, ni entre la boca o el papel, no se explica, y el porqué de la filosofía y la literatura como puerta al olvido de esta condición la ser humano ¿Aprender la creación de un dios y el amparo de la fe, el amor sin letras y sin sonido, el capital al cuerpo consumido y el derroche al silencio? Hablemos que me vuelvo loca al intentar algo que se me pierde y regresa a cantar entre miradas. Hablemos que estoy sola hablando sin voz, que me miró sobre un espejo maldiciendo este hecho, enfrentando estás palabras del tercero y el yo... ¿Qué más da, si no importa? Del nihilismo, al dadaísmo, al absurdo, a lo existencial, a lo racional y la repentina perdida coherencia que me hace cavar entre las viseras mis manos para descansar su movimiento. Ya no quiero hablar aunque sigo escribiendo. Ya no quiero aun queriendo. Solo una idea suelta>>
Ocaso-Inefable
Hojas sueltas nada más. "Mirando en mis abismos para entenderme, en los lados oscuros de la luna, al silencio del sol"
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p-lost00 · 3 years
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"pois é raro quem entre nós saiba quão infinitamente pacientes podem ser o amor, a compaixão e o perdão em alguns corações femininos. Esses corações puros guardam tesouros inteiros de simpatia, consolo e esperança, e muitas vezes também são dilacerados, porque um coração que ama muito se entristece muito, mas quando a ferida é cuidadosamente oculta do olhar indiscreto, é porque cala e oculta mais amiúde uma tristeza profunda. Elas não se assustam nem com a sua fetidez; quem elas se cerca já é digno delas; aliás, é como se já nascessem para façanhas heróicas..."
Fiódor Dostoiévski - Um pequeno herói
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Lucas el Hechicero: Jovencito… ¿No quieres poderes mágicos…? Poderes mágicos absolutamente gratis.
Buster Bunny: ¡Claro!
Plucky: ¡Eh! ¡Tú tranquilo y yo nervioso, hijo! ¡Mira esa cosa! Mira sus ojos hundidos, y sin vida… Siente esa fetidez, huele a podrido… ¿Sabes que significa?
Buster: Que es malvado, creo.
Plucky: Ah, si, eso también puede ser… pero yo me refería a que está bien feo. Y por feo seguramente vende barato. Así que amigo… ¡Regatéele!
Fuente: Hora de aventura (2010 ~ 2018)
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ochoislas · 3 years
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«Se ha denunciado que varios visitantes que se internaron en la zona sin guía se perdieron en el laberíntico suburbio, sin que se haya vuelto a tener noticia de ellos...» Así remata una guía de la ciudad de Osaka y sus alrededores, pésimamente redactada, su sección sobre el distrito de Kamagasaki, también apodado bajo el puente del tren, que arranca al sur desde la cochera del tranvía municipal en Ebisu-chō y del puente de caballetes de la línea Kansai. Su avenida principal está trazada sobre el antiguo camino real de Kishū, de época Tokugawa. La vía, irónicamente, ofrece una vista magnífica: la han ensanchado, y hace nada que fue asfaltada, para que circulen los automóviles de los acomodados que van y vienen entre los centros financieros y comerciales de la ciudad y los exclusivos barrios residenciales de Sumiyoshi y Sakai.
Pero lo que distingue a esta ancha avenida de las otras de Osaka es la sordidez implacable de los cincuenta y tantos cotarros que la flanquean a ambos lados. Y entre ellos los puestos de comida que venden guisos baratos, las parrilladas, los chamarileros y las casas de empeño, además de las oficinas de los corredores de mano de obra. Un fuerte hedor se pega a todo allí. Kamagasaki huele como la jamerdana de un matadero.
Es el invierno del año 1933. Uno de esos visitantes solitarios, un hombre menudo vestido a la japonesa, camina hacia el sur por la avenida. Cae una lluvia fría. Tiene los dedos de la mano yertos y entumecidos de sostener el mango del paraguas. No busca alojamiento para pasar la noche. Tampoco parece que vaya a visitar a nadie. Los braceros sin hogar, cruzados de brazos y con las toallas anudadas a la cabeza, están arrimados bajo los aleros para quitarse de la lluvia; no prestan atención al hombrecillo que pasa lentamente ante ellos. El viejo policía en su garita de la esquina apenas se molesta en mirarlo de reojo. Aquel visitante tiene algo que le permite confundirse con el barrio.
En realidad es un novelista de Tokio. «El ramalazo de lumpenproletariado ha arruinado su obra.» Tal es el dictamen de los críticos. Y no es que estén del todo errados. Pero ¿a qué ha venido a Osaka? ¿Y por qué vaga embebido con este frío por el peligroso distrito? Resulta que allí vino al mundo y se crio, hasta la edad de doce años. Una nostalgia lo impele a revivir sus recuerdos infantiles. La muerte de su madre tres días antes ha provocado este rapto de añoranza:  una madre que lo crio sola con infinito amor. Su recuerdo lo ha traído aquí de vuelta y sus pies se mueven casi sin sentir. Seamos indulgentes con su fútil vagancia y su sentimentalismo. Todavía es joven y tiene que aprender a domar sus emociones.
La fetidez pútrida única de Kamagasaki ha comenzado a obrar su magia de correlaciones, conjurando imágenes del pasado que lo embriagan. Imágenes que empañan el acerado destello de sus penetrantes ojos y lo ciegan a la dureza del entorno. Su mente está plenamente ocupada por los recuerdos...
*
Su madre trabajaba durante el día en la fábrica de bolsos. De noche lo hacía en casa, a destajo, pegando diminutos adornos de metal a baratas peinetas de celuloide, con ayuda de pinzas y de un pegamento occidental llamado goma arábiga. A falta de mesa de trabajo usaba un viejo cajón dado la vuelta (en una esquina una araña había tejido algo que parecía un borujito de algodón). Cenaba un boniato asado en la misma hoja de periódico donde se lo despachaban. Qué bien se acordaba: sus retoños hambrientos se agolpaban pidiendo un pedacito. «¡Ni tocarlo! Es para mí», decía, pero acababa cediendo y repartiéndolo entre todos. Recordaba cómo con diez años ayudaba a llevar las peinetas acabadas al mayorista, en el cuartel de Daikoku, y cómo le dolían los brazos con el peso. Pero ni con eso alcanzaba nunca. Recordaba una noche en que su madre fue brutalmente reconvenida por aquel hombre que llamaban Maese Cuervo. (La gente se refería al dinero que prestaba como los cuartos del cuervo: «Toma prestado por la mañana  y a la noche tráelo de vuelta al nido, con el logro, eso sí». De cada yen que prestaba deducía ya diez céntimos de comisión, pero la suma íntegra, más un cinco por ciento de interés, había de ser devuelta antes de ocho días.)
Cuando Maese Cuervo se negaba a ayudarla, su madre tenía que hacer un hato con toda la ropa de cama, que apestaba a orines, y llevarla en carro al prendero, que le daba unos cuantos billetes mugrientos de diez céntimos. Recordaba cómo, tras pasar toda la noche en el suelo sin colchón, el frío lo despertaba antes del alba. También recordaba que, como chico poltrón que era, pendiente nada más que de su gusto, se inventó un cuento para lograr que su madre le diera dinero para ir a ver una película de samuráis con Onoe Matsunosuke, al que idolatraba. Había hostigado a su madre encarnizadamente hasta conseguir el dinero de la entrada. Ella cedió al fin: se desciñó la faja y se la dio para que la empeñara. Sólo tenía ya el quimono sujeto por las cintas del delantal que llevaba encima. Recordaba que la  titilante imagen del bizco Onoe le había impresionado tanto que al llegar a casa pintó con tinta negra un retrato del actor en la pared del rellano...
*
Era inquietante ver cómo las piernas recordaban el camino y sabían dónde tenían que detenerse; como si estuvieran adiestradas y hubieran adquirido una vieja costumbre. Sin pensarlo el novelista dobló y se quedó parado ante la bocacalle donde había nacido y crecido. En el escaparate de la barbería de daba a la avenida había un cartel mojado y reluciente de lluvia. Anunciaba a un cantante popular de romances. Siguió y pasó la barbería. Su casa estaba dos puertas más abajo. Seguro que ya el hijo del barbero se habría hecho cargo del negocio. Cuando muchacho había padecido la bisoñez del aprendiz: no pocas veces había salido de allí con el pelo rapado a trasquilones que parecía que lo habían pelambrado. Pero aquella tormentosa noche no habría clientes. La puerta de cristales estaba cerrada y los visillos del escaparate corridos. No podía ver nada dentro.
La calleja estaba oscura. Las sombras de los tejaroces eran sesgadas y disparejas, señal sin duda de la edad y abandono de aquellos corralones de dos pisos. El silencio sepulcral. Sintió que no era bien recibido. Sin embargo estaba contento de volver a ver su antiguo hogar. Le divertía imaginar quiénes vivirían ahora —y qué clase de vida llevaban— en aquella vecindad donde pasó los primeros doce años de su vida.
Takeda Rintarō
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