Tumgik
#fue a dar una vuelta y después se fue a
serrvbm · 2 years
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* !! serra badem asistiendo a la fiesta de disfraces de cerise.
                 personaje elegido: cecilia tallis de atonement.  @laviecloset
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castawaycherry · 3 months
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Días de playa- Pipe Otaño
Pedido por anon 🤍
Warnings: fluff y poco angst
(vean estas fotos quebonitoes)
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Te encontrabas sacando todo de tu closet sin saber que ponerte, hace unas semanas tu mejor amigo Fran te había invitado a un día en la playa con todos sus amigos, tu rápidamente dijiste que si, no eras muy cercana con ellos pero todos te caían bastante bien y te la pasabas bien con ellos.
No suena a un evento elegante verdad? en realidad no lo era, pero sabías que el iba a estar ahí y quieras desesperadamente llamar su atención, el... Felipe Otaño, o Pipe cómo todos le decían, desde que conociste a pipe habías sentido una atracción instantánea hacia el, sus ojos azules eran hipnotizantes, su sonrisa era perfecta, era talentoso, lindo, carismático, y encima de todo, era una de las mejores personas que habías conocido.
El timbre de tu departamento te sacó de tus pensamientos sobre aquel hombre, sabías que el que había tocado era Fran así que corriste a abrirle la puerta, el hombre entró a tu departamento y después de abrazarte te vio de arriba a abajo con una mirada divertida, en ese momento te diste cuenta que le abriste en ropa interior, lo cual no te molestó, no era algo inusual o algo que no hubiera visto ya.
Lo invitaste a pasar a tu cuarto y soltó un grito viendo el desastre que habías hecho en tu cama
"Y tu señorita por que no estás lista? la fiesta es en 40 minutos" dijo el hombre que seguía viéndote divertido
tu solo gruñiste y le aventaste la prenda de ropa más cercana que tenías.
El se rió y te la aventó de regreso
"Sabes por qué no estoy lista idiota" le respondiste tapándote la cara en frustración y el lo único que pudo hacer fue darte un abrazo de apoyo
"A ver ven, vamos a buscarte un traje de baño para que dejes a Pipe boquiabierto"
Tu solo te sonrojaste y aceptaste su ayuda
El rubio sabía de tu no tan pequeño crush con Pipe desde hace meses y el te aseguraba que también le gustabas, pero era imposible, Pipe era perfecto y tu eras... pues tú.
Fran te sacó de tus pensamientos por segunda vez esa tarde ondeando frente a tu cara un bonito bikini azul que no te acordabas que tenías.
"Mirá" dijo entusiasmado "Este bikini es perfecto"
No podías negarlo, era un bikini azul con un pequeño moño en la parte del bra que se abrochaba por los lados y realmente no dejaba mucho a la imaginación
Tu solo asentiste y fuiste al baño a cambiarte y a guardar todas tus cosas para la playa.
Cuando saliste el hombre rubio te chiflo y te hizo dar una vuelta mientras tu solo podías sonrojarte y sonreír.
"Vas a deslumbrar a Pipe con ese bikini" sonrió mientras ambos salían de tu departamento y se encaminaban a la playa que estaba a unas cuantas cuadras de donde vivías.
Unos minutos después llegaron a la playa y vieron a todos sus amigos ya entrados en la fiesta, jugando volleyball estaban Kuku, Andy, Agustín y Matías, soltaste una pequeña risa viendo a este último intentando ganarle a la estatura de Esteban.
Llegaste a un punto de la playa lo suficientemente alejado de aquellos hombres jugando para no llenarte de la arena que volaba cada vez que uno de ellos se movían, ahí fue donde lo viste y fue como si el tiempo parara por un segundo, solo traía puestos unos shorts negros para nadar y nada arriba, su piel estaba sudorosa y bronceada a la perfección, como siempre el era el encargado de cocinar para todos. En ese momento de tu trance el volteo a verte y corrió a saludarte.
"Hola t/n!" llegó y te abrazo suavemente, te sonrojaste un poco sintiendo su piel caliente sobre la tuya abrazandolo de regreso y sonriendo cuando ambos se soltaron
"Hola pipe, veo que no gastaste ni un segundo en empezar a cocinar" reíste y fue su turno de sonrojarse y sonreirte a ti, pero su momento no duró mucho cuando un balón pasó muy cerca de sus caras y momentos después vieron a un Matías sin aire corriendo hacia ustedes disculpándose profundamente, ustedes solo se rieron fuertemente regresandole el balón y viéndolo correr de regreso con los demás.
Después de eso tuvieron un silencio un poco incómodo ya que ninguno de ustedes sabía que decir hasta que pipe interrumpió el silencio preguntándote si querías algo de beber, tu asentiste y fueron a la hielera que estaba a pocos metros de donde estaban pero para tu suerte había una roca en el camino y caíste sin antes agarrarte del brazo del hombre a tu lado y así cayeron los dos uno encima del otro.
"Pipe! perdón perdón!!" te disculpaste pero algo no te permitía moverte de arriba de aquel hombre
El inmediatamente te dijo que no te preocuparas y te preguntó si estabas bien, igualmente sin moverse de su posición.
En ese momento hicieron contacto visual ambos sonrojados, sin dejar que pasara un segundo más pipe puso sus manos en tus mejillas y suavemente te besó, tu estabas en shock pero rápidamente lo besaste de vuelta
Pasó lo que se sintió como una eternidad hasta que ambos escucharon varios gritos de festejos atrás de ustedes y solo así se movieron y se pararon rápidamente viendo a todos sus amigos sonriendo y festejando por ustedes
Tu estabas muy confundida y volteaste a ver a Pipe con la cara roja como un tomate cuando finalmente fran rompió el silencio diciendo
"Qué vivan los enamorados!" y tu solo le sacaste el dedo medio corriendo a todos a sus actividades previas
En ese momento pipe volvió a jalarte hacia sus brazos y volvió a besarte y con una sonrisa lo besaste de regreso
"Me gustas mucho nena" dijo suavemente después de separarse de tus labios
"Tu también bobo, desde hace meses" dices
"De haber sabido podría haber hecho eso hace mucho tiempo, pero ahora que lo sé te puedo pedir que seas mi novia?" preguntó un poco apenado
tu lo único que hiciste fue besarle otra vez esperando a que eso fuera respuesta suficiente.
No planeaba que esto quedara tan largo pero me inspire bastante, espero que les guste 🤍🤍
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caostalgia · 2 months
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La belleza de lo imperceptible
Un día me di cuenta de que me encontraba perdida. Perdida en la monotonía. Al levantarme de la cama, me sentí aún más cansada de lo que habría estado después de un largo día de trabajo. Incluso dormir me cansaba. Todos los días hacía las mismas cosas. Era un ser que se encontraba en modo automático, ni siquiera recordaba lo que había hecho a lo largo del día de tan sumida que estaba en aquel bucle interminable. No había motivación. Vivía en la inconsciencia, en un mundo de ladrillos grises y espejos donde uno ve su propio reflejo y solo ve un fantasma ambulante. 
Mientras caminaba de vuelta a casa, de pronto levanté la cabeza. ¿Hacía cuánto que no veía otra cosa que no fuera un pavimento gris?  Me sorprendió ver el cielo de un tono rosado, como si quisiera convencerme de que existía un mundo mágico más allá de la triste realidad en la cual me encontraba. Observé las nubes y recordé la vieja película de Peter Pan del 2003 donde volaban por los cielos y las nubes parecían algodones de azúcar.
El sol parecía un pedazo de galón de oro brillando a la distancia, ocultándose con lentitud detrás de los estáticos edificios.
De pronto, sentí el suave viento acariciando mi piel. Eso hizo detenerme y me puse a observar los árboles que se balanceaban con suavidad a mi alrededor y algunas hojas que caían dando vueltas, casi como imitando a una bailarina. Inhalé un poco de aquel aire que me rodeaba y pude sentir el aroma del húmedo césped sobre el cual algunos niños jugaban con sus mascotas. El sonido de fondo era tranquilo, pequeñas risas y ladridos, alguna que otra bocina a la distancia, murmullos y el cotidiano ajetreo de la vida mundana. Las cálidas luces de los edificios, alguna que otra música resonando a la distancia… 
Fue como si, súbitamente, me diera cuenta de que estaba rodeada de una completa serenidad.
Aquello me cautivó. Era bello. 
Al oscurecerse, a pesar de que la contaminación lumínica impedía ver las estrellas, una brilló más de lo normal. Fue como si esa noche buscara acompañarme hasta casa. Con cada paso que daba, las luces de los faroles iban encendiéndose guiando mi destino y así continué mi recorrido con una nueva compañera a la distancia. 
De alguna manera había dejado de apreciar los pequeños detalles de la vida, bellos y casi imperceptibles. Pero que, de cierta manera, hacen dar cuenta a uno de que está vivo y que existe, aunque todo a su alrededor parezca ser un mundo sin sentido aparente.
-Meu
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coolpizzazonkplaid · 4 months
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Lin Kuei (MK1) y Hanzo Hasashi y Kuai Liang (MK11) x lectora que sufre una posesión demoniaca (Evil Dead Rise).
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Es la primera vez que escribo headcanons ténganme compasión.😅😊 Contexto: Sos guardiana de muchos objetos de valor peligroso y por accidente (ósea mera estupidez) lees el Libro de los Muertos y caes bajo una posesión sumamente fuerte. Tu pareja intenta ayudarte a que recuperes la conciencia, pero en el trayecto vas sufriendo físicamente, también esta pareja descubre el porqué de tu situación.
Bi Han:
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Este ninja se da cuenta al toque que ese libro no trae nada bueno ni tampoco ninguno de los artefactos que estas protegiendo, pero el libro que te encomienda Liu Kang lo ve cien veces peor.
No solamente por la parte de que Liu Kang te pide que lo cuides sino porque ese libro ve que tiene maldad pura. Intentas convencerlo para que se quede tranquilo y no se esté estresando innecesariamente.
Por eso prefiere acompañarte y vigilar qué artimañas tendrá ese libro.
Al dar inicio tu investigación con el objeto, te pinchas por accidente con uno de tus instrumentos de investigación y al caer las gotas de sangre, el libro se abre. Tanto a ti como a Bi han no le gusta la sensación que da ese objeto maldito y aun así sigues estudiándolo. Pasando hoja tras hoja, llegas a una escrita y lees en voz alta. Grave error.
El fuego de la chimenea se apaga sin más, las ventanas se cierran abruptamente y una ventisca te arroja al techo. Bi han es expulsado fuera de la habitación y gritas su nombre. Una mano invisible agarra tu cuello y lo aprieta, ya no puedes emitir un sonido. Otro par de manos agarra un brazo, una pierna y te la tuercen.
Caes al suelo como una bolsa de papas, cuando cobras la consciencia intentas arrastrarte hacia la salida, pero una vez más la mano invisible te agarra la pierna rota y antes de que puedas gritar el nombre de Bi Han la otra mano te cubre la boca nuevamente. El demonio hace que tus huesos ardan como si las llamas del Infierno estuvieran en tu cuerpo, tus gritos son silenciados y las lágrimas salen de tus ojos como cascadas. El demonio provoca tus convulsiones. Suplicabas que tu agonía acabara pronto, pero esas suplicas quedaron vacías.
Ese dolor siguió y siguió, el demonio tomó posesión de tu cuerpo y te levantas con tranquilidad. Abres la puerta y pasas al lado de Bi Han sin inmutarte en que estaba ahí. De a poco, Bi Han cobra el conocimiento y ve la puerta de la habitación abierta. Cuando se levanta, te ve a espaldas de él, intenta levantarse y quiere corroborar si te encuentras bien. Solamente sueltas incoherencias.
“Eres el peor Gran Maestro que he conocido, Bi Han, y pensar que hay otras personas que pueden llegar a liderar un clan mejor que tú.” “No puedes amarte a ti mismo y pretendes amar a esta zorra, eres un crédulo.” “Nunca harás que los Lin Kuei lleguen a la grandeza siendo un cobarde.”
Te das la vuelta y una sonrisa espeluznante adorna tu rostro, al mismo tiempo tus manos comienzan a rasguñarte y la sangre cae al piso, pero no se ve tu reflejo sino del demonio. En ese instante tiemblas, cobras la conciencia, Bi Han ve en tu rostro el horror y solamente puedes decir: “Ayúdame, Bi Han”.
Después de tu arrebato de conocimiento, te desmayas y Bi Han se aproxima a ti inmediatamente. Te revisa para ver tu estado, todo tu cuerpo está ardiendo en fiebre y comienzas a convulsionar. Sin pensar, Bi Han usa su poder para que tu fiebre baje, pero eso fue un error, porque repentinamente tu cuerpo se vuelve un tempano de hielo y tus convulsiones siguen sin parar. Hasta que en un momento te detienes.
Bi Han revisa tus signos vitales y al no hallar pulso, la impotencia lo invade y la furia hacia Liu Kang se acrecienta. No esperó que repentinamente abras los ojos y sueltes un grito tan abrumador que deja confundido al Gran Maestro. Los hermanos de Bi Han llegan al pasillo en el que se encontraban, confundidos por el grito que habían escuchado y cuando los ves ruges y los atacas.
Intentan sacarte de encima y al hacerlo, Bi Han te contiene con sus poderes y a pesar de eso sigues insultándolo sin parar, pero eran oídos sordos para él. Lo único que tenía en la cabeza era confrontar a Liu Kang por su ineptitud, la furia lo estaba consumiendo y a la vez la angustia, estabas sufriendo y no sabía que te pasaría si esto llegara más lejos.
Termina de encerrarte y sin inmutarse llama a Liu Kang de una manera colérica. Sus hermanos tienen que hacer la tarea de dios de evitar que Bi Han se abalance al dios del fuego y lo mate a golpes, pero no quita que le grite por su error y quiera instantáneamente respuestas de por qué te encomendó examinar el objeto maldito. Sus hermanos tratan que mantenga la cordura antes de que haga algo tonto y mas o menos logra calmarse.
Liu Kang intenta aclarar las dudas sobre el Libro de los Muertos, que era un objeto perdido y leyenda del Infierno, que si llegaba a manos equivocadas desataría muchos males al ser leído y que seguramente debía existir su contraparte. Eso llegó a los oídos de Bi Han e inmediatamente quiere salir a buscarlo, pero antes de eso Liu Kang lo detiene para poder decirle que puede que sea una posibilidad, ya que no se sabe bien qué le había ocurrido a ese libro.
Bi Han ya está enojado, porque fue este dios quien te dejó en el estado en el que te encuentras, pero a regañadientes acepta que Liu Kang le muestre las posibles ubicaciones. Antes de marcharse le pide a Kuai Liang y Tomas que te protejan y vigilen. Además, les pide que a toda costa te contengan y eviten matarte, ya que todavía estabas entre los vivos.
Se va al culo del mundo y no le importa dónde está ese maldito libro, lo bueno es que lo encuentra. Fue un viaje exhaustivo, pero tuvo su recompensa y vuelve Artika lo más rápido que puede. Lo que no esperaba era que te hayas liberado y estuvieras haciendo caos en todo el templo. Te abalanzaste sobre Kuai Liang, Tomas y Liu Kang intentaban a toda costa de sacarte encima de él.
Bi Han recita el hechizo indicado por Liu Kang, el demonio con un grito estruendoso abandona tu cuerpo y es desterrado hacia las profundidades del Infierno. Vuelves a tu estado normal y te desmayas por todo lo que te había pasado. Bi Han te carga y te lleva rápidamente con los médicos del Lin Kuei, no quiere que Liu Kang se meta contigo otra vez.
“Bi Han lo lamento… no debí leer el libro. Tuve que ser más lista”
“No es tu culpa. Liu Kang es el responsable de esto”
“No le heches la culpa al señor Liu Kang, Bi Han. No tenía que leer ese libro”
No quiere discutir contigo y deja que descanses en paz, te acompaña en todo lo que puede de sus horas, porque tiene que arreglar el caos que existe. Te observa dormir y se siente en paz, ya que nada pasó a peor y no deja que Liu Kang te visite.
De ahora en adelante, no quiere que examines las cosas que te de Liu Kang ya que no toleraría repetir este incidente, no puede perderte. Eres su felicidad y necesita que lo acompañes. Intentas convencer a Bi Han de que fue solo un accidente, pero se niega a que sigas estudiando estos artefactos a toda costa, pero después de mucha charla accederá a regañadientes.
Desde ese instante, él es el primero en examinar lo que vas a estudiar y después te deja hacer tu trabajo. Cuando Liu Kang te entrega un artefacto lo mira mal y quieres tratar de apaciguar esos momentos, pero es algo inutil. No quiere que te pase algo horrible y haría lo que este en su poder e incluso cosas peores para que estuvieras a salvo.
Kuai Liang:
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Kuai Liang conoce tu rama de trabajo y se preocupa bastante que te haga daño. No quiere que los artefactos oscuros te consuman por completo y pierdas tu humanidad, desde que vio cómo Shang Tsung y a Quan Chi con su magia oscura y sus extractores de almas lo asusta la idea de perderte por lo que trabajas.
Por esas razones, a veces le cuentas lo que estas estudiando, ya que se muestra poco receptivo e intenta siempre que puede estar a los alrededores para procurarte, por si las dudas. Pero esta vez no le comentas que habías encontrado el Libro de los Muertos, porque ya tenías otros libros oscuros que no te habían lastimado ni maldecido. Estabas muy confiada con ese libro y eso sería un gran problema.
Al examinarlo parte por parte notas que la cubierta está hecha de piel humana y que tiene una cerradura de dientes de una criatura desconocida. Intentas buscar en ese objeto si hay una especie de cerradura para poder usar tus instrumentos y forzar a abrirse. Acaba en decepción y no sabes cómo entrar al contenido del libro, así que comienzas a usar la fuerza con el libro.
Al principio usaste tus instrumentos para intentar cortar los dientes, pero fue en vano y entonces usaste tus manos. En tu forcejeo te cortas y las gotas de sangre caen sobre la tapa del libro. Sentiste un escalofrío cuendo las hojas se movían por si solas y llegaban a la indicada.
El aura de la habitación cambió abruptamente, las ventanas se cerraron y lo que quedaba de luz se esfumó… solamente quedó una. Soltaste respiraciones agitadas y mirabas asustada a cualquier parte. La puerta se abrió de repente, sentiste que algo se acercaba y te rasguñó la espalda, pero no pudiste gritar.
Una mano invisible te cubría la boca, otras te tocaban, no parabas de soltar lágrimas y forcejear. Una de tus herramientas se elevó y te dañó una parte del brazo, mientras intentabas emitir un ruido. Las otras manos invisibles dejaron de tocarte, pero te rasguñaban sin cesar hasta que pararon. Luego te revolearon hacia una pared y después hacia el otro extremo. No podías gritar, la mano invisible seguía contra tu boca, solo gemías y llorabas.
Cuando pensaste que el demonio paró de divertirse contigo, intentas huir y gritando el nombre de Kuai Liang, pero fue inutil. Las puertas estaban cerradas y al parecer el demonio hechizó la habitación. Sientes golpes, más rasguños, tus huesos duelen y caes al suelo. Empiezas a contorsionarte, notas que algunos de tus huesos se rompen y sigues pidiendo ayuda en vano. El demonio ya tomó tu cuerpo.
Sales caminando cómo si nada, pero tu mirada estaba desconectada…ida. Rengueabas y dejabas un rastro de sangre por donde caminabas hasta llegar a la sala de armas. Kuai Liang se asusta al ver todo el rastro del líquido carmesí, verte de espaldas a él y mirando las armas lo preocupa más. Las gotas de sangre estaban haciendo charcos y solamente agarraste un pequeño cuchillo y dijiste cosas hirientes a tu amante.
“Sabes, Kuai Liang, me imagino constantemente qué habría pasado si tu hermano te hubiera arrancado el ojo y apuñalado sin parar”. “Sinceramente quise saber lo que sientes al ver que te sacan la cabeza con mis propias manos” Te estabas cortando la mano con ese cuchillo. “Deberias morir como tu hipócrita e inútil padre… y le haré el favor a tu patético hermano”.
Las palabras le dolieron bastante a Kuai Liang y creía que lo estabas traicionando hasta que te diste la vuelta y sonreías de forma macabra.
De repente temblaste, el cuchillo cayó con un estrepitoso ruido y esa sonrisa se fue. Kuai Liang vio que estabas asustada lo vio por tus acciones, tus ojos y gestos, pero solamente pudiste soltar unas palabras: “Esta aquí… quiere mi cuerpo”.
Gritaste de forma repentina y caíste al suelo, arrastrándote hacia tu amante. Este se alejó al ver que avanzabas y tus huesos crujían, hasta que te detienes y solo dices: “El libro…”. Sueltas un grito atronador que hace Kuai Liang se quede desorientado.
Atacas sin dudar, ruges y rasguñas a Kuai Liang. Tu amante logra sacarte de encima suyo y con el kunai te ata. Forcejeas y no paras de herirlo con tus palabras. Kuai Liang no entiende muy bien a lo que te refieres con “el libro”, pero aun así busca en todos lados ese libro mientras estás atada y encerrada.
Después de llamar a Liu Kang, tu amante sigue buscando el libro que dijiste. Esta vez entra a la habitación donde resguardas todos los artefactos macabros y ve con horror el desorden.
Camina por todo el caos y en tu mesa está el libro que le mencionaste. Al pasar las hojas entiende lo que te ocurrió, pero no sabe cómo el libro llegó a tu poder y ya inmediatamente le echa la culpa a Bi Han.
Al llegar Liu Kang, Kuai Liang lo recibe mostrándole tu estado de posesión demoniaca y el libro que estabas examinando. El dios llega a la conclusión de que es el Libro de los Muertos y que según la leyenda del Infierno debe existir su contraparte.
Sin dudar ni esperar, Kuai Liang se marcha de los territorios del clan Shirai Ryu para buscar ese libro. Después de ir al culo del mundo logra encontrarlo y regresa inmediatamente al clan.
Lo que no esperaba era que te hayas liberado e intentas atacar a Liu Kang y Tomas, pero ambos logran contenerte y rápidamente recita el hechizo. Cuando termina de conjurar el hechizo caes al piso, abatida por la fuerza que tomó tu cuerpo. Kuai Liang te carga al estilo princesa, escucha tus lloriqueos y disculpas.
“Kuai… nunca te traicionaría…yo…debí avisarte”. “Perdóname… lo que dije no era cierto”
“Está bien amor, no fue tu culpa. Vas a estar bien”
Le comentas lo que viste al estar poseída, que el libro lo llamó y que era una criatura sumamente caótica. Se alimentaba del miedo y el caos que generaba, que había que correr cuando era invocado. Viste los horrores que ese demonio había hecho y lo que planeaba hacer con el resto del clan y los que querias. Kuai Liang solamente puede consolarte y dejar que llores por lo sucedido.
Te lleva con los médicos del clan y te acompaña hasta que te mejores. No se va a ir de tu lado y él mismo quema el Libro de los Muertos para evitar otro incidente. Además, va a estar a tu lado de ahora en adelante cada vez que estudies un artefacto oscuro.
Tomas Vrbada:
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Este libro lo encuentras a los alrededores de la fortaleza. Recuerdas que perteneció a Shang Tsung y Quan Chi, por eso, lo guardas para estudiarlo y mantenerlo seguro.
Por otra parte, Tomas está al tanto de tu línea de trabajo y sinceramente aprecia bastante que tengas valor para analizar los objetos malditos. Para él, muchas de esas cosas le dan escalofríos y no deberían ser usadas para un fin tanto noble como malicioso. Por esas razones deja que sigas con tu trabajo y prefiere no saber mucho, solamente lo que vas a estudiarlo y ya está. No necesita saber su contenido.
Volviendo al tema estas acostumbrada a tratar con cosas peligrosas, pero este te causó mucha curiosidad por como estaba diseñado (cubierta de piel humana tostada y cerradura de dientes).
Lograste abrirlo cuando por accidente te cortaste con los dientes que tenia por cerradura, sentiste una sensación extraña al ver como las páginas se movían por si solas hasta llegar a la indicada.
Empezaste a leer en voz alta una invocación a un demonio y ese fue un terrible error. Todo el lugar en el que estabas se volvió aterrador y sentiste como una presencia extraña se abalanzó hacia ti. Para tomar tu cuerpo, fue horrible, te poseyó una mano y te hizo que te lastimaras (golpeándote contra la mesa, usando los instrumentos que tenías para dañarte físicamente). Como final a la toma de tu cuerpo, empieza a hacer que te retuerzas de dolor hasta que tus huesos duelan y sientas que se te tuercen.
Por todo este alboroto y los gritos del nombre de tu amado para que te ayudara. Tomas, asustado, va más rápido que la luz a la habitación (se pone en posición de combate) en la que te encontras y al ver tu estado inconsciente, llama a su hermano inmediatamente. Te revisa y se espanta al ver tus heridas autoinfligidas y moretones, pero lo que más le aterra era tu nivel de fiebre.
Cuando Kuai Liang llega, ve a su hermano menor en estado de pánico y el desastre de la habitación se queda confundido. Se pone en posición de combate creyendo que fue un ataque enemigo.
Tomas le pide a grito desesperado que llame a los médicos y le bajen la fiebre a su amada, porque de enserio estas ardiendo en fiebre, pero cuando estos apenas ponen un paño helado en tu frente… los resultados no son muy alentadores. Tu temperatura empieza a bajar a niveles muy aterradores. Ahí entra Kuai liang para ayudarte, pero es en vano.
Tomas está mas que nervioso y apunto de tener tres ataques al corazón. No sabe qué es lo que te esta ocurriendo, ni por qué tienes las heridas que tienes. En su mente cree que alguien te embrujó para dañar al clan o que los Lin Kuei te envenenaron con una enfermedad extraña.
De repente, abriste los ojos, comienzas a contorsionarte los huesos y a soltar quejidos. Tomas y su hermano se alejan rápidamente de ti. Intentas acercarte mientras sigues contorsionándote y los crujidos de los huesos lo escuchan los propios hermanos.
En todo tu dolor cobras la conciencia y dices lo siguiente: “Tomas, perdóname… ayúdame… el libro…Liu Kang”. Tu estado consciente vuelve a irse de vacaciones, porque el demonio vuelve a tomar posesión de tu cuerpo, hace que te subas al techo y emitas un grito sumamente aterrador (cualquier semejanza con la película Evil Dead Rise es mera coincidencia). Los hermanos están aturdidos ante ese poder.
Tomas, queda confundido con lo que le dijiste, pero no puede pensar porque comienzas a atacarlo, pero su hermano intenta alejarte y sigues arremetiendo contra ellos con los instrumentos de la mesa. De milagro logran contenerte y Tomas permanece a tu lado todo el tiempo en el que estas encadenada. A pesar de decir cosas sumamente crueles:” Tu debiste morir con tu familia”. “Eres un maldito parásito”. ”Kuai Liang miente al considerarte tu hermano, lo hace por lástima”.
Tomas se queda tu lado. Te cuenta el por qué le gustas tanto, los momentos compartidos que le gustaron (tu primer beso con él, su primera cita y narrarte las historias que te gustan). Está chiquito hay que cuidarlo.
Llaman a Liu Kang para pedirle ayuda sobre tu estado y este viendo cómo te encuentras intenta buscar el libro con el que el quilombo inició. Descubre que posiblemente tengas una manera de volver a ser tu y es buscando el libro contrario. Tomas no pierde tiempo y va a buscarlo por cielo, mar y tierra hasta encontrarlo… para no hacer cuento largo lo encuentra.
Al regresar, él no sabe cómo lograste librarte, pero estas arrasando a diestra y siniestra con quien encuentras y Liu Kang intenta con todo su poder contenerte de tu posesión satánica. Tomas recita el hechizo para exorcizar al demonio que llevas dentro, termina el conjuro e instantáneamente ve cómo tu estado de locura desaparece y te desmayas por todo lo sucedido.
Tomas corre hacia donde te hayas y te carga estilo princesa para ver si sigues entre los vivos. Hasta este punto el pobre chico suelta todas sus lágrimas porque tiene miedo de que la luz de su vida se haya ido al otro lado, pero recobras un poco la conciencia y cuando lo ves lloras.
“Tomas… lo recuerdo todo, lo lamento mucho…te herí y casi mato a todos, perdóname. No tuve control sobre mí”.
Este ninja dulce dice con lágrimas: ”Vas a estar bien mi amor. Te vas a recuperar, quédate tranquila”.
Para dar final feliz, el libro satánico queda a manos de Liu Kang y de la Tierra para contenerlo. Por otro lado, te llevan con los médicos para que te curen y a partir de ahí Tomas siempre va a estar a tu lado cuando examines artilugios macabros. No quiere que vuelvas a sufrir una posesión donde casi te pierde, realmente te ama y enloquecería como nunca si algo malo te sucede. Perdió a su familia y no quiere que la historia se repita.
Hanzo Hasashi:
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Viste que este libro antes estuvo en posesión de Quan Chi y por eso lo tienes en tu poder antes de que alguien más lo haga. La idea de dejarlo a tu merced fue idea del brujo, así podía herir una vez más al guerrero Shirai Ryu y ver que podía matarte el propio Hanzo para liberarte de tu dolor.
Hanzo ve que en ese libro hay maldad pura y quiere estar a tu lado cuando lo examines. Obviamente aceptas su compañía porque bueno es un pan de dios.
Comienzas a estudiarlo y Hanzo percibe que esa cosa tiene algún truco sucio. Se preocupa cuando te pinchas el dedo con los dientes que protegen el libro y aún más al abrirse de forma repentina. Una fuerza invisible te empuja hacia la pared, Hanzo es revoleado y cae más lejos de ti.
Las velas comienzan a apagarse, Hanzo cobra la concienca, pero ya no te ve donde te arrojó el demonio. Sino elevada, peleando al aire, sacudiéndote para bajar y chillando el nombre de tu amante para que te ayude.  Sientes que tus extremidades son atadas con unas cuerdas que no ves, comienzan a tirar de ti, gritas y pides ayuda: “Hanzo…duele mucho…ayúdame…perdón “. Tu agonía termina cuando sientes que llegan a su fin los retorcijones como una marioneta enredada y el demonio toma posesión de tu cuerpo.
El pobre Hanzo mira con horror cuando caes al suelo como una muñeca rota, corre rápidamente cuando tus convulsiones se detienes sin más. Te revisa los signos vitales y se da cuenta que no los tienes la pena y el pánico lo invade, pero esta estupefacto al ver que abres los ojos repentinamente y sueltas un rugido.
Empiezas a atacarlo sin parar y lo insultas por todo su pasado: “Mata a tu amante y rebánala en pedazos como lo hiciste con el primer Sub Zero, solo así dejara de sufrir”. ”Debes estar muerto y acompañar a tu esposa e hijo, no estar tras las faldas de esta ramera”. Cobras la conciencia y te alejas de tu amante de forma repentina, arrodillada y llorando: “Hanzo aléjate de mí… el clan está en peligro… va a matarlos a todos…”
El demonio vuelve a tomar el control y sueltas un grito desgarrador, en ese instante, el kunai y la cadena de Hanzo te atan y sigues queriendo atacarlo inconscientemente. Se promete curarte de la posesión y torturar al demonio en las profundidades del Infierno.
Él mismo lleva tu cuerpo al Infierno y no ve tu figura. Te ve inconsciente, magullada y atada detrás del demonio. Este está frente a Hanzo y poseyendo sus mejores armas para contraatacar con el ninja.
Hanzo se prepara y lucha contra al demonio, obviamente al salir vencedor tortura a la criatura. Le pregunta quien fue el que dejó el hechizo activado. Tras varias negaciones confiesa que fue Quan Chi quien lo liberó, que hizo todo para hacer que Hanzo sufriera y que la pena lo matara para poder controlarlo.
Tras matar al demonio de una forma muy cruel, ve que tu estado se va recuperando y te lleva devuelta a la Tierra. Se alegra al ver que vuelves a despertar completamente y solamente lloras.
“Perdóname Hanzo… debí ser más fuerte y evitar que me poseyera…yo…”
“Está bien sakura, vas a estar bien. Todo terminó” Te besa en la frente, las mejillas y los labios (cosita linda).
Hanzo te envía con los doctores para que te curen y mientras de paso, él va hacerle una visita a Quan Chi. Esa visita acaba en que el brujo muere a manos de Hanzo y una paz interior invade al guerrero. De ahora en adelante siempre va a estar ayudando a examinar los artefactos que encuentres. Te considera su mundo y la pena lo mataría al ver que perdió algo valioso por segunda vez.
Kuai Liang:
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Encuentras el libro cerca de los territorios Lin Kuei y te lo llevas para examinarlo. Debido a que por su aspecto parece algo para ser resguardado y que nadie debe toquetear.
Cuando estudias el libro, sentiste la punzada de los dientes y te espanta cuando el libro se abre. Más te aterra al ver las páginas moverse por sí solas hasta llegar a la indicada. Sientes como el lugar se vuelve más lúgubre.
Mientras tanto Kuai Liang te busca para discutir unos asuntos del Lin Kuei y demás problemas. Algunos discípulos le dicen que te encuentras en la habitación donde resguardas los artefactos oscuros y él se va dirigiendo allí para darte también compañía.
Empiezas a leer la hoja del libro en voz alta, el aura del lugar se vuelve más aterradora y al mismo tiempo ves que Kuai Liang entra al cuarto. Tras el error que cometiste, el aura del lugar cambia rotundamente, ves como Kuai Liang es arrojado hacia la pared y una fuerza desconocida se cierne sobre ti de manera brusca.
El demonio toma tu cuerpo y comienzan las cosas espantosas. Te tortura, hace que te lastimes con tus propias manos y sientes como el demonio casi te ahorca hasta morir. El demonio hace que te levantes y este de espaldas a tu amado.
Mientras tanto, Kuai Liang intenta volver a cobrar el conocimiento y te ve. Al aproximarse, te pregunta si te encuentras bien, pero solamente dices incoherencias: “Sabes anciano, siempre me he preguntado cómo serían sacarte las entrañas y comerte los ojos en plena noche”. “Siempre imaginé que me seguirías por querer tratar de tener una pizca de amor en tu patética vida de guerrero deplorable”. “Un anciano que sigue perdido en los recuerdos de su hermano y amigo muertos y no hizo nada para tratar de ayudarlos”. Kuai Liang se siente herido por lo que dices, pero al escuchar tu voz sabe que algo no anda bien.
Te das la vuelta y muestras una sonrisa macabra, comienzas a temblar y tu sonrisa dubita hasta convertirse en una cara de espanto y dices en tono asustado: “Quiere mi cuerpo”. Se acerca rápidamente a ti para ayudarte, pero retrocede cuando comienzas a retorcerte, convulsionar y contorsionarte de forma espantosa. Intentas acercarte a él, emitiendo exhalaciones abruptas y dices: “Kuai… lo lamento… ayúdame”.
Tu arrebato de conocimiento fue interrumpido cuando el demonio hace que tu cuerpo sufra sin cesar y tome el control nuevamente. Te subes al techo y emites un grito sumamente aturdidor, que Kuai Liang no puede esquivar. Te abalanzas hacia tu amado y empiezas a atacarlo con rasguños, de forma inmediata, los guerreros Lin Kuei entran a la habitación en la que se encuentran ustedes dos. Sueltas un rugido animal, te lanzas sobre ellos, solo dejas sangre y heridos a tu paso. Kuai Liang te contiene con sus poderes.
Pero es en vano porque empiezas a decir cosas crueles sobre él: “La muerte de este cuerpo te consumirá hasta el final”. “Sufrirás el mismo destino que tu hermano”. “Nunca seras un Gran Maestro formidable”. Kuai Liang está confuso y un poco herido al escuchar lo que dices, pero al mirarte a los ojos, se da cuenta que no eres tú. Te promete en silencio que buscará la forma de curar tu estado y quiere encontrar respuestas a lo sucedido.
Mientras te ve forcejeando con los témpanos de hielo, visualiza el libro y hojea apenas las páginas de este. Viéndolas comprende inmediatamente qué fue lo que te ocurrió. Se pone en contacto con Hanzo y Raiden para ver qué hacer para salvarte de tu posesión satánica.
Tanto Raiden como Hanzo saben de donde proviene ese libro, pero creyeron que era una simple leyenda del Infierno y que nunca fueron reales, asi que seguramente la otra parte de la leyenda de que existe un libro para combatir este demonio es real. No hay discusión, Kuai Liang va con Hanzo hasta el culo del mundo para encontrarlo, enfrentándose a todo tipo de peligros y trampas mortales y lo encuentran.
Cuando llega al templo Lin Kuei, ve caos en su hogar, ve pocos cuerpos y la mayoría de sus aprendices construyendo un fuerte para evitar que los ataques.
Empieza a recitar el conjuro para exorcizar el demonio hasta que este deja de luchar en tu cuerpo y logra salir. Al caer seminconsciente al suelo, Kuai Liang te sostiene y te mece como una niña. Sueltas lágrimas y pides disculpas.
“Lo lamento mucho Kuai Liang… tendría que haberte llamado antes…debí ser más inteligente. Lo que dije no era enserio, nunca…”. No paras de pedir perdón por tu error y sollozar y tu amado solamente intenta consolarte como puede de estos horribles acontecimientos. Hasta te da besitos (denle una medalla de oro).
A partir de ahora, Kuai Liang siempre va a ser tu segunda conciencia para que evites leer boludeces satánicas. Te procura muchísimo mientras examinas un nuevo artilugio oscuro con cautela. Sos una bella luz y no quiere ver aquello que lo hace cálido desaparezca por algo peligroso.
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corazona-das · 2 months
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Capítulo 3.
Pretty liars (toxic best friend) - Matías Recalt
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Estuvieron conversando durante horas, claramente ellos no apoyaban lo que habías hecho pero de alguna manera lograban entenderte. Lo bueno de esto es que al contarles sentiste una sensación de liberación, era una carga muy pesada que estaba recayendo sobre ti y para tu suerte encontraste apoyo en tus amigos, los cuales te dijeron que están ahí para ti, y lo que más te repitieron fue que te alejaras de Matías. Era algo evidente, pero decir que sí es muy fácil, lo difícil está en que no querías hacerlo, te aterraba la idea de separarte de él, tal vez por simple costumbre, o porque odiabas la idea de terminar su amistad. Pero estabas olvidando algo muy importante, él ya sabía todo, y si no te alejas tú, probablemente él sí lo hará.
Eran casi las 4AM, no habías logrado pegar un ojo. No hablaste con Mati en todo el día, no sabías como dirigirle la palabra después tu actuar inmaduro. Estabas avergonzada, no querías imaginar lo que él es capaz de decirte, estando enojado suele ser bastante cruel, y ya tuviste suficiente de eso.
Fue casi una semana de dormir muy mal, llegaste a soñar con lo que había pasado, tu consciencia no estaba tranquila ya que estabas evadiendo algo que eventualmente pasaría. Por la tarde del domingo te armaste de valor, luego de pensar y pensar comenzaste a escribirle un mensaje, no ibas a llamarlo, tampoco querías verlo en persona, y él tampoco se había contactado contigo, así que te comunicarías así por el momento.
(Mensaje que le escribió pero no envió)
"Matías, no sé por dónde comenzar. Quiero ofrecerte mis más sinceras disculpas, sé que estuvo mal lo que hice, pero no estaba en mis cinco sentidos, y sí, sé que es muy pajero culpar al alcohol por mis actos, pero así paso. De alguna manera u otra se iba a terminar sabiendo, y lamentablemente terminó así. Para mí es muy difícil hacer esto, realmente espero que para ti no lo sea. De ahora en adelante quiero que tomemos caminos separados. Espero que lo entiendas."
Estabas por apretar en boton para enviar cuando comenzó a sonar tu celular. Rápidamente lo soltaste algo asustada al ver quién era. Sonó durante unos 10 segundos y cortaron, no pasaron 2 minutos y volvió a sonar, respiraste profundamente antes de enfrentarlo y contestaste.
¿Maya? —Se escuchó desde la otra línea. No se oía molesto, estaba normal.
¿Si? qué pasa? —Trataste de sonar lo más natural posible para ocultar tu nerviosismo.
Bajá, te estoy esperando afuera. Tenemos que conversar. —Enseguida cortó, no tuviste tiempo para negarte.
No se veían desde lo sucedido, de todas formas no querías hacerlo aún, no estabas lista para afrontar el problema frente a frente. Dudaste mucho en si ir o no, pero finalmente bajaste, y en cuanto se abrió el elevador lo viste por la puerta principal. Estaba ahí parado junto a su auto, tranquilo, no parecía enojado. Y tú cada vez parecias más confundida.
Te acercabas lentamente, no se te notaba pero sentías el corazón a mil por hora, no pensaste verlo tan pronto luego de lo sucedido. En cuanto estuvieron frente a frente no pudiste callarte más.
Matías, perdóname, estuvo muy mal lo que hice, yo no quería hacerlo, pero justo discutimos y me sentí muy mal, sé que no es excusa para revelar cosas así... —Estabas hablando demasiado rápido, apenas se entendía lo que querías decir y te cort��.
Pará Maya, no te he dicho nada. Subite, vamos a dar una vuelta. —Dijo mientras se encaminaba hasta la puerta del piloto esperando a que tu hicieras lo mismo.
Había algo en su comportamiento que te hacía dudar, aún no sabías qué era pero decidiste subirte, después de todo, lo peor ya había pasado. Estando ya en su auto, lo encendió pero no avanzaba, el silencio que inundaba el lugar era sumamente incómodo.
Terminé con Lau. —Soltó en seco esperando tu reacción.
Yo... supongo que en parte es culpa mía. Lo siento por eso. —Dijiste evitando el contacto visual.
No lo sientas, yo no sabía como hacerlo, podría decir que me ayudaste. Y ahora estoy completamente libre. —Esbozo una sonrisa algo coqueta.
Sabías a lo que se refería, pero te molestó la manera en que lo dijo. Esto significa que todo ese teatrito que te armó cuando pasó... ¿fue todo mentira? No te sentías bien al saber que había terminado con su novia por lo que hiciste, era algo que querías que pasara pero no así. No puedes poner excusa, desde que comenzaron a hacerlo se sintió como algo incorrecto y no te negaste.
¿Tienes algo más para decirme? Realmente no tengo ganas de ir muy lejos a esta hora. —Dijiste tratando de sonar convincente.
Bueno boluda, siempre me pediste que termine con mi novia y ahora que lo hice te hacés la loca? No me jodas, sabés bien a que vine. —Enunció en un tono pesado.
Estabas algo sorprendida por las palabras provenientes de él. Sí era evidente, pero algo en tu cabeza hizo clic, él no la dejó porque tú querías estar con él, lo hizo cuando ya no tenía como excusarse y eso te hizo sentir muy culpable.
Matías ¿vos me querés? —Preguntaste algo dudosa y temiendo a su respuesta.
Y obvio que te quiero, sos mi mejor amiga. —Lo dijo como si fuese obvio y se acercó peligrosamente a tu rostro mientras acariciaba suavemente tu mejilla.
Su respuesta quedó resonando en tu cabeza, eras su mejor amiga y por lo visto, él no tenía planes para cambiar eso. Evidentemente estaba mal sentir cosas por Matías, pero el estar tan cerca de su rostro sintiendo su respiracion chocando con la tuya, el aroma de su perfume embriagante y esos ojos que cada vez que te veían te devoraban, era una imagen lasciva, no podías resistirte.
Sin poder actuar, él ya se encontraba repartiendo besos por tu cuello, masajesando con algo de rudeza uno de tus pechos, mientras que con su mano libre sostenía tu rostro. Por más que quisieras resistirte, no podías, no podías negarte a su tacto, te encantaba, lo amabas. Estabas tan sumergida en el momento que comenzaste acariciar levemente su cabello, querías besarlo, marcarlo, acariciarlo. Hasta que caíste en cuenta de que siempre sería así, por la noche, cuando nadie los ve.
Por favor... —Dijiste en tono de súplica mientras te separabas de su agarre.
¿Qué querés? Decíme, Maya. —Dijo el pensando que hablabas de lo estaban haciendo.
Enamorate de mi como yo lo estoy de ti, quiéreme tanto hasta que sientas que te va a estallar el corazón de amor por mi, porque a pesar de todo eso es lo que yo siento por ti. —No habías planeado nada, todo lo que salió de tu boca fue por el momento, y estás lista para el golpe de realidad.
¿Sos joda? Ya te dije qué es lo que pasa entre nosotros Maya. Y es una pena que estés así por mí porque yo jamás sentiré eso por ti. —Dijo mientras volvía a posicionarse sobre su asiento.
Sabías qué te diría, pero querías intentarlo una vez más. Sentías la misma sensación que la primera vez, no tenias voz para decirle algo, menos para poder reclamarle algo que nunca fue tuyo. Sin esperar nada, te bajaste de su auto dejándolo confundido.
———
pienso hacer una última parte para dejarle final feliz a Maya y ver qué pasó con mati, ya tengo una idea, pero si de casualidad leen hasta acá díganme con quien les gustaría ver a Maya:3
Y perdón, me hubiese gustado escribir una escena explícita, pero aún no tengo práctica en ello, más adelante quizás lo intente!
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nekoannie-chan · 3 months
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Nunca es suficiente
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Pareja: Steve Rogers X Lectora.
Palabras: 196 palabras.
Clasificación: B.
Sinopsis: Un beso nunca es suficiente.
Advertencias: Fluff.
N/A:  Esta es mi regalo para Courtney. ¡FELIZ CUMPLEAÑOS COURTNEY!
También puedes leerlo en Wattpad y Ao3.
         Si te gusto por favor vota, comenta y rebloguea.
No doy ningún permiso para que mis fics sean publicados en otra plataforma o idioma (yo traduzco mi propio trabajo) o el uso de mis gráficos (mis separadores de texto también están incluidos), los cuales hice exclusivamente para mis fics, por favor respeta mi trabajo y no lo robes. Aquí en la plataforma hay personas que hacen separadores de texto para que cualquiera los pueda usar, los míos no son públicos, por favor busca los de dichas personas. La única excepción serían los regalos que he hecho ya que ahora pertenecen a alguien más. Si encuentras alguno de mis trabajos en una plataforma diferente y no es alguna de mis cuentas, por favor avísame. Los reblogs y comentarios están bien.
DISCLAIMER: Los personajes de Marvel no me pertenecen (desafortunadamente), exceptuando por los personajes originales y la historia.
Anótate en mi taglist aquí.
Otros lugares donde publico: Ao3, Wattpad, ffnet, TikTok, Instagram, Twitter.
Tags: @sinceimetyou @black23 @unnuevosoltransformalarealidad @azulatodoryuga
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Steve necesitaba regresar cuanto antes a casa, tenía un mal presentimiento y necesitaba asegurarse que estuvieras bien, se estaba desesperando porque el resto del equipo no se apuraba para terminar la misión. Le urgía regresar.
Ni siquiera dejó que terminara de aterrizar la nave cuando salió, tampoco le importaba lo que murmuraban a sus espaldas.
En tu día libre podría ocurrirte cualquier cosa y uno de los mayores temores de Steve era perderte, así que no lo iba a permitir.
Como pudo estacionó la motocicleta con rapidez, entró corriendo y te encontró preparando la cena.
—¿Cómo te fue en la misión? —le preguntaste cuando lo viste.
No obtuviste respuesta, en su lugar, Steve te tomó de la cintura y te plantó un beso.
—One kiss is just never enough —Steve susurró.
—¿Estás bien? Estás actuando un poco raro —cuestionaste, separándote un poco de él, pero sin dejar la espátula que tenías en tu mano.
—Te extrañé, es todo —Steve respondió, asentiste aunque no le creíste, él era muy malo para mentir, pero al menos se sentía tranquilo porque estabas bien.
—Estaba cocinando lasaña para la cena, ¿quieres? —ofreciste.
—Claro, después podemos ir a dar una vuelta.
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¿ Te sentiste identificad@?
Pocas personas expresan lo desafiante que puede resultar tener una relación SANA después de una relación tóxica , y aún menos sobre la importancia de revisar en terapia las dinámicas tóxicas que podrías haber NORMALIZADO ❗️
Si tuviste una relación tóxica, es muy probable que hayas vivido momentos extraordinarios donde fue excesivamente cariños@s, divertid@s , atent@s y amables, pero también haber experimentado de un momento a otro, que eso se daba vuelta y era lo opuesto.
Ahora, una relación sana puede parecerte monótona y la falta de sobresaltos o mariposas en tu estómago puede generarte DUDAS ❗️
Y aunque antes buscabas estar con alguien confiable, honest@, transparente y que te brindará paz, ahora que l@ tienes, no te parece “suficiente”. Empiezas a dar por sentadas las acciones que antes valorabas , ya no te alcanza y necesitas más “acción “.
Al NO encontrar lo que esperabas, empiezas a ver con lupa cada detalle de tu relación y te cuestionas si deberías buscar a otra pareja más emocionante. Lo que te conduce a descartar potenciales parejas 👉porque l@s encuentras ABURRIDAS❗️
Es así que el ciclo se repite continuamente . Al principio súper entusiasmad@, creyendo que ahora sí encontraste alguien con la misma intensidad de la que enamoraras y que poco después se convertirá en una dinámica tóxica de la que es probable que te cueste salir ✨
👉✨Si te sentiste identificad@👉no estás sol@. 
ℜ𝔬𝔰𝔞🖤
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quegaykskskks · 1 year
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M.Lector & Miles
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𝐑𝖾𝗌𝗎𝗆𝖾𝗇: 𝖤𝗅 𝖫𝖾𝖼𝗍𝗈𝗋 𝖾𝗇 𝗌𝗎 𝗏𝗂𝖽𝖺 𝖼𝗈𝗍𝗂𝖽𝗂𝖺𝗇𝖺
𝐏𝖺𝗋𝖾𝗃𝖺: 𝖫𝖾𝖼𝗍𝗈𝗋 𝗑 𝖲𝗉𝗂𝖽𝖾𝗋𝗆𝖺𝗇'𝗌
Tu cabeza daba vueltas, no, retumbaba con el sonido de la voz de tu madre de fondo porque la alarma estaba literalmente perturbando tu sueño y opacando cualquier ruido con el suyo. No fue suficiente hasta que algo fue arrojado a tu cara, te levantaste con gran pereza después de ello, tu hermana de cinco años fue a despertarte usandote cómo su blanco corsel, tu madre te veía desde el marco de la puerta de tu habitación.
—¡Ya era hora, vas a llegar tarde a la escuela!—
Eso fue todo lo que tuviste que escuchar para salir disparado de la cama, tomaste la molesta y vieja alarma para ver la hora exacta, la apagaste y corriste al armario de tu habitación, tu hermana se reía de tu situación mientras desesperadamente te ponías el opaco uniforme de tu escuela.
—¡MAMÁ!, ¡¿PORQUE NO ME LEVANTASTE ANTES?!—
—Lo hice cariño, pero eres como tu padre y tu sueño es tan profundo que ni un huracán logra despertarte.—
Soltaste un bufido sonoro para acomodar la corbata roja en tu cuello, realmente esto no era lo tuyo por lo que no fue inesperado que llegará tu madre al rescate para ajustar tu corbata perfectamente, beso tu frente y te entregó los zapatos que usarías, besaste su mejilla para despedirte de tu hermana revolviendo su cabello, pasaste por la cocina y robaste un pancake para salir corriendo en dirección a la callé.
—Necesito llegar rápido al metro o el profesor me colgará.—
Tu mochila fue a parar en tus hombros, colocaste tus audífonos para salir corriendo con tu canción favorita de fondo, esquivando a un sin fin de personas porque aquí todo estaba repleto de gente por montón, casi chocaste con el auto de un policía por no prestar atención, te disculpas te pero no te detuviste, continuas te hasta dar con el metro y el vagón que te llevaría a tu escuela, casi cierran las puertas pero al último segundo lograste entrar sin terminar aplastado por las puertas del elevador.
—Estuvo....cerca.—
Recuperaste el aliento mientras el metro avanzaba por las vías, la siguiente parada era la tuya, decidiste disfrutar hasta el último segundo antes de correr nuevamente por lo que tomaste asiento y fue entonces que los viste, frente a ti estaban dos sujetos vestidos de Spiderman con camisetas bastante chistosas en lo que bebían sodas, decidiste ignorarlos porque podría ser gente llendo a casa después de una convención de cómics o algo, no eras muy experto en el tema, Gwen era la más fanática de eso que tú qué apenas podías poner un dedo sobre un libro sin dormir en el proceso. Tu cabeza se levantó del suelo cuando una bola de papel fue rodando desde el otro lado en tu dirección, pudiste ignorarla pero no lo hiciste y en su lugar, la levantaste del suelo y la abriste por mera curiosidad, su contenido te puso las mejillas rojas de la vergüenza, conectaste bien tus audífonos, ya te habías avergonzado lo suficiente exponiendo tus gustos musicales a los demás, todo aquello mientras reías nerviosamente, cuando lo viste el solo te saludó con un movimiento de mano hasta que el Spiderman ¿Mayor? Volteó a verlos y casi juraste que podías ver cómo se movían sus cejas debajo del traje, eso te dejo con gran intriga pero se esfumó al ver el tamaño de su abultado abdomen que tenía manchas de comida además de migajas.
—¡Hola!—
Saludaste con una torcida sonrisa y está se volvió más grande cuando el chico te devolvió el saludo, claro que el momento se tenía que arruinar porque desde los parlantes escuchaste que ya estaban en la parada que debías bajar, tomaste tu mochila y saliste disparado con prisa, justo antes de esfumarte volteaste a ver si seguían ahí estos ya no estaban, raro o simplemente se movieron de asiento, no prestaste atención.
—Miles, ¿Que dijimos de hablar con extraños cuando estás vestido de Spiderman?—
—Uuuh, que no era buena...idea.—
Miles volvió su voz menos audible con cada palabra, su vergüenza fue grande y Peter solo lo veía con una ceja alzada además de una sonrisa molesta, un golpecito en su hombro provocó que volteara a ver al hombre.
—Parece ser que llamo tu atención, niño.—
—¿Que? ¡No, no, no, no!—
—¡No, yo solo estaba siendo amable!—
—Que bien, porque parece ser que Gwen lo conoce.—
Rápidamente la mirada de Miles fue a parar donde el dedo de Peter señal. Ahí estabas tu con Gwen que te interceptó dándote un susto que podías jurar casi te da 5 infartos seguidos pero que jamás admitirías por orgullo, la mirada de Peter también estaba en ustedes dos pero paso a estar en Miles al escuchar como se caía su teléfono en un intento de comunicarse con lo que su teléfono mostraba cómo Gwen.
—Así que....siendo amable ¿Eh? A nadie engañas niño.—
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flan-tasma · 7 months
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Bugambilia (Neuvillette x Fem!Reader)
💖~I love this song, I couldn't help but think of Neuvillette dancing and crying at the same time, so I wrote this!
Part 2 here
Warning: angst(?, fluff(? idk | Google Translate sponsors me (it's a lie) If I made any mistakes in the english translation, I would be happy to read your comments! | Content in spanish and english
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Spanish:
El amor no era desconocido para Neuvillette, quién había pasado vivo durante siglos. Conocía lo que era despertar junto a alguien adorado, en calor de se abrazó y la ternura de los besos. Era un hombre conocedor y melancólico pues, como la vida dicta, siempre hay un final, como las flores que vestía antaño.
Su figura adornada con tonos morados era hermoso, siempre divino y fragante, digno de un dragón. Pero a sus ojos, aquella señorita era incluso más bella, danzante de un lado a otro llevando consigo el aroma de las flores que adoraban y con los que jugaban. Felices de dar vueltas entre una lluvia violeta que caía sobre ellos y se pegaba al cabello. No como ahora que las flores moradas extintas, muertas después de varios años, se habían transformado en el retrato nebuloso de lo que en el pasado fue un romance mágico para el Juez. La lluvia de flores no existía ahora, sino que caían sobre las cabezas de las personas las gotas de lluvia cada que el Dragón Hydro recordaba a su amante.
Todo resultó extraño para él al verte, sonriendo junto a una Melusine, confundiendo todo lo que en él ya existía. No eras tu, pero era ella. No eras ella, pero eras tu. Fue tan confuso como eso pasando por su cabeza, todo se desplomó y una marea de sensaciones lo arrojó a las profundidades de sus recuerdos y de regreso, como quien verifica una respuesta antes de darla.
Vestías las desdichadas flores que lo hacían llorar y sonreías para él como antes, tan hermosa que sentía su corazón romperse en su pecho y caer al suelo para que lo pises. La lluvia cayó, el suelo se secó y volvió a mojarse de una manera que nadie en Fontaine entendió, mucho menos él cuando supo tu nombre y sus oídos se sonrojaron junto al sol brillando, recordando e iluminando tu rostro para que te pudiera ver mejor.
Una llama volvió s encenderse en el interior de Neuvillette, calentando su corazón y haciendo bailar a dos siluetas con fuego que le provocaron dolor de estómago. Sentía que iba a morir y caería en tus brazos, deseando, muriendo por volver a caer en tus brazos como ya lo había hecho antes.
Las lágrimas que caían por las mejillas de Juez te preocuparon y él sonrió agradecido de tener tu mirada en él, sintiendo su estómago burbujear y calentarse. Te veía frente a él, tan radiante como antes, vestida con flores moradas y no era una alucinación, no debió dormir para recordarte una vez más. Neuvillette estaba tan feliz, sonriendo como si fuera el mejor regalo que pudiera haber tenido, agradeciendo entre un llanto alegre que te preocupó tanto como a la Melusine a tu lado. Su corazón, antes atravesado con púas afiladas que sangraban la negrura del luto, que lo mantenía preso de amor, ahora estaba conmovido con el recordatorio de que si la llama en su pecho aún podía bailar, tu podrías quererlo también, como antes solían amarse.
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English:
Love was not unknown to Neuvillette, who had been alive for centuries. He knew what it was like to wake up next to someone you adored, in the warmth of hugs and the tenderness of kisses. He was a knowledgeable and melancholic man because, as life dictates, there is always an end, like the flowers he once wore.
The figure of him adorned with purple tones was beautiful, always divine and fragrant, worthy of a dragon. But in his eyes, that young lady was even more beautiful, dancing from one side to the other carrying with her the smell of the flowers they adored and played with. Happy to spin around in a violet rain that fell on them and stuck to their hair. Not like now when the extinct purple flowers, dead after several years, had been transformed into the nebulous portrait of what had once been a magical romance for the Judge. The rain of flowers did not exist now, but raindrops fell on people's heads every time the Hydro Dragon remembered his lover.
Everything was strange for him when he saw you, smiling next to a Melusine, confusing everything that already existed in him. She wasn't you, but you were her. You weren't her, but she was you. He was as confused as that going through his head, everything collapsed and a tidal wave of sensations threw him into the depths of his memories and back, like someone checking an answer before giving it.
You wore the unfortunate flowers that made him cry and you smiled for him as before, so beautiful that he felt his heart break in his chest and fall to the ground for you to step on. The rain fell, the ground dried and became wet again in a way that no one in Fontaine understood, much less him when he knew your name and his ears blushed next to the sun shining, remembering and illuminating your face so that he could see you better.
A flame rekindled inside Neuvillette, warming his heart and making two silhouettes dance with fire that gave him a stomach ache. He felt like he was going to die and fall into your arms, wishing, dying to fall into your arms again like he had done before.
The tears falling down Judge's cheeks worried you and he smiled grateful to have your gaze on him, feeling his stomach bubble and warm. He saw you in front of him, as radiant as before, dressed in purple flowers and it wasn't a hallucination, he shouldn't have slept to remember you once again. Neuvillette was so happy, smiling as if it were the best gift he could have ever had, thanking him between a joyful cry that worried you as much as it did the Melusine next to you. His heart, once pierced with sharp spikes that bled the blackness of mourning, which kept him imprisoned by love, was now moved with the reminder that if the flame in his chest could still dance, you could love him too, as before you used to love each other.
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jamonartzzz · 1 year
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The Joy of creation (Welcome Home - fanfic)
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Capítulo/chapter 8.
Oh, él estaba haciendo esa sonrisa de bastardo, de nuevo.
"¿Sucede algo, querida? Estuviste mirándome mucho".
Él no era tonto, sabía de sus bendiciones estéticas de las que fue dotado. La de ser gallardo. (Y/N) se preguntó cómo sería su fuese humano. Seguramente coqueto con ese copete, piel oscura y labios carnosos.
"No sé de qué hablas". Suelta un bufido, estoica. No le iba a dar más poder a Wally Darling. No sin antes darle guerra. Sé bueno con Wally y él lo será contigo. Sé juguetón con él y verás lo que pasa. "Bueno, parece que alguien se va a quedar sin ramos de flores".
"¿Ah, pensé que me lo ibas a regalar?"
"Me retracto". Mantuvo más cerca el conjunto de flores en su poder. Las cuales, en su mayoría eran amarillo, rojo y azul. Después de eso, solamente escucha la risa disimulada de Wally... ¿Se estaba burlando de ella?
"Está bien, vecina. Te perdono". El artista profundiza su sonrisa cuando nota la expresión sorprendida de la contraria. Y suelta una risa de vuelta cuando la oye gruñir. El señor Darling no tenía que mover un dedo para saber que tiene una victoria a medias. Siempre gana.
Las abejas volaban mansamente sobre ellos, unos cuántos se quedan en la cabellera/cabeza de la humana. Totalmente atraídos por la temperatura cálida natural del ser humano. Ante esta escena, el artista observa intrigado. Por ende, no interrumpió. De hecho, sus orbes crecieron.
Mientras la contraria no miraba, llevó sus amarillos dedos a la flor azul vibrante que había puesto en su oreja. Acarició los pétalos frágiles. Seguía sin creer que la humana, voluntariamente, le había regalado a él. Inevitablemente, estaba halagado. Realmente ya no podía pedir mucho cuando las circunstancias estaban a su favor. A este paso, si todo sale bien, (Y/N) estaría demasiado distraída con este paraíso, que ya no va a querer irse. Ni mucho menos, volver a su vida pasada. Nadie volvería cuando tienes la belleza frente a tus ojos. Totalmente alejado de la realidad hostil y parasitaria del ser humano.
Sí, solo debía mantenerla aquí. Espera no recurrir más a la manipulación.
"Bueno, ya terminé los últimos retoques". La voz tranquila de su nueva amiga le distrajo de su tren de pensamientos. Wally vuelve a relajar su mirada una vez ve satisfacción en los ojos de (Y/N). "Entonces, ¿qué opinas? ¿Te gusta?"
La humana entrega finalmente aquel ramo hecho con mucho esfuerzo. El peli-azul no duda en tomarlo, luego de esperar pacientemente. Tarareando feliz, acaricia las flores, sin perderse el detalle de los colores; un claro guiño a su colorimetría.
"Me encanta. Especialmente porque usaste mis colores, eres muy observadora". Se prometió internamente para ponerlo en un jarrón apenas llegue, con agua. Era un regalo hecho con esfuerzo por su nueva amiga. Y voluntariamente, no es algo forzado. Razón suficiente para festejar.
Confiando en su juicio, mejor dicho inspiración, decide tomar una flor blanca que encontró por ahí. Los ojos de la humana lo sigue expectante, en silencio. Sus preguntas son respondidas cuando Wally se acerca mansamente hacia ella, para entregarle la flor.
Desde esta perspectiva, Wally se veía muy galante.
"¿Para mí?" Cuestionó impactada, lentamente toma la flor como si apenas creyera. Inconscientemente lleva la flor cerca de su nariz, para olerla. Era fresco y dulce.
"Me regalaste flores, lo menos que puedo hacer, es regalarle una a mi amiga". Nota el silencio de su amiga, sin salirse del shock. "¿No te gusta, (Y/N)?"
"Digo, ¡me gusta mucho! Muchas gracias, Wally". Apresurada contesta, no queriendo hacerle sentir de menos al artista por este regalo. De hecho, encontró tierno este momento. "Me sorprendí, eso es todo..."
"Ja, Ja, Ja, tonta". Exclamó carismático, soltando una de sus risas monótonas pero tontas. Oh, por supuesto que el bastardo sabía lo que hacía. Ya sospechaba que iba a tomarle la guardia baja ante este regalo. "Será mejor que regresemos, Casa debe estar preocupado".
(Y/N) no evitó desanimarse visiblemente. Pues finalmente había hecho contacto con el exterior, entiende que ha pasado más de una hora sin embargo, deseaba quedarse más. Un poco derrotada, suspira silenciosa para empezar a levantarse del pasto. Sacudió su ropa suavemente antes de volver su atención a Wally, quien la observaba expectante.
"Fue bonito mientras duró". Murmuró algo agotada mentalmente. "¿Estás seguro que no podemos quedarnos un rato más?". Suplicó un poco desesperada. Honestamente no quería volver a exponerse tan rápido a la escasez de luz como pasa en Casa. Ante esto, Wally negó.
"Ah, ah, debemos regresar. Hemos estado afuera por mucho tiempo y Casa estará extrañando nuestra presencia".
(Y/N) estuvo jugueteando impaciente con su flor. Sin lastimar sus pétalos. Su mente volvió a darle una mala jugada. ¿Acaso la estaba manipulando haciendo de menos su necesidad?
"¿Pero qué hay de mí, Wally? Necesito aire fresco de vez en cuando". Realmente no quería permanecer encerrada. De nuevo. Solo necesitaba negociar, si tan solo el peli-azul entendiera.
Ella observó como su mirada se apaga y su sonrisa queda tensa.
"Lo tendrás en otro momento, vecina. Hasta entonces, sé buena. Debemos regresar".
(Y/N) sintió su párpado inferior temblar. Una creciente rabia nació en su interior. Esta vez, ella ni siquiera lo miró a los ojos. Solo asintió con pesar.
Wally presencia su silencio, un poco consternado de que el ambiente cálido de antes tenga que reducirse. Sin nada más que decir, guió el camino hacia casa. Dándose cuenta de que la humana estaba más silenciosa que de costumbre. Es decir, ella no era ruidosa pero esta vez no pronunció ninguna palabra, incluso cuando pasaron frente a una manda de abejas. No tardaron en llegar a casa, en todo momento, Wally se aseguró de la libertad del camino. Es decir, que nadie los vea. Aunque ahora mismo, el vecindario estaba muy silencioso.
Finalmente, llegaron a casa. El pintor abrió la puerta para que ella pase primero. Y así fue.
En todo el camino, la atención de la humana estaba en la flor.
Wally aprovechó para dejar en un jarrón con agua el ramo. Admirando en silencio la belleza de estas.
Estaba por proponer alguna actividad dinámica para pasar el rato, lastimosamente cerró su boca al notar que la humana se dirigía a su cuarto con un semblante serio. Salió de sus pensamientos apenas oyó el ruido de la puerta cerrarse. Dejándolo solo con sus reflexiones.
"Casa, ya hemos vuelto".
Casa respondió moviendo unas ventanas. Él sonrió levemente. Sin embargo, sus orbes volvían hacia un espejo que yacía solitario cerca de la sala de estar. Observó su figura, admirando aquella flor dada por (Y/N) a él como un regalo.
La humana estaba agotada mental como físicamente. Su cuerpo cayó en su cama como un saco de papas. No sin antes dejar la flor que le regaló Wally encima de su mesita de noche. Unas punzadas de inseguridad y confusión estaban instalados en su mente. Se sintió disgustada cuando el pintor priorizó a Casa antes que ella, considerando que su situación era emergente; el ojo y cordura humano no estaban preparados para tanta oscuridad. Es por ello que insistió en disfrutar más al aire libre.
De tanto pensar en las probabilidades y sus sentimientos encontrados, el agotamiento hizo lo suyo. Provocando la rápida ensoñación. Su respiración fue más lento y suave, totalmente ajeno a la hostilidad oculta de este mundo.
Recuerda estar paseándose por un campo abierto, hasta llegar al vecindario. La única diferencia, es que era de noche. Todo estaba sumido en una oscuridad latente, como si algo vivo se hallaba dentro de él. Con un nervio de muerte, caminó entre las casas del vecindario. Vio marionetas, acostadas, apagadas...
"¿Dónde estoy?" Su voz fue un susurro llevando por el anochecer. No le gustaba la sensación de inseguridad que habitaba en su alrededor. Es como si cada paso dado, era oído por alguna bestia. Por alguna razón, su mente y corazón le pedían a gritos que corra, ahora mismo. Pero estaba inmóvil.
Lo estaba cuando vio una huella gigante, bestial en el pasto.
Antes de acercarse a inspeccionar, un gruñido parecido a la de un perro resuena con hambre a unos pasos de ella. Totalmente alertada, voltea bruscamente. Al instante, queda helada y pálida por lo que sus ojos captaban.
Era Barnabay. No sabía si tenía cabeza o este estaba de un color negro intenso, pero ella ni quería saberlo. Su adrenalina fue el impulso necesario para empezar a poner en marcha sus piernas y correr tal cual como un venado despavorido.
"¿Por qué huyes, querida? ¿No ves que cree a un perro?"
Aquella voz... (Y/N) observó en cámara lenta su retaguardia. Y ahí estaba, Wally frente a Barnabay, con una expresión cínica en su rostro. También pudo notar que ambos parecían trabajar juntos.
"¡Déjame en paz!" Corrió con todas sus fuerzas hacia el bosque. En un intento débil de buscar una guarida.
Sin embargo, las patas grandes de Barnabay fueron mil veces más rápido para alcanzarla. Encima de él, Wally miró a la humana totalmente acorralada. Vulnerable y sin nadie que la ayude.
"¡¿Qué quieres de mí, eh?!" Arremete con la poca valentía que le sobraba en ese momento. (Y/N) podía jurar este momento como su fin.
Hasta que una mano amarilla sostuvo su mentón, con fuerza. Obligándole a mirarle a los ojos. El mismo e inigualable Wally. Sus orbes negros solo aumentaron.
"Te quiero a ti. Y solo a ti".
(Y/N) despertó de golpe. Alejándose de aquella pesadilla. En efecto, su corazón latía agitado y sus mejillas tenían un rastro húmedo. Dando la pauta de que estuvo llorando entre sus sueños.
¿En qué momento perdió el control de su vida?
Estaba aquí, en un mundo colorido y persuasivo. Parecía que cada cosa la sedució a quedarse. Como si el mismísimo Satanás le aseguró un lugar en el paraíso. Prohibido y a la vez divertido para consumir.
Su pesadilla era tan real. Y un reflejo de su interior, a la vez. Le costó ver a Wally con los mismos ojos, ahora.
No obstante, hizo un esfuerzo sobrehumano para no ser obvia.
A pasos débiles, se dirigió a la cocina. Sus articulaciones tardaron en reaccionar con la misma destreza comparado a cuando estaba despierta. Se apresuró en cargar un vaso con agua fría, murmurando unas maldiciones cuando su corazón seguía agitado. Finalmente, tomó del agua apresurada. Con el fin de no sólo calmarla, sino también silenciar el ruido mental.
"¿Vecina?"
Ella se sobresalta al oír la voz de Wally. Tan calmado como siempre. Sin embargo, no se digna en voltearse para verlo.
"Hola, Wally..." Contesta terminando su vaso de agua. Acto seguido, lava de este sin prestar mucha atención al artista. Lo cual es difícil, después de esa pesadilla.
Detiene su quehacer inmediatamente cuando siente una mano en su hombro.
"¿Podrías mirarme, por favor, (Y/N)?" Inclusive ahora, se oía tan caballeroso. Ella suspira y no tiene de otra que cumplir su voluntad. Vio la sonrisa tonta de Wally volverse inestable por unos segundos.
Ahí recordó que no se limpió el rostro. Probablemente siga el rastro de lágrimas seco en sus mejillas.
El pulgar del contrario seca como si fuera un amigo cercano dando consuelo a su amigo que tal vez se lastimó. Lo hizo con tanta gentileza que se preguntó seriamente si esto era real.
"Ahí, ahí, ¿estás mejor?" Agrada su sonrisa suavemente. Usando aquella paz que transmitía a los niños a la hora de presentarse en su programa. Siguió secando aquel rastro de lágrimas con cuidado. Como si no fuese la primera vez que consuela a un amigo.
¿Wally estaba siendo genuino o era esto un acto más?
"¿Te sientes mejor?"
"Sí..."
"Me alegro de haber ayudado".
El Sr. Darling siempre estuvo conectado con el exterior y sus emociones, atendiendo a los demás; mientras que su invitada, estuvo más ligada al interior y las reflexiones mentales, ayudó a los demás pero no con la constancia y sacrificio que usaba Wally.
No podía creer que aquella sonrisa tonta era suficiente para disminuir la idea de aquella pesadilla.
No sabían qué creer...
Wally siguió ayudándola, con aquella naturaleza suya de ayudar a los demás. La humana pensó que tal vez, en su intento de mantener el control y la paz entre todos, él podría caer o usar la manipulación para su conveniencia.
"¿Por qué haces esto?"
El pintor no entendió el verdadero propósito de esa pregunta, aún así respondió.
"Ja, ja, porque eres mi amiga, me gusta ayudar con amor. Creo que eso es lo que hacen los amigos". Finalmente empezó a darle espacio personal a la humana una vez se aseguró de darle la atención necesaria.
Y con ello, (Y/N) ya no preguntó nada más. Se dedicó exclusivamente a observar los orbes oscuros de Wally, queriendo ver la desnudez de su alma y cuán honesto estaba siendo.
El color negro y el color (color de ojos) de la humana hacían buena combinación cuando se encontraban.
__Fin del capítulo.
(Color de ojos): es aquí donde elijes tu preferencia.
El vecindario -o aquel mundo entero, mejor dicho- está programado para que todos se sientan bienvenidos, para quedarse para siempre y jamás apartar la vista de él. En consecuencia, la protagonista tiende a olvidarse de su misión original.
Brillante y colorido, paralelismo a efectos secundarios.
Cualquier coincidencia en mi escritura, no fue malintencionado y mucho menos planificado. Cualquier comentario decente, en español o inglés, es bienvenido.
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x-z-x · 2 years
Text
RUBÍ
→ Seth x Diosa!OC [Habibah]
✦ Sinopsis: Hathor genera su primer descendiente y Seth es el último en enterarse.
✦ Palabras: 5391
✦ Advertencias: Incesto / Smut + Asfixia erótica.
✦ ENNEAD es un manwha basado e inspirado en la mitología egipcia. Explicaré a los dos dioses más importantes para la historia, el resto no son relevantes y tómenlos como simples personajes si no los conocen.
Seth: Dios de la Guerra y Desiertos.
Hathor: Diosa del Amor y Belleza.
✦ Nota: Este oneshot lo publiqué en un blog viejo, así que pueden haberlo visto antes en Tumblr. ¡Ojalá les guste! Comentarios, likes y reblog son muy apreciados ♡
Tumblr media
—¿Qué le sucede a Hathor?
Los presentes voltearon y mala cara se posó en algunos al ver al nuevo integrante de la habitación, Seth enarcando una ceja y Sekhmet sonriendo en grande dispuesta a darle respuestas.
—Al parecer su hija está causando problemas —rió con malicia.
—¿Desde cuándo ella tiene descendientes? ¿Quién de ustedes fue? —preguntó ligeramente agresivo por la confusión.
—Ninguno —suspiró Maat con los brazos cruzados—. Hace tiempo tuvo una aventura y...
Seth hizo un sonido que señalaba su opinión de lo idiota que era por caer en preñez y pronto les observó con sospecha respecto a si aquello fue un secreto que por años guardaron solo de él.
—¿Qué hizo para que Hathor pasara corriendo por los pasillos entre sollozos?
—Nació con la belleza correspondiente a la posición y aspecto de su madre. Gusta de bailar y viaja con un grupo a distintas ciudades para dar espectáculos, pero su rostro está llamando bastante la atención —explicó Bastet.
—En serio, ¿el problema es que tiene muchos pretendientes? —burló con un bufido.
—Va más allá de eso, algunos son divinidades que están comenzando a pelear y generar caos —dijo Maat marcando la importancia del asunto—. Pedimos que Hathor pusiera orden y le exigiera que actuara correspondiente al título de diosa, pero…
—¿Diosa? ¿Su hija ascendió? —preguntó con menos simpatía.
—Es la Diosa de las Piedras Preciosas y Metales, todo lo que usamos fue confeccionado por ella —dijo Thoth mientras señalaba el increíble collar que lo decoraba.
Isis sonrió con burla y Seth desechó la situación como una pérdida de tiempo, enseguida abandonando el lugar y dirigiéndose a su templo. Al llegar, contrario a lo dicho, impuso que los sirvientes más fieles buscaran aquella chica que todos atraía, pero la información llegó varios meses después y para ese entonces cualquier interés había desaparecido.
Aún así, Hathor no dudó en enfrentarlo cuando se enteró que él sabía que su preciada hija vendría a la ciudad. Estaba nerviosa y alterada, y que el hombre la minimizara no ayudaba en lo absoluto.
—¡No te metas con mi bebé! ¡Yo me encargaré de los enamorados, eliminaré cada rastro de afecto y nada sucederá! —gruñó con el ceño fruncido.
—¿Recién ahora decides actuar? Batallas y varios conflictos se han dado por su culpa, y ese es mi territorio.
—¡Es la victima, no la responsabilices! Si le haces algo…
—¿Qué? —enarcó una ceja sonriendo desafiante—. ¿Acaso crees poder enfrentarme?
Hathor se puso bordó y la pupila de sus violáceos ojos se volvieron verticales, el aura que la rodeaba siendo sumamente amenazante.
—Haré hasta lo último para terminar contigo si te metes con ella, no importa si debo cambiar los sentimientos de cada ser viviente para que la protejan y vayan contra ti —aseguró con chispas surgiendo de la punta de sus dedos, acto seguido dando la vuelta y saliendo del salón.
—¿Desde cuándo se atreve a hablarme así? —sopesó molesto, las uñas de sus dedos golpeteando el trono que ocupaba.
Eligiendo ir sin importar qué, indicó que preparan ropa menos llamativa y que lo cubriera bien al su cabello rojo no pasar desapercibido. Se envolvió en lino y partió al anochecer a la zona indicada, donde frunció el ceño al ver la gran cantidad de gente que ya ocupaba la delantera.
—Señor, venga por aquí —avisó una joven con fina joyería y gran sonrisa.
—No me toques —gruñó cuando lo sostuvo del brazo.
—Por favor, tengo indicaciones de la interprete principal de llevarlo a primera fila —explicó sin perder la gracia.
Seth entrecerró los ojos y avanzó notando que varios mortales vestidos como ella organizaban a los espectadores. Mujeres y hombres le observaron pasar preguntando quién era para salvarse de quedar atrás, al frenar siendo dejado en un área con almohadones a pocos metros del escenario desmontable.
Con la bajada del sol antorchas fueron encendidas y los músicos se acomodaron en sus bancas mientras comentaban por lo bajo entre sí. Tomó un tiempo a que el espectáculo comenzara, un hombre dándoles la bienvenida antes de entregar la dirección de que empezara el sonido de tambores y demás instrumentos. Los primeros en salir fueron un grupo mixto que danzaba en parejas o pequeños conjuntos antes de romper formación para interactuar con el publico. Seth admiró la presentación pensando dónde encontraron tanta gente hermosa y talentosa, el publico riendo y aplaudiendo ante el buen ánimo que los artistas imponían.
Los minutos fluyeron en una actividad diferente para él, el acto final arribando y levantándose una tela en donde varias siluetas femeninas captaron la atención. Un ritmo diferente empezó y el paño fue soltado por los hombres que se sostenían en escaleras, nueve mujeres enseñando sus espaldas con una estando en la punta de la formación V. De a poco voltearon y finalmente apareció el rostro de la chica que fue a conocer, la boca de Seth quedando entreabierta en una expresión anonadada.
Con una sonrisa confiada y seductora de labios rojos como rubíes, la diosa levantó los parpados y enseñó irises de un purpura oscuro con largas pestañas heredadas de su madre. Dio lentos pasos mientras las demás femeninas se repartían en el escenario, en sincronía comenzando su coreografía con increíble actitud. Cristales y cuentas doradas se entrelazaban en el cabello y volaban cuando giraba, las decoraciones que vestía brillando tanto como ella mientras quitaba el aliento de cada presente.
Los rojos ojos de Seth siguieron cada movimiento y admiraron las curvas que se ondeaban pícaras, ella no fijándose en él hasta que se aproximó a la zona privilegiada. El baile ahora era libre y las personas de las anteriores actuaciones salieron a unirse a la diversión, la mujer agachándose con aire depredador y avanzando al borde del tablón con las manos y rodillas. La gente gritaba emocionada y ella no paró de mantener el contacto visual hasta que se elevó meneando despacio las caderas. Recorrió sus piernas, muslos, cintura y cuello en un espectáculo sumamente sensual, pronto dando media vuelta y llamando a uno de los hombres que danzaba cerca.
Euforia inundó ante lo que podía suceder, Seth apretando los dientes y observando casi sin pestañear como ella colocaba ambas manos en los hombros del masculino y comenzaba a rozarle. Él la sostuvo y la hizo girar conociendo sus intenciones, sin dudar yendo a tocar y acariciar el expuesto vientre mientras observaba al dios con sumo desafío. La llama del orgullo y la competencia se encendió en el pelirrojo, enseguida comprendiendo como era tan fácil que la gente peleara por ella cuando a ese punto, gracias al calor de las grandes antorchas y el baile, brillaba en leve sudor y poseía las mejillas sonrosadas como bellos granates.
—Te esperaré —indicó, el sonido no apreciándose entre la música y el bullicio.
Seth comprendió lo dicho por el movimiento de labios y observó como tiraba una pulsera a sus pies. Algunos se estiraron esperando tomarla, pero el chico la cubrió con una mano y los miró con tal severidad que retrocedieron.
Una vez que el evento terminó decidió esperar alguna señal, de golpe el accesorio comenzando a calentarse y enseñar cierta fuerza que lo impulsaba a seguir una dirección. Se dejó guiar entre un par de concurridas calles hasta doblar en un callejón, ahí la mujer aguardándolo contra una pared mientras se miraba las uñas.
—De todos los dioses, eras al que menos esperaba que viniera a verme.
—Supe de tu existencia hace poco, a diferencia del resto —explicó con cierta recriminación.
—Es entendible, según me dijeron tu ánimo es bastante volátil y agresivo —encogió los hombros como si no le importara demasiado—. ¿A que se debe la asistencia? —inclinó la cabeza acortando la distancia, pero pronto se vio incapacitada al arena envolver sus piernas.
—Como Dios de la Guerra y el Desierto, vengo a encargarme de los problemas que generas con tus conquistas.
Ella miró a un costado y rodó los ojos guardando silencio, a lo que Seth hizo un sonido con la garganta que la presionaba a hablar.
—¿Tienes algún lugar más privado?
Él lo consideró entrecerrando los ojos y pronto la tomó del brazo para hacerla desaparecer en un torbellino.
—Esto es… —dudó de seguir al ver lo que la rodeaba.
—Mi templo —terminó la frase mientras se despojaba del lino innecesario, el colorado cabello quedando libre y adornándole los hombros.
—Wow —exclamó mientras suavemente agarraba un mechón—. Podría crear tantas cosas bonitas para realzar el color, tan bello…
Seth la agarró de la muñeca en señal de advertencia, permitiendo que ella sonriera divertida y le lamiera la mano sin desviar la mirada.
—Cuidado o te cortaré la lengua.
Bufando, se liberó del agarre y le dio la espalda para dar elegantes trotes hacia las enormes escaleras que llevaban a la edificación principal. Las joyas e hilos de gemas que colgaban golpearon armoniosos en cada paso, de manera increíble brillando más que el oro cuando se acercaba a las antorchas.
—Es enorme, no me molestaría pasar algunas semanas aquí —rió traviesa mientras Seth la seguía a una buena distancia.
Los rojos ojos distinguían cada movimiento y admiraban todo lo que era, una necesidad de origen desconocido aumentando sin frenos desde que la divisó por primera vez.
—¿Acaso ofrecí que te quedaras?
—¿No quieres? Soy buena compañía —volteó para retroceder de espaldas—. ¿Sino por qué crees que quienes me conocen pelean por tenerme? —guiñó un ojo.
—Sexo.
—¿Si fuera solo eso por qué no se olvidan de mí una vez que me voy? ¿Qué los hace apegarse tanto? —aminoró la velocidad para quedar cerca—. Hoy mismo lo has visto, el publico se exalta con verme… Incluso tú.
Seth apretó los dientes en descontento y ella sacó la lengua en burla.
—¿Tienes el permiso de tu madre para relacionarte con dioses?
—Hace centenas de años que no necesito su aprobación —rió—. Hoy he hablado con ella y le dije que trataría de evitar generar caos. Quién sabe, tal vez pegarme al Dios de la Guerra sea la solución.
—Serás un dolor más que un placer.
La frase hizo que la femenina riera fuerte y luego fingiera una expresión de profunda reflexión.
—¿Tienes músicos? Tal vez un baile privado te cambie de opinión.
—Primero debemos resolver ciertas cuestiones —dijo indiferente, pero ella sabía bien que con un empujón caería—. ¿Cuál es tu nombre?
—Te lo diré dependiendo de lo que decidas luego de mi danza.
Él encajó la mandíbula detestando la ligereza con la que hablaba y el brillo malicioso de ambos ojos, la sonrisa permanente enervando sus nervios al lucir como si estuviera en control de la situación.
—¿Por qué vives como nómada haciendo espectáculos?
—Mortales o inmortales, cada ser nace con una familia a la cual puede apreciar como tal o no. Mi madre es una de las mejores cosas que me sucedieron y siempre estará en mi corazón, pero el resto realmente no importa mucho. Conocí gente de intereses compartidos y con quienes disfruto pasar los días, confían en mí y yo confío en ellos, así que los escogí —explicó con un nuevo aire rodeándola—. No abandonaré esa caravana, no cuando todos los que aprecio tienen fecha de caducidad.
—Tienes sentimientos poco propios de una divinidad.
—¿Qué es un dios sin humanidad? Si no entiendes a la gente que debes proteger, representar y servir, ¿cómo puedes ser un soberano empático y respetable? —preguntó con pura seriedad en los ojos—. Sé que nunca reinaré Egipto, pero eso no me hace indiferente a quienes me rezan.
—Por como hablas, no me surgen dudas de que eres cercana a Osiris e Isis.
—Bien pensado, ambos participaron mucho en mi crianza —cruzó los brazos poniendo peso en una cadera.
—Como sea —imitó su postura viéndola de arriba a abajo—. ¿Eres incapaz de ordenar a tus amantes que dejen de pelear por ti?
—La mayoría ni siquiera han podido tocarme un pelo, solo luchan por el mero deseo de querer hacerlo. He intervenido, pero quien realmente deberían ponerse a trabajar aquí es Nephthys y hacer que crezca la paz.
—No cuestiono aquello, deberían haber recurrido a ella desde un principio.
—Es tu hermana, si no actúa podrías pedírselo.
—¿Quién crees que soy? ¿Tú mensajero? —enarcó una ceja.
—Vaya —suspiró inclinando la cabeza—. ¿Entonces qué? ¿Nos acostamos y dejamos que el rumor corra para que los dioses se asusten?
—Realmente eres insistente ¿Tantos me deseas? —chasqueó la lengua para sonreír socarrón.
La pregunta arrancó una seca risa de la chica, quien se acercó.
—No voy a negar que eres sumamente atractivo, pero desde antes que asistieras al espectáculo sabía que ésta noche tenías ganas de pasarla bien. Si no me acompañas, iré a buscar quien me complazca.
Seth inspiró y le sostuvo la mirada, su corazón acelerándose y debiendo contenerse de desviar la vista por como parecía acercarlo al abismo.
—Creo que ofreciste bailar para cambiar mi opinión, ¿o no?
—Al fin pasamos a lo importante —dijo complacida retrocediendo un poco—. Guíame hacia tus músicos.
El masculino tomó la delantera y le hizo esperar mientras ingresaba a una habitación. Desde el exterior oyó como hombres y mujeres lo saludaban apurados, enseguida acatando sus ordenes y generando algunas notas accidentales en el proceso de trasladarse. Una considerable fila de personas salió y la observaron, ella sonriendo y apreciando acostumbrada como varios dejaban caer la mandíbula en sorpresa.
—¿Con qué se distraen? —preguntó Seth desde el fondo, su voz provocando que todos abandonaran la estupefacción y agitaran el paso.
—Si decides no tener sexo conmigo, me alegra saber que no tendré que buscar lejos.
Él le miró de reojo e inspiró profundo antes de lanzar el cabello hacia atrás.
—Vamos.
Caminaron con tranquilidad y el dios entró primero a una enorme habitación donde un inmenso colchón reposaba casi a nivel del suelo. Postes con enormes cortinas descansaban listas para tapar la cama del exterior, cuatro sirvientas prendiendo incienso y preparando alcohol antes de seguir cualquier otra instrucción.
—Suelten las telas laterales.
El pequeño grupo se apuró a cumplir y liberaron los nudos, solo dejando un sector descubierto.
—Interesante —comentó la diosa dando algunos pasos por el ambiente.
Los músicos llevaron sus instrumentos y se acomodaron donde los gruesos paños no podrían enseñarlos, la intención de solo observar a la invitada siendo clara.
—Preparate como desees —dijo Seth moviendo una mano de manera desinteresada antes de dirigirse a la cama y recostarse contra una gran montaña de almohadas.
Dos de las femeninas acercaron copas doradas llenas de vino, las cuales ambos aceptaron antes de que él ordenara que se fueran.
Bebió con tranquilidad y se acercó a los presentes para conversar el tipo de música que quería, ellos acatando cada palabra e intercambiando opiniones antes de llegar a un arreglo. Asintiendo en complicidad por solucionar aquel tema, se colocó a varios metros del lecho frente a donde estaba abierto.
—¿Listo?
—¿Tú lo estás? —enarcó una ceja mientras el incienso comenzaba a hacerse sentir.
Guiñando un ojo, tragó de una vez todo lo de su copa y luego la levantó en el aire. Ante la señal, los artistas comenzaron a tocar y ella le dio la espalda mientras mantenía el brazo extendido por sobre su cabeza.
Meciendo despacio las caderas de lado a lado, el oro que sostenía comenzó a derretirse y cambiar de forma. Chorreó por su brazo hasta formar una pequeña cabeza y luego un alargado cuerpo, la recién nacida serpiente enrollándose y bajando hasta posarse en el cuello. Poniendo ambas manos en tan sensible zona, de a poco giró y sonrió cerrando los ojos para permitir que el sonido la llevara a donde debía. Se acarició las clavículas y los hombros antes de extender los brazos, el ficticio animal moviéndose por su pecho y rodeándola, de pronto un sector del lino cayendo y revelando un seno.
Como si nada hubiera sucedido, ella continuó con lo que bien sabía hacer mientras el metal acariciaba y abrazaba cada parte en el proceso de descender. Sus decoradas muñecas y dedos rozaban la piel y creaban perfectos movimientos en al aire, varios de los presentes perdiéndose en los vaivenes hasta que contuvieron el aliento cuando la serpiente llegó a la prenda que escudaba la mayor intimidad.
Sin importarle nada, ella volteó y colocó ambas manos en la zona posterior de sus piernas para arrastrarlas hacia arriba y cuidadosamente levantar un poco del paño. La serpiente enrolló una de las palmas al muslo para que no pudiera quitarla, de esa forma aprovechando a meterse bajo la falda.
Un murmullo del lado izquierdo se escuchó y la femenina miró sobre el hombro para apreciar como Seth no despegaba la mirada, pero que una de sus cejas realizaba una contracción involuntaria al comentario que ella llegó a escuchar. Lanzó la cabeza hacia atrás y doblo el cuerpo hasta el punto de casi poder verlo, con los dedos libres acariciando desde el vientre hasta al seno libre y apretarlo.
La cola del animal fue soltándola de a poco y ella giró para enseñar como ésta salía por el frente y empezaba a subir, así arrastrando la tela hasta el borde de mostrar su entrepierna. De todos modos, no daría tal panorama e hizo que ligeramente cambiara de dirección y fuera de una forma donde no tirara de más. Giró sobre uno de sus pies reconociendo que pronto llegaría un fuerte golpe de tambor, en ese instante cayendo de rodillas con las manos extendidas y todo el cabello hacia delante.
De a poco fue irguiéndose y los músicos apreciaron los movimientos para acomodar el ritmo, al sentarse separando las piernas y sentándose entre ellas. Conectó miradas y sintió como el rojo de sus irises quemaba, provocando que sonriera antes de voltear el rostro y ver a una de las mujeres que antes llamó su atención. Era bonita y toda una tentación si Seth decidía dejarla ir, en menos de un segundo pensando qué decirle para seducirla hasta que la voz del dios resonó.
Todos salieron del trance y frenaron lo que hacían, los músicos juntando rápidamente los instrumentos para abandonar la habitación. En un par de minutos quedaron a solos y la femenina se acercó al pie de la cama, donde inclinó la cabeza viéndolo intrigada.
—¿No te gustó la presentación?
Seth inspiró profundo y bebió hasta la última gota de vino, de esa forma descartando la copa fuera de la cama con un fuerte sonido. Acomodó mejor su cuerpo y movió el dedo índice en una moción que decía que se acercara, ella sonriendo y dando unos pasos en la cama antes de ponerse en cuatro. Gateó hacia él hasta quedar encima, la serpiente irguiéndose curiosa y traspasándose al cuerpo del pelirrojo mientras se observaban en silencio.
—Fue irrespetuoso observar a otra persona cuando debías convencerme a mí.
—¿Por eso cortaste el baile? Solo analizaba la mejor opción si decidías pasar de tal increíble oportunidad —justificó antes de acercarse más y dejar ambos rostros a pocos centímetros—. ¿Cuál es tu respuesta?
Manteniendo silencio unos momentos, colocó la mano derecha en su cabeza para extinguir toda distancia. Ambos pares de labios se encontraron y no tardaron en enredarse, los del masculino sintiéndose increíblemente suaves entre el aroma del vino que bebieron.
—Cuando decidiste conocerme, ¿habías planeado ésto? —preguntó al separarse, él acariciándole la parte baja de la espalda.
—No, ni siquiera sabía quien eras.
—¿Entonces?
—Eres la primer descendiente de Hathor y ella celosamente te ocultaba de mí, solo fue curiosidad —respondió—. ¿Tú? ¿Por qué me diste la pulsera?
—¿No es obvio? Me atrajiste desde el momento en que te vi, definitivamente quería que compartiéramos cama.
Seth hizo una pequeña sonrisa de costado y tiró hacia atrás el cabello con las líneas de gemas entrelazadas, su mano cerrándose como una coleta en aquel brillante manojo.
—¿Cuál es tu nombre? —preguntó viéndola de una manera muy diferente, desde cerca su increíble aspecto deslumbrándolo muchísimo más.
Ella sonrió e inclinó la cabeza fijándose en una de las cortinas como si estuviera pensando si debía revelar tal información, pero terminó por voltear y besar la palma que reposaba en su mejilla.
—Habibah, significa “aquella que es amada” —confesó, con una sola mirada riendo en complicidad.
—Tu madre realmente sabía lo que hacía, porque es lo que todos parecen hacer cuando te conocen.
—¿Incluso el Dios de la Guerra y el Desierto?
—No soy como el resto, ¿crees poder lograr algo como eso? —dijo con un dejo de competencia, pero sonaba más como una invitación a continuar lo que empezaron.
Aceptando el reto y todo lo que implicada, lo besó introduciendo la lengua y Seth tensó el agarre para enseguida tomarla de la cintura. Acarició la caliente piel y luego empujó hacia abajo, de esa forma ambas entrepiernas encontrándose y ella logrando sentir la erección. Con ninguna duda empezó a mover las caderas y el masculino soltó un pequeño suspiro complacido, sus dedos aventurándose a sostenerla del trasero.
Habibah pasó una mano entre los mechones rojos y luego descendió, despacio recorriendo el pecho hasta centrarse en uno de los pezones. Seth apretó los dientes y deshizo el prendedor de la tela superior, pronto acariciando lo que hubiera a alcance y ordenando que se acostara.
Sin cuestionar ella movió algunas almohadas y descansó contra el mullido colchón, ahí viendo como la serpiente se enrollaba en el brazo del hombre en un perfecto y hermoso accesorio. Él apenas tomó conciencia del oro y se enfocó en regresar las atenciones, Habibah cerrando e inspirando profundo cuando arribó a sus senos con los labios. Le acarició hombros y espalda, apenas arañando mientras lo sentía arder como el desierto bajo el sol y se concentraba en consumir cada cosa que tocaba.
El incienso empezaba a hacer efecto y aligeraba sus mentes, el deseo abriéndose camino de forma intensa y provocando que se sostuvieran con fuerza y urgencia. Ambas caderas empezaron a buscarse de manera frenética hasta el punto de que jadeaban contra el otro en rotos besos, las piernas y brazos entrelazándose en una conexión sin inicio o fin.
Habibah filtró una mano entre ambos y buscó con gran necesidad la erección, a la cual atendió con hábiles movimientos hasta que levantó la tela que tapaba su intimidad. Seth puso distancia y se apoyó en las rodillas deshaciendo la escasa vestidura y dejándola a un lado antes de encargarse de ella. Completamente desnudos y con solo joyas decorándolos, la femenina se acomodó mejor mientras él la tomaba de las piernas y la arrastraba a arriba de sus muslos. El movimiento arrancó una pequeña risa de Habibah y él le miró con ansiosa oscuridad en el proceso de acariciarle la cara exterior de las piernas.
—Hazlo —animó ella rozándole el estómago con una mano.
Seth apretó el agarre dejando momentáneas marcas y la soltó para tomar su erección, con un solo movimiento ingresando la cabeza y luego empujando a buen ritmo hasta el fondo. Ambos gimieron y la femenina lanzó la cabeza hacia atrás con una gran sonrisa, su espalda separándose del colchón mientras tiraba de las sabanas.
—Si que estás húmeda —gruñó con los pómulos sonrosados en satisfacción.
—L-Lo dices como si fuera algo extraño, ¿acaso las mujeres no se excitan contigo?
Ella tembló en emoción y placer cuando una filosa mirada roja se filtró entre los cabellos fuego, con un intenso cosquilleo viéndolo divertida hasta que casi gritó cuando él comenzó a arremeter. Quedó sin aire y trató de recomponerse con un sonido de pura sorpresa, calor y placer expandiéndose como olas desde el centro a cada rincón de su cuerpo.
—No deberías competir con el Dios de la Guerra —dijo luciendo una expresión orgullosa.
—No me importa perder —respondió sincera, pero al mismo tiempo sabiendo que aquello solo encendería más la llama.
Seth entrecerró los ojos y enseguida recobró la compostura, con falsa calma poniendo ambas manos en el colchón y ella cerrando las piernas alrededor de él. Ondeó las caderas sintiendo el falo pesar y el masculino regresó a moverse con gran potencia luego de un filoso siseo, Habibah acercándolo desde la nuca para besarlo. Sintió la lengua ingresar y tembló por como tomaba el control, las embestidas siendo constantes con una resistencia propia de una persona que batalló incontables veces para defender Egipto.
Con ojos llorosos, admiró al hombre que se movía sobre ella y le corrió el pelo con ganas de verlo mejor, en ese instante notando los aros que se movían violentos al compás de su dueño.
—Te haré unos más lindos —dijo rozando la fina y rectangular placa de oro.
—¿Cómo puedes pensar en eso en medio del sexo?
—Tal vez deberías esforzarte —presionó, a los segundos sintiendo como el ambiente cambiaba.
La habitación cayó en silencio y la piel de Habibah se erizó al considerar que había cometido un error.
—Date la vuelta —ordenó mientras salía de ella, aunque no esperó a que se moviera y la agarró del brazo empezando a acomodarla.
—Ya lo hago —dijo apurada por la insistencia, al apoyarse en manos y rodillas notando que arena se filtraba por debajo de las cortinas—. ¿Qué…?
Cualquier duda desapareció al nuevamente perder la capacidad de respirar, Seth introduciéndose de golpe y sosteniéndola del cuello con una considerada fuerza. Quedó como pez fuera del agua e intentó agarrarle la muñeca, pero la arena hizo que dejara las manos pegadas a la cama.
—Tal actitud con alguien que ha nacido muchísimo antes que tú es muy inadecuado —gruñó con sus abdominales tensos, de a poco cambiando el ángulo para rozar el punto que la volvería loca—. Hablar menos y aprender te haría muy bien.
Involuntariamente los ojos de Habibah quedaron en blanco cuando él encontró el área más débil de su intimidad, las piernas queriendo ceder y no pudiendo caer gracias a la fuerza con que la agarraba.
—Se… th… —llamó mientras los músculos se sacudían de una forma nunca antes vivida.
—¿Hm? —preguntó dejando de cortar la circulación de sangre.
Algo de conciencia regresó a la femenina e intentó pedir un tiempo por como estaba reaccionando a las perfectas administraciones, pero, a propósito, Seth puso más empeñó y evitó que pudiera hablar.
Maldijo por dentro y dejó caer la cabeza, su humedad escurriéndose por los muslos y apenas manchando las sabanas. Él la agarró de las caderas para más estabilidad y la arena se enrolló en el cuello, el que picara solo acentuando el efecto del placer y la estrangulación. Cualquier grito y gemido quedó ahogado o salió cortado, algunos jadeos logrando abandonarla mientras él respiraba pesado y ocasionalmente gruñía en profunda satisfacción.
Tratando de tragar y adorando cuando le costó hacerlo, Habibah se concentró por un breve segundo y puso la serpiente en movimiento. Las caderas de Seth perdieron ritmo, y sobre el hombro ella miró como rápidamente la dorada criatura se sostenía firme alrededor de la garganta del pelirrojo.
—D-Dos… —trató de hablar, y a propósito él aflojó la arena—. Dos pueden jugar… este juego —sonrió orgullosa, aunque enseguida rodó los ojos y cayó apoyándose en ambos codos.
El masculino inspiró como pudo, el metal no cediendo ni un poco y aumentando sus propias sensaciones.
—Sabía que serías un dolor si t-te traía al templo —gruñó con el ceño fruncido.
Habibah trató de reír, pero un sonido extraño salió mientras apreciaba como el orgasmo empezaba a formarse.
—Pero tam… también te doy... placer —defendió, sus pulmones ardiendo un poco y forzando el oro para que sufriera lo mismo que ella.
Una queja desesperada y frustrada surgió del hombre, quien apreció como la constricción generaba que ondas eléctricas viajaran a la erección. Encajó la mandíbula y lanzó la cabeza hacia atrás, con nueva urgencia arremetiendo contra la chica para provocar el éxtasis que empezaba a asomarse como una explosión.
Ambos parecían haber perdido poder en sus conciencias y cuerpos mientras se movían, sumamente abrumados necesitando la liberación de todo el placer que los consumía. Estaban a punto de desmayarse, cada tanto permitiendo algo de tranquilidad a los cuellos antes de en segundos devolverlos a la privación.
Los espasmos de Habibah se intensificaron y logró expresar el clímax que abrió un nuevo mundo de goce, sus piernas temblando incontrolables entre sonidos lascivos al la humedad haber aumentado considerablemente con la liberación. Era excesivo y Seth no pudo soportar el ser apresado por aquellas paredes, tal reacción y estímulo llevándolo al límite y terminando dentro de la femenina. Tembló y gimió alto, con cierta dificultad dando las últimas estocadas hasta que la estimulación fue demasiada y frenó.
Tanto el metal como la arena se aflojaron y los dos respiraron acelerado y pesado, con los parpados bajos dejándose caer en el colchón apreciando la comodidad. Habibah estaba boca abajo y de a poco volteó a ver al hombre, que tenía un brazo cruzado en la frente mientras se estabilizaba. Lucía igual o más hermoso que antes, su perfecto perfil siendo de envidia con tan bello color de ojos y cabello a los cuales amaría resaltar con varias creaciones.
—Eso estuvo bien —suspiró la joven mientras levantaba los brazos y se estiraba.
Seth le observó y sin saberlo hizo lo mismo que ella, en silencio admirando la belleza que con un solo vistazo logró capturarlo. Conversaron un poco y decidieron que esa sería la única ronda que tendrían, aunque sus bocas no se salvaron de enredarse con algunos roces extras de las escurridizas manos. En algún punto cayeron dormidos y el sol estaba en lo alto cuando el chico entreabrió los ojos, muy somnoliento tomando conciencia de su alrededor bien pasados unos cuantos minutos. Esencias florales inundaron su nariz y no reconoció ninguna como algo que poseyera, en ese momento mirando a ambos costados y notando que no había presencia de Habibah. Arrugó el ceño y se sentó listo para levantarse y averiguar si tuvo el atrevimiento de dejarlo, pero entonces oyó un ruido en la habitación y cauteloso corrió las cortinas.
De espaldas a la ventana, la diosa se miraba en el espejo mientras aplicaba un tipo de aceite a su rostro. El cabello lo tenía mojado y tirado hacia atrás, el sol que entraba y la iluminaba dándole de lleno para exitosamente eliminar la humedad con rapidez. Se hallaba visiblemente concentrada y no tomó conciencia de que Seth despertó hasta que sus descalzos pies hicieron leve ruido en el suelo.
—Buenos días —sonrió mientras se pasaba perfume.
—Veo que encontraste los baños.
—Si, después del espectáculo y nuestro enredo necesitaba asearme.
—Aún tengo la pulsera que me lanzaste.
—Es tuya —dijo viendo el objeto—. Con ella, si algún día estás aburrido y me extrañas, podrás encontrarme donde sea que esté y repetir lo de anoche —guiñó un ojo con aire pícaro.
Seth chasqueó la lengua y miró el accesorio sintiendo como se le retorcía el estómago, las piedras brillando tanto como ella al sol.
—Lo tendré en cuenta.
—Aún así, deberás estar preparado para cuando mi madre te vea usando algo mío —advirtió mientras estiraba el cuello y veía las marcas que él provocó.
—No podrá hacer mucho —restó importancia poniendo una mano en su cadera—. ¿Te irás a la caravana?
—Si, debo avisar que estoy bien y lista para la presentación de ésta noche.
—¿Cuánto tiempo permanecerán en la ciudad?
—Hasta la próxima luna llena.
Guardaron silencio y él cruzó los brazos, por un momento mirando hacia la ventana y el claro cielo.
—Quédate.
—¿Cómo? —elevó ambas cejas admirando su cincelado rostro.
—Durante la noche no duermas en la caravana, ven aquí.
—¿Todos los días? —preguntó sorprendida.
Seth asintió y ella pestañeó consternada antes de asentir rápido.
—Me encantaría, gracias.
—Iré a bañarme, haz lo que desees en el templo.
—¿Los problemas están incluidos? —inquirió maliciosa, y él inclinó la cabeza.
—No.
—Pero…
—En caso contrario, te castigaré.
—De alguna forma aquello suena muy prometedor, tal vez deberías darme una lección —rió divertida y seductora.
—Recién me levanto —dijo en medio de un bostezo, el rezago de anoche aún notándose—. Nos vemos después.
—Por supuesto, te despediré antes de irme.
Viendo su espalda, Habibah abandonó cualquier fachada y sonrió astuta al saber a la perfección que el hombre estaba cayendo por ella. No era diferente a cualquier otro humano o divinidad, pero sin dudas Seth era quien realmente quería y al que le daría todo si terminaba rindiéndose a sus pies.
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baldwin2001 · 3 months
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El rubio abre los ojos, sintiendo la luz de la mañana en su cara. Mira a su alrededor y recuerda la noche anterior, sonríe.
Puede ver a una joven pelinegra desnuda a su lado, con el cabello resuelto y durmiendo tranquila.
— Incluso durmiendo te ves hermosa...— murmuró sin esperar una respuesta de la joven.
Observo el techo de la habitación, se encontraba pensativo. Pensaba en él, en Sophie, en su futuro. No lo pensó dos veces y se levantó. Buscando por toda la habitación sus pantalones y su demás ropa para cambiarse. Se puso los zapatos y sin despertar a Sophie salió del lugar para ir a su casa.
Al llegar, mira la fachada de la pequeña casa de madera. Siento quizá está la última vez que vuelta a estar ahí. Sin más, entra y se dirige a su habitación, se acerca a su cama y saca debajo de está un folder gris.
— ¿Walter? ¿Eres tú?— se escuchó la voz de Kitty por el pasillo.
Pensaba en ir a buscar a Kitty pero ella ya se encontraba en el marco de la puerta. Ella lo mira por un momento y luego a lo que tiene en las manos.
— ¿Qué es eso? — pregunto preocupada la castaña.
Ella se acercó a Walter y le arrebato el folder de las manos. "DIVORCIO" decía en letras grandes en la primera página, con la firma de Kitty, y a un lado su firma.
Él suspira frustrado por su comportamiento y la mira, logrando ver lágrimas caer por sus mejillas.
— Por fin te voy a dar lo que tanto querías.— explico Walter.
— Walter, por favor. ¿Por qué me haces esto?— pregunto la castaña dolida.
El suelta una risa por su comentario, parece que olvidó que lo engaño hace un tiempo.
— Lo hago porque amo a otra mujer.— confesó Walter.
— ¿Es por Sophie? ¿Es por ella, verdad?— pregunto con la voz quebrada.
- Obviamente.
— Esa hija de...
— ¡Hey! —alzo la voz, acercándose a ella de manera desafiante—. Ni se te ocurra insultarla eh
— ¿Cómo no quieres que lo haga, Walter? ¡Si me robo a mi marido!— exclamó exaltada la ex esposa Fane.
— ¿Ella te robo a tu marido?— el rubio suelta una risa de burla—. Ella lo único que hizo fue amarme. Tú arruinaste este matrimonio acostandote con Charles Townsend.
— ¡Fue un error!— explico tratando de controlar sus lágrimas.
— Eso ya no importa.— dijo sin darle importancia y se dirigió a la puerta.
— ¿A dónde vas? Walter.... ¡Walter!
Kitty comenzó a seguirlo por toda la casa hasta que llegaron a la entrada de está. Y antes de irse Walter le dedico unas últimas palabras a su ex esposa.
— Adiós Katty, espero que seas feliz con alguien más, así como yo lo seré con Sophie.— dijo con sinceridad a Kitty, antes de dar la vuelta y seguir su camino.
— No... Walter, Por favor.... ¡Walter!
La castaña lo siguió eufórica, sin dejar de llorar. Pero Walter ni siquiera la volteaba a ver, hasta que Kitty cae al suelo y su llanto es aún peor.
Después de varios minutos caminando hacia la casa de Sophie, Walter suspira, sintiéndose liberado después de mucho tiempo.
Al llegar, puede ver a Sophie con una bata larga de color durazno, con las mejillas rosadas y el cabello aún desordenado, esperándola en la puerta. Para Walter ella se veía adorable.
— ¿Walter?— lo llamo con duda en su voz.
— Ahora soy solo tuyo mi querida Sophie.— extendió los brazos sin dejar de acercarse a ella.
El rubio le sonríe y los ojos de Sophie se llenan de lágrimas ante sus palabras. Una sonrisa ilumina su rostro.
— Oh Walter.
Ambos se abrazan, y él le da pequeños besos en todo el rostro, Sophie suelta una suave risa ante su gesto de cariño.
Completamente enamorados y con ganas de comenzar una nueva vida juntos.
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jgmail · 9 months
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PEQUEÑAS REFLEXIONES SOBRE LA ESCUELA DE FRÁNCFORT
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Robert Steuckers
Discurso pronunciado en Gante, Sala Universitaria Blandijn, en noviembre de 2008, con motivo de una conferencia del Dr. Tomislav Sunic sobre las repercusiones de la Escuela de Frankfurt en América y Europa, organizada por la asociación de estudiantes KVHV.
La Escuela de Fráncfort es un tema muy amplio, dado el número de teóricos importantes que aportó a las izquierdas europea y estadounidense. No podremos abarcar todos los aspectos de la Escuela de Fráncfort. Al igual que el Dr. Sunic, nos limitaremos a las críticas que suelen hacer los movimientos conservadores europeos a esta escuela de pensamiento, que modernizó considerablemente las ideologías planteadas por la izquierda entre los años 1920 y 1970. En la actualidad, muchos dirigentes europeos y estadounidenses han sido influidos directa o indirectamente por la Escuela de Fráncfort, en la medida en que participaron en el movimiento de Mayo del 68 o en sus consecuencias inmediatas.
Las críticas conservadoras a la Escuela de Fráncfort se centran en varios temas:
Se dice que la Escuela de Fráncfort ha forjado instrumentos destinados a disolver literalmente los cimientos de las sociedades, para permitir que pequeñas élites intelectuales y políticas se hagan con el poder, con el fin de actuar no según tradiciones probadas (según el "mos majorum" romano), sino de forma puramente arbitraria y experimental, sin la sanción de la experiencia. Se trata claramente de contraelites, que no pretenden continuar las tradiciones políticas ni mantenerse dentro de un marco bien establecido, sino dar la vuelta a las tradiciones e instaurar una nueva forma de poder que no deba nada al pasado. Para lograrlo, y para eliminar toda resistencia de las fuerzas tradicionales, es necesario disolver lo que existe y lo que constituye la columna vertebral de las sociedades. Se ha sugerido que los defensores de la Escuela de Fráncfort cooperaron con la OSS estadounidense durante e inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial para romper la columna vertebral de las sociedades europeas, especialmente la alemana. La idea no es nueva: en Sun Tzu, encontramos instrucciones al Príncipe para sumir a la sociedad enemiga en la decadencia, para neutralizarla, para impedir que resurja de sus cenizas y pase a la contraofensiva. La Escuela de Fráncfort habría sido así el instrumento de los estadounidenses para aplicar a Alemania y a Europa un principio del Arte de la Guerra de Sun Tzu.
Del hombre unidimensional a la sociedad festiva
A pesar de la instrumentalización del corpus doctrinal de la Escuela de Fráncfort, y a pesar de los desastres que esta instrumentalización ha causado en Europa, las ideas difundidas por la Escuela de Fráncfort transmiten temas interesantes que no han sido incluidos en la vulgata, única responsable de los daños sociales y antropológicos a los que asistimos en Europa desde hace algunas décadas. Cuando Herbert Marcuse (1898-1979) habla del hombre unidimensional, para deplorar el hecho de que se haya convertido en moneda corriente en las sociedades industriales modernas, no hace sino constatar un estado de cosas ya deplorado por Nietzsche. El hombre unidimensional de Marcuse comparte muchos rasgos en común con el "último hombre" de Nietzsche. En Eros y civilización, Marcuse habla de la represión del deseo en las sociedades modernas, tal y como deploraban ciertos movimientos juveniles alternativos alemanes entre 1896 y 1933; esta opción filosófica de querer liberar los instintos reprimidos, imitando a los grupos marginales o excluidos de las sociedades incluso en detrimento de las mayorías políticas y parlamentarias, tuvo, con el apoyo de toda una serie de interpretaciones freudianas, un gran impacto en la revuelta estudiantil de los años 67-68 en Alemania, Francia y otros lugares de Europa. Sin embargo, Marcuse condenó el uso de la violencia y fue criticado como "blando" por algunos de los que habían salido escaldados, conocidos como "Krawallos". Existe una clara diferencia entre la teoría escrita y la práctica aplicada por los servicios a partir de los años sesenta. Pero fue la vulgata, la versión instrumentalizada, esloganizada para uso de los Krawallos, la que triunfó en detrimento de la propia teoría: fue sobre la base de una hipersimplificación del contenido de Eros y civilización como se creó la actual sociedad fiestista, una sociedad fiestista incapaz de forjar un Estado digno de ese nombre o de generar una forma de convivencia armoniosa y creativa. Al igual que en Un mundo feliz de Aldous Huxley, se venden drogas y se fomenta la promiscuidad sexual para adormecer la voluntad.
Además de Marcuse, el ídolo de los juerguistas de Mayo del 68, la Escuela de Fráncfort en Alemania estaba dominada por dos figuras notorias, Theodor W. Adorno (1903-1969) y Max Horkheimer (1895-1973). Estos dos filósofos fueron los principales exponentes de la filosofía alemana en la década de 1950. Adorno desarrolló una crítica del autoritarismo que, en su opinión, siempre había estructurado el pensamiento alemán y, por extensión, el europeo y el estadounidense, corriendo el riesgo de ver surgir nuevos fascismos a intervalos regulares en la historia. Quiso deconstruir este autoritarismo para prevenir de antemano la aparición de nuevos fascismos. Para ello, desarrolló un sistema de medida, expuesto en su famoso libro La personalidad autoritaria. Incluso nos dice cómo medir el grado de "fascismo" en la personalidad de un individuo en la "escala F". El libro también clasifica a los ciudadanos en "Vorurteilsvollen" y "Vorurteilsfreien", es decir, los que están "llenos de prejuicios" y los que están "libres de prejuicios". Entre los que están llenos de prejuicios se incluyen también los "rebeldes" y los "psicópatas", los "lunáticos" y los "manipuladores". Los que están libres de prejuicios incluyen sin embargo en sus filas a los "rígidos", los contestatarios, los impulsivos y los "fáciles" ("ungezwungene Vorurteilsfreie"), que se presentan como simpáticos, como movilizables en un proyecto "antiautoritario", pero cuya eficacia no es perfecta. La cumbre de la calidad cívica sólo se encuentra en una minoría de "Vorurteilsfreien": los "auténticos liberales", los "izquierdistas de pleno derecho" libres de tendencias libidinosas y de narcisismo (en resumen, los que deberían gobernar el mundo después de que todos los demás se hayan quedado sin trabajo). Este libro sobre la personalidad autoritaria fue un éxito rotundo en Estados Unidos y también en la República Federal de Alemania. Pero no se trata de una obra filosófica: es una herramienta puramente manipuladora al servicio de la ingeniería social diseñada para domesticar a la sociedad y controlar el pensamiento y el lenguaje. Por tanto, el impacto de esta obra de ingeniería social puede interpretarse perfectamente desde una perspectiva orwelliana: la emancipación (de la personalidad autoritaria) es el término embellecedor que cubre una nueva y sutil forma de esclavizar y oprimir a las masas.
De los "genuinos liberales" a la nueva humanidad
¿Cómo podemos presumir de manipulación en los "genuinen Liberalen", descritos por Adorno como personas apolíticas que sólo reaccionan cuando la injusticia es flagrantemente obvia, y luego se levantan contra ella sin tener en cuenta los contratiempos que podría causarles? El "genuiner Liberaler" es un buen ingenuo, escribe Adorno, así que ¿cómo podría manipular a sus conciudadanos? Uno se pregunta: no, no es él quien manipulará, es él quien servirá de modelo a los manipuladores, porque necesitan ingenuos. De hecho, el "fascismo" (en cualquiera de sus formas) ya no estaba presente en Estados Unidos ni en Alemania cuando Adorno publicó su libro de prensa. No había nada que hiciera pensar que fuera a reaparecer de forma ofensiva. Así pues, no es el fascismo organizado en escuadrones de combate lo que Adorno y todos sus discípulos armados con la "escala F" pretenden eliminar. Se trata más bien de destruir los reflejos estructurantes de cualquier sociedad tradicional normal, sobre todo cuando son de naturaleza "agnática" (centrados en torno al patriarca o al pater familias). Los patriarcas y los padres tienen necesariamente autoridad (que puede ser benévola o severa según los casos), ya sea, como ha demostrado Emmanuel Todd, en la familia centroeuropea (germánica y a menudo católica), en la familia judía o en la familia musulmana norteafricana (donde, según Todd, tiene aspectos más clánicos). Es su poder patriarcal el que hay que desmantelar y sustituir por figuras alternativas, no claramente perfiladas: la virago soltera, la madre fusional, la adolescente de espíritu libre, el niño pequeño irresponsable, la abuela malcriada, la divorciada frenética, el tío homosexual, el hermano mayor hippy (o beatnik), o dos o tres figuras de referencia de este tipo, que confundirán al niño en lugar de edificarlo. En resumen, tendremos la llamada "nueva humanidad tolerante" (1) con la que soñaban muchos de estos disidentes cuando querían derribar las jerarquías naturales e inmemoriales: los "niveladores" disidentes o los "Padres Fundadores" puritanos que se marcharon al Nuevo Mundo para crear una "Nueva Jerusalén" antes de colgar a las brujas de Salem (2), los utopistas o falansterios al margen de la Revolución Francesa o los comunistas soviéticos de los años veinte, antes de la reacción autoritaria del estalinismo. Los padres postulados como "autoritarios" a priori, por ciertos fanáticos de la "escala F", son evidentemente un freno al desarrollo desenfrenado de la sociedad de consumo, tal y como la conocemos desde finales de los años 50 en Europa, y desde finales de los años 40 en Estados Unidos. Los planificadores del consumismo a ultranza se han dado cuenta de que los padres (ya sean autoritarios o simplemente previsores) suelen llevar las riendas de la bolsa con más firmeza que los parias despilfarradores y derrochadores que tanto aprecian los comerciantes y los publicistas. Las estructuras patriarcales implican automáticamente el deseo de mantener y preservar un patrimonio de bienes muebles e inmuebles, que no se destinan inmediatamente al consumo, destinado a proporcionar una felicidad inmediata. La eliminación de la autoridad patriarcal y la liberación sexual van de la mano para asegurar el triunfo de la sociedad de consumo, festiva y extravagante, fustigada por ciertos soixante-huitards que fueron a la vez, y a menudo sin quererlo, sus críticos y sus promotores.     
Además de escribir el libro de Adorno La personalidad autoritaria (Studien zum autoritären Charakter), un instrumento de control, los dos filósofos de la Escuela de Fráncfort, instalados en la Alemania de posguerra, redactaron su principal manifiesto filosófico, La personalidad autoritaria (Studien zum autoritären Charakter), redactaron su principal manifiesto filosófico, Die Dialektik der Aufklärung (= "La dialéctica de la Ilustración"), en el que afirmaban que formaban parte de la tradición ilustrada, surgida en el siglo XVIII, al tiempo que criticaban ciertos avatares posteriores de este planteamiento filosófico. Para Horkheimer y Adorno, la ciencia y la tecnología, que cobraron impulso durante la Ilustración y en los albores de la Revolución Industrial con el apoyo de los enciclopedistas en torno a d'Alembert y Diderot, han adquirido con el tiempo un estatus marcado por la ambigüedad. En su manifiesto, Horkheimer y Adorno sostienen que la tecnología y la ciencia han conducido a la tecnocracia y que, en este proceso evolutivo, la razón de la Ilustración ha pasado de ser idealista a ser "instrumental", con el riesgo de ser utilizada por fuerzas políticas que no comparten el ideal filosófico de la Ilustración (con lo que se refieren a las diversas formas de fascismo o al neoconservadurismo tecnocrático del periodo posterior a 1945). El programa promovido por La personalidad autoritaria puede interpretarse, sin ir demasiado lejos, como un instrumento puramente tecnocrático destinado a moldear a las masas en una dirección precisa, contraria a sus disposiciones naturales y ontológicas o contraria a los legados de una historia nacional particular. Aunque inventaron un instrumento claramente tecnocrático, Adorno y Horkheimer criticaron la tecnocracia occidental por motivos sociológicos que podemos aceptar plenamente: de hecho, los dos filósofos forman parte de una tradición sociológica inaugurada, no por Marx y sus primeros seguidores, sino por Georg Simmel y Max Weber. A través de su obra y la de sus alumnos, Weber quiso lanzar "una ciencia de la realidad, que nos permitiera comprender en su especificidad misma la realidad en la que están inmersas nuestras vidas". Para Simmel y Weber, el desarrollo de la ciencia y la tecnología aportará sin duda un sinfín de beneficios a las sociedades humanas, pero al mismo tiempo provocará una hipertrofia de los aparatos abstractos, los de la tecnocracia en marcha, por ejemplo, los de la administración, que multiplicarán las reglas de coerción social en todos los ámbitos, dando lugar a la aparición de un gigantesco "talón de hierro" o jaula de acero, que borrará la creatividad humana.
¿Qué creatividad humana?
La obliteración de la creatividad humana, tal y como la conciben Simmel y Weber, es el punto de partida de Adorno y Horkheimer. Pero, entonces, ¿dónde divergen los conservadores críticos de la Escuela de Fráncfort y los seguidores de esa escuela? En la definición que dan de la creatividad humana. La creatividad según Adorno y Horkheimer es la de una intelligentsia desvinculada de todas las limitaciones materiales, la de una freischwebende Intelligenz, que se eleva por encima de la realidad, o la de asistentes sociales y trabajadores sociales que trabajan para deconstruir las estructuras sociales existentes con el fin de crear desde cero una forma artificial de convivencia, confeccionada según los sueños utópicos de sociólogos irreales, que hablan ad libitum sobre el trabajo o el proletariado sin haber trabajado nunca realmente (Helmut Schelsky) o en una fábrica real (los trabajadores de Opel en Rüsselheim, Alemania, ahuyentaron a los Krawallos que querían ayudarles en su tarea proletaria, mientras preparaban comités de protesta, happenings o rompían máquinas). Los conservadores y los pangermanistas ya habían acusado a Nietzsche ("un filósofo para histéricas y pintores") y a los románticos, calificados de "ocasionalistas" por Carl Schmitt, de ponerse del lado de esta franja "bohemia" de la burguesía o Bildungsbürgertum. En la historia de las ideas, las críticas a la tecnocracia han surgido a menudo de las filas de los conservadores, ansiosos por ver sus tradiciones borradas por un nuevo modo de pensar pragmático ajeno a todos los valores tradicionales y a los modos de consulta heredados, que acaban ahogados en nuevos laberintos administrativos, planteados como infalibles. Sin embargo, la crítica de Adorno y Horkheimer no era conservadora sino de izquierdas, "liberal" en el sentido anglosajón del término. Adorno y Horkheimer querían dar más impacto en la sociedad a la freischwebende Intelligenz, a los bohemios literarios y artísticos o a los nuevos sociólogos y pedagogos (Cohn-Bendit), herederos de los más frívolos y rebuscados de los "Lebensreformer" ("reformadores de la vida") que pulularon en Alemania entre 1890 y 1933. El objetivo de esta maniobra era mantener una especie de espacio lúdico y festivo (avant la lettre) al margen de una sociedad regida, por lo demás, por los principios de la Ilustración, con, en el mundo del trabajo, un dominio más o menos frenado de la "razón instrumental". Este espacio lúdico y festivo sería un "espacio del no trabajo" (Guillaume Faye), sobrevalorado por los medios de comunicación, donde los individuos podrían dar rienda suelta a sus fantasías personales o pasar un buen rato en una zona de garaje en un momento en que la automatización de las fábricas, la desindustrialización y la deslocalización postulan una drástica reducción de la mano de obra. El "espacio del no trabajo" endulza la píldora a los condenados al paro o a trabajos socioculturales no productivos. Adorno y Horkheimer sitúan así la creatividad humana, que ellos valoran, en un espacio artificial, una especie de jardín de lujo, al margen del tumulto del mundo real. No la sitúan en las disposiciones concretas, ontológicas, de la naturaleza biológica del hombre, como ser vivo que, al comienzo de su evolución filogenética, fue "arrojado" a la naturaleza y tuvo que encontrar una salida. El crítico alemán de la Escuela de Fráncfort, el Dr. Rolf Kosiek, catedrático de biología, estigmatiza el "pandemonio" de esta tradición sociológica de izquierdas porque nunca se refiere a la biología humana, a la concreción fundamental del ser humano como ser vivo. Al utilizar el término "pandemónium", Kosiek se hace eco casi palabra por palabra del juicio de Henri De Man, que estuvo presente en Fráncfort desde los primeros tiempos del Instituto de Sociología; en sus memorias, De Man escribe: "era un montón de intelectuales soñadores, incapaces de captar una realidad política o social o de describirla sucintamente - era un pandemónium".
Las escuelas biológicas alemana y austriaca, con Konrad Lorenz, Irenäus Eibl-Eibesfeldt, Rupert Riedl y Wuketits, o los divulgadores americanos e ingleses Robert Ardrey y Desmond Morris, sentaron las bases de una sociología más realista, que abordaba al hombre no como un bohemio intelectual sino como un ser vivo, poco diferente en fisiología de los mamíferos con los que convive, pero muy distinto de ellos en sus capacidades intelectuales y de adaptación, y en sus capacidades de memoria. Arnold Gehlen, en cambio, es un sociólogo que tiene en cuenta los descubrimientos de las ciencias biológicas. Para Gehlen, el hombre es una criatura miserable, desnuda, sin fuerza real en la naturaleza, sin las garras y los caninos del tigre, sin el pelaje y los poderosos músculos del oso. Para sobrevivir, tuvo que crear artificialmente los órganos que la naturaleza no le había proporcionado. Así que inventa la tecnología y, con su memoria capaz de transmitir lo aprendido, adquiere una muleta cultural capaz de suplir sus carencias naturales. Para Gehlen, la cultura (y la tecnología) son la verdadera naturaleza del hombre. La creatividad, obliterada por la tecnocracia (Simmel, Weber, Adorno, Horkheimer), que también provoca una "muerte tibia" (Lorenz) mediante la proliferación de "experiencias de segunda mano" (Gehlen), es, para la sociología biologizante de Gehlen, la respuesta del hombre, como ser vivo, a un entorno sistemáticamente hostil. La invención de la tecnología y de la cultura/memoria dota al hombre de una plasticidad de comportamiento que le permite afrontar una multiplicidad de retos.
Hoy en día, esta creatividad está siendo obliterada por la ingeniería social de la tecnocracia dominante, con el gran riesgo de destruir definitivamente las fuerzas que existen en el interior del hombre y que siempre le han hecho capaz de enfrentarse a los peligros que le amenazan mediante el poder "proactivo" de su imaginación concreta, que ahora forma parte de sus disposiciones ontológicas. La creatividad obliterada del hombre ya no puede hacer frente a la tragedia que puede desencadenarse en cualquier momento (la "lógica de lo peor" de Clément Rosset).
Konrad Lorenz habló de "tibieza mortal", y Gehlen de una hipertrofia de "experiencias de segunda mano", en la que el hombre ya no se enfrenta directamente a los peligros y desafíos a los que generalmente se había enfrentado a lo largo de su historia.
Para la Escuela de Fráncfort, la creatividad humana se limita a la de los bohemios intelectuales. Para los demás, la creatividad abarcaba todos los campos imaginables de la actividad humana, siempre que tuviera un objeto concreto.
Habermas: del patriotismo constitucional a la aporía completa
Habermas, antiguo ayudante de Horkheimer y luego su sucesor al frente del Instituto de Fráncfort, se convirtió en la figura de la segunda generación de la Escuela de Fráncfort a finales de la década de 1960. ¿Su objetivo? Evitar la "cristalización" de los residuos del autoritarismo y los efectos de la aplicación de la "razón instrumental", una "cristalización" que sin duda habría llevado al poder a una nueva ideología autoritaria fuerte, Habermas se esforzó en teorizar una "praxis de la discusión permanente" (en oposición a Carl Schmitt, quien, como discípulo del español Donoso Cortès, abominaba de la discusión y de la "clase debatiente" en favor de los verdaderos responsables de la toma de decisiones, los únicos capaces de mantener la política en su sitio, los Estados y los imperios en buen estado de funcionamiento). La finalidad misma de la discusión y de esta cultura del debate permanente era evitar que las decisiones demasiado claras condujeran a la "cristalización". La evolución política debía desarrollarse lentamente en el tiempo, sin brusquedades ni precipitaciones, incluso cuando fueran necesarias decisiones tajantes, dada la urgencia, la "Ernstfall". Esta postura habermasiana no gustó a todos en la izquierda, especialmente a los comunistas de línea dura y a los activistas directos: su teoría ha sido descrita a veces como la encarnación del "derrotismo posfascista", inaugurando, en la posguerra, una "filosofía de la desorientación y la larga palabrería". Habermas se convirtió así en el filósofo desrealizado más emblemático de Europa. En 1990, deploró la reunificación alemana porque "ponía en peligro la sociedad multicultural y la unidad europea, ambas en ciernes desde hacía tiempo". La única alternativa, para Habermas, es sustituir la pertenencia nacional de los pueblos por un "patriotismo constitucional", preferible, en su opinión, "a las muletas prepolíticas de la nacionalidad (carnal) y a la idea de la comunidad de destino" (Habermas arremete contra las dos concepciones existentes en Alemania: el ideal nacionalista de memoria romántica y el ideal a-nacional prusiano de participación en la vida y defensa de un tipo particular de Estado, con connotaciones espartanas). ¿Es por tanto el "patriotismo constitucional" un antídoto contra la guerra, contra las guerras desencadenadas por los patriotismos basados en las dos "muletas" denunciadas por Habermas, el ideal nacionalista y el ideal prusiano? En principio, sí; en la práctica, no. En 1999, cuando la OTAN atacó Serbia con el pretexto de que oprimía a la minoría albanesa de Kosovo, Habermas bendijo la operación, describiéndola como "un salto cuántico en el camino que va del derecho clásico de las naciones al derecho cosmopolita de una sociedad global de ciudadanos". Y añadió: "los vecinos democráticos (es decir, los que han abrazado la idea del "patriotismo constitucional") tienen derecho a actuar para proporcionar ayuda esencial, legitimada por el derecho de gentes". Contradicción: el "constitucionalismo globalista" de la OTAN ha santificado un reflejo de identidad etnonacional, el de los albanokosovares, frente al reflejo etnonacional de los serbios. La OTAN, con la bendición de Habermas, ha actuado paradójicamente para restaurar una de las muletas que Habermas siempre quiso erradicar. Al mismo tiempo, ha apostado por un elemento musulmán, ajeno a Europa, una importación turca a los Balcanes, en detrimento de la albanidad católica y ortodoxa, y más tarde en detrimento de la "serbidad" eslava y ortodoxa. Todo ello para que el nuevo Estado kosovar concediera al ejército estadounidense la base terrestre más formidable de Europa, el campamento Bondsteele, destinado a sustituir a las bases alemanas que habían sido evacuadas progresivamente desde la reunificación. Camp Bondsteele sirve para establecer una presencia militar en los Balcanes, un trampolín para el control del Mar Negro, el Mediterráneo oriental y la Anatolia turca. Estas afirmaciones de un Habermas envejecido suenan extrañamente como la agitación de unos perros que intentan comerse la cola unos a otros.
El itinerario de Habermas conduce así a una aporía. Incluso da lugar a contradicciones inexplicables: el "patriotismo constitucional", destinado a inaugurar una era de paz universal (ya soñada por Kant), conduce en última instancia a una apología de las "guerras justas" que, otro oxímoron, promueven a veces el nacionalismo étnico a la antigua usanza.
Conclusión: La Escuela de Fráncfort es un cuerpo de pensamiento que hay que estudiar con ojo de historiador si queremos entender los errores de nuestro tiempo, los descarrilamientos de las dos últimas décadas en las que, precisamente, los sesenta, marcados por el corpus filosófico y sociológico de esta escuela, tuvieron el poder en sus manos en la mayoría de los países occidentales. Esto ha conducido a un amplio abanico de impasses y, más recientemente con las expediciones a Afganistán e Irak (guerras justas según Habermas), a una cierta hybris, mientras que varias potencias chalengeuse, entre ellas China, no contaminada por la basura francfortista y curada de los desvaríos de la Revolución Cultural maoísta, han empezado a avanzar. Europa necesita librarse del "pandemónium" si quiere darle la vuelta a la situación y, más prosaicamente, sobrevivir a largo plazo. No puede deshacerse del viejo corpus clásico: es insustituible. Cualquier intento de arrojarlos por la borda y sustituirlos por construcciones inventadas e improvisadas por sociólogos poco realistas conduce a callejones sin salida, aporías y bufonadas.
Robert STEUCKERS (noviembre de 2008)    
Notas :
(1) Nunca se es demasiado consciente de que el término "tolerancia" ha cambiado subrepticiamente de significado en las últimas décadas. Inicialmente, tolerancia significaba tolerar la existencia de un hecho que, en cuanto a su sustancia y principios, estaba condenado (el protestantismo estaba condenado pero se toleraba en virtud del Edicto de Nantes, un edicto de tolerancia). Se toleraban ciertas prácticas porque no se disponía de los medios materiales para combatirlas y erradicarlas. Por ejemplo, la prostitución, condenada en principio, se toleraba como salida social. Se hacía referencia a los burdeles como "casas de tolerancia". Cuando pedíamos a nuestros profesores que fueran "tolerantes", en el sentido actual de la palabra, respondían invariablemente: "¿Tolerancia, señor? Pero para eso ya hay casas". Hoy, el término "tolerante" significa aceptar el hecho en sus dimensiones fácticas (e inevitables), así como en sus principios.
(2) Los "Padres Fundadores", como su nombre indica, volverán rápidamente a los reflejos de autoridad patriarcal dictados por la Biblia judía. La parsimonia, virtud puritana por excelencia y practicada hasta la caricatura, se convirtió en el modelo del americanismo, que Adorno pretendía deconstruir del mismo modo que el fascismo alemán, para dar lugar a una humanidad atomizada, dislocada por la liberación sexual que disolverá su núcleo familiar básico, una humanidad atomizada preconizada por Marcuse, Fromm y Reich, para hacer reinar individualidades más o menos originales y excéntricas, desconectadas y desconcertadas por los medios de comunicación, pero todas clientes de las cadenas de supermercados.
Bibliografía: Theodor W. ADORNO, Studien zum autoritären Charakter, Suhrkamp, Fráncfort del Meno, 1973. Max HORKHEIMER / Theodor W. ADORNO, Dialektik der Aufklärung, Fischer, Fráncfort del Meno, 1969. Max HORKHEIMER, Traditionnelle und kritische Theorie - Vier Aufsätze, Fischer, Fráncfort del Meno, 1968. Max HORKHEIMER, Zur Kritik der instrumentellen Vernunft, Athenäuml/Fischer, Fráncfort del Meno, 1974. Rolf KOSIEK, Die Frankfurter Schule und ihre zersetzenden Auswirkungen, Hohenrain, Tubinga, 2001.
Fuente: https://euro-sinergias.blogspot.com
Traducción: Enric Ravello Barber
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La heredera del Infierno
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Aviso: Para las runas tuve que investigar el alfabeto nórdico y tuvo una serie de cambios con el pasar del tiempo. El alfabeto tuvo dos variantes escandinavos y uno anglosajón, voy a usar los tres a su debido tiempo. Para evitar caer en errores de la wikipedia busqué en otras tres páginas para corroborar si los símbolos y significados eran similares. Todos son así. Dejo el link de cada página de los tres alfabetos: futhark antiguo, futhark anglosajón y futhark joven.
El origen del tatuaje esquelético.
–¿Qué queres que te consiga de Japón?
–¿Tienen esas figuras de Jojo que brillan o alguna figura de Jujutsu Kaisen? –Adelina preparaba unas milanesas, mientras hablaba con su amiga, Daniela.
–Encontré un montón de figuras de anime en un local cerca del hotel en el que estoy. –Daniela comió lo que tenía en la mesa–. Aparte cerca del centro hay un negocio de las revistas de Japón.
–Uh, me gustaría si podés traer la revista que tiene Shuumatsu no Valkyrie. –Adelina siguió aplastando la carne cubierta de pan rallado–. Me encantaría estar con vos visitando Japón.
–Es muy lindo y el baño es una locura. –Daniela sonrió y tomó un tiempo para beber el sake–. No te recomendaría venir conmigo. Hoy casi me atacan porque hablé de lo que ocurría entre unos japoneses con los mares argentinos pescando ilegalmente.
–Que cagada.
–No importa huyeron como bebes después de la paliza que le di a uno. Fue divertido.
Adelina soltó una pequeña risa y siguió cocinando. Después de terminar de aplastar a la milanesa agarró otra y procedió a hacer la misma tarea. Aplastar la carne con el pan rallado, sumergirlo en huevo y volver a aplastar.
–¿Qué estas comiendo, Daniela?
–Yakiniku, es como carne a la parrilla, –mientras hablaba se llevó otro bocado a la boca–. Lo vale es delicioso.
–Pero extrañas mis milanesas.
–Dios sí, tengo ganas de eso con papas fritas o unas empanadas de carne. –La cara de Daniela se volvió soñadora y anhelante.
–¿Cuándo volves?
–Según Mariano va a venir en tres días.
–Dentro de dos días me voy de viaje, Daniela. –La mirada de su amiga se tornó curiosa–. Tengo que ir a China a buscar un monasterio en las montañas. Una persona anónima mandó a su amigo para que me diera la propuesta. Sinceramente creo que el lugar puede ser algo peligroso.
–¿Qué lugar es?
–El Abismo. Es una zona montañosa en la que han desaparecido algunos aviones y personas. –Adelina siguió aplastando la milanesa–. Ofreció una buena cantidad de dinero para hacer el trabajo.
–Parece de miedo ¿Segura que querés aceptarlo?
–Un lado de mí dice que no, pero el otro quiere ese dinero para comprar una edición limitada. –Terminó de preparar la milanesa y se sacó el pan de las manos–. ¿Podrías hacerme un favor?
–Depende de lo que me pidas.
–¿Podes buscar libros que tengan que ver con el Abismo? Me refiero desde hace cuánto tiempo se remonta que ese lugar es así de oscuro. –Agarró el plato repleto de carne y lo llevó a la cocina–. Busqué en las bibliotecas y por el Internet y no hay mucho que decir. Quizás allá haya un poco más de expansión.
–Esta bien. Voy a ver que puedo encontrar. No creo que en Japón haya algo del Abismo, pero puedo averiguar.
–Gracias Dan-Dan, sos la mejor.
–No hay de que Ade, soy tu amiga.
Se despidieron y cortaron la llamada. Mientras esperaba a que el aceite guardó las demas milanesas en el freezer. Pasaron unos minutos y el sonido del aceite burbujeante se escuchaba en el departamento, combinado con el olor a carne cocinándose.
Adelina tomó su celular y puso música. Flor de Loto de Héroes del Silencio se unió con el burbujeo del aceite. La canción iba tomando su cuerpo y bailaba a los compas de la melodía. En un momento tuvo que volver a la realidad y centrarse en la cocina para dar vueltas las milanesas. Pasó un rato hasta que pudo sacarla de la olla y terminó de preparar la cena.
Después de comer siguió su trabajo de investigación de las ruinas con las fotos que tenía a mano. Las estatuas budistas parecían tener unas letras que no se veían bien debido a lo borroso que era la imagen. El camino de madera que llevaban hacia el Abismo mostraban algunas estatuas que portaban banderas deshilachadas por el tiempo.
Grabó en su celular las impresiones que tuvo de las imágenes y anotó las posibles teorías de cómo el monasterio se pudo haber construido. Volvió a buscar en los libros y la Internet sobre el Abismo y no pudo encontrar muchas respuestas sobre ese lugar tan terrible.
En un momento, la cabeza de Adelina explotó y quiso despejar de su mente. Se dirigió a su habitación, sacó sus herramientas de dibujo y las ordenó sobre la mesa de la cocina. Había diversos bocetos de personas y poses no bien proporcionadas. Adelina tenía una que comenzó a dibujar hace tiempo y era la mujer del féretro. Igual que en los sueños de la joven, la corona de púas, el tatuaje esquelético del lado derecho, el vestido negro, todo.
El dibujo mostraba a la mujer con las manos debajo de los ojos como si los estuviera rasguñando y de ellos salían sangre. La corona de púas sobre su cabeza dejaba colgando las joyas situadas en la parte trasera de la cabeza unido a su cabello negro. Sus ojos eran del color de la noche. El vestido que la caracterizaba se veía solo una parte. De fondo había una interpretación de los árboles de hierro y con estos la silueta del palacio.
Adelina perfeccionaba constantemente el dibujo para que quede vívido, pero le era imposible reflejar algo que permanecía en sus sueños y cambiaba constantemente. A veces, se apartaba del dibujo y terminaba los que le faltaban así poder venderlos de una mejor forma. Mezclaba los colores para llegar al indicado y con el pincel pintaba el cuadro con sumo cuidado.
Llegó un momento en el que Adelina necesitaba salir y respirar aire fresco. El tiempo que le había dado a buscar respuestas a sus sueños y la investigación la estaban agobiando. Salió del edificio, con el cabello en una cola de caballo, jeans y una musculosa que exponía sus hombros con algunas pecas.
El vagabundo ciego estaba cerca de la entrada del edificio con una mirada fija en la puerta y sus ojos blancuzcos se toparon con los de ella. Adelina sintió que esos ojos no solamente analizaban su aspecto, sino también su interior.
Desvió la mirada del hombre y deambuló por el barrio de Bajo Flores. Autos llendo de un lado al otro, gente comprando comida en los supermercados o almacenes mas cercanos y otros esperando los transportes para ir a sus trabajos. Buscó la parada de un colectivo que la llevaría a la Avenida Corrientes y esperó a que llegara.
Se subió al colectivo y observó por la ventana el paisaje pasando de largo. Un viaje largo que le permitió relajarse. Pasado minutos bajó en la avenida, repleta de transeúntes y ella se mezcló. Recorrió las librerías y algunas tiendas de comics hasta pasar el Obelisco y ver los teatros. Una caminata larga que le dio paz. Una vez relajada volvió a Bajo Flores.
El vagabundo no estaba a la vista y alegró a la joven. Entró al edificio y siguió con su trabajo.
Era la noche previa al viaje hacia China y la muchacha guardó en una mochila aprueba de agua sus herramientas. Anotadores, biromes, grabadora, cámara, linternas, bengalas, primeros auxilios, cartuchos de pistolas y rifle de asalto, cuchillos y navajas. Muchas veces la chica se topó con problemas que requerían usar la violencia, al igual que Daniela, y por eso se compraban armas mutuamente para defenderse.
El celular de Adelina comenzó a vibrar, el nombre de su amiga se hizo presente en la pantalla y contestó la llamada. El rostro triangular con ojos cafés le sonrió ampliamente.
–Hola Ade, –se sacó un mechón de rulos pelirrojo de su vista–. Estuve buscando eso del Abismo que me pediste y recién ahora te puedo contactar.
–Esta bien Dani. Estaba preparando las cosas para irme temprano. Mariano me va a buscar como a las seis.
–Bueno, cuando vuelvas del viaje te esperaré con comida y algunas cosas que te conseguí en Japón.
Adelina no pudo evitar una sonrisa por lo que dijo Daniela. Pasaron muchas juntas y se cuidaron mutuamente en los peores momentos. Se cuidaban la espalda y compartían muchas de sus preocupaciones la una a la otra.
–Volviendo al tema. En algunas bibliotecas que pude recorrer por la ciudad descubrí algunas cosas sobre esa zona. –Daniela comenzó a hojear los libros que pudo llevarse y miró su cuaderno–. Habla que las desapariciones en ese lugar se remontan hace siglos. Comerciantes perdidos, soldados, campesinos, nunca más volvieron a saberse de ellos. Algunos sospechaban que era una entrada al infierno y que el frío era una parte hasta poder llegar al calor del reino.
“Cito lo que dice este libro: 'El Abismo también supuestamente en tiempos previos nombrado como Arctika fue el sitio donde muchos de los que iban no volvían jamás. Se sospecha que posiblemente hubo un pueblo o un clan y tras un derrumbe las almas de los habitantes no quieren que nadie se acerque o salga de esa zona montañosa. No se pudo encontrar demasiado de esa teórica población debido a la cantidad de desaparecidos'."
Adelina se quedó petrificada ante el nombre previo del Abismo. El mismo nombre que la mujer del féretro le dijo sobre unas respuestas.
–¿Arctika? –el tono era sumamente confuso, pero quiso mantener la compostura para evitar la preocupación de su amiga–. Ese sitio me suena conocido. Lo escuché creo que en algún momento, pero no recuerdo dónde.
–¿En los libros que estuviste hojeando?
–No. –Adelina no pudo contener mucho más–. ¿Me creerías que soñé que alguien diciéndome que el nombre antiguo del Abismo? Me dijo que ahí encontraría respuestas y también sobre un dios del fuego.
–Creí que esos sueños se habían ido, Adelina. –Daniela la miró con preocupación–. Deberías hablarlo con alguien sobre esas pesadillas. ¿Qué soñaste?
–Lo mismo de siempre. El féretro, el bosque y el dolor.
–No se si es mucha coincidencia o algo que tu cerebro rememoró y vos te olvidaste hasta ahora.
–Es lo segundo. Algo que me olvidé y mi subconsciente me lo recordó. –El tono de Adelina camuflaba su duda.
–Para mí también debe ser eso. Deberías dejar de soñar –la sonrisa contagiosa de Daniela hizo que Adelina la imitara.
–Lo sé, pero es parte de mi encanto.
–Bueno. Te voy a mandar las fotos de las hojas así miras tranquila. Tengo que prepararme para un reportaje. Suerte
–Suerte a vos también.
La llamada cortó y las fotos de las hojas llegaron inmediatamente. Adelina tomó notas sobre lo que describían de Arctika y guardó todo en su mochila.
El crepúsculo comenzó a llegar y Adelina salió de su hogar para esperar a Mariano. Despertó temprano y sin pesadillas, lo que le permitió tener un cierto optimismo sobre su día y los que venían. Pérdida en los pensamientos no se dio cuenta de que la camioneta de Mariano estaba a una cuadra de su edificio.
La camioneta roja, repleta de pegatinas de personajes de anime y caricaturas viejas se detuvo frente a la joven. El rostro cuadrado de un chico de cabello largo y rubio se puso a la vista de Adelina, sonrió al ver a su amiga con todas sus pertenencias.
–Buenos días, encantadora dama, –abrió la puerta del vehículo–. ¿Quisiera usted acompañarme en este viaje tan tacaño?
–Hola Mariano ¿Cómo andas?
–Bastante bien, dentro de poco voy a poder volver a estar en los brazos de mi encantadora novia –una mirada soñadora se adornó en su cara–. Pero antes debo ser de taxi a tu amiga.
–¿Tenes novia? –la confusión y la broma se notaba en el tono de la muchacha.
–Es como si estuviéramos conectados por nuestras pasiones –el tono romántico en la voz de Mariano se hizo presente–. Linda, aventurera, peligrosa y, y…
–¿Estás pensando y acelerando todo devuelta? ¿verdad?
–Obviamente sí –una sonrisa adornó su rostro.
Adelina tuvo que tragarse las cosas que le hubiera dicho, ya que siempre tuvo esa forma de enamorado apresurado. Nunca pudo hacerlo entrar en razón sobre eso y era algo que tenía que hacer solo. La joven contempló el paisaje que pasaba ante sus ojos. Edificios, autopistas y sin darse cuenta llegaron a un hangar repleto de aviones.
 –Si te dejo rápidamente voy a poder llegar a tiempo a buscar a Daniela. Espero que no se me duerma el trasero durante el viaje.
–Es un viaje de muchas horas, obvio que se te va a dormir el trasero.
–Cruel, pero verdadera.
Mariano salió de la camioneta y ayudó a cargar el equipo que Adelina llevaba hacia la avioneta. Ambos se pusieron el equipo para el viaje, junto con el casco de piloto y paracaídas.
Después de los preparativos, el muchacho encendió la avioneta. El estruendoso ruido del motor deshizo el silencio, mientras la joven cargaba las últimas cosas antes de emprender vuelo hacia China. Una vez ya todo equipado, Mariano condujo la avioneta fuera del hangar llevándola a la pista.
Adelina subió a la avioneta y tras haber cerrado la puerta, el transporte avanzó por la pista hasta surcar los cielos. El hangar se volvió pequeño y de a poco la ciudad iba alejándose hasta convertirse en un punto diminuto que desapareció de la vista de Adelina y Mariano.
–Dime ¿qué es lo interesante en el Abismo? –dijo el chico mientras pilotaba.
–Sacar algo productivo de un monasterio en ruinas junto con ver que hay más allá de un pasaje.
–Todos los pilotos saben que el Abismo es peligroso. –El tono de Mariano se volvió serio–. Porque soy un cagón de mierda y quiero conservar mi avioneta te voy a dejar cerca, pero vas a tener que prepararte para escalar.
–No tengo problema con eso. Lo entiendo perfectamente.
Durante las horas siguientes, el viaje continuó con charlas y a veces el silencio se hizo presente. El cansancio invadió a Adelina y sus párpados le pesaron hasta que por fin cayeron. El sueño ni siquiera duró mucho a ojos de la joven ya que Mariano comenzó a gritar:
–¡DESPIERTA BELLA DURMIENTE! Tu parada está cerca.
–¿Cuánto tiempo me dormí?
–Unas horitas. Una y media quizás. No lo sé. –Mariano comenzó a sonreír–. Te diría que te pongas el cinturón, pero no tengo porque se rompieron hace unos días.
–¿¡POR QUÉ NO AVISASTE ANTES!? –El pánico comenzó a invadir a la chica y quiso aferrarse a cualquier cosa.
La risa cínica de su colega se combinó con los gritos de su acompañante cuando la avioneta cayó en picada. El paisaje repleto de nubes desapareció hasta volverse montañoso y cubierto de nieve. Mariano buscó un sitio medianamente bueno para aterrizar y después un aterrizaje forzoso a ojos de Adelina, en el cual casi sintió que su alma se le escapaba de su cuerpo. Las risas descontroladas de Mariano fue lo único que se escuchó en el silencio de la montaña y Adelina lo miró de una forma asesina.
–Esto fue muy divertido… ¡Jajaja! –No pudo contener sus pequeñas risas y Mariano volvió a destornillarse a carcajadas.
–Morite, pajero de mierda. –El shock de la chica fue tan fuerte que le costaba hacer que su cuerpo pudiera moverse–. Inútil. Pelotudo. Aborto de la naturaleza.
–Yo también te considero buena amiga.
Adelina recobró el movimiento y rápidamente se preparó para marcharse de la estupidez de Mariano. El equipo de vuelo fue reemplazado por el de alpinismo. Campera de polar, pulóveres de lana, remeras manga larga gruesas. Junto con todo su equipo de arqueología y armas.
Se alejó de la avioneta de su amigo y este cerró las puertas del transporte. De la ventana apenas abierta de la cabina, el chico habló a los gritos:
–¡Buenas suerte, amiga! Cuando salgas viva de ahí te paso a buscar. Saliste de peores situaciones, esto va a ser re fácil para vos.
La avioneta pasó por encima de Adelina y esta extendió la mano para saludar a su amigo que se desapareció entre los cielos. La muchacha contempló con sus ojos las montañas heladas, mientras se ataba el cabello negro en una cola de caballo. Con el mapa de la zona que tuvo a mano, avanzó a trompicones sobre la nieve hasta llegar a la parte rocosa de una de las tantas montañas.
Se ajustó el equipo de alpinismo, repleto de sogas, anclajes y arneses. Comenzó a escalar por la montaña hacia el lado noroeste de donde Mariano la había dejado. Fue un trabajo arduo, ya que el frío le golpeaba las mejillas. Cualquier movimiento en falso podía hacerla caer y despedirse de esa cantidad hermosa de dinero y no había nadie a kilómetros a la redonda que la pudieran ayudar con alguna herida infectada o pasar la noche.
Adelina logró rodear la montaña hasta posicionarse en el noroeste y al ver que tuvo otra forma rocosa para seguir su camino hacia el monasterio en ruinas saltó hacia la otra montaña y continuó su avance. Poco a poco, cuando la joven daba un vistazo, las cúpulas del monasterio aparecieron en la vista de la muchacha y la intriga comenzaron a carcomerla por dentro. Las ganas de descubrir los secretos de esas ruinas comenzaron a carcomerla por dentro.
Siguió a paso lento y precavido su escalada, pero a veces se equivocada en dónde apoyaba el pie o mano ya que las piedras traicioneras hacían que se resbalara para tener una muerte segura. Gracias a las sogas y los arneses pudo mantenerse a salvo de las caídas fatales. Pasó un tiempo más hasta que estuvo a espaldas de las ruinas y Adelina bajó con sumo cuidado hasta que sus pies tocaron la nieve.
El alivio y la tranquilidad absorbieron a la joven y pudo soltar un suspiro. Una sonrisa adornó su rostro, mientras desarmaba todo su equipo de escalada y avanzaba lentamente hacia el monasterio en ruinas. Contempló con sus propios ojos el antiguo templo. Banderas deshilachadas por el tiempo, una infraestructura que se mantuvo vigente al igual que las estatuas que resistieron los cambios.
Adelina inició sus grabaciones para preservar sus impresiones.Habló hacia la grabadora sobre sus sospechas de cuándo fue construido el lugar, de las viejas inscripciones en las paredes y hace cuánto tiemmpo está deshabitado previo a la huida de los trabajadores. Sacó fotos a cada detalle que se hayan pasado por alto y lo que ella pudo considerar importante, pero algo extraño se visibilizó en una de las estatuas centrales al fondo del monasterio. Algo fuera de lugar. La muchacha se acercó para mirar la incoherencia.
Runas. Runas nórdicas en China. Adelina movió la estatua con todas sus fuerzas para poder leer mejor la inscripción de la pared. Las letras eran borrosas y al parecer habían perdido una parte del mensaje que querían descifrar. Adelina puso la grabadora cerca de sus labios y habló:
“Esto es imposible… Hay runas nórdicas en la pared detrás de una de las estatuas. Son runas futhark, el antiguo alfabeto vikingo, la primera variante de los tres. Dicen lo siguiente:
ᛟᚾ ᛏᚺᛖ ᛒᛟᚱᛞᛖᚱᛊ ᛟᚠ ᚨᚱcᛏᛁᚲᚨ ᛏᚺᛖᚱᛖ ᛁᛊ ᛏᚺᛖ ᛈᚨᛏᚺ ᚠᛟᚱ ᛏᚺᛖ... ᛚᛟᛊᛏ ᛟᚾᛖ, ᚹᚺᛟ ᛗᚢᛊᛏ ᚠᛁᚾᛞ ᚨᚾᛞ ᛈᚨᛊᛊ ᛏᚺᛖ ᛏᛖᛊᛏᛊ ᛏᛟ cᛟᚾᛏᛖᛗᛈᛚᚨᛏᛖ ᛏᚺᛖ ᛏᚺᚱᛟᚾᛖ... ᛏᚺᛖ ᚲᚾᛁᚠᛖ ᚹᛁᛚᛚ ᛊᚺᛟᚹ... ᛗᚨᚱᚲᛊ...
On the borders of Arctika there is the path for the... lost one, who must find and pass the tests to contemplate the throne... the knife will show... marks...
En las fronteras de Arctika se haya el camino para el... perdido, quien deberá encontrar y pasar las pruebas para contemplar el trono... el cuchillo mostrará... marcas...
Antiguamente según algunos libros, el Abismo, posiblemente se lo conocía como Arctika y muchas personas desaparecían por aquí. Creían que era una entrada al Infierno. Otros sospechan que hubo un pueblo y tras un derrumbe, los espíritus no quieren que alguien entre o salga.”
Después, tomó la cámara y el destello del flash apareció tan rápido como se fue. Siguió estudiando un poco más el monasterio abandonado y al ver que no hubo nada más que mirar se encaminó hacia el pasaje.
Del lado izquierdo la roca montañosa había huecos con lo que antiguamente eran faroles y restos de ofrendas. Cada pocos metros había banderas deshilachadas por el pasar del tiempo que eran sostenidas por viejas estatuas. La madera que se encontraba en el suelo rocoso era vieja y destartalada y su recorrido se perdía en lo más profundo de las montañas.
Adelina armándose de valor, caminó por el pasaje a paso lento y examinando lo que sus ojos pudieron ver. Se sumergió a paso lento por las montañas. Poco a poco las cúpulas del monasterio se desvanecieron entre el viento y la nieve, mientras el camino se volvía más difícil debido a la delicadeza de la madera vieja. Un paso en falso y podría torcerse el pie en el medio de la nada.
En un momento, Adelina llegó a un puente de madera casi destrozado y avanzó sobre él pisando con sumo cuidado la madera que crujía. Repentinamente, dio un paso en falso y su pie izquierdo rompió una de las vigas haciéndole un agujero. La muchacha intentó con suma delicadeza sacar la extremidad y seguir adelante, pero de repente escuchó algo. Un zumbido y soga rompiéndose.
En el extremo del punto por donde vino, la soga que sostenía el puente se cortó. Luego la otra cuerda del poste se partió y el puente comenzó a derrumbarse. Adelina gritó, su pie seguía atascado en la madera y si no hacía algo rápido sería una más de las víctimas de Arctika.
Con sus manos sostuvo una de las cuerdas del puente caído, mientras que con fuerza intentaba enderezarse sobre la roca de las montañas que chocó el puente. Tras lograr el cometido, empezó a forcejar con la madera hasta romperla y se perdiera en la niebla. Escaló usando la cuerda hasta llegar a la cima. Cuando llegó a la cornisa, sus manos ayudaron a que pudiera estar en el suelo de piedra y la joven se recostó mirando el cielo nublado.
Una risa se hizo presente de forma inconsciente y la muchacha se puso de pie. Vio el otro extremo por donde había llegado y le pareció ver que alguien de azul desaparecía instantáneamente. Por precaución sacó su rifle de asalto y lo cargó, al igual con sus pistolas. No sabía con qué iba a toparse más a adelante, pero era mejor estar lista para la pelea. Tras eso, contempló lo que tuvo a su vista.
Un cementerio de aviones. Partes de avionetas desperdigadas a aquí y allá. Esqueletos que antiguamente fueron personas y sucumbieron al frío de las montañas. Adelina pudo observar algunas partes de carruajes de tiempos olvidados ocultos tras las partes de aviones. Un paisaje desolador por el que la muchacha tuvo que caminar hasta que pudo ver unas antorchas encendidas.
Un pasadizo dentro de la montaña que estaba iluminado con fuego. Las paredes en vez de ser puntiagudas estaban bien arregladas. Repletas de arcos con columnas que seguían hasta perderse de la visión de la joven. En la entrada había una runa nórdica proveniente del alfabeto antiguo, la runa Isa. Adelina comenzó a hablar:
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Adelina tomó fotografías y grabaciones sobre la runa, y se adentró por la cueva. Con cada paso, la decoración meticulosa se fue desvaneciendo para tener a sus ojos las rocas puntiagudas. Las antorchas dejaron de aparecer y la muchacha sacó de la mochila una linterna y la encendió. Pasado el tiempo, la cueva se bifurcaba en dos caminos y Adelina decidió ir por el lado izquierdo. Caminó por varios minutos guiada por la luz del pequeño objeto.
Al avanzar sintió frío y comenzó a notar que la piedra del sitio estaba cubierta por nieve. Era imposible. No podía estar andando en círculos, pero tampoco estaban las antorchas y sus sofisticados arcos. Siguió caminando hasta ver la salida, todavía se encontraba en las montañas. Entonces ¿Dónde se hallaba?
Llegó al final del pasadizo y solo se encontraba el vacío. Montañas y nieve, pero a miles de kilómetros pareció que algo se sacudía. De la mochila sacó unos binoculares y los acercó a sus ojos. Un templo se alzaba en medio de las montañas. Lo que se movía eran las banderas azules alrededor de este. Por lo que los ojos de la joven analizaron, el templo parecía en buen estado. No como se teorizaba en los libros, prácticamente hecho mierda por la supuesta avalancha. Tampoco se vieron hordas de demonios que vigilaran la “entrada” al infierno.
Adelina no se percató de unos pasos detrás suyo, ya que estaba sacando fotos y cuando iba a iniciar su grabación… Un brazo se interpuso en su vista. Rápidamente, la agarró por el cuello y comenzó a asfixiarla. La muchacha intentó rasguñar el brazo de su atacante, pero estaba cubierto por guantes para resistir los golpes. El aire comenzó a faltarle y la desesperación la invadió. Sacó el cuchillo de su bolsillo y le rasguñó la pierna. Por último, con una piedra le dio una golpiza al desconocido y corrió por donde vino.
Tomó las cosas que se le habían caído y dio inicio a su carrera hasta encontrarse en las bifurcaciones. Sacó su rifle y apuntó hacia el camino izquierdo esperando a que su atacante apareciera otra vez. Se fue alejando lentamente con la respiración agitada hasta que chocó con algo o mas bien alguien contra su espalda. Un encapuchado vestido de negro y azul con una espada en la espalda. Solo sus ojos se pudieron ver, ya que tanto su cabello como el resto de su cuerpo estaba camuflado.
La chica no perdió tiempo y apretó el gatillo del arma. El ruido de los disparos se escuchó por la cueva y el ninja desapareció. Encendió la linterna del rifle y buscó desesperadamente al hombre, pero fue en vano. De repente sintió que algo invisible le jaló el rifle y la muchacha hizo fuerza ante el tirón repentino. Esa acción la hizo caerse de espaldas y vio a otro atacante diferente que se abalanzó sobre ella. Un muchacho que parecía de la edad de la joven. El cabello del color de la ceniza y una parte de su rostro cubierta por una máscara de color negro grisáceo como su vestimenta.
Comenzaron a forcejear. El chico quiso agarrar su cuello, pero antes de que tuviera la posibilidad de hacerlo, Adelina le mordió los dedos con fuerza suficiente para hacerlo sangrar y con una roca a mano volvió a pegarle. Extendió la mano hasta tocar el arma de fuego, la agarró y una vez más desapareció, pero una bomba de humo estalló haciendo que la chica tosiera.
–¡SALI HIJO DE PUTA! –La furia de Adelina se acrecentó– ¡SALI Y MOSTRA LA CARA! ¡CAGÓN DE MIERDA!
Se hizo un silencio después de los gritos de la chica. Un karambit pasó cerca de su rostro haciéndole un corte en la mejilla y disparó en la dirección en la que vino el cuchillo. Las balas se acabaron y al tener que recargar, el chico apareció devuelta y atacó otra vez. El puño casi se estrella en el rostro de Adelina, pero lo esquivó y aprovechó para darle un golpe con la culata del arma en el rostro. Eso no lo detuvo y le propinó una patada a la joven.
Volvió arremeter contra ella con el karambit en la mano y le cortó parte del abrigo y ella le dio un codazo para alejarlo. Aprovechó y sacó la pistola para disparar, pero el ninja tiró otra bomba de humo. Esta vez le agarró la cola de caballo y estampó la cabeza de Adelina contra la piedra, haciendo que la mente le diera vueltas y sintió el líquido carmesí recorriendo su rostro. Con mucho forcejeo logró tocarle la pierna herida para alejar a su contrincante. Cuando eso ocurrió, la muchacha retrocedió y el chico se perdió en el humo. Le fue imposible ver por donde caminaba y siguió retrocediendo hasta poder encontrar la pared, pero en vez de eso cayó.
La chica gritó y antes de que pudiera darse cuenta el suelo de piedra la recibió con disgusto. Se ocultó cuando escuchó pasos cerca de su posición y contuvo la respiración. La voz del chico se alzó y le habló a su subordinado:
–¿Dónde está? –Adelina escuchó a su corazón en sus oídos–. No pudo haber desaparecido.
–Seguramente debió encontrar la salida con todo el humo.
–Vamos a ir hacia la frontera de Arctika para encontrarla. No debe contar sobre la existencia del Lin Kuei.
–Sí, Smoke.
¿Lin Kuei? ¿Son terroristas o una guerrilla? Por lo poco que vio, sus vestimentas eran tradicionales e improvisadas. Sus armas no eran del todo modernas. Quizás eran el pueblo que cayó en ese supuesto derrumbe. Después la joven investigaría. Era momento de marcharse cuanto antes de ese sitio.
El lugar en el que cayó era un túnel y Adelina tuvo la esperanza de que quizás condujera a la salida de la montaña. Se sacó la campera porque comenzaba a dejar rastro de plumas y la ocultó. Tomó la mochila y revisó que todas las cosas estuvieran en su sitio, caminó hacia lo desconocido.
En la caminata extrañó la falta de su abrigo ya que tenía muchos escalofríos y lo peor fue que este sitio le resultaba confortante. En un momento encontró dos columnas con estatuas de mujeres cadavéricas. Ambas parecían tener posturas rectas, las manos juntas y sus miradas eran indescifrables. Arriba había una inscripción en runas nórdicas. Adelina empezó a tomar fotografías y grabó las inscripciones:
“Durante mi ingreso a la montaña encontré unas inscripciones en runas nórdicas sobre superar unas pruebas y poder ver un trono. Además, mencionaban algo sobre un cuchillo y creo que en estas escrituras pueden ser de ayuda, ya que están en mejor conservadas. Dicen lo siguiente:
‘ᚷᚨᚾᚷᛚᚨᛏᛖ ᚨᚾᛞ ᚷᛚᚨᚾᚷᛖᚢᚱᚨ ᛈᚱᛟᛏᛖcᛏ ᛊᚢᛚᛏᛁᚾ ᚨᚾᛞ ᚷᚢᚨᚱᛞ ᛏᚺᛖ ᛗᚨᛈ. ᛊᚢᛚᛏᛁᚾ ᛊᛖᚨᚱcᚺᛖᛊ ᚠᛟᚱ ᚺᛁᛊ ᛟᚹᚾᛖᚱ ᚨᚾᛞ ᚹᚺᛖᚾ ᚺᛖ ᚠᛁᚾᛞᛊ ᚺᛁᛗ ᚺᛖ ᚹᛁᛚᛚ ᛒᛖ ᛗᚨᚱᚲᛖᛞ. ᛁᚾᛏᚱᚢᛞᛖᚱᛊ ᚨᚾᛞ ᛖᚾᛖᛗᛁᛖᛊ ᚹᛁᛚᛚ ᛈᛖᚱᛁᛊᚺ ᛒᛖᚠᛟᚱᛖ ᚺᛖᚱ ᛒᛚᛟᛟᛞᛚᚢᛊᛏ ᚨᚾᛞ ᛊᚢᚠᚠᛖᚱ ᚢᚾᛏᛁᛚ ᛗᚨᛞᚾᛖᛊᛊ ᛁᛊ ᛏᚺᛖᛁᚱ cᛟᛗᛈᚨᚾᛁᛟᚾ ᚨᚾᛞ ᛊᚺᛖ ᛊᛖᛖᚲᛊ ᛏᚺᛖᛁᚱ ᛞᚨᛗᚾᛖᛞ ᚨᚾᛞ ᛊcᚨᚱᚱᛖᛞ ᛊᛟᚢᛚᛊ.’
‘Ganglate and Glangeura protect Sultin and guard the map. Sultin searches for his owner and when he finds him he will be marked. Intruders and enemies will perish before her bloodlust and suffer until madness is their companion and She seeks their damned and scarred souls.’
‘Ganglate y Glangeura protegen Sultin y custodian el mapa. Sultin busca a su dueño y al encontrarlo será marcado. Los intrusos y enemigos perecerán ante su sed de sangre y sufrirán hasta que la locura sea su compañera y Ella busque sus condenadas y marcadas almas’
Según algunos libros de mitología nórdica, Ganglate y Glangeura son las sirvientas de Hela, la diosa nórdica de la muerte. Era la que llevaba a los fallecidos por vejez y enfermedad, también a los que no murieron de forma digna en los combates. Sultin, en español es 'la sed' y es el cuchillo de la diosa.
En estas escrituras dicen que el cuchillo está buscando a un dueño, como si estuviera vivo. Pero, en los libros no menciona que Hela haya abandona o traicionado al cuchillo como lo hizo Frey con su espada. Cuando llegue a Buenos Aires voy a buscar devuelta.”
Después de apagar la grabadora atravesó las columnas. Contempló, esta vez, otra estatua, la diosa Hela se alzaba imparable. Frente a Hela una caja se encontraba cerrada y parecía juzgar a la joven que quería ver el contenido.
Adelina comenzó a darse cuenta que unos susurros se hicieron presentes y que la mirada de la estatua de Hela parecía juzgarla. Se acercó a la pequeña mesa de piedra donde se hallaba la caja repleta de runas y la silueta de un lobo y una serpiente. Una belleza para la arqueología y valdría una fortuna.
Abrió la caja consumo cuidado para evitar daños al artefacto, mientras los susurros se acrecentaron. Hablaban tan apresuradamente que Adelina no supo que querían decir, pero la impulsaron a continuar con sus acciones. Cuanto terminó de empujar con delicadeza la tapa vio un mapa y una daga nórdica.
El mapa tenia decoraciones de runas en los bordes y en las puntas de la hoja se hallaba el rostro de una mujer con el lado derecho del cuerpo cadavérico rodeada por un lobo y una serpiente. Mostraba el continente europeo y asiático hace tiempo atrás. En la parte oriental mostraba el lugar donde Adelina estaba ubicada, Arctika. Con dibujos de montañas y templos y aldeas dispersados. En Europa occidental estaba dibujado una bolsa diminuta. Ubicado en el mar entre lo que parecían ser los países España y Francia.
Guardó el mapa cubriéndolo con muchas bolsas y trapos para que perdurara, y prosiguió a revisar la daga. Estaba cubierta por una funda de cuero que parecía estar en buen estado, pero lo que más le cautivó a Adelina fue el mango.  Parecía que la empuñadura tenía pequeñas costillas y en la punta había un pequeño cráneo. Adelina sacó la daga de su sitio y una brisa fresca invadió la cueva haciendo que el pelo de la joven flotara. Sacó con cuidado la daga de la funda y eso fue un error.
El arma le quemó la mano derecha y ese dolor siguió por todo su brazo y abdomen. Un ardor como el de sus sueños. Intentó con todas sus fuerzas no gritar por la terrible tortura. Lo que fueron quejidos se transformaron en gritos. No le importó si el tal Smoke la escuchó junto con su subordinado. Lo único que quiso Adelina fue la agonía terminara.
Cayó al sueño y empezó a convulsionar. Le fue imposible soltar la daga de sus dedos. Arqueó la espalda por la nueva ola de dolor que la invadía y después todo se volvió negro como la noche. Los susurros se volvieron más fuertes, como si estuvieran al lado de Adelina y al fin pudo comprenderlos.
“Sultin busca la sangre de su antigua portadora. Locura y muerte serán para los intrusos y enemigos” “El dolor es necesario para que pueda mirar el pasado” “Garm y los lobos de Armenia guiarán el siguiente paso” “La prueba ha iniciado. Demuestra tu sangre hacia ella”
La negrura desapareció y fue reemplazada con visiones.
La mujer del féretro sentada en trono huesudo del palacio. Recta y pulcra. Runas que destellaron como estrellas y desaparecieron a lo más profundo de una isla en medio del mar. Escuchó lobos aullar y las estatuas de estos animales aparecieron con ojos resplandecientes. Observó unas manos jóvenes tomando un objeto desconocido y luego fabricando una maquinaria extraña.
Lo último fue a la mujer despierta, tranquila y solemne, pero su aspecto cambió drásticamente.  El lado derecho de su cuerpo se pudrió y gritó con todas sus fuerzas: “¡LADRONES!”.
El grito fue tan repentino que hizo que Adelina se despertara. Lo que parecieron horas fueron en realidad unos minutos porque vio todavía la oscuridad de la montaña y su cuerpo colgando a hombros del tal Smoke.
Todo cambió. Vio muertos, en el suelo y paredes rocosas. Aturdida, forcejeó y chilló con todas sus fuerzas. Le dio puñetazos en la espalda y patadas como pudo para zafarse. Tras la queja del chico de cabello ceniciento, Adelina se apartó de él, tropezó con las piedras y se dio la vuelta para ver a los hombres.
Eran cadáveres y a la vez humanos. Con voces horribles y espectrales. Intentó alejarse del dúo cuando el que se llamaba Smoke quiso acercarse a ella.
–¡ALEJENSE DE MI! ¡NO ME TOQUEN!
Las lágrimas se apoderaron de la chica y corrió en la dirección contraria a los extraños que iban a raptarla. Mareada por las alucinaciones continuó con su loca carrera y regresó al sitio donde halló el cuchillo. Ahora estaba camuflado entre las rocas y la oscuridad. Hipnotizada por ese artefacto maldito, sus manos reaccionaron antes que su cerebro mareado y el arma estuvo en sus manos, pero los muertos rugieron y se mostraron coléricos. Asustada, se alejó corriendo con su mochila donde guardó el objeto.
Huyó por todos los muertos que no paraban de rugir y escuchar que se aproximaban. En un momento se encontró fuera de la montaña en una cascada. Las voces de los hombres se acrecentaron a cada segundo, pero las figuras esqueléticas estaban en todas partes. De repente, la tiraron hacia atrás y vio al chico de cabello ceniciento… más bien su aspecto podrido. La sacudió para que reaccionara y la muchacha lo apartó. Desesperada sacó la pistola y disparó, pero el muchacho le apuñaló la pierna y Adelina grito de dolor. Por último, le dio una puñalada en el vientre, pero antes de profundizarla Adelina lo empujó y rasguñó la mano que sostenía el karambit.
Sintió el frío en la espalda y se mantuvo pegada al borde, pero al ver que el muchacho y su mano cadavérica, prefirió no tener que volver a verlo nunca. Con miedo a lo desconocido saltó hacia la cascada de la montaña, perdiéndose en la negrura y pidiéndole a cualquier dios sobrevivir a esta locura.
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homeuglyhome · 8 days
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Parte 2 - Dia (amanecer)
(Han pasado tres días desde el incidente y todo se ve normal a excepción de Ox, el cual no ha podido descansar apropiadamente y se le ve preocupado todo el tiempo)
L.BAT: Buenos días Ox… ¿Sigues cansado? Si gustas te puedo dar té de manzanilla, ayuda a relajar el cuerpo y tal vez así puedas dormir bien.
OX: Gracias Lucky, pero estoy bien (Bosteza) te lo juro. Ahora si me disculpas tengo cosas que hacer, con permiso.
WAGE: ¡Hey Ox! Preparé galletas con chispas de chocolate y para acompañar tengo leche tibia ¿Que me dices? ¿Quieres?
OX: No gracias, no estoy de ánimo para galletas, tal vez otro día.
U.DOG: Ox adivina, Babo armo una cama nueva y dice que si te acuestas en ella te dormirás en un segundo, lo cual dudo pero solo hay una forma de averiguarlo ¿Quieres probarla?
(Mientras iban caminando, se acercan a la cama y se ve a Babo en ella durmiendo profundamente)
OX: Creo que Babo ya se encargó de demostrar la comodidad de la cama.
MOXY: (Salta delante de Ox enojada) ¡Ox no te ves bien necesitas descansar! Hablo en serio.
OX: No puedo, tengo muchas cosas que hacer. Descansare en cuanto termine de ayudar a los demás y organizar algunas cosas.
MOXY: ¡Oh no! Tu lo que harás es volver a tu casa y descansar. Yo y los otros podemos hacer tus deberes mientras tanto.
OX: ¡¿Qué?! ¡No! Yo mismo me haré cargo de mis responsabilidades, es mi deber como alcalde. Oigan, de verdad agradezco la preocupación pero no es necesario todo esto.
MOXY: Ox por favor, necesitas descansar, piénsalo así, si vas y haces tus cosas cansado, corres el riesgo de que algo pueda salir mal ¿Quieres eso o quieres que todos queden felices y satisfechos?
(Después de pensarlo por un buen rato, accede, de malas, pero lo hace, les agradece a todos y se va a casa a descansar)
(Ox llega a casa)
OX: (Pensando en voz alta) Si solo pudiera decirles la verdadera razón de mi cansancio, pero no puedo…No quiero… Ya que, ahora que tengo el “dia libre” podré descansar bien, pero antes voy a ver cómo sigue el muñeco.
(Abre la puerta de su habitación lentamente solo para encontrar la cama vacía y las sábanas tiradas en el suelo)
OX: (En shock) Oh no… No no no (Asustado) ¡¿Qué le pasó?! ¡¿Dónde está!? ¡Ay no! (Se escucha un crujido de pisada detrás de él)
(Ox voltea su cabeza y ve al muñeco paralizado cerca de la puerta. Se quedan mirando por un momento y antes de que pueda decir algo, el muñeco empieza a gritar como loco corriendo por toda la habitación hasta llegar al otro lado de la cama)
???: ¡¿Quién eres?! ¡¿Qué es este lugar?! ¡¿Dónde estoy?!
OX: ¡Hey hey! Calma, está bien, no te haré daño, estás a salvo (Trata de acercarse un poco)
???: ¡No te me acerques! (Tira sus orejas para atrás) ¡Aléjate de mí, no sé quién eres! (Se hace para atrás chocando contra la pared) ¡Agh!
OX: Tienes razón, perdón (Se sienta en el suelo tomando distancia para darle seguridad) Soy Ox, un gusto… ¿Y tú? ¿Cómo te llamas?
???: (Levanta sus orejas lentamente) ¿Mi nombre? Mmm… Me llamo Michi.
OX: Hola Michi, es bueno ver que te sientes mejor ¿Cómo están tus piernas? ¿No sientes dolor o incomodidad?
MICHI: ¿Mis piernas? ¿Cómo es que? (Acaricia sus coseduras) … ¿Tu fuiste el que me cosió las piernas?
OX: Así es, te encontré tirada e inconsciente dentro de un arbusto y te traje a mi casa para arreglarte… ¿Cómo fue que terminaste así?
MICHI: Yo..No recuerdo nada (Se soba la cabeza) Me duele mucho la cabeza, todo me da vueltas, y mi espalda, siento como si me hubiera caído de muy alto.
(Se escucha un ruido fuerte y risas por la ventana)
MICHI: (Asustada) ¿Qué fue eso? ¿Hay alguien más aquí?
OX: Deben de ser mis amigos, ellos me están ayudando con mis deberes, seguro están armando algo para la actividad de hoy (se levanta del piso y camina hacia la ventana)
(Michi lo mira confundida, a lo que Ox la ayuda a levantarse para mirar por la ventana y enseñarle la vista. Se ven a todos los muñecos corriendo, jugando y pasándolo bien)
OX: Ya respondi dos de tus preguntas, y con esto respondo la tercera. Este lugar es “Imperfección” donde los muñecos conviven entre ellos y pueden ser ellos mismos.
MICHI: Esto… ¡Esto parece un sueño! ¿Es un sueño? No importa si lo es, esto es increíble y si no es un sueño ¡Es maravilloso! (Da pequeños saltos de alegría)
OX: No esperaba tanta emoción, jaja me alegra que pienses asi de nuestro hogar, Oye ¿Qué te parece si vamos con los demás para que los puedas conocer?
MICHI: ¿En serio? Ay no lo sé, me da un poco de vergüenza, no soy muy buena para hablar, aunque no es mala ide-
(Se escucha algo golpear el suelo)
MICHI: Mm? (Mira a Ox tirado en el suelo) ¿Ox?... ¡¿Ox?! ¿Qué pasa, estás bien? Vamos, dime algo (Le da unos toquecitos con la mano)
(Ox empieza a roncar fuerte mientras Michi lo acuesta en su cama. Ella se le queda mirando por un rato y después mira por la ventana admirando la vista)
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77jose-ricardo77 · 23 days
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SAN ISIDRO, LABRADOR
Nació en Madrid cerca de 1070. Isidro se santificó rezando, trabajando en el campo y compartiendo sus bienes con los más pobres. No faltaron las envidias, pero las superó gracias a su esposa María. Vivió en la época de las grandes batallas medievales, es el patrón de los agricultores y campesinos. 
Sus padres eran unos campesinos sumamente pobres que ni siquiera pudieron enviar a su hijo a la escuela. Pero en casa le enseñaron a tener temor a ofender a Dios y gran amor de caridad hacia el prójimo y un enorme aprecio por la oración y por la Santa Misa y la Comunión.
Huérfano y solo en el mundo cuando llegó a la edad de diez años Isidro se empleó como peón de campo, ayudando en la agricultura a Don Juan de Vargas un dueño de una finca, cerca de Madrid. Allí pasó muchos años de su existencia labrando las tierras, cultivando y cosechando.
Se casó con una sencilla campesina que también llegó a ser santa y ahora se llama Santa María de la Cabeza (no porque ese fuera su apellido, sino porque su cabeza es sacada en procesión en rogativas, cuando pasan muchos meses sin llover).
Isidro se levantaba muy de madrugada y nunca empezaba su día de trabajo sin haber asistido antes a la Santa Misa. Varios de sus compañeros muy envidiosos lo acusaron ante el patrón por "ausentismo" y abandono del trabajo. El señor Vargas se fue a observar el campo y notó que sí era cierto que Isidro llegaba una hora más tarde que los otros (en aquel tiempo se trabajaba de seis de la mañana a seis de la tarde) pero que mientras Isidro oía misa, un personaje invisible (quizá un ángel) le guaba sus bueyes y estos araban juiciosamente como si el propio campesino los estuviera dirigiendo.
Los mahometanos se apoderaron de Madrid y de sus alrededores y los buenos católicos tuvieron que salir huyendo. Isidro fue uno de los inmigrantes y sufrió por un buen tiempo lo que es irse a vivir donde nadie lo conoce a uno y donde es muy difícil conseguir empleo y confianza de las gentes. Pero sabía aquello que Dios ha prometido varias veces en la Biblia: "Yo nunca te abandonaré", y confió en Dios y fue ayudado por Dios.
Lo que ganaba como jornalero, Isidro lo distribuía en tres partes: una para el templo, otra para los pobres y otra para su familia (él, su esposa y su hijito). Y hasta para las avecillas tenía sus apartados. En pleno invierno cuando el suelo se cubría de nieve, Isidro esparcía granos de trigo por el camino para que las avecillas tuvieran con que alimentarse. Un día lo invitaron a un gran almuerzo. Él se llevó a varios mendigos a que almorzaran también. El invitador le dijo disgustado que solamente le podía dar almuerzo a él y no para los otros. Isidro repartió su almuerzo entre los mendigos y alcanzó para todos y sobró.
Los domingos los distribuía así: un buen rato en el templo rezando, asistiendo a misa y escuchando la Palabra de Dios. Otro buen rato visitando pobres y enfermos y por la tarde saliendo a pasear por los campos con su esposa y su hijito. Pero un día mientras ellos corrían por el campo, dejaron al niñito junto a un profundo pozo de sacar agua y en un movimiento brusco del chiquitín, la canasta donde estaba dio vuelta y cayó dentro del hoyo. Alcanzaron a ver esto los dos esposos y corrieron junto al pozo, pero este era muy profundo y no había cómo rescatar al hijo. Entonces se arrodillaron a rezar con toda fe y las aguas de aquel aljibe fueron subiendo y apareció la canasta con el niño y a este no le había sucedido ningún mal. No se cansaron nunca de dar gracias a Dios por tan admirable prodigio.
Volvió después a Madrid y se alquiló como obrero en una finca, pero los otros peones, llenos de envidia lo acusaron ante el dueño de que trabajaba menos que los demás por dedicarse a rezar y a ir al templo. El dueño le puso entonces como tarea a cada obrero cultivar una parcela de tierra. Y la de Isidro produjo el doble que las de los demás, porque Nuestro Señor le recompensaba su piedad y su generosidad.
En el año 1130 sintiendo que se iba a morir hizo humilde confesión de sus pecados y recomendando a sus familiares y amigos que tuvieran mucho amor a Dios y mucha caridad con el prójimo, murió santamente. A los 43 años de haber sido sepultado en 1163 sacaron del sepulcro su cadáver y estaba incorrupto, como si estuviera recién muerto. Las gentes consideraron esto como un milagro. Poco después el rey Felipe III se hallaba gravísimamente enfermo y los médicos dijeron que se moriría de aquella enfermedad. Entonces sacaron los restos de San Isidro del templo a donde los habían llevado cuando los trasladaron del cementerio. Y tan pronto como los restos salieron del templo, al rey se le fue la fiebre y al llegar junto a él los restos del santo se le fue por completo la enfermedad. A causa de esto el rey intercedió ante el Sumo Pontífice para que declarara santo al humilde labrador, y por este y otros muchos milagros, el Papa lo canonizó en el año 1622 junto con Santa Teresa, San Ignacio, San Francisco Javier y San Felipe Neri.
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