Tumgik
#novedades para niños
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La increíble historia de Lucía, su padre y un chancho volador.
¿Dónde? –  “Teatro Stella D’Italia” La Gaviota (Mercedes 1805 esq. Tristán Narvaja) ¿Cuándo? – Fecha estreno: Sábado 29 de Abril 2023. Las funciones siguientes serán los  sábados y domingos. 30 de abril, 6, 7, 13, 14, 20 y 21 de Mayo. Total: 8 funciones ¿En qué horario? – A las 15 hs. ¿Cuánto dura? – 50 minutos. ¿De quién es la obra? – Compañía “Bestia Peluda Teatro“. Texto y dirección: …
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xlomimi · 5 months
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Shy Girl. Capítulo 29: I Can See You
¡Hola! voy a publicar el capítulo de mi fanfic sin censura. Tuve que censurarlo por las nuevas políticas de Wattpad. Espero que les guste <3
ミ★ '𝘊𝘢𝘶𝘴𝘦 𝘐 𝘤𝘢𝘯 𝘴𝘦𝘦 𝘺𝘰𝘶 𝘸𝘢𝘪𝘵𝘪𝘯' 𝘥𝘰𝘸𝘯 𝘵𝘩𝘦 𝘩𝘢𝘭𝘭 𝘧𝘳𝘰𝘮 𝘮𝘦 
𝘈𝘯𝘥 𝘐 𝘤𝘰𝘶𝘭𝘥 𝘴𝘦𝘦 𝘺𝘰𝘶 𝘶𝘱 𝘢𝘨𝘢𝘪𝘯𝘴𝘵 𝘵𝘩𝘦 𝘸𝘢𝘭𝘭 𝘸𝘪𝘵𝘩 𝘮𝘦★彡
—Reg... —susurró Reese para comprobar si su novia seguía despierta.
Luego de fallida fiesta en casa de Carly, Hal los había enviado a dormir. Una hora más tarde, Reese se encontraba recostado en su cama con la cabeza de su novia en su pecho mientras Malcolm y Dewey dormían en la cama de dos plazas junto a ellos.
Al oírlo llamarla, Regina movió la cabeza del pecho de Reese para colocarla en la almohada, lo que le permitió conectar sus ojos con los suyos.
—¿Qué pasa? —susurró Regina con algo de cansancio.
—Estaba pensando en lo que dijiste... —dijo Reese misteriosamente.
—¿Qué dije? —murmuró Regina, cerrando los ojos con demasiado sueño como para recordar cualquier cosa.
—Que también quieres que lleguemos hasta el final —le recordó Reese con una sonrisa, llevando su mano a su mejilla para acariciarla.
—¿Qué hay con eso? —preguntó Regina sonriendo con los ojos cerrados al sentir la caricia de Reese.
—Bueno... estamos en una cama... —insinuó Reese. Sorprendida, Regina volvió a abrir los ojos para encontrarse con la sonrisa traviesa de su novio.
—No vamos a hacer eso ahora —susurró escandalizada. Al instante, Reese quitó la mano de su mejilla y la miró como si le hubiera mentido.
—Dijiste que no me detendrías si lo intentaba —respondió Reese en otro susurro.
—Pero en la situación adecuada, no en la habitación con tus hermanos en la cama de al lado —replicó Regina mirándolo como si estuviera loco. —Duérmete —susurró volviendo a cerrar los ojos. 
—¿Cuándo es la situación adecuada? —preguntó Reese con impaciencia, ignorando su pedido.
—No lo sé... —murmuró Regina abriendo los ojos con un pequeño bostezo. —Mañana mis padres no estarán en casa...
—Tus padres nunca están en casa en la tarde —respondió Reese sin ver la novedad. 
—Sí, pero siempre tengo que cuidar a Alec. Mañana tiene práctica de futbol, así que... —dijo Regina esperando que él complete la frase.
—Tendremos la casa solo para nosotros —comprendió Reese con una sonrisa de emoción. —Pero, ¿Tenemos que esperar hasta mañana? —preguntó Reese con tono de queja. —No voy a poder dormir pensando en eso —agregó mirándola con cara de perrito mojado. Luego de un momento en el analizó la expresión de su rostro, Regina suspiró.
—Ten —murmuró Regina finalmente, tomando una de sus manos y pasándola por debajo de la remera que Reese le había prestado para dormir para colocarla sobre uno de sus pechos. Al tocarlo, el rostro de Reese se iluminó. —Diviértete con eso —dijo volviendo a cerrar los ojos con la intención de continuar durmiendo.
Sonriendo como un niño con un nuevo juguete, Reese acomodó la palma de su mano de modo que cubriera el pecho izquierdo de Regina por completo. Al inicio se conformó con mantenerla allí, observándola tratar de dormir. Luego, comenzó a acariciarlo con el pulgar en círculos, sonriendo aún más al verla amagar una sonrisa sin dientes varias veces por la sensación que le provocaba. Eventualmente, decidió que era momento de estrujar suavemente su pecho. Fascinado por la sensación, Reese rio tontamente y repitió la acción riendo luego de cada pequeño apretón. 
Sin poder dormir al oír su risa, Regina abrió los ojos y lo observó reír con una sonrisa de diversión. —¿Qué es tan gracioso? —preguntó. 
—Es muy suave, es divertido tocarlo —explicó Reese en un susurro, riendo tontamente sin dejar de masajear su pecho, lo que la hizo reír también. 
—Lo sé —respondió Regina susurrando entre risas. —A veces lo hago también—admitió.
—No te preocupes, yo lo haré por ti —susurró Reese guiñándole un ojo con una media sonrisa, por lo que Regina tuvo que taparse la boca para no despertar a Malcolm y Dewey con su risa. —¿Puedo? —preguntó posando su mano libre en el borde de su remera mientras continuaba masajeando su pecho con la otra.
—Sí —accedió Regina, permitiendo que Reese pase su mano por debajo de su camiseta. Sin quitar una mano de su pecho izquierdo, emprendió un camino lento con la otra deslizando sus dedos desde su muslo hacia su seno derecho. Regina se estremeció al sentir las caricias de Reese subiendo lentamente. —Reese... —murmuró. Tal vez no había sido tan buena idea dejar que Reese juegue con sus pechos si quería dormir. 
—¿Si? —preguntó Reese con una sonrisa burlona al verla estremecerse al tacto, deteniendo su mano en su abdomen para dibujar círculos con su dedo índice a la vez que hacía lo mismo con su otra mano en su pecho. 
—Deja eso para mañana —susurro Regina con una sonrisa de disculpa, colocando su mano sobre la de él para detener las caricias en su abdomen. 
—Está bien, si es lo que quieres me detendré —respondió Reese riendo, dejando su mano reposar sobre su abdomen. —¿Pero puedo seguir haciendo esto? —preguntó apretando suavemente su pecho con la otra mano, volviendo a reír tontamente al hacerlo. Contagiada por su risa, Regina trató de responder que sí podía si la dejaba dormir, pero ambos se quedaron helados al oír una voz en medio de la penumbra.
—¿Quieren dejar de reírse? —escucharon a Malcolm quejarse en un susurro para no despertar a Dewey. Rápidamente Reese quitó ambas manos de debajo de su remera y se giró con cara de pánico hacia su hermano apoyándose sobre su codo, mientras Regina se escondía detrás de su espalda entre las sábanas sintiendo sus mejillas arder. —Son las... —continuó quejándose Malcolm, sentándose contra el respaldo de su cama y echándole un vistazo al reloj. —...dos de la madrugada, duerman y dejen dormir. 
—¿Qué escuchaste? —preguntó Reese alarmado, ignorando todas las quejas de Malcolm. 
—Solo me despertaron con sus risas, no oí más n... —explicó exasperado, pero se interrumpió abruptamente al percatarse de la expresión de preocupación de su hermano y la timidez repentina de Regina. —¿Por qué? —preguntó Malcolm con los ojos muy abiertos. 
—Por nada —respondieron rápidamente Reese y Regina. 
—Voy a dormir, estoy muy cansado... —agregó Reese, levantando un poco la espalda para volver a acomodarse junto a Regina bajo la mirada perpleja de Malcolm. —Buenas noches —concluyó la conversación dándole la espalda a su hermano y pasando sus manos por la cintura de Regina para dormir por fin. 
Aún sorprendido, Malcolm volvió a recostarse mirando hacia el techo. Retorciendo las sábanas entre sus puños, no podía dejar de pensar en lo que acababa de ocurrir. —Ellos no estaban... —trató de hablar con el lector para eliminar la extraña presión que sentía en el pecho. —No creo que ellos... —murmuró, pero volvió a dejar la frase en el aire. —¿Saben qué? No me importa —dijo finalmente en un intento por quitarle importancia, volviendo a recostarse de lado para dormir. 
•••
—No te limpies las manos en tu remera —reprendió Regina a Reese durante el desayuno, levantándose de su asiento para mojar una servilleta y limpiar la mancha de jarabe de su camiseta. Apenas se dio la vuelta, Reese volvió a hacerlo observando de reojo que no lo notara. 
—Hazle caso a Regina, hijo —dijo Hal, mientras Regina se paraba junto a Malcolm, que buscaba jugo en la heladera, para mojar la servilleta en la pileta de la cocina. —Siempre tienes que usar una servilleta —dijo asintiendo con la cabeza mientras se limpiaba los dedos en la servilleta que llevaba colgada en el cuello de su camisa para no mancharse. 
Girando nuevamente con la servilleta mojada, Regina observó asqueada como Malcolm bebía jugo del pico de la botella para luego pasárselo a Reese, que prácticamente eructó sobre la botella antes de pasársela a Dewey. 
—¿Puedo usar un vaso? —preguntó Dewey igual de asqueado que Regina, sin aceptar el jugo. 
—No, nada que requiera lavarse —respondió Hal con seriedad. 
Entre tanto, Regina volvió a sentarse entre Reese y Dewey para poder frotar la servilleta humedecida sobre la mancha de jarabe en la remera de Reese. Al ver que había una mancha que no estaba antes de que se levantara, Regina lo miró con fastidio, pero él fingió no notarlo. 
—¿Quieres jugo, linda? —preguntó Reese ofreciéndole la botella de jugo. 
—Mmm... no, gracias —respondió Regina arrugando la nariz con asco mientras continuaba limpiando su camiseta. 
—¿Por qué te da asco? Compartimos saliva todo el tiempo —la cuestionó Reese, insistiendo en entregarle la botella de jugo. 
—Pero no comparte saliva conmigo —replicó Malcolm, sentado frente a ellos. 
—Le eructaste al pico de la botella —replicó Regina a la vez, dejando la servilleta a un lado al ver que la mancha ya no estaba. Al levantar la vista se percató de que Reese se acercaba a ella peligrosamente con una sonrisa de picardía. —¡Que ni se te ocurra! —exclamó asqueada, posando una mano en su mejilla para alejarlo de su rostro. Estaba segura de que pretendía eructar cerca de ella. 
 —Basta, niños —los reprendió Hal, quitándose la servilleta del cuello de la camisa para limpiarse las manos. —Limpiemos la mesa —propuso tirando la servilleta sobre  la mesa con todos los platos descartables. 
Al instante, Dewey y Reese se levantaron para buscar una bolsa de basura de un cajón de la cocina, mientras que Hal y Malcolm comenzaron a juntar los platos descartables. Sin conocer la nueva dinámica, Regina se levantó de su asiento para facilitarles el paso, viendo como Reese y Dewey sostenían la bolsa abierta para que Malcolm y Hal pudieran tirar allí todo lo que usaron. Cuando terminaron, Regina se acercó a los chicos para quitar todas las migas de la mesa, limpiándola realmente. 
—Ah, hablé con su madre anoche —comentó Hal abriendo la heladera mientras ellos terminaban de limpiar la mesa. — A todos los extraña mucho y volverá pronto —dijo con una sonrisa. Al oírlo, sus tres hijos voltearon a verlo con expresiones de pánico, por lo que Regina contuvo una carcajada. 
—¿Cuándo? —preguntó Reese alarmado. 
—Unas semanas —aclaró Hal, por lo que sus hijos suspiraron aliviados mientras Regina se reía de ellos. Sonriendo más relajado, Reese tomó la mano de Regina con la intensión de caminar juntos a la escuela. —¡Ah, Reese! —exclamó Hal, haciendo que se detengan para voltear a verlo con Malcolm junto a ellos. —Quiere que limpies las hojas del techo de la cochera cuando regreses de la escuela. 
—¡¿Qué?! —exclamó Reese abriendo mucho los ojos, a la vez que Regina juntaba las cejas y tiraba la cabeza levemente hacia atrás. —¡Pero hoy es el único día que los padres de Reg no están en casa al mismo tiempo que Alec! —replicó Reese. Sintiendo que sus mejillas enrojecer por la vergüenza, Regina apretó su mano levemente para llamar su atención. Al conseguir conectar sus ojos con los suyos, le lanzó una mirada de pánico para que notara lo que acababa de decir. —N-no podremos hacer la tarea —agregó Reese girándose nuevamente hacia su padre en un intento por arreglarlo, pero hasta Dewey lo miraba con incredulidad. 
 —Reese, tu madre... —comenzó a sermonearlo Hal, haciendo la vista gorda ante lo evidente, pero fue interrumpido por las quejas de Reese. 
—¡Esto no es justo! —gritó Reese. —¡Mamá no puede controlarnos si ni siquiera está aquí! 
—Nadie está siendo "controlado" por tu madre —dijo Hal levantando las manos como si lo que acabara de oír fuera una ridiculez. —Por ejemplo, yo invité a un viejo amigo esta noche y aunque no le diremos nada a su madre, ¡No significa que nos controle! —aclaró Hal riendo nerviosamente. —Repito, su madre jamás debe saber esto y eso te incluye, Reg —dijo Hal con tono de advertencia. —Y a ustedes les caerá muy bien Larry, éramos inseparables en la preparatoria. Pero en serio, su madre no debe averiguar que estuvo en la casa —repitió con más enojo. 
Sin responder, Reese abandonó la cocina con fastidio tirando de la mano de Regina a su paso. Aún desconcertada y avergonzada porque Reese prácticamente había gritado frente a la mitad de su familia que pretendían intimar esa tarde, ella dejó que la arrastre con él sin protestar con Malcolm a unos pasos por detrás.
Los tres salieron de la casa y caminaron en silencio por lo menos tres cuadras. Reese estaba demasiado irritado como para hablar. Había fantaseado con mantener relaciones sexuales con Regina desde antes de que iniciaran su noviazgo y su madre se las arreglaba para arruinarlo aún a la distancia. Caminando de la mano con él, Regina mantenía la vista fija en el piso mientras se carcomía internamente por la vergüenza que sentía. En cambio, Malcolm los observaba con diversión.
—Reg, pareces un tomate —se burló Malcolm, ganándose una mala mirada de la pareja.
—Cállate, Malcolm —dijeron ambos entre dientes.
•••
—Hola, tomatito —se burló Madison al ver a Regina entrar en la clase de Literatura junto a Reese con las mejillas coloradas.
—Cierra el pico, North —dijo Reese caminando hacia ella con enojo. Sabía que Regina empeoraría si seguían mencionándolo, solo quería que estuviera bien e iba a pelear con cualquiera que se lo impidiera. Pero Regina lo tomó de la muñeca para detenerlo.
—Está bien, amor, es un chiste —sonriendo levemente para que no le diera tanta importancia.
—Sí, Puercoespín, no saques las púas —se burló Madison para hacerlo enojar más, por lo que Regina le lanzó una mirada de fastidio.
—No ayudas, Maddie —se quejó Regina, empujando a Reese hacia el fondo del aula para que se siente en su lugar, muy alejado de Madison. —Volveré contigo en un momento —dijo besando su mejilla al llegar junto a sus asientos. —¿Si? 
—Está bien... —respondió Reese a regañadientes, sentándose en su banco escolar. Seguía de muy mal humor luego del pedido de su madre, así que simplemente se quedó mirando hacia la ventana con el ceño fruncido mientras su novia se alejaba de él.
—¿Qué le pasa al Puercoespín? —preguntó Madison cuando Regina se sentó provisoriamente en el asiento detrás de ella. —No discutíamos desde esa vez que te tiró del cabello.
—Está enojado porque no podremos vernos en la tarde, su mamá le pidió que limpie el techo de la cochera —explicó Regina haciendo una mueca.
—¿Eso es todo? —preguntó Madison, inconforme con la respuesta. —Ayúdalo a limpiar, problema resuelto.
—Es que íbamos a ir a casa... —trató de que entendiera sin dar muchos detalles, pero Madison seguía mirándola como si ella y Reese hicieran un drama por nada.
—¿Y? Cambien el plan —respondió Madison como si fuera obvio.
—No estás entendiendo —dijo Regina negando con la cabeza suavemente antes de inclinarse hacia ella. Intrigada, Madison imitó la acción. —Mis padres y Alec no estarán en casa esta tarde, así que queríamos... —explicó bajando el tono de voz, pero dejó la frase en el aire asumiendo que su amiga entendería.
Al ver que el rubor volvía a aparecer en las mejillas de Regina, Madison la miró boquiabierta, acababa de comprender la situación. —¡Ah! ¡Hubieras empezado por ahí! —exclamó Maddie, riendo por lo mucho que le costaba a Regina hablar de eso. —O sea que les arruinaron el primer se...—comenzó a decir en un tono demasiado alto a criterio de Regina, por lo que la interrumpió rápidamente.
—¡Shhhh! —exclamó Regina moviendo sus manos delante de ella para que guardara silencio. Madison volvió a reír. —No quiero que todo el mundo se entere —susurró escandalizada, haciéndola reír aún más.
—¿De qué? —preguntó Carly, sentándose en su lugar habitual al entrar al aula, justo al lado del asiento que ocupaba Regina en ese momento. 
—Luego te cuento —respondió Regina sin querer hacer tanto escándalo al respecto allí, pero ya era tarde. 
—Reg y el Puercoespín quieren hacer ñiqui ñiqui —respondió Madison a la vez bajando el tono de voz para no se molestara, pero aún así recibió una mala mirada de Regina. —¿Qué? 
—¿Tienes que decirlo así? —murmuró Regina jugando con el anillo de su mano sintiendo cada vez más calor en sus mejillas. Entre tanto, Carly soltó un suspiro de sorpresa y cubrió su boca para evitar gritar de emoción. 
—¡Yo lo predije! —exclamó alegremente Carly, por lo que Regina y Madison la observaron confundidas. —Cuando Reese trataba de llamar tu atención tirando de tu cabello el año pasado. ¡Yo lo dije! ¡Sabía que cuando fueran novios no te quejarías cuando tirara de tu cabello! 
—¿De qué estás hablando? Nadie dijo nada de eso —replicó Regina extrañada. —Ni siquiera lo hicimos aún, mucho menos tiró de mi cabello —agregó bajando el tono de voz nuevamente. 
—Aún no, pero cuando lo haga, te gustará —respondió Carly guiñándole un ojo. 
—Pero si tú no lo has hecho, no lo sabes —respondió Regina dejando salir una pequeña sonrisa.
—Pero yo sí y sí, te gustará —dijo Madison riendo al final.
—¿Anthony te...? No, espera, no quiero saberlo —dijo Regina arrugando la nariz y negando levemente con la cabeza, haciendo reír a sus amigas.
•••
—Pimpón es un muñeco muy ¡Au! —gritó Dewey cuando otra piedra cayó sobre su pie. Mientras era obligado a cantar y bailar vergonzosamente, Reese le lanzaba piedras a su hermanito con una resortera gracias a la falta de supervisión paterna. —... muy guapo y de cartón ¡Au! —continuó cantando, pero otra piedra impactó contra sus pies. —...se lava la ¡Au! ...la carita con ¡Au! ...con agua y con... —esta vez fue interrumpido por el sonido del teléfono sonando.
—Te toca —dijo Reese para que respondiera mientras él colocaba una piedra sobre la resortera.
—¿Hola? —dijo Dewey al responder el teléfono, pero su expresión se tornó preocupada al levantar la vista. Frente a él, Reese apuntaba con la resortera directo en su cara.
—¡Hola, Dewey! —dijo alegremente Regina del otro lado del teléfono. —Podrías decirle a Re...
—¡Mamá! —gritó Dewey, interrumpiendo a Regina. Al instante, Reese escondió la resortera detrás de su espalda, asustado como si su madre pudiera percibir a distancia lo que le hacía a su hermano.
—¿Me acabas de llamar "mamá"? —preguntó Regina confundida en el teléfono.
—Estamos bien. —dijo Dewey, fingiendo hablar con su madre ante la mirada preocupada de Reese. 
—¿Qué? —preguntó Regina cada vez más confundida. 
—Sí, le preguntaré —continuó fingiendo Dewey —Mamá quiere saber si ya barriste la cochera —preguntó a Reese. 
—¡¿Me canceló por eso y no lo está haciendo?! —exclamó Regina indignada. 
—¡Ya voy! —escuchó gritar a Reese del otro lado del teléfono mientras Dewey sonreía complacido, acababa de encontrar la forma de defenderse de su hermano mayor. 
—¿Quieres decirme qué ocurre? —preguntó Regina a Dewey asumiendo que su novio había corrido a limpiar las hojas del techo de la cochera. 
—Mamá no está y papá trabaja. La casa es una anarquía y soy el eslabón más débil, tengo que defenderme —respondió Dewey, observando a Reese salir corriendo de la casa para ir a la cochera. 
—Entiendo... —dijo Regina con un pequeño suspiro. —¿Qué te hizo Reese? 
—Me lanzó piedras con una resortera —explicó Dewey entre dientes.
—¡¿Qué?! —exclamó Regina entre sorprendida y enojada. —Lo voy a matar —murmuró para sí misma. Al oírla, Dewey abrió mucho los ojos asustado.
—¡No le digas nada! —dijo Dewey desesperado.
—¿No quieres que le diga que no te haga daño? —preguntó Regina sorprendida, eso no se lo esperaba.
—Si le dices sabrá que tú llamaste y perderé la única forma que tengo de defenderme. Por favor no le digas —insistió Dewey con tono de súplica. Regina lo pensó por un momento, pero finalmente cedió. 
—Está bien, no te mencionaré. Dile que llamé luego de tu mamá y que iré en dos horas —pidió Regina
—¡Gracias, Reg! —dijo Dewey alegremente antes de colgar.
•••
—No olvides limpiar las hojas de mi techo sin importar los planes que tengas con tu novia porque soy una vieja mala —se quejaba Reese dos horas más tarde sentado en su cama, imitando a su madre con enojo mientras Regina limpiaba la herida de su codo conteniendo una pequeña risa. Acostado en su propia cama, Dewey observaba a Reese con una sonrisa regodeándose de su sufrimiento discretamente. —¿Qué importa si está mojado y resbaloso? El techo tiene que estar limpio porque soy mala... 
—Reese, te resbalaste por pelear con un gato —dijo Regina sin poder evitar reír, ganándose una muy mala mirada de su novio. 
—¿Te burlas de mí? —preguntó Reese alzando una ceja con una media sonrisa. 
—¿Yo? ¡Jamás! —exclamó Regina fingiendo inocencia justo en el momento en el que oyeron el sonido del teléfono proveniente de la cocina. —Solo te estoy cuidando... —agregó levantando el codo de Reese y dejando un besito suave sobre la curita que le acababa de poner, para luego dedicarle una sonrisa de inocencia.  
���¡Yo contesto! —gritó Dewey antes de salir corriendo hacia la cocina, entrecerrando la puerta a su paso. Apenas cruzó la puerta, Reese inclinó levemente su cuello para comprobar que Dewey no estuviera cerca. Luego de comprobarlo, tomó una de las piernas de Regina para atraerla más hacia él y la colocó sobre su regazo mientras que la otra se mantenía detrás de su espalda, por lo que sus piernas rodeaban la cadera de Reese.  
—No... yo sí creo que te burlas de mí —dijo Reese con tono divertido, deslizando su mano derecha por la pierna de Regina que mantenía en su regazo desde la rodilla hasta el muslo.  
—Mmm... no sé qué te hace pensar eso... —respondió Regina juguetonamente, pasando sus brazos alrededor de su cuello y cruzando sus piernas alrededor de su cadera. —Simplemente mencioné que el gatito parecía el chico malo entre los dos —agregó manteniendo su tono inocente, pero con una sonrisa burlona en su rostro. 
—Ah, ¿Eso crees? —preguntó Reese con una sonrisa traviesa, lo había tomado como un desafío. —Veremos si sigues pensando que el gato es más malo que yo luego de que haga esto —en un instante, Reese hundió su rostro en el cuello de Regina para comenzar un camino de besos hasta su clavícula mientras continuaba acariciando el muslo de su pierna derecha. Sabía que sentía muchas cosquillas en esa zona y había conseguido el efecto deseado. Sin poder evitarlo, ella rio a carcajadas al sentir los labios de Reese recorrer su cuello. 
En un intento por evitar que continúe torturándola, Regina posó las manos sobre sus hombros y trató de alejarse de él tirando la espalda hacia atrás, pero no fue suficiente. Debido a la fuerza que Reese aplicó para mantener los labios en su cuello, Regina cayó de espaldas en la cama riendo cada vez más fuerte con su novio sobre ella dejando suaves besitos en su cuello y dibujando círculos en su muslo izquierdo. 
Lentamente, Reese comenzó a llevar sus besos desde su cuello a su mandíbula, luego de su mandíbula a su mejilla y, finalmente, unió sus labios en un beso desesperado. Sin dudarlo, Regina correspondió el beso acercándolo más a ella por el cuello. En medio del beso, Reese deslizó su mano por su pierna hacia el borde de su blusa. Aún sobre la tela, Reese acarició su abdomen como pidiendo permiso en silencio para meter una mano debajo de su blusa, lo que la hizo volver a la realidad. Rápidamente, separó sus labios y colocó una mano sobre la de Reese, evitando que continuara su camino hacia sus senos.  
—¡Espera, espera! —dijo Regina bajando el tono de voz a pesar de que no había nadie en la habitación. Sin comprender por qué lo detenía, Reese alejó un poco su rostro del de Regina esperando su explicación. —Dewey volverá en cualquier momento... 
—¿Quieres que vayamos al armario? —preguntó Reese en broma, sonriendo burlonamente. Riendo, Regina le dio una pequeña palmadita en el hombro, lo que también lo hizo reír. Justo cuando Dewey entraba en la habitación, Reese se levantaba de encima de Regina para sentarse y le ofrecía una mano para que hiciera lo mismo. 
—Sí, mamá, aquí está Reese —dijo Dewey parándose en la puerta de la habitación con el teléfono en la oreja. Al oírlo mencionar a su madre, Reese volteó a verlo preocupado y se levantó de la cama apenas Regina estuvo sentada. —Sí, se lo diré. ¿De verdad tiene que desvelarse toda la noche? ¿No puede reparar mi bici mañana? —preguntó Dewey al teléfono. Comprendiendo lo que hacía, Regina miró al niño con el ceño fruncido. —Bueno, tienes razón. El sábado en la mañana es el mejor día para salir —respondió al teléfono. Derrotado, Reese  suspiró con fastidio antes de volver a girarse hacia Regina. 
—Lo siento, amor, tengo que reparar la bici de Dewey —murmuró Reese, haciendo una mueca de fastidio. 
—No es nada, entiendo —respondió Regina apretando los labios en una sonrisa sin dientes. —Voy a volver a casa, mis padres ya deben haber llegado —agregó, levantándose de la cama de su novio.
—Te acompaño —dijo Reese rápidamente. — Y prometo que iré a verte mañana por la tarde —agregó antes de colocar las manos en sus mejillas para volver a besar sus labios.
—Te estaré esperando entonces —respondió Regina con una sonrisa, dejando un último beso rápido en sus labios antes de separarse definitivamente.
Luego de mirarla embobado por unos segundos, Reese entrelazó sus manos para guiarla hacia la puerta con él. Antes de cruzar la puerta, Regina soltó su mano para darle a Dewey un abrazo de despedida mientras él la esperaba en el pasillo.
—Adiós, Dewey —dijo Regina, inclinándose para abrazar al niño que pasó sus brazos por detrás de su espalda en respuesta. —No dije nada porque lo merece por la resortera, pero no te pases con él —le advirtió en un susurro antes de soltarlo.
•••
—Gracias por acompañarme —dijo Regina con una sonrisa cuando estuvieron en la puerta de su casa, jugando con la mano de Reese.
—No iba a dejar que volvieras sola de noche —respondió Reese levantando sus manos unidas para dejar un besito en sus nudillos. Regina rió por el gesto y dejó un beso en su mejilla antes de soltar su mano para introducir la llave en la puerta. —Y mañana... —agregó Reese, posando una mano sobre la suya para evitar que girara la llave. —...podríamos terminar lo que empezamos —concluyó con picardía, por lo que Regina giró nuevamente hacia él sin soltar la llave.
—Claro, será muy divertido que mi mamá entre de golpe —respondió Regina irónicamente, sacándole una carcajada. —Creo que tendrá que ser el próximo viernes, cuando Alec vuelva a tener práctica de fútbol —dijo con una sonrisa de disculpa.
—¿El viernes? —dijo Reese como un quejido, quitando la mano para que pudiera hacer girar la llave. —¿No podemos encerrar a Alec en su cuarto el lunes hasta que lleguen tus padres? —preguntó tirando la cabeza hacia atrás. Regina rió creyendo que estaba bromeando, pero Reese hablaba muy en serio.
—No creo que se deje encerrar —respondió Regina riendo mientras giraba la llave por fin. —Aunque tal vez si tú lo convences... —dijo pensándolo mejor, sin llegar a abrir la puerta. Al oírla, a Reese se le iluminó el rostro.
—Cierto, soy su héroe. Me hará caso —dijo Reese con orgullo, haciéndola reír.
—Sí, lo eres —respondió Regina entre risas. —Y justamente por eso dudo que te haga caso —agregó abriendo la puerta por fin.
—No sé qué estás insinuando —respondió Reese, fingiendo no comprender con diversión mientras se acercaba a ella para recibir un beso de despedida. Regina volvió a reír y se acercó a él para rodear su cuello con las manos, de espaldas la puerta abierta de su casa, mientras Reese pasaba sus manos por su cintura. Poniéndose de puntitas de pie, Regina estaba a punto de cumplir su deseo cuando la voz de su madre detrás de ella la detuvo. 
—¿Necesitas otra cosa para tu operación? —escucharon preguntar a Caroline. Confundida, Regina volvió a estabilizar sus pies en el suelo y soltó el cuello de su novio para dar unos pasos dentro de la casa, ignorando el quejido de Reese al darle la espalda. Justo frente a la puerta, Caroline y Phineas bajaban las escaleras lentamente conversando con la vista fija en los escalones, por lo que no notaron a su hija y su novio en la entrada. 
—Mmm... creo que debo comer helado —respondió Phineas pisando el segundo escalón, lo que hizo su esposa se detuviera un escalón por debajo de él para observarlo confundida. Entre tanto, Regina escuchaba desde la puerta sin entender de qué operación hablaban con Reese tratando de llamar su atención. 
—En realidad no creo que se coma helado para... —comenzó a decir Caroline arrugando la nariz, pero Phineas la interrumpió. 
—Perdón, ¿Es una vasecto-tuya o una vasecto-mía? —preguntó Phineas posando una mano en su hombro e inclinando la cabeza. Desde la puerta, tanto Reese como Regina abrieron los ojos sorprendidos. 
—...iré a pedir helado —respondió Caroline luego de un pequeño momento de silencio, a lo que Phineas sonrió complacido. 
—¿Papá va a hacerse una vasectomía? —preguntó Regina sorprendida, logrando que sus padres levanten la vista hacia ellos.
—¿Le van a cortar su...? —preguntó Reese con expresión de horror, dejando la frase a la mitad. 
—Ay por dios, mira la cara de horror del chico —susurró Phineas a su esposa, el terror que le generaba la operación comenzaba a reaparecer. A su lado, Caroline trataba de calmarlo haciéndole señas para que respire profundo. —Me arrepentí. No puedo hacerlo, no puedo hacerlo, ¡No puedo hacerlo! —murmuró entrando en pánico antes de salir corriendo por las escaleras hacia su cuarto.
—¡Cariño...! —exclamó Caroline tratando de detenerlo, pero Phineas ya estaba en mitad del pasillo que daba a la habitación matrimonial. Al ver que tendría que calmar sus nervios otra vez, Caroline suspiró con cansancio antes de voltear nuevamente hacia los adolescentes. —No se asusten, solo es una pequeña intervención quirúrgica que tu padre se hará mañana... —dijo Caroline con tono tranquilizador, dando pequeños vistazos en la dirección en la que se había ido su esposo. —Tendrás que cuidar a Alec mañana por la tarde, me quedaré con él hasta que le den el alta —agregó sin prestarles mucha atención. Si lo hubiera hecho, probablemente habría notado las miradas cómplices compartieron Reese y Regina, pero estaba demasiado ocupada pensando en su esposo. —Reese, ¿Te quedas a cenar? —preguntó volviendo su atención hacia ellos justo cuando despegaban la mirada uno del otro. 
—Gracias, señora Langdon, pero tengo que volver a arreglar la bicicleta de Dewey —respondió Reese, usando el tono educado que solo sacaba a relucir con la madre de su novia. 
—Oh, será la próxima vez. ¡Envíale saludos a Hal! —exclamó Caroline mientras subía las escaleras para consolar a su esposo. 
—Bueno... —dijo Reese con una sonrisa apenas Caroline desapareció por las escaleras, acercándose nuevamente hacia Regina para pasar sus manos por su cintura. — Tendremos que adelantar nuestros planes para el lunes...
—Sí, se te ve muy triste por eso —respondió Regina con una pequeña risa antes de dejar un beso rápido en sus labios como despedida. —Hasta mañana.
•••
—¡Hecho! Alec no saldrá del patio hasta que lleguen tus padres —dijo Reese muy orgulloso de sí mismo entrando por la puerta que conectaba el jardín a la sala de la casa de los Langdon el sábado en la tarde.
—¿En serio? ¿Cómo lo hiciste? —preguntó Regina sorprendida, observándolo caminar hacia ella desde el sofá.
—Le prometí un par de secretos de Dewey si se quedaba en el patio —respondió Reese mientras se sentaba a su lado.
—El mejor hermano del mundo —dijo Regina irónicamente, haciéndolo reír.
—No te vi muy en contra de la idea de encerrar a tu hermano con llave en una habitación—replicó Reese entre risas.
—Shhh —dijo Regina riendo a la vez que se deslizaba más cerca de él, pasando las piernas por encima de su regazo y abrazándolo por el cuello para acercar sus rostros. Con una gran sonrisa, Reese se dejó atraer pasando la vista embobado entre sus ojos y sus labios hasta Regina rompió por fin la distancia entre ellos. 
El beso era lento y dulce en un inicio, incluso podían sentir la sonrisa del otro sobre sus labios. Mientras Regina acariciaba la parte baja de su nuca, Reese deslizó sus manos por su cintura y, a medida que los besos se hacían más intensos, comenzó a acercarla más hacia él al punto de sentir su pecho pegado a su torso.
Totalmente perdida entre sus besos, Regina ni siquiera notó que Reese colocaba una mano por debajo de sus rodillas y otra sobre su cintura para levantarla suavemente hasta que se vio a sí misma sentada por completo en su regazo. Lentamente, Regina acomodó sus piernas a cada lado de las de Reese tratando de separar sus labios la menor cantidad de tiempo posible.
Entre tanto, él deslizó una de las manos por debajo de su remera. Regina se estremeció ante el tacto frío recorrer su abdomen hasta llegar a su pecho derecho. Al sentir que comenzaba a masajear su seno, ella movió las manos de sus hombros a sus mejillas para profundizar los besos, volviéndolos más desesperados. Para Reese esto fue una súplica de atención al pecho izquierdo, por lo que repitió la acción con la otra mano.
Casi sin quererlo, Reese descubrió algo nuevo sobre los senos. Mientras jugaba con ellos, rozó por accidente el pezón derecho de su novia. Fascinado, rompió el beso para observarla con un brillo en los ojos. La había oído jadear sobre sobre sus labios.
Sin notar el motivo de la expresión de Reese, Regina aprovechó la oportunidad para recorrer el camino desde la comisura de sus labios hasta su cuello con pequeños besitos. A la vez, Reese continuó jugando con sus pechos, pero esta vez no solo los masajeaba. Con delicadeza, comenzó a apretarlos desde la base hasta los pezones, sorprendiéndose al sentir que se endurecían debajo de sus dedos. Pero lo que más le gustaba era oír a Regina soltar pequeños jadeos cada vez que los tocaba.
—¿Subimos... a mi cuarto? —murmuró Regina haciendo una pequeña pausa al estremecerse por la atención de Reese en sus pezones.
—Por supuesto —respondió Reese con una sonrisa de picardía, volviendo a conectar sus labios sin dejar de jugar con sus pechos. Entre besos y pequeños jadeos, Regina comenzó a incorporarse con la intención de caminar hacia las escaleras, pero Reese se lo impidió. Rápidamente, alejó las manos de sus senos para volver a colocarlas en su cintura, sentándola en su regazo a horcajadas de un tirón. Confundida, Regina detuvo los besos para esperar una explicación. —Así no —respondió simplemente.
—¿Entonces cómo...? ¡Ay! —exclamó Regina riendo. En un segundo, Reese deslizó sus manos por debajo de sus piernas y se levantó del sofá con Regina aferrada a él. Para no caer, rodeo su cuello con los brazos y su cadera con las piernas mientras él subía las escaleras casi trotando.
En menos de un minuto llegaron a la habitación. Cerrando la puerta con el pie, Reese se arrojó sobre la cama con Regina riendo debajo de él. —¿Te parece divertido? —dijo Reese con una sonrisa burlona, quitando las manos de sus muslos para sostenerse sobre ella con los antebrazos apoyados a sus lados.
—Muy divertido —respondió Regina riendo antes de volver a dejar besitos cortos en sus labios. Colocando las manos detrás de su nuca para profundizar el beso, hizo caer su peso por completo sobre ella.
—A mí me parece divertido que no te hayas puesto sujetador —dijo Reese entre besos, aprovechando que ya no necesitaba sostenerse con sus brazos para volver a deslizar sus manos por debajo de su remera. —Aunque no puedo quitártelo si no lo llevas puesto...
—Oh, lo siento. ¿Quieres que me ponga uno? —preguntó Regina con diversión. —Porque están en ese cajón, podría... —dijo señalando hacia el armario, pero Reese la interrumpió.
—¡No! —exclamó Reese rápidamente antes de volver a unir sus labios, haciéndola reír en medio del beso. —Así estás perfecta... —agregó con una sonrisa traviesa mientras se alejaba unos centímetros para empezar a levantar su remera lentamente. Con una pequeña sonrisa, Regina permitió que quite la camiseta por completo mientras jugaba con el cinturón del pantalón de Reese.
Una vez que arrojó la remera de Regina en alguna parte de la habitación, Reese observó fascinado sus propias manos caer con delicadeza sobre los pechos desnudos de su novia. Riendo por su expresión de embobado, Regina bajó los besos hacia su cuello, viendo de reojo la sonrisa de disfrute de Reese. Pero no pudo hacerlo por mucho tiempo ya que él puso el rostro a la altura de su pecho izquierdo para poder dejar pequeños besitos sobre él a la vez que continuaba masajeando el otro con la mano. Luego de unos minutos, lo introdujo por completo en su boca. Regina contuvo la respiración por unos segundos sorprendida antes de las manos al cabello de Reese. 
—Reese... —murmuró Regina, aunque sonó más bien como un jadeo al sentir la lengua de Reese hacer círculos sobre su pezón. Con una media sonrisa, Reese levantó la vista hacia ella mientras continuaba con su tarea, disfrutando hacerla retorcerse debajo de él. —Reese... —repitió tratando de calmar su respiración y deslizando sus manos a sus mejillas para apartar su boca de su pecho. A pesar de que lo estaba disfrutando, quería que le prestara atención antes de seguir. Suponiendo que tenía otra idea en mente, él se dejó guiar hasta que volvió a enfrentar sus rostros. —Trajiste protección, ¿Verdad? —preguntó Regina entre pequeños besos, mucho más cuerda al no tener la lengua de su novio sobre su pecho. 
—¿De qué hablas? —preguntó Reese sin dejar de besarla, manteniendo sus ojos cerrados con una sonrisa placentera sin dientes. 
—Ya sabes... un condón —respondió Regina rompiendo los besos y alejándose unos centímetros para verlo mejor. Como respuesta, Reese juntó sus cejas confundido. —¿Esa cosa que tienes que ponerte para no dejarme embarazada? —explicó, aunque sonó como una pregunta al ver que ni siquiera sabía qué era. 
—Ah, sí, claro. Sé lo que es —respondió Reese asintiendo con la cabeza, cosa que era claramente una mentira. 
—¿Entonces tienes uno? —preguntó Regina. Sabía que estaba mintiendo, pero a la vez se aferraba a la posibilidad de que en verdad tuviera uno para continuar. Al ver que Reese le dedicaba una sonrisa de disculpa, Regina suspiró frustrada. 
—Relájate —dijo Reese sin darle importancia, volviendo a unir sus labios en pequeños besos para poder seguir hablando. —Podemos arriesgarnos —agregó, comenzando a bajar sus besos para volver a poner su atención en sus pechos.
—¿Arriesgarnos? —repitió Regina pestañeando varias veces mientras él continuaba con su camino de besos hacia sus senos. 
—Ajá... —murmuró Reese llegando por fin a su pecho derecho para dejar pequeño besitos en él, repitiendo su accionar previo con el izquierdo. Antes de que pudiera meterlo en su boca, Regina salió de su estupefacción y lo alejó de un tirón, empujándolo a un lado de la cama para dejara de estar sobre ella. —¡Oye! ¿Cuál es el problema? Te gustó cuando lo hice en el otro—se quejó mirándola con el ceño fruncido. 
—¿Arriesgarnos? ¡¿Arriesgarnos?! —repitió Regina indignada levantándose de su cama. Una vez de pie, comenzó a buscar su remera por el suelo mientras cubría sus senos con un brazo. —¡Ni loca me arriesgo a tener un bebé! ¡¿Estás demente?! —exclamó encontrando por fin la remera y volviendo a ponérsela.
—Pero nos estábamos divirtiendo —replicó Reese con tono de queja.
—Y nos seguiremos divirtiendo cuando consigas protección —respondió Regina tomando su mano y tirando de él para obligarlo a levantarse, ignorando sus quejas.
—Estás enojada, no vas a querer cuando vuelva —protestó Reese mientras era arrastrado por su novia fuera de la habitación.
—No estoy enojada, solo... ¡¿Arriesgarnos?! —repitió, aún sin poder creer que haya dicho eso. 
—Eso solo prueba mi punto —dijo Reese bajando las escaleras detrás de ella. 
—No porque mientras tú vas a una farmacia yo... —comenzó a hablar una vez que llegaron al final de las escaleras, pero se detuvo por unos segundos a pensar cómo seguiría la frase. —...voy a darme una ducha para relajarme —concluyó finalmente. 
—Está bien... —respondió Reese haciendo una mueca. —Compraré condones —concluyó. 
—Genial —dijo Regina dejando un beso en su mejilla antes de abrir la puerta, pero Reese no tuvo tiempo de salir de la casa. 
—¡Ah! ¡Hola! Estábamos por tocar el timbre —exclamó Mitchell, el tío de Regina, terminando de cerrar la puerta de su auto mientras su esposo sacaba a Lily del asiento trasero. 
Olvidando lo que acababa de ocurrir, Reese y Regina compartieron miradas de preocupación. Una de las cosas que dejó bien en claro Caroline cuando abandonó la casa esa mañana era que Reese no podía entrar. Aunque no era su madre, los habían descubierto. 
—Hola... —dijo Regina volviendo su vista hacia sus tíos, tratando de mantener la calma con una sonrisa forzada. Entre tanto, Mitch y Cam se acercaron a ellos con Lily en brazos.  
—Phineas nos dijo que Alec y tú estarían solos durante su operación. Así que pensamos que necesitarían compañía, pero veo que ya la consiguieron —comentó Cameron lanzándole una mirada cómplice a los adolescentes, por lo que Regina se ruborizó y Reese sonrió con incomodidad. 
—¿Entonces van a quedarse? —preguntó Regina para cambiar casualmente el tema, aunque le interesaba mucho que se fueran. 
—¡Ay, no! Lily es la compañía —respondió Mitch antes de volver al auto para sacar un bolso con algunas pertenencias de la bebé. Desde la entrada, Reese y Regina lo miraron con impotencia.  
—No tenemos mucho tiempo, pero estará con ustedes por un par de horas —dijo Cam entregándole a la bebé a Regina. 
—P-pero no podemos cuidar a Lily —respondió Regina con nerviosismo, aunque sostenía a su prima en brazos, observando a su tío Mitch dejar un bolso de bebé junto a ella.
—Sí, estamos haciendo tarea —concordó Reese tratando de sonar convincente, utilizando la misma excusa que le había dado a su padre.  
—Sí, claro. Díselo a tu cabello despeinado y a sus pezones erectos —respondió Cam con una sonrisa que indicaba que no iban a engañarlo, haciendo que el rostro de Regina enrojeciera aún más y que Reese hiciera una mueca de fastidio. 
—Cam, deja de molestarlos y vámonos, se hace tarde —dijo Mitchell haciéndole señas para que volviera al auto con él. 
—Tienes razón vámonos. Recuerda que debe tomar una siesta en una hora, pero no más de media hora o no dormirá en la noche —advirtió Cam a Regina antes de seguir a su esposo hacia el auto. 
—¡Y no le diremos a Caro que Reese estaba aquí! —agregó Mitchell abriendo la puerta del auto. 
Resignados, Reese y Regina se despidieron de ellos desde la entrada, observando el auto alejarse. Cuando ya no pudieron ver el auto, Regina entró en la casa con la bebé en sus brazos mientras Reese cerraba la puerta detrás de ella. 
—Genial, tenemos el bebé sin la diversión —dijo Reese con fastidio, observando a Lily jugar con el cabello de Regina. 
—¿Ves por qué no hay que arriesgarse? —respondió Regina igual de fastidiada que él, entregándole a la bebé mientras él hacía una mueca. —Voy a ponerme un sostén, dile a Alec que ya puede entrar. 
•••
—Creo que Reese y yo tenemos una maldición de celibato o algo así —dijo Regina con hartazgo, tapándose el rostro con las manos.
El lunes durante el almuerzo, se encontraba sentada en la mesa que siempre ocupaba con sus amigas quejándose de su mala suerte. Habían pasado días desde que había comenzado a tratar de tener más intimidad con Reese, pero aún no habían conseguido avanzar más allá de segunda base.
—No seas exagerada, no puede ser tan malo —dijo Danny riendo, logrando que Regina quite las manos de su rostro para mirarla.
—La última vez que lo intentamos terminamos cuidando un bebé. ¡Un bebé! —repitió como si hubiera un mensaje encriptado en ese suceso.
—Uy, sí. El universo te está diciendo que no lo hagas o quedarás embarazada —se burló Maddie en broma, pero Regina pareció tomarlo en serio.
—¿Tú crees? —preguntó con tono de preocupación.
—Reg, si tienes miedo no es necesario que lo hagas —dijo Lorelai riendo.
—No, no, no. Sí que quiero hacerlo —dijo Regina muy segura de lo que decía. —Tengo muchas ganas de hacerlo, en realidad —admitió jugando con sus manos algo avergonzada. —El sábado Reese estuvo tan bien que... me dejó... —dejó la frase a medias demasiado avergonzada como para continuar.
—¿Mojada y con ganas de más? —supuso Danny con diversión.
—Sí —confirmó Regina volviendo a cubrirse el rostro con las manos mientras sus amigas se reían de ella.
—Ya encontrarán un lugar en donde hacerlo —dijo Talía para tranquilizarla, pero no surtió efecto.
—Es imposible... —murmuró Regina quitando sus manos de su rostro, acababa de sonar el timbre que indicaba el inicio de la siguiente clase. —Mi papá estará en casa toda la semana por la operación y su casa siempre está llena de gente. Perdimos nuestra oportunidad el sábado —explicó mientras las siete se levantaban y comenzaban a caminar hacia el aula.
—Entonces háganlo en la escuela —sugirió Carly.
—¿En la escuela? —repitió Regina arrugando la nariz. A unos metros de ellas pudo ver a Reese caminar de frente directamente hacia ellas.
—¡Sí! Bueno, no en un lugar en qué puedan verlos. Tal vez el armario de limpieza... —se explicó mejor Carly.
—¡Uh! Pueden escabullirse de una clase, es excitante —agregó Melody con emoción mientras se acercaban más a la puerta del aula.
Regina no respondió durante unos segundos, estaba demasiado distraída observando a Reese acercarse a ella. Se veía tan lindo y lo necesitaba tanto que sentía su estómago estrujarse. Cuando llegaron por fin frente al aula, la cantidad de gente que se acumuló provocó que Reese y Regina cruzaran por la puerta uno al lado del otro. Al rozar su brazo con el suyo Regina sintió que se le erizaba la piel.
—No lo sé... —respondió finalmente a sus amigas.
•••
Reese y Regina no llegaron al final de la clase. Luego de una hora de pequeños coqueteos desde sus asientos, él le había susurrado que buscara una excusa para salir del salón antes de levantarse y, luego de pedir permiso a la profesora, salir él mismo del aula. Diez minutos más tarde, Regina siguió sus pasos. 
No tardó mucho en encontrar a Reese. Aún desde la puerta del aula pudo verlo esperándola al final del pasillo, recostado en la pared sonriéndole desde la distancia. Comprobando que no había nadie que pudiera verlos, Regina caminó hacia él a paso rápido. Al llegar, descubrió que no era casualidad que la esperara al final del pasillo. Reese estaba recostado justo junto a la puerta del cuarto de limpieza. 
Sin perder el tiempo, Reese se abalanzó sobre sus labios apenas la tuvo enfrente, haciéndola chocar contra la pared. Mientras él sostenía sus mejillas con las manos para inclinar su rostro unos centímetros hacia arriba y así profundizar el beso, Regina tanteó la pared detrás de su espalda en busca de la manija de la puerta. Cuando la encontró, la abrió rápidamente y caminó de espaldas con Reese aún sobre sus labios. Dejando un último beso, Reese se separó para girarse a cerrar la puerta. 
—Mira... —dijo Reese luego de cerrar la puerta con una sonrisa triunfante, sacando del bolsillo de su pantalón una tira de preservativos para enseñársela. Regina observó la tira de preservativos conteniendo una pequeña risa, había al menos cinco allí. 
—Creo que solo necesitaremos uno —dijo Regina con diversión, tomando la tira de su mano para desprender uno. 
—Eso ya lo veremos, nunca se sabe —respondió Reese encogiéndose de hombros con picardía, haciéndola reír, a la vez que dejaba la tira sobre la estantería que se encontraba detrás de su novia. 
Siguiendo sus movimientos con los ojos, Regina no pudo contenerse más. Dando un pequeño saltito, volvió a unir sus labios en un beso desesperado mientras se sostenía de sus hombros para mantenerse a su altura. Rápidamente Reese llevó las manos a sus muslos, levantándolos levemente para que rodeara su cadera con sus piernas, cosa que Regina hizo al instante. Entre besos, Reese dio un par de pasos hacia delante, haciéndola chocar contra la estantería llena de artículos de limpieza para sentarla en el borde de uno de los estantes. Al hacerlo, la estantería de metal se movió tanto que hizo un gran estruendo. Rompieron el beso del susto, pero al instante comenzaron a reír. 
—Tenemos que ser silenciosos —susurró Regina tratando de mantener su risa en un tono bajo. 
—Lo sé, lo siento —respondió Reese entre risas en otro susurro. 
Cuando ambos se calmaron, Reese volvió a besarla suavemente, pero de a poco comenzó a volverse más intenso. Abandonando sus muslos al ver que podía sostenerse por su cuenta, deslizó las manos por debajo de su blusa para jugar con las tiras de su sujetador, moviendo nuevamente la estantería por accidente, pero esta vez no le dio importancia. Entre tanto, Regina rompió el beso para mirar hacia arriba, se había percatado de que una caja se balanceaba peligrosamente sobre sus cabezas con el movimiento de la estantería metálica. Por su parte, Reese ni siquiera lo notó, estaba demasiado ocupado llevando los besos a su cuello y buscando el broche de su sujetador. Normalmente eso le hubiera causado cosquillas, pero estaba tan distraída con el ruido de la estantería y el movimiento de la caja sobre ellos que apenas sintió un cosquilleo. 
—¿Me ayudas? No encuentro el broche —susurró Reese, despegando los labios de su cuello para volver a dejar pequeños besitos sobre sus labios. 
—¿Ah? —preguntó Regina confundida, bajando la vista para prestarle atención. Había estado demasiado inmersa en los ruidos que podrían hacer que los descubrieran. 
—El broche del sujetador —repitió Reese entre besos. 
—Ah, sí —respondió ladeando un poco la cabeza. Al oír su tono de voz, Reese detuvo sus besos. La conocía lo suficientemente bien como para saber que algo no iba bien. —Es que este es distinto, no está ahí —explicó colocando sus manos encima de las de él detrás de su espalda para guiarlas hacia el espacio entre sus senos, dejándolas justo encima del broche. 
—¿Qué pasa? —preguntó Reese un poco preocupado, quitan las manos de debajo de su blusa para colocarlas en su cintura. Imitando el gesto, Regina volvió a dejar las suyas sobre sus hombros.
—Nada, solo me distrae un poco el ruido. Siento que nos van a encontrar aquí y... —explicó apenada, pero dejó la frase en el aire. 
—...y no quieres hacerlo aquí —concluyó Reese. 
—No... lo siento —respondió Regina abrazándolo por el cuello apenada. 
—No tienes que disculparte —respondió Reese dando unos pasos hacia atrás dentro de lo que podía en ese pequeño cuarto, permitiendo que Regina vuelva a colocar los pies en el piso. —Quiero que te sientas cómoda y que ambos lo disfrutemos —agregó, haciéndola sonreír enternecida y abrazarlo con más fuerza. En respuesta, Reese la abrazó por la cintura y dejó un beso en su frente antes de que Regina apoyara su cabeza en su hombro. Se mantuvieron en esa posición por varios minutos hasta que Regina rompió el silencio. 
—Aunque admito que hubiera sido un poco romántico que nuestra primera vez fuera aquí —dijo Regina con una pequeña risa. Sin comprender a qué se refería, Reese la miró extrañado. 
—¿Romántico? —repitió alzando las cejas. 
—Sí... bueno... aquí fue donde nos escondimos del prefecto el año pasado, ¿Recuerdas? El día que me prestaste tu remera —explicó Regina, separándose de su hombro para mirarlo a los ojos. 
—Es verdad —confirmó Reese dejando ver una sonrisa al recordarlo. —Estabas llorando —agregó deslizando un mechón de su cabello por detrás de su oreja. 
—Sí, estaba llorando —recordó Regina con leve sonrisa. —Y tú fuiste muy dulce conmigo ese día... 
—Ah, por eso sería romántico —comprendió Reese, acercándola más hacia él. 
—Bueno, mas bien porque... creo que ese fue el momento en el que empecé a enamorarme de ti —explicó Regina sintiendo una timidez repentina, por lo que bajó la vista mordiéndose el labio inferior al terminar de hablar. Al volver a mirarlo a los ojos, se encontró con la gran sonrisa de alegría de Reese justo antes de que volviera a inclinarse para besarla con ternura, quitándole la timidez por completo. 
•••
—Sí, mamá. Mi cama ya está donde da el sol y la cama de Reese está en el armario como querías —dijo Dewey entrando en su habitación con el teléfono en su oreja, mirando con una sonrisa sin dientes a Reese empujando su cama en el armario.
—¡Esto es ridículo! —exclamó Regina con hartazgo, parada detrás de Reese con los brazos cruzados. —Los padres de Talía llegarán en una hora y ya no podrá prestarnos su casa para... —comenzó a quejarse, pero se detuvo con nerviosismo al recordar que Dewey seguía ahí. —...hacer la tarea —agregó, maldiciéndose mentalmente por usar la misma excusa tonta de Reese.
—¡Voy tan rápido como puedo! —respondió Reese terminando de poner la cama en el armario y pasando junto a ella para agacharse a mover la cama grande.
—Lo está haciendo muy bien mamá, deberías dejarlo descansar —dijo Dewey al teléfono, sentándose en la cama grande mientras Reese la movía hacia la ventana.
—Gracias, Dewey. Eres un buen hermano —dijo Reese con una sonrisa. A su lado, Regina miró al niño con el ceño fruncido.
—Dijo que no —respondió Dewey.
—Amor, ¿No te parece un poco extraño que tu mamá solo llama para que arregles la bici de Dewey, que cambies los muebles de lugar de Dewey...? —trató de hacerlo razonar por cuarta vez en el día para que se diera cuenta por sí mismo de lo que ocurría, pero Reese solo la miró confundido desde el suelo.
—¿Qué insinúas? —preguntó Reese pasando la vista entre Dewey y ella.
—No lo sé, ¿Tú qué crees? —replicó Regina mirándolo como si fuera obvio.
—Oye, si quieres habla tú con ella —intervino Dewey al ver que estaba a punto de lograr hacer que Reese lo descubra, tendiéndole el teléfono.
—¡Ah! ¿Vas a desafiarme, duende maligno? —exclamó Regina indignada, colocando sus manos en su cintura. —Por supuesto que hablaré con ella —dijo con una sonrisa desafiante, por lo que Dewey abrió mucho los ojos. Sabía que estaba tirando demasiado de la paciencia de Regina para mantener su defensa contra Reese. De mala gana, dejó que Regina le quitara el teléfono de las manos. —Hola, señora Wilkerson —dijo Regina mirando fijamente a Dewey, mientras Reese escuchaba con preocupado detrás de ella. Por supuesto, no era Lois, solo era la contestadora. —Reese prometió que saldría conmigo esta tarde... Sí, ¡Gracias! —exclamó fingiendo que Lois le permitía llevarse a Reese, quien alzó los puños a modo de festejo a la vez que Dewey apretaba los labios. —Ah, ¿Quiere que Dewey regrese la cama de Reese a su lugar? Sí, le diré. Adiós —agregó Regina antes de colgar el teléfono y devolvérselo, por lo que el niño la miró con los ojos entrecerrados. 
—¡Genial! —exclamó Reese, caminando hacia ella para tomar su mano. —No olvides poner las sábanas —advirtió a Dewey con tono amenazante antes de tirar de la mano de su novia para salir de la casa. 
 •••
Zafarse del engaño de Dewey no sirvió de mucho. Ni siquiera llegaron a entrar en casa de Talía, desde la ventana pudieron ver a sus padres mirando la televisión en el sofá.
Cinco horas más tarde, Regina leía en su habitación cuando oyó el sonido ya familiar de unos pequeños golpes en su ventana. Rápidamente dejó el libro a un lado de su cama y corrió a abrir la ventana, permitiendo que Reese entre en su habitación. 
—Pudiste habérmelo dicho —dijo Reese apenas entró, parándose detrás de ella con el ceño fruncido mientras Regina cerraba la ventana. 
—Ya sabes que Dewey mentía sobre las llamadas de tu mamá —supuso Regina volteando a verlo. A modo de respuesta, Reese emitió un pequeño gruñido. —Lo siento, pero le lanzaste piedras con una resortera y era la única forma de la que podía defenderse. Aunque se haya aprovechado de eso —dijo un poco apenada, pero a la vez convencida de lo que decía. 
Sin poder pasar mucho tiempo enojado con ella, Reese asintió haciendo una mueca mientras pasaba sus manos por su cintura. Al instante, Regina correspondió el abrazo pasando sus brazos por detrás de su cuello, pegándose a su cuerpo. 
—Lo siento —repitió Regina, abrazándolo con fuerza y apoyando la mejilla en su hombro. 
—Está bien, me lo merecía —admitió Reese reforzando el agarre en su cintura y ladeando la cabeza para apoyarla sobre la suya. —Y ya me encargué de él —agregó con una media sonrisa. 
—No quiero saber que hiciste, pero también se lo merecía —dijo Regina apretando los labios. 
—¡Por supuesto! Intentó cortarme el cabello —comenzó Reese volviendo a fruncir el ceño. Al oírlo, Regina levantó la cabeza para verlo con los ojos muy abiertos. 
—Nooo —dijo juntando las cejas y ladeando la cabeza mientras llevaba las manos al cabello de Reese para acariciarlo. Entre tanto, él cerró los ojos con una sonrisa sin dientes, disfrutando las caricias. —Me encanta tu cabello de puercoespín —agregó jugando con su cabello, haciendo que Reese abriera los ojos para lanzarle una mirada de fastidio. 
—Vas a pagar por eso —dijo Reese con una sonrisa traviesa, empujándola suavemente hacia la cama hasta hacerla caer debajo de él. Tomándola desprevenida, comenzó a besar su cuello a sabiendas de que la haría reír a carcajadas por las cosquillas que le daba. 
—Lo siento, pero no puedo hacerlo por ahora—dijo Regina entre risas, tratando de alejarlo de su cuello. 
—¿Cómo que no puedes? —preguntó Reese con tono de queja, permitiéndole apartarlo de su cuello para poder mirarla a los ojos. —Son las dos de la madrugada, nadie nos molestará y estamos en un lugar cómodo...  
—No es eso... —lo interrumpió Regina, mirándolo apenada con una sonrisa de disculpa. —Estoy menstruando, no podremos intentarlo por una semana —explicó haciendo una mueca con los labios. Apenas la oyó, Reese dejó caer la cabeza sobre su pecho casi como si se hubiera desmayado. Al instante, Regina colocó una mano en su cabello para acariciarlo, tampoco estaba muy feliz con eso. 
—Voy a matar a Dewey... —murmuró Reese entre dientes.
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notasfilosoficas · 7 months
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"Cuando alguien me ha ofendido trato de elevar mi alma muy alto para que la ofensa no la alcance"
René Descartes
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René Descartes fue un filósofo, matemático, y físico francés considerado como el padre de la filosofía moderna. Nació en marzo de 1596 en la Haye en Touraine en la región de Francia.
Rene Descartes queda huérfano de madre a los pocos meses de nacido, quedando a la atención de su nodriza en casa de su abuela materna. Su padre le llamaba “pequeño filósofo” por que de niño, René se la pasaba todo el dia haciendo preguntas.
A la edad de 11 años ingresa a un centro de enseñanza jesuita y a los 18 años de edad ingresa a la universidad para estudiar derecho y medicina y aunque obtuvo el titulo de abogado, nunca ejerció la carrera y aprovechando la guerra de los treinta años entre protestantes y católicos, en 1618 se enroló como soldado de las tropas del príncipe protestante Mauricio de Nassau, y un año mas tarde a las tropas católicas del duque de Baviera Maximiliano I, haciendo ver que no era tanto el triunfo de una o de otro bando sino el de conocer nuevos países y costumbres, lo que el llamaría el gran libro del mundo.
Descartes tuvo tres sueños bastante fuera de lo común y lo suficientemente reveladores e importantes que lo hicieron detenerse a escribir y analizar su contenido simbólico y de la cual surge en el la motivación para sentar las bases para una nueva ciencia universal capaz de unificar todas las ramas del saber a partir de un solo principio indudable.
A partir de ahí, Descartes busca una verdad válida para todos los hombres  tomando a la razón como la búsqueda de la verdad y a la naturaleza como objetivo para su dominio. La ciencia por tanto se fundará en la razón y en la capacidad de esta para conocer la verdad, misma que no puede proceder de un conocimiento sensible sino inteligible, cada característica es la evidencia, y hasta no conseguir esta evidencia, el saber no estará completada.
Hizo famoso el célebre principio “cogito ergo sum” (pienso, luego existo), elemento esencial del racionalismo occidental, y formuló el conocido “método cartesiano”.
Su método filosófico y científico, el cual expone en sus “reglas para la dirección de la mente” pero principalmente en su “Discurso del método”, establece una cara ruptura con la escolástica que se enseñaba en las universidades. Caracterizado por su simplicidad, solo propone cuatro normas y como modelo el método matemático en un intento por acabar con el silogismo aristotélico o forma de razonamiento deductivo empleado durante la Edad Media.
Intentó sortear la censura del copernicanismo, disimulando de modo parcial la novedad de las ideas sobre el hombre y el mundo que exponen los planteamientos metafísicos o la forma de estudiar la naturaleza y los principios fundamentales de la realidad, estableciendo una dualidad sustancial entre el alma como el pensamiento, y el cuerpo como la extensión.
La influencia cartesiana propuesta por Descartes duraría prácticamente todo el siglo XVIII en donde los más importantes pensadores de su tiempo desarrollaron sistemas filosóficos basados en el suyo, pero también sufrió rechazos a sus teorías como es el caso de Hobbes, Spinoza, Leibniz y Pascal.
Descartes murió de neumonía en febrero de 1650 a la edad de 53 años, sin embargo, en 1980 el historiador y médico alemán Eike Pies, halló en la Universidad de Leiden una carta secreta del médico de la corte que atendió a Descartes, en donde describe al detalle su agonía y en donde se  sospecha que su muerte pudo haber sido causada por envenenamiento por arsénico, según los comentarios de diferentes patólogos.
Fuente Wikipedia y philosophica.info
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danthinker · 4 months
Note
¿Por qué odias a la gente lgbtq+?
Lo he dicho varias veces, pero siempre me salen con el argumento de que es libertad de expresión y que si no me afecta no los moleste, y todo eso
Pero el punto es, no odio a la gente, odio las ideas y la ideología LGBT+, las banderas y el supuesto ""orgullo"" que tanto reclaman
Yo veo que la gran mayoría que se encuentra en ese colectivo, lo hicieron por curiosidad de jóvenes, y como era novedad, pues les gustó y se quedaron, acomodándose con todo lo que eso implicara
Otros lo hicieron en busca de un refugio emocional para su vida, ya que pudieron haber tenido una infancia dura, o sufrir bullying, o algún factor externo como alteraciones en su desarrollo que los haga lucir un cuerpo andrógino, o que su desarrollo no haya sido el correcto, y posean disforia de género a causa de una alteración en el 'núcleo sexualmente dimórfico' , que se encuentra dentro del hipotálamo, y es el encargado de nuestro comportamiento dependiendo de nuestro sexual ( es más grande en hombres, y más pequeño en mujeres, por lo que puede nacer un hombre biológico con un NSD, para abreviar, pequeño, lo que conlleva a un choque de la autopercepción, y viceversa, una mujer biológica con un NSD grande ).
Todo lo mencionado anteriormente no es razón de orgullo, son alteraciones, o que se dejaron llevar por su inocencia y no tuvieron charlas al respecto ni asesoría; es motivo de cuidar, solucionar, tratar y mejorar su calidad de vida, sin que se vuelva un movimiento socio-ideo-político.
Los psicólogos, psiquiatras, las terapias de conversión y de afirmación ( aplicadas correctamente ), nada de cirugías sin un análisis psicológico profesional previo ( y que sea objetivo )
En el tema de los ""queer"", que suena igual que los ""pansexuales"", y que suena igual que los ""bisexuales"", se basan en "amar a todos los géneros" pero yo digo "si solo hay 2 : hombre y mujer"
El sexo y género son lo mismo, no existen todos esos géneros que pretenden inculcar en la sociedad, o deconstruir el concepto de la identidad de una persona para decir que "no soy ni hombre ni mujer" "nací hombre, pero me siento no-binario" "soy de género fluido, puedo unas veces ser hombre y otras ser mujer".
Se es hombre o se es mujer, así de simple y básico es de entender, nada de demi-boy, ni usar elle o they/they para una persona en singular, ni pretender que un hombre biológico que se nota a simple vista, acuse a todo el mundo de transfobos por no adivinar sus pronombres que decida usar diferentes a 'él' , y que le parezca peor que los 7 pecados capitales juntos, es ridículo, si yo veo a un hombre por la calle, le diré "hola que tal, señor" y que si se enoja por eso, es ridículo, se nota a leguas que es un señor con falda, peluca, labial y bolso, no es una mujer, ni un fluido, ni un bigénero, ni un agénero, es un hombre y punto.
Ahora el tema de los homosexuales, tanto hombres como mujeres. La fórmula única e inamovible que ha funcionado por siglos para la supervivencia y prevalencia de la humanidad, ha sido la relación entre un hombre y una mujer, la base para una familia, y una nueva generación de descendencia; cambiar eso sería un tiro en le pié para la humanidad, el no buscar más la reproducción y, eventualmente, a una gran reducción de la población total en tan solo medio siglo
Ahora uno de los puntos fuertes de mi postura, los niños y menores de edad, y los pedófilos encubiertos
Si, se que me dirán que son casos aislados (Lucio Dupuy como mayor ejemplo, o la pareja que incubrió un infanticidio solo porque la novia era trans), pero por qué ahora la gran mayoría de pedófilos atrapados son parte del lobby LGBT+? por qué hay tantos activistas o miembros intensos que buscan mostrar shows de drag queens explícitos a niños menores de 7 años? o por qué existen libros "supuestamente" para niños menores de 5 años que hablan temas explícitos como ponerse un condón o detallar una escena erotica de una pareja gay?
Que necesidad de colgar banderas LGBT+ en escuelas primarias? que necesidad de insistirles con hablar de pronombres y que todavía no saben ni qué son? o de que son lo opuesto? o de hablarles de sexo explícito sin la pedagogía adecuada?
Y como mucha gente parte del colectivo se cree lo de que es ""amor para todos"" lo siguen replicando y propagando, y cada vez distorsionando más sus conceptos de la verdad y la justicia, he llegado hasta a ver que, dizque los trans perciben el tiempo de forma diferente que los ""cis heteros"", cosa más estúpida
Odio las ideas, odio que tomen a gente inocente, odio que corrompan niños, odio que busquen destruir la familia como la conocemos desde siempre ( o entonces por qué tanta gente se molestó con ese comercial de McDonalds hecho en Japón? ), odio que pongan los sentimientos por encima de la razón
así que no, no odio a la gente LGBT+, odio el virus ideológico que las controla, punto.
Artistas, escritores, músicos, animadores, y quién sabe a cuántas otras más
Eso es lo que pienso
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rosebudblog · 3 months
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LA CAZA DE BRUJAS V: PELICULAS PROSOVIETICAS
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La sociedad norteamericana en los inicios de la II Guerra Mundial era profunda y mayoritariamente aislacionista y no quería que Estados Unidos se involucrase en el conflicto. Esa era la promesa política del presidente Roosevelt. Con el ataque japonés a Pearl Harbor el 7 de Diciembre de 1941, Estados Unidos entró en la guerra. Roosevelt necesitaba que la opinión pública se inclinase rápidamente hacia la intervención militar y pronto comenzaron a filmarse películas antinazis y antijaponesas, así como documentales que exaltaban las victorias norteamericanas y minimizaban las iniciales derrotas ante los nipones en el Pacifico. Se realizaron decenas de películas de todos los géneros que defendían la intervención militar. Hasta Tarzán y Batman aparecieron implicados en la lucha contra alemanes y japoneses.
Pero había un problema: Estado Unidos se había convertido en aliado del enemigo del capitalismo, la Unión Soviética, y las películas anticomunistas de unos años antes con Ninotchka a la cabeza había que sustituirlas por otras que enfatizasen la alianza ruso-americana y la lucha del pueblo y de los dirigentes de la Unión Soviética. Así se los hizo llegar Roosevelt a los grandes estudios y de estos en pocos años, hasta el final de la guerra, salieron unos productos, 8 en total, que históricamente se han convertido en curiosidades pero que, en su día tras el fin de la guerra, le dieron enormes problemas a todos los que habían intervenido en esas películas. La mayor parte de los guionistas, algunos directores y actores de estas películas tuvieron que sufrir las represalias que se pusieron en marcha tras el final de la guerra y que culminaron histéricamente en la Caza de Brujas.
Dos curiosidades sobre estas películas: la primera es que en sus guiones otorgan a los papeles femeninos una inusual importancia en películas de tipo bélico. Era la traslación a la necesidad de incorporar las mujeres al esfuerzo de guerra de toda la nación. La segunda curiosidad es que ya os podéis imaginar que estas películas jamás fueron estrenadas en España y solo algunas de ellas se han podido ver después de 1975 editadas en DVD.
Examinemos brevemente cuales fueron estas películas:
MISS V FROM MOSCOW (1942): dirigida por Albert Herman. Una rusa y un norteamericano en el París ocupado trabajan para la resistencia francesa. No la conozco y según los críticos es bastante artesanal y endeble.
MISIÓN EN MOSCÚ (1943): pura y curiosa propaganda prosovietica. Dirigida por Michael Curtiz, con la intepretación de Walter Huston y  con un guion de Howard Koch -quien posteriormente fue puesto en la lista negra y tuvo que exiliarse en el Reino Unido – es un conjunto de alabanza a todo el sitema político soviético, incluidas las purgas al trotkismo (caracterizado como una quinta columna al servicio de Hitler) y al mismo Stalin. El propio embajador estadounidense en Moscú, Joseph Davies, aparece en los primeros planos dando fe de la bonanza del regimen ruso a todos los niveles. Pero si es curioso que el propio embajador avale la película lo es más que fuese producida por la Warner cuyo propietario cuando finalizó la guerra se convirtió en uno de los más encarnizados perseguidores de izquierdistas o simplemente liberales en Hollywood.
EL CHICO DE ESTALINGRADO (1943): dirigida por Sidney Sankow y Tay Garnett (el mismo de la gran versión de El cartero siempre llama dos veces, de 1946) es una película puramente bélica que sirve para ensalzar la lucha de los ciudadanos rusos, en este caso unos niños, frente al avance de los alemanes hacia Estalingrado.
LA ESTRELLA DEL NORTE (1943): dirigida por Lewis Milestone (Sin novedad en el frente) y con un elenco de actores de primera línea con Dana Andrews, Walter Huston Walter Brenan y Erich Von Stroheim; fue la respuesta que la MGM dio al presidente Roosevelt cuando este les comunicó a las grandes productoras que “América necesita un filme de nuestros aliados rusos. Debe ser un retrato bien estructurado que motive el suministro de apoyo al gobierno en su alianza con la Unión soviética”.
Es la película más conocida de toda esta serie. Es de buena factura y es de una candidez increíble con algunas secuencias que rayan en la ñoñería: granjeros rusos que viven en un país idílico, cantando La Internacional y completamente ajenos a la invasión nazi que se les venía encima.
En 1957 “rehicieron” la película: cambiaron el montaje y sobre todo los diálogos. Los hechos no ocurrían en Rusia sino en Hungría; una voz en off alertaba del peligro comunista y para perder la conexión con el original le cambiaron hasta el título por Armored Attack (afortunadamente hace pocos años se ha podido ver en su integridad original).
Como era de esperar la guionista Lillian Helman fue puesta en la lista negra y el director tuvo que huir a Europa para continuar su carrera. 
SONG OF RUSSIA (1944): dirigida por Gregory Ratoff y Laslo Benedek es posiblemente la más conocida de esta serie junto a La estrella del Norte. Tuvo como actor estelar a Robert Taylor que luego para disculparse de esta aparición prosovietica declaró voluntariamente ante el HUAC denunciando a muchos compañeros. La película es la clásica historia de amor: poco antes del inicio de la guerra un director de orquesta norteamericano de gira por la Unión Soviética se enamora de una chica rusa. Luego en la guerra, ambos, símbolo de la unión de la US y de USA, lucharan frente a los alemanes.
THE RUSSIAN GIRLS (1943): dirigida por Henry S. Kesler y Fyodor Otsep narra las aventuras amorosas, en plena invasión nazi de la Unión Soviética, entre un piloto de aviación norteamericano herido y una voluntaria rusa de la Cruz Roja.
CONTRAATAQUE (1945): dirigida por Zoltan Korda y con Paul Muni entre sus actores. Adaptación de una obra de teatro que exaltaba el heroísmo de los soldados rusos ante los alemanes; el director de origen húngaro logra una buena película de género bélico.
Principio del formulario
DIAS DE GLORIA (1944): dirigida por Jacques Tourneur (La mujer pantera) y con la intervención de Gregory Peck. Tourneur dirige con eficacia la exaltación de los guerrilleros rusos ante los nazis, aunque sin grandes calidades artísticas y destacando las múltiples alabanzas a los soviéticos. A destacar que fue la primera película en la que Gregory Peck fue el actor principal.
13/7/2024
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nohgyu · 3 months
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📁 NOH INGYU 📂 UNA CARTA A ALGUIEN. 📄 HABILIDAD: AGILIDAD ( 2 / 3 )
tw: n/a. autor: ingyu, 28 años. destinatario: jung kitae, ex compañero, 28 años.
TE PROMETO QUE SI ALGUNA VEZ ALGUIEN SABE DE ESTA CARTA, HARÉ QUE TE ARREPIENTAS.
Primero, recibí tu carta. Segundo, ¿enloqueciste? ¿O de dónde sale todo ese dramatismo de pensar que has dejado de existir para mí solo porque he dejado de verte? Puedo adivinar que has estado mirando doramas sin parar desde que te fuiste de aquí, y lamento decepcionarte, pero no voy a seguirte el juego siendo el sujeto que te pide que me olvides y sigas adelante fingiendo que no nos conocimos. ¿Por qué haría eso, siquiera…?
En realidad, creo que puedo entender la incertidumbre de pensar en qué estará pasando cuando vivimos en una era de constante comunicación, y estás obligado a estar incomunicado con alguien a quien veías todos los días. No sé si te habrás podido dar cuenta, pero entre que escribí el primer párrafo y este, han pasado seis horas.
Yo también me he estado preguntando qué estarás haciendo tú. No muy seguido, claro. Pft. No pienso en ti para nada. Pero tu ausencia se hace notar, las cosas no han cambiado demasiado por aquí, y todavía me toca verles la cara de culo a los insoportables de siempre, excepto que ya nadie me ofrece un té para calmarme y entrar en estado zen, o como se diga.
También pensé en escribirte, un par de veces, pero creo que hiciste bien en escribirme antes, o de otro modo habría seguido posponiendo la tarea de sentarme y concentrarme en algo por un rato. De hecho, ahora mismo me estoy desconcentrando después de cada punto y aparte. La diferencia es que, esta vez, siento que cada segundo que pasa es otro segundo en el que te convences de que prefiero fingir que no existes, así que me obligo a volver.
En cuanto a las novedades, la última es que cometimos muchos errores en la misión pasada. Hicimos todo mal, fue en verdad… grave. Nos redujeron la ración por la mitad, y aumentaron el entrenamiento al doble. 
Me quiero matar.
Pero no lo haré, no es necesario que hagas caras. ¿O has dejado de hacerlas? ¿Qué tanto has cambiado desde la última vez que te vi? ¿Ves? También me pesa esto de no saber qué estará pasando contigo. 
Pienso que la solución es que te unas definitivamente a la milicia, y abandones para siempre la vida de niño rico y famoso. Puede que tus fans te extrañen, pero… ¿puedes pensar en mí, también? ¿Y en lo que te dije arriba de los sujetos con cara de culo que ya nada me ayuda a soportar?
En realidad, creo que la solución va a ser que me salga del ejército. Llevo bastante tiempo pensándolo, pero, recientemente, mi hermana terminó sus estudios por completo, y comenzó a trabajar. Hablé brevemente con el señor Min hace unos días, y me dijo “Tienes veintiocho años, Ingyu. Si no has crecido todavía, no lo harás nunca.” Supongo que es una forma de decir que soy libre de marcharme, ya no necesito más torturas mentales o físicas para corregir mi conducta, porque a este punto, es incorregible.
Son buenas noticias, ¿no? Significa que estaré fuera pronto. Sé que el mundo es caótico ahí afuera también, y por los meses que has tardado en comunicarte conmigo, asumo que tu situación tampoco es nada sencilla.
De cualquier modo, ojalá podamos vernos aunque sea una vez. Espero que no hayas cambiado tu número, porque te llamaré cuando salga, que ojalá sea pronto.
Ingyu.
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neaa-m · 4 months
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Dude, just my dumb history about CandyCorn
꣑୧   ︶ིྀᩧ Estoy escribiendo esto simplemente por simpeo a Rad y Kev, espero que me entiendan. Btw, se supone q quiero estos datos para mi y nadie más. Pero mi meon tmb tiene que comer alv. Solo disfruten y coman /jk. // @mequetrefex no me pediste una pequeña historia de Rad y Kev, but quiero darte esto como pago del dibujo de John 💗. (Además de q a los dos nos gusta el candycorn)
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"Me odio." Mencionaba Kevin con los ojos pesados mientras permanecía encorvado en su mostrador con la vista cansada que parecía mantener la mayoría del tiempo cuando nadie lo observaba y oía. "¿Pasó algo de nuevo para que estés diciendo esa palabra?" Decía Radford con una mirada como si dijera "no es novedad", después de todo, conocía a su pareja mejor que nadie, sabía cuando las cosas no estaban nada bien para Kevin. "No mucho... Simplemente Skid y Pump de nuevo rompiéndome los huevos y colmándome la paciencia" Kevin fruncía el ceño en protesta mientras pensaba en aquellos niños que le habían causado problemas desde el primer momento que llegaron. "¿Cuántas veces te lo he dicho, Kev?, no dejes llevarte por tus emociones, solo son niños..." Radford realmente quería ayudar a Kevin, pero no lograba encontrar las palabras adecuadas para llevar esta situación de Skid y Pump contra Kevin, suspiró al ver el rostro de su pareja. "¿Niños?, no, no, esas "cosas" no son niños, Radford. Son un dolor de cabeza" Kevin miraba con un pequeño enojo a Radford, mostrando su descontento al hablar de Skid y Pump. Aunque no los odiaba, sus visitas cada intervalo de meses volvían totalmente a Kevin a tal punto de querer ahorcarlos frente a todos los clientes. "Aún son bastante pequeños, tienes que comprenderlos, aún no saben diferenciar muy bien lo que está bien y lo que está mal... Y... aun así no puedes negar que eras así cuando tenías su edad" Radford miraba con una sonrisa nerviosa a Kevin, estaba intentando limitar y acabar con ese gramo de incomodidad y silencio por culpa de la conversación. "Te equivocas, yo nunca fui tan rebelde ni gritón cuando era niño." Kevin se mostró algo ofendido soltando un "¡gasp!", ¿Cómo se atrevía a compararlo con Skid y Pump?, definitivamente ellos dos eran peor que él estando juntos o separados. "Te conozco desde siempre, Kev. No puedes mentirme nada... Pero aceptaré eso, ¿de acuerdo?" Decía el contrario mientras dirigía su mano a mejillas de su pareja, brindándole consuelo. Kevin se mostró un poco nervioso por la mano de su pareja encima de su mejilla, juraba que podía sentir el apoyo que Radford le estaba brindando con la cálida sensación. "Rad... pero aun así, no entiendo por qué son así, me han causado demasiados problemas." Radford levantaba su mirada para hacer contacto visual con Kevin. Como un indicio de que todo marchará bien si así lo desea. "Lo sé, Kev, lo sé..."
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໑᱖ 𓍼 No puedo evitarlo, me termine cansando, pero aquí está. Siento que he mejorado bastante (No) Espero y deseo que la historia del candycorn les haya gustado, se que no es lo más creativo del mundo, pero, fue lo primero que se me ocurrió. 𝜗𝜚 ⎯⎯ Con amor, Damián
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izzakry · 2 months
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.ೃ࿐ 𝟑 𝐰𝐢𝐬𝐡𝐞𝐬. alexa dice ‘  ¿y si salimos a caminar un poco esta noche?  ‘ 
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han pasado semanas de la vez que platicaron y caminaron. con sus ocupaciones, tareas y misiones, apenas tuvieron tiempo de ponerse al día, actualizarse de las últimas novedades. no tenía situaciones que valieran el esfuerzo, pero a veces, las trivialidades era lo que anhelaba. tras indicarle a par de adolescente que pasaran a la esquina, pudo enfrentarse a ella, guardando manos dentro de bolsillos.  ‘  cuenta conmigo. extraño la tranquilidad.  ‘  su energía menguó de sólo tratar con infantes y padres consentidores, alzando perezoso las comisuras que anteriormente, cedieron al impulso del profesionalismo. la sonrisa destinada a la americana no se comparaba esas, moviendo discreto músculos faciales, resistiendo penoso bufido.  ‘  te confieso que finalmente comprendo porqué se han vuelto moda los locales anti-niños. unos chiquillos dos horas atrás casi rompen la vitrina de los artículos. y sus padres, muy bien gracias.  ‘  murmuró, en caso de que alguien escuchase y malinterpretara ( exagerada ) sus vocablos.  ‘  prefiero mil veces estar en medio del bosque y no aquí.  ‘ y expresiones faciales no coincidieron con sentencia, ya que se veía demasiado feliz y animado.   ‘  ¿probaste los cupcakes? han dicho que están para morirse. tienen opciones vegetarianas o algo así.  ‘ @alexxv
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eventmania · 2 months
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VUELVE LA FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO DE LIMA
Uno de los eventos más importantes del mundo de la literatura vuelve este año recargado con sorpresas y novedades que dejarán cautivados a los visitantes.
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La 28ª Feria Internacional del libro de Lima 2024 regresa con una nueva edición que conmemorará el Bicentenario por la Independencia del Perú. La feria iniciará el 19 de julio hasta el 06 de agosto, contando con 19 días de duración por primera vez en su historia.
El escritor peruano Sebastián Alanya Hartley cuenta que este evento literario tendrá a más de 50 autores internacionales, como John Boyne, el escritor del libro El niño con el pijama de rayas, y Megan Maxwell, autora de novelas románticas.
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El Parque Próceres de la Independencia de Jesús María será escenario de la magia de la literatura, en donde habrá 800 actividades culturales para todas las edades, entre conversatorios, presentaciones de libros y muchas cosas más. Las entradas se pueden adquirir por teleticket que te permitirá acceder a todos los eventos que la FIL tiene para ti.
Redacción: Rojas Guerra Melissa
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daraneecc · 11 months
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Pensé que la secundaria la había dejado hace ya casi 15 años y ahora me veo envuelta de nuevo con situaciones infantiles, problemas efimeros
Volvemos al blog para desahogarnos para sacar todo lo que llevamos en el pecho.
No es novedad que no soy bienvenida en la familia de mi esposo, al ser diferente soy excluida, juzgada y sobre todo etiquetada, sin embargo hoy sentí de nuevo ese jueguito absurdo de cuando estamos en la secundaria, señalar y burlarse de el extraño, del que no encaja... y que creen de nuevo soy la señalada, la que no encaja, y lo peor de todo es que no debería darle importancia, pero ahora fue tan evidente y tan infantil que mi temple se rompió.
Escuchar que todos tienen una fiesta literal arriba de mi casa, escuchar que todos ríen, que están los sobrinos, los primos, las tías, las suegras, hasta las cuñadas y ninguna NINGUNA PERSONA tiene la intención de invitarte a pasar el tiempo, sabiendo que eres una persona sola, que no tienes a tu familia cerca y que de todo corazón deseas ser parte. Pobre ilusa que soy al confiar en personas que se que no darían nada por mi.
Y me culpo totalmente de que esto me afecte pues siendo una persona madura y adulta estos son juegos de niños, no debí de caer en nada de esto, no debí dejar que me ponga mal y que arruine mi día.
Estoy harta de tratar de formar parte de la que eligi fuera mi familia, y me duele aun más que excluyan a mi hija, ella no tiene ninguna culpa, no debería crecer siendo excluida y olvidada...
Quiero avanzar, quiero ser mejor persona, quiero evitar que este tipo de cosas sigan afectando mis días e incluso mi salud, quiero que todos tomen terapia pero creo que eso ya es demasiado pedir.
Ya no puedo más estando sola, ya no puedo seguir aquí si no me quieren ni me valoran.
Creo que ya es hora de emprender el viaje de nuevo a casa
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guardianasdelrpg · 9 months
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En Kyoto, en el año 20XX, la vida sigue su rumbo sin apenas problemas, a pesar de que en las noticias están plagadas de sucesos cruentos, entre ellos una cadena de suicidios. Sin que los ciudadanos de a pie lo sepan, algo ocurre en el Yomi. Unas criaturas llamadas Shadows atacan a todo aquel que se interne, y una amenaza que los controla para intentar volver a esas personas sus esclavos.
¿Qué es lo que ocurre? ¿Cómo está relacionado con los suicidios? ¿Podrá ser parado a tiempo? 
Restaura Kyoto y ármate con tu Persona para detener esta amenaza. 
Desde nuestra administración queremos regalaros por navidad un par de novedades:
Todos los nuevos personajes podrán tener directamente NIVEL DOS y DOS HABILIDADES TOTALMENTE GRATIS. Da igual el grupo al que pertenezcan. 
¡Un registro de puntos navideño para que los acumules! ¿Y eso para qué? Bueno, pues es que en la festividad de Reyes abriremos una tienda para canjear esos puntos. ¡Aprovecha estas Navidades para ser un niño bueno!
FORO | BUSQUEDAS | DISCORD
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thylaniusrpg · 9 months
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En Kyoto, en el año 20XX, la vida sigue su rumbo sin apenas problemas, a pesar de que en las noticias están plagadas de sucesos cruentos, entre ellos una cadena de suicidios. Sin que los ciudadanos de a pie lo sepan, algo ocurre en el Yomi. Unas criaturas llamadas Shadows atacan a todo aquel que se interne, y una amenaza que los controla para intentar volver a esas personas sus esclavos.
¿Qué es lo que ocurre? ¿Cómo está relacionado con los suicidios? ¿Podrá ser parado a tiempo? 
Restaura Kyoto y ármate con tu Persona para detener esta amenaza. 
Desde nuestra administración queremos regalaros por navidad un par de novedades:
Todos los nuevos personajes podrán tener directamente NIVEL DOS y DOS HABILIDADES TOTALMENTE GRATIS. Da igual el grupo al que pertenezcan. 
¡Un registro de puntos navideño para que los acumules! ¿Y eso para qué? Bueno, pues es que en la festividad de Reyes abriremos una tienda para canjear esos puntos. ¡Aprovecha estas Navidades para ser un niño bueno!
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davidsoto666 · 1 year
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MÁSCARAS Y BRUJERÍA
Las máscaras son casi tan antiguas como el hombre mismo.
En la vida, y en la muerte éstas participan de la magia, y a través de ellas el hombre ha luchado contra los espíritus, y ha tomado contacto con los dioses.
Muchas de ellas, aún hoy en día, siguen infundiendo terror por sus poderes sobrenaturales.
Todos los que tienen un conocimiento mínimo de la Brujería, saben que no es novedad en aquellos covens herméticos de los que poco se sabe de su manejo en el mismo para las invocaciones, y evocaciones.
Junto con los procesos preparatorios que los acompañan, para alcanzar el estado extasiado catatónico para sucumbir a las divinidades entre otras cosas.
Las máscaras son una representación universal, y primitiva de las fuerzas arcaicas.
Pueden tratarse de espíritus de la naturaleza, de dioses, de muertos, de antepasados.
Suelen tener rasgos extraños, a veces repulsivos, y temibles, otras, grotescos.
De hecho, cuando un hombre se enfunda una máscara de espíritus en las fiestas, o celebraciones de culto, bien sea en las tribus africanas, en las de Oceanía, o incluso en las de culturas indígenas americanas, se mueve de forma atávica, y sin coordinación.
Luego empiezan a saltar, y a bailar de una manera eufórica, en algunos casos puede atacar a los presentes, a la vez que emite diferentes sonidos incomprensibles, palabras silbantes, o cortantes.
El ritual puede llegar a intensificar tanto su sensibilidad que al final el portador acaba por identificarse con las fuerzas espirituales.
Se siente apoderado, y poseído por ellas, y ambos, hombre, y máscara, acaban fundiéndose en uno solo, adoptando los rasgos del espíritu que ha entrado en él.
También los chamanes tradicionales empleaban diferentes técnicas comprendiendo entre otras la magia rítmica del tambor, la danza sagrada, los cantos mágicos, y el uso de máscaras de espíritus para llegar a una comunión profunda con los seres divinos.
Llevar la máscara del espíritu es invocar los poderes del Otro Mundo, pues la máscara expresa la presencia de las divinidades de un modo directo, y tangible.
Las máscaras totémicas de aves, o de animales del paganismo germano, y celta ibérico que permiten alcanzar mágicamente la transformación chamánica están muy presentes en las tradiciones populares europeas.
En Alemania, durante la Edad Media, las escandalosas procesiones de jóvenes con la cara ennegrecida, desfilaban en Samain imitando a los espíritus nocturnos que cabalgaban con Perchtl, o Frau Holda, la diosa salvaje de la Horda Furiosa, de los viajeros nocturnos.
En el Tirol, por San Martín, y en el Solsticio de Invierno, la procesión llamada Perchtenmsaken, conducida por un hombre sobre un caballo blanco, brinca alrededor de los campos.
En la costumbre británica del « guizing » de Samain, los danzantes, y los actores utilizaban máscaras rituales para metamorfosearse bajo el aspecto del espíritu de los ancestros de la Caza Salvaje.
El rastro de lo cual puede seguirse en las máscaras de demonios, diablos, y cadáveres que llevan los niños en Halloween.
Las máscaras no tienen un único origen. Han aparecido en culturas, sociedades, y países distantes entre sí en el espacio, y en el tiempo.
Han acompañado al hombre a lo largo de su existencia, desde sus ritos iniciáticos hasta los funerarios.
En su trabajo agrícola con rituales para la siembra, o la cosecha, en sus juegos, en sus ceremonias preparatorias para las guerras, y por supuesto, en sus actos religiosos.
Son uno de los primeros inventos del hombre que surgen de la necesidad de conseguir alimentos, y de defenderse de las amenazas reales o sobrenaturales que se le presentaba.
El hombre primitivo descubrió que al disfrazarse podía camuflarse con la naturaleza, hacerse parte de ésta, de manera que podía manipularla al creer que poseía las fuerzas mágicas necesarias para conjurar cualquier efecto negativo que lo perjudicara.
La máscara es un objeto religioso, y al mismo tiempo profano; ésta pierde su función primigenia a medida que los pueblos acceden a la civilización, y las convierten en objetos de espectáculo.
A pesar de ello, aún están presentes en la brujería donde la máscara sigue viva, en las danzas populares, y los carnavales.
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arcanomayor6 · 1 year
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Mi mama obtuvo una certificación de  la corporación nacional del desarrollo indígena de su identidad como persona mapuche, mi mama es parte de una reserva en el lago buddy, una tribu cual ella nunca ha visitado.
Hablan mapudungun un idioma que solo conozco por estar abajo de las señalizaciones en oficinas de servicio publico en cursiva, y por el discurso que dio la presidenta de la cámara de representantes en la comisión constitucional, redacción que fue rechazada este año, mi mama lloro, no tenia esperanza de retirarse pero si le hacía ilusión una reforma tributaria.
Tampoco sabemos ninguna receta, una de las mas populares y aclamadas son las sopaipillas, masa de harina y zapallo camote frita ofrecida por vendedores ambulantes en las esquinas del invierno, le disgustan la cantidad de aceite.
Una vez contó que su abuelo Martín fue atropellado, se rehusó a ir al hospital, solo se amarro a una cama con soga y recito unas palabras en mapudungun por meses, dice que eso le sano todos los huesos rotos, como un milagro, pero no hay forma de saberlo ya que no se saco radiografías y era alcohólico.
Ella es mariana, ya que los curas violan niños y no hay forma de que un dios sea hombre, una o dos veces al año mientras estamos en la ciudad en una visita al doctor o al cine debe bajarse corriendo del auto a dejar flores en una iglesia para pagar una manda.
también es muy adepta a los cultos paganos, mis padres se leen el tarot de Marsella el uno al otro, azarosamente entras a la casa, todo está obscuro excepto la luz de la vela que guía a los espíritus y reflejo en vaso con agua que atrapa las malas energías, las cartas que siempre dicen lo mismo, las respuestas están en ti.
certificado que se extiende a mi, quien no tiene ni el color ni la estructura ósea digna de el, tampoco tengo la piel blanca, la tengo amarillo criollo, no entiendo muy bien el conflicto armado en la araucania, nombre huinca (palabra parecida a muggle, en este contexto significa; no mapuche) para el territorio mapuche,conflicto que durante mi adolescencia solia explicarlo bien pero ya no estoy tan segura.
Algo que si herede de la coloración de mi línea materna son las pecas, pecas que tienen todas las mujeres de mi línea materna, pecas causantes de la falta de cultura mapuche en nuestras vidas, pecas de un aleman en el siglo XIX que decidió violar a mi tatara tatara abuela quien dio a luz a una mestiza, la tribu decidió venderla a un español, al enterarse, el abuelo martin, su hermano la llevo a la capital. Ella entro a un convento, el se hizo panadero.
No se hacer buen pan, tampoco se que significan las partes del kultrun, algo que hago y que mi año en terapia no logro cambiar ,es que no perdono ni olvido, siempre e culpado al señor Darcy de eso, lei orgullo y prejuicio a los nueve, justo despues de leer la maravillosa granja de mcbrown. considere que Austen era superior, cuando  el señor Darcy dijo; mi falta es que una vez que alguien a perdido mi buena opinion la a perdido para siempre, lo senti.
Pero tengo pecas, es fácil para mi desaparecer e ignorar, puedo borrarte de mi realidad, estar en una habitación y no verte, como si estuviera bloqueada tu cuenta de instagram pero en mi cerebro. Dijste “no se” como respuesta a mis largo monólogo sobre la identidad latinoamericana en guardianes de la galaxia, expresión repetida en el tiempo “no se” era solo falta de interés tuyo y no carencia de novedad de mi parte como me habia convencido, fue el último día en el que te vi.
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brokenfuturerpg · 1 year
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¡Broken Future!
Aquí traemos, una pequeña pincelada de lo que se encontraran nuestros aventureros en el forito que estamos creando.
"En aras de un mundo mejor, a las afueras de Schiltach y financiado por el gobierno alemán, niños y adultos viven aislados del resto del mundo en un gigantesco compendio de edificios inteligentes y autosuficientes conocidos como -La Nueva Era-.
Provista de todo lo necesario para considerarse un mundo en miniatura, esta “comunidad” lleva a cabo programas de educación, jardinería, deportes y mucho más, pretendiendo preparar a sus habitantes para llevar ese conocimiento al exterior una vez aprobado el periodo de adaptación inicial.
Tras una extraña sacudida, seguida de una enorme tormenta de arena y la pérdida total de comunicación con el exterior, el Cuerpo de Control convoca una reunión en la plaza principal y a la luz de las linternas lee un comunicado que pretende transmitir tranquilidad y llama al orden.
Alumnos, granjeros y dependientes, son los primeros en reanudar sus rutinas, pero las preguntas no tardan en llenar el lugar y lo que más preocupa a todos es esa colosal columna de humo que se divisa a través de las murallas que rodean el área circundante. ¿Qué puede haber pasado? ¿Es normal que estén fallando los suministros básicos de luz y agua? O más importante aún, ¿Tendrán recursos suficientes para mantenerse si la situación se alarga?"
Si les interesa saber más, manténganse atentos a próximas noticias y novedades. Spoiler: se vienen curvas (?)
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cosasdeunvagabundo · 2 years
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Critica a Strange World
He visto varias criticas a esta película, muchas de ellas exageradas por el tema LGTB+ por ellos decidí empezar una critica personal más neutral.
De primer plano la introducción y el final me recordó bastante a las películas de indiana jones un toque nostálgico que me agrado. Al inicio de la película nos introducen al clásico conflicto entre padres e hijos que sera un tema de importancia durante toda la película q para los que somos padres sera un punto negativo que creo que la mayoría no fue a verla para recibir terapia familiar en una película infantil.
El hijo o nieto llamado Ethan pertenece al grupo LGTB+ que personalmente no es relevante y por lo visto en la película no hay ningún conflicto negativo por parte de los padres o el abuelo; su novio o crush o interés amoroso lo vemos pocos minutos en toda la película y a las justas tiene lineas así que prácticamente es un lunar en la película. Por otro lado también es algo parecido a un ecologista o naturalista no podría exactamente definir, que es un detalle que ayuda a introducir a los niños a proteger el medio ambiente siendo un tema que están repitiendo hasta el cansancio en películas infantiles que para muchos puede ser aburrido.
El final ya era obvio desde el inicio de la película, pero para los niños que es el publico consumidor es muy entretenida por varios aspectos.
La película no es ninguna novedad, no tiene una trama que no hayamos visto antiguamente hasta podría decir que se copiaron de alguna película antigua de los 70 u 80. Los monstruos son una hibridación entre dinosaurios y células que parecen más inteligentes de lo que deberían, que podría ser un punto en contra pero eso solo lo notas con una mente adulta pero trato de ser neutral.
El final podemos ver algunos detalles:
Te sorprendente que en todo el planeta solo exista una criatura parecida a una tortuga gigante, en su caparazón viva una civilización y su interior sea un mundo inimaginable que es la representación de un sistema biológico - ecológico.
Como en un año consiguieron crear un aerogenerador con suficiente potencia para dar energía a un pequeño pueblo que creo debieron construirlo dentro de la tortuga exactamente donde están los pulmones.
Un final que combina las teorías primitivas, la primera que vivimos encima de una tortuga marina que viaja por el universo y la segunda teoría que estamos rodeados de muros de hielo y que existe otro mundo más allá; que ambos son el origen del terraplanismo, que afecta a muchos cada cierto tiempo y creo que no necesitamos a más creyentes de este pensamiento.
Que a pesar de tener tecnología promocionan en toda la película la vida simple de un agricultor, que no es malo pero en una civilización se necesita más que un agricultor para existir.
Que una nave tan grande que debería tener una tripulación de mínimo 50 personas, al ser un viaje tan peligroso deberían estar armados y entrenados para enfrentar lo desconocido pero extrañamente apenas llegan a 10 que desaparecen cuando hay peligro y reaparecen solo cuando el guion lo merite, hasta en la película Atlantis tenían especialistas.
En conclusión es una película disfrutable para los niños y algunas partes deberían ser explicadas por los padres para ayudar a su entendimiento, pero fuera de pequeños detalles no hay ninguna razón para criticarla tan negativamente como lo han hecho.
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