Tumgik
#the dance club
wwrther · 9 months
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The dance club (draft 1) Marzo 2021
En medio de protestas feministas, me inscribí en una clase de danza. Eran tiempos de cambio para mi vida. Hace poco había terminado una relación y comenzó en mí una extraña fiebre de musculatura. Quiero decir que me inscribí en cursos de muchas cosas: de boxeo, clases de break dance, tomé un optativo de atletismo en la universidad y además hacía calistenia en casa; así que se puede decir que tenía una buena condición física.
Llegué a la clase de danza porque dos años atrás había descubierto la danza en mí gracias a (otra vez, una asignatura optativa) un laboratorio de exploración del movimiento, un nombre elegante para una clase de danza impartida por la profesora Marcela Rendic (a quien le dije unas torpes últimas palabras). Ahí me di cuenta de mi presteza para la práctica, y todo lo que se suscitaba en mí, mas no profundicé en la práctica. Mi profesora me alentó diciendo que los hombres eran bien demandados en el rubro, pero eso no logró movilizarme más allá.
La verdad es que ya no recuerdo las razones por las que llegué a este glorioso taller de danza, pero me inscribí sin pensarlo más. En ese tiempo bullían en mí toda clase de reflexiones y la danza me pareció propicia.
Curiosamente, en aquel entonces también me miré la película Fight Club, que también influenció harto mi pensamiento de aquel entonces, recuerdo haber rescatado una frase de Tyler Durden cuando se manifiesta como alter ego de Cornelius "(...) libre de inhibiciones (...)", y me la repetía como un mantra para ver si sucedía algo en mí. Lo que no había visto en esta nueva influencia es todo su discurso de masculinidad que propone, y la vinculación de las personas a través de una actividad como la pelea. Puedo decir por mi experiencia en las clases de boxeo que varias situaciones suceden después de que te dan una paliza: sí es cierto que el ruido del mundo pareciera disminuirse, dejas de tener miedo de mirar a la cara a otros hombres (pronto me extenderé más sobre este punto), dejas de temer que, de pronto, te llegue un puñetazo y te rompa la nariz, y de cuando en cuando sientes unas incontenibles ganas de pelear, sobre todo frente a aparentes transgresiones contra uno o algún ser querido. Todo este autoestima que te da la confianza de haber estado en una pelea es movilizadora, sin embargo resuelve una relación conflictiva con una suerte de escape más que con una reformulación del vínculo. Para ser más claro, hablaré de una extraña situación que noté en aquel tiempo que me sucedía entre mis pares "hombres".
Al caminar por las calles, la relación que hay en el encuentro entre hombres es conflictiva; pareciera que existe una amenaza latente, una constante imposición de uno por sobre otro en el fugaz encuentro de cuerpos y miradas. No es raro pasar frente a un hombre y esperar hasta último momento que uno ceda el paso, o que el otro aparte la mirada amenazante que mutuamente nos lanzamos. Esto es aún más problemático en poblaciones donde existen grupos que blindan a narcotraficantes. Recuerdo haber intercambiado una intensa mirada de ira (de mi parte) y desafío (de parte del narco) después de haberlo visto golpear a un perro. No es que yo sea una persona problemática, al contrario, y creo que la causa lo justifica. Como se manifiesta en la película Fight Club, uno evade siempre la pelea y me he llegado a disculpar por sostener estas actitudes. Sin embargo es constante la tensión de la posible pelea, sobre todo en espacios que son sistemáticamente violentos. Y así podría extenderme incluso más allá de la masculinidad, abarcando la competencia como dinámica basal de la existencia en las comunidades actuales. Pero eso no es algo que quisiera profundizar aunque puedo plantearlo como tarea para mí mismo.
Ser conciente de esta dinámica, verse inserto en ella cuando uno busca una relación un poco más limpia con el otro es sin duda doloroso. Y en mí suscitó un sentimiento de culpa (que por otras razones se fue coagulando junto a sentimientos de culpa de otros ámbitos) que fue difícil de deconstruir, o al menos de mirarlo desde afuera. Culpa porque aún siendo conciente de esta actitud frente al encuentro de cara frente a un hombre en un espacio aún la sostenía, y esta disonancia entre mi pensar (buscar una forma limpia de relacionarse) con mi hacer (mirar amenanzantemente al otro, como marcando territorio o imponiéndome) producía en mí discursos autosocavantes. Porque vivir en disonancia lo hace sentir a uno como que no es capaz de ponerse de acuerdo consigo mismo, y eso lo convierte a uno automáticamente en una persona que no vale.
Por suerte, la danza me vino a rescatar. Hablaré un poco sobre lo que era el ambiente de la clase de baile, las disposiciones y las exploraciones sensoriales que fueron pavimentando el camino para un relacionarse más limpio, como he dicho. Pero antes, dejaré en claro a qué me refiero con un relacionarse más limpio. ¿Alguna vez has mirado a alguien a los ojos y tu cuerpo sólo siente una cordial bienvenida? Cuando miras a un abuelito, en el caso de los hombres chilenos encontrarán también este tipo de mirar cuando se encuentran con mujeres mayores, a las que muchas veces se debe ceder el asiento en la locomoción colectiva. Como cuando se mira a un bebé. Hombres: ¿has mirado a otro hombre desde esta relación de bienvenida y respeto cordial a un par? Si la respuesta es sí, entonces vas por buen camino. Este enfrentarse violentamente entre pares es por supuesto un constructo social de lo que hoy se llama patriarcado, y es un micromachismo (hacer alcance con machismo). Nuestra forma de caminar, pero principalmente cómo enfrentamos este encuentro con el otro es principalmente conflictivo. No es algo que se enseñe explícitamente, pero va de la mano con una cultura que valora el no dejarse pasar a llevar, donde hay que aprovechar y aprovecharse cuanto más se pueda y, ya particularmente en el caso del "hombre" como constructo social, donde hay que imponerse, mostrarse como fuerte, sin-miedo, osado y quién sabe qué cosas más podrían agregarse a la lista. En resumidas cuentas, mirar limpiamente es, en una expresión mínima, mirar sin intentar manifestar una actitud particular, sino que enfrentarse al mundo de una manera neutral, a lo que yo llamo actitud de bienvenida, que luego abordaré en relación a la danza y el concepto de "disposición" o "disponibilidad".
Me dedicaré ahora a describir el ambiente que se conformó en la clase. Quisiera dejar en claro también que esto resulta para mí un ejercicio de reflexión retrospectiva sobre las causas que pudieron haberme llevado a mí a este cambio de razonamiento que tanto valoro y que hoy es también algo extraño para mí (supongo que volví a la antigua disonancia pensar-sentir-hacer). En aquel entonces éramos un grupo de 4, a veces 5 o 6 personas más las dos profesoras que guiaban la clase. El grupo de seres ya tenían consigo diferentes reflexiones que iban más allá del común, y que los invitaba a buscar también una nueva forma de vincularse. Podría decir de todos ellos que cada uno estaba en esta búsqueda, sólo por prejuicio de bailarín, y más aún de bailarín de danza contemporánea. Por cierto, el taller se llamaba Disfuncional, nombre que puede parecer extraño, pero muy coherente con la propuesta.
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sukinapan · 1 year
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robsheridan · 1 year
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You can only post this once a year (sound ON)
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scipunk · 2 months
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Blade Runner (1982)
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nutmargaret · 1 year
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their wedding dance
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victusinveritas · 2 months
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From Voltaire's What is Goth. This leaves out the "Kick the Hobbit" dance, which might be my favorite.
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strawberrylind · 7 days
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he would love chappell
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atomic-chronoscaph · 11 months
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TGIF
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lethalchiralium · 9 days
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you’re drunk, i’m drunk, listen
simon is NOT a club dancer. he’s a little bitch about it, always saying no when girls come and ask him to dance. he likes the atmosphere of a dance club, he likes watching.
but he likes watching you the most. and he finds himself not against a wall now, but against you - hand on your hip while he holds your drink. he doesn’t mind your ass pressed against his dick, he certainly doesn’t mind the way your head leans back, hand grabs him by the back of the neck. only to smile up at him while you rap a kendrick song as best as you can.
he knows better than to not indulge you in your fun nights at the dance club, you’re his for the taking - and grinding on occasionally. hands squeezing your hips, ass, his lips near your ear to press feverish kisses to your face.
he’s a man of few words, but they do drive you fucking wild.
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inklessletter · 1 year
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platonic friends night out in the club 😝😝😝
bi lights going around💗💜💙
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silentgrim · 1 month
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Locals have reported a man blasting yeah by usher for the past 10 hours. The authorities have been notified.
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zoey-withay · 2 months
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rip klaus hargreeves you would've loved pink pony club
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animeglitch · 4 months
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yourangle-yuordevil · 9 months
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Aziraphale invited him in a discreet gentlemen's club in Portland Place 💃
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yoan-le-grall · 9 months
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canmking · 10 months
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G r a c e J o n e s
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