Tumgik
#Emoción en el Sofá
3bentretenimiento · 8 months
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soyelmorse · 4 months
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Capitulo 5 parte 2: Lo tuve que dividir porque Tumblr no me deja poner mas de 3000 palabras, asi que tendré que conservar los capitulos de 2000 palabras.
PD: la foto no me pertenece, créditos: @/iamespecter
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Continuando con lo que sucedió en el capítulo anterior
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Ragatha:
Gracias por acompañarme Pomni, realmente no podía contener la emoción de buscar a mas gente
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*Pomni y Ragatha habían salido del circo, habían visto a los bubble irse hace varias horas y ahora rondaban por el bosque buscando a mas gente*
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Pomni:
Está bien supongo, y que planes tienes?
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Ragatha:
Pues lo principal es hacerles preguntas, para ver si saben cómo llegaron aquí, si tienen recuerdo de antes de todo esto y cosas así
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Pomni:
No suena mal, sin embargo interrogarlos apenas los ves
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Ragatha: bueno, tienes razón, ya pensaré en algo mejor jeje, lo mejor será buscar alguna pista
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*Ragatha y Pomni empezaron a revisar todo, después de un buen rato, finalmente le dieron toda la vuelta al circo y escucharon una explosión*
*Alarmas, corrieron a dónde la habían escuchado y vieron a Gangle bajo una red tratando de liberarse y varios árboles destruidos*
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Ragatha:
Gangle!? Estás bien? Que sucedió aquí?
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Gangle:
Nada jeje...
Es solo que estaban creando una nueva arena en el cuarto de edición y Jax me pidió que la probará con el, pero las cosas se salieron de control
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*Después de eso Pomni y Ragatha la liberaron*
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Gangle:
Gracias, pensé que me quedaría allí por siempre
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Pomni:
Cuánto tiempo llevas allí?
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Gangle:
El suficiente
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Ragatha:
Cielos, este lugar si que es un desastre
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*Mientras hablaban, vieron como las luces se empezaban a apagar y a encender indicando el reinicio del proceso*
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Ragatha:
Será mejor regresar a dentro, no queremos que las herramientas de este lugar nos hagan daño
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*Pomni, Gangle y Ragatha volvieron a dentro del circo*
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Caíne:
Oh! Así que allí estaban, que fue lo que sucedió?, escuché un fuerte sonido y cuandl revise ese lugar estaba destruido
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Ragatha:
No nos mires a nosotras, ni siquiera estábamos cerca cuando se escuchó la explosión
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Gangle:
Fue Jax, quería que le ayudara a probar la nueva arena
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Caíne:
Ha? Ya veo, aún así la siguiente actividad se demora mucho mas entonces, les apetece algún juego de mesa?
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Ragatha:
Claro porque no, ustedes que dicen?
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Pomni:
Por mi está bien
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Gangle:
Creo que sí
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Caíne:
Bien! El juego elegido será ludo, lo conocen?
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Pomni:
Ha, yo si
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Ragatha:
Yo también
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Gangle:
Yo no
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Caíne:
No te preocupes, déjame enseñarte
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*Caíne y las chicas fueron al centró, una vez allí Jax estaba acostado en un sofá relajante y estaba comiendo helado, al escuchar a los demás creo con unas cenizas unos audífonos para bloquear el ruido y siguió con lo suyo*
*Al cabo de un rato recordó lo que pasó en la habitación del estadio y de los disparos, se levantó y fue a este lugar para ver si había rastro de otra persona*
*Al llegar no encontro a nadie sin embargo noto que a lo lejos Zooble lo estaba vigilando y no tardo en asumir que fue culpa suya, empezó a caminar hacia su dirección pero el reloj gigante que marcaba el tiempo de descanso sonó*
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Caíne:
Santo cielos solo miren la hora que es, bien chicas, hora de dormir, seguiremos con el juego para mas tarde
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Gangle:
En serio? Y justo me faltaba un tíro para colocar 1
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*Caíne ayudo a Gangle y salió justamente el número que ella buscaba*
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Caíne:
felicidades, ahora vayan a sus dormitorios, se que no es necesario dormir pero es importante no sobre cargarse, créanme no es buena idea averiguar el porque
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Gangle:
supongo que está bien
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Ragatha:
Bien andando
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*Las 3 se retiraron a su habitación, Zooble y Jax escucharon a Caíne y Jax me hizo una señal a Zooble con los dedos de que la estaba vigilando, después de eso el regreso a su habitación junto con Caíne y Kinger y zooble se quedó afuera*
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Gangle:
que raro, Zooble siempre está primero aquí
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Ragatha:
Se habrá perdido? Deberíamos ir a buscarla
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Pomni:
No debería haber problema, igual siempre Caíne nos encuentra
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Gangle:
En cualquier caso yo la buscaré no se preocupen
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Ragatha:
De acuerdo, ten cuidado
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*Después de eso, Gangle se retiró y Ragatha y Pomni se fueron a sus respectivos espacios*
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Ragatha:
Oye Pomni, no te gustaría hacer una pijamada?
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Pomni:
Pijamada? No estamos muy grande para eso
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Ragatha:
Pues si y se supone que no debamos hacer muchas cosas cuando toca la hora de descansar pero es algo aburrido pasar el tiempo a solas
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Pomni:
Bueno, supongo que no estaría mal está vez?
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Ragatha:
En serio? Gracias eres un amor
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*Ragatha la abrazo y le dió un beso*
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Ragatha:
Hay perdón me emocioné demás, bien, iré a cambiarme
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Pomni:
Lo mismo...
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*Después de ello, ambas se cambiaron y Pomni fue al espacio de Ragatha para "dormír" aunque en realidad hablaron todo el tiempo en voz baja*
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Horas después
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Gummigoo:
A dónde nos llevan?
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Bubble:
No te preocupes, lo sabrás muy pronto
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*Mientras decían eso, gummigoo y todos los demás observaron la entrada del circo*
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themasterreader69 · 5 months
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HASTA EL AMANECER
Enzo Vogrincic x Reader
Enzo Vogrincic regresa a casa antes de lo esperado por un cambio de vuelo, convirtiendo los sentimientos de un día cansador en un momento para reconectar.
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Eran pasadas las dos de la madrugada, la oscuridad envolvía la habitación del apartamento, nada excepto la luz esquinera al borde del sofá y las luces de la televisión. La película her se reproducía en la pantalla frente a mí aunque mis párpados pesaban como el silencio que me inundaba, las gatas estaban durmiendo en mi cama así que los únicos ruidos eran los de la voz de Joaquin Phoenix y los huesos de mi espalda cada vez que cambiaba de posición. 
     El largo día había dejado mi cuerpo exhausto, no obstante, mi mente seguía revoloteando como un pájaro inquieto, negándose a ceder ante el cansancio. Mis ojos se cerraban intermitentemente, luchando contra la tentación de dejarse llevar por el sueño. En un momento, el sonido de la película se desvaneció en el fondo, transformándose en un susurro indistinguible y caí en un sueño profundo sin más lucha.
Me despertó a las cuatro de la mañana, el inesperado tintineo de las llaves en la puerta principal, que resonó en la sala de estar, rompiendo el silencio de la noche. Me extrañé por la situación –¿Enzo? ¿A esta hora?– con un esfuerzo titánico, luché contra la somnolencia y me senté en el sofá, todavía parpadeando con un ojo cerrado. Mis sentidos se agudizaron mientras pausaba la película, que ya estaba mucho más cerca de su final de lo que recordaba haberla comenzado.
     Escuché la puerta al abrirse y mi corazón comenzó a palpitar con fuerza. Aunque mi mente estaba en cualquier lado –debido al sueño– la emoción de verlo de nuevo se filtraba entre toda esa fatiga. Seguí bostezando mientras esperaba en el sofá, con la mirada entrecerrada enfocada en la entrada. Mis sentidos estaban alerta, captando cada sonido, cada movimiento. Entonces, lo vi. Enzo entró en la habitación con total cautela, siquiera arrastró su valija, sino que la cargaba cuidando sus pisadas. Su figura apenas iluminada por la luz que llegaba del pasillo trajo una gran calidez a mi alma. Él estaba bellísimo, abrigado con su campera rompevientos de LOEWE –desde que modeló para ellos ya perdí la cuenta de cuántas prendas de esa marca hay en el armario– y con un jean básico que estoy casi seguro es de JACK & JONES fue de los regalos de su hermano menor por su último cumpleaños, el corte del pantalón es relajado y eso le queda tan pero tan bien. 
     Con un bostezo final, me levanté para recibirlo, dejando atrás el sofá y la película inconclusa. La fatiga se desvaneció momentáneamente, reemplazada por el calor reconfortante de un beso de regreso y un fuerte abrazo. 
Yo quería hablar primero pero me distraje entre sus labios. 
—¿Qué hacés a esta hora? pensé que ibas a estar durmiendo, quería que fuera una sorpresa el estar de vuelta. —Me dijo mientras hacía muecas como si lo que acababa de hacer fuera algo inimaginable. 
—No entiendo, en la última videollamada que hicimos me dijiste que no llegabas hasta la mañana. 
Dejó la mochila y las valijas y comenzó a explicarme mientras se desabrochaba la campera dejándola así en el perchero. 
—Sí, bueno, copsas pasaron —Se reía— Mira, es así, mi vuelo original tenía una escala larga pero resulta que hubo problemas técnicos con el avión, así que nos desviaron a otra ciudad para hacer una escala no programada y de suerte nomás es que pude conseguir un vuelo de conexión más rápido y lo tomé para poder llegar a casa antes.
Mi ceño se frunció ligeramente mientras procesaba la información –mucho que procesar para alguien que recién despierta además la gesticulación de sus manos me distraía– Banca ¿problemas técnicos? ¿pasó algo durante el vuelo? —Dije angustiado.
—No, no te preocupes —Me agarró de la mano mientras movía la otra para explicar— Fue más un tema logístico que otra cosa. Todo estuvo bien, solo un poco de retraso y un cambio de ruta inesperado. Pero ya estoy acá sano y salvo así que quédate tranqui. 
Me acurruqué un poco más cerca de él.
—Me alegra mucho que estés bien. Aunque hubiera preferido que llegaras según lo planeado así te esperaba con alguna sorpresita o algo, pero bueno, estoy feliz de tenerte de vuelta.
Enzo me sonrió y pasó un brazo alrededor de mis hombros, dejando un beso suave en mi frente.
—Tenía unas ganas de verte que no te haces idea —Me dijo mientras vi que su mirada pasaba de estar en mis ojos a estar centrada en la tele— Uy amor, ¿otra vez con esta película? ¿me tendría que preocupar de que me vayas a reemplazar por inteligencia artificial ahora? —Soltó una carcajada mientras jugaba con el control de la televisión. 
—No seas boludo. Primero, es un peliculón y lo sabes, si hasta te encantó el soundtrack tanto como a mí. Segundo, no hay robot que me convenza de hacerte a un lado —Le dije al mismo tiempo que le sacaba el control de las manos y le volvía a poner play a la película. 
—¿La vas a seguir viendo? ¿No tenés sueño? —Dijo mientras jugaba con mis pelos. 
—¿Vos no tenés sueño? Sos vos el que vino de un viaje largo, no yo —Le retruqué. 
—Todavía ando con jet lag, de hecho incluso podría decir que estoy estresado, ya sabés que no he parado en toda esta semana,pero ahora quiero estar contigo —Pausó como reflexivo— y ya sé que prácticamente no te dejé en paz con tanto mensaje y llamada pero es que, en serio, no es lo mismo hacer cosas sin que vos estés ahí. 
Con una sonrisa traviesa, empujé suavemente a Enzo hacia atrás para que se recostara por completo en nuestro sofá verde. Sus labios otra vez con los míos donde cada beso daba lugar al siguiente. El roce de nuestras prendas se convirtió en un juego tentador, su solo tacto enviaba una corriente eléctrica a través de mi cuerpo, ahora completamente despierto y atento.
—Extrañaba la sensación de tu piel —Susurré entre besos— dejando un rastro de besos en su cuello y hombros. 
Él se limitó a soltar pequeñas exhalaciones y gruñidos cortados, más no emitió palabra.
Haciendo un movimiento sutil, me deslicé hacia adelante para sentir la presión de su entrepierna contra mi vientre. Un estremecimiento recorrió mi cuerpo y creo que también el suyo porque me apretó contra sí. Sin embargo, noté que Enzo desvió su mirada hacia el techo, como buscando una excusa para escapar de la intensidad del momento. 
     Sus labios se movieron como si estuviera a punto de decir algo, pero ningún sonido salió de ellos. Un gesto de confusión cruzó mi rostro mientras seguía su mirada, intentando comprender lo que estaba pasando.
Entonces, su expresión cambió abruptamente cuando forzó su mirada en la mía, sosteniéndome los cabellos con firmeza. La intensidad en sus ojos me dejó sin aliento, y su voz resonó en la habitación con un tono tenso.
—Esto ya empieza a molestar —murmuró señalando el cinturón que llevaba puesto— Observé cómo movía su mano derecha lentamente por el cuero buscando la hebilla lentamente con sus dedos, liberándose para permitirse más movilidad.
Una sonrisa traviesa bailó en mis labios.
—Vamos a terminar de sacarte ese estrés que tenés, ¿te parece? —murmuré manteniendo mi mirada— Él asintió con una expresión de anticipación y supe que estábamos en la misma sintonía.
Su respiración cambiaba de ritmo con cada cambio de presión, y supe que estaba extasiado por el placer que le estaba brindando. Aunque él aún sostenía mis cabellos, no era para nada bruto, su mano estaba entrelazada de una manera delicada y cariñosa, dedicado a seguir mis movimientos con reverencia. 
Agradecimos el inesperado cambio de escalas de avión que había permitido que Enzo llegara antes y que había permitido este momento, necesario para los dos. 
Una oportunidad para reconectar después de estar separados, hasta el amanecer.
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flan-tasma · 8 months
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HOLAAA!!! (ˊ˘ˋ*), PRIMERO QUE NADAESPERO Y TE ENCUENTRES BIEN,
me gustaría leer algo sobre freminet junto con la lectora cuidando a su hermano menor (el hermano menor de la lectora 😭) SIENTO QUE FREMINET SERIA MUY DULCE CON EL(T_T)
entonces, si puedes y quieres, podrias escribir algo sobre eso?😓
es todo, espero estes bien!!! ヾ(^-^)ノ
💖~ Me encanta la idea de Freminet con una pareja con un hermano menor, sería como verse a sí mismo y de alguna manera lo entendería.
Advertencia: No ahora💖, Fem!Reader | Google Translate me patrocina (es mentira) Si cometí algún error en la traducción al inglés, ¡estaré encantada de leer tus comentarios! | Contenido en español e inglés.
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Spanish:
Freminet conocía a tu hermano por su nombre, sabía que era una de las razones por las que había veces en las que no podías salir, debías cuidarlo, o ayudarlo con su tarea o incluso ir por él a la escuela. Lo entendió. Pero verlo era otra situación distinta.
Ese día te disculpas te con él por no poder salir a la cita que habían planeado, estabas ocupada cuidando del pequeño niño porque la escuela no dió clases. Freminet sabía que era mejor para ti no darte problemas e irse, pero un pequeño torbellino de emoción sonrisas tiró de su manga hasta la sala. El niñito, tu hermano, los tenía a ambos sentados junto a él haciendo figuras con papel y pintando garabatos que no tenían mucho sentido, pero juraba que eran personas. No tuvo la elección de decir que no, que tenía que ir a hacer otras cosas, la mirada ilusionada del niño no le permitía llevarle la contraria y ahora lo estaba ayudando a dormir a todas las figuras de papel en un fuerte de almohadas.
Ante todo, cada remota idea nueva que tenía el pequeño hombrecito, pintar esos papeles que lucían importantes, quitar los cojines de los muebles y las sábanas de las camas, miraba primero a tus ojos en busca de ayuda. No quería terminar de hacer un desastre en tu casa, pero parecías acostumbrada.
"¿Fremmy, puedes quedarte a cenar?" La vocecita del niño lo sacó de sus pensamientos, estaba sentado sobre muchos cojines y unas mantas en una especie de trono sobre el sofá, Freminet y tú tenían miedo de que se cayera y ahí estaban, él pintaba algunos libros para colorear de animales y tu mirabas al niño. Freminet buscó alguna respuesta en ti pero le sonreíste. "Pero no tienes permitido besar a mi hermana, es asqueroso."
Las mejillas de Freminet se sonrojaron mientras reía nervioso, tu reprochaste a tu hermano y él solo siguió quejándose acerca de que no quería que tuvieras novio. Luego se levantó en su lugar y miró bien a Freminet, inspeccionándolo hasta que llegó a una conclusión.
"No puedes ser el novio de mi hermana porque aún no has traído un regalo." El niño se cruzó de brazos mientras usaba toda su cabeza para pensar. "Los príncipes deben realizar un acto valeroso para quedarse con la princesa... ¡O traer un regalo para la familia de la princesa!"
"¿Planeas venderme?" Bromeaste con una mano en tu pecho, dramatizando tu miseria. El niño bajó de un salto de su trono de almohadas para abrazarte y disculparse, casi llorando por ser un mal hermano y no cuidarte. Freminet los miró, estabas sonriendo por debajo de toda tu actuación de tristeza y el niño te intentó calmar con un dibujo de una oveja comiendo caramelos, ofreciendo sus disculpas y llenándote de diversos dibujos. Sonrió ante la imagen, recordándose a sí mismo que en algún momento ese fue él, buscando la aprobación de sus hermanos mayores, siguiéndolos como si fuera un patito. "Bien, te disculpo. Pero no habrá helado de postre en la cena."
A pesar de que explicaste que tu hermano debía aprender que no podía tratar de venderte, Freminet le regaló unas pocas galletas después de cenar. Y ese simple acto había sido suficiente para que el niño pidiera otro día de juegos con el buzo.
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English:
Freminet knew your brother by name, he knew it was one of the reasons why there were times when you couldn't go out, you had to take care of him, or help him with his homework or even pick him up at school. He understood it. But seeing him was a different situation.
That day you apologize to him for not being able to go out on the date you had planned, you were busy taking care of the little boy because the school didn't have classes. Freminet knew it was best for you not to give you any trouble and leave, but a small whirlwind of excited smiles tugged his sleeve into the living room. The little boy, your brother, had you both sitting next to him making shapes with paper and painting doodles that didn't make much sense, but he swore they were people. He didn't have the choice to say no, that he had to go do other things, the boy's excited look didn't allow him to contradict him and now he was helping him put all the paper figures to sleep in a pillow fort.
First of all, every remote new idea the little man had, painting those important looking papers, removing the cushions from the furniture and the sheets from the beds, he looked first into your eyes for help. He didn't want to end up making a mess in your house, but you seemed used to it.
"Fremmy, can you stay for dinner?" The boy's little voice took him out of his thoughts, he was sitting on many cushions and some blankets in a kind of throne on the sofa, you and Freminet were afraid that he would fall and there they were, he was painting some animal coloring books and you looked at the boy. Freminet looked to you for an answer but you smiled at him. "But you're not allowed to kiss my sister, it's disgusting."
Freminet's cheeks flushed red as he laughed nervously, you scolded your brother and he just continued to complain about how he didn't want you to have a boyfriend. He then stood up in his place and took a good look at Freminet, inspecting him until he came to a conclusion.
"You can't be my sister's boyfriend because you haven't brought a gift yet." The boy crossed his arms as he used his entire head to think. "The princes must perform a brave act to keep the princess... Or bring a gift for the princess's family!"
"Are you planning to sell me?" You joked with a hand on your chest, dramatizing your misery. Ñ The boy jumped down from his throne of pillows to hug you and apologize, almost crying for being a bad brother and not taking care of you. Freminet looked at him and you, you were smiling underneath all your sad performance and the boy tried to calm you down with a drawing of a sheep eating candy, offering his apology and filling you with various drawings. He smiled at the image, reminding himself that at some point that was him, seeking the approval of his older siblings, following them around like a duckling. "Well, I apologize. But there will be no ice cream for dessert at dinner."
Even though you explained that your brother had to learn that he couldn't try to sell you, Freminet gave him a few cookies after dinner. And that simple act had been enough for the boy to ask for another day of playing with the diver.
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pedripepinillo · 2 years
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Hola, lo siento, mi español no es tan bueno, pero puedes hacer pedri para descubrir que estás embarazada
headcanons de pedri enterándose que sera papá:
advertencia: lectora fem.
- no tenías ni la menor idea de cómo contarle a tu novio que estabas esperando un bebé ….
- tenías tanto miedo de que fuera a rechazarte, aunque sabías que pedri jamás haría algo así, pero no podías evitar imaginar todos los escenarios posibles ):
- por dentro sentías muchas cosas; emocion y expectativa porque siempre habías querido formar una familia. también sentías miedo, un miedo que recorría tu espina dorsal hasta causar calambres en tus extremidades.
- habías estado teniendo sospechas de un embarazo desde que no te llegó el mes unas semanas atrás.
- y atribuías eso a que justo hace unas semanas habían festejado físicamente el hecho de que pedri anotó los goles ganadores en un partido.
- así que llamaste a tu mejor amiga y le pediste comprar una prueba de embarazo de esas de la farmacia. no estabas segura de cómo hacerla así que viste varios videos para no desperdiciarla.
- esperaste…..
- esperaste más tiempo aún…
- y al final, pudiste notar algo que te heló la sangre.
- dos lineas.
- acogiste un lugar en el sofá, estabas literalmente tiesa de pies a cabeza. te acurrucaste contigo misma y comenzaste a llorar ):
- no sabías bien si de emoción o de miedo.
- un bebé era una responsabilidad inmensa, y aquello no había sido planeado.
- claro que ambos querían hijos, pero no tan jovenes y en el momento más importante en la carrera de pedri ): tenías miedo de arruinar su vida
- entonces escuchaste la puerta de entrada abrirse y cerrarse, tu nombre fue llamado con emoción, pero no podías responder
- “¡t/n! ¡gané la apuesta con ferran y nos va a pagar la cena, ponte guapa que nos vamos en una hora, amor!”
- mierda, tan solo eran jóvenes tratando de ser adultos.
- tenías la prueba de embarazo en la mano, estabas en shock, tanto que no podías moverte o hablar de todo lo que sentías ):
- pedri te miró una vez entró a la casa, su mirada cálida recayó sobre tu cuerpo y pudo notar que había algo mal.
- “¿qué pasa, amor?”
- lo miraste con lágrimas formándose en tus ojos, te sentías tan feliz y emocionada que tu cuerpo no podía procesarlo. no era precisamente algo bueno.
- entonces pedri notó el objeto en tu mano temblorosa.
- “¿y eso qué es, t/n?”
- obviamente sabía lo que era, se acercó a vos para mirar de cerca y sus ojos se abrieron como dos huevos duros :0
- “lo siento… perdón debí cuidarme y esta bien si estás molesto, pero por favor no me pidas no tenerlo porque realmente quiero y…”
- ni siquiera te dejó terminar, pues te levantó del sofá sin esfuerzo, besó todo tu rostro y abrazó su cintura con tanto cuidado para no dañar al pequeño o pequeña que crecía dentro de vos.
- estaba extasiado.
- “¿es broma? t/n si es broma te juro que no te vuelvo a hablar en toda mi vida… mierda que estoy soñando tío.” sonrió grande, pudiste notar que sus ojos comenzaban a aguarse también.
- “no es broma… ¿no estás molesto?”
- “¿cómo voy a estar molesto? siempre quisimos un bebé, tal vez sea muy pronto pero estoy dispuesto a casarme con vos y darles todo de mi para que se sientan amados siempre.”
- estabas tan feliz y relajada de escuchar las palabras de tu novio que te permitiste soltar el llanto con una sonrisa enorme
- los días pasaron y no podían estar más contentos con la noticia, aún no le decían a sus familias ni mucho menos al equipo.
- pedri no quería que te sintieras presionada por las preguntas de los fans y así, así que tampoco habían hecho pública la noticia.
- CUIDA MUCHO DE VOS !!!! literalmente aunque tengas apenas semanas y el feto sea del tamaño de un poroto, no quiere que hagas esfuerzos ni te canses ni nada por el estilo.
- masajea tu pancita por más pequeña que sea aún T^T <3
- le habla al bebé todo el tiempo, sabe que no escucha nada ni se mueve aún, pero se siente tan emocionado por ser papá que no puede evitar hacer cosas de ese tipo.
- “hola pequeña… o pequeño. soy papá, y te amo mucho, no puedo esperar para que estés acá con nosotros.”
- PEDRI EL MEJOR HOMBRE DEL MUNDO!!!
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nekoannie-chan · 11 months
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Algo más
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Pareja: Steve Rogers X Lectora agente de S.H.I.E.L.D.
Palabras: 1049 palabras.
Sinopsis: En la noche de Halloween, cosas raras pueden suceder.
Advertencias: Demonios, alucinaciones, horror, Smut.
N/A:  Esta es mi entrada para Jaimie’s Halloween Challenge 2023 con la frase:
“El visitante inesperado.”
También puedes leerlo en Wattpad y Ao3.
         Si te gusto por favor vota, comenta y rebloguea.
No doy ningún permiso para que mis fics sean publicados en otra plataforma o idioma (yo traduzco mi propio trabajo) o el uso de mis gráficos (mis separadores de texto también están incluidos), los cuales hice exclusivamente para mis fics, por favor respeta mi trabajo y no lo robes. Aquí en la plataforma hay personas que hacen separadores de texto para que cualquiera los pueda usar, los míos no son públicos, por favor busca los de dichas personas. La única excepción serían los regalos que he hecho ya que ahora pertenecen a alguien más. Si encuentras alguno de mis trabajos en una plataforma diferente y no es alguna de mis cuentas, por favor avísame. Los reblogs y comentarios están bien.
DISCLAIMER: Los personajes de Marvel no me pertenecen (desafortunadamente), exceptuando por los personajes originales y la historia.
Anótate en mi taglist aquí.
Otros lugares donde publico: Ao3, Wattpad, ffnet, TikTok, Instagram, Twitter.
Tags: @sinceimetyou @black23 @unnuevosoltransformalarealidad @azulatodoryuga
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Tu luna de miel con Steve había sido todo lo que siempre habías soñado. Pasaron unas semanas en un lugar paradisíaco, disfrutando del sol, la arena y el amor que se tenían.
Era la última noche en ese lugar, pronto tenían que regresar a su vida cotidiana, pero eso no significaba que no la iban a disfrutar.
La luz tenue de las velas llenaba la habitación con un suave resplandor, Steve Rogers y tú estaban sentados en un sofá, tomados de las manos, hasta que él trazó círculos suaves en tu espalda con sus dedos, provocando que suspiraras suavemente.
"¿Cómo puedo ser tan afortunado de tenerte a mi lado?", susurró Steve en tu oído.
¡Diablos, él sabía como hacer que te excitaras!
Sonreíste y apoyaste la cabeza en su hombro, sintiéndote increíblemente cerca de él.
Porque soy increíble respondiste riéndote, él negó con la cabeza sin dejar de sonreír, luego inclinó la cabeza y rozó tus labios con los suyos en un beso suave y lento.
Sus manos se deslizaron por tu cintura y se posaron en tus caderas, acercándote aún más a él. Sus dedos comenzaron a recorrer suavemente los contornos de tu espalda.
Tus manos encontraron su rostro y acariciaste su mandíbula con ternura.
El dulce beso se convirtió en uno apasionado y ardiente, Steve te levantó del sofá y te llevó a la cama, sin romper el beso. Sus cuerpos se fundieron en un abrazo apasionado y se besaron con más intensidad aún. La ropa comenzó a volar por la habitación mientras tus manos exploraban el cuerpo de Steve. Él se estremeció bajo tu toque y gemidos suaves escaparon de sus labios.
Después de un rato se separaron, necesitaban tomar aire. Steve admiraba tu cuerpo desnudo, no importaba cuantas te había visto desnuda, siempre lo hacía. Él se acercó a ti y comenzó a acariciar tus pechos suavemente, haciendo que tus pezones se endurecieran bajo su toque.
Gemiste y arqueaste la espalda. Steve se agachó hacia tu pecho. Sus ojos iban de tu pecho a tu rostro, mientras sus manos te acariciaban, besó tus pechos, luego lamió sus pezones, chupando y lamiendo después de cada beso.
Luego comenzó a acariciar tu pezón con la lengua, mientras apretaba suavemente con los dedos el otro. Cerraste los ojos y te ibas a dejar que él hiciera lo que quisiera contigo. Sus labios y lengua se dirigieron a tu cintura, luego por tu estómago. Luego continuó bajando y lo que sus manos y su boca causó sensaciones indescriptibles en ti.
Lo necesitabas dentro de ti, él alzó la cabeza y con la mirada le suplicaste, enseguida entendió y te dio lo que necesitabas.
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Ahora, al estar de vuelta en casa, la emoción era por celebrar el primer Halloween como pareja casada.
Steve y tú desempacaban sus maletas y comenzaron a decorar toda la casa para la ocasión. Las calabazas, las telarañas falsas y las luces parpadeantes creaban una atmósfera.
—¡La fiesta de Stark! —dijiste de pronto.
—¿Qué?
—Había olvidado que Tony nos invitó a la fiesta de Halloween…
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Jugueteabas con el vaso en tus manos, esta vez no te estabas divirtiendo en la fiesta, quizás no habías extrañado al resto o tal vez extrañabas las vacaciones que tú y Steve tuvieron.
—¿Qué pasa? —Steve te preguntó sentándose a tu lado.
—Hay mucha gente aquí —te quejaste.
—¿Quieres regresar a casa? —conocías a lo que se refería Steve cuando usaba ese tono.
—Sabes que habrá niños tocando el timbre.
—Podemos dejar un bol afuera con dulces y que tomen los que quieran —Steve propuso, tú asentiste y se fueron del lugar.
Sin embargo, el plan de Steve no funcionó, en menos de quince minutos, el bol ya no tenía dulces, por lo que decidieron que era mejor ponerse a tallar calabazas en lo que esperaban a que fueran a pedir más dulces y así no los interrumpirían,  de pronto escucharon un golpeteo en la puerta, tal vez un poco más fuerte. Steve se encogió de hombros, pensando que eran los niños que venían a pedir dulces.
Cuando abriste la puerta, una oleada de escalofríos te recorrió de pies a cabeza. Parado frente a mí, con una sonrisa siniestra en su rostro, estaba Brock Rumlow. Estaba seguro de que Brock había muerto años atrás, pero aquí estaba, de pie en nuestra puerta.
—Brock... ¿cómo es posible? Estás muerto —balbuceaste, sin poder entender lo que estaba viendo.
Él rio suavemente, un sonido que enviaba escalofríos por mi espina dorsal. Cerraste de inmediato la puerta y te fuiste directamente a revisar las cámaras, ignorando que Steve te estaba llamando, no podía ser posible, estabas segura de lo que habías presenciado años antes y no tenía ninguna lógica lo que acababas de ver.
—¿Qué pasó —Steve te detuvo. No podías articular ninguna palabra, porque no sabías como explicar lo que había ocurrido.
—Necesito ver las cámaras —fue lo único que alcanzaste a decir y te soltaste del agarre de Steve.
Él te siguió, si era necesario, enfrentaría lo que te hubiese perturbado. Comenzaste a buscar en las grabaciones, no obstante, lo que encontraron… los dejó sin palabras.
—N-no es lo que vi —tu voz sonaba entrecortada a la vez que buscabas una explicación lógica.
—Pero, ¿qué viste? —Steve preguntó con preocupación, él tampoco podía creer lo que las cámaras mostraban.
—Brock…
—Pero está muerto.
—Lo sé. Había escuchado rumores de que cosas así pasaban en Halloween, pero creía que eran simples historias para asustar a los niños —comentaste sin dejar de estar asustada, simplemente porque no sabias como luchar contra lo que había aparecido.
Steve bajó, estaba decidido a enfrentar a la amenaza, abrió la puerta, pero no encontró a nadie, observó con cuidado, incluso, la calle se veía diferente, demasiado solitaria para época, no eran ni las once de la noche aún, definitivamente algo extraño estaba ocurriendo.
Veías las cámaras con atención, aunque no entendías porqué Steve no hacía nada, si el demonio estaba frente a él… fue cuando entendiste lo que ocurría…
—¡Steve cierra la puerta de inmediato y por nada la vuelvas a abrir! —gritaste, probablemente el demonio estaba intentando entrar a la casa.
Steve cerró de inmediato y volteó a verte buscando una explicación.
—Solo tenemos que esperar a que amanezca y todo volverá a la normalidad —dijiste.
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neovat · 2 years
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            no pronosticó la energía de infante para esa noche.  principalmente como consecuencia de chocolate.  ni siquiera era dulce,  sino cacao puro.  pensó que pequeña amargura no enamoraría su paladar,  cuán equivocado estaba.  suspiró,  preparando bocadillos nocturno;  algo de té y panecitos de canela.  su prometido llegaría dentro de los próximos minutos, zumbando de emoción por mostrarle las invitaciones diseñadas,  asimismo menú planeado con madre.  lapto continuaba abierta sobre la mesa,  acomodándose en sofá con la taza entre sus manos.  minina por supuesto se volvió cuidadora de los sueños de everest,  revisando las carpetas guardadas en el mismo momento que phoenix abría la puerta.  automática la amorosa curvatura que cruzó por carmines,  orbes brillando con respeto y comprensión.    ‘    bienvenido,  ¿qué tal tu día?  ¿disfrutaste el almuerzo que hice para ti?     ‘       @phoefinley​
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hypnoespadachin · 2 years
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La encerrona
Estaban los tres sentados en los sofás alrededor de la mesa baja del salón, después de deleitarse con una gran cena, disfrutando de una copa. David y Majo la habían invitado y habían insistido mucho en que esta vez no iba a aceptar ninguna excusa. Incluso recogieron a Lola de su oficina para llevarla directamente a su casa y le habían prometido que la llevarían a su casa de vuelta. 
“Bueno, la verdad es que esto ha sido un poco encerrona.”, dijo Majo reclinándose en el blanco cuero del sofá y mirando a Lola, sentada en el sillón frente a ella. “Una intervención porque estamos un poco preocupados contigo. Andas demasiado metida en tu trabajo, siempre estresada, sin tiempo apenas para quedar y mírate, estás hecha un despojo.”
Ciertamente a Majo no le faltaba razón. Desde que había empezado su nuevo trabajo, Lola se sentía más realizada profesionalmente pero a la vez había descuidado el resto de su vida, le gustaba tanto y requería tanta atención que se había olvidado de amigos, salir, pasarlo bien. Tenía ojeras, había descuidado su pelo... El poco tiempo que le dejaban sus responsabilidades laborales era para hacer las cosas fundamentales como limpiar y comprar. Tenía la esperanza de que esa etapa de aprendizaje en su nuevo puesto pasara pronto y recuperar su vida normal. Si había accedido a esta cena era por la persistencia de sus mejores amigos y porque había cancelado ya el compromiso tres veces, dos de ellas a última hora e incluso para ella, una cuarta vez era demasiado.
“Tenemos algo que ofrecerte, es un poco raro, pero conmigo ha funcionado muy bien. Ya sabes que yo también vivía estresada con mi trabajo de autónoma pero David me enseñó a tener un ratito para mi, a desconectar del mundo… con hipnosis.”, continuó Majo.
“¿Perdona? ¿Con qué? ¿Me queréis hipnotizar?”, Lola dio un respingo y respondió atónita.
“Si tú quieres, sí. Conmigo ha hecho maravillas. Cuando necesito desconectar de mi trabajo, David me dice unas palabras y me desconecta por un rato. Es prodigioso.”, se podía notar la emoción en el tono de Majo.
“Creo que lo mejor será que lo veas por ti misma. Primero debo advertirte que no es tan fácil como lo que vas a ver. Majo y yo llevamos mucho tiempo trabajando en esto y basta con nada para que entre en estado de hipnosis. No es magia aunque con Majo lo parezca. ¿Estás lista, cariño?”, y David se acercó a recoger la copa de la mano de su pareja.
“Siempre estoy lista para que me desconectes, cielo.” y aprovechó que David se acercaba a coger su copa para besarlo dulcemente y… caer. Sus ojos se cerraron, su cabeza y su tronco se desplomaron hacia adelante, sus brazos colgaban junto a sus piernas y su larga melena castaña casi tocaba el suelo.
Lola dio su segundo respingo de la noche y abrió los ojos como platos. “Así, ¿tan fácil?”, preguntó. “Tenemos un trigger especial. “Si le pregunto si está lista y responde que sí, cae en cuanto nos tocamos. Ella es plenamente consciente de esto y por eso me ha besado.”
Lola seguía estupefacta agitando la cabeza. “No me lo creo, no me lo puedo creer. Estais de coña, ¿no? ¿Y tú me quieres hacer eso? No estoy muy segura de que vaya a funcionar conmigo.”
“Ya te he dicho que no es tan fácil, que Majo y yo llevamos haciendo esto tiempo y está “entrenada” para caer en hipnosis. Majo, incorpórate. Vacía y en blanco.” Majo se incorporó en el sofá, su cuerpo rígido, su cabeza erguida y abrió los ojos. Su mirada estaba vacía de toda emoción, esos ojos verdes espectaculares suyos miraban al infinito carentes de luz.
“Mira los ojos de Majo, Lola. Están completamente vacíos, como su mente ahora mismo. Esa mente inquisitiva que no puede parar de preguntar y aprender ahora está descansando, apagada, desconectada. Mira sus ojos, Lola.” David siempre había tenido envidia de los ojos de su pareja. Eran terroríficos. Cuando la hipnotizaba mirándola a los ojos tenía que tener cuidado de no caer él mismo en el hechizo que podían crear. Un hechizo que ahora estaba usando contra la amiga de la infancia de su chica.
Lola no podía dejar de mirar esas dos esmeraldas, perdida en las profundidades de esas dos piscinas verdeazuladas. Le encantaba mirar a los ojos de Majo porque le gustaba Majo en general pero era demasiado recatada para confesar su bisexualidad incluso a su mejor amiga. De hecho, sería la última persona a la que se lo confesara. Podría pasar horas mirando esos ojos y ahora alguien la animaba a hacerlo. Había palabras en el ambiente, estaban por ahí, en algún lado. Eran un eco lejano. Las oía pero no las escuchaba, al menos eso era lo que creía ella. Unas palabras que la animaban a descansar, a desconectar. A imaginar lo bien que se sentiría zambulléndose en una piscina como los ojos de su amiga, dejándolo todo atrás, entregándose.
David miraba como los ojos de Lola poco a poco se iban cerrando, como cada vez le costaba más mantenerlos abiertos con cada parpadeo, como su respiración se hacía más calmada y regular, como su boca se entreabria y su cabeza se vencía hacia adelante fruto de la relajación de su cuerpo. Lola estaba a punto de caramelo y, colocando su mano tras su cabeza, le dijo enérgicamente: “Y simplemente Lola, déjate llevar, y ¡duerme!” Con un ligero toque en la parte posterior, el pelo rubio ceniza de Lola tapó completamente su cara, con su cabeza reposando sobre su pecho.
***
Lola estaba desnuda, de rodillas sobre un cojín en el suelo del salón. De su boca solo salía una salmodia monótona: “Vacía, en blanco, sumisa, obediente. Vacía, en blanco, sumisa, obediente.” Sus ojos mimetizaban la expresión que tenía Majo hora y media antes.
David y Majo, la observaban también completamente desnudos desde el sofá. Majo se estaba masturbando con una mano mientras con la otra masturbaba a su novio.
“No pensaba que verte programar a Lola me iba a poner tan cachonda.”, dijo intentando que su placer no fuera tan evidente.
“Bueno, tú me dijiste que era la mejor candidata para incorporar a nuestros juegos y llevabas toda la razón. Es una sumisa excelente, como tú. Sois un estereotipo de mujeres modernas y profesionales que durante un rato queréis que sea otro el que tome decisiones por vosotras. Lo que no me esperaba era esa admisión de su bisexualidad. Y bueno, programar a una persona mientras me hacías una mamada ha sido... intenso.”
Majo sonrió y lo besó, “No lo he podido evitar, me ha puesto como una moto ver mi programación desde fuera. Y Lola.. A Lola siempre le he gustado. La he visto mirarme en el gimnasio, ahora y en el instituto, y ponerse como un tomate. Sabía desde hace tiempo que era bi o pan pero esta ciudad tan mojigata no es la mejor para salir del armario. Ahora podremos ayudarle a ser ella misma. ¿Y sabes lo que me pone aún más cachonda? Quiero ver cómo le haces esto a Claudia, que es tu favorita.
“Ah, Claudia. Pronto, muy pronto. Cuando quedemos con ella el sábado pero ahora…”, David lanzó un cojín al suelo que cayó junto a Lola, totalmente ajena a lo que estaba sucediendo en la habitación. “Ahora, Majo Modo Esclava.”
“Sí, Señor.”, y con la misma expresión vacía de antes, Majo imitó la postura de Lola sobre el cojín mientras David echaba mano de un condón y su péndulo favorito.
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x-sinmigo-x · 1 year
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Hubiéramos tenido algo lindo juntos, teñir nuestro cielo de colores, echarnos en el sofá cada viernes por las noches, reído y llorado, mientras caía como un cometa en tus brazos encantados.
Te hubiera hecho mi estrella, la más preciosa y esbelta, la que predomina en mi planeta, dando vida y calor mientras orbito a su alrededor, eras mi energía, mi más fiel compañía, que arruiné un día y odié toda la vida.
Te encontré, te conocí, te amé y te perdí, el destino es tan incierto, lo nuestro fué fugaz, tierno y hermoso, los recuerdos lastiman como diez mil espinas clavadas en mi pecho, desbordando mis sentimientos, destrozando cada rastro de ellos, fallando en el intento.
Robaste mi aliento, me ocasionabas mil suspiros, eras mi melodía favorita, la voz que seguía, pero el caos que retenía se escapó de mi silueta, fuí cobarde e idiota, dejé de ser gentil con mi estrella.
Convertí en tirano a mi corazón, olvidé mi alma, olvidé la pasión, cerré cada rastro de emoción y destrocé todo como tormenta feroz, ¿quién era yo en aquel entonces? lo arruiné todo de un solo golpe.
Me di cuenta tarde de mi estupidez y hasta hoy me arrepiento, tus emociones se marchitaron, no podía reparar las grietas de tu corazón, el temor, el dolor que nubló e invadió tu tibia alma me destrozó.
Todo lo ocasioné yo, soy el mártir, soy el perdedor, ya no pediré perdón en tu ausencia, pero si nada de esto hubiera pasado, créeme aún estaría a tu lado, te hubiera hecho mi estrella, la más preciosa y esbelta...
-🥀
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mino-diabolik · 2 years
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Unión
El revoloteo de las alas de un cuervo llamó la atención de Mystic, haciéndolo levantar la mirada con curiosidad. Normalmente no venían a él sin que Kino estuviera alrededor. El azabache puso su bloc de dibujo y tiza de carboncillo sobre el escritorio nuevamente y se levantó, haciendo un inútil intento de limpiar sus manos tintadas en negro. Justo al levantarse de su asiento, un ave de la muerte voló a través del altar de las puertas abiertas de su balcón. El ave de posó sobre el respaldo del sofá y fajó sus alas entre las plumas de su cuerpo.
Mystic cruzo los brazos y con una sonrisa, suspiro. —No esperaba que Naazat terminara siendo tan descuidado que lo dejaría sin poder volar por un tiempo. —dijo con un tanto de vergüenza. —Agradezco que pudieras hacerme este favor, Yuuri. Ya había comenzado a preocuparme.
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Con un pequeño brinco fuera del respaldo, el cuervo terminó cambiando de forma justo antes de caer en el sillón. Su nueva forma, humano, pálido, alto, azabache, y de unos delgados ojos azules, rebotó levemente antes de asentarse con las piernas cruzadas. —No hay necesidad de darme las gracias. Usted, como Kino son una misma voz a este punto. —respondió Yuuri en in tono leve.
—Igualmente es un viaje largo desde el Pandemónium a la Madriguera. Espero que no hayas tenido problemas con poder entrar.
—Hubo ciertas complicaciones en respecto a abrir la entrada. Pero todo lo demás fue sumamente bien. No debe preocuparse.
El príncipe ofreció una sonrisa y asintió. —Muy bien entonces. —Se enderezó y volteó a su escritorio nuevamente, dejando un momento de silencio entre él y Yuuri.
El otro tomó en cuenta la extraña tensión emanando del Fundador, preguntándose qué era exactamente lo le pasaba. Habiéndolo visto andar perdido y mirando a la nada tan seguido últimamente, este no pudo evitar más que recordar un comentario que en su momento consideró nada más que otro chiste de Mystic.
—¿Sigue considerando pedir la mano de Kino?—
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El chico se estremeció, habiendo sido leído cual libro.
Yuuri soltó un suspiro, sacudiendo la cabeza. —Ya veo. Me preguntaba que era lo que lo tenía tan preocupado. Entonces realmente lo estaba considerando.
Mystic se dió la vuelta de manera violenta y refunfuñó. —¡Pues claro! ¿¡Tú de verdad crees que yo soy el tipo de hombre que hace chiste de algo como eso!?
—No se lo tomé a mal, Mystic. Pero sinceramente no me lo esperaba de usted. —Yuuri comentó sin alguna emoción.
Mystic no sabía muy bien si debería de ofenderse.
El demonio tomó el silencio y continuó —Ya han sido años desde que su relación con Kino comenzó, después de todo. Los favores que su familia le ha hecho a nuestra raza son mucho más de lo que jamás podremos pagarles. —Yuuri, aún sentado, bajo la cabeza de manera respetuosa. —Su unión con Kino sería la felicidad de muchos, se lo aseguro. No tema en pedir ayuda en cualquier momento.
Mystic lo miró, un tanto sorprendido. Bajo la cabeza, pero su razón siendo para esconder su vergüenza. Después de reponerse, sacudió la cabeza humildemente —No hay nada que hay que pagar.
—Mi punto prevalece.—
El príncipe soltó una risa leve, arrugando la nariz con gracia infantil. Una vez pasó, el silencio de extendió nuevamente. Cruzó sus brazos en forma de X sobre su pecho, agarrando sus hombros como si quisiera consolarse a sí mismo.
—¿Qué le altera? —preguntó Yuuri sutilmente.
Mystic inhaló y sostuvo su aliento. —¿Crees que acepte?—
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Honestamente, incluso el demonio se sorprendió a sí mismo al no reírse. —Dudo fervorosamente que siquiera considere el rechazarlo. —Sus palabras, aunque cortas y con falta de emoción, fueron suficientes para calmar, aunque fuese levemente, los nervios del príncipe.
Yuuri sabía perfectamente la respuesta de Kino. No solo lo conocía como si fuera el mismo, pero había algo que Mystic no sabía. Y tampoco se lo diría, claramente.
Ambos enamorados tenían la misma idea en plan. Pero parecía que sería Mystic quien preguntaría primero. Una vez más vencido en sus propios sentimientos. Que tragedia. Para Kino, por supuesto.
Con un suspiro, Yuuri se recargó contra el respaldo de la silla, mirando como Mystic volvía a tomar asiento en su escritorio y resumía en su proyecto. Tal vez debería de comenzar a hablar con el resto… siempre es mejor empezar con planificaciones temprano para evitar problemas en el futuro.
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tvngeriine · 2 years
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♡ caza-fantasmas verse 、 riley
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' según wikipedia, aquí — ' patea arco de madera que sirve de entrada a sala de estar de mansión abandonada. ' el primer dueño se quitó la vida ¡y allí! ' procede a adentrarse más, emoción en cada saltito que da mientras alumbra con linterna uno de los sofás donde se deja caer, levantando un montón de polvo en proceso. ' ¡se supone uno de los nietos se desangró hasta su muerte tras ser herido de bala por un ajuste de cuentas mafioso! ' ilumina ahora a amigue. ' es el área más activa. a que no te atreves a quedarte diez minutos sole a oscuras. '
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pedripepinillo · 2 years
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holiss, podes escribir el número 31 de angst "i can't love you" de pedri?
graciass😁
no puedo amarte, pedri.
advertencia: lectora fem e intento de angst.
odiabas la lentitud con la que pasaban las semanas para ver a tu novio, pedri, el cual permanecía solo en su mundo cada vez que salías con él. la relación se había tornado extraña, rara vez compartían sus ideas como antes, ahora se mantenían de pura esperanza.
los sábados, por alguna extraña razón, el tiempo pasaba como si de una tortuga se tratase. sentías la necesidad de verlo, querías hablar con él y también aclarar mil y un cosas.
estabas triste.
y no era para menos, todo estaba tirando a mal. en las noticias había salido una nota sobre el supuesto amorío que tu novio traía con alguna modelo que no conocías. sabías controlar bien tus inseguridades, pero te sentías celosa. era una sensación turbia, algo que no podías controlar.
todo se sentía tan frío y diferente, pero confiabas en él, confiabas en pedri ciegamente, aunque eso te costara la sanidad mental.
la espera culminó cuando escuchaste la puerta de la entrada abrirse. recordaste la manera en la que abriste la puerta por primera vez entonces, eran tan jovenes, aún más jóvenes cuando decidieron mudarse juntos.
“llegué, amor.” su voz estaba tan cansada, tanto que apenas y podías distinguirla. ya no había emoción en sus palabras. estaban drenadas de toda nota.
lo saludaste con la mano, tu semblante frío lo miraba desde el sofá. pedri caminó hasta donde estabas, tiró su maleta al suelo y se sentó junto.
quiso acercarse para abrazarte, y vos también querías eso, querías sentir su calor tan hogareño y su piel contra la tuya. querías hundirte en sus brazos y no salir de ahí nunca jamás.
pero te apartaste.
“¿qué pasa, t/n?”
su pregunta te vació de toda emoción. tu rostro ya no podía ocultarlo. tus ojos picaban con lágrimas amenazando con salir de una vez por todas.
“ya no puedo… lo siento, pedro” sollozaste en voz baja. eso obviamente preocupó mucho al mayor, quien te miró extrañado.
pedro… nunca lo llamabas así.
“¿no puedes qué?” cuestionó.
¿deberías decirle? ¿realmente querías eso? sabías que tenías que sincerarte, pues en toda relación las bases se construyen de confianza y honestidad.
pero lo de ustedes ya no se sentía como una.
“no puedo amarte, tenemos vidas tan diferentes que me es imposible ignorar el hecho que nos estamos desmoronando poco a poco. no quiero dejarte, pero tampoco quiero ilusionarme.”
pedri se quedó helado en su lugar. no sabía que hacer, nunca antes había experimentado tantos sentimientos al mismo tiempo.
enojo, confusión, tristeza. sabía que todo eso se debía a los jodidos chismes que estaban saliendo sobre él y la chica que nunca conoció realmente.
“¿escuchaste los rumores?” dijo con una risa más bien de impotencia. su vida se estaba yendo al carajo, y si te ibas vos también, estaría todo arruinado.
“si, pero eso no importa, ya no puedo estar contigo” lo amabas tanto, y porque lo hacías, debías dejarlo ir.
te sentías tan bien junto a él que habías olvidado los sentimientos destrozadores que guardabas en tu pecho.
“si puedes, quédate conmigo, sabes que los rumores no son más que eso, rumores vacíos. yo te amo a ti y quiero estar junto a ti, ¿no entiendes eso?”
“la verdad es que no.” sollozaste mirando al suelo por culpa de las lágrimas que caían con la fuerza de gravedad. “somos muy diferentes, no puedes amarme, no podemos amarnos.”
“justamente me encantas porque eres diferente. podemos hacerlo juntos, si podemos, t/n…”
“no hagas esto más difícil, por favor, no me mires así.”
“¿y las promesas que hicimos? ¿todo lo que nos prometimos no significó nada para ti?”
pudiste notar sus ojos cristalizados, y te sentiste tan culpable por aquello. pedri te prometio todo lo bueno, él nunca te haría llorar, pero ahora tú lo estabas lastimando a él.
“lo siento tanto.” fue lo único que pudiste decir.
pedri se levantó del sofa con el rostro rojo de las lágrimas que estaba guardando. quería besarte, hacerlo tan fuerte que se te quitarán las ganas de irte.
“no entiendo nada, yo si quiero estar junto a ti, quiero despertar cada mañana a tu lado y pasar el resto de mi vida contigo hasta ser ancianos, t/n, yo de verdad te amo.” murmuró mirándote fijamente. “y porque te amo, quiero estar toda mi vida contigo, no con una modelo que ni siquiera conozco”
“es que no entiendes, no lo digo por la modelo, ella me da igual, lo digo porque lo de nosotros ya no se siente como… ya no se siente bien, se siente vacío y frío, quiero volver a sentirme en un hogar lleno de paz, no en una casa abandonada.”
pedri entonces se acercó a vos, se hincó en el suelo y te tomó de las manos mientras te miraba con las lágrimas escurriendo por sus mejillas rosadas.
“si es por mi trabajo, puedo dejarlo…”
“no es eso, tú amas el fútbol y yo siempre te he apoyado, no niego que eso nos quite tiempo juntos pero si es lo que amas no debes dejar de hacerlo por nadie.” dijiste, cordialmente retirando sus manos de las tuyas.
no podías mirarlo más, si lo hacías, no tendrías el valor para irte después.
“amo el fútbol pero más te amo a ti.” su voz se quebraba por los sollozos.
miraste el techo, intentando hacer que las lágrimas dejaran de resbalar por tus mejillas.
“no digas eso.”
tu novio se levantó del suelo, sus manos se fueron a su rostro en un intento de ocultar su llanto. no quería que lo vieras tan débil, pero solo tú podías causar esos crudos sentimientos en él.
“por favor, dime que todo esto es una mala broma, dime que es mentira y que quieres estar conmigo tanto como yo quiero estar contigo, t/n, dime que me amas aunque sea mentira, dime que me amas aunque ya no lo sientas.”
escuchar esas palabras saliendo de su boca solamente podían afectarte más. ahogaste un sollozo y eso provocó una errante sensación de vacío en todo tu cuerpo.
“no puedo amarte, pepi”
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love-letters-blog · 2 years
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NO TODOS SON IGUALES.
Hay hombres que necesitan amor y le ponen amor a todo lo que hacen.
Hay hombres que sienten flechazos y se enamoran en un instante.
Hay hombres que se angustian esperando una respuesta.
Hay hombres que se reservan para una mujer especial y hombres a los que les rompen el corazón.
Hay hombres que lloran y que no olvidan a pesar del tiempo y la distancia.
Hay hombres que son utilizados por las mujeres e, incluso, despreciados.
Hay hombres que cuestionan a las mujeres el significado del amor.
Y hombres que creen en el amor dividido, el del cuerpo y el del alma.
Hay hombres que escriben poemas.
Hay hombres que llevan la cuenta de las mujeres que pasan por su vida, recuerdan los detalles y los anotan en un diario.
Hay hombres a los que les emociona que otros se amen; hombres enamorados del amor.
Hay hombres que no se conforman con la intimidad, se sienten vacíos y necesitan algo más.
Hay hombres que aman en silencio.
Hay hombres que son felices cuando ella lo es.
Hay hombres dispuestos a esperar más de cincuenta años por el amor de su vida.
Hay hombres que no buscan en una mujer sólo una noche de placer, buscan una noche para querer, para amar, les interesa algo puro y verdadero.
Hay hombres que saben tratar y sobre todo respetar a una mujer, saben darle sentido al amor, incluso dejan de hacer lo que es primero, para darle el primer lugar a la mujer que aman.
Hay hombres que saben ver más allá de lo físico, que saben de ternura y corazones sinceros, que saben ser vulnerables y entregar su alma, hombres que también hacen suyo el dolor de su mujer.
Hay hombres que recogen a esas mujeres rotas y las recomponen -o intentan recomponerlas- con su dedicación, con sus mimos y un amor infinito.
Quizá no todos los hombres son tan sensibles, pero muchos confiesan que aman los abrazos fuertes y los besos con ternura.
Abrazarse con su pareja en la obscuridad y una buena música de fondo también es agradable para ellos.
También a ellos les gusta abrazar a una mujer en la cama o el sofá, porque saben que eso a las mujeres nos hace sentirnos más seguras de la relación.
En fin…..Los hombres también sienten y expresan, tal vez no como las mujeres ni como parece que debería salir una emoción. Pero lo hacen.
Mujeres, si no están dispuestas a ver a un hombre más allá de lo que la sociedad o sus malas decisiones han establecido, tampoco exijan hombres sensibles.
Ellos también quieren que ustedes los apoyen, los entiendan, los comprendan y ¿por qué no?, que también sequen sus lágrimas. Ahora, si están emparejadas con una vil piedra, ¿qué diablos hacen ahí?
Las invito a la reflexión, de si en verdad vale la pena reprimir y matar esa parte tan hermosa que es la sensibilidad y la expresión de las emociones masculinas.
No quiero decir que los hombres sean perfectos (vaya que me ha tocado conocer cada cabrón) también cometen errores (y muchísimos) en las cosas del corazón, son fríos y calculadores, a veces; intensos y románticos en otras ocasiones, pero sobre todo… aman, y aman hasta el dolor más desgarrador.
—-☮️
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unborrador · 2 years
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Ya no estamos aquí
Rita se miró al espejo. Se sentía genuinamente linda esa tarde de febrero, el caos citadino sonaba casi armonioso dentro de su habitación, el ruido de la ciudad que la vio crecer la envolvía, pero ella se encontraba ensimismada, retocándose las pestañas mientras sonreía sutilmente. Esa sería la última vez que vería a su reflejo sonreír. 
Y después despertamos y es domingo y febrero, aquella última frase del poema de Cortázar escrita en su diario parecía una sentencia de su destino…ese domingo, esa tarde de febrero. Cerró esa pequeña libreta y la guardó en su bolso. Salió por la pesada puerta de ébano y caminó entre callejones, esquivando las angustias e imaginando la deliciosa cena que le esperaba; su estómago ya podía saborear la calidez de aquel encuentro, la amargura del vino recorriendo su garganta. Sería su última vez.
El pasillo que daba al departamento de él, manchado de un rojo escarlata por la luz que se colaba por el vitral del fondo, le dio la bienvenida. Caminó hasta encontrarse con una puerta ya abierta. Al entrar lo vio a él, sentado frente a la mesa, con la mirada perdida en ella. Rita le devolvió la mirada y se sintió extrañamente inquieta. Entró. Ya nunca volvería a salir. 
Él la observaba atento y en un mutismo casi ensordecedor, el silencio de sus ojos hacía que Rita se sintiera sola en aquella habitación; charlaron poco, y conforme iban pasando los minutos, la ciudad se iba apagando, como si de repente todo a su alrededor perdiera la vida. 
Algo no iba bien, pensó ella. Se paró de la silla y miró a su alrededor, viendo en el sillón una carta torpemente doblada. ¿Qué es eso?, preguntó, mientras que él respondió casi en susurro… es para ti, pero no la puedes leer ahora. Léela cuando todo esto acabe.
La atmósfera se inundó de un desasosiego inexplicable, y de pronto tuvo la sensación de estar habitando un espacio que desconocía. Quería leer la carta, pero algo dentro de ella la detuvo, quizás el miedo de la inminente verdad que estaba por descubrir. El tocadiscos seguía sonando con soft rock que acrecentaba la ansiedad dentro de su pecho. Se volvió a sentar frente a él y vio que la camisa blanca estaba manchada de un tono casi marrón en la parte de las muñecas, las cuencas de sus ojos se tornaron grises, sus labios estaban casi blanquecinos y su cabello empapado ; su garganta parecía cerrarse, miró hacia la puerta del baño entreabierta, la nota en el sillón, y la ausencia del cuchillo en la mesa. El corazón de Rita dejó de latir.
Ya no estás aquí, ¿verdad?, preguntó ella. 
Aquí estoy, ¿que no me ves?
No, ya no estás. 
Las velas que en un inicio iluminaban el lugar poco a poco se iban apagando, derritiéndose sobre la mesita que los separaba. Aquella emoción que sentía se disipó en instantes que parecieron eternos, en aquella plática sin sentido, en esos ojos grises y la forma en la que su vida se fue consumiendo con la flama de las velas. Ella ya no estaba ahí tampoco. 
El aire se cuela por una ventana totalmente abierta, el frío de la noche inmoviliza la atmósfera. Un tocadiscos reproduce la canción “Real Love Baby” de Father John Misty, el eco de la música retumba en una habitación aparentemente vacía. Sobre la mesa se encuentran dos velas que están a punto de extinguirse, un florero que deja correr hilos delgados de agua por el mantel y pétalos de rosa marchita a los pies de las sillas. A un lado están dos sillones con sus cojines en el suelo y una carta torpemente doblada en el costado del sofá individual. Se escucha el agua de la ducha en el fondo, sonido que atraviesa la puerta entreabierta del baño. Pronto el agua se escapa y se esparce por toda la habitación, inundándola de un líquido teñido débilmente de rojo. La canción termina, y el cuarto no acaba de desbordarse.
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tvcrip · 2 years
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Jeff the killer (reescrito)
El pequeño Jeffrey Woods recién acababa de mudarse con su familia a un nuevo vecindario, ya que su padre había conseguido un ascenso en el trabajo y, pensó que sería buena idea irse a vivir en una de las casas que tanto fantaseaba tener, sin embargo Jeff y su hermanito Liu no podían quejarse, no querían romper las ilusiones de su padre. El se dio un tiempo para inhalar por la nariz y disfrutar el fresco aire que emanaba el ambiente, finalmente expulsó el aire, se dió la vuelta para ver a su familia con la espalda erguida. 
—Bien familia, hora de desempacar —dijo el padre con entusiasmo—. Cariño, Ayuda a Jeffrey a llevar la caja que contiene el sofá. 
Ella asiente y se acerca hacia Jeff, dirigiendo sus manos a la caja.
—No te preocupes, mamá, yo puedo solo —replicó Jeff. Mientras tanto Liu se le queda viendo ansiosamente, con una sonrisa en cada mejilla. Jeff frotó sus manos y agarró la parte de abajo de la caja. 
El padre de Jeff lo observa y le llama la atención. 
—¡Jeff!, deja que tu mamá te ayude.
Jeff se queda quieto por unos segundos con sus manos todavía sosteniendo la parte baja de la caja que, accedió a regañadientes. La madre agarró por fín la caja y empezaron a cargarla hacia la casa. Una mujer los observaba desde la ventana, como cualquier vecino metiche, con una expresión de emoción. A lo que sale rápidamente de su casa para poder saludarlos. 
—Buenos días, soy Bárbara, vivo al otro lado de la calle, sólo quería presentarme a mí y a mi hijo —se da la vuelta y llama con todas sus fuerzas a su hijo—. Billy, tenemos nuevos vecinos.
Billy se acerca cabizbajo hacia los Woods para saludarlos y se va corriendo hacia su patio para continuar jugando.
La madre de Jeff se alegra y responde: 
—Bueno, yo soy Margaret, este es mi marido Peter. Aquí están mis dos hijos, Jeff y Liu.
Barbara muy intensa les invita al cumpleaños de su hijo. A Jeff le pareció esto extraño, porque apenas la conocían, y más encima tenía que ir obligado a la fiesta infantil del hijo de esta. Su madre acepta con gusto la invitación, haciendo que Barbara le sonría y se retire del lugar. Jeff aprovechó de encarar a su madre y su disconformidad.
—Jeff, nos acabamos de mudar aquí, debemos demostrar interés por pasar tiempo con nuestros vecinos. Iremos a esa fiesta cueste lo que cueste. —le dijo a Jeff algo amenazante. 
El pobre de Jeffrey creyó que sería inútil intentar protestar con ella, ya que su palabra debía ser ley o si no, castigo. Jeff se encoge de hombros y se va hacia la casa, sube las escaleras y ve con desánimo su nuevo cuarto, entra y se encierra en ella. Se deja caer sobre su cama, dando su vista hacia el techo. De pronto Jeff comenzó a sentir algo extraño, no era un simple dolor de estómago provocado por nervios sino algo más. Jeff por poco pensó que su “amiga imaginaria” lo había maldecido, cosa que era una verdad a medias. Él lo ignora y lo confunde por un sentimiento al azar, esos que solo pasan sin razón alguna, como los pensamientos intrusivos.
Al día siguiente, Jeff y Liu se preparan para ir a la escuela, permanecían sentados en el comedor desayunando, hasta que ese mismo sentimiento de ayer volvió a atormentarlo y con más fuerza, provocándole un leve tirón en el brazo. Jeff trató de tragar su cereal y posó su mano sobre su brazo, sobándoselo. Cuando por fin terminaron su desayuno, se pusieron las mochilas que estaban colgadas en las mismas sillas que estaban sentados, y ambos se despidieron de su madre con un beso en la mejilla. Ellos se dirigieron hacia la parada de autobús, Liu se puso demasiado cerca de la acera para observar si pasaba el autobús desde lejos. Por otro lado Jeff se acerca a él y lo sostiene del brazo para alejarlo del pavimento, no quería que se cayera o que lo rocé un auto a máxima velocidad . 
—Liu, ¿Y si mejor nos quedamos esperando en esa banca? 
Su hermanito asiente y ambos se dirigieron hacia la banca, hasta que escucharon un estruendoso sonido de una patineta pasar sobre ellos. 
—¡Hey! ¿Qué diablos? —replicó Liu.
El chico no pudo calcular el aterrizaje y se cayó de cara al suelo, se levantó y pateó su patineta de la rabia y la hizo rebotar por uno de sus costados. Jeff no pudo contenerse que soltó una risa bastante sutil. El chico era un año menor que Jeff, llevaba una camisa de Aeropostal y unos pantalones vaqueros de un color azul algo desgastado, luego observó a Jeff y a Liu con ojos amenazantes mientras agarraba su patineta. 
—Argh. ¿Le pareció graciosa esa mierda? Bien. Bien, bien. Parece que tenemos un poco de carne nueva.
 Liu muy inocente le responde: 
—Oh, acaso nos vas a ofrecer carne asada? 
El chico se le queda mirando y llama a sus dos amigos. Uno de ellos era demasiado delgado, que se ganó el apodo de “el palo” de sus amigos, y el otro era de un aspecto corpulento. 
—Bueno, ya que son nuevos aquí, me gustaría presentarnos. El de ahí es Keith y el otro es Troy.
Jeff sentía un mal presentimiento sobre esos chicos. 
—Y yo soy Randy. Ahora, para todos los niños de este barrio, hay un pequeño precio por el pasaje, si es que me entienden —soltó unas risitas.
fijó su mirada en Liu, se acercó a él y lo impulsó al pecho con la mano, intimidándolo. La expresión de ternura de Liu se había tornado en una combinación entre desagrado e incomodidad. Sabiendo que le podrían hacer daño a él y a su hermano, que se puso de pie, dispuesto a golpear a Randy en la cara, pero se percata de que los amigos del chico sacan unas navajas de sus bolsillos.
—Esperaba que fueran más cooperativos. Parece que tendremos que hacerlo de la manera difícil —dijo Randy retrocediendo para quedar cerca de sus amigos.
—¿¡Cómo mierda consiguieron esas navajas!? —gritó Jeff.
—Se las robamos a nuestros padres, no se sorprendan, los adultos de esta ciudad son unos idiotas irresponsables —dijo Keith.
—Al parecer tus padres te daban leche con clavos cuando eras un bebé —le responde Liu con tono burlesco.
Keith se ofendió tanto por el comentario de Liu que se abalanzó hacia él para golpearlo justo en el estómago, y Troy aprovecha para agarrarlo de la cabeza y estrellarlo contra el piso. Randy, quien veía tal espectáculo, se dirigió hacia el dolorido chico y comenzó a rebuscar en sus bolsillos, encontrando al fin una billetera. Jeff permaneció inmóvil, su interior estaba ardiendo, ardiendo de ira, y más intensa producto de su extraña sensación que le decía “ya es momento de actuar”. Se pone rápidamente de pie, pero su hermanito se lo impide haciéndole gestos. Jeff lo ignora y se acerca a los muchachos. 
—Escúchame bien, pequeño punk, devuélvele la billetera a mi hermano, de lo contrario. 
Randy guarda la billetera en su bolsillo y a cambio saca un cuchillo.
—¿Ah sí? ¿Y qué vas a hacer? —Dice Randy mofándose de él, mientras desliza su cuchillo en la cara de Jeff. Pero este, en un movimiento rápido, toma la muñeca de Randy y se la rompe, provocando que Randy suelte su cuchillo y de paso soltar un horrible quejido de dolor; de inmediato, Jeff agarró el cuchillo caído de Randy, apuntándolos hacia los dos matones. Troy y Keith se quedaron paralizados por la tensión, sin saber qué hacer. Por un momento vieron a su líder llorando con la muñeca colgando, hasta que lograron reaccionar al ver a Jeff. Trataron de huir del lugar, pero no sabían que Jeff era más rápido que ellos, así que Jeff lanzó a Randy al suelo y va corriendo hacia Keith para arremeter contra él, enterrándole el cuchillo justo en su brazo. El chico trató de quitarse el cuchillo, haciéndolo con suma cuidado, luego arrojó el cuchillo bruscamente al suelo por el dolor intenso que le causaba.
Jeff cada vez más se acercaba a Troy, quien corría despavorido. Keith le grita advirtiendo a Troy, pero era en vano, Jeff ya lo tenía agarrado de la garganta, apretándolo mientras con su otra mano lo golpeaba reiteradas veces en su estómago. Troy empezó a vomitar, una mezcla grotesca entre sangre y los restos de la cena de la noche pasada. Liu estaba perplejo, no podía creer que su hermano llegaría a eso. 
—Jeff, ¿Cómo? —susurró su hermanito.
Luego Jeff nota que el autobús se estaba acercando a su respectiva parada. Esto hizo que Jeff soltara a Troy del cuello, haciéndolo caer en su propio vómito. Jeff se dirigió hacia Liu para ayudarlo a pararse y huir del lugar lo más lejos posible. Mientras corrían ladearon sus caras hacia atrás y vieron al conductor del bus auxiliando a Randy y a su pandilla y, además alcanzaron a observar a los niños del autobús que estaban pegados a las ventanillas viendo tal evento; algunos horrorizados y otros sorprendidos para ser exactos.  
Jeff corría llevando a Liu de la mano, él no podía notar lo adolorido y cansado que estaba su hermano, ya que tenía la mirada fija en el camino y además si Liu se desmaya, él estaría dispuesto arrastrarlo hasta llegar a su lugar de destino. Cuando llegaron a las afueras de la escuela, Liu se percata que Jeff no se sentía para nada cansado, esto le pareció algo extraño, porque Jeff no se caracterizaba por ser un chico muy atlético, aunque por su inocencia creía que eso podría ser posible. Al entrar a la escuela, ninguno de los dos se atrevía a contar lo sucedido que, lo único que hicieron fue sentarse en sus respectivos pupitres y escuchar al profesor. Liu se apaciguaba creyendo que Jeff solo había golpeado a unos niños, y que no llegaría a mayores, pero Jeff en realidad disfrutó tal macabro acto, lo hacía sentir poderoso, intocable y superior, esa necesidad de lastimar a los demás por el mero placer de demostrarlo. 
A pesar que el interior de Jeff estaba comenzando a ser carcomido por una extraña fuerza denominada “locura” por Mirna Beckits, éste se había comportado como un niño bueno durante toda la clase. Los niños que vieron lo que había sucedido con Randy y sus compinches, no se percataron de los responsables, por lo que Jeff se sentía favorecido por eso.
Cuando finalmente llegaron a casa, sus padres le preguntaron qué tal su día. Jeff les responde algo agotado “fue un día maravilloso”, que decidió ir directo a su cuarto a recostarse y ver un poco de tele, para calmar sus ansias.
A la mañana siguiente, los policías tocaron la puerta de los Woods con malas noticias. Jeff sin saber quien eran, se levanta para ir a ver, bajo las escaleras y desafortunadamente se encontró con dos policías: al lado de ellos estaba la desagradable cara de su madre toda furiosa. 
—Jeff, estos oficiales me dicen que atacaste a tres niños, que no fue una pelea normal, los heriste con un cuchillo.
La mirada de Jeff se sepultó en el suelo como un pobre cachorrito regañado pero, que de pronto pudo lograr tomar un poco de valor para defenderse.
—Mamá, fueron ellos los que nos atacaron a Liu y a mí, ellos tenían navaja, yo se la quité al líder.
Jeff se sentía tan tenso que casi empezaba a llorar. Uno de los policías lo observa y le llama la atención
—Hijo, encontramos a tres chicos, dos apuñalados y uno tiene un moretón en el estómago, tenemos varios testigos de que los vieron huyendo de la escena. Ahora, ¿Qué tienes que decir ante esto?
“¡Patrañas!” dijo una voz femenina en los rincones de la casa, me pregunto a quien le pertenecerá esa voz? [ “¡A mi! Mirna Beckits al habla”, el bastardo de Randy le había exagerado los hechos al chofer del bus y, con descaro de gritarlo, para que los niños que estaban en el bus lo escuchasen. 
No tardé en paralizarle las cuerdas vocales, el pobrecito engendro del demonio no podía articular bien las palabras, eso lo hizo desesperarse hasta comenzar a llorar. Al final tuvieron que llevarlo a urgencias inmediatamente. No puedo creer que casi nadie de esta ciudad sepa los antecedentes de este chico, ni de su propia escuela” ]
Jeff supo que defenderse ante las autoridades era en vano, no tenía las pruebas suficientes para que le creyesen. Randy tampoco los tenía, pero por lo que había visto el chofer, fue suficiente para creerle. 
—Hijo, llama a tu hermano —dijo su madre alzando la voz.
Jeff no tenía el porqué de hacerlo, ya que él fue quien atacó a esos niños. 
—Señor… Fui yo. —confesó Jeff—. Yo fui quien atacó a los niños, Liu trató de detenerme, pero no pudo.
El policía miró a su compañero y ambos se sorprendieron.
—Bueno, chico, parece que te espera un año en prisión.
El comentario del policía podría parecer una broma, pero lamentablemente no lo era, realmente quería (por lo menos uno de los Woods) en la cárcel por dañar a su hijo, Randy. Su compañero estaba en contra de eso, pero no pudo hacer nada para detenerlo, no quería que lo acusara de:
“defensor de agresores” ni mucho menos perder su trabajo. 
Liu se dirige corriendo hacia el salón al escuchar lo que estaba pasando con su hermano, a lo que idea rápidamente un plan para que no se llevaran a Jeff, que fue convencer a su madre de que fue él sin que se diera cuenta su hermano. Margaret suspira y asiente. Uno de los policías agarró a Jeff del brazo con suma brusquedad, a lo que Liu lo detiene.
—¡Esperen! —gritó Liu. 
Los policías se sorprendieron al verlo de reojo portando un cuchillo. El policía quien había tomado el brazo de Jeff, sacó su arma apuntando a Liu y este convenció agresivamente a su compañero que lo haga también, el accedió temblando: no quería hacerle daño a un niño, independiente si era culpable.
 —Esperen, por favor, no disparen, Jeff es inocente yo hice todo, perdí el control, me golpearon un poco esos punks y me enojé. Tengo las marcas para probarlo.
Liu se levantó la camisa para probar de lo que estaba hablando, revelando múltiples heridas y moretones. 
—Hijo, solo tienes que soltar el cuchillo. —agregó el compañero del policía de forma un poco serena. 
Liu hizo caso y se entregó.
—No, Liu, fui yo, ¡Yo lo hice! —gritaba Jeff con los ojos llenos de lágrimas.
—¿Eh? Pobre hermano, tratando de tomar la culpa de lo que hice —sonrió tristemente Liu.
Jeff vio cómo la policía se llevaba a Liu a la patrulla, que comenzó a jadear, haciendo que se acerque a la calle para gritarle desde lejos a Liu para que diga la verdad con respecto a lo que pasó con Randy y su pandilla. Su madre se acerca a él, tocándole el hombro para frenarlo.
—Jeff, por favor, no tienes que mentir, sabemos que fue Liu, puedes detenerte.
Jeff vio con impotencia la cara de su madre, seguido de eso observa la patrulla yéndose con Liu dentro.
—Es una lastima que tu hermano sea tan agresivo —dijo su madre lamentándose mientras le secaba las lágrimas a Jeff—. Es hora de que te vayas a arreglar para ir a la escuela. 
Jeff accede con una sonrisa disimulada, para ocultar su notable ira que invadía su ser. Cuando terminó de arreglarse, sale de su cuarto deprimido y va en silencio hacia el salón, donde su madre lo recibe con un beso en la mejilla y su lonchera de Spiderman, pero eso no hacía cambiar la expresión de Jeff. Salió de su casa cabizbajo, esperando en  la banca donde había ocurrido tal fatídico momento. Su mirada seguía pegada al suelo, hasta que con el rabillo del ojo vio el autobús estacionarse. Jeff  rápidamente sube su cabeza y con nerviosismo se dirige hacia el bus, llevando su mochila en el pecho. El chofer del autobús observa de reojo a Jeff y no duda en burlarse de él.
 —Ya no te preocupes, pequeño. Tu hermano no te va a apuñalar —Dijo riéndose de él.
Los demás niños comenzaron a reírse. Jeff  ve al chofer con odio mientras se sienta al lado de su mejor amiga, Janeth. Ella era la única de su ciudad que estaba consciente de que Randy era una amenaza para la sociedad y que debería estar en un centro correccional juvenil lo antes posible. 
Jeff trataba de ignorar las constantes burlas de sus compañeros que lo hacían sentir cada vez más culpable, hasta que Janeth decidió consolarlo.
—Jeff, debí advertirte de Randy antes, lo siento mucho.. No esperaba que iban a mudarse aquí.. —Dijo Janeth afligida.
Jeff aleja las manos de sus orejas al sentir el tacto de la mano de Janeth en su hombro.
—No es tu culpa Janeth.. fue mía, yo tengo la culpa en todo. No debí golpearlos.
Janeth se indigna con la respuesta tan extraña de Jeff.
—Jeff, tú tenías todo el derecho de hacerlo, iban a atacar a tu hermano. No podías quedarte ahí sin hacer nada al respecto.
      —Ellos querían el dinero de mi hermano.. —dijo Jeff susurrando.
     —Sabes algo Jeffrey, Randy quería casi lo mismo conmigo. Ellos me vieron mientras me iba a la escuela, se acercaron a mí y me amenazaron con navajas, tuve que entregarles mi almuerzo para que no me hicieran nada. 
Eso hizo que Jeff empuñara su mano y la impactara contra su rodilla de la rabia.
    —Esos hijos de perra —Dice Jeff para sí mismo—¿Cuándo te pasó eso?¿porque no me dijiste nada?
   —Pasó hace 5 meses. No podía decirte, me amenazó con su padre si contaba lo sucedido. Él es  bastante duro con todos hasta con los niños.. 
Jeff gruñó y empezó a maldecir en voz baja. Primero amenazó a su mejor amiga y ahora su hermanito está en prisión. Jeff no podía más, quería vengarse, quería matarlo con sus propias manos. Ese sentimiento seguía vigente a pesar del consuelo y compañía que le brindaba Janeth en todo el periodo escolar. Cuando iba camino a su casa, el se sienta en la entrada pensativo, sus ganas de llorar eran inmensas, así que comenzó a hacerlo. De pronto ve a su padre con su respectiva maleta de trabajo regresando a su casa, esté le examinó rápidamente su cara y supo que algo malo había pasado.
   —¿Qué sucede?
Ese sentimiento de culpabilidad había vuelto hacia él. No podía responder la pregunta de su padre, le era difícil gesticular bien sus palabras por culpa de sus incontrolables llantos. Su madre abrió la puerta y los ve, entonces decide mejor llevar a su esposo hacia una habitación aparte, dejando a Jeff solo llorando. Apoyó su espalda contra la entrada de la casa, mirando hacia el cielo. Se sentía ahogado, tenía que sacar todo lo malo de él y pronto. se paró rápidamente, yéndose para el patio, donde se recostó en el pasto, desahogándose con fantasías de venganza, deseos de fallecidos y [ “muerte, muerte, MUERTE. El pobre Jeffrecito se revolcaba en el suelo con su cara toda rojita como un tomate, me acerqué a él, le tomé los hombros y le dije: Jeff, es mejor que te vayas a dormir. 
Me sorprendí que no haya reaccionado ante mi presencia, solo se paró secándose sus lágrimas con la manga de su suéter para luego dirigirse a su casa. Efectivamente me había hecho caso, bien ahí Jeffrey.” ]
 Cuando Jeff regresó a casa, suspiró y se fue a su habitación a dormir, con la esperanza de que el sueño lo hiciera olvidar todo lo sucedido con Liu. Pasaron varios días, sin ninguna noticia sobre Liu. Jeff estaba tan deprimido y vacío que le costaba salir de su casa, él tampoco podía pasar tiempo con su única amiga, ya que no tenía ningún contacto con ella. Su única compañía era la tristeza y culpabilidad; por lo menos, hasta el sábado, día en que Jeff se despertó, lo único que vio fue a su madre entrar a su habitación, su expresión se mostraba muy jovial y risueña. Esto le extrañaba a Jeff, ¿Cómo recuperó tan rápido su felicidad después de que su hijo estuviese en un lugar bastante peligroso para él?
   —Jeff, hoy es el día  —saluda mientras abre las cortinas y la luz alumbra el cuarto de Jeff.
    —¿Qué, qué día es hoy? —pregunta Jeff semidormido.
    —Hoy es el cumpleaños de Billy —le responde su madre.
Jeff se despierta rápidamente.
  —Mamá, debes estar bromeando, ¿verdad? Cómo puedes esperar que vaya a una fiesta después de...
Hay una larga pausa.
  —Jeff, ambos sabemos lo que pasó. Creo que esta fiesta podría ser lo que ilumine estos últimos días. Ahora, vístete.
La madre de Jeff sale de la habitación y baja para prepararse. Jeff lucha por levantarse, realmente no tiene ánimos de hacerlo. Elige al azar una camisa y un par de pantalones vaqueros y baja por las escaleras. Su madre y padre se han vestido muy formalmente.
   —Jeff, ¿es eso lo que vas a usar?  —dijo su madre no tan convencida de su elección—. Mejor ve y busca otra cosa.
Le recomienda su madre. Jeff disimulaba su fastidio con una sonrisa.
   —Jeff, a esta fiesta tienes que ir bien vestido, si quieres causar una buena impresión   — explica su padre.
Jeff empieza a gruñir y vuelve a subir a su habitación.
   —¡No tengo nada de ropa elegante! —grita desde las escaleras.
   —Solo tienes que elegir algo decente —insiste su madre.
Mira a su alrededor, pero no encuentra nada "decente". En su armario hay un par de pantalones de vestir negros que tenía para las ocasiones especiales, pero le hace falta una camisa que combine perfectamente.
Hurgando durante unos minutos todavía, lidiando con que eso sí encaja y aquello no, logra toparse con una sudadera con capucha blanca, tendida en una silla. Le convence, así que la usa.
  —Eso es lo que llevarás  —le preguntan sus padres. Su madre mira el reloj.
  —Ya le dije a mamá que no tengo nada decente —se esconde de hombros.
  —Oooh, no hay tiempo para cambiarse, vámonos de una vez.
Cruzan la calle hacia la casa de Bill. Tocan a la puerta, siendo recibidos en el acto por Bárbara junto a su esposo, quienes los invitan a pasar. Dentro de la casa abundan los adultos, Jeff no descubre el menor indicio de un niño.
   —¿Y esto se supone que es un cumpleaños infantil, donde rayos están los niños?
  —Los chicos están en el patio, Jeff… ¿Qué te parece si conoces a algunos de los niños?    —le invita Bárbara alegremente.
En efecto, los niños estaban corriendo por el patio en trajes de vaqueros y se disparaban los unos a los otros con pistolas de plástico. Jeff se queda de pie, algo incómodo. Entonces un chico se le acerca y le entrega una pistola de juguete y un sombrero.
   —Hey, ¿no quieres jugar?
   — Ah, no creo, eso es para niños, estoy demasiado viejo para estas cosas.
El chico lo mira con expresión de cachorrito enternecedor.
  —Por fa —le suplica. 
  —Está bien  —murmura Jeff. 
Se pone el sombrero y finge dispararle a los niños. Al principio piensa que esto es totalmente ridículo, pero luego comienza a sentir que es realmente divertido. Puede que no sea algo súper genial, pero es la primera vez que él ha hecho algo que tiene fuera de su mente a Liu, sin necesidad de estar con su amiga. 
Así que juega con los niños por un rato hasta que escucha un ruido, como de pesadas y diminutas ruedas girando en sus ejes. Luego, algo lo golpea en la nariz, parece una piedra. Cuando reacciona, se encuentra ante Randy, Troy y Keith, todos acaban de saltar a través de la valla, balanceándose en sus patinetas. Jeff deja caer el arma de juguete y se quita el sombrero. Randy le clava en los ojos una mirada llena de ardiente odio.
  —Hola, Jeff, tenemos algunos asuntos pendientes. Y adivina que, Jeffrey, mi muñeca está como nueva  —empieza a reírse.
 —Creo que estamos a mano, después de todo, los vencí a todos ustedes… ¡Son una mierda!  —le espetó Jeff.
  —Oh, no, no hay manera. Te patearé el culo ahora mismo.
Randy se lanza sobre Jeff. Los dos caen al suelo. 
Los niños al presenciar eso, dejaron de jugar inmediatamente y quedaron paralizados. Randy golpea a Jeff en la nariz, y Jeff lo agarra por las orejas y le da de cabezazos. Luego lo aparta de un fuerte empujón. Algunos niños empezaron a gritar, corriendo hacia sus padres, quienes aún estaban dentro de la casa. Troy y Keith desenfundaron las pistolas de sus bolsillos:
  —Será mejor que nadie nos interrumpa —dijo Keith mientras observaba a los demás niños quienes permanecían temblando de miedo. 
Apuntaron sus armas hacia los niños para hacerlos correr. Los niños corrían pisoteándose los talones de sus zapatos entre ellos por el pánico que les provocaban las pistolas de los matones, a pesar de eso ellos solo se quedaron estáticos a apuntarles sin siquiera jalar del gatillo, ya que ellos solo querían a Jeff.
Randy saca un cuchillo y apuñala a Jeff en su hombro, quien pierde el equilibrio al intentar evitar la hoja fría del arma. Randy se le abalanzó sin darle tiempo de respirar, cubriéndose el rostro de patadas. Jeff hizo fuerzas y tomó del pie a Randy, torciéndolo a sangre fría. Mientras Randy chilla, hecho un ovillo, Jeff se levanta con dificultad y se dispone a retirarse cuanto antes. Pero entonces la mano de Troy le detiene, tomando su hombro herido.
  —No lo creo.
Toma a Jeff por el cuello, sin dejar de apretar la herida de su hombro, y lo lanza contra el piso. Cuando Jeff trata de ponerse de pie, recibe una patada por parte de Randy, descargando más patadas hasta que le obliga a escupir sangre.
  —Vamos, Jeffy, ¡pelea conmigo! 
Agarró a Jeff del brazo y lo avienta fuera del patio, a la cocina. Toma una botella de vodka, puesta sobre la mesa, y rompe el cristal en la cabeza de Jeff.
  —¡Pelea!   —vocifera Randy, fuera de sí, empujando a Jeff a la sala de estar a fuerza de patadas y puñetazos— Vamos, Jeff, ¡mírame!.
La visión de Jeff comenzaba a nublarse, ya no podía más, estaba todo ensangrentado, sentía que pronto iba a morir. Pero vio una mancha oscura enfrente de él, esa mancha empezó a tomar cada vez más forma, hasta que finalmente se tornó en una figura femenina, que le decía: “no morirás Jeffrey, no morirás. Ella posa su mano en su cabeza y recupera por fin las fuerzas.
  —¡Conseguí que tu hermano fuera a prisión, y ahora solo vas a sentarte aquí y dejar que se pudra allí durante un año entero! ¡Deberías avergonzarte!
 Jeff empieza a levantarse.
  —Oh, ¡por fin! Parece que ya quieres pelear.
Jeff permanece en silencio tembloroso, con la sangre y el vodka goteando de su rostro. Esa extraña sensación carcome su corazón, arde en sus venas, ese impulso animal de supervivencia que se pervierte, que adquiere el fuego de la locura primitiva.
  —Por fin, ¡vamos, arriba!
En ese momento algo sucede dentro de Jeff. Todo pensamiento piadoso ha muerto, toda represión racional ha desaparecido, excepto el deseo de la muerte, la capacidad de engendrar dolor por el placer de saborear el sufrimiento ajeno. Incluso experimenta un vigor, una energía poderosa que alimenta sus músculos, que fruncía su entrecejo y oprimía su cerebro al máximo de adrenalina. No, no hay pensamientos, no hay siquiera una palabra en su mente, solo instintos, impulsos terribles e insondables como la naturaleza. Alza el puño y derriba a Randy, quien ha estado desprevenido, hablando de más. Instantáneamente, en cuestión de segundos, concentra la fuerza de su cuerpo en su puño y lo imprime directo en el corazón del pobre diablo.
Randy jadea, cubierto de abundante sudor, agitándose con desesperación. Golpe tras golpe, Jeff le arrancó su último aliento dándole el golpe final, rompiéndole las costillas llegando el impacto finalmente hacia su corazón provocándole un paro cardíaco de inmediato.
Todo el mundo está mirando a Jeff ahora. Los padres, los niños llorando, incluso Troy y Keith. Lamentablemente los padres no podían hacer nada, ellos estaban ocupados consolando a sus hijos. Y además que a pesar de que esos dos tiemblan sin control ante su horrible mirada, sostienen sus armas, apuntándole. Jeff, veloz, se precipita sobre las escaleras, mientras Troy y Keith abren fuego hasta agotar inútilmente sus balas. Jeff se encierra en el baño. Toma el pequeño estante donde reposan utensilios higiénicos, como la toalla y el cepillo de dientes, y lo arranca de la pared.
Troy y Keith golpean la puerta del baño, forcejeando. Jeff, entonces, los recibe con el estante en la cabeza, el cual desploma a Troy, dejándolo inconsciente. Keith, que es más ágil, se inclina y toma impulso sobre sus pies, esquivando los puños de Jeff y teniéndolo contra la pared, hundiendo las uñas en su garganta. Desde lo alto de un escaparate superior, el recipiente de lejía se tambaleó por el impacto y terminó por derramarse. Ambos se quemaron, chillando alocadamente por el escozor, sus pieles se tornaron en rojizas por la irritación intensa. Jeff se secó los ojos con el dorso de su manga y, a ciegas, le propinó a Keith unos cuantos golpes en el cráneo con el estante arrancado, que recogió del suelo. Mientras se desangraba lentamente, a Keith se le escapó una sonrisa siniestra.
  —¿Qué es tan gracioso?    —preguntó Jeff, desconcertado.
Keith sacó un encendedor.
  —Lo que es gracioso —dijo, mientras activaba el aparato y la llama ardía en la punta del encendedor  —es que tú estás cubierto de lejía y alcohol.
Keith tiró el encendedor sobre Jeff. Tan pronto como la llama entró en contacto con él, encendió el alcohol del vodka. El alcohol lo quemaba... ¿La lejía le blanqueó la piel?... Jeff dejó escapar un grito terrible, sintiéndose desmayar del dolor. Corrió por el pasillo, desesperado, aullando, y cayó por las escaleras. Todo el mundo empezó a gritar, despavorido, procurando auxiliar al adolescente en llamas, casi muerto, tendido en el piso. 
Lo último que vio Jeff fue a su madre y a los otros padres de familia tratando de apagar las llamas. 
Keith salió del baño carcajeándose, viendo como los adultos apagaban a Jeff. Su felicidad duró tan poco que de pronto siente un leve dolor en el pecho, una fuerza extraña impulsa a Keith contra una de las paredes del baño. Estaba inmóvil, no tenía escapatoria, De repente vio a Mirna, esa extraña mujer morada. Estaba parada en frente de Keith mirándolo con sus ojos. Eran como el mismísimo infierno. 
  —¿Sabes lo que es realmente divertido, Keith? lo sabes?
Keith no podía responder, estaba tan asustado.
  —Tu cabeza también está cubierta de lejía. Permíteme sacártelo.
Las manos de Mirna agarraron con fuerza la cabeza de Keith con las palmas ardientes, su cabeza empezó a derretirse mientras Keith soltaba un espeluznante grito, pero nadie lo escuchaba, estaba condenado. El suelo comenzaba a mancharse cada vez más de sangre, lo único que dejó Mirna fue el cráneo expuesto de Keith, quien lo deja caer al suelo. 
  —Bueno, es hora de limpiar  —dijo Mirna con tono risueño.
Ella metió los restos de Keith al inodoro, cortándolo en pedacitos para que se absorbieran con facilidad al momento de jalar la cadena.
Cuando Jeff por fin despertó, tenía un yeso envuelto alrededor de su rostro. No podía ver nada, también sintió el peso de otro yeso en su hombro. Trató de levantarse, pero se desplomó. Se sentía tan débil y enfermizo... Una enfermera se apresuró a ayudarlo.
  —No creo que puedas salir de la cama todavía —le dijo.
Jeff se sentó en su lecho, confundido. Finalmente, después de unas horas, oyó la voz de su madre.
  —Cariño, ¿estás bien?
Jeff no podía responder, su rostro estaba cubierto por el yeso: era incapaz de hablar.
  —Cariño, tengo una gran noticia. Después de que todos los testigos le dijeron a la policía lo que pasó en la fiesta, ellos decidieron liberar a Liu. Él estará aquí mañana. Volverán a estar juntos de nuevo.
Jeff por poco pega un salto de alegría que le habría retirado el tubo que conectaba su brazo al suero. Su madre lo abrazó y le dijo adiós. Las siguientes semanas lo visitaron sus familiares y, al cabo de unos meses, llegó el día en que sus vendas habrían de desplegarse. Su familia se iba a reunir con Jeff para presenciar cómo removían el último vendaje de su rostro. Liu fue el primero en llegar hacia él, abrazándolo. Dejándole algo de tiempo para charlar con él.
  —Jeff hermano, mamá te contó lo que me había pasado?   —dijo Liu emocionado de ver a su hermano de nuevo.
Jeff solo se dispuso a mover su cabeza, asintiendo.
  —Jeje, la cosa que pasó en realidad es que ese policía había agredido a su compañero quien nos amenazó con su pistola. Al final él me liberó y me dijo que le contara a mamá sobre unos testigos inventados. 
Sus padres se acercaron a Liu, pidiéndole que se aleje de su hermano para que el médico pueda sacarle las vendas a Jeff.
  —Esperemos lo mejor —dijo el médico.
Rápidamente tiró de la última venda, dejando expuesto el rostro de Jeff. La madre de Jeff dio gritos. Jeff notó los rostros atemorizados de Liu y su padre
  —¿Qué? ¿Qué pasó?  —susurró Jeff.
Salió corriendo de la cama y corrió hacia el baño. Se miró en el espejo y comprendió la angustia de su madre y el temor de su padre y su hermano. Su rostro. Su rostro es horrible, sus labios se han quemado, semejantes a una sombra profunda de color rojo; la piel que se extiende sobre su faz es blanca como la nieve, y su pelo chamuscado ofrece a la vista el negro marchito que reemplazó a su cabellera castaña.
Deslizó una mano por su rostro. Se sentía como el cuero. Volvió a mirar a su familia y luego al espejo.
  —Jeff  —suspiró Liu—. No está tan mal...
  —¿No es tan malo? —murmuró Jeff —¡Es perfecto!"
Su familia quedó completamente sorprendida. Jeff comenzó a reír incontrolablemente, sus padres notaron que sus manos temblaban.
  —Uh... Jeff, ¿estás bien?
  —¿Estar bien? ¡Nunca me he sentido más feliz! Ja, Ja, Ja, Ja, Jaaaaaa, mírenme, este rostro combina a la perfección conmigo!
No podía parar de reír. Él se acarició el rostro, mientras se miraba en el espejo. ¿Por qué se comportaba así? Ustedes recordarán que cuando Jeff peleó con Randy su mente fue devastada por la locura, una que dormía en su espíritu y que se alzó infernal y demoníaca cuando su juicio crítico no pudo contener más los instintos oscuros de Jeff.
  —Doctor   —inquirió la madre de Jeff—. ¿Está bien mi hijo... Bueno, ya sabe, de la cabeza.
  —Oh sí, este comportamiento es típico de los pacientes que han tenido grandes cantidades de calmantes para el dolor. Si su comportamiento no cambia en unas pocas semanas, tráiganlo de vuelta aquí y le realizaremos un examen psicológico.
  —Oh, gracias, doctor.
La madre de Jeff se acercó a este.
  —Cariño, es hora de irse.
Jeff mira hacia otro lado del espejo, su cara todavía se ensancha en una sonrisa loca.
  —Ay mamá, ja, ja, jaaaaaaaaaaaa!
Su madre lo tomó del hombro y lo condujo despacio a tomar su ropa.
  —Esto es lo que traía  —se limitó a decir la señora de la recepción.
Los pantalones de vestir negro y la sudadera blanca se hallaban libres de rastros de sangres, ni siquiera estaban quemadas. La madre de Jeff toma la ropa de su hijo y lo viste dentro de una habitación pequeña. La señora de la recepción a un costado con una sonrisa inquietante hasta que su cabeza se impacta contra la mesa, revelando a Mirna quien la había poseído. Ella arranca del lugar.
El crepúsculo de la tarde enrojecía el cielo cuando la familia de Jeff volvió a casa, ignorantes de que ese sería su último día. Lo primero que hizo Jeff al entrar a su casa fue dirigirse al baño para seguir viendo su nuevo rostro, se quedó parado por varios minutos. Liu llega al baño para avisarle a Jeff que tiene que ir a acostarse.
  —Si, querido hermanito, voy en 5 minutitos más.
Liu se alegra y deja solo a su hermano. Los 5 minutos le parecieron eternos para él,  que comenzó a sentirse cansado de seguir forzando su sonrisa y  cerrar sus ojos. Que salió del baño para ir a la cocina a buscar un cuchillo y un encendedor, y así acabar de sus molestias.
Más tarde, a mitad de la noche. La madre de Jeff se despertó por causa de un sonido proveniente del cuarto de baño. Parecía el ruido de llanto y de suspiros entrecortados. Intrigada, se aproximó al baño y abrió la puerta. El espectáculo era horrendo. Vio a Jeff enterrándose el cuchillo en sus mejillas haciéndose una sonrisa de oreja a oreja, la sangre le chorreaba muy rápido de su boca, manchando así su sudadera, el suelo y el lavamanos.  
 —Jeff, ¿q-qué estás haciendo?
Jeff miró a su madre.
 —No podía seguir sonriendo mamá. Me dolió un poco, ahora puedo sonreír para siempre.
La madre de Jeff notó sus ojos, rodeados de negro, ni siquiera pestañeaba.
 —¡Jeff tus ojos!
 —No podía ver mi rostro, me cansé y mis ojos comenzaron a cerrarse, me quemé los párpados. Ahora siempre podré ver..., mi nuevo rostro.
La madre de Jeff retrocedió lentamente.
 —¿Qué pasa mamá? ¿Acaso no soy hermoso?
 —Sí, sí lo eres. D-déjame ir a buscar a papá para que pueda ver tu bello rostro.
Ella corrió a la habitación y sacudió al padre de Jeff. Mirna apareció en el baño advirtiendo a Jeff lo que su madre pretendía hacerle. Jeff se va corriendo hacia ella con la boca salpicando de sangre, dejando el suelo de un color carmesí sangriento.
 —Mi amor, saca el arma que…  —se detuvo cuando vio a Jeff en la puerta, con un cuchillo, Junto a la desgraciada de Mirna.
 —Margaret, Margaret, Margaret. Llamando a su esposo para que mate a su propio hijo, y te haces llamar buena madre  —empieza a reírse—. Eres solo una estúpida lacra buena para nada, le hiciste daño psicológico a Jeff, moldeándolo a tu gusto. Será mejor que Jeff te amolde a ti a su propio gusto, ¿Qué tienes que decir a eso Jeffrey?
—Mami me mintió.
Eso es lo último que dijo Jeff, antes de lanzarse contra ellos con el cuchillo de carnicero en alto. El padre extendió sus brazos hacia el cuchillo de Jeff para detenerlo, pero su torso se fue para atrás por la fuerza telequinética de Mirna, dándole ventaja a Jeff para acabar con él. La madre permaneció temblando con las manos en su boca, viendo como Jeff despellejaba a su esposo. Ella se arrodilló, llorando en silencio con una expresión de muerta, como si algo le succionara la energía. 
    —Mírame Margaret, MIRAME.
Margaret la mira con su cara ya casi cadavérica. Jadeaba de dolor por la muerte de su esposo y por su propia salud.
    —Que mal, ni tu propio esposo pudiste salvar. Jeff, es hora que le des el punto final a esta zorra.
Jeff deja caer el cuerpo de su padre y se dirige al de su madre.
    —Hijo.. lo-lo siento-mucho..
Jeff la ignora y le entierra el cuchillo justo en su garganta, haciendo que su boca se llenase de sangre, luego apartó su cuchillo de su madre, comenzando a desangrarse aún más hasta, logra extender un poco sus brazos para tratar de abrazar a su hijo desparramando su cuerpo en el pecho de Jeff, pereciendo en el acto. El aparte el cuerpo de su difunta madre de su pecho, Mirna le mira con los ojos encendidos como bombillos aplaudiéndole.
  —Bien Jeffrey, por fin te deshiciste de esos inútiles, ahora podrás cuidar de tu hermano, ¿no es algo maravilloso? 
Jeff se aparta de Mirna y se va directo hacia el cuarto de su hermanito. 
    —Jeff?, ¿a dónde vas?
Liu despertó de improviso con un desagradable sabor en la boca y el corazón palpitándole a mil por hora. Creyó que era cuestión de un mal sueño, así que cerró los ojos.
Cuando se encontraba a un paso de sumirse en el sueño, tuvo la extraña sensación de que alguien lo estaba observando. Miró hacia arriba, pero antes de poder decir algo, la mano de Jeff cubrió su boca. Poco a poco, su propio hermano levantó el cuchillo, con la muerte sombría en sus ojos. Liu se esforzó por incorporarse, luchó y pataleó, pero el oxígeno huía de su pecho, ahogándose. Entonces Jeff le susurró con una sonrisa gigantesca y retorcida
  —Shhh.., ve a dormir.
Liu cerró lentamente los ojos, sumergiéndose en  un sueño eterno en las sabanas de su cama. Mirna entra al cuarto y sorprende a Jeff cerrando la puerta de un portazo.
   —Jeff, como mierda se te ocurre matar a tu ¡hermanito! quien se sacrificó para que no te llevaran a la cárcel, y así fue como le pagaste. No creí que fueras tan mal agradecido, Jeff. me decepcionas.
Jeff comienza a reírse y se abalanza contra Mirna. Ella lo esquiva y lo agarra del brazo.
    —tú sigues siendo un niño, Jeff   —le decía mientras le apretaba más el brazo. Jeff chillaba de dolor, su apretón era tan intenso que era propenso a que se lo quebrara. Mirna le suelta el brazo. Jeff se aleja demasiado a Mirna con miedo.
    —vez, eso pasa cuando tomas malas decisiones Jeffrey, como al matar a la única persona de tu familia que se preocupó verdaderamente por ti  —Su tono se torna cada vez más grave y reprochable—. ¡Si sigues así, perderás incluso a tu mejor amiga!
Mirna empieza a golpear a Jeff hasta dejarlo llorando y temblando. Él se tapó su rostro mientras murmuraba repetidas veces que lo sentía, por la presión se había orinado en los pantalones. 
       —No pienso ayudarte más. 
Mirna hace abrir todas las puertas de su casa para mandarlo hacia afuera. Jeff cae mirando al cielo, él trata de levantarse y se percata que las ventanas y la puerta de su casa estaban cerradas con tablas de madera, como si fueran una casa abandonada. De pronto Jeff escucha una voz, era de Mirna, pero Jeff no podía verla por ningún lado:
       —Ahora estás solo en esto. Si ves por ahí un perro callejero, hazle un favor y entrégate como su comida.
Ese fue su último mensaje de Mirna hacia Jeff para luego irse del lugar para siempre, dejando a Jeff solo y vulnerable en el frío vecindario de su ciudad.
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robernoz · 1 day
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