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#Habitante del Pueblo del Cielo
groriatrevi10xx · 1 year
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✨...Mundo Oscuro...✨
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ALABANZAS AL CREADOR Y PRESERVADOR:
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Alegraos, oh justos, en Jehová;
En los íntegros es hermosa la alabanza...
Aclamad a Jehová con arpa;
Cantadle con salterio y decacordio...
Cantadle cántico nuevo;
Hacedlo bien, tañendo con júbilo...
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Porque recta es la palabra de Jehová,
Y toda su obra es hecha con fidelidad...
El ama justicia y juicio;
De la misericordia de Jehová está llena la tierra...
Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos,
Y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca...
El junta como montón las aguas del mar;
El pone en depósitos los abismos...
Tema a Jehová toda la tierra;
Teman delante de él todos los habitantes del mundo...
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Porque él dijo, y fue hecho;
El mandó, y existió...
Jehová hace nulo el consejo de las naciones,
Y frustra las maquinaciones de los pueblos...
El consejo de Jehová permanecerá para siempre;
Los pensamientos de su corazón por todas las generaciones...
Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová,
El pueblo que él escogió como heredad para sí...
Desde los cielos miró Jehová;
Vio a todos los hijos de los hombres;
Desde el lugar de su morada miró
Sobre todos los moradores de la tierra...
El formó el corazón de todos ellos;
Atento está a todas sus obras...
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El rey no se salva por la multitud del ejército,
Ni escapa el valiente por la mucha fuerza...
Vano para salvarse es el caballo;
La grandeza de su fuerza a nadie podrá librar...
He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen,
Sobre los que esperan en su misericordia,
Para librar sus almas de la muerte,
Y para darles vida en tiempo de hambre...
Nuestra alma espera a Jehová;
Nuestra ayuda y nuestro escudo es él...
Por tanto, en él se alegrará nuestro corazón,
Porque en su santo nombre hemos confiado...
Sea tu misericordia, oh Jehová, sobre nosotros,
Según esperamos en ti...
(Salmo 33: 1 - 22)...Amén... DTBM.!! 🙌🦋🌼🍃
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elrinconderovica · 4 months
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El Valle Del Sol y La Luna...(Cuento)
En un tiempo remoto, existía una aldea rodeada de montañas, frondosos bosques y riachuelos cristalinos. Sus habitantes vivían en armonía con la naturaleza, dedicándose a la agricultura y la artesanía. Entre ellos destacaba una pareja, Luna y Sol, nombres predichos por una anciana vidente al momento de su nacimiento. Luna poseía una belleza serena; su cabello rubio ondulado reflejaba los tonos plateados de la noche y sus ojos destellaban con la sabiduría de las estrellas. Sol, por su parte, emanaba una calidez única, su mirada ambarina y su sonrisa franca podían iluminar incluso la más oscura caverna.
A pesar de sus diferencias, o quizás debido a ellas, el amor que compartían era tan evidente como el ciclo del amanecer y el atardecer. Una tarde, cuando el cielo comenzaba a pintarse con las pinceladas del crepúsculo, el anciano del pueblo les contó sobre un valle místico, un lugar sagrado donde, según cuentan, el sol y la luna podían encontrarse en un espectáculo de eterna belleza.
-El camino es arduo y está oculto a la vista del común de los mortales, advirtió con voz temblorosa.
Los jóvenes, impulsados por la promesa de semejante maravilla y la aventura que significaba la búsqueda, decidieron emprender la jornada al amanecer siguiente. Prepararon víveres y enseres, y bajo la atenta mirada de sus convecinos, se adentraron en el bosque que custodiaba los secretos del valle.
Los primeros días de su viaje estuvieron llenos de descubrimientos y alegría. Pájaros de colores imposibles cantaban melodías que parecían bendecir su camino, y las criaturas del bosque les mostraban sendas ocultas entre la maleza. Luna y Sol se deleitaban con los sonidos tranquilos de la naturaleza, y cada noche, antes de dormir, compartían historias e ilusiones bajo el manto estrellado.
Conforme avanzaban, el paisaje cambiaba y el sendero se volvía más escabroso. Las risas se tornaron en silencio, la vía en estrechez y las certezas en dudas. Los desafíos afloraban frecuentemente, un día cruzaron un río cuyas aguas parecían danzar caprichosamente evitando que los enamorados tocaran su superficie.
-Debemos usar la lógica de las piedras y la gracia de las hojas, sugirió Luna al contemplar cómo una hoja caía, deslizándose con elegancia sobre el agua.
Tomando ese conocimiento, lograron cruzar, poniendo en práctica la paciencia y la observación en cada paso que daban. Las noches se hicieron más frías y una sombra de inquietud se acrecentó cuando atravesaron una espesa niebla.
-Pareciera que el bosque nos pone a prueba, comentó Sol quien, a pesar de su nombre, sentía el peso de la oscuridad.
-Pero no olvides, mi querido Sol, que incluso la noche más oscura se rinde ante la promesa del amanecer, respondió Luna, apoyándose en la esperanza que su amor les brindaba.
Pronto, la niebla se disipó, revelando estrellas que parecían guiñarles cálidamente. A medida que se adentraban cada vez más en lo desconocido, los rumores del viento les hablaban de criaturas encantadas y guardianes invisibles que velaban por las maravillas del valle. Y en una encrucijada, se encontraron con una criatura de aspecto etéreo, con alas tan livianas que su aleteo apenas susurraba.
-Yo soy el Guardián del Umbral, y les advierto que el camino hacia el valle donde el sol y la luna se encuentran está lleno de pruebas aún mayores, dijo la criatura con voz melodiosa.
-¿Qué clase de pruebas?, preguntó Luna con cautela.
-El viaje hacia el interior, hacia su propio corazón. Solo aquellos cuyo amor es puro y firme pueden cruzar el umbral, explicó el guardián, señalando una senda velada por una cortina de luminiscencia.
El primer desafío planteado por el Guardián fue el de la Confianza. Un puente colgante, frágil como la tela de una araña, cruzaba un abismo de sombras.
-Uno debe guiar al otro con los ojos vendados, confiando plenamente en su amor, dijo el ser alado, y así lo hicieron.
Con cada palabra de aliento de Sol, Luna cruzó segura. Luego, con la guía de Luna, Sol atravesó, superando la incertidumbre con la solidaridad de su vínculo.
El siguiente reto era el de la Comunicación. Un laberinto de espejos los rodeó, cada reflejo mostraba una perspectiva diferente de sus propias almas.
-Hablen con sinceridad, compartan sus miedos y juntos hallarán la salida, sugirió el Guardián. Así lo hicieron, y en cada reflejo, encontraron partes de sí mismos y de su pareja que solo el amor verdadero podría aceptar y comprender.
El último desafío era el de la Entrega. Llegaron a una sala con dos pedestales y una antigua inscripción: "Aquel que entrega su más preciado tesoro encontrará el camino al valle". Luna y Sol, sin dudarlo, colocaron en los pedestales sus propias creaciones: un amuleto tejido por Luna durante las noches de meditación y una melodía compuesta por Sol que resonaba como el abrazo del día. Al hacerlo, la sala se llenó de una luz dorada y plateada, y el Guardián asintió con aprobación.
-Han demostrado que su amor puede superar la oscuridad, la duda y el egoísmo. El valle les espera, anunció con beneplácito. El camino que se reveló ante ellos desembocó en un valle resplandeciente, donde el firmamento besaba la tierra y las flores brillaban con luz propia.
-Es más hermoso de lo que podría haber imaginado, susurró Luna, embelesada. Sol la abrazó, y juntos, contemplaron el fenómeno mágico: el sol y la luna, entrelazándose en el cielo, creando un eclipse perpetuo que iluminaba el lugar.
En ese valle pasaron la noche, bañados por la luz de la unión celestial. Descubrieron que la leyenda era cierta no solo en su espectáculo sino en su esencia; el sol y la luna, diferentes pero complementarios, eran el reflejo de su propio amor.
Al amanecer, con el corazón lleno de paz y la certeza de que su viaje había fortalecido su unión, Luna y Sol emprendieron el regreso a su aldea. La noticia de su éxito se esparció como un reguero de luz, y se convirtieron en un símbolo viviente de amor y perseverancia para todos los habitantes.
Años después, volverían al valle muchas veces, descubriendo en cada ocasión nuevos matices de su amor. Y aunque las pruebas del Guardián del Umbral ya no estaban, cada viaje era una oportunidad para reafirmar los lazos que los unían.
La pareja, bajo el influjo de su experiencia, llevaba consigo la serenidad del valle, enseñando a las futuras generaciones que el amor verdadero es una jornada de constantes descubrimientos y reafirmaciones; enseñanza que se perpetuó en la aldea como la más sagrada de las tradiciones.
Moraleja Del Cuento
La moraleja de esta historia, en la que Luna y Sol hicieron frente a pruebas y adversidades, es que el verdadero amor no está exento de desafíos. Sin embargo, cuando se enfrentan juntos, con confianza, comunicación y entrega, pueden superar cualquier obstáculo y encontrar bellezas inimaginables en su camino. El amor es un viaje que no se mide en distancia, sino...Sigue leyendo esta preciosa historia y descubre el final, aquí https://www.elrinconderovica.com/el-valle-del-sol-y-la-luna-cuento/
Abraham Cuentacuentos.
Rovica.
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yhwhesmisalvacion · 6 months
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Sofonías 1
1 Palabra de Jehová que vino a Sofonías hijo de Cusi, hijo de Gedalías, hijo de Amarías, hijo de Ezequías, en días de Josías hijo de Amón, rey de Judá.
2 Destruiré por completo todas las cosas de sobre la faz de la tierra, dice Jehová.
3 Destruiré los hombres y las bestias; destruiré las aves del cielo y los peces del mar, y cortaré a los impíos; y raeré a los hombres de sobre la faz de la tierra, dice Jehová.
4 Extenderé mi mano sobre Judá, y sobre todos los habitantes de Jerusalén, y exterminaré de este lugar los restos de Baal, y el nombre de los ministros idólatras con sus sacerdotes;
5 y a los que sobre los terrados se postran al ejército del cielo, y a los que se postran jurando por Jehová y jurando por Milcom;
6 y a los que se apartan de en pos de Jehová, y a los que no buscaron a Jehová, ni le consultaron.
7 Calla en la presencia de Jehová el Señor, porque el día de Jehová está cercano; porque Jehová ha preparado sacrificio, y ha dispuesto a sus convidados.
8 Y en el día del sacrificio de Jehová castigaré a los príncipes, y a los hijos del rey, y a todos los que visten vestido extranjero.
9 Asimismo castigaré en aquel día a todos los que saltan la puerta, los que llenan las casas de sus señores de robo y de engaño.
10 Y habrá en aquel día, dice Jehová, voz de clamor desde la puerta del Pescado, y aullido desde la segunda puerta, y gran quebrantamiento desde los collados.
11 Aullad, habitantes de Mactes, porque todo el pueblo mercader es destruido; destruidos son todos los que traían dinero.
12 Acontecerá en aquel tiempo que yo escudriñaré a Jerusalén con linterna, y castigaré a los hombres que reposan tranquilos como el vino asentado, los cuales dicen en su corazón: Jehová ni hará bien ni hará mal.
13 Por tanto, serán saqueados sus bienes, y sus casas asoladas; edificarán casas, mas no las habitarán, y plantarán viñas, mas no beberán el vino de ellas.
14 Cercano está el día grande de Jehová, cercano y muy próximo; es amarga la voz del día de Jehová; gritará allí el valiente.
15 Día de ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de asolamiento, día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento,
16 día de trompeta y de algazara sobre las ciudades fortificadas, y sobre las altas torres.
17 Y atribularé a los hombres, y andarán como ciegos, porque pecaron contra Jehová; y la sangre de ellos será derramada como polvo, y su carne como estiércol.
18 Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día de la ira de Jehová, pues toda la tierra será consumida con el fuego de su celo; porque ciertamente destrucción apresurada hará de todos los habitantes de la tierra.
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rvacts · 1 year
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* TITULAR: FESTIVAL DE LA COSECHA .
El sol es una estrella incandescente resplandeciendo en el cielo, a pesar del clima lluvioso de mayo, el día de hoy se disfruta de un tiempo envidiable, a pesar de que las altas temperaturas parecen no querer dar tregua, los ánimos de fiesta se vuelve un agente palpable mientras el alcalde toma el podio para dar inicio con su discurso. Anunciando que el festival de la cosecha que lleva sin celebrarse desde 1979 hoy vuelve a la vida. Grandes mesas están dispuestas y decoradas con flores y frutos, con la participación de noventa miembros de la comarca. Los cultivos brillan bajo el sol con un aura peculiar. Hay un olor extraño en el aire, algo dulce y penetrante que no se puede identificar. Pero las cuestiones quedan olvidadas entre los vitores de los vecinos.
El lema “tierras altas, belleza neutral” pronunciando en los alto parlantes pronto es repetido en ecos, como es tradición la gente se viste con trajes blancos y lleva máscaras elaboradas que les ocultan la cara. Al concluir los aplausos, automóviles, bicicletas, carretas, motos y figuras de animales confeccionadas con pétalos multicolores y frutos secos se vuelve la atracción principal desfilando por la calle principal del Real del Valle, son veinticinco carros alegóricos los que conforman la procesión, destacando la riqueza que ofrece la región en su floricultura y agricultura; heliconias, gipsófilas, crisantemos, girasoles, anturios, calas rematados con follajes de solidago, vides, limonarias, maizales y helechos. La música de flautas y tambores resuena en el aire, pronto acompañan los colores que se apoderan del pueblo.
El sentimiento que estas presenciando un momento único y hermoso evita que caigas en cuenta de que algo más siniestros se está tramando a plena luz del día.
* ¡ INICIO DE INTERACCIONES EN MEDIA HORA !
Notas a pie de página:
¡Bienvenides al festival de la cosecha!. Para dar mayores referencias, la fiesta tiene lugar dentro de la Plaza de los Fundadores, frente el Palacio de Gobiernos, la calle principal de Real del Valle se encuentra entre estos dos sitios. El alcalde ha decidido revivir esta antigua tradición del pueblo en otro intento de atraer el turismo, así que no ha escatimado en gastos para esta festividad, por lo cual, se pueden encontrar varias actividades a llevar a cabo, entre ellas se pueden mencionar:
Las carrozas y mesas decorativas: como se menciono en la introducción, desfilando por la calle principal y dentro de la plaza podrán encontrar distintas carrozas y mesas con arreglos de flores y frutas, componiendo imágenes de panoramas o imitando la fauna de bosque de Real del Valle, cada habitante puede votar por su favorito, dejando una papeleta en las urnas ubicadas en distintos puntos.
Mercado de cosecha: si quieres llevarte un recuerdo de esta festividad, este es el sitio adecuado, acomodados debajo de pabellones puedes encontrar distintas artesanías con forma de frutas, flores y animales, desde los famosos alebrijes y figuras de barro hasta fotografías artísticas de los cultivos, ramilletes y canastas con frutas y vegetales.
Baile y música en vivo: terminado el desfile, el grupo de música local del pueblo: Los Visitantes, sube a la tarima para amenizar la mañana, en este enlace pueden encontrar una lista de reproducción de las canciones que se escucharon.
Feria y juegos tradicionales: como era de esperarse, los puestos de juegos también se encuentran presentes en el festival; atrapar la manzana con la boca, ponerle la cola al burro, tiro al blanco, carrera de caballos y aros y botellas son algunos de los más populares, aunque los premios en esta ocasión son peluches y almohadas con forma de animales y frutas.
Puestos de comida y bebida: de forma completamente gratuita puedes probar alguno o todos los platillos y bebidas ofrecidos en el área comederos, desde tentempiés, como marquesitas y esquites hasta comidas un poco más elaboradas como tacos y chilaquiles.
Zona de picnic y refrigerios: si es calor ha logrado ganar la batalla, también puedes disfrutar de un rato sentando a la sombra, aquí se ofertan sorbetes, paletas heladas y aguas de sabor con mucho hielo.
Otras consideraciones:
La forma de interacción para esta actividad será por medio de starters abiertos, a los cuales podrán darle reblog en el blog de starters ( @rvstarter ). Cuando sienta que han alcanzado notas suficientes puedes retirarlo del blog sin problemas.
También puede realizar una edición de la vestimenta de sus personajes y rebloguear esta en el blog de ediciones ( @rvedit ). Como se mencionó arriba el código de ropa es blanco o de tonos tierra y su personaje puede llevar una mascara consigo, un ejemplo aquí.
En caso de que aun no hayan recibido en enlace para ser miembro de dichos blogs, por favor, acérquense a la administración para arreglarlo lo antes posible.
Esta actividad tiene prevista una durar desde el día de hoy, viernes 12 hasta el día domingo 21, dándole una extensión total de 10 días. Les pedimos, por favor, que estén atentes a este blog de actividades por las futuras intervenciones.
En media hora verán la publicación de inicio de interacciones, esperarlo para comenzar a publicar sus atuendos y starters ¡ por favor !
Si leíste hasta aquí, déjanos un corazón en la publicación, y sin más, ¡esperamos que se diviertan!.
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loshijosdebal · 8 months
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Capítulo V: El Festival de la Bruma pt. II
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El río Hjaal dividía Morthal en dos partes. Los vecinos de la villa se reunieron al este de la región meridional, junto a la casa de Falion. Como mago de la corte, era su deber oficiar la ceremonia. Habían colocado varias filas de bancos de madera y, mientras el pueblo tomaba asiento, Falion terminó de preparar la antorcha para bendecir el fuego. 
Cuando la ceremonia empezó, ya había caído la noche y las estrellas brillaban en el cielo. Alicent se sintió minúscula al mirar el firmamento; Maser y Secunda brillaban sobre sus cabezas en aquella noche clara, y la luz de la aurora tenía el color del tórax de las luciérnagas y de las alas azules de las mariposas.
Falion se situó frente a la hoguera que la guardia encendió para la ocasión y contempló a su audiencia. A su espalda las frías aguas del Hjaal devolvían los destellos de luz y las ramas de los sauces se mecían al paso de la brisa, dejando caer algunas hojas y creando sombras serpenteantes en el ambiente. 
—Habitantes de la comarca, nos reunimos otro año para recordar las hazañas de Magnus, el arquitecto de Mundus. —Falion giró sobre sí, encarando al fuego. Encendió la antorcha y luego alzó ambos brazos al cielo—. ¡MAGNUS! ¡Escucha nuestra voz, pues hoy recordamos tu sacrificio para que tú nos recuerdes cuando las nieblas lleguen y nos oculten a tus ojos!
Alicent se compadeció de Falion. El brujo no era una persona de multitudes y casi podía sentir su incomodidad cuando volvió a encarar al público. Era un orador terrible: dejó caer el brazo libre a un costado, donde se quedaría hasta el final del monólogo, y procedió a relatar por enésima vez el enfrentamiento que habían tenido Magnus y Molag Bal allí mismo, en la Comarca de Hjaal. 
Falion siguió contando aquella leyenda que ya se sabía de memoria. La familia de la jarl ocupaba la primera fila y Alicent pilló a Joric mirando en su dirección. Ella se había sentado en la última fila junto a Seth y desde allí podía verlos a todos. Había personas a las que no conocía demasiado, ciudadanos de las afueras que solo visitaban Morthal para conseguir suministros o, en un día como aquel día, la bendición de Magnus. 
Buscó a su madre con la mirada y la encontró junto a Thonnir. Últimamente pasan mucho tiempo juntos, pensó al ver cómo se inclinaban el uno hacia el otro para intercambiar comentarios. Su atención volvió a Seth; parecía estar absorto en la narración de Falion. 
—Las raíces de Molag Bal en nuestra comarca son profundas. Tamriel todavía era joven cuando el señor de la dominación y la esclavitud pisó por primera vez estas tierras. En esa ocasión el cruel daedra se burló de Arkay, tras arrebatarle el alma de Lamae Beolfag, quien se convertiría en la primera hija de la noche. 
Alicent se inclinó hacia Seth.
—Se refiere a los vampiros. Según las historias, Lamae vivía en esta comarca cuando conoció a Molag Bal —explicó, buscando impresionarlo. 
—Había escuchado algo al respecto —respondió él sin mirarla. 
—No conforme con la transgresión —Falion elevó la voz, haciendo un esfuerzo por hacerse escuchar por encima del murmullo de la gente y de la corriente del río—, Molag Bal decidió burlar una vez más a Arkay y retorció la magia de Tamriel para dar a sus creyentes el poder de secuestrar las almas de los difuntos. El poder de esclavizarlas, impidiendo su paso al más allá. 
—Ahora habla de los nigromantes —comentó Alicent, intentando llamar su atención de nuevo. 
Seth la ignoró por completo. A Alicent se le escapó un pequeño suspiro. Se quedó pensando en si había hecho algo mal.
—¿Tú crees que algo de lo que dice es cierto? —preguntó Seth de pronto.
La pregunta la pilló por sorpresa. 
—Pues… No lo sé. 
—Vamos, alguna opinión tendrás. ¿Crees que son ciertas? —Seth se inclinó hacia ella sin desviar la mirada de Falion.
Alicent se encogió de hombros.
—Cada vez que alguien no hace sus ofrendas, pasan cosas malas. 
Aquello captó la atención de Seth, que la miró directamente y orientó el cuerpo en su dirección. Alicent hizo lo mismo.
—¿Qué tipo de cosas malas?
—Lalette no hizo sus ofrendas el año pasado —susurró con secretismo.
—Tenía entendido que Lalette se fue por voluntad propia —replicó él.
Alicent buscó de nuevo a su madre entre el gentío, y cuando la encontró se quedó mirando a Thonnir y a Virkmund, el hijo pequeño que el hombre había tenido con Lalette. 
—Sí, pero…, no sé. Me sigue pareciendo raro. 
Seth torció el gesto. 
—¿Qué tiene de raro? —preguntó con impaciencia.
—No sé. Es raro, sin más —respondió ella, empezando a sentirse incómoda—. Me cuesta creer que dejase a su hijo por una guerra de la que nunca había hablado. Además, ya ha pasado otras veces…
Alicent se frotó el hombro con incomodidad y apartó la mirada cuando sus ojos se empañaron.
—¿Era alguien importante? —preguntó Seth, suavizando el tono.
—Sí… mi padre —confesó con la voz quebrada. 
—Vaya —dijo Seth, tras un breve silencio—. Siento haber sacado el tema —añadió con una mirada sincera—. Perdona, estoy haciendo que no te enteres de nada.
—No pasa nada. Me sé esta historia de memoria —respondió ella, tras colocar un mechón de pelo tras la oreja. 
Seth miró hacia Falion por un momento, antes de devolverle la atención.
—Entonces, prefiero que me la cuentes tú —contestó él.
Eso le arrancó una pequeña sonrisa. 
—No sé yo… —dudó.
Alicent bajó la mirada hacia el suelo con timidez; la mano de Seth atrapó su barbilla y la obligó a levantarla. No necesitó decir nada, su sonrisa y aquella forma de mirarla que él tenía la animaron a hablar. 
—A Magnus no le gustó mucho cómo Molag Bal usó la magia, ni tampoco que volviera a desafiar a Arkay, así que se metió en el cuerpo de uno de sus seguidores para enfrentarse a él y a su ejército. Aunque Magnus lo derrotó y lo desterró del pueblo por un tiempo, durante la pelea Molag Bal le arrancó un ojo. Por eso la niebla cubre Morthal durante meses. Y por eso hoy se bendice la llama de la antorcha, para que hoy nos vea y nos proteja de sus seguidores cuando esta llegue.
Seth quedó pensativo tras escuchar la historia, con la mirada fija en la antorcha que Falion sostenía. 
—Creo que debería leer más sobre las leyendas locales —giró la cabeza para mirarla una vez más—. ¿Qué me recomiendas?
Alicent negó, cabeceando en dirección a la familia de la jarl. Joric se apuró en mirar al frente.
—Eso deberías preguntárselo a Idgrod. Ella es la que sabe de libros. 
Seth asintió y volvió la vista al frente. Falion estaba terminando de narrar la batalla que habían mantenido Magnus y Molag Bal. Más que una pelea, aquello había sido la conclusión de una guerra. Tras prestar atención al mago unos minutos, tuvo la sensación de que no había explicado nada bien los hechos.
—¿Por qué nos mira así? —preguntó Seth en voz baja. 
Alicent volvió a pillar a Joric mirando hacia ellos. Esta vez se fijó en sus ojos. Parecía molesto. Enfadado.
—No te preocupes por él —murmuró Alicent, tratando de quitar hierro al asunto—. Probablemente solo se está preguntando de qué hablamos. 
—También me miró de esa manera cuando lo conocí. Creo que le molestó que su madre insinuara que tal vez Idgrod y yo deberíamos pasar tiempo juntos —contó como si nada.
Alicent lo miró con sorpresa.
—Oh —musitó, con una decepción muy mal disimulada—. Pensé que era por mí. Parecía muy enfadado cuando les hablé de… 
Seth esperó a que continuara y Alicent se puso completamente roja, consciente de que había hablado de más. 
—...¿De mí? —preguntó Seth, antes de cambiar el tono a uno más ligero—. Supongo que no vienen muchos forasteros por aquí. 
—No, no muchos —dijo Alicent, sin apartar los ojos de la hoguera—. Y tú eres el primero que se queda. 
—No es un mal sitio —reconoció. Alicent siguió su mirada, estaba puesta en su amiga—. Tal vez considere la recomendación de la jarl.
—¿De pasar tiempo con Idgrod? —preguntó ella, desanimada.
—De establecerme aquí. No tiene por qué ser con Idgrod.
Alicent giró la cabeza hacia él con rapidez y la volvió a dirigir hacia adelante casi a la misma velocidad, como si lo hubiera hecho sin querer. Sin saber qué decir, apuntó con la barbilla hacia la fogata, queriendo que Seth volviera la atención a la ceremonia.
Falion ya había terminado de contar la leyenda, así que dejó la antorcha en un soporte metálico junto a la mesa, donde lo tenía todo listo para preparar las ofrendas de los habitantes de la comarca. Colocó un cuenco y una vela, encendió esta última con la llama bendecida de la antorcha, y vertió un poco de cera derretida en el cuenco para pegar la vela al recipiente. 
—Magnus, hoy enciendo esta vela en tu nombre para rogar tu protección. Y ofrezco este pergamino a Julianos para que él me guarde cuanto tus ojos no me vean.
Falion depositó con cuidado el pergamino en el recipiente. Con la ofrenda completa, se acercó al río Hjaal y se agachó para dejar el cuenco sobre sus aguas. La ofrenda del mago se empezó a alejar lentamente, mecida por el río. 
El murmullo de las gentes de la comarca subió algunos tonos y, tan pronto la jarl se puso en pie, muchos la imitaron. Idgrod Cuervo Viejo siempre era la segunda en hacer la ofrenda. Tras eso, cada habitante de la comarca debía esperar su turno para que el mago preparase su ofrenda y, con ella, hacer su petición al aedra. 
—¿Crees que le gusto? —preguntó de la nada, con inocencia. 
Alicent buscó con la mirada a quién se refería. Alva estaba de pie unos bancos más adelante. Comentó algo a Benor y se acercó a la mesa de las ofrendas, a cuyo alrededor ya se había formado un corro. 
—¿A Alva? —Seth asintió y ella frunció el ceño—. Llegas tarde. Ya está con alguien. 
Seth siguió mirando a Alva, y Alicent dio un pequeño pisotón en el suelo, atrayendo de nuevo su atención. 
—¿Sabes? —fingió cambiar de tema—. Mamá dice que algún día heredaré la Cabaña del Taumaturgo. 
—¿En serio? —preguntó Seth—. ¿Y me harás descuento?
—Podrías incluso no pagar… 
A Seth se le escapó la risa y ella dejó de mirarlo. Además de ellos, solo quedaban un par de parejas sentadas en los bancos. Casi todos los vecinos charlaban animadamente en torno a la hoguera, esperando su turno para hacer las ofrendas. Vio a Joric salir de entre la multitud, dirigiéndose hacia donde estaban.  
Alicent recogió la ofrenda de su regazo y se puso de pie para saludar a su amigo. Seth hizo lo propio, colocándose a su lado. 
—Joric, ¿ya has hecho tu ofrenda? —preguntó Alicent como saludo. 
Joric lanzó una mirada fugaz a Seth y luego negó. Adoptó una expresión infantil, tímida e ilusionada. Joric tenía el pelo de un tono castaño ceniza y, aunque siempre lo llevaba corto y desordenado, aquel día había intentado peinarse.
—Esperaba que hiciéramos juntos nuestras ofrendas este año —propuso con la esperanza brillando en los ojos. 
Al igual que a Seth, tampoco podía dejar de mirarlo. Pero no porque estuviera guapísimo, sino porque parecía que una vaca le había lamido la cabeza.
—Claro. Seth, ¿te unes a nosotros? —lo invitó, preguntándose si tendría el mismo aspecto a sus ojos que Joric a los propios. Tímidamente se atusó el pelo.
—Me refería a nosotros. A ti y a mí —puntualizó Joric—. No quiero hacer mis ofrendas anuales con un extraño. 
—Oh, vamos Joric. No seas malo —protestó, tendiéndole la mano a Seth—. Ven… —pidió. 
Aquello le arrancó una sonrisa al chico, que tomó su mano. Los tres se acercaron a la zona de las ofrendas. Había bastante gente dispersa por los alrededores aunque la mayoría se apiñaba en torno a la mesa. Los tres chicos se apartaron un poco del grupo tras reconocer que todavía les quedaba un buen rato de espera hasta que llegara su turno. 
—¿Qué te pareció Falion este año? —preguntó Joric.
Alicent notó algo de resentimiento en su pregunta y frunció el ceño. 
—No sé, ha estado bien… como todos los años.
Joric apretó los labios. Ahora se notaba a todas luces que estaba molesto. 
—¿Ah sí? ¿De verdad escuchaste algo? Porque te vi hablando todo el rato. 
Que Joric le hablase así la molestó. Abrió la boca para responder, pero Seth fue más rápido. 
—Alicent me estaba explicando vuestras costumbres. Es bueno ver que alguien aquí tiene educación —reprochó con frialdad. 
Aquella réplica le cayó a Joric como un jarro de agua fría. Apretó los puños mirando desafiante a Seth.
—¿Tienes algún problema conmigo, Athan? 
Seth, a su lado, se llevó una mano a la cabeza y estiró los dedos para masajearse las sienes. Alicent percibió una sonrisa irritada tras su brazo. Él suspiró y luego se quedó mirando hacia la multitud. Ella siguió su mirada y se detuvo en la antorcha. La brisa había arreciado y sacudía la llama. Cada poco, Falion alzaba el brazo para encender una vela que añadir a otra ofrenda.
—¿Yo? —Seth volvió en sí de golpe, decidido a confrontar a Joric—. Parece que eres tú quien tiene un problema. Si quieres lo hablamos en privado —retó.
Joric frunció el ceño y miró a Alicent. Esta levantó los brazos, negando, pero él sacó pecho y se enfrentó a Seth. 
—Con mucho gusto, Athan. Sígueme. 
Joric caminó siguiendo el río, yendo tras las rocas y arbustos que los ocultarían del resto. Seth lo siguió mientras ella intentaba hacerlos entrar en razón.
—Chicos no seáis idiotas, es una fiesta, no hay razón para pelear.
Pero ninguno le hizo caso.
—Cuál es tu problema, Cuervo Imberbe —empezó Seth en cuanto estuvieron lo suficientemente lejos.
Pese a la oscuridad, Alicent pudo imaginar las mejillas de Joric rojas por el comentario. 
—¿Qué me has llamado, Athan? —preguntó acortando distancias, con un tono tan chillón que a Alicent le dio la sensación de que iba a pegarle.
Una energía blanca y luminosa brotó de los dedos de Seth, envolviendo sus manos.
—Joric, basta ya… —pidió ella, intentando ponerse entre los dos, enfrentándose a él. Pero éste la apartó con gentileza para volver a encarar a Seth.
—Mi problema eres tú, Athan. No me gustas. 
Seth alzó ambas cejas.
—Yo no te he hecho nada, mocoso. Que no sepas gestionar tus celos es problema tuyo, no mío.
No parecía intimidado en absoluto por la agresividad de Joric. Alicent contuvo el aliento, preparándose para intervenir si hacía falta. Por suerte, Joric se limitó a dedicarle una mueca de asco.
—Me pareces un falso, Athan. No me gusta cómo miras, ni cómo hablas, ni cómo te comportas. Y tampoco me gusta que estés todo el rato alrededor de Alicent —espetó antes de escupir frente a los pies de Seth. 
Seth respondió con un mohín de disgusto. 
—Qué vulgar… —se limitó a comentar Seth, con tanto desdén como frialdad—. ¿Así es como educa la jarl a sus hijos? 
—¡En Morthal tenemos las formas de Morthal, y no necesitamos que venga un repeinado de la ciudad a decirnos cómo comportarnos! —exclamó Joric como un resorte. 
—Si yo fuera tú, me lo pensaría dos veces antes de hablar de repeinados.
Joric la miró buscando su apoyo pero ella tardó en reaccionar, conteniendo una risa nerviosa tras el último comentario de Seth. 
—Chicos —interrumpió, queriendo evitar que las cosas siguieran escalando—, es una fiesta. No hay ninguna necesidad de… 
De pronto, el viento rugió sobre sus cabezas interrumpiendo la conversación. Aunque la luz de la hoguera brillaba tras las rocas que hacían de cortavientos, solo el fuego de la antorcha estaba bendito. Las flores entre sus manos la hicieron recordar que todavía no había hecho su ofrenda. 
—Creo que deberíamos…
—Tal vez fue un error venir, Alicent —la cortó Seth—. Está claro que estoy estropeando la fiesta para algunos. 
Las palabras de Seth acertaron en su pecho como flechas. Por aquella riña estúpida, él no estaba disfrutando del festival y quería irse. Trató de irse, pero Alicent lo sujetó de un brazo. 
—No dejaré que te vayas por culpa de Joric. 
—¡No entiendo por qué lo defiendes! —se quejó Joric, frustrado. 
—Porque a diferencia de ti, él ha demostrado respeto por nuestras tradiciones. Y tú… Tú estás actuando por celos —reprochó ella. Estaba tan mosqueada con él, que ni se paró a pensar en cómo se sentía su amigo. 
Joric la miró herido y soltó un suspiro abatido.
—Haz lo que quieras, Alicent  —y pegó una patada a una piedra y se alejó de ellos.
—Gracias —dijo Seth en un susurro.
Alicent sonrió, pero se quedó mirando cómo Joric se alejaba. En cuanto se asomó a la multitud, escucharon la voz de Idgrod.
—¡JORIC!
Aquel grito sonó igual que todas las veces que Idgrod había visto a Joric estar a punto de hacerse daño. Joric se acercó a su hermana y empezaron a hablar, y no mucho después se giró hacia Alicent alarmado. Alzó ambos brazos y los zarandeó en el aire, para que se diera prisa.
Alicent cruzó el camino de la rivera a paso rápido, hasta alcanzarlos. Tan pronto se asomó a las rocas, vio que Falion no preparaba las ofrendas solo. Los vecinos apuraban sus propias ofrendas viendo que el fuego de la antorcha era más débil ante cada zarandeo del viento. Ella y Joric intercambiaron una mirada de pánico. 
Los dos echaron a correr. Cuando Alicent llegó a la mesa Joric estaba cogiendo dos cuencos. El viento pegó otro revés y la antorcha se apagó sobre sus cabezas, dejándolos a ambos en completo silencio. A ellos y a todos los allí presentes.
Un susurro cada vez más alto se extendió por la rivera del Hjaal hasta que Brelas, un elfo oscuro que vivía en una cabaña al noroeste de Skyrim, pronunció en voz alta lo que todos estaban pensando.
—Esto tiene que ser un mal presagio. 
Brelas estaba junto a la mesa y tampoco había hecho sus ofrendas. Alicent dejó caer sus flores al suelo, desanimada. Entonces el miedo se empezó a apoderar de ella. No fue la única; algunas voces se alzaron e incluso llegó a escuchar algún llanto. 
Miró hacia Joric tras recordar que él tampoco la había hecho, justo a tiempo de ver cómo salía corriendo hacia Seth.
—Esto es culpa tuya, Athan —acusó.
Seth, que caminaba tranquilamente en su dirección, paró en seco y se cruzó de brazos. Cuando Joric llegó hasta él, le atizó un empujón. Seth se tambaleó y recuperó la postura sin hacer amago de defenderse.
—¿Mía? Fuiste tú el que empezó.
Idgrod aceleró el paso con Alicent pisándole los talones y se puso entre ambos. 
—¡Déjalo, Joric! —ordenó—. Mamá quiere verte.
—Mierda —maldijo Joric, pasándose una mano por el pelo—. Va a matarme. 
Joric les dio la espalda y se alejó. Idgrod se despidió con mirada antes de seguirlo. Hasta ese momento, Alicent no se dio cuenta de que la gente los miraba. Entendió por qué cuando atendió a los cuchicheos. 
—No puede ser coincidencia que primero llegue el chico y luego se apague la antorcha —comentó Uthna a su esposo Hroggar.
Se giró hacia Seth preocupada por cómo podría sentarle aquello y se sorprendió al darse cuenta de que tenía la atención puesta en otra parte. Siguió su mirada y se encontró la de Falion puesta en él, cargada de dudas. Cuando Seth volvió sus ojos a ella, Alicent fingió que no se había dado cuenta.
—¿Estás bien? —le preguntó Seth, ladeando la cabeza—. Pareces preocupada. 
—Yo… —musitó, con los hombros hundidos y lágrimas en los ojos—. Mi ofrenda… 
—Ha sido mi culpa —dijo Seth con arrepentimiento. Puso una mano en su hombro, la atrajo contra su cuerpo y la abrazó—. Lo siento. Hagamos una cosa. Te prometo que no dejaré que te pase nada.
Alicent alzó la cabeza sobre su pecho y le sonrió con timidez. 
—¿De verdad? —preguntó con un hilo de voz.
—De verdad. —Seth sonrió.
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decayinggracerpg · 8 months
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"Ven, acércate y escucha los orígenes de nuestro humilde hogar."
Meses antes del tratado de anexión de Corea a Japón, la presión del ejército japonés se podía sentir de manera asfixiante en cada esquina. Muchos eran conscientes de cómo su futuro se vería truncado en cuanto el control de su vida estuviera en manos ajenas. Por ello, cuatro familias decidieron reunirse cada noche para preparar un plan de escape llegado el momento. El tiempo pasó más rápido de lo esperado y la misma noche del 22 de agosto de 1910, cuando los temores fueron confirmados, las cuatro familias abandonaron su hogar en mitad de la noche, escabulléndose entre las sombras para nunca más ser vistos. La travesía fue cruel; durante los siguientes seis meses, pasaron hambre, frío, enfermedades y pérdidas de niños pequeños bajo las inclemencias del tiempo. Pero cuando el cielo estaba más oscuro, una pequeña estrella brillante centelleó, marcando un lugar. Los supervivientes se encaminaron hasta allí y se toparon con un pequeño remanso de paz oculto entre las colinas del Este del país. La naturaleza era vibrante y la tierra fértil; era el lugar ideal para fundar Saesijak (nuevo comienzo). Durante los siguientes 35 años, el pueblo se convirtió en una leyenda que inspiró a muchos a salir de su hogar y embarcarse en su búsqueda con el sueño de obtener una vida mejor. Un símbolo de esperanza.
Con el final de la ocupación japonesa, los rumores sobre el idílico paraje fueron tomando fuerza, provocando una expansión del terreno para acoger entre sus calles a eruditos, artistas y viajeros que buscaban inspiración y tranquilidad. También se convirtió en el plan "B" de muchos jóvenes que, incapaces de acceder a una buena universidad, decidían probar suerte en la Universidad de Huimanggye, ubicada a 20 kilómetros del pueblo, famosa por sus excesivos alquileres y por acoger a cualquiera capaz de pagar la tasa de matriculación.
El lugar se hizo famoso por sus bosques, lagos y sus tradicionales casas de techo de paja, pero también por las leyendas urbanas que se fueron creando en torno a ciertos sucesos sin resolver, que han empañado el significado original de la fundación de Saesijak y que han sido catalogados como una maldición por unos pocos, mientras otros hablan de publicidad barata para aumentar la popularidad perdida durante los últimos años.
Afortunadamente, de una forma u otra, sí han sabido sacar provecho de las habladurías, atrayendo cada año a un grupo bastante amplio de estudiantes de lo paranormal y amantes del terror que aseguran haber visto figuras extrañas en diferentes zonas del pueblo, volviendo cada vez más difusa la línea entre la realidad y la ficción.
Debido al revuelo, las autoridades locales han emprendido investigaciones para descubrir la verdad tras estas extrañas apariciones, mientras los habitantes de Saesijak se enfrentan a la creciente sensación de que algo oscuro y perturbador se gesta en las sombras de su apacible hogar.
Amidst the Shadows, mysteries unfold, revealing tales untold by the light of day.
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«El paraíso, el espacio exterior», Mariano Blatt.
El Paraíso, el Espacio Exterior, un viaje en lancha por el Río de la Plata, una charla confusa con un perro, 3 pibes caminando por el medio de la calle. El olor de una panadería, de un porro y de después de coger en verano. Una buena mesa en una pizzeria. Un vaso de cerveza, un chico en cueros. Un pibe con cara de drogado en el subte. Un ventilador de esos de pie que me tira aire a mí, a vos, a él, a vos, a mí de nuevo y así toda la tarde. El Paraíso, el Espacio Exterior, un camino entre árboles re altos, las siete de la mañana, una pila de libros, varios pibes jugando a la pelota en un descampado y otros destrozados por la droga y por el amor, especialmente por el amor. El Paraíso, el Espacio Exterior, una foto de un lugar abierto, el ruido que hacen las estrellas y el que no nos dejan hacer. Gente del otro lado del alambrado. Los diferentes tipos de drogas que usamos para estar bien, el sol dándote de lleno en la parte de arriba de la cabeza.
El olor de una pileta techada, la luz en el vestuario de chicos, los chicos. Un buen nadador, un chico del interior andando en motito de delivery. Un montoncito de yerba usada tirada atrás de un campo de deportes. Un pibe con buzo de Tigre andando en bici por la plaza de Lobos. Un campo de deportes a las cinco de la tarde. El Paraíso, el Espado Exterior, un chico re lindo bailando re. La luz de una estrella, la de muchas, un pibe extasiado mirándote de cerca a los ojos y otro con cara de extasiado buscando perdido a su grupo de amigos. El Paraíso, el Espacio Exterior, un buzo de los Minessota Timberwolves. El primer día de vacaciones de cuando tenías diecisiete y se te marcaban los abdominales. El montoncito de mochilas en la playa, un pibe dándole la mano a otro. El Paraíso, el Espacio Exterior, el olor de fumar porro los sábados a la tarde. Una casa con las ventanas abiertas, las cerámicas frías de la cocina, una pileta en la parte de atrás.
El Paraíso, el Espacio Exterior, el viento del Río de la Plata en la rambla de Montevideo, un pibe rubio de ojos negros haciendo juego consigo mismo y la camiseta de Peñarol. El olor del barro seco entre los tapones del botín, el pantaloncito de fútbol manchado con pasto, una droga nueva muy rica que viene en gotero. El Paraíso, el Espacio Exterior, la sensación de empezar a estar drogado en una super fiesta, una foto del campo a las cinco de la tarde, un amigo pasándote el brazo por atrás de la cintura para empezar a saltar juntos. El Paraíso, el Espacio Exterior, un chico en la cancha de Quilmes agitando una bandera de palo de Argentinos. Un jugador de fútbol bailándole cumbia al banderín del córner, un puente muy largo de cruzar. Gente saltando porque su equipo va ganando, un policía más chico que vos revisándote los bolsillos. Quince micros parados al costado de la ruta a cincuenta kilómetros de entrar a Córdoba, unos pibitos que estuvieron tomando Fernet todo el viaje jodiendo a unas vacas para matar el tiempo, un policía cordobés yéndolos a buscar. Una foto desde el cielo, la hinchada visitante cantando mucho más fuerte que la local. El Paraíso, el Espacio Exterior, la única forma de entrar a un lugar. Un pueblo de pocos habitantes, un camión heladera llevando lácteos al almacén, los yogures, el chico que los descarga, un billete de dos pesos volando en el medio de cualquier lado. El Paraíso, el Espacio Exterior, la terraza de un edificio, la parte más alta. Una buena manera de empezar a bailar, saber que tenés más éxtasis en el bolsillo del pantalón. Una charla graciosa con un amigo, dos pibes hablando con los anteojos puestos, siete amigos bailando exactamente igual por un ratito , 3 pibes caminando por el medio de la calle. E l Paraíso, el Espacio Exterior, una escalera que no termina nunca más, un amigo jugando al ajedrez contra la máquina, un pibito que no entiende lo que está pasando. La droga de los buenos, la de los mejores,
la de los increíbles. Una foto satelital de altísima resolución, un chico haciéndote una pregunta interesante. Un abrazo sincero. Muchos recuerdos juntos que te hacen cosquillas en las piernas. El Paraíso, el Espacio Exterior, un chico con los ojos cerrados, unas zapatillas para saltar mejor. Un perro de la misma raza que el chico que te gusta, un amigo hablándote del campo a las cinco de la tarde y en el momento en que iba a escribir que tomaba mate tomo mate. El Paraíso, el Espacio Exterior, un chico imitando el ruido del viento con la boca, una esquina mal iluminada. Dos pibes con capucha fumando porro. Un poema que empieza y termina como vos querés. El Paraíso, el Espacio Exterior, un chico que te lo jura por dios, una canción que viene con un sonidito increíble. Un sueño re lindo, un m omento agradable para estar en. El Paraíso, el Espacio Exterior saber que está todo bien. Un chico con un tatuaje de Michael Jordan, una pastilla que te pone como superhéroe. El Paraíso, el Espacio Exterior, un pibe bailando con las mejores zapatillas, un tema que te da ganas de vivir y otro, que viene después, que te da ganas de vivir más arriba. El Paraíso, el Espacio Exterior, un festejo de gol que no te vas a olvidar nunca más, los mejores chicos para estar enamorado de. Un poema fácil de escribir, un chico re lindo de ver sin remera, ' un arquero que achica bien en el mano a mano. El Paraíso, el Espacio Exterior, la sonrisa de éxtasis más grande de la fiesta, mucha gente levantando las manos al mismo tiempo. Estar bien, estar re bien. El árbol más alto del pueblo, un tema que te hace despegar. El Paraíso, el Espacio Exterior, una carrera de acá a la esquina, una cosa que se me acaba de ocurrir, un poeta con la mirada puesta en
Las cosas que nadie entiende. Una lancha que te lleva a mil lugares que querías conocer, media pastilla de éxtasis en el bolsillo de la campera que más te gusta, una cosa interesante que te quería contar. El Paraíso, el Espacio Exterior.
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unahistoriayuncafe · 1 year
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"Un Amor Eterno"
Capítulo 1: "Encuentro en el Pueblo"
En un apacible pueblo donde el murmullo de la naturaleza se entrelazaba con la calma de sus habitantes, dos almas destinadas a cruzarse se encontraron. Sofía, una joven de mirada intensa y sonrisa radiante, paseaba por las pintorescas calles de aquel lugar. Por casualidad, o quizás por el capricho del destino, se topó con Diego.
Diego, un chico de espíritu libre y corazón cálido, se encontraba sentado en un banco del parque, contemplando el vuelo de las aves. Sus ojos se encontraron y el tiempo pareció detenerse, como si el universo les estuviera dando un momento especial para reconocerse.
Una tímida sonrisa se dibujó en los labios de ambos. Hablaron sin cesar, compartieron risas y descubrieron que tenían más en común de lo que imaginaban. Entre juegos de palabras y miradas cómplices, el amor empezó a tomar forma.
Desde aquel encuentro fortuito, sus días estuvieron llenos de paseos por las colinas, tardes en el lago y noches bajo un cielo estrellado. Cada momento a su lado se convertía en un recuerdo preciado en sus corazones.
Así comenzó la historia de amor entre Sofía y Diego, una historia que trascendería el tiempo y enfrentaría desafíos impredecibles. El pequeño pueblo se convirtió en testigo de un amor que parecía destinado a perdurar, sin importar las tormentas que la vida pudiera depararles.
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groriatrevi10xx · 2 years
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✨...Mundo Oscuro...✨
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el-vakero · 2 years
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La leyenda del ojo de venado
Chuin y los habitantes de Xichú se consideraban protegidos por los dioses, ya que todo era felicidad y abundancia en el poblado. Mas un día llegó hasta ellos un Sajoo (hechicero), quien al contemplar la bella juventud de Andonei, brillándole los ojos misteriosamente, profetizó: -¡Qué bella es la flor del valle, y qué feliz su poseedor!; pero no tardará el día en que el río tragará su vida y entonces será todo sufrimiento y aflicción en este lugar. Andonei, asustada, buscó los ojos del agorero, preguntándole: -Sajoo ¿puedes decirme cuál será la causa de mi próxima muerte? -De lejos vendrá un hermoso guerrero que te embrujará con la mirada. Por él despreciarás el amor puro de tu esposo. Todo lo olvidarás; todo lo abandonarás por seguir tras sus ojos brujos que te causarán la muerte.
Cuando Chuin supo del agüero del Sajoo montó en coraje ordenando al instante que fuera arrojado del pueblo el viejo hechicero y abandonado en lo más intrincado del bosque, en espera de que las fieras lo despedazaran.
Pasó el tiempo y ya nadie se acordaba de las amenazas del Sajoo, cuando de las montañas cubiertas de bosques llegó el aguerrido guerrero tenochca: Coyoltótotl, seguido de un gran ejército. Chuin acudió a recibirlo con los honores que correspondían a un embajador del emperador Moctezuma Ilhuicamina, al mismo tiempo que el cielo azul y transparente fue surcado por infinidad de rayos, cuyos espantosos truenos produjeron pavor en los habitantes del poblado.
Andonei se vio en la necesidad de agasajar a tan noble guerrero, cuya apariencia física y trato era hermoso; pero la belleza de sus ojos color de miel, tenía algo maléfico. Un día, Chuin se alarmó mucho cuando sorprendió la palidez y el ofuscamiento de su esposa ante la enigmática mirada del guerrero mexica. El tiempo transcurrió y Andonei decidió ir a bañarse al río donde contaba con un espacio especialmente acondicionado para ella. Más cuando se disponía al deleite del manantial salió Coyoltótotl mirándole intensamente las pupilas, logrando que la joven se sintiera paralizada y alucinada. El guerrero se acercó cada vez más hasta tomarla entre sus brazos, sin que la joven intentara evitarlo y acabando por besar ávidamente los frescos labios de la mujer; para después conducirla a lo más intrincado del bosque.
La noche cayó sobre el pueblo, pero la esposa de Chuin no regresaba… Se le buscó incansablemente, pero ella no respondió a los angustiosos llamados. Chuin, intimidado por el canto lúgubre del tecolote, recordó las predicciones del hechicero, cuando a lo lejos reconoció el timbre dulce y arrullador de su amada esposa, la cual pronunciaba palabras de amor. Cuando llegó al lugar de donde se escuchaba la voz, enloqueció de coraje al verlos fusionados en un abrazo de pasión; furioso, clavo su afilado puñal en el corazón del guerrero ojos de brujo. No importando lo desangrado que estaba su rival, decidió a arrancarle los ojos, clavándolos en el tronco del árbol más cercano. De pronto, Andonei despertó como de un largo sueño y al contemplar el cuerpo de Coyoltótotl a sus pies, echó a correr camino al río, y allí donde la corriente era más turbulenta y peligrosa, se precipitó a ella. ¡El augurio del viejo Sajoo se había cumplido!
Los años pasaron, y aquel árbol que nunca había florecido un día dio flores y fruto. Era un fruto que semejaba ojos humanos. Los Sajoos que saben interpretar el lenguaje de las cosas descubrieron el secreto. ¡Eran los ojos de Coyoltótotl que el cacique Chuin había clavado en su tronco! Ellos llegaron también a saber que los dioses, benignos y comprensivos, les volvieron a dar vida con cualidades mágicas. Aún en nuestros días, los yerberos y hechiceros a ese fruto misterioso le llaman Cuauhixti, el cual buscan para recoger su semilla, que actualmente le llaman “ojo de venado”, la cual aseguran sirve para “ahuyentar el mal del ojo” y "para la caza segura de venado.
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rvacts · 1 year
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* TITULAR : LA NOCHE INFINITA .
En el desenlace de los sucesos del festival de la cosecha, los últimos rayos de sol tiñen las calles del pueblo con tonalidades ambarinas y carmines, la incertidumbre conduce a los lugareños y visitantes por igual a preguntarse qué ha sucedido, ahí cuando la rutina se rompe y las barreras de lo real se difuminan, como pueden, aquellos que encontraron su hogar dentro del pueblo o se ven obligados a quedarse, vuelve a casa con el deseo de cerrar el día con un sueño tranquilo.
Sucede en la madrugada, un rugido furioso que rompe con la serenidad de la noche, mientras las estrellas vigilan silenciosamente en el cielo nocturno, de repente, sin previo aviso; una tormenta eléctrica se desata en el horizonte, iluminando con relámpagos y retumbos de truenos el paisaje entumecido. Con la mayoría ajenos a la tormenta, el pueblo permanece en un estado inerte, sin imaginar que la naturaleza tiene un plan reservado para los incautos. Un rayo impacta en una torre cercana, desatando una descarga que atraviesa los cables y transformadores, y como resultado: la energía eléctrica se corta en todo el pueblo.
Al amanecer, los primeros rayos de sol se filtran tímidamente por las ventanas, y los pobladores se despiertan en un silencio inusual, sin el acostumbrado zumbido de los electrodomésticos en el aire. La realidad de la noche anterior comienza a tomar forma, la noticia del apagón se propaga rápidamente, y es confirmada una hora después, durante la reunión matutina de emergencia convocada por el ayuntamiento. Y la pregunta que nace entre la multitud congregada, porque resulta imposible ignorarlo; ¿son víctimas de un simple fallo eléctrico o hay algo más en juego?
En Real del Valle descubren que el verdadero enigma no radica solo en la falta de electricidad, sino en las posibilidades ilimitadas que existen en la oscuridad. ¿Qué secretos se ocultan en las sombras de Real del Valle? Solo aquellos dispuestos a explorar podrán encontrar las respuestas.
En medio de la penumbra, cuando las sombras se alarguen y cobren vida propia, ¿quiénes lograran sobrevivir a la oscuridad?
Notas a pie de página:
¡Bienvenides a la noche infinita! El pueblo ha entrado en estado de emergencia debido a los estragos provocados por la tormenta eléctrica. En personaje, el apagón tendrá una duración de cinco días, con la luz regresando al pueblo en la mañana del sexto día, los servicios de telefonía e internet se encuentra inutilizables durante este periodo. Para que todes estemos en la misma página, les dejamos una rápida lista de acontecimientos que tuvieron lugar en el pueblo desde él la aparición de los espectros hasta el quinto día sin energía eléctrica:
Luego del festival de la cosecha: aquellas personas que se desvanecieron fueron llevadas al centro de salud y pasaron la noche en el sitio. La mayoría de los habitantes decidieron volver a casa luego del encuentro con los seres extraños.
Primer día sin energía eléctrica: temprano en la mañana, el alcalde convoca una reunión de emergencia, en esta comunica el estado actual del pueblo, pero se niega a responder cualquier pregunta relacionada a los sucesos del festival. Informa también, que, dentro de unas horas, será entregado un paquete se supervivencia a cada uno de los habitantes de Real del Valle. ( Nota: el paquete contiene baterías, encendedores, velas, una linterna de baterías, una radio de baterías, botellas de agua, comida enlatada y un pager ) .
Segundo día sin energía eléctrica: la mayoría de los negocios parecen detenidos, especialmente aquellos dedicados a la comida y bebida, lo cual genera una sensación de irritación general entre los habitantes.
Tercer día sin energía eléctrica: con los ánimos caldeados, Estella Tsai aprovecha el momento para hacer sus primeras jugadas dentro del pueblo. Mientras, sin noticias del regreso de a luz, el Centro de Salud pide voluntarios para poder encargarse de los sus residentes permanentes.
Quinto día sin luz: Acusaciones extrañas comienza a plagar el pueblo, distintas teorías de, no solo el apagón, sino que también de la aparición de los espectros comienza a emerger, provocado por las tensiones y roces provenientes de las condiciones extremas.
Otras consideraciones:
La forma de interacción para esta actividad será por medio de starters abiertos, a los cuales podrán darle reblog en el blog de starters ( @rvstarter ). Cuando sientan que han alcanzado notas suficientes pueden retirarlo del blog sin problemas.
Recuerde que también pueden subir un selfpara o headcanons de lo que sucedió con sus personajes durante y después de los espectros, pueden etiquetarlo con #realdelvalletest y/o etiquetar este blog ( @rvacts ) en caso de que deseen que se rebloguee.
Los starters pueden estar ambientados en cualquiera de los cinco días sin electricidad, mencionados anteriormente, solo recuerden que existirán intervenciones a lo largo de estos días. Dejamos el cuarto día abierto para darles más libertad.
También puede realizar una edición de la vestimenta de sus personajes a través de estos caóticos días y rebloguearla en el blog de ediciones ( @rvedit ). No existe un código de vestimenta para este evento.
En caso de que aun no hayan recibido en enlace para ser miembro de dichos blogs, por favor, acérquense a la administración para arreglarlo lo antes posible.
Esta actividad tiene previsto durar desde el día de hoy, lunes 22 de mayo hasta el domingo 4 junio, dándole una extensión total de 14 días.
Les pedimos que para esta ocasión, por favor, que estén atentes a este blog de actividades por las futuras intervenciones y al blog de interacciones ( @rvpnjs ) .
Si leíste hasta aquí, déjanos un corazón en la publicación, y sin más, ¡esperamos que se diviertan y sus olviden llevar una linterna encima!.
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elvelorio · 2 months
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#7: Una melodía de abril
Un día de abril de 1859, el pueblo de Loxley recibió un regalo enigmático: un piano de cola negro como la noche. Había sido enviado por un desconocido benefactor, cuyo nombre y motivo permanecían en el anonimato, dejando a los habitantes del pueblo tanto intrigados como inquietos. La noticia de su llegada se propagó rápidamente, y todos en el pueblo estaban ansiosos por ver y escuchar la maravilla que había llegado a su hogar.
Victoria, la joven y talentosa pianista del saloon, quedó inmediatamente cautivada por el instrumento. Desde el primer momento en que sus dedos tocaron las teclas de marfil, Victoria supo que este piano era extraordinario. Su sonido era rico y profundo, con una resonancia que parecía vibrar en el alma y una afinación ligeramente desviada que fascinaba a todos los que lo escuchaban. Durante tres días, Victoria deleitó al pueblo con melodías que rozaban lo sublime. 
Pero en la noche del cuarto día, todo cambió.
Notas imposibles y acordes que desafiaban la comprensión humana, nacieron de las entrañas del instrumento. El piano tocaba solo, con sus teclas moviéndose frenéticamente bajo dedos invisibles. Mientras la melodía, hermosa y terrible a la vez, resonaba en la noche, las sombras comenzaron a moverse. De la oscuridad emergieron unas criaturas que alguna vez fueron humanos, ahora transformadas por una fuerza incomprensible.
Los acechadores eran visiones de pesadilla. Sus cuerpos, deformados y estirados, estaban cubiertos de carne putrefacta y sangre seca. Extremidades alargadas terminaban en garras afiladas de hueso astilloso, capaces de desgarrar carne con facilidad. Sus rostros sin ojos, apenas reconocibles como humanos, estaban distorsionados en muecas de agonía eterna.
Guiados únicamente por el sonido del piano, se movían de forma antinatural, a veces arrastrándose por el suelo, otras veces corriendo con una velocidad imposible. Algunos tenían múltiples extremidades que se retorcían de manera independiente, mientras que otros parecían haber fusionado partes de sus cuerpos en configuraciones grotescas.
El terror se apoderó de Loxley. Los gritos de los habitantes se mezclaron con la melodía demoníaca del piano de cola mientras los acechadores comenzaban su festín macabro. Con cada víctima que caía, un nuevo acechador se levantaba, transformándose en cuestión de minutos ante los ojos horrorizados de los testigos.
Cuando el amanecer llegó, Loxley se había convertido en un matadero a cielo abierto. Cuerpos cercenados yacían en las calles, algunos aún en proceso de deformación, otros tan mutilados que no eran más que trozos de carne y huesos esparcidos por el suelo. El piano, por fin, había quedado en silencio.
Desde ese día, en las noches sin luna, el piano a veces vuelve a tocar su melodía maldita, con sus notas resonando en las calles vacías de un pueblo fantasma marcado por el horror. Y con cada acorde infernal, los acechadores emergen de las sombras, atraídos por la música como polillas a la llama. El piano sigue llamando, y los acechadores siempre responden.
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julian-bellialt · 2 months
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“EL ANIME”
La noticia retumbo en un eco por todo el lugar, el nuevo “anime” llegaría pronto. Según la sinopsis, en esta nueva entrega que se situaría en alguna parte de la tierra, dos grandes rivales llevados por el tiempo lucharían entre sí, en pos de reclamar algo que yacía escondido en el pasado, masacrando y aniquilando clanes que servían para cada una de las naciones rivales, todo esto suscitado por una entidad que simulaba a una deidad muy poderosa proveniente de muchos lugares alojados en el universo. Todos estaban extasiados por tal noticia, pronto se empezaría a emitir dicho “anime” que lleva por nombre “Dai akuma” o “el gran satán” en español. La lucha entre dos naciones en donde una reclama su derecho por una ley que se había establecido hacía muchos años, y la intervención de una potencia de habla inglesa al intentar mediar usando su poder destructivo apoyando a una de ellas, dejando como resultado centenares ríos de sangre de niños refugiados y de personas inocentes. Constituyendo una amalgama de sentimientos llevados por la oscura tristeza que reincide en despreciar tales actos. Todos en el universo estaban pendientes de como dos naciones se destruirían entre sí en el planeta tierra, todos verían como niños israelíes y palestinos caían en detonantes bombas que mutilaban no solo su cuerpo si no su alma y en como estelas de aire candente se paseaban por los cielos para luego destruir todo a su paso. Para todos los habitantes de las diferentes dimensiones del universo, ver tales actos era como ver hoy en día, la malévola existencia de seres escondidos en personajes ficticios, haciendo uso de su poder para destruir y diezmar a pueblos solo por saciar la necesidad congénita de contar una historieta al cual se le llama “anime”. Y aquella deidad que tanto le temían, era por supuesto aquel ser que pocos conocen, pero de los que muchos afirman haber existido siendo el detonante artífice de muchas muertes en lo que el tiempo del pasado, presente y un futuro atronador, recaía en su nombre en multifacéticas facciones del mundo. El nombre de este ser o hombre o entidad o deidad, era por supuesto… “DIOS”.
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synnara-rpg · 2 months
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Historia de Synnara.
Circa 1300.
Las Energías Universales son el principio de todo. Son el inicio de la vida, la fuerza celestial que creó y moldeó el mundo con la esperanza de que la luz y la armonía contrastasen la oscuridad eterna del cosmos: su más ambiciosa creación fue bautizada como Galatea, que en el idioma olvidado de los antiguos significaba "el poder, la convicción de seguir adelante". Las Energías crearon el aire y la luz, crearon la brisa, la hierba y el mar; erigieron montañas mucho más altas de lo que cualquier ser viviente alcanza a ver, océanos profundos y bosques tan frondosos que hasta el explorador más experto podría perderse en ellos. Sus ambiciones eran puras, y los ciudadanos de este ambicioso proyecto celestial reconocían el esfuerzo de sus dioses por ofrecerles la mayor calidad de vida posible; colonias y civilizaciones de todo tipo de seres humanos y criaturas se extendieron a lo largo y a lo ancho del planeta: los seres acuáticos crearon ciudades submarinas y los naturales se establecieron en bosques y montañas. Los ángeles se establecieron más allá de las nubes y los demonios tomaron posesión del núcleo terrestre y los infiernos mucho más inferiores a él, declarándolos territorio infranqueable.
Cada ser encontró su lugar... o quizá no.
¿Qué pasaba con el cíclope de tres metros que no adquirió la capacidad de pensar ni el nivel de raciocinio de un ser humano? ¿Qué pasó con el dragón peligrosamente territorial, el animal de piel pútrida al que todos rehuían, o con el goblin que nunca encontró su lugar en ninguna de las colonias existentes? Aquellos etiquetados como monstruos se dieron cuenta muy rápido de que en toda la luz y la esperanza de Galatea no había hueco para ellos. Habían sido excluidos del esplendor de Galatea sin que se les hubiese ofrecido la más mínima oportunidad de formar parte de ese mundo. La sed de venganza pronto se apoderó de ellos, que jamás habrían podido hacerles frente a los humanos por separado... y por eso decidieron aliarse. En los bajos mundos de Galatea, aquellos con la mano perdedora empezaron a tramar un golpe letal para el planeta.
Los humanos, sin embargo, estaban demasiado ocupados venerando a los dioses y disfrutando las recompensas de su fe como para darse cuenta del peligro que acechaba desde las sombras. El regalo divino los había cegado de tal forma que no podían ni siquiera considerar la posibilidad de que todo lo que habían conseguido durante siglos pudiese destruirse tan fácilmente.
Nadie pudo augurar la llegada del desastre. La poca vigilancia que guardaba los límites de los diferentes territorios no pudo sino observar con auténtica impotencia cómo ejércitos enteros de monstruos consumidos por la ira y la hostilidad se acercaban cada vez más y más a los diferentes núcleos urbanos con la intención de arrasarlo todo a su paso y sin preocuparse de disimular sus intenciones lo más mínimo. Cualquier tipo de aviso de alerta llegó demasiado tarde: los monstruos atravesaron en grandes hordas todas las defensas que delimitaban Synnara del resto de territorios. Sus habitantes no pudieron sino observar, horrorizados, cómo criaturas de hostilidad sin precedentes arrasaban con todo a su paso — con todo y con todos; el pueblo no estaba preparado para enfrentarse a esa lucha. La falta de amenazas no había despertado en los habitantes de Synnara la necesidad de entrenarse para la lucha, y por eso todo lo que podían hacer era arrodillarse ante aquellos que hasta entonces habían asegurado su bienestar.
¡Energías! ¡Energías Universales!
¡Rogamos por piedad! ¡Os rogamos por ayuda!
Las Energías no tardaron en responder ante el desesperado llamado de sus fieles seguidores, que caían rápidamente ante la furia desmedida de aquellos bautizados como Ejecutores. La única fuerza capaz de detener aquel grotesco baño de sangre fue un intenso haz de luz que iluminó por completo el cielo nocturno, un destello surgido de los confines más profundos del universo. La luz cayó sobre el centro de Synnara y el suelo tembló con la furia de los dioses, ofendidos por haber manchado su perfecta creación. Los monstruos observaron con impotencia cómo una fuerza inexplicable los inmovilizaba en posición, manos y pies siendo absorbidos por un vacío tan oscuro y tan profundo que sólo podía describirse como angustia pura. Los ciudadanos que habían conseguido sobrevivir a la masacre observaban, atónitos, cómo esa energía oscura se tragaba a sus enemigos; sus gritos y súplicas por piedad fueron en vano, y sus voces terminaron desvaneciéndose en el aire, precediendo a un silencio sepulcral mucho más doloroso que el revuelo de la guerra.
Los ejecutores habían sido sellados para siempre.
Circa 1900
Había pasado ya demasiado tiempo desde el ataque de los Ejecutores. Lo sucedido permanecía en la memoria de los habitantes de Synnara como poco más que un suceso del pasado, uno que, si bien había moldeado su estilo de vida actual, ya no les afectaba como lo había hecho a las generaciones pasadas. Estudiar, conocer y venerar a las Energías Universales seguía siendo obligatorio para cualquier ciudadano en edad estudiantil, ya que los sabios de Synnara consideraban imperioso que todo el mundo conociese la voluntad salvadora de aquellos que en su momento permitieron que la vida siguiese su curso con normalidad.
En el centro de Nydarim, la ciudad de los estudios y el conocimiento, se erigió una gran catedral destinada al culto de las Energías. En lo más profundo de la misma y sólo para el conocimiento de unos cuantos, se custodiaba un objeto de un valor incalculable: el Núcleo Vitalicio, una esfera de brillo deslumbrante que se había formado tras la caída del rayo de luz que inició el sellado de los Ejecutores. La esfera se asociaba a los dioses y a su poder, y se decía que guardaba no sólo el poder de las Energías sino que era aquello que aseguraba que el sello de los Ejecutores se mantuviese intacto.
Por desgracia, limitar el acceso a información tan importante no resultaba tan fácil como pudiese parecer. Los ciudadanos empezaron a hablar de ese misterioso objeto custodiado en la Catedral: algunos afirmaban que era el presagio del desastre, otros, que era la mismísima alma de las Energías y que los sabios pretendían mantener la corporeidad de sus dioses fuera del alcance del pueblo. Un debate de lo más delicado estalló en Synnara: algunos afirmaban que todo el mundo debería de tener acceso a un emblema tan poderoso; otros afirmaban que, después de lo sucedido con los Ejecutores, lo más seguro era deshacerse del Núcleo para evitar sorpresas indeseadas.
Quince minutos fueron suficientes para causar un daño irreparable y convertir el mundo en una versión muy distinta a la que hasta entonces conocían los habitantes de Synnara. Los altos mandos de la ciudad, ansiosos por obtener el poder de los mismísimos dioses, planearon un ataque sorpresa para robar el núcleo y así obtener el control absoluto de Synnara. Los ladrones consiguieron llegar al altar del núcleo, pero, en el momento en el que el orbe abandonó su altar, un frío indescriptible cubrió la sala sagrada por completo.
Los ladrones se dieron cuenta en ese momento de que, hiciesen lo que hiciesen, ya no había vuelta atrás.
El cielo se cubrió de nubes negras, y los mismísimos cimientos del suelo empezaron a temblar de pura ira. Las Energías Universales, dolorosamente ofendidas tras haber visto cómo los humanos desafiaban los límites impuestos por los dioses, castigaron su egoísmo con el peor desenlace posible: la ruptura del sello fue inminente, y de un vacío de profundidad aparentemente infinita, empezaron a surgir monstruos de todos los colores y tamaños, todos diferentes pero con un único objetivo en común — finalizar la destrucción de la que les habían privado siglos atrás.
Los Ejecutores arrasaron con todo a su paso. Las fuerzas militares, una vez más, no estaban preparadas para responder a su amenaza. Los ciudadanos, soberbios, arrogantes y decididos a ignorar que lo que estaba sucediendo era culpa de su envidia y su inconformidad, suplicaron una vez más por la ayuda de las Energías.
En esa ocasión, sin embargo, no hubo respuesta, ni rayo de luz, ni agujeros negros ni sellos salvadores. Los habitantes sólo recibieron silencio, y la desesperación tomó control de una sociedad que se arrepintió por sus actos demasiado tarde.
Es vuestro momento.
En lo más alto de la Catedral, tres figuras observaban el desarrollo del desastre con total indiferencia. Si decidieron actuar en contra de los ejecutores no fue porque creyesen que la ciudadanía se lo merecía, sino porque no estaban dispuestos a presenciar cómo la mejor creación de las Energías se derrumbaba de esa forma tan injusta.
Así fue como las Leyendas de Synnara frenaron el caos.
El sonido de la campana de Méraki calmó la furia de los Ejecutores, confundiéndolos y obligándoles a bajar la guardia. La gran espada de Selene cortó cuellos y atravesó corazones, y los animales salvajes de Aramil forzaron a las hordas enemigas a retroceder más allá de las murallas urbanas. Las leyendas viajaron entre territorios durante días, semanas, quizá meses; arrasaron con todos los Ejecutores que se atrevían a atravesar los límites de las ciudades hasta infundirles el miedo suficiente como para obligarlos a permanecer en bosques y periferias, a esconderse allí donde no supusiesen un peligro para la ciudadanía.
Vítores y halagos rodearon a las Leyendas, que fueron las únicas en ser capaces de detener el ataque. Ignoraron el agradecimiento vacío de la sociedad, pues los consideraban culpables de lo sucedido. A partir de ese momento, el futuro de Synnara dependería de sus habitantes.
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westzonda · 2 months
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Hallo la paz en la lluvia
Puede escuchar las armonías en las teclas bajo las yemas ajenas, sus ojos cerrados y sus oídos dejándose invadir por la dulce melodía. Las notas acarician sus mejillas como los rayos de sol en una mañana de invierno, recordándole a sus días de infancia, a los desayunos de su madre. Puede sentir un par de brazos invisibles rodearla, extensiones del alma de su amada que ha decidido tocar para ella en aquella tarde de lluvia.
“¿Qué sucede?” El sonido se detuvo. Tardó unos segundos en separar sus párpados y dirigir su mirada a la joven frente al piano. Una sonrisa le espera de su parte.
“Tus hermanas aborrecen los días de humedad, siempre esperando ver el sol brillar de nuevo. Me maravilla el contraste entre sus sentimientos con respecto a los días como hoy.”
“Por suerte ellas no están aquí” Bromeó. Instantes tardó la portadora de dorados cabellos en volver a llevar sus manos a las teclas del tallado piano.
Su mente divagó entre las notas de quien consideraba su alma gemela, esquivándolas para escapar del otro lado del cristal y empaparse en las gotas que caían del cielo. ¿Haría frío? ¿Haría calor? ¿Sería demasiado riesgoso que saliera a averiguarlo? No podía dejarla sola junto al piano, mas la tentación por recorrer las calles bañadas en lágrimas celestiales parecía más fuerte que ella.
Dos golpes en la madera.
“Despierta, ya llegamos.”
Abrió los ojos, los cuales estaban directamente enfocados en el yute que rodeaba sus muñecas. Podía percibir el rojo de la piel irritada, así como el ardor de sus orbes, producto de una noche de mal sueño. Si es que realmente había podido dormir algo, a esta altura no recordaba si lo había hecho.
“Todo está listo, capitán” Escuchó por lo bajo – no hablaban en escaso volumen, era una consecuencia de la lejanía con el mundo exterior, así como su poca concentración en lo que pasaba a su alrededor.
La puerta se abrió y sintió que su brazo era tomado con fuerza por alguien de mayor altura. De mayor contextura, también. Llevaba la misma armadura precaria que los pocos soldados de su pueblo, la misma que había visto en otros victimarios que habían acabado con la vida de otros inocentes.
Inocente. Era inocente. No habían pruebas en su contra más que los rumores de la gente. A nadie le importaba.
Sus pensamientos estaban perdidos en el aire, en la brisa que rodeaba su cuerpo, en la respiración de los habitantes que invadían la plaza central de su pueblo. De su hogar. O del que, hasta hacía poco, había creído que era su hogar.
Tironeo tras tironeo lograron que llegara a una pequeña estructura, mucho más alta que los espectadores. Espectadores, que horrible era verlo de ese modo – corazones abrumados por un miedo irracional, que solo observaban a los falsos culpables ser castigados de crímenes que no habían cometido. Que nadie había cometido, porque eran crímenes improbables, inválidos, inexistentes.
“¿Últimas palabras?” Podía sentir el aliento del verdugo a su lado, quien le sacaba varios centímetros de alto y de ancho. Oculto tras una máscara para evitar ser perseguido por los fantasmas a la noche, no podía sentir más que pena por sus manos manchadas de sangre al igual que su alma.
Pensó, su mirada recorriendo los ojos que habían visto su parto, su infancia y su corta juventud. Podía sentir la atención de aquellas personas que habían jurado protegerse entre sí, solo para apuñalarse por la espalda. Falsas promesas de una enorme familia que terminó sucumbida en el temor de lo desconocido, de una magia que nadie podía afirmar era real.
Y entre sus cabellos rojizos, alborotados por el viento, pudo reconocer la figura de una joven. Una joven de cabellos dorados y ojos claros, los que habían bendecido todas sus mañanas, los que le habían hecho creer que lo imposible era posible. La sonrisa que le regalaba diariamente había desaparecido, reemplazada por una mueca de tristeza y las lágrimas de alguien que ve el fin de su verdadero amor. Lágrimas que fueron replicadas por ella al sentir el yute una vez más, esta vez rodeando su cuello.
El tiempo se pausó, las nubes entristeciéndose por el destino injusto que las había perseguido hasta allí. No fue hasta que las hebras pelirrojas comenzaron a adherirse a su rostro que notó las gotas caer, disimulando las que sus propios lagrimales habían decidido liberar momentos antes. Recordó los días de sol en el bosque, sus dedos enredándose en la cabellera de la joven entre la multitud, las risas que habían compartido y el sabor a fresa de sus labios cuando se dieron el primer beso.
Se preguntaba si volverían a encontrarse en otra vida, si le darían la oportunidad de escucharla tocar el piano otra vez o de sentir el aroma de su perfume en sus sábanas al despertar. Se preguntaba si sería capaz de leerle en voz alta sus poemas favoritos, con la cabeza descansando en su regazo y la vista del manzano cubriéndolas al esperar el atardecer. Se preguntaba, por sobre todas las cosas, si era la brujería de la que la creían portadora la causante de su final, si tal vez era la fobia a alguien de tez pálida y filamentos anaranjados o si, simplemente, era el rechazo que sentían a un amor diferente al impuesto desde tiempos de antaño.
Respiró hondo, sus comisuras elevándose y su mirada nunca apartando la de su amada.
“¡Hallo la paz en la lluvia!” Fuerte y claro se escuchó el último grito de orgullo, de un cardenal enjaulado que fue liberado al llegar su final.
6 de marzo, 2020.
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