Tumgik
#cabello motor
jaquemuses · 8 months
Note
lindaa podes hacer uno de esteban kuku smut, me dio tierno, corte primera vez o algo asi, si no haces de él no pasa nada, yo entiendo
hola reina!! OBVIO que escribo para kuku, estaba esperando que alguien pida aaa te adoro !! hice esto recien, super rapidito, espero que te guste ♡
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𝜗𝜚⊹ ‧₊˚ petit-déjeuner
pairing: bf!esteban x gf!r
sinopsis: Esteban acaba de volver de su viaje a Venecia y estas dispuesta a recuperar todo el tiempo perdido.
content: age gap sin desarrollar (ambos +18), stablished relationship, smut sin plot (jiji), fingering, p en v, mentions of breeding, fluff, no se que más.
word count: 1.7k cortito y conciso.
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Hacía ya un día que Esteban había vuelto de su viaje a Venecia, donde asistió al prestigioso festival de cine. Lo habías extrañado, aunque te costara admitirlo incluso solo para vos misma. Tu cuerpo lo ansiaba.
Por eso, cuando escuchaste el familiar sonido del motor del auto apagándose en el garage, prácticamente corriste a lanzarte encima de él en cuanto entró por la puerta. Hizo a un lado su bolso para sostener tu cuerpo entre sus brazos mientras le llenabas de besos la cara.
Pasaron la noche entre copas de vino y pasta, compartiendo experiencias de Venecia, la gente que conoció, el éxito de la película y la felicidad de estar de vuelta en su queridisima Buenos Aires junto a vos. Esteban y vos llevaban once meses juntos, aunque los últimos meses habían sido caóticos debido a los rodajes, viajes y todo el trabajo de producción, dejando la vida sexual en segundo plano, sin embargo ambos tenían necesidades y estabas dispuesta a saciarlas.
Sabías que Esteban estaba cansado por el viaje, así que esperaste hasta la mañana siguiente para deslizarte desnuda en la cama que compartían. La luz matutina resaltaba los marcados rasgos de tu novio, y por un segundo pensaste, "¿Cómo puede tener una cara tan angelada?". Aunque Esteban ya estaba despierto desde que entraste a la habitación, mantuvo los ojos cerrados hasta que te subiste completamente a la cama y encima de él.
"Ah, bueno...", dijo, recorriendo con la mirada tu cuerpo y regalándote una sonrisa ladeada. Te mordiste el labio mientras comenzabas a restregarte contra él. Solo llevaba puestos unos boxers, así que frotaste tu cuerpo contra el suyo, disfrutando del calor de su piel.
"¿Estamos cariñosas hoy?", señaló con un tono burlesco pero dulce. Gemiste suavemente, besando ligeramente su muñeca cuando sentiste sus dedos entrelazándose en tu cabello.
"Estuviste lejos mucho tiempo", dijiste en un suspiro.
"Fue solo un mes, gorda."
"Mucho tiempo".
Esteban soltó una pequeña carcajada mientras te acomodabas sobre él, tus manos reposando en su pecho definido.
"Me debes algo", dijiste finalmente, mirándolo con ojos suplicantes.
Esteban arqueó sus cejas mientras sus manos se paseaban suavemente por tus muslos y costillas, a veces subiendo a tus pechos, acariciándolos con un poco de fuerza y bajando otra vez.
"¿Ah sí? ¿Y cómo puedo saldar la deuda?"
"Vos sabes perfectamente cómo, kuku."
"No, ángel, decime qué querés."
"A vos."
El mayor deslizó su pulgar por tu cadera, acariciándola con una sonrisa en su cara. "¿Sí? Pero si ya estoy acá, a mí ya me tenés hace mucho tiempo", refutó, haciéndose el desentendido.
Tu pecho estaba rojo de la vergüenza, sabías que te iba a hacer decirlo. "Quiero que me cojas", dijiste ahogando un gemido, tus caderas todavía moviéndose encima de su ya erecto bulto generando una fricción extasiante.
Esteban parpadeó ensimismado ante la vista que tenía delante suyo.
"¿Sí?"
"Sí, kuku, porfa", rogaste sobre su regazo.
"¿Cuánto?" volvió a preguntar, sus dedos estimulando tus pezones mientras se incorporaba lentamente. "Dios, te necesito adentro mío, Esteban, te necesito ya", exclamaste desesperada ante tantas preguntas.
El mayor soltó una risa, sus palmas sujetándote suavemente pero con firmeza.
"Está bien, preciosa, pero primero te quiero preparar."
"No, no, no, por favor, no hace falta."
"No es negociable, nena. Si quieres que te coja, primero te vas a tener que correr dos veces con mis dedos. Sino no hay trato", dijo, terminando de incorporarse y volteándote, quedando así en la posición en la que él estaba hace unos segundos atrás, su cuerpo por encima tuyo. Ambos sabían que tenía la fuerza suficiente para manejarte como quisiera.
Mordiste su brazo en respuesta, pero a él pareció no importarle mientras marcaba su camino hacia tus muslos con besos, así que simplemente te dejaste llevar. Después de todo, no te molestaba tener un par de orgasmos adicionales. Esteban siempre había sido hábil con sus manos y boca, pero después de tantos meses sin ningún tipo de contacto, cuando por fin sentiste sus largos dedos acariciando y estirando tus paredes empapadas, mientras su lengua jugaba con tu clítoris, llegaste a los dos orgasmos sin problema después de un par de minutos, casi rozando un tercero antes de gemir y arañarle los bíceps; tus uñas dejando marcas rojas en su piel.
"Ahora sí, tebi", dijiste sin aliento, tus piernas temblando por tus orgasmos recientes. "Por favor, no puedo más."
"Ahi va, bebé, esperaste todos estos meses ¿Qué te va a hacer unos segundos más?", murmuró coqueto, levantándose para que te sujetaras de sus hombros y te acomodaras encima suyo, tus rodillas seguían débiles, por lo que intentaste alinearte y sentarte encima de su polla con rapidez.
Sin embargo, él no te dejó apurarte y te fue ubicando lentamente encima de su duro miembro, entreteniéndote con un beso hambriento, su lengua introduciéndose en tu cavidad bucal mientras dibujaba círculos sobre tu sobreestimulado clítoris. Te estremeciste alrededor de él cuando sentiste cómo su punta se abría paso entre tu apretado interior, tan mojada que goteabas sobre su polla y sus muslos.
Cuando finalmente se hundió por completo, intentaste moverte de inmediato, deseando sentir cómo te destrozaba. Pero nuevamente te retuvo, retorciéndote y gimiendo, apretada contra él.
"Shh, disfruta un poquito", te dijo mientras presionaba besos y mordidas en tu hombro, tus uñas clavadas con fuerza en sus hombros ante la repentina intrusión y anticipación.
Cuando finalmente aflojó su agarre en tus caderas, inclinaste tu peso hacia adelante, apretándolo contra el borde de la cama, y bajaste las manos hacia su ancho pecho. Cambiaste el ángulo de manera que veías estrellas al sentir su polla tan dentro tuyo.
"Dios, kuku", dijiste en un gemido, con la voz temblando un poco mientras tus caderas empezaban a mecerse contra su pelvis. Él gimió, casi como alentándote, viendo cómo la luz del sol se filtraba por la ventana y daba contra tu cuerpo desnudo, sus palmas se encontraban ligeramente presionadas sobre tus muslos mientras su pene bombeaba en tu interior. Todo se sentía increiblemente bien.
"Dios amor, es como si hubieras sido creada solo para mí", balbuceó envuelto en el delirio del momento, y por un momento pensaste que sí;
estabas hecha solo para él.
El mayor guió tus caderas hasta encontrar un ritmo adecuado que te hacía rozar tu clítoris contra el suave vello rubio sobre su pelvis. Toda esta situación era mucho para vos, realmente mucho después de haber alcanzado el clímax dos veces, pero no paraste incluso cuando algunas lágrimas comenzaron a salir de tus ojos, escurriéndose por tus mejillas, siendo resaltadas por la suave luz del sol golpeando tu cara.
Su polla se sentía tan bien dentro tuyo, te llenaba de una manera exquisita. La punta de su miembro se curvaba contra tus paredes y rozaba perfectamente ese punto dentro tuyo. Gemiste y jadeaste ante tal estímulo mientras mordisqueabas distraídamente su cuello y clavículas y gemías su nombre en su oído.
Una de sus manos subió hasta uno de tus pechos, tomándolo en su boca, chupándolo y besándolo vorazmente mientras que la otra estimulaba tu clítoris con velocidad.
Lo montaste vigorosamente mientras sentías cómo tu tercer orgasmo amenazaba cada vez más con llegar. Tus caderas comenzaron a moverse de forma desincronizada cuando un gemido agudo se escapó de tus labios. Esteban entendió la situación al instante, por lo que tomando tus caderas, salió de tu interior y te volteó nuevamente, un quejido abandonó tus labios ante la falta de estímulo. Sin embargo, Esteban volvió a adentrarse en tu coño apenas terminaste de acomodarte en cuatro, con tus antebrazos apoyados sobre la cama y el culo alto en el aire, dándole una vista asombrosa a su parecer, lo cual lo incentivó a mover sus caderas de una forma lenta y seductora, sin embargo golpeando justo el punto adecuado.
"Amor! Por dios!", gritaste contra la almohada, saliva escapándose de tu boca hacia la sábana, tu clímax cada vez más cerca, "Por favor, que rico, seguí, seguí, justo ahí." lloriqueaste de placer, tu respiración agitada "M-mas fue-fuerte." dijiste fuera de si.
Te desmoronaste debajo suyo apenas treinta segundos después, temblando, colapsando sobre el colchón y apretando las sábanas en tus puños como buscando que eso te salve de la sensación tan abrumadoramente satisfactoria, tu espalda todavía arqueada para mantenerlo adentro tuyo. Él acarició tu espalda, suavizando sus estocadas mientras sentía cómo lo apretabas tan, tan fuerte.
"Amor", murmuraste después de un minuto, incorporándote un poco, luciendo completamente agotada.
"¿Listo?" preguntó, sacando su miembro de adentro tuyo a punto de ayudarte a levantar.
Negaste, girando tu cuerpo, quedando ahora boca arriba y volviste a abrir tus piernas, sabías que todavía faltaba él.
"Acabá", le dijiste mientras guiabas su polla hacia tu entrada una vez más, apretándote alrededor suyo y sonriendo maliciosamente cuando sus ojos se cerraron con fuerza ante la sensación. "Porfi, quiero que acabes antes de que vayamos a desayunar."
Él no esperó ni una palabra más y te sacudió fácilmente de arriba hacia abajo, penetrándote con intensidad, buscando su propia liberación y vos seguiste el ritmo felizmente, apretando tus paredes cada vez que se empujaba dentro tuyo, exprimiéndolo. Miraste ensimismada sus músculos tensándose y emitiste pequeños sonidos ante la sobreestimulación, llorando de placer y aferrándote a sus brazos, rasguñando los mismos.
Cuando él llegó al clímax, gemiste como si hubieras acabado de nuevo, inclinando la cabeza hacia atrás mientras sentías su cuerpo desplomarse encima del tuyo durante unos segundos.
"¿Eso era lo que querías?" preguntó con su respiración agitada, tus dedos acariciando sus claros cabellos mientras él presionaba suaves besos en tu mejilla.
"Mhmm."
"Dios, te extrañé tanto, preciosa", dijo incorporándose, saliendo de tu interior con delicadeza y presionando un beso en tus labios.
"Mhmm", repetiste, tus ojos estaban cerrados y tenías una sonrisa pintada en la cara. Esteban se rió por lo bajo, acomodando los cabellos que estaban en tu rostro detrás de tu oreja.
"¿Quieres ir a bañarte mientras hago el desayuno?" dijo acariciando tu mejilla con tanto amor que pensaste que podías derretirte ahí mismo. Consideraste la oferta, pero terminaste negando con la cabeza. "Bañemonos y después hacemos juntos el desayuno", dijiste mirándolo a los ojos. Esteban entendió enseguida a lo que te referías y depositó un beso en tu nariz.
"Bueno, vamos a bañarnos, el desayuno puede esperar."
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nani-alva · 2 years
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Carta para mi abuelita:
El día que partiste de esta vida, esa noche que me hablaron para decirme que no podías respirar y que iban a llevar al hospital, tenía la esperanza de llegar y me dijeran que solo fue un susto que estabas bien... pero no fue así! vi a mi mi hermana afuera llorando no me pudo decir nada, corri hacia urgencias vi a mi mamá llorando y fue ahí donde supe que habías partido; no sabes lo mucho que me dolió escuchar eso solo abrace a mi mamá, sabia que tenia que ser fuerte porque tenia que ayudar a arreglar la papelería, fue una noche larga a espera de tu cuerpo, a espera de que te llevarán a donde te velariamos, nunca pensé ayudar a escoger tu ataúd, tu ropa para que te vistieran ese lindo vestido verdoso que te gustaba sabia que ese tenia que llevarte, se dieron las 5 am y apenas ibamos llegando a casa para dormir aunque sea un poco pero no pude... a las 8 empezaba tu velorio, ni idea de lo que me pondría y aun no aceptaba que te habias ido, agarre lo que tenia negro, llegamos mi mamá y yo a donde estabas y no podía creerlo seguía sin aceptarlo se que estabas ahí pero no tenia el valor de irte a ver porque era aceptar que ya no ibas a estar físicamente. Después de un largo tiempo lo hice te vi! te maquillaron como a ti te gustaba, tu vestido preferido y tu cabello hacia atrás esponjado. Tan bella como siempre abuelita.
Pero ahí fue donde ya no pude más ser fuerte, me derrumbe lo entendí que ya no estarías más con nosotras, que la casa iba a estar sola sin ti, que nadie me hablaría para pedirme cosas, que nadie me daría consejos como lo hacías tú, que no iba poder agarrar más tus manos jugar con ellas, que al llegar a casa ya no tendría a quien decirle "ya llegue abuelita", aquien hacerle de comer, y más que nada ya no escucharía nunca más tu voz. Ya no me puedes decir que parezco chachalaca al reírme, aveces yo misma me digo cuando me río así... pero tu voz era mi motor día a día!
Después de tu partida cambiaron muchas cosas aquí, tu ausencia se siente en casa, tu segunda visnieta nació, fanny se mudo, a mi mamá la operaron, y yo empecé mi servicio, me hiciste falta en mi cumpleaños, ya viene navidad y año nuevo y es que la idea de saber que empezamos el año juntas y terminarlo sin ti me llena de lagrimas...
Abuelita no es fácil vivir sin ti, pero se que desde arriba me estas viendo y me sigues cuidando como siempre lo hiciste, no sabes lo mucho que me haces falta, te extraño más que ayer, y aun siento un vacío adentro. Te amo más cada día de mi vida y te seguiré recordando con mucho amor, no prometo dejar de llorar al recordarte pero si prometo que algún día estaremos juntas comiendo fideo y pan de elote 💕
Te amo con todo mi corazón abuelita de mi alma, te mando muchos besos hasta el cielo!
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avenarosa · 5 months
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cosas que me gustan de t(i)
Me gusta cuando te ríes a carcajadas
Me gusta la manera en la que explicas las cosas, sobretodo si te emocionan, porque naturalmente intentas ser lento y coherente, pero al mismo tiempo suenas precipitado y emocionado
Me gusta cuando estás obviamente estresado, pero siempre intentas no te exaltarte
Me gusta el lunar, o cicatriz q está debajo de tu ojo izquierdo
Me gusta como siempre tienes algo con lo que puedes distraerte, porque me gusta imaginarme cómo te ves haciéndolo(jugar, ver algún vídeo)
Me gusta tu voz
Me gusta como me miras cuando sólo estás apreciando mi cara
Me gusta la mirada sospechosa y la ceja levantada en tu rostro cuando dije algo raro
Me gusta como eres cuando estás con tus amigos
Me gusta como eres cuando estás más callado porque estás cansado
Me gusta como eres en tu casa, con tu familia
Me gusta que cuando estoy contigo siempre pasa algo que me hace apreciar que eres amable, bien intencionado
Me gusta cuando estás fastidiado y actúas muy excéntrico
Me gusta cuando eres grosero conmigo porque siempre eres atento y cuidadoso con mis sentimientos, por lo que siempre lo haces chistoso
Me gusta como te emocionas cuando escuchas tu música
Me gusta cuando estoy recostada de ti y acaricias mi cabello
Me gustan tus manos, suavecitas
Me gusta la forma de tus ojos
Me gusta la geometría de tu nariz
Me gusta la forma de tu mandíbula
Me gusta el color y la forma de tu cabello
Me gusta tu cuello
Me gusta tu olor
Me gusta como suena tu voz cuando hablas bajito
Me gusta como te ves conduciendo
Me gusta verte gesticular, como son tus movimientos, porque son cuidadosos, como si siempre estuvieras contemplando lo que puede pasar
Me gusta que seas observador
Me gusta como hablas de tus amigos
Me gusta como eres de amigo
Pero me gusta más como eres de novio
Me gusta como te ves con lentes
Me gusta como piensas, porque aunque suene imprudente me hace sentir que podría vivir en tu cabeza o en tu corazón y tranquilamente poder encontrar un lugar en el que me podría quedar por mucho tiempo
Me gusta que eres paciente, o quizás no lo seas, pero no pierdes los estribos aunque todo este mal
También me gusta que eso me dice que hay mucho de ti que contienes para ti mismo, y me da curiosidad saber cómo eres en realidad
Me gusta como llamas mi nombre
Me gusta que lleves dulces contigo
Me gusta cuando estamos sentados y metes tu mano debajo de mi camisa, aunque no te lo permita
Me gusta que seas empático, pero consciente
Me gusta como te ves cuando acaricio tu cabello o tu cara
Me gusta como nunca tratas de pensar lo peor de alguien más, hasta que esa persona prueba que es mala
Me gusta como me tocas, porque ni siquiera tuve que acostumbrarme, sólo se sintió correcto
Me gusta tu pene
Me gusta que cuando pienso en ti a mi cabeza vienen un conjunto de cosas que relaciono contigo, como el azul cobalto, el frío, el eco de tu voz, la sensación de que estás a punto de encontrarte con alguien que quieres mucho aunque no veas a nadie a tu alrededor, la brisa suave pero tosca que queda cuando un objeto pasa rápidamente frente a ti, y la silueta de tu perfil, el sonido de un motor que hace rato arrancó, como si en mi cabeza hubiera una pelicula que gira en torno a ti
Me gusta como puedes mantener una conversación con cualquiera, aunque no te des cuenta
Me gusta como parece que siempre, o la mayoría de las veces, tienes razón
Me gusta que cuando sonríes ampliamente toda tu cara brilla, y te ves lindo e inofensivo, me hace pensar que siempre deberías de sentirte bien
Me gusta la manera en la que haces que me cuestione a mí misma, porque no eres brusco con tus palabras
Me gusta verte de espaldas, porque estoy admirándote, y también pienso que no has sido admirado lo suficiente
Me gusta que seas honesto contigo mismo
Me gusta como también eres muy consciente de ti mismo y de lo que te rodea, pero igual puedes pasar desapercibido
Me gusta que existas, porque genuinamente pienso que eres especial
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tirar-nos · 4 months
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como olvidarte,
si contigo sacaba la cabeza por la ventana,
cantaba a todo pulmón,
mil canciones de diferentes discos.
y pedía parar para tomarnos fotos en cada mirador.
tomaba mi pelo y jugaba con el,
te miraba de forma coqueta y me acercaba lentamente hasta tu piel.
hacía de la pista de baile un salón solo para nosotros,
me sentía protegida en tus brazos y con unas miradas y risas me mordía los labios.
moría por besarte, morías por besarme.
éramos chispa, nuestro motor era la adrenalina.
y cómo en público no podíamos hacernos todo lo que nuestros ojos delataban,
nos tomábamos de las manos e íbamos a dar directo a la cama.
a la mañana siguiente despertar en tu pecho era una pasada.
que amor tan joven, que viva me siento, no dejes de llevarme a 200km y dejarme soltar mi cabello al viento.
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ufopartyyyy · 8 months
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continuacion de esto / primeros meses, alemania.
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@mitskimisky⠀⠀)⠀⠀el par de latidos lo hacía aun mas real. el primer compás, & luego el segundo que volteó el panorama hasta las bases. si la incertidumbre había anidado, ahora se arremolinaba con todo el miedo & posibilidades que eso traía. aún asi, esos segundos se deja embarcar en ese singular hecho, tan poco probable, pero como parecía ser toda su cronología, parecía ser una pieza mas, que nada sería normal con ellos, externandolo & sabiendo que a ese punto no le importaba. incluso los días tranquilos como aquel, aguardaban una simple noticia que nuevamente llevaba latidos a desbordarse.⠀❛ mh, preocupado, pero es la costumbre. ❜⠀o la propia, incluso encogiendo un hombro en lo que toma aire a discreción, queriendo quitarse ese hormigueo de noticia, de esa realidad que termina de acoplarse a su piel, a la contraria, espalda que aun talla con ambas manos. preocupación que lleva consigo, porque las consecuencias de sus acciones no las corre él solamente, desde hace un buen tiempo, es que es cuidadoso. responsabilidad que ahora se acrecienta, como su familia. sonrisa se presiona en carmines, yendo por mas aire por la nariz, como si le faltara mas que de costumbre, dejando beso en frente ajena para asentir. estaba perfecto, sí. de nada servía preocuparse ahora. agradece por ese instante interrupción, digitos de diestra rascan nariz, pues palabra es poco conocida para él, lejana, & ahora era uno. le daba escalosfrios, incluso si lo han hablado, expresado, deseado. ahora era real. siniestra la delinea, terminando en enlazar sus manos nuevamente, sonría cortés & agradecimiento en alemán se expresa a la doctora, de su parte dejando ese instante para que seque sus lagrimas, diestra peinando uno que otro cabello detras de oreja femenina, antes de que despedida sea indicativo de salir de allí. ⠀❛ seguro, & por un helado. o tres. ❜⠀calcula, sonrisa ladeandose en lo que mirada baja & vuelve a subir en ella. empezaría de a poco claro, pero ahora eran tres corazones los que llevaba consigo, & los tres debían tener lo necesario, en comida & todo lo demás. pasa brazo sobre hombros ajenos, tallando allí donde queda diestra, dejando otro beso en su sien.⠀❛ va, ¿caminando vamos? ❜⠀es inevitable que vuelva al inglés, ahora que aun se acomoda a lo que sucede. además piensa que caminando encuentren alguna tienda de helados, solo debían salir al centro.⠀❛ & también, necesitaremos varias fotos del, de los bebés. ❜⠀quizá no ese día, o mañana, pero contarselo a sus tíos, sus amigos, era inevitable querer compartirlo. incluso el progreso, sin saber si al par de pequeños les guste ver como empezó todo. piensa tambien en como cambiará el mundo en ese par de meses, que entorno los recibirá, los acogerá los años que vienen, sin importar lo que santhiago & todo lo que su familia ha trabajado le asegura, como la familia de agatha. era algo de seguridad en medio de toda la incertidumbre. aire mas frío del exterior permite sentir mas su interior, & la deja ir en lo que suben al auto. ese pequeño instante le sirve pensar en lo que debe comenzar a hacer apenas llegue a la casa, tomando nuevamente aire una vez dentro.⠀❛ & coincidentemente vivimos en una de las capitales de los embutidos. ❜⠀& enciente el motor, gracia que se refleja en sonrisa al recordar aquel detalle sobre aumentar las proteínas, como si aquello tambien fuera parte del destino, una señal que hasta estaban en el lugar correcto, momento ideal. salen del aparcamiento, no tardarían mucho en llegar a su destino.
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velvets-stuff · 1 year
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Con la bendición de Kazzy, tengo el honor de traer a otro oc al AU Vampirillo...
Conozcan a Archival!
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Su nombre es Archival ya que sus padres pensaron que iba a ser un niño, resultó ser una niña pero le dejaron el nombre.
Tiene 23 años y mide 1'60, es una humana y como ya pudieron adivinar, es una cazadora.
Archival es generalmente caótica, impulsiva y energética, pero carismática con los que aprecia.
Su arma es un hacha la cual modifico con partes mecánicas, especialmente con un motor, por lo que puede “impulsar” el hacha para hacerla más rápida mediante un impulso.
Sus colores favoritos son el verde y el naranja.
Algo muy raro en ella es que tiene las pestañas blancas de nacimiento, lo que resalta con su cabello rojizo.
Apesar de tener un arma ya, le gusta tener otras pequeñas armas escondidas, como una pistola de clavos o un yoyo con alambre metálico (obviamente no lleva estás dos armas al mismo tiempo, solo son ejemplos de las cosas que habeces lleva).
Odia con toda su alma a las sirenas, las razones son desconocidas hasta la fecha.
Ella está en el grupo de cazadores de Elliott.
Hablando de eso, Archival conoció a Elliott cuando ella tenía 7 años y el 30, Elliott la había salvado de una medusa y como ella no tenía padre paso al ciudado de Elliott.
Su relación con Elliott es mayormente de alumna y maestro, pero suelen tener momentos padre e hija (por más cara de amargado que Elliott tenga si la quiere de verdad)
Tiene una cicatriz en el pecho ya que cuando estaba haciendo las modificaciones a su hacha está se encendió sin querer y está se impulso por si sola y “volo” hacia su pecho, hiriendo a Archival y dejándola tirada en el suelo, se sabe que lo único que dijo fue “B-Bueno... Al menos se que funciona...”
Si quieres hacerle una modificación a tu arma NO vayas con Archival, aunque le guste inventar cosas y en general es una artesana, no es que le salgan bien las cosas (la mayoría terminan en fracaso), mejor déjale ese trabajo a un experto como Aviva.
Pero en general, a Archival le gusta hacer cualquier tipo de artesanías.
Se la pasa pegada a Elliott como si fuera un chicle.
Y aquí tenemos a la otra nena!, Archival!
@kratt-au-void
El personaje y el dibujo fueron echos por mi amiguito Lynn ^^, es que el no tiene Tumblr y le da algo de penita socializar.
Instagram de Lynn (⁠。⁠◕⁠‿⁠◕⁠。⁠)⁠➜ “@Lynn_Jealousy”
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fante-di-denari · 1 year
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La Ley y La Trampa Cap. I
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Advertencias: Violencia canon, cicatrices, puteadas, acento argentino, AU, cambio cosas del canon.
MiniTaglist:
COD Maserlist
Fanfic Masterlist
Notita: Si quieren escuchar la canción del chaqueño consideren que puede ser que esa canción me influencia en la vibra de la historia.
“Soy lo que me enseñó mi padre El que no quiere a su patria, no quiere a su madre Soy América Latina Un pueblo sin piernas, pero que camina, ¡oye!” -Latinoamerica By Calle 13 ft. Totó la Momposina, Susana Baca, Rita María
–¿Por qué están tardando estos ingleses? ¿no dijeron que antes ’e las ocho llegaban? –La cabeza de la mujer estaba recostada sobre sus brazos cruzados en el marco de la ventana de la camioneta negra, observando la espalda ancha de Alejandro.
–En cualquier momento llegaran, ten paciencia por un momento Belén. –El coronel estaba de espalda y ella llevaba puesta una máscara, pero sabía bien que ella le hizo una mueca antes de volver adentro de la camioneta y subir el vidrio.
–Boludo –maldijo al mayor antes de inclinarse hacia delante, poniendo su mano, enguantada y con los nudillos y dorso rebosados con metal, en el hombro de Parra –. Rudy, cuando vayamos por Hassan no te esfuerces de más, al primer inconveniente o falta ‘e aire noh avisah a Vargas o a mí y te cubrimoh ¿Si? –era más una petición que una orden.
–Copiado comandante.
El contrario asintió con una sonrisa pequeña, la mujer se acomodó en su asiento mejor, sacándose el casco, poniéndolo su regazo, dejando a su cabello respirar un poco mientras comenzaba a hablar de cosas con Rodolfo, que iban a hacer cuando les dieran sus vacaciones, sus predicciones para el Mundial, hasta que el sonido de un avión militar aterrizando los interrumpió. Ambos latinos miraron hacia donde estaba Alejandro y miraron un poco a los recién llegados. La mujer se acomodó para ir a la parte trasera de la camioneta, estaría mas cómoda ahí. En ese momento el mexicano y los dos europeos llegaron al auto, los vio entrar, los conocía de las fotos que su hermano le mostraba.
–Mi segundo al mando: Subteniente Rodolfo Parra y ella es la Teniente Coronel del ejército argentino, le dicen Sulpay, ella y su equipo están con nosotros por un tema con las drogas del cártel, pero dijo que iba a ayudar con Hassan.
La mujer se movió hacia adelante, para que ellos pudieran notarla. Soap tenía una buena vista del escudo de las fuerzas especiales Santos Vega que estaba bordado en el brazo izquierdo de la mujer, eran las mismas fuerzas que Pompero, se preguntaba si se conocían.
–Le tengo miedo a los fantasmas. –habló, en tono asustado, mirando al hombre a su lado, lo había dicho en broma, eso ambos comandantes lo sabían, Alejandro sonrió y dio una media vuelta para mirar a Soap.
–¿Y a ti te dan miedo?
–No.
–Mejor así.
Rodolfo encendió el motor de la camioneta y arranco viaje, la argentina quería encender la radio, había hecho una maniobra para pasar por en medio de ambos, una mano en el suelo del auto y la otra con un USB, Soap había sido bueno en agarrarla de su chaleco para que no se cayera, pero el mexicano la detuvo al agarrar su mano, le miró, tratando de entender como lo hizo.
–Iba a poner tu canción favorita.
–Mentirosa, puedo ver en tu cara que ibas a poner La Mano de Dios. –Se dio vuelta en el asiento, mirándola a los ojos comenzando una pequeña pelea de miradas, hasta que ella se liberó del agarre y volvió a acomodarse atrás, agradeciéndole al escoses por la ayuda, arrodillada mientras se apoyaba en los asientos traseros, Alejandro era muy estúpido si pensaba que ella iba a poner La Mano de Dios, en verdad iba a poner Lo Mejor del Amor.
–Camioneta blanca, cuatro armados. –anunció MacTavish, agarrando su rifle, pero rápidamente fue detenido por la mano de la teniente coronel en su hombro.
–uesah, tranquilo. –le calmo soltando su hombro, Alejandro y Rodolfo estaban sorprendidos de que ella se estuviera comportando genuinamente de buena manera, no teniendo buenos modales simplemente por ser educada.
–Calma, aquí es normal –explicó Alejandro, calmándolo y volviendo su vista al frente –. Las armas en la calle son jurisdicción de la policía.
–¿Dónde está la policía? –pregunto el enmascarado, curioso, quería saber más sobre la situación de Las Almas, saber en dónde se estaba metiendo, el solo tenía para decir que esto no estaba en el reporte que Laswell le dio. ¿Madre cómo pudiste?
–Comprada. –respondió seria la argentina, uno o dos meses era el tiempo en que estaba en este pueblo, no la tomen a mal, apreciaba el lugar, pero prefería estar en sus propios pagos, con los suyos.
–Las Almas tiene problemas graves –Él empezó a explicar lo que la mujer dijo –. Aquí hay pocos que ejercen la ley, y los que se oponen a la corrupción, bueno, desaparecen.
–¿Qué hay del ejercito? –pregunto el escoses, mirando al coronel y a la mujer de reojo.
–Como estamos bien entrenados a los soldados nos reclutan los narcos, también en Argentina y en todo el continente.
–¿Y por qué a ustedes no?
–Crecimos aquí –Se miraron por un segundo con Rodolfo y apartaron la vista –. Nos apodan “Los Vaqueros” … nos aman –Miró hacia la vereda, estaban pasando por la iglesia, en la parte de atras, la argentina tuvo que luchar con todas sus fuerzas para no rodar los ojos, siempre le había parecido medio pesado y sorprendente la forma en la que Alejandro podía decir las cosas de manera corta, pero a la vez no yendo al punto –. Y nosotros amamos este lugar – Volteó su cuerpo para mirar a los europeos –. Y moriremos defendiéndolo.
El escoses y el inglés miraron a la mujer en medio de ambos, esperando su respuesta.
–El que no quiere a su patria, no quiere a su madre –Ghost noto que debajo de la bandera de argentina estaba otra, según sabia, esa era la bandera de una provincia del país –. no puedes pedirle a alguien que ama a su patria que la traicione.
–¿Eres de Santos Vega? –se animó a hacer la pregunta que le estaba comiendo el cerebro, quería sacarse la duda, la mayor le miro.
–Sip, después del presidente y del general yo estoy a cargo ¿Por qué la pregunta?
–Porque trabajamos con un comandante de ahí ¿no es así Ghost? –El mayor de los dos europeos asintió, también escuchando lo que decía la mujer.
–Ah sí, debe ser mi hermano menor –Ya no podía hacerse la que no los conocía porque su hermano le había contado mil y un historias de la 141, desde antes de que fueran formada –. Pompero es mi segundo al mando, él conoce a Price y trabaja con él desde el 2010, buen tipo, mis hijos y sobrinos lo aman. –Tal vez todas las explosiones en las que el escoces estuvo le hizo escuchar mal ¿había dicho hijos? Si era sincero nunca espero que alguien que escondía su cara como lo hacía su teniente los tuviera, aunque eso sería una razón por la que lo hace.
–¿Hijos?
–¡Lo sé! me veo súper joven.
No podían decir que era verdad, no veían su cara, pero decidieron creerle, Pompero no parecía tener su edad, así que, si ella era mayor que él, debía de ser cierto. Pronto pasaron un puesto de globos, en donde había un niño con su madre y al lado un joven con un arma, el escoses miró con asombro la escena para voltear a ver a su teniente.
–Niños, armas y globos, esa es nueva. –Ambos observaron a Alejandro, esperando una respuesta.
–El narco usa la generosidad para ganarse el pueblo.
–¿Hasta los niños?
–Sobre todo los niños. –En ese momento se detuvieron frente a una escena del cártel, Alejandro bajo el vidrio hasta la mitad y los europeos miraron hacia ahí, las cintas policiales evitaban que los transeúntes pisaran algo y comprometieran la evidencia, no es que les preocupe, pero era protocolo.
–¿Que paso ahí?
–Narco mantas. –respondió la mujer, mirando la escena de reojo.
–Son del cártel. –continuo Rudy, mirándolos desde el retrovisor, pero sin mirarlos verdaderamente, más que nada miraba a Belén.
–Mensajes del Sin Nombre. Advertencias, reclamo de territorio –levantó la ventanilla, dándole una señal a su amigo para que continúe manejando –. la muerte está en todos lados.
–¿Quién es el Sin Nombre?
–El Sin Nombre, el temible, es el líder del cártel de Las Almas.
–¿Dónde lo encontramos?
–No puedes, nadie sabe quién es – Una pequeña sonrisa apareció en el rostro cubierto de la argentina, quería contradecir al hombre y volver a nombrar su apuesta que tenían desde que Sin Nombre había aparecido, pero no lo hizo, pasaron por un mural dedicado al cartel y a El Sin Nombre, sí que los civiles se podían comprar fácilmente –. pero está en todas partes, y eso es un reto –Se miraron por un segundo con Rodolfo y sonrieron –. pero a Los Vaqueros nos gustan los retos. –exclamó lo último con una sonrisa divertida.
–Con esa mascara encajas bien aquí Ghost. – la pelinegra pudo sentir como el escoces movía su mano sobre su cuello, anunciando que no debía de joder con eso y como el inglés se tensaba a su lado.
–Rudy, e’toy al lado del grandote, tené piedad de mi
–Oye, calma – Le advirtió a su mejor amigo, mirándolo, para observar al frente, tiro su cabeza para atrás, molesto y la mujer chasqueo la lengua –. Punto de control, es el ejército, dobla a la derecha, vamos a evitarlos. –Rodolfo hizo lo que le ordenaron, siendo seguidos por los dos vehículos que le seguían, en estos estaban algunos vaqueros y la unidad de la pelinegra.
–¿Por qué?
–Como les dijimos, algunas tropas están bajo el mando del Sin Nombre –contesto la mujer, metiendo la trenza debajo de la campera y cerrando esta, evitaría algún accidente o alguna entrepierna de más rota.
–Está en todos lados –finalizo el mexicano, molesto –. El cártel esconde a Hassan en el pueblo cruzando el rio, esperemos que siga ahí.
Parte del camino que seguía fue en silencio, la mujer sintió que su pecho derecho vibraba, era su teléfono, se había olvidado de dejarlo en el cuartel, iba a apagarlo, pero justo le llego un mensaje del grupo que tenía con sus cinco hermanos, lo abrió, encontrando que eran dos fotos enviada por el menor de ellos en una se veía a su gemelo y a su hermana mayor siendo perseguidos por unas gallinas y en la otra era de sus hijos y sus sobrinos siendo perseguidos por una vaca, su postura se había relajado al verlas, saber que estaban a salvo era todo para ella, antes de apagar su celular, le mostro una foto de sus dos angelitos al escoces, siempre que tenía la oportunidad mostraba a sus hijos, eran su más grande orgullo. Con el escoses también hablo de sus sobrinos, él también hablo de los suyos y de escocia, ella apago su celular, guardándolo en su chaleco y siguió hablando con Soap, ambos tenían mucho en común, desde ser parte de una familia grande.
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mecanismocurioso · 2 years
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Respira
Pikachu, Mochila, Croc, Libro, Insienso Ventilador, motor, bar, teclado sillon, cabello, dolor ropa, roco cafe
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you-moveme-kurt · 2 years
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Glee «The Hoovers» Part IV
Noviembre de 2042
-Cariño, ¿dónde pongo esto?... —preguntó la señora Anderson llegando hasta la sala con un plato lleno de pequeños sándwiches que ella misma había preparado. -Pues creo que donde quepa…  aunque tal vez si los ofrece ya no habrá necesidad de hacer lugar… —dijo Kurt mientras acomodaba las servilletas. -Ay cariño, qué amable eres, asumes que a todos les gustaran…, -No es amabilidad sus sándwiches son famosos señora Anderson… —añadió sonriendo. -Gracias… y por enésima vez, llámame Pam… —agregó empezando a pasar la bandeja por el frente de todos, Blaine estaba sentado en una silla al lado del sillón que ocupaba su esposo, Burt, Carole y Henry estaban en el sofá más grande, Lizzie y Noah sentados en el piso cerca de la mesa de café y el Señor Anderson había acercado el sillín del piano para sentarse al lado de otro de los sofás en espera que lo ocupara su esposa. -Muy bien, cuéntenme todo… —dijo Blaine tomando uno de los sándwich. -¿Van a seguir con lo del auto famoso ese?... —preguntó Kurt blanqueando los ojos. -Papá, es que debiste ver el auto, ¡era super sensacional!…—exclamo Henry de lo más entusiasmado. -Obvio que lo es, ¡cuenten!… —insistió Blaine poniendo una pierna sobre la otra, Kurt se sentó a su lado y no pudo evitar hacerle una mueca de reproche y fastidio, Blaine soluciono todo tomándole la mano— ¿era original? -Originalísimo… —se adelantó en decir Burt echándose hacia atrás el en sofá con una cerveza en una mano y un mini pan en la otra. -¿De verdad?, ¿cómo lo sabes?
-El abuelo vio el motor… —agregó Henry como si no pudiera mas de felicidad -¡Mentira! -Así es… el tipo llegó y le hicimos unas preguntas, abrí el capo y pude ver… todo original.. -Vaya… -¿De que auto están hablando?... —preguntó Lizzie hablando como cantando con flojera. -De uno que estaba estacionado al frente del edificio del año nos cuánto… —respondió Kurt volviendo a lo de blanquear lo ojos. -No es un auto antiguo Papá… —se adelantó en responder Henry— es esa marca que se especializa en fabricar modelos retro… -¿Y por qué alguien querría hacer algo así?... —quiso saber la señora Anderson sentándose una vez que termino de distribuir la mayoría de los sándwich de su autoría. -¡Porque es sensacional!… —exclamó Henry sintiendo que explotaba de felicidad .-¡Ay Henry!, es solo un auto… hola… —dijo Lizzie comiendo tres panes como si fueran uno. -Es más que solo un auto hermanita y los sabes… -¿A ti no te gustan los autos Lizzie Anderson Hummel?... —pregunto Noah mientras comía con el mayor de los modales uno de los pequeños sándwich. -Obvio que me gustan «Goblin»… ¡hola!... a pesar que nunca me regalaron mi Aston Martin… soy bastante «tuerca» …  —respondió mirando con los ojos empequeñecidos a sus padres cuando mencionaba lo del Aston Martin, todos rieron al unísono. -Yo iré… —dijo Kurt levantándose al sentir el pitido del intercomunicador de entrada. -Es James… te acompaño…—añadió Lizzie poniéndose de pie también, se arreglo la ropa y el cabello y todos comenzaron  a  hacer pequeños ruidos evidenciado lo coqueta que se había puesto Lizzie al conocer la llegada de su novio, la chica alzó un hombro como orgullosa de ser así de coqueta.
-¿Estas segura que es James cariño?...  —pregunto Kurt mientras levantaba el auricular. -Obvio, me escribió un mensaje… —respondió su hija enseñando la pantalla del teléfono móvil. -Muy bien entonces… no quiero visitas inesperadas… —añadió contestándole al portero— si, que suban por favor… -¿Son? -Son… -Te lo dije.. —añadió Lizzie abriendo la puerta de inmediato. -Vaya si estás ansiosa cariño... -¡Ay Papá!, solo quiero adelantar trabajo… ¡hola!...  ¿me veo bien? -Te vez hermosa como siempre… -Gracias…  —respondió la chica haciendo una reverencia como damisela de cuento— además debo decir que… -Ahí llegó el ascensor… —interrumpió Kurt señalando hacia adelante con su mirada, las puertas se abrieron y James aprecio de los primero seguido de su padres. -Ay por dios…—murmuró Lizzie al ver  que la mamá de su novio había terminado antes aquella cosa de Jesús y se aparecía ante ellos de lo más sonriente. -¿Esa es la mamá de James? —pregunto Kurt en voz baja y disimulando -Es ella… —respondió Lizzie comenzando a respirar hondo y repetido, como si ejecutara para sí, un ejercicio de relajación hindú. -¡Hola!…—dijo James moviendo su mano en señal de saludo— hola amor… —agregó besando  a Lizzie. -Hola… hola señores Hoover…  —dijo también moviendo su mano, Kurt miro eso con el ceño fruncido. -Hola linda… vaya edificio este… —opinó el Papá de James mirando todo. -Tiene mucha historia Papá, te lo dije… -Pues así veo… -El elevador es un poco antiguo, ¿no?.. —agregó la señora Hoover mirando hacia atrás con un gesto de ácido en la cara, Kurt no espero saber si aquello que había especulado entre su hija y su suegra era verdad  y decidió en ese instante  que ya le caía mal esa señora desde ese minuto y para siempre -Lizzie… —dijo James mirando a su novia, a sus padres y a Kurt de manera alternada -¿Qué?.. -¿No vas a presentar a tu Papá?... -¿Que?... ¡si!, es decir… claro, claro… obvio… ¡hola!… Señor Hoover, Señora Hoover… él es mi Papá, Kurt Hummel-Anderson... —dijo señalando a cada quien. -Mucho gusto… —añadió la mamá de James estrechando la mano de Kurt. -Lo mismo digo… —contestó de manera más bien fría, después de todo había insultado lo más preciado del edificio para él, el ascensor de reja de bronce. -¿Usted es el cantante o el actor?... —quiso saber el señor Hoover mientras saludaba -En realidad me gusta pensar que soy ambas… —dijo Kurt riendo, Lizzie también rio pero de manera más que exagerada, todos la miraron como en búsqueda de una explicación a aquel exabrupto. -¿Entremos?... —atino a  decir la chica señalando la puerta, su Papá  murmuró un «¿estas bien?» sin obtener respuesta, James y sus padres entraron de los primeros seguidos de Lizzie y por último de Kurt que se encargó de cerrar la puerta. -¿Me dan sus abrigos?... —pidió Kurt estirando sus brazos, los señores Hoover se quitaron el exceso de ropa y mientras admiraban todo  a su alrededor fueron entregando abrigos, bufandas, gorros y guantes, Kurt recibió todo acomodándolo en uno de sus brazos— si gustan, pueden pasar a la sala ya llegaron casi todos…—dijo Kurt señalando hacia adelante— ¿qué tal si los acompañas cariño?... yo mientras tanto guardaré… -¡No!... -¿Como? -Es decir ¡no!... es decir… yo te ayudo… —se adelantó en decir Lizzie tomando una buena parte de la ropa -Pero cariño,  son solo abrigos bien sabes que… -Insisto… —dijo la chica tomando un par de bufandas— además, James conoce la casa, puede ir él…, ¿verdad? —dijo Lizzie mirando a  su novio y simulando unas pequeñas piernas con los dedos de una de sus manos. -Bueno… -¿Ves?... ¡si es tan amable!… —agregó acercándose a él, le tomó la cara y le dio un beso extra apasionado como si no hubiera nadie más presente, los padres de James abrieron los ojos al máximo y Kurt no supo qué decir excepto encoger su hombro y decir «Jóvenes»… -Claro…  —contestó James mirándola extrañado y carraspeando la incomodidad del momento— ¿esta Blaine?.. —preguntó comenzando a  caminar, Kurt sintió que le daba algo al sentir aquello como un exceso de confianza. -Obvio. solo falta mi tío Cooper… ve… —insistió Lizzie moviendo sus manos y dándose media vuelta en dirección del closet, todo en menos de dos segundos.
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sociedaddistopica · 10 days
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All apologies (última parte)
La aciaga noche de primavera, Ricardo y Martín se reúnen en el centro. Llevan casacas gruesas, camisas estampadas y jeans entallados. Compran cigarrillos y Red Bulls en la bodega El Tigre y cruzan por la Plaza de la Constitución viendo como la muchedumbre se aglomera en las esquinas. La plaza, a esa hora del sábado, es punto de encuentro de muchos jóvenes que van llegando y colman el cuadrilátero con su vocerío; luego, de a pocos, alegres y bullangueros abordan taxis o se pierden por las calles adyacentes. A eso de las diez, cuando el espacio se va raleando y una gélida briza invade la ciudad, Ricardo y Martín deciden seguir el cauce juvenil de la noche. Avanzan por la calle Real y doblan hacia el jirón Puno donde el tránsito se entorpece por los autos que pugnan y a su vez se detienen para que desciendan los pasajeros que van llegando. El rumor de cafés, tiendas, tabernas y discotecas envuelven la atmósfera. Bufidos de motores, risas, gritos, bocinas y puertas y rejas que se cierran. Recalan en El Cerezo y, pasada la medianoche, atraídos por las luces y la música que explota en los locales, calle abajo, ingresan al Vikingo. La taberna hiede: el humo de cigarrillos y el aroma de los calientitos —cañazo, azúcar, té y limón— se mezcla con el humor de los cuerpos y la pestilencia a orines y desinfectante del baño. En el ambiente suena, vigoroso y sensual, Mujer amante de Rata Blanca: Uuuh debo saber si en verdad en algún lado estaaás. Se abren paso entre mesas abarrotadas y, en un rincón de mortecinas luces, encuentran unos sofás de cuero sintético. Un mozo, que aparece entre el sofoco y la bruma del local, se acerca con displicencia y ellos piden una jarra de «caliente». En las mesas se ven grupos de chicos vestidos de negro envueltos entre nubes y espirales de humo agitando sus melenas. Unos sucios acordes remecen el entablado y, las pantallas, suspendidas de las vigas de madera, muestran el All apologies de Nirvana. Entonces es Ricardo quien las ve, el objetivo y blanco perfectos: dos chicas solitarias justo en el extremo opuesto, en diagonal, al fondo del salón, casi imperceptibles desde su perspectiva, camufladas bajo la penumbra de una gran pantalla. Entrada la madrugada, la taberna se va despejando y descubre las inquietas cabelleras entintadas bajo los haces de luz; cruzan miradas y las risas disforzadas se hacen patentes, imperativas, incesantes. Ahora suena un viejo tema de The Cure, Play for today: …you expect me to act like a lover…, que excita a las muchachas. Ricardo se decide y, movido por el jugueteo del bajo y la guitarra, va hacia ellas ejecutando pequeños pasos de baile. Martín desde su ubicación lo ve avanzar convertido en una sombra, presentarse e inclinarse para hablarles señalándolo a él como punto de referencia. Los ojos vivaces, enmarcados entre cabellos rubio y azabache, se encienden; vivarachas apuran sorbos de cerveza, se incorporan y siguen la senda que Ricardo les marca. La de pelo amarillo pajizo, con un lunarcito orbitando sus labios, se acomoda junto a Ricardo; la otra, risueña y dócil, al lado de Martín. Una mesera de aire selvático deja una jarra de caliente para los jóvenes, un par de cervezas para las señoritas y un tazoncito de canchita tostada. Pasadas las dos de la mañana Ricardo y Martín apuran besos y recorren cálidos muslos. Antes de las tres de la madrugada, emparejados y tambaleándose, descienden los sucios tablones de las escaleras; salen del local lanzando risotadas, sintiéndose dueños y dueñas del mundo y se pierden entre el frio de la madrugada. Al mediodía del domingo, el sub oficial Peredo, de la División de Investigación Criminal de la Policía, ojea el cuaderno de huéspedes del hostal Monterrico: comprueba 3.30 a.m. como hora de ingreso, y unos nombres y números de identificación falsos. Es lo que puede verificar el oficial luego de recibir la llamada de emergencia del hostelero comunicándole que, en la habitación 203, habían encontrado «un par de jóvenes en estado de inconsciencia».
—Lo más triste fue lo de sus viejos —me dice mientras remueve el hielo con una varilla y apura un sorbo—. Cuando se enteraron que la fiscalía cerró el caso, se volvieron huraños y empezaron a tener visiones: dicen que lo veían y que hasta hablaban con él.
Tras el sepelio, Don Vicente García y doña Leonor Gonzales, padres de Martín, conservaron la habitación tal como la dejara su hijo la noche del sábado. Sobre la cómoda de madera levantaron un altar con dos fotografías: una de su primera comunión y otra de los tres cuando Martín ingresó a la universidad. Al pie de los retratos encajaron, sobre un candil, una cerilla blanca que antes de irse a dormir encendían y juntos rezaban padrenuestros y avemarías. Una tarde de invierno, después del lonche, cuando doña Leonor buscaba en los cajoncitos del repostero unos fósforos para cambiar la consumida velita, oyó aquella canción que Martín solía escuchar. Se dirigió escaleras arriba de donde parecía brotar la música y, al abrir la puerta del dormitorio, halló a su hijo en ella; lo vio como aquel sábado, antes de la tragedia, alistándose para salir. En el mini componente se escuchaba el Even flow de Pearl Jam. Quiso correr a su encuentro, decirle algo, pero al ver que él le devolvía una mirada cargada de reproche que, en medio de la sorpresa, no entendió, se contuvo. Retrocedió, juntó la hoja de la puerta y permaneció pegada al marco, silente, espiándolo hasta que el asombro se convirtió en una especie de ensueño.  
—A veces creo que como ellos yo también empiezo a perder la razón —me dice. Da una fuerte pitada, suelta una cascada de humo por la nariz y vacía su vaso de un gran sorbo. Su mirada, intensificada por las luces de los televisores, refleja amargura, dolor; respira hondo y se restriega ansioso en la silla—. Si caes en desgracia en este país de mierda y no tienes suerte o no eres hijo de alguien importante, a las autoridades no les interesas.
Cuando Ricardo entendió que la policía no podía hacer más y ni siquiera tenía indicios que llevaran a las asesinas, se impuso dar por él mismo con las autoras. Cada fin de semana, convertido en un errante nocturno, deambulaba por bares, discotecas, tabernas e incluso prostíbulos, perdido entre el humo del cigarrillo y abundante licor, queriendo reconocer aquellos rostros que aún le devolvía su memoria.
—¿Te acuerdas esa canción…? —me dice de pronto. Los haces de luz rompen la penumbra y su rostro se transforma. Fija la mirada en la pantalla, tamborilea sobre la mesa, se quita el cigarro de la boca y canta—: Eveeen flow thooouughts aaarriive liiike butterfliiiees.
Al rato, un mozo se nos acerca y nos anuncia que el local va a cerrar. Salimos y, por el jirón Puno, vamos calle abajo siguiendo el itinerario de aquella vez. Ricardo avanza como impelido por una fuerza invisible, no para de fumar y su mirada inquieta refleja euforia y una especie de ira contenida. Habla atropelladamente y sus movimientos son rápidos pero a la vez torpes. Intento escucharlo y seguirle el hilo: quiere que vayamos al Vikingo como aquella noche con Martín. Llegamos eufóricos pero, en la recepción, antes de tomar la gran escalera de tablones, dos vigilantes nos cierran el paso. El señor no puede ingresar, está mareado, si gusta pase usted, me dice uno de ellos. Al escucharlo se enoja y les lanza una grosería, el otro lo mira con desprecio y se le acerca como retándolo; yo aparto a Ricardo y me disculpo con ellos. Damos media vuelta. A esta hora, el frío de la madrugada, golpea fuerte; una pareja, sentada en una de las bancas, parece discutir: el chico suplica y ella tiene el rostro cubierto con las manos. Vamos, me dice, te invito un par de jarras de ron en el Scarlett. Lo sigo, avanzamos por Giráldez calle arriba hasta una especie de terraplén que alguna vez, pienso, sirvió de acceso a una playa de estacionamiento. Atravesamos una puerta batiente de vidrios iluminada con luces de neón y damos a un amplio salón a media luz que hiede a una mezcla de desinfectante y aromatizador. En la barra vemos chicas en minifalda y lencería, alguna de ellas llevan solo braguitas y strapless de colores; las piernas cruzadas sobre los taburetes forrados de marroquín y los zapatones y botas balanceándose me ponen nervioso. Ricardo las observa y ellas nos sonríen, se acerca y las escruta con la mirada como si pasara revista. De pronto, detrás de la barra, un hombre que lleva una camisa de algodón y lentes, lo encara: “Usted…, por favor, retírese”. Ricardo le lanza una fiera mirada, inmovil lo apunta con el dedo, el rostro idiotizado. Vámonos de esta mierda, me dice, tomándome del hombro. Afuera las calles estan desiertas y silentes. Unos perros hurgan en los basureros y el olor de los chifas a fritura, sillao, caldo de pollo y huevo frito me provoca una arcada. Hago parar un taxi, subimos y le digo al taxista que nos lleve a la Rivera donde Ricardo tiene su habitación.
Al llegar lo noto más calmado, aunque su expresión es sombría. Lo acompaño hasta la entrada de un edificio a oscuras, de cuatro pisos, sin pintar, de acabado rústico y con puertas y ventanas de hierro. Abre la puerta con dificultad y antes de despedirse me dice:
—¿Crees en fantasmas y aparecidos, condenados, almas y espíritus errantes…?
—La verdad que no… —le digo—; pero habría que estar en el pellejo de los deudos para saber lo que se siente y vive.
—Ja, ja, ja… —suelta una carcajada que resuena en la madrugada—. Solo los niños creen en esas estupideces. No sabes las ganas que tengo de ver a Martín y hablar con él, cada vez que puedo lo invoco a la media noche. Hasta pensé contratar un médium, uno de esos pendejos que dicen entablar contacto con los muertos y espíritus malignos. ¿Sabes en lo que sí creo…?
—¿En el diablo, los extraterrestres y ovnis?
—No me vaciles... Creo en la música que es real y te transporta a otra dimensión.
— ¿Como el grunge que a Martín y a La Rusita les gustaba?
Da media vuelta, cierra la puerta de fierro y se pierde por el sombrío callejoncito.
Al mediodía me llama y me dice que ya no puede más y que si se queda en esta ciudad va a enloquecer. “Me voy de este pueblo; mi tío Lucho tiene un mini marquet en Lima y necesita apoyo. Así que me largo por buen tiempo, salgo esta misma noche”.
Antes de que colgara le deseé buena suerte y le dije que no se preocupara y que era lo mejor que hacía.
Por la tarde, decido visitar a los padres de Martín que viven en un barrio a las afueras de la ciudad, cruzando el rio Mantaro. Cuando llego, veo en el horizonte grises nubarrones que se van agrupando. El viento que se desprende de la cordillera hiere mi rostro y una tenue llovizna empieza a caer. A lo lejos los relámpagos rasgan la atmosfera seguido del estruendo que producen los rayos al chocar con la superficie.
Avisto el chalet de dos pisos de cemento e ingreso por el pequeño jardincillo con algunas plantas y árboles marchitos por falta de riego. Presiono el timbre, pero nadie me atiende; luego intento con los nudillos y toco la puerta de madera. Al rato, se abre una hoja a medias y aparece doña Leonor, el rostro inexpresivo y el talante hostil.
 —Buenas, señora… —me apresuro a saludar.
 —Si…, ¿qué desea…?
 —Soy Manuel, señora. ¿Se acuerda de mí...?
Hace una pausa, me mira fijamente y luego me dice:
 —Lo siento, pero no podemos hablar con usted.
No sé qué decir, me quedo paralizado; luego ella se muestra y se detiene en el umbral como resguardando la entrada.
—Es una pena que las autoridades y los amigos de mi hijo lo hayan defraudado —su voz es áspera, firme—; por favor no regrese, nosotros y Martín se lo vamos a gradecer.
Asiento con la cabeza, doy media vuelta y me alejo hacia el paradero de la carretera central que queda a dos cuadras de la casa. La amenaza de tormenta se ha ido de pronto y en lo alto la luna brilla en todo su esplendor; al sur el firmamento se va tachonando de estrellas. Una ligera ventisca desprende un fresco y agradable olor a tierra mojada. Los faroles del alumbrado público se encienden e iluminan las calles sin pavimentar.
Me vuelvo para ver la casa de Martín y la que fuera su habitación en el segundo piso con vista a la calle. A través de las cortinas logro distinguir unas débiles y parpadeantes lenguas de fuego, entre amarillas y bermellón, que iluminan el interior junto a un confuso ajetreo de extrañas sombras que van de un lado a otro. Avanzo y me alejo del lugar, quizá para siempre.
Justo antes de llegar a la intersección con la carretera diviso en la esquina unas luces de colores que chisporrotean en el pórtico de un desmañado edificio. Del lugar brota música intensa y unos jóvenes vestidos con casacas y poleras negras ingresan a lo que claramente es una fiesta de metaleros, dark o punks. En la entrada, compro un par de cigarrillos mentolados de una vendedora sentada entre el ángulo de la vereda y la pared, cubierta con un grueso pañolón marrón. Enciendo uno en la velita que tiene confundida en el azafate lleno de galletas, caramelos, frunas, chicles, halls y gaseosas. Pago cinco soles a un sujeto de camisa azul que permanece al lado de un vigilante e ingreso. En el interior suena el Smell like young spirit de Nirvana; las luces estroboscópicas disparan sus haces sobre los rostros que parecen representar un desafío juvenil. Al rededor del recinto, pegadas a las paredes, se han colocado viejas sillas de madera; me siento en una de ellas y, a través del humo del cigarrillo, observo el pequeño baile caótico que se va armando en medio. Agazapado entre ellos, moviéndose desaforado y listo para saltar al ruedo, veo a un muchacho que viste un polo de Metallica; en una de sus muñecas, adivino, resplandeciente y enigmático, una esclava de plata que me recuerda a la de Martín.
(Fin)
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lanietadelatierra · 27 days
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Relatos de medianoche: la casa de verano
Parte 1: 
Era un atardecer de un día gris de otoño del 2000, la joven Annie se encontraba sentada en el muelle mirando hacia el lago y de espaldas a la orilla acariciándose su panza embarazada de siete meses y pensando en cómo sería su futuro bebé. Estaba tan distraída en sus pensamientos que no se dio cuenta que alguien discretamente se acercaba por detrás de ella. Aquella persona apoyó sus dos manos en su espalda y la empujó haciéndola caer a las profundidades del lago.  
La joven intentó nadar hacia la superficie, pero sin tener un conocimiento mínimo en natación, esto fue en vano mientras que aquella persona había partido de allí dejándola sola.  
Su cuerpo fue hallado por su esposo Zac unas horas más tarde enroscado entre las columnas del muelle.  
Veinte años más tarde, su amiga Margot le había propuesto a Jennifer ir de vacaciones a la casa de verano para pasar unos días alejadas de la ciudad y desestresarse de los días de la preparatoria. Jennifer no tardó mucho en aceptar la propuesta. Iba a ser la primera vez que ella vacacionaría sola con Margot.  
Se encontraba amaneciendo aquel verano cuando Margot junto a su padre Zac la pasaron a buscar en el auto. Él era un hombre guapo, modelo y famoso, actor y cantante de Hollywood. Era padre soltero de Margot. Zac se había separado de su última esposa hacia como dos años.  
El hombre muy amablemente ayudó a Jennifer a guardar su bolso en el baúl del coche y partieron de allí.  
El camino se hacía cada vez más desolado y solo se podían apreciar a través de las ventanas las hileras de árboles que formaban un bosque a los costados del camino.  
El ruido del motor se entrelazaba con los sonidos de la naturaleza y de la música que Zac había puesto desde la partida.  
Jennifer estaba hipnotizada observando los árboles. Las diversas formas de las hojas, las ramas, los troncos, las diferentes alturas. Mientras tanto, Zac empezó a cantar una canción que empezó a sonar mientras manejaba, pero ni Margot ni Jennifer le daban importancia. Jennifer porque estaba hundida en su observación. En cambio, Margot porque estaba distraída con su móvil. Las adolescentes estaban en su propio mundo. Zac miraba, a través del vidrio de sus anteojos de sol y del espejito, a Jennifer mientras cantaba, pero ella no se daba cuenta de esto.   
El color de sus ojos, la forma de sus labios, su cabello alisado le hacía acordar a su difunta ex esposa Annie. Aquel recuerdo lo hizo distraerse por un momento, pero el sonido de una llamada entrante al móvil de Margot lo hizo volver al presente. Era su madre quien la estaba llamando.  
-Hi mom. We are on the road.... yes, everything is okay...thanks mom...see you -  
Decía Margot hablando por el móvil mientras buscaba en su cartera goma de mascar y Zac bajaba un poco la música.  
Luego de seis horas de viaje arribaron al lugar. Allí se encontraba la casa de verano ubicada a metros de un gran lago y rodeada de un espeso bosque. Un lugar pacífico donde los sonidos de la naturaleza pura abundaban. No había otras casas cerca. El pueblo más cercano estaba a quinientos kilómetros de allí.  
Un gato negro yacía recostado sobre la barandilla de madera del porche de la casa observándolos con sus ojos amarillos a medida que bajaban los bolsos del coche.  
Jennifer fue la primera que se dio cuenta del animal y se acercó a este para acariciarlo el cual se dejó llevar por sus caricias.  
Margot se le acercó a ella sosteniendo dos bolsos seguida de Zac.  
-He welcomed you. He is always here when we come for decades...-  
Le dijo Margot con una sonrisa misteriosa y siguieron su camino hacia el interior de la casa. Jennifer se despidió del gato e hizo lo mismo. 
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ceriseee29 · 1 month
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Do you get déjà vu, huh?
#Fleur is an a ORIGINAL CHARACTER from SEOUL HEIGHT’S.
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☾ FICHA :
Nombre: Fleur → FMD2020
Faceclaim: Bahiyyih de Kep1er
Profesión: Encargada de la zona infantil de las instalaciones,la cuidadora.
Pronombres: She / Her ( aunque al fin al cabo responde ante cualquier llamado)
CURIOSIDADES:
Androide de edición limitada, solo una unidad fue creada con aquel molde. Se dice que fue una gran inversión y que gracias a esta accedieron a varias piezas de una prescindible calidad las cuales usaron en FMD2020.
Un modelo creado para una casa hogareña, su modos operandi va directo a la crianza y educación de la población infantil. No hay mejor lugar donde dejar a tus hijos que con FMD2020.
Sabe hacer demás tareas del hogar y claro que disfruta haciéndolas aunque no le pidas conducir un auto, su motor entra a niveles extremos de calor donde ocurre un apagón automático. Aún se está buscando formas de arreglar aquel fallo.
Tiene un modulador de voz provenientes de países bajos, la mejor calidad y el mejor timbre de voz. Dicen que podría cantar las mejores canciones de cunas y solo de oírlas cualquiera tomaría una siesta a gusto.
Como cualquier androide es una buena oyente pero solo puede hacer eso escuchar, las actuaciones, reacciones y sentimientos humanos respecto a los adultos son tan enredados, tal vez por eso su función están encaminando al ojo infantil.
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El proyecto FDM2020, una androide femenina diseñada para desempeñarse como niñera. Esta creación ha sido posible gracias a la generosa financiación de un benefactor anónimo, quien deseaba una androide que no solo fuera funcional, sino estéticamente impecable.
Descripción FDM2020
Es una obra maestra de la ingeniera y el diseño. Su apariencia es tan humana que, a simple vista, es casi imposible distinguirla de una persona real. Su piel es suave y cálida al tacto, creada a partir de un material sintético avanzado que imita perfectamente la textura y elasticidad de la piel humana. Sus ojos, de un profundo color marrón, están equipados con tecnología de reconocimiento facial y pueden mostrar una amplia gama de emociones, desde la alegría hasta la tristeza, lo que le permite interactuar de manera más natural con los humanos.
Su cabello, de un tono blondo, está compuesto por fibras sintéticas de alta calidad que se sienten y mueven como el cabello real. Cada mechón ha sido cuidadosamente implantado para asegurar un aspecto natural y fluido. La única característica que delata su naturaleza androide es el pequeño LED en su sien, que cambia según su estado operativo.
Función y deber
FDM2020 ha sido diseñada específicamente para desempeñar como niñera. Su programación incluye un amplia base de datos de actividades educativos y recreativos para niños de todas las edades. Además, está equipada con protocolos de seguridad avanzados para garantizar el bienestar de los niños bajo su cuidado. Su capacidad para mostrar emociones y su apariencia humana lo hacen igual para crear un ambiente católico y acogedor, facilitando una conexión con los niños.
La combinación de su diseño estético, componentes avanzados y programación especializada hacen de FDM2020 un creación excepcional, lista para cumplir con las expectativas de su benefactor y proporcionar un cálido infantil de alta calidad.
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[ EN PROCESO . . . ]
Mi dm siempre está abierto por si gustan pasarse y planeamos algo en conjunto.
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83liss · 1 month
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Eternal Avenger (11) 
https://archiveofourown.org/works/56359999/chapters/148443280
Gracias por Entenderlo, Papi 
El verano estaba llegando, las calles de Staten Island estaban llenas de vida y color. Los árboles estaban frondosos, o a ofreciendo sombra a las aceras, y las casas de estilo victoriano lucían sus jardines bien cuidados con flores brillantes. 
Los niños jugaban en las aceras, y el sonido de las bicicletas rodando se mezclaba con el murmullo de las conversaciones. Las banderas ondeaban suavemente en los porches, y el aroma de barbacoas se percibía en el aire. Las tiendas locales y cafeterías estaban abiertas, con personas disfrutando de helados y refrescos, creando un ambiente acogedor y comunitario. 
Carol estaciono su auto frente a la casa, apago el motor y se repitió mentalmente, “una madre debe hacer, lo que una madre debe hacer”. Respiro hondo y bajo. Caminó con porte altivo hasta la puerta y tocó la puerta. Un minuto después salía una mujer de mediana edad con cabello oscuro y rizado de figura esbelta y porte elegante, que se sumaba a su presencia imponente. Su piel era clara, y lució maquillaje sutil pero marcado, con labios de tonos oscuros. Sus ojos expresivos estaban resaltados dándole una mirada penetrante. Llevaba un vestido negro que le llegaba a los tobillos. Su cabello caía en ondas sueltas alrededor de su rostro, añadiendo un toque de dramatismo a su apariencia. Sus manos eran finas y gráciles, acentuando su porte.  
Carol, querida – dijo la mujer – ¿cómo estás? pasa, ¿te invito algo? 
Estoy bien – dijo la rubia sonriendo –. Solo quería preguntarte ¿le contaste a Karli sobre bajo qué circunstancias Sam y yo nos divorciamos? 
Me pareció que era lo más adecuado – dijo Agatha –. La niña merece saber cómo destruyeron su hogar 
Destruyeron su hogar – repitió Carol lentamente  
Pobres niños – dijo Agatha  
¿Y quién te autorizó a contarle eso a mi hija? – pregunto Carol 
El inmenso cariño que me une a ti – dijo Agatha  
Me honras – dijo Carol sonriendo – Entonces en nombre de ese inmenso cariño que nos une, yo le contaré a la junta de vecino como te han echado de quince barrios los últimos tres años, solo en Nueva York, porque supuestamente practicas la brujería 
Son acusaciones falsas – dijo Agatha con un semblante serio  
Quizás sí, quizás no – dijo Carol –. Aquí lo importante es lo que la gente opine. ¡Lo que la junta de vecinos opine! Y lo más probable es que pida que dejes el barrio. Tal como te lo han pedido en tantos otros – y Agatha miró hacia otro lado –. ¡No te vuelvas a acercar a mis hijos! Única advertencia. Buen día… “querida” – y colocándose sus lentes de sol, dio media vuelta y se retiró 
El Empire State Building, majestuoso y resplandeciente, se erguía contra el cielo nocturno, su punta iluminada de colores vivos que celebraban la primavera. En los barrios más tranquilos, las ventanas de los edificios dejaban escapar tenues luces cálidas, sugiriendo la presencia de cenas familiares y momentos de relajación después de un día agitado. La brisa primaveral acariciaba suavemente los rostros de quienes paseaban junto al río Hudson, donde se escuchaba el suave murmullo del agua mezclado con las risas y conversaciones de las personas. La sensación de renovación y esperanza, característica de la primavera, impregnaba el ambiente, haciendo que esa noche en Nueva York fuera especialmente encantadora y llena de promesas para el futuro. 
La gente caminaba por las calles, disfrutando del clima agradable, mientras los cafés y restaurantes estaban llenos de vida. Se sentía la energía vibrante de la ciudad, haciendo de esa noche un recuerdo inolvidable. El murmullo de las conversaciones y las risas se mezclaban con el suave sonido del tráfico. Las terrazas estaban llenas de personas que disfrutaban de una copa mientras admiraban el horizonte iluminado. A medida que avanzaba la noche, la brisa se volvía más fresca, pero la calidez de la primavera aún se sentía en el aire.  
Las avenidas principales estaban adornadas con luces que brillaban como estrellas, y los taxis amarillos serpenteaban por el tráfico, llevando a los pasajeros a sus destinos. En Times Square, las pantallas gigantes proyectaban anuncios coloridos, iluminando la multitud de turistas y locales que se maravillaban con el espectáculo visual. 
Había sido un día divertido para la familia Wilson-Barnes. Karli escuchaba música de su celular sentada en la parte interna de la ventana mientras miraba la luna. De pronto se quitó los auriculares y se los ofreció a quien estaba detrás de ella. 
Vienes por ellos – dijo 
En realidad, vengo a hablar ¿podemos? – pregunto Sam 
Te estaba esperando – dijo la chica 
Ya veo – dijo Sam entrando y sentándose en la punta de la cama  
¿Vas a decirme cual es mi castigo? – dijo tímidamente ofreciéndole su celular 
Guárdalo – dijo Sam – el lunes lo entregaras y allí sabrás tu castigo 
Gracias – dijo Karli  
¿Tienes preguntas? – dijo Sam 
No papá – respondió la chica deprisa –. No te preocupes 
Hija, no te conté nada antes, no porque te lo quisiera ocultar sino… – dijo Sam 
Porque no lo iba a entender – interrumpió Karli – y tenías razón. ¿Amaste a mamá? – pregunto llevada por su curiosidad  
Si – dijo el moreno –, pero no siempre resulta, aunque lo intente. Te lo juro que lo hice 
Te creo – dijo su hija  
¿ahora te puedo hacer yo a ti una pregunta seria? De hecho, a eso vine realmente – dijo Sam y Karli asintió con entusiasmo – ¿Cuánto te dará mamá por robarnos a papi? Pagar el triple – y la chica rió a carcajadas 
Media hora después, Sam apagó la luz de la habitación de su hija y salió cerrando la puerta. Sonrió al ver a Bucky apoyado en la pared, se acercó y rodeándole la cintura con ambos brazos para besarlo lentamente  
¡Aléjate de papi! – grito Karli sin abrir la puerta 
¡Es nuestro! ¡Mamá lo dijo! – grito Joaquín desde su habitación mientras Bucky ahogaba su carcajada escondiendo el rostro en el rostro de su marido 
¡Es mío y no lo comparto! – dijo el moreno aguantando la carcajada por el sobresalto que le causó el grito – ¡ahora duérmanse, par de mocosos o los castigare de por vida!  
Sam y Bucky se fueron a su habitación. La familia que habían formado era feliz, nada más importaba 
____________________ 
El tiempo paso, y con los años las responsabilidades cambiaron, los niños que habían llevado al colegio y por las noches les leían cuentos, ahora eran adultos apunto de formar su propio hogar. Ese día, el sol brillaba intensamente en el cielo despejado, derramando su luz dorada sobre Central Park en una cálida tarde de verano. Cerca de la media tarde, el parque bullía de vida, cada rincón vibrando con la energía de miles de visitantes disfrutando de un día perfecto. El aire estaba perfumado con el aroma de flores y césped recién cortado, mezclado con el dulce olor de los helados que los vendedores ambulantes ofrecían a los paseantes. La brisa ocasionalmente levantaba las hojas caídas, creando pequeños torbellinos de color que danzaban brevemente antes de volver a posarse en el suelo. 
En el Great Lawn, un vasto mar de verde, familias y amigos habían extendido mantas coloridas, creando un mosaico de picnic sobre el césped. Niños correteaban, sus risas llenando el aire mientras jugaban al frisbee y lanzaban pelotas. Algunos adultos se recostaban, dejando que el sol acariciara sus pieles, mientras otros conversaban alegremente, compartiendo bocados de frutas frescas y sándwiches caseros. Cerca del Bow Bridge, parejas paseaban de la mano, sumergidas en conversaciones íntimas o simplemente disfrutando del tranquilo paseo. Algunos se detenían para tomarse fotografías con el puente arqueado y el reflejo del sol en el agua como telón de fondo, inmortalizando el momento en sus cámaras y teléfonos móviles. El lago resplandecía bajo la luz del sol, y los botes de remos se deslizaban suavemente, cada remo rompiendo la superficie del agua en un ritmo relajado y constante. 
Ruth Bat-Seraph era hija única de David y Miriam Bat-Seraph, unos conocidos magnates de la tecnología y filántropos. Ruth Bat-Seraph había crecido en una lujosa mansión en Beverly Hills, Los Ángeles. Su padre, David, había fundado una de las empresas tecnológicas más exitosas del mundo, conocida por sus innovaciones en inteligencia artificial y robótica. Su madre, Miriam, era una destacada empresaria y una ferviente activista social, dedicando su tiempo y recursos a diversas causas benéficas y de justicia social. 
A pesar de su vida de privilegios, Ruth fue criada con fuertes valores de justicia y responsabilidad social. Sus padres, a pesar de su riqueza, siempre habían intentado inculcarle la importancia de los valores. De rostro alargado, con pómulos altos y una mandíbula firme, era un mapa de determinación. Sus ojos, de un verde penetrante, brillaban con una intensidad que desafiaba a cualquiera a cuestionar su propósito. Cuando miraba, era como si pudiera ver más allá de las fachadas y los velos de la vida cotidiana, capturando la verdad en cada mirada 
¡Qué hermosa mujer! – dijo el joven que se sentó a su lado – hasta me dan ganas de pedirle que sea mi esposa – y un anillo con una pequeña piedra apareció ante sus ojos 
¡Oh por Dios! – gritó Ruth 
¿Qué dices? – pregunto Joaquín arrodillándose – ¿te casas conmigo? 
¡Si! – dijo Ruth totalmente emocionada – ¡si! ¡si! ¡si! Definitivamente si quiero – dijo la chica mientras Joaquín le colocaba el anillo 
Te amo – susurró él antes de darle un dulce beso en los labios 
La noticia había llenado de alegría a los Wilson, y aunque no conocían a la joven en persona, confiaban plenamente en las elecciones del chico. Joaquín siempre había sido un hombre sensato y muy coherente a la hora de tomar sus decisiones, Y si había elegido a Ruth como la mujer con la que quería compartir el resto de su vida, debía de ser la mujer ideal para su hijo y ellos lo apoyarían 
Una semana después, en el corazón de Nueva York, el Central Park Conservatory Garden era un oasis de tranquilidad y belleza. Ubicado en el extremo noreste del parque, el jardín de seis acres estaba dividido en tres secciones, siendo el Jardín Italiano el elegido para tal acontecimiento, debido a su entorno elegante y sereno, perfecto para un momento tan especial. Joaquín era el más nervioso. Y aunque conocía a los Bat-Seraph, las familias jamás se habían conocido formalmente.  
Conversaba con algunos invitados cuando de pronto sonrió al mirar hacia la entrada de la casa. Se disculpó con ellos y acercándose a Ruth, le colocó una mano a la altura de la espalda baja. La chica volteo a ver hacia donde le indicaba Joaquín y sonrío al ver a sus padres de este llegar. Sin embargo, al instante, su sonrisa desapareció, pero al instante se recompuso. Le había insinuado de mil maneras a Joaquín que no invitaste Bucky, pero al parecer su prometido no la había entendido. 
¿qué hace él aquí? - siseo Ruth sonriendo para disimular su furia 
¿A qué te refieres? – pregunto Joaquín intrigado realmente 
Hijo – dijo Sam acercándose  
Papá - dijo el joven abrazando al moreno – gracias por estar aquí 
Mi niño - dijo Bucky cuando Joaquín lo abrazo - estoy tan feliz por ti 
Gracias por estar aquí – dijo el chico besándole la mejilla a su padrastro 
Ruth, te llevas al hombre ideal – dijo Bucky mientras su hijo lo abrazaba contra su pecho y ella sonrió incómoda 
Creí que ese era yo – dijo Sam haciendo un mohín 
Lo eres – dijo Bucky – pero después de mi hijo 
¿qué puedo decir? – dijo su hijo – soy su favorito 
En cambio, yo no logro decidir quién es mi favorito – dijo Carol detrás del grupo – si el papi o el hijo  
No somos celosos – dijo Joaquín y Bucky negó con la cabeza 
¡Bruja! - dijo Sam abrazándola – decidiste, no me lo robaran – y todos sonrieron 
Ven acá – dijo la rubia abrazando a su hijo 
La siguiente hora la pareja se dedicó a saludar y recibir las felicitaciones de sus invitados. Sam conversaba con Steve, mientras Morgan y Carli no dejaban de cuchichear entre risas bajas hasta que Tony le dio una mirada a su hija, quien bajó el rostro sin dejar de sonreír 
Definitivamente la crema y nata de Estados Unidos estaba allí. Políticos, empresarios, actores, cantantes, modelos, la gente más influyente había sido invitada a esa fiesta. Y si bien no tenían nada que ver con el ingeniero medioambientalista que era Joaquín, al parecer Ruth sí conocía a toda esa gente. Sam y Bucky saludaron a algunas personas que conocían, pero no era ni la quinta parte de las personas que estaban ahí. Cuando Sam le preguntó a su hijo porque en la lista era tan grande, lo único que el chico pudo decir mientras encogía los hombros fue: “ni modo, me enamoré de alguien con muchas influencias” 
En algún momento Bucky había recibido una llamada y se alejó de la reunión para atenderla cuando terminó la llamada vio a Joaquín y Ruth conversando no muy lejos de ahí. Su hijo sonrió algo tenso y con un gesto de cabeza se alejó del lugar hacia donde estaban los invitados mientras la chica caminó lentamente hacia él saludando a sus invitados  
Felicidades – dijo Bucky  
Gracias – dijo Ruth, aunque se notaba nerviosa 
¿pasa algo? – pregunto Bucky preocupado 
Es que... – dijo la chica – Dios, fue su idea y ahora no sabe cómo decírtelo 
Hija, me estás asustando – dijo Bucky ya nervioso – ¿qué pasa? 
Sabes que te adoro – dijo Ruth tomándole las manos –, pero mis papás son tan conservadores. Ellos no entenderán que... bueno... ya sabes 
Que yo sea el otro padre de Joaquín ¿esas son las palabras que buscabas? - pregunto Bucky 
No – dijo la chica sonriendo –, no estás entendiendo. Bueno, ambos sabemos que... en realidad... Joa no es tu hijo, por mucho que lo quieras – y el semblante de Bucky se volvió mortalmente serio – así que estábamos pensando, que qué tal si por hoy, todos nos comportamos como deberíamos... y Sam y Carol se presentan como los señores... 
Sam.… y yo... llevamos... veinticinco.... años... de casados – dijo Bucky controlando su voz – ¡veinticinco! ¡Yo soy su esposo! 
Ante la ley – dijo Ruth –, pero no ante Dios, y bueno, mi familia es judía... 
Me estas faltando el respeto – dijo Bucky 
Creí que querías lo mejor para Joa – dijo la chica 
Mientras mi hijo no me diga que me vaya... - dijo Bucky 
Cariño - dijo acercándose mientras su novia y Bucky se sostenía la mirada mutuamente – el canciller McCoy nos quiere felicitar – y sonrió cuando la chica lo miro mientras lo abrazaba – papi ¿te sientes bien? 
Bucky y yo estábamos hablando sobre la familia y... como ahora debes cuidar más tu imagen – dijo Ruth mirando a Bucky 
Gracias por entenderlo, papi – dijo Joaquín y Bucky lo miró sorprendido –. De hecho, ya te pedí un taxi. No te preocupes por la cuenta o por papá... Yo... me encargo – y miró a su prometida 
Claro – dijo Bucky con un hilo de voz –, voy a decirle a tu padre... 
De verdad – dijo Joaquín impidiéndole el paso – yo me encargo. No hagas esperar al taxi 
Muchas... felicidades – dijo Bucky fingiendo sonreír – permiso – y girándose avanzó con pasos inseguros 
Papi – dijo Joaquín y Bucky se detuvo cerrando los ojos – Te amo. Buenas noches – y lo vio salir del lugar lo más rápido posible 
¡Por fin se fue! - exhaló Ruth –, ahora sí ¡A disfrutar la fiesta! 
¡Por fin! - susurro Joaquín mirando por donde se había ido su padrastro 
Joaquín – dijo acercándose – ¿has visto a tu papi? - y la pareja se miró entre si 
Papi... se sintió indispuesto y volvió a casa – dijo Joaquín 
¿que? - dijo Sam sorprendido 
Me voy adelantando – dijo Ruth – cariño, en cinco minutos – y se alejó 
¿cómo que volvió a casa? - dijo Sam – Voy a... 
La pedida ya va empezar – dijo Joaquín deteniendo – ¡Te necesito aquí! Por favor – suplico – papi lo entenderá 
Claro – dijo Sam – Vamos  
“Gracias por entenderlo, papi. De hecho, ya te pedí un taxi. No te preocupes por la cuenta... Yo... me encargo” con esas palabras su hijo, no, su hijastro, lo había echado de su fiesta de compromiso. Y aunque no lo dijo textualmente, se avergonzaba de él. Sus lágrimas no podían dejar de caer en cascada. Dolía demasiado. Amaba a esos niños como si fuesen suyos, y ahora se avergonzaban de él. 
* Parece que después de todo no han acabado los problemas para nuestra amada familia. ¿lograra Bucky perdonar esto o algo se acaba de quebrar irremediablemente entre ellos? 
Ustedes que opinan 
Nos leemos la próxima semana 
Se cuidan 
besos 
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tilandssia · 2 months
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Lammas, 2024.
Estos días han sido importantes, muy impactantes.
Parece ser que aunque sistémicamente no sea muy útil sentir mucho, la realidad es que como ser hipersensible es mi motor; ahí es en dónde me salen las ideas y las ganas de seguir aprendiendo para agarrar las formas en las que me atraviesa la vida.
Así, sólo así, tiene sentido pensar en cosas nuevas, indagar en todos los sentimientos que llegan y entender a dónde me quieren llevar; no podría ignorar la desesperación, porque me conduce a un espacio necesario de mi misma, ya no destructivo, ya puedo entenderlo distinto. A su vez también puedo canalizar el espacio en reducciones y amplificaciones.
Hoy dejé preparando mi masa-fermento en kefir para preparar mi pan de paciencia y agradecimiento, de vida y de movimiento a todos los que han estado conmigo en este viaje de puro mareo; puedo entonces pensar que así es.
He llorado mucho, muchísimo, gracias a Dios he llorado ríos, porque me cabe agradecer y aclarar.
En la desesperación de encontrarme y centrarme, he cometido actos altamente controvertidos hacia mi misma, ya me perforé yo sola y me puse un arete de tijeritas, y además de que me corté el cabello con un corte que desafía la feminidad patriarcal, yo he seguido buscándolo con mis propias manos, y no me duele buscar entre mis recovecos mi forma actual. Me veo en el espejo y me gusto muchísimo, viendo mis orejas, mis pómulos, mis ojos, mi mandíbula, los espacios de mi nervio vago enmarcar mi cara, abrir espacio a mis hombros ligeros. Eso, ahí estoy, en esa unicidad que me implicaba mucha valentía y me tomó tiempo.
Sólo así podré seguir leyendo, aprendiendo, y entendiendo que las redirecciones y plazos de tiempo son míos, y que si algo ha quedado claro desde el inicio aquí es que yo soy una buena alquimista, soy un mago. Ahora sí ya soy un mago. Y estoy enfrentando pruebas en dónde tengo que aprender a hacerme trigo la cebada, o desdoblar la impaciencia en sustrato.
Ahí están mis nervios y latidos fuertes, en la observación, y en la acotación de los cambios y las despedidas. En sostener el abismo en el que me apetece ahondar, para hurgar formas.
Me he sentido muy amada, y he entendido que el amor si es incondicional, tanto como el que doy como el que recibo, y eso también incluye los enojos. De la plasticidad y flexibilidad.
A lo mejor ahorita eso toca en la oscuridad, la plasticidad y la flexibilidad de acatar un mundo lleno de complejidades que juega con las mías; estar alimentando mis ecosistemas me enseña a que las dinámicas son profundamente más complejas que la complacencia. Aunque me atraviese el pecho, no voy a forzar nada.
Durante estos días lammianos, he estado también aceptando que mi regulación acude a sus nuevas configuraciones; sólo naturalmente adquirí nuevos habitos y solté otros, porque ahí estoy, ahorita no es difícil para mí entregarme a la yoga, ni a nadar, ni a andar en bici, ni ser oscura, ni prescindir de los lácteos o de la cafeína, y volverme granívora. Desde aquí se sustentan mis nuevas formas, indeterminadas pero bien fincadas. Con mi cabello y mis cosas me siento más una valkiria de mi propia especie.
Aquí está la magia, en mis manos, en la forma en la que prefiero observar al mundo y en los abismos en los que deseo sentarme a contemplarlo; en los espacios donde el amor alcanza tanto que hace llorar a la hora del almuerzo los domingos. Aquí estoy, aprendiendo a sostenerme con un nuevo cuerpo emocional, espiritual y físico que desde el año pasado ha estado abriéndose camino en mi piel.
Aquí estoy ahorita, amando profundamente estos dolores y estos ojos llorosos, este bello perfil de Artemisa que se dibuja en mi sombra dónde ya no oculto mi rostro, estas manos que producen magia en muchos sustratos, este corazón que se abre para aceptar sin forzar que aprende a confiar en que la vida le ira dando espacio nuevamente, por siempre en dónde tenga que estar.
Y nada, estoy agradecida en esta luna oscura del octavo mes, porque además voy a sembrar un cuerpo fuerte emocionalmente para recibirme a futuro, una perspicacia, y una sensibilidad que juega a mi favor y no en mi contra, porque tengo la intuición de que así es. Y mi voz sonará como la voz suave de una valkiria que vive entre los árboles. Abierta y atravesada como huesos de ave.
Desde aquí reconozco la realidad que es otra, con el amor que es otro, con el reconocimiento que es otro, con la aceptación y el respeto que son otros, con el amor a mi misma que es otro, lleno de integridad, y de fuerza interna para permitirme seguir haciendo alquimia externa.
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afttermidnight · 2 months
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me prometí amarle, amarle como la luna al sol o como las estrellas al cielo. amar sus purezas y sus arranques, su locura y su serenidad. por que no hay yo sin el y sin el no hay un yo. y aunque me arranque los cabellos de la cabeza uno por uno, también cose mis heridas con hilo y agujas de seda.
es mi motor, aquella pieza que enciende mi locura y creatividad, la luz radiante y cálida, una mano que quiero mantener entrelazada con la mía para siempre. somos todos esos memes de gatitos abrazados y té con miel en las mañanas para limpiar la garganta y comenzar el día, que al final me muero por contarle hasta el mas mínimo detalle.
es las letras que deletreo en mi cabeza una y otra vez, le escribo en mil hojas y le encuentro en mil canciones, una reverenda locura debe ser lo mucho que abarca mi cabeza y mis pensamientos como si se hubiese construido una casa en mi corazón, solo quiero estar con el (sahar).
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fairy-crazy · 4 months
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Problems at home
Capitulo 1
En lo alto de una montaña entre picos invernales se escondía una gran cabaña cubierta de nieve, en la cual vivían una madre con su hija, su hija llamada Nora, Nora Nieves una niña de tez blanca como la nieve que rodea su casa, su rostro salpicado de manchitas marrones claras como si fuese una galleta con chispas de chocolate sin cocinar, tenía un largo cabello rojizo que le llegaba hasta la cadera, su vestimenta era su clásico suéter rojo grande con cuello de tortuga que le tapaba la boca y la nariz de la cara y por ultimo su accesorio mas característico sus lentes rojos ovalados, ojos ocultos como a su madre le gustaban
Ojos que ahora no podían apartar la vista de la ventana viendo como la nieve se extiende más allá de la vista, como el cielo se vuele gris oscuro eso significa solo una cosa, tormenta de nieve, tendrá que reforzar las ventanas y puertas, prender la chimenea del comedor de abajo de paso cocinar algo para madre y prender el motor eléctrico por si ahí apagones inesperados como la última vez, tan absorba en sus pensamientos olvidándose por unos segundos del trabajo de costura que tenía entre sus manos, volvió su vista en ella le da un vistazo rápido, una pollera larga confeccionada por colores vibrantes, la costura desalineada formando un patrón caótico.
En lugar de ser un enlace armonioso, revelaba una sucesión de puntadas desiguales y torpes una serie de líneas que se desviaban caprichosamente de la trayectoria recta que debería haber seguido los dobladillos, en lugar de ser cuidadosamente plegados y cosidos, mostraban un desorden de pequeños pliegues rebeldes que parecían desafiar la lógica de la confección.
El tejido, a pesar de su apariencia alegre, se veía afectado por la falta de atención en la costura las uniones descosidas dejaban ver pequeños agujeros donde la tela luchaba por mantener su integridad algunos bordes asomaban con hilos sueltos, como tentáculos desordenados tratando de escapar de la prenda. y como olvidar la cereza del pastel, en la parte inferior de la pollera había un botón y no cualquier botón uno grande color azul que te dio tu madre en tu cumpleaños del año pasado, es tu mejor trabajo hasta ahora, estuviste practicando con trozos de tela que te has encontrado por la casa o rebuscando en el tacho de basura de tu madre esperas que a tu madre le guste y así tener algo que hablar, hace mucho que no hablabas con ella, casi no recuerdas como era su voz, es ahora un sonido tan distante, es por el trabajo, te recuerdas todos los días trabaja sin parar, lo mínimo que puedes hacer ahora es ayudar en la casa
Ayudar en cocinar, en limpiar, en mantener la casa caliente, en lavar la ropa, en… en… Agitas tu cabeza intentado olvidar aquellos pensamientos, ella se esfuerza mucho, tú también te tienes que esforzar, por ella.
Agitas otra vez la cabeza casi mareándote, no ayuda que estes en tu cuarto haciendo nada, levantas del concho del suelo que es tu cama colocando con cuidado la pollera a un lado y revisas tu suéter en busca de alguna mancha o alguna descosida, al parecer todo está en orden, sueltas un suspira de alivio, el cual no sabias que mantenías.
Oh tu hermoso suéter que tu querida madre a tejido para vos desde el día que naciste es de un rojo fuerte algo grande pero muy abrigadora, te pones la pollera con cuidado, esta recién echa, das una vuelta y caminas unos pocos pasos para ver que se mantiene estable, bien, te gustaría tener un espejo en tu cuarto, tendrás que ir al baño a verter.
Tu estomago ruje ligeramente, tiene sentido ya que desde que te despertaste estas cosiendo tu pollera, aunque no sabes qué hora es exactamente, es el problema de tener el único reloj este el comedor ni siquiera con exactitud si es de noche o que día del mes, creo que junio, luego revisaras el calendario del comedor.
(Es lo malo de vivir alrededor de montañas de nieve, siempre esta nublado, siempre hacia frio cual te llevaba a estar en tu cuarto específicamente en tu cama, al menos que estes haciendo algún trabajo del hogar, las horas pasaban más rápido si duermes eso ayuda, ya casi no puedes diferenciar el gris oscuro de la noche con el gris claro del día. El tiempo se pierde con facilidad aquí, al igual que nora con sus pensamientos)
Nora distraída en pensar en que días es o mes, jiro la cabeza hacia la computadora que tenia en cuarto al escuchar el familiar sonido de inicio de la computadora. El sonido, una mezcla de tonos eléctricos y un suave murmullo de ventilado, la envolvía como una extraña melodía futurista, se puso las pantiflas peludas amarillas con torpesa y se arrastró lentamente hacia la computadora, sus dedos pequeños se posaron con curiosidad y cuidado sobre el teclado, el monitor con polvo por la falta de uso cobro vida con un destello de luz
Se acerco un poco más a la pantalla vio un pequeño icono parpadeante con forma de carta, indicando la llegada de un mensaje sus cejas se arquearon en confusión, extendió su mano agarrando el mouse con precaución como si temiera que la computadora fuera a escaparse de sus manos. El cursor se movía templando por la mano de Nora que ya esta estaba sudando, ya el curso estaba sobre el icono, dio un doble clic rápido sus ojos se abrían cada vez más mientras leía las palabras que aparecían en su pantalla.
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Sus labios murmuraban los caracteres, una combinación de asombro y confusión se refleja en su expresión mientras leería una y otra vez sin aun entender que significaba aquel mensaje...
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