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#ironía socrática
bocadosdefilosofia · 1 year
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«Una cosa terrible, contra muchas ventajas, tiene el aumento de la cultura por especialización de la ciencia: que nadie sabe ya lo que se sabe, aunque sepamos todos que de todo hay quien sepa. La conciencia de esto nos obliga al silencio o nos convierte en pedantes, en hombres que hablan, sin saber lo que dicen, de lo que otros saben. Así, la suma de saberes, aunque no sea en totalidad poseída por nadie, aumenta en todos y en cada uno, abrumadoramente, el volumen de la conciencia de la propia ignorancia. Os confieso, además, que no acierto a imaginar cuál sería la posición de un Sócrates moderno, ni en que pudiera consistir su ironía, ni cómo podría aprovecharnos su mayéutica.»
Antonio Machado: Juan de Mairena. Espasa-Calpe, págs. 128-129. Madrid, 1976.
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notasfilosoficas · 3 months
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“Solo la sabiduría es el bien para el hombre, la ignorancia el único mal”
Sócrates 
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Fue un filósofo clásico griego, considerado como uno de los más grandes de la filosofía occidental y universal, nacido en Alopece Atenas en el año 470 a.C.
Sócrates fue maestro de Platón, quien a su vez tuvo a Aristóteles como discípulo, siendo estos tres pensadores, los representantes fundamentales de la filosofía de la antigua Grecia.
No existe alguna evidencia de que Sócrates haya publicado algún escrito de su autoría, y los detalles de su vida, son conocidos gracias a tres fuentes contemporáneas: Los diálogos de Platón, las obras de Aristóteles y los diálogos de Jenofonte.
Se le considera padre de la filosofía política y de la ética, y se dice que su contribución mas importante al pensamiento occidental es su modo dialéctico de indagar o método socrático.
La base de sus enseñanzas fue la creencia en una comprensión objetiva de los conceptos de justicia, amor y virtud, así como el conocimiento de uno mismo. 
Asumiendo una postura de ignorancia, Sócrates interrogaba a la gente para luego poner en evidencia la incongruencia de sus afirmaciones; a esto se le denominó “ironía socrática”, de la cual su frase “Solo sé que no se nada” es un vivo reflejo.
Recibió una educación tradicional, y se familiarizó con la dialéctica y la retórica de los sofistas y tuvo por maestro al filósofo Arquelao, de quien se sabe poco y quién lo introdujo en las reflexiones sobre la física y la moral.
Sócrates era de pequeña estatura y de vientre prominente, de ojos saltones y nariz exageradamente respingona, la cual en ocasiones era motivo de burla. Se casó con Jantipa quien le dió tres hijos y de quién algunos autores afirman trataba muy mal al filósofo, aunque al narrar la muerte de Sócrates en el Fedón, se describe una relación normal y hasta podría decirse que buena.
Aunque durante la primera parte de su vida Sócrates fue un patriota y hombre de profundas convicciones religiosas, al final sufrió la desconfianza de muchos de sus contemporáneos al tomar una postura critica, en cuanto al estado y la religión que de Atenas se tenía, por lo que en el año 399 a.C. fue acusado de introducir nuevos dioses y de corromper la moral de la juventud, alejándolos de los principios de la democracia, situación que al parecer era un motivo infundido, y mas bien la causa de fondo para llevar a juicio a Sócrates según Jenofonte, fue que este abrió sus puertas como discípulo a Critias, quien como otros discípulos de Sócrates era miembro de una facción pro-espartana, quienes se hicieron con el poder en Atenas tras la guerra del Peloponeso.
Sócrates fue juzgado y declarado culpable en el año 399 a.C. y fue ejecutado por envenenamiento por cicuta, método empleado para los sentenciados a la pena de muerte. 
Murió a la edad de 71 años aceptando serenamente su condena. Según relata Platón en su apología, Sócrates pudo haber eludido la pena de muerte, sin embargo prefirió acatar la sentencia y morir.
Fuente Wikipedia
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nosce · 2 years
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"Causualidades" con @F_sanchez_Drago, que tiene buena parte de la culpa de que lleve casi 20 añitos dándoos la brasa desde este blogck de suyoafectísimo.
“Causualidades” con @F_sanchez_Drago, que tiene buena parte de la culpa de que lleve casi 20 añitos dándoos la brasa desde este blogck de suyoafectísimo.
La mayéutica es imposible si el interlocutor no entiende la ironía. Es lo que sucede en Twitter (y en lo que no es Twitter). La tentativa socrática cae en el vacío. Juicioso es renunciar a ella. ¿Debería hacerlo? — Fernando Sánchez Dragó (@F_Sanchez_Drago) November 12, 2022 Don Dragó, para ampliar texto y contexto, ¡aprenda a usar los emojis! ❤️ — n⨀sce (@n0sce) November 12, 2022 "Jamás…
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rodionraskolnikov8 · 5 years
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Por consiguiente, el único camino por el que puede llegarse a un acuerdo es, precisamente, el pararse a explicar lo que se da por supuesto como ya conocido, sin que en realidad lo sea. Pues bien, si la fe y el conocimiento son, evidentemente, cosas distintas entre sí, por lo menos a primera vista, no cabe duda de que la indicación de sus determinaciones conceptuales señala, al mismo tiempo, lo que tienen de común. Y esto y solamente esto es lo que hace que no sean estériles semejantes problemas y los esfuerzos que en torno a ellos se realizan; de otro modo, podríamos pasarnos años y años hablando y discutiendo sin avanzar un solo paso. Cuando decimos que sabemos lo que es la razón o lo que es la fe, no hacemos sino formular representaciones abstractas; para que se conviertan en concretas, es necesario que las expliquemos, es decir, que partamos precisamente del supuesto de que no sabemos lo que en realidad son. La ironía socrática encierra, pues, un factor de verdad, en cuanto que tiende a hacer concretas las representaciones puramente abstractas y a impulsar su desarrollo; pues de lo que se trata es, pura y simplemente, de hacer que el concepto se revele a la conciencia.
Georg Wilhelm Friedrich Hegel, Lecciones sobre historia de la filosofía
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jgmail · 2 years
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¿LA JUSTICIA COMO BENEFICIO DEL MÁS FUERTE? EL DILEMA DE TRASÍMACO
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Diego Fusaro
Traducción: Carlos X. Blanco
Si se lee de un modo diferente a las interpretaciones más establecidas, el primer libro de La República de Platón podría entenderse también como una crítica ante litteram del movimiento falsamente universalizador y encubridor de las ideologías, en su sentido de falsa conciencia necesaria.
Prefigurando el argumento que sería explicado dos mil años después por Marx en las páginas de la Ideología Alemana, Platón deconstruye el movimiento de pensamiento propio de la Ideología. El grupo dominante -recuerda la Deutsche Ideologie- se ve obligado "a representar su interés como el interés común de todos los miembros de la sociedad, es decir, a plantearlo de forma idealista, a dar a sus ideas la forma de universalidad, a representarlas como las únicas racionales y universalmente válidas". El sofista Trasímaco asiste a la discusión que tiene lugar en el Pireo entre Polemarco y Sócrates sobre el tema de la justicia. No habla y no participa en el diálogo, aunque no oculta su impaciencia. La discusión entre Polemarco y Sócrates no le satisface. Y así, en cuanto los dos dialogantes interrumpen la discusión, Trasímaco les ataca de una forma que el propio Platón compara con la de una fiera: "no pudo seguir callado, sino que, acobardado como una bestia, se abalanzó sobre nosotros como si quisiera despedazarnos". (República, 336 b).
Del modus operandi de Sócrates, Trasímaco rechaza no sólo las conclusiones y el habitual intento de llegar a una visión universal, capaz de descifrar la "esencia" (οὐσία): desprecia el propio método dialógico socrático, condenando a Sócrates por la parte demasiado simple que se reserva, planteándose como un simple interrogador que nunca propone definiciones últimas. Con la estratagema de la ironía, Sócrates renuncia a tomar posición y se limita a aprender de los interlocutores.
A diferencia de los otros interlocutores, Trasímaco no tiene preguntas, ni está animado por una auténtica voluntad dialógica: la suya no es una razón dialógica, situándose en cambio como pura fuerza imponente de un discurso que no siente la necesidad de la confrontación.
Para descifrar la esencia de la justicia, es superfluo abrirse al diálogo e intentar llegar a una solución conjunta, mediata. Trasímaco ya tiene la respuesta y se limita a exponerla e imponerla a sus interlocutores, sin concederles ningún espacio dialógico de confrontación: la justicia no es otra cosa que "el beneficio del más fuerte" (República, 338 d). Así sigue Trasímaco:
"Cada gobierno hace leyes (τοὺς νόμους) en su propio beneficio; la democracia hace leyes democráticas, la tiranía hace leyes tiránicas, y lo mismo hacen otros gobiernos. Y una vez que han hecho las leyes, proclaman que lo que es correcto para los gobernados es lo que es correcto para su propio beneficio, y a quien se desvía de esto lo castigan como un infractor de la ley e injusto. Esto, mi buen amigo, es lo que digo que es justo, lo mismo en todas las ciudades, el beneficio del poder constituido (τὸτῆς καθεστηκυίας ἀρχῆς συμφέρον). Pero, si no me equivoco, este poder mantiene la fuerza. Así se deduce, para quien sabe razonar bien, que en todo caso lo justo es siempre idéntico al beneficio del más fuerte" (εἶναι τὸ αὐτὸ δίκαιον, τὸ το ῦκρείτονος συμφέρον)" (República, 338 e - 339 a).
En pretendida antítesis con la perspectiva socrática de la búsqueda de un justo "en sí y para sí" (καθ᾽αὑτὸ), universalmente válido -lo que constituirá el foco perspectivo de los restantes nueve libros de la República y su búsqueda de un "paradigma en el cielo" (592 b) para la ciudad justa-, Trasímaco niega la posibilidad de lo universal: lo que se contrapone como tal corresponde, en verdad, siempre y sólo al interés del dominante; un interés que, para legitimarse, debe al mismo tiempo ocultarse, disimulando ideológicamente su verdadera naturaleza particular y haciendo afirmaciones falsamente universales.
Desarrollando el argumento de Trasímaco más allá de éste, se podría argumentar razonablemente que toda ideología pretende justificar como verdadero y correcto siempre y sólo lo que defiende el interés de la parte dominante o, como afirma expresamente Platón, τὸ τῆς καθεστηκυίας ἀρχῆς συμφέρον, "el beneficio del poder constituido". Transforma en cuestiones de derecho lo que son cuestiones de hecho y, más precisamente, los diagramas muy reales de las relaciones de poder existentes, en su estructuración asimétrica real. Puesto que el poder constituido detenta el poder, puede por esta misma razón imponer -Trasímaco vuelve a sugerir- como justo y verdadero aquello que de vez en cuando promueve su interés y beneficio, condenando como injusto y falso todo lo que no es coherente con la relación de poder hegemónica.
Según el argumento de Trasímaco, la justicia y, con ella, la verdad se reducen invariablemente a un instrumento del poder constituido con vistas a su mantenimiento, su refuerzo y la disolución preventiva de todo lo que pueda amenazar su dominio. Lo justo y lo verdadero son, desde otro ángulo, la superestructura que, al universalizar lo particular, glorifica el bloque histórico y sus relaciones de dominación, induciendo incluso a quienes las sufren a percibirlas y experimentarlas como justas y verdaderas.
Con el sofista, la fuerza de la justicia se convierte en la justicia de la fuerza: el falso constructo universalista de la justicia oculta el corazón secreto de la violencia de los dominantes y su defensa de sus beneficios. Esto último -que Trasímaco no explicita y que, de hecho, se hace evidente sólo con el advenimiento del moderno bloque histórico capitalista- se basa por su esencia en lo que no es útil para los dominados, es decir, para quienes sufren asimétricamente la hegemonía del más fuerte.
La unilateralidad de la perspectiva del sofista radica, sin embargo, en su incapacidad -claramente prefigurada por Sócrates más adelante en el diálogo- de distinguir entre los usos ideológicos de la justicia y el concepto genuinamente universal de la misma. Desde una perspectiva diferente, Trasímaco desestima cualquier concepto de justicia como inherentemente ideológico: en su opinión, no hay justicia ni verdad salvo el beneficio del más fuerte (jus sive potentia).
De este modo, la justa condena del valor ideológico del concepto de justicia va acompañada, en Trasímaco, de una subrepticia liquidación de la propia justicia como intrínsecamente ideológica. La deconstrucción del particularismo de lo que se pretende universal pasa, entonces, a la neutralización injustificada de la idea misma de un universal posible, que no es lo que se presenta falsamente como tal (el beneficio del más fuerte).
Al igual que el escepticismo de Hegel, el relativismo sofístico de Trasímaco desempeña una función de primera importancia, si se toma como un momento del proceso dialéctico de aproximación a la verdad. De hecho, posibilita la deconstrucción de los presupuestos inerciales del razonamiento y de la siempre acechante identificación entre lo verdadero y lo justo, por un lado, y los intereses del poder dominante y establecido, por otro.
El relativismo con un fondo escéptico ayuda a poner en marcha el procedimiento dialéctico y a eliminar los falsos supuestos que, de aceptarse inercialmente, lo harían inviable. Sin embargo, no puede ser elevado al estatus de momento último y definitivo: después de activar el proceso dialéctico, debe ser superado con vistas a una nueva síntesis verídica que, superando la falsa verdad dominante -la ideología- afirme un punto de vista auténticamente universal.
El hecho de que los conceptos de justicia y de verdad que dominan el horizonte del bloque histórico actual correspondan en realidad al beneficio del más fuerte es una verdad que, sin embargo, no debe llevar a desechar las idea de justicia y de verdad por esa misma razón y, por lo tanto -éste es el corolario tácito de Trasímaco-, a aceptar la relación de fuerza, entendida subrepticiamente como pretendiendo ser universal del mismo modo que cualquier otra posible. Este es el error del deconstruccionismo, su faux pas: al pretender desenmascarar un proyecto de dominación en el universalismo, deja en suspenso cualquier pretensión de universalidad.
Por el contrario, según el modelo platónico, es necesario activar el proceso dialógico que, superando la posición ideológica inicial, parta en busca del universal real y, por tanto, de una idea de justicia y verdad que no se identifique con el mero interés del más poderoso en la relación de fuerza, sino que valga realmente como universal.
En este sentido, la perspectiva de Trasímaco es fundamental, siempre y cuando no se absolutice y se transforme en una tesis última: en este caso, en lugar de alimentar la búsqueda de lo verdadero y lo justo, que no existen en la sociedad fragmentada, acabaría actuando como apologista de ese orden. De hecho, negaría la posibilidad de órdenes alternativos, alejados de la contradicción que se denuncia. La contradicción sería así evidente y, al mismo tiempo, no superable.
Es necesario, pues, con Trasímaco, aventurarse más allá de éste en busca de lo justo y lo verdadero en sí mismos que, auténticamente universales, resistan la prueba de fuego de su identificación -realizada por el sofista- con el mero provecho del más fuerte.
Como sabemos, esto es lo que Sócrates trata de demostrar en los nueve libros restantes de La República, esbozando, con admirable ingeniería utópica, los perímetros ideales de un πόλις en el que lo correcto y lo verdadero son universalmente válidos para todos y no pueden entenderse como un simple imperialismo de lo particular.
Desde otra perspectiva, podríamos argumentar, siguiendo los pasos de Sócrates, que lo verdadero y lo justo corresponden a lo realmente universalizable, resistiendo la refutación de Trasímaco: y el único universal concreto que existe realmente es, a su vez, el que puede aplicarse a toda la humanidad pensada como un único sujeto indiviso (llámese Ego, con Fichte, o llámese Espíritu, con Hegel) y, por tanto, liberado de toda forma de asimetría que permita volver a entender lo correcto y lo verdadero como el interés del más fuerte.
El universal real, por tanto, es por su esencia negado por la globalización capitalista, que es la culminación del imperialismo de lo particular y su movimiento de falsa universalización.
https://avig.mantepsei.it/single/giustizia-come-utile-del-piu-forte-il-dilemma-di-trasimaco
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horaciogennari · 3 years
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EY! QUE ESTÁ PASANDO ALLÍ?
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La Curiosidad como Motor del Crecimiento
Los pueblos mueren cuando pierden su capacidad no solo de cuestionarse a si mismos, sino por sobre todo cuando han perdido toda facultad de fisgoneo. Los pueblos se extinguen cuando estando en terrenos complejos, se estancan sin ver lo que otras naciones ya han resuelto en el pasado y con éxito. De hecho, la aceptación de algunas verdades impuestas por los supuestos poderes ocasionales, es el comienzo de la decadencia de la sociedad como construcción organizada y esto la llevará primero al estancamiento cultural y luego al languidecer económico. Desde la dialéctica, no hay armas más poderosas desarrolladas que las preguntas “Por qué?”, “Cómo lo hacen?”, “Qué hicieron bien que nosotros no..?”. Cuando todos hablamos de todo, cuando todos sabemos si es mejor la china o la rusa o cuando alguien nos dice con precisión soberana que Domingo Faustino Sarmiento no fue un prócer destacado y que es mejor cambiar el paradigma de los Padres de la Patria y hasta torcer (porque no!) el relato de la historia, es cuando prefiero llamarme a silencio, recluirme en libros y sencillamente estudiar, investigar, averiguar por mi mismo. Entiendo que la curiosidad es la que me llevará a la conformación de algún tipo de verdad, para así por lo menos poder adherir o contraponerme al pensamiento que se me está tratando inseminar.
Siempre amé los libros. Aún hoy me siguen pareciendo aventuras o caminos por recorrer y precisamente al final de ellos, poder quedarme con algunos pocos conceptos básicos. No se engañe, muchas veces un buen y “gordo” libro nos puede dejar conceptos de una sola página que quizás nos ayude a cambiar parte de nuestra vida. Hasta que Usted luego llegue a otro libro y desde él, dar un nuevo salto en garrocha a otro conocimiento. La suma de saberes son postas a lo largo de los años.
Por fuera que le tenía un amor inmenso, visitar a mi primo “Ernestito” en su casa de la calle San Nicolás, casi esquina Mosconi, bien Devoto, para mi era todo un acontecimiento, el cual disfrutaba segundo a segundo. Dios sabrá que colectivo tomaría desde Lanús para llegar a esa zona de la Capital, pero con mis solo diez o doce años allá iba apoyando mi cabeza sobre la ventanilla y mi bolsito entre las piernas, con alguna que otra ropa y así pasar unos días junto a él. Seguramente, a los ciertos días, los viejos volverían a buscarme con el Fiat 1500 de ese entonces, para entonces volver a casa y a mis rincones conocidos y más secretos. Lo apasionante de visitar a mi primo, era que por fuera de compartir la alegría de la niñez, los chistes cómplices, las peleas pequeñas o los celos con mis primas, en su casa habitaba uno de los tesoros más maravillosos que yo alguna vez hubiera conocido: Una Colección Completa de la Enciclopedia “Lo Sé Todo’. Si mal no recuerdo serían unos diez tomos, encuadernados de diversos colores y con tópicos distintos. Todo el saber de la Humanidad en una centena de páginas. Para mi edad, no podía haber cognición posible fuera de esa decena de libros. Allí estaba todo y nuestro juego predilecto era preguntarnos sobre ciertos temas que allí figuraban y luego, por reloj estricto, desafiarnos para ver quién más rápido encontraba la respuesta. Una especie de “escondida” pero intelectual, ya que mientras uno cerraba los ojos, el otro buscaba la pregunta a realizar y luego venía el fascinante vértigo de encontrar la correcta contestación en cuestión de un par de minutos. Nuestra amistad era tan entrañable que alguna vez le planteé que él corría con la ventaja de tener esos libros en su casa a los cuales yo solo tenía acceso muy de tanto en tanto. Sin embargo, los códigos del afecto se imponían y la promesa de mi primo era “solo leo estos libros cuando estamos juntos, no te quiero sacar ventaja”. Final, pues nadie de buen corazón y formado con las lealtades impuestas por las raíces, podía dudar ante tal promesa. Era marca de sangre.
La Enciclopedia “Lo Sé Todo”, me permitía expandir lo que aprendía de mi Manual del Alumno Bonaerense de la Editorial Kapeluz. Fabuloso y cuidado libro forrado en papel azul araña al cual no se lo podía ni escribir ni marcar, ya que luego tenía destino de hermanas menores o para algún pibe más necesitado del barrio. Siempre me pregunto como sería este Manual en el año 2050 y cuanto le dedicaría en su texto a los actuales personajes del poder. Y me consuelo pensando que seguramente no más de un par de renglones. Del Dr. Alfonsín se diría que pudo consolidar la democracia, del Dr. Menem se diría que inició una apertura de la economía, del Dr. De la Rúa que tuvo varios frentes políticos adversos, luego algo de tumulto para así seguir hasta el día de hoy. Seguramente ese Manual del Año 2050 nada diría de figuras que hoy nos velan o desvelan. Tomar perspectiva de los hechos, creo que nos haría algo más sabios.
El Profesor Carl Sagan (1934-1996), muy pocos meses antes de morir de cáncer, tuvo la inmensa generosidad de permitir ser entrevistado por un reportero gigante como Charlie Rose (1942- ). En esa maravillosa entrevista, hoy encontrable en la Babel contemporánea que es YouTube, el Dr. Sagan ya alertaba que vivimos en una era basada en la Ciencia y Tecnología, lo cual está impulsando a unas pocas naciones a un desarrollo sin paralelo de sus Industrias y Servicios. El ilustre divulgador de la Astronomía (“Cosmos” es su mega best-seller) nos enseña que pensar que la Ciencia y la Tecnología es solo responsabilidad de terceros y no nuestra, sería algo así como ir marchando hacia un suicidio en masa. El Profesor y Astrónomo se preguntaba acerca de cuantos funcionarios o miembros del Congreso saben algo de ciencias duras y la respuesta que él mismo se daba, era que seguramente muy pocos, lo cual implicaría un peligro enorme para la humanidad. El conocimiento no puede ni debe estar en la mano de unos pocos ya que estaríamos ante un cóctel explosivo de ignorancia y poder (“Con 5 gotitas de un jarabe mágico, el COVID se irá de inmediato”, afirmaba recientemente el Presidente Maduro). De esa misma entrevista entre Rose y Sagan, capturo la maravillosa aseveración del reporteado al afirmar que solo el escepticismo, la duda y la curiosidad podrá movernos hacia delante. Interrogar al poder es la fuerza de los pueblos y la única manera de evitar a charlatanes baratos de cafetines sin nombre, es mediante el cuestionamiento a lo que ellos mismos farfullan y dispersan entre sus adláteres aplaudidores.
Quizás la gran piedra angular del pensamiento occidental la debemos buscar en la Grecia Antigua y encontrarnos allí con el pensador Sócrates (470 AC – 399 AC) el cual hizo de la indagación un culto, al punto de convertirse en una molestia para el poder del momento. De hecho muere ejecutado bajo los estragos de la cicuta, ya que a los filósofos se los veía como un foco de sublevación hostil. La llamada “ironía socrática”, resumida en su célebre frase “Solo sé que no sé nada”, era asumir la ignorancia e interrogar a la gente para luego mostrar la incongruencia de sus afirmaciones. Sócrates, como todo genio, era un inconformista, un buceador de las verdades, aún sabiendo que jamás las encontraría. Su crecimiento estaba en el camino y no en la meta alcanzada. El griego eterno fue consciente de su ignorancia y la de todos los que lo rodeaban, por más que alardearan ser sabios. Su enorme capacidad estuvo en las preguntas que se formulaba y no en las respuestas que encontraba.
Si la flor se marchita por la falta de agua, los cerebros se apagan cuando le faltan cuestionamientos. El país no encuentra respuestas a sus problemas porque sencillamente no se está haciendo las preguntas que corresponde y esto es consecuencia directa de la falta de estímulo educativo. Tenemos cada vez más una sociedad no preparada ni para enfrentar los problemas propios ni para subirse al carro del futuro. Parlanchines mediocres azuzan con proclamas de cambio (volvamos a clase, mejoremos las jubilaciones, vacunas para todos, etc.) pero ninguno de ellos ha escrito ni un mínimo “paper” sobre el tema que gritonean.
En mis tiempos de escuela secundaria, en respetadas materias como “Educación Cívica” o títulos parecidos según el poder de turno, recuerdo que nos enseñaban que todos los partidos políticos debían tener una Plataforma, en otras palabras un Plan. Quizás por mi desarrollo empresario, nunca he entendido que alguien se arrojara a un negocio sin tener un plan detrás. Pues bien, aquí estamos sin planes y con solo cotorreos sin sustento. Poner cara de inteligente al decir un embuste es doblemente grave.
Con más de cuarenta años de docencia y dictado de conferencias, me he acostumbrado a las típicas preguntas “Profesor, que bibliografía nos recomienda?”. De hecho, en todos los programas de las materias está el detalle de las “bolillas” o “capítulos” y es allí donde se debía indicar la “bibliografía obligatoria” y la “optativa”. Siempre he sido un rebelde en esas cuestiones y he tratado de volcar esa desobediencia entre mis alumnos, al punto que recuerdo que al inicio de las materias por mi dictadas, he puesto sobre el escritorio una inmensa valija con decenas de libros elegidos de mi biblioteca, los cuales en apariencia no tenían nada que ver con mis temas de “Estrategia o Tendencias”. Mi mensaje era que de nada les serviría un libro de Michael Porter (Gurú de la Estrategia) si no habían leído a Poe, Whitman, Borges, Goethe, Eco, Kundera, Foucault y por supuesto a los mismos griegos. Mis prolijos alumnos (ingenieros, médicos, licenciados) estupefactos quedaban ya que ante sí tenían una hoja blanca por llenar con mi dictado sobre libros a leer y allí llegaba este insolente para revolearles una biblioteca sobre sus testas. El mejor consejo que les daba era que entraran a una gran librería y con los ojos cerrados, sigilosa y furtivamente, caminaran entre los pasillos para que en un momento, sin mirar, tomar un libro cualquiera e ir a la caja a pagar por él. El día así ya estará ganado. Vaya ahora por la otra garrocha ya que solo el salto de la curiosidad es lo que lo hará crecer. Finalizados estos renglones quisiera que se pregunte cual ha sido su cuestionamiento del día?
Tributo a Sócrates (470 AC – 399 AC)
Tributo a Carl Sagan (1934-1996)
8 de febrero de 2021.
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quizasblog · 3 years
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LECTURA_EDUARDO INFANTE. FILOSOFÍA EN LA CALLE https://quizasblog.blogspot.com/2021/05/lecturaeduardo-infante-filosofia-en-la.html Este libro transforma la asignatura de filosofía en bachillerato en un curso de lecciones socráticas cargadas de ironía, sentido del humor y referencias al cine. UN LIBRO PARA PENSAR LA VIDA Y VIVIR TU PENSAMIENTO. #aspiranteasersabio #quizasblog @eduardo_infante_filosofia Perulero https://www.instagram.com/p/CPVblB1n5RL/?utm_medium=tumblr
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45 – IDEAS – HISTORIA DE LA FILOSOFIA – SOCRATES –
Sócrates, nació en Atenas, Antigua Grecia, en el año 470 aC. Y falleció en el año 399 aC., ​ fue un filósofo clásico griego considerado como uno de los más grandes, tanto de la filosofía occidental como de la universal. Fue maestro de Platón, quien tuvo a Aristóteles como discípulo, siendo estos tres los representantes fundamentales de la filosofía de la Antigua Grecia. Otros discípulos suyos son Antístenes, Aristipo y Esquines.
No hay ninguna evidencia de que Sócrates haya publicado algún escrito de su autoría. Detalles de su vida son conocidos gracias a tres fuentes contemporáneas: los diálogos de Platón, las obras de Aristófanes y los diálogos de Jenofonte. En los diálogos de Platón se encuentran los relatos más completos de Sócrates que han sobrevivido desde la antigüedad. Sin embargo, quedan preguntas con respecto a la distinción entre el Sócrates de la vida real y la representación de Sócrates platónico.
Pasó gran parte de su vida generando discusiones con todo el mundo en Atenas, tratando de determinar si alguien tenía alguna idea de lo que estaba hablando, especialmente cuando el tema tratado era importante, como la justicia, la belleza o la verdad. No dejó ningún escrito, pero inspiró a muchos discípulos. En su vejez, se convirtió en el foco de la hostilidad de muchos de la ciudad quienes veían a los sofistas y a la filosofía como los destructores de la piedad y moral de la ciudad; y fue condenado y ejecutado en 399 aC.
Sócrates es una figura principal de la transformación de la filosofía griega en un proyecto continuo y unificado. Se le considera el padre de la filosofía política, de la ética y es la principal fuente de todos los temas importantes de la filosofía occidental en general; quizás su contribución más importante al pensamiento occidental es su modo dialéctico de indagar, conocido como el método socrático o método de «elencos», el cual aplicaba para el examen de conceptos morales clave, tales como el bien y la justicia. La historiografía tradicional divide al conjunto de los pensadores anteriores a Sócrates (a excepción de Demócrito) como «presocráticos», y a los influenciados por Sócrates en «socráticos mayores» (Platón y Aristóteles) y «socráticos menores» (megáricos, cínicos y cirenaicos).
El principal legado de Sócrates es quizá su propia muerte: un filósofo condenado a muerte por la democracia de Atenas, por introducir nuevos dioses.
La base de sus enseñanzas y lo que inculcó fue la creencia en una comprensión objetiva de los conceptos de justicia, amor y virtud; y el conocimiento de uno mismo. Sócrates describió el alma (psique) como aquello en virtud de lo cual se nos califica de sabios o de locos, buenos o malos, una combinación de inteligencia y carácter.
Asumiendo una postura de ignorancia, interrogaba a la gente para luego poner en evidencia la incongruencia de sus afirmaciones; a esto se le denominó «ironía socrática», la cual queda expresada con su célebre frase «Solo sé que no sé nada».
A la vez, fue capaz de llevar tal unidad al plano del conocimiento, al sostener que el conocimiento es virtud y la ignorancia vicio. Su inconformismo lo impulsó a oponerse a la ignorancia popular y al conocimiento de los que se decían sabios, aunque él mismo no se consideraba un sabio, aun cuando uno de sus mejores amigos, Querefonte, le preguntó al oráculo de Delfos si había alguien más sabio que Sócrates, y la Pitonisa le contestó que no había ningún griego más sabio que él (Apología 21a). Al escuchar lo sucedido, Sócrates dudó del oráculo, y comenzó a buscar alguien más sabio que él entre los personajes más renombrados de su época, pero se dio cuenta de que en realidad creían saber más de lo que realmente sabían.
Filósofos, poetas y artistas, todos creían tener una gran sabiduría, en cambio, Sócrates era consciente tanto de la ignorancia que le rodeaba como de la suya propia. Esto lo llevó a tratar de hacer pensar a la gente y hacerles ver el conocimiento real que tenían sobre las cosas. [email protected]
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Sócrates ¿un dialéctico? — FILOSOFIA DEL RECONOCIMIENTO Podríamos afirmar algo que puede resultar discutible, a saber: que la dialéctica socrática no es auténtica dialéctica porque su fundamento es la ironía, el fingimiento de decir lo que le aproxima a su interlocutor, con el objetivo de llevar a este a la conciencia de la propia ignorancia, cuando inicialmente la autodesvaloración irónica mostraba al […] Sócrates ¿un dialéctico? — FILOSOFIA DEL RECONOCIMIENTO
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bocadosdefilosofia · 1 year
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«Sócrates no da lecciones por dinero: vender la sabiduría y el propio cuerpo es para él igualmente vergonzoso. Pasa su vida incitando a los atenienses a la virtud, sacándoles de la fe ingenua en las ideas contradictorias o confusas en que viven. Trata antes que nada de elevar moralmente el círculo de sus amigos, es decir, de todo el que se le acerca: incluso al hombre de gobierno asigna ésta como primera obligación. Se trata de un libre diálogo, no de pomposas tiradas ni de artificiosos enfrentamientos de discursos; y falta toda pretensión doctoral, pues Sócrates mantiene la modestia propia del hombre del pueblo y la exagera incluso mediante su ironía y su “sólo sé que no sé nada”».
Francisco Rodríguez Adrados: La Democracia ateniense. Alianza Editorial, pág. 388. Madrid, 1995.
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notasfilosoficas · 3 years
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“Las verdaderas batallas se libran en el interior”
Sócrates
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Fue un filósofo clásico griego, considerado como uno de los más grandes de la filosofía occidental y universal, nacido en Alopece Atenas en el año 470 a.C. 
Sócrates fue maestro de Platón, quien a su vez tuvo a Aristóteles como discípulo, siendo estos tres pensadores, los representantes fundamentales de la filosofía de la antigua Grecia.
No existe alguna evidencia de que Sócrates haya publicado algún escrito de su autoría, y los detalles de su vida, son conocidos gracias a tres fuentes contemporáneas: Los diálogos de Platón, las obras de Aristóteles y los diálogos de Jenofonte.
Se le considera padre de la filosofía política y de la ética, y se dice que su contribución mas importante al pensamiento occidental es su modo dialéctico de indagar o método socrático.
La base de sus enseñanzas fue la creencia en una comprension objetiva de los conceptos de justicia, amor y virtud, así como el conocimiento de uno mismo. 
Asumiendo una postura de ignorancia, Sócrates interrogaba a la gente para luego poner en evidencia la incongruencia de sus afirmaciones; a esto se le denominó “ironía socrática”, de la cual su frase “Solo sé que no se nada” es un vivo reflejo.
Recibió una educación tradicional, y se familiarizó con la dialéctica y la retórica de los sofistas y tuvo por maestro al filosofo Arquelao, de quien se sabe poco y quién lo introdujo en las reflexiones sobre la física y la moral.
Sócrates era de pequeña estatura y de vientre prominente, de ojos saltones y nariz exageradamente respingona, la cual en ocasiones era motivo de burla. Se casó con Jantipa quien le dió tres hijos y de quién algunos autores afirman trataba muy mal al filósofo, aunque al narrar la muerte de Sócrates en el Fedón, se describe una relación normal y hasta podría decirse que buena.
Aunque durante la primera parte de su vida Sócrates fue un patriota y hombre de profundas convicciones religiosas, al final sufrió la desconfianza de muchos de sus contemporáneos al tomar una postura critica, en cuanto al estado y la religión que de Atenas se tenía, por lo que en el año 399 a.C. fue acusado de introducir nuevos dioses y de corromper la moral de la juventud, alejándolos de los principios de la democracia, situación que al parecer era un motivo infundido, y mas bien la causa de fondo para llevar a juicio a Sócrates según Jenofonte, fue que este abrió sus puertas como discípulo a Critias, quien como otros discípulos de Sócrates era miembro de una facción pro-espartana, quienes se hicieron con el poder en Atenas tras la guerra del Peloponeso.
Sócrates fue juzgado y declarado culpable en el año 399 a.C. y fue ejecutado por envenenamiento por cicuta, método empleado para los sentenciados a la pena de muerte. Murió a la edad de 71 años aceptando serenamente su condena. Según relata Platón en su apología, Sócrates pudo haber eludido la pena de muerte, sin embargo prefirió acatar la sentencia y morir.
Fuente Wikipedia
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udinamo · 5 years
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HACKS EDUCATIVOS-El método Socrático.
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Fundamentos
El Método Socrático debe su nombre a Sócrates, un filósofo de la Antigua Grecia que nació en Atenas en el año 470 a. C.. Una de las características más conocidas de la personalidad de Sócrates era la implicación de los demás en conversaciones que intentaban definir ideas generales complejas, como puede ser la idea de belleza, justicia, o amistad, a través de la discusión de sus ambigüedades y complejidades. Durante sus conversaciones filosóficas, Sócrates ponía en duda prácticamente cualquier enfoque sobre el tema tratado, aún cuándo tuviera relativamente un gran conocimiento sobre él. Este cambio de rol se conoce como ironía socrática y es clave en el ejercicio de este método.
Características
La principal característica de este método es la eliminación de pretensiones de certeza con el objetivo de animar a una comprensión más profunda de un tema en particular, básicamente, hay que cuestionarlo todo sin dejar ninguna situación por investigar. Se basa en la creencia de que tener dudas en el conocimiento de algo puede producir incertidumbre y predominar el pensamiento de que se domina un tema, esta sensación de comprensión impediría seguir avanzando para realmente llegar a comprenderlo con profundidad, por tal motivo busca eliminar cualquier noción de una comprensión completa sobre un determinado tema, para erradicar las barreras que impiden conseguir un nivel superior de comprensión, aquellas que aparecen en la mente humana cuándo se siente que ya se domina un tema.
Propósitos del Método Socrático
Aumentar la compresión sobre el tema. Utilizar las propias palabras del individuo para convencerlo de que sabe menos de lo que pensaba viéndose obligado a abrir su mente a nuevas posibilidades que no había considerado antes. Responder preguntas que llevan a afirmar la respuesta o a conocer nuevas posibilidades de pensamiento, que suelen desencadenar sensaciones gratificantes que llevan a mejorar la confianza en uno mismo. Descubrimiento de la respuesta por uno mismo. Fomentar el pensamiento autónomo y crítico entre los alumnos, así como propiciar madurez intelectual y moral.
Aplicación del Método Socrático
Para establecer conceptos. Concluir un argumento y el sentido de un documento con la colaboración grupal de todos. Empatizar con las opiniones de otros. Utilizar un buen documento y tomar conciencia que la verdad no la tiene una sola persona sino que se puede descubrir de manera grupal.
Metodología empleada
Se desarrolla a través de un debate sobre un tema en cuestión en el cual se pone en duda todas las nociones preconcebidas para intentar descubrir el verdadero significado, al eliminar las ideas preconcebidas, se pueda sentir miedo o ansiedad y que la conversación se torne en una discusión de unos contra otros, el que expone el tema toma un papel subordinado en busca del conocimiento, no de su afirmación; esto es muy importante pues permite a los demás interlocutores sentirse confortables en un nivel en el que pueden hablar abiertamente, asumiendo modestia y actitudes de humildad evitando que los oradores se conviertan en oponentes.
Pasos para la aplicación del Método Socrático
Se comienza con un pregunta del interrogador, entonces el que responde da su definición concebida, seguidamente el interrogador realiza una o más preguntas que llevan al que responde a decir algo contradictorio con su primera respuesta, cuando este se da cuenta de que su primera respuesta ya no es válida, se vuelve a realizar la pregunta inicial, entonces el que responde está menos seguro de tener una comprensión clara sobre esa definición y se ve obligado a iniciar un pensamiento crítico en el que se pongan en duda las ideas preconcebidas.
Importancia
Desarrolla la capacidad de encontrar nuestro propio camino, de arribar a nuevas y válidas conclusiones constituyendo un potente antídoto frente a las visiones estrechas que reducen la educación a la mera instrucción técnica, pues persigue despertar en los estudiantes un verdadero y permanente deseo de saber, de tal modo que sean ellos mismos los protagonistas activos de su propia formación, así el profesor se convierte en un mentor que acompaña y guía a los estudiantes y se compromete existencialmente en su formación integral y en su desarrollo moral, personificando la dimensión ética de la verdadera educación.
Aportes del Método Socrático
Proporciona analizar la concepción en que se fundamenta la filosofía. Permite abordar en grupo temas como la responsabilidad, la confianza mutua o los valores éticos, ya sea con individuos particulares, en empresas o en la formación de profesionales. Permite atender no solo a la vertiente intelectual de los alumnos sino también a la emocional.
Sugerencias
Aplicación del Método Socrático en la actualidad, tanto en las aulas de secundaria y en la enseñanza universitaria, así como en otros ámbitos de la sociedad (empresas, asociaciones, organismos público etc. Aplicarlo a un número reducido de alumnos. El profesor debe tener conocimiento de las características particulares de cada estudiante e inspirarles confianza.
Fuente
https://www.google.com.cu/search?safe=strict&source=hp&ei=oJRhXNH9Cci85gKw87PoBQ&q=método+socrático&oq https://curiosoando.com/que-es-el-metodo-socratico. Revista española de Pedagogía. Castro Faune, C. (2012). El método socrático y su aplicación pedagógica contemporánea. Bajo palabra, 7, 441-452. Recuperado de https://revistas.uam.es/bajopalabra/article/view/3251, el 13 de diciembre de 2017. Hernández Reyes, C. (2008). La mayéutica de Sócrates en la formación humana. Planeación y Evaluación Educativa, 15 (43), 3-10. Recuperado de http://www.aragon.unam.mx/unam/difusion/planeacion/ejemplares/43.pdf, el 13 de diciembre de 2017. Read the full article
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moneytour · 5 years
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Entorno a Sócrates
En "La ciencia en la historia" de John D.Bernal, va latente una objetiva critica respecto a los aspectos menos prolíficos de esa "etapa dorada" de la filosofía griega posterior al materialismo jónico o pre-socrático; sin embargo, dos simples párrafos acerca del filósofo ateniense serán ya bastante para atender al presente propósito:
"Para Sócrates, el principal objetivo del hombre era la bondad invidvdual, o virtud, que resultaba automáticamente del conocimiento. Tanto la palabra griega 'arete', como la latina ‘virtus’, se referían originalmente a una virtud viril y combativa. Ares era el dios de la guerra. Por lo tanto tuvo que pasar bastante tiempo para que esa virtud se ablandará hasta poder ser incorporada al ideal ciudadano, y más tiempo aún para que se acomodara a la sumisión cristiana. De acuerdo con Sócrates, el conocimiento que conducía a la bondad, no era el conocimiento físico ni, en rigor, nada que puediese ser aprendido, sino más bien el repudio de toda opinión para confiar exclusivamente en la intuición interna.”
Pocas líneas después, nos ofrece una imagen sumaria de las tendencias políticas y filiaciones del filósofo, estando estrechamente relacionadas con el juicio en que fue condenado. Así, tras citar la derrota de la guerra espartana que vino a sacudir y re-estructurar por completo el edificio administrativo de la polis, precisa que "bajo este nuevo gobierno fue cuando se acusó a Sócrates de impiedad y de corrupción a la juventud, aunque las verdaderas razónes de su proceso eran de carácter político"
Con todo lo anterior, de no de tener en cuenta el contexto en que pronunció' la famosa frase de "yo solo se’ que nada se", esto es, en el diálogo platónico de su supuesta (auto)apología frente al jurado, se tiene en ella al slogan perfecto de una actitud soberbiamente astuta y desinteresada, que de no poner también en la balanza aquel otro "principio" Sócratico* del "conócete a ti mismo", le haría aún más propaganda a esa negligencia típica de nuestros días, hasta cierto punto justificada.
Si se tienen en cuenta de la misma manera, ya no sólo el legado filosófico pero también la vida y muerte del personaje histórico -con todas las desmitificaciones de por medio-  y luego se vuelven a ponderar esas últimas frases que de alguna manera sintetizan su legado, o bien nos encontramos ante la obra maestra de la ironía socrática, o bien surge una duda que desafía todos nuestros conceptos: la posibilidad ya no solo de no-contradicción, pero de mutua-equivalencia entre el saber y la ignorancia. Descosificando acaso, al saber, en cuanto objeto, e incorporandolo en cambio, al complejo problema de la existencia humana. Cierto giro epistemico resulta inevitable, filosofar tiene entonces que ver con un saber-ser, con un saber estar
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fraterfan · 6 years
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José Varela Zequeira, ¿un poeta menor del Príncipe? (por Carlos A. Peón-Casas)     Consultando hace poco una bien enterada Antología Poética de principios del siglo XX, intitulada Arpas Cubanas, referimos a los no pocos poetas allí incluidos, oriundos del terruño camaguayenensis, nacidos con toda propiedad en el Puerto Príncipe decimonónico(1).   Entre los nombres incluidos nos llamó la atención el de José Varela Zequeira, porque según nuestro saber, los apellidos del que nos motiva esta cercanía, eran bastante comunes en la otrora ciudad de entre ríos.   Pero ante la no evidencia de su real origen en la ya citada antología, no lo incluimos primariamente con los vates locales citados, sino que nos dimos a la tarea de rastrearlo en el no menos reconocido Diccionario Biográfico Cubano de Francisco Calcagno, en el que es posible ubicar a cualquier celebrado personaje del período colonial cubano hasta 1878, fecha en que viera la luz este enjundioso tratado bio-bibliográfico, verdadera rara avis de la cultura de su época.   Y para nuestra satisfacción, saltó la liebre de entre sus páginas, y localizamos una primera, aunque incompleta referencia, a nuestro retratado. Se trata de una cita sobre el poeta pronunciada con autoridad por nuestro Enrique Josu Varona. Allí leemos que: Varela (José Zequeira)- Pto. Príncipe. Poeta contemporáneo, “Varela ha ensayado recientemente y con éxito feliz un género a que lo está llamando su temperamento poético, la poesía política: su epístola La Indolencia esta escrita con esa ironía, verdaderamente socrática que lleva a la perfección en el género. Por lo demás, fuera de estas cualidades intrínsecas, Varela posee la facultad imaginativa en grado eminente y su dicción es siempre bellamente figurada, y por extremo armónicas sus rimas, es verdaderamente un notable improvisador’’ (Varona, La Nueva Era, 1878) (…)(2)   Y aunque como el lector se percata, la nota biográfica, no hace referencia a la fecha y lugar exacto de de su nacimiento, hemos podido saber empero, gracias a la búsqueda en Internet, que para aquel minuto de 1878, el joven poeta Varela, a quien Varona alude en su crítica, era su amigo personal, y tenía en ese momento, veinticuatro años cumplidos.   Había nacido el 19 de marzo de 1854 en la otrora ciudad de San Fernando de Nuevitas perteneciente a la jurisdicción de Santa María del Puerto del Príncipe. Primer vástago del matrimonio de José Varela Recaman, y Faustina Zequeira y Agüero. Con solo seis años había viajado con su familia a Santiago de Compostela, de regreso a Puerto Príncipe en 1870, el joven José, con solo dieciséis años, inició una amistad para toda la vida con el ya citado Enrique José Varona y con Esteban de Jesús Borrero y Echevarría, para entonces ambos, con destacada obra literaria(3).   Ya en el libro antológico que reseñamos primero, Arpas Cubanas, que vio la luz en 1904, se dice de Varela Zequeira, por parte de su prologuista el afamado hombre de letras Conde Kostia (Aniceto Valdivia), que en una de sus composiciones allí reunidas: “revela al gran bardo que lucha por ahogar-ah sin conseguirlo-al médico”(4).   Tal revelación, nos confirma lo que sigue citando la profusa información biográfica ya citada, compilada por su nieta Beatriz Varela(5), y donada a los fondos históricos de la Universidad de Miami, que Varela se recibió de medico en la Universidad de La Habana en 1887, y completó su doctorado en 1900. Para 1904 el poeta Varela, ya con una obra reputada, compartía su vocación poética con su labor médica como director de La Benéfica, una bien conocida clínica habanera desde 1898(6).   Nuestra cercanía, alude ahora a los textos poéticos que se recogen en la ya citada Arpas Cubanas, unos seis en total. Y en los que podemos descubrir las ya mentadas cualidades a que Varona nos aludiera en la cita precedente.   Se recogen allí, en sucesión, los poemas: Nuevos Ideales (1876), Bajo los Cipreses (1897), Mi Virgen (1897), Lira Oculta (1897), Anhelo Infinito (1880) y Esperar es Vivir(1880).   De todos los citados, el último tiene el especial aplauso del Conde Kostia, el prologuista de la colección de poetas ya mentado. El poema, tiene la estructura estrófica de una cuarteta con versos endecasílabos (primero y tercero con rima consonante), y versos octosílabos (segundo y cuarto igualmente con rima consonante).   Del mismo hacemos una cita de algunos fragmentos para que el lector pueda hacerse una más clara idea de las cualidades poéticas de este rimador.   Si todo generoso sentimiento Deja una huella impura, Y el pan de caridad es un fermento De amarga levadura,   Si no hay un seno fiel, no profanado, Do reposar en calma, Y no existe un hogar alimentado Con la lumbre del alma   Si toda hierba vil germina y cunde En la humana existencia, Y no hay un torpe error que no circunde De sombras la conciencia,   (…)   Y el hombre encadenado a su impotencia, En eterno martirio, Solo anima con fuego de la ciencia Engendros del delirio   Entonces para que la férrea lanza Y la enseña irrisoria? ¿Para que combatir sin la esperanza De alcanzar la victoria?   (…)   Si con la fresca miel de los amores El corazón vacío Se llena como el cáliz de las flores Con gotas de rocío,   Nuestra ofrenda de lágrimas llevemos Al ara de la vida, Templados al dolor, mereceremos La herencia bendecida   Ella será la luz de nuestros lares, La tienda en el desierto, La estrella en la borrasca de los mares Y el ancora en el puerto.   1880.   Con Varela Zequeira, el poeta-médico de nuestro inmemorial Príncipe, no creo parece cumplirse ese fatal exordio borgiano que aludiendo a uno de esos poetas olvidados, postula en verso fatal: “La meta es el olvido, yo he llegado antes”.   Del rimador principeño y sus versos, ciertamente inspirados queda un halito vital que lo salva para la posteridad, aunque su nombre, como el de tantos mal entendidos “poetas menores”, parezca diluido por tanto tiempo, al menos entre los camagüeyanos de este hic et nunc.   Recuperar su memoria, tan injustamente descolocada y que duerme, inmerecidamente, el sueño del olvido, en el marasmo tan sutil de la desmemoria siempre avasalladora, es ciertamente un anhelo demandante. Sin dudas, José Varela Zequeira, poeta singular de aquel Príncipe siempre legendario, merece se le haga justicia y su voz emotivamente poética, a la mejor altura de los bardos de su generación, perdure un poco mas. Véase: Poetas del Camagüey (por Carlos. A. Peón-Casas) Diccionario Biográfico Cubano. Francisco Calcagno. New York Imprenta y Librería de N. Ponce de León. 40 y 42 Broadway, 1878. pp 602-603 José Varela Zequeira Papers, Cuban Heritage Collection. University of Miami Libraries. Coral Gables, Florida. (Gift of Beatriz Varela, 2000) En Varela Zequeira, Jose (1854-1939) University of Miami. Note Author: Pedro A Figueredo, 2001 Arpas Cubanas. Poetas Contemporáneos. Prologo del Conde Kostia. La Habana.Imprenta de Rambla y Souza. MCMIV. Nació en La Habana. Graduada en la Universidad de La Habana y en la de Tulanne University en New Orleans, Louisiana. Autora de varios libros artículos incluyendo uno sobre la vida y obra de su abuelo: José Varela Zequeira (1854-1939) su obra científico literaria en 1997. En Jose Varela Zequeira Papers… Op.cit. Desde 1891 a 1894, fungió como secretario de la Real Sociedad Económica de Amigos del País. Desde 1890 conspiró a favor de la independencia de Cuba y ante la amenaza de ser detenido partió a Nueva York en 1897. Ibid. http://www.ellugareno.com/2018/03/jose-varela-zequeira-un-poeta-menor-del_21.html?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+GasparElLugareo+%28Gaspar%2C+El+Lugareño%29
por Carlos A. Peón-Casas
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Consultando hace poco una bien enterada Antología Poética de principios del siglo XX, intitulada Arpas Cubanas, referimos a los no pocos poetas allí incluidos, oriundos del terruño camaguayenensis, nacidos con toda propiedad en el Puerto Príncipe decimonónico(1).
Entre los nombres incluidos nos llamó la atención el de José Varela Zequeira, porque según nuestro saber,…
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entreotraspalabras · 4 years
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Tal es la desgracia actual, que los ignorantes son los que creen estar encerrados en una verdad absoluta, apoyan bulos de desinformación, conspiración, todo basado en el mero entretenimiento porque la realidad es muy aburrida, es por eso que hay que teñirla con falsas acusaciones, cosas que nunca van a pasar y probablemente al cabo de un tiempo la gente se olvide de ello.
Se está perdiendo la actividad de investigar, buscar constantemente información por uno mismo, no dejarse llevar por los medios de comunicación, gente que se autoconsidera dueños del conocimiento de los futuros sucesos y la fuente propia de la veracidad como hecho. No hallo casi ni una pisca de un avance exponencial como sociedad, y por supuesto, sería hipócrita no incluirme allí... Pero yo, persona que siempre trató de ofrecer sus conocimientos sin cobrar nada, ¿por qué he de entregar una vez más mi poco poder social para gente que jamás va a educarse como debe ser?
Y cierto es, que existen personas inteligentes en el ámbito de la creatividad o hasta de su propio conocimiento (ya sea relativamente corto o extenso), pero siempre hay un fallo, siempre algo recae sobre sus matrices, o bien les falta la complementación de su inteligencia como desarrollo intrapersonal, o viceversa.
No pido perfección en los demás, nadie es perfecto y nunca lo será, no exijo que me rodeen seres que constantemente apliquen una ironía socrática, sólo exijo una mejor difusión entre exégesis, no alimentar las creencias que no llevan a nada, porque mientras más grande es nuestro círculo del conocimiento, más grande es el perímetro de nuestra ignorancia. Pero este es el primer paso para dejar de ignorarlo.
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470socrates-blog · 5 years
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El Origen
Durante sus conversaciones filosóficas, Sócrates ponía en duda prácticamente cualquier enfoque sobre el tema tratado, aún cuándo tuviera relativamente un gran conocimiento sobre él. Este cambio de rol se conoce como ironía socrática y es clave en el ejercicio del método.
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