Tumgik
#lentes vista
gafasreticulares · 2 years
Text
Las gafas reticulares hexagonales son de fabricación española y calidad superior.
1 note · View note
zazatur · 2 months
Text
Tumblr media
painting study i got wayy too ambitious with. i couldn't actually finish it in the 40 minute timeframe so im not sure i'll touch it again lol (trying really hard to not be frustrated)
1 note · View note
Text
Un británico duchándose con sus lentes de contacto, perdió la vista en un ojo
Un británico duchándose con sus lentes de contacto, perdió la vista en un ojo
Foto Adobe Stock A pesar de dos operaciones, el hombre ya no ve por el ojo derecho. Nick Humpreys, un británico, contrajo una infección rara de la córnea del ojo con la grave consecuencia de la pérdida la vista por un ojo. Esta infección, que se denomina queratitis por acanthamoeba, se contrajo porque llevaba sus lentes de contacto en la ducha. » Si hubiera sabido lo peligroso que era usar…
Tumblr media
View On WordPress
0 notes
deepinsideyourbeing · 29 days
Text
Tiempo - Enzo Vogrincic
Tumblr media Tumblr media
+18! SoftDom!Enzo. Age gap, creampie, (posible) dacrifilia, dirty talk, fingering, (breves descripciones de) girly!reader, innocence kink (implícito), sexo oral, sexo sin protección. Uso de español rioplatense (y mucho texto, sorry).
Enzo recuerda la primera vez que te vio.
Llevaba ya un tiempo preguntándose quién había ocupado el departamento que dejó cuando terminó su última relación e intentando a su vez sepultar el pensamiento para no recordar nada que tuviera que ver con aquellos momentos, pero luego comprendió que su curiosidad poco tenía que ver con los fantasmas que creía ver en el edificio al que regresó.
Era la tarde de un aburrido sábado y él deambulaba por el corredor con su cámara en las manos, intentando encontrar el ángulo perfecto para capturar la luz del sol iluminando su puerta. Entre tantos viajes decidió recostarse sobre las cerámicas de su hogar, perdiéndose en la oscuridad y conteniendo la respiración hasta que la imagen que vio a través del lente logró convencerlo.
Tus zapatos arruinaron la fotografía.
Se apartó de la cámara con una expresión de disgusto dibujándose en su rostro y un sonido mitad frustración-mitad enojo dejando sus labios, aunque dichas emociones se esfumaron cuando alzó la vista y encontró tus ojos observándolo desde la puerta. Se reincorporó y permaneció sobre sus rodillas, con una extraña sensación recorriéndolo al mirarte.
-Hola.
-Hola- le sonreíste-. Enzo, ¿no?
-Sí. ¿Vos sos…?
Te presentaste con cierta timidez, confesando que sólo te detuviste porque te asustó ver la puerta abierta y aclarando también que en el tiempo que llevabas allí jamás habías tenido oportunidad de presenciar tal fenómeno. Se declaró culpable con una sonrisa y abandonó su posición.
-Vos vivías ahí, ¿no?- señalaste tu puerta y él asintió-. ¿Y por qué volviste?
Cruzó sus brazos sobre su pecho e hizo un gesto de indiferencia.
-Me gusta este lugar. Y tengo muchos recuerdos con mis gatos.
-Menos la lámpara- arqueó una ceja-. Una lámpara con rasguños, ¿la querés…?
-Era mía- apretó los labios-. Pero no, no la quiero, gracias.
-Bueno…- dijiste, alejándote lentamente de su puerta-. Fue un gusto.
Pero él no podía permitir que te fueras.
-¿Te molesta si subo la foto…? Te puedo etiquetar.
Y de pronto no había lugar en el que no se encontraran… Ya fuera en el parque a medio kilómetro de distancia o la vieja tienda de libros en el centro de la ciudad, sus caminos se entrelazaban y siempre emprendían juntos el regreso a casa. En alguna que otra ocasión se detenían a comprar alguna bebida –un simple espresso para Enzo y para vos una bebida con nombre e ingredientes que él no podría pronunciar-, flores o sólo para acariciar gatos del barrio.
Los no-tan-breves intercambios durante las caminatas se convirtieron en charlas interminables que tenían lugar en su cocina o en tu sala de estar. Allí Enzo descubrió por fin el misterio de la playlist que reproducías todos los sábados por las noches, el nombre de las canciones que no lograba encontrar y por qué decidiste no colocar tu apellido en el timbre de la entrada, entre otros detalles con los que completó el puzzle que era para él tu persona.
Recuerda también el día en que pediste su ayuda para decidir cómo decorar la sala para tu cumpleaños, comentándole que organizarías una pequeña reunión con tus amigas e invitándolo a acompañarte luego de preguntar por su agenda. Observó por un largo rato los productos que le señalabas en la pantalla de tu laptop y luego recordó preguntar:
-¿Y cuántos años cumplís?
-Veintidós… ¿De qué te reís?
-Dale- insistió entre risas-. Decime.
-Veintidós, Enzo.             
Su sonrisa se esfumó y se desplomó contra los cojines del sofá, notando en ese entonces que sus jeans rozaban tus muslos. No pareciste notar su reacción o decidiste ignorarla, pero poco podía importarle aquello cuando la voz en su cabeza gritaba que había cometido un error. Cuando se despidió besó tu mejilla con cierta reticencia e hizo un esfuerzo para no voltear antes de cerrar su puerta.
Aquella noche lo encontró en vela. Contó ovejas hasta aburrirse, el té caliente que debía ayudar quemó su lengua y ningún programa en la televisión llamaba su atención el tiempo suficiente; releyó conversaciones, fingió tener la intención de borrar todas tus fotos y tu contacto, juró romper las notitas que dejaste cuando regaste sus plantas durante su último viaje. Gritó y maldijo contra la almohada a sabiendas de que no sería capaz de hacer esas cosas.
Pensó en todas las señales que pasó por alto: algunas de tus prendas y los moños en el cabello, los cuales creyó parte de la reciente y creciente aceptación de la feminidad, las bromas y referencias que no comprendiste, parte del contenido que consumías en redes y que habías compartido con él. Sin ir más lejos, había visto la forma en que interactuabas con otros habitantes del edificio o cómo huías descaradamente (cosa que él envidiaba) para evitarlos.
Todas las mañanas al despertar juraba frente al espejo que era el último día, que pondría fin a lo-que-fuera que estaban haciendo con vos y que era la decisión más sensata para protegerte… Pero entonces recibía un mensaje tuyo deseándole un buen día o te veía regando tus plantas, todavía en pijama y un tanto despeinada, y decidía que podía permitirse unas últimas veinticuatro horas disfrutando de tu compañía.
Fue en una de esas tardes que acabaste sobre su regazo mientras él guiaba tus movimientos. Sólo unas capas de tela separaban tu piel de la suya y eso fue probablemente lo único que pudo lograr que se detuviera a tiempo… Bueno, eso y el hecho de que horas atrás le habías enseñado una página donde se apreciaban fotografías tomadas de tu cuenta de Instagram y el artículo que regalaba detalles sobre tu vida.
Con sus manos aún sobre tu cadera, tal vez un poco más por debajo de lo aceptable, Enzo te obligó a detenerte y fingió no notar el hilo de saliva que conectaba sus labios con los tuyos. Tu respiración era agitada, tus párpados parecían pesar con los vestigios del placer que te arrebató y podía ver tus pezones erectos a través del adorable top floreado que llevabas puesto, pero por muy tentadora que fuera la imagen no podía permitir que cometieran una equivocación.
Acomodaste tu cabello, nerviosa.
-¿Hice algo…?
-No- se apresuró a contestar y besó tu mejilla-. Pero no podemos.
Un sonido dejó tu garganta y tus labios fueron incapaces de contenerlo. Cuando te arrojaste sobre el sofá abrazaste tus piernas, ignorando que la posición había desacomodado tu ropa y dejaba al descubierto tu lencería humedecida. Enzo apartó la mirada y tomó un par de respiraciones profundas, su mano acariciando tu tobillo para ofrecerte consuelo.
-¿Por qué?
-Porque sos muy chica para mí.
-¿De verdad importa?- asintió-. Es que pensé… No pensé que podía gustarte.
-Y yo no pensé que eras diez años menor.
-Nueve- corregiste-. ¿Y entonces...? ¿Por qué estábamos…?
-Porque soy un imbécil.
-Y… sí.
-Creo que tendríamos que… no sé, evitar vernos por un tiempo- lo miraste confundida y él señaló tu celular-. Si te ven conmigo van a hacer y decir esas cosas, es así. Perdón.
-Pero acá no nos ven- intentaste razonar con él.
-Los vecinos sí.
Ambos comprendieron en ese momento lo que significaba evitar verse por un tiempo. Tu labio inferior temblaba mientras hacías un esfuerzo para contener el llanto y cuando Enzo se estiró para acariciar tu mejilla apartaste su mano, te pusiste de pie y te dirigiste hacia la entrada.
-Andate- te aclaraste la garganta-. Andate, Enzo.
Abandonó tu hogar sin atreverse a mirarte a los ojos y la mañana siguiente no se acercó para dejarte la copia de sus llaves ni para reclamar la manta que había caído en tu sofá durante su visita el día anterior. Dejó el edificio con prisas, temiendo que ante el mínimo retraso ambos pudieran encontrarse y él se viera obligado a pensar todavía más en todo lo que hizo mal.
Jamás se había sentido tan ansioso en un avión… Por lo menos no en uno real.
Se arrepintió en ese momento y durante una semana sus conocidos parecieron tratarlo como si fuera un frágil adorno de cristal, aunque no lograba comprender si se debía al evidente estado anímico que arrastraba junto con su maleta o al mal genio que dejaba entrever cuando todas las entrevistas y eventos diarios comenzaban a abrumarlo.
En algún momento comenzó a sentir que había cometido un crimen.
Empeoró cuando lo bloqueaste en todas tus redes. Y cuando los periodistas no dejaban de preguntar si estaba soltero, si tenía novia, si podían saber tu nombre; cuando alguien difundió fotografías que habías subido a tus historias luego de que configuraras tu cuenta como privada, cuando notaron que la lámpara en tu sala era la misma que se apreciaba en viejas publicaciones en su feed, cuando señalaron que tu sala era también la misma sala que él posteó en ocasiones.
Se arrepintió entonces, por supuesto que se arrepintió. Y también se arrepiente ahora, aunque no puede precisar si su arrepentimiento es producto de haberte arrastrado al circo mediático que lo rodea o si se debe a la distancia que los separa. Tampoco sabe qué duele más.
El taxi se detiene en la puerta del edificio y al bajarse lo sorprende el característico sonido del cristal haciéndose pedazos bajo sus pies. Se aparta rápidamente y observa la lámpara destrozada en la acera durante unos segundos, sus ojos ardiendo cuando finge que chequea las suelas de sus zapatillas en caso de que el dolor que siente provenga de una herida.
Arrastra su cuerpo hasta entrar en el elevador y presiona el botón. Odiaría quedarse atrapado o sentirse encerrado como sucedió en el avión, pero está demasiado cansado y prefiere evitar el tramo de escaleras. Toma una respiración profunda antes de abandonar las paredes metálicas y se apresura hacia su puerta, sus manos temblando mientras introduce la llave en la cerradura.
Suelta su maleta de inmediato cuando nota las hojas marchitas de las plantas en su sala, el único sobreviviente de su ausencia siendo el cactus que dejaste allí la última vez que lo visitaste. Pasa una mano por su rostro antes de abrir las puertas del balcón, las ventanas de su habitación y por último las de la cocina, las cuales permiten que a sus oídos llegue la música que suena en tu departamento.
Revisa el calendario. Recuerda la foto de tus zapatos. Respira.
El reloj da las nueve cuando alguien toca tu puerta. Estás sola con tus pensamientos hace horas y te parece un tanto extraño ya que tus amigas te habrían enviado un mensaje en caso de haberse olvidado alguna de sus pertenencias, pero de todas formas echás un rápido vistazo a la cocina y la sala en busca de cualquier objeto que reconozcas como ajeno.
Cuando abrís la puerta te encontrás con Enzo esperando del otro lado, un ramo de flores en una mano y un regalo mal envuelto bajo el brazo: permanecés inmóvil a la espera de una explicación lógica a su presencia y él, que no deja de mirarte a los ojos, contiene la respiración preparado para que lo eches. Te hacés a un lado para dejarlo pasar.
-Esos son regalos para mí, ¿no? Porque si no me trajiste un regalo te tenés que ir.
El tono pasivo-agresivo de tu broma lo obliga a tragarse su risa y se planta en medio de tu sala.
-Te tengo que pedir perdón.
-En eso estamos de acuerdo- cruzás tus brazos sobre tu pecho-. ¿Y por qué, exactamente?
-Por todo.
Tomás asiento en el sofá y Enzo ocupa el otro extremo, manteniendo cierta distancia que para ambos resulta abismal. Coloca el ramo de flores sobre la mesita de café y también la caja, luego pasa sus manos por su pantalón una y otra vez, nervioso e inquieto como jamás lo habías visto. Te gustaría poder consolarlo pero aún te sentís herida y tu corazón latiendo en tus oídos no te permite pensar con claridad.
-Sé más específico.
 -Primero me gustaría pedirte perdón por lo de tus fotos.
-No es tu culpa- negás-. De verdad, no sos responsable.
-Entonces te quiero pedir perdón por haber sido un pelotudo…- acorta la distancia entre ambos-. Sé que lo que hice estuvo muy mal, tendría que haberme quedado para que pudiéramos hablar bien y no tendría que haberme ido sin despedirme o prometer que íbamos a aclararlo cuando volviera. Seguro estás enojada y tenés todo el derecho del mundo, pero te pido que me dejes explicarte.
Suspirás y hacés un gesto para que te dé un momento. Buscás refugio en la cocina para ocultar tus lágrimas y deshacerte de la horrible sensación de opresión en tu pecho, colocando un par de cupcakes en unos pequeños platos de porcelana pintada que recibiste por la tarde. Estás a punto de voltear para regresar a la sala, pero la presencia de Enzo a tus espaldas es evidente.
-Perdón- susurra, tomando ambos platos para dejarlos sobre el mármol y poder sostener tus manos-. Sé que dije que sos muy chica para mí, pero sólo lo dije porque no me gustaría que en algún momento…
-¿Qué?
-No me gustaría que dejes de ser como sos sólo para encajar conmigo, que te pierdas de esas experiencias que yo ya viví, no me gustaría que la gente nos mire y piense “Ah, sí, ahí van Enzo y la nena”, no…
-No sos como DiCaprio, Enzo- te liberás de su agarre-. ¿De verdad te importa tanto lo que piensen los demás? Porque yo juraría que normalmente no sos así.
-¿Vos leíste todo lo que dijeron sobre nosotros? Tenés que entender.
-¿Entender qué…? ¿Por qué creés que hacíamos algo incorrecto?
-Porque yo ya sé muchas cosas que a vos te faltan aprender.
-Podés enseñarme- apoyás las manos en su pecho y sentís que tiembla bajo tus dedos-. Me dijiste todo lo que no te gustaría, ¿por qué ahora no me decís lo que sí te gusta?
Toma tu mano y besa tus nudillos.
-Me gustás vos, pero no sé si te merezco- cubre de besos tu palma antes de llevarla a su mejilla-. Perdón, chiquita, te juro que voy a encontrar la manera de…
-Podemos seguir donde nos quedamos- sugerís. Tus mejillas arden.
Enzo rodea tu cintura con sus manos y sus pulgares trazan figuras sobre tu ropa.
-¿Estás segura?- asentís.
Ataca tus labios con una delicadeza brutal, su desesperación evidente en los gemidos que dejan su garganta y en la urgencia con la que comienza a frotarse contra tu abdomen; entre besos y roces toma tu muñeca y te arrastra en dirección a tu habitación, deteniéndose sólo al ver su manta en tu cama deshecha. Cuando evitás su mirada toma tu mentón entre sus dedos.
-No te voy a dejar sola nunca más- besa tu frente-. Nunca.
Te ayuda a recostarte en la cama y se posiciona sobre tu cuerpo con cuidado. Comienza a besarte, su mano acariciando tu cintura con movimientos suaves que le permiten estudiar tus reacciones y sus labios delineando tu mandíbula, tu cuello y tus clavículas hasta hacerte estremecer.
Se aleja por un segundo para observar tu expresión y se siente casi orgulloso del efecto que tienen en vos sus besos. Vuelve a acercarse a tu boca y tus brazos rodean su cuello para acortar toda distancia entre sus cuerpos, tus piernas abrazando su cintura para poder sentir la evidencia de su excitación contra tu centro. Comienza a rozarte por sobre la ropa y se deleita al oír tus gemidos, tímidos al principio y desesperados con el pasar de los minutos.
-¿Puedo?- pregunta al deslizar sus dedos entre la cintura de tu pantalón y tu piel. Asentís-.  Necesito palabras.
-Sí, sí podés.
-Muy bien- te sonríe y tira de la prenda hasta lograr deshacerse de ella. Observa los tiernos detalles de tu ropa interior pero lo que más llama su atención es la mancha de humedad en el centro. Comienza a deslizar sus dedos sobre la tela y jadeás-. ¿Querés que te toque?
-Sí.
Es adictiva la manera en que reaccionás a sus caricias y se siente casi cruel al preguntar:
-¿Dónde?
Cerrás los ojos, avergonzada, y presiona sobre tu entrada aún cubierta.
-Ahí.
-¿Acá?- repite el movimiento y gemís. Se acerca a tu rostro y besa tus labios-. Perdón, bebé, es que sos muy linda…
El temblor que te recorre hace que se apiade y te despoja de la última prenda que lo separa de tu intimidad. Se arroja sobre el colchón y besa tus muslos con algo similar a la devoción mientras te observa desde su lugar tal como lo hizo la tarde en que se conocieron. Arrastra sus labios sobre tu piel hasta acercarse peligrosamente a tus pliegues y tu entrada brillante.
El primer beso te hace gritar y mientras sus labios te recorren de arriba abajo Enzo aparta la mano que cubre tu boca. Su lengua caliente y experta juega con tu entrada, se introduce en ella y realiza pequeños movimientos hasta sentir que tus dedos se enredan en su cabello para acercarlo aún más, alejarlo y también guiarlo en busca de más placer.
Las yemas de sus dedos recogen tu excitación y frota tus pliegues para lubricarlos. Cuando se detiene brevemente sobre tu clítoris para dibujar círculos estos arrancan un sinfín de sonidos incomprensibles de tus labios y Enzo sonríe complacido contra tu piel ardiente.
Introduce un dedo muy, muy lentamente en tu interior y suspira cuando siente tus paredes contrayéndose hasta prácticamente succionar el dígito en tu interior: gira su muñeca y curva su dedo hasta hallar tu punto dulce, obteniendo un gemido casi pornográfico como recompensa.
Comienza a abusar de tu sensibilidad y no decide si prefiere ver la forma en que te retorcés sobre las sábanas o tus fluidos haciendo brillar tu piel y deslizándose hasta manchar su manta. Intenta obtener algo de fricción, frotándose desesperado contra el colchón y capturando tu clítoris entre sus labios para acallar sus propios gemidos.
Desliza en tu interior otro dedo y te oye quejarte segundo cuando tus paredes oponen resistencia, pero pronto tus gemidos cobran más y más intensidad y movés tu cadera para encontrar sus movimientos. Otro dedo le sigue y cuando sollozás Enzo se pregunta cuántas noches pasaste tocándote en soledad, tus manos incapaces de darte el placer que él logra brindarte en este momento.
Una serie de balbuceos -entre los cuales cree distinguir su nombre- son la única advertencia que ofrecés antes de alcanzar un orgasmo que arquea tu espalda y provoca que arañes las sábanas al intentar aferrarte de algo que te ayude a tolerar el placer. Enzo prolonga tu orgasmo hasta sentir que los espasmos dejan de sacudir tu cuerpo y ver que tu respiración agitada se regula.
Se recuesta a tu lado para poder apreciar tu rostro de cerca y besa tu mejilla.
-Feliz cumpleaños- dice contra tu piel-. ¿Querés más?
 -Todo- asentís-. Quiero…
Se deja caer contra la almohada.
-Si lo hacés no voy a aguantar- lamenta-. Pero…
-Sí- te apresurás a decir-. ¿Y puedo intentar más tarde?
Besa la comisura de tus labios y emite un sonido de afirmación.
Se desnuda bajo tu atenta mirada y regresa a su lugar entre tus piernas. Descansa su peso sobre un brazo y acaricia su miembro, jugando con su punta brillante y suspirando sobre tu cuerpo sólo para tentarte más. Juega con tu clítoris, se desliza entre tus pliegues y te hace delirar posándose sobre tu entrada una y otra vez.
-¿Segura?
-Segura- acariciás su mejilla.
Aunque el ardor de la penetración te resulta placentero esto no evita que un par de lágrimas se deslicen por tus mejillas cuando agachás la mirada para ver la escena entre tus piernas. Enzo es grande y las venas que lo recorren parecen gritar pidiendo que tus dedos las acaricien, pero tus manos acaban sobre su pecho desnudo y tus uñas dejan marcas en su piel al sentir que alcanza los lugares más profundos en tu interior.
-Enzo…- temblás y su pulgar comienza a dibujar círculos en tu clítoris para calmarte.
-Ya sé, bebé, ya sé…
-Más, por favor.
Mueve sus caderas con suavidad para no herirte y arroja la cabeza hacia atrás, incapaz de contenerse ante el placer que siente y esforzándose por no perder el control. Abandona tu interior hasta que sólo la punta permanece dentro de tu cuerpo, que suplica contrayéndose deliciosamente, y cuando vuelve a introducirse lo hace de una sola estocada.
-Más, Enzo, más.
Acelera el ritmo y jura que podría morir en esa posición, con tu calidez abrazándolo y tus gritos opacando cualquier sonido que pudiera llegar a sus oídos. Se deja caer sobre sus codos y busca tus labios, embargado por la necesidad de besarte hasta olvidar cualquier pensamiento que no seas vos.
Su mano se desliza bajo tu camiseta hasta llegar a uno de tus pechos, masajeándolo y girando tu pezón entre sus dedos hasta que tus dientes muerden su labio inferior. Rompe el beso para poder observar las expresiones que transforman tu rostro cuando comienza a profundizar sus movimientos, el vaivén de sus caderas permitiendo que su pelvis estimule también tu clítoris.
-Ahí...
-¿Sí, acá te gusta?- la pregunta es casi retórica. Sin esperar confirmación comienza a atacarte con embestidas que te hacen delirar, su punta golpeando tu cérvix y sus movimientos provocando que tu cuerpo se mueva sobre las sábanas de manera casi violenta.
Tus pestañas brillan con las lágrimas que nublan tu visión y Enzo besa el rastro que estas dejan mientras se pregunta si alguna vez alguien logró hacerte llorar de placer, si te aferraste con tanta fuerza al cuerpo de otra persona para no perder la cabeza por la intensidad de las sensaciones… Sabe que no y los músculos de su abdomen se tensan peligrosamente al pensarlo.
Hace una breve pausa para recuperarse y acaricia tu rostro antes de manipular tu cuerpo con facilidad, recostándose contra las almohadas y posicionándote sobre su cuerpo. Puede apreciar en tu rostro tus dudas, por lo que te toma por el cuello para poder acercarte a él y besar tus labios de manera casi voraz.
Colocás tus manos sobre su pecho y comenzás a rozar tus pliegues sobre su miembro húmedo y brillante por los fluidos de ambos, un hilo de saliva cayendo de tus labios cuando bajás la vista para apreciar la imagen entre tus piernas.
Te cuesta creer que lo que sucede es real y que Enzo está con vos en todos los sentidos, más aún cuando humedece su pulgar -como si hacerlo fuera necesario- con la saliva que moja tus labios y lo lleva hacia tu clítoris.
-Enzo, no, me voy a…- intentás advertirle pero tus palabras sólo parecen motivarlo más. Gritás-. Es mucho…
-Hacelo.
Temblás y Enzo te empuja con su cadera hasta que el ángulo le permite volver a penetrarte. La intensidad de los estímulos sacude tu cuerpo y de tu garganta surge un sonido agudo cuando te golpea otro orgasmo que blanquea tu visión y te obliga a arañar su abdomen.
Tus movimientos se apagan gradualmente y las manos de Enzo acarician tu cintura, tu cadera, tus muslos y cualquier centímetro de piel que sus ojos ven. Su miembro palpita en tu interior mientras te recuperás de tu orgasmo, algún que otro espasmo atravesándote y una capa de tus fluidos haciendo brillar tus pliegues, tus muslos y también su abdomen.
La escena es terriblemente obscena y te sentís avergonzada al ver el desastre, pero Enzo no permite que te disculpes y te rodea con sus brazos para aprisionarte contra su pecho. Besa tu cuello y tus paredes se contraen sobre su miembro, tu cuerpo aún sensible rogando por más.
Llenás su hombro de besos y susurrás contra su piel.
-Adentro.
Un gemido resuena en su garganta al oírte y toma impulso con sus pies para volver a asaltar tu interior. Su miembro parece rozar cada fibra de tu ser y la habitación se llena con los sonidos de su piel colisionando con la tuya y tus sollozos cuando decide lamer y morder tu cuello. Mantiene en tu cadera un agarre lo suficientemente fuerte para dejar huellas.
Dejás caer tu frente sobre su hombro, rendida al sentir el cosquilleo entre tus piernas. Enzo tira de tu cabello para obligarte a mirarlo.
-¿Querés que te llene la conchita…?- asentís-. ¿Sí…?
-Sí, por favor.
Tu expresión es patética, pero Enzo cree que es tierna la forma en que tus cejas se curvan y tu boca entreabierta le permite ver tus dientes y tu lengua. Captura tus labios entre los suyos y jura que puede saborear su orgasmo en la forma en que permitís que invada el interior de tu boca.
Sus estocadas son frenéticas y erráticas y sus uñas marcan tu piel. Ahoga un gemido contra tus labios y en medio de la desesperación rompe el beso, mordiendo tu mejilla cuando su liberación mancha tus paredes hasta hacerte lloriquear.
Te abraza con más fuerza mientras las últimas gotas de su semen llenan tu interior y besa las marcas de sus dientes en tu rostro.
-Ahora sos mía.
Gemís en respuesta.
-Y vos sos mío- decís con voz temblorosa-. Para siempre.
-Para siempre, sí- jura, tomando tu mano para besar tus nudillos, tu palma y tus dedos, deteniéndose sobre estos cuando ve tu expresión de dolor-. ¿Qué te pasó acá?
-Estaba limpiando y se rompió tu lámpara. Perdón.
-No me pidas perdón. Nunca- vuelve a besar tu mejilla y te sonríe-. Creo que te va a gustar tu regalo.
-¿Cuál…?
-El que dejamos en la sala.
-Ah, sí- soltás una risa.
-¿Qué te parece si nos damos una ducha y terminamos de celebrar tu cumpleaños juntos?- propone-. Podemos pedir algo para comer y ver una película.
-Quiero quedarme así un ratito- descansás tu mejilla contra su piel caliente-. ¿Enzo…?
-¿Qué pasa, bebé?
-Te quiero.
La fuerza de su abrazo amenaza con dejarte sin respiración.
-Yo también te quiero. Mucho- toma tu mentón entre sus dedos para llamar tu atención-. ¿Puedo ser tu novio…?
Espero hayan disfrutado la lectura ♡
}taglist: @madame-fear @creative-heart @llorented @recaltiente @chiquititamia @delusionalgirlplace ♡
201 notes · View notes
imninahchan · 4 months
Text
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
⌜ 𝐀𝐕𝐈𝐒𝐎𝐒: strangers to lovers, minhas habilidades precárias em espanhol, sexo casual e sem proteção [não pode camaradas!], dirty talk, diferença de idade, finger sucking, oral masc, elogios, manhandling, tapinhas leves, um ‘papi’, dumbification, dacryphilia. ˚ ☽ ˚.⋆ ⌝
꒰ 𝐍𝐎𝐓𝐀𝐒 𝐃𝐀 𝐀𝐔𝐓𝐎𝐑𝐀 ꒱ @dejuncullen você é a grande culpada por tudo isso, te odeiooo.
Tumblr media
𓍢ִ໋🀦 ELE É O TIPO DE HOMEM QUE VOCÊ SÓ VAI CONHECER UMA VEZ NA VIDA ─────
você percebe isso a partir do momento em que põe os olhos na figura masculina pela primeira vez. Sentada a umas duas mesas de distância da dele, na varanda do saguão do hotel.
Simplesmente, não conseguiu deixar de repará-lo. Os fios espessos do cabelo, como as mãos correm por entre as mechas de forma desleixada, balançando pouquinho conforme o vento suave da manhã sopra. A regata branca, um casaco pendurado nas costas da cadeira livre à mesa. O nariz pontiagudo, os olhos escondidos por trás das lentes dos óculos de sol.
Com certeza, não é brasileiro. Dá pra notar só pela comida que escolheu do buffet para o prato. Fica tão intrigada, obcecada em observá-lo, que se esquece do próprio café da manhã. Os pãezinhos esfriando junto do café na xícara. Quer abrir o aplicativo de mensagens e mandar uma pra sua amiga dizendo cê não acredita no gatinho que eu vi, porém nem tem tempo. O homem ergue o queixo, a atenção desviando do aparelho em mãos para notar a sua presença, à frente em seu campo de visão.
Você abaixa o olhar na mesma hora, sente-se como se tivesse cometido um crime e tivesse sido pega no flagra. Morde o lábio, tentando conter o sorriso bobo. As palmas das mãos suam, frias de repente, então se ocupa com a xícara de porcelana. Não sabe se bebe, por vezes ameaça levar à boca, mas desiste no meio do caminho, perdidinha feito um robô em pane. E quando levanta os olhos mais uma vez, na mesma direção que tanto fitou, a mirada do homem se encontra com a tua novamente.
Parece que vai morrer, credo. Nunca sentiu tamanha vergonha na vida, o estômago até revira. Não vai mais conseguir comer, nem pensar, nem respirar, não enquanto ainda estiver na cena do crime.
Se levanta, então. Cata uns dois pãezinhos do prato, empurra um gole de café pra dentro e caminha em direção ao saguão. Pô, não está nem tão bonitinha... Já vestiu as roupas que planejou pro dia, porém não se maquiou, nem fez os cabelos do jeito que queria, porque o plano era só descer pra tomar café antes de curtir mais um dia turistando pela cidade espanhola. Agora, está fugindo feito uma criminosa, com a boca cheia de pão, para o elevador.
Mas ao pensar que o fechar das portas cinzas significaria liberdade, o seu coração tem um motivo a mais para palpitar assim que o homem se coloca para dentro do cubículo antes que te perca de vista.
Mastiga com mais pressa, escondendo o outro pãozinho entre as mãos. Ao seu lado, ele tira os óculos, está segurando o casaco e uma bolsa transversal.
Olha pra ti.
— Enzo — diz, e pela forma com que anuncia o nome, dá pra sacar que fala espanhol.
Você passa as costas da mão sobre a boca, limpando qualquer farelinho que tenha sobrado. Oi... eh, responde em português, automática, e entra em pânico de novo por breves segundos quando o cérebro não consegue pensar em uma saudação sequer na língua estrangeira. Fala o nome, logo, sem se forçar a raciocinar mais.
— ¿Eres de aquí? ¿De Madrid?
— Ahm... — gagueja. — Brasil!
Ele sorri.
— Ah, sí. Brasil... ¡Es un lugar magnífico! — e elogia. Mas o olhar aperta, procura saber: “Entiendes lo que digo, ¿no?”
— Sí, sí! — Sorri de volta, hiperventilando já.
O seu desespero é perceptível, é fofo. Ele te observa, a cabeça pendendo pro canto lentamente. Ri junto, cada vez o sorriso mais largo. Tem vontade de perguntar mais coisas, esticar a conversa, só que o seu andar chega, e você sai, retraída demais pra falar o que quer que seja.
Merda, devia ter dito algo. Fica se remoendo o dia inteiro, se achando a maior boba por ter perdido a oportunidade. Por que teve que agir como uma adolescente sonsa, hein? Aí, nem os museus têm mais graça, nenhum ponto turístico consegue tirar aquele fiozinho de arrependimento de ti. No outro dia, entretanto, desce pra tomar café no mesmo horário com a tola intenção de tentar vê-lo outra vez, e dito e feito. O homem está sentado numa poltrona do lobby, parece que estava ao seu aguardo também.
Você sente até as pernas bambearem.
— ¡Buenos días! — te saúda. — ¿Cómo se dice ‘buenos días’ en Brasil?
Você demora uns segundinhos pra raciocinar, “bom dia”, responde. Ele sorri.
— Es muy parecido — e comenta, sem jeito. Mira na direção do buffet, ¿Vamos?
Embora, às vezes, ele use termos que você desconhece e precisa pedir para explicar de novo, a conversa se dá muito bem. Descobre que é mais velho, uruguaio, e não espanhol como de imediato achou que fosse. Você conta um pouco sobre o estado da onde vem, e ele se encanta com a forma que seu sotaque pronuncia o nome dele. Enzo. Puxando o som do ‘z’ acima de tudo.
É com a companhia dele que você desbrava a cidade hoje. Vão juntos à uma pracinha, comem sorvete, depois jogam conversa fora enquanto exploram uma lojinha ali por perto. Mais à tarde, é levada até um barzinho. Lá, a conversa se estende ainda mais, regando os assuntos à cerveja que dividem. Quando você não entende nada, só ri, com as bochechas já quentes de tanto sorrir. Honestamente, pode deixá-lo falando sozinho por horas, só porque gosta do som rouco da voz masculina e dos olhos castanhos.
Não quer dizer que está apaixonada nem nada, afinal não tem como se apaixonar em tão pouco tempo. Mas, com certeza, o calor que sente emanando do próprio corpo significa algo. Pode ser por causa da camisa de botões azul escuro — essas peças nunca falham em ser atrativas, né? —, ou o anel prateado que chama a sua atenção toda vez que ele articula com as mãos no ar. Até mesmo o perfume... Ah, o perfume! Uma fragrância que enche os pulmões, amadeirada mas com um leve toque doce. Impregnando o dia inteiro, praticamente te convidando para afundar o rosto na curva do pescoço alheio.
Por fim, é levada até a porta do quarto de hotel. A desculpa dele é que queria te ajudar com as sacolas, como se você tivesse comprado Madrid inteira. E era pra terminar ali, simples. Te entrega as suas coisas, e o máximo que faz é se inclinar, devagarzinho, feito pedisse silenciosamente por permissão, e depositar um beijinho na cantinho da sua boca, a milímetros de tocar os seus lábios pintados de batom. Mas você segura na mão dele, quando o rapaz se afasta pelo corredor, não o deixa escapar.
Enzo leva o olhar da sua mão entrelaçada na dele pro seu rosto. Sorri ao te ver encolhendo-se, retraída, deitando o canto do corpo no batente da porta. O seu sorriso contido, bobo. Nessa hora, nenhuma palavra é necessária pra entender o que se quer passar. O seu corpo fala sozinho, em alto e bom tom.
Ele se aproxima novamente, a outra mão toca o canto do seu rosto. Quente, afetuoso. ¿Qué te pasa, nena? O foco dos olhos castanhos está na sua boca, a pergunta é sussurrada, sedutora. O toque dos dedos contornam o seu maxilar até se fechar no seu queixo, ¿Quieres algo más que un beso?
Você não tem certeza de que palavra usar, qual comando preferir. Na verdade, não queria nem estar pensando. O cérebro queria estar desligado para que o só o corpo pudesse aproveitar o momento. O envolve entre os braços, o rosto pode, finalmente, se esconder na curvatura do pescoço masculino, aspirar o perfume inebriante. Escuta o som da risadinha dele, sente as mãos grandes sendo depositadas na sua cintura. ¿Qué quieres? Dímelo.
Ergue o olhar, tímida. A ponta do seu nariz roça contra a dele, cria um atrito que só pela proximidade absurda, deixa tudo ainda mais tenso, erótico.
— En Brasil — você começa, mordendo o lábio —, a gente diz ‘foder.’
O sorriso de Enzo cresce, quase em câmera lenta. Foder, repete a palavra num sussurro. De novo, nem tem que pensar muito para compreender. Tudo soa similiar, e parece que a sua mente está conectada a dele por um desejo tão carnal.
Os lábios do uruguaio vão de encontro aos seus, a língua quente esbarra na tua. Os corpos ganham vida própria. Aos poucos, o cenário principal deixa de ser o corredor do hotel, pra ser o seu quarto. A porta é fechada com um empurrãozinho dos pés, enquanto o caminho escolhido é em direção a sua cama.
As mãos sobem da sua cintura para pegarem na barra da blusa e a retirarem. Quando você deita sobre o colchão, apoiando os cotovelos, é a deixa para que o homem possa puxar os seus shorts também.
— ¿Quieres ponerte de rodillas? — ele pergunta, ao desabotoar a própria blusa. O olhar afiado, banhado de vontade, delirando. Nos lábios, você nota o vermelho manchado do seu batom. — Correrme en tu boca...
Talvez seja a mente perdida na ânsia, porque não processa o que te foi dito. Fica com os olhinhos parados, a boca entreaberta puxando ar, ofegante. Tão bobinha que tudo que ele faz é rir, correndo as mãos pelos cabelos em vez de levá-las diretor para o cinto da bermuda.
— ¿Qué? ¿No lo comprendes, no? — o tom usado contigo beira o deboche, é mais agudo. E ao contrário do que normalmente sentiria, aqui sente um frio na barriga, ainda mais tesão. Ele se inclina pra perto. — Mira.
E como se estivesse aprendendo uma coisa pela primeira vez, o imita quando ele separa os lábios. Deixa que o polegar do homem arraste no seu lábio inferior, e depois o médio e o indicador juntos deslizem por cima da sua língua, até ocuparem a sua boca. Así, ele murmura, empurra e recua com a mão, num movimento lento, sensual, metértelo en la boca.
Ah, agora você entende bem. O rosto queima, o jeito molhado com que os dedos saem da sua boca, um fiozinho de saliva resistindo à distância, é devasso, estimula. Faz que sim, se ajoelhando no chão de madeira, os olhos vidrados no desafivelar do cinto até poder ter a ereção em plena vista.
Separa os lábios mais uma vez, como te foi ‘ensinado’. Te enche a boca, vai ao ponto do seu nariz tocar na virilha dele, e vem, completamente molhadinho. Permite que o uruguaio controle o compasso, que pegue no canto do seu rosto. Levanta o olhar para o dele, rendida não só pela lascividade do que faz, mas também pela bela visão que tem da face masculina por esse ângulo.
Enzo usa o indicador da mão livre para deslizar pela curva do seu nariz, afetuoso.
— Qué ojitos más bonitos... — te elogia, com um sorriso. Nesse momento, você jura, o coração parece que explode. — Eres tan bella, nena. Preciosa. — Ele suspira, a cabeça pende pra trás, depois pro canto. Te olha de um jeito tão canalha que você evita retribuir o olhar. — Me encantaría correrme en tu boca... pero prefiero guardarlo todo para dentro de ti.
É conduzida de volta pra cama, facilmente manuseada quando dá o controle da situação na palma da mão alheia. Ele vem por cima, destrava o encaixe frontal do seu sutiã, perdendo-se entre os seus seios assim que os libera do aperto da peça. Você segura nos cabelos dele, inquieta sob o chupar delicioso da língua em cada biquinho, o morder selvagem dos dentes. Arfa, tendo que apartar-se dos fios pretos enquanto a boca desce pela sua barriga.
Te liberta da última peça íntima também, os beijos molhados estalando na sua pele, do ventre ao monte de vênus. A ponta do nariz grande se esfregando de leve por cima da região onde sabe que está o seu pontinho sensível. A palma da mão corre em meio à sua umidade, o friozinho do anel prateado deslizando na sua pele fervente. Estala dois, três tapinhas seguidos que te fazem estremecer, choramingando baixinho. Enzo sorri, não precisa, mas volta àquele tom debochadinho de antes, de quem tem que soletrar com calma os comandos para que você possa compreender. Leva a mão aos seus lábios, dá um toquezinho por cima, de aquí, e depois desce tudo de novo, deixando um rastro molhado até dar outro tapinha na sua buceta, a aquí. E são esses pequenos detalhes que deixam tudo ainda melhor, nossa. Te faz sentir tão bobinha, tola, mas é tão bom...
Quando ele se põe pra dentro, você tranca as pernas ao redor da cintura masculina, o envolve entre os braços, sentindo-o dominar tudo. Ele insiste no contato visual, porém, erguendo o torso, apoiando-se no antebraço contra o colchão, para te olhar no olhos. Sorrir. Ofegante igual você. Gemendo baixo, rouco. Primeiro, lento, só que logo se rende à velocidade, ao som cortado dos seus gemidos a cada estocada mais forte. E são tantos estímulos, porra... Você quer tapar a boca, cerrar os olhos pra tentar se conter. É o barulhinho pornográfico dos corpos em choque, a voz masculina, o perfume da pele quente. Está tão sensível que os olhinhos molham, uma lagrimazinha escorrendo bochecha a baixo.
— Oh, no... Perdón, perdóname, cariño. — Ele cessa o ritmo, o polegar limpa a umidade do seu rosto.
‘En—’, até começa a querer chamar o nome dele, mas a frustração de não receber mais os mesmo estímulos e na mesma medida é tamanha que só sabe se remexer, lamuriando, a mente derretida, murmurando por fim dale, dale, papi.
Enzo volta a sorrir. Deixa alguns selares nos seus lábios, repetindo as suas palavras entre os beijinhos, como se zombasse do seu teor de desespero, do termo que usou para se referir a ele.
— ¿Más rápido, hm? Más duro? — Ele te vira sobre a cama, te ajeita de quatro. A conversa suja te faz sorrir, burra de tanto tesão já, agarrando-se a um dos travesseiros. O corpo do uruguaio se inclina por cima do seu, chega com a boca pertinho do seu ouvido. — Tranquila, nena. Te daré todo lo que quieras.
395 notes · View notes
jaemskitty · 8 months
Text
Tumblr media
Selinho Na Boca — N.JM + You + L.JN
wc: +18 | spit kink (?) | nomin canalha | exibicionismo (?) | sim eu tava ouvindo latino e perlla | university!au | strength!kink | jaemin sadista (de leves) | humilhação | degradação | leitora também não vale nada | linguagem suja | basicamente é isto, mas pode haver mais coisinhas |
gênero: smut
n/a: oi de novo!! tão cedo, WHAT duas postagens no mesmo dia... rs, eu tive esse plot num lapso enquanto ouvia latino kqjddjwwjs e saiu isso, espero que gostem porque eu quase gozei escrevendo (não contêm ironia). perdão aos possíveis erros e boa leitura. nomin on 🔝.
🚨 NÃO DEIXEM DE LER OS AVISOS, EVITEM DESCONFORTO!
Hoje eles estavam mais estranhos do que nunca.
Jeno e Jaemin, seus melhores amigos, tinham uma energia completamente incógnita nessa noite de sexta-feira. Não era segredo as coisas que faziam nessa amizade, que para os olhos alheios era sim muito estranha e mal-vista, mas você não estava nem aí pra ser sincera.
A sala da fraternidade estava uma bagunça de papeis, macbooks etc e tal, porque estavam trabalhando em um projeto da faculdade, uma pesquisa de prazo até segunda-feira e pra ser sincera parecia que só você estava envolvida nisso. Jeno tinha uma caneta há séculos entre os dedos, mais brincando com o objeto do que escrevendo alguma ideia que fosse, já Jaemin tinha o celular em mãos tirando descaradamente fotos suas e fazendo vídeos e mais vídeos.
Ele era assim mesmo, o tempo todo, mas mal sabia você dos zooms de Na Jaemin em seu corpo essa noite, e todos esses takes eram compartilhados com Jeno via airdrop. Porra, você estava excepcionalmente linda essa noite na visão dos garotos.
— Meninos, concentrem, poxa...Temos que entregar isso segunda-feira. Jaem, para de me filmar, idiota... — Revirou os olhos e tentou empurrar o celular da mão do mesmo, e não obeteve nenhum resultado, ouvindo a risada do Na reverberando e secretamente ele mordera os lábios; focando o zoom nos seus naquele vídeo.
Jeno observava tudo de camarote, meio jogado contra a poltrona, batendo a caneta no tapete, sorrindo para o Na.
— Solta beijinho, solta... — Jaemin provocou, tocando seu queixo e sentindo um leve tapa seu desferido contra a pele. Riu-se com rouquidão enquanto filmava então o sentiu agarrar sua bochecha e puta merda, você estava linda daquele jeito.
Eles gostavam desses joguinhos, você também não era boba. Deu língua, birrenta, e sorriu enraivecida para a camera, sentindo as bochechinhas prensadas na mão do garoto. Jeno chegou mais pertinho, contra suas costas, te fazendo arrepiar pela quentura tão repentina; sabia o que significava aquilo, aquela manha, aquelas provocações beirando a humilhação. Conhecia aqueles dois como a palma da sua mão. As mãos grandes de Jeno foram para sua cintura, beijando seu ombro ele pousou o rosto naquela curva, olhando para Jaemin quem filmava tudo.
— N-neno...Porra, Jaemin, desliga a droga dessa câmera! — Eles sempre eram um pouco demais para você, mas havia uma coisa que fazia que os deixavam em sua mão; beijos.
— Então solta um beijinho pra mim, vai. — Ele sorria cretino, descarado e desinibido e Jeno depositou um beijinho melado em sua bochecha, te prendendo ali. Sorriu e revirou os olhinhos, encostando no peito forte do Lee e Jaemin se deliciou com isso, chegando a morder os lábios.
Vocês cultivavam uma coisa, uma coisa somente entre vocês.
— Tá sorrindo como um babaca, Jaem...Te hipnotizei, foi? Cês' dois são uns tarados...Eu só queria fazer o trabalho. — Comentou com a língua entredentes, entrando naquele joguinho os ouvindo rir. Tudo sendo gravado.
— Queria nada, aposto que tá com a calcinha toda melada só com o Neno atrás de você, safada. — Jaemin então simulou dois fracos tapinhas em sua bochecha, rindo outra vez quando você tentou mordê-lo, mas sem sucesso. Tão arisca. Através da camera foi a vez de Jeno agarrar suas bochechas, te fazendo mirar profundamente a lente do Iphone de Jaemin bem na sua cara, agora com o flash ligado. — Isso, doma essa cadela, Jeno...Acha que pode fazer o que quer com a gente e sair ilesa, princesa? Não é bem assim.
E estava mesmo, estava totalmente tremula e molhada, a buceta pulsando. No final de tudo você quem estava nas mãos daqueles dois babacas que chamava de amigos.
— Me s-solta... — Tentou mexer o rostinho sob o toque rude de Jeno, ouvindo as risadas e também gargalhando meio embebida pelo tesão. Gostava de atenção, gostava de provocar e gostava daquele flash do celular de Jaemin bem na sua cara enquanto estava devota sob seus braços fortes.
— Quietinha... — Jeno sussurrou e olhou para Jaemin, esse que estava basicamente passando mal enquanto focava no lapso de sua calcinha branquinha sob a saia curtinha, filmando praticamente em 4K sua pequena mancha. Era tão linda. O garoto apertou o próprio pau dentro das calças e antes que fizesse algo antes da hora voltou a filmar seu rostinho rosado.
Você sabia bem o que ele estava fazendo e foi por isso que se remexeu toda nos toques de Jeno, absurdamente engatilhada pelo exibicionismo você fez questão de mostrar sua calcinha toda pra ele. Pra eles.
— Gosta quando a gente te pega assim, não é? Se faz de difícil, pensa que pode fazer o que quer e quando a gente te pega assim você praticamente molha as calças. — Jeno prosseguiu com sua língua podre e afiada, apertando forte seus antebraços e deixando marcas ali pra te manter quieta e sentada naquele tapete felpudo.
— G-gosto...Hmm...Eu gosto tanto, Neno... — Dengosa assumiu, tão cretina quanto eles, rebolando contra o nada vendo o volume de Jaemin em sua frente, olhando no fundo daqueles olhos bonitos e predadores.
— Gosta. Eu sei que gosta, sua cachorra. — Rosnou contra seu ouvidinho e te assistiu arrepiar, completamente mole, mas nunca deixando de ser atrevida. Mordeu a língua e sorriu, mas o coração palpitou quando Jaemin proferiu as seguintes palavras;
— Vai, da aquele selinho no Neno...Aquele selinho que cê' dá se fazendo de puta virgem. Anda...
Gelou mas manteve o sorriso de cadela intacto, olhando para Jaemin através daquele flash.
— Jaemin, a fraternidade tá' aberta... — Tentou falar, se safar, provocar ainda mais, avisando sobre estarem na sala da fraternidade e a qualquer momento qualquer membro poderia entrar ali e ver aquela sacanagem, mas no fundo estava quase gozando com essa possibilidade.
Jeno riu nasalmente em sua bochecha, roçando aquele nariz naquela area, soltando seu rostinho pra te deixar fazer aquela humilhação por si só.
— Ouviu? Ela tá com medo de ser pega quase trepando com os dois amiguinhos dela. Hm. Que dó. — Jeno era um debochado filho da puta, e cada palavra daquela atingiu em seu ventre, a mancha em sua calcinha aumentando. Sua respiração engatando e desandando.
— Nana... — Pediu, fez beicinho, mas pediu piedade a pessoa errada.
— Dá a porra do selinho, _____. — E somente aquelas palavras, proferidas na voz rouquinha do mais velho te fizera grunhir e virar o rostinho em direção ao de Jeno.
Arrumou a cabeça no sentido certinho e deixou um beijinho, um selar, demorado contra os lábios finos e rosados do Lee, ouvindo as risadas de fundo sentiu as bochechas queimarem de timidez e tesão misturados.
Um mix de sensações deliciosas, afinal.
— Olha isso, Jeno...se fazendo de tímida. Para com isso, bebê...Não combina nem um pouco contigo. — Jaemin falou em um suspiro e te deixou outra vez rente ao chão. O olhou com as pupilas explodindo, aquela luz cegando sua visão, os olhos aguados pela sensibilidade e a respiração falha. — Agora da outro, Jeno ainda não tá' satisfeito.
Antes que pudesse raciocinar o próprio Lee virou seu rosto, pegando você pela nuca, jeitoso e dominante, arrepiando cada pelinho de seu corpo e grunhiu quando teve a boquinha selada outra vez.
Selinhos e mais selinhos, era um jogo de intimidades, mas dessa vez eles quem estavam brincando e com toda certeza estavam ganhando. Cansados de todas vezes que provocou como uma cadela, com selinhos de falsa ingenuidade em festas, no campo de futebol e até dentro dos banheiros do ginásio. Fazia porque podia e porque gostava de ver a cara de idiota que eles ficavam, sem teoricamente poderem fazer nada sobre.
Agora estava aqui, reduzida a nada entre os dois na sala da fraternidade, com a buceta pulsando e completamente ofegante porque simplesmente o jogo havia virado e eles eram covardes; dois contra uma pobre mocinha.
Sentiu a saliva de Jeno maneirada naquele selar e quase perdeu o fôlego quando ele desfez o contato. Queria mais, mas jamais iria demonstrar.
— Neno...— Chamou baixinho, dengosinha, escondendo-se naquele corpo grande, forte e quente.
— Aqui. Olha pra mim, _____. Agora é a minha vez, concorda? — Jaemin era o mais absoluto, sempre com a palavra final, sempre ele quem fazia e desfazia tudo. Era a mente praticamente demoníaca por trás de tudo.
Esfregou as perninhas uma a outra em busca de alívio e aquilo não passou despercebido por Jaemin, filmando cada detalhezinho seu. Ele era obcecado. Eram obcecados.
Engoliu em seco quando teve a nuca agora sob o domínio do Na, arfando cortada quando ficou rente ao rosto do garoto, esse que entregou a câmera para o Lee, sentindo a respiração pesada e o quão grande ele era comparado a ti.
— Mas do contrario do Jeno, não quero mais selinhos... — Falou entre um selar e outro em sua boquinha te ouvindo grunhir continua, completamente quente e num cio sem fim.
O aperto em seus cabelos ficara mais intenso e o passo seguinte fora sua boca sendo tomada, engolida, praticamente fodida pela de Jaemin. O homem violou seus lábios com os próprios em um beijo de verdade e e prontamente você reagiu, correspondendo completamente molinha. O beijo de Jaemin era surreal, e podia ouvir os próprios barulhos de satisfação sempre que ele chupava sua linguinha ou metia a própria naquela cavidade tão quentinha.
Porra, era uma delicia e ao lembrar que Jeno assistia tudo e ao mesmo tempo filmava, te deixou louca. O Lee iria explodir de tanto tesão. Levou os próprios dedinhos entre as pernas, as abrindo e expondo a calcinha por completo e foi aí que Jeno desceu a lente da câmera até aquele lugar. Os estalos do ósculo eram captados perfeitamente e Jaemin parecia cada vez mais feroz ao te beijar, vendo de relance o que acontecia entre suas pernas bonitas e trêmulas. Jeno levou a própria mão sem cerimonias e te ouviu gemer descarada contra a boca de Jaemin ao tocar ali, sentindo toda a quentura e umidade do local.
— Caralho...— Jaemin grunhiu ao deixar seus lábios com uma mordida nada singela, ofegante e ele passou o dedão contra os próprios lábios olhando como estava exposta e manhosa, toda aberta e sendo tocada por Jeno.
Sorriu com a linguinha entre os dentes, melada da própria saliva e de Jaemin juntamente, arfando e grunhindo contra a boca do mesmo. Foi o estopim.
— Bota ela de ladinho e acaba com essa buceta.
Jaemin ordenou possesso tomando o celular da mão de Jeno. E é claro que o Lee faria.
n/a: eu nem sei o que comentar. xoxo 💋 obrigado por ler até aqui <333
185 notes · View notes
Text
Part Two - Ace x Reader - Leave The Falling To A Professional
(Title might change)
Part 1
It had been nearly a week after the incident at the cliff and the Whitebeard pirates had been working none stop to find the person that was reasonable for you & Ace being put in that position.
At the same time some of the crew had to stop Ace from trying to finding and killing them himself, by keeping him on the Moby and doing things so he would be kept busy when he wasn't by your side in the infirmary.
While you remained unconscious, different crew members had stopped by to see how you doing when they had a few spare moments.
They were starting to miss your laughter and random singing while working, as well as you scowling your many siblings when they did something stupid. Some of the newer ones to the crew were starting to see just how much your penance was always around now that you weren't around currently.
During this time Ace had come to realization that he was in love with you and every time he looks at you, unmoving, all he could see was you plummeting down into the water had and knowing he wasn't able to help you.
Had it not been for Vista and Jozu, he would of needed to be fished out by someone as well as he wanted to jump in after you, even though he knew it was pointless he still wanted to save you.
For the first time since the fall you started to show signs of waking. It began in the morning when Ace was sitting next you, holding your hand when he felt the first twitch followed by a second one not soon after, he then called out loudly for one of the nurse and Marco to come.
After checking out your vitals, Marco explained that you were on the way to waking up but there was no way to say how long it would take, it could be a couple of hours to possible another week or so before you woke up, so all they could do was wait as it was all up to you now, as to when you chose to wake up.
So over the next 12 hours following twitching of your hand, you showed a couple more signs of small movements but it was that night when the biggest change came, with Ace still sitting by your bedside telling you more stories of his childhood with brothers, as a noise caught his attention and stopped mid-story as he lent over the bed and stroked your hair,
“Come on gorgeous, time to wake up and show me them pretty eyes” Ace spoke softly, watching your face closely as your eyes began to move more behind your eyelids.
It took about another half hour before you began to wake up and spoke for the first time in nearly a week what felt like music to his ears.
“Ace” you slurred, as you slowly begin to open your eyes, looking around the room trying to work out where she was.
“Nice of you to join us again” He teased lightly, taking a glass from the table and pressed it against your lips, as you took a couple of slips of it before pushing the glass away, then looked up Ace as he placed the glass the table.
“What happened?” you asked him.
Looking down at you, Ace felt something bubble up inside him as he went to yell at you for being stupid and letting your hand slip free of his, as he remembered you falling and him screaming your name, but he lost most of his anger knowing that he couldn’t yell at you, at least not while recovering.
“You fell from the cliff top, so it seems you’ve been spending too much time with Thatch and Haurta, it seem their stupidity is rubbing off on you” he said and he needed to blame someone that wasn't himself him, and those two were all always around you, so they were getting it even.
He called out to Tate and Marco saying you were awake before sitting down in the chair again,
“Just don’t anything stupid like that again, leave it to someone like Namur to would be fine falling into the water cause he's a fishman” Ace said to you.
Both Marco and Tate came in, began checking you over while Ace moved away, to allow them more room to work as they checked to make sure you hadn't anything to your back and by making you move your toes.
When they were content with the tests they did to leave rest of them to the following morning after when you had proper sleep and not unconscious.
When it was just the two of you again, he sat back down next you and just stared you, taking your hand in his as he gave it a squeeze.
"Please don’t do anything like that again I mean it, I don’t know what I’ll do without you” he pleaded softly, as he stood up and lent over you, pressing a kiss in to crown of your head.
Soon your eyes began to drop as a wave tiredness swept over you and the last words you heard before sleep took you again were.
“I love you ”
28 notes · View notes
jujuz299 · 9 months
Text
Mi reina (Fanrworld finn x reader) Prologo.
Tumblr media
Sinopsis: eres una chica de que por lo que crees que eres normal sin saber mucho de tu pasado y siendo una de los mejores amigos de Fiona y su gata cake y al salir de lo que parece ser la cabeza de un hombre Simón empiezan a tener aventuras extrañas de tu conocer tu ser, tus orígenes, quien crees que eres y en el camino enamorarte de un hombre con un pasado confuso y helado los dos enamorándose de su lado más oscuro y más bríllate como rey y reina.
nota: hola, espero que les guste mucho este prologo este historia tendrán partes eliminadas de la narrativa como el capitulo dos de la serie o otros en el futuro pero si quieren esas partes presentes pueden comentarlo con gusto, la serie original ninguno de mi los personajes son míos excepto tn/tu persona y también la historia la publicare en wattpad así que como avisare cuando este publicada allá.
el capitulo uno esta en proceso 🦑✨
capitulo: prologo
---------------------------------------------------------------------------------------------
Camino tranquilamente por lo que es un bosque con los arboles de tonos verdosos opacando tenuemente la iluminación del sol estaba tarareando levemente una canción de que, no lose pero era algo que tranquilizaba y de por mucho mientras mis pasos seguían hacia un rumbo donde se veía más luz  se me resonaba más el canto de un ave de alguna manera esta tranquilidad me era  abrumadora hasta incluso aterradora pero en mi cabeza no salía preguntas solo seguía caminando la luz del sol empezaba a tocarme levemente la piel con fervor y no me di cuenta cuando Salí de la manta de árboles mientras mi vista se adaptaba a la luz note que cerca del  bosque y cerca a unas pisadas de mi había una cabaña en lo que alado era una clase de granja y se repente se empezó a escuchar risas de niños? Risas suaves de lo que era dentro de la cabaña sintiendo una tranquilidad y felicidad extraños pero agradables por alguna razón.
Un crujido de una puerta hiso que se me activaran los sentidos o al menos lo suficiente para espera lo que sucedería después solo para ver cómo sale un hombre, el hombre más atractivo que e visto era alto y musculoso lo suficiente para comprender que su cuerpo fue trabajado por más de tala y corta leña, mi mirada se fue al enfocarse en su brazo metálico de lo que parece que el mismo se hiso esa prótesis mas su otro brazo con una firme musculatura solo para enfocarme  en su cara, su barba que en lo que cabe era en cierta forma arreglada de tal manera que siga creciendo de una manera desordenada más su gorro con lo que parece de que era de un oso polar que hace cubrir gran su cuello y pelo dejando afuera un mechón pequeño en medio de su rostro y  sus ojos afilados como una mirada de un gato con ese color grisáceo aumentaba esa mirada que sentía un escalofrió corriendo por mi columna vertebral.
-oye, la cena esta lista- dice con una voz gruesa pero suave que hace que mi sonrojo sea más notable a lo que no me hace contestar por un rato- hermosa, estas bien? - dice acercándose tranquilamente con una mirada suave.
-Eh- eh si estoy bien, ¿porque lo dices?  - dije solo para sentir su brazo metálico tocando suavemente mi cintura haciendo que lo viera a la cara.
-Te veo distraída, más de lo que eres siempre-dice con una pequeña sonrisa a lo sonríe con una expresión tranquila.
-tranquilo, no es nada solo he pensado sobre algunas cosas- dije llevando la mirada hacia el sol mientras veía como se escondía solo para volver mi mirada a el solo para ver lo cerca que estaba como nuestros rostros estaban más cerca y podría sentir su aliento.
Todo se vuelve negro…un vacío
No siento nada…no hay bosque…no hay vida…no hay nada…se siente tan vacío…tan deprimente que agobia.
Oscuridad…hielo…una clase de bestia roja…sus cuatro ojos como una araña…una corona…unos lentes rotos…una foto…..una calavera con cuernos….mirándome  y su mirada tan vacía, esas pupilas verdes que paralizarían a cualquiera al sentir que estuvieran viendo tu alma  y por alguna razón siento como si me esturdiera sonriendo con esa mandíbula esquelética formando una sonrisa completamente retorcida.
-el fin de todo se acerca- dice con una voz que no se cómo describirlo, era una voz de un ser que ya haya estado en mil infiernos
-DESPIERTA-
-QUE MIER- desperté-otra vez este sueño…esta es la octava vez que pasa ahgg..odio que me despierten de golpe…-desearía estar cansado pero tengo vida de adulto que hacer.
Con las fuerzas de no sé dónde me levante y el tiempo se fue volando al punto que ya me encontraba con un café en mano mientras comía mi desayuno en pijama mientras veía la televisión con una molestia extraña ¿será por el sueño? No lose pero hasta cierto punto es fastidioso no mames, deje de quejarme de sueños sin ningún sentido me prepare para trabajar, me puse mi uniforme de trabajo y buscaba las llaves de mi carro tarareando una de mis canciones favoritas con una clase de presentimiento extraño una clase de tranquilidad pero tampoco es que me importe solo para escuchar que recibí una llamada de Gary uno de mis mejores amigos y compañero de trabajo.
-¿Qué pasho Gary?- dije contestar  la llamada tranquilamente.
-sabes que tienes turno de tarde? - dice con una voz tranquila al otro lado de la llamada.
-claro que lo se pero voy a llegar una media horita más temprano-
-¿enserio?- dice con cierto tono de burla a lo que reacciono de una manera ofendida.
-epa, de que te ríes? -
-nada solo me sorprende, hay algo que te animo el dia?- eschuco mientras salía de mi departamento y bajaba las escaleras del edificio.
-no realmente, mas bien me desperté por una pesadilla-
-¿pesadilla? Que yo sepa tu ni sueños tienes-
-eso lo sé, igual me desperté de muy mal humor y por chistosito me debes un café-
-ya tomaste uno? -
-si-
-te provocaras un infarto por cafeína- lo dice como un regaño mientras de fondo de escucha un tintineo de la tienda de que había entrado un cliente más el sonido de la leche evaporándose que de alguna manera me llego en fosas necesitando otro café.
-eso díselo a la viejita canela- dije saliendo del edificio mientras buscaba mi auto.
-ya me estoy empezando a preguntarme si eres vidente o algo asi ya que la señorita canela acaba de entrar-
-ñengele- dije en una clase de victoria mientras ya entraba a mi auto y lo empezaba a prender.
-te veo al rato-dice con una sonrisa a lo que le respondo con un “si” para asi empezar a conducir en la carretera principal. 
 Mientras en “pan la mantequilla” Gary estaba haciendo un late con sumo cuidado con eso decía cada uno de los pasos de preparación del late.
-orden para cv, seis lates de mantequilla y tres docenas de rollos de crema-
-ah gracias, Gary sé que es una orden grande pero mis nietos aman bebidas cafeinada- dice en un tono inocente mientras tambaleaba un poco- es broma! todo eso es para mí-
 Así empezó a caminar hacia la salida solo para que Gary vuelva a escuchar otro tintineo mientras Gary se preparaba para atender a su otro cliente quien resulto ser Fiona con su gata cake.
-un café para llevar….por favor-al principio lo dice en un tono de molestia para terminar a un tono cansado.
-hola buenos días- saludando a fionna para después acariciar tranquilamente el lomo de cake- y hola a ti también cake- al saludo termina recibiendo un maullido forzado notando que no estaba en su buen estado de siempre.
-ah, que tiene?,  ¿Y qué te pasa a ti?  - dice al ver la cara de demacrada que tenía fionna.
-estoy bien, me despidieron, mi gata se comporta raro y ahora tengo que llevarla al veterinario el cual no puedo pagar por que oh si.. me despidieron-dice mientras recibía el café para así darle un sorbo.
-suena terrible pero quizá esto te alegre- dice yendo a buscar algo solo para mostrar algo que resulta ser una galleta de jengibre- mi último prototipo aun esta en desarrollo así que dame tu opinión honesta- dice apartando a cake con cuidado para mostrarle más a detalle la galleta- oh necesita el toque final…una bufanda de mantequilla de frambuesa- apunto de darle es último detalle se dio cuenta que fionna ya se había comido la galleta.
-mmm rico-
-fionna, no estaba listo- dice regañándola- solo para escucharse un tintineo de que alguien llega mostrar de que se trataba de mi.
.si no estaba listo porque se la disté- dije en broma solo para escuchar un bufido de Gary y recibir un maullido y saludo de parte de Fiona y cake.
-gary, hace cuanto nos conocemos los tres?- dice fionna refiriéndose a los tres mientras acaricia a cake suavemente.
-eh no lo se, desde siempre-
-entonces deberías saber que tengo nulo control de mis impulsos cuando hay comida azucarada- dice mientras ella y yo agarrábamos un poco de mantequilla de frambuesa y la probábamos.
-les voy a preparar uno nuevo a las dos- dice con el ceño fruncido mientras saca otras galletas- pero esta vez por favor saboréenlo y analícenlo-
-ni que fuera gordon rancy-dije
-oye ya te dije que me gusto-
-lo se pero quiero una opinión detallada- volví a acariciar un poco a cake para ver que ella se baja por el mostrador y va a la hielera por alguna razón y empieza a tocar el vidrio de  esta y de repente aparece un ratón debajo saliendo a la luz a lo que cake lo persigue y reírme ante la reacción de Gary por el ratón hasta que cake atrapa al ratón a lo que aplaudo por gratitud solo para ver como se abre la perta y mostrar a viví la jefa con falso acento francés, me cae mal pero por el dinero puedes estar hasta cerca de los seres mas aborrecibles.
-que es esto?-
-un gato con un ratón en la boca-dije mirándola con indiferencia a lo que me mira con desprecio
-una más y te despido- a lo que yo bufo como respuesta, pero decido no responder.
-nada de luchas en mi panadero- dice separando a cake del ratón la cual cake sale corriendo a los brazos de fionna.
-tampoco debería aver ratones en la panadería-dice Gary
-es higiénico y desagradable- dije en susurro
-nah, las panaderías tienen ratones eso siempre a sido así desde los viejos tiempos-dice con su acento falso- es tradición- tradición su estatura de goblin señora que me da plata con toda la afán de ofender, después de sacar mentalmente lo que tenía que sacar veo como agarra una de las galletas de Gary-ahg, otra de tus exageradas abominaciones- es una galleta no fastidies.
Viendo de forma de pereza como Gary le pide que no se coma la galleta para después ver como tira la galleta al suelo lo Gary reacciona de manera muy aceptable a mi parecer, como es posible que tire un comestible al suelo eso es peor que maquiavélico. Miro como la goblin agarra uno de sus panes originales que también lo tira al suelo lo cual me hace fruncir mas el ceño y que solo lo hace para comparar al soltar al ratón por lo cual no entiendo por que la tubo en mano todo el tiempo, pues al soltar el ratón este  empieza a oler la galleta de gary la cual ignora y después huele el pan para terminar llevándose ese pan rancio solo para echar de menos la galletita de Gary y ver como fionna intenta defenderlo.
 -los ratones les gusta mas las cosas rancias- dije en un susurro como un intento de ayudar solo para ver como termina de despreciar el trabajo de Gary y irse sin antes de echarme una mirada.
Suspire cansada solo para medio escuchar de fionna de la sugerencia de renuncia hacia gary pero creo que era para los dos.
-ni se te ocurra, no me dejes sola con esa goblin- dije susurrando lo último.
Solo termino escuchando mas o menos los planes del futura panadería que tiene pensado hacer para después ver a fionna alterada encerrando a cake en su jaula y salir de la cafetería por lo que oi de ir al veterinario por el comportamiento diferente que tiene cake por lo poco que note no sin antes de irse sin su café y unas galletas solo para recibir una mirada de gary.
-y mi café?- noto una pequeña sonrisa de Gary para después darme una galleta y empezar a hace mi café.
Unos momentos después hablaba con Gary tranquilamente mientras atendía a los clientes y de en vez en cuando tarareaba una canción para no dejar que mi mente divague mucho y a veces hacíamos bromas hasta que estaba empezando mi turno y los dos recibimos un mensaje de fionna de que cake se había perdido o mas desaparecido lo cual me preocupe por pensar que le haya pasado algo malo pero no deje que eso pensamientos me agobien dado al cariño que le tengo a cake y decidí concentrarme en mi turno mientras Gary me acompañaba un rato hasta que tuvo algo que hacer y a las horas recibí un mensaje de fionna de que iba para la cafetería lo cual acepte mientras la esperaba acomodando unas cosas de la panadería.
Con el paso del tiempo el atardecer estaba terminando para empezar la noche mientras estaba cenando unos panes que nuevos mas unas galletas que me había dejado Gary estaba tranquila hasta que escuché un suspiro de cansancio y vi que era Fiona que estaba engrapando un papel en el poste de luz,¿ será un papel de se busca por cake? Eso es seguro hasta que entro con gary que tal parece volverá a experimentar con sus masas de galletas, al entra ellos me saludaron fionna de una manera más agotada a lo que me mantuve cerca de ella mientras Gary le hacía un café la cual se lo hizo de inmediato lo cual me da curiosidad pero no la suficiente para preguntar y al momento de que ella se empezó aquejar por lo frio de la bebida vi como la hielera empezó a brillar de una manera extraña si no consideraría familiar la cual igualmente Fiona noto y nos acercamos a esta, mientras en sentía una vibración extraña cuando ella abre la puerta de la hielera y nos acercamos mas para notar como un agujero azul sale de la hielera.
-cake?-
-que caraj- ese agujero azulito nos absorbió y en segundos aparecimos en un ¿apartamento?.
.
.
.
.
gracias por leer!🦑✨
60 notes · View notes
rebuiltproject · 16 days
Text
Urubumon
Tumblr media
Nível Adulto / Seijukuki / Champion  Atributo Dados  Tipo Pássaro Gigante  Campo Guardiões do Vento (WG)  Significado do Nome Urubu. 
Descrição 
Dono de uma condição que lhe traz vários problemas, Urubumon é um Digimon necrófago que viaja grandes distâncias pelas regiões áridas do Mundo Digital, buscando por criaturas moribundas que possam lhe servir de comida, tendo em vista que seu corpo aceita apenas este tipo de alimentação. 
Outras espécies de Digimon procuram evitar regiões sobrevoadas por estes grandes pássaros pois sabem que a morte está próxima, tratando-os como mau agouro. Tal estigma aflige todos os Urubumons que, mesmo não transparecendo, sentem-se angustiados por nem sempre poderem interagir com outros Digimons, ainda mais sendo seres muito irreverentes e sociáveis. A verdade é que somente entre seus semelhantes há uma real compreensão e acolhimento, mesmo porque sua fonte de alimento é bem escassa, então a tribo se esforça ao máximo para que ninguém sucumba à fome. 
Como está quase sempre peregrinando pelos ares, prefere evitar combates desnecessários, mas em situações de autodefesa faz uso das lâminas em suas asas, que mesmo enferrujadas são bem perigosas, porém seu trunfo é a lente de vidro que fica na formação óssea em suas costas, pois com ela é possível redirecionar a luz solar em direção à ameaça, esta que foge assim que sente o feixe de luz queimando sua pele. 
Técnicas 
Facas Enferrujadas (Rusty Knives) Usa as lâminas nas pontas de suas asas para cortar o oponente, seja atacando diretamente com as asas ou num rasante. 
Pancada Aérea (Aerial Bash) Golpeia o adversário com a grande formação óssea em suas costas. 
Raio Abrasador (Scorching Ray) Usa a lente para projetar os raios do Sol no inimigo, criando um feixe de luz focalizada que atinge altíssimas temperaturas. 
Linha Evolutiva 
Pré-Evolução  KoUrubumon 
Artista Jonas Carlota  Digidex Empírea 
12 notes · View notes
cartasparaviolet · 10 months
Text
Fico refletindo, no momento em que aprecio aquele delicioso chá da tarde, como deve ser prazeroso sentir-se pertencente a algo neste mundo. A fumaça do líquido quente embaça a vidraça da janela lateral impedindo que eu enxergue nitidamente a vista externa enquanto penso que as minhas próprias lentes da alma estão nubladas para contemplar essa realidade de uma maneira, no mínimo, satisfatória. Deve ser uma sensação única não olhar-se no espelho repleto de questionamentos que minha vã filosofia, rondando por minha mente atribulada, traz à tona em busca de mil e um sentidos para toda uma vida desconexa e confusa. Quem sabe os maiores pensadores entre um chá e outro não alcançaram tal iluminação. Eu, bem, ainda mergulho seja no chá, café ou em minha introspecção para alcançar tal sabedoria.
@cartasparaviolet
85 notes · View notes
gafasreticulares · 2 years
Text
Las gafas reticulares cónicas se caracterizan por sus agujeros cónicos
1 note · View note
Text
Vemos todo lo que miramos pero no miramos todo lo que vemos.
Hoy cierro los ojos para verte sin los filtros con que el asombro me llevo a divinizarte, la miopía de mi corazón no me ayudo a percibir que la estrella a lo lejos era una fruta podrida con distintas cáscaras. Idealizarte me volvió daltónica la razón, tanto que no supe diferenciar entre negro y negro oscuro, no le vi defectos a ninguna de tus máscaras. Creí que recuperaba la vista cuando te encontré, cuando con los brazos abiertos te di la bienvenida, pero el astigmatismo en mi esperanza me hizo vislumbrar una sombra difusa de algún sueño a la espera, tanta dicha solo fue ceguera, tantas cosas parecías y ninguna de ellas eras. Cataratas en la fe, creerte porque resplandecías como si fueses algo majestuoso, la hiperopía en mi ilusión no me dejó ver lo que venía tras de ti, no me percate de lo evidente, y es que cuando te obsesionas no te salva ningún lente, no te fijas en tus errores, hasta cuando la verdad rompe el cristal de tu torpeza y los trozos del mismo son todos y cada uno de los defectos que ignoraste y entonces te arrepientes. Ahora que dejé de observarte hipnotizado como si hubiese estado frente a un salva pantalla psicodélico, ahora, mirarte ya no me conmueve, pupilas contraídas si te pienso, la tristeza es solo un síntoma de esta fotofobia extrema ante tu luz artificial. Memoria Selectiva.
28 notes · View notes
quitealotofsodapop · 7 months
Note
No se si respondiste pero que ¿opina Dawn que Peach use lentes? (Este mono no reconoce que tiene problemas de vista) es que me gusta que el Canon se meta con el Au
Translated via google;
"I don't know if you answered but what does Dawn think about Peach wearing glasses? (This monkey doesn't recognize that she has eyesight problems) I like that the Canon messes with the Au"
Referencing a post about Wukong in the TMKATI au having glasses.
Dawn probably pokes fun at Peach for the glasses - thinks it makes him look like dork.
Then Dawn puts on Peach's glasses as a joke and get's really quiet...
Dawn: "...why am I seeing things clearer???" Peach: "Shocker. Getting your eyes air-fried in the Furnace for 49 days damages your sight."
Soon there's a group of Sun Wukongs passing Peach's (+Tang's for quality control) glasses around to see if they too have secretly bad eyesight.
Dawn refuses to get glasses of his own for "cramping his style"-alone, but might get forced to get a pair by the canon LMK characters, especially in regards to reading glasses.
Dasheng and Smokey's sight isn't as bad as Peach or Dawn, but they probably would benefit from reading glasses.
Ace laughs until the others joke that his sight could be failing from age. It causes a small brawl.
Sugar gets kind of quiet when he tests the glasses out, and asks for help finding a pair he can take home with him. He likes thin frames.
Cherry and Shihou's eyesights are pretty good since they never suffered the furnace like the others did. Cherry's might be damaged more by him shooting lazer beams everywhere as a baby.
Starfruit wonders what the big deal is... and demonstrates by removing his eye contacts. A bunch of monkeys start screaming when he does it.
Fun fact; there's a Goddess of Eyesight in chinese mythology - Yanguang Niangniang. She's one of the Jade Emperor's daughters. Just one of his kids who decided to become a doctor/healer. I headcanon that she looks like an average mortal optometrist.
29 notes · View notes
mercy-misrule · 6 months
Text
Hbomberguy's and Todd in the Shadows' videos about James Somerton reminded me of when I got suckered in by a lie that appealed to my brain, my biases.
There was a guest on Boonta Vista, an Australian politics and news podcast who claimed that the CIA was involved in Gough Whitlam's dismissal from office. It's referred to as a bloodless coup.
Yeah...no.
There's a whole Wikipedia article about this conspiracy theory
And it's interesting and you see how it's plausible, but it's not the truth. There's definitely aspects that are reality but the bald faced claim that the CIA was responsible, is not true, and saying that it is real excuses British influence in Australian politics.
Whitlam himself says it isn't true!
But it was presented as an undeniable truth, and I didn't fact check it at the time because it had enough basis in reality that I didn't question the parts that were a stretch.
And I didn't question it until I got annoyed at a dumbass post on here talking about how 'Australia doesn't need to get rid of the monarchy because they don't have power here'
Which is a huge fuckin red hot anger issue for me, and I had this screed typed out and I reblogged it and then felt the instant mental zing of
'if I'm making a claim about history, I better get my facts straight! Time to google to get a source!'
And the way I felt from being instantly debunked... I was so annoyed and ashamed for taking something so big at face value.
And man, if this is one of the things that in ten years time the CIA are like whoops here's a coup we did tee hee, like they love to do
Then hey! Cool! That's awful!
But as of this moment, no, and me taking this info in without question nearly led to me spreading misinformation.
And I was, for a second, so righteous in my anger.
So I get it, I absolutely get how people shared Somerton's lies and conjecture as fact, especially because he did have researched and correct info as well...just not his own research.
His plagiarism lent credence to his own fabricated claims. Fucking appalling.
But yeah, I wanted to post about this because it's so easy to fall into the trap of thinking that you wouldn't repeat misinfo. And you'd be surprised how easy it is.
17 notes · View notes
quartafuga · 6 months
Text
Oggi la psico, durante una seduta dolorosa ma necessaria, ha usato un'immagine molto bella: bisogna servirsi di diverse lenti per guardare la realtà. Ogni contesto, ogni ambiente familiare, ogni storia è abitato e agito da diverse persone ed ogni persona porta il suo vissuto, il suo punto di vista, il suo apporto alla trama. Con una sola lente la lettura che se ne può derivare è solo una: un colpevole, una vittima, un coro di spettatori. Invece a vederla attraverso più lenti, con occhi attenti ad ogni protagonista, lo scenario cambia. Scopri che il colpevole di oggi ieri è stato vittima o che gli spettatori hanno agito la scena senza che nessuno se ne accorgesse, con conseguenze per tutti. È questo la terapia, per me: acquisizione di nuove lenti attraverso cui leggere e narrare internamente la realtà e così agirla, farla mia, scoprirne le sfumature e la potenza, la dolorosa bellezza.
15 notes · View notes
madameroxo · 2 months
Text
| Richarlyson y Pepito.
—¡Nito! —Pepito gritó para llamar la atención de su hermano mayor.
Richarlyson que estaba plantando en el jardín de su pai Cellbit, alzó la cabeza y levantó un poco su sombrero que lo cubría del radiante sol de la mañana.
Dejó la espátula enterrada en el hueco que estaba haciendo y se irguió para ir al encuentro de su hermano. Sacudió sus manos, quitándose el exceso de tierra y observó al niño que venía en su dirección, bajó la vista a sus pies. Su hermanito Pepito corría con un gorro que le quedaba enorme y botas grandes para la lluvia, el día anterior había llovido, por lo tanto se divisaban charcos de lodo alrededor.
—Pepito, ten cui… —Se encogió de hombros y cerró un ojo al ver que Pepito se había tropezado con la tierra húmeda—, dado —suspiró bajando los hombros y abriendo el ojo otra vez.
Pepito se ensució la ropa por delante, se manchó las mejillas y en un pedazo de lente quedó embarrado de lodo. En vez de levantarse rápidamente, el cuerpo del pequeño se paralizó de la vergüenza y no se movió en absoluto.
Richarlyson arqueó una ceja y se acercó para levantarlo por debajo de las axilas.
—¿Por qué te quedas quieto? —murmuró.
—Me vi como un pendejo. —Se mantuvo cabizbajo ya levantado.
—Não entendo. —Colocó las manos en su cintura—. Ya eres un pendejo.
Con ese comentario, Pepito elevó la cabeza como un flash y miró a su hermano con el ceño fruncido, haciendo un puchero sobresalido.
—¡Nito!
Richarlyson se rió y revolvió el cabello castaño de su hermano.
—Bora, pendejo, hay que limpiarte esos lentes.
—Puedo hacerlo con la camisa, mira.
—¡No! —advirtió. Deteniendo la mano de Pepito antes de que se quitara los lentes—. No seas otário, vas a empeorar la suciedad.
—Bom —obedeció rápidamente a su sabio hermano, extendió la manita para que lo guiara.
Richas la agarró y lo llevó al interior de la mansión.
—¿Te falta mucho para preparar los huecos? —preguntó curioso cuando pasaron a un lado por el proyecto de su hermano.
Richarlyson chasqueó la lengua e hizo una mueca.
—Sólo me faltan dos. ¿Encontraste lo que te pedí?
Se detuvieron justo en un rincón donde tenían el agua para lavar cosas, era improvisado porque el castillo seguía en obras.
Cuando le fue a quitar los lentes, Pepito asintió eufóricamente en respuesta, una sonrisa enorme adornó su cara.
—¡Pepito halló las flores! ¡Por eso vine corriendo! —exclamó orgullosamente porque había cumplido su misión.
Richas sonrió por el entusiasmo de su hermano, en lo que limpiaba la lente con un pañito húmedo, lo cuestionó:
—¿Sí? A ver, nombra las que encontraste.
—Encontré a la Acedera, la Zinnia y la Campanilla de invierno —nombró con tres dedos levantados.
Richarlyson asintió muy orgulloso de su hermano y posó los lentes ya limpios en un muro. Ahora giró para encarar a Pepito, debía por los menos asear su rostro.
—¡Buen trabajo! Ahora podemos plantarlos.
—¡Sí~! —chilló con emoción y dio pequeños saltitos.
Richas sonrió y rodó los ojos, la verdad, le encantaba la energía de Pepito.
—Quédate quieto, tonto. —Presionó sus hombros para mantenerlo a raya.
—Okey —obedeció.
Entonces hubo silencio, uno muy tranquilo en lo que Richarlyson pasaba la toalla húmeda por las mejillas manchadas de Pepito. Y Pepito al estar inmóvil, sus ojos ahora eran los inquietos, miró alrededor como pudo con su vista limitada, y entonces la sonrisa que tenía en los labios comenzó a desaparecer.
—Nito…
—¿Mmm…? —Ya iba por la mitad.
—La mansión… es muy silencioso —susurró con pesadumbre.
Richas dejó de mover la toalla, y observó los verdosos ojos de su hermano, en ellos vio tristeza. Comprendió al instante su comentario.
—Sí, ha estado callado por aquí… —reanudó la limpieza.
Pepito mordió su labio inferior y su mano se convirtió en un puño apretado, lo llevó a su pecho porque quería decir muchas cosas, pero se contenía por miedo a ser molesto.
Sin embargo, no pudo reprimir la pregunta de siempre.
—¿Crees que van a volver? Los extraño mucho.
Por fin el rostro de Pepito estaba limpio, pero se dio cuenta que sus ojos brillaban por estar conteniendo las lágrimas.
Le dolía mucho verlo así, aunque no podía consolarlo por completo, ya que él también cargaba con una profunda tristeza.
—Lo sé, pero ten la seguridad de que volverán. Sólo hay que ser pacientes, ¿sí? Por eso estamos haciendo el jardín.
Aún así, Richarlyson siempre hacía el esfuerzo de consolar a su pequeño hermano, prefería llevar las cargas pesadas y las preocupaciones que verlo triste.
Pepito parpadeó y unas lágrimas se deslizaron, por más que decía sobre aguantar, al final continuaba siendo un chiquillo con las emociones a flor de piel.
Richas entonces también quiso llorar, las emociones enterradas hasta el fondo de su corazón quisieron explotar, las lágrimas se amontonaron en sus lagrimales, pero ninguna cayó.
Se tomó el tiempo de limpiar las lágrimas de Pepito con sus dedos.
—¿Qué tal si continuamos con el jardín? —sugirió en tono bajo.
Pepito asintió y dio un paso hacia adelante para agarrar los lentes y ponérselos. Sin esperar a su hermano, trotó hasta la salida por su cuenta y salió al exterior otra vez.
Richas suspiró pesadamente y elevó la mano para restregarse la cara. Inhaló y exhaló varias veces, con ese ejercicio de respiración volvió a la normalidad.
Era inevitable que ambos hermanos se pusieran sentimentales al entrar a la mansión, porque desde hace un tiempo la vida en ese lugar se había apagado, al menos en el sentido de que el dueño desapareció, no siendo la única estructura abandonada, una torre solitaria se llenaba de telaraña no muy lejos de allí.
Richas y Pepito estaban viviendo una vida solitaria juntos. 
Sus padres habían desaparecido poco a poco.
En realidad, los niños de la isla vivían sin sus padres.
En el transcurso de una semana, los padres de cada uno comenzaron a desaparecer sin razón alguna, y lo peor era que ninguno dejó rastro.
Así que todos decidieron vivir juntos en lo que esperaban su regreso. De vez en cuando iban a sus hogares originales para mantenerlos limpios o verificar si algún adulto regresó.
Llevaban aproximadamente un mes viviendo de esa manera.
Richarlyson salió de nuevo al jardín, encontrándose con la escena de su hermano materializando macetas con las flores que pidió.
Pepito lo vio y sonrió con una expresión más tranquila, lo cual alivió a Richas.
—Nito, ¿me vuelves a explicar sus significados?
Richarlyson suavizó su expresión y se terminó acercando. Se agachó en un hueco y agarró una maceta con la flor que plantaría.
La primera que iba a plantar sería la campanilla de invierno. Era de tallo largo, donde su flor era blanca y se veía cabizbaja, se asemejaba a las campanillas tal como su nombre lo indicaba.
—Toda esta hilera se llenará de estas flores, porque representarán nuestra esperanza de que un día nuestros padres volverán, además de darnos consuelo porque cada vez que la miremos recordaremos nuestra fe de que así será —explicó con voz calmada en lo que enterraba la flor con sus raíces.
Pepito se agachó como un sapo. Su mirada expresaba admiración por el trabajo que hacía su hermano. Estaba inmerso en las palabras que decía.
Richarlyson al terminar, se dirigió a la segunda maceta. Más que una flor como las comunes, su tallo era bastante recto y largo, en la punta se llenaba de pequeñas flores, pero al ser abundantes y amontonadas, se percibían fácilmente con un color rosado.
—Luego de recordar nuestra esperanza, la Acedera nos dará el amable recordatorio de tener paciencia. Paciencia de que todos nuestros padres regresarán…
En lo que Richarlyson plantaba la flor, a Pepito se le cristalizaron los ojos otra vez con cada explicación, no podía evitar querer llorar porque recordaba el motivo de plantar esas flores.
Extrañaba horrores a su familia, la necesitaba completa.
Richas se dirigió a la maceta que contenía a la última flor con diferente significado, ya que luego de sentar las bases, tendrían que rellenar todas las demás hileras con esas tres flores.
Su tallo es medianamente delgado con algunas hojas ovadas a sus lados y podían ser muy grandes, en la parte superior era adornada con muchos pétalos unidos que podrían formar una esfera o no, por lo general se le confundían con las dalias.
—Esta es Zinnia, para que podamos dar con su significado necesitamos hacer una mezcla en sus colores, individualmente tienen diferentes significado, pero nosotros buscamos el recuerdo de los amigos ausentes.
—¿Amigos ausentes? —intervino con mucha curiosidad Pepito.
—Sí, aunque tengamos esperanza y paciencia, actualmente ellos no se encuentran con nosotros, sé que es triste, duele, pero no todo puede ser malo, nosotros podemos… recordar con cariño. —Sonrió ladinamente—. Y aunque sean nuestros padres, me pareció apropiado amigos, ellos son nuestros mejores amigos, Pepito. 
Pepito asintió.
—Soy el mejor amigo de apa Roier.
—Somos —enfatizó la palabra—, los mejores amigos de apa Roier.
—Somos —enfatizó también—, los mejores amigos de apa Cellbit.
Arqueó una ceja.
—Ah, ahí te pasaste de la raya, Pepito, tú no puedes de pai Cellbit —bromeó. 
Siempre le gustaba ser dramático y celoso con sus padres, pero internamente estaba bien con ello. Él podía compartirlos si eran familia.
Pepito hizo un puchero.
—No es justo.
Richas se rió y terminó de plantar la Zennia. Se levantó y pasó el antebrazo por su frente llena de sudor.
—Basta de hablar, tenemos trabajo que hacer.
Pepito se levantó también y antes de que Richas pudiera moverse, el pequeño lo rodeó con los brazos.
—Gracias, Nito, por hacer esto, por estar conmigo, por convertirte en mi hermano, eres mi favorito.
Richarlyson se quedó paralizado por un momento, pero luego reaccionó y abrazó rodeando la cabeza de Pepito.
—No debes agradecer, tonto. Eres mi hermanito, por supuesto que estaría contigo.
Pepito sonrió con el rostro oculto en su estómago, él no sabía lo que haría si un día le faltaba su hermano. Aunque se llevaba muy bien con los otros niños, tenía a la tía, su hermana, no era lo mismo que la conexión que hizo con Richarlyson.
Era por eso que no le aterraba el mañana. Era por eso que podía aguantar esa vida solitaria sin las voces de sus amados padres.
Richas y Pepito ahora eran el punto seguro del otro, sabían que estando juntos podían afrontar los misterios del mañana, la soledad y la tristeza.
Eran los hermanitos contra el mundo mientras esperaban un día el regreso de sus padres.
Y esto es todo, lo escribí en una noche, así que quizás no está bonito. Sin embargo, se me antojó algo triste, espero les haya gustado.
9 notes · View notes