Tumgik
#manos vacías
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Miro mis manos y están completamente vacías,
desde que parti aquel día,
no deje de amarte,
ni de pensarte,
solo que mi lugar me tuve que dar.
Moon dark
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Jamás se me ha dado bien construir castillos en el aire, como para hablar del amor con las manos vacías.
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villings · 2 years
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Siempre vuelve un rostro, siempre en el chubasco que cae repentino, en las islas de las nubes.
Silencioso se asoma un obscuro sol en las ventanas. Tu hermana lo retiene un momento entre los dedos y luego las manos vacías recorren muros blancos con sus sombras.
Jorge Teillier
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cochinitapibil · 9 months
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the last two weeks have been insane bc i think i have felt every emotion possible in a very short range of time 🫥🫥🫥 even tho that it's not a bad thing, i would like to chillax for a second 👍👍👍
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somos-deseos · 10 months
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Ojalá tu próximo intento en el amor sí funcione y no tengas que verle la cara al fracaso, ya es suficiente que siempre que te empeñes en querer bonito termines con las manos vacías y el corazón roto.
- Loveendpointing // 16 de Mayo 2018.
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dariann-garcia · 3 months
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Mis manos pueden estar vacías, pero mis letras nunca dejarán de abrazar tu ser.
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chiquititamia · 12 days
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Hermosa, reina de mi corazón, luz de mis ojos... Te imploro, te ruego, suplico por un daddy kink + age gap con Enzo :)
Por favor y mil gracias ♡
Deseo que te guste, mi amor
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Niñata
⚠️: daddy kink, algo de piss kink, age gap, drunk sex (+18), sexo explícito.
💕Enzo x reader
La vida en los rodajes era un nuevo y fascinante mundo para ti. Prisas, creatividad, el mundo de detrás de las cámaras. Sentías que habías encontrado tu lugar. Tu tía era la jefa de maquillaje y peluquería, siendo menor que tu madre, siempre habías tenido una relación de complicidad y cercanía con ella. Ya que habías terminado tus exámenes de la universidad, había logrado convencer a su hermana para que te dejase ayudarle en los rodajes durante el verano.
Nada te pudo preparar para el flechazo que sentiste la primera vez que viste a Enzo en la sala de maquillaje.
Él se había presentado de forma casual, con dos besos, y tu tía, que te conocía como si te hubiera parido te dirigió una mirada cómplice. Ella tuvo que sacarte de tu trance chasqueando los dedos, de lo contrario te habrías quedado embobada mirándole toda la mañana.
Te apresuraste a recoger todos los pinceles usados para ir a lavarlos, ese era uno de tus cometidos. La idea, al fin y al cabo, no era que trabajases aún, si no que observases los ambientes y la manera de hacer las cosas de los profesionales para decidir si era eso lo que realmente te gustaba.
Cada vez que te cruzabas con él, cada día, te sonrojabas, no podías evitar ponerte nerviosa cuando él te sonreía. Pero tú eras bien consciente de los años que os separaban y que probablemente nunca te miraría de la manera que tú querías que te mirase.
Llegó la fiesta de fin de rodaje. El equipo había alquilado una casa de dos plantas con un amplio jardín donde pasar todo el día (y probablemente toda la noche, ya que había sofás y camas de sobra).
Tu tía se había reencontrado con unas antiguas compañeras de trabajo que habían podido sumarse y se encontraba en un sitio apartado del jardín, en una de esas sillas de mimbre hechas para estar en el exterior, contando viejas anécdotas y riendo ajenas al ruido.
Tú te sentías sola, eras la única aprendiz, y los demás trabajadores y actores estaban demasiado ocupados charlando, organizados en grupúsculos como para incluirte en sus conversaciones. Rondabas la mesa de las bebidas, ya que no querías estar parada en mitad del jardín sin hacer nada y llamar la atención.
El camarero que habían contratado para el evento, amablemente te ofreció un mojito, y, aunque no solías beber alcohol jamás, pensaste "por qué no?".
Cuando llevabas la mitad del segundo vaso de plástico, comenzaste a notar los efectos del ron, al ser tan dulce, no te habías dado demasiada cuenta de lo cargada que estaba la bebida.
Se podía decir que estabas oficialmente borracha.
Resolviste entrar dentro de la casa, que estaba vacía, para investigar un poco y quizás ir al baño.
Sujetando tu vaso por el borde para que no se calentase, trataste de salir del jardín de la manera más desapercibida posible. Pero seguramente la forma en la que tus tobillos se doblaban por la inestabilidad de tus sandalias de plataforma, no ayudaron nada a tu objetivo.
Estabas realmente mareada, pero seguiste bebiendo, dejando que el maravilloso sabor de la hierbabuena te refrescase. Te había entrado la risa por tu andar torpe.
-Esta maldita casa es un laberinto... - murmuraste, al abrir la cuarta puerta de la casa que tampoco era un aseo.
Cruzaste las piernas con desesperación, el alcohol había relajado tu cuerpo y te habías dado cuenta demasiado tarde de lo mucho que necesitabas orinar.
Unos pasos te alertaron.
Enzo se acercó a ti pasando una mano por su cabello, por lo visto había tenido la misma idea que tú, si no , para qué habría entrado a la casa?
Observó divertido la escena, tú cruzada de piernas, con ese vestido negro tan bonito, sujetando tu vaso y con cara de terror.
-Qué pasó, chiquita, te perdiste?
-Pues no, estaba paseando -dijiste soberbia. Hasta ahora no habías hablado y no habías reparado en lo poco sobria que sonabas.
-No me digas... Yo buscaba el baño -dijo sonriendo
-Mirá vos -era como si observases la conversación desde fuera. Qué diablos estabas haciendo? Porqué actuabas como si estuvieras molesta con él?
Enzo podría haberte dejado ahí por pendeja, pero la forma adorable en la que parecías enfadada le produjo ternura y se apiadó de ti.
-No tenés que hacer pis, chiquita? - dijo riendo y señalando tus piernas en esa posición tan poco natural.
Su comentario te ofendió profundamente en tu estado de embriaguez.
-No soy una niña para que me ha-hables así... - trataste de sonar confiada.
-De eso estoy seguro. Vení, te enseño donde es.
Sin esperar a que contestases con otra insolencia, te adelantó por el pasillo para que lo siguieses. Lo hiciste, pero de mala gana. Creías empezar a comprender el porqué de este repentino enfado con Enzo. Tu inseguridad de que no te viese como una adulta te sacaba de tus casillas, pero hasta ahora ese sentimiento no había aflorado de manera explícita a la superficie.
Abrió la puerta del final del pasillo y te hizo un gesto como diciendo "Viste? No era tan difícil" . Tu enojo burbujeó en tu interior de manera aún más fuerte por su actitud sobrada.
-Porque sos así? Te crees el más inteligente por saber donde está el baño? -dijiste mientras la condensación por los hielos de tu vaso goteaban en el piso.
Él rio y apartó la mirada incrédulo, como conteniendo lo que realmente quería decirte, mordiéndose el labio inferior.
Las palabras salían de tu boca antes de que las pudieses controlar. Definitivamente no deberías volver a tomar así.
-También me vas a bajar las braguitas, Enzo? Me vas a limpiar cuando termine "de hacer pis" - moviste los dedos en el aire para dejarle claro que estabas citando su manera infantil de hablar.
-Dejá de joder nena, solo quería ayudarte.
-Ayudarme? -reíste sarcástica. En serio, qué estabas haciendo? ¿Por qué lo atacabas si realmente te gustaba?
-Sí, por que parece que te hace falta, que pasa que es la primera vez que bebes?
Como no sabías que responderle te diste la vuelta para caminar dentro del cuarto de baño, en tu cabeza iba a ser un movimiento ágil y decidido, zanjando la conversación de una vez por todas, sin embargo tus tacones tuvieron otros planes y te hicieron estar a punto de caer, si no fuera por que Enzo sí que tenía sus reflejos intactos y te pudo agarrar en el aire.
-Ves como no? - te reprendió. Te guió para que te sentases en el inodoro aún con el vestido. Y se arrodilló frente a ti - No vas a beber nada más que zumo hoy, entendiste?
El rubor tiñó tus mejillas, y esta vez no tenía nada que ver con el alcohol. De hecho ya te estabas comenzando a sentir repentinamente sobria. No podía ser que estuviese pasando lo que estaba pasando. Te hizo un gesto para que levantases el culo ligeramente para que pudiera bajar tu ropa interior. No pensaste. Simplemente te sujetaste a sus hombros para obedecerle, y antes de que te dieras cuenta, había introducido las manos por debajo de la falda de tu vestido y había tirado del elástico de tus bragas, por cierto, totalmente humedecidas por la excitación.
Te llevaste las manos a la cara por la vergüenza insoportable que te estaba invadiendo.
-Yo sé que no sos una niña, pero dejáme ayudarte, todo el mundo ha tenido una mala borrachera -dijo acariciando tu muslo. Acto seguido se sentó en el borde de la bañera que se encontraba junto a ti.
-No puedo si estás acá - te lamentaste.
-No me voy a ir de acá por que capaz que cuando te levantes te abres la cabeza contra el lavabo, nena- sentenció de manera rotunda. ¿Porqué tenía que llamarte así?
Tu vejiga le estaba ganando el pulso a tu timidez y sin poder casi evitarlo comenzaste a orinar, el rubor de tu cara se acrecentó al escuchar el sonido que tú misma estabas produciendo.
-Eso es... - te animó él, aún acariciando tu muslo.
Cuando terminaste, aún te estabas tapando los ojos, negándote a que la situación fuera real, quizás, si no mirabas durante el suficiente rato, te despertarías en tu cama.
-Te ayudo a limpiarte ,nenita? - volvió a su posición, de rodillas frente a ti.
La vergüenza iba a hacer que comenzases a llorar.
-Va, abríme las piernas, hermosa. -Enzo tomó un pedazo de papel entre sus dedos y abrió tus muslos suavemente, mientras con la otra mano seguía dándote caricias para que te tranquilizases. No pudiste ni quisiste negarte cuando secó tu sexo con delicadeza.
Abriste los ojos, donde amenazaban con salir lágrimas y te estremeciste por el contacto de sus dedos con tu cuerpo. Era surrealista. De perdidos al río.
Le besaste con rabia, con el rostro en llamas y en lprobablemente la posición más humillante de tu vida.
Él tardó en corresponder el beso y cerrar los ojos y tomar tu cara entre sus manos.
-Nenita, no debemos...-dijo al retomar el aliento, con sus labios manchados de tu carmín.
Te levantaste y pulsaste el botón de la cisterna mirándolo fijamente; él seguía arrodillado. Acto seguido, y poseída aún por el espíritu kamikaze que te había llevado en primer lugar a esta situación, levantaste tu vestido hasta sacarlo por tus hombros para luego dejarlo caer en el suelo.
Ahora era el turno de él de quedarse atónito mirándote, como te había pasado a ti el primer día que le conociste.
-No seas mala, nena...- trató de mirar al techo, queriendo resistir.
-Tenés miedo?
Por algún motivo aquellas palabras parecían haber colmado la paciencia de tus improperios.
-Apoyate en el lavabo, ahora mismo- dijo cerrando la puerta con el pie y desabrochando su camisa un par de botones.
Una sonrisa de satisfacción se dibujó en tu rostro, idéntica a la que se ve en la cara de una niñata que por fin conseguía lo que quería por medio de pataleos.
Enzo estaba abriendo el cierre de su pantalón, podías observarlo a través del espejo que se encontraba arriba del lavamanos en el que te estabas apoyando.
No viste su siguiente movimiento porque habías bajado la cabeza y tu melena te había tapado la visión, pero sí que lo sentiste. Una de sus manos sobre tu cadera, la otra introduciéndose en tu sexo sin mayores miramientos. Gemiste en seguida.
-Siempre te salís con la tuya, no?
-Siempre sos tan...! - Tus palabras murieron en tu garganta y fueron sustituidas por un largo y profundo gemido cuando Enzo entró en ti de una estocada. El tamaño de su miembro estaba estirando tu piel y tus músculos de forma casi dolorosa, si no fuera por que el ardor de su punta estaba aliviando un hambre que no sabías ni que sentías.
-Niñata- espetó mientras comenzaba un movimiento constante y cada vez más profundo.
Te estabas derritiendo , tratando de mantenerte en pie y no ceder ante sus empujones. Eras solo un conjunto de sonidos lastimeros, que, sin vergüenza, se caían de tus labios.
-Papi...- lloriqueaste sin poder evitar que un nombre así escapase de tu mente y se materializase.
-Sí, mi nena, ya sé... -Enzo respiraba de forma entrecortada y su rostro se cubría de sudor por el calor de la estancia -tenía tantas ganas de hacer esto... no te hacés a la idea...
De pronto, alguien golpeó la puerta para comprobar si el baño estaba ocupado, lo que hizo que os congelaseis en el acto y os miraseis con los ojos como platos. Cuando una tremenda y alcohólica carcajada iba a salir de ti, Enzo cubrió tu boca con toda la rapidez que pudo.
-Ocupado, pero ya salgo! - alzó la voz para que la persona al otro lado de la puerta pudiese escucharle.
La oportunidad de fastidiarlo se presentó ante ti y no quisiste desaprovecharla: Comenzaste a mover el culo para auto-penetrarte e intentar sacar un gemido de él que lo delatase. Como si no fueras a hundirte en el mismo barco que él, vaya. Enzo cerró los ojos con fuerza y se contuvo lo mejor que pudo. Los pasos de la persona que estaba afuera se alejaron, probablemente buscando otro aseo.
-Te vas a enterar, niñata.
Esto pretendía ser más corto y menos kinky jajajaja Sorry not sorry.
tags:@madame-fear@deepinsideyourbeing@loveinsprings@lunitt@lastflowrr@iamjustadoll (como siempre, diganme si quieren que las incluya en la taglist o las borre <3)
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caostalgia · 11 months
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Al final.
Al final nunca hablo de amor, solo hablo de un espejismo que se le parece. De una sensación a la que me agarro hasta que no da para más. Al final soy una persona que se siente vacía y que intenta llenarse a base de sensaciones a medias y te quieros forzados.
Al final, lo rompo todo. No queriendo ni sin querer, solo de forma inevitable en este juego llamado conocerse. También me rompo a mí, en pedazos cada vez más pequeñitos y minúsculos. Afilo mis puntas y engrandezco mis huecos, porque al final son lo que me queda al terminar el día. Son lo que me acompaña en las horas muertas y lo que me hace sentirme incompleta.
Al final siempre vuelvo al mismo punto de partida, como si cada vez que tiro el dado cayera en la casilla de "retroceda y vuelva a empezar". Y me canso y dejo la partida a medias, porque a veces siento que no voy a ganar y me rindo. Porque los humanos pecamos de sufrir mucho y hacer poco, porque yo peco de quedarme en pausa cuando me duele o me pudre. Porque al final mis brotes de progreso no son lo suficientemente fuertes y me marchito de nuevo.
Y luego, lo intento de nuevo. Intento sentir algo más que tierra en las manos y en las mejillas, intento salir a la superficie. Y broto, me alzo llena de vida, con ganas. Pero no dejo de ser algo delicado que necesita un poco de tiempo antes del primer ataque. Un tiempo que nunca tengo. Al final, los ataques llegan y yo no me protejo lo suficiente, termino con algo roto y con tierra empapandome el corazón de nuevo. Supongo que ese es mi destino por ahora, enraizar tanto el corazón que llegue un momento en el que sea inaccesible. Que llegue el momento en el que no haya daños pero tampoco sentimientos con los que llenarme.
Al final, termino cayendo en la casilla de esperar tres turnos, aunque solo juegue yo esta partida. Y supongo que aquí me encuentro, esperando que alguien me saque de esta cárcel de raíces y tierra, esperando ese rayo de sol que me haga sanar un poco para conseguir alzarme de nuevo en esta travesía imposible. En esta carrera a contrarreloj que siento que voy perdiendo.
Al final, todo se resume en que de nuevo no hablaba de amor, solo de algo que se le parecía y que eso me duele.
Katastrophal
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flan-tasma · 4 months
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Hello, just wondering if you could possibly write dainsleif xgn! reader modern highschool au? basically the reader always wears a mask due to them having a noticeable scar on their lips? (slightly self projecting but riufhurihwiwkak) what if people were being pushy into getting you to take the mask off and dainsleif comes to save the day
reader is selectively mute and shy ish
💖~ FINALLY SOMETHING ABOUT DAIN. I love you so much, anon💘✨💖
I like to think that in the end Dain carries you to the infirmary.
Warning: Nope now💖, GN!Reader, I think this turned out to be a bit violent... | English is not my native language, so if I have made any mistakes in the translation, I am open to corrections | Content in spanish and english!
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Spanish:
Fue un misterio la razón por la que usabas una mascarilla. En un inicio la respuesta para las mentes curiosas era un rumor acerca de tu salud delicada, y mientras se esparcía como la pólvora, las personas se acercaron con un deseo casi vulgar por saber la razón verdadera. Preguntaron con sonrisas, con rostros curiosos y de buena manera en un inicio, pero no recibieron más que el silencio y tu mirada baja.
Los rumores escalaron hasta que habías nacido sin capacidad de habla, y las buenas maneras en las que se acercaron los curiosos fue distinta. La curiosidad empezó a volverse morbo. Y mientras se oscurecían las razones para descubrir tus secretos, también lo hicieron las artimañas de tus compañeros de clase.
Los pedidos acompañados de dulces palabras pasaron a caras aburridas que solo esperaban un nuevo show, algo divertido que ver en ti. Te dijeron que sería más agradable ver tu cara completa al hablarte, y cuando no lo hiciste te dejaron. Dijeron que no eras cortés, que tú falta de educación era un insulto. Todo se vino abajo.
Te lanzaron cosas, acercaban sus manos rápidamente a tu cara para quitarte la máscara, pero solo era una burla. Tu rostro preocupado les divertía como si fuera el mejor show que hayan visto en sus vidas. Y esos imbéciles sin entretenimiento se quedaron.
“Ni siquiera sé por qué te molestas.” La voz femenina resonó en el salón, las clases habían terminado y te apresurabas a guardar tus cosas e irte, pero un brazo en tus hombros te detuvo. “Somos amigos, no vamos a burlarnos ni nada.” Sus promesas estaban vacías y tenían menos valor que un centavo, pero no podías hacer más que quedarte en tu lugar y bajar la cabeza.
“Tal vez está escondiendo una quemadura.” Otro chico habló, sonriendo como si incomodarte no fuera más que una broma inocente. No le importaba en lo más mínimo y su postura relajada te lo comunicaba. “Una quemadura tan fea que si la ves, vas a vomitar.”
“No digas eso, tienes que ser amable. ¿Verdad?” La voz sínica te hizo temblar cuando más se acercaba por tus hombros hasta tu cuello. “¿Puedes decirle que no sea un hijo de perra? Tal vez así te deje de molestar.”
“Solo dejaré de jugar si te quitas la máscara.” Con una perra que te sostenía por los hombros y el imbécil que se acercó para por fin callar a la voz que le gritaba en su cabeza, casi gritaste y te sacudiste. No querías que te vieran, no querías que vieran tu cicatriz. Tus ojos empezaron a llorar cuando el agarre de la chica te sostuvo con más fuerza hasta empujarte dolorosamente contra alguna silla, sentiste el pupitre pinchar tu costado y pataleaste contra el aire cuando viste a esos dos gritarte en la cara que te calmaras y no seas histérica, pisando tus pies para evitar tus golpes.
Las cosas pasaron en cámara lenta mientras tus uñas arañaban lo que lograban sostener de la piel de alguno de los dos. Estabas llorando y el calor de la máscara era aún mayor. Pero cuando sentiste que tus pulmones iban a explotar, de repente la libertad te golpeó junto al sonido de algo cayendo contra otras mesas. Una cabellera rubia estaba frente a ti, un chico alto que miraba a los dos renacuajos que chillaron y se quejaron por haber caído contra los pupitres.
Todo se sentía irreal mientras los gritos te asfixiaban, la voz del hombre se hizo camino para ser escuchada por todos, rugiendo con rabia, sacando a la fuerza a los dos estudiantes. El silencio reinó cuando él cerró la puerta del salón mientras te calmabas. Temblaste por el miedo y te dolía el cuerpo, querías chillar y volver a casa. Tu salvador notó tu nariz moqueando y se acercó lentamente, sentándose en una silla a dos mesas de distancia.
“¿Quieres ir a la enfermería?” Su voz era silenciosa, casi como un susurro, no queriendo alterarte o hacer que te duelan los oídos. Su mirada gentil estaba pintada de azul y buscaba alguna herida grave en tus manos o cuello. En cuidado con el que se mantuvo alejado, pero pendiente, presente y dispuesto a ayudarte mientras aún calmabas tu respiración y tus llantos, sin importarle cuando te cubrías la máscara con algo de temor aun aferrándose a tus huesos.
Entendió que querías silencio, entonces te lo dio, pero te cuidó hasta que ya era más tarde de lo habitual. No había ruido afuera del salón, ni siquiera los conserjes se escuchaban y parecía que incluso los autos de la carretera respetaban sus deseos.
En la escuela se escuchó un nuevo rumor, esta vez uno más cerca de la realidad. A Dainsleif, el misterioso muchacho de la clase D, estaba cuidando del estudiante de la clase B. Claramente nadie volvió a quejarse de tu mascarilla sin tener alguna discusión con él.
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English:
It was a mystery why you were wearing a mask. Initially the answer to curious minds was a rumor about your failing health, and as it spread like wildfire, people came forward with an almost vulgar desire to know the real reason. They asked with smiles, with curious faces and in a good manner at first, but they only received silence and your lowered gaze.
The rumors escalated until you were born without the ability to speak, and the good manners in which the curious approached were different. Curiosity began to turn morbid. And as the reasons for discovering your secrets darkened, so did the tricks of your classmates.
The requests accompanied by sweet words passed to bored faces that were only waiting for a new show, something fun to see from you. They told you it would be nicer to see your full face when they talked to you, and when you didn't, they left you. They said you were not polite, that your lack of education was an insult. Everything fell apart.
They threw things at you, quickly bringing their hands to your face to take off your mask, but it was just a taunt. Your worried face amused them as if it were the best show they had ever seen in their lives. And those unentertained morons stayed.
“I don't even know why you bother.” The female voice echoed in the room, classes had ended, and you hurried to put your things away and leave, but an arm on your shoulders stopped you. “We're friends, we're not going to make fun of each other or anything.” His promises were empty and worth less than a penny, but you could do nothing but stay in your place and hang your head.
“Maybe they're hiding a burn.” Another boy spoke up, smiling as if making you uncomfortable was nothing more than an innocent joke. He didn't care in the slightest, and his relaxed posture communicated that to you. “A burn so bad that if you see it, you're going to throw up.”
“Don't say that, you have to be nice. True?" The sinic voice made you shiver the closer it got over your shoulders to your neck. “Can you tell him not to be a son of a bitch? Maybe then he will stop bothering you.”
“I will only stop playing if you take off your mask.” With a bitch holding you by the shoulders and the asshole reaching out to finally silence the voice screaming in his head, you almost screamed and shook. You didn't want them to see you, you didn't want them to see your scar. Your eyes began to cry when the girl's grip held you tighter until she pushed you painfully against a chair, you felt the desk pinch your side and you kicked against the air when you saw those two yelling in your face to calm down and not be hysterical, stepping on your feet to avoid your blows.
Things happened in slow motion while your nails scratched what they could hold of the skin of either of you. You were crying and the heat from the mask was even greater. But when you felt like your lungs were going to explode, freedom suddenly hit you, along with the sound of something falling against other tables. A blonde haired guy stood in front of you, a tall boy looking at the two tadpoles who screamed and complained about falling against the desks.
Everything felt unreal as the screams choked you, the man's voice made its way to be heard by everyone, roaring in rage, forcibly removing the two students. Silence reigned as he closed the living room door while you calmed down. You shook with fear and your body ached, you wanted to scream and go home. Your savior noticed your runny nose and slowly approached, sitting in a chair two tables away.
“Do you want to go to the infirmary?” His voice was quiet, almost like a whisper, not wanting to upset you or make your ears hurt. His gentle gaze was painted blue and he was searching for any serious wound on your hands or neck. In care with which he stayed away, but attentive, present and willing to help you while you still calmed your breathing and your cries, not caring when you covered your mask with some fear still clinging to your bones.
He understood that you wanted silence, so he gave it to you, but he took care of you until it was later than usual. There was no noise outside the room, not even the janitors could be heard, and it seemed that even the cars on the road respected his wishes.
A new rumor was heard at school, this time one closer to reality. Dainsleif, the mysterious boy from class D, was taking care of the student from class B. Clearly no one complained about your mask again without having some discussion with him.
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oh-deardeer · 19 days
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No volverás
Me pides tiempo como si en realidad pudiera pausarlo para que mis sueños queden congelados y libres de toda maldad.
Pides tiempo, ojalá pudiera tomar todo lo que siento resguardarlo en un cajón continuar con mi vida sin prisa, para cuando regreses desempolvarlo y nuevamente entregarte cada parte de él. (Eso, si es que vuelves)
¿Qué hago con el tiempo? ¿Qué hago en ese tiempo? no hallo respuestas, me dejas con tanto amor entre las manos, me siento traicionada, herida, vacía, quisiera salir corriendo hacia ti mirarte y gritarte en la cara que eres el más cruel de los mentirosos.
Dices que es una pausa sembrando en mí la ilusión de que volverás hacia nosotros cuando claramente tu destino lleva por nombre nunca más.
Cariño, el tiempo es un alma libre que no tiene mérito en boca de cobardes.
Karla M.
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deepinsideyourbeing · 1 month
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hermana nececito cualquier smut con Matías me estoy muriendo no hay nada
+18! MeanDom!Mati but make it sleepy :)
Es de madrugada y Matías, que muere de sueño, no puede dormir.
Merodea por el departamento a oscuras en busca de sus cigarrillos y un encendedor, pero sólo encuentra la caja vacía con la que juega el gato. Regresa a la habitación y se desliza bajo las mantas para abrazarte por la espalda, disfrutando de tu calor y de la forma en que tu cuerpo busca más contacto con el suyo.
-¿Qué pasa?- preguntás antes de bostezar.
-No puedo dormir- dice contra tu espalda-. ¿Me ayudás...?
-¿Querés un té?
-No, no quiero un té...
El tono de su voz y tu estado adormilado son una combinación un tanto peligrosa: tus ojos se llenan de lágrimas y el sonido similar a una queja que deja tus labios llama la atención de Matías, que no duda en tomar tu rostro para obligarte a voltear.
-¿Qué pasa? ¿Te despertaste sensible...?- te suelta de manera brusca y su mano explora tu cuerpo-. ¿Qué dijimos hoy de llorar por nada?
Un escalofrío te recorre al recordar el castigo con el que te envió a la cama. Tu mente está aún nublada y no es de ayuda el haberte despertado hace cinco minutos, por lo que te cuesta recordar cuáles fueron los motivos del castigo y sus palabras exactas.
-No te acordás, ¿no?- sus dientes rozan tu hombro y su mano comienza a tirar del pantalón de tu pijama, la única capa que te cubre debido a su regla de no ropa interior por las noches-. No aprendés nunca un carajo vos...
Sus dedos recorren tus pliegues todavía húmedos por un segundo antes de tomar su miembro y guiarlo hacia tu entrada. Se detiene un instante, esperando en caso de que quieras utilizar alguna de tus palabras de seguridad, pero al no oírlas se introduce en tu interior de una estocada, haciendo arder tu entrada.
-Mati...
Te ignora y comienza a mover sus caderas lentamente, una mano sosteniendo tu cintura con fuerza. Suspira contra tu cuello y la sensación te hace temblar, pero no tanto como el placer que provoca el roce de su miembro entre tus paredes apretadas.
Tus gemidos crecen en frecuencia y volumen.
-Callate.
-Pero...
-Callate dije- sus dedos encuentran el frente de tu camisa y tira de ella sin importar que los botones se rompan. La palma de su mano colisiona con tu pecho en un ángulo que es perfecto para causarte el mayor dolor posible, ángulo que para Matías es prácticamente natural. Cubrís tu boca.
El ritmo de sus movimientos se acrecenta y en algún momento sus dedos se introducen en tu boca con la excusa de que hacés mucho ruido. Tu saliva corre y humedece la almohada, un reflejo de lo que ocurre entre tus piernas.
Matías se detiene y te abraza contra su pecho.
-¿Mati...?
-Dejame dormir- besa tu cabello-. Y ni se te ocurra tocarte porque me voy a dar cuenta.
taglist: @madame-fear @creative-heart @recaltiente @chiquititamia @delusionalgirlplace @llorented ♡
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by-yls · 2 months
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Te amaba, pero…
No estaba preparada para cuidar de nuestro amor.
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Carta abierta
[La escribo por ti. Tu sentir en mis letras]
Hoy quiero dirigirme a ti con un profundo sentimiento de arrepentimiento y reflexión que ha crecido en mí desde que te dejé ir. Reconozco que en el pasado fui ignorante de mis propios bloqueos y miedos y cometí errores que causaron daño en nuestra relación y en ti: te lastimé, te decepcioné, y en la vorágine de mis propias debilidades, incendié lo que tanto valorabas.
Daño que lamentablemente solo fui capaz de comprender plenamente después de haberte perdido.
A pesar de mis fallas, tú seguiste ahí, dispuesta a esperar y a comprender. Mientras yo me sumía en relaciones vacías en busca de lo que ya tenía contigo. Ignorante de mis propias carencias, te hice sufrir en un intento desesperado por llenar vacíos que solo yo podía colmar. Me perdí en un laberinto de relaciones fugaces, buscándote en cada rincón pero sin encontrarte en ningún lugar que no fueras tú.
Fue necesario el traumático eco de tu ausencia y vivir en mi lo que provoque en ti para comprender la magnitud de mis fallas y despertar a la realidad de lo que realmente significabas en mi vida.
He tenido que recorrer un doloroso camino de autodescubrimiento y sanación para llegar al lugar en el que me encuentro ahora. Es por eso que hoy te escribo con el corazón en la mano, con la humildad de quien sabe que las palabras nunca serán suficientes para reparar el daño causado, sino para expresarte mi sincero deseo de enmendar mis errores y recuperar tu confianza.
Entiendo que mi silencio y mis acciones pasadas pueden haber dejado heridas, pero quiero que sepas que estoy aquí, dispuesta a ofrecerte lo que ahora soy, lo que he aprendido y lo que estoy dispuesta a construir contigo con la esperanza de que quizás, en algún rincón de tu corazón, aún encuentres espacio para mí. Entiendo que la decisión está en tus manos, que quizás ya hayas seguido adelante y encontrado tu propio camino hacia la felicidad…
Si decides darme una oportunidad, te prometo que esta vez será diferente y demostraré con acciones. Quiero amarte de la manera en la que te mereces, con sinceridad y entrega, desde un lugar de madurez y consciencia.
Respetaré tu elección, sea cual sea, con la gratitud de haber compartido contigo momentos inolvidables, lecciones imperecederas y un amor que ahora entiendo en toda su magnitud.
Gracias por haberme enseñado tanto con tu amor. No importa cuál sea el desenlace, siempre llevaré en mi corazón el recuerdo de lo inefable que fuiste para mí.
Con sincero pesar y esperanza.
[La carta que me gustaría recibir/enviar]
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coolpizzazonkplaid · 5 months
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Lin Kuei (MK1) y Hanzo Hasashi y Kuai Liang (MK11) x lectora que sufre una posesión demoniaca (Evil Dead Rise).
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Es la primera vez que escribo headcanons ténganme compasión.😅😊 Contexto: Sos guardiana de muchos objetos de valor peligroso y por accidente (ósea mera estupidez) lees el Libro de los Muertos y caes bajo una posesión sumamente fuerte. Tu pareja intenta ayudarte a que recuperes la conciencia, pero en el trayecto vas sufriendo físicamente, también esta pareja descubre el porqué de tu situación.
Bi Han:
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Este ninja se da cuenta al toque que ese libro no trae nada bueno ni tampoco ninguno de los artefactos que estas protegiendo, pero el libro que te encomienda Liu Kang lo ve cien veces peor.
No solamente por la parte de que Liu Kang te pide que lo cuides sino porque ese libro ve que tiene maldad pura. Intentas convencerlo para que se quede tranquilo y no se esté estresando innecesariamente.
Por eso prefiere acompañarte y vigilar qué artimañas tendrá ese libro.
Al dar inicio tu investigación con el objeto, te pinchas por accidente con uno de tus instrumentos de investigación y al caer las gotas de sangre, el libro se abre. Tanto a ti como a Bi han no le gusta la sensación que da ese objeto maldito y aun así sigues estudiándolo. Pasando hoja tras hoja, llegas a una escrita y lees en voz alta. Grave error.
El fuego de la chimenea se apaga sin más, las ventanas se cierran abruptamente y una ventisca te arroja al techo. Bi han es expulsado fuera de la habitación y gritas su nombre. Una mano invisible agarra tu cuello y lo aprieta, ya no puedes emitir un sonido. Otro par de manos agarra un brazo, una pierna y te la tuercen.
Caes al suelo como una bolsa de papas, cuando cobras la consciencia intentas arrastrarte hacia la salida, pero una vez más la mano invisible te agarra la pierna rota y antes de que puedas gritar el nombre de Bi Han la otra mano te cubre la boca nuevamente. El demonio hace que tus huesos ardan como si las llamas del Infierno estuvieran en tu cuerpo, tus gritos son silenciados y las lágrimas salen de tus ojos como cascadas. El demonio provoca tus convulsiones. Suplicabas que tu agonía acabara pronto, pero esas suplicas quedaron vacías.
Ese dolor siguió y siguió, el demonio tomó posesión de tu cuerpo y te levantas con tranquilidad. Abres la puerta y pasas al lado de Bi Han sin inmutarte en que estaba ahí. De a poco, Bi Han cobra el conocimiento y ve la puerta de la habitación abierta. Cuando se levanta, te ve a espaldas de él, intenta levantarse y quiere corroborar si te encuentras bien. Solamente sueltas incoherencias.
“Eres el peor Gran Maestro que he conocido, Bi Han, y pensar que hay otras personas que pueden llegar a liderar un clan mejor que tú.” “No puedes amarte a ti mismo y pretendes amar a esta zorra, eres un crédulo.” “Nunca harás que los Lin Kuei lleguen a la grandeza siendo un cobarde.”
Te das la vuelta y una sonrisa espeluznante adorna tu rostro, al mismo tiempo tus manos comienzan a rasguñarte y la sangre cae al piso, pero no se ve tu reflejo sino del demonio. En ese instante tiemblas, cobras la conciencia, Bi Han ve en tu rostro el horror y solamente puedes decir: “Ayúdame, Bi Han”.
Después de tu arrebato de conocimiento, te desmayas y Bi Han se aproxima a ti inmediatamente. Te revisa para ver tu estado, todo tu cuerpo está ardiendo en fiebre y comienzas a convulsionar. Sin pensar, Bi Han usa su poder para que tu fiebre baje, pero eso fue un error, porque repentinamente tu cuerpo se vuelve un tempano de hielo y tus convulsiones siguen sin parar. Hasta que en un momento te detienes.
Bi Han revisa tus signos vitales y al no hallar pulso, la impotencia lo invade y la furia hacia Liu Kang se acrecienta. No esperó que repentinamente abras los ojos y sueltes un grito tan abrumador que deja confundido al Gran Maestro. Los hermanos de Bi Han llegan al pasillo en el que se encontraban, confundidos por el grito que habían escuchado y cuando los ves ruges y los atacas.
Intentan sacarte de encima y al hacerlo, Bi Han te contiene con sus poderes y a pesar de eso sigues insultándolo sin parar, pero eran oídos sordos para él. Lo único que tenía en la cabeza era confrontar a Liu Kang por su ineptitud, la furia lo estaba consumiendo y a la vez la angustia, estabas sufriendo y no sabía que te pasaría si esto llegara más lejos.
Termina de encerrarte y sin inmutarse llama a Liu Kang de una manera colérica. Sus hermanos tienen que hacer la tarea de dios de evitar que Bi Han se abalance al dios del fuego y lo mate a golpes, pero no quita que le grite por su error y quiera instantáneamente respuestas de por qué te encomendó examinar el objeto maldito. Sus hermanos tratan que mantenga la cordura antes de que haga algo tonto y mas o menos logra calmarse.
Liu Kang intenta aclarar las dudas sobre el Libro de los Muertos, que era un objeto perdido y leyenda del Infierno, que si llegaba a manos equivocadas desataría muchos males al ser leído y que seguramente debía existir su contraparte. Eso llegó a los oídos de Bi Han e inmediatamente quiere salir a buscarlo, pero antes de eso Liu Kang lo detiene para poder decirle que puede que sea una posibilidad, ya que no se sabe bien qué le había ocurrido a ese libro.
Bi Han ya está enojado, porque fue este dios quien te dejó en el estado en el que te encuentras, pero a regañadientes acepta que Liu Kang le muestre las posibles ubicaciones. Antes de marcharse le pide a Kuai Liang y Tomas que te protejan y vigilen. Además, les pide que a toda costa te contengan y eviten matarte, ya que todavía estabas entre los vivos.
Se va al culo del mundo y no le importa dónde está ese maldito libro, lo bueno es que lo encuentra. Fue un viaje exhaustivo, pero tuvo su recompensa y vuelve Artika lo más rápido que puede. Lo que no esperaba era que te hayas liberado y estuvieras haciendo caos en todo el templo. Te abalanzaste sobre Kuai Liang, Tomas y Liu Kang intentaban a toda costa de sacarte encima de él.
Bi Han recita el hechizo indicado por Liu Kang, el demonio con un grito estruendoso abandona tu cuerpo y es desterrado hacia las profundidades del Infierno. Vuelves a tu estado normal y te desmayas por todo lo que te había pasado. Bi Han te carga y te lleva rápidamente con los médicos del Lin Kuei, no quiere que Liu Kang se meta contigo otra vez.
“Bi Han lo lamento… no debí leer el libro. Tuve que ser más lista”
“No es tu culpa. Liu Kang es el responsable de esto”
“No le heches la culpa al señor Liu Kang, Bi Han. No tenía que leer ese libro”
No quiere discutir contigo y deja que descanses en paz, te acompaña en todo lo que puede de sus horas, porque tiene que arreglar el caos que existe. Te observa dormir y se siente en paz, ya que nada pasó a peor y no deja que Liu Kang te visite.
De ahora en adelante, no quiere que examines las cosas que te de Liu Kang ya que no toleraría repetir este incidente, no puede perderte. Eres su felicidad y necesita que lo acompañes. Intentas convencer a Bi Han de que fue solo un accidente, pero se niega a que sigas estudiando estos artefactos a toda costa, pero después de mucha charla accederá a regañadientes.
Desde ese instante, él es el primero en examinar lo que vas a estudiar y después te deja hacer tu trabajo. Cuando Liu Kang te entrega un artefacto lo mira mal y quieres tratar de apaciguar esos momentos, pero es algo inutil. No quiere que te pase algo horrible y haría lo que este en su poder e incluso cosas peores para que estuvieras a salvo.
Kuai Liang:
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Kuai Liang conoce tu rama de trabajo y se preocupa bastante que te haga daño. No quiere que los artefactos oscuros te consuman por completo y pierdas tu humanidad, desde que vio cómo Shang Tsung y a Quan Chi con su magia oscura y sus extractores de almas lo asusta la idea de perderte por lo que trabajas.
Por esas razones, a veces le cuentas lo que estas estudiando, ya que se muestra poco receptivo e intenta siempre que puede estar a los alrededores para procurarte, por si las dudas. Pero esta vez no le comentas que habías encontrado el Libro de los Muertos, porque ya tenías otros libros oscuros que no te habían lastimado ni maldecido. Estabas muy confiada con ese libro y eso sería un gran problema.
Al examinarlo parte por parte notas que la cubierta está hecha de piel humana y que tiene una cerradura de dientes de una criatura desconocida. Intentas buscar en ese objeto si hay una especie de cerradura para poder usar tus instrumentos y forzar a abrirse. Acaba en decepción y no sabes cómo entrar al contenido del libro, así que comienzas a usar la fuerza con el libro.
Al principio usaste tus instrumentos para intentar cortar los dientes, pero fue en vano y entonces usaste tus manos. En tu forcejeo te cortas y las gotas de sangre caen sobre la tapa del libro. Sentiste un escalofrío cuendo las hojas se movían por si solas y llegaban a la indicada.
El aura de la habitación cambió abruptamente, las ventanas se cerraron y lo que quedaba de luz se esfumó… solamente quedó una. Soltaste respiraciones agitadas y mirabas asustada a cualquier parte. La puerta se abrió de repente, sentiste que algo se acercaba y te rasguñó la espalda, pero no pudiste gritar.
Una mano invisible te cubría la boca, otras te tocaban, no parabas de soltar lágrimas y forcejear. Una de tus herramientas se elevó y te dañó una parte del brazo, mientras intentabas emitir un ruido. Las otras manos invisibles dejaron de tocarte, pero te rasguñaban sin cesar hasta que pararon. Luego te revolearon hacia una pared y después hacia el otro extremo. No podías gritar, la mano invisible seguía contra tu boca, solo gemías y llorabas.
Cuando pensaste que el demonio paró de divertirse contigo, intentas huir y gritando el nombre de Kuai Liang, pero fue inutil. Las puertas estaban cerradas y al parecer el demonio hechizó la habitación. Sientes golpes, más rasguños, tus huesos duelen y caes al suelo. Empiezas a contorsionarte, notas que algunos de tus huesos se rompen y sigues pidiendo ayuda en vano. El demonio ya tomó tu cuerpo.
Sales caminando cómo si nada, pero tu mirada estaba desconectada…ida. Rengueabas y dejabas un rastro de sangre por donde caminabas hasta llegar a la sala de armas. Kuai Liang se asusta al ver todo el rastro del líquido carmesí, verte de espaldas a él y mirando las armas lo preocupa más. Las gotas de sangre estaban haciendo charcos y solamente agarraste un pequeño cuchillo y dijiste cosas hirientes a tu amante.
“Sabes, Kuai Liang, me imagino constantemente qué habría pasado si tu hermano te hubiera arrancado el ojo y apuñalado sin parar”. “Sinceramente quise saber lo que sientes al ver que te sacan la cabeza con mis propias manos” Te estabas cortando la mano con ese cuchillo. “Deberias morir como tu hipócrita e inútil padre… y le haré el favor a tu patético hermano”.
Las palabras le dolieron bastante a Kuai Liang y creía que lo estabas traicionando hasta que te diste la vuelta y sonreías de forma macabra.
De repente temblaste, el cuchillo cayó con un estrepitoso ruido y esa sonrisa se fue. Kuai Liang vio que estabas asustada lo vio por tus acciones, tus ojos y gestos, pero solamente pudiste soltar unas palabras: “Esta aquí… quiere mi cuerpo”.
Gritaste de forma repentina y caíste al suelo, arrastrándote hacia tu amante. Este se alejó al ver que avanzabas y tus huesos crujían, hasta que te detienes y solo dices: “El libro…”. Sueltas un grito atronador que hace Kuai Liang se quede desorientado.
Atacas sin dudar, ruges y rasguñas a Kuai Liang. Tu amante logra sacarte de encima suyo y con el kunai te ata. Forcejeas y no paras de herirlo con tus palabras. Kuai Liang no entiende muy bien a lo que te refieres con “el libro”, pero aun así busca en todos lados ese libro mientras estás atada y encerrada.
Después de llamar a Liu Kang, tu amante sigue buscando el libro que dijiste. Esta vez entra a la habitación donde resguardas todos los artefactos macabros y ve con horror el desorden.
Camina por todo el caos y en tu mesa está el libro que le mencionaste. Al pasar las hojas entiende lo que te ocurrió, pero no sabe cómo el libro llegó a tu poder y ya inmediatamente le echa la culpa a Bi Han.
Al llegar Liu Kang, Kuai Liang lo recibe mostrándole tu estado de posesión demoniaca y el libro que estabas examinando. El dios llega a la conclusión de que es el Libro de los Muertos y que según la leyenda del Infierno debe existir su contraparte.
Sin dudar ni esperar, Kuai Liang se marcha de los territorios del clan Shirai Ryu para buscar ese libro. Después de ir al culo del mundo logra encontrarlo y regresa inmediatamente al clan.
Lo que no esperaba era que te hayas liberado e intentas atacar a Liu Kang y Tomas, pero ambos logran contenerte y rápidamente recita el hechizo. Cuando termina de conjurar el hechizo caes al piso, abatida por la fuerza que tomó tu cuerpo. Kuai Liang te carga al estilo princesa, escucha tus lloriqueos y disculpas.
“Kuai… nunca te traicionaría…yo…debí avisarte”. “Perdóname… lo que dije no era cierto”
“Está bien amor, no fue tu culpa. Vas a estar bien”
Le comentas lo que viste al estar poseída, que el libro lo llamó y que era una criatura sumamente caótica. Se alimentaba del miedo y el caos que generaba, que había que correr cuando era invocado. Viste los horrores que ese demonio había hecho y lo que planeaba hacer con el resto del clan y los que querias. Kuai Liang solamente puede consolarte y dejar que llores por lo sucedido.
Te lleva con los médicos del clan y te acompaña hasta que te mejores. No se va a ir de tu lado y él mismo quema el Libro de los Muertos para evitar otro incidente. Además, va a estar a tu lado de ahora en adelante cada vez que estudies un artefacto oscuro.
Tomas Vrbada:
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Este libro lo encuentras a los alrededores de la fortaleza. Recuerdas que perteneció a Shang Tsung y Quan Chi, por eso, lo guardas para estudiarlo y mantenerlo seguro.
Por otra parte, Tomas está al tanto de tu línea de trabajo y sinceramente aprecia bastante que tengas valor para analizar los objetos malditos. Para él, muchas de esas cosas le dan escalofríos y no deberían ser usadas para un fin tanto noble como malicioso. Por esas razones deja que sigas con tu trabajo y prefiere no saber mucho, solamente lo que vas a estudiarlo y ya está. No necesita saber su contenido.
Volviendo al tema estas acostumbrada a tratar con cosas peligrosas, pero este te causó mucha curiosidad por como estaba diseñado (cubierta de piel humana tostada y cerradura de dientes).
Lograste abrirlo cuando por accidente te cortaste con los dientes que tenia por cerradura, sentiste una sensación extraña al ver como las páginas se movían por si solas hasta llegar a la indicada.
Empezaste a leer en voz alta una invocación a un demonio y ese fue un terrible error. Todo el lugar en el que estabas se volvió aterrador y sentiste como una presencia extraña se abalanzó hacia ti. Para tomar tu cuerpo, fue horrible, te poseyó una mano y te hizo que te lastimaras (golpeándote contra la mesa, usando los instrumentos que tenías para dañarte físicamente). Como final a la toma de tu cuerpo, empieza a hacer que te retuerzas de dolor hasta que tus huesos duelan y sientas que se te tuercen.
Por todo este alboroto y los gritos del nombre de tu amado para que te ayudara. Tomas, asustado, va más rápido que la luz a la habitación (se pone en posición de combate) en la que te encontras y al ver tu estado inconsciente, llama a su hermano inmediatamente. Te revisa y se espanta al ver tus heridas autoinfligidas y moretones, pero lo que más le aterra era tu nivel de fiebre.
Cuando Kuai Liang llega, ve a su hermano menor en estado de pánico y el desastre de la habitación se queda confundido. Se pone en posición de combate creyendo que fue un ataque enemigo.
Tomas le pide a grito desesperado que llame a los médicos y le bajen la fiebre a su amada, porque de enserio estas ardiendo en fiebre, pero cuando estos apenas ponen un paño helado en tu frente… los resultados no son muy alentadores. Tu temperatura empieza a bajar a niveles muy aterradores. Ahí entra Kuai liang para ayudarte, pero es en vano.
Tomas está mas que nervioso y apunto de tener tres ataques al corazón. No sabe qué es lo que te esta ocurriendo, ni por qué tienes las heridas que tienes. En su mente cree que alguien te embrujó para dañar al clan o que los Lin Kuei te envenenaron con una enfermedad extraña.
De repente, abriste los ojos, comienzas a contorsionarte los huesos y a soltar quejidos. Tomas y su hermano se alejan rápidamente de ti. Intentas acercarte mientras sigues contorsionándote y los crujidos de los huesos lo escuchan los propios hermanos.
En todo tu dolor cobras la conciencia y dices lo siguiente: “Tomas, perdóname… ayúdame… el libro…Liu Kang”. Tu estado consciente vuelve a irse de vacaciones, porque el demonio vuelve a tomar posesión de tu cuerpo, hace que te subas al techo y emitas un grito sumamente aterrador (cualquier semejanza con la película Evil Dead Rise es mera coincidencia). Los hermanos están aturdidos ante ese poder.
Tomas, queda confundido con lo que le dijiste, pero no puede pensar porque comienzas a atacarlo, pero su hermano intenta alejarte y sigues arremetiendo contra ellos con los instrumentos de la mesa. De milagro logran contenerte y Tomas permanece a tu lado todo el tiempo en el que estas encadenada. A pesar de decir cosas sumamente crueles:” Tu debiste morir con tu familia”. “Eres un maldito parásito”. ”Kuai Liang miente al considerarte tu hermano, lo hace por lástima”.
Tomas se queda tu lado. Te cuenta el por qué le gustas tanto, los momentos compartidos que le gustaron (tu primer beso con él, su primera cita y narrarte las historias que te gustan). Está chiquito hay que cuidarlo.
Llaman a Liu Kang para pedirle ayuda sobre tu estado y este viendo cómo te encuentras intenta buscar el libro con el que el quilombo inició. Descubre que posiblemente tengas una manera de volver a ser tu y es buscando el libro contrario. Tomas no pierde tiempo y va a buscarlo por cielo, mar y tierra hasta encontrarlo… para no hacer cuento largo lo encuentra.
Al regresar, él no sabe cómo lograste librarte, pero estas arrasando a diestra y siniestra con quien encuentras y Liu Kang intenta con todo su poder contenerte de tu posesión satánica. Tomas recita el hechizo para exorcizar al demonio que llevas dentro, termina el conjuro e instantáneamente ve cómo tu estado de locura desaparece y te desmayas por todo lo sucedido.
Tomas corre hacia donde te hayas y te carga estilo princesa para ver si sigues entre los vivos. Hasta este punto el pobre chico suelta todas sus lágrimas porque tiene miedo de que la luz de su vida se haya ido al otro lado, pero recobras un poco la conciencia y cuando lo ves lloras.
“Tomas… lo recuerdo todo, lo lamento mucho…te herí y casi mato a todos, perdóname. No tuve control sobre mí”.
Este ninja dulce dice con lágrimas: ”Vas a estar bien mi amor. Te vas a recuperar, quédate tranquila”.
Para dar final feliz, el libro satánico queda a manos de Liu Kang y de la Tierra para contenerlo. Por otro lado, te llevan con los médicos para que te curen y a partir de ahí Tomas siempre va a estar a tu lado cuando examines artilugios macabros. No quiere que vuelvas a sufrir una posesión donde casi te pierde, realmente te ama y enloquecería como nunca si algo malo te sucede. Perdió a su familia y no quiere que la historia se repita.
Hanzo Hasashi:
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Viste que este libro antes estuvo en posesión de Quan Chi y por eso lo tienes en tu poder antes de que alguien más lo haga. La idea de dejarlo a tu merced fue idea del brujo, así podía herir una vez más al guerrero Shirai Ryu y ver que podía matarte el propio Hanzo para liberarte de tu dolor.
Hanzo ve que en ese libro hay maldad pura y quiere estar a tu lado cuando lo examines. Obviamente aceptas su compañía porque bueno es un pan de dios.
Comienzas a estudiarlo y Hanzo percibe que esa cosa tiene algún truco sucio. Se preocupa cuando te pinchas el dedo con los dientes que protegen el libro y aún más al abrirse de forma repentina. Una fuerza invisible te empuja hacia la pared, Hanzo es revoleado y cae más lejos de ti.
Las velas comienzan a apagarse, Hanzo cobra la concienca, pero ya no te ve donde te arrojó el demonio. Sino elevada, peleando al aire, sacudiéndote para bajar y chillando el nombre de tu amante para que te ayude.  Sientes que tus extremidades son atadas con unas cuerdas que no ves, comienzan a tirar de ti, gritas y pides ayuda: “Hanzo…duele mucho…ayúdame…perdón “. Tu agonía termina cuando sientes que llegan a su fin los retorcijones como una marioneta enredada y el demonio toma posesión de tu cuerpo.
El pobre Hanzo mira con horror cuando caes al suelo como una muñeca rota, corre rápidamente cuando tus convulsiones se detienes sin más. Te revisa los signos vitales y se da cuenta que no los tienes la pena y el pánico lo invade, pero esta estupefacto al ver que abres los ojos repentinamente y sueltas un rugido.
Empiezas a atacarlo sin parar y lo insultas por todo su pasado: “Mata a tu amante y rebánala en pedazos como lo hiciste con el primer Sub Zero, solo así dejara de sufrir”. ”Debes estar muerto y acompañar a tu esposa e hijo, no estar tras las faldas de esta ramera”. Cobras la conciencia y te alejas de tu amante de forma repentina, arrodillada y llorando: “Hanzo aléjate de mí… el clan está en peligro… va a matarlos a todos…”
El demonio vuelve a tomar el control y sueltas un grito desgarrador, en ese instante, el kunai y la cadena de Hanzo te atan y sigues queriendo atacarlo inconscientemente. Se promete curarte de la posesión y torturar al demonio en las profundidades del Infierno.
Él mismo lleva tu cuerpo al Infierno y no ve tu figura. Te ve inconsciente, magullada y atada detrás del demonio. Este está frente a Hanzo y poseyendo sus mejores armas para contraatacar con el ninja.
Hanzo se prepara y lucha contra al demonio, obviamente al salir vencedor tortura a la criatura. Le pregunta quien fue el que dejó el hechizo activado. Tras varias negaciones confiesa que fue Quan Chi quien lo liberó, que hizo todo para hacer que Hanzo sufriera y que la pena lo matara para poder controlarlo.
Tras matar al demonio de una forma muy cruel, ve que tu estado se va recuperando y te lleva devuelta a la Tierra. Se alegra al ver que vuelves a despertar completamente y solamente lloras.
“Perdóname Hanzo… debí ser más fuerte y evitar que me poseyera…yo…”
“Está bien sakura, vas a estar bien. Todo terminó” Te besa en la frente, las mejillas y los labios (cosita linda).
Hanzo te envía con los doctores para que te curen y mientras de paso, él va hacerle una visita a Quan Chi. Esa visita acaba en que el brujo muere a manos de Hanzo y una paz interior invade al guerrero. De ahora en adelante siempre va a estar ayudando a examinar los artefactos que encuentres. Te considera su mundo y la pena lo mataría al ver que perdió algo valioso por segunda vez.
Kuai Liang:
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Encuentras el libro cerca de los territorios Lin Kuei y te lo llevas para examinarlo. Debido a que por su aspecto parece algo para ser resguardado y que nadie debe toquetear.
Cuando estudias el libro, sentiste la punzada de los dientes y te espanta cuando el libro se abre. Más te aterra al ver las páginas moverse por sí solas hasta llegar a la indicada. Sientes como el lugar se vuelve más lúgubre.
Mientras tanto Kuai Liang te busca para discutir unos asuntos del Lin Kuei y demás problemas. Algunos discípulos le dicen que te encuentras en la habitación donde resguardas los artefactos oscuros y él se va dirigiendo allí para darte también compañía.
Empiezas a leer la hoja del libro en voz alta, el aura del lugar se vuelve más aterradora y al mismo tiempo ves que Kuai Liang entra al cuarto. Tras el error que cometiste, el aura del lugar cambia rotundamente, ves como Kuai Liang es arrojado hacia la pared y una fuerza desconocida se cierne sobre ti de manera brusca.
El demonio toma tu cuerpo y comienzan las cosas espantosas. Te tortura, hace que te lastimes con tus propias manos y sientes como el demonio casi te ahorca hasta morir. El demonio hace que te levantes y este de espaldas a tu amado.
Mientras tanto, Kuai Liang intenta volver a cobrar el conocimiento y te ve. Al aproximarse, te pregunta si te encuentras bien, pero solamente dices incoherencias: “Sabes anciano, siempre me he preguntado cómo serían sacarte las entrañas y comerte los ojos en plena noche”. “Siempre imaginé que me seguirías por querer tratar de tener una pizca de amor en tu patética vida de guerrero deplorable”. “Un anciano que sigue perdido en los recuerdos de su hermano y amigo muertos y no hizo nada para tratar de ayudarlos”. Kuai Liang se siente herido por lo que dices, pero al escuchar tu voz sabe que algo no anda bien.
Te das la vuelta y muestras una sonrisa macabra, comienzas a temblar y tu sonrisa dubita hasta convertirse en una cara de espanto y dices en tono asustado: “Quiere mi cuerpo”. Se acerca rápidamente a ti para ayudarte, pero retrocede cuando comienzas a retorcerte, convulsionar y contorsionarte de forma espantosa. Intentas acercarte a él, emitiendo exhalaciones abruptas y dices: “Kuai… lo lamento… ayúdame”.
Tu arrebato de conocimiento fue interrumpido cuando el demonio hace que tu cuerpo sufra sin cesar y tome el control nuevamente. Te subes al techo y emites un grito sumamente aturdidor, que Kuai Liang no puede esquivar. Te abalanzas hacia tu amado y empiezas a atacarlo con rasguños, de forma inmediata, los guerreros Lin Kuei entran a la habitación en la que se encuentran ustedes dos. Sueltas un rugido animal, te lanzas sobre ellos, solo dejas sangre y heridos a tu paso. Kuai Liang te contiene con sus poderes.
Pero es en vano porque empiezas a decir cosas crueles sobre él: “La muerte de este cuerpo te consumirá hasta el final”. “Sufrirás el mismo destino que tu hermano”. “Nunca seras un Gran Maestro formidable”. Kuai Liang está confuso y un poco herido al escuchar lo que dices, pero al mirarte a los ojos, se da cuenta que no eres tú. Te promete en silencio que buscará la forma de curar tu estado y quiere encontrar respuestas a lo sucedido.
Mientras te ve forcejeando con los témpanos de hielo, visualiza el libro y hojea apenas las páginas de este. Viéndolas comprende inmediatamente qué fue lo que te ocurrió. Se pone en contacto con Hanzo y Raiden para ver qué hacer para salvarte de tu posesión satánica.
Tanto Raiden como Hanzo saben de donde proviene ese libro, pero creyeron que era una simple leyenda del Infierno y que nunca fueron reales, asi que seguramente la otra parte de la leyenda de que existe un libro para combatir este demonio es real. No hay discusión, Kuai Liang va con Hanzo hasta el culo del mundo para encontrarlo, enfrentándose a todo tipo de peligros y trampas mortales y lo encuentran.
Cuando llega al templo Lin Kuei, ve caos en su hogar, ve pocos cuerpos y la mayoría de sus aprendices construyendo un fuerte para evitar que los ataques.
Empieza a recitar el conjuro para exorcizar el demonio hasta que este deja de luchar en tu cuerpo y logra salir. Al caer seminconsciente al suelo, Kuai Liang te sostiene y te mece como una niña. Sueltas lágrimas y pides disculpas.
“Lo lamento mucho Kuai Liang… tendría que haberte llamado antes…debí ser más inteligente. Lo que dije no era enserio, nunca…”. No paras de pedir perdón por tu error y sollozar y tu amado solamente intenta consolarte como puede de estos horribles acontecimientos. Hasta te da besitos (denle una medalla de oro).
A partir de ahora, Kuai Liang siempre va a ser tu segunda conciencia para que evites leer boludeces satánicas. Te procura muchísimo mientras examinas un nuevo artilugio oscuro con cautela. Sos una bella luz y no quiere ver aquello que lo hace cálido desaparezca por algo peligroso.
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loves-sorrow · 1 month
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Con esta mano yo sostendré tus anhelos; tu copa nunca estará vacía, pues yo seré tu vino; con esta vela alumbraré tu camino en la oscuridad…
~El cadáver de la novia~
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dariann-garcia · 1 year
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Los sueños te pertenecen, los suspiros son míos; siempre dejas mi corazón lleno, pero mis manos quedan vacías.
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leukiel · 9 months
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Mi reina, mi niña, mi mujer, mi señora... Mis emociones son suyas, por ende mis letras y mi tinta. No puedo guardarle rencor por eso, aunque debería, pues llevo las manos vacías desde que usted entró en mi vida. Día y noche, noche y día mis manos no pueden evitar hacerle el amor a la palidez de mi hoja, pues yo la extraño, señora, la extraño demasiado. No hay un segundo donde el papiro no gima al roce de la punta de mi pluma; no hay momento en el que no grite al sentir a mi tinta explotar. Oh, el papel ha sido bueno conmigo en su ausencia, mi amigo, mi amante, el espacio que reconforta el vacío que usted deja cada vez que se marcha. Este papel, mujer mía, es el que ha hecho de mí, ante los ojos del mundo, un cuerdo, cuando por usted —y muy dentro mío— estoy loco de atar.
—Leukiel.
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