Tumgik
#ofendida
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Te ofendes Facilmente..?
Las personas se pasan la mayor parte de su vida sintiéndose ofendidas por lo que alguien les hizo.
La sorprendente revelación que te voy a hacer, va a cambiar tu vida… ¡Nadie te ha ofendido! Son tus expectativas de lo que esperabas de esas personas, las que te hieren.
Y las expectativas las creas tú con tus pensamientos. No son reales. Son imaginarias.
Si tú esperabas que tus padres te dieran más amor y no te lo dieron, no tienes por qué sentirte ofendida.
Son tus expectativas de lo que un padre ideal debió hacer contigo. Tus ideas son las que te lastiman.
Si esperabas que tu pareja reaccionara de tal o cual forma y no lo hizo… Tu pareja no te ha hecho nada.
Es la diferencia entre las atenciones que esperabas tuviera contigo y las que realmente tuvo, las que te hieren. Nuevamente, eso está en tu imaginación.
Una de las mayores fuentes de ofensas es la de tratar de imponer el punto de vista de una persona a otra y guiar su vida.
Cuando le dices lo que debe hacer y te dice “no”, creas resentimientos por partida doble.
Primero, te sientes ofendida porque no hizo lo que querías.
Segundo, la otra persona se ofende porque no la aceptaste como es. Y es un círculo vicioso. Todas las personas tienen el derecho divino de guiar su vida como les plazca. Aprenderán de sus errores por sí mismos.
¡Déjalos ser! nadie te pertenece y tu pareja no es tu HIJO.
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Las personas son un río caudaloso. Cualquier intento de atraparlas te va a lastimar. Ámalas, disfrútalas y déjalas ir.
1.- Entiende que nadie te ha ofendido. Son tus ideas acerca de cómo deberían actuar las personas. Estas ideas son producto de lo que has aprendido desde tu infancia de forma inconsciente. Reconoce que la mayoría de las personas NUNCA va a cuadrar con esas ideas que tienes. Porque ellos tienen las suyas.
2.- Deja a las personas SER. Deja que guíen su vida como mejor les plazca. Es su responsabilidad. Dales consejos si te los piden, pero permite que tomen sus decisiones. Las opiniones se piden no se dan.
3.- Nadie te pertenece. Ni tus padres, ni amigos, ni parejas., ni tus hijos. Todos formamos parte del engranaje de la naturaleza. Deja fluir las cosas sin resistirte a ellas. VIVE y deja VIVIR.
4.- Deja de pensar demasiado. Ábrete a la posibilidad de nuevas experiencias. Abre los ojos y observa el fluir de la vida como es. Cuando limpias tu visión de lentes oscuros y te los quitas, verás las cosas más claras.
5.- La perfección no existe. Ni la madre, amiga, pareja perfecta solo existen los deliciosamente imperfectos.
Para un pez, el mar perfecto sería aquel donde no hay depredadores ¿existe? NO. Solo a un nivel intelectual. En la realidad JAMÁS VA A EXISTIR.
Naturalmente, al pez solo le queda disfrutar de su realidad.
Cualquier frustración de que el mar no es como quiere que sea no tiene sentido. Deja de resistirte a que las personas no son como quieres o no piensan como tú. Acepta a las personas como el pez acepta al mar y ámalas como son.
6.- Disfruta de la vida. La vida real es más hermosa y excitante que cualquier idea que tienes del mundo.
7.- Imagina a esa persona que te ofendió en el pasado. Imagínate que ambos están cómodamente sentados. Dile por qué te ofendió. Escucha su explicación amorosa de por qué lo hizo. Y perdónala. Si un ser querido ya no está en este mundo, utiliza esta dinámica para decirle lo que quieres. Escucha su respuesta. Y dile adiós. Te dará una enorme paz.
8.- A la luz de la corta vida que tenemos, solo tenemos tiempo para vivir, disfrutar y ser felices.
Nuestra compañera “la muerte” en cualquier momento, de forma imprevista, nos puede tomar entre sus brazos. Es superfluo e inútil gastar el tiempo en pensar en las ofensas de otros.
No puedes darte ese lujo...
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gosto-disto · 2 years
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É nessa hora que eu não acredito em horóscopo! . . . #horoscopo #horoscopododia #ofendida #magoada #sarcasmo #sarcasmofeminino #gentetoxica #gentesemnoção #gentechata #pessoasdificeis https://www.instagram.com/p/CosmR97vcez/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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cheolcam · 9 months
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eu voltei a ficar obcecada por nevertheless, tanto no dorama quanto na webtoon (se vc já me viu falando mal é ilusão da sua cabeça)
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sweetsweethate · 3 months
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carrie ojala te atropelle un auto
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yelek-galleries · 2 years
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*Ali insultado y diciendo qué va a funar q chubby y a los en directo,y qué también desmentira las capturas del doc que porque se mal entiende todo y qué no enseñan todo*
Chubby y los demás:
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my honest reaction
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vanbardeleven · 2 years
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@h4rveys envió 👊 para que mi personaje le haga un reclamo al tuyo.
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' estoy a días de irme a milán para la semana de la moda y aún así tengo que rogarte para que nos veamos ' estampa su palma contra el brazo de su amigo, evidentemente molesta. ' ah pero no fuera una de las chicas con las que te besuqueas que seguro con ellas llegas corriendo. '
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thefulcrumfiles · 2 months
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No yo abriendo Tumblr y encontrando mi reposteo del trasero de Hugh Jackman en frente de mi familia bye
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ngtskynebula · 2 months
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Queria postar um reels ensinando o povo a xingar super ofensivamente sem ser preconceituoso, mas acho que um guia desses não cabe num perfil profissional, uh... 😔
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Mi viejo se va de viaje en mi cumpleaños (que es época de parciales además) y me pidió que le vaya a cuidar los gatos nsjsjsjsj. Perdón mininos pero ni en pedo
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radicallicious · 2 years
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acabo de ver a una chica hacer una pregunta a una amiga en facebook y sale una vieja toda mal vibrosa a decirle que por qué andaba de fastidiosa haciendo preguntas y nombre, si no quieres responderle a la chica pues no lo hagas, nadie te está obligando pinche vieja. lo peor es que dice que no está siendo grosera jajajajaja
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charlieav · 2 years
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“ ¿Por qué el DJ no pone Midnights, el mejor disco del siglo? ” espetó llevando una golosina a su boca al mismo tiempo que echaba una mirada alrededor. “ ¿Tendremos que ir a amenazarlo? ¿Sobornarlo? ”  ꒰  𝘱𝘳𝘪𝘷𝘢𝘥𝘰 𝘤𝘰𝘯  @avelinexl​ ꒱  
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stuckwthem · 8 months
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in the world of boys, he's a gentleman. | enzo v.
summary: después de verte perder el tiempo con otros tipos, tu mejor amigo tiene algunas cosas que confesarte. puro fluff.
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nunca pensaste que ir con vestido en una bici fuera una experiencia tan emocionante, pero ahí estabas, agarrada al cuerpo de enzo e intentando mantener el equilibrio en la parte trasera de su bicicleta mientras reías como una loca. 
para ponerlo en contexto, enzo era tu mejor amigo hacía algún tiempo, desde que habías alquilado una habitación en su piso a dos años, por lo que la convivencia se convirtió inevitablemente en una genuina amistad. de vez en cuando, su mejor amigo y compañero de piso era también su superhéroe. ya fuera leyéndole el pensamiento cuando se moría de hambre y no quería cocinar, o llegando siempre a casa con sus dulces favoritos, o salvándole de emboscadas.
cuando antes llegaron sus mensajes al móvil de enzo, quejándose de una cita que iba de mal en peor con un tipo un poco arrogante, no dudó en levantarse y subirse a su bici para recogerla. la sola idea de imaginarte en una cita con un tipo horrible, y peor aún, un tipo que no era él, le ponía nervioso, así que ahora te encontrabas en esa situación tan improbable pero completamente cómica. no te había dado opción.
"no puedo creer que haya hecho eso", dijiste, estallando en risas, que enzo correspondió negando con la cabeza. "¡imagínate su cara cuando vuelva a la mesa!".
"lo siento mucho por él", responde enzo con ironía y una sonrisa que indica que no, que no se arrepiente de habérsela robado.
"apuesto a que sí", apoyando la cabeza en la espalda de el moreno, respondiste en el mismo tono. su cuerpo está caliente y un poco sudado, pero su aroma es bueno y familiar.
enzo conducía la bici calle abajo, mientras tú te sujetabas rodeando su cintura con los brazos, la brisa nocturna los envolvía. el silencio se hizo un momento antes de que decidieras romperlo.
"enzo, en serio, no tenías que hacer eso. ya iba a estar bien. iba a durar unos minutos más".
se rió, lanzándote una mirada esquinada. "bueno, a juzgar por tu desesperación en los mensajes, diría que 'bien' es una palabra bastante generosa".
bufaste, fingiendo indignación. "lo estaba dramatizando un poco, ve".
"lo sé, lo sé. pero, sinceramente, no podía dejar que mi amiga pasara una noche horrible con un tipo idiota. después de todo, ¿quién más va a aguantar mis estúpidas bromas?"
"oh, ¿para eso estoy yo? ¿una compañera que tolere tus bromas?".
enzo sonrió, divertido. "entre otras cosas, claro. pero en serio, no iba a dejar que te salieras con la tuya una vez más".
puso los ojos en blanco como ofendida, pero no pudo contener una sonrisa.
"¿a dónde quieres ir?" preguntó de repente, dejándote un poco confundida.
"creía que íbamos a casa", te encogiste de hombros.
"¡no puedo dejar que te vayas a casa tan arreglada sin haber tenido una cita decente!". exclama enzo, girando ligeramente la cabeza, lo que te permite ver su expresión indignada.
procesas lo que acaba de decir y sientes que el corazón te da un vuelco. estaba suponiendo cosas o...
"¿así que vamos a tener una cita?", es tu réplica automática, y entonces, tratando de disfrazar, te aclaras la garganta, preocupada por estar leyendo las líneas equivocadas.
quizá, además de compañero de piso, mejor amigo y superhéroe ocasional, enzo era también un pequeño flechazo tuyo. uno que habías intentado olvidar a base de citas terribles que siempre te devolvían a la casilla de salida: enzo. enzo, que te compró tu helado favorito cuando te dieron una patada en el culo cuando os conocisteis, aunque nunca le hablaste directamente de tu sabor favorito. enzo, que siempre te esperaba en casa con una sesión de cine y una manta calentita. enzo, que siempre escuchaba todo lo que decías. enzo, que era tu punto débil.
"si quieres llamarlo así, tendremos una cita, sí", dice, e involuntariamente tus manos se aprietan alrededor de su cintura. 
tras unos minutos pedaleando por las tranquilas calles, te das cuenta de la ruta conocida, la de todos los días. puede que enzo haya cambiado de opinión. realmente estabais de camino a casa y todas tus expectativas se habían venido abajo. hasta que, lentamente, se detiene, y lo siguiente que sabe es que están frente a una pizzería de la esquina. la misma pizzería nueva que había abierto hacía unos días cerca de su casa y de la que no paraba de hablarle a enzo.
"¿pizza?", pregunta como si esperara tu aprobación.”
enzo te tiende la mano para que te bajes de la bicicleta y él te acompaña en seguida. es curioso cómo contrastas, mientras el mayor lleva ropa casual y sencilla, tú vas arreglada con ese estúpido vestido. dentro de tu cabeza, maldices el momento en que aceptaste salir con ese idiota de antes. realmente no se merecía todas tus joyas, pero enzo, uau. realmente parecía estudiar cada parte de ti y admirar cada aspecto. desde la forma más inocente en que algunos hilos sueltos de tu moño desordenado enmarcaban tu cara hasta la forma más indecente en que se fijaba en lo bonitas que te quedaban las piernas con aquel vestido ajustado. 
los dos tuvisteis que sentaros fuera, ya que dentro estaba lleno, y cuando te sentaste en la pequeña mesa de la acera frente a enzo, tu mejor amigo dejó escapar un largo suspiro mientras te miraba fijamente. un suspiro que decía: por fin. 
"pero para serte sincera ahora, no sabes el alivio que supuso verte fuera de aquel restaurante", confesaste, con una risa ligera y sincera.
"¿tan mal estaba el clima?", preguntó el chico con expresión incrédula.
"¡simplemente no había humor! el tipo no paraba de hablar de las lecciones de vida que aprendió cuando su papá dejó de darle dinero durante un mes, o de cómo no debía sentirme especial si me llevaba a su piso después de cenar. y acabábamos de llegar!", exclamaste asombrada a enzo, que de repente parecía serio. demasiado serio. "¡no me ha hecho ni una sola pregunta en 45 minutos!".
"¡qué imbécil!", murmuró el moreno, poniendo los ojos en blanco. la mirada de enzo se apartó de ti por un momento, siguiendo su propia mano mientras jugueteaba con las salsas y arrancaba trozos de servilleta de la mesa. "¿por qué sigues saliendo con tipos así?".
preguntó, sin mirarte aún, y de repente la sangre te hirvió, subiéndote a la cabeza. respiraste hondo, sintiendo que una punzada de decepción te golpeaba el pecho, sin creerte lo que enzo acababa de decir. 
"¿estás insinuando que es culpa mía? soy responsable de que los hombres sean totalmente egoístas y..." cierras los ojos, colocando involuntariamente la mano contra tu propio pecho. indignada.
"¡no! no es eso a lo que me refería, mi vida". enzo levantó la cabeza rápidamente, encontrándose con tu mirada, dolida y traicionada. 
se sintió como un completo idiota, desesperado por la forma en que le mirabas, sin saber muy bien cómo dar marcha atrás. se irguió en su silla, inclinándose sobre la mesa para alcanzar tu mano, listo para defenderse cuando un camarero se detuvo justo a su lado.
"¡buenas noches, parejita! ¿qué les sirvo?", preguntó el hombre, con un tono amable y alegre, en contraste con los ánimos encendidos en la mesa.
te reíste irónicamente de la confusión del camarero, algo habitual cada vez que salías juntos, y te cruzaste de brazos, alejándote de enzo.
"ahm, hola", se rascó la nuca desconcertado, y entonces se dio cuenta de que ni siquiera había mirado el menú. tanteó las hojas, no sabía qué pedir y de repente parecía perdido.
"dos pedazos de marguerita, de la opción vegana, por favor", tu dije, enderezándose. "y una coca-cola, con limón, para él".
enzo te mira ansioso mientras el hombre toma su pedido, su pierna colgando bajo la mesa, rozando la tuya sin darse cuenta. el contacto hace que todo tu cuerpo se estremezca, pero sigues sin mirarle. el camarero se retira de la mesa y anuncia que te servirá en breve.
"mira, no digo que sea culpa tuya. en absoluto, chiquita", dice, con voz grave y tono preocupado. te miras las uñas, haciéndote la indiferente. un poco dramática. 
enzo suspira y junta su rodilla a la tuya. entrecierras los ojos, indiferente, mientras él se humedece los labios como si tratara de encontrar las palabras en la punta de la lengua. 
"estoy intentando decirte que te mereces algo mejor que estos tíos. tú lo sabes, yo lo sé." la forma en que conduce lo que dice es lenta y cuidadosa, continúa. "te mereces a alguien que realmente te aprecie, que vea todas las cosas increíbles que yo veo en ti. estos tipos que ves claramente no ven a la increíble persona que tienen delante y pierden por completo la oportunidad de conocer a la mejor persona que podrían tener en la vida."
sus ojos se elevan automáticamente al oír lo que dice, y sus pulmones parecen no realizar su acción rutinaria. su labio tiembla nervioso. se le acumulan las lágrimas en la comisura de los ojos, porque tiene que decirse a sí misma que sólo lo dice porque quiere su bien, porque es lo que diría un mejor amigo. y tienes que luchar con todas esas palabras antes de irte a dormir, tragándote todos tus sentimientos.
"sabes, eres amable, increíblemente inteligente, aunque sigas pensando que puedes ganarme jugando al mortal kombat apretando todos los botones a la vez". enzo continúa, suavizando su sermón, haciéndola reír por lo bajo. "eres divertida, talentosa, real. linda."
sin poder resistirte más, vuelves a encontrarte con la mirada del moreno, que te dedica una pequeña sonrisa al notar que te rindes poco a poco.
"por no hablar de tu paciencia, sobre todo cuando decido cocinar y dejar la cocina como un campo de batalla" 
esta vez no puedes contener la sonrisa que se extiende por tu cara, recordando la última vez que enzo había intentado preparar la comida. realmente, una negación para la cocina. 
"como cocinero, eres un gran actor", murmuras, lo que hace que enzo se ría y aproveche el espacio que le estás dejando.
"y cuando tienes esos estallidos creativos, escribiendo o creando tus propias recetas. es fascinante ver tu mente en acción, y siempre me pregunto cómo alguien puede ser tan... única. cómo iluminas allá donde vas, cómo haces que las cosas parezcan mucho más fáciles cuando estás cerca y...".  
enzo parece estar en medio de un gran descubrimiento. se ríe para sí mismo, sacudiendo la cabeza, como si se arrepintiera de haber dicho todo eso y sus cejas se levantan, casi en un gesto de desesperación.
"ya lo tengo", dices, un poco tímida. tus mejillas se calientan y de repente te sientes como una adolescente.
"de todos modos, supongo que lo que intento decir es que eres una persona apasionante". enzo parece ceder, y su cuerpo se ablanda en la silla. "y cualquiera que no vea eso no merece estar contigo".
su respiración sale como si alguien acabara de darle un puñetazo en el estómago. tus manos corren por la mesa, buscando las suyas, que te agarran los dedos con suavidad. no decís nada durante un largo rato, durante el cual vuelve el camarero y os sirve en completo silencio. 
su confesión da a la atmósfera otro tipo de tensión. antes de que pudiera responder, enzo desvió la mirada, como si intentara escapar de la intensidad de la situación.
"¿sabes qué? olvida lo que he dicho. disfrutemos de la cena y olvidemos que he dicho todo eso. ¿qué soy yo? ¿shakespeare? ¿don juan?", bromeó, tratando de aligerar la situación gesticulando exageradamente. él da un sorbo a su coca-cola, disimulando su desesperación.
"enzo", su nombre en los labios sale como una súplica. todo le golpea a la vez. la conciencia de sus sentimientos, la conciencia de los tuyos. menea la cabeza negativamente y te suelta la mano.
"está bien, no tienes que intentar consolarme y decirme que somos amigos, lo sé. lo he aceptado". enzo se precipita, pasándose las manos por el pelo, nervioso.
"enzo", le dices, más firme ahora. "¿por qué no me lo dijiste antes? ¿por qué no me llevaste a una cita antes?".
parece ahogarse en su propia respiración, con las narinas inflamadas y el pecho subiendo y bajando rápidamente. enzo te mira con una mezcla de sorpresa e incredulidad. sus ojos buscan los tuyos, como si tratara de leer tu expresión y comprender si aquellas palabras eran reales. ¿cómo puede alguien conocerte tan bien y no tener ni puta idea?
"porque yo... no sabía cómo. siempre fue más fácil ser tu amigo. quedarme en la comodidad de no arriesgar demasiado. no sentir el rechazo. llevarte a una cita parecía cruzar alguna línea invisible, y tenía miedo de estropearlo todo". 
escondió la cara entre las manos, riéndose para sus adentros. enzo parecía al punto del colapso, asustado. nunca le habías visto así. te levantaste rápidamente, sentándose en la silla junto a él, tocando tranquilamente sus muñecas.
"qué estúpido eres", afirmas, riendo. él te mira con expresión ofendida y confusa. "¿de verdad no te has dado cuenta en todo este tiempo?".
la cara de tu mejor amigo se llena de algo parecido a expectación y espanto. esperando el golpe fatal en cualquier momento.
"espera, quieres decir que... que tú...", empieza a balbucear, pero tú le interrumpes con una sonrisa.
"sí, enzo. yo también" tu confesión hace que su rostro se ilumine y luego se sonroje. ¿de verdad tenía 30 años? porque le estabas haciendo sentir como un niño.
"nunca pensé...", murmura, y tú completas la frase.
"¿que yo pudiera sentir lo mismo? pues ahora ya lo sabes. era obvio". te ríes, acercándote un poco más a él. "¿cómo podría no enamorarme de ti?".
enzo siente tu susurro en los labios, provocándole escalofríos. su cálido aliento se mezcla con el de él, la incertidumbre se cierne entre ellos, un territorio desconocido por atravesar. la mirada de enzo examina su rostro, buscando cualquier rastro de indecisión, pero no lo encuentra, y entonces sus ojos bajan hasta la boca su boca.
"si me dejases mostrarte todo esto antes", susurra él también, mientras una de sus manos, grande y cálida, se posa en su muslo, bajo la fina tela de su vestido, y la otra descansa detrás del respaldo de su silla.
"todavía estás a tiempo" 
y con su confesión, es como si perdiera el control. sus pupilas, más oscuras y dilatadas ahora, son lo último que ve antes de sentir unos labios suaves contra los suyos. se te corta la respiración de golpe y una descarga recorre tu cuerpo, desconectando todo tu sistema nervioso durante milisegundos. te besa con ansia, como si recompensara todas las demás oportunidades que había perdido. la mano detrás de tu hombro se mueve rápidamente hacia tu nuca y se te escapa un jadeo. su boca tiene un gusto dulce, a cola y limón mezclados con su propio sabor.
enzo apenas puede contenerse, el resto del mundo deja de existir cuando tu lengua pasa por sus labios, como pidiendo permiso, y casi pone los ojos en blanco ante la sensación. dios, cómo había soñado con eso. lo había repetido en su mente un millón de veces y luego se había culpado por aquello. se sacudió los pensamientos cuando sintió los dedos de ella recorriendo su cuero cabelludo, mientras su otra mano le acariciaba suavemente la mejilla. como si un tornado de emociones no estuviera sucediendo en su interior en ese momento. todo lo que había pasado hasta entonces hacía que este momento valiera la pena. 
después de casi cinco minutos, el mundo real parece volver, al igual que la necesidad de oxígeno, inútil, en la percepción de enzo. los sonidos de la calle vuelven a resonar en sus oídos, todo vuelve a tener sentido poco a poco. el mundo deja de girar mientras os miráis con amplias y tontas sonrisas en los rostros. se lleva el dedo a la comisura de los labios de enzo, limpiando con cuidado los restos de carmín. le dan ganas de arruinar el resto que queda en sus labios bien delineados.
"entonces, ¿qué hacemos ahora?", preguntas, todavía un poco sin fuerzas, intentando no reírte. la sensación de besar a tu mejor amigo, algo que se te había pasado por la cabeza un millón de veces antes, parecía lejana. de hecho, era algo mucho mejor de lo que podría haber soñado.
"supongo que podríamos empezar con una primera cita", sugiere enzo, fingiendo cierta despreocupación, sacudiendo los hombros. sus dedos se pasean por su cara, apartando algunos hilos de cabello sobre sus ojos. es tan dulce y tranquilo que quieres atesorar sólo ese momento entre todos los demás.
durante el resto de la noche, comes esa pizza fría como si fuera la mejor que has comido en la vida. el resto de la cena se desarrolla con naturalidad, con ligereza, con besos y suspiros, conversaciones y confesiones, como todo lo que necesitabas. como si todo estuviera por fin en su lugar. una alineación milenaria. era tan fácil estar allí, junto a él, sin necesidad de máscaras ni disfraces, estar frente a él era poder verse de adentro hacia afuera. sin ocultar nada, sin ningún deseo de huir. completamente inmersos el uno en el otro. era como soñar medio despierta.
era lo perfecto, simplemente. había incertezas, guardadas para un futuro lejano, era aterrorizante perder esa conexión que tenían. mas tal vez no fue la manera mas correcta, tal vez fue imprevisto y completamente caótico, pero fue la mejor y última primera cita de su vida.
─━━━━━━⊱✿⊰━━━━━━─
hola! :)
español no es mi primer idioma (que es el portugués), así que ¡perdónenme los errores!
si quieres, hazme asks para fics con el cast de lsdln <3
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cherryblogss · 1 month
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HEADCANONS
Cuidando um do outro no relacionamento (tempo de qualidade e atos de serviço)
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notinha: fiz essa miseriazinha pra suprir a falta de one shot e conteúdo aqui no blog, também tava com mt vontade de fazer umas coisas deles meio que cuidando da reader (e vice-versa) e entrando no mundo "feminino". Não sei se o título ta certo, mas eu entendo que sim😛 pretendo lançar mais hcs assim pra não deixar o blog tão na seca e pra incluir todos os homis.
avisos: fofura, relacionamento estável, muitas palavras repetidas, intimidade, o título de artigo, sentimentos românticos por argentinos, menção a sexo e outras coisas ilícitas.
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Enzo Vogrincic
Se alguém te dissesse que você um dia ia ter um sugar daddy iria soltar uma gargalhada alta na cara da pessoa. Só que hoje em dia é algo que você não consegue se imaginar sem, ou melhor, sem ter esse alguém na sua vida. Enzo com certeza se tornou uma parte essencial da sua existência desde que se conheceram em um aplicativo de relacionamentos em que você bêbada criou uma conta e passou a madrugada conversando com um cara aleatório rindo de tudo que ele falava pensando ser um truque para atrair mulheres ou enganá-las com uma foto falsa. No dia seguinte, quando acordou com uma ressaca horrível, nem pensou mais no aplicativo até ver as várias mensagens de bom dia de um tal de Enzo Vogrincic, que com o tempo, te ofereceu um acordo para ajudar nas suas dispesas no país novo em troca de companhia em festas.
Depois de quase 1 ano nessa dinâmica, tornaram o relacionamento oficial e mais sério, você hesitou no início, ainda mais pela natureza da relação de vocês e por ele ser uns bons anos mais velho. Só que, obviamente, Enzo conseguiu te convencer e conquistou sua confiança para adentrar em algo mais profundo.
Hoje comemoram um ano que em uma noite louca de solidão ambos buscaram conexão mais profunda em um app e acabaram por se encontrar. Podiam não ter a história de amor mais romântica, mas com certeza os sentimentos de vocês superavam a maioria dos namoros usuais. Por isso, Enzo tinha te levado ao shopping para fazer o que ele mais amava fazer: te mimar. Horas incontáveis em lojas de cosméticos, roupas, calçados e joias para no fim pararem em uma cafeteria onde se viram pessoalmente pela primeira vez.
Enzo pediu seu café favorito que ele memorizou desde o primeiro dia, em seguida sentando no seu lado com um braço ao redor do seu corpo te aninhando ao peitoral dele. Você se aconchegava no corpo masculino, inalando o perfume no pescoço dele e ronronando contente com a felicidade que te acometia.
"E pensar que bem aqui nesse lugar você gargalhou igual uma louca quando me viu pessoalmente." Ele fala beliscando levemente seu braço para depois acariciar. Se fazendo de ofendida, dá um tapinha fraco na coxa dele e levanta a cabeça para encará-lo.
"Para, eu fiquei nervosa. Você é muito mais bonito que eu pensava e ainda tem essa sua voz grossa." Responde movendo uma mão para pentear os cabelos longos e ajeitá-los atrás das orelhas grandinhas.
"Imagina como eu fiquei então," Ele diz soltando uma risadinha nasal e com os dedos alcançando os seus para entrelaça-los. "Você é tão lindinha e em comparação eu parecia um serviço de caridade de cuidados com idosos."
"Para com isso, você nem é tão velho assim." Responde rindo e encurtando a distância entre seus lábios, murmurando elogios entre beijos para o seu namorado.
Realmente, o semblante de Enzo não estava mais tão carregado como quando te conheceu, as olheiras sumiam aos poucos, as ruguinhas constantes na testa já não eram tão presentes e até os cabelos sedosos estavam mais arrumados que nunca aos seus cuidados. Ainda soltava um risinho lembrando do inesquecível dia que se encontraram e a mulher da cafeteria perguntou se ele era seu tio, hoje em dia já era óbvio que não tinham nenhum grau de parentesco e eram um casal. Todos podiam enxergar isso não só na maneira que se olhavam apaixonados com os olhos brilhando, mas também pela forma como se tocavam carinhosamente, como cuidavam um do outro e até como falavam entre si, era como se existisse um universo em que só vocês dois sabiam se comunicar e se entender, excluindo o resto do mundo para existir só vocês dois. E isso é tudo que importa.
Felipe Otaño
"Eu te avisei várias vezes pra retocar o protetor solar." Você diz revirando os olhos enquanto Felipe choramingava que a pele dele ardia pela milésima vez.
Passaram o dia na praia e como seu namorado adorava aproveitar ao máximo, ficou a tarde inteira jogando altinha, surfando ou nadando no mar. Claro que você também aproveitou, mas sempre ficava na sombra ou passava protetor antes de pegar mais sol, mas Felipe te ignorava sempre que você chamava ele para descansar ou passar mais creme solar.
"Ah, bebita, eu fiquei com preguiça." Ele reclama com uma voz dengosa e os lábios formando um bico enorme. Felipe estava sentado na tampa do vaso com o corpo todo molenga enquanto você estava na frente do espelho terminando de fazer sua rotina de cuidados noturna.
Você só resmunga qualquer coisa, voltando a focar no seu reflexo e em espalhar o creme no seu rosto. Entretanto não consegue se concentrar por muito tempo, já que o chororo do argentino continua e só aumenta conforme você não dá atenção até que chega um ponto que você desiste e se vira para chamar a atenção dele.
"Meu Deus, o que foi, Felipe?!" Pergunta sem paciência, mas suaviza sua voz quando vê a expressão tristonha no olhar do seu namorado. "Pipe, o que você quer que eu faça, amor?" Volta a questionar, agora se aproximando para abraçá-lo, tomando cuidado para não tocar a pele avermelhada e se contentando em acariciar os cabelos enroladinhos.
"Cuidame, porfi." Ele pede manhoso, enfiando o rosto entre seus seios e enroscando os braços fortes ao redor da sua cintura.
Você não diz mais nenhuma palavra, se soltando suavemente do abraço, o que faz Pipe reclamar, então pega seu hidratante mais potente, passa nas mãos e esfrega nas costas musculosas, atenta a qualquer sinal de desconforto do argentino, que só emitia sonzinhos prazerosos com a sua massagem e com a sensação de alívio na pele irritada. Tentando alcançar mais áreas, se inclina mais para frente, agora focando em espalhar o creme nos ombros e braços do seu namorado.
"Que bela visão." Ele murmura, sorrindo perverso e mordendo os lábios com os seus peitos bem na frente do rosto dele se remexendo a cada movimento seu.
"Para com isso, seu safado." Você resmunga, puxando levemente os cabelos da nuca dele e em seguida espalhando mais da loção pelo peitoral musculoso.
"Já era..." Felipe fala em um tom sofrido com o rosto corado agora por razões totalmente diferentes da queimadura solar, descendo o olhar para baixo, com isso, você segue o olhar e vê a elevação marcada na toalha branca, na hora torcendo seus lábios e fingindo que não sentiu seu ventre se contorce com a imagem pecaminosa.
"Mas você não tem jeito mesmo. Depois reclama quando eu hesito em fazer massagem em ti." você diz com uma decepção falsa, balançando a cabeça em negação e se aproximando para dar um beijo demorado nos lábios carnudos. Felipe geme satisfeito, segurando seu rosto com as duas mãos grandes e sorrindo ao terminar o beijo com selinhos rápidos, depois esfregando o nariz no seu.
"Não tenho culpa se eu sou o homem mais sortudo do mundo."
Agustin Della Corte
Sempre ficava ansiosa quando ia assistir aos jogos de rugby do seu namorado Agustin, mas o pós-jogo era mais especial para você do que a vitória ou derrota. Todo fim de partida ele corria na sua direção na arquibancada para te abraçar ou em comemoração ou em busca de consolo, pois sabia que você estaria lá para ele não importa o resultado. Além disso, os cuidados que ele tinha ao chegar em casa, tomar banho e se alimentar te dava um sensação tão quentinha no coração, de sentir que realmente pertencia ao lado dele e ambos eram o verdadeiro lar um do outro.
Apesar de todos os pontos altos do seu relacionamento, tinha uma parte que você tinha noção ser incomparável: o jeito que vocês são tão íntimos. Não se tratando só do aspecto sexual, mas sim, de ter cumplicidade e uma conexão incrível. Por isso, lembra logo no início do namoro de vocês como Agustín tinha receio de te pedir carinho e certas coisas, ele vinha de um relacionamento complicado e muitas vezes você que incentiva ele a sempre expressar o que ele deseja.
"Bem aí, amor." Ele geme ao sentir suas mãos pressionarem e massagearem a panturrilha dolorida depois do jogo intenso. Vocês já tinham essa rotina há alguns meses onde após todo jogo você massageava os músculos cansados e tensionados do uruguaio.
"Tá se sentindo melhor?" Pergunta se debruçando para deixar um beijinhos no meio das costas dele enquanto Della Corte se mantia deitado de bruços durante a sua massagem nos membros posteriores dele. Era uma delícia tocar no corpo forte e gigante do seu namorado, ele era ao mesmo tempo tão macio e rígido, quase todas as vezes as noites de pós-jogo terminavam em sexo só pelo tanto que você ficava fogosa e desesperada, se esfregando nele igual uma gatinha.
"Sim, cariño, só você mesmo pra me deixar bem." Diz afetuosamente se virando um pouco e pegando uma das suas mãos para dar um beijo demorado com os lábios em um sorriso contente e relaxado.
Você sente o rosto esquentando com o elogio e a forma que ele te olhava com tanto amor e paixão. Nunca tinha vivido algo assim tão intenso e confortável, Agustín mudou totalmente a sua visão sobre o que realmente era estar apaixonada e ser amada.
"Vira de novo aí pra eu terminar aqui e nós irmos dormir." Fala acariciando o rostinho dele com as costas da sua mão e voltando a descer os toques pelo ombros torneados.
Colocou um joelho em cada lado do quadril dele para poder desfazer os nós nos músculos mais precisamente. Na hora que você senta nas coxas gigantes, agora pressionando os dedos com mais afinco na pele dele, Agustin geme e se arrepia ficando tão fogoso quanto você.
"Ay, amorcito... Acho que quando você terminar aí a gente não vai ir dormir não."
Rafael Federman
Cólica era uma coisa do demônio. Era só isso que Rafael escutava nas últimas duas horas sair da sua boca desde que sua menstruação desceu. Era o primeiro mês de namoro de vocês que isso tinha acontecido e Rafa ficou totalmente perdido quando do nada você mudava de humor ou comia tudo que via pela frente durante o fim de semana que você passou no apartamento dele. Até que na madrugada de domingo para segunda, ele acordou no meio da noite com você saindo toda emburrada do banheiro e indo se aconchegar no corpo quente dele, murmurando mal humorada que sua menstruação tinha descido.
Toda hora você se contorcia o que tirou o sono de ambos, ainda mais com seus constantes sons de dor que ele não aguentava escutar porque só queria te ver bem de novo. Mesmo sabendo que era normal acontecer isso com mulheres nessa época do mês, não podia evitar quase lagrimar junto contigo a cada choramingo seu. Por isso, quando você desmaiou de exaustão depois de tomar um remédio que ele tinha e servia para dores menstruais, ele se dedicou a pesquisar na Internet tudo o que poderia fazer para te ajudar a melhorar.
Te deixando deitadinha na cama confortável, com o ar ligado e as janelas fechadas para não te incomodar, logo Rafa se apressa para ir no mercadinho e farmácia comprar tudo que precisa para cuidar de ti.
Algumas horas depois você acorda com o seu namorado acariciando suas costas te oferecendo mais uma pílula, uma bolsinha de água quente e uma tigela com frutas geladas cortadas em cubinhos junto com alguns chocolates. E claro que, como uma mulher sensibilizada pelos hormônios da menstruação, lágrimas imediatamente brotaram nos seus olhos, o que fez a expressão de Rafa mudar de calma para preocupada em milissegundos.
"O que foi, querida? Você não gosta disso? E-eu comprei mais umas coisinhas caso você não queira comer isso?" Ele pergunta limpando com os polegares as pequenas lágrimas que haviam escorrido pelo seu rosto.
"Não é isso, amor." Respondo com a face corada tanto pelos sentimentos como pelo choro repentino. "Eu só... nunca fui tratada assim e ver que você fez tudo isso sem eu pedir me deixa emocionada. Ai que vergonha chorar fácil assim." Finaliza assoando o nariz no guardanapo que Rafa colocou na bandeja com todas as coisas que preparou para ti. Ao escutar suas palavras, ele balança a cabeça repetidas vezes, fazendo um sonzinho baixo para te tranquilizar.
"Não precisa se preocupar, minha princesa. Eu faço tudo o que eu puder para te ver bem. Não fique envergonhada de demonstrar sentimentos perto de mim, eu aceito tudo que vier de você e fico feliz em ser a pessoa que te acalma nesses momentos." Ele diz acariciando seu rosto como se fosse uma obra de arte rara, os olhos azuis vidrados nos seus com uma compaixão que nunca sentiu. Sabia que no fundo os dois queriam dizer aquelas 3 palavrinhas capazes de mudar tudo, porém, era muito cedo e com certeza aquele não era o momento, apesar de Rafa nunca se sentir tão apaixonado quanto pelo seu jeitinho manhoso ao se aninhar nos braços dele com a mão grande massageando seu ventre. Um dia confessariam o que significava aqueles pequenos gestos que significativam mais que tudo no mundo.
Matias Recalt
"Matias, para!" Você ralha batendo na mão do seu namorado que não te deixava em paz desde que você saiu do banho e começou a se maquiar. Iam para um festa mais tarde e o Matías não parava de mexer em cada uma das suas maquiagens, perguntando tudo ou dando a opinião dele sobre o que achava de cada uma.
"Eu só quero ver a cor desse de perto, mor." Ele diz voltando a pegar o blush que estava na sua mão. "Como pode ser roxo e ficar meio, sei lá, rosa, cara, isso não entra na minha cabeça." Continua falando sujando mais ainda a pele clara do braço dele com vários tons e cores de maquiagem, pois tudo o que você passava ele ia lá e passava no próprio corpo, com certeza atrasando ainda mais vocês dois já que ele nem se quer tinha começado a se arrumar.
"Matias, por acaso você ia usar algo roxo na sua bochecha? É só colorimetria." Responde tentando voltar a se concetrar em passar o lápis preto na sua linha d'água sem furar seu olho, que acompanha os movimentos do garoto mais um vez mexendo na sua necessaire agora pegando um curvex e franzindo o cenho tentando pensar para que caralhos servia isso.
"Mo, isso aqui é um daqueles bagulhos de tortura medieval por acaso? Não sei onde você usaria isso." Matias fala observando o objeto em todos os ângulos e colocando um dedo na abertura para em seguida fechar chiando de dor assim que sente o aperto forte. "Carajo, isso aqui é coisa do demônio com certeza."
Você morde os lábios para tentar conter um sorriso bobo, porque era impressionante como mesmo te aborrecendo, Matias continua sendo o homem mais singular e fofo aos seus olhos. Fixando seu olhar no espelho, dando um último ajuste nas suas sobrancelhas enquanto seu namorado ainda se mantinha distraído com os seus itens de beleza.
"Vem cá, deixa eu te mostrar como funciona." Diz se virando na direção dele que te entrega o curvex com uma expressão desconfiada. "Fecha os olhos." Comando segurando o rostinho atraente dele com uma mão na mandíbula.
"Que? eu não, vai que você coloca isso no meu mamilo e gira. Não gosto dessas coisas, princesa." Ele fala em um tom enojado, retraído, depois apoiando as mãos nas suas coxas para brincar com os fiapos da sua saia jeans.
"Matias, para de graça e me obedece logo." Ralha com rispidez, apertando as bochechas branquelas levemente para tentar manter a atenção dele.
"Tá bom, mas só porque você é muito linda e eu gosto de obedecer mulher bonita." Ele fala com um sorriso malicioso ao te ver estremecer quando as unhas curtinhas dele arranham sua coxa exposta, então, fecha os olhos e respira fundo.
"Seus cílios são bem curtinhos, acho que vai ficar muito bom em você." Diz se aproximando e prendendo os fioszinhos marrons na curva do objeto para dar uma definição e levantanda nos cílios do seu namorado. Quando termina de fazer dos dois lados, distribui um beijo em cada bochecha e por fim no nariz grande.
Quando você diz que ele já pode abrir os olhos, Matias abre com cautela como se fosse ter alguma grande mudança, após isso, procura o espelho mais próximo, se olhando e tentando ver a diferença.
"Ok, não mudou porra nenhuma." Reclama inclinando a cabeça em vários ângulos para tentar ver se realmente tinha mudado algo.
"É porque eu acho que funciona mais com cílios postiços." Você explica grudando a sua bochecha na dele e encarando o reflexo de vocês dois juntinhos no espelho com um olhar apaixonado. "Ei, mas até que deu uma levantanda nesse seu olhar caído de maconheiro."
Valentino Alonso
Com certeza seu dia favorito da semana era sábado, não só por ser um dia de folga em meio ao caos da semana agitada, mas também porque era o dia que você ficava o tempo inteiro junto com o seu namorado. Saíam há 4 meses, porém só tornaram as coisas oficiais no último mês tentando ir com calma e respeitar o tempo de ambos.
Só que, na maioria das vezes, você só queria mais e mais de Valentino e vice-versa. Por isso, combinaram que todo fim de semana se dedicariam exclusivamente um ao outro, aproveitando os dias lentos e preguiçosos para fazer o que queriam juntos. Hoje a programação estava um pouco mais animada já que ambos acharam que seria totalmente tranquilo passar o dia jogando mario kart, mas claro que seu lado competitivo não deixaria isso ficar assim.
"Valen! Isso não é justo! Eu ia ganhar." choraminga estressada quando pela milésima vez - um exagero, foram só umas 3 - Valentino joga um casco assim que você chega perto de cruzar a linha de chegada. "Assim nem dá vontade de jogar com você me sabotando."
"Bonequinha, eu só faço o que é preciso pra ganhar, ué." Ele responde rindo da sua raiva, sabia que não era algo grave, mas você não sabia perder de jeito nenhum, o que ele acha adorável. "Além disso, você não teve pena de mim com o fantasminha."
"Você perde pra bot e vem me culpar. Essa vai ser a última pra acabar contigo logo." Bufa irritada dando início a mais uma partida prometendo que seria a última.
Valentino gargalha abertamente com a sua ameaça vazia. Você só grunhe e lança um olhar raivoso na direção dele, escolhendo um outro personagem para tentar ganhar dessa vez. Por mais que se apaixonasse por ti em momentos que era carinhosa e gentil, não podia evitar sentir o coração acelerar mais ainda com o seu lado mais esquentadinho, mesmo quando era direcionado a ele.
"Vai rindo que daqui a pouco vai ficar sem namorada e sem video game que eu quebro tudinho."
Como esperado, apesar dos outros competidores no lobby, seu namorado guardou todos os itens para usar em você, adorando como a cada um podia ver seu ódio aumentando. Na hora que ele ia cruzar a linha de chegada na última volta, percebe que sua você estava sentada toda torta no sofá com o rosto emburrado, os olhos magoados fixos na tela, por isso, desacelara e se permite cair na penúltima curva. Na hora, você se ajeita começando a falar rapidamente como ele era ruim e quando finalmente você ganha a corrida na hora dá um pulo, largando o controle para bater palminhas animadas.
"Ai, como você é ruim, Valen." Se espreguiça com um sorriso gigante, em seguida apoiando as pernas nas coxas dele que só acaricia seu joelho. "Não segura a onda em uma curvinha, não é a toa que sempre eu tenho que dirigir quando vamos pra estrada." Zomba passando as unhas pela barba do argentino.
Ele tenta, mas não segura o riso com a sua rápida mudança de humor. Ele te adorava não importa seu temperamento, isso só o fazia ficar mais apaixonado ainda pelo seu jeitinho único. Ainda mais que Valentino sabia que você na verdade era péssima na maioria dos jogos de corrida e quando ganhava era pura sorte.
"É... eu acho que o feitiço voltou contra o feiticeiro." Ele fala saindo do jogo, mas na hora você o interrompe. Valentino sentiu um arrepio percorrer a coluna com a antecipação de qual seria sua próxima ideia.
"Não, não desliga! Agora eu quero jogar mario party." Fala animadamente já pegando o controle dele e configurando a partida para vocês dois.
Se ele quase ficou sem escutar com seus gritos no mario kart, não conseguia nem imaginar o que o aguardava em um jogo de sorte. Entretanto, não podia mentir, estava ansioso por todo momento que viveria contigo.
Esteban Kukuriczka
O seu namorado sempre busca novas formas para te animar ou mudar um pouquinho a rotina monótona que vocês tinham. No entanto, estava meio hesitante com a última ideia dele. Quando Kuku chegou com a proposta de aulas de dança para casais não conseguiu entender bem o que ele queria com isso e como ele pensou que seria uma boa. Não que você fosse péssima ou algo assim, mas aulas de danças para casais? Com Esteban que tropeça em todo lugar e até calçadas uniformes? Não sabia se isso iria curar todas as suas feridas internas com o tanto que te faria rir ou se iria te estressar ainda mais com os pisões constantes no seu pé.
Foi dito e feito. Desde a primeira aula Esteban mais pisava no seu pé do que no chão e ainda se atrapalhava todo quando ia te girar. Mesmo com as inúmeras vergonhas que ele te fazia passar, nunca sorriu tanto na sua vida quanto naquela horinha que passavam mais tentando do que realmente dançando. Eram momentos que te faziam ansiar pelo amanhã e criavam uma intimidade inigualável.
Depois de dois meses nas fracassadas aulas de dança, Esteban sugeriu uma coisa um pouco mais normal: aulas de confeitaria para casais. Apesar de saber cozinhar ambos não eram tão bons com sobremesas, por isso estavam dispostos e animados com a premissa. Só que, claramente, seu namorado cometeu um erro na hora da inscrição e colocou vocês em uma turma de intermediários, o que foi ainda mais engraçado do que as aulas de dança, pois a discrepância entre a sobremesa de vocês dois para os outros casais era evidente. Ainda mais que Kuku se recusava a usar o óculos dele afirmando que ainda enxergava bem e na hora da receita as medidas saiam totalmente incorretas.
Em comemoração ao fracasso de vocês em tudo que tentaram fazer, Esteban planejou um jantar no restaurante mais elegante da cidade afirmando que mereciam comer algo bom depois de tantas bolos com sabores intragáveis.
Agora, ambos secavam as lágrimas ao relembrar da vez que Esteban foi te girar e acabou te fazendo cair de bunda no chão.
"Sério, você é a pessoa mais sem coordenação que eu conheço e inventa essas coisas." Fala tocando o próprio rosto para massagear as bochechas que doíam de tanto rir do argentino.
Esteban estava adorável com as bochechas coradas, os olhinhos escuros reluzindo as luzes quentes do lugar e o amor por você, os cabelinhos loirinhos arrepiados com a umidade do ar e todo o resto dele que o tornava o homem perfeito aos seus olhos. Quando as risadas param, sente seu rosto corar por razões diferentes, agora que Esteban ficava sério te fitando com um olhar intenso que você não conseguia definir, mas te fez se sentir como se ele estivesse avistando uma divindade.
"Eu nem sei por onde começar isso, mas eu faço todas essas coisas com um propósito. Tenho certeza que quero e vou passar o resto da minha vida ao seu lado e se você permitir claro. Desde que te conheci senti que algo dentro de mim mudou, eu nunca estive tão bem e feliz como quando estou contigo. Nem sei o que falar mais, além do quanto te amo, o que nunca saberia definir em palavras e mesmo se soubesse não seria suficiente." Esteban fala devagar de vez em quando se atropelando nas palavras para então segurar sua mão em busca de forças e apoio, o que você cumpre acariciando os dedos grandes enquanto tentava não se emocionar com a declaração súbita de paixão. "Casa comigo, princesa?"
Simon Hempe
"Ai, Simón, eu não aguento mais." Você choraminga se apoiando dramaticamente na parede da academia. Desde que Simón te convenceu a malhar junto com ele todos os dias era a mesma história. Por ser noiva dele, pensou que talvez ele fosse pegar leve contigo quando você começasse a reclamar do peso ou do exercício. Tinha vontade de esganar ele todo dia quando ele aumentava a carga ou te mandava fazer mais repetições. Pelo menos quando chegava em casa você mostrava quem realmente comandava a relação.
"Ontem você não tava reclamando quando quase esfolou meu pau de tanto sentar, princesa." Simon sussurra apertando sua cintura e dando um beijinho no seu ombro exposto. Na hora que ele termina a frase, você se vira para encará-lo com os olhos arregalados com as safadezas que ousava dizer em um local público. Apesar de odiar quando Simon te pegava desprevinida com esses comentários sujos, não podia evitar sentir suas pernas fraquejarem por outros motivos além da musculação.
"Você tá louco? Já pensou se alguém escuta essas safadezas que você fica falando em público." Ralha com o argentino que só ri da sua reação exagerada. Ele adorava quando você ficava toda exaltada e fogosinha com as indecências que ele falava pra ti no meio da multidão. Só a sua reação já entregava que ele falou algum tipo de impureza no seu ouvido. Honestamente, Simon estava apreciando cada minuto que passava contigo, mesmo que fosse só reclamação e queixas da sua parte na maioria do tempo, mas pelo menos se viam e ele escutava sua voz, via seu rosto e te tocava. Sabia que não bastava só te pedir em casamento, tinha que continuar te conquistando a cada dia e te manter por perto. Simon não tinha um medo maior do que te perder.
"Louco eu vou ficar se você reclamar mais um vez. Aliás, você não engana ninguém com essa sua carinha, sei que adora quando eu falo safadezas." Ele diz com um sorriso perverso, dando um tapinha no seu quadril e apontando para você voltar para a cadeira de elevação pélvica onde tinham parado os exercícios depois de você pedir uma pausa que já durava 10 minutos.
Podiam passar 2, 3, 4 e até 5 horas na academia, mas Simon realmente não se importava. Mesmo com esse tempo todo juntos, quando ele viaja ainda sentia muito a sua falta, quando ia a qualquer lugar sem você não podia evitar ficar te mandando mensagens e não conseguia se separar de ti em nenhum momento, mesmo com distâncias físicas. Era desesperador para o moreno qu as vezes até quando você estava do ladinho dele, ele sentia saudade.
"Bora, doçura, prometo que quando chegar em casa vou fazer massagem no corpo inteiro" Ele fala te guiando para deitar novamente e posicionando a barra com os pesos no seus quadris, nem liga para o seu rosto emburrado que já tinha amolecido com as promessas dele, mas ainda sim, se encontrava com um bico birrento. Em seguida, se abaixa para sussurrar no seu ouvido: "Te massagear todinha com a minha língua."
Fran Romero
Lembra como quando entrou na faculdade pensando como seria sufocante nunca mais ter amigos próximos e ter que lidar com as coisas da vida adulta, caminharia uma estrada solitária até conseguir o tão almejado sucesso profissional. No entanto, não contava com a existência da melhor pessoa que podia conhecer, o seu atual namorado Francisco, que pelos mais próximos e íntimos gosta de ser chamado de Fran.
Desde o momento que se viram você sabia que seriam uma dupla imbatível, primeiro no tanto que se entendiam mesmo se conhecendo a pouco tempo e segundo porque ambos sentiam a conexão intensa. Fran era uns anos mais velho que você, pagava uma matéria contigo e colocou como objetivo pessoal se aproximar de ti na hora que te viu entrar na sala. Era tão bonita e carismática que ele não conseguia tirar os olhos da sua pessoa.
No início você hesitou, pois do nada ter um homem gigante te observando te intimidava um pouco, mas depois que ele abriu a boca e contou a melhor piada que você já ouviu sentiu toda a tensão sumir do seu corpo. A partir daí se tornaram inseparáveis até um dia Fran admitir que sentia muito mais do sentimentos amistosos por você, o que te deixou receosa porque Fran era seu melhor amigo e perder isso por causa de uma paixão te causava náuseas, entretanto Fran te passava uma segurança sem igual e era extremamente persuasivo, então começaram a namorar o que foi talvez a melhor decisão da sua vida. Não só tinha um parceiro romântico e sexual incrível, mas também tinha um melhor amigo que fazia tudo contigo e por ti.
Por exemplo agora, após passarem o dia em uma lojinha de produtos de skin care estavam ambos deitados na sua cama com máscaras faciais de remoção de cravos e outros n benefícios que vocês nem ligavam de verdade.
"¡Ay, gordis! Agora que lembrei da sua roupa nova, experimenta pra mim, porfi." Fran fala de repente se levantando, indo até as sacolas de compras de vocês e retirando o conjunto que ele te incentivou a comprar.
"Não sei, Fran." Responde baixinho, um pouco insegura, pois sabia que na emoção da compra nem se lembrava como a roupa evidenciava áreas do seu corpo que particularmente você não gostava muito de mostrar por vergonha. "Acho que eu vou trocar ou devolver, sei lá." Fala dando de ombros e fingindo estar interessada na milésima temporada de real housewives que Francisco te fazia assistir.
"Que? Não! Sério, vai ficar perfeito em você com esses peitos e essa bunda só imagino-" Ele começa a tagarelar animado até prestar mais atenção na sua expressão meio melancólica. Dificilmente, você se sentia insegura desde que começou a namorar Fran, mas mesmo assim de vez em quando pensamentos obscuros sobre a sua aparência te assombravam. "Vem cá, gatinha." Ele te chama em um tom mais calmo e com a mão estendida na sua direção.
Relutante, você levanta da cama se sentindo mais ridícula ainda de ter estae com uma máscara preta na cara. Assim que você se aproxima o suficiente, Francisco te puxa para os braços dele, descendo o zíper do vestido que você usava lentamente. Ele ajeita seu cabelo ao redor do seu rosto, depois de subir a saia pelas suas pernas com uma certa dificuldade nos quadris e coloca o top pela sua cabeça ajustando ao redor da sua cintura.
"Eu amo minha bonequinha." Ele cantarola depois colocar a roupa inteira e te empurrar para a frente do espelho grande no quarto. Seus olhos vagam por todos os defeitos que encontra, pensando como sua celulite na perna aparecia, sua barriga se sobressaia a roupa e seus ombros pareciam largos demais para as alças delicadas.
"Para, Fran." Fala tentando empurrar as mãos do argentino para longe das áreas que você não queria atenção.
"Não, não, gatinha." Ele ralha te segurando e pegando seu queixo para te fazer encarar o reflexo de vocês dois. Era realmente adorável olhando por esse lado. Seu namorado alto e magrelo quase te engolindo com o tamanho dele, as mãos grandes segurando sua cintura, os olhinhos verdes te admirando como se você fosse a criatura mais perfeita do mundo. Pareciam perfeitos por mais que as inseguranças surgissem aos olhos dos outros talvez não parecia que você se odiava em certos momentos.
"Eu sei que elogios não consertam o jeito que sua cabecinha funciona, mas aos meus olhos você é perfeita. Cada partezinha sua foi feita para apertar, fazer carinho, elogiar e amar, amorcito. Não pra odiar e xingar. Onde você vê defeitos, eu enxergo o amor da minha vida existindo. Meu maior desejo é te ver feliz e eu te adoro independente do que sua cabeça diz." Ele fala matendo os olho vidrados nos seus pelo reflexo. Sua mente relaxando devagarinho, porque realmente era um fato o que Francisco fala, mesmo que você fale que odeia suas pernas ou barriga, ele já estava apaixonado por ti e não teria qualquer fala sua que faria ele mudar de ideia. Depois de um tempo, você deita a cabeça e descansa o corpo no peitoral dele. "E eu sou teimoso demais, gordis, pode checar tá no meu signo e significado do nome Francisco." Ele fala risonho enquanto afaga sua cintura, em seguida fazendo cócegas no seu corpo até você soltar a gargalhada que segurava. Talvez não fosse tão difícil assim aceitar que você podia ser amada.
Agustin Pardella
Antes de conhecer Pardella suas férias eram sempre monótonas ou dias que você passava em casa assistindo qualquer série do momento por horas e horas. Agora sua vida era regada de aventuras, todo fim de semana ou toda folga, seu marido inventava alguma atividade ou um novo lugar para conhecerem mudando totalmente a forma como você via o mundo. Ter alguém tão especial te tirando da zona de conforto para viver mais e aproveitar a vida em boa companhia é algo que nunca pensou que conseguiria ter. E ficava mais feliz que nunca que essa pessoa é um homem que faz de tudo por ti, se declarando e demonstrando todos os dias como é extremamente apaixonado por você.
Apesar de você ser uma pessoa metódica e que gosta de sempre estar envolvida em todos os planos, se sentia confortável deixando tudo nas mãos do argentino, que adora cuidar de você e te trata como uma princesa. Agustín cuidava minunciosamente de todos os detalhes deixando sua cabecinha descansar e ficar relaxadinha só se importando em se divertir.
Por isso, nas suas férias de verão ele programou uma viagem para uma ilha paradisíaca onde fariam várias atividades ao ar livre - apesar das suas reclamações - para se conectar com a natureza e um com o outro a um nível mais profundo. As vezes, sentia que já estavam em perfeita sintonia, no entanto, seu marido te provava várias vezes que podiam se apaixonar mais e mais a cada dia.
Hoje era o último dia da viagem e Agustín planejou um simples passeio de barco para conhecerem o outro lado do litoral. Como seu homem sabia fazer de quase tudo, claro que o argentino pilotou e comandou a embarcação sozinha. Devia admitir que não acreditava que seu marido podia ficar mais lindo até vê-lo todo a caráter andando pelo barco.
"Do que precisa, capitão Pardella?" Pergunta bebericando a taça de champanhe enquanto ele se aproximava para sentar do seu lado no pequeno sofá da área externa do barco.
"Preciso da minha segunda em comando, comandante Pardella." Diz amorosamente com os olhos verdes brilhando ao colocar o chapéu de marinheiro na sua cabeça e se aproximar para dar um beijinho na ponta do seu nariz.
Você sorri, corando com a demonstração de afeto do seu companheiro. Mesmo depois de todos esses anos ele te deixava de igual uma adolescente apaixonada recebendo atenção do garoto que gostava.
"Dá pra gente mergulhar aqui, princesa, aí depois posso preparar mais uns drinks pra você enquanto voltamos." Ele fala colocando suas pernas bronzeadas no colo dele, massageando suavemente seus pés com as mãos firmes e carinhosas.
Manhosa, você se espreguiça todinha com um suspiro extasiado, murmurando baixinho uma confirmação para o seu marido. Em seguida, move as mãos para dedilhar as tatuagens no peitoral avermelhado pelo sol, tracejando o desenho como sempre fazia, já era uma mania sua e Agustín amava sentir seus dedinhos apreciando cada partezinha da pele dele.
Soltando seu pé, Pardella sussurra que sentiu saudades dos seus lábios e implora por um beijinho seu, o que você alegremente dá, sem pressa, pressionando seus lábios nos dele, gemendo baixinho com a sensação reconfortante de beijá-lo. Sua mente nunca esteve tão relaxada escutando os sons da natureza ao redor, como os pássaros cantando e o barulhos das ondas quebrando na areia junto com a sensação deliciosa das mãos e boca do seu esposo te tocando com tanto carinho. Pardella percorria seu corpo quente com as mãos gigantes ao inclinar a cabeça para provar ao máximo dos seus lábios com um gostinho suave dos resquícios de álcool do champanhe.
Mesmo com ambos ansiosos pelos planos que tinham para aquela tarde, não conseguiam sair da bolha de intimidade que criaram no meio do mar. Para outros poderia parecer que estavam perdidos, mas vocês sabiam que estavam onde pertenciam: nos braços um do outro.
Fernando Contigiani
Com certeza o sexo entre você e seu namorado era um pouco fora do habitual, te fazia ficar enlouquecida e burrinha mesmo antes dele sequer te penetrar. Só que sua parte favorita definitivamente era o pós. Fernando podia te amarrar, xingar, espancar até sua pele arder ou qualquer uma das outras coisas que você pedia para ele fazer contigo, mas no fim, sempre cuidava de ti como se fosse o ser mais delicado do mundo, o que aos olhos dele era um fato.
"Vem tomar banho comigo, princesa." Fernando diz depois de recuperar o fôlego e dando um beijinho na sua testa. Você só responde com um resmungo sonolento, fechando os olhos e deitando a cabeça no peitoral do mais velho. "Vamos logo, eu te carrego, vai." Ele fala com a voz rouca em meio a um bocejo enquanto acaricia sua cintura.
Por mais que estivesse esgotada sabia que não seria prudente deixar toda aquela bagunça e sujeira no seu corpo até amanhã já que ambos não iriam trabalhar e com certeza acordariam tarde. Então, se senta na cama, esfregando os olhos e fazendo um biquinho para ele. Fernando estica os braços acima da cabeça, em seguida se sentando e segurando sua mão para dar um beijinho, depois te puxando para mais perto dele conforme se colocava de pé.
"Segura no meu pescoço, minha querida." Ele comanda prontamente posicionando seus braços ao redor dos ombros torneados e te impulsionando para pular no colo dele, o que você faz com um suspiro assustado mesmo sabendo que ele nunca te deixaria cair.
Fernando te carrega cantarolando baixinho até o box do banheiro, onde continua te apoiando com um braço forte enroscado no seu quadril ao mesmo tempo que ligava o chuveiro com a mão livre. Garantindo que você conseguia firmar os pés no chão sem tremer, Fernando te solta e se vira para pegar o sabão, seguidamente espalhando nas mãos e então nonseu corpo suado. Ele te põe embaixo do água, com cuidado para não molhar seu cabelo a essa hora da noite,ensaboando todo a sua pele evitando esfregar áreas sensíveis pelas mordidas e tapas que te deu. Na hora que ele termina de te lavar e ia te embolar na toalha para poder se limpar também, você nega com a cabeça, pegando um pouco do sabão dele e passando pelo corpo alto e forte. Seu namorado fecha os olhos, aproveitando o toque suave das suas mãozinhas limpando-o e massageando os músculos cansados.
Quando ambos se dão pro satisfeitos depois de alguns beijos embaixo do chuveiro, Fernando coloca o roupão em você e nele, agora te direcionando até a pia para escovarem os dentes. Depois disso, ele abre sua gaveta de produtos para a pele, separando aqueles que sabe serem parte da rotina nortuna.
"Fecha os olhinhos e vira pra mim, amor." Ele te orienta abrindo cada produto e deixando na bancada prontos para passar em ti. Na hora que você o obedece, Fernando começa a suavemente aplicar os cremes e seruns em ti, cuidadosamente massageando sua pele com os dedos grandes.
Ambos saem do banheiro prontinhos para só colocar uma roupa e dormir. Já sabia que Fer também cuidava disso, portanto, só se sentou na cama, observando ele pegar no closet uma camisa do River Plate para você e um short fino para ele. Após se vestir ele vai até você tirando o roupão e pendurando no banheiro, logo voltando para colocar a camisa de time pela sua cabeça e amarrar seus cabelos em um rabo de cavalo frouxo do jeito que você gosta para se deitar.
"Espera um pouco aí, bebê, já volto para deitar contigo." Ele diz dando um selinho nos seus lábios e indo até a sala ver se tudo estava trancado.
Nesse meio tempo, você já estava se aconchegando nos lençóis quentinhos que Fernando também tinha trocado. Sua cabeça e corpo totalmente calmos e com uma sensação de paz indescritível que você só sentia quando estava com o argentino.
Fernando não consegue evitar um sorriso ao ver sua carinha sonolenta no meio dos lençóis, encarando-o enquanto suas mãos batiam no travesseiro dele pedindo que se apressasse para deitar.
"Ficou com saudades foi?" Ele pergunta risonho ao se deitar, te trazendo para deitar no braço dele e se deliciando com a forma carente qur você logo o abraçou. "Não precisa se preocupar, eu vou sempre estar aqui, princesa."
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⭐️ forgive me father. fem!reader x enzo vogrincic
🪐 minha masterlist
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» cw: smut! por favor só interaja se for +18! ; enzo!padre; infidelidade; angst + catholic gilt; fingering; masturb masculina + fem; sexo desprotegido; p in v; creampie; sexo num altar e na igreja (ops); nuances de strenght kink; enzo e leitora virgens então perda de virgindade.
» wn: omg debut solo do enzo nesse blog aqui!! e enzo!padre😯 pois é manas, call me camila creads fleabag da silva! pensei nessa ideia e depois de uma conversa com a minha querida amiga @lunitt decidi canetar!! gostaria de dizer que se alguém se sentir ofendida com esse tema religioso + culpa católica + pecados + sexo na igreja e com um fucking padre etc por favor não leia se não se sentir confortável com isso! apesar de isso se tratar de uma ficção, o tema abordado é um padre quebrando o celibato e se apaixonando, entawnnn essa é toda a trama desse one shot… mas enfim, não vou mentir, eu si diverti demais escrevendo essa 😛 espero que vocês gostem! 💞💐✨
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enzo!padre que tomou a decisão se ser devoto a religião ainda muito jovem. vindo de uma família religiosa, sempre soube a importância da fé e como seguir uma vida sagrada era um ato extremamente nobre. por mais que existissem as dificuldades, era feliz com sua decisão de ter se tornado padre, levava uma vida amena: todos os dias realizava missas e depois delas tinha a oportunidade de falar com os habitantes simpáticos da cidade pequena, foi assim que se tornou o padre favorito de várias senhorinhas, as quais em segredo sempre comentavam entre si o quão raro era ver um homem tão bonito quanto ele ser devoto apenas a sua fé.
enzo!padre que já estava acostumado com o carinho vindo das senhorinhas, tanto que reconhecia até a voz trêmula de cada idosinha na hora da confissão, conseguia identificar quem era quem apesar da madeira que separava as cabines e o impossibilitava de ver o rosto das fiéis. por isso estranhou tanto quando ouviu sua voz jovem do outro lado dizendo “Abençoa-me, Pai, porque pequei”.
enzo!padre que se esforçou para prosseguir com a confissão da mesma forma que sempre fazia, disfarçando o quando sua voz o afetou. procurou focar no que você dizia, prestando atenção em cada detalhe da história que você contava: que tinha se mudado recentemente para a cidadezinha da sua avó porque o filho de um homem importante tinha se interessado em ti, fazendo com que - de acordo com a sua família - a opção de negar o casamento nem existisse, e que talvez estivesse se precipitando pois tinha conhecido o garoto há apenas um mês, mas mesmo assim não enxergava se apaixonar por ele como algo possível.
enzo!padre que nunca tinha sentido esse frio na barriga por causa de alguém, e de forma alguma sabia como lidar com esse sentimento, não sabia o que fazer para desacelerar os batimentos quando você suspirava ou falava algo ainda mais meiga, com a voz trêmula e cheia de culpa. pior ainda quando decidiu se render aos olhos que queriam passear pela parede levemente transparente que separava vocês dois, observando com dificuldade o contorno do seu vestido branco e não conseguindo identificar se suas unhas estavam pintadas de rosa ou vermelho, mas conseguia ver perfeitamente seus dedinhos agitados que se moviam cada vez que falava, ou as palmas suadas deslizando pelo vestido curto.
enzo!padre que antes de dormir rezou uma, duas, três vezes, pedindo perdão por pela primeira vez na vida sentir tanta necessidade carnal, totalmente indevida para a sua carreira. se remexia na cama, a cabeça doía e o membro rígido entre suas pernas o incomodava mais ainda. se levantou para beber uma água, lavar o rosto, até decidiu fazer um chá enquanto perambulava pela cozinha, e enquanto a água fervia rezava com o terço em mãos, pedindo perdão e ajuda.
enzo!padre que, no dia seguinte, quase engasgou com a própria saliva quando novamente ouviu sua voz do outro lado da parede do confessionário. ainda com a cabeça ruim devido à noite mal dormida, passou as mãos nos olhos, mentalmente dizendo a Deus que já tinha entendido o recado, suplicando para Ele não puní-lo dessa forma.
enzo!padre que tinha que espantar os pensamentos intrusivos quando você repetia que não queria se casar com o ‘garoto de ouro’, pensando como você seria feliz em ser dele. desviava o olhar quando era atraído pelas suas mãos inquietas, e se repreendia quando pensava o quão macia seria a sensação delas passeando pela pele morena e intocada. pior ainda quando os olhos paravam na barra do seu vestido - dessa vez um tom de azul pastel - e o quanto um simples pedaço de tecido o causava tanta vontade de se enfiar por baixo dele, beijando o joelho exposto até a calcinha, imagem que ele inevitavelmente tinha criado na mente.
enzo!padre que te impediu de falar informações que entregariam a ele sua identidade, dizendo que as confissões sempre deveriam permanecer anônimas. apesar de ser verdade, o real motivo era que enzo já se sentia enlouquecido apenas com a imagem das suas mãos e o som da sua voz, tinha medo do que poderia acontecer com sua saúde mental se descobrisse seu nome, seu rosto, seu corpo.
enzo!padre que, nessa noite, ficou horas encarando o teto, recitando todas as orações que conhecia no quarto escuro para espantar os pensamentos sujos que vinham na cabeça. não acostumado com a sensação incômoda de ter uma ereção, lentamente desceu uma das mãos grandes pelo torso até chegar no membro duro coberto pela calça de pijama. sua intenção era de apenas aplicar uma pressão na região quente para aliviar a dor, mas o resultado foi completamente o oposto: os lábios inevitavelmente se partiram e puxaram um ar falhado. ainda por cima da calça, a mão deslizou pelo comprimento aplicando pressão e a mente foi diretamente a você: sua voz dizendo o nome dele ecoava dentro da cabeça, fazendo com que ele franzisse o cenho e apertasse ainda mais o membro que acabou de pulsar com a lembrança.
enzo!padre que não teve nem coragem de enfiar a mão por baixo do tecido, se ele não tocasse de fato no pau que com apenas com alguns minutos de estímulos liberou o líquido espesso e branquinho, talvez tudo isso seria menos pior, uma tentativa de burlar o pecado. depois de ter se esvaziado e ter feito uma bagunça na sua calça de pijama favorita, permaneceu de olhos fechados enquanto o peito subia e descia rapidamente.
enzo!padre que no dia seguinte anunciou na missa que o confessionário estaria suspenso por uma semana, com uma justificativa esparramada de que estaria atarefado com um projeto católico pessoal. sentiu até o peito pesar quando observou que as velhinhas se entreolharam e diziam “awn”, mencionando como ele era dedicado e um homem íntegro, quando o motivo verdadeiro era incrivelmente sujo, algo que elas nunca nem cogitariam que o padre enzo vogrincic pensaria.
enzo!padre que sentia como se estivesse no inferno durante essa semana, todas as noites acordando de madrugada depois de sonhar contigo: imaginando sua voz gemendo o nome dele, enquanto visualizava perfeitamente suas mãos ao redor do membro grosso.
enzo!padre que sentiu o coração parar de bater no dia que a velhinha, o filho do prefeito e a menina bonita sentaram no primeiro banco durante a missa, permitindo com que ele percebesse que a jovem tinha as mãos iguais a sua, também que o vestido era muito semelhante aos que você tinha usado durante as confissões, a forma que ela também mexia com os dedos - agora no anelar que tinha um anel de noivado - e parecia aflita, mordiscando os lábios ao vê-lo passear pelo altar. não, não podia ser… enzo pedia à Deus que não fosse você, rezava para que você fosse a mulher mais feia daquela igreja, não justamente o contrário.
enzo!padre que no final dessa missa, seguiu a moça bonita com o olhar enquanto criava justificativas e teorias para que você não fosse você. mas para a sua infelicidade, enquanto cumprimentava os fiéis na porta da igreja, sentiu os joelhos falharem quando ouviu a mesma voz doce que o assombrava desde a primeira vez que a escutou quando você disse “Paz de cristo, padre”. sua expressão era de quem tinha acabado de ver um fantasma, mas ainda bem que o seu noivo - alguns diriam extrovertido, outros metido - tomou a liberdade de o convidar para a festa que aconteceria na praça hoje à noite e falar que ele abençoasse e oficializasse seu casamento, fazendo enzo sentir um nó se formar na barriga, um sentimento novo para ele, que não conseguiu identificar que era inveja.
enzo!padre que demorou mais tempo do que deveria no banho, não fazendo as coisas sujas que o corpo desesperadamente necessitava ao pensar em você, e sim refletindo se realmente valia a pena abandonar todos seus princípios por alguém. mas porra, cada vez que pensava no fato de que você ficaria presa com esse homem para o resto da vida, quando ele poderia te oferecer tanto mais, poderia te fazer se apaixonar de fato por ele, poderia aprender como te satisfazer da maneira que você quer, da maneira que você merece. pensava se sua fé ainda estava intacta depois de você se tornar a maior devoção de enzo. não conseguia parar de pensar na forma como você o olhou, como o nome dele escapava dos seus lábios tão facilmente. a voz ecoava na mente já nublada de desejo, principalmente agora, que suas mãos inevitavelmente desceram até a ereção que palpitava toda vez que a imagem do seu rosto se contorcendo de prazer invadia a mente dele, decidindo se entregar ao pecado dessa vez, só dessa vez.
enzo!padre que decidiu não comparecer à festa da cidade que aconteceria essa noite, afinal, seria uma má ideia ir para o lugar que você estaria. por isso, depois do banho, foi em direção a igreja vazia e escura para acender uma vela enquanto tomava um chá, mas estranhou muito quando ouviu um barulho de uma mulher chorando. “olá?”, ele perguntou e ouviu a própria voz ecoar, pensou até que fosse mais uma peça que a sua mente estava pregando nele quando não obteve uma resposta e o choro baixinho não foi interrompido, mas depois de forçar um pouco a vista, percebeu que era você. sentada em um dos bancos centrais da igreja, acompanhava calada o homem que caminhava até ti, fungando e secando as lágrimas com um lencinho de pano.
enzo!padre que se sentou ao seu lado, por mais que você fosse a única coisa que o desviasse do caminho sagrado, não conseguia te ver nesse estado e não fazer nada. “desculpa, padre… eu achei que você não estaria acordado essas horas e… imaginei que vir aqui e rezar um pouco me faria bem…”, você disse entre soluços, o que fez enzo responder, “tá tudo bem… tem alguma coisa que eu possa fazer para te ajudar?”. você balançou um ‘não’ com a cabeça em resposta, ainda fungando o nariz e com os olhos molhados de lágrimas enquanto encarava o próprio colo. enzo se aproveitou da ausência da parede entre vocês para te observar atentamente: seu cenho franzido, como o peito subia e descia mais rápido que o normal, como você puxava as pelinhas no canto da unha, e mais rápido do que ele pudesse reagir, como tomou as mãos dele nas suas e pediu “ora comigo, padre? por favor…”
enzo!padre que rezou um ave maria contigo, e - por mais que estivesse atento demais na forma que o seu toque praticamente queimava a pele dele - quando você começou a chorar novamente antes mesmo da prece terminar, envolveu o braço ao redor do seu torso e sentiu o coração bater mais rápido quando você encostou seu rosto na curva do ombro dele. “shh… tá tudo bem…”, ele te confortava enquanto a mão grande fazia um carinho gentil no seu braço. “padre… eu preciso confessar…”, você sussurrou, tão baixinho que ele quase não escutou.
enzo!padre que quase desmaiou quando ouviu você dizer “ontem à noite… o meu noivo ficou até tarde em uma reunião, e eu me senti tão sozinha na cama, eu… pensei em alguém… e… me toquei… e eu sei, eu sei que é pecado… mas… foi tão…”. ele permaneceu completamente estático, não sabia o que dizer, principalmente quando você revelou que estava na mesma situação que ele: “eu sei que eu não deveria ter feito isso… e eu sei que a minha vida sexual só deve ser iniciada depois do casamento, mas… foi mais forte que eu… e agora, apesar de me sentir culpada, eu não consigo parar de pensar como foi… bom…”, você dizia em uma voz baixinha, com vergonha do que estava revelando.
enzo!padre que, por mais que soubesse que isso já passaria dos limites que a religião impõe, não segurou o pedido que saiu dos próprios lábios após alguns segundos de silêncio: “me mostra”. e quando você o olhou hesitante, ele segurou sua mão, te permitindo sentir a palma fria e suada, identificando que ele estava tão nervoso quanto você. as mãos entrelaçadas que estavam na altura dos peitos que subiam e desciam rapidamente desceram até o seu joelho exposto, e lentamente subiram até a pele da sua coxa que não estava coberta pelo vestido.
enzo!padre que encostou a testa na tua, e sussurrou “por favor…” depois de perceber que você estava ofegante que nem ele. você desentrelaçou os seus dedos nos dele, e ambos pensaram como esse era o momento perfeito de se levantar e ir embora, seria difícil fingir que nada aconteceu mas não seria pior do que pecar dentro da igreja. mas ambos estavam estáticos, não queriam deixar de sentir o ar que o outro liberava tão perto do próprio rosto, e muito menos deixar de fazer o que o corpo ansiou por tantas noites, então você segurou o pulso do homem e o guiou até a sua calcinha, fazendo com que os dois suspirassem ao sentir a mão grande encostando no tecido encharcado. ele inevitavelmente aplicou uma pressão por cima da calcinha branca, resultando em vocês dois exalando um ar entre os lábios em um formato perfeito de ‘o’ e, logo após, você movendo os dedos dele até o cós da peça íntima, permitindo que os dígitos explorassem as suas dobrinhas, a igreja estava tão quieta que era possível escutar apenas o barulhinho molhado e as respirações ofegantes.
enzo!padre que tomou a liberdade de fazer círculos com os quatro dedos que estavam dentro da calcinha - apenas o polegar estava para fora do tecido - e passavam pelo seu clitóris e perto da sua entradinha que já pulsava. “era assim… isso…”, você afirmava, o dizendo que o que ele fazia era exatamente o que você tinha feito. “enzo…”, ao gemer o nome dele, enzo voltou a realidade: percebeu que o que estava fazendo era completamente errado, mas, porra… o jeito que você gemia o nome dele, o jeito que seus olhos estavam cheinhos de lágrimas e desejo, o jeito que seus lábios estavam entrepartidos e mesmo assim segurava os gemidos, soltando um ar pesado pela boca. ele não conseguia parar, muito menos resistir, selou os lábios no seu. as línguas se esbarravam lentamente, sem nenhuma sincronização pois ambos já estavam perdidos demais no prazer, principalmente quando suas mãos pararam na coxa dele em um impulso, sentia que estavam perto demais de um orgasmo, “enzo… eu…”. “em quem… você pensou?”, ele te interrompeu, ofegante, fazendo você jogar a cabeça para trás ao ouvir a pergunta e apertar a coxa dele, perigosamente perto da virilha.
enzo!padre que quando ouviu você dizer “você… nisso… eu pensei nisso…” ofegante, não conseguiu controlar a resposta que o corpo deu. principalmente ao sentir você apertar a coxa dele mais forte para conter um gemido enquanto gozava, ele não teve outra opção a não ser se juntar a você, que de olhos fechados e com a cabeça para trás escutou um gemido falho e ofegante sair dos lábios do moreno, o qual apenas fechou os olhos que estavam fixados no seu rosto para se entregar completamente ao ápice de prazer que também se encontrava. enquanto você se acalmava do orgasmo, recuperou seus sentidos e conseguiu sentir a mancha melada que tinha se formado no tecido da túnica preta que ele usava. novamente, ambos estavam estáticos, ainda mais agora que o estrago já estava feito. mas dessa vez, antes que você pudesse falar qualquer coisa, enzo se levantou abruptamente e caminhou até seu aposento enquanto dizia “não volte mais aqui”. seus olhos seguiram a figura do homem que fechou a porta com tanta força que o barulho ecoou pela igreja escura e vazia, te deixando sozinha ali no banco, ainda incrédula com o que acabou de acontecer.
enzo!padre que, no dia seguinte, se sentia fora de si durante a missa. principalmente quando percebeu que você não estava ali, apenas seu noivo, o qual disse que a festa ontem à noite foi excelente, que ele deveria ter ido, e disse que sua futura esposa também não compareceu porque estava um pouco febril, mesmo motivo de não ter comparecido hoje de manhã. a resposta de enzo foi cheia de culpa, gaguejou ao dizer que iria orar por ela, algo que acabou passando despercebido pelo homem que não tinha a mínima ideia do que realmente se passou ontem à noite.
» oiee jah podi quebrar a quarta parede? 😛 só pra falar pra darem o play nessa música aqui pra ler esses próximos parágrafos 💞💐
enzo!padre que, essa noite, decidiu ignorar a ansiedade que sentia ao pisar na igreja escura, acendeu uma vela e logo após se ajoelhou em frente a escadinha em frente ao altar, rezando e pedindo perdão por ter desviado do caminho sagrado. enquanto orava, escutou um barulho de passos de saltinho. quanto mais alto o som, mais ele temia de ser quem ele desejava que fosse. quando ele percebeu que o barulho se cessou, hesitou em virar o olhar só acima do ombro, e quando fez isso, se deparou com sua figura parada no corredor entre os bancos, ainda distante dele. “não”, ele disse, ainda com os olhos em ti. “por favor…”, você suplicou, retomando a caminhada até o homem, o qual protestou novamente enquanto se levantava: “não”. “por favor…”, ele ao ouvir a súplica sair dos seus lábios novamente segurou a cruz do terço que tinha em mãos e o apontou para ti, “NÃO!”.
enzo!padre que queria correr de você como o diabo corria da cruz quando percebeu que você não se afastou, pelo contrário: se aproximou mais ainda, o olhando com o cenho franzido enquanto desfazia o laço do sobretudo que usava, finalmente expondo o vestido preto curto que vestia. mas enzo não conseguia se mover, por mais que os músculos do braço que erguiam a cruz falharam ao ver como a luz do luar que entrava pela janela da igreja te iluminava perfeitamente: realçando seu rosto e olhar repletos de desejo e como o vestido delineava as suas curvas. seus dedos subiram até o símbolo que te repreendia, segurou a mão que o terço envolvia e a guiou lentamente até o espaço entre seus seios, fazendo ele sentir como seu coração batia rápido. ele te encarava, a boca já estava seca e os pelos arrepiados só de estar na sua presença, principalmente agora em que os corpos estavam separados por apenas alguns centímetros de distância, mas não ousou em retirar a mão dali. você se aproximou mais do rosto do moreno, que agora tinha o cenho franzido que nem o seu e os lábios entreabertos numa tentativa de puxar mais ar para os pulmões, os narizes se encostaram quando você suplicou pela última vez: “por favor, padre…”.
enzo!padre que não conseguia pensar em nada mais além de você, e, por isso, selou os lábios nos seus de uma forma urgente, agressiva, até. as mãos grandes te puxavam para mais perto e simultaneamente apalpavam sua carne, te fazendo arfar dentro da boca do moreno enquanto as suas subiam até o os fios escuros e puxaram eles levemente. o beijo era desesperado, enzo desceu as palmas até a barra do seu vestido e segurou, puxando o tecido para cima e te deixando despida. ele tinha interrompido o beijo para que o vestido pudesse passar pela sua cabeça com facilidade, e antes que pudesse retomar, percebeu que você usava apenas uma calcinha e que seus seios estavam expostos, com os mamilos eriçados devido a brisa gelada que se chocou contra a pele pelando. os olhos passeavam pelo corpo que ele já tinha sonhado tantas vezes, hipnotizado como a realidade era melhor que qualquer produto do seu subconsciente, principalmente com você respirando ofegante que nem ele. você soltou um gemido falhado e ofegando quando enzo começou a beijar seu pescoço enquanto as mãos grandes passeavam pelas suas costas, e quanto mais os lábios desciam até seu colo, e depois para seus seios, as mãos também desciam até sua bunda e apertavam ela, com uma força que ele não tinha condições de medir agora.
enzo!padre que nem precisou te avisar para pular no colo dele quando te levantou do chão, você envolveu as pernas ao redor do quadril dele enquanto ele subia pelas escadinhas da plataforma que ele tanto profetizou as palavras da bíblia, caminhando até o altar enquanto os lábios não deixavam os seus e as palmas não deixavam de apertar suas coxas e sua bunda. ele te sentou na mesa e interrompeu o beijo para que pudessem respirar, mantendo o nariz encostado no teu. as mãos grandes subiram até seus seios e apertaram a carne macia, te fazendo arfar e chegar os quadris para frente, desesperada por qualquer estímulo. suas mãos desceram até a ereção do homem que voltou a te beijar desesperadamente, apertando levemente o membro e sussurrando contra os lábios dele dizendo “por favor…”, fazendo com que ele gemesse com os dentes cerrados e logo após enfiasse os dígitos dentro da sua calcinha, gemendo ao sentir o quão molhada você estava. ele tomou a liberdade de enfiar um dedo na sua entradinha apertada, a sensação nova com certeza doeria se você não estivesse completamente encharcada, mas mesmo assim você enfiou o rosto na curva do pescoço do moreno e deixou uma mordida ali para abafar um gemido, arrancando um dele.
enzo!padre que desesperadamente precisava estar dentro de ti, então quando você lambeu o pescoço dele até chegar ao lóbulo e gemeu “eu preciso… de você… por favor…”, retirou o dedo de dentro da sua entradinha e começou a levantar a bata que usava até os quadris, na altura suficiente apenas para liberar a ereção que doía, a outra mão se encarregava de retirar sua calcinha e jogá-la em um canto qualquer. as mãos grandes pararam na lateral do seu rosto, segurando firmemente enquanto te beijava de forma bagunçada, as línguas se esbarravam e vibravam quando gemiam um na boca do outro, enquanto a cabecinha suja de pré gozo deslizava livremente na parte interna da sua coxa, já molhada da sua própria excitação. você tomou liberdade de segurar o membro grosso que pulsava e guia-lo até sua buceta, esfregando a glande no buraquinho que queria engolir todo o comprimento logo, fazendo com que uma das mãos grandes de enzo parassem na sua nuca e apertassem ali, enquanto vocês gemiam com a sensação inédita.
enzo!padre que deixou você tomá-lo no seu tempo, o puxando pela bunda para que ele se enfiasse todo dentro de ti. e quando você afastou ele só para o puxar para mais perto de novo, instruindo ele a te fuder, os braços fortes cobertos pelas mangas pretas da vestimenta envolveram seu torso, enquanto a outra mão segurava sua nuca para que você não tirasse seus olhos do dele, que te encaravam os seus com desejo - algo que não se atreveria a fazer mesmo se ele não quisesse. as suas mãos puxavam o cabelo escuro a medida que ele saia e entrava em ti, a dor que sentiu por alguns instantes se transformou completamente em prazer, arrancando gemidos manhosos de você e que ficavam mais altos a cada barulho grave que saia da boca que beijava seu pescoço, seu queixo, sua bochecha e sua boca de forma desordenada. você envolveu suas pernas ao redor do quadril de enzo, os quais faziam movimentos cada vez mais desordenados, ele também fala frases sem conexão entre os gemidos, fazendo você segurar o rosto dele e colar sua testa na dele, novamente fazendo um contato visual enquanto ambos gemiam com cada estocada.
enzo!padre que voltou a te beijar quando sentiu que estava prestes a transbordar dentro de ti, soltando um ar pesado pelo nariz enquanto a língua envolvia a sua e se esvaziava dentro da buceta que pulsava ao redor do membro sensível. os braços de enzo te abraçavam com força enquanto a virilha dele ainda encostava e desencostava na sua, dessa vez mais lentamente, fodendo mais fundo a porra que ele tinha acabado de deixar no seu interior, o beijo também desacelerou para que vocês pudessem se recuperar do quão intenso tudo isso tinha acabado de ser.
enzo!padre que percebeu que, agora, a sua única devoção era você, que o único altar que ele queria louvar todos os dias era seu corpo. então, antes mesmo de sair de dentro de ti, disse ofegante “foge comigo”. seu rosto expressava hesitação, mas a forma que seu coração bateu mais forte ao pensar como seria viver com enzo te confirmou que era isso que você queria. “mas… como a gente vai fazer isso?”. “eu não sei… eu só sei que eu quero ficar com você pra sempre”.
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» wn2: gente infelizmente eu pensei em uma coisa aqui e preciso plantar essa sementinha na mente de vocês: E SE ele ficou completamente biluteteio das ideias e tudo isso só aconteceu na cabeça dele. makes u think fr 🚬 (no caso eu escrevi tudo isso pensando que aconteceu mesmo tá bem mas achei esse pensamento legal e quis compartilhar, MAS E AÍ GOSTARAMMM?!! ficou bem grandinho né mas oh well camila yapper = fork found in kitchen 😛☝🏻
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anii-anorika · 7 days
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Só eu que me sinto ofendida quando alguém me dá de presente uma roupa de um número maior?
Tipo... Você me vê desse tamanho??? Eu sou tão gorda assim??
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groupieaesthetic · 4 months
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"Profissionalismo em primeiro lugar"
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Você sempre foi muito profissional. Ser uma atriz tinha suas fortunas mas também exigências.
Um dos cuidados que tomava era de não sair transando com qualquer pessoa. Devia respeitar sua privacidade e corpo.
Quando foi chamada para fazer parte do elenco de A Sociedade da Neve botou na cabeça e assim fez. Sem transar com ninguém.
Óbvio, se for tirar a vez que Matías apareceu no seu AP para falarem sobre o filme, e você acabou a noite com você quicando nele no sofá da sua sala, enquanto ele gemia e implorava pra gozar em você.
"Deixa vai, deixa eu fazer você sentir a minha porra escorrendo da sua buceta" Ele gemeu apertando sua cintura. E tudo que você fez foi responder com um tapa na cara do rapaz, e continuar com oque seria a melhor sentada que ele ja recebeu.
Depois disso parou! Acabou!
Ta, teve a vez que durante a troca de figurinos o Pipe te viu sem camisa, so com um sutiã rendado, e tudo que você sabia era que duas horas depois tava no carro que ele alugou sentando nele enquanto ele gemia seu nome.
"Isso, continua vai bem...assim..." Ele apertou sua cintura e fechou bem os olhos
Você gemia o nome dele com prazer, sentia o pau dele dentro de você, sentia o desespero dele em gozar e te sentir gozando.
"Felipe...eu vou gozar" Avisou ele enquanto aumentava a velocidade das quicadas
Se alguém passasse na rua naquela hora, certamente viria o carro vermelho com os vidros embaçados, e a vaga imagem sua no colo dele.
"Goza vai nena, geme meu nome..." Foi com ele falando aquelas palavras no seu ouvido que você gozou. Gemeu alto enquanto apertava ele, e (demorando até) Pipe gozou também, segurando bem você e dando milhões de beijos no seu pescoço.
...
Após isso só teve aquela vez com o Fran. Que na real foram duas, porque uma foi quando você chupou ele no quarto do hotel que você tinha ficado, e a outra ele voltando no dia seguinte para retribuir o favor.
"Fran, não precisa sério" Disse enquanto o loiro descia pelo seu corpo, deixando beijos molhados na pele exposta
"Claro que precisa (seu apelido). Precisa muito... eu preciso..."
Lentamente ele tirou sua calcinha e começou a chupar você. Sentia a língua dele passar lentamente pelo seu botaozinho, usando o dedo para provocar sua entrada.
"Você é deliciosa mulher" Foi a última coisa que ele disse antes de enterrar o rosto de vez na sua buceta, e te fazer gozar forte naquela cama de hotel.
E foi... sua vida sexual com o elenco do filme da Netflix acabou ali.
Óbvio, você as vezes se lembra que quando termiram de gravar Pardella chamou você para um jantar na casa dele, para aproveitar que os filhos não estavam.
O jantar foi delicioso, e ele e a esposa dele também...
Até hoje não sabe como foi de estar na cozinha conversando com a mulher dele, para estar deitada na cama do casal do Agustín metendo o pau dele em sua boca, enquanto a esposa do mesmo chupava você e metia os dedos dela na sua buceta.
"Isso vai, assim mesmo" Você gemeu apertando um pouco os cabelos da mulher dele, e logo soltando um "me desculpa"
Pardella riu e deu um tapinha na sua cara.
"Se você soubesse nena" Tirou o pau da sua boca e fez um carinho na bochecha esquerda "A quanto tempo estávamos planejando fazer isso com você" Escutou a risada fraca da mulher dele e sorriu
Quem disse que ser marmita de casal é ruim, é um grande mentiroso.
Seguido dessas vezes foram duas pra finalizar.
Quando depois de terminar o filme o Esteban te convidou para ver a peça dele. É claro que você aceitou, tanto por gostar de teatro, e porque também é claro, é o Esteban.
Depois que a peça terminou ele te chamou pra ir pra casa dele, e com a desculpa que tava muito tarde, uber era perigoso e Deus te livre pegar ônibus naquela hora, acabou dormindo na casa dele.
Resultado: Esteban brincou como sabia que você já tinha dado pra 2 integrantes do elenco (coitado), você fingiu estar ofendida e ele ficou todo:
"Ai desculpa, nao sei porque disse isso" Colocou as mãos no rosto e fechou os olhos "Me desculpa..."
"Kuku tá tudo bem" Disse tirando as mãos do rosto do rapaz "Você não mentiu dizendo isso" Riu e ele riu também
"E você faria de novo?"
"Faria" Ele te olhou sério. Bem no fundo dos olhos "Mas acho que prefiro dar preferência pra quem não foi ainda"
Os dois sorriram e logo você sentiu a mão dele em seu pescoço te puxando para um beijo.
Minutos depois você estava na cama de Kukuriczka, nua com ele em cima de você metendo o pau dele dentro de ti.
"Vai mais rápido Esteban, por favor" Pediu para ele que sorriu por conta do quão manhosa sua voz saiu
"Calma, calma..." Beijou seu pescoço e deu algumas mordidinhas "Temos a noite inteira minha querida, deixa eu matar essa vontade de você vai"
Esteban penetrava você lentamente mas com força. Sentia cada centímetro do pau dele entrando e saindo de ti. Gemia o nome dele e arranhava as costas do ator, deixando ele inteiramente marcado.
"Eu queria fazer isso desde a primeira vez que te vi" Começou a acelerar as estocadas e levantou um pouco suas coxas para ir um pouco mais fundo "E quando soube que os outros tinham conseguido..." Antes dele finalizar a frase acertou seu ponto G te fazendo gemer e segurar ele ainda mais forte
"Continua vai, bem assim Esteban"
O tempo se passou e os dois gozaram juntos.
Na manhã seguinte, antes de você ir embora Esteban te comeu com todo o carinho do mundo, na mesa da cozinha dele, te deixando totalmente satisfeita.
Depois disso foi o Enzo.
Ironicamente foram contratados para o mesmo ensaio fotográfico. (Aquele que o Enzo postou as fotos recentemente no Instagram).
Ele ficou brincando como a roupa que você usava te deixava "gostosa pra caralho, uma pena que não rolaria nada entre a gente não é?"
Infelizmente, esse papo de rei da coitadolandia do Enzo deu certo.
Você chamou ele pro pequeno apartamento que havia alugado, e quando deu conta já estava no banho com ele, num sexo pós sexo.
A água cai e molhava os corpos dos dois. Você estava com a bunda empinada enquanto Enzo te penetrava com força enquanto gemia de prazer.
"Ah nena" Segurou seu pescoço fazendo suas costas grudarem no peito dele "Nem parece que eu tava fodendo essa bucetinha a uns 20 minutos atrás não é?"
Você sorriu e gemeu em resposta.
Vogrincic era tão bom. Sabia usar os dedos sem tirar todo o mérito to pau dele que entrava e saía se você com maestria.
Enquanto você gemia alto, pedindo pra ele continuar metendo em você, ele dava tapas estralados em sua bunda.
Quando estava prester a gozar, tirou o pau para fora e te fez ficar de joelho.
Com rapidez você colocou o pau dele em sua boca, e chupou ele tão bem, que viu o uruguaio revirar os olhos enquanto soltava um "porra mulher" sentindo o pau dele ir no fundo da sua garganta.
...
...
"Gatinha?" Ouviu Símon te chamar
Ergueu o rosto e viu o rapaz parado na porta do banheiro apenas com uma toalha na cintura
"Oi" Sorriu e tentou disfarçar a cabeça perdida em pensamentos
"Pensando no que em?" Hempe foi se aproximando de você e deitando por cima de ti na cama "Ja ta com vontade de outra?"
A menos de uma hora atrás, você e Símon estavam comemorando a nova série dele, e seu contrato com a netflix para estrelar um spin-off de Stranger Things.
A comemoração foi com vocês transando na cama dele, enquanto você gemia com ele metendo em você. Com suas pernas nos ombros dele, fazendo o pau do mesmo ir mais fundo ainda, te causando mais prazer ainda.
"A vontade ainda ta surgindo" Respondeu a pergunta dele, brincando com a toalha presa na cintura do mesmo "Logo logo eu beijo esse pescocinho pra ter você metendo em mim"
"Vou ficar no aguardo minha princesa" Deu um selinho em seus lábios e um tapao em sua coxa te fazendo estremecer.
Sabe, talvez a sua pequena falta de profissionalismo não seja algo tão ruim assim...
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