Tumgik
#por lo del capítulo de hoy...
yume-fanfare · 4 months
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ive spent nearly all day watching inazuma eleven i love this series sm
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sunaether · 10 months
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Mis hermanos me están guilt tripping por haberme spoileado jjk hace un par de semanas al punto en que ni siquiera puedo charlar con ellos qué opinamos después de ver los capítulos porque "cuál es el punto?"
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deepinsideyourbeing · 5 months
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Enzo viendo como te hacés el skincare, te maquillás...
Simplemente él siendo el mejor novio del mundo
Necesito cariño jaja
Fluff ♡
Enzo recuerda el horror en tu rostro cuando en una de las primeras citas confesó no utilizar protector solar, así como recuerda la reprimenda que recibió y la forma en que lo arrastraste a una tienda para conseguir productos adecuados para su piel.
El recuerdo parece demasiado lejano mientras te observa a través del espejo, pero la forma en que cuidás de él sigue siendo la misma: una mascarilla cubre su rostro y el líquido que embebe la tela es frío, helado, pero la sensación de tus dedos en su cabello logra distraerlo.
-¿De qué era esto?- pregunta y frunce los labios en un gesto tan típico suyo. Se estira para tomar el diminuto gotero que contiene el aceite que utilizás para hidratar sus puntas y lee-. Almendras.
-Era el que te gustaba, ¿o no?
Recuerda cómo solías tratar su cabello cuando la dieta que realizó para una película provocó que este se debilitara, también recuerda los masajes en sus extremidades adoloridas y su sienes. Asiente.
-Bueno, ahora te toca- se pone de pie y ocupás el asiento frente al tocador. Toma un cepillo y desenreda tu cabello, comenzando por las puntas y asegurándose de deshacer cualquier nudo antes de continuar.
Coloca un par de gotas en la palma de su mano y frota sus palmas para esparcir el producto antes de colocarlo sobre tu cabello. Cuando el aceite en las yemas de sus dedos es mínimo masajea tu cuero cabelludo y oye un sonido de aprobación surgiendo desde tu garganta.
Recoge tu cabello y utiliza uno de tus broches favoritos para asegurarlo en su lugar. Acomoda un mechón corto tras tu oreja y besa tu mejilla, su mirada encontrando la tuya en el reflejo.
-¿Querés ver una película? Todavía tenemos tiempo.
-No sé- arrugás la nariz-. ¿Dónde quedó el libro que estabas leyendo hoy?
-¿Por...?
-Quería escucharte leer un ratito.
Te sonríe y corre a buscar el libro que dejó olvidado en algún rincón del departamento que comparten. Cuando regresa te encuentra recostada sobre tu estómago, tus piernas balanceándose en el aire y los dijes (uno por cada aniversario) en tu tobillera tintineando.
En lugar de retomar la lectura decide leer el capítulo desde el inicio para ofrecerte un poco de contexto. No puede evitar perderse una y otra vez, sus ojos dejando las páginas para centrarse en tu rostro y encontrando tu mirada fija sobre sus labios en cada ocasión.
Faltan aún un par de horas para que ambos deban dejar la comodidad de su hogar y él pueda ver cómo colocás rímel en tus pestañas, rubor en tus pómulos y en tus suaves labios un gloss que dejará marcas en todo su cuerpo.
Otro dije aguarda su turno pacientemente, oculto dentro de una pequeña caja aterciopelada que Enzo escondió en el armario.
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livistud · 2 months
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Hay cartas románticas y luego están éstas que te hago cuando siento que el corazón me va estallar de amor, y no, no siento que sea mi debilidad ni mucho menos; me hace recordar que podría sentir muchas cosas pero hoy mi amor es por ti. Puedo decirte que no soy poeta, pero la mayoría del tiempo siempre había sido de escribir para mi misma, ahora mis noches suelen ser de crear versos para ti o tratar que algo rime con lo que me haces sentir. Eres la poesía que no sabía que podía escribir, el suspiro que no sabía que podía dar y sé hoy todas las veces que he hablado con Dios orando por un amor donde me brindara sus brazos como mi refugio y en sus besos mi hogar encontrar no han sido en vano; y aún así, si pudiera reescribir mi destino, cada línea llevaría tu nombre y cada capítulo hablaría de nuestro amor. Así que hoy a Dios le pido que por favor te proteja, porque realmente no importa como acabe esto pero que él no te pierda de vista, que no te desanimes, que siempre te de fuerza para levantarte; y que toda las personas que conozcas sean gentiles, gente cálida, porque sé que muchas personas se han dado cuenta pero eres muchas cosas buenas y sé que mereces más que eso en tu vida. Mereces tantas cosas buena, mereces todo lo bueno que la vida pueda ofrecerte y aun así quedaría en deuda contigo. Y sé que no será fácil, que va ser difícil y que habrá noches donde el pensar si es lo mismo aún seguirá ahí, pero hoy con seguridad te puedo decir que te querré con todo lo que soy y todo lo que tenga, sea bueno, malo, tristeza o felicidad, todo. Porque sin ser gato, ni nada que se le acerque, sin poseer más de una vida, moriría siete veces por una sola vida contigo. Genuinamente te puedo decir, D, es hermoso; pensar que te adoro tanto.
l i v i s t u d
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Capítulo 1: Introducción a los Emishi. Sean bienvenidos amantes del mundo japonés a una nueva publicación, en esta ocasión vamos a hablar sobre los emishi dicho esto pónganse cómodos que empezamos. - Para empezar, el término emishi hace referencia a todas las tribus y pueblos que vivían y que todavía viven al norte de Japón es decir la mitad norte de Tohoku, incluida hokkaido a este pueblo se le denominaba y se le denomina todavía a día de hoy Ainu, considerados los primeros pobladores del archipiélago a lo largo del siglo XVI hubo una serie de campañas militares para controlar dicho territorio aunque ya en el siglo VII siglo VIII después de Cristo durante el apogeo del clan yamato crearon una serie de fortalezas al norte para mantenerlos a raya. De hecho eran denominados bárbaros del norte que además se revelarán en más de una ocasión bajo el dominio japonés sin resultado alguno, actualmente se les da un reconocimiento a esta cultura, que en el pasado no lo tuvieron, como por ejemplo hay un museo dedicado a ellos y a su cultura. - Espero que os haya gustado y nos vemos en próximas publicaciones que pasen una buena semana. - 第 1 章: 蝦夷の紹介。 日本世界を愛する皆さん、新しい出版物にようこそ。今回は蝦夷について話します。とはいえ、気を楽にして始めましょう。 - まず、蝦夷という用語は、日本の北、つまり北海道を含む東北の北半分に住んでいた、そして今も住んでいるすべての部族と民族を指し、この民族は現在もアイヌと呼ばれていると考えられています。 16 世紀を通じてこの列島に最初に定住した人々は、その領土を支配するために一連の軍事作戦を行ったが、すでに 7 世紀から 8 世紀にはヤマト氏の全盛期に、彼らは北に一連の要塞を築き、領土を維持していた。湾。実際、彼らは北の野蛮人と呼ばれていましたが、日本の統治下でも何の成果も得られずに何度も姿を現しましたが、現在では、この文化は、例えば、そこでは過去にはなかった認識を与えられています。は彼らとその文化に特化した博物館です。 - 気に入っていただければ幸いです。今後の投稿でお会いしましょう。良い一週間をお過ごしください。 - Chapter 1: Introduction to the Emishi. Welcome lovers of the Japanese world to a new publication, this time we are going to talk about the emishi, that being said, make yourself comfortable and let's get started. - To begin with, the term Emishi refers to all the tribes and peoples who lived and still live in the north of Japan, that is, the northern half of Tohoku, including Hokkaido. This people was called and is still called Ainu today. , considered the first settlers of the archipelago throughout the 16th century there were a series of military campaigns to control said territory although already in the 7th century 8th century AD during the heyday of the Yamato clan they created a series of fortresses to the north to keep them at bay. stripe. In fact, they were called barbarians of the north who also revealed themselves on more than one occasion under Japanese rule without any result. Currently, this culture is given recognition, which in the past they did not have, such as, for example, there is a museum dedicated to them and their culture. - I hope you liked it and see you in future posts, have a good week.
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analisword · 7 months
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high infidelity (Enzo Vogrincic x Fem! Reader)
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summary:
Alana Lomelí tiene todo lo que alguna vez soñó: Un best selling en Latinoamérica, un departamento en España y un novio para compartir sus triunfos, sin embargo, todo cambia una noche, cuando su actor favorito le confiesa que ella es su autora favorita. 
Or
En donde Enzo y Alana se encuentran el uno al otro cuando ambos estaban perdidos.
Inspired by high indelity and tolerate it de taylor swift.
tw: infidelidad por parte de enzo y protagonista, uso de alcohol y otras drogas, smut eventual. La mayoría de la escritura será en lenguaje neutro, una disculpa de antemano si utilizo modismos incorrectos:).
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Capítulo 1.
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—Muchas gracias por todo—dice Alana amablemente mientras le abre la puerta a Julieta, su estilista de confianza. 
—Gracias a ti—dice ella—. Ya sabes, si se te empiezan a soltar las ondas…
—Dejo que lo hagan y no meto mato—termina la oración, recordando como en el último evento al que asistió, arruinó su  peinado intentando componer un rizo suelto. 
—Eso es—dice riendo—. Mucha suerte hoy. 
—Vale, gracias—le responde cerrando la puerta una vez se marcha del departamento. 
No necesita suerte. 
No la necesita porque no está nominada a ningún premio, no tiene que presentar artistas o entrevistar gente que no conoce, simplemente se dedicará a ver una premier de una película independiente, beber alcohol gratis y comer palomitas, un viernes bastante apetecible a decir verdad. 
Hace dos años y medio que se mudó a Sevilla, antes de eso, nunca había visitado Europa, y la primera vez que lo hizo, se quedó. 
Nunca se hubiera imaginado viviendo en España, fuera de su país  y fuera de su familia, pero todo cambió cuando le ofrecieron un nuevo trabajo a Sebastián.
Sebastián  era su novio desde hace largos cuatro años, se conocieron precisamente por el trabajo, cuando él fue el encargado de editar su libro de fantasía, el chico hizo un trabajo impecable, como de costumbre, y el libro terminó siendo best selling en Latinoamérica, cosa que hasta el día de hoy, Alana encontraba como algó impactante y maravilloso. 
Decidieron separar su relación del trabajo, por lo cual el resto de libros de la saga (otros tres en total) fueron editados por otra colega, eso no fue impedimenta para que el resto de los libros fueran igual de aceptados que el primero, actualmente, Alana era una de las autoras más proclamadas del habla hispana, firmando contrato con una editorial que le daba libertad de escritura, escuchaba sus opiniones y conseguía que asistiera a eventos divertidos: la premier de una película underground en el teatro más grande la ciudad. 
Después de quemarse las pestañas durante cuatro años, consiguiendo de alguna manera escribir un libro por cada uno, Alana decidió tomarse unas vacaciones, aún así, sus dedos picaban por seguir creando, por lo cual actualmente se dedicaba a leer y corregir los manuscritos de Sebastián, el cual había decidido escribir su propio libro a la par de editar para otros autores, para este punto, a Alana le parecía un poco irónico todo el asunto, pues cuando acordaron separar el trabajo de su relación, no pensó que eso significaría leer los cientos de relatos sin terminar del chico mientras que él no se dignaba a leer nada de lo que ella hacía, pero no quería culparlo, sabía más que nadie que su novio se encontraba lleno de trabajo hasta las narices, y cuando no lo estaba, él mismo buscaba encontrarse en aquella incómoda situación. 
—Me da mucha pena no acompañarte hoy—dijo Sebastián viéndola desde el marco de la puerta mientras que ella terminaba de aplicarse la última capa de rubor, Alana hacía su maquillaje para todos los eventos a los que iba, era una de las cosas que más le apasionaba, sin embargo, su rebelde cabello sólo podía ser domado por Julieta, por lo cual la mujer siempre trabajaba en su melena mientras que ella se maquillaba. 
Alana hizo una mueca mientras lo veía por el espejo, Sebastián llevaba la misma camisa con la que se había dormido y un short de ejercicio, unas profundas ojeras decoraban su rostro y su barba estaba mal afeitada, los últimos meses habían sido así, Sebastián se la pasaba más tiempo en su propio estudio del departamento que a su lado, nuevamente, Alana no quería culparlo, pero no pudo evitar sentir una punzada de coraje en su pecho, no era el hecho que Sebastián hubiera decidido no acompañarla a la premier, era el hecho de que nuevamente había decido no pasar tiempo con ella, Alana hubiera cambiado su costoso vestido (prestado, claro) y sus lujosas joyas (rentadas) por quedarse en casa aunque sea viendo una película con su novio, llevaban meses sin pasar tiempo juntos y sin hacer otra cosa actividad recreativa que no fuera hacer el desayuno o las compras del supermercado. 
—No pasa nada—mintió devolviendo la mirada a su reflejo, al menos se veía guapa—. Sé que estás ocupado. 
—No tienes idea, creo que acabo de escribir lo mejor de toda mi vida—dijo emocionado, Alana le sonrió sinceramente, ignorando el hecho de que el chico decía eso cada vez que escribía un nuevo capítulo para el thriller que se encontraba creando. 
—Estoy segura que sí, cariño—dijo ella viéndose por última vez y tomando su pequeño bolso de la cama. 
—Sabes que al menos te llevaría al teatro, pero…
—Estás ocupado—lo interrumpió—. Ya lo sé. 
Sabía a ciencia cierta que Sebastián mentía, hace tres semanas, Alana se había despertado en la madrugada por unos horribles retorcijones en el abdomen, unos mariscos le habían caído pesado y la chica vomitó una cantidad de veces que ni siquiera sabía que eran posibles para el cuerpo humano, cuando buscó con su brazo a Sebastián en la cama no lo encontró, y cuando le pidió que si por favor la podía llevar al hospital mientras él se preparaba un café, él le dijo que tomara un taxi. 
Porque claro…estaba escribiendo lo mejor de su vida. 
Sebastián apretó los labios apenado, al menos tenía la decencia de fingir importancia, sabía que cuando dejara de hacerlo, sería el quiebre para ellos. 
A veces se sentía que estaban en la cuerda floja, pero ella no podía simplemente tirar cuatro años de relación a la basura, se había mudado a un jodido continente desconocido por él, eran el apoyo del uno al otro, en la extraña y retorcida manera de Sebastián.
O tal vez Alana era tan estúpida como para quedarse en un lugar donde ya no sentía bienvenida por el simple hecho de sentir miedo a estar sola. 
—Te esperaré despierto—le aseguró él dejando un pequeño beso en su mejilla, al menos Alana sabía que eso sí era verdad. 
—De acuerdo, ya llegó el taxi—dijo ella viendo su celular.
—Diviértete. 
El viaje hacia el teatro fue tranquilo y la llegada fue más explosiva de lo que imaginaba, el lugar estaba repleto y desde la calle había una especie de alfombra roja donde le obligaron a caminar, Alana no era famosa en el mundo del cine pero ciertamente era conocida, adoraba el séptimo arte y aunque fuera un sueño bastante loco, le encantaría que alguna vez llevaran alguno de sus libros a carne y hueso. 
Había celebridades de todo tipo, ella se tomó fotos con los que conocía y admiraba y le sonreía a los que no, la presentación de la película fue bastante emotiva (como suelen hacerlo) y al finalizar la transmisión, comenzó la fiesta. 
Alana no dejó mostrar su incomodidad mientras se paraba en uno de los pilares del teatro y tomaba una copa de champagne, era introvertida, por lo cual no solía hacer muchos amigos en eventos como estos, pero no podía negar que se estaba divirtiendo, la película había resultado medianamente buena, adoraba la comida de cine y el alcohol le sabía delicioso. 
—¿Alana Lomelí?—un acento bastante dulce y diferente al español que había estado escuchando durante toda la noche la sacó de sus pensamientos, ella se giró a ver al protagonista de aquella melodiosa voz e inmediatamente se ahogó al verlo. 
Literalmente se ahogó: el champagne se fue por el orificio equivocado, quemando su vía aérea,  comenzó a toser tan fuerte que algunas personas la miraron con preocupación y vergüenza ajena, el actor  levantó su mano, como indicando que estaba por tocarla y después comenzó a palmear su espalda. 
¿Qué mierdas hacía Enzo Vogrincic evitando que ella muriera asfixiada?
¿Y por qué mierdas sabía su nombre?
 ¿Y por qué mierdas era jodidamente guapo?
—Perdón si te asusté—se disculpó con una tímida sonrisa una vez que ella dejó de toser y abrir la boca como un pez fuera del agua, sentía lágrimas en las orillas de sus ojos y su garganta aún picaba un poco, un  frío recorrió su espalda una vez que la enorme mano de Enzo dejó de tocarla, quién sabe si había sido su intención, pero sus palmadas habían sido fuertes aunque efectivas. 
Y seguramente las ondas que le caían por la espalda ya estaban arruinadas. 
Y por primera vez, no le importaba que Julieta la regañara si llegaba a ver las fotos. 
—¿Me hablas a mí?—preguntó ella sintiéndose estúpida apenas las palabras abandonaron su boca, se golpeó la frente mentalmente. 
—Ehh, sí—dijo él riendo, ¿qué siempre estaba feliz?—. Al menos que exista otra Alana Lomelí por aquí—dijo él levantando las cejas como escaneando el lugar. 
Para este punto de su carrera, Alana ya estaba algo acostumbrada a conocer gente famosa, pero nunca se le había pasado por la mente encontrarse con su jodido actor favorito y mucho menos que él supiera de su existencia. 
—Perdón—se disculpó nerviosamente—. Es que wow, soy en verdad una gran fanática tuya. 
El chico le sonrió dulcemente y se llevó la mano al pecho, como si su corazón se hubiera llenado de la confesión de la chica, ella no pudo evitar sonreír estúpidamente. 
Dios, qué bueno que había aceptado venir. 
—Lo mismo digo—dijo él—. Me leí la saga completa de arco de sangre, uff—expresó resoplando al final.
Alana parpadeó varias veces, los recuerdos de los años anteriores invadieron su mente rápidamente, ella escribiendo en su habitación hasta la madrugada, en la biblioteca de la facultad después de sus exámenes, en casa de Sebastián una vez inició con el manuscrito del segundo libro, todo tomaba sentido cuando la gente le decía que en verdad leía lo que escribía, que habían tenido un buen tiempo haciéndolo, incluso cuando la odiaban por matar a sus personajes favoritos, ahora en este mismo instante, mientras Enzo Vogrincic le decía que se había leído la saga completa, todo tomaba sentido. 
Sintió la sangre subir por sus mejillas y un calor extraño en el vientre, tuvo que bajar la mirada a su copa, usualmente no se sentía intimidada por la gente, pero Enzo estaba parado ahí, con su cabello largo perfectamente peinado pero despeinado, con una piel reluciente y bronceada y un perfecto traje, se dio cuenta que sus ojos eran más claros que en las fotografías o en vídeos, la cámara no le hacía justicia para capturar la belleza y aura que emanaba. 
—Vengo siguiendo tu trayectoria desde años, desde el teatro hasta el cine—le informó rápidamente, sintiéndose como una adolescente que acababa de conocer al cantante de su boyband favorita, Enzo le regaló una sonrisa que mostró todos sus dientes y de pronto se sintió como si se encontraran solos en el lugar y no estuvieran repletos de gente y flashes de cámaras. 
—Sos mi escritora favorita de habla hispana, sos una genia—dijo él abriendo sus ojos, Alana sintió un tirón en su corazón al escuchar esas palabras, Enzo jodido Vogrincic le había llamado genia. 
Ya podía morir en paz. 
—Esto significa muchísimo para mí, muchas gracias—agradeció y dio otro sorbo de champagne, sintiéndose agradecida de que el coraje líquido estuviera haciendo su efecto. 
—¿Conocés a Rodri de hace mucho?—preguntó él casualmente, Alana supuso que el chico se refería a Rodrigo Saltz, el director de la película que acababan de ver, Alana cayó en cuenta que estuvo sentada durante más de tres horas en el mismo lugar que Enzo Vogrincic sin tener idea alguna al respecto. 
—No realmente—respondió sinceramente a decir verdad, no conocía a nadie del electo o staff de la película, había asistido únicamente porque Maricia, su agente, la había invitado—. Pero soy muy fan del cine, desde que me mudé acá he estado asistiendo a este tipo de eventos. 
—No sabía que te encontrabas viviendo acá, sos de México, ¿cierto?
—Sí, ya voy para dos años viviendo acá, me mudé por el trabajo de mi novio.
—Ah, qué interesante—respondió él inclinándose en el muro y entregando su completa atención—. ¿Escribe también?
—Sí, algo así—respondió—. Fue el editor de arco de sangre y ahora se encuentra trabajando en su primer libro. 
—¡Ah! ¿Editó toda la saga?
—No, sólo el primer libro—informó, se sentía culpable, pero hablar de Sebastián de pronto le aburría. 
—El segundo es mi favorito—informó él para después tomar una copa de la bandeja que un mesero iba pasando, Alana inclinó la cabeza con gesto de curiosidad al escucharlo—. ¿Qué?—preguntó al notar la reacción de la chica. 
—No te creo—respondió ella, el segundo había sido su libro favorito al escribir, pero también había sido el menos aclamado por el público y el que peores reseñas tuvo (dentro de las tantas buenas) incluso se pensó cancelar la saga completa, pues por un momento pensó que a la gente no le había gustado tanto por haber sido editado por una persona diferente y no Sebastián. 
—Es verdad—dijo él—. Fue donde más protagonismo le diste a Luther, que por cierto, es mi personaje favorito. 
Alana no pudo evitar morderse el labio inferior, Luther era el protagonista masculino de su saga. 
Dios, Enzo no tenía idea alguna…
—¿Sabes? Casi cancelo la saga entera precisamente por ese libro—dijo ella alzando su copa. 
—Nah, no te creo—dijo él con el mismo tono que ella había empleado momentos atrás. 
—Te lo juro—respondió—. Al público no le gustó mucho. 
—Estás jodiéndome, a ver, que tengo ese libro en mi GoodReads y sé que a la gente le encantó—gritó pues la música era alta y los cientos de voces se mezclaban entre su conversación—. Yo mismo le di 5 estrellas, la reseña estará por ahí si la buscas. 
Nota mental: Buscar la reseña de Enzo apenas llegara a casa. 
—Bueno, tal vez tenía algo de problemas para aceptar las críticas cuando recién inicié—confesó, precisamente por eso no le ponía mucha atención a las reseñas, no le tomó mucho tiempo en darse cuenta que Enzo emanaba una confianza que te hacía querer hablar hasta los codos. 
O tal vez era el alcohol y ese estúpido traje negro, la imágen de Sebastián le picó en el fondo de su mente pero ella la empujó, no tenía nada de malo que estuviera conversando con su actor favorito, ¿cierto? Era de esas oportunidades que se presentaban una vez en la vida, además, Enzo estaba siendo jodidamente amable y para nada le hablaba con otras intenciones, además, Alana le hizo saber inmediatamente que se había mudado al jodido continente por el trabajo de su novio. 
—Yo era igual al principio—dijo él asintiendo—. Cuesta, pero uno se termina acostumbrando y a la larga aprendés a bloquear los malos comentarios y sacar lo bueno de las críticas constructivas. 
—Debe ser más difícil para ti—apuntó ella—. Tú cara literalmente está en la pantalla grande o enfrente del público, yo oculto mi rostro detrás de letras, la mayoría de la gente que está aquí no tiene puta idea de quién soy—dijo ella aliviada, le gustaba ser reconocida, pero no amaba los reflectores. 
—¿Qué va?—dijo él rodando los ojos—. Cualquiera que haya comprado un libro tuyo te verá en la contraportada—rió—. Pero entiendo a lo que te refieres. 
—¿Tú conoces a Rodrigo de hace mucho?—preguntó cambiando un poco la dirección del tema. 
—Sí—dijo—. Precisamente estoy trabajando con un amigo de él, andamos filmando acá, entonces ya llevo unos meses viviendo en España. 
—¿Cómo te trata el país?—preguntó ella, España era hermosa, pero el cambio le había parecido brusco al inicio. 
—Eh, me gusta pero me asusta—dijo él—. Por eso cuando noté a la primera latina del lugar  corrí hacia a ella—dijo él para después darle un trago a su copa, Alana se sintió sonrojar,  ciertamente se sentía agradecida de que Enzo se le hubiera acercado, ella probablemente hubiera muerto del coraje si se hubiera dado cuenta que Enzo estaba en el mismo lugar que ella y ella no había tenido idea alguna. 
—Gracias, la verdad este lugar estaba ahogándome, no conozco a nadie, digo, no es como que te conozca a ti, supongo que ahora sí, bueno tú entiendes, gente latino, digo latina—sacudió la cabeza—. Y así—habló rápidamente, Enzo soltó una carcajada, para ser una escritora, Enzo parecía robarle el sentido de las palabras. 
—Qué tierna que sos—sonrió él, Alana sintió la necesidad de darle un abrazo, pues aunque precisamente acababa de conocerlo hace unos instantes, llevaba años siguiendo su trayectoría, le admiraba de demasiado, sin embargo, antes de que se atreviera a acercarse más, llegó un hombre con una gigantesca cámara. 
—Enzo, ¿una foto con Alana?—preguntó el hombre captando la atención de más presentes, inmediatamente personas comenzaron a acercarse.
—Claro, claro—dijo él llevando su brazo delicadamente sobre los hombros de Alana, ella sonrió y posó para todas las fotografías. 
—¿Se conocen de mucho?—preguntó un reportero, Enzo se giró a verla y rió, Alana apretó los labios. 
—Lo acabamos de hacer pero llevo leyéndola años atrás—respondió él. 
—Y yo llevo viéndolo años atrás. 
Flashes resplandecieron ferozmente, pero ellos mantuvieron la mirada fija sin borrar sus sonrisas. 
No tenían idea de que sus vidas no volverían a ser las mismas. 
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wateveridontcare · 2 months
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《No tengo nada más para ofrecerte, mi mente es un desierto árido. Llena de quejas y reproches. Todo es producto del agotamiento emocional en el que me encuentro. Me niego a continuar en esta relación en la que no siento paz, donde me siento preocupado, estresado, y donde son más los momentos de angustia que de felicidad. Me di cuenta de que había creado en mi mente una construcción perfecta de nuestra relación, pero al enfrentarme a la realidad, descubrí que no era así. Te idealicé, te soñé y te otorgué atributos que finalmente no tenías. A pesar de haberle dado miles de oportunidades a esta relación, finalmente entendí que me aferraba a un futuro que nunca vendría y que solo estaba basado en mis buenos recuerdos contigo. Hoy, te dejo ir, y cierro de una vez por todas este capítulo contigo. He comprendido que el amor no se pide y tampoco se debe forzar. Me llevo para siempre todos los aprendizajes y te agradezco por obligarme a valorarme y por motivarme a enfrentar mis más grandes miedos.》
-Coelho
👻
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tama-art-stuff · 1 year
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Happy late Birthday !
to my man 🦆
Primera aparición - First appearance:
Porky’s Duck Hunt
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Primera pareja - First couple:
Mrs. Daffy
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Ultima pareja - Last couple:
Tina Russo
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Mejor capítulo conocido - Best known chapter:
Duck Amuck
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Peor capítulo conocido - Worst known chapter:
See ya later gladiator
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Esos capitulos con Speedy gonzales ,YO los amo,no lo siento 🤷‍♀️❤️🌮🇲🇽
Reebots favoritos - Favorite Reebots:
Duck Dodgers
El reboot del Daffy más pendejo pero también el más op
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Loonatics unleashed
El reboot del Daffy más OP entre todos los del equipo, pero que el guión se olvida que es OP
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The Looney Tunes Show
El reboot del Daffy que no esta loco como los clásicos, sino que son todos los traumas y problemas mentales en una vida cotidiana.
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Especial Favorito - Favorite Special:
Bah Humduck
Este hdp, se trago su dolor y creo una empresa multimillonaria, para luego de que (estoy segura que Bugs bunny le lanzó una maldición de la navidad) aprendiera su lección, amo como decidieron mostrar su debilidad por la pequeña y bondadosa niña, fue el punto culminante que hizo que dejará todo atrás...
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Familia favorita - Favorite family:
Swan's adoptive family from Blue Dadune
Amo el concepto, creo que es adorable. Y me encanta como Daffy es tan resaltante
I love the concept, I think is cute. And I love how Daffy is very outstanding
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Diseño favorito (y también universo alterno favorito) - Favorite design (also favorite alternative universe):
The Wizard
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Y Ahora, unas cuantas palabras de aprecio UwU:
Aunque mi personaje favorito de la infancia es Bugs bunny al igual que el culpable de mi favoritismo a los conejos y fascinación por personajes con aspecto inofensivo que resultan ser unos monstruos totales que no utilizan la fuerza, sino la mente para jugar con el enemigo). Daffy Duck hoy en día se ha ganado mi corazón como mi favorito oficial por que fue él quién me hizo ver lo dinámicos, complejos e increíblemente adictivos que pueden llegar a ser los Looney Tunes y despertó un gran respeto hacia sus creadores, dibujantes y escritores. Gracias a que comencé a interesarme en cómo funciona la mentalidad y psicología de este personaje que puedo decir fácilmente, es la personificación del caos.
Daffy puede ser un héroe o un villano, puede apuñalar a su aliado por la espalda al igual que hablarle a un enemigo como si fuera un buen amigo de la infancia. Romper toda regla existente, ya sea de lógica, natural e incluso las propias reglas de universo Looney Tune. Él prácticamente nació rompiendo las reglas de la animación y conceptos en las caricaturas en su época.
Y eso es solo hablando de cosas superficiales y técnicas, si me pongo a hablar del plano psicológico está publicación será más larga de lo que ya es.
En conclusión, simplemente amo a este desgraciado pato
Unas últimas palabras, más sinceras:
*ejem*
Este wey hizo que viera a los patos como unos hdp bien basados, A LOS PINCHES PATOS! Cómo verga???
Quiero decir, entre las miles de aves rapaces y gloriosas que existen en el mundo, aquí estoy dibujando un pinche pato, un pato we
Un pato...
Ay :’v
Ultimas, super últimas palabras de aprecio (en este pots al menos):
Estoy orgullosa de que Daffy en realidad no ha cambiado nada en el pasar de los años, aunque es una opinión algo debatible, él siempre me hizo reír con sus principales características, que son su brusquedad, el no pensar antes de actuar, hacer exactamente lo opuesto a lo que se debería hacer, y que le pasa de todo pero eso nunca lo detiene de cumplir su objetivo ya sea un objetivo malo o bueno. Al mismo que no importa cuanto sufra por la consecuencia de sus actos, su orgullo es mucho más grande y duro de romper.
Mis partes favoritas del corto:
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Okey. Eso es todo, amigos UwU
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soyelmorse · 4 months
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Muchas gracias a todos por el apoyo a mi Au de El increíble circo del Limbo, pense que no pasaria del piloto y No saben lo mucho que me alegro el apoyo al Capítulo 3 ya que era una apuesta arriesgada, No se olviden de seguir y este pendientes, el capítulo 4 lo publicaré hoy en la noche o mañana.
PD: La imagen no es mía, créditos a quien corresponda
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elamorlopuedetodo · 1 year
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Hola...
Tomar valor es complicado y lento pero he conseguido el necesario para por fin hacerlo.
Casi 2 meses sin saber de ti , cual fue el motivo de irte sin decir nada? Por qué lo pregunto si aquel día dije que si te querías ir no lo impediría, solo si eso te hacia feliz y eso fue lo que hiciste, sin embargo hubiera querido que te quedarás, pero amar también es dejar ir, aunque debo admitir que intente qué no fuera así. Hoy comprendo que el amor no lo puede todo.
Sé que lo intenté, sé que luche por ti y tal vez no tenga nada de qué arrepentirme, pero no te imaginas cuánto voy a extrañar la felicidad que me daba el soñar contigo.
Por esta razón me duele escribirte estas palabras de despedida para alguien que quiero mucho.
Aún así, no puedo permitir que tú partida, quedé en la penumbra del olvido sin decirte todo lo que has significado en mi vida.
Al conocerte encontré uno de los tesoros más valiosos que he tenido
Te has convertido en una parte de mí, porque solo alguien que conecta de manera tan profunda contigo.
Puede acompañarte y hasta llorar juntos en los momentos más difíciles, al igual que sonreír como dos locos sin remedio, cuando la felicidad te atrapa.
Eres el mejor ser humano que he tenido el honor de conocer y le agradezco a la vida el haberme dado la oportunidad de cruzarme en tu camino.
Tal vez en este momento mis palabras en esta carta para dejarte ir sobren, pero es algo que necesito hacer para poder aceptar que ya no estas, ni estarás más, así cerrar este capítulo de mi vida con un adiós rotundo y real, que marque el punto final de nuestra historia, para poder matar cualquier esperanza y alejarme del autoengaño, que día a día me invita a vivir de ilusiones.
Espero de corazón que nos vaya bien en esta nueva etapa que nos aleja y nos lleva a vivir de manera separada experiencias y momentos que seguro nos darán muchos motivos para seguir adelante.
Por último, te digo adiós con lágrimas en mis ojos, porque sé, que dejarte ir es como verte morir, cuando sabes que no vas a volver a ver ni a saber de esa persona que se convirtió en todo, pero que ahora es nada, y hay que vivir con eso…
Es así como se presenta el panorama de mi vida, imaginando un futuro sin ti, por eso te digo adiós, por eso te dejo ir, porque creo que es la única manera para volver a ser feliz, y eso te incluye, porque al soltarte deseo que encuentres todo lo que tanto deseas.
Sigue tu camino, y si algún día se cruzan nuestros destinos, ya veremos que pasa… hoy con el dolor de mi alma, simplemente de digo adiós.
Con todo mi corazón deseo que consigas todo el éxito de mundo y que esos sueños y deseos de los que una noche hablamos se conviertan en realidad.
Le melin.
Así es como decido empezar este blog... En donde mi único objetivo poder expresar las miles de palabras y sentimientos que tengo para una persona y que me es imposible hacérselas saber.
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46snowfox · 5 months
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Reiji Sakamaki Chaos Lineage Euphoria END
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[Capítulo 15]
Yui: (Ya no siento que estemos cayendo… ¿Qué nos pasó?)
Yui: (Supongo que caímos al fondo del acantilado… y fallecimos.)
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Sócrates: No imaginé que las piezas elegirían por voluntad propia caer del tablero. No había predicho tal resultado.
Yui: (¿Sócrates-san…?)
Sócrates: Si caen en la grieta entre dimensiones jamás podrán volver a su hogar. Incluso podrían desaparecer.
Sócrates: ¿Por qué saltaron desde allí?
Yui: (Pues…)
Yui: Para que vieras nuestra determinación. La determinación de Reiji-san y la mía.
Yui: Además, este fue el mejor plan que se le ocurrió a Reiji-san.
Yui: Y si ese era el caso, entonces yo iba a apoyarlo sin dudar.
Sócrates: Ya veo… Así que este es el vínculo de Adán y Eva.
Sócrates: Mi experimento ha llegado a su fin. No hay duda de que existe verdadero amor entre ustedes dos.
Sócrates: Ahora pueden hacer lo que os plazca—
Yui: ¡Ah, espera!
Lugar: Habitación cerrada • Luz interior
Yui: Nn…
Yui: (¿E-eh…? ¿En dónde estoy…?)
Reiji: Oh, veo que también has despertado.
Yui: ¡Reiji-san! ¡Estás bien!
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Reiji: Esa es mi línea. Dormías tan profundamente que empezaba a asumir lo peor.
Reiji: Sin embargo… hemos salido a salvo.
Yui: Ah…
Yui: (Es verdad, saltamos del acantilado, pero no tenemos ni un solo rasguño. Además, esta habitación…)
Yui: (¡Logramos salir del jardín en miniatura!)
Yui: Que bien… De verdad, ¿de verdad salimos?
Reiji: Sí, así parece.
Yui: Reiji-san, ¡que bien…!
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Reiji: …Parece que no se te quita el mal hábito de saltar de la nada a mis brazos.
Yui: E-es que estoy muy feliz… Estabas pasando demasiados problemas allí.
Yui: Pero ahora no tenemos que preocuparnos de nada…
Reiji: Sí, no te preocupes. Ya… todo está bien.
Yui: (Reiji-san me está abrazando con firmeza. Sus brazos son reconfortantes…)
Yui: (¡Al fin escapamos de esa dimensión cerrada…!)
Laito: Ah~ menudo show nos están mostrando.
Yui: ¡¿Eh?!
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Laito: Estamos junto a ustedes y ni siquiera nos notaron.
Kanato: Con solo verlos ardo en furia. Hagan eso cuando estén a solas.
Yui: ¡¿C-Chicos?!
Shu: No solo estamos nosotros. Miren alrededor.
Yui: ¿Eh…?
Yui: (¡Los Mukami! Y también están Carla-san y Shin-kun… ¡Incluso Kino-kun!)
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Subaru: Los demás siguen durmiendo. Aunque eventualmente despertarán.
Yui: Ya veo… Todos logramos salir del jardín en miniatura…
Reiji: Parece que mi hipótesis fue correcta. Aunque de ser posible me gustaría no volver a efectuar una apuesta tan arriesgada.
Yui: No digas eso. Estuviste genial al momento de tomar esa decisión.
Reiji: Pues gracias.
???: Veo que mi amigo les causó un problema colosal.
Yui: ¿Eh…?
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Reiji: ¡Padre…!
Yui: ¡¿Karl Heinz-san?!
Karl Heinz: Hace tiempo que no te veía, Eva. Y tampoco a ustedes, hijos míos.
Kanato: ¿Qué haces aquí, padre?
Karl Heinz: Esta es una habitación del castillo de Edén. No es extraño que esté aquí.
Karl Heinz: Además, escuché que el experimento del jardín cerrado finalizó, así que vine a verlos.
Ayato: Me lo imaginaba. Ese supuesto amigo tuyo…
Ayato: Él hizo todo. ¡Pero seguro estaba siguiendo tus órdenes!
Karl Heinz: No, me temo que esta vez actuó sin mi supervisión.
Karl Heinz: Jamás imaginé que mi amigo podría tener dudas sobre mi decisión. Parece que mientras más cerca tienes a alguien más difícil es comprenderlo.
Laito: Dices eso, pero es difícil creerte.
Subaru: De hecho, ¡¿si sabías sobre esto por qué no nos ayudaste?!
Karl Heinz: Porque era un juego interesante. Así que quise observarlo.
Subaru: ¿Qué…? ¡Nuestra vida estaba en juego, maldito…!
Reiji: Por favor guarden silencio. Están siendo maleducados.
Subaru: Tsk…
Karl Heinz: Observé todo lo ocurrido en el jardín en miniatura y he llegado a una conclusión.
Karl Heinz: El día de hoy tenía la intención de heredarle mis poderes y el trono a uno de mis hijos.
Yui: ¡¿Eh?!
Reiji: ¿Vuestro poder… y el trono de rey?
Karl Heinz: Exactamente. Ya había decidido quien era digno de heredarlos, pero tras ver lo ocurrido en el jardín en miniatura lo he confirmado.
Karl Heinz: Mi poder… Reiji, tú lo heredarás.
Reiji: ¿Yo…?
Yui: ¿Reiji-san se convertirá en el rey de los vampiros?
Ayato: ¿Hablas en serio? ¡¿Por qué él?!
Shu: …
Yui: (Convertirse en el heredero de Karl Heinz-san… Ese era el sueño de Reiji-san.)
Yui: (¿Pero… le parecerá bien?)
Karl Heinz: ¿Qué sucede Reiji? Arrodíllate frente a mí. Te daré todo lo que tengo.
Reiji: …Vuestro poder y el trono del rey vampiro.
Reiji: Es un regalo demasiado grande para mí…
Karl Heinz: Pero se supone que esto era lo que querías, desde tu dulce infancia.
Karl Heinz: Maduraste como Adán, ya no tengo ninguna duda. Vamos… recíbelo.
Yui: Reiji-san…
Reiji: Vuestras palabras me halagan. Sin embargo—
Reiji: No puedo aceptarlo.
Yui: ¡¿Eh?!
Ayato: ¿Por qué…?
Reiji: Yo no soy quien debe heredar ese poder. Existe un candidato mejor calificado para eso.
Reiji: Cada uno tiene un lugar en la vida en el que puede ejercer su propio poder. Ese hombre es más adecuado para sentarse en el trono.
Yui: (Ah… ¿Habla de Shu-san?)
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Shu: …Oye. Yo no quiero eso.
Reiji: Lo sé.
Reiji: Padre, lamento el inconveniente, pero por favor continúe en el trono.
Reiji: Me temo que aún… no es momento de que alguien herede el trono. ¿Podría esperar un poco más?
Reiji: Cuando el momento llegue le prometo que cumpliré con mi deber. Y emplearé al máximo mis habilidades.
Karl Heinz: …Entiendo. Así que esa es la decisión de Adán.
Karl Heinz: Analizaste a los demás y también a ti mismo. Eso demuestra que tu corazón es bastante humano.
Karl Heinz: Eva.
Yui: ¡S-sí!
Karl Heinz: El Adán al que elegiste ha avanzado en la dirección correcta. Espero que lo sigas guiando.
Yui: No sé… si podré guiarlo. Sin embargo—
Yui: Estaré a su lado, sin importar qué suceda.
Karl Heinz: Esas palabras son más que suficiente.
Karl Heinz: Dejaré la sucesión del trono para otra ocasión. Hasta entonces estaré vigilando el destino de Adán y Eva.
Kanato: Ah, padre ha…
Subaru: Dijo lo que quiso y desapareció.
Yui: (Karl Heinz-san… ¿Habrá aceptado lo que le dijo Reiji-san?
Yui: (Estoy segura de que sí…)
Shu: …Reiji, espero que no te arrepientas.
Reiji: No he caído tan bajo como para que debas tenerme compasión. No hay forma de que vaya a arrepentirme.
Yui: ¿De verdad estás seguro de esto? A final serás quien se convierta en el heredero de Karl Heinz-san…
Reiji: Está bien. En aquel jardín en miniatura tú fuiste quien me lo dijo.
Reiji: Sin importar quien me juzgue, no podrán negar mis habilidades.
Reiji: Si existe un lugar en el que mis habilidades puedan ser aprovechadas, entonces seguiré esforzándome hasta alcanzar mi máximo potencial.
Yui: Reiji-san…
Reiji: Además, para mí lo más importante no es el trono del rey.
Yui: ¿Eh? ¿De verdad?
Reiji: Así es… Para mí tú eres lo más valioso que existe.
Yui: ¡…!
Reiji: Procura no separarte de mí, ¿entendido?
Yui: ¡…Sí!
Monólogo:
“Tras la destrucción del jardín en miniatura la prueba de Adán y Eva llego a su fin. Aquel calvario ha terminado.
Luego de que todos despertaran cada uno volvió a sus vidas cotidianas. Y nosotros luego de tanto tiempo regresamos a la mansión Sakamaki.
Hoy también vivo mi vida como de costumbre.
Junto a mi amado—“
Lugar: Habitación de Reiji • Noche
Yui: ¡¿Kyaa?!
Yui: (Ay… no… Rompí uno de los valiosos platos de Reiji-san…)
Yui: ¿Q-q-qué hago? Podría usar pegamento— No, lo descubriría.
Yui: No tengo más opción que disculparme, aunque estoy segura de que me castigará…
Reiji: Sí, me alegra saber que me conozcas tan bien.
Yui: ¡¿Kyaa?!
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Yui: ¿Reiji-san? ¡¿Cuándo llegaste?!
Reiji: Acabo de llegar. Nunca aprendes tu lección.
Reiji: Acabamos de volver del jardín en miniatura y ya estás destruyendo mi colección…
Yui: Lo siento…
Yui: (No debí emocionarme tanto solo porque me pidió que limpiara su habitación…)
Yui: (No aprendí nada del desastre que ocurrió en el jardín en miniatura…)
Reiji: ¿Entonces? Veo que ya sabes qué sucederá, pero igualmente preguntaré. ¿Qué debes hacer ahora?
Yui: L-lo lamento profundamente…
Reiji: ¿Y?
Yui: N-no volveré a hacerlo…
Reiji: ¿Y?
Yui: (Uuh…  Si no lo digo no va a perdonarme.)
Yui: P-por favor castígame…
Reiji: …Fufufu… No es algo que deberías decir estando sonrojada.
Yui: ¡P-pero es que!
Reiji: Está bien. Parece que me toca castigarte. Ven aquí.
Yui: ¡Ah…!
Yui: R-Reiji-san… Acabo de romper uno de tus platos, pero se te ve feliz.
Reiji: Debe ser tu imaginación. Más importante, ¿has reflexionado?
Yui: ¡P-por supuesto!
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Reiji: Entonces… ofréceme tu sangre para compensar tu error. Nn…
Yui: ¡Kya!
Yui: (Solo me besó, pero ahora tengo calor…)
Reiji: Eres insoportable… te estoy castigando y te alegras.
Yui: N-no estoy feliz…
Yui: …
Reiji: ¿Qué sucede?
Yui: No… Creo que sí estoy feliz…
Yui: Porque puedo estar a tu lado sin ninguna preocupación…
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Reiji: Otra vez diciendo algo tan encantador. En tal caso no me contendré. Nn… Aah…
Yui: Aah… Nn…
Reiji: Tu sangre es tan deliciosa como siempre. Incluso tu voz temblorosa me encanta.
Reiji: Yo también estoy feliz de poder tocarte sin tener que restringirme.
Reiji: En aquella mansión debía tener cuidado de las miradas de los demás.
Yui: T-tampoco eras tan precavido…
Reiji: Aunque no lo creas me estaba conteniendo. Sin embargo, ya no necesito hacerlo.
[Si tocas las flores:
Cabeza de Yui: Tu hogar es mi hogar.
Hombro de Yui: Ya no necesito contenerme contigo. Hay cosas que no pueden transmitirse solo con palabras y actitudes.]
Reiji: Este es un castigo, así que lo haré un poco más fuerte. Aah… Nn…
Yui: ¿Eh? ¡¿Más fuerte?! ¡Espera…! ¡Ah… Nn…!
Reiji: No esperaré. Déjame dominarte.
Yui: Reiji-san, ¿no crees que eres… más agresivo que antes?
Reiji: Quién sabe. Pero he comprobado algo.
Reiji: Mis sentimientos por ti han crecido tanto que jamás podré negarlos.
Reiji. Sigue apoyándome. Es gracias a tu apoyo que soy capaz de demostrar mis habilidades.
Yui: Si me necesitas… entonces lo haré.
Reiji: Buena respuesta… Nn.
Yui: ¡Hyaa! ¡Reiji-san!
Yui: (Tengo la sensación de que mi vida cotidiana ha cambiado levemente.)
Yui: (A partir de hoy y siempre, yo estaré a su lado, apoyándolo.)
Yui: (Mientras disfrutamos de la felicidad de esta paz cotidiana—)
~Fin~
[Labyrinth END]
[Masterpost]
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alisainbooks · 7 months
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OCs F1 Fanfic
Sinopsis: Enemies to lovers, forced proximity entre una nueva actriz de Hollywood y el piloto de Ferrari al que no le gusta su película. Su pelea se vuelve viral y les obligan a fingir llevarse bien mientras trabajan juntos en un proyecto.
Palabras: 3.5k
Smooth Operator
Capítulo 1— @
En el vídeo salgo yo. Me habrán etiquetado al menos doscientas veces y lo han subido hace menos de tres horas. Es mi escena. Subida sobre un escenario de un cabaret como en los años 20, vestido verde de coctel, guantes blancos, los ojos pintados de negro y los labios de rojo. Unas dulces notas de saxofón y un ritmo de maracas se van extendiendo poco a poco. Levanto la vista a través de mis pestañas, el zoom se centra en mi mirada, mil veces ensayada y una docena de veces repetida, que tanto me costó conseguir. Sujeto el micrófono con suavidad y acerco los labios, como si le susurrara a un amante. Y ahí empiezo a cantar. Me pierdo en la música. Una triste historia sobre un amor que se marchó. 
Es mi escena favorita y parece que también la del público. Brillo y la gente parece comprenderlo. La película ya lleva una semana en cartelera y está siendo un éxito, esta escena es viral en internet, es la que me ha lanzado de golpe a probar el estrellato, a que a la gente al fin le suene mi nombre, a firmar otro contrato para una super producción. Pero eso no es lo interesante del vídeo. No, hay doscientos como este. Pero no me etiquetan. La gente quería que yo viera este en concreto. 
El misterio no se hace de rogar. La escena se vuelve pequeña hasta quedar relevada a una esquina de la pantalla. En primer plano aparece una entrevistadora muy mona sujetando un micrófono frente a la boca de Álex Da Silva, a la vez que le enseña el vídeo en su teléfono. Lleva la camiseta roja de Ferrari, el pelo revuelto y una toalla colgada de un hombro. Lo mira atentamente, aún sin decir una palabra. 
—En el entrenamiento de hoy estabas cantando esta canción —comenta la chica y a mí se me acelera el corazón—. Últimamente solo se habla de Laura Nazario, no hay muchas españolas por Hollywood. Así que supongo que tú, como compatriota, habrás visto la película. 
—Sí, claro que la he visto —contesta él, aún sin separar los ojos de la pantalla, como si quisiera terminar de ver la escena. 
—¿Y qué te pareció?
El latir en mis oídos no deja de coger fuerza, casi no escucho el vídeo. 
—No me ha gustado, siendo sinceros. La música está bien. Pero la actuación… —Creo que se me ha parado el corazón de golpe, puede que también me haya quedado sorda. Un creciente pitido se instala en mi cabeza. 
Apago el móvil y lo lanzo lejos de mí. 
La pantalla se rompe. Veo cómo los cortes se iluminan con la llamada entrante de mi representante, seguro que ella también ha visto el vídeo. 
Pero no contesto. No. Estoy ocupada, me doy cuenta, porque cuando recupero el oído soy consciente de que he empezado a gritar. 
—¡¿Que no le ha gustado?! ¡¿Pero qué cojones tiene que opinar él en esto?! ¡Ahora resulta que es crítico de cine! Que se dedique a lo suyo que no le está yendo nada bien, hace dos años que no hace un puto podio. No está como para decirle a los demás si hacen bien o mal las cosas. Joder, menos mal que somos compatriotas. Será gilipollas. 
Tengo que calmarme, tengo que calmarme. No puedo. Tengo que respirar. Uno, dos, uno dos. No funciona. 
Mi canción vuelve a sonar. Es mi maldito tono de llamada. Es la quinta vez que aparece el nombre de mi agente. Creo que las paredes se están cerrando, mi habitación nunca había parecido tan pequeña. Boqueo intentando llenar los pulmones de aire. Abro una ventana y corro para descolgar el teléfono a la sexta vez. 
Isa no me deja ni hablar. 
—No pasa nada, en serio. Seguro que a nadie le va a importar. Mañana nadie se acordará de esto. —Su voz tranquila y reafirmante tiene un efecto en mí. Es tan buena hablando que consigue convencerme. 
El problema es que mañana la gente se sigue acordando. 
No puedo abrir Instagram o Tiktok o Youtube sin que me salga ese puñetero clip de la entrevista. Lo paso lo más deprisa que puedo. 
Isa me dice que espere. Y yo lo hago. Pero nadie se olvida. 
Mis amigas no han dejado de llamarme, no he contestado ni una vez, me he limitado a mandar un mensaje a nuestro grupo: no quiero escuchar ni una palabra al respecto. 
Para pasado mañana está declarado, se ha hecho viral. Me he leído todos los putos comentarios habidos y por haber. Ya nadie está hablando de la película o de la escena. ¡No! Están hablando de la entrevista, de lo conciso que ha sido en su opinión, de si nos conoceremos ya de antes, de lo que pasará si nos encontramos. Si lo viera, lo estrangularía, lo tengo claro. 
Nuestro hastag es trending topic y yo estoy que echo humo. No puedo abrir mi teléfono sin ver su estúpida cara. Por. Todas. Partes.
No ha vuelto a hacer ningún comentario al respecto y todos esperan que yo haga una declaración, cosa que me niego a hacer. No sé qué intenciones tenía al decir eso, pero desde luego, no voy a darle la satisfacción de hacerle saber que he visto la entrevista, mucho menos que me ha molestado. 
Para la semana siguiente he borrado todas las aplicaciones de mi móvil, no me hace bien seguir torturándome de esta manera. Tengo que pasar página y esperar a que esta popularidad muera, como lo hace todo en internet. Además, hoy tengo que trabajar. 
Me visto, me maquillo y salgo de casa, todo por primera vez desde el “incidente” que es como llamaré a partir de ahora a la funesta entrevista del idiota, a quien también me dirigiré de esa forma de ahora en adelante. 
Isa pasa a recogerme. Le dedico un escueto hola antes de cerrar la puerta del copiloto. 
No se atreve a dirigirme la mirada, así que yo la estudio de reojo cavilando si aunará el valor para decirme algo o nos sumiremos en un silencio total durante este trayecto. Lleva el pelo rubio anaranjado en una trenza apretada y acicalada con sumo cuidado, el maquillaje impoluto y la blusa recién planchada. Solo tiene unos pocos años más que yo. Ha luchado con dientes y garras por su posición y su lista de contactos. Es un amor pero está hecha de acero, por eso la elegí. Por eso y porque también habla español, así que cuando me enfado es la única que me entiende. 
Al no ver indicios de conversación, saco mi teléfono para distraerme. Entonces recuerdo que he inutilizado tanto el aparato que lo he convertido en una especie de Nokia, así que no hay mucho que pueda hacer. 
—¿Qué le ha pasado? —pregunta Isa haciendo un gesto con la barbilla, sin soltar el volante, hacia mí pantalla reventada. 
Me encojo de hombros y vuelvo a guardarme el aparato en el bolsillo. 
—Ninguno de los dos hemos tenido una buena semana.
—Ya te he dicho que no es para tanto…
—Isa —la corto—, he dicho que no quiero oír nada al respecto. Esperaremos el olvido, ¿sí?
—Eres una cabezota. 
Lo soy. 
La reunión va bien. Director, productores y equipo de dirección. El contrato ya está firmado así que es una reunión sin más. Me limito a contestar las preguntas que van hacia mi persona y me permito desconectar el resto del tiempo, dejo que Isa se encargue de lo demás, que para eso cobra. 
Se habla sobre el proyecto, ya está casi todo organizado. La película cuenta unas historias entrelazadas, entre ellas la vida de Bertha Benz y la mía, una actual piloto que intenta abrirse paso en el complicado mundo de la Formula 1, un guión maravilloso, yo misma lo leí. Se ultiman unos detalles, se rodará este verano, el casting está casi cerrado, hay que buscar localizaciones y la escudería que va a colaborar en el proyecto es Ferrari…
Despierto de golpe, me atraganto con mi café de 11 dólares, por ese precio me esfuerzo en volver a tragarlo. Por desgracia y pese a que no he derramado ni una gota, he llamado la atención, todos los ojos se posan sobre mí. Sonrió quitándole importancia y cuando retoman la conversación lanzó mis ojos como un dardo sobre Isa. La muy malvada finge estar inmersa en sus papeles, lo que me deja bien claro que ella ya lo sabía y que la lista de gente que tengo que matar no deja de crecer. 
Jugueteo con mi boli. Si da la casualidad de que me encuentro a ese idiota, aunque solo sea un minuto…
—¿Qué te parece, Laura?
Joder, tengo que empezar a prestar atención a estas cosas. Es que no tengo ni idea de lo que me tiene que parecer lo que sea que han dicho pero todos me miran expectantes. 
Fuerzo una sonrisa y busco ayuda, una que Isa no me da. Intento leer el ambiente, sonrisas amabilidad…
—Pues estupendo… —me tomo la libertad de soltar una mínima risa. 
—Fabuloso, nos vemos esta tarde. —¿Qué?— Mandaremos un coche a buscarte. 
Vamos, no me jodas. ¿A que acabo de aceptar para que me líen la tarde del domingo?
Todos empiezan a recoger la mesa y a levantarse. Isa y yo hacemos lo mismo. Despedidas, apretones de manos, deseos de suerte. 
En cuanto ponemos un pie en la calle la sujeto del brazo. 
—Dime qué tengo que hacer esta tarde. 
Me mira, mira al suelo, se muerde el labio. Y yo me temo lo peor. Tendré que ir a cenar con la mafia o a beber te al infierno. 
—Bueno…
Hubiera preferido al diablo o a Al Capone. Hubiera preferido ir a nadar con hipopótamos. Hubiera preferido tumbarme en la carretera al atardecer y rezar para que pasara un miope. 
Pero no pudo ser. 
Por el contrario, me pongo un vestido precioso, elegante y azul; me plancho el pelo; me pongo los tacones negros más altos que tengo y me preparo para estar espectacular para cualquier foto “robada”, que será la primera tras el incidente. Debo aparentar que no me ha afectado nada, no, aparentar no, tengo que conseguir que no me afecte nada, eso es. 
Un elegante mercedes me recoge de mi casa y me deposita en el circuito de Long Beach, al sur de Los Ángeles. Me encargo de llegar tarde. Finjo que he olvidado el bolso antes de montarme en el coche, que tengo que ir un segundo al tocador y me paro a hacer un par de fotos para colgar luego. Lo retraso todo hasta que la carrera está a punto de empezar. Todo según mi plan porque me niego a dirigirle la palabra al idiota si me topo con él. 
Enseguida me llevan con el equipo de Ferrari, me saludan efusivamente bromeando sobre que soy su nuevo fichaje, yo finjo que me río y que me encanta estar allí y me buscan un fantástico sitio para disfrutar de la carrera. Poso disimuladamente para un par de fotos y rehúyo de forma muy poco disimulada a dos periodistas que tenían la clara intención de hablar conmigo. 
Isa viene poco después a sentarse a mi lado, ofreciéndome un refresco. 
Lo cojo gustosa. 
—Lo estás llevando mejor de lo que pensaba —me dice, ninguna de las dos apartamos los ojos de la carrera que acaba de comenzar, como si no estuviéramos hablando en realidad. 
—¿Qué esperabas? ¿Qué le rayara el coche delante de todos sus mecánicos?
—La tarde aún es muy larga…
—Por desgracia. Mi único consuelo será verle perder. 
Esta temporada lleva fiasco tras fiasco, apenas ha conseguido rascar un par de puntos. 
La carrera está interesante. Es un circuito urbano, lo llaman el Mónaco de EEUU. Hay un choque en las 10 primeras vueltas, dos pilotos se retiran. Es un circuito complicado, curvas muy cerradas. El idiota va décimo así que estoy contenta. En la vuelta 38 la cosa está muy reñida, casi todos los 8 primeros van pegados, luchando por ganar posiciones hasta que llega una curva en forma de herradura y el otro piloto de Ferrari choca contra una esquina de un edificio, en ese momento se desata el caos. Tres coches se unen en el choque y otros dos se salen del circuito para evitar a los demás. Una humarada de polvo se eleva y los alientos se contienen. De pronto, un morro asoma a través de la nube… un morro rojo…
—No puede ser. 
Pasa esquivando los obstáculos y no se detiene ante nada, acelera y acelera hasta que alcanza al primero en una recta, su rueda de atrás tocada por el otro piloto de Ferrari antes de chocar. Menos de un segundo de ventaja…
—Qué hijo de puta, tiene DRS. —Me pongo de pie sin dar crédito a mis ojos, mirando la pantalla embobada. 
—No sabía que te interesaras por las carreras. –A Isa no le podría dar más igual lo que está pasando, lleva un rato contestando emails. 
—A mi padre le encanta, a algunas de mis amigas también. Me han suplicado que los traiga. 
Pero eso da igual ahora mismo porque el idiota se pega y se pega, una curva y otra y otra. 40 vueltas. 41. Esto está acabando. Busca un hueco, un despiste. Delante de él está otro piloto español, le aprieta las tuercas, intenta defender todo lo posible, pero no puede cerrarse bien en una curva y eso es todo lo que le hace falta al idiota. Se pone en cabeza. El público está eufórico. Yo me desplomo en mi silla. 
—No me jodas, Alonso. Te has dejado adelantar por un niñato.
Cada segundo es doloroso. Cuando cruza la meta. Cuando sube al podio. Cuando le dan el trofeo. Todo. 
Tengo que tragarme todas las palmaditas, todos los vítores y todos los elogios.
Le suplico a Isa que me saque de allí o que me mate, lo que le apetezca, pero que lo haga rápido.
Se niega en rotundo, me suelta un rapapolvo sobre que no puedo ser tan infantil y que me aguante, que todavía tenemos que saludar al director y que tengo que poner una bonita sonrisa para que todo el mundo piense que estoy feliz. Y más me vale que todo el mundo lo piense. 
Me arrastra a cenar. Todo el equipo está celebrando, el champán corre por doquier. 
El jefe de equipo, sentado bastante lejos de nosotras se levanta en un momento. 
—¡Un brindis por la primera victoria de la temporada! 
—Desde luego ese no es su primer brindis de la noche… ¡Ay! —Isa me da un fuerte puntapié por debajo de la mesa. 
Me vuelto como un látigo hacia ella, me señala efusivamente que coja mi copa y la alce como ella. Lo hago a regañadientes y murmurando y solo para que no me dé otra patada, cosa que haría seguro. 
Hay por lo menos otros tres brindis antes del postre y juro por Marylin Monroe que si hay uno más se me van a caer las cejas de tanto fruncir el ceño. 
Mientras remuevo mi copa de helado de chocolate transformada en sopa marrón, suena un ritmo de marimba. Isa coge rápidamente la llamada y cuchichea rápido y furiosa. 
Me mira fijamente, colocándose el pelo por detrás de la oreja y el bolso en el hombro, como si fuera una niña pequeña dando instrucciones a su hija.
—Tengo que irme. —Un coro de ángeles canta a mi alrededor. ¿Es acaso la salvación lo que oigo?— Tú te quedas. —¿Lo cualo?—  Tienes que saludar al director y tomarte una copa. 
—Pero…
—¡Pero nada! —me ladra, poniéndose de pie—. Volveré pronto a buscarte. Puedes coger un taxi si tardo mucho, solo y exclusivamente si la fiesta se te hace tediosa e inhumanamente insoportable. Ni un segundo antes. —Me clava la mirada, con una promesa de muerte si la desobedezco.— ¿Estamos?
—Sí, mamá…
Me da un capirotazo en la cabeza. Le enseño los dientes, frotándome el pelo. 
—Casi, casi. Sonríe. —Remarca la palabra alargando su propia sonrisa con los dedos.  
Me duele la cara de sonreír. Creo que para este punto se me ha olvidado y que en la cara no tengo más que una especie de mueca torcida. Me han arrastrado hasta una especie de bar. Luz morada y oscura, música para bailar pero al volumen justo para poder hablar también, gente, alcohol. El alcohol fue lo primero de lo que me percaté. Voy por mi segundo mojito para soportar esta mierda. Me han presentado a tantísima gente que ya todas las caras me parecen igual. Y, ahora, ¡al fin!, he cogido por banda al director. Me está contando cosas del proyecto, ropa, escenas, giros. No sé, desconecto entre sorbo y sorbo de ron. Y sonrío, ¿sonrío? Sí, creo que sonrío… o algo así. 
Hasta que veo un pelo negro entrar en la sala. Ahí ya no sonrío. Todos se giran hacia él, le dan palmaditas en la espalda y lo felicitan. 
—¡El campeón de la noche!
—¡A disfrutar que te lo has ganado!
Mi director, John, escucha el alboroto y centra su atención en él. 
—Pero si es Álex, vamos a saludarlo. 
Que majo y que educado. Creo que soy buena actriz, pero no sé si tan buena. Titubeo, buscando una excusa muy rápido porque me da la impresión de que el idiota se está acercando a nuestra órbita y si me cruzo con él vamos a colisionar. 
—Ve tú primero, yo voy a por algo de beber. –Le doy un suave toque en el brazo y saco mi expresión más dulce. Asiente convencido. 
Y yo huyo. 
Me refugio en la barra, hay bastante gente concentrada, es más fácil camuflarse. Me refugio en un lateral, algo más vacío y apoyo la espalda contra la encimera de metal. 
—Buenas. —Me sorprende escuchar español bien pronunciado y por un segundo me temo lo peor. Por suerte, es el otro español de por aquí. Rozando la cuarentena por arriba ya peina canas pero la sonrisa sigue siendo la misma que cuando levantaba la copa del mundo que emocionó a toda España. Parece amable.– Solo quería decirte que me gustó mucho tu película. —Es amable. Ya me cae bien. Vale, puede que sea fácil de encandilar. 
Creo que me sonrojo, pero el mojito no me deja pensarlo mucho. 
—Te lo agradezco, significa mucho para mí. 
—Hay que apoyar el producto nacional. —Se ríe de su propia broma y yo lo acompaño. “Hay quien no piensa igual…”
—Enhorabuena a ti también por el podio. —También hacía mucho que no quedaba segundo.— Mi padre es fan tuyo desde siempre y te aseguro que está muy contento. 
—Me alegro de no decepcionarle. Laura, ¿verdad?
—Eso es. 
—¿Tu primera vez por aquí?
—Así es pero creo que a partir de ahora me vas a ver mucho… 
—¡Alonso! —Nos interrumpe una voz un poco más para allá. Y yo solita me he encerrado en una esquina. ¿Y si finjo que me desmayo? Quizá podría hacerlo creíble.— ¡Qué bien que estés aquí! —Ha llegado. Apoya el codo sobre el hombro de Alonso y lo zarandea un poco. Entonces, fija sus ojos castaños en mí y tiene la desvergüenza de mirarme de arriba abajo con una pasada rápida. Rechino los dientes.— Y con buena compañía. 
Alonso pasa su mirada de uno a otro. 
—Laura, Álex —nos presenta—. ¿Os conocíais?
—Por desgracia —dice él. Por suerte, pienso yo–, no.
—No nos habían presentado oficialmente —concuerdo yo.
—Vi tu película.
—Algo he oído…
Parece reflexionar. 
—Oh… has visto el vídeo.
—Así es.
—No te habrá parecido mal, ¿verdad? —Retira su codo y se acerca un paso a mí con una sonrisa apaciguadora. 
—No, claro que no. Me encanta que digan que mi trabajo es una mierda.
Mi respuesta le pilla desprevenido. Duda por un segundo antes de recomponerse. 
—Eh, yo no dije eso.
—De hecho, sí. 
—Solo daba mi opinión.
—No pasa nada, al parecer eres entendido en todo. Bueno, supongo que en todo menos en lo tuyo, ya que has llegado último en las tres últimas carreras. 
Parpadea una, dos veces y frunce el ceño. 
—¿Intentas molestarme?
—Solo daba mi opinión. —Me encojo de hombros con expresión inocente.   
—Los 15 minutos de fama se te han subido a la cabeza. —El calor pesado sí que me está llegando a la cabeza. 
—Ya veremos a quién le duran más los 15 minutos. Al menos, la gente viene al cine a verme a mí. —Un paso. Otro paso.  
—Al menos, el final de mis carreras se entiende. 
Se acabó. 
Le lanzo en contenido de mi copa a la cara. Está empapado y decorado con hojas verdes. 
Las cabezas empiezan a girarse hacia nosotros. 
—Que te follen, a ti y a tus carreras. 
Y me marcho. Rápidamente. Furiosa. 
Cojo un taxi. Me voy a mi casa. Y me meto en la cama. 
Dedico solo un pequeño rato a pensar en mi enfado y me duermo.
Por la mañana, mi canción consigue despertarme. Medio dormida aún, estiro la mano hasta coger el teléfono. 
—¿Sí?
—La has jodido pero bien. 
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dolceminerva97 · 2 months
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Pregunta super random pero, desde hace cuánto creaste a Agustina? Osea en qué momento decidiste crear un OC de Argentina? Hubo una versión beta de Agustina?
Lo pregunto porque el desarrollo de esta OC siempre me ha llamado la atención, en la superficie parece solo un OC bien documentado pero ya viendo las publicaciones más viejas me entero que es un proyecto que ya desde 2012 tenia forma. Venga que yo en 2012 apenas tenía 5, vagamente desarrollando mi percepción de la realidad mientras Agustina ya existía xd
"Apenas tenía 5 y Agustina ya existía"....
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¡Tina existe desde el 2010! Cuando yo tenía 13 años. Conocí Hetalia gracias al mundial de Sudáfrica, cuando empecé a buscar cosas sobre la selección argentina en deviantART y empecé a encontrar dibujos sobre países humanizados. Luego comprendí que se trataba de un anime, intenté empezar a ver los primeros capítulos y... no entendía nada jaja. No entendía el humor, y perdí el interés tan pronto como vi que no iba a aparecer Argentina, así que por varios meses sólo seguí a los artistas y grupos que tenían ocs latinos y consumía su contenido de forma pasiva. Luego un poco más a fin de año me empecé a interesar por la ship que hoy en día sigue siendo mi otp gracias a una artista que la mencionó (ella era una de las pocas que tenía un oc de Argentina mujer en ese entonces) y fue tal el hiperfix que me agarré que cuando ya no había nada más para ver de ellos en deviantART, me di cuenta que yo iba a tener que crear lo que quería ver, y así nació Tina, y así estamos 🤣
No conservo los primeros dibujos que hice de ella en ese tiempo porque siempre dibujaba detrás de mis apuntes del colegio y fotocopias, creo que este es el único dibujo de 2010 que sobrevivió:
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Y luego tengo algunos dibujos de enero de 2011 cuando hice su primer "diseño oficial", para ese entonces ya estaba 100% obsesionada con Hetalia:
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Nótese que siempre estaba acompañada de una vaquita de peluche con vida propia que se llamaba Marta, era como una especie de Hello Kitty vaquita inspirada del muñeco que China siempre llevaba, o el oso que siempre acompañaba a Canadá. Infaltable el rulito de Romano porque ¿es un oc de Argentina si no tiene un rulo como el de los Italia?
Al cabo de unos meses (marzo-abril del 2011) empecé a sentir la necesidad de que Tina tenga a sus vecinos para interactuar, así que aquí están algunos diseños beta de mis ocs, las Islas Malvinas iban a ser originalmente dos niñas, pero pronto descarté ese concepto.
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También intenté diseñar un oc de Chile y para ese entonces ya pensaba hacer un oc de Buenos Aires que acompañara a Tina, pero los dejé de lado. Tuvieron que pasar muchos años para que diseñara mis ocs de Chile y Paraguay, los creé en 2019. Más tarde ese mismo año diseñé a mis ocs de las provincias de la región de Cuyo; al año siguiente, apareció Juanma, mi oc de Buenos Aires!
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sweetygirl90 · 4 months
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Links de "¿Quién es el titiritero ahora?"
Me arrepentiré de esto en un mes o menos, pero yo adoro complacer a mis seguidores, así que hoy quiebro una lanza a favor de la nostalgia en lugar de mi dignidad y paso los links de los capítulos del fanfic (al menos los que pude hacer cuando estaba en emisión).
De más está decirlo, pero lo escribí cuando tenía 13 o 14 años, y desde entonces mi forma de hablar de ciertos temas o escribir personajes ha cambiado mucho, no comparto muchos pensamientos de ese entonces y... Bueno, eso. Ustedes ya saben el cringe que siento releyendo esta wea, pero si les hace felices tenerlo de nuevo, quién soy yo para negarme (???)
Capítulo 1 - Capítulo 2 - Capítulo 3 - Capítulo 4 - Capítulo 5 - Final - Epílogo incompleto
Creo que no me olvido de nada¿? No borré las notas de autor y los reviews por no perderlos. Los pueden ignorar si quieren xD
@ywnbi He cumplido, ojalá esto te haga feliz 💕
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Otoño, para siempre.
Ya se deshojaba el año, las hojas del calendario ya eran apenas tres que se aferraban a la pared. El frío invernal era la promesa de una caricia en el viento que cada vez helaba más. El equinoccio dio rienda suelta a la noche que a diario ganaba más minutos sobre el día, y yo sólo podía suspirar. Me gustaba esta época del año, cuando ya podía usar suéter, botas y bufanda. Amaba el olor del petricor que se asomaba debajo de la alfombra de hojas multicolores que tapizaba el suelo. Los olores a canela, manzanas y caramelo, a clavos de olor, vainilla y nueces hechizaban a mi nariz y paladar. Es por eso que había venido a esta pequeña cafetería a la orilla del bosque. Era un destino popular para turistas que venían a los senderos de la montaña a correr, caminar o andar en bicicleta, pero ya de noche se convertía en un lugar de reunión para los lugareños. Fue así que llegué a sentarme en la cómoda butaca de la esquina que, si fuera cuestión de uso, prácticamente tendría mi nombre impreso en ella. Había sido un día cansado. Mi jefe había estado sumamente tenso y exigente hoy por lo que yo necesitaba relajarme. Este era mi lugar favorito pues la dueña ya me conocía y me dejaba quedarme por horas, aunque lo único que comprara fuera un pequeño chai. Ella sabía que ni mi trabajo como contadora de día ni mi oficio de aspirante a escritora por las noches dejaban mucho dinero en mis bolsillos. En realidad sólo había publicado un cuento una vez en la revista de mi pequeño pueblo, el cual yacía anidado en una vasta cordillera de montañas, y apenas por un pago simbólico. Ya se miraban las estrellas refulgir en el cielo por entre las ramas de los pinos. Una bruma densa empezaba a cubrir la montaña, pero yo no me percataba de ello pues estaba concentrada releyendo lo último que había escrito en mi libreta: el siguiente capítulo de mi novela. Sólo llevaba dos, pero en mi mente ya era una novela.
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Estaba con el lápiz en la mano a punto de editar y añadir cuando algo llamó mi atención. Sentí una electricidad recorrerme y erizarme la piel. Fue tanto el sobresalto que volteé a ver hacia arriba... Allí estaba él con sus ojos fijos en mí.
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Tuve la gracia de bajar la mirada, pero estoy segura el furioso rubor de mis mejillas delataban lo alterada que me sentía bajo el escrutinio de esos ojos tan azules que parecían zafiros. Vestía un atuendo completamente negro que contrastaba con su cabellera de un gris plateado, el cual me recordaba al madreperla. Era raro ver el contraste con su rostro pues éste no tenía ni una sola arruga.
Estaba ocupada pensando que podría ser alguna moda entre los jóvenes y de la cual no estaba enterada. Y digo jóvenes porque a pesar de que yo no había llegado ni a mis treinta años ya me sentía antigua, como si el peso de muchos años ya estuviera sobre mi espalda. La verdad no tenía amigos de mi edad; no los entendía y mucho menos tenía algo en común con mis contemporáneos. Creo que por eso escribía. Era una forma de expresarme y conectarme, de verter ese peso que sentía en el alma. No sé cómo explicarlo, pero desde temprana edad las hojas me llamaban.
Cuando levanté los ojos ya estaba frente a mí y a la par de mi butaca. Sus ojos brillaban como dos zafiros estrella bajo la luz de la luna. Su mirada me cautivaba, me absorbía, me dejaba sin aire; así de intensa, y de profunda,
"Disculpe, ¿lo conozco?"
Él emitió una sonrisa llena de melancolía y ternura a la vez. No podía despegar de su rostro mis ojos. Mi corazón latía tan fuerte y rápido y no sabia porqué.
"¿Sabes? Quería verte. Al menos por un instante, necesitaba saber que estabas bien. Han pasado más de cien años para mí pero el tiempo nunca ha podido hacer mella en ti. Te reconocería en cada vida, en cada espacio, Siempre tus hojas. Sabía que no abandonarías esto tan tuyo, por eso te busqué en ellas. Sabía que te encontraría si tan sólo tenía fe."
Estaba tan sorprendida por sus palabras que no me percaté de lo que dejó en la mesa frente a mi. Con eso se dio media vuelta y salió por la puerta. Al ver que se iba automáticamente tomé el objeto y me paré para ir detrás de él. Era un anillo que quemaba mi mano como si fuese de luz estelar.
Cuando salí por la puerta, él ya se había desvanecido entre la densa neblina...
E.V.E
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analisword · 7 months
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high infidelity (Enzo Vogrincic x Fem! Reader)
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Capítulo 8:
Alana tuvo que tomar varias respiraciones profundas antes de atreverse a responder la llamada de Enzo, sus manos aún picaban del coraje que Sebastián había despertado  en ella, había usurpado su jodida mochila. 
Se rascó el cuello tan fuerte que le dolió y se dignó a contestar. 
—Hola. 
—Lana, hola—saludó Enzo tan amable como siempre, ella tragó saliva en seco, usualmente la voz del uruguayo tenía un efecto relajante en ella, pero esta vez ella se encontraba tan furiosa que no creía que eso fuera posible—. ¿Ya estás en casa? Olvidé echarle agua a las plantas de la ventana, ¿vos me podés hacer el favor?
Claro que lo haría, el problema es que no tenía forma de ingresar al departamento. 
—Yo—pensó varios segundos qué decir—. No puedo. 
—¿Eh?
—Me quedé afuera, no tengo forma de entrar al departamento—soltó simplemente mientras apoyaba la espalda en la pared y se dejaba caer en el  piso del pasillo. 
—¿Olvidaste las llaves?—preguntó él riendo, Alana cerró fuertemente los ojos y se apretó el puente de la nariz—. Alana. 
—Algo así—respondió.
—Bueno, si querés te puedo pagar el taxi para que volvás  por las llaves a tu casa y así escribas hoy, no hay problema—sugirió él con su típico tono tranquilizador. 
—Eh…no, eso no va a funcionar. 
—No te estoy entendiendo. 
—Sebastián me sacó las llaves—se le rompió la voz—. Se enojó porque no le dije dónde queda la supuesta oficina y no me las va a devolver hasta que se lo diga. 
—Es que no puede ser más pelotudo—bramó, nunca lo había escuchado así de enojado—. ¿Querés que vaya para allá? Decíme que querés que haga y dejo todo—exclamó. 
Alana se restregó la cara con la mano que tenía libre,  Sebastián no sólo estaba arruinando su día de trabajo, también estaba por arruinar el de Enzo. 
—No, no, gracias—respondió—. Te espero acá, no quiero volver a casa. 
—Lana, son las 10 de la mañana, no regreso al departamento hasta dentro de 12 horas.
—No importa—si tenía que quedarse 12 horas sentada en el pasillo esperando a Enzo, lo haría. 
—Vos estás loca, voy por ti ahora mismo. 
—Tienes un montón de trabajo. 
—Vos también. 
—¿No hay otra solución?—preguntó ella. 
—Mmm…—esperó unos segundos, se escuchaba bastante ruido de fondo, claramente el chico estaba bastante ocupado—. Te puedo pedir un taxi para que vengas al estudio de grabación, te doy las llaves acá, ¿te parece?
—Sí, sí—respondió ella esperanzada—. Gracias, Enzo. 
—Vale, ahora mismo te lo pido—dijo él—. Alana…
—¿Sí?—preguntó nerviosamente, sabía que probablemente Enzo quería quejarse de Sebastián.
—Nada—no lo hizo—. Te espero acá. 
En menos de cinco minutos había un taxi esperándola afuera del departamento de Enzo, Alana apagó el celular, tenía la bandeja de mensajes repleta obviamente por Sebastián, el chico seguía insistiendo que ella regresara a casa por las llaves, claro con la condición de que él la llevara de vuelta a ''la oficina''.
Sonaba más como amenaza que como sugerencia, Alana no aceptaría eso por ninguna razón. 
El viaje hacia el estudio de grabación no duró más de treinta minutos, no podía negar que se sentía bastante nerviosa por visitar a Enzo en su lugar de trabajo, nunca había pisado un set de grabación en toda su vida y sabía que estaría lleno de gente importante. 
El de seguridad la dejó pasar en cuanto ella le dio su nombre, el set de grabación se trataba de una pequeña bodega con un patio gigantesco, había una gran variedad de campers de metal y personas con audífonos y cámaras caminando de un lado al otro, Alana se paró apretando las correas de su mochila sin saber muy bien qué hacer. 
—¿Sois Alana Lomelí?—preguntó una chica bajita, al igual que la mayoría de las personas ahí, llevaba unos audífonos de diadema con micrófono y una carpeta.
—Sí—respondió tímidamente.
—Vale, por acá—le indicó el camino con su brazo—. Enzo me dijo que vendrías, justo ahora le andan haciendo el maquillaje en su camper. 
Alana asintió con la cabeza y aún aferrada a su mochila siguió a la mujer, no tardaron mucho en encontrar uno de los campers plateados, tenía una pequeña escalera afuera y en la puerta había un cartel que ponía ''Enzo Vogrincic''.
—Enzo, tu amiga está aquí—la chica tocó la puerta de metal tan fuerte que Alana se sobresaltó, al instante Enzo abrió, llevaba el cabello recogido con unas horquillas y su piel lucía reluciente. 
—Lanita, pasa, pasa—le indicó—. Gracias Mónica—le agradeció a la chica, ella le guiñó el ojo a Alana y desapareció de su vista. 
—Wow—exclamó Alana ingresando al camper, no tenía nada de lujoso a decir verdad, sólo un grande espejo con la mesa llena de maquillaje, la silla alta que seguramente era de Enzo,  una mesita con su libretos y un pequeño sillón. 
—¿Cómo estás?—preguntó él con la voz llena de preocupación, su mirada la inspeccionó de arriba a abajo mientras colocaba sus manos sobre sus hombros. 
—Estoy bien—le respondió colocando sus manos sobre las de Enzo. 
—¿Segura? ¿Discutieron muy feo?—preguntó él, el cartílago de su garganta subió y bajó, Alana negó efusivamente con la cabeza, lo último que quería era seguirlo preocupando. 
—Anda insoportable por saber en dónde he estado escribiendo.
—Podés decirle, no me importa—dijo él quitando sus manos, pero sin despegarse ni un centímetro de ella. 
—Enzo, es tu casa, Sebastián no tiene por qué saber dónde vives. 
—No es como que me vaya a hacer algo—rió. 
—Pues no—dijo ella—. Pero no sé, es raro—dijo, Enzo no respondió a eso. 
—Después hablamos más tranquilos de esto—dijo—. Ehh, voy a andar todo el día filmando, así que te doy las llaves y ya vos me abrís el departamento cuando regrese. 
—¿Y si escribo aquí?—preguntó Alana observando el lugar, era silencioso ahí y de todas maneras podía disipar el sonido de afuera poniendo algo de música.
—¿Estás segura? Digo, por mí no hay problema, pero no sé si te encante escribir aquí. 
—Por mí está bien—dijo ella sentándose y procediendo a sacar su computadora, de todas formas le haría bien cambiar un poco de aires para escribir. 
—Bueno, será un placer tenerte aquí—dijo él sentándose en su silla, se sonrieron a través del espejo—. Sólo que van a estar maquillándome en lo que no grabo, Lucía puede hablar mucho—advirtió, Alana supuso Lucía era la maquillista.
—No pasa nada—dijo sinceramente. 
—Escuché mi nombre—una mujer rubia entró al camper dando un portazo, llevaba ropa bastante casual y un cinturón con al menos unas 30 brochas. 
—Lucía, Alana, Alana, Lucía—Enzo las presentó, Alana saludó con la mano pero la rubia se le acercó a plantarle un beso en cada mejilla. 
—La famosa Alana Lomelí—dijo ella  para después comenzar a colocar una crema sobre el rostro de Enzo, se notaba que lo conocía a la perfección porque sus dedos se movían con suma precisión y profesionalismo sin necesidad de verlo, Enzo por su parte tenía los ojos cerrados, claramente relajado al toque de la chica—. Enzo me ha hablado muchísimo sobre ti. 
—Calla—dijo él. 
—Espero que cosas buenas—rió Alana mientras bajaba la mirada hacia su ordenador.
—Obvio—respondió ella—. ¿A qué se debe que visites a Enzito? No se le para ni una mosca al pobre aquí. 
Alana apretó los labios al escuchar el apodo, pero hizo lo posible para borrar su mueca y responder amablemente, abrió su boca para hacerlo, pero Enzo le ganó. 
—Lana escribe en mi departamento—le informó—. Pero tuvo un problema con las llaves, así que escribirá aquí hoy—Alana agradecía que no hubiera entrado en detalles, pero aún así no podía evitar sentirse observada por la maquillista. 
—Ah, claro, claro, sos escritora, ¿cierto?
—Te lo he dicho un millón de veces—replicó Enzo haciendo un ademán con la mano, permaneciendo con los ojos bien cerrados, Lucía le guiñó un ojo a Alana. 
—¿Qué género escribís?—preguntó Lucía al fin viendo a Enzo, ahora estaba aplicando algo con una brocha. 
—Fantasía principalmente—respondió. 
—No podría jamás. 
—¿No podrías qué?—preguntó Enzo riendo. 
—Escribir, leer, me causa pereza—expresó la chica—. Soy más de películas, obvio. 
—Bueno, tal vez podrías darle una oportunidad—sugirió Alana amablemente. 
—Nah, prefiero ver a guapos como este en la pantalla grande—dijo dándole una palmada en el hombro a Enzo, Alana volvió a bajar la mirada, se notaba que se tenían bastante confianza, ¿y cómo no? Pasaban un montón de horas juntos, más de las que ella pasaba con Enzo…
¿Por qué eso le molestaba tanto?
Ni Alana ni Enzo respondieron, el resto de la hora Lucía se dedicó a preparar la piel del actor en completo silencio, para la suerte de Alana, pudo lograr escribir un par de páginas sin importarle que ellos estuvieran ahí.
—Tengo que ir a la primera escena—le avisó Enzo parándose de la silla—. Lucy tiene que estar allá para dar unos retoques, la toma puede tardar fácil un par de minutos o bien horas, así que tendrás el lugar para ti sola unos momentos. 
—Claro, genial—respondió sin dejar de teclear. 
Enzo salió primero, Lucía comenzó a guardar algunos productos en su cinturón, sin embargo, cuando Alana pensó que la rubia abandonaría el lugar, carraspeó. 
—¿Te gusta?—preguntó seriamente. 
Alana detuvo sus dedos en seco y levantó la cabeza para ver a la mujer. 
—¿Disculpa?
—Enzo, ¿te gusta?
—Somos amigos—respondió Alana confundida. 
—Es fácil caer por Enzo—dijo Lucía apoyándose del tocador—. Es un hombre bastante encantador. 
—Lo es—coincidió. 
—Pero vos tenés novio—dijo Lucía cruzando los brazos, Alana inclinó la cabeza. 
—No sé a qué viene todo esto. 
—Enzo es una buena persona, pero ser tan bueno lo puede hacer algo tonto, no ve la maldad en las personas.
—Enzo no es ningún tonto—saltó a la defensiva. 
—Se la pasa todo el día hablando de ti, pero sé que vos tenés novio, así que no sé qué pretendés viniendo aquí con tu finta de niña buena, y por si no te habías dado cuenta, Enzo podría tener a la mujer que él quisiera, así que no le hagas perder su tiempo—antes de que Alana pudiera responder algo, Lucía salió del lugar, dejándola completamente consternada. 
Alana rodó los ojos en cuanto la mujer abandonó el lugar, suficiente trabajo tenía con escuchar la mierda de Sebastián como para tomarle importancia a la mierda que una mujer desconocida le decía, así que tomó todo ese coraje para escribir durante horas. 
El resto del día Enzo entró un par de veces más para asegurarse que todo estuviera bien, Alana se limitaba a asentir sin despegar la mirada de la pantalla, no lograba descifrar si no se atrevía a mirarlo por la concentración que había ganado en el camper o porque mirarlo le recordaba a lo que Lucía había dicho, entre casi 5000  palabras escritas y las visitas rápidas del actor, la noche finalmente cayó. 
—Vaya forma de trabajar—la voz de Lucía la despertó, Alana miró a su alrededor, se había quedado dormida, miró la hora de la pantalla, dándose cuenta que había tomado una siesta de 15 minutos. 
—Tiene la manía de quedarse dormida en los lugares más extraños posibles—mencionó Enzo sentándose en la silla, Alana cerró su computadora, se sentía irritada, tanto por haber sido despertada de su siesta tan abruptamente, como por haberse dado cuenta que Enzo iba por ahí soltándole comentarios a Lucía sobre ella. 
Enzo cerró los ojos para que Lucía comenzara a aplicarle desmaquillante con un algodón, Lucía arqueó las cejas ante el comentario de Enzo y después le ofreció una mueca extraña a Alana. 
—Es mejor que me vaya—dijo Alana guardando la laptop en su mochila, se sentía cansada, sus ojos pesaban y sus muñecas le dolían por tanto escribir, había avanzado bastante en la historia, pero tal vez había sido una mala idea escribir en el camper. 
—¿Tu novio te espera?—preguntó la mujer haciendo movimientos circulares con el algodón sobre el cuello de Enzo, ni siquiera lo había maquillado ahí, Enzo carraspeó—. Qué lindo, ¿no? Tener a alguien esperando por ti en casa. 
—¿Te vas tan pronto?—preguntó Enzo fingiendo no escuchar los comentarios de la maquillista. 
—Son pasadas las 10 de la noche, tengo que pedir el taxi. 
—Pero aún no me enseñas lo que escribiste hoy—dijo Enzo apartando la muñeca de Lucía de su cara y finalmente abriendo los ojos, mirando a Alana fijamente. 
—¿Puedo leerlo yo también?—preguntó Lucía levantando la mano. 
—Pensé que no sabías leer—soltó Alana abruptamente, Enzo hizo un sonido de sorpresa ante el comentario.
—Claro que sé leer, no me gusta—replicó elevando la voz. 
—Misma cosa, buenas noches—Alana salió del camper con un portazo, a este paso el pobre camper terminaría desmoronándose, pero no podía importarle menos. 
Respiró varias veces, tenía que controlarse, ¿qué mierda le ocurría?
Caminó hacia una de las esquinas del set de grabación, la mayoría de los actores ya se habían ido y sólo quedaban un par de personas limpiando el lugar. 
—¿Qué fue eso?—preguntó Enzo riendo, ella se encontraba en una esquina del patio del estudio.
—¿Qué fue qué?
—Tú y Lucía. 
—No sé de qué hablas—respondió Alana cruzando los hombros, Enzo inclinó la cabeza y rió. 
—Vos la llamaste analfabeta. 
—¡No la llame así!—dijo Alana riendo por primera vez en horas. 
—Eh…—Enzo la apuntó con el índice—. Vos le dijiste que no sabía leer, la misma cosa.
Alana rodó los ojos divertidamente. 
—Ya, me pasé un poquito, ¿verdad?—preguntó rascándose el cuero cabelludo. 
—Sólo un poquito—dijo él juntando el pulgar con el índice. 
Alana sonrió, de pronto toda la acumulación de enojo y frustración que había sentido a lo largo del día había desaparecido por completo, Enzo tenía ese efecto sobre ella ella, tenía el efecto de que ella olvidara que efectivamente había alguien esperando por ella en casa, tenía el efecto de que olvidara que estaban en un lugar repleto de gente con cámaras, tenía el efecto de que ella se diera cuenta que efectivamente, él podría tener a la mujer que quisiera, sin embargo estaba aquí, riendo con ella, viéndola a ella, cuando estaba con Enzo, se sentía invencible, sentía que ellos eran las únicas personas en el mundo entero.  
—¿Qué tanto estás pensando?—preguntó Enzo en un susurro, el lugar estaba muy oscuro y a duras penas podía ver sus facciones gracias al reflejo de la luna, contrario a como usualmente lo hacían, en esta ocasión sus ojos se veían más oscuros de lo normal y sus pupilas estaban bien dilatas. 
''Se la pasa todo el día hablando de ti, pero sé que vos tenés novio, así que no sé qué pretendés viniendo aquí con tu finta de niña buena, y por si no te habías dado cuenta, podría tener a la mujer que él quisiera, así que no le hagas perder su tiempo'' Las palabras de Lucía no dejaban de retumbar en el fondo de su  mente, ¿lo peor de todo? Alana sabía que eran ciertas. 
No podía seguir jugando ese juego, no podía darle sus noches a Enzo y fingir que no le interesaba más que un amigo, no podía permitirse sentir esa atracción cuando Sebastián era su pareja.
La sonrisa de Enzo se borró de su rostro y se acercó más a ella, Alana tomó una profunda bocanada de aire y se atrevió a hablar. 
—Lo que pasó el otro día—murmuró—. No puede volver a repetirse—dijo refiriéndose al beso que Enzo le había dejado en su cuello. 
—¿Qué pasó el otro día?—preguntó haciéndose el tonto, la seriedad duró sólo un par de segundos en su rostro, porque ahora volvía a irradiar esa energía despreocupada  y hasta burlona. 
—Enzo—suspiró. 
—Alana—dijo él imitando su tono de voz, ella le dio un manotazo en el hombro, haciéndole saber que no estaba para bromas—. Ya, ya, estoy jodiéndote—rió. 
—Sí, precisamente eso estás haciendo, estás jodiendo mi puta cabeza—bramó entre dientes dejando que sus sentimientos volvieran a apoderarse de ella, él tragó saliva en seco ante el tono que la chica había empleado. 
—Repetí eso—dijo a pocos centímetros de su boca, colocó sus brazos a los lados de la cabeza de Alana, acorralandola contra la pared. 
—Estás jodiendo con mi puta cabeza—respondió ella con un hilo de voz, bajó la mirada, escuchó la respiración agitada de Enzo, no supo si era por la proximidad o por la manera en la que ella le estaba hablando, Alana volvió a levantar la mirada—. Lo que pasó el otro día no puede volver a repetirse—volvió a decir, Enzo parpadeó pesadamente y bajó la mirada a los labios de ella. 
—Lo que vos mandés—carraspeó Enzo empujando el interior de su mejilla con su lengua. 
Alana asintió levemente, pero Enzo estaba tan cerca de ella, viéndola de una forma en la que nunca había sido vista, estudiada, apreciada. 
Así que tirando a la basura todo lo que acababa de decir,  tomó a Enzo del cuello y estrelló sus labios contra los de él en un beso desesperado que él respondió con un jadeo y tomándola fuertemente de la cintura. 
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