Las diosas de Celtri
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2-Cuatro diosas
En cuanto llegaron al castillo, Kalen rápidamente acompañó a Eileen a su habitación.
—Recuerda levantarme al amanecer.
—Lo sé, no leas eso hoy—dijo Kalen con seriedad a la princesa—, tienes un sueño muy pesado y si no duermes ahora, no despertarás hasta mediodía.
Eileen miró con frustración a su amigo, sin poder refutar sus palabras, pues sabía que tenía razón.
Kalen se despidió y Eileen cerró la puerta, antes de ponerse su camisón.
La joven observó con intriga el cofre. Tenía figuras de madera finamente talladas cómo decoración: una flauta, un ave, y dos flechas entrecruzándose. Era muy linda, pero, ¿dónde esconderla?, Leonor siempre limpiaba con mucho cuidado su habitación y podría inspeccionarla si la encontraba.
Eileen miró su escritorio, donde tenía múltiples rollos de pergaminos, quizá podía hacer pasar el cofre como una forma de organizar los documentos que utilizaba a diario. Decidida, la princesa puso varios pergaminos suyos dentro y lo puso debajo de su escritorio. Si alguien lo encontraba, creerían que era su material de estudio.
La joven se recostó en su cama y, cómo siempre hacía, se giró para poder ver el pequeño retrato que estaba situado al lado de una vela en su mesita de noche.
Lo había pintado ella, cuando era pequeña. Su padre siempre le había dicho que era muy parecida a su madre, por lo que simplemente había plasmado como imaginaba sería ella al ser mayor. Se sintió tan satisfecha con su trabajo, que decidió ponerlo al lado de su cama.
Eileen no sabía si su madre realmente lucía así, sospechaba que no, pero eso no le impedía relatar su día todas las noches a la imagen del pequeño buró, como si de alguna manera, la mujer pudiera escucharla.
La princesa comenzó a hablar, en voz baja, relatando su día. Minutos después, dio un bostezo, notando que lo único diferente de esa noche a las demás, era que no podía escuchar a su padre tocar una bella melodía de flauta cómo siempre solía hacer. Probablemente el rey no tenía tiempo para la música debido a su pronto viaje.
Antes de siquiera describir su visita al Enyd, la princesa se quedó profundamente dormida.
Claro que, después de tan larga noche, al día siguiente Kalen no podía levantar a la princesa.
—Despierta —decía el joven, agitando a Eileen—, vas a llegar tarde a tu clase, y sabes lo estricto que Lugh puede ser.
—No importa —musitó, somnolienta, la princesa.
—Llevo demasiado tiempo intentando levantarte —expresó con frustración el pelirrojo—, no me hagas ir por el agua.
—No eres capaz —susurró la joven antes de dar un largo bostezo y reacomodarse en la cama.
Kalen alzó una ceja ante esto y se fue, solo para regresar minutos después con un balde de agua para derramarlo sobre la adolescente, quién se levantó de un salto.
—¡¿Qué demonios?! ¡Kalen, eres hombre muerto!
Estaba más que claro que Eileen estaba furiosa, pero eso poco le importo a Kalen.
—Princesa, es mi trabajo complacerla, pero también lo es el vigilar que cumpla con sus obligaciones —dijo él, en tono burlón y con una exagerada reverencia, para después enderezare y caminar hacia la salida—. Debes bajar rápido a desayunar.
Kalen se fue y Eileen, enfurruñada, se quitó su ropa húmeda y escogió de su armario un cómodo vestido gris para el día. La chica cepilló su húmedo cabello, se colocó su diadema, sus pulseras, un cuarzo morado y salió de la habitación.
Ella solamente utilizaba el comedor para comer con su padre o en ocasiones especiales, por lo que, al llegar, enseguida se giró a la derecha para ir a la cocina y desayunar junto con los sirvientes.
Eileen entró al pequeño lugar, el cual emanaba un delicioso aroma a pan recién horneado. Un par de cocineros la saludaron afectuosamente y ella devolvió el gesto.
Linnette ya se encontraba desayunando un poco de fruta y trozos de pan con mantequilla en la pequeña mesa del centro. Al notar su presencia, la castaña le sonrió.
Eileen se sentó al lado de su amiga y frente a Kalen, a quién le dirigió una mirada de molestia mientras este le servía alimento.
—No vuelvas a hacer eso —le ordenó con el ceño fruncido—, no fue gracioso.
—Para mí si lo fue, majestad —le dijo Kalen con una sonrisa de oreja a oreja.
—¿De qué hablan? —cuestionó Linnette, antes de darle otro mordisco a su desayuno.
—Kalen pensó que sería buena idea lanzarme agua para despertarme esta mañana —explicó Eileen, notablemente irritada.
Linnette le dio una mirada de desaprobación al pelirrojo.
—No debiste hacer eso, Kalen.
—Linnette, la princesa, con todo respeto, tiene el sueño más pesado que un oso —se defendió él, cruzándose de brazos en su lugar.
—Da igual, esa no es forma de despertarla, además. —Linnette alzó una ceja hacia el pelirrojo—. Creí que ya no debías tratarla así al ser su guardia.
Eileen le sonrió con aire de suficiencia a Kalen, quién simplemente soltó un bufido. No podía luchar contra ello.
—Tienes que decidir Kalen, o me tratas cómo la dulce princesa que soy, o cómo siempre lo has hecho.
Eileen dijo todo esto acercando un plato de pan hacia ella, antes de escuchar una risotada de Kalen. La rubia frunció el ceño hacia el pecoso.
—¿Qué es tan gracioso?
—Que te describas a ti misma cómo una dulce princesa, princesa.
Eileen decidió ignorarlo y comer su desayuno. Una vez que terminó, se encaminó junto con Kalen a la escalinata de piedra.
El segundo piso se encontraba su alcoba, la del rey, y algunas habitaciones extras. Los siguiente dos pisos, estaban destinados a su estudio, al trabajo de los druidas del reino, al vate y al bardo.
Esa mañana, Eileen se dirigió junto con Kalen al cuarto piso, que constaba prácticamente de una gran habitación llena de documentos escritos en distintos idiomas cómo el griego, latín, armenio, y el dialecto de su reino y de los reinos cercanos. Este último, sin embargo, solo era utilizado por los druidas, pues creían que les permitía recibir conocimientos directos de los dioses.
Su profesor, el druida Lugh, se había asentado en Celtri un par de años antes de que su padre se convirtiera el rey. Él decía que había sido llamado por las tres diosas. Era un hombre mayor, alto, delgado, de barba y cabello canosos que contrastaban con sus celestiales ojos azules y que hacían resaltar su pálida piel. Su arrugado rostro y su alargada nariz aguileña hacían justicia a su estricta enseñanza y siempre vestía una túnica plateada con adornos del mismo color, lo que causaba que Eileen se preguntara si tenía otras ropas.
El hombre tenía un aprendiz: Dagda, hijo del bardo Kerman y hermano de la bardo Evelyn. Era un hombre de veintitantos años de edad con relucientes ojos azules, piel oliva y cabello castaño. Él siempre vestía una túnica similar a la de su maestro, solo que de color marrón. Su rostro era ligeramente cuadrado con una nariz recta y pobladas cejas que le hacían ver atractivo (o al menos eso comentaban algunas doncellas del reino).
—Buen día, princesa —saludó Lugh, dando él junto con Dagda una pequeña reverencia hacia la doncella.
Eileen devolvió el gesto antes de tomar asiento frente al escritorio y Kalen simplemente se quedó de pie en la puerta de entrada.
—Hoy hablaremos de los árboles y hierbas que crecen en nuestro reino y de la utilidad de ellos en nuestros ritos de curación —informó el viejo druida mientras tomaba asiento del otro lado del mueble y desenrollaba un largo pergamino con múltiples anotaciones.
Eileen se quejó para sus adentros. No es que fuera mala para aprender, al contrario, era una buena estudiante, pero la lección de ese día no era de su particular interés.
La joven estudió con el profesor hasta antes del mediodía. La posición del reluciente sol desde la ventana les avisó que era hora de terminar la lección, y Eileen se despidió de ambos druidas con una ligera reverencia antes de bajar las escaleras junto con su amigo de cabellos rojizos.
—Después de comer, acompáñame a mi habitación —le pidió ella, en voz baja—. Quiero leer lo que encontramos.
—¿No deberías estudiar la lección de hoy?
—Kalen, si leo más de hierbas me volveré loca —dijo Eileen con hartazgo—. ¿Me acompañarás o lo leeré sola?
—Te acompaño —aceptó Kalen—. Honestamente, también tengo algo de curiosidad por ello… alto. —Él paró en seco, y Eileen lo miró confundida—. ¿Deberíamos decirle a Linnette que lo lea con nosotros?
Eileen se mordió el labio, pensativa. Si bien, tenía un gran cariño a Linnette por ser una de sus dos mejores amigas, ella era más seria en lo que respecta a seguir las reglas, y probablemente no aprobaría el que se hubieran escabullido al Enyd de noche, pero no la princesa no se sentiría tranquila si la dejaba de lado.
—Depende de lo que contenga el cofre —decidió Eileen—, no quiero recibir un sermón por algo que tal vez no valga la pena.
Así, ambos adolescentes fueron a las cocinas, almorzaron rápidamente, y fueron a la alcoba de la joven. Eileen, enseguida, se dirigió a su escritorio y tomó el cofre entre sus manos.
—Ahora que recuerdo. —Eileen tomó asiento en su cama, antes de continuar hablando—: Ya no volvimos a ver a esos animales después de encontrar el hoyo en el árbol.
—Tienes razón —murmuró Kalen, sentándose junto a su amiga—, se comportaron de una manera bastante extraña.
—Especialmente el ave —le recordó Eileen a su sirviente—, ¿crees que tengan algo que ver con esto?
—Son solo animales —dijo Kalen, escéptico a la sugerencia de la princesa—, probablemente solo halló el hueco y quería hacer un nido ahí.
—Lo dudo —replicó la princesa—, jamás había visto a un pájaro actuar así.
—Bueno, no es como si fuera un ave común, jamás había visto a esa especie. Tampoco me había topado con gatos negros o perros tan pequeños
—Exacto, ¿qué hacían esos tres extraños animales en el Enyd?
—Princesa, seguramente simplemente quisieron dormir ahí, eso es todo.
Eileen hizo una mueca, en señal de desacuerdo a las palabras de su guardián, pero no quiso discutir más.
—Comencemos de una vez —sugirió ella—, la tapa no tiene ningún nombre —señaló.
Eileen abrió el pequeño cofre y vio cómo cada rollo de pergamino estaba enumerado. La chica buscó el primero y lo desenrolló, descubriendo un dibujo de cuatro figuras.
—¡Cuánto talento! —exclamó Kalen con admiración.
La ilustración representaba a cuatro mujeres, cada una con un nombre escrito con letras latinas encima de sus cabezas.
—¿Las diosas? —Eileen alzó una ceja al ver los nombres—. ¿Alguien las dibujó?
—Las diosas y alguien más —señaló Kalen, al ver la cuarta etiqueta.
En el dibujo, Talis tenía su cabello oscuro y rizado adornado con una bella diadema. Su pequeño rostro oliva tenía grandes ojos marrones y una curva nariz. Ella usaba un vestido corto de enfrente y con cola larga, de un elegante color turquesa.
Erea usaba un vestido largo rosa pálido con elegante encaje y un cuarzo rojo alrededor de su cuello. Su piel blanca contrastaba con su brillante cabello castaño, el cual, Eileen notó, tenía pequeños detalles rojizos.
Mave tenía la piel más morena de las cuatro; su largo vestido era completamente blanco y su cabello era corto, liso y completamente negro, cargaba un arco y flechas en su espalda. Su muñeca izquierda era adornada con varias pulseras plateadas.
La cuarta era desconocida para ellos, según la ilustración, su piel era clara, su cabello castaño y ondulado, y su vestido era completamente negro. Ella, al igual que Mave, también tenía un arco, flechas y pulseras plateadas, solo que estas últimas estaban en su muñeca derecha.
—¿«Dana»?, ¿quién se supone que es ella? —preguntó Eileen al aire, viendo la imagen de la última mujer y leyendo su aparente nombre.
—Ni idea.
Eileen, con cuidado, puso ese pergamino detrás del montón y desenrolló el siguiente.
—Los textos están escritos en latín. —Hizo saber ella—. Me extraña, ¿por qué alguien que habla de nuestras diosas usa una lengua que los romanos utilizan?
—Bueno, si estuvieran en nuestro dialecto, solo los druidas podrían entenderlo —le recordó Kalen, tamborileando los dedos sobre el borde de la cama, reflexionando sobre lo encontrado—. Supongo que, quien sea que lo escribió, esperaba que el texto llegara a más personas.
Eileen asintió a lo dicho por su amigo al hallar sentido a sus palabras para, después, comenzar a leer.
—«El reino de Celtri, por Talis, Erea, Mave y Dana» —murmuró, lo suficientemente alto para que Kalen pudiera escucharla.
—Suena como si ellas hubieran hecho esto —dijo el pelirrojo, mirando con confusión el pergamino—, pero eso es imposible.
Eileen siguió leyendo.
—«Este texto muestra la historia de este reino desde nuestro punto de vista, uno que solo unos pocos conocerán» —Eileen frunció el ceño ante esto, pero continuó leyendo—. «Hemos escrito esto para todos los futuros soberanos de Celtri, pero sobre todo para…» ¡¿Qué!?
Eileen se puso de pie de un salto, sin poder dar crédito a sus ojos.
—Princesa, ¿qué ocurre? —preguntó Kalen, levantándose y mirando con preocupado a la joven.
—«Pero sobre todo para el actual rey, Galván, quién merece saber con claridad los sucesos que lo llevaron al trono. Él, si gusta, podrá agregar su propia experiencia a estos textos, y así lo podrán hacer las futuras generaciones de reyes, quiénes necesitan comprender lo que podemos y no podemos hacer para ayudar a su reino».
Kalen abrió mucho los ojos, comprendiendo la sorpresa de Eileen.
—¿Esto quiere decir que su padre recibió este cofre directamente de las diosas?
—Tal parece. —Eileen releyó el último párrafo, incrédula—. ¿Por eso ocultó esto?, ¿solo pueden leer esto él y los futuros reyes? Si es así, ¿por qué no me lo ha mostrado?, ¿esto realmente será lo que dice ser?
—No tengo respuesta para tus preguntas. —Kalen hizo una mueca—. Todo eso se lo tendrás que preguntar al rey.
—Claro… después de terminar todo esto. —Decidida, Eileen volvió a sentarse—. Si mi padre se entera que descubrí estos pergaminos, no sé cómo reaccionaría, quiero decir, por algo estaban ocultos.
La joven comenzó a leer el siguiente pergamino en voz alta:
—«Como ya se sabe, hubo una vez, hace bastante tiempo, un dios que decidió crear la tierra todo lo que existe en ella.
»Este dios, tiene distintos nombres en todas las comunidades y ciudades de este mundo, incluso existe un pueblo que ni siquiera se atreve a pronunciar su nombre. Ustedes lo llaman Bile.
»De todos los seres que él creó, el ser humano, pensaba, era su mejor creación.
»Pero los humanos pronto mostraron su rebeldía. Su inteligencia no la usaban siempre para el bien; podían llegar a ser muy violentos, crédulos, y no ayudaba en nada el que se reprodujeran tan rápido. Él creyó que podría contenerlos y admirarlos desde lejos, pero se equivocó, pues los mortales comenzaron, a veces sin darse cuenta, a enaltecer a quién Bile tuvo que desprestigiar hace mucho tiempo.
»Bile no quiso destruir a los humanos, pues los amaba, y varios que siguieron guardando bondad en su corazón.
»Decidió, entonces, crear ayudantes que se encargarían de guiar y proteger a todos los pueblos, mientras que él trabaja en la manera de unirlos a todos.
»A estos seres, les dio características humanas, y, ellos lograron sentir empatía por los humanos, y aprendieron a expresar sus emociones cómo mortales, sin perder su papel de servidores.
»Nuestra existencia ha sido revelada a los humanos de distintas maneras. En su caso, Bile nos dio a tres la tarea de protegerlos y formar el reino de Celtri, apoyándonos en los dones de otros en caso de ser necesario.
»Él nos dio este trabajo junto con otra hermana: Dana, con el don de la ruptura. Ella debe trabajar junto con Mave, pero su tarea consiste en separar las relaciones de las personas, y los humanos jamás aceptarían un don así, por lo que su existir jamás se ha revelado. Su nombre fue elegido por Bile».
—Así que, ¿en realidad hay cuatro diosas que cuidan Celtri?
—La verdad, no le encuentro sentido a eso —admitió Eileen con una mueca—, ¿por qué separar a la gente?
Al no recibir comentario por parte de Kalen, Eileen tomó el siguiente pergamino.
—«Primer trabajo, por Erea».
—¿Cada una relatará algo?
—Eso parece —dijo Eileen, antes de mirar mal a su amigo—. No me interrumpas —le regañó, antes de continuar:
—«En cuanto se nos fue asignado este lugar para trabajar, nos entusiasmamos mucho. Deu, o como ustedes los mortales de este reino le conocen, Bile, nos dijo que debíamos solucionar la falta de organización de la región y vigilarla.
»Mi compañera Dana preguntó a Deu cómo haríamos tal cosa. Una pregunta coherente, tomando en cuenta que nunca habíamos tenido un trabajo así.
»Deu simplemente dijo: “Ustedes solucionaran eso, confío en ustedes”. Es decir, una respuesta INUTIL.
»Él nos dijo que quería darnos algo de autonomía en nuestra tarea, para que supiéramos aprovechar nuestros dones, y yo podía entender eso… ¡Pero mínimo quería que nos explicara que hacer!
»Mave, expresó todo lo que yo estaba pensando, diciéndole a Deu que, al ser él el más experimentado en esto, debía orientarnos más. Sin embargo, Deu solo dijo lo siguiente:
» “No las voy a abandonar, Mave. Si cometen algún error o hacen algo que no me parezca adecuado, las corregiré. Ahora, comiencen, este pueblo necesita una organización desde hace mucho tiempo, y recuerden, lo más importante es evitar que hagan prácticas oscuras. No quiero que esta gente se separe más de mí”.
»Y con esas palabras, Deu guardó silencio. Así sin más. ERA NUESTRO PRIMER DIA, YA ESTABAMOS ATRASADAS Y EL SE QUEDÓ SIN DECIR NADA MÁS».
Ambos jóvenes estaban extrañados ante la forma de expresarse de Erea.
—Ella parece ser algo… explosiva —comentó Eileen con sorpresa—. No me lo esperaba.
—Yo tampoco, ¿qué no es la diosa de la paciencia?
—«Talis, con el don de la sabiduría, comenzó a darnos ideas para comenzar a organizar el lugar, como era de esperarse. Ella sugirió que pensáramos en como podíamos utilizar nuestros dones para usarlos efectivamente en esta situación.
»Pero primero que todo, necesitábamos que el lugar tuviera un buen sistema de gobierno.
»Después de un rato de discusión, decidimos implementar una monarquía, entonces propusimos buscar a alguien que tuviera cuatro cualidades para ser un buen monarca: Liderazgo, humildad, paciencia e inteligencia.
»Y solo digamos que… nos equivocamos de persona.»
—¿Hablan de tu tía?
—Probablemente.
Algo que todo el pueblo sabía, era que la hermana del rey, Mirna, había sido elegida por el pueblo como reina, pero todo eso cambio debido a unas malas decisiones que había tomado. Fue reemplazada por Galván y ella se fue del reino.
—Solo lo sabremos si seguimos leyendo —dijo Eileen, pero antes de poder pasar al siguiente pergamino, alguien tocó la puerta.
Eileen y Kalen se miraron por un momento, antes de guardar rápidamente todas las cartas en el cofre, incluyendo los pergaminos extras que había añadido la princesa para esconder los textos de las diosas.
La joven puso el cofre en su lugar mientras Kalen abría la puerta. Eileen enseguida reconoció los cabellos rojos y rizados de quien la visitaba.
—¡Madre! —exclamó el joven como saludo.
—Hijo, sé que les encanta pasar tiempo juntos, pero debes dejar a la princesa estudiar —le regañó suavemente la mujer—. Ayuda a otros con sus deberes, debo preparar el baño de Eileen y después limpiar su habitación.
Kalen asintió y vio cómo su madre se dirigía al cuarto de baño. El guardián se acercó a la doncella y le habló en un susurro.
—Creo que tendremos que continuar leyendo en otro momento.
—Lo sé, no te preocupes, podemos continuar al anochecer —le dijo ella, a lo que Kalen parpadeó, confundido.
—¿Quieres leerlo todo conmigo?
—¡Claro!, ya comenzamos a leer juntos, sería injusto que yo me adelantase.
Kalen simplemente asintió a lo dicho por la princesa y salió de la habitación, con una pequeña sonrisa en el rostro.
Eileen suspiró y se sentó en su escritorio. Sin entusiasmo, sacó sus anotaciones sobre la lección que había tenido.
—Las lecciones sobre la fauna del lugar eran más entretenidas que esto —masculló con frustración.
Estudió un breve periodo de tiempo, intentando, para hacer todo más divertido, dibujar los tipos de árboles y hierbas de los que hablaba el texto.
—Listo, Eileen.
La voz de Leonor causó que la princesa se sobresaltara, pero enseguida recobró la compostura y se dirigió al cuarto de baño. La princesa, al entrar en el pequeño lugar, pudo percibir una agradable esencia.
—Ayer también había un olor extraño en el agua, ¿qué es?
—¿Lo notaste? —Leonor le sonrió—. Añadí al agua una esencia de flores que encontré, ¿te gusta?
—Me encanta.
Eileen se desvistió y se metió en la bañera, recibiendo gustosa la sensación relajante que producía el agua caliente; Leonor se sentó cerca de ella y lavó su cabello tarareando una dulce melodía.
—¿De dónde conoces esa música? —cuestionó la rubia.
—Oh, la escuché cuando era más joven, en mi antigua comunidad al norte —respondió Leonor con simpleza.
—Ah, ¿te gustaba mucho vivir ahí?
—Sí, pero la vida es más fácil aquí —respondió la mujer antes de tararear de nuevo.
—¿Segura?, creo que molesto mucho con los baños diarios —dijo con timidez la rubia, pues era bastante extraño que una persona quisiera lavar su cuerpo tan seguido. Sin embargo, desde pequeña, a la rubia le había fascinado el agua cuando su padre la había llevado al río, y desde entonces el rey pidió que le prepararan una bañera a diario.
—Ah, no hay problema— dijo Leonor con una pequeña risa—, lavar tu cabello me calma.
—Oh, pero puedo hacerlo sola —dijo la rubia. Si bien, amaba la compañía de Leonor, a veces quería tener algo de tiempo a solas—. ¿Te parece si me dejas aquí un rato?
—Como gustes, preciosa.
Leonor sin más, se levantó y se fue del cuarto de baño, cerrando la puerta detrás de ella.
Eileen simplemente cerró sus ojos, inhalando fuertemente ante el aroma de flores que la pelirroja había preparado para ella. Era un buen lugar para relajarse, y por un momento sintió pesar al no poder leer los pergaminos encontrados cerca de la bañera, pues en ese momento creía ser capaz de imaginar vívidamente todo lo que había leído hasta ese día
En cuanto el agua comenzó a enfriarse, la princesa salió de la bañera y secó su cuerpo con una suave toalla, antes de colocarse el mismo vestido que había usado durante el día.
Llegó el anochecer y, cómo el rey no se encontraba, la princesa cenó junto con Kalen y Linnette, quién se encontraba escribiendo una carta con su bella caligrafía.
—¿A quién escribes? —preguntó la princesa, mirando sobre el hombro de la castaña para después sonreír. ¡El latín de su amiga había mejorado mucho!
—A Saira —respondió la doncella con una tímida sonrisa—, dijiste que hace mucho no la veíamos, y pensé que cómo no puedes salir, no hay nada de malo en que ella venga a visitarnos, ¿cierto?
Eileen abrazó con entusiasmo a la mayor.
—¡Esa es una gran idea! —exclamó contenta—. Oh, lo bueno es que vive en el centro del reino, recibirá la carta pronto. Le agradará saber del avance que tuviste en el latín que te enseñó.
Linnette se sonrojó levemente— Sí, bueno, iré a enviarla — La castaña se levantó de su asiento y se despidió con una pequeña reverencia de ambos.
En cuanto salió de la habitación, la rubia se giró hacia Kalen.
—Si los pergaminos resultan ser verdaderos, tendremos que decirle todo a Linnette —dijo decidida la princesa, a lo que Kalen se angustió.
—No lo sé, se supone que solo los miembros de tu familia pueden leerla.
—Bueno, no es que yo tenga tanta familia que digamos, ¿cierto? —Sonrió—. Además, leer esto será mucho más divertido con ustedes.
Kalen sonrió con ternura ante las palabras de Eileen.
—De acuerdo. Cómo tú digas, princesa.
Ambos terminaron su cena y enseguida subieron a la habitación de la rubia, quien tomó la caja de su escritorio.
—Solo leeremos un pergamino —le dijo Kalen, decidido—, no quiero que mañana sea tan difícil despertarte cómo lo fue hoy.
Eileen hizo una mueca.
—Bien. —No discutiría, ella estaba muy consciente de su sueño pesado—. Solo un pergamino.
La doncella tomó asiento en el borde de su cama, con el pelirrojo a su lado, y Eileen comenzó a leer en voz alta:
—«Buscando al líder, por Dana.
»Nosotras teníamos la responsabilidad de buscar al monarca perfecto para la gente de lo que hoy es Celtri, pero el hacerlo con nuestra forma común no resultaba tan emocionante, así que adoptamos nuestra forma animal para hacerlo divertido».
—¿Forma animal? —Kalen alzó una ceja ante lo leído—. No estoy muy familiarizado con las diosas, ¿pueden transformarse?
Eileen leyó la respuesta:
—«Sí, podemos transformarnos y sí, buscamos cualquier oportunidad para hacerlo».
—Si no supiera que son diosas, diría que quienes escriben esto son unas niñas —comentó Kalen, frunciendo el ceño—, no creí que su actitud fuera así.
—Creo que exageras, todos necesitamos un poco de diversión en nuestra vida. —Eileen se encogió de hombros, restándole importancia al asunto—. Supongo que las diosas no son una excepción. —Continuó—: «Erea, se transformó en un ave de color verde con un poco de rojo en su cabeza y su rostro, parecía una pequeña y tierna sandía.»
Eileen dejó de hablar, se había quedado mirando fijamente el pergamino, con la boca entreabierta.
—¿Eileen?, ¿todo bien?
—Escucha esto —dijo la chica, con sus ojos brillando y con una sonrisa de oreja a oreja, antes de seguir con la lectura—: «Mave era un pequeño gato negro y yo, como su opuesto, era un perro blanco. Talis se transformó en un pequeño dragón de color azul cobalto con turquesa, por lo que tenía que volar rápidamente para que la gente la confundiera con una especie extraña de ave (todavía puedo recordar la discusión entre Bile y Talis sobre su forma animal no real).
Eileen y Kalen permanecieron un momento en silencio, antes de comenzar a balbucear, en shock por lo leído.
—¡Eran ellas!
—¡No puedo creerlo!
—¡Por eso nos mostraron el cofre!
—Al menos Erea lo hizo, creo que Dana no quería que encontráramos esto. —Kalen frunció sus labios—. Perseguía mucho a Erea y a Mave.
—Y Talis no apareció porque su forma no puede ser mostrada —murmuró Eileen, emocionada por lo descubierto—, ¡todo concuerda!, ¡esta fue su forma de responder a mi rezo!
Kalen no dijo nada más, simplemente se sentó, conmocionado por la información.
—¡Debemos volver hoy! —exclamó Eileen, decidida—, ¿qué dices?
Kalen asintió lentamente, llamando la atención de la princesa.
—¿Estás bien?
—Sí, solo que…—Kalen parecía buscar en su mente las palabras adecuadas para expresar lo que sentía—. Nunca he sido fiel a los dioses, siempre me han parecido demasiado… falsos, no sé, demasiada magia, y no ayudaba el que las creencias de aquí sean diferentes a las primeras que conocí. Los pergaminos solo me parecían interesantes, pero leyendo esto… —Kalen dio un pequeño suspiro—. Creo que tengo mucho que pensar.
Eileen se sentó a su lado, y puso una mano en el hombro de su amigo— Oye sé que fue difícil en el pasado pero, creo que esto prueba que puedes confiar en ellas.
Kalen asintió a sus palabras, todavía algo perdido en sus pensamientos, por lo que Eileen se recargó en su hombro, creyendo que un poco de cercanía le ayudaría. El pelirrojo se relajó considerablemente, y ella siguió leyendo la carta.
— «El estar en esta forma animal me hizo darme cuenta que muchas personas no eran muy amables con los animales que digamos, los adultos que me perseguían con sus utensilios eran automáticamente descalificados.
»Una conversación captó mi atención: Un hombre joven y una adolescente discutían dentro de su hogar, que parecía una cabaña.
»“Hermano, ¿por qué no entiendes? este lugar es horrible. Es aburrido, es pobre… quiero irme de aquí” decía la chica, con buenas razones.
»Su hermano le respondió: “Tú debes entender que no puedes irte así como así, yo soy el mayor, yo soy el que pone las reglas y yo soy el que decide cuando nos vamos”.
»Vi a lo lejos a Talis, quien miraba por una ventana de la pequeña casa, por lo que me acerqué a ella y ambas escuchamos con atención.
» “¡Este lugar nunca prosperará!, ¡no sabes cómo desearía que todo fuera diferente!” gritaba la chica. Ni Talis ni yo habíamos escuchado a alguien del pueblo expresarse así de su hogar, todos parecían resignados a tener esa vida por el resto de sus días, excepto ella.
»Creímos que habíamos encontrado a nuestra reina».
—Creo que sí habla de mi tía—comentó Eileen, pensativa—. Y si hablan de mi tía, tal vez también hablen de mi madre —la esperanza al decir esto era evidente en su rostro.
—Tal vez. —Kalen le dio una ligera sonrisa—. ¿No sabes mucho de ella, cierto?
—No sé nada de ella —admitió Eileen, con tristeza en su voz—, mi padre no tiene nada que haya sido de su propiedad.
Kalen hizo una mueca ante las palabras de su amiga, antes de levantarse. Su rostro mostraba pura determinación.
—Bueno, supongo que pronto la conoceremos. Ahora, ¿quieres volver al Enyd?
Tal parecía que la preocupación del guardián por la poca habilidad de la princesa de levantarse por las mañanas se había esfumado, y Eileen no tenía planes de recordárselo.
—¡Claro que sí!, ¡vamos!
Ambos, como la noche anterior, se escabulleron y fueron rápidamente al corazón del reino. La noche de primavera era fresca y, para su suerte, nadie caminaba por los terrenos en ese momento, pues sus pasos eran demasiado rápidos y ruidosos cómo para pasar desapercibidos.
Llegaron al Enyd, y Eileen no perdió el tiempo
—¡Diosas!, ¡salgan!, ¡ya sabemos que ustedes nos dirigieron a las cartas! —vociferó, mirando hacia las ramas situadas sobre su cabeza y causando que Kalen volteara a su alrededor, paranoico por la posibilidad de que alguien los escuchara.
No hubo respuesta alguna, ni señal de vida, causando frustración en ambos jóvenes.
—¿Es que acaso actuarán como si nada? —preguntó Kalen al aire.
De nuevo, no hubo respuesta.
—Ya las vimos con su forma animal —insistió Eileen, con desánimo—, ¿por qué no contestan?
—¡Oye!
Eileen volteó a ver a su amigo, notando que un pequeño ave se había posado sobre su cabeza.
—¿Erea? —La princesa se dirigió al pájaro, recibiendo un silbido cómo respuesta—. ¿No puedes hablar directamente con nosotros?
La diosa dio dos silbidos.
—¿Eso es un no? —Un silbido—. ¿Por qué?
El pájaro permaneció en silencio y los dos amigos se miraron, confundidos y levemente decepcionados.
—Erea, tú nos mostraste el escondite del cofre, ¿no? —Ante la pregunta de Eileen, el ave dio un silbido—. ¿Entonces quieres que lea todo lo que hay ahí?
Otro silbido, más alegre, fue la respuesta del ave, antes de volar hacia la cima del Enyd.
Hubo un momento de silencio, en donde ninguno de los dos jóvenes dijo nada.
—Sospecho que no serán directas con nosotras.
—Supongo. —Eileen hizo una mueca—. Vámonos, Kalen.
Eileen comenzó a caminar, pero solo dio un par de pasos antes de notar que su amigo no la seguía. Se giró y notó que el joven guardián miraba pensativo el árbol, antes de arrodillarse frente a él.
La princesa guardó silencio, para no interrumpir la oración del guardián, sintiendo la extraña sensación de necesitar una flauta para acompañar los pensamientos ajenos. Le era extraño ver a alguien frente al árbol sin bailar o dedicar algún canto hacia las diosas.
Un momento después, el pelirrojo se puso de pie, y se giró hacia la princesa.
—¿Todo en orden? —cuestionó ella, con la preocupación evidente en sus ojos.
— Sí —respondió él con voz suave—. Vamos, Eileen.
Los dos se encaminaron hacia el castillo, ignorando que una mujer vestida de rosado y otra vestida de blanco los miraban con curiosidad.
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Sin filtro, pero de verdad.
Si alguien dijera que tengo fama de tolerante, estaríamos frente a una sucia mentira, porque lo que menos tengo es paciencia. Y sin embargo, heme aquí, esperando pacientemente a que una manga de... (pausa para elegir palabra, ¿cuál aplica? Oh, ya sé) personas inmaduras dramáticas y cobardes venga a solucionar los problemas como adultos.
Y algo ha de ser dicho, todo esto es culpa mía. La gente me dijo: No te acerques al staff de Verdammnis. Son gente problemática. Me echaron un par de antecedentes. Pero a veces peco de buena persona y me convierto en un tarado, confié en que solo era mala fama pero ahora, con la certeza que tenían razón y todas las pruebas que la otra parte no quiso aportar, me toca dar a conocer la historia (completa eh, no solo la parte que sirve para victimizarme) sobre cómo Verdammnis aprovecha para hacerse publicidad atacando foros más pequeños de manera rastrera. Esto va a ser largo, porque vengo con la bronca atorada hace unos días, ya que si algo no tolero son las personas grandes que se comportan como niños... y Gaia, sé que eres tú detrás de todo ese llanto inconducente. Dudo seriamente que tengas quince años.
Bella captura
De buena fe les sugerimos la afiliación, porque pensé “¿Qué podría salir mal?”, se mantenía un bonito intercambio en Tumblr y siendo un foro mucho más grande, una afiliación hermana daría visibilidad (no nos hagamos los santos, todos hacemos afis hermanas por visibilidad). En un principio pensé que quizás nos la tiraban, porque con la fama que tenían atrás, supuse que un foro como el nuestro no iba a interesarles para tal puesto... pero aceptaron, wohoo.
Bella captura
Los días pasaron, -montaje de días que pasan aquí- y tanto Eryx como yo nos vimos desmotivados del foro. Quien me conoce sabe que soy muy nazi en cuanto al realismo de las cosas (irónico teniendo un foro de fantasía y ciencia ficción), y por si no se notó (puede que sí como puede que no), Eryx tiene una obsesión con el orden de foros, información, etc, etc. Dos obsesivos con un foro desprolijo y muchas cuentas fantasma dio que decidiéramos hacer un hiatus (que tampoco sería para tanto, hey, se lo informamos a todos los usuarios que teníamos) y unas cuantas reformas. En base a esto, encargamos a @nero-codes si le molestaría hacernos un revamp del skin, u otro distinto, no porque no nos gustase el skin que ya teníamos (hermoso, delicioso y azul), sino porque irnos y volver con la misma cara, de frente al público, no denotaría “cambio”. Ella aceptó, y la dejamos trabajando en eso mientras nos retirábamos a la admin-cueva a meter martillazos por todos lados en los grupos, sistemas, especies, and so on.
Divergencia número 1 en esta historia: yo venía haciendo un sistema de logros desbloqueables para SpOd hace meses, desde Febrero si mal no recuerdo. La idea fue meterlo en la última actualización pero no di con un diseño que me guste, y luego con todo esto de la pandemia, Eryx vio su casa llena de gente y tampoco pudo ayudarme mucho en ese apartado. Así que lo pospuse. De vuelta al cauce en la línea de acontecimientos actual, tuve la brillante idea venida del 2010 o antes de dar medallas y puntitos por roles específicos. A lo cual un par de personas me dijeron “Mmm, Verdammnis tiene algo similar, quizás te la hacen de pedo”, pero Eryx sugirió que ya que teníamos afiliación hermana podríamos no asumir y preguntar si molestaría. Porque se supone que las afiliaciones de esa clase implican un nivel de diálogo cercano entre los staffs, o accesibles al menos, en teoría. Así que eso se hizo:
1, 2, 3, 4, 5
¡Si es que hasta bromearon con el asunto! Estábamos contentos, yo sobretodo, resultaba que no eran tan terribles después de todo. Tropiezos todos tenemos, pero eran gente amigable. O eso pensé, porque me dejo llevar muy fácil. Después de un largo día de trabajo en el cual el 70% consistió en ver Star Trek para inspirarme un poco, entro a tumblr y me encuentro con esta joyita y un bloqueo:
Agarrate de tu tía
Oh boy, where to begin. Yo lo primero que me pregunto es por qué rayos la necesidad de bloquear, evitando cualquier clase de diálogo civilizado entre ambas partes. Si se supone que estaba instalado, vamos a hacer un ejercicio mental aquí: ¿qué clase de estúpido preguntaría si una cosa les molesta para copiar otra después? Si yo veo que un amigo o allegado está usando las mismas camisetas que yo y creo que lo hace para copiarme y me molesta, voy y le digo “Oye, ¿puedes cambiarte la camiseta? Que la verdad me molesta un poco”. Vieron que teníamos apertura a diálogo, y sin embargo, bloquearon después de enviar un mensaje hostil, insultando a nuestra diseñadora de manera deliberada, y sin dar un mínimo derecho a siquiera saber qué cojones pasaba. Porque recordemos, nosotros no estábamos en eso. Yo no tenía la menor idea de qué estaba pasando.
Todavía voy a ver qué tanto era lo que hacía olas y veo que es una disposición de colores y links.
El de ellos vs el nuestro.
Ok, ajá, se parecen. Nero fue a hablar con Pervinca (diseñadora de la skin de Verdammnis), y se acordó que cambiando eso ya estaban las “similitudes”, listo. Se cambió. Honestamente, a mi me daba igual de no ser por la mala actitud, el infantilismo, y me quedé con la vena porque para más, yo les mandé un ask (que se puede, eh, no puedo mensajear directo pero veo todo) dejándoles mi Discord para hablar como la gente decente:
1, 2
Yo quiero creer que no llegó, no que me ignoraron deliberadamente para seguir haciendo su berrinche.
Porque hicieron berrinche, por supuesto:
1, 2, 3
Como tienen la costumbre de borrar posts cuando ya no les convienen (como ese donde por poco no le decías bastardos a tus usuarios, cuando Verdammnis cerró), dejaré aquí un álbum en imgur para que no digan luego que las pruebas no están: backup.
Y es que uff. No sé por dónde empezar. Nadie necesita “desvalijar tus códigos”, Gaia, nadie. ¿Te molesta que la gente use íconos DE USO PÚBLICO en otros foros? ¿Te molesta que nos subamos a un estilo de estructurar subforos que viene usándose hace al menos un año (aunque en realidad es más)? Sabes, a mi me molestaría más hacer tanto aspaviento por un skin que ni siquiera estaba terminado.
Se habló con la diseñadora, se cambió lo que le molestaba, ahí pudo terminarse todo, pero tienes que seguir sacándote similitudes del sombrero y acusando de un plagio inexistente porque sino ¿cómo haces circo? Porque eso es lo que todo esto es, un circo. Lamento decirte que Nero no necesita copiar códigos a otros diseñadores porque sabe lo que hace, y lo que no, lo aprende. Lo aprende de los mismos otros diseñadores, que tan amablemente suben tutoriales para que la gente aprenda a tener foros “a la moda”, lo aprende de páginas de diseño web que suben códigos para que las personas practiquen, usa elementos y materiales que no son exclusivos a una persona y están libres para que cualquiera pueda usarlos. Aquí nadie está inventando el oxígeno, la pólvora, los rombos o el viaje a Marte. Y si te preocupa que vayamos a ir a robarnos algo de la ambientación de tu foro, tranquila, que no necesito echar mano a una temática que nada tiene que ver con la mía. Yo creé mis propios planetas, mis lunas, y si quisiera echar mano a las lunas de Saturno para incorporarlas a mi zona de rol, podría hacerlo. (Porque, nota de autor, para que veas que no guardo rencores: un satélite natural de un planeta no se eleva al estatus de planeta solo por ser habitable. Siempre será un satélite. Si quieres te puedo explicar la diferencia, o lo buscas tú por Google, que es fácil).
Voy a dejar aquí todos los recursos que Nero usó para hacer nuestro tablón y skin: base, tutoriales de Necromancer y Gitano, esto que son childs?.
Y aquí están tanto el link de Verdammnis como el de Space Oddity para quien quiera usar esa maravillosa herramienta que ofrece Google, Inspeccionar, así ven que los códigos no se parecen porque los hicieron dos personas distintas, de cero. Yo no sabré mucho de códigos, pero me codeo con cuatro personas que sí, y al menos aprendí a discernir cuándo alguien roba y cuándo se está subiendo a un tren de moda de diseño.
Lo que más me gusta de todo, es que aquí me dirán “Pero te estás echando el saco solo, nunca dieron nombres”. Pues no en sus comunicados, pero “la secta de Verdammnis” (que yo creí una leyenda urbana, cabe mencionar) empezó a echar nuestro nombre en los tumblr de promo-bardo (que yo sigo, obvio, me gusta leer los bardos porque es como ver una novela), y también en ese hermoso antro que es ShikiTopSite. Y lo que más me da gracia de este asunto es que hablan de “nuestros amiguitos” como si fuésemos Testigos de Jehová. Amiguitos no tenemos, si acaso algunos usuarios fieles, poquitos pero de calidad. Si acaso a alguien le preguntaron y les dijeron que estaban locos, no los mandé yo, tampoco Eryx, tranqui. La gente tiene criterio para ver la tontería.
Dejaré aquí algunos ejemplos, pero seguro saldrán más, no estoy seguro que me preocupe: shiki, “odicity” ni existe amigo/a, quiero la patente de los diseños cuadrados.
A título personal, yo estoy triste de tener que escribir esto. Estoy decepcionado. No puedo decir que herido, porque tengo la conciencia limpia. Pero ver que todo lo que se decía de ustedes era real... es triste, me enseña que cuando alguien se ha hecho la fama no siempre es porque la gente en general sea mala. Quizás esa persona es, de hecho, tóxica. Y es triste porque tienen un foro muy bonito, que a la gente le gusta, a mi me lo parece de corazón, pero tampoco es un foro que haya inventado la mermelada. Ver que no pueden disfrutarlo porque creen que es tan único que todos van a copiarles, me hace cuestionarme si yo quiero terminar así.
Lo reitero: YO NO TENGO PROBLEMA EN HABLAR. Me gusta solucionar las cosas como personas maduras, porque tengo veinticinco años, no me va meterme en dramas que no tuve ni cuando estuve en la secundaria. Dejaré mi discord aquí, dispuesto a charlar sin insultos, sin tiros por elevación, hablaré como se me hable: Outspoken#2160 así es, Outspoken#2160
E igual es solo para que vean que yo sí tengo cara para dar. Que yo sí hablo las cosas de frente, en vez de ir como rata rastrera a victimizarme solo porque alguien osó querer usar un diseño que todo el mundo usa.
Un abrazo.
—Rainszary.
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