Tumgik
#ver en la oscuridad
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Eternidad
De lxs gatxs aprendí el peso de la autoestima y la fuerza de la indiferencia. Gracias a esta especie adopté la costumbre de ser mi propio monumento, y el hábito de ver en la oscuridad en lugar de inventarme falsas lucecitas. Cuando nos conocimos con Amalia (la única gata blanca que me dirigió la palabra) ya era inmortal y ella lo notó de inmediato. Sin embargo, me enseñó su secreto de las nueve vidas. Pensé que ella no tenía la capacidad de comprender el sentido de la inmortalidad, y por eso me enseñaba cómo vivir nueve veces a pesar de la muerte. Tardé en comprender que no le importaba ese detalle, que lo hacía para compartir su secreto más preciado conmigo. Porque lxs gatxs tienen muchos y no comparten ninguno, ella compartió eso conmigo y me enseñó que sin confianza no existe la eternidad.
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(foto: yo, una tarde en la que la sombra de Amalia se quedó quieta)
Acostumbradoalfindelmundolandia: linktr.ee/acostumbradoalfindelmundo
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deepinsideyourbeing · 4 months
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Tiempo - Enzo Vogrincic
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+18! SoftDom!Enzo. Age gap, creampie, (posible) dacrifilia, dirty talk, fingering, (breves descripciones de) girly!reader, innocence kink (implícito), sexo oral, sexo sin protección. Uso de español rioplatense (y mucho texto, sorry).
Enzo recuerda la primera vez que te vio.
Llevaba ya un tiempo preguntándose quién había ocupado el departamento que dejó cuando terminó su última relación e intentando a su vez sepultar el pensamiento para no recordar nada que tuviera que ver con aquellos momentos, pero luego comprendió que su curiosidad poco tenía que ver con los fantasmas que creía ver en el edificio al que regresó.
Era la tarde de un aburrido sábado y él deambulaba por el corredor con su cámara en las manos, intentando encontrar el ángulo perfecto para capturar la luz del sol iluminando su puerta. Entre tantos viajes decidió recostarse sobre las cerámicas de su hogar, perdiéndose en la oscuridad y conteniendo la respiración hasta que la imagen que vio a través del lente logró convencerlo.
Tus zapatos arruinaron la fotografía.
Se apartó de la cámara con una expresión de disgusto dibujándose en su rostro y un sonido mitad frustración-mitad enojo dejando sus labios, aunque dichas emociones se esfumaron cuando alzó la vista y encontró tus ojos observándolo desde la puerta. Se reincorporó y permaneció sobre sus rodillas, con una extraña sensación recorriéndolo al mirarte.
-Hola.
-Hola- le sonreíste-. Enzo, ¿no?
-Sí. ¿Vos sos…?
Te presentaste con cierta timidez, confesando que sólo te detuviste porque te asustó ver la puerta abierta y aclarando también que en el tiempo que llevabas allí jamás habías tenido oportunidad de presenciar tal fenómeno. Se declaró culpable con una sonrisa y abandonó su posición.
-Vos vivías ahí, ¿no?- señalaste tu puerta y él asintió-. ¿Y por qué volviste?
Cruzó sus brazos sobre su pecho e hizo un gesto de indiferencia.
-Me gusta este lugar. Y tengo muchos recuerdos con mis gatos.
-Menos la lámpara- arqueó una ceja-. Una lámpara con rasguños, ¿la querés…?
-Era mía- apretó los labios-. Pero no, no la quiero, gracias.
-Bueno…- dijiste, alejándote lentamente de su puerta-. Fue un gusto.
Pero él no podía permitir que te fueras.
-¿Te molesta si subo la foto…? Te puedo etiquetar.
Y de pronto no había lugar en el que no se encontraran… Ya fuera en el parque a medio kilómetro de distancia o la vieja tienda de libros en el centro de la ciudad, sus caminos se entrelazaban y siempre emprendían juntos el regreso a casa. En alguna que otra ocasión se detenían a comprar alguna bebida –un simple espresso para Enzo y para vos una bebida con nombre e ingredientes que él no podría pronunciar-, flores o sólo para acariciar gatos del barrio.
Los no-tan-breves intercambios durante las caminatas se convirtieron en charlas interminables que tenían lugar en su cocina o en tu sala de estar. Allí Enzo descubrió por fin el misterio de la playlist que reproducías todos los sábados por las noches, el nombre de las canciones que no lograba encontrar y por qué decidiste no colocar tu apellido en el timbre de la entrada, entre otros detalles con los que completó el puzzle que era para él tu persona.
Recuerda también el día en que pediste su ayuda para decidir cómo decorar la sala para tu cumpleaños, comentándole que organizarías una pequeña reunión con tus amigas e invitándolo a acompañarte luego de preguntar por su agenda. Observó por un largo rato los productos que le señalabas en la pantalla de tu laptop y luego recordó preguntar:
-¿Y cuántos años cumplís?
-Veintidós… ¿De qué te reís?
-Dale- insistió entre risas-. Decime.
-Veintidós, Enzo.             
Su sonrisa se esfumó y se desplomó contra los cojines del sofá, notando en ese entonces que sus jeans rozaban tus muslos. No pareciste notar su reacción o decidiste ignorarla, pero poco podía importarle aquello cuando la voz en su cabeza gritaba que había cometido un error. Cuando se despidió besó tu mejilla con cierta reticencia e hizo un esfuerzo para no voltear antes de cerrar su puerta.
Aquella noche lo encontró en vela. Contó ovejas hasta aburrirse, el té caliente que debía ayudar quemó su lengua y ningún programa en la televisión llamaba su atención el tiempo suficiente; releyó conversaciones, fingió tener la intención de borrar todas tus fotos y tu contacto, juró romper las notitas que dejaste cuando regaste sus plantas durante su último viaje. Gritó y maldijo contra la almohada a sabiendas de que no sería capaz de hacer esas cosas.
Pensó en todas las señales que pasó por alto: algunas de tus prendas y los moños en el cabello, los cuales creyó parte de la reciente y creciente aceptación de la feminidad, las bromas y referencias que no comprendiste, parte del contenido que consumías en redes y que habías compartido con él. Sin ir más lejos, había visto la forma en que interactuabas con otros habitantes del edificio o cómo huías descaradamente (cosa que él envidiaba) para evitarlos.
Todas las mañanas al despertar juraba frente al espejo que era el último día, que pondría fin a lo-que-fuera que estaban haciendo con vos y que era la decisión más sensata para protegerte… Pero entonces recibía un mensaje tuyo deseándole un buen día o te veía regando tus plantas, todavía en pijama y un tanto despeinada, y decidía que podía permitirse unas últimas veinticuatro horas disfrutando de tu compañía.
Fue en una de esas tardes que acabaste sobre su regazo mientras él guiaba tus movimientos. Sólo unas capas de tela separaban tu piel de la suya y eso fue probablemente lo único que pudo lograr que se detuviera a tiempo… Bueno, eso y el hecho de que horas atrás le habías enseñado una página donde se apreciaban fotografías tomadas de tu cuenta de Instagram y el artículo que regalaba detalles sobre tu vida.
Con sus manos aún sobre tu cadera, tal vez un poco más por debajo de lo aceptable, Enzo te obligó a detenerte y fingió no notar el hilo de saliva que conectaba sus labios con los tuyos. Tu respiración era agitada, tus párpados parecían pesar con los vestigios del placer que te arrebató y podía ver tus pezones erectos a través del adorable top floreado que llevabas puesto, pero por muy tentadora que fuera la imagen no podía permitir que cometieran una equivocación.
Acomodaste tu cabello, nerviosa.
-¿Hice algo…?
-No- se apresuró a contestar y besó tu mejilla-. Pero no podemos.
Un sonido dejó tu garganta y tus labios fueron incapaces de contenerlo. Cuando te arrojaste sobre el sofá abrazaste tus piernas, ignorando que la posición había desacomodado tu ropa y dejaba al descubierto tu lencería humedecida. Enzo apartó la mirada y tomó un par de respiraciones profundas, su mano acariciando tu tobillo para ofrecerte consuelo.
-¿Por qué?
-Porque sos muy chica para mí.
-¿De verdad importa?- asintió-. Es que pensé… No pensé que podía gustarte.
-Y yo no pensé que eras diez años menor.
-Nueve- corregiste-. ¿Y entonces...? ¿Por qué estábamos…?
-Porque soy un imbécil.
-Y… sí.
-Creo que tendríamos que… no sé, evitar vernos por un tiempo- lo miraste confundida y él señaló tu celular-. Si te ven conmigo van a hacer y decir esas cosas, es así. Perdón.
-Pero acá no nos ven- intentaste razonar con él.
-Los vecinos sí.
Ambos comprendieron en ese momento lo que significaba evitar verse por un tiempo. Tu labio inferior temblaba mientras hacías un esfuerzo para contener el llanto y cuando Enzo se estiró para acariciar tu mejilla apartaste su mano, te pusiste de pie y te dirigiste hacia la entrada.
-Andate- te aclaraste la garganta-. Andate, Enzo.
Abandonó tu hogar sin atreverse a mirarte a los ojos y la mañana siguiente no se acercó para dejarte la copia de sus llaves ni para reclamar la manta que había caído en tu sofá durante su visita el día anterior. Dejó el edificio con prisas, temiendo que ante el mínimo retraso ambos pudieran encontrarse y él se viera obligado a pensar todavía más en todo lo que hizo mal.
Jamás se había sentido tan ansioso en un avión… Por lo menos no en uno real.
Se arrepintió en ese momento y durante una semana sus conocidos parecieron tratarlo como si fuera un frágil adorno de cristal, aunque no lograba comprender si se debía al evidente estado anímico que arrastraba junto con su maleta o al mal genio que dejaba entrever cuando todas las entrevistas y eventos diarios comenzaban a abrumarlo.
En algún momento comenzó a sentir que había cometido un crimen.
Empeoró cuando lo bloqueaste en todas tus redes. Y cuando los periodistas no dejaban de preguntar si estaba soltero, si tenía novia, si podían saber tu nombre; cuando alguien difundió fotografías que habías subido a tus historias luego de que configuraras tu cuenta como privada, cuando notaron que la lámpara en tu sala era la misma que se apreciaba en viejas publicaciones en su feed, cuando señalaron que tu sala era también la misma sala que él posteó en ocasiones.
Se arrepintió entonces, por supuesto que se arrepintió. Y también se arrepiente ahora, aunque no puede precisar si su arrepentimiento es producto de haberte arrastrado al circo mediático que lo rodea o si se debe a la distancia que los separa. Tampoco sabe qué duele más.
El taxi se detiene en la puerta del edificio y al bajarse lo sorprende el característico sonido del cristal haciéndose pedazos bajo sus pies. Se aparta rápidamente y observa la lámpara destrozada en la acera durante unos segundos, sus ojos ardiendo cuando finge que chequea las suelas de sus zapatillas en caso de que el dolor que siente provenga de una herida.
Arrastra su cuerpo hasta entrar en el elevador y presiona el botón. Odiaría quedarse atrapado o sentirse encerrado como sucedió en el avión, pero está demasiado cansado y prefiere evitar el tramo de escaleras. Toma una respiración profunda antes de abandonar las paredes metálicas y se apresura hacia su puerta, sus manos temblando mientras introduce la llave en la cerradura.
Suelta su maleta de inmediato cuando nota las hojas marchitas de las plantas en su sala, el único sobreviviente de su ausencia siendo el cactus que dejaste allí la última vez que lo visitaste. Pasa una mano por su rostro antes de abrir las puertas del balcón, las ventanas de su habitación y por último las de la cocina, las cuales permiten que a sus oídos llegue la música que suena en tu departamento.
Revisa el calendario. Recuerda la foto de tus zapatos. Respira.
El reloj da las nueve cuando alguien toca tu puerta. Estás sola con tus pensamientos hace horas y te parece un tanto extraño ya que tus amigas te habrían enviado un mensaje en caso de haberse olvidado alguna de sus pertenencias, pero de todas formas echás un rápido vistazo a la cocina y la sala en busca de cualquier objeto que reconozcas como ajeno.
Cuando abrís la puerta te encontrás con Enzo esperando del otro lado, un ramo de flores en una mano y un regalo mal envuelto bajo el brazo: permanecés inmóvil a la espera de una explicación lógica a su presencia y él, que no deja de mirarte a los ojos, contiene la respiración preparado para que lo eches. Te hacés a un lado para dejarlo pasar.
-Esos son regalos para mí, ¿no? Porque si no me trajiste un regalo te tenés que ir.
El tono pasivo-agresivo de tu broma lo obliga a tragarse su risa y se planta en medio de tu sala.
-Te tengo que pedir perdón.
-En eso estamos de acuerdo- cruzás tus brazos sobre tu pecho-. ¿Y por qué, exactamente?
-Por todo.
Tomás asiento en el sofá y Enzo ocupa el otro extremo, manteniendo cierta distancia que para ambos resulta abismal. Coloca el ramo de flores sobre la mesita de café y también la caja, luego pasa sus manos por su pantalón una y otra vez, nervioso e inquieto como jamás lo habías visto. Te gustaría poder consolarlo pero aún te sentís herida y tu corazón latiendo en tus oídos no te permite pensar con claridad.
-Sé más específico.
 -Primero me gustaría pedirte perdón por lo de tus fotos.
-No es tu culpa- negás-. De verdad, no sos responsable.
-Entonces te quiero pedir perdón por haber sido un pelotudo…- acorta la distancia entre ambos-. Sé que lo que hice estuvo muy mal, tendría que haberme quedado para que pudiéramos hablar bien y no tendría que haberme ido sin despedirme o prometer que íbamos a aclararlo cuando volviera. Seguro estás enojada y tenés todo el derecho del mundo, pero te pido que me dejes explicarte.
Suspirás y hacés un gesto para que te dé un momento. Buscás refugio en la cocina para ocultar tus lágrimas y deshacerte de la horrible sensación de opresión en tu pecho, colocando un par de cupcakes en unos pequeños platos de porcelana pintada que recibiste por la tarde. Estás a punto de voltear para regresar a la sala, pero la presencia de Enzo a tus espaldas es evidente.
-Perdón- susurra, tomando ambos platos para dejarlos sobre el mármol y poder sostener tus manos-. Sé que dije que sos muy chica para mí, pero sólo lo dije porque no me gustaría que en algún momento…
-¿Qué?
-No me gustaría que dejes de ser como sos sólo para encajar conmigo, que te pierdas de esas experiencias que yo ya viví, no me gustaría que la gente nos mire y piense “Ah, sí, ahí van Enzo y la nena”, no…
-No sos como DiCaprio, Enzo- te liberás de su agarre-. ¿De verdad te importa tanto lo que piensen los demás? Porque yo juraría que normalmente no sos así.
-¿Vos leíste todo lo que dijeron sobre nosotros? Tenés que entender.
-¿Entender qué…? ¿Por qué creés que hacíamos algo incorrecto?
-Porque yo ya sé muchas cosas que a vos te faltan aprender.
-Podés enseñarme- apoyás las manos en su pecho y sentís que tiembla bajo tus dedos-. Me dijiste todo lo que no te gustaría, ¿por qué ahora no me decís lo que sí te gusta?
Toma tu mano y besa tus nudillos.
-Me gustás vos, pero no sé si te merezco- cubre de besos tu palma antes de llevarla a su mejilla-. Perdón, chiquita, te juro que voy a encontrar la manera de…
-Podemos seguir donde nos quedamos- sugerís. Tus mejillas arden.
Enzo rodea tu cintura con sus manos y sus pulgares trazan figuras sobre tu ropa.
-¿Estás segura?- asentís.
Ataca tus labios con una delicadeza brutal, su desesperación evidente en los gemidos que dejan su garganta y en la urgencia con la que comienza a frotarse contra tu abdomen; entre besos y roces toma tu muñeca y te arrastra en dirección a tu habitación, deteniéndose sólo al ver su manta en tu cama deshecha. Cuando evitás su mirada toma tu mentón entre sus dedos.
-No te voy a dejar sola nunca más- besa tu frente-. Nunca.
Te ayuda a recostarte en la cama y se posiciona sobre tu cuerpo con cuidado. Comienza a besarte, su mano acariciando tu cintura con movimientos suaves que le permiten estudiar tus reacciones y sus labios delineando tu mandíbula, tu cuello y tus clavículas hasta hacerte estremecer.
Se aleja por un segundo para observar tu expresión y se siente casi orgulloso del efecto que tienen en vos sus besos. Vuelve a acercarse a tu boca y tus brazos rodean su cuello para acortar toda distancia entre sus cuerpos, tus piernas abrazando su cintura para poder sentir la evidencia de su excitación contra tu centro. Comienza a rozarte por sobre la ropa y se deleita al oír tus gemidos, tímidos al principio y desesperados con el pasar de los minutos.
-¿Puedo?- pregunta al deslizar sus dedos entre la cintura de tu pantalón y tu piel. Asentís-.  Necesito palabras.
-Sí, sí podés.
-Muy bien- te sonríe y tira de la prenda hasta lograr deshacerse de ella. Observa los tiernos detalles de tu ropa interior pero lo que más llama su atención es la mancha de humedad en el centro. Comienza a deslizar sus dedos sobre la tela y jadeás-. ¿Querés que te toque?
-Sí.
Es adictiva la manera en que reaccionás a sus caricias y se siente casi cruel al preguntar:
-¿Dónde?
Cerrás los ojos, avergonzada, y presiona sobre tu entrada aún cubierta.
-Ahí.
-¿Acá?- repite el movimiento y gemís. Se acerca a tu rostro y besa tus labios-. Perdón, bebé, es que sos muy linda…
El temblor que te recorre hace que se apiade y te despoja de la última prenda que lo separa de tu intimidad. Se arroja sobre el colchón y besa tus muslos con algo similar a la devoción mientras te observa desde su lugar tal como lo hizo la tarde en que se conocieron. Arrastra sus labios sobre tu piel hasta acercarse peligrosamente a tus pliegues y tu entrada brillante.
El primer beso te hace gritar y mientras sus labios te recorren de arriba abajo Enzo aparta la mano que cubre tu boca. Su lengua caliente y experta juega con tu entrada, se introduce en ella y realiza pequeños movimientos hasta sentir que tus dedos se enredan en su cabello para acercarlo aún más, alejarlo y también guiarlo en busca de más placer.
Las yemas de sus dedos recogen tu excitación y frota tus pliegues para lubricarlos. Cuando se detiene brevemente sobre tu clítoris para dibujar círculos estos arrancan un sinfín de sonidos incomprensibles de tus labios y Enzo sonríe complacido contra tu piel ardiente.
Introduce un dedo muy, muy lentamente en tu interior y suspira cuando siente tus paredes contrayéndose hasta prácticamente succionar el dígito en tu interior: gira su muñeca y curva su dedo hasta hallar tu punto dulce, obteniendo un gemido casi pornográfico como recompensa.
Comienza a abusar de tu sensibilidad y no decide si prefiere ver la forma en que te retorcés sobre las sábanas o tus fluidos haciendo brillar tu piel y deslizándose hasta manchar su manta. Intenta obtener algo de fricción, frotándose desesperado contra el colchón y capturando tu clítoris entre sus labios para acallar sus propios gemidos.
Desliza en tu interior otro dedo y te oye quejarte segundo cuando tus paredes oponen resistencia, pero pronto tus gemidos cobran más y más intensidad y movés tu cadera para encontrar sus movimientos. Otro dedo le sigue y cuando sollozás Enzo se pregunta cuántas noches pasaste tocándote en soledad, tus manos incapaces de darte el placer que él logra brindarte en este momento.
Una serie de balbuceos -entre los cuales cree distinguir su nombre- son la única advertencia que ofrecés antes de alcanzar un orgasmo que arquea tu espalda y provoca que arañes las sábanas al intentar aferrarte de algo que te ayude a tolerar el placer. Enzo prolonga tu orgasmo hasta sentir que los espasmos dejan de sacudir tu cuerpo y ver que tu respiración agitada se regula.
Se recuesta a tu lado para poder apreciar tu rostro de cerca y besa tu mejilla.
-Feliz cumpleaños- dice contra tu piel-. ¿Querés más?
 -Todo- asentís-. Quiero…
Se deja caer contra la almohada.
-Si lo hacés no voy a aguantar- lamenta-. Pero…
-Sí- te apresurás a decir-. ¿Y puedo intentar más tarde?
Besa la comisura de tus labios y emite un sonido de afirmación.
Se desnuda bajo tu atenta mirada y regresa a su lugar entre tus piernas. Descansa su peso sobre un brazo y acaricia su miembro, jugando con su punta brillante y suspirando sobre tu cuerpo sólo para tentarte más. Juega con tu clítoris, se desliza entre tus pliegues y te hace delirar posándose sobre tu entrada una y otra vez.
-¿Segura?
-Segura- acariciás su mejilla.
Aunque el ardor de la penetración te resulta placentero esto no evita que un par de lágrimas se deslicen por tus mejillas cuando agachás la mirada para ver la escena entre tus piernas. Enzo es grande y las venas que lo recorren parecen gritar pidiendo que tus dedos las acaricien, pero tus manos acaban sobre su pecho desnudo y tus uñas dejan marcas en su piel al sentir que alcanza los lugares más profundos en tu interior.
-Enzo…- temblás y su pulgar comienza a dibujar círculos en tu clítoris para calmarte.
-Ya sé, bebé, ya sé…
-Más, por favor.
Mueve sus caderas con suavidad para no herirte y arroja la cabeza hacia atrás, incapaz de contenerse ante el placer que siente y esforzándose por no perder el control. Abandona tu interior hasta que sólo la punta permanece dentro de tu cuerpo, que suplica contrayéndose deliciosamente, y cuando vuelve a introducirse lo hace de una sola estocada.
-Más, Enzo, más.
Acelera el ritmo y jura que podría morir en esa posición, con tu calidez abrazándolo y tus gritos opacando cualquier sonido que pudiera llegar a sus oídos. Se deja caer sobre sus codos y busca tus labios, embargado por la necesidad de besarte hasta olvidar cualquier pensamiento que no seas vos.
Su mano se desliza bajo tu camiseta hasta llegar a uno de tus pechos, masajeándolo y girando tu pezón entre sus dedos hasta que tus dientes muerden su labio inferior. Rompe el beso para poder observar las expresiones que transforman tu rostro cuando comienza a profundizar sus movimientos, el vaivén de sus caderas permitiendo que su pelvis estimule también tu clítoris.
-Ahí...
-¿Sí, acá te gusta?- la pregunta es casi retórica. Sin esperar confirmación comienza a atacarte con embestidas que te hacen delirar, su punta golpeando tu cérvix y sus movimientos provocando que tu cuerpo se mueva sobre las sábanas de manera casi violenta.
Tus pestañas brillan con las lágrimas que nublan tu visión y Enzo besa el rastro que estas dejan mientras se pregunta si alguna vez alguien logró hacerte llorar de placer, si te aferraste con tanta fuerza al cuerpo de otra persona para no perder la cabeza por la intensidad de las sensaciones… Sabe que no y los músculos de su abdomen se tensan peligrosamente al pensarlo.
Hace una breve pausa para recuperarse y acaricia tu rostro antes de manipular tu cuerpo con facilidad, recostándose contra las almohadas y posicionándote sobre su cuerpo. Puede apreciar en tu rostro tus dudas, por lo que te toma por el cuello para poder acercarte a él y besar tus labios de manera casi voraz.
Colocás tus manos sobre su pecho y comenzás a rozar tus pliegues sobre su miembro húmedo y brillante por los fluidos de ambos, un hilo de saliva cayendo de tus labios cuando bajás la vista para apreciar la imagen entre tus piernas.
Te cuesta creer que lo que sucede es real y que Enzo está con vos en todos los sentidos, más aún cuando humedece su pulgar -como si hacerlo fuera necesario- con la saliva que moja tus labios y lo lleva hacia tu clítoris.
-Enzo, no, me voy a…- intentás advertirle pero tus palabras sólo parecen motivarlo más. Gritás-. Es mucho…
-Hacelo.
Temblás y Enzo te empuja con su cadera hasta que el ángulo le permite volver a penetrarte. La intensidad de los estímulos sacude tu cuerpo y de tu garganta surge un sonido agudo cuando te golpea otro orgasmo que blanquea tu visión y te obliga a arañar su abdomen.
Tus movimientos se apagan gradualmente y las manos de Enzo acarician tu cintura, tu cadera, tus muslos y cualquier centímetro de piel que sus ojos ven. Su miembro palpita en tu interior mientras te recuperás de tu orgasmo, algún que otro espasmo atravesándote y una capa de tus fluidos haciendo brillar tus pliegues, tus muslos y también su abdomen.
La escena es terriblemente obscena y te sentís avergonzada al ver el desastre, pero Enzo no permite que te disculpes y te rodea con sus brazos para aprisionarte contra su pecho. Besa tu cuello y tus paredes se contraen sobre su miembro, tu cuerpo aún sensible rogando por más.
Llenás su hombro de besos y susurrás contra su piel.
-Adentro.
Un gemido resuena en su garganta al oírte y toma impulso con sus pies para volver a asaltar tu interior. Su miembro parece rozar cada fibra de tu ser y la habitación se llena con los sonidos de su piel colisionando con la tuya y tus sollozos cuando decide lamer y morder tu cuello. Mantiene en tu cadera un agarre lo suficientemente fuerte para dejar huellas.
Dejás caer tu frente sobre su hombro, rendida al sentir el cosquilleo entre tus piernas. Enzo tira de tu cabello para obligarte a mirarlo.
-¿Querés que te llene la conchita…?- asentís-. ¿Sí…?
-Sí, por favor.
Tu expresión es patética, pero Enzo cree que es tierna la forma en que tus cejas se curvan y tu boca entreabierta le permite ver tus dientes y tu lengua. Captura tus labios entre los suyos y jura que puede saborear su orgasmo en la forma en que permitís que invada el interior de tu boca.
Sus estocadas son frenéticas y erráticas y sus uñas marcan tu piel. Ahoga un gemido contra tus labios y en medio de la desesperación rompe el beso, mordiendo tu mejilla cuando su liberación mancha tus paredes hasta hacerte lloriquear.
Te abraza con más fuerza mientras las últimas gotas de su semen llenan tu interior y besa las marcas de sus dientes en tu rostro.
-Ahora sos mía.
Gemís en respuesta.
-Y vos sos mío- decís con voz temblorosa-. Para siempre.
-Para siempre, sí- jura, tomando tu mano para besar tus nudillos, tu palma y tus dedos, deteniéndose sobre estos cuando ve tu expresión de dolor-. ¿Qué te pasó acá?
-Estaba limpiando y se rompió tu lámpara. Perdón.
-No me pidas perdón. Nunca- vuelve a besar tu mejilla y te sonríe-. Creo que te va a gustar tu regalo.
-¿Cuál…?
-El que dejamos en la sala.
-Ah, sí- soltás una risa.
-¿Qué te parece si nos damos una ducha y terminamos de celebrar tu cumpleaños juntos?- propone-. Podemos pedir algo para comer y ver una película.
-Quiero quedarme así un ratito- descansás tu mejilla contra su piel caliente-. ¿Enzo…?
-¿Qué pasa, bebé?
-Te quiero.
La fuerza de su abrazo amenaza con dejarte sin respiración.
-Yo también te quiero. Mucho- toma tu mentón entre sus dedos para llamar tu atención-. ¿Puedo ser tu novio…?
Espero hayan disfrutado la lectura ♡
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solxs · 2 months
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En la angustia y la agonía de las cosas, que jamás debieron ocurrir: Está la esencia de la alegría... sin la oscuridad; no se puede ver a la luz venir...
Mabel
97 notes · View notes
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El sentido de vivir lo encontré en los astros de tus ojos, en el polen de los girasoles en tus caricias, en las constelaciones que forman tus lunares, en la luna que ilumina nuestras noches cuando me miras con amor y me dices “te amo”, en el refugio que representan tus brazos, a los cuales llamo «hogar», en tu sonrisa donde se siente la calidez del ocaso, perdiéndose en el horizonte del océano, en tu carita: que pareces un retrato contemporáneo, la musa del poema más bello, prófuga de un filme romántico; lo que me haces sentir es divino, mágico, etéreo, provocas que mis sentimientos revienten como fuegos artificiales en una noche festiva.
Mi oscuridad empezó a iluminarse gracias a la aurora boreal verde que nació cuando te conocí. Me guiaste durante mi perdición, siendo la que abriría el candado de la puerta de mi salvación.
Pude encontrar la libertad en los momentos que construimos juntos, en cómo puedo desnudar mi alma contigo, en cómo haces que mis versos cobren sentido, en cómo a tu lado me siento comprendido y me ves por lo que realmente soy, en cómo eres la causa de que mis sonrisas no sean fingidas, como si hubiera ganado un trofeo.
La vida dejó de ser emocionalmente abusiva desde que te interpusiste en mi camino hacia la muerte.
Y no me estoy quejando, cariño. Le diste un significado. No me arrepiento de ello.
Puedo ver la luz a través de la forma en que me amas.
-Dark prince
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a--z--u--l · 10 months
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Es increíble la facilidad con que algunas personas pueden cambiar tu día. Una conversación en medio de tu oscuridad basta para ver un rayito de luz.
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sinfonia-relativa · 26 days
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Algunos días se me apaga la sonrisa y la mirada y en medio de la oscuridad no puedo ver nada, ni siquiera el reflejo de quien realmente soy, y honestamente no logro encontrar la fuerza de levantarme para encender la luz de nuevo. Entonces opto por quedarme en el suelo recostada tratando de encontrar la belleza en mi tristeza, el aprendizaje de mi dolor.
Moongirl
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rob9916 · 25 days
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PROCESOS
Sucede que la vida no siempre es bonita, le llamamos días malos a esos cambios, y no está mal, el problema es culparte a veces por todo lo que no sale bien o no puedes controlar. Hacen falta esos días malos para ver la belleza de los buenos y aprender a valorar. Todos necesitamos de esos momentos de oscuridad para ver realmente que brilla en nuestras vidas.
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oinorinoyaiba · 3 months
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Miyabi es alto, pero bastante delgado y con facciones envidiables... Aún así nunca ha tenido problema para intimidar a nadie con su voz, con su actitud, con su expresión o con algo menos físico. Y hoy parece ser de esas noches en las que cualquiera con ojos, orejas y sexto sentido es lo suficientemente sabio como para apartarse de su camino.
El viejo casino de la calle Murata, uno de los primeros "negocios" a los que su padre le mandó para "ofrecer sus servicios" y cuyas deudas llevo al dueño a, según informes policiales, ahorcarse en su despacho... Allí se había asentado el enjambre de Takeuchi Daisuke bajo la idea de tener a hombres en ese barrio para lo que pudiera ser, una zona privilegiada no por la cantidad de clientela que hiciera vida nocturna si no por la "calidad" de esta.
Perfecto para que una rata sarnosa llenara los bolsillos de posibles alianzas, o influenciara a cualquier joven con malas ideas y peores notas.
Ahora no era más que un local con un par de paredes de pachinko funcionales, dos mesas de apuestas y una amplia barra de alcohol... Pero las coloridas luces del exterior le hacen entender rápidamente de que efectivamente, ese sigue siendo el nido de la serpiente.
Miyabi no es de sutilezas, Miyabi no es de pensar en estrategias ni mucho menos... Pero por la calle en la que va tiene justo delante la caja de fusibles del edificio y, en ese momento, le parece buena idea dejar que Kuroha la derrita.
En apenas unos segundos las luces del edificio saltan, dejando solo las parpadeantes luces de emergencia como única fuente de luz. Nadie parece especialmente alertado, la energía general parece ser la de una fiesta momentáneamente fastidiada.
A punto de demostrarles lo contrario, Miyabi entra en el edificio. No conoce tan bien el edificio como los que están en él, y eso le pone en desventaja. Pero tanto el factor sorpresa como su increíble sintonía con su perra son sus ases en la manga. Eso y el no estar borracho, no como sus contrincantes.
Desenvaina su espada y se queda con la saya en la mano izquierda. Corta la primera cabeza tras ver a su primera víctima en un destello de luz. Engancha a su acompañante usando su brazo y la funda, solo para clavarle la espada en la espalda.
Un grito, que le indica donde está su próxima víctima. Kuroha salta al cuello del primer idiota que, entre el pánico, se le ocurre disparar al aire revelando también su posición.
Entre gritos, disparos, golpes y ladridos, ninguno de los presentes es capaz de esconderse de Miyabi en la intermitente oscuridad. Y cada uno de ellos recibe la misma porción de ira que el anterior, la cual no parece tener fin y más parece crecer mientras la adrenalina se adueña de su cuerpo.
Porque cuanta más carne corta, más cerca está de Takeuchi.
Cuando finalmente está delante de esta se detiene. Sabiendo perfectamente que el jaleo ha sido oído de todos modos, manda a Kuroha a derretir la puerta. Las llamas reciben alguna que otra bala, de algún comensal intentando eliminar la amenaza, clavándose en las paredes y el techo.
Aparece, sin miedo ninguno, de entre las llamas una vez estas se han calmado un poco, como un espíritu colérico mandado desde el mismísimo infierno.
Para los presentes, de hecho, ahora mismo lo es. Porque el hijo del Oni está muerto, y lo que tienen delante no puede ser más que un fantasma.
De nuevo Kuroha, como si fuera invocada y creada desde las llamas, salta en escena a acabar con el primero que alza su arma. La espada de Miyabi acaba con los más sorprendidos y con aquellos que han creído que ahora es un buen momento para creer en Dios.
Takeuchi queda el último. Está sentado en el suelo, reculando con las manos, llorando. Tan patético como lo recordaba... Solo que con mejores camisas y un bigote bajo el que seguramente ha ido escondiendo su nueva sonrisa de soberbia ese último año.
E-Espera... ¡Espera! Podemos llegar a un acuerdo... ¡T-Te daré lo que sea! Su voz se vuelve más y más nerviosa al ver que los pasos del ahora ensangrentando Miyabi no se detienen. ¡Te diré lo que se-!
Ni siquiera le permite terminar la frase, deja que sea la hoja de su katana el que le interrumpe.
Miyabi yergue después del movimiento, sin dejar de mirar a los ojos de la ahora inerte cabeza del yakuza. Siente su sudor empapar su cuerpo, los golpes que ha recibido en algún que otro forcejeo arder, y la sangre ajena que tiñe su ropa gotear al suelo.
#rp
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historiasdeldivan · 6 months
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"No me dejes olvidarte"
Por favor, no me dejes olvidarte, no hagas caso a mis palabras, a mi tristeza disfrazada de olvido, a mis sonrisas después de ti, a mi voz no quebrantada luego de oírte, por favor, no lo hagas, no me dejes olvidarte.
Quiero conservar los buenos recuerdos, los que no duelen, tu mano en mi mano, el calor de tu cuerpo, tus caricias, el café por las mañanas, las charlas hasta la madrugada, las risas mientras nos mirábamos a los ojos, tu espalda y mi espalda liberando mil batallas.
No me dejes olvidarte, no quiero que esta tristeza que de vez en cuando siento haga que un día quiera arrancarte de mí por completo, y ya no sepa como regresar a ti. Sé que ya no somos, ni seremos, pero quiero guardar de alguna manera el sonido de tu voz en mi memoria, en un cassette, un disquete, un cd, un usb, un vinilo... no lo sé, pero quiero que sea algo tangible, que me recuerde que existes y que estás lejos de mi daño y de todos esos verbos que hablan de dejarte ir, de olvidarte.
Haré un compilado de música que guarde todas aquellas canciones que escuchaba mientras me enamoraba de ti, de esas que nos hacían cosquillas en los huesos y nido en las tripas. No quiero sembrar odio y convertirme en esa clase de chica que nunca quise ser, de esas que hablan mal de las personas que alguna vez amaron, de las alas que alguna vez la salvaron de la muerte. No quiero sentir como desapareces, como te desvaneces día a día entre mis recuerdos y mi rutina, no quiero enmudecer lo que hiciste en mí, la persona en la que me convertiste, hubiera deseado que te quedaras, que lo nuestro nunca hubiera terminado, así no hablaría como una loca dos por tres con tus fantasmas.
Por favor, no doblegues mi alma al desprecio, a mirar tus fotos con rabia e impotencia, a ver tu persona con desdén y decepción, por favor, no lo hagas, no permitas que te olvide, que olvide los fuimos y el sonido de nuestras risas juntas.
No me dejes olvidarte, no desaparezcas por completo de las esquinas de mi casa, de la oscuridad por la noche, de mis inviernos y veranos, de las noches estrelladas, de las tardes en la que lloro por alguna razón, por favor, al menos, no te vayas de aquí, que es el único lugar en el que te puedo tener.
- Jessica González -
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jorgema · 14 days
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Relatividad: una distancia entre los dos
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Aquí estoy, lejos y cerca de ti. Tan lejos que siento cómo el aire a mi alrededor se consume más rápido, llevándome al colapso absoluto y sumergiéndome en una profunda oscuridad; una oscuridad que es a la vez un peso perfecto y un dulce dolor, el cual soporto por este amor profundo que siento por ti, por lo nuestro y por lo que soy contigo, mi perfecto amor. Tan cerca que solo necesito cerrar los ojos para ver tu dulce rostro, irradiando la luz que tu hermoso corazón crea sin mesura alguna. Puedo sentir el aroma de tu tersa piel y de tu mágico cabello, que, al estar fuera, junto al sol y la luna, siempre se mueve en un vals hipnótico con el viento. La música, esa que tu dulce presencia provoca en mi alma, resuena en mí cada vez que estoy allí, junto a ti, mi amor, mi dulce musa estelar. Sí, aquí estoy, inevitablemente lejos de ti, pero enamoradamente cerca de ti.
— Confesión Poética 59 || @jorgema
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deepinsideyourbeing · 3 months
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holaa, desde que salió el nuevo álbum de taylor swift, no he parado de pensar en una historia con kuku inspirada en la canción so high school, así que tengo ese request 💞
aprovecho para decirte que me encantan demasiado tus drabbles y fics, escribes genial
+18!
Los sábados por la noche tu novio y sus amigos acostumbran reunirse a ver películas: comedia, terror o ciencia ficción, les da igual porque disfrutan el tener la oportunidad de compartir un momento entre todos. Vos siempre organizás tus propios planes con amigas, pero en esta ocasión Esteban insistió para que lo acompañaras y no tenías motivo alguno para rechazar su oferta.
Comenzaste a arrepentirte cuando pasaron a buscarlos y él, que te tenía sobre su regazo en el asiento trasero del auto, aprovechó la oscuridad y confusión de cuerpos apretados para tocarte. Te esforzaste por no rendirte ante sus caricias pero fue inútil, en pocos minutos sentiste tu ropa interior humedeciéndose. Creíste que se detendría en cuanto llegaran a destino, que sólo quería molestarte, pero fue todo lo contrario.
Te invitó a acompañarlo en el sofá, como era de esperarse, y con el correr de las horas se aseguró de que la manta que les prestaron para abrigarse los cubriera más y más. Ahora sus dedos danzan entre tu clítoris, dibujando círculos lentos que te dejan agonizando, y entre tu entrada extremadamente húmeda y desesperada por algo.
Cubrís tu boca y mordés tus labios como si la película te aterrara, pero lo cierto es que viste El Orfanato un centenar de veces y no te asusta, sólo intentás ocultar tus gemidos cuando uno de sus largos dedos se desliza en tu interior estrecho y en extremo caliente. Estás goteando y su respiración en tu cuello empeora tu estado.
La escena se vuelve más intensa y cuando también lo hacen los movimientos de Esteban, que curva el dígito para rozar ese punto, vos temblás y suspirás más fuerte de lo que deberías. Apretás los ojos, avergonzada, y cuando volvés a abrirlos jurás ver a tu novio sonriendo en la oscuridad.
Rafael voltea a verte.
-Qué impresión, ¿no?- dice antes de dirigirse a tu novio-. Está re asustada y vos ahí como un boludo.
-Bueno che, hago lo que puedo- contesta Esteban entre risas, dejando caer un poco la manta para rodearte con un brazo y atraerte más hacia su cuerpo cálido. La nueva posición es aún peor, porque podés sentir su erección contra tu espalda baja cuando se mueve para besar tu mejilla-. No pasa nada, ¿sí?
Lo mirás con una patética expresión de necesidad y asentís: jamás habías estado con una persona que pudiera dejarte estúpida sólo con besos y un par de caricias, mucho menos con alguien que se atreviera a hacer todo lo que él te hace dentro y fuera de la cama, pero te encanta la forma en que te hace sentir y las nuevas experiencias que te regala.
-No quiero ver- dice alguien durante la escena en la playa.
La música y los gritos van en aumento, regalándole a Esteban la oportunidad de hacer ruido sin que nadie lo note, y es así que tira de tu ropa hasta dejarla a la altura de tus rodillas. A tus oídos llega el sonido de un cierre, indudablemente el de su pantalón, pero nadie más parece escucharlo y él continúa con total libertad.
Su punta húmeda y caliente rozando tu piel te roba un gemido e intentás disfrazarlo de una exclamación, de horror o de sorpresa, pero estás segura de que aunque nadie voltee o mire con sospecha todos saben lo que está sucediendo bajo la manta.
-No pasa nada- vuelve a jurar, con voz entrecortada, cuando te penetra con una lentitud dolorosa- Estoy acá.
Claramente las frases que más me quedaron de la canción fueron "Your friends are around, so be quiet. I'm trying to stifle my sighs" y "Get my car door, isn't that sweet? Then pull me to the backseat", así que lógicamente tenía que escribir algo de smut :)
taglist: @recaltiente @madame-fear @creative-heart @delusionalgirlplace @chiquititamia @llorented @lastflowrr ♡
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shots-on-my-soul · 2 months
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Hay personas que somos como la luna, nos gusta ver brillar a quien nos acompaña, e intentamos brillar en nuestra oscuridad aunque nadie nos acompañé, tan solo nos basta el simple recuerdo de su existencia.
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xjulixred45x · 3 months
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HADES AU: Dead Royalty
This is more than a fixed "character x reader" job, this is a job related to an AU of the Hades video game that I came up with based on the interactions of Hades and Zagreus in the game.
We all know that the relationship between these two is BAD, Hades even having depth and reasons to hide things from his son does not excuse him from being a horrible and abusive father towards him, even if he improved as a person and changed, it came to mind? What if with now extra motivation, years of repressed anger, and perhaps a side effect of the mirror of darkness, Zagreus had... enough?
What if somehow Zagreus had been able to "get rid" of Hades in the Underworld? That way he could visit his mother as much as he wanted without having to step over him, or having Hades reveal his location in his escapes, he would no longer have him making life difficult for him and everyone in Hades' house, so why No?
Obviously things go deeper than that, when eventually Hades's absence ends up affecting the stability of the Underworld, a replacement is needed, and Zagreus is his only heir here, so he does it.
That's why I temporarily call this Au "Dead Royalty AU", although any suggestion is fine.
In general, several of Zagreus' relationships remain intact as they are not related to his rank, such as Skelly, Dusa, Orpheus, Eurydice, his mother (who may or may not return to the underworld to help her son), Nyx, Hypnos, etc. .
while others may see Zagrues differently by seeing what he did and how it affected him, like Thanatos, Meg (these two especially even feeling a little guilty for having contributed in some way to the breakdown that led Zagreus to make this decision) Maybe Achilles? Although I don't think so, some bosses, etc.
Zagreus is still a good guy, a prankster, an animal lover, someone with good intentions in the Underworld who doesn't want to be like his father, but definitely the excessive use of darkness and what it did to his father messed with his head a little. .
He wants to do his tasks and improve the lives of people in the underworld (who deserve it). Although I would say that he is somewhat hardened by everything that happened, he is happy and calm for the first time in a long time.
this Au has a lot of potential on its own and for jobs x reader(fluff, yandere, name it) so suggestions, questions? I read You and respond.
_________
(ESPAÑOL)
esto mas que un trabajo fijo de "personaje x lector" esto es un trabajo relacionado con un AU del videojuego de Hades que se me ocurrio en en base a las interacciones de Hades y Zagreus en el juego.
todos sabemos que la relación entre estos dos es MALA, Hades aun teniendo profundidad y razones para ocultar cosas a su hijo no lo excusa de ser un padre horrible y abusivo hacia el, incluso si mejoro como persona y cambio, me vino a la mente ¿que hubiera pasada si con ahora una motivación extra, los años de ira reprimida, y talvez un efecto secundario del espejo de la oscuridad, Zagreus tenga... suficiente?
¿que pasaria si de alguna forma Zagreus hubiera podida "deshacerse" de Hades en el Inframundo? de esa manera podria visitar a su madre todo lo que quisiera sin tener que pasar sobre el, o que Hades revelara su ubicación en sus huidas, ya no lo tendria haciendole la vida a el y a todos en la casa de Hades difícil, entonces ¿porque no?
obviamente las cosas son mas profundas que eso, cuando eventualmente la ausencia de Hades termina afectando la estabilidad del Inframundo, se necesita un reemplazo, y Zagreus es su unico heredero aqui, asi que lo hace.
por eso llamo de forma temporal este Au "Dead Royalty AU", aunque cualquier sugerencia esta bien.
en general varias de las relaciones de Zagreus se mantienen intactas al no estar relacionadas con su rango, como Skelly, Dusa, Orfeo, Euridice, su madre(que puede o no volver al inframundo a ayudar a su hijo), Nyx, Hypnos, etc.
mientras que otras pueden ver a Zagrues de forma diferente al ver lo que hizo y como lo afecto, como Thanatos, Meg(estos dos especialmente incluso sintiéndose un poco culpables por haber contruibuido de alguna forma al breakdown que llevo a Zagreus a tomar esta decisión), ¿talvez Aquiles? aunque no creo, algunos jefes, etc.
Zagreus sigue siendo un buen chico, bromista, amante de los animales, alguien con buenas intenciones en el Inframundo que no quiere ser como su padre, pero definitivamente el uso excesivo de oscuridad y lo que le hizo a su padre le jodio un poco la cabeza.
el quiere hacer sus tareas y mejorar la vida de las personas en el inframundo(que se lo merezcan). aunque diria que esta algo endurecido por todo lo que paso, esta feliz y tranquilo por primera vez en mucho tiempo.
este Au tiene mucho potencial por su cuenta y para trabajos x lector(fluff, yandere, nombralo) por lo que ¿sugerencias, preguntas? los leo y respondo.
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Shares, reblogs and comments are very welcome!
Ask questiooooons!!! I'm on the mood Right now:D so-
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the-other-lady · 8 days
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Estoy sumida en un mar de lágrimas que nunca cesan, y en cada ola de tristeza me siento más perdida. En esta penumbra sin fin, la soledad se convierte en mi única compañía, y el eco de mi dolor parece ser mi único consuelo. No sé cómo explicar esta desolación que consume mi alma, cómo transmitir el vacío que siento en lo más profundo de mi ser. ¿Por qué, en medio de esta tormenta, parece que nadie puede ver mi tormento? ¿Por qué la comprensión se me escapa como arena entre los dedos? Anhelo que alguien pueda penetrar esta coraza de desolación y ver la fragilidad que yace debajo, pero temo que mi grito de auxilio se pierda en la vasta oscuridad.
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Cuidar la Casa del tío James
Cuando mi tío James me dijo que quería que me quedara a cuidar su casa cuando el se fuera de viaje, no pensé que se refería a dejarme en su cuerpo.
Hace una semana mi tío me platico que quería viajar, pero que como ya habían intentado robarle una vez, quería que yo me quedara a cuidar su casa, vivimos en ciudades diferentes pero cercanas así que no era problema, me dijo que me pagaría, yo me negué pero aun así insistió ya que según el era algo personal.
En su momento no lo entendí, hasta hoy que llegue a su casa, le pregunte que que tenia que hacer, me dijo lo habitual, regar plantas, alimentar a sus peces, lo normal, pero después me dijo que mientras estuviera de viaje podía disponer de la casa como si fuera mía, yo solo asentí con la cabeza, luego me explico que además de eso tenia que presentarse a revisión con el dentista el miércoles y el viernes tenia que ir a recoger unos documentos a la una dirección, al inicio no lo entendí, así que desconcertado le pregunte el porque me decía eso y que si tenia esa cita como se iría de viaje, luego saco un papiro con unos extraños símbolos, entre los cuales habían 2 manos, una en cada extremo, el papiro parecía viejo y maltratado, entonces me comenzo a relatar una historia de uno de su pasado.
Resulta que hace 10 años el y mi papá fueron de viaje a México y una extraña señora les dio el papiro a cambio de comida, les dijo que lo cuidarán mucho, mi padre lo tiro ya que pensó que era mera basura, pero mi tío lo recogió pensando que podía tener algo interesante y no dijo nada a mi padre. Hace 5 años su compañero de trabajo Mark vino de visita a su casa, mi tío le enseño el papiro y de alguna forma ambos pusieron sus manos sobre las manos dibujadas en el papiro y terminaron cambiando de cuerpo y luego regresaron a la normalidad.
Mi tío dijo que su plan era que el y yo cambiáramos y así yo encargarme de su vida mientras el estaba de viaje, creí que estaba jugando ya que solía ser bastante bromista y le dije que si, y decidí seguirle el juego, colocamos nuestras manos sobre el papiro y senti como mi cuerpo se tensaba, luego vi como frente de mí una luz salía del cuerpo de mi tío y yo quedaba en oscuridad, luego de un instante mi vista volvió pero hará veía a mi cuerpo despertar frente a mis ojos, no lo podía creer en verdad cambiamos cuerpos, mi tío me agradeció, tomó mi billetera y le metió una buena cantidad de dinero y dijo que como el seria yo ocupaba mi billetera y mis identificaciones, luego dijo que como agradecimiento me quedara con la ropa que el comprara mientras estaba en mi cuerpo, luego llamo a un taxi me dio sus llaves y se fue.
Durante todo ese rato yo estaba sin creerme lo que paso y no fue hasta un rato después de que el se fue que procese todo lo que paso y caí en cuenta que ahora estaría en el cuerpo de mi tío durante una semana en lo que el regresaba del viaje.
Ya estaba por anochecer y debido al calor que hacía sabía que debia tomar una ducha pero no me sentía cómodo ya que aunque innegablemente en algún momento tendría que ver el cuerpo desnudo de mi tío, seguía siendo incómodo, o eso creía hasta que vi su reflejo no parecía el físico de un tipo de 34 años, ya que estaba en muy buena forma y de alguna forma se sentía muy familiar, cuando me metí al agua podía sentir como se sentía tan bien la sensación de esas gotas de agua callando sobre mi nueva piel, no sabia el porqué pero frotar el jabón contra mi piel se sentía tan cómodo y cuando menos lo imagine la polla de mi tío o bueno la que en ese momento era mu polla estaba tan dura y palpitante, no podía aguantar y comencé a bombear, al inicio sentía culpa pero cada segundo que pasaba sentía que mi nueva carne era mía y que mientras yo estuviera habitando técnicamente solo era una persona normal masturbándose, no había nada raro, luego de bombear cada vez más fuerte y de masajes mi nuevo torso y pecho con mi otra mano, comencé a lanzar mi esperma por la regadera, era un placer tan grande que llegue a desear que el tío extendiera el cambio por más tiempo, luego de salir me dirigí a su cama listo para otra ronda, ademas siempre y cuando limpie la evidencia antes de su regresó no podría decirme nada ya que me dijo que podía disponer de la casa como quisiera, ademas ahora yo soy James, y el es mi sobrino, y técnicamente ahora soy el dueño todo esto, de lo que si estoy seguro es que la semana sería una de las mejores de mi vida.
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nouvellelune97 · 3 months
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En el abismo
Son de esos momentos que se han vuelto recurrentes. Los conocí de muy joven, cuando empecé a crecer y a dejar las fantasías y la niñez en un viejo cajón guardado...Empecé a conocer y ver maravillas y las quería todas...pero nunca conseguí ninguna...
En este mundo te preparan para desear y para tener...pero no te preparan para anhelar...para palidecer porque no has conseguido nada... solo soledad, tristeza, angustia y dolor....y el mundo no te prepara para eso, no quiere que tengas eso...quiere que tengas felicidad....pero yo me doy cuenta que no la tengo, ni de una manera ni de otra...
Es victimismo, claro que sí, pero diganme una manera de salir de allí. Del dolor que me atormenta. Porque no es facil.... El abismo sigue ahí, como un viejo amante, un viejo amigo o mi peor enemigo...él está allí, nunca me soltó, solo ablandó la cuerda de mi cuello un poco... para darme la falsa idea de que podía ser libre y feliz.... Fue solo un juego, porque me tiró rapido, me devolvió rapido a la oscuridad, avisandome que jamás voy a ser feliz....
Soy la eterna espectadora....de un mundo que sigue girando, pero yo ya no estoy ahí... cada vez menos...
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