Tumgik
#cansancio físico
sunshinecox · 2 years
Text
Estoy llena de miedos, inseguridades, cansancio y frustración.
1K notes · View notes
Text
Quiero acabar con todo: con el dolor, con el miedo, con el amor, con el cansancio, físico, mental, y emocional.
Y centrarme en mí mismo. Y volar alto y nunca regresar, sólo así podré ser libre.
-Dark prince
88 notes · View notes
jogosposts · 26 days
Text
🥀Quiero hacer muchas cosas pero el cansancio no deja🥀.
3 notes · View notes
aperint · 10 months
Text
Burnout
Burnout #aperturaintelectual #MaternidadDiferente Susana Dumit Garciarreal
Por: Susana Dumit Garciarreal ¿Alguna vez te has sentido con agotamiento mental y emocional? Los días van pasando, duermes pero no descansas, tienes muchos pendientes pero no te sientes concentrado para hacerlos, se te olvidan las cosas, sientes cansancio físico, estrés continuo, ansiedad, y además todo esto te hace sentir culpable por estar irritable con tu gente y no logras dar el…
Tumblr media
View On WordPress
2 notes · View notes
florinaranja · 2 months
Note
Holaaaa, primero que nada escribes INCREÍBLE, me encanta tu redacción, cuando encontré tu blog mori por qué quería leer más trabajos tuyos y no encontré, ánimo.
Y segundo quería pedirte algo con pipeeee, es un golden tiernon, no sé, se me ocurre algo como una fiesta post partido de fut y que Pipe sea medio reservado, pero por estar tan feliz, no pueda esconder el PDA y se la pase buscando contacto físico inocente y al final no le importe nada estar sobre, mostrando afecto frente a sus amigos.
Espero con ansias leer todos los trabajos a futuro que escribas. 🙏🏽🙏🏽🙏🏽🙏🏽
afición de enamorados ; felipe otaño
pairing: felipe otaño x fem!r
summary: ¿qué hay mejor que pasar un día muy futbolístico y amoroso con tu novio pipe? exacto, nada. 1.6k.
warnings: none!! puro fluff como debe ser
n/a: muchas gracias por el request! siento la tardanza, los exámenes me consumen viva. espero que te guste muchísimo y de verdad muchas gracias por el apoyo y tu mensaje😢 me ha hecho super feliz y motivado un montón!! love u!!! also esto creo que es obvio, pero soy española así que siento que no tengan el habla argentina🙏 i'm trying
Tumblr media
nunca hubiera pensado que se emocionaría viendo un partido de fútbol, pero ahí estaba ella: gritando a puro pulmón cada vez que la pelota recaía en los pies de su novio. ahora entendía la euforia que sentía felipe cada vez que veía un partido de river, equipo del que era hincha hasta la raíz, y este ganaba. 
alegrarse por su novio no cambiaría el hecho de su poca afición futbolística, pero de vez en cuando era divertido pasar la tarde gritando como una loca apoyándolo. es un tipo de orgullo explosivo, eso era indiscutible. 
no era más que un partido entre amigos, una forma más de pasar el tiempo. pero felipe estaba corriendo decidido hacia la portería contraria, esquivando con agilidad a los contrincantes y con el sudor de un ganador corriéndole por la frente; y maría, desde su posición de espectadora, tenía los puños apretados y se iba levantando poco a poco de la grada hasta que felipe marcó gol. la chica pegó un salto emocionada, aclamando el último punto que le daba la victoria al equipo de su novio. 
bajó corriendo las escaleras hasta llegar a las vallas que la separaban del césped, esperando a que todos los amigos de felipe acabaran de felicitarlo. en cuanto terminaron, el joven se escabulló y dirigió directo hacia su novia, como un perrito que regresa a traerle la pelota a su amo. maría lo recibió con una amplia sonrisa. acunó su cara entre sus manos y comenzó a llenarlo de besos sonoros por toda la cara, casi pareciendo una madre orgullosa. 
—¡has estado increíble, cariño! eres bueno en todo lo que haces, que lo sepas —pipe rio acalorado, bien por el cansancio y el calor del verano o por las palabras cariñosas de la joven—. además me hace tan feliz verte disfrutar así, como un niño pequeño… 
maría se encontró con sus ojos azules, melosos. jugaba con los piquitos ondulados que se formaban en la nuca de su chico con una sonrisa tonta y felipe no pudo aguantar más sin sentir sus labios contra los suyos. se inclinó por encima de la valla y cogió firmemente una de las mejillas de la chica, entremezclándose en un beso de simple amor. 
los silbidos de los amigos de pipe no tardaron en llegar, como era lo normal. pipe cortó el beso y se giró hacia ellos, sacándoles el dedo. —no se cansan de joder ustedes. 
volvió a dirigirse a su novia. —esta noche los chicos y yo pensamos en celebrar la victoria y ya de paso ver el partido de river. ¿qué decís?
ella entrelazó sus manos. —si dijera que no a pasar tiempo contigo estaría loca. 
llegó la noche y la pareja estaba lista para la larga celebración que les esperaba en casa de uno de los amigos de felipe. lo primero que hizo su novio al entrar en la casa fue tirarse en el sofá, ansioso y con los colores rojo y blanco de su camiseta vibrando más que de costumbre. no era lo mismo que verlo en el estadio donde el ambiente estaba cargado de los gritos de los aficionados, pero si estaba con su chica cualquier cosa era extraordinaria. se giró por encima del sofá a mirarla, estaba charlando con otra chica y, cómo no, estaba radiante. cada vez que la veía, le era imposible no pensar que era todo lo que necesitaba con él, la chica de sus sueños. se acomodó bien, de nuevo enfrentando la televisión, mientras se mordía el labio intentando reprimir las ganas que tenía de besarla allí mismo. 
nunca habían sido del tipo de parejas que están pegadas todo el rato, uno encima del otro, sino que guardaban los momentos más íntimos y cargados de emoción para la mera presencia del otro. no es que no se mostraran cariñosos en público, siempre paseaban con las manos entrelazadas y se robaban besos cada vez que podían, pero el verdadero sentimiento que se tenían se daba en la soledad de su hogar.
el partido comenzó a las nueve en punto. fue acompañado por pizzas y fernet, las risas de los amigos (entre las que maría siempre destacaba la de felipe) y la pura afición que solo el fútbol conlleva. cuando su equipo marcó el primer gol, los bramidos se escucharon por todo el vecindario. felipe no cabía en su felicidad. buscó con la mirada a su novia, quien ya se encontraba mirándolo y le hizo una seña con el brazo mientras gesticulaba “vamos”. con ese simple acto, se le llenó el pecho de una alegría abrumadora. incluso llegaron a subírsele los colores y a cosquillearle la barriga, como si fuera la primera vez que hablaba con la chica que tanto le gustaba. 
le recorrió la necesidad de cogerla, apretujarla y dejar el partido de lado para susurrarle al oído y oír sus risitas en respuesta. pero lo único que hizo fue darle una sonrisa en respuesta y volver a sentarse en el sofá cuando el ambiente ya se había calmado. 
hasta que marcaron el segundo gol a favor de su equipo, el chico echó en falta algo, o mejor dicho alguien. de vez en cuando se le colaba por el rabillo de ojo la imagen de su novia charlando con uno de sus amigos —desde el primer momento se llevó bien con todos ellos y es que, ¿quién podría no hacerlo?— y en su mente solo podía pensar en tenerla cerca. así que, aprovechando la nueva emoción, felipe pegó un salto del sofá y se acercó a la chica. le tendió la mano y esta la aceptó gustosa aunque extrañada. la condujo hasta el sofá y miró a los dos chicos que lo ocupaban.
—échate para allá, dale. 
su amigo lo hizo, no sin antes lanzarle algún que otro insulto cariñoso y burlarse de él. ahora, con maría a su lado la noche de felipe solo había mejorado. no quería hacer tan obvio que estaba anhelando el tacto de la piel suave de su novia pero falló irremediablemente. mantuvo sus manos entrelazadas y acercó su rostro al cuello de ella, descansando en su aroma a lavanda. 
la joven rio por lo bajo por las cosquillas que su pelo le hacía y llevó su mano libre a su cabeza, acariciando cada mechón de pelo castaño.
—¿y este repentino cambio tan amoroso? —el chico suspiró.
—siempre puedes volver a irte si quieres, amor —siseó juguetón felipe, para luego dejar un casto beso en su cuello. 
por nada del mundo la chica se iría de ahí. se acurrucó contra él, intentando tener el mayor contacto que podía. estaba disfrutando esta muestra pública de cariño como la que más, era un hecho. 
sin embargo, las cosas comenzaron a complicarse para los rojiblancos. el equipo contrario había remontado acabando en empate, teniendo solo quince minutos de prórroga para ganar. el ambiente en el pequeño salón se notaba preocupado. felipe apretaba la mano de su novia con fuerza cada vez que veía un gol cerca aunque terminara en nada. cuando ya quedaban cinco minutos y todo los chicos habían aceptado la derrota, un jugador de river marcó, dándoles la victoria. 
todos los amigos que se habían reunido aquella noche saltaron exaltados, incluso maría se alegró por los vencedores. los chicos comenzaron a corear mientras saltaban, con unas enormes sonrisas plasmadas en sus caras y la joven esperó que felipe se les uniera. en cambio, fue sorprendida por un agarre brusco que la hizo girar para encontrarse con sus labios estampados contra los de su chico. correspondió a su beso, brusco y desaliñado por la emoción del momento, con su agarre fuerte en sus caderas derritiéndola por completo. 
al separarse, maría cogió una bocanada de aire jadeando. tampoco le dio tiempo a mucho más, porque pipe la tomó levántandola del suelo y girándola por el aire. la sala se inundó de sus risas.
—¡pipe, bájame! voy a vomitar la pizza.
el joven obedeció sin mucha resistencia y le plantó otro beso y otro y otro y así hasta que un carraspeo los interrumpió. —no bueno, si queréis nos vamos y os dejamos solos.
felipe reaccionó como hacía apenas unas horas: le mostró el dedo del medio. nadie le dio mucha importancia y la celebración continuó. maría alcanzó la mano de su novio y le sonrió. 
—quiero pasar toda mi vida contigo, cariño. acompañarte a todos los partidos de fútbol solo para verte así de feliz, a todos los castings que quieras… no sé, no puedo imaginar no estar a tu lado. es algo raro para decirte justo ahora, pero es que me lleva rondando la mente por un tiempo, quiero que sepas lo mucho que significas para mí. 
—nena, algún día de estos vas a matarme —le regaló un beso en la mejilla—,  no puedes ser más perfecta. no puedo esperar para que pasemos juntos toda la vida. 
la joven se colgó de su cuello y esta vez fue ella quien inició el beso: lento, saboreado, rosado. 
y así continuaron el resto de la madrugada, más melosos que unos recién enamorados, siempre a menos de cinco centímetros el uno del otro. al final, ni siquiera ellos podían escapar de la necesidad de sentirse cerca, no importaba el público o la situación. y qué decir que después de esa noche, maría comenzó a ver los partidos de fútbol con más cariño.
164 notes · View notes
1nfragant1 · 1 year
Text
q wea el cansancio físico y mentaaaaal
511 notes · View notes
sinfonia-relativa · 4 months
Text
El cansancio emocional es peor que el físico. Hay días en los que no deseo hablar ni hacer nada, más de algún modo logro levantarme. Últimamente el hacerlo me pesa toneladas de esfuerzo y de palabras hacia mí misma que me cuesta decir. Últimamente me esfuerzo por hacer las cosas que tanto amo más de lo normal. Últimamente esta guerra diaria me es más difícil de enfrentar.
Moongirl
97 notes · View notes
cxpectopatronum · 25 days
Text
fiesta.
Tumblr media
—Todo fue muy loco, porque yo estaba... —Inició su relato sobre el reciente partido entre las Arpías de Holyhead y los Montrose Magpies— . Y después, puff —continuó por unos segundos más describiéndolo con entusiasmo—. Así fue —culminó—. Estoy devastada —anunció refiriéndose al cansancio físico tras un partido tan reñido y, sin embargo, no se reflejaba en su rostro más que un poco de euforia.
59 notes · View notes
herumx · 4 months
Text
Tumblr media
Gracias canciones tristes al inspirarme en hacer esto😃.Para una mejor experiencia leerlo con la canción "As the world caves in."
Tumblr media
— . . .Las estrellas están hermosas verdad, Dazai?.- Con bastante dificultad pronunció eso.
Mientras sentía como su cuerpo dejaba de hacerle caso y sentir cada gota de sangre salir de su creciente herida,las piernas dormidas,un hormigueo en los dedos,un miedo que lo estaba consumiendo de apoco.Pero aún así intentaba ver algo lindo...
Sintió como el cuerpo de a lado que le estaba tomando la mano desde hace rato,estaba perdiendo fuerza.
— Nada es más hermoso que tus ojos chibi...- Lo tranquilizó un poco la voz que nunca pensó que iba a extrañar escuchar.
El pelirrojo volteo la cabeza con dolor y cansancio pero intentado mantener una ligera sonrisa,observando cada detalle de los ojos castaños que lo veían,estaban brillando.Chūya arrastró un poco más su cuerpo hacia el del castaño y tomo ambas manos con la débil fuerza que le quedaba.
— Osamu.- Dijo en un susurro que se estaba convirtiendo en sollozos,— Tengo mucho miedo,pero quiero ser fuerte,fuerte para mí y para ti...Pero,¿Que pasará cuando ya no pueda seguir agarrando tus manos,o sentir tu calor? O...- Fue interrumpido por un ataque de tos con muchos rastros de sangre,sus ojos se achinaron,ya no podría estar consciente mucho más
Dazai lo atrajo hacia él con cuidado, abrazándolo,quería calmarlo,quería estar junto a el para siempre,quería....El lo amaba.
— Chūya.... Sabías que me gustas,por qué justo llegaste cuando no te esperaba,me gustas no solo por algo físico,esto va más allá de lo sentimental...Pero,wow,eres alguien jodidamente atractivo chibi.- Sintió un muy leve golpe de parte del menor,sonrió para sus adentros— Amo esa sonrisa tuya que sale cuando hago algo estúpido,amo cuando siento que tus ojos me ven y solamente a mi,amo esa sensación de paz que siento cada vez que estoy contigo o hablo contigo.Decidi dejarte entrar a mi vida por qué me di cuenta que eras quien me completaba,y aún así diciéndote todo esto ,todavía me faltan palabras para expresarte todo lo que siento por ti,por qué esto es tan grande que ni las palabras podrían explicarlo todo. Chūya Nakahara,te amo.
Fue el silencio que más odio,al no tener ninguna señal empezó a sentirse algo vacío, dirigió su mirada al pelirrojo que parecía no tener pulso hasta que.
—. . . . .Te amo Dazai Osamu.- Y eso alivio el corazón del castaño.
Ya se acerca su hora,sintió el pelirrojo perder su pulso pero aún aferrándose a el, Dazai cerró los ojos con una leve sonrisa dejando de funcionar su cuerpo por las múltiples heridas,con lo último que se repetía en su mente; "Te amo Dazai Osamu." Sintiendo su primera y última lágrima derramándose.
⚠️La imagen no es mía, derechos a su respectivo autor ⚠️
Tumblr media
24 notes · View notes
depoesiaypoetas · 1 year
Text
Es diciembre
Y quizás uno acude más al llanto por los deseos no cumplidos o los planes fallidos, o la nostalgia de los recuerdos con sabor a hogar y a fracasos repetidos. Es el frío y es la esperanza agotable. Y el cansancio físico y el desgaste mental y las heridas intangibles. Es diciembre un barullo psicólogico y parches en los huecos. Es diciembre de voltear a ver otros diciembres y saber que aunque no somos los mismos las cosas no han cambiado tanto. Es la escasez de calor y las cefaleas en el alma. Es la aurora que tarda en llegar. Es en retrospectiva esas heridas que no le contaste a nadie, y no volverás a acudir a ellas porque siguen dando miedo. Es todas esas lágrimas acumuladas, emociones atoradas en filtros sin desagüe. Es la repetición que este año te disgustaste contigo tantísimo por todo lo que hiciste mal y todo el vértigo que te ha causado. Y cambiado. Es el plan de no hacer planes y la nueva lista que habremos de cumplir a medias. Es el final de los principios. Es volver a empezar. Es un reinicio en algo que no se ha terminado. Es el agónico consuelo de que aún tiene que quedar algo y que también tiene que llegar algo, y ojalá que sea bueno ...
Clara Ajc
240 notes · View notes
sunshinecox · 2 years
Text
Todo se resume en: cansancio
21 notes · View notes
caostalgia · 2 years
Text
Mi cansancio mental ahora también es físico.
Sin sentido
344 notes · View notes
dolidxs · 1 year
Text
Insostenible.
Me canso de todo, de los días en los que no encuentro una razón para levantarme
estoy tan cansada de mi trabajo convertido en rutina, de mi familia y amigos que brillan por su ausencia
me canso de querer ser alguien mas, y me canso de ser la misma
me canso de las mismas personas, de las mismas preguntas y de las mismas respuestas
estoy tan cansada de mis heridas sin sanar, de traumas sin resolver.
Soy un contenedor de lagrimas que se desborda por las noches, y resulta agotador, porque el cansancio ahora ya no solo es físico, si no emocional
estoy cansada de recordar mi pasado mientras siento pena por mi presente
me siento tan agotada de la vida, de mi, de ver mi cara pálida en el espejo, de mostrar a todos mi sonrisa fingida, de mi fragilidad y de mi constante apatía.
Pienso una y otra vez lo inútil que es intentarlo día con día
¿para que?
si la vida solo avanza y yo trato de ir a su ritmo, pero hace tiempo que lo perdí,
estoy echa pedazos, de pie con las pocas fuerzas que me quedan,
intentándolo,
una y otra vez, porque prefiero eso, basar mi vida de intentos que morir en el fracaso.
•es_dnys
103 notes · View notes
coolpizzazonkplaid · 28 days
Text
La heredera del Infierno
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
El pueblo y el restaurante
La niña de cuatro años vio dos cuerpos en el suelo y la sangre cubriendo todo el suelo manchándole las pantuflas. No supo cómo después llegó a la comisaría e intentaban sacarle respuestas a algo que ella no sabía. Luego la llevaron a un edificio donde un señor la dejó en una habitación repleta de otros niños.
Todos ellos la miraban con ojos curiosos a la nueva del hogar, pero al darse cuenta que era un horario muy tarde prefirieron volver a sus pacíficos sueños. La pequeña lloró toda la noche preguntando por sus padres, pero ningún adulto le dio respuestas. Después de tanto llorar durmió, creyendo que fue solo una pesadilla, esperando a que sus padres estuvieran entre los vivos… no fue un sueño, sino una realidad.
Paso un tiempo y la niña creció apartándose de los demás pequeños que eran crueles con ella por tener los ojos de diferentes color. Se ocultó en las sombras, sumergiéndose en los libros y pocos peluches que conservaba como consuelo tras la pérdida de sus padres.
Fue un día cualquiera, cuando una niña pelirroja de ojos cafés comenzó a hablarle y la pequeña de ojos heterocromáticos le siguió la conversación desconfiada. Quizás era una trampa para que los demás niños se burlaran de sus gustos o sus penas, pero la pequeña de cabello rojo pareció no ser de los que menospreciaban el aspecto físico de las personas.
–Sos muy divertida y agradable ¿Cómo te llamas? –la niña pelirroja se acercó al rostro de la otra– ¡Que ojos tan fantásticos! ¿Uno puede descifrar la verdad o tiene algún superpoder?
–Me llamo Adelina Acosta –dijo con cierta desconfianza y la cara de la pequeña se ocultó detrás del libro– y ninguno de mis ojos tiene poderes, simplemente son así por nacimiento.
–Oh... que mal –el tono de la niña pelirroja de desilusión cambió drásticamente– Soy Daniela Ramoter ¿Qué estas leyendo? Amo leer.
Adelina despertó con el suave sonido del agua, la cabeza dándole vueltas y el lado derecho de su cuerpo agonizando. El río por el que había caído, la arrastró hacia una pequeña orilla repleta pasto y rocas molestas. Se arrastró hacia la orilla con el peso de su mochila repleta de agua y objetos como si fueran rocas y por el cansancio la quitó de su espalda.
El alivio y el mareo la inundaron. Las náuseas no tardaron en aparecer y Adelina buscó un árbol donde vomitó todo lo que su estómago no pudo digerir. No se había percatado de que su pierna y vientre le dolían hasta después de sacar todo.
Volvió con paso adolorido hacia donde estaba la mochila y tomó los primeros auxilios. Se despojó de todo el equipo de invierno, el calor la estaba asfixiando. Observó el lado derecho de su cuerpo percatándose de la sangre que emanaba y recordó lo que la daga le había hecho. Tatuajes. Todo su brazo y una parte de su abdomen estaba tatuado con la anatomía del esqueleto. Luego miró su pierna y vientre malheridos, el líquido carmesí comenzaba a generarle costras en la piel. Con delicadeza limpió la sangre seca para después ponerles alcohol y cubrió con gazas tanto las heridas de su combate como las del tatuaje. Las heridas necesitaban ser tratadas rápidamente.
De pronto, otro pensamiento la invadió. La investigación. Con pánico buscó la grabadora y la cámara. Los objetos se encontraron en un buen estado por las bolsas de plástico que Adelina siempre llevaba para proteger sus pertenencias. Buscó el mapa que había hallado en las ruinas y para su alivio no mostraba signos de daño. Por último y con temor, buscó la daga nórdica, pero esta vez usó los guantes de invierno para evitar alguna herida por culpa del arma. Al sentir que sus dedos tocaron el objeto maldito, el alivio y el terror la invadieron. Miedo a esa arma extraña y lo que le había hecho.
Necesitaba cuanto antes llegar a un poblado y contactar con Mariano. El mareo por las alucinaciones y las heridas comenzaban a cobrarle factura a Adelina, al igual que el cansancio por la lucha con el tal Smoke y su caída por la cascada.
Rápidamente tomo sus pertenencias y avanzó río abajo con la esperanza de encontrar un poblado en medio de bosques y colina. La caminata fue lenta, su pierna y vientre apuñalados hicieron que la chica rengueara y le dificulpaba aún más las rocas esparcidas y camufladas en la hierba. Sus extremidades comenzaron a pesarle después de tanto caminar y era casi de noche cuando vio humo a lo lejos.
Adelina siguió avanzando esperanzada y al poco tiempo llegó a una aldea pequeña y pacífica. Campesinos preparándose para descansar y otros dirigiéndose a un restaurante, algunos animales parados en la puerta expectantes en la puerta del local. El barullo del lugar y el olor a comida atrajo a Adelina. No comió nada durante mucho tiempo y su estómago rugió ante el olor de la carne y las especias.
Al lado del establecimiento había una posadera en la que se acercó. Hubo algunos curiosos que la miraron, otros ni se percataron de una chica extrajera, desaliñada, golpeada, mojada de pies a cabeza y rengueando. Entró a la posadera y esperó a que alguien la atendiera. Apareció el dueño y la miró con mala cara.
–No aceptamos vagabundos.
–No lo soy –dijo Adelina y puso una buena cara–. Me perdí de mi grupo de escalada y acabé aquí por accidente.
El hombre siguió juzgándola con su mirada. Parecía no creerle por todos los vendajes que tenía en su cuerpo y su rostro con moretones.
– ¿Y las heridas?
–Caí por una colina de los alrededores, fue como caer de una cascada en medio de una montaña.
Adelina sacó su mejor sonrisa inocente y buscó en su mochila algo de efectivo para darle al hombre. Le dio a la chica una llave con el número de su habitación y la muchacha pidió amablemente si podría darle algunas gazas y medicamentos para las heridas. El hombre prometió entregárselo en cuanto estuviera en sus aposentos.
Adelina caminó a la habitación y cerró la puerta. Una vez dentro, toda la adrenalina se esfumó y sus piernas se convirtieron en plomo, pero antes tenía que tratar con mayor cuidado todo su lado derecho, pierna y vientre. El tatuaje le dolía a horrores y sentía que su brazo dejó de funcionar.
Soltó la mochila con un sonido sordo en el suelo, tuvo el impulso de tirarse al colchón para no despertar jamás y olvidar a los Lin Kuei y los sueños macabros. Pasaron unos minutos en los que Adelina desempacó todas sus pertenencias cuando tocaron la puerta, el posadero le había traído los materiales. Tras un gracias y otra mirada juzgona del hombre, la muchacha se dirigió al baño para quitarse la suciedad.
El agua caliente hizo que los músculos adoloridos de la joven se relajaran y a la vez le provocaron molestias en las heridas abiertas. Se mojó el cabello negro sucio de tierra y pasó jabón por todo su cuerpo, masajeándose las áreas que más le dolían. Luego quitó las costras de las heridas y los tatuajes y salió de la ducha más relajada. El cabello de Adelina comenzó a ondularse tras cepillarlo, mientras sus ojos heterocromáticos reflejaban su cuerpo magullado en el pequeño espejo. Se puso ropa limpia para ocultar los vendajes nuevos, lamentándose no poder cubrir los raspones y moretones hechos en el rostro y salió a comer.
El olor a comida le invadió las fosas nasales y se le hizo agua a la boca ante diversos platos humeantes de carne, fideos y verduras. Gente sentada en todos lados hablando y riendo sin parar, también bebían como si no hubiera un mañana. La chica se sentó en una mesa para uno y tuvo algunas miradas entre la multitud. Esperó a que una camarera la atendiera y en ese instante apareció una anciana con un rodete en su cabello canoso entregándole el menú con una mirada curiosa al ver los golpes del rostro de la joven. Lo aceptó con gusto e intentó leer la carta, le costó un poco ya que todavía le dificultaba el chino. Acabó pidiendo costillas agridulces y arroz tres delicias.
En un momento, la anciana recibió a dos muchachos con sombreros y por el modo en el que les hablaba quizás fuera su madre o tía, les preparó una mesa y el dúo se acomodó. La señora se alejó, Adelina esperó pacientemente y para matar el tiempo divagó sobre la daga nórdica y el por qué había runas nórdicas en un monasterio chino. No se había percatado de que la anciana llegó con su cena y luego de disculparse y sacar el cuaderno, Adelina devoró la comida.
El sabor a carne de cerdo y el arroz se apropiaron de su paladar y no pudo haberse sentido más feliz. El hambre la estaba volviendo loca, no había comido desde que se fue de Buenos Aires ni cuando llegó a las montañas y su estómago había estado rugiendo desde su caída de las cataratas. Después de dejar limpio los platos quiso pedirse una segunda ronda, pero prefirió cuidar lo poco del dinero que tenía. Adelina pidió la cuenta y tras pagarle a la señora y darle las gracias regresó a la posada, ocultándose en su habitación.
En las cuatro paredes, quitó de las bolsas de plástico ya casi secas a la radio. Se hallaba seca y sin ningún tipo de problemas y eso alivió bastante a Adelina. Tenía más posibilidades de comunicarse con Mariano y que la pudiera buscar lo antes posible.
Buscó la frecuencia correcta para ver si su amigo recibía la señal y tras varios minutos parecía que había encontrado la indicada. Hubo un poco de interferencia, pero esperaba que no le fuera problema para su llamada.
–¿Mariano? ¿Estás ahí? –se escuchó interferencia–. ¿Mariano? Soy Adelina, necesito que me pases a buscar.
Una vez más los ruidos de la radio se apropiaron del cuarto de la joven. Siguió probando varias veces más hasta frustarse. No sabía en que parte de China se encontraba concretamente y necesitaba volver cuanto antes a Buenos Aires.
–¿Adelina? –La voz de Mariano adormilada se escuchó en la radio.
La alegría se apoderó de la joven y con una sonrisa le contestó.
–Mariano, soy yo. Ade. –la chica no supo cuántas emociones la invadieron–. ¿Cuántos días hace que me fui? ¿Podes ubicarme?
–¿Tenes idea de la hora que es?
–Sinceramente no.
–Las ocho de la mañana de un domingo.
La risa de la muchacha salió repentinamente. Mariano odiaba que lo despertaran temprano a menos que él lo quisiera.
–Aquí es de noche deben ser las nueve o diez creo.
–¿Qué querés de mí a las ocho de la mañana de un domingo? Un puto domingo me tenías que despertar.
–Quiero que me pases a buscar lo más rápido que puedas.
–¿Me estas jodiendo verdad? –dijo el chico indignado.
–Nop. –Adelina tomó una pequeña exhalación–. Descubrí cosas bastantes fuertes en Arctika y casi me mata un boludo con barbijo.
–¿Barbijo?
–No miento.
–Está bien, pero no me voy a levantar ahora mismo –Mariano comenzó a bostezar mientras hablaba–. Tengo sueño así que calcúlate que en unas horitas me voy a despertar y prepararme para ir al hangar.
–Me sirve para que yo duerma.
–Pásame tus coordenadas que ya veo que puedo hacer por vos.
La chica buscó entre sus cosas un pequeño GPS que compartía con Mariano en caso de emergencias como la que estaba ahora. Activó el aparato y esperó una respuesta.
–Perfecto, ya lo recibí. Anda para el sur que ahí tengo un conocido que te puede hospedar hasta que yo vaya para China. –Volvió a soltar otro bostezo– Es como media hora en caminata.
–No hay problema. Después de que haya dormido voy para ver a tu amigo. Quiero que también traigas primeros auxilios y todo lo que tengas de medicina.
–¿Para qué necesitas eso?
–Porque me pelee con el boludo del barbijo y me lastimó. Por eso. –antes de cortar recordó a su amiga–. Ah, quiero que también le avises a Dan-Dan de cómo me encuentro.
–Está bien ¿Algo más?
–No, nada más por el momento.
Se despidieron y apagó la radio. El cansancio tomó su cuerpo y los párpados se volvieron peso muerto, tratando de llevarla al mundo de los sueños. Una vez que Adelina sacó sus pertenencias de la cama, se dejó absorber por el colchón y envolverse en las cálidas sábanas. Se durmió sin dar demasiadas vueltas.
–¡DESPIERTA CARAJO! –La voz estruendosa de Mariano en la radio azotó los oídos de Adelina.
La chica con un gemido angustioso sacó la mano de las profundidades de las sábanas. Buscó a ciegas en la mesita hasta dar con la radio. Con dificultad intentó buscar el botón para iniciar la conversación hasta que pudo dar con este.
–¿Qué? –Su voz quedó amortiguada por el sueño.
–Ya estoy despierto y acá son cerca de las doce del mediodía –hubo un poco de interferencia–. Entre terminar el almuerzo e ir al hangar sería una hora. Agrégale las once o doce horas que tengo que hacer de viaje.
–Está bien ¿qué hay con eso?
–Era venganza por despertarme a las ocho y media de la mañana de un domingo.
–Morite.
–Y que cuando esté pasando por Europa te voy avisando que vayas a lo de mi conocido.
–Está bien –un bostezó la invadió momentáneamente–. ¿Ya puedo irme a dormir?
–Sip.
Adelina tiró su cabeza hacia la almohada con la radio aún en su pecho. El sueño volvió a tomar su cuerpo y continuó durmiendo hasta que la luz del sol invadió las ventanas y el barullo de la calle se hizo fuerte. Levantarse le fue una tortura, los músculos le dolían con cada movimiento que hacía.
Una vez fuera de la cama, sin pensar en lo que hacía, sus dedos hallaron la daga nórdica. El arma estaba envuelta en un trapo atado a una goma de plástico. Los tatuajes aún le dolían cuando recordaba lo que el arma le hizo.
La desenvolvió con cuidado y pánico a que esa cosa volviera hacerle un daño, pero tras sacarle el trapo y el arma tocara sus dedos nada ocurrió. Era un hermoso artefacto a ojos de la muchacha, pero peligroso. El mango repleto de pequeñas costillas y el cráneo en la punta. Sacó la daga de la funda usando el trapo y observó la hoja afilada. No había perdido filo con el pasar de los años, y podía verse el reflejo de la joven como si fuera un espejo. Mientras estudiaba la hoja con cuidado, su ojo derecho destelló de un verde como su iris y detrás suyo los muertos miraron fijamente a Adelina. Todos acercándose, rugiendo y lamentándose. Sus gritos los pudo escuchar como si estuviera en la cueva de la montaña otra vez.
Se dio la vuelta. Nada. Ningún muerto agonizante ni colérico.
Pero sí que escuchó los gritos y aún los escuchaba pasado los minutos como una melodía estruendosa que se negaba a marcharse de los oídos de Adelina.
Asustada y confundida, guardó todo y salió de la posada caminando hacia el restaurante. Vio a muchos clientes marchar hacia sus trabajos en el campo, supuso Adelina y había pocos todavía desayunando. La joven se sentó en el mismo lugar de la noche anterior y esperó a que alguien la atendiera.
Mesas esparcidas por los dos pisos, en las que algunas todavía había tazas de té a medio terminar. Algunos carteles desperdigados en las columnas. Pilas de tazas, platos y cubiertos sin usar. Linternas apagadas y colgadas por todo el local. Un establecimiento encantador y pacífico.
La anciana de anoche una vez más atendió a Adelina y le entregó la carta. Acabó pidiéndose un té Oolong con galletitas de almendra y mientras esperaba su bebida caliente, vio a los dos supuestos hijos de la señora acercándose a ella. Adelina pudo escuchar un poco de su conversación, no había mucho que hacer por el sitio así que ser una chismosa no estaba descartado.
–Vamos Kung Lao. Deja de comer tenemos que ir a cosechar –el rechinar de la silla chocando con la madera–. Podrás seguir comiendo en la noche con la cena que hace la señora Bo.
–Dame un segundo Raiden –habló el chico mientras masticaba–. Tengo hambre.
–Siempre tienes hambre y eso nos impide hacer más trabajo.
Adelina apenas vio a esos dos jóvenes de casi su misma edad marchándose a las corridas, sin antes mirar a la muchacha con curiosidad y perdiéndose en la multitud del pueblo. La anciana, por lo que escuchó llamada Bo, le dio su pedido y con una sonrisa empezó a beber. El agua caliente pasó por su garganta y la satisfacción de un buen desayuno hizo feliz a la joven. Después del primer sorbo tomó una galletita y la masticó. La sensación de las almendras abrazó su paladar, pero ese pequeño placer se esfumó.
–Adelina.
La voz de Mariano interrumpió la paz de la joven.
–¿Qué?
–Estoy pasando Europa. Te recomendaría que vayas preparándote para irte a lo de mi conocido.
En la radio se escuchaba el estruendoso motor de la avioneta y las interferencias, pero a pesar de eso pudo entender el mensaje de su amigo.
–Perfecto, ya termino mi té.
–¿Me compras uno? –La voz del muchacho se tornó expectante.
–No.
Cortó la llamada de la radio y se apresuró a beber el té. Guardó las galletitas en su bolsillo y después le pagó a la anciana. Antes de marcharse del restaurante, le preguntó la dirección del sur y tras indicarle la joven salió del sitio.
Ya era casi media mañana cuando salió del pueblo. Atravesando los campos de cultivo con la luz del sol en su punto más alto, no hizo un calor tan agobiante para sorpresa de Adelina, mientras veía cómo el pueblo se volvía más diminuto hasta desaparecer. La caminata duró hasta que fue pasada la hora del almuerzo y pudo dar con una pequeña cabaña en la que un hombre observaba en la dirección de la joven.
–¿Adelina Acosta?
–Depende de quién la busca.
–Soy el amigo de Mariano –el hombre mostró una sonrisa amistosa–. Me dijo que te esperara y hasta me contó de que te enfrentaste a alguien con barbijo y que por eso aparecerías con varios golpes. Ese imbécil no se equivocó en lo que decía.
Eso sorprendió mucho a la joven.
–Que encantador que Mariano haya contado eso.
–Sí, parece un niño en el cuerpo de un adulto.
–Lo sé.
El hombre le permitió entrar a la residencia para esperar a Mariano. Un ambiente pequeño y humilde. Una mesa de madera en la que había un plato, vaso y un par de cubiertos. En frente, un cuarto con una cama desarreglada. Algunas sillas desperdigadas fuera de su sitio.
La muchacha se sentó y soltó un suspiro de alivio. La camina la cansó bastante y necesitaba cuánto antes un gran vaso de agua. El hombre le otorgó la bebida y la tomó tan rápido como se la dio.
Después de entablar una buena conversación con el amigo de Mariano, la muchacha comenzó a escuchar el sonido de un motor a lo lejos. Sintió que estaba más cerca de casa.
13 notes · View notes
astros-boy · 2 months
Text
este cansancio ya no es físico, es mental
8 notes · View notes
sinfonia-relativa · 6 months
Text
Las últimas semanas he experimentado un cansancio que no es físico , si no emocional , me quita las ganas de seguir , más mi ansiedad no me permite detenerme , me despoja de sentimientos, más mi romántico corazón insiste en continuar sintiendo. Las últimas semanas he pasado un proceso en el que no todos los días estoy segura de quien soy o lo que quiero , solo sobrevivo a base de ansiedades e insistencias de mi mente y de mi corazón. Me descubro a mi misma cansada de ser paz , de ser ayuda , de ser amor y cansada de esperar lo mismo de los demás. Cansada de mi mente angustiada la mayoría del tiempo , cansada de sentir que debo solucionar y arreglar todo , cansada de verme obligada a hacer fuerte a diario. Cansada de dar y esperar al menos un “ Gracias ” . Cansada de hacer tanto y vivir tan poco , cansada de querer tanto , cansada de intentar tanto.
Moongirl
34 notes · View notes