Se podría pedir las escenas eliminadas (versión Zack Snyder, bien detalladas de 4 horas) entre Santi y Enzo de Delirio de Condenados? (cuando Enzo lo va a buscar y el aftercare). Igual pregunto para saber nomás porque vi la lista actualizada y me dio estrés de tan sólo ver lo larga que es that's what she said y no quiero agregarte más pedidos
+18! Delirio de Condenados/Santiago & Enzo
Matías maldijo antes de salir de la cocina, dejándolos solos y en completo silencio luego de jurar por todos los santos que castigaría a su novia por lo que había hecho. ¿Se refería a la taza rota en la mesa del comedor o el desastre que aún manchaba las cerámicas de la cocina? Eso no importaba mientras sus dedos presionaban contra el mármol, intentando contenerse, y mucho menos cuando sus furiosas pisadas sobre los escalones resonaron por toda la casa.
-¿Vos también tenés que ir?- preguntó el rubio con un hilo de voz.
-¿A dónde?
-Con ella.
El mayor interrumpió su tarea de juntar los destrozos y, todavía en cuclillas, miró a Santiago: este jugaba con sus dedos, evidentemente nervioso y esforzándose por evitar que sus miradas se encontraran, como si eso fuera a empeorar la situación en la que se hallaban. Enzo fingió ser dueño de su cuerpo, poniéndose de pie como si la valentía le sobrara, y rompió la distancia.
¿Cuánto tiempo llevaban como amigos? Más de dos años, seguro, pero independientemente del tiempo transcurrido Enzo jamás logró comprender por qué el otro permanecía siempre en el molde, negándose a expresarse más abiertamente. ¿Era sólo timidez? ¿Miedo al rechazo? No, imposible. Había algo más, algo casi tangible que él quería descubrir, y sólo lo lograría preguntando.
-¿Por qué? ¿Estás celoso?
-¿Qué decís?- soltó una risa.
Enzo cruzó los brazos sobre su pecho, adoptando una postura más seria.
-Te gustó lo que viste anoche, ¿no?
-¿Qué…?
-Manchaste el suelo, Santiago. Matías no lo vio pero yo sí.
-Fue sin querer.
-Ya sé- un paso más cerca-, pero no contestaste mi pregunta.
-¿Cuál pregunta?
Es un error, , se dijo Enzo a sí mismo, pero eso no impidió que estirara su brazo y tomara la mandíbula de Santiago entre sus dedos para obligarlo a hacer contacto visual. Los ojos azules del otro brillaban más de lo normal y cuando su lengua se deslizó sobre sus labios ya resecos Enzo no pudo evitar seguir el movimiento con ojos hambrientos.
-¿Estás celoso?
-¿De quién? ¿Por qué?
-De la novia de Mati.
-¿Cómo voy a estar celoso? Estás diciendo boludeces, Enzo.
Las cejas del uruguayo se arquearon en un gesto sorprendido ante el tono molesto del otro. Jamás lo había oído hablar de esa manera y mucho menos había estado en el otro extremo de su furiosa mirada indignada. No tenía que ver con su acusación -completamente cierta-, no, sospechaba que la indignación tenía que ver con haber sido excluido la noche anterior.
-Hablame bien a mí, ¿está?
Las mejillas encendidas de Santiago resultaron ser el sello de un contrato invisible y su suspiro cuando recibió una caricia, la última firma que necesitaban. No se resistió cuando la mano de Enzo descendió hasta su cuello y presionó fugazmente, dejando claras sus intenciones, y tampoco lo hizo cuando continuó su recorrido hasta posicionarse sobre su bulto.
-¿Qué pasó acá?
-Es que…- se interrumpió y dejó salir una respiración temblorosa-. Ella…
-¿Qué?
-No tenía corpiño y…
-Y recordaste que Matías la estuvo pellizcando anoche, ¿no?- preguntó Enzo con voz ronca-. ¿Te gustaría que te hagan lo mismo?
Los párpados del rubio parecían repentinamente pesados –con vergüenza o por el placer que el otro le estaba regalando, no sabía- y cayeron cuando las caricias sobre su erección aumentaron en intensidad y velocidad. Un gemido escapó de sus labios y no intentó disimularlo, más que consciente de que en el silencio de la cocina era imposible.
Y porque quería que Enzo lo escuche.
-No sé- contestó luego de aclararse la garganta-, nunca probé.
-¿No?
El mayor tomó la primera oportunidad para desabotonarle el pantalón y bajar la cremallera. Encontrándose con la ropa interior celeste del otro, tan manchada con su excitación que estaba oscureciéndose más allá de donde la punta se encontraba, se preguntó cuánto tiempo tardaría en llevarlo al orgasmo si es que así lo decidía.
-No- negó con desesperación-. Por favor, Enzo.
-¿Qué?
-Hacé algo- suplicó-. Me duele.
Enzo decidió besarlo mientras deslizaba una mano bajo la bonita y suave prenda arruinada. Santiago gimió contra sus labios mucho antes de sentirlo tocándolo, un tierno y agudo sonido delatando la necesidad que sentía por algo más que placer, y sus piernas débiles amenazaron con dejarlo caer cuando un dedo se deslizó sobre su punta.
Cuando el oxígeno comenzó a escasear rompieron el beso, para entonces más desesperado: las manos de Santiago sobre el pecho firme de Enzo, sus dedos contrayéndose para capturar la tela de su camiseta por temor a que se alejara, y este último continuó rozando su punta caliente, llorando por atención y volviéndose más roja.
-Mirá cómo te mojaste.
-No quiero ver.
-No te pregunté si querés, mirá te dije- repitió con firmeza.
La mirada vidriosa de Santiago era tanto o más tentadora que sus labios entreabiertos, brillando con la saliva de ambos, y cuando por fin la dirigió hacia su entrepierna ahogó un gemido de sorpresa. No recordaba la última vez que había estado tan excitado, tan necesitado por la atención de alguien hasta el punto de sentir que el deseo se transformaba en dolor.
Y tampoco podía recordar el pensar que se veía lindo envuelto por la mano –Dios, las manos de Enzo- de otra persona, una imagen intimidante pero tan excitante como para empeorar su desastre derramándose en la piel ajena. Buscó la mirada de su amigo, cálida e indescifrable como siempre, e intentó que su voz no temblara al decir:
-Perdón.
-No me pidas perdón- contestó el otro y besó la comisura de sus labios cariñosamente-. Me encanta, me encantás.
Un gemido desesperado surgió de la garganta del rubio y se recostó sobre el pecho del otro, avergonzado por su extrema sensibilidad y por la facilidad con que se estaba entregando a su amigo. Enzo tomó su rostro entre sus dedos, todavía masajeando su miembro ardiente con la otra mano, y cuando lo obligó a mirarlo repitió:
-Me encantás.
-No…
-Sí- otro beso que amenazaba con desbordarlo a ambos, esta vez en los labios-. ¿Y sabés a quién más le vas a encantar?
Cuando Santiago negó sus rulos se movieron en todas las direcciones. Sus ojos azules, cada vez más brillantes y con las pupilas dilatadas, siguieron los movimientos de Enzo cuando este señaló el techo. El inconfundible sonido de un gemido ajeno llegó a oídos de ambos.
-Me da vergüenza- negó.
-Yo te cuido- propuso mientras le delineaba el labio inferior con el pulgar, la idea de introducirlo en su boca y jugar con su lengua cada vez más tentadora.
-Mati se va a enojar.
-Matías te adora, no va a decir que no- insistió Enzo-. No tenés que decirles nada si no querés, yo me encargo de todo.
-Es que...- se interrumpió con un gemido. Se preguntó cómo era posible que Enzo jamás lo hubiera tocado y aún así supiera exactamente el ritmo ideal para hacerlo delirar-. Nunca hice algo así.
-Yo tampoco- intentó consolarlo el mayor.
-Hasta anoche.
Compartieron una risa y el momento cobró otro sentido, más íntimo que antes.
-Hasta anoche, sí. Y después de que nos viste cierta personita dijo...
-Ya sé. La escuché.
-¿Y qué pensás?
No tenía motivos para negarse, ¿no? Mucho menos considerando la forma en que los ojos de Enzo lo observaban, hambrientos y expectantes, pacientes y tan cariñosos como el uruguayo siempre había sido con él. Santiago intentó pensar en motivos para rechazarlo, en verdad lo intentó, pero ninguno llegó a su mente.
Ante su silencio el mayor retiró la mano de su ropa interior y le enseñó su palma, brillando con su excitación. Santiago lo miró, avergonzado, excitado, ansioso, preguntándole silenciosamente qué ocurriría a continuación.
Enzo lo besó.
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#131 Deadpool & Lobezno (2024)
No voy a descubrir los cameos porque son lo mejor del film
Wade Wilson (Ryan Reynolds) ya no es Deadpool, su vida ha cambiado mucho desde la última película y ahora vende coches de segunda menos con su amigo Peter. Es este junto a otros amigos que le realizan una fiesta sorpresa a Wade por su cumpleaños, donde están todos sus amigos.
Pronto unos agentes especiales van a casa de Wade para llevárselo y no se puede despedir de nadie, en la nueva ubicación un tal Paradox le cuenta la historia de que es el elegido para salvar las líneas temporales, ya que la suya se está destruyendo porque el personaje enlace Lobezno (Hugh Jackman) murió en Logan y esa línea temporal se está acabando, por lo que le ofrecen a Wade que cambie de línea temporal, dejando todo atrás. Lo cual se niega porque las personas que están actualmente en su vida lo son todo para le. Y decide dar saltos temporales entre realidades hasta encontrar un Lobezno que encaje con su línea temporal.
Pero, pese a que encuentra un Lobezno que encaja con su línea temporal, Paradox le dice que la realidad no funciona así y los manda a los dos a la zona cero, un sitio donde se descartan superhéroes. Allí conocen a Cassandra Nova (Emma Corrin) y a otros superhéroes descartados como Piros, Dientes de Sable, etc. Este grupo antes de intentar matarles les hablan de que hay unos renegados que viven al margen del grupo de Cassandra y que son superhéroes de verdad, no como ellos que son villanos descartados, en el caso de Cassandra es la hermana del profesor Charles Xavier aunque él desconozca la existencia de ella.
Lobezno y Deadpool escapan de Cassandra, no sin antes que ella les diga que puede devolverlos a casa, pero que no quiere.
Logan y Wade descubren que hay muchos superhéroes descartados, pero sobre todo hay muchos Deadpool, lo extraño es encontrar algún Lobezno, por eso todos se impresionan al verlo, incluido Cassandra, que quiere que se una a su equipo.
Ambos superhéroes se llevan fatal y se pasan más tiempo discutiendo e intentando matarse, que uniéndose, pero todo cambia cuando encuentran a los renegados, superhéroes que tuvieron sus propias películas, pero fueron descartados.
Wade y Logan trabajan juntos para poder volver a casa y ser héroes de verdad, de los que todo el mundo admire. Vuelven a su línea temporal, pero Cassandra decide colarse con ellos e intentar destruir todas las líneas temporales, con su ejército de Deadpool descartados.
Al final, los dos unidos, salvan su realidad, se quedan juntos y demuestra que es fácil mantenerse unidos si tienes una red de apoyo y no peleando solos.
Como detalle cuando salen los títulos de crédito del final, nos ponen escenas eliminadas y tomas falsas de las películas de X-Men con un joven Hugh Jackman hablando de su personaje Logan y lo que espera transmitir con él, un joven Ryan Reynolds cuando hizo por primera vez de Wade Wilson en Lobezno el origen, y como se sentía de identificado con el personaje. Así como otros superhéroes que salen en el film y sus películas con sus tomas falsas, sus intervenciones divertidas y su buen rollo. Lo que es el mejor final para una saga que empezó hace más de 20 años y que los fans no han podido olvidar.
Es un guiño a las películas de superhéroes y los cameos me parecen lo mejor de toda la película, está llena de detalles de otras películas y estoy deseando verla otra vez en el cine, pero también tenerla en DVD, porque es un regalo para los fans.
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