Tumgik
#rodear
sudaca-swag · 2 months
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los de PedidosYa toman las rutas más inconcebibles del mundo
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42bakery · 6 months
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Did a player get a fault for hugging a player for the other team? They just wanted a gay moment
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sweetillnessofm · 8 months
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¡hola! antes que nada escribes muy bien, y fui fan de tu trabajo pasado, sigue así🫶
queria pedir algo de rough angry sex con enzo🫣después de una discusión!!
holii, aparezco gente, gracias por tus comentarios bonitos anon🫶 espero esto les guste 😪
kiss and make up☆
(one shot)
ADVERTENCIAS/TAGS🗯: enzo vogrincic x reader, smut, rough sex, fingering, kinda mean enzo(?), hair pulling, cum swallowing
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todo empezó por una mandarina.
o bueno, eso creyó enzo al principio.
desde que despertaron ambos en la mañana, el mayor pudo notar que tus ánimos no eran los mejores. apenas dándole los buenos días te dirigiste a la cocina para hacer el desayuno; sin ni siquiera un beso, o un abrazo, ni el típico rato que pasaban enrollados uno con el otro entre las sábanas disfrutando del calor corporal... pasaste de él.
trató de no hacerse mucha mente y unos minutos después bajó a la cocina donde te encontró de espaldas, frente a un sartén del cual se desprendía el olor de unos panqueques. se acercó hacia ti con pasos un tanto ruidosos para que no te asustaras cuando sintieras sus brazos rodear tu cuerpo, y apoyó su mentón en tu hombro cariñosamente, observando desde arriba los alimentos que preparabas.
"te comiste mi mandarina, enzo" espetaste con fastidio, saliendo de su abrazo y moviéndote hacia el tacho de basura para desechar unas cáscaras.
"¿cómo?" respondió con el ceño ligeramente fruncido, sintiendo genuina confusión.
"anoche, anoche cuando llegaste te comiste la mandarina que dejé en la heladera" te giraste hacia él enfrentándolo. "ya yo estaba dormida" murmuraste y devolviste tu atención al sartén caliente.
el castaño pareció recordar su travesura. "aah, sí, sí. sí me la comí, pero no creí que te molestaría, chiquita" dijo con un tono suave y se volvió a acercar a tu cuerpo "perdoname, no es tan grave, sabés que puedo salir a comprar más-".
giraste los ojos, más enfadada que antes. "déjalo, ya, no hace falta" serviste en los platos de cada uno los panqueques y le tendiste el suyo a enzo "toma, provecho".
consumieron sus desayunos en silencio, evitabas la mirada del castaño a toda costa con tus ojos fijos en el plato. confundido y pensativo, enzo quiso preguntarte si realmente era una simple mandarina lo que había causado tanta molestia en ti, cuando fue interrumpido por el sonido de una de sus alarmas recordándole que se le estaba haciendo tarde para llegar al trabajo, que era una nueva película en la que llevaba dos meses participando.
se disculpó contigo y te dio un beso en la frente antes de lavar su plato y subir a la habitación a prepararse, dejándote con la mirada perdida en la mesa y terminando tu desayuno sola.
en algún tiempo libre del día te llamaría y trataría de arreglar las cosas, pensó, no podían quedar mal por un pequeño error de él y una simple fruta. sí, definitivamente eso haría.
si tan solo hubieras contestado sus llamadas.
llegó el mediodía cuando sentiste la primera vibración de tu celular, y en vez sentir felicidad al ver el nombre de "mi vida ♡" en la pantalla, solo sentiste tu pecho llenarse con un incómodo sentimiento de enojo. lo mismo fue con la segunda, con la cuarta, y la séptima llamada, tanto así que llegó a un punto donde tuviste que silenciar por completo el aparato.
no estabas segura de por qué actuabas así, te sentías como una nena malcriada hasta cierto punto, pero supusiste que era por los días que llevabas acumulando tus sentimientos reales.
obviamente tu malestar no era por una mandarina, eso solo fue un gatillo para que se disparara tu estado de ánimo reprimido. la realidad era que te sentías descuidada por enzo.
desde que empezó con su nuevo papel pudiste notar como cada vez pasaban menos tiempo juntos; habían menos oportunidades para salir, para las actividades que solían hacer antes, para tener sexo. apenas teniendo un corto momento en las mañanas para poder sentir el calor y el cuerpo del otro antes de que el mayor se despidiera, no era suficiente. te hacía mucha falta y sentías también que no tenías siquiera el tiempo para poder expresarle cómo te sentías.
al principio era tristeza pura lo que te llenaba pero con los días se transformó en rabia. porque enzo parecía no darse cuenta y parecía que no se sentía afectado.
cayó la noche y estabas saliendo de la ducha cuando escuchaste la puerta de la habitación abrirse.
"¿amor?" escuchaste la voz preocupada del castaño "nena, qué pasó? te llamé mil veces y no me contestaste ninguna, me tenías mal" se acercó rapidamente a ti cuando te vio salir del baño envuelta en una toalla. "de verdad necesitaba hablar con vos, pero sabés como es todo, no podía regresarme a la casa" tomó tus manos entre las suyas, mirándote preocupado.
"disculpame, me quedé dormida" respondiste tosca. te soltaste de su agarre y fuiste al ropero a buscar tu pijama.
"pero por qué no me devolviste las llamadas?" siguió tu andar con su mirada y chasqueó la lengua. "mirá, no sé si realmente estés así por la estupidez de la mandarina, te dije que podía comprarte más, pero si no es eso necesito que me digas ya qué carajos tenés".
notaste como progresivamente su tono de voz dejaba de ser suave y comprensivo para volverse más alto. "desde que despertaste me tratas diferente, ni siquiera un beso nos dimos. todavía en la cocina me girás los ojos y me sacás de encima así sin más, y en todo el desayuno me ignoraste, te buscaba la mirada y nada" negó con la cabeza.
"entonces aparte de eso te llamo porque realmente me preocupa estar bien con vos, porque sos mi mujer y te amo, y qué recibo? el jodido buzón" se pasó una mano por el cabello, con estrés. "no soy adivino, necesitamos comunicarnos, entendelo".
"te preocupa estar bien conmigo?" esta vez fue tu turno de responder, alterada. "te preocupa tantísimo que en estos dos meses te has distanciado un montón y hasta ahora sigues sin darte cuenta?" estabas casi gritando, finalmente le estabas contando la verdad, aunque en una circunstancia que se pudo haber evitado. "andate al carajo" te giraste hacia el ropero de nuevo buscando la ropa, esperando de espaldas a él con la piel erizada una respuesta filosa de su parte.
"entonces era eso," rió con amargura "te costaba demasiado decirlo desde antes? sabés lo importante que es decirnos este tipo de mierdas, dios" con cada oración se iba acercando más a ti. ajena a ello seguiste buscando entre las gavetas.
continuó "parece que sí, porque tuviste que esperar y llegar a este punto, para que yo llegara cansado del rodaje y en vez de ser recibido con un abrazo al menos, soy recibido con este berriche". te diste la vuelta rápidamente hacia él para protestar cuando lo encontraste muy cerca de tu cuerpo, con sus ojos clavados en ti.
teniéndolo tan cerca pudiste observar con detalle su expresión. iracundo, con el cabello desordenado, el ceño fruncido, los ojos llenos de agotamiento y una mandíbula apretada, tensa.
realmente esta era una parte de enzo que no conocías, porque sus discusiones solían ser tan tontas y reducidas que ninguno de los dos acababa enojado propiamente. claro, hasta ahora.
algo que no esperabas en lo absoluto era que tal cosa empezara a causar una humedad entre tus piernas...
tal vez ya te estabas volviendo loca por la falta de sexo.
negaste con la cabeza tratando de deshacer tus pensamientos. "es esto solo un berrinche para ti, enzo?" soltaste con rabia. "dime, crees que no me afecta estar jodidamente sola acá en la casa? nada más que esperando como imbécil a que llegues tarde por la noche y ni siquiera podamos hablar un rato, porque llegas durmiendo. y ni hablar de los días libres donde nada más lees y lees guiones".
caminaste pasando de él y dijiste a lo ultimo "hace cuánto tiempo que no cogemos?" el tono de tu voz ya había bajado, casi en derrota.
al ver que enzo se quedó de espaldas a ti sin responder, suspiraste y te quitaste la toalla que envolvía tu figura, para empezar a vestirte.
con la mirada fija en el suelo, a punto de deslizar por tus piernas las bragas que escogiste, sentiste como enzo se abalanzó sobre ti haciendo chocar tu espalda contra la pared que había detrás de ambos, con su boca empezando un camino de mordidas y chupetones nada suaves en tu cuello, hacia tus hombros y clavículas.
gemiste agarrando sus brazos, sintiendo sus manos recorrer desesperadamente tu desnudo cuerpo y bajar hacia tu culo, el cual amasó con fuerza acercándote lo más posible hacia él. en un movimiento involuntario abriste las piernas, lo cual aprovechó el mayor para introducir una suya en el espacio entre ellas y poder rozar su muslo contra tu coño.
jadeaste al sentir la fricción de la tela contra tu clítoris y empezaste a mover tus caderas con la intención de estimularte más, cosa que no lograste por el fuerte agarre que tenía enzo en estas. en cambio, sentiste como este empujó su pierna ásperamente contra ti, restregándola de atrás hacia delante y mojando la tela con tus jugos en el proceso.
"entonces lo que querés es que te coja, no?" musitó contra tu oreja, soltando una pequeña risa sin gracia al escuchar tus agudos gemidos.
desviaste tus ojos hacia algún punto de la habitacion, evitando su pregunta.
detuvo los movimientos de su pierna mirando con sorpresa el desastre que estabas haciendo en su pantalón "mirá como estás de mojadita... acaso te calienta que discutamos? mhm? decime".
tomó con fuerza tu mandíbula obligándote a mirarlo. "te calienta que me enoje con vos".
no querías admitirlo aunque en el fondo sabías que era cierto. era algo que nunca habías sentido hasta ahora. "puede ser" dijiste sin aliento "igual, n-no puedes culparme, si estoy así es porque me has descuidado".
"ah, en serio?" dijo bajando su mano hasta tu coño e introduciendo dos dedos de golpe, haciéndote soltar un grito ahogado. "no sabía que por unos cuantos días sin sexo te volverías tan sucia, sos terrible".
esto no era nada parecido a las otras veces que tenían relaciones. esta vez eran acciones bruscas y descuidadas, movimientos en los que podías sentir el enojo de enzo y tal vez la misma desesperación que tu llevabas sintiendo hace semanas. todo muy distinto a las caricias delicadas y palabras de amor a las que estabas acostumbrada
y te estaba encantando.
enzo comenzó a mover sus dedos rápidamente dentro de ti, abriéndolos y cerrándolos en forma de tijeras ocasionalmente para poder estirarte, con su otra mano todavía sosteniendo tu cara con firmeza. sus bocas se rozaban sin llegar a besarse como tanto anhelabas, cada vez que intentabas acercarte al mayor este se separaba burlándose de ti y causando que formaras un puchero.
"aw, qué pasa amor, ahora querés que te bese?" dijo el contrario con falsa inocencia. "no fuiste vos la que me estuvo rechazando toda la mañana?"
sintió como te apretabas alrededor de sus dedos, intentando callar tus gemidos, y empezó a dar movimientos circulares en tu clítoris con su pulgar sabiendo que así no podrías contenerte. "estás cerca chiquita?"
"s-sí en, no pares, por favor-" los jadeos y gemidos comenzaban a salir de tu boca cada vez más fuertes.
curvó sus dedos golpeando con fuerza tu punto más dulce, y cuándo sintió tu cuerpo entero tensándose a punto de derrumbarse ante el orgasmo, los sacó por completo dejándote vacía, lloriqueando con tu coño pulsando alrededor de la nada.
"no, no, enzo, p-por qué?" tus piernas flaquearon por el orgasmo perdido pero el fuerte agarre del castaño en tu cuerpo te mantuvo firme.
"perdoname chiquita, pero quiero que nada más te corras conmigo adentro". llevó sus dígitos mojados de ti hacia tus labios y sentiste tus propios fluidos en ellos. "si tanto querías que te cogiera..."
"chupalos" dijo en referencia a sus dedos y abriste tu boca obedientemente succionandolos con vigor, saboreándote a ti misma, hasta que los dejaste limpios.
enzo te encaminó hacia el tocador que estaba al otro lado de la habitación, tus caderas chocando con la madera de este al llegar. te giró bruscamente dejándote ver en el gran espejo el reflejo de la imagen tan caliente de ese momento.
un enzo totalmente vestido, ocupado desabrochándose el cinturón, detrás de tu figura desnuda y llena de las marcas que dejó previamente en ella con su boca y sus manos. tus mejillas rojas al igual que tu boca de tanto morderla.
sentiste como enzo separaba tus piernas con su pie desde atrás y finalmente deslizaba su miembro entre tus labios, esparciendo tu humedad en él.
"metemela ya, en" arqueaste tu espalda alzando tu culo hacia él, persiguiendo su polla "te lo ruego-"
"que impaciente saliste," susurró en tu oreja, y sin más demora metió de una estocada su miembro en tu agujero arrancándote un gemido lastimero. "tan desesperada por tener una pija dentro".
al instante comenzó sus embestidas duras y rápidas, jalando con su mano un puñado de tu cabello y con la otra agarrando fuertemente tu cadera, tan fuerte que estabas segura de que aparecerían marcas.
solo te quedaba gemir y lloriquear al sentir como golpeaba fuertemente tu punto dulce con la punta de su miembro. en parte sentías alivio de por fin tener su polla dentro de ti, y por otra parte un hormigueo nuevo de excitación te crecía en todo el cuerpo por la manera ruda en la que te cogía. apoyaste tus manos en la mesa del tocador como soporte y observaste en el espejo la escena que ambos hacían.
enzo se deleitaba mirando como su miembro desaparecía en tu coño con cada estocada, sus ojos fijos en la forma en la que rebotaba tu culo. jaló con más fuerza tu cabello haciendo que echaras tu cabeza hacia atrás y tu cuello quedase expuesto a su boca, con la cual empezó a succionar y moder tu piel nuevamente causando que tus ojos se pusieran en blanco.
"e-enzo, besame" drogada de placer suplicaste al mayor quien, sin reducir la rudeza de sus embestidas, soltó tu cabello y envolvió sus brazos en tu torso, pegando tu espalda a su pecho.
recostaste tu cabeza en su hombro cuando sentiste su mano tomar tu mentón y girar tu cara hacia la suya, juntando al fin sus bocas en un hambriento y desordenado beso donde sus lenguas se enredaban.
gemiste en la boca de enzo quien gruñía con desespero al sentirte apretar su miembro, por lo que rompió el beso y habló "ya te vas a venir, chiquita? sí?" sus caderas no dejaban de chocar contra las tuyas, lo miraste con lágrimas de placer formándose en tus ojos y asentiste. "venite, preciosa, venite sobre mí".
a pesar de tus intentos de mantener contacto visual, inevitablemente tus ojos se cerraron al sentir un orgasmo azotarte con fuerza. te estabas viniendo sin siquiera haberte tocado a ti misma. espasmos recorrían tu cuerpo y tus piernas se volvían débiles con temblores, mientras que tus paredes se contraían una y otra vez en la polla del mayor haciéndolo gemir por lo bajo.
la velocidad de sus movimientos se redujo, pero no la profundidad, penetrándote así a través de tu clímax y sintiendo el suyo cerca.
cuando el conocido hormigueo se hizo presente en su vientre, salió del calor de tu coño y te giró dejándote frente a él. te arrodillaste aún temblorosa entendiendo el mensaje.
"abrí la boquita, amor" jadeaba mientras masturbaba su miembro frente a ti, moviendo su mano con rapidez.
obedeciste y abriste la boca, acercándola a la punta donde con tu lengua trazaste pequeños círculos llevando al castaño al límite. sentiste las calientes tiras de semen caer en tu boca, la cual cerraste tragando entero ante la mirada oscurecida de enzo.
la abriste de nuevo y sacaste tu lengua ante él, mostrándole que no dejaste nada. te ayudó a levantarte del suelo y empezó a besarte con desespero envolviendo tu cintura con sus fuertes brazos.
"perdoname por descuidarte, mi vida" rompió aquel beso juntando sus frentes, y habló con el tono de voz calmado que usaba siempre, ya relajado. "tenías razón, no me estaba dando cuenta de lo mucho que me hacías falta".
"no, perdoname tu a mí. sí debí decírtelo antes" susurraste acariciando su mejilla suavemente con tu mano.
"crees que me pasé?" el castaño recordó de repente la rudeza de su actuar hace unos momentos, escaneando tu cuerpo y observando todas las marcas que dejó en él.
"definitivamente no," no pudiste evitar soltar una pequeña risa ante su preocupación. "de hecho, creo que deberíamos discutir más seguido, no lo sé" bromeaste y reíste más al verlo lanzarte una mirada reprochadora.
"definitivamente, te volviste una sucia" dijo enzo sin poder ocultar la sonrisa divertida que se formó en su rostro.
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flan-tasma · 5 months
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Wait for him (Neuvillette, Wanderer & Aether)
💖~ When they can't be with you because they have to fulfill their responsibilities, these men really try to come back to you.
Warning: Nope now💖, GN!Reader | English is not my native language, so if I have made any mistakes in the translation, I am open to corrections | Content in spanish and english!
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Spanish:
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Neuvillette no demuestra su tristeza, sino que algo más te lo advierte. Es involuntario, a pesar de que él es bien consciente de ello, no es capaz de solo detener sus sollozos cuando tiene que quedarse hasta tarde por su trabajo. Mientras que él está revisando detenidamente cada documento en sus manos, escribiendo de manera clara cada cosa y manteniendo su mente lo más alejada de ti que puede, tú sabes que él no quiere nada más que mandar al diablo los metros de distancia que está de ti.
Siente que su piel arde porque no estás a su lado, no soporta la idea y lo considera una tortura. Lo sabes, puedes verlo en sus sollozos y en sus maldiciones mudas, puedes verlo en el viento que da golpes en la ventana de tu habitación, la lluvia torrencial era igual a ver a Neuvillette sufrir por ti. Las gotas de lluvia dejan de golpear violentamente las calles de Fontaine cuando por fin ha terminado su trabajo y se dispone a volver a su hogar, dejando caer mínimos lamentos del Dragón Hydro que solo cesan cuando te tiene entre sus brazos.
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Wanderer tiene cosas que hacer: está ocupado estudiando, quejándose y cumpliendo las misiones que Nahida le da muy amablemente. Balancear todo eso junto a ti siempre es una molestia, pero lo logra de alguna forma que le permite darse un buen y merecido descanso contigo al final del día, si es que no se queda despierto revisando notas y tesis nuevas.
No es el más emocionado por las veces en las que el cielo despejado se burla de él, la luna alta está riéndose de él mientras que le recuerda que probablemente ya estás en cama, sin siquiera pensar en que él está viajando a casa para dormir por fin. Odia todo. Maldice a la noche, a los árboles y a las casas que debe rodear hasta que decide pasar por encima, maldice a la Shogun Raiden, a Inazuma, a Sumeru y a los arcontes. Simplemente ya no aguanta más y si tiene algún problema, aunque sea el menos molesto Hilichurl que se le ocurra mirarlo y decidir que lo atacará, lo mandará a conocer Celestia.
No le podría importar menos si hay un grupo de ladrones de tesoros planeando robarle, los mandará a volar a la primera que se acerquen. No piensa en nada más que llegar a casa y lanzarse a tu lado en la cama. No importa si no necesita dormir tampoco, solo necesita que el mundo entero cierre la boca y lo deje mirarte hasta caer dormido.
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Aether es un aventurero nato, está acostumbrado a realizar campamentos y dormir a la intemperie en sus viajes, pero desde que sabe que puede irse a dormir tan a gusto por la maravillosa relajatetera fue bienvenido cuando descubrió el invento adéptico. Hay varias veces en las que prefiere quedarse mirando el cielo de Tayvat antes de entrar a su casa portátil, pero son más las ocasiones en las que quiere realizar el viaje de noche lo más rápido posible antes de descansar. Quiere llegar rápido a la siguiente nación, pero cuando Paimon y él ya están cansados, deciden que es mejor acompañarte por fin a dormir.
Es más fácil transportarte así, te quedas dormida más temprano en su habitación y cuando por fin entra, después de saludar a Gordi, estás durmiendo tranquilamente. Confías en él, que te llevará mientras puedes tomarte un descanso de los duelos y peleas dentro del hogar que creó para ti. Y él está feliz de poder tenerte a su lado. Mañana pueden seguir explorando, ahora solo piensa en dormir.
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English:
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Neuvillette does not show his sadness, but rather something else warns you. It's involuntarily, even though he is well aware of it, he is not able to just stop his sobbing when he has to stay late for his work. While he is poring over every document in his hands, clearly writing everything down and keeping his mind as far away from you as he can, you know that he wants nothing more than to say to hell with it all for how many meters he is away from you.
He feels like his skin is burning because you're not next to him, he can't stand the idea and considers it torture. You know it, you can see it in his sobs and his silent curses, you can see it in the wind that hits your bedroom window, the pouring rain was the same as watching Neuvillette suffer for you. The raindrops stop violently hitting the streets of Fontaine when he has finally finished his work and is preparing to return to his home, letting out minimal cries from the Hydro Dragon that only cease when he has you in his arms.
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Wanderer has things to do, he is busy studying, complaining, and completing the quests that Nahida very kindly gives him. Balancing all of that with you is always a pain, but he manages it in a way that allows him to have a good, well-deserved rest with you at the end of the day, if he doesn't stay up reviewing notes and new theses.
He's not the most excited about the times when the clear sky is mocking him, the high moon is laughing at him while reminding him that you're probably already in bed, without even thinking about the fact that he's traveling home to sleep for the end of night. He hates everything. He curses the night, the trees and the houses that he must surround until he decides to pass over them, he curses Shogun Raiden, Inazuma, Sumeru and the archons. He just can't take it anymore, and if he has any problem, even the least annoying Hilichurl who can think of to look at him and decide that he will attack him, he will send him to meet Celestia.
He couldn't care less if there's a group of treasure hoarders planning to rob him, he will blow them away if they get close. He doesn't think about anything other than getting home and throwing himself into bed next to you. It doesn't matter if he doesn't need to sleep either, he just needs the whole world to shut up and let him stare at you until he falls asleep.
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Aether is a born adventurer, he is used to camping and sleeping outdoors on his trips. But since he knows that he can go to sleep so comfortable in the wonderful serenitea pot, it was welcomed when he discovered the adeptic invention. There are several times when he prefers to watch at the Tayvat sky before entering his portable house, but there are more times when he wants to make the night trip as quickly as possible before resting. He wants to get to the next nation quickly, and when he and Paimon are already tired, they decide that it is better to finally accompany you to sleep.
It's easier to transport yourself like this, you fall asleep earlier in his room and when he finally enters, after greeting Tubby, you are sleeping peacefully. You trust him to carry you while you can take a break from the duels and fights within the home he created for you. And he is happy to have you by his side. Tomorrow you can continue exploring, now he only thinks about sleeping.
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tocastes · 2 months
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Eu preciso de algumas certezas. Certeza que amanhã de manhã o sol vai nascer e eu verei o teu brilho me rodear. Certeza de que os girassóis brotarão primeiro que as margaridas na primavera da minha vida. Certeza que eu irei sorrir na mesma intensidade que irei chorar; que irei cair, mas também me levantar. Certeza que em algum momento ‘’aquele’’ amor me acompanhará. Não sei o dia, nem a hora em que ele chegará, mas eu gostaria de ter a certeza que pelo menos ele ficará aqui por mim, porque ele me amará. 
- at: ele me encontrou, e me amou. l, stefani.
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deepinsideyourbeing · 5 months
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Nena yo se que tienes un montón de pedidos, pero ando hormonal y nunca he leído alguno de Enzo que tenga que ver con gym y se me ocurrió la idea mientras entrenaba jaja🤍
Y vos sos increíble es escritora, así que quería dejarte el pedido si vos lo aceptas y ntp tardaré todo el tiempo que sea necesario.
Te mando un abrazo🩷
+18!
Enzo cree que la población se divide en dos tipos de personas: están las que van al gimnasio a las 6:30 a.m. como él que a) no desea que nadie lo interrumpa para tomar fotografías o hablar y b) vos, que... Bueno, Enzo no sabe cuáles son tus motivos para ir al gimnasio tan temprano, pero no puede quejarse.
Disfruta el saludo casi silencioso que le dirigís cuando se encuentran en la entrada, las pequeñas conversaciones mientras comparten alguna máquina o hacen de spotter al otro, y también intenta disfrutar la forma en que tus leggins abrazan tus piernas y resaltan la forma de tu...
Intenta no gemir cuando, una vez más, rozás tu cuerpo con el suyo al completar la última sentadilla. Encuentra tu mirada a través del espejo y le sonreís de manera inocente, como si no supieras que él está duro por tus constantes provocaciones. Le agradecés y estás a punto de apartarte, pero sus manos toman tu cadera y te presiona contra su cuerpo.
El entrenador debería supervisarlos en lugar de sólo mirar su teléfono y beber (un supuesto) café, pero con un rápido vistazo Enzo comprueba que no es así y susurra a tu oído:
-Esperame en el baño.
Y es así como el agua caliente alivia tus músculos y Enzo tu necesidad. Presionás la frente contra los fríos azulejos de la pequeña ducha mientras sentís cada centímetro de su miembro y el roce de las venas que lo recorren, sus labios besando tu espalda y una de sus manos deslizándose hasta colarse entre tus piernas.
Sentís el dulce ardor que su tamaño provoca en tu entrada y la forma en que su miembro golpea hasta el punto más profundo de tu interior. No creés que el correr del agua silencie tus gemidos y los sonidos obscenos que provoca tu humedad a cada embestida, tampoco el particular sonido de su piel chocando con la tuya.
-Enzo...
Ahoga un gemido contra tu piel cuando tus paredes se contraen aún más, una de sus manos masajeándote y sorprendiéndote con una que otra nalgada. Cuando tus piernas flaquean decide rodear tu cintura con su brazo, aunque no sabés si es para otorgarte estabilidad o sólo atraerte más hacia su cuerpo.
Juega con tu clítoris hasta que suplicás que se detenga, insegura de poder mantenerte de pie una vez que el orgasmo te consuma, pero no parece importarle y continúa con sus movimientos hasta que arrojás la cabeza hacia atrás para recostarla sobre su pecho tonificado.
Repite una y otra vez las mismas palabras que te dedicó mientras te ayudaba a entrenar:
-Así, muy bien...
Captura tus labios en un apasionado beso -que es más lengua y dientes que otra cosa- e intenta contener su propio orgasmo cuando siente la forma en que gemís contra su boca... Pero es imposible, así que termina manchando tu interior con su semen ardiente mientras sollozás por el placer abrumador.
Sentite con la libertad de siempre mandar un pedido, yo adoro recibirlos! Además recientemente mencioné en un comentario que pensaba mucho en Enzo como personal trainer, así que me encantó tener la oportunidad de escribir sobre eso ♡
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fodanse-gringos · 4 months
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Catalina no tenía pensado ir al cabaret. Su plan era dejar a @highlandsailorcon ese mensaje y reirse en su cuarto mientras piensa en la cara de tonta que se le ha quedado mientras le esperaba. Realmente se la puede imaginar ya, está segura de que se la ha sacado un par de veces, pero aún así le parece una idea graciosísima.
Sabe que Maki trabaja junto a Reigna Young, la otra Regina Young, y no confía en que pueda contener sus ganas de saltarle a la garganta con una precisión mortal si se encuentra con ella. No le importaría rodear su precioso cuello de cisne con las manos y presionar hasta que dejara de respirar… si no fuera porque no es una pelea que esté segura de que vaya a ganar. Regina es una mujer más peligrosa de lo que deja aparentar, o al menos tiene aliados hasta en los rincones más inhóspitos de la sociedad. Incluso el dueño del cabaret, se ha enterado la rubia, es un ex-miembro del Team Rocket que, está segura, no va a dejar que le pase nada a una de «sus» chicas mientras él esté ahí.
Y si no consigue acabar el trabajo, esta vez ella será la presa en la mira de la otra mujer. Nyet, no se puede permitir eso.
Pero por otro lado… no le iría mal hacer trabajo de reconocimiento. Ver la ubicación del local en persona, los horarios de las chicas, las entradas, las salidas… pero lo que acaba de inclinar la balanza es lo divertido que sería. Ir al local en el que se encuentra su adversaria, pasar por debajo de sus narices y que no se dé cuenta. Quien sabe, quizá pueda incluso mandarla una foto de su propia nuca tomada desde el vestuario.
Catalina se muerde el labio. Se levanta del sofá y se va a su habitación.
Hace poco que Alex le gritó por ocupar demasiado espacio en el diminuto armario que comparten entre los tres. Desde que recuperó parte de sus cosas, irónicamente, ha echado más de menos tenerlas, en particular su ropa. Pero está segura de que dentro de una de las bolsas está el vestido que se compró para el entierro del padre de Mihail. Con un cuello de corte Mao y una falda larga y fluida, no solo hacen un buen trabajo escondiendo sus tatuajes, sino también sus curvas.
Lo deja encima de la cama y se mete un momento en el baño. Busca una lata de gomina, la que ha visto usar a Ollie, y se la pone en el pelo para echarselo hacia atrás. Posa unos segundos ante el espejo, se ve guapa con ese peinado… pero quizá en otro momento. Ahora se lo cubre, primero con una redecilla y luego con una peluca pelirroja. No tiene mucho tiempo para estilizarla, pero le gusta como le enmarca la cara. Finalmente, con un poco de base de maquillaje, se tapa la cicatriz de la cara.
Una vez vestida y con las gafas de sol, nadie diría que tiene ante así a Catalina Veloso.
El perro de San Roque no tiene rabo…Murmura para sí mientras sale de la caravana. ...porque un rabino se lo ha cortado. Para en el ultimo momento. Deja el movil apartado para darle un corto y pequeño abrazo a Rokko antes de salir, y le dice a la compañía de taxis que manden a alguien a recogerla.
Una media hora después, la irreconocible figura de la cambiada Catalina aparece ante Malachy. Ni siquiera su forma de caminar es la misma, aunque no es tanto parte del disfraz como que no le gusta demasiado ese vestido.
Buenas noches, рыбка . Le dice con una voz que no parece la suya. Se desliza las gafas por el puente de la nariz y le guiña un ojo.
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tinta-y-cometas · 1 month
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Me quitaba la pena, la tristeza que inundaba mi universo gris y a veces también me quitaba la ropa para poder jugar con mis cráteres, rodear mis agujeros negros con la yema de sus dedos y contar una a una mis constelaciones.
Efimera Lunar Intemporal
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jorgema · 3 months
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Quiero alcanzar el cielo y, desde el azul del firmamento, alzar mi voz a los cuatro vientos, gritando con fuerza y desde lo profundo de mi alma cada uno de mis versos, para que alguno de ellos llegue a ti, mi amor sin nombre, mi bella desconocida. Porque aquí, en esta cruel realidad sin ti, mis brazos anhelan rodear tu cuerpo y mi alma añora fundirse con la tuya.
— Cartas a una hermosa desconocida || @jorgema
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renjugyu · 9 months
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* ˚⁺ resumo: : aparentemente yangyang tem algum problema com a cor vermelha.
* ˚⁺ ͙۪conteúdo: : smut, punh*ta, yangyang meio que tem um fetiche com mãos.
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sente que sua figura sentada na cama, que finalizava os últimos ajustes nas suas unhas recém pintadas de vermelho, é alvo da atenção de yangyang. suas costas ardem com o olhar excessivo, a presença dele, mesmo em uma distância considerável, é intensa. é difícil precisar exatamente o momento em que ele abandonou o jogo em que estava envolvido para se concentrar exclusivamente em você.
"terminou, gatinha?" você escuta o barulho de uma cadeira se arrastando, e em alguns segundos ele aparece na sua frente.
balançando a cabeça afirmativamente, você estende a mão, exibindo suas unhas cuidadosamente feitas diretamente em sua linha de visão.
"mhmm" solta um som pensativo. "você pintou com a minha cor favorita." fala baixinho. os olhos dele cintilam com um brilho suspeito, que você inicialmente não consegue decifrar.
"sim, gostou? cuidado-" alertou quando notou ele erguendo o braço para segurar seu punho, analisando a cor de forma mais detalhista. "a tinta ainda tá secando."
a língua pendeu pra fora, umedecendo os lábios, enquanto os olhos pareciam grudados na sua mão, quase a deixando inquieta pela forma como ele estava fixado. depois de alguns segundos, ele direcionou o olhar para você, adotando uma expressão hesitante, abrindo a boca algumas vezes, porém sem proferir nenhuma palavra.
"não quero que você me ache um pervertido-." começou, mas antes que ele pudesse terminar você o interrompeu.
"como você não fosse um." revirou os olhos, mas mantendo o tom brincalhão na voz.
"err..." um sorriso envergonhado se formou em seus lábios enquanto ele olhava para qualquer coisa, menos para seus olhos. "tá, por favor, não fica com raiva de mim... mas, ah, suas mãos, gatinha." perde a compostura, jogando-se ao seu lado na cama, enterrando o rosto no seu pescoço. a respiração quente dele a acaricia sua pele, causando arrepios.
"o que tem as minhas mãos, yangyang?" questiona, mesmo sabendo a direção em que os pensamentos dele estão se encaminhando.
-
e, de fato, suas suspeitas sobre as verdadeiras intenções dele se concretizaram. e na verdade, agradece que isso tenha acontecido, a atual imagem dele se desmanchando no suas mãos, pré gozo manchando seus dedos, é o suficiente para mandá-la direto para nuvens.
"porra-." arfa, arqueando o tronco para trás, com a respiração pesada. "amo pra caralho suas mãos, gatinha-" abaixa a cabeça, soltando um gemido ao ver seu polegar rodear a glande inchada. a visão o enlouquece, principalmente como a cor vermelha acaba se destacando em meio ao líquido viscoso.
após falar deliberadamente que queria, de uma forma muito urgente suas mãos no pau dele — a excitação que yangyang sentia foi o suficiente para fazer evaporar a hesitação inicial, e após sua confirmação, se desfez da camisa e abaixou o moletom apenas o suficiente para liberar o membro semi duro.
mas após seu olhar fixo no pau dele e o toque inicial, com apenas as pontas dos dedos, sendo intencionalmente provocativo, foi o suficiente para deixá-lo rígido e desesperado por mais.
você para com os movimentos, deixando apenas que sua mão continuasse fazendo uma leve pressão. sobre ele. e não demora muito para seu namorado começar a mexer o quadril em direção ao seu toque, na tentativa de ampliar o contato, de aumentar a sensação de fricção, mas fazendo com um desespero palpável. o barulho molhado que ecoa pelo quarto compete com os barulhos que escapam da boca dele.
ele é naturalmente vocal nesses momentos, deixando escapar sons obscenos, mergulhando no momento como se o resto do mundo não existisse mais.
"uh." revira os olhos, antes de fechá-los com pouco de força. "vou.. vou encher sua mão de porra, posso?"
"vai em frente." encoraja, voltando a traçar movimentos para cima e para baixo na ereção proeminente e com veias latejantes.
com um pouco de urgência em gozar, ele envolve a mão por cima da sua guiando seus movimentos na velocidade desejado por ele. yangyang murmura baixinho xingamentos em meio a uma voz entrecortada.
"vou gozar, porra."
soltando um último gemido longo, ele libera a tensão acumulada em jatos brancos, que disparam em diferentes direções; alguns pingam no seu colo, outros na sua bochecha.
"ah, vou ter que fazer minhas unhas de novo."
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letras-y-melancolia · 30 days
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Mi cuerpo es menudo, soy pequeña de talla, tallas en realidad, con un par de curvas por aquí y por allá, pero es perfecto para cuidar, amar, mimar y reconfortar a mi hombre.
Mi pecho tiene las medidas exactas para que él pueda apoyar su cabeza y descansar, mis brazos delgados tienen la fuerza suficiente para sostener sus temores y para acariciarle con ternura, mi cintura es lo suficientemente pequeña para que me pueda rodear con sus brazos y lo suficientemente grande para soportar la fuerza de sus embestidas, mi trasero tiene el tamaño adecuado para volverlo loco de pasión, también funciona como su juguete de relajación y su almohada favorita, mis piernas tienen los músculos firmes para pararme a su lado, la medida justa para rodearlo y enredarme en él.
Mi cuerpo es perfecto con él...
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largativa55 · 19 days
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Muéstrame
La historia original pertenece a @logansargeantsbabymom
Carlos Sainz x Fem!Reader.
Advertencias: Maldiciones, obscenidades, calentamiento de pene, sobreestimulación, sexo oral, sexo oral, esposas.
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La música en el club suena tan fuerte que no puedes escuchar tus propios pensamientos. Mis caderas se balanceaban al ritmo de la música mientras sentía un brazo alrededor de mi cintura. Al darme vuelta, vi al hombre con el que me había estado entreteniendo toda la noche, Carlos.
"Finalmente, estaba empezando a pensar que me dejaste plantada", me reí entre dientes mientras tomaba con gratitud la bebida alcohólica que me trajo. "Gracias Carlos", sonreí mientras tomaba un sorbo de la bebida.
—¿Y dejarte aquí sola con estos pervertidos? —Carlos se rió entre dientes antes de colocar su mano, que alguna vez estuvo preocupada, en mis caderas—. No me atraparías muerta dejándote aquí sola —la única mano libre que tenía se estiró para rodear su cuello, acercándolo más a mí.
El contacto visual que mantuvimos decía que todo lo que los demás necesitaban saber era: “Puedo verlo en tus ojos, quieres pasar un buen rato”, dijo Carlos lo suficientemente alto por encima de la música para que yo lo escuchara, pero nadie más, inclinándose más cerca de mí, sus labios casi tocando los míos. “Quieres poner tu cuerpo sobre el mío. Está bien, pero no cambies de opinión, no cambies de opinión”.
La distancia entre nosotros es tan peligrosamente pequeña que puedo oler el alcohol en su aliento y me está intoxicando de la mejor manera posible. Puedo ver la mirada de Carlos pasar de mis ojos a mis labios. "Tus ojos dicen por favor, pero tus labios se preocupan por preguntar".
Tengo muchas ganas de besarlo. No sé si es por su mirada, por las palabras que salen de su boca, por lo carnosos que se ven sus labios o por el alcohol que tengo en el organismo.
“No hay necesidad de luchar contra ello cuando sabes que se siente bien. Dices que eres una mujer que sabe lo que le gusta”. La mano que tenía apoyada en mi cadera se movió hacia mi nuca y me acercó más a él, pero solo para besarme la comisura de la boca. Luego comenzó a dejar algunos besos en mi mandíbula antes de susurrarme al oído: “Entonces, muéstrame”.
—Vamos, nena, sé que puedes con ello. No me des la espalda todavía —no podía pensar, Carlos acababa de sacarme mi segundo orgasmo esa noche y mis muslos no habían dejado de temblar desde el primero—. Mi nena, ni siquiera te he probado todavía, acabo de hacerte correr dos veces con mis dedos.
No pensé que fuera posible sacudirme tanto con solo tener dos orgasmos de las manos de alguien, pero Carlos siempre se propuso demostrarme que estaba equivocado.
"Te ves tan bonita ahora mismo, te ves bien para mí así de estirada. Necesito probarla", una mezcla de palabras incoherentes y gemidos se derrama de mis labios mientras sé que Carlos no se detendrá hasta que me saque al menos dos orgasmos más solo con su lengua.
La forma en que Carlos dejaba besos por mi cuello hasta el centro de mi cuerpo era celestial. No tuve tiempo de prepararme mientras lo observaba descender entre mis piernas antes de sentir que su boca atacaba mi clítoris. Un jadeo se escapa de mis labios cuando me sacudo hacia adelante y mis muslos se cierran instintivamente alrededor de su cabeza.
En lugar de abrirme las piernas, Carlos usó ambos brazos y los envolvió alrededor de mis piernas que lo estaban atrapando para asegurarse de que no pudiera detenerse, no es que quisiera hacerlo, antes de comenzar a comerme.
Pasó su lengua por mi raja con largos pasos antes de succionar mi clítoris, estoy bastante segura de que unas cuantas veces sentí su lengua entrar en mí, lo que hizo que mis manos encontraran su lugar en su cabello, empujándolo más abajo, lo que le hizo soltar un profundo gemido, que fue todo lo que hizo falta antes de que mis muslos, que ya lo estaban atrapando, se apretaran mientras mi tercer orgasmo se apoderaba de mi cuerpo.
Carlos lamió mis jugos antes de soltarme las piernas, mirándome con ojos oscuros y llenos de lujuria y un mentón brillante mientras se arrastraba hacia mí y me daba un beso casto en los labios, permitiéndome saborearme a mí misma en él. Sin interrumpir el beso, Carlos comienza a quitarse los pantalones deportivos y los calzoncillos.
—Carlos, por favor, no puedo hacer más ahora mismo —murmuro, rompiendo el beso.
"Shh, está bien. Yo me encargaré de ti. Necesito que te sientes en mi polla, ¿de acuerdo? ¿Puedes hacer eso por mí o realmente quieres parar?" Justo cuando pensé que no podía enamorarme más de Carlos, él saca esta carta.
Presiono mis labios contra los suyos en un beso de pura adoración. “Mmhmm, necesito tu polla Carlos, por favor”.
"Esa es mi buena niña, ven aquí", sus manos callosas encontraron su lugar en mis caderas mientras me tira hacia su regazo, dándole a su polla algunas caricias antes de alinearse con mi entrada permitiéndome hundirme en él.
Carlos es bastante grande, así que tiene paciencia conmigo mientras lo llevo centímetro a centímetro hasta que toca fondo por completo y me permite adaptarme a su tamaño. Justo cuando me sentí lo suficientemente cómoda para empezar a rebotar y levanté las caderas, una de las manos de Carlos que todavía descansaba sobre mis caderas se tensó y me tiró hacia abajo.
—No, nena, te sentarás aquí y hablaremos —sus manos ahora dibujan círculos imaginarios en mis caderas—. ¿Cómo ha ido tu día, linda? Una pequeña sonrisa aparece en su rostro. Bastardo , sabía lo que estaba haciendo y lo estaba disfrutando.
Un gemido escapó de mis labios mientras mi centro ansiaba fricción. En un patético intento de hacer que Carlos se rindiera y me follara, apreté su polla y sonreí para mis adentros mientras escucho un gemido gutural bajo de él.
—Por favor, Carlos, necesito moverme. Necesito sentir que te mueves dentro de mí, necesito e-esto. Por favor, por favor.- Nunca he rogado por nada en mi vida como le estoy rogando a Carlos que mueva su polla dentro de mí. ¿Quién podría culparme? Puedo sentir cada cresta y vena de su polla, comencé a apretarlo tan fuerte que juro que sentí que la sangre seguía fluyendo por sus venas cuando dejé de apretar. Estaba tan absorta en saborear la sensación de su polla enterrada profundamente dentro de mí que ni siquiera noté que Carlos me estaba hablando, al menos hasta que sentí una mano firme en mi mandíbula y otra que me golpeó suavemente la mejilla unas cuantas veces.
—Oh, ¿mi bebé se ha vuelto tonta conmigo? Te estoy haciendo una pregunta, pero apuesto a que lo único en lo que estás pensando es en cómo mi polla está enterrada tan profundamente dentro de ti que si me corriera ahora mismo, te garantizaría que te metería un bebé.- No pude soportarlo más, en contra de mi mejor juicio comencé a mecer mis caderas. Algo en la forma en que Carlos me hablaba como si no tuviera neuronas me hizo algo y estaba decidida a hacer que no solo él se corriera, sino que yo también me corriera por cuarta vez esta noche.
La cabeza de Carlos cayó hacia atrás en pura felicidad mientras las manos que estaban plantadas en mis caderas comenzaron a ayudarme a moverme, no duró mucho ya que Carlos volvió a sus sentidos rápidamente deteniendo mis movimientos. "Ahora, no te dije que podías moverte, ¿verdad?" Silencio . "Te hice una pregunta, cariño. Contéstame o acortaré esta noche". Las palabras escaparon de mi boca, quería responder. Realmente quería, pero no podía formar palabras y eso molestó a Carlos.
—Bueno, tenía planeada una noche divertida para nosotros, pero como no puedes seguir instrucciones simples —Carlos me levantó de sus caderas, dejando escapar un pequeño siseo por la repentina pérdida de contacto—. Creo que mis planes contigo se han desperdiciado —todas las palabras que se me escaparon hace un segundo ahora vuelven a fluir a mí.
—No, por favor, Carlos. Lo siento, seré buena. Te obedeceré. Necesito tu polla, necesito que me hagas correrme otra vez. —Me di cuenta de que mis palabras lo estaban afectando, pero no lo suficiente como para que me perdonara.
—No, no lo creo. Te he dado muchas oportunidades y creo que es apropiado que me mires mientras me doy placer y te dejo tirada. —Mis muslos se tensan al pensar en Carlos haciéndome mirar mientras se toca y eso no pasó desapercibido para él—. Oh, pero te gustaría, ¿verdad? No te habría tomado por una zorra sucia, pero no me quejo.
La amenaza de tocarse mientras observaba incapaz de hacer nada ya no era una amenaza cuando vi a Carlos levantarse de su cama y caminar hacia la mesa de noche, sacando dos pares de esposas negras y esponjosas y dirigiéndose hacia mí mientras abría las esposas.
—Siéntate contra la cabecera —me ordenó, y dejé escapar un chorro de humedad entre mis muslos. Obedecí sabiendo que no debería presionarlo más a menos que quisiera que esta noche terminara de verdad.
Mientras me pongo contra la cabecera, miro intensamente a Carlos mientras agarra mi muñeca y la esposa a la cama antes de subirse a la cama y casi sentarse a horcajadas sobre mí mientras esposa mi otra mano a la cama. Su polla estaba colgando frente a mi cara, así que también en contra de mi mejor criterio le doy un lametón antes de darle un beso. Una vez que las esposas hicieron clic, Carlos agarró mi cara.
“¿Me estás desobedeciendo mientras te estoy castigando? Realmente no quieres que te cuide esta noche. No, no, creo que quieres que te castigue toda la noche hasta la mañana”. Su voz era baja y seductora.
Tiré mi muñeca contra la cabecera de la cama tratando de agarrar su rostro y atraerlo hacia mí para besarlo, pero fue en vano. Observé a Carlos sentarse frente a mí mientras comenzaba a acariciar su pene y a limpiar el líquido preseminal de su cabeza usándolo como lubricante. Marca un ritmo lento mientras mueve sus muñecas, no se está tocando por placer en este momento. No, se está tocando porque sabe que quiero hacerlo pero no puedo debido a este castigo.
Me mordí el labio inferior mientras observaba el ritmo insoportablemente lento de Carlos. No sé por qué me molesta, ya que no es a mí a quien está complaciendo. Pero puede que sea eso, es tan perfecto que no debería tener que ser complacido a un ritmo tan lento, merece ser adorado, tener a alguien a quien pueda usar cuando quiera.
Carlos parecía haber tomado nota de mis pensamientos: “Te está afectando, ¿verdad? ¿Viéndome tocarme tan lentamente, sabiendo que harías lo contrario?”. Un asentimiento fue todo lo que pude hacer. “Necesito tus palabras si quieres que tu castigo termine pronto”.
—Sí, sí, me está matando, Carlos. Quiero tocarte, chuparte, quiero tu semen, lo quiero todo. Quiero todo lo que estés dispuesto a darme. —Es patético, en serio. ¿Por qué es él el único hombre que tiene este efecto en mí? Soy una mujer, por el amor de Dios, debería ser independiente y no perder el tiempo con un hombre, pero algo en Carlos me hizo tirar a la basura todo sentido de feminidad.
Si este hombre me dijera que dejara mi trabajo y me quedara en casa como en los años 50, con mucho gusto dejaría mi trabajo ahora mismo.
"Esa es mi buena chica sucia", mientras Carlos me elogiaba por usar mis palabras, aceleró sus embestidas. Me di cuenta por la forma en que su rostro se contorsionó que estaba cerca. "Cariño, me voy a correr. ¿Dónde lo quieres?" El ritmo de sus embestidas me dijo que no duraría mucho.
“En mi boca necesito saborearte”
Eso fue todo lo que hizo falta antes de que Carlos se pusiera de rodillas y empujara su polla hasta mi garganta, moviendo su polla dentro y fuera de mi garganta. Mientras Carlos seguía follándome la garganta, estaba lo suficientemente cerca como para que apenas pudiera tocarlo, pero lo hice de todos modos. Sus caderas se tambalearon y con un último empujón estaba empujando su polla tan profundamente en mi garganta mientras se corría que mi cabeza se deslizaba hacia un lado de la cabecera, pero me dio más espacio para agarrar sus caderas y empujarlo más profundamente dentro de mi garganta.
Con los muslos temblorosos, Carlos se apartó y se sentó sobre mis muslos mientras me observaba mientras yo tragaba todo su semen como dije que haría. En el momento en que Carlos se sentó, su pene semiflácido rozó suavemente mi clítoris, una ola de euforia me invadió y me corrí. Sin embargo, esta vez fue diferente, me corrí como si hubiera sido la primera vez en mi vida y todo el semen cayó sobre Carlos
"Oh, nena, te espera una larga noche", dijo Carlos mientras lamía todo lo que podía de nuestros estómagos antes de quitarnos las esposas. "Prepárate para no caminar por un tiempo".
Aquí les dejo en enlace de la historia original por si quieren ir a leerla.
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analisword · 7 months
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high infidelity (Enzo Vogrincic x fem Reader)
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Sé que llevan tiempo queriendo un capítulo un poco más tranquilo, así que perdón de antemano TTTTTT ajajjajaja
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Capítulo 11:
Si Alana pudiera pedir una sola cosa en el universo: Esta sería quedarse justo aquí donde estaba. 
No recordaba haber dormido así de bien alguna vez en su vida, el ambiente estaba frío pero una enorme sábana la cubría de cuello a pies, además unos largos brazos le rodeaban la cintura, haciéndola sentir protegida y arropada. 
Los tenues rayos del sol se colaban por la ventana de manera correcta y el olor de la habitación le transmitía paz y seguridad. 
Sí, definitivamente quería pasar el resto del día en esa misma posición. 
—Alana—la voz de Enzo sonó más grave de lo normal, probablemente porque acababa de despertarse, Alana apretó los ojos fuertemente y respondió con un leve gruñido, no le apetecía levantarse—. Lanita—dijo liberando su cintura y agitando levemente sus hombros para después dejarle un suave beso en su mejilla. 
—¿Qué pasa?—preguntó ella suavemente y abriendo los ojos, la imagen que se encontró hizo que su corazón latiera significativamente más rápido, no había una imagen más adorable que Enzo recién levantado, con sus ojos algo hinchados y  su largo cabello despeinado.
—Buenos días—dijo primeramente, Alana sonrió y procedió a peinarle las cejas al chico, pues también se encontraban despeinadas, él hizo una mueca y dirigió su mirada hacía los dedos de Alana para después volver a verla—. Me hablaron de la película, tengo que ir a filmar—respondió apenado y con un leve tono de flojera, se notaba que él también había planeado quedarse en cama todo el día. 
—¿Justo hoy?—preguntó—. Pero si es domingo—exclamó con un puchero para después rodear el cuello de Enzo con sus brazos, nunca se había considerado una persona muy afectiva, sobre todo físicamente, era la queja principal de todos los novios que alguna vez había tenido, Alana detestaba el contacto físico, hasta que conoció a Enzo. 
Ahora no creía poder estar más de 5 minutos sin tocarlo de alguna manera.
—Sí—respondió él hundiendo su cara en el cuello de Alana—. Qué pereza. 
—Pero es domingo, no pueden obligarte a ir—replicó ella, sabía que era mentira, en el medio que Enzo se movía no había descansos, si al director le apetecía filmar en día feriado, tenían que hacerlo. 
—Unas escenas no quedaron bien el viernes y tenemos que volver a grabar—explicó—. Pero bueno, mirá el lado bueno, vas a tener el depa para ti sola, podés hacer lo que quieras, escribir, leer, husmear por mis cajones. 
—Aunque husmear tus cajones suena como el mejor plan para un domingo—dijo Alana riendo—. Tengo que ir con Sebastián—exclamó jugando con la manga de la camisa de Enzo, por primera vez no se sentía extraño mencionar al chico frente a Enzo, después de hoy, Sebastián no sería nada más que alguien de su pasado. 
—¿Querés que te acompañe? Digo, sé que van a necesitar  privacidad para hablar y todo eso, pero me puedo quedar afuera en caso de que me necesités, ahora marco para cancelar la filmación—Enzo sugirió con tono comprensivo, Alana inclinó la cabeza al escuchar el apoyo que le estaba ofreciendo y le regaló una caricia en su mejilla como muestra de agradecimiento. 
—No, no te metas en problemas con el director, estaré bien—dijo sinceramente, claro que no sería sencillo tener que romper con Sebastián, principalmente por la historia que tenían y porque lo apreciaba, pero sabía que era lo mejor para ambos, lo mejor para ella y lo mejor para Enzo. 
—Bueno, igual si necesitas algo no dudes en llamarme, ¿de acuerdo?
—De acuerdo—sonrió—. Enzo, en verdad muchas gracias por haber sido tan comprensivo  y paciente conmigo todo este tiempo, sé que ninguno de nosotros vio esto venir y lamento si…
—Ha valido la pena—dijo él interrumpiéndola,  Alana nunca le terminaría de agradecer por su comprensión, incluso antes de que comenzara a sentir cosas por él, Enzo había sido un gran amigo y soporte durante estos meses que llevaba conociéndolo. 
Alana estiró el cuello y le dejó un rápido beso en los labios, no había tenido la intención de quedarse a dormir en el departamento de Enzo, a decir verdad, ni siquiera recordaba en qué momento se habían quedado dormidos, probablemente después de leer unas cuantas páginas con él de uno de los libros que le había regalado, o quizá después de haberse llenado con los pancakes que le preparó, que ignorando el aspecto, habían estado bastante deliciosos. 
—Será mejor que me vaya de una vez—dijo ella acariciándo el cabello de Enzo, no quería ni siquiera checar su celular, probablemente estaría repleto de mensajes y llamadas perdidas de Sebastián. 
—¿Nos vemos en la noche?—preguntó Enzo.
—Sí, obvio—respondió ella feliz. 
—Bueno, deja te pido el taxi—dijo él al fin saliendo de la cama y apoyando la espalda sobre la pared con el celular en manos. 
—Me estás malacostumbrando—dijo ella, la noche anterior le había contado sobre su travesía por haber ordenado mal su taxi. 
—Qué boba que  sos—dijo él riendo recordando la anécdota, Alana le lanzó una almohada como respuesta, la cual él esquivó con unos reflejo digno de un superhéroe. 
—¿Quieres saber un secreto?—preguntó Alana caminando hacia él, él despegó la mirada de su celular, depositando toda la atención en ella. 
—Obviamente—dijo él sonriendo. 
Alana mordió el interior de su mejilla completamente avergonzada, se había guardado ese secreto por más de 4 años y Enzo sería la primera persona en escucharlo. 
—¿Qué?—preguntó él riendo al notar que ella no decía nada, Alana sintió la sangre subir por sus mejillas y se tapó la cara. 
—Mejor luego te cuento—dijo arrepentida por abrir su bocota, era culpa de Enzo por verse tan adorable en las mañanas y por sus impresionantes reflejos. 
—No, no, ahora me decís—dijo él atrayéndola hacia él tomándola de los glúteos, ella hubiera gemido ante el toque de no haber sido que se encontraba mortificada por lo que estaba a punto de confesar. 
—Eh, bueno Luther, ya sabes, el prota de mi saga…
—Ajá…
—Lo hice inspirado en ti—dijo ella para después taparse la boca.
Enzo frunció el ceño. 
—No te creo—exclamó él sonrojado. 
—¡Sí! Tipo, físicamente lo imaginé como tú. 
—Vos estás jodiéndome. 
—¡Qué no!
—¿Esto es en serio?—preguntó él con voz chillona, Alana soltó una carcajada. 
—Que sí, boludo. 
—¿Boludo?—exclamó él abriendo la boca dramáticamente—. Estás pasando mucho tiempo conmigo. 
—¿Es queja?—preguntó ella volviendo a rodear su cuello. 
—Claro que no—dijo él volviendo a besarla—. Mi personaje favorito inspirado en mí, ¿quién lo diría?
—Te dije que serías perfecto si hacen la peli. 
—Ya decía yo que lo describías muy guapo. 
Mientras Enzo se bañaba para irse a filmar, Alana aprovechó para ponerse sus jeans, los cuales el chico había dejado en la secadora la noche anterior, le gritó desde afuera del baño que el taxi había llegado y Enzo le respondió con un ‘’¡Suerte!’’.
Nunca se había imaginado cómo sería tener que romper con Sebastián, hace unos años, cuando se encontraba profundamente enamorada, creía que él era la persona con la que estaba destinada a pasar el resto de sus días, ahora sabía que esa etapa había terminado y que romper era la decisión correcta, la relación ya estaba destinada a fracasar, con o sin Enzo en el mapa. 
El camino fue tranquilo y bastante rápido, únicamente comenzó a ponerse algo nerviosa hasta que se encontró frente al departamento que había compartido con Sebastián desde que había llegado a España, se detuvo antes de girar la perilla, ¿qué harían después de esto? Sabía a ciencia cierta que Sebastián estaría bien, contrario a Alana, el chico tenía un montón de amigos esparcidos por toda la ciudad. 
Tomó una bocanada profunda de aire y entró al departamento. 
Alana parpadeó varias veces, la sala estaba repleta de arreglos florales, ¿qué mierda? Arrugó la nariz ante el repentino olor a rosas. 
—Llegaste—dijo Sebastián entrando a la sala desde la cocina—. Amor…—exclamó con tono de arrepentimiento, todo parecía indicar que se había dado cuenta del ligero descuido de olvidar el cumpleaños de su novia. 
Se acercó a ella con la intención de abrazarla e incluso besarla, Alana sabía que el chico se encontraba altamente arrepentido, pues no había bombardeado su buzón de mensajes como ella había pensado y no le estaba gritando por no haber llegado a dormir a casa, Alana se separó bruscamente, no permitiendo que él le pusiera un solo dedo encima. 
—Alana, lamento mucho lo de ayer, entre el gimnasio y pendientes con el libro me perdí de qué día estaba, sabes que tu cumpleaños significa mucho para mí—dijo hablando rápidamente, ¿en verdad esa era su excusa? ¿el gimnasio? Alana había faltado a su jodida graduación de maestría por un cumpleaños de Sebastián—. ¿Estás enojada?
—No importa—respondió sinceramente, no importaba ya, veía los ojos azules de Sebastián y lo único que podía sentir era nada, quizá se había sentido algo decepcionada y un poco triste al respecto, pero no había sentido enojo. 
Si no había estado segura que ya no sentía nada por Sebastián, ahora esta situación se lo confirmaba. 
—Oh, ¿de verdad?—preguntó él con tono de desconfianza, Alana cruzó los brazos y asintió—. Ah, bueno, genial, aquí está tu regalo.
Sebastián rebuscó en la bolsa de su pantalón y sacó una tarjeta de regalo de 15 euros para Sephora, Alana la miró fijamente y no la tomó. 
—Es para que te compres tu perfume—carraspeó él, Alana levantó una ceja, no era como si fuera a aceptar el regalo de todas maneras, pero eso ni siquiera alcanzaba para el tamaño de viaje de su perfume favorito. 
—Sebastián, seré directa—dijo ella francamente—. Desde hace tiempo esto no está funcionando.
—¿Las tarjetas de regalo de Sephora? Pero sí  compré hace rato, aún funcionan en la tienda—dijo él inspeccionando el plástico, Alana suspiró ¿qué el chico no tenía más de 2 neuronas?
—No eso, nosotros. Tenemos que terminar—dijo, sintió que un peso enorme se le caía de los hombros.
—¿Qué? Dijiste que no estabas enojada por lo de tu cumple, si quieres podemos ir a comer algo y ya está.
—Es que no es eso, Sebastián, este es precisamente el jodido problema, piensas que las cosas se solucionan fácilmente, pero no es así. Es más profundo que eso, admito que lo de mi cumpleaños fue sólo la gota que derramó el vaso, pero desde hace un buen tiempo tú y yo no estamos bien, míranos, llevamos meses siendo miserables—dijo con tono de cansancio, Sebastián la miraba como si estuviera loca. 
—Alana, tenemos una vida juntos, nos mudamos a otro maldito continente. 
—No creo que eso haya sido una buena idea—dijo ella rascándose la nuca—. Pero ya es demasiado tarde. 
—No, no lo es, ¿quieres volver a México? Lo hacemos  y ya, fue un error pedirte que nos vinieramos a Sevilla, claramente sigues siendo una niña de casa. 
—Sebastián, no soy ninguna niña, soy una mujer completamente capaz, pero si no puedo seguir con algo, es precisamente seguir en esta relación, si es que se le puede llamar así. 
—Es por el sexo, ¿verdad?—preguntó él fastidiado, Alana arrugó la nariz al escucharlo, era cierto que no habían tenido intimidad incluso desde antes que ella conociera a Enzo, pero ese no era el maldito punto. 
—¡Claro que no! No es algo tan superficial como eso, no funcionamos más, no me dejabas escribir, apenas convivimos y sí, olvidaste mi jodido cumpleaños, ¿es esto lo que quieres para ti? Porque yo no. 
—Somos un equipo. 
—Ya no—dijo ella—. Escucha, te agradezco muchísimo, aprendí demasiado de ti y te aprecio, en serio.
—¿Me sigues amando?—preguntó él seriamente, Alana apretó los labios, inspeccionó dentro de su corazón, pero no encontró nada. 
—No—dijo simplemente. 
—Vale, no puedo obligarte a seguir conmigo si no quieres—dijo él limpiándose las lágrimas, Alana lo miró con algo de pena, ni siquiera se había dado cuenta cuándo el chico había comenzado a llorar. 
—¿Necesitas ayuda para empacar?—preguntó él casualmente, Alana lo miró estupefacta. 
—¿Empacar?—preguntó ella arqueando una ceja, él asintió—. Eh…yo pago este departamento de igual forma. 
—El departamento está a mi nombre, no hay nada qué hacer. 
—Eso no es verdad, yo pago más que tú. 
—Lo que pagues no tiene nada qué ver de si está a tu nombre o no—soltó una risa—. Yo firmé el contrato, ¿recuerdas?
Alana hizo memoria, efectivamente, había aceptado que él firmara el contrato a pesar de que la mayor parte de los ingresos de Alana iban dirigidos al mantenimiento y renta del departamento, ¿cómo había podido ser tan idiota?
—La mac se queda, por cierto—dijo Sebastián. 
—Yo la compré—dijo ella ofendida, se referían a la computadora que se encontraba en el estudio de Sebastián, Alana la había comprado con la intención de escribir en ella cuando se mudaron a Sevilla, por supuesto que ese día nunca llegó, Sebastián se había adueñado de la computadora. 
—No esperas romper conmigo y dejarme sin cosas y sin casa, ¿verdad?—preguntó él desafiadamente. 
—¿Y yo qué?
—Tienes una oficina, ¿no? Puedes dormir ahí en lo que encuentras depa. 
Alana no podía creer lo que estaba escuchando, desde un inicio ella había pensado quedarse con el departamento, pero aún así había pensando en darle tiempo a Sebastián para que consiguiera un lugar nuevo, había estado dispuesta a dormir en la sala de ser necesario, ¿y él la mandaba a dormir a una jodida oficina? Claro que dicha oficina no existía y en realidad era la casa de Enzo, también sabía que Enzo no dudaría en ofrecerle asilo en lo que ella conseguía algo, pero de eso no se trataba. 
—¿Sabes qué? Haz lo que quieras—dijo ella caminando furiosamente hacia la habitación, tomó una maleta del closet y comenzó a lanzar su ropa, no podía estar un minuto más en el mismo lugar que Sebastián. 
—Te devuelvo lo del depósito de este mes—dijo él parándose en el marco de la puerta, hace apenas una semana que Alana había pasado la renta de ese mes.
—¿En serio? ¿No lo ocupas para el mantenimiento de la Mac o algo así?—preguntó ella sarcásticamente—. No necesito ese pinche dinero—escupió adentrándose al baño y tomando su plancha del cabello para lanzarla a su maleta.
—No seas orgullosa, me preocupo por ti. 
—Ja, se nota—exclamó. 
La mirada de Sebastián se suavizó un poco, Alana abrió nuevamente la puerta del closet, pero el movimiento brusco hizo que uno de los cinturones de Sebastián cayera y la hebilla le pegara en la frente, ella se llevó la mano rápidamente al lugar del golpe. 
—Mieda—exclamó, el metal le había sacado algo de sangre. 
—Mierda, Alana, ten cuidado—exclamó Sebastián acercándose a ella y tomando su cara entre sus manos para inspeccionar la herida, ella apartó la cara con disgusto, él bajó la mirada y Alana notó como algo cambiaba dentro de él. 
Alana bajó la mirada.
Había olvidado quitarse la sudadera que Enzo le había prestado.
—¿Qué chingados traes puesto?—gritó, Alana tragó saliva y sintió que la sangre se le iba a los pies, ella caminó hacia atrás lentamente y Sebastián la siguió—. Responde mi pinche pregunta, Alana, ¿de quién jodidos es esa sudadera?
—Mía.
—No me quieras ver la cara de idiota, te queda enorme y aún huele a hombre, ¿te acostaste con otro verdad? No has estado escribiendo una mierda, has estado revolcándote como la puta que eres. 
El cuerpo de Alana chocó contra la pared, Sebastián se veía furioso y ella sintió un miedo que nunca había experimentado. 
Nunca lo había visto así, sus fosas nasales se encontraban más grandes de lo normal, en su ojos no había más que puro enojo, el chico estaba incluso temblando de la ira. 
—No me he acostado con nadie—dijo lo primero que se le vino a la mente—. Tranquilízate por favor, vamos a conversar y…
No pudo decir nada más porque inmediatamente sintió el puño de Sebastián estrellarse contra su ojo, Alana cayó de rodillas ante el impacto, el dolor la había sacudido por completo.
—Sebas—murmuró como pudo, oficialmente se encontraba llorando histéricamente, lo cual hacía que su ojo doliera aún más, tenía miedo de despegar las manos de su rostro.
No pudo conseguir decir algo más, pues entonces el pie de Sebastián se estrelló contra sus costillas, haciendo que su cavidad torácica se hundiera y sacara todo el aire, aspiró fuertemente por la nariz pero nada entró.
Sebastián volvió a patearla, no recuerda que más sucedió, pues todo se tornó negro ante la falta de oxígeno. 
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larojauniverse · 3 months
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𝒂𝒃𝒓𝒂𝒛𝒂𝒓
1. tr. Rodear (a alguien) con los brazos en señal de cariño.
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a--z--u--l · 11 months
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Estoy en una etapa de mi vida donde no me quiero rodear de personas que me absorban energía.
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tachinohana · 4 months
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Están cenando en el Koketsu, uno de los restaurantes más exclusivos y caros de toda Trigal, en un ambiente pijo que no es desconocido para Kagami pues comparados a los restaurantes a los que la lleva su madre este aún podría considerarse como medio.
Sin embargo, no está cómoda. Nunca está cómoda del todo cuando están Tarou e Inukai presentes. Sabe que no solo están de su parte si no que están ahí para protegerla y guiarla respectivamente. Pero ambos hombres aún le intimidan mucho. Inukai por su aparencia y seriedad y Tarou por su frialdad y por lo cautelosamente inteligente que se muestra en cada cosa que le dice.
Tampoco debe ayudar que se ha acostumbrado a estar sola con los dos tontos de Gizaru y Kijima, con los que ya tiene familiaridad y con los que no le es nada difícil de hablar.
...Así que Takeuchi piensa que tenemos que aceptar ese trato. Comenta el líder del grupo con su voz cansada y rasposa, dando un trago a su copa antes de dar a su plato medio lleno por finalizado.
Ah... ¿Y... Eso no es peligroso? Tiene delante un suculento corte de Kobe con el que no puede dejar de juguetear. De hecho no es capaz de alzar la mirada hacia ninguno de ellos. Osea, estamos hablando de... De Erre O Ge A...
Es tan peligroso como cualquier otro negocio... Sin embargo, Suelta un largo suspiro. yo no creo que sea una decisión sensata.
¿Eh? Ahora sí que le mira. Tarou pese a tenerla a su cargo, solo suele aparecer para hacer de mensajero, para comunicarle cosas a Kagami que han decidido o Takeuchi o los otros miembros de la junta y que ésta de el visto bueno. Suele explicarle detalladamente de qué se trata y no se va hasta que Kagami no está medianamente convencida de ello.
Dentro de lo que cabe confía en él. Porque lo que ella no sabe es que su trabajo es el de hacer sentir a Kagami relevante dentro del Clan y a la vez segura dentro de este. Así que no suele decirle nada que no sea lo que se le haya cometido que diga.
Personalmente, y si me lo permite Ojou-sama, creo que una alianza con el Kozakura-gumi no nos merece la pena el llegar a molestar al clan Yamaguchi.
¡Pero si odiamos a los Yamagilís! ¡Son nuestros rivales! Rebate, Kijima, con la cara aún llena de granos de arroz.
Eran nuestros rivales. Corrige. Cuando estábamos a su nivel, pero ya nos toca empezar a asumir que no lo estamos.
¡EH! ¡Eso es una ofensa! Gizaru da un puño en la mesa mientras se come la verdura que Kagami ha apartado de su plato.
Silencio. Solo con la mirada, ya ha callado un poco a los dos alboroteadores. El orgullo no nos va a llevar a ningún lado ahora mismo, al contrario, podría ser nuestra ruina. Tenemos que ser realistas... Nuestro poder va aumentando de nuevo y nuestros números no son tan patéticos como meses atrás, podemos estar orgullosos de eso... Mira a Kagami. Pero no nos podemos permitir un paso en falso. Un ataque de los Yamaguchi, ahora mismo, es lo último que necesitamos.
Eso... Eso tiene sentido, claro. Es... Sensato. No es tonta ni inculta, pero cuando habla con Tarou le gusta usar palabras más correctas para que vea que no es una niña. Además, pese a lo nerviosa que está, entiende su punto. ¿Y con lo que puedan aportar los Kozakura no es suficiente?
Los Kozakura son legales en nuestro clan pero no irían por los Yamagilís y menos por nosotros.
Lo único que tienen son compinches en la policía portuaria... Así que son capaces de hacer que se ignoren uh... "Mercancías sospechosas".
Son útiles pero no indispensables. Además, a cambio de eso piden más influencia en Yodogawa, Kita y Chūō... No creo que sea una buena idea rodearnos de ellos y menos dependiendo de lo fuerte que hagamos esa alianza temporal.
Ya veo.. ¿Y cómo... Las haríamos entrar si no es por el puerto? E-Es decir, no es como si pudiéramos rechazar un plan sin aportar otra solución...
Suelta un suspiro y se estira hacia atrás en su asiento. Y no podemos, no... Tengo contactos en Hirano, podríamos rodear por ahí, tengo que acabar de concretarlo... Se inclina hacia adelante, con los codos en la mesa. Pero de momento... Solo quería saber si estabas de acuerdo en rechazar esa idea.
¿Eh? Oh... Vuelve a mirar a su plato, la mirada directa de Tarou la intimida demasiado. S-Sí... Sí claro. Creo que tienes razón, por lo que dices... Prefiero... Traga saliva, asiente lentamente y alza la mirada hacia él pero no la cabeza. Cubrirnos las espaldas primero.
Perfecto. El hombre no muestra ni una sonrisa, ni un gesto de aprobación, así que pese a sus palabras Kagami sigue nerviosa en su asiento.
#rp
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