Tumgik
#¿Qué tal tu semana?
stuckwthem · 8 months
Text
te extraño | enzo vogrincic fluff
summary: tu y enzo tuvieron una discusión antes de que él se fuera a viajar, pero ni siquiera recuerdas por qué.
hola! si quieres, hazme asks para fics con enzo ;)
dedico esta para mis amores de ternurinas <3
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
hace una semana, enzo estaba fuera de casa, rodando en españa. llevaba siete días sin ver a su novio. habían pasado 10.080 minutos sin él, la angustia le oprimía el pecho tan dolorosamente que sólo pensar en volver a verlo la dejaba sin aliento. no era extraño extrañar a su novio, la otra vez llevaban dos meses sin verse, pero esta vez la sensación de nostalgia era diferente, porque hacía exactamente ocho días habían tenido una discusión que acabó con enzo yéndose sin despedirse. cosa que nunca ocurrió. 
inevitablemente, volvieron a hablarse a través de mensajes. un aviso de que había llegado y alguna que otra conversación para comprobar que todo iba bien, pero nada muy natural, todo seguía pareciendo tenso. y lo más cómico era que al menos recordaba lo que habían discutido. 
ahora se encontraba en el sofá, mordiéndose las uñas, ansiosa por saber cómo sería cuando él volviera, ¿cómo se disculparía? ¿cómo se justificaría? no tenía ni idea. probablemente debería haber empezado. algún comentario insinuante, alguna sospecha estúpida, algo que nunca debería haber ocurrido, pero ahora era demasiado tarde. enzo había dicho que volvería al día siguiente, y desde entonces se había estado devanando los sesos intentando planear algo bonito, un poco romántico, una rendición. ¿quizás una cena? ¿un regalo? ¿qué haría si él parecía tan molesto?
su mente iba a demasiados sitios, a demasiadas situaciones, invocaba paranoias que empezaban a deprimirla aún un poco. ¿y si estaba cansado de la relación? ¿y si lo de iros a vivir juntos había sido una decisión precipitada? ¿y si puso fin a las cosas cuando regresó? sería horrible perderle. no volver a despertar a su lado probablemente te sumiría en un horrible estado de desesperación. sólo pensarlo te daban ganas de vomitar. aunque suene dramático, es la verdad.
uma y ada, las bellotas peludas, estaban en una disputa incansable sobre su regazo, como si se dieran cuenta de lo preocupada que estaba, y como fieles escuderas, la rodeaban y ronroneaban como si quisieran responderle cuando empezaba a murmurar para sí misma.
"oh, chicas, ¿cómo puedo ser tan idiota?", un suspiro cansado salió de sus labios mientras acariciaba el pelaje de uma, que maulló en respuesta. quizás tenía razón. 
incluso pensó en enviarle un mensaje a matías y preguntarle cómo estaba enzo, tal vez personalmente sus nervios podrían ser muy diferentes ahora. tal vez matí le daría una pista sobre qué hacer, después de todo, eran amigos íntimos. pero temía ser demasiado invasiva. sólo sabía que tenía que encontrar la manera, pero se le escapaban todas las palabras. cena en casa, algo íntimo y su postre favorito, decidió finalmente. algo íntimo, tal vez una botella de vino y podrían hablar de lo que fuera que estuviera mal. enzo siempre sabía hablar, era fácil hablar de sentimientos con él, ¿no? pero al mismo tiempo, temía que enzo lo interpretara como un intento de compensarlo. no quería parecer desesperada, pero no podía ignorar el hecho de que había que decir algo.
finalmente se levantó, decidiendo revisar la heladera y ver qué podía preparar para el día siguiente, pero faltaban muchas cosas, por lo que un viaje al mercado sería su distracción para la tarde. sin pensarlo mucho, se puso las zapatillas y se echó un jersey por encima, demasiado inerte en sus pensamientos como para preocuparse por su aspecto. y justo cuando estaba frente a la puerta, el picaporte se movió. su cuerpo se congeló, una reacción de miedo. alguien intentaba entrar en el piso, por el amor de dios. cogió rápidamente una cuchara de madera de la cocina y observó a quienquiera que fuese a través de la mirilla. y entonces sus piernas flaquearon un momento. 
"¡enzo!", exclamó eufórica, abriendo la puerta a velocidad récord. una sonrisa se dibujó en su rostro al ver de nuevo a su novio, y cuando abrió la puerta del todo, allí estaba él, con sus inseparables joggers negros y el pelo detrás de las orejas, tan precioso. tan hermoso, con una sonrisa en la cara tan grande como la suya.
enzo tenía una expresión que mezclaba sorpresa y alivio. sus ojos se encontraron con los suyos y, por un momento, lo único que pareció importar fue que volvían a estar juntos. sin pensarlo, sus piernas rodearon su cintura, y enseguida, las manos de enzo la sujetaron por los muslos. manteniéndola firme y tan cerca como pudo de su pecho.
"no pude resistirme. tenía que volver antes", confesó, con la voz tan dolida como sentía su corazón. pareció vacilar un momento antes de continuar. "te extraño tanto, gorda".
sus labios se encontraron con los de él tan vorazmente que era imposible saber quién había empezado el beso. sentir la suave y caliente boca de enzo contra la tuya después de tanto tiempo era como entrar en un oasis privado, que restauraba cada pequeña parte de ti y hacía que todo lo demás, tu entorno, el mundo, tus problemas, todo desapareciera. en un instante, todas las preocupaciones e inseguridades parecían extinguirse, sustituidas por la felicidad de tener a enzo de vuelta en casa. era adictivo e insaciable besarle, sentir su lengua bailar suavemente bajo la suya mientras sus manos recorrían su espalda. ahora sentía las piernas como gelatina, todo su cuerpo reducido a nada más que una sensación cálida y líquida. sentir el calor de su piel mientras sus manos recorren su nuca y luego bajo la tela de sus hombros, sentir la contracción de los músculos de su espalda. es casi una experiencia religiosa.
"lo... lo siento, estaba preocupadísima..." te apresuras a decir cuando se rompe el beso, porque desgraciadamente aún hacía falta oxígeno, pero enseguida te interrumpe enzo, que apoya su frente contra la tuya. de repente, te das cuenta de que sigues en medio del pasillo del edificio.
"lo sé, cariño. lo sé", murmura contra tus labios, abrazando tu cuerpo con tanta ternura, como si pudiera romperse en mil pedazos si te soltara. tal vez lo haría.
así que enzo la colocó suavemente sobre su regazo, cogió su mochila y entró en el piso, sin la menor intención de soltarla. ahora que había vuelto, sería difícil escaparse al menos tres días seguidos. empuja la puerta del piso con el pie y, sin perder tiempo, la coloca bajo el brazo del sofá, dejando caer la mochila en cualquier rincón, para poder por fin sujetarle la cara con ambas manos, estirando desde los pulgares bajo la mandíbula hasta las puntas de los dedos en las sienes. la rodilla de enzo golpea contra su muslo e, instintivamente, hace espacio entre sus piernas para que él quede entre ellas. pasa un rato acariciando tus mejillas, sus ojos apreciando cada marca de tu cara que conoce tan bien, que incluso si cerrara los ojos podría nombrar cada una. sus ojos tienen un brillo familiar e intenso que te envuelve por completo, haciendo imposible estar fuera de esa burbuja construida alrededor de los dos. de nuevo, saboreas su beso cuando se inclina para besarte, disfrutando de cada detalle, de la textura, de su olor familiar y agradable, de la cercanía, de las pequeñas interrupciones en su respiración, de los pequeños suspiros. se disfruta cada bendito segundo. enzo la besa como si estuviera hambriento. como si contara cada segundo desde que salió por la puerta.
"ni siquiera recuerdo por qué nos peleábamos", dice entre bocanadas de aire. sigue con los ojos cerrados, pero se le nota que está sonriendo. qué cabrón. "¿te acuerdas?"
"no tengo ni idea", es todo lo que puedes responder. toda la expectación de todo el día, toda la preocupación y el miedo se olvidan y quedan enterrados en ese momento. la idea de estar separados está ahora muy, muy lejos de tu mente. "creía que estabas enojado conmigo"
"creía que tu estabas enojada conmigo", admite, con énfasis. una risa al unísono es compartida, la confusión se convierte en una broma tonta.
su presencia desborda júbilo, su corazón como una fuente de amor, acompañado de inquietas mariposas en la boca del estómago. esa sensación nunca desaparecería. nunca sabría lo que sería no amarle. la sensación de estar con él era algo completamente indescriptible, incluso las luces parecían más cálidas, los colores más vibrantes. como volver a estar en órbita.
"y sólo quiero que sepas que, pasase lo que pasase antes, ahora estoy aquí, y no quiero estar ni un minuto más lejos de ti". con la más pura sinceridad, declara enzo, cogiéndole la mandíbula e inclinándola para que le mire. para asegurarse.
le dan ganas de tragárselo. es algo extraño, pero está creciendo dentro de ti. no quieres perder ni un segundo enfadándote por estupideces.
las bellotas peludas, uma y ada, que observaban la escena con curiosidad, se acercaron y empezaron a frotarse contra las piernas de enzo, como si le dieran la bienvenida. enzo volvió a reír y se inclinó para acariciarlas.
"vosotras también me extrañában, ¿no?", bromea con las gatas, con un tono de voz como si hablara con bebés.
sonríe ante la interacción, dejando que se aleje un momento, sabiendo que ellas le extrañaban tanto como tú. miras el piso por encima del hombro de enzo y te das cuenta de que, cuando él no está, es una casa más. su mera existencia convertiría cualquier lugar en un hogar. dios, cómo le extrañaba.
"pensaba hacer una cena especial mañana, pero ahora... creo que ya hemos empezado a celebrarlo, ¿no?" dices, sintiendo que tu cara se ruboriza al recordar su estado. no esperabas que llegara tan pronto, desearías haber hecho algo para darle la bienvenida. debía de estar muerto de hambre. y a ti también te gustaría estar más presentable, pero a él no parece importarle.
enzo asintió, todavía con una sonrisa radiante, volviendo a centrar su atención en ti. "por supuesto. me encantaría que me hicieras la cena, pero por ahora creo que necesito quedarme aquí, cerca". te acerca y apoya tu cabeza contra su pecho. "ya no te preocupes, ¿vale? sólo nosotros dos, las gatas y este momento".
te ríes, asintiendo, y él se inclina para besarte la nariz. 
"te quiero, chiquita".
780 notes · View notes
deepinsideyourbeing · 4 months
Text
No te alejes tanto de mí - Enzo Vogrincic
Tumblr media Tumblr media
+18! Dom!Enzo. (Alusión a) Breeding kink, creampie, dirty talk, dry humping, face slapping, fingering, sexo oral, sexo sin protección, edades no especificadas. Uso de español rioplatense (y mucho diálogo otra vez).
El departamento que compartís con Enzo es, sin lugar a dudas, el lugar más tranquilo que conociste en tu vida. La armonía y serenidad son pilares fundamentales en su relación, así como la buena comunicación, y esto se ve reflejado en el espacio que ambos llaman hogar.
Enzo es silencio y calma y durante la madrugada se desliza fuera de la cama sin despertarte, siempre cierra las puertas con delicadeza y sus movimientos a tu alrededor son protectores. Siempre sabe qué decir y qué no, qué hacer y qué no, también sabe cuándo acompañarte y cuándo darte espacio, y vos podés presumir de saber hacer lo mismo por él.
La vida con Enzo es estar en constante sintonía, dos cuerpos y mentes diferentes siempre en la misma órbita.
O eso creías...
Las peleas comenzaron hace semanas, volviéndose cada vez más frecuentes y alejándolos de lo que solían ser. Enzo no parece comprender cuánto te hiere sentir que se distanció y jura que tal cosa no sucedió, pero luego prueba que tus palabras son ciertas cuando un pequeño desacuerdo provoca que se aísle y no deja lugar para una conversación sobre lo ocurrido.
Normalmente es fácil de ignorar cuando se trata de nimiedades como los platos sucios, ropa sin lavar o la cama deshecha, pero con todas esas pequeñas faltas acumuladas fue difícil contenerte cuando remarcó de la peor manera tu falta de cuidado con la maqueta de su actual proyecto.
-Si ordenás un poco entonces no me voy a chocar tus cosas cada vez que entre...- contestaste, arrojando sobre su escritorio un trozo de la maqueta.
-¿Qué tengo que ordenar? Si nunca estoy, el desorden es tuyo.
Fingió no notar tu expresión, una nueva costumbre suya para evitar disculparse o hacerse cargo de algo. El que te culpara del caos no fue la principal causa de tu disgusto, no... Te molestó que reconociera no estar lo suficiente en su propio hogar, recordar que en lugar de pasar unos días a tu lado escogiera marcharse a Bariloche con un amigo y que al regresar pasara horas encerrado.
Abandonaste la pequeña habitación donde organizó su oficina y pronto sus pasos sonaron a tus espaldas junto con su voz que no dejaba de pedir tu ayuda. Cerraste la puerta con fuerza y te sentaste sobre la cama, furiosa, percibiendo cómo la ira crecía y consumía tus entrañas.
Cuando Enzo abrió la puerta te dedicó una mueca de disgusto que pretendía comunicar algo, pero si alguna vez logró hablarte sólo con la mirada eso ahora parecía ser un recuerdo lejano que decidiste ignorar. Permaneciste en la misma posición, tus brazos y piernas cruzados, inconscientemente mostrando rechazo mientras él te observaba.
-Ayudame- arqueaste una ceja-. Vos lo rompiste.
-¿Qué somos? ¿Unos nenes chiquitos…?
-Parece que sí, porque si fueras un adulto responsable te disculparías y me ayudarías.
Soltaste una risa de frustración y apretaste los labios esperando así poder contener la ira y todas las palabras que deseaban escapar de tu boca, pero cuando te señaló con un dedo acusador tus deseos de mantener la calma se evaporaron. Haciendo alarde de su excelente comportamiento comenzó a enumerar las recientes faltas que tuviste con él.
La diplomacia pareció extinguirse cuando lo interrumpiste.
-Andá a cagar.
-¿Cómo…?
-¿Ahora además de ser tremendo fantasma también sos sordo, pelotudo?
-Fijate cómo me hablás porque yo jamás te traté así- señaló-. No sé qué mierda te pasa.
-¿A mí? ¿Vos no sabés lo que me pasa a mí?- gritaste, poniéndote de pie para acercarte a él-. ¿Y no se te ocurrió preguntarme? Porque por ahí tiene que ver con que no me hablás, no me mirás, no me cogés, no me preguntas ni cómo estoy.
-No podés estar así porque no cogimos en unos días.
Tu expresión podría haberse catalogado como un poema o como el relato más aterrador. Retrocediste un par de pasos, confundida y levemente aturdida por su capacidad de desentenderse de tal manera de la situación, esperando ver en su rostro un algo.
Pero sus labios no temblaban como solían hacerlo cuando contenía la risa y sus cejas no se curvaron en ese particular ángulo que adoptaban cuando esperaba ver tu reacción luego de contarte uno de sus pésimos chistes o anécdotas.
-Tomátelas.
-¿Eh?
-¡Tomátelas! No te quiero ver.
-No me podés echar de mi casa.
-Ah…- mordiste tu lengua-. Tenés razón, como es tu casa me voy yo.
Intentaste huir de la habitación pero él fue más rápido y lo impidió tomándote del brazo.
-Yo no dije eso- intentaste zafarte de su agarre pero no lo permitió-. Esta es tu casa, vos vivís acá también.
-Pero parece que vos no- reclamaste-. Soltame, Enzo.
-No, tenemos que hablar.
-¿Ahora querés hablar?
Su expresión pareció volverse más dura y juraste ver una arruga que antes no estaba allí.
-No podemos estar así.
-Yo no puedo estar así. Vos estás perfecto.
-¿Por qué todo es mi culpa?- gritó con voz entrecortada, soltándote de manera brusca-. Vos nunca hacés nada, ¿no? Siempre soy yo el responsable.
-Y sí papito, si…
El diminutivo y tu tono colmaron su paciencia.
-Cerrá el orto- se alejó de tu figura como si estar en tu presencia quemara-. Querías que me vaya, ¿eso querías?
-Sí.
-Perfecto entonces- abrió la puerta-. Porque me voy a ir bien a la mierda para no tener que verte.
Arrancaste tu anillo de compromiso de tu dedo y lo arrojaste a sus espaldas con la esperanza de golpearlo, pero –y luego agradeciste por ello- fue la puerta ya cerrada la que recibió el impacto y Enzo se marchó, completamente ajeno a tus acciones. Ignoraste las lágrimas que rodaron por tus mejillas cuando corriste para recoger la alianza.
Una hora más tarde notaste que olvidó su teléfono y su billetera, también sus llaves y el abrigo que lo habría protegido de las bajas temperaturas o el viento nocturno. Te preguntaste si estaría refugiándose en algún sitio con calefacción y por un breve instante consideraste buscarlo en el estacionamiento del edificio, pero descartaste la idea por puro orgullo.
-La concha de mi madre…- decís entre dientes.
Tus dedos están adheridos por el pegamento y tirar para despegarlos duele. Llevás un largo rato intentando reparar algunas partes de la maqueta y parece ser una tarea imposible: suspirás, te quejás, golpeás tu frente frustrada y ansiosa, pero continuás tu misión de unir los restos para evitar que tus manos vuelvan a jugar con el anillo en tu dedo. La mesa es un completo desastre.
Y Enzo aún no regresa.
Dejás caer tus hombros luego de ver el reloj, sin saber si es peor sentirte derrotada o sentir que te rendís. Reprimís todos esos pensamientos horribles y sin sentido que corren por tu mente y chocan con los muros de tu parte lógica y racional: se fue, está con alguien más, ya no va a volver, tuvo un accidente, lo acorralaron en La Rambla, se perdió caminando por ahí…
Desbloqueás tu teléfono esperando encontrar algún mensaje o llamadas perdidas y mantenés el suyo cerca sólo por si acaso, decepcionada cuando ambos permanecen en completo silencio. Tu oído escoge centrarse en el tictac del reloj y el sonido del adorno que golpea la puerta del balcón cada vez que el viento sopla. Siempre temés que esos pequeños golpes destrocen el cristal.
Y es que siempre son pequeñas las cosas que desatan el caos: la grieta que apareció mágicamente en tu taza, el pequeño agujero que terminó por deshacer el suéter favorito de Enzo, la alarma que postergaste estando aún dormida y lo hizo perder un vuelo, la comida quemada que intentó solucionar ordenando pizza, el abrazo que no correspondiste cuando regresó de los premios Goya, su falta de entusiasmo ante la usual noche de películas…
Evitás preguntarte qué sucederá porque la respuesta que ronda tu cabeza hace que tu respiración se entrecorte y te asfixia. No querés ser extremista, no sos una persona que se dé por vencida así como así y una pelea –incluso esta pelea, probablemente la peor que recordás haber tenido con Enzo- no te parece motivo para arrojar todo por la borda, pero… Las relaciones son de a dos, ¿no? Y no tenés idea de qué pensará o cuáles son los planes del otro lado.
Maldecís por lo bajo y esta vez es sin saber el motivo.
-No hace falta que lo arregles- dice una voz a tus espaldas-. Los materiales son una cagada.
Una sensación similar al pánico te recorre y volteás a verlo.
-Volviste.
Su rostro se tiñe de dolor y vergüenza por una fracción de segundo.
-¿Cómo no voy a volver?
-Dijiste…
-Ya sé lo que dije- se arrodilla a tu lado y toma tu mano-. No era verdad.
-Estás helado.
-Hace frío. Mucho.
-¿Querés un té?- intentás ponerte de pie y te detiene-. No cociné, pero si querés…
-Quiero que hablemos.
Suspirás.
-Sí, tenemos que hablar.
-¿Qué está pasando? Nosotros no somos así.
Limpiás las lágrimas que nublan tu vista y él se deja caer sobre las cerámicas frías, aún sosteniendo tu mano entre sus dedos y acariciando tus nudillos con su pulgar en un intento de ofrecerte un poco de consuelo. Espera pacientemente mientras te recuperás para poder contestar.
-Los últimos meses fueron muy raros.
-Es mi culpa- lamenta-. No sé cómo manejar… nada, todo, esto que está pasando.
-Y yo no sirvo como apoyo.
-No, no digas eso- toma tu mentón-. Siempre estás para mí, me cuidás y me ayudás en todo... Pero creo que desde hace un tiempo no estoy tan presente como debería y no es recíproco.
-No entiendo por qué- descansás tu rostro sobre tu mano-. Creo que, no sé…, por ahí ahora que anduviste por todos lados ya estás cansado de mí.
-Nunca.
-Pero…
-Jamás me cansaría de vos.
-¿Y por qué hacés de todo menos estar conmigo?
-Tengo miedo de arruinar las cosas- contesta con simpleza-. Tengo miedo de todo lo que está pasando y tengo miedo de arrastrarte conmigo cuando… ¿Y si me olvido de mí?
-Eso es imposible.
-Ya no estoy tan seguro.
-Yo sí- lo obligás a mirarte-. Creo que te conozco lo suficiente para saberlo.
Permanecen en silencio unos momentos y sus ojos jamás dejan los tuyos.
-Perdón- susurra-. Sé que hay mucho de qué hablar, pero…
-Yo también estoy cansada… Vamos a la cama y mañana temprano vemos.
-Lo vamos a solucionar.
-Sé que sí- y dejás salir una risa nerviosa-. Pero hoy no estaba muy segura.
-Me hubiera gustado tener esa discusión antes.
-¿Por qué?
Su mirada oscura es terriblemente sincera, muy Enzo.
-Porque cuando me fui me di cuenta de cuánto te extrañaba.
Cuando tomás su rostro entre tus manos para poder besar su frente él busca tus labios. Te besa lenta y suavemente, pero es incapaz de ocultar la desesperación que guía sus acciones y pronto deja de lado los delicados roces para invadir tu boca con su lengua, robándote la respiración y  aferrándose a tus muslos con sus manos.
-Extrañaba tus besos- decís cuando te regala unos segundos para respirar-. Te extrañaba.
 -Me tenés acá, ahora y para siempre.
Acariciás su cabello y él te observa desde su posición sobre sus rodillas, sus manos aún en tus piernas y sus pulgares dibujando figuras sobre tu pantalón. Te sonríe y la imagen te toma por sorpresa, pero también te sorprende el significado oculto en su expresión y la facilidad con la que puede hacerte saber lo que quiere.
-¿No te duelen las rodillas?- suelta una carcajada y lo ayudás a ponerse de pie-. Dale, vamos.
La distancia desde la cocina hasta la habitación es interminable ahora que ambos desean llegar cuanto antes. Atraviesan el oscuro corredor tomados de la mano y cuando llegan a la habitación Enzo toma asiento en la cama, te posiciona entre sus piernas y abraza tu cintura con fuerza para poder admirarte; deposita besos sobre tu abdomen y entre tus pechos, frustrado por tu ropa interponiéndose entre sus labios y tu piel.
Cuando sus dedos se deslizan debajo de tu camiseta suspirás y arrojás la cabeza hacia atrás, abrumada por la intensidad del contacto y por el rastro de fuego que sus manos dibujan en tu cuerpo. Te ayuda a desvestirte y en cuestión de milisegundos sus labios capturan tu pezón izquierdo, succionando y permitiendo también que sus dientes y lengua jueguen con vos.
Tu creciente desesperación te lleva a abrazarlo en busca de más contacto y cuando sentís sus gemidos contra tu piel tus dedos se dirigen por cuenta propia hacia su cabello. Sus párpados se cierran en contra de su voluntad cuando tus manos hacen arder su cuero cabelludo, sensación que no hace más que empeorar la erección que oculta su pantalón.
Se separa de tu pecho luego de morderte con la fuerza suficiente para hacerte gritar y te despoja del resto de ropa que te cubre, asegurándose de no romper ninguna prenda con sus movimientos rápidos y ansiosos. Se arroja sobre las almohadas y te deja sobre su muslo, complacido por ver tus mejillas enrojecidas ante la implicación de la posición.
-Te hace falta una buena cogida, ¿no?
-¿Y de quién es la culpa?
Te toma por el cuello para acercarte a su rostro.
-Fijate bien lo que me decís- pellizca tu pezón y el dolor te hace gemir-. Y lo que hacés.
Comenzás a rozarte sobre su pierna, muy consciente del significado de sus palabras y la amenaza que las adorna, tus manos en su pecho en busca de estabilidad y tus ojos sobre los suyos. Toma tu cadera para guiar tus movimientos, dolorosamente lentos, y no deja espacio alguno entre tu centro y sus jeans que comienzan a mancharse con tus fluidos.
El cosquilleo entre tus piernas y el dolor de sus uñas marcando tu cadera es suficiente para orillarte hacia tu orgasmo en cuestión de minutos. Cerrás los ojos, masajeando tus pechos tal como él suele hacerlo, pero no es suficiente y cuando comprendés que necesitás de sus manos un patético sollozo deja tus labios.
-¿Qué pasa bebé? No podés solita, ¿no?
-Quiero…
-¿Qué querés? Decime y yo te lo doy.
-A vos.
Enzo no puede hacer más que contemplar la imagen frente a sí, tu delicado cuerpo rindiéndose nuevamente bajo sus manos y tus dientes torturando tus labios mientras su mirada te recorre. Hace unos días sólo podía soñar con tenerte de esta manera y complacerte, así que ahora se pregunta cuánto tendrá que contenerse para que el momento no acabe demasiado rápido y cuánto tardarás en suplicarle que se detenga o en caer agotada entre sus brazos.
-Entonces ya sabés lo que tenés que hacer.
En pocos segundos abandonás su regazo y te recostás entre sus piernas, esperando su confirmación para poder tocarlo y prácticamente arrancando la ropa de su cuerpo cuando la obtenés. Ya está duro, muy duro, su punta brilla con las gotas de líquido preseminal que de allí brotan y las venas que recorren su extensión parecen pedir tu atención a gritos.
Comenzás a masturbarlo lentamente e intentás seguir el ritmo con el que movía tu cuerpo sobre el suyo, tu pulgar acaricia su punta y cuando lo separás de esta podés apreciar el hilo traslúcido que brilla con la luz. Te llevás el dedo a la boca y gemís cuando sentís su sabor en tu lengua, calmándote y a la vez haciendo que lo desees todavía más.
Dejás besos húmedos sobre su miembro y sus gemidos sólo empeoran la situación entre tus piernas. Cuando tus labios se cierran sobre la punta sentís su cuerpo tensarse, sus párpados se cierran por un breve instante y sus dedos acarician la comisura de tus labios, que se estiran a más no poder para recibirlo en tu boca.
-Qué linda que sos cuando me la chupás.
Sus palabras te resultan tan humillantes como excitantes y por un segundo considerás deslizar una mano bajo tu cuerpo para calmar tu necesidad. Tu saliva mancha tu piel, tus dedos y corre bañando todo su miembro antes de deslizarse entre sus piernas y caer sobre las sábanas, pero aún así te es difícil tomar más que la mitad.
Tu frustración crece minuto a minuto pero para Enzo, que sabe cuánto te cuesta, la imagen es una bendición… Y también una tortura, por lo que no encuentra más solución que tirar de tu cabello para alejarte de su cuerpo y evitar un muy necesitado orgasmo.
-Ya está, ya está- responde a tus quejas-. Lo hiciste muy bien, pero…
-¿Pero?
-Me toca a mí.
Te arroja sobre el colchón para luego posicionarse sobre tu cuerpo y acorralarte, su intensa mirada de pupilas dilatadas haciéndote sentir como una presa. En su camino hacia tu centro su aliento golpea tu mejilla, tu mandíbula, tu cuello sensible y tus clavículas, pero él sólo piensa en una cosa y cuando separa tus piernas se dedica a apreciar tus pliegues y entrada brillantes.
Te acaricia de manera superficial y cuando te retorcés rodea tu cadera con un brazo para inmovilizarte. Su pulgar presiona sobre tu entrada, que gotea lo suficiente para manchar las sábanas, juega con la piel que la rodea y sólo se dirige hacia tu clítoris después de ver que te contraés desesperadamente en torno a la nada misma. Se muerde los labios, impaciente.
Suspirás cuando sentís su ataque y los círculos que su dígito traza con una lentitud insoportable, deteniéndose de cuando en cuando para acariciar también tus pliegues húmedos y tantear tu entrada con la intención de provocarte todavía más. Gemís su nombre una y otra vez para tentarlo y suplicás por más, pero te ignora y prolonga sus tortuosas acciones otro rato.
Dirige un dedo a tu entrada y lo introduce con delicadeza, siempre atento a la reacción de tu cuerpo: tus paredes no oponen resistencia y el placer cuando curva su dedo para acariciar tu punto dulce se intensifica gracias a su lengua deslizándose sobre tu clítoris. Un gemido casi animal deja tu garganta y ante esto él decide acelerar sus movimientos.
-¿Así te gusta?- pregunta cuando gemís aún más fuerte, como si la respuesta no fuera obvia. Aprovecha tu estado y tu abundante excitación para deslizar otro dedo, haciéndote sisear por el repentino ardor que trae consigo la dilatación-. ¿Qué pasa, no aguantás ni dos dedos?
Cubrís tu rostro ardiente con una mano y evitás hacer comentarios sobre quién es el responsable de tu estado actual; no recordás cuándo fue la última vez que jugó con tu cuerpo y tu forma de tolerar su ausencia fueron tus propios dedos, más delgados y cortos que los suyos e inútiles cuando se trataba de obtener placer.
-Más.
-¿Más...?- y succiona tu clítoris con fuerza para oírte gritar.
Enzo conoce tu cuerpo mejor que nadie y sabe exactamente qué hacer para volverte loca. Los movimientos de su lengua no se detienen y las formas que esta dibuja hacen que tus manos tiren de su cabello, arruguen las sábanas y masajeen tus pechos, aferrándose con desesperación a cualquier objeto que se interponga en su camino.
Sus dedos no dejan de abusar de tu sensibilidad y la combinación de sensaciones, que parece ser muchísimo más intensa gracias a las semanas sin contacto, comienza a ser casi demasiado para tu cuerpo. Te llevás una mano a la boca y cuando tu orgasmo te golpea mordés tus nudillos desmedidamente, ahogando tus gemidos y los gritos que amenazan con irritar tu garganta.
Te lleva unos minutos regular tu respiración y dejar de temblar, minutos que transcurren con sus dedos aún enterrados en las profundidades de tu cuerpo mientras sus labios bañan tu centro y el interior de tus muslos con besos y alguna que otra pequeña marca producto de sus dientes. Bajo tu atenta mirada desliza sus dedos entre sus labios para no desperdiciar los restos de tu esencia.
Abandona la cama para deshacerse del resto de su ropa y cuando regresa vuelve a posicionarse sobre tu cuerpo para atacar tu boca con un beso hambriento. Tus piernas abrazan su cadera y cuando sentís su miembro caliente golpeándote no podés evitar gemir contra su lengua, tu mano buscándolo para poder masajearlo antes de guiarlo hacia tu entrada. Su punta te quema.
Toma tu rostro y te obliga a mirarlo.
-¿Querés que te la meta?
-Por favor.
Te quejás cuando comienza a penetrarte y aunque tus ojos arden jamás rompés el contacto visual. Enzo te distrae tirando de tu labio inferior con su pulgar y antes de notarlo estás succionando el dígito, con el cual parece imitar los movimientos de su cadera.
-Estás muy apretada.
-Es…- te interrumpís con un grito cuando introduce otro par de centímetros de manera súbita. Su pulgar manchado con tu saliva acaricia tu mejilla para calmarte-. No puedo.
-Sí, sí podés.
Sus labios abrazan los tuyos mientras realiza movimientos suaves y calculados que convierten tus quejas en gemidos y provocan que tus paredes se contraigan sobre su miembro. Suspira cuando por fin logra introducirse por completo en tu interior y besa tu cuello, tu perfume embriagador nublando sus sentidos y tus pequeños gemidos tentándolo a moverse.
Tus manos aferrándose a sus hombros son la única confirmación que necesita: te golpea con fuerza y tu grito es una mezcla de sorpresa y placer por el repentino ataque, el cual repite hasta convertirlo en un ritmo constante que resuena en toda la habitación y llena tus oídos. Sacude tu cuerpo con cada embestida y lo único que podés hacer es aceptar el placer, completamente a su merced.
Luego de una estocada particularmente profunda tus uñas se clavan en su piel y Enzo sólo lo sabe. Descansa su peso sobre sus piernas y sus manos en la parte posterior de tus muslos ejercen presión hasta que tus rodillas rozan tus pechos, el ángulo permitiéndole llegar hasta ese punto para abusar del mismo y convertirte en un completo e incoherente desastre.
Gritás su nombre y las palabras que le dedicás entre tus agudos gemidos son incomprensibles. Tu expresión es indecente y la vista entre tus piernas, donde su cuerpo se une con el tuyo y brilla con tus fluidos, lo es aún más… pero le encanta y no puede evitar jugar con vos, agregando otro estímulo que te hace cerrar los ojos con fuerza y sacudir la cabeza.
-Enzo- advertís-. Por favor.
El gesto es mínimo pero suficiente y en cuestión de segundos tus dedos se cierran sobre sus muñecas. Tu figura se sacude con la fuerza de sus embestidas y por los espasmos de tu orgasmo, el cual arquea tu espalda como si estuvieras presentándote ante él y hace que tus músculos se contraigan, dificultando sus movimientos y haciéndote llorar.
Jamás se detiene.
Lo mirás horrorizada, tu orgasmo prolongándose indefinidamente y haciendo del placer una sensación casi intolerable. Enzo continúa golpeando tu cérvix mientras su pulgar juega con tu clítoris y sus dedos presionan sobre tu abdomen bajo, forzándote a sentir cuán profundo llega su miembro y cómo estimula cada fibra de tu cálido y estrecho interior.
Te lleva al límite, pero antes de permitirte gozar de un segundo clímax se detiene.     
-No, no- protestás-. ¿Por qué? Quería…
Te interrumpe golpeando tu mejilla y cuando abandona tu interior mantenés la boca cerrada. Toma tus caderas y te obliga a voltear, dejándote sobre tu estómago y posicionándose sobre tu cuerpo para aprisionarte contra el colchón.
Rodea tu cuello con su brazo y te penetra con desesperación. En cuestión de segundos su pelvis golpea tus muslos y tus glúteos con la fuerza suficiente para arruinar tu piel, causando también un sinfín de sonidos húmedos y obscenos que acompañan sus gruñidos y tus gemidos.
Buscar refugio contra en el colchón tiene como consecuencia que la fuerza de su asalto vaya en aumento y la única opción que encontrás para ahogar tus gritos es morder las sábanas, húmedas con las lágrimas que corren por tus mejillas. La solución sólo dura unos minutos gracias a que Enzo, que en este momento prefiere no ser el único que oye cuánto gritás por él, endereza su postura y tira de tu cabello para hacerte arquear la espalda.
El nuevo ángulo te permite verlo y por un instante parece buscar tus labios con la intención de besarte, pero en su lugar escupe sobre tus labios entreabiertos y observa cómo tu expresión se transforma con la humillación y excitación. Le encanta tratarte como un juguete y sabe que lo disfrutás tanto como él, sobre todo cuando te toma por sorpresa.
-Sos una putita, ¿no? Mirá como estás- y remarca sus palabras con una estocada que te hace temblar violentamente-. ¿Querés que te llene toda?
Tragás saliva –sin saber cuánta es suya- para contestar pero todo lo que sale de tu boca son patéticos sonidos sin sentido. Sonríe satisfecho y vuelve a escupirte, esta vez asegurándose de manchar aún más tu rostro para ver su saliva deslizándose por tu piel junto con tus lágrimas.
Te libera de manera brusca y tu rostro impacta con el colchón, las sábanas oscureciéndose cuando entran en contacto con los fluidos en tu rostro y arrugándose aún más cuando te aferrás a ellas con una mano acalambrada. Tu otra mano se entrelaza con la suya y lo guiás hacia tu abdomen bajo, ignorando cómo los músculos de su abdomen se tensan con tu acción.
-Ahí- suplicás entre gemidos-. Adentro.
Enzo sólo quiere obedecerte y unos minutos más tarde cumple tus deseos: su semen caliente salpica tu interior y mancha tus paredes de blanco mientras el palpitar de tu miembro te lleva a otro orgasmo, menos intenso pero más duradero. Tus músculos se aferran a él y lo mantienen dentro tuyo hasta que la última gota de su liberación te llena.
Su boca roza tu frente y tu mejilla antes de besar la comisura de tus labios.
-Te amo.
-Te amo.
Intenta peinarte y cuando fracasa se limita a masajear tu cuerpo cabelludo con la yema de sus dedos. Evita alejarse de tu cuerpo, consciente de lo mucho que ambos necesitan la cercanía en un momento como este, y sonríe cuando tus dedos vuelven a entrelazarse con los suyos.
-¿Querés ir al baño?
-No- negás rápidamente y besa tu mejilla para calmarte-. ¿Podemos estar así un rato?
-Obvio.
Admira tu perfil y tus párpados cayendo sobre tus ojos vidriosos.
-¿Sabes qué vamos a hacer mañana?
-¿Qué?
-Nos vamos a levantar bien temprano y vamos a ir a desayunar al lugar de siempre, ¿querés?- propone-. Después podemos ir a pasear un rato al mercado de artesanos… y elegís una taza nueva.
Soltás una risa encantadora y asentís.
El título y la historia están inspirados en esta canción de Spinetta. Tiene muchas interpretaciones pero en mi opinión es una muy buena metáfora sobre el cambio constante que atraviesan las personas y por ende también las relaciones :)
taglist: @madame-fear @creative-heart @llorented @recaltiente @delusionalgirlplace @chiquititamia @lastflowrr ♡
232 notes · View notes
olee · 8 months
Text
Puerto Viejo | Enzo Vogrincic
Tumblr media
road trip con tu mejor amigo
friends to lovers
*si hay algún error por favor déjame saber!
Llevabas días sin ver a tu mejor amigo. Los cielos grises de Uruguay te impulsaron a tomar una decisión repentina: escapar a un país tropical. Sin previo aviso, decides llamar a Enzo, tu mejor amigo, quien aparentemente se encontraba en Madrid. “Che, ¿cuándo piensas bajar por acá?” le preguntas. Enzo, con un tono preocupado y algo asustado, responde: “Mirá, capaz que en una semanita ando por ahí. ¿Está todo bien? ¿Cómo venís vos?” Tú, intentando mantener la calma, le respondes: “Tranqui, todo está bien... estaba pensando en organizar algo para cuando llegues, tal vez hacer un pequeño viaje a Costa Rica o algo así, si tienes tiempo, claro." Después de un prolongado silencio, Enzo, profundamente pensativo, te responde: “La posta es que tengo la agenda a full, pero obvio que me muero de ganas de verte... mirá, mejor te mando la guita y vos comprás los boletos para una semanita, ¿dale?” Tú aceptas con entusiasmo, preguntándole: "Enzo, pero ¿cuándo caés exactamente?" Enzo, aún pensativo, te dice: "Me parece que caigo el próximo viernes, así que sería mejor que compres el mío directo a San José y allá nos vemos, ¿te va?" Aceptas la propuesta, aunque con cierta confusión, y le preguntas: “¿Y no vas a sacar ida y vuelta a Montevideo?” Y él, con toda la seguridad del mundo, te responde: "Nada, comprá solo el pasaje a San José, yo me encargo de arreglar las cosas en Montevideo." Con un simple "Dale", aunque todavía con un poco de cabeza en el aire, das por terminada la charla.
Después de dos semanas, te encontrabas en el aeropuerto de San José esperando la llegada de Enzo. Mirabas tu celular con cierta ansiedad, dado que no lo habías visto en varios meses. Enzo, ahora una estrella del cine, estaba sumamente ocupado y rara vez encontraba tiempo para reunirse contigo. Así que, mientras esperabas en una esquina de la salida del aeropuerto, sentías una sensación inusual hacia tu mejor amigo, como mariposas revoloteando en tu estómago. La última vez que habías sentido algo así fue cuando eras adolescente y tenías un flechazo con un amigo de Enzo, pero nunca antes con él. Por lo tanto, realmente no sabías cómo iban a desarrollarse las cosas durante este mini viaje con tu mejor amigo en Costa Rica.
De repente, sale Enzo de la salida y te saluda efusivamente, "¡(Y/N)! ¿Cómo estás? ¡Te extrañé un montón, pero mirá qué grandota estás!", te dice mientras te abraza fuerte y te planta un beso en la mejilla. Tú, con una sonrisa de oreja a oreja y un leve sonrojo, le respondes a tu mejor amigo, "¡Ay, loco, pero vos sí que estás grande ahora! ¿Qué te ha pasado? ¡Y ya no estás flaco, ahora estás gordito!", bromeas. Enzo te mira con una sonrisa sarcástica y pregunta, "¿En serio estoy gordo o me estás chamuyando?" Tú, rápidamente, lo tranquilizas, "¡Estás re lindo, mejor?!" Enzo asiente satisfecho, "¡Mejor, mejor!"
Entonces, una sensación de nostalgia y déjà vu te invade mientras lo observas. Después de un momento, le dices con entusiasmo, "Bueno, vamos por el auto." Enzo, sorprendido, exclama, "¿No me digas que rentaste un auto?" Tú lo miras con complicidad y le respondés, "¿Te olvidaste quién soy? ¡Claro que renté un auto!" Ambos se encaminan hacia el auto y, Enzo, quien entre risas comenta, "Ah, ya entendí, yo manejaré, ¿cierto?" Tú le guiñas un ojo y respondés con seguridad, “Obvio”.
Al subirse al auto, Enzo enciende el Google Maps y se ponen en camino hacia Puerto Viejo, en la zona caribeña. Tú, con tus lentes de sol y lista para la playa, decides poner "Ojitos Lindos" de Bad Bunny y Bomba Estéreo. Aunque Enzo no sea un gran fanático del reguetón, lo cual te duele en el alma, como buena amiga, te importa un bledo y pones lo que te da la gana. Sin embargo, sabes que Enzo, en su interior, está en modo playero y listo para el jolgorio.
Lo observas y notas cómo su cabello ondea con el viento, luciendo absolutamente encantador en su desorden. Luego, tus ojos se deslizan hacia los brazos de Enzo en el volante, notando cómo sus venas resaltan y lo suaves que se ven sus brazos. Te dan ganas de tocarlos y besarlo, pero en lo más profundo de tu ser sabes que para Enzo, tú eres simplemente su mejor amiga.
Con la música a todo volumen, le gritas a Enzo, "¡Che, tengo que ir al baño! Para en una estación de servicio". Sin embargo, Enzo te responde, "¡Loca, habíamos planeado ir directo al Airbnb, no tengo tiempo". Tú le replicas, "¡Boludo, de verdad necesito ir al baño!" Enzo te mira riendo y te dice, "Bueno, tres minutos y nos vamos". Tú lo miras con incredulidad y le respondes, "Ay, dejate de joder y esperame tranquilo, ¿entendiste?" Enzo, con una sonrisa encantadora, te dice, "Entendido".
Al llegar a la estación de servicio, sales corriendo de manera cómica hacia el baño y Enzo, riéndose, te dice, "¡Corre, corre, que te come el coco!" Terminas en el baño y regresas al auto, sacándole el dedo medio a Enzo, quien te devuelve el gesto con una sonrisa.
Esta vez, después de tanto rogar, Enzo te pide que pongas Enanitos Verdes, pero como buena amiga desobediente, decides poner "Chulo" de Bad Gyal, Tokischa y Young Miko, y comienzas a cantar la letra a todo pulmón para deleite de Enzo: "La cadena le brilló en lo oscuro|Huele a Baccarat, fumándose un puro|Tiene cara que en la cama te da duro|Yo sé, papi, que tú eres muy chulo". Ambos se unen para cantar el coro, gritando "¡Chulo! ¡Chulo!" a todo pulmón mientras recorren la costa del Caribe hacia Limón.
Finalmente llegan al Airbnb, que está literalmente en medio de la nada, en la jungla, con un estilo hippie donde los extranjeros parecen pasarse el día fumando hierba. Enzo te mira con seriedad, mientras tú te ríes como una loca y le dices: "Tranquilo, esto es solo por una semanita, como dijiste". Enzo te mira, luego dirige el volante hacia la entrada del Airbnb, que resulta ser una cabaña de bambú, y te dice sarcásticamente: "¡Boluda! ¿Se te olvidó mi relación peculiar con los mosquitos?" Tú lo miras sorprendida y admites: "¡Loco, olvidé comprar repelente!" Enzo, con calma y madurez, responde: "Vi un mercado en el camino, nos detenemos ahí más tarde y compramos algo". Tú, como una niña emocionada, le dices: "¡Dale!"
Al entrar al Airbnb, emocionada abres la puerta de la cabaña, siendo tú quien tiene la llave. Pero, al abrir, lo primero que hacés es tirarte a la cama como un sapo. Sin embargo, después te das cuenta de algo: solamente hay una cama. Y le decís a Enzo: “¡Ay loco! Vas a tener que dormir en el piso, yo te presto una almohada”. Pero Enzo te mira con una sonrisa pícara y te dice, en tono coqueto: “Pero, yo quería dormir con vos”. Después de un largo silencio, te ponés colorada como un tomate y parece que Enzo se da cuenta, cambiando rápidamente de tema diciendo: “Eh… vamos al mercado, que ya veo que no hay nada en la cocina”. Te levantás rápidamente de la cama como un resorte y le decís: “¡Vamo’!”
Cuando te disponías a subir al auto, Enzo te hace una señal de que no, y te dice: "(Y/N), es caminando, ¿no te diste cuenta?". Tú le respondes: "Ni idea, no vi nada". Enzo te mira seriamente y te dice: "Loca, está a menos de cinco minutos". Tú, con apuro, comienzas a caminar rápidamente y le dices: "¡Vamos, vamos!"
Ambos caminan juntos por el exuberante estilo de la jungla, el verdor y la vida salvaje los rodean mientras se dirigen al mercado. El silencio de la naturaleza los envuelve, solo interrumpido por el suave susurro de las hojas movidas por la brisa y el canto de las aves. Tú observas a Enzo con admiración, maravillándote de cómo se sumerge en la belleza natural con su cámara vintage. Él captura imágenes de todo lo que encuentra a su paso: las intrincadas formas de las plantas, los adorables osos perezosos columpiándose en las ramas, los coloridos pájaros que revolotean entre los árboles. Mientras tanto, tú lo observas con cariño, pensando en lo hermoso que es Enzo y en cómo parece fundirse con el entorno.
De repente, Enzo gira hacia ti, con el lente de su cámara apuntando en tu dirección. Instintivamente, volteas rápidamente como si estuvieras fascinada por una pequeña flor amarilla que apareció de la nada, tratando de disimular tu sorpresa. Enzo, con una sonrisa traviesa, te toma una foto, luego otra. Cuando finalmente volteas hacia él, lo encuentras un poco nervioso, como si temiera haber sido descubierto.
Finalmente, llegan al mercado de estilo hippie, pero de repente, te tropieza con una columna debido a una piedra que no viste. Rápidamente, Enzo te sujeta firmemente de la cintura, preocupado, te pregunta con tono suave: "¿Estás bien?" Nerviosa por la manera en que te agarró, respondes en voz baja: "Sí, gracias".
Una vez dentro del supermercado, lo primero que hacen es comprar el repelente, algunos jugos, vinos, frutas, papas fritas y algunas chucherías para no morirse de hambre. Después de pagar, se dirigen de regreso al Airbnb, que ya está oscuro. Enzo enciende la fogata mientras tú preparas los vasos de vino. En un momento tranquilo, Enzo te agradece por haberlo invitado, diciendo: "Gracias por invitarme, (Y/N), realmente necesitaba estar contigo en un lugar así". Tú, ya bastante nerviosa por las mariposas revoloteando en tu estómago, le dices: "Te extrañaba mucho". Enzo, con una sonrisa tierna, te abre los brazos para que lo abraces y te dice: "Ven acá, chiquita". Toda roja y casi a punto de llorar, corres hacia él para abrazarlo.
Mientras se abrazan, puedes sentir cómo Enzo se relaja ante ti, soltando un suspiro tembloroso y suave, al igual que tú. Estar cerca de él te hace darte cuenta de cómo se apoya en tu cuello y respira suavemente, dándote un beso cálido en el cuello. Tú lo miras a los ojos y, sin poder resistirte, lo besas en los labios. Él corresponde al beso y, después de un largo suspiro, te dice: "No sabes cuánto quería estar finalmente contigo así. Te quiero mucho, te re quiero". Tú le respondes: “Ay, Enzo, ¿por qué me hacés sentir así?” Enzo te dice: "Porque siento lo mismo".
273 notes · View notes
xlemonciel · 1 year
Text
❝Collision❞
Había pasado dos días viviendo prácticamente en el apartamento ajeno hasta que empezó a sentirse mejor y tuvieron que regresar a sus horarios de siempre, lo que le apenó en parte, sobre todo porque para recuperar el tiempo perdido tenían que echar horas extras y por supuesto eso les dejaba sin ninguna clase de tiempo libre, además Felix ya no tenía excusas para seguir durmiendo con Hyunjin y regresar a su apartamento había sido un paso atrás para él, pero entendía que sería raro seguir pidiéndole al alfa dormir con él cuando ya estaba totalmente recuperado.
Lo que peor llevaba era el o tener tiempo a solas, si, pasaban todo el dia juntos pero con otras personas y quería tener un poco de tiempo de calidad con el mayor, no le importaba mostrarse muy cariñoso con él delante de los miembros pero era distinto cuando estaba Ateez con ellos, Felix no quería que hubiera ningún problema así que intentaba no pegarse demasiado. Durante ese tiempo él y Wooyoung habían intimado más aún y Felix se sentía feliz por ello también, en los ensayos casi parecían inseparables.
Otra cosa buena era que iban a quitarle ya la escayola a Hyunjin y Felix estaba más emocionado que nadie por eso, al fin  el mayor podría volver a ensayar sin ninguna limitación, y le apenó no poder estar con él el día que le quitaron la escayola pero aún así le preparó un regalo para ese día, había estado la semana antes haciendo sus investigaciones sobre qué estuche de pinturas guache cogerle al mayor y cual sería mejor y con más calidad, había decidido uno que no era precisamente barato pero eso daba igual, quería animar al mayor ahora que podía volver a usar su mano dominante y además formaba parte de su cortejo, así que hizo que el día que le quitaron la escayola se lo entregaran en casa. Le hubiera gustado ir esa noche tras los horarios a preguntarle pero estaba tan agotado que decidió que mejor era dejarlo descansar. Al dia siguiente Felix se despertó emocionado y lo primero que hizo en cuanto Hyunjin entró en la sala de ensayo fue ir hacia él, sonriente. — ¡Hyunnie! ¿Que tal tu mano? ¿Está bien? Déjame verla. — dijo estirando la suya con una enorme sonrisa.
556 notes · View notes
largativa55 · 22 days
Text
La conejita de Sainz
Carlos "Chilli" Sainz
cw: obscenidad/pwp, lectora-esposa, apodos, lectora borracha, fetiche paternal, fetiche de tamaño, diferencia de edad (24/36), misionero, charla sucia, apodos.
La historia original pertenece a @bunnys-kisses
Tumblr media
El licor corría suavemente por tu cuerpo mientras caminabas por el borde de la piscina. Te reías mientras tratabas de mantener el equilibrio.
" Conejita", escuchaste la voz de Carlos mientras te alejabas de la piscina y te apoyabas contra su pecho.
Te aferraste a la parte delantera de su camisa blanca y te reíste. Miraste hacia arriba y sonreíste, "Chilli". Intentaste ponerte de puntillas para besarlo, olvidando la realidad de que estabas en medio de una fiesta en la piscina.
Alguien había tomado demasiadas sangrías y estaba borracho y un poco tonto junto a la piscina. Carlos casi lo encontró adorable, si no estuviera tan cerca de la piscina. No quería que su pequeña conejita se golpeara la cabeza.
Él ahuecó la parte de atrás de tu cabeza por un momento y presionó tu cara contra su pecho. Gemiste un poco en su camisa mientras la oleada de borrachera corría hacia tu cabeza. Pobre conejita.
"¿Qué estás haciendo, conejita ?" preguntó mientras te alejaba de la piscina y te acercaba a las sillas del patio. Te bajó y se agachó a tu lado.
"Quería nadar", cantaste y pateaste un poco los pies, lo que solo te hizo reír a carcajadas. Eras dolorosamente adorable.
Estabas vestida para la ocasión, con un bikini estampado de color amarillo pastel y azul oscuro que mostraba felizmente tus curvas a los asistentes a la fiesta. Podrías llamar la atención de cualquier hombre, pero luego tendrían que lidiar con la mirada asesina del piloto madrileño.
Carlos tomó tus manos y te miró, "no creo que sea la mejor idea ahora mismo". Frotó tus nudillos por un momento mientras miraba tus manos, "no te pares demasiado cerca del borde, conejita . podrías lastimarte".
Lo miraste y te reíste, "Carlos, ¡te preocupas demasiado!" y uniste tus dedos con los de él juguetonamente, "Estoy tan bien como la lluvia".
Carlos te miró, claramente no estabas "bien como la lluvia", estabas más borracho que un marinero y todavía tenías más en tu taza. Afortunadamente, lo dejó en una mesa auxiliar cercana antes de que terminaras todo el tiempo. Besó tus manos amorosamente y dijo: "¿Qué tal si entramos un rato?" Su tono era tierno.
"pero la fiesta."- dije con un puchero.
Carlos se inclinó para besarte en los labios. "Sé que eres el alma de la fiesta". Se inclinó un poco más hacia tu oído y dijo: "Pero papá quiere que no tengas resaca. ¿Te gusta mi persona ?"
Hiciste pucheros por un momento antes de asentir con la cabeza y dejar que Carlos te ayudara a levantarte de la silla. Él se mantuvo cerca de ti mientras te llevaba adentro. Afortunadamente, la mayoría estaban afuera, disfrutando del sol del verano italiano.
Pero la pobre Conejita de Carlos había tomado demasiado licor y demasiado sol. Le preocupaba que te quemaras con el sol mientras te llevaba a través de la casa de verano hasta el dormitorio en el que ibas a dormir durante la semana.
Carlos te detuvo al pie de la cama antes de desatar los cordones de tu bikini y dejarlo caer de tu cuerpo, fue fácil nada los mantenía sujetos a tu cuerpo.
Pobre niña, las líneas de bronceado iban a ser interesantes en unos días. Puso sus manos sobre tus caderas desnudas y te miró a los ojos. Se arrugaron cuando sonrió. "Buena niña". Frotó círculos en tus caderas con sus pulgares. "Sé que querías festejar más, pero papá tiene que cuidarte".
Hiciste pucheros, "Ni siquiera estoy tan borracha. ¡Puedo probarlo!" cantaste patéticamente. Hoy eras su pequeña princesa borracha.
—¿Y cómo lo harías, mi pequeña conejita ? —preguntó mientras te miraba. Se detuvo sobre ti como una sombra alta, era más alto que tú.
"¡Podría chuparte la polla!" le sonreíste.
Él te miró y sonrió, "Creo que te he malcriado, ¿no?" preguntó mientras sostenía tu barbilla para que siguieras mirándolo. Se rió entre dientes, "Te malcrié muchísimo, ¿crees que puedes obtener lo que quieras si me chupas la polla?" Sacudió la cabeza.
No podía creer que había dejado que su pequeña se volviera tan malcriada, pensando que ella podría salirse con la suya si tan solo lo hacía correrse. Te dejó en la cama y se puso encima de ti. Su cinturón fue lo primero que se quitó.
Rápidamente ajustó el cinturón alrededor de tus muñecas, asegurándose de que su pequeño ángel se quedara quieto. Con tus muñecas atadas, miró tu cuerpo desnudo. Sus manos recorrieron tus costados, lo que te hizo retorcerte.
"Por eso no quería que usaras ese bikini", dijo sacudiendo la cabeza y con los ojos clavados en tu figura, "todos se quedarían mirándote. Eres la mujer más hermosa que jamás habían visto". Se acurrucó más cerca de ti y te besó la cara con tanto cariño, "no quería que mi pequeña esposa saliera lastimada. Habías bebido demasiado, Tienes que escuchar a papá o podrías lastimarte".
Su ternura te hizo retorcerte, podías sentir la pegajosidad entre tus muslos crecer por sus palabras suaves pero fuertes. Él no estaba arrojando a su princesa sobre su regazo y abofeteando sus mejillas hasta que se amorataran. Él solo pensó que simplemente no lo sabías mejor, que no estabas acostumbrada a que las cosas estuvieran en tanta abundancia.
Eras la esposa de Carlos, más pequeña, más débil, más inocente, dolorosamente más joven. Carlos sintió una sensación de protección sobre ti cuando capturó tus labios en los suyos y sus dedos encontraron su camino hacia su cabello. Gemiste en el beso y pudiste sentir tu calor irradiando tu cuerpo.
Cuando él se apartó, tomaste su camisa blanca y comenzaste a desabrochar los pequeños botones. Te estabas impacientando y, como la mocosa que eras, dejaste caer tus manos sobre la cama y gemiste: "¡Papi!"
Él se rió entre dientes y se inclinó hacia atrás para sacarse la camisa del cuerpo. Una vez que se la quitó, junto con la camiseta blanca, tus manos recorrieron su torso desnudo.
Tu núcleo palpitaba mientras gemías: "Papi, vamos. ¡He sido buena!"
Él te sonrió y dejó que las prendas cayeran de la cama en un montón en el suelo. Su pequeña diosa del sol, su pequeña conejita... no había suficientes palabras en ninguno de los idiomas que se hablaban que describieran con precisión lo que sentía por ti.
Se quitó los pantalones sin tu ayuda y tu mirada se detuvo en el bulto de sus calzoncillos. Su polla estaba dolorosamente dura, lo que significaba que sentirías su longitud en lo profundo de tu coño.
Él era una ducha, seguro. Sin cortar y pesado. Incluso después de todo este tiempo de tener sexo con él, todavía era un ajuste apretado. Una vez dijo que era como tratar de caber en un lugar de estacionamiento estrecho . Cuando hiciste una mueca por su broma, él simplemente te tiró las rodillas a las orejas y te hizo ver estrellas.
"¿Te gusta lo que ves, conejita ?" preguntó con curiosidad, agarró tus manos atadas y te hizo tocar su polla a través de su ropa interior. Su impresionante tamaño todavía te hizo tragar saliva mientras lo sentías.
No te hizo ninguna gracia admitirlo, pero en otra ocasión, cuando estabas borracho en una fiesta en la piscina, charlaste alegremente con Charles o Lando (no te acordabas) de que Carlos tenía la "salchicha española más rica" ​​y luego te echaste a reír antes de irte tambaleándote a buscar a tu marido. Todo lo que sabías era que ambos conductores no pudieron mirar a su amigo a los ojos durante unos dos meses después. Saberlo todo era demasiado para ellos.
Asentiste, "Sí, papi. Creo que se ha vuelto más grande".
Él se rió entre dientes mientras bajaba su ropa interior debajo de su polla, esta se balanceó y tú tragaste saliva al verla. Te dijo mientras estiraba la mano para acariciar tu suave mejilla, "es solo para satisfacer tu apetito insaciable, conejita ".
Hiciste pucheros, el zumbido en tu cabeza era fuerte mientras decías, "¡No soy tan codicioso!"
Te dirigió una mirada severa mientras decía: " Conejita, no mientas. Ya sabes lo que les pasa a los mentirosos". Te dijo enarcando las cejas y observando tu movimiento incómodo. Podía notar que te estabas poniendo caliente por todas partes.
"Lo siento, papi."
Se quitó la ropa interior y la dejó en el suelo con el resto de su ropa. Se sentía como si el resto del mundo se hubiera apagado, ni siquiera podía concentrarse en los sonidos de la fiesta afuera. La música y las conversaciones llegaban a través de las ventanas abiertas, pero estaba tan embelesado por tu belleza desnuda debajo de él.
Sus manos rozaron tus costados mientras te veía reír. Te retorciste un poco, qué niña tan cosquillosa. Él se inclinó para besarte, estaba arrodillado entre tus piernas y sus manos estaban toqueteando tus pechos.
El beso fue descuidado y desordenado, te hizo sentir caliente por todas partes. Tener a tu apuesto esposo demorándose sobre ti, su lengua dentro de tu boca. Su polla estaba completamente firme, ansiosa por hundirse en ti. Se frotó contra ti, su dura polla presionada contra tu estómago.
El empujón hizo que tu corazón se acelerara antes de que él se alejara y miraras fijamente esos hermosos ojos. Te moviste un poco, el placer y el alcohol hicieron que tus pensamientos fueran turbios. Parecías estar impulsada por el único propósito de alcanzar el orgasmo.
Él te agarró por los muslos y los levantó, mantuviste la posición mientras él colocaba una almohada extra debajo de tus caderas para hacer palanca. Se lamió los labios al verte.
"Hermosa, pequeña conejita ", se rió, " cariño". Su tono estaba vidrioso con afecto mientras se colocaba completamente entre tus piernas y frotaba su polla contra los labios de tu vagina.
Gimoteaste y trataste de cubrirte la cara con tus manos atadas, pero Carlos no quiso saber nada de eso. Se tumbó de nuevo en la cama y se inclinó sobre ti. Con su polla dura en la otra mano, "No te escondas de mí", dijo, su voz teñida de más lujuria, "Quiero ver la cara de mi hermosa esposa cuando la estoy follando". Sus palabras fueron sucias, "Quiero que recuerdes esta cara para cuando no esté y te sientas tan necesitada. Pequeña necesitada".
Tu corazón latía con fuerza mientras él frotaba su polla contra tu coño, casi deslizándose dentro. Te retorciste un poco con anticipación, pero Carlos te mantuvo abajo.
—No, no —dijo—. Quédate quieto.
"Pero papii", hiciste puchero.
Él negó con la cabeza, "compórtate". Dejó un dolor en ti que pronto fue llenado por su polla entrando suavemente en ti. Él te observó hacer una mueca y esperó un momento para que te adaptaras porque él se hundió por completo.
Su mente se quedó en blanco por un momento antes de salir de ella para continuar empujando toda su longitud dentro de ti. Tenía tus piernas envueltas alrededor de su cintura. Amaba la sensación de tu suave piel contra la suya. Te veías divina, nerviosa y borracha, pero anhelándolo.
un dolor carnal, de esos que te dejaban la cabeza dando vueltas. el placer te dejaba ahogado mientras tus gemidos eran dulces ruidos para sus oídos. su encantadora esposa. ¿Cómo tuvo tanta suerte?
Te mantuvo inmovilizada contra la cama con sus manos en tu muñeca y comenzó a empujar. Usó su agarre en ti como palanca. Su polla estaba cómoda en tu apretado coño, un ajuste apropiado. Empujó dentro y fuera de ti y te dejó sin aliento. Escuchó tus gemidos aéreos mientras empujaba su polla dentro de ti.
Eras tan dolorosamente dulce. Su pequeña y tonta conejita , la pequeña cosa que lo tenía alrededor de tus dedos. Te miraba con amor, dándote besos abrasadores. Sus caderas chocaban contra ti mientras arqueabas la espalda fuera de la cama. No tenías la fuerza para soltarte de su agarre.
Incluso a su edad, él todavía era capaz de inmovilizarte y follarte sin parar. Hacerte ver estrellas cuando el placer te invadía. Algunos gemidos quedaron atrapados en tu garganta, lo que lo incitó a follarte duro.
El marco de hierro de la cama chocaba contra la pared blanca del dormitorio. La luz de la tarde entraba por las ventanas. Eras un espectáculo digno de contemplar en el resplandor del día. Su pobre ángel, estabas un poco quemado por el sol.
pero estaba bien, papá se encargaría de eso, tal como cuidaba de ti en todo lo demás. Sus besos eran delicados en tus mejillas y clavículas, a diferencia del ritmo en el que te estaba cogiendo.
Fue opresivo y fuerte, hizo que se te hiciera un nudo en el estómago mientras sentías los latidos de tu corazón en tus oídos. Él te abrazó y te hizo rebotar sobre su polla.
Tus retorcimientos solo alimentaron el fuego en sus entrañas mientras empujaba su polla dentro de ti hasta la raíz. Se aseguró de que recordaras firmemente la sensación de él dentro de ti. Tus expresiones, desde el poco dolor hasta el inmenso placer, solo hicieron que el hombre mayor se sintiera más excitado por ti.
Sus palabras eran sucias mientras se frotaba contra ti, "¿Te gusta cuando te cojo? ¿Cuando se siente tan bien? Te gusta cuando te tengo inmovilizada en la cama y te cojo como a un animal. Hay gente afuera que quiere verte y hablar contigo, pero en cambio estás demasiado ocupada tomando la polla de tu marido como la buena chica que eres". Te besó en la entrepierna, estaban húmedos y te pusieron caliente por todas partes, "hermosa, niña". Ronroneó, "Sabes exactamente cómo hacerme sentir bien. No es tu culpa que te emborraches tanto, solo te dieron vaso tras vaso. Pequeña tontería", se rió entre dientes mientras dejaba un lindo chupetón en tu cuello.
Estabas en las nubes, dejando que tu marido te follara. Sentías el placer en tus entrañas cuanto más fuerte embestía. Estabas perdida en un mar de lujuria mientras sentías que tus paredes se aferraban a su polla. Dos mitades de un agujero perfecto.
Jadeaste salvajemente y trataste de aferrarte a él, pero él te tenía por las muñecas. Estabas atrapada debajo de él, con las piernas alrededor de su cintura mientras él empujaba dentro de ti.
Su ritmo comenzó a tambalearse y sentiste el calor acumularse en tus entrañas. Gemiste y te retorciste tanto como pudiste. Y antes de que te dieras cuenta, sentiste la oleada del clímax consumirte por completo. Tus ruidos se cortaron cuando quedaron atrapados en tu garganta y tu cabeza palpitaba por la emoción.
" Conejita ", ronroneó.
"ahmh papii", respondiste, sintiendo la lengua pesada en tu boca.
Él empujó más dentro de ti, doblando tu espalda para perforarte con su polla. Podías saborear el líquido preseminal en el fondo de tu garganta. Te cogió sin demasiado abandono hasta que sintió la intensa experiencia del orgasmo.
Él entró en ti y tú lo aceptaste como la buena esposa que eras. Gimoteaste su nombre mientras él disminuía la velocidad. Su pobre chica ya estaba sobreestimulada. Él quería una segunda ronda, pero tú estabas drogada. Tu cabello era un desastre, parcialmente quemado por el sol con el alcohol todavía en tu sistema.
"Pobrecita, conejita ", te susurró mientras sostenía su polla dentro de ti por un momento.
Luego se retiró y frotó su polla ablandada contra tu coño para una última sensación de tu sexo. Estabas feliz, exhausta debajo de él.
—¿Mi conejita ya terminó por hoy? —preguntó mientras palmeaba tus pechos, sintiendo la masa entre sus dedos.
Asentiste lentamente: "Sí, papi".
—Bueno, descansa ahora, Conejita . Voy a ver cómo están nuestros invitados. Si te sientes mejor, puedes unirte a nosotros nuevamente. Pero no más alcohol, no es bueno para una chica como tú. —Besó la parte superior de tu cabeza antes de salir de la cama para buscar su ropa.
Permaneciste acurrucada desnuda con la manta sobre tu cabeza, miraste desde la manta y tuviste una buena vista del trasero de tu marido mientras se inclinaba para recoger sus calzoncillos. Te reíste para ti misma antes de seguir vigilándolo.
Aquí les dejo la historia original por si gustan leerla.
77 notes · View notes
flan-tasma · 7 months
Text
Boyfriend!Gaming x Reader HC
Tumblr media
💖~ What the people think is done
Yo estoy dispuesta a saltar ✨
El banner para esto no salió mal, estoy feliz por ello <3333333
Warning: Nope now💖, GN!Reader | English is not my native language, so if I have made any mistakes in the translation, I am open to corrections | Content in spanish and english!
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
Spanish:
Gaming es el mejor amigo que puedas tener, y si como amigo es fantástico, imagínate de novio.
Es un novio que resuelve, no importa si crees que la situación es insalvable, él encuentra la manera de hacer que funcione. ¿Tu ropa se manchó y no se quita? Él te da su chaqueta para que te cubras. ¿Te incomodan tus zapatos? Te dará los suyos. ¿Estás tan cansada como para hacer algo? Él te atenderá hasta que te recuperes. Él es un amor.
Puede ponerse muy amenazante cuando hay alguien que puede hacerte daño cerca. Puede poner esta cara de perro rabioso mientras mira feo (y tal vez saque algo de veneno) a la persona que representa una amenaza para ti.
Puede ser un perrito que te sigue y te muerde para que juegues con él, y puede ser un perro guardián que muerda y probablemente haga sangrar a alguien que te trata mal.
Es tu novio y al mismo tiempo es tu comadre con quien chismean cada que pueden. El inicio de sus citas empieza con uno de los dos tomando aire para contar el chisme mientras toman té y pasteles de té y luna.
Te pide que le ayudes a peinarse y comparten productos para el cuidado del cabello que pueden servirles.
Tienen mínimo uno o dos conjuntos que combinan, y probablemente te haya regalado una chaqueta igual a la suya.
Siento que haría chistes de sus desgracias y se reiría, pero jamás se burlaría de tus traumas a menos que tú hagas el chiste primero.
Si en algún momento se cansa de ti (siempre en broma, claro) te pone su chaqueta, sube la capucha y le habla al suanni acerca de cómo alguien está hablando mucho y cuánto quiere cerrarle la boca a besos.
Siempre coquetea contigo, no le importa si ya son pareja. Va a seguir acercándose diciendo que luces preciosa y te pregunta si ya tienes novio y por qué debería ser él.
No soporta coqueteos frente a su familia, va a explotar de la vergüenza y te meterá un puñado de arroz en la boca para que te calles.
Puntos extras si resulta que vives en la Aldea Chiaoying, no tiene pereza de viajar desde la ciudad de Liyue para ir a visitarte los fines de semana. También le gusta llevarte a la ciudad para presentarte a sus amigos y que respires un aire nuevo.
El chico es un hombre fiel, es tu novio y puede imaginar un futuro contigo, suele hacer bromas acerca de que ambos se harán viejos juntos y saldrán a pasear por el lago.
A partir de que soluciona sus problemas con su padre, tiene la costumbre de alejarte de su familia, a pesar de que cada que te encuentras con ellos te dan de comer o te tratan muy dulcemente.
Tumblr media
English:
Gaming is the best friend you can have, and if he is fantastic as a friend, imagine him as a boyfriend.
He is a boyfriend who will help you, it doesn't matter if you think the situation is insurmountable, he finds a way to make it work. Did your clothes get stained and won't come off? He gives you his jacket to cover yourself. Do your shoes make you uncomfortable? He will give you his. Are you tired enough to do anything? He will take care of you until you recover. He is a sweetheart.
He can become very threatening when there is someone who can harm you nearby. May make this mad dog face while he glares (and maybe draws some venom) at the person who poses a threat to you.
It can be a little dog that follows you and bites you to make you play with it, and he can be a guard dog that bites and probably makes bleed who treats you badly.
He is your boyfriend and at the same time he is your best friend with whom you gossip whenever you can. The beginning of your dates is with one of you taking a breath to tell the gossip with tea and Fine Tea, Full Moon.
He asks you to help him comb his hair and share hair care products that can help you.
You have at least one or two outfits that match, and he probably gave you a jacket just like his.
I feel like he would make jokes about his misfortunes and laugh, but he would never make fun of your traumas unless you make the joke first.
If at some point he gets tired of you (always joking, of course) he puts his jacket on you, pulls up the hood and talks to the suanni about how someone is talking too much and how much he wants to kiss their mouth shut.
He always flirts with you, he doesn't care if you are already a couple. He will keep approaching you saying that you look beautiful and asking if you already have a boyfriend and why it should be him.
He can't stand flirting in front of his family, he's going to explode with embarrassment and shove a handful of rice into your mouth to make you shut up.
Bonus points if you live in Chiaoying Village, he's not lazy to travel from Liyue to visit you on the weekends. He also likes to take you to the city to introduce you to his friends and let you breathe a fresh air.
The boy is a faithful man, he is your boyfriend and he can imagine a future with you, he often makes jokes about the two of you getting old together and going for a walk by the lake.
After he solves his problems with his father, he has the habit of distancing you from his family, even though every time you meet them they feed you or treat you very sweetly.
134 notes · View notes
verso-abstracto · 4 months
Text
Silencio, mi corazón está abrumado.
Ellos dijeron que sí sabían, pero en realidad no sabían nada.
No tenían idea de lo que sentía, de lo que pasaba por mi mente.
Sí, tal vez sabían que no estaba bien, pero no sabían qué tan mal estaba, lo que pasaba por mi mente, que tan agitada me sentía y la clase de pensamientos que tenía.
No era que pretendía irme, pero definitivamente no estaba presente, solo era un robot actuando en automático y cuando me di cuenta rompí en llanto.
No era fácil, no es fácil.
Tal vez lloraba frente a ellos porque empezaba a tener esa clase de confianza, pero no puedo quitar el hecho de que igual y lo hacía porque ya no podía más, ya era muy doloroso tratar de retener las lágrimas, tratar de hacer como si nada pasaba.
Estaba tan cansada, agotada.
Era simplemente agotador tratar de manejar todo a la vez.
No podía, por más que lo intentara, ya todo parecía que se venía encima, como una lluvia de bloques sobre mis hombros y no podía soportarlo.
No, no podía con todo, y me costó darme cuenta de este hecho.
Me costó semanas de cansancio mental, me costaron días de trasnocho y desvelo, me costaron sonrisas, me costaron pensamientos y cariño conmigo misma, me costó mucho.
La situación me quitó mucho y yo no supe verlo hasta cuando ya me temblaban las manos por el miedo al futuro sin yo poder controlarlas, no supe verlo hasta que ya no pude hacer nada más que tratar de escapar de la realidad a toda costa viendo y haciendo cualquier cosa que me alejara del producto de mi terrible estrés.
Ya no sonreía genuinamente, ya no podía leer en paz.
Mis hobbies más amados, los que en algún momento de mi vida se convirtieron en un abrazo en la oscuridad, ya ni siquiera eran una vía de escape fiable, ya no hacían nada en mí.
Y cuanto dolía… tanto dolía.
Ahí me di cuenta de lo profundamente hundida que estaba… y yo no sabía cómo nadar hacia la superficie.
Todos te dicen que lo bueno de estar abajo es que lo único que queda es subir, pero ¿qué pasa si no sabes cómo hacerlo?
Nadie te explicó, nadie te dijo cómo podías realizarlo y a esta altura te has encerrado tanto en ti misma que este tipo de cosas personales y vulnerables no las cuentas a diestra y siniestra.
No hay tanta confianza, pero no sabes qué hacer.
Así es que lo único que queda es llorar, arrastrarte por el suelo y gritar de dolor por todo lo que te está pasando, por sentirte tan hundida, sin saber qué hacer, por sentir que no hay salida, por sentirte tan encerrada, abrumada, sin poder notar una simple vía de escape.
Buscarás ayuda, sí, pero eso llevará tiempo. No te repondrás de todo a la primera y eso te llena de dolor.
Escuece en el fondo del alma.
Ahora solo queda una cosa, depositar toda tu fe en alguien que puede ayudarte a descifrar cómo manejar todo aquello que te está pasando, y tratarte bonito en el proceso.
Porque te lo mereces.
No eres una mala persona, no estás defectuosa, no estás hueca.
Son cosas que, lamentablemente, pasan, pero podemos solucionarlo.
Así es que quiérete bonito, trátate bonito, consiéntete y descúbrete en la inmensidad de pensamientos que llenan tu mente y aprende a poner un poco de silencio y solo decir:
Está bien, estoy a salvo.
Little Moon
74 notes · View notes
chiquititamia · 4 months
Text
Calmar tu sed pt.2
Tumblr media
Mis queridaaaas, les vengo con una segunda parte del fic que tantó le gustó (gracias por hacérmelo saber)
Mucho más desvergonzada que la primera, quedan advertidas.
probablemente el banner más feo que he hecho jamás, perdón
💕Sub!Blas Polidori x f!reader
❤️‍🔥+18 sexo explícito, blas es aún más insaciable, masturbación, sexo oral, mommy kink
Después de una mañana intensa de trabajo por fin podías relajarte en casa. Bendito horario de verano; la jornada empezaba antes y tenías que madrugar bastante más, pero el paseo hasta la estación al comienzo del amanecer con la brisa de la mañana te daba una tregua respecto al calor sofocante de la ciudad.
Hoy habías picado algo con tus compañeras, así que al llegar a casa ni siquiera tenías que pensar en qué comer. Después de una más que necesaria ducha fría te vestiste únicamente con una fina camiseta de tirantes y unas bragas de encaje, asegurándote de que todo fuera lo más fresco posible.
Recordaste al pasar por delante de la mesa del comedor que tenías que leer un manuscrito antes de que llegase el fin de semana. Habías prometido corregir la gramática del texto para una amiga que estaba iniciando sus andanzas en la escritura, y ya que tú habías hecho una carrera de letras, disfrutabas con ello.
Sin más, te recogiste el pelo aún húmedo por la ducha con una pinza de plástico y amontonaste unos cojines en el cabecero de la cama para leer recostada pero no totalmente tumbada.
La camiseta, además de ser de tirantes era bastante suelta e incluso un poco grande para ti, así que tus pechos amenazaban con fugarse de la tela y las tiras se caían de tus hombros constantemente, pero no le diste demasiada importancia, total, era tu casa.
El sonido de la puerta de la calla abriéndose y cerrándose.
¿Blas había llegado tan pronto?
-¿Amor? – preguntaste alzando la voz
-Sí, mi vida, llegué.
En realidad, habías reconocido el sonido de la forma particular que Blas tenía para entrar, y después, el sonido de sus llaves cayendo sobre el platito de cerámica que teníais junto a la puerta.
A continuación, sus pasos pesados por el pasillo. A Blas le afectaba el calor todavía más que a ti, le agotaba.
Cuando asomó por la puerta quitándose la mochila de la espalda ya te hizo reír con su expresión de sorpresa y su sonrisa.
-Pensaba que los bombones se guardaban en la heladera en verano, che.
Tú reíste ante su comentario-intento-de-chiste.
-¿Qué tal el día, bebé?
-Tch, tch, tch – te quiso silenciar de forma humorística, y, con exageración se pellizcó el puente de la nariz y cerró los ojos a la vez que levantó el índice de forma dramática – no vas a fingir que no te estoy viendo hasta el carnet de conducir desde aquí.
Riendo te tapaste un poco los pechos subiendo tu camiseta, pero uno de los tirantes se deslizó por tu hombro otra vez, dejándote claro que esa prenda ya no servía demasiado para cubrirte, quizás deberías reutilizarla para trapos.
-Y, hace un calor de mil demonios, nene, ¿qué querés?
-Bueno, si me preguntás… - dijo él con media sonrisa sentándose en el borde de la cama y acariciando tu pierna suave.
La verdad es que estaba tan guapo con la camiseta blanca que llevaba…
-Nah, nah, nah – le quitaste la mano de tu pierna como si fuera una mosca de las que molestan en esa época – quietito ahí que nos conocemos y tengo que leer esto, amor.
Blas hizo caso omiso a lo que le dijiste y empezó a juguetear con el elástico de tu ropa interior, pasando el dedo por debajo tentado de bajarlo.
-Blaaaas, sólo dame un par de horas que acabe de leer esto y soy tuya ¿sí? – pediste en tono de súplica.
-¿¡Dos horas!? ¡Pero…!
-Blas – dijiste intentando ponerte seria. En realidad, te estaba costando mucho no reírte ante las pataletas de tu novio. Este se cruzó de brazos y te miró enfurruñado resoplando.
Fingiste no mirar por encima de la pila de folios que sostenías, haciendo como si ya hubieses vuelto sin problema a tu momento de concentración en la lectura. Viste cómo tu novio se acomodaba un poco el pantalón, probablemente ya tenía una incómoda erección; eso te aceleró el pulso. No es que no quisieras, pero estabas muy ocupada y no ibas a adelantar trabajo si te la pasabas en la cama con ese pendejo toda la tarde. Este chico…
Cuando se levantó asumiendo su derrota e iba rumbo a la ducha le paraste.
-Blas, amor.
-¿Sí? – dijo con un tono menos lastimero que antes; a veces tenía que asumir que los adultos con responsabilidades hacían otras cosas a parte de coger, se dijo.
-Podés comer, pero… dejáme leer, ¿ta?
Blas te miró con los ojos muy abiertos como si le hubieses dicho que le esperaba su comida favorita después de estar toda la mañana pasando hambre. Bueno, en realidad, así era.
No perdió tiempo y se quitó la camiseta, dejándote ver ese torso delgado que a ti tanto te encantaba.
Si fuera un dibujo animado ahora mismo se estaría anudando una servilleta al cuello, pensaste divertida.
Se tumbó entre tus piernas poniéndose cómodo. La gran estatura de Blas os había obligado a comprar una cama de gran tamaño para que ambos pudieseis caber en ella.
Como si se tratase de un bombón exquisito, así como te había dicho nada más entrar en la habitación, comenzó a deshacerse de tus braguitas de encaje como si fuera el papel plateado que envolvía su dulce preferido. Las tiró a un costado ganándose una mirada reprobatoria de tu parte, la cual mitigó rápidamente con esa media sonrisa de nene que no ha roto un plato en su vida y por la cual se libraba de todas las veces que querías reprenderle.
Al retirarlas se había dado cuenta de cierta húmeda mancha, pero decidió no decir nada tal y como le habías pedido. Esta vez iba a ser obediente.
Tuviste que hacer uso de toda tu concentración para no gemir cuando sus dedos apenas comenzaron a rozar el interior de tus muslos. Y un carajo ibas a leer tú.
Escondiste tu rostro detrás de los papeles y cerraste los ojos con fuerza. Era un gemido profundo lo que querías dejar salir cuando su lengua caliente dio una primera pasada de cortesía por encima de tu sexo. Sin embargo, sólo te permitiste soltar un suspiro, que esperabas quedase ahogado por el sonido del ventilador del techo sobre vosotros.
Él hizo un ruido de placer al besar y lamer ya sin titubeos tus otros labios.
-Mmmmhhh…
Con una mano, sujetabas la pila de folios, pero con la otra decidiste ordenar los rizos de la cabeza de tu novio, no para marcar el ritmo ni nada de eso, qué va.
La sensación de su lengua era deliciosa, tan húmeda que cualquiera diría que había bebido agua justo antes, aunque que tú supieras, no lo había hecho.
Se introducía en ti con el músculo de su boca, con una fuerza y destreza que te hacía ver las estrellas. No creías engañar a nadie fingiendo leer a estas alturas, pero creíste que era necesario no romper la magia del juego y seguir sin mirar a tu novio.
-¿Está rico, nene?
Blas, que parecía temer que se agotase la fuente de su placer, lamía con auténtica sed entre tus piernas. Pero salió para tomar aire y responder, con los labios  y la barbilla húmedos de su propia saliva y tu excitación.
-Sí, mami…
Dios, cómo querías tirar los documentos al mismo sitio donde Blas había tirado tu ropa interior. Doblaste tus rodillas y abriste más las piernas para darle aún mejor acceso.
Notaste - aunque intentabas mirar lo mínimo por si subía la vista hacia ti – como sus caderas se movían, probablemente de forma involuntaria, contra el colchón. Pobrecito.
-¿Y ya estabas muy cachondo? – preguntaste intentando fingir desinterés y casualidad.
Blas asintió con la cabeza, provocando con ese movimiento un pequeño gemido de tu parte.
- Y sí, mami, ya me iba a hacer una paja en la ducha, sabés – dijo rápidamente antes de continuar con su festín, así como uno sale del agua para tomar aire y vuelve a sumergirse.
-Pobrecito… - dijiste en tono de compasión, pasando una página que obviamente no habías leído del manuscrito, habrá que disimular, ¿no?- Pero ya hemos dicho que eso no, mi nene… mami te da lo que vos necesitás, ¿verdad?
Asintió de manera más enérgica y comenzó a dar estocadas en el colchón ya de forma voluntaria, de forma salvaje. Se estaba follando vuestra cama. Gemiste al imaginar como su ropa interior y sus jeans, que no le había dado tiempo a quitarse, se estarían humedeciendo bajo él, eso siempre te había parecido de alguna manera adorable. Soltaba pequeños gemidos mientras se agarraba a tus dos muslos como si su vida dependiese de ello.
-Blasito… la tenés muy dura? – preguntaste como si no lo supieras.
-Sí… - lloriqueó.
-Podés tocarte si querés…
Él te dedicó una mirada rápida como teniendo cuidado de no hacer que te replanteases tu decisión. Después se levantó de un salto y comenzó a bajarse el cierre del pantalón.
Cuando se bajó el bóxer intentaste concentrarte en las palabras escritas que tenías delante, pero fallaste miserablemente. Era un pecado no ver semejante obra de arte de la naturaleza.
Con la mano derecha agarró su miembro y, usando el líquido preseminal que llevaba un rato manchando su ropa, lubricó su punta con alivio, comenzando a masturbarse mientras te observaba aún a los pies de la cama.
Cuando volvió en sí, retornó a su posición, tumbado entre tus piernas, sin embargo, esta vez no lo hizo boca abajo, si no que se recostó de lado, para dar espacio a lo que tenía entre manos.
Aún así no había olvidado su cometido, y apoyó la mejilla en tu muslo, lo suficientemente cerca para poder seguir lamiendo cómodamente mientras conseguía aliviarse con su mano.
-¿Cómo decías vos? Estos adolescentes siempre con la pija dura, ¿no? – dijo con la respiración entrecortada entre lamida y lamida – ¿y que querés mamita? No podés poner a dieta a alguien y después prepararle tremendo dulce…
-Vos ya no sos ningún adolescente, Blasito …tenés- Ahhh!! … un… problema – gemiste sin poder evitarlo.
Él no hizo caso a tu comentario y siguió bebiendo de ti mientras se masturbaba desesperadamente.
Te agarrabas con fuerza a los papeles con una mano y a la almohada debajo de tu cabeza con la otra, no podías más del placer. Si seguía así un par de minutos, ya fue, pensaste.
-¿Puedo, mami? – dijo con voz ronca. No te dijó qué, pero la forma rápida y errática en la que movía su mano y su lengua te dio una idea de qué era lo que quería hacer.
-Sí…. ¡Sí! – gemiste casi gritando.
En un movimiento que ni viste, Blas se incorporó y se colocó entre tus piernas para penetrarte. La exagerada humedad que te había provocado hizo que no tuviese que prepararte primero con sus largos dedos. Antes de que pudieras darte cuenta ya se estaba moviendo dentro de ti, llegando muy profundo y haciendo sonidos que sonaban casi a una queja. Pareciese que no podía ir tan rápido como su miembro necesitaba.
-Mami….!!!
-Venite, mi niño…venite dentro de mami,…todo dentro….
-¡Mami, no puedo más! – gimió y encontró un patrón de embestidas más rápido todavía. Parecía un conejito desesperado entre tus piernas.
Notaste tu orgasmo arrasar dentro de ti, haciendo que te aferrases a su espalda clavándole las uñas.
Un buen grito salió de tu garganta, barriendo consigo todas las tensiones acumuladas de ese día con cada pulsación de tu sexo.
Blas te miró y abrió la boca, como si no pudiese creer lo mucho que le estabas apretando mientras te sostenía entre sus brazos.
-Me vengo, nena… me vengo… - cerró los ojos con fuerza y dejó salir un sonido casi gutural de su pecho.
Después de eso, solo pudiste notar como la corrida que llevaba guardando para ti desde… ¿anoche? ¿no hacía ni doce horas que habían cogido? Llenaba tu interior con fuerza.
Gimió mientras se venía, hundiendo su cara en tu pelo, desparramado por la almohada.
Os tomó un buen rato recuperar el aliento. Ahora ambos estabais empapados en sudor y hechos un completo desastre.
No hacían falta palabras, cuando intercambiasteis la mirada supisteis lo que queríais decir: a la ducha.
Te levantaste con esfuerzo de la cama, como quien se levanta de un viaje muy loco en los toros mecánicos; despeinada, con la ropa movida y sin aliento. Tuviste cuidado de no derramar lo que tu novio había derramado en ti antes de llegar al baño, aunque un poco escapó inevitablemente por tus piernas.
Ya desde la ducha gritaste para que te escuchase en la habitación.
-Si aún querés más vení a la ducha por que luego me tengo que poner a leer sí o sí, ¿ta?
Blas sonrió mientras recogía tus bragas del suelo
-¡Voy!
Agradezco mucho sus comentarios 💕
tags: @madame-fear @deepinsideyourbeing @loveinsprings @lunitt
@lastflowrr @iamjustadoll (como siempre, diganme si quieren que las incluya en la taglist o las borre <3)
68 notes · View notes
suzukis-posts · 11 months
Text
損失 𝐏𝐄𝐑𝐒𝐎𝐍 𝐈𝐍 𝑯𝑬𝑳𝑳
𝐖𝐀𝐋𝐋𝐀𝐂𝐄 𝐖𝐄𝐋𝐋𝐒
Tumblr media
Wallace Wells x Male!Reader
──────────────────────────
Wallace era un tipo tranquilo que aconsejaba a Scott en su 'relación' con Knives Chau, ahora ex-novia de Scott.
En este momento Wallace estaba junto a un desconcertado Scott, quien acababa de recibir una llamada de Envy, su ex.
Pocos minutos después de que la llamada finalizara el teléfono resonó por la habitación, Wallace tomó el teléfono atendiendo la llamada.
── ¿Hola? Oh, ¡hola Knives! ── Wallace sonríe un poco levantándose del puf ── ¿Qué que, estás aquí?
Scott sobresaltado se para del sofá exaltado por saber que Knives estaba afuera. Wallace se acerca a la puerta para abrirla para encontrarse con Knives. ── ¿Está Scott?
Wallace cierra un poco la puerta para que luego Scott se lance a la ventana ── ¿Sabes qué? Acaba de irse...
Knives abre los ojos algo sorprendida ── ¿En serio?
── Sí... ── Wallace acaricia su propia cabeza pidiendo disculpas, Scott desde la ventana rota toma su abrigo ── Lo siento.
── Acaba de irse por la ventana. ── Caminas y apareces detrás de Knives, ella se da vuelta al verte eres el hermano mayor de Knives ── ¿Qué haces aquí?
Wallace nota tu presencia al lado de Knives ── ¿Qué haces tú aquí? Sabes como se pondrá mamá si sabe que estás aquí.
Knives mira tímidamente a un curioso Wallace, luego te mira a tí, querías una explicación ── Heh... supongo que quieres saber quien es él... Él es _______, mi herman-
── ¿Eres hermano de Knives? ── Wallace sonríe de forma atrevida mirándote de arriba a bajo asientes suspirando. Ahora Knives estaba algo sorprendida. ── ¡No se parecen en nada!
── ¿Lo conoces? ── Knives pregunta inocentemente sonriendo un poco, tal vez se trataba de un amigo tuyo.
── Claro que sí, es mi pareja, ¿no me haz presentado como tu pareja aún? Ouch, eso duele. ── Wallace se apoya en tus hombros cómodamente besando tu cuello en broma, te sonrojas avergonzado. Knives abre los ojos sorprendida. ── Nos conocimos hace un par de años, en una fiesta.
Eres gay, tienes 24 años y estas en una relación con un alcohólico homosexual amante de las fiestas. Que divertido.
── ¿Esa es la razón por la cuál te escapas por las noches los fines de semana y tienes tu constante dolor de espalda? ── Estabas realmente avergonzado, querías estar tres metros bajo tierra, tu rostro estaba todo rojo y Wallace comenzó a reír debido a tu reacción.
── Ugh.. por favor vámonos Knives, esto es vergonzoso... ── Wallace sonríe de una forma burlona.
── Oh, quédate. Tengo que ir con Tamara de compras, ¡quiero cambiar mi cabello! ── No sabías que decir al respecto, Knives últimamente estaba obsesionada con el estilo de Ramona Flowers, quería tener un parecido a ella para captar la atención de Scott.
No tenías razón decirle que no así que te despediste de ella.
Finalmente viste como tu hermana se marchaba, segundos después sentiste un tirón en tu cintura, sabías que era Wallace empujando de tu cintura para atraerte a él ── ¿Así que dolor de espalda, huh? Me sorprende que Knives no pregunte a que se debe esos dolores.
Odiabas y amabas esta parte burlona de él, su mirada era una de burla y lujuria ── Cierra la boca Wallace.
── Deberías venir más seguido, no solo los fines de semana. ── Wallace te abraza acomodando su cabeza suavemente en tu hombro.
── ¿Quieres que tenga dolor de espalda los días de semana? No podría trabajar, idiota. ── Wallace ríe en tu cuello, ocasionando un ligero escalofrío en tu columna.
── Sería divertido probarlo~ ── Abres los ojos otra vez ruborizado, sabías lo que insinúa por lo tanto suspiras dejándote llevar.
── Lo que sea...
── ¿Es un sí? ── Wallace toma tu rostro besandote dulcemente. Antes de que pudieran incluso comenzar. Scott abre la puerta de forma violenta como si estuviera tratando se ocultarse.
Observa la escena frente a sus ojos ── Oh... ustedes...
── Largo de aquí. ── Wallace señala la puerta por la cual Scott acababa de entrar.
── Per-
── Largo. Quiero tener sexo en paz, Scott. ── Scott asiente avergonzado sin antes disculparse, antes de que se vaya Wallace habla ── Me vas a tener que pagar esa ventana.
189 notes · View notes
alquimistaliteraria · 5 months
Text
Soñar con tu ex y darte cuenta que tú inconsciente aún no le supera.
Tumblr media
-Diario abierto-
Qué sensación tan horrible tengo en este momento. He soñado tan poco con ella, pero cuando lo hago, siempre se cuela en momentos indebidos. El último sueño que tuve sobre ella lo manejé bastante bien; le dije a mi inconsciente: "caso cerrado". Pero anoche fue diferente. En mi sueño, la vi en cama, enferma, y me acerqué con preocupación, preguntándole si se sentía mal. No recuerdo exactamente lo que hablamos, pero me preocupé por ella y la cuidaba.
Eso no es lo peor, lo más cabrón fue cuando, al esperar que volviera del baño, tomé mi celular y vi fotos y videos de nosotras, de parejas enamoradas. En ese momento, me perdí por completo; me comenzó a dar un sentimiento intenso y me sentí conectada con aquellos recuerdos. Cuando volvió, le pregunté, "¿cuándo ocurrió esto? No lo recuerdo". Me respondió que fue hace una semana, y fue una locura, porque, en ese sueño, estábamos juntas en otra vida paralela, pero yo no tenía idea de eso, solo ubicaba mi tiempo presente.
La conversación fluyó, me dejé llevar y, de pronto, estábamos mirándonos con ternura. La situación se volvió amorosa y genuina. Luego, vinieron recuerdos de escenas donde vivíamos juntas, y ella era exactamente lo que anhelaba. No sentía esa conexión tan profunda desde hace meses, fue abrumador. Desperté con una ansiedad tal que me preguntaba: ¿por qué? ¿Fue por la luna llena o algo así?
Me regañé a mí misma al despertar: "¿Olvidaste algo tan importante? Solo cuida a quien te cuida y ama a quien te ama. No caigas fácil, menos con alguien que te dañó y que no le importas". Fue un "¿tienes algún síndrome de Estocolmo?" porque, sinceramente, no encuentro lógica en estas emociones.
Es un drama, y entiendo que mi mente trata de procesar emociones no resueltas, reviviendo experiencias. ¿Qué tan oculto me lo tenía? No es secreto que realmente la amé mucho, me daba tanta ternura y me preocupaba por su bienestar. Con ella, sentí todo ese amor, la ternura, la protección que podía ofrecerle a otra persona. Antes de conocerla, estaba bloqueada, fría, como unas barreras enormes. Pero eso no quita que hoy me he pasado el día sacudiéndome esa sensación de preocupación, ternura y amor romántico.
Espero entender lo que estoy sintiendo y a afrontar las emociones que a veces parecen desbordarme.
By Yls.
37 notes · View notes
reverieact · 2 months
Text
Tumblr media
* VACACIONES: Serene silence sings of peace, while chaos spins its tangled web...
LOCACIÓN: Berna, Suiza. FECHA: 5 de 25 de agosto de 2024. ¿tienes alguna duda? VISITA EL CALENDARIO (ON ROL).
Después de varios laboriosos días en Cayo Castaway y una travesía memorable a bordo de un crucero Disney por el Mediterráneo, llega la hora de regresar a Berna. Las residencias están tal como las dejaste, con los mismos salones que han sido testigos de incontables horas de clases. Aunque probablemente te sientas exhausto por las exigencias físicas y mentales de cada misión, Berna permanece inalterada, un refugio familiar tras las dos semanas de aventura.
Pero, ¿estás listo para continuar con la rutina? ¿No te gustaría un descanso? Entre esos entornos que ahora rozan lo acogedor, se les informa que a partir de ahora tendrán tres semanas de vacaciones. ¡Un respiro bien merecido! ¡Felicidades! No sabes si está dentro del cronograma o es un regalo por el desempeño mostrado el último mes. Como sea, queda claro cuando los profesores se despiden de sus estudiantes al día siguiente de llegar a Suiza. Durante los próximos veintiún días, podrán hacer lo que deseen; si quieren dejar la ciudad en ese tiempo, deberán informar su día de partida y fecha de retorno. De lo contrario, tendrán las residencias de la academia a disposición hasta que retomen las clases nuevamente, el lunes 26 de agosto.
Así se te despliegan tres semanas como un lienzo en blanco, lleno de posibilidades y expectativas que sólo podía proveerte el receso de la, a veces, angustiante rutina. Por un lado, la brisa fresca de Berna, cargada con el aroma de los pinos y flores silvestres, te invita al descanso. Por el otro, la posibilidad de tomar un avión o tren hasta casa ya no se siente como un anhelo imposible de concretar. ¿Cómo gestionarás tú ese tiempo?
Desafortunadamente, el tiempo vuela, y en un abrir y cerrar de ojos los días se han escurrido entre tus dedos cual arena escurridiza. Te queda poco tiempo antes de volver a las clases y las misiones de siempre, cuando aparece un flyer adherido a la cartelera principal de la residencia. Nadie sabe quién lo ha puesto, o a quién le pertenece la nota que le acompaña donde se les invita a dar un paseo, pero el motivo es obvio: el Berna ArtiFest es un festival de música y arte que se llevará a cabo en las afueras de la ciudad, y tendrán pase libre aquellos que forman parte de la Academia. ¿Quién sabe? ¿Será un pequeño regalo de los profesores? Según la publicidad, este festival que durará tres días promete ser un oasis de creatividad y entretenimiento en medio del paisaje natural de Berna. El escenario perfecto para despedirse de esas pequeñas vacaciones.
—¿Qué harás tú? ¿Le echarás un vistazo?
—No sé, yo creo que quiero pasar los últimos días durmiendo…
—¡No seas así! ¿Sabes cuántas personas les gustaría ir a ese festival? Es uno de los más famosos de Europa.
Los cuchicheos son inmediatos. ¡Todos hacen sus planes! ¿Te quedarás atrás? Sólo recuerda no levantarte muy tarde; si no logras estar listo a tiempo, no podrás tomar una de las vans que se alinearán a las afueras de las residencias para llevarte hasta ese paraíso musical…
¡Bienvenidos a los últimos días de sus vacaciones en el ArtiFest!
Este es un vibrante y efervescente festival de música y arte que se celebra a mediados de agosto en la capital suiza. La atmósfera está cargada de entusiasmo y la promesa de descubrimientos únicos a los que podrás acceder sin problemas ni costos de por medio. Algunos de los artistas que podrás presenciar son Sabrina Carpenter, Bad Bunny, Harry Styles, Lesserafim, Chappell Roan, Hozier, entre otros.
Las locaciones donde podrán coincidir son las siguientes:
Main Stage (Escenario Principal): El corazón pulsante del festival, donde se presentan las bandas y artistas más destacados. Con un imponente escenario y un sistema de sonido de última generación, las luces de colores danzan al ritmo de las melodías, creando una atmósfera mágica.
Art Pavilion (Pabellón de Arte): Una gigantesca carpa que alberga una asombrosa colección de obras de artistas locales e internacionales. Pinturas, esculturas y arte digital se exhiben en un caleidoscopio de creatividad.
Chill-Out Zone (Zona de Relajación): Un oasis de tranquilidad en medio del bullicio del festival. Equipado con cojines, hamacas, música ambiental suave y luces tenues que crean un ambiente ideal para descansar.
Food Court (Patio de Comidas): Un paraíso culinario con una variada selección de food trucks que ofrecen delicias gastronómicas de todo el mundo. Desde sushi fresco hasta tacos picantes, pasando por gourmet vegano y dulces artesanales, hay algo para cada paladar.
Workshop Tents (Carpas de Talleres): Carpas dedicadas a una amplia gama de talleres interactivos. Aquí, los asistentes pueden sumergirse en actividades creativas como pintura, escultura, danza y más.
Electronic Grove (Bosque Electrónico): Un área al aire libre que se convierte en un mundo de ensueño por la noche. Con música electrónica vibrante, luces decorativas y efectos visuales impresionantes, este espacio invita a bailar bajo las estrellas hasta altas horas de la madrugada.
Silent Disco (Discoteca Silenciosa): Una pista de baile única donde los asistentes usan auriculares para escuchar música. Tres DJs transmiten simultáneamente diferentes estilos de música, y los bailarines pueden cambiar de canal a voluntad. Desde fuera, parece una multitud de personas bailando en silencio, pero dentro de los auriculares, la fiesta está en pleno apogeo.
Film Screening Area (Área de Proyección de Películas): Un espacio al aire libre con una gran pantalla donde se proyectan cortometrajes y documentales sobre arte y música. Las cómodas sillas y el ambiente relajado invitan a los espectadores a disfrutar de una noche de cine bajo las estrellas.
Craft Market (Mercado de Artesanías): Un mercado vibrante donde se venden artesanías, joyas y arte hecho a mano. Los visitantes pueden pasear entre los puestos, admirar las habilidades de los artesanos y llevarse a casa un pedazo único del festival.
TIPO DE STARTERS: Starters abiertos. CÓDIGO DE VESTIMENTA: Elección libre. DURACIÓN DE LA ACTIVIDAD: 10 días, finalización 15 de agosto.
Durante esta actividad tendrán la posibilidad de abrir dos (2) starters privados, para hacerlo deben tener al menos seis threads activos. Estos son los únicos temas que podrán ubicar en cualquier momento de las tres semanas de vacaciones. Además, podrán rolear dos (2) flashback de quererlo.
¡Les invitamos a compartir Las vestimentas de sus personajes y todas las ediciones que deseen! Además, recuerden mantener sus asks con los anónimos desactivados, para evitar situaciones desagradables.
18 notes · View notes
senig-fandom · 2 months
Text
Traición o miedo.
-Hace unas semanas me informaron sobre la actitud de Guardia Nacional, creí que darle un tiempo para recuperarse ayudaría, pero…me equivoque, supongo que estoy demasiado acostumbrado a que todos resuelvan sus cosas por si solos, que no me di cuenta que…él no es tan fuerte…-Los pensamientos del tricolor lo inundaban de la culpa, tal vez equivocado que todo lo que el crea sea igual a todos.
Y parado frente a una puerta cerrada en las instalaciones de la Guardia nacional, el mexicano de bandera tricolor, esperaba la respuesta de SEDENA.
-México, sé que habíamos hablado esto de antemano, pero, no es necesario que usted mismo tenga que resolverlo…-SEDENA hacia cada vez más escuchas y el mexicano ya no quería alargar más, si el problema era que GN no había hablado con México, entonces que hable ahora.
-SEDENA, abre esa puerta, ya te di el tiempo suficiente y no ha cambiado, su problema no solo ha empeorado, si no que ha afectado a sus militares y ha dejado de lado su labor poniendo a PF al mando- SEDENA retira su mirada, quería protestar, pero era verdad, el cambio no se ha dado y empeora- ya van a ser 5 años desde e accidente y no ha mejorado, así que abres la puerta o la tiro abajo y sabes que no me costara nada hacerlo.-SEDENA suspira desanimado y abre la puerta del cuarto de la guardia nacional.-
Una habitación oscura, que debería tener un brillo, pero solo era algo lúgubre, varias camas con el logo de la Guardia nacional. El mexicano pasa hacia adelante, pero antes de continuar, hace una señal con la mano a SEDENA y al soldado de la GN que los acompaño.
-Dejen me a mi hablar primero, si necesito ayuda pueden entrar-Así tanto SEDENA como el soldado quedaron afuera a esperar. México Centro entro a paso lento, en una habitación oscura cual solamente se veía un brillo por las ventanas y sus ojos brillantes.
En un eco de sus pisadas buscaba con su mirada  al representante de este cuartel, entre camas y silencio sus ojos se detienen al fondo donde ve un bulto tapado con la cobija, Centro se detiene tranquilamente mirando un poco alrededor de la cama, luego se compuso y dio un suspiro silencioso, su mirada curiosa cambia a una serena.
-Guardia Nacional, que estás haciendo aquí, este es el ejemplo que quieres darle a tus soldados-Su voz severa estremeció al soldado que se cubría con la cobija, como si de un niño se tratara que busca espantar los miedos debajo del mantel, solo causo que volteara un poco, pero sin ver aun su rostro.
-Se... ¿Señor México? ¿Qué hace usted aquí?-Su voz dulce y cantarina se había convertido en una voz rasposa y temblorosa, al escuchar su voz, el rostro de Centro mostro un disgusto, recordando anteriormente al representante en sus inicios, quien siempre le decía la misma frase de antes, pero con una luz siempre en su alrededor pero ahora, esa luz no aparece.
-Yo debería de preguntarte eso a ti, ¿Qué haces aquí en la oscuridad?, me han avisado de que te has saltado tus deberes como soldado y como ejemplo para los que decidieron ser parte de ti. GN sé que tuviste miedo, pero ocultarte bajo las cobijas no hará el cambio.
-¿¡Y QUE SABE USTED!? A USTED NUNCA LO VEO HACER LO QUE YO HAGO, PORQUE AHORA SOY EL PROBLEMA, SI SOY YO A QUIEN ENVIAN A MORIR!- El representante movió más la cobija cubriendo ahora más su cuerpo, cubriendo sus pies como si el ambiente se volviera frio, Centro solo prevalecía callado, con una mirada tranquila, pensaba dejar que este le gritara todo lo que quisiera, tal vez así luego hablara, como lo hacía con su hermano del Sur.
-Y ¿POR QUE AHORA ESTA AQUÍ? EH…AHORA QUE SOLO EMPEORO TODO VIENE A RESOLVERLO, ACASO… ¿ACASO QUIERE ELIMINARME?- Centro abrió los ojos a escucha esa última frase, preguntando en sus adentro de donde saco tales ideas, de cierto modo él ha eliminado la existencia de organizaciones de su país, pero realmente nunca murieron, solamente cambiaron de nombre u comparten puesto con otra organización, por ello con ese historial, porque GN crearía en esa idea.
-¿Dónde escuchaste algo así?
-¡ENTONCES ES VERDAD! ¡USTED QUIERE ELIMINARME AHORA QUE NO SOY UTIL VERDAD!
-Te pregunte donde lo escuchaste… esas ideas no aparecen porque si…
-Y que le importa a usted donde salió, si le digiera que yo lo pensé no lo creería, usted siempre es así, siempre sin emociones, sin expresión, todo tiene lógica para usted, nunca parece romperse en nada, incluso conmigo… ¡Usted me abandono!-De la nada GN sostenía un bastón plateado lo cual utilizo para golpea los tubos metálicos de la literas. Centro hizo un paso hacia atrás tras oír el impacto.-je…jejeje…jajaja vamos mi señor, no me diga que no tiene miedo ahora- GN mostro una mueca de disgusto, viendo como aun su bandera tricolor permanecía sereno ante la situación.
-Lo que sea que estés pensando, no va a funcionar, así que suelta el arma.
-¿¡PORQUE SIEMPRE PERAMENCE TAN SERENO!?
El soldado arremete con el bastón de hacerlo contra el tricolor, este esquiva cada golpe haciendo pasos hacia atrás, cuando quiso detener por fin esta pelea absurda, vio unas gotas que caían al suelo, esa pequeña distracción causo que el soldado saltara sobre él y lo acorralara contra el suelo, él bastón fue puesto en su cuello, ahorcándolo de inmediato, sintiendo toda la fuerza en ese lugar, intentado arrebatar cada tomo de aire.
-jajajaja, esa dificultad es lo que sentí cuando me dispararon, como se siente señor, apuesto que es aterrador, ¿no es así? Sabe que es lo peor, perdí a muchos soldados en esa pelea, incluido el perro que me dio, amigos míos que no merecían morir, pero allí fuimos a morir, porque usted así lo quiso ¿verdad?, porque usted nos ve como números no, que otra forma nos vería si no fuera así Eh…?-Centro solo escuchaba su conversación, no intentaba ni siquiera mover sus manos, el buscaba otra cosa del soldado, algo que siempre es natural en todos los soldados mexicanos.
-Míreme mi señor, esto es lo que convirtió, fui a un lugar donde nadie me quería, fui tratado con desdén por otras organizaciones, fui humillado, pisoteado y maltratado solo para cumplir sus reglas, y mi recompensa es comer la misma mierda todos los días, que me griten y que me intenten matar, sabe cuántos de esas personas del otro lado intentaron apuñalarme, sabe cuántas quejas recibo al día, sabe cuántas heridas ya tiene mi cuerpo…NO USTED NO LO SABRIA NUNCA, USTED…USTED…¡USTED NUNCA ENTENDERIA MI DOLOR!-De poco a poco las lágrimas ya brotaban como la lluvia, fuerte y sin parar de lagrimear, salen y salen entre gritos y una angustia insaciable, pero una mano suave intenta detenerlas, acariciando un poco la otra mejilla.
-Lo…siento…-Con dificultad, Centro hablo, intentando comunicar esa empatía que muchas veces para él es difícil de mostrar, tal vez su voz no era suficiente, por eso su mano intentaba tranquilizar eso que no puede trasmitir.
Tumblr media
-Lo…siento…mucho…Sergio…-Los ojos casi felinos del soldado se abren como platos, su nombre humano fue pronunciado por su creador, quien intentaba respirar, haciéndolo estremecer, pero aun permaneciendo con una ira inextinguible.
En ese momento en las memorias del soldado aparecía Centro en el primer día de su creación, para sus ojos ese sujeto tenía una expresión calmada y dulce, le sonreía aunque este aun no sentía ninguna emoción.
¿Él era así antes?
-Bien con eso será suficiente, bienvenido a este infierno llamado hogar…tu eres el representante Guardia nacional, aunque llamarte así seria angustiante para otros soldados…
-Es…¿normal que no sienta nada señor?...En ese momento ese soldado que el mundo conoció era solo un cascaron vacío, pero era lo normal al nacer tan repentinamente.
-Oh, es normal, al nacer a través de mis manos tarda un poco más en aparecer las emociones, pero no te preocupes, aparecerán más pronto que nunca, solo espero que no exploten y te hagan daño en vez de ser una forma de empatizar con otros…
-Ya veo…
-Listo ya tengo un nombre para ti, antes me gustaba poner los nombres de mi antigua cultura, pero la realidad es que ninguno de ustedes es un Mexica, seria egoísta de mi parte apartar más a las demás culturas que rodean a este país, así que te llamare con el nombre que este mundo ya pertenece, Sergio; el ciervo guardián, perfecto para que le caigas bien a los hijos de norte, jajaja.
En ese momento el soldado no entendía nada, pero en su pecho iniciaba apenas un sentimiento, la risa de su líder >Es linda<, pensaba e soldado.
-Ah, pero no le digas tu nombre a otras organizaciones fuera del país de México, se supone que ustedes no pueden tener nombre normales porque eso los haría más humanos, pero, yo sé que tu podrás ser mejor de lo que esas otras organizaciones dicen, al fin y al cabo te he creado yo.
*Creo en ti Sergio…*
Luego sus memorias llegaban al día en que sus emociones florecieron, todos lo veían como alguien inocente y fuerte, todos le hablaban y lo trataban bien, y aunque ya no pudo ver a Centro más, paraba tiempo con norte y Sur, aunque este último le hacía sentir mal, un día se preguntó porque amo tanto a esos tres, y SEDENA le resolvería sus dudas.
-Eso es normal, porque estamos hechizados, nuestro cuerpo y mente le pertenecen siempre al país, es más normal con los militares que con otras organizaciones de este lugar, y cuando alguien le hace daño a nuestro país, siente un dolor y comienza entrar en una locura…
-Suena malvado…
-Lo es, pero no es culpa de ellos, más bien es culpa mía y de GAFE
-¡Que! ¿De usted señor?
-Si, hace tiempo yo y GAFE juramos lealtad a un hombre, y ese hombre nos castigaba si desobedecíamos, por lo cual nos hechizo con algo que nos causaría mucho dolor si lo traicionáramos, pero fuimos liberados por…hump, esto se largó mucho esto…
-No suena muy agradable este cuento…
-Tal vez, pero aun así puedes decidir por ti mismo, al fin y  al cabo, México nunca te negaría a no amarlo o a amarlo, mientras sigas cumpliendo tu deber…eso es lo principal GN.
-Sí, lo entiendo, gracias señor.
La visión de este soldado no era negativa, al final, su tiempo en el norte le hacía ver porque amaba tanto a estos tres hermanos aun si ello nunca lo amarían, este sentimiento era todo para este soldado.
Pero todo cambio en ese momento…
*Me odio tanto*
-Porque…porque me llama….porque, porque, porque, ¡PORQUEEEEeee!-Un golpe fuerte se escucha en la puerta con SEDENA y el soldado, al entrar ambos ven como guarda nacional golpeaba repetidas veces a Centro, SEDENA  se interpone contra la guardia nacional y lo lanzan con una fuerza tremenda, Centro intenta reincorporarse y ver que SEDENA y el soldado de la guardia nacional por fin entraron, el soldado fue directamente a Centro, quien intentaba ver las posibles heridas de la bandera tricolor, mientras que SEDENA no se veía nada feliz, es más, se podría casi ver sus colmillos de jaguar salir de su boca.
-¿Qué haces? Estás loco o que, quien te has creído para hacerle esto a Eduardo, debería darte una sanción por esto GN, como puedes golpear a nuestro líder- GN respiraba y respiraba, como si toda la adrenalina empezara a bajar, cuando se dio cuenta de su acción vio sus puños rojizos y con algo de sangre, haciéndolo espantarse y salir corriendo del lugar- ¡HEY, NO HUYAS!
-Déjalo…-Dicto Centro.
-Pero Eduardo el…
-Déjalo…solo déjalo…y…-Centro empieza a escupir en el suelo, y mira la sangre que sale de él, SEDENA y el soldado lo miran preocupados, * Oh…creo que ya no puedo fingir más…estoy en problemas* en ese momento un mareo intenso y un gran dolor aparecen, haciendo que centro se desmayara rápidamente, mientras SEDENA veía que las marcas de guerra estaban poniéndose mas rojas.
.
.
.
Tras unos días después, Centro estaba en el zócalo de nuevo, siendo atendido por algunos enfermeros por revisiones, para ver si no se abre la herida en su labio y su ojo izquierdo, pero al mismo tiempo estaba siendo vigilado por GAFE y SEDENA.
-USTED ES UN INRESPOSABEL, COMO PUEDE DEJARSE MALTRATAR ASI, NO LO ENTRENE TODA MI VIDA PARA QUE CUALQUIERA LE ECHE AL SUELO COMO UNA CUCARACHA, SE SUPONE QUE TU DEBES DE EHCARNOS A NOSOTROA AL SUELO COMO CUCHARACHAS NO ALREVEZ- SEDENA estaba molesto
-Deja de gritar, haces que me duela la cabeza…-SEDENA hace una un chirrido entre dientes, para cuando termino la revisión GAFE solo guía a los enfermeros hacia Policía militar quien los escolta hacia afuera, GAFE cierra la puerta de la oficina de Centro y se sienta al otro lado de la habitación.
-GAFE dile algo, esto es una falta de respeto, algo así puede repetirse si no lo regañamos ahora.-Centro solo miro a otro lado con un sudor frio mientras SEDENA continua regañando.
-Si el dejo que lo hiciera es por algo, y si lo vas a castigarlo por lo menos espera a que mejore.- SEDENA ahora descargaba su ira contra GAFE quien solo lo dejaba gritarle como una madre desquiciada, Centro los veía y reía para sí mismo, recordando que ambos se llevaban así siempre.
De repente apareció Policía militar a hablarle a SEDENA, parece que ya capturaron de nuevo a GN y lo llevaron a las instalaciones, SEDENA dejo a GAFE y se fue con PM de inmediato, GAFE también iba a ir, pero fue retenido con la mano de Centro quien lo sostuvo de la muñeca.
-¿Puedes quedarte un poco más?-GAFE respondió con un movimiento hacia atrás y volviendo a su asiento, Centro miraba su mano izquierda, con una mirada caída y pensativa- ¿Crees que debería de cambiar mi forma de ser?
-Usted y sus hermanos tomaron la decisión que cada uno tomaría un rol, pero si lo ve conveniente puede hacerlo señor…-Centro mira a GAFE con una mirada triste, sus cejas parecían ya no mostrar la firmeza de antes, dejando callado al soldado quien suspiro y se retiró la máscara de su rostro- Me parece que no me está hablando como un soldado, verdad Metztliapan.
-Lo siento, es que…no sé qué hacer con esto que acaba de pasar, cuando alguien de las organizaciones me traicionaba, fácilmente ellos me dejaban de lado, pero GN…no…Sergio el aún está atrapado en su dolor…sabía que sus emociones explorarían si no hacía que se integrara con cuidado, pero nunca pensé que lo llevaría a volverse loco…y todo es gracias a mi indiferencia ante todo el mundo…creí que solo levantar la mirada, ser frio o ponerme firme ante cualquier situación podría arreglarlo…pero no...Incluso pase mi vida leyendo todo tipo de libros, participante en tantos eventos…para que al final…yo no pueda arreglar a alguien roto…como Sergio y como mi hermano…-Y allí estaba, ante los ojos entrecerrado de GAFE veía de nuevo al pobre niño que creció a la fuerza, el que nunca flaquea y nunca llora, pero ahora estaba entre la espada y la pared.
- Metztliapan…
-Qué puedo hacer…si cambio mi personalidad de nuevo me volveré loco, y la gente de mis hermanos solo empeoraran más, odio esto, pero nadie quiere escucharme, el presidente es un ignorante, los partidos todos son cómplices de Anarquía, mis hermanos están tan rotos que si me voy no sé qué pasaría, mis hijos me odian y los pocos que me quieren si fracaso en ayudarlos me pueden odiar, las organizaciones estoy seguro que tienen algo contra mí y ya pudieron hacerme daño una vez…yo…tengo miedo…ya no quiero seguir aquí…-Centro se cubrió su rostro con sus manos, pero entre sus dedo podrían verse las lágrimas caer, mientras una respiración agitada y un callado grito se hacían presente ante el miliar.
GAFE se acerca a la bandera tricolor y lo abraza, mientras veía a su líder finalmente se romperse después de 8 años que regreso, fue mucho tiempo pensó, pero finalmente se mostró el chico que él conocía, y ahora que esta así, ya podrá arreglar las cosas que no ha podido arreglar, solo necesita un empujón más.
-¿Quieres ayudar a Guardia Nacional? Lo primero que debes hacer es que el vuelva a confiar en ti o en cualquier otro de ustedes tres, ustedes tienen que encontrar seguridad en nosotros también, yo estoy aquí ahora porque he decidido quedarme contigo Metztliapan, no importa si eres Eduardo, Centro o México, tu seguirás siendo el mejor líder de todos y no lo digo para quedar bien, de tu abuelo y tus padres, eres el único que a intentado quitar esta maldición que nos aprisiona a todos, sé que harás lo mejor, pero tienes que dedicarle tiempo, por eso…debes dejar a la política por un tiempo…
GAFE acaricia la cabeza de México, mientras este limpiaba con su mano las lágrimas de su cara.
-Con esa actitud te pareces a tu padre…-sonriendo dice el soldado, como si viera la misma imagen ora vez, una imagen del pasado.
De repente la puerta se abre, GAFE separa al lado d Centro para cubrirlo que nadie lo viera con esa cara, pero al ver quien era, bajo la guardia.
-México, se trata de FAM…el…ha tenido un accidente en Berlín.- Los ojos de GAFE y Centro se abren como platos ante la información de SEDENA.
Continuara.
_________________
Y por fin ya me avente esto XD me e estado distrayendo jugando Stardew Valley y me la pase de trayhard en el juego y ya no pude publicar nada jajaja una disculpa por la demora aunque de todos modos seguirá apareciendo una demora porque me viciare luego XD pero por lo menos ya solo faltan lo de FAM y la historia continuara con Centro y sus hijos VwV ya de allí conoceremos el trabajo secreto de Norte y probablemente la redención de GN oh y por ultimo el inicio de todo el caos en el continente americano.
Espero y les guste 🤍🤍🤍
21 notes · View notes
analisword · 7 months
Text
high infidelity (Enzo Vogrincic x Fem Reader)
Tumblr media
Capítulo 16.
A pesar de que Alana llevaba un buen tiempo sin visitar la editorial, su cuerpo la transportaba  por pura memoria muscular, se sintió como en casa cuando el olor a hojas y tinta invadió sus fosas nasales, el lugar no se veía muy diferente desde la última vez que había estado ahí, y aunque las oficinas que se encontraban en Ciudad de México fueran sus favoritas debido a la nostalgia que estas provocaban en ella, también le encantaban las de Sevilla. 
—Alana, cuanto tiempo—la recibió la secretaria que se encontraba en el escritorio de la entrada.
—Hola—saludó Alana felizmente—. Vengo con Maricia, me pidió que viniera cuanto antes—informó mientras le mandaba un mensaje de texto a Enzo para avisarle que  había llegado a la editorial con bien. 
—Te está esperando en su oficina. 
Alana le sonrió en agradecimiento y subió por el elevador hasta la oficina de Maricia, en los pasillos se encontraban retratos de las portadas de los libros más aclamados de la editorial, entre ellos por supuesto, la saga de Alana. 
Debido a la confianza que se tenían, Alana entró a la oficina sin tocar, la sonrisa de su rostro se borró al notar que Sebastián se encontraba sentado ahí. 
—¿Qué hace él aquí?—preguntó Alana elevando la voz más de lo normal, sintiendo de inmediato la necesidad de salir corriendo del lugar. 
—Alana, siéntate por favor—le indicó Maricia pacíficamente, ¿cómo podía pretender que lo que le estaban haciendo estaba bien? 
—No pienso sentarme si él está aquí—replicó, Sebastián la miró con aburrición desde la otra silla—. Tiene una jodida orden de aprehensión, si no se va, le hablaré a la policía—dijo sacando su celular con manos temblorosas. 
—Me voy para que platiquen tranquilas—dijo Sebastián apunto de pararse, pero Maricia le hizo una seña con la mano para que volviera a sentarse. 
—Necesitamos hablar entre los tres, por favor, Alana—dijo Maricia con ojos suplicantes, Alana tomó una bocanada de aire e intentando mantener la compostura se sentó en en la otra silla, no sin antes intentar alejarla de Sebastián lo más posible, hace semanas que no lo veía. 
—Pudiste avisarme que estaría aquí, al menos—se quejó. 
—Ambas sabemos que no hubieras venido si te lo hubiera dicho—respondió Maricia con tono apelativo, Alana chasqueó la lengua al escucharla, lo decía como si eso fuera su jodida culpa,  si hubiera sabido que Sebastián estaría ahí, al menos le hubiera podido decir a Enzo que la acompañara, no podía evitar sentir miedo ante la presencia de Sebastián. 
Dios, Enzo se pondría furioso cuando se enterara que Maricia le había hecho tal cosa. 
—¿Podemos al menos  hacer esto rápido? Por favor—rogó, su ante asintió fuertemente. 
—Sé que ambos se encuentran escribiendo en este momento—dijo Maricia—. ¿Tienen un aproximado de en cuánto tiempo terminarán los respectivos libros?
—Un par de meses más, yo creo—dijo Alana, no tenía fecha exacta, pero en ese tiempo había avanzado hasta ¾ del libro. 
—No tengo fecha definida, estoy escribiendo a mi propio ritmo—respondió Sebastián, Maricia lo miró fijamente y soltó un suspiro. 
—Entiendo—dijo la mujer—. Alana, seré directa, no podemos publicar tu libro hasta que el de Sebastián esté listo.
Alana frunció el ceño al escucharla, Sebastián podía pasarse años escribiendo ese estúpido libro.
—No puedes hacer esto, no sabe cuándo lo va a terminar, el mío queda listo en unos meses, lo adelanto si quieres—exclamó rápidamente, para terminarlo más pronto tendría que sacrificar algunas horas de sueño, pero estaba dispuesta a hacerlo de ser necesario. 
—Sebastián inició el trámite de su libro antes—le recordó la mujer. 
—Sí, porque no me dejaba escribir el mío para que yo le corrigiera el suyo—escupió Alana. 
—Bueno, no te tenía con las manos amarradas, ¿cierto?—preguntó Maricia, Alana la miró incrédula, Marcia no sólo había sido su agente, también la había considerado una amiga, familia incluso. 
—Ignoraré tu comentario—bufó—. ¿Qué tiene que él haya iniciado su libro antes? Siempre se ha publicado el primero en ser terminado, no empezado.
—No es sobre eso—dijo Maricia. 
—¿Entonces sobre qué es? Porque déjame decirte que no estoy entendiendo nada.
—Engañaste a Sebastián—soltó Maricia simplemente—. Todos lo saben, estás de novia con el actor ese en poco tiempo, no queda con los valores de nuestra editorial y ciertamente no queda con la reputación que llevabas como persona hasta ahora.
—¿Y sí queda con los valores de la editorial publicar a un jodido golpeador?—peleó—. Maricia, estuve en el hospital—le recordó, nunca creyó tener que explicarse a sí misma. 
Sebastián veía la interacción con silencio, Maricia tomó una gran bocanada de aire y continuó hablando. 
—Si te publicamos primero a ti, pueden haber bajas para la editorial, deja que lo publiquemos primero a él, una vez que termine su novela, esperamos un poco más y ya publicamos la tuya, eres una escritora rápida, podrías incluso hacer la parte dos en lo que inicia el proceso de publicación de Sebastián. 
Alana la miró incrédula, sentía  un nudo en su garganta, Maricia y la editorial la habían apoyado durante toda su carrera, joder, Alana había llegado ahí antes que él. 
—¿Y cuándo será eso? ¿en uno, dos, diez años?
—No seas exagerada, Alana—dijo Sebastián volteando a verla.
—No te atrevas a hablarme—lo apuntó—. Me mantuviste sin escribir todo este tiempo, me golpeaste, me mandaste al hospital y ahora estás haciendo que no pueda trabajar. ¿Cuándo me dejarás en paz?
—Alana, sí puedes trabajar, sigue escribiendo, tu libro será publicado, te lo garantizo—dijo Maricia. 
—¡En tiempo indefinido!—replicó—. No puedo creer que estés de su jodido lado, Maricia. 
—Estuvo mal lo que Sebastián te hizo, pero tú tampoco hiciste bien. 
—Me parece estúpido que incluso haya punto de comparación—dijo parándose dispuesta a irse.
—Alana, por favor no hagas esto difícil—dijo Maricia. 
—¿Sabes qué? Vete a la mierda—escupió ella. 
—Alana, no seas estúpida—advirtió Sebastián.
—Vete a la mierda tú también—dijo—. Renuncio, no pienso seguir trabajando en esta porquería de lugar. 
—Alana, te tomará siglos volver a  encontrar editorial—dijo Sebastián. 
—Eso lo veremos—dijo ella saliendo de la oficina, sabía que él tenía razón, pero no pensaba mostrarse insegura ante él, ya no. 
—No estás pensando adecuadamente—dijo Sebastián siguiéndola, Alana se giró al escuchar su voz.
—Me estás arruinando la puta vida, Sebastián, nunca debí abandonar mi país para seguirte, cada día me arrepiento de haber sido tan jodidamente estúpida. 
—Dame dos años para terminar mi libro, después públicas el tuyo y ya está, aún estás a tiempo de pedirle disculpas a Maricia, no querrá perder a una escritora como tú. 
—Pues yo no pienso seguir trabajando con ustedes dos, así tenga que iniciar de cero, lo haré—dijo firmemente. 
—Alana—dijo Sebastián bajando la voz—. Será difícil encontrar una editorial aquí en España que te publique siendo mexicana, lo sabes bien, Enzo podrá tener muchos contacto en el mundo del cine, pero de literatura no sabe un carajo. 
—¿Qué tiene que ver Enzo en esto?—preguntó Alana desesperadamente—. Tú y tu maldita manía de reducir mi trabajo al de un hombre, por eso tú y yo nunca pudimos funcionar. 
—Lo hicimos durante cuatro años. 
—Hasta que me golpeaste. 
—Hasta que te acostaste con él—replicó. 
—No pienso seguir discutiendo contigo, dile a Maricia que mañana presento mi renuncia formal. 
—Alana, por favor hablemos como personas civilizadas—gritó Sebastián, provocando que varias personas en la editorial se giraran a verlos, Alana lo ignoró y tomó el elevador lo más rápido que pudo, intentando ignorar el hecho de que su ex novio la estaba siguiendo desde el otro elevador. 
                                                           ˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖ 
—¡Corte!—gritó Julio, Enzo se dejó caer en el suelo cuando lo escuchó, llevaba casi todo el día de pie y sus piernas ya no podían soportar más—. Se queda, Enzo, vete a casa claramente estás al borde del colapso—dijo con algo de lástima en su voz. 
—¿No tenés que grabar más escenas?—preguntó parándose rápidamente mientras se limpiaba el césped de sus pantalones, sintiéndose avergonzado por lo dramático que estaba siendo. 
—Contigo no, puedes irte a casa—le ordenó Julio, Enzo agradeció con un asentimiento de cabeza, no era común que Julio le permitiera irse antes de tiempo.
Enzo se despidió con la mano rápidamente del resto de los actores que se quedarían para seguir grabando y se dirigió al camerino para tomar sus cosas, Alana se había ido del estudio hace unas tres horas, se imaginaba que para entonces la junta de la editorial ya habría terminado y no podía esperar por llegar temprano a casa para estar con ella.
Entró al camerino y Lucía se paró abruptamente de la silla al verlo entrar. 
—¿Retoque? Pero si está intacto el maquillaje.
—Nah, ya me puedo ir, terminé mis escenas por hoy—dijo felizmente, Lucía asintió efusivamente y comenzó a guardar tan rápido sus cosas que unas cuantas brochas se le cayeron de las manos. 
—Dios, ¿pero qué pasa con vos?—preguntó riendo mientras le pasaba una gorda brocha.
—¿Qué pasa de qué?
—No sé, parecés maníaca—respondió observándola de arriba a abajo. 
Lucía se rascó el cuello tan fuerte que dejó unas marcas rojas en su clara piel. 
—Bueno, ni cómo decirte, mirá—dijo pasándole el celular para después empezar a morderse las uñas, su amiga podía ser una persona muy nerviosa. 
Enzo la miró confundido y procedió a tomar el celular, al ver la imagen y el pie de foto se le fue el alma a los pies. 
''Alana Lomelí, escritora y nueva novia de Enzo Vogrincic, es captada conversando afuera de su editorial con su ex novio, el editor Sebastián Villafuentes, recordemos que el actor tuvo una disputa con el mexicano hace un tiempo afuera de un hospital (...)''.
Enzo sintió que la boca se le secaba, el pie de foto  y la noticia dejaba mucho que desear, claramente Alana y Sebastián no estaban conversando, sus expresiones demostraban enojo y frustración, se encontraban discutiendo, Enzo bloqueó el celular en cuanto alcanzó a leer uno que otro comentario donde se le juzgaba a Alana y se le llamaba de todo tipo de nombres hirientes por haber sido captada en cámara con Sebastián. 
—¿Hace cuánto fue esto?—preguntó Enzo guardando sus cosas rápidamente, tenía que revisar que Alana estuviera bien, no había forma en la que ella hubiese ido hasta la editorial sabiendo que Sebastián estaría ahí, le habían tendido una retorcida y horrible trampa. 
—Hace como una hora—dijo Lucía—. Alana tiene que estar bien, no hay forma en la que Sebastián la haya podido tocar en un lugar público, ¿cierto?
Enzo chasqueó la lengua al escucharla, no quería ni siquiera imaginar tal cosa, sintió como su pulso se aceleró y la forma en la que sus manos comenzaron a sudar, tomó su celular y encontró un mensaje de Alana de hace unos minutos en donde le decía que ya se encontraba en casa, Enzo se llevó la mano al pecho en alivio al leer el texto. 
—Está en casa—informó. 
—Qué alivio—dijo Lucía imitando su reacción.
—No puedo creer que su jodida editorial le haya hecho eso, claramente Alana no tenía idea de que Sebastián estaría ahí—dijo con tono de frustración.
Se encontraba nervioso al pensar en qué estado se encontraría a Alana, le rezaba al cielo que su novia no se encontrara muy alterada por el encuentro que había tenido con Sebastián, la pobre no podía tener un jodido respiro sin que algo malo sucediera, Enzo sentía la necesidad de protegerla y le irritaba el hecho de sentir que no estaba haciendo un buen trabajo. 
Cuando entró al departamento se encontró con Alana sentada en el sillón con Zola ronroneando sobre sus muslos, la gata fue la primera en notar que había entrado a la sala, pues brincó hacia él apenas lo vio ingresar, Enzo se agachó y le regaló una pequeña caricia en sus orejas. 
—Mi amor—susurró Enzo con pena en su voz, Alana soltó un sollozó y se le lanzó en los brazos, Enzo la sostuvo mientras acariciaba su cabello, se sentía fatal por la situación y le dolía hasta los huesos que Alana tuviera que pasar por eso. 
—No debí de haber ido—dijo con un hilo de voz, Enzo sintió que su garganta se cerraba un poco, pero intentó guardar la compostura.
—Tiene una jodida orden de aprehensión, ¿cómo permitieron que se acercara a vos?—preguntó Enzo con enojo, Alana se separó unos centímetros de su cara y lo miró con confusión, probablemente porque el chico sabía lo que había sucedido antes de que ella se lo contara—. Está en todos lados, les tomaron unas fotos. 
Alana frunció el ceño y Enzo tragó saliva en seco, sabía que no era su culpa, sabía que no era algo que él pudiera controlar, pero era consciente que él era el responsable de que las cámaras estuvieran puestas sobre Alana todo el tiempo, desde que se había dado la noticia de que ella y él eran pareja, le tomaban fotos hasta en el supermercado.
Alana se quitó el cabello de la cara con tono de desesperación y se dejó caer en el sillón. 
—¿Querés hablar al respecto?
—Renuncié a la editorial—dijo simplemente, Enzo abrió los ojos ampliamente al escuchar la noticia, Alana adoraba la editorial para la que trabajaba, había firmado con ella desde su primera saga.
—¿Qué?
—No pensaban publicar ninguno de mis trabajos hasta que Sebastián publicara el suyo y él no sabe cuando terminará su libro, conociéndolo se tardaría años con tal de que yo no pueda publicar nada—explicó rápidamente.
—Pensé que no lo volverían a publicar por lo que te hizo—dijo Enzo enfadado, ¿cómo alguien podía seguir leyendo a un hombre golpeador?
—Supongo que el público en verdad separa el arte del artista—dijo Alana con un tono de sarcasmo en su voz—. Pero resulta que eso no aplica para mí, piensan que tendrán ventas bajas por lo que yo ''le hice a Sebastián''—dijo haciendo comillas en lo último.
—Es una tremenda boludez. Lo siento mucho mi vida, sé lo  cómoda que te sentías trabajando ahí—dijo Enzo tomando su mano para ofrecerle su apoyo, Alana entrelazó sus dedos con los de él. 
—Maricia claramente prefiere apoyarlo a él que a mí, así que no quiero seguir trabajando ahí, mañana presentaré la renuncia formal.
—Yo te acompaño—dijo Enzo, no pensaba dejar a Alana sola en ese lugar. 
Ella asintió y le sonrió tristemente. 
—No porque renuncies dejarás de escribir, ¿cierto?—preguntó con nerviosismo, Alana sin escribir era como quitarle el agua a un pez. 
—No, claro que no—dijo—. Sólo que será difícil conseguir otra editorial. 
—Sos Alana, obvio un montón de editoriales morirán por publicarte—dijo Enzo intentando animarla.
—En Latinoamérica, no aquí—dijo ella levantando los brazos—. Simplemente me siento tan tonta, me siento atrapada en esta ciudad—dijo ella llevándose la cara a las manos, Enzo sabía que Alana no se sentía del todo bien viviendo en Sevilla, la ciudad y la cultura era preciosa, pero el corazón de Alana se encontraba en su país. 
—Bueno, vámonos—dijo él simplemente, Alana levantó la cara con curiosidad. 
—No podemos simplemente irnos—dijo ella riendo con tristeza. 
—No—coincidió él—. Pero podemos irnos aunque sea un fin de semana de aquí, ¿no? Necesitás un descanso de todo este lío, decí una ciudad, una parte del mundo y nos vamos este mismo el fin de semana—haría lo que fuera necesario para que Alana tuviera unos días de paz. 
—En, eso nos costará una fortuna. 
—Digo, tampoco estoy diciendo que nos vayamos a China—dijo él riendo con obviedad—. De preferencia algo por acá, estoy seguro que habrá un lugar que llame tu atención.
Alana se quedó pensativa por un momento mientras jugaba nerviosamente con sus dedos. 
—Anda, no te hagas del rogar—dijo Enzo empujándola suavemente de la rodilla. 
—Bueno—dijo ella suspirando—. Supongo que ir a la playa sería lindo—dijo tímidamente.
—Bueno, nos vamos a la playa entonces—dijo Enzo elevando los hombros—. Y hay que comprarle una transportadora a esta niña, no podemos dejarla sola acá—dijo cargando a Zola, Alana sonrió ampliamente, quizá las cosas no estaban pintando nada bien, pero irse de Sevilla por unos días les ayudaría bastante a distraerse. 
35 notes · View notes
mslenfer · 1 year
Text
Tu eres mi casita
Cuando me pasa algo malo corro hacia a ti para refugiarme. Y cuando me pasa algo bueno eres donde celebrar.
Contigo me he animado a no tener miedo y ser cómo soy, he bajado mi pared de temores a ser cariñosa, habladora, cursi que hace cartitas, detallista... porque sabía que me querías. 
(...) Vengo de una niñez difícil y solitaria. He interpretado ya mis miedos, conozco mis heridas y he tratado de que no se reflejen ni salpiquen en mi actualidad. Empezando a bajar la guardia cuando un día te conté sobre mí cuando fuiste a lavar tu carro, te dije "te voy abrir mi corazoncito". Horas después me escribiste "no te preocupes, ahora que me has contado yo te pondré feliz". No sé si fue por decir, pero lo sentí real y pensé en quedarme aquí, junto a ti un tiempo más. 
Sé que cuando sé que te veré se me altera todo el sistema digestivo de la emoción y nerviosismo como si te conociera de hace una semana, pero cuando te tengo a mi lado y cuando sé que estamos bien, tengo paz. Tranquilidad es lo único que siempre he pedido. Libertad para amar. Siempre he querido que me quieran tanto para darme mil sonrisas y que mis padres lo fueran aceptar. 
Contigo todo es destello de alegría, destello de emociones, es un fuego que no quiero o puedo apagar. Sería cortarme el aire, cortarme el corazón en trocitos que no serán fáciles de recuperar.
Yo deseo que sientas lo que siento, que entiendas que las palabras no expresan necesariamente todo el sentimiento, pero en un pequeño hueco, anhelo que comprendas que el miedo y el control no llevan a ningun lugar cuando la otra persona te demuestra que lo que te da es real.
A veces sé que soy complicada, pero creeme que valgo la pena. A veces esto es complejo y hay días malos, malos a mi lado, sin embargo, apuesto que predominan más los buenos.
Son tres de la mañana y no puedo dormir, me pregunto si te mandaré esto que he escrito. Me pregunto si me vuelvo muy vulnerable a que me lastimes si es que descubres que es mucho para ti. Tal vez la intensidad a ti te ha bajado, tal vez ya no me mires con esos ojos acongojados... Siempre una parte lleva la carga de querer o enamorarse un poco más. Sin embargo, tengo poco miedo, no puedo tapar el corazón con un dedo y ocultar mi verdad.
Han pasado 15min ya.
Un día de octubre de hace 2 años íbamos por Javier Prado cruce con San Luis. Íbamos cantando hasta que el semáforo cambió a rojo, volteé a mirarte y me miraste con tus ojos profundos sonrientes. Me acerqué a besarte y no existe momento en mi vida que olvide ese beso: sencillo, sincero y bonito. El tiempo detenido, no había tráfico ni carros alrededor, el reflejo de la luz roja de los faroles del carro delantero imponían el ambiente aún más novelero. 
Y yo, siempre que pienso en un beso regreso a ese momento. 
Yo puedo describir mil ocasiones tuyas y mías de felicidad. Puedo decirte tus palabras y las mías, puedo decir qué llevabas, cómo mirabas. Puedo hablarte de tus labios y esa mueca peculiar que manejas cuando esbozas tu sonrisa.
Todo te lo puedo contar si me permites entrar y quedarme en tu vida. 
Tú y la vida, tú y el destino. 
Tú, mi casita.
Carta para ti - 7/02/23
207 notes · View notes
caostalgia · 1 year
Text
PARAÍSO
¿Qué es un paraíso para ustedes?, o dicho de otra forma ¿Qué representa un paraíso para ustedes? ¿Es el cielo tal vez?
Para algunos, el paraíso podría ser estar junto a un ser querido y una vez más.
Puede ser el salir a caminar junto a esa persona y reír sin parar.
Otros imaginan que es el cielo luego de la muerte inminente que nos llega a cada uno.
Algunos puedes pensar o sentir que el paraíso es todo lo que alguna vez te hizo sonreír o te dio un momento de felicidad, pero a veces esa felicidad es efímera.
Tal vez es el compartir tiempo con sus mascotas luego de un largo día lleno de mierda.
Tal vez la llamada de unos amigos para juntarse a una salida.
Para mí, el paraíso lo tenía a su lado.
Era la más grande muestra de amor de una persona a otra, eran 3 años de espera para juntarse, eran llamadas interminables, eran risas, era hacer que se moleste en plan broma y ella lo entendía, luego me devolvía la jugada.
El paraíso yo lo tenía sobre la tierra, pero a 9,123 kilómetros de casa.
El paraíso para mí era leernos libros hasta que el otro duerma por diferencia horaria.
El paraíso era poder saber que la podía poner tímida, aun cuando ella al inicio decía que no.
El paraíso era retarnos en tonterías y que ninguno ganara porque solo eran bromas tontas. (Aunque sé que voy ganando 6-5)
El paraíso era usar palabras poco comunes para hacer referencia a cosas mayores, pero como broma, y eso me encantaba, que ambos diéremos a mostrar la inteligencia que teníamos con ganas de reírnos sin más.
El paraíso eran sus ojos, que podían ver todo y que yo quisiera ver.
Esos ojos que guardaban galaxias enteras en ellos, donde la inmensidad del universo aún desconocida para nosotros podía verse reflejado en ellos.
El paraíso... ¿Realmente que es el "paraíso"? ¿Existe uno?
Como bien dije, cada uno tiene su propio paraíso.
Y el mío se encontraba a 38 meses, 171 semanas o 1202 días como quieran verlo.
Pero de algo estoy seguro, algún día querré tener ese paraíso al lado y no solo saber que está sobre la tierra.
Y como bien dice una canción que nos gusta, "estaré celoso de cualquiera que te diga a los ojos... lo que yo, si los viera"
Y es que nuestra ecuación sobre el paraíso ya se hubiera resuelto si la distancia no fuera una variable en medio de esto.
Y para ti, querido lector ¿Qué o cuál es tu paraíso?
Versame_
73 notes · View notes
fairlyang · 9 months
Text
Recostada en la cama 🕷️
extrañas a tu novio
w/c: 914
pairing: novio!miguel x latina!reader
tags: 18+ smut. relación establecida, esperándolo, nunca llega (todos los hombres son mentirosos), no tenías paciencia, masturbandote, pensando en el, al fin llegó
notes: tested out my abilities of writing smut in spanish! in all spanish 🫣 no translations! (Sorry!) This is for the prolly 3 latina readers out here <3 espero que les guste! (disculpen los errores es mi primer ves escribiendo smut💀)
Estabas esperando a Miguel, que te dijo que iba poder llegar a la casa temprano.
Pues te miento.
Ya tenías tres horas esperándolo y te hartaste. Estabas esperando casi todo el día para al fin estar con el. Tener más tiempo con el. Para que este arriba de ti.
Y nomás para nada.
Pero no se te fue las ganas de tocarte. Y menos por todas las casas que tenías en mente que te iba hacer Miguel. O que quisiste hacer con el.
Te querías sentar en su cara, o estar entre sus piernas pero ni modo no pasó.
Ahora estabas arrastrando tus manos en tu cuerpo lentamente para jugar con tu mente. Casi como lo haría Miguel.
Con tus ojos cerrados, abres tus piernas pero nomás arrastrando tu pecho y cuello. Imaginándote que es Miguel que te está tocando.
Tanto que extrañabas sus caricias, como se sentían sus manos en tu piel. Ya tienes semanas que no te ha tocado. Lo extrañas tanto.
Extrañas como te toca, como te da placer. Necesitas sus manos, dedos, boca. Tanto que lo necesitas que ya sentías lo mojada que estabas entre tus calzones.
Moviste tu mano derecha hacia tu panza, bajando a tus muslos y luego tocando la tela de tu calzón. Sentías que rápido latía tu corazón en anticipación y qué tal ves Miguel podía llegar en cualquier segundo.
Todavía tenías un poco de esperanza que iba llegar y meterse sus dedos en donde tanto lo necesitas. Bajas tu mano más y al fin empiezas a frotar círculos a tu clítoris. Muerdes tu labio para no hacer ruedo y mueves tus dedos más rápido.
Uña ves que no va llegar.
Y lo tanto que estabas lista para el. Lo mojada que te dejo sin tocarte ni un pelo.
"Miguel." Gemiste y levantaste la cadera para arriba, obteniendo más fricción en tu clit.
Te lo imaginaste acostado un lado tuyo, con una mano entre tus piernas, dándote besos en tu cuello, y diciéndote que buena eres para el. Que tanto te extrañaba también. Que tanto te necesitaba como tu a él.
Te quitas la mano y rápidamente te sacas el calzón y lo avientas al piso.
Regresan tus dedos a tu clit, ya tan mojada como esperabas. Mueves tus dedos abajo para sentir lo de más de tus mojadas, y era mucho más que pensaste.
Ya no tenías paciencia entonces empezaste a meter un dedo adentro de ti, pero luego solo metiste el segundo dedo, uña ves.
Te los metiste hasta adentro y más gemidos salen de tu boca. Se sentía tan rico.
Pero no como los dedos de Miguel. Los de él te llenan completamente, tan increíble que se sienten.
Pero por ahorita los tuyos eran tu única opción.
"Mm Miguel- cuanto te extraño-" casi lloras y mueves tus dedos, despacito por unos segundos antes de moverlas rápido.
El cuarto estaba callado, excepto con los ruedos de lo tanto que estabas mojada pensando en tu novio.
Pobrecita, nadie te podía culpar. Y menos porque Miguel te dijo lo tanto que te iba hacer. Las tantas veces que te iba dar orgasmos.
Ahora te los tienes que dar a ti misma.
Y tal ves no tantos, no quieres estar despierta cuando si llegue en caso si te enojas con el, que era lo más probable.
Te imaginabas su cuerpo arriba de ti, lo tanto que te gusta cuando está así. Que guapo se ve cada ves que te folla en esa posición.
Lo bonito, sexy que se escuchan sus gemidos.
Tanto suerte te toco con un novio que le encanta decirte cosas sucias en tu oídos y le vale cuanto ruedo hacen.
Quiere que todo el mundo sepa quien te hacer sentir así tan bueno, nunca quiere que te calles. Esa es una de las miles de cosas de ama de ti.
Tanto que extrañas hasta su voz. Diciéndote lo tanto que ama como tomas su verga, que hermosa te vez lo más duro y rápido que te folla.
Y tanto que le gustaba penetrarte, que triste que ya le toca más trabajo que antes.
"Miguel — te necesito."
"Miguel!"
"Mm amor — que rico no pares-"
Pobrecita que de verdad pensaste que eran sus dedos y nos los tuyos. Tu pobre mente estaba jugando juegos contigo pero te valió.
Ya tan rápido estabas tan cercas. Te estabas apretando contra tus propios dedos y tu cuerpo empezó a temblar. "Miguel! Por favor- n-no pares-" lloraste y te follas más duro y rápido, persiguiendo tu orgasmo que ya casi llegaba.
Rápidamente lo sentiste y todo tu cuerpo tembló, tus dedos no pararon hasta que se fue tu orgasmo, piernas temblando y tus dedos estaban empapados en tus jugos.
Te los sacaste y los llevaste a tu boca para limpiarlos, como si eran de Miguel. Como siempre de hacía que los chupes para el. Siempre quiso que te probaras.
Y ya que acabaste, y nunca llegó, te acostaste para dormir. No tranquila, pero o que sea un poco cansada.
Te volteaste y en unos minutos de quedaste dormida. Y al fin llego Miguel.
El pobre se sintió tan mal y más cuando entró a su cuarto prestado para verte completamente encuerada.
Rápido se acercó y te puso la cobija arriba de tu cuerpo. Se cambio de volada y se metía a la cama contigo, acatándote y abrazándote entre sus brazos. Tu te pusiste cómoda en su pecho y el también dejo que el sueño se apoderara de su cuerpo.
41 notes · View notes