Tumgik
#Diálogos sobre el poder
deepinsideyourbeing · 4 months
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No te alejes tanto de mí - Enzo Vogrincic
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+18! Dom!Enzo. (Alusión a) Breeding kink, creampie, dirty talk, dry humping, face slapping, fingering, sexo oral, sexo sin protección, edades no especificadas. Uso de español rioplatense (y mucho diálogo otra vez).
El departamento que compartís con Enzo es, sin lugar a dudas, el lugar más tranquilo que conociste en tu vida. La armonía y serenidad son pilares fundamentales en su relación, así como la buena comunicación, y esto se ve reflejado en el espacio que ambos llaman hogar.
Enzo es silencio y calma y durante la madrugada se desliza fuera de la cama sin despertarte, siempre cierra las puertas con delicadeza y sus movimientos a tu alrededor son protectores. Siempre sabe qué decir y qué no, qué hacer y qué no, también sabe cuándo acompañarte y cuándo darte espacio, y vos podés presumir de saber hacer lo mismo por él.
La vida con Enzo es estar en constante sintonía, dos cuerpos y mentes diferentes siempre en la misma órbita.
O eso creías...
Las peleas comenzaron hace semanas, volviéndose cada vez más frecuentes y alejándolos de lo que solían ser. Enzo no parece comprender cuánto te hiere sentir que se distanció y jura que tal cosa no sucedió, pero luego prueba que tus palabras son ciertas cuando un pequeño desacuerdo provoca que se aísle y no deja lugar para una conversación sobre lo ocurrido.
Normalmente es fácil de ignorar cuando se trata de nimiedades como los platos sucios, ropa sin lavar o la cama deshecha, pero con todas esas pequeñas faltas acumuladas fue difícil contenerte cuando remarcó de la peor manera tu falta de cuidado con la maqueta de su actual proyecto.
-Si ordenás un poco entonces no me voy a chocar tus cosas cada vez que entre...- contestaste, arrojando sobre su escritorio un trozo de la maqueta.
-¿Qué tengo que ordenar? Si nunca estoy, el desorden es tuyo.
Fingió no notar tu expresión, una nueva costumbre suya para evitar disculparse o hacerse cargo de algo. El que te culpara del caos no fue la principal causa de tu disgusto, no... Te molestó que reconociera no estar lo suficiente en su propio hogar, recordar que en lugar de pasar unos días a tu lado escogiera marcharse a Bariloche con un amigo y que al regresar pasara horas encerrado.
Abandonaste la pequeña habitación donde organizó su oficina y pronto sus pasos sonaron a tus espaldas junto con su voz que no dejaba de pedir tu ayuda. Cerraste la puerta con fuerza y te sentaste sobre la cama, furiosa, percibiendo cómo la ira crecía y consumía tus entrañas.
Cuando Enzo abrió la puerta te dedicó una mueca de disgusto que pretendía comunicar algo, pero si alguna vez logró hablarte sólo con la mirada eso ahora parecía ser un recuerdo lejano que decidiste ignorar. Permaneciste en la misma posición, tus brazos y piernas cruzados, inconscientemente mostrando rechazo mientras él te observaba.
-Ayudame- arqueaste una ceja-. Vos lo rompiste.
-¿Qué somos? ¿Unos nenes chiquitos…?
-Parece que sí, porque si fueras un adulto responsable te disculparías y me ayudarías.
Soltaste una risa de frustración y apretaste los labios esperando así poder contener la ira y todas las palabras que deseaban escapar de tu boca, pero cuando te señaló con un dedo acusador tus deseos de mantener la calma se evaporaron. Haciendo alarde de su excelente comportamiento comenzó a enumerar las recientes faltas que tuviste con él.
La diplomacia pareció extinguirse cuando lo interrumpiste.
-Andá a cagar.
-¿Cómo…?
-¿Ahora además de ser tremendo fantasma también sos sordo, pelotudo?
-Fijate cómo me hablás porque yo jamás te traté así- señaló-. No sé qué mierda te pasa.
-¿A mí? ¿Vos no sabés lo que me pasa a mí?- gritaste, poniéndote de pie para acercarte a él-. ¿Y no se te ocurrió preguntarme? Porque por ahí tiene que ver con que no me hablás, no me mirás, no me cogés, no me preguntas ni cómo estoy.
-No podés estar así porque no cogimos en unos días.
Tu expresión podría haberse catalogado como un poema o como el relato más aterrador. Retrocediste un par de pasos, confundida y levemente aturdida por su capacidad de desentenderse de tal manera de la situación, esperando ver en su rostro un algo.
Pero sus labios no temblaban como solían hacerlo cuando contenía la risa y sus cejas no se curvaron en ese particular ángulo que adoptaban cuando esperaba ver tu reacción luego de contarte uno de sus pésimos chistes o anécdotas.
-Tomátelas.
-¿Eh?
-¡Tomátelas! No te quiero ver.
-No me podés echar de mi casa.
-Ah…- mordiste tu lengua-. Tenés razón, como es tu casa me voy yo.
Intentaste huir de la habitación pero él fue más rápido y lo impidió tomándote del brazo.
-Yo no dije eso- intentaste zafarte de su agarre pero no lo permitió-. Esta es tu casa, vos vivís acá también.
-Pero parece que vos no- reclamaste-. Soltame, Enzo.
-No, tenemos que hablar.
-¿Ahora querés hablar?
Su expresión pareció volverse más dura y juraste ver una arruga que antes no estaba allí.
-No podemos estar así.
-Yo no puedo estar así. Vos estás perfecto.
-¿Por qué todo es mi culpa?- gritó con voz entrecortada, soltándote de manera brusca-. Vos nunca hacés nada, ¿no? Siempre soy yo el responsable.
-Y sí papito, si…
El diminutivo y tu tono colmaron su paciencia.
-Cerrá el orto- se alejó de tu figura como si estar en tu presencia quemara-. Querías que me vaya, ¿eso querías?
-Sí.
-Perfecto entonces- abrió la puerta-. Porque me voy a ir bien a la mierda para no tener que verte.
Arrancaste tu anillo de compromiso de tu dedo y lo arrojaste a sus espaldas con la esperanza de golpearlo, pero –y luego agradeciste por ello- fue la puerta ya cerrada la que recibió el impacto y Enzo se marchó, completamente ajeno a tus acciones. Ignoraste las lágrimas que rodaron por tus mejillas cuando corriste para recoger la alianza.
Una hora más tarde notaste que olvidó su teléfono y su billetera, también sus llaves y el abrigo que lo habría protegido de las bajas temperaturas o el viento nocturno. Te preguntaste si estaría refugiándose en algún sitio con calefacción y por un breve instante consideraste buscarlo en el estacionamiento del edificio, pero descartaste la idea por puro orgullo.
-La concha de mi madre…- decís entre dientes.
Tus dedos están adheridos por el pegamento y tirar para despegarlos duele. Llevás un largo rato intentando reparar algunas partes de la maqueta y parece ser una tarea imposible: suspirás, te quejás, golpeás tu frente frustrada y ansiosa, pero continuás tu misión de unir los restos para evitar que tus manos vuelvan a jugar con el anillo en tu dedo. La mesa es un completo desastre.
Y Enzo aún no regresa.
Dejás caer tus hombros luego de ver el reloj, sin saber si es peor sentirte derrotada o sentir que te rendís. Reprimís todos esos pensamientos horribles y sin sentido que corren por tu mente y chocan con los muros de tu parte lógica y racional: se fue, está con alguien más, ya no va a volver, tuvo un accidente, lo acorralaron en La Rambla, se perdió caminando por ahí…
Desbloqueás tu teléfono esperando encontrar algún mensaje o llamadas perdidas y mantenés el suyo cerca sólo por si acaso, decepcionada cuando ambos permanecen en completo silencio. Tu oído escoge centrarse en el tictac del reloj y el sonido del adorno que golpea la puerta del balcón cada vez que el viento sopla. Siempre temés que esos pequeños golpes destrocen el cristal.
Y es que siempre son pequeñas las cosas que desatan el caos: la grieta que apareció mágicamente en tu taza, el pequeño agujero que terminó por deshacer el suéter favorito de Enzo, la alarma que postergaste estando aún dormida y lo hizo perder un vuelo, la comida quemada que intentó solucionar ordenando pizza, el abrazo que no correspondiste cuando regresó de los premios Goya, su falta de entusiasmo ante la usual noche de películas…
Evitás preguntarte qué sucederá porque la respuesta que ronda tu cabeza hace que tu respiración se entrecorte y te asfixia. No querés ser extremista, no sos una persona que se dé por vencida así como así y una pelea –incluso esta pelea, probablemente la peor que recordás haber tenido con Enzo- no te parece motivo para arrojar todo por la borda, pero… Las relaciones son de a dos, ¿no? Y no tenés idea de qué pensará o cuáles son los planes del otro lado.
Maldecís por lo bajo y esta vez es sin saber el motivo.
-No hace falta que lo arregles- dice una voz a tus espaldas-. Los materiales son una cagada.
Una sensación similar al pánico te recorre y volteás a verlo.
-Volviste.
Su rostro se tiñe de dolor y vergüenza por una fracción de segundo.
-¿Cómo no voy a volver?
-Dijiste…
-Ya sé lo que dije- se arrodilla a tu lado y toma tu mano-. No era verdad.
-Estás helado.
-Hace frío. Mucho.
-¿Querés un té?- intentás ponerte de pie y te detiene-. No cociné, pero si querés…
-Quiero que hablemos.
Suspirás.
-Sí, tenemos que hablar.
-¿Qué está pasando? Nosotros no somos así.
Limpiás las lágrimas que nublan tu vista y él se deja caer sobre las cerámicas frías, aún sosteniendo tu mano entre sus dedos y acariciando tus nudillos con su pulgar en un intento de ofrecerte un poco de consuelo. Espera pacientemente mientras te recuperás para poder contestar.
-Los últimos meses fueron muy raros.
-Es mi culpa- lamenta-. No sé cómo manejar… nada, todo, esto que está pasando.
-Y yo no sirvo como apoyo.
-No, no digas eso- toma tu mentón-. Siempre estás para mí, me cuidás y me ayudás en todo... Pero creo que desde hace un tiempo no estoy tan presente como debería y no es recíproco.
-No entiendo por qué- descansás tu rostro sobre tu mano-. Creo que, no sé…, por ahí ahora que anduviste por todos lados ya estás cansado de mí.
-Nunca.
-Pero…
-Jamás me cansaría de vos.
-¿Y por qué hacés de todo menos estar conmigo?
-Tengo miedo de arruinar las cosas- contesta con simpleza-. Tengo miedo de todo lo que está pasando y tengo miedo de arrastrarte conmigo cuando… ¿Y si me olvido de mí?
-Eso es imposible.
-Ya no estoy tan seguro.
-Yo sí- lo obligás a mirarte-. Creo que te conozco lo suficiente para saberlo.
Permanecen en silencio unos momentos y sus ojos jamás dejan los tuyos.
-Perdón- susurra-. Sé que hay mucho de qué hablar, pero…
-Yo también estoy cansada… Vamos a la cama y mañana temprano vemos.
-Lo vamos a solucionar.
-Sé que sí- y dejás salir una risa nerviosa-. Pero hoy no estaba muy segura.
-Me hubiera gustado tener esa discusión antes.
-¿Por qué?
Su mirada oscura es terriblemente sincera, muy Enzo.
-Porque cuando me fui me di cuenta de cuánto te extrañaba.
Cuando tomás su rostro entre tus manos para poder besar su frente él busca tus labios. Te besa lenta y suavemente, pero es incapaz de ocultar la desesperación que guía sus acciones y pronto deja de lado los delicados roces para invadir tu boca con su lengua, robándote la respiración y  aferrándose a tus muslos con sus manos.
-Extrañaba tus besos- decís cuando te regala unos segundos para respirar-. Te extrañaba.
 -Me tenés acá, ahora y para siempre.
Acariciás su cabello y él te observa desde su posición sobre sus rodillas, sus manos aún en tus piernas y sus pulgares dibujando figuras sobre tu pantalón. Te sonríe y la imagen te toma por sorpresa, pero también te sorprende el significado oculto en su expresión y la facilidad con la que puede hacerte saber lo que quiere.
-¿No te duelen las rodillas?- suelta una carcajada y lo ayudás a ponerse de pie-. Dale, vamos.
La distancia desde la cocina hasta la habitación es interminable ahora que ambos desean llegar cuanto antes. Atraviesan el oscuro corredor tomados de la mano y cuando llegan a la habitación Enzo toma asiento en la cama, te posiciona entre sus piernas y abraza tu cintura con fuerza para poder admirarte; deposita besos sobre tu abdomen y entre tus pechos, frustrado por tu ropa interponiéndose entre sus labios y tu piel.
Cuando sus dedos se deslizan debajo de tu camiseta suspirás y arrojás la cabeza hacia atrás, abrumada por la intensidad del contacto y por el rastro de fuego que sus manos dibujan en tu cuerpo. Te ayuda a desvestirte y en cuestión de milisegundos sus labios capturan tu pezón izquierdo, succionando y permitiendo también que sus dientes y lengua jueguen con vos.
Tu creciente desesperación te lleva a abrazarlo en busca de más contacto y cuando sentís sus gemidos contra tu piel tus dedos se dirigen por cuenta propia hacia su cabello. Sus párpados se cierran en contra de su voluntad cuando tus manos hacen arder su cuero cabelludo, sensación que no hace más que empeorar la erección que oculta su pantalón.
Se separa de tu pecho luego de morderte con la fuerza suficiente para hacerte gritar y te despoja del resto de ropa que te cubre, asegurándose de no romper ninguna prenda con sus movimientos rápidos y ansiosos. Se arroja sobre las almohadas y te deja sobre su muslo, complacido por ver tus mejillas enrojecidas ante la implicación de la posición.
-Te hace falta una buena cogida, ¿no?
-¿Y de quién es la culpa?
Te toma por el cuello para acercarte a su rostro.
-Fijate bien lo que me decís- pellizca tu pezón y el dolor te hace gemir-. Y lo que hacés.
Comenzás a rozarte sobre su pierna, muy consciente del significado de sus palabras y la amenaza que las adorna, tus manos en su pecho en busca de estabilidad y tus ojos sobre los suyos. Toma tu cadera para guiar tus movimientos, dolorosamente lentos, y no deja espacio alguno entre tu centro y sus jeans que comienzan a mancharse con tus fluidos.
El cosquilleo entre tus piernas y el dolor de sus uñas marcando tu cadera es suficiente para orillarte hacia tu orgasmo en cuestión de minutos. Cerrás los ojos, masajeando tus pechos tal como él suele hacerlo, pero no es suficiente y cuando comprendés que necesitás de sus manos un patético sollozo deja tus labios.
-¿Qué pasa bebé? No podés solita, ¿no?
-Quiero…
-¿Qué querés? Decime y yo te lo doy.
-A vos.
Enzo no puede hacer más que contemplar la imagen frente a sí, tu delicado cuerpo rindiéndose nuevamente bajo sus manos y tus dientes torturando tus labios mientras su mirada te recorre. Hace unos días sólo podía soñar con tenerte de esta manera y complacerte, así que ahora se pregunta cuánto tendrá que contenerse para que el momento no acabe demasiado rápido y cuánto tardarás en suplicarle que se detenga o en caer agotada entre sus brazos.
-Entonces ya sabés lo que tenés que hacer.
En pocos segundos abandonás su regazo y te recostás entre sus piernas, esperando su confirmación para poder tocarlo y prácticamente arrancando la ropa de su cuerpo cuando la obtenés. Ya está duro, muy duro, su punta brilla con las gotas de líquido preseminal que de allí brotan y las venas que recorren su extensión parecen pedir tu atención a gritos.
Comenzás a masturbarlo lentamente e intentás seguir el ritmo con el que movía tu cuerpo sobre el suyo, tu pulgar acaricia su punta y cuando lo separás de esta podés apreciar el hilo traslúcido que brilla con la luz. Te llevás el dedo a la boca y gemís cuando sentís su sabor en tu lengua, calmándote y a la vez haciendo que lo desees todavía más.
Dejás besos húmedos sobre su miembro y sus gemidos sólo empeoran la situación entre tus piernas. Cuando tus labios se cierran sobre la punta sentís su cuerpo tensarse, sus párpados se cierran por un breve instante y sus dedos acarician la comisura de tus labios, que se estiran a más no poder para recibirlo en tu boca.
-Qué linda que sos cuando me la chupás.
Sus palabras te resultan tan humillantes como excitantes y por un segundo considerás deslizar una mano bajo tu cuerpo para calmar tu necesidad. Tu saliva mancha tu piel, tus dedos y corre bañando todo su miembro antes de deslizarse entre sus piernas y caer sobre las sábanas, pero aún así te es difícil tomar más que la mitad.
Tu frustración crece minuto a minuto pero para Enzo, que sabe cuánto te cuesta, la imagen es una bendición… Y también una tortura, por lo que no encuentra más solución que tirar de tu cabello para alejarte de su cuerpo y evitar un muy necesitado orgasmo.
-Ya está, ya está- responde a tus quejas-. Lo hiciste muy bien, pero…
-¿Pero?
-Me toca a mí.
Te arroja sobre el colchón para luego posicionarse sobre tu cuerpo y acorralarte, su intensa mirada de pupilas dilatadas haciéndote sentir como una presa. En su camino hacia tu centro su aliento golpea tu mejilla, tu mandíbula, tu cuello sensible y tus clavículas, pero él sólo piensa en una cosa y cuando separa tus piernas se dedica a apreciar tus pliegues y entrada brillantes.
Te acaricia de manera superficial y cuando te retorcés rodea tu cadera con un brazo para inmovilizarte. Su pulgar presiona sobre tu entrada, que gotea lo suficiente para manchar las sábanas, juega con la piel que la rodea y sólo se dirige hacia tu clítoris después de ver que te contraés desesperadamente en torno a la nada misma. Se muerde los labios, impaciente.
Suspirás cuando sentís su ataque y los círculos que su dígito traza con una lentitud insoportable, deteniéndose de cuando en cuando para acariciar también tus pliegues húmedos y tantear tu entrada con la intención de provocarte todavía más. Gemís su nombre una y otra vez para tentarlo y suplicás por más, pero te ignora y prolonga sus tortuosas acciones otro rato.
Dirige un dedo a tu entrada y lo introduce con delicadeza, siempre atento a la reacción de tu cuerpo: tus paredes no oponen resistencia y el placer cuando curva su dedo para acariciar tu punto dulce se intensifica gracias a su lengua deslizándose sobre tu clítoris. Un gemido casi animal deja tu garganta y ante esto él decide acelerar sus movimientos.
-¿Así te gusta?- pregunta cuando gemís aún más fuerte, como si la respuesta no fuera obvia. Aprovecha tu estado y tu abundante excitación para deslizar otro dedo, haciéndote sisear por el repentino ardor que trae consigo la dilatación-. ¿Qué pasa, no aguantás ni dos dedos?
Cubrís tu rostro ardiente con una mano y evitás hacer comentarios sobre quién es el responsable de tu estado actual; no recordás cuándo fue la última vez que jugó con tu cuerpo y tu forma de tolerar su ausencia fueron tus propios dedos, más delgados y cortos que los suyos e inútiles cuando se trataba de obtener placer.
-Más.
-¿Más...?- y succiona tu clítoris con fuerza para oírte gritar.
Enzo conoce tu cuerpo mejor que nadie y sabe exactamente qué hacer para volverte loca. Los movimientos de su lengua no se detienen y las formas que esta dibuja hacen que tus manos tiren de su cabello, arruguen las sábanas y masajeen tus pechos, aferrándose con desesperación a cualquier objeto que se interponga en su camino.
Sus dedos no dejan de abusar de tu sensibilidad y la combinación de sensaciones, que parece ser muchísimo más intensa gracias a las semanas sin contacto, comienza a ser casi demasiado para tu cuerpo. Te llevás una mano a la boca y cuando tu orgasmo te golpea mordés tus nudillos desmedidamente, ahogando tus gemidos y los gritos que amenazan con irritar tu garganta.
Te lleva unos minutos regular tu respiración y dejar de temblar, minutos que transcurren con sus dedos aún enterrados en las profundidades de tu cuerpo mientras sus labios bañan tu centro y el interior de tus muslos con besos y alguna que otra pequeña marca producto de sus dientes. Bajo tu atenta mirada desliza sus dedos entre sus labios para no desperdiciar los restos de tu esencia.
Abandona la cama para deshacerse del resto de su ropa y cuando regresa vuelve a posicionarse sobre tu cuerpo para atacar tu boca con un beso hambriento. Tus piernas abrazan su cadera y cuando sentís su miembro caliente golpeándote no podés evitar gemir contra su lengua, tu mano buscándolo para poder masajearlo antes de guiarlo hacia tu entrada. Su punta te quema.
Toma tu rostro y te obliga a mirarlo.
-¿Querés que te la meta?
-Por favor.
Te quejás cuando comienza a penetrarte y aunque tus ojos arden jamás rompés el contacto visual. Enzo te distrae tirando de tu labio inferior con su pulgar y antes de notarlo estás succionando el dígito, con el cual parece imitar los movimientos de su cadera.
-Estás muy apretada.
-Es…- te interrumpís con un grito cuando introduce otro par de centímetros de manera súbita. Su pulgar manchado con tu saliva acaricia tu mejilla para calmarte-. No puedo.
-Sí, sí podés.
Sus labios abrazan los tuyos mientras realiza movimientos suaves y calculados que convierten tus quejas en gemidos y provocan que tus paredes se contraigan sobre su miembro. Suspira cuando por fin logra introducirse por completo en tu interior y besa tu cuello, tu perfume embriagador nublando sus sentidos y tus pequeños gemidos tentándolo a moverse.
Tus manos aferrándose a sus hombros son la única confirmación que necesita: te golpea con fuerza y tu grito es una mezcla de sorpresa y placer por el repentino ataque, el cual repite hasta convertirlo en un ritmo constante que resuena en toda la habitación y llena tus oídos. Sacude tu cuerpo con cada embestida y lo único que podés hacer es aceptar el placer, completamente a su merced.
Luego de una estocada particularmente profunda tus uñas se clavan en su piel y Enzo sólo lo sabe. Descansa su peso sobre sus piernas y sus manos en la parte posterior de tus muslos ejercen presión hasta que tus rodillas rozan tus pechos, el ángulo permitiéndole llegar hasta ese punto para abusar del mismo y convertirte en un completo e incoherente desastre.
Gritás su nombre y las palabras que le dedicás entre tus agudos gemidos son incomprensibles. Tu expresión es indecente y la vista entre tus piernas, donde su cuerpo se une con el tuyo y brilla con tus fluidos, lo es aún más… pero le encanta y no puede evitar jugar con vos, agregando otro estímulo que te hace cerrar los ojos con fuerza y sacudir la cabeza.
-Enzo- advertís-. Por favor.
El gesto es mínimo pero suficiente y en cuestión de segundos tus dedos se cierran sobre sus muñecas. Tu figura se sacude con la fuerza de sus embestidas y por los espasmos de tu orgasmo, el cual arquea tu espalda como si estuvieras presentándote ante él y hace que tus músculos se contraigan, dificultando sus movimientos y haciéndote llorar.
Jamás se detiene.
Lo mirás horrorizada, tu orgasmo prolongándose indefinidamente y haciendo del placer una sensación casi intolerable. Enzo continúa golpeando tu cérvix mientras su pulgar juega con tu clítoris y sus dedos presionan sobre tu abdomen bajo, forzándote a sentir cuán profundo llega su miembro y cómo estimula cada fibra de tu cálido y estrecho interior.
Te lleva al límite, pero antes de permitirte gozar de un segundo clímax se detiene.     
-No, no- protestás-. ¿Por qué? Quería…
Te interrumpe golpeando tu mejilla y cuando abandona tu interior mantenés la boca cerrada. Toma tus caderas y te obliga a voltear, dejándote sobre tu estómago y posicionándose sobre tu cuerpo para aprisionarte contra el colchón.
Rodea tu cuello con su brazo y te penetra con desesperación. En cuestión de segundos su pelvis golpea tus muslos y tus glúteos con la fuerza suficiente para arruinar tu piel, causando también un sinfín de sonidos húmedos y obscenos que acompañan sus gruñidos y tus gemidos.
Buscar refugio contra en el colchón tiene como consecuencia que la fuerza de su asalto vaya en aumento y la única opción que encontrás para ahogar tus gritos es morder las sábanas, húmedas con las lágrimas que corren por tus mejillas. La solución sólo dura unos minutos gracias a que Enzo, que en este momento prefiere no ser el único que oye cuánto gritás por él, endereza su postura y tira de tu cabello para hacerte arquear la espalda.
El nuevo ángulo te permite verlo y por un instante parece buscar tus labios con la intención de besarte, pero en su lugar escupe sobre tus labios entreabiertos y observa cómo tu expresión se transforma con la humillación y excitación. Le encanta tratarte como un juguete y sabe que lo disfrutás tanto como él, sobre todo cuando te toma por sorpresa.
-Sos una putita, ¿no? Mirá como estás- y remarca sus palabras con una estocada que te hace temblar violentamente-. ¿Querés que te llene toda?
Tragás saliva –sin saber cuánta es suya- para contestar pero todo lo que sale de tu boca son patéticos sonidos sin sentido. Sonríe satisfecho y vuelve a escupirte, esta vez asegurándose de manchar aún más tu rostro para ver su saliva deslizándose por tu piel junto con tus lágrimas.
Te libera de manera brusca y tu rostro impacta con el colchón, las sábanas oscureciéndose cuando entran en contacto con los fluidos en tu rostro y arrugándose aún más cuando te aferrás a ellas con una mano acalambrada. Tu otra mano se entrelaza con la suya y lo guiás hacia tu abdomen bajo, ignorando cómo los músculos de su abdomen se tensan con tu acción.
-Ahí- suplicás entre gemidos-. Adentro.
Enzo sólo quiere obedecerte y unos minutos más tarde cumple tus deseos: su semen caliente salpica tu interior y mancha tus paredes de blanco mientras el palpitar de tu miembro te lleva a otro orgasmo, menos intenso pero más duradero. Tus músculos se aferran a él y lo mantienen dentro tuyo hasta que la última gota de su liberación te llena.
Su boca roza tu frente y tu mejilla antes de besar la comisura de tus labios.
-Te amo.
-Te amo.
Intenta peinarte y cuando fracasa se limita a masajear tu cuerpo cabelludo con la yema de sus dedos. Evita alejarse de tu cuerpo, consciente de lo mucho que ambos necesitan la cercanía en un momento como este, y sonríe cuando tus dedos vuelven a entrelazarse con los suyos.
-¿Querés ir al baño?
-No- negás rápidamente y besa tu mejilla para calmarte-. ¿Podemos estar así un rato?
-Obvio.
Admira tu perfil y tus párpados cayendo sobre tus ojos vidriosos.
-¿Sabes qué vamos a hacer mañana?
-¿Qué?
-Nos vamos a levantar bien temprano y vamos a ir a desayunar al lugar de siempre, ¿querés?- propone-. Después podemos ir a pasear un rato al mercado de artesanos… y elegís una taza nueva.
Soltás una risa encantadora y asentís.
El título y la historia están inspirados en esta canción de Spinetta. Tiene muchas interpretaciones pero en mi opinión es una muy buena metáfora sobre el cambio constante que atraviesan las personas y por ende también las relaciones :)
taglist: @madame-fear @creative-heart @llorented @recaltiente @delusionalgirlplace @chiquititamia @lastflowrr ♡
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cherryblogss · 2 months
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BAD THINGS
+18! avisinhos: 3some, f/m/m, penetração vaginal e anal, virgem!reader, sexo oral, sexo desprotegido, size kink, diferença de tamanho, abuso de poder, objetificação, degradação, corruption kink, beijo triplo, meio longo, ausencia de diálogos ???? pq eu sou ruim assim.
notinha: pedido da camilete que plantou uma semente do mal na minha cabeça. perdao pela demora, prima😔
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Professor!Kuku x Leitora x Professor!Fernando
Definitivamente estar a poucos semestres de se formar e não ter carga horária em projetos suficiente não estava nos seus planos. Você precisava de quase um milagre para contabilizar todas as horas e ainda conseguir aguentar o tcc e provas dos últimos semestres. Por isso, foi atrás do professor Kukuriczka para te ajudar, ele havia te dado aula em 2 semestres no início do curso e podia dizer que ele tinha um ponto fraco por ti. Ele e o professor Fernando estavam criando um novo projeto e precisavam de só mais uma pessoa, que Esteban fez questão de ser você, sabia que mesmo atarefada, era extremamente inteligente e capaz de contribuir. Apesar de ficar confortável com o professor Kukuriczka, não podia evitar se arrepiar toda e ficar tímida ao redor de Contigiani, ele era tão rígido que só de ouvir a voz grave seu coração acelerava.
Sempre que tinham reuniões do projeto, observava os lábios de Esteban se moveram ao falar com Fernando e outro homem aleatório que você nem se importou de saber o nome. Viajando em devaneios, criava altas fantasias sobre o que aqueles lábios poderiam estar fazendo no seu corpo. Mas também olhava as mãos grandes do moreno e imaginava como seria ter ele te enforcando. Sua intimidade pulsava toda vez que estava com eles dois no mesmo ambiente.
Apesar da sua crescente atração pelos dois, não podia negar que o projeto tomava tempo demais do seu tempo, então no fim do semestre decidiu que iria focar nas provas e deixar de lado o trabalho com os dois professores. Claro que não deu tão certo, apesar de conseguir notas boas em todas as matérias, Esteban estava desapontado com você por não entregar relatórios que ele havia pedido várias vezes, mas seu maior medo era o professor Contigiani, sabia que deixá-lo com raiva era perigoso.
Foi assim que você acabou aceitando a proposta dos dois para resolver a sua ausênciano desenvolvimentode tudo. Quando chegou no escritório do Fernando já sentia vontade de chorar pensando na bronca que iria levar, entretanto se surpreendeu ao ver os dois homens bebericando whisky e até jogaram conversa fora com você. Logo depois, Fernando te chamou a atenção dizendo que foi uma falta de responsabilidade e comprometimento, quando você já ia se ajoelhar para pedir desculpas e uma segunda chance, Contigiani te interrompeu falando que tinha uma última coisa que você podia fazer.
O pedido foi tão inapropriado e mesmo assim era a realização de todos os seus sonhos. Fernando explicou que estava em um casamento fracassado e se divorciando, então você poderia ajudá-lo a realizar uma fantasia que ele tinha a muito tempo: foder uma virgem. Seu rosto esquentou na hora, começou a gaguejar e tentar se defender, mas quem interrompeu foi o loiro dizendo que a maneira que você agia perto deles era óbvia. Você aceitou, entretanto não entendia muito bem o que Esteban fazia ali, até que o mais alto se pronunciou dizendo que só iria compartilhar a aluna favorita se ele estivesse no meio.
Você aceitou relutante, queria aquilo mais que tudo, mas estava receosa sobre como iria aguentar dois homens grandes de uma vez só, então, eles te deram um tempinho para se preparar.
Por isso, uma semana semana depois você estava deitada no meio da cama grande do Kukuriczka, com um pouco de timidez abre as pernas e assim que os argentinos veem sua buceta melada piscando começam a subir atrás de você. Esteban segura seu pescoço carinhosamente enquanto te dá um beijo lento e calmo, as vezes passando a língua hábil pelos seus lábios. Fernando chupava seus peitos e apertava a carne sem medir forças, com a boca ao redor do seu mamilo direito ele estapeava o lado esquerdo e beslicava o pontinho até você arfar na boca do loiro. Depois, Fernando subiu beijos pelo seu pescoço até chegar na sua boca o que faz Kuku trocar de lugar com ele e dar atenção para os seus peitos.
Fernando te beija de uma maneira dominante, nem tão lento e nem tão rápido, enroscando a língua na sua em uma carícia que não te dava espaço para pensar em nada. Esteban descia mais pelo seu corpo, mordendo e beijando cada partezinha da sua pele. Você solta um sonzinho nervoso quando ele se aproxima da sua virilha, porém Kuku sobe de novo os selares focando em te relaxar com as mãos grandes e lábios.
"Tão macia, tão lindinha. Sempre quis te tocar, princesa." O loirinho fala esfregando a barba nos seus seios e em seguida voltando a suga-los até deixar uma marca no lado oposto que Fernando te marcou. Você estremece quando os dedos compridos do Kukuriczka tocam sua intimidade, fazendo um carinho tímido e preciso nas suas áreas mais sensíveis.
"Se contorcendo todinha como se ela não tivesse dito que não estava pronta, além de ser uma vadia desesperada, é mentirosa." Fala te dando um tapa forte na coxa, enquanto zombava das suas reações afetadas e sonszinhos ofegantes.
Fernando segura suas mãos e foca em te tranquilizar quando Esteban beija a parte interna das suas coxas e lambe toda a sua fendinha, te fazendo gemer alto o nome dele e tentar fechar as pernas, mas nem um deles deixa, Esteban mantém suas pernas afastadas com as mãos firmes no seu joelho e Fernando se ajoelha ao lado do seu rosto atento a sua bucetinha exposta e colocando uma mão sua nos cabelos loiros. Com Kuku ocupado chupando você, não sabia muito bem o que fazer, então olhou para Fernando com um biquinho e soltou um choramingo, o moreno abaixa as calças até liberar a ereção pesada, seus olhos se arregalam, assustada com o tamanho, mas morde os lábios admirando. Ele pega sua mãozinha e fecha ao redor da glande, te ensinando a tocar ele e como apertar. Seguindo seus instintos e suspiros do mais velho, gira o pulso e foca em massagear a glande inchada.
"Pra uma virgenzinha até que você sabe bater uma punheta, gatinha." Contigiani te provoca, fechando a mão ao redor da sua, te fazendo apertar a glande inchada, seus dedos já estavam grudentos pelo líquido que vaza da ponta e ele admirava os seus olhos brilhantes e famintos por tudo que eles poderiam te oferecer. Era como um show ver seu corpo tremer e escutar os miados manhosos que você emitia a cada movimento deles.
"Nunca te chuparam, gatinha?" Fernando pergunta imitando sua cabeça negando e o biquinho triste nos seus lábios. "Por isso você fica toda sobrecarregada, né." Ele ri sarcasticamente apertando sua garganta até sua voz sair esganiçada ao gemer o nome de ambos. Fernando empurrava os quadris na sua mão, grunhindo com a sua mão macia subindo e descendo mais rápido.
Enquanto isso, Esteban chupava seu clitóris e lambia a pele ao redor, toda vez que ele se afastava para continuar os beijos um filete de umidade grudava nos lábios finos fazendo ele grunhir extasiado com seu gosto. Esfregava o nariz grande no seu pontinho na medida que enfiava a língua e retirava, penetrando o seu buraquinho com o músculo endurecido.
"Que buceta gostosa, amorcito." Kuku se separa um pouco para falar e cuspir nos seus lábios pequenos, em seguida sugando a pele molhinha vigorosamente.
"Deixa eu provar essa bucetinha aí, Esteban." Fernando diz descendo a mão pelo seu corpo até dar um tapa no seu clitóris e seguidamente o massagear em círculos. "Avaliar se vale todos os pontos." Ele sorri perverso ate encarando e se afastando para deitar no meio das suas pernas perto do outro homem alto. Esteban não estava tão contente em te compartilhar, mas empurra seus joelhos para cima dando espaço para o outro professor.
Fernando desce beijos pela sua barriga e empurra levemente a cabeça do amigo para mais baixo, que grunhe em protesto, mas continua com as carícias. Enquanto Kuku lambia suas dobrinhas mais embaixo, Fernando suga seu grelinho inchado mordiscando levemente, te fazendo arfar assustada e agarrar em cada mão os cabelos de cores diferentes. Suas pernas tremem com a imagem e a sensação dos dois homens grandes lambendo seu clitóris, eles alternavam entre um massagear a língua no grelinho e depois passar a vez para outro. Entretanto, Fernando é o mais ousado e impaciente, por isso acaba se metendo na vez do Esteban e os dois gemem ao sentirem o seu sabor na língua um do outro. A visão deles dois com as línguas se acariciando era demais para ti, então geme alto com chegada do orgasmo remexendo seus quadris contra os rostos dos homens que não paravam de te chupar admirando seu buraquinho pulsa e jorrar mais do seu melzinho.
Ambos recolhem o máximo de umidade, tocando as línguas novamente, mas nem se importando, só queriam saborear a bucetinha gostosa independente do que acontecesse. Fernando é o primeiro a subir até te puxar para ficar sentada e volta a unir seus lábios, passando uma bola de saliva para a sua boca junto com os seus líquidos o que te faz gemer alto e arranhar as costas dele. Kuku termina de limpar sua buceta e também se aproxima para um beijo, ele se mete no meio das suas línguas enroscadas e enfia a dele no meio da bagunça, sua buceta pulsava com a sensação gostosa de beijar duas bocas ao mesmo tempo e ainda ter os dois homens lambendo a língua um do outro. As vezes você focava em sugar a do Esteban e Fernando beija o canto dos seus lábios, então revezava para dar atenção para o moreno, mas o loirinho era guloso e se metia no meio deixando tudo mais erótico.
"Acho que você merece a buceta, Esteban, eu arrombo esse rabinho apertado." Fernando diz quando se afasta com os lábios inchados e descendo a mão pela sua coluna até cutucar seu cuzinho com o indicador.
"Mas, Fernando-" Esteban respira fundo e começa a falar, mas o outro homem só te vira para te posicionar de quatro. Esteban revira os olhos e se mete embaixo do seu corpo voltando a te beijar, agora com mais calma e ternura. Apesar do colega estar burlando o que eles haviam combinado previamente, o loirinho se sentia animado por poder ser o primeiro a foder sua bucetinha apertada.
Fernando afasta suas nádegas e cospe no buraquinho piscando ao mesmo tempo que Esteban pressiona dois dedos na sua entradinha, afagando seus cabelos com a outra mão para te acalmar ao ter algo dentro de ti pela primeira vez. O moreno enfia um dedo estocando lentamente para arrombar o buraquinho, era demais para você sentir o estímulo nas duas entradas, então enfia o rosto quente no peitoral magrelo do loiro e geme o apelido dele ao gozar pela segunda vez até remexendo os quadris para eles alcançarem mais fundo.
"Uns dedinhos nesses buracos gulosos e ela já fica igual uma puta." Fernando diz dando uma sequência de tapas em cada lado da sua bunda e enfiando mais um dedo para alargar o seu cuzinho. Era hipnotizante ver os seus buraquinhos esticados pelas mãos de ambos.
"Gozou gostoso, amor? Agora eu vou meter devagarinho." Kuku fala afetuoso, beijando a lateral da sua cabeça e pincelando o pau na sua entradinha. "Pode me avisar quando eu posso começar a meter."
Você levanta a cabeça para beijar o lorinho, tentando transmitir todo o carinho que sentia por ele, a sua paixonite dormente por ele vindo a tona com os dois orgasmos que te deixaram molinha. Os lábios finos era extremamente macios ao acariciar os seus, o bigodinho fazia cócegas no seu rosto adicionando uma sensação mais intensa ao beijo.
"Pode me foder agora, professor Kukuriczka." Sussurra manhosa rebolando nos dedos do Contigiani e na cabeça do pau do Esteban, que geme ofegante e começa a pressionar o membro, empurrando para dentro do canalzinho apertado e quente com dificuldade, ele era muito grande e sabia que tinha que ter paciência. Você fecha os olhos com força, chiando com a ardência do pau te esticando junto com os dedos que te fodiam mais devagar.
Se sentia cheia demais e sua buceta espremia o pau do loiro que volta a te beijar para abafar seus sons altos quajdo começa a estocar acelerando gradativamente. Era como nada do que ele tinha provado, o seu buraquinho o engoli soltando um barulho molhado cada vez que ele saia e entrava. Fernando retira os dedos, cuspindo de novo no seu outro buraco e esfregando a cabeça do pau grosso na rodinha, você puxa os cabelos do Esteban conforme o moreno empurra o comprimento grosso para dentro de ti.
"Tá me apertando tanto, gatinha... tá gostoso, hm?" Kuku diz no seu ouvido, segurando sua pele dos quadris que chacoalhava com os movimentos dele e levando a outras mão para brincar com seu clitóris. O meio das suas pernas estava uma bagunça melecada, ambos deslizavam facilmente por conta da sua lubrificação abundante e o tanto de saliva do oral.
"Porra, que cuzinho guloso, tá me engolindo tão fundo." Fernando grunhe enfiando tudo até a virilha grudar na sua bunda, você só conseguia ficar com a boca aberta para gemer enquanto ambos te fodem sem dó, Fernando aperta seus seios com uma mão enquanto a outra mantém uma banda da sua bunda afastada, deixando seu cuzinho ainda mais arregaçado, Esteban te dava beijinhos ao beliscar o seu grelinho e grunhindo com as contrações da sua buceta. Ambos homens estavam alucinados coma forma que você deixa eles te usarem como depósito de porra e também como sentiam o outro meter pela camada fina que separava seus buracos.
"Vou te encher de leitinho, princesa." Esteban é o primeiro a se aproximar de um orgasmo, com estocadas menos espaçadas, ficando um pouco mais bruto puxando seus cabelos e agarrando sua bunda. Ele solta um gemido longo, enchendo sua buraquinho de porra até vazar. Você mia o nome dele com a sensação quentinha preenchendo seu interior, e Fernando urra quando seu buraquinho pisca perto de mais um orgasmo. Kuku retira o pau mole de dentro de ti, agora focando em massagear seu grelinho e enfiar dois dedos na sua bucetinha que vazava o esperma dele. Fernando agarra seus quadris te puxando para encontrar a virilha dele, te fodia tão forte que a pele da sua bunda já estava ardendo e você não segurava mais os gritos pornográficos cada vez mais perto de gozar. Fernando fica quieto e abre a boca em um grito mudo quando você espreme o pau dele e pulsa intensamente com o orgasmo que te faz cair totalmente sobre o corpo do loiro com a visão apagando por um momento, os dedos dele não paravam e nem o pau no seu cuzinho que te enchia de porra até escorrer e se juntar aos líquidos do amigo.
Fernando se deita sobre as suas costas, te esmagando e te deixando mais ofegante pelo calor dos corpos. Nunca tinha se sentido assim, tão... completa e realizada, talvez nunca mais ficaria satisfeita com qualquer outra coisa.
Quando você se recupera, Fernando beija sua nuca carinhosamente e alisa sua cintura.
"Já tá melhor, bebita? Acho que estamos prontos para o segundo round." Ele diz esfregando o pau semiereto na sua bunda e Esteban também já estava duro com a pica pressionada na sua buceta.
Seus olhos se arregalam, mas o seu ventre se contorce desesperado por mais. Com certeza seria uma noite longa.
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imninahchan · 6 months
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será que podemos falar sobre o tipo de namorado que o enzo deve ser?
OMG I LOVE THIS QUESTION (desaprendi a fazer headcannon perdões maaaas
Acho que ele é o maior romântico incurável do mundo. O sonho da vida dele é se apaixonar tão arrebatadoramente que não vai pensar duas vezes antes de pedir a pessoa em namoro, ou de ficar fantasiando com o casamento, com quantos filhos vai ter.
E ele não sabe disfarçar, por mais que queira passar a vibe de que não está emocionadinho nem nada, por causo do orgulho, mas você consegue perceber o brilho no olho dele, o jeito que te olha com aquela carinha 🥺 quando você está explicando que não vai poder passar na casa dele essa noite depois do trabalho. Também tá na linguagem corporal, em como o corpo está sempre virado pra ti; mas palavras, nos apelidinhos carinhosos pra se referir a ti ao ponto de às vezes se esquecer de que pode simplesmente te chamar pelo nome. Definitivamente aquele cara que diz não mas a minha garota
Como namorado, acho que linguagem do amor dele é uma mistura de tudo, de tão apaixonado que é por ti. Vai te encher de elogios no cotidiano, de ânimo através das palavras, da comunicação direta. Ele presa muito por diálogo, por ter a oportunidade de dividir uma refeição contigo durante o dia e poder fofocar, contar com o que sonhou ou o que planeja fazer no dia. Aquela pessoa que vai te contar o cronograma todo dele só porque quer que você saiba onde e como encontrá-lo quando desejar.
Também prioriza tempo de qualidade e atos de serviço. Não aceita ficar mais de 12 horas sem ouvir a sua voz ou ter algum sinal de que você tá bem. Não fica mandando msg a cada passo que dá, mas é daqueles que avisa quando chega no destino (e gosta que você faça o mesmo), que vê algo na rua e manda uma foto dizendo que lembrou de ti, que manda foto da roupa que tá vestindo pra você opinar e foto de puto na frente do espelho e topa fazer chamadinhas de vídeo no fim do dia quando não se viram pessoalmente (ele segurando a câmera no enquadramento igual millenial
Que ama quando você pede pra ele fazer algo pra ti, porque se sente importante na sua vida. Queimou a sua resistência? Pode ligar pra ele que ele resolve, mesmo que tenha que ver tutorial escondido. Que se perceber que você tá tristinha, vai dar um jeito de comprar uma comida pra ti, te levar pra dar uma volta (andar de bike
Que é um príncipe com a sua família. Os seus pais amam ele, porque é calmo, prestativo, educado, e charmoso claro. Tem aquela energia de quem quer mesmo um relacionamento duradouro e que vai te assumir e ter filhinhos contigo.
(E por falar em filhinhos, a minha cabeça AMA imaginá-lo com um puta breeding kink apenas pelo fato de que ele te ama tanto que seria catártico te engravidar)
Que é super aberto a querer realizar os seus desejos na cama, até esquecendo das vontades dele. Que o maior tesão desde que começaram a namorar é que você use uma lingerie pra ele te fotografar antes de foder, só arrastando pro lado pra não estragar o look.
Que, às vezes, se pega pensando que só pode te comer educadinho porque você é namorada/noiva dele, então ele tem que te respeitar🤧 eu poderia falar por horas e horas, o enzo me desperta muitas coisas que presente que esse homem foi meu deus
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idollete · 6 months
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– 𝐥𝐞𝐭'𝐬 𝐜𝐨𝐮𝐧𝐭   ⋆ ˚。 𖹭
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𝑤arnings: conteúdo exclusivo para +18.
ೀ ׅ ۫ . ㅇ atendendo a esse pedido; fem reader!br; fem reader dominante (?); menção honrosa ao fernando contigiani ([m]amamos essa amizade); oral (masc.); cum eating; face fucking; hair pulling; choking (?); uso excessivo de saliva; dirty talk; menção a penetração vag.; masturbação (fem.).
notas da autora: e veio aí o debut da loba brasileira nesse perfil tbm ♡ shout out to all the lobas guarás brasileiras do tumblr vcs são iconic!!!!!! mwah. ps.: não faço ideia de onde ele tem sardas, então, algumas coisas foram inventadas para propósitos putaristicos 
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A sua parte favorita de Esteban era o rostinho. Não porque ele era um homem bonito, atraente. Não. Eram as sardas que cobriam as bochechas. As pintinhas se espalhavam por todo o resto dele e alcançavam até um pouco do pescoço, diminuindo de intensidade à medida que descia na estrutura física. 
Não negava que também despertava a sua curiosidade. Será que ele tinha sardas em outros lugares? Era o que sua mente pensava enquanto o observava em uma conversa animada com o amigo, Fernando. Esteban, do outro lado da piscina, sentia o seu olhar queimar nele. Sem camisa, descalço e só com uma bermuda curtinha, que nem cobria as coxas direito, ele sabia que estava sendo encarado por ti. 
Se sentia intimidado, é claro. Nunca havia conhecido uma brasileira antes, tampouco uma mulher como você. Não conseguia disfarçar a atração quando o olhar descia pelas suas curvas, se demorando no biquíni que não cobria quase nada. Teu jeito dominante que roubava as palavras dele, sempre com uma resposta na ponta da língua para dar, como era desinibida, solta, livre. 
Ficava até um pouco envergonhado, não era do feitio dele ser tão sem atitude assim, mas você tinha um efeito hipnotizante sobre ele. Era a ausência de papas na língua, como nunca desviava o olhar, a naturalidade sedutora. Era a tua consciência do poder que tinha, especialmente sobre os homens. Sobre ele.
Quando deixou a piscina, chamou a atenção de todos. Os pingos d’água deslizavam desde os cabelos até os pés, era uma visão, de fato, de outro mundo. Esperta que era, desfilou na frente dos meninos, arrancando alguns assobios brincalhões e cantadas baratas, você só ria, ardilosa, ciente de que nenhum deles realmente te interessa tanto assim.
Não, o seu alvo estava dentro de casa agora. Você o flagrou saindo do banheiro, terminando de passar algo no rosto, certamente para proteger a pele sensível, que já estava mais vermelha que o ideal. Parados um diante do outro, Esteban parecia, honestamente, uma presa prestes a ser devorada. Os olhos pareciam congelados, como se a qualquer instante pudessem falhar e descer da linha de segurança, te encarava apenas da clavícula para cima. 
– ‘Tá branquinho aqui ainda, ó. – A iniciativa ao diálogo veio de ti, apontando para a própria bochecha. – Deixa que eu limpo… – Sorriu, simpática, chegando pertinho para esfregar o polegar na mancha de protetor. 
Esteban parecia vidrado em ti, te admirando do mais perto que já haviam estado um do outro. Se ficasse um pouco mais curvado, sentiria seus seios roçando no peitoral. A ideia era o suficiente para causar um incômodo no meio das pernas, fazendo-o engolir em seco, murmurando um agradecimento. Podia ter pedido minha ajuda, eu passava pra ti. Você não se afastou, mesmo depois de abaixar a mão.
– Ahmm. Eu vou lembrar disso depois. – Ele deu uma risadinha nervosa, coçando a nuca como sempre fazia quando estava sem jeito. – É…Vai usar o banheiro também? 
Você só acenou, obcecada em admirar as pintinhas mais acentuadas devido às horas sob o sol. Você tem muitas sardinhas, né? É fofo. Esteban, que já estava muito acostumado a ouvir isso, sentiu como se fosse a primeira vez. Dando um sorriso mais largo, deslizando a palma do pescoço pelo tronco, sendo seguida pelo seu olhar curioso.
– Eram piores quando eu era mais novo. – Soava mais casual agora, menos nervoso. – Tinha no corpo todo, não gostava muito. – Deu de ombros, num riso descontraído.
O problema é que Esteban havia entrado em um tópico que despertava muito o seu interesse; ele tinha ou não sardas em outros lugares? Com um sorriso sapeca, levantou a mão até alcançar algumas das marcas que cobriam os ombros, descendo pelo peito em uma carícia. 
– E ainda tem? – A pergunta o pegou desprevenido, distraído com o caminho que sua palma percorria. Hm?, ele murmurou, respirando um pouco mais acelerado, inebriado pelo aroma tropical que emanava de ti. – Ainda tem no corpo todo? – O tom era mansinho, quase em um sussurro, o encarando diretamente nos olhos.
O argentino despertou diante da pergunta sugestiva, precisou de alguns segundos para ter certeza de que ouviu perfeitamente bem e que suas intenções não eram mera curiosidade. Sua palma deslizou pelo abdômen dele, passando a pontinha das unhas contra a derme, perigosamente próxima do cós da bermuda. Piscou, em uma falsa inocência, dando uma risadinha curta diante da falta de resposta, tô sendo intrometida demais?, perguntou em uma docilidade que não era do teu feitio, mas que te levaria onde queria.
– Não, não. De jeito nenhum! – Esteban falou com mais certeza, receoso de que tivesse lhe ofendido de alguma forma. – É que…Não sei, sendo sincero, não é uma coisa que eu presto muita atenção. – As palmas, inquietas, ansiosas para lhe tocar também, correram pelos fios, bagunçando-os ainda mais. – A gente acaba esquecendo que tem, sabe? 
Você não poupou o biquinho decepcionado, tão dissimulada que arrancou uma outra risada do argentino, que comprava o teu teatro e caía feito um patinho no teu fingimento. A verdade é que ele gostaria de te agradar, de alguma forma, de qualquer forma, na verdade. Sei lá, tem um pouco aqui na barriga, aqui no peito, Esteban ia dizendo e apontando para os locais mencionados, sendo acompanhado pelo teu olhar atento, tão compenetrado que nem percebia que estava sendo devorado por ti. Acho que é só. Ao te encarar novamente, notou o brilho diferente na tua íris.
– Hmmm, eu tenho uma ideia, vem comigo. – Não esperou por uma resposta, apenas puxou o argentino em direção ao primeiro quarto do corredor, precisava de privacidade para o resto do plano. – E se a gente contasse quantas pintinhas você tem? – A ideia era completamente irracional e você sabia disso, Esteban também, mas ele não resistiu ao sorriso que recebeu de ti, concordando em um aceno. – Senta aqui, Kuku. É melhor de enxergar nessa luz. 
Convenientemente, a iluminação em questão batia em cima da cama. Com ele sentado e você entre as pernas longas, a cena era sugestiva para quem quer que a visse. Suas mãos fizeram um carinho nos cabelos grandinhos, colocou pra trás, arrumando-os, fingindo contar quantas sardas haviam ali. Devido à altura dele, o rosto de Esteban estava em frente aos seus seios, deixando-o desnorteado, os olhinhos pidões não escondiam a vontade que ele tinha em cair de boca ali. 
Quando os olhares se cruzaram ele foi rápido em virar o rosto, envergonhado de ter sido pego no flagra daquela forma. Você o pegou pelo queixo, delicada ao fazê-lo te encarar novamente, sorrindo com tranquilidade. Não tem problema, não, pode olhar, eu deixo. Provocativa, alcançou as mãos de Esteban, levando-as até os próprios seios, incentivou que ele apertasse, pressionando uma palma na outra. Ele te olhava como quem precisava de uma autorização, perdidinho, pode apertar, Kuku, teu riso veio fácil, achando adorável o acanhamento. Eu sei que você quer. 
A resposta veio em um aperto firme, até mesmo um pouco bruto, a necessidade fazia Esteban perder a dimensão da força empregada, queria te sentir há tanto tempo que precisava aproveitar. Os dedos beliscaram os mamilos eriçados, espremendo um peito no outro, acariciando, apertando. Você se curvou na direção dele, ficando à altura ideal para que pudesse chegar bem pertinho, deixou um selinho em cada canto dos lábios finos, incitando. Passou a pontinha da língua entre as carnes, mordiscando o inferior com leveza.
O toque se tornava mais sedento, como se te beijar fosse uma necessidade quase primitiva. Você brincava com a vontade dele, roçava uma boca na outra em uma tortura que parecia não ter fim, em uma dessas ouviu perfeitamente quando ele chamou o teu nome em uma súplica. As mãos agora escorregavam pela sua cintura, apertavam ali também, te trazia para mais perto, desesperado. 
Você o agarrou pelo queixo, parando a aproximação, como quem diz não, aqui quem manda sou eu. Findou a distância entre as bocas, iniciando um beijo cheio de vontade, não foi delicada como antes, foi com fome pelo que queria. Embolavam as línguas em um beijo que com certeza seria proibido na televisão em uma tarde de domingo, suas mãos desciam arranhando as costas do argentino, puxando o cabelo dele, deixando marcas em meio às sardas. Ele, por sua vez, desvendava cada canto do teu corpo, nada casto ao espremer sua bunda nos dedos, apertando com o gosto de quem já estava sem aquilo faz muito tempo. 
Esteban sabia como usar a língua durante o beijo, fazia o ponto entre as suas pernas pulsar, se perguntando se ele teria as mesmas habilidades em outros lugares. Tomado pelo tesão, ele tentou te puxar para o colo, mas tudo que recebeu foi você se afastando, deixando-o com uma carinha de coitado que quase dava dó. Quase. Porque seus planos eram outros. Não terminei de contar, foi o que disse, descendo em uma trilha de beijos pelo pescoço alvo, mordendo, lambendo, fazendo tudo que tinha direito. Ele, que não fazia ideia das suas intenções, só conseguiu suspirar, ainda agarrado ao seu corpo, brincando com os limites fininhos do bíquini. 
Sua boca trabalhava por todo o tronco masculino, passeando pelo acumulado de pintinhas que enfeitavam a pele, se abaixando até estar ajoelhada diante dele, descendo a língua até o umbigo, acompanhando com o olhar a trilha de pelinhos que levavam cós da bermuda. Por cima do tecido, apalpou a ereção marcada, fechando os dedos por cima do volume, arrancando de Esteban um arfar. Seu olhar, felino, encontrou com o dele, ansioso em antecipação. Foi ágil ao se livrar das peças, observando quando o pau teso saltou da sunga, era grande, a pontinha rosada como os lábios dele, reluzia com o líquido que já escapava, te fez salivar. 
Segurou pela base, apertando o punho ao redor em movimentos lentos, colocando só a cabecinha na boca, fazendo sucções, deixando que a saliva se acumulasse ali. A atenção dele estava em como os seus lábios ficavam tão mais bonitos daquele jeito, vidrado nos seus olhos que o encaravam sem pudor algum. Esteban ficou fascinado pelo jeito que você o engolia, fazendo o caralho sumir na sua boca, te vendo beijá-lo por toda a extensão, sugando uma das bolas, lasciva.
Foi inevitável que uma das mãos te pegasse pelos fios, mas ela só ficou ali naquele instante, enquanto ele desfrutava do que você tinha para oferecer. O peito subia e descia, ofegante, dos lábios entreabertos escapavam gemidos arrastados, o rosto, queimadinho do sol, ficava mais vermelho, o corpo esquentava. Sua destra acompanhava os movimentos quando voltou a tê-lo na boca, indo até onde conseguia, você circulava a língua por onde passava, mamando de um jeito que Esteban nunca havia experimentado na vida.
Aumentava a velocidade gradativamente, deixava tudo tão babado que era inevitável que os barulhinhos não chamassem a atenção, a saliva acumulava no cantinho dos seus lábios, te sujando. Pouco a pouco, o argentino ia perdendo o controle do próprio corpo, mais bruto ao te puxar, os gemidos soando mais graves, murmurando xingamentos em espanhol, que faziam a calcinha do biquíni ensopar, enquanto dizia que você era a mulher mais gostosa que ele conhecia, te deixava vaidosa. 
Esteban parecia se controlar, a respiração pesada ecoava pelo quarto e a outra mão se fechava no lençol com força, o corpo, às vezes, dava espasmos e ele projetava o quadril, te fazendo engasgar. Nena…Quando não aguentava mais, ele te chamou. Nos olhos, carregava um semblante tão frágil que nem parecia prestes a te fazer um pedido indecente. Posso foder a sua boquinha?, mesmo ao pedir, ele ainda usava o mesmo tom manso, gentil, era a mesma voz que te dava bom dia todas as manhãs, por favor…?
Te assistiu se afastar, dando o sorriso mais safado que sabia ao desamarrar a parte de cima do biquíni, exibindo os seios para ele. Pode, Kuku, pode usar a minha boquinha como você quiser, eu deixo. O lembrete era sempre esse, era você quem estava permitindo que ele te fodesse daquele jeito. E ele sabia disso, assentindo enquanto se levantava da cama.
Por mais imponente que parecesse, te tendo ajoelhada aos pés dele, ambos sabiam quem realmente mandava ali. 
Uma mão te acariciou o topo da cabeça, gentil ao se colocar por entre seus lábios novamente, lentinho, queria apreciar como você o recebia tão bem, desfrutar do calor que o abrigava, arrumou o seu cabelo em um rabo de cavalo, com jeitinho, quando começou a meter na sua boca. Não piscava, nem desviava o olhar, hipnotizado. Foi pegando jeito com o tempo, como quem precisa gozar, pegou ritmo, estocando contra a cavidade como quem te come no lugar. Era entorpecente para ele e deleitoso para ti.
Os barulhinhos molhados eram mais altos agora, tomavam conta do cômodo junto aos murmúrios do argentino, afoito ao levar o pau até tocar a tua garganta, egoísta quando te dava tanto que encostava teu nariz na virilha. Sua mão alcançou a mancha molhada no biquini, pressionando o pontinho desejoso por atenção, enviava vibrações pelo comprimento teso quando gemia, esfregando clitóris sensível.
– Me vuelves loco, nena… – Confessava, inebriado pelo prazer. – Me diz que vou poder foder a sua bucetinha também. – Era um pedido desesperado, queria te ter por completo, o tesão o deixava desinibido como nunca antes. – Eu quero te sentir, preciso…
O ‘por favor’ veio falho, perdido nas palavras quando estava tão perto de se desfazer nos seus lábios. Pulsou na sua língua, se enterrando na garganta quando veio em jatos fortes, saindo rápido o suficiente para esporrar no seus peitos também, manchando a pele com o líquido espesso. Ofegante, observou a bagunça que havia feito; a saliva reluzindo no teu queixo, a porra adornando o colo, os cabelos fora do lugar e o teu sorriso perversos nos lábios atraentes. 
Quer foder a minha bucetinha, Kuku? Eu deixo também.
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guardianasdelrpg · 1 month
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¿Hablamos?
Hola Guardianas,
Me atrevo a venir a este espacio a fomentar el diálogo respetuoso, el debate sano que tanto decimos demandar desde la comunidad que todos coincidimos que tiene muchas dinámicas tóxicas y carencia de empatía.
En primer lugar, mi objetivo no es generar polémicas ni hates, así que por favor absténganse de comentar aquellos que sólo quieren ver el mundo arder. En segundo, por respeto a los demás, no ataquemos a personas ni a foros con nombre propio, tampoco es el objetivo de este debate.
Entonces, querido lector, te preguntarás quién soy y qué quiero. Pues bien, empecemos por la primera pregunta.
Soy una persona detrás de la pantalla -la iA todavía no ha tomado el control de mi ordenador- que en el pasado administró un foro que murió por la “triada del mal rolera”, es decir: la brutal toxicidad de algunos users, la incapacidad de comunicarse asertivamente entre los miembros del staff, y el plagio descarado del proyecto por parte de los típicos baneados ardidos con la consiguiente desbandada de usuarios.
Aprendí, a las malas, que ser staff es muy complicado, implica trabajar en equipo, ser generoso, entregar una enorme cantidad de tiempo y energía a gente desconocida del espacio sideral virtual, se lo merezcan o no; implica exponerse al acoso y derribo; implica lidiar con actitudes que son un catálogo terrorífico de problemas conductuales.
Pero no hay dos sin tres, o eso dicen. "Y heme aquí en estas soledades, con dos medianos, una hueste de hombres a mi servicio... y el Anillo de poder al alcance de mi mano". Es decir, que administro un foro que ya lleva bastante tiempo en línea. 
Esta vez, intenté no caer en las mismas situaciones que ya viví, aprender de la experiencia y... ni tan mal. La tolerancia cero a la toxicidad es algo que intenté llevar desde el principio, aunque de nuevo se coló -incluso en el staff- provocando ciertos estragos que, esta vez ya me pillaron con el lomo curtido y que no pudieron acabar conmigo ni con el proyecto. Si algo hay que reconocerle a los tóxicos es su persistencia.
He dado segundas, terceras y cuartas oportunidades, he dialogado, razonado y ayudado. Pero cuando ya no hay solución, el mensaje es muy claro: mi casa, mis normas. Y las tienes visibles en la entrada. "Viviré y moriré en mi puesto. Soy la espada en la oscuridad. Soy el vigilante del Muro."
¿Y por qué sigo administrando?
Pongamos el botón del sarcasmo en ON: porque necesito un coro de palmeros que me digan que todo lo hago bien. Porque quiero acaparar Pbs. Porque quiero mi propio espacio para saltarme las normas y hacer lo que me dé la gana. Porque tengo una necesidad de atención patológica.
Sólo leerlo ya me da la urticaria. No, no soy de ese tipo de staff. Administro porque confío en la buena gente que me rodea, las demás personitas del staff que siguen al pie del cañón con ilusión; esa gente que da rol a los nuevos aunque cangureen, que dona su tiempo a construir, aportar y alimentar un espacio, unas tramas y una comunidad tranquila aunque sea pequeña. Porque…spoiler: el rol va de eso, amigos. No va de que tengamos que alimentar tu ego, ni de que hagas daño a otros para que tú sientas que tienes algún tipo de poder o que el universo se pliegue a tus delirios.
Vayamos ahora a la segunda pregunta. ¿Qué quiero? 
Pues quiero hablar, compartir experiencias y debatir, pero sobre todo desde el punto de vista de las personas que, como yo, administran un foro. 
Estamos muy acostumbrados a que los ask los ocupen las quejas de los usuarios (muchas veces totalmente legítimas, eso no se discute) pero nos olvidamos que también hay personas que administran, que se enfrentan a diario a esos vampiros energéticos que son tóxicos y que todo el mundo critica, pero paradójicamente luego todos quieren su atención y su popularidad. Y encima, mal si los baneas, pero peor si no los baneas. Hay personas que, como yo, se enfrentan a esos días en los que la vida te desborda y sólo te apetece ver una serie, pero entras en el foro a moderar, a actualizar la trama, a contestar las dudas o a lidiar con un usuario problemático porque es tu proyecto, tu responsabilidad y diste tu palabra de estar ahí. Esas personas que también tienen días malos, pero se preocupan de inventar historias, eventos y actividades para que otros se diviertan, que hacen publicidad, gráficos, y un sinfín de cosas con el único objetivo de construir. Esas personas que rara vez ven un ask en Tumblr dando las gracias por su compromiso, su implicación, su tiempo y su generosidad, pero verán cómo les cae un carromato de mierda cuando algún ardido/tóxico/inadaptado no se salió con la suya y decide quemar lo que no pudo poseer.
Me encantaría poder hablar desde el respeto y la honestidad, escuchar los puntos de vista diversos porque así es como aprendemos cada día. Me gustaría saber qué os pasa por la cabeza a quienes capitaneáis un Titanic en un océano plagado de icebergs y también a esos users que nadáis en ese mar con miedo a los tiburones. Me gustaría también escuchar a esos users contentos con su foro y su administración, lo que les gusta, lo que agradecen, lo que aprecian. También aquellos que cambiarían algo en aras de construir un espacio mejor, pero sin atacar ni difamar, que para espectáculos sangrientos ya tenéis la serie de romanos de Prime Video.
En fin, hasta aquí mis reflexiones del día. Me gustaría leeros, con el permiso de las Guardianas, y si alguien quiere contactarme, mi bandeja está abierta. 
El secreto del cambio es enfocar toda tu energía, no en luchar contra lo viejo, sino en construir lo nuevo. (Dan Millman)
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meuschifres · 19 days
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Ser liberal exige um nível maior de compreensão da realidade e uma capacidade muito acima da média de ser, e viver um relacionamento democrático e igualitário, no qual o homem tem o mesmo poder de decisão que a mulher.
Concluindo o diálogo com o leitor corno, LK, trago a última parte do diálogo que tive com ele a respeito do dilema que se estabeleceu quando a sua namorada o chifrou com um amigo dela. Confira e deixe a sua opinião no Blog Meus Chifres.
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stand1ngn3xtou · 23 days
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Tumblr media
| and all at once, you are the one
— player! yuki ishikawa × OC
— gênero: fluff, sugestivo, um pouco de angst
— conteúdo/avisos: galerinha menor de 16 anos, vamos passando por favor! Os diálogos que estão em itálico são em inglês.
— word count: 7,5K
— nota da autora: pense numa luta de escrever algo sobre esse homem. Um baú pela fé! Mas acredito eu que tenha ficado bom e condizente com o que vejo da personalidade dele!
Yuki P.O.V
Um barulho estridente entra pelos meus ouvidos, e mal preciso raciocinar pra saber que é o despertador me avisando que era hora de levantar. Não tive dificuldades de sair da cama, já que consegui dormir bem. Bom, melhor que esses últimos dias com certeza. Ohei no relógio e marcava 7:30hs e resolvi dar início ao meu dia, já que teria jogo hoje. Abri as cortinas e dei de cara com o dia limpo, brilhante e fresco, logo no começo do dia, o que muito me impressiona, já que essa última semana foram apenas dias nublados e escuros, às vezes chuvosos. E sentia que isso inconscientemente afetava o meu humor.
Os rapazes do time, que mesmo novos no meu ciclo de vida, conseguiam perceber, e Loser falava muito sobre isso pra mim. Como eu parecia abatido, mas não tinha um significado real para isso, mesmo que eu sentisse que tinha algo faltando. Então, resolvi por a culpa nos dias cinzentos. Pode ter sido também o cansaço, ter que me readaptar em um clube novo, num lugar novo na Itália e com as mudanças no meu corpo de novo. Mas nada que impedisse de seguir a minha vida, e foi isso que me propus à fazer. Entrei no chuveiro para lavar rapidamente o corpo, já que iria suar de toda forma no treino e no jogo do fim de tarde de hoje, não perdi muito tempo com isso. Fui fazer a minha comida de sempre para tomar meu café da manhã e pegar meu carro para ir em direção ao centro de treinamento e ginásio do Perugia.
As ruas dessa comuna da Itália são pacíficas. Catedrais bonitas e grandes, cheias de detalhes. A capital da Úmbria parecia sair de um filme, e hoje em específico ela estava florescendo. O clima realmente estava muito agradável, me sentia bem só de olhar os lugares. Estacionei em uma vaga escondida que tinha por dentro, e fui pegar minhas roupas e equipamentos no porta malas do carro. Antes de entrar para a parte que da no vestiário, meu telefone toca com o nome de Ran brilhando na tela. Sorri largo antes de atender.
"Oi carinha! Quanto tempo, quais são as novidades?" enquanto falava com ele pelo celular, cumprimentei todo mundo que estava presente no vestiário e já fui pro meu espaço para colocar a roupa do treino muscular.
"Oi Yuki! Por aqui tá tudo bem, e com você ai?"
"Por aqui tudo na paz!"
"Que ótimo! Bom e de novidades eu tenho algumas sim... Inclusive, você já está no centro do Perugia?"
"Sim, porque?"
"Porque, Melissa veio me encontrar no Japão, e nós vamos para a Itália, inclusive já estamos aqui, e resolvemos assistir o jogo do Perugia. Estamos nós dois e algumas amigas dela. Vieram fazer uma viagem de garotas pela Europa."
"Você tá falando sério? Vocês estão aqui?" minha felicidade era tão genuína que mal percebi que tinha colocado a camisa ao contrário enquanto falava com ele no viva-voz.
"Estamos sim senhor! Melissa tá com saudade de você também, assim como eu. Depois do jogo a gente pode sair pra comer ou algo assim, afinal de contas as meninas estão conosco também."
"Elas foram pro Japão com Melissa? Pra conhecer você?" coloquei fones conectado no celular pra poder continuar falando com Takahashi e não incomodar ninguém, enquanto seguia para a academia.
"Não, elas estão em Roma à alguns dias, Melissa veio sozinha pro Japão, fazer uma surpresa pra mim e voamos juntos para a Itália, e falei com Loser e ele conseguiu ingresso para nós três."
"Três? Eu achei que tinha mais gente." me senti confuso com o número.
"E tem, é Melissa e mais três amigas, mas duas delas resolveram sair para aproveitar Roma pela noite, e apenas ela e sua outra amiga vão para o jogo."
"Então tudo bem, eu vou pedir pra deixarem a entrada de vocês três reservada para área VIP, vai ser melhor da gente se encontrar quando acabar o jogo, e assim que tiver chegando me manda uma mensagem."
"Pode deixar capitão, até mais tarde!" sua voz tinha um fundo de sorriso, e me fez sorrir também.
"Até mais tarde garoto." desliguei a chamada com um sorriso enorme no rosto. Ran fazia falta, seria bom rever ele, e também sua namorada.
Com os fones já conectados, coloquei uma playlist aleatória pra tocar enquanto seguia com os exercícios, tinha muito o que fazer. Perto de 12hs o almoço estava liberado no refeitório e o time todo foi comer. Sentei na mesa com Loser e mais outros jogadores, enquanto pegava algo leve mas proteico para comer. Ficamos lá por vários minutos conversando sobre o jogo da tarde de hoje, e assim que terminamos de comer, fui falar com o supervisor do ginásio para informar da chegada de Ran, e logo em seguida, segui o resto do time para a quadra onde iniciariámos o último treino antes da partida.
* - - ⓨ - - *
Estava se ajeitando os últimos toques para o jogo ter início. Todo mundo estava trocado e se alongando um pouco no vestiário. Jogaremos contra o Padova hoje, um time repleto de atletas excepcionais, mas não importa como fosse, nosso time tem toda capacidade de ganhar. Ao entrar na quadra para começarmos à aquecer, já estava quase cheia as arquibancadas. Me posicionei, depois de cumprimentar alguns fãs, - os quais sou sempre muito grato pelo apoio, - para começar a me alongar. Enquanto fazia isso, tentava procurar Ran com os olhos ao redor do ginásio. Ele havia me mandando mensagem à pouco mais de 20 minutos dizendo que estava perto do ginásio já. Ao que parece, ele percebeu que eu estava à sua procura e levantou o braço na área VIP pra acenar pra mim, e Melissa fez o mesmo. Retribui com um sorriso.
Assim que ele acenou pra mim, olhei um pouco pro lado e vi a moça que estava junto deles, acredito ser a amiga de Melissa que ele falou, mas no momento, ela era apenas um imã para meus olhos. Por não ter contato comigo, ou parecer apenas impressionada pelo nosso ginásio, não participou das saudações, mesmo com um sorriso enorme no rosto o tempo todo. Nada disso me importou sendo sincero. Estava vidrado no rosto dela. Não parecia ser tão mais velha que Melissa, então tentei desfocar minha atenção um pouco, já que ela era pouco mais nova que Ran, e provavelmente ela era uma criança pra mim com meus 29 anos.
Ao me dar conta do meu pensamento, ri incrédulo comigo mesmo. Sou um pateta não é? Nem conheço a menina, já estou fazendo suposições porque achei ela bonita. Já fui melhor, sinceramente. Parecia que não via uma mulher à séculos (mesmo que faça realmente um tempinho desde a última vez que me relacionei com uma), estava agindo como um irracional, sem o menor cabimento. Voltei o meu foco para o que importava, o jogo. A rodada de aquecimento de ambos os times terminou, e o jogo enfim, tinha início.
Cada saque, cada recepção, cada ponto, era uma adrenalina fervente que passeava pelo meu corpo, uma corrente elétrica que me deixava acordado, hoje mais do que antes. Não foi uma partida fácil, 3x1 para nosso time mas ainda assim com placares passando de 25 pontos em todos os sets. Não podia negar que sentia certa falta do Milano, mas me entrosar assim com o pessoal do Perugia era incrível, e ter mais uma vitória contada pra gente, era mais do que incrível. Agradecemos ao público, tiramos algumas fotos e demos alguns autógrafos e o técnico fez uma pequena reunião antes de liberar a gente. Teríamos dois dias de folga por causa do jogo de hoje, mas a quadra de treinamento está sempre aberta pra todos. Por ter mais conhecimento e intimidade com Agus, e agora, morando no mesmo complexo que ele, sempre saímos juntos do ginásio. Mas como hoje Ran está por aqui, convidei ele pra vir jantar conosco, mas o mesmo recusou, dizendo que ia se encontrar com uma garota que conheceu em uma das suas caminhadas. Vi Takahashi se aproximar da gente e nos cumprimentar, e falei que só ia tomar um banho pra gente poder sair, ele concordou e ficou falando com Agus.
Resolvi não prestar atenção na moça que acompanhava o casal pra não perder o foco novamente, apenas segui em direção ao banheiro e tomei meu banho, completo e demorado dessa vez. Separei uma roupa versátil e leve pra vestir, uma que normalmente uso, sapatos e uma camisa branca, larga e uma calça jeans preta. Peguei uma jaqueta preta pra colocar por cima, pois imaginei que estivesse frio. Assim que estava terminando, Ran me avisou que estava me esperando no estacionamento. Coloquei meu perfume e arrumei minhas bolsas pra colocar no meu carro e fui encontrar eles. Ran tinha seu braço em volta de Melissa, enquanto o casal falava com a moça, e agora, não tinha mais como escapar.
Me aproximando mais conseguia perceber o quão bonita ela realmente era. Usava um vestido branco de lã, com uma bota comprida, a roupa toda desenhava bem seu corpo, que era muito bonito também. Tinha cabelos longos e ondulados que estavam presos pela metade, davam um ar jovial para ela. Parecia ser alta, pelo menos um pouco mais que Melissa. Meu companheiro de seleção percebeu minha aproximação e me cumprimentou de novo, assim como a namorada, que fazia bastante tempo que eu não via.
"Yuki! Ai quanto tempo! Como você está?"
"Oi pequenininha, estou bem! E vocês como estão?" ainda tinha seus braços envolvidos em mim enquanto nos falávamos.
"Estamos bem grandão. Olha, acho que o Ran já te informou sobre a situação, queria muito que minhas outras amigas tivessem vindo mas elas preferem badalar a vida, pelo menos consegui arrastar uma. Yuki, deixa eu te apresentar a que sobrou, essa é Helena. Helena, esse é nosso amigo, e parceiro de equipe do Ran, capitão do time japonês, Yuki Ishikawa." ela fez uma apresentação como se eu fosse a pessoa mais importante do país, ri um pouco da formalidade mas agradeci. Helena esticou sua mão pra mim, e eu prontamente peguei. Era quente. Delicada.
"Olá Helena, é um prazer conhecê-la." me prontifiquei em ser educado, e valeu à pena pelo sorriso que recebi.
"Olá Yuki, o prazer é todo meu. É uma honra finalmente te conhecer." tá, uau, okay. Sua voz parecia mel, e parecia derreter meus ouvidos e arrepiar meus pelos quando disse meu nome. Queria escutar de novo.
Combinamos de ir para um restaurante pequeno e local, onde a comida era muito boa. Fomos no meu carro, já que eles resolveram ficar em um local perto do ginásio para melhorar a locomoção. As moças foram atrás, ao que parece eram do mesmo país e amigas à algum tempo, desde que Melissa começou a trabalhar na FUNAI, as outras amigas eram primas de Helena, e irmãs gêmeas. Resolvemos ficar na parte aberta do restaurante, que era ventilado e bem iluminado, com uma decoração arborizada. Era um ambiente aconchegante e relaxante. Enquanto comíamos, os assuntos eram variados, e acabei descobrindo várias coisas sobre Helena nesse meio tempo. Ela resolveu fazer uma viagem com as amigas pra saber qual lugar iria condicionar o seu intercâmbio acadêmico de medicina veterinária. A moça de 24 anos (perto de fazer 25) disse que sempre foi apaixonada por animais e queria dedicar sua vida pra isso. Aparentemente tinha gostado da Itália, e não posso negar que me animei em ouvir isso. Ela gostaria, que se possível, fazer a faculdade e já começar a atuar na área aqui, estava tendo algumas aulas de italiano para facilitar o processo também.
"Bom, se a sua ideia é aprender italiano, o Yuki pode dar ótimas aulas, já que ele aprendeu praticamente sozinho o idioma e fala muito bem!" Ran falava com a cara mais limpa que eu já tinha visto. O rubor no meu rosto era aparente, e acredito que Helena tenha percebido, pois achou graça e riu fraco.
"Ele está exagerando, não é assim..." tentei desconversar.
"Bom, ao que parece você realmente fala bem o idioma, e eu estou aceitando qualquer tipo de ajuda! Então, se tiver como dar as aulas, eu aceito." eu não estava esperando por isso então fiquei meio sem graça, mas tinha amado a ideia com certeza. "Estou brincando, não vou ocupar seu tempo dessa forma."
"Ah não se preocupe, eu não iria me opor de qualquer forma." tentei ser o mais sutil possível, mas ela percebeu minhas intenções de alguma forma.
O decorrer do jantar, com a sobremesa, foi muito agradável. Como estava dirigindo e jogando também, não quis beber, só as meninas tomaram algumas taças de champagne, mas resolveram seguir a gente nas bebidas sem álcool. Deixamos o carro perto de uma rua, e resolvemos caminhar um pouco para espairecer o jantar. Melissa e Helena resolveram ficar atrás vendo todos os detalhes da cidadela, enquanto eu e Ran íamos na frente para falarmos e nos atualizarmos um do outro. Na época de clube eu sentia uma falta enorme dos meus companheiros de seleção, e depois das Olimpíadas de Paris com a nossa derrota, e alguns membros deixando a seleção, a gente apenas se uniu mais. Melissa chamou nossa atenção dizendo que pegaria um algodão doce pra ela, e nós resolvemos esperar. Helena ficou acompanhando a amiga, e tirei um tempo pra prestar atenção na garota. Ainda estava embasbacado com a beleza dela, me sentia sem jeito mesmo só olhando pra ela, e sendo sincero, queria tentar ficar à sós com ela, mas não sabia como iniciar.
"Que cara é essa Yuki?" Ran parecia ter percebido os mil pensamentos correndo na minha cabeça, e resolvi ser sincero.
"Ai cara, não sei. Eu me senti muito atraído por ela, mas não sei como agir. Faz muito tempo desde que me relacionei com alguma mulher pra ter algum tipo de conversa ou algo assim. Geralmente as que eu fico é só alguns beijos ou coisa do tipo. Não tenho muito tempo ou disposição, você sabe."
"Eu entendo Yuki, mas olha, pelo pouco que falei com Helena, ela é uma garota super incrível, não é difícil falar com ela ou fazer um assunto. Ela não parece se opor à ficar com você caso vocês conversem um pouco. Eu e Melissa podemos deixar vocês à sós um pouco. Mas eu sei que sua principal dúvida nisso tudo é pelo fato dela ser um pouco mais nova que você. Não é?" me senti surpreso em como eu não tinha falado nada sobre aquilo e ainda assim ele havia percebido.
"Eu entendi isso quando vi você se segurar em algumas coisas que você falava, tentando não soar muito assertivo ou coisa do tipo. Tentando não ser invasivo demais, andando em casca de ovos. Ela não se importa com isso Yuki, se deixa levar. Fica tranquilo, seja você. Caso não role nada, pelo menos você ganhou mais uma amiga." ambas se aproximaram de nós novamente e Ran me deu mais um toque antes de voltar pra sua namorada e me deixar à sós com Helena.
Andamos lado à lado por um tempo em silêncio, até que resolvi quebrar o gelo, levando em conta o que Ran tinha me dito, e que tinha certa razão. Não iria perder nada se não ficássemos juntos por um momento, mas eu tinha algo à ganhar, tendo alguma relação ou não com ela.
"O que você tá achando da cidade até agora? E da viagem também." deixei meu tom de voz ameno, pra não assustar ela e nem chamar atenção do casal.
"É de longe uma das cidades mais lindas que eu vi nessa viagem. É muito aconchegante, parece uma vila antiga bem estruturada. E as construções são belíssimas. Quero ver se tenho tempo de dar uma volta nas galerias e museus que tem aqui."
"Olha se quiser, eu posso te levar neles. Fazer um mini tour pela cidade talvez? Ran e Melissa iriam conosco." dei a ideia, mas não queria que fossem de verdade, fiz só pra deixar ela confortável.
"Além de professor em horas vagas, você também é guia turístico? Tá saindo melhor que a encomenda viu senhor Ishikawa..." ri um pouco do seu comentário.
"Bom, depois de morar tanto tempo na Itália a gente acaba desenvolvendo uma ou outra habilidade, mesmo que eu já seja velho pra isso." vi ela parar no caminho pelo canto do olho, e virei confuso pra ela. Melissa e Ran se afastavam de nós um pouco. "O que foi?"
"Você ai se chamando de velho. Tá maluco Yuki? Você ta na flor da idade, é super jovem, inclusive parece ser ainda mais jovem do que é. Sua idade não é um problema. E você não é nada de velho. Uma pessoa velha não faz metade do que vi você fazer em quadra hoje. Para com isso hein? Um homem lindo, elegante, determinado como você me dizendo que é velho. Cada uma." achei graça da sua indignação. Voltamos a caminhar.
"Bom, obrigada Helena. Mas é que eu realmente me sinto assim, tanto pelo meu modo de viver e por passar tanto tempo sozinho também. Em minha profissão eu não posso ir até meus 40, mesmo querendo se eu pudesse. Quero me estabelecer e construir uma vida com alguém, mas na minha idade não é tão fácil. Tenho quase 30 já." tentei fazer ela entender meu ponto de vista, mas ela parecia determinada em me fazer pensar o contrário. Agarrou meu pulso e me parou à sua frente. Nossos olhos ficaram quase da mesmo altura por conta de seu salto e à vendo tão de perto assim, quase perdi o fôlego.
"Nem começa. O modo como você vive não é culpa sua de forma alguma. É o jeito que você escolheu viver pra consegui se sair bem naquilo que você tanto ama fazer que é jogar. E olha, sinceramente, vendo você em quadra, e fora dela, me perdoe, mas pretendente não falta. Sei que pra construirmos uma família é bom que seja alguém ideal pra isso, pois é um passo grande que se dá na vida." cada palavra que saia de sua boca era verdade, e me senti hipnotizado pela forma como era firme em dizê-las.
"Você é um homem incrível Yuki, pelo pouco que conheci de você hoje. É íntegro e muito responsável. Super focado e muito resiliente, além é claro de ser muito bonito e atraente. Mas você precisa se soltar mais. Não dá pra pensar em ter uma pretendente sem ao menos tentar conhecer alguma, por mais corrida que sua vida seja, não precisa beber ou algo assim, só sair, conhecer pessoas novas. Tenho certeza que logo menos você vai ter tudo aquilo que deseja." quis beijá-la. Agarrar ela ali no meio da rua e consumir ela, até onde pudesse ir. Quis encher ela com meu gosto e ser invadido pelo seu. E infelizmente não consegui segurar, minha boca foi mais rápida que minha cabeça.
"No momento, o que estou desejando é você." vi ela se espantar com meu comentário, mas não pude me importar menos. Tinha meus olhos vidrados em sua boca, minhas mãos agindo por conta própria e querendo tocá-la. Ela olhou para os lados como se buscasse alguma coisa, e antes que pudesse pensar, suas mãos me puxaram pela nuca e nos beijamos.
Me senti fraquejar, perder a força das pernas e da mente. Uma nuvem se apossou dos meus pensamentos e nela só sentia o gosto do seu beijo. Por ser maior que ela, suaa mãos pareciam se perder no meu cabelo e ombros. Para me manter de pé, agarrei sua cintura, como se fosse a coisa responsável para me dar forças e me manter ali. Quis puxá-la pra mais perto, mas caso fosse possível ela se fundiria à mim, já que não havia espaço suficiente pra nós dois. Não ali, ou lugar algum. Com o fôlego cessando, ia diminuindo o ritmo frenético do beijo, enquanto ela acariciava minha nuca e os cabelos ali, e a outra fazia um carinho em meu peito. Nos separamos como se estivéssemos em êxtase, nossos corpos arrepiados e entregues. Me sentia flutuar, absorto da sensação de ter sua boca contra a minha, não sabia pensar em mais nada. Preciso beijá-la de novo.
"Acho que o casal foi embora, deixaram a gente aqui."
"Que bom, pelo menos não atrapalham a gente." ela me deu um tapa leve no peito, me repreendendo e ri. "Já que eles nos deixaram aqui, você gostaria de ir pra minha casa? É perto daqui. Podemos tomar alguma coisa, aproveitar o resto da noite." não sabia negar minhas intenções, não queria.
"Você sabe que é uma proposta tentadora? Como fui abandonada aqui na rua com um belo rapaz, acho que terei que aceitar." sua fala era baixa, sedutora e mordaz. Seus dedos passeavam pelo meu peito enquanto sua voz desenhava melodias no meu interior. Peguei sua mão e guiei ela pra onde o carro estava.
Parei em alguma loja de conveniência para comprar uma bebida leve para nós dois e alguns petiscos também. A ida até meu apartamento foi rápida, e chegando lá, vi uma mensagem de Ran.
"Eu e Melissa resolvemos continuar a caminhada à sós já que vocês pareciam estar se entendendo bem. Espero que tenha deixado de vergonha e feito algo! Aproveita a noite com ela, que eu vou aproveitar com a minha namorada. Até mais!"
Ri da sua mensagem mas mentalmente agradeci. Deixei o carro na minha vaga do estacionamento do prédio, cumprimentei o porteiro e subi com Helena para minha casa. Enquanto esperávamos o elevador subir, ficamos trocando algumas carícias, toques leves e olhares pesados. Se não tivesse tanta paciência já teria agarrado ela bem aqui, mas não queria ser desrespeitoso e resolvi esperar. O elevador chegou, algumas outras pessoas entraram também, falei com todas e nos posicionamos no fundo da caixa de metal. Provocava ela tocando em sua cintura, beijando sua têmpora, ajeitando seu cabelo, e sentia sua respiração pesar. Sorria satisfeito com o que causei.
O caminho até minha porta foi silencioso, deixei que ela entrasse primeiro no meu apartamento e acendi as luzes. Tirei meus sapatos e fechei a porta, enquanto percebi ela analisar cada cantinho da minha sala. Deixei ela olhando tudo enquanto colocava o que comprei na cozinha, e assim que voltei ela estava encostada na parte de trás do sofá, admirado algumas fotos que tinha na parede. Cheguei perto dela de forma sutil, peguei sua mão e depositei um beijo no dorso, fui subindo. Passei pela extensão do braço até chegar ao ombro, coloquei seu cabelo de lado e a mesma deixou o pescoço cair pro lado, me dando mais acesso à pele exposta. Seu corpo parecia pegar fogo ao meu toque, do mesmo jeito que eu me encontrava com o seu. Tinha um cheiro bom de lavanda espalhada por ela, e enquanto depositava beijos e algumas mordidas esporádicas na pele do pescoço, sua mão puxou minha camisa e fez ficar de frente pra si. Olhei pra ela por cima, querendo captar cada detalhe antes de me afundar no mel dos seus lábios.
Com ela escorada no sofá e eu pressionando o seu corpo pra perto do meu, deixamos nossas bocas comunicarem o desejo que compartilhavam entre si. Íamos acelerando, diminuindo, respirando e fazendo tudo de novo. Me sentia preso nas carícias dela, como se tivesse uma força gravitacional me colocando fora de órbita dos meus sentidos e da minha noção. Pedi pra ela sentar e escolher algo pra gente assistir enquanto pegava algumas coisas pra gente saborear e passar o tempo (além das nossas bocas). O vinho que comprei tinha uma porcentagem bem pequena de álcool, era quase um suco de uva natural, já que não costumo e nem posso beber muito. Nos servi e me sentei ao seu lado.
Com o passar do tempo enquanto íamos revezando entre ver o filme, beliscar algo, e nos beijar, resolvi tirar minha jaqueta, pois estava sentindo a temperatura esquentar, provavelmente pelo aquecedor. Depois que coloquei ela no cabide da sala e voltei pro sofá, senti o olhar de Helena me penetrar, analisando e reparando em cada detalhe que podia ser visto do meu corpo, e pela primeira vez na noite, fiquei tímido. Conseguia sentir minhas bochechas esquentarem ao ponto de saber que estavam vermelhas, e quase não consegui manter contato visual com ela.
"O que foi? Tudo bem?" tentei não parecer patético, não funcionou.
"Tudo ótimo... Melhor que nunca." sua resposta foi direta, e sem rodeios para achar outra coisa.
De repente me senti acanhado de estar próximo dela. Obviamente não à trouxe pro meu apartamento com intenção puramente sexuais, óbvio que se rolasse eu não iria me opor. Mas agora pensando nisso, e nela, e toda a situação que passa na minha mente, começo a ficar nervoso, e não acho que tenha sido discreto sobre isso, pois ela percebeu.
"O que foi gatinho? Você parece tenso." suas mãos alisavam meus braços e ficava em um conflito enorme entre perder a cabeça ou manter a compostura.
"Ah, não é nada, acredito que seja o cansaço do dia batendo no corpo agora. Só isso!" quis passar confiança no que dizia, e acredito que convenci ela.
"Ai nossa eu imagino. O jogo foi super puxado e você ainda veio acompanhar a gente depois, deve estar todo dolorido. Quer que eu te faça uma massagem?" me virei pra ela quando proferiu a frase e dei de cara com seus olhos brilhantes. Ia recusar, mas ela ofereceu de tão bom grado que não faz mal.
"Não quero que se incomde com isso... Mas eu adoraria." ela negou o incômodo com um sorriso fatal pra mim, e percebi. Deveria ter dito que não. Acabei de cavar minha cova.
Com um pedido de licença, ela se posicionou calmamente sob meu colo, ficando na metade da minhas coxas que estavam fechadas, com uma perna sua de cada lado. Enquanto prendia o cabelo em um rabo de cavalo alto e aquecia as mãos, tentava manter minha respiração controlada, assim como minhas mãos, que queriam voar pra cintura dela. Seu corpo depositava um leve peso sob mim e quis pegá-la no colo no mesmo instante que suas mãos foram pros meus ombros. Estavam quentes e escorregadias, mas eram firmes e habilidosas. Mesmo que não estivesse tão tenso assim, ela conseguiu relaxar meu corpo ainda mais, tanto que fiz tudo no automático.
Apoiando ela mais pra cima das minhas pernas, foi automático. Aplicando uma leve pressão com apertos em sua cintura macia, foi automático. Minha cabeça indo pra trás, meus olhos revirando, e um som quase que ridículo saindo pelo fundo da minha garganta, foi super automático. Infelizmente, a reação que tive quando senti ela beijar a extensão do meu pescoço também foi automática, mas não tive a intenção. Apenas acordei do meu devaneio e percebi o que estava acontecendo.
"Helena, calma. Desculpa. Eu acho que me precipitei um pouco. Me perdoa se toquei em você de alguma forma que-"
"Yuki, tá tudo bem. Se eu não quisesse que você tocasse em mim, eu teria afastado sua mão." ela tentava me certificar alisando meu peitoral e ombros ainda por cima da blusa, mas isso só fez tudo embaralhar mais minha cabeça.
"Sim, não. Quer dizer, não. Eu não sei se você se sentiria confortável comigo fazendo isso, e eu só fiz..." tentava colocar um pensamento coerente pra fora mas eles pareciam presos.
"Eu não estou desconfortável, com toda certeza. Eu ofereci a massagem porque vi você tenso. O que aconteceu durante ela não tem nada de errado, ou tem pra você?" inclinou a cabeça pro lado, confusa.
"Não, não é isso! É que, eu tive medo de você pensar algo errado ou algo assim, achar que eu estava me aproveitando de você!"
"Ishikawa, você pode ter certeza que de errado eu já pensei várias coisas e todas pareceram certas pra mim, e eu não negaria de ter você se aproveitando de mim. Se eu não parei, é porque eu quis, e porque eu vi que você reagiu bem com meus carinhos. Ou estou errada?" meu corpo ofegante e vermelho não me deixava nem mentir.
"Não, muito pelo contrário, é só que. Pensei ter passado do ponto agindo dessa forma quando você apenas me ofereceu uma massagem, mesmo que eu não reclame dos toques ou qualquer coisa. Mas... Bom, eu sou um pouco mais velho que você, você não está desconfortável com isso?" quando terminei de falar, pensei ver o rosto dela modificar.
Ela me analisava como se tivesse alguma resposta preciosa escondida em mim pra o mais difícil dos enigmas. Lentamente, suas mãos foram de encontro a barra da minha camisa. Gelei. Ela olhou pra mim como se pedisse permissão e eu cedi, não estava com muita força pra negar. Senti o tecido de algodão passar lentamente pela minha cabeça, e assim que ela pousou a peça de roupa no sofá, se mexeu no meu colo até ficar basicamente no pé da minha barriga, o mais perto que conseguia chegar na posição que estávamos, e em seguida, segurou meu rosto com suas duas mãos e me fez focar em seus olhos. E foi o que fiz.
"Eu vou deixar bem claro pra não surgir dúvidas e questionamentos nessa sua cabecinha de novo então me escute com atenção. Se eu me importasse com a sua idade, eu não teria trocado meia dúzia de palavras com você. Eu não teria beijado você na rua. Eu não teria deixado você me trazer pra sua casa. Não teria me arrepiado cada vez que suas mãos passam pelo meu corpo, ou seus braços fortes me envolvem. Não teria subido no seu colo com a desculpa de fazer uma massagem idiota quando tudo que eu mais quero no momento é ter cada pedacinho seu em contato comigo." estava sem fôlego. Sem rumo. Sem noção. Mas ela continuou.
"Sua idade é a coisa que menos importa pra mim e pensei ter deixado claro o suficiente quando estávamos conversando naquela rua. Você não deixa de ser um cara maravilhoso porque é 5 anos mais velho que eu. Eu não poderia me importar menos com isso. Agora, se isso é um problema tão grande pra você, a nossa diferença de idade, eu entenderei e ficarei na minha. Mas se só for uma insegurança sua, uma dúvida impertinente, eu vou beijar você, e tocar você, até ela se dissipar da sua cabeça, entendido? Se sua idade importasse pra mim, eu não estaria implorando mentalmente pra ser sua." fiquei cego, tonto. Maluco.
À puxei com tanta força pra mim que pensei ter machucado ela de certa forma, mas o que doía mais era só a vontade de consumir cada mínimo pedaço dela. Levantei com seu corpo envolto do meu, e fui em direção ao meu quarto, enquanto ainda tentava deixar o mínimo de resquício de sanidade passar por mim. Queria colar meu corpo no seu, desenhar ele nas pontas dos meus dedos, aprender cada curva, cada pedaço, cada movimento. Os nossos beijos pareciam insuficientes ali. Quanto mais tinha dela, mais queria ter. Suas mãos e unhas percorriam minhas costas e abdômen, enquanto tentava não me perder beijando cada resquício de pele que encontrava. Falávamos profanidades um para o outro, cada poro de nossos corpos exalando desejo. Queria prender ela ali, na minha cama, na minha casa, na minha vida.
Percebi o quão idiota fui de me segurar ou de pensar que a idade entre a gente seria um problema. Agora sabia que o único problema ali era não ter ela comigo. Queria beijar, tocar, cheirar, desejar cada parte dela por quanto tempo eu pudesse, e nunca seria suficiente. E no decorrer da noite, enquanto o tempo passava sem a gente perceber, me afoguei nela.
* - - ⓨ - - *
Pensei em levantar correndo, sem lembrar onde estava, mas recordei que hoje era meu dia de folga e resolvi relaxar novamente. Pelo horário e do sol que estava lá fora, acreditei já passar das 8hs da manhã. Tentei me revirar na cama, pronto pra pra levantar e fazer minha rotina da manhã, mas tinha um peso impedindo que eu o fizesse. Olhei para baixo e vi Helena agarrada em meu corpo como um coala, seus braços envolviam minha cintura e suas pernas estavam jogadas na minha. Não sabia como ela não sentia calor, com seu vestido e meia calça ainda no corpo. Lembro de não passarmos de beijos e toques quentes ontem, por ser muito cedo ainda, mas o que fizemos, aproveitamos bem. Tinha um sorriso aberto no rosto, meu coração batendo forte e meu peito quente, pensando no que passamos ontem.
Tentei retirar ela de mim de forma leve, para não acordar seu sono e fui me arrumar. Estava sem camisa ainda, e com várias marcas por todo meu dorso, pra sempre me relembrar da noite passada. Tomei um banho rápido e me troquei para comprar algumas coisas numa conveniência próxima pro café da manhã. O meu seria o mesmo de sempre, mas gostaria que ela tivesse um diferente. Lavei minhas mãos e comecei à preparar o café, até meu telefone tocar. Ran me ligava, então resolvi deixar no viva voz pra não perder tempo.
"Bom dia bonitão, isso é hora de acordar?" seu tom de voz era alegre, e já me fez abrir um sorriso enorme.
"É meu dia de folga cara, deixa eu ter um pouquinho de paz."
"Eu imagino a paz que você teve. Gostaria de saber onde está a amiga da minha amada, você não sumiu com ela não né?" ri da pergunta, o que se passa na cabeça desse garoto?
"Ainda não! Estou planejando alimentá-la e depois sair sem rumo e derrubar o carro no precipício. O que acha da ideia?" meu tom sarcástico era forte, mas a conversa toda era muito engraçada pra mim.
"Alimente bem pra ela não se perder de barriga vazia." concordei rindo. "Mas falando sério agora, o que houve? Ela está contigo?"
"Está sim. Depois que vocês se afastaram da gente ontem, resolvi tomar uma atitude. E tudo que aconteceu foi muito no calor do momento, e agora que ela tá dormindo aqui e eu fazendo o café, to entrando em parafuso em pensar que vou encarar ela agora." meu rosto esquentou só de pensar nisso, e ao que parece o universo não quis deixar isso passar, pois senti seus braços envolverem minha cintura, e num leve susto me despedi de Ran, e me virei pra vê-la.
"Bom dia Yuki." sua voz sonolenta me fez ficar bobo. Como queria que toda manhã fosse assim...
"Bom dia linda. Dormiu bem?" acariciava seus cabelos com minha mão limpa, e a outra deixei fechada com meu braço em sua cintura.
"Muito bem, tinha um ursão de pelúcia me fazendo compainha." seu comentário fofo e arrastado me derreteu e me inclinei pra beijá-la novamente, mas ela recuou. "Nem pensar! Acabei de acordar e não escovei os dentes. Não mesmo senhor." fiz bico mas não retruquei, deixei ela subir pra se higienizar e se organizar, e a chamei para comermos juntos.
"O que planeja fazer hoje? Tenho o dia de folga, e posso ser completamente seu pelo resto do dia." perguntei para trazer algum assunto pra mesa, mas me arrependi da forma que falei quando vi seu olhar brincalhão pra mim, balançando as sobrancelhas.
"É mesmo? Bom é uma notícia ótima. Eu estava querendo conhecer algumas cidades pela redondeza, pensei em fazer isso com Melissa, mas a viagem tomou um rumo diferente, e como só tenho até hoje aqui, quero tentar por em prática." não pude deixar de notar o aperto que surgiu no meu peito quando ela falou em ir embora, mas não quero focar nisso agora.
"Bom, não seja por isso, chama os dois, e a gente se organiza e vai pra alguma." ela concordou e assim que terminamos de comer, falamos com os pombinhos.
O local escolhido foi Ancona. Como é um local litorâneo, deixei Helena no apartamento que ela está com Melissa para pegarem o necessário e fui com Ran comprar algumas coisas para usar na viagem. Enquanto nos falávamos decidimos ir para praia de Monte Conero que ficava na comuna italiana. O clima estava agradável, e como era uma viagem de mais de 1 hora, decidimos sair logo para aproveitar o clima. O caminho todo foi recheado de risadas, boa música e muito papo. Todos nos divertimos e agradeci mentalmente pela virada que minha vida teve nesses dois últimos dias. Jamais imaginei estar vivendo isso, tão inesperado, não é do meu feitio, mas Helena me faz querer viver, aproveitar cada momento que me é dado. Não vou negar e dizer que não gostaria de passar o dia de hoje inteiramente com ela, mas não nos conhecíamos. Éramos de certa forma estranhos um para o outro, e o foco principal dela com essa viagem não acredito que tenha sido se envolver com alguém, e sim aproveitar com a amiga. Eu só iria embarcar junto.
Penso no absurdo disso tudo que está acontecendo. Eu de todas as pessoas estou falando sobre ficar com alguém e ter ela por muito tempo comigo depois de um dia apenas. É carência, só pode ser. Passei boa parte do caminho pensando nisso, mas de nada adiantava, já que não mudaria o fato de que estava sentindo tudo isso. A última vez que namorei, foi pouco tempo depois de entrar na seleção japonesa, gostei muito dela, mas não o suficiente pra continuar. Não foi o suficiente pra ela. Sempre me dizia que o vôlei tinha muito mais de mim do que ela jamais teria, e resolveu terminar. E quando ela terminou, percebi que talvez ela estivesse certa. Doeu na época, mas não o suficiente pra pensar em correr atrás dela, pois tinha campeonatos mais importante para me preocupar do que apenas um término. E foi ali que nunca mais me relacionei sério com ninguém, fui nomeado capitão da seleção, e fiz minha vida na Itália, me relacionei com um mulher ou outra, mas meu tempo e dedicação era voltado somente para o vôlei, e não tinha como mudar isso mais. Refiz minha vida inteiramente pra isso, cada passo dado, cada caminho escolhido, foi única e exclusivamente pra chegar onde cheguei hoje, e não me arrependo de nada.
Mas de uns tempos pra cá, vendo todos meus amigos tendo filhos, se casando, construindo uma vida além da carreira, enquanto eu faço o contrário, construo uma carreira além da minha vida, e isso começa a pesar de certa forma, pois quero encontrar um equilíbrio para os dois, só acho que já esteja tarde para começar. Quero me provar enganado. Tenho medo de ter construído uma rotina que se torna tão intrínseca em mim, que não consiga sair mais, e caso tente, tudo desmorone. No meio dos meus devaneios, percebo que chegamos ao local que resolvemos passar o dia. Estacionei o carro perto da praia, que por ser uma segunda-feira, estava vazia e nos dirigimos para a areia quente. Não iríamos tomar banho, pois não trouxemos roupas para tal, mas resolvemos aproveitar o dia para jogar um pouco e relaxar ao sol, não que eu seja o maior fã da bola de ar quente sob nossas cabeças, mas o dia hoje pedia.
Espalhamos nossas coisas sob a manta que trouxemos, e as meninas já se animaram para jogar um pouco de toque, enquanto eu e Ran arrumávamos os comes e bebes que compramos. Ficamos vendo elas jogar enquanto conversávamos para passar o tempo.
"Onde você está?" Ran me pergunta genuíno, sentando ao meu lado enquanto come uma barra de proteína e me entrega outra, agradeço.
"Onde eu estou? Aqui, oras."
"Você está em vários locais, menos aqui Yuki. De uma meia hora pra cá, até chegarmos aqui, você se calou e sumiu. O que houve?" não conseguia entender o quão bem ele conseguia captar essas coisas.
"São pensamentos, coisas rondando minha cabeça, dúvidas. Quero tentar me manter no lugar."
"Mas esse lugar que você quer se manter, é bom? Te faz bem?" fiquei sem resposta imediata pra pergunta.
"Acho que sim, sempre me fez."
"Então, o que mudou? O que está acontecendo? Pode falar comigo capitão, nada aqui é segredo." agradeci mentalmente pelo apoio dele. Era realmente um menino especial.
"Eu não sei... Não sei Ran, sendo o mais sincero que posso. No caminho pra cá me peguei pensando na minha ex, do Japão, e tudo só veio desenrolando e agora está tudo embaralhado. São tantas coisas que mal consigo pensar."
"Essas questões tem a ver com Helena? O momento de vocês ontem não foi bom? Não se deram bem?"
"Quem me dera fosse isso, foi justamente o contrário. Enquanto estávamos na rua ainda, e depois que chegamos no meu apartamento, conversei com ela, e expressei minha insegurança em relação à nossa diferença de idade. E ela foi tão segura, tão certa, tão racional que me peguei pensando, o quanto mais eu posso perder da minha vida?" ele me escutava com atenção, concordando vez ou outra. "Não me arrependo de nada que fiz até aqui, de tudo que dediquei e sacrifiquei pelo meu sucesso, que é algo que tenho muito orgulho, e não quero que mude. Refazer toda minha rotina e todo trabalho que tive, mas até quando eu continuo com isso? Quero me casar, ter filhos, quero que eles me vejam jogar e que possa ter o respeito deles e a admiração também. Mas pra isso, tenho que me relacionar com alguém, como faço isso? Como faço pra funcionar? Tenho que deixar a pessoa entrar na minha vida e me ver por mim mesmo, cada mísero detalhe que sigo à risca à mais de 10 anos, e tenho que ser recíproco. Sem isso não tem como funcionar."
"E o seu receio é justamente por causa de querer fazer isso com ela?"
"Eu não sei. Nos conhecemos tem pouco mais de um dia, não posso simplesmente dizer que quero casar e ter filhos com ela e trazer ela pra o meu mundo sem ao menos conhecê-la. Mas me rasga por dentro a insistência que meu coração está tendo de fraquejar por ela. Isso não tem cabimento pra mim Ran, não tem. Eu não posso me propôr à ter um relacionamento com alguém sem saber se vai dar certo."
"Mas a magia de uma relação é essa Yuki. Não a incerteza de não saber o que pode acontecer, mas todo dia ter mais uma chance de fazer durar. Eu não estou dizendo pra você fazer uma loucura e casar com ela, ou que ela seja a pessoa certa pra isso, mas você não pode mais negar que tudo abalou no momento que você começou a sentir algo, e se deixou levar por isso. Rotinas se renovam e hábitos mudam Ishikawa. Não deixe de dar uma chance de sentir algo por ela, não deixe seu medo falar por você aquilo que o seu coração está sendo calado à força. Ninguém começa uma relação pensando em como vai acabar, não pense na sua como um fim, mas um recomeço. Dedique a mesma força e coragem que você tem no vôlei, para o amor. Uma hora, isso tudo pode acabar, sua carreira pode ser algo passageiro, sua vida e realizações não serão. Eu nunca vi você se render pra nada em sua vida, não se renda pra sua felicidade também." estava digerindo, tudo aquilo.
Minha cabeça e corpo e alma são devotas 100% do meu tempo para me dedicar ao esporte que tanto amo, que mudou minha vida, e me deu uma razão. O vôlei é e sempre será o meu primeiro amor. O mais genuíno. Construi uma vida com ele, venci batalhas internas e me superei junto dele. Quando voávamos, voamos juntos, e quando caíamos, caímos juntos. Sempre fiz questão de dar o meu melhor pra tudo em volta dele. Mudar meu corpo, alimentação, rotina, minha vida. E acabei mudando tanto que me mudei no processo pra alcançar o topo, e esqueci que as pessoas que nos levam até ele, vão permanecer se a gente despencar. Olhando aqui para os três, se divertindo, aproveitando, sorrindo e principalmente, se amando, me dei conta que minha felicidade não é segundo plano na minha vida e que o vôlei já tem seu espaço nela, só preciso preparar o espaço para colocar mais uma nova felicidade, a eterna.
Com o coração acelerado, minhas mãos suando, corpo arrepiado e trêmulo, meus sentidos estavam aguçados, me aproximei deles. As nuvens que estavam nublando minha visão se abriram, e deram espaço um sol lindo e brilhante, com um sorriso acolhedor e olhos cintilantes. Senti uma adrenalina fervente que passeava pelo meu corpo, uma corrente elétrica que me deixava acordado, hoje mais do que antes, agora mais do que nunca. Fui procurar então, um novo motivo pra minha felicidade.
"Posso me juntar à vocês?" encarava Helena enquanto falava isso, e o sorriso que se abriu no rosto dela, desapareceu com toda e qualquer dúvida que tivesse. Nunca fugi de me arriscar. Agora, o que estava em jogo, era minha alegria, e esse eu jamais me perdoaria se perdesse. Helena estendeu sua mão pra mim, como um convite.
"Sempre." tomei, e fui. Começar mais um capítulo na minha vida.
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Bom, está aqui mais uma fic dos meninos da seleção japonesa. Até o momento, esse foi o mais complicado de fazer. Ran é um livro aberto na minha visão, enquanto o Yuki está guardado à sete chaves, e por não conhecer ele (e na verdade, nenhum outro) peço desculpas se a personalidade dele estiver tão diferente, mas afinal de contas, é apenas uma história fictícia. Espero que tenham gostado da leitura, e até breve!
Novamente, aqui estão os visuais e como visualizo os personagens, mas eles ficam à critério de vocês também!
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A roupa do Yuki para o jantar, e o restaurante, eu vejo assim:
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jartita-me-teneis · 2 months
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**La lista de Schindler**
Desde siempre me ha parecido una de las mejores películas de la historia. Su narrativa poderosa y conmovedora nos atrapa y nos lleva a reflexionar profundamente sobre una de las realidades más crueles que ha vivido la humanidad. Steven Spielberg, con una maestría sin igual, nos ofrece una producción milimétricamente perfecta. Cada elemento del cine es utilizado a la perfección para ofrecernos una narrativa cinematográfica excelente. La fotografía en blanco y negro a cargo de Janusz Kamiński, refuerza el tono sombrío y aporta una autenticidad documental que nos sumerge en la época retratada. Las actuaciones impactantes, especialmente las de Liam Neeson, Ben Kingsley y Ralph Fiennes, traspasan la pantalla y nos transmiten el sufrimiento y la esperanza de los personajes, logrando una conexión emocional profunda.🎥
La banda sonora de John Williams es un componente esencial en este filme que acentúa cada momento crucial con una delicadeza y emotividad solo al alcance del maestro Williams, mientras que el montaje preciso de Michael Kahn nos ofrece una narrativa fluida y conmovedora, llevando al espectador por un viaje de horror y redención sin perder un solo latido emocional.🎥
Spielberg utiliza cada recurso cinematográfico disponible para crear una obra que no solo nos emociona, sino que también nos obliga a pensar y reflexionar en la barbarie humana y sus límites. Desde los encuadres cuidadosamente compuestos hasta la dirección artística que recrea meticulosamente el entorno histórico, cada aspecto técnico está orquestado con precisión para servir a la historia.🎥
El uso de la luz y la sombra, los silencios que hablan tanto como los diálogos y la manera en que la cámara se mueve para capturar tanto la intimidad como la vastedad del horror, todo contribuye a una experiencia cinematográfica que es tan educativa como visceral.
*La lista de Schindler* no es solo una película; es una lección de historia, una reflexión profunda sobre la humanidad y sus límites, y una obra maestra imprescindible para cualquier cinéfilo que quiera entender el verdadero poder del cine.
El problema de olvidar la Historia, Verdad Israel?
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aschenblumen · 4 months
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Wittgenstein, mal leído y desmentido por motivos diferentes que Heidegger, hizo evidente que las constantes lógicas, que subyacen a nuestras proposiciones enunciativas concretas, son constantes tautológicas y, salvo ellas mismas, no dicen nada. Recién quien las deja descansar como están, puede volverse hacia un mundo al no poder decir nada sobre él y así abre la posibilidad de comportarse libremente –libre de constantes– hacia él. La relación ética hacia la lengua y el mundo comienza con la suspensión de una lengua suisuficiente; la lengua como acontecer comienza con el despedirse de la lengua como una constante de comprensibilidad.
—Werner Hamacher, «Lo torcido ante todo lo recto. Un diálogo con Werner Hamacher», compilado en La detrición de la lengua. Selección y traducción de Niklas Bornhauser Neuber.
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kaitoflames · 8 months
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When I was a child, I'd sit for hours Staring into open flame Something in it had a power Could barely tear my eyes away
LINK DE SITUAÇÃO ATUAL DO KAITO.
Nome completo: Kaito Aoki.
Data de nascimento: 09/01/98, 26 anos.
Altura: 180m.
Sexualidade: Provavelmente demissexual.
Pai Olimpiano: Hefesto.
Mãe mortal: Mio Aoki.
Nacionalidade: Little Tokyo, Califórnia, Estados Unidos.
Especialidades: Ataques a longa distância, armas pesadas.
Pontos fracos: Combates a curta distância, furtividade.
Atividades extras: Ferreiro, líder da equipe azul de esgrima e Conselheiro do Chalé de Hefesto.
Habilidades especiais: durabilidade e fator cura avançado 
Poder: 
Construtos de Fogo – Possui a habilidade de controlar o fogo, mas só se ele tiver forma. Normalmente cria armas de fogo para si, como chicotes, adagas e espadas, que utiliza telecineticamente para atacar inimigos. Não é capaz de controlar o fogo por si só, precisa usar sua criatividade para transformá-lo em construtos e utilizá-lo como tal. Kaito é capaz de criar desde pequenos pássaros até criaturas mitológicas feitas completamente de chamas, e, por gerar fogo, é imune ao elemento.
Armas: 
Uragiri – Uma longa e pesada corrente de ponta espinhosa, feita de bronze celestial. A utiliza para atordoar ou prender inimigos, normalmente somando com seu poder de utilizar construtos de fogo, erguendo-a com sua pirocinese cinética. Em sua forma “comum” se torna apenas uma corrente utilizada no pescoço.  
Nikko - Um escudo que reflete uma luz tão forte que causa cegueira temporária em seus inimigos, perfeita para distrações.
Falas e comportamentos padrão:  Quieto, raramente sorri. Tranquilo e não briga com ninguém, embora seja teimoso e irredutível, e vá ignorar sua opinião se não concordar com ela. Só fala quando tem o que dizer e quando não tem não se importa com longos silêncios entre diálogos, e é muito privado sobre suas coisas. Grande entusiasta de armas, facilmente falaria disso por horas. Sempre tem algo nas mãos, elas são inquietas. Vai te ajudar até se não quiser fazer isso. Viciado em trabalhar. Consegue dormir com facilidade em qualquer lugar. Coleciona pedras. 
Headcanons rápidos: 
Kaito é surdo. Perdeu a audição em uma missão há dois meses, como o líder, após ser atacado pelo Leão de Nemeia. Ele se recusa a utilizar aparelhos aditivos, e utiliza lentes especiais para interpretar os lábios das pessoas, atualmente está tentando treinar seu autômato como um tradutor.
Kaito é filho de uma atriz renomada, Mio Aoki (ref. filmografia da Michelle Pfeiffer), mas ela o manteve em segredo, então ninguém consegue os associar sem antes fazer muita pesquisa. Além do sobrenome, claro. Kaito mantém isso como um segredo.
Foi homeschooled e criado em uma fazenda distante no interior da Califórnia. Chegou no acampamento aos oito anos de idade e era praticamente um bicho do mato de tão tímido.
Viveu um tempo no Acampamento Meio-Sangue, mas por fim, resolveu fazer a diferença no mundo mortal, aceitando aos riscos. Trabalhava como bombeiro, por ser imune a fogo.
Durante um ano morou com Love, filha de Tique, em Nova Iorque, que também resolveu se arriscar no mundo mortal. Mas depois, voltou para o local de nascimento: Little Tokyo.
Está se reconectando com a mãe atualmente. Estava, pelo menos. Agora, está se reconectando com o acampamento através da ferraria, que era o que mais gostava de fazer na juventude.
Por estar no acampamento há oito meses, já foi dado como morto por seus amigos mortais.
Tem um autômato pequeno, chamado Magma.
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1dpreferencesbr · 1 year
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Imagine com Louis Tomlinson
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How can I be in love like this?
n/a: Mais um imagine com nosso Tommo! Muito obrigado Anon pelo pedido! Adorei demais fazer ele! 💕
Diálogos: Por que você tem uma foto minha? / Não sabia que você usava óculos
Lista de diálogos Masterlist
Contagem de palavras: 1,766
— Bom dia, linda. — Falei sorrindo para a imagem em minha tela. Uma S/N sonolenta estica o corpo por baixo do edredom. 
— Bom dia. — Disse com a voz arrastada, o sotaque ainda presente deixando-a ainda mais fofa. — Você dormiu bem?
— Muito, e você? 
— Quase não dormi. — Fecha os olhos lentamente, ainda tomada pelo sono. — Estou muito ansiosa pela viagem. 
— Amanhã nessa hora você estará em solo inglês! — Brinco, arrancando um sorriso da boca bonita. 
— Finalmente. 
— Queria poder mudar a minha agenda para te ver. — Finjo tristeza. S/N desmancha um pouco o sorriso, o que me dá vontade de contar toda a verdade. Mas não, vou me segurar e manter a surpresa que preparei. 
Depois de mais alguns minutos conversando, a brasileira se despediu. Ela precisava se arrumar para ir para o aeroporto e embarcar em sua viagem dos sonhos. 
Conheci S/N durante uma madrugada, pagando um desafio de um jogo idiota. Mesmo completamente bêbado, senti o coração parar ao ver a garota linda no outro lado da tela. Depois daquilo, passei madrugadas inteiras tentando encontrá-la naquele mesmo site de estrangeiros, até finalmente dar de cara com o sorriso que desgraçou o meu coração. 
As horas parecem minutos durante a nossa conversa, e fiquei muito mais do que aliviado quando ela concordou em passar seu número de telefone. 
S/N usava o site para exercitar seu inglês, se preparando para a viagem até a Inglaterra. Depois de alguns dias, praticamente grudados ao telefone, ela admitiu que já me conhecia e que era fã da minha música. Um sentimento de orgulho preencheu todo o meu corpo. Aquela garota me conhecia, gostava do meu trabalho. Mas conversava comigo como um velho amigo. Ela conversava com o Louis pessoa, e não o cantor. 
S/N tinha pouco mais de dez dias na Inglaterra antes de seguir para os EUA, onde ficaria por mais uma semana. Era um espaço curto de tempo, e se ela deixasse, gostaria de ficar cada segundo grudado a ela. 
Foi como voltar à adolescência. Sorrir para a tela de um celular, ficar feliz com mensagens de bom dia e boa noite, qualquer migalha de atenção que ela me desse era motivo para fazer o meu dia se tornar muito melhor. Ela era a primeira coisa em que pensava ao abrir os olhos, e a última antes de adormecer. 
Já tinha escutado todo tipo de piada sobre estar apaixonado por alguém que sequer havia visto pessoalmente. Tentei negar muitas vezes. Mas já estava fodido. Completamente de quatro por alguém que só conhecia pelo telefone. 
O dia se arrastou como se não tivesse fim. Dentro de um quarto de hotel, esperando a mensagem que me avisasse que ela tinha chegado. 
Não sei quantos círculos fiz pelo tapete, andando de um lado para o outro. 
Fiquei mais calmo ao receber uma foto dela, jogada na cama do hotel e com um sorriso gigantesco nos lábios. Precisei me segurar para não ir até lá. Já havia ficado em um hotel diferente exatamente porque sabia que não conseguiria me manter longe por muito tempo. 
Conversamos por algumas horas, até que ela pegasse no sono pelo cansaço da viagem. 
Quase não dormi. A ansiedade me deixando quase desesperado, inquieto demais para conseguir fechar os olhos e pegar no sono. 
E se ela não gostasse de me ver do nada? 
Se ficasse incomodada por eu aparecer sem um aviso?
E se eu não for o que ela espera? 
Okay, está na hora. 
Respira, Louis. Vai dar certo. Você vai ver a sua amiga e vai dar tudo certo. Ela vai ficar feliz, você vai ficar feliz e finalmente depois de quase um ano, vai apertar muito essa garota nos seus braços. 
Recebi uma foto dela em frente ao London Eye. Sabia que ela estaria por lá, sabia todo o cronograma da viagem minuciosamente planejado pela garota. 
Meu coração deu um salto gigantesco quando de longe reconheci a garota pequena. Como uma típica turista, S/N fotografava tudo que via, sorria de orelha a orelha. 
Muito mais linda do que minha mente ousou imaginar. Dentro de um casaco preto, botas de frio e um conjunto de gorro e cachecol rosa clarinho. Diferente de todas as fotos que me mandou e as chamadas de vídeo, em seu rosto havia um óculos. A armação preta e delicada ornando perfeitamente com ela. 
Tirei o celular do bolso, digitando rápido as palavras que denunciariam a minha presença. 
“Não sabia que você usava óculos” 
Vi a expressão de confusão tomar seu rosto, os olhos arregalando por trás das lentes. A garota virou a cabeça para os dois lados, até finalmente me encontrar. Parado, congelado há apenas alguns passos. Um sorriso enorme se abriu e eu abri os braços. 
Como nos meus sonhos, S/N correu em minha direção. Sem ligar para quem estivesse nos vendo e comentando ela se jogou nos meus braços. 
A apertei contra mim com força. Inalando pela primeira vez o cheiro maravilhoso que emanava do cabelo. Era surreal. 
— Ai meu deus. — Ela sussurrou diversas vezes, me segurando com força. Talvez sentindo medo que o sonho acabasse, assim como eu. 
— Me deixa te ver. — Sussurrei, com dificuldade pelo coração que batia forte demais. Afastei o tronco o suficiente para observar seu rosto, ainda sentindo seus braços rodeando a minha cintura. — Meu deus, como você é linda. — Um tom rosado tomou suas bochechas, ficando ainda mais fofa. 
— Não acredito que você realmente está aqui. — Confessa. 
— Surpresa! — A abracei mais um pouco. — Não achou mesmo que estaria tanto tempo por perto e eu não viria te ver, achou? 
— Eu não queria atrapalhar a sua agenda, sei que é concorrida. 
— Ela está livre para você. Por toda a viagem. — Admito. 
— Está falando sério? — Sua animação me contagia e eu assinto com a cabeça. — Meu deus! — Sem se segurar, ela pula em mim mais uma vez, agora passando os braços pelo meu pescoço. Preciso me curvar pela diferença de altura, mas, porra, ficaria a minha vida inteira assim. 
Eu realmente estou fodido. Se antes estava apaixonado, agora estou completamente obcecado por essa garota. 
É como o paraíso. Como um sonho que eu não quero acordar nunca mais. 
S/N sorri enquanto fala, move as mãos com frequência, sua risada me contagia e sinto que posso ter um ataque cardíaco cada vez que ela me olha. 
Três dias se passaram como três minutos. Ficamos grudados a maior parte do tempo, nos encontrando cedo para visitar o maior número de lugares possíveis e finalizando o dia no Lobby de seu hotel quase de madrugada. 
— Quer comer alguma coisa? — Pergunto quando o sol já se foi, dando lugar à lua, iluminando o rosto da minha garota com a luz fria. 
— Quero. — Ela sorri. 
Estamos lado a lado, esperando pelo jantar. S/N observa as pessoas caminhando lá fora pela janela quando seu celular vibra em cima da mesa. A tela se acende revelando uma das minhas fotos logo após acordar como fundo. Sorrio como um idiota. 
— Por que tem uma foto minha? — Pergunto, fazendo-a me olhar com as sobrancelhas franzidas. Aperto o botão de power do aparelho, me fazendo aparecer mais uma vez. O vermelho toma o rosto dela todo de uma vez. 
— Eu… — Ela fecha os olhos e suspira. Sussurra uma palavra em português que eu imagino ser um palavrão. 
— Você não precisa ficar com vergonha por isso. — Provoco, deixando-a ainda mais vermelha. Tiro meu próprio celular no bolso, mostrando a ela a minha foto de fundo. Ela, parada em frente à London Eye, logo antes do nosso encontro. 
A comida chega, e pela primeira vez estamos em silêncio. S/N empurra as almôndegas em seu prato com o garfo, perdida em seus pensamentos. 
É agora. 
Por favor, que ela sinta o mesmo. 
— Você tem alguém no Brasil?
— Alguém? — Ela leva um pouco de macarrão à boca. 
— É… um namorado, amigo colorida… essas coisas. 
— Eu tinha, mas acabou quando… — As palavras morrem, me deixando ainda mais nervoso. 
— Quando? — Incentivo . 
— Quando começamos a conversar. — Suspira. — É vergonhoso, mas ele me fez escolher entre vocês dois. 
— E você me escolheu? — Ela assente. 
Porra. 
SIM. SIM. SIM. SIM. SIM.
Fogos de artifício estouram em minha mente no mesmo ritmo desgovernado do meu coração. 
O silêncio volta. 
Faz alguma coisa, cara! Porra. Descongela! 
— S/A. — Sussurro o apelido que ela precisou repetir pelo menos dez vezes até que eu pronunciasse certo. Ela me encara, os lábios avermelhados entreabertos, os olhos fixos em mim. Ela está sem os óculos, optou pelas lentes hoje, me deixando encarar as duas joias que mexem comigo de forma descomunal. 
Não posso mais esperar. Por todos esses dias, sua presença foi o suficiente, mas não hoje, não agora. 
Engulo a saliva que se acumula e umedeço os lábios. Me aproximo devagarzinho, captando cada reação. S/N descia os olhos dos meus para a minha boca. Seguro uma das bochechas com a minha mão trêmula e ela prende a respiração. A brasileira fecha os olhos em antecipação. É isso, ela também quer. 
Um raio me atinge em cheio quando finalmente toco os lábios cheios. Aproveito a sensação, tento controlar o meu coração. Sinto o tecido da minha camiseta ser levemente puxado e um suspiro escapa dela. Sorrio. Porra, é melhor do que em sonho. 
Empurro a língua contra sua boca, e se não estivesse sentado minhas pernas com certeza cederiam agora. 
É tudo perfeito, como se essa boca fosse feita para beijar a minha. Passo o braço livre em sua cintura, puxando-a para mais perto. Sua língua envolve a minha, explora. Ela morde e suga meu lábio inferior. Porra, nenhum beijo nunca encaixou dessa forma. Posso beijar essa mulher o resto da vida que não vou me cansar nunca.  
Meu peito arde com a falta de ar. Deixo um monte de beijinhos por sua boca, sentindo-a sorrir contra mim, me obrigando a sorrir também. Acaricio seu nariz com o meu, S/N ainda está com os olhos fechados.
— Estou apaixonado por você. — Sussurro a confissão. — É loucura, mas eu estou. E muito. — A garota afasta o rosto, me encarando com os olhos arregalados. 
— É loucura mesmo. — Ela suspira e o meu coração afunda. — Mas… Acho que estou ficando louca. — Sorri. — Também estou apaixonada por você, Louis, muito.
O mundo pode desabar agora que eu vou seguir feliz. Grudo minha boca na sua em um beijo de comemoração, fazendo-a soltar uma risadinha. 
Vai ser difícil, eu sei que vai. S/N ainda mora um oceano de distância. Mas eu vou dar um jeito nisso. Nós vamos dar. 
Sou louco por essa mulher e vou até o fim do mundo se for necessário.
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little-big-fan · 9 months
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Imagine com Park Jimin (BTS)
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Best Christmas Ever
N\a: Yay, vamos continuar nosso especial de Natal! Agora fugindo um pouquinho da One Direction hahaha! Quero agradecer á @littlebigilr que fez esse pedido delicinha, que eu amei escrever <3 Espero que vocês também gostem!
Diálogo: Temos que nos beijar á meia-noite. Situação: Declaração de amor no Natal
S/N pendurou o último enfeite vermelho na árvore, se sentindo orgulhosa da obra. Montar a árvore de natal em família era uma tradição desde que a garota havia nascido, e que sentia falta desde que havia se mudado para a Coreia, cinco anos atrás. 
Por cinco natais, ela não montou a árvore com a família, não participou das ceias divertidas e regadas a piadas ruins dos tios, da correria dos primos pequenos e as conversas bêbadas dos pais da família. Coisas que em sua adolescência ela reclamava, e agora estava em êxtase por poder participar.
Só faltava uma coisa para que o natal fosse perfeito: Jimin.
O namorado que a amava profundamente e não havia conseguido viajar para o Brasil com ela por conta dos compromissos de trabalho.
Namorar um Idol mundialmente famoso não era nada fácil. Ele vivia em viagens para fora do país, fazendo shows e entrevistas nos quatro cantos do mundo, além das horas intermináveis de ensaios e gravações.
Depois de tirar uma selfie com a árvore, ela enviou para o namorado, estranhando a demora em responder. 
Durante a tarde, S/N se encarregou de ajudar a mãe e as tias com a ceia. Quando as pessoas começaram a chegar, ela tomou um banho e se arrumou, ficando linda para sentar na sala de estar. 
Ela bebia uma cerveja gelada, para amenizar um pouco do calor que dezembro trazia para os brasileiros. 
Ela conversava animada com Pedro, o primo dois anos mais velho, sobre como estava sendo sua vida tão longe de casa. 
O lugar era barulhento, uma música alta tocava do lado de fora e algumas pessoas já reclamavam de fome.
— O que você acha que eles estão aprontando? — A garota cochichou, observando o pai e o tio que sorriam cúmplices um para o outro. 
— Será que algum deles vai se vestir de papai Noel de novo? — O primo riu, lembrando do fracasso que foi a última tentativa, quando o pai de S/N tentou sair sem ser visto e acabou sendo interceptado pelas outras crianças da rua.
— Eu acho que ele ficou traumatizado. 
Pedro avisou que iria atrás de outra bebida para os dois e a garota aproveitou o tempo para checar o celular, estranhando que a resposta de sua foto fora apenas um emoji de coração. Imaginando que ele provavelmente estava envolvido nas próprias tradições familiares e levando em conta o fuso horário diferente, ela deixou o celular de lado. 
— Já é quase meia noite, pessoal! — Tio Luís anunciou, parando no meio da sala. — Vamos começar o amigo oculto? — Todos se juntaram para começar a brincadeira. — S/N, você primeiro. 
— Eu? Por quê?
— Porquê você não participou dos outros, ora. — Colocando a língua para o tio, a garota se levantou, ficando no meio da roda. 
— O meu amigo oculto… é um chato. — Uma risada geral começou. — Ele sempre faz as piores piadas, não sabe combinar a camiseta com a bermuda… — Vários nomes começaram a ser citados. — Ele acha que ninguém notou que ele está ficando careca. 
— É o vovô! — A resposta foi unânime. S/N abriu os braços para o patriarca da família, confirmando a resposta. 
A brincadeira se desenrolou por mais alguns minutos, a animação da família contagiava ainda mais o coração da garota. Mas então, o último presente foi entregue. 
— Todo mundo ganhou presente? — Tio Luís perguntou. 
— Eu não. — S/N ergueu a mão. 
— Quem tirou a S/N? — Pedro perguntou. 
— Fui eu. — O pai da garota avisou. 
— Ué, não vai dar nada para a menina? — Vovó perguntou, quando notou que o filho estava com as mãos vazias. 
— Calma, mãe! — Ele disse rindo. — O meu presente está chegando. 
— Deve ser algo enorme então. — Uma das primas disse baixo.
— É menor do que eu imaginei… — O pai divagou. 
A campainha tocou, causando comoção. Todos estavam animados e ansiosos, querendo saber o que poderia ser tão especial para chegar em cima da hora da brincadeira. 
Todos ficaram na sala, esperando enquanto o homem de meia idade ia buscar o tal presente. 
S/N não acreditou nos próprios olhos quando viu o pai voltar, agora acompanhado por Jimin. 
Ela correu em direção do asiático, se jogando em seus braços. 
— Oi, amor. — Ele disse baixinho. 
— O que está fazendo aqui? — Ela perguntou com os olhos cheios de lágrimas, segurando o rosto do namorado pelas bochechas, ainda surpresa demais. 
— Eu sou o seu presente. — Ele sorriu. 
— Tá bom, tá bom. — O pai disse alto. — Eu sei que você está com saudade, mas não precisa essa agarração toda. — S/N desceu do colo do namorado, achando adorável a forma como suas bochechas se avermelharam no mesmo momento. Ele não estava acostumado com demonstrações de afeto em público e o fato de estar conhecendo a família da amada pela primeira vez também o deixava nervoso. 
S/N o apresentou para todos, sorrindo tanto que suas bochechas doíam. Mesmo com a barreira de idioma, todos receberam o asiático como um novo integrante. 
Todos foram para o lado de fora quando os fogos de artifício iniciaram, anunciando que finalmente era natal. 
Observando as luzes coloridas, Jimin abraçou sua garota pelas costas. 
— Temos que nos beijar à meia noite. — Sussurrou em seu ouvido. S/N virou de frente para ele.
— Isso não é no ano novo? — Ela disse sorrindo.
— Essa pode ser a nossa tradição. — Aproveitando que todo mundo estava ocupado, se abraçando e desejando um feliz natal, ele puxou sua garota mais para perto, tocando seus lábios, matando a vontade e a saudade depois de tantos dias.
— Feliz natal. — Ela sussurrou.
— Feliz natal, meu amor. 
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danaearbg · 3 months
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Reseña: Cómo vender una casa embrujada
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Puntuación: 3/5 ★★★☆☆
Ficha técnica
Título del libro: Cómo vender una casa embrujada.
Autor: Grady Hendrix.
Editorial: Minotauro.
Edición: Primera edición.
Número de páginas: 430.
Género literario: Narrativo.
Subgénero: Novela de terror.
Resumen (sin destripe)
Después de la muerte de sus padres, Louise vuelve a Charleston para despedirse de ellos y arreglar los asuntos pendientes relacionados a la casa en donde ella y su hermano Mark habían crecido. Sin embargo, la mala relación con su hermano y el intento de reformar la casa para poder venderla no serán los únicos problemas que Louise atraviese para dejar todo listo y poder regresar a San Francisco con su hija; los recuerdos, los problemas familiares, los secretos y la exorbitante cantidad de títeres y muñecos que su madre coleccionaba se convertirán en un reto de vida o muerte que deberá enfrentar para conseguir regresar a la tranquilidad de su vida.
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Valoración literaria
Gracias al lenguaje descriptivo utilizado por Hendrix podrás imaginar a detalle lo que ocurre en cada escena, así como el terror, confusión y dolor que los personajes experimentan a lo largo de la historia. De la misma manera, su estilo de lenguaje informal te permitirá relajarte un poco de la tensión, pues los diálogos tan naturales y espontáneos de los personajes te harán soltar una que otra risa, muy necesaria si me lo preguntas. Ahora bien, la simpatía por los personajes, además de ser causada por su buen desarrollo, se debe al estilo indirecto que el autor emplea, ya que al ser la voz narrativa quien cuenta la historia aún cuando el personaje principal se trate de Louise, permite que los demás personajes cuenten su versión y se expresen emocionalmente.
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En lo que respecta a su narrativa, ésta es sencilla de comprender pues como mencioné arriba el lenguaje es informal, centrándose en aspectos del día a día, situaciones casuales (o bueno, no tan casuales ya que dudo mucho que enfrentarte a circunstancias de vida o muerte en casas embrujadas sea algo común) y palabras sencillas y cotidianas que las describen. Además, y como elogio hacia el autor, los cambios de escena que hace o el cambio de narración entre un recuerdo y el presente son bastante ingeniosos. Realmente no sientes el cambio, la lectura fluye de manera natural y sin que te des cuenta.
Debido a esta facilidad y fluidez en la narrativa la historia es enganchante. Desde la primera página te atrapa la curiosidad por saber qué pasó con los padres de Louise, lo que se va a encontrar en su viaje a Charlestone, y por supuesto, quedas atrapado por llegar a la parte en la que aparece la casa embrujada. He de decir que la forma en la que Hendrix te va llevando es bastante creativa, pues cualquier cosa que te imagines con sólo leer el título muy poco tiene que ver con lo que te encontrarás a lo largo de las páginas. Ni qué decir una vez termines de leer el libro. Los giros argumentales vaya que te toman por sorpresa, y estoy segura de que así como yo en más de una ocasión te encontrarás leyendo con la boca abierta sin poder creer lo que acabas de leer. Especialmente el final; con decirte que aún continúo impresionada por ese gran giro que Hendrix usó.
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Opinión personal
Como he comentado en otras reseñas, el género terror es uno de mis favoritos, por lo que este libro lo he disfrutado bastante. Desde las primeras páginas quedé interesada por continuar la historia y conocer más sobre la vida de Louise. Aunque en esencia, la historia no sólo se centra en ella sino en la relación con su hermano y los problemas familiares que los acompañan, además por su puesto, de la casa embrujada con la que deben lidiar y lograr vender. Pese a que la narrativa me gustó mucho, hubo cierto personaje con frases muy infantiles que me parecieron absurdas y pesadas de leer. Eso fue algo que me complicó un poco la fluidez de lectura, así como minimizó lo aterrador que pudo haber sido la experiencia de la historia. Sin embargo, toda esa pesadez que sentía al leer los diálogos de dicho personaje y su aparente sinsentido tuvo todo el sentido del mundo una vez llegué a los capítulos finales. La experiencia cambió totalmente y se convirtió en un “¡Aaaaaaah, por eso hablaba así!”. Después de todo, ese fastidio que sentí a lo largo de la novela se transformó en un mar de lágrimas y un apachurro en mi corazón. Ahora sólo puedo decir: ¡Qué maravilloso final! ¡Vaya giro!
Por otra parte, y con el objetivo de hacer un bonito contraste con el desahogo de arriba, he de decir que admiro mucho el estilo de escritura del autor, pues siendo una historia con tantos giros en ningún momento pierde sentido o llega a presentar incoherencia alguna. Sin embargo, entre tantas “tías” en la familia me perdí un poco en el desenlace de la historia, pues no eran personajes que salieran o se mencionaran con frecuencia, y ya no sabía la relación familiar que tenían entre sí ni con los personajes principales. Por lo que si a ti también se te va un poquito la cosa en esto, te recomiendo que pongas atención o anotes el árbol genealógico para no perderte como yo.
"El trabajo con títeres y con máscaras es básicamente lo mismo y cuesta explicar lo que es llevar una máscara a alguien que no se la ha puesto nunca, pero, en cuanto lo haces, dejas de ser tú para siempre. Con los títeres pasa lo mismo. Te enfundas uno y te cambia la postura, se te altera la voz y percibes lo que quiere, lo que le asusta, sabes lo que necesita. No llevas tú el títere; el títere te lleva a ti" (p. 241).
En conclusión, Hendrix ha hecho un trabajo maravilloso con Cómo vender una casa embrujada. Los personajes están muy bien construidos, y a lo largo de la novela se empeña en mostrarte sus personalidades y descripciones físicas. Todo fluye armónicamente. Es notable, además, el valor e importancia que le da a los lazos familiares, así como la facilidad de resolución a los problemas cuando tienes el apoyo de tu familia; y todo esto a través de una muy bien formada atmósfera de terror. Con todo lo anterior, y tomando muy en cuenta las risas y lágrimas que experimenté a lo largo de la historia, puedo concluir que he disfrutado mucho del libro, a pesar de que la mayor parte me la llevé “odiando” los diálogos infantiles del personaje que te mencioné, pero al final, incluso esto terminó teniendo todo el sentido y cambiando mi perspectiva por completo. Así pues, he de decir que para mí fue una historia que sí o sí debes terminar de leer para que decidas si es un buen libro o no. Y bueno, tal vez la valoración no llegó a las 5 o 4 estrellas, pero esto fue porque no logró sumar los puntos necesarios en mi rúbrica de valoración. Así que te invito a leer el libro para que experimentes por ti mismo todos estos puntos que te he mencionado en la reseña. Estoy segura que disfrutarás la historia, y tal vez, así como a mí, cambie totalmente tu forma de ver a los títeres y muñecos.
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notasfilosoficas · 7 months
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“La fe es una relación viva con lo creído, una relación viva que abraza la vida entera o, de lo contrario, es irreal”
Martin Buber
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Fue un filósofo y escritor judío austriaco israelí, nacido en Viena en febrero de 1878, conocido por su filosofía del diálogo y por sus obras de carácter existencialista.
Nacido en el seno de una familia de eruditos judía, cuando sus padres se divorciaron no tuvo mas remedio que pasar parte de su niñez en casa de sus abuelos en Leópolis la actual Ucrania.
Buber era políglota, pues en su casa se hablaba yiddish y alemán, y en su infancia aprendió el hebreo y francés, y en la escuela secundaria aprendió polaco.
En 1896 Buber se fue a estudiar a la Universidad de Viena iniciando sus estudios en filosofía e historia del arte, mas tarde continuó sus estudios en Leipzig y concluyó su doctorado en Berlín en 1904.
Se unió al movimiento sionista participando en diferentes congresos, entre ellos, el de Basilea en 1897. Fue fundador del uno de los primeros periódicos dedicados en Alemania al pensamiento sionista, dirigiéndolo desde 1916 a 1924.
Desde 1923 hasta 10 años más tarde, enseñó teología judía e historia de las religiones en la Universidad de Frankfurt, ese mismo año publica la que sería su obra mas conocida y la que expresa mejor su pensamiento dialógico “Ich un Du” (Yo y Tú).
En 1933 cuando Adolf Hitler tomó el poder, los estudios teológicos de Buber se vieron bruscamente interrumpidos y fue expulsado de la Universidad, decidiendo emigrar a Palestina, en donde en 1938 fue nombrado profesor de filosofía social en la Universidad hebrea de Jerusalén, en donde impartió cátedra hasta su jubilación en 1951.
En el pensamiento de Martin Buber, influyeron filósofos como Kierkegaard, y el misticismo judío que floreció en Polonia a mediados de siglo XVIII conocido como jasidismo.
En su obra de más éxito (Yo y Tú) Buber plantea su idea de la “filosofía del diálogo”, en la que el autor describe las conexiones que existen entre el Yo-Tú y el Yo-Ello, en donde el Yo-Tú detalla las relaciones entre el hombre y el mundo, describiéndolas como abiertas y de mutuo diálogo, y en la relación Yo-Ello, se manifiesta la necesidad de interactuar con el Yo-Tú, sin que esta sea el objetivo o propósito principal, argumentando que la presencia De Dios, puede encontrarse en la existencia diaria.
Yo y Tu, es el fruto de décadas de preparación y reflexión, y contiene la tesis de Buber sobre el proceso principal de la existencia, o sea, el “relacionarse”, y aunque dicho libro fue reconocido en los círculos filosóficos europeos, fue traducido al inglés hasta el año 1937.
Su estilo de escritura y el mismo texto, no parece en nada a un ensayo filosófico, sino mas bien adopta un estilo poético y lírico como un himno, en donde Buber no trata de exponer sus ideas ni convencer sobre una tesis, sino mas bien refleja su preocupación y nos abre su corazón, que asemeja la obra de Nietzsche, particularmente con su obra “Así habló Zaratustra”.
El libro se configura como una serie de aforismos, grandes y pequeños separados en partes temáticas, sin una lógica concreta y sin una secuencia que pretenda formar una reflexion entera a través de pasos sucesivos.
En la primera parte se ocupa de la condición humana investigando la psicología del individuo. En la segunda trata de la existencia humana en el plano social. Estudia la sociedad y también la manera de existir del individuo dentro de la sociedad, y en la tercera se ocupa de temas de teología, basada en la conclusion de las dos partes anteriores.
Martin Buber muere en Jerusalén Israel en junio de 1965 a la edad de 87 años.
Fuentes: Wikipedia, Universidad de Valencia (uv.es), biografiasyvidas.com, hermesinstitut.org
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idollete · 7 months
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diva, para as lobinhas de 20ish anos, como vc acha que os mais velhos (enzo, esteban e agustin) se sentiriam em sentir atração por uma menina mais nova? amamos o age gap por aqui
as a lobinha em seus 20ish eu me sinto representada 🎀☝🏻
esteban: ele se sente um pouco sujo no começo, vai tentar ao máximo resistir ao que sente e não assume de jeito nenhum, mas também não consegue evitar de te encarar, se imagina apertando todas as suas curvas, fantasia em te ter pra ele das formas mais sórdidas possíveis. e você sabe, porque esteban não é nada discreto sobre isso, sente como ele te come só pelo olhar e abusa disso, mas também é tímida demais pra tomar uma atitude. por isso, sua tentativa é usar as roupas mais curtinhas quando sabe que ele vai estar por perto, se insinuando do seu jeitinho mais retraído mesmo, porque quer muito a atenção dele. no fundo, você adora saber que o olhar dele desce por todas as suas costas quando você usa um vestidinho rodado. mele com certeza vai bater uma no chuveiro pensando em ti, vai ficar até mesmo um tico obcecado, vai pedir pra te seguir no instagram (é o máximo que ele faz, honestamente) e fica babando nas suas fotos, assim como morre de ciúmes de todo cara que comenta
enzo: ele não se sente sujo, ele te acha suja. vai sacar na hora as suas intenções, percebe como você fica nervosa quando o seu olhar encontra com o dele e vai começar a te encarar por mais tempo de propósito. mas ele é ótimo disfarçando, a parte mais racional dele sabe que isso poderia ser um problema, garotas novas demais se apegam demais também, é o que pensa. só que como ele resiste ao seu charme dócil? como que não fica duro só de pensar em como você iria ficar completamente corada se ouvisse metade das coisas que ele pensa? enzo sabe que tem o poder de te destruir, de várias formas, aliás, e, honestamente, ele gosta disso. vai ser mais educado que o normal contigo, só chega perto e mantém o diálogo com uma mão no teu ombro, na lombar quando você está de costas. não vai tomar nenhuma atitude sem pensar direito, mas isso não o impede de te dizer um dia, completamente sugestivo, um "ah, se você fosse minha, nena..."
agustín: eu imagino o agustín em um cenário muito específico, que é um que ele trabalha na empresa do pai da lobinha e ela é uma verdadeira dondoquinha mimada pela família toda, mas não consegue parar de encarar o cara meio alternativo, que tá sempre com o cabelo bagunçado e os olhos vermelhos. ele é diferente de tudo que você já provou e você sabe que ele também é problema. o ego dele gosta de como você não consegue desviar o olhar, de como não o dirige mais que duas palavras, porque é tímida demais pra isso, gosta de como você é a filhinha troféu da família, a mais inteligente, dedicada e prestativa. é diferente de tudo que ele provou também e mesmo sendo um possível puta problema pra ele, ele vai arriscar. começa a se aproximar com o jeito meio malandro, meio desleixado, te oferece um baseado um dia só pra descobrir a tua reação, vê seus olhos curiosos irem do beck pra mão pro rosto dele. gosta dessa fantasia de que os dois mundos de vocês são tão opostos, de que ele pode acabar com a tua fama de boa moça e de você, provavelmente, não aguentaria um terço do que ele poderia te dar, te dizendo que "não começa algo que você não vai conseguir terminar, boneca, eu não sou como esses mauricinhos que você anda por aí. na minha mão, você não é princesinha nenhuma, você vira a minha puta"
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lilpomegranate · 3 months
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ADELINE RUDOLPH? não! é apenas VIOLET FOX, ela é filha de PERSÉFONE do chalé 24 e tem 25. a tv hefesto informa no guia de programação que ela está no NÍVEL 1 por estar no acampamento há 9 MESES, sabia? e se lá estiver certo, VI é bastante LEAL mas também dizem que ela é MELANCÓLICA. mas você sabe como hefesto é, sempre inventando fake news pra atrair audiência.
BIOGRAFIA: 
Violet Fox, nascida no Condado de Suffolk, nunca foi boa em suprir as expectativas de sua família. Filha adotiva de um casal de médicos renomados – ela desconhece o fato de que sua mãe adotiva se relacionava com seu pai biológico antes do falecimento misterioso do homem –, a jovem não era inclinada a socializar com parentes e, principalmente, com colegas de classe. Com o objetivo de isolar a estranheza de Violet dos olhos públicos, seus pais a enviaram para uma pequena comunidade rural, na qual ela se adaptou rapidamente por ter a oportunidade de ficar mais próxima de animais do que de seres humanos.
Foi cuidando de animais que Violet percebeu que algo muito errado acontecia com ela: aparentemente os animais a entendiam, e isso era recíproco. Ela poderia jurar que, durante um passeio pelas matas, uma raposa ferida chamou seu nome e implorou por ajuda. Quando ela se aproximou do animal, que mancava lentamente, ele não demonstrou ter qualquer vestígio de medo, encolhendo-se entre as pernas da jovem. Ao tocar a raposa, ela permitiu que Violet removesse o espinho que se prendia em sua pata traseira,  e logo o animal fugiu sem demonstrar qualquer sinal de dor. Logo suas interações “suspeitas” com animais se tornaram alvo de piadas dos seus vizinhos, que a tratavam como louca e buscavam se distanciar de Violet.
Curiosamente, a raposa que fora ajudada por Vi retornava semanalmente para visitá-la, e em um dia específico não sossegou até que a jovem a seguisse. Ela só não esperava que a caminhada fosse tão longa. De alguma forma que permanecia misteriosa para Violet, o animal a conduziu por dias até o Acampamento, onde, ainda muito receosa, foi orientada sobre sua origem especial e sobre como seus poderes poderiam ser melhor utilizados. Ela ainda tem dificuldades em controlá-los, e apesar de conseguir se comunicar com animais, não consegue estabelecer diálogos tão complexos, sendo capaz de uma comunicação mais superficial como quando se conversa com crianças.
Violet é ligeiramente esquiva, mas jurou para si mesma que melhoraria suas habilidades sociais logo após a revelação da profecia, já que, definitivamente, os semideuses precisariam unir forças para defender o Acampamento de sejá lá o que estivesse para acontecer.
PODERES: Comunicação com animais.
HABILIDADES: Previsão e Sentidos Aguçados.
ARMA: Adaga de ferro estígio que tem a forma “diária” de um colar com pingente em formato de romã. Foi herdado de seu pai biológico e presenteado a ela por sua mãe adotiva e ex-affair de seu falecido pai. Antes de chegar ao Acampamento e conhecer a utilidade da arma, Violet achava engraçado e quase impossível que seu pai usasse um colar estranho daqueles.
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