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#premarxista
bocadosdefilosofia · 1 year
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«"Daré la bienvenida a todos los juicios de crítica científica", escribía Marx en el prefacio a la primera edición de El Capital. Por esto, se equivocan aquellos que, en lugar de estudiar y de efectuar una crítica de Marx, se limitan a lanzar imprecaciones contra él, pero se equivocan también aquellos marxistas que, en vez de tratar los trabajos fundamentales de Marx en su calidad de textos científicos, los consideran como textos religiosos que hay que venerar, proclamar y defender a cualquier precio. Muchos marxistas, incluso en nuestros días, se comportan todavía como los aristotélicos en la época de Galileo. En cualquier caso, y para evitar todo equívoco, hay que afirmar de inmediato que, después de Marx, se hace imposible un retorno a la ciencia social premarxista. Marx ofreció a la humanidad una nueva visión, que sirve para leer de manera distinta el mundo y la historia de los hombres. La influencia del factor económico sobre los hechos humanos no es la invención de un soñador.»
Giovanni Reale y Dario Antiseri: Historia del pensamiento filosófico y científico, III. Editorial Herder, pág. 194. Barcelona, 1995.
TGO
@bocadosdefilosofia
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afectodisca · 4 years
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la verdad que no entiendo muy bien a las personas que dicen que son comunistas y siguen diciendo qué género y sexo son lo mismo.
quiero tratar esto desde el comunismo porque me parece la mejor manera de hablar sobre ello porque el feminismo tiene límites en estos temas.
me gustaría comenzar con una autora que se llama Cecilia Toledo que tiene un libro llamado mujeres el género nos une en la clase la clase nos divide. Destaco lo siguiente de ella: antes de decidir su definición y su crítica empieza hablando de otras autoras
1. María Jesús Izquierdo
"La desigualdad de las mujeres es un proceso que comienza con la división sexual del trabajo y se consolida con la constitución de los géneros sociales: si usted es mujer, tiene que hacer determinadas cosas, si es hombre, otras. El paso siguiente es considerar como femeninas las actividades hechas por las mujeres y masculinas aquellas hechas por los hombres. El tercer paso es diferenciar el tratamiento recibido (respeto, reconocimiento, medios y estilo de vida) por las personas que realizan actividades femeninas y las que realizan actividades masculinas. En este momento decimos que tienen carácter de género. Las personas, independientemente de cuál sea su sexo, son tratadas según un patrón específico, el de género"
2. Virginia Vargas y Wicky Meyen
"Definiremos el sistema sexo/género como el conjunto de acitudes mediante las cuales la sociedad transforma la sexualidad biológica en productos de la actividad humana y a través de la cual estas necesidads son satishechas. No es, entonces, sólo una relación entre mujeres y hombres, sino un elemento constitutivo de las relaciones sociales en general que se expresa en símbolos, normas, organización política y social y en las subjetividades personales y sociales."
*concluyen que las mujeres no pueden ser reducidas a su condición de género, porque
"en cada individuo conviven diferentes posiciones subjetivas; cada agente social está inscrito en una multiplicidad de relaciones sociales: de producción, de raza, de nacionalidad, etnicidad, género, sexo, etc. Cada una de esas relaciones específicas no puede ser reducidas ni unida a las otras. Y cada una de ellas determina diferentes subjetividades."
Y entonces Cecilia comienza a hablar disposición.
"Cuando se habla de género femenino y género masculino ya no se habla más de algo inherente a los seres humanos; no se está tratando del ser genérico, sino del ser histórico, aquel que es constituido históricamente"
y entonces Cecilia habla de un tema bastante importante a la hora de hablar del patriarcado: la división sexual del trabajo
"La división sexual del trabajo está apenas simbólicamente asentada en una supuesta división entre géneros. Las mujeres de la clase trabajadora sufren, antes que nada, una discriminación entre clases –relación desigual entre ellas y las mujeres burguesas, o entre ellas y toda la burguesía– que una discriminación entre géneros (que ocurriría en el ámbito de su propia clase). Inclusive, la discriminación de género que la mujer trabajadora sufre en el ámbito de su propia clase es impuesta a partir da clase dominante."
hay un artículo bastante bueno qué desarrolla este tema aquí lo dejo
https://desterradosporlasantaortodoxia.wordpress.com/2018/10/24/division-sexual-del-trabajo-la-raiz-del-patriarcado/
y entonces Cecilia da una respuesta al problema
"El marxismo fue el único que conseguió dar una respuesta concreta al problema. La línea divisoria establecida por Marx y Engels desde el Manifesto es la que existe entre el socialismo utópico y el socialismo científico. Los socialistas utópicos premarxistas también defendían la emancipación de la mujer. Pero su defensa se asentaba sobre principios morales y deseos abstractos, no sobre una comprensión de las leyes de la historia y de la lucha de clases. El marxismo proporcionó, por primera vez, una base materialista científica para la emancipación femenina. La mujer no nació oprimida; su opresión coincide, en la historia, con el surgimiento de la opresión y explotación del conjunto de los hombres y mujeres que trabajan. El marxismo sólo expuso las raíces de esta opresión, su relación con un sistema de producción basado en la propiedad privada y con una sociedad dividida en clases, en la cual todas las relaciones son relaciones de propiedad."
Esto me lleva a hablar de otra gran autora llamada Olga Cristóbal en
"Las ideas de lo que es femenino y masculino con las cuales convivimos día a día se fueron construyendo y transformando a lo largo de la historia. Los géneros guardan poca relación con el sexo"
La primera bomba que deja BIEN claro que esto es materialismo histórico y dialéctico.
"Con la familia patriarcal entramos en los dominios de la historia escrita, en la civilización. Y en la falsificación durante dos milenios del aporte de la mujer en la evolución humana. Para ello, tendrán un papel central las religiones monoteístas y,más tarde, la ciencia.
La Biblia convertirá a Eva en el origen y la responsable del sufrimiento humano y además dividirá la función social de cada sexo: “Trabajarás con el sudor de tu frente” (cultura) y “Parirás con dolor” (naturaleza)."
lo de la biblia me dijo perpleja porque nunca había pensado en ello
Tras esto, hay una cita de Engels y entonces Olga escribe:
"Conclusiones:
-las mujeres no fueron siempre el sexo oprimido
-las causas de esta opresión no son biológicas sino sociales"
Y es ahí donde no puede quedar más claro.
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jgmail · 5 years
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CON NOSOTROS - O NADA
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Por Alexander Dugin
 Publicado en la revista Elementy #8. Traducido por Juan Gabriel Caro Rivera
 Es posible dividir el bolchevismo como un fenómeno histórico en dos partes. Por un lado, el campo doctrinal de varias visiones y teorías socialistas y comunistas premarxistas existió paralelamente y continuó su existencia con sus propios motivos intelectuales después de que el marxismo fuera impuesto como la ideología final. Esta primera etapa podría llamarse "el proyecto bolchevique". La segunda etapa es la encarnación de este proyecto en una realidad histórica concreta en forma de la socialdemocracia rusa, más tarde el partido comunista y, en la etapa final de su historia en el Estado soviético y el partido gobernante. La primera parte es indiscutiblemente más grande que la segunda y, como cualquier plan, es remplazado por la segunda. Pero no podemos entender uno sin el otro. La realización no tiene sentido si no conocemos el plan y un plan sin realización es una simple abstracción, y sus posibles realizaciones pueden hacerse, para bien o para mal, en varias circunstancias.
El nacionalsocialismo y el fascismo presentan un escenario similar. Por un lado, tenemos un dogma teórico, filosofía, puntos de vista económicos e históricos, todos unidos por un punto de vista común ("el proyecto fascista"); por otro lado, las prácticas de los partidos históricos (nazis y fascistas), así como el organismo estatal de la Italia de Mussolini y la Alemania de Hitler. Sin embargo, hay una diferencia básica: "El proyecto fascista" de Alemania e Italia estaba mucho más lejos de su encarnación que "el proyecto bolchevique" de la realidad soviética.
 Es ampliamente conocido que los partidos y regímenes históricos bolcheviques y fascistas se enfrentaron entre sí, y esto dio lugar a luchas sangrientas, la más grande de las cuales fue la Segunda Guerra Mundial, también conocida como la Gran Guerra Patriótica. Pero esta hostilidad nunca fue absoluta y hubo algunos ejemplos de fascistas y bolcheviques que se unieron incluso a nivel externo, en un plano puramente político: el Estado soviético reconoció con gusto el orden fascista en Italia; Los nacionalistas alemanes unieron fuerzas durante el "Curso Schlageter", anunciado por Radek; finalmente, el pacto Molotov-Ribbentrop.
 Sin embargo, estos dos proyectos tienen mucho más en común. Si consideramos el bolchevismo como una ideología que incluye el marxismo, pero cruza sus fronteras (así fue, después de todo, como la idea de Lenin de "construir el comunismo en un solo estado" está en contra de Marx), y aplicamos el mismo método al fascismo y al nazismo. (especialmente centrándonos en los ideólogos que sentaron las bases del poder nazi, pero que permanecieron en la oposición contra el régimen que vieron como una caricatura de sus propios puntos de vista), estamos obligados a notar que los dos proyectos tienen mucho en común. En realidad, tienen tanto en común que teóricamente sería posible sugerir la existencia de una especie de metaideología que sería común a ambos proyectos.
Esta única metaideología que se encuentra no solo más allá de la concreción política del bolchevismo y el fascismo, sino también de sus ideologías políticas, es el bolchevismo nacional en su esencia absoluta. Esta metaideología nunca antes había sido reconocida por nadie en su totalidad; Solo las mentes más profundas de ambos campos han intuido intuitivamente que existe, tratando de expresar estas visiones incluso de forma remota. El nacional-bolchevismo no significa las formas pragmáticas de los bolcheviques y los nacionalistas europeos, condicionados por la Realpolitik. Tampoco significa los aspectos idénticos de ambos "proyectos". Es algo más profundo que podría aparecer solo después de la caída de la encarnación histórica de una de las ideologías: la Unión Soviética. (La encarnación real del proyecto fascista cayó hace 50 años). Estos son los elementos básicos de esta metaideología:
 1. Conciencia escatológica, comprensión clara del hecho de que la civilización finalmente está llegando a su fin. Esto nos lleva a la idea de la restauración escatológica. También hay un esfuerzo por realizar esta Restauración de la Edad de Oro por medios políticos.
 2. La idea de la insuficiencia de las instituciones religiosas existentes de objetivos escatológicos: el antirradicalismo oculto, las reencarnaciones y el fariseísmo de las religiones occidentales tradicionales. El espíritu de reforma o "nueva espiritualidad" (misticismo, gnosticismo, paganismo).
 3. Odio al mundo moderno, la civilización occidental, con sus raíces en el espíritu de la Ilustración. Identificación del capitalismo imperialista cosmopolita con el mal global extremo. El pathos anti-burgués.
 4. Interés por el este y odio por el oeste. Orientación geopolítica hacia Eurasia.
 5. Ascetismo espartano (prusiano). Pathos por el Trabajo y el hombre trabajador. La idea básica del origen espiritual primario de las personas, sobre todo entre sus niveles más bajos que han estado a salvo de la depravación de los últimos siglos, en comparación con la élite degenerada de los viejos regímenes. El principio de la "nueva aristocracia", surgiendo de las masas populares.
 6. Entender a las personas y a la sociedad como un colectivo fraternal orgánico, basado en la solidaridad moral y espiritual. Negación radical del individualismo, el consumo y la explotación. Esfuerzo para llevar a todos los pueblos al estado de la "edad de oro".
 7. Aversión por las tradiciones culturales, religiosas y económicas de origen semítico (judaísmo, islam), en contra de las tradiciones indoeuropeas, ya que la clase social de "comerciantes" (con su mentalidad) no existía como tal.
 8. Disponibilidad para sacrificarse por este ideal y lo que vale. Odio por la mediocridad y la pequeña burguesía. Claro espíritu revolucionario.
 Todos los elementos enumerados aquí se encuentran en cualquier dogma concreto (fascista o bolchevique). Pueden variar según la ideología o el autor, e incluso pueden aparecer junto con otras ideas que pueden contradecir otros puntos.
 Los nacional bolcheviques históricos (Nikisch, Ustryalov, Thiriard) se han acercado intuitivamente a este complejo cuadro, pero incluso se han desviado del camino: Nikisch vio un significado positivo en la tecnología y el progreso, Ustryalov coqueteó con NEP y no estaba al tanto del significado de Alemania para Rusia, Thiriard negó el esoterismo y la religión, siendo un pragmático materialista.
 El nacional bolchevismo es, con mucho, el fenómeno más interesante del siglo XX. Ha adoptado todo lo que nos fascina dentro del bolchevismo o el fascismo. Lo que haya llevado a su fin a estas ideologías, contradice el espíritu de esta doctrina virtual.
 El nacional bolchevismo nos ayuda a comprender dónde se equivocaron los regímenes antiliberales de nuestro siglo y por qué estaban destinados a caer. Este análisis es fiel al pasado y gráfico, cuando se trata de nuestro tiempo, cuando la "nueva" derecha y la "nueva" izquierda no son más que parodias de lo que incluso en su propio tiempo eran meras parodias del virtual nacional.
 La ideología nacional-bolchevique está libre de todos los crímenes del pasado. Los históricos nacional  bolcheviques culparon a los nazis y los comunistas de pervertir sus teorías, y por lo tanto se convirtieron en víctimas del Moloch totalitario. Como la doctrina está tomando forma solo ahora, incluso este argumento no puede ser el más decisivo.
 El nacional bolchevismo es lo que nunca ha sido. Nunca ha sido en la práctica, ni siquiera en teoría. El nacional bolchevismo es lo que está por venir. Por venir, ya que esta doctrina será un santuario metafísico e ideológico para aquellos que niegan el mundo moderno, el sistema del capitalismo liberal que se ha convertido en la única base de la sociedad moderna. La protesta será para siempre. Las viejas ideologías anti-burguesas han demostrado sus límites. Los errores teóricos han resultado tarde o temprano en una caída histórica. Quien no entiende esto, no tiene lugar en la historia.
 La única alternativa para el mundo moderno, este imperio del anticristo "liberal", es el NACIONAL BOLSHEVISMO.
 O eso, o nada. Ningún compromiso cambiará nada. Si el sistema ha sobrevivido al orgulloso Reich y la gran Unión Soviética (destruyendo las monarquías e imperios tradicionales antes de estos dos), los partidos políticos y los extremistas armados no deberían ser ningún problema.
 El punto es que el nacional bolchevismo tiene su propia línea espiritual, de la que hablar todavía sería inoportuna. Este es un secreto alternativo que se opondrá al "secreto de ilegalidad" de apertura durante los últimos tiempos. Sin esta fuerza, los experimentos bolcheviques y fascistas carecían de fuerza. Solo después de una cierta distorsión de los instrumentos de la política, esta fuerza ha abandonado los movimientos antes mencionados, dejándolos al destino para que se cuiden ante el "Maestro del Universo", claramente representado por una sociedad liberal. Hay indicios de que esta fuerza ha tomado recientemente una nueva forma (final) que se adaptará a su naturaleza.
 Creo que alguien ya puede adivinar de qué estoy hablando.
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Ma alla fine sei di destra o di sinistra?
Solitamente dico di destra, ma si tratta di una ripicca adolescenziale dovuta al fatto che trovo disgustoso il pensiero di sinistra di moda oggi, nella sua forma di neopositivismo scientista e laicista. E perché in genere gli intellettuali mi stanno sul cazzo. In realtà potrei dire di sinistra e sarebbe ugualmente giusto, perché nelle mie idee politiche ci sono elementi sparsi che appartengono- alla Destra tradizionale (Evola)- all’anarchismo cristiano (Illich, Tolstoj)- all’ecologismo radicale e al pensiero della decrescita (Latouche)- al socialismo utopico premarxista - alla teologia della liberazione- alla critica antiborghese di Pasolini
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danielpico · 6 years
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OCULTISMO Y POLÍTICA MODERNA
Los historiadores del ocultismo han sabido por mucho tiempo que las opiniones sobre el "satanismo" de tal o cual personaje histórico y sus datos son altamente inexactos. Nos hablan más sobre los supuestos prevalecientes de "buena ciencia" o "buena política". Así que el comienzo del movimiento al que nos referimos como "ocultismo" en el siglo XIX tiene otros tintes. Desde el punto de vista político, algunos eruditos sugieren distinguir entre un "ocultismo de la izquierda" y un "ocultismo de la derecha" para aceptar el hecho de que hubo una fuerte y hasta decisiva presencia de ocultistas entre los socialistas, feministas, anticolonialistas, anticiviseccionistas y anarquistas en el siglo XIX, además de los ocultistas que anhelaban la restauración del orden, la jerarquía y la tradición. Para nombrar uno: lo iluminados de Baviera que fueron los primeros anarquistas
Por otra parte hay que tomar en cuenta que el ocultismo moderno parece haber surgido por primera vez en los primeros círculos socialistas pre-marxistas. La parte premarxista es importante aquí, ya que el ocultismo no sólo tiene raíces socialistas (el socialismo temprano estaba alineado con proyectos totalmente religiosos, incluso teocráticos, a menudo recurriendo a una forma de catolicismo heterodoxo, aunque tradicionalista) Tenemos que enfrentarnos a las raíces socialistas - y católicas - del ocultismo.
El éxito del marxismo en la segunda mitad del siglo XIX, con sus prominentes tendencias ateo, secularista y materialista, ha ocultado el hecho de que los comienzos del socialismo en Francia a raíz de la revolución de la década de 1790 y durante el período de restauración de borbónica en Francia. Fue en gran medida de naturaleza religiosa. Los tres "fundadores del socialismo" canónicos, Henri Saint-Simon (1760-1825), Charles Fourier (1772-1837) y Robert Owen (1771-1858), todos abogaban por formas de utopismo social donde la separación de "religión" de La sociedad "secular" a veces se tornaba borrosa, y donde las legitimaciones religiosas y las formas organizativas se combinaban a veces con ideas científicas y políticas.
El Falansterio de Charles Fourier en los Estados Unidos no fueron solo laboratorios de amor libre y economía cooperativa, sino también ideas esotéricas europeas en las Américas. Hasta Robert Owen que era un pensador más secular se convirtió en un espiritualista en sus últimos años
Más importante en este contexto es el desarrollo del "Sansimonismo" de Henri de Saint-Simon en Francia, donde el movimiento del ocultismo moderno también tomó forma a mediados del siglo XIX.
Fue este Sansimonismo el que inspiró la acuñación del término "socialismo" en primer lugar, cuando Pierre Leroux lo usó para rechazar el movimiento en 1833 (La obra de Saint-Simon se caracterizaba por un interés en sintetizar la religión, la ciencia y la política) Al principio (1803) sugirió un "Culto de Newton", muy en el mismo espíritu de la posterior "Religión de la Humanidad ó Positivismo" de Auguste Comte
La superposición curiosamente religiosa del positivismo francés pedía el rejuvenecimiento del cristianismo al deshacerse de sacerdotes corruptos y al establecer una religión progresiva "positiva" dedicada a la perfección y la regeneración de la humanidad.
y éste fue un aspecto importante para entrar en temas de casi mesiánicos de la historicidad como parte fundamental de los movimientos de izquierda
Las ideas clave para que toda esta política se uniera con la magia y el esoterismo fueron la de una "Ciencia Universal" y la ley divina, el establecimiento de una síntesis armoniosa del conocimiento humano y divino, y una regeneración total del mundo social equivalente al establecimiento de un reino celestial en la tierra.
Quizás el canal más importante a través del cual ejercerán influencia fue el ocultismo moderno.
Es aquí cuando entra el excéntrico diácono Alphonse-Louis Constant, un radical socialista y católico francés que estuvo dentro y fuera de la cárcel por su activismo en relación con las revoluciones fallidas de 1848.... El dato es que Constant fue más conocido por nosotros como Eliphas Lévi
...y fue en la década de 1850 cuando escribió una de las obras más influyentes del ocultismo moderno hasta el día de hoy: El Dogma y Ritual de la Alta Magia
*****
"Pues un dios ha arrebatado de mí todo En la maldición y tormento del destino, Todos sus mundos se han ido irrevocablemente Solamente me resta la venganza.
Construiré mi trono en las alturas, En una cumbre inmensa y fría. Por su baluarte - supersticioso espanto. Por su alguacil - la más negra agonía.
Quien lo mire con ojos sanos,
Regresará mudo, con palidez mortal, En garras de mortandad ciega y fría. ¡Que su felicidad prepare su tumba!" - Karl Marx
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minarquia · 6 years
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¿Qué es el marxismo cultural?, por Mises Hispano.
En años recientes, se ha popularizado la expresión “marxismo cultural”, normalmente empleado peyorativamente contra los jóvenes ideólogos izquierdos y Guerreros de la Justicia Social. Como cualquier otro término político peyorativo, incluyendo los usados tanto por la izquierda como por la derecha, la réplica común es que, debido a su abuso se ha convertido en vacío de contenido o siempre ha estado vacío de contenido.
Pero “marxismo cultural” es una expresión que tiene un significado real, no necesariamente un significado peyorativo (eso presumiblemente dependerá de tus propias preferencias políticas). La idea del marxismo cultural deriva de la teoría marxista de la historia evolucionada a través de la disciplina de la historia por historiadores marxistas al irse haciendo gradualmente más ortodoxos.
La teoría marxista de la historia
La teoría marxista original de la historia consistía en unos pocos supuestos. El primero es que la historia de cualquier sociedad podría dividirse en tres épocas: la sociedad antigua, la sociedad feudal y la sociedad capitalista.  Esta era la idea original de Marx de una “teoría de las etapas de la historia”, aunque las doctrinas de las etapas de la historia no eran nada nuevo. La filosofía cristiana premarxista de la historia, por ejemplo, ofrecía un patrón similar de etapas desde la época del placer del pecado a la del malvado sufrimiento y finalmente la salvación cristiana.
Pero la filosofía cristiana de la historia se movía bajo la dirección invisible de un “impulsor principal”: Dios. La teoría marxista de la historia también contiene un impulsor principal invisible: las ambiguamente llamadas “fuerzas materiales de producción”. Cuáles con concretamente estas fuerzas materiales de producción depende de la época. Por supuesto, en tiempos feudales era la tierra. En la época capitalista serían las fábricas o los bienes de capital que reemplazaban concretamente al siervo feudal con el trabajador asalariado capitalista.
Esto lleva a un segundo elemento importante de la teoría marxista de la historia: la conciencia de clase. Marx creía que cada época social contenía contradicciones internas que dividirían progresivamente las distintas “clases” de personas. En los tiempos feudales, serían el siervo y el terrateniente. Por supuesto, bajo el capitalismo Marx dividía a la gente entre el proletariado y la burguesía. Las contradicciones internas llevarían a un conflicto entre clases llamado “lucha de clases” y la clase inferior acabaría apoderándose de la sociedad y dando paso a la etapa siguiente. Este es el famoso análisis marxista de clase.
El tercer y último elemento importante en la teoría marxista de la historia era una historia determinista, que decía que el paso de una sociedad de una etapa a su etapa posterior era inevitable y, debido a esta inevitabilidad, la cuarta y última época se produciría por el triunfo del proletariado sobre la burguesía.  Por supuesto, esta etapa final era el socialismo (como he detallado en otro lugar, Marx no hacía originalmente ninguna distinción entre socialismo y comunismo y esta alteración a su teoría de la historia fue obra de Vladimir Lenin y Josif Stalin).
La visión determinista de la historia no era tampoco original de Marx. Como señala Mises en Teoría e historia, su idea determinista estaba tomada y combinada a partir de la visión ilustrada del progreso humano.
Los pensadores de la Ilustración creían que, al ir progresando la sociedad, la razón humana inevitablemente genera una progresión lineal al alza de la historia, lo que significaba que cada era de la historia humana estaría inevitablemente mejor que el periodo precedente. El determinismo de la Ilustración era necesariamente optimista y Marx adoptaba su idea y la combinaba con su propia doctrina de las etapas. Así, al aceptar tanto la teoría optimista del progreso humano de la Ilustración como la doctrina marxista de las etapas, Marx podía argumentar, sin necesidad de justificar sus afirmaciones, que la etapa inevitable del socialismo sería consecuentemente mejor que la etapa capitalista que la precedería, solo porque llegaría posteriormente.
Las críticas de Marx a los “economistas burgueses” revelan su compromiso con su teoría, al rechazar a sus oponentes acusándolos a los economistas clásicos de estar gobernados por su propia conciencia de clase y de que, por tanto, sus argumentos económicos tendrían que rechazarse sin ninguna consideración. La única prueba que se necesitaba de que el socialismo era el sistema económico superior era aceptar que era el sistema económico históricamente inevitable.
En un breve resumen, la teoría marxista de la historia contaba de (1) una doctrina de las etapas, (2) conciencia de clase dictada por un “impulsor principal” y (3) una versión optimista de determinismo histórico. La expresión “materialismo dialéctico” que se refiere a la teoría marxista de la historia deriva del aspecto “materialista” del “impulsor principal” contenido en las “fuerzas materiales de producción” de Marx y el aspecto “dialéctico” de las contradicciones internas que asolan cada etapa de la sociedad.
Los historiadores marxistas
Por supuesto, incluso los historiadores marxistas de los tiempos modernos rechazan la mayoría de la teoría marxista de la historia. Aunque argumento a menudo que el determinismo histórico sigue escondido en ciertas explicaciones históricas (como hacía aquí), los historiadores en general han rechazado cualquier teoría de determinismo histórico. Este fue el primer elemento de la teoría marxista de la historia que fue abandonado en su mayor parte.
La doctrina de las etapas seguía siendo considerada útil por muchos historiadores, al menos para fines analíticos. En la historiografía del Viejo Sur (los estados esclavos antes de la Guerra de Secesión), los historiadores de mediados del siglo XX debatían sobre si la economía esclavista podía considerarse o no una sociedad capitalista. El desacuerdo era sobre bases puramente marxistas, siendo los historiadores marxistas los que rechazaban los argumentos de que el Viejo Sur era capitalista porque era, según las épocas definidas por Marx, una sociedad feudal (aunque fueron llegando algunas alteraciones de la doctrina de las etapas y su análisis al hacerse menos ortodoxos los historiadores marxistas).
Pero, aunque la doctrina de las etapas de la historia marxista podría todavía sobrevivir en la literatura, cada vez se ha rechazado más su uso analítico. Esto deja solo el elemento del análisis de clase de Marx y este es el elemento más persistente de la teoría marxista de la historia que, a pesar de sus propias alteraciones por marxistas no ortodoxos, ha sobrevivido en la literatura más moderna. Sin embargo, a partir de las diversas alteraciones del análisis marxista de clases, encontramos la definición del “marxismo cultural”.
Probablemente el elemento más importante en el análisis de clase específicamente marxista es la idea de “explotación” de Marx. Este concepto es la característica que distingue principalmente el análisis de clase marxista y el austriaco, como observaba primero Rothbard y desarrollaba luego Hoppe (Rothbard usa la distinción de “conflicto de casta” en El hombre, la economía y el estado para destacar la distinción entre explotación marxista, que se desploma bajo un análisis económico serio, y la teoría libertaria de la explotación, que se basa en las relaciones hegemónicas entre diversas personas, comparadas con las relaciones voluntarias).
En el campo de la historia, el historiador marxista Eric Hobsbawm escribió un ensayo titulado “Notas sobre la conciencia de clase”, que ofrecía una interpretación ortodoxa de la teoría marxista de clases. La clase y el conflicto de clases, argumentaba Hobsbawm, estaban presentes “cada vez que la sociedad se dividía entre explotadores explotados” y hacía falta una organización política para “canalizar ese conflicto hacia una conciencia emancipatoria de clase”.[1]
Pero esto no es marxismo cultural: es solo marxismo. Un historiador marxista menos ortodoxo, E.P. Thompson, modificaba la teoría de clases de Marx destacando los elementos culturales de la clase proletaria. Su conciencia, en lugar de estar dictada solo por fuerzas económicas, como planteaba Marx, estaba también dictada por factores culturales y religiosos. En su influyente libro The Making of the English Working Class, Thompson aceptaba las ideas marxistas de conciencia de clase y proletariado, pero la reacción a la industrialización, en opinión de Thompson, estaba moldeada en parte por su cultura heredada.
Como señalan Anna Green y Kathleen Troup: “Es este énfasis sobre el papel de las ideas o la moralidad popular lo que ha llevado a Thompson a ser calificado como un marxista ‘cultural’”.[2] En el libro de Thompson, este escribe: “La conciencia de clase es la manera en la que se gestionan estas experiencias en términos culturales: encarnados en tradiciones, sistemas de valores, ideas y formas institucionales”.[3]
Marxismo cultural y justicia social
Dada la idea del marxismo cultural que ha existido, no peyorativamente, entre marxistas declarados, podemos acudir al análisis de Mises obre la historia que identifica aún más lo que constituye un genuino marxismo cultural aparte de la mera idea de “conciencia influida por la cultura”.
A lo largo de la historia, argumenta Mises, los filósofos buscan descubrir un patrón absoluto de valores. Escribiendo en la década de 1950, Mises afirmaba que muchos pensadores argumentaban que la “justicia” era el valor principal a perseguir. Por supuesto, esto plantea la eterna cuestión de cómo puede definirse y medirse la justicia, pero ese complejo debate no es importante con respecto al problema del marxismo cultural. Mises señala que en cualquier sociedad existen desacuerdos acerca del mejor método de organización política o social. Por supuesto, esto no se refiere necesariamente a los juicios de valor.
Sin embargo, luego describe lo que solo puede llamarse “justicia social”. Mises escribe:
Las instituciones sociales, afirman [las personas], deben ser justas. Es esencial juzgarlas solo de acuerdo con su idoneidad para lograr fines concretos, por muy deseables que puedan ser desde cualquier otro punto de vista. Lo que más importa es la justicia. La formulación extrema de esta idea puede encontrarse en la famosa frase: fiat justitia, pereat mundus. Que se haga justicia, aunque perezca el mundo.[4]
No obstante, esto no responde a ninguna pregunta sobre qué es realmente la justicia en las mentes de cualquier defensor de esta máxima. Pero la gente que reclama justicia social a menudo carece de una definición coherente de justicia para identificarla; por el contrario , nos ofrecen un rosario de tópicos, a menudo en contradicción entre sí (ver, por ejemplo, la gente que quiere combatir el racismo celebrando ceremonias de graduación segregadas racialmente, como medio de sostener de alguna manera los ideales tópicos incompatibles de diversidad racial e inclusividad racial).
Pero es posible contemplar unas personas que debaten racionalmente el mejor método de organizar una sociedad y dedicarse a un discurso civil acerca de la definición de justicia e instituciones sociales. Mises señala la “formulación extrema” a la que puede llevar la idea de justicia social, pero no todos los que defienden la “justicia social” son culpables de esta formulación extrema. Sin embargo, Mises ofrece otra característica identificadora:
La visión del mundo que fue desplazada por el racionalismo moderno no toleraba juicios de valor disidentes. El mero hecho de la disidencia era considerado una provocación insolente, una atrocidad mortal para los sentimientos propios. Esto generaba largas guerras religiosas. (Cursivas añadidas).[5]
Aquí tenemos la noción de intolerancia hacia las ideas y preferencias disidentes que culmina en violencia (no necesariamente religiosa, ya que Mises está hablando sobre guerras históricas, pero las implicaciones modernas no son difíciles de extrapolar). La oposición violenta a las ideas disidentes es indudablemente algo que podemos observar en la sociedad moderna, como podemos ver cada vez más en las universidades, con protestas violentas contra conferenciantes políticamente polémicos.
Así que, al ligar las observaciones de Mises con las de E.P. Thompson tenemos una tendencia interesante. Indudablemente es que necesariamente las personas que mantengan ciertos valores culturales (más a menudo atribuidos a la izquierda cultural) sean también anticapitalistas. De hecho, hay muchas personas favorables al capitalismo que están de acuerdo con valores culturales izquierdistas. Sin embargo, sí parece interesante que la izquierda anticapitalista (normalmente las generaciones más jóvenes: como ha señalado Mark Thornton, la etiqueta socialista se está haciendo cada vez más aceptable) a menudo parece ver sus ideas económicas como parte integral de sus opiniones culturales. Esto está claramente conforme con la idea del marxismo cultural atribuida al análisis de clases de E.P. Thompson.
De mayor interés es la observación de que las protestas violentas (siendo la clara indicación de la gente a la que se refiere Mises cuando habla de la “provocación insolente” de la “mera disidencia”) provienen de personas que pueden ser clasificadas según el marxismo de E.P. Thompson y, dada la idea del propio Marx de lucha de clases (que nunca negó que sería violenta), no debería ser muy polémico describir a esta gente como “marxistas culturales”. Creo que el que se vea o no como peyorativo el calificativo apropiadamente aplicado al “marxista cultural” depende de si uno cree o no que la intolerancia violenta hacia alguien con otra “conciencia” es permisible éticamente.
El artículo original se encuentra aquí.
  [1] E J. Hobsbawm, Workers: Worlds of Labor, American ed. (Nueva York: Pantheon Books, 1984), 15-32; Anna Green y Kathleen Troup, The Houses of History: a Critical Reader in History and Theory, 2ª ed. (Manchester: Manchester University Press, 2016), 52.
[2] Ibíd.
[3] E P. Thompson, The Making of the English Working Class (Nueva York: Pantheon Books, 1964, 1963), 9-10.
[4] Ludwig Von Mises, Theory and History: An Interpretation of Social and Economic Evolution (Auburn, AL: Ludwig von Mises Institute, 2007), 52. [Teoría e historia]
[5] Ibíd., 64.
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bocadosdefilosofia · 2 years
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«Desde el ángulo estricto de la teoría se puede y se debe entonces hablar abiertamente de un anti-humanismo teórico de Marx, y se debe ver en este anti-humanismo teórico la condición de posibilidad absoluta (negativa) del conocimiento (positivo) del mundo humano mismo, y de su transformación práctica. Sólo se puede conocer algo acerca de los hombres a condición de reducir a cenizas el mito filosófico (teórico) del hombre. Todo pensamiento que se reclamase de Marx para restaurar, de una u otra manera, una antropología o un humanismo teórico teóricamente sólo sería cenizas. Pero, prácticamente, podría edificar un monumento ideológico premarxista que pesaría sobre la historia real y correría el peligro de conducirla a callejones sin salida».
Louis Althusser: La revolución teórica de Marx, pág. 190. Siglo XXI Editores. México, 1967
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danielpico · 5 years
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OCULTISMO Y POLÍTICA MODERNA
Los historiadores del ocultismo han sabido por mucho tiempo que las opiniones sobre el "satanismo" de tal o cual personaje histórico y sus datos son altamente inexactos. Nos hablan más sobre los supuestos prevalecientes de "buena ciencia" o "buena política". Así que el comienzo del movimiento al que nos referimos como "ocultismo" en el siglo XIX tiene otros tintes. Desde el punto de vista político, algunos eruditos sugieren distinguir entre un "ocultismo de la izquierda" y un "ocultismo de la derecha" para aceptar el hecho de que hubo una fuerte y hasta decisiva presencia de ocultistas entre los socialistas, feministas, anticolonialistas, anticiviseccionistas y anarquistas en el siglo XIX, además de los ocultistas que anhelaban la restauración del orden, la jerarquía y la tradición. Para nombrar uno: lo iluminados de Baviera que fueron los primeros anarquistas
Por otra parte hay que tomar en cuenta que el ocultismo moderno parece haber surgido por primera vez en los primeros círculos socialistas pre-marxistas. La parte premarxista es importante aquí, ya que el ocultismo no sólo tiene raíces socialistas (el socialismo temprano estaba alineado con proyectos totalmente religiosos, incluso teocráticos, a menudo recurriendo a una forma de catolicismo heterodoxo, aunque tradicionalista) Tenemos que enfrentarnos a las raíces socialistas - y católicas - del ocultismo.
El éxito del marxismo en la segunda mitad del siglo XIX, con sus prominentes tendencias ateo, secularista y materialista, ha ocultado el hecho de que los comienzos del socialismo en Francia a raíz de la revolución de la década de 1790 y durante el período de restauración de borbónica en Francia. Fue en gran medida de naturaleza religiosa. Los tres "fundadores del socialismo" canónicos, Henri Saint-Simon (1760-1825), Charles Fourier (1772-1837) y Robert Owen (1771-1858), todos abogaban por formas de utopismo social donde la separación de "religión" de La sociedad "secular" a veces se tornaba borrosa, y donde las legitimaciones religiosas y las formas organizativas se combinaban a veces con ideas científicas y políticas.
El Falansterio de Charles Fourier en los Estados Unidos no fueron solo laboratorios de amor libre y economía cooperativa, sino también ideas esotéricas europeas en las Américas. Hasta Robert Owen que era un pensador más secular se convirtió en un espiritualista en sus últimos años
Más importante en este contexto es el desarrollo del "Sansimonismo" de Henri de Saint-Simon en Francia, donde el movimiento del ocultismo moderno también tomó forma a mediados del siglo XIX.
Fue este Sansimonismo el que inspiró la acuñación del término "socialismo" en primer lugar, cuando Pierre Leroux lo usó para rechazar el movimiento en 1833 (La obra de Saint-Simon se caracterizaba por un interés en sintetizar la religión, la ciencia y la política) Al principio (1803) sugirió un "Culto de Newton", muy en el mismo espíritu de la posterior "Religión de la Humanidad ó Positivismo" de Auguste Comte
La superposición curiosamente religiosa del positivismo francés pedía el rejuvenecimiento del cristianismo al deshacerse de sacerdotes corruptos y al establecer una religión progresiva "positiva" dedicada a la perfección y la regeneración de la humanidad.
y éste fue un aspecto importante para entrar en temas de casi mesiánicos de la historicidad como parte fundamental de los movimientos de izquierda
Las ideas clave para que toda esta política se uniera con la magia y el esoterismo fueron la de una "Ciencia Universal" y la ley divina, el establecimiento de una síntesis armoniosa del conocimiento humano y divino, y una regeneración total del mundo social equivalente al establecimiento de un reino celestial en la tierra.
Quizás el canal más importante a través del cual ejercerán influencia fue el ocultismo moderno.
Es aquí cuando entra el excéntrico diácono Alphonse-Louis Constant, un radical socialista y católico francés que estuvo dentro y fuera de la cárcel por su activismo en relación con las revoluciones fallidas de 1848.... El dato es que Constant fue más conocido por nosotros como Eliphas Lévi
...y fue en la década de 1850 cuando escribió una de las obras más influyentes del ocultismo moderno hasta el día de hoy: El Dogma y Ritual de la Alta Magia
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"Pues un dios ha arrebatado de mí todo En la maldición y tormento del destino, Todos sus mundos se han ido irrevocablemente Solamente me resta la venganza.
Construiré mi trono en las alturas, En una cumbre inmensa y fría. Por su baluarte - supersticioso espanto. Por su alguacil - la más negra agonía.
Quien lo mire con ojos sanos,
Regresará mudo, con palidez mortal, En garras de mortandad ciega y fría. ¡Que su felicidad prepare su tumba!" - Karl Marx
Resumen de un libro relacionado con el tema: "Eliphas Lévi and the French Occult Revival" por: Christopher McIntosh: https://heathenharvest.org/2016/04/28/eliphas-levi-and-the-french-occult-revival-by-christopher-mcintosh/
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